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Leyes de Pésaj – Buscar y

Eliminar Jametz

AMI – Leyes de Pésaj


Jametz
Como ya ha sido explicado en otra ocasiones, en nuestro Alianza
seguimos el rito sefardí occidental en la mayoría de nuestras prácticas
y costumbres, toda vez que es en ese judaísmo específico que está
conectada nuestro raíz espiritual histórica. No ha sido fácil rescatar
estos ritos antiguos y vamos cada año incorporando aquellos eventos
que marcan nuestro conexión con nuestra Antigua Sefarad por la vía del
Judaísmo Sefardí Occidental.

En cuanto a Pésaj, es deber de todos nuestros miembros procurar el


máximo apego a nuestros ritos porque eso es lo que nos da sentido de
identidad y orientación halájica.

Sabido es que Pésaj constituye el fundamento histórico de


todas nuestras mitzvot y prácticas provenientes de ellas.
Como fue dicho por nuestros ancestros sefardím: “Tan
solo que el Abastado, bendicho Sea, nos hubiera sacado
de Egipto, habría sido suficiente”.
De no haber ocurrido Egipto, no habría ocurrido Sinaí, no tendríamos
Toráh, no tendríamos mandamientos. El hecho de “haber sido sacados
de la casa de esclavitud”, constituye la base histórica única que no
solamente justifica Pésaj, la contiene y la proyecta en lo que ahora
somos y vivimos.
Por tanto, desde la noche del día 15 de Aviv hasta la noche del día 21 de
Abib, santificamos el mandamiento.

Varias cosas son importantes tener presentes para cuando nos


acercamos a Pésaj. Entre ellas, destacamos las siguientes:

Hay cinco granos que se convierten en jametz cuando


tienen contacto con el agua—avena, centeno, espelta,
cebada y trigo. Además de esto, hay productos que están
mezclados con estos cincos, como bizcochos, galletas,
dulces y cereales. Todo producto comestible que contiene
jametz está prohibido para el consumo durante Pésaj.̣
Esto incluye bebidas y harinas que fueron hechas en base
a estos cinco, pero excluye a lo que no se considera
comida (medicinas, pasta de diente, jabones, almidón
para planchar).
No solamente nos está prohibido comer jametz durante Pésaj, también
nos está prohibido tenerlos en nuestro propiedad durante esa semana o
sacar provecho personal del mismo (Shemot 13:7).

Siguiendo la costumbre Sefardí, no consumimos Jametz desde la quinta


hora del día previo a Pésaj aunque se puede técnicamente comerlo hasta
el fin de la cuarta hora del día 14 de Abib.

Constituye una mitzvá positiva destruir todo Jametz que esté en nuestro
posesión antes de la hora de prohibición previamente descrita (Shemot
12:14).

Limpiar bien la casa donde uno vive, el coche (automóvil) que uno
utiliza o negocio (oficinas, almacenes, etc.) que uno posea, es parte del
proceso natural hacia la meta de santificar lo mejor posible el memorial.
Bajo orientación de los sabios sefardíes antiguos,
tenemos la costumbre que la noche del 14 de Abib, a la
luz de una vela, efectuemos la búsqueda del Jametz en
nuestras propiedades. Esto debemos cuidar tanto como
sea posible. Este año, 5778, el 15 de Nisan cae Martes 11
de Abril. Esa noche, a la luz de una vela, hacemos la
búsqueda del Jametz con nuestros niños.
Una persona que piensa viajar a otro lugar por más de treinta días
antes de Pésaj, no tiene que limpiar su propiedad. También, si uno
viaja antes de treinta días, y no piensa volver antes de Pésaj, no hay
que limpiar. Sin embargo, si piensa volver antes de Pésaj, la ordenanza
queda vigente.

Si la noche del 15 de Nisan coincide con el Shabat, hay


que hacer la búsqueda la víspera del Shabat. Si uno dejó
de hacer la búsqueda en la noche del 15, podrá hacerlo la
mañana siguiente. Si no lo hizo por descuido antes de la
hora, podrá hacerlo durante Pésaj,̣ inclusive hasta
después, ya que está prohibido sacar provecho alguno del
Jametz, sin embargo debemos hacer el máximo esfuerzo
por buscar el Jametz la noche del 15 de Nisan y no
otra noche.
Es costumbre que la madre o en su defecto, el padre o dueño de la
casa, guarda 10 pedacitos de jametz en sendos pequeños trozos de
papel aluminio (o similar) y los ubica en lugares estratégicos y bien
recordados de la casa para que los niños lo encuentren con relativa
facilidad.

Mientras el padre a la luz de una vela, guía al niño en la búsqueda, la


madre observa y va diciendo: “Frío, frío”, si se alejan del lugar donde
los colocó. Puede decir, “tibio, tibio”, si se van acercando, y luego
“caliente, caliente” cuando es evidente que lo encontrarán. Esto anima
a los niños y hace de la búsqueda todo un evento de alegría.
Yo tengo la costumbre de guardar un regalo para mi niña
cuando “encontró todo el jametz” y esto trae más alegría
aun al corazón de los pequeños. Le digo: “Tengo un
regalo para el que encuentre jametz… vamos conmigo, a
buscar el Jametz como nos ordenó Moshé”.
La experiencia es maravillosa y el impacto en la memoria y carácter de
los niños imperecedera.

Antes de efectuar la búsqueda del Jametz decimos la siguiente


bendición:

“Bendito eres Tu YHWH, nuestro Dio Altísimo, Rey del Universo,


Quién nos separó con sus mandamientos y nos ordenó con respecto a
la búsqueda del jametz”.

Después de la búsqueda se dice la siguiente bendición:

“Todo jametz que esté dentro de mi dominio y no lo vi y no lo supe, he


aquí que queda nulo y he aquí que es como el polvo”.

Es costumbre que después de hacer esta declaración, la madre o en su


defecto, el padre o dueño de la casa, guarda los 10 pedacitos de
jametz encontrados en la búsqueda y los coloca en sendos pequeños
trozos de papel aluminio (o similar) para quemarlo con fuego antes del
medio día del 15 de Abib. Para hacer esto, hay que asegurarse que se
guarde esta porción en un lugar visible y seguro, no sea que se un
ratón o niño se lo lleve.

En nuestra próxima entrega te hablaremos de otras prácticas y


costumbres de nuestro Judaísmo Sefardí Occidental.

Jag Sameaj

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