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ANTOLOGÍA DE LA
JOVEN POESÍA ESPAÑOLA
Álvaro Valverde
Plasencia, febrero de 2016
SERGIO C. FANJUL (1980)
consulto mi sismógrafo:
por ejemplo, ahora estás furiosa
pero ahora, en cambio,
te acercas y me coges de la mano
con la fuerza justa
No me reconoce
la niña que no sabe pronunciar
su nuevo nombre.
En su sueño de anoche,
-¿quién sabe?-
el avión gira
en el último momento
y pasa por en medio
de las Torres.
(manifiesto:
II
Ecos de Babilonia
suenan lejanamente en la almohada.
(De Fábula)
ANDRÉS CATALÁN (1983)
Ben Clark (Eivissa, 1984) ha publicado, entre otros, los poemarios Los hijos de los
hijos de la ira (XXI Premio de Poesía Hiperión. Hiperión, 2006), Cabotaje (Delirio,
2008), Basura (Delirio, 2011) y La Fiera (Sloper, 2014), por el que obtuvo el
Premio Ciutat de Palma Joan Alcover y el Premio El Ojo Crítico de RNE de
Poesía 2014. Además, ha sido incluido en la antología Re-generación (Valparaíso,
2016). Ha sido becario de creación literaria en la Fundación Antonio Gala (2004-
2005); en The Hawthornden Castle International Retreat for Writers, (Escocia); y
en The Château de Lavigny International Writers’ Residence (Suiza). Como
traductor de poesía ha publicado los Poemas de amor de Anne Sexton (2009), la
Poesía Completa de Edward Thomas (2012) y, junto a Borja Aguiló, la antología
Tengo una cita con la Muerte (Poetas Muertos en la Gran Guerra) (2011), todas ellas
en Ediciones Linteo. Además, junto al poeta Andrés Catalán, tradujo para
Editorial Delirio el poemario En otro momento (2013), del premio Pulitzer
Stephen Dunn. Otras labores de traducción incluyen la obra del narrador
estadounidense George Saunders, publicado por Alfabia Ediciones.
CAMPUS
Es la hierba.
Palabra
de celebración.
Has visto
los arados brillar. No te sorprenda
esta alegría, trigo en tu memoria
y en la guarida limpia del verano que se incendia.
Así,
mientras alguien fabula estrategias que calmen
su incertidumbre,
un lúgano le canta a la mañana
y el cielo le regala los colores del bosque.
Javier Vicedo Alós (Castellón, 1985). Es autor de los poemarios Fidelidad de una
sombra (Ed. Pre-textos, 2015), Ventanas a ninguna parte (Ed. Pre-textos, 2010) y La
última distancia (Ed. Puerta del Mar, 2010). Con sus obras poéticas ha obtenido el
Premio de Poesía Joven RNE (2010) y el Premio de Poesía Bancaja de Creación
(2007). Además, ha sido incluido en la antología Re-generación (Valparaíso,
2016). También es autor de la obra teatral Summer evening (Ed, Centro de
Documentación Teatral, 2015) con la cual consiguió el Premio de Teatro
Calderón de la Barca 2014. Fue residente de la Fundación Antonio Gala para
jóvenes artistas. Su obra poética ha sido traducida al italiano y al francés.
ASÍ EL SOL
(Single)
Ya ni Facebook se altera
con mis golpes de estado.
(Cara B)
Usar reloj.
No me pidas lo imposible:
porque bajarte la luna,
limpiar tu cueva de dragones,
partirte en dos follando
o amarte con la fuerza de los bares
son hitos al alcance de cualquiera,
promesas que no valen nada.
A mí déjame demostrarte
que, sin dejar de ser un niñato,
me has hecho un hombre, pídeme
gestos de épica cotidiana
y prometo ser tu héroe siempre
que no tenga excesiva resaca.
Aitor Francos (Bilbao, 1986). Ha publicado los libros Igloo (Ed. Renacimiento,
2011. XIV Premio Surcos), Un lugar en el que nunca he escrito (Ed. Renacimiento,
2013), Las dimensiones del teatro (Ed. Isla de Siltolá, 2015) y la plaquette Ahora el
que se va soy yo (Ed. 4 de agosto, Colección Planeta Clandestino, 2014). Además,
ha sido incluido en la antología Re-generación (Valparaíso, 2016). Escribe crítica
y artículos para suplementos como El Cuaderno o Pérgola y colabora con
frecuencia en Quimera.
