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EL DESARROLLO AGROPECUARIO
EN COLOMBIA
TOMO n
Informe final
Misión de Estudios del Sector Agropecuario
Mayo de 1990
Primera edición
Agosto de 1990
República de Colombia
Bogotá, D.E.
CONSEJO DIRECTIVO
Ministro de Agricultura
Gabriel Rosas Vega
Jefe Departamento Nacional de Planeaclón
Luis Bernardo Fl6rez Enciso
Representante del Presidente de la República
Armando Samper Gnecco
Arturo Sanniento Angula
DIRECTOR GENERAL
Albert Berry
DIRECTOR TECNICO
Jesús Antonio Bejarano
ASESORES
Alonso Cardona Emoko Adiwasito
Hugo Muiloz Enrique López
Mario Sanmiguel María del Rosario Guerra de Mesa
Alfonso Otero Félix Betancourt
ASISTENTES
Marco Fidel Suárez Luis Eduardo Rengifo
Dionisia Federico Valera Alicia Parra
Ana María Leguizamo BealIÍz Uribe
Claudia Lucía Duarte Lucy Vileikis
Sorne Ezpeleta María Clara Rodríguez
CONSULTORES
Universidad del Valle - Cidse Universidad Nacional- CID
Universidad de Antioquia - elE Universidad de los Aodes - CEDE
Universidad Externado de Colombia - CIEX Fedesarrollo
DNP - Unidad de Desarrollo Social Instituto de Estudios Liberales
CEGA Banco M1D\dial
Ulpiano Ayala Antonio Hemández
Lía Gutennan Homero Cuevas
Fabio Velásquez Mauricio Rubio
Alvaro Pachón Jorge Bustarnanle
Santiago Perry Manuel Felipe Olivera
CONTENIDO
INTRODUCCION I
INTRODUCCION
INTRODUCCION
INTRODUCCION
IN1RODUCCION
INTRODUCCION
INTRODUCCION
INTRODUCCION
INTRODUCCION
lN1RODUCCION
m. Conclusiones 791
lN1RODUCCION
INTRODUCCION
Aun cuando tales contribuciones siguen siendo relevantes en los países en desarro-
llo, no siempre se advierte que la forma en que ocurren depende del nivel de
.~ desarrollo, yen particular del grado de interdependencia entre el sector agropecuario
j y el sector industrial; de hecho, un mayor nivel de ingreso per-cápita transforma los
patrones de consumo de los bienes finales, desplazando la utilización directa por
bienes con mayor grado de elaboración, o sustituyendo materias primas naturales
por sintéticas, lo cual altera los enlaces entre la agricultura y la industria.
489
lados; y en ténninos del consumo de alimentos, a través del objetivo de seguridad
alimentaria, referido no sólo a la disponibilidad de bienes alimenticios de origen
agrícola, sino a las condiciones de acceso de los grupos sociales a esos bienes. En
esta perspectiva, las relaciones intersectoriales van más allá de los simples vínculos
entre los sectores primario y secundario, y más bien confonnan subsistemas en los
cuales la agricultura no desempella ya un papel puramente residual y funcional a los
objetivos del crecimiento, sino que ella misma puede convertirse en una fuente
directa de crecimiento económico, tanto por la vía del desarrollo agroindustrial
apoyado en la demanda doméstica, como en las exportaciones agroindustriales ' .
Este capítulo, más que un examen de las fuentes de demanda por productos agrope-
cuarios, intenta identificar las contribuciones de la agricultura al desarrollo econó-
mico en ténninos de la seguridad alimentaria, el desarrollo agroindustrial y las
exportaciones, así como identificar las posibilidades de estos subsistemas en la
reorientación de la estrategia global de desarrollo del país.
l. LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
,n efecto, esta presenta cuatro tipos de manifestaciones sustantivas (ver gráfica 7.1), ~
va~~ i
1) Problemas Estructurales de Disponibilidad Agregada, los cuales se refieren a la
presencia de brechas tendenciales entre oferta y demanda;
2) Problemas Coyunturales de Disponibilidad Agregada, debidos a la presencia de
brechas cíclicas o estacionales entre los niveles de producción y la demanda efectiva
por alimentos;
3) Problemas Estructurales de Demanda, los cuales se refieren a la presencia, en
detertninados grupos sociales de una brecha pennanente entre requerimientos de
alimentos para garantizar una nutrición adecuada y el ingreso disponible para la
compra de los mismos; y
4) Problemas coyunturales de acceso, referidos a la presencia de dificU:tades ocas-
ionales que enfrentan algunas familias para satisfacer los requerimientos de alimen-
tación y nutrición. Aunque puede existir interdependencia entre estos cuatro proble-
Una ampliación de estas consideraciones puede verse en "La Agricultura y el Desarrollo Económico", Misión
de Estudios del Sector Agropecuario, dOCLlmento Ot, diciembre 1988,
490
Grd1ica Ne 7.1
Estructurolee
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0.0 N.Y
Tiempo
o : Oemondo Efectivo pora Alimsnfas FUENTE: A. SChejtman, Food S.curity Trend. ond
O '" Oflrto Disponible de Alimentos Poct 01 the Crisis, CEPAL Revlew,
P ~ Producción Nacionol de Alimentos Nf 36, dlclembr, 198a, p. 142.
N: Requerimientos de Consumo d,
AUmutoa ~ Nutrientes
y : Ingrlfo Dlaponible para la Compro
de Alimentos
491
mas, es claro que cada uno de ellos está detenninado por factores específicos y, por
lo tanto pueden requerir de diferentes medidas de política para solucionarlos.
"Suficiencia" se refiere a la disponibilidad agropecuaria tolal de un país para satisfacer las demandas de todos
los grupos sociales de la población a un mvel nutricional satisfactorio mínimo (Oferta nacimal + importada)
Calculado cano la relación porcentual entre la producción nacional y el consumo aparenl.e. Las series
disponibles de consumo nacional aparente presentan problemas de confiabilidad, pues se derivan de las de
producd6n, estimadas con métodos poco rigurosos, y de las de comercio registrado (exportaciones,
importaciones y existencias), los cuales no tienen en cuenta el oontrabando. Una discusi6n detallada de estos
problemas se encuentra en Santiago Perry, "Abastecimiento de Alimentos y Materias Primas en el Sector
Agropecuario", infonne elaborado para la }.1isión de Estudios sobre el Sector Agropecuario, 1989. Cap. 3.
En Perry. op cit, puede verse la infonnación para los productos específicos.
492
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493
cereales y las oleaginosas presentaron un problema de insuficiencia estructural, en la
medida en que la producción nacional es cada vez más insuficiente para satisfacer el
consumo nacional. En efecto, en el caso de los cereales, el coeficiente de suficiencia
descendió del nivel del 92.0% en el quinquenio 1960-1964 al 79.3% en el periodo
1983-1987, en tanto que el de oleaginosas bajó del 96.4% en el quinquenio 1960-
1964, a sólo el 64.7% en el periodo 1983-1987.
La tendencia parece ser la de sustituir la soya por pabna africana come materia prima para la producción de
aceites y grasas, a juzgar por los estímulos de carácter crediticio, tributario y arancelario otorgado a la
producción de palma en los últimos años. Al respecto ver. D.N.P. "La Economía de las Oleaginosas en
Colombia", Re\lista Nacwrti1l de Agricultura, junio 1985 y Antonio Guerra de la Espriella, "El Nuevo Cultivo
y los Aceites y Grasas Comestibles", La Contratación del Desarrollo para la Producci6n de Aceite de Palma".
Ministerio de Agricultura, 1983.
494
En el grupo de azúcares. la insuficiencia ocasional mostrada por el coeficiente es
atribuible exclusivamente a las pequeñas variaciones mostradas por el coeficiente
del azúcar. ya que la panela presentó un nivel de plena suficiencia a lo largo del
período.
Aunque no se incluyen todos los alimentos, los incluidos en el análins representan el 90.0% de la dieta lipica
del colombiano. Al respecto ver, ICBP. "Hojas de Balance y Canasta Familiar de Alimentos", 1987,
Subdireccioo de Nutrición. También, la discusión en Jorge García. "¿Es Imponante la Seguridad del
Suministro de Allinentos en Colombia?, Revista Planeacwn y Desarrollo, Vol. XI, No. 3, Sept.-Dic. 1979.
1 - La población rotal de Colombia estimada por la Corporación Centro Regional de Población es la siguiente:
3o.6millones en 1985,33.6 millones en 1990, 36.6 millones en 1995, 39.4 millones en el2000, 41.9 millones
en el 2005 y 44.1 millones en el 2010.
495
CUADRO No.7.2.
