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Al ver cuán pocas veces han dado los novelis- mente que la ciudad no tiene páginas escritas en
tas cubanos, con la esencia de La Habana, me los libros que se alimentan del pasado, simplemen-
convenzo de que la gran tarea del novelista te porque a ella no llegaron las “gastadas botas de
americano de hoy está en inscribir la fisono- un barbudo conquistador español”, o porque ella
mía de sus ciudades en la literatura univer- no fue escenario de batallas por la independencia.
sal, olvidándose de tipicismos y costumbris-
mos. Alejo Carpentier La historia de Barranquilla no tiene apellidos en
mayúsculas, ni tampoco está ligada a héroes na-
La idea generalizada de que Barranquilla no cuen- cionales, su historia está escrita —porque lo está—
ta en su haber histórico con fulgurantes leyendas o por su personaje central: el hombre común de nues-
caballeros empolvados, ni con blasones empotra- tro tiempo. Y ese hombre no fue precisamente el que
dos en las paredes de casas coloniales, ni con apo- derribó el sistema colonial con pólvora ni con cons-
sentos de virreyes u tituciones, ese hom-
oidores, es una ver- bre fue quien prepa-
dad que se constata ró y levantó un nue-
fácilmente cuando vo sistema de pro-
hacemos, no sola- ducción y de vida, el
mente un recuento que le dio una confi-
por su pasado, sino guración peculiar al
incluso cuando cami- siglo XX liquidando
namos por todas sus sin tapujos las for-
calles y escondites: mas apacibles del si-
Barranquilla no es glo XIX.
hija de la colonia.
Barranquilla fue
Foto de Vivian Saad
en la novela de José Félix Fuenmayor titulada Los amigos de Picón no gustaban de su compa-
Cosme. ñía, porque a Picón no le importaban los últimos
libros, los estrenos teatrales, los acontecimien-
No en vano un crítico español dijo: “En Cosme tos políticos del día, los progresos recientes del
está Barranquilla [...] una Barranquilla transfigu- comercio y la industria; y mucho menos el es-
rada, una Barranquilla sublimada, naturalmen- cándalo de ayer y las fiestas de mañana.
te”; lo que ha corroborado Alfonso Fuenmayor: “En
efecto, allí está Barranquilla, la de hace cincuenta Estamos en la década de los años veinte. Los
años, de cuerpo entero.” nuevos vientos provenientes de ultramar imponen
nuevas exigencias, la industria y el comercio no
Una obra artística alcanza su mayor expresión requieren de mentes formadas en los antiguos mol-
cuando consigue captar y hacer trascender, a tra- des clásicos, y aquel que insista en ello correrá la
vés de un lenguaje al alcance de cualquier mortal, suerte del aislamiento como lo sufrió don Picón.
el contenido universal que encierra un fenómeno En el quehacer económico, es una nueva ley la que
particular. La novela revela todas sus posibilida- impera, la ventaja impulsa a los ya ciudadanos en
des cuando hunde sus palabras en el subsuelo de su lucha por la ganancia, la forma mercancía ha
los hechos que narra y desentraña —o por lo me- traído al puerto colombiano sus imposiciones y
nos nos brinda los elementos para hacerlo— esas sanciona a quienes las ignoren, y eso es ni más ni
corrientes que atraviesan la tierra y el alma de los menos lo que le sucede a don Damián:
hombres. Así como el árbol florido nos revela toda
la riqueza que yace en el subsuelo, asimismo una Y aconteció que, antes de terminar las vacacio-
buena novela pone en evidencia toda la riqueza y nes, los negocios de don Damián, bastante com-
complejidad del alma humana, todas esas corrien- plicados hacía algún tiempo, empeoraban de tal
tes que permanecen detrás del telón social y que suerte, que el meritorio farmacéutico tuvo que en-
explican en gran parte el comportamiento del hom- tregarse a sus acreedores.
bre en relación con sus semejantes.
El nombre de los acreedores tampoco es gra-
La obra de Fuenmayor, sin agotar el tema y más tuito y señala otro de los rasgos que habrán de
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marcar a Barranquilla durante su futu-
ro: las migraciones externas. Los acree-
dores de don Damián son Richardson
and Williamson y el abogado de éstos,
Mr. Perheth.
El porvenir de Cosme queda sellado: será em- Con un esquema bastante sencillo, que limita
pleado por el resto de su vida. Su empleo quedará a veces con la simplicidad, la novela de José Félix
sometido a unos criterios nuevos que impone un Fuenmayor tiene el mérito de ilustrar suficientes
mercado laboral incipiente; criterios que en boca elementos sociales, económicos y culturales de un
del señor Pechuga, patrón de Cosme, recuerdan el período clave en la historia de Barranquilla, su
sonido de ciertas leyes de bronce: paso de pueblo a ciudad y con ello los rasgas de su
fisonomía peculiar: Barranquilla es ante todo una
Le estay pagando una insignificancia, como a to- ciudad comercial. Y aparte de lo que ello significa
dos, y en eso se quedará. La experiencia me ha en sus valores sociales, significa además que nues-
ilustrado sobre el problema de los salarios, éstos tro asentamiento participa, antes que cualquier
deben bajarse todo lo posible. Al empleado debe otro colombiano, de la trama que se venía consoli-
tenérsele con hambre y esperanzado. dando en todo el mundo occidental. Por eso, con
Barranquilla se inicia la verdadera vida urbana
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de Colombia, en ella se presentan las primeras
transformaciones sociales que originaron las nue-
vas formas de producción, el desplazamiento de gen-
tes de sus antiguas formas de sustento a la mo-
derna: el trabajo asalariado.
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