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Introducción

El segundo principio de la termodinámica es uno de los más importantes de


la física; aun pudiendo ser formulado de muchas maneras, todas ellas llevan
a la explicación del concepto de irreversibilidad y al de entropía. Este último
concepto, cuando es tratado por otras ramas de la física, sobre todo por la
mecánica estadística y la teoría de la información, queda ligado al grado de
desorden de la materia y la energía de un sistema. La termodinámica, por su
parte, no ofrece una explicación física de la entropía, que queda asociada a la
cantidad de energía no utilizable de un sistema. Sin embargo, esta
interpretación meramente fenomenológica de la entropía es totalmente
consistente con sus interpretaciones estadísticas. Así, tendrá más entropía el
agua en estado gaseoso con sus moléculas dispersas y alejadas unas de las
otras que la misma en estado líquido con sus moléculas más juntas y más
ordenadas.

El primer principio de la termodinámica dictamina que la materia y la energía


no se pueden crear ni destruir, sino que se transforman, y establece el
sentido en el que se produce dicha transformación. Sin embargo, el punto
capital del segundo principio es que, como ocurre con toda la teoría
termodinámica, se refiere única y exclusivamente a estados de equilibrio.
Toda definición, corolario o concepto que de él se extraiga solo podrá
aplicarse a estados de equilibrio, por lo que, formalmente, parámetros tales
como la temperatura o la propia entropía quedarán definidos únicamente
para estados de equilibrio. Así, según el segundo principio, cuando se tiene
un sistema que pasa de un estado de equilibrio A a otro B, la cantidad de
entropía en el estado de equilibrio B será la máxima posible, e
inevitablemente mayor a la del estado de equilibrio A. Evidentemente el
sistema solo funcionará cuando esté en tránsito del estado de equilibrio A al
B y no cuando se encuentre en uno de estos estados. Sin embargo, si el
sistema era aislado, su energía y cantidad de materia no han podido variar; si
la entropía debe maximizarse en cada transición de un estado de equilibrio a
otro, y el desorden interno del sistema debe aumentar, se ve claramente un
límite natural: cada vez costará más extraer la misma cantidad de trabajo,
pues según la mecánica estadística el desorden equivalente debe aumentar
exponencialmente.

Aplicado este concepto a un fenómeno de la naturaleza como por ejemplo la


vida de las estrellas, estas, al convertir el hidrógeno, su combustible principal,
en helio generan luz y calor. Al fusionar los núcleos de hidrógeno en su
interior la estrella libera la energía suficiente para producirlos a esa
intensidad; sin embargo, cuando fusiona los núcleos de helio no consigue
liberar la misma cantidad de energía que obtenía cuando fusionaba los
núcleos de hidrógeno. Cada vez que la estrella fusiona los núcleos de un
elemento obtiene otro que le es más inútil para obtener energía y, en
consecuencia, la estrella muere, y en ese orden de ideas la materia que deja
atrás ya no servirá para generar otra estrella. Es así como el segundo
principio de la termodinámica se ha utilizado para explicar el fin del universo.

Definición axiomática

La definición formal del segundo principio de la termodinámica establece


que:

En un estado de equilibrio, los valores que toman los parámetros


característicos de un sistema termodinámico aislado son tales que maximizan
el valor de una cierta magnitud que está en función de dichos parámetros,
llamada entropía.

La entropía de un sistema es una magnitud física abstracta que la mecánica


estadística identifica con el grado de desorden molecular interno de un
sistema físico. La termodinámica clásica, en cambio, la define como la
relación entre el calor transmitido y la temperatura a la que se transmite. La
termodinámica axiomática define a la entropía como una cierta función —a
priori, de forma desconocida—, que depende de los llamados «parámetros
característicos» del sistema, y que solo puede definirse para los estados de
equilibrio del sistema.

Dichos parámetros característicos se establecen a partir de un postulado


derivado del primer principio de la termodinámica, llamado a veces el
principio de estado. Según éste, el estado de equilibrio de un sistema queda
totalmente definido por medio de la energía interna del sistema, su volumen
y su composición molar. Cualquier otro parámetro termodinámico, como
podrían serlo la temperatura o la presión, se define como una función de
dichos parámetros. Así, la entropía será también una función de dichos
parámetros.

El segundo principio de la termodinámica establece que dicha entropía solo


puede definirse para estados de equilibrio termodinámico, y que de entre
todos los estados de equilibrio posibles —que vendrán definidos por los
parámetros característicos—, solo se puede dar el que, de entre todos ellos,
maximiza la entropía.

