X CONVESIS 2015

Cumaná, Venezuela

SISMOLOGÍA Y SISMOTECTÓNICA

MODELOS CORTICALES DE VELOCIDADES EN LA REGIÓN

OCCIDENTAL DE VENEZUELA, ZONA CENTRO-SUR DE LOS ANDES

Saavedra A, María1*; Schmitz, Michael2; Ávila, Jesús3

1
Universidad Simón Bolívar
mariajsa1991@gmail.com
2
Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas, FUNVISIS, Caracas, Venezuela.
schmitzschutt@gmail.com
3
Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas, FUNVISIS, Caracas, Venezuela.
javila@funvisis.gob.ve

RESUMEN

En el marco del proyecto de Geociencia Integral de Los Andes de Mérida (GIAME), se realizaron investigaciones
geofísicas y geológicas integradas en base a tres perfiles principales denominados Andes Norte, Andes Central y Andes Sur,
que atraviesan de forma perpendicular el eje axial de la cadena. Dentro de estas investigaciones se encuentra la elaboración
de modelos corticales de onda P de la zona de estudio, mediante la adquisición, procesamiento y análisis de datos de sísmica
de gran ángulo. Para objeto del presente estudio, se analizan dos perfiles de menor longitud denominados Centro Andes y
Piedemonte, los cuales se encuentran entre los perfiles Andes Central y Andes Sur, paralelos a la zona central y el
piedemonte de la cadena montañosa, respectivamente. Para el análisis de los datos se llevó a cabo una secuencia de
procesamiento que incluyó la elaboración de las secciones sísmicas correspondientes a cada disparo en los perfiles Andes
Central y Andes Sur, mediante la incorporación de la geometría de las trazas, la realización de un filtro pasobanda,
normalización de las trazas, aplicación de una velocidad de reducción y escogencia de las principales fases corticales
observadas. Con los modelos se pudo estimar el espesor y las velocidades promedio de las principales estructuras
interpretadas. En ambos perfiles se distinguieron 4 estructuras principales: sedimentos, corteza superior, corteza inferior y
manto; en Piedemonte se obtiene además una distinción entre sedimentos no consolidados y consolidados. Las velocidades
obtenidas para las diferentes estructuras fueron: sedimentos no consolidados, 2,79 km/s (1,70 km de espesor); sedimentos
consolidados, 3,24 – 3,62 km/s (espesor de 3,50 km para el perfil Piedemonte); corteza superior, 6 – 6,26 km/s (20 km de
espesor); corteza inferior, 6,85 – 7 km/s; manto, 8,15 km/s. Considerando las profundidades de Moho, se realizó un mapa de
espesores corticales. Estos oscilan entre 43 – 52 km en el perfil Centro Andes, destacando los mayores valores al noroeste
de la cadena montañosa; en Piedemonte se presentaron valores entre 32 – 38 km de espesor. La distribución espacial de los
espesores corticales indican un desplazamiento de la raíz cortical, de aproximadamente 40 km, al noroeste del eje axial de la
cadena montañosa.

PALABRAS CLAVE: Sísmica, Espesores, Estructuras corticales, Andes de Mérida, Moho.

INTRODUCCIÓN
La cadena montañosa de Los Andes de Mérida es una de
las estructuras geológicas más importantes de nuestro
país. Se han realizado diversos estudios geocientíficos en
esta zona para conocer su origen, evolución y
configuración actual (e.g. De Toni y Kellogg, 1993;
Funvisis, 1997; Audemard, 1991; Audemard y
Audemard, 2002). Sin embargo, aún se maneja poca o
ninguna información sobre la geodinámica interna y
externa de la misma así como de sus características
estructurales precisas (morfología, velocidades y
espesores corticales, profundidad de Moho, entre otros).
La falta de cobertura de estudios de sísmica sobre la zona
es, siendo estos estudios de vital importancia para
conocer la estructura cortical (Schmitz et al., 2012), es
una de las principales causas acerca de las interrogantes
que se manejan en cuanto a Los Andes de Mérida.
Debido a esto, surge la necesidad de realizar un modelo a
escala litosférica con el fin de determinar la estructura
cortical y desarrollo dinámico en tiempo de la cordillera
andina, además de proporcionar información para el
desarrollo de estudios posteriores. El proyecto
Geociencia Integral de Los Andes de Mérida (GIAME),
financiado con recursos de la Ley Orgánica de Ciencia,