PLATH TRAS EL SUICIDIO
Así.
Horas dedicadas a ejercitar un cielo
desmantelado. Pilas de libros pendientes.
Y la vacilación de una idea.
Para Valéry el pensamiento era algo parecido a la
gimnasia.
Gimnasium, no en vano, viene del latín,
y en alemán quiere decir Instituto.
Como aquél al que acudía Kafka,
Altstädter Deutsches Gymnasium,
Instituto de enseñanza media.
A estudiar, hacer fotografías, inventar nuevos artilugios,
escribir cartas y remar sin ganas.
Un espejismo
me sigue a todas partes,
atraído por este nuevo curso de la evolución.
Es éste el regreso
a un idioma para nudos de lluvia.
La forma no puede volver al gesto,
si se apoya en lo que cae.
Conmigo baila
la lluvia, y nadie más.
JUAN BELLO (1986)
(De Wendy)
CORAZÓN DE NARANJA
Nostalgiar.
Nostalgiar.
Aprender
la levedad del pájaro. Respirar.
Sentir cómo pasa el aire
por todas las esquinas del cuerpo,
lo más parecido a volar
que puede hacer una mujer
como yo,
con el corazón
pegado a tierra.
Desafiar
la gravedad
como quien desafía
una norma, aprender
la levedad del pájaro.
Olvidar que las cosas pesan
y echarlas al aire,
quedarse quieta y ver
cómo
les nacen
alas.
Lo más parecido a volar
que puedo hacer,
yo que tengo
los pies
de plomo.
Aprender
la levedad
del pájaro.
Reivindico
un viejo primate casi en las costas de África,
un pueblo que vivía aquí antes.
Amo
a Ariadna y Helena, sí,
pero ya basta:
¿qué ha pasado
con las tres mil mujeres sabias de la corte andalusí?
Reivindico
los obreros que pueblan mi escudo de armas
y las lenguas que mataron antes de que yo las pudiera aprender.
Basta ya de vírgenes de óleo y de rosa y de rosae,
ya hemos tenido bastante
derecho romano.
Reivindico
a quienes emigraron hasta aquí
y a quienes al desertar por amor me salvaron del limbo.
Dejad ya de pintarme
un pasado de grandes avenidas
(inconfundibles, rectas, limpias),
dejad ya de decidirme
apellidos ilustres.
de la mano
correr
no parece una huida.
Tengo miedo del miedo de las avispas del miedo de los ciervos
no dejes
no que somos buenos que ofrecemos nuestro cuerpo
en pira de bondad detente
y escucha sobre todo escucha y que así sea y que así
sea.
Quizás, en la mujer temprana que derrama leche sobre los pistilos. Y fecunda la
Tierra. Y el nacer atrabiliario de un pruno frente a ti que no eres tú.
Una luz mineral revela la contradanza de una hoja a lomos del viento. Te
muestra una mejilla de arrebol y espalda de litoral ahumado.
Abracémoslo ambos,
abrázalo.
Abrázame.
TESTAMENTO POÉTICO
A J. C. Mestre
(De La víspera)
PAVÍA
Querida Tabubué,
creo tanto en ti
como creo en los dioses,
por eso no le temo a la miseria
ni le temo al ardor de tus mentiras.
Amiga,
ya conozco tus labios,
sé que son peores que la muerte
y en cambio más dulces que el vino,
y sé que de tus ojos no extraeré
más tesoro que el tesoro
que me quitas.
Una virgen con el pelo hasta los pies pasó por mi lado y me dio flores.
Una virgen negra pasó por mi lado y me dio las gracias y me dijo que mis
pasiones trascenderían lo sobrenatural.
Una virgen muy delgada pasó por mi lado como una seducción terrible, como
un vacío, y me señaló hacia una esquina llena de guirnaldas y yo la seguí.
Ruth Llana (Asturias, 1990). Autora de Tiembla (Point de Lunettes, 2014) y del
cuaderno pictórico Estructuras (Ejemplar Único, 2015). Colabora periódicamente
en diversas publicaciones con reseñas, traducciones, artículos y textos de
creación. www.ruthllana.com
DESEO DE SER ARQUERO
Nace para ser caballo ilota y relámpago y cartón y olor y tiembla tierra tiembla.
