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En Víctor Frank (logoterapia) la necesidad fundamental es el sentido, ya que si éste está los
demás de pueden alcanzar o desarrollar.
Es más convincente la teoría de Maslow, ya que no hay ninguna dimensión que sea
irrenunciable, todas son necesarias: el individuo es un todo integrado, organizado.
FINES/BIENES
El bien es activo, el bien indica algo de sustancial (el bien debe que ser algo real concreto,
de lo contrario no puede ser bien; un bien es una realidad a la cual mira el sujeto para dar
cumplimiento a la propia vida y para realizar la propia humanidad, es apetecible porque
representa una perfección, no basta que un bien sea bien, es necesario vivir (actuar) según
ese conocimiento.
LEY DE HUME
No está bien hacer derivar un deber de un mero dato de hecho (no es lo mismo el ser y el
debe ser); el valor de las prescripciones morales no deriva de la naturaleza, ni de alguna
descripción de cómo es una cosa. Lo sociológico no determina lo jurídico. No se puede
deducir la ética de una particular doctrina antropológica o metafísica (lo físico no tiene
ninguna implicación antropológica-metafísica, la ética no tiene que ver con ninguna
naturaleza; lo moral no se funda sobre algo metafísico). El valor de las prescripciones morales
no deriva de la naturaleza, ni de ninguna prescripción de cómo es una cosa; la falacia
naturalística (moore) consiste que la propiedad de bondad no tiene valor en sí, sino que
depende de la naturaleza, es un error hacer derivar la bondad de la naturaleza. El bien no es
un cualidad que deriva de una propiedad, la ética se puede hacer sin ninguna relación con la
metafísica.
El fin humano no necesita referirse a la naturaleza humana para ser comprendida. La acción
es un desarrollo de la razón práctica. La necesidad a los cuales están ligados los bienes,
pueden darle una valoración social, política.
Jhon Kelsen, es contrario a Finiss, ya que el primero afirma que aceptar una ley natural es
lo que hace que una ley sea válida. Una ley que ha seguido los correspondientes recorridos
establecidos es válida y debe ser respetada y cumplida. No se plantea el tema de la valoración
moral, si es justa e injusta.
Una teoría de la ley natural debe fundarse en la ley de la razón práctica; en una ley hay
continuidad entre conducta natural y la conducta comunitaria; si no hay orden justo no hay
un punto de convergencia entre diferentes culturas, sería un absolutismo cultural. La ley
natural crea una continuidad entre el juez, el político y el ciudadano; los bienes no se fundan
descripciones, pero esto no implica que la descripción no ayude a vivir en un contexto
concreto. El bien humano y la ley natural están juntos, esto no quiere decir que no podamos
conocer una cultura en donde nace una ley. La ley natural es el conjunto de los bienes que
tienen un valor descriptivo y prescriptivo.
DEONTOLOGISMO
Lo que es bueno o justo son las acciones, deliberadas e intencionales; se pone la demanda:
¿qué debo hacer? El objetivo es individuar y cumplir los deberes, que se presentan como
obligaciones morales para cumplir prescindiendo de las consecuencias. Las obligaciones
morales derivan de normas universales o universables (absolutos morales), establecidos en
base a un eficaz uso de la razón en ámbito práctico. Su principal defensor es Kant. LO
IMPORTANTE es la acción, el sujeto es secundario, la moralidad está en la obediencia a la
norma; para entender que debo hacer debo ignorar mis beneficios, debo meter entre
paréntesis lo que me toca y poner los deberes morales que me dicen qué debo hacer; una
razón que es capaz de actuar, independientemente de mis propios gustos, construir un sano
modelo de vida, que se obtiene con asumir una actitud de justicia; si nos fijamos en las
acciones morales es una prospectiva de tercera persona, el sujeto no importa, es una visión
cercana al liberalismo, al margen de la cultura, la religión.