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Tecnología e Innovación (LOCTI) y de Petróleos de
Venezuela, S.A. (PDVSA), plantea la evaluación
estructural interdisciplinaria de la información de la
sísmica de refracción y reflexión, así como de la
información de superficie para solucionar la problemática
previamente descrita y elaborar un modelo que abarque al
menos toda la corteza terrestre de Los Andes de Mérida.
Una de las actividades del proyecto abarca la realización
de tres perfiles sísmicos de gran ángulo, que atraviesan
los segmentos más representativos de la cadena andina
(Figura 1). Éstos se denominan Andes Norte, Andes
Central y Andes Sur y están distribuidos en cada uno de
los segmentos representativos la cadena (norte, centro y
sur respectivamente). Adicionalmente, se realizaron 4
perfiles secundarios de menor longitud (Figura 1), que
conectan dos de los perfiles principales, atravesando
paralelamente el eje axial de la cadena montañosa. Estos
últimos se denominan: Burro Negro (conecta Andes
Norte con Andes Central), Lago sur, Centro Andes y
Piedemonte (conectan Andes Central con Andes Sur).
Figura 1. Localización de los Perfiles Centro Andes y
Piedemonte. Proyecto GIAME 2014
La interpretación sísmica se centró en dos de los perfiles
de menor longitud, Centro Andes y Piedemonte, con el
fin de presentar modelos de velocidades de onda P y un
mapa de espesores corticales de la zona.
Las actividades se llevaron a cabo por diferentes grupos
de investigación pertenecientes a la Fundación
Venezolana de Investigaciones Sismológicas
(FUNVISIS), Universidad de Los Andes (ULA),
Universidad Central de Venezuela (UCV) y Petróleos de
Venezuela, S.A. (PDVSA).
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METODOLOGÍA
El trabajo estuvo constituido por la adquisición
procesamiento e interpretación de los datos sísmicos
adquiridos, en base a los perfiles de conexión de interés:
Piedemonte y Centro Andes.
Adquisición de datos
Los 3 perfiles principales presentan una orientación NO-
SE y atraviesan perpendicularmente el eje axial de la
cadena montañosa de Los Andes de Mérida (Figura 1).
Abarcan una extensión aproximadamente entre 300-400
km. El perfil de conexión Centro Andes se ubica en la
zona axial de la cadena montañosa y posee una longitud
de 140 km aproximadamente, mientras que el perfil
conexión Piedemonte se ubica en el piedemonte andino
meridional y posee una longitud de 125 km.
El tipo de fuente utilizada fueron detonaciones
controladas de 0,1 a 1,6 toneladas de explosivos
colocados en pozos de 60 m de profundidad. Estas
detonaciones se constituyeron de una combinación de
pentolita y anfo en una proporción de 50/50 en general.
La cantidad de carga dependió del posicionamiento de los
disparos sobre los perfiles principales, distribuidos de la
siguiente manera: disparos menores cada 25 Km,
disparos intermedios cada 75 Km y disparos mayores en
los extremos, cada 300 Km.
Como receptores se utilizaron geófonos de componente
vertical acoplados a aproximadamente 1150 unidades de
registro independientes o sismógrafos REF-TEK 125
también conocidos como TEXANS, separados por una
distancia de 500 m a 1 km. Estos equipos utilizan una
tasa de muestreo de 100 muestras por segundos y fueron
programados con una ventana de grabación de 36 horas
para garantizar el correcto registro de cada disparo
planteado.
Para el posicionamiento tanto de los disparos como de los
receptores se utilizaron aparatos de GPS. En total fueron
realizados 10 disparos para el perfil Andes Central y 6
disparos para el perfil Andes Sur
Procesamiento
Primeramente se separaron y se organizaron los datos
correspondientes a cada instalación (perfiles). A éstos se
aplicó una rutina en DOS para convertir mediante
diferentes comandos el formato Texan (.trd), con el cual
son descargados los datos de los equipos de grabación, a
formato segy (Morales y Gálvez, 2014). Una vez
transformados, se procedió a la determinación de la
distancia fuente-receptor o geometría de cada disparo

(ecuación 1) y posteriormente a la depuración de los
datos.
𝑜𝑓𝑓𝑠𝑒𝑡 = √(𝑥2 − 𝑥1 )2 + (𝑦2 − 𝑦1 )2 (1)
Mediante el uso de la herramienta de procesamiento e
interpretación “Reflexw” (Sandmeier, 1998) se produjo
una sección preliminar para evaluar el nivel de energía de
la señal y la correcta estructuración de la geometría. Con
la misma herramienta (Reflexw) se procedió a calcular el
espectro de amplitud de las señales. Así, se determinaron
las frecuencias de corte que se utilizarían para la
aplicación de un filtro, con el fin de mejorar la relación
señal/ruido.
Se identificaron picos de amplitud a bajas frecuencias,
entre 0-2 Hz, correspondientes al ruido ambiental. Para
su extracción se aplicó un filtro paso alto de tipo
trapezoidal cuyas frecuencias se establecieron en los
siguientes valores: 2-4/50-100 Hz. Se evaluó nuevamente
el espectro de amplitud para observar más detalladamente
el rango de frecuencias donde se encuentra la señal
(Figura 2). Posteriormente se escogieron frecuencias de
corte, por ensayo y error, para establecer el mejor filtro
que realzara la relación señal/ruido y por consiguiente
mejorar la visualización de las trazas en cada sección.
Dichas frecuencias estaban delimitadas en un rango
particular para cada disparo, pero en general oscilaban
entre los siguientes valores: 6-22 Hz (Figura 2). El tipo
de filtro utilizado fue butterworth.
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Figura 2. Espectros de amplitud para el disparo Barinas
en Piedemonte. Arriba: señal después del filtro paso alto.
Abajo: amplitudes resultantes del filtro pasa banda
(Reflexw)
Para la presentación de la sección final se hizo uso de un
código elaborado en Matlab (Arnaiz et al., 2014). Se
incorporó una velocidad de reducción de 6 km/s
(ecuación 2) y una normalización de las trazas para
recuperar las amplitudes verdaderas y garantizar una
mejor interpretación de las fases corticales observadas
posteriormente (Figura 3).
𝑋
𝑇𝑟𝑒𝑑 = 𝑇𝑟𝑒𝑎𝑙 − 𝑉𝑟𝑒𝑑 (Schmitz, 2012) (2)
Con la misma herramienta (Matlab) se realizó la
identificación de los tiempos de las primeras llegadas de
los diferentes trenes de onda observados en todas las
secciones. Los pares de tiempo y distancia
representativos de las fases se utilizaron para el trazado
de rayos, técnica utilizada para la construcción de
modelos 2D de espesores y velocidades. Para el trazado
de rayos se hizo uso del paquete Rayinvr (Zelt, 1993).
Figura 3. Sección final para el disparo Barinas en el
perfil Piedemonte (Matlab).
Se hizo uso de la herramienta GMT (Generic Mapping
Tools) para la elaboración del modelo de velocidades
final, representativo de los perfiles de interés. A partir del
trazado de rayos, se generó un mallado de puntos
igualmente espaciados que contienen los valores de
velocidades y profundidades del modelo y se le asignó
una paleta de colores para representar gráficamente
dichas velocidades.
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Finalmente, se realizó una evaluación de todos los