Nacer para ser soplo de vida aliento, crin al galope vienen los cerros hacia mí -
hacia ellos nos desplazamos nosotros, violentamente luces, esclavos. Golpe
percutido (de los ojos negros sin sombra).
Respira la pausa por todo destino lo que se va, consuelo buscado en los golpes
de las pezuñas contra el polvo, mantiene su memoria en las rodillas de los
elefantes.
Río que trascurre, la mano del oso descubre en el interior del agua (reflejo en los
ojos negros del deseo de ser crin y galope, espíritu, garra, nutria)
Golpe del suelo en los cascotes, golpe del suelo en los pies alargados hacia las
estrellas (hacia los muertos).
Voy hacia los muertos, hacia los grandes cañones del desierto. Las plantas
señalan el hogar del nacimiento. Para ser, momento antes, miedo hormigón
tiembla.
Deseo, dirección, deseo; hacia donde voy los muertos como nutrias disparan
sus arcos, y tiembla como retrocedo, voy con los muertos con la piel misma de
los pies quemada, una superficie tras otra, tras otra la misma, el mismo miedo,
peso que se pronuncia de correr descalzo hacia mí corren los lugares descalzos,
hacia mí los muertos descalzos yo hacia los muertos descalzo.
(De Umbral)
EMILY ROBERTS (1991)
Una vez tuve una amiga que robaba. Anillos de las tiendas de chinos y baratijas
en los mercadillos, gomas de borrar y lápices y llaveros. Yo pensaba: esto está
mal. Esto es robar. Pero era mi amiga, y la quería.
Un día robó un anillo para mí. Eso era el amor: aprender el valor de los objetos
robados. Así que me lo puse y juré que nunca me lo quitaría.
Mi anillo perdió el color y el anillo perdió a mi amiga.
Cómo denunciar entonces / la pérdida que nunca / ha sido tuya.
NO ME GUSTA LA LECHE
no me gusta la leche
y eso no quiere decir que no sea buena
Letitia Ilea
Gracias
por la leche.
LA ESPERA
no saben a cuál
hay que atacar.
PAULA BOZALONGO (1991)
Respira la posguerra,
la tristeza te observa, muda y deshidratada,
y continúa jugando al ajedrez,
buscando en la partida
el valor defensivo de su rostro.
Si se escucha un disparo,
hay redoble de lágrimas
en el cuarto del huérfano
y un suspiro entre sueños
despierta al asesino.
Pero en la oscuridad,
los transparentes se han perdido.
Es sencillo engañar a quien no tiene
conciencia de sí mismo
(y nunca le responden los espejos).
Ahora creen sostener en sus manos de arena
la verdad que no quiero contarles.
GONZALO GRAGERA (1991)
(De Génesis)
LA LIBRERÍA
A Fernando Iwasaki
Y en libertad.
tú te inclinas y yo invoco
no matarás no matarás
luego
dobla el tronco y deja caer las hojas
a veces son tiernas como dedos
ay
El monte oscuro.
La plata de la luna
incendia el bosque.
El silencio es el nombre
exacto de las cosas.
En la ciudad oscura
el terror es un árbol cargado de perfume.
Nuestro poeta sueña darle un beso en la frente
a Jeff Tweedy en su ático grisáceo de Chicago
pero en el fondo sabe que jamás irá a América.
Las razones que nos han llevado a emprender este proyecto podrían
sintetizarse, sin perder rigor ni hondura en absoluto, en una sola. Tal ha sido,
ante la plétora de jóvenes vates que en los últimos años han publicado en suelo
patrio –obras ni poetas nada desdeñables a juicio de estos antólogos–, el deseo
casi irrefrenable de compilar en un volumen a veintiocho de ellos. Lo hacemos
con el objetivo de bosquejar un mapa que aproxime cabalmente al lector a
nuestra joven poesía y, al tiempo, arrojar un poco de luz sobre esa actual
diáspora de autores activos, caótica de tan vasta. Desde el principio, ambos
éramos conscientes de la dificultad y del riesgo que entrañaba tal empresa,
jamás exenta de terminar impedida en el atascadero del subjetivismo o en el
éxodo de la imprecisión. Toda antología, y esto ya se ha reiterado con
frecuencia, es un error, lo mismo, acaso, que toda decisión también lo es, quizá
por lo que, ondeando en el vacío, deja atrás. No obstante, acordamos correr el
riesgo y, tras repartirnos pormenorizadamente el trabajo, dimos, con gusto,
comienzo a la tarea.