CONSECUENCIALISMO/UTILITARISMO
Lo que es justo lo es por las consecuencias que produce. ¿con cuales acciones puedo provocar
las mejores consecuencias? Solo las consecuencias son mesurables, porque son confrontables
entre ellas, son razonables, soportan el cálculo. Prescindiendo de las intenciones, de las
opiniones, de las virtudes de cada individuo, es posible hacer converger individuos o grupos
que no tienen la misma cultura, ni las mismas convicciones morales. El punto de partida de
la ética, en particular del utilitarismo, es un sentimiento de benevolencia generalizada, que
dirige la acción hacia un único fin; promover la mayor felicidad posible. Su mayor
representante es Bentham. Pero esta postura cae por su peso ya que, según ellos, no existe el
bien fundamental, lo bueno es lo que se produce; las consecuencias son mesurables; el
objetivo del consecuencialismo es garantizar la felicidad, basada en consecuencias, pues es
la base de la acción; que el individuo pueda actuar según aquello que le produce placer; no
hay una visión catártica del sufrimiento; lo mesurable es lo que permite el buen vivir;
favorecer la acción en busca de la mayor felicidad posible; se busca la felicidad (placer) y se
debe evitar el dolor; hay una influencia hedonística evidente.
CUESTIÓNES ABIERTAS
CRITICIDADES TEÓRICAS CRITICIDAD
(INTERPRETACIÓN DE TOMÁS)
- La separación entre metafísica y ética (Finiss - Tomás jerarquiza los bienes (es la
puede tener razón cuando afirma que la ética no aplicación de una teoría metafísica al
siempre deriva de la metafísica, hay cierta actuar humano).
autonomía, pero esto no quiere decir que no hay - La ética para Tomás no deriva de la
relación, de lo contrario, la filosofía moral no metafísica o de la antropología, pero no
tendría sentido, ya que en esta la teoría juega un las considera indiferentes, el metafísico
papel fundamental) cuando razona lo hace sobre el bien; la
- Completa diferencia entre razón práctica/razón ética nos mete en una realidad
teorética. metafísica)
- Exceso de intuicionismo (aunque ha insistido - Tomás indica en la vida contemplativa
en el no innatismo de los bienes humanos, con el fin arquitectónico de todas las otras
el mismo problema del intuicionismo; pues no actividades. Mientras en Finnis el
puedo vivir un bien en lugar de otros; esto conocimiento es un fin, en Tomás es el
genera una situación que contradice la fin arquitectónico, es la mejor
experiencia; no debe haber rigidez, si no hay disposición del bien; las personas
orden, cual es el criterio para elegir un bien el felices son las que han desarrollado
lugar de otro, no hay un criterio para ordenar) muy bien la capacidad contemplativa,
- Rol meramente ideal de la felicidad (para no hay caridad sin contemplación, no se
Finnis florecimiento la felicidad no hedonista, puede amar lo que no se conoce, por
sin embargo la felicidad es el bien fundamental, esto la ignorancia es inmoral.
no es uno entre otros, hay sólo una relación - El conocimiento de Dios juega un rol
“ideal” entre la felicidad y los otros bienes). decisivo al momento de alcanzar una
- Aporia implícita en la posibilidad de felicidad plenamente humana la
seleccionar dichos bienes. metafísica es la ciencia más noble
- Dios viene totalmente separado del fin natural porque nos lleva a la sustancia más
del hombre (la religión no puede decir nada a la noble; Dios no es un bien entre otros, es
realización y organización de la sociedad). arquitectónico.
CAPÍTULO II
La ley natural son principios prácticos que permiten el desarrollo humano, la norma es el
efecto de la ley natural, pero no es perfecta puede cambiar, no vale por sí misma, se funda
sobre los bienes, no es la norma lo que hace que la cosa sea buena, al contrario; lo que es
obligatorio en la ley positiva es lo que se encuentra en la ley natural, una ley no lo es no solo
porque no cumpla las reglas sino porque no corresponde a un bien; Cada persona puede
conocer que los principios de derecho natural son buenos. La ley natural no depende de la
forma de concebirla; la lógica de la validez no es la lógica del descubrimiento; el hecho que
hayan bienes fundamentales, esto deriva de ciertas experiencias, cada persona está en grado
de comprender que los bienes son buenos, no se puede fundar una ley positiva si no existieran
esos bienes. Finnis acepta la ley de Hume, del hecho no se pueden descifrar prescripciones;
los principios son “per se nota” e indemostrables porque si fueran demostrables no serían los
primeros principios; No se deduce de principios especulativos, El aparecer del bien como
bien no es el producto de la especulación, esto viene a ser un ataque al modelo racionalista;
la ética tiene autonomía, su especificidad que debe ser reconocida; Los bienes no son innatos,
la razón los individua, exige una actividad de la razón. Son principios de racionalidad
práctica; el intelecto práctico tiene que ver con el bien (bene); hacer el bien y evitar el mal.
