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REPORTE DE CONSULTA
CRITERIOS DE BÚSQUEDA
DESCRIPTOR : "CONVENCIONALIDAD"
CONSEJO DE ESTADO
81001-23-39-000-2017-00116-01
62809
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : C.P.A.C.A. - ARTÍCULO 164 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO
164 / LEY 589 DE 2002 - ARTÍCULO 7 / C.P.A.C.A. - ARTÍCULO 164
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 14/11/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : LUZ MARINA SOLER PATIÑO Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : CADUCIDAD DE LA ACCIÓN / NORMATIVIDAD DE LA CADUCIDAD DE LA ACCIÓN
/ CONCEPTO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN / EFECTOS DE LA CADUCIDAD DE LA
ACCIÓN / PRINCIPIO DE SEGURIDAD JURÍDICA / CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE
REPARACIÓN DIRECTA / TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN
DIRECTA / CONTEO DEL TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN
DIRECTA / CÓMPUTO DEL TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN
DIRECTA / HECHO DAÑOSO / CONOCIMIENTO DEL HECHO DAÑOSO / DAÑO
INSTANTÁNEO / CAUSACIÓN DEL DAÑO / DAÑO CONTINUADO / INEXISTENCIA DE
DELITO DE LESA HUMANIDAD / CONFIGURACIÓN DE LA CADUCIDAD DE LA ACCIÓN
Esta Corporación ha sostenido que las normas internacionales relativas a los derechos
humanos tienen, entre otras funciones: i) ser parámetros de condicionamiento de la
constitucionalidad de los ordenamientos internos y ii) desde el instituto de
responsabilidad por daños fundamentar, a partir de normas de referencia supranacional,
los juicios de responsabilidad estatal en los casos de falla en el servicio. (…) De esta
forma, los jueces nacionales, en materia de daños, deben revisar el cumplimiento por
parte de los Estados de las obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos
no solamente con fundamento en el derecho doméstico sino también internacional, lo
cual ha sido denominado como control de convencionalidad que implica el deber de todo
juez nacional de efectuar un análisis de compatibilidad entre la normatividad interna que
tiene que aplicar a un caso concreto, con los tratados internacionales y la jurisprudencia
de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (…) En este orden de ideas, el control
de convencionalidad es un mecanismo necesario para constatar el cumplimiento de
obligaciones internacionales y para confrontar la posible abstención de una obligación de
hacer, que tenga origen en la normatividad internacional, de allí que, en caso de
concretarse un daño antijurídico que vaya en contravía de las disposiciones
supranacionales, este pueda ser imputable al Estado. Por lo anterior, puede concluirse
que el juez se encuentra obligado a verificar que las normas de la legislación nacional no
estén en contravía con las disposiciones internacionales, teniendo en cuenta que
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 2/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
[L]as normas del ius cogens son aquellas disposiciones aceptadas y reconocidas por la
comunidad internacional sobre las cuales no se admite acuerdo en contrario y que
únicamente pueden ser modificadas por una norma posterior de derecho internacional
general que tenga el mismo carácter. (…) En tal sentido, el ius cogens incorpora valores
fundamentales para la comunidad internacional, que trascienden el consentimiento
particular de los Estados singularmente considerados y sirven como criterio de validez de
las normas; por lo anterior, limitan la autonomía de la voluntad e imponen el más fuerte
límite a la discrecionalidad de los Estados dentro del escenario internacional. Esto
significa que los Estados no pueden ser omisivos al cumplimiento de estas normas, las
cuales por lo general prescriben obligaciones de carácter erga omnes. Por lo anterior,
toda violación de las normas imperativas, que hacen parte del ius cogens, compromete la
responsabilidad interna e internacional de los Estados por acción u omisión. (…) Así las
cosas, la no prescriptibilidad de la acción judicial para el juzgamiento de los crímenes de
lesa humanidad es una norma del ius cogens de obligatorio cumplimiento para los
Estados, siendo nulo cualquier tratado internacional encaminado a desconocerla.
una piedra angular del Estado social de derecho, sin cuyo respeto y garantía se
generarían “actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad”. (…) Dicha
imprescriptibilidad no persigue solamente la satisfacción de un interés particular, sino
que plantea también la protección del interés público y de los derechos de la humanidad.
(…) De otro lado, debe manifestarse que resultaría paradójico que, por un lado, se
acepte la imprescriptibilidad de la acción judicial en materia penal y, por otro lado, se
niegue la posibilidad de acudir a la reparación directa en la jurisdicción administrativa,
dado que en el sistema jurídico deben prevalecer los principios de coherencia, integración
y plenitud normativa.
las pretensiones relativas a este suceso (Masacre de la Bomba) sin que pueda oponerse
el fenómeno jurídico de la caducidad del medio de control de reparación directa, pues
existe una norma del ius cogens según la cual el paso del tiempo no impide el acceso a la
administración de justicia para solicitar la reparación integral de los daños generados por
actos inhumanos.
[E]n eventos como los del desplazamiento forzado el término para intentar la acción
inicia a partir del momento en que se verifique la cesación de la conducta o hecho que
dio lugar al mismo, esto por considerar que se trata de daños de carácter continuado.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-28-000-2019-00013-00
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA – ARTÍCULO 40 NUMERAL 3 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA – ARTÍCULO 107 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA – ARTÍCULO 108
/ CONSTITUCIÓN POLÍTICA – ARTÍCULO 265 NUMERAL 9 / ACTO LEGISLATIVO 01 DE
2003 / ACTO LEGISLATIVO 01 DE 2009 / ACTO LEGISLATIVO 02 DE 2015 / LEY 130 DE
1994 – ARTÍCULO 3 / LEY 130 DE 1994 – ARTÍCULO 4 / LEY 1475 DE 2011 – ARTÍCULO
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 5/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
[E]l artículo 108 de la Constitución prevé la facultad para que los partidos y movimientos
con personería jurídica reconocida inscriban candidatos a elecciones; esta inscripción
deberá ser avalada por el representante legal del partido o movimiento o quien éste
delegue. (…). En suma, la inscripción de candidatos a cargos de elección popular,
únicamente con el aval, es una facultad de los partidos y movimientos con personería
jurídica, que los hace responsables ante el electorado, de acuerdo con el cual es
fundamental que se verifiquen las calidades y requisitos de sus candidatos para darle
legalidad a su actuación. (…). Respecto a la inscripción de listas de candidatos en
coalición para corporaciones públicas, esta Sección ya se ha pronunciado sobre este
derecho que reconoce de manera clara la facultad de “presentar lista de candidatos en
coalición para corporaciones públicas”, bajo ciertas condiciones que se establecen
directamente en la norma constitucional y no requieren de desarrollo legal: 1.- Solo son
titulares del derecho los partidos y movimientos políticos. 2.- Exige la verificación de la
personería jurídica. 3.- Impone la verificación del atributo relativo a que las
organizaciones coaligadas, sumadas hayan obtenido una votación de hasta el quince por
ciento (15%) de los votos válidos. 4.- Lo anterior, en la respectiva circunscripción. El
derecho a inscribir candidatos para listas de corporaciones públicas, debe tener
implicaciones en la estructura y organización de los partidos que participan en la
respectiva coalición, una de ellas es la conservación de la personería jurídica de aquellas
minorías políticas que advierten en la coalición una modalidad de supervivencia como
colectividad.
manifestado indicando que el inciso 5º del artículo 262 de la Carta Política, consagra dos
aspectos distintos e independientes en materia de coaliciones, habida cuenta que impone
al legislador el deber de regular aspectos propios del funcionamiento de las coaliciones y,
por otro lado, de manera autónoma e independiente consagra el derecho presentar lista
de candidatos en coalición para corporaciones públicas bajo condiciones específicas. (…).
En consecuencia, (…) el derecho a la inscripción de candidatos y listas de coalición a
corporaciones públicas, no necesita esperar la expedición de una ley para que sea
exigible su observancia, sobre todo cuando se presenta como una norma completa, que
no genera dificultades interpretativas al momento de su ejercicio, en relación con la
inscripción. Este reconocimiento efectivo del derecho por aplicación directa de la
Constitución, no obsta para que el legislador cumpla con el mandato constitucional de
regular las bases del funcionamiento de las coaliciones, sus derechos, sus limitaciones y
formas de financiamiento, el estatuto de oposición, entre otros aspectos; pues, una cosa
es que la Constitución deba y pueda aplicarse de manera directa y otra muy distinta que
ello relegue al legislador de su deber de dar alcance a los preceptos normativos
Constitucionales que desarrollen la reserva de Ley prevista por la Constitución e
impongan las condiciones de aplicabilidad de las señaladas coaliciones.
NOTA DE RELATORÍA: Acerca del régimen legal de las coaliciones, consultar: Consejo de
Estado, Sección Quinta, sentencia de 13 de diciembre de 2018, radicación 11001-03-28-
000-2018-00019-00, C.P. Rocío Araújo Oñate y sentencia del 2 de mayo de 2019,
radicación 11001-03-28-000-2018-00129-00, C.P. Lucy Jeannette Bermúdez Bermúdez.
PERSONERÍA JURÍDICA – Conservación por parte de los partidos políticos Alianza Social
Independiente ASI y Unión Patriótica UP / TEST DE CONVENCIONALIDAD – El acto
acusado satisface los criterios de legalidad, necesidad y proporcionalidad
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-36-000-2018-00459-01
63541
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / C.P.A.C.A. -
ARTÍCULO 140 / LEY 270 DE 1996 – ARTÍCULO 65 / LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 66 /
CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 10 / LEY 16 DE 1972 -
ARTÍCULO 63 / LEY 1437 DE 2011 -ARTÍCULO 188 / CÓDIGO GENERAL DEL PROCESO -
ARTÍCULO 365 - NUMERAL 1 / CÓDIGO GENERAL DEL PROCESO - ARTÍCULO 366 -
NUMERAL 4 / ACUERDO Nº. PSAA16-10554 DE 2016 DEL CONSEJO SUPERIOR DE LA
JUDICATURA
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 30/09/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE
ACTOR : ISABEL PARADA DE DUARTE
DEMANDADO : NACIÓN-RAMA JUDICIAL
DECISION : NIEGA
TEMA : MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA / ACCIÓN DE REPARACIÓN
DIRECTA / PROCEDENCIA DEL MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA /
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA / DAÑO CAUSADO POR LA ADMINISTRACIÓN DE
JUSTICIA
El artículo 188 de la Ley 1437 de 2011, dispone que, salvo aquellos procesos en los que
ventile un interés público, la sentencia dispondrá sobre la condena en costas. El numeral
1 del artículo 365 del CGP, norma vigente para la época en que se interpuso la demanda,
ordena que en la providencia del superior que confirme la de primera instancia se
condenará al recurrente a las costas de la segunda. De conformidad con el artículo 366
numeral 4 CGP, y en los términos del Acuerdo nº. PSAA16-10554 de 2016 del Consejo
Superior de la Judicatura, las agencias en derecho se tasarán entre 1 y 6 SMLMV en
atención a la naturaleza del proceso, la calidad y duración de la gestión realizada por el
apoderado, la cuantía del proceso y demás circunstancias especiales directamente
relacionadas con dicha actividad que permitan valorar la labor jurídica desarrollada. Por
lo anterior, se condena al demandante al pago de 5 SMLMV, por concepto de agencias en
derecho.
CONSEJO DE ESTADO
44001-23-31-000-2010-00238-01
53833
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CÓDIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO 136
NUMERAL 8 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 93 / CONVENIOS DE GINEBRA –
ARTÍCULO 3 COMÚN
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 12/09/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : ESTELA ROCA VILLARREAL y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA - EJÉRCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / RECURSO DE APELACIÓN CONTRA
SENTENCIA / PRESUPUESTO PROCESAL / CONCEPTO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN /
TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / CONTEO DEL
TÉRMINO DE CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA
establece un término de dos años para que sea impetrada la acción de reparación
directa, contado a partir del día siguiente a la ocurrencia del daño (hecho, omisión,
operación administrativa u ocupación temporal o permanente); vencido el cual, ya no es
posible solicitar que se declare la responsabilidad del Estado.
[T]anto el Consejo de Estado como la Corte Constitucional han señalado que la acción de
reparación frente a hechos constitutivos de ejecuciones extrajudiciales o “falsos
positivos” no caduca en ningún tiempo; razón por la cual se concluye que no opera en el
sub lite el fenómeno de la caducidad. NOTA DE RELATORÍA: Referente a la inaplicación
del término de caducidad de la acción de reparación directa por ejecuciones
extrajudiciales, consultar sentencia del 7 de septiembre de 2015, Exp. 85001-23-31-
000-2010-00178-01(47671), CP. Jaime Orlando Santofimio y sentencia de la Corte
Constitucional de 6 de julio de 2016, Exp. T-352, CP. Gabriel Eduardo Mendoza.
La muerte del joven, entonces, tuvo como causa el impacto de los proyectiles disparados
por varios oficiales y suboficiales del Ejército Nacional, no en el marco de un encuentro
armado, sino producto de una ejecución sumaria, pues no hay prueba alguna dentro del
expediente que sugiera siquiera que el joven perteneciera a algún grupo armado al
margen de la ley. Tales ejecuciones sumarias tenían por objetivo lograr ventajas
económicas o de mando dentro la institución, lo cual, a todas luces, constituye una grave
violación a los derechos humanos y una infracción al derecho internacional humanitario.
La Sala advierte que el daño se encuentra acreditado con la muerte del señor xxx xxx
ocurrida, según la parte actora, como producto de una ejecución extrajudicial. En efecto,
la víctima apareció como dada de baja en combate por miembros del Ejército Nacional,
cuando, de la valoración conjunta de los medios probatorios cursantes en el proceso,
resulta que se trataba de un joven sin conexión alguna –acreditada al menos- con grupos
armados al margen de la ley.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 17/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
[P]ese a que los sistemas internacionales de protección de los derechos humanos son
subsidiarios respecto de los nacionales, el juez contencioso administrativo, en aras de
amparar in extenso a una víctima de un conflicto armado, debe incorporar en su
interpretación y aplicar directamente estándares desarrollados por organismos
internacionales de protección de derechos humanos, con el fin de analizar la conducta del
Estado y sus agentes a la luz de las obligaciones internacionales y nacionales.
frente a una grave violación de los derechos humanos y a una infracción al Derecho
Internacional Humanitario. En efecto, la Sección Tercera del Consejo de Estado en sede
de reparación directa ha condenado en varios fallos a la Nación - Ministerio de Defensa -
Ejército Nacional, por víctimas del conflicto armado que, inexplicablemente, perdieron la
vida en presuntos operativos militares o combates armados con grupos organizados al
margen de la ley, bajo el título jurídico de imputación de falla del servicio por las
violaciones a deberes funcionales de origen convencional, constitucional y legal a cargo
del Estado. NOTA DE RELATORÍA: Referente a la responsabilidad patrimonial del Estado
por falla del servicio derivada de graves violaciones a los derechos humanos y al Derecho
Internacional Humanitario de civiles víctimas del conflicto armado interno, consultar
sentencia de 11 de septiembre del 2013, Exp. 20601, CP. Danilo Rojas Betancourth.
Para la Sala es claro que no existió enfrentamiento armado, y que el Ejército Nacional
incurrió en una falla del servicio al causar la muerte de manera dolosa a una persona
ajena al conflicto armado interno, que se encontraba en estado de indefensión o
inferioridad, lo que en el derecho internacional de los derechos humanos recibe el
nombre de ejecución sumaria o extrajudicial. (…) para la Sala se encuentran acreditados
todos los elementos que permiten predicar responsabilidad de la Administración; en
contraste con las afirmaciones de la entidad demandada, según la cual, el día de los
hechos se presentó un hostigamiento armado con grupos al margen de la ley; lo que le
permitió, en principio, hacer aparecer al joven como si se tratara de un guerrillero que
falleció en la reyerta militar. Esta conducta, altamente ominosa y censurable de los
agentes estatales, produjo graves daños antijurídicos a los demandantes, lo cual conlleva
a declarar la responsabilidad del Estado
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-36-000-2018-00109-01
63119
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 243 / CONSTITUCIÓN
NACIONAL - ARTÍCULO 93 / CONSTITUCIÓN NACIONAL - ARTÍCULO 93 / CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 25.1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 25.1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTÍCULO 25.1 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 93 / LEY 1437 DE
2011 - ARTÍCULO 164
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 30/07/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : ALBERTO MONTAÑA PLATA
ACTOR : NEFTALÍ ANTONIO GIRALDO URUETA Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA / APELACIÓN DE AUTO
INTERLOCUTORIO / ADMISIÓN PARCIAL DE LA DEMANDA / DAÑO DERIVADO DE
GRAVES VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 19/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
De conformidad con lo señalado en el artículo 243 de la Ley 1437 de 2011, el Auto que
pone fin al proceso es susceptible de apelación cuando es dictado en primera instancia
por los jueces o por los tribunales administrativos, en tal virtud el recurso presentado en
el proceso de la referencia resulta procedente.
La Sala encuentra que las normas que definen estas categorías jurídicas se incorporan al
ordenamiento jurídico colombiano por vía del artículo 93. Dada la alegada conexión con
el conflicto, en este caso el Bloque contiene además de los pactos y convenios de
derechos humanos ratificados por Colombia, las convenciones de Derecho Internacional
Humanitario de las que sea parte el Estado colombiano. Con el análisis de la categoría
jurídica de los hechos alegados, la Sala cumple con una obligación estatal. Como juez de
lo contencioso administrativo y juez de control de constitucionalidad para el caso
concreto, debe verificar la ocurrencia de cierto tipo de hechos que activan instrumentos
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 20/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
La Sala encuentra que la Corte IDH consolidó el contenido del artículo 25.1 de la
Convención Americana de Derechos Humanos, incorporando los estándares
internacionales vigentes mediante las siguientes reglas. (1) Las acciones con las que
víctimas de crímenes atroces o graves violaciones de derechos humanos pretenden la
reparación de los daños imputables al Estado, protegen los derechos imprescriptibles. (2)
A esas acciones, aún cuando no estén aparejadas a un proceso penal, no puede
aplicárseles la prescripción o caducidad. (3) La aplicación de esta figura jurídica, impide
que las víctimas de la barbarie accedan materialmente a la justicia para hacer efectivos
sus derechos imprescriptibles a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición. (4)
Esta práctica judicial genera responsabilidad del Estado por violación del artículo 25.1 de
la Convención Americana de Derechos Humanos.
La Sala considera que en este caso es competente y está obligada a hacer efectiva la
garantía de imprescriptibilidad de los derechos de víctimas de hechos como los alegados
en la demanda, que hace parte del bloque de constitucionalidad.
La Sala entiende que para este caso hacen parte del bloque de constitucionalidad los
tratados de derechos humanos que protegen el derecho a acceder a un recurso judicial
fácil y efectivo para reparar a las víctimas de crímenes atroces u otras graves violaciones
de derechos humanos, como el artículo 25.1 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, al que la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha incorporado la
garantía de imprescriptibilidad de las acciones de reparación contra el Estado.
[L]a Sala considera que ante la alta posibilidad de estar fallando un caso de
responsabilidad del Estado por un crimen atroz, surge la obligación de garantizar el
acceso a la justicia, mediante la adopción de medidas que impidan la declaración de
caducidad de la acción, pese a que un cálculo mecánico de los tiempos pueda indicar que
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 22/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Ciertamente, en esta etapa procesal, la Sala no puede hacer una valoración profunda de
las pruebas que obran en el expediente para determinar con certeza que los hechos sí
sucedieron, o para identificar las condiciones que permitirían identificarlos sin equívocos
como un crimen atroz. La probabilidad de estar ante un crimen atroz, sin embargo,
obliga al juez, a garantizar que las posibles víctimas tengan plena garantía de acceder a
la justicia para que se debata la ocurrencia de los hechos, y pueda producirse un fallo
que contribuya a la verdad y a la reparación, y que desestimule la repetición. Con ese
objeto, el juez de la responsabilidad civil del Estado, frente a casos de crímenes atroces,
está habilitado como juez de constitucionalidad para inaplicar las normas de caducidad, y
permitir que operen directamente las reglas convencionales incorporadas a la
Constitución por vía del artículo 93. Sin embargo, es cierto que en la admisión de la
demanda no podría adoptar una decisión definitiva sobre la inaplicación del término legal
de caducidad, pues aún no ha tenido oportunidad de comprobar la certeza de los hechos
que justifican esa garantía.
Sin pretermitir etapas procesales, con el fin de cumplir con los estándares mínimos de
protección y garantía de los derechos de las víctimas de graves violaciones del DIH o del
DIDH, y para asegurar que la justicia colombiana no promueva la impunidad de ese tipo
de crímenes, la Sala inaplicará de manera cautelar, no definitiva, la norma legal sobre
caducidad de la acción de reparación directa.
Será en la sentencia, que el juez de la responsabilidad del Estado defina si, en ejercicio
del control de convencionalidad, inaplica de manera definitiva el artículo 164 el C.P.A.C.A.
Sólo al fallar de fondo, en efecto, podrá valorar, por ejemplo, si la privación de la libertad
de los policías en el marco del conflicto desconoció prohibiciones del DIH, como la de
retener personas fuera de combate; o si las condiciones del cautiverio constituyeron
torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, entre otros.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-33-000-2018-00206-01
61449
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164 NUMERAL 2 LITERAL H
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 22/07/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : MARCO AURÉLIO BLANDÓN POSADA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - POLICÍA NACIONAL
DECISION : NO APLICA
TEMA : MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA / CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD / APLICACIÓN DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD / DELITO
DE LESA HUMANIDAD / DAÑO DERIVADO DE GRAVES VIOLACIONES A LOS DERECHOS
HUMANOS / PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS / JUEZ ADMINISTRATIVO /
DEBERES DEL JUEZ / BLOQUE DE CONSTITUCIONALIDAD
Los delitos de lesa humanidad o contra la humanidad son aquellos actos de extrema
crueldad que niegan la existencia y vigencia de los derechos humanos al despreciar de
manera grave la dignidad humana; para su configuración se requiere que tales actos
sean sistemáticos o generalizados, entendiendo esto último como la realización de
ataques masivos, frecuentes, ejecutados colectivamente, de gravedad considerable y
dirigidos contra multiplicidad de víctimas. (...) Esta Corporación ha sostenido que las
normas internacionales relativas a los derechos humanos tienen, entre otras funciones: i)
ser parámetros de condicionamiento de la constitucionalidad de los ordenamientos
internos y ii) desde el instituto de responsabilidad por daños fundamentar, a partir de
normas de referencia supranacional, los juicios de responsabilidad estatal en los casos de
falla en el servicio. De esta forma, los jueces nacionales, en materia de daños, deben
revisar el cumplimiento por parte de los Estados de las obligaciones de respeto y
garantía de los derechos humanos no solamente con fundamento en el derecho
doméstico sino también internacional, lo cual ha sido denominado como control de
convencionalidad que implica el deber de todo juez nacional de efectuar un análisis de
compatibilidad entre la normatividad interna que tiene que aplicar a un caso concreto,
con los tratados internacionales y la jurisprudencia de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 24/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
NOTA DE RELATORÍA: Ver, entre otros: i) Corte Constitucional, Sala Plena, sentencia C-
115 de 1998, M.P. Hernando Herrera Vergara; ii) Consejo de Estado, Sección Quinta,
sentencia del 12 de febrero de 2015, exp. 2014-0074701, C.P. Alberto Yepes Barreiro; iii)
Consejo de Estado, Sección Quinta, sentencia del 7 de septiembre de 2015, exp. 2014-
0074701, C.P. Alberto Yepes Barreiro; y iv) Consejo de Estado, Sección Tercera,
Subsección C, sentencia del 7 de septiembre de 2015, exp. 47671, C.P.; Jaime Orlando
Santofimio Gamboa.
[E]s pertinente manifestar que las normas del ius cogens son aquellas disposiciones
aceptadas y reconocidas por la comunidad internacional sobre las cuales no se admite
acuerdo en contrario y que únicamente pueden ser modificadas por una norma posterior
de derecho internacional general que tenga el mismo carácter (...) el ius cogens
incorpora valores fundamentales para la comunidad internacional, que trascienden el
consentimiento particular de los Estados singularmente considerados y sirven como
criterio de validez de las normas; por lo anterior, limitan la autonomía de la voluntad e
imponen el más fuerte límite a la discrecionalidad de los Estados dentro del escenario
internacional. Esto significa que los Estados no pueden ser omisivos al cumplimiento de
estas normas, las cuales por lo general prescriben obligaciones de carácter erga omnes.
Por lo anterior, toda violación de las normas imperativas, que hacen parte del ius cogens,
compromete la responsabilidad interna e internacional de los Estados por acción u
omisión. Así las cosas, la no prescriptibilidad de la acción judicial para el juzgamiento de
los crímenes de lesa humanidad es una norma del ius cogens de obligatorio
cumplimiento para los Estados, siendo nulo cualquier tratado internacional encaminado a
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 25/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
desconocerla.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-33-000-2018-00150-01
61087
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 125 / LEY 1437 DE 2011 -
ARTÍCULO 150 / LEY 1564 DE 2012 - ARTÍCULO 615 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA -
ARTÍCULO / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164 / CONVENCIÓN DE VIENA - ARTÍCULO
53 / DECRETO 1069 DE 2015 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164.2 LITERAL H
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 08/07/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 26/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Los delitos de lesa humanidad o contra la humanidad son aquellos actos de extrema
crueldad que niegan la existencia y vigencia de los derechos humanos al despreciar de
manera grave la dignidad humana; para su configuración se requiere que tales actos
sean sistemáticos o generalizados, entendiendo esto último como la realización de
ataques masivos, frecuentes, ejecutados colectivamente, de gravedad considerable y
dirigidos contra multiplicidad de víctimas. Conforme los elementos normativos del
Estatuto de Roma y en el entendimiento que de ellos ha adelantado la Corte
Constitucional, para la configuración de los delitos de lesa humanidad se requiere : i) que
exista un ataque generalizado o sistemático, ii) que dicho ataque esté dirigido contra la
población civil, iii) que implique la comisión de actos inhumanos –asesinato, exterminio,
esclavitud, traslado forzoso de población, entre otros-, iv) que haya conocimiento de que
se trata de un ataque sistemático o generalizado contra una población civil; v) que para
los actos de persecución solamente ha de tomarse en cuenta los fundamentos políticos,
raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género; y vi) el contexto dentro
del cual puede ocurrir un crimen de lesa humanidad puede ser en tiempos de paz, de
guerra internacional o de conflicto interno.
Esta Corporación ha sostenido que las normas internacionales relativas a los derechos
humanos tienen, entre otras funciones: i) ser parámetros de condicionamiento de la
constitucionalidad de los ordenamientos internos y ii) desde el instituto de
responsabilidad por daños fundamentar, a partir de normas de referencia supranacional,
los juicios de responsabilidad estatal en los casos de falla en el servicio .(…) los jueces
nacionales, en materia de daños, deben revisar el cumplimiento por parte de los Estados
de las obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos no solamente con
fundamento en el derecho doméstico sino también internacional , lo cual ha sido
denominado como control de convencionalidad que implica el deber de todo juez nacional
de efectuar un análisis de compatibilidad entre la normatividad interna que tiene que
aplicar a un caso concreto, con los tratados internacionales y la jurisprudencia de la
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Las normas del ius cogens son aquellas disposiciones aceptadas y reconocidas por la
comunidad internacional sobre las cuales no se admite acuerdo en contrario y que
únicamente pueden ser modificadas por una norma posterior de derecho internacional
general que tenga el mismo carácter. (…) de conformidad con el artículo 53 de la
Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados de 1969 “todo tratado que
contradiga esos principios es nulo frente al derecho internacional”. (…) la Corte
Constitucional ha afirmado que “esto explica que las normas humanitarias sean
obligatorias para los Estados y las partes en conflicto, incluso si éstos no han aprobado
los tratados respectivos, por cuanto la imperatividad de esta normatividad no deriva del
consentimiento de los Estados sino de su carácter consuetudinario” .(…) según la Corte
Constitucional la fuerza vinculante de las normas del ius cogens proviene de su
reconocimiento y aceptación por parte de la comunidad internacional que en su conjunto
le da un carácter axiológico que no admite norma o práctica en contrario, de ahí que no
sea necesaria la existencia de un pacto internacional escrito para su cumplimiento . (…)
el ius cogens incorpora valores fundamentales para la comunidad internacional, que
trascienden el consentimiento particular de los Estados singularmente considerados y
sirven como criterio de validez de las normas ; por lo anterior, limitan la autonomía de la
voluntad e imponen el más fuerte límite a la discrecionalidad de los Estados dentro del
escenario internacional . Esto significa que los Estados no pueden ser omisivos al
cumplimiento de estas normas, las cuales por lo general prescriben obligaciones de
carácter erga omnes. Por lo anterior, toda violación de las normas imperativas, que
hacen parte del ius cogens, compromete la responsabilidad interna e internacional de los
Estados por acción u omisión.
Bajo las particularidades del caso concreto, no es dable aplicar en forma estática las
reglas sobre la temporalidad del reclamo de responsabilidad estatal, sino que, como se
anticipó, en aras de garantizar el acceso a la administración de justicia, habrá de
permitirse el curso del medio de control, para que al momento de resolver de fondo
pueda analizarse si debe realizarse un manejo diferenciado de la caducidad del medio de
control. (…) en la demanda se precisaron ciertas circunstancias en la que aparentemente
ocurrieron el asesinato del señor José Nicolás Hurtado López, los tratos crueles e
inhumanos infringidos a sus familiares, los registros a sus domicilios o los interrogatorios
realizado por fuerza, argumentos que sin duda alguna están encaminados a sostener un
daño derivado de un presunto patrón sistemático de asesinatos, desapariciones,
masacres y persecuciones dirigidas de manera específica contra civiles del municipio de
Guarne, Antioquia, y llevadas a cabo por supuestos miembros del grupo armado ilegal
autodenominado Autodefensas Unidas de Colombia – AUC, prácticas que implicarían una
grave violación a los derechos humanos, en tanto podrían encajar en un crimen de lesa
humanidad, cuyo juzgamiento es imprescriptible conforme los lineamientos
internacionales de ius cogens y, por tanto también su estudio de responsabilidad en
materia de reparación. (…) bajo el panorama fáctico y probatorio preliminar no sería
posible limitar la posibilidad de acceso a la administración de justicia de las presuntas
víctimas del desplazamiento forzado, debido al tratamiento diferenciado que debe
tenerse en aquellos casos en los que se alega la ocurrencia de delitos de lesa humanidad.
(…) se revocará la decisión apelada y, en su lugar, se ordenará dar trámite al presente
asunto, para que el aspecto de la caducidad del medio de control se analice al resolver
de fondo la controversia.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-33-000-2018-00165-01
61147
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 ARTÍCULO 164 NUMERAL 2 LITERAL H)
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 28/06/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : LUZ MARINA CASTRILLÓN OCHOA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN
DIRECTA / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD / APLICACIÓN DEL CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD / DELITO DE LESA HUMANIDAD / DAÑO DERIVADO DE GRAVES
VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS / PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS
HUMANOS / JUEZ ADMINISTRATIVO / DEBERES DEL JUEZ / BLOQUE DE
CONSTITUCIONALIDAD
Los delitos de lesa humanidad o contra la humanidad son aquellos actos de extrema
crueldad que niegan la existencia y vigencia de los derechos humanos al despreciar de
manera grave la dignidad humana; para su configuración se requiere que tales actos
sean sistemáticos o generalizados, entendiendo esto último como la realización de
ataques masivos, frecuentes, ejecutados colectivamente, de gravedad considerable y
dirigidos contra multiplicidad de víctimas. (…) Esta Corporación ha sostenido que las
normas internacionales relativas a los derechos humanos tienen, entre otras funciones: i)
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reparación integral.(…) [S]e insiste en que los crímenes de lesa humanidad constituyen
graves violaciones de derechos humanos frente a los cuales debe operar un tratamiento
diferenciado y especial respecto a la institución de la caducidad del medio de control de
reparación, distinción que desciende de una norma del ius cogens, que es una norma
imperativa de derecho internacional obligatoria para todos los Estados y de inmediato
cumplimiento .
[E]s pertinente manifestar que las normas del ius cogens son aquellas disposiciones
aceptadas y reconocidas por la comunidad internacional sobre las cuales no se admite
acuerdo en contrario y que únicamente pueden ser modificadas por una norma posterior
de derecho internacional general que tenga el mismo carácter (…) el ius cogens incorpora
valores fundamentales para la comunidad internacional, que trascienden el
consentimiento particular de los Estados singularmente considerados y sirven como
criterio de validez de las normas; por lo anterior, limitan la autonomía de la voluntad e
imponen el más fuerte límite a la discrecionalidad de los Estados dentro del escenario
internacional. Esto significa que los Estados no pueden ser omisivos al cumplimiento de
estas normas, las cuales por lo general prescriben obligaciones de carácter erga omnes.
Por lo anterior, toda violación de las normas imperativas, que hacen parte del ius cogens,
compromete la responsabilidad interna e internacional de los Estados por acción u
omisión. Así las cosas, la no prescriptibilidad de la acción judicial para el juzgamiento de
los crímenes de lesa humanidad es una norma del ius cogens de obligatorio
cumplimiento para los Estados, siendo nulo cualquier tratado internacional encaminado a
desconocerla.
por el paso del tiempo evadir la responsabilidad que le corresponde ante crímenes de tal
magnitud, con lo cual se desconocería el fundamento supremo de dignidad humana
sobre el cual se estructura y que pueda escapar de la obligación de reparar graves
ofensas contra la humanidad de las que pueda ser declarado responsable. Por todo lo
anterior, al efectuarse el control de convencionalidad sobre la regla de caducidad
consagrada en el artículo 164 numeral 2 literal h) de la Ley 1437 de 2011, dicha norma
admite una excepción cuando se demanda la reparación por hechos materia de delitos de
lesa humanidad, máxime si lo que se persigue también es la reparación de bienes
esenciales legítimos que también son de interés público.
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-2008-00240-01
43741
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULOS 65 Y 67 / LEY 270 DE 1996 -
ARTÍCULO 66 / LEY 16 DE 1972 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 10
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 28/06/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE
ACLARACION DE VOTO / JAIME ENRIQUE RODRIGUEZ NAVAS
ACTOR : INVERSIONES LESA DE COLOMBIA S.A
DEMANDADO : NACIÓN - RAMA JUDICIAL
DECISION : NIEGA
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / ERROR JUDICIAL / ERROR
JURISDICCIONAL / RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DEL ESTADO POR ERROR
JURISDICCIONAL / TÍTULO DE IMPUTACIÓN DE RESPONSABILIDAD DEL ESTADO /
REQUISITOS DEL ERROR JURISDICCIONAL / PRESUPUESTOS DE LA RESPONSABILIDAD
PATRIMONIAL DEL ESTADO POR ERROR JURISDICCIONAL
NOTA DE RELATORÍA: En relación con los presupuestos para la configuración del error
jurisdiccional, ver sentencia de 22 de noviembre de 2001, Exp. 13164.
CONSEJO DE ESTADO
08001-23-31-000-2007-00685-01
51551
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / CÓDIGO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO 86 / CÓDIGO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO 136 NUMERAL 8 / LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 65 / LEY
270 DE 1996 - ARTÍCULO 67 / LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 66 / LA CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 10 / LEY 16 DE 1972 - ARTÍCULO 63
/ CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1886 / LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 69
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 28/06/2019
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE
ACTOR : JORGE LUIS PABÓN APICELLA
DEMANDADO : RAMA JUDICIAL Y OTROS
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 34/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
DECISION : NIEGA
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA / PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE
REPARACIÓN DIRECTA / DAÑO CAUSADO POR LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA /
RESPONSABILIDAD DE LA ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA
el afectado hubiere interpuesto los recursos de ley y (ii) que la providencia contentiva de
error esté en firme. Los “recursos de ley” deben entenderse como los recursos ordinarios
de impugnación de providencias, que pueden interponerse sin sujeción a las rígidas
causales que operan para los extraordinarios y que no requieren de la presentación de
una demanda adicional. NOTA DE RELATORÍA: Referente al control de constitucionalidad
efectuado a la Ley 270 de 1996, consultar sentencia de la Corte Constitucional C-037 de
05 de febrero de 1996, M. P. Vladimiro Naranjo Mesa y sobre los presupuestos para la
configuración de responsabilidad estatal por error jurisdiccional, consultar sentencia de
22 de noviembre de 2001, Exp. 13164, C.P. Ricardo Hoyos Duque.
El título de imputación de error judicial no constituye una instancia adicional que permita
la impugnación de las providencias, ni mucho menos se configura por el hecho de que la
parte esté en desacuerdo con las consideraciones contenidas en las decisiones judiciales.
Como no se está en presencia de un error jurisdiccional, pues no se aprecia en las
decisiones judiciales una actuación caprichosa o subjetiva del fallador y lo que el
demandante pretende es que se revisen los fundamentos jurídicos de las providencias y
su valoración probatoria, no se configuró un daño antijurídico. Por ello, la decisión de
primera instancia será confirmada.
Como se probó que el trámite del proceso fue complejo dadas las distintas circunstancias
que lo rodearon y no se demostró que su duración fuera consecuencia de un anormal
funcionamiento de la administración, la sentencia apelada será confirmada.
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-15-000-2006-00419-02
45657
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 66 / LEY 270 DE 1996 -
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 37/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
[LOS DEMANDANTES] son las personas sobre las que recae el interés jurídico que se
debate en este proceso, pues el primero fue demandante en los procesos ordinarios
laborales y de tutela, en los que se dictó la providencia desfavorable a sus pretensiones y
los demás conforman su núcleo familiar. La Nación-Rama Judicial está legitimada en la
causa por pasiva, pues fue la entidad que profirió las providencias en las que se afirma
se configuró error jurisdiccional y tramitó el proceso en el que, se afirma, hubo
defectuoso funcionamiento de la administración de justicia. El Distrito Capital y la
Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá-ETB no están legitimados en la causa por
pasiva, porque no son autoridades judiciales
quien haya sido víctima de un error de esta naturaleza podrá demandar al Estado
reparación de perjuicios. El artículo 66 de esa norma definió el error jurisdiccional como
aquel cometido por una autoridad investida de facultad jurisdiccional, en su carácter de
tal, en el curso de un proceso, que se materializa a través de una providencia contraria a
la ley (…) el error jurisdiccional no corresponde a una simple equivocación o desacierto
derivado de la libre interpretación jurídica, sino que debe enmarcarse en “una actuación
subjetiva, caprichosa, arbitraria y flagrantemente violatoria del debido proceso”. Por su
parte, el artículo 67 de la misma ley dispone que para la procedencia de la reparación
derivada del error jurisdiccional, es preciso que: (i) el afectado hubiere interpuesto los
recursos de ley y (ii) que la providencia contentiva de error esté en firme (…) según lo
dispuesto en el artículo 66 de la Ley 270 de 1996 LEAJ, tal y como quedó luego del
condicionamiento de la Corte Constitucional, no procede el error judicial de las altas
cortes. Sin embargo, el artículo 10 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
incorporada por la Ley 16 de 1972, dispone que toda persona tiene derecho a ser
indemnizada conforme a la ley en caso de haber sido condenada en sentencia firme por
error judicial y el artículo 63 ordena la reparación de las consecuencias
CONSEJO DE ESTADO
68001-23-31-000-2010-00622-01
55591
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / CÓDIGO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO 86 / CÓDIGO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO - ARTÍCULO 136 NUMERAL 8 / LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 65 / LEY
270 DE 1996 - ARTÍCULO 66 / LEY 270 DE 1996 - ARTÍCULO 67 / CONVENCIÓN
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 40/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Las copias simples serán valoradas, porque la Sección Tercera de esta Corporación, en
fallo de unificación, consideró tenían mérito probatorio. NOTA DE RELATORÍA: Sobre el
valor probatorio de las copias simples, consultar providencia de 28 de agosto de 2013,
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 41/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
1996 LEAJ, tal y como quedó luego del condicionamiento de la Corte Constitucional, no
procede el error judicial de las altas cortes. Sin embargo, el artículo 10 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, incorporada por la Ley 16 de 1972, dispone que toda
persona tiene derecho a ser indemnizada conforme a la ley en caso de haber sido
condenada en sentencia firme por error judicial y el artículo 63 ordena la reparación de
las consecuencias, de una medida o situación que haya configurado una vulneración de
un derecho y al pago de una indemnización justa a la parte lesionada. (…). De ahí que, el
juez de la responsabilidad civil del Estado -como juez de convencionalidad-, ante la
evidente contradicción entre el orden jurídico interno y las disposiciones de derecho
internacional aceptadas por Colombia está en el deber de no aplicar el artículo 66 de la
Ley 270 de 1996 LEAJ, tal como quedó después del fallo de constitucionalidad, en
relación con la improcedencia de error judicial de las “altas corporaciones judiciales”, por
cuanto es incompatible con la Convención Americana de Derechos Humanos, como se
hará en la parte resolutiva de esta providencia. NOTA DE RELATORÍA: Sobre el error
judicial de las altas cortes, consultar providencia de 29 de abril de 2019, Exp. 54364,
C.P. Guillermo Sánchez Luque; de 31 de mayo de 2019, Exp. 57630, C.P. Guillermo
Sánchez Luque.
El título de imputación de error judicial no constituye una instancia adicional que permita
la impugnación de las providencias, ni mucho menos se configura por el hecho de que la
parte que resultó vencida en juicio esté en desacuerdo con las consideraciones
contenidas en las decisiones judiciales. Como no se está en presencia de un error
jurisdiccional, pues no se aprecia en las decisiones judiciales una actuación caprichosa o
subjetiva del fallador y lo que el demandante pretende es que se revisen los
fundamentos jurídicos de las providencias y su valoración probatoria, no se configuró un
daño antijurídico. Por ello, la decisión de primera instancia será confirmada.
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-36-000-2017-00860-01
59859
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164 LITERAL i / DECRETO 01
DE 1984 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164 / LEY 742 DEL 2002 / ESTATUTO DE
ROMA – ARTÍCULO 29 / ACTO LEGISLATIVO 02 DE 2001 / CONVENCIÓN DE SAN JOSÉ /
CONVENCIÓN DE VIENA - ARTÍCULO 53 / LEY 589 DE 2002 - ARTÍCULO 7 / LEY 1437 DE
2011 - ARTÍCULO 164 NUMERAL 2 LITERAL i / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164
NUMERAL 2 LITERAL H
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 06/12/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : GUSTAVO ALFONSO VILLAMIL
DEMANDADO : NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL
DECISION : NO APLICA
TEMA : MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA / DESPLAZAMIENTO FORZADO /
CASO MASACRE DE MAPIRIPÁN / APLICACIÓN DEL DERECHO DE ACCESO A LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA / ALCANCE DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO DE
CARÁCTER OBJETIVO / IMPROCEDENCIA DE LA CADUCIDAD DE LA ACCIÓN
En el caso que se resuelve, los demandantes alegan que inclusive para la época del
recurso no habían logrado recuperar su arraigo en el municipio de Mapiripan y que
continúan en condición de desplazados en la capital del país, lo que de entrada impide
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 44/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
La legislación adjetiva aplicable a los asuntos promovidos ante esta jurisdicción previó un
término de dos años para llevar ante la justicia los reclamos derivados de la
responsabilidad extracontractual del Estado, término que rigió bajo la égida del Decreto
01 de 1984 y subsiste bajo el vigente Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo. La contabilización de ese límite temporal tiene lugar, en
principio, con fundamento en tres reglas previstas en el artículo 164 literal i de la Ley
1437 de 2011, así: (i) a partir del día siguiente a la acción u omisión causante del daño,
(ii) a partir del día siguiente al que el demandante tuvo o debió tener conocimiento del
daño y (iii) a partir del día siguiente a la aparición de la víctima en casos de desaparición
forzada o desde la ejecutoria del fallo penal que así lo declare, sin perjuicio de que la
pretensión pueda intentarse desde el momento de la ocurrencia de los hechos que dieron
lugar a la desaparición. Sin embargo, en tanto la caducidad de la acción tiene por efecto
impedir el acceso al reclamo judicial de un derecho, la jurisprudencia ha matizado la
aplicación estricta del fenómeno en algunas especiales circunstancias, entre las que se
cuenta el ejercicio del medio de control de reparación directa tendiente a la
indemnización de los daños sufridos por las víctimas de desplazamiento forzado, al
considerar que al perder su arraigo social, familiar y económico, se ven expuestas a una
situación de indefensión que les impide el ejercicio pleno de sus derechos, incluido el de
acción. […] En múltiples pronunciamientos esta Corporación ha reconocido que esa
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 45/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Los delitos de lesa humanidad o contra la humanidad son aquellos actos de extrema
crueldad que niegan la existencia y vigencia de los derechos humanos al despreciar de
manera grave la dignidad humana; para su configuración se requiere que tales actos
sean sistemáticos o generalizados, entendiendo esto último como la realización de
ataques masivos, frecuentes, ejecutados colectivamente, de gravedad considerable y
dirigidos contra multiplicidad de víctimas. Conforme los elementos normativos del
Estatuto de Roma y en el entendimiento que de ellos ha adelantado la Corte
Constitucional, para la configuración de los delitos de lesa humanidad se requiere : i) que
exista un ataque generalizado o sistemático, ii) que dicho ataque esté dirigido contra la
población civil, iii) que implique la comisión de actos inhumanos –asesinato, exterminio,
esclavitud, traslado forzoso de población, entre otros-, iv) que haya conocimiento de que
se trata de un ataque sistemático o generalizado contra una población civil; v) que para
los actos de persecución solamente ha de tomarse en cuenta los fundamentos políticos,
raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos o de género; y vi) el contexto dentro
del cual puede ocurrir un crimen de lesa humanidad puede ser en tiempos de paz, de
guerra internacional o de conflicto interno.
Esta Corporación ha sostenido que las normas internacionales relativas a los derechos
humanos tienen, entre otras funciones: i) ser parámetros de condicionamiento de la
constitucionalidad de los ordenamientos internos y ii) desde el instituto de
responsabilidad por daños fundamentar, a partir de normas de referencia supranacional,
los juicios de responsabilidad estatal en los casos de falla en el servicio. De esta forma,
los jueces nacionales, en materia de daños, deben revisar el cumplimiento por parte de
los Estados de las obligaciones de respeto y garantía de los derechos humanos no
solamente con fundamento en el derecho doméstico sino también internacional, lo cual
ha sido denominado como control de convencionalidad que implica el deber de todo juez
nacional de efectuar un análisis de compatibilidad entre la normatividad interna que tiene
que aplicar a un caso concreto, con los tratados internacionales y la jurisprudencia de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. En este orden de ideas, el control de
convencionalidad es un mecanismo necesario para constatar el cumplimiento de
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 46/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
No obstante, resulta pertinente aclarar que la aludida Convención de las Naciones Unidas
se circunscribe al contexto de los delitos juzgados por el Tribunal Internacional de
Núremberg y que la misma no ha sido ratificada por el Estado colombiano, de ahí que la
regla de imprescriptibilidad prevista en aquella no pueda ser el fundamento esencial para
la no aplicación del término de caducidad ordinario. Sin embargo, es preciso mencionar
que el Estatuto de Roma constituye el referente actual en materia internacional de los
crímenes de lesa humanidad y el mismo consagra en su artículo 29 que los delitos de
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 47/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Sobre el particular es pertinente manifestar que las normas del ius cogens son aquellas
disposiciones aceptadas y reconocidas por la comunidad internacional sobre las cuales no
se admite acuerdo en contrario y que únicamente pueden ser modificadas por una norma
posterior de derecho internacional general que tenga el mismo carácter. En este sentido
y de conformidad con el artículo 53 de la Convención de Viena sobre el Derecho de los
Tratados de 1969 “todo tratado que contradiga esos principios es nulo frente al derecho
internacional”. Al respecto, la Corte Constitucional ha afirmado que “esto explica que las
normas humanitarias sean obligatorias para los Estados y las partes en conflicto, incluso
si éstos no han aprobado los tratados respectivos, por cuanto la imperatividad de esta
normatividad no deriva del consentimiento de los Estados sino de su carácter
consuetudinario”. […] [E]l ius cogens incorpora valores fundamentales para la comunidad
internacional, que trascienden el consentimiento particular de los Estados singularmente
considerados y sirven como criterio de validez de las normas; por lo anterior, limitan la
autonomía de la voluntad e imponen el más fuerte límite a la discrecionalidad de los
Estados dentro del escenario internacional. Esto significa que los Estados no pueden ser
omisivos al cumplimiento de estas normas, las cuales por lo general prescriben
obligaciones de carácter erga omnes. Por lo anterior, toda violación de las normas
imperativas, que hacen parte del ius cogens, compromete la responsabilidad interna e
internacional de los Estados por acción u omisión.
para los Estados, siendo nulo cualquier tratado internacional encaminado a desconocerla.
Es oportuno precisar que la imprescriptibilidad de la acción procesal relacionada con
conductas generadoras de graves violaciones de derechos humanos se ha aplicado
principalmente en materia penal para juzgar la responsabilidad del agente que cometió la
conducta generadora del daño, la cual es distinta al juicio de responsabilidad patrimonial
del Estado por acción u omisión. En efecto, se trata de dos procesos judiciales
independientes y autónomos, cuya naturaleza, fundamentos y parámetros de
juzgamiento son distintos, de tal forma que un juicio de la responsabilidad penal
individual de quien es acusado de haber cometido un delito de lesa humanidad no impide
que pueda adelantarse una demanda en contra del Estado con el fin de que se determine
si incurrió en responsabilidad patrimonial, a nivel del derecho interno. Ahora, a pesar de
la diferenciación entre la responsabilidad penal y la responsabilidad del Estado en
materia de graves violaciones de derechos humanos, las mismas comparten un elemento
en común: la finalidad de protección de los derechos fundamentales de las víctimas a la
verdad, a la justicia, a la reparación y a la garantía de no repetición, lo cual constituye
una piedra angular del Estado social de derecho , sin cuyo respeto y garantía se
generarían “actos de barbarie ultrajantes para la conciencia de la humanidad”. En estas
circunstancias, la protección efectiva de las personas contra graves violaciones a los
derechos humanos constituye una razón esencial del Estado constitucional colombiano y
del sistema interamericano de derechos humanos, cuyo sustento normativo se halla en el
corpus iuris de disposiciones sobre derechos humanos tanto internas como de derecho
internacional, dentro del cual se encuentra, entre otras, las normas de ius cogens
relativa a la imprescriptibilidad de la acción judicial para hacer reclamaciones
relacionadas con los crímenes de lesa humanidad. Dicha imprescriptibilidad no persigue
solamente la satisfacción de un interés particular, sino que plantea también la protección
del interés público y de los derechos de la humanidad. Con fundamento en este
fenómeno jurídico procesal, la jurisprudencia nacional ha afirmado que “la seguridad
jurídica que busca el fenómeno de la caducidad debe ceder ante situaciones que son del
interés de la humanidad entera.
Dicho lo anterior, se insiste en que los crímenes de lesa humanidad constituyen graves
violaciones de derechos humanos frente a los cuales debe operar un tratamiento
diferenciado y especial respecto a la institución de la caducidad del medio de control de
reparación, distinción que desciende de una norma del ius cogens, que es una norma
imperativa de derecho internacional obligatoria para todos los Estados y de inmediato
cumplimiento. En este punto resulta importante mencionar que la imprescriptibilidad y la
caducidad son dos fenómenos jurídicos distintos. […] No obstante, para el despacho esta
diferenciación del ordenamiento jurídico interno debe ajustarse a las normas del ius
cogens, por lo que si bien en materia administrativa se habla de caducidad y no de
prescripción, ello no es óbice para aplicar a esta jurisdicción los aludidos mandatos
superiores y, en consecuencia, el paso del tiempo no impide el acceso a la administración
de justicia para solicitar la reparación de los daños generados por crímenes de lesa
humanidad, entre otros eventos. De otro lado, debe manifestarse que resultaría
paradójico que, por un lado, se acepte la imprescriptibilidad de la acción judicial en
materia penal y, por otro lado, se niegue la posibilidad de acudir a la reparación directa
en la jurisdicción administrativa, dado que en el sistema jurídico deben prevalecer los
principios de coherencia, integración y plenitud normativa. Además, porque no resulta
aceptable que el Estado como garante de los derechos humanos y las libertades
fundamentales, pueda por el paso del tiempo evadir la responsabilidad que le
corresponde ante crímenes de tal magnitud, con lo cual se desconocería el fundamento
supremo de dignidad humana sobre el cual se estructura y que pueda escapar de la
obligación de reparar graves ofensas contra la humanidad de las que pueda ser declarado
responsable. Por todo lo anterior, al efectuarse el control de convencionalidad sobre la
regla de caducidad consagrada en el artículo 164 numeral 2 literal h) de la Ley 1437 de
2011, dicha norma admite una excepción cuando se demanda la reparación por hechos
materia de delitos de lesa humanidad, máxime si lo que se persigue también es la
reparación de bienes esenciales legítimos que también son de interés público.
CONSEJO DE ESTADO
50001-23-31-000-2007-00322-01
47628
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 63 / LEY 446 DE 1998 - ARTÍCULO 16
/ LEY 1448 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 21/11/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : CLAUDIA PATRICIA ARBOLEDA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE LA PRESIDENCIA DE
LA REPÚBLICA Y MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Accede. Caso: Muerte de campesinos por
explosión de mina antipersona cuando se encontraban realizando voluntariamente,
labores de erradicación manual de cultivos ilícitos / MINA ANTIPERSONA EN ZONA DE
CULTIVOS ILÍCITOS - Sembrada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
en el Parque Natural Sierra de La Macarena / ERRADICACIÓN MANUAL DE CULTIVOS
ILÍCITOS EN ZONA DE ALTO RIESGO - Actividad peligrosa / RESPONSABILIDAD DEL
ESTADO POR DAÑOS OCASIONADOS POR UN TERCERO EN EL MARCO DEL CONFLICTO
ARMADO INTERNO - Se configuró. El Estado era el guardián de la actividad peligrosa que
dio lugar al daño / RIESGO EXCEPCIONAL - Título de imputación aplicable. Concreción
del riesgo de la actividad peligrosa desarrollada por particulares / RESPONSABILIDAD
DEL ESTADO POR RIESGO CREADO / ATAQUE DE LAS FARC CON MINA ANTIPERSONA EN
ZONA DE CULTIVOS ILÍCITOS - Finalidad. Torpedear la labor estatal de erradicación /
ATAQUE DE LAS FARC CON MINA ANTIPERSONA EN ZONA DE CULTIVOS ILÍCITOS -
Indiscriminado
[L]a Sala se encuentran acreditados en el sub lite todos los elementos exigidos por el
artículo 90 Superior, daño antijurídico e imputación, que permiten predicar la
responsabilidad de la Nación, a través de sus representadas Departamento
Administrativo de la Presidencia de la República y Ministerio de Defensa - Policía
Nacional, por los daños sufridos por los demandantes en virtud de la muerte de los
señores JORGE IVÁN RAMOS OCAMPO, CARLOS ANDRÉS y JUAN DAVID HURTADO
LÓPEZ, JOSÉ NEVARDO GALLEGO GALLEGO, JOSÉ ALEJANDRO OBANDO CAMPUZANO y
JUAN DE JESÚS SALAZAR MESA, en hechos ocurridos el día 2 de agosto de 2006 en
virtud de la explosión de una mina antipersona sembrada por las FARC mientras se
encontraban realizando labores de erradicación manual de cultivos ilícitos, en calidad de
voluntarios del Programa Presidencial de Erradicación de Cultivos Ilícitos “Colombia
Verde” de la Agencia Presidencial para la Acción Social y la Cooperación Internacional, en
la Serranía de la Macarena, Parque Natural de la Macarena, jurisdicción de Puerto Rico -
Meta. (…) hecho que, adicionalmente, comporta una grave violación a los derechos
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 52/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
humanos y una infracción al Derecho Internacional Humanitario (…) No cabe duda que la
labor de erradicación de cultivos ilícitos -en este evento, en zona de alto riesgo- recae,
con todos sus peligros, en cabeza del Estado, razón por la cual se estima que en este
caso el título de imputación debe ser el de riesgo excepcional. El riesgo de la actividad,
(…) no solo era real sino latente, si se tienen además en cuenta los antecedentes bélicos
(…) [E]n este caso la instalación de minas antipersonas en la Serranía de La Macarena
tenía por propósito torpedear el plan estatal de erradicación de cultivos ilícitos, con
independencia inclusive de quien lo llevara materialmente a cabo, si militares o civiles;
razón por la cual el daño resulta imputable al Estado en virtud de la concreción del riesgo
típico de la actividad peligrosa que nos ocupa, que se tradujo en el daño consistente en
la muerte de los erradicadores. (…) En efecto, no había mediado contrato entre las
demandadas y las víctimas mortales, sino apenas el reconocimiento de un “incentivo
económico” por la labor realizada, que para nada resulta proporcional al riesgo al que se
sometían los erradicadores. (…) [S]i bien materialmente el daño fue ocasionado por las
FARC, su eventual producción era un riesgo del guardián de la actividad lícita que se
estaba desarrollando (erradicación), es decir, del Estado. Entonces, a pesar de la
participación voluntaria de los ciudadanos, realizada ciertamente a cambio de un
incentivo económico, los riesgos de dicha actividad seguían en cabeza de la Nación, pues
no sería ni proporcional ni justo decir cosa distinta. (…) [L]a muerte de los campesinos
se produjo en el marco del conflicto armado interno y por un hecho imputable al Estado,
dado que el ataque de las FARC tenía como propósito torpedear la labor estatal de
erradicación de cultivos ilícitos; luego, es él quien debe soportar los riesgos propios de
dicha actividad, y no los particulares ajenos al conflicto, especialmente cuando -como en
este caso- no se pudo precisar la identidad de los autores materiales (más allá de la
certeza de que pertenecían al grupo guerrillero de las FARC). NOTA DE RELATORÍA: En
relación con la responsabilidad del Estado en eventos en los que se produce un daño a
personas que colaboran benévolamente en actividades peligrosas a cargo de la
administración, cita sentencia de 14 de agosto de 2008, Exp. 16413, MP. Mauricio
Fajardo Gómez.
En el caso concreto estamos frente a una grave violación a los derechos humanos y a
una infracción al Derecho Internacional Humanitario en el marco del conflicto armado
interno. En consecuencia, probado como está que el daño antijurídico es imputable al
Estado, surge inexorablemente la obligación de reparar las vulneraciones a derechos
constitucionales fundamentales y convencionales, como lo son la dignidad humana y la
familia. Conforme a lo dispuesto en los artículos 63 de la Convención Americana de
Derechos Humanos de 1969 y 16 de la Ley 446 de 1998, se procederá a aplicar los
criterios de unificación adoptados en la sentencia del 28 de agosto de 2014, tantas veces
citada, en atención a que el juez administrativo, en aplicación directa del control de
convencionalidad, deberá lograr el resarcimiento pleno del perjuicio. (…) [S]e procede a
ordenar, de conformidad con la Ley 1448 de 2011 -mediante la cual se dictaron medidas
de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto armado interno-,
el envío al Director del Centro Nacional de Memoria Histórica y del Archivo General de la
Nación, de copia de la presente sentencia con el fin de que haga parte de sus registros, y
se contribuya así a la construcción documental del país que busca preservar la memoria
de la violencia generada por el conflicto armado interno en Colombia. NOTA DE
RELATORÍA: En relación con los criterios a tener en cuenta para indemnizar daños
surgidos de violaciones a derechos constitucionales y convencionales, cita sentencia de
unificación jurisprudencial del 28 de agosto del 2014, Exp. 26251, M.P. Jaime Orlando
Santofimio Gamboa.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 55/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-33-000-2015-02134-01
59436
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164 / LEY 387 DE 1997 /
DECRETO 01 DE 1984 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 164
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 14/11/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : JORGE HUMBERTO MARÍN HENAO Y OTROS
DEMANDADO : MUNICIPIO DE MEDELLÍN Y NACIÓN – MININTERIOR
DECISION : NO APLICA
TEMA : CADUCIDAD DE LA ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - En casos de
desplazamiento forzado / RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR DESPLAZAMIENTO
FORZADO
La legislación adjetiva aplicable a los asuntos promovidos ante esta jurisdicción previó un
término de dos años para llevar ante la justicia los reclamos derivados de la
responsabilidad extracontractual del Estado, término que rigió bajo la égida del Decreto
01 de 1984 y subsiste bajo el vigente Código de Procedimiento Administrativo y de lo
Contencioso Administrativo. La contabilización de ese límite temporal tiene lugar, en
principio, con fundamento en tres reglas previstas en el artículo 164 literal i de la Ley
1437 de 2011, así: (i) a partir del día siguiente a la acción u omisión causante del daño,
(ii) a partir del día siguiente al que el demandante tuvo o debió tener conocimiento del
daño y (iii) a partir del día siguiente a la aparición de la víctima en casos de desaparición
forzada o desde la ejecutoria del fallo penal que así lo declare, sin perjuicio de que la
pretensión pueda intentarse desde el momento de la ocurrencia de los hechos que dieron
lugar a la desaparición. Sin embargo, en tanto la caducidad de la acción tiene por efecto
impedir el acceso al reclamo judicial de un derecho, la jurisprudencia ha matizado la
aplicación estricta del fenómeno en algunas especiales circunstancias, entre las que se
cuenta el ejercicio del medio de control de reparación directa tendiente a la
indemnización de los daños sufridos por las víctimas de desplazamiento forzado, al
considerar que al perder su arraigo social, familiar y económico, se ven expuestas a una
situación de indefensión que les impide el ejercicio pleno de sus derechos, incluido el de
acción. Como lo afirma con razón el apelante, aunque la Ley 387 de 1997 califica el
desplazamiento como un fenómeno que ocurre dentro del mismo territorio, cuando la
migración de un ciudadano no ocurre en forma voluntaria sino por razones de la
necesaria protección de su vida e integridad, también se está en presencia de una
modalidad de desplazamiento forzado.
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En el caso del accionante, está probado que el gobierno de los Estados Unidos de
América le concedió asilo desde el 22 de septiembre de 2005 (…) aunque la sola
concesión del asilo no le garantizaba per se al demandante el restablecimiento pleno de
sus derechos, le otorgaba acceso a ciertas ayudas encaminadas a ello; adicionalmente
consta que ya en condición de asilado, el señor Marín Henao gozaba aún de vinculación
con el servicio público en el municipio de Medellín, según se aprecia en la Resolución No.
5800 dictada el día 24 de octubre de 2005, donde se le reconocieron 15 días de
vacaciones remuneradas entre la referida fecha y el 15 de noviembre de 2005 y se
mantuvo vinculado laboralmente en Colombia hasta diciembre 6 de 2005, cuando se le
aceptó su renuncia (…) para el año 2010 el accionante ya estuvo en condiciones de
regresar voluntariamente a Colombia, según consta en la certificación que remitió
Migración Colombia con destino a este proceso; en efecto, el 14 de julio de 2010 el señor
Marín Henao viajó desde los Estados Unidos con destino a Medellín y salió de esta última
ciudad hacia el exterior el 5 de agosto del mismo año. Seguidamente se registraron otras
salidas desde Estados Unidos hacia Colombia en julio de 2011, agosto de 2012, julio de
2013, agosto de 2014, mayo de 2015, octubre de 2015 y junio de 2016. En modo alguno
admite reproche la conducta del demandante tendiente a mantener vigentes las
relaciones con su país y con sus familiares en este, por lo que bien legítima era su
conducta de regresar por algunos días, así como respetable su decisión de no informarlo
a las autoridades locales. Sin embargo, las posibilidades de emprender un viaje
internacional son indicativas de que había logrado establecerse en el país donde se
encontraba asilado, en tanto dan cuenta de que contaba con recursos económicos
necesarios para sufragar su viaje y, en esas condiciones, también estaba en posibilidades
de acudir a la jurisdicción en procura de su reclamo tendiente a la declaratoria de
responsabilidad del Estado por razón del desplazamiento que padeció. (…) a partir del 15
de julio de 2010 el demandante estuvo en condiciones de acudir a la jurisdicción, lo que,
en principio permitiría concluir que la demanda fue extemporánea; sin embargo, como lo
consideró el Ministerio Público, existe la posibilidad de que el crimen cometido contra el
demandante estuviera enmarcado dentro de las conocidas conductas de persecución
contra dirigentes sindicales por razón de sus convicciones políticas, en tanto hay prueba
sumaria de que las amenazas en su contra iniciaron precisamente cuando fue designado
directivo de una organización sindical, tal como se alegó en la demanda.
[E]l juez se encuentra obligado a verificar que las normas de la legislación nacional no
estén en contravía con las disposiciones internacionales, teniendo en cuenta que
dependiendo de las circunstancias particulares de un caso determinado, el empleo de un
precepto de la legislación nacional puede: i) ajustarse a los cánones establecidos en los
tratados que hacen parte del bloque de constitucionalidad, o ii) quebrantar o desconocer
dichos mandatos. Así, en el ejercicio del control de convencionalidad, esta Corporación
ha indicado en varias oportunidades que la acción judicial en asuntos relacionados con
crímenes de lesa humanidad no caduca y, por lo tanto, las demandas donde se reclama
la reparación de perjuicios por este tipo de delitos deben ser admitidas, con
independencia de los términos que consagra el artículo 164 de la Ley 1437 de 2011 para
interponer la demanda. (…) el Estatuto de Roma constituye el referente actual en
materia internacional de los crímenes de lesa humanidad y el mismo consagra en su
artículo 29 que los delitos de competencia de la Corte Penal Internacional no prescriben,
disposición que fue analizada y declarada su conformidad con la Constitución por la Corte
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2009-01012-01
45902
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : DECRETO 01 DE 1984 - ARTÍCULO 82 / DECRETO 01 DE
1984 - ARTÍCULO 86 / LEY 446 DE 1998 - ARTÍCULO 39 / LEY 446 DE 1998 - ARTÍCULO
40 / DECRETO 01 DE 1986 - ARTÍCULO 136 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL -
ARTÍCULO 185 / DECLARACIÓN DE LAS NACIONES UNIDAS / DECRETO 1355 DE 1970 -
ARTÍCULO 29 / DECRETO 1355 DE 1970 - ARTÍCULO 30 / DECRETO 522 DE 1971 -
ARTÍCULO 109 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 63 /
LEY 446 DE 1998 - ARTÍCULO 16 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
- ARTÍCULO 63 / LEY 446 DE 1998 - ARTÍCULO 16
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 17/09/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : RAMIRO PAZOS GUERRERO
ACTOR : XXXXXXX Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena
La legitimación en la causa por activa de PPPP (padre), MMMM (madre) y Luz MR, CR, JR,
DR (hermanos) aparece demostrada en el plenario, porque además de que afirmaron ser
afectados por razón de los hechos en que se sustenta la demanda, acreditaron en el
proceso la relación de parentesco con la referida víctima, mediante los registros civiles
correspondientes. Por su parte, no hay duda del legítimo interés que le asiste a XXXXXX
en su calidad de directo afectado en los hechos. La legitimación en la causa por pasiva de
la entidad demandada también se encuentra demostrada, debido a que el daño invocado
en la demanda proviene de acciones presuntamente imputables a la Nación - Ministerio
de Defensa - Policía Nacional, de donde deviene su interés para concurrir en calidad de
demandada en la presente causa.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 59/615
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En los términos del artículo 136 del Código Contencioso Administrativo, los accionantes
contaban con 2 años, contados a partir del acaecimiento del hecho dañoso, para
interponer la acción de reparación directa. En el caso concreto se pretende que se
declare la responsabilidad de la entidad demandada por las lesiones físicas que padeció
el señor XXXXXXXXXX, hechos que según lo narrado en la demanda acaecieron el 1º de
mayo de 2007. En consecuencia, en principio, los demandantes podían ejercer la acción
hasta el 1º de mayo de 2009; sin embargo, como el término de caducidad fue
suspendido por la presentación de la solicitud de conciliación prejudicial ante la
Procuraduría General de la Nación desde el 13 de abril de 2009 hasta el 25 de junio de
2009, cuando se surtió la audiencia de conciliación, se tiene que la demanda fue ejercida
oportunamente, comoquiera que se presentó el 3 de julio de 2009.
Al proceso fueron aportadas varias pruebas en copia simple, mientras que se solicitaron
y trasladaron otras originadas dentro de la causa penal en virtud de los mismos hechos
que se alegan en esta oportunidad. Frente a los documentos allegados en copia simple,
desde ya se advierte que serán valorados, en los términos definidos por el pleno de la
Sección. Respecto de las pruebas testimoniales trasladadas es preciso señalar que si bien
no fueron ratificadas dentro del sub judice, lo cierto es que de conformidad con la
jurisprudencia de esta Corporación serán tenidas en cuenta, por las razones que pasarán
a exponerse. En primer lugar, puesto que los hechos alegados por la parte actora en la
demanda corresponden presuntamente a graves violaciones a los derechos humanos,
casos en los cuales esta Sección ha señalado que resulta procedente inaplicar lo
consagrado en el artículo 185 del Código de Procedimiento Civil –y normas
concordantes-, por excepción de convencionalidad, pues la falta de apreciación de ciertas
pruebas testimoniales puede constituir una violación del derecho fundamental de acceso
a la administración de justicia, lo cual ha sido reprochado por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos en distintas providencias .En segundo lugar, pues tales pruebas
fueron pedidas oportunamente por la parte demandada y, adicionalmente, la parte actora
se refirió a ellas en el escrito de demanda, lo que permite concluir que se trata de
medios de prueba reconocidos como tales por ambas partes, sin que cuestionaran sus
alcances probatorios o pidieran su ratificación, razón por la cual resulta admisible su
valoración, tal como lo ha sostenido esta Sección, en “los eventos en los cuales el
traslado de las pruebas recaudadas dentro de otro proceso es solicitado por ambas
partes, éstas pueden ser valoradas, aún cuando hubieran sido practicadas sin citación o
intervención de alguna de ellas en el proceso original y no hayan sido ratificadas en el
proceso al cual se trasladan, considerando que, en tales eventos, resulta contrario a la
lealtad procesal que una de las partes solicite que la prueba haga parte del acervo
probatorio, bien sea por petición expresa o coadyuvancia, pero que, en el evento de
resultar desfavorable a sus intereses, invoque las formalidades legales para su
inadmisión” .En tercer lugar, puesto que dentro de la causa penal el actor actuó como
denunciante y la Nación fue la que adelantó esa actuación, aportó la prueba y esta se
practicó con audiencia de la contraparte , razones de más para valorarlas .NOTA DE
RELATORÍA: Sobre la valoración de los documentos aportados en copia simple, consultar,
Consejo de Estado, Sala Plena, Sección Tercera, sentencia de unificación de 28 de agosto
de 2013, exp. 25022
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 60/615
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Específicamente frente al daño antijurídico, De Cupis señala que es “el acto que viola la
norma que tutela el interés de otro, que lesiona el interés ajeno; el daño antijurídico lo
constituye la lesión del interés ajeno. (…) el daño es un hecho: es toda afrenta a la
integridad de una cosa, de una persona, de una actividad, o de una situación [...] el
perjuicio lo constituye el conjunto de elementos que aparecen como las diversas
consecuencias que se derivan del daño para la víctima del mismo. Mientras el daño es un
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
hecho que se constata, el perjuicio es, al contrario, una noción subjetiva apreciada en
relación con una persona determinada- (…) debe agregarse que el daño relevante para el
instituto de la responsabilidad extracontractual no puede ser cualquier transgresión a un
derecho, sino que se requiere, que esta tenga consecuencias, repercusiones reales y
perceptibles en la esfera personal del afectado, esto es, que sea: i) cierto, ii) presente o
futuro, iii) determinado o determinable y iv) anormal.(…) para hablar de certeza es
necesario que exista una efectiva modificación o alteración patrimonial constatable
producto de la lesión a un interés o derecho
En el asunto sub examine, no se demostró que los agentes de policía hayan empleado la
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 62/615
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fuerza contra el actor de manera justificada, valga decir, para impedir la comisión de un
delito, evitar alteraciones del orden público, defenderse o defender a otra persona, hacer
cumplir una orden o decisión judicial y/o asegurar la captura del señor
XXXXXXXXXXXXXX. Tampoco se acreditó que los uniformados hayan recurrido al uso de
la fuerza luego de emplear otros medios no violentos que resultaron ineficaces; por el
contrario, se probó que arribaron al parque del municipio en donde se encontraba la
víctima con otras personas y ofendieron verbalmente a los allí presentes con palabras
soeces por su condición sexual. Una vez el actor exigió respeto fue atacado y le causaron
lesiones físicas sin que se observe que los agentes de policía, se reitera, tuvieran
justificación para agredirlo, emplear la fuerza, sus armas de dotación y causarle los
daños que en esta oportunidad se reclaman. (…) no se advierte una conducta u omisión
atribuible a la víctima que permita tener por demostrado un proceder negligente,
irresponsable o imprudente, análisis que impide sostener que defraudó el deber de
cuidado que por sus condiciones personales le era exigible, de ahí que se descarte la
existencia de un hecho exclusivo y determinante de la víctima que haya dado lugar a la
agresión. (…) para la Sala es imperioso concluir que en el caso concreto el procedimiento
adelantado por la fuerza pública desbordó el ejercicio de sus funciones, incumplió los
protocolos y normas sobre la materia y originó daños que la víctima no estaba en la
obligación de soportar.(…) se concluye que la agresión que originó las lesiones al actor
resulta a todas luces imputable a la Nación-Ministerio de Defensa-Policía Nacional, pues
fue propiciada y cometida por miembros en servicio activo de la entidad, quienes se
encontraban en una patrulla de la Policía Nacional , y en un claro abuso de sus funciones
constitucionales atacaron a un civil sin razón alguna. En este caso es evidente que los
agresores actuaron investidos de su poder como agentes de la Policía Nacional, pues no
solo se movilizaban en un automotor con distintivos de la entidad, sino que poniendo de
manifiesto su condición de policías golpearon a la víctima con sus armas de dotación.
Aunque en el plenario no se conoce el resultado de la investigación que adelantó la
justicia penal militar, lo cierto es que obran evidencias que permiten tener como
demostrada la agresión y las consecuentes lesiones físicas que la víctima padeció en
razón de ellas. (…) el daño a la integridad física causado al señor XXXXXXXXXXXXXX
resulta imputable a la entidad accionada
consignó claramente que quien relaciona el ataque de los policías con dichas patologías
es el mismo paciente, es decir, dicha afirmación no corresponde al criterio y diagnóstico
médico del especialista que lo valoró, sino a los antecedentes que refiere el paciente y de
los que deben dejarse constancia en la historia clínica(…) tampoco encuentra la Sala que
el señor XXXXXXXXXXXXXXXX haya perdido la beca con la que contaba para estudiar el
programa de Técnico en Contaduría Sistematizada en el Instituto CESDE, pues si bien en
la demanda se aportó una certificación en la que se da cuenta que el demandante sí
estudió en esa institución y luego se retiró, ello no demuestra que en efecto haya sido
por causa de la agresión. (…) en los hechos de la demanda se indicó que el actor perdió
la beca a causa de las lesiones; no obstante, se advierte que, según la mentada
certificación, el mismo actor fue quien le solicitó a la institución educativa que le
autorizaran su retiro.
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CONSEJO DE ESTADO
20001-23-31-000-2009-00307-01
44065A
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 17/09/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : STELLA CONTO DÍAZ DEL CASTILLO (E)
ACTOR : LUCY YANETH CARVAJALINO GARZÓN Y OTROS
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 65/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
[Para]la Sala no puede dejar de poner en evidencia la concordancia entre algunos de los
elementos de convicción hallados en el plenario y el modus operandi que, de acuerdo con
el informe del relator de Naciones Unidas antes citado, es característico de los llamados
“falsos positivos”. (…) En conclusión, (…) es claro que, por las circunstancias anotadas, la
muerte del señor (…), además de constituir una conducta reprochable desde el punto de
vista de las obligaciones que tiene el Estado en relación con la protección de la vida, la
dignidad y la integridad de los ciudadanos, encuadra en las conductas que están
proscritas por el derecho penal, el derecho internacional de los derechos humanos y el
derecho penal internacional, por lo que constituye un daño antijurídico que compromete
la responsabilidad patrimonial de la Nación-Ministerio de Defensa-Ejército Nacional,
frente al perjuicio sufrido por los miembros de la parte actora. NOTA DE RELATORÍA.
Corresponde a la Sala determinar si, (…) la entidad demandada debe ser declarada
responsable por la muerte del señor (…), acaecida en la madrugada del 16 de mayo de
2007 en la vereda El Chamizo, municipio de González, departamento del Cesar. Para ello
es indispensable establecer si, de acuerdo con el material probatorio recaudado en el
trámite del proceso, es posible concluir que dicha muerte fue ocasionada de manera
deliberada con el fin de presentar resultados positivos en la misión del Ejército, o como
resultado de un uso excesivo de la fuerza, o si, de acuerdo con la versión de la
demandada, aquélla se habría producido como una respuesta legítima frente a la
agresión armada de la que habrían sido víctimas los uniformados que participaron en el
retén.
[-En] un típico enlace vía bloque de constitucionalidad-, de acuerdo con los cuales es
obligación de los Estados impedir que se presenten situaciones de privación arbitraria de
la vida y, además, fomentar las políticas que sean necesarias y conducentes para evitar
ese tipo de prácticas. (…) De allí que el desconocimiento de esos principios, o la falla por
parte de los Estados en la implementación de las medidas necesarias para prevenir y
castigar en debida forma las ejecuciones extrajudiciales cometidas por agentes estatales,
implican el incumplimiento de las normas de derecho internacional de derechos humanos
y DIH que consagran los derechos que se ven conculcados por ese tipo de conductas y, si
los respectivos casos no son debidamente estudiados y decididos por las instancias
judiciales de los respectivos países, entonces los daños que sean causados por motivo de
ese incumplimiento serán, eventualmente, materia de análisis de responsabilidad en las
instancias judiciales del sistema internacional de derechos humanos.
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Los demandantes solicitaron ser indemnizados por los perjuicios morales y el daño a la
vida de relación que habrían sufrido como consecuencia de la muerte del señor (…). A
propósito de los perjuicios morales la Sala los encuentra suficientemente demostrados en
el plenario, (…) y, de acuerdo con la jurisprudencia de la Corporación, dicha circunstancia
basta que pueda inferirse que su muerte les causó sentimientos de tristeza y congoja.
(…) En punto a su tasación, la Sala, en atención a los parámetros indemnizatorios fijados
por la Sala Plena de la Sección Tercera (…). Cien (100) salarios mínimos legales
mensuales vigentes para cada uno de los siguientes demandantes: (…) (cónyuge), (…)
(hija), (…) (hijo) y (…) (padre). (…) Cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales
vigentes para cada uno de los (…) (hermanos). NOTA DE RELATORÍA. Al respecto se
puede consultar la sentencia 28 de agosto de 2014, exp. 26251.
[En] lo que tiene que ver con los perjuicios morales padecidos por la víctima entre el
momento en que fue aprehendido por miembros del Ejército y aquél en el que resultó
muerto, reclamados en nombre de (…) [sus] hijos y herederos de aquél, la Sala recuerda
que, como lo ha sostenido en otras ocasiones, el perjuicio moral experimentado en vida
por la persona fallecida es transmisible mortis causa en tanto se trata de un crédito que
forma parte de su patrimonio herencial. En esa perspectiva se ha sostenido que para la
reclamación de este crédito en nombre de la sucesión de la persona fallecida, los
demandantes en reparación directa deben acreditar dos aspectos: “la consistencia y
realidad del daño moral padecido por la víctima directa, de una parte y, el título
hereditario invocado, que [los] legitima en el ejercicio de la pretensión indemnizatoria
para [su] reconocimiento”. (…) En el caso bajo análisis la Sala advierte que si bien no
hay prueba directa que demuestre el padecimiento moral sufrido por el señor (…) luego
de su aprehensión por parte de los miembros del Ejército Nacional (…) al menos sí de la
angustia e incertidumbre que se derivaba del hecho de haber sido aprehendido y
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trasladado por personal militar, sin que existiera motivo alguno para ello, circunstancia
que no podía sino intranquilizar a quien veía vulnerado así su derecho a libre locomoción
y que, en el marco de prácticas de violaciones de derechos humanos
desafortunadamente conocidas, bien pudo hacerle presagiar un porvenir adverso. (…) Así
pues y teniendo en cuenta que, según lo acreditado en el expediente, el señor (…) habría
sido aprehendido por personal militar en horas de la noche del 15 de mayo de 2007,
resultando muerto en la madrugada del 16 siguiente, lo cual implica que su sentimiento
de angustia e incertidumbre se prolongó por cerca de 6 horas, la Sala considera que hay
lugar a reconocer un perjuicio moral, en favor de su sucesión, por un monto de treinta
(30) salarios mínimos legales mensuales vigentes.
hermanos (…), la Sala considera que, a falta de pruebas que ofrezcan plena certeza
sobre afectaciones particulares a su modo de vida que no puedan ser reparadas a través
de medidas no pecuniarias, el perjuicio derivado (…) resulta reparado integralmente por
virtud de la medida no pecuniaria consistente en la rectificación de la noticia difundida.
Como daño emergente los demandantes solicitaron que se reconocieran los gastos
derivados del entierro y mortaja de la víctima, así como los originados en la presente
acción de reparación directa, perjuicios que deben ser denegados pues, en lo que tiene
que ver con los primeros, ninguna prueba se allegó al expediente sobre su pago y,
menos aún, sobre el hecho de que hubieren sido sufragados por alguno de los
demandantes y, en lo relativo al segundo, porque los mismos constituyen costas
procesales que, como se explicará en el acápite correspondiente, sólo pueden dar lugar a
una condena cuandoquiera que se advierte una actuación temeraria de la parte vencida.
En relación con el lucro cesante la Sala estima que hay lugar a reconocerlo en favor de la
señora (…) y de sus (…). Sobre este punto es de anotar que si bien está demostrado que,
al momento de su muerte, el señor (…) hacía vida marital con la señora (…) la prueba
testimonial recaudada en el plenario es conteste al señalar que aquél continuaba velando
por la manutención de la señora (…), circunstancia que, aunada al hecho de que no obra
constancia alguna de que la señora (…) hubiere presentado demanda de reparación
directa ni, menos aún, de que hubiere reclamado para sí la indemnización de dicho
perjuicio, permite concluir que, en efecto, en el momento de su muerte, el señor (…)
destinaba la mayor parte de sus ingresos –excluyendo el 25% que, se presume, utilizaba
en sus gastos personales- a la manutención del núcleo familiar conformado por quien
fuera su cónyuge y por sus dos hijos, de modo que su muerte les ocasionó un lucro
cesante. (…) Así las cosas, la Sala liquidará este perjuicio siguiendo los criterios
establecidos (…) [por] la Sección Tercera (…) [que] estableció que este perjuicio debía
liquidarse con acrecimiento, (…). Para obtener el lucro cesante con acrecimiento deben
distribuirse los valores de la renta calculada en los diferentes períodos de acrecimiento
teniendo en cuenta que: i) la cónyuge supérstite hubiera recibido la ayuda hasta la
expectativa de vida del occiso que era inferior a la suya y, ii) los menores habrían
recibido los recursos provenientes de su padre hasta la edad de 25 años, momento en el
cual se considera que adquieren su independencia económica y, a partir de allí, su parte
acrecería a la destinada a los demás beneficiarios de la renta.
[Cuando] están de por medio graves violaciones a los derechos humanos, resulta
procedente adoptar medidas de las denominadas de reparación integral y ello en
cumplimiento no solamente de lo ordenado en el artículo 16 de la Ley 446 de 1998, sino
de lo dispuesto en tratados y convenios de derechos humanos ratificados por Colombia
que prevalecen en el orden interno, pero también de otros instrumentos de derecho
internacional que, aunque no tienen carácter estrictamente vinculante –razón por la cual
se los denomina “derecho blando” o “soft law”–, gozan de cierta relevancia jurídica y
práctica en el ámbito internacional y nacional en tanto exhiben “una clara e inequívoca
vocación axiológica o normativa general” y sirven como “criterio(s( auxiliar(es( de
interpretación de los tratados internacionales sobre derechos humanos”. De allí que se
haya considerado que, en estos casos, sea posible adoptar medidas no pecuniarias de
reparación integral encaminadas a la satisfacción y a la no repetición de las conductas
que son objeto del pronunciamiento judicial, sin tener en cuenta las restricciones
impuestas por los principios de congruencia, jurisdicción rogada y no reformatio in pejus.
Los demandantes solicitaron que se ordenaran como tales: (…) ii) la expedición de un
ejemplar de promoción de derechos humanos, en el que se ilustre el caso del señor (…),
para ser distribuido en el departamento del Cesar y de Norte de Santander; (…) la Sala
se abstendrá de ordenar el ejemplar de promoción de derechos humanos solicitado por
los demandantes comoquiera que se tiene conocimiento del hecho de que, con el
transcurrir de los años, el Ejército Nacional ha ampliado su formación en la materia y
cuenta con material suficiente para apoyar y consolidar esa labor formativa.
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Los demandantes solicitaron que se ordenaran como tales: (…) iii) la publicación, en un
diario de amplia circulación en el municipio de Ocaña, de una rectificación a propósito de
las circunstancias en las que ocurrió la muerte del señor (…). La Sala también ordenará
al Ejército Nacional que, en aras de restablecer la dignidad y honra del señor (…) y de
sus familiares, publique en un diario de amplia circulación en la zona en la que se
encuentra el municipio de Ocaña, Santander, la rectificación de la información relativa a
las circunstancias que rodearon la muerte de aquél. Dicha publicación no podrá tener un
tamaño inferior a aquélla en la que comunicó la muerte del señor (…), contenida en el
folio 255 del cuaderno de anexos 1 –supra párr. 11.8- y en ella deberá hacerse alusión a
este fallo e indicarse lo contenido en el párrafo 15.3 de esta providencia.
[Dado] que hace parte de la satisfacción de las víctimas el que se conozca toda la verdad
sobre los hechos y el que se apliquen sanciones judiciales o administrativas a los
responsables de las violaciones, la Sala ordenará que copia de esta sentencia se remita
a: i) la Procuraduría General de la Nación para que, en ejercicio de su poder preferente,
estudie la posibilidad de reabrir la investigación disciplinaria adelantada por estos
hechos, sin perder de vista que, como quedó acreditado en el expediente, éste no fue un
caso aislado sino que, durante los años 2007 y 2008, varios civiles resultaron muertos a
manos de miembros del Batallón de Infantería n.º 15 Santander del Ejército Nacional en
circunstancias similares a las del sub examine; ii) la Fiscalía 66 Especializada de la
Unidad de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de Bucaramanga, la
cual adelanta la investigación penal por los hechos, despacho judicial al que también
instará para que asuma con diligencia su tarea dado que, como quedó evidenciado en el
presente proceso, pese a que han transcurrido más de 11 años desde el acaecimiento de
los hechos, la investigación no ha mostrado mayores avances –supra párr. 11.11-; iii) la
Fiscalía 72 de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de Cúcuta en la
cual se adelantaban investigaciones por hechos similares a los del sub examine –supra
párr. 11.11.1-; y iv) la Jurisdicción Especial para la Paz.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-15-000-2018-00320-00
PI
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN NACIONAL – ARTÍCULO 182 /
CONSTITUCIÓN NACIONAL – ARTÍCULO 183 / LEY 1881 DE 2018 – ARTÍCULO 18 /
CONSTITUCIÓN NACIONAL – ARTÍCULO 93 / CONSTITUCIÓN NACIONAL – ARTÍCULO
183 / LEY 1437 DE 2011 – ARTÍCULO 11
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 05/09/2018
SECCION : SALA PLENA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO SALA DIECISÉIS
ESPECIAL DE DECISIÓN
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : HERNÁN DARÍO CADAVID MÁRQUEZ
DEMANDADO : CLAUDIA NAYIBE LÓPEZ HERNÁNDEZ
DECISION : NIEGA
TEMA : PÉRDIDA DE INVESTIDURA DE CONGRESISTAS / CONFLICTO DE INTERESES
COMO CAUSAL DE DESINVESTIDURA – Presupuesto de configuración
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-36-000-2017-01976-01
61798
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 2 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 8 /
CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 25 / ESTATUTO DE
ROMA - ARTÍCULO 7 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 29 / CONSTITUCIÓN
POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 228 / CONSTITUCIÓN
POLÍTICA - ARTÍCULO 229 / LEY 1437 DE 2011, CPACA - ARTÍCULO 164
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 30/08/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
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A juicio de la Sala, si bien en esta etapa del proceso no resulta posible determinar con
certeza que los hechos dañosos invocados en la demanda revistan los elementos
constitutivos de los delitos de lesa humanidad, existen elementos indicativos de esa
naturaleza, como que esos hechos habrían ocurrido en el marco del conflicto armado,
con posible afectación generalizada y sistemática de civiles, que ameritan que frente a
las dudas que sobre ese aspecto pudieren existir en esta etapa se apliquen los principios
pro actione y pro damnato en favor de los demandantes, con el fin de garantizar el
acceso a la justicia. (…) Por ello, lo procedente es revocar el auto apelado, toda vez que
la determinación con certeza de la configuración de los elementos que caracterizan los
delitos de lesa humanidad a partir de los hechos expuestos en la demanda, a efectos de
determinar la imprescriptibilidad de la acción, se deberá decidir en la sentencia. (…) En
consideración a las razones que se han dejado expuestas, estima la Sala que la decisión
en sentido contrario, en esta etapa, limita injustificadamente la garantía fundamental del
acceso a la justicia. NOTA DE RELATORÍA. Sobre este tema se puede consultar el auto de
14 de septiembre de 2017, exp. 58945. Problema jurídico. [Sobre] la caducidad de la
demanda interpuesta por los familiares de los señores (…), como quiera que la parte
recurrente aduce la imprescriptibilidad, en cuanto se trata de la reparación del daño
ocasionado por graves violaciones del DIH, de los derechos humanos y por delitos de
lesa humanidad.
La caducidad del medio de control de reparación directa tiene como tiene fundamento en
el artículo 228 constitucional, a cuyo tenor los términos procesales se aplicarán buscando
ante todo la protección material de los derechos y la resolución definitiva de los conflictos
que surgen en el complejo tejido social, garantizando el derecho de acceso a la
administración de justicia dentro de los límites de su ejercicio razonable y proporcional.
Conforme con la estructuración legal, la caducidad es de estricto orden público y de
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En lo que tiene que ver con el medio de control de reparación directa, el literal i) del
artículo 164 del Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo, establece que el término para presentar demanda es dos (2) años: (…)
permitiéndole a quien alegue ser víctima de daños antijurídicos imputables al Estado,
ejercer la acción dentro de los 2 años siguientes (Día siguiente) de la ocurrencia del
hecho, omisión, operación administrativa u ocupación temporal por obra pública o por
cualquier otra causa de la propiedad ajena, o también, según el caso y las circunstancias,
es procedente a partir del día siguiente a aquel en que la persona interesada tenga
conocimiento del hecho, operación, omisión u ocupación, etc. (…) Así las cosas, se ha
señalado que el cómputo de dicho término inicia i) el día siguiente a la ocurrencia del
hecho dañino, o ii) a partir del conocimiento del mismo por quien lo ha padecido,
distinguiendo dicho fenómeno de la prescripción y manteniéndose su concepción
tradicional respecto del daño continuado. (…) De conformidad con lo anterior, a la luz de
la normatividad vigente, existen tres eventos relevantes para efectos de computar el
término de caducidad del medio de control de reparación directa: i) la ejecución de la
conducta o la ocurrencia del hecho generador del daño antijurídico; ii) el conocimiento
del daño y, iii) en los casos de desaparición forzada, la cesación de la conducta
vulnerante. (…) Ahora bien, jurisprudencialmente se ha señalado que estas situaciones
merecen tratamiento especial, en materia de caducidad del medio de control de
reparación directa: cuando el daño reclamado se origina en acciones u omisiones
constitutivas de delitos de lesa humanidad o proviene del desplazamiento forzado.
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Comoquiera que en el caso bajo examen, los demandantes pretenden ser indemnizados
por hechos que, a su juicio, se constituyen en delitos de lesa humanidad, la Sala
analizará detalladamente lo siguiente: (…) Sin perjuicio de lo anterior, la Subsección C de
la Sección Tercera ha considerado que adicionalmente “…a las normas procedimentales
que rigen el trámite de los procedimientos contenciosos administrativos, el Despacho
precisa que al momento de su interpretación y aplicación el funcionario judicial no sólo
debe remitirse a ellas sino que en su razonamiento debe acudir a las normas
constitucionales y de orden supraconstitucional, donde se enfatiza en la Convención
Americana de Derechos Humanos y la doctrina desarrollada a partir de ella por la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. (…)”. Esto se trae a colación en razón a la
naturaleza fundamental que ostenta el acceso a la administración de justicia, al amparo
de los artículos 29, 228 y 229 constitucionales y 8 y 25 de la Convención, el cual no se
agota en una perspectiva formal, como la creación de recursos judiciales y un aparato
institucional encargado de su conocimiento, sino que también incluye una connotación
sustantiva, que lleva a precisar que, en materia de aplicación de normas procedimentales
que impliquen cargas o actuaciones procesales a las partes, deben interpretarse con
carácter restrictivo teniendo en consideración la finalidad objetiva que con ellas se
persigue, en términos de la jurisprudencia constitucional (…). Las reglas y principios
anteriores, por garantía imperativa de los artículos 9º, 53, 93, 94, 102, 164 y 214 de la
Carta Política; 8 y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos (incorporada al
ordenamiento jurídico colombiano mediante la Ley 16 de 1972) y de los principios de
derecho internacional público del “pacta sunt servanda”, la buena fe, el ius cogens, y de
humanidad, deben armonizarse cuando se demanda la responsabilidad patrimonial del
Estado por actos de lesa humanidad, ya que en estos eventos (en una perspectiva
adjetiva, no individual) no puede mantenerse un excesivo rigorismo procesal que limite o
afecte principios y mandatos normativos de Derecho Internacional Público (de los
Derechos Humanos y del Derecho Internacional Humanitario) a los que está sujeto el
Estado colombiano. (…) De ahí, pues, que se precise estudiar el alcance de los delitos de
lesa humanidad y su imprescriptibilidad, a partir de razonamientos suficientes y
ponderados que permitan dilucidar si el caso concreto presenta situaciones específicas
que permitan vislumbrar alguno de aquellos ilícitos, que demande la armonización
sistemática con los principios y normas anteriormente mencionados, para poder concluir
si operó o no el fenómeno de la caducidad. (…) Así, esta Corporación ha considerado que
la gravedad de las conductas constitutivas de delitos de lesa humanidad justifica un
tratamiento diferenciado, en punto a la caducidad del medio de control de reparación
directa. Ello, en aras de garantizar de manera efectiva el derecho de las víctimas al
acceso a la administración de justicia. (…) Adicionalmente, la jurisprudencia ha señalado
que, pese a las diferencias existentes entre la caducidad y la prescripción, el principio de
imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad –el cual ha sido reconocido por la
Corte Interamericana de Derechos Humanos como una norma de ius cogens– no solo
tiene aplicabilidad en el campo del derecho penal a efectos de que los autores de estos
comportamientos puedan ser investigados, juzgados y sancionados en cualquier tiempo,
sino que se extiende a los diversos ámbitos del ordenamiento jurídico, incluyendo el
contencioso administrativo, con miras a que las víctimas de estas graves violaciones
puedan acudir a la jurisdicción para hacer efectivo su derecho a la reparación. (…) De
manera que, cuando existen elementos de juicio para considerar que el hecho que
sustenta la demanda de reparación directa constituye un delito de lesa humanidad, es
preciso aplicar un tratamiento de excepción a la caducidad del medio de control de
reparación de las víctimas.
[D]ebe precisarse que no toda grave violación de los derechos humanos o todo hecho
relacionado con el conflicto armado interno constituye un delito de lesa humanidad. El
artículo 7 del Estatuto de Roma determina tres elementos que estructuran y definen los
delitos de lesa humanidad, esto es: i) que el acto se ejecute o lleve a cabo contra la
población civil; ii) que ocurra en el marco de un ataque que revista las características de
generalizado y sistemático; iii) que el acto se cometa con conocimiento de dicho ataque.
CONSEJO DE ESTADO
08001-23-31-000-2005-00727-01
44555
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 08/08/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : STELLA CONTO DÍAZ DEL CASTILLO (E)
ACTOR : JOSÉ VICENTE PATERNINA PEINADO Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN - RAMA JUDICIAL Y
OTROS
DECISION : NIEGA
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Niega / DAÑOS CAUSADOS POR PRIVACIÓN
INJUSTA DE LA LIBERTAD - Niega. Caso juez procesado penalmente por ejercer
conductas intimidatorias contra particulares
ante su jurisdicción y, (iii) a pesar del conocimiento que aseguró tener sobre
irregularidades en el ejercicio de la función punitiva del Estado que el mismo ejercía,
optó por utilizar esa información para congraciarse con los particulares interesados antes
que denunciar esos hechos, como era su deber. (…) Así, las distintas piezas procesales y
las pruebas testimoniales que conforman el proceso penal adelantado en su contra, dan
cuenta que, anteponiendo el cargo de funcionario judicial, el señor (…) transmitió
mensajes amenazantes e intimidatorios, deliberadamente fundados en información
relacionada con el ejercicio de sus funciones, como la relativa a (i) la amenaza de
privación de libertad del destinatario de esos mensajes, en virtud de una orden de
captura, a sabiendas inexistente y (ii) el conocimiento que dijo tener, también por
razones de su cargo, en el sentido que si no se pagaba dinero a los fiscales que
adelantaban la investigación contra uno de los familiares de su interlocutor, aquel podría
resultar perjudicado con una medida desfavorable a sus intereses. (…) Para la Sala
resulta claro que el juez (…) actuó con la intención positiva de inferir injuria a los señores
(…), en sus personas y bienes, si se considera que, dados el conocimiento y la
experiencia específicos en el ejercicio del cargo que desempañaba, para el juez debía
resultar claro el efecto que ese tipo de mensajes intimidatorios produce en el estado
anímico y la tranquilidad de las personas a las que fueron dirigidos, en cuanto se trataba
de información que amenazaba directamente su libertad y bienes, al punto que acudió a
esas conductas a sabiendas que con ello lograba obtener la audiencia del primero y la
atención de los dos particulares a los que dirigió la información que cernía la amenaza
sobre la libertad y los bienes, como efectivamente ocurrió, según lo acreditado en este
proceso. (…) Para la Sala también resulta reprochable, a título de dolo civil, que ante el
señor (…) familiar del (…) investigado penalmente, el juez (…) hubiera puesto en
entredicho la dignidad y honorabilidad de los fiscales relacionados con ese caso, como en
efecto lo hizo, al manifestarle al primero de los nombrados que de esos funcionarios
podía esperarse cualquier cosa, para el caso, la exigencia de una millonaria suma de
dinero para proferir una decisión favorable a los intereses del investigado. Esa
manifestación, en cuanto acompañada de la salvedad relativa a que mientras su actuar
en el ejercicio de sus funciones como juez era transparente, el de los fiscales no lo era,
claramente demuestra la intención positiva de afectar la función ejercida por y los
intereses jurídicamente protegidos de las personas mancilladas pues, como se acreditó
en el proceso, esas afirmaciones denigrantes del juez estuvieron tan dirigidas contra dos
personas determinadas, que dieron lugar a que los interlocutores del señor (…)
denunciaran, como no lo hizo este y se investigara penalmente a dos fiscales plenamente
individualizados, máxime cuando, finalmente, en favor de estos últimos la autoridad
penal dispuso la preclusión. (…) Por último, no puede pasar por alto la Sala que, aunado
a lo anterior, el juez (…) prefirió utilizar la información relativa a hechos que ameritaban
ser investigados penalmente, sobre la que plenamente dijo tener conocimiento, para
tener acceso al gerente del Seguro Social y gestionar como privados los asuntos de
conocimiento de la jurisdicción a su cargo, antes que denunciarlos ante la autoridad
competente. De donde no queda la menor duda que el actor en este proceso actuó con la
intención de injuriar los intereses públicos que detenta el Estado, en cuanto titular de la
función punitiva. (…) Para la Sala no son de recibo los argumentos que el señor (…)
[juez] adujo para justificar su comportamiento, (…). En síntesis, acreditado como está
que en este proceso se reclama la indemnización de perjuicios por la privación de la
libertad, ocurrida en el marco de los hechos en los que el señor (…) [juez] se
comprometió a título de dolo, en los términos del artículo 63 del Código Civil, se revocará
la sentencia de primera instancia y se negarán las pretensiones.
En síntesis, concluyó que el comportamiento del señor (…) se enmarcaba en el tipo penal
de concusión -artículo 140 del Decreto 100 de 1980-, habida cuenta de que (i) dicha
conducta punible no requería de la concreción del resultado; (ii) se configuraba cuando el
servidor público hacía uso indebido de su cargo y (iii) existían serios indicios de que el
investigado en comento quería entablar una negociación indebida, (…). De otro lado, (…)
está probado que el señor (…) llamó a la oficina del señor (…) y dejó un mensaje en
términos intimidatorios, al punto que si bien dicho investigado al principio trató de
negarlo, debido a las preguntas que se le formularon finalmente lo aceptó y (ii) la
declaración juramentada del señor (…) ofrece mayor credibilidad que la indagatoria (…)
[al procesado]. (…) Por lo tanto, (…) se contaba con los suficientes elementos para
entender que el señor (…) incurrió en el delito de concusión, puesto que (i) tenía la
condición de juez de la república; (ii) con su acto intimidatorio y con la mención de su
calidad de funcionario judicial, intentó darle fuerza a sus propuestas ilícitas en abuso de
su cargo y (iii) se puede inferir que su actuación se adecúa al verbo rector de “solicitar”
establecido por la norma pertinente, sin que en ello incida el que finalmente no hubiese
podido provocar temor en los señores (…). [En virtud de ello,] el 9 de noviembre del
2000, la Sala Penal del Tribunal Superior (…) condenó al señor (…) como autor
responsable del delito de concusión, a la pena principal de cuatro años de prisión, con
interdicción de derechos y funciones públicas por el mismo tiempo, ordenó que fuese
trasladado a establecimiento carcelario y se abstuvo de concederle la ejecución
condicional de la condena. (…) [Y] el 29 de enero del 2002, la Sala de Casación Penal de
la Corte Suprema de Justicia, en sede de apelación (…), resolvió la solicitud de libertad
provisional que presentó el señor (…), a la cual accedió en consideración a que reunía los
requisitos necesarios para ello, por lo que ordenó que se le dejara en libertad una vez
suscribiera la diligencia de compromiso y prestara la caución pertinente. (…) [Luego,] el
10 de septiembre de 2003, la (…) Corte Suprema (…) revocó la sentencia impugnada y
absolvió de responsabilidad al señor (…) en consideración a que estimó que su
comportamiento era atípico. (…) Con ocasión de las anteriores medida de aseguramiento
y condena penal en primera instancia, el señor (…) estuvo privado de la libertad en
detención domiciliaria desde el 13 de diciembre de 1999 -fecha en la que suscribió el
acta de compromiso para la sustitución de detención preventiva por detención
domiciliaria-, hasta el 29 de diciembre del 2000 y desde ese día hasta el 1° de febrero
del 2002, en detención intramuros en el Establecimiento Carcelario Especial de
Sabanalarga -última fecha en la que suscribió el acta de compromiso del 1° de febrero
del 2002, con ocasión de la concesión de su libertad provisional-
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-36-000-2016-01418-02
60004
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 30/05/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : JOSÉ MILTON MORALES REY MARÍA CÉSPEDES TORRES
DEMANDADO : ECOPETROL Y OTRO
DECISION : NO APLICA
TEMA : MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA - Confirma decisión que declaró
no probadas las excepciones de falta de legitimación en la causa por pasiva y de
caducidad / LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA POR PASIVA DE ECOPETROL - Declara no
probada excepción
Teniendo en cuenta que en el presente caso, se demanda por los daños y perjuicios
causados a los demandantes, con ocasión a las obras realizadas en el predio “La Isla del
Tesoro”, que trajo como consecuencia daños irreparables al suelo, según el informe del
estudio profesional realizado en dicho bien y lo manifestado por la parte actora, cuando
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 80/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
63001-23-31-000-2010-00090-01
45367
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 906 DE 2004
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 09/04/2018
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 81/615
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La Sala encuentra que la privación de la libertad padecida por (…) devino en injusta, en
la medida en que fue privado de la libertad en virtud de un proceso penal que a la postre
fue decidido a su favor por cuanto la conducta investigada resultó atípica, aunque en el
fallo absolutorio también se dijo que los medios probatorios obrantes dentro del proceso
penal “no nos llev[a]n al conocimiento de toda duda de la autoría y responsabilidad en
cabeza del justiciable”. En conclusión, la Sala encuentra imputable el daño antijurídico a
las entidades demandadas bajo los criterios de imputación objetiva descritos en la parte
conceptual de esta providencia, y en consecuencia modificará la sentencia de primera
instancia y declarará la responsabilidad solidaria de la Fiscalía General de la Nación y
Rama Judicial, por la privación injusta de la libertad de la que fue objeto (…), durante el
término de 17,02 meses. Lo anterior en razón a que la privación de la libertad se dio
dentro del actuar legítimo y conjunto que desplegaron las entidades demandadas dentro
del proceso penal acusatorio. NOTA DE RELATORÍA: Con aclaración de voto del consejero
Guillermo Sánchez Luque; sobre el particular, ver las consideraciones expresadas en los
votos disidentes de los exps. 35796 numerales 2 y 3, 37100 y 36146.