Así las cosas, elaboramos una eventual preselección con más de
medio centenar de autores nacidos desde 1980, supeditándonos a una única
premisa: la de que el mejor currículo que puede tener un poeta lo consignan sus
poemas. Una vez dispuesto ese primer corpus provisional, y conservando el
acopio preventivo de la antedicha premisa, fuimos seleccionando y debatiendo
hasta alcanzar la cifra de veintiocho. El siguiente paso fue establecer contacto
con los seleccionados para solicitarles el consabido material. Una vez reunido,
únicamente restaba su rigurosa organización en un documento cuyo resultado
definitivo tienen ahora entre las manos.
Con todo, no nos gustaría dar por terminado este epílogo sin
abocetar un somero atlas de los distintos tipos de poesía que están escribiendo
hoy los jóvenes poetas, sin tratar de acercar al lector sus marcas más invariables
y sus potenciales vertientes estéticas –su casuística, en suma– . Al margen de
dicho mapa hemos dejado cierto ruido de ocasión que el tiempo habrá de
colocar en su debido sitio, quién sabe si en uno mejor del que nosotros le
reservamos. Sea como fuere, hemos querido señalar con brevedad algunas de
las actuales sinergias estéticas y temáticas, conscientes de que el poema se
concibe inevitablemente –o al menos así lo concebimos nosotros– como una
microestructura textual que no da pie a demasiadas mutaciones o innovaciones
en la modalización del discurso literario y, por ende, tampoco a una autonomía
netamente aséptica del estilo. Trataremos por ello de establecer, tal vez
desatinadamente, algunas precipitadas sugerencias sobre distintas
consonancias o paralelismos rotundos –la analogía es siempre más terminante
que la verdad– entre las diversas formas de encarar la práctica poética presentes
en los autores antologados.
Señalaremos así en primer lugar un grupo de autores cuya praxis
lírica conserva en todo momento un delicado respeto por la tradición y por la
métrica clásica, además de una insólita soltura tanto con el poema estrófico,
cuyas bondades y secreta confianza conocen, como con la plasticidad y la
relajada cadencia del endecasílabo. Es el caso de Xaime Martínez, Rodrigo Olay,
Constantino Molina, Martha Asunción Alonso, Gonzalo Gragera, Ben Clark o
Andrés Catalán, entre otros. Evidentemente, no podemos dotar dicho rasgo de
un carácter genérico, puesto que cada poética, en cualidad profunda, resguarda
diferencias notables. El templado clasicismo de Martínez y Olay, por ejemplo,
convive armoniosamente con una acusada voluntad de registro irónico y con
una dicción que no se aleja en exceso de esa prosodia sincopada, cálida, del
buen conversador. Por su parte, hallamos en Clark, Molina o Catalán un
posicionamiento ético del confidente verbal –conjugado con esa pulcritud
formal– que no pasa desapercibido y que convierte al poema en un producto
operante de su consistencia y tenacidad crítica reales.
Conviene señalar también la imbricación en muchos de los jóvenes
poetas de la España de hoy entre una alta cultura –con frecuencia avalada por
licenciaturas, grados e incluso doctorados– y una insoslayable cultura de masas,
dos ámbitos referenciales que no son sino la cotidianeidad de sus vidas. Ni la
cultura académica ni la cultura de consumo se insertan ya con el prurito
rupturista de las vanguardias del siglo XX, ni con la arrogancia culturalista de
la mención por la mención. Por el contrario, las frecuentes menciones a las redes
sociales cibernéticas o a los seriales televisivos norteamericanos más recientes,
por ejemplo, se implican en el poema con la misma trascendencia y necesidad
con que se evoca la tradición clásica y contemporánea de la bien o mal llamada
“alta cultura”. No es difícil encontrar ejemplos en autores como Sergio C.
Fanjul, Xaime Martínez, Víctor Peña Dacosta, Aitor Francos o Diego Álvarez
Miguel.