Tenemos una inclinación natural al bien; Para una ley moral tenemos que partir de principios
prácticos. La naturaleza no es un principio solamente de conocimiento, también es un
principio de acción; El fin tiene a su interno una dimensión descriptiva. La razón no es la
referencia de la ley natural, pero es la razón la que encuentra el fin. A partir de la inclinación
natural la razón individua cuales son los bines del hombre. El fin es una realidad humana al
cual se dirigen nuestras actividades, los fines producto del intelecto práctico; hay una
autonomía de la ley natural con respecto a la especulación. La ley natural necesita a alguno
que lo promulgue, ya que una ley externa necesita un legislador. El bien es la necesidad
fundamental, no es tanto obedecer a un legislador, sino más bien el hecho de construir a la
persona. la noción de bien que se da en formas de vida, no es algo que se encuentra en la
naturaleza, lo encontramos con la razón práctica, todos los hombres pueden descubrir un fin
de vida. A finnis le sirve la dey de Hume, del ser no se determina el deber ser.Hume no ha
rechazado la ley natural sino alguna definición de la misma.
CAPÍTULO III
Finnis: conocimiento, bien básico, buscado por sí mismo. Es un valor por sí mismo, es decir,
es realmente un bien que objetivamente vale la pena buscar. No deriva de otro, o de algún
hecho. El conocimiento tiene que ser visto como bien, como fin en sí mismo. El conocimiento
como algo muy distinto de la esencia; la verdad no es abstracta, es algo que acogemos como
un bien. Quiero conocer, siento una inclinación a conocer, tengo un deseo de conocer.
Conocer por el placer de conocer, no tiene un sentido utilitarística. Decir que el conocimiento
es un valor no quiere decir que todo conocimiento sea válido; no todo lo que permite alcanzar
un bien está permitido. No todos los modos son buenos y no todos los individuos encuentran
aquel valor; decir que una cosa sea buena no quiere decir que sea absoluta, los bienes siempre
son plurales. Si considero un conocimiento un bien humano, hay un aspecto práctico, no nos
dicen como viene el conocimiento, como se produce; es más que un impulso. El conocer es
la razón del actuar; entender no es una necesidad de la felicidad, sino una forma de vivirla.
Si el bien fuera externo caería en la ley de hume, pero el bien es interno; la verdad no se
agrega a la acción, sino que la perfecciona, la constituye; el bien se pone como fin interno de
la acción; el bien del conocimiento es evidente, pero no demostrable, no es una intuición, hay
un momento en el que el conocimiento práctico posee conocimiento teorético; El bien es
objeto de deseo, no es porque hay un objeto físico, sino porque el mismo bien los es para mí
y para ti; las cosas no son buenas porque yo las deseo, sino que las cosas las deseo porque
son buenas. Sea que me guste o no me guste, quien conoce es más feliz que quien no conoce.
El conocimiento como un bien es muy diverso del conocimiento moral; el escepticismo no
tiene base porque la ignorancia nunca será un bien, nadie puede negar que conocer es, de por
sí, un bien. La potencialidad es un bien desde el momento en que la potencialidad viene
cumplida es un bien; el hecho que una potencialidad me mueva a un fin, los que lo niegan se
contradicen. Cualquier argumento de los escépticos se contradice sólo. En qué modo
llegamos a los bienes humanos, cuando negamos un bien caemos en contradicción; pero no
se puede negar que el escepticismo tiene un valor metodológico, pero si niego todas las
verdades no puedo hacer un razonamiento coherente. Para Tomás existe el bien que produce
placer, el bien que tiene utilidad, el bien honesto porque es un bien en sí; los bienes
fundamentales son aquellos que Tomás llama bien honesto, por lo cual el bien moral es un
bien honesto.