Como está demostrado que (…) [el señor] (…) estuvo privado injustamente por el
término de 5,02 meses, los demandantes se ubican en el cuarto rango indemnizatorio,
esto es, el correspondiente al periodo de privación superior a doce (3) e inferior a
dieciocho (6) meses, cuya cuantificación se limita a 50 SMLMV a favor de la víctima
directa, sus hijos y su padre y 25 SMLMV para sus hermanas. (…) No obstante, la Sala
confirmará lo otorgado por el A quo a favor de los demandantes, toda vez que si bien la
suma reconocida no se ciñe a los parámetros previstos por esta Corporación, en virtud
del principio del principio de la no reformatio in pejus, al juez no le es permitido agravar
la situación del apelante único (…).
La Sala encuentra probado que la víctima directa ejercía una actividad económica
independiente, consistente en la conducción de una camioneta de servicio público
adscrita a la alcaldía municipal. Sin embargo, a pesar de que se probó la configuración
del perjuicio material, observa que no existe certeza sobre la cuantía del mismo, en
razón a lo cual debe acudir equitativamente al salario mínimo legal mensual vigente para
la época de éste fallo, esto es $781.242 mensuales que es lo que por lo menos habría de
percibir una persona económicamente productiva. (…) En atención a que la víctima
estuvo privada de la libertad por el término de 5,02 meses, la Sala liquidará el lucro
cesante con aplicación de la fórmula reconocida por la jurisprudencia (…). En
consecuencia, la Sala reconocerá por concepto de lucro cesante a favor de la sucesión.
La Sala considera que se encuentra probada la labor del doctor (…) en el proceso penal
adelantado en contra de la víctima directa; además que el mismo es quien asegura que
efectivamente su poderdante le canceló la suma de dinero acordada por la prestación de
sus servicios como abogado defensor. Al no quedar duda del contrato pactado y
cancelado entre las partes, la Sala le reconocerá como perjuicios materiales en la
modalidad de daño emergente el monto (…) acordados, el cual se procederá a actualizar
de conformidad con la siguiente formula.
CONSEJO DE ESTADO
20001-23-31-000-2012-00201-01
48234A
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SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 04/04/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : JOSÉ GABRIEL MENDOZA ROMERO Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - RAMA JUDICIAL - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso medida de detención
preventiva a ciudadanos sindicados por la comisión de los delitos de hurto calificado y
agravado / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Sentencia absolutoria / PRIVACIÓN
INJUSTA DE LA LIBERTAD - Condenado o procesado no cometió el delito o no lo realizó /
PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD EN SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Ley 906 de
2004 / ETAPA DE INVESTIGACIÓN - Actuación de Fiscalía y juez con funciones de control
de garantías / ETAPA DE JUZGAMIENTO - Juez de conocimiento / PRIVACIÓN INJUSTA DE
LA LIBERTAD - Determinación del periodo de privación con fines indemnizatorios o de
reparación de perjuicios
Está demostrado que el señor (…) estuvo privado injustamente por el término de 18,43
meses. Lo anterior significa que la víctima directa, su compañera permanente – (…), y su
hija – (…). Con relación a sus hermanos (…), al encontrarse en el segundo grado de
consanguinidad, les corresponden la suma indemnizatoria de 50 SMLMV. No obstante lo
anterior, la Sala observa que la condena reconocida en primera instancia por concepto de
perjuicios morales es inferior a la aquí señala, de manera que en consideración a que la
Fiscalía es apelante único y en razón del principio de “non reformatio in pejus”,
confirmará lo dispuesto por el A quo.
Con relación a los perjuicios materiales a título de lucro cesante, el demandante solicitó
le fueran canceladas las sumas de dinero que no le fue posible percibir en su actividad
informal como comerciante desde el momento en que fue capturado y durante el tiempo
que permaneció privado de la libertad, debidamente actualizadas. (…). Así las cosas, se
encuentra acreditado que el demandante ejercía una actividad económica independiente,
pero no existe prueba del ingreso percibido, tal como se sostuvo en primera instancia, en
donde se reconoció el lucro cesante con fundamento en el salario mínimo legal vigente
para la época. En consecuencia y en atención que en el presente caso se tiene a la
entidad demandada Nación – Fiscalía General de la Nación como apelante único, en
virtud del principio de non reformatio in pejus, la Sala procederá a confirmar la condena
impartida en primera instancia, actualizándola con la fórmula acogida por la Corporación.
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-2008-00432-01
45117
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 08/03/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : CECILIA CARO DE VELANDIA
DEMANDADO : NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso medida de detención
preventiva a ciudadanos sindicados por la comisión de los delitos de rebelión y terrorismo
y por pertenecer a grupos armados al margen de la ley / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA
LIBERTAD - Sentencia absolutoria
En el presente caso se tiene que la demandante rindió diligencia de indagatoria (...) ante
la Fiscalía (…), y que su situación jurídica se resolvió mediante providencia (…), es decir,
5 días fuera del término que exige la citada norma, por lo que se tiene que estuvo
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injustamente privada de su libertad por éste último término. Por lo anterior, la Sala
declarará la responsabilidad de la Fiscalía General de la Nación por la privación injusta de
la libertad de la que fue objeto la señora (…) por el término de cinco días, situación que
no resulta imputable a las demás entidades demandadas. NOTA DE RELATORÍA: Con
aclaración de voto del consejero Jaime Orlando Santofimio Gamboa, a la fecha, no se
cuenta con el medio magnético ni físico del citado voto disidente. Además con aclaración
de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque; sobre el particular, ver las
consideraciones expresadas en los votos disidentes de los exps. 35796 numerales 2 y 3,
37100, 36146 y 48842 numeral 5.
Ahora bien, está demostrado que la señora (…) estuvo privada injustamente por el
término de 0.16 meses. Todo lo anterior significa que la víctima directa se encuentra en
el primer nivel de la tabla y en el último rango indemnizatorio, es decir, el
correspondiente al período de privación igual o inferior a un (1) mes, cuya cuantificación
se limita a 15 SMLMV. En consecuencia, la Sala modificará la sentencia de primera
instancia y reconocerá por concepto de perjuicio moral la suma de 15 SMLMV.
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CONSEJO DE ESTADO
19001-23-31-000-2006-00588-01
43609
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 08/03/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : JAIR ALBEIRO SÁNCHEZ Y OTROS
DEMANDADO : FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso medida de detención
preventiva a ciudadano sindicado por la comisión de los delitos de tráfico, fabricación y
porte de estupefacientes / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Sentencia absolutoria.
Aplicación del principio de in dubio pro reo / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD -
Presunción de inocencia se mantuvo incólume / CULPA EXCLUSIVA DE LA VÍCTIMA -
Niega. No se encuentra probada
La Sala encuentra que (…) [el señor] (…) estuvo privado de la libertad, la cual devino en
injusta, en la medida que se halla acreditado que fue absuelto de la investigación
adelantada en su contra como posible autor del delito de tráfico, fabricación y porte de
estupefacientes por cuanto existían dudas que fueron resueltas a favor de los
investigados, lo que evidencia que la absolución se dio en aplicación de la garantía del in
dubio pro reo, que, como se advirtió en la parte teórica de esta providencia, constituye
uno de los motivos por los que la privación de la libertad genera responsabilidad objetiva
del Estado. Por otro lado, la Sala considera que en el caso concreto no se encuentra
configurada la culpa exclusiva de la víctima por cuanto el actor manifestó en indagatoria
que para el día de los hechos, esto es, 22 de octubre de 2002 se encontraba en la ciudad
de Pasto. (…) Igualmente, la Sala encuentra que (…) en cuanto al periodo durante el cual
se extendió la privación de la libertad (…) se configuró en dos oportunidades: en primer
lugar del 11 de noviembre de 2002 hasta el 18 de noviembre de 2002; y luego, desde el
5 de marzo de 2003 hasta el 3 de mayo de 2004, fecha en que se ordenó su libertad
inmediata en cumplimiento de lo dispuesto en la sentencia de esa misma fecha, proferida
por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Popayán, lo que equivale a un periodo
total de privación, a 14,39 meses. (…) En consecuencia, la Sala revocará la sentencia de
primera instancia y declarará la responsabilidad de la Fiscalía General de la Nación por la
privación injusta de la libertad de la que fue objeto (…) [el señor] (…), por el término de
14,39 meses. NOTA DE RELATORÍA: Con aclaración de voto del consejero Guillermo
Sánchez Luque; sobre el particular, ver las consideraciones expresadas en los votos
disidentes de los exps. 35796 numerales 2 y 3, 37100, 36146, 48842 numeral 5 y 34952
numeral 2.
Está demostrado que (…) [el señor] (…) estuvo privado injustamente, en un primer
periodo, del 11 de noviembre de 2002 hasta el 18 de noviembre de 2002; y en un
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segundo periodo desde el 5 de marzo de 2003 hasta el 3 de mayo de 2004, fecha en que
se ordenó su libertad inmediata; lo que equivale a un periodo total de privación de 14,39
meses. Situación que ubica a los demandantes en el segundo rango indemnizatorio, esto
es, el correspondiente a la privación superior a 12 e inferior a 18 meses, en donde
corresponde un reconocimiento de 90 y 45 SMLMV, dentro del primer y segundo nivel de
cercanía afectiva (respectivamente). En consecuencia la Sala reconoce a favor de los
demandantes las sumas [asignadas] (…).
La Sala encuentra probado que (…) ejercía labores como vendedor de zapatos, según
consta en los siguientes medios probatorios. (…) [Las] declaraciones demuestran a la
Sala que (…) [el señor] (…) sí que ejercía una labor autónoma e independiente; sin
embargo, no es posible establecer con estos testimonios cuál era el verdadero ingreso de
la víctima directa de la privación. Así las cosas, la Sala equitativamente reconocerá y
liquidara el presente perjuicio con base en el salario mínimo legal vigente para la fecha
de esta providencia ($781.242); asimismo, se tendrá en cuenta como periodo
indemnizable (…) la sumatoria de los dos periodos que estuvo privado de la libertad,
estos son: desde 11 de noviembre de 2002 hasta el 18 de noviembre de 2002 y desde el
5 de marzo de 2003 hasta el 3 de mayo de 2004, fecha en que se ordenó su libertad
inmediata, lo que equivale, a 14,39 meses. Así las cosas, la Sala procede a reconocer el
lucro cesante de conformidad con la siguiente fórmula.
Como no se acreditó la suma que canceló (…) con el contrato de prestación de servicios o
los recibos de caja que el defensor le debió entregar, la Sala negará su pretensión por
este concepto.
La Sala observa que no obran en el plenario los medios probatorios que permitan inferir
que como consecuencia de la privación injusta de la libertad a la que se vio sometido el
actor, éste sufrió una lesión a alguno de sus bienes constitucionales o convencionalmente
amparados, distintos del mismo derecho a la libertad. En consecuencia, se procederá a
negar lo solicitado por el demandante por este concepto.
CONSEJO DE ESTADO
63001-23-31-000-2008-00225-01
42079
SENTENCIA
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SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 08/03/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : HÉCTOR ALIRIO VILLOTA LEON Y OTROS
DEMANDADO : LA NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACION Y OTROS
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
medida de detención preventiva a ciudadano policía sindicado por la comisión del delito
de homicidio agravado en concurso con porte ilegal de armas de fuego de defensa
personal / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Preclusión de la investigación.
Régimen de imputación de responsabilidad objetivo / AGENTE ESTATAL - Agente de
policía
Se encuentra demostrado que la privación injusta de la libertad sufrida por el señor (…)
tuvo lugar por el término de 1.3 meses, contados entre el 3 de marzo y el 13 de abril de
2004. Lo anterior significa que, la víctima, su esposa, su hija y su padre están en el
primer nivel y sus hermanos se encuentran en el segundo nivel de consanguinidad, pero
en el sexto rango indemnizatorio, esto es, el correspondiente al periodo de privación
superior a 1 mes e inferior a 3.
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-2005-00320-01
34359A
SENTENCIA DE UNIFICACION
SUSTENTO NORMATIVO : SISTEMA DE GESTIÓN DE INFORMACIÓN SOBRE
ACTIVIDADES RELATIVAS A MINAS ANTIPERSONAL, IMSMA, DE LA ORGANIZACIÓN DE
LAS NACIONES UNIDAS, ONU / PROGRAMAS DE ACCIÓN INTEGRAL CONTRA MINAS
ANTIPERSONAL DE LA ONU / TRATADO DE OTTAWA O CONVENCIÓN SOBRE LA
PROHIBICIÓN DE MINAS ANTIPERSONALES / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS, DDHH - ARTÍCULO 1.1 / PLAN ESTRATÉGICO 2016 2021 PARA LA ACCIÓN
INTEGRAL CONTRA MINA ANTIPERSONA EN MATERIA DE DESMINADO HUMANITARIO /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 1 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 2 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 218 /
DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS DE 1948, DUDH / CONVENIO
DE GINEBRA DE 1949 / PROTOCOLO ADICIONAL II / DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS
DERECHOS HUMANOS DE 1948 / PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y
POLÍTICOS O PACTO DE SAN JOSÉ DE 1969 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTÍCULO 1.1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 19 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 25 /
CONVENCIÓN DE OTTAWA O CONVENCIÓN SOBRE LA PROHIBICIÓN DEL EMPLEO,
ALMACENAMIENTO, PRODUCCIÓN Y TRANSFERENCIA DE MINAS ANTIPERSONALES Y
SOBRE SU DESTRUCCIÓN DE 1997 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 2 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 29 / LEY 554 DE 2000 - ARTÍCULO 2 NUMERAL 1 /
LEY 759 DE 2002 - ARTÍCULO 1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 1.1 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 229 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO
330
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 07/03/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SALA PLENA
PONENTE : DANILO ROJAS BETANCOURTH
SALVAMENTO DE VOTO / STELLA CONTO DIAZ DEL CASTILLO / JAIME ORLANDO
SANTOFIMIO GAMBOA / SALVAMENTO PARCIAL DE VOTO / MARTA NUBIA VELASQUEZ
RICO / ACLARACION DE VOTO / SALVAMENTO PARCIAL DE VOTO / GUILLERMO
SANCHEZ LUQUE
ACTOR : LUZ MYRIAM VASCO BASABE
DEMANDADO : LA NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA-EJÉRCITO NACIONAL
DECISION : NIEGA
TEMA : SENTENCIA DE UNIFICACIÓN EN MATERIA DE RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL
DEL ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS EN ACCIDENTES CON MINA ANTIPERSONA, MAP,
MUSE, AEI / ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Niega, confirma sentencia de primera
instancia que negó responsabilidad estatal. Ordena medidas de restablecimiento de
derechos a víctimas / DAÑOS CAUSADOS POR GRAVES AFECTACIONES Y/O
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 90/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
NOTA DE RELATORÍA: Con salvamento de voto de la consejera Stella Conto Díaz del
Castillo y del consejero Jaime Orlando Santofimio Gamboa; con salvamento parcial de
voto de la consejera Marta Nubia Velásquez Rico; y, con aclaración de voto del consejero
Guillermo Sánchez Luque; para el 23 de junio de 2018, fecha de publicación del Boletín
de Jurisprudencia 207, esta Relatoría no contaba con los medios magnéticos de los
referidos votos disidentes. En relación con los votos disidentes de los consejeros
Santofimio Gamboa, Conto Díaz del Castillo y Velásquez Rico, éstos fueron recibidos en
la Relatoría entre el 13 y el 16 de julio de 2018 por lo que se procede a su indización e
incorporación al final de este fallo, con registro en la Base de Consulta de Jurisprudencia
17 de julio de 2018. El 1º de octubre de 2018, se recibe en la Relatoría el voto disidente
del consejero Guillermo Sánchez Luque, quien hace la manifestación que inicialmente
había anunciado salvamento parcial de voto pero que finalmente considera presentar
aclaración de voto al referido fallo. Síntesis del caso. El 25 de enero de 2003, una mujer
y su hijo se desplazaban por la carretera que de su finca lleva al municipio de La Palma,
Cundinamarca, en donde pretendían vender unas hortalizas y plátano en la plaza de
mercado; durante el trayecto, ella se desvió de la carretera y se dirigió hacia una casa
desocupada, momento en el cual pisó una mina antipersonal. Situación similar ocurrió
con su hijo, quién piso igualmente otro artefacto explosivo y sufrió lesiones. Problemas
jurídicos: Los problemas jurídicos identificados por la Sala de Decisión en este fallo son:
[1.] Revisar (…) lugar, si le asiste razón a la parte actora, acerca de que varias entidades
demandadas no fueron notificadas en debida forma y por lo tanto no hicieron parte en el
proceso, y si tal evento puede desencadenar una nulidad de todo lo actuado. [2.] Se
deberá determinar si hay lugar a establecer la responsabilidad de la Nación-Ministerio de
Defensa-Ejército Nacional (y las demás autoridades según la forma como se defina el
punto anterior), por el accidente [sufrido por la señora y su hijo, víctimas,] (…) con una
mina antipersonal. [3.] Para el efecto se revisarán tres posiciones desarrolladas por la
jurisprudencia de la Sección Tercera, de acuerdo con las cuales se atribuye la
responsabilidad del Estado en casos de accidentes por minas antipersonal o municiones
abandonadas (…). [4. Se] analizará las dificultades que pueden presentar esas rutas de
imputación en los casos de accidentes con minas antipersonal. (…) [5. Y,] se estudiará si
es posible condenar al Estado en atención a una omisión en el deber de "respetar los
derechos y libertades" reconocidos en la Convención Americana de Derechos Humanos,
de conformidad con el artículo 1.1 que impone el deber jurídico “de prevenir,
razonablemente”, las violaciones de los derechos humanos y cuya inobservancia podría
acarrear la responsabilidad internacional del Estado, por hechos de terceros.
i) habrá lugar a declarar la responsabilidad del Estado por los daños causados con
MAP/MUSE/AEI en casos en los que la proximidad evidente a un órgano representativo
del Estado, permita afirmar que el artefacto explosivo iba dirigido contra agentes de esa
entidad, o suceda en una base militar con artefactos instalados por el mismo Ejército
Nacional, ii) el Estado de Colombia no ha infringido su deber de prevenir y respetar los
derechos de las víctimas de MAP/MUSE/AEI, en los términos del artículo 1.1. de la
Convención Americana de Derechos Humanos, teniendo en cuenta el análisis acerca del
alcance y naturaleza de la obligación de prevenir las violaciones a los derechos a la vida
e integridad personal de estas víctimas, y en atención a las particularidades del
fenómeno y la dinámica del conflicto armado en Colombia, al marco legislativo dispuesto
por el Estado para adelantar labores de desminado humanitario y de ERM, a las
disposiciones adoptadas en materia de indemnización mediante la ley de víctimas y sus
decretos reglamentarios, y recordando que el mero hecho de que se presente la violación
de un derecho contemplado en la Convención Americana no constituye un
incumplimiento de las obligaciones convencionales adquiridas por el Estado, iii) no
obstante, será deber del juez de daños solicitar la inclusión de los actores en la ruta de
atención integral para víctimas de minas antipersonal ofrecida por el Gobierno, a través
de las distintas entidades que prestan los servicios requeridos según sus necesidades
para asistir a las personas que hayan tenido este tipo de lesiones así como a los
familiares de una víctima mortal. NOTA DE RELATORÍA: Con salvamento de voto de la
consejera Stella Conto Díaz del Castillo y del consejero Jaime Orlando Santofimio
Gamboa; con salvamento parcial de voto de la consejera Marta Nubia Velásquez Rico; y,
con salvamento parcial de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque; para el 23 de
junio de 2018, fecha de publicación del Boletín de Jurisprudencia 207, esta Relatoría no
contaba con los medios magnéticos de los referidos votos disidentes. En relación con los
votos disidentes de los consejeros Santofimio Gamboa, Conto Díaz del Castillo y
Velásquez Rico, éstos fueron recibidos en la Relatoría entre el 13 y el 16 de julio de 2018
por lo que se procede a su indización e incorporación al final de este fallo, con registro en
Base de Consulta de Jurisprudencia 17 de julio de 2018. Problema jurídico. [2.] Se
deberá determinar si hay lugar a establecer la responsabilidad de la Nación-Ministerio de
Defensa-Ejército Nacional (y las demás autoridades según la forma como se defina el
punto anterior), por el accidente [sufrido por la señora y su hijo, víctimas,] (…) con una
mina antipersonal.
De conformidad con los hechos probados, la Sala tiene por demostrado el daño
consistente en las lesiones sufridas por (…) [la señora] y su hijo (…) [menor de edad,
víctimas], cuando se accidentaron con una mina antipersonal, el 25 de enero de 2003,
en el municipio La Palma-Cundinamarca. (…) En todos los casos de accidentes con MAP y
MUSE, el juez de daños deberá remitir a las víctimas a esta ruta de atención, para que
puedan ser beneficiarias de las indemnizaciones administrativas y demás derechos
prestacionales y servicios asistenciales previstos en la ley, y ofrecidos por las distintas
entidades que prestan los servicios requeridos, tanto a las víctimas directas, como a los
familiares de una víctima mortal. (…) Del análisis que precede, la Sala considera que no
posible condenar a la entidad demandada por la omisión en el deber de prevenir las
violaciones a los derechos a la vida e integridad personal de las víctimas del accidente
con MAP, MUSE o AEI, en el caso concreto. (…) Así las cosas, desde la perspectiva de la
responsabilidad internacional, no es posible ubicar el fenómeno de las minas antipersonal
en la motivación que ha dado lugar a las condenas emitidas por la Corte IDH contra
Colombia, pues el riesgo al que el Estado sometió a la población mediante la adopción de
los decretos que dieron origen a los grupos paramilitares en el país, se circunscribe a las
violaciones de derechos humanos cometidas por esos grupos armados ilegales en
connivencia y apoyo de las fuerzas armadas, y no a las actuaciones de los grupos
guerrilleros, que son los que instalan este tipo de artefactos explosivos. (…) De igual
manera, bajo la óptica de responsabilidad del Estado clásica, no habría lugar a condenar
únicamente bajo el régimen objetivo basado en la solidaridad o en la posición de
garante, por las razones expuestas anteriormente, ni bajo el régimen de falla del servicio
en tanto la obligación de desminar la totalidad del territorio colombiano, de conformidad
con la Ley 554 del 14 de enero de 2000, (…) no ha sido infringida. Por el contrario, se
observa que el Plan Estratégico diseñado por la Acción Integral contra Minas Antipersonal
en materia de desminado humanitario, ha incluido al municipio La Palma dentro de las
zonas de mediana afectación, y será limpiada dentro del plazo fijado para este fin. (…)
En cuanto al régimen de responsabilidad por riesgo creado, el fallo ha recogido dos
eventos en los que habría lugar a condenar, pero que no corresponden al caso en
estudio; se trata de los accidentes con MAP/MUSE/AEI ocurridos en las bases militares
que fueron minadas por el mismo Ejército Nacional, se trate de una víctima militar o civil,
y casos de accidentes con estos artefactos explosivos en una proximidad evidente a un
órgano representativo del Estado, que permita afirmar que el artefacto explosivo iba
dirigido contra agentes de esa entidad. (…) Como se mencionó en la parte final del
aspecto relativo a la indemnización de las víctimas de violaciones de derechos humanos,
como corolario del deber de protección consagrado en el artículo 1.1 de la Convención,
este fallo solicitará la inclusión de los actores en la ruta de atención integral para
víctimas de minas antipersonal ofrecida por el Gobierno.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 93/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
respectivas autoridades civiles encargadas del orden público y de adoptar las medidas de
precaución tendientes a evitar la caída de la población civil en actos terroristas (…)”, y la
frase “tendientes a evitar la caída de la población civil en actos terroristas ocasionados
(…) en el municipio de La Palma-Cundinamarca, sus veredas aledañas, representadas por
sus superiores y personal indeterminado” estén haciendo alusión a la Alcaldía, la
Personería, el Ministerio Público o la Policía Nacional. Como se mencionó, la parte actora
no debe buscar que el juzgador identifique a la parte en contra de la cual dirige sus
pretensiones mediante criterios que definan su competencia material (“las autoridades
encargadas del orden público”, en este caso). Además, dicho criterio no es concluyente
para la Sala; la función y poder de policía se encuentran radicadas en tres distintas
autoridades; a nivel nacional están en cabeza, de forma exclusiva, del Presidente de la
República, quien detenta la unidad de mando como jefe del gobierno y suprema
autoridad administrativa y en los niveles territoriales, son ejercidas por los gobernadores
y los alcaldes, quienes adquieren la condición de agentes del presidente a efectos del
mantenimiento del orden público. En el caso del alcalde, principal autoridad de policía a
nivel municipal, le corresponde la obligación de preservar y restablecer el orden público,
“de conformidad con la ley y las instrucciones y órdenes que reciba del presidente de la
República y del respectivo gobernador”, para lo cual puede adoptar medidas dirigidas a
“la prevención de comportamientos particulares” que perturben o alteren la seguridad, la
tranquilidad, la salubridad y la moralidad públicas, “condiciones mínimas de orden
público”. Sin entrar a resolver el interrogante de si la función y poder de policía
contemplan la obligación de protección del Estado hacia la sociedad civil contra
accidentes con minas antipersonal y artefactos explosivos improvisados en el marco del
conflicto armado interno, análisis propio de la legitimación en la causa por pasiva, lo
cierto es que dicha función se encuentra en cabeza de tres autoridades, sin que la parte
actora haya precisado a cuál de ellas se refería, razón por la cual no es posible tener a
ninguna como demandada en la reparación directa de la referencia. (…) Tampoco hay
lugar a decretar una nulidad de todo lo actuado desde la notificación del auto que admite
la demanda, toda vez que no se trata de un caso de indebida representación de las
partes, o de irregularidad en la legal notificación del auto que admite la demanda al
demandado o a su representante (numerales 7 y 8 del artículo 140 C.C.). Se trata
simplemente de una omisión de la parte interesada en identificar bien a la entidad contra
la cual deseaba entrabar la litis, y que no fue puesta de manifiesto en el momento
procesal indicado para incluir a nuevas entidades demandadas que no fueron notificadas
del auto admisorio de la demanda. (…) Para finalizar, y teniendo en cuenta que la parte
actora alegó por primera vez la ausencia de notificación a todas las entidades
demandadas en el recurso de apelación, la Sala pone de presente que ese medio de
impugnación no es una instancia para mejorar la demanda o para reforzar con hechos
nuevos la defensa, sino para abogar por que lo decidido se revoque o modifique,
conforme a la postura que previamente esbocen las partes.
CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2009-00076-01
42459
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 21/02/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 95/615
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La Sala concluye que la privación injusta de la libertad sufrida por el señor (…) es
imputable a la Nación –Rama Judicial – Dirección Ejecutiva de la Administración Judicial,
a título de falla del servicio ya que se privó de la libertad a una persona que no era la
misma condenada, toda vez que el Juzgado Tercero Penal de Ibagué ya tenía
conocimiento desde el año 2000 que el sindicado (…) no era la misma persona (…), y aun
así decidió privarlo de la libertad de manera injusta. Es más, era materialmente
imposible que fueran la misma persona, toda vez que el señor (…) estaba privado de su
libertad en centro penitenciario para el día 6 de mayo de 2000, fecha en la que
asesinaron al señor (…), hecho por el cual se decretó la apertura del proceso penal No.
2000-0240. Por último, como se explicó por el juez de la tutela, el Juzgado accionado
sabía que (…) [se trataba de] dos personas diferentes, puesto que los señores eran
diferentes físicamente y tenían circunstancias de vida totalmente distintas. NOTA DE
RELATORÍA: Con aclaración de voto del consejero Jaime Orlando Santofimio Gamboa, a
la fecha, no se cuenta con el medio magnético de la citada aclaración. Además, esta
decisión cuenta con el voto disidente del consejero Guillermo Sánchez Luque; sobre el
particular, ver las consideraciones expresadas en los votos disidentes de los exps. 35796
numerales 2 y 3, 37100, y, además, el exp. 36146.
La sala encuentra acreditado que la señora (…) son compañeros permanentes. El a quo
en primera instancia reconoció en favor de la víctima directa y su compañera
permanente la suma de 20 SMLMV para cada uno, mientras que al padre e hijos del
señor (…) la suma de 10 SMLMV para cada uno de ellos; y en lo referente a los hermanos
negó el reconocimiento de perjuicios morales porque explicó que no bastaba con la
prueba del parentesco mediante registro civil, sino que era necesario probar la relación
afectiva de ellos con la víctima directa. Ahora bien, teniendo en cuenta que la privación
injusta de la libertad tuvo lugar por el término de 1 mes y 3 días, esto es desde el 24 de
marzo de 2007 hasta el 27 de abril del mismo año, la Sala condenará al pago de la
indemnización de perjuicios morales, de conformidad con la tabla ya explicada en las
consideraciones.
CONSEJO DE ESTADO
63001-23-31-000-2008-00243-01
42543
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 21/02/2018
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : ASDRÚBAL DE JESÚS MONCADA MONCADA Y OTROS
DEMANDADO : LA NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN - RAMA JUDICIAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso medida de detención
preventiva a ciudadano sindicado por la comisión del delito de homicidio agravado /
PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Sentencia absolutoria. Aplicación del principio de
in dubio pro reo / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Presunción de inocencia se
mantuvo incólume
La Sala encuentra que la privación de la libertad padecida por (…) devino en injusta, en
la medida que se halla acreditado que el hoy actor fue absuelto del delito que se le
imputó, en “aplicación del principio universal del IN DUBIO PRO REO”, por lo cual es
viable imputar objetivamente el daño antijurídico a la NACIÓN – FISCALÍA GENERAL DE
LA NACIÓN y a la RAMA JUDICIAL, a la luz de la responsabilidad solidaria, por cuanto fue
la actuación legitima y conjunta de las entidades las que conllevaron a la concreción del
daño antijurídico. En consecuencia, la Sala procede a declarar la responsabilidad por la
privación injusta de la libertad de la que fue objeto (…). NOTA DE RELATORÍA: Con
aclaración de voto del consejero Jaime Enrique Rodríguez Navas, a la fecha, no se cuenta
con el medio magnético ni físico del citado voto disidente. Además con aclaración de voto
del consejero Guillermo Sánchez Luque; sobre el particular, ver las consideraciones
expresadas en los votos disidentes de los exps. 35796 numerales 2 y 3, 37100 y 36146.
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Está demostrado que (…) estuvo privado injustamente por el término de 5 meses. En
consecuencia, se observa que los demandantes se encuentran en el primero y segundo
nivel de cercanía afectiva reconocida por la tabla y quinto rango indemnizatorio, esto es,
el correspondiente al periodo de privación superior a 3 meses e inferior a 6 meses, cuya
cuantificación se limita a 50 y 25 SMLMV, respectivamente.
El concepto del daño a la vida de relación ha sido acogido por la jurisprudencia bajo
diferentes nomen iuris, dependiendo del interés jurídico vulnerado, así, por ejemplo,
cuando el perjuicio deviene de una lesión psicofísica su reconocimiento se efectúa bajo la
denominación de daño a la salud. Pero si el daño a la vida de relación deviene de la
lesión a otros bienes constitucionales deberá verificarse su concreción bajo los criterios
de la categoría de “alteración grave a los bienes constitucional y convencionalmente
amparados” y probarse en el plenario en el que se permita inferir que como consecuencia
de la privación injusta de la libertad a la que se vio sometido el actor, éste sufrió una
lesión a alguno de sus bienes constitucionales o convencionalmente amparados, distintos
del mismo derecho a la libertad. Ahora bien, frente a la vulneración del buen nombre
alegada por la parte demandante, la Sala encuentra que obra en el expediente el recorte
de prensa del 29 de julio de 2005 del periódico “La Crónica”, sin embargo, esta prueba
no es suficiente para acreditar que en virtud de dicha publicación los demandantes vieron
perjudicados su buen nombre. Igualmente, la Sala observa que no se encuentra dentro
del plenario medio probatorio alguno que permita establecer que las publicaciones a las
que el demandante hace referencia tuvieron lugar por causas imputables a las
demandadas. En consecuencia, la Sala negará lo solicitado por el demandante por este
concepto.
Se encuentra demostrado que para la época de los hechos el señor (…) tenía como
actividad económica la construcción de obras. Ahora bien, en cuanto a las sumas
devengadas por el demandante como constructor, la Sala considera que la sola
certificación expedida por el contador no da certeza de los ingresos percibidos por el
actor en ejercicio de su actividad económica. Es así pues como el actor debió aportar los
contratos, cuentas de cobro y demás elementos para poder inferir que ese era la suma
que efectivamente devengaba para la época de los hechos. En consecuencia, y no
obrando otras pruebas tendientes a demostrar el monto de los ingresos que (…) como
constructor, la Sala debe acudir equitativamente al salario mínimo legal mensual vigente,
establecido en la suma de (…), liquidados conforme a la fórmula acogida por la
jurisprudencia. Asimismo, se tendrá en cuenta como periodo indemnizable, el término
durante el cual se extendió la privación de la libertad del demandante, la cual se
configuró desde el 28 de julio de 2005 hasta el 28 de diciembre de la misma anualidad,
esto es, por el término de 5 meses. Así las cosas, la Sala procede a reconocer el lucro
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CONSEJO DE ESTADO
11001-03-25-000-2014-00360-00
A
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 – ARTICULO 189
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 13/02/2018
SECCION : SALA PLENA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
PONENTE : CÉSAR PALOMINO CORTÉS
SALVAMENTO DE VOTO Y ACLARACION DE VOTO
ACTOR : GUSTAVO FRANCISCO PETRO URREGO
DEMANDADO : NACIÓN - PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : NIEGA
TEMA : ACLARACIÓN DE SENTENCIA – Finalidad
CONSEJO DE ESTADO
19001-23-31-000-2010-00050-01
53952
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 15/12/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : LUIS EMILDO DAZA ORTIZ Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso medida de detención
preventiva a ciudadano sindicado de la comisión del delito de rebelión / FALTA DE
LEGITIMACIÓN EN LA CAUSA POR ACTIVA - Declara probada / PRIVACIÓN INJUSTA DE
LA LIBERTAD EN SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Ley 906 de 2004 / MEDIDA DE
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 100/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Como la absolución del demandante se fundamentó en el principio del in dubio pro reo,
el título de imputación aplicable es el objetivo de daño especial, lo que torna en injusta la
privación de la libertad. NOTA DE RELATORÍA: Con aclaración de voto del consejero
Jaime Orlando Santofimio Gamboa, a la fecha, en esta Relatoría no se cuenta con el
medio magnético ni físico de la citada aclaración.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2010-01183-01
50019
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL SISTEMA PENAL
ACUSATORIO LEY 906 DE 2004
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 15/12/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : CARLOS ENRIQUE OCHOA RESTREPO Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso medida de aseguramiento
de detención preventiva a ciudadano sindicado de la comisión de los delitos de secuestro
simple y hurto calificado agravado / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD EN SISTEMA
PENAL ACUSATORIO - Ley 906 de 2004 / ETAPA DE INVESTIGACIÓN - Actuación de
Fiscalía y juez con funciones de control de garantías / ETAPA DE JUZGAMIENTO - Juez de
conocimiento / MEDIDA DE ASEGURAMIENTO - Impuesta por juzgado promiscuo /
PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Sentencia condenatoria en primera instancia.
Sentencia absolutoria en segunda instancia / DAÑO ESPECIAL - Condena. Aplicación del
principio de in dubio pro reo
Como la absolución del demandante fue con fundamento en el principio del in dubio pro
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2010-00432-01
50269
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL SISTEMA PENAL
ACUSATORIO LEY 906 DE 2004
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 15/12/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE
ACTOR : JUAN CAMILO CANO GUERRA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN Y OTRO
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso muerte de ciudadano
sindicado de la comisión del delito de homicidio / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD
EN SISTEMA PENAL ACUSATORIO - Ley 906 de 2004 / ETAPA DE INVESTIGACIÓN -
Actuación de Fiscalía: Deber de recaudar elementos materiales probatorios / ETAPA DE
JUZGAMIENTO - Juez de conocimiento / PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD -
Preclusión de la investigación / DAÑO ESPECIAL - Condena. Aplicación del principio de in
dubio pro reo
Así las cosas, como la preclusión del demandante se fundamentó en el principio del in
dubio pro reo, el título de imputación aplicable es el objetivo de daño especial, lo que
torna en injusta la privación de la libertad. (…) La Nación-Fiscalía General de la Nación
esgrimió la excepción de falta de legitimación por pasiva, al considerar que quien impuso
la medida de aseguramiento fue el juez de control de garantías. La Fiscalía General de la
Nación es la entidad titular de la acción penal y le corresponde realizar la investigación
de las conductas punibles, en los términos del artículo 250 de la Constitución Nacional.
Como el ente investigador debe recaudar los elementos materiales probatorios y
evidencias físicas de los hechos materia de la investigación y es la encargada de solicitar
las medidas preventivas ante el juez de control de garantías conforme al artículo 287 de
la Ley 906 de 2004, no prosperará la excepción de falta de legitimación en la causa por
pasiva. En tal virtud, el daño es imputable a la Nación-Rama Judicial y a la Nación-
Fiscalía General de la Nación, por haber solicitado la medida de aseguramiento y haberla
decretado, razón por la cual se confirmará la sentencia de primera instancia. NOTA DE
RELATORÍA: El consejero Jaime Orlando Santofimio Gamboa desistió de presentar
aclaración de voto.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 102/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-15-000-2017-01769-01
AC
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 86 / CONVENCIÓN
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 2 / CONVENCIÓN AMERICANA
SOBRE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 23 / CÓDIGO GENERAL DEL PROCESO -
ARTÍCULO 167 / DECRETO 2591 DE 1991
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 27/11/2017
SECCION : SECCIÓN SEGUNDA SUBSECCIÓN A
PONENTE : WILLIAM HERNÁNDEZ GÓMEZ
ACTOR : YISELL AMPARO HERNÁNDEZ SANDOVAL
DEMANDADO : CONSEJO DE ESTADO, SECCIÓN QUINTA Y OTRO
DECISION : NO APLICA
TEMA : IMPROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA CONTRA PROVIDENCIA JUDICIAL
POR INCUMPLIMIENTO DEL REQUISITO DE SUBSIDIARIEDAD - Existencia de otro medio
de defensa judicial / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Concepto / OMISIÓN EN EL
ANÁLISIS DEL CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Ausencia de prueba /
CONTROVERSIA POR NULIDAD DE ACTO DE DECLARATORIA DE ELECCIÓN DE DIPUTADA
DE LA ASAMBLEA DE CUNDINAMARCA
[E]s preciso reiterar que el control de convencionalidad entre las normas internas y la
Convención Americana sobre Derechos Humanos debe ser efectuado de oficio por parte
de todos los órganos estatales, entre ellos, los jueces de la República, de conformidad
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-33-000-2016-02712-01
58995
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 125 / LEY 1437 DE 2011 -
ARTÍCULO 164 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 243 / LEY 387 DE 1997
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 24/11/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN B
PONENTE : DANILO ROJAS BETANCOURTH
ACTOR : GUSTAVO ADOLFO GALLEGO Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA - MINISTERIO DEL INTERIOR
- MINISTERIO DE DEFENSA - EJÉRCITO Y POLICÍA NACIONAL
DECISION : NO APLICA
TEMA : CADUCIDAD DEL MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA - Excepciones /
CADUCIDAD DEL MEDIO DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA - No se aplica cuando
el daño es originado por delitos de lesa humanidad / DELITOS DE LESA HUMANIDAD - No
se aplica el término de caducidad a la acción de reparación directa / DELITOS DE LESA
HUMANIDAD - Elementos. Generalidad y sistematicidad / CADUCIDAD DEL MEDIO DE
CONTRO DE REPARACIÓN DIRECTA - Duda objetiva / DESPLAZAMIENTO FORZADO -
Daño continuado / ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA POR DESPLAZAMIENTO FORZADO
- Conteo del término de caducidad / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Posible
configuración de acto de lesa humanidad
existan elementos de juicio para considerar que el hecho que sustenta la demanda de
reparación directa constituye un delito de lesa humanidad, es preciso aplicar un
tratamiento de excepción a la caducidad del medio de control de reparación de las
víctimas (…) los demandantes pretenden que se declare administrativamente
responsable a la Nación-Presidencia de la República, Ministerio del Interior, Ministerio de
Defensa, Policía y Ejército Nacional por el secuestro, tortura y muerte de los señores (…)
ocurrida el 29 de agosto de 2001 en el municipio de Guarne (Antioquia), y a que se
condene a estas entidades al pago de los perjuicios morales y materiales, entre otros,
que sufrieron por este hecho (…) esta circunstancia ofrece razones para pensar que, al
menos, uno de los elementos del delito de lesa humanidad, que es el de la generalidad y
sistematicidad de la conducta, se encuentra presuntamente configurado, por lo que se
genera una duda objetiva sobre la caducidad del medio de control, que debe resolverse a
favor de los demandantes con el fin de proteger su derecho de acceso a la administración
de justicia (…) En presencia de esta duda es claro que el asunto relativo a la caducidad
del medio de control de reparación directa no se encuentra aún resuelto en este caso,
por lo que corresponderá al Tribunal hacerlo en la etapa procesal que resulte pertinente
(…) [E]l desplazamiento forzado alegado por los demandantes pueda llegar a
considerarse como un delito de lesa humanidad, circunstancia que deberá ser analizada
por el Tribunal cuando estudie el fondo del asunto, la Sala considera pertinente recordar
que, en todo caso, esta Corporación ha sostenido de manera reiterada que en los
eventos en los que se pretende la reparación de daños derivados de un desplazamiento
forzado, dicho término no debe empezar a contarse desde la acción vulnerante, esto es,
desde aquella que dio lugar al desplazamiento, sino desde “cuando están dadas las
condiciones de seguridad para que se produzca el retorno o el restablecimiento de que
trata el artículo 16 (sic) de la Ley 387 de 1997”. Lo anterior en consideración a que,
como ocurre en relación con la desaparición forzada, el desplazamiento es un daño
continuado que, en los términos del artículo 18 de la Ley antes citada, sólo cesa “cuando
se logra la consolidación y estabilización socioeconómica, bien sea en [el] lugar de origen
o en las zonas de reasentimiento”
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-25-000-2014-00360-00
IJ
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA SOBRE DERECHOS - ARTÍCULO
23 /HUMANOS, CADH CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA – ARTICULO 277 /
CONSTITUCIÓN POLITICA– ARTÍCULO 278 / CONSTITUCIÓN POLITICA– ARTÍCULO / LEY
32 DE 1985 / LEY 734 DE 2002- ARTÍCULO 44 / CONSTITUCIÓN POLITICA– ARTÍCULO
artículo 250 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA – ARTICULO 40 / LEY 734 DE
2002 – ARTICULO 45 / CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA – ARTICULO 9 / LEY 734
DE 2002 – ARTICULO 44,1 / LEY 734 DE 2002 – ARTICULO 48 NUMERAL 31 / LEY 734 DE
2002 – ARTICULO 48 NUMERAL 31 / LEY 734 DE 2002 – ARTICULO 48 NUMERAL 60 /
LEY 734 DE 2002 – ARTICULO 48 NUMERAL 37 / LEY 1437 DE 2011 – ARTICULO 189
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 15/11/2017
SECCION : SALA PLENA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
PONENTE : CÉSAR PALOMINO CORTÉS
SALVAMENTO DE VOTO Y ACLARACION DE VOTO
ACTOR : GUSTAVO FRANCISCO PETRO URREGO
DEMANDADO : NACIÓN - PROCURADURÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : ACCEDE
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 105/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
junio del 2012 que no era posible iniciar un nuevo proceso de licitación pública de la
prestación del servicio de aseo bajo el sistema de las áreas de servicio exclusivo”. (…)
Para la Sala, entonces, a partir de las especiales situaciones a las que se vio abocado el
Distrito Capital en la implementación de un nuevo modelo o esquema de aseo que
integra: (i) las órdenes impartidas por la Corte Constitucional en Auto 275/11, (ii) el
Programa Basura Cero y (iii) el esquema de metas a cumplir para la inclusión de la
población recicladora en la gestión pública de los residuos sólidos de la ciudad de Bogotá,
las decisiones adoptadas por el exalcalde Mayor de Bogotá, en particular en lo que tiene
que ver con los contratos interadministrativos 017 y 0809 del 2012, no transgredieron
sus deberes funcionales y no se adecuaron a la descripción normativa de la falta
disciplinaria que se le endilga.
Frente a dicha falta disciplinaria se prevén los siguientes elementos: La existencia de una
norma que otorga potestades al empleo o función (norma otorgante). El ejercicio de una
potestad derivada del empleo o función (competencia del funcionario que puede ser
material o funcional). Que dicho ejercicio se realice con una finalidad diferente a la
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 108/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
prevista en la norma otorgante (desconocimiento de los fines de las normas que le sirven
de fundamento a la actuación de la administración). El funcionario que disciplina debe
advertir que el acto (o la actuación) se profirió con desconocimiento de los fines
previstos en la norma que otorga la competencia, evidenciando así la relación de
subordinación entre el funcionario (o quien ejerce la función pública) y el Estado, y el
deber de obediencia y disciplina en el ejercicio de la función administrativa por el
desconocimiento de un deber, con el objetivo de dirigir el comportamiento del funcionario
al cumplimiento de la función con sujeción al “bien común y el interés general, el servicio
del Estado y de la comunidad y de los intereses generales (art. 1, 2, 123 inc. 2 y 209 inc.
1 C.P.)”. La falta establecida en el numeral 60 del artículo 48 del CDU lleva implícito un
control de la conducta de quien expide el acto o desarrolla la actuación, desde el derecho
disciplinario, con ocasión de la finalidad u objetivos del acto frente a las normas que
habilitan su expedición. De ahí que la norma hable de una finalidad distinta, pero debe
hacerse énfasis en que dicho control se hace a partir del control disciplinario, esto es,
que se debe atar al cumplimiento de los deberes funcionales. Esta falta no contiene una
habilitación al funcionario sancionador para que desvirtué la presunción de legalidad de
un acto administrativo, competencia propia de la jurisdicción de lo contencioso
administrativo. Asimismo, se advierte que toda ilegalidad de un acto administrativo, así
sea decretada por la jurisdicción contenciosa administrativa, no apareja la imposición de
una sanción disciplinaria, pues esta requiere la demostración del incumplimiento de los
deberes funcionales. Para la Sala, en este caso, la adecuación típica de la falta sobre los
presupuestos que señala el ente de control no se ajusta a los elementos integrantes del
tipo, por las dos siguientes razones: La primera, porque el análisis en el cumplimiento de
los deberes funcionales atribuidos al Alcalde Mayor de Bogotá, en lo que corresponde a la
prestación eficiente de los servicios públicos, no está condicionado por la legalidad de los
actos administrativos que expida para tal fin, por lo que la Sala considera que la
Procuraduría, en el juicio de adecuación típica de la falta, confundió el fin del acto con la
causal de ilegalidad por presunta violación al principio de libertad de empresa. Quiere
decir lo anterior que el ente de control debió demostrar que existía un interés ilegítimo
por parte del Alcalde Mayor de Bogotá al expedir el mencionado acto administrativo,
interés que se traduce en el hecho de que con dicha medida se hubiera derivado un
beneficio para sí o para un tercero, que se alejaba de los fines atribuidos al ejercicio de la
función pública y a la prestación del servicio público de aseo en las condiciones y
requerimientos exigidos a partir de lo previsto en la ley, por el juez constitucional. Se
reitera, esta falta no contiene una habilitación al funcionario sancionador para que, a
partir de un análisis de legalidad de un acto administrativo, como consecuencia
necesaria, se establezca la responsabilidad disciplinaria, como quiera que toda ilegalidad
de un acto administrativo no apareja la imposición de una sanción disciplinaria, pues esta
requiere la demostración del incumplimiento de los deberes funcionales. Y la segunda,
porque entre los elementos integrantes del tipo disciplinario, previsto en el numeral 60
del artículo 48 del CDU, está el relacionado con la finalidad que se persigue a través del
ejercicio de las potestades conferidas por la norma habilitante. Si bien el fin del acto
administrativo es un presupuesto de legalidad, su expedición, con desconocimiento de
las normas de carácter superior en que debe fundarse, constituye otro presupuesto de
legalidad al que no hace mención el tipo disciplinario.
La Sala no puede dejar pasar por alto el error en que incurrió la Procuraduría General de
la Nación al otorgar valor probatorio a la declaración del señor Samuel Prada Cobos,
Gerente de la Empresa de Aseo de Bucaramanga, que llegó al proceso sin mención
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 109/615
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previa y, además, como testigo técnico, sin serlo. El estudio de la Sala se justifica desde
el punto de vista de la crítica frente al análisis y valoración probatoria, como quiera que,
de forma reiterada, en el acto sancionatorio se acude a la calidad de testigo técnico del
declarante, para tener como probado que, para cumplir con las órdenes de la Corte
Constitucional, no era necesario el modelo previsto en el Decreto 564 del 2012. Se
destaca, entonces, que según el artículo 227 del Código de Procedimiento Civil (norma
vigente para la época de la actuación administrativa), el testigo solo puede exponer
conceptos “cuando se trate de una persona especialmente calificada por sus
conocimientos técnicos, científicos o artísticos sobre la materia”. En este sentido, el
testigo adquiere la connotación de técnico. La Corte Suprema de Justicia, en sentencia
del 17 de junio del 2015, definió al testigo técnico como “un experto en materias
científicas, técnicas o artísticas que, al declarar acerca de cómo percibió los hechos, se
vale de sus especiales conocimientos […] Dar la versión de cómo se percibieron los
hechos implica que el testigo hubiese presenciado las circunstancias de tiempo, modo y
lugar”. En este orden de ideas, la Sala considera que el señor Samuel Prada Cobos emitió
un concepto científico sobre unos hechos de los que no tuvo conocimiento directo, razón
por la cual no tiene la calidad de testigo técnico. En efecto, a minuto 51:55 de su
declaración, indica “no puedo hablar de Bogotá, es este sentido, porque es que no
conozco lo que pasó allá”. Por otra parte, cuando el apoderado del disciplinado le
pregunta: ¿existe alguna reglamentación nacional, no disposiciones de la
Superintendencia, que son, digamos, de normatividad inferior, una reglamentación
nacional en materia de libre competencia, en materia de aseo?, el testigo declara “Sí,
claro, no la conozco en detalle, pero sí, claro, esto está regulado en la Constitución para
abajo”. Así las cosas, la Procuraduría desconoció las normas procesales sobre la
valoración de testimonios, al darle a la declaración del señor Prada Cobos el valor de un
testigo técnico.
CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2008-00561-01
38058
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / CONSTITUCIÓN
POLÍTICA - ARTÍCULO 93 / CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 COMÚN /
CONVENIO I DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / CONVENIO I DE GINEBRA DE 1949 -
ARTÍCULO 12 / PROTOCOLO II ADICIONAL DE LOS CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949 -
ARTÍCULO 4 NUMERAL 2 / CONVENCIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 2 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTÍCULO 185 / LEY 906 DE 2004 -
ARTÍCULO 16 / LEY 906 DE 2004 - ARTÍCULO 374 / LEY 906 DE 2004 - ARTÍCULO 204 /
LEY 906 DE 2004 - ARTÍCULO 207 / LEY 906 DE 2004 - ARTÍCULO 275 / LEY 906 DE
2004 - ARTÍCULO 206 / LEY 906 DE 2004 - ARTÍCULO 208
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 05/09/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : ANA DUBEYI LÓPEZ VALENCIA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJÉRCITO NACIONAL
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DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
muerte de ciudadanos en operación militar Firmeza, realizada por miembros del Ejército
Nacional en la finca Los Mangos de la vereda Potreritos del municipio de Ibagué /
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD - Declara probada.
Régimen de imputación / FALSAS E ILEGALES ACCIONES SO PRETEXTO DEL
CUMPLIMIENTO DE MANDATOS CONSTITUCIONALES / FALLA DEL SERVICIO - Por la
violación a los mandatos convencionales y constitucionales de protección a los derechos
humanos / FALLA DEL SERVICIO - Por el despliegue de falsas e ilegales acciones so
pretexto del cumplimiento de mandatos constitucionales / AGENTE ESTATAL - Despliegue
de falsas e ilegales acciones so pretexto del cumplimiento de mandatos constitucionales /
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Sujeción de la justicia colombiana contencioso
administrativa a la convencionalidad / DAÑO ANTIJURÍDICO CONVENCIONAL / FALSO
POSITIVO / EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL, SUMARIA Y ARBITRARIA
Los [delitos] de lesa humanidad se comprenden como “aquellos actos ominosos que
niegan la existencia y vigencia imperativa de los Derechos Humanos en la sociedad al
atentar contra la dignidad humana por medio de acciones que llevan a la degradación de
la condición de las personas, generando así no sólo una afectación a quienes físicamente
han padecido tales actos sino que agrediendo a la conciencia de toda la humanidad” ;
siendo parte integrante de las normas y principios de jus cogens de derecho
internacional , razón por la cual su reconocimiento, tipificación y aplicación no puede ser
contrariado por norma de derecho internacional público o interno .
CONSEJO DE ESTADO
76001-23-31-000-2005-01850-01
49191
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 31/07/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : WALTER RODRIGUEZ ROJAS Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : ACCEDE
TEMA : PRUEBAS - Decreta, accede / REGISTRO CIVIL - Prueba de parentesco
La Sala encuentra procedente el decreto como pruebas de oficio, las copias auténticas de
los registros civiles de nacimiento (…), documentación allegada por la parte actora en
memorial (…), en tanto que son medios idóneos para demostrar el parentesco y
constituyen pieza fundamental a efectos de decidir el recurso de apelación interpuesto
por la parte actora. NOTA DE RELATORÍA: Con aclaración de voto del consejero Guillermo
Sánchez Luque, al respecto ver las consideraciones esgrimidas en el voto disidente
consignado en el exp. 37952.
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Cuando se trata del ejercicio de la facultad discrecional del juzgador, es claro el deber de
fundamentar razonablemente el motivo por el cual se considera necesario el decreto de
una prueba de oficio, máxime si se tiene en cuenta la eventual afectación, en las resultas
del proceso, de los intereses de las partes y/o los intervinientes en el mismo. (…) [En] el
raciocinio que debe hacer el Juez al momento de analizar la procedencia de este tipo de
solicitudes probatorias, no puede olvidar el rol funcional que se le impone a nivel
convencional , constitucional y legal de estar comprometido con la búsqueda de una
decisión judicial que se ajuste al criterio de acceso material a la administración de
justicia, implicando ello el necesario compromiso con la consecución, en la medida de sus
competencias, de la verdad respecto de los hechos que han sido puestos en
consideración por las partes del litigio ante esta jurisdicción.
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-2010-00370-01
53704A
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 2 / CONVENIO IV DE GINEBRA DEL 12 DE AGOSTO DE 1949 / PROTOCOLO
ADICIONAL II AL CONVENIO DE GINEBRA / LEY 16 DE 1972 / RESOLUCIÓN 1982/29 DE
1982 COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS DE LAS NACIONES UNIDAS / RESOLUCIÓN
44/162 DE 1989 ASAMBLEA GENERAL DE LAS NACIONES UNIDAS / INFORME DEL 28 DE
DICIEMBRE DE 1992 RELATOR ESPECIAL EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES, SUMARIAS O
ARBITRARIAS DE LAS NACIONES UNIDAS / INFORME DE 2010 RELATOR ESPECIAL
SOBRE EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES, SUMARIAS O ARBITRARIAS DE LAS NACIONES
UNIDAS / INFORME DE 2012 RELATOR ESPECIAL EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES,
SUMARIAS O ARBITRARIAS DE LAS NACIONES UNIDAS / INFORME DE 2012 FISCAL DE
LA CORTE PENAL INTERNACIONAL / INFORME DE 2014 RELATOR ESPECIAL SOBRE
EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES, SUMARIAS O ARBITRARIAS DE LAS NACIONES
UNIDAS / INFORME DE 2014 COMISIÓN INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS /
LEY 1448 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 09/06/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO / JAIME ENRIQUE RODRIGUEZ NAVAS
ACTOR : MAIDE PEÑA RANGEL, AMELIDA PEÑA RANGEL
DEMANDADO : NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL-EJÉRCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso muerte de civil,
campesino en supuesto enfrentamiento militar / EJECUCIONES EXTRAJUDICIALES,
SUMARIAS O ARBITRARIAS / FALSAS E ILEGALES ACCIONES SO PRETEXTO DEL
CUMPLIMIENTO DE LOS MANDATOS CONSTITUCIONALES / GRAVE VIOLACIÓN O
AFECTACIÓN A BIENES CONSTITUCIONAL Y CONVENCIONALMENTE AMPARADOS
NOTA DE RELATORÍA: Con aclaración de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque. La
presente decisión fue proferida en virtud del fallo de tutela de 23 de febrero de 2017,
emitido por la Sección Cuarta de ésta Corporación, dentro del expediente 11001-03-15-
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En el específico caso que se encuentra bajo examen de la Sala se hace necesario valorar
la imputación en una doble perspectiva: en primer lugar, desde la producción del daño
antijurídico ocurrido durante una operación militar encaminada a contrarrestar acciones
de presuntos miembros del grupo armado insurgente ELN (…). [Así las cosas, en] clave
convencional de protección de los derechos humanos (…) el artículo 1.1 de la Convención
Americana de Derechos Humanos aplicable a este caso [por vía directa en atención a que
por virtud de la Ley 16 de 1972 hace parte de nuestro ordenamiento jurídico] exige al
Estado colombiano cumplir con el compromiso del respeto de los derechos y libertades
consagrados en la misma Convención, garantizando como obligación positiva el libre y
pleno ejercicio a toda persona que se encuentre bajo su jurisdicción, sin discriminación
alguna por condición social. Dicha obligación positiva debe consolidarse, a tenor de lo
consagrado por el artículo 2 de la mencionada Convención, por el Estado colombiano con
la adopción y aplicación eficaz de medidas legislativas y de cualquier tipo puedan ser
necesarias para la efectividad de los derechos y libertades. (…) [Ahora bien,] desde la
perspectiva del derecho internacional humanitario, y específicamente de la aplicación del
artículo 3 común a los Convenios de Ginebra de 1949, la obligación positiva de un Estado
como Colombia que se encuentra en una situación de conflicto armado interno respecto
de los miembros de la población civil se concreta en varias dimensiones: (i) en el trato
basado en el principio sustancial de humanidad a todas las personas “a todas las
personas que no participen en las hostilidades o que caigan en poder del adversario, sin
distinción alguna de índole desfavorable”; y (ii) lo anterior implica desde la posición de
las fuerzas militares del Estado, que su legitimidad y reconocimiento en la guarda del
orden público y la seguridad tiene límites fijados por las reglas de la guerra que derivan
de este corpus iuris de derecho internacional humanitario, uno de cuyos principios
esenciales es el de distinción que impone no involucrar, vincular o incorporar indebida o
ilegalmente a miembros de la población civil en acciones, situaciones o considerar como
partícipes del conflicto armado interno a miembros de la población civil sin tener
integralmente todos los elementos que puedan demostrar la condición de combatiente,
integrante de grupo armado insurgente, o de banda criminal de la víctima como ya se
señaló.(…) En esa condición de la víctima (…) [el señor], como miembro de la población
civil, desde la perspectiva del derecho internacional humanitario, debe observarse lo
consagrado en el Convenio IV de Ginebra del 12 de agosto de 1949, “relativo a la
protección debida a las personas civiles en tiempo de guerra” (ratificado por Colombia el
8 de noviembre de 1961), y en el Protocolo adicional II a los Convenios de Ginebra de
1977, “relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter
internacional”. De acuerdo con el Convenio IV de Ginebra son aplicables en este tipo de
eventos, y dentro del concepto de conflicto armado interno el artículo 3 común, ya que
tratándose de conflictos no internacionales el Estado parte está llamado a aplicar “como
mínimo” los siguientes criterios: “[…] 1) Las personas que no participen directamente en
las hostilidades […] y las personas puestas fuera de combate por […] detención o por
cualquier otra causa, serán en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin
distinción alguna de índole desfavorable, basada en la raza, el color, la religión o la
creencia, el sexo, el nacimiento o la fortuna, o cualquier otro criterio análogo. A este
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respecto, se prohíben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las personas arriba
mencionadas: a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el
homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los
suplicios.
Contraguerrillas No. 95, adscrito a la Brigada Móvil 15. El ciudadano campesino fue
presentado como integrante de un grupo armado ilegal y quien presuntamente había
sido dado de baja en operativo militar en el corregimiento Puente Real, vereda La Perla,
municipio de San Calixto –Norte de Santander-. Problemas jurídicos. 1) ¿Cabe imputar
fáctica y jurídicamente la responsabilidad a las entidades públicas demandadas por el
daño antijurídico padecido por (…) [la víctima] como consecuencia de su muerte violenta
en los hechos ocurridos el 15 de agosto de 2008 en el corregimiento Puente Real, vereda
La Perla, municipio de San Calixto –Norte de Santander-?; (2) si cabe imputar el daño
antijurídico, ¿procede el reconocimiento y liquidación de los perjuicios inmateriales
[morales y por vulneración a bienes convencionales y constitucionales] y materiales [en
la modalidad de lucro cesante]; o, (3) ¿sólo cabe confirmar los perjuicios inmateriales
que en la modalidad de perjuicios morales y materiales que fueron reconocidos y
liquidados en primera instancia, o cabe incrementarlos?.
RECURSO DE APELACIÓN - Apelación por ambas partes: Recurso será resuelto sin
limitaciones / APELACIÓN ADHESIVA - Recurso desatado sin limitaciones / VIGENCIA DE
LA LEY PROCESAL EN EL TIEMPO - Código General del Proceso y Contencioso
Administrativo el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso
Administrativo
por esta vía no se encontraba limitada por la modificación que, frente a la competencia
del superior jerárquico para resolver los recursos de apelación, hizo el Código General del
Proceso. Entre otras cosas, porque el recurso de apelación de la entidad demandada
cuestionó la existencia de la responsabilidad patrimonial en sentido amplio, por lo que no
podía ocurrir nada distinto a que el juez de segunda instancia analizara el material
probatorio que obraba en el proceso para estudiar el cargo. Más aun [sic] el análisis
integral de las pruebas es una obligación del juez, dirigida a obtener la certeza de los
hechos y de la responsabilidad alegada, en el que nada le impide emplear la facultad
oficiosa, máxime, cuando la presunta vulneración se refiere al desconocimiento de los
derechos humanos y del Derecho Internacional Humanitario”.
NOTA DE RELATORÍA: Sobre este tema ver las decisiones de 9 de abril de 2012, exp.
21515 y 23 de agosto de 2012, exp. 24392.
Cabe agregar que en los eventos en los que un (a) menor de edad invoca la acción de
reparación directa debidamente representado (a) la falta del registro civil de nacimiento
que permita establecer la relación de parentesco con la víctima no puede desvirtuar la
lectura sistemática que se desprende de la constitución: (1) ya que el artículo 1 consagra
que el Estado Social de Derecho como modelo adoptado exige el respeto de la dignidad
humana, esencial en la protección de los niños; (2) lo que se refuerza con el mandato del
artículo 2 que consagra como fines esenciales del Estado la garantía de la efectividad de
los principios, derechos y deberes establecidos en la Carta Política, teniendo las
autoridades, como las judiciales, el deber de proteger a este (a) menor en su vida,
honra, derechos y libertades; (3) uno de los cuales es el derecho al debido proceso que
se ve reforzado cuando se trata de sujetos de especial protección constitucional como los
niños, a tenor del artículo 29; (4) que según el artículo 44 implica la prevalencia sobre
los derechos de los demás; (5) cuya garantía parte de la base de entender que el artículo
90 no impone restricción alguna para decidir de fondo si procede declarar la
responsabilidad y reconocer la indemnización de una persona; (6) ratificado además por
la cláusula de garantía de convencionalidad consagrada el inciso primero del artículo 93
que hace prevalecer en el ordenamiento jurídico colombiano los tratados y convenios
internacionales que reconocen la protección de los derechos humanos; y, (7) con lo que
se materializa la eficacia del derecho de acceso a la administración de justicia, o tutela
judicial efectiva, en los términos del artículo 229. (…) Sin embargo, la Sala de Sub-
sección como juez de convencionalidad está llamado a establecer si los presupuestos
constitucionales y legales de nuestro ordenamiento jurídico se corresponden con los
estándares, reglas y principios convencionales. (…) En un segundo examen de
convencionalidad se encuentra que valorados los presupuestos legales para la
determinación de la legitimación en la causa por activa en el caso específico de los niños
debe corresponderse con los mandatos de la Convención Americana de Derechos
Humanos, que examinados permite a la Sala concluir que exigirla como prueba única,
idónea o que no permite otras alternativas de demostración material del parentesco con
la víctima de un presunto daño antijurídico no puede (1) contradecir el mandato
convencional del artículo 1.1 que exige de todo Estado el respeto de los derechos y
libertades de la misma Convención entre ellos el de los niños del artículo 19 y garantizar
su pleno ejercicio; (2) por lo que por virtud del artículo 2 debe el juez contencioso
administrativo como juez de convencionalidad adoptar las medidas que sean necesarias
para la efectividad y eficacia de tales derechos; (3) para así corresponderse con el
derecho de toda persona, específicamente los niños, a un recurso sencillo, rápido y
efectivo que los ampare ante la violación de los derechos fundamentales reconocidos
convencional, constitucional y legalmente; (3) que garantice el mandato consagrado en
el artículo 19 según el cual todo niño “tiene derecho a las medidas de protección que su
condición de menor requieren por parte de su familia, la sociedad y del Estado”, sin que
opere ningún tipo de discriminación o condicionamiento que haga nugatorio el ejercicio
de sus derechos. (…) De acuerdo con la Opinión Consultiva OC-17/2002, de 28 de agosto
de 2002, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. (…) En el mismo marco
convencional del estudio que realiza la Sala, se encuentra necesario considerar el caso de
la legitimación en la causa por activa ponderando si las exigencias legales cumplen con
los estándares o mandatos convencionales consagrados en la Convención de las Naciones
Unidas sobre los derechos del niño, ya que las exigencias procesales en su aplicación e
interpretación debe asegurar el respeto pleno de los derechos del niño (a) [artículo 2],
por lo que los tribunales, como los contencioso administrativos, deben adoptar medidas
que atiendan al interés superior del niño [artículo 3.1], que permitan la efectividad de
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 121/615
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En cuanto a las declaraciones rendidas ante las autoridades judiciales penales ordinarias
[Fiscalía, Jueces Penales, Jueces de Instrucción Penal Militar], la Sala Plena de la Sección
Tercera en la sentencia de 11 de septiembre de 2013 [expediente 20601] considera que
“es viable apreciar una declaración rendida por fuera del proceso contencioso
administrativo, sin audiencia de la parte demandada o sin su citación, cuando se cumpla
con el trámite de ratificación, o cuando por acuerdo común entre las partes –avalado por
el juez- se quiso prescindir del aludido trámite. (…) Así mismo, la jurisprudencia de la
Sub-sección C de la Sección Tercera del Consejo de Estado considera que cuando no se
cumple con alguna de las anteriores reglas o criterios, se podrán valorar las
declaraciones rendidas en procesos diferentes al contencioso administrativo,
especialmente del proceso penal ordinario, como indicios cuando “establecen las
circunstancias de tiempo, modo y lugar […] ya que pueden ser útiles, pertinentes y
conducentes para determinar la violación o vulneración de derechos humanos y del
derecho internacional humanitario”. Con similares argumentos la jurisprudencia de la
misma Sub-sección considera que las indagatorias deben ser contrastadas con los demás
medios probatorios “para determinar si se consolidan como necesarios los indicios que en
ella se comprendan” con fundamento en los artículos 1.1, 2, y 25 de la Convención
Americana de Derechos Humanos. (…) De otra parte, para el caso de la prueba
documental, la regla general que aplica la jurisprudencia del Consejo de Estado es
aquella según la cual en “relación con el traslado de documentos, públicos o privados
autenticados, estos pueden ser valorados en el proceso contencioso al cual son
trasladados, siempre que se haya cumplido el trámite previsto en el artículo 289 del
Código de Procedimiento Civil. Conforme a lo anterior, es claro que sin el cumplimiento
de los requisitos precitados las pruebas documentales y testimoniales practicadas en otro
proceso no pueden ser valoradas para adoptar la decisión de mérito”. (…) No obstante, a
dicha regla se le reconocieron las siguientes excepciones: (i) puede valorarse los
documentos que son trasladados desde otro proceso [judicial o administrativo
disciplinario] siempre que haya estado en el expediente a disposición de la parte
demandada, que ésta haya podido realizar y agotar el ejercicio de su oportunidad de
contradicción de la misma; (ii) puede valorarse cuando la contraparte la utiliza para
estructurar su defensa jurídica; (iii) pueden valorarse los documentos que se trasladan
en copia simple operando las reglas examinadas para este tipo de eventos para su
valoración directa o indirecta en la jurisprudencia de unificación de la Sala Plena de la
Sección Tercera del Consejo de Estado [expediente 25022]; (iv) puede valorarse cuando
la parte contra la que se aduce se allana expresa e incondicionalmente a la misma; y, (v)
puede valorarse el documento producido por una autoridad pública aportando e invocado
por el extremo activo de la litis.
Por las especiales y específicas características de los hechos en los que se sustenta este
caso, la Sala define las condiciones de valoración de la prueba trasladada cuando con los
mismos medios se pretende demostrar tanto el daño antijurídico, como la imputación de
éste a las entidades demandadas, por la presunta violación o vulneración de derechos
humanos y la infracción del derecho internacional humanitario, así como la reparación de
los perjuicios que se demuestren se ocasionaron como consecuencia de todo lo anterior.
(…) Cuando se trata de eventos, casos o hechos en los que se puede encontrar
comprometida la violación de derechos humanos, la infracción del derecho internacional
humanitario, o la vulneración de principios o reglas de ius cogens, de miembros de la
población civil [desaparecidos, forzosamente, desplazados forzadamente, muertos,
torturados, lesionados, o sometidos a tratos crueles e inhumanos, u objeto de falsas
acciones de los miembros de la fuerza pública] con ocasión del conflicto armado interno
[por violación de los derechos fundamentales de los niños, por violación de los derechos
de los combatientes, por violación de los derechos de un miembro de una comunidad de
especial protección, o de un sujeto de especial protección por su discapacidad o identidad
social, la aplicación de las reglas normativas procesales, antes Código de Procedimiento
Civil, hoy Código General del Proceso] la valoración del acervo probatorio obrante en el
expediente “debe hacerse conforme con los estándares convencionales de protección”,
para garantizar “el acceso a la justicia en todo su contenido como garantía convencional
y constitucional [para lo que el juez contencioso administrativo obra como juez de
convencionalidad, sin que sea ajeno al respeto de la protección de los derechos
humanos, dado que se estaría vulnerando la Convención Americana de Derechos
Humanos], como derecho humano reconocido constitucional y supraconstitucionalmente,
tal como la Corte Interamericana de Derechos Humanos en la sentencia del caso Manuel
Cepeda sostiene. (…) Lo que implica, interpretada la Convención Americana de Derechos
Humanos, en especial los artículos 1.1, 2, y 25 y la jurisprudencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos que es esencial que en la valoración de las
pruebas trasladadas se infunde como presupuesto sustancial la convencionalidad, de
manera que en eventos, casos o hechos en los que se discuta la violación de los
derechos humanos y la infracción del derecho internacional humanitario se emplee “como
principio básico la llamada prueba racional o de la “sana crítica”, que tiene su
fundamento en las reglas de la lógica y de la experiencia, ya que la libertad del juzgador
no se apoya exclusivamente en la íntima convicción, como ocurre con el veredicto del
jurado popular, ya que por el contrario, el tribunal está obligado a fundamentar
cuidadosamente los criterios en que se apoya para pronunciarse sobre la veracidad de los
hechos señalados por una de las partes y que no fueron desvirtuados por la parte
contraria”.
con posterioridad, y para lo que es necesario, dando prevalencia a lo sustancial por sobre
el excesivo rigorismo procesal.
En relación con la valoración de las actas de las diligencias de inspección judicial, de los
dictámenes periciales y de los informes técnicos practicados en el proceso penal
trasladado, la premisa jurisprudencial es que las inspecciones judiciales y los dictámenes
periciales no pueden trasladarse a procesos distintos de aquéllos en los que fueron
practicados, salvo que lo hayan sido con audiencia de la parte contra la que se aducen.
(…) Para el caso en concreto obra (…) [inspección técnica, informe fotográfico, ficha
técnica, informe pericial de necropsia] las cuales serán valoradas por esta Sala según los
criterios fijados en el anterior apartado.
Se trata de medios probatorios que puede ser conducentes, pertinentes y útiles para
establecer la vulneración de derechos humanos y de infracciones al derecho internacional
humanitario, en las condiciones en las que acaecieron los hechos.
Los [delitos] de lesa humanidad se comprenden como “aquellos actos ominosos que
niegan la existencia y vigencia imperativa de los Derechos Humanos en la sociedad al
atentar contra la dignidad humana por medio de acciones que llevan a la degradación de
la condición de las personas, generando así no sólo una afectación a quienes físicamente
han padecido tales actos sino que agrediendo a la conciencia de toda la humanidad”;
siendo parte integrante de las normas y principios de jus cogens de derecho
internacional, razón por la cual su reconocimiento, tipificación y aplicación no puede ser
contrariado por norma de derecho internacional público o interno.
En lo que es de interés para la responsabilidad del Estado, se entiende que los elementos
estructuradores del concepto de lesa humanidad son: (i) que el acto se ejecute o lleve a
cabo en contra de la población civil y que ello ocurra (ii) en el marco de un ataque que
revista las condiciones de generalizado o sistemático.
[En cuanto al] elemento estructurador (…) tipo de ataque [éste hace referencia a un
ataque] generalizado o sistemático, en tanto supuestos alternativos. Así, por
generalizado se entiende un ataque que causa una gran cantidad de víctimas o dirigido
contra una multiplicidad de personas, es decir, se trata de un criterio cuantitativo. A su
turno, el carácter sistemático pone acento en la existencia de una planificación previa de
las conductas ejecutadas, de manera que, siguiendo a la Comisión de Derecho
Internacional, “lo importante de este requisito es que excluye el acto cometido al azar y
no como parte de un plan o una política más amplios”.
Para determinar que se trata de un acto de lesa humanidad la Sala ha debido analizar
bajo criterios contextuales los hechos del presente caso y los de otras decisiones
judiciales, de las que se desprenden los elementos singulares siguientes: (1) se trata de
acciones desplegadas por diferentes unidades y miembros de las fuerzas militares con
ocasión del conflicto armado; (2) se realizan bajo la cobertura de órdenes o misiones
militares y con conocimiento de los altos mandos militares de cada zona en donde se
despliegan; (3) presuntamente se identifican a miembros de grupos armados
insurgentes, de bandas criminales o de narcotraficantes; (4) involucran a personas de la
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 127/615
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población civil que responden a ciertas características: (4.1) son jóvenes [edades que
oscilan entre 19 y 26 años]; (4.2) algunos campesinos, otros personas que llegaron a las
ciudades y que tenían un oficio, en determinados casos personas que se realizan
actividades ilícitas menores, y alguno con una elección de vida social, como ser
“punkero”, o con discapacidades mentales o sensoriales reconocibles exteriormente; (5)
son presentados como dados de baja en presuntos combates entre las fuerzas militares y
miembros de grupos armados insurgentes o bandas criminales; (6) en la escena de los
hechos a las personas de la población civil muertas violentamente les encuentran armas
de fuego de corto alcance [revólveres y pistolas] que fueron accionadas en pocas
ocasiones o no lo fueron; (7) por el contrario los miembros de cada unidad militar
dispara en el evento un abundante número de proyectiles de sus armas de dotación
oficial]; (8) siempre se trataba de acciones en las que las unidades militares contaban
con mayoría respecto de los presuntos insurgentes o de los miembros de bandas
criminales; (9) los hechos ocurren en la noche, en zonas de difícil acceso y sin presencia
de viviendas; y, (10) las investigaciones iniciales son adelantadas por la justicia penal
militar con cierres, archivos y envío a la jurisdicción ordinaria después de enfrentar serias
dificultades para lograr establecer la veracidad de los hechos.
[E]s aquél que la persona no está llamada a soportar puesto que no tiene fundamento en
una norma jurídica, o lo que es lo mismo, es aquel que se irroga a pesar de que no
exista una ley que justifique o imponga la obligación de soportarlo (…), desde la
dogmática jurídica de la responsabilidad civil extracontractual y del Estado, impone
considerar dos componentes: (a) el alcance del daño como entidad jurídica, (…) y, (b)
aquello que derivado de la actividad, omisión, o de la inactividad de la administración
pública no sea soportable (i) bien porque es contrario a la Carta Política o a una norma
legal, o (ii) porque sea “irrazonable”, en clave de los derechos e intereses
constitucionalmente reconocidos; y, (iii) porque no encuentra sustento en la prevalencia,
respeto o consideración del interés general, o de la cooperación social. (…) [Además,] la
jurisprudencia constitucional señala que la “antijuridicidad del perjuicio no depende de la
licitud o ilicitud de la conducta desplegada por la Administración sino de la no
soportabilidad del daño por parte de la víctima”. (…) [De esta manera, debe] quedar
claro que es un concepto que es constante en la jurisprudencia del Consejo Estado, que
debe ser objeto de adecuación y actualización a la luz de los principios del Estado Social
de Derecho, ya que como lo señala el precedente de la Sala un “Estado Social de
Derecho y solidario y respetuoso de la dignidad de la persona humana, no puede causar
daños antijurídicos y no indemnizarlos”. Dicho daño tiene como características que sea
cierto, presente o futuro, determinado o determinable, anormal y que se trate de una
situación jurídicamente protegida.
constituir una familia y el derecho a la libertad. Se trata de afirmar que todo ciudadano
que fallece en el marco del conflicto armado, sin perjuicio de su situación frente al
mismo, encuentra cercenados los anteriores derechos humanos, porque (1) la forma
violenta en que fallece puede en sí misma comprender una vulneración de tal tipo que se
ofende el principio de humanidad y de dignidad; (2) se desprende como efecto inmediato
e indiscutible que se entorpece cualquier elección del sujeto que fallece en tales
condiciones, desde la perspectiva de vida personal, familiar, social y económica; (3) se
hace extinguir, abruptamente, cualquier capacidad laboral, productiva o económica de la
persona, que en condiciones normales las podría haber desplegado; (4) se niega la
posibilidad de constituir una familia, o se limita la posibilidad de disfrutar de la misma y
de todas las virtudes y obligaciones que en dicha figura existe; (5) la persona se somete
arbitrariamente a la limitación absoluta de la libertad como expresión plena de la entidad
de la persona, y, (6) los familiares de las personas sometidas a la tal cercenamiento de
derechos, también padecen un impacto en la dignidad colectiva, al encontrar que sus
hijos, hermanos o nietos fueron objeto de actos que violentaron todos los mínimos de
respeto que esto produce una limitación o restricción indebida en la esfera de sus propios
derechos, de su calidad de vida, de su identidad social, y de su posibilidad de superación
como individuos de la sociedad democrática. (…) Desde la perspectiva del derecho
internacional humanitario debe examinarse, también, por el juez administrativo si su
vulneración produce un daño antijurídico, especialmente cuando la muerte violenta está
precedida de una seria antijuridicidad al contravenirse la prohibición de atentar contra la
vida de quien en el marco del conflicto está confrontación, bien sea porque no se respete
cometiendo un homicidio, o sometiendo a la persona a su eliminación en su valor como
ser humano. (…) Con base en la motivación y justificación anterior, y ateniéndose
estrictamente a las pruebas obrantes en el proceso, la Sala de Sub-sección analizará el
daño antijurídico en el caso concreto, en la doble dimensión material y de protección de
los derechos.
desfavorable. Queda prohibido ordenar que no haya supervivientes” [artículo 4.1]; y, (v)
se prohíben los “atentados contra la vida, la salud y la integridad física o mental de las
personas, en particular el homicidio […] o toda forma de pena corporal” [artículo 4.2].
(…) En la dimensión constitucional, de acuerdo con lo consagrado en la Constitución
Política, es claro que la obligación positiva que asume el Estado de asegurar a todas las
personas residentes en Colombia la preservación de sus derechos a la vida y a la
integridad física, como manifestación expresa de los derechos fundamentales a la vida,
integridad personal y a la seguridad personal, (…) [de] tal manera, cabe observar la
atribución jurídica del daño antijurídico, en principio, a las entidades demandadas por
falla en el servicio se hace consistir en el incumplimiento e inobservancia de los deberes
positivos derivados de exigencias convencionales [del derecho internacional humanitario
y del derecho internacional de los derechos humanos], constitucionales, y legales, que
pueden ser constitutivos de una falla en el servicio.
Cabe destacar el Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre ejecuciones
extrajudiciales, sumarias o arbitrarias Christof Heys, publicado el 15 de mayo de 2012,
en el que se hicieron las siguientes consideraciones respecto a la situación de los “falsos
positivos”, de los homicidios cometidos por las fuerzas de seguridad en Colombia: “En el
informe sobre su visita al país, el Relator Especial documentó el fenómeno de los
llamados “falsos positivos”, ejecuciones ilegales de civiles manipuladas por las fuerzas de
seguridad para que parecieran bajas legítimas de guerrilleros o delincuentes ocurridas en
combate. La existencia de falsos positivos no estaba en duda; lo que era cuestionable
eran los motivos de la alarmante frecuencia con que se había dado ese fenómeno entre
2004 y 2007. Algunos interlocutores sostenían que era una política de Estado, mientras
que el Estado, por su parte, alegaba que había habido numerosas acusaciones
infundadas de falsos positivos y que algunas de las víctimas eran, de hecho, guerrilleros
o delincuentes. El gobierno señaló que no se trataba de un fenómeno generalizado y que
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esos homicidios ilegales solo eran casos aislados […] El Relator Especial concluyó que los
miembros de las fuerzas de seguridad de Colombia habían sido responsables de un
número considerable de falsos positivos ocurridos en todo el país, y señaló que los casos
de Soacha eran solo el ejemplo más conocido de la existencia del fenómeno, como lo
habían demostrado, entre otras cosas, sus entrevistas con familiares de la víctimas y las
pruebas presentadas […] El Relator Especial indicó que varios factores contribuían a los
homicidios, y mencionó entre ellos la presión que se ejercía en las unidades militares
para que se mostraran resultados y se demostrara que se ganaba terreno a la guerrilla y
a los delincuentes; las recompensas e incentivos otorgados a las fuerzas militares por los
homicidios de guerrilleros; y la falta de rendición de cuentas por las violaciones”
[párrafos 8 a 10]. (…) [A su vez, el] Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas
para las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, publicado el 6 de agosto de
2014, se advirtió la tendencia a la reanudación de las ejecuciones como práctica desde el
2012 [párrafos 93 a 98]. (…) [Así mismo,] en el Cuarto Informe sobre la situación de los
Derechos Humanos en Colombia, elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos en el año 2014, según el cual los supuestos para la materialización de las
ejecuciones extrajudiciales como práctica son los siguientes: “i) ejecución de miembros
de la guerrilla fuera de combate; ii) ejecución de líderes comunitarios acusados de ser
colaboradores; iii) transferencia de cuerpos de grupos paramilitares a unidades del
Ejército; iv) ejecución de informantes y miembros desmovilizados para encubrir crímenes
anteriores, negar vinculaciones y destruir evidencia; v) ejecución de personas que
mantienen lazos con organizaciones criminales como resultado de alianzas y
corrupciones; vi) ejecución de personas que fueron intencionalmente reclutadas o
retenidas (personas vulnerables, personas con discapacidad, adictos, personas en
situación de calle y con antecedentes criminales); y vii) ‘errores militares’ encubiertos
por la simulación de un combate”.
[En consonancia con lo anterior, se tiene que, según] los instrumentos internacionales
producidos por la Asamblea General de las Naciones Unidas, de los Informes de la Alta
Comisiona de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, del Relator Especial de
las Naciones Unidas sobre las ejecuciones extrajudiciales, del Fiscal de la Corte Penal
Internacional, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de la
jurisprudencia de la Sección Tercera y de las Subsecciones cabe establecer los siguientes
presupuestos para determinar la ocurrencia de “falsas e ilegales acciones so pretexto del
cumplimiento de los mandatos constitucionales y legales” por parte de miembros de las
fuerzas militares con base en los cuales se hará el juicio de imputación para el caso en
concreto. NOTA DE RELATORÍA: Sobre este tema –ejecuciones extrajudiciales-, el fallo en
estudio trae a colación las siguientes sentencias de la Sección Tercera: 11 de febrero de
2009, exp. 16337, 22 de junio de 2011, exp. 20706; 29 de marzo de 2012, exp. 21380:
29 de octubre de 2012, exp. 21806; 13 de marzo de 2013, exp. 21359; (Sala Plena) 11
de septiembre de 2013, exp. 20601; 27 de septiembre de 2013, exp. 19886; 30 de abril
de 2014, exp. 28075, y. (Sala Plena) 28 de agosto de 2014 exp. 32988.
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
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Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2, y
25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente providencia
a la Fiscalía General de la Nación- Fiscalía 31 de la Unidad de Derechos Humanos y de
Derecho Internacional Humanitario, Regional Villavicencio, con el fin de que continúe las
investigaciones penales por los hechos ocurridos el 15 de agosto de 2008 en el
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Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2, y
25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente providencia
a la Procuraduría General de la Nación, Delegada Disciplinaria para la Defensa de los
Derechos Humanos, con el fin de que abra las investigaciones disciplinarias por los
hechos ocurridos el 15 de agosto de 2008 en el corregimiento Puente Real, vereda La
Perla, municipio de San Calixto –Norte de Santander-, y se lleven hasta sus últimas
consecuencias, revelando su avance en un período no superior a noventa [90] días por
comunicación dirigida a esta Corporación, al Tribunal Administrativo de Casanare, a los
familiares de la víctimas y a los medios de comunicación de circulación local y nacional.
(…) En caso de no remitirse el informe pertinente, se solicitara a la Procuraduría
adelantar las averiguaciones de su competencia ante la orden dada por sentencia judicial
y se adopten las decisiones a que haya lugar de orden disciplinario.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2, y
25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente providencia
a la Justicia Penal Militar, para que abra la investigación penal militar, con el objeto de
establecer si hay lugar a declarar la responsabilidad de los miembros del Ejército
Nacional, por los hechos ocurridos el 15 de agosto de 2008, sin perjuicio que la justicia
penal militar haya dado traslado de las diligencias a la justicia ordinaria en su momento.
Los familiares (…) [del señor] son reconocidos como víctimas del conflicto armado, razón
por la que se solicita a las instancias gubernamentales competentes incorporarlas y surtir
los procedimientos consagrados en la ley 1448 de 2011.
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Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación del derecho internacional
humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional.
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-41-000-2014-01449-01
AG
AUTO
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[E]l hecho alegado por los demandantes como fuente de daño derivaría de varias
situaciones individuales que presuntamente hacían parte de un plan de exterminio en
contra de los miembros de la UP y del PCC, y que aunque las mismas corresponden a
fechas y lugares distintos, sí es predicable la univocidad del daño invocado en la
demanda por tratarse precisamente de la imputación de un ataque sistemático o
generalizado, constitutivo de crimen de lesa humanidad conforme al derecho y la
jurisprudencia nacional e internacional. Así las cosas, estima la Sala que, según lo
sustentado en la demanda, en el caso bajo estudio se cumple con el requisito de
univocidad del daño (…) al efectuarse el control de convencionalidad sobre la regla de
caducidad consagrada en el artículo 164 numeral 2 literal h) de la Ley 1437 de 2011,
dicha norma admite una excepción cuando se demanda la reparación por hechos materia
de delitos de lesa humanidad, máxime si lo que se persigue también es la reparación de
bienes esenciales legítimos que también son de interés público (…)la Sala considera que
se encuentra ante una presunta grave violación a los derechos humanos que puede
encajar en un delito de lesa humanidad, cuyo juzgamiento en materia de reparación no
está sometido a la regla general de la caducidad, pues existe una norma del ius cogens
según la cual el paso del tiempo no impide el acceso a la administración de justicia para
solicitar la reparación integral de los daños generados por tales actos inhumanos.
Conforme a lo anterior, por tratarse de un caso en el que existen supuestas violaciones
sistemáticas a los derechos humanos, puede deducirse que para efectos de admitir la
demanda de la referencia no es necesario contar con las fechas exactas en las que se
perpetraron algunos de los actos invocados en la demanda –homicidios,
desplazamientos, masacres, entre otros-, pues conforme a los precedentes
jurisprudenciales en los asuntos que involucren presuntas violaciones que constituyan
crímenes de lesa humanidad, no es oponible la caducidad de la acción en razón al
carácter especial de las situaciones puestas bajo conocimiento de la jurisdicción, en
aplicación del principio de derecho internacional de ius cogens, del cual se deriva que
estos asuntos pueden ser juzgados en cualquier tiempo.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-15-000-2017-00396-00
AC
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 86 / CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 63.1 / PACTO INTERNACIONAL DE
DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS - ARTÍCULO 2 / DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS
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CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-2003-00565-02
33861
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 16/02/2017
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
SALVAMENTO DE VOTO Y ACLARACION DE VOTO
ACTOR : LUIS ADALBERTO GOMEZ PEREZ
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJERCITO NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso saqueo y hurto de
bienes en establecimiento de comercio durante incursión guerrillera al municipio de
Tumaco corregimiento de Llorente, ataque guerrillero del Grupo Farc
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NOTA DE RELATORÍA: Con salvamento de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque.
Síntesis del caso: El 25 de enero de 2003, el grupo guerrillero de las FARC realizó
incursión armada en el corregimiento de Llorente del municipio de Tumaco, Nariño; en
estos hechos, se realizó el saqueo de un establecimiento de comercio dedicado a la
compraventa joyería, y electrodomésticos. En el acto se hurtaron bienes del
establecimiento de comercio. Problemas jurídicos identificados por el Despacho: (1) Con
ocasión de los hechos acaecidos el 25 de enero de 2003 ¿se produjo un daño antijurídico
consistente en la afectación del establecimiento de comercio del que afirmó su titularidad
[el señor] (…)?; (2) determinada la producción del anterior daño antijurídico, ¿puede
imputarse fáctica y jurídicamente a las entidades públicas demandadas?; e, (3) imputada
la responsabilidad ¿procede el reconocimiento, tasación y liquidación de los perjuicios
inmateriales en la modalidad de perjuicios morales, y materiales en las modalidades de
daño emergente y lucro cesante, reclamados en la demanda.
FALLA DEL SERVICIO - Incumplimiento de deber legal / FALLA DEL SERVICIO - Por
omisión en el deber de protección de la población civil y sus bienes. Control de
convencionalidad / FALLA DEL SERVICIO - Daños a bien de población civil por grupo
guerrillero
se realizaron con el mismo, constituyéndose en una seria falla en las misiones positivas
de protección a las que convencional, constitucional y legalmente están llamadas las
fuerzas militares, dado que se disponía de medios, razonables, proporcionales y
suficientes para haber atendido con una mínima eficacia tanto el ataque, como la
posterior huida de los integrantes del grupo armado insurgente, teniendo en cuenta que
había unidades [según el INSITOP] desplegadas por la zona en la realización de
operaciones. Finalmente, se reprocha imputable fáctica y jurídicamente a las entidades
públicas demandadas la falta de protección a la población civil del corregimiento de
Llorente, municipio de Tumaco, en especial, de los demandantes en este proceso, dado
que se trató de una acción armada que se dirigió contra un miembro de la población, el
cual por mandato convencional [Convenio IV de Ginebra de 1949 y Protocolo II de 1977
a dichos Convenios] está protegido y no puede ser incorporado o involucrado al conflicto
armado, bajo ningún tipo de razón, y menos cuando se trata de los miembros del grupo
armado insurgente. (…) [En consecuencia,] se imputara por la inactividad de las
administraciones públicas demandadas, consistente en el serio, grave y sustancial
incumplimiento a los mandatos convencionales que para el caso en concreto imponía
atender los reclamos de la ciudadanía, dotar de medios de protección, o de defensa,
seguimiento o patrullaje, de inteligencia, con base en los cuales se hubiese podido o
anticipar o perseguir eficazmente a los miembros del grupo armado insurgente FARC que
perpetraron el ataque y saqueo al establecimiento de comercio en el corregimiento de
Llorente, municipio de Tumaco el 25 de enero de 2003. NOTA DE RELATORÍA: Con
salvamento de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque.
Se destaca que el hecho del tercero debe estar revestido de cualidades como que sea i)
imprevisible, ii) irresistible y iii) ajeno a la entidad demandada. Es acertado que algunas
decisiones sostengan que no se requiere que el hecho del tercero sea culposo para que
proceda como eximente, y por otra parte, se tiene como exigencia que la causa [la
actuación del tercero] sea adecuada. También se indica que corresponde a la entidad
demandada probar los elementos constitutivos de este eximente de responsabilidad. La
problemática que plantea el hecho del tercero radica en su análisis desde la óptica de la
causalidad, o bien en el marco de la tendencia moderna de imputación objetiva, o en la
construcción de los deberes positivos del Estado. (…) Pero, ¿cómo superar el tratamiento
causalista del hecho del tercero? En primer lugar, debe decirse que fruto de la
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De acuerdo con la idea del “tercero” en el marco de un conflicto armado interno, no hay
duda que no se requiere que haya un acuerdo o una “connivencia” entre el Estado y los
terceros que producen violaciones sistemáticas a los derechos humanos. En este sentido,
la concepción del hecho del tercero debe superar como hipótesis la necesidad de
determinar un vínculo material u orgánico para que pueda atribuirse la responsabilidad,
ya que lo sustancial es el rol que juega la administración pública, su “posición de garante
de vigilancia”, de la que derivan todos los deberes de actor llamado de evitar, a ofrecer la
protección debida a corresponderse con los deberes positivos, y que implica que debe
actuar frente a situaciones que amenacen o puedan desencadenar un daño como
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consecuencia de las acciones de terceros, sino que sea admisible permitir que opere
como cláusula de cierre de la eximente que se trate de actos indiscriminados, o que deba
contarse con la verificación de la misma amenaza, sino que es el Estado el llamado a
ejercer una intervención mucho más profunda ante fenómenos de violencia, o de
insurgencia que tiene plenamente definidos. c. Debe tenerse en cuenta, también, que el
“Estado será responsable de los actos de particulares si los órganos del Estado hubieran
podido actuar para prevenir o reprimir el comportamiento de éstos, o si existiese una
relación de hecho específica entre la persona o entidad que observó el comportamiento y
el Estado”. Se reitera, además, que las obligaciones de prevención se conciben por lo
general como obligaciones de realizar los máximos esfuerzos, es decir, que obligan a los
Estados a adoptar todas las medidas razonables o necesarias para evitar que se produzca
un acontecimiento determinado, aunque sin garantizar que el acontecimiento no vaya a
producirse, la violación de una obligación de prevención puede ser un hecho ilícito de
carácter continuo. Generalmente se trata de casos en los que el Estado complementa su
propia acción contratando o instigando a personas privadas o a grupos que actúen como
auxiliares, pero sin pertenecer a la estructura oficial del Estado. (…) El hecho del tercero
no es una causal que permita al juez crear una regla general como máxima, sino que,
por el contrario, lo invita a analizar, teniendo en cuenta las especiales condiciones del
Estado colombiano, cuándo, en qué medida, y bajo qué proporcionalidad el Estado
estaría llamado a responder, o con otras palabras, le sería atribuible (fáctica y
jurídicamente) un daño antijurídico producido por un tercero, sin acudir a verificar los
vínculos o relaciones de este con la administración pública, sino a partir de la exigencia
máxima de la tutela de la víctima como premisa de la responsabilidad extracontractual
del Estado en la visión moderna y humanista. (…) [Esta eximente] debe convertirse en
una excepción a la regla general de la primacía de la víctima en la determinación de la
responsabilidad extracontractual del Estado, como criterio garantístico, finalístico y
principal para dotar al Estado de una herramienta con vocación preventiva, no
simplemente como verificación de hechos que sistemáticamente se producen y no tienen
eco en la actividad del Estado para procurar tratarlos, superarlos y, así alcanzar la
reconciliación nacional.
Acerca del lucro cesante debe aclararse que este no puede construirse sobre conceptos
hipotéticos, pretensiones fantasiosas o especulativas que se fundan en posibilidades
inciertas de ganancias ficticias sino que, por el contrario, debe existir una cierta
probabilidad objetiva que resulte del decurso normal de las cosas y de las circunstancias
especiales del caso, de manera que el mecanismo para cuantificar el lucro cesante
consiste en un cálculo sobre lo que hubiera ocurrido de no existir el evento dañoso,
exigencias que evidentemente se cumplen en el sub judice. Si bien se demostró la
existencia del establecimiento de comercio “Los Tres Diamantes”, y la actividad comercial
que se desplegaba en materia de joyería y de compra venta de electrodomésticos y
maquinaria, no se tiene prueba alguna para establecer la cuantificación del beneficio o
utilidad dejada de recibir por el demandante (…), por lo que la Sala acudirá a la condena
en abstracto, regulada en el artículo 172 del Código Contencioso Administrativo [Decreto
01 de 1984], para que se surta el trámite del incidente de liquidación, tasándose y
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liquidándose este perjuicio. Para el efecto se tendrán en cuenta los siguientes criterios:
1. El dictamen pericial y su aclaración y complementación practicados en este proceso y
que obran (…) no podrán ser empleados por ninguno de los sujetos procesales para
apoyar la tasación y liquidación económica de este perjuicio. 2. Se deberá tener en
cuenta los estados financieros y los libros de contabilidad aportados en este proceso, y
entregados en la diligencia de allanamiento y registro (…) los cuales deberán ser
cotejados por los funcionarios de la Fiscalía (…) para establecer su veracidad y
correspondencia con los hallados en dicha diligencia. 3. Deberá designarse (…) perito (…)
que rinda el respectivo dictamen para la valoración económica del perjuicio consistente
en la pérdida de utilidad del establecimiento de comercio (…). 4. En caso de aducirse
documentos contables para la acreditación del perjuicio éstos deben ajustarse a las
normas de contaduría pública usuales y aceptadas de acuerdo a los términos de la
legislación. 5. Bajo ninguna consideración el monto de la eventual condena en abstracto
podrá superar la cuantía pedida en el escrito de demanda actualizada a la fecha en que
se dicte el auto liquidatorio. 6. La Sala, por lo tanto, condena a la NACIÓN-MINISTERIO
DE DEFENSA-EJÉRCITO NACIONAL al pago en abstracto del lucro cesante con base en los
criterios fijados en la parte motiva de esta providencia y a favor del demandante (…),
para cuya liquidación se surtirá el respectivo incidente de liquidación ante el a quo con
base en lo consagrado en el artículo 172 del Código Contencioso Administrativo [Decreto
01 de 1984].
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-26-000-2014-00143-00
52149
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1450 DE 2011 - ARTÍCULO 108 / PLAN DE DESARROLLO
2010 A 2014 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 236 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 246
/ LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 229 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 230 / LEY 1437
DE 2011 - ARTÍCULO 229 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 234 / LEY 1437 DE 2011 -
ARTÍCULO 230 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 231 NUMERAL 4 LITERAL A / LEY 1437
DE 2011 - ARTÍCULO 231 NUMERAL B / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 231 / LEY 1437
DE 2011 - ARTÍCULO 238 / LEY 1437 DE 2011 - ARTÍCULO 231
NORMA DEMANDADA : RESOLUCIÓN 180241 DE 2012 (24 de febrero) MINISTERIO DE
MINAS Y ENERGÍA (Suspendida) / RESOLUCIÓN 045 De 2012 (20 de junio) AGENCIA
NACIONAL DE MINERÍA (Suspendida) / RESOLUCIÓN 429 DE 2013 (27 de junio)
AGENCIA NACIONAL DE MINERÍA (Suspendida).
FECHA : 09/02/2017
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : CENTRO DE ESTUDIOS PARA LA JUSTICIA SOCIAL - TIERRA DIGNA
DEMANDADO : MINISTERIO DE MINAS Y ENERGÍA - AGENCIA NACIONAL DE MINERÍA
DECISION : ACCEDE
TEMA : MEDIO DE CONTROL DE NULIDAD DE ACTO ADMINISTRATIVO - Asunto minero.
Medida de suspensión provisional / MEDIDA DE SUSPENSIÓN PROVISIONAL DE ACTO
ADMINISTRATIVO - Accede, decreta suspensión de acto administrativo que declaró áreas
de reserva minera estratégica / NULIDAD DE ACTO ADMINISTRATIVO POR VIOLACIÓN
DE NORMAS CONVENCIONALES Y CONSTITUCIONALES SOBRE CONSULTA PREVIA A
COMUNIDAD INDÍGENA - Acto administrativo que declara zona de explotación minera /
NULIDAD DE ACTO ADMINISTRATIVO - Zona de explotación minera / CONSULTA PREVIA
A COMUNIDAD INDÍGENA - Aplicación de normas convencionales y constitucionales /
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con que se afirme que la consulta deba realizarse luego de la suscripción del contrato de
concesión minera especial en la fase de licenciamiento ambiental, pues entre uno y otro
momento se omite la participación de las comunidades diferenciadas en una etapa
decisiva como lo es la determinación de las zonas que el Gobierno Nacional declarará
como estratégicas mineras. Y esta judicatura encuentra, desde una análisis preliminar
propio de la instancia cautelar, que esa restricción al derecho de participación cualificado
no se ajusta a una prueba de razonabilidad y proporcionalidad toda vez que con esa
exclusión no se satisface y/o realiza ningún cometido constitucionalmente legítimo y, por
el contrario, genera un grave déficit en la participación democrática plural y diversas de
las comunidades en las instancias públicas decisoras. NOTA DE RELATORÍA: Con
aclaración de voto del consejero Jaime Enrique Rodríguez Navas. Síntesis del caso:
Síntesis del caso: Se solicita la nulidad de la Resolución No. 180241 (24 de febrero) de
2012 proferida por el Ministerio de Minas y Energía y, de las Resoluciones Nos. 045 (20
de junio) de 2012 y 429 (27 de junio) de 2013, emitidas por la Agencia Nacional de
Minería, mediante las cuales se establecieron las áreas de reserva minera estratégicas.
La nulidad invocada se fundamenta en la omisión de la autoridad administrativa de
efectuar consulta previa a las comunidades indígenas que resultan afectadas con la
orden. Problema jurídico: En los eventos de declarar zonas mineras de reserva especial:
¿En qué momento deberá efectuarse el procedimiento de consulta previa a comunidades
indígenas y afrodescendientes para evitar la vulneración de sus derechos
fundamentales?.
Tanto los pueblos indígenas como los tribales gozan, desde la perspectiva de los
instrumentos internacionales así como en el derecho interno, de la misma protección y
garantía de sus derechos y libertades. (…) Así, resulta que las cuestiones en torno a los
derechos de estas comunidades diferenciadas están demarcadas por la garantía efectiva
y sustancial de la cláusula de igualdad en cuya virtud se proscribe el trato desigual o
discriminatorio por cualquier autoridad estatal respecto de tales pueblos ora
colectivamente o por cada uno de sus miembros integrantes. Esto lo refleja, entre otros
elementos, el artículo 13 constitucional cuando hace especial referencia a las categorías
sospechosas de discriminación tales como raza, lengua o religión, los artículos 1.1 y 24
de la CADH sobre obligación de respetar los derechos e igual protección de la ley y el
artículo 1.1 de la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas la formas de
Discriminación Racial.(…) [Ahora bien, respecto del] territorio, como derecho colectivo de
las comunidades que encuentra sustento normativo en los artículos 13, 14, 16 y 17 del
Convenio 169 de OIT, 25, 26 y 28 de la DNUDPI, 25 de la DADPI y 67 y 229 de la
Constitución Política, comprendido no solo como sustrato físico de asentamiento de las
comunidades sino como elemento esencial en la cosmogonía y cultura de las
comunidades indígenas y afrodescendientes ha venido a erigirse como otro de los
derechos fundamentales protegidos, pues excede a la connotación patrimonial
conformando un elemento indispensable para la pervivencia humana de esos pueblos y
de toda su cultura y tradiciones anejas. (…) En virtud de esta nota sustantiva es que se
ha afirmado el deber estatal de reconocer en el ordenamiento interno el derecho a la
titulación de propiedad comunal, de proveer instrumentos jurídicos idóneos tendientes a
garantizar el acceso (mediante trámites administrativos o judiciales) a la misma, la
recuperación o reivindicación de aquellas ancestrales que se encuentren en manos de
particulares y la delimitación de los territorios en tanto mecanismo de seguridad para los
miembros de las comunidades. Particular relevancia en este punto tiene el estándar que
dispone que el Estado deba tener especial consideración por el derecho consuetudinario
indígena y la posesión como título sobre la propiedad de la tierra. (…) Falta advertir que
junto al derecho al territorio se ubica el relativo a la explotación de los recursos
naturales, punto en el que cabe anotar, como cuestión relevante, el reconocimiento a las
comunidades diferenciadas de participar directamente en el aprovechamiento de tales
recursos ubicados en sus territorios lo que lleva envuelto su autonomía para decidir o
planear sus intereses y preferencias de desarrollo económico. Del mismo modo otra
faceta consiste, ligado al derecho de consulta, en el derecho que les asiste a las
comunidades a recibir, en participación con el Estado, los beneficios o réditos que se
desprendan de la explotación de los recursos naturales en su territorio y el deber del
Estado de proteger los territorios de explotaciones ilegales. (…) De esta manera se
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pretende, sin duda, una armonización entre la libre iniciativa privada, el derecho que se
tiene a que el Estado pueda conceder a favor de un particular el derecho de explorar y
explotar recursos naturales no renovables y el derecho a la diversidad, el
multiculturalismo y el pluralismo jurídico, reflejado en los derechos fundamentales de los
pueblos indígenas y comunidades negras a la protección de su territorio y los recursos
naturales que allí se encuentren.
Los artículos 229 y siguientes del CPAyCA consagran un amplio y novedoso sistema de
medidas cautelares en el procedimiento contencioso administrativo que son aplicables en
aquellos casos en que se consideren “necesarias para proteger y garantizar,
provisionalmente, el objeto del proceso y la efectividad de la sentencia”, conforme a las
notas del mismo artículo, de donde se infiere que la institución cautelar es una
manifestación legislativa concreta de la garantía de efectividad del derecho al acceso a la
administración de justicia-; comoquiera que se busca evitar que la duración del proceso
afecte a quien que acude a la jurisdicción, a tal punto que para el momento de obtener
una decisión favorable se torne en ilusorio el ejercicio del derecho reconocido. (…) cabe
comprender y reconocer a la institución cautelar como un procedimiento autónomo al
proceso contencioso administrativo, de ahí, entonces, que se conciba como una garantía
efectiva y material del acceso a la administración de justicia. Conforme a ello, para la
procedencia de las medidas cautelares debe tenerse en cuenta presupuestos
constitucionales, convencionales y legales, lo que lleva a decir que al Juez Administrativo
le corresponde remover los obstáculos eminentemente formales que llegaren a impedir la
adopción de estas medidas en los casos en que exista una seria y verdadera amenaza de
vulneración de derechos, bienes o intereses jurídicos.
la notificación del auto admisorio de la demanda (conforme al artículo 229 del Código).
(…) Esta disposición constituye una de toda persona de contar con un recurso judicial
efectivo en caso de graves violaciones de derechos humanos.
En ese orden, no escapa el hecho de que una cosa es que la conciliación extrajudicial
constituye requisito de procedibilidad de la demanda, mas no de la solicitud de la medida
cautelar. De suerte que, estamos en presencia de dos figuras diferentes y que se pueden
estructurar en momentos distintos, sin que esto implique su incompatibilidad procesal.
Tal precisión conduce a que efectivamente es posible solicitar el decreto y práctica de la
medida cautelar, aun sin haber agotado previamente el requisito de procedibilidad. De
ahí que, esta alternativa materializa la prevalencia del derecho sustancial frente al
formal, toda vez que implica la adecuación e interpretación de la norma procesal con
miras a la efectividad de los derechos sustanciales de los ciudadanos”.
En cuanto a los criterios que debe seguir el juez contencioso administrativo para
determinar la procedencia de una medida cautelar, es preciso reconocer que éste cuenta
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con una razonada y proporcional discrecionalidad para adoptarla, así como para modular
sus efectos en el caso concreto. En este contexto, debe el Juez tener en cuenta el
principio de proporcionalidad como, de hecho, se desprende, además de las exigencias
constitucionales y convencionales, de la normativa sobre las medidas cautelares al
establecer como uno de los requisitos para el decreto de la cautela (…) Lo anterior quiere
significar que el marco de discrecionalidad del Juez no debe entenderse como de
arbitrariedad, razón por la cual le es exigible a éste la adopción de una decisión judicial
suficientemente motivada, conforme a los materiales jurídicos vigentes y de acuerdo a la
realidad fáctica que la hagan comprensible intersubjetivamente para cualquiera de los
sujetos protagonistas del proceso y, además, que en ella se refleja la pretensión de
justicia, razón por la cual es dable entender que en el escenario de las medidas
cautelares, el Juez se enfrenta a la exposición de un razonamiento en donde, además de
verificar los elementos tradicionales de procedencia de toda cautela, es decir el fumus
boni iuris y el periculum in mora, debe proceder a un estudio de ponderación y sus
subprincipios integradores de idoneidad, necesidad y proporcionalidad stricto sensu, ya
que se trata, antes que nada, de un ejercicio de razonabilidad.
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Es presupuesto básico de la medida que el acto esté produciendo sus efectos jurídicos.
(…) cabe afirmar que (…) [esta medida] diseñada para el procedimiento contencioso
administrativo procede, a petición de parte, “cuando tal violación surja del análisis del
acto demandado y su confrontación con las normas superiores invocadas como violadas
o del estudio de pruebas allegadas con la solicitud”, figura que ha sido ampliamente
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CONSEJO DE ESTADO
11001-03-26-000-2015-00022-00
53057A
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA : RESOLUCIÓN 759 DE 2013 (5 de agosto) AUTORIDAD
NACIONAL DE TELEVISIÓN ANTV - ARTICULO 1 PARÁGRAFO (Anulado) / RESOLUCIÓN
759 DE 2013 (5 de agosto) AUTORIDAD NACIONAL DE TELEVISIÓN ANTV - ARTICULO 7
APARTE (Anulado) / RESOLUCIÓN 759 DE 2013 (5 de agosto) AUTORIDAD NACIONAL DE
TELEVISIÓN ANTV - ARTICULO 13 APARTES (Anulado) / RESOLUCIÓN 759 DE 2013 (5 de
agosto) AUTORIDAD NACIONAL DE TELEVISIÓN ANTV - ARTICULO 13 PARÁGRAFO
FECHA : 24/10/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : CARACOL TELEVISIÓN S.A Y RCN TELEVISIÓN S.A
DEMANDADO : AUTORIDAD NACIONAL DE TELEVISIÓN – ANTV
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : MEDIO DE CONTROL DE NULIDAD - Accede parcialmente, declara. Caso:
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CONSEJO DE ESTADO
11001-03-06-000-2016-00120-00
C
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1437 DE 2011 – ARTICULO 39 / CODIGO GENERAL DEL
PROCESO – ARTICULO 21 NUMERAL 16 / LEY 640 DE 2001 – ARTICULO 31 / LEY 446 DE
1998 – ARTICULO 64 / DECRETO 1069 DE 2015 – ARTICULO 2.2.4.9.2.2
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 28/09/2016
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Es claro para la Sala que el artículo 39 del CPACA es norma especial frente a las
disposiciones del CGP (incluyendo el artículo 21, numeral 16), en tanto establece el
procedimiento especial para resolver los conflictos de competencias que pueden darse en
el curso de las actuaciones o procedimientos administrativos, trámite especial que no se
encuentra ni podría encontrarse regulado en el CGP. El artículo 21, numeral 16 de este
código se limita a señalar una función para los jueces de familia, sin indicar cuál es el
procedimiento que deben aplicar, y sin especificar si los conflictos de competencia que
aquellos deben resolver son los que surjan del ejercicio de las funciones judiciales que la
ley ha asignado a las autoridades administrativas citadas, o también del ejercicio de sus
funciones administrativas. Dado lo anterior, como el artículo 39 del CPACA es una norma
especial, no podría ser derogada ni modificada por otra disposición expedida
posteriormente, aunque esta última sea también especial en otro aspecto o desde otro
punto de vista, a menos que los dos preceptos se refirieran a la misma materia y
existiera entre ellos una verdadera incompatibilidad o contradicción que no permitiera la
coexistencia de ambos. (…) Finalmente, pero no con menor importancia, debe señalar la
Sala que la interpretación que se prohíja, esto es, la de considerar que el artículo 21,
numeral 16 del CGP no eliminó la competencia de la Sala de Consulta y Servicio Civil y
de los tribunales administrativos para conocer de los citados conflictos de competencia,
sino que creó una competencia concurrente y a prevención para tales conflictos entre
dichas corporaciones judiciales y los jueces de familia, es la solución que favorece el
interés superior de los niños, las niñas y los adolescentes y la protección reforzada que a
tales personas debe brindarse, por mandato de la Constitución Política, la ley y el
derecho internacional. (…) Como puede apreciarse, tanto la Convención sobre los
Derechos del Niño, que forma parte del “bloque de convencionalidad”, como el Código de
la Infancia y la Adolescencia, imponen explícitamente a todas las autoridades
administrativas, judiciales y legislativas, el deber de adoptar las medidas que más
favorezcan el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, y que protejan de la
manera más efectiva sus derechos fundamentales. Específicamente ordenan que en la
hermenéutica y en la aplicación de las normas jurídicas, se prefiera la disposición que
más se ajuste a ese interés y a tales derechos. En esa medida, la Sala entiende que
cuando una o varias normas jurídicas pueden ser interpretadas válidamente de distintas
formas, debe preferirse indudablemente aquella interpretación que proteja de la mejor
manera posible el interés superior de los niños, niñas y adolescentes, y que permita
garantizar con mayor efectividad sus derechos fundamentales. La Sala encuentra que
tres interpretaciones posibles podrían darse al numeral 16 del artículo 21 del CPG, es
decir: (i) que dicha norma estableció como función privativa de los jueces de familia, la
de resolver los conflictos de competencia que se susciten en asuntos de familia entre
comisarios de familia, defensores de familia, inspectores de policía y notarios,
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que trata la Ley 640 de 2001. (…)Como se observa, el artículo 8 en cita enuncia, entre
otros asuntos que pueden ser conciliados en materia de familia, la fijación de cuota
alimentaria, ante los mismos funcionarios mencionados en el artículo 31 de la Ley 640 de
2001, que como se ha advertido incluye a comisarios y defensores de familia y, lo que es
especialmente relevante en el presente caso, sin hacer distinción de si se trata o no de
situaciones de violencia intrafamiliar o si dicha cuota alimentaria se hace en favor de una
niña, niño, adolescente o de un adulto mayor. (…) La Sala considera que el Comisario de
Familia de Acacias es la autoridad competente para adelantar la audiencia de conciliación
extrajudicial sobre el asunto que se refiere el presente conflicto, para lo cual deberá
armonizar el trámite establecido en la Ley 640 de 2001 y la Ley 1098 de 2006, con el fin
de garantizar los derechos del adulto mayor. Por último, frente a una competencia tan
clara en los asuntos sobre conciliación extrajudicial, el Comisario de Familia de Acacías
no debió negarse a asumir el conocimiento del caso objeto de conflicto, menos aun
cuando está de por medio los derechos de un adulto mayor y las condiciones médicas
que padece. La misma consideración es procedente frente al Defensor de Familia de
Acacias en atención a lo informado por el Personero de Acacías, en relación con el
reiterado rechazo de competencia de las defensorías y comisarías de familia de ese lugar
para adelantar este tipo de asuntos.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-33-000-2016-00587-01
57625
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 05/09/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : MIRIAM ESTHER MEDELLÍN GUISAO Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN – PRESIDENCIA DE LA REPÚBLICA – MINISTERIO DEL
INTERIOR – MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO Y POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : APELACIÓN AUTO QUE RECHAZA DEMANDA – Revoca / CADUCIDAD DEL MEDIO
DE CONTROL DE REPARACIÓN DIRECTA / HOMICIDIO Y DESPLAZAMIENTO FORZADO /
CRIMENES DE LESA HUMANIDAD – Imprescriptibilidad / CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD
[E[l Despacho indica que conforme al marco jurídico arriba expuesto y siendo claro que
al Juez Contencioso Administrativo le corresponde ser garante de la vigencia de los
Derechos Humanos de conformidad con la cláusula de Estado Social y Democrático de
Derecho y siguiendo, para el efecto, el control de convencionalidad obligatorio para todas
las autoridades jurídicas internas; se tiene que en el presente caso se verifican algunos
elementos de juicio como que: se trató de i) un homicidio y desplazamiento forzado, ii)
ejecutados en contra de miembros de la población civil, y iii) perpetrada por presuntos
miembros de un grupo armado insurgente (Autodefensas Unidas de Colombia). Tales
referentes fácticos llevan a considerar que hay lugar a plantear una duda objetiva sobre
la caducidad del medio de control, en tanto que en esta prematura instancia procesal no
puede negarse ni afirmarse de manera certera la posible configuración de un acto de lesa
humanidad cometido en perjuicio de los acá demandantes (…) En este orden de ideas, y
teniendo en consideración lo expuesto a lo largo de esta providencia, se advierte que el
caso - y en este estado de la actuación judicial- sometido a un análisis sumario de la
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CONSEJO DE ESTADO
11001-03-06-000-2016-00005-00
C
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO GENERAL DEL PROCESO – ARTICULO 21 / LEY 12
DE 1991 / DECRETO 4840 DE 2007 – ARTICULO 7
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 11/07/2016
SECCION : SALA DE CONSULTA Y SERVICIO CIVIL
PONENTE : GERMÁN ALBERTO BULA ESCOBAR (E)
ACTOR : COMISARÍA CATORCE DE FAMILIA LOS MARTIRES
DEMANDADO :
DECISION : NO APLICA
TEMA : CONFLICTO DE COMPETENCIAS ADMINISTRATIVAS – Entre la Comisaría Catorce
de Familia de Bogotá Localidad de los Mártires, la Defensoría de Familia del Instituto
Colombiano de Bienestar Familiar ICBF, Centro Zonal los Mártires y la Defensoría de
Familia del ICBF asignada al Centro Único de Recepción de Niños, niñas y Adolescentes
de la Secretaría de Integración Social / CONFLICTOS EN MATERIA DE FAMILIA –
Competencia concurrente y a prevención de la Sala de Consulta / BLOQUE DE
CONVENCIONALIDAD – Es deber de todas las autoridades adoptar medidas que
favorezcan el interés superior de los niños, niñas y adolescentes
El artículo 39 del CPACA es norma especial frente a las disposiciones del CGP (incluyendo
el artículo 21, numeral 16), en tanto establece el procedimiento especial para resolver
los conflictos de competencias que pueden darse en el curso de las actuaciones o
procedimientos administrativos, trámite especial que no se encuentra ni podría
encontrarse regulado en el CGP. El artículo 21, numeral 16 de este código se limita a
señalar una función para los jueces de familia, sin indicar cuál es el procedimiento que
deben aplicar, y sin especificar si los conflictos de competencia que aquellos deben
resolver son los que surjan del ejercicio de las funciones judiciales que la ley ha asignado
a las autoridades administrativas citadas, o también del ejercicio de sus funciones
administrativas. Dado lo anterior, como el artículo 39 del CPACA es una norma especial,
no podría ser derogada ni modificada por otra disposición expedida posteriormente,
aunque esta última sea también especial en otro aspecto o desde otro punto de vista, a
menos que los dos preceptos se refirieran a la misma materia y existiera entre ellos una
verdadera incompatibilidad o contradicción que no permitiera la coexistencia de ambos.
(…) Tanto la Convención sobre los Derechos del Niño, que forma parte del “bloque de
convencionalidad”, como el Código de la Infancia y la Adolescencia, imponen
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 159/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
exige la actuación integral del Estado, pero no a través de las comisarías de familia,
encargadas de manera particular de situaciones de violencia intrafamiliar. Ahora, en
relación con la segunda situación que afecta el bienestar del niño (exposición en la calle
a entornos inapropiados para su edad y de posible aprovechamiento sexual), la Sala
observa que tampoco es una circunstancia que se produzca al interior de la familia, pues
son agresiones desplegadas por terceros que no hacen parte del núcleo familiar.
CONSEJO DE ESTADO
20001-23-31-000-2009-00296-01
42867
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : DECRETO 2737 DE 1989 CÓDIGO DEL MENOR - ARTÍCULO
170 / DECRETO 2737 DE 1989 CÓDIGO DEL MENOR – ARTÍCULO 217 / LEY 418 DE 1997
- ARTÍCULO 15 / LEY 833 DE 2003 - ARTÍCULO 4 / DECRETO 128 DE 2003 - ARTÍCULO
22 / DECRETO 2737 DE 1989 CÓDIGO DEL MENOR - ARTÍCULO 16 / DECRETO 2737 DE
1989 CÓDIGO DEL MENOR - ARTÍCULO 217 / DECRETO 2737 DE 1989 CÓDIGO DEL
MENOR - ARTÍCULO 16 / DECRETO 2737 DE 1989 CÓDIGO DEL MENOR - ARTÍCULO 217
/ DECRETO 2737 DE 1989 CÓDIGO DEL MENOR - ARTÍCULO 170 / DECRETO 2737 DE
1989 CÓDIGO DEL MENOR – ARTÍCULO 217 / LEY 418 DE 1997 - ARTÍCULO 15 / LEY
833 DE 2003 - ARTÍCULO 4 / DECRETO 128 DE 2003 - ARTÍCULO 22 / CONSTITUCIÓN
POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
/ CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS / CONVENCIÓN SOBRE LOS
DERECHOS DEL NIÑO / LEY 16 DE 1972 / PROTOCOLO II ADICIONAL AL CONVENIO DE
GINEBRA / LEY 171 DE 1994 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 44 / LEY 599 DE
2000 - ARTÍCULO 162 / CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO - ARTÍCULO 37
/ CONVENCIÓN SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO - ARTÍCULO 40 / CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 5 / DECRETO 2737 DE 1989 -
CÓDIGO DEL MENOR / LEY 1098 DE 2006 - CÓDIGO DE INFANCIA Y ADOLESCENCIA
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 07/07/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : GUILLERMO SÁNCHEZ LUQUE
ACTOR : EFRAÍN CHINCHILLA URIBE Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - RAMA JUDICIAL - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACUERDO DE CONCILIACIÓN - Aprueba. Accede, condena. Caso menor de edad
privado de la libertad en proceso penal sindicado del delito de rebelión, ACCIÓN DE
REPARACIÓN DIRECTA - Accede. Caso: Reclutamiento forzado de menor de edad por un
grupo guerrillero / CONCILIACIÓN JUDICIAL
NOTA DE RELATORÍA: Síntesis del caso: Un menor de edad fue detenido con medida de
aseguramiento preventivo según investigación penal en la que se le sindicó del delito de
rebelión. Luego, éste recuperó la libertad por falta de competencia jurisdiccional. Para el
momento de la investigación e imposición de la medida de aseguramiento el menor se
encontraba vinculado a la guerrilla del ELN. Problema jurídico: ¿Si se profirió orden de
libertad con fundamento en la falta de competencia y en la calidad de víctima de la
violencia, debido a que el sindicado era menor de edad al momento de ocurrencia de las
conductas punibles por las que se le procesó, se torna en injusta la privación de la
libertad?
La Fiscalía inició el ejercicio de la acción penal contra [el menor](…) por el delito de
rebelión, (…) Si bien, no obra en el proceso providencia absolutoria en favor del
demandante, lo cierto es que está acreditado que se inició en su contra una investigación
penal sin tener en consideración que para la época de los hechos era menor de edad y
víctima del reclutamiento ilícito (…) De modo que el entonces menor de edad no ha
debido enfrentar un proceso penal y mucho menos ser privado de la libertad. (…)
Adicionalmente, (…) se presentaron irregularidades en el proceso penal porque [el joven
(…)] era víctima de la violencia y no actor del conflicto, circunstancia que requería un
tratamiento especial, (…) En tal virtud, está acreditado que las entidades demandadas
desconocieron las garantías jurídicas que protegen a los menores de edad infractores al
momento de ser juzgados. (…) En definitiva, como la libertad de[l menor] se fundamentó
en la falta de competencia para investigar y juzgar unas conductas punibles que
ocurrieron cuando era menor de edad, en la reclusión en establecimiento carcelario y en
el desconocimiento de su condición de víctima del conflicto armado, el título de
imputación es el de falla del servicio y la condena se imputará al patrimonio de la
Nación-Rama Judicial, porque el proceso continuó con relación a esta entidad y no la
Fiscalía General de la Nación, por haber conciliado la condena de primera instancia.
Está acreditado que las entidades demandadas desconocieron las garantías jurídicas que
protegen a los menores de edad infractores al momento de ser juzgados. En primer
lugar, el menor fue procesado por funcionarios sin competencia (…), porque
desconocieron el sistema de responsabilidad penal diferenciado para los niños y
adolescentes que asignó el conocimiento de estos casos a los jueces de menores o
promiscuos de familia y que debió contar con la asistencia del ICBF. (…) [esto, por cuanto
al menor] se le impuso una medida de aseguramiento como si se tratara de un adulto
infractor de la ley penal y se hizo efectiva en un sitio de reclusión para adultos, lo que
supuso el desconocimiento de los enfoques de resocialización, rehabilitación, protección,
tutela y educación propios del régimen jurídico especial. En particular se desconoció el
artículo 16 del Código del Menor que establece que los niños privados de su libertad
deben recibir un tratamiento humanitario y estar separados de los infractores mayores
de edad y el artículo 217 que prescribe que las medidas de rehabilitación impuestas
como consecuencia de la responsabilidad penal, en ningún caso se podrían cumplir en
sitios de reclusión destinados a mayores.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 162/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Hubo una demora injustificada y arbitraria en la definición jurídica del proceso penal, en
especial porque transcurrió un año entre la solicitud que hiciera la Fiscalía una vez se
percató de que no tenían competencia y la declaratoria judicial (…) en contravía de las
garantías de prontitud y tiempo mínimo de privación de la libertad prescritas en los
tratados internacionales de protección de la niñez.
El ejercicio de la acción penal en este caso configuró una “revictimización” del que fuera
menor reclutado forzosamente, en tanto dentro del proceso penal correspondiente se le
reprochó una conducta (pertenecer a un grupo irregular) cuando en realidad era víctima
de este. [Además] El enjuiciamiento del menor por el delito de rebelión desconoció el
artículo 15 de la Ley 418 de 1997, modificado por el artículo 6 de la Ley 782 de 2002 -
preceptos vigentes para la época de los hechos- que dentro de las víctimas de la
violencia incluyó a “toda persona menor de edad que tome parte en las hostilidades”.
Asimismo se infringió el artículo 22 del Decreto 128 de 2003, reglamentario de esta ley,
que dispuso que los menores de edad que se desvinculen de organizaciones armadas al
margen de la ley deberán ser entregados al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar -
ICBF- por la autoridad civil, militar o judicial que constate su desvinculación del grupo
armado respectivo, a más tardar dentro de las 36 horas siguientes a su desvinculación o
en el término de la distancia, para que reciba la protección y atención integral
especializada pertinente. Se desconoció, igualmente, lo prescrito en el artículo 19 de la
Ley 782 de 2002, tal y como quedó luego del condicionamiento de constitucionalidad,
según el cual el juzgamiento de menores desmovilizados debe cumplir las garantías
mínimas contenidas en los principios de especificidad, diferenciación, la finalidad tutelar y
resocializadora del tratamiento jurídico penal.
Las copias simples serán valoradas porque la Sección Tercera de esta Corporación, en
fallo de unificación, consideró que tenían mérito probatorio. NOTA DE RELATORÍA: Sobre
este tema ver la decisión de 28 de agosto de 2013, exp. 25022.
La Sala ha sostenido que en todos los casos es posible que el Estado se exonere con la
acreditación de que el daño provino de una causa extraña, esto es, que sea imputable al
hecho determinante y exclusivo de un tercero o de la propia víctima en los términos del
artículo 70 de la Ley 270 de 1996.
Los niños son sujetos especiales de protección por parte de su familia, la sociedad y el
Estado. Así se desprende de lo dispuesto por el artículo 24 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, incorporado al derecho interno mediante la Ley 74 de 1976,
y en el artículo 19 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, ratificada por
la Ley 16 de 1972. Como también de lo ordenado por el artículo 44 de la Constitución
Política que garantiza los derechos fundamentales de los menores de forma prevalente.
La participación de los niños en la guerra está proscrita debido a su edad y a la falta de
madurez física y mental. Esta garantía está prescrita en la Convención Internacional de
los Derechos del Niño, aprobada por la Ley 12 de 1991, en el Protocolo Adicional II a los
Convenios de Ginebra, ratificados por la Ley 171 de 1994 y en el artículo 38 del Protocolo
Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, relativo a su participación en
los conflictos armados, ratificado por la Ley 833 de 2003. El Estatuto de Roma, ratificado
por Colombia en la Ley 742 de 2002, define el reclutamiento de menores como un
crimen de guerra y el artículo 162 de la Ley 599 del 2000, Código Penal Colombiano,
tipifica el reclutamiento de menores de 18 años como un delito que atenta contra las
personas y bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario.
En cuanto al juzgamiento y sanción de las infracciones a la ley penal, los menores tienen
derecho a contar con un sistema de responsabilidad penal sometido a leyes,
procedimientos y autoridades especiales. Este régimen jurídico singular ordena que la
privación de la libertad de un menor se debe materializar de forma separada de los
adultos y en procura de que sea un recurso de última ratio y por el periodo más breve
posible. Así lo ordenan los artículos 37 y 40 de la Convención Internacional sobre los
Derechos del Niño y el artículo 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos,
en consonancia con el Decreto 2737 de 1989 o Código del Menor y la Ley 1098 de 2006,
Código de Infancia y Adolescencia.
La demanda solicitó el reconocimiento del lucro cesante a favor de (…) por los dineros
dejados de percibir durante el tiempo de reclusión. (…) Como sólo quedó demostrado
que el señor (…) ejercía una actividad laboral productiva, sin que pudiera establecerse el
monto devengado, se tomará el salario mínimo mensual vigente como el ingreso base de
liquidación. Al salario mínimo vigente (…) se le adicionará el 25% correspondiente a las
prestaciones sociales (…). El período de indemnización será el comprendido entre el 27
de junio de 2006 (fecha de la captura) [hecho probado 8.2] y el 23 de mayo de 2008
(fecha de salida de la cárcel) [hecho probado 8,10], esto es, 22,86 meses, y la
liquidación se realizará de conformidad con la siguiente fórmula. NOTA DE RELATORÍA:
Sobre este tema ver la decisión de 2 de octubre de 1997, exp. 10345.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 166/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
La demanda solicitó por daño emergente, a favor de[l joven (…)], el pago de (…) los
honorarios de los abogados que asumieron su defensa en el proceso penal. La sentencia
de primera instancia reconoció este perjuicio, al considerar que estaba demostrado. La
jurisprudencia ha sostenido que en los eventos en los cuales se solicita el pago por
honorarios de abogado, debe probarse la defensa en el proceso penal y el pago por los
servicios prestados. Se advierte que los abogados (…) ejercieron la defensa del señor (…)
en el proceso penal. (…) Para demostrar el monto de los honorarios pactados, la parte
demandante aportó una certificación original, suscrita por los abogados (…) en la que se
anotó que [el señor] (…) les pagó (…) por la defensa penal. Como estos medios de
prueba acreditan el daño emergente reconocido por el Tribunal en primera instancia, este
monto será actualizado de conformidad con la siguiente fórmula (…) Finalmente, como el
proceso terminó frente a la Nación-Fiscalía General de la Nación, entidad que concilió
sobre la mitad de la condena impuesta en primera instancia, la Nación-Rama Judicial
asumirá el 50% de lo reconocido en esta instancia. NOTA DE RELATORÍA: Sobre el
particular se pueden leer las decisiones de 8 de junio de 2011, exp. 19576 y de 12 de
mayo de 2011, exp. 20569.
CONSEJO DE ESTADO
68001-23-15-000-1998-00948-01
30520
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 2 / CONVENIO IV DE GINEBRA DE 1949 / PROTOCOLO II ADICIONAL AL
CONVENIO DE GINEBRA / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 90 / CODIGO CIVIL -
ARTICULO 1614 / LEY 16 DE 1972 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 55
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 16/05/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : REY CASTAÑEDA CASTILLO Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJÉRCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso de estudiante
lesionada en enfrentamiento militar entre el ejército y un grupo guerrillero, en el
municipio de Bolívar, Santander / PRINCIPIO DE DISTINCIÓN - Aplicación de criterios
legales de Derecho Internacional de DDHH y DIH. Criterios nacionales: Distinción entre
población civil y combatientes / DAÑO ESPECIAL - Ruptura del equilibrio de las cargas
públicas. Lesiones sufridas por la población civil en enfrentamiento militar / HECHO DE
UN TERCERO - No se demostró. Eximente de responsabilidad como excepción y no como
regla general en el marco del conflicto armado / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD -
Aplicación de normas convencionales y constitucionales
Ahora, el daño antijurídico es imputable por cuanto los intereses jurídicos de [la joven]
(…) - integridad psicofísica – se vieron afectados dentro de la defensa de los intereses
colectivos y sociales, esto es, el orden público, la soberanía y el territorio colombiano; en
razón de lo cual, nace en cabeza del Estado Colombiano la obligación de reparar el daño
bajo los criterios de la solidaridad y la equidad. Toda vez que frente a la víctima ha
ocurrido una ruptura de las cargas públicas, pues ella se ha visto sacrificada dentro de la
defensa del beneficio general. Dicho lo anterior, la Sala aclara que el criterio de
imputación en el caso concreto es el daño especial y no la falla en el servicio; ya que,
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 167/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
En el caso de autos la Sala encuentra que la víctima Brisa Rocío Castañeda Castillo sufrió
un daño en su integridad psicofísica que debe ser reconocido y reparado en vía judicial,
conforme a todo el material probatorio que se ha anunciado en los capítulos precedentes.
Ahora bien, frente a la gravedad o levedad de la lesión la Sala tiene por acreditado que
dicha lesión ascendió a un porcentaje de incapacidad del 11,65%, en cuya calificación se
tuvieron en cuenta criterios tales como cuidado de la persona (0.40%); dificultades en la
locomoción (0.20%); pérdida en la disposición del cuerpo (0.30%); pérdida de destreza
(0.10%); pérdida en la situación general de la persona (0.40%), para un total de 1.40%
de discapacidad. Asimismo frente a la minusvalía se incluyó la ocupacional (2.50%); la
de integración social (0.50%); la de autosuficiencia (1.00%) y la minusvalía en función
de la edad (1.25%) para una minusvalía total del 5.25%. Finalmente, frente a la
descripción de a deficiencia se tuvieron en cuenta las restricciones en los movimientos
del hombro izquierdo que son de carácter permanente para otorgarle un porcentaje del
5.00%, que sumado con los anteriores arrojó un porcentaje total de 11,65%. Dadas
estas variables la Sala considera reconocer el daño a la salud dentro del 5º rango de
gravedad o levedad de la lesión, esto aquel igual o superior al 10% pero inferior al 20%,
donde corresponde una reparación indemnizatoria de 20 SMLMV a favor de Brisa Rocío
Castañeda Castillo.
LUCRO CESANTE - Lucro cesante consolidado: Niega, por cuanto la víctima no devengaba
salario alguno para la época de la incapacidad, estudiante de secundaria / LUCRO
CESANTE - Lucro cesante futuro: Liquidación según perdida de la capacidad laboral, en
un 11.65%. Tasación, fórmula actuarial
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 168/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
En el caso de autos, la parte actora hizo consistir el lucro cesante peticionado en dos
conceptos. El primero de ellos en las sumas de dinero que Brisa Rocío Castañeda Castillo
dejó de devengar por salarios y prestaciones sociales, mientras ha estado totalmente
incapacitada. El segundo, se hizo consistir en la disminución de la capacidad para
trabajar a la que se ve sometida de manera permanente por lo que se pidió que la
indemnización cobije el periodo desde cuando fue herida hasta cuando se calcule que
viva, de acuerdo con el promedio de vida para una persona de su edad. En este orden de
ideas, la Sala negará la primera petición que por concepto de lucro cesante se hizo, toda
vez que [la víctima] (…) no dejó de devengar ningún salario y prestación social mientras
estuvo incapacitada, porque para el momento de ocurrencia de los hechos ésta no
laboraba sino que cursaba su último año de secundaria, (…) Así las cosas, la Sala
liquidará el lucro cesante correspondiente a Brisa Rocío Castañeda sobre la suma del
salario mínimo actual $689.455, incrementado en el 25% correspondiente a las
prestaciones sociales, de donde se fija el ingreso base de liquidación en la suma de
$861.818.75, sobre los cuales se reconocerá el lucro cesante en los periodos consolidado
y futuro.
CONSEJO DE ESTADO
66001-23-31-000-2000-00663-02
31403
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 16/05/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : LUIS ANTONIO BOTERO ECHEVERRI
DEMANDADO : MUNICIPIO DE PEREIRA
DECISION : NIEGA
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Niega. Caso ocupación de inmueble por el
municipio de Pereira para hacer un parque / ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA -
Caducidad. Ocupación de bien inmueble / MINISTERIO PÚBLICO - Debe motivar su
actuación / MINISTERIO PÚBLICO - Facultad, interés, capacidad de intervención judicial /
FACULTAD DEL MINISTERIO PÚBLICO - En caso de protección al patrimonio público,
orden jurídico y derechos fundamentales / TÉRMINO DE ACCIÓN DE REPARACIÓN
DIRECTA - Dos años contados a partir del día siguiente al acaecimiento del hecho,
omisión, operación administrativa u ocupación permanente o temporal de inmueble de
propiedad ajena por causa de trabajos públicos / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD -
Caducidad. Reiteración de jurisprudencia
De acuerdo con la misma sentencia de unificación, que “no empece a las amplias
facultades del Ministerio Público, sí le está vedado desplazar a las parte o demás sujetos
procesales, así como relevarlas de cualquier carga o deber procesal. Por manera que, se
torna necesario que el juez verifique –al momento de definir la admisión o decidir de
fondo los recursos interpuestos por los agentes o delegados del Procurador- si el
fundamento de la impugnación está relacionado materialmente con alguno de los
objetivos o fines constitucionales de intervención, esto es, la defensa del orden jurídico,
del patrimonio público o de los derechos fundamentales. Es decir, existe una carga
argumentativa en cabeza del Ministerio Público que consiste en señalar de manera
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 169/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
expresa cuáles son las circunstancias, razones o motivos en virtud de las cuales ejerce
los medios de oposición a las providencias, así como identificar el apoyo constitucional de
su postura. En otros términos, es preciso que el Procurador General de la Nación o sus
delegados determinen el escenario constitucional que sirve de fundamento para la
impugnación (v.gr. la defensa del orden jurídico, el patrimonio público o las garantías
fundamentales) y las razones expresas por las cuales el respectivo recurso se orienta a la
protección de alguno de esos fines, varios de ellos o todos”. (…) Revisado el recurso de
apelación presentado por el agente del Ministerio Público en el presente asunto no se
encuentra cumplida la carga argumentativa exigida por la sentencia de unificación, ni
encuadrarse en alguno de los supuestos constitucionales que le habrían podido servir de
sustento para impugnar la sentencia de primera instancia, razones suficiente para que la
Sala no considere dicha impugnación. (…) En primer lugar, debe observarse que el
legislador ha establecido una evidente e inobjetable regla general en materia de
caducidad, permitiéndole a quien alegue ser víctima de daños antijurídicos imputables al
Estado, hacer uso de la acción dentro de los 2 años siguientes [Día siguiente] de la
ocurrencia del hecho, omisión, operación administrativa u ocupación temporal por obra
pública o por cualquier otra causa de la propiedad ajena, o también, según el caso y las
circunstancias, es procedente su invocación a partir del día siguiente a aquel en que la
persona interesada tenga conocimiento del hecho, operación, omisión u ocupación. (…)
De conformidad con lo anteriormente argumentado se tiene que el actor conoció o pudo
conocer con verosimilitud del despojo u ocupación de parte de su predio el 26 de enero
de 1998, ya que fue con ocasión de las obras contratadas por el municipio de Pereira
[cuya celebración se produjo el 26 de diciembre de 1997] que el actor tuvo el
conocimiento que afirma en su propio derecho de petición, lo que lleva decir que es a
partir de este momento que surgió el interés para acceder a la administración de justicia,
transcurriendo ello hasta el 26 de enero de 2000. No obstante, el actor presentó la
demanda sólo hasta el 15 de agosto de 2000, razón por la cual es claro y evidente que la
acción de reparación no se ejerció oportunamente y se encuentra caducada. NOTA DE
RELATORIA: Con aclaración de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque. A la fecha,
en esta Relatoría no se cuenta con el medio magnético ni físico. Sobre el tema ver las
sentencia de 27 de septiembre de 2012, exp. 44541 y auto de 17 de septiembre de
2013, exp. 45092.
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-1999-00038-01
32407
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 16/05/2016
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : EDILMA LOBO QUINTERO Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - POLICIA NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Accede, condena. Caso de muerte de
concejal de San Calixto, Norte de Santander, en ataque guerrillero / ACCIÓN DE
REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Por daño especial / DAÑO ESPECIAL - Ruptura del
equilibrio de las cargas públicas. Lesiones sufridas por la población civil en
enfrentamiento militar / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas
convencionales y constitucionales / PERJUICIOS MATERIALES - Liquidación. El juez solo
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 170/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 171/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2005-04635-00
46697
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : DECRETO 01 DE 1984 - ARTICULO 214
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 02/05/2016
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA (E)
ACTOR : MARIA BELEN ARIAS Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA - EJERCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Pruebas en segunda instancia /
DECLARACION EN VERSION LIBRE - Prueba solicitada por apoderada de la demandante
en segunda instancia / VERSION LIBRE - Rendida en Estados Unidos por Diego Fernando
Murillo Bejarano, alias “Don Berna” ante el Fiscal 15 de Justicia y Paz
En el memorial del diez (10) de junio de dos mil quince (2015), la apoderada de la parte
actora solicitó que se tuviera como prueba sobreviniente el medio magnético contentivo
de la versión libre rendida por el señor Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “Don
Berna”, el día dieciocho (18) de marzo de dos mil quince (2015), en Estados Unidos, ante
el Fiscal 15 de Justicia y Paz, en la que hizo alusión en lo relacionado con la llamada
“Oficina de Envigado” y “La Masacre Parques del Estadio”, acontecida en la ciudad de
Medellín.
Considera el despacho que dicho hecho acaeció con posterioridad a la oportunidad para
solicitar pruebas en primera instancia, toda vez que hasta el dos mil quince (2015) se
pudo obtener el citado elemento material probatorio, por lo que esta situación encuadra
en el numeral segundo del referido artículo 214 del Decreto 01 de 1984 relativo a la
oportunidad para practicar pruebas en segunda instancia. Así las cosas, como dicha
versión libre contenida en medio magnético puede ayudar a dilucidar las situaciones
fácticas del presente litigio, se le tendrá como prueba, a la cual se le dará el valor
probatorio que en derecho corresponda en su oportunidad. Además, si en gracia de
discusión se pudiera afirmar que dicho elemento probatorio no cumple con los requisitos
del artículo 214 del Decreto 01 de 1984, por los hechos del caso sub examine se advierte
que procede la aplicación del control de convencionalidad.
CONSEJO DE ESTADO
18001-23-31-000-2003-00230-01
34545
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 27/04/2016
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 172/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2010-00292-02
55079
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, CADH
- ARTÍCULO 8 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, CADH - ARTÍCULO
25 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, CADH - ARTÍCULO 8 /
CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS, CADH - ARTÍCULO 25 / LEY 1424
DE 2010 / LEY 1448 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 01/04/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 173/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
En este caso se trata de la categorización como víctimas de (…) [las señoras y los
señores], en tanto víctimas de violaciones a los Derechos Humanos y al Derecho
Internacional Humanitario al ejecutarse en su perjuicio actos atentatorios de la vida e
integridad física lo cual, además, implica una afectación de carácter colectivo a la
Comunidad de Paz de San José de Apartadó, por cuanto los actos que tuvieron relación
con el hecho dañoso implican para esta Comunidad una agravación de la situación de
riesgo de la vida e integridad y libertad personal de sus integrantes de sufrir daños en el
marco del conflicto armado interno colombiano, al haberse comprobado en el sub judice
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 175/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Los elementos constitutivos del daño son: (1) la certeza del daño; (2) el carácter
personal, y (3) directo.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 177/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
El carácter cierto, como elemento constitutivo del daño se ha planteado por la doctrina
tanto colombiana como francesa, como aquel perjuicio actual o futuro, a diferencia del
eventual. En efecto, el Consejo de Estado, ha manifestado que para que el daño pueda
ser reparado debe ser cierto, esto es, no un daño genérico o hipotético sino específico,
cierto: el que sufre una persona determinada en su patrimonio. (…) La existencia es
entonces la característica que distingue al daño cierto, pero, si la existencia del daño es
la singularidad de su certeza no se debe sin embargo confundir las diferencias entre la
existencia del perjuicio y la determinación en su indemnización. De igual forma, para que
el daño se considere existente es indiferente que sea pasado o futuro, pues el problema
será siempre el mismo: probar la certeza del perjuicio, bien sea demostrando que
efectivamente se produjo, bien sea probando que, el perjuicio aparezca como la
prolongación cierta y directa de un estado de cosas actual.
La Sala comprende como víctima a todo sujeto, individuo o persona que sufre un
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 178/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
considerado por Larenz según el cual había necesidad de “excluir del concepto de acción
sus efectos imprevisibles, por entender que éstos no pueden considerarse obra del autor
de la acción, sino obra del azar”. Con lo anterior, se logra superar, definitivamente, en el
juicio de responsabilidad, la aplicación tanto de la teoría de la equivalencia de
condiciones, como de la causalidad adecuada, ofreciéndose como un correctivo de la
causalidad, donde será determinante la magnitud del riesgo y su carácter permisible o
no. (…) [De esta manera, en] una teoría de la imputación objetiva construida sobre las
posiciones de garante, predicable tanto de los delitos de acción como de omisión, la
forma de realización externa de la conducta, es decir, determinar si un comportamiento
fue realizado mediante un curso causal dañoso o mediante la abstención de una acción
salvadora, pierde toda relevancia porque lo importante no es la configuración fáctica del
hecho, sino la demostración de sí una persona ha cumplido con los deberes que surgen
de su posición de garante”. (…) Dicha formulación no debe suponer, lo que debe
remarcarse por la Sala, una aplicación absoluta o ilimitada de la teoría de la imputación
objetiva que lleve a un desbordamiento de los supuestos que pueden ser objeto de la
acción de reparación directa, ni a convertir a la responsabilidad extracontractual del
Estado como herramienta de aseguramiento universal, teniendo en cuenta que el riesgo,
o su creación, no debe llevar a “una responsabilidad objetiva global de la Administración,
puesto que no puede considerarse […] que su actuación [de la administración pública]
sea siempre fuente de riesgos especiales”, y que además debe obedecer a la cláusula del
Estado Social de Derecho. (…) Debe, sin duda, plantearse un juicio de imputación en el
que demostrado el daño antijurídico, deba analizarse la atribución fáctica y jurídica en
tres escenarios: peligro, amenaza y daño.
La precaución es una acepción que viene del latín precautio y se compone del prae
(antes) y la cautio (guarda, prudencia). En su definición, se invoca que el “verbo
precavere implica aplicar el prae al futuro –lo que está por venir-, tratándose de un
ámbito desconocido pese a las leyes de la ciencia, incapaces de agotar los recursos de la
experiencia humana y el verbo cavere que marca la atención y la desconfianza”. Su
concreción jurídica lleva a comprender a la precaución, tradicionalmente, como aquella
que es “utilizada para caracterizar ciertos actos materiales para evitar que se produzca
un daño”. Entendida la precaución como principio, esto es, como herramienta de
orientación del sistema jurídico “exige tener en cuenta los riesgos que existen en
ámbitos de la salud y del medio ambiente pese a la incertidumbre científica, para
prevenir los daños que puedan resultar, para salvaguardar ciertos intereses esenciales
ligados más a intereses colectivos que a los individuales, de manera que con este fin se
ofrezca una respuesta proporcionada propia a la evitabilidad preocupada de una
evaluación de riesgos (…) Si subjetivamente, el principio implica una actitud a tener
frente a un riesgo, objetivamente, se dirige directamente a la prevención de ciertos
daños en ciertas condiciones determinadas”. Luego, la precaución es un principio que
implica que ante la ausencia, o insuficiencia de datos científicos y técnicos, es
conveniente, razonable y proporcional adoptar todas aquellas medidas que impida o
limiten la realización de una situación de riesgo (expresada como amenaza inminente,
irreversible e irremediable) que pueda afectar tanto intereses individuales, como
colectivos (con preferencia estos).
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 182/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
La CIDH por su parte dicta medidas precautorias con fuerza vinculante judicial dado su
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 183/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Revisado el expediente, se tiene noticia que desde 1997 la Comunidad de Paz de San
José de Apartadó ha acudido al Sistema Interamericano de Protección de Derechos
Humanos para solicitar la adopción de medidas cautelares y provisionales a favor de sus
miembros dada la situación de violencia que había sido desatada por los actores armados
en su contra. (…) Así, el primer pronunciamiento data del 17 de diciembre de 1997 por
cuenta de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que solicitó al Estado la
adopción de medidas cautelares a favor de los miembros de la Comunidad de Paz de San
José de Apartadó, en razón a que desde marzo de ese año (cuando se declararon en
estado de neutralidad respecto de los actores armados) a la fecha se habían registrado la
muerte violenta de cuarenta y tres (43) de sus miembros. (…) Posteriormente, el 9 de
octubre de 2000 El Presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió
su primer pronunciamiento sobre medidas provisionales a favor de la Comunidad de Paz.
En dicha ocasión fundamentó su decisión en que existían elementos de juicio que
demuestran la situación de extrema gravedad y urgencia en cuanto a los derechos a la
vida e integridad personal de los miembros de la Comunidad, que pese a que la Comisión
solicitó la adopción de medidas cautelares, estas no han producido el efecto buscado y,
por el contrario, “los hechos ocurridos recientemente hacen presumir que la integridad y
la vida de los miembros de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó están en grave
riesgo. En consecuencia, se presentan circunstancias que hacen necesario requerir al
Estado la adopción de medidas urgentes para evitar a dichas personas daños
irreparables”. En consecuencia la Corte, reiterando lo dispuesto por la Comisión, ordenó
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adoptar, sin dilación “cuantas medidas sean necesarias para proteger la vida e integridad
personal”. (…) Pocos días después, el 24 de noviembre de 2000 la Corte resolvió ratificar
la resolución dictada por su Presidente y decidió ampliar la orden dictada por este en el
sentido de requerir al Estado para que las medidas de protección a la vida e integridad
personal de todos los miembros de la Comunidad, la cual delimitó en los siguientes
términos “En efecto, la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, integrada según la
Comisión por aproximadamente 1200 personas, constituye una comunidad organizada,
ubicada en un lugar geográfico determinado, cuyos miembros pueden ser identificados e
individualizados y que, por el hecho de formar parte de dicha comunidad, todos sus
integrantes se encuentran en una situación de igual riesgo de sufrir actos de agresión en
su integridad personal y su vida” (párr. 7) al tiempo que expidió requerimientos al Estado
para que investigue los hechos que dieron lugar a las medidas provisionales, asegurar
que los pobladores puedan seguir viviendo en su residencia habitual, asegure el regreso
a sus hogares respecto de aquellas personas que e vieron forzadas a desplazarse a otras
zonas del país, de participación a los peticionarios en la planificación e implementación
de las medidas e informe a la Corte cada dos meses las medidas que haya adoptado. (…)
En la Resolución de 18 de junio de 2002 la Corte volvió a reiterar la vigencia de las
medidas provisionales a favor de la Comunidad (…) Advino la Resolución de 17 de
noviembre de 2004 de la Corte en la cual se volvió a pronunciar sobre las medidas
provisionales dictadas. En aquella oportunidad la Corte constató, con la información
suministrada por la Comisión y los representantes, que “los miembros de la Comunidad
de Paz continúan siendo objeto de amenazas, hostigamientos, intimidaciones,
estigmatización, robos, detenciones arbitrarias, tortura, tratos crueles, inhumanos o
degradantes, asesinatos y desapariciones forzadas en manos de la Fuerza Pública y de
grupos paramilitares, que a su vez han ocasionado el desplazamiento de numerosas
familias”, por lo cual consideró que era necesario que el Estado adopte medidas para
prohibir, prevenir y castigar adecuadamente las actividades delincuenciales de grupos
paramilitares. En consecuencia la Corte resolvió reiterar las medidas provisionales ya
dictadas. (…) [En este mismo sentido,] en pronunciamiento de 15 de marzo de 2005 la
Corte otra vez se ocupó de las medidas provisionales ordenadas a favor de la
Comunidad. Entre otras consideraciones destacó que el hecho de que siguieran
sucediendo hechos de violencia en la zona afectaba particularmente a los niños, mujeres
y personas de avanzada edad; valoró el establecimiento de “zonas humanitarias” como
mecanismos de protección y supervivencia de los miembros de la Comunidad y como un
efecto preventivo del desplazamiento y de la vinculación de niños al conflicto armado
interno; destacó la necesidad de garantizar la aplicación del principio de Distinción del
Derecho Internacional Humanitario y tomó en consideración lo resuelto por la Corte
Constitucional en la sentencia T-327 de 2004. Finalmente, el último pronunciamiento de
la Corte data de 30 de agosto de 2010 ocasión en la cual el Tribunal revela las
dificultades para concertar la implementación de las medidas, por lo cual reiteró “que la
situación de desconfianza y ausencia de concertación entre el Estado y los beneficiarios
de estas medidas provisionales debe ser superada. Al respecto, los insta a que, a la
mayor brevedad, lleven a cabo todas las festiones necesarias a efecto de ligrar los
acuerdos pertinentes sobre las medidas que aquél debe continuar implementando para
garantizar la protección de los beneficiarios, todo ello tomando en cuenta su particular
situación”. Por otro tanto, la Corte ordenó al Estado adoptar medidas de protección a
favor (…) [los señores] así como recordó su deber de impulsar las investigaciones
relacionadas con amenazas contra estas personas.
Además de la protección convencional cautelar que ha sido dispensada por los órganos
del sistema interamericano de protección de Derechos Humanos, se encuentra que desde
2004 la Comunidad de Paz de San José de Apartadó acudió a las instancias de la justicia
constitucional para demandar del Estado medidas de protección de su población. Se trata
de las sentencias T-327 de 2004, T-1025 de 2007 y los Autos de seguimiento a esta
última A-034 de 2012 y A-164 de 2012.
Una vez establecida la cuantía de la reparación que por concepto de perjuicios morales y
materiales debe condenarse a la entidad demandada, la Sala cierra su análisis
examinando la procedencia de la imposición de medidas de reparación no pecuniarias
con fundamento en la categoría de afectación relevante a bienes o derechos
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MEMORIA HISTÓRICA
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010 y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Fiscalía General de la Nación para que revise en la Unidad de Derechos
Humanos y de Derecho Internacional Humanitario si los hechos del presente caso
[violación de Derechos Humanos y/o Derecho Internacional Humanitario] se encuadran
como merecedor de priorización en su trámite, en los términos de la Directiva No. 01, de
4 de octubre de 2012 [de la Fiscalía General de la Nación], para lo de su competencia en
el proceso penal que se ha iniciado con ocasión de la muerte violenta de (…) [la señora].
Remitir, por conducto de los canales diplomáticos pertinentes, copia de esta decisión
judicial con destino a la Comisión y a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en
razón a lo expuesto precedentemente.
En caso de no ser eficaces los recursos internos, anteriormente señalados como parte de
la reparación integral, la Sub-sección respetuosamente exhorta al Estado colombiano, en
cabeza de las entidades demandadas para que acuda ante el Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, para que se pronuncie sobre la violación de Derechos
Humanos en el sub judice.
Los familiares víctimas por los hechos sucedidos en el presente caso serán reconocidos
como víctimas del conflicto armado, razón por la que se solicita a las instancias
gubernamentales competentes incorporarlas y surtir los procedimientos consagrados en
la ley 1448 de 2011.
Exhortar para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación de los derechos humanos que se
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hayan adelantado por los hechos, y se ponga disposición por los medios de comunicación
y circulación nacional.
DAÑO A LA SALUD - Niega por cuanto las medidas adoptadas son idóneas, necesarias,
proporcionales y suficientes para la reparación integral / DAÑO A LA SALUD - Caso
muerte de mujer integrante de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó /
EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL, SUMARIA O ARBITRARIA
Así, aun cuando esta Sala reconoce la gravedad de los hechos relacionados con la muerte
violenta de la señora (…), también considera que las medidas de reparación no
pecuniarias dictadas en esta sentencia cobijan y comprenden de manera idónea,
necesaria, proporcional y suficiente la reparación de los perjuicios irrogados a los
demandantes con el hecho dañoso de marras. No pierde de vista esta Sala que la
reparación pecuniaria bajo el concepto de afectación o vulneración relevante de bienes
convencional y constitucionalmente amparados es de naturaleza estrictamente
excepcional y, en este caso, no encuentra elementos de juicio que le lleven a concluir la
necesidad de su concesión, en razón a las otras disposiciones ordenadas en sede de
reparación de perjuicios.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-26-000-2015-00174-00
55953A
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA : RESOLUCIÓN 293 DE 2015 (15 de mayo) AGENCIA NACIONAL
DE MINERÍA - ARTÍCULO 8 (Interpretación provisional condicionada, medida cautelar
innominada)
FECHA : 26/02/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : CERRO MATOSO S.A.
DEMANDADO : AGENCIA NACIONAL DE MINERÍA – ANM
DECISION : ACCEDE
TEMA : MEDIDA CAUTELAR EN MEDIO DE CONTROL DE NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO
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CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-2002-01718-01
33494
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS
DE 1948 - ARTICULO 3 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 7 NUMERAL 1 / PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLÍTICOS
- ARTICULO 9 NUMERAL 1 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA-ARTICULO 1 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA-ARTICULO 2 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE
COLOMBIA-ARTICULO 90 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA-ARTICULO 93 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE COLOMBIA - ARTICULO 94 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO
ADMINISTRATIVO - ARTICULO 168 / LEY 418 DE 1997 - ARTICULO 81 / LEY 1564 DE
2012 - ARTICULO 174
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 25/02/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
SALVAMENTO DE VOTO / GUILLERMO SANCHEZ LUQUE / ACLARACION DE VOTO
ACTOR : MARÍA LIGIA YAGUAPAZ FIGUEROA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena. Caso muerte de alcalde de Orito,
Putumayo / FALLA DEL SERVICIO - Por incumplimiento del deber legal de protección de
población civil. Actor social, alcalde / CONFLICTO ARMADO INTERNO - Deber de
protección de seguridad personal. Actor social, alcalde
CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2001-02877-01
37226
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1448 DE 2011 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS / CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 / CONSTITUCION POLITICA /
CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO / CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL -
ARTICULO 357 / CODIGO CIVIL - ARTICULO 1614 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 55 /
LEY 975 DE 2005 / LEY 1448 DE 2011 / LEY 1424 DE 2010 / RESOLUCION 497 DE1997
(20 de mayo) SUPERINTENDENCIA BANCARIA
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 25/02/2016
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
SALVAMENTO DE VOTO Y ACLARACION DE VOTO
ACTOR : VICTOR SANCHEZ CERQUERA Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena. Caso de lesión permanente a
campesino y comerciante por ataque guerrillero en Puerto Saldaña / ACCION DE
REPARACION DIRECTA - Condena. Falla del servicio en el deber de protección y
seguridad a la población civil
Fijadas como quedaron las premisas fácticas que cuentan con sustento probatorio en el
expediente, la Sala deduce la imputación de la responsabilidad a la demandada, esto es,
la Nación – Ministerio de Defensa – Policía Nacional, siendo la razón de esta atribución la
falla en el servicio en que incurrió la demandada, pues pese a haberse presentado un
primer ataque contra dicha población el 1º de abril de 2000 y un segundo ataque que
continuó desde el día 25 hasta el 27 de abril del mismo año, no se adoptaron las
medidas pertinentes para evitar que se siguieran generando actos de esta naturaleza ni
para suspender a tiempo el ataque iniciado el 25 de abril, en el cual fue lesionado el
señor Víctor Sánchez Cerquera dos días después. (…) Dicho de otra manera, en este caso
la atribución de responsabilidad se explica a partir de la violación de deberes normativos
de vigilancia y seguridad que tiene la demandada, deberes que si bien son genéricos y/o
abstractos, cuando se llevan a un análisis de contexto en las condiciones particulares de
un caso, derivan en un deber jurídico concreto e imperativo de acción u omisión, de
manera que su incumplimiento, por omisión o ejecución imperfecta, lleva a derivar la
existencia de responsabilidad por parte del agente obligado a tal actuar. (…) En este
orden de ideas, en el caso concreto, la inactividad de la demandada, plasmada en no
haber adoptado ninguna medida de seguridad tendiente a prevenir o evitar la causación
de actos terroristas, como el ocurrido el 25, 26 y 27 de abril de 2000 [y en general todos
los ocurridos a lo largo de ese periodo, según lo que aflora del recaudo probatorio]
genera la responsabilidad de la misma; es decir, el incumplimiento de sus deberes
normativos, fue constitutivo de una generación de un riesgo jurídicamente desaprobado,
siendo este riesgo, y no otro diferente, el que finalmente se materializó en el resultado
dañoso padecido por los demandantes; ya que como consecuencia del ataque llevado a
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Ahora bien, en el caso de autos, la Sala considera en primer lugar que el señor Víctor
Sánchez Cerquera sufrió una pérdida de capacidad laboral del 53,60%, según lo
dictaminó la Junta Regional de Calificación de Invalidez, sin que obre en la actuación
elemento de convicción que lleve a esta judicatura a variar este porcentaje; razón por la
cual corresponde una indemnización por concepto de perjuicios morales equivalente a la
suma de 100 SMLMV para el señor Víctor Sánchez Cerquera y su hijo Willington Sánchez
Pérez, cuyo parentesco se encuentra acreditado con copia del Registro Civil de
Nacimiento de éste; y 50 SMLMV para todos y cada uno de sus hermanos, los señores
Gilberto, Idaly, Rufina, Romilio, María del Carmen y Felicitas Sánchez Cerquera,
parentescos que se encuentran acreditados con los respectivos Registros Civiles de
Nacimiento.(…). Al respecto, la Sala parte por precisar que, en orden a considerar la
procedencia de dicho perjuicio se impone precisar que ésta será valorada a la luz de los
recientes criterios jurisprudenciales decantados por el Pleno de la Sección Tercera, de
conformidad con los cuales se ha abrazado la categoría conceptual del daño a la salud. Al
respecto la sentencia de 28 de agosto de 2014, exp. 31170 la Sección precisó los
criterios de reconocimiento y tasación de dicho perjuicios en los siguientes términos. (…).
Conforme a lo anterior, se aprecia en el sub judice que el señor Sánchez Cerquera fue
diagnosticado con una incapacidad permanente del 53,60% de conformidad con la
certificación expedida por la Junta Regional de Calificación de Invalidez del Valle del
Cauca, lo que atendiendo al precedente mencionado corresponde a una indemnización de
100 SMLMV a favor de la víctima directa, pues con los elementos de juicio que se tienen
a disposición, se encuentra que la gravedad de la lesión supera un porcentaje del 50%.
La Sala, en aras de dar claridad sobre la medida de justicia [en el marco de la reparación
integral y en tanto derecho de la víctima] consistente en ordenar la remisión de una
copia de esta providencia a la Fiscalía General de la Nación para lo de su cargo, destaca
que en el expediente quedó acreditado que el actuar del grupo armado insurgente
constituyó (además de una violación al derecho a la vida de Víctor Sánchez Cerquera)
una violación al Derecho Internacional Humanitario, consistiendo tal trasgresión en la
realización de actividades hostiles en contra de la vida y/o integridad física de miembros
de la población civil que, por antonomasia, se encuentran [y deben estar siempre] al
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La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Fiscalía General de la Nación para que revise en la Unidad de Derechos
Humanos y de Derecho Internacional Humanitario si los hechos del presente caso
[violación de Derechos Humanos y/o Derecho Internacional Humanitario] se encuadran
como merecedor de priorización en su trámite, en los términos de la Directiva No. 01, de
4 de octubre de 2012 [de la Fiscalía General de la Nación], para que se investiguen y
juzguen a todos los que hayan participado en las lesiones causadas al señor Víctor
Sánchez Cerquera.
En caso de no ser eficaces los recursos internos, anteriormente señalados como parte de
la reparación integral, la Sub-sección respetuosamente exhorta al Estado colombiano, en
cabeza de las entidades demandadas para que acuda ante el Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, para que se pronuncie sobre la violación de Derechos
Humanos en el sub judice.
Los familiares víctimas por los hechos sucedidos en el presente caso serán reconocidos
como víctimas del conflicto armado, razón por la que se solicita a las instancias
gubernamentales competentes incorporarlas y surtir los procedimientos consagrados en
la ley 1448 de 2011.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-1998-00565-01
34791
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 /
CONVENCION DE GINEBRA DE 1949 / PROTOCOLO ADICIONAL II AL CONVENIO DE
GINEBRA / CONSTITUCION POLITICA / LEY 48 DE 1993 / LEY 418 DE 1997 / LEY 548 DE
1999 / LEY 642 DE 2001 / CODIGO CIVIL / LEY 446 DE 1998 / LEY 1448 DE 2011 /
CONVENCION DE GINEBRA DE 1949 / PROTOCOLO II ADICIONAL / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 25/02/2016
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : RUBEN LEONARDO BOLAÑOS Y OTROS.
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INDEMNIZACIÓN A FOR FAIT - Indemnización por vínculo con las fuerzas armadas y sus
miembros. Soldado regular / INDEMNIZACIÓN A FOR FAIT – Miembros de las fuerzas
armadas, fuerza, pública, soldado. Indemnización administrativa / DAÑOS MATERIALES -
Lucro cesante. Diferente a la indemnización a for fait / LUCRO CESANTE - Reconoce.
Actividad laboral de la víctima: soldado regular. Salario base de liquidación, descuento
del 25% correspondiente a las prestaciones sociales / LUCRO CESANTE - Actualización de
sumas. Fórmula actuarial, expectativa de vida probable
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 204/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la Ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Fiscalía General de la Nación- Unidad de Derechos Humanos y de
Derecho Internacional Humanitario con el fin de que abra, reabra o continúe las
investigaciones penales por los hechos ocurridos el 30 de agosto de 1996 en la base
militar de Las Delicias en la Tagua (Putumayo), contra los responsables del hechos en
contra del soldado RUBÉN LEONARDO BOLAÑOS, por la presunta violación de los
derechos humanos y del derecho internacional humanitario cometidas contra la víctima
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 205/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2, y
25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente providencia
a la Procuraduría General de la Nación, Delegada Disciplinaria para la Defensa de los
Derechos Humanos, con el fin de que abra las investigaciones disciplinarias por los
hechos ocurridos el 30 de agosto de 1996 en la base militar de Las Delicias en la Tagua
(Putumayo), y se lleven hasta sus últimas consecuencias, revelando su avance en un
período no superior a noventa [90] días por comunicación dirigida a esta Corporación, al
Tribunal Administrativo de Nariño, a los familiares de la víctima y a los medios de
comunicación de circulación local y nacional, y publicarlo en su página web.
RUBÉN LEONARDO BOLAÑOS y sus familiares son reconocidos como víctimas del
conflicto armado, razón por la que se solicita a las instancias gubernamentales
competentes incorporarlas y surtir los procedimientos consagrados en la ley 1448 de
2011.
Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación del derecho internacional
humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional, así como se
difunda por su página web y redes sociales.
La formulación por parte del Ministerio de Defensa Nacional de una política dirigida a
corregir las fallas cometidas en esta Base Militar de las “Delicias” (que debe realizarse de
manera conjunta y en sólo acto conforme a las decisiones judiciales que en este mismo
sentido han sido proferidas). Así como la elaboración por el Ejército Nacional de una
cartilla en la que se determinen las fallas, debilidades y errores cometidos para realizar
un curso durante un (1) año en todas las Brigadas, Batallones y Comandos en todo el
país a impartir a todos los militares (oficiales y suboficiales), y de la que se debe
informar a esta Corporación, al Tribunal Administrativo de Nariño y difundir por los
medios de comunicación nacional.
a este despacho informes del cumplimiento dentro del año siguiente a la ejecutoria de la
sentencia, con una periodicidad de treinta [30] días calendario y por escrito, de los que
deberán las mencionadas entidades dar difusión por los canales de comunicación web,
redes sociales, escrito y cualquier otro a nivel local y nacional. En caso de no remitirse el
informe pertinente, se solicitara a la Procuraduría adelantar las averiguaciones de su
competencia ante la orden dada por sentencia judicial y se adopten las decisiones a que
haya lugar de orden disciplinario.
CONSEJO DE ESTADO
41001-23-31-000-2005-01497-01
48842
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 13 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 13 /
CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 13 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 13 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 13
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 01/02/2016
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
SALVAMENTO DE VOTO
ACTOR : SILVIO VASQUEZ VILLANUEVA Y OTROS
DEMANDADO : DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE LA PRESIDENCIA DE LA
REPUBLICA Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena. Falla del servicio en el deber de
protección y seguridad a persona amenazada, secuestro y tortura de candidato político /
FALLA DEL SERVICIO - Condena. Falla del servicio en el deber de protección, condena a
Ministerio de Defensa Nacional, Policía Nacional, Unidad Nacional de Protección / ACCION
DE REPARACION DIRECTA - Falla del servicio. Secuestro y tortura y tratos crueles e
inhumanos a candidato a la Cámara de Representantes a manos de grupo guerrillero de
las FARC, hechos ocurridos entre los municipio de Suaza y Acevedo / CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD - Obligaciones del Estado en el marco de conflicto armado interno /
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Obligaciones del Estado. Aplicación del Derecho
Internacional Humanitario DIH y del Derecho Internacional de Derechos Humanos DDHH
/ CONFLICTO ARMADO - Obligaciones positivas de los Estados. Deber de protección y
seguridad de candidato político
Ahora bien, en el específico caso que se encuentra bajo examen de la Sala se hace
necesario valorar la imputación en una doble perspectiva: en primer lugar, desde la
producción del daño antijurídico ocurrido como consecuencia del secuestro y
sometimiento a tratos crueles e inhumanos a los que fue sometido SILVIO VÁSQUEZ
VILLANUEVA, bien sea como consecuencia de la acción, omisión o inactividad, o por
exceso, abuso y desproporción en el cumplimiento de los deberes de protección,
seguridad y ejercicio de la soberanía en las que hayan podido incurrir las entidades
demandadas, y que representen, también, la vulneración de los derechos reconocidos a
la vida e integridad, dentro del marco de la dignidad humana, y los derechos humanos,
que por el mismo bloque merecen ser objeto de protección en cabeza del ciudadano
VÁSQUEZ VILLANUEVA como actor político y miembro de la población civil. (…) En clave
convencional de protección de los derechos humanos el artículo 1.1 de la Convención
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 208/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Americana de Derechos Humanos aplicable a este caso [por vía directa en atención a que
por virtud de la Ley 16 de 1972 hace parte de nuestro ordenamiento jurídico] exige al
Estado colombiano cumplir con el compromiso del respeto de los derechos y libertades
consagrados en la misma Convención, garantizando como obligación positiva el libre y
pleno ejercicio a toda persona que se encuentre bajo su jurisdicción, sin discriminación
alguna por condición social. Dicha obligación positiva debe consolidarse, a tenor de lo
consagrado por el artículo 2 de la mencionada Convención, por el Estado colombiano con
la adopción y aplicación eficaz de medidas legislativas y de cualquier tipo puedan ser
necesarias para la efectividad de los derechos y libertades. (…) De otra parte, desde la
perspectiva del derecho internacional de los derechos humanos, y considerados
singularmente dichos derechos, se tiene que cuando “un conflicto asume las dimensiones
de una confrontación armada, la vida de la nación se considera inmediatamente en
peligro, lo que lleva a invocar las cláusulas derogatorias. En tales casos, todas las
normas de derechos humanos cuya derogación está prohibida siguen en pleno vigor.
Estas normas están confirmadas o complementadas por la normativa específica de los
conflictos armados no internacionales, que forman parte de la normativa humanitaria”.
(…) Dicha protección tiene su base en los derechos constitucionalmente reconocidos a la
vida e integridad de las personas, y los derechos humanos consagrados en la Convención
Americana de Derechos Humanos -artículos 1 [obligación de respetar los derechos], 3
[derecho al reconocimiento de la personalidad jurídica], 4 [derecho a la vida que se
corresponde con el deber de no privar la vida arbitrariamente], 5.2 [derecho a la
integridad personal que se corresponde con el deber de no someter a las personas a
torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes, y si es privado de la
libertad a tratarla con el respeto por su dignidad humana], 7 [derecho a la libertad
personal], 8.1 [derecho a la garantía judicial], 11 [derecho a la honra y a la dignidad],
15 [derecho de reunión], 16 [libertad de asociación], 22 [derecho de circulación y de
residencia], 23 [derechos políticos] y 25 [derecho a la protección judicial]. Así mismo,
cuando se trata de personas que tiene una identidad cultural o social singular, debe
tenerse en cuenta la presunción de no discriminación en los términos del artículo 13 de la
Constitución Política y los artículos 1, 2 y 7 de la Declaración Universal de los Derechos
Humanos de 1948; los artículos 2.1, 3 y 26 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos de 1966; los artículos 2.2 y 3 del Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales de 1966; los artículos 3 y 45 de la Carta de la OEA, el artículo II de
la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre de 1948, los artículos 1.1 y
24 de la Convención Americana de Derechos Humanos de 1969; el artículo 3 del
Protocolo Adicional a la Convención Americana de Derechos Humanos –Protocolo de San
Salvador de 1988-; y, el artículo 9 de la Carta Democrática Interamericana. NOTA DE
RELATORIA: Con salvamento de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque. A la fecha,
en la Relatoría no se cuenta con el medio magnético ni físico del citado salvamento.
claro que la obligación positiva que asume el Estado de asegurar a todas las personas
residentes en Colombia la preservación de sus derechos a la vida y a la integridad física,
como manifestación expresa de los derechos fundamentales a la vida, integridad
personal y a la seguridad personal, así como de los derechos políticos [y por tanto de las
libertades de expresión, reunión y asociación] no se encuentra dentro de la clasificación
moderna de las obligaciones como una obligación de resultado sino de medio, por virtud
de la cual son llamadas las distintas autoridades públicas a establecer las medidas de
salvaguarda que dentro de los conceptos de razonabilidad y proporcionalidad resulten
pertinentes, a fin de evitar la lesión o amenaza de los citados derechos fundamentales.
(…) De tal manera, cabe observar la atribución jurídica del daño antijurídico, en principio,
a las entidades demandadas por falla en el servicio se hace consistir en el
incumplimiento e inobservancia de los deberes positivos derivados de exigencias
convencionales [del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los
derechos humanos], constitucionales, y legales, que pueden ser constitutivos de una
falla en el servicio.
Para el caso en concreto es necesario analizar la legitimación en la causa por activa del
menor Carlos Mario Vásquez Coronado, quien para la época de presentación de la
demanda, 2 de agosto de 2005, tenía seis [6] años de edad, y en la actualidad sigue
siéndolo al tener dieciséis [16] años al haber nacido el 25 de octubre de 1999, y al que
se declaró la falta de legitimación en la causa por activa por el a quo. (…) El estudio se
hace con base en la aplicación de los estándares, reglas y principios que
convencionalmente está llamado a aplicar el juez administrativo por virtud de los
artículos 1, 2, 29, 44, 90, 93, y 229 de la Constitución Nacional, de los artículos 8 y 30
de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de los artículos 1.1, 2, 19 y 25 de
la Convención Americana de Derechos Humanos [incorporada al ordenamiento jurídico
colombiano mediante la ley 16 de 1972] y los artículos 2.1, 3 y 4 de la Convención de
Naciones Unidas sobre los derechos del niño, de 20 de noviembre de 1989. (…) La
premisa básica ordinaria que aplica la jurisprudencia de la Sección Tercera y de esta Sub-
sección indica que es necesaria la acreditación del parentesco de quienes se presentaron
como demandantes con la víctima SILVIO VÁSQUEZ VILLANUEVA, esto es, que debe
establecerse la relación de parentesco entre la víctima y quienes afirman ser su
compañera permanente, hijos, hijas y nieto. (…) El parentesco como elemento a despejar
cuando se cuestiona la legitimación en la causa por activa exige estudiar como medio
probatorio para su acreditación el registro del estado civil. (…) dependiendo de la fecha
de nacimiento de las personas, la prueba del estado civil y la acreditación del parentesco
deberá hacerse con el documento que corresponda. (…) La segunda premisa tiene como
fundamento constitucional que la titularidad de la acción de reparación directa, siguiendo
la sentencia de la Corte Constitucional T-097 de 2009, (…) la Corte Constitucional
considera que la jurisprudencia del Consejo de Estado al interpretar el artículo 86 del
Código Contencioso Administrativo [Decreto 01 de 1984] “armoniza claramente con lo
establecido en el artículo 90 de la Constitución Política y con el deber establecido para las
autoridades judiciales, en este caso la jurisdicción de lo contencioso administrativo, de
garantizar la efectividad de los valores, principios y derechos fundamentales”. (…) Se
agrega en la jurisprudencia constitucional, sentencia T-097 de 2009, en consideración
que cuando no obra por ejemplo el registro civil de nacimiento de una persona que
invoca la acción de reparación directa por los daños antijurídicos ocasionados a una
familiar, “basta con acreditar interés o demostrar en el curso del proceso la calidad de
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damnificado, para efectuar el estudio de fondo del petitum”. (…) A lo anterior, cabe
agregar que en los eventos en los que un (a) menor de edad invoca la acción de
reparación directa debidamente representado (a) la falta del registro civil de nacimiento
que permita establecer la relación de parentesco con la víctima no puede desvirtuar la
lectura sistemática que se desprende de la constitución: (1) ya que el artículo 1 consagra
que el Estado Social de Derecho como modelo adoptado exige el respeto de la dignidad
humana, esencial en la protección de los niños; (2) lo que se refuerza con el mandato del
artículo 2 que consagra como fines esenciales del Estado la garantía de la efectividad de
los principios, derechos y deberes establecidos en la Carta Política, teniendo las
autoridades, como las judiciales, el deber de proteger a este (a) menor en su vida,
honra, derechos y libertades; (3) uno de los cuales es el derecho al debido proceso que
se ve reforzado cuando se trata de sujetos de especial protección constitucional como los
niños, a tenor del artículo 29; (4) que según el artículo 44 implica la prevalencia sobre
los derechos de los demás; (5) cuya garantía parte de la base de entender que el artículo
90 no impone restricción alguna para decidir de fondo si procede declarar la
responsabilidad y reconocer la indemnización de una persona; (6) ratificado además por
la cláusula de garantía de convencionalidad consagrada el inciso primero del artículo 93
que hace prevalecer en el ordenamiento jurídico colombiano los tratados y convenios
internacionales que reconocen la protección de los derechos humanos; y, (7) con lo que
se materializa la eficacia del derecho de acceso a la administración de justicia, o tutela
judicial efectiva, en los términos del artículo 229. (…) Sin embargo, la Sala de Sub-
sección como juez de convencionalidad esta llamado a establecer si los presupuestos
constitucionales y legales de nuestro ordenamiento jurídico se corresponden con los
estándares, reglas y principios convencionales. (…) En ese sentido, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos establece en su artículo 8 que toda “persona tiene
derecho a un recurso efectivo ante los tribunales competentes, que la ampare contra
actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la
ley”. Siendo esto así, examinado convencionalmente el presupuesto legal que exige como
prueba para la legitimación en la causa por activa la acreditación del parentesco con el
registro civil de nacimiento no puede constituirse en obstáculo, barrera o límite que
cercene o vulnere el mandato de efectividad que impone la Declaración, [específicamente
cuando se trata de un niño como sujeto de especial protección convencional] y
contradice lo consagrado por el artículo 30 de la misma según el cual nada en dicho
instrumento internacional “podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho
alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades
o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades
proclamados en esta Declaración”. (…) En un segundo examen de convencionalidad se
encuentra que valorados los presupuestos legales para la determinación de la
legitimación en la causa por activa en el caso específico de los niños debe corresponderse
con los mandatos de la Convención Americana de Derechos Humanos, que examinados
permite a la Sala concluir que exigirla como prueba única, idónea o que no permite otras
alternativas de demostración material del parentesco con la víctima de un presunto daño
antijurídico no puede (1) contradecir el mandato convencional del artículo 1.1 que exige
de todo Estado el respeto de los derechos y libertades de la misma Convención entre
ellos el de los niños del artículo 19 y garantizar su pleno ejercicio; (2) por lo que por
virtud del artículo 2 debe el juez contencioso administrativo como juez de
convencionalidad adoptar las medidas que sean necesarias para la efectividad y eficacia
de tales derechos; (3) para así corresponderse con el derecho de toda persona,
específicamente los niños, a un recurso sencillo, rápido y efectivo que los ampare ante la
violación de los derechos fundamentales reconocidos convencional, constitucional y
legalmente. (…) De acuerdo con la Opinión Consultiva OC-17/2002, de 28 de agosto de
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Así las cosas, una vez precisado el alcance del control de convencionalidad en el
ordenamiento jurídico interno, la Sala debe destacar que los hechos objeto de la
presente sentencia implican una clara y grave violación de los derechos humanos, del
derecho internacional humanitario, y puede ser constitutivo de un acto de lesa
humanidad. En cuanto a este último aspecto, cabe afirmar que bajo un análisis
contextual [puede proponerse también situacional] el secuestro de civiles en el marco del
conflicto armado que en Colombia se viene presentando con cada vez mayor agudeza
desde los años ochenta, pero con mayor frecuencia y rigurosidad a partir de los años
noventa se viene presentando como una actividad sistemática, dirigida contra personas
de la población civil y, con la debilidad manifiesta del Estado de hacer respetar los
mandatos constitucionales de soberanía y eficacia de los derechos de los derechos de
todos los ciudadanos [tal como se consagran en los artículos 1.1 y 2 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, así como en los artículos 1 y 2 de la Carta Política],
por lo que el secuestro y los tratos crueles e inhumanos a los que fue sometido SILVIO
VÁSQUEZ VILLANUEVA a partir del 22 de febrero de 2002, cabe encuadrarlos dentro de
esta categoría de acto de lesa humanidad, integrándose a un conjunto de casos sobre los
que esta Sala y las demás Sub-secciones vienen pronunciándose y que han acaecido en
los diferentes puntos cardinales del país. (…) En este sentido, la Sala retoma el criterio
ya expuesto con anterioridad según el cual, en tales eventos, la pretensión declarativa de
responsabilidad excede el interés particular o individual y se ve revestida de una
relevancia jurídica colectiva que involucra a la humanidad en su conjunto. (...) En
consecuencia, tomando como punto de partida los hechos expuestos en la demanda
debidamente acreditados y habiendo motivado suficientemente la razón por la cual el
litigio que ocupa el conocimiento de la Sala se enmarca dentro del concepto de grave
violación de Derechos Humanos y como acto de lesa humanidad, surge para el juez
administrativo, como juez de convencionalidad la competencia para pronunciarse,
oficiosamente, sobre el contexto amplio que involucra esta situación, lo que implica la
declaratoria de responsabilidad del Estado respecto de aquellos daños antijurídicos que le
sean atribuibles, siempre que guarden relación o vínculo con este contexto. (…) Al
encontrarse la Sala frente a un caso de tal magnitud, constitutivo de un acto de lesa
humanidad, considerando que es la sociedad como un todo, la humanidad y no solo unos
sujetos individualmente considerados quienes resultan ofendidos con este tipo de
acciones, surge una competencia convencional oficiosa en virtud de la cual el juez
administrativo está llamado a abordar el juicio de responsabilidad del Estado en el marco
de este contexto y, por contera, le corresponderá dictar las medidas generales no
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pecuniarias dirigidas a la sociedad y humanidad como un todo. (…) Por consiguiente, mal
haría la Sala en guardar silencio respecto de los hechos en los que fue secuestrado y
sometido a tratos crueles e inhumanos un miembro de la población civil y actor político
como SILVIO VÁSQUEZ VILLANUEVA, apoyándose en un argumento de raigambre
procedimental. Ello, a más de prohijar una visión miope de la realidad que se juzga e
impedir la estructuración de una completa dimensión contextual en la cual se
desenvolvieron los hechos objeto de juicio, no se ajusta a los postulados ideales del juez
administrativo en el ámbito del Estado Social y Democrático de Derecho y conforme al
control de convencionalidad, comprometido con la obtención del derecho sustancial y la
búsqueda de la verdad, en tanto manifestaciones de la justicia material conforme a las
normas convencionales y constitucionales. (…) El juez administrativo, en estos casos,
debe apoyarse tanto en los mandatos normativos convencionales contenidos en la
Convención Americana de Derechos Humanos [recordando que se encuentra incorporada
al ordenamiento jurídico colombiano por la ley 16 de 1972], las demás normas del
sistema interamericano de protección de los derechos humanos [v.gr., el Protocolo
Adicional a la Convención de San Salvador], la jurisprudencia de la Corte Interamericana
de Derechos Humanos, las normas de derecho internacional humanitario [como el
Convenio IV de Ginebra de 1949, el Protocolo Adicional II a estos Convenios de 1977] y
otras normas para la protección contra la discriminación o la tutela de los discapacitados,
a efectos de evitar que se concrete una circunstancia de impunidad en un caso
constitutivo de lesa humanidad; de modo que está habilitado para pronunciarse sobre la
configuración de la responsabilidad del Estado respecto del todo el contexto en que
sucedieron los hechos, dado que está frente a un caso de tal magnitud en donde el
interés en determinar la responsabilidad no es una cuestión de estirpe netamente
individual sino que, como se dijo, tiene relevancia colectiva al afectar a la humanidad en
su conjunto.
amenaza [artículo 13]; (5) dichas garantías están en cabeza del Estado como obligado
principal como legitimado en todo sistema democrático; (6) a privación de la libertad que
está inmersa en el secuestro constituye una grave violación de los derechos humanos y
del derecho internacional humanitario teniendo en cuenta las siguientes reglas
convencionales; (7) según la Resolución 638, de 31 de julio de 1989, del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas “la toma de rehenes y los secuestros son delitos que
preocupan profundamente a todos los Estados y constituyen serias violaciones del
derecho humanitario internacional, con graves consecuencias adversas para los derechos
humanos de las víctimas y sus familias y para la promoción de las relaciones de amistad
y la cooperación entre los Estados”; (8) así mismo la Asamblea General de las Naciones
Unidas en la Resolución 61/172, de 19 de diciembre de 2006, establece que “la
Declaración Universal de Derechos Humanos, que garantiza, entre otras cosas, el
derecho a la vida, la libertad y la seguridad de la persona y a no ser sometido a torturas
ni otros tratos crueles, inhumanos o degradantes, así como la libertad de circulación y la
protección contra la detención arbitraria”; (9) convencionalmente se proscribe la toma de
rehenes con fundamento en la Convención Internacional contra dicha acción de 1979 y
en la Convención sobre la prevención y el castigo de delitos contra personas
internacionalmente protegidas de 1973; (10) ahora bien, la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas en la Resolución 1998/73, de 22 de abril de 1998, al
tratar la toma de rehenes considera que es “un acto ilícito cuyo objetivo es destruir los
derechos humanos y que, en cualquier circunstancia, resulta injustificable”; (11) el
Estatuto de Roma en su artículo 8(2)(c)(iii) califica a la toma de rehenes como crimen de
guerra; (12) según la Convención Internacional para la protección de todas personas
contra las desapariciones forzadas de las Naciones Unidas el secuestro es uno de los
componentes de la “desaparición forzada”; (12) el secuestro ha sido considerado en la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos como un acto con el
que se violan múltiple y continuadamente derechos protegidos por la Convención
Americana de Derechos Humanos [los derechos a la libertad y a la seguridad personal, a
la vida, a la integridad personal, a las garantías judiciales y a la eficacia en el ejercicio de
los derechos, consagrados en los artículos 1.1, 4, 5, 7, 8 y 25 de la Convención
Americana de Derechos Humanos], llegando específicamente a considerar que el
secuestro es uno de los supuestos de privación de la libertad arbitraria que viola el
artículo 7 de la Convención; (13) según los “Principios y directrices básicos sobre el
derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas internacionales de
derechos humanos y de violaciones graves del derecho internacional humanitario a
interponer recursos y obtener reparaciones”, (…) (14) debe tenerse en cuenta las normas
de “Turku” o denominadas “Normas humanitarias mínimas aplicables en situaciones de
estado de excepción (…) Con base en los anteriores fundamentos es necesario establecer
bajo un estudio de contexto que el secuestro y sometimiento a tratos crueles e
inhumanos a los que fue sometido SILVIO VÁSQUEZ VILLANUEVA desde el 22 de febrero
de 2002 hace parte de un conjunto sistemático de actividades, contra la población civil
realizadas o con la aquiescencia, o por la debilidad en desproporcionada de salvaguardar
la soberanía y la eficacia de los derechos de todos los ciudadanos por el conjunto del
Estado, en todos sus roles, por lo que cabe examinar fundamentos en los que se
sustenta el concepto de lesa humanidad.
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Se tiene que los de lesa humanidad se comprenden como “aquellos actos ominosos que
niegan la existencia y vigencia imperativa de los Derechos Humanos en la sociedad al
atentar contra la dignidad humana por medio de acciones que llevan a la degradación de
la condición de las personas, generando así no sólo una afectación a quienes físicamente
han padecido tales actos sino que agrediendo a la conciencia de toda la humanidad”;
siendo parte integrante de las normas y principios de jus cogens de derecho
internacional, razón por la cual su reconocimiento, tipificación y aplicación no puede ser
contrariado por norma de derecho internacional público o interno. (…) Dicho lo anterior,
en lo que es de interés para la responsabilidad del Estado, se entiende que los elementos
estructuradores del concepto de lesa humanidad son: i) que el acto se ejecute o lleve a
cabo en contra de la población civil y que ello ocurra ii) en el marco de un ataque que
revista las condiciones de generalizado o sistemático. (…) Así, en cuanto al primero de
estos elementos, se debe acudir a la normativa del Derecho Internacional Humanitario,
específicamente al artículo 50 del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra,
norma que establece, por exclusión, a quienes se les considera población civil, en los
siguientes términos: "1. Es persona civil cualquiera que no pertenezca a una de las
categorías de personas a que se refieren el artículo 4, A. 1), 2), 3), y 6), del III
Convenio, y el artículo 43 del presente Protocolo. En caso de duda acerca de la condición
de una persona, se la considerará como civil.”, constituye, entonces, población civil todas
las personas que no se encuadran dentro de las categorías de miembros de las fuerzas
armadas y prisioneros de guerra. (…) Este punto debe ser complementado con lo
establecido por el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia, en el caso
Fiscal vs Dusko Tadic, en donde se dejó claro que el criterio de la población civil no se
aplica desde una perspectiva individual sino colectiva o grupal: “el acento no es puesto
en la víctima individual, sino, ante todo, en la colectiva. La victimización del individuo no
deriva de sus características personales, sino de su pertenencia a un determinado grupo
de población civil que es tomada como blanco”. (…) Por otra parte, en segundo elemento
estructurador del acto de lesa humanidad hace referencia al tipo de ataque, debiendo ser
éste generalizado o sistemático, en tanto supuestos alternativos. Así, por generalizado se
entiende un ataque que causa una gran cantidad de víctimas o dirigido contra una
multiplicidad de personas, es decir, se trata de un criterio cuantitativo. A su turno, el
carácter sistemático pone acento en la existencia de una planificación previa de las
conductas ejecutadas, de manera que, siguiendo a la Comisión de Derecho Internacional,
“lo importante de este requisito es que excluye el acto cometido al azar y no como parte
de un plan o una política más amplios.”. (…)(…) Es decir, la Sala está ante un acto que
ofende y niega profundamente la dignidad humana y que ataca los principios de
humanidad y democrático en los que se sustenta la sociedad moderna actual [en la que
se ha construido la identidad de todas las sociedades a lo largo de la historia], en
atención a la perversión moral y desprecio que envuelven este tipo de actuaciones
siniestras, pues, como lo ha precisado el Tribunal Penal Internacional para la antigua ex -
Yugoslavia “los crímenes de lesa humanidad también trascienden al individuo, porque
cuando el individuo es agredido, se ataca y se niega a la humanidad toda. Por eso lo que
caracteriza esencialmente al crimen de lesa humanidad es el concepto de la humanidad
como víctima”.
Para determinar que se trata de un acto de lesa humanidad la Sala ha debido analizar
bajo un criterios contextuales los hechos del presente caso se desprenden los elementos
singulares siguientes: (1) se trata de acciones en las que se manifiesta la aquiescencia,
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debilidad o deficiente garantía de los derechos humanos y de las normas del derecho
internacional humanitario, al no ofrecerse la protección y seguridad a las personas, y
especialmente a los actores políticos de la época, en sus desplazamientos por el territorio
nacional; (2) lo anterior implica que el Estado en lugar de precaver, prevenir, siquiera
contener el accionar de los grupos u organizaciones armadas insurgentes y la práctica
continuada de secuestros, sólo se limitaba a constatar la misma y luego a procurar su
rescate con resultados que ponían en muy alto riesgo los derechos a la vida e integridad
personal de los ciudadanos sometidos a tales actos execrables; (3) la terminación de la
zona de distensión y de las negociaciones de paz agudizó el secuestro y el sometimiento
a tratos crueles e inhumanos como actos de lesa humanidad sobre los que el Estado
ofrecía respuestas de pasividad, sin tener en cuenta la existencia de herramientas
efectivas para la eficacia de los derechos, especialmente de aquellos que por su
condición de actores políticos debían tener la posibilidad de afirmar el principio
democrático y de participación como pieza clave del Estado Social de Derecho; (4)
involucran a personas de la población civil que responden a ciertas características: (4.1)
políticos; (4.2) en zonas que como el departamento del Huila concentran la mayor
presencia de grupos u organizaciones armadas insurgentes, como las FARC; y, (5) las
investigaciones iniciales son adelantadas sin que llegar a sus últimas consecuencias y
determinar tanto la responsabilidad del grupo u organización armada, sus cabecillas, sus
actores materiales e intelectuales, así como las responsabilidades penales y disciplinarias
de los funcionarios y agentes del Estado sobre los que recaía la obligación de garantizar
la protección y seguridad a los actores políticos en el ejercicio de sus derechos. (…)
Determinados los anteriores conceptos y los criterios contextuales, la Sala conforme al
acervo probatorio revisado en el expediente, encuentra que los hechos objeto de esta
sentencia se corresponden con la categoría de acto de lesa humanidad, pues, por una
parte (1) los hechos ocurridos el 22 de febrero de 2002 se concretan en una práctica que
ha venido siendo realizada dentro del conflicto armado (…) (2) la acción desplegada
comprende involucrar a una persona de la población civil y actor político dentro del
conflicto armado, (…) y, (3) los hechos ocurridos el 22 de febrero de 2002 no pueden
considerarse aislados de toda una problemática que tanto en el orden internacional las
Naciones Unidas [por medio de sus Relatores Especiales para los Derechos Humanos], la
Corte Penal Internacional [por medio de los informes del Fiscal Especial de ese
organismo nombrado para estudiar la situación de Colombia], y la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos [en sus informes], como en el orden jurídico
interno las autoridades judiciales de nuestro país [Corte Suprema, Tribunales Superiores,
Juzgados y Fiscalía General de la Nación] vienen documentando, informando,
denunciando e investigando la comisión de múltiples vulneraciones a los derechos
humanos y violaciones al derecho internacional humanitario con este tipo de prácticas
realizadas con la aquiescencia, debilidad y deficiencia de las fuerzas y cuerpos de
seguridad e inteligencia del país, por grupos u organizaciones armadas insurgentes,
como las FARC. (…) En suma, la Sala encuentra que los hechos sucedidos el 22 de
febrero de 2002 se configuran como un acto de lesa humanidad, al obedecer a una
práctica que como el secuestro y sometimiento a tratos crueles e inhumanos a civiles
ajenos al conflicto armado y en su condición de actores políticos quiebra con el principio
angular de la democracia, y representa una forma de renuncia a la garantía eficaz de la
soberanía y protección eficaz de los derechos a ciudadanos como la víctima en el
presente caso. (…) Con base en los anteriores argumentos, la Sala parte de la premisa
que los hechos desde el 22 de agosto de 2002 en la carretera de Suaza a Florencia en el
departamento del Huila, en los que presuntamente fue secuestrado y sometido a tratos
crueles e inhumanos SILVIO VÁSQUEZ VILLANUEVA pueden constituir un acto de lesa
humanidad de manera tal que el estudio tanto del daño antijurídico, como de la
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 216/615
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imputación y de la reparación se hará teniendo en cuenta esta naturaleza del acto que
pudo haber sido desplegado por el Estado.
La premisa, en la que se sustenta la Sala, indica que a actores como los abogados, y
específicamente aquellos que ejercen la profesión en la defensa técnica u oficiosa de
determinados delitos relacionados con el conflicto armado [rebelión, sedición, etc.], les
es aplicable el principio democrático de manera que puedan ejercer su profesión
libremente, en igualdad de condiciones y en el marco del respeto de los derechos
constitucionalmente reconocidos a todos los ciudadanos. (…) La aplicación del principio
democrático se manifiesta, concretamente, en la tutela del derecho a la seguridad
personal , que como garantía constitucional permite el desdoblamiento del ejercicio del
derecho a la vida, cuyo alcance ha sido fijado en el precedente jurisprudencial
constitucional (…) Teniendo en cuenta el alcance del derecho a la seguridad personal,
cuyo sustento se encuentra en los artículos 93 y 94 de la Carta Política, en lo consagrado
en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, en el
artículo 7.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos [Pacto de San José] y en
el artículo 9.1 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en el precedente
jurisprudencial constitucional se plantea la necesidad de delimitar frente a qué tipo de
riesgos se exige que las autoridades públicas ejerzan la protección debida. (…) En la
actualidad, la tutela del derecho a la seguridad personal se encuentra positivado en lo
consagrado en los artículos 81 de la ley 418 de 1997, de la ley 548 de 1999 y en la ley
782 de 2002, según las cuales “el Gobierno Nacional – Ministerio del Interior y de
Justicia-, pondrá en funcionamiento un programa de protección a personas que se
encuentren en situación de riesgo inminente contra su vida, integridad, seguridad o
libertad, por causas relacionadas con la violencia política o ideológica o con el conflicto
armado interno”. Así mismo, en virtud del decreto 2816 de 2006 se “diseña y reglamenta
el Programa de Protección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior y de Justicia”,
se establece que la “población objeto del programa está constituida por los dirigentes o
activistas de grupos políticos, (especialmente de grupos de oposición), de organizaciones
sociales, cívicas, comunales, gremiales, sindicales, campesinas, de grupos étnicos, de
Derechos Humanos, de población en situación de desplazamiento; miembros de la misión
médica; testigos de casos de violación a los Derechos Humanos y de Infracción al
Derecho Internacional Humanitario, independientemente de que no se hayan iniciado los
respectivos procesos disciplinarios, penales y administrativos; periodistas y
comunicadores sociales; Alcaldes, Diputados, Concejales, Personeros; funcionarios o ex
funcionarios responsables del diseño, coordinación o ejecución de la política de Derechos
Humanos o de Paz del Gobierno Nacional”.
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2, y
25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente providencia
a la Fiscalía General de la Nación- Fiscalía Cuarta Especializada en Neiva y a la Unidad de
Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario de dicha entidad, con el fin de
que continúe las investigaciones penales por los hechos ocurridos el desde el 22 de
febrero de 2002 y hasta el 2 de agosto de 2003 en jurisdicción de los municipios de
Suaza y Acevedo, departamento del Huila-, y en dado caso, se pronuncie si procede su
encuadramiento como un caso que merece la priorización en su trámite, en los términos
de la Directiva No. 01, de 4 de octubre de 2012 [de la Fiscalía General de la Nación],
para investigar a la organización o grupo armado insurgente FARC y a sus máximos
responsables: LUCIANO MARÍN ARANGO [alias Iván Márquez], JESÚS EMILIO
CARVAJALINO [alias Andrés París], MILTÓN DE JESÚS TONCEL REDONDO [alias Joaquín
Gómez], JOSÉ BENITO CABRERA [alias Fabián Ramírez], JUVENAL OVIDIO RICARDO
PALMERA [alias Simón Trinidad], LUIS ALBERTO ALBAN URBANO [alias Marcos Calarcá] y
RODRIGO LONDOÑO ECHEVERRY [alias Timochenko], por las presuntas violaciones de
derechos humanos y de derecho internacional humanitario cometidas contra SILVIO
VÁSQUEZ VILLANUEVA, y consistentes en: a) violación de la dignidad humana, b)
violación de los derechos a la vida e integridad personal y moral, c) violación del derecho
a la libertad y a libre circulación, d) violación al libre desarrollo de la personalidad, e)
violación a los derechos políticos, f) violaciones de las normas de los Convenios de
Ginebra de 1949 y al Protocolo II a lo Convenios de 1977, g) a las normas
convencionales de protección de los actores políticos en el marco de conflictos no
internacionales, y todas aquellas que se desprendan de los hechos ocurridos desde el 22
de febrero de 2002 y hasta el 2 de agosto de 2003.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2, y
25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente providencia
a la Procuraduría General de la Nación, Delegada Disciplinaria para la Defensa de los
Derechos Humanos, con el fin de que abra las investigaciones disciplinarias por los
hechos ocurridos el 22 de febrero de 2002, y se lleven hasta sus últimas consecuencias,
revelando su avance en un período no superior a noventa [90] días por comunicación
dirigida a esta Corporación, al Tribunal Administrativo del Huila, a los familiares de la
víctima y a los medios de comunicación de circulación local y nacional, y publicarlo en su
página web las decisiones que se adopten una vez notificadas por un período de un (1)
año.
SILVIO VÁSQUEZ VILLANUEVA y sus son reconocidos como víctimas del conflicto
armado, razón por la que se solicita a las instancias gubernamentales competentes
incorporarlas y surtir los procedimientos consagrados en la ley 1448 de 2011.
Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación del derecho internacional
humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional, así como se
difunda por su página web y redes sociales.
Se ordena al Estado en cabeza del Ministro de Defensa Nacional, del Comandante de las
Fuerzas Armadas, al Comandante del Ejército Nacional, al Director General de la Policía
Nacional y al Director de la Unidad Nacional de Protección realizar un acto público de
disculpas a realizar perentoriamente un (1) mes después de ejecutoriada esta sentencia,
en la ciudad de Neiva –Huila- con presencia de la víctima SILVIO VÁSQUEZ VILLANUEVA
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que se hizo consistir en lo que dejó de percibir la víctima si hubiese sido elegido como
Representante a la Cámara, ya que este hecho no está (sic) (sic) demostrado, ni puede
aceptarse su concreción ya que para el momento de su secuestro y sometimiento a
tratos crueles o inhumanos él era solamente candidato a la Cámara de Representantes lo
que no aseguraba que fuera a ser elegido, ya que el proceso se realizó en el mes de
octubre del año 2002 cuando ya se encontraba secuestrado y sin haber podido participar
en las mismas, por lo que habrá lugar a negar estas pretensiones indemnizatorias. NOTA
DE RELATORIA: Con salvamento de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque. A la
fecha, en la Relatoría no se cuenta con el medio magnético ni físico del citado
salvamento.
CONSEJO DE ESTADO
76001-23-31-000-2008-00364-01
39219
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 2 / PROTOCOLO II ADICIONAL A LA CONVENCIÓN DE GINEBRA /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1991
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 27/01/2016
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
SALVAMENTO DE VOTO
ACTOR : DIEGO ALEJANDRO ABELLO GRISALES Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN-MINISTERIO DE DEFENSA - POLÍCIA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso lesiones corporales
a un ciudadano con pérdida de cuatro dedos de la mano derecha, como consecuencia de
la explosión de artefacto, bomba, por cuenta de las Farc en el municipio de Buenaventura
/ DAÑO ESPECIAL - Artefacto explosivo, bomba. Daño antijurídico a ciudadano o
población civil: Lesiones corporales / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Deber de
protección a la población civil. Protección a la integridad física
Valorado el acervo probatorio que obra en el proceso se acredita que [el señor] (…)
resultó lesionado de su mano derecha, con pérdida de cuatro (4) de sus dedos como
consecuencia del atentado que con artefacto explosivo perpetró el grupo u organización
armada insurgente FARC el 21 de enero de 2007 en la ciudad de Buenaventura, cuando
transitaba por la zona de los hechos un unidad policial contra la que se dirigió la acción
violenta. (…) Del acervo probatorio se tienen los siguientes elementos que permiten
corroborar que la responsabilidad del Estado cabe encuadrarla en el fundamento del daño
especial: (…) Analizados conjunta, contrastada, armónica y críticamente los anteriores
medios probatorios se tiene demostrado [debe tener en cuenta que el recorte de prensa
puede ser valorado conjuntamente con las demás pruebas porque cumple con las
exigencias convencionales y jurisprudenciales, esto es: (i) se conoce la publicación en la
que se contenía, periódico “El País” de Santiago de Cali de 22 de enero de 2007; (ii) se
trata de un medio de divulgación de amplia circulación; (iii) comprende declaraciones de
funcionarios públicos en ejercicio para la fecha de los hechos –Gobernador del Valle del
Cauca, Alcalde de Buenaventura y el Defensor Regional del Pueblo-; (iv) se identifica a
alguna de las fuentes de la información –institucional por información ofrecida por las
autoridades públicas-; y, (v) se reconoció a la víctima (…) como una de las víctimas en
los hechos]: (i) el 21 de enero de 2007 se produjo un acto terrorista consiste en la
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La Sala debe precisar que el daño emergente está (sic) (sic) compuesto por el capital
perdido o desaparecido definitivamente como consecuencia de un hecho dañino. Esta
primera definición en la jurisprudencia se vino a precisar argumentando que se configura
en la disminución específica, real y cierta del patrimonio, representada en los gastos que
los damnificados tuvieron que hacer con ocasión del evento dañino, en el valor de
reposición del bien o del interés destruido o averiado o en la pérdida del aumento
patrimonial originada en el hecho que ocasionó el daño, pero en todo caso significa que
algo salió del patrimonio del víctima por el hecho dañino y debe retomar a él, bien en
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especie o bien en su equivalente para que las cosas vuelvan a ser como eran antes de
producirse el daño (…) cuando se trata de lesiones está compuesto por los egresos
patrimoniales efectuados u obligaciones contraídas con ocasión de las lesiones físicas
(corporales) o psicológicas (mentales) sufridas por una persona, dentro de los cuales se
comprenden todos los gastos médicos necesarios para el restablecimiento de la salud,
aquellos necesarios para que la persona lesionada quede en una situación personal lo
menos alterada posible, e incluso, aquellos que simplemente se dirigen a atender la
patología o enfermedad causada con el hecho dañino, tales como: (i) los gastos para el
restablecimiento de la salud; (ii) los gastos de desplazamiento que sean necesarios,
incluso aquellos que deben hacerse al exterior; (iii) todos los gastos médicos, quirúrgicos
y farmacéuticos; (iv) todo tipo de atención médica que requiera la víctima para su
rehabilitación física, psicológica o psiquiátrica; (v) pago de enfermeras o en general de
personas que colaboren con el lesionado; (vi) pago de ayudas técnicas tales como sillas
de ruedas, reemplazo de piezas dentales, prótesis, entre otros; y, (vii) las demás que se
encuentren probadas (…) Con base en los anteriores argumentos, y revisado amplia,
contrastado y críticamente el acervo probatorio, la Sala no encuentra demostrado el daño
emergente, ni puede considerar el reclamado como tal, de manera que se negará esta
pretensión indemnizatoria.
Con base en los anteriores argumentos, en el Informe técnico médico legal de lesiones
no fatales, con radicación interna número 2007C-06040100357, de 13 de marzo de
2007, relacionado con el primer reconocimiento realizado a [el señor] (…), de treinta y
dos [32] años, identificado con cédula de ciudadanía 89.004.637 de Armenia, Antioquia
(…) y en Certificación de la Junta de Calificación de Invalidez del Valle del Cauca, de 7 de
febrero de 2008 (…) se determinó que la gravedad de la lesión ascendía al 51.99%, por
lo que la Sala reconoce y liquida los perjuicios morales con ocasión las lesiones padecidas
en la mano derecha de [l señor] (…), de la siguiente manera.
CONSEJO DE ESTADO
07001-23-31-000-2004-00162-01
34507
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : DECRETO 262 DE 2000 - ARTICULO 24
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 29/10/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION B
PONENTE : RAMIRO DE JESUS PAZOS GUERRERO
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : MARIA EVELYN VALBUENA DE VARELA Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - EJÉRCITO NACIONAL, POLICIA
NACIONAL, MINISTERIO DEL INTERIOR, FISCALIA GENERAL DE LA NACION Y
DEPARTAMENTO DE ARAUCA
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena. Caso tortura y ejecución
extrajudicial de periodista en el municipio de Arauca ejecutado por un grupo de
autodefensas o paramilitares cerca a batallón o base militar / FALLA DEL SERVICIO -
Condena. Caso tortura y ejecución extrajudicial de periodista en el municipio de Arauca
ejecutado por un grupo de autodefensas o paramilitares cerca a batallón o base militar.