ELASTICIDADES INGRESO DE LA DEMANDA PROMEDIO
Y SEGUN NIVELES DE INGRESOS ESTIMADOS PARA COLOMBIA
Nivel de Ingreso 2*
Producto Promedio 1* 1 11 ID
saber: Escenario Base. reproduce el crecimiento histórico del PIE total desde 1960.
o sea del 4.7% anual promedio; Escenario l. considera que el crecimiento futuro
disminuirá progresivamente frente al histórico, al 4.5% hasta 1990 y al 4.0% en
adelante y Escenario 2, contempla la posibilidad de un ritmo de crecimiento mayor
al observado, 5.5% anual promedio durante todo el período. La producción se
496
CUADRO No. 1.3
PROYECCIONES DE ABASTECIMIENTO DE ALIMENTOS PARA COLOMBIA 1'" - 1010
(MUe. de 10Dela4a.)
1991 1000 10 fe
PRODUCTO
E.B. E.I E.2 E.B. E.I E.2 E.B. E.I E.2
Ano7. l' Hi5(84) 163(86) 163(86) 1143(733) 1110(751) 1178(714) 2805(1994) 2713(2036) 2857(1924)
Az1Iao 2' 326(49)
, 326(50) 326(50) 765(324) 777(336) 752(311) 1558(853) 1587(881) 1S26(821)
.......
Frijol
.....Ia
Pap.
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" 3371
887
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Arveja
4'
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24
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Cebolla en rama 4"' 11 10
Huevo 4' 17
Tomate 4'
13
10 "
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18
13
" "
11 "
14
B.B.: Escmuuio b_
E.l : Esoenario 1
E.2 : Esocmario 2
1· : Eluticidad in¡re.o iaual a .().1D; enlze par6nlNil eatm lu proyecciooos conllidcrando UD valor de la
elasticidad i.ngreJ;0 de 0.10.
2· : Supemit sin exportación; entre parénte.is se registra el .uperávit con exportaciones.
3· : Millones de litro,
4'" : CrecimielJ.to quinqUCDal (%) de la oferta.
§
proyectó con'base en el crecimiento histórico observado en el período 1960-1987, y
los resultados obtenidos para los principales productos se presentan en el Cuadro
No. 7.3.; ellos muestran que de continuar las tendencias observadas para la produc-
ción en el período 1960-1987 y de no presentarse cambios radicales en los hábitos de
consumo de los colombianos, el país dispondría de excedentes crecientes en arroz,
azúcar, panela, fríjol, plátano, cacao, leche, significativos faltantes en trigo, maíz,
naranja y carne de res. En el caso de los aceites vegetales se presentarían faltantes
hasta 1990, y un ligero excedente a partir de ese afio'.
Los faltantes en trigo serían de,dos millones quinientos mil toneladas en el año 2010,
¡los de maíz de un millón de toneladas en el año 2000 y de dos millones quinientos
Imil toneladas en e1201O; en carne de res, serían de ciento ciñcuenta mil toneladas en
'Iel año 2000 y de trescientas mil en el año 2010.
Los resultados obtenidos, y en especial los montos de los posibles fallantes o excedentes, deben ser tomados
con cautela, pues en eUos se ignora el papel que juegan los precios en el proceso de ajuste del mercado, y se
basan en supuestos sobre continuación de tendencias históricas en la producción y no cambios en los hábitos
de los conswnidores; por tanto, se deben tomar tan sólo como señales de lo que podría Sl.1ccder, de cumplirse
los supuestos.
Para los alimentos tradicionales (fríjol, panela y plátano) y el arroz se obtuvieron elasticidades ingreso
promedio negativas, es decir, su demanda disminuye a medida que el ingreso aumenta, por lo cual se
consideran bienes inferiores. La papa, aunque hace parte de los alimentos tradicionales, registró una elasticidad
promedio positiva, pero cercana a cero (%). En todos ellos la elasticidad ingreso de la demanda disminuye
notoriamente cuando aumenta el ingreso. La mayoría de los alimentos estudiados son bienes normales, o sea,
su demanda aumenta al aumentar el ingreso. pero el único superior fue la naranja, con una elasticidad ingreso
mayor que 1. El banano y la arveja son superiores para los estratos de bajos ingresos, en UUll.o que la cebolla y
el aceite se comportan como inferiores en los de airo ingreso.
498
/''J ~E 4",i'.~'~
,.'-., ...;....