SANTO TOMÁS
La razón práctica es diversa de la razón teorética, una cosa es definir la verdad otra es definir
cada uno de los bienes particulares. Los productos de la razón especulativa son la definición,
la enunciación, el silogismo o demostración. La ley debe ser promulgada para que tenga
vigor, la ley es la orden de la razón ordenada al bien común, promulgada de quien está
encargado de una colectividad. La ley es una posesión estable, una posesión habitual (fe) ya
que los preceptos de tal ley pueden ser objeto de la razón, sea en manera actual, sea en manera
habitual. La posesión habitual no implica automatismo. Algo evidente por sí mismo no quiere
decir que siempre estoy en condiciones de conocer la realidad. El bien es la primera cosa en
el conocimiento de la razón práctica; cada fin tiene una razón de bien; se necesita hacer el
bien y buscarlo, y se debe evitar el mal, ya que éste último es el que compromete llegar al
fin. Un principio de ley natural se basa sobre el concepto haz el bien y evitar el mal, nadie
puede actuar sin este principio. El orden de los preceptos naturales sigue el orden de las
inclinaciones naturales; la vida es el bien humano más básico, la conservación del propio ser
según la propia naturaleza; esto quiere decir que en las necesidades humanas hay una
jerarquía. El bien plenamente conforme según la razón es la felicidad, si el hombre tiende a
este bien comprende lo perfecto o lo imperfecto; Tomás distingue entre la felicidad primaria
(ejercicio de la virtud, relación de amor con las otras personas) y la vida buena en común. La
humanidad de la felicidad consiste en conocer en conocer la verdad y a vivir con los demás;
no existe la moralidad de la política, existe el bien particular, sólo viviendo en medio de los
otros. En Tomás, Ignorancia no es solo no estudiar, es nescientia, es decir, lo que se debería
saber y no se sabe. Unidad y pluralidad (q. 94. Art.2) hay un orden que cualifica las
inclinaciones. Las necesidades fisiológicas, por ser naturales, son fundamentales, permiten
al sujeto alcanzar otros bienes, la misma inclinación natural tiene un orden; nuestra
humanidad tiene que ver con aspectos que no tienen que ver con aspectos que no tienen nada
que ver con lo que compartimos con los otros seres. Hay un orden en las inclinaciones; la
animalidad en el hombre no es una animalidad humana; el mantenimiento del ser conforme
a la propia naturaleza; las inclinaciones no se dan en abstracto; el corazón de la realización
humana es conocer la voluntad de Dios y vivir en comunidad; el orden de las inclinaciones
inducen al bien de cada nivel del ser (sustancia, cualidad especificidad humana), es un bien
promover lo que nos hace humanos; el uso de la razón no es sólo teorética, es en su totalidad;
la virtud es una disposición adquirida a actuar según la razón; la virtud está en relación a las
emociones y a las pasiones; precisamente porque implica mesura, implica razón, y es
reconducible a la ley natural; la razón no inventa la ley natural ni la virtud; la virtud no es
algo automático, sino que significa la capacidad de mesurarse. Justo medio es la capacidad
de actuar en el mejor modo; ser virtuoso es el uso de la razón en el modo adecuado, la
determinación de la ley es la de la razón; la razón no es un principio abstracto; la ley natural
vale para todos, ella se manifiesta como principios generales. Art. 5, la ley natural no puede
cambiar, sin embargo, y precisamente porque es ley, significa que hay una justicia superior
que puede cambiarla en vista de un bien mayor; los hombres pueden tomar la ley natural y
adaptarla; no hay excepciones de la ley natural, hay situaciones en que las circunstancias
permiten adaptarla de forma diversa, es una tipología especial para aplicar la ley natural.