disparos pertenecientes a los perfiles Andes Central y
Andes Sur en cada perfil de interés (Centro Andes y
Piedemonte) mediante la interpretación de las fases
corticales y un trazado de rayos representativo del
disparo, con el objetivo de extraer las profundidades de la
discontinuidad de Moho en un área. Estos valores fueron
asignados a puntos de control sobre la superficie. Se
PmP
generó un mapa de contornos (GMT) a través de la
elaboración de un mallado regular (igualmente
espaciado), la asignación de colores a los valores de
Pg
profundidad y la delimitación del área de interés en base
a los datos obtenidos.

RESULTADOS
Figura 4. Disparo El Vigía (Perfil Andes Sur) en perfil
Fueron interpretadas un total de 20 secciones, 11 para el conexión Centro Andes.
perfil Centro Andes y 9 para el perfil Piedemonte. Solo Sección Valera
se consideraron para el modelado aquellos disparos que Se interpretan tres fases (Figura 5). Una Pg que se
poseían buena relación señal-ruido. Considerados como observa hasta 90 km aproximadamente con respecto al
disparos principales (disparo y contradisparo) y disparo y con un tiempo reducido de 1 segundo. El
escogidos para realizar los modelos de velocidades comportamiento es similar a la sección de El Vigía, es
finales se presentan 6 secciones correspondientes a los decir, la fase se horizontaliza y se mantiene estable. Sin
disparos efectuados en los extremos de los perfiles embargo, esta fase se encuentra adelantada en
Centro Andes y Piedemonte (Tabla I). comparación con su contraparte, lo que puede indicar en
el Vigía la presencia de un espesor sedimentario mayor
Tabla I. Disparos principales de los perfiles Centro que en Valera o una distancia mayor del disparo hasta el
Andes y Piedemonte. perfil, que se traduce en un recorrido de la onda más
largo y por consiguiente un retraso de la fase observada.
Perfil Disparo Contradisparo
La cobertura hacia el suroeste es menor, sin embargo, se
Centro Valera pudo identificar una fase PmP interpretada de 48 a 146
El Vigía km aproximadamente con respecto al disparo, con la
Andes Niquitao distancia crítica establecida de esta manera en 48 km a 8
Santa Bárbara de segundos de tiempo reducido. A su vez, se muestra una
Barinas tercera fase (PiP), interpretada como una reflexión
Piedemonte Barinas
intracortical, que se observa de 40 a 95 km de distancia
Rio Caparo fuente-receptor aproximadamente (5,3 – 3 segundos de
tiempo reducido).
Perfil Centro Andes

Sección El Vigía
En esta sección se pueden observar dos fases corticales
(Figura 4). Una primea fase correspondiente a la
refracción en la corteza superior, denominada Pg, que
alcanza una distancia con respecto al disparo de 95 km
donde se pierde seguridad en la escogencia de las
primeras llegadas, y que llega aproximadamente a unos PmP
2,5 segundos de tiempo reducido. Se mantiene
relativamente estable, lo que indica poca o ninguna
variación de la velocidad para esta capa. Una segunda PiP
fase interpretada como la reflexión en la discontinuidad
de Moho (PmP) que va de 78 a 110 km aproximadamente Pg
siendo la primera la distancia crítica ubicada a un tiempo
reducido de 7,9 segundos.