Actuación de militares en prestación del servicio público de protección, orden irregular /
FALLA DEL SERVICIO - Por omisión en el deber de protección y cuidado de la población
civil. Condena al Ejército Nacional, actuación irregular de coronel que impartió orden
prevalido de su rango / FALLA DEL SERVICIO - Caso tortura y ejecución extrajudicial de
periodista en el municipio de Arauca ejecutado por un grupo de autodefensas o
paramilitares cerca a batallón o base militar. Condena al Ejército Nacional, actuación
irregular de soldados que obedecieron orden ilegal impartida por su superior
Es claro para la Sala, de acuerdo con el material probatorio recaudado, que en la época y
lugar de los hechos se presentaron hechos de la más alta gravedad, en los que miembros
de las fuerzas regulares del Estado se aliaron con grupos al margen de la ley,
paramilitares, para permitir y coadyuvar la actividad de estos últimos. Así ocurrió en el
crimen del periodista Varela Noriega, cuya ejecución fue facilitada y consentida por
miembros del Ejército Nacional. (…) [además] son evidentes los nexos que por la época
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En este caso particular, las condiciones en que fue ultimada la víctima, que incluyeron
actos de tortura en su contra y el móvil del crimen dirigido a acallar las denuncias que
formuló en ejercicio de su labor periodística, constituyen sin duda una grave violación a
los derechos humanos, circunstancias que permiten a la Sala inferir que la congoja y
aflicción de sus familiares cobró en este caso particular la mayor intensidad, por lo que
hay lugar a aplicar la regla de excepción contemplada por en el referido fallo de
unificación y reconocer a título de daño moral una indemnización con fundamento en un
tope correspondiente al doble del que en forma genérica se reconoce en casos de
muerte. Bajo dichos parámetros se indemnizará el daño moral a los familiares de la
víctima, en cuantía equivalente a doscientos (200) salarios mínimos legales mensuales
vigentes a favor de la cónyuge señora María Evelyn Valbuena de Varela, del padre Efraín
Alberto Varela Castro y de la hija Evelyn Mabel Valbuena, para cada uno. A favor del
nieto Jacobo Boscán Varela se reconocerá una indemnización en cuantía equivalente a
cien (100) salarios mínimos legales mensuales vigentes, al igual que para cada uno de
los hermanos señores Alberto Carlos Varela Noriega, Gladys del Socorro Varela Noriega y
Luís Eduardo Varela Noriega.
PERJUICIOS MORALES - Reconoce aun cuando la parte actora se constituyó como parte
civil en proceso penal / PERJUICIOS MORALES - La indemnización por perjuicios morales
en un proceso de reparación directa es independiente de la condena en proceso penal
contra el agente infractor / PERJUICIOS MORALES - La condena de perjuicios en proceso
penal no constituye doble indemnización, ni reduce condena impuesta en proceso de
reparación directa / PERJUICIOS MORALES - La condena de perjuicios en proceso penal
corresponde a la obligación del agente infractor de indemnizar el daño por éste causado /
PERJUICIOS MORALES - La condena de perjuicios a la nación o al Estado por
responsabilidad extracontractual o patrimonial del Estado corresponde a la obligación de
éste de indemnizar daños ocasionados / SENTENCIA PENAL - Incidencia en la
indemnización de perjuicios / INDEMNIZACION DE PERJUICIOS - Incidencia del proceso
penal / PROCESO PENAL - Parte civil / ACCION DE REPARACION DIRECTA - Parte civil en
proceso penal / PRINCIPIO DE REPARACION INTEGRAL O RESTITUTIUM IN INTEGRUM -
Incidencia del proceso penal
Tiene en cuenta la Sala que según se demostró, las demandantes María Evelyn Valbuena
de Varela y Evelyn Mabel Valbuena se constituyeron como parte civil dentro del proceso
penal adelantado con ocasión del homicidio del señor Varela Noriega y que en esa
actuación se profirió sentencia penal condenatoria anticipada en contra del particular que
fungió como autor material del ilícito, a quien se le condenó a indemnizarles el daño
moral sufrido en cuantía equivalente a ciento cincuenta salarios mínimos legales
mensuales para cada una. De acuerdo con la jurisprudencia de la Corporación, la
demanda de parte civil promovida con el fin de obtener el resarcimiento de los perjuicios
no se opone a la posibilidad de demandar del Estado ese mismo reconocimiento cuando
se ha visto comprometida su responsabilidad, máxime en este caso en el que el
condenado por la justicia ordinaria fue un tercero, sin nexo con la administración
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demandada. En tal virtud, la fuente de la obligación de indemnizar, a cargo del autor del
hecho, la constituyó la comisión del hecho punible que debieron soportar las beneficiarias
de la condena, distinto a la responsabilidad estatal que se configuró en este caso,
desligada de la conducta delictiva atribuible a un tercero que no actuó como agente
estatal. Aunque fue el particular condenado quien causó la muerte a la víctima, según
quedó establecido por la justicia ordinaria, no fue su acción la que comprometió la
responsabilidad de la administración en este específico evento y, en consecuencia, no
puede considerarse que la eventual indemnización pagada por él (de lo que no hay
prueba en el proceso) tenga la virtud de reducir aquella a cargo del Estado conforme a la
responsabilidad que le asiste en el presente caso, ni constituye una doble indemnización
pues, se itera, el victimario fue condenado a pagarla como reparación del delito cometido
por él, por lo que esta deviene de una fuente distinta al deber de reparar los daños que
le asiste a la administración pública por su comprobada responsabilidad en los hechos.
En consecuencia, no se ordenará descuento alguno de la indemnización aquí ordenada,
con ocasión del fallo penal condenatorio. NOTA DE RELATORIA: Sobre este tema se
puede consultar la sentencia de 5 de diciembre de 2006, exp. 15046.
En razón de esas pruebas, hay lugar a indemnizar el lucro cesante sufrido por el núcleo
familiar de la víctima, compuesto en este caso particular por quienes acreditaron la
calidad de calidad de cónyuge y nieto. En relación con la hija Evelyn Mabel Varela
Valbuena, se acreditó que nació el 20 de mayo de 1974 (…), esto es, en la época de la
muerte del señor Varela contaba con 28 años de edad, sin que se hubiera demostrado en
el proceso alguna condición excepcional, temporal o permanente, que la imposibilitara
para obtener por sí misma su sustento o que le impidiera hacerlo a futuro, de donde es
claro que quien se vio privado de la ayuda económica fue su hijo menor de edad, quien
estaba llamado a percibirla hasta la época en que cumpliría 25 años de edad, como
quiera que en vida la recibía según quedó demostrado. Así, liberado de la obligación
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Con el fin de permitir que se conozca la verdad sobre los móviles y circunstancias del
homicidio, se le ordenará a la entidad condenada, si lo autorizan los demandantes, que
dentro de los treinta días siguientes a la ejecutoria de esta sentencia, publique avisos en
un diario de amplia circulación nacional, en uno de circulación en el departamento de
Arauca y en una emisora de amplia difusión en el departamento de Arauca, en los que
reconozca que el asesinato del señor Efraín Alberto Varela Noriega fue facilitado por
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miembros de la Brigada XVIII del Ejército Nacional y que estuvo relacionado con las
denuncias por él publicadas relativas a las censurables relaciones entre algunos
integrantes de las fuerzas militares y las autodenominadas Autodefensas Unidas de
Colombia.
Por otra parte, se compulsará copia del presente expediente a la Fiscalía General de la
Nación, con el fin de que, si no lo hubiere hecho, identifique e investigue a quien a lo
largo de la providencia se denominó como el coronel Ortiz de la Brigada XVIII en el año
2002, con el fin de establecer su posible responsabilidad penal en el homicidio del señor
Varela Noriega.
Por último, se remitirá copia de esta sentencia con destino a la Procuraduría General de
la Nación para que, en atención al artículo 24 del Decreto 262 de 2000, vigile el
cumplimiento de lo resuelto. NOTA DE RELATORIA: Este fallo cuenta con aclaración de
voto de la consejera Stella Conto Díaz del Castillo. A la fecha, en esta Relatoría no se
cuenta con el medio magnético ni físico de la citada aclaración.
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-2001-02697-01
33977
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS /
PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949 / PACTO
INTERNACIONAL DE DERECHO CIVILES Y POLITICOS DE 1966 / CONVENCION
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS / PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS
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De conformidad con el material de convicción allegado al proceso, debe decir la Sala que
ciertamente se encuentra acreditado el daño antijurídico sufrido por los demandantes -
señor Carlos Eduardo Ronderos Torres y la sociedad Administradora Hotelera S.S. Ltda.-
con el bloqueo de la vía pública donde funcionaba el establecimiento de comercio
denominado “Hotel Saint Simon”, toda vez que como consecuencia de esa situación, se
vio drásticamente reducida la ocupación de huéspedes en el hotel, circunstancia que
produjo un detrimento de su patrimonio.(…) Según se plantea en la demanda y en el
recurso de apelación, como consecuencia del cierre de la vía pública donde funcionaba el
Hotel Saint Simon, dada la ocupación del CICR por parte de un gran número de personas
desplazadas, se le produjo un daño antijurídico, derivado tanto de una falla del servicio
por parte de las demandadas -dada la orden del cierre de la vía pública por varios
meses-, como del rompimiento del principio de igualdad frente a las cargas públicas,
toda vez que la problemática social de desplazamiento forzado que afronta el país
produjo el cierre de la vía donde funcionaba el hotel que era explotado económicamente
por los demandantes, todo lo cual -en su sentir- generaba para el Estado la obligación de
indemnizar los perjuicios ocasionados a los demandantes. (…) a partir de tales hechos
probados, forzoso resulta concluir que la magnitud de ese lamentable hecho de
desplazamiento ocurrido en una vía pública de la ciudad de Bogotá -el cual fue registrado
continuamente por medios de comunicación de circulación nacional-, ameritaba medidas
estatales serias, que de manera contundente y eficaz hubieran evitado dentro de un
plazo razonable agravar esa situación vulneratoria de derechos humanos de la población
desplazada y, de contera, hubiera impedido el cierre de la vía pública, circunstancia que,
precisamente, fue la que produjo los perjuicios económicos para los vecinos del sector,
entre los que se encontraban los demandantes del presente asunto, quienes se vieron
drásticamente afectados por la imposibilidad de explotar en condiciones de normalidad el
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En primer lugar, conviene precisar las diferencias que entre la legitmatio ad processum y
la legitimatio ad causam se ha elaborado por parte de la doctrina y la jurisprudencia. En
efecto, la legitimación en la causa está directamente relacionada con el objeto de la litis,
es decir, se trata de un elemento sustancial vinculado con la pretensión misma, en ese
sentido no constituye un presupuesto procesal, como sí lo es la legitimación para el
proceso; por el contrario, la legitimación en la causa ha sido entendida como un
presupuesto para la sentencia de fondo, en otras palabras, es un requisito para que
exista un pronunciamiento de mérito sobre la relación jurídico - sustancial que es
materia de juzgamiento. Así las cosas, a partir de tales probanzas, se tiene por
establecido que tanto el señor Carlos Eduardo Ronderos Torres, como la sociedad
Administradora S.S. Ltda., para el momento de la ocupación de la vía pública por parte
de un grupo de personas desplazadas, eran arrendatarios del establecimiento comercial
denominado “Hotel Saint Simon”, de lo cual se infiere la legitimación material en la causa
que les asiste para demandar el pago de una indemnización de perjuicio en el presente
asunto. Por consiguiente, forzoso resulta concluir que la decisión de tener por probada la
excepción de falta de legitimación en la causa por activa, habrá de revocarse.
Nación, y quién debió ser demandado era otra persona, entiéndase un Municipio, un
Departamento u otra entidad pública con personería jurídica. NOTA DE RELATORIA:
Sobre este particular, ver auto de unificación del consejo de estado exp 20420
la violencia”.Significa lo anterior que quien se hubiera visto forzado a migrar del lugar
donde tenía su residencia o desarrollaba su actividad económica habitual, porque su
vida, su integridad, su seguridad o su libertad personal hubieren sido vulneradas o
amenazadas, como consecuencia del conflicto armado interno, disturbios y tensiones
interiores, violencia generalizada, violación masiva de Derechos Humanos, infracción al
Derecho Internacional Humanitario u otras circunstancias que alteren drásticamente el
orden público, tendrán derecho a recibir la ayuda humanitaria de emergencia y los
demás beneficios que están en el deber de brindar las instituciones comprometidas en la
Atención Integral a la Población Desplazada, en cuanto hubieren agotado el
procedimiento señalado en el artículo 32 de la ley 387 de 1997; no obstante, resulta
necesario precisar que al margen de esa asistencia humanitaria, la condición de
desplazado la tiene –según se indicó– quien se vea obligado a migrar internamente en
las circunstancias y por los motivos señalados en la ley, toda vez que el desplazamiento
forzado obedece a una situación fáctica, más no a una calidad jurídica.(…) De otra parte,
mediante el Decreto 2007 de 2001 se reglamentó la Ley 387 en los aspectos relativos a
la “oportuna atención a la población rural desplazada por la violencia, en el marco del
retorno voluntario a su lugar de origen o de su reasentamiento en otro lugar y se
adoptan medidas tendientes a prevenir esta situación”, regulando, entre otras
herramientas, la declaratoria de inminencia de riesgo de desplazamiento. Mediante el
Decreto 173 de 1998 se expidió el Plan Nacional para la atención Integral a la población
desplazada por la violencia, que a nivel nacional recogió las estrategias de prevención,
atención humanitaria de emergencia (seguridad alimentaria, salud, transporte,
protección, seguridad, alojamiento y atención educativa) y consolidación y estabilización
socioeconómica. NOTA DE RELATORIA: En este tema, ver las sentencias de la Corte
Constitucional: SU 1150 de 2000, T 215 de 2002, T 025 de 2004. Y las decisiones del
Consejo de Estado, Sala de lo Contencioso Administrativo, Sección Tercera, 27 de enero
de 2000, exp. 10867 y 18 de febrero de 2010, exp. 18436
menester precisar si dicha falencia ha tenido, o no, relevancia jurídica dentro del proceso
causal de producción del daño. En similar sentido, la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ha precisado que un Estado, al ser parte de la Convención Americana, asume
una posición de garantía con relación a las obligaciones a su cargo allí establecidas.(…)
Con fundamento en lo anterior, forzoso (sic) (sic) resulta concluir que los elementos cuya
concurrencia se precisa para que proceda la declaratoria de responsabilidad del Estado
por omisión, son los siguientes: i) la existencia de una obligación normativamente
atribuida a una entidad pública; ii) la falta de atención o la atención irregular o
inoportuna de dicha obligación por parte de la Administración en el caso concreto y iii) la
relación causal adecuada entre dicha omisión y la producción del daño. NOTA DE
RELATORIA: Al respecto ver sentencia de 8 de marzo de 2007 exp 27434.
En tal sentido, ha entendido la Sala que la indemnización por daño moral debe estar
precedida de un análisis del fallador que verifique la existencia de criterios o referentes
objetivos para su cuantificación tales como: “las características mismas del daño, su
gravedad y extensión, el grado de afectación en el caso a cada persona, vale decir, el
conjunto de elementos o circunstancias de hecho que enmarcan la situación del
demandante afectado”. En este caso, a pesar de que la parte demandante demostró que
con ocasión del cierre de la vía pública por un grupo de personas desplazadas se impidió
la explotación del Hotel Saint Simon que habían arrendado, lo cierto es que en el
presente proceso no se allegó prueba alguna respecto de la causación de un daño moral
con ocasión de ese hecho. Así pues, el daño moral comprende el aspecto interno del
individuo, la afección directa a los sentimientos del ser humano, como la congoja, la
tristeza, etc., y para que haya lugar a su indemnización, resulta necesario que dicho
daño esté acreditado, pues, debe recordarse que, únicamente, los perjuicios derivados
de la afectación a la vida o integridad psicofísica de la persona se presumen respecto de
la víctima directa y de sus familiares más cercanos, razón por la cual dicho
reconocimiento de perjuicios morales habrá de denegarse. NOTA DE RELATORIA: Sobre
este tema ver la sentencia de 23 de agosto de 2012, exp 24392.
Advierte la Sala que, si bien se mencionó que se trataba de dos perjuicios materiales de
diferente naturaleza o modalidad, lo cierto es que ambos corresponden al concepto de
lucro cesante, pues se pretende obtener una indemnización por la utilidad dejada de
percibir como consecuencia del daño antijurídico; en efecto, las nociones de daño
emergente y lucro cesante se hallan consagradas en el artículo 1614 del Código Civil (…).
El daño emergente supone, por tanto, una pérdida sufrida, con la consiguiente necesidad
-para el afectado- de efectuar un desembolso si lo que quiere es recuperar aquello que
se ha perdido. El daño emergente conlleva que algún bien económico salió o saldrá del
patrimonio de la víctima. Cosa distinta es que el daño emergente pueda ser tanto
presente como futuro, dependiendo del momento en que se haga su valoración. Por su
parte, el lucro cesante guarda relación con la ganancia que se deja de percibir, o la
expectativa cierta económica de beneficio o provecho que deja de materializarse como
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 237/615
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consecuencia del daño antijurídico. Así las cosas, la Sala estudiará dicha pretensión como
indemnización de perjuicios por concepto de lucro cesante comprendido entre el 14 de
diciembre de 1999 y el 15 de mayo de 2001, fecha en la cual -según se afirmó en la
demanda-, se dio por terminado el contrato de arrendamiento del Hotel Saint Simon que
era explotado económicamente por los demandantes. Ahora bien, dentro del material
probatorio que conforma el proceso se halla el dictamen pericial rendido por los peritos
Rómulo Peñuela Zapata (economista), y Orlando Parra Medina (contador), respecto de
los daños materiales sufridos por el Hotel Saint Simon, como consecuencia del cierre de
la vía y del cese de su actividad comercial. (…) Ahora bien, no obstante acoger las
precisiones del dictamen pericial antes transcrito, en cuanto tiene que ver con el cálculo
de la indemnización por el período que se solicitó en la demanda (Diciembre 14 de 1999
a Mayo 15 de 2001), es preciso señalar que, comoquiera que en la demanda se solicitó el
pago del lucro cesante al momento de producirse la ocupación debidamente indexado a
la fecha de la presente sentencia, la indemnización es netamente compensatoria, de
manera tal que el único lucro cesante susceptible de reconocerse será el monto que
arroje la suma de los períodos indicados en el dictamen pericial, más la correspondiente
actualización. Por lo tanto, no es posible solicitar al mismo tiempo la compensación
indemnizatoria (lucro cesante) con sus correspondientes intereses de mora. De otra
parte, si bien es cierto, la Sala comparte las conclusiones aritméticas del dictamen, debe
señalarse que el período liquidado por el peritazgo llegó hasta el 15 de octubre de 2001,
por lo que habrá de realizarse el cálculo, únicamente, hasta el 15 de mayo de 2001, tal y
como se solicitó en la demanda. Por consiguiente, comoquiera que el último período que
calculó el dictamen fue el comprendido entre el 1 de mayo al 15 de octubre, es decir 5,5
meses (165 días), se dividirá la suma total de ese período entre el número de días
correspondientes, esto es 15 días. (…) Teniendo en cuenta que esa suma fue calculada
hasta el mes de mayo de 2001 (fecha de terminación del contrato de arrendamiento del
Hotel Saint Simón), su actualización se realiza de la siguiente forma.
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-2002-01809-01
42523A
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 60 /
CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 267 / LEY 1465 DE 2012 -
ARTICULO 68 / ACUERDO 148 DE 2014 REGLAMENTO CONSEJO DE ESTADO - ARTICULO
1 / ACUERDO 58 DE 1999 REGLAMENTO CONSEJO DE ESTADO - ARTICULO 13A
NUMERAL 2 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 60 / CODIGO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 267 / LEY 1465 DE 2012 - ARTICULO 68 /
CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 60 / CODIGO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO - ARTICULO 267 / LEY 1465 DE 2012 - ARTICULO 68 / CODIGO DE
PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 60 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO -
ARTICULO 267 / LEY 1465 DE 2012 - ARTICULO 68 / DECRETO 1303 DE 2014 /
DECRETO 4085 DE 2011 - ARTICULO 6 PARAGRAFO 3 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 11 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 189 NUMERAL 11 / DECRETO 643
DE 2004 - ARTICULO 2 / LEY 1444 DE 2011 - ARTICULO 18 LITERAL A / LEY 1444 DE
2011 - ARTICULO 18 LITERAL D / DECRETO 1303 DE 2014 (de 11 de julio) GOBIERNO
NACIONAL
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 22/10/2015
SECCION : SALA PLENA SECCION TERCERA
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
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Es competente la Sala Plena de esta Sección para conocer del presente asunto, por
cuanto trata de la unificación de criterios jurisprudenciales en lo que respecta a la
sucesión procesal del Departamento Administrativo de Seguridad – DAS, en supresión;
conforme a la atribución que da cuenta el numeral 2° del artículo 13A del Acuerdo 058
de 1999, adicionado por el Acuerdo 148 de 2014 de la Sala Plena del Consejo de Estado.
Para tal efecto, precisa la Sala, conforme a su propio precedente, que bien puede
cumplirse la función unificadora de jurisprudencia vía sentencias o autos interlocutorios,
según el tópico que ocupe la atención de la Sala en cada caso. Ello es así por la
elemental pero poderosga razón según la cual cualquier providencia dictada por
autoridad judicial es expresión de un criterio jurídico, de allí que cualquiera de las dos
especies que constituyen manifestación de la actividad judicial, autos y sentencias,
tengan la aptitud para unificar jurisprudencia. De hecho, este también ha sido
entendimiento dado por la Sala Plena de lo Contencioso Administrativo a esta figura, tal
como se advirtió en la providencia de 25 de junio de 2014: “[E]n criterio de esta
Corporación no resulta admisible que se excluya o aplique de manera aislada el numeral
3 del artículo 111 del CPACA, sin efectuar una hermenéutica sistemática que permita a la
Sala de lo Contencioso Administrativo fijar posiciones en todo tipo de providencias, es
decir: autos y sentencias”. NOTA DE RELATORIA: Sobre este tema ver los autos de la
Sección Tercera: 6 de junio de 2013, exp. 45922; 25 de septiembre de 2013, exp.
20420; 17 de octubre de 2013, exp. 45679; 28 de abril de 2014, exp. 41834; 25 de
junio de 2014, exp. 49299; y, 24 de noviembre de 2014, exp. 37747.
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Es claro que la sucesión procesal es, ante todo, una figura de raigambre esencialmente
procedimental, de modo que su operancia no supone, de ninguna manera, alteración de
la relación jurídico-sustancial debatida en el proceso judicial. Tal cosa ha sido precisada
por la jurisprudencia constitucional, como sigue: “se advierte que esta institución por ser
un fenómeno de índole netamente procesal, tampoco modifica la relación jurídica
material, por tanto, continúa igual, correspondiéndole al funcionario jurisdiccional
pronunciarse sobre ella como si la sucesión procesal no se hubiese presentado. Por eso,
la sucesión procesal no entraña ninguna alteración en los restantes elementos del
proceso.” NOTA DE RELATORIA: Sobre este tema ver la decisión T 553 de 2012 de la
Corte Constitucional.
Las nulidades procesales, en tanto vicios ocurridos a lo largo del proceso, constituyen un
mecanismo de garantía convencional (artículo 8.1 y 25 de la Convención Americana de
Derechos Humanos), constitucional (artículos 29 y 288 constitucional) y legal del acceso
material a la administración de justicia y el debido proceso, por cuanto a través de estas,
y bajo la sanción de ineficacia, pretende subsanar ciertas irregularidades adjetivas que
afectan, sustancialmente las garantías judiciales de quienes comparecen al proceso. (…)
el sistema de nulidades procesales, y su interpretación judicial, no está encaminado a la
magnificación de la forma por la forma, sino más que eso, a proveer garantía efectiva de
los derechos de quien comparece al proceso judicial. No es en vano, entonces, que
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El Decreto 1303 de 2014 trae a cuento a la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del
Estado, es menester señalar que de acuerdo a la preceptiva del parágrafo 3° del artículo
6° del Decreto 4085 de 2011 “Por el cual se establecen los objetivos y la estructura de la
Agencia Nacional de Defensa del Estado”, la Agencia “en ningún caso tendrá la condición
sustancial de parte demandada en los procesos que se adelanten contra las demás
entidades públicas, razón por la cual no podrán dirigirse contra ellas pretensiones de la
demanda y no podrá ser convocada a tales procesos a ningún título. En ningún caso la
Agencia Nacional de Defensa Jurídica del Estado asumirá las obligaciones patrimoniales
de las entidades públicas en cuyo nombre actúe”.
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CONSEJO DE ESTADO
85001-23-31-000-2010-00178-01
47671
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1 NUMERAL 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 8 /
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Conforme a esta definición, dos son las características principales que se pueden
destacar del acto de lesa humanidad: su autonomía frente a otros crímenes,
especialmente aquellos de guerra y su imprescriptibilidad en tanto que participa de la
categoría de delito internacional. (…) En cuanto a lo primero, valga señalar que, como se
deja claro en las definiciones estatutarias del Tribunal Penal Internacional para Ruanda,
de la Corte Penal Internacional, e inclusive la propia jurisprudencia del Tribunal Penal
Internacional para la antigua Yugoslavia –en contra de su Estatuto-, como crimen el
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Se destaca que el hecho exclusivo de la víctima debe estar revestido de cualidades como
la contribución determinante de esta y su relación directa e incuestionable con el daño
antijurídico producido. Es acertado que algunas decisiones sostengan que no se requiere
que el hecho de la víctima sea culposo para que proceda como eximente, y por otra
parte, se tiene como exigencia que la causa [la actuación de la víctima] sea
determinante. También se indica que corresponde a la entidad demandada probar los
elementos constitutivos de este eximente de responsabilidad. (…) La problemática que
plantea el hecho de la víctima radica en su análisis desde la óptica de la causalidad, o
bien en el marco de la tendencia moderna de imputación objetiva, o en la construcción
de los deberes positivos del Estado. Sin embargo, la tendencia es a reducir la discusión a
la determinación de las condiciones para que el hecho exclusivo de la víctima opere. Esto
resulta equivocado, si nos atenemos a los presupuestos inicialmente tratados, ya que
sería valorar el hecho de la víctima desde la perspectiva propia al debate de la
causalidad, de la determinación de si causalmente como eximente tiene la entidad para
producir la ruptura de la “superada” relación de causalidad, cuyo lugar en el juicio de
imputación que se elabora en la actualidad está en el ámbito fáctico de la imputabilidad
del Estado. (…) Pero, ¿cómo superar el tratamiento causalista del hecho exclusivo de la
víctima? En primer lugar, debe decirse que fruto de la constitucionalizarían de la
responsabilidad extracontractual del Estado, la concepción del hecho exclusivo de la
víctima como eximente no debe convertirse en elemento que no permita hacer viable el
contenido del artículo 90 de la Carta Política, sino que debe advertirse que en la situación
en la que se encuentra Colombia, de conflicto armado interno debe admitirse, o por lo
menos plantearse la discusión, de si cabe imputar, fáctica y jurídicamente, al Estado
aquellos hechos en los que contribuyendo la víctima a la producción del daño antijurídico,
se logra establecer que aquel no respondió a los deberes normativos, a los deberes
positivos de protección, promoción y procura de los derechos de los administrados, y de
precaución y prevención de las acciones de aquellos que encontrándose al margen de la
ley buscan desestabilizar el orden democrático y, poner en cuestión la legitimidad de las
instituciones. (…) Las anteriores premisas derivan en las siguientes cuestiones: (1) El
Estado simplemente obedece a unas obligaciones que se desprenden del modelo de
Estado Social y Democrático de Derecho que exige ya no sólo la garantía de los derechos
y libertades, sino su protección eficaz, efectiva y la procura de una tutela encaminada a
cerrar la brecha de las debilidades del Estado, más cuando se encuentra en una situación
singular como la de Colombia de conflicto armado interno, que representan en muchas
ocasiones violaciones sistemáticas, o la aceptación de las mismas por parte de actores
que no haciendo parte del Estado, no dejan de ser ajenos a la problemática de la
responsabilidad extracontractual del Estado; (2) si bien las víctimas, siendo miembros de
un grupo armado insurgente, pueden contribuir a la producción del daño antijurídico por
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VÍCTIMA - reconocer a los familiares del fallecido José Lorenzo Taborda Taborda como
víctimas del conflicto armado
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PERJUICIOS MATERIALES - No Concede, por cuanto la víctima era una persona con una
discapacidad mental grave queda en evidencia que no aportaba monetariamente a su
familia, al contrario este requería cuidados especiales por parte de otras personas
CONSEJO DE ESTADO
85001-23-33-000-2013-00035-01
51388
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1285 DE 2009 - ARTICULO 16 / CONVENCION
AMERICANCA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 NUMERAL 1 / CONVENCION
AMERICANCA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANCA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 8 NUMERAL 1 / CONVENCION AMERICANCA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA -
ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA - ARTICULO 229 / CODIGO
GENERAL DEL PROCESO LEY 1564 DE 2012 - ARTICULO 244 / CODIGO GENERAL DEL
PROCESO LEY 1564 DE 2012 - ARTICULO 246 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 306 /
CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 185 / CODIGO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO - ARTICULO 168 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1 NUMERAL 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 8 NUMERAL 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 289 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 NUMERAL 1 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 8 NUMERAL1 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 25 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1 NUMERAL 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 3 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 4 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 5 /
CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 7 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 8 NUMERAL 1 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 11 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 16 / CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTICULO 3
/ PROTOCOLO ADICIONAL II A LOS CONVENIOS DE GINEBRA DE 1977 - ARTICULO 2 /
LEY 153 DE 1887 - ARTICULO 40
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 07/09/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : FANNY LOZANO MORENO Y OTROS
DEMANDADO : NACION - EJERCITO NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena. Caso desaparición forzada y
muerte de un civil en la vereda El Viso, municipio de Maní, Casanare, por miembros del
Ejército Nacional, falso positivo, ejecución extrajudicial / FALLA DEL SERVICIO - Por caso
desaparición forzada y muerte de un civil. Discriminación a la víctima por razón de
identidad social, punkero, y por consumo de alucinógenos / FALLA DEL SERVICIO - Por
caso desaparición forzada y muerte de un civil, ejecución extrajudicial. Discriminación a
familiares y revictimización / FALLA DEL SERVICIO - Por omisión en el deber
convencional y constitucional de protección y cuidado de persona de especial protección.
Protección a población civil, ejecución extrajudicial
Se concretó la falla en el servicio porque los miembros del Ejército Nacional que
desarrollaron el operativo militar sobre ANDRÉS FABIÁN GARZÓN LOZANO desplegaron
una acción deliberada, arbitraria, desproporcionada y violatoria de todos los estándares
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
de protección mínima aplicable tanto a miembros de los grupos armados insurgentes que
presuntamente como a miembros del Ejército Nacional, que configuradas como “falsas e
ilegales acciones so pretexto del cumplimiento de los mandatos constitucionales”,
distorsionan, deforman y pueden llegar a quebrar el orden convencional constitucional y
democrático, poniendo en cuestión toda la legitimidad democrática de la que están
investidas las fuerzas militares en nuestros país. Con relación a lo anterior, la Sala de
Sub-sección C debe reiterar que el alcance de la obligación de seguridad y protección de
la población civil dentro del contexto constitucional, tiene su concreción en las expresas
obligaciones positivas emanadas de los artículos 1 [protección de la dignidad humana], 2
[las autoridades están instituidas “para proteger a todas personas residentes en
Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias, y demás derechos y libertades], 217,
inciso 2º [“Las Fuerzas Militares tendrán como finalidad primordial la defensa de la
soberanía, al independencia, la integridad del territorio nacional y del orden
constitucional”], de la Carta Política de 1991. Las que no se agotan, sino que se amplían
por virtud del artículo 93 constitucional, de tal manera que cabe exigir como deberes
positivos aquellos emanados de derecho internacional humanitario y del derecho
internacional de los derechos humanos. Con otras palabras, las “falsas e ilegales acciones
so pretexto del cumplimiento de los mandatos constitucionales” ejecutadas por
miembros de las fuerzas militares como acción sistemática constituyen actos de lesa
humanidad que comprometen al Estado y que violan tanto el sistema de derechos
humanos, como el de derecho internacional humanitario y el orden constitucional
interno. Se trata de afirmar la responsabilidad del Estado en la medida en que a la
administración pública le es imputable al tener una “posición de garante institucional”,
del que derivan los deberes jurídicos de protección consistentes en la precaución y
prevención de los riesgos en los que se vean comprometidos los derechos humanos de
los ciudadanos que se encuentran bajo su cuidado, tal como se consagra en las cláusulas
constitucionales, y en las normas de derecho internacional humanitario y de los derechos
humanos. (…) en cabeza de la víctima cabía la probabilidad de concretarse o
materializarse de manera irreversible e irremediable la amenaza y el riesgo como
consecuencia, de la desaparición y muerte violenta de la que fue objeto ANDRÉS FABIÁN
GARZÓN LOZANO por parte de miembros del Ejército Nacional, lo que lleva a plantear
que el Estado debía cumplir con su deber positivo, concretado en la protección de la vida
e integridad de las personas que se vieron afectadas, y no a desplegar “falsas e ilegales
acciones so pretexto del cumplimiento de mandatos constitucionales” como única
justificación para poder aniquilar o exterminar a personas ajenas al conflicto armado,
pero de las que se sirve el aparato militar para garantizar resultados, contradiciendo
tanto las normas convencionales, como el orden constitucional, y poniendo en cuestión
su propia legitimidad democrática. (…) la Sala como juez de convencionalidad y
contencioso administrativo y para la tutela de los derechos humanos y el respeto del
derecho internacional humanitario, ordenara que el Estado examine si hechos como los
ocurridos el 28 de marzo de 2007 hacen parte de una práctica denominada “falsas e
ilegales acciones so pretexto del cumplimiento de mandatos constitucionales” y siendo
constitutivos de actos de lesa humanidad [al dirigirse contra la población civil en
Casanare y otras zonas, y por su sistematicidad, que parte del amparo en estructuras
militares organizadas y planificadas que se distorsionan o deforman de los fines
esenciales que la Constitución les ha otorgado], deben corresponderse con la obligación
positiva del Estado de investigar y establecer si se produjo la comisión de conductas que
vulneraran el trato digno y humano, de tal forma que se cumpla con el mandato
convencional y constitucional de la verdad, justicia y reparación. NOTA DE RELATORIA:
Con aclaración de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 261/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
La Sala tiene en cuenta la prelación del presente caso, de conformidad con lo establecido
por el artículo 16 de la Ley 1285 de 2009, ya que se trata de un caso de grave violación
de los derechos humanos.
crítica con los demás medios probatorios que obran en el expediente para determinar la
certeza, verosimilitud y credibilidad del contenido de cada documento] los documentos
aportados en copia simple en este proceso.
Nación
La Sala Plena de la Sección Tercera (…) considera que “es viable apreciar una declaración
rendida por fuera del proceso contencioso administrativo, sin audiencia de la parte
demandada o sin su citación, cuando se cumpla con el trámite de ratificación, o cuando
por acuerdo común entre las partes -avalado por el juez- se quiso prescindir del aludido
trámite. (…) Ahora bien, en los casos en donde las partes guardan silencio frente a la
validez y admisibilidad de dichos medios de convicción trasladados, y además se trata de
un proceso que se sigue en contra de una entidad del orden nacional, en el que se
pretenden hacer valer los testimonios que, con el pleno cumplimiento de las formalidades
del debido proceso, han sido recaudados en otro trámite por otra entidad del mismo
orden, la Sala unifica su jurisprudencia en el sentido de afirmar que la persona jurídica
demandada -La Nación- es la misma que recaudó las pruebas en una sede procesal
diferente, lo que implica que, por tratarse de testimonios recopilados con la audiencia de
la parte contra la que se pretenden hacer valer en el proceso posterior, son plenamente
admisibles y susceptibles de valoración (…)”. Sin perjuicio de lo anterior, la jurisprudencia
de la Sub-sección C de la Sección Tercera del Consejo de Estado de Colombia avanza y
considera que cuando no se cumple con alguna de las anteriores reglas o criterios, se
podrán valorar las declaraciones rendidas en procesos diferentes al contencioso
administrativo, especialmente del proceso penal ordinario, como indicios cuando
“establecen las circunstancias de tiempo, modo y lugar […] ya que pueden ser útiles,
pertinentes y conducentes para determinar la violación o vulneración de derechos
humanos y del derecho internacional humanitario”. (…) [Asimismo] las indagatorias
deben contrastadas con los demás medios probatorios “para determinar si se consolidan
como necesarios los indicios que en ella se comprendan”. NOTA DE RELATORIA: Sobre el
tema ver las sentencias de la Sección Tercera del Consejo de Estado de 11 de septiembre
de 2013, exp. 20601, y de 3 de diciembre de 2014, exp. 45433.
Para el caso de la prueba documental, la regla general que aplica (…) es aquella según la
cual en “relación con el traslado de documentos, públicos o privados autenticados, estos
pueden ser valorados en el proceso contencioso al cual son trasladados, siempre que se
haya cumplido el trámite previsto en el artículo 289 del Código de Procedimiento Civil.
(…) No obstante, a dicha regla se le reconocieron las siguientes excepciones: (i) puede
valorarse los documentos que son trasladados desde otro proceso [judicial o
administrativo disciplinario] siempre que haya estado en el expediente a disposición de la
parte demandada, la que pudo realizar y agotar el ejercicio de su oportunidad de
contradicción de la misma; (ii) cuando con base en los documentos trasladados desde
otro proceso la contraparte la utiliza para estructura su defensa jurídica; (iii) cuando los
documentos se trasladan en copia simple operan las reglas examinadas para este tipo de
eventos para su valoración directa o indirecta; (iv) puede valorarse la prueba documental
cuando la parte contra la que se aduce se allana expresa e incondicionalmente a la
misma; y, (v) puede valorarse como prueba trasladada el documento producido por una
autoridad pública aportando e invocado por el extremo activo de la litis. NOTA DE
RELATORIA: Sobre el tema ver la sentencia de 9 de mayo de 2012, exp. 20334, proferida
por la Sección Tercera, Sub-sección C, del Consejo de Estado.
En cuanto a las fotografías (…) la Sala considera: (1) para valorar su autenticidad la Sala
tiene en cuenta lo previsto en los artículos 243 y 244 y 246 del Código General del
Proceso (…) (b) los “documentos públicos y los privados emanados de las partes o de
terceros, en original o en copia, elaborados, firmados o manuscritos, y los que contengan
la reproducción de voz o de la imagen, se presumen auténticos, mientras no hayan sido
tachados de falso o desconocidos, según el caso”; (2) la presunción de autenticidad de
las fotografías no ofrece el convencimiento suficiente, ni define las situaciones de tiempo,
modo y lugar de lo que está representado en ellas, ya que se debe tener en cuenta que
su fecha cierta, consideradas como documento privado, con relación a terceros se cuenta
(…) “desde que haya ocurrido un hecho que le permita al juez tener certeza de su
existencia (…)”; y, (3) la valoración, por lo tanto, de las fotografías se sujetará a su
calidad de documentos, que en el marco del acervo probatorio, serán apreciadas como
medios auxiliares, (…) y deba ser apreciado en conjunto y bajo las reglas de la sana
crítica con los demás medios probatorios que obran en el expediente, para poder
establecer las circunstancias de tiempo, modo y lugar.
conjuntamente dentro del acervo probatorio (…) La Sala agrega que actuando como juez
de convencionalidad y contencioso-administrativo la valoración de los recortes e
informaciones de prensa tiene en cuenta que de forma consolidada la jurisprudencia de
la Corte Interamericana de Derechos en los casos que conoce de vulneraciones a los
derechos humanos tiene como criterios definidos que aquellos pueden apreciarse en
cuanto recojan “hechos públicos y notorios o declaraciones de funcionarios del Estado, o
cuando corrobore aspectos relacionados con el caso”, agregándose que serán admisibles
para su valoración “los documentos que se encuentren completos o que, por lo menos,
permitan constatar su fuente y fecha de publicación”.
La Sala encuentra que (…) la regla general de caducidad de los dos (2) años (…) resulta
insuficiente y poco satisfactoria, sobre todo cuando se hace manifiesta la presencia de
situaciones fácticas que se enmarcan en hipótesis constitutivas de delitos que
comprometen intereses y valores sustancialmente diferentes a los simplemente
individuales; intereses y valores vinculados materialmente a la suerte de la humanidad
misma, y que por lo tanto trascienden cualquier barrera del ordenamiento jurídico
interno que fundada en razones de seguridad jurídica pretenda establecer límites
temporales para el juzgamiento de los mismos, sea en el ámbito de la responsabilidad
penal o de cualquier otro, como el de la responsabilidad del Estado. (…) [L]a Sala
advierte que la configuración de un delito de lesa humanidad no se agota simplemente
en la ocurrencia de alguna de las conductas puntualmente tipificadas como tal [v. gr.
asesinato, tortura, etc.], pues se trata de delitos comunes reconocidos de antaño por las
disposiciones penales en el derecho interno, sino que es exigencia sine qua non acreditar
los elementos contextuales que cualifican y hacen que tal crimen derive en uno de lesa
humanidad, a saber: que se ejecute (i) contra la población civil y (ii) en el marco de un
ataque generalizado o sistemático (…) apelando al carácter de norma de jus cogens de la
imprescriptibilidad de la acción judicial cuando se investiguen actos de lesa humanidad,
sin que sea posible oponer norma jurídica convencional de derecho internacional de los
Derechos Humanos, del Derecho Internacional Humanitario o interno que la contraríe, la
Sala admite, entonces, que en los eventos en que se pretenda atribuir como un daño
antijurídico indemnizable un hecho que se enmarca un supuesto de hecho configurativo
de un acto de lesa humanidad, previa satisfacción de los requisitos para su configuración,
no opera el término de caducidad de la acción de reparación directa, pues, se itera,
existe una norma superior e inderogable reconocida por el Derecho Internacional de los
Derechos Humanos y refrendada en el contexto regional por la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, que dispone expresamente que el paso del tiempo no genera
consecuencia negativa alguna para acudir a la jurisdicción a solicitar la reparación
integral de los daños generados por tales actos inhumanos.
Desde la perspectiva del respeto de los derechos humanos y del derecho internacional
humanitario (…) la Sala de Sub-sección encuentra que representó una carga no
soportable al haberse sacrificado, extinguido y suprimido su dignidad humana, sus
derechos a la vida, a la integridad personal, a su intimidad personal y familiar, a la
libertad personal, a la igualdad, a la garantía judicial mínima, a la honra, a la libre
asociación, la personalidad, al libre desarrollo de la personalidad, a todas las
posibilidades de desarrollo personal, familiar, profesional y humano, a no ser sometido a
desaparición forzada y a la libre circulación (…), teniendo en cuenta que se trataba de
una persona de veintitrés [23] años y trece [13] días de edad, que tenía todas las
posibilidades de elegir por virtud de su autonomía personal el curso y calidad de su vida,
incluyendo su identidad como miembro de un grupo social como los “punkeros”
amparado convencional y constitucionalmente a partir de los principios del pluralismo
jurídico democrático y de igualdad, especialmente por virtud del “mandato de
abstención”. Los anteriores argumentos y pruebas permiten considerar a la Sala que en
los hechos ocurridos (…) se produjo un daño antijurídico que la víctima (…) y sus
familiares, no estaban llamados a soportar como carga ordinaria, ni siquiera a una
restricción o cercenamiento, en atención al respeto de su dignidad humana y de los
derechos señalados, que son incuestionables en un Estado Social de Derecho, desde una
perspectiva no sólo formal, sino también material de la antijuridicidad. Es sustancial
destacar que para el presente caso la identidad social que había libremente elegido
GARZÓN LOZANO también se vio vulnerada sustancialmente a partir de la fecha de los
hechos, ya que los señalamientos de las fuerzas militares según los cuales era miembro
de un grupo armado insurgente, o de una banda criminar (sic) contradice gravemente el
derecho al igualdad, al haberse sometido a la víctima tanto a medidas tanto materiales,
como de información que impactaron con efecto seriamente discriminatorio y
desproporcionado, agravando y perpetuando la situación de exclusión y marginamiento
(…). Derivado de la misma sus familiares han tenido que padecer ya no sólo la situación
material sino los crudeza de dicha estigmatización que condena la dignidad de estos
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mismos al tener que escuchar y tolerar la discriminación social que impone la asociación
de una persona por su identidad cultural, “punkero”, con la delincuencia o la realización
de acciones violatorias de la ley. (…) Desde la perspectiva del derecho internacional
humanitario, la Sala de Sub-sección encuentra que se produjo la violación del principio
de humanidad, y de este se vulneraron la dignidad humana y el respeto de la vida
humana del joven ciudadano ANDRÉS FABIÁN GARZÓN LOZANO, a quien no podía
segarse de manera alevosa e indiscriminada, como ocurrieron los hechos el 28 de marzo
de 2007, al contravenirse las reglas básicas que estaban llamadas a aceptar los
miembros de la población civil, quienes (…) no pueden ser involucrados deliberadamente
en el conflicto armado interno de Colombia.
Bajo la concepción democrática la doctrina militar debe acoger como norma códigos de
conducta en los que impere el respeto pleno, integral y eficaz de los mandatos de
protección de los derechos humanos y de las reglas del derecho internacional
humanitario, especialmente en un conflicto armado interno como el nuestro, donde la
relación fuerzas militares – población civil puede ser tanto provechosa para la plena
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garantía de los derechos y libertades, como conflictiva para el respeto de los mismos,
bien sea por uso excesivo y desproporcionado de la fuerza, por desarrollo de prácticas
antidemocráticas de ejecuciones extrajudiciales, por planificación de actividades de
limpieza o saneamiento social, o similares, en donde la posición de la víctima siempre
será cuestionada por sus potenciales relaciones con grupos armados insurgentes, bandas
criminales, o por razones de condición social. (…) Cuando de se trata de “falsas e ilegales
acciones so pretexto del cumplimiento” de los mandatos constitucionales y legales en
cabeza de las fuerzas militares, la tendencia de la jurisprudencia contencioso
administrativa ha sido a su encuadramiento en el ámbito de la atribución jurídico bajo el
supuesto de ejecuciones extrajudiciales. (…) se ha convertido una práctica generalizada,
con participación o aquiescencia de agentes estatales, contra la población civil más
vulnerable (…) y con carácter sistemático que puede estar permitiendo su
encuadramiento como un típico acto de lesa humanidad (…), que viene acompañado en
muchas ocasiones por la consumación de actos de tortura, desaparición forzada o de
otros tratos crueles o inhumanos.
La Sala (…) tiene en cuenta que la madre está en el primer nivel y los hermanos en el
segundo nivel siendo aplicables como exigencia la simple prueba del estado civil. En
tanto que su tía, su sobrino y sus primos al corresponder a los niveles 3 y 4 requieren
para su reconocimiento y liquidación la prueba de la relación afectiva. Para estos fines se
cuenta en la actuación que la relación afectiva queda más que acreditada respecto de la
tía María Eva Lozano Moreno quien no sólo lo acogió en Yopal, sino que estuvo pendiente
desde su desaparición y en todas las instancias para saber del paradero de su sobrino, lo
que refleja no sólo su desasosiego, sino que implica que padeció dolor, sufrimiento,
congoja y desesperación. En relación con su sobrino Juan José Turriago Garzón obran las
manifestaciones dadas en sus testimonios por María Lilia Torres, Luz Marina González y
Jimmy Eudoro Turriago Chavarro, quien coincidieron en afirmar la cercanía y afecto que
tenía la víctima ANDRÉS FABIÁN para con su sobrino y de este con la víctima, y cuyo
padecimiento debe ser observado en un niño de menos de cinco [5] años para la época
de los hechos, pero que en la actualidad sigue padeciendo los rigores de la muerte
violenta de su tío. No obstante lo anterior, no obra prueba alguna respecto de los primos
de víctima que permita establecer las relaciones de afecto, razón suficiente para lo (sic)
reconocer y liquidar a su favor ninguna suma, confirmándose la denegación de
pretensiones en cuanto este aspecto de lo pretendido y apelado por la parte actora. (…)
De las pruebas recaudadas, valoradas y contrastadas se encuentra probado el parentesco
esto es la relación afectiva y la intensidad de la afectación padecida tanto por Fanny
Lozano Moreno como madre, como de Sonia Liliana y Jorge Agustín Garzón Lozano como
hermanos, de María Eva Lozano Moreno como tía y de Juan José Turriago Garzón como
sobrino, por la desaparición y muerte violenta de ANDRÉS FABIÁN GARZÓN LOZANO, lo
que permitirá liquidar los perjuicios a favor de la primera en el porcentaje equivalente al
100%; en tanto que a favor de los segundos en el porcentaje equivalente al 50%; a la
tercera en el porcentaje del 35%; y, al cuarto en el porcentaje equivalente al 25%. Como
de las “falsas e ilegales acciones so pretexto del cumplimiento de mandatos
constitucionales”, y en las especiales circunstancias en que ocurrió la desaparición y
muerte violenta de la víctima, sin haber sido aún encontrado su cadáver la Sala
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Memoria Histórica
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Fiscalía General de la Nación- Fiscalía 95 Unidad de Derechos Humanos y
de Derecho Internacional Humanitario con el fin de que continúe las investigaciones
penales por los hechos ocurridos el 28 de marzo de 2007 en la vereda El Viso, del
municipio de Maní, Casanare, y en dado caso, se pronuncie si procede su
encuadramiento como un caso que merece la priorización en su trámite, en los términos
de la Directiva No. 01, de 4 de octubre de 2012 [de la Fiscalía General de la Nación],
para investigar a aquellos miembros de la Fuerza Pública que hayan participado en la
comisión de presuntas violaciones de derechos humanos y de derecho internacional
humanitario cometidas contra ANDRÉS FABIÁN GARZÓN LOZANO, y consistentes en: a)
violación de la dignidad humana, b) violación del derecho a la familia, c) violación del
derecho al trabajo, d) violaciones de las normas de los Convenios de Ginebra, e)
discriminación; f) falsas e ilegales acciones so pretexto de cumplir mandatos
constitucionales, etc., y todas aquellas que se desprendan de los hechos ocurridos el 28
de marzo de 2007.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Procuraduría General de la Nación, Delegada Disciplinaria para la
Defensa de los Derechos Humanos, con el fin de que continúe las investigaciones
disciplinarias por los hechos ocurridos el 28 de marzo de 2007 en la vereda El Viso, del
municipio de Maní, Casanare, bajo el radicado IUS 2010-404715 se lleven hasta sus
últimas consecuencias, revelando su avance en un período no superior a noventa [90]
días por comunicación dirigida a esta Corporación, al Tribunal Administrativo de
Casanare, a los familiares de la víctimas y a los medios de comunicación de circulación
local y nacional.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Justicia Penal Militar, para que reabra la investigación penal militar, en el
estado en que se llegó hasta el año 2011, que fue objeto de remisión a la jurisdicción
ordinario, con el objeto de establecer si hay lugar a declarar la responsabilidad de los
miembros del Ejército Nacional, por los hechos ocurridos el 28 de marzo de 2007, sin
perjuicio que la justicia penal militar haya dado traslado de las diligencias a la justicia
ordinaria en su momento.
Los familiares de ANDRÉS FABIÁN GARZÓN LOZANO son reconocidos como víctimas del
conflicto armado, razón por la que se solicita a las instancias gubernamentales
competentes incorporarlas y surtir los procedimientos consagrados en la ley 1448 de
2011.
Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación del derecho internacional
humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional.
CONSEJO DE ESTADO
17001-23-31-000-2009-00212-01
52892
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1 NUMERAL 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
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enfrentamiento; (2.2) ninguno de los militares de la unidad pudo ver a los miembros del
presunto grupo armado o de bandas criminales; (2.3) las armas encontradas cerca de los
cuerpos de ADRIÁN y de las demás personas abatidas era dos [2] revólveres y una [1]
pistola, en tanto que los militares todos iban provistos de fusiles calibre 5.56 como
armas de dotación oficial; (2.4) los miembros de la unidad militar emplearon más de
sesenta y seis [66] cartuchos del calibre de sus armas de dotación oficial, en tanto que
cerca al cuerpo de ADRIÁN fueron encontradas vainillas de calibre 5.56; y, (2.5)
realizado el registro por los mismos miembros de la unidad militar sólo encontraron el
cadáver de las víctimas, sin haber reportado, encontrado o evidenciado la presencia de
más personas o de un grupo que tuvo presencia esa noche del 18 de agosto de 2007;
(3) se reportaron los hechos por el comandante de la unidad militar, afirmando que había
tenido un contacto, combate o enfrentamiento armado en la zona de la vereda El
Chuscal, del municipio de Chinchiná, Caldas, siendo identificada la víctima como
miembro de un grupo armado insurgente o de una banda criminal al servicio del
narcotráfico dada de baja en el presunto combate; (4) no se demostró la actividad ilícita,
o participación en algún grupo armado insurgente, banda criminal al servicio del
narcotráfico o de delincuencia común de la víctima, sino simplemente la provocación o
tentativa que desplegó el condenado Huertas Arenas identificado como reclutador o
colaborador de unidades militares para la comisión de un ilícito que nunca se acreditó
como consumado el 18 de agosto de 2007; (5) la escena de los hechos y el
levantamiento estuvo por varias horas hasta que llegó el CTI, lo que razonable y
ponderadamente pudo afectar la preservación de la misma y de sus pruebas existentes,
lo que plantea como seria duda porque si recibió seis [6] impactos la víctima, a
distancias sobre las que no ha consistencia ya que se desprende de la prueba que fueron
realizadas a corta distancia, pese a que los militares manifestaron encontrarse en el
momento de la acción a una distancia entre veinte [20] y ochenta [80] metros de la
víctima; (7) al cuerpo de ADRIÁN no le fue encontrada identificación alguna, ni sus
objetos personales; (8) el cuerpo de la víctima fue llevado a la morgue como N.N.; (9) la
justicia penal ordinaria condenó a Huertas Arenas a cincuenta [50] años de cárcel
comprometiendo la actuación de miembros de las unidades militares que dieron la orden
para realizar la operación el 18 de agosto de 2007; (10) hasta la fecha de esta
providencia no se ha logrado investigar, juzgar y condenar a ninguno de los miembros de
la unidad militar comprometida en los hechos; y, (11) y, está acreditado que se cercenó
a la víctima cualquier oportunidad para la verificación de las acciones o propósitos
endilgados, o a su sometimiento ante el sistema judicial colombiano, contradiciendo lo
establecido convencionalmente en los artículos 1.1, 8.1 y 25 de la Convención Americana
de Derechos Humanos, y constitucionalmente en el artículo 29. (…) De esta manera, la
Sala de Subsección examinadas conjunta, armónica, contrastada y coherentemente, y en
aplicación del principio de la sana crítica a todos los medios probatorios, y basada en las
anteriores conclusiones, encuentra que el daño antijurídico ocasionado a la víctima
ADRIÁN VÉLEZ LONDOÑO y a sus familiares es atribuible fáctica y jurídicamente a las
demandadas Nación-Ministerio de Defensa-Ejército Nacional por la falla en el servicio que
derivó en la muerte violenta del mismo. (…) La responsabilidad atribuida a las entidades
demandadas se concretó por falla en el servicio en virtud de la omisión e inactividad de
la entidad demandada en el cumplimiento de los deberes positivos de protección de la
dignidad humana, vida e integridad personal de la víctima ADRIÁN VÉLEZ LONDOÑO,
cuya primera manifestación se concreta en la garantía de protección y seguridad de las
mismas como miembros de la población civil, especialmente por parte del Ejército
Nacional, al haberse practicado sobre él su desaparición y muerte de carácter ilegal. (…)
Así mismo, se concretó la falla en el servicio porque los miembros del Ejército Nacional
que desarrollaron el operativo militar sobre ADRIÁN VÉLEZ LONDOÑO desplegaron una
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Con base en los anteriores criterios, la Sala al no encontrar reunidos alguno de los
supuestos de excepción no dará valor probatorio a medios probatorios trasladados desde
el proceso penal ordinario, sin perjuicio de lo cual la Sala constata que examinados los
mismos se valoraran como indicios, especialmente aquellos que establecen las
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que falleció violentamente ADRIÁN VÉLEZ
LONDOÑO, ya que pueden ser útiles, pertinentes y conducentes para determinar la
vulneración de derechos humanos y las violaciones al derecho internacional humanitario
o a otras normas convencionales que habrá que establecer con posterioridad, y para lo
que es necesario tener en cuenta como indicio lo contenido en las mencionadas
declaraciones, dando prevalencia a lo sustancial por sobre el excesivo rigorismo procesal.
(…) De otra parte, las versiones libres e indagatorias rendidas (…) trasladadas en medio
magnético (…) inicialmente al presente, la Sala de Subsección no puede valorarla “en
ningún caso, como prueba testimonial ni someterse a ratificación”, teniendo en cuenta
que “siempre que se quiera hacer valer la declaración del respectivo agente estatal,
dentro de este tipo de procesos, debe ordenarse la práctica de su testimonio” y bajo el
apremio del juramento. (…) Sin embargo, desde la perspectiva convencional, y en
atención a la vulneración de los derechos humanos y las violaciones del derecho
internacional humanitario o a otras normas convencionales que pueden desvelarse en el
presente proceso, la Sala de Subsección como juez de convencionalidad y sustentado en
los artículos 1.1, 2, 8.1, y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, y 29 y
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229 de la Carta Política contrastará lo declarado en la indagatoria con los demás medios
probatorios para determinar si se consolidan como necesarios los indicios que en ella se
comprendan.
Al respecto, para la Sala es necesario pronunciarse acerca del valor probatorio que podría
o no tener tales informaciones de prensa, ya que la jurisprudencia de la Sección Tercera
se orienta a no reconocer dicho valor (…) Pese a lo anterior, la Sección Tercera y la Sub-
sección en su jurisprudencia viene considerando que “las informaciones públicas en
diarios no pueden ser consideradas dentro de un proceso como una prueba testimonial
porque carecen de los requisitos esenciales que identifican este medio probatorio, en
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particular porque no son suministradas ante un funcionario judicial, no son rendidos bajo
la solemnidad del juramento, no el comunicador da cuenta de la razón de la ciencia de su
dicho [artículos 176 y 225 del Código General del Proceso], pues por el contrario, éste
tiene el derecho a reservarse sus fuentes. Los artículos de prensa pueden ser apreciados
como prueba documental y por lo tanto, dan certeza de la existencia de las
informaciones, pero no de la veracidad de su contenido. Debe recordarse que el
documento declarativo difiere de la prueba testimonial documentada. Por lo tanto, si bien
el documento puede contener una declaración de tercero, el contenido del mismo no
puede ser apreciado como un testimonio, es decir, la prueba documental en este caso da
cuenta de la existencia de la afirmación del tercero, per las afirmaciones allí expresadas
deben ser ratificadas ante el juez, con el cumplimiento de los demás requisitos para que
puedan ser apreciadas como prueba testimonial”. (…) A lo que se agrega que en “cuanto
a los recortes de prensa, la Sala ha manifestado en anteriores oportunidades que las
informaciones publicadas en diarios no pueden ser consideradas pruebas testimoniales
porque carecen de los requisitos esenciales que identifican este medio probatorio –
artículo 228 del C.P.C-, por lo que sólo pueden ser apreciadas como prueba documental
de la existencia de la información y no de la veracidad de su contenido”. (…) Y si bien no
puede considerarse a la información de prensa con la entidad de la prueba testimonial,
sino con el valor que puede tener la prueba documental, no puede reputarse su no
conducencia, o su inutilidad, ya que en su precedente la Sección Tercera y la Sub-sección
C considera que le "asiste razón al actor en argumentar que los ejemplares del diario El
Tiempo" y de la revista "Cambio" no resultan inconducentes, ya que por regla general la
ley admite la prueba documental, y no la prohíbe respecto de los hechos que se alegan
en este caso, Asunto distinto será el mentó o eficacia que el juez reconozca o niegue a
dichos impresos, Así, se revocara la denegación de la prueba a que alude el actor
respecto de los artículos del Diario y Revista indicados, por encuadrar como pruebas
conforme al artículo 251 del Código de Procedimiento Civil y en su lugar se decretará la
misma para que sea aportada por el solicitante de ella, dada la celeridad de este
proceso". (…) Para llegar a concluir, según el mismo precedente, que la información de
prensa puede constituirse en un indicio contingente, En ese sentido, se ha pronunciado la
Sección Tercera y la Sub-sección C manifestando que en "otras providencias ha señalado
que la información periodística soto en el evento de que existan otras pruebas puede
tomarse como un indicio simplemente contingente y no necesario". (…) Así las cosas, es
necesario considerar racionalmente su valor probatorio como prueba de una realidad de
la que el juez no puede ausentarse, ni puede obviar en atención a reglas procesales
excesivamente rígidas, Tanto es así, que la Sala valorará tales informaciones allegadas
en calidad de indicio contingente que, para que así sea valorado racional, ponderada y
conjuntamente dentro del acervo probatorio. (…) En este análisis la Sala agrega que
actuando como juez de convencionalidad y contencioso-administrativo la valoración de
los recortes e informaciones de prensa tiene en cuenta que de forma consolidada la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos en los casos que conoce de
vulneraciones a los derechos humanos tiene como criterios definidos que aquellos
pueden apreciarse en cuanto recojan “hechos públicos y notorios o declaraciones de
funcionarios del Estado, o cuando corrobore aspectos relacionados con el caso”,
agregándose que serán admisibles para su valoración “los documentos que se
encuentren completos o que, por lo menos, permitan constatar su fuente y fecha de
publicación”.
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De acuerdo con estos elementos, la Sala comprende como víctima a todo sujeto,
individuo o persona que sufre un menoscabo, violación o vulneración en el goce o
disfrute de los derechos humanos consagrados en las normas convencionales y
constitucionales, o que se afecta en sus garantías del derecho internacional humanitario.
No se trata de una definición cerrada, sino que es progresiva, evolutiva y que debe
armonizarse en atención al desdoblamiento de los derechos y garantías. Y guarda
relación con la postura fijada por la jurisprudencia constitucional en la sentencia C-781
de 2012, que procura precisar el concepto desde el contexto del conflicto armado,
considerando que se “se trata de vi´ctimas del conflicto armado cuando los hechos
acaecidos guardan una relacio´n de conexidad suficiente con este. Desde esa perspectiva
ha reconocido como hechos acaecidos en el marco del conflicto armado (i) los
desplazamientos intraurbanos, (ii) el confinamiento de la poblacio´n; (iii) la violencia
sexual contra las mujeres; (iv) la violencia generalizada; (v) las amenazas provenientes
de actores armados desmovilizados; (vi) las acciones legi´timas del Estado; (vi) las
actuaciones ati´picas del Estado; (viii) los hechos atribuibles a bandas criminales; (ix)
los hechos atribuibles a grupos armados no identificados, y (x) por grupos de seguridad
privados, entre otros ejemplos. Si bien algunos de estos hechos tambie´n pueden ocurrir
sin relacio´n alguna con el conflicto armado, para determinar quie´nes son vi´ctimas por
hechos ocurridos en el contexto del conflicto armado interno, la jurisprudencia ha
sen~alado que es necesario examinar en cada caso concreto si existe una relacio´n
cercana y suficiente con el conflicto armado interno”. (…) La reparación como elemento
de la estructuración de la responsabilidad patrimonial y administrativa del Estado se
reconoce bien como derecho, bien como principio, o como simple interés jurídico. En el
marco del Estado Social de Derecho, debe comprenderse que la reparación es un derecho
que tiene en su contenido no sólo el resarcimiento económico, sino que debe procurar
dejar indemne a la víctima, especialmente cuando se trata del restablecimiento de la
afectación de los derechos o bienes jurídicos afectados con ocasión del daño antijurídico
y su materialización en perjuicios. Dicha tendencia indica, sin lugar a dudas, que no
puede reducirse su contenido a un valor económico, sino que cabe expresarlo en todas
aquellas medidas u obligaciones de hacer que permitan restablecer, o, con otras
palabras, dotar de las mínimas condiciones para un ejercicio pleno y eficaz de los
derechos, como puede ser a la vida, a la integridad persona, a la propiedad, al honor, a
la honra. (…) Se trata de la afirmación de una dimensión de la reparación fundada en el
principio “pro homine”, donde la víctima no puede ser simplemente compensada
económicamente, sino que tiene que tratarse de recomponer, o crear las condiciones
mínimas para un ejercicio eficaz de los derechos que por conexidad, o de manera directa,
resultan vulnerados, ya que una simple cuantificación económica puede desvirtuar la
naturaleza misma de la reparación y de su integralidad. (…) Determinada la posición de
la víctima y reivindicando que ADRIÁN VÉLEZ LONDOÑO no sólo era un miembro de una
familia, sino un ciudadano que debía tener garantizados todos sus derechos y libertades,
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La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
sociales y páginas web, tanto de su parte motiva, como de su resolutiva, por un período
ininterrumpido de un (1) año, contado a partir de la ejecutoria de la presente sentencia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Fiscalía General de la Nación- Fiscalía 31 de la Unidad de Derechos
Humanos y de Derecho Internacional Humanitario, Regional Villavicencio, con el fin de
que continúe las investigaciones penales por los hechos ocurridos el 18 de agosto de
2007 en la vereda El Chuscal, del municipio de Chinchiná, Caldas, y en dado caso, se
pronuncie si procede su encuadramiento como un caso que merece la priorización en su
trámite, en los términos de la Directiva No. 01, de 4 de octubre de 2012 [de la Fiscalía
General de la Nación], para investigar a aquellos miembros de la Fuerza Pública que
hayan participado en la comisión de presuntas violaciones de derechos humanos y de
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Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Procuraduría General de la Nación, Delegada Disciplinaria para la
Defensa de los Derechos Humanos, con el fin de que abra las investigaciones
disciplinarias por los hechos ocurridos el 18 de agosto de 2007 en la vereda El Chuscal,
del municipio de Chinchiná, Caldas, y se lleven hasta sus últimas consecuencias,
revelando su avance en un período no superior a noventa [90] días por comunicación
dirigida a esta Corporación, al Tribunal Administrativo de Caldas, a los familiares de la
víctimas y a los medios de comunicación de circulación local y nacional.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Justicia Penal Militar, para que reabra la investigación penal militar, en el
estado en que se llegó con el objeto de establecer si hay lugar a declarar la
responsabilidad de los miembros del Ejército Nacional, por los hechos ocurridos el 18 de
agosto de 2007, sin perjuicio que la justicia penal militar haya dado traslado de las
diligencias a la justicia ordinaria en su momento.
Los familiares de ADRIÁN VÉLEZ LONDOÑO son reconocidos como víctimas del conflicto
armado, razón por la que se solicita a las instancias gubernamentales competentes
incorporarlas y surtir los procedimientos consagrados en la ley 1448 de 2011.
Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación del derecho internacional
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humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional.
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-1999-01081-02
34158
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1424 DE 2010 / LEY 1448 DE 2011 / CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 7 NUMERAL 1 / DECLARACIÓN
UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 3 / PACTO INTERNACIONAL DE
DERECHOS POLÍTICOS - ARTÍCULO 9 NUMERAL 1 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA -
ARTÍCULO 93
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 07/09/2015
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : MARÍA EUGENIA BUSTOS DE CRISTO Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - POLICÍA NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso: Muerte de senador
por grupos armados al margen de la ley
[E]sta Sala encuentra que la única medida de protección de la que gozaba el Senador
(…) no se compadecía con el nivel de riesgo para su vida e integridad física, habida
cuenta de la situación de orden público y las circunstancias antecedentes. Pero, más aún,
esta medida no se compadece con aquellas otras que para la misma época de los hechos
fueron dispuestas por la Policía Nacional para otros miembros del Congreso de la
República que hicieron presencia en el Municipio de Cúcuta (…). Y la situación de
desprotección se hace más evidente cuando se aprecia que su único escolta, (…),
cumplía las funciones de conductor del vehículo del Congresista (…). Quiere ello decir
que siendo la conducción de vehículos automotores una actividad que demanda completa
atención y dedicación de parte del piloto dado el riesgo que supone su ejecución, durante
el tiempo que el Agente (…) hacía las veces de conductor, el Senador quedaba
completamente desprovisto de cualquier protección efectiva de su vida e integridad física
(…). Dicho con otras palabras, la medida de protección devenía en inane o apenas formal
para la protección de la víctima fatal, pues, se repite, no existía ninguna posibilidad de
brindarle protección durante el momento en que el legislador se transportara en su
automotor. Siendo ello así, es claro que la medida de protección no se ajustó a los
mandatos que emanan del deber positivo de seguridad y protección física, pues resulta
evidente que en la práctica tal mecanismo ofrecía una respuesta poco trascendente para
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 289/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
proteger a los destinatarios de tales medidas (…).Así las cosas, la Sala encuentra que
hay lugar a declarar la responsabilidad de la Nación - Ministerio de Defensa - Policía
Nacional y del Departamento Administrativo de Seguridad - DAS por el daño antijurídico
consistente en la muerte de (…), Senador del Congreso de la República, ocurrida el 8 de
agosto de 1997 en el Municipio de Cúcuta, en razón al incumplimiento de deberes
normativos en materia de seguridad y protección de los actores del sistema político-
democrático. En consecuencia, habrá de revocarse el fallo de instancia (…). NOTA DE
RELATORÍA: Con aclaración de voto de los consejeros Olga Mélida Valle de la Hoz y
Guillermo Sánchez Luque. A la fecha, esta Relatoría no cuenta con los medios físicos ni
magnético de la citada aclaración.
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-2001-01167-01
48995
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENIO IV DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 /
PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 13
NUMERAL 2 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 1.1 /
CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 2 / CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 4 / CONVENCIÓN AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 5 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTÍCULO 27 NUMERAL 2 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / LEY
387 DE 1997 - ARTÍCULO 1
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 07/09/2015
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO / GUILLERMO SANCHEZ LUQUE
ACTOR : JAIRO CÁCERES SILVA Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - POLICÍA NACIONAL - EJÉRCITO
NACIONAL
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
desplazamiento forzado y lesiones de ciudadano como consecuencia del ataque
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 290/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
producido por grupo armado ilegal de las Autodefensas, ACU, en el municipio de Tibú /
RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS POR
VIOLACIONES A DERECHOS HUMANOS - Declara probada. Régimen de imputación, falla
del servicio / FALLA DEL SERVICIO - Incumplimiento a la cláusula general de la buena
administración pública / FALLA DEL SERVICIO - Incumplimiento al deber convencional y
constitucional de salvaguardar la seguridad de la población civil / DAÑO ANTIJURÍDICO -
Desplazamiento forzado: Niega. No se demostró probatoriamente / CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas convencionales de Derechos Humanos
DDHH y Derecho Internacional Humanitario DIH
[L]a Sala encuentra que los hechos en que tuvieron lugar las lesiones de [ el
demandante] se consideran constitutivos de actos de lesa humanidad y le son fáctica y
jurídicamente atribuibles a la responsabilidad de la Nación - Ministerio de Defensa -
Policía Nacional - Ejército Nacional, por la ausencia total de la fuerza pública en el
corregimiento La Gabarra, Municipio de Tibú, que facilitó y contribuyó al desarrollo de las
actividades delincuenciales desplegadas por los grupos armados insurgentes que operan
en la región (…). Es así que el daño antijurídico, derivado de las lesiones padecidas por el
señor [demandante] y cuya indemnización se persigue en el caso de autos, le es
imputable a las entidades demandadas a título de falla en el servicio por incumplimiento
a la cláusula general de la “buena administración pública” y al deber constitucional y
convencional de salvaguardar la seguridad la población civil y de ejercer todos medios
que permitan evitar los actos de violencia que causan la pérdida arbitraria de vidas
humanas , así como, por abandonar y renunciar al ejercicio real y concreto de la
soberanía en una parte del territorio colombiano, esto es, en el corregimiento de La
Gabarra, Municipio de Tibú, Norte de Santander (…). [A]hora, pese a que se encuentra
acreditada la condición de desplazado de [el demandante], la Sala considera que dicho
daño antijurídico no le es atribuible fáctica ni jurídicamente a las entidades demandadas,
en tanto que no está demostrado que dicho daño hubiera tenido lugar como
consecuencia de los hechos ocurridos el 21 de agosto de 1999 en el corregimiento la
Gabarra (…). En consecuencia, la Sala revocará la sentencia del Tribunal de instancia, y
en su lugar accederá parcialmente a las pretensiones de la demanda. NOTA DE
RELATORÍA: Con aclaración de voto del consejero Guillermo Sánchez Luque. A la fecha,
esta Relatoría no cuenta con el medio físico ni magnético de la citada aclaración.
porque no se compadece con la afirmación de interés general alguno. Así pues, daño
antijurídico es aquél que la persona no está llamada a soportar puesto que no tiene
fundamento en una norma jurídica, o puede que se irrogue a pesar de no existir una ley
que justifique o imponga la obligación de soportarlo.
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-2000-01834-01
30134
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 7 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 28 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA -
ARTÍCULO 29 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 10/08/2015
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : EDGAR RODRÍGUEZ CHARRY Y AMINTA CHARRY
DEMANDADO : NACIÓN - RAMA JUDICIAL - FISCALÍA GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : NIEGA
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Niega. Caso medida de detención
preventiva a ciudadano sindicado del delito de elaboración y venta de estupefacientes /
PRIVACIÓN INJUSTA DE LA LIBERTAD - Niega. No se configuró / MEDIDA DE
ASEGURAMIENTO DE DETENCIÓN PREVENTIVA - Cumplió con la proporcionalidad, al
limitar el derecho a la libertad con base en el principio de seguridad ciudadana /
PRINCIPIO DE PROPORCIONALIDAD - Sustento: Sub principio de razonabilidad /
PRINCIPIO DE SEGURIDAD CIUDADANA / PRECLUSIÓN DE LA INVESTIGACIÓN -
Aplicación del principio in dubio pro reo / PRINCIPIO IN DUBIO PRO REO / CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas convencionales de Derechos Humanos
CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2001-00403-01
26731
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1 / CONVENIO DE GINEBRA / PROTOCOLO I DE GINEBRA / CONVENCION DE
GINEBRA DE 1949 / DECLARACION UNIVERSAL DE DERECHOS HUMANOS DE 1948 /
CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 3 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 3 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 3 /
CONVENIO DE GINEBRA / PROTOCOLO I DE GINEBRA / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 / LEY 1424 DE 2010 / CONVENCION AMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 /
CONVENIO DE GINEBRA / PROTOCOLO I DE GINEBRA / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1 / LEY 1448 DE 2011 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 29/07/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : MARIA LELI FIRIGUA DE ROJAS Y OTROS - JOSE ERNESTO MENDEZ Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena. Caso muerte de agentes de
policía en ataque o toma guerrillera de las FARC en el Municipio de Roncesvalles, Tolima /
ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena. Ministerio de Defensa, Policía Nacional por
omisión en el deber positivo de protección de los derechos de los policías / ACCION DE
REPARACION DIRECTA - Falla del servicio. Muerte de agentes de policía en
enfrentamiento en contra de las FARC, omisión de apoyo militar terrestre y apoyo aéreo:
avión fantasma y helicóptero Black Hawks / FALLA DEL SERVICIO - Por inactivad u
omisión en el deber positivo de protección de los derechos de la población civil y agentes
de policía, agentes de estado / FALLA DE SERVICIO - Inactividad u omisión en el deber
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 293/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Nacional no fue la adecuada, pues el apoyo del avión fantasma no fue eficiente para
repeler el ataque y el refuerzo de personal que desembarcó el avión arpía ocurrió ya
terminada la toma; así, más que una estrategia militar lo que se materializó fue un
abandono por parte de las fuerzas del Estado, en la medida en que la ayuda que brindó
fue ineficaz, inoportuna e insuficiente, todo lo cual compromete la responsabilidad del
Estado, pues determinó la materialización de la falla del servicio que se le imputa a la
administración, de suerte que, aunque la muerte de los agentes fue causada por
terceros, el hecho resulta imputable a la demandada, por no ejecutar las acciones
tendientes a prestar a tiempo la ayuda necesaria para resistir el ataque. Resulta
censurable que los apoyos de personal -vía terrestre- no hayan llegado sino hasta
después de que el ataque guerrillero había cesado y cuando la vida -bien
constitucionalmente inviolable- de los uniformados ya había sido segada de manera
injusta, máxime si se tiene en cuenta que, por su posición geográfica, el municipio de
Roncesvalles no puede considerarse como un territorio aislado sino que limita con
municipios como Rovira, Cajamarca y San Antonio, desde los cuales era posible el envío
de una ayuda militar próxima e inmediata. (…) La Subsección en el presente caso tiene
elementos probatorios que le llevan al convencimiento que se concretó la falla en el
servicio de las entidades demandadas por inactividad, al no haber empleado eficaz y
razonablemente, y en todo su alcance, los medios técnicos, humanos y de inteligencia
disponibles tanto para anticiparse a las amenazas inminentes, irreversibles e
irremediables que se cernían, de toma o ataque armado, sobre la población señalada, y
adicionalmente para haber contrarrestado, apoyado, o por lo menos atendido
oportunamente a la defensa de los miembros de la Policía Nacional que tuvieron que
afrontar una seria situación de indefensión ante el volumen, capacidad y despliegue de
fuerzas del grupo armado insurgente FARC.
(…) De acuerdo con estos elementos, la Subsección comprende como víctima a todo
sujeto, individuo o persona que sufre un menoscabo, violación o vulneración en el goce o
disfrute de los derechos humanos consagrados en las normas convencionales y
constitucionales, o que se afecta en sus garantías del derecho internacional humanitario.
No se trata de una definición cerrada, sino que es progresiva, evolutiva y que debe
armonizarse en atención al desdoblamiento de los derechos y garantías. Y guarda
relación con la postura fijada por la jurisprudencia constitucional en la sentencia C-781
de 2012, que procura precisar el concepto desde el contexto del conflicto armado,
considerando que se “se trata de víctimas del conflicto armado cuando los hechos
acaecidos guardan una relación de conexidad suficiente con este. Desde esa perspectiva
ha reconocido como hechos acaecidos en el marco del conflicto armado (i) los
desplazamientos interurbanos, (ii) el confinamiento de la población; (iii) la violencia
sexual contra las mujeres; (iv) la violencia generalizada; (v) las amenazas provenientes
de actores armados desmovilizados; (vi) las acciones legitimas del Estado; (vi) las
actuaciones atípicas del Estado; (viii) los hechos atribuibles a bandas criminales; (ix) los
hechos atribuibles a grupos armados no identificados, y (x) por grupos de seguridad
privados, entre otros ejemplos. Si bien algunos de estos hechos también pueden ocurrir
sin relación alguna con el conflicto armado, para determinar quiénes son víctimas por
hechos ocurridos en el contexto del conflicto armado interno, la jurisprudencia ha
señalado que es necesario examinar en cada caso concreto si existe una relación cercana
y suficiente con el conflicto armado interno”. (…) En el moderno derecho administrativo,
y en la construcción de la responsabilidad extracontractual del Estado lo relevante es la
“víctima” y no la actividad del Estado, ya que prima la tutela de la dignidad humana, el
respeto de los derechos constitucionalmente reconocidos, y de los derechos humanos. Su
fundamento se encuentra en la interpretación sistemática del preámbulo, de los artículos
1, 2, 4, 13 a 29, 90, 93 y 94 de la Carta Política, y en el ejercicio de un control de
convencionalidad de las normas, que por virtud del bloque ampliado de
constitucionalidad, exige del juez contencioso observar y sustentar el juicio de
responsabilidad en los instrumentos jurídicos internacionales (Tratados, Convenios,
Acuerdos, etc.) de protección de los derechos humanos y del derecho internacional
humanitario, bien sea que se encuentren incorporados por ley al ordenamiento jurídico
nacional, o que su aplicación proceda con efecto directo atendiendo a su carácter de “ius
cogens”. Esta visión, en la que el ordenamiento jurídico colombiano [y su jurisprudencia
contencioso administrativa] está en el camino de consolidarse, responde al respeto de la
cláusula del Estado Social y Democrático de Derecho y al principio “pro homine”, que
tanto se promueve en los sistemas internacionales de protección de los derechos
humanos. Cabe, por lo tanto, examinar cada uno de los elementos con base en los cuales
se construye el régimen de responsabilidad extracontractual del Estado, fundado en el
artículo 90 de la Carta Política: el daño antijurídico, y la imputación. NOTA DE
RELATORIA: En este tema ver: Corte Constitucional, sentencia C 781 de 2012
PERJUICIOS MATERIALES - Lucro cesante. Niega / LUCRO CESANTE - Caso padres alegan
dependencia económica de hijo mayor de 25 años: Niega por falta de demostración de
circunstancias / LUCRO CESANTE - Presunción de dependencia económica de los padres
por los hijos hasta los 25 años / PERJUICIOS MATERIALES - Apoyo o dependencia
económica a padres por hijos mayores de 25 años: Debe demostrarse probatoriamente /
PERJUICIOS MATERIALES - Apoyo o dependencia económica a padres por hijos mayores
de 25 años. Circunstancias para su reconocimiento: necesidad de los padres, su situación
de invalidez, la condición de hijo único
padres, sin embargo, no existe una prueba concluyente y directa que le dé certeza al
juez para reconocerle el lucro cesante deprecado, en atención a que no se acreditó por
ejemplo que los padres dependieran económicamente de éste, que el señor Henry fuera
único hijo, por el contrario, el fallecido tenía más hermanos todos económicamente
activos de conformidad con las edades que se vislumbran de en los registros civiles de
nacimiento de éstos; así mismo, no se probó que los padres se encontraran en una
situación de invalidez que permitiera determinar que el señor Henry Méndez Pedreros
contribuía para su sostenimiento. (…) Por tal motivo, la Subsección C denegará el
reconocimiento del lucro cesante en favor de la madre por las consideraciones expuestas.
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera del Consejo de
Estado al Centro de Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la
ley 1424 de 2010, y se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del
conflicto armado de Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Fiscalía General de la Nación en la Unidad de Derechos Humanos y de
Derecho Internacional Humanitario para que inicie, o reabra, y en dado caso, se
pronuncie si procede su encuadramiento como un caso que merece la priorización en su
trámite, en los términos de la Directiva No. 01, de 4 de octubre de 2012 [de la Fiscalía
General de la Nación], para investigar a la organización insurgente FARC y aquellos
miembros que hayan participado en la comisión de presuntas violaciones de derechos
humanos y de derecho internacional humanitario cometidas contra las víctimas del
presente asunto, y consistentes en: a) violación de la dignidad humana, b) violación del
libre desarrollo de la personalidad, c) violación del derecho a la familia, d) violación del
derecho al trabajo, e) violaciones de las normas de los Convenios de Ginebra, d) uso de
armas no convencionales, etc., y todas aquellas que se desprendan de los hechos
ocurridos el 14 y 15 de julio de 2000 en jurisdicción del municipio de Roncesvalles
(Tolima).
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Procuraduría General de la Nación, para que abra o reabra la
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 300/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Los familiares de los policías ALEXIS ROJAS FIRIGUA Y HENRY MÉNDEZ PEDREROS,
deben ser reconocidos como víctimas del conflicto armado, razón por la que se solicita a
las instancias gubernamentales competentes incorporarlo y surtir los procedimientos
consagrados en la ley 1448 de 2011.
En caso de no ser eficaces los recursos internos, anteriormente señalados como parte de
la reparación integral, la Sub-sección respetuosamente exhorta al Estado colombiano, en
cabeza de las entidades demandadas para que acuda ante el Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, para que pronuncie acerca de las sistemáticas
violaciones de los derechos humanos que han sido perpetradas por el grupo armado
insurgente FARC durante el conflicto armado interno, y específicamente en el caso de la
muerte los policías ALEXIS ROJAS FIRIGUA Y HENRY MÉNDEZ PEDREROS durante la
toma guerrillera perpetrada por el grupo armado insurgente FARC en el municipio de
Roncesvalles Tolima.
Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación del derecho internacional
humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional.
a este despacho informes del cumplimiento dentro del año siguiente a la ejecutoria de la
sentencia, con una periodicidad de treinta [30] días calendario y por escrito, de los que
deberán las mencionadas entidades dar difusión por los canales de comunicación web,
redes sociales, escrito y cualquier otro a nivel local y nacional. En caso de no remitirse el
informe pertinente, se solicitara a la Procuraduría adelantar las averiguaciones de su
competencia ante la orden dada por sentencia judicial y se adopten las decisiones a que
haya lugar de orden disciplinario.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-1998-00182-01
30385
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63 /
CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63 / LEY 1448 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 01/07/2015
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : ROSALBA ALBA TAQUES Y OTRO
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJÉRCITO NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso muerte de soldado
en desplazamiento motorizado de seis vehículos con miembros del Ejército Nacional que
fueron emboscados por el grupo guerrillero de las Farc en jurisdicción del municipio de
Puerres, Nariño, bases de Alisales y El Páramo, ataque guerrillero / FALLA DEL SERVICIO
- Condena, accede. Muerre de soldados en Puerres, Nariño. Por omisión e inactividad del
Estado, incumplimiento de deberes legales de prevención y protección de movilización de
soldados y seguimiento de protocolos, por omisión en investigación penal militar
La Sala llega a la conclusión que las entidades aquí demandadas son responsables
patrimonialmente de los daños antijurídicos ocasionados causados a Servio Tulio Ceballos
Palma y a su familia, con fundamento en la indiscutible posición de garante institucional
que residía en dichas entidades, y como consecuencia directa de la creación de la
situación objetiva de riesgo, ya que como se dijo atrás, estaba llamado el Estado a
precaver, o en lo posible evitar o dosificar ponderadamente los riesgos, debilidades y
fallas que se cometieron en el desplazamiento motorizado realizado por miembros del
Grupo de Caballería Mecanizado No.3 “Cabal” por la vía que conduce de Puerres a
Ipiales, que permitió la emboscada preparada y ejecutada por el grupo armado
insurgente FARC, con el resultado funesto y desafortunado para la familia del
demandante y de todos los que resultaron víctimas del mismo, quienes debieron ser
amparados como ciudadanos-soldados en sus derechos fundamentales y humanos. Fue,
por lo tanto, la omisión y la inactividad protuberante, ostensible, grave e inconcebible del
Estado de la que se desprende la responsabilidad por el resultado dañoso de los
demandantes, quien estaba en la obligación de ofrecer, por lo menos, una intervención
proporcionada y adecuada a las circunstancias riesgosas creadas por el mismo, como se
constató con los graves fallos que se produjeron en el movimiento motorizado
programado para el fatídico 15 de abril de 1996. (…) Adicionalmente, cabe afirmar que la
falla en el servicio se concretó al no haber sido realizada la investigación y juzgamiento
debidamente los hechos ocurridos el 15 de abril de 1996, ya que las decisiones
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 302/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
disciplinarias fueron declaradas nulas por el Tribunal Administrativo del Valle del Cauca, y
en la instancia penal militar se cesó el procedimiento, pese a que las pruebas practicadas
y allegadas por las entidades públicas demandadas permiten sustentar la necesidad de
establecer las responsabilidades de los miembros del Ejército Nacional que por acción,
omisión o inactividad contribuyeron en la producción del daño antijurídico en el presente
caso. (…) Con base en los anteriores argumentos, razonamientos y justificaciones la Sala
de Sub-sección confirmara la sentencia de primera instancia, declarando la
responsabilidad de las entidades demandadas por las múltiples fallas en el servicio que
se concretaron en los daños antijurídicos padecidos el 15 de abril de 1996 por el soldado
Servio Tulio Ceballos Palma, y que exige ahora determinar si de ellos cabe confirmar el
reconocimiento de los perjuicios inmateriales, en la modalidad de perjuicios morales, que
hizo el a quo; si procede su incremento; y, si procede confirmar o negar los perjuicios
materiales, en la modalidad de lucro cesante reconocidos en primera instancia, ya que
esto fue objeto de la impugnación por la parte demandada.
De acuerdo con estos elementos, la Sala comprende como víctima a todo sujeto,
individuo o persona que sufre un menoscabo, violación o vulneración en el goce o
disfrute de los derechos humanos consagrados en las normas convencionales y
constitucionales, o que se afecta en sus garantías del derecho internacional humanitario.
No se trata de una definición cerrada, sino que es progresiva, evolutiva y que debe
armonizarse en atención al desdoblamiento de los derechos y garantías. Y guarda
relación con la postura fijada por la jurisprudencia constitucional en la sentencia C-781
de 2012, que procura precisar el concepto desde el contexto del conflicto armado,
considerando que se “se trata de vi´ctimas del conflicto armado cuando los hechos
acaecidos guardan una relacio´n de conexidad suficiente con este. Desde esa perspectiva
ha reconocido como hechos acaecidos en el marco del conflicto armado (i) los
desplazamientos intraurbanos, (ii) el confinamiento de la poblacio´n; (iii) la violencia
sexual contra las mujeres; (iv) la violencia generalizada; (v) las amenazas provenientes
de actores armados desmovilizados; (vi) las acciones legi´timas del Estado; (vi) las
actuaciones ati´picas del Estado; (viii) los hechos atribuibles a bandas criminales; (ix)
los hechos atribuibles a grupos armados no identificados, y (x) por grupos de seguridad
privados, entre otros ejemplos. Si bien algunos de estos hechos tambie´n pueden ocurrir
sin relacio´n alguna con el conflicto armado, para determinar quie´nes son vi´ctimas por
hechos ocurridos en el contexto del conflicto armado interno, la jurisprudencia ha
sen~alado que es necesario examinar en cada caso concreto si existe una relacio´n
cercana y suficiente con el conflicto armado interno”.
económico, sino que debe procurar dejar indemne a la víctima, especialmente cuando se
trata del restablecimiento de la afectación de los derechos o bienes jurídicos afectados
con ocasión del daño antijurídico y su materialización en perjuicios. Dicha tendencia
indica, sin lugar a dudas, que no puede reducirse su contenido a un valor económico,
sino que cabe expresarlo en todas aquellas medidas u obligaciones de hacer que
permitan restablecer, o, con otras palabras, dotar de las mínimas condiciones para un
ejercicio pleno y eficaz de los derechos, como puede ser a la vida, a la integridad
persona, a la propiedad, al honor, a la honra. Se trata de la afirmación de una dimensión
de la reparación fundada en el principio “pro homine” y “pro natura”, donde la víctima no
puede ser simplemente compensada económicamente, sino que tiene que tratarse de
recomponer, o crear las condiciones mínimas para un ejercicio eficaz de los derechos que
por conexidad, o de manera directa, resultan vulnerados, ya que una simple
cuantificación económica puede desvirtuar la naturaleza misma de la reparación y de su
integralidad.
Las “medidas de reparación integral operarán teniendo en cuenta la relevancia del caso y
la gravedad de los hechos, todo con el propósito de reconocer la dignidad de las
víctimas, reprobar las violaciones a los derechos humanos y concretar la garantía de
verdad, justicia, reparación, no repetición y las demás definidas por el derecho
internacional. Para el efecto, el juez, de manera oficiosa o a solicitud de parte, decretará
las medidas que considere necesarias o coherentes con la magnitud de los hechos
probados (Artículo 8.1 y 63.1 de la Convención Interamericana de Derechos Humanos)”
[sic]. De acuerdo con la jurisprudencia de la Sección Tercera, toda “reparación, parte de
la necesidad de verificar la materialización de una lesión a un bien jurídico tutelado [daño
antijurídico], o una violación a un derecho que, consecuencialmente, implica la
concreción de un daño que, igualmente, debe ser valorado como antijurídico dado el
origen del mismo [una violación a un postulado normativo preponderante]. Así las cosas,
según lo expuesto, es posible arribar a las siguientes conclusiones lógicas: Toda violación
a un derecho humano genera la obligación ineludible de reparar integralmente los daños
derivados de dicho quebrantamiento. No todo daño antijurídico reparable (resarcible),
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 305/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 307/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Fiscalía General de la Nación para que revise en la Unidad de Derechos
Humanos y de Derecho Internacional Humanitario para que inicie, o reabra, y en dado
caso, se pronuncie si procede su encuadramiento como un caso que merece la
priorización en su trámite, en los términos de la Directiva No. 01, de 4 de octubre de
2012 [de la Fiscalía General de la Nación], para investigar a la organización insurgente
FARC y aquellos miembros que hayan participado en la comisión de presuntas violaciones
de derechos humanos y de derecho internacional humanitario cometidas contra las
víctimas del presente asunto, y consistentes en: a) violación de la dignidad humana, b)
violación del libre desarrollo de la personalidad, c) violación del derecho a la familia, d)
violación del derecho al trabajo, e) violaciones de las normas de los Convenios de
Ginebra, d) uso de armas no convencionales, etc., y todas aquellas que se desprendan
de los hechos ocurridos el 15 de abril de 1996 en jurisdicción del municipio de Puerres
[Nariño].
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana se remite copia del expediente y la presente
providencia a la Procuraduría General de la Nación, para que reabra la investigación
disciplinaria que fue declarada nula en la instancia militar, y que fue objeto de archivo,
con el objeto de establecer si hay lugar a declarar la responsabilidad de los aquí llamados
en garantía, por los hechos ocurridos el 15 de abril de 1996, sin perjuicio que se haya
producido la prescripción de la acción disciplinaria.
El hijo del soldado Servio Tulio Ceballos Palma, Oscar Andrés Ceballos Taquez debe ser
reconocido como víctima del conflicto armado, razón por la que se solicita a las instancias
gubernamentales competentes incorporarlo y surtir los procedimientos consagrados en la
ley 1448 de 2011.
En caso de no ser eficaces los recursos internos, anteriormente señalados como parte de
la reparación integral, la Sub-sección respetuosamente exhorta al Estado colombiano, en
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cabeza de las entidades demandadas para que acuda ante el Comité de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, para que pronuncie acerca de las sistemáticas
violaciones de los derechos humanos que han sido perpetradas por el grupo armado
insurgente FARC durante el conflicto armado interno, y específicamente en el caso de la
muerte de Servio Tulio Ceballos Palma durante la emboscada realizada a un convoy
militar por el grupo armado insurgente FARC en la vereda El Rosal, del municipio de
Puerres [Nariño].
Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violación del derecho internacional
humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-26-000-2015-00022-00
53057
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : RESOLUCION 759 DE 2013 DE LA ANTV - ARTICULO 13
PARAGRAFO / CONVENCION AMERICANA DE DERECHO HUMANOS - ARTICULO 13 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 20 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 333 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 334 / LEY 182 DE 1995 - ARTICULO 29 / LEY
1507 DE 2012 - ARTICULO 1 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 229 / LEY 1437 DE 2011 -
ARTICULO 229 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 230 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO
229 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 230 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 234 / LEY
1437 DE 2011 - ARTICULO 231 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 231 NUMERAL 4 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 238 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 231 / LEY
1437 DE 2011 - ARTICULO 230 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 234 / LEY 1437 DE
2011 - ARTICULO 230 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 234 / LEY 1437 DE 2011 -
ARTICULO 230 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 234 / LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO
231 / PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLITICOS - ARTICULO 19 /
CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 13 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 20 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 20 / CONSTITUCION
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El problema jurídico que debe ser resuelto en esta oportunidad se contrae a si en sede
cautelar resulta procedente suspender los efectos del parágrafo del artículo 13 de la
Resolución No. 759 de 5 de agosto de 2013 dictada por la Autoridad Nacional de
Televisión – ANTV en cuanto que el mismo es aparentemente contrario al ordenamiento
jurídico, para el caso, a los artículos 13 de la Convención Americana de Derechos
Humanos, 20 de la Constitución Política y 29 de la Ley 182 de 1995. (…) entiende el
Despacho que el análisis del caso involucra dos bienes jurídicos convencional y
constitucionalmente protegidos como son la libertad de expresión y opinión así como la
libre iniciativa económica. (…) Por tanto, téngase en cuenta que el artículo 13 de la
Resolución No. 759 de 2013 se encarga de regular un procedimiento administrativo
posterior a la asignación de frecuencias que busca, puntualmente, verificar el
cumplimiento de la información técnica complementaria de la estación de televisión
conforme al Cuadro de Características Técnicas de la Red – CCTR – como requisito previo
para el inicio de operaciones de la frecuencia asignada. Es en ese marco procedimental
que el parágrafo de dicho artículo establece que: “Bajo ninguna circunstancia el
concesionario podrá radiodifundir señales desde la estación de televisión, hasta que la
ANTV le informe mediante comunicación escrita al concesionario, que se encuentra
autorizado para iniciar operaciones” (…) Basta con una comprensión apenas inicial o
prima facie para concluir que la norma respecto de la que se solicita la suspensión de
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Los artículos 229 y siguientes del CPAyCA instituyen un amplio y novedoso sistema de
medidas cautelares en el procedimiento contencioso administrativo que son aplicables en
aquellos casos en que se consideren “necesarias para proteger y garantizar,
provisionalmente, el objeto del proceso y la efectividad de la sentencia”, conforme a las
notas del mismo artículo, de donde se infiere que la institución cautelar es una
manifestación legislativa concreta de la garantía de efectividad del derecho al acceso a la
administración de justicia; comoquiera que se busca evitar que la duración del proceso
afecte a quien que acude a la jurisdicción, a tal punto que para el momento de obtener
una decisión favorable se torne en ilusorio el ejercicio del derecho reconocido, pues al
decir de Chiovenda “la necesidad de servirse del proceso para conseguir la razón no debe
convertirse en daño para quien tiene la razón”. El anterior aserto se sustenta en que a
través de la tutela cautelar se protege de manera provisional e inmediata una posición
jurídica en concreto (bien sea particular o general) que es objeto de litigio ante la
jurisdicción contenciosa administrativa y que encuentra en entredicho su ejercicio a
plenitud en razón a la amenaza que supone, en general, la acción de la administración
pública, bien sea a partir de una decisión administrativa, una acción u omisión, etc.; por
citar algunas manifestaciones particulares del accionar de la administración. En otras
palabras, al decir de Schmidt-Assmann, con la tutela cautelar “se pretende evitar
“hechos consumados” y, así garantizar la temporalidad de la tutela judicial, aunque sólo
sea de forma provisional.”. (…) Es preciso resaltar que el Código no establece un
numerus clausus de medidas cautelares, por el contrario, se trata de un sistema
innominado de medidas con el que se persigue adoptar unas decisiones inmediatas de
cualquier tipo con el fin de responder a las necesidades que demande una situación
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específica; lo que se corrobora con una revisión al artículo 230 que establece que se
puede: “ordenar que se mantenga la situación…”, “suspender un procedimiento o
actuación administrativa…”, “suspender provisionalmente los efectos de un acto
administrativo”; hasta llegar a aquellas en las cuales se permite “ordenar la adopción de
una decisión administrativa, o la realización o demolición de una obra con el objeto de
evitar o prevenir un perjuicio o la agravación de sus efectos” y, por último, “impartir
ordenes o imponerle a cualquiera de las partes del proceso obligaciones de hacer o no
hacer”.
En cuanto a los criterios que debe seguir el juez contencioso administrativo para
determinar la procedencia de una medida cautelar, es preciso reconocer que éste cuenta
con un espacio de discrecionalidad para adoptarla así como para modular sus efectos en
el caso concreto. En este contexto, debe el Juez tener en cuenta el principio de
proporcionalidad como, de hecho, se desprende, además de las exigencias
constitucionales y convencionales, de la normativa sobre las medidas cautelares al
establecer como uno de los requisitos para el decreto de la cautela que “el demandante
haya presentado los documentos, informaciones, argumentos y justificaciones que
permitan concluir, mediante un juicio de ponderación de intereses, que resultaría más
gravoso para el interés público negar la medida cautelar que concederla” (artículo 231
CPAyCA). (…) Lo anterior quiere significar que el marco de discrecionalidad del Juez no
debe entenderse como de arbitrariedad, razón por la cual le es exigible a éste la
adopción de una decisión judicial suficientemente motivada, conforme a los materiales
jurídicos vigentes y de acuerdo a la realidad fáctica que la hagan comprensible
intersubjetivamente para cualquiera de los sujetos protagonistas del proceso y, además,
que en ella se refleja la pretensión de justicia, razón por la cual es dable entender que en
el escenario de las medidas cautelares, el Juez se enfrenta a la exposición de un
razonamiento en donde, además de verificar los elementos tradicionales de procedencia
de toda cautela, es decir el fumus boni iuris y el periculum in mora, debe proceder a un
estudio de ponderación y sus subprincipios integradores de idoneidad, necesidad y
proporcionalidad stricto sensu, ya que se trata, antes que nada, de un ejercicio de
razonabilidad.
adecuada para hacer frente a la situación de amenaza del derecho del afectado
(idoneidad); ii) que, habida cuenta que se trata de una decisión que se adopta al inicio
del proceso judicial o, inclusive, sin que exista un proceso formalmente establecido, la
medida adoptada sea la menos lesiva o invasora respecto del marco competencial propio
de la administración pública (necesidad) y, por último, es necesario iii) llevar a cabo un
razonamiento eminentemente jurídico de ponderación, en virtud del cual se debe
determinar de manera doble el grado de afectación o no satisfacción de cada uno de los
principios contrapuestos (pasos a y b) y, luego de ello, se procede a c) que ordena
analizar si se encuentra justificado que la satisfacción de uno de los principios afecte al
otro; aplicando las consideraciones vertidas en iii) en la materia que se está tratando,
hay que decir que ello implica valorar si está justificada la adopción de la medida
cautelar para la protección de un derecho en circunstancias de amenaza, en desmedro de
la administración. El propio artículo 231 del CPAyCA da lugar a estar consideración
imperativa en el numeral 4 literales a) y b) cuando prescribe como exigencia.
La suspensión provisional, como toda medida cautelar, debe estar siempre debidamente
sustentada en los dos pilares fundamentales sobre los cuales se edifica todo sistema
cautelar, a saber: los principios del periculum in mora y del fumus boni iuris, en virtud de
los cuales siempre se tendrá que acreditar en el proceso el peligro que representa el no
adoptar la medida y la apariencia del buen derecho respecto del cual se persigue un
pronunciamiento definitivo en la sentencia que ponga fin al litigio. (…) Ahora bien, para
arribar a la conclusión de que la norma demandada atenta contra el orden jurídico debe
el juez necesariamente hacer un proceso de interpretación del derecho y materializarlo
en una debida y suficiente motivación, sin romper las fronteras que implica la medida
cautelar para incursionar en la decisión de fondo. (…) También debe el juez establecer
que entre la norma que se dice vulnerada y el acto administrativo acusado exista una
situación de subordinación jurídica, pues de no existir la medida cautelar se tornaría
improcedente, ya que no se configuraría la subsunción que se exige para configurar la
infracción que demanda la medida de suspensión provisional.
Se deducen como requisitos para la procedencia de dicha medida cautelar que i) sea
solicitada por el demandante, ii) procede cuando existe una violación que surja del
análisis del acto demandado y su confrontación con las normas superiores invocadas
como violadas o del estudio de las pruebas allegadas con la solicitud y, iii) si se trata de
un medio de control de nulidad y restablecimiento del derecho debe acreditarse, de
manera sumaria los perjuicios que se alegan como causados por los actores.
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Para el problema jurídico que es objeto del presente pronunciamiento, conviene señalar
que los medios de comunicación, en tanto empresas destinadas a la difusión de
contenidos escritos, radiales, visuales o digitales gozan del derecho a la libertad de
expresión, opinión e información y, a fin de cumplir con su objetivo, se encuentran
amparados por el derecho convencional y constitucional de la libre divulgación de
información. Uno de tales derechos es el que tiene el medio de comunicación a hacer uso
o acceder al soporte físico, lógico, técnico o digital necesario para la difusión de sus
opiniones o información. (…) Sobre este punto vale detenerse en lo preceptuado en el
artículo 13.3 de la Convención Americana de Derechos Humanos donde se dispone que la
libertad de expresión no puede restringirse por vías o medios indirectos, esto es,
aquellos que prima facie no parecerían suponer obstáculo para el ejercicio de este
derecho. Seguidamente el artículo enlista, a título enunciativo, medidas tales como “el
abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias
radioeléctricas o, de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por
cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de
ideas y opiniones”. (…) En este orden de ideas, supondría una contradicción en sus
propios términos reconocer el derecho a la libertad de expresión pero afirmar que se
priva a los sujetos activos de los mecanismos o soportes físicos, lógicos, técnicos o
digitales para la recepción, emisión y difusión de lo que se desea comunicar o compartir
a la audiencia receptora. Sería tanto como un derecho carente de contenido y, por tanto,
que no protege a quien funge como comunicador. (…) Corolario de lo dicho, fluye que
conforme a los parámetros de protección del derecho a la libertad de expresión las
restricciones de carácter legal (nunca administrativas) para acceder o usar los soportes
que sirven de vehículo de comunicación deben satisfacer la prueba de idoneidad, estricta
necesidad y proporcionalidad en el marco de una sociedad democrática.
interesados para su acceso, pero también, a la competencia entre los agentes del
mercado interesados en su utilización.” Y ello encuentra plena justificación por cuanto en
el marco jurídico de la libertad de expresión se impone al Estado el deber de promover el
pluralismo informativo y la no concentración o monopolización de los medios de
comunicación, en aras de garantizar la diversidad y el equilibrio informativo y expresivo,
todo dentro del marco establecido por el legislador y no por la administración
unilateralmente.