CONTRA GENTILES
La dimensión de ley, nosotros tenemos una ley, ley nueva, ley antigua, nos habla a través de
la naturaleza; esta es una forma de ley, la naturaleza, es como si vinieran establecidas las
formas de comportarse; actuar según naturaleza no significa actuar según la ley; es necesario
reconocer que hay una ley natural; cuando actuamos según la naturaleza seguimos un
principio interno, no impuesto; se actúa según la ley cuando se actúa según un principio
externo; la razón humana lee las inclinaciones, ordo naturae-ordo rationis; la vida es un bien
porque va perseguida por sí misma; la inclinación y la razón son la ley que me han dado;
cuando el hombre cultiva el propio bien lo hace porque es según naturaleza; los principios
naturales son naturales porque son internos. Nuestra corporeidad está en función de nuestro
ser, de nuestra razón; podemos estructurar los bienes humanos, pero el modo como los
perseguimos es contingente.; hay instrumentos, inclinaciones que nos permiten el desarrollo
de la razón; la naturaleza es una disposición, no una determinación, no somos automatismo;
la realización se consigue siguiendo la propia naturaleza, es esto lo que hace al hombre
persona, ser dueño de su propio acto; el pecado es una acción contra la propia naturaleza.
CUÉSTIONES ABIERTAS
En Tomás cuando se habla de ley se habla de un principio externo, nadie proclama una ley
para sí mismo (no es una verdad teológica, pero el algún modo si es revelada), alguno ha
puesto en mí cierta inclinación a un fin, esto no es confundir lo que significa actuar según
natura, según la ley, pero puedo decir que la inclinación es una forma de ley, las inclinaciones
son reales, no son proyectos.
- Grsez, Boyle, Finnis: ninguna posibilidad puede ser actualizada por una realidad no
humana (entonces Dios no es necesario); el don se contrapone al fin, no hay una referencia;
Finnis muestra la realidad de los bienes humanos independiente de la ciencia, ¿es posible una
sociedad de ateos? Cuando se quita el fundamento teológico los bienes humanos también
peligran, quedan sin fundamento; podemos elaborar principios morales válidos según
nuestras inclinaciones con una ley.
PROFESOR ERRAZURIS
¿qué es un bien jurídico? Un bien humano en cuanto bien jurídico. ¿qué es el derecho?
Complejo sistemático de reglas, es un sistema; el derecho es norma, ley, regla. Es la facultad
de exigir, es una pretensión. Es la constante y perpetua voluntad de dar a cada uno sus
derechos (Ulpiano), el bien que pueda ser requerido (la vida humana). El bien del sujeto,
pertenece a un sujeto, pero esto no es suficiente, se debe tener en cuenta que es un derecho
en cuanto le es debido de otro sujeto, el derecho es el bien mismo en cuanto pertenece a
alguno, pero al mismo tiempo otro me lo tiene que dar, lo debe reconocer; dar al otro el bien,
y el otro tiene facultad de exigirlo, lo que es propio del derecho y de la justicia tiene que ver
con el bien del otro, y no pensar solo el bien propio; objeto de la justicia. El derecho es un
bien jurídico. En Tomás el derecho es la ipsa res iusta, la misma cosa justa, la justicia está
unida al bien. El derecho se dice de modo análogo. El norma en cuanto determina un bien.