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Figura 5. Disparo Valera (Andes Central) en perfil
conexión Centro Andes.
Sección Niquitao
Se interpretaron 3 fases (Figura 6). Una correspondiente
a la Pg, alcanzando una distancia con respecto al disparo
de un poco más de 70 km a 1 segundo de tiempo
reducido. Para el modelado posterior solo se tomaron en
cuenta los primeros 45 km ya que después de esta
distancia las primeras llegadas se hacen difíciles de
interpretar. La fase comienza a experimentar un leve
retraso hacia los 30 km, posiblemente debido a cambios
en la topografía de Los Andes, ya que a esa distancia del
disparo se presenta una altura de 3600 m
aproximadamente (Figura 7). La segunda fase
corresponde a la PmP. Se observa de 60 a 130 (distancia
crítica – a 7,6 segundos de tiempo reducido). La tercera
fase corresponde a la reflexión intracortical PiP
observada de 50 a 70 km de distancia, entre 3 y 4
segundos de tiempo reducido (Figura 6).
PmP
PiP
Pg
Figura 6. Disparo Niquitao (Andes Central) en perfil
conexión Centro Andes.
Figura 7. Perfil de elevación para el perfil conexión
Centro Andes (Google Earth, 2015).
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Nótese la diferencia entre los tiempos reducidos
observados en las diferentes fases interpretadas para PmP
en las tres secciones anteriores. Para los disparos de El
Vigía y Valera se presentan a 7,9 y 8 segundos
respectivamente, mientras que para Niquitao presenta 7,6
segundos. Estas diferencias en los tiempos se traducen en
variaciones en la profundidad del Moho (a mayor tiempo,
mayor profundidad de la discontinuidad). Por
consiguiente, la mayor profundidad estimada parece
encontrarse al noroeste del eje axial de la cadena, indicio
que apoya la estructuración asimétrica de Los Andes de
Mérida.
A partir de las secciones anteriores se genera el trazado
de rayos que incluye el disparo y contradisparo del perfil.
Dado de que para Centro Andes se estudian dos
contradisparos (Niquitao y Valera), fueron elaborados
dos trazados de rayos por separado, así como también
dos modelos de velocidades, que muestran la
configuración de estos disparos con El Vigía.
Figura 8. Trazado de rayos para los disparos El Vigía (0
km) – Niquitao (143 km).
En el trazado de rayos para los disparos El Vigía –
Niquitao (Figura 8) se propuso un modelo de 4 capas
para realizar el ajuste de los tiempos de las fases
interpretadas. El modelo incluye la topografía. Se
observa, de forma general, un buen ajuste de los datos al
modelo. El modelo de velocidades obtenido para este
trazado de rayos se observa en la Figura 9.
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Similar al modelo anterior, para los disparos El Vigía –

Valera se propone 4 capas que ajusten los tiempos
representativos de las fases corticales (Figura 10). En
general la extensión y la topografía del modelo anterior
se mantienen en éste. Los cambios se hacen evidentes en
las velocidades y el espesor o profundidad de las capas
propuestas.

Figura 9. Modelo de velocidades 2D generado a partir

del trazado de rayos. Disparos El Vigía – Niquitao.

A diferencia del trazado de rayos, el modelo de

velocidades no incluye la topografía, por lo tanto la
primera capa se ve acuñada hacia el noroeste (Niquitao),
desapareciendo alrededor de los 60 km; ésta representa
sedimentos consolidados con velocidad promedio de 3,36
km/s. La segunda capa corresponde a la corteza superior,
llegando a una profundidad más o menos estable de 24
km, con una velocidad promedio de 6 km/s. La tercera
capa representa la corteza inferior, con una velocidad Figura 10. Trazado de rayos para los disparos El Vigía
promedio de 6,85 km/s. Se observa un cambio lateral de (0 km) – Valera (143 km).
velocidades, presentando valores menores a partir de la
zona de Timotes (a los 118 km). Esto puede deberse a la
presencia de la falla de Boconó que atraviesa el perfil
justamente por la zona. A pesar de que la profundidad de
la falla de Boconó está limitada a la corteza superior
(Chacín et al., 2005; Monod et al., 2010), la deformación
que ésta produce puede estar afectando las velocidades de
la corteza inferior. Otra hipótesis que podría respaldar
esta disminución de velocidades es la deformación que
podría estar experimentando la zona central de la cadena
montañosa debida a la subducción Tipo A (subducción
de bajo ángulo) de la corteza de la placa suramericana
por debajo del Bloque de Maracaibo (con densidades
menores) que soportan diversos autores (Audemard y
Audemard, 2002, Chacín et al., 2005, Monod et al.,
2010).
Figura 11. Modelo de velocidades 2D generado a partir
La profundidad alcanzada para la discontinuidad de
del trazado de rayos. Disparos El Vigía – Valera.
Moho oscila entre 44–52 km. Entre 60–110 km se
observa un ligero hundimiento en el espesor cortical
Las diferencias más relevantes de este modelo en
(Figura 9), pudiéndose atribuir a la raíz cortical de la
comparación con el disparo Niquitao son las siguientes:
cadena montañosa de los Andes de Mérida, como
la profundidad de la corteza superior oscila entre los 24 –
muestra Arnaiz et al. (2011) en su estudio gravimétrico
29 km. El cambio lateral de velocidades no es tan
donde se presenta un mínimo en la localización de este
marcado, incluso casi no se percibe, lo que podría indicar
perfil. Para la velocidad promedio en el manto se
una menor de deformación de la corteza y por
estableció el valor de 8,15 km/s.
consiguiente menor injerencia de las estructuras que

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puedan estar produciendo la deformación (Falla de
Boconó; subducción de la corteza suramericana por
debajo del Bloque de Maracaibo). Por último, la
profundidad de la discontinuidad de Moho es menor al
modelo anterior, observándose un hundimiento menos
pronunciado de la posible raíz cortical de los Andes.
En ambos modelos, los sedimentos consolidados se
pueden asociar a depósitos del Cretácico (Monod et al.
2010) o depósitos que incluyen desde el Jurásico hasta el
Mioceno Inferior (Chacín et al. 2005; WEC, 1997).
Dichos depósitos están compuestos por sedimentos de
origen continental (capas rojas de la Fm La Quinta),
sedimentos clásticos arenosos de ambiente continental-
fluvial y arenosos/lutíticos de ambientes costeros y de
transición (WEC, 1997). La segunda y la tercera capa
están constituidas por la corteza superior e inferior,
respectivamente. Éstas conforman el basamento
Paleozoico de los Andes, donde se presentan rocas
graníticas y sedimentarias de ambientes plataformales y
marinos profundos, así como también rocas
metasedimentarias (WEC, 1997). Por último, la cuarta
capa representa el manto terrestre. No se tiene control
sobre la velocidad para esta capa en los modelos
anteriores debido a que no se logra interpretar la fase
asociada al tren de onda que proviene del manto (Pn) en
ninguna de los disparos analizados debido a la longitud
del perfil. De este modo el valor de la velocidad
establecido es un valor teórico (8,15 km/s),
representativo de la velocidad promedio del manto
(Schmitz et al., 2002; Schmitz et al., 2005).
Perfil Piedemonte
Sección Santa Bárbara de Barinas
PmP
Pg
Figura 12. Disparo Santa Bárbara de Barinas (Andes
Sur) en perfil conexión Piedemonte.
Se interpretan dos fases (Figura 12). Una fase Pg que
llega hasta 120 km de distancia relativa al disparo y que
se observa entre 2,5 y 3 segundos aproximadamente. El
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retraso al inicio de la sección puede estar referido al
espesor sedimentario de la cuenca flexural de Barinas –
Apure. La segunda fase (PmP) se observa desde 70 hasta
120 km, con 5 segundos de tiempo reducido en la
distancia crítica (70 km).
Sección Rio Caparo
Este disparo se encuentra más alejado del perfil
Piedemonte que el anterior. No obstante, se decidió
interpretarlo como un disparo principal por presentar
buena relación señal/ruido.
PmP
Pg
Figura 13. Disparo Rio Caparo (Andes Sur) en perfil
conexión Piedemonte.
Se observan nuevamente dos fases (Figura 13). Una
primera, Pg, que alcanza una distancia aproximada con
respecto al disparo de 114 km (a 2 segundos de tiempo
reducido) permaneciendo relativamente estable, solo con
un ligero retraso a los 50 km. En comparación con el
disparo de Santa Bárbara de Barinas, el espesor
sedimentario que se observa en esta sección es más
uniforme. Parece existir un espesor mayor para la
primera capa cerca del límite entre los Andes y la cuenca,
posiblemente debido a los diferentes corrimientos que
existen en la zona (Audemard y Audemard, 2002). Una
segunda fase (PmP) se desarrolla entre 70 km hasta 120
km, con un tiempo reducido de 5 segundos en la distancia
crítica. La similitud en el tiempo de la distancia crítica
con el disparo anterior, conduce a un espesor cortical
uniforme en la zona que abarcan ambos disparos.
Sección Barinas
En esta sección observamos dos fases (Figura 14). Una
Pg que se divide en una fase sedimentaria y una fase
cristalina. La fase Pg sedimentaria se observa en los
primeros 10 km aproximadamente, entre 1,7 y 2,5
segundos de tiempo reducido. La Pg cristalina se
desarrolla entre 10 y 117 km a aproximadamente 2
segundos de tiempo reducido. Esta segunda fase Pg
cristalina se mantiene estable en tiempo, indicando
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continuidad en cuanto a velocidad se refiere. La segunda obtenidos para el perfil Centro Andes. La velocidad
fase (PmP), se observa de 60 a 120 km con un tiempo promedio para el manto se mantuvo en 8,15 km/s.
reducido de 6,5 segundos en la distancia crítica.

PmP

Pgc Pgs

Figura 14. Disparo Barinas (Andes Central) en perfil

conexión Piedemonte. Figura 15. Trazado de rayos para los disparos Santa
Bárbara de Barinas (0 km) – Barinas (125 km).
Los cambios topográficos en este perfil no son muy
relevantes. En ambos trazados (figuras 15 y 17) se
observa un buen ajuste de las llegadas con el modelo
propuesto. Se modelan 5 capas correspondientes a
sedimentos no consolidados, sedimentos consolidados,
corteza superior, corteza inferior y manto superior
(figuras 16 y 18).

En el caso de Santa Bárbara de Barinas – Barinas (Figura

16), los sedimentos no consolidados presentan una
velocidad promedio de 2,79 km/s y el espesor de apenas
1,8 km aproximadamente se mantiene bastante uniforme
a lo largo del perfil. Los sedimentos consolidados
presentan una velocidad promedio de 3,62 km/s. Su
espesor pasa de 6 km en el suroeste (Santa Bárbara de
Barinas) disminuyendo hacia el noreste (Barinas) hasta Figura 16. Modelo de velocidades 2D generado a partir
alcanzar una profundidad de 4,5 km aproximadamente, del trazado de rayos. Disparos Santa Bárbara de Barinas
disminución atribuida a posibles corrimientos en la zona – Barinas.
límite entre la cadena montañosa y la cuenca. La corteza
superior se establece con una velocidad promedio de 6,19
km/s. No hay control sobre la profundidad de esta capa
debido a que no se identificó la fase Pi que representa la
interfase entre corteza superior y corteza inferior. En este
caso el gradiente vertical de velocidades debe ser
relativamente continuo. Por lo tanto su espesor se
establece siguiendo la tendencia de la profundidad de la
discontinuidad de Moho ya que no se observaron
variaciones significativas en el ajuste de los datos al
modificar la profundidad de la misma. La cuarta capa
estaría representada por la corteza inferior. La
profundidad alcanzada para Moho oscila entre 32-37 km
aproximadamente, aumentando hacia noreste (Barinas),
valores bastante inferiores en comparación con lo
Figura 17. Trazado de rayos para los disparos Rio
Caparo (0 km) – Barinas (125 km).
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similitud con los propuestos para los disparos principales,