En casi todos los poetas planea de un modo u otro el tono confesional y
directo, ya sea en un verso largo y tendido o en uno contenido y certero. Así en
poetas como María Alcantarilla, Francisco J. Najarro o Gema Palacios. No
llevará mucho tiempo rastrear un claro afán testimonial –esa gran categoría
lírica preconizada por José Hierro para nuestro tiempo– en los muy distintos y
personales autores aquí antologados. Así lo apreciamos en Javier Vela, en Pablo
Fidalgo Lareo, en Laura Casielles, en Juan Bello, en Martha Asunción Alonso,
en Berta García Faet, en Emily Roberts, en Paula Bozalongo. Esta común
voluntad no esconde, desde luego, personalidades propias. Tampoco faltan en
el actual panorama poético español, entre los nacidos a partir de 1980, otros
registros y posibilidades como el aliento hímnico y natural de Luis Llorente, el
hondo minimalismo existencial de Javier Vicedo, la metáfora insólita de Unai
Velasco o de Ruth Llana, la reflexión serena de María Elena Higueruelo, el corte
metafísico de María Eugenia Montillo, la insólita amplitud verbal de Óscar
Díaz.
Sería injusto, sin embargo, reducir la actual poesía joven a veintiocho
nombres. Como toda antología, este volumen se ha visto obligado a dejar fuera
nombres muy estimables. Así los de Víctor Martín Iglesias, Rafael Banegas,
Alex Chico, Sofía Castañón, José Martínez Ros, David Leo García, Elena Medel,
Carlos Loreiro y un largo etcétera de voces y propuestas. Es indudable que
cualquier opinión bien formada tendrá sus réplicas y encontrará ausencias en
nuestra selección. También planea la inevitable sospecha de que, tal vez,
nuestro mejor poeta joven permanezca aún inédito o –marquemos por esta vez
el género– inédita. Quizás a punto de revelarse. Nos tranquiliza, sin embargo, la
certeza de que las veintiocho voces reunidas en este volumen difícilmente
pueden ser obviadas de la mejor poesía joven de hoy. Sus versos acreditan su
presencia. Este par de antólogos se limitan aquí, convencidos, a dar fe de ello.
SERGIO C. FANJUL
Cursillo de origami
El mal de Alzheimer
Alicia en el país de las redes sociales
JAVIER VELA
Canción del cosmonauta
Orácula en pijama
Retrato de familia
ANDRÉS CATALÁN
Anécdota de la taza
El borde de las cosas
Los retratos exigen estar quietos
MARÍA ALCANTARILLA
Había también otra forma junto a él
Primera persona del plural
Y la ternura
BEN CLARK
Campus
Big Bang
Difusión simple
LUIS LLORENTE
Cierra los ojos y escucha
Es la flor a la deriva
Escuchas el peso
CONSTANTINO MOLINA
Canción del mundo
Yonqui
El otro
AITOR FRANCOS
Plath tras el suicidio
Herencia
Canción
JUAN BELLO
Turismo de interior
Pie de foto: muelle, agosto 2014
Una valla
LAURA CASIELLES
La levedad del pájaro
Descentralizaciones (IV)
Un gesto simple
UNAI VELASCO
Peligrosa es la noche en la página 167
Qué buenos somos
La tira elástica del bañador deja pequeñas marcas en la cintura
RODRIGO OLAY
Un dorado temblor
La hija del hombre maldito
Robb Stark decide marchar sobre Roca Casterly
RUTH LLANA
Deseo de ser arquero
Tela
Y la que desprendida si te vio
EMILY ROBERTS
III
No me gusta la leche
La espera
PAULA BOZALONGO
Sarajevo
La vida breve
Los transplantes
GONZALO GRAGERA
Cuestiones
La librería
Leve retrato de una plaza
GEMA PALACIOS
Nosotros el relieve
Simetría V
Tormenta y brevedad
XAIME MARTÍNEZ
Predicciones
Flatus vocis
Poema patarreal #6
ÓSCAR DÍAZ
Poema que me surge ante el recuerdo de los labios de mi padre pronunciando
las palabras que iba encontrando dentro de un ajado libro de cuentos de hadas
¡Tiren, tiren, que está emparedada!
Madrugada de la venta