La exigencia es una consecuencia de poseer el derecho. No se puede entender el derecho
como la ciencia de las normas, sino como ciencia de los bienes jurídicos; es necesario el
derecho como bien. Los derechos buscados sobre la ley natural todavía no son jurídicos, son
morales, subjetivos; lo que introduce un derecho natural en lo jurídico es norma positiva;
antes de la ley jurídica los derechos son morales, los derechos, antes de ser legislados son
exigencias morales; Jhon Kelsen: no existe nada fuera de la norma jurídica. Los hechos
jurídicos son los contenidos en una norma jurídica. ¿Debe tener el derecho el mínimo de
moral para ser válido? existe un valor moral sistémico del derecho, hay un valor mínimo
esencial de justicia y de paz. Otros afirman que el derecho tiene un valor moral solamente
procesual. Valores morales sustanciales: bienes humanos fundamentales, tomados de modo
contingentes, ya que son morales. Teoría artefactual del derecho: el derecho como
concepto se encuentra a nivel ontológico, es algo diverso de la moral y de la metafísica, tiene
una lógica diversa a éstas últimas. ¿hay algo jurídico en el bien? S. Tomás dice que el derecho
es la misma cosa justa, el derecho es una cosa. Para Tomás el derecho es la cosa misma, por
lo tanto lo jurídico es que las cosa es atribuida a la persona, por lo tanto, al existir otra persona
que me lo pueda quitar, se convierte en jurídico; la vida es un bien moral que se convierte en
jurídico; el derecho no es un bien mío, sino el bien del otro; la justicia solo se relaciona con
el aspecto externo de la persona, lo que viene manifestado, no a las disposiciones. El bien
jurídico y el derecho prácticamente son lo mismo. El derecho natural es la vida misma, así
nace un bien jurídico, es siempre el bien del otro. La justicia, lo jurídico es entre iguales, por
eso con Dios no tenemos igualdad. El bien es un aspecto del bien trascendental.
El derecho como bien jurídico está unido a su definición como conjunto de normas y facultad
de exigir. Comúnmente se relaciona el derecho con el conjunto de normas, esto se explicita
de dos modos diversos: 1. Considerar la norma con relación con el bien jurídico; la norma
puede declarar el bien jurídico; también puede la norma determinar el bien jurídico (el
sistema sanitario para cuidar la salud); la norma se comprende en el bien jurídico, así se
entiende la norma como la medida justa; la norma no es solo la norma positiva, está unida a
un tema natural, anterior al hombre; la norma positiva se abre a la norma natural, de esta
forma se evita el normativismo; 2. Desconectando la norma jurídica del bien jurídico; así
viene a ser comprendida como un acto de voluntad que establece un comportamiento debido
y lo hace según una normalidad prevista, se le une una sanción; presenta a la norma que
puede tener cualquier contenido, el cual viene a ser jurídica porque se encuentra en una
norma (Kelsen), el homicidio es antijurídico, contrario al derecho, hay una ley y una pena;
esto no tendría ninguna influencia sino estuviera referenciado por una ley. La norma se
caracteriza por tener una sanción, el positivismo jurídico tiene una mayor sensibilidad a la
moralidad. 3. El derecho es visto como un fenómeno de poder, establecido en una norma
positiva, de esta manera el derecho pierde fuerza. Exigir se puede concebir: 1. Tiene en
cuenta al bien jurídico, porque se puede exigir algo? Porque pertenece al susjeto, la facultad
es delimitada de un bien concreto, puede exigirlo a quien la debe, puedo exigir mi libertad,
la que me pertenece, hay una exigibilidad del bien jurídico, no está sólo la autotutela, se
requería una organización social al servicio de la justicia, no se entiende el bien jurídico sin
la capacidad de exigir, la misma capacidad de exigir es un bien jurídico. 2. Olvidar el nexo
con el bien jurídico es una pretensión, algo en donde lo que es central es la autafirmación del
sujeto en virtud de su fuerza, de su poder, de su deseo; la capacidad de exigir viene a ser
subjetivista e individualista, no se tiene en cuenta la relación con la justicia, alteridad,
esencial al derecho. La facultad de exigir absolutizada puede llevar a injusticias; exigir,
desvinculado con el bien jurídico es peligroso en todos los campos. El olvido del bien
jurídico lleva al relativismo que hace depender al derecho del consenso social, esto va en
contra de la subsistencia propia del hombre; el sistema jurídico no se mueve sin el consenso
social, pero éste no lo puede crear, la realización de las personas está unido a la justicia.
DOCUMENTO
El derecho está unido a la justicia: las normas jurídicas deben ser justas para ser obligatorias.