En el caso de Rio Caparo – Barinas (Figura 18) las correspondientes a cada perfil conexión (Centro Andes y
variaciones principales en el modelo de velocidades están Piedemonte). Se consideran las variaciones,
en el espesor sedimentario, presentándose inferior y más especialmente en los sedimentos, cuando los disparos se
uniforme en Rio Caparo. Las profundidades para Moho encuentran hacia la zona de las cuencas (Maracaibo y
se asemejan en gran medida así como también las Barinas – Apure). Fueron integrados los datos para la
velocidades. profundidad de Moho del proyecto COLM (1984) como
complemento a este estudio.

Figura 18. Modelo de velocidades 2D generado a partir

del trazado de rayos. Disparos Rio Caparo – Barinas.

En ambos modelos, las primeras dos capas (hasta los

primeros 5 km) representan los sedimentos no
consolidados y consolidados del piedemonte andino, del
Mioceno hasta el Presente (Chacín et al. 2005),
constituidos por conglomerados y clásticos arenosos de
ambientes continentales y clásticos arenosos y limo
arcillosos de ambientes fluvio-deltaicos (WEC, 1997).
Comparando con las velocidades observadas en la
primera capa de los modelos para el perfil Centro Andes
(alrededor de 3,3 km/s), puede que en la parte basal de la
segunda capa en este perfil ya se observe la presencia de
los depósitos cretácicos que anteceden al basamento Figura 19. Mapa de espesores corticales en la región
Paleozoico. La tercera y la cuarta capa representan la occidental de Venezuela. Proyecto GIAME
corteza superior e inferior, respectivamente. Una vez más
constituidas por el basamento Pre-Cretácico descrito en El mapa de la Figura 19 muestra: la profundidad de la
Centro Andes. De la misma manera, la velocidad del discontinuidad de Moho en líneas de nivel (contornos),
manto representa un valor teórico promedio para esta los disparos de los perfiles principales (Andes Central y
capa terrestre (Schmitz et al., 2002; Schmitz et al., 2005). Andes Sur), los perfiles conexión Centro Andes y
Piedemonte y los puntos de control o la representación de
Mapa de Espesores los vértices en superficie (puntos blancos). Se observan
espesores menores hacia las zonas de las cuencas de
Para la elaboración del mapa de espesores corticales con Maracaibo y Barinas Apure, con valores que oscilan
presencia de datos sísmicos que abarca parte de la región entre 40 y 45 km de profundidad. Los límites de la
occidental de Venezuela, limitado a la zona de estudio, cadena montañosa están representados por dos líneas
fueron modelados un total de 14 disparos extras, 8 para paralelas a su eje axial (amarillas), con esto se puede
en el perfil conexión Centro Andes y 6 en el perfil observar que los mayores espesores se encuentran al
conexión Piedemonte. Se tomaron en cuenta para el norte de Los Andes. La distribución de estos espesores
modelado específicamente aquellos disparos cuyas podría representar a raíz de la cadena montañosa,
secciones sísmicas mostraron información de la fase desplazada aproximadamente unos 40 km al norte de su
cortical PmP. Los parámetros dimensionales (espesores, eje axial.
velocidades y cantidad de capas) se mantienen en
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Arnaiz et al. (2011) elabora un mapa gravimétrico de
anomalía de Bouguer a partir de datos obtenidos de la
Red Gravimétrica Nacional. En la representación 3D del
mapa se presenta un mínimo absoluto de -160 mGal,
asociado a la suma de la respuesta gravimétrica de la
Cuenca de Maracaibo y de la estructura intracortical del
contacto entre el Bloque de Maracaibo y la Placa
Suramericana. Este mínimo gravimétrico se encuentra
parcialmente desplazado hacia el norte de la cadena
andina, demostrando que el sistema de compensación es
regional, con un desplazamiento hacia el norte de la
flexión debido a la montaña como carga. Por tanto la
respuesta es la suma de las contribuciones gravimétricas
de la Cuenca de Maracaibo y la raíz de la montaña, donde
el 40,6% de la anomalía es causado por la primera y el
59,4% por la segunda. En este estudio se establece que el
desplazamiento de la estructura intracortical andina (raíz)
es de unos 40 km hacia el norte, lo que se corresponde
con los datos de sísmica de refracción aquí analizados.
CONCLUSIONES
La campaña de sísmica de gran ángulo dentro del
Proyecto GIAME puede considerarse exitosa dentro de
los ámbitos descritos: la adquisición y el procesamiento
de los datos proporcionaron la generación de secciones
sísmicas con una muy buena relación señal/ruido
(energía), hecho que permitió la posterior interpretación
de las principales fases corticales (Pg: refracción
intracortical; PmP: reflexión en el manto).
En las secciones sísmicas denominadas principales
(disparo y contradisparo), los trenes de ondas
identificados y correlacionados han permitido definir los
principales parámetros para la configuración de las
profundidades y velocidades que definen las estructuras
de Los Andes de Mérida y el Piedemonte Surandino, lo
que a su vez permitió la interpretación de los cambios
estructurales y litológicos de las mismas.
Se logró un buen ajuste en el trazado de rayos
correlacionando las llegadas de las fases observadas e
interpretadas en las secciones sísmicas con la
identificación de las posibles estructuras (sedimentos,
corteza superior e inferior, manto) a las que pudieran
estar asociadas dichas fases. Las velocidades propuestas
para el modelado se asemejan a las utilizadas para otros
estudios corticales realizados en Venezuela (Schmitz et
al., 2008).
En las capas modeladas se observa un gradiente de
velocidad y cambios laterales asociados a la variación y
aumento progresivo de la velocidad con la profundidad.
En general, los cambios laterales de velocidades se
encuentran más pronunciados en la cadena montañosa,
debido a la deformación que ésta experimenta gracias a
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los esfuerzos compresivos. Los cambios en las llegadas
de las fases en cuanto a los disparos de Andes Central y
Andes Sur corroboran estas variaciones.
En el perfil Centro Andes se aprecia una fase adicional
que está ausente en las secciones correspondientes al
perfil Piedemonte. Esta fase es una reflexión
intercortical, denominada PiP, y se caracterizó como el
límite entre la corteza superior e inferior, representativo
en otros estudios para la discontinuidad de CONRAD.
En el perfil Piedemonte se observa la distinción de
sedimentos no consolidados y consolidados. Se aprecia
un espesor sedimentario mayor hacia la cadena
montañosa en la zona del perfil Andes Sur, pudiendo
atribuirse a corrimientos, debidos a los esfuerzos
compresivos y a la carga de la raíz cortical (Audemard y
Audemard, 2002).
Tanto las secciones sísmicas como los modelos 2D de
velocidades reflejan una variación bastante importante en
cuanto a la profundidad de la discontinuidad de Moho,
siendo ésta mayor en la zona al noroeste la cadena
montañosa (aproximadamente 51 km) y disminuyendo
hacia el piedemonte (máximo 37 km). Se aprecia una
disminución de 14 km de profundidad en
aproximadamente 40 km de distancia. Este cambio
corrobora el estilo formacional de Los Andes, al cual se
le atribuye una raíz cortical asimétrica desacoplada de un
plano de despegue (Audemard y Audemard, 2002; Arnaiz
et al., 2011, Monod et al., 2010). Con el mapa de
espesores corticales se corrobora también un
desplazamiento de la raíz cortical de Los Andes de
Mérida de aproximadamente 40 km hacia el noroeste de
su eje axial que apoya la teoría de la asimetría de la
cadena montañosa (Arnaiz et al., 2011). Las zonas
adyacentes a la cadena (piedemontes andinos y cuencas
de Maracaibo y Barinas-Apure) mantienen una
profundidad de Moho menor y más estable.
AGRADECIMIENTOS
El proyecto Geociencia Integral de Los Andes de Mérida
(GIAME) fue apoyado económicamente por el
FONACIT bajo el número 2012002202, y por
el Convenio específico PDVSA – FUNVISIS del
12/09/2012.
Las mediciones sísmicas fueron realizadas con equipos
de FUNVISIS y del IRIS/PASSCAL Instrument Centre
(Socorro, NM, EEUU).
Se agradece a las compañías GISCA (Amancio Pérez,
Alexander Smith, Rafael Calles), CONAGUA (Khatchih
Housepian, José Gregorio Mota) y
Habitatverde (Kennteth Márquez) su esfuerzo para la