Tiene claro el Despacho que la administración del espectro electromagnético por parte
del Estado, en tanto bien público, impone la aplicación de criterios estrictamente
necesarios, claros, objetivos y expresamente establecidos en la ley de modo tal que se
garantice, de manera real, la posibilidad a los interesados de acceder a su uso o
concesión en ejercicio de su derecho humano fundamental a la libertad de expresión. (…)
Por consiguiente, se opone a la libertad de expresión las exigencias adicionales en
materia de acceso al espectro electromagnético que no encuentran soporte en la Ley o,
inclusive, aquellas que aún estando allí consagradas no consulten los criterios de
idoneidad, estricta necesidad y proporcionalidad. Dicho con otras palabras, se trata de
una competencia que ineludiblemente debe ser acompasada con parámetros
convencionales y constitucional en materia de libertad de expresión. (…) Así, se reitera
que todo tipo de requisitos fijados en la Ley para el acceso al uso del espectro
electromagnético, bien sea económicos o técnicos, debe ajustarse necesariamente a la
razonabilidad que se deriva de la libertad de expresión. Cualquier actuación al margen de
dichos parámetros constituirá una restricción indirecta a dicho derecho y, por tanto, una
grave y protuberante violación a los principios convencionales y constitucionales del
Estado Social y Democrático de Derecho. (…) Como corolario de lo anterior, es de la
esencial del ordenamiento constitucional y convencional que las restricciones para el
acceso y uso del espectro electromagnético no puede darse por vía administrativo, sino
por vía de ley a través del órgano representativo de la voluntad popular en cuanto que
están de por medio derechos constitucionales y convencionales, nada menos que la
libertad de expresión y el acceso y la difusión de información.
de la cláusula competencial habilitante del mismo artículo, al señalar que “la ley
determinará el alcance de la libertad económica cuando así lo exijan el interés social, el
ambiente y el patrimonio cultural de la Nación.”
radioeléctricas para la prestación del servicio de televisión radiodifundida”. Para tal fin el
artículo 2º establece los requisitos que deben cumplir los interesados en la asignación de
las frecuencias radioeléctricas para el servicio de televisión (artículo 2º), los artículos 3º,
4º, 5º y 6º se encargan de establecer lo relacionado sobre el cumplimiento de requisitos
adicionales y estudios técnicos que se deben adjuntar a la solicitud de asignación.
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las frecuencias que previamente haya atribuido la Agencia Nacional del Espectro (ANE)
para las operaciones del servicio de televisión”.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2000-04694-01-
47548
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE GINEBRA
DE 1949 - ARTÍCULO 2 NUMERAL 5 / PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE
GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 10 / CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 57 /
CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 58
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 06/05/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : MARIA GRACIELA SOTO AGUDELO Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJERCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso muerte de menor
por detonación de artefacto explosivo / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL
ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS POR MIEMBROS DE LA FUERZA PÚBLICA - Declara
probada. Régimen de imputación, falla del servicio / FALLA DEL SERVICIO - Entidad
demandada omitió sus deberes normativos convencionales / FALLA DEL SERVICIO -
Ejército Nacional no limpió la zona donde se había desarrollado el operativo militar /
OPERATIVO MILITAR / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas
convencionales del Derecho Internacional Humanitario
Estima la Sala que en el sub judice le asiste la razón al apoderado de la parte actora. La
responsabilidad resulta atribuible al Estado por la falla en el servicio que se concretó en
la omisión de unos deberes normativos específicos (…). [P]ues era obligación de las
tropas del Ejército limpiar la zona donde se había desarrollado el operativo, que ahora
estaba bajo su absoluto control; como no se hizo de esa manera y el artefacto explosivo
que fue abandonado le ocasionó la muerte al tantas veces mencionado menor, resulta
imputable a la entidad demandada el daño sufrido, sin que importe cuál de los dos
grupos en conflicto haya dejado allí la granada, pues la normatividad impone la
obligación de limpieza del área a la parte que tiene el control del territorio; y el acervo
probatorio da cuenta que en este caso el Ejército Nacional asumió el control de la zona
después de que terminó el operativo militar (…). En consecuencia, la Sala revocará la
sentencia del Tribunal de instancia, y accederá a las pretensiones de la demanda.
de cada caso y la atribución jurídica que proceda. En efecto, la falla del servicio, que es
el criterio de imputación principal para establecer la responsabilidad del Estado, tiene
como presupuesto el reconocimiento de la existencia de mandatos de abstención -
deberes negativos- como de acción -deberes positivos- a cargo del Estado; empero, para
que se genere responsabilidad con fundamento en ello es menester acreditar, a título de
ejemplo, i) el incumplimiento o deficiente cumplimiento de deberes normativos, ii) la
omisión o inactividad de la administración pública, o iii) el desconocimiento de la posición
de garante institucional que pueda asumir la administración. En lo que concierne al
riesgo excepcional como criterio de imputación en los casos de daños antijurídicos
causados en enfrentamientos armados, habrá lugar a la aplicación del mismo cuando el
daño ocurre como consecuencia de la actividad legítima de la administración pública, que
comporta un riesgo de naturaleza anormal, o que resulta excesivo bien sea porque
incrementó aquel que es inherente o intrínseco a la actividad, o porque en el despliegue
de la actividad se crean riesgos que en atención a su exposición e intensidad desbordan
o excedan lo razonablemente asumible por el perjudicado. En efecto, es claro que en el
desarrollo de las actividades cotidianas del mundo moderno la sociedad se enfrenta a
situaciones de riesgo que le son ineludibles, y dentro de tal contexto la administración
pública, como lo indica Forsthoff “puede crear estas situaciones excepcionales de peligro
a las que nadie puede sustraerse y en las que ninguna protección existe para el
particular ”, lo cual impone al Estado, por razón de justicia distributiva, la reparación de
los daños causados . Sobre este tema esta Corporación ha aplicado este criterio de
imputación, en ciertas ocasiones, guiado por un argumento causal, como es que el
ataque del grupo armado se haya dirigido en contra de un establecimiento del Estado . Y
por último, el otro criterio de imputación aplicable en casos en los que se discute la
responsabilidad del Estado por enfrentamiento con grupos armados insurgentes es el de
daño especial, que corresponde a un criterio de imputación en donde el desequilibrio de
las cargas públicas, la equidad y la solidaridad son sus fundamentos , “como
materialización del reequilibrio ante una ruptura de la igualdad frente a las cargas
públicas, fruto del perjuicio especial y anormal que debe soportar el administrado” . Así,
en cada caso, lo que debe examinarse es si por las condiciones que revista el daño
antijurídico éste se puede considerar como un acentuado y singular desequilibrio anormal
de las cargas públicas que deben ser asumidas por los administrados entendiéndose
como normal aquella carga que es ordinaria a la vida en sociedad.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-26-000-2014-00037-00
50219
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - PREAMBULO / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 1 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 2 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 209 / LEY 80 DE 1993 - ARTICULO 13 / LEY 80 DE 1993 -
ARTICULO 23 / LEY 80 DE 1993 - ARTICULO 28 / CONVENCION DE VIENA - ARTICULO
26 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 / DECRETO
1510 DE 2013 - ARTICULO 3 INCISO 1 / CODIGO CIVIL - ARTICULO 27 / CODIGO CIVIL
- ARTICULO 28 / CODIGO CIVIL - ARTICULO 30 / CODIGO CIVIL - ARTICULO 32 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 189 NUMERAL 11 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 341 INCISO 3 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 75 NUMERAL 3 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 265 NUMERAL 9 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 71 INCISO 2 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 268 NUMERAL 1 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 268 NUMERAL 12 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 272 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 189 NUMERAL 11 /
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 327/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Esta Sala encuentra que el problema jurídico que plantea el sub judice se reconduce a
determinar si lo estipulado en el aparte del artículo 3° del Decreto 1510 de 2013
desconoce la potestad reglamentaria del Gobierno Nacional, por violación a las normas
del Código Civil sobre interpretación de la Ley y los artículos 13, 23 y 28 de la Ley 80 de
1993. Con otras palabras, si establecer en una norma reglamentaria que “los términos no
definidos en el presente decreto y utilizados frecuentemente deben entenderse de
acuerdo con su significado natural y obvio”, viola el orden jurídico superior. (…) La Sala
encuentra que la interpretación de las normas, en el contexto constitucional y
convencional en que está envuelta la actividad jurídica, implica ejercicios interpretativos
que no solo tengan en cuenta los tradicionales métodos establecidos en el Código Civil,
los cuales son necesarios como primer paso para los partícipes de la práctica jurídica,
más no devienen en suficientes; además de ello, entiende la Sala que la atribución de
significado de la Ley (en lato sensu) debe guardar correspondencia con los principios y
valores convencionales y constitucionales, ya que estos no solo amplifican el marco del
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 328/615
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lenguaje jurídico en materia de contratación estatal sino que también incorporan esta
materia dentro de la sistemática del ordenamiento jurídico de modo tal que ese lenguaje
viene a articularse con los principios y valores en ellos establecidos. (…) Para el caso que
ahora ocupa la atención de la Sala es predicable la sujeción de la Administración Pública
a los mandatos constitucionales fundamentales (preámbulo y artículos 1° y 2°) así como,
concretamente, a los fines específicos encomendados por el constituyente en el artículo
209 superior. Del mismo modo, esta articulación encuentra respaldo en el ámbito
contractual de la Administración conforme a los principios que para el efecto fijó el
artículo 23 de la Ley 80 de 1993, cuya fuerza jurídica no es solo de carácter legal sino
constitucional, por ser claro desarrollo de la normativa superior. (…) Por consiguiente, el
que un aparte del inciso primero del artículo 3° del Decreto 1510 de 2013 estableciera la
regla conforme a la cual “Los términos definidos en el presente decreto y utilizados
frecuentemente deben entenderse de acuerdo con su significado natural y obvio” no
supone, per se, contradicción con el ordenamiento jurídico superior por cuanto no hace
más que reiterar textualmente un enunciado de rango legal, como es el dispuesto en el
artículo 28 del Código Civil y, además, como es bien sabido, una recta interpretación de
la ley no puede concebirse sin la utilización de todos ellos, y, de otro lado, se trata de
una transcripción de un texto legal que simplemente recuerda que para conocer la ley
debe empezarse por abordar su tenor literal. (…) Sin embargo, guardando
correspondencia con lo arriba dicho y teniendo presente que los operadores jurídicos
deben justificar sus decisiones a la luz de todo el ordenamiento jurídico – constitucional y
convencional – se impone reconocer que de ninguna manera el inciso demandado implica
una restricción o limitación para el empleo de los demás criterios de interpretación que
por vía legal, constitucional o convencional deban ser aplicables conforme a cada caso,
en particular. Esta circunstancia, además, encuentra pleno respaldo en el principio de
jerarquía y valor normativo de las disposiciones superiores (Ley 80 de 1993, Constitución
Política, Tratados Bilaterales o Multilaterales). (…) Dicho con otras palabras, debe
entenderse que en este escenario tiene plena operancia el principio de integración
normativa en virtud de la cual se comprende que los demás criterios de interpretación
tienen allí cabida; de modo tal que el método textual se enmarca dentro de un gran
sistema de análisis normativo que se nutre de la integración y complementariedad de los
demás criterios hermenéuticos admisibles en el sistema jurídico. (…) Así las cosas, la
Sala encuentra que el cargo de nulidad elevado por el actor, consistente en la
extralimitación de la potestad reglamentaria del Gobierno Nacional no encuentra
fundamento, pues del análisis normativo no se aprecia contradicción entre los artículos
13, 23 y 28 de la Ley 80 de 1993 así como tampoco con las normas del Código Civil en
materia de interpretación (artículos 27, 28, 30 y 32), pues, como se dijo, el aparte
acusado no excluye, discrimina o se opone a dichas normas superiores. (…) en virtud del
principio de conservación del derecho, siendo que la norma acusada admite una
interpretación que se ajusta al ordenamiento jurídico, la Sala condicionará el aparte “Los
términos definidos en el presente decreto y utilizados frecuentemente deben entenderse
de acuerdo con su significado natural y obvio” contenido en el inciso primero del artículo
3° del Decreto 1510 de 2013 en el entendido que dicha norma no excluye los demás
métodos de análisis normativo admisibles en el sistema jurídico colombiano.
Por otra parte se encuentran las reglas de excepción en materia reglamentaria, se está
frente a estas cuando por mandato constitucional algunos otros organismos del Estado
pueden dictar normas con carácter general en asuntos de su competencia. (…) Tal es el
caso del Consejo Superior de la Judicatura, órgano al que corresponde “dictar los
reglamentos necesarios para el eficaz funcionamiento de la administración de justicia, lo
relacionado con la organización y funciones internas asignadas a los distintos cargos y la
regulación de los trámites judiciales y administrativos que se adelanten en los despachos
judiciales, en los aspectos no previstos por el legislador” (Constitución, artículo 57.3).
Situación similar se plantea frente al Consejo Nacional Electoral, el cual deberá
“reglamentar la participación de los partidos y movimientos políticos en los medios de
comunicación social del Estado” (Constitución, artículo 265. 9). (…) Así mismo, la Junta
Directiva del Banco de la República goza de una facultad normativa directa y excluyente,
pues está facultada para “regular la moneda, los cambios internacionales y el crédito”
(Constitución, artículo 71 inciso 2º). La Contraloría General de la República y las
contralorías departamentales y municipales gozan de poderes similares, pues según lo
previsto en la Constitución se les permite, respectivamente, “prescribir los métodos y la
forma de rendir cuentas, los responsables del manejo de fondos o bienes de la nación e
indicar los criterios de evaluación financiera, operativa y de resultados que deberán
seguirse”, y “dictar normas generales para armonizar los sistemas de control fiscal de
todas las entidades públicas del orden nacional o territorial” (Artículo 268 numerales 1 y
12 en concordancia con el 272). (...) En este orden de ideas, resulta claro que la
potestad reglamentaria en cabeza del Presidente de la República constituye una simple
regla general, objeto de excepciones previstas en el mismo texto constitucional. (…)
Finalmente, respecto de la titularidad de la potestad reglamentaria, es decir, de la
posibilidad de expedir actos normativos de carácter general, se ha reconocido que los
ministerios también gozan de dicha competencia. (…) En similar dirección apunta la
jurisprudencia del Consejo de Estado cuando admite que es potestad administrativa de
los ministerios y demás dependencias administrativas y no del Presidente de la República
en ejercicio de la potestad reglamentaria, reglamentar mediante actos generales los
asuntos que legalmente les corresponda.
Sin duda alguna, dicha potestad normativa está en directa relación con los poderes de
orientación política, dirección, estructuración, regulación, diseño y fijación de directrices
para el cometido de los fines estatales asignados a la administración; todo esto, como es
obvio, dentro del contexto de los principios y parámetros constitucionales y legales
respectivos. Es decir, la potestad normativa de la administración o de hacer normas
rectoras de la actividad estatal, en cuanto privilegio funcional, es de naturaleza
subordinada y dependiente de las normas de carácter superior. Sería absurdo pensar en
la posibilidad de una potestad normativa de la administración ausente o inmune al
principio de la legalidad. (…) De manera concreta, tanto la jurisprudencia del Consejo de
Estado como de la Corte Constitucional han definido un marco conceptual para el estudio
y análisis del alcance y límites de la potestad reglamentaria en el derecho colombiano.
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(…) Así, en cuanto a su alcance general el Consejo de Estado, consideró que “(…) El
numeral 11 del artículo 189 de la Constitución Política le asigna al Presidente de la
República la atribución de “Ejercer la potestad reglamentaria mediante la expedición de
los decretos, resoluciones y órdenes necesarios para la cumplida ejecución de las leyes”.
La potestad reglamentaria es la expresión por excelencia de la función administrativa que
ejerce el Presidente de la República. Es una facultad del gobierno para expedir normas
generales, impersonales y abstractas para lograr la cumplida ejecución de las leyes. El
acto reglamentario tiene su marco general en la ley para proveer la adecuada ejecución
de ésta, precisando circunstancias o pormenores no contenidos en ella, por no haber sido
regulados o por no ser de carácter sustancial. Ciertamente es imposible que la ley
contenga todos los requisitos y pormenores indispensables para su cabal aplicación. No
es posible que la ley tome en consideración los diversos casos particulares que se
puedan comprender en determinada materia. La ley sienta los principios generales y el
decreto reglamentario los hace operantes o los particulariza para hacer viable la
aplicación de la ley. De consiguiente, so pretexto del ejercicio de la potestad
reglamentaria mal puede ampliarse el ámbito de aplicación de la ley. El acto
reglamentario debe aportar entonces los detalles, los pormenores de ejecución o
aplicación de la ley; hace explícito lo implícito en ella; facilita su entendimiento y
comprensión. Pero no puede extender su ámbito más allá de la ley. No es posible que el
reglamento contenga normas que le están reservadas al legislador; no pude adicionar la
ley, cambiarla, restringirla o recortarla en su esencia o sustancia; tampoco puede
deslindar los límites de la potestad reglamentaria porque violaría, además de la ley, la
propia constitución.
Para la Sala resulta oportuno señalar como la reserva de ley constituye un límite a la
potestad reglamentaria. (…) No obstante, la expresión “reserva de ley” también se utiliza
como sinónimo de “principio de legalidad” o de “cláusula general de competencia del
Congreso”, a partir de lo cual “todos los temas pueden ser regulados por el órgano
legislativo mediante ley y que la actividad de la administración, a través de su potestad
reglamentaria, debe estar fundada en la Constitución cuando se trate de disposiciones
constitucionales con eficacia directa, o en la ley”. (…) Igualmente, la reserva de ley
define aquellos eventos en los que el constituyente insta al legislador a regular
determinadas materias en razón de su trascendencia. (…) El efecto de la reserva de ley
se traduce en “la obligación de que las prescripciones normativas que regulen materias
propias de esa técnica, consten en disposiciones que pertenezcan a cuerpos normativos
de rango legal, lo cual implica que tales materias únicamente pueden ser reguladas por
el Ejecutivo en razón de una ley de facultades extraordinarias o de decretos legislativos
de estados de excepción, pero nunca a través de la potestad reglamentaria del Gobierno.
(…) Así las cosas, el Legislador puede delimitar una materia y permitir que se desarrolle
y concrete mediante actos administrativos, siempre y cuando no se trate de asuntos
amparados con reserva legal.
Una correcta lectura de los principios constitucionales que rigen los sistemas jurídicos
contemporáneos así como la práctica jurídica, lleva a considerar como necesaria la
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asunción, por parte del Juez, del neoconstitucionalismo, como aquella doctrina que es
propia a los ordenamientos jurídicos que se distinguen por contar con i) con una
Constitución erigida como lex superior del sistema jurídico, lo que supone que ésta se
encuentra garantizada por vía de procedimientos especiales y agravados para proceder a
su reforma constitucional además de instituir una jurisdicción constitucional que se
encarga de velar por la sujeción del legislador (en el control de constitucionalidad de las
leyes) así como de todos los poderes públicos a los preceptos jurídicos de la
Constitución; además de esta superioridad formal, ii) hacen parte de la lex superior un
catálogo sustantivo de derechos fundamentales, aquellos que se consideran como de alta
valía política y jurídica en la sociedad de modo tal que no pueden quedar en manos de
una mayoría política ordinaria en tanto derechos subjetivos que corresponden
universalmente a todos los seres humanos y que, se reconocen como materialización de
las exigencias morales que debe satisfacer todo ordenamiento jurídico, conforme a la
pretensión de corrección. (…) Se trata, entonces, de una especificidad que se impone a la
interpretación constitucional, comoquiera que, además de las reglas jurídicas (entendidos
como enunciados que consagran un supuestos de hecho y una sanción jurídica
específica, que opera bajo la lógica de un “todo o nada”), se encuentran los principios
jurídicos, los cuales, participan de la categoría de normas jurídicas, pero, a diferencia de
las reglas, tienen un peso o importancia mayor en el ordenamiento jurídico o, visto desde
otra perspectiva, se le considera como mandato de optimización, que implica que lo
prescrito en ellos debe ser observado en la mayor medida de las circunstancias fácticas y
jurídicas posibles. (…) Sin embargo, la interpretación en el marco del constitucionalismo
trata de un proceso continuo e inacabado que tiene lugar en el marco de una cadena
interpretativa que parte desde el momento mismo de la promulgación de un determinado
cuerpo normativo y se extiende durante todo el momento en que los partícipes de la
práctica jurídica han hecho uso de diversos recursos argumentativos para cumplir con su
deber de extraer de dichas normas la mejor lectura posible conforme a los principios
constitucionales que fundamentan un sistema jurídico. (…) Es por las anteriores razones
que se sostiene la inconsistencia del positivismo jurídico frente a las tendencias de los
sistemas jurídicos contemporáneos, dotados de constituciones rígidas formalmente,
enriquecidas con sus contenidos sustantivos garantes de los derechos individuales y que
busca, como una de sus finalidades, fortalecer la vigencia cotidiana del principio
democrático deliberativo en todas y cada una de las instancias de poder del Estado. Por
lo tanto, una situación descrita en los anteriores términos no puede ser explicada a partir
de la teoría positivista para la cual es absolutamente irrelevante el contenido del derecho
así como tampoco presta mayor atención a la necesidad de garantizar de manera
efectiva la vigencia de los postulados sustantivos de la Constitución por vía de un método
de interpretación dirigido a los operadores jurídicos en tal sentido.
lo adjetivo sobre lo material o de mero ejecutor formal de la Ley; contrario a ello, resulta
que en el marco de un Estado Social y Democrático de Derecho los procedimientos que
ésta tiene a su cargo tienen un derrotero específico, cual es concretar la “profunda
vocación protectora y garantizadora de los derechos e intereses tanto individuales como
colectivos en relación con la actividad de la Administración, predeterminando para ella
senderos forzosos de actuación, y marcos sustanciales de contención a la arbitrariedad.”
(…) Y justamente la contratación estatal es uno de aquellos instrumentos con que cuenta
la Administración para el cumplimiento de los fines constitucionales del Estado, razón por
la cual durante las etapas de estructuración, proyección o planeación de los contratos del
Estado, la precontractual propiamente dicha y, luego de ello, a lo largo de la existencia
del contrato estatal se impone a la Administración hacer uso de las herramientas
jurídicas de dirección y manejo del contrato conforme a los principios constitucionales y
con miras a satisfacer el interés general. (…) No otra cosa puede decirse en este punto
cuando se advierte (además de lo dicho supra) la existencia de una disposición como la
del artículo 23 de la Ley 80 de 1993 a cuyo tenor se lee que “las actuaciones de quienes
intervengan en la contratación estatal se desarrollarán con arreglo a los principios de
transparencia, economía y responsabilidad y de conformidad con los postulados que
rigen la función pública.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-26-000-2014-00162-00
52556
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 2 / LEY 1563
DE 2012 - ARTICULO 43 / LEY 105 DE 1890 - ARTICULO 307 / LEY 103 DE 1923 -
ARTICULO 1134 / LEY 103 DE 1923 - ARTICULO 1150 / LEY 105 DE 1931 - ARTICULO
1214 / LEY 105 DE 1931 - ARTICULO 1227 / DECRETO 1400 DE 1970 - ARTICULO 663 /
DECRETO 1400 DE 1970 - ARTICULO 677 / LEY 28 DE 1931 - ARTICULO 12 NUMERAL 13
/ DECRETO LEY 410 DE 1972 - ARTICULO 2011 / DECRETO LEY 410 DE 1972 - ARTICULO
2024 / DECRETO 2279 DE 1989 - ARTICULO 55 / LEY 1563 DE 2012 / LEY 1563 DE 2012
- ARTICULO 41 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 119 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO
107 / LEY 1563 DE 2012 / LEY 315 DE 1996 - ARTICULO 1 NUMERAL 3 / CNUDMI - LEY
MODELO SOBRE ARBITRAJE COMERCIAL INTERNACIONAL DE 1985 / LEY 1563 DE 2012 -
ARTICULO 62 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 116 / LEY 446 DE 1998 -
ARTICULO 111 / DECRETO 2279 DE 1989 - ARTICULO 1 / DECRETO 1818 DE 1998 -
ARTICULO 115 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 3 / LEY 80 DE 1993 - ARTICULO 70 /
CONVENCION DE NUEVA YORK DE 1958 SOBRE EL RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE
LAS SENTENCIAS ARBITRALES EXTRANJERAS / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 62 / LEY
1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 1 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL -
ARTICULO 140 / CODIGO DE COMERCIO - ARTICULO 898 INCISO 1 / LEY 1563 DE 2012
- ARTICULO 41 NUMERAL 1 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 1 / CODIGO
CIVIL - ARTICULO 1742 / CODIGO PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 306 / LEY 1563
DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 1 / LEY 1564 DE 2012 - ARTICULO 282 / CODIGO
CIVIL - ARTICULO 1513 / CODIGO CIVIL - ARTICULO 1514 / CODIGO CIVIL - ARTICULO
1515 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 36 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 37 / LEY
1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 1 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL
1 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 2 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41
NUMERAL 2 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 2 / LEY 1563 DE 2012 -
ARTICULO 7 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 8 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 14 /
LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 15 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 3 / LEY
1563 DE 2012 - ARTICULO 2 / CODIGO PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 70 / LEY
1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 4 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL
4 / DECRETO 1818 DE 1998 - ARTICULO 163 NUMERAL 4 / LEY 1563 DE 2012 -
ARTICULO 41 NUMERAL 5 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 10 / LEY 1563 DE 2012 -
ARTICULO 41 NUMERAL 6 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 116 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 230 / LEY 446 DE
1998 - ARTICULO 111 / DECRETO 1818 DE 1998 - ARTICULO 163 NUMERAL 6 / LEY
1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 7 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL
8 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41 NUMERAL 9 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 41
NUMERAL 9 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 64 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 101 /
LEY 1563 DE 2012 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 111 NUMERAL 2 / CONVENCION DE
NUEVA YORK DE 1958 SOBRE EL RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE LAS SENTENCIAS
ARBITRALES EXTRANJERAS / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 112 / LEY 1563 DE 2012 -
ARTICULO 107 / CNUDMI - LEY MODELO SOBRE ARBITRAJE COMERCIAL
INTERNACIONAL DE 1985 / LEY 1563 DE 2012 - ARTICULO 107 / LEY 1563 DE 2012 -
ARTICULO 107 INCISO 2 / CONVENCION DE NUEVA YORK DE 1958 SOBRE EL
RECONOCIMIENTO Y EJECUCION DE LAS SENTENCIAS ARBITRALES EXTRANJERAS -
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Nos encontramos ante un típico laudo proferido por un Tribunal nacional de arbitramento,
conclusión a la que se llega si tenemos en cuenta que desde la perspectiva del factor
subjetivo las partes involucradas en el litigio eran todas ellas de carácter nacional,
Emgesa S.A ESP Empresa de Servicios Públicos de carácter privado y Sociedad Hotelera
Tequendama S.A Sociedad de Economía Mixta de orden nacional vinculada al Ministerio
de Defensa Nacional. Desde la perspectiva territorial ambas sociedades tienen su
domicilio en el territorio colombiano, específicamente en Bogotá D.C y desde el punto de
vista material del litigio se trataba de un contrato suscrito en territorio colombiano cuyas
prestaciones debían ser ejecutadas dentro del mismo territorio y, finalmente, no se
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Mediante el Decreto 2279 de 1989, se estableció que el arbitraje es “un mecanismo por
medio del cual las partes involucradas en un conflicto de carácter transigible, defieren su
solución a un tribunal arbitral” el cual quedaría investido transitoriamente de la facultad
de administrar justicia y cuya decisión se denominaría “laudo arbitral”, se definieron las
clases de arbitraje según el fallo, que puede ser en derecho, en equidad o técnico, y las
modalidades del pacto arbitral y su contenido mínimo; se reguló el trámite para la
designación de los árbitros, el régimen de impedimentos y recusaciones, los honorarios y
el trámite arbitral desde la audiencia de instalación hasta la audiencia de fallo; se reguló
el recurso de anulación y las causales para su procedencia, entre otros aspectos.
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Atendiendo el carácter imperativo que reporta la aplicación de la Ley 1563 del 12 de julio
de 2012, observa la Sala, que corresponde al Juez del recurso de anulación del laudo
arbitral atender la carga procesal que de su estudio en contexto se deduce de verificar en
todo proceso la naturaleza del tribunal de arbitramento que dio lugar al laudo
impugnado, esto es, si es de carácter nacional o internacional, con el fin de verificar si
las causales invocadas corresponden a las que de acuerdo con el ordenamiento jurídico
serían procedentes en cada caso.
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utilizar dicho mecanismo para dar solución a sus conflictos. Dentro de éste contexto
normativo y atendiendo a la utilidad e importancia que el arbitraje tiene como
mecanismo alternativo de solución de conflictos y como instrumento para propender por
la celeridad y eficacia de los procesos judiciales, se promulgó la Ley 1563 del 12 de julio
de 2012 con la finalidad de establecer una regulación integral de todos los aspectos
relacionados con el arbitraje nacional e internacional, para de ésta forma solucionar los
inconvenientes presentados con la dispersión de normas contenidas en los diferentes
textos normativos, la insuficiencia en la regulación existente sobre la materia y para
otorgar seguridad jurídica entre los operadores y usuarios del arbitraje nacional e
internacional para solucionar sus conflictos de forma ágil y eficaz. (…) En cuanto al
arbitraje internacional, mediante la reforma efectuada por la Ley 1563 de 2012 se
procuró modernizar y armonizar la legislación existente mediante la derogación de los
textos normativos que no se encontraban en sintonía con las nuevas tendencias y
desarrollos sobre la materia y acoger los estándares y disposiciones generalmente
aceptadas a nivel internacional mediante la adopción de las disposiciones contenidas en
la Ley Modelo de la Comisión de las Naciones Unidas para el Desarrollo del Derecho
Mercantil Internacional (CDNUDMI-UNCITRAL) en su última versión (2006). (…) En
efecto, por medio de los artículos de la Ley 1563 de 2012 se definen los eventos en los
cuales hay arbitraje internacional sin incluir en su articulado posibles eventos que
generarían discusión a nivel interno; se establecen las reglas aplicables al arbitraje con
múltiples partes; se señalan las causales de recusación de los árbitros internacionales y
la facultad de éstos para decretar medidas cautelares; se consagran las causales de
anulación de los laudos arbitrales internacionales con sujeción a lo dispuesto en el
artículo 34 de la Ley Modelo Uncitral; también se establecen las reglas de ejecución de
los laudos arbitrales.
Este punto debe empezar por precisar que por medio de la Ley 1563 de 2012, Nuevo
Estatuto de Arbitraje Nacional e Internacional, se derogaron expresamente los artículos
70 a 72 de la ley 80 de 1993. (…) En lo relativo a la evolución histórica del arbitraje en el
contrato estatal se ha señalado con precisión: (…) En este contexto, se destaca por su
utilidad, necesidad y procedencia bajo las consideraciones y fundamentos de nuestro
Estado de derecho la figura del arbitramento, la cual, para el caso concreto de los litigios
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De conformidad con el marco normativo de la Ley 1563 de 2012 se hace diferencia entre
las causales de nulidad que se pueden invocar en los recursos de anulación de laudos
arbitrales proferidos por tribunales de arbitramento nacional, de aquellas que pueden ser
utilizadas para activar el mencionado recurso cuando se refiere a laudos proferidos por
tribunales internacionales de arbitramento. (…) El Tribunal de Arbitramento Nacional se
constituye en la regla general en el derecho colombiano, por esta razón estaremos frente
a esta figura cuando no se configuren algunas de las circunstancias excepcionales
establecidas en el artículo 62 de la ley 1563 de 2012. (…) Así, las causales para
impugnar por vía del recurso de anulación los laudos dictados por los tribunales de
arbitramento nacionales son aquellas establecidas en el artículo 41 de la ley en comento,
las cuales se pasan a desarrollar.
En vigencia del estatuto anterior ésta causal señalaba que podía alegarse la nulidad del
pacto arbitral proveniente del objeto o la causa ilícita o cualquier otro motivo de nulidad,
siempre y cuando, en éste caso, hubiera sido alegada oportunamente en el trámite
arbitral y no se haya saneado o convalidado durante su curso, pero no contemplaba la
inexistencia del pacto arbitral. (…) Se entendía y ahora se entiende que la naturaleza
jurídica del pacto arbitral es eminentemente contractual, pues por medio de éste dos o
más personas acuerdan sustraer de la competencia de los jueces ordinarios la solución
de las controversias que hayan surgido o que eventualmente surjan entre ellas para
otorgársela a una jurisdicción especial, naturaleza que ahora se reafirma por medio del
artículo 3º de la Ley 1563 de 2012. (…) También se entiende que siendo la anulación de
laudos arbitrales un recurso judicial que tiene una regulación especial respecto de las
causales que pueden ser alegadas en su curso, no es posible que ésta primera causal
pueda invocarse cuando el pacto arbitral se encuentre viciado por alguna de las
nulidades previstas en el artículo 140 del Estatuto Procesal Civil, pero además, y este es
el punto, central, ésta disposición procesal hace referencia a nulidades adjetivas mientras
que la causal primera de anulación se refiere, entre otros fenómenos, a la nulidad
sustancial del pacto arbitral. (…) Así las cosas, la causal primera de anulación contenida
en el No. 1º del artículo 41 de la Ley 1563 de 2012 ahora se refiere a la inexistencia,
invalidez e inoponibilidad del pacto arbitral, de forma tal que dentro de la “invalidez” se
entienden incorporadas tanto la nulidad absoluta como la relativa del pacto arbitral.
La nulidad absoluta se produce por alguno de los siguientes vicios a saber: I) Por objeto
ilícito; II) Por causa ilícita; III) Por la Incapacidad absoluta de alguna de las partes y; IV)
Por la omisión de alguna de las “solemnidades que la ley pida para la validez del acto en
consideración a su naturaleza y no a la calidad o estado de las partes que lo celebran”.
(…) Es de aclarar que configuran nulidad absoluta la omisión de solemnidades exigidas
para “el valor” del acto en atención a su naturaleza y no por la omisión de solemnidades
constitutivas. (…) Teniendo en cuenta que por medio de la nulidad absoluta se “protege
el orden público, las normas imperativas, las buenas costumbres, a los absolutamente
incapaces y, ocasionalmente, el negocio en los eventos de nulidad parcial”, ésta puede
ser alegada por las partes, por todo aquel que conozca el vicio y aún por el Ministerio
Público en salvaguarda del interés de la “moral o de la ley”. (…) También puede ser
declarada de oficio por el juez cuando aparezca de manifiesto en el acto o contrato,
siempre y cuando estén presentes en el proceso todas las partes del negocio cuya
nulidad se pretende decretar oficiosamente, según lo disponen los artículos 1742 del
Código Civil, 306 del C.P.C. y 282 del C. G. P. (…) Se considera que hay objeto ilícito o
causa ilícita cuando estos se encuentran prohibidos por la ley o son contrarios a las
buenas costumbres o al orden público. (…) El objeto del pacto arbitral son los intereses
que las partes deciden someter a la decisión de los árbitros, es decir la controversia en
torno a la cual gira el proceso arbitral. (…) En anteriores Estatutos se señalaba que sólo
podían someterse a la decisión de los árbitros asuntos que fueran susceptibles de
transacción, sin embargo por medio del artículo 1º de la Ley 1563 de 2012 se extiende el
panorama de materias que pueden someterse a su decisión al disponer que las
controversias a solucionar pueden versar sobre “asuntos de libre disposición o aquellos
que la ley autorice”. (…) A su vez el último inciso del artículo 1º de la Ley 1563 de 2012
reconoce dicha facultad al disponer que cuando intervenga una entidad estatal o quien
desempeñe funciones administrativas, el laudo deberá proferirse en derecho cuando las
controversias que se someten a la decisión de los árbitros surjan por causa o con ocasión
de la celebración, desarrollo, ejecución, interpretación, terminación o liquidación de un
contrato estatal, incluyendo las consecuencias económicas de los actos administrativos
expedidos en el ejercicio de facultades excepcionales. (…) Lo dispuesto en las normas
referidas ya había sido desarrollado a nivel jurisprudencial, señalándose que si bien los
árbitros sí tenían la facultad de pronunciarse sobre los efectos económicos de los actos
administrativos, no podían hacerlo respecto de la legalidad de los actos administrativos
proferidos en ejercicio de las denominadas facultades excepcionales.
La Ley 1563 de 2012 en su artículo 41 establece que ésta causal sólo podrá ser alegada
en sede de anulación de laudo arbitral, cuando las circunstancias que dieron lugar a su
configuración hayan sido invocadas oportunamente mediante la interposición del recurso
de reposición contra el auto de asunción de competencia. (…) En vigencia del Estatuto
anterior, como ya se dijo, los demás motivos de nulidad, diferentes a la nulidad por
objeto o causa ilícitos, sólo podían invocarse como causal de anulación si fueron alegados
en el curso del proceso y no fueron saneados. (…) Así las cosas, en vigencia de éste
nuevo Estatuto Arbitral no es posible invocar ésta causal en aquellos eventos en los que
no se formuló reparo alguno frente al auto de asunción de competencia, con
independencia de que la nulidad del pacto se haya producido por objeto o causa ilícita.
Si bien el arbitraje como mecanismo alterno de solución de conflictos se rige por las
normas especiales de la materia, es claro que en tratándose de litigios en los cuales se
encuentre de por medio un contrato estatal debe darse aplicación a las disposiciones
procesales que de forma especial regulan los términos de caducidad del medio de control
de controversias contractuales, es decir, el previsto en el artículo 141 del Nuevo Código
de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo. (…) Así que
entonces, en el curso del proceso la acción que se ejerza ante el Tribunal de
Arbitramento se sustituye al juez ordinario por otro habilitado transitoriamente por las
partes para administrar justicia, el cual si bien se encuentra regido por una normativa
especial, deberá sujetarse a las disposiciones procesales especiales que en materia
administrativa regulan los términos de caducidad. (…) La caducidad de la acción se
define como aquel fenómeno jurídico que implica la imposibilidad de formular ante la
jurisdicción unas determinadas pretensiones por haber dejado transcurrir el término que
perentoriamente había sido señalado por la Ley para ejercer la correspondiente acción.
(…) Tal como se señaló en líneas anteriores, las normas que establecen los términos de
caducidad de las acciones son de orden público y por lo tanto de obligatorio
cumplimiento frente a todos sus destinatarios, son irrenunciables y no son susceptibles
de ser modificados por las partes. (…) La caducidad se estructura por el sólo hecho de
haber transcurrido el término previsto en la ley para ello y debe ser declarada por el juez
ya sea a petición de parte o de oficio cuando aparezca que ella ha operado. (…) Así las
cosas, una vez se da el supuesto de hecho previsto por la ley para que se inicie la
contabilización del término de caducidad, éste indefectiblemente empezara a correr sin
que las partes puedan variarlo o modificarlo. (…) Ahora, en vigencia de la nueva ley es
claro que ésta hipótesis ya no podrá ser alegada bajo la causal 9ª del artículo 41 de la
ley 1563 de 2012, antes prevista en los numerales 8º y 9º del Decreto 1818 de 1998,
pues ya la causal 2ª de la Ley 1563 de 2012 regula de forma especial esa circunstancia
específica.
La palabra jurisdicción proviene del latín “iuris dictio que etimológicamente significa
imponer el derecho” o declararlo. (…) En términos generales la jurisdicción es la función
pública de administrar justicia, es decir, aplicar el derecho y resolver los conflictos o
situaciones que se presenten conforme a los estrictos principios, procedimientos y reglas
previstas en el ordenamiento jurídico para ello. (…) Ahora, si bien se ha considerado que
la jurisdicción es una sola, esta se distribuye teniendo en cuenta los diferentes campos
de conocimiento y especialidades mediante la asignación de competencias entre las
diferentes ramas, órganos del poder público o particulares para resolver determinados
asuntos. (…) Así las cosas, se entiende que el arbitraje como mecanismo alterno de
solución de conflictos implica el ejercicio de una función jurisdiccional, pero en éste caso
no es la ley la que le otorga la competencia a los árbitros sino las mismas partes
mediante el pacto arbitral. (…) Por su parte, la competencia es la facultad que la misma
ley le otorga a determinados órganos del poder público o a los particulares para que
ejerzan la función de administrar justicia sobre ciertos asuntos determinados. (…) Con
otras palabras, la competencia es la atribución que la ley le otorga a un determinado
sujeto ya sea éste un órgano público o particular para que ejerza determinadas
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funciones, adopte ciertas decisiones o profiera determinados actos, bajo las condiciones,
reglas y procedimientos previamente fijados por ésta. (…) En éste orden de ideas, se
entiende que la jurisdicción es la función pública de administrar justicia, esto es, aplicar
la ley a un determinado conflicto y la competencia es la facultad que se le otorga a
determinados órganos públicos o particulares para ejercer dicha función sobre ciertos
asuntos o negocios determinados, es decir, ésta última es una parte de la jurisdicción.
(…) Al hablar de competencia en materia de arbitraje es necesario hacer referencia al
principio de habilitación o voluntariedad, principio conforme al cual son las partes las que
en ejercicio de la autonomía dispositiva le otorgan la competencia a un juez arbitral para
resolver las controversias existentes o que surjan entre ellos, fijando mediante el pacto
arbitral las reglas a seguir en cuanto al tipo de controversias que se someterán a la
justicia arbitral, el procedimiento y la forma de designar los árbitros. (…) De ésta forma,
el Tribunal de arbitramento carece de jurisdicción cuando el pacto arbitral no existe o
cuando el asunto o materia que se somete a la decisión de los árbitros no es de aquellos
que autoriza la ley que sean resueltos en sede de arbitraje. (…) Por su parte y en
desarrollo del principio de habilitación que rige en materia de arbitramento, el Tribunal
carece de competencia cuando se pronuncia sobre algún asunto que por voluntad de las
partes no se encontraba sometido a su decisión.
Pero para que ésta causal sea procedente en sede de anulación, se requiere que la parte
interesada haya alegado ya sea la caducidad de la acción, la falta de jurisdicción o la
falta de competencia en el curso del trámite arbitral, es decir que haya puesto de
presente esas circunstancias instaurando el recurso de reposición en contra del auto de
asunción de competencia. (…) Se entiende que sí ninguna de las partes alegó la
caducidad de la acción o la falta de jurisdicción o competencia en el curso del trámite
arbitral, así como tampoco instauraron el recurso de reposición en contra del auto de
asunción de competencia, no pueden ahora venir en sede de anulación de laudos
arbitrales a alegar esas mismas circunstancias con fundamento en otras causales tales
como la prevista en el numeral 9º de la Ley 1563 de 2012, pues las causales son
taxativas y no se configuran por el nombre o denominación que se les dé, sino con base
en las razones o argumentos que se dan para constituirlas. (…) En conclusión, en
vigencia de la ley 1563 de 2012 la falta de competencia o de jurisdicción del Tribunal de
arbitramento ya no pueden alegarse con fundamento en la causal 9ª, donde la anulación
del laudo proferido se constituye por decisiones extra petita, ultra petita o citra petita,
pues ya existe una causal taxativa que regula específicamente esas circunstancias. (…)
Adicional a lo anterior, se entiende que si no se impugnó el auto de asunción de
competencia, las partes se encuentran conformes con la competencia del Tribunal de
arbitramento constituido para que dirima todas las controversias que le fueron
presentadas, razón por la cual no pueden ahora venir a alegar en sede de anulación esa
misma circunstancia bajo la denominación de una causal diferente.
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En lo que tiene que ver con la indebida notificación o emplazamiento se entiende que al
trámite arbitral le son aplicables las disposiciones previstas para ello en el Código de
Procedimiento Civil y el Nuevo Código General del proceso, en cuanto al auto que admite
la demanda arbitral, su corrección o adición. (…) Por último, es de precisar que la causal
a la que se alude, es susceptible de ser saneada en el curso del trámite arbitral, para lo
cual también deberán tenerse en cuenta las reglas previstas para el efecto en los
Estatutos procesales referidos.
equidad. (…) La Sección Tercera del Consejo de Estado ha estimado que el fallo en
conciencia se configura cuando el juzgador se aparta del marco jurídico y decide con
fundamento en la mera equidad, razón por la que la motivación no es esencial para la
validez de su decisión. (…) En conclusión, podríamos decir que el fallo en conciencia es
aquel en el que el juzgador se apoya en su íntima convicción, no da razones de su
decisión o prescindieron (sic) (sic) de toda consideración jurídica o probatoria. (…) El
cambio de la expresión legal “en conciencia” por la de “en equidad” no implica una
simple modificación de denominación pues en esa variación va envuelta la defensa de la
garantía fundamental al debido proceso. (…) Los fallos en equidad, sea que los profieran
los jueces o sea que los emitan los árbitros en los casos que proceden, no quedan
exentos de estar motivados ni de fundamentarse en las pruebas oportuna y legalmente
allegadas al proceso. (…) En efecto, la providencia será en equidad cuando: a) El juez o
el árbitro inaplica la ley al caso concreto porque considera que ella es inicua o que
conduce a una iniquidad; b) El juez o el árbitro busca por fuera del ámbito de la ley una
solución al caso controvertido. (…) Pero, se repite, ninguna de estas hipótesis supone
que el juzgador prescinda de la motivación o de las pruebas porque entonces ya no sería
en equidad sino en conciencia y las decisiones de ésta naturaleza están proscritas de
nuestro sistema jurídico tal como se deduce de los artículos 29, 116 y 230 superiores.
ella trae por remisión. (…) Finalmente no sobra reiterar que no resulta procedente que
escudándose en esta causal y sin que haya disposiciones contradictorias en la parte
resolutiva, se pretenda la modificación o alteración de lo ya decidido”. (…) Por último, es
de precisar que para que proceda la causal a la que se alude se exige también que esta
haya sido alegada oportunamente ante el tribunal de arbitramento, so pena de que sea
rechazada.
Se encontraba antes prevista en los numerales 8 y 9 del artículo 163 del Decreto 1818
de 1998. (…) En efecto, el numeral 8º del decreto 1818 de 1998 preveía como causal de
anulación “Haberse (sic) recaído el laudo sobre puntos no sujetos a la decisión de los
árbitros o haberse concedido más de lo pedido”. (…) Pues bien, en vigencia de dicho
Estatuto se estimaba que por medio de ésta causal se procuraba garantizar el principio
de congruencia de las sentencias judiciales, principio éste que conforme al artículo 281
del Código General del Proceso, consiste en la consonancia o coherencia correlativa que
debe existir entre la providencia judicial y los hechos y las pretensiones que se aducen
en la demanda, así como con las excepciones del demandado. (…) También se estimó en
su oportunidad que la causal referida tenía 2 modalidades de configuración conocidas
normalmente en la doctrina y la jurisprudencia como fallos extra petita que tienen lugar
cuando se condena al demandado por un objeto diverso al pretendido o por una causa
diferente a la que se invoca en la demanda y los fallos ultra petita, que se presentan
cuando se condena al demandado por más de lo pedido en la demanda. (…) Así las
cosas, se consideraba que bajo ésta causal el laudo arbitral podía anularse por un fallo
extra petita o ultra petita cuando el juez arbitral se pronunciaba sobre asuntos no
sometidos a su decisión en el pacto arbitral, sobre asuntos no susceptibles de ser
resueltos por ésta vía o cuando concedía más de lo pretendido en la demanda. (…) Así
las cosas, se entiende que bajo la primera parte de ésta causal, esto es, “Haber recaído
el laudo sobre aspectos no sujetos a la decisión de los árbitros, haber concedido más de
lo pedido”, antes prevista en el numeral 8º del artículo 163 del Decreto 1818 de 1998 ya
no podrán alegarse las circunstancias de falta de jurisdicción o competencia por haberse
pronunciado el juez arbitral sobre asuntos que no se encontraban sujetos a su decisión
por voluntad de las partes o sobre aquellos que por ley no eran susceptibles de ser
resueltos por ésta vía, pues con la entrada en vigencia de la ley 1563 de 2012 ya es
claro que dichas hipótesis deben ser alegadas con fundamento en la causal del numeral
2º previsto en su artículo 41 que las regula de forma específica. (…) En conclusión ésta
primera parte de la causal que ahora se revisa en vigencia del nuevo Estatuto arbitral
sólo podrá configurarse por un fallo extra petita cuando el juez árbitral se pronuncie
sobre aspectos o puntos que no han sido solicitados en la demanda y por un fallo ultra
petita, cuando el juez arbitral condena por más de lo pedido en la demanda, pues las
demás hipótesis se entenderán incorporadas y deberán alegarse bajo el imperio de la
causal del numeral 2º de la ley 1563 de 2012. (…) Luego, si lo que ocurre en un
determinado caso es que una entidad estatal no alega la falta de competencia del
Tribunal arbitral por estimar que éste se pronunció sobre aspectos que no se encontraban
sujetos a su decisión y no interpuso el recurso de reposición contra el auto de asunción
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Se tiene que la causal del numeral 9º de la ley 1563 de 2012 se configura cuando el juez
arbitral profiere un fallo extra petita, es decir, se pronuncia sobre aspectos o puntos que
no han sido solicitados en la demanda, un fallo ultra petita, es decir, cuando condena por
más de lo pedido en la demanda o un fallo citra petita, es decir, cuando no resuelve
todas las pretensiones que se le presentan en la demanda o no se pronuncia sobre las
excepciones propuestas por el demandado o que encuentra debidamente probadas; pues
se entiende que las demás hipótesis se encuentran incorporadas y deberán ser alegadas
con fundamento en la causal prevista en el numeral 2º de la ley 1563 de 2012.
cambiantes del comercio transnacional han impulsado, con fuerza jurídica aceptada,
prácticas, normas, estándares o parámetros de conducta mercantil y, de hecho, la labor
de diversas agencias internacional (públicas o particulares) ha sido la de trabajar sobre
esta realidad, recopilando, codificando o postulando algunos de los estándares
normativos de lex mercatoria aceptados en el comercio. (…) Una vez se tiene conciencia
de este punto se puede afirmar que la convencionalidad en materia económica implica la
aceptación de regímenes juridicos paralelos al derecho estatal que, bajo ciertas
circunstancias, tienen eficacia jurídica reconocida por los estados. (…) Pero aún así, en
este ámbito particular de aplicación del derecho, también hacen presencia los principios
jurídicos convencionales que rigen las actuaciones en el arbitraje nacional o
internacional. Cuestión obvia, por una parte, es entender incorporado dentro de la
estipulación de las partes todos aquellos principios y valores jurídicos que informan el
derecho elegido por estos (o en su defecto en fijado por el Tribunal); pero, además de
ello, una correcta teleología de la institución arbitral lleva a sostener la idea de unos
principios convencionales inmanentes, como son aquellos dirigidos a reconocer la libertad
de iniciativa económica, de inversión, el reconocimiento de la propiedad privada (como
base de los dos anteriores) así como el interés en hacer privilegiar la aplicación uniforme
de la ley y la buena fe; pues estos son presupuestos para la existencia del arbitraje.
Respecto del ámbito del arbitraje nacional, debe destacarse que allí también se presenta
un ejercicio de convencionalidad. Ello por cuanto no solo habrá lugar a aplicar las
respectivas normas de derecho interno sino también aquellas que se desprendan del
derecho comunitario, como lo es el de la Comunidad Andina de Naciones, cuya eficacia
directa ha sido reconocida por el Estado colombiano. (…) El arbitraje presupone el
reconocimiento de un principio convencional fundamental como es la libertad económica,
conforme al cual se reconoce la “facultad que tiene toda persona de realizar actividades
de carácter económico, según sus preferencias o habilidades, con miras a crear,
mantener o incrementar un patrimonio” Esto supone, como contrapartida, que respecto
del Estado, como es característico en el marco del Estado de Derecho, opera una suerte
de limitante jurídica en su actuación, por vía del concepto jurídico de competencia razón
por la cual sólo podrá intervenir en el decurso de un actividad económica, cuando así lo
disponga una ley para tal efecto, cuestión que quiere decir, adicionalmente, que se trata
de un asunto revestido con reserva de ley. Dicho en otras palabras, el derecho de
libertad de empresa implica la asunción de una posición jurídica concreta susceptible de
modulaciones por cuenta del Estado pero, a su vez, revestida de un amparo
administrativo y judicial a fin de defenderlo de intromisiones injustificadas (en tanto que
no exista disposiciones legislativa que avale ello) o desproporcionadas (atentatorias del
núcleo esencial del derecho de libertad). (…) Así, presupuesto esencial del arbitraje, en
tanto mecanismo alternativo de resolución de controversias, es el reconocimiento de la
libertad económica, pues dicho instituto no es más que un mecanismo alterno que la Ley
brinda para garantizar la justiciabilidad de un pleito. En el caso del arbitraje nacional, se
comprende que la autonomía de la voluntad (que subyace a la libertad) lleva a la
“derogatoria” de la jurisdicción ordinaria o común para ventilar el pleito, mientras que,
por otro lado, el de carácter internacional muestra un contenido más robusto por cuanto
no sólo ocurre tal derogación sino que también se reconoce la libertad a las partes de
seleccionar el derecho aplicable. (…) El tercer aspecto convencional del arbitraje se
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Puede afirmarse por regla general, que la normativa local e internacional reconocen
autoridad y ejecutabilidad a los laudos arbitrales, sean estos nacionales o
internacionales. Mientras respecto de los primeros se predica su ejecutabilidad directa
(así como los internacionales dictados en Colombia) los segundos están sujetos al
cumplimiento de un trámite interno de ejecutabilidad, precisado que sólo cuando se
configuren restrictivamente ciertas causales es dable a la autoridad interna desconocer el
valor jurídico de dicho laudo. (…) La convencionalidad en materia de comercio
internacional apunta al reconocimiento de esta realidad insoslayable y a la adopción de
criterios de interpretación que respondan favorablemente a la inserción del Estado en el
tráfico comercial internacional. Tales cuestiones no serían si quiera probables si no se
adopta una perspectiva de análisis que tenga en cuenta la complejidad jurídica de este
campo de estudio, donde el derecho estatal comparte su posición, como fuente creadora
de derecho, con la autonomía de la voluntad y la libertad de empresa. (…) De hecho, en
el ámbito colombiano la Ley 1563 de 2012 responde a este ánimo, esto es, el de
establecer un instrumento jurídico que fomente la seguridad jurídica en el ámbito del
comercio nacional e internacional y provea insumos para garantizar el acceso a la justicia
arbitral de manera pronta, adecuada y eficiente, tanto en los litigios nacionales como
internacionales. En conclusión, como un compromiso del Estado colombiano hacia el
fomento del desarrollo económico es que debe ser entendida esta nueva normatividad.
(…) Por consiguiente, con la comprensión del fuerte raigambre convencionalidad de la
institución del arbitramento es que se deriva la exigencia para los jueces ordinarios (que
conocen de asuntos tales como recursos de anulación contra laudos arbitrales) y los
árbitros de dar interpretación a las normas que regulan el arbitraje conforme a los
criterios de convencionalidad, esto es, interpretando la Ley 1563 de 2012, y las demás
normas aplicables, en el sentido de que se trata de un instrumento alternativo de
administración de justicia que busca privilegiar la solución pronta y eficiente de los
litigios que en el ámbito contractual se presentan entre las partes.
Es de precisar en éste punto que la regulación del arbitraje internacional en la nueva ley
1563 de 2012 se constituye en un importante avance normativo y un reconocimiento
expreso de la aplicación de la convencionalidad al arbitraje internacional más teniendo en
cuenta la regulación precaria e insuficiente que se presentaba en los antecedentes más
remotos de la historia legislativa colombiana, circunstancia ésta que generaba grandes
dificultades para los nacionales en sus relaciones comerciales y de inversión con los
diferentes sujetos a nivel internacional. (…) En efecto, al regular el arbitraje internacional
en Colombia la Ley 1563 de 2012 se inspiró en la normativa existente contenida en la
Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial Internacional de la Comisión de las Naciones
Unidas para el Desarrollo del Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI) en su última
versión (2006), normativa acogida por varios países latinoamericanos en materia de
arbitraje internacional. (…) En primer lugar, conforme al artículo 107 de la Ley 1563 de
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2012 el único recurso que procede frente a los laudos arbitrales internacionales es el de
anulación, por lo cual se entiende que a diferencia del arbitraje nacional no resulta
procedente en materia internacional el recurso extraordinario de revisión, esto se deduce
a partir de la misma redacción de la norma al establecer “La anulación como único
recurso judicial contra un laudo arbitral”
En los términos del mismo artículo 107 referido se resalta la naturaleza extraordinaria y
excepcional del recurso de anulación de laudos arbitrales internacionales, al señalar que
“Contra el laudo arbitral solamente procederá el recurso de anulación por las causales
taxativamente establecidas en ésta Sección…” (…) Así mismo, mediante el inciso 2º del
artículo 107 se le otorga a las partes un margen de disposición más amplio respecto del
recurso de anulación de laudos arbitrales internacionales, al prescribir que sí ninguna de
éstas tiene su domicilio o residencia en Colombia mediante “declaración expresa en el
acuerdo de arbitraje o mediante un acuerdo posterior por escrito, excluir completamente
el recurso de anulación o limitarlo a una o varias de las causales contempladas
taxativamente en la presente sección”, previsión ésta con la que se reconoce
expresamente el principio de habilitación o voluntariedad del arbitramento.
Tal como la Sala lo advirtió a propósito de las causales de anulación proferidas por
Tribunales nacionales de arbitramento, de conformidad con el marco normativo de la Ley
1563 de 2012 es evidente la diferencia entre las causales de nulidad que se pueden
invocar en los recursos de anulación de laudos arbitrales proferidos por tribunales de
arbitramento nacional, de aquellas que pueden ser utilizadas para activar el mencionado
recurso cuando se refiere a laudos proferidos por tribunales internacionales de
arbitramento. (…) El Tribunal de Arbitramento Internacional configura una regla de
excepción en el derecho colombiano, por esta razón estamos frente a esta figura cuando
se configuren las exigencias excepcionales establecidas en el artículo 62 de la ley 1563
de 2012.” (…) De darse los anteriores presupuestos normativos, el laudo correspondiente
tan sólo podrá ser impugnado con fundamento en las especiales causales de anulación
previstas en el artículo 108 de la Ley 1563 de 2012, que obtiene sus fundamentos
sustanciales en el ordenamiento jurídico convencional, principalmente en las normas
previstas en la Convención de Nueva York de 1958. (…) El análisis de las causales de
anulación del laudo arbitral en materia internacional debe realizarse con sujeción a las
disposiciones previstas en la “Convención sobre el reconocimiento y la ejecución de las
sentencias arbitrales extranjeras” o Convención de Nueva York de 1958, uno de los
tratados más importantes en materia comercial a nivel multilateral y que se ha
convertido en la piedra angular para la expedición, interpretación y aplicación de las
normas de arbitraje internacional, resaltándose dentro de éstas la Ley Modelo Sobre
Arbitraje Comercial Internacional, proferida por la CNUDMI, en su última versión (2006)
acogida por diversos países para regular la solución de los conflictos mediante el
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mecanismo del arbitraje internacional. (…) La Convención de Nueva York de 1985 busca
facilitar el reconocimiento y la ejecución de los acuerdos arbitrales y los laudos
extranjeros, para de ésta forma “promover el comercio internacional y la resolución de
conflictos internacionales a través del arbitraje.”. (…) El artículo 31 de la referida
Convención establece que por regla general los tratados deberán interpretarse “de buena
fe y teniendo en cuenta su objeto y fin”, de forma tal que sí el objeto de la Convención
de Nueva York es “promover el comercio internacional y la resolución de conflictos
internacionales a través del arbitraje” y su finalidad es procurar el reconocimiento y
ejecución de los acuerdos y laudos arbitrales internacionales, las disposiciones
contenidas en ella deben interpretarse de la forma que sea más favorable al
reconocimiento del acuerdo arbitral y a la ejecución del laudo arbitral para de ésta forma
facilitar la resolución de conflictos mediante la utilización del mecanismo de arbitraje
internacional. (…) Al interior de nuestro ordenamiento jurídico, las causales de anulación
de laudo arbitral internacional se encuentran ahora previstas en el artículo 108 de la Ley
1563 de 2012, normativa que dispone que “la autoridad judicial podrá anular el laudo
arbitral a solicitud de parte o de oficio”.
Para analizar la causal a la que se hace referencia es necesario entender cada uno de los
elementos que la componen así: (…) Acuerdo de arbitraje: (…) El No. 1.del artículo II de
la Convención de Nueva York de 1958 define el contrato de arbitraje como aquel
“acuerdo por escrito conforme al cual las partes se obliguen a someter a arbitraje todas
las diferencias o ciertas diferencias que hayan surgido o puedan surgir entre ellas
respecto a una determinada relación jurídica, contractual o no contractual, concerniente
a un asunto que pueda ser resuelto por arbitraje”. (…) Por su parte, el artículo 69 de la
Ley 1563 de 2012 define el acuerdo arbitral como aquel por el cual “las partes deciden
someter a arbitraje todas o algunas controversias que hayan surgido o puedan surgir
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entre ellas respecto de una determinada relación jurídica, contractual o no. El acuerdo de
arbitraje podrá adoptar la forma de una cláusula compromisoria o la de un acuerdo
independiente”. (…) A partir de las disposiciones referidas se encuentra que también a
nivel internacional se reitera la naturaleza contractual del acuerdo arbitral, entendiendo
por éste un negocio jurídico por virtud del cual las partes defieren la solución de las
controversias que surjan o que puedan surgir con ocasión de una determinada relación
jurídica a la decisión de un tribunal arbitral, sustrayendo de ésta forma la competencia
de las cortes judiciales. (…) También se entiende que el acuerdo arbitral puede ser total o
parcial, es decir, las partes pueden someter todas las diferencias que surjan o que
puedan surgir entre ellas con ocasión de una determinada relación jurídica. (…) A su vez,
el mismo artículo 69 de la ley 1563 de 2012 señala que el acuerdo siempre deberá
“constar por escrito”, requisito que se entenderá cumplido una vez quede constancia de
su contenido en el acuerdo de arbitraje o contrato, se haya concertado verbalmente o
mediante la ejecución de ciertos actos o por otros medios. (…) También se entenderá
cumplido a través de las comunicaciones electrónicas, es decir toda comunicación que las
partes realicen mediante el intercambio de mensajes de datos o toda la información
“generada, enviada, recibida o archivada por medios electrónicos, magnéticos ópticos o
similares, entre otros, el intercambio electrónico de datos, el correo electrónico, el
telegrama, el télex o el telefax” o ante el intercambio de escritos de demanda y su
contestación en los que una de las partes acepte la existencia del acuerdo arbitral y la
otra no lo niegue. (…) Por último, la ley 1563 de 2012 prevé que la referencia que se
haga en un determinado contrato a un documento contentivo de una cláusula
compromisoria se entenderá que se constituye en un acuerdo de arbitraje siempre que
se precise que dicha cláusula hace parte integral del contrato que se suscribe. (…) Ésta
hipótesis se ha denominado en sede de arbitraje internacional la “incorporación [del
acuerdo arbitral] por referencia” y, se presenta en aquellos eventos en los cuales por vía
del contrato se hace referencia a la existencia de una cláusula compromisoria que hace
parte integral del contrato. (…) Pues bien, se considera que en el evento referido, el
acuerdo arbitral se reputara válido siempre y cuando se comunique a la otra parte
contratante la existencia del documento que lo contiene al momento de celebrar el
respectivo contrato o adherirse a éste. (…) En lo relativo al reconocimiento de la
existencia del acuerdo arbitral cuyo contenido se acredite mediante el intercambio de
medios electrónicos, se entiende que en ésta hipótesis la validez del acuerdo se sujeta al
cumplimiento de las disposiciones previstas fundamentalmente por la Ley 527 de 1999 o
la “Ley de Comercio Electrónico”, en la cual se incorporaron las disposiciones previstas en
las Leyes Modelo de Comercio Electrónico y del proyecto de Firma electrónica de
UNCITRAL.
En éste punto es de precisar que las circunstancias que dan lugar a la invalidez del
acuerdo de arbitraje se sujeta a la ley señalada por las partes para que rija el respetivo
negocio jurídico, salvo que éstas guarden silencio al respecto, caso en el cual se
entenderá que la circunstancia de invalidez se determinará conforme a la ley colombiana,
al ser la sede del Tribunal.
“C) Que el laudo versa sobre una controversia no prevista en el acuerdo de arbitraje o
contiene decisiones que exceden los términos del acuerdo de arbitraje. No obstante, si
las disposiciones del laudo que se refieran a las cuestiones sometidas al arbitraje pueden
separarse de las que no lo están, sólo se podrán anular éstas últimas”. (…) La causal a la
que se hace referencia se encuentra prevista en términos similares en el Lit. b del
Capítulo V de la Convención de Nueva York de 1985, así como también en el No. 2º Lit.
a) iii del artículo 34 de la Ley Modelo sobre Arbitraje Comercial Internacional. (…) Trata
de la nulidad del laudo arbitral que se produce cuando el árbitro internacional profiere un
fallo ya sea Ultrapetita, cuando resuelve o decide sobre puntos no sujetos a su decisión,
esto es, que el laudo vaya más allá de lo acordado por las partes en el acuerdo arbitral o
cuando profiere un laudo extrapetita, es decir, cuando concede más de los solicitado en
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CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2001-02244-01
28666
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENIO DE GINEBRA / PROTOCOLO I DE GINEBRA /
PROTOCOLO II DE GINEBRA / CONVENIO DE GINEBRA / PROTOCOLO I DE GINEBRA /
PROTOCOLO II DE GINEBRA / CONVENIO DE GINEBRA / PROTOCOLO I DE GINEBRA /
PROTOCOLO II DE GINEBRA / LEY 1448 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 26/02/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : EDITH FORERO DURAN Y OTROS
DEMANDADO : LA NACION - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJERCITO
NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena. Muerte de dos ciudadanos y
heridas a otro por miembros del Ejército Nacional en la vereda de Veracruz del municipio
de Anzoátegui, Departamento del Tolima / FALLA DEL SERVICIO - Heridas y muerte a
ciudadanos. Enfrentamiento militar / FALLA DEL SERVICIO - Violación al principio de
distinción de la población civil en conflicto armado / FALLA DEL SERVICIO - Violación a
los Convenios, Protocolo I y Protocolo II de Ginebra
estrategia militar, deberes positivos que la Sala encuentra quebrantados y por los cuales
se configura la falla del servicio de las entidades demandadas. Adicionalmente, la Sala no
puede pasar desapercibida la ausencia de acciones o actuaciones de las entidades
demandadas para desenmarañar los hechos demandados, es decir, en este caso no se
presentó informe administrativo del suceso ni mucho menos de inicio de alguna
investigación disciplinaria. Lo anterior, a pesar de contar con pruebas para iniciar el
esclarecimiento de los mismos, y la única investigación iniciada y sobre la cual se cuenta
con prueba es la penal que fue archivada en la etapa previa, sin ni siquiera solicitar a la
autoridad competente la inscripción de la defunción del señor Yesid Valero Soriano como
consta en el oficio suscrito por la Secretaria del Juzgado 80 Penal Militar de fecha 13 de
noviembre de 2014. En conclusión, la conducta desplegada por las entidades
demandadas constituye una falla en la prestación del servicio, ya que los militares
involucrados en los hechos vulneraron el principio de distinción distinguir entre
combatientes y población civil involucrandola en los conflictos armados, ni adoptar
medidas de precaución en el combate que exige este tipo de operativos, quebrantaron
los principios y normas que deben inspirar el uso de la fuerza por parte del Estado,
incumpliendo de esta manera los deberes normativos que se les imponen a las Fuerzas
Militares en la Constitución, la Ley y los tratados internacionales, particularmente los
artículos 51, 57 y 58 del Protocolo I adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de
Agosto de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados
internacionales 8 de junio de 1977 y el Protocolo II adicional a los Convenios de Ginebra
de 1949 relativo a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter
internacional de 1977, en el título IV referente a la población civil en el artículo 13 y en
el artículo 3º numeral 1,7 y 8. La salvaguarda de la población civil en ataques armados,
es un principio constitucional que no admite desconocimiento por el contrario, tiene que
ser reconocido de esta forma, que las autoridades públicas están instituidas para
proteger a todas las personas residentes en Colombia en su vida, honra, bienes,
creencias, y demás derechos y libertades, es decir, actuar de manera antitética a dichos
postulados trae como consecuencia la declaratoria de responsabilidad de las entidades
demandadas y la consecuente reparación de los perjuicios, como debe ocurrir en el caso
en comento.
La Sala observa que los hechos se produjeron como consecuencia del descuido,
imprudencia y negligencia de los miembros del Ejército Nacional que se vieron
involucrados en la muerte del señor Yesid Valero Soriano, ya que al incumplir las normas
y protocolos que deben inspirar el ejercicio de la actuación militar durante el
enfrentamiento con subversivos, dejaron o no removieron en un sector donde habita
población civil, artefactos de uso privativo de las fuerzas militares. Conclusiones a las
que se llega, luego de analizar el material probatorio arrimado al expediente y el cual se
relaciona a continuación (…) Así pues, son contundentes las declaraciones de los testigos
presenciales de los hechos del día 2 de diciembre de 2000 y la del (…) Inspector de
Policía del Municipio de Alvarado, en indicarle a la Sala que el artefacto que dio muerte a
Saúl Mahecha y que lesionó a Ángel María Vargas, fue abandonado por los miembros del
Ejército Nacional en el lugar donde murió Yesid Valero Soriano, hecho que no fue
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desvirtuado por las entidades demandadas. (…) coinciden los testimonios (…) en señalar
que la muerte y las lesiones causadas a Mahecha Díaz y Vargas Pérez por un artefacto
explosivo (granada) ocurrieron en un cañaduzal donde se encontraban trabajando, y que
según el dicho de quienes allí estuvieron el dispositivo fue abandonado por miembro del
Ejército Nacional el día 2 de diciembre de 2000, declaraciones que encuentran su
respaldo en las investigaciones adelantadas por el Inspector de Policía de Alvarado
(Tolima) para la época de los hechos. (…) Así las cosas, es necesario remitirse al artículo
223 de la Constitución Política de Colombia, precepto que establece que sólo el Gobierno
puede introducir y fabricar armas, municiones de guerra y explosivos. Nadie podrá
poseerlos ni portarlos sin permiso de la autoridad competente. Es decir, la Sala no
solamente tiene por cierto que el artefacto que mató y lesionó a las víctimas pertenecía
al Ejército Nacional porque los medios de prueba arrimados al expediente son
contundentes en señalarlo, sino también, porque existe una presunción de pleno de
derecho que emana de la Carta Política, en el sentido de indicar que únicamente el
Gobierno puede poseer armamento bélico, presunción que no fue desvirtuada por las
entidades demandadas en el curso del proceso. Así las cosas, para la Sala resulta claro
que las entidades demandadas incumplieron los tratados internacionales y la
Constitución, los cuales establecen primero, que el Gobierno Nacional tiene el uso
privativo del material bélico en Colombia, y segundo, que está completamente prohibido
el uso de armas tales como municiones y artefactos colocados manualmente, para matar
herir o causar daño, y que deban ser accionados manualmente, por control remoto o de
manera automática, como medio de ataque, como medio de defensa o a título de
represalia, contra la población civil propiamente dicha o contra personas civiles o bienes
de carácter civil y que una vez terminado el enfrentamiento o combate se deben realizar
la labores de remoción del material de guerra. (…) Lo dicho, por cuanto los militares
abandonaron de manera imprudente y negligente artefactos explosivos como granadas,
sin proceder posteriormente a su remoción y sin prever que los mismos podían causarle
daño a los miembros de la comunidad que continuamente transitan por ese sector,
configurándose este comportamiento en un ataque directo y desproporcionado contra la
población civil que es contrario a los señalamientos que ha hecho el Protocolo II, ya que
como las reglas de la sana crítica lo indican, cualquier persona podía ser víctima de
dichas municiones, tal y como efectivamente ocurrió en el caso sujeto a Litis. Aunado a
lo anterior (…) en los hechos ocurridos el 19 de enero de 2001, se presentó una total
inactividad por parte de las entidades estatales competentes para encontrar a los
responsables del abandono de la granada que mató a Saúl Mahecha y que le causó
lesiones a Ángel María Vargas.
de granada que había sido abandonada por miembros del Ejército Nacional en la vereda
de Veracruz, Departamento del Tolima
del derecho al trabajo, para cuyas violaciones debe tenerse en cuenta no sólo las
omisiones e inactividad de las entidades demandadas, consistentes en la no de ejecución
de los procedimientos militares en combate y la inobservancia de los deberes de
precaución con la población civil, la falta de interés de las entidades demandadas para
esclarecer los hechos y la no remoción o limpieza del área donde se desarrollaron los
enfrentamientos, sino también las acciones contrarias al derecho internacional de los
derechos humanos y al derecho internacional humanitario, perpetradas por miembros del
Ejército Nacional, en las situaciones presentadas los días 2 de diciembre de 2000 y 19 de
enero de 2001, en el municipio de Anzoátegui – Tolima y cuyo resultado fue la muerte de
los señores Yesid Valero y Saúl Mahecha y las lesiones padecidas por el señor Ángel
María Vargas. (…) La Sala verifica que los familiares de Yesid Valero Soriano, Saúl
Mahecha Díaz y Ángel María Vargas Pérez, son verdaderas víctimas del conflicto armado,
en tanto que, conforme a lo arriba expuesto, la muerte y lesiones sufridas por lo aquí
enunciados fue producto de violaciones del sus derechos humanos, que les son
inherentes e irrenunciables. Por tanto, no puede menos la Sala que considerar a los
demandantes como víctimas del conflicto armado interno. Acogiendo la jurisprudencia de
la Sección Tercera, y en ejercicio del control de convencionalidad subjetivo, la Sala
encuentra que procede ordenar y exhortar a las entidades demandadas al cumplimiento
de “medidas de reparación no pecuniarias”, con el objeto de responder al “principio de
indemnidad” y a la “restitutio in integrum”, que hacen parte de la reparación que se
establece en la presente decisión. (…) Dentro de las medidas de reparación no
pecuniarias, la Sala de Subsección resalta la posición de las víctimas en el moderno
derecho de daños y hace sustancial su identificación, valoración y reconocimiento, más
cuando se trata de personas que se han visto afectadas por el conflicto armado con las
acciones, omisiones o inactividades estatales, o con las acciones de grupos armados
insurgentes, o cualquier otro actor del mismo.
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para que se convierta en elemento configurador de la evidencia
histórica del conflicto armado de Colombia y de esta manera tener garantías de no
repetición.
reparación no pecuniaria. Caso de violación de derecho con ocasión del conflicto armado
interno / MEDIDA DE REPARACION NO PECUNIARIA - Medida de acto público de
reconocimiento de responsabilidad y ofrecimiento de disculpas públicas
Con el ánimo de cumplir los mandatos de los artículos 93 de la Carta Política y 1.1., 2,
8.1 y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos, se remite copia del
expediente y la presente providencia al Juzgado 80 Penal de Instrucción Penal Militar de
Honda - Tolima con el fin de que abra, reabra o continúe las investigaciones penales por
los hechos ocurridos el 2 de diciembre de 2000 y el 19 de enero de 2001 en el municipio
de Anzoátegui (Tolima) donde falleciera el señor Yesid Valero Soriano y Saúl Mahecha
Díaz y resultó lesionado Ángel María Vargas Pérez, para poder determinar los miembros
del Ejército Nacional responsables de la comisión de los mismos. Por lo tanto, deberá
informarse a esta Corporación dentro de seis (6) meses siguientes a la ejecutoria de la
presente sentencia, de los resultados de las investigaciones adelantadas por la justicia
penal militar.
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Los familiares de Yesid Valero Soriano, Saúl Mahecha Díaz y Ángel María Vargas Pérez,
son reconocidos como víctimas del conflicto armado, razón por lo que se solicita a La
Unidad Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas de la
Presidencia de la República para que se incluyan en el registro único de víctimas, de
acuerdo con lo consagrado en la Ley 1448 de 2011.
Se exhorta para que en el término, improrrogable, de treinta (30) días la Defensoría del
Pueblo informe de las investigaciones por la violaciones al derecho internacional
humanitario y de los derechos humanos que se hayan adelantado por los hechos, y se
ponga disposición por los medios de comunicación y circulación nacional.
DAÑO A LA SALUD - Reconoce. Caso de lesiones a ciudadano con granada de uso militar
/ DAÑO A LA SALUD - Aplicación de topes jurisprudenciales. Tope de 100 smlmv / DAÑO
A LA SALUD - Tope máximo indemnizatorio de 400 smlmv
Así las cosas, la Sección en reciente jurisprudencia ha señalado que en los casos de
reparación del daño a la salud (antes perjuicio fisiológico) se reiteran los criterios
contenidos en la sentencia de unificación del 14 de septiembre de 2011, exp. 19031,
proferida por la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso Administrativo, y se
complementan los términos de acuerdo con la evolución jurisprudencial de la Sección
Tercera. (…) La indemnización, en los términos del fallo referido está sujeta a lo probado
en el proceso, única y exclusivamente para la víctima directa, en cuantía que no podrá
exceder de 100 S.M.L.M.V, de acuerdo con la gravedad de la lesión, debidamente
motivada y razonada, (…) Bajo este propósito, el juez debe determinar el porcentaje de
la gravedad o levedad de la afectación corporal o psicofísica, debidamente probada
dentro del proceso, relativa a los aspectos o componentes funcionales, biológicos y
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psíquicos del ser humano. (…) Para lo anterior el juez deberá considerar las
consecuencias de la enfermedad o accidente que reflejen alteraciones al nivel del
comportamiento y desempeño de la persona dentro de su entorno social y cultural que
agraven la condición de la víctima. Para estos efectos, de acuerdo con el caso, se
considerarán las siguientes variables: (…) La pérdida o anormalidad de la estructura o
función psicológica, fisiológica o anatómica (temporal o permanente). La anomalía,
defecto o pérdida producida en un miembro, órgano, tejido u otra estructura corporal o
mental. (…) La exteriorización de un estado patológico que refleje perturbaciones al nivel
de un órgano. (…) La reversibilidad o irreversibilidad de la patología. (…) La restricción o
ausencia de la capacidad para realizar una actividad normal o rutinaria. (…) Excesos en
el desempeño y comportamiento dentro de una actividad normal o rutinaria. (…) Las
limitaciones o impedimentos para el desempeño de un rol determinado. (…) Los factores
sociales, culturales u ocupacionales. (…) La edad. (…) El sexo. (…) Las que tengan
relación con la afectación de bienes placenteros, lúdicos y agradables de la víctima. (…)
Las demás que se acrediten dentro del proceso. (…) En casos excepcionales, esto es,
cuando existan circunstancias debidamente probadas de una mayor intensidad y
gravedad del daño a la salud, en sus aspectos subjetivo – objetivo, estático o dinámico,
podrá otorgarse una indemnización mayor a la señalada en la tabla anterior, sin que en
tales casos el monto total de la indemnización por este concepto pueda superar la
cuantía equivalente a 400 S.M.L.M.V. Este quantum deberá motivarse por el juez y ser
proporcional a la intensidad del daño, con aplicación de las mismas variables referidas.
(…) Con relación a los parámetros anteriores, se aclara que ellos son excluyentes y no
acumulativos, de manera que la indemnización reconocida no podrá superar el límite de
400 S.M.L.M.V.
DAÑO A LA SALUD - Reconoce. Caso de lesiones a ciudadano con granada de uso militar
/ DAÑO A LA SALUD - Reconoce 10 smlmv. Pérdida de capacidad del 9,15% de la víctima
[En el caso de los familiares de las víctimas] Yesid Valero Soriano y Saúl Mahecha Díaz
(…) Al revisar el material probatorio arrimado al expediente, la Sala observa que no
existen las pruebas documentales necesarias para demostrar la merma en el patrimonio
que sufrieron las demandantes con la muerte de las víctimas, es decir, la Subsección
carece de elementos materiales probatorios que le permitan tasar los perjuicios
solicitados. [Por otra parte] la Subsección observan que los documentos antes
mencionados cumplen con los requisitos establecidos para darles pleno valor probatorio,
como lo son provenir de una entidad legalmente constituida, contar con un numero
serial, con fecha de creación y con un valor claramente determinado. (…) Por lo tanto, se
reconocerán perjuicios materiales en la modalidad de daño emergente al señor Ángel
María Vargas Pérez, actualizando los valores señalados en las facturas relacionados a la
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Frente a esta modalidad de perjuicio y de acuerdo con las pruebas que obran en el
expediente, la Sala no encuentra acreditados los ingresos mensuales que el demandante
percibía al momento de la captura, razón por la cual y siguiendo la jurisprudencia de esta
Corporación, en la que se ha señalado que de conformidad con las reglas de la sana
crítica se puede concluir que una persona en edad productiva devenga un salario mínimo
legal, por lo tanto, la Sala procederá a indemnizar perjuicios materiales en la modalidad
de lucro cesante consolidado con base en el salario mínimo legal mensual vigente al
momento de los hechos, esto es, DOSCIENTOS SESENTA MIL CIEN PESOS ($260.100)
para el año 2000. Pues bien, la Sala tendrá en cuenta dichos montos debidamente
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Ya que como se señaló en el acápite anterior, se presume que por estar la víctima en
edad productiva, por lo menos devengaba un salario mínimo para la época de los hechos,
el cual al año 2015 resulta inferior al vigente para el año en curso, por lo tanto la base
de liquidación es de $604.078,13, por lo motivos expuestos anteriormente.
CONSEJO DE ESTADO
76001-23-25-000-1999-01062-01
29181
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS
DERECHOS DE LOS NIÑOS DE 1989 - ARTICULO 27 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 44 / LEY 12 DE 1991 / LEY 65 DE 1993 - ARTICULO 153 / CONVENCION DE
LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS DE 1989 - ARTICULO 27
/ CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 44 / LEY 12 DE 1991 / LEY 65 DE 1993 -
ARTICULO 153 / CODIGO DE COMERCIO - ARTICULO 654
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 26/02/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : IMELDA BECERRA ARANGO Y OTROS
DEMANDADO : FISCALIA GENERAL DE LA NACION Y OTROS
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
Privación injusta de la libertad interpuesta a madre cabeza de familia hallándose en
estado de embarazo a su vez produciéndose el parto dentro de su privación de la libertad
/ PRIVACION INJUSTA DE LA LIBERTAD - Condena: Caso mujer embarazada objeto de
privación injusta de la libertad
Subraya la Sala que no se trata en el sub judice, de hacer una aplicación mecánica de la
protección al derecho de tener una familia, según la cual cada vez que se priva
injustamente de la libertad a una mujer madre sus hijos de manera abstracta se ven
afectados en su protección al derecho de tener una familia. En este caso es evidente que
ese derecho se vio concretamente vulnerado cuando como consecuencia de la detención
de la señora (…), la menor (…) perdió a quien orientaba su crecimiento y las pruebas dan
cuenta que incluso una vez su madre recuperó la libertad, se presentan desavenencias
entre [la progenitora] (…) y su hija, pues ésta última pretende desconocer su autoridad,
so pretexto que la perdió por haber sido detenida acusada de un delito. (…) Puesto que
en el expediente se encuentra demostrado que el delito del que se le acusó no fue
cometido por la citada señora, es evidente que el Estado no garantizó integralmente a
esta menor su derecho a tener una familia, cuando la privó injustamente de su
acompañamiento en cuando esta niña contaba con 9 años de edad, situación que se
prolongó por el periodo de detención que se prolongó por 19 meses. (…) Recapitulando,
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el lugar más adecuado para un infante; ponderada con el riesgo de que el menor crezca
en la ausencia absoluta de su progenitora, el legislador ha optado por una salida
intermedia, siempre respetando la autonomía privada de la madre. Sin embargo, estas
consideraciones hechas por el Máximo Tribunal Constitucional conservan validez mientras
la privación no tiene la condición de injusta, pues en esos eventos es la madre la que da
lugar a que su hijo tenga que escoger entre dos situaciones precarias, crecer si su
compañía, o tener dicho acompañamiento pero en un ambiente que no es el más apto
para su desarrollo; por el contrario, cuando un menor debe transcurrir parte de su
infancia en un centro penitenciario, como consecuencia de que su progenitora fue
privada injustamente de la libertad, infringe (sic) (sic) igualmente un daño antijurídico al
menor, pues ciertamente, cuando la madre se ve compelida a llevar a su hijo a un centro
de reclusión en la que se encuentran por un hecho que no cometió, tal como ocurrió en
sub judice, el Estado está desconociendo la obligación convencional que adquirió al
suscribir la convención sobre los derechos del niño. En efecto, en el artículo 27 de dicha
convención, que fue aprobada, el 2 de noviembre de 1983, adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas y ratificada por Colombia, mediante la ley 12 de 1991; se
dispone que el Estado le garantizará “un nivel de vida adecuado para su desarrollo fi
´sico, mental, espiritual, moral y social”. Pues bien, en el sub judice, sin razón jurídica
que lo justificara, el Estado Colombiano compelió al menor (…) a estar en circunstancias
que no eran las más aptas para su desarrollo, vulnerando así una garantía convencional
que lo protegía. NOTA DE RELATORIA: Sobre este tema ver la decisión de la Corte
Constitucional, sentencia C 157 de 2002.
Estas declaraciones evidencian a la Sala que la privación injusta de libertad de la que fue
objeto la señora (…) trajo como consecuencia discriminación y señalamientos a su menor
hija; alguno de los testigos llega a afirmar que la menor fue despedida del Colegio. Así
las cosas, la Sala, haciendo acopio de las reglas sobre las prueba de los hechos
discriminatorios establecidas por la Corte Constitucional, tiene por acreditado con estos
testimonios que la menor resultó discriminada en su entorno social, como consecuencia
de unas actividades ilícitas que el Estado endilgaba a su madre, y este mismo Estado
nada hizo para garantizar su derecho de no discriminación. Este argumento cobra mayor
peso, si se tiene en cuenta que el Tribunal Nacional absolvió a la madre de esta menor,
después de dos años de detención preventiva, por considerar que ella no había cometido
el hecho; pues no solamente le es reprochable al Estado no haber garantizado que la
menor no fuese discriminada, sino que fue el Estado mismo quien propició las
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Ordenar que se elabore un diagnóstico de las secuelas psicológicas que pudo haber
dejado en cada uno de los menores, la privación de la libertad de su madre. En el caso
[del menor] (…), que se determine, si el tiempo que transcurrió en prisión afectó su
desarrollo emocional y en caso cierto, por cuenta de la Fiscalía General de la Nación
asumir el tratamiento para mitigar los efectos de tal afectación. Adicionalmente, en el
caso de la menor (…), se ordenará que se elabore un diagnóstico psicológico psiquiátrico
a fin de precisar si la discriminación de la que fue objeto a causa de la privación injusta
de la libertad que sufrió su madre, afectó su desarrollo emocional; así como si también la
afectó, frente a la imagen como modelo que tenía su madre, a consecuencia de haberla
visto acusada de la comisión de un delito; en caso cierto ordenar que con cargo al
presupuesto de la Fiscalía General de la Nación se brinde a esta menor el tratamiento
psicológico necesario para superar los traumas que estas circunstancias le hayan
ocasionado.
reciben por concepto de “pago saldo de honorarios”, es decir, con este último pago se
cancelaban la totalidad de los honorarios pendientes; por lo anterior, y pese a que existe
otro recibo del 30 de junio de 1997, por 30 Millones de pesos, la Sala no le otorgará
valor alguno, pues no guarda relación con el saldo que había quedado desde el primer
pago. (…) Así las cosas, la Sala reconocerá la suma de 25 millones de pesos, como daño
emergente por este concepto, toda vez que el otro recibo no guarda coherencia alguna
con los otros documentos aportados.
Destaca la Sala de Subsección que los gastos en los que incurrió la hoy demandante,
“ante el Hospital Universitario del Valle, a raíz de la atención médica del parto, durante la
permanencia en el centro carcelario”, no le son atribuibles a la entidad demandada, pues
los mismos no se derivan del daño antijurídico irrogado a la hoy actora; toda vez que,
independientemente de la situación en la que se encontraba la señora Imelda Becerra
Arango, esto es, privada de su libertad, en todo caso habría tenido la necesidad de acudir
a los respectivos servicios médico – hospitalarios, con el fin de llevar a buen término su
embarazo.
Pues bien, para acreditar que efectivamente el motivo por el cual los títulos valores
dejaron de cobrarse fue su retención, ha debido probarse dentro del expediente la fecha
en que los mismos fueron recibidos por [la señora] (…); sólo así, la Sala estaría en
condiciones de saber si antes de la captura de la señora y la retención de los títulos, no
habían vencido los términos para presentarlos para su pago y en consecuencia
determinar la operancia de la eventual caducidad o prescripción de la acción cambiaria.
Por lo tanto, forzoso es concluir que la demandante en este aspecto no cumplió con la
carga de probar el daño y el consecuente perjuicio que pretende que le sea reconocido.
Como una letra a la vista debe presentarse dentro del año siguiente a su fecha y esto
último se ignora, es consecuencia obligada que también se desconoce si operó la
prescripción de la acción cambiaria directa y por ende si la retención de esos
instrumentos le causó un daño y un consecuencial perjuicio. (…) En cuanto atañe con la
letra de cambio girada por la suma de $150.000, se observa que ésta fue creada el 19 de
diciembre de 1994. Conforme a los términos del artículo 692, ya transcrito, el año para
presentarla para su pago se vencía el 19 de diciembre de 1995 y para esa fecha el título
ya había sido retenido, por lo cual, el importe de esta letra de cambio si se reconocerá
como perjuicio acreditado, en la modalidad daño emergente.
Al rompe se advierte que respecto de estos dos títulos valores operó la caducidad de la
acción cambiaria desde antes de que el título valor fuera retenido, toda vez que los 6
meses que la endosataria tenía para ajercer dicha acción comenzaban a correr a partir
del 20 de octubre de 1994, respecto de uno de ellos, y el 15 de diciembre del mismo
año, en relación con el otro. Como la captura de la señora (…) y la retención de estos
títulos valores se produjo el 23 de septiembre de 1995, es evidente que cuando los
mismos fueron tomados por la Fiscalía General de la Nación, la acción cambiaria que de
ellos se derivaba ya había caducado. En consecuencia, no está acreditado el perjuicio
material alegado respecto de estos cheques.
Recapitulando, se tiene que [la señora] (…), por concepto de lucro cesante durante el
año 1995 dejó de percibir, $7.229.594,25; y en 1996 dejó de percibir la suma de
$17.003.756,98; y durante el lapso de 1997 en que estuvo detenida, más los 8,75
meses que esta Corporación reconoce como el tiempo promedio que una persona privada
de la libertad tarda en reincorporase a las actividades productivas, dejó de percibir
$8.859.812,5. En concordancia con lo anterior, por concepto de lucro cesante se
reconocerá la suma de $33.093.163,73.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2002-03487-01
32912A
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE GINEBRA
DE 1949 - ARTÍCULO 2 NUMERAL 5 / PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE
GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 10 / CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 57
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 28/01/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : DARIO DE JESUS JIMENEZ GIRALDO Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJERCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso menor sufre lesión
por detonación de artefacto explosivo / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL
ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS POR MIEMBROS DE LA FUERZA PÚBLICA - Declara
probada. Régimen de imputación, falla del servicio / FALLA DEL SERVICIO - Entidad
demandada omitió sus deberes normativos convencionales / FALLA DEL SERVICIO -
Ejército Nacional no limpió la zona donde se había desarrollado el operativo militar /
OPERATIVO MILITAR / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas
convencionales del Derecho Internacional Humanitario
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 381/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
76001-23-31-000-1997-03251-01
20507A
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CÓDIGO DE COMERCIO - ARTÍCULO 1442 / CÓDIGO CIVIL -
ARTÍCULO 188 / CÓDIGO DE COMERCIO - ARTÍCULO 1450 / DECRETO 410 DE 1971 -
ARTÍCULO 1556 / LEY 42 DE 1986 - ARTÍCULO 3 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL -
ARTÍCULO 177 / CÓDIGO DE COMERCIO - ARTÍCULO1473 / CÓDIGO DE COMERCIO -
ARTÍCULO 1475 / CÓDIGO DE COMERCIO - ARTÍCULO 1489 / CÓDIGO DE COMERCIO -
ARTÍCULO 1495 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO LABORAL - ARTÍCULO 25 / CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTO LABORAL - ARTÍCULO 26 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO LABORAL -
ARTÍCULO 27 / DECRETO LEY 2158 DE 1948 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO LABORAL -
ARTÍCULO 100 / CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 1553 / CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 2451 /
CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 1608 / CÓDIGO SUSTANTIVO DEL TRABAJO - ARTÍCULO 134
/ CÓDIGO SUSTANTIVO DEL TRABAJO - ARTÍCULO 138 / CÓDIGO SUSTANTIVO DEL
TRABAJO - ARTÍCULO 139 / DECRETO 1400 DE 1970 / DECRETO 2282 DE 1989 -
ARTÍCULO 510 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTÍCULO 8 / CÓDIGO DE
PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTÍCULO 10 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL -
ARTÍCULO 683 / CÓDIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTÍCULO 689 / CÓDIGO CIVIL -
ARTÍCULO 2236 / CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 2238 / CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 2245 /
CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 2248 / CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 2253 / CÓDIGO CIVIL -
ARTÍCULO 2258 / CÓDIGO DE COMERCIO - ARTÍCULO 1430 / DECRETO 2324 DE 1984 -
ARTÍCULO 4
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 23/01/2015
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : JOSEPH MORA VAN WICHEN Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL Y OTROS
DECISION : NIEGA
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Niega. Caso: Error jurisdiccional e indebido
funcionamiento de la administración de justicia en proceso ejecutivo laboral, no se
configuraron / PROCESO EJECUTIVO LABORAL - Medida cautelar impuesta en Colombia
sobre motonave matriculada en el país de Honduras de propiedad de la Sociedad Pacific
Coasting S.A. / ORDEN DE EMBARGO Y SECUESTRO DE MOTONAVE EN PROCESO
EJECUTIVO LABORAL - Por salarios y prestaciones adeudadas a cocinero de embarcación
y a otros miembros de la tripulación por parte de la Sociedad Pacific Coasting /
CONTRATO LABORAL ENTRE PACIFIC COASTING Y TRIPULANTES DE MOTONAVE - No se
acreditó que fue celebrado y ejecutado en la ciudad de Buenaventura / NULIDAD DE
TODO LO ACTUADO POR FALTA DE JURISDICCIÓN Y COMPETENCIA EN PROCESO
EJECUTIVO LABORAL - Error imputable a las partes por no acreditar donde se celebró el
contrato / MEDIDAS CAUTELARES DECRETADAS POR JUEZ DE LA REPÚBLICA DE
COLOMBIA FRENTE A NAVE EXTRANJERA - Procede por créditos navales contraídos en
Colombia / EMBARGO DE MOTONAVE EXTRANJERA EN PUERTO DE BUENAVENTURA -
Procedente. Crédito marítimo privilegiado / CRÉDITO MARÍTIMO PRIVILEGIADO -
Existente. Salarios y prestaciones laborales de miembros de la tripulación
[E]l conflicto que dio lugar a la presente acción de reparación directa tuvo origen en una
relación laboral trabada entre el propietario y armador de la motonave Zeetor, esto es,
Pacific Coasting S.A. y la tripulación a bordo, de la cual se derivaron las controversias
que fueron puestas a consideración de la Justicia Laboral del Circuito de Buenaventura, la
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primera de ellas mediante demanda ejecutiva instaurada por Reinaldo Escultero contra la
mencionada sociedad y de la cual conoció el Juzgado 2º Laboral de dicho Circuito, que
decretó el embargo y secuestro de la motonave (…) La motonave de Bandera Hondureña,
denominada Zeetor, arribó al puerto de Buenaventura el 30 de diciembre de 1991, pero
fue recibida oficialmente por la Dirección General Marítima - Capitanía de Puerto de
Buenaventura el día 2 de enero de 1992. (…) [L]a Sala observa que el crédito que dio
lugar al embargo decretado por la Juez 2º Laboral del Circuito de Buenaventura, estaba
configurado por los salarios y prestaciones laborales (vacaciones) de un miembro de la
tripulación de la motonave Zeetor, concepto éste que se halla contemplado como crédito
marítimo privilegiado, tanto por la legislación nacional - artículo 1.556, como por la
convencional, de manera que a las voces del artículo 1.450 el embargo del buque, era
procedente. (…) [L]a Juez 2º Laboral del Circuito de Buenaventura se encontraba ante
una demanda que reunía los requisitos exigidos por la legislación procesal laboral vigente
para la época; demanda que versaba sobre una relación laboral emanada de un contrato
aparentemente celebrado en la ciudad de Buenaventura y se encontraba acompañada de
la constancia emanada del deudor (…) De manera que, este punto tampoco es
configurativo de error judicial, mucho más, si se tiene en cuenta que la Juez 2º actuaba
con fundamento en las manifestaciones expresadas bajo la gravedad de juramento en la
demanda y el título ejecutivo allegado con la misma, los cuales se encontraban ajustados
a las exigencias legales (…) [L]a representación legal de la sociedad Pacific Coasting en
cabeza del capitán de la motonave, el sitio de suscripción del contrato en Buenaventura y
la certificación del acuerdo de pago de la obligación, todo lo cual, en principio, hacía
aplicables los artículos 1º y 2º del C. S. del T., que dotan de jurisdicción al Estado
Colombiano, sin importar la nacionalidad de las partes, y, contrario sensu. (…) Con
relación a los criterios acogidos por el Tribunal Superior de Cali, la Sala prevé que éste
encontró demostrados la nacionalidad del propietario del buque; la bandera de la
embarcación y la nacionalidad de los tripulantes, anotando que no sucede igual con el
lugar de celebración y ejecución del contrato, los cuales no fueron acreditados. NOTA DE
RELATORÍA: La presente decisión fue proferida en virtud del fallo de tutela del 16 de
octubre de 2014, expedida por la Corte Constitucional que decidió amparar el derecho
fundamental al debido proceso de los demandantes y “dejar sin efecto la providencia
proferida por la Subsección C, Sección Tercera, Sala de lo Contencioso Administrativo del
Consejo de Estado, en segunda instancia, el 9 de mayo de 2012”.
[E]n relación con las naves y su propiedad, la legislación comercial colombiana, que a su
vez desarrolla los convenios y tratados internacionales suscritos por Colombia en esta
materia, instituyó, entre otras, la forma de adquirir y probar el derecho de propiedad
sobre dichos bienes, ya sean estos nacionales o extranjeros (…) [F]rente a las naves de
bandera extranjera el artículo 1442 del C.Co., dispone que “[l]a propiedad de las naves
matriculadas o construidas en país extranjero, se probará por los medios que establezca
la legislación del correspondiente país; los documentos serán autenticados conforme a la
ley colombiana”. Así las cosas, la norma en cita impone la demostración de dos
elementos esenciales, que para el caso de autos, en el cual se está ante una nave de
bandera hondureña, son en primer lugar, la legislación vigente en Honduras para la
adquisición del derecho real de dominio sobre naves y, en segundo lugar, el cumplimiento
pleno de dicha legislación. (…) [D]ebía observarse lo prescrito por el artículo 188 del
C.C., que exige allegar al proceso el texto de las leyes extranjeras en copia autentica (…)
Al respecto, es igualmente importante resaltar que el aludido artículo 188 de la
legislación procesal civil previó la posibilidad de allegar tales pruebas al proceso de oficio
o a solicitud de parte, frente a lo cual, la Sala acogió la tesis expuesta por la Corte
Constitucional (…) [L]a Corte Constitucional (…) mediante sentencia SU 768 de 2014
advirtió, en la vulneración denunciada, una dificultad de raigambre constitucional,
relacionada con el derecho fundamental al debido proceso. (…) [L]a Corte planteó la
existencia de un tercer modelo, que presenta una alternativa intermedia o sistema de
colaboración entre las partes y el juez, o una cuarta opción, consistente en la aplicación
del derecho local ante la imposibilidad de establecer la norma extranjera. (…)
Finalmente, frente a lo dispuesto por el artículo 188 del C.P.C., la Corte concluyó la
existencia de un sistema mixto o intermedio, en el que el Derecho extranjero no se
aborda como una simple cuestión fáctica pero tampoco es un asunto de puro Derecho
por cuanto el ordenamiento colombiano consagra simultáneamente los poderes oficiosos
del juez (…), fijando así, a manera de guía, los siguiente parámetros: (i) La relevancia de
establecer el Derecho extranjero dentro de la disputa. De manera que si se trata de un
elemento accesorio corresponderá a las partes su prueba. Contrario sensu, si se trata de
un aspecto central, corresponderá al impulso oficioso del juez. (ii) La calidad de las
partes o accesibilidad de las partes al Derecho extranjero. (iii) Disponibilidad de la
norma, que debe ser allegada desde el inicio por las partes interesadas cuando se
encuentre disponible o resulte de fácil acceso. “En caso contrario el juez debe ser activo
en la búsqueda del derecho extranjero”. Así las cosas, en el caso concreto la Corte
Constitucional encontró que en la condición vulnerable en que se encuentra el accionante
Joseph Mora Van Wichen, la obtención oficiosa del derecho extranjero cobra mayor
sentido, por lo que su negativa transgrede el debido proceso; la prueba del Derecho
hondureño en relación con la propiedad sobre naves era de suma importancia para el
caso, de modo que el impulso oficioso se hacía necesario para garantizar el verdadero
acceso a la administración de justicia.
En atención a lo anterior, dentro del impulso oficioso del proceso la Sala profirió el Auto
de Ajuste Constitucional y Convencional, de fecha 11 de noviembre de 2014, mediante el
cual dio inicio al cumplimiento del fallo de tutela SU-768 de 2014 y dispuso lo necesario
a efectos de “practicar las pruebas que consideró necesarias para el esclarecimiento de la
verdad” y para salvaguardar los derechos de acceso a la justicia y el debido proceso. Al
efecto, es preciso reiterar los planteamientos incluidos en la mencionada providencia,
donde se destacó que la sentencia SU 768 DE 2014 constituye un punto culmen del
desarrollo jurisprudencial de esa Alta Corporación respecto del carácter marcadamente
sustantivo, material y efectivo del derecho al acceso a la administración de justicia y el
debido proceso (artículos 29 y 228 constitucionales) los cuales, más allá de las formas
procedimentales, requieren un acento interpretativo con fundamento en la
constitucionalización del derecho y la efectividad de los derechos fundamentales de
quienes están trabados en un litigio. (…) [E]l juez nacional no sólo está llamado a aplicar
y respetar su propio ordenamiento jurídico, sino que también debe realizar una
“interpretación convencional” para determinar si aquellas normas son “compatibles” con
los mínimos previstos en la Convención Americana de Derechos Humanos y en los demás
tratados y preceptos del derecho internacional de los derechos humanos y del derecho
internacional humanitario. (…) En suma, dada la imperiosa observancia de la
convencionalidad basada en los Derechos reconocidos en la Convención Americana de
Derechos Humanos y la jurisprudencia decantada por la Corte Interamericana, como
criterio interpretativo vinculante, es que se encuentra suficiente fundamento para
estructurar el deber jurídico oficioso de las autoridades estatales -y en particular de los
jueces- de aplicar la excepción de inconvencionalidad para favorecer las prescripciones
normativas que emanan de la Convención por sobre los actos jurídicos del derecho
interno. (…) Con toda razón ha dicho la Corte Interamericana que “El acceso a la justicia
constituye una norma imperativa de Derecho Internacional y, como tal, genera
obligaciones erga omnes para los Estados”, pues lo contrario sería tanto como considerar
a las cartas de derechos humanos o fundamentales como proclamas retóricas carentes
de vinculatoriedad jurídica que dejarían inerme a su titular cuando sus derechos le sean
conculcados, algo inaceptable en el marco de un Estado Social y Democrático de Derecho
como el que, normativamente, pretende serlo el colombiano. Fue así, sobre esta base
configuradora del ordenamiento jurídico (convencional y constitucional) y conforme a la
sentencia SU 768 de 2014, que el Despacho Ponente ordenó reabrir el periodo probatorio
en el sub judice a fin de practicar las pruebas de conformidad con la parte motiva de esa
providencia y, “concretamente, con estricto respeto del impulso oficioso que corresponde
al juez en la obtención del derecho extranjero”; debían decretarse para acreditar la
propiedad sobre la motonave de bandera hondureña denominada ZEETOR, sobre la cual
se fundamentó la solicitud del reconocimiento de la indemnización de perjuicios.
[E]l decreto de medidas cautelares no implica una decisión que beneficie a una de las
partes sino que obedece a la garantía del orden jurídico en su integridad y de la eficacia
del imperium judicis. (…) Dentro de tales medidas se encuentran aquellas dirigidas a 1.
Garantizar la seguridad de las personas, tales como custodia de hijos menores o
alimentos provisionales; 2. Garantizar la seguridad de los bienes, tales como embargos y
secuestros preventivos de bienes inmuebles y muebles, inscripción demanda y
administración e intervención de empresas. (…) [L]a Sala se halla ante el contenido del
artículo 1450 del Código de Comercio Colombiano, proferido mediante Decreto 410 del
27 de marzo de 1971, según el cual “[l]a nave extranjera surta en puerto colombiano
podrá ser embargada en razón de cualquier crédito privilegiado o por cualquier otro
crédito que haya sido contraído en Colombia”, embargo que debe comunicarse al Capitán
de Puerto de matrícula para su registro y que impide el zarpe de la nave “a menos que
se preste una caución real, bancaria o de compañía de seguros, igual al doble del crédito
demandado”, sobre lo cual, la Sala resalta que la estipulación aquí citada no limita su
aplicabilidad a buques de bandera nacional, por el contrario contempla una redacción
abierta que, claramente, se extiende a las naves de nacionalidad foránea. (…) [L]os
privilegios marítimos otorgan a los acreedores privilegiados un poder de persecución
sobre la embarcación, pero se encuentran limitados a los eventos taxativamente
previstos en la legislación nacional e internacional, por cuanto es el legislador quien
califica determinados créditos como aquellos que deben ser pagados preferentemente en
atención a su vínculo con la efectiva realización de la navegación. Por su parte, en la
legislación nacional colombiana, recoge los postulados contemplados en la normatividad
internacional y en su artículo 1556 determinó la existencia de 7 eventos (…) Ahora bien,
en lo que concierne a la prueba de los créditos privilegiados, también la misma
codificación dispone que “para gozar de los privilegios que concede el artículo 1556, los
acreedores deberán justificar sus créditos. (…) [L]a Sala concluye, en primer lugar, que
el embargo reglamentado en el artículo 1.450 y los privilegios contenidos en el artículo
1.556 del Decreto 410 de 1971 (Código de Comercio) reúnen los parámetros de la
normatividad internacional sobre la materia, que aunque no pueden aplicarse
directamente, en tanto se trata de convenciones no ratificadas por Colombia para la
fecha de los hechos, se encuentran recogidos por la legislación interna aplicable, según la
cual es absolutamente viable el embargo de los buques o naves, sin importar su
nacionalidad, siempre y cuando la causa de dicho embargo emane de uno de los eventos
previstos como créditos marítimos por la Ley o los Tratados Internacionales, según
corresponda.
[L]a normatividad internacional aplicable a las acciones que puedan adelantar tripulantes
contra naves extranjeras surtas en aguas territoriales colombianas, depende de varios
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Reinaldo Escultero contra Pacific Coasting S.A., la Sala observa que, en primer lugar, las
consideraciones expuestas por ese despacho coinciden con las argumentadas en esta
providencia, en tanto atribuye la falta de acreditación de la jurisdicción a las partes
procesales, quienes omitieron aportar las pruebas pertienentes para demostrar el lugar
de celebración del contrato, como elemento indispensable para intuir la inexistencia de
competencia y jurisdicción en cabeza del juez Colombiano. (…) Es así que correspondía a
la sociedad ejecutada, como lo hizo, presentar las excepciones que considerara
pertinentes, pero como ocurre en todo proceso judicial, debe quedar claro que no basta
la exposición de los hechos exceptivos, sino que estos, se itera, por tratarse de un
debate judicial, deben tener sustento probatorio, carga que incumbe a quien alega el
hecho, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 177 del C.P.C. (…) [N]o puede pasarse
por alto que, si bien, se cometió un error, este error fue enmendado dentro del mismo
proceso judicial y mediante los mecanismos legalmente establecidos para tal fin, esto es,
con la intervención de las partes y con la utilización de los recursos e instancias
procesales, acto este que permite a la Sala afirmar que la función judicial se prestó en
debida forma.
[L]a Sala quiere revisar los requisitos de procedibilidad exigidos por la legislación
procesal laboral, frente a la admisión de una demanda ejecutiva laboral y su
cumplimiento en el caso concreto. A la sazón, se encuentra las disposiciones contenidas
en los artículos 25, 26 y 27 del Código de Procedimiento Laboral proferido mediante
Decreto Ley 2158 del 24 de junio de 1.948, mediante los cuales se establecen los
requisitos generales de la demanda laboral y sus anexos (…) [E]l artículo 100 del Código
Procesal Laboral - Decreto Ley 2158 de 1948, hoy vigente, establece la procedencia de la
ejecución de una obligación laboral, siempre que ella “conste en acto o documento que
provenga del deudor o de su causante o que emane de una decisión judicial o arbitral
firme”. Del mismo modo, en lo que respecta al cumplimiento de las estipulaciones
contenidas en el citado artículo 100 del C.P.L., debe preverse que éste hace referencia a
la existencia de un título ejecutivo, derivado de una relación de trabajo, que conste en
documento que provenga del deudor o su causante, elemento éste que representa la
seguridad respecto de la persona que ha suscrito el documento, esto es, respecto de la
autenticidad del mismo. Adicionalmente, el documento debe ser declarativo o contentivo
de la existencia de una obligación expresa, clara y exigible, lo que implica que no se
preste a ambigüedades, dudas o confusiones, por el contrario debe ser exacto o preciso
en cuanto a la obligación en él contenida, y no puede tratarse de una obligación sujeta a
plazo o condición pendientes al momento en que se introduce la demanda, aunque
existen eventos donde por disposición legal la obligación se vuelve exigible pese a la
existencia de un plazo pendiente, como ocurre en los casos señalados por los artículos
1553 y 2451 del C.C.
[F]rente a los procesos de ejecución, como se dejó señalado acápites atrás, por regla
general se observa que éste inicia con el embargo de bienes de propiedad del
demandado a efecto de garantizar las resultas del juicio, para posteriormente oírlo en
defensa y resolver la controversia con fuerza vinculante para las partes. Es así que
dentro del proceso de ejecución tiene lugar, en primer lugar la notificación del
mandamiento de pago a la parte demandada para que, la parte pasiva conozca el
proceso ejecutivo y tenga la posibilidad de proponer excepciones, (…) [E]n el caso de
autos, observa a Sala que el procedimiento aplicable era el contenido en el Decreto 1400
de 1970 - Código de Procedimiento Civil, pero con bajo la modificación introducida por el
Decreto 2282 de 1989, al artículo 510 (…) Nótese, pues, que el ordenamiento jurídico
dispone para el trámite de las excepciones dentro del proceso ejecutivo de términos y
requisitos especiales. En primer lugar, una vez presentadas las excepciones, el juzgado
de conocimiento debe correr traslado de las mismas a las partes demandantes, por el
término de 10 días hábiles, en nuestro caso las excepciones se presentaron el 6 de mayo
de 1993 y se corrió traslado de las mismas el 17 de mayo del mismo año, lo cual es
indicativo de que el término de la parte ejecutante para pronunciarse sobre las
excepciones propuesta venció el 31 de mayo de 1993, fecha en la cual, efectivamente, el
demandante contestó las excepciones; pero el Juzgado sólo se pronunció hasta el 13 de
diciembre de 1993, esto es, 6 meses y 18 días después, desconociendo el precepto
citado, según el cual el juez debió pronunciarse inmediatamente, por cuanto no se
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El depósito, de acuerdo con el artículo 2236 del Código Civil, es un contrato “en que se
confía una cosa corporal a una persona que se encarga de guardarla y restituirla en
especie” y el cual según lo previsto por el artículo 2238 del Código Civil se perfecciona
por la entrega que un sujeto llamado depositante hace de la cosa a otro llamado
depositario, a quien se le han conferido las siguientes obligaciones: (i) La guarda de la
cosa por parte del depositario. Dentro de esta obligación se encuentran los deberes de:
(a) el no uso de la cosa, a menos que el depositante le otorgue permiso de usarla, de
acuerdo con lo previsto por el artículo 2245 del Código Civil; (b) la guarda de los sellos y
las cerraduras de la cosa objeto del depósito, según lo estipulado por el artículo 2248 del
Código Civil; y (c) realizar todos los actos necesarios para la conservación del depósito.
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Por último, de acuerdo con el artículo 2252 del Código Civil (…) (ii) La de restituir la cosa,
de acuerdo con lo estipulado por el artículo 2253 del Código Civil, la cual se debe realizar
al momento que así lo solicite el depositante o en el tiempo que se estipulo en el
contrato de depósito; (…) Por otro lado, en cuanto a la responsabilidad del depositario, el
artículo 2247 del Código Civil, estipuló que las partes llámense depositante y depositario
podrán estipular que este último responda de toda especie de culpa; no obstante, la
norma aduce que a falta de estipulación el depositario responderá solamente de la culpa
grave y de la leve en los siguientes casos: (i) si se ha ofrecido espontáneamente o ha
pretendido se le prefiera a otra persona para depositario; y (ii) si tiene algún interés
personal en el depósito, sea porque se le permita usar de él en ciertos casos, sea porque
se le conceda remuneración. Por otra parte, es menester manifestar que de acuerdo con
lo previsto por el artículo 2258 del Código Civil, el depositario tiene derecho de retención
en los casos en que el depositante no le haya pagado las expensas que se utilizaron para
la conservación de la cosa, o no le haya pagado los perjuicios que sin culpa del
depositario le haya causado el depósito a este. (…) [C]onsidera la Sala que el señor Juan
Montes de Oca Beltrán, durante el ejercicio de su cargo, como depositario de la
motonave, dio cumplimiento a los deberes y obligaciones legales que le asistían cumplir
en virtud de lo previsto por el Código Civil, en consecuencia no es posible afirmar que la
motonave “Zeetor” haya presentado daños en virtud de su mala gestión puesto que
como se observa en los medios probatorios relacionados, el señor Juan Montes de Oca,
en la medida de sus capacidades, realizó todas las actuaciones tendientes a la
conservación de la nave y su tripulación. (…) [R]especto a las actuaciones realizadas por
Víctor Hugo Arenas Palomino durante el ejercicio de su gestión, como depositario de la
motonave “Zeetor”, este cumplió a cabalidad con las funciones legales a él
encomendadas, por lo tanto no es posible endilgar responsabilidad alguna respecto de
los aparentes daños padecidos por la motonave “Zeetor” (…) No obstante lo anterior,
encuentra la Sala demostrado con los siguientes medios probatorios, que el señor Joseph
Mora Van Wichen previo a su nombramiento como depositario de la nave “Zeetor”, ya
tenía el acceso y el control de la motonave para coordinar, no obstante fueron sus
inconvenientes y enemistades con la tripulación, los que entorpecieron la labor, lo cual no
es atribuible a la administración de justicia.
tripulantes, debe recibir la visita oficial de diferentes autoridades, dentro de las cuales se
encuentra el Capitán de Puerto o su representante, visita que debe ser atendida
personalmente por el capitán de la nave. Ahora bien, en lo que respecta al zarpe, es
claro que ninguna nave podrá salir del terminal sin el zarpe que expida la autoridad
marítima, representada por el Capitán de Puerto. (…) [L]a Sala ha considerado diligente
la actuación de la Capitanía de Puerto al preocuparse por la situación de las
embarcaciones extranjeras que permanecen en Buenaventura, que presentan una
situación anormal y que se ven incursas en las sanciones legalmente establecidas.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-1998-00175-01
26737
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1424 DE 2010 / LEY 1448 DE 2011 / CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 1.1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 4 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTÍCULO 27 NUMERAL 2 / CONVENIOS DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO
3
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 03/12/2014
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : GUALBERTO MARÍNEZ TENORIO Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
muerte de soldados por ataque guerrillero / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL
DEL ESTADO POR DAÑOS DERIVADOS DE LA GRAVE AFECTACIÓN O VIOLACIÓN A
DERECHOS HUMANOS - Declara probada. Régimen de imputación, falla del servicio /
FALLA DEL SERVICIO - Por la omisión e inactividad institucional que residía en las
entidades demandadas de dar una intervención proporcionada y adecuada a las
circunstancias riesgosas creadas por el mismo / POSICIÓN DE GARANTE INSTITUCIONAL
/ CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas convencionales de Derechos
Humanos y Derecho Internacional Humanitario
La Sala llega a la conclusión que las entidades aquí demandadas son responsables
patrimonialmente de los daños antijurídicos ocasionados causados a (…) y a su familia, y
a (…) y a su familia, con fundamento en la indiscutible falla en el servicio [por omisión
inactividad institucional que residía en dichas entidades], y como consecuencia directa
del indebido manejo de la situación objetiva de riesgo que representaba el
desplazamiento del convoy militar por una zona como la jurisdicción de Puerres, Nariño,
en el que iban las víctimas (…), ya que como se dijo atrás, estaba llamado el Estado a
precaver, o en lo posible evitar o dosificar ponderadamente los riesgos, debilidades y
fallas que se cometieron en el desplazamiento motorizado realizado por miembros del
Grupo de Caballería Mecanizado No.3 “Cabal” por la vía que conduce de Puerres a
Ipiales, que permitió la emboscada preparada y ejecutada por el grupo armado
insurgente FARC, con el resultado funesto y desafortunado para las familias de los
demandantes y de todos los que resultaron víctimas del mismo, quienes debieron ser
amparados como ciudadanos-soldados en sus derechos fundamentales y humanos (…).
Fue, por lo tanto, la omisión y la inactividad protuberante, ostensible, grave e
inconcebible del Estado de la que se desprende la responsabilidad por el resultado
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dañoso de los demandantes, quien estaba en la obligación de ofrecer, por lo menos, una
intervención proporcionada y adecuada a las circunstancias riesgosas creadas por el
mismo, como se constató con los graves fallos que se produjeron en el movimiento
motorizado programado para el fatídico 15 de abril de 1996 (…). Con base en los
anteriores argumentos, razonamientos y justificaciones la Sala de Sub-sección
confirmara la sentencia de primera instancia, declarando la responsabilidad de las
entidades demandadas por las múltiples fallas en el servicio que se concretaron en los
daños antijurídicos padecidos el 15 de abril de 1996 por los soldados (…).
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2004-02113-01
45433
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENIO IV DE GINEBRA / PROTOCOLO I ADICIONAL DE
LOS CONVENIOS DE GINEBRA - ARTÍCULO 48 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO
93 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - 217 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTÍCULO 2 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 4 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 11 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 90 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 93 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 214
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 03/12/2014
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 394/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Desde la perspectiva del respeto de los derechos humanos y del derecho internacional
humanitario en cabeza de Oscar y Dairo Alonso Salinas Castellanos, la Sala de Sub-
sección encuentra que representó una carga no soportable al haberse sacrificado,
extinguido y suprimido su derecho a la vida, al libre desarrollo de la personalidad, a su
dignidad y a todas las posibilidades de desarrollo personal, familiar, profesional y
humano que convencional [artículos 2, 4 y 11 de la Convención Americana de los
Derechos Humanos] y constitucionalmente [artículos 11 y 16 de la Carta Política]
reconocidos a ellos, teniendo en cuenta que se trataba de personas de veintiuno y veinte
años de edad, que tenían todas las posibilidades de elegir por virtud de su autonomía
personal el curso y calidad de su vida. (…) Se trata de la convergencia de un solo curso
fáctico con el que se desencadenó un daño antijurídico con múltiples manifestaciones,
tanto en la vida y dignidad, como en la libertad e integridad personal, y es lo que ocurre
cuando cualquier individuo es sometido a desaparición forzada, teniendo en cuenta su
carácter pluriofensivo, ya que según el artículo II de la Convención Interamericana sobre
desaparición forzada de personas, este tipo de hechos se configura por la privación de la
libertad de las personas [en el caso de Oscar y Dairo Alonso], que representa una
limitación, restricción o cercenamiento indebido del derecho a la libertad personal, que
pone en cuestión su integridad personal, y que en la posición de sus familiares implica la
vulneración del derecho a la información que estos puedan tener de la situación,
ubicación o condiciones en que se encuentran las personas que haciendo parte de su
núcleo no se tiene noticia de su paradero, ya que el como obrando la Sala como juez de
convencionalidad comprende, siguiendo la jurisprudencia interamericana de derechos
humanos, como “factor relevante para que cese una desaparición forzada” la
“determinación del paradero o la identificación de sus restos y no la presunción de
fallecimiento”, como se demuestra en el caso de Oscar y Dairo Alonso Salinas Castellanos
de quienes se tuvo conocimiento de su paradero sólo el 22 de octubre de 2002 cuando
fueron hallados en una fosa común sus cadáveres. (…) Finalmente, como parte de las
manifestaciones del daño antijurídico ocasionado a Oscar y a Dairo Alonso se encuentra
la limitación absoluta de su derecho de defensa, debido proceso y de acceso a la justicia,
ya que al haber sido sometidos a una desaparición forzada y muerte violenta se
desprende claramente cómo tales derechos resultaron vulnerados y socavados
gravemente, por lo que al momento de determinar la procedencia de la imputación y de
la reparación deberá tenerse en cuenta todas manifestaciones del daño antijurídico
ocasionado a las víctimas en el presente caso, las que no son excluyentes y deben ser
examinadas integralmente para corresponderse con los estándares convencionales y
constitucionales de protección de los derechos, bienes e intereses jurídicos que la Sala
como juez de convencionalidad debe defender.
Ahora bien, en el específico caso que se encuentra bajo examen de la Sala se hace
necesario valorar la imputación en una doble perspectiva: en primer lugar, desde la
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producción del daño antijurídico acaecido por la acción, omisión o inactividad, o por
exceso, abuso y desproporción en el cumplimiento de los deberes de protección,
seguridad y ejercicio de la soberanía en las que haya podido incurrir miembros del
Ejército Nacional, y que represente también la vulneración de los derechos reconocidos a
la vida e integridad, dentro del marco de la dignidad humana, y los derechos humanos,
que por el mismo bloque merecen ser objeto de protección en cabeza de los
desaparecidos y posteriormente fallecidos Oscar y Dairo Alonso Salinas Castellanos en
los hechos acaecidos el 3 de octubre de 2002, en su doble condición de presuntos
miembros de un grupo armado insurgente y miembros de la población civil. (…) De tal
manera, cabe observar la imputación del daño antijurídico, en principio, en los casos
donde se produce la desaparición y muerte de personas se hace consistir en el
incumplimiento e inobservancia de los deberes positivos derivados de exigencias
convencionales y constitucionales, esto es, derecho internacional de los derechos
humanos, y del derecho internacional humanitario, que pueden ser constitutivos de una
falla en el servicio.
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CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2003-01736-01
35413
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1448 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 03/12/2014
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : MARÍA ACENED RUBIO DE AROS Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso: Masacre en el
corregimiento de Frías, municipio de Falán por un grupo de autodefensas
[Se] encuentra que los hechos sucedidos en la noche del 15 de septiembre de 2001 se
configuran como un acto de lesa humanidad, por cuanto obedeció a un ataque dirigido en
contra de la población civil en el marco de una ofensiva sistemática en contra de civiles
supuestamente colaboradores de los movimientos guerrilleros. Es decir, (…) [se] está, de
nuevo, ante un acto que ofende y niega profundamente la dignidad inherente a cada ser
humano y que ataca lo más profundo de la sociedad civil contemporánea considerada
como un todo, en atención a la perversión moral y desprecio que envuelven este tipo de
actuaciones siniestras, pues, como lo ha precisado el TPIY “los crímenes de lesa
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víctimas del conflicto armado cuando los hechos acaecidos guardan una relación de
conexidad suficiente con este. (…) En este orden de ideas, es el tipo de acto, acción,
actividad, omisión o inactividad vulnerante lo que determina que una víctima esté
cobijada bajo el cuerpo normativo de protección a sus derechos, conforme a los criterios
elaborados por la jurisprudencia y los organismos de protección de Derechos Humanos,
del Derecho Internacional Humanitario, y del derecho de gentes. (…) [Además éste]
concepto (…) descansa sobre la base de la universalidad lo que, por consiguiente,
impone la proscripción de distinciones o discriminaciones odiosas por causa de sexo,
raza, condición social, religiosa, política o por la posición social o funcional de una
persona; de modo que vislumbra que cualquier sujeto de derecho puede ser considerado
como una potencial víctima –a la luz del derecho internacional de los derechos humanos,
del derecho internacional humanitario y derecho gentes- siempre que se concreten en él
o sus familiares una conducta activa u omisiva constitutiva de una grave violación de
Derechos Humanos o de Derecho Internacional Humanitario. Conforme a estas
consideraciones, la Sala verifica que en el marco del conflicto armado interno tiene plena
aplicabilidad y vigencia el concepto universal de víctima, pues como producto de esta
situación se pueden derivar graves violaciones a los Derechos Humanos, al Derecho
Internacional Humanitario y al derecho de gentes, bien sea de quienes hacen parte del
conflicto armado de manera activa [los combatientes], o de la población civil que, por
principio, está excluida de este tipo de confrontaciones. (…) En este caso se trata de la
categorización como víctimas de la humanidad y la sociedad en su conjunto, por
corresponderse lo sucedido el 15 de septiembre de 2001 como un acto de lesa
humanidad, igualmente reconoce la Sala que se constituyen como víctimas Pedro Argidio
Urrego Velásquez, Yesid Aros Rubio, Luis Albeiro Fernández, Erley González Calderón,
Farid Juan Janner Martínez, José Olivo Delgado Laverde, Duberney Miranda Cortés,
Cecilia Cortés, Jhon Jairo Navarrete Cortés, Marcolino Aguirre, Alduvier Triana y sus
respectivos familiares. NOTA DE RELATORÍA: Sobre este tema ver el auto de 17 de
septiembre de 2014, exp. 45092.
Una disgregación de este concepto de víctima permite extraer las siguientes conclusiones
elementales: (1) indiferencia de las calidades personales y/o subjetivas de la víctima. A
los ojos de esta definición universal, el concepto de víctima no requiere, para su
estructuración, que se cuenten con ciertas calidades particulares por parte del sujeto
afectado o dañado con la actuación, así mismo, también es claro que si concurren ciertas
condiciones particulares de cualquier índole (miembro de población civil, miembro de la
fuerza pública, etc) ello no tiene ninguna virtud de afectar la calidad de víctima; (2)
indiferencia de las calidades personales y/o subjetivas del victimario. Igualmente, la
estructuración del concepto de víctima no pende, en modo alguno, de las calidades del
perpetrador y/o responsables de los actos dañosos, en este sentido; (3) cualificación de
los actos constitutivos del daño. A diferencia de los dos criterios expuestos, el concepto
de víctima descansa, en esencia, sobre el tipo de acciones u omisiones llevadas a cabo.
Sobre este punto, es preciso señalar que las acciones ejecutadas en contra de la víctima
demandan una cualificación jurídica (normativa) particular, deben corresponderse con
violaciones manifiestas o graves del cuerpo normativo que reconoce el derecho
internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Internacional Humanitario, y el
derecho de gentes.
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Desde esa perspectiva ha reconocido como hechos acaecidos en el marco del conflicto
armado (i) los desplazamientos intraurbanos, (ii) el confinamiento de la poblacio´n; (iii)
la violencia sexual contra las mujeres; (iv) la violencia generalizada; (v) las amenazas
provenientes de actores armados desmovilizados; (vi) las acciones legi´timas del Estado;
(vi) las actuaciones ati´picas del Estado; (viii) los hechos atribuibles a bandas
criminales; (ix) los hechos atribuibles a grupos armados no identificados, y (x) por
grupos de seguridad privados, entre otros ejemplos. Si bien algunos de estos hechos
tambie´n pueden ocurrir sin relacio´n alguna con el conflicto armado, para determinar
quie´nes son vi´ctimas por hechos ocurridos en el contexto del conflicto armado interno,
la jurisprudencia ha sen~alado que es necesario examinar en cada caso concreto si
existe una relacio´n cercana y suficiente con el conflicto armado interno”.
operador judicial de la órbita nacional deberá verificar con qué potestades y facultades
cuenta para obtener el resarcimiento del perjuicio, bien a través de medidas netamente
indemnizatorias o, si los supuestos fácticos lo permiten [trasgresión de derechos
humanos en sus diversas categorías], a través de la adopción de diferentes medidas o
disposiciones”. Así mismo, en su momento la jurisprudencia de la Sección Tercera
consideró que la “reparación integral en el ámbito de los derechos humanos implica no
sólo el resarcimiento de los daños y perjuicios que se derivan de una violación a las
garantías de la persona reconocidas internacionalmente, sino que también supone la
búsqueda del restablecimiento del derecho vulnerado, motivo por el cual era posible la
implementación de una serie de medidas simbólicas y conmemorativas, que no
propenden por la reparación de un daño (strictu sensu), sino por la restitución del núcleo
esencial del derecho o derechos vulnerados. Por el contrario, la reparación integral que
opera en relación con los daños derivados de la lesión a un bien jurídico tutelado,
diferente a un derecho humano, se relaciona específicamente con la posibilidad de
indemnizar plenamente todos los perjuicios que la conducta vulnerante ha generado,
sean éstos del orden material o inmaterial. Entonces, si bien en esta sede el juez no
adopta medidas simbólicas, conmemorativas de rehabilitación, o de no repetición, ello no
implica en manera alguna que no se repare íntegramente el perjuicio”.
Para el caso concreto, se demuestra una violación a los derechos a la vida e integridad
física con la muerte de los civiles Pedro Argidio Urrego Velásquez, Yesid Aros Rubio, Luis
Albeiro Fernández, Erley González Calderón, Farid Juan Janner Martínez, José Olivo
Delgado Laverde, Duberney Miranda Cortés, Cecilia Cortés, Jhon Jairo Navarrete Cortés,
Marcolino Aguirre, Alduvier Triana, destacándose que la categorización como de acto de
lesa humanidad se hace por estar en presencia de una conducta ejecutada en contra de
población civil indefensa y por corresponderse a un ataque sistemático por parte de los
miembros del llamado Frente Omar Isaza de las Autodefensas Campesinas del
Magdalena Medio, razón por la cual se considera como procedente, a efectos de ajustarse
a los postulados del derecho a la verdad y justicia de las víctimas, el juzgamiento de los
responsables de dicho grupo armado así como la reparación plena de todos los derechos
que resultaron afectados. Acogiendo la jurisprudencia de la Sección Tercera, y en
ejercicio del control de convencionalidad subjetivo, la Sala encuentra que procede
ordenar y exhortar a las entidades demandadas al cumplimiento de “medidas de
reparación no pecuniarias”, con el objeto de responder al “principio de indemnidad” y a la
“restitutio in integrum”, que hacen parte de la reparación que se establece en la presente
decisión; precisando que se trata de un conjunto de medidas generales en atención a
que, como ya se ha reiterado, el caso bajo estudio es constitutivo de un acto de lesa
humanidad y por lo mismo la sociedad civil y la humanidad en su conjunto son víctimas
de estos hechos.
La presente sentencia hace parte de la reparación integral, de modo que las partes en el
proceso así deben entenderla. Como consecuencia de esto, copia auténtica de esta
sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera al Centro de
Memoria Histórica, para así dar cumplimiento a lo consagrado en la ley 1424 de 2010, y
se convierta en elemento configurador de la evidencia histórica del conflicto armado de
Colombia.
CONSEJO DE ESTADO
44001-23-31-000-2012-00026-01
44586
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 01/12/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : JOSÉ SANTO LOPERENA LOPERENA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN – MINISTERIO DE DEFENSA – EJÉRCITO NACIONAL – FISCALÍA
GENERAL DE LA NACIÓN
DECISION : ACCEDE
TEMA : APELACIÓN AUTO QUE RECHAZA DEMANDA – Revoca / CADUCIDAD DE LA
ACCIÓN DE REPARACIÓN – Prevalencia de principios constitucionales / DAÑO DERIVADO
DE GRAVES VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS / VIOLACIONES A LOS
DERECHOS DE NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES – Abuso sexual y lesiones a niña
indígena por integrante de fuerza pública / PRINCIPIO DE INTERÉS SUPERIOR DEL NIÑO
/ RECONOCIMIENTO Y PROTECCIÓN DEL PLURALISMO CULTURAL
[E]l Despacho encuentra reunidos elementos suficientes como para considerar que la
decisión adoptada por el Juez de primer grado no se ajusta a los postulados
convencionales y constitucionales, pues resulta bastante claro que siendo M una niña
menor de catorce años, miembro de la comunidad indígena Wiwa asentada en la Sierra
Nevada de Santa Marta y considerando que, según el dicho de la demanda, se trataba de
una niña formada para ser Saga [de relevancia para su comunidad indígena], existen
suficientes razones para revocar el auto impugnado y admitir la demanda para su
respectivo trámite, pues desconoció el Tribunal que la defensa de los derechos de la
menor no se encontraban en cabeza suya sino de sus padres, por tanto la eventual
incuria de estos no podría ser imputada a la menor, que se trata de un caso que implica
un atentado contra el honor y la integridad sexual de una menor de 14 años
perteneciente a una comunidad indígena además de significar una afectación para el
pueblo Wiwa. El Despacho considera que en un caso como el del sub lite se hace
imperiosa la aplicación de dos principios reconocidos en el ámbito convencional y
constitucional como son el del interés superior del niño y el reconocimiento y protección
del pluralismo cultural y jurídico de los grupos indígenas, lo que implica la prevalencia del
derecho de acción, pues las anteriores circunstancias del caso (el que sea menor de 14
años, que se trate de una agresión sexual y respecto de un miembro de un pueblo
indígena) se constituyen en poderosas razones para que convencional y
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CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-2000-01335-01
28505
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 20CONVENCIÓN
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 13 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA -
ARTÍCULO 333
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 12/11/2014
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : CARACOL TELEVISIÓN S.A.
DEMANDADO : COMISIÓN NACIONAL DE TELEVISIÓN
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE NULIDAD Y RESTABLECIMIENTO DEL DERECHO - Accede. Declara
nulidad de acto administrativo que impuso multa a canal de televisión / CONTRATO DE
CONCESIÓN DEL SERVICIO DE TELEVISIÓN - Alocución presidencial: Canal incumplió
horario de emisión por trasmisión de partido de fútbol / PAUTA PUBLICITARIA /
VULNERACIÓN AL DERECHO A LA LIBERTAD DE EMPRESA Y EXPLOTACIÓN DE
DERECHOS ECONÓMICOS - Contrato pactado entre canal privado y empresa para la
emisión de partido de fútbol. Derechos económicos / NULIDAD DE ACTO
ADMINISTRATIVO SANCIONATORIO - Declara. Acto administrativo es ilegal por falta de
motivación / NULIDAD DE ACTO ADMINISTRATIVO - Se encuentra acreditada la
vulneración del artículo 20 constitucional y el 13 de la Convención Americana de
Derechos Humanos / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas
convencionales de derechos humanos / DERECHO A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
pues sólo así se garantizan los propósitos de la libre y leal competencia. Las actividades
económicas de las empresas de comunicación social, la titularidad de derechos
materiales e inmateriales, son la piedra basilar de las libertades a que se refiere el
artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos y, por lo tanto, cualquier
afectación o limitación de ellas sólo puede hacerse de manera excepcional, proporcional y
acorde con los parámetros establecidos por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos.
Entendida como la potestad que tienen los agentes económicos para que, en ejercicio de
su autonomía dispositiva, celebren los actos que crean necesarios para su concurrencia
en el mercado, en condiciones de igualdad con los demás oferentes.
Consiste en la facultad que tienen todos los asociados de orientar sus esfuerzos y sus
factores empresariales y de producción a la conquista de un mercado, en un marco de
igualdad de condiciones.
CONSEJO DE ESTADO
50001-23-31-000-2000-40076-01
36682
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1448 DE 2011 / LEY 387 DE 1997 / LEY 1424 DE 2010 /
CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 22 / CONVENIOS DE
GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 24 /
CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 93
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 20/10/2014
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : JOSÉ LEONARDO CASTAÑO MÉNDEZ OTROS
DEMANDADO : DEPARTAMENTO ADMINISTRATIVO DE SEGURIDAD - “D.A.S.”
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
desplazamiento forzado de familia del municipio de Granada Meta / DESPLAZAMIENTO
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 408/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
[S]e tiene por acreditado que el señor (…) y otros agentes del D.A.S., actuaron
contrariando los postulados constitucionales y legales para proceder a cumplir con sus
funciones, esto es, prevalidos de su condición de autoridad, se infiere actos contrarios a
sus funciones, amedrentando, lesionando y amenazando al actor, lo que a todas luces es
reprochable, máxime cuando son las propias autoridades del Estado quienes deben
actuar conforme a la ley y en cumplimiento de ella (…). En suma, de las pruebas
allegadas al plenario se infiere que los funcionarios del D.A.S., arribaron a la casa de
habitación del señor [demandante], para el día 10 de marzo de 1998, en un vehículo
adscrito a la entidad, y que tal como se indicó con la declaración del señor personero
municipal, el señor (…), que en su momento era miembro activo del D.A.S., aceptó que
había ido a buscar armamento y a un señor que apodaban como el “gordo”, porque de
acuerdo con las informaciones de los agentes, en el lugar donde se encontraba la
residencia y tienda del señor [demandante] se encontraban tales elementos. Así mismo,
se puede concluir que aceptó haber actuado incumpliendo sus funciones y protocolos
para el registro y revisión de antecedentes penales, pero justificó su actuar por la
correspondiente información de inteligencia (…). Teniendo en cuenta este antecedente, y
de las demás pruebas ya mencionadas, se puede concluir así mismo, que fueron los
propios funcionarios del D.A.S., quienes regresaron el 12 de marzo de 1998 a la casa de
habitación del señor [demandante], en dos motocicletas y con armas de fuego, además
de indicar que uno de los funcionarios que se encontraba era el señor (…), miembro
activo de la entidad demandada. Por lo tanto, fueron éstos quienes hirieron con arma de
fuego al señor [demandante] y ante el temor y zozobra por el riesgo que corría él y su
familia, decidieron huir de su lugar de residencia, en atención a estos hechos tan
lamentables, sobre todo porque fueron ocasionados por el propio Estado (…). Por tal
motivo, la Subsección confirmará la sentencia de primera instancia, en el sentido de
declarar la responsabilidad de la entidad demandada por los hechos acaecidos entre el 10
y 12 de marzo de 1998, que condujo al desplazamiento forzado del señor [demandante]
y su compañera permanente y sus dos hijos.
Esta sentencia hace parte de la reparación integral, y así deberá entenderse por todas las
partes involucradas en el proceso.
La presente sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera de esta
Corporación, al Centro de Memoria Histórica, para dar cumplimiento a lo consagrado en
la ley 1424 de 2010, de manera que haga parte de la evidencia histórica del conflicto
armado en Colombia
En caso de no ser eficaces los recursos internos, anteriormente señalados como parte de
la reparación integral, la Sub-sección respetuosamente exhorta al Estado colombiano, en
cabeza de las entidades demandadas, para que eleve el caso ante las instancias
internacionales de protección de los derechos humanos, de manera que se surta la plena
aplicación del artículo 1 y 93 de la Carta Política, y 1.1 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, que establece la necesidad de contar con recursos efectivos para la
protección de tales derechos.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-1998-00352-01
31250
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : COMITE DE DERECHOS HUMANOS DE LA ORGANIZACION
DE LAS NACIONES UNIDAS OBSERVACION GENERAL NUMERO 6 - ARTICULO 6 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 216 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 63 NUMERAL 1 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 90 / LEY
446 DE 1998 - ARTICULO 16 / FISCALIA GENERAL DE LA NACION - DIRECTIVA 1 DE 4
DE OCTUBRE DE 2012 / LEY 1448 DE 2011 / LEY 1424 DE 2010 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 90 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 77 /
CODIGO GENERAL DEL PROCESO - ARTICULO 68 / CODIGO GENERAL DEL PROCESO -
ARTICULO 74
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 20/10/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : CARLOS ENRIQUE HIDALGO VARGAS Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJERCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Soldado regular y conscripto. Preservación
de derechos constitucionales / SERVICIO MILITAR OBLIGATORIO - Preservación de
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 411/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
derechos constitucionales
Como todo ciudadano, aquél que presta el servicio militar en cualquiera de sus
modalidades no queda excluido de las mínimas garantías reconocidas
constitucionalmente y al respeto de los derechos humanos que no mutan por tratarse de
personal militar, ya que no cabe establecer distinción, discriminación o aplicación
diferente, como sucede al sostenerse el concepto de “acto de servicio”, que resulta en las
circunstancias específicas de la toma de la Base Militar del Cerro de Patascoy orientando
la decisión del juez contencioso administrativo hacia una suerte de aplicación
inconstitucional del concepto de servicio militar obligatorio, que no respeta las garantías
y derechos constitucionalmente reconocidos a toda persona, incluso al ciudadano-
soldado. (…) Como se señaló en reciente precedente de la Sala, la protección de la vida
“se predica también en relación con los miembros de los cuerpos armados”. En ese
sentido, el precedente jurisprudencial constitucional sostiene, “En este orden de ideas,
las autoridades militares deben poner todo el empeño y diligencia posible para proteger
la vida de los soldados colombianos, y hacer todo lo que esté a su alcance para que su
estadía de éstos en el Ejército Nacional sea lo más humana, dignificante y
enriquecedora”. (…) la idea de procurar una estancia humana, dignificante y
enriquecedora es la manifestación concreta según la cual los soldados que prestan el
servicio militar obligatorio no renuncian a sus derechos fundamentales, ya que como se
sostiene en el precedente jurisprudencial constitucional, (…) [la] “… prestación del
servicio militar, si bien es exigible a todos los nacionales, con las excepciones que la ley
consagra, debe someterse a los postulados constitucionales y respetar los derechos
fundamentales y las libertades básicas de los llamados a filas”. (…) Sin lugar a duda, no
puede significar el sacrificio absoluto de los derechos fundamentales y humanos de
aquellos que prestan el servicio militar obligatorio, (…) especialmente de su derecho a la
vida y a la integridad personal. (…) De ahí, pues, que se sostiene que el Ejército puede
estar incurso en la violación de los derechos fundamentales de los soldados cuando no
cuentan con la preparación suficiente, (…) Desde esta perspectiva, puede entenderse que
los soldados que prestan el servicio militar obligatorio, como lo eran Edwin Andrés
Caicedo Córdoba y Carlos Eduardo Bermúdez Zambrano como ciudadano-soldado que se
encontraba en el cumplimiento de un deber constitucional no renunció a sus derechos
fundamentales, lo que lleva a plantear una suerte de tensión entre dicho deber y los
derechos a él constitucional e internacionalmente reconocidos (en aplicación del bloque
de constitucionalidad, conforme al artículo 93 de la Carta Política).
La Sala advierte que los hechos ocurridos en la Base Militar del Cerro de Patascoy, en el
Departamento del Putumayo, son producto o resultado del conflicto armado interno que
el país viene sufriendo desde hace décadas, lo que hace exigible al Estado un deber
positivo de protección no sólo respecto a los ciudadanos o población civil, sino también
en relación con los propios miembros de la fuerza pública, y especialmente con aquellos
que cumpliendo el deber constitucional de prestar el servicio militar obligatorio ostentan
la calidad de ciudadanos-soldados. (…) Dicho deber positivo (u objetivo) de protección
que está en cabeza del Estado se hace exigible imperativamente si se quiere
corresponderse con el respeto de las reglas de derecho internacional humanitario, en
especial con lo establecido en el artículo 3 común de los Convenios de Ginebra (…) En
ese sentido, la invocación del artículo 3 común de los Convenios de Ginebra de 1949 no
tiene otro objeto que la afirmación del principio de humanidad, que es inherente al
respeto de la dignidad. (…) Sin duda, el deber positivo que el Estado tiene para con los
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FALLA DEL SERVICIO - Muerte y secuestro de soldados en toma a base militar de cerro
de Patascoy. Violación de derechos humanos a ciudadanos soldados / FALLA DEL
SERVICIO - Por omisión e irregularidades para contener ataque guerrillero
FALLA DEL SERVICIO - Muerte y secuestro de soldados en toma a base militar de cerro
de Patascoy / FALLA DEL SERVICIO - Por omisión e incumplimiento en el deber de
planeación, organización, seguimiento y despliegue de la fuerza armada / DERECHO DE
IUS IN BELLUM - Ejercicio de la fuerza armada. Deber de planeación, organización,
seguimiento y despliegue
No tiene duda la Sala que el daño antijurídico causado con los decesos de los militares
Mauricio Geovanny Hidalgo Benavides, Edwin Andrés Caicedo Córdoba y Carlos Eduardo
Bermúdez Zambrano (los dos últimos soldados regulares) es fáctica y jurídicamente
atribuible a la Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional, con fundamento en el
criterio de motivación de falla del servicio, dado el flagrante y abierto incumplimiento de
los deberes normativos a cargo de la demandada, en atención a cada uno de los tres
escenarios arriba reseñados, esto es, respecto de la inacción ante el conocimiento de la
toma a la Base, las deficientes condiciones en que se encontraba la Base y, por último, a
las acciones emprendidas durante y después de la toma. (…) En efecto, dicha atribución
de responsabilidad subsiste pese a que en los hechos haya intervenido un tercero (grupo
subversivo), ya que no fue ésta la causa determinante capaz de enervar la sustancia
fenomenológica y fáctica, que sigue residiendo en el resultado mismo achacable al
Estado, que no sólo está llamado a enfrentar a la delincuencia, a los grupos irregulares,
sino que también está obligado, principalmente, a adoptar las medidas de precaución,
prevención y contención adecuadas para enfrentar todas las manifestaciones del delito,
(…) Luego, hay pruebas suficientes para acreditar la omisión de prevenir o atender
adecuadamente la situación de riesgo objetiva creada por el Estado, al permitir que un
resultado dañoso como el ocurrido en la toma de la Base Militar de Patascoy, lo que no se
constituía en un imposible material, militar ni jurídico, al tenor de lo reflejado en los
propios informes del Estado, por la falta de planeación, retardo injustificado en el apoyo,
debilidades en el diseño y establecimiento de la Base, sin tener en cuenta las condiciones
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 414/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
FALLA DEL SERVICIO - Muerte y secuestro de soldados en toma a base militar de cerro
de Patascoy / FALLA DEL SERVICIO - Por incumplimiento de la cláusula general de la
buena administración pública
La Sala llega a la conclusión que las entidades aquí demandadas son responsables
patrimonialmente de la muerte de Mauricio Geovanny Hidalgo Benavides, Edwin Andrés
Caicedo Córdoba y Carlos Eduardo Bermúdez, con fundamento en la indiscutible posición
de garante institucional que residía en dichas entidades, y como consecuencia directa de
la creación de la situación objetiva de riesgo, ya que como se dijo atrás, el Estado estaba
llamado a evitar los riesgos, debilidades y fallas que se cometieron en la Base Militar del
Cerro de Patascoy, que permitió el ataque guerrillero, con el resultado funesto y
desafortunado de todos los que resultaron víctimas del mismo, quienes debieron ser
amparados como ciudadanos-soldados en sus derechos fundamentales y humanos. Fue,
por lo tanto, la omisión protuberante, ostensible, grave e inconcebible del Estado de la
que se desprende la responsabilidad por el resultado dañoso de los demandantes, quien
estaba en la obligación de ofrecer, por lo menos, una intervención proporcionada y
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 415/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
FALLA DEL SERVICIO - Muerte y secuestro de soldados en toma a base militar de cerro
de Patascoy. Precedente jurisprudencial / FALLA DEL SERVICIO - Por omisión y violación
grave de derechos humanos. Muerte y secuestro de soldados en toma a base militar de
cerro de Patascoy
En cuanto al régimen aplicable por los daños sufridos por quienes prestan el servicio
militar obligatorio, se ha venido encuadrando en un título de imputación objetivo, bien
sea el daño especial, o el riesgo excepcional. La premisa de la que se parte es que se
produce la ruptura del principio de igualdad en la asunción de las cargas públicas,
teniendo en cuenta que el ingreso a la fuerza pública ocurre en razón del acatamiento del
mandato constitucional previsto en el artículo 216 de la Carta Política. (…) cuando se
trata de personas que se encuentran prestando el servicio militar obligatorio se afirma
que no quedan sometidos a los riesgos inherentes a la actividad militar voluntariamente,
“sino que corresponde al cumplimiento de los deberes que la Constitución impone a las
personas, “derivados de los principios fundamentales de solidaridad y reciprocidad
social”, para “defender la independencia nacional y las instituciones públicas”. (…) En
reciente precedente de la Sala se dijo que cuando la administración pública impone el
deber de prestar el servicio militar, se configura que esa persona que presta tal servicio
“se encuentra sometida a su custodia y cuidado”, situándose en una posición de riesgo,
“lo que en términos de imputabilidad significa que debe responder por los daños que le
sean irrogados relacionados con la ejecución de la carga pública”. (…) En ese mismo
precedente, se dijo que el Estado se encontraría frente a la persona que presta el
servicio militar obligatorio en una posición de garante, representada por la existencia de
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una relación de especial sujeción. Lo anterior indica, que en ciertos casos el Estado
puede contribuir co-causalmente, pese a que haya intervenido el hecho de un tercero.
Este argumento se depura, afirmándose que el Estado pone a quien presta el servicio
militar obligatorio en una situación de riesgo, lo que lleva a concluir que la simple
constatación de la existencia de una causa extraña, como la del hecho de un tercero, no
es suficiente para que los daños no le sean atribuibles, centrándose la atención en que el
resultado perjudicial tiene relación mediata con el servicio. En los anteriores términos, al
Estado sólo le queda acreditar que le resultaba absolutamente imprevisible e irresistible
asumir los riesgos a los que estuvo expuesto quien presta el servicio militar obligatorio.
Precisada con suma claridad la existencia de una falla del servicio, por violación clara,
manifiesta e inexcusable de los Derechos Humanos de quienes fallecieron en la Base
Militar del Cerro de Patascoy y estando claro que fue ésta y no otra la circunstancia que
se concretó en el daño antijurídico, debe la Sala reiterar las razones por las cuales no es
procedente, de ninguna manera en el sub judice, encontrar configurada la eximente del
hecho de un tercero como evento con virtualidad para romper la atribución del daño. (…)
En efecto, como se ha reiterado de manera suficiente en esta providencia, es un hecho
cierto e indiscutible que fácticamente el acto fue ejecutado por terceros ajenos a la
administración pública, miembros del Grupo Armado Insurgente FARC, sin embargo, tal
circunstancia no enerva la imputación jurídica del resultado dañoso a la demandada,
pues, como se dijo, en este asunto la responsabilidad se le atribuye a partir de la omisión
en su actuar para evitar el resultado dañoso; es decir, la responsabilidad en este caso no
se imputa a la Entidad demandada por haber ejecutado ella, materialmente, los actos
generatrices del daño antijurídico irrogado a los demandantes, sino que su
responsabilidad se perfila a partir de criterios normativos de imputación; ello aunado a la
circunstancia de que los sucesos del 21 de diciembre de 1997 no se corresponde con las
categorías de imprevisible ni irresistible –constitutivas del hecho de un tercero- dado el
hecho, como ya se expuso supra, del suficiente y claro conocimiento que tenían las
autoridades de las intenciones de las FARC de tomarse la Base Militar del Cerro de
Patascoy, dadas las serias y protuberantes deficiencias de las instalaciones de la Base así
como la actuación desplegada en el momento del ataque. (…) para la Sala no se ha
configurado la eximente de responsabilidad consistente en el hecho de un tercero, pues
una vez valorado de manera ponderada y a la luz de las pruebas que obran en el
proceso, se advierte que el hecho del Grupo Armado Insurgente FARC no revistió las
características de ser imprevisible o irresistible, así como tampoco exclusivo, pues como
se advirtió con suma claridad, en los hechos de la toma a la Base Militar del Cerro de
Patascoy confluyeron una pluralidad de irregularidades imputables, en exclusiva, a la
demandada Nación – Ministerio de Defensa – Ejército Nacional.
Se destaca que el hecho del tercero debe estar revestido de cualidades como que sea i)
imprevisible, ii) irresistible y iii) ajeno a la entidad demandada. Es acertado que algunas
decisiones sostengan que no se requiere que el hecho del tercero sea culposo para que
proceda como eximente, y por otra parte, se tiene como exigencia que la causa [la
actuación del tercero] sea adecuada.
La Sala verifica que en el marco del conflicto armado interno tiene plena aplicabilidad y
vigencia el concepto universal de víctima, pues como producto de esta situación se
pueden derivar graves violaciones a los Derechos Humanos, al Derecho Internacional
Humanitario y al derecho de gentes, bien sea de quienes hacen parte del conflicto
armado de manera activa (los combatientes), o de la población civil que, por principio,
está excluida de este tipo de confrontaciones. (…) En suma, en el sub judice la Sala
verifica que los familiares de Mauricio Geovanny Hidalgo Benavides, Edwin Andrés
Caicedo Córdoba y Carlos Eduardo Bermúdez Zambrano, son verdaderas víctimas en
tanto que, conforme a lo arriba expuesto, la muerte de los tres uniformados tuvo lugar
como consecuencia de una grave violación a sus derechos humanos, que les son
inherentes e irrenunciables, como ha quedado expuesto de manera bastante diciente y
clara por esta Sala al acudir a la conceptualización de ciudadano-soldado. Por tanto, no
puede menos la Sala que considerar a los acá demandantes como víctimas del conflicto
armado interno.
veintitrés (23) años y cuarenta y cinco (45) días de vida, de modo que el tiempo restante
para que cumpliera veinticinco (25) años era de veintidós punto cinco (22,5) meses. (…)
Dicho lo anterior, se procederá a efectuar la liquidación del lucro cesante a favor de los
demandantes señalados, para lo cual, a efectos de fijar la renta que servirá de base del
cálculo liquidatorio, se agregará al salario devengado un 25% correspondiente a las
prestaciones sociales a las que tenía derecho recibir el fallecido, suma a la que se le
descontará un 25% que ha sido entendido por la jurisprudencia de esta Corporación
como la parte o monto que el fallecido hubiere destinado para sí.
Una vez establecida la cuantía de la reparación que por concepto de perjuicios morales y
materiales debe condenarse a la entidad demandada, la Sala cierra su análisis
examinando la procedencia de la imposición de medidas de reparación no pecuniarias
con fundamento en la categoría de afectación relevante a bienes o derechos
constitucional y convencionalmente protegidos, ya que de acuerdo con la interpretación
sistemática y armónica del artículo 90 constitucional, 16 de la ley 446 de 1998 y 63.1 de
la Convención Americana de Derechos Humanos, en los eventos en los que se produce la
vulneración de derechos humanos le asiste al juez contencioso el deber de estudiar si
procede imponer como condena el cumplimiento de medidas de reparación no
pecuniaria, con el objeto del alcanzar la verdad de los hechos con los que se
desencadenó la vulneración, la justicia material del caso, y la reparación encaminada al
pleno resarcimiento de todos los derechos, y no sólo de los intereses pecuniarios;
siguiendo, para el efecto, el amplio precedente jurisprudencial que al respecto existe y el
criterio unificado por la Sala de Sección Tercera en fallo de 28 de agosto de 2014 (exp.
26251
ceder el fundamento procesal del principio de congruencia ante la primacía del principio
sustancial de la “restitutio in integrum”, máxime cuando existe la vulneración de
derechos humanos, como quedó verificado con ocasión de los hechos ocurridos el 21 de
diciembre de 1997 en el Cerro de Patascoy.
Debe colegirse, por lo tanto, que el principio de reparación integral, entendido éste como
aquel precepto que orienta el resarcimiento de un daño, con el fin de que la persona que
lo padezca sea llevada, al menos, a un punto cercano al que se encontraba antes de la
ocurrencia del mismo, debe ser interpretado y aplicado de conformidad al tipo de daño
producido, es decir, bien que se trate de uno derivado de la violación a un derecho
humano, según el reconocimiento positivo del orden nacional e internacional, o que se
refiera a la lesión de un bien o interés jurídico que no se relaciona con el sistema de
derechos humanos. (…)En esa perspectiva, la reparación integral en el ámbito de los
derechos humanos supone, no sólo el resarcimiento de los daños y perjuicios que se
derivan, naturalmente, de una violación a las garantías de la persona reconocidas
internacionalmente, sino que también implica la búsqueda del restablecimiento del
derecho vulnerado, motivo por el cual se adoptan una serie de medidas simbólicas y
conmemorativas, que no propenden por la reparación de un daño [strictu sensu], sino
por la restitución del núcleo esencial del derecho o derechos infringidos. Por el contrario,
la reparación integral que opera en relación con los daños derivados de la lesión a un
bien jurídico tutelado, diferente a un derecho humano, se relaciona, específicamente, con
la posibilidad de indemnizar plenamente todos los perjuicios que la conducta vulnerante
ha generado, sean éstos del orden material o inmaterial. (…) Así mismo, en su momento
la jurisprudencia de la Sección Tercera consideró que la “reparación integral en el ámbito
de los derechos humanos implica no sólo el resarcimiento de los daños y perjuicios que
se derivan de una violación a las garantías de la persona reconocidas internacionalmente,
sino que también supone la búsqueda del restablecimiento del derecho vulnerado, motivo
por el cual era posible la implementación de una serie de medidas simbólicas y
conmemorativas, que no propenden por la reparación de un daño (strictu sensu), sino
por la restitución del núcleo esencial del derecho o derechos vulnerados. Por el contrario,
la reparación integral que opera en relación con los daños derivados de la lesión a un
bien jurídico tutelado, diferente a un derecho humano, se relaciona específicamente con
la posibilidad de indemnizar plenamente todos los perjuicios que la conducta vulnerante
ha generado, sean éstos del orden material o inmaterial. Entonces, si bien en esta sede
el juez no adopta medidas simbólicas, conmemorativas de rehabilitación, o de no
repetición, ello no implica en manera alguna que no se repare íntegramente el perjuicio”.
Para el caso concreto, se demuestra una violación a los derechos a la vida e integridad
física con la muerte de los soldados Mauricio Geovanny Hidalgo, Edwin Andrés Caicedo y
Carlos Eduardo Bermúdez, destacándose que la categorización como grave violación de
Derechos Humanos proviene por la violación del Estado de la posición de garante que
tenía frente a los uniformados, sin dejar de lado que en la producción del daño
antijurídico también lo es que intervino el Grupo Armado Insurgente FARC, razón por la
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cual se considera como procedente, a efectos de ajustarse a los postulados del derecho a
la verdad y justicia de las víctimas, el juzgamiento de los responsables de dicho grupo
armado así como la reparación plena de todos los derechos que resultaron afectados. (…)
Acogiendo la jurisprudencia de la Sección Tercera, y en ejercicio del control de
convencionalidad subjetivo, la Sala encuentra que procede ordenar y exhortar a las
entidades demandadas al cumplimiento de “medidas de reparación no pecuniarias”,
dentro del marco de la categoría de vulneración relevante de bienes o derechos
constitucional y convencionalmente amparados, con el objeto de responder al “principio
de indemnidad” y a la “restitutio in integrum”, que hacen parte de la reparación que se
establece en la presente decisión: (1) Esta sentencia hace parte de la reparación
integral, y así deberá entenderse por todas las partes involucradas en el proceso.
Se exhortará a la Defensoría del Pueblo para que informe de las investigaciones por la
violación del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos que se hayan
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adelantado por los hechos, y se ponga disposición por los medios de comunicación y
circulación nacional.
Las víctimas por los hechos objeto de este proceso, deberán ser incorporadas a lo
establecido en la ley 1448 de 2011 [legislación de víctimas], al comprenderse que lo
ocurrido el 21 de diciembre de 1997 se circunscribe dentro del conflicto armado.
La presente sentencia deberá ser remitida por la Secretaría de la Sección Tercera de esta
Corporación, al Centro de Memoria Histórica, para dar cumplimiento a lo consagrado en
la ley 1424 de 2010, de manera que haga parte de la evidencia histórica del conflicto
armado en Colombia; y
Se dispondrá que la presente sentencia sea publicada por todos los medios de
comunicación de la Nación – Ministerio de Defensa y el Ejército Nacional, comprendiendo
ello medios electrónicos, redes sociales y páginas web, por un periodo de un (1) año, los
cuales se contarán a partir de la ejecutoria de la presente sentencia.
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En caso de no ser eficaces los recursos internos, anteriormente señalados como parte de
la reparación integral, la Sub-sección respetuosamente exhorta al Estado colombiano, en
cabeza de las entidades demandadas, para que eleve el caso ante las instancias
internacionales de protección de los derechos humanos, de manera que se surta la plena
aplicación del artículo 1 y 93 de la Carta Política, y 1.1 de la Convención Americana de
Derechos Humanos, que establece la necesidad de contar con recursos efectivos para la
protección de tales derechos.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-1991-06952-01
29590
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 334 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 189
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 10/09/2014
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : ENRIQUE GIL BOTERO
ACTOR : MARIA GENI GONZALEZ Y OTROS
DEMANDADO : INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES
DECISION : ACCEDE
TEMA : DAÑO - Noción. Definición. Concepto
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El daño antijurídico, a efectos de que sea indemnizable, requiere que esté cabalmente
estructurado, por tal motivo, se torna imprescindible que se acrediten los siguientes
aspectos relacionados con la lesión o detrimento cuya reparación se reclama: i) debe ser
antijurídico, esto es, que la persona no tenga el deber jurídico de soportarlo; ii) que se
lesione un derecho, bien o interés protegido legalmente por el ordenamiento; iii) que sea
cierto, es decir, que se pueda apreciar material y jurídicamente; por ende, no puede
limitarse a una mera conjetura. Ahora bien, en el libelo demandatorio se definió como
daño antijurídico a reparar, la condición de salud en que quedó el neonato, después del
trabajo de parto realizado a la señora María Geni González en la Clínica León XIII, lo que
constituye una vulneración a un derecho constitucional protegido como es la salud, por
esta razones, el daño aducido, esto es, la lesión a un derecho constitucional tiene la
condición de antijurídico, pues, no se está en el deber legal de soportar, y es un daño
cierto, porque es perfectamente determinable y tasable. NOTA DE RELATORIA: Sobre el
tema consultar sentencia de 5 de diciembre de 2005, exp. 12158. En relación con la
antijuricidad del daño, ver sentencia de 11 de noviembre de 1999m exp. 11499
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[E]n nuestro país las entidades descentralizadas de los diversos órdenes padecen una
fuerte dependencia del Gobierno Nacional y, por ende, muchas veces para el
cumplimiento de sus funciones y misiones propias requieren del guiño o visto bueno
otorgado desde el nivel central, en una especie de control jerárquico. Esta fuerte
dependencia en el entramado administrativo que opera en la Rama Ejecutiva, lleva a
que, en ocasiones, en aras del cumplimiento del interés público, y la garantía efectiva de
los derechos de los asociados, sea necesaria la aplicación de principios generales del
derecho (…) Y, si bien, en el ordenamiento constitucional existe el principio de estabilidad
fiscal (art. 334 C.P.), lo cierto es que ese postulado debe entenderse como estricto y
restrictivo, aplicable tan solo previo el agotamiento de los procedimientos judiciales
dispuestos en la Constitución Política, siempre y en todo caso en armonía con los demás
principios que también integran la Carta Política, de allí que su aplicación pura y simple
no perturbe el sistema constitucional completo. En particular, el principio según el cual
Colombia es un Estado Social de Derecho. (…) sólo cuando se superen los límites
soportables de lo que en derecho económico se denomina sostenibilidad fiscal, se
quebrará el sagrado principio de honrar las deudas en la de un caso particular, cuya
demora en repararse siempre producirá más daños de los que ya se causaron a las
víctimas.
CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2001-01509-01
25909
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 334 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 189
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 10/09/2014
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : ENRIQUE GIL BOTERO
ACTOR : LUZ MARY CRUZ DE SALDAÑA Y OTROS
DEMANDADO : INSTITUTO DE LOS SEGUROS SOCIALES Y OTRO
DECISION : ACCEDE
TEMA : FALLA EN LA PRESTACION DEL SERVICIO MEDICO - Demora y negligencia en la
atención oportuna de paciente / FALLA EN LA PRESTACION DEL SERVICIO MEDICO -
Descuido de paciente. Demora en la verificación de afiliación al sistema de salud / FALLA
EN LA PRESTACION DEL SERVICIO MEDICO - Obligación de establecer, aplicar y cumplir
con el protocolo médico / MUERTE DE PACIENTE - Dispendioso trámite por parte de la
entidad prestadora de salud EPS / MUERTE DE PACIENTE - Dispendioso trámite por parte
de la institución prestadora de salud IPS
disponible para practicarle el TAC, y en cambio procedieron a trasladarlo sin adoptar las
previsiones del caso. Igualmente, llama la atención el hecho de que luego de realizarle
ese examen en la Clínica Tolima, lo hayan llevado de nuevo al I.S.S., para percatarse una
vez allí que requería de cuidados intensivos y finalmente, llevarlo otra vez a la Clínica
Tolima, perdiendo como consecuencia de esa falta de previsión, 1 hora y 15 minutos. En
el anterior orden de ideas, sólo puede concluirse que la atención médica brindada en el
I.S.S. no se compadeció con el cuadro clínico que presentaba el paciente- hematomas
epidural y subdural agudos-, que por sus características exigía rapidez y oportunidad, ya
que es de rápida evolución y puede causar la muerte o una lesión cerebral grave si no se
trata con prontitud. Ahora bien, no es de recibo el argumento aducido por la demandada,
según el cual el señor Miguel Antonio Saldaña tenía pocas posibilidades de recuperarse,
pues si bien, su cuadro clínico era grave, no puede perderse de vista que cuando ingresó
a la I.P.S. del I.S.S., se encontraba en una escala de Glasgow de 7/15, es decir que si
hubiera sido atendido con prontitud, se hubiera recuperado. Sin embargo, su condición
se agravó en el intervalo de las casi tres horas que permaneció abandonado, mientras la
entidad verificaba el estado de su afiliación, por lo que no cabe duda que fue la demora y
negligencia de la entidad lo que ocasionó la muerte del paciente. NOTA DE RELATORIA:
En relación con el abandono del paciente y restricción del tratamiento, consultar
sentencia de 30 de junio de 2008, exp. 16483. Respecto a los trámites dispendiosos a
que son sometidos los pacientes para obtener una autorización para su traslado entre
entidades hospitalarias, consultar sentencia de 18 de febrero de 2010, exp. 18524.
Sobre la larga e injustificada espera, en relación con la prestación de servicios médicos,
ver sentencia de 7 de octubre de 2009, exp. 35656
[N]o sólo el médico, sino también la I.P.S. asume una posición de garante frente al
enfermo que acude a la misma esperando recibir un tratamiento oportuno para su
patología, máxime cuando se trata de una situación de urgencia, como la que sobrevino
en el caso sub judice. Es por esta razón que las I.P.S. no pueden excusar la deficiente y
tardía prestación del servicio en la realización de trámites de orden administrativo, pues
la recuperación de la salud del paciente debe ser el fin último de su existencia y el mismo
no puede verse entorpecida, dilatada y obstaculizada por la exigencia de documentos o
requisitos que no son indispensables para llevar a cabo las labores de diagnóstico y
tratamiento y que sólo constituyen obstáculos para el acceso al servicio de salud. NOTA
DE RELATORIA: Acerca del contenido y alcance del concepto de posición de garante, ver
sentencia de 4 de octubre de 2007, exp. 15567.
[E]n nuestro país las entidades descentralizadas de los diversos órdenes padecen una
fuerte dependencia del Gobierno Nacional y, por ende, muchas veces para el
cumplimiento de sus funciones y misiones propias requieren del guiño o visto bueno
otorgado desde el nivel central, en una especie de control jerárquico. Esta fuerte
dependencia en el entramado administrativo que opera en la Rama Ejecutiva, lleva a
que, en ocasiones, en aras del cumplimiento del interés público, y la garantía efectiva de
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 429/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
los derechos de los asociados, sea necesaria la aplicación de principios generales del
derecho (…) Y, si bien, en el ordenamiento constitucional existe el principio de estabilidad
fiscal (art. 334 C.P.), lo cierto es que ese postulado debe entenderse como estricto y
restrictivo, aplicable tan solo previo el agotamiento de los procedimientos judiciales
dispuestos en la Constitución Política, siempre y en todo caso en armonía con los demás
principios que también integran la Carta Política, de allí que su aplicación pura y simple
no perturbe el sistema constitucional completo. En particular, el principio según el cual
Colombia es un Estado Social de Derecho. (…) sólo cuando se superen los límites
soportables de lo que en derecho económico se denomina sostenibilidad fiscal, se
quebrará el sagrado principio de honrar las deudas en la de un caso particular, cuya
demora en repararse siempre producirá más daños de los que ya se causaron a las
víctimas.
CONSEJO DE ESTADO
68001-23-15-000-1999-02729-01
30557
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 1 /
CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / CONVENCIÓN AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 27 NUMERAL 2
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 10/09/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : CLAUDIA PATRICIA JAIMES PERICO Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
muerte de agente de policía por ataque guerrillero / GRADO JURISDICCIONAL DE
CONSULTA - Accede / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO POR
DAÑOS DERIVADOS DE VIOLACIÓN A DERECHOS HUMANOS - Declara probada. Régimen
de imputación, falla del servicio / FALLA DEL SERVICIO - Por la falta de planeación y
prevención de la entidad demandada para minimizar los riesgos derivados del servicio /
CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas convencionales de Derechos
Humanos y Derecho Internacional Humanitario
En el presente caso, no se verifica que la entidad demandada haya efectuado los planes
de planeación y prevención que se requieren conforme a sus obligaciones contenidas en
las leyes y demás disposiciones, por cuanto no existe informe que haya desvirtuado lo
dicho por el demandante, esto es, no se evidenció por parte de la Policía Nacional que se
haya elaborado un plan de apoyo que contemplara las medidas de seguridad de la tropa,
para minimizar los riesgos derivados de los actos propios del servicio sino que estos
fueron maximizados (…). Es decir que igualmente se presenta una falla en la prestación
del servicio por parte de la Policía Nacional, la que se deriva de las funciones que
constitucional y legalmente se han encomendado a esta entidad y que se vieron
incumplidas al observarse la falta de planeación y previsión en el no inspeccionar las
zonas de desplazamiento o al no cumplir con la orden de servicios que había sido emitida
para tal operativo, por desconocer los protocolos de seguridad de obligatorio
cumplimiento, por no haber recibido el apoyo aéreo que se tenía previsto al cambiar las
instrucciones originarias y por no contar con los medios de comunicación idóneos para el
desplazamiento por dicha zona (…). En consecuencia, la Sala confirmará la sentencia del
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-25-000-1999-01063-01
32988
SENTENCIA DE UNIFICACION
SUSTENTO NORMATIVO : ORGANIZACION DE NACIONES UNIDAS, ASAMBLEA
GENERAL, RESOLUCION 60/147 DE 16 DE DICIEMBRE DE 2005 / CONVENCION
AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63 NUMERAL 1 / CONVENCION
AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1 / LEY 522 DE 1999 / LEY 1407 DE
2010 - ARTICULO 3 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1
NUMERAL 1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS / CONVENIOS DE
GINEBRA DE 1949 - ARTICULO 3 / PROTOCOLO II ADICIONAL A LOS CONVENIOS DE
GINEBRA / LEY 599 DE 2000 - ARTICULO 135 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL -
ARTICULO 229 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 298 / CODIGO DE
PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 299 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
DECRETO 01 DE 1984 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS DE 1969 -
ARTICULO 63 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / LEY 1448 DE 2011 / LEY 1407 DE
2010 - ARTICULO 3 / LEY 1448 DE 2011 / DECRETO 4829 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 28/08/2014
SECCION : SECCION TERCERA SALA PLENA
PONENTE : RAMIRO DE JESUS PAZOS GUERRERO
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : FELIX ANTONIO ZAPATA GONZALEZ Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - EJERCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : SENTENCIA DE UNIFICACION - En materia de reparación integral de perjuicios
inmateriales por vulneraciones o afectaciones relevantes a bienes o derechos
convencional y constitucionalmente amparados
a las víctimas.
En el caso sub examine, la Sala advierte que el daño alegado por la parte actora se
encuentra acreditado con la muerte de señores Heliodoro Zapata Montoya y Alberto
Antonio Valle, y la desaparición de los señores José Elías Zapata Montoya y Félix Antonio
Valle Ramírez. (…) Ahora bien, es importante resaltar que el daño en este caso comporta
graves violaciones a los derechos humanos e infracciones al Derecho Internacional
Humanitario y, en consecuencia, tendrá relevantes implicaciones en el juicio de
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 434/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Las autoridades del Estado tienen la obligación erga omnes de cumplir los diferentes
tratados en materia de derecho internacional público, entre otros, el Derecho
Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, ya que
sus contenidos convergen para tutelar la dignidad de la persona humana, como objeto y
fin del derecho internacional, con claras incidencias en el nivel interno. (…) En efecto, el
Estado debe organizar todo el poder público en el ámbito legislativo, ejecutivo y judicial a
afectos de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de las personas sujetas
a su jurisdicción, adecuar el ordenamiento jurídico interno a estos lineamientos y
respetar los límites impuestos por las normas humanitarias en situaciones de conflicto
armado interno. (…) Respecto de las obligaciones que devienen del Derecho
Internacional de Derechos Humanos se destacan las de respeto y garantía consagradas
en el artículo 1.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos, (…) Frente a lo
anterior, es importante señalar que en toda circunstancia en la cual una entidad del
Estado viole alguno de los derechos consagrados en la Convención, se está ante un
supuesto de inobservancia del deber de respeto y garantía consagrado en el artículo 1 de
la Convención. (…) En suma, el Derecho Internacional de Derechos Humanos, el Derecho
Internacional Humanitario y el derecho constitucional, imponen claras obligaciones que
proscriben conductas relacionadas a ejecuciones extrajudiciales y desapariciones
forzadas ya que, por un lado, constituyen graves violaciones a los derechos humanos a la
vida, integridad personal, libertad de circulación, familia, entre otros, y, por otro, son
serias infracciones a mínimos humanitarios en situaciones de conflicto armado interno.
(…) No obstante, es importante señalar que una vez consumada alguna de tales
infracciones, el Estado deberá garantizar el acceso a la administración de justicia, en el
marco del debido proceso y el juez natural, para que las víctimas accedan a sus derechos
fundamentales a la verdad, a la justicia y a la reparación integral, pues es claro que el
Estado deberá investigar seriamente, sancionar adecuadamente y reparar integralmente
los daños irrogados a las personas sujetas a su jurisdicción, máxime cuando se
encuentren en situación de debilidad manifiesta, como las víctimas del conflicto armado
interno. (…) Ahora bien, estas obligaciones internacionales, de obligatorio cumplimiento
vía bloque de constitucionalidad, son plenamente aplicables al juicio interno de
responsabilidad estatal, habida cuenta que el juez contencioso administrativo se
encuentra vinculado a un estricto control de convencionalidad, como se pasa a estudiar.
Desde un punto de vista convencional, los miembros del Ejército Nacional deben respetar
el artículo 3º común a los Convenios de Ginebra de 1949, que salvaguarda a las
personas civiles que no participan de las hostilidades e impone a los actores beligerantes
las siguientes obligaciones, así: 1) Las personas que no participen directamente en las
hostilidades, incluidos los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las
armas y las personas puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por
cualquier otra causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin
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derechos humanos, con el fin de analizar la conducta del Estado y sus agentes a la luz de
las obligaciones internacionales y nacionales.
Para la Sección Tercera el colofón es claro: la noción de relación con el servicio del
integrante de la fuerza pública excluye tres eventos en los que la justicia penal militar
bajo ninguna circunstancia tiene competencia: (i) si no hay un vínculo “próximo y
directo” entre el delito y el servicio; (ii) si el delito es de tal gravedad que ipso jure se
rompe el vínculo con el servicio, y (iii) si hay duda sobre cualquiera de estos elementos,
en todos los casos será competente la justicia ordinaria. (…) La noción de acto
relacionado con el servicio, según la normativa interna, será ajena a este y no puede ser
conocido en ningún caso por la justicia penal militar, cuando los miembros de fuerza
pública incurran en violaciones graves a los derechos humanos e infracciones al derecho
internacional humanitario. Ante su ocurrencia, no es menester establecer el nexo
funcional con el servicio, toda vez que se trata de una infracción al D.I.H y conductas
reprochables como lo son los crímenes de lesa humanidad, el genocidio, la desaparición
forzada, la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, el desplazamiento forzado, las
violaciones y abusos sexuales, actos de terror contra la población civil y el reclutamiento
de menores, entre otras, serán competencia de la justicia penal ordinaria que se
encargará de investigar y juzgar a sus presuntos responsables, pues estas conductas
nunca podrán tener nexo alguno con los deberes y las funciones asignadas por la norma
superior a la fuerza pública. (…) En suma, una vez explicado los parámetros que fijan la
competencia entre la jurisdicción ordinaria y la justicia penal militar, lo cual es una
garantía judicial efectiva para las víctimas de violaciones de derechos humanos e
infracciones al Derecho Internacional Humanitario, es indispensable señalar que estos
criterios tendrán incidencia en el presente juicio de imputación y en las medidas de
reparación integral a efectos de garantizar los derechos a la verdad, justicia y reparación
en el sub lite.
jurisprudencial en lo concerniente a las copias simples, la Sala considera que los sujetos
procesales han conocido el contenido de los documentos allegados, lo que permite
tenerlos en cuenta para fallar el fondo del sub lite.
Cabe recordar que las reglas generales del art. 229 del C.P.C., aplicables al
procedimiento contencioso administrativo en virtud de lo señalado en el art. 267 del
C.C.A, disponen que deberán ratificarse los testimonios recibidos fuera del proceso
cuando: i) se hayan rendido en otro, sin citación o intervención de la persona contra
quien se aduzcan en el posterior; y, ii) se hayan recibido fuera del proceso en los casos y
con los requisitos previstos en los artículos 298 y 299. Adicionalmente, agrega la norma
que se prescindirá de la ratificación, cuando las partes soliciten estas pruebas de común
acuerdo mediante escrito autenticado como se dispone para la demanda o verbalmente
en audiencia, y el juez no la considera necesaria. (…) De este modo, el testimonio
practicado por fuera del proceso puede hacerse valer en un trámite judicial posterior, si
se cumplen las siguientes condiciones: (i) que la declaración haya sido recibida como
prueba anticipada en los términos de los artículos 298 y 299 del Código de Procedimiento
Civil o en un proceso judicial diferente; (ii) que la declaración se haya recibido con
audiencia o por solicitud de la parte contra la cual se pretende hacer valer en el proceso
posterior; y, finalmente, (iii) que el testimonio sea ratificado en el nuevo trámite, según
los parámetros que para tal efecto establece el artículo 229 ibídem. (…) Sin embargo,
como excepciones a la regla general que suple el trámite de ratificación del artículo 229
del Código de Procedimiento Civil, se pueden identificar algunas reconocidas por las
subsecciones, en las cuales no es necesaria la ratificación: (i) cuando en el libelo
introductorio se solicita que se allegue al trámite contencioso copia de los procesos en los
que reposan declaraciones juramentadas y la contraparte solicita la misma prueba en la
contestación de la demanda; o (ii) de manera expresa la contraparte manifiesta que está
de acuerdo con la práctica de las pruebas solicitadas por la parte actora; (iii) cuando un
testimonio practicado en otro proceso sin audiencia de alguna de las partes -o de
ambas-, ha sido trasladado al trámite contencioso administrativo por solicitud de una de
las partes, y la otra utiliza en su defensa lo consignado en la aludida declaración
juramentada; (iv) cuando los testimonios practicados en otro proceso pueden valorarse
en el trámite de reparación directa si los documentos contentivos de los mismos son
allegados al trámite contencioso, y las partes, conocedoras del contenido de las
declaraciones, guardan silencio respecto a la regularidad del trámite de su traslado; (v)
cuando se dirige la acción contra una entidad que ejerce la representación de la Nación
como persona jurídica demandada y contra ella se hacen valer pruebas testimoniales que
han sido practicadas por otra entidad que igualmente es parte de la Nación, se las valora
por cuanto es la persona jurídica demandada -la Nación- la misma que recaudó las
pruebas en una sede procesal diferente, lo que implica que, por tratarse de testimonios
recopilados con la audiencia de la parte contra la que se pretenden hacer valer en el
proceso posterior, son plenamente admisibles y susceptibles de valoración; (vi) cuando
se trata de la discusión de casos relacionados con graves violaciones a los derechos
humanos. Se precisa que la Sección Tercera mediante sentencia de unificación del 11 de
septiembre del 2013 acogió la subregla n.° 5. (…) En el caso sub judice resulta claro que
el demandante pidió con el libelo de la demanda el traslado del proceso penal y de la
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El actor adjuntó copia simple de unos recortes de prensa que corresponden a los diarios
El Colombiano de la edición del 5 de abril de 1997 (…). Al respecto, los lineamientos del
precedente de la Sección Tercera han indicado que la información que aparece en los
artículos de prensa podrá ser valorada como una prueba documental que da cuenta
únicamente de la existencia de la información y que la noticia fue publicada, sin que
constituya por sí sola un medio idóneo que acredite la veracidad y autenticidad de su
contenido. (…) Estos medios probatorios, de conformidad con la decisión de la Sala Plena
de la Corporación del 29 de mayo de 2012 no tienen, por sí mismos, la suficiente entidad
para probar la veracidad del contenido de la información divulgada, por lo que su eficacia
probatoria descansa en el vínculo de conexidad que acredite con otros elementos
probatorios obrantes en el plenario. En consecuencia, “(…) cualquier género periodístico
que relate un hecho (reportajes, noticias, crónicas, etc), en el campo probatorio puede
servir solo como un indicador para el juez, quien a partir de ello, en concurrencia con
otras pruebas regular y oportunamente allegadas al proceso, podría llegar a constatar la
certeza de los hechos”. (…) Así las cosas, de acuerdo con el precedente jurisprudencial,
la Sala procederá a valorar probatoriamente los recortes de prensa y dilucidará si existe
un nexo o vínculo de la divulgación del hecho con los demás medios de prueba obrantes
en el proceso, de modo que se puedan tener por ciertos los hechos narrados en los
respectivos medios de comunicación.
se rompe el principio de la dogmática jurídico procesal tradicional según el cual las partes
acceden al proceso en igualdad de condiciones y armas, pues en estos eventos las
víctimas quedan en una relación diametralmente asimétrica de cara a la prueba; estas
circunstancias imponen al juez de daños la necesidad de ponderar la situación fáctica
concreta y flexibilizar los estándares probatorios. (…) Esta postura resulta acorde con la
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos humanos, que al respecto ha
señalado que en casos de responsabilidad por violación de derechos humanos, el juez
goza de una amplia flexibilidad en la valoración de la prueba (…) Por otro lado, es
importante señalar que el Código de Procedimiento Civil en su artículo 175, permite que
“cualesquiera otros medios de prueba que sean útiles para el convencimiento del juez”
tengan la capacidad de acreditar los hechos objeto del proceso y, por lo tanto, el juez sin
tener una tarifa legal podrá acudir a los medios de prueba que crea pertinentes para
establecer los hechos de relevancia jurídica del proceso. (…) En consideración a los
criterios de valoración expuestos, la Sala, teniendo en cuenta que el caso presente trata
de graves violaciones a los derechos humanos, adecuará los criterios de valoración
probatoria a los estándares establecidos por los instrumentos internacionales en aras de
garantizar una justicia efectiva.
El Comandante General del Ejército Nacional citará y costeará el traslado de las familias
Zapata Montoya y Valle Ramírez, si las víctimas están de acuerdo, a la ciudad de
Medellín, y en el seno de la plenaria de la Asamblea Departamental de Antioquia, pedirá
una disculpa pública a nombre del Estado colombiano en la que se indique que la muerte
de Heliodoro Zapata Montoya y Alberto Antonio Valle, y la desaparición de Félix Antonio
Valle Ramírez y José Elías Zapata Montoya, no ocurrió en el marco de una confrontación
armada con grupos armados al margen de la ley, sino que fue un acto perpetrado el día
28 de marzo de 1997 por los militares efectivos destacados en zona rural de la vereda de
“Las Nieves”, corregimiento de San José de Apartadó, municipio de Apartadó con ocasión
de la operación fragmentaria “Neptuno” y, en consecuencia, reconocerá la
responsabilidad del Estado en el presente caso.
La liquidación que corresponde efectuar, se realizará conforme a cada grupo familiar que
integra la parte demandante. En ese orden, se llevará a cabo la cuantificación de los
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perjuicios, de conformidad con lo probado en cada proceso. (…) Grupo Familiar Zapata
González: (…) Por daño emergente y lucro cesante (…) Al respecto, valorados en su
conjunto las pruebas del plenario, no es posible determinar en concreto los daños
reclamados, y se desconoce si la posesión del señor Zapata González sobre el inmueble,
cuyas especificaciones no obran en el proceso, y si se perdió parcial o totalmente, por lo
cual no es posible acceder a lo pedido. (…) Empero, atendiendo al principio de buena fe
del dicho de la víctima, de reparación integral y de colaboración armónica entre los
poderes públicos se remitirá su caso a la Unidad Administrativa Especial de Gestión de
Restitución de Tierras para que inicie, si es del caso, los trámites correspondientes para
la posible restitución jurídica y material de su predio en los términos de la Ley 1448 de
2011 y el Decreto 4829 de 2011. (…) Por lucro cesante (…) En cuanto a los perjuicios
materiales, se tiene que los señores Félix Antonio Zapata González y Edith Montoya
Ramírez solicitaron su reconocimiento en la modalidad de lucro cesante en relación a las
cuotas dejadas de percibir por la muerte y desaparición de sus hijos Heliodoro Zapata
Montoya y José Elías Zapata Montoya, y el lucro cesante dejado de percibir con ocasión
del abandono forzado de la finca. (…) Sin embargo, frente a lo primero, no se accederá a
la referida petición, porque no se encuentra probado dentro del proceso la dependencia
económica de los padres frente a sus hijos (…) Por el contrario, lo que se encuentra
acreditado es que sus hijos Heliodoro Zapata Montoya (fallecido) y José Elías Zapata
Montoya (desaparecido) dependían económicamente de sus padres. Aunado a lo anterior,
como su núcleo familiar estaba integrado por otros hermanos se puede colegir que ellos
eventualmente podían velar económicamente por sus padres los señores Félix Antonio
Zapata González y Edith Montoya Ramírez (…) Empero, en relación al lucro cesante por la
pérdida de productividad que generaba la finca en posesión del señor Zapata González, y
de la cual tuvo que abandonar forzosamente, en el proceso se demostró que en efecto el
inmueble producía una utilidad económica con la cual los integrantes del núcleo familiar
del señor Zapata podían solventar sus necesidades; sin embargo, por no encontrarse
acreditado dentro del expediente el monto de dichas utilidades, se tomará en cuenta
para la liquidación del lucro cesante el valor de un salario mínimo legal mensual vigente,
es decir $616.000 pesos m/cte, lo cual constituye el ingreso base de liquidación. (…) La
tasación de la indemnización por perjuicios materiales en la modalidad de lucro cesante
que corresponde a Félix Antonio Zapata González comprende el período debido o
consolidado, esto es, el tiempo transcurrido entre el momento de la producción del daño,
fecha en la cual se produjo el desplazamiento forzado por el concurso de conductas
punibles -ejecución extrajudicial y desaparición forzada- en cabeza de agentes del Estado
y la fecha de su muerte - 172 meses. (…) La indemnización consolidada o histórica se
establecerá a partir de la fórmula financiera que ha sido tradicionalmente utilizada por la
Sección Tercera (…) Grupo familiar Valle Ramirez (…) se encuentra acreditado la unión
marital de hecho entre el señor entre el señor Alberto Antonio Valle y la señora María
Elena Ramírez quien, en efecto, padeció perjuicios materiales en la modalidad de lucro
cesante, con ocasión de la muerte de su compañero permanente. (…) En consecuencia,
se reconocerá indemnización por este perjuicio solo a favor de su compañera
permanente atendiendo el principio de congruencia, habida cuenta que frente a la
madre (María Nohemí Valle Espinoza) e hijos del señor Alberto Antonio Valle (Nidia
Patricia, Luz Magdalena, Alberto Antonio, Olga Inés, José de Jesús Valle Ramírez) no se
formuló pretensión expresa en el libelo de la demanda en este sentido (…) Por no
encontrarse acreditado, de conformidad con las declaraciones rendidas por los testigos
(…) se tomará en cuenta para la liquidación del lucro cesante, el valor de un salario
mínimo legal mensual vigente.
La Sala considera en el caso subjudice que debido al nexo de parentesco que existía
entre las víctimas Heliodoro Zapata Montoya y Alberto Antonio Valle (fallecidos), y José
Elías Zapata Montoya y Félix Antonio Valle Ramírez (desaparecidos), con los hoy
accionantes, se infiere que su ejecución sumaria y desaparición forzada implicó para
estos una grave aflicción, congoja y dolor tal como quedó acreditado con los diferentes
testimonios (…) Así las cosas, teniendo en cuenta que en el caso sub judice se presenta
el perjuicio en su mayor intensidad -desaparición forzada y ejecución extrajudicial-, sin
que exista sentencia penal ejecutoriada por estos hechos, cuyo daño es producto de una
grave violación a derechos humanos imputable al Estado, habrá lugar a aplicar la regla
de excepción contemplada por esta sentencia y reconocer a título de daño moral los
montos de compensación que se establecen a continuación, para cada uno de los
demandantes, previa la siguiente consideración: (…) Tal como se precisó en el acápite
8.1 de esta sentencia, a los actores Raúl Antonio Montoya Ramírez y María Gislena
Ramírez Ramírez, se les reconoce su condición de damnificados, pues según las pruebas
se encontraban unidos por estrechos lazos afectivos, de solidaridad y cercanía con
Heliodoro (fallecido) y José Elías Zapata Montoya (desaparecido), por lo cual los graves
hechos que se perpetraron en contra de ellos, les produjeron una gran congoja y
sufrimiento. Por lo anterior, se justifica ubicarlos no en el nivel n.° 5 que comprende a los
terceros damnificados, sino en el nivel n.° 2, “donde se ubica la relación afectiva propia
del 2º de consanguinidad o civil (abuelos, hermanos y nietos)” de que trata la sentencia
de unificación del 28 de agosto del 2014 (…) La Sala observa que en el proceso obra
prueba del registro civil de defunción del señor Félix Antonio Zapata González (…), por lo
que los valores de la condena por concepto de perjuicios morales serán imputados a
favor de la sucesión.
CONSEJO DE ESTADO
66001-23-31-000-2001-00731-01
26251
SENTENCIA DE UNIFICACION
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 1 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 42 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO
CIVIL - ARTICULO 185 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 253 / CODIGO
DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 254 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 44 /
LEY 375 DE 1997 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANAS / PACTO
INTERNACIONAL DE DERCHOS CIVILES Y POLITICOS / CONVENCION SOBRE LOS
DERECHOS DE LOS NIÑOS / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANAS /
PACTO INTERNACIONAL DE DERCHOS CIVILES Y POLITICOS / CONVENCION SOBRE LOS
DERECHOS DE LOS NIÑOS / DECRETO 2737 DE 1989 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 2
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 28/08/2014
SECCION : SECCION TERCERA SALA PLENA
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : ANA RITA ALARCON VDA. DE GUTIERREZ Y OTROS
DEMANDADO : MUNICIPIO DE PEREIRA
DECISION : ACCEDE
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núcleo familiar más cercano, esto es, cónyuge o compañero(a) permanente y los
parientes hasta el 1° de consanguinidad, en atención a las relaciones de solidaridad y
afecto que se presumen entre ellos. Debe entenderse comprendida la relación familiar
biológica, la civil derivada de la adopción y aquellas denominadas “de crianza”. (…) En
casos excepcionales, cuando las medidas de satisfacción no sean suficientes o posibles
para consolidar la reparación integral podrá otorgarse una indemnización, única y
exclusivamente a la victima directa, mediante el establecimiento de una medida
pecuniaria de hasta 100 SMLMV, si fuere el caso, siempre y cuando la indemnización no
hubiere sido reconocido con fundamento en el daño a la salud. Este quantum deberá
motivarse por el juez y ser proporcional a la intensidad del daño.
PRUEBAS - Copias simples. Valor probatorio / COPIAS SIMPLES - Valor probatorio. Serán
tenidas encuentga pues no fueron objeto de tacha por parte de la entidad demandada /
COPIAS SIMPLES - Principio de lealtad procesal
En el caso de autos, (…) en concordancia con lo expuesto párrafos atrás, la Sala observa
que los medios probatorios así presentados han obrado a lo largo del proceso, sin que
haya sido objeto de tacha por parte de la entidad demandada, para quien es claro su
conocimiento pleno de la prueba, por cuanto en todos sus escritos de defensa hizo
alusión a la misma y tuvo oportunidad de contradecirla o usarla en su defensa.
Fundamentada la Sala en los argumentos citados, se valorarán los mencionados
documentos conforme a los rigores legales vigentes en la materia.
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Las instituciones que tienen a su cargo menores infractores de la ley, tienen el deber de
cumplir con las obligaciones de custodia, seguridad y vigilancia, garantizando de esta
manera que el niño (a) o adolescente, logre reeducarse y resocializarse para así
reintegrarse a la sociedad y cumpla a cabalidad los deberes que se le imponen en los
diferentes ámbitos de la vida social, infringir esto significa contrariar el ordenamiento
jurídico colombiano y habrá lugar a reparar los daños que se causen a los ciudadanos
con dicho comportamiento. En este orden de ideas, es precisamente dentro del marco
constitucional y legal que se encaja el deber de vigilancia y custodia de los
establecimientos educativos y la posición de garante que ostentan estos respecto de los
alumnos a su cargo. (…) las obligaciones del centro de reeducación inician desde el
momento en que el menor ingresa a las instalaciones del mismo por orden de autoridad
competente y finalizan en el momento en que egresa de la institución previa decisión
judicial, teniendo en cuenta que los deberes no sólo se circunscriben a garantizar la
seguridad del joven dentro de la institución, sino también a vigilar el proceso de
reeducación y resocialización, lo cual permite afirmar que se cumplió íntegramente con
los compromisos adquiridos por parte del Estado con la sociedad y los familiares del
joven infractor a través de este tipo de instituciones.
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La especial protección de que son sujeto los niños, las niñas y los adolescentes tiene
rango constitución por cuanto la carta magna de Colombia señala que deben ser
protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro, venta,
abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos. Igualmente
establece que los adolescentes tienen derecho a una protección y formación integral,
estableciendo como deber del Estado y la sociedad garantizar la participación activa de
los jóvenes en los organismos públicos y privados que tengan a cargo su protección,
educación y progreso.
La CIDH considera que no es suficiente afirmar que se tuvo en cuenta el interés superior
del menor al momento de afectar sus derechos, es necesario justificar objetivamente los
motivos que llevaron a tomar tal decisión de acuerdo con las circunstancias especiales
que cada niño o niña presenta, es decir, está proscrita toda determinación que sea
tomada en abstracto. En conclusión, se está protegiendo efectiva y eficazmente el interés
superior del menor cuando el examen efectuado por quienes imponen una restricción,
por ejemplo, a la libertad del menor, se realiza de modo razonado y está justificado en la
protección de los derechos del menor, todo lo cual debe estar correctamente sustentado
durante el proceso adelantado.
seguridad. (…) Así pues, se encuentra demostrado que existió deficiencia en la prestación
del servicio de custodia y vigilancia que brindaba la Policía Nacional en el “Marceliano
Ossa” para el mes de abril de 2000, el cual le correspondía verificar a la entidad
demandada que se prestara en debida forma, ya que la institución en la cual se
encontraba recluido Iván Ramiro es una dependencia del municipio. (…) Por otro lado,
encuentra la Sala que aunado a la falla en la prestación del servicio derivada de la
inobservancia de los deberes de vigilancia, custodia y seguridad que tenía el Centro de
Reeducación de Menores Marceliano Ossa sobre el menor Iván Ramiro Londoño, también
se vulneraron los derechos de los familiares del joven a conocer los hechos en que el
menor se había fugado de la institución y, asimismo, que éste había fallecido, por lo que
se vieron sometidos a una situación de incertidumbre y se vieron privados de la
posibilidad de sepultarlo de acuerdo con sus creencias. Lo anterior quedó evidenciado
con los testimonios de los señores Jhon Emerson Sánchez Gutiérrez y María Rosmira
Sánchez Valencia, no se les informó oportunamente de lo acontecido en las instalaciones
de la institución el 23 de abril de 2000, debiendo ellos mismos buscar al menor para
poder saber si se encontraba vivo o muerto, encontrándolo en Marsella más o menos 20
días después de su deceso según el dicho de los declarantes. Lo anterior, constituye una
gravísima vulneración de los derechos de los familiares y del de cujus, ya que de acuerdo
con la Constitución y la Ley todos los ciudadanos tienen derecho a ser sepultados
oportuna y dignamente y en el caso de Iván Ramiro ese derecho se vio vulnerado. Así las
cosas, se evidencia un incumplimiento de las normas constitucionales y legales en
materia de protección los menores ya que desde el año 1998, es decir, dos años antes de
la muerte de Iván Ramiro, las autoridades judiciales tenían conocimiento de la
problemática que venía presentando el menor, suceso que exigía un especial seguimiento
a su caso atendiendo en todo momento su interés superior, tal y como lo ordenan las
normas nacionales e internaciones, obligación que no fue cumplida por parte de la
entidad a cargo del menor.
En atención a la situación personal del menor era previsible, y además estaba anunciado,
el comportamiento desplegado por Iván Ramiro frente a lo cual la entidad demandada
omitió su deber de poner en funcionamiento las medidas necesarias para brindar
seguridad y vigilancia en las instalaciones de la institución que impidieran el
amotinamiento y posterior evasión de los menores del centro de reeducación. Con
relación a lo anterior, debe observarse que el Centro de Reeducación estaba instituido
para atender y tratar situaciones como la reportada por Iván Ramiro por lo cual es
esperable que esté preparado para atender los comportamientos que dieron lugar a la
fuga y posterior fallecimiento del menor, de manera que en quien se exigía el
cumplimiento de la obligación de vigilancia y seguridad era en el municipio de Pereira
que, se itera, omitió dar cumplimiento a sus obligaciones y, por el contrario, quebrantó
los deberes constitucional y legalmente impuestos a las entidades estatales que prestan
el servicio de resocialización y reeducación de menores infractores de la ley,
configurándose de esta manera una falla en la prestación del servicio por parte de la
entidad demandada. Con fundamento en lo anterior, la Sala reitera que se evidencia una
falla en el servicio por incumplimiento de obligaciones preestablecidas en el
ordenamiento jurídico por parte del Municipio de Pereira, el cual faltó a sus deberes e
incumplió la obligación de seguridad a su cargo, deberes normativos objetivos impuestos
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por la Carta Política (Artículo 2), las normas consagradas en el Decreto 2737 de 1989 y
los convenios internaciones, especialmente se vulneró la Convención sobre los Derechos
de los Niños en sus artículos 3.3 y 25.
Es necesario hacer un llamado de atención, a las entidades del Estado como el Instituto
de Bienestar Familiar, cuyas funciones entre otras, son las de prevenir vulnerabilidades o
amenazas y proteger a los niños, niñas y adolescentes para lograr el bienestar de las
familias colombianas, para lo cual deben realizar de la manera más eficiente posible sus
funciones y así lograr que se minimice la ocurrencia de situaciones como la presentada
en este caso.
Se hace un llamado a la Defensoría del Pueblo, como institución del Estado colombiano
responsable de impulsar la efectividad de los derechos humanos en el marco del Estado
Social de Derecho, democrático, participativo y pluralista, mediante las siguientes
acciones integradas: Promoción y divulgación de los derechos humanos. Prevención,
protección y defensa de los derechos humanos. Fomento del respeto al derecho
internacional humanitario.
La Sala tiene por probado que el menor contrario a desempeñar actividades laborales o
académicas, se dedicaba a la vagancia y al consumo de sustancias psicoactivas.
Adicionalmente, dentro del Centro de Reeducación el menor no desarrollaba ninguna
actividad laboral, por lo tanto, no recibía remuneración alguna, motivo por el cual sería
ilógico afirmar que Iván Ramiro Londoño contribuía con el sostenimiento del hogar o de
su mamá. Ahora bien, aun en el hipotético evento en que la Sala encontrará probado,
por ejemplo, con el testimonio del señor Emerson Sánchez Gutiérrez, que el joven
Londoño Gutiérrez estuvo laborando con él en una panadería, no reposa en el expediente
medio probatorio que acredite que tal labor se estaba desempeñando con el lleno de los
requisitos legales, por lo tanto, mal haría esta Corporación en reconocer a la señora
Gutiérrez Alarcón rubro alguno por concepto de perjuicios materiales en la modalidad de
lucro cesante, debido a que se estaría amparando el trabajo infantil. (…) En conclusión,
no habrá lugar al reconocimiento de perjuicios materiales a la madre del menor Iván
Ramiro Londoño Gutiérrez, por las razones antes expuestas.
CONSEJO DE ESTADO
68001-23-15-000-1995-10956-01
28320
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 12/08/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : HERNANDO HERNÁNDEZ GÓMEZ Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL Y OTRO
DECISION : ACCEDE
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TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Accede. Caso: Muerte de civil por disparos
con arma de dotación oficial cuando miembros de la Policía Nacional efectuaban requisa /
FALLA DEL SERVICIO - Se configuró. Uso desproporcionado de la fuerza pública / JUICIO
DE PROPORCIONALIDAD - No superado. Inexistencia de finalidad legítima del uso de
arma fuego / RESPETO POR LOS DERECHOS HUMANOS - Integridad física
control menos lesivos, ii) por regla general –dice la Corte- se debe proscribir el uso de
armas letales y sólo se puede autorizar su uso en los casos expresamente tasados por la
Ley, los cuales deben estar sujetos a una interpretación restrictiva, añadiendo que
“Cuando se usa fuerza excesiva toda privación de la vida resultante es arbitraria” y, por
último iii) la Corte apeló a los Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas
de Fuego por parte de Oficiales Encargados de Hacer cumplir la Ley para decir que el uso
de las armas de fuego es excepcional, y que procede para la defensa propia o de un
tercero que ve amenazada su vida o integridad física, para evitar la comisión de un
delito, cuando se trate de la captura de un sujeto que reporte peligro y oponga
resistencia o para impedir su fuga; en suma esta declaración de principios reitera que
“En cualquier caso, sólo se podrá hacer uso intencional de armas letales cuando sea
estrictamente inevitable para proteger una vida.” (…) Además, en el ordenamiento
interno colombiano, a partir de la consagración constitucional de los fines esenciales del
Estado así como del derecho fundamental a la vida, se desprende la exigencia del uso
proporcional de la fuerza por parte de los agentes públicos que hagan uso de ellas, tal
como se puede verificar con la Resolución 9960 del 13 de noviembre de 1992, por medio
de la cual el Director General de la Policía Nacional aprobó el Reglamento de Vigilancia
Urbana y Rural, previendo la necesidad de actualizar y ajustar la prestación del servicio
policial a los nuevos principios establecidos en la Constitución Política de 1991, con la
función primordial de mantener las condiciones necesarias para el ejercicio de los
derechos, libertades públicas y la convivencia pacífica. (…) En dicho reglamento, se
establecieron las normas de carácter general que regulan la prestación del servicio
policial, se fijaron los criterios, pautas y procedimientos para asegurar el cabal
cumplimiento de la misión constitucional asignada a la Policía Nacional y se estableció
una guía permanente de consulta para unificar procedimientos en la prestación del
servicio de vigilancia, a los cuales deben ceñirse las actuaciones del personal oficial,
suboficial y agentes de la Institución.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-2001-01217-01
30823
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO CIVIL - ARTICULO 2343 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 1 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 2 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 13 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 58 / CONVENIO IV DE
GINEBRA DE 1949 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 178 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 42 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 1 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 2 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 11 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 16 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 44 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 90 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS / PACTO INTERNACIONAL DE DERECHOS CIVILES Y POLITICOS / PROTOCOLO
DE GINEBRA
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 09/07/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO / SALVAMENTO PARCIAL DE VOTO
ACTOR : SERGIO ALBERTO NARANJO Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL
DECISION : NIEGA
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Niega: Declara falta de legitimación en la
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causa. Caso ataque o incursión por grupo guerrillero / ATAQUE O INCURSIÓN POR
GRUPO GUERRILLERO - Generó lesiones a una persona que se encontraba en su vivienda
colindante con la estación de Policía Nacional / DAÑO ANTIJURIDICO - No se puede
imputar falla en el servicio
Se entiende como el interés que presenta una persona frente a una situación jurídica
específica, que le permite asistir a un proceso en la calidad de parte con el fin de
defender sus intereses respecto de la creación, modificación o extinción de obligaciones
que surja como efecto de la decisión tomada en el mismo. (…) En contraposición a lo
anterior, la ausencia de legitimación en la causa se presenta cuando el sujeto no
presenta ni siquiera un interés mediato respecto de lo debatido en el proceso, por lo cual
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Todo régimen de responsabilidad patrimonial del Estado exige la afirmación del principio
de imputabilidad, según el cual, la indemnización del daño antijurídico cabe achacarla al
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Estado cuando haya el sustento fáctico y la atribución jurídica. (…) En cuanto a esto,
cabe precisar que la tendencia de la responsabilidad del Estado en la actualidad está
marcada por la imputación objetiva que “parte de los límites de lo previsible por una
persona prudente a la hora de adoptar las decisiones”. (…) La atribución jurídica debe
exigir la motivación razonada, sin fijar un solo criterio de motivación de la imputación en
el que deba encuadrarse la responsabilidad extracontractual del Estado, sino que cabe
hacer el proceso de examinar si procede encuadrar, en primer lugar, en la falla en el
servicio sustentada en la vulneración de deberes normativos, que en muchas ocasiones
no se reducen al ámbito negativo, sino que se expresan como deberes positivos en los
que la procura o tutela eficaz de los derechos, bienes e intereses jurídicos es lo esencial
para que se cumpla con la cláusula del Estado Social y Democrático de Derecho; en caso
de no poder hacer su encuadramiento en la falla en el servicio, cabe examinar si procede
en el daño especial, sustentado en la argumentación razonada de cómo
(probatoriamente) se produjo la ruptura en el equilibrio de las cargas públicas; o,
finalmente, si encuadra en el riesgo excepcional.” (…) La responsabilidad extracontractual
no puede reducirse a su consideración como herramienta destinada solamente a la
reparación, sino que debe contribuir con un efecto preventivo que permita la mejora o la
optimización en la prestación, realización o ejecución de la actividad administrativa
globalmente considerada.
laboral. No se reconoce
Los actores solicitaron como pretensión indemnizatoria, a título de daño emergente, [que
hizo en las sumas que dejó y dejará de producir por las graves lesiones corporales que le
afectaron su actividad económica como cerrajero] la suma de $20.000.000.oo de pesos.
(…) La Sala tiene por acreditada la actividad productiva o económica que desempeñaba
Sergio Alberto Naranjo para la época de los hechos, 11 de enero de 2000, pero no se
tiene conocimiento suficientemente, o con mínima certeza del salario, o renta mensual
que percibía la víctima, para efecto de determinar el criterio inicial [remuneración] para
la liquidación del lucro cesante. Lo anterior implica, a juicio de la Sala, acudir al sustento
de la equidad y a la tutela del derecho a la reparación integral a favor de la víctima, de
manera tal que se tendrá en cuenta que la desarrollar dicha actividad podía ganar por lo
menos un salario mínimo legal mensual vigente, el que servirá para reconocer y liquidar
el lucro cesante consolidado, cuyo período va desde la fecha en que se produjo el
perjuicio 11 de enero de 2000, y hasta la fecha de esta sentencia. A su vez dicha suma
será objeto de actualización, bajo los mandatos del artículo 178 del Código Contencioso
Administrativo. (…) Se revocara la sentencia de primera instancia y en su lugar se
reconocerá el lucro cesante consolidado a favor de Sergio Alberto Naranjo por la suma de
ONCE MILLONES TRESCIENTOS NOVENTA Y NUEVE MIL DOSCIENTOS OCHENTA Y NUEVE
PESOS CON SETETA Y SIETE CENTAVOS MCTA [$11.399.289,77]. (…) En cambio, no se
reconocerá el lucro cesante futuro a favor de la víctima al no contar la Sala con
elementos de prueba suficientes, que ofrezcan mínima certeza para establecer la
incapacidad definitiva laboral que padeció la víctima, y poder determinar si la lesión
ocasionada le perturbó su capacidad laboral, productiva o económica en el futuro, ya que
se trataría de formular a partir de una simple especulación, tratándose de un perjuicio
cuyo rubro indemnizatorio debe ser demostrado y no presumido simplemente.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-2002-01462-01
29919
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENIO IV DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / El
PROTOCOLO I ADICIONAL A LOS IV CONVENIOS DE GINEBRA - ARTÍCULO 52 /
PROTOCOLO ADICIONAL II DE LOS CONVENIOS DE GINEBRA - ARTÍCULO 1 /
PROTOCOLO ADICIONAL II DE LOS CONVENIOS DE GINEBRA - ARTÍCULO 2 /
PROTOCOLO ADICIONAL II DE LOS CONVENIOS DE GINEBRA - ARÍCULO 3 NUMERAL 1
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 09/07/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
SALVAMENTO DE VOTO Y ACLARACION DE VOTO
ACTOR : AURA NATIVIDAD ROSERO DE CERON
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
destrucción y avería de inmueble por ataque guerrillero contra la Estación de Policía del
municipio de la Cruz / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO POR
DAÑOS CAUSADOS CON OCASIÓN DEL CONFLICTO ARMADO - Declara probada.