Los derechos son exigencias de justicia, su violación es una injusticia. Las normas se fundan
sobre la realidad de la persona humana y de su relacionalidad. Negar la relación entre justicia
y derecho es negar el derecho natural, que tiene su origen anterior a la voluntad y al poder de
los hombres. Esta es la tesis fundamental del positivismo jurídico: el derecho es solo derecho
positivo, hecho por el hombre, así se niega realidad jurídica al derecho natural. Pero es
necesario reconocer la existencia de realidades justas verdaderamente jurídicas anteriores a
la norma positiva. El separar al derecho de la justicia conduce hacia una separación del
derecho da cualquier legame con la realidad ontológica de la persona, quedando sólo lo
formal, técnico e instrumental. Así el derecho se convierte en una realidad extrínseca al
hombre, una regla heterónoma que limita y oprime. Los juristas sólo son técnicos, que sirven
a interese determinados. El derecho se reduce a la norma. La expresión derecho natural
implica la relación entre lo que es jurídico y lo que deriva de la naturaleza de la persona
humana, y no una visión instrumentalista del derecho. El derecho es una realidad inherente a
las personas en sus relaciones sociales. El derecho aparece unido a la persona humana en su
relación son los otros. Desde el positivismo jurídico es imposible argumentar la existencia
de un derecho natural. La posición del positivismo sería válida para acoger algo de verdadero
de la exigibilidad social, propia del orden jurídico. Pero la coceptualización positivista
representa una reducción en el derecho, es una verdad parcial que pretende mostrar a la
verdad total y esencial, pero ante esto la realidad se rebela. Esto muestra que la técnica
jurídica no es se parable de los problemas sustanciales de la justicia, ya que la ella tiene como
objeto los mismas relacione humanas. Una norma que no busque la justicia no merita la
denominación de verdadera norma.
El derecho como norma y como facultad de exigir: una visión crítica, la facultad de exigir
(derecho en sentido subjetivo), es derecho en cuanto se dirige a la parte operativa, sirve para
indicar que una persona puede exigir algo que le pertenece. El derecho es subjetivo en cuánto
se apoya en la cosa justa como presupuesto esencial. El normativismo es compatible con
afirmación de que existen normas jurídicas naturales, las cuales no dependen de un acto de
la voluntad humana, sino de un principio superior a ella. Tales exigencias y la misma
naturaleza humana necesitan una fundación metafísica ulterior de índole trascendente, de esta
manera se llega a Dios como único autor de la naturaleza humana y por tanto de su intrínseca
dimensión de justicia. No hay un deber jurídico que pueda subsistir sin fundamento. Es el
tema del fundamento de la norma jurídica que representa una de las espinas del positivismo.
La norma jurídica natural no solo funda algunos principios absolutos, sino que está siempre
presente y operante, es su base indispensable. El principal riesgo del normativismo es el
extrinsecismo, de querer unir la juridicdad a un acto de voluntad que lleva uan especie de
sobrestructura extrínseca respecto a la libertad. El derecho y la justicia no tiene que ver solo
a la relación entre los individuos, también implica las relaciones de las personas con el
conjunto social. esta se llama justicia distributiva. No existe una relación entre individuos
donde no haya alguna dimensión comunitaria.
PETAGINE
Una de las críticas que se le hace a la filosofía moral es olvidar a la vida concreta de las
personas. Eso ocurre también en la ética cuando se reduce a cuestiones abstractas y poco
cercanas a conductas concretas. La ética debe dar indicaciones eficaces para la vida de los
hombres, sólo en este contexto se puede hablar de la teoría de los bienes humanos
fundamentales, que tiene como raíz una vida personal, buena y feliz, hacia la cual la ética
debe dirigir, junto a la política y el derecho, los cuales deben promoverlos y tutelarlos.
Importantes los aportes de Grisez y Finnis, quienes se confrontan con la doctrina de la ley
natural y las inclinaciones naturales de Tomás de Aquino. 1. Confrontación con Tomás de
Aquino, reformular la doctrina de la ley remite necesariamente a Tomás de Aquino. Señala
Grisez que en Tomás hay una pluralidad en los preceptos de la ley natural. Existe la
convicción de que la determinación de los bienes humanos es una obra de la razón práctica.
