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La Pastoral Litúrgica está orientada hacia los fieles, para incorporar más plenamente a Cristo
a los que han creído y alimentar su vida con los sacramentos.
Además, busca también la formación integral del ser cristiano, por eso cuida de la formación
e iniciación en los misterios del culto cristiano.
Además de los ministros ordenados, en el equipo deben estar las personas que desempeñen
los siguientes ministerios y funciones:
I. AL SERVICIO DE LA ASAMBLEA
1. Los que atienden la ACOGIDA y el ORDEN.
• Reciben a los fieles y los acomodan, sobre todo a los que necesitan una atención especial
(niños, ancianos, enfermos...).
• Organizan las procesiones (entrada, ofrendas, comunión).
• Propician un clima de fraternidad, cuidando que nadie se sienta extraño.
• Distribuyen entre los fieles los cantorales, folletos, hojas dominicales.
• Comprueban el funcionamiento del sonido, la iluminación, etc.
2. El MONITOR O COMENTADOR.
• Hace las explicaciones y da avisos a los fieles para introducirlos en la celebración y dispo-
nerlos a entenderla mejor.
• Las moniciones deben hacerse con sobriedad, en el momento oportuno y desde un lugar
adecuado ante los fieles, que no debe ser el ambón.
• Es conveniente que las diga la misma persona para dar
unidad al conjunto; y que esta persona sea distinta del lector.
II. AL SERVICIO DE LA PALABRA DE DIOS
1. El LECTOR
• Proclama las lecturas de la Palabra de Dios desde el ambón.
• El ejercicio de este ministerio requiere una seria preparación no sólo técnica sino también
litúrgica. Para ello disponemos del «Curso de Lectores» que se viene impartiendo en nuestra
diócesis.
• El lector también dice las intenciones de la oración de los fieles.
2. El SALMISTA.
• Función distinta a la del lector.
• Es recomendable tener aptitudes para cantar el salmo
Participar en los talleres que se van a impartir en la Parroquia de San Gerardo.
1. El ACOLITO o el AYUDANTE.
• Asiste al ministro ordenado sobre todo en el momento de preparar el altar y en otros mo-
mentos.
3. El MAESTRO DE CEREMONIAS.
• En algunas iglesias o en algunas celebraciones más importantes conviene que haya alguien
designado para realizar esta función.
• Tiene encomendado, no sólo la responsabilidad de la observancia de la normativa litúrgica,
sino también que la acción litúrgica se desarrolle con decoro, orden, piedad y ejemplaridad
para ayudar a participar activamente a la asamblea.
Como expresa el mismo Concilio Vaticano II el canto y la música en la Liturgia tienen una
"función ministerial
Para lograr la participación propia y de todos los fieles, la Constitución sobre la Liturgia nos
recuerda: “Ejerzan, por tanto, su oficio con la sincera piedad y orden que conviene a tan
gran ministerio y les exige con razón el Pueblo de Dios. Con ese fin es preciso que cada uno
este profundamente penetrado del espíritu de la Liturgia y sea instruido para cumplir su
función debida y ordenadamente (SC 29). Este numero nos da unas características precisas
que deben tener los que participen en la Pastoral Litúrgica.
Que sean personas piadosas para que su oficio lo ejerzan con piedad auténticas y no
simulando ser personas que buscan un reconocimiento humano y lucirse como si fue-
ran actores de televisión.
Sean personas ordenadas y obedientes a las disposiciones litúrgicas siguiendo el rito
de la celebración.
Que estudie y se actualice constantemente en lo que se refiere a la Liturgia para estar
impregnado del espíritu de esta, recordando que saber liturgia no es saber rubricas.
Se instruya en las cuestiones técnicas, litúrgicas, bíblicas y pastoral del ministerio que
desempeña.
Tener en cuenta el tipo de celebración que se va a desarrollar, para que conociendo la
celebración prepare convenientemente el ambiente, los lugares, objetos y lo que es
propio de cada celebración.
Preparar la celebración teniendo en cuenta la espiritualidad de esta.
Conocer la diferencia de cada celebración, pues toda celebración tiene un lenguaje que
transmitir, tanto verbal como escrito.
Reflexionar con anticipación la palabra de Dios por que es la que orienta las oraciones
de lo que se celebra y ayuda a madurar a la misma Pastoral Litúrgica Parroquial, no
son técnicos de la FE, son creyentes que comparten la FE con su servicio, disposición
y preparación de la celebración, por eso preparan y animan las celebraciones ayudando
a la asamblea a tener una profunda experiencia de FE.
a) Elementos materiales. Asegurar que la parroquia cuente con todo lo necesario para
una celebración digna:
un templo bien dispuesto, limpio, ordenado, con las debidas condiciones de luz y
audición, con una distribución adecuada de los bancos;
un presbiterio adecuado, altar, ambón, sede;
ornamentos renovados, dignos, limpios;
libros para el presidente, lectores, coro, organistas, para la sede, etc.
superar la rutina y la inercia. No cantar siempre los mismos cantos; que cada misa
dominical tenga varios monitores y lectores que se alternen; destacar algún aspecto
de la Eucaristía, etc.;
recoger y expresar la vida de la comunidad parroquial, decanales y diocesana con
sus inquietudes, sus necesidades, sus aspiraciones;
responder a los problemas, necesidades, sufrimientos y gozos del hombre de hoy y
del pueblo. En la oración universal siempre debería estar presente algún problema,
necesidad o gozo de dicha Asamblea.
buscar un equilibrio entre la acción comunitaria y la participación individual, entre
el silencio y la palabra, equilibrio entre la observancia de las normas litúrgicas y la
creatividad y adaptación a la comunidad concreta.
fijar bien el sentido de la celebración: que todos los que van a participar en la cele-
bración sepan qué se va a celebrar y por qué. No todas las celebraciones son iguales.
No es lo mismo un domingo de Adviento o uno de Pascua.
preparar todo lo necesario para la celebración: los elementos materiales (el pan, el
vino…), los elementos de la misa (oraciones, prefacios, plegaria eucarística, cantos,
salmos, etc.), las moniciones, guiones para las celebraciones más complejas desti-
nados al presidente, monitor, lectores, coro…
distribuir con suficiente antelación —para no improvisar a última hora— las diver-
sas tareas y servicios litúrgicos (ensayos).
un formulismo vacío, es decir, una liturgia donde se observen todas las normas y
leyes litúrgicas, pero donde falta vida, calor, oración, participación interior;
una rutina donde no se exprese la vida cambiante de las personas y de la comuni-
dad;
una acción donde sólo participen el presidente y algunos fieles mientras el pueblo
asiste pasivamente como mero espectador;
Será conveniente que el Equipo de Pastoral Litúrgica sepa revisar periódicamente
las celebraciones de la parroquia para señalar las deficiencias que se observan, los
defectos en que se vaya cayendo, etc. para tratar de corregirlos y seguir mejorando
la vida litúrgica parroquial.
ATENTAMENTE