Régimen de imputación, daño especial / DAÑO ESPECIAL - Por la ruptura desproporcional
de las cargas públicas, al tener que soportar el ataque entre Policía Nacional y grupos al
margen de la ley / VULNERACIÓN AL DERECHO DE PROPIEDAD - Destrucción y avería de
inmueble / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas convencionales de
Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario
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CONSEJO DE ESTADO
70001-23-31-000-1998-00808-01
44333
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO CIVIL - ARTICULO 2342
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 09/07/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : ENRIQUE GIL BOTERO
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : MARIA CALIXTA VILLALBA MARTINEZ Y OTROS
DEMANDADO : NACION -MINISTERIO DE DEFENSA, POLICIA NACIONAL Y ARMADA
NACIONAL-
DECISION : ACCEDE
TEMA : BIEN INMUEBLE - Acreditación de propiedad sin presentación de folio de
matrícula. Adjudicación de predio por parte del INCORA. Grave violación a los derechos
humanos
Con la demanda se aportó copia auténtica de la resolución No. 162 del 20 de diciembre
de 1995, en virtud de la cual, el extinto Instituto Colombiano para la Reforma Agraria-
INCORA-, adjudicó a la señora Julia María Sierra de Narváez, el predio denominado
Parcelas 23-23 a La Mano Poderosa. La destrucción del inmueble ubicado en el mismo se
encuentra acreditada con fundamento en los múltiples testimonios que fueron
recepcionados en el proceso de la referencia y en las declaraciones adelantados por la
Procuraduría y la Fiscalía General de la Nación, entre ellas las de los señores Ramiro
Enrique Salgado Martínez, Víctor José Pérez Palacio y Gabriel José Márquez Cárdenas,
por citar sólo algunos, quienes relataron cómo los miembros del grupo armado ilegal
procedieron a incendiar la vivienda y el establecimiento de comercio de la demandante,
junto con todos sus enseres. (…) si bien, la demandante no aportó copia del folio de
matrícula inmobiliaria que la acreditara como propietaria del inmueble, ni del certificado
de existencia y representación del establecimiento de comercio, en el caso sub judice,
ello no es óbice para tenerla como legitimada para actuar, toda vez que además de estar
demostrado que el predio le fue adjudicado, según los testigos construyó su vivienda en
él y allí también operaba su establecimiento de comercio. Además, debe tenerse en
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cuenta que según el artículo 2342 del Código Civil, está legitimado para acceder a la
indemnización por responsabilidad extra contractual, “no sólo el que es dueño o poseedor
de la cosa sobre la cual ha recaído el daño o su heredero, sino el usufructuario, el
habitador, o el usuario, si el daño irroga perjuicio a su derecho de usufructo, habitación o
uso”. En igual sentido, por tratarse de un caso de graves violaciones a los derechos
humanos, no pueden las normas de la legislación civil constituir un obstáculo o valladar
alguno que impida acceder a la reparación de los derechos conculcados.
Fueron dos los episodios que conformaron la cadena de los atroces hechos que se
presentaron el 4 de diciembre de 1996: el primero, alusivo al retén que instalaron en la
vía los miembros de las autodefensas, para hacerse a los vehículos en los que se
transportarían para arribar a los poblados en los que cometerían la masacre; y el
segundo, que consistió en la masacre misma en la que perdieron la vida los familiares de
los demandantes. Sobre el primer episodio, se destacan varios testimonios, entre ellos,
el del señor José Darío Villalba Palmett, quien para la fecha del suceso fungía como Juez
Promiscuo Municipal de Colosó (E) y cuando regresaba del corregimiento de “La Ceiba”
luego de practicar una diligencia de secuestro, fue víctima del retén que instaló el grupo
armado ilegal. (…) son múltiples las declaraciones que recepcionaron tanto la Fiscalía
como la Procuraduría, en relación a los violentos hechos que tuvieron lugar luego del
retén, en los que hombres de las Autodefensas incursionaron en el corregimiento de
Pichilín y masacraron a varias personas. (…) En relación al contexto de violencia
generalizada que se vivía en el corregimiento de Pichilín y zonas aledañas en el
departamento de Sucre, obran las denuncias y quejas que formularon varios pobladores
de la región, entre los que se encuentran profesores de la escuela y agricultores del
municipio de Colosó, que recibieron amenazas por parte de grupos armados al margen
de la ley. Si bien datan de meses anteriores a la masacre, son de gran valor para
ilustrarnos sobre el contexto de violencia generalizada que caracterizaba la región y más
aun, sobre la profunda desconfianza que existía hacia las Fuerzas Armadas y las
condiciones de desprotección e indefensión en que se encontraba la población civil y la
pasividad que caracterizó la conducta del Estado ante esa situación, que era más que
evidente. (…) está acreditado el daño, consistente en la muerte de los señores: Manuel
María Vergara Villalba, José Daniel Rivera Cárdenas, Federman Rivera Salgado, Manuel
de Jesús Pérez Gómez y Denis José Ruiz Rodríguez, quienes además fueron amarrados,
torturados y sometidos a vejámenes y maltratos; y la destrucción de la casa de
habitación y el establecimiento de comercio de la señora Julia María Sierra de Narváez,
hechos que fueron perpetrados por miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia,
el 4 de diciembre de 1996 en el corregimiento de Pichilín, con la aquiescencia y
colaboración de la Policía y la Armada Nacional.
RESPONSABILIDAD DEL ESTADO - Fuerza Pública. Falla del servicio por acción y omisión.
Hecho de un tercero / FALLA DEL SERVICIO - Configuración
Esta Corporación ha dicho lo que concierne a la responsabilidad del Estado por los hechos
de terceros, en eventos en los que, si bien, los agentes estatales no participan de forma
directa en la causación del daño, en tanto no han sido autores, ni figuran como
partícipes, con su omisión, propiciaron o permitieron que personas ajenas a la
administración lo causaran. Este tipo de situaciones tienen lugar cuando una persona se
encuentra amenazada, y da el aviso de rigor ante las autoridades; no obstante, éstas no
la protegen, o adoptan unas medidas de protección precarias e insuficientes; o cuando, si
bien, la persona no comunicó la situación de riesgo a la autoridad, la notoriedad y el
público conocimiento del peligro que afrontaba hacían imperativa la intervención estatal
para protegerla, como ocurrió en este caso, en la medida en que el contexto marcó la
génesis del deber a una protección reforzada por parte de las fuerzas militares a la
población vecina de ese sector del departamento de Sucre. Ahora bien, lo anterior es
inescindible de la noción de falla del servicio por omisión, en la medida en que fue un
actuar negativo –no hacer-, lo que posibilitó la comisión de este delito de lesa
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humanidad, es decir, si bien, en el caso sub examine el daño fue cometido por un grupo
armado al margen de la ley, lo cierto es que el mismo se posibilitó y concretó a partir de
la falla del servicio en que incurrió la entidad pública demandada, toda vez que lo
decisivo en la causación del perjuicio fue el iter de acontecimientos en los cuales la
autoridad jugó un papel preponderante pues al no evitar la materialización de la
desaparición, procediendo a la captura de los criminales y al esclarecimiento de los
hechos, incurrió en una manifiesta omisión en el cumplimiento de las funciones legales,
en atención a que se trataba de la fuerza pública, que constitucionalmente está instituida
para la protección, garantía y satisfacción de los derechos de los asociados, y ello
comporta labores de: reacción, prevención y persecución, ante la perpetración de estos
crímenes. En ese orden, es claro que la omisión por parte de la fuerza pública, constituye
una flagrante violación al deber de prevenir, contenido en la Convención Americana de
Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa Rica” (art. 1º), y cuyo contenido y
alcance fue delimitado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. NOTA DE
RELATORIA: En relación con la no protección a personas que han sido amenazadas y han
solicitado apoyo al Estado, consultar sentencia de 19 de junio de 1997, exp. 11875
En ese orden, la modalidad de incursión normativa que interesa a este estudio, viene a
ser la contenida en el inciso primero del artículo 93, que otorga aplicabilidad directa a las
disposiciones que sobre derechos humanos se han firmado y ratificado por Colombia y
que, en esa línea, entra a jugar un papel significativo: el Control de Convencionalidad.
Principio de creación jurisprudencial Interamericana, que ha permitido verificar el efecto
útil de las normas contenidas en las distintas convenciones de derechos humanos, es
decir, constituye una forma de indagar si los países miembros del sistema interamericano
han violado o no las convenciones pactadas. Por lo tanto, su objeto se consolida como la
verificación de la efectividad de los derechos y garantías contenidas en esos
instrumentos supranacionales. (…) el principio bajo estudio se originó en
pronunciamientos que plantearon un conflicto normativo interno e internacional, con el
transcurrir de su uso, fue extendiendo su marco de acción a asuntos que no suponían tal
conflicto jurídico, pues también tenía lugar, ante un mero desconocimiento de una norma
convencional, a través de prácticas u omisiones estatales. Es decir, este control no solo
comprende una inspección objetiva de determinada norma, sino que se extiende a
condenar prácticas de cualquier naturaleza que entrañen violación a las garantías
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legal de seguridad y protección que le era exigible en relación con la vida de los señores:
Manuel María Vergara Villalba, José Daniel Rivera Cárdenas, Federman Rivera Salgado,
Manuel de Jesús Pérez Gómez y Denis José Ruiz Rodríguez; y a los bienes de Julia María
Sierra de Narváez, razón por la que se declarará la responsabilidad de las entidades
demandadas. (…) en estos eventos la responsabilidad del Estado se ve comprometida de
forma especial y particular, toda vez que, precisamente, la administración pública –y
especialmente en los departamentos de Antioquia, Sucre y Córdoba– fomentó la creación
y constitución de grupos armados denominados “Convivir” cuya finalidad era dotar de
aparente legalidad y legitimidad a un fenómeno de paramilitarismo cuyo objetivo era
exterminar los grupos subversivos, que terminó involucrando a la población civil, que en
su mayoría era ajena al conflicto. (…) el control de convencionalidad constituye un
imperativo normativo a cargo de todos los jueces de los países que han suscrito la
Convención Americana de Derechos Humanos, así como la competencia de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, para garantizar la aplicación efectiva de una
hermenéutica garantista de derechos humanos, con respeto y apego no sólo a las
disposiciones convencionales, sino también a la jurisprudencia del organismo
internacional (…) Se trata, por lo tanto, del reconocimiento del principio de universalidad
de la protección, garantía y eficacia de los derechos humanos, lo que significa que los
Estados no pueden permitir o fomentar la vulneración o trasgresión de las garantías
mínimas del ser humano, so pena de medidas o condenas ejemplares que no sólo
busquen la persecución de los autores de los delitos contra el orden penal internacional,
sino también la reparación integral de los daños irrogados.
Dado que el caso sub exámine entraña un grave desconocimiento a los derechos
humanos, en tanto se perpetró una violación sistemática de delitos de lesa humanidad,
en virtud de la ejecución de los familiares de los demandantes, resulta imprescindible la
aplicación del principio de reparación integral al caso concreto. (..) la Corporación ha
avalado una hermenéutica garantista, que propugna por una protección activa y
progresiva de los derechos humanos, lo que supone una prevalencia del derecho
internacional sobre el derecho interno-, art. 63, numeral 1° de la Convención Americana
de Derechos Humanos-, dado el objeto protegido. En ese orden, es posible señalar, en
relación con el principio de reparación integral, que este no sólo comprende eventos de
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La reparación del daño debe procurar abarcar todas las dimensiones del ser humano que
se vieron menoscabadas con el mismo, aspecto en el que ha hecho énfasis tanto la
legislación como la jurisprudencia nacional y foránea y por el que los organismos
internacionales han mostrado una gran preocupación. Sin embargo, estando claro que el
Estado tiene la obligación ética y jurídica de procurar la reparación de las víctimas del
conflicto, es necesario preguntarse cuál es el rol que éstas deben desempeñar en ese
proceso, sin olvidar que son ellas quienes deben constituir el eje central del mismo en
aras de recuperar su autonomía y su condición de ciudadanos. Bajo esta premisa, se
tiene que las medidas y políticas de reparación deben propender por cambiar la forma
como se concibe a la víctima, pasando de una concepción en la que es simplemente
objeto de una medida que más que dignificarla busca redimir al victimario, a una en la
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en casos como el sub judice, en los que los episodios violentos han sido producto de
planes sistemáticos de exterminio e intimidación y han tenido lugar en zonas rurales en
las que la población es menos numerosa, lo que propicia el establecimiento de vínculos
más fuertes y cercanos entre sus habitantes, es lógico que el hecho no sólo tenga
repercusiones individuales, sino también colectivas, pues deteriora y fragmenta todo el
tejido social, de un lado por cuanto toda la población es blanco de amenazas, ataques,
sospechas y estigmas que no solo ponen en peligro su vida sino que también la aíslan del
aparato estatal; y del otro, debido a las fuertes y estrechas relaciones de
interdependencia que se construyen entre sus miembros, lo que intensifica los efectos
del daño, toda vez que se instala en la psique de la comunidad una lógica de miedo,
inseguridad y abandono que obstaculiza la recomposición individual y colectiva, e incluso
deteriora su identidad. De este modo, el daño traspasa la esfera de lo individual y
trasciende a lo colectivo, haciendo el proceso de reparación más exigente para las
víctimas y el Estado.
El proceso de reparación integral debe ir más allá de la preocupación por los victimarios y
centrar sus esfuerzos en la dignificación de las víctimas, quienes deben tomar el
protagonismo, en aras de que la víctima recobre la calidad de ciudadano y la autonomía
que ello conlleva a través de los siguientes componentes: i) Reconocimiento de la calidad
de víctima y recuperación de su buen nombre, aspecto de vital importancia en aquellos
casos en los que un individuo o colectividad ha sido blanco de estigmatizaciones y
etiquetas.ii) Exteriorización del dolor y preservación de la memoria para elaborar los
duelos inacabados y comprender las causas de los hechos, a fin de que la víctima no
desarrolle sentimientos de culpa injustificados que le impiden continuar con su proyecto
de vida. iii) Recuperación de la salud mental y emocional. iv) Modificación de las
situaciones estructurales de abandono y exclusión que expusieron a la víctima individual
o colectiva a las condiciones de vulnerabilidad. La víctima no es sólo un testigo de los
hechos y custodio de la memoria, sino también un sujeto de derechos que deben ser
restablecidos, advirtiendo que en el contexto colombiano, no basta con restituirla a las
condiciones de vida en que se encontraba antes de los hechos, pues ello significaría en
muchas ocasiones perpetuar las circunstancias que la hicieron blanco de ataques y
amenazas. vi) Recuperación del proyecto de vida. vii) En aquellos eventos en los que los
episodios violentos se han registrado en zonas rurales, se requiere la implementación de
programas de acompañamiento psicosocial que incluyan a toda la comunidad. En el
presente caso, no cabe duda que los hechos ocurridos el 4 de diciembre de 1996,
además de causar un profundo daño a los demandantes, significaron un daño colectivo
para toda la comunidad de Pichilín, comoquiera que de los testimonios se infiere que
todos los habitantes fueron sometidos a vejámenes, amenazas e intimidaciones, a lo que
se le suma el hecho de que según manifestó el señor Pedro Álex Conde Anaya, la
mayoría de la población fue tildada de pertenecer a grupos guerrilleros, lo que significó
una afectación no sólo para su seguridad, sino también y lo que es más grave para su
buen nombre y su dignidad, máxime porque bajo ese argumento se trató de justificar el
daño, lo que ha llevado a la negación y falta de reconocimiento de los hechos y ha
imposibilitado la elaboración del duelo. En consecuencia decretar medidas de reparación
integral individuales y colectivas, es indefectible para lograr la recuperación patrimonial,
espiritual, psicológica, emocional y social de las víctimas. (…) de conformidad con los
artículos 222 y ss. del decreto 4800 de 2011, se ordenará a la Unidad Administrativa
Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, incluir a los demandantes
y a la comunidad del corregimiento de Pichilín en los programas de reparación colectiva
que adelanta esa dependencia, a fin de que además de los demandantes, sus demás
habitantes puedan a acceder a todos los beneficios, programas y componentes allí
consagrados. Así mismo, se exhortará a la Unidad de Restitución de Tierras, para que
previa evaluación de la tituación de los predios que componen el corregimiento de
Pichilín, determinen si en el mismo existe alguna anomalía relacionada con el fenómeno
de despojo de tierras, y de ser así presente la respectiva demanda, conforme a los
artículos 72 y ss. de la ley 1448 de 2011.
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Por tratarse el caso sub exámine de una grave violación a derechos humanos (ejecución
sistemática), se decretarán de oficio las siguientes medidas de satisfacción, en aras de
garantizar el principio de reparación integral, todo lo cual se llevará a cabo conforme a
los lineamientos fijados por la Corte Interamericana de Derechos Humanos en estos
eventos, en consonancia con lo que se ha reconocido en esta jurisdicción contenciosa y
las medidas consagradas en la ley 1448 de 2011. De acuerdo con lo anterior, se dispone:
1. Ordénese a la Policía y la Armada Nacional-, la realización de una ceremonia
conmemorativa en el corregimiento de Pichilín, en la que ofrezcan disculpas públicas a
las víctimas y a la comunidad en general, por la responsabilidad en que incurrieron en los
términos señalados en esta sentencia. 2. Ordénese la instalación de una placa que estará
a cargo de la Policía y la Armada Nacional, y que deberá erigirse en la plaza central del
corregimiento de Pichilín (Sucre), toda vez que frente a crímenes de esta naturaleza el
remordimiento por la muerte pertenece a la memoria colectiva de una sociedad, para
que hechos como esos no se repitan jamás, en ella se inscribirán los nombres de los
cinco fallecidos y sus respectivas fechas de nacimiento, como acto reivindicatorio de la
dignidad de las víctimas y sus familiares. 3. De conformidad con lo establecido en los
artículos 222 y ss. del decreto 4800 de 2011, ordénese a la Unidad Administrativa
Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, incluir a los demandantes
y a la comunidad del corregimiento de Pichilín en los programas de reparación colectiva
que adelanta esa dependencia, a fin de que sus habitantes puedan a acceder a todos los
beneficios, programas y componentes consagrados en el artículo 226 del decreto 4800
de 2011. 4. Igualmente, se ordenará a la Unidad de Restitución de Tierras, para que
previa evaluación de la titulación de los predios que componen el corregimiento de
Pichilín, determinen si en el mismo existe alguna anomalía relacionada con el fenómeno
de despojo de tierras, y de ser así presente la respectiva demanda, conforme a los
artículos 72 y ss. de la ley 1448 de 2011. 5. Ordénese a la Policía y la Armada Nacional
brindar tratamiento psicológico y psicosocial a cada uno de los demandantes, haciendo
especial énfasis en las mujeres, menores de edad y adultos de la tercera edad. 6. Así
mismo, de conformidad con la Ley 1448 de 2011, se ordenará al Centro de Memoria
Histórica, mediante su Programa de Derechos Humanos y Memoria Histórica –así como al
Archivo General de la Nación-, la preservación de la presente sentencia y la custodia y
conservación de su archivo, en aras de que haga parte y fortalezca el patrimonio
documental histórico de la Nación y la memoria consciente de la violencia del conflicto
interno y el padecimiento de sus víctimas, reforzando así la memoria colectiva de los
asociados. Además se ordenará al Centro de Memoria Histórica, la realización de una
investigación sobre los hechos que dieron origen a esta demanda y la elaboración de un
informe con fundamento en la misma. Una generación es solo un hito en la dinámica y
evolución de la sociedad, y su memoria tiene el mismo curso; y gracias a esta medida, el
recuerdo de este fatal suceso quedará grabado en el tiempo, convirtiéndose este legado
en la muestra de la esquizofrenia de las armas, el poder y la sinrazón, cuya conservación
en el alma colectiva, puede ser el mejor aporte para no repetirlo jamás. NOTA DE
RELATORIA: Consultar sentencias de 12 de junio de 2013, exp. 25180 y 21 de noviembre
de 2013, exp. 29764. NOTA DE RELATORIA: Con aclaración de voto del doctor Jaime
Orlando Santofimio Gamboa. A la fecha de titulación y publicación de la providencia en el
boletín 148 de 2014 - 30 de julio de 2014 -, aún no había llegado el medio físico ni
magnético a la Relatoría.
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CONSEJO DE ESTADO
08001-23-31-000-2003-01878-01
36274
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 270 DE 1996 - ARTICULO 68 / DECRETO 2700 DE 1991
- ARTICULO 414
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 26/06/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION B
PONENTE : RAMIRO DE JESUS PAZOS GUERRERO
ACTOR : ALVEIRO VASQUEZ VELASQUEZ Y OTROS
DEMANDADO : NACION - RAMA JUDICIAL - FISCALIA GENERAL DE LA NACION
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Condena por privación injusta de la
libertad. Ley 600 de 2000 / PRIVACION INJUSTA DE LA LIBERTAD - Ilegalidad en el
procedimiento de la captura en flagrancia / PRIVACION INJUSTA DE LA LIBERTAD - Fallo
absolutorio / PRIVACION INJUSTA DE LA LIBERTAD - Responsabilidad patrimonial y
administrativa de la Fiscalía General de la Nación
Está probado que el señor Alveiro Vásquez fue privado de la libertad el 30 de marzo de
2000, cuando se hizo efectiva la captura en supuesta flagrancia, y fue liberado el 3 de
mayo de 2001, día en que el Juzgado Penal del Circuito Especializado de Barranquilla le
ordenó al director de la Cárcel Modelo de esa ciudad dejarlo en libertad provisional, luego
de proferir fallo absolutorio a su favor. (…) En el presente caso, es preciso advertir que
para el momento en que quedó en firme la decisión que puso fin al proceso penal
seguido contra el señor Alveiro Vásquez Velásquez, es decir, el 28 de abril de 2001, ya
había entrado en vigencia la Ley 270 de 1996, estatutaria de la administración de
justicia, cuyo artículo 68 prescribe que “quien haya sido privado injustamente de la
libertad podrá demandar del Estado la reparación de perjuicios. (…) Para la Sala es claro
que la absolución del señor Alveiro Vásquez Velásquez se debió a la constatación por
parte del juez penal de que este no había cometido el delito por el que fue acusado, pues
el esfuerzo probatorio de la Fiscalía en ese sentido fue insuficiente para desvirtuar su
presunción de inocencia. En esa medida, se concluye que su situación quedó subsumida
en una de las causales del artículo 414 del Decreto 2700 de 1991, a saber, que el
imputado no cometió el delito por el que fue llevado a juicio, lo habilita para reclamar
una indemnización del Estado por la privación de la libertad que debió soportar durante
el tiempo en que fue procesado. (…) Se aclara que la responsabilidad patrimonial por el
daño causado a los demandantes es imputable a la Fiscalía General de la Nación, pues
fue en desarrollo de las actuaciones de esta entidad que se privó de la libertad al señor
Alveiro Vásquez Velásquez. En el caso de la Rama Judicial, se constata que el juez de
primera instancia absolvió y concedió la libertad al demandante, por lo que no debe
asumir la responsabilidad patrimonial en el presente caso. (…) La Sala considera
importante señalar que no solamente fue injusta la privación de la libertad a la que fue
sometido el demandante, sino que el procedimiento de captura en supuesta flagrancia
fue ilegal y arbitrario.(…) En el caso bajo análisis, la captura del señor Vásquez
Velásquez, llevada a cabo por agentes del Gaula el 30 de marzo de 2000, fue ilegal y
arbitraria dado que los funcionarios encargados del operativo apelaron a la violencia y
golpearon con un objeto contundente al capturado, como se puede apreciar en el informe
de Medicina Legal, que registró lesiones en el hemotórax y hombro derecho, que le
causaron incapacidad.(…) El informe emitido por Medicina Legal es prueba suficiente del
maltrato al que fue sometido el capturado como resultado de un uso irrazonable y
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Sobre los derechos a la honra y el honor que la parte actora alega vulnerados, se aclara
que, si bien los procesos judiciales tienen la nota de ser públicos y de libre acceso para la
ciudadanía, en este caso no está acreditado que la entidad demandada haya afectado la
reputación, la imagen social o el respeto debido.
3-RD-1303-2014
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CONSEJO DE ESTADO
50001-23-31-000-1998-01262-01
26029
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 26/06/2014
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : DANILO ROJAS BETANCOURTH
ACTOR : MARIELA DUARTE PARRADO Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL-POLICIA NACIONAL Y
DECISION : ACCEDE
TEMA : OBLIGACIONES DEL ESTADO COLOMBIANO - Garantizar el derecho a la vida, la
integridad personal y la seguridad en el derecho convencional y en la jurisprudencia
constitucional / CONVENCION AMERICANA SOBRE DDHH - Artículo primero. Garantías de
los ciudadanos. Violación de Derechos Humanos. Acción u omisión de las autoridades
públicas
El artículo primero de la Convención Americana sobre DDHH establece las dos principales
obligaciones de los Estados que ante las violaciones de los derechos allí consagrados, por
acción u omisión de cualquier autoridad pública, comprometen la responsabilidad de los
Estados Partes. (…) la primera obligación asumida por los Estados Partes es la de
respetar los derechos y libertades reconocidos en la Convención.
En relación con la responsabilidad del Estado por omisión, la Sala ha considerado que,
cuando se busque imputarle responsabilidad a sus instituciones por fallas en la
prestación de servicios de seguridad, se precisa la acreditación de los siguientes
requisitos: a) la existencia de una obligación legal o reglamentaria a cargo de la entidad
responsable de realizar la acción con la cual se habrían evitado los perjuicios; b) la
omisión de poner en funcionamiento los recursos de que se dispone para el adecuado
cumplimiento del deber legal, atendidas las circunstancias particulares del caso; c) un
daño antijurídico, y d) la relación causal entre la omisión y el daño. NOTA DE
RELATORIA: Sobre el tema consultar sentencias de 23 de mayo de 1994, exp. 7616 y de
26 de septiembre de 2002, exp. 14122
Se admiten una serie de criterios que dan cuenta de la responsabilidad del Estado en la
protección o violación de las garantías constitucionales y legales que salvaguardan a los
activistas defensores de los derechos humanos, quienes a la vista de organismos
internacionales e instituciones nacionales son de vital importancia en las sociedades
democráticas. La Corte Constitucional también ha advertido cómo el desarrollo de esta
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actividad puede resultar más peligrosa en determinados departamentos del país, como
sucede con el Meta. (…) para garantizar el respeto a este colectivo se ha hecho necesario
crear mecanismos en instancias internacionales que obliguen a los Estados a difundir y
promover los derechos humanos, proteger los derechos de todos los ciudadanos y en
especial de las personas que arriesgan su seguridad personal en aras de prevenir,
investigar y sancionar las violaciones a los derechos humanos y reparar a quienes hayan
sido víctimas de ellas.
parte de un plan sistemático de exterminio, cuya existencia fue denunciada por los
líderes de la UP ante distintas autoridades nacionales e internacionales. En efecto, ante el
Sistema Interamericano de Derechos Humanos acudieron las organizaciones Corporación
REINICIAR, Comisión Colombiana de Juristas y Colectivo de Abogados “José Alvear
Restrepo” presentando la denuncia en el caso 11.227, José Bernardo Díaz y otros “Unión
Patriótica”, del cual fue desglosado el del senador Manuel Cepeda Vargas y que concluyó
con una condena contra el Estado, proferida por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, en virtud del incumplimiento de la obligación de proteger y garantizar la vida
del dirigente; (…) en los fundamentos de derecho en torno al caso antes enunciado, la
Corte IDH señaló como hecho reconocido por las partes y por todos los intervinientes en
el proceso, que el móvil del crimen del senador Cepeda Vargas fue su militancia política
de oposición, la que ejercía como dirigente de la UP y del PCC, mediante sus actividades
parlamentarias y en sus publicaciones como comunicador social. En lo que concierne a su
militancia en la UP, se demostró que no se le brindó por parte del Estado una protección
adecuada a sabiendas de la situación y el contexto socio político del momento, en donde
el patrón sistemático de exterminio constituye un crimen de lesa humanidad: (…) en esa
sentencia, la Corte IDH se refirió al Segundo Informe sobre la situación de los derechos
humanos en Colombia, publicado en 1993, en el que se hizo una radiografía de la
situación de la UP y el alto número de miembros que habían sido asesinados en la
década de los ochenta (…) el Consejo de Estado también ha reconocido, a través de
distintas y reiteradas decisiones, que la persecución emprendida contra los miembros de
la Unión Patriótica en el país a finales de la década de 1980 y principios de los años 90 es
un hecho notorio y, ha declarado la responsabilidad patrimonial de la administración por
la muerte violenta de varios miembros de esta organización política, sobre la base de que
existe, en todos estos casos, un incumplimiento del deber especial de protección a cargo
del Estado. La Sección Tercera, ha considerado que en los casos de asesinatos de los
miembros de la UP la responsabilidad es jurídicamente imputable al Estado por haber
omitido adoptar medidas efectivas para proteger la vida e integridad personal de estas
personas, pese a que conocía que aquéllos se encontraban en una situación especial de
riesgo por causa de su pertenencia a dicho partido político. NOTA DE RELATORIA: Ver
Corte Interamericana de Derechos Humanos. Caso Manuel Cepeda Vargas vs. Colombia,
sentencia de 26 de mayo de 2010. Consejo de Estado, Sección Quinta, sentencia de 4 de
julio de 2013, rad. 11001-03-28-000-2010-00027-00; Sección Tercera, sentencias de: 1
de abril de 2009, exp. 16836; 20 de noviembre de 2008, exp. 20511; 30 de octubre de
1997, exp. 10958; 3 de octubre de 2007, exp. 15985; 8 de febrero de 2012, exp. .
especiales de protección y prevención, pues “basta con demostrar que ésta tenía
conocimiento de la situación de riesgo que enfrentaba la persona y que, aun así, omitió
adoptar medidas especiales para protegerla”. NOTA DE RELATORIA: Sobre el tema
consultar sentencias de: 16 de febrero de 1995, exp. 9040; 27 de junio de 1995, exp.
9266; 3 de abril de 1995, exp. 9459; 29 de marzo de 1996, exp. 10920 y de 3 de
octubre de 2007, exp. 15985
La Sala también ha abordado el tema de la ineficacia del Estado para afrontar las
amenazas de que fueron víctimas varios miembros de esa organización política, las
cuales fueron puestas en conocimiento de las autoridades nacionales, pero no tuvieron la
relevancia necesaria, y debieron ser pedidas ante la Comisión IDH (…) la administración
tenía el conocimiento veraz sobre la persecución, amenazas y la efectividad en los
asesinatos que acorralaba a los miembros de la Unión Patriótica en el territorio nacional,
y aun así, con su retardo e insuficiencia, generó una omisión que tornó ineficaces y poco
garantistas las medidas de protección brindadas por éste y por los organismos
internacionales. NOTA DE RELATORIA: Al respecto consultar sentencia de 20 de
noviembre de 2008, exp. 20511
El daño alegado por los demandantes se cimienta en la muerte del señor Josué Giraldo
Cardona, en hechos ocurridos el 13 de octubre de 1996, la cual se encuentra
debidamente acreditada con el acervo probatorio disponible. En efecto, de conformidad al
registro de defunción, el señor Josué Giraldo Cardona, falleció el mismo día en que
acaeció el atentado contra su vida. (…) este daño impactó en forma individual sobre sus
familiares, sobre sus propias hijas quienes a sus escasos años, y en medio de un
momento de esparcimiento familiar en su propia casa, presenciaron el homicidio de su
padre; sobre su cónyuge quien a partir de ese momento se haría beneficiaria, junto con
sus hijas, de medidas cautelares de protección también por parte de la Comisión IDH, y
sería requerida en múltiples oportunidades por el gobierno para llevar a cabo su
cumplimiento dentro de un margen de evidente zozobra y desconfianza con los
organismos de seguridad del Estado. (…) De las observaciones de la Comisión de DH, se
desprende que además del daño causado a la familia de Josué Giraldo Cardona con la
muerte de su padre, esposo, hijo y hermano; ésta se vio avocada a llevar una vida
rodeada de riesgos y solicitud de protección a los organismos de seguridad del Estado
que consideraba habían tenido complicidad en el asesinato de su familiar. En segundo
lugar, el crimen de Josué Giraldo se ubica dentro de un daño colectivo por cuanto su
nombre se inserta dentro de un organismo que desde la sociedad civil luchaba por
denunciar las graves vulneraciones a los derechos humanos cometidos por los
paramilitares con la aquiescencia del Estado, cuyas investigaciones penales, pese al
esfuerzo de la Fiscalía General de la Nación, quedaron impunes. Por último, la víctima
envuelve una tercera condición, como líder de un partido político que fue sometido al
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exterminio por la defensa de unos ideales políticos de izquierda que rivalizaba con el
proyecto armado gestado por la derecha y el paramilitarismo. De tal modo que el
magnicidio de Josué Giraldo Cardona envuelve un daño a su familia, un crimen de lesa
humanidad y una afrenta al ejercicio de los derechos de oposición política, a la libertad
de asociación, al libre desarrollo de la personalidad, a la libertad de expresión, al derecho
a formar partidos políticos y participar políticamente, a la defensa de los derechos
humanos y, por último, en forma crasa, a la confianza legítima que profesan los
asociados a las instituciones del Estado. Recuperar dicha confianza implicará para dichas
instituciones adelantar un esfuerzo de hondo calado para restituir en la memoria de los
asociados y en especial de aquellos hombres y mujeres que con sus vidas han defendido
en la historia nacional un proyecto político distinto de inclusión social y de defensa de los
derechos humanos, la legitimidad del Estado.
[L]a omisión de protección sobre la vida e integridad de Josué Giraldo Cardona, pese al
nivel de riesgo extraordinario que le rodeaba, determinado por los antecedentes y
contexto de la época, así como por sus persistentes denuncias de amenazas contra su
vida e integridad, se profundiza aun más por cuanto para su asesinato se contó con la
participación del Ejército Nacional-VII Brigada que realizó seguimientos permanentes a
los militantes de la Unión Patriótica al atribuirles su complicidad en el asesinado del
general Gil Colorado (párrafo 9.19, hechos probados), y los autores materiales se
encontraban al servicio de grupos de paramilitares que actuaban en aras de exterminar
al grupo político de oposición. (…) la Sala encuentra probada la falla del servicio, en
tanto que el daño antijurídico causado a los familiares de Josué Giraldo Cardona le es
imputable a las demandadas no solamente por la omisión en la prestación de un
adecuado y eficiente servicio de escolta, sino porque además, la ausencia del escolta del
DAS al momento del crimen y la suspensión del servicio por la Policía Nacional, como
patrón recurrente en el exterminio de la UP, revela, en conjunto con el extenso material
probatorio que reposa en el expediente, la connivencia que dichas instituciones tuvieron
con la ominosa práctica de eliminar a aquellas personas que hubiesen optado por dejar
las armas aceptando participar, con buena ventura, en el libre juego de la democracia
mediante la creación de partidos políticos de izquierda y promover la defensa de los
derechos humanos en Colombia. (…) la administración incurrió en falla del servicio por
cuanto pese a la existencia de unas medidas cautelares ordenadas por la Comisión IDH
para proteger la vida de los integrantes del Comité Cívico por los Derechos Humanos del
Meta, estas no fueron implementadas en forma oportuna, responsable, contínua,
adecuada y suficiente para proteger la vida de Josué Giraldo Cardona. (…) el asesinato
de que fue víctima el señor Josué Giraldo Cardona, acaeció en el contexto de exterminio
sistemático contra los miembros de la UP, razón por la cual las medidas de seguridad a
su favor debieron extremarse a efectos de repeler y garantizar su derecho a la vida e
integridad personal.
biográfica que dignifique las causas, sacrificio y tesón de Josué Giraldo Cardona, así
como sus esperanzas, aspiraciones e ideales de vida; los cuales le fueron arrebatados
debido a sus anhelos de una mejor sociedad política, respetuosa de los derechos
humanos. Así mismo, en dicha narración se dejará constancia de las vicisitudes que
tuvieron que enfrentar, a causa de su homicidio, los integrantes de su familia. Para ello,
se insiste, deberá contarse con la aquiescencia de las víctimas, tanto de sus familiares
como del sujeto colectivo que integraba el señor Giraldo: los sobrevivientes de la Unión
Patriótica, a quienes se les garantizará el cumplimiento del principio de voluntariedad
previamente expuesto, quienes deberán participar en la realización, edición de libretos y
demás aspectos de la producción de los mismos de tal forma que la memoria y
reproducción de la vida de Giraldo Cardona sea lo más auténtica posible a lo que en
realidad fue su vida, asunto que es mejor conocido por su familia y compañeros de
militancia política que por cualquier otra persona. El documental será transmitido en
colegios, universidades públicas y privadas, cineclubes, canales regionales y demás
medios de comunicación que deseen contribuir con la memoria de la víctima, también
como proyección regular en el lugar de memoria que con base en esta sentencia se
construya. Por su parte el cortometraje deberá ser transmitido por el lapso de un (1) año
en todas las salas de cine del país, para lo cual se exhortará al Ministerio de Cultura para
que en el ámbito de sus funciones adelante acciones con Proimagenes Colombia para la
exhibición de dicho material. Para ello, las condenadas deberán asegurar que en la
vigencia del año 2015, con cargo al presupuesto de la institución, se provea al Centro de
Memoria Histórica de los recursos indispensables para realizar el documental en un
término que no puede sobrepasar los dos (2) años contados a partir de la notificación de
la presente sentencia. Al menos una copia del documental y del cortometraje deberá ser
incorporada al archivo de derechos humanos a cargo del Centro de Memoria y en
especial al que se creará en forma separada para la Unión Patriótica con el fin de
contribuir a la preservación de la memoria histórica de dicho colectivo.
Al revisar los perjuicios pedidos por concepto de lucro cesante, se observa que los
demandantes lograron acreditar su relación civil, de parentesco o de convivencia con la
víctima de acuerdo con lo indicado. En el proceso, se demostró que el señor Josué
Giraldo Cardona desempeñaba una actividad económica en el momento de su muerte,
como abogado consultor del Instituto Departamental de Tránsito y Trasporte del Meta,
por contrato de prestación de servicios, labor por la que, percibía un salario básico
mensual de $1 200 000, según lo indica el contrato de prestación de servicios suscrito
entre el representante del Instituto y el señor Giraldo Cardona el día 4 de junio de 1996
por un término de 6 meses. En efecto, en el momento de ser asesinado hacía apenas 4
meses que había dejado su cargo como gerente de la Empresa Licorera del Meta, y el
único ingreso fijo que tenía era aquel derivado de su actividad como abogado consultor,
pero que no correspondía realmente a su capacidad productiva, si se tiene en cuenta la
trayectoria que tenía en posiciones públicas y su preparación académica, toda vez que
fue juez de ejecuciones fiscales en la alcaldía de la ciudad de Villavicencio y su
permanencia en el cargo comprendió desde el 3 de noviembre de 1987 hasta el primero
de enero de 1992 ,en la Empresa Licorera del Meta desempeñó el cargo de gerente
durante el período comprendido del 3 de enero de 1992 al 31 de mayo de 1996,
devengando un sueldo mensual de $1 417 632 más gastos de representación por valor
de $1 800 000, para un total de $ 3 217 632; adicionalmente para el momento de los
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hechos era el presidente del Comité Cívico de Derechos Humanos del Meta. Su
trayectoria permite a la Sala determinar que la remuneración que tendría de haber
continuado con vida, correspondería por lo menos a la que había dejado en meses
pasados en un alto cargo, por las razones anteriormente expuestas, por lo cual se dará
aplicación –tal como lo solicitó la parte actora a lo largo del proceso–, al precedente
trazado por el Consejo de Estado en la sentencia de 19 de junio de 1997 referente al
caso del ex ministro de justicia Enrique Low Murtra. En consecuencia, tomará como
ingreso base de liquidación el valor del sueldo devengado cuando se encontraba
laborando como gerente en la licorera del Meta.
Por otra parte, la Sala observa que el grado de dolor se presume como el máximo al
haber ocurrido la muerte de un integrante de la mayor importancia dentro del núcleo
familiar que conforman los demandantes Mariela Duarte Parrado, Natalia Giraldo Parrado
y Sara Jimena Giraldo Parrado, determinando la indemnización de perjuicios de carácter
moral, en atención a la grave violación de los derechos constitucionales a la dignidad,
intimidad, a la familia, a la libertad de locomoción y de fijar el domicilio y el arraigo, se
vieron seriamente afectados, y por provenir esa afectación de la comisión de un ilícito
penal (art. 97 C.P.). Así mismo, la presente decisión se adopta toda vez que las hijas de
la víctima presenciaron el hecho, circunstancia que agrava el dolor por la pérdida de su
padre y esposo. Adicionalmente posterior a la muerte del señor Giraldo Cardona, fueron
objeto de medidas de protección ordenadas por la CorteIDH dado el riesgo que también
corrían en sus vidas e integridad física, lo que les generó cambios permanentes de
residencia y una ruptura en el desarrollo de sus proyectos de vida; en consecuencia, se
reconocerán a título de reparación por daños morales el equivalente a las siguientes
sumas de dinero, en salarios mínimos legales mensuales vigentes al momento de la
ejecutoria del presente fallo, para cada una de ellas.
CONSEJO DE ESTADO
19001-23-31-000-1993-00400-01
21630
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 26/06/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION B
PONENTE : DANILO ROJAS BETANCOURTH
SALVAMENTO DE VOTO Y ACLARACION DE VOTO
ACTOR : SUSANA COLLO DE CALIZ Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA, POLICIA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena
Dentro del expediente obran copias auténticas del expediente disciplinario n.° 008-
134918, seguido por la Procuraduría General de la Nación contra el capitán Fabio
Alejandro Castañeda Mateus y el mayor Jorge Enrique Durán Argüelles, y del proceso
penal n.° 3299, adelantado por la Fiscalía Regional de Cali por los hechos ocurridos el 16
de diciembre de 1991 en la hacienda El Nilo, las cuales fueron decretadas en primera
instancia por el Tribunal Administrativo del Cauca por solicitud de la parte actora. (…) Las
pruebas practicadas dentro de cada uno de estos procesos, serán apreciadas con
sujeción a las reglas establecidas por la jurisprudencia del Consejo de Estado en
aplicación del artículo 185 del Código de Procedimiento Civil y de las normas
constitucionales que consagran el derecho al debido proceso, el derecho de acceso a la
administración de justicia y el principio de primacía de la realidad sobre las formalidades,
de la forma en que se describe a continuación: (…) Las indagatorias y las versiones libres
rendidas dentro del proceso penal no pueden valorarse como prueba testimonial ni
someterse a ratificación a efectos de acreditar los elementos de la responsabilidad
extracontractual de la administración ya que no cumplen con uno de los requisitos de
este medio de prueba por cuanto no se rinden bajo la gravedad del juramento. Lo
anterior, desde luego, no obsta para que se tengan en cuenta las declaraciones contra
otros que provienen del indagado puesto que éstas, cuando son juramentadas, se
equiparan a los testimonios por disposición legal.
TESTIMONIOS - Ostentan valor probatorio, con excepción de los que fueron rendidos
bajo reserva de identidad y por quienes figuran como demandantes
26.4. Los testimonios también serán apreciados –con excepción de los que fueron
rendidos bajo reserva de identidad y por quienes figuran como demandantes–, dado que
se practicaron con citación o intervención de la parte contra la cual se aducen (C.P.C.,
artículos 185 y 229). En efecto, tanto la Procuraduría General de la Nación como la
Fiscalía General de la Nación integran la persona jurídica Nación, por lo cual las pruebas
que estas dos entidades practicaron en el proceso disciplinario y en el penal,
respectivamente, lo fueron con intervención de la misma parte contra la cual se
pretenden hacer valer en esta oportunidad, que no es otra que la Nación-Ministerio de
Defensa, Policía Nacional. Lo mismo puede decirse respecto de los llamados en garantía,
dado que el capitán Fabio Alejandro Castañeda y el mayor Jorge Enrique Durán, fueron
parte investigada dentro de cada uno de los procesos adelantados por la Procuraduría y
la Fiscalía, de manera que no podrían alegar que desconocen los testimonios o que no
tuvieron oportunidad de controvertirlos.
V.
[E]l fallo penal absolutorio no tiene efectos de cosa juzgada dentro del proceso
administrativo en razón a que las partes, el objeto y la causa de los dos procesos son
diferentes. En efecto, “a través del ejercicio de la acción penal, el Estado pretende la
protección de la sociedad, con la represión del delito y para ello investiga quién es el
autor del mismo y cuál su responsabilidad; a través del ejercicio de la acción de
reparación, la víctima del daño antijurídico pretende la indemnización de los perjuicios
que le ha causado el Estado con una acción que le sea imputable”. Además, el
fundamento del deber de indemnizar en cada caso es distinto: en el proceso contencioso,
contrario a lo que ocurre en el proceso penal, es el daño antijurídico imputable a la
entidad y no la culpa personal del agente, “de tal manera que aunque se absuelva al
servidor por considerar que no obró de manera dolosa o culposa, en los delitos que
admiten dicha modalidad, el Estado puede ser condenado a indemnizar el daño causado,
bajo cualquiera de los regímenes de responsabilidad y, en cambio, el agente puede ser
condenado penalmente, pero el hecho que dio lugar a esa condena no haber tenido nexo
con el servicio”. (…) el hecho de que en el caso concreto exista un fallo proferido por la
justicia penal militar, favorable a los intereses de los llamados en garantía, no impide al
juez de lo contencioso administrativo adelantar una nueva valoración probatoria y,
eventualmente, condenar patrimonialmente a la entidad demandada por los mismos
hechos que le fueron imputados a los agentes del Estado en aquél otro proceso.
el informe, en su párrafo 68, señala que por estos hechos la justicia ordinaria profirió
sentencia condenatoria contra el cabo segundo Pedro Pablo Agredo Montilla y los agentes
de la policía Luis Ernesto Soto Cardona y Héctor Marín Mejía (…) es claro que no existe
fundamento para controvertir la responsabilidad de la Nación en la muerte de los veinte
indígenas, máxime cuando la Comisión IDH concluyó, a través de un pronunciamiento
vinculante y definitivo, elaborado en aplicación del artículo 50 de la Convención
Americana de Derechos Humanos, que el Estado era responsable por este hecho. (…)
Este juicio de responsabilidad, hecho por un órgano de naturaleza cuasi-judicial y con
competencia –reconocida por Colombia– para resolver quejas individuales por violación
de los derechos reconocidos en la Convención Americana, agota la competencia de la
jurisdicción contencioso administrativa para debatir el asunto nuevamente como quiera
que el fundamento de la responsabilidad internacional es, como en el régimen de
responsabilidad extracontractual por falla del servicio, el incumplimiento de las
obligaciones a cargo del Estado. (…) dado que la controversia acerca de si hubo
responsabilidad de agentes del Estado en los hechos de Caloto ya fue resuelta por la
Comisión IDH, cualquier manifestación adicional o contraria por parte de un órgano
judicial a nivel interno devendría en ilegal por cuanto estaría desconociendo el carácter
vinculante y definitivo que tienen para el Estado los informes de la Comisión en el ámbito
interno por mandato de la Ley 288 de 1996, “[p]or medio de la cual se establecen
instrumentos para la indemnización de perjuicios a las víctimas de violaciones de
derechos humanos en virtud de lo dispuesto por determinados órganos internacionales
de Derechos Humanos”. La ley, que surgió de una iniciativa gubernamental, estableció a
cargo del gobierno nacional la obligación de indemnizar los perjuicios causados por
violaciones de los derechos humanos que se hayan declarado o lleguen a declararse en el
futuro por parte de la Comisión IDH o del Comité Internacional de Derechos Humanos,
con lo cual confirió carácter vinculante, en el ámbito interno, a los informes de fondo que
cada uno de estos órganos emite en el trámite de los casos contenciosos iniciados a
partir de quejas individuales.
CONSEJO DE ESTADO
41001-23-31-000-1994-07752-01
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 490/615
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28433
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO CIVIL - ARTICULO 2347 INCISO 5 / CODIGO CIVIL
- ARTICULO 1344 / ACUERDO 004 DE 1974 / DECRETO 01 DE 1984 CODIGO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 267 / LEY 60 DE 1993 / CONVENCION DE
LAS NACIONES UNIDAS SOBRE LOS DERECHOS DEL NIÑO DEL 20 DE NOVIEMBRE DE
1989 / LEY 12 DE 1991 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 44 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 67 / LEY 115 DE 1994 - ARTICULO 1 / CODIGO CONTENCIOSO
ADMINISTRATIVO - ARTICULO 171 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 55
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 12/06/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
SALVAMENTO DE VOTO Y ACLARACION DE VOTO
ACTOR : RAMON FLORIANO CARRERA Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE EDUCACION Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Muerte de menor en establecimiento
educativo, institución educativa, del municipio de Guadalupe del Huila por
incumplimiento del principio de precaución de las autoridades / ACCION DE REPARACION
DIRECTA - Posición de garante. Muerte de menor en establecimiento educativo /
POSICION DE GARANTE - Muerte de menor en establecimiento educativo. Condena
solidaria
En el caso concreto, está demostrado que el centro docente “Colegio María Auxiliadora”
de Guadalupe, Huila, venía funcionando como colegio municipal desde 1960 en el nivel
de primaria, y partir de 1967, en el nivel secundaria; y que mediante el acuerdo 004 de
1974, se estableció también el nivel preprimaria. Si bien es cierto que dicho acuerdo
disponía que el establecimiento educativo era propiedad del municipio de Guadalupe
Huila; no es menos cierto que desde 1975 el Servicio de Educación fue nacionalizado, y
sólo volvió a ser responsabilidad conjunta de los Departamentos y los municipios a partir
de la ley 60 de 1993. Significa lo anterior que en la fecha en que ocurrieron los hechos
que dieron lugar al deceso del menor JUAN LEONARDO FLORIANO PENAGOS, la nación y
el municipio tenían obligaciones conjuntas entre ellos, las que en el evento de ser
incumplidas, frente a los posibles damnificados su responsabilidad es solidaria. Al
respecto, la legislación civil, contentiva del régimen de obligaciones acogido por el
ordenamiento jurídico colombiano, estatuyó una larga clasificación de las mismas, dentro
de la cual contempló las obligaciones solidarias o in solidum, que permiten al acreedor
exigir el total de la deuda a cualquiera de los deudores, por virtud de una convención, un
testamento o de la ley. (…) en virtud de la ley, específicamente del artículo 2344 del
Código Civil, aplicable por remisión expresa del artículo 267 del Código Contencioso
Administrativo, la obligación es solidaria en tanto la mencionada norma estableció que en
los eventos en que el daño es causado por dos o más personas, éstos son responsables
solidariamente ante el deudor. (…) De modo pues, que excepto en los eventos en que el
daño tiene ocurrencia como consecuencia de una edificación en ruina o cosas que caen o
son arrojadas de lo alto, cuando la culpa, en nuestra materia “la falla”, ha sido cometida
por dos personas, verbigracia, por la administración departamental y la municipal, estas
son solidariamente responsables ante el acreedor, por lo cual no puede el juez, bajo esta
cuerda procesal, proceder a dividir la obligación que la ley ha establecido in solidum,
corolario de lo cual está obligado a condenar solidariamente al Ministerio de Educación y
al Municipio de Guadalupe- Huila, por supuesto, en el evento de resultar probada la falla
en la prestación del servicio de educación, por cuanto ambas están llamadas a velar por
la seguridad de los menores que asisten a recibir educación primaria en las instalaciones
del colegio María Auxiliadora, del Municipio de Guadalupe – Huila.
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La Constitución Política consagra los medios de protección a los niños y a los jóvenes y a
su vez el derecho que tienen al servicio de educación. En relación con el primero -
derechos de los niños -, el artículo 44 de la Constitución Política (…) recogió los principios
consagrados en la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea
General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989, aprobada por el Congreso
de la República a través de la Ley 12 de 1991. Se reconocen por tanto, entre otros
derechos, el de la vida, la libertad de pensamiento, expresión y asociación, la protección
frente a abusos y la educación. (…) Uno de los principios que establece la mencionada
Convención (…) establece que un niño puede estar debidamente alimentado, pero sin
educación, sin acceso a la cultura o abusado, está desprotegido, pues los derechos que le
son propios conforman todo un conjunto que debe estar integrado. Se destaca
igualmente que las necesidades de los niños evolucionan con la edad, por lo cual se debe
equilibrar los deberes de los padres con tales necesidades. (…) Frente a la protección de
los niños y niñas por parte del ordenamiento jurídico e institucional, es claro para la Sala
que ella se justifica en cuanto se trata de sujetos de especial protección. (…) Ahora bien,
el artículo 67 constitucional consagra el derecho al servicio público educativo, (…) El
servicio público de educación es un derecho fundamental, inherente, inalienable y
esencial de la persona humana, reconocido expresamente en el artículo 44 de la Carta al
consagrar los derechos fundamentales de los niños garantizando, entre otros, el de
educación y cultura. (…) es por tanto un servicio público mediante el cual se busca el
acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás valores de la cultura y
comprende el conjunto de normas jurídicas, programas curriculares, educación por
niveles y grados, los establecimientos educativos, entre otros. Y precisamente, debido al
carácter de servicio público es obligación del Estado regular y ejercer la suprema
inspección y vigilancia, garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los
menores las condiciones necesarias para el acceso y permanencia en el sistema y, junto
con éste, a la sociedad y a la familia también les corresponde velar por su calidad, por el
cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los
educandos. (…) La Ley 115 del 8 de febrero de 1994, por la cual se expidió la Ley
General de Educación, la definió en el artículo 1° como un proceso de formación
permanente, personal, cultural y social, fundamentado en una concepción integral de la
persona humana, su dignidad, así como sus derechos y deberes. (…) La Corte
Constitucional ha explicado que la educación ofrece un doble aspecto: de una parte
constituye un derecho-deber, en cuanto, no solamente otorga prerrogativas a favor del
individuo; y, de otra, comporta exigencias de cuyo cumplimiento depende en buena
parte, la subsistencia del derecho, pues quien no se somete a las condiciones para su
ejercicio, queda sujeto a las consecuencias propias de tales conductas.
La Sala debe precisar que dos de los abuelos demandantes han fallecido, (…) y respecto
de cada uno de ellos se ha reconocido la sucesión procesal. Además, se precisa que en
los dos casos se acreditó que fuero adelantados los correspondientes procesos de
sucesión, al interior de los cuales se inventariaron y adjudicaron como derecho litigioso,
las pretensiones esgrimidas en la demanda que dio lugar a este proceso.
COSTAS - No condena
El artículo 55 de la Ley 446 de 1998, sólo hay lugar a la imposición de costas cuando
alguna de las partes hubiere actuado temerariamente y como en este caso ninguna de
aquellas actuó de esa forma, la Sala se abstendrá de imponer condena alguna por este
concepto.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2000-04596-01
29882
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS /
PROTOCOLO II ADICIONAL DE GINEBRA / CONVENIO DE GINEBRA / CONSTITUCIÓN
POLÍTICA - ARTÍCULO 90
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 29/05/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION B
PONENTE : RAMIRO DE JESUS PAZOS GUERRERO
ACLARACION DE VOTO / STELLA CONTO DIAZ DEL CASTILLO
ACTOR : GLORIA EDILMA CORREA LÓPEZ Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso muerte de
ciudadanos por uso excesivo de la fuerza, uso de arma de dotación oficial contra
población civil / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Uso legítimo de la fuerza, Uso
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La Sala destaca que en el caso sub judice y en lo referente al uso de la fuerza, las
operaciones que no tienen como propósito atacar un objetivo militar definido y
autorizado están sujetas al marco jurídico del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos –DDHH-, en el que el uso de la fuerza debe ser siempre el último recurso, a
diferencia de las operaciones que tienen como propósito un objetivo militar y están
inmersas en actos de guerra, se sujetan a las normas del Derecho Internacional
Humanitario - D.I.H -, cuyo marco jurídico autoriza por razones de ventaja militar y
factor sorpresa a hacer uso de la fuerza letal como primer recurso, bajo el cumplimiento
de las condiciones que impone este derecho especial. (…) Toda vez que se encuentra
establecida la responsabilidad estatal en los hechos que fueron sustento de las
pretensiones en el presente proceso, se impone confirmar la sentencia apelada y, en
consecuencia, se determinará la indemnización de perjuicios procedente, en el marco de
las pretensiones resarcitorias formuladas por los accionantes en reparación, con
observancia del principio de la non reformatio in pejus. NOTA DE RELATORÍA: Con
aclaración de voto de los consejeros Stella Conto Díaz del Castillo y Danilo Rojas
Betancourth.
Así las cosas, si bien el uso de la fuerza en el marco del D.I.H puede ser el primer
recurso por la ventaja militar, se debe circunscribir la actividad militar y bélica a las
exigencias del Derecho Internacional Humanitario (DIH), regidas por el respeto absoluto
al principio de proporcionalidad, distinción, necesidad y humanidad, establecidos para
Colombia en el Protocolo II, en relación con los conflictos armados, y el art. 3º común a
los Convenios de Ginebra. Es importante también destacar que para la Corte
Internacional de Justicia existen tres principios fundamentales que configuran el corpus
del derecho humanitario, a saber: i) la protección de civiles; ii) la prohibición de causar
sufrimientos innecesarios a los combatientes; y iii) la cláusula Martens. (…) La
jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos condiciona el uso de la
fuerza en operaciones militares a tres exigencias: excepcionalidad, proporcionalidad y
racionalidad; y ha instado a los Estado para que adopten las siguientes medidas, a
saber: i) la creación de un marco jurídico que reglamente el uso de la fuerza letal por
parte integrantes de la fuerza pública; ii) la capacitación de las tropas en tales
procedimientos; y iii) un control posterior para verificar, en casos de duda, una posible
muerte arbitraria. (…) Igualmente, la jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos
Humanos ha determinado algunos criterios de limitación en lo concerniente al uso letal
de la fuerza en la ejecución de operaciones militares, tales como i) la existencia de una
amenaza equivalente; ii) la interdicción de ataques intencionales e indiscriminados contra
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CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-2002-00257-01
28618
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 25 / CONVENIO IV DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / PROTOCOLO I
ADICIONAL A LOS IV CONVENIOS DE GINEBRA - ARTÍCULO 52 / CONSTITUCIÓN
POLÍTICA - ARTÍCULO 93
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 14/05/2014
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO / SALVAMENTO DE VOTO
ACTOR : RIGOBERTO TAQUEZ ERAZO
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA - POLICÍA NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
destrucción de vivienda por ataque guerrillero / RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS EN EL CONFLICTO ARMADO -
Declara probada. Régimen de imputación, daño especial / DAÑO ESPECIAL - Por el
desequilibrio manifiesto de las cargas públicas que tuvieron que asumir las víctimas /
VULNERACIÓN AL DERECHO DE PROPIEDAD - Destrucción y avería de inmueble por
ataque guerrillero / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas
convencionales de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario
encuentra que la destrucción y avería del inmueble y de los bienes muebles de propiedad
de [el demandante] fue ocasionada por el obrar de un grupo armado insurgente [FARC],
lo que a la postre llevaría a argumentar prima facie la existencia del hecho de un tercero,
la Sala rechaza este planteamiento dada la aplicación de la solidaridad como criterio
normativo generador de la imputación de la responsabilidad, como se puso de presente
anteriormente, máxime si se tiene en cuenta que se trató de una acción armada que se
dirigió contra las instalaciones de la Policía Nacional (…).Con fundamento en los
anteriores argumentos, la Sala revocara la sentencia de primera instancia y en su lugar
declara la responsabilidad de las entidades demandadas. NOTA DE RELATORÍA: Con
salvamento de voto del consejero Enrique Gil Botero. A la fecha, esta Relatoría no cuenta
con el medio físico ni magnético del citado salvamento ni de la aclaración de voto.
CONSEJO DE ESTADO
73001-23-31-000-2001-03385-01
28938
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : DECRETO 1792 DE 2000 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA -
ARTÍCULO 93
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 14/05/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : ELPIDIA PEREZ RAMIREZ Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJERCITO NACIONAL Y OTRO
DECISION : ACCEDE
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 498/615
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TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Accede. Muerte de civil que era conductor
del Ejército Nacional por disparo con arma de dotación oficial / FALLA DEL SERVICIO - Se
configuró. Ausencia de comunicación entre tropa y conductor en operación militar / ACTO
DE RIESGO PROPIO DEL SERVICIO - Conflicto armado interno / CONFLICTO ARMADO
INTERNO - Protección a los civiles que prestan sus servicios a la fuerza pública
[P]ara la fecha de los hechos [el fallecido] (…) se encontraba vinculado al Ejército
Nacional como adjunto grado primero (…) El objetivo desarrollado por la fuerzas
militares, se encuentra enmarcado dentro de los deberes funcionales del Estado; no
obstante, esta protección también debe extenderse a los miembros de la Fuerza Pública
que participan del conflicto, incluidos los civiles que prestan sus servicios a las Fuerzas
Militares y que en desarrollo de sus funciones pueden eventualmente pueden inmiscuidos
en actos de riesgo propios del servicio; y se extiende mediante la garantía de todas las
seguridades necesarias para proteger sus derechos fundamentales, por cual, en el
evento de presentarse fallas dentro del operativo, de las que pudiere derivase el funesto
resultado, la muerte del D.E. GILBERTO PEREZ RAMIREZ, habrá lugar a la reparación de
los perjuicios. (…) Con base en el material probatorio que se acaba de reseñar, la Sala
tiene por acreditada una evidente falla en el servicio, toda vez que una de las
obligaciones contenida en la orden de operaciones, era la de garantizar la existencia de
comunicaciones; lo cuales no solamente deben estar garantizadas entre los distintos
miembros de las tropas, y entre estos con el Comando del Batallón; sino que dichas
comunicaciones deben ser garantizadas también entre la tropa y este personal civil,
como los conductores, que por razones de su trabajo tiene que desplazarse a las
inmediaciones de las zonas donde eventualmente puede presentarse un combate, y los
cuáles, al menos en estos momentos en que ingresan al teatro de las operaciones,
corren los mismos riesgos, o quizás mayores, dada su condición de personal civil
desarmado. (…) [L]o cual de suyo comporta una falla del servicio, dado el mandato claro
de la orden de operaciones, pues esta ausencia de comunicaciones constituye una
omisión en la debida seguridad de los miembros de las Fuerzas Militares. NOTA DE
RELATORÍA: Con aclaraciones de voto de los consejeros Olga Mélida Valle y Enrique Gil
Botero. A la fecha esta relatoría no cuenta con el medio físico ni magnético de las citadas
aclaraciones.
[L]a tesis del acto o riesgo propio del servicio no es absoluta sino que encuentra limites
en los mandatos positivos - objetivos del Estado de salvaguardia del derecho a la vida y
a la integridad personal, que tiene su sustento no sólo en nuestra Carta Política, sino que
encuentran fundamento, invocando la cláusula del bloque de constitucionalidad del
artículo 93 superior, en el derecho internacional humanitario, donde la premisa indica
que “el derecho a no ser arbitrariamente privado de la vida se aplica también durante las
hostilidades”, lo que comprende las situaciones de conflicto armado interno como en el
que se encuentra el país, situación que exige del Estado corresponderse con mayor rigor
con su deber positivo de protección de los derechos de todos los ciudadanos, en especial
de aquellos que participan en el mismo (…) Se halla aquí el sustento del deber de reparar
los daños causados, aun en tratándose de miembros de la fuerza pública que
voluntariamente se expusieron a la prestación del servicio, siempre que se encuentre
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probada la existencia de una falla por parte de sus superiores o de la misma institución o
administración. Ahora bien, en el caso sub judice, no se trata de un soldado voluntario ni
de un conscripto; se trata de un civil que forma parte de una de las fuerzas militares, el
Ejército Nacional. La Sala encuentra que la muerte de una persona que detente la
condición de civil dentro de las fuerzas militares, no obstante que en principio no estarían
sometidos a los mismos riesgos asumidos por un soldado profesional; debe ser
analizada, por su voluntariedad en el ingreso a la institución, bajo el régimen de falla
probada del servicio. En efecto, el Decreto 1792 del año 2000, vigente para le época en
que ocurrieron los hechos, contiene la normatividad que regula la actividad de los civiles
que trabajan con las Fuerzas Militares y la Policía Nacional (…) el personal civil que labora
con las fuerzas militares no es ajeno a la función de dichas fuerzas y por el contrario, su
trabajo resulta esencial para que éstas logren cumplir con sus obligaciones
constitucionales. Pues bien, en desarrollo de tal labor estos civiles pueden verse
inmersos dentro de actos propios del conflicto armado, por lo tanto su situación resulta
perfectamente homologable, en cuanto atañe al régimen de responsabilidad del Estado
por daños sufridas por estos individuos en el ejercicio de sus funciones, a la de los
Soldados profesionales; por lo tanto, desde esta óptica se hará el análisis del caso
concreto, una vez se hayan reseñado los hechos probados.
CONSEJO DE ESTADO
41001-23-31-000-1993-07386-00
28075
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 254
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 30/04/2014
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : DANILO ROJAS BETANCOURTH
ACTOR : ALEJANDRO SEMANATE Y OTROS
DEMANDADO : NACION-MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL-EJERCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : VALIDEZ DE LOS MEDIOS DE PRUEBA - Prueba trasladada del proceso penal.
Declaraciones juramentadas e indagatorias. Valor probatorio. Valoración probatoria
La Sala tiene por demostrado el daño invocado por la parte actora, es decir, está
debidamente acreditada la muerte de los señores Martín Gildardo Argote y Henry
Sapuyes Argote, ocurrida como consecuencia de múltiples heridas de arma de fuego que
les fueron propinadas el 18 de marzo de 1993, así como los perjuicios que para los
demandantes se siguieron del deceso de sus familiares, según pasa a explicarse. (…) La
Sala considera que, debido al nexo de parentesco que existía entre los fallecidos y hoy
accionantes en reparación, es presumible que la muerte de aquellos implicó para éstos
una situación de congoja y dolor.
IMPUTACION FACTICA DEL DAÑO - Demostración del daño ocasionado por miembros de
la fuerza pública desde un punto de vista causal y fáctico / IMPUTACION JURIDICA DEL
DAÑO - Causado por agentes del Ejército Nacional cuando desplegaban una actividad
peligrosa. Título de imputación objetivo de riesgo excepcional / FALLA DEL SERVICIO -
Desplaza el régimen objetivo de responsabilidad si los elementos de la falla se
encuentran acreditados
En lo que tiene que ver con la imputación fáctica del daño, la Sala observa que dentro
del expediente se acreditó que los señores Martín Gildardo Argote y Henry Sapuyes
Argote fueron muertos por miembros del Ejército Nacional, ya que sus cadáveres fueron
remitidos por miembros de esa fuerza armada, primero al municipio de San José de
Isnos y, posteriormente, a la morgue del Hospital Regional de Pitalito. Traían consigo la
consigna militar de que se trataba de guerrilleros que habían sido “dados de baja”
durante un combate armado llevado a cabo en el sector “El Mármol”, en la carretera que
de San José de Isnos conduce al Cauca, en el departamento del Huila. (…) en el contexto
de lo demostrado en el proceso, es claro que los señores Martín Gildardo Argote y Henry
Sapuyes Argote fueron muertos por acción de miembros del Ejército Nacional y, por tal
razón, el daño le es causalmente imputable a la entidad demandada, Ministerio de
Defensa, Ejército Nacional, desde un punto de vista causal y fáctico. Ahora bien, en
relación con la imputación jurídica del daño, se debe decir que el daño fue causado por el
Ejército Nacional cuando sus agentes desplegaban una actividad peligrosa, como lo es el
desarrollo de operaciones de registro contra miembros de la cuadrilla XIII del frente de
las FARC en el sector de las veredas El Mármol, Filo de hornos, El Maco, La Candela, Río
Mazamorras, del municipio de San José de Isnos. La jurisprudencia de la Sala tiene
establecido que el título de imputación que puede ser utilizado para analizar la
responsabilidad estatal, es el de riesgo excepcional bajo la óptica de un régimen objetivo
de responsabilidad, en el que al demandante le basta probar la existencia del daño, del
hecho dañoso y del nexo causal entre el primero y el segundo. Demostrados esos
elementos, a la entidad demandada le corresponde, para exonerarse de responsabilidad,
probar que el hecho tuvo origen en una de las causales excluyentes de responsabilidad
fijadas por el ordenamiento jurídico -hecho de un tercero, hecho de la víctima y fuerza
mayor-. Cuando en el libelo de la demanda se invoque o sea evidente la falla del servicio
cometida por la administración, se estudiará la responsabilidad bajo ese título de
imputación, ya que, de acuerdo con esta Corporación, en estos eventos es necesario que
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Isnos y, por el contrario, se encuentran demostrados el dolo y la culpa grave con que
actuaron los agentes estatales.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 505/615
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De acuerdo con reiterada jurisprudencia del Consejo de Estado, existen casos en los que
el juez puede ordenar medidas que atiendan a la reparación integral del daño, aunque
ello conlleve restricciones a los mencionados principios procesales. Esto ocurre cuando se
juzga la responsabilidad del Estado por graves violaciones de los derechos humanos
pues, en estos eventos, la obligación de reparar integralmente el daño surge,
principalmente, de distintos tratados y convenios de derechos humanos ratificados por
Colombia que prevalecen en el orden interno , pero también de otros instrumentos de
derecho internacional que, aunque no tienen carácter estrictamente vinculante –razón
por la cual se los denomina “derecho blando” o “soft law”–, gozan de cierta relevancia
jurídica y práctica en el ámbito internacional y nacional en tanto exhiben “una clara e
inequívoca vocación axiológica o normativa general” y sirven como “criterios auxiliares
de interpretación de los tratados internacionales sobre derechos humanos”. Así las cosas,
se ha considerado que es posible establecer restricciones a los principios de congruencia,
jurisdicción rogada y no reformatio in pejus con el fin, bien sea de dar cumplimiento a los
mandatos contenidos en normas internacionales de derechos humanos con prevalencia
en el orden interno, o de proteger otros derechos, valores y principios constitucionales,
que lleguen a ser de mayor trascendencia.
Como no es posible retrotraer el hecho causante del daño padecido por los demandantes
–muerte de los señores Martín Gildardo Argote y Henry Sapuyes Argote-, la Sala
considera que es pertinente la adopción de medidas no pecuniarias encaminadas a la
satisfacción y a la no repetición de las conductas que fueron materia de pronunciamiento
en el presente fallo, las cuales se concretan en lo siguiente: (…) El hecho de la ejecución
extrajudicial de los señores Martín Gildardo Argote Y Henry Sapuyes Argote fue
investigado en forma insuficiente por la jurisdicción penal militar, y en dicha pesquisa no
pudieron establecerse las verdaderas circunstancias en que se produjo el fallecimiento de
las víctimas. En consecuencia, se compulsarán copias a la autoridad pertinente para que,
si se encuentran méritos suficientes para ello, se reabra la investigación penal en relación
con los hechos ocurridos el 18 de marzo de 1993 en la vereda “Mármol” de zona rural del
municipio de San José de Isnos -Huila-. (…) Para tal efecto, como la Corte Constitucional
y el Consejo Superior de la Judicatura tienen establecido que los tribunales militares no
tienen jurisdicción para juzgar crímenes cometidos por integrantes de la fuerza pública
cuando éstos sean presuntamente culpables de delitos ajenos al ejercicio de sus
funciones constitucionales y legales, entonces se compulsarán las copias pertinentes a la
Fiscalía General de la Nación, para que esa entidad evalúe la posibilidad de adelantar una
investigación exhaustiva respecto de los hechos materia del presente litigio, encaminada
a identificar y castigar a los responsables de la muerte de los señores Martín Gildardo
Argote y Henry Sapuyes Argote. Con ocasión de dicha compulsa de copias se estudiará la
forma en que se adelantó la investigación penal militar respectiva, con el propósito de
estimar si es procedente proseguir alguna acción penal por los presuntos delitos contra la
administración de justicia que allí pudieron haberse cometido. (…) Comoquiera que los
miembros del Ejército Nacional que perpetraron el homicidio de los señores Martín
Gildardo Argote y Henry Sapuyes Argote exhibieron sus cadáveres como si se trataran el
de unos delincuentes, el Ministerio de Defensa Nacional deberá realizar una publicación
de los apartes pertinentes del presente fallo, en un medio escrito de amplia circulación
nacional y en uno de amplia circulación local en el departamento del Huila, con la
inclusión de un aviso en el que conste que la muerte de los señores Martín Gildardo
Argote y Henry Sapuyes Argote no ocurrió con ocasión de un combate de tropas del
Batallón Alto “Magdalena”, sino que fue consecuencia de una ejecución extrajudicial
perpetrada por los efectivos militares desplegados en ejecución de la orden de
operaciones n.° 24 denominada “Rayo” del 4 de marzo de 1993. (…) El Ministerio de
Defensa Nacional realizará una publicación de la totalidad de esta sentencia en un lugar
visible al público de la sede principal de dicha entidad, y la divulgará por medios escritos
-físicos y magnéticos- por todos los batallones y brigadas del Ejército Nacional.”
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-1999-02626-01
28642
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : DECRETO 1194 DE 1998 / DECRETO 2266 DE 1991 -
ARTICULO 4 / DECRETO 2266 DE 1991 – ARTICULO 6 / CONSTITUCION POLITICA –
ARTICULO 93 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 93 / DECRETO LEGISLATIVO 3398
DE 1965 - ARTICULO 25 / DECRETO LEGISLATIVO 3398 DE 1965 - ARTICULO 33 / LEY
48 DE 1968 / CONSTITUCION POLITICA – ARTICULO 93 / CONSTITUCION POLITICA
1886 – ARTICULO 170
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 27/03/2014
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 507/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Obra en el expediente copia de las resoluciones No. 010 del 13 de septiembre 012 de 11
de octubre y 006 de 29 de mayo de 1996 proferidas por la Unidad Nacional de Derechos
Humanos de la Fiscalía General de la Nación, a través de las que se definió la situación
jurídica de los investigados mediante la imposición de medida de aseguramiento sin
beneficio de excarcelación y las sentencias de primera y segunda instancia, proferidas el
17 noviembre de 1997 por el Juzgado Militar de Primera Instancia y el 17 de noviembre
de 1998 por el Tribunal Superior Militar por las que se declaró la falta de mérito para
citar Consejo Verbal de Guerra y, en consecuencia, por las que se decretó la cesación del
procedimiento a favor de los acusados General ® Farouk Yanine Díaz, Teniente Coronel
® Hernando Navas Rubio y Sargento Primero ® Otoniel Hernández Arciniegas.
Prueba de las circunstancias de tiempo, modo, lugar y autoría tanto intelectual como
material de la masacre de que fueran víctimas diecinueve personas señaladas como
auxiliadores de la guerrilla por paramilitares y miembros del Ejército Nacional de
Colombia, entre ellos el CORONEL ® HERNANDO NAVAS RUBIO, sino también hechos
indicadores tendientes a demostrar esta situación. Y lo mismo ocurre con relación a su
participación directa que tuviera en calidad de oficial del Ejército de fomentar
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pactos internacionales aprobados por Colombia, entre ellos, la CADH, en vigor desde
1972. Vale acá recordar lo siguiente: una práctica contraria a la Constitución y a los
pactos internacionales voluntariamente aceptados –en el caso de las normas ius cogens
incluso sin necesidad de que medie aprobación estatal– por más arraigada que esté y,
por mucho que se reitere, no crea derecho.
Decisión emitida por un tribunal militar juzgando a integrantes del ejército o de la policía
a los que se les ha imputado la comisión de graves violaciones de derechos humanos en
actuaciones no relacionadas directamente con el servicio militar debe calificarse como
ilegítima, inconstitucional e incapaz de producir consecuencias jurídicas, tal como lo ha
sostenido la jurisprudencia constitucional, la de la Corte Suprema de Justicia y la
interamericana. Sobre este aspecto, volverá la Sala más adelante; por lo pronto, se hará
un breve recuento del derecho fundamental al juez natural a la luz del artículo 8º de la
CADH y de la jurisprudencia interamericana.
Correlativamente, en lo que tiene que ver con la obligación del Estado de investigar los
hechos que generaron las violaciones e identificar y sancionar a los responsables,
consideró la Corte IDH que el juzgamiento por parte de la Justicia Penal Militar de los
mandos militares, posiblemente ejecutores de los hechos, vulnera el derecho a la verdad,
por lo cual, ordenó que contra los militares absueltos en sede judicial por dicha
jurisdicción especial, se adelanten nuevos procesos, esta vez ante la justicia ordinaria.
(…) Respecto de esta orden, no obra prueba en el proceso que indique el adelantamiento
de investigaciones ante la jurisdicción ordinaria sobre estos hechos”.
DERECHO FUNDAMENTAL AL JUEZ NATURAL - Proceso penal contra Altos Oficiales del
Ejército debió tramitarse por la justicia penal ordinaria no por la penal miliar / ALCANCE
DEL FUERO PENAL MILITAR - Es aplicable para militares que cometen conductas en
servicio activo y en relación con el mismo
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De hallar la justicia penal ordinaria que en relación con la conducta desplegada por los
señores Yanine Díaz, Navas Rubio y Hernández Arciniegas – de todos en conjunto, de
uno de ellos o de algunos– no existen motivos para establecer su antijuridicidad y, en
consecuencia, deben ser absueltos o se materializó la preclusión, exhortará a los jueces
de primera y segunda instancia, que podrían ser esta corporación, a fin de que prioricen
la sustanciación de la correspondiente acción de reparación directa, con apoyo en las
razones que a continuación se aportan. Teniendo en cuenta los efectos que esa situación
trajo consigo i) dejar sub judice a los afectados impidiéndoles ser juzgados por su juez
natural y obstaculizar su acceso a la administración de justicia quebrantándoles
gravemente su derecho fundamental a la garantía del debido proceso así como ii) abrir
camino a la impunidad y al desconocimiento de los derechos a la verdad, la justicia y la
reparación integral de las víctimas, cabe poner de presente que si la justicia penal
ordinaria –su juez natural– absuelve en derecho a quienes fueron inicialmente
denunciados como presuntos actores de graves violaciones de derechos humanos, pues
no logra demostrar su culpabilidad o, de llegarse a materializar la preclusión, los
afectados tengan derecho a que la acción de reparación les ofrezca un tratamiento
diferenciado y preferente. No priorizar la sustanciación y definición en ambas instancias
de la correspondiente acción de reparación directa significaría imponerles, luego de haber
surtido el proceso de en el expediente de la referencia y, de haberse sometido al turno
en la jurisdicción contenciosa, una carga desproporcionada por la pérdida de tiempo y de
esfuerzos físicos, intelectuales, emocionales y legales, tanto como por los costos
materiales e inmateriales que un proceso de esa naturaleza suele traer consigo. Por los
motivos señalados, en la parte resolutiva del presente proveído exhortará la Sala a los
jueces de primero y segundo grado para que si se llegare a presentar acción de
reparación directa una vez en firme la investigación penal –ya fuere por absolución o por
preclusión– se otorgue prelación de turno a todos los imputados –demandantes en el
proceso de la referencia, exmilitares General ® Farouk Yanine Díaz, Sargento ® Otoniel
Hernández Arciniegas y Teniente Coronel ® Hernando Navas Rubio, a uno de ellos o a
algunos–, de conformidad con lo dispuesto por el artículo 18 de la Ley 446 de 1998, esto
es, en razón de la naturaleza del asunto”.
3-RD-1394-2014
CONSEJO DE ESTADO
54001-23-31-000-1999-00973-01
29129
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO DE PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 228 /
CODIGO CIVIL - ARTICULOS 411 Y 422; CONSTITUCION POLITICA - ARTICULOS 13 Y
45; RESOLUCON 497 DE 1997. / LEY 1448 DE 2011
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 26/03/2014
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : RUBIELA RUEDA RUEDA Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJÉRCITO NACIONAL - POLICÍA
NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso Muerte de
ciudadano por grupo armado ilegal, por omisión en el deber de protección, ausencia de la
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
documental
Para el presente asunto, se presume la aflicción y dolor propios por el hecho del
parentesco y de la relación marital o conyugal en el cónyuge, los hijos, los padres y los
hermanos de la víctima. Consecuencia de lo anterior, la Sala reconocerá a favor de los
demandantes, a título de perjuicio moral, las siguientes sumas: para la esposa, hijas,
padres 100 SMLMV y para los hermanos 50 SMLMV.
En el caso de autos las víctimas refieren como daño emergente la suma de $860.000
correspondientes a la factura expedida por la Funeraria Páez de Ocaña,
con fecha 06 de octubre de 1997, a nombre de Rubiela Rueda Rueda por concepto del
servicio exequial de Rigoberto Quintero Montejo, factura ésta que efectivamente obra en
el expediente.(…) Así las cosas, es clara para la Sala la demostración de la erogación a
que se vieron obligados los demandantes como consecuencia de la muerte de Rigoberto
Quintero Montejo, consistente en el pago de los servicios exequiales prestados por la
Funeraria Páez de Ocaña, el cual fue asumido por la cónyuge de la víctima, es decir, por
la señora Rubiela Rueda Rueda, a favor de quien se reconocerá la indemnización del
perjuicio, por el valor de la factura, previamente actualizado.
Exhortar al Estado para que dentro del marco de la Ley 1448 de 2011, y de sus decretos
reglamentarios, estudie la situación de la familia (…), para establecer si puede recibir los
beneficios relativos al restablecimiento de la estructura familiar que resultó vulnerada por
hechos acaecidos el 6 de octubre de 1997 en el municipio de Teorama – Norte de
Santander.
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-1998-02419-01
28224
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS /
CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS / CONVENCION AMERICANA
SOBRE DERECHOS HUMANOS
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 12/03/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION A
PONENTE : HERNAN ANDRADE RINCON
ACTOR : CLARA INES GOMEZ Y OTRA
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE DEFENSA - POLICIA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Falla del servicio. Desaparición forzada,
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El señor Juan Carlos Palacios Gómez como consecuencia de la falla del servicio por parte
de la Nación - Ministerio de Defensa - Policía Nacional, fue víctima de la desaparición
forzada, tortura y homicidio, lo cual significó la afectación grave de sus derechos a la
vida, integridad personal, libertad, dignidad humana y debido proceso. (…) Comoquiera
que la citada persona falleció el 7 de septiembre de 1996 como consecuencia de los
hechos antes examinados -desaparición forzada, tortura y homicidio-, surge como
imposible garantizar la restitución integral y la adopción de medidas de satisfacción de
tales derechos en favor de la citada víctima directa, razón por la cual se decretará una
indemnización a favor de la sucesión del señor Palacios Gómez, medida pecuniaria de
carácter oficioso que resulta idónea para garantizar la reparación integral para el
presente caso.
En relación con la transmisibilidad (sic) (sic) mortis causa del derecho a la reparación de
los daños morales, cuando su titular fallece sin haber ejercido la acción indemnizatoria,
(…) la reparación de los perjuicios morales es de carácter patrimonial y como tal se
transmite a los herederos, habida consideración de que en el ordenamiento jurídico
nacional no existe disposición que prohíba dicha transmisión; por el contrario, la regla
general es que todos los activos, derechos y acciones de carácter patrimonial forman
parte de la masa herencial y, además, el reconocimiento de ese derecho guarda armonía
con los principios informadores del ordenamiento jurídico en materia de daño resarcible
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 521/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Toda vez que en la demanda no se solicitó reconocimiento alguno por concepto de daño
emergente, salvo lo atinente a la condena en costas, lo cual será objeto de
pronunciamiento más adelante, la Sala se ocupará, exclusivamente, de estudiar la
solicitud de indemnización de perjuicios correspondiente al rubro de lucro cesante a favor
de las demandantes. (…) Así pues, según quedó acreditado en la presente sentencia y
admitido desde la demanda, el señor Juan Carlos Palacios Gómez para el día de su
desaparición y muerte -7 de septiembre de 1996-, se encontraba vinculado a la red
urbana del grupo subversivo autodenominado FARC, razón por la cual y comoquiera que
dentro del proceso no se acreditó una actividad productiva legal adicional de la cual
derivara su sustento, se estima improcedente acceder al reconocimiento de una
indemnización por este rubro.
CONSEJO DE ESTADO
13001-23-31-000-2005-01502-01
47868
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1448 DE 2011 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO
2 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 93 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS
AMERICANOS - ARTÍCULO 2 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
ARTÍCULO 4.1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - RTÍCULO 5.1 /
CONVECIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMNOS - ARTÍCULO 25.1 / CONVENCIÓN
INTERAMERICANA SOBRE DESAPARICIÓN FORZADA DE PERSONAS - ARTÍCULO 7
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 03/03/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO / SALVAMENTO DE VOTO
ACTOR : ÚRSULA LÓPEZ TURIZO Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso desaparición
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 523/615
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La Sala de Sub - sección examinando, con el mayor rigor posible, el acervo probatorio y
valorando ponderadamente los fundamentos jurídicos encuentra que todo indica
necesaria, convergente y con certeza que se configuró la falla en el servicio por la
omisión e inactividad de las entidades demandadas en el cumplimiento de los deberes
positivos de protección de la dignidad humana, la libertad personal, la vida, la integridad
personal, la personalidad jurídica y las garantías judiciales de la víctima (…), cuya
primera manifestación se concreta en la garantía de protección y seguridad de las
mismas como miembro de la población civil, especialmente por parte de la Policía
Nacional, por haber omitido desplegar las acciones razonables, proporcionales y
necesarias para determinar los responsables de la desaparición forzada, las
circunstancias en qué ocurrieron los hechos, las medidas de protección para proceder a
su búsqueda, y la recuperación de los bienes se dice haber sido extraídos de la finca de
propiedad de (…). Las entidades demandadas, y especialmente la Policía Nacional, en el
ejercicio de sus funciones, fines y deberes tiene que observar como primera obligación
positiva el respeto y protección de los derechos y libertades de (…), con fundamento en
los artículos 2 de la Carta Política y 1.1 de la Convención Americana de Derechos
Humanos. En ese sentido, la omisión de la Policía Nacional que operaba en el municipio
de San Juan Nepomuceno [Bolívar] contradice dicho mandato, y desborda las
limitaciones espaciales, técnicas y procedimentales que afirmó tener en su actuación la
autoridad policial , al no haber atendido la denuncia presentada por (…), ni adelantado
ningún procedimiento encaminado a proteger en su libertad, personal, su vida, su
integridad persona, su personalidad jurídica y sus garantías judiciales a (…).En
consecuencia, la Sala modificará la sentencia del Tribunal de instancia, y accederá a las
pretensiones de la demanda.
libertad psíquica y moral, la dignidad inherente al ser humano, la integridad física, la vida
y la personalidad jurídica
[A]provecha la Sala para precisar en qué puede consistir, o cuál es el fundamento del
daño antijurídico cuando se trata de una situación de desaparición forzada en la que la
persona no ha aparecido, o no se conoce con certeza su paradero. Para estructurarlo la
Sala acude, en virtud del principio de integración normativa, a un triple orden normativo
en el que se tipifica penal interno y convencionalmente la desaparición forzada. En el
ordenamiento interno la Ley 589 de 6 de julio de 2000 tipificó la desaparición forzada, y
al hacerlo ofrece elementos que pueden constituir fundamento del daño antijurídico.
Según esta tipificación quien padece la comisión de este hecho punible es objeto de una
limitación, restricción indebida o cercenamiento de su libertad, a su vida y a su
integridad personal. Dicho fundamento puede encontrar, en similares términos, sustento
en la Convención Interamericana sobre desaparición forzada de personas [adoptada en
Belém do Pará el 9 de junio de 1994, ratificada por Colombia el 4 de enero de 2005, e
incorporada a nuestro ordenamiento por la Ley 707 de 2001], en especial en lo
consagrado en el artículo 2 , en el que se agrega la limitación o supresión de las
garantías judiciales a las que tiene derecho la víctima de la desaparición forzada. Con
anterioridad a dicha norma la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos ya había abordado el tratamiento de los derechos humanos que se vulneraban
con ocasión de la desaparición forzada de una persona: a) en la sentencia de 29 de julio
de 1988 [caso Velásquez Rodríguez vs. Honduras ], se consideró la vulneración al
derecho a la libertad personal, a la libertad psíquica y moral, a la “dignidad inherente al
ser humano”, a la integridad física, a la vida y a la personalidad jurídica . Siguiendo la
misma jurisprudencia interamericana de derechos humanos, se encuentra que el daño
antijurídico no solo se concretaría en la violación de los anteriores derechos, sino que la
desaparición forzada permite afirmar que no sólo puede iniciarse el juicio de
responsabilidad ante la existencia y certeza del daño, sino también ante la existencia y
certeza de la amenaza seria, inminente, irreversible e irreparable que puede sufrir la
víctima en sus derechos a la vida e integridad personal .Finalmente, puede afirmarse
como fundamento o parte del contenido del daño antijurídico que se produce con ocasión
de la desaparición forzada, siguiendo la jurisprudencia interamericana de derechos
humanos, la violación de la integridad personal de los familiares de la víctimas,
concretada en la limitación, restricción o supresión del derecho a la familia y al libre
desarrollo de la personalidad de cada uno de ellos.
CONSEJO DE ESTADO
66001-23-31-000-2006-00672-01
40802
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS /
ACUERDO 072 DE 1997 DEL CNSSS - ARTICULO 1 PLAN DE BENEFICIOS DEL REGIMEN
SUBSIDIADO / ACUERDO 072 DE 1997 DEL CNSSS - ARTICULO 21 PLAN DE BENEFICIOS
DEL REGIMEN SUBSIDIADO / RESOLUCION 5162 DE 1994 - ARTICULO 20 /
RESOLUCION 5162 DE 1994 - ARTICULO 116 / RESOLUCION 412 DE 2002 - ARTICULO 9
LITERAL C / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 49 / LEY 23 DE 1981 / CONVENCION
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27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Efectivamente puede deducirse que la muerte de la señora María del Carmen Calle Calle
y de la menor Leidy Johana Zapata Calle ha generado un menoscabo en el derecho de los
menores – hermanos- y del compañero permanente- padre- a tener una familia y
desarrollarse dentro de ella, como escenario del desenvolvimiento de tales personas en
su entorno y su vida íntima. Pese a ello, dicha familia compuesta por su compañero
permanente – padre- y hermanos – hijos- se vio frustrada por la falla en la prestación
del servicio médico imputable a las entidades demandadas que los privó de disfrutar de
aquéllas como parte integrante y fundamental del núcleo familiar y su entorno.
Indiscutiblemente la muerte de aquellas mujeres cercenó por completo el derecho de los
hijos y hermanos menores, en cuanto a poder disfrutar de ellas como integrantes de una
familia, tal como lo protege no sólo la Constitución Política sino también los instrumentos
de carácter internacional. (…) Por su parte, el señor Zapata pierde por completo su
derecho a tener una pareja, a mantener su vida sexual dentro del seno de una familia,
aunado a la privación que tuvo de no poder educar y disfrutar de su hija menor. (…) debe
tenerse en cuenta que la vulneración a los bienes constitucional y convencionalmente
protegidos fue concebida por la Sala como una única tipología de perjuicio que abarca las
diferentes lesiones que el hecho dañino haya generado en los derechos constitucionales
de las víctimas, sin que haya lugar a conceder multiplicidad de reconocimientos por cada
uno de ellos. Es así, que si bien en el caso de autos se vulneraron los derechos
constitucionales a tener una familia y a desarrollar libremente su personalidad dentro de
la misma, la afectación a estos derechos se concreta en una sola esfera de la naturaleza
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sino también en cuanto al estado crítico de la madre, incidió de manera clara el deterioro
en el estado de salud de la menor Zapata Calle. (…) Por lo tanto, teniendo en cuenta que
ambas entidades fallaron en la prestación del servicio médico, corresponde imponerles la
responsabilidad a las mismas. (…) No sobra advertir esta Subsección que si bien la
menor en el momento del alumbramiento se encontraba en aparentes buenas
condiciones, aquélla inició un cuadro de dificultad respiratoria que desencadenó en la
mala adaptación respiratoria producto de la placenta previa de la madre, no puede
sustentarse la responsabilidad de la administración por el resultado del estado de salud
de la paciente, esto es, la hipoxia, el shock séptico, etc., sin embargo, lo que sí está claro
es que si la entidad de tercer nivel hubiera cumplido sus cometidos respecto del
diagnóstico previo de la madre ante lo cual debió efectuar la práctica de la cesárea, ésta
hubiera agotado todos los recursos técnicos, científicos o médicos tendientes a estabilizar
a la paciente, cuestión esta que fue infructuosa a pesar de los esfuerzos realizados
cuando la menor ingresó en pésimas condiciones al tercer nivel de complejidad. Lo
mismo ocurre para con el Hospital San Pedro y San Pablo, por cuanto debió abstenerse
de efectuar la cirugía e inmediatamente remitir a la madre a tercer nivel para que
cumpliera los cometidos obligacionales de prestación del servicio. (…) Por lo anterior, no
poseer una información completa de todos los procedimientos efectuados por el personal
médico y de enfermería dentro de la historia clínica, se traduce en un incumplimiento de
las obligaciones a las que estaba sujeta la entidad demandada de acuerdo a los
preceptos consagrados en la ley 23 de 1981. Adicionalmente, teniendo en cuenta que se
desconoce a todas luces las razones por las cuales no se remitió a la menor a un centro
de IV nivel de complejidad, no solo constituye una deficiente prestación del servicio
médico sino que también atenta y vulnera los derechos del menor, reconocidos
constitucionalmente como lo consagra la Carta Política en el artículo 44, al preceptuar
que los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás, imponiendo la
necesidad de buscar en todo momento el mayor beneficio para el menor, para que no se
vulneren derechos fundamentales como la vida, la integridad física, la salud y la
seguridad social, y como lo consagran las leyes y tratados internacionales ratificados por
Colombia, tales como, la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención
de las Naciones Unidas, específicamente frente a los derechos del niño, enmarcándose la
presente providencia en el ámbito del control de convencionalidad que le corresponde
aplicar a la jurisdicción contencioso administrativa colombiana. (…) Por lo tanto, la
Subsección declarará la responsabilidad de las dos entidades demandadas debido a la
falla en la prestación del servicio que se efectuó de manera deficiente y no integral en la
menor por la muerte Leidy Johana Zapata Calle ocurrida el 18 de octubre de 2004.
COSTAS - No condena
De acuerdo con lo dispuesto en el artículo 55 de la Ley 446 de 1998, sólo hay lugar a la
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 530/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
50001-23-31-000-2000-00001-01
26013
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / LEY 1448 DE 2011 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS
- ARTICULO 63.1 / CONVENCION DE BELEM DO PARA - CONVENCION INTERAMERICANA
PARA PREVENIR, SANCIONAR Y ERRADICAR LA VIOLENCIA EN CONTRA DE LA MUJER DE
1994 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 29 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 93 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 16 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 63.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTICULO 25 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 171 / LEY 446 DE
1998 - ARTICULO 55
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 12/02/2014
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION C
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 531/615
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La Sala, sin duda, del examen conjunto, armónico y coherente, y en aplicación del
principio de la sana crítica, de los medios probatorios allegados al proceso logra
establecer que el daño antijurídico causado con la muerte violenta de Yaneth Pérez
García [fáctica y jurídicamente] a las entidades demandadas, al concretarse los
elementos necesarios para establecer la omisión, la inactividad, y el indebido
cumplimiento del deber constitucional de protección de la vida, integridad personal,
honra y seguridad. (…) Se evidencia del acervo probatorio que el Estado en relación con
la situación de orden público en el municipio de Mesetas [Meta], no se correspondió con
los deberes de prevención y protección de las amenazas y de las violaciones a los
derechos fundamentales y humanos, con ocasión de los hechos ocurridos el 15 de
diciembre de 1997, y de otras acciones de similar naturaleza perpetradas con
anterioridad y posteriormente a aquella, de tal manera que estaba obligado a alcanzar
objetivos de prevención y protección eficaz, así como capacidad para responder a las
amenazas y situaciones que sistemáticamente vienen produciendo la violación
sistemática de los derechos humanos en dicha zona del país, por parte del grupo armado
insurgente FARC. (…) Con base en los anteriores argumentos, la Sala revocara la
sentencia del a quo que denegó las pretensiones de la demanda, y declarara
administrativamente responsables a las entidades demandadas, procediendo a establecer
si cabe reconocer y tasar los perjuicios inmateriales [morales] reclamados por los
actores.
La Sala encuentra que ante las acciones grupo armado insurgente FARC, se hace exigible
por el Estado el pronunciamiento de las instituciones e instancias nacionales e
internacionales de protección de los derechos humanos, y de respeto al derecho
internacional humanitario, no sólo en razón de la afectación a la población civil (…), sino
también teniendo en cuenta el uso de medios bélicos no convencionales que produjeron
serias y graves afectaciones en los ciudadanos, globalmente considerados, y que
ameritan que el Estado exija un enérgico y concreto pronunciamiento tanto de las
autoridades nacionales, como de la comunidad internacional, de rechazo a este tipo de
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GOBIERNO NACIONAL - Se le exhorta para que acuda ante la Relatoría sobre los
Derechos de las mujeres de la CIDH con el fin que se pronuncie sobre el caso de la
muerte de Yaneth Pérez García acaecida en la toma guerrillera de Mesetas, Meta /
EXHORTO - Gobierno nacional. Muerte de mujer y toma de rehén de menor
[Se exhorta] Estado para que dentro del marco de la Ley 1448 de 2011, y de sus
decretos reglamentarios, estudie la situación de la familia de Yaneth Pérez García, para
establecer si puede recibir los beneficios relativos al restablecimiento de la estructura
familiar que resultó vulnerada por hechos acaecidos el 15 de diciembre de 1997 en el
municipio de Mesetas [Meta].
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(strictu sensu), sino por la restitución del núcleo esencial del derecho o derechos
vulnerados. Por el contrario, la reparación integral que opera en relación con los daños
derivados de la lesión a un bien jurídico tutelado, diferente a un derecho humano, se
relaciona específicamente con la posibilidad de indemnizar plenamente todos los
perjuicios que la conducta vulnerante ha generado, sean éstos del orden material o
inmaterial. Entonces, si bien en esta sede el juez no adopta medidas simbólicas,
conmemorativas de rehabilitación, o de no repetición, ello no implica en manera alguna
que no se repare íntegramente el perjuicio”. (…) En el caso específico de Yaneth Pérez
García, quien murió durante el ataque o incursión guerrillera perpetrada por el grupo
armado insurgente FARC al municipio de Mesetas [Meta] el 15 de diciembre de 1997, no
hay duda que se produjeron violaciones de los derechos humanos de la misma, no sólo
en su posición de ciudadana, sino que desde la perspectiva de género se desencadenó
una seria afectación a tales derechos. En este sentido, para comprender el alcance de la
reparación integral que se estudia, la Sala encuentra como sustento la Convención de
Belém do Pará, “Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la
violencia en contra de la mujer”, de 1994, según la cual la mujer tiene derecho a una
vida libre de violencia [artículo 3], así como a que se respete su vida [artículo 4.a]. En
múltiples casos la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reconocido la
necesidad de garantizar los derechos de las mujeres que se encuentra inmersas en un
conflicto armado, como por ejemplo el caso Caballero Delgado y Santana contra
Colombia, sentencia de 8 de diciembre de 1995; el caso Myrna Mack Chang contra
Guatemala, sentencia de 25 de noviembre de 2003; el caso Masacre Plan de Sánchez
contra Guatemala, sentencia de 29 de abril de 2004 y de 19 de noviembre de 2004; el
caso de las Masacres de Ituango contra Colombia, sentencia de 1 de julio de 2006; y, el
caso de la Masacre de la Rochela contra Colombia, sentencia de 11 de mayo de 2007.
indiscutible que los efectos entre unos y otros tienen ciertas diferencias. Pudiéndose casi
afirmar que la violencia armada se vive de manera diferente cuando se trata de la mujer.
(…) el impacto diferenciado de la violencia que experimentan las mujeres en razón de su
género va ligado directamente a la vulnerabilidad a la que esta expuesta la mujer en
medio del conflicto y con posterioridad a éste (...) Es necesario para la Sala, como juez
contencioso administrativo y de convencionalidad, reivindicar el poder de la mujer en la
historia del país y reconocer que lejos de ser una victima “victimizada”, la mujer, (…)
Para el caso en concreto, se tiene que Yaneth Pérez García era la compañera del
miembro de la Policía Nacional Javier Silva Sabogal, asignado a la estación de Policía del
municipio de Mesetas [Meta]. Así mismo, que residía en una vivienda cercana a la
estación, encontrándose en ella el 15 de diciembre de 1997 cuando se produjo el ataque
o incursión del grupo armado insurgente FARC, y que como consecuencia del mismo fue
muerta violentamente, no sólo por los disparos y bombas utilizadas por el grupo armado
mencionado, sino por la destrucción de su vivienda. Además se afirmó, por información
de la Policía Nacional, que su hija menor fue desaparecida y luego hallada a las diez [10]
de la mañana del día siguiente, ya que había sido raptada por miembros del multicitado
grupo. Con base en estos elementos fácticos, que aparecen directa e indirectamente
establecidos en la prueba, la Sala determina que la actuación desplegada por el grupo
armado insurgente puede haber infringido o violado la Convención Americana de
Derechos Humanos y la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar
la violencia contra las mujeres, o Convención de Belén do Pará de 1994. (…) Se reitera,
que el papel de la mujer no puede permanecer invisible para el Estado cuando ejerce
labores humanitarias en la guerra por considerarse “socialmente” tales labores como
propias de la mujer en desarrollo de las funciones de ama de casa. (…)Por todo lo
anteriormente expuesto, y en reconocimiento de las mujeres como víctimas del conflicto
armado ante el rompimiento de su estructura familiar, del dolor al que se vieron
sometidos sus hermanos, la Sala encuentra necesario reconocer en la dimensión de los
perjuicios inmateriales, como componente de la reparación integral, una única condena a
favor de los hermanos de la víctima Yaneth Pérez García, estos Adonías, Manuel Isidro,
Oscar y Henry Pérez García, por la vulneración de los bienes constitucionales y
convencionales a la vida, a la construcción de una familia y a la dignidad humana por
valor de VEINTE [20] salarios mínimos legales mensuales vigentes, se reitera, como
única suma a pagar por este concepto indemnizatorio.
parte de los miembros del grupo armado insurgente FARC, existe una potencial
vulneración a las garantías de las cuales son titulares los niños con ocasión del conflicto
armado, de tal manera que para cumplir con los mandatos constitucionales y
convencionales como medida de reparación no pecuniaria se ordenará remitir copia de
esta providencia, y de los elementos esenciales del expediente, a la Fiscalía General de la
Nación, Unidad de Derechos Humanos y de Derecho Internacional Humanitario, para que
investigue la comisión de un crimen de guerra contra de la mejor hija de la víctima,
Liseth Yamile, en los hechos acaecidos el 15 de diciembre de 1997, al haber sido tomada
como rehén, de manera que se cumpla la Convención Internacional contra la Toma de
Rehenes [ratificada por Colombia por la Ley 837 de 2003], y que hace parte como regla
de ius cogens del sustento de la decisión del juez constencioso administrativo de
segunda instancia, en ejercicio del control subjetivo o material de convencionalidad, para
que se compulse copias y se investigue la comisión de este delito en el caso de la hija de
la víctima.
COSTAS - No condena
Comoquiera que para el momento en que se profiere este fallo, el artículo 55 de la Ley
446 de 1998 indica que sólo hay lugar a la imposición de costas cuando alguna de las
partes haya actuado temerariamente y, debido a que ninguna procedió de esa forma en
el sub lite, no habrá lugar a su imposición.
CONSEJO DE ESTADO
19001-23-31-000-2000-02680-01
25813
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : PROTOCOLO I ADICIONAL A LOS IV CONVENIOS DE
GINEBRA - ARTÍCULO 52 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 2
NORMA DEMANDADA :
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 540/615
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FECHA : 12/02/2014
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACLARACION DE VOTO / SALVAMENTO DE VOTO
ACTOR : JHONSON AGUSTÍN ABELLA PEÑA
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA – POLICÍA NACIONAL Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso destrucción de
viviendas en la localidad de Piendamó durante enfrentamiento militar entre agentes de
Policía Nacional y grupo guerrillero / RESPONDABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL
ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS EN EL CONFLICTO ARMADO - Declara probada.
Régimen de imputación, daño especial / DAÑO ESPECIAL - Por la ruptura desproporcional
de las cargas públicas al tener que soportar el ataque entre Policía Nacional y grupos al
margen de la ley / VULNERACIÓN AL DERECHO DE PROPIEDAD - Destrucción y avería de
inmueble por ataque guerrilero / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de
normas convencionales de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario
distinción, según el cual “las partes dentro de un conflicto armado deberán distinguir
entre población civil y combatientes y entre bienes civiles y objetivos militares”. Dicho
principio se justifica en la necesidad de que “las hostilidades se libren entre combatientes
y contra objetivos militares para que en ninguna circunstancia afecten a los no
combatientes y a los bienes civiles”. El Protocolo I Adicional a los IV Convenios de
Ginebra establece el principio de distinción en relación con los bienes militares y civiles
en los siguientes términos: “Artículo 52: Protección general de los bienes de carácter
civil1. Los bienes de carácter civil no serán objeto de ataque ni de represalias. Son
bienes de carácter civil todos los bienes que no son objetivos militares en el sentido del
párrafo 2. 2. Los ataques se limitarán estrictamente a los objetivos militares. En lo que
respecta a los bienes, los objetivos militares se limitan a aquellos objetos que por su
naturaleza, ubicación, finalidad o utilización contribuyan eficazmente a la acción militar o
cuya destrucción total o parcial, captura o neutralización ofrezca en las circunstancias del
caso una ventaja militar definida. 3. En caso de duda acerca de si un bien que
normalmente se dedica a fines civiles, tal como un lugar de culto, una casa u otra
vivienda o una escuela, se utiliza para contribuir eficazmente a la acción militar, se
presumirá que no se utiliza con tal fin” (…). Si bien el Protocolo II Adicional a los IV
Convenios de Ginebra no contienen expresamente la prohibición de atacar a bienes
civiles, ésta ha sido incorporada en varios instrumentos de Derecho Internacional
Humanitario aplicables a conflictos armados internos. En efecto, los artículos 3.7 del
Protocolo sobre Prohibiciones o Restricciones del Empleo de Minas, Armas Trampa y
Otros Artefactos enmendado el 3 de mayo de 1996 y 2.1 del Protocolo III sobre
prohibiciones o restricciones del empleo de armas incendiarias establecen la prohibición
de atacar bienes civiles. Así mismo, la Resolución 1265 de 1999 del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas condenó todos los ataques dirigidos en contra de
bienes protegidos por el Derecho Internacional Humanitario. Así las cosas, tal como lo ha
señalado la Corte Internacional de Justicia, el principio de distinción pretende “la
protección de la población civil y de objetos civiles, y establece la distinción entre
combatientes y no combatientes; los Estados nunca pueden hacer a los civiles objeto de
ataques, y en consecuencia nunca pueden utilizar armas que sean incapaces de
diferenciar entre objetivos civiles y militares”.
CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-1995-10714-01
33806
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 66 / LEY 270 DE 1996 /
CODIGO DE PROCEDIMIENTO PENAL - ARTICULO 414 / CONSTITUCION POLITICA -
ARTICULO 90 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 42 / CODIGO CIVIL - ARTICULO
1614 / DECRETO 1887 DE 2003 - ARTICULO 4 / CONVENCION AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS / CODIGO CIVIL - ARTICULO 63 / LEY 678 DE 3 DE AGOSTO DE
2001 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 171 / LEY 446 DE 1998 -
ARTICULO 55
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 29/01/2014
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : HERNAN ANDRADE RINCON
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : ALBERTO ALFREDO JUBIZ HAZBUM Y OTROS
DEMANDADO : FISCALIA GENERAL DE LA NACION Y OTROS
DECISION : ACCEDE
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El presente caso se presentó una grave violación a los derechos de buen nombre y honra
de las aludidas víctimas, puesto que fue un hecho notorio a nivel nacional, tal y como lo
reconoció la propia Fiscalía en el acápite atrás citado, que el propio Estado a través de
autoridades del orden nacional (Director del Departamento Administrativo de Seguridad
DAS y Director de la Policía Nacional), (…) Los señores Alberto Alfredo Júbiz Hasbum,
Héctor Manuel Cepeda Quintero y Norberto Hernández Romero fueron víctimas de la
irracionalidad del poder que les arrebató injustamente la libertad y, como si ello fuera
poco -cuando lo es todo-, mancilló, además, su honra y su dignidad, al estigmatizarlos y
hacerlos pasar ante la ciudadanía en general a través de los medios masivos de
comunicación del orden nacional como los homicidas del entonces senador y candidato
presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, así como de las dos personas que lo
acompañaban la noche de su muerte. (…) Así las cosas, resulta evidente que con tales
acusaciones públicas, difundidas a través de los medios masivos de comunicación, se
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El señor Alberto (…) fue capturado junto con otras personas en un allanamiento
practicado en su oficina ubicada en la ciudad de Bogotá. (…) El Tribunal Administrativo de
Cundinamarca, Sección Tercera, Subsección B, profirió sentencia el 2 de agosto de 2006,
oportunidad en la cual declaró la responsabilidad de la Fiscalía General de la Nación y la
condenó al pago de los perjuicios (…) la Sala que integra esta Sección del Consejo de
Estado aprobó el acuerdo conciliatorio al cual llegaron las partes en el trámite de
segunda instancia respecto del reconocimiento de los perjuicios deprecados para los
demandantes relacionados en dicho acuerdo (…) debe concluirse que ha operado el
fenómeno jurídico de la cosa juzgada respecto del aludido arreglo conciliatorio (…) la
Sala se abstendrá de analizar la responsabilidad patrimonial del ente demandado -
Fiscalía General de la Nación- por el daño causado a los demandantes con ocasión de la
privación injusta de la libertad de que fueron objeto, así como los perjuicios de orden
material e inmaterial que fueron conciliados (…) sobre esos puntos se entiende
configurado el fenómeno de la cosa juzgada materia.
Puede inferirse que el señor (…) padeció el perjuicio moral por cuya reparación demandó,
comoquiera que es propio de la naturaleza humana que toda persona privada
injustamente de la libertad, experimente un profundo sufrimiento de angustia, temor,
impotencia e inseguridad por causa de dicha situación (…) la sala encuentra que para el
momento en que fue privado de su libertad el señor Alberto Júbiz Hasbum contaba con
53 años de edad, se hallaba en plena etapa productiva de su vida, tenía una familia
constituida por su compañera permanente y seis hijos. En razón de la medida restrictiva
que le fue impuesta –más de 42 meses de cárcel-, no le fue posible compartir durante
ese tiempo con su núcleo familiar y sus seres queridos, ni ver el desarrollo y crecimiento
de sus hijos, ni mucho menos desarrollar actividades productivas y de esparcimiento que
solía realizar. Agréguese a lo anterior que el señor Júbiz Hasbum fue recluido en tres
centros de detención diferentes en la ciudad de Bogotá (DAS, DIJIN y la Picota), lejos de
la ciudad de su residencia, Barranquilla. (…) la referida víctima directa sufrió una
afectación grave a su dignidad y a sus derechos al buen nombre y a la honra debido al
masivo despliegue de las ignominiosas y deshonrosas acusaciones por los diferentes
medios de comunicación sobre su presunta responsabilidad en el homicidio del candidato
presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, lo cual provocó el odio, el desprecio público y
el rechazo de la ciudadanía en general en su contra, circunstancias que permiten inferir,
para el caso concreto, una mayor afectación moral, pues es de público conocimiento la
profunda conmoción e indignación que causó -y sigue causando- en todo el país, el
asesinato de tan insigne e ilustre colombiano. En cuanto al límite del monto a reconocer
por indemnización del perjuicio moral, la Sala Plena que integra la Sección Tercera de
esta Corporación, en reciente pronunciamiento de unificación jurisprudencial, precisó:
(…) la tasación del mismo dependerá de las circunstancias en que se produjo la lesión o
afectación, así como la magnitud de la misma, su gravedad, naturaleza e intensidad y
demás factores objetivos. Por consiguiente, el hecho de que el precepto legal haga
referencia a un valor determinado, esta circunstancia no puede restringir la autonomía e
independencia con que cuenta el juez a la hora de valorar el daño inmaterial padecido,
razón por la cual no siempre que el hecho devenga de la comisión de una conducta
punible, habrá lugar a decretar una condena por perjuicio inmaterial que ascienda a
1.000 SMMLV(…)”. Teniendo en cuenta que la valoración de dichos perjuicios debe ser
hecha por el juzgador, en cada caso concreto, según su prudente juicio, en el presente
asunto se considera que dicha indemnización a favor del señor Alberto Júbiz Hasbum
debe ser aumentada por las condiciones especiales del caso, las cuales -según se indicó-,
se concretan en su permanencia en diferentes centros de reclusión por más de 42
meses, lapso durante el cual permaneció alejado de sus seres queridos, recluido en una
ciudad diferente a la de su residencia, al tiempo que su imagen fue desprestigiada y
menoscabada por las propias autoridades públicas del orden nacional a través de los
diferentes medios de comunicación, empecinadas así en presentarlo como uno de los
autores materiales del asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento,
lo cual despertó odio, desprecio público y rechazo generalizado en la población nacional
y, de contera, comportó una grave afectación de sus derechos a la dignidad, al buen
nombre y a su honra, circunstancias que permiten inferir, para el caso concreto, una
mayor afectación moral. Con fundamento en todo lo anterior y teniendo en cuenta que
en el presente asunto se configuraron dos daños antijurídicos independientes, a saber: i)
privación injusta de la libertad y; ii) falsas imputaciones difundidas masivamente, la Sala
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decretará una indemnización por cada uno de tales hechos dañosos. En consecuencia, se
reconocerá una indemnización equivalente a 300 SMLMV por la privación injusta de la
libertad de la cual fue objeto el señor Alberto Alfredo Júbiz Hasbum, la cual será
sufragada por la Fiscalía General de la Nación. Adicionalmente, se reconocerá en su favor
la cantidad de 200 SMLMV como consecuencia de las falsas imputaciones realizadas en
su contra, suma que deberá ser pagada de forma solidaria por la Nación - Ministerio de
Defensa - Policía Nacional y Fiscalía General de la Nación (pues ésta entidad asumió las
obligaciones del extinto DAS).
Define el daño emergente como (…) las pérdidas económicas que se causan con ocasión
de un hecho, acción, omisión u operación administrativa imputable a la entidad
demandada que origina el derecho a la reparación y que en consideración al principio de
reparación integral del daño (…) valores que efectivamente empobrecieron a la víctima o
que debieron sufragarse como consecuencia de la ocurrencia del hecho dañoso y del
daño mismo. (…) los gastos de honorarios profesionales en que se haya incurrido para la
defensa legal de quien estuvo privado de la libertad injustamente, (…) para liquidar el
daño emergente, por concepto de los honorarios de abogado solicitados en la demanda,
tendrá en cuenta los siguientes parámetros: La naturaleza, la calidad y duración de la
gestión realizada por el apoderado o la parte que litigó personalmente. El parágrafo del
artículo 4 del Decreto 1887 de 2003. Las tarifas fijadas por la Corporación Colegio
Nacional de Abogados. (…) teniendo en cuenta la duración de su gestión y la naturaleza
del proceso, se fijará, por concepto de daño emergente, un monto equivalente a 20
SMLMV (…) se liquidará no sólo ese período en el que estuvo privado de la libertad el
demandante principal, sino también el lapso que, según las estadísticas, una persona
requiere en Colombia para conseguir trabajo luego de haber obtenido su libertad, o
acondicionarse en una actividad laboral.
La Sala que si bien en la demanda se manifestó que el señor Alfredo Júbiz Hasbum era
químico farmacéutico y que como consecuencia del ejercicio de su profesión devengaba
la suma mensual de $1’000.000 para el año de 1989, lo cierto es que no se aportó
prueba idónea alguna para acreditar dicha afirmación; no obstante lo anterior, se acudirá
a la presunción de que el señor Júbiz Hasbum se encontraba en una edad productiva
(53) años y que ganaba para su propio sustento al menos un salario mínimo legal
mensual, el cual, para la época de su detención -año 1989-, equivalía a $ 35.559, todo lo
cual impone la revocatoria de la sentencia apelada en este punto. En cuanto al período a
reconocer por dicho concepto, este será el comprendido entre el 22 de agosto de 1989 -
fecha de la captura del actor- y el 2 de marzo de 1993, fecha en cual la Fiscalía Delegada
ante el Tribunal Nacional confirmó la providencia que ordenó el cese de procedimiento en
su contra y ordenó su libertad inmediata. Sin embargo, se liquidará no sólo ese período
en el que estuvo privado de la libertad el demandante principal, sino también el lapso
que, según las estadísticas, una persona requiere en Colombia para conseguir trabajo
luego de haber obtenido su libertad, o acondicionarse en una actividad laboral.
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Como medida de satisfacción se dispondrá que en el término de dos (2) meses contados
a partir de la ejecutoria de esta sentencia, tanto el FISCAL GENERAL DE LA NACIÓN,
como el DIRECTOR GENERAL DE LA POLICÍA NACIONAL realicen un acto solemne de
presentación de excusas públicas IN MEMORIAM a los señores Alfredo Júbiz Hasbum,
Héctor Manuel Cepeda Quintero y al señor Norberto Hernández Romero y a cada uno de
sus grupos familiares, por haber trasgredido con ocasión de la privación injusta de la
libertad de esas personas, sus derechos a la libertad personal, al debido proceso, a la
presunción de inocencia y al buen nombre y la honra; para la realización de dicho acto
solemne, se recomienda la participación de medios de comunicación nacional (radio,
prensa, televisión, etc.). (…) Como garantía de no repetición, la Fiscalía General de la
Nación remitirán a todas y cada una de las Unidades de Fiscalías Especializadas y a los
Juzgados Penales del Circuito del país, copia íntegra de esta providencia, con miras a que
sirva como medio de capacitación y prevención de este tipo de circunstancias.
Dichas entidades están llamadas a responder patrimonialmente con ocasión de las falsas
y deshonrosas imputaciones divulgadas en contra de los demandantes, puesto que i) se
encontró que dicho daño antijurídico no está caducado y, ii) dichas entidades
(Departamento Administrativo de Seguridad DAS y Ministerio de Defensa - Policía
Nacional), participaron directamente en la producción de dicho daño antijurídico salvo,
claro está, la Nación - Presidencia de la República, entidad que fue absuelta de
responsabilidad patrimonial en la presente sentencia. (…) los hechos o actuaciones que
dieron lugar al llamamiento en garantía fueron anteriores a la expedición de la Ley 678
de 3 de agosto de 2001, las normas sustanciales aplicables para dilucidar si el llamado
actuó con culpa grave o dolo, serán las vigentes al tiempo de la comisión de la conducta
del agente público, (…)
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COSTAS - No condena
Comoquiera que para el momento en que se profiere este fallo, el artículo 55 de la Ley
446 de 1998 indica que sólo hay lugar a la imposición de costas cuando alguna de las
partes haya actuado temerariamente y, debido a que ninguna procedió de esa forma en
el sub lite, no habrá lugar a su imposición.
CONSEJO DE ESTADO
50001-23-31-000-1998-00683-01
28417
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 11 / CONVENCION
DE OTAWA - ARTICULO SEGUNDO / CONVENCION DE OTAWA - ARTICULO NOVENO / LEY
759 DE 2002 / LEY 759 DE 2002 / DECRETO 2150 DE 2007 / LEY 1448 DE 2011 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 2 / CONSTITUCION POLITICA ARTICULO 42
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 22/01/2014
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : ENRIQUE GIL BOTERO
ACTOR : ANA DELIA RUA GIRALDO Y OTROS
DEMANDADO : NACION-MINISTERIO DE DEFENSA-EJERCITO NACIONAL-
DECISION : ACCEDE
TEMA : DAÑO ANTIJURIDICO - Muerte de ciudadano por mina antipersonal. Municipio de
Yalí Antioquia / DAÑO ANTIJURIDICO - Acreditación. Configuración / DAÑO
ANTIJURIDICO - La vida como derecho inviolable
Es un lugar común que el Estado Colombiano ha sido uno de los países con mayor
presencia de víctimas de minas antipersonal y municiones sin explotar durante el
combate, ello en razón del conflicto armado interno que a finales de la década de los
ochenta exacerbó el uso de este tipo de armas no convencionales y abiertamente
violatorias de los derechos humanos y de las normas de derecho internacional
humanitario. Es innegable, a su vez, que el empleo de este tipo de armas ha estado a
cargo, principalmente, de los grupos al margen de la ley (FARC y ELN), para repeler el
avance de las fuerzas del orden, especialmente en su etapa de fortalecimiento durante la
implementación de la ayuda proveniente del Plan Colombia. Ante la realidad de este
flagelo, cuyo número de víctimas civiles es abrumador, se expidió la ley 759 de 2002, por
medio del cual se dictaron normas para dar cumplimiento a la Convención sobre la
Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de minas
antipersonal y se fijaron disposiciones con el fin de erradicar en Colombia el uso de las
minas antipersonal. Esta ley se promulgó con el objeto de establecer estrategias para
cumplir con los compromisos adquiridos en la Convención de Ottawa, y para tal efecto,
creó la Comisión Intersectorial, adscrita al Departamento Administrativo de la Presidencia
de la República, denominada: Comisión Intersectorial Nacional para la Acción contra las
Minas Antipersonal.
En el año 2007, el decreto 2150 creó el Programa Presidencial para la Acción Integral
contra Minas Antipersonal, al interior del Departamento Administrativo de la Presidencia
de la República, cuya función primordial es la formulación y ejecución de planes,
programas y proyectos relacionados con la acción integral contra las minas antipersonal.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos gubernamentales, las minas antipersonal siguen
siendo un peligro latente para la población civil de las zonas rurales del país donde
todavía se libran combates entre la fuerza pública y los grupos insurgentes, ello debido a
que siguen siendo un método de guerra empleado por estos últimos y porque las
medidas que ha adoptado el Estado Colombiano no han podido conjurar este problema
humanitario. En efecto, en el último informe rendido por la organización no
gubernamental “Human Rights Watch”, se señala que el problema de las minas
antipersonal todavía es un riesgo real para la población civil. (…) el informe general del
Centro Nacional de Memoria Histórica de 2013 proyecta un panorama muy completo
sobre el impacto que ha tenido esta arma letal y cruel sobre la población colombiana (…)
Ante esta realidad crudamente expuesta por el Centro de Memoria Histórica se hace
necesario expresar un voto de rechazo ante la utilización de esta clase de armas
aberrantes por parte de las guerrillas de las Farc y el Eln y una exhortación de parte de
esta Sala de Subsección del Consejo de Estado, en nombre de las víctimas de minas
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antipersonal y municiones sin explotar, para que cese de forma inmediata la utilización
de estas trampas mortales generadoras de pérdidas invaluables y dolor en la población
civil.
La Sala considera que es imperativo advertir que en todo proceso de paz se torna
fundamental el compromiso de las partes en encontrar todos los medios que sean
necesarios para que el desminado humanitario sea una realidad en la etapa del eventual
posconflicto, de ello depende, en una de las múltiples aristas de nuestro conflicto interno,
el establecimiento de una paz estable y duradera. Por esta razón, se exhorta al
Presidente de la República, como supremo director de las negociaciones de paz entre las
Farc y el Gobierno Nacional, a que incluya como un punto concreto, la problemática de
las minas antipersonal; y aunque si bien, es evidente que el acuerdo no garantizaría, por
sí mismo, la eliminación del problema en el corto o mediano plazo, se hace imperativo
incluir la discusión de este punto de cara a la eliminación completa de este rezago de la
guerra que lastimosamente se extendería hasta el período del posconflicto; sin duda, es
deber del juez de la reparación advertir situaciones de esta índole, como uno de los
garantes del cumplimiento de las convenciones de Derechos Humanos y del Derecho
Internacional Humanitario.
La ley 1448 de 2011, por la cual se dictaron medidas de atención, asistencia y reparación
integral a las víctimas del conflicto armado interno y otras disposiciones, consagró, en
cabeza del Estado, el deber de memoria, que según el artículo 143 ibídem, se debe
traducir en el esfuerzo por procurar las garantías y condiciones para que la sociedad
empiece a avanzar en ejercicios de reconstrucción de memoria en aras de respetar el
derecho a la verdad que le asiste a víctimas y sociedad en general, a través de múltiples
expresiones (víctimas, academia, centros de pensamiento, organizaciones sociales, de
víctimas y de derechos humanos, así como las instituciones públicas.). En ese orden de
ideas, el artículo 144 de la ley referida contempla medidas concretas para la construcción
de la memoria histórica debida a las víctimas. Así las cosas en obedecimiento a la norma
transcrita, esta Sala de Subsección ordenará enviar una copia de esta providencia al
Archivo General, para que en los términos de la ley de víctimas y restitución de tierras se
empiece a dar un fortalecimiento efectivo de la memoria histórica, fin loable que sin duda
alguna será crucial en el proceso de reconciliación que debe afrontar la sociedad
colombiana en un eventual escenario de desmovilización de las grupos guerrilleros.
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En relación con el perjuicio moral, la Sala de manera reiterada ha señalado que este tipo
de daño se presume en los grados de parentesco cercanos, puesto que la familia
constituye el eje central de la sociedad en los términos definidos en el artículo 42 de la
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Carta Política. De allí que, el juez no puede desconocer la regla de la experiencia que
señala que el núcleo familiar cercano se aflige o acongoja con los daños irrogados a uno
de sus miembros, lo cual es constitutivo de un perjuicio moral. En ese orden de ideas,
habrá lugar a reconocer, vía presunción de aflicción, perjuicios morales a favor de los
demandantes quienes ostentan la condición de madre y hermanos del muerto, José
Antonio Tobón, de conformidad con los registros civiles de nacimiento (…) se accederá a
los requerimientos deprecados en la demanda, motivo por el que los perjuicios morales
serán decretados, previa aclaración de que conforme a lo expresado en sentencia del 6
de septiembre de 2001, esta Sala ha abandonado el criterio según el cual se consideraba
procedente la aplicación analógica del artículo 106 del Código Penal de 1980, para
establecer el valor de la condena por concepto de perjuicio moral, y ha considerado que
la valoración del mismo debe ser hecha por el juzgador, en cada caso, según su prudente
juicio y con apoyo en el arbitrio juris, y ha sugerido la imposición de condenas por la
suma de dinero equivalente a cien (100) salarios mínimos legales mensuales, en los
eventos en que aquél se presente en su mayor grado Comoquiera que la demandada no
desvirtuó la presunción de aflicción, habrá que decretar el perjuicio solicitado, según el
arbitrio judicial, para lo cual es imprescindible tener en cuenta la prueba de la relación de
consanguinidad, entre la víctima, sus padres y sus hermanos, razón por la cual se
asignarán los porcentajes, para cada uno de los demandantes. NOTA DE RELATORIA:
Para establecer el monto de la indemnización por perjuicios morales se tendrá en cuenta
la pauta jurisprudencial que ha venido sosteniendo la Corporación desde la sentencia de
6 de septiembre de 2001, expedientes números 13232 y 15646, Consejero Ponente
doctor Alier Eduardo Hernández Enríquez. En relación con la presunción del daño moral
en miembros más cercanos del entorno familiar, consultar sentencias sentencias del 15
de octubre de 2008, exp. 18586, del 13 de agosto de 2008, exp. 17042, y del 1º de
octubre de 2008, exp. 27268
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-2000-03380-01
26669
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 86 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 90 / LEY 446 DE 1998 / CODIGO CONTENCIOSO
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La vida es un derecho esencial cuyo goce pleno es una condición ineludible para el
disfrute de los demás derechos. Frente al derecho a la vida, el Estado tiene una
obligación de doble naturaleza: por una parte, el deber de no privar arbitrariamente de la
vida a ninguna persona (obligación negativa); y de otro lado, a la luz de su deber de
garantizar el libre y pleno ejercicio de los derechos, la adopción de medidas apropiadas
para proteger y preservar este derecho (obligación positiva). En este caso, la privación
arbitraria de la vida del señor Luis Alfonso Jaramillo por parte del Ejército supone una
clara violación de derechos humanos que hace surgir sin duda alguna la responsabilidad
administrativa del Estado. (…) el campo del derecho internacional humanitario
comprende distintas normas sobre protección de bienes y personas de carácter civil, y de
forma categórica prohíbe, en tiempos de guerra, cualquier acción que pueda tener
consecuencias respecto de la vida y la integridad de quienes no tienen participación
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[Se] evidencia (…) que el señor (…) se dedicaba a labores del campo, especialmente al
trabajo de cantera para extraer material de construcción, y era el sostén económico de
su compañera permanente y sus hijos, por lo que su muerte produjo en ellos, además
del sufrimiento moral, el desmejoramiento de sus condiciones materiales de vida.
la víctima (…), quien para la época de los hechos [tenía] 30 años. Se toma esta fecha
porque se comprueba que ocurrirá antes de que se cumpla la vida probable de la señora
(…), compañera del occiso, quien contaba entonces con 28 años. A la vida probable de la
víctima se le deducen los 173 meses del lucro cesante pasado, ya liquidados, para un
total de (…) meses. La fórmula se aplicará así.
Con el objeto de alcanzar una reparación integral de la parte afectada, la Sala considera
pertinente la adopción de medidas no pecuniarias encaminadas a la satisfacción y a la no
repetición de las conductas que fueron materia de pronunciamiento en el presente fallo.
Con el fin de recuperar la memoria y la dignidad del señor Luis Alfonso Jaramillo y de sus
familiares, se ordenará a la entidad que dentro de los treinta días siguientes a la
ejecutoria de esta sentencia, presente una carta dirigida a todos los demandantes en
este proceso, que deberá contener una disculpa y un reconocimiento oficial de los hechos
que le sirven de fundamento a esta providencia. La carta deberá estar firmada por el
señor Ministro de Defensa Nacional, el Comandante del Ejército Nacional y el
Comandante de la Cuarta Brigada de la entidad, deberá fijarse en un lugar visible del
Ministerio de Defensa, del Comando del Ejército Nacional y del batallón que actualmente
opera en jurisdicción de Yarumal, Antioquia, por el término de tres meses, y será
entregada a los demandantes a través de su apoderado, por correo certificado.
por la acción de frentes guerrilleros o grupos paramilitares, sino que fue consecuencia de
una ejecución extrajudicial perpetrada el 7 de julio de 1999, en zona rural del municipio
de Yarumal, Antioquia por miembros del batallón de infantería n.° 10 de la cuarta
brigada del Ejército Nacional.
COSTAS - No condena
El artículo 55 de la Ley 446 de 1998 indica que se condenará en costas a la parte que
haya actuado de forma temeraria. En el presente caso, la Sala no observa
comportamiento temerario en las actuaciones procesales de las partes, por lo que no
condenará en costas.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-31-000-1998-02368-01
29764
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 707 DE 2001 / LEY 599 DE 2000 / CONVENCION
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 1.1 / CONVENCION
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 93 INCISO 1
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 21/11/2013
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : ENRIQUE GIL BOTERO
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : EDILIA DEL CONSUELO JIMENEZ ARROYAVE Y OTROS
DEMANDADO : NACION-MINISTERIO DE DEFENSA-EJERCITO NACIONAL-
DECISION : ACCEDE
TEMA : EVENTOS DE DESAPARICION FORZADA - La valoración probatoria reviste
especial cuidado / VALORACION DE LA PRUEBA INDICIARIA - Reiteración jurisprudencial
/ EVENTOS DE DESAPARICION FORZADA - Ante la dificultad de recaudar pruebas
directas se acudirá a otros medios probatorios como los indicios
rindieron en el proceso penal, se puede establecer que existen indicios graves del
contexto extremo de violencia que padecía la región, dada la reiteración de esta
modalidad de delitos por parte de grupos ilegalmente armados, asunto que imponía un
refuerzo en la vigilancia y protección por parte de Estado. Si bien, las circunstancias de
tiempo, modo y lugar de la desaparición de los habitantes del municipio de San Roque,
trataron de ser reconstruidas durante las investigaciones penal y disciplinarias
adelantadas, es incuestionable para la Sala que en las actividades que desarrollan los
llamados grupos paramiliatres -desapariciones forzadas, homicidios, secuestros, torturas,
entre otros- y circunstancias que las rodean vienen a ser ambiguas y complejas, por lo
que es lógico que se carezca prueba directa sobre la ocurrencia de tales crímenes, dignos
del pandemónium; también es cierto que a través de la prueba indirecta se puede llegar
a conclusiones útiles que reconstruyan la verdad histórica difusa por la naturaleza de
estos casos. NOTA DE RELATORIA: Al respecto, consultar sentencias de: 22 de abril de
2004, exp. 14240; 28 de noviembre de 2002, exp. 12812 y de 4 de diciembre de 2002,
exp. 13922
Se tiene por acreditada la desaparición de ocho habitantes del municipio de San Roque,
en hechos sucedidos el 14 de agosto de 1996, entre la vía que comunica a los municipios
de Puerto Berrío y San Roque Antioquia, evento grave acaecido a manos de miembros de
grupos paramilitares y de la cooperativa de vigilancia privada Convivir Guacamayas,
atribución lograda de conformidad con las diligencias adelantadas por la Defensoría del
Pueblo y por la Fiscalía General de la Nación. (…) Se tiene por acreditado el primer
elemento de la responsabilidad, toda vez que se demostró que los señores: Henry De
Jesús Jiménez Arroyave; Ramón Octavio Agudelo Castro; Álvaro de Jesús Carmona
Franco; Luis Alfonso Peláez Vega; Miguel Ángel Amariles Zapata; Darubín Cifuentes
Sánchez y Luis Alfonso Martínez Suarez, fueron desaparecidos por varios hombres
armados, cuando se encontraban en la vía que comunica el municipio de Puerto Berrío
con el de San Roque Antioquia, sin que hasta hoy se tenga conocimiento de su paradero.
Pues bien, las declaraciones de los diferentes testigos, los informes de operación de
grupos armados ilegales emitidos por la Unidad Investigativa de la Fiscalía General, y los
demás medios probatorios que se recopilaron durante la investigación penal, en lo que
concierne a homicidios múltiples y desapariciones que ocurrieron en el municipio de
Puerto Berrío, para la Sala, otorgan credibilidad sobre las circunstancias intrínsecas y
aspectos medulares en cuanto a acontecimientos tan relevantes, tales como la
identificación de los miembros del grupo paramilitar, que también lo eran del grupo de
vigilancia privada Convivir Guacamayas, que operaba en el municipio de Puerto Berrío
para la época de los hechos, todo lo cual está acreditado en el proceso penal. De allí que,
estos elementos de importancia y trascendencia, allegados al caso sub examine, resultan
útiles y meritorios, toda vez que no fueron desvirtuados en el proceso contencioso.
paz y la tranquilidad del género humano. Dicha conducta se encuentra proscrita por
normas de carácter internacional ratificadas por Colombia, como es el caso del artículo 2
del Protocolo II Adicional a los Convenios de Ginebra del 12 de agosto de 1949, que se
refiere a la protección de las víctimas de los conflictos armados sin carácter
internacional, aprobado el 8 de junio de 1977, el cual fue incorporado a la legislación
interna a través de la ley 171 del 1994; y del artículo 75 del Protocolo I Adicional a los
Convenios de Ginebra de 12 de agosto de 1949, en virtud del cual se reguló lo referente
a la protección de las víctimas de los conflictos armados internacionales, instrumentos
que se integran al orden normativo interno a través del artículo 93 de la Constitución
Política. NOTA DE RELATORIA: Al respecto consultar Corte Constitucional, sentencias C-
574 de 1992 y C-225 de 1995. Consejo de Estado, Sección Tercera, sentencia de 22 de
abril de 2004, exp. 14240
Se tiene por probado que en razón a los lamentables hechos ocurridos entre los
municipios de Puerto Berrío y San Roque Antioquia, se iniciaron varias investigaciones
penales, contra miembros de grupos al margen de la Ley –paramilitares- e integrantes
de la cooperativa de vigilancia privada –Convivir Guacamayas-, que ejecutaban actos
ilícitos en la zona de los hechos, crímenes perpetrados contra los habitantes que
“generaban sospechas” de pertenecer a las guerrillas o informantes de las mismas-,
acrecentando el número de víctimas por un largo espacio de tiempo, todo lo cual se
corrobora con los distintos informes elaborados por la Fiscalía General de la Nación –
Unidad investigativa-. Ahora, si bien, es cierto, que a este proceso no se allegó la
sentencia penal con la que finalizaron las investigaciones, no se puede desconocer que
existían graves indicios relacionados con la participación de estos grupos en actividades
bajo esa modalidad criminal, tales como: la desaparición, amenazas, intimidación y
homicidio de varios habitantes de los municipios en cuestión. Es decir, el contexto de
violencia acrecentado en esa zona, y de público conocimiento, constituye un marco y
espacio de actuación que señala como autores de los hechos a los grupos paramilitares.
Lo anterior se deduce claramente tanto de los testimonios que hacen parte de los
procesos penales, como de los informes de Fiscalía ya relacionados, los que dan cuenta
de la grave situación de orden público que se vivía en el Municipio de Puerto Berrio
Antioquia, y de las actividades sospechosas y delincuenciales que se presentaron en la
época en la que fueron desaparecidos los ocho habitantes de San Roque, actividades
criminales cuyos protagonistas eran los miembros de grupos de autodefensas y de
vigilancia privada. Toda esta cadena de hechos indicadores marcan la creación de un
indicio contextual de grave violencia originada por estos grupos al margen de la Ley, lo
que significó un imperativo para el Estado, en el orden de reforzar la vigilancia y
protección de las personas que habitaban esa región, pues bien se conocía la existencia
de estos grupos armados, así como la modalidad de sus operaciones, las que fueron
repetitivas, y en las que gran número de civiles fueron víctimas, siendo ello motivo de
reproche, ante la omisión configurada por ese actuar negativo. (…) el momento histórico
marcó la necesidad de un refuerzo en presencia militar, y que esa presencia significara
extrema vigilancia y protección para con esa población afectada, lo que no sucedió en el
caso sub exámine, pues lo que tuvo lugar fue un incumplimiento obligacional de
vigilancia, que marcó la concreción de una falla del servicio por parte de los obligados
jurídicamente a esa labor protectora. Este tema del contexto como creador de una
obligación de reforzar la labor de vigilancia y protección, es un asunto que ha tenido
trascendencia a nivel nacional e internacional, con la Corte Interamericana de Derechos
Humanos –para el caso latinoamericano-. Este organismo supranacional ha considerado
que, en determinados eventos en los que existe un conocimiento público de un riesgo -
riesgo que se puede concretar en la comisión de diferentes ilícitos-, marca un deber
afianzado de protección por parte del Estado, garante positivo de la vida de sus
asociados. En esa línea de pensamiento, la Corte Interamericana de Derechos Humanos
–en cumplimiento a lo dispuesto por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos–, ha
considerado que la responsabilidad del Estado frente a cualquier hecho de particulares se
encuentra condicionada al conocimiento cierto de una situación de riesgo real e
inmediato para un individuo o grupo de individuos determinado y a las posibilidades
reales o razonables de prevenir o evitar ese riesgo.
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Esta Corporación ha dicho que en lo que concierne a la responsabilidad del Estado por
hechos de terceros, en eventos en los que, si bien, los agentes estatales no participan de
forma directa en la causación del daño, en tanto no han sido autores, ni figuran como
partícipes, con su omisión propiciaron o permitieron que personas ajenas a la
administración lo causaran. Este tipo de situaciones tienen lugar cuando una persona se
encuentra amenazada, y da el aviso de rigor ante las autoridades; no obstante, éstas no
la protegen, o adoptan unas medidas de protección precarias e insuficientes; o cuando, si
bien, la persona no comunicó la situación de riesgo a la autoridad, la notoriedad y el
público conocimiento del peligro que afrontaba hacían imperativa la intervención estatal
para protegerla, como ocurrió en este caso, en la medida en que el contexto marcó la
génesis del deber a una protección reforzada por parte de las fuerzas militares a la
población vecina de ese sector del departamento de Antioquia. Ahora bien, lo anterior es
inescindible de la noción de falla del servicio por omisión, en la medida en que fue un
actuar negativo –no hacer-, lo que posibilitó la comisión de este delito de lesa
humanidad, es decir, si bien, en el caso sub examine el daño fue cometido por un grupo
armado al margen de la ley, lo cierto es que el mismo se posibilitó y concretó a partir de
la falla del servicio en que incurrió la entidad pública demandada, toda vez que lo
decisivo en la causación del perjuicio fue el iter de acontecimientos en los cuales la
autoridad jugó un papel preponderante pues al no evitar la materialización de la
desaparición, procediendo a la captura de los criminales y al esclarecimiento de los
hechos, incurrió en una manifiesta omisión en el cumplimiento de las funciones legales,
en atención a que se trataba de la fuerza pública, que constitucionalmente está instituida
para la protección, garantía y satisfacción de los derechos de los asociados, y ello
comporta labores de: reacción, prevención y persecución, ante la perpetración de estos
crímenes. En ese orden, es claro que la omisión por parte de la fuerza pública, constituye
una flagrante violación al deber de prevenir, contenido en la Convención Americana de
Derechos Humanos “Pacto de San José de Costa Rica” (art. 1º), y cuyo contenido y
alcance fue delimitado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. NOTA DE
RELATORIA: En relación con la no protección a personas que han sido amenazadas y han
solicitado apoyo al Estado, consultar sentencia de 19 de junio de 1997, exp. 11875
FUERZA PUBLICA - Falla del servicio por omisión. Hecho de un tercero. Labores de
limpieza social o de sospecha guerrillera
Pues bien, este elemento normativo, fue incorporado en la responsabilidad del Estado en
sede de imputación fáctica, ante la necesidad de dotar su análisis de ingredientes
jurídicos; en este caso, por motivos de un no actuar de la administración–omisión-,
necesidad que trasladó algunos criterios de la dogmática penal al derecho de daños –
imputación objetiva-, lo que significó un cambio cualitativo en este estudio, en el
entendimiento de reevaluar el papel de la causalidad como única opción teórica para
determinar la atribución de determinadas consecuencias o daños, la cual resultaba
insuficiente, dado su contenido naturalístico, que dejaba por fuera de su marco de acción
los eventos de daños causados por terceros o por hechos de la naturaleza, tornándose en
consecuencia en un imposible, la atribución de los mismos a la administración, pues en
términos fenomenológicos no existía sustento para que ello se pudiese dar. Por lo tanto,
este instituto sobre el cual descansa la teoría de la imputación objetiva, se erigió como la
correcta opción para solucionar los problemas causales a los que se enfrentaba la
omisión. (…) la posición de garante puede tener su génesis en dos aristas: por un lado,
en el tráfico o contacto social (v.gr. garantía por la generación o creación de riesgos); y
por el otro, en virtud de ciertas estructuras estatales y sociales (v.gr. garantía
institucional). Por lo tanto, la primera posición de garante surgirá por la introducción de
peligros o riesgos que tienen potencialidad para causar daño (v.gr. la instalación de una
fábrica de sustancias tóxicas; tener un perro peligroso, desarrollar un deporte
considerado como riesgoso, entre otros), mientras que la segunda posición se deriva de
instituciones básicas como: el Estado (v.gr. si sobre una persona recaen amenazas que
son conocidas o podían fácilmente ser inferidas por la administración pública, habrá
posición de garante) y la familia (v.gr. en una piscina unos padres no podrán excusarse
de que su hijo se ahogó en virtud de la peligrosidad de ese lugar, sino que a la hora de
evaluar el riesgo concretado se tendrá en cuenta la intervención y participación de
aquéllos). En ese orden, la posición de garante se mira desde dos perspectivas a saber:
i) relacional también denominada organizacional o ii) institucional; en ambos casos el
ordenamiento jurídico las impone, lo que ocurre es que respecto de la primera el sujeto
cuenta con un margen de libertad para determinar si avoca o no el rol que se desprende
de esa circunstancia que introduce peligros o riesgos a la sociedad, mientras que la
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segunda siempre se asigna como una carga obligatoria. (…) La posición de garante
institucional, que es la interesa a este estudio, surge no ante la generación de un riesgo
con determinada actividad, se origina por el hecho de pertenecer a determinada
institución, de ahí su denominación. Al ser parte de un estamento –Estado-, nace una
relación de especial protección, que se configura entre los asociados del conglomerado y
el funcionario vinculado, este último llamado a encargarse, por razones de solidaridad,
de la defensa y auxilio de los primeros, en aras de evitar que en el curso de la vida social
sean dañados en su vida, integridad, honra y bienes. NOTA DE RELATORIA: Respecto a la
la posición de garante, consultar sentencias de: 4 de octubre de 2007, exp. 15567; 4 de
diciembre de 2007, exp. 16894; 26 de marzo de 2009, exp. 17994
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CONSEJO DE ESTADO
08001-23-31-000-1991-06344-01
22076
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 90 / CODIGO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 171 / LEY 446 DE 1998 - ARTICULO 55
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 30/10/2013
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : RAMIRO DE JESUS PAZOS GUERRERO
ACTOR : ARACELY CARDONA GUERRERO
DEMANDADO : INSTITUTO DE SEGUROS SOCIALES - ISS
DECISION : ACCEDE
TEMA : PERSPECTIVA DE GENERO - Derecho a la Salud. Atención ginecológica /
PERSPECTIVA DE GENERO - Derecho a la salud. Tratar las enfermedades que atañen a
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Con el fin de garantizar que situaciones como las del sub judice no se repitan, se
exhortará al Ministerio de Salud para que, si no lo ha hecho, adopte medidas
conducentes a reforzar el respeto a la dignidad de la mujer, en la atención gineco-
obstétrica, así como al respeto de su integridad física, y a la consolidación de la
conciencia de que la mujer es sujeto de especial protección.
El hecho de que este daño es imputable a la entidad demandada, a título de falla del
servicio (…) Sobre la existencia de esta última basta reiterar que: i) en el expediente no
obra constancia de que la programación de la histerectomía abdominal practicada a la
paciente haya sido el resultado de un estudio diligente sobre la patología padecida y
sobre las posibilidades de tratamiento; ii) no está probado que la paciente haya sido
informada adecuadamente de las implicaciones del procedimiento para el cual se
programó, pues el registro de hospitalización no consigna nada al respecto (…); iii) en el
momento mismo de la hospitalización con miras a realizar el procedimiento quirúrgico no
se había definido un diagnóstico (…) como ya se señaló anteriormente, los testimonios
médicos hacen pensar en una falta de coordinación entre los servicios pues, mientras la
médica tratante en la unidad satélite señala que la razón de la remisión fue garantizarle
un mejor tratamiento (…), tanto el médico que realizó la intervención como el que debía
programarla señalaron que la UPI se limitaba a practicar los procedimientos quirúrgicos
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(…) a pesar de que, para efectos de programar la cirugía, era necesario un control por
consulta externa y la presentación de una historia clínica completa, no aparecen los
registros de dichas actuaciones. (…) es posible inferir que dichas fallas fueron la causa
eficiente del daño causado a la señora Cardona Guerrero (…) Así pues e
independientemente de que, como lo afirman los médicos declarantes en el proceso (…),
la histerectomía abdominal fuera una de las posibilidades de tratamiento de la patología
padecida por la paciente, lo cierto es que en el caso bajo análisis no se demostró que esa
fue la razón por la cual se realizó ni, menos aún, que dadas sus circunstancias, en
particular, su condición de sujeto de especial protección constitucional y su edad, la
práctica de dicho procedimiento era la solución más adecuada en aras a garantizarle su
derecho fundamental a la salud, razón por la cual se compromete la responsabilidad
administrativa y patrimonial de la entidad demandada.
ACCION DE REPARACION DIRECTA - Falla del servicio médico. Responsabilidad del ISS
Instituto de los Seguros Sociales por procedimiento de histerectomía abdominal
practicado a mujer / FALLA DEL SERVICIO MEDICO - Régimen de responsabilidad
FALLA DEL SERVICIO MEDICO - Prueba indirecta. Indicios / PRUEBAS - Falla del servicio
médico. Acreditación de inobservancia de la lex artis y de la causa eficiente del daño
En relación con la carga de la prueba tanto de la falla del servicio como del nexo causal,
se ha dicho que corresponde al demandante, pero dicha exigencia se modera mediante la
aceptación de la prueba indirecta de estos elementos de la responsabilidad a través de
indicios. (…). La responsabilidad estatal por fallas en la prestación del servicio médico
asistencial no se deriva simplemente a partir de la sola constatación de la intervención
de la actuación médica, sino que debe acreditarse que en dicha actuación no se observó
la lex artis y que esa inobservancia fue la causa eficiente del daño.
PERJUICIOS MORALES - Paciente que sufrió pérdida anatómica del órgano reproductor
femenino por procedimiento de histerectomía abdominal. Cien 100 salarios mínimos
legales mensuales vigentes
DAÑO A LA SALUD - Paciente que sufrió pérdida anatómica del órgano reproductor
femenino por procedimiento de histerectomía abdominal
El representante legal del Instituto de Seguros Sociales o quien haga sus veces, ofrecerá
a la demandante, por escrito y dentro de los tres meses siguientes a la ejecutoria de esta
providencia, disculpas expresas y detalladas por las fallas en el servicio que conllevaron a
que perdiera su aparato reproductor.
Con el fin de garantizar que situaciones como las del sub judice no se repitan, se
exhortará al Ministerio de Salud para que, si no lo ha hecho, adopte medidas
conducentes a reforzar el respeto a la dignidad de la mujer, en la atención gineco-
obstétrica, así como al respeto de su integridad física, y a la consolidación de la
conciencia de que la mujer es sujeto de especial protección.
COSTAS - No condena
El artículo 55 de la Ley 446 de 1998 establece que se condenará en costas a la parte que
hubiere actuado en forma temeraria. En el presente caso la Sala no observa
comportamiento temerario en las actuaciones procesales de los intervinientes dentro del
presente trámite, razón por la cual no se condenará en costas.
CONSEJO DE ESTADO
11001-03-26-000-2012-00078-00
45679
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : CODIGO DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO Y DE LO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 157 / CODIGO DE
PROCEDIMIENTO CIVIL - ARTICULO 20 / CODIGO DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO
Y DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO LEY 1437 DE 2011 - ARTICULO 157 / CODIGO
DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO Y DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO LEY
1437 DE 2011 - ARTICULO 149 NUMERAL 13 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO
229 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 25
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 17/10/2013
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : JOSE ALVARO TORRES Y OTROS
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Teniendo en cuenta que la Sala por medio del auto de 6 de diciembre de 2012 ordenó el
estudio de medidas de seguridad para los demandantes, el apoderado de los
demandantes y el “Juez administrativo de Bogotá o al funcionario judicial a quien por
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reparto corresponda avocar conocimiento del presente asunto”, (…) Así mismo, y para
completar lo anterior, se dispondrá notificar personalmente esta decisión judicial, a los
señores Ministros del Interior, de Justicia y del Derecho, a los Directores Generales de la
Policía Nacional y la Unidad Nacional de Protección UNP, Procurador General de la Nación,
así como al Defensor del Pueblo, a fin de que, en el marco de sus competencias adopten
las medidas pertinentes para el cabal cumplimiento de las órdenes de seguridad
inmediatas dispuestas para el Juez, su familia y los demás intervinientes en el proceso
contencioso administrativo, como exigencias necesarias para salvaguardar la vida e
integridad física de todos ellos, conforme a los postulados convencionales y
constitucionales del acceso material a la administración de justicia, en conjunción con el
derecho a la vida e integridad física (en aplicación de los artículos 1.1, 2, 5.2, y 25 de la
Convención Americana de Derechos Humanos y 229 de la Constitución Política).(…) En
este orden de ideas, se ordenará al Consejo Superior de la Judicatura adoptar de manera
inmediata todas las medidas necesarias, en el ámbito de su competencia, a fin de
coordinar, con las entidades correspondientes, y garantizar el efectivo cumplimiento de
las medidas de seguridad ordenadas a favor del Juez Treinta y Dos (32) Administrativo
Oral del Circuito de Bogotá – Sección Tercera y su familia. (…) pues, debe recordarse el
deber convencional y constitucional de garantizar el acceso a la administración de justicia
y la independencia judicial, derechos y garantías institucionales, respectivamente, que no
se satisfacen con la conformación de un determinado diseño orgánico o institucional o
con la consagración de procedimientos y recursos judiciales, sino que también, visto
desde un aspecto dinámico, debe considerarse la adscripción de deberes negativos (de
abstención o no injerencia) y especialmente positivos (normativos de acción) del Poder
Ejecutivo para preservar a lo largo del tiempo la vigencia de esta garantía basilar de todo
Estado que pretenda ser calificado como Social y Democrático de Derecho. (…) En suma,
la decisión de la Sala se aviene con las circunstancias fácticas singulares del caso en
cuestión, lo manifestado por el Juez Treinta y Dos Administrativo Oral del Circuito de
Bogotá Sección Tercera, sobre sus fundados temores a su vida e integridad física, y las
garantías normativas que se deben observar de manera oficiosa por parte del Estado, en
este caso, por parte de la Rama Ejecutiva del Poder Público, en razón a la exigencia de
garantizar en el ámbito estático y dinámico, institucional e individual, los derechos y
garantías constitucionales y convencionales del acceso material a la administración de
justicia así como la independencia judicial”.
Para tal efecto se ha dicho que existen diversos criterios para definir la competencia
judicial, entre ellos, se encuentra el objetivo, subjetivo, funcional y el territorial. De los
dos primeros puede decirse que su diferenciación radica tanto en el hecho de saber en
qué medida la calidad personal o institucional de uno de los sujetos parte de la
controversia influye en la asignación del Juez competente. Si esta afirmación es positiva,
queda claro que se trata de un criterio meramente subjetivo, como aquel que establece
el Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo en el
artículo 149.13 cuando dice que el Consejo de Estado conocerá de manera privativa del
medio de control de repetición cuando éste se adelante contra determinados sujetos
como el Presidente de la República, senadores, representantes, etc; por citar un ejemplo.
(…) Por el contrario, cuando deviene en inútil la calidad de alguno de los sujetos para
determinar el conocimiento del asunto es cuando se está en presencia del factor
objetivo, que se materializa tanto a partir de la naturaleza del asunto y por la estimación
razonada de la cuantía. Dentro de esta última manera de determinar la competencia se
encuadra –en lo que es de interés para esta providencia- el medio de control de
reparación directa. Igualmente, se encuentra el criterio funcional de competencia a partir
del cual se determina las instancias de un proceso, es decir, si corresponde a un asunto
de única o de doble instancia, a la vez que precisa –en este segundo caso- quien es el
superior que está llamado a conocer de tal asunto. Por último, se encuentra el criterio
territorial con el cual se precisa la asignación horizontal de la competencia. A la luz del
Código de Procedimiento Administrativo y de lo Contencioso Administrativo, este ítem es
desarrollado por el artículo 156.
CONSEJO DE ESTADO
08001-23-31-000-1992-08356-01
30620
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 16/10/2013
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION B
PONENTE : RAMIRO DE JESUS PAZOS GUERRERO
ACTOR : AGUSTINA MARIA BOLIVAR MARTINEZ Y OTROS
DEMANDADO : NACION - MINISTERIO DE SALUD Y OTROS
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCION DE REPARACION INTEGRAL - Condena, accede. Caso muerte de bebe
nonato en parto y práctica de histerectomía por infección nosocomial adquirida por la
madre durante la atención médica asistencial / FALLA DEL SERVICIO - Falla en la
prestación del servicio médico asistencial. Infección nosocomial, práctica de
histerectomía, muerte de bebe, atención tardía, falta de medios para la atención
Para la Sala es claro que la causa eficiente de los daños fue la grave infección
desencadenada en la paciente, lo cual se produjo, debido a la falta de materiales idóneos
para atender su condición, el traslado en un vehículo inapropiado para tal fin y el tiempo
prolongado de parto en circunstancias de riesgo, lo cual provocó el prolapso de cordón
umbilical que trajo como consecuencia la muerte del nonato, y la posterior histerectomía
de la madre. De lo anterior, se concluye que en razón de las graves fallas en las que
incurrió el hospital Calamar (Bolívar) antes referidas, el daño antijurídico le es imputable
y, por tanto, debe asumir la responsabilidad de resarcir los perjuicios ocasionados a la
parte demandante. Esta responsabilidad, recae solamente en esta entidad, pues no se
encuentra probada falla alguna en el servicio prestado por el hospital Campo de la Cruz
(Atlántico).
PERJUICIOS MORALES - Reconoce 140 smmlv en favor de la madre, 120 smmlv en favor
del padre, 80 smmlv para la abuelta y 35 smmlv para el hermano / PERJUICIOS
MORALES - Reconoce. Caso muerte de bebe nonato en proceso de parto y práctica de
histerectomía, falla del servicio médico asistencial por cuanto paciente falla en servicio
en la que incurrió infección nosocomial en el hospital Calamar, Bolívar
para [padre del bebe y esposo de la afectada] la suma de 100 SMLMV. A pesar de que la
imputación de responsabilidad se mantendrá tal como se decidió en primera instancia, en
aplicación del principio constitucional non reformatio in pejus, se realizarán algunas
modificaciones respecto de la liquidación de perjuicios. Para la Sala es claro que el daño
moral tuvo su origen en la muerte de la criatura y en la histerectomía practicada a la
madre, lo cual supone un incremento en el valor de las indemnizaciones reconocidas por
el a quo, puesto que se trata de dos eventos que generan un dolor mayor a los
afectados, esto es, tanto de la pérdida de un ser querido, como de la imposibilidad de la
madre para concebir. En consecuencia, se concederán las siguientes indemnizaciones:
Para la señora (…) en su condición de lesionada y madre del niño: 140 smlmv. (…) Para
el señor (…) padre del niño y cónyuge de la lesionada: 120 smlmv. (…) Para la señora
(…) madre de la lesionada: 80 smlmv. (…) Para (…) hermano de la lesionada: 35 smlmv.
Respecto del reconocimiento de los perjuicios materiales, la Sala advierte que reposan en
el expediente las facturas que acreditan los siguientes gastos: (…) Hospitalización, sala
de cirugía, farmacia, médico de planta (…) Laboratorio clínico (…) Medicamentos y
material de cirugía (…) Servicios profesionales de ginecología y obstetricia (…) Servicios
profesionales de anestesiología (…) Honorarios médicos para el ayudante de cirugía: (…)
Estudios de patología (…) Teniendo en cuenta que los gastos relacionados anteriormente
ocurrieron en virtud de la histerectomía realizada a la señora (….) el 21 de enero de
1992, como consecuencia de la infección que, como se probó en el proceso, adquirió por
la falla en servicio en la que incurrió el hospital Calamar (Bolívar), al atender su parto el
4 de enero de 1992, encuentra la Sala que existe un nexo causal entre los gastos
irrogados y el daño causado a la paciente, lo cual es responsabilidad de dicha entidad
demandada; por tanto, se procederá a reconocer esos gastos como perjuicios materiales
en la modalidad de daño emergente. La Sala actualizará la suma.
El representante legal del hospital Calamar (Bolívar) o quien haga sus veces, ofrecerá a
la demandante, por escrito y dentro de los tres meses siguientes a la ejecutoria de esta
providencia, disculpas expresas y detalladas por las fallas en el servicio que conllevaron a
que perdiera su aparato reproductor.
Con el fin de garantizar que situaciones como las del sub judice no se repitan, el hospital
Calamar (Bolívar), dentro de los seis (6) meses siguientes a la notificación de la presente
sentencia, se encargará de adoptar las medidas necesarias para delinear y estructurar un
Protocolo de Atención en Salud de Niñas, Adolescentes y Mujeres con Perspectiva de
Género, el cual se implementará mediante la capacitación del personal médico, de
enfermería y administrativo, quienes garantizarán la eficaz y efectiva puesta en práctica
del Protocolo encaminado a asegurar: Que las niñas, adolescentes y mujeres recibirán
atención en salud oportuna acorde con su edad, identidad de género, condición
económica y educacional, etnia, discapacidad física o psíquica. De esta suerte, se
adoptarán las medidas de orden administrativo y médico para conferirles un trato
equitativo efectivo y no discriminatorio, sin someterlas a cargas burocráticas innecesarias
o a la dilación injustificada de la prestación del servicio. Que las niñas, adolescentes y
mujeres en estado de embarazo, víctimas de violencia sexual o de violencia intrafamiliar
o las que aquejen situaciones relacionadas con sus órganos reproductivos serán
informadas de los tratamientos, procedimientos o medicamentos que, en cada situación
concreta, sea dable aplicar, velando porque la salvaguarda de los derechos reconocidos
en nuestro ordenamiento jurídico por vía constitucional, legal o jurisprudencial esté
precedida de su consentimiento libre, autónomo y suficientemente informado y que no se
las someterá a obstáculos injustificados, prohibidos por el ordenamiento jurídico. Que la
atención prestada a las niñas, adolescentes y mujeres se encaminará a garantizar la
integralidad del servicio como uno de los elementos definitorios del derecho
constitucional fundamental a la salud.
CONSEJO DE ESTADO
05001-23-26-000-1990-05197-01
19939
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : LEY 1448 DE 2011 - ARTICULO 143 / LEY 448 DE 2011 -
ARTICULO 144
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NORMA DEMANDADA :
FECHA : 27/09/2013
SECCION : SECCION TERCERA SUBSECCION B
PONENTE : STELLA CONTO DIAZ DEL CASTILLO
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : FABIOLA LALINDE DE LALINDE Y OTROS
DEMANDADO : MINISTERIO DE DEFENSA - EJERCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCION DE REPARACION DIRECTA - Por desaparición, tortura y muerte de
estudiante universitario / JUEZ DE CONVENCIONALIDAD - Se impone en razón a la
fuerza vinculante de los tratados de derechos humanos cuyo objetivo es la protección de
derechos constitucionales fundamentales en concordancia con la Convención
Interamericana de Derechos Humanos
Para decidir se considera que los obstáculos de orden institucional y no institucional que
suelen enfrentar las víctimas de graves violaciones de derechos humanos y del D.I.H.
obligan a la Sala a actuar en ejercicio de sus atribuciones como juez de
convencionalidad. En reciente pronunciamiento se refirió la Sala a este instituto jurídico
que se impone en razón a la fuerza vinculante de los tratados de derechos humanos –tal
como lo prescribe el art. 93 superior– y cuyo objetivo se centra en que el sentido y
alcance de la protección de los derechos constitucionales fundamentales sea fijado en
concordancia con lo establecido por la Convención Interamericana de Derechos
Humanos, teniendo en cuenta no solo lo dispuesto en el tratado, sino la interpretación
que del mismo ha hecho la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
las víctimas de graves violaciones de los derechos humanos y/o del derecho internacional
humanitario, siendo el delito de desaparición forzada quizá uno de los que más afectan
todas las dimensiones de la vida: la dignidad, la integridad física, psíquica y emocional;
la honra y el buen nombre de quienes se convierten en víctimas directas o indirectas del
mismo. Como ya arriba se indicó, desde muy temprano, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos delineó los rasgos característicos del delito de desaparición forzada y
en desarrollo de su jurisprudencia ha hecho prevalecer los derechos de las víctimas de
este delito atroz a la justicia, a la verdad y a la reparación integral.
Cuando de reparar delitos de lesa humanidad como la desaparición forzada se trata, los
principios de justicia, de verdad y de reparación integral han sido catalogados por la
jurisprudencia interamericana –de lo que ha hecho eco la jurisprudencia constitucional–,
como derechos fundamentales que rigen en virtud del ius cogens, por lo que no cabe
alegar obstáculos de orden normativo interno para abstenerse de protegerlos. Es claro
que no podría entenderse cumplido el deber de garantizar verdad, justicia y reparación
integral frente a las víctimas de graves violaciones de los derechos humanos y/o del
derecho internacional humanitario –como sucede con el delito de desaparición forzada–,
si no se examinan las circunstancias del caso concreto a la luz del principio de equidad lo
que impone simultáneamente aplicar criterios tales como el de buena fe, favor debilis y
el de efectividad de la indemnización integral.
Una vez comprobada fehacientemente la existencia del daño antijurídico –se destaca–,
para fijar el quantum de la indemnización debe analizarse el caso concreto a la luz del
principio de equidad. Y, siempre que esto suceda de manera razonable, proporcionada así
como suficientemente sustentada, ha de tomarse en cuenta la prueba circunstancial y a
ella deben sumarse, si es el caso, los indicios y las presunciones en la medida “que de
[su aplicación] pueda inferirse conclusiones consistentes sobre los hechos”. Todo lo
anterior bajo estricta consideración de los principios de buena fe, favor debilis y
efectividad de la indemnización integral. Con todo, una muestra ilustrativa de que la
aplicación del principio de equidad no puede hacerse equiparable a un fallo sin pruebas
es lo consignado en la sentencia en la que se sienta un precedente en relación con la
condena de perjuicios materiales en equidad y, en consecuencia, se flexibiliza el estándar
probatorio. (…) Puestas las cosas en los términos anteriormente señalados y tratándose,
como en el presente caso, del deber de reparar integralmente a víctimas de graves
vulneraciones de derechos humanos y/o del derecho internacional humanitario, sean
directas o indirectas, resulta indispensable aplicar el principio de equidad y, en
consecuencia, flexibilizar el estándar probatorio. Es que las víctimas de graves
violaciones de derechos humanos, en un caso como el presente –en el que, además,
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El señor Luis Fernando Lalinde Lalinde fue retenido, torturado, denigrado en su integridad
física, síquica y emocional de manera por entero arbitraria, desproporcionada, abusiva e
incompatible con el respeto por la dignidad humana; se le dio muerte y fue enterrado en
lugar desconocido.
Además de que lo ocurrido resulta imputable a integrantes del Ejército Nacional, las
entidades estatales que conocieron del caso omitieron adelantar acciones para buscar al
desaparecido y entregar el cadáver de la víctima a sus familiares, así como se
abstuvieron de tomar las cautelas indispensables para obtener la verdad de los hechos y
sancionar a los responsables. Aunado a lo expuesto, se comprobó que personal
perteneciente al Ejército Nacional, en lugar de facilitar el hallazgo de los restos,
obstaculizó la búsqueda emprendida por sus familiares e hizo caso omiso de las múltiples
solicitudes dirigidas al gobierno nacional por la familia Lalinde. Primeramente, porque se
negaron a revelar el lugar y la razón de detención del joven y, posteriormente, en
cuanto, al establecerse que el cadáver podía coincidir con el de “alias Jacinto” no
colaboraron con el reconocimiento. Esto es así, porque: a) la identidad inicialmente no
pudo ser confirmada, dado el avanzado estado de descomposición del cadáver, al
momento de efectuarse la primera exhumación para realizar la necropsia y b) enterrado
nuevamente, lo fue en lugar desconocido, tanto así, que al Juzgado 13 de Instrucción
Criminal de Medellín, comisionado para adelantar la investigación respectiva, no le fue
factible practicar una nueva diligencia de exhumación “por falta de colaboración para
indicar el lugar donde fueron enterrados los restos, por parte de la Justicia Penal Militar,
más exactamente por las personas que intervinieron en la diligencia de Exhumación y
Necropsia llevada a cabo por el Juzgado 121 de Instrucción Penal Militar el 21 de
noviembre de 1984”.
Trascurridos más de 5 años, la familia Lalinde –sin apoyo estatal alguno–, pudo por fin
hallar los restos del hijo y hermano –en total sesenta y nueve huesos–, enterrados
debajo de las raíces de un árbol. Sin embargo, el sufrimiento padecido no paró ahí:
todavía tendrían la madre, hermana y hermanos de Luis Fernando que enfrentar el
análisis genético de los restos encontrados, pues un examen inicial de los mismos,
efectuado por la Universidad Nacional, dio resultado negativo sobre el parentesco. La
familia no renunció a su propósito sino que controvirtió el resultado, sometiendo los
restos al examen de A.D.N. Para el efecto, aceptó el ofrecimiento de su práctica gratuita
de la profesora Mary-Claire King quien concluyó que los restos correspondían al joven
Luis Fernando Lalinde Lalinde, con una probabilidad del 99.99 por ciento. Finalmente, el
18 de noviembre de 1996 en Armenia, Quindío, siendo las 10:A.M mediante acta
expedida por la Octava Brigada, los restos de Luis Fernando Lalinde Lalinde fueron
entregados a su madre, a su hermana y a sus hermanos.
En el marco de una reparación integral como la que en este fallo habrá de decretarse, se
reconocerá el daño y se dispondrá a título de repetición que se investigue y, de ser
posible, se sancione a los responsables –si todavía no se lo ha hecho–. Lo anterior, en
cuanto la reparación integral no solo por la reparación pecuniaria sino, también, porque
se sancione a quienes obrando en calidad de actores intelectuales o materiales toleraron
o propiciaron las conductas gravemente vulneradoras de los derechos constitucionales
fundamentales. Por ese motivo en la parte resolutiva del presente proveído se
compulsará copias a la Fiscalía General de la Nación y a la Procuraduría General de la
Nación para lo de su competencia.
Ello es así por cuanto con el incidente de reconstrucción del expediente se recuperaron
en el plenario los documentos aportados por la parte demandante que se habían
extraviado y debido a que con sustento en los mismos resulta preciso identificar la
cuantía de los gastos realizados por la parte demandante, relacionados todos ellos, de
manera clara y directa con: i) encontrar al hijo y hermano Luis Fernando; ii) esclarecer
los hechos y determinar los motivos de su desaparición; iii) fijar las responsabilidades de
orden penal, civil, disciplinario y administrativo del caso y iv) obtener justicia, verdad y
reparación integral, encuentra la Sala que amerita proferir una condena en concreto. Con
todo, en aquellos aspectos que adolecen de soporte suficiente se aplicará el principio de
equidad de modo que se asegure que la reparación integral será eficaz.
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Con referencia a los gastos que se relacionarán a continuación y a partir de los cuales se
liquidarán los perjuicios materiales en su modalidad de daño emergente, debe advertir la
Sala que algunos carecen de soporte –tal es el caso de los tiquetes aéreos o de los
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Estima la Sala que –aunque dicha cuenta no ha sido pagada, toda vez que la parte
demandante no contaba ni cuenta con los recursos para cancelarla–, este gasto se causó
y no solo se relaciona directamente con las actuaciones adelantadas en el ámbito
nacional e internacional para ubicar los restos de Luis Fernando Lalinde, sino que
significó un aporte crucial en la recuperación de los mismos, tanto como en el análisis
genético llevado a cabo para obtener su plena identificación y rescatarlo por fin –tras
más de once años de incesante búsqueda– del anonimato en el que el delito de
desaparición forzada lo sumió al serle gravemente arrebatada su existencia –física y
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Sobre el perjuicio patrimonial causado porque la señora Fabiola Lalinde de Lalinde dejó
de recibir parte de lo que ordinariamente recibía, en razón de que debió retirarse de la
empresa donde trabajaba para emprender la búsqueda de su hijo, estima la Sala que
existen suficientes elementos para establecer que la pérdida ascendió al 25% del total
del salario. Esto porque a partir de su retiro –15 de enero de 1989–, si bien recibió de
Cadenalco una pensión anticipada, ésta representó el 75% de lo devengado. Liquidación
que comprenderá hasta el 5 de mayo de 1992, cuando comenzó a disfrutar de su
pensión. (…) se trata de reconocer el daño emergente consolidado, sin que proceda
liquidar un futuro relacionado con el monto de la pensión, como lo inquiere la actora,
pues su monto fue fijado por el ISS, teniendo como base el monto de las cotizaciones
durante los 10 años anteriores a la causación de la prestación, sin relación alguna con i)
la desaparición de su hijo y su afán por encontrarlo; ii) esclarecer los hechos y
determinar los motivos de su desaparición; iii) fijar las responsabilidades de orden penal,
civil, disciplinario y administrativo del caso y iv) obtener justicia, verdad y reparación
integral.
Debe resaltar la Sala, en este lugar, lo afirmado arriba cuando se dijo que aquello hoy
ampliamente conocido con el mote de reparación integral, constituye un derecho
fundamental de las víctimas de graves violaciones de los derechos humanos y/o del
derecho internacional humanitario y una obligación de obligatorio cumplimiento –ius
cogens–, cuando quiera que se constate la comisión de un delito de lesa humanidad
como lo es la desaparición forzada. (…) En pocas palabras, la reparación, cuando de
casos de grave desconocimiento de derechos humanos y/o del derecho internacional
humanitario se trata, hace relación a un grupo de medidas que se encaminan a “lograr
que las víctimas reciban una respuesta o reparación integral y a establecer [un conjunto]
de medidas para garantizar el fin de las atrocidades y prevenir o evitar que estas se
vuelvan a cometer”. Para efectos de determinar los alcances de la reparación integral en
el asunto de la referencia, la Sala tendrá en cuenta la Resolución 60/147 del 21 de marzo
de 2006, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Este documento –
que ha sido acogido por la Corte Interamericana de Derechos Humanos y se ha
proyectado asimismo sobre la jurisprudencia sentada por la Corte Constitucional y por el
Consejo de Estado–, contiene los principios y directrices básicos en la materia. Debe
tomarse nota, que estos principios fueron inicialmente propuestos por Theo van Boven y
M. Cherif Bassiouni y constituyen pautas orientadas a garantizar una reparación
adecuada, efectiva, rápida así como proporcional a la gravedad de las violaciones y al
daño sufrido, teniendo en cuenta elementos tales como i) la restitución; ii) la
indemnización; iii) la rehabilitación; iv) la satisfacción y v) las garantías de no repetición.
En el sub lite los daños ocasionados fueron múltiples y de profundo calado por lo que la
reparación debe ser enfocada con una mirada amplia capaz de captar todas las
dimensiones existenciales comprometidas, tanto desde el punto de vista personal, como
desde la perspectiva social y desde la óptica institucional. (…) el Estado ha de servir de
apoyo a las víctimas en aquello que sea imperioso para la recuperación de la autoestima
y de la confianza en la sociedad y en las instituciones, de modo que estén en capacidad
de emprender un proyecto de vida propio. El Estado debe, a un mismo tiempo,
encargarse de asegurar que los hechos desconocedores de los más básicos principios de
humanidad no serán olvidados y que se adoptarán las medidas idóneas para evitar que
en el futuro se repitan.
Encuentra la Sala que una manera de resarcir en algo todo este sufrimiento extendido a
través del tiempo, consiste en reconocer en esta sentencia a favor de la señora Fabiola
Lalinde de Lalinde, el derecho a recibir, si ella así a bien lo tiene, la atención médica en
salud, a cargo de la Nación Ministerio de Defensa, para lo cual será incluida en el servicio
que el Ejército Nacional presta a los oficiales de la más alta graduación.
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CONSEJO DE ESTADO
25000-23-26-000-2012-00537-01
45092
AUTO
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 2 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 90 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 93 / LEY 288 DE 1996
- ARTICULO 2 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 136 NUMERAL 8
/ CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO - ARTICULO 86 / CONVENCION AMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 2 / CONVENCION AMERICANA DE DERECHOS
HUMANOS - ARTICULO 8 / CONVENCION SOBRE IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LOS
CRIMENES DE GUERRA Y CRIMENES DE LESA HUMANIDAD DE 1968 / CONVENCION
INTERAMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 8 / CONVENCION AMERICANA
DE DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 25 / CONVENCION INTERAMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTICULO 8 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 9 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 53 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 93 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 94 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 102 /
CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 164 / CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 214
/ CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 28 / CODIGO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
- ARTICULO 136 NUMERAL 8 / CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA - ARTICULO 228
/ CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA - ARTICULO 229 / CONSTITUCION POLITICA
DE COLOMBIA - ARTICULO 90
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 17/09/2013
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : TERESA DEL SOCORRO ISAZA DE ECHEVERRY Y OTROS
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actos. (…) En este orden de ideas, en el presente caso (…) [se] encuentra que obra un
pronunciamiento expreso de la Sala Penal del Tribunal Superior de Distrito Judicial de
Bogotá, auto de 8 de septiembre de 2010, (…) En esta decisión (…) califica las muertes
ocurridas como delitos de lesa humanidad, (…) En atención al anterior pronunciamiento
judicial en sede penal (…) el Despacho revocará la decisión (…) de rechazar la demanda
por caducidad de la acción y dispondrá, en su lugar admitirla para su trámite ante el a-
quo, dado que satisface los requisitos formales de los artículos 137 y 139 del Código
Contencioso Administrativo.”
al delito de lesa humanidad para calificar así ciertas conductas delictivas de las que ha
conocido en el ejercicio de su función judicial, poniendo de presente la alta gravedad de
tales infracciones así como su caracterización a partir de dos (2) efectos que se causan
con su comisión (un daño directo y otro por representación); igualmente señala que pese
a no estar consagrado en la legislación penal colombiana (…) el delito de lesa humanidad
puede ser imputado dado que por vía del bloque de constitucionalidad la normativa
internacional que lo consagra se entiende incorporada al ordenamiento jurídico local, (…)
también destaca el hecho de que la acción penal que se adelante por este crimen goza
de imprescriptibilidad, (…) y por último, pone de presente, conforme al precedente
interamericano y regional, la imposibilidad de suscribir leyes de amnistías o de punto
final respecto de estas conductas reprobadas. (…) Aun cuando en un principio se exigía
su conexidad con crímenes de guerra o contra la paz, esta condición ha ido
desapareciendo”; después, la Corte reseñó históricamente los eventos en que se ha
intentado atribuir responsabilidad penal por la comisión de este delito, para luego afirmar
que actualmente “Respecto de estas conductas existe consenso sobre su carácter de
normas de ius cogens.”. Por otro tanto, en lo que corresponde al ordenamiento jurídico
colombiano, indicó que, en virtud de los tratados internacionales suscritos por nuestro
país, es claro que hace parte del consenso internacional comprometido con la lucha
contra la impunidad de las conductas más graves que atentan contra los Derechos
Humanos. En lo que corresponde al Consejo de Estado, fungiendo como Tribunal
Supremo de lo Contencioso Administrativo, es menester señalar que ha aludido en
ocasiones al delito de lesa humanidad sin ahondar en los elementos contextuales
necesarios para su configuración. De tales decisiones vale traer a colación lo afirmado en
un voto disidente en donde se trató el tema de la caducidad de la acción cuando se
presenta un delito de lesa humanidad; allí se sostuvo que no podía invocarse la regla
interna de caducidad de la acción para conocer del asunto, tal como lo resolvió en esa
oportunidad la postura mayoritaria, pues esto desconocería compromisos internacionales
en materia de Derechos Humanos. Por otra parte, se resaltó que la imprescriptibilidad de
la acción de reparación directa derivada de un delito de lesa humanidad no vulnera el
orden público ni la seguridad jurídica, pues, antes que nada, se estarían realizando los
postulados de la Carta Constitucional.
El Despacho entiende los crímenes de lesa humanidad como aquellos actos ominosos que
niegan la existencia y vigencia imperativa de los Derechos Humanos en la sociedad al
atentar contra la dignidad humana por medio de acciones que llevan a la degradación de
la condición de las personas, generando así no sólo una afectación a quienes físicamente
han padecido tales actos sino que agrediendo a la conciencia de toda la humanidad.
Conforme a esta definición y los abundantes precedentes jurisprudenciales, dos son las
características principales que se pueden destacar del delito de lesa humanidad: su
autonomía frente a otros crímenes, especialmente aquellos de guerra y su
imprescriptibilidad en tanto que participa de la categoría de delito internacional. En
cuanto a lo primero, valga señalar que, (…) el delito de lesa humanidad no requiere, para
su configuración, que se ejecute dentro de un contexto de un conflicto armado
internacional o interno, basta, a diferencia del crimen de guerra, que se compruebe la
configuración de una modalidad específica de ejecución cual es en el marco de una
actuación masiva o sistemática. En cuanto a la segunda característica, la
imprescriptibilidad, (…) de los delitos de lesa humanidad, (…) reviste la connotación de
ser una norma de ius cogens, de manera que aunque el estado chileno, demandado en el
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caso, no había suscrito tal tratado, éste le resultaba aplicable, por ser disposición de
derecho público internacional inderogable por parte de los Estados. En consecuencia,
pese a que no se haya ratificado la Convención sobre la imprescriptibilidad de estos
delitos internacionales, conforme al razonamiento de la Corte Interamericana de
Derechos Humanos, es claro que ello resulta intrascendente dado que por ser norma de
ius cogens y por operar el principio de humanidad la misma está inmersa y presente
dentro del derecho internacional público consuetudinario y es de imperiosa observancia
por parte de los Estados, siendo nulo cualquier tratado internacional encaminado a
desconocerla. Por otro tanto, el Despacho advierte que la configuración de un acto de
lesa humanidad no se agota simplemente en la ocurrencia de alguna de las conductas
puntualmente tipificadas como tal (…), pues se trata de delitos comunes reconocidos de
antaño por las disposiciones penales en el derecho interno, sino que es exigencia sine
qua non acreditar los elementos contextuales que cualifican y hacen que tal crimen
derive en uno de lesa humanidad, a saber: que se ejecute i) contra la población civil y ii)
en el marco de un ataque generalizado o sistemático. (…) El anterior recuento lleva a dos
conclusiones sobre este tema, la primera de ellas es que la responsabilidad del Estado en
casos en donde se alegue la configuración de supuestos de hecho propios de una
conducta constitutiva de lesa humanidad no supone, ni puede suponer, que sea a partir
de las categorías jurídicas del derecho penal que se adelante el juzgamiento del Estado
sobre su presunta responsabilidad. Por el contrario, queda claro que el parámetro
normativo que guía tal juicio está determinado por la normativa internacional y la
nacional en torno a los Derechos Humanos; (…) Esto conduce a la segunda conclusión,
según la cual no se genera impedimento alguno cuando se trate de juzgar la
responsabilidad del Estado por los daños antijurídicos que se han causado por la
comisión de uno de los denominados crímenes internacionales, entre ellos el de lesa
humanidad, en relación con la responsabilidad individual de un sujeto, pues, quedó
suficientemente acreditado que se trata de responsabilidades de diferente connotación
que corren paralelas, de manera que si se ha decretado la responsabilidad penal de un
individuo por la comisión de una conducta de lesa humanidad que se basa en la ofensa
grosera a la normativa y jurisprudencia internacional sobre la materia, nada impedirá
que se adelante un juicio de responsabilidad del Estado, en donde se determine si existió
un incumplimiento de los deberes normativos a cargo del Estado, en virtud de su
posición de garante.
FALLO - Delitos de lesa humanidad. Alcance del fallo, valoración jurídica en el caso
concreto, excepción de inconstitucionalidad / EXCEPCION DE INCONSTITUCIONALIDAD -
Artículo 136 numeral 8 del CCA
caducidad.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-2000-00136-01
27346
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 12/08/2013
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : TERESITA DE JESUS CAICEDO CASTRO Y OTRO
DEMANDADO : NACIÓN - CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA - RAMA JUDICIAL Y
OTRO
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
muerte de funcionario público por disparos con arma de fuego propiciado por grupo
guerrillero / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO POR DAÑOS A
SERVIDORES PÚBLICOS - Declara probada. Régimen de imputación: Falla del servicio /
FALLA DEL SERVICIO - Por el incumplimiento a los deberes normativos de protección y
de seguridad de los funcionarios / PRINCIPIO DE SEGURIDAD - Soldado / AGENTE
ESTATAL - Deber estatal de protección de su integridad física y su vida
[D]entro del caso sub examine la Sala reitera que el Consejo Superior de la Judicatura
incumplió con sus deberes normativos de protección y seguridad frente a sus
funcionarios, actuación que evidentemente contribuyó en la concreción del daño, de
manera que la falta de eficiencia en la seguridad prestada por la Policía Nacional al Juez
(…), no fue un hecho exclusivo en la producción del daño y, es evidente, que tampoco
fue imprevisible para la entidad demandada quien estaba perfectamente enterada de las
amenazas y riesgos a que se encontraba sometida la vida y la integridad física del
mencionado Juez desde el año 1994, fecha en que el funcionario informó de las primeras
amenazas, ameritando por este solo hecho la adopción de medidas inmediatas y de
mayor de mayor envergadura para preservar su vida (…). En consecuencia, la Sala
procederá a declarar la responsabilidad del Consejo Superior de la Judicatura a título de
falla del servicio por omisión de su deber normativo de coadyuvar a la protección de sus
funcionarios, toda vez que no demostró la adopción de medidas suficientes tendientes a
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la protección del Juez de la República, como servidor público que administra justicia, ni
causal eximente de responsabilidad por los hechos antes descritos (…). Por consiguiente,
la Sala modificará la sentencia del Tribunal de instancia, y accederá parcialmente a las
pretensiones de la demanda.
CONSEJO DE ESTADO
19001-23-31-000-1998-00242-01
26250
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCION POLITICA - ARTICULO 90 / CONSTITUCION
POLITICA - ARTICULO 90
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 24/07/2013
SECCION : SECCION TERCERA
PONENTE : ENRIQUE GIL BOTERO
ACLARACION DE VOTO
ACTOR : JAIRO APONZA GUAZA Y OTROS
DEMANDADO : INSTITUTO NACIONAL PENITENCIARIO Y CARCELARIO -INPEC-
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DECISION : ACCEDE
TEMA : DAÑO ANTIJURIDICO - Recluso con síndrome orgánico o TEC causado por golpe
en la cabeza / DAÑO ANTIJURIDICO - Recluso con síndrome esquizofreniforme / DAÑO
ANTIJURIDICO - Configuración
De acuerdo con el acervo probatorio que obra en el proceso se tiene que Jairo Aponza
Carabalí se le diagnosticó síndrome Esquizofreniforme y posteriormente esquizofrenia
catatónica, con lo que se logra acreditar el daño como primer elemento estructural de la
responsabilidad. Analizados los medios probatorios allegados al expediente,
concretamente lo señalado en la historia clínica y el dictamen de la Junta de Calificación
de Invalidez, se concluye como verdad apodíctica que el síndrome orgánico o TEC
padecido por Jairo Aponza Carabalí se derivó inexorablemente de un golpe en la cabeza.
Si bien la causalidad y la imputación son dos categorías diferentes, por cuanto la primera
hace alusión a las ciencias del ser, cuyo objeto es la naturaleza, y la segunda a las
ciencias del deber ser, cuyo objeto es el derecho, -categorías que se traducen bajo la
forma de juicios hipotéticos estableciendo una relación entre una condición y una
consecuencia-, no debe olvidarse que cualquier tipo de análisis de imputación, supone,
prima facie, un estudio en términos de atribuibilidad material a partir del cual se
determina el origen de un específico resultado que se adjudica a un obrar –acción u
omisión-(…) el dualismo entre la naturaleza como orden causal y la sociedad como orden
normativo, se rige por los principios específicos, en palabras de Kelsen, en uno y otro
caso, se rigen por los principios de la necesidad (del ser) y el de la libertad (del deber
ser), de tal suerte que aunque la causalidad material, difiere de la atribuibilidad material,
por cuanto la primera pertenece al concepto o posibilidad de referir un acto a la conducta
humana, que es lo que se conoce como imputación, y la segunda a una forma de
conocimiento natural que busca una explicación de los fenómenos, es necesario recordar
que cualquier tipo de análisis de imputación, parte de la base de un estudio en términos
de atribuibilidad material, aspecto este que es necesario dilucidar, de conformidad con
los elementos suasorios, en el asunto sub examine.
Existen suficientes elementos suasorios que permiten concluir que, en el caso concreto,
no hay forma de escindir la actuación de la administración con la ocurrencia del daño
antijurídico sufrido directamente por uno de los demandantes, máxime si en términos de
probabilidad determinante,, según lo especificado por el médico de la Junta de
Calificación, la afectación mental pudo derivarse, además de un golpe, por un estrés
agudo, o una personalidad premórbida, pero aún, en cualquiera de los eventos, no cabe
duda de que el trauma ocasionado en la humanidad de Jairo Aponza Carabalí, constituyó
un elemento de naturaleza suficiente que desencadenó el síndrome sufrido por éste, con
mayor razón si se sabe que, con anterioridad a su reclusión, no padecía del mismo. Más
aún, debe recordarse que la jurisprudencia vernácula ha admitido la existencia de
instrumentos de aligeramiento, inclusive de la prueba de la imputación fáctica, tales
como la probabilidad preponderante y la regla res ipsa loquitur, entre otros, el primero
basado en un criterio de evidencia, y el segundo en la magnitud y desproporción del
daño irrogado, que tornan innegable e incuestionable que éste tuvo su génesis en el
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APLICACION DEL REGIMEN OBJETIVO O SUBJETIVO - Es requisito sine qua non que la
parte actora demuestre plenamente la ocurrencia del daño antijurídico / REGIMEN
OBJETIVO Y SUBJETIVO - Diferencias
En esta lógica y orden de pensamiento, para la Sala es claro que el asunto sub examine
debe analizarse desde la perspectiva del título de imputación subjetivo, toda vez que el
supuesto fáctico que se debate se enmarca en la hipótesis de la falla del servicio, pues
conforme a las pruebas allegadas al proceso, está demostrado que en el presente caso,
el Inpec, no solo, incumplió con su deber de protección del sujeto en relación de especial
sujeción con el Estado en su condición de recluso, sino que, transgredió abiertamente las
conductas prohibidas antes descritas, al discriminar, maltratar verbalmente y golpear
brutalmente al interno. Sobre el particular, resulta oportuno destacar que los miembros
de la fuerza pública deben ceñirse estrictamente a los parámetros y postulados fijados
por la Carta Política, ya que cualquier distorsión o trasgresión de ese conjunto de
principios, valores y derechos contenidos a lo largo del ordenamiento jurídico, sin
importar cuál sea el propósito con que subjetivamente se actúe, se traduce en uno de los
peores crímenes o delitos reprochados por la humanidad, como en efecto ocurrió en el
asunto sub judice, en el que los guardianes del Inpec, infligieron, intencionalmente a la
víctima, padecimiento físico y psicológico, esto es, ejecutaron en su contra actos de
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La tortura hoy por hoy constituye una grave transgresión a los derechos humanos, y ha
sido rigurosamente condenada por el derecho internacional, particularmente en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos –DUDH-, estableciéndose en el artículo
5º que "Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes”. Dentro de este mismo proceso de internacionalización y positivización de
los derechos humanos la Asamblea General de las Naciones Unidas, a fin de superar la
dificultad que presentaba la carencia de fuerza vinculante (obligatoria) para los Estados,
de la declaración de derechos, intentó la adopción de diversos pactos internacionales,
entre ellos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos –PIDCP-, consagrándose
en el artículo 7º, la prohibición antes enunciada, y adicionalmente estableciéndose que
en particular, nadie sería sometido sin su libre consentimiento a experimentos médicos o
científicos, aludiéndose tácitamente con ello, a la barbarie del nazismo. En el ámbito del
Consejo de Europa también se elaboró un convenio para la protección de los derechos
humanos y libertades fundamentales, en armonía con lo estatuido en la Declaración
Universal de la O.N.U de 1948, y aunque su artículo 3º básicamente reitera lo normado
en el artículo 5º de la Declaración Universal de Derechos Humanos y en el artículo 7º del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el convenio introdujo novedosamente,
la posibilidad de que los particulares que se consideraran víctimas de una violación, como
la tortura, quedaran legitimados para acudir al organismo por él mismo creado. En el
mismo sentido, con el propósito de asegurar la protección de los sujetos de derecho
frente a los abusos, las Naciones Unidas ha desarrollado, a través de los años,
estándares universalmente aplicables; así, el 10 de Diciembre de 1984, la Asamblea
General adoptó la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles,
Inhumanos o Degradantes, definiendo aquella, como cualquier acto por el cual se
ocasiona intencionalmente a una persona implacable dolor o sufrimiento, físico o mental,
a fin de obtener información o una confesión de ella o de un tercero, o de castigarla por
un acto cometido por ella o por un tercero, o intimidar o coaccionarla por cualquier
motivo basado en cualquier tipo de discriminación, cuando tal dolor o sufrimiento sea
infligido por o a instancias de o con el consentimiento de un funcionario público u otra
persona que actúe con carácter oficial.(…) Además de lo expuesto, la Convención
especifica que los Estados signatarios prohibirán la tortura en sus legislaciones
nacionales, indicando que estos deberán tomar las medidas legislativas, administrativas,
judiciales o de cualquier otra índole, que sean eficaces para impedir los actos de tortura
en todo territorio que esté bajo su jurisdicción, denotando explícitamente que en ningún
caso podrá invocarse una orden de un funcionario superior o una circunstancias
excepcional que sirva de justificación a la misma. (…) el derecho internacional prohíbe
inequívocamente la tortura en diversos instrumentos de Derecho Internacional
Humanitario (DIH) y de Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DDHH),
prohibición que ha logrado el estatus de ius cogensn tanto que su proscripción constituye
una norma imperativa que ningún Estado, bajo cualquiera que sea el esquema de
argumentación jurídico-político, puede enervar.
Así, cuando es el mismo Estado –entidad que detenta el uso legítimo de la fuerza–, quien
a través de sus miembros activos emplea sus medios e instrumentos para cercenar,
aniquilar y desdibujar las garantías fundamentales del ser humano, se quebranta el
principio basilar del Estado Social de Derecho, esto es, la dignidad humana, y ello se
presta para definir a la organización pública como ilegítima, ya que actúa en contra de
los propios mandatos trazados por el constituyente primario y directo detentador de la
soberanía y del poder político. (…) nada resulta más perverso y oprobioso que el empleo
de la fuerza pública y de los medios e instrumentos puestos a su servicio con fines
ajenos a la protección de los derechos de los asociados, máxime cuando su objetivo
constituye el desconocimiento y la supresión de las garantías fundamentales,
específicamente el derecho a la vida y a la integridad personal.(…) la dignidad de los
seres humanos, no puede considerarse como un concepto simplemente teórico, pues
precisamente su inclusión como principio y derecho, está encaminado a rescatar su
contenido y a su efectiva protección y respeto en todos los ámbitos, en otras palabras, el
respeto por la dignidad de las personas debe trascender a las letras que lo definen, y
llegar al plano práctico en el que en la interacción de los hombres, cada uno sea capaz
de reconocer la dignidad del otro por el simple hecho de ser hombre, sin importar las
circunstancias que los rodeen.
El derecho a un trato digno acompaña a todos los seres humanos en cada una de las
circunstancias y facetas en las que se encuentre, es una condición que no lo abandona,
máxime cuando es privado de la libertad, circunstancia esta última en la que le
corresponde al establecimiento penitenciario velar por el trato digno a los reclusos, ya
que éstos se encuentran en situación de dependencia de quienes deben velar por ellos, y
no constituye, desde luego, una excepción al trato digno el hecho de estar purgando una
pena por un delito en un centro de reclusión. (…) se impone señalar que el Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario ha debido velar por un trato digno al recluso, que
implicaba una oportuna y adecuada prestación del servicio carcelario, lo que no acaeció,
toda vez que de conformidad con lo acreditado en el proceso, el afectado fue víctima de
maltrato físico y psicológico durante su detención, configurándose así el delito de tortura
prohibido por la Constitución y los Tratados Internacionales, como ya se indicó,
atentándose con ello contra la vida e integridad personal del lesionado; y aún cuando, en
el caso sub examine, con la misión de trabajo del Cuerpo Técnico de Investigación -
C.T.I.-, ordenada por la Unidad de Fiscalías Delegadas ante los Juzgados Penales
Municipales, no se logró determinar qué guardias participaron en las agresiones, debe
recordarse que esta Corporación en repetidas ocasiones ha indicado que la falla del
servicio es anónima, es decir, que para endilgar responsabilidad del ente público, no es
necesario identificar el agente que realizó la conducta antijurídica. (…) se encuentra
demostrada la falla de la administración, toda vez que frente a los hechos, se advierte de
inmediato que la demandada violó varias disposiciones del Código Penitenciario y
Carcelario, ocasionando el latente sufrimiento de que ha sido víctima Jairo Aponza
Carabalí. NOTA DE RELATORIA: Consultar sentencia de 31 de agosto de 1999, exp.
10865
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En relación con el perjuicio moral, la Sala de manera reiterada ha señalado que este tipo
de daño se presume en los grados de parentesco cercanos, puesto que la familia
constituye el eje central de la sociedad en los términos definidos en el artículo 42 de la
Carta Política. De allí que, el juez no puede desconocer la regla de la experiencia que
señala que el núcleo familiar cercano se aflige o acongoja con los daños irrogados a uno
de sus miembros, lo cual es constitutivo de un perjuicio moral. En ese orden de ideas,
habrá lugar a reconocer, vía presunción de aflicción, perjuicios morales a favor de los
demandantes que acreditaron el parentesco o un vínculo afectivo con Jairo Aponza
Carabalí. Así las cosas, se reconocerán este tipo de perjuicios para todos los
demandantes, previa aclaración de que conforme a lo expresado en sentencia del 6 de
septiembre de 2001, se ha abandonado el criterio según el cual se consideraba
procedente la aplicación analógica del artículo 106 del Código Penal de 1980, para
establecer el valor de la condena por concepto de perjuicio moral, y ha considerado que
la valoración del mismo debe ser hecha por el juzgador, en cada caso, según su prudente
juicio y con apoyo en el arbitrio juris, y ha sugerido la imposición de condenas por la
suma de dinero equivalente a cien (100) salarios mínimos legales mensuales, en los
eventos en que aquél se presente en su mayor grado.
Resulta lógico señalar que aunque Jairo Aponza Carabalí no sea consciente del perjuicio a
él causado por la entidad pública demandada, dada su condición de esquizofrénico, es
incuestionable que padeció un perjuicio inmaterial, que pertenece al ámbito interno, por
cuanto toda persona por el hecho de serlo, es un ser en sí mismo, y en esa perspectiva,
como sujeto, sin importar que exista una condición cerebral específica, nunca pierde su
condición de persona, en consecuencia, padece perjuicios que representan una aflicción
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 603/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
Debe indicarse que en los casos en que las lesiones revisten mayor gravedad, esto es
una incapacidad del 100%, se ha concedido por daño a la salud el equivalente a 400
salarios mínimos mensuales vigentes. Por lo tanto, aplicando una simple regla de tres, y
establecido que el porcentaje de incapacidad de Jairo Aponza Carabalí es del 64.85%, se
le reconocerá por este concepto el valor de 259,4 salarios de la misma índole,
respectivamente, por lo cual, el monto de la indemnización resulta proporcional con la
lesión sufrida, esto de conformidad con los parámetros jurisprudenciales que han sido
trazados sobre la materia, teniendo en cuenta la gravedad de la lesión y, por lo tanto, la
magnitud del perjuicio que supone una significativa variación en el estado de salud del
directamente afectado. NOTA DE RELATORIA: Unificación jurisprudencial sobre el daño a
la salud, consultar sentencias de 14 de septiembre de 2011, exps. 19031 y 38222.
Respecto a los parámetros de liquidación y valoración del daño a la salud, en cuanto a
sus objetivos –estático y subjetivo –dinámico y la aplicación del arbitrio juris, ver
sentencia de 28 de marzo de 2012, exp. 22163
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 604/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
CONSEJO DE ESTADO
66001-23-31-000-1999-00746-01
23135
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 23/05/2012
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : ARNULFO ANTONIO GRAJALES VALLEJO
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA - EJÉRCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. - Caso tortura a
ciudadano por miembros por miembros del Gaula, en el corregimiento El Siete y del
municipio de El Carmen de Atrato, Departamento del Chocó / TORTURA / FALLA DEL
SERVICIO - Po omisión de deberes normativos convencionales y legales de protección de
la vida y seguridad personal de la población civil / FALLA DEL SERVICIO - Uso
desproporcionado dela fuerza en operativo militar / AGENTE ESTATAL - Actuación
arbitraria / CAPTURA ILEGAL - Sin orden judicial o legal / CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD - Casos de violación de derechos humanos: Vulneración a los
derechos a la vida, libertad e integridad personal
trata, pues, de entender una responsabilidad ilimitada en cabeza del Estado, por el
contrario, se atiende por vía indiciaria a las circunstancias especiales que indicaban que
la víctima se enfrentó ante una amenaza irreversible e irreparable de vulneración de sus
derechos a la vida, libertad e integridad personal, no sólo en atención a los hechos
ocurridos el 15 de octubre de 1997, lo que denunció (…) [el señor] en su oportunidad,
sino también por las amenazas e intimidaciones de las que fue objeto posteriormente,
teniendo en cuenta, además su prematura muerte de la que esta Sala desconoce los
extremos fácticos. (…) Con base en los anteriores argumentos, la Sala revocara la
sentencia del a quo que denegó las pretensiones de la demanda, y declarara
administrativamente responsables a las entidades demandadas y, procederá a establecer
si cabe reconocer y tasar los perjuicios materiales y morales reclamados por el actor.
CONSEJO DE ESTADO
63001-23-31-000-1998-01000-01
18751
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO :
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 09/05/2012
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 607/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
En ese orden, huelga concluir que cuando se está ante casos de violación de derechos
humanos, se constituye una falla del servicio que compromete la responsabilidad de las
autoridades de la República por omisión en el acatamiento de las obligaciones normativas
que le impone la Constitución y el ordenamiento jurídico internacional especializado en la
materia y que hace parte del Bloque Constitucional. (…) Si bien no existe una prueba
directa que incrimine a la institución militar, los distintos indicios resultan contundentes
para imputar responsabilidad patrimonial a la administración, pues todos ellos convergen
a concluir que revisados la secuencia de los hechos, la continuidad de los mismos en un
periodo de tiempo determinado, el afán de inculpar a la víctima por lo sucedido bajo el
entendido de que era integrante de la guerrilla, la falta actividad probatoria, confirman
las imputaciones hechas por la parte actora respecto de los hechos. En consecuencia,
una valoración conjunta de todos los elementos de juicio genera una razonable certeza
en el juzgador para declarar la responsabilidad de la entidad demandada.
Adicionalmente, no hay nada que sugiera que los hechos tuvieron origen en una causa
extraña como el hecho de un tercero que dé lugar al rompimiento del nexo causal e
impida un juicio de responsabilidad frente a la Nación - Ministerio de Defensa Nacional –
Ejército Nacional por el desaparecimiento y posterior muerte del señor Bernardo de Jesús
Cano Rivera, hechos ocurridos el 20 de junio de 1997, en la finca la Sonora, Vereda
Cedral Bajo, Municipio de Génova - Quindío. NOTA DE RELATORÍA: Síntesis del caso. El
19 de junio de 1997, el Grupo Especial "Escorpión " del Batallón de Ingenieros No. 8
"Cisneros" de la ciudad de Armenia, adelantó un operativo militar denominado
“Cazador”; como consecuencia del mismo, llevaron a cabo la incursión en la la Finca "LA
SONORA", Vereda "Cedral Bajo", jurisdicción de Génova (Quindío), lugar donde
retuvieron a un ciudadano campesino. Según los hechos relatados en el proceso, el
ciudadano fue sacado del lugar y, posteriormente, le dieron muerte con arma de fuego
como supuesto integrante de grupo guerrillero.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-1999-00516-01
20227
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 2 / CONVENIO DE
GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 1568 / CÓDIGO CIVIL -
ARTÍCULO 1571 / CÓDIGO CIVIL - ARTÍCULO 2344
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 19/08/2011
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : LUZ DARY DÍAZ HIGUITA Y OTRO
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - POLICÍA NACIONAL
DECISION : ACCEDE PARCIALMENTE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede parcialmente. Caso
ciudadana sufre lesiones por ataque guerrillero / RESPONSABILIDAD
EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO POR DAÑOS CAUSADOS CON OCASIÓN DEL
CONFLICTO ARMADO - Declara probada. Régimen de imputación, falla del servicio /
FALLA DEL SERVICIO - Por el incumplimiento a los mandatos de defensa y seguridad por
parte de Policía Nacional / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas
convencionales de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario
La Sala llega, sin duda, a la conclusión que los indicios derivados del examen conjunto de
los medios probatorios allegados al proceso permiten establecer que el daño antijurídico
causado a [la demandante] es atribuible [fáctica y jurídicamente] a las entidades
demandadas a título de falla del servicio , por el incumplimiento a los mandatos de
defensa y seguridad de toda Estación de Policía sujeta a Manuales y Reglamentos
internos, que no fueron observados debidamente por el Comandante de la misma y del
propio esposo, agente de la fuerza pública, ya que no se acreditó por las entidades
demandadas que se haya adoptado algún control respecto a la presencia de la
mencionada señora durante el ataque del grupo armado insurgente, ni se investigó
disciplinariamente estos hechos, pese a haber incumplido reglas de seguridad, control y
vigilancia (…).Con base en los anteriores argumentos, la Sala revocara la sentencia del a
quo que denegó las pretensiones de la demanda y condenó en costas a los demandantes,
y declarara administrativamente responsables a las entidades demandadas.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-1998-00519-01
19772
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 1.1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 4 /
CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 27 NUMERAL 2 /
CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO
93 / CONSTITUCIÓN POLÍTICA - ARTÍCULO 216
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 08/06/2011
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : TELMO AVILES BONILLA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJÉRCITO NACIONAL
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 610/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso muerte de soldado
conscripto por ataque guerrillero / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL
ESTADO POR DAÑO CAUSADO A MIEMBROS DE LA FUERZA PÚBLICA - Muerte de soldado
conscripto / SOLDADO CONSCRIPTO - Declara probada. Entidad demandada no brindó
una intervención proporcionada y adecuada a las circunstancias riesgosas creadas por el
mismo / POSICIÓN DE GARANTE INSTITUCIONAL / CONTROL DE CONVENCIONALIDAD -
Aplicación de normas convencionales de Derechos Humanos y Derecho Internacional
Humanitario
La Sala llega a la conclusión que las entidades aquí demandadas son responsables
patrimonialmente de la muerte de (…), con fundamento en la indiscutible posición de
garante institucional que residía en dichas entidades, y como consecuencia directa de la
creación de la situación objetiva de riesgo , ya que como se dijo atrás, estaba llamado el
Estado a evitar los riesgos, debilidades y fallas que se cometieron en la Base Militar de
Las Delicias, que permitió el ataque guerrillero, con el resultado funesto y desafortunado
para la familia del joven (…) y de todos los que resultaron víctimas del mismo, quienes
debieron ser amparados como ciudadanos-soldados en sus derechos fundamentales y
humanos. Fue, por lo tanto, la omisión protuberante, ostensible, grave e inconcebible del
Estado de la que se desprende la responsabilidad por el resultado dañoso de los
demandantes, quien estaba en la obligación de ofrecer, por lo menos, una intervención
proporcionada y adecuada a las circunstancias riesgosas creadas por el mismo, como se
constató al afirmarse la inconveniencia de la existencia en ese lugar de la Base Militar
(…). En consecuencia, la Sala revocará la sentencia del Tribunal de instancia, y en su
lugar accederá a las pretensiones de la demanda.
Dentro de este marco, cabe examinar cómo el precedente de la Sala viene dando
tratamiento a la responsabilidad patrimonial por los daños sufridos por quienes prestan
el servicio militar obligatorio, o por aquellos que lo prestan voluntaria o
profesionalmente. En cuanto al régimen aplicable por los daños sufridos por quienes
prestan el servicio militar obligatorio, se ha venido encuadrando en un título de
imputación objetivo, bien sea el daño especial, o el riesgo excepcional. La premisa de la
que se parte es que se produce la ruptura del principio de igualdad en la asunción de las
cargas públicas, teniendo en cuenta que el ingreso a la fuerza pública ocurre en razón del
acatamiento del mandato constitucional previsto en el artículo 216 de la Carta Política.
Cuando se trata de personal que voluntaria o profesionalmente ingresa a los cuerpos o
fuerzas de seguridad del Estado, el régimen aplicable varía y se encuadra en la falla del
servicio debido a que la conducta haya sido negligente o indiferente, de tal manera que
se deja al personal expuesto a una situación de indefensión.
[S]olicitar que el estado por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores, en virtud
de las normas de la Convención Americana de Derechos Humanos, del Estatuto de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, realice una opinión consultiva (en el marco
del artículo 64) en relación con la interpretación de las normas de derechos humanos del
sistema interamericano frente a las posibles violaciones de derechos humanos que se
haya producido en los hechos del 30 de agosto de 1996 en la Base Militar de las Delicias.
CONSEJO DE ESTADO
52001-23-31-000-1998-00517-01
19773
SENTENCIA
SUSTENTO NORMATIVO : CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS -
ARTÍCULO 1.1 / CONVENCIÓN AMERICANA DE DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 4 /
CONVENIO DE GINEBRA DE 1949 - ARTÍCULO 3 / CONVENCIÓN AMERICANA DE
DERECHOS HUMANOS - ARTÍCULO 27 NUMERAL 2
NORMA DEMANDADA :
FECHA : 08/06/2011
SECCION : SECCIÓN TERCERA SUBSECCIÓN C
PONENTE : JAIME ORLANDO SANTOFIMIO GAMBOA
ACTOR : ANTONIO RAMOS HERRERA Y OTROS
DEMANDADO : NACIÓN - MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL - EJÉRCITO NACIONAL
DECISION : ACCEDE
TEMA : ACCIÓN DE REPARACIÓN DIRECTA - Condena, accede. Caso muerte de soldado
conscripto por ataque guerrillero / RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL
ESTADO POR DAÑO CAUSADO A MIEMBROS DE LA FUERZA PÚBLICA - Muerte de soldado
conscripto / SOLDADO CONSCRIPTO - Declara probada. Omisión en el deber de
protección / POSICIÓN DE GARANTE INSTITUCIONAL / CONTROL DE
CONVENCIONALIDAD - Aplicación de normas convencionales de Derechos Humanos y
Derecho Internacional Humanitario
Dentro de este marco, cabe examinar cómo el precedente de la Sala viene dando
tratamiento a la responsabilidad patrimonial por los daños sufridos por quienes prestan
el servicio militar obligatorio, o por aquellos que lo prestan voluntaria o profesionalmente
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 613/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
(…). En cuanto al régimen aplicable por los daños sufridos por quienes prestan el servicio
militar obligatorio, se ha venido encuadrando en un título de imputación objetivo, bien
sea el daño especial, o el riesgo excepcional. La premisa de la que se parte es que se
produce la ruptura del principio de igualdad en la asunción de las cargas públicas,
teniendo en cuenta que el ingreso a la fuerza pública ocurre en razón del acatamiento del
mandato constitucional previsto en el artículo 216 de la Carta Política (…). Cuando se
trata de personal que voluntaria o profesionalmente ingresa a los cuerpos o fuerzas de
seguridad del Estado, el régimen aplicable varía y se encuadra en la falla del servicio
debido a que la conducta haya sido negligente o indiferente, de tal manera que se deja al
personal expuesto a una situación de indefensión.
[S]olicitar que el estado por conducto del Ministerio de Relaciones Exteriores, en virtud
de las normas de la Convención Americana de Derechos Humanos, del Estatuto de la
Corte Interamericana de Derechos Humanos, realice una opinión consultiva (en el marco
del artículo 64) en relación con la interpretación de las normas de derechos humanos del
sistema interamericano frente a las posibles violaciones de derechos humanos que se
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 614/615
27/1/2020 jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html
haya producido en los hechos del 30 de agosto de 1996 en la Base Militar de las Delicias.
jurisprudencia.ramajudicial.gov.co/WebRelatoria/Temp/reporte-20200127-7448.html 615/615