Las consecuencias de este enunciado son sutiles: al considerar un sistema


cerrado tendente al equilibrio, los estados de equilibrio posibles incluyen
todos aquellos que sean compatibles con los límites o contornos del sistema.
Entre ellos se encuentra, evidentemente, el estado de equilibrio de partida.
Si el sistema varía su estado de equilibrio desde el de partida a otro, ello es
debido a que la entropía del nuevo estado es mayor que la del estado inicial;
si el sistema cambia de estado de equilibrio, su entropía solo puede
aumentar. Por tanto, la entropía de un sistema aislado termodinámicamente
solo puede incrementarse. Suponiendo que el universo partió de un estado
de equilibrio, que en todo instante de tiempo el universo no se aleja
demasiado del equilibrio termodinámico y que el universo es un sistema
aislado, el segundo principio de la termodinámica puede formularse de la
siguiente manera;

La cantidad de entropía del universo tiende a incrementarse con el tiempo.

Sin embargo, la termodinámica axiomática no reconoce al tiempo como una


variable termodinámica. Formalmente, la entropía solo puede definirse para
estados en equilibrio. En el proceso que va de un estado de equilibrio a otro
no hay estados de equilibrio, por lo que la entropía en dichos estados de no-
equilibrio no puede definirse sin incurrir en inconsistencias formales dentro
de la propia termodinámica. Así, la entropía no puede ser una función del
tiempo, por lo que hablar de variaciones de la misma en el tiempo es
formalmente incorrecto.

Cuando se hace, es debido a que se ha presupuesto que en el proceso de un


estado de equilibrio a otro se ha pasado por infinitos estados intermedios de
equilibrio, procedimiento que permite introducir al tiempo como parámetro.
En tanto en cuanto el estado de equilibrio final sea aquel de máxima entropía
posible, no se habrá incurrido en una inconsistencia frontal por cuanto dichos
estados de equilibrio intermedios no han afectado al único real (el final).

La formulación clásica defiende que el cambio en la entropía S es siempre


mayor o igual (esto último, la igualdad, exclusivo para procesos reversibles
ideales, donde se requieren infinitos pasos de equilibrio intermedios) que la
transferencia de calor Q producida, dividido por la temperatura de equilibrio
T del sistema: 2

SEGUNDA LEY DE LA TERMODINÁMICA. DEFINICIONES CLÁSICAS

Definición de Kelvin-Planck
“Es imposible construir un aparato que opere ciclicamente, cuyo único efecto
sea absorver calor de una fuente de temperatura y convertirlo en una
cantidad equivalente de trabajo”.

Fig. 2.19.Ilustración del enunciado de Kelvin Planck

Definición de Clausius

“Es imposible construir un aparato que opere en un ciclo cuyo único efecto
sea transferir calor desde una fuente de baja temperatura a otra de
temperatura mayor”.
Fig. 2.20. Ilustración del enunciado de Clausius.

MÁQUINA TÉRMICA

Es un aparato que opera continuamente o cíclicamente y ejecuta una


cierta cantidad de trabajo como resultado de la transferencia de calor de una
fuente de alta temperatura a otra de temperatura baja.

La máquina térmica permite obtener un sistema que opera en un ciclo


con un trabajo positivo y una transmisión de calor positiva.
Fig. 2.21. Máquina Térmica.

La Figura 2.21 corresponde a un esquema de la central eléctrica de vapor la


cual se encaja en la definición de máquina térmica. El esquema es bastante
simplificado y el estudio de las centrales eléctricas de vapor reales, se estudia
en el punto correspondiente al ciclo Rankine. Las diferentes cantidades que
muestra la Figura 2.21 son:

QH: cantidad de calor suministrada al vapor en la caldera desde una fuente


de alta temperatura (quemador de la caldera)

QL: cantidad de calor liberado del vapor en el condensador en un sumidero


de baja temperatura (agua de enfriamiento)
WT: cantidad de trabajo entregado por el vapor cuando se expande en la
turbina.

WB: cantidad de trabajo requerido para comprimir el agua a la presión de la


caldera.

EFICIENCIA TÉRMICA

Es la medida del rendimiento de una máquina térmica y se define como


la relación entre el trabajo neto obtenido y el calor suministrado al fluido de
trabajo

como la suma de los calores es igual a la suma de los trabajos para un


sistema que efectúa un ciclo, el trabajo neto se puede expresar como:

MÁQUINA FRIGORÍFICA
Es un aparato que opera continuamente o cíclicamente, requiere trabajo
y lleva a cabo el objetivo de transferir calor desde un cuerpo de baja
temperatura a otro de temperatura mayor. El fluido de trabajo utilizado en el
ciclo de refrigeración se llama refrigerante. El ciclo de refrigeración que se
usa con mayor frecuencia es el ciclo de refrigeración por compresión de
vapor, que incluye cuatro componentes principales: un compresor, un
condensador, una válvula de expansión y un evaporador, como se muestra
en la Figura 2.22. La máquina frigorífica puede trabajar como un refrigerador
o como una bomba de calor. Los refrigeradores y las bombas de calor operan
en el mismo ciclo, aunque difieren en objetivos. El objetivo del refrigerador
es mantener el espacio refrigerado a baja temperatura quitándole calor. La
descarga de este calor a un medio de mayor temperatura es tan sólo una
parte de la operación, no el propósito. El objetivo de una bomba de calor es
mantener un espacio caliente a alta temperatura. Esto se consigue al
absorber el calor de una fuente de baja temperatura, como el frío aire
exterior, y suministrarlo a un medio de alta temperatura como una casa.
Fig. 2.22. Máquina de Refrigeración.

COEFICIENTE DE FUNCIONAMIENTO

La eficiencia de una máquina frigorífica se mide con el coeficiente de


funcionamiento que viene a ser el equivalente del rendimiento térmico en
una máquina térmica. Para un refrigerador el coeficiente de
funcionamiento  viene expresado por

Para una bomba de calor, el coeficiente de funcionamiento  viene


expresado por
Es importante denotar que en un refrigerador el calor de interés es QL ya que
éste es el que se extrae para enfriar un espacio. En una bomba de calor, el
calor de interés es el QH ya que éste es el que se rechaza para calentar un
espacio.

EL CICLO DE CARNOT

Es un ciclo reversible formado por cuatro procesos reversibles los cuales


permiten obtener una eficiencia mayor del ciclo ya que el trabajo neto puede
maximizarse al utilizar procesos que requieren la menor cantidad de trabajo y
entreguen la mayor cantidad del mismo.

Los ciclos reversibles no pueden alcanzarse en la práctica debido a que


las irreversibilidades asociadas con cada proceso no pueden eliminarse. Sin
embargo, los ciclos reversibles brindan límites superiores en el rendimiento
de los ciclos reales. Las máquinas térmicas y las frigoríficas que trabajan en
ciclos reversibles son modelos con los cuales las máquinas térmicas y las
frigoríficas reales pueden compararse. Los ciclos reversibles sirven también
como puntos de partida en el desarrollo de los ciclos reales y se modifican
según se necesite para cubrir ciertos requerimientos.

El ciclo de Carnot fue propuesto en 1824 por el ingeniero francés Sadi


Carnot. El ciclo se compone de cuatro procesos reversibles, dos isotérmicos y
dos adiabáticos, y puede ejecutarse ya sea en un sistema cerrado o en uno de
flujo estable, con sustancia pura o con un gas, Figura 2.23. Los cuatro
procesos reversibles que componen el ciclo de Carnot son los siguientes:

Expansión isotérmica reversible (proceso 1-2, TH constante con transferencia


de calor QH hacia el gas).

Expansión adiabática reversible (proceso 2-3, la temperatura disminuye de


TH a TL).

Compresión isotérmica reversible (proceso 3-4, TL constante con


transferencia de calor desde el gas).
Compresión adiabática reversible (proceso 4-1, la temperatura aumenta de
TL a TH).

Fig. 2.23. Ciclo de Carnot.

La Figura 2.23 corresponde al ciclo de Carnot operando para una máquina


térmica, pero todos los procesos pueden invertirse para estudiar la máquina
frigorífica. En este segundo caso, el ciclo permanece exactamente igual,
excepto en que las direcciones de cualquier interacción de calor y de trabajo
están invertidas. Se absorbe calor en una cantidad QL del depósito de baja
temperatura, y se desecha calor en la cantidad de QH en un depósito de alta
temperatura, para lo cual se requiere una entrada de trabajo.
Una máquina térmica que opera en un ciclo de Carnot se llama máquina
reversible. Con este tipo de máquina se obtiene el máximo rendimiento.
Ninguna máquina térmica que funcione entre dos fuentes dadas, puede
tener un rendimiento superior al de una máquina de Carnot que funcione
entre las mismas fuentes. Figura 2.24.

Fig. 2.24. Principio de Carnot.


Referencias

1. ↑ H. Callen (1985) Thermodynamics and an Introduction to Thermostatistics, Wiley, NY.


2. ↑ A. Bejan, (2006). 'Advanced Engineering Thermodynamics', Wiley. ISBN 0-471-67763-9
3. ↑ a b Denis J. Evans, E.G.D. Cohen & G.P. Morriss (1993). "Probability of second law violations
in shearing steady states". Physical Review Letters 71 (15): 2401–2404.
4. ↑ Denis J. Evans & Debra J. Searles (1994). "Equilibrium microstates which generate second
law violating steady states". Physical Review E 50 (2): 1645–1648.
http://www.unet.edu.ve/~fenomeno/F_DE_T-75.htm

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