realización de las perforaciones y acarreo del material de
taconeo.
Al personal militar y civil de CAVIM (Cap. Camilo
Vetencourt, Cap. Erik. Febles, Cap. González,
Sargento Betancourt, Solimar Marcano) se les agradece
su apoyo en la realización de las voladuras.
A los dueños de los terrenos y las respectivas
instituciones se les agradece el permiso para la
realización de las voladuras e instalación de los equipos
de registro:
Perfil Andes Centro: Franco Flores, Guato y Rafael
(Arcangel) (Guafilla), Eduarto Mata (Santa Juana), Sra.
Janette (Hato el Rodeo), Luis Santiago (Tuñame), Ing.
Olmos (La Quebrada), Pedro Quintero (La Laya), Wilson
Materano (El Cenizo), Germán Valero (La Raya), Pedro
Sánchez (Las Vegas), Ender González (El Escondido),
Carlos Mindiola (Río Matícura).
Perfil Andes Sur y Reflexión: Sergio Contreras, Pedro
Padilla (Hato La Miel, Guasdualito), Francisco Mora
(Finca La Gaviota, Río Caparo), Wilson rosales
(Matapalo), Wilfredo Paredes (Pedraza), Pedro Vega
(Mucuchací), Carlos Parada (Betania), Ismael Zambrano
(Las Hermanitas), Carla Cardozo (San Pedro), Antonio
Ramírez (Grupo Shell).
Se agradece a los funcionarios de las direcciones
estadales del Ministerio del Ambiente y Recursos
Naturales Renovables el acompañamiento en la
realización de las investigaciones: Leni Soares
(Permisiones Caracas), Iván Orellana (DEA
Apure/Táchira), José Toro (DEA Barinas),
Concettina Placenti (DEA Portuguesa), Ing. Gregorio
Marín (DEA Trujillo), Alexis Rengel (DEA Mérida), y a
los funcionarios del Ministerio de Petróleo y Energía
(Rocío Navas, Belinda Moreno, Ing. Marcos) su apoyo
en el suministro de gasolina en la zona fronteriza.
Un agradecimiento especial a todo el personal que
participó en las mediciones sísmicas y en su preparación:
Fundación Venezolana de Investigaciones
Sismológicas (FUNVISIS): Jesús Ávila, Luis Yegres,
Fernando Mazuera, Kenny García, Cecilio Morales, José
Cruces, José Jorge, Javier Parra, Natalio Reyes, Wilfredo
Sosa, William Ascanio, Alí Gómez, Luz Rodríguez,
Edgar Rodriguez, Walter Reátegui, Gustavo Pacheco,
Arianna Bravo, Osel Bellota, Mariana Niendstaedt, Aura
Fernández, Mónica Paolini, Javier Oropeza, Jélime Aray,
Elena Valera, Francis López, Herbert Rendón, Romme
Rojas, Maxlimer Vallée, Francisco Riveros, Samuel
Parrondo, Katteryne Villarroel, Alexi Suárez, Valery
Sánchez, Rafael Rosario, Michael Schmitz
PDVSA-INTEVEP: Francisco Araujo, Hugo Bello,
Ramón Gómez, Pedro Oropeza, Lenín Ortega, Carlos
Martínez, Luis Martínez, José Gregorio Brito
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Cumaná, Venezuela
PDVSA-E&P: Manuel Bolívar, Ramzi
Richani, Frederick Méndez, Hugo Molina, Jorge Pérez,
Alfredo Monserat, Atilio Torres,Anderson Rincón,
Ramzi Richani, Yeldy Molero, Halis Benitez, Jesús
Ovalles, Emiliano Morón
Universidad Central de Venezuela (UCV): Nuris
Orihuela, Mariano Arnaiz, Jesús González, Manuel
Bravo, Lisfer Flores, Fiorella Daza, Ricardo Macero,
Laura Laguado, Christian Jimenez, José Campos, María
Scalise, Juan Natera, Aaron Gamboa, Jesús Garcia, Evis
Ramírez, Lina Auzaque, Jennifer Salas, Daniel Sotillo,
Loveida Montilla, Kathryn Pérez, José Sánchez, Juan
Teixeira, Luís Castro, Alejandra Piñero, Andrea Lara,
Henry Cárdenas, Gleidys Vieras,
Universidad de Los Andes (ULA): Milgreya
Cerrada, Reina Aranguren, Yoana Maldonado, Noheliz
Carmona, Irismar Albornoz, Marivy Romero, Greisy
Cerrada, Erika Bracamonte, Maria Linares, Audrey
Calderón, Albany Lobo, Andreina Lobo, Andrea
Sánchez,
Universidad Simón Bolívar (USB): Jorge Alcalá, Paola
Pastor, Roxana Panchano, Paola Ramírez, Romina Koch,
Reinaldo Sabbagh, Alejandro Portas, Henderson
Pinto, Víctor Guerra, Luis Martínez, Nicolás Gravis, Lara
Blazevic, Mijalis Mendiz, Isabel Espin, Jhoelis
Calderón, Oriana Roig, Gabriela Sierra, Daniel
Cammarata, Enrique Boyer, Oscar García, Jeannette
Valiente, Daniela Barrios, Gabriel Marquez, María
Saavedra, Luis Gil, Yimeidy González, Katherine
Sánchez, Rosa González, Jorge García, Francisco
Grisanti, Andrea Balza, María Acosta, Lorena Cisneros,
Merlus Ruiz, Vanessa Ruiz, Edilmar Peñalosa, Juan
Pablo Campos, Ninoska Amundaray, Dianne Ballesteros,
Zenahid Pinto, Andrés Méndez, Samuel Canino, Diana
Rivera, Zoila Lira, Zuralmy Camacho,
Iris Passcal: Lloyd Carothers, Greg Chavez
Se agradece a PDVSA-INTEVEP, ABAE, Fundación
Instituto de Ingeniería, Consejo del Gobierno de la
República Bolivariana de Venezuela y a Protección Civil
Nacional (Alexis Cordero, José Rodríguez), y la
compañía Hertz Venezuela el apoyo con vehículos para
las mediciones sísmicas.
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Cumaná, Venezuela

Arnaiz, M., Bezada, M. Schmitz, M. 2014. SEISPLOT: 0Y3. Phone: 613-995-1257. Fax: 613-992-8836. E-
un código interactivo para mostrar y seleccionar las mail: zelt@cg.emr.ca
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seismic, acoustic or electromagnetic reflection,
refraction and transmission data. Dr. K.J. Sandmeier
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(49)721/491206 Fax (49)721/4067994
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