~~:'- '3fCC\ON
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"'.
triales, con la excepción del trigo y la cebada, prod tOs que presentlin'prObiemas
estructurales en la producción nacional. Estimativos Ministerio 9~' Agricultura
muestran un coeficiente de importaciones de alimentos "'":--r---
191I6 con respecto
a los valores totales de las exponaciones; si se resta el servicIO de la deuda de las
exportaciones, el coeficiente se elevaría al 9%, Y si se incluyen todas las importa-
ciones agropecuarias y no sólo las de alimentos, se elevaría al 12.5%, todavía por
debajo del nivel del 13%, que no es alto en relación con la experiencia internacio-
nal'·.
Ese problema se reduce a dos alimentos con brecha creciente entre la producción y el
consumo nacional, generada por problemas estruraies en su producción; y a impor-
taciones ocasionales en alimentos como el maíz, el fríjol, la soya y la leche,
generados por cambios en las polfticas de estímulos a su producción por parte del
Estado. Esta situación de baja dependencia externa en el abastecimiento de alimen-
tos y materias primas parece susceptible de ser sostenida hacia el futuro si se adoptan
las políticas más adecuadas en materia de estímulos a la producción nacional y de
manejo de suelos.
10 Ministerio de Agricultura, "Plan Nacional de Seguridad Alimentaria", Documento OPSA. mimeo, agosto lO,
1989. Según datos de la CEPAL. basados en las Hojas de Balance Alimentario, el componente ímportado de
la energía alimentaria disponible en el período 1974-1976para Colcmbia era del 7.6%, en tanto que para Cuba
este porcentaje era del 46.2%, del 36.7% para Chile, del 21.0% para Costa Rica, de124.5% para Pero. y del
30.0% para Venezuela. Sólo Uruguay (5.2%), Paraguay (6.8%), BTasil (7%) y Argentina (.4%) presentaban Wl
porcentaje más bajo que el de Colombia.
11 Al respecto ver: Harold Banguero y Adriana Infante, "El Ingreso y los Precios como Instrumentos de Política
Nutricional",Desa"ollo y Sociedad, No. 12, Sept. 1983. Y Tomás Uribe Mosquera, "El Ingreso y la Demanda
de Energía y Nutrientes en Colombia", Coyuntura Económica, xvm, No. 1, abril 1988.
499
que disminuciones en el ingreso disponible de las familias se reflejen en reducciones
en el consumo de nutrientes y en aumentos de la población expuesta al riesgo de
desnutrición.
En efecto, este parece haber sido el caso colombiano en el período 1981-1984, época
de recesión económica en Colombia; una comparación de los estimativos obtenidos
por García, Uribe y Perry para los afios 1972, 1981 Y 1984-1985 muestran que el
indicador del consumo diario de calorías por persona en el sector urbano se elevó de
2.236 calorías en 1972 a2.387 en 1981, pero luego descendió a2.015 en 1984-1985,
mostrando una alta sensibilidad a las variaciones en el ingreso per-cápita de la
población". Esta afirmación parece corroborarse con las series de consumo nacional
aparente por habitante de algunos productos agropecuarios; los de tubérculos y carne
disminuyeron a partir de 1981, y los de cereales y aceites se estancaron en el último
quinquenio; los de cereales, aceites, tubérculos, hortalizas, carnes, frijol y plátano se
redujeron en la década de los ochenta, y los de azúcares, frutales y lácteos crecieron
a tasas cada vez menores!>.
El análisis desagregado por niveles de ingreso, permite constatar que el consumo
diario de calorías disminuyó significativamente entre 1981 y 1984-1985 para los
cinco deciles ubicados en la parte inferior de la escala, en tanto que aumentó para los
deciles 6 a 9; en cuanto a proteínas, la participación de la población con una
adecuación inferior al 90% aumentó del 10 al 20% más pobre; deterioro similar
presentaron el hierro, la tiamina, la riboflamina y la niacina, en tanto que el consumo
de calcio fue similar al de 1981, Yel de vitamina A mejoró moderadamente.
Adicionalmente, si bien el porcentaje de los pobladores urbanos en situación de
riesgo de inseguridad alimentaria en Colombia en 1984-1985, medido como los que
presentaban una adecuación energética inferior al 90%, era del 30%, el efecto de una
caída del 3 o del 5% en la tendencia de la oferta de alimentos sería la de incrementar
dicho porcentaje al 40% (Ver Cuadro No. 7.4)14.
