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No

Dejar
Huellas En realidad cuando hacemos algo, debemos
poner el mejor empeño, siempre recuerdo la
palabra “Makoto”. Según un reverendo japonés
que conocí me decía, esa palabra no tenía una
definición exacta, podía significar, ¡ poner lo mejor de si mismo, voluntad,
deseo, espíritu, persistencia, énfasis, calidad, tranquilidad, tiempo,
humildad, sinceridad, amor..etc.

En realidad yo diría que podría hasta significar un condimento, que le


agrego a cada cosa a cada acto, por ejemplo si preparo una infusión llevo
el agua al hervor correcto, procedo en forma despaciosa, si preparo un
salsa, también a fuego lento, espero que la misma, se torne algo espesa,
en ese caso el condimento es la atención correcta y minuciosa, la voluntad
prima, sea para mi, para mis familiares o amigos, procedo por entero y no
dejo huellas durante el proceso.

Veamos, cuando hacemos algo, debemos consumirnos por completo, como


una hoguera bien encendida, sin dejar huellas de nosotros mismos.
Tengamos en cuenta que cuando se hace algo con la menté limpia y clara
(cómo la del principiante) y no surgen ideas, preconceptos o sombras, la
actividad es sólida y franca.

Imagínense a esas personas que se disponen hacer Tai Chi Chuan y


mientras lo hacen, piensan ahora que termine iré al hipermercado, ahora
que termine, correré a rapi pago, cumplo un rato y salgó volando, no
coordino, el profe, se equivoco, la palomita me molesta, el guardia de la
plaza no cumple con su función, a eso le llamaría, pensar en forma doble o
tener la mente dispersa, lo que sería que el cuerpo está en el presente y la
mente en otro lugar indebido. Cuando enseño, rápidamente, me doy
cuenta que tiene la debida atención, quien acomete los ejercicios con su
mente-cuerpo en el aquí y ahora.

En realidad para no dejar huellas, cuando uno hace algo debería hacerlo
con todo el cuerpo-mente-espíritu-voluntad y poder de concentración, así
este haciendo Chi Kung o Tai Chi Chuan, algún quehacer cotidiano y
familiar, laboral o social.
Así como una hoguera, la misma no debe disipar humo, por el contrario la
persona o el practicante debe arder por completo, cuando uno no se
quema por completo, queda siempre la huella de lo hecho.
Cuando uno invita a cenar a su hijo, toma recaudo de todo lo necesario, el
comensal se debe sentir a gusto y debe saborear una rica comida. Si
quedan huellas serán simplemente, la opípara y gustosa comida.

De ese mismo modo me refiero a la actividad en la plaza, tengamos en


cuenta esto: Estamos con vida y con los pies sobre la tierra y no por
debajo, cuantos amigos y familiares quisieran estar como nosotros y no
pueden o ya no están. No esperemos a ultimo momento, procedamos ¡ya y
con énfasis o con “Makoto”, quemémonos hasta no dejar huellas. ¡ Se que
se puede.

Jorge A. Nicolini
07/04/2015

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