Para Tomás, la razón no es pasiva con respecto al dato de la inclinación, ya que elabora los
preceptos de la ley natural de manera práctica, por tal motivo, la doctrina de Tomás no se
opone a la ley de Hume (del ser al deber ser). Grisez nota que Tomás resalte la analogía entre
el conocimiento práctico y teorético. La razón descubre y entra siempre más profundamente
en el conocimiento de una realidad que ella no genera sino que comprende. En el actuar
humano, el conocimiento práctico se fija es la finalidad, dirigirse hacia, que no está todavía
un objetivo establecido, pero que constituye la base indispensable. La actividad de la razón
práctica no tendría lugar si no tuviera en cuenta la pluralidad de las inclinaciones naturales
que muestran la riqueza de la naturaleza humana, indicando acciones en vista a posibles fines.
En Tomás, los principios de la ley natural son notos de per se, dotados de evidencia, lo cual
no quiere decir que dichos principios sean fruto de la intuición directa. Notos de per se
significa que tales principios pueden ser conocidos fácilmente por cualquier hombre que usa
la razón. No derivan de otros principios, ni son fundados sobre otro principio básico. Lo
particular de estos preceptos es el hecho de presentarse como bienes por perseguir y no
como deberes a los cuales nos debamos someter. Esto se aleja del deontologismo y del hacer
deducir la ética de alguna teoría metafísica. Esto ayuda a demostrar que es posible reconocer
un lay universal sin caer en el deontologismo al mismo tiempo que es posible proponer una
visión objetiva de la ley natural al margen de una posición metafísica o religiosa, y ser
fundamento de una civil convivencia sin contradecir un pluralismo que caracteriza a las
sociedades democráticas. Per Finnis, considera problemáticos dos aspectos de la teoría de
Tomas. 1. La falta de terminología que permita distinguir entre un fin particular y las
aspiraciones fundamentales que valen siempre y para cualquiera, ya que Tomás, en ambos
casos, habla siempre de bien. Finnis propone usar un término ad hoc, para entender las
funciones fundamentales, propone llamarlas formas generales del bien o valores. 2. Tomás
logra individuar una pluralidad de inclinaciones naturales y hace derivar lo preceptos de la
ley natural de la razón práctica, va de lo que es común a todas las sustancias a lo que es propio
del hombre. De esta manera, según Finnis, Tomás da a las inclinaciones una descripción
metafísica, donde la cuestión es de tipo práctico. Este proceder sería innecesario e inútil. La
determinación de los bienes humanos fundamentales no depende de ninguna concepción
metafísica de naturaleza. Grisez y Finnis han encontrado en Tomás: 1. la existencia de una
irreducible pluralidad de bienes humanos fundamentales. 2. Dichos bienes son evidentes de
por sí, o al menos, son inderivables y universalmente afferrabiles. 3. El carácter
específicamente racional-práctico de la determinación natural, según la ley de Hume.
El valor de una visión integral de los bienes humanos, el tentativo de ofrecer listas bien
definidas de no es algo de propio de la teoría neoclásica, sino que está presente en muchas
prospectivas teóricas, que han puesto en el centro los bienes, las necesidades y las
motivaciones del ser humano, sin embargo hay convergencias. La vida humana no se presenta
como un cuadro monotemático o monocromático., sino como una red de bienes diversos
entre ellos, todos importantes e irrenunciables. En la vida es necesario hacer elecciones y
establecer prioridades, sin embargo no debemos nunca poner razonablemente en
contraposición los diversos bienes humanos, decidiendo de promover uno o algunos en
detrimento de otros. Establecer prioridades significaría poner fines diversos e irrenunciables
en una cierta relación entre ellos, pero sin perder de vista en el entero cuadro, constituido por
la totalidad insuperable de los bienes humanos fundamentales. No es convincente la
sugerencia de Finnis, según la cual, cuando se persiguen algunos bienes es válido de
descuidar otros. Precisamente para sacar frutos de la tesis de la pluralidad de bienes, es
necesario afirmar que, aunque hay circunstancias en las que el perseguir un bien exija un
particular cuidado y dedicación, esto no significa un olvidar o descuidar los otros bienes.