Las tendencias esbozadas de deterioro de la sitoación nutricional de los colombia-
nos, y en particular de los de menores ingresos, son similares a las registradas en la
Al respecto ver: Jorge Garaa, "Es Importante la Seguridad en el Swninistro de Alimentos en Colombia",
Revista tú Planeación y DesarrollQ, Vol. XI, No. 3, Sept-Dic. 1983, Cuadro No. 8. p. 145; Tomás Uribe
Mosquera, "Revaluacióp de la Inseguridad Alimentaria en Colombia", CoyUlltwra Económica, Vol xvm. No.
1, abril, 1987, Cuadro 2. p. 162, YSantiago Perry" Abastecimiento de Alimentos", Infanne elaborado para la
Misión de Estudios del Sector Agropecuario, Bogotá, Sept, 1989. Cuadros lA y lB.
u Un análisis de la evolución del consumo aparente por habitante de cada producto seg1.Úl niveles de ingreso se
encuentra en Santiago Perry, "Abastecimiento de Alimentos y de Materias Primas de Origen Agropecuario",
informe elaborado para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario. Bogotá, julio 1989, Cap. 3.
Este resultado puede deberse al grado de agregación de la información analizada y/o a las diferencias en el
" cubrimiento de las muestras. En efecto, W1 indicador agregado -el de la población en situación de riesgo-
puede no reflejar algo tan micro como la mayor inequidad alimentaria de cada hogar individual, ya que la
agregación en deciles sólo permite establecer porcentajes, múltiplos de diez; además, la muestras son
diferentes, ya que la de 1981 incluye la población urbana nacional y la de 1984 198S sólo las grandes
M
ciudades.
500
CUADRO No. 7.4
EL RIESGO DE SEGURIDAD ALIMENTARIA EN 1984
DISMINUCION EN LA ADECUACION PROMEDIO DE ENERGIA
EN LA POBLACION DE RIESGO COMO RESULTADO DE UN
FALTANTE DE OFERTA AGREGADA DE ALIMENTOS DEL 3% 05%
(KCaI/Cap)
URBANO
Dados los consumos promedio de calorías de los diversos deciles de ingreso y las
recomendaciones mínimas calculadas con base en los patrones dietéticos de FAOI
OMS/UNU16, el faltante diario de energía per-cápita a nivel urbano era en promedio
de 234.5 Kcal en 1984-1985 (Ver Cuadro No. 7.5), equivalente a un déficit global
urbano de 4.485 millones de kilocalorías; dicho déficit, en términos de cereales,
representaría un faltante de 467.700 toneladas métricas. De manera que la brecha
energética urbana, aproximación burda de la brecha alimentaria, se habría ampliado
" Estos resultados son congruentes con los obtenidos por Reyes para el caso de los ingresos laborales urbanos de
la población ocupada, los cuales mejoraron entre 1970 y 1983 Yse deterioraron entre 1983 y 1985. Al respecto
ver: Alvaro Reyes, Martha Isabel de Gómez y Clara Ramfrez. uEvoluci6n de la Distribución del Ingrelo en
Colombia", c.c.R.P., mimeo, Bogotá, 1986.
" FAO/OMS/UNU, "Necesidades de Energía y Proteína", Consulta Técnica Conjunta de Expertos, Serie de
húormes Técnicos 724, Ginebra, Suiza, 1985.
501
-..
CUADRO No.7.5.
BRECHA ENERGETICA PER CAPITA EN 1984-1985
DE ACUERDO CON EL CONSUMO
(KCalICaplDla)
Dedl Urbano
10 O
7 O
8 O
1 O
6 O
5 O
4 168
3 420
2 691
1 1065
Media 234.5
KCal/Día 4.5
Miles TM Cereales 467.7
.
FUENTE: S. Perry, "Abastecimiento de Alimentos", Informe a la Misión de Estudios del Sector Agropecuario,
Bogotá, sept.1989, Cuadro 6.
Decil Urbano
6-9 0.0
5 0.0
4 28.4
3 219.5
2 315.7
l 396.6
O 553.6
Media 151.4
KCaVDía 2.7
Miles TM Cereales 289.8
502
sustancialmente entre 1981 y 1984-1985, al pasar de 289.800 TM de cereales a
467.700".
El costo anual de las compras externas de los cereales faltantes habría sido, para
1984-1985, de cincuenta y siete millones de dólares, cuanúa equivalente al 1.6% del
valor de las exportaciones del país en dichos afios, porcentaje inferior al encontrado
para 1972; sin embargo, esta reducción está asociada con la baja de los precios
internacionales de los cereales y con el incremento del valor global de las exporta-
ciones colombianas registradas en el período, y no, como se anotó, con el volumen
de las importaciones requeridas".
Por otra parte, los aumentos sostenidos de productividad de las unidades agrícolas
tradicionales pueden haber favorecido el autoconsumo; igualmente, disminuciones
del tamafio medio de los hogares y mercados laborales rurales de trabajo, que han
empujado el salario real hacia arriba, también puede haber contribuido a mejorar la
capacidad adquisitiva, y por ende, el consumo nutricional de la población rural; sin
embargo, cabe esperar variaciones regionales importantes según el dinamismo de
las diferentes economías agrícolas y de las tendencias en cultivos de pancoger y
comerciales.
[7 Aunque la magnitud del awnento puede estar sobreestimada por los problemas de comparabilidad de las
mueslras, la dirección es indudable.
11 Este porcentaje representó entre el4 y el 9% de las importaciones totales en 1972. Ver Tomás UribeMosquera
"Revaluación de la Inseguridad Alimentaria en Colombia", Coyuntura Económica, XVII, No. 1, abril 1987 , p.
184.
503
ambos casos la población afectada es mucho menor que el 72% de la población rural
encontrado por Garcfa!9 en 1972. Respecto a este último porcentaje, Uribe realizó un
ejercicio en el cual revaluaba el consumo rural de energía de 1972 bajo el supuesto
de que el autoconsumo se había omitido por completo de la encuesta de ingresos y
gastos de aquel entonces20; el nuevo cálculo arrojó un consumo promedio de 2108
kcal/cap en lugar del anterior de 1882 kcal/cap, lo cual implica un incremento en el
consumo rural de calorías del orden del 17%; con estos nuevos resultados la
población rural en riesgo se reduce al 10% en 1972, y no habría habido ningún
cambio significativo entre 1972-1981; sin embargo, para los estratos más bajos se
aprecian mejoras sustanciales en 1981 al comparar con los datos ajustados de 1972.
En el medio rural el riesgo cubría tan sólo al 10 ó 20% más pobre; también se
observa un cambio apreciable en la inseguridad alimentaria, la cual pasó de ser rural
en un 70% en 1972 a ser mayoritariamente urbana (en un 60% o más) en 1981.
Dada la crisis del sector agrícola que se presentó entre el período 1982-1985, cabría
esperar un empeoramiento del consumo energético de los hogares rurales, paralelo
al que se presentó en las cifras a nivel nacional.
Una opción para aumentar el ingreso real de los productores, consiste en actualizar
los patrones de oferta de la economía campesina para adaptarlos a los cambios en los
patrones de demanda, lo cual implica que los grupos demás bajos ingresos de la
economía campesina tengan mayor participación en la producción de bienes con
altas elasticidades de demanda; y que se reduzca el número de productores de bienes
con elasticidades decrecientes de la demanda. Políticas complementarias serían el
" García G., Jorge. "¿Es importante el suministro de alimentos en Colombia?", Revista de Planeación y
Desarrollo, Vol n, No. 3, 1979.
'" Uribe M" Tomás. "RevaluaóÓD de l8. Inseguridad Alimentaria en Colombia", Coyuntura &onómica, Vol
XVII, No. 1, 1987.
" Al respecto ver: SACo "Perspectivas del Desarrollo Agropecuario: Agricultura Horizonte 2(XXl", Revisla
Nacional de Agricullura, No. 874, marzo, 1986, Cuadro 4, p. 123 Y Gráfica 1, p.124.
504
desarrollo regional basado en mayores vínculos entre actividades urbanas y rurales,
y la generación de niveles más altos de empleo rural no agrícola.
En este caso se podría afirmar que éste es un problema estructural con tendencia a
solucionarse en el tiempo, en contraste con los problemas estructurales de oferta en
trigo y cebada, los cuales tienden a agravarse con el tiempo. En la medida en que el
problema estructural de la insuficiencia permanente del ingreso se resuelva en estos
grupos de bajos ingresos, el riesgo de inseguridad alimentaria en ellos dependerá
cada vez más de factores coyunturales detenninantes de la oferta y la demanda de
alimentOs, y de las variaciones en los precios al consumidor.
Como puede observarse en el Cuadro No. 7.6, los precios al consumidor de los
alimentos estudiados, en términos reales, mostraron tendencias disímiles en el
período 1970-1987: los de aceite, azúcar, y carne de res, registraron una marcada
tendencia ascendente; otro tanto sucedió con los de papa y plátano, aunque en ellos
la tendencia fue más moderada; los de fríjol se incrementaron, especialmente en el
último quinquenio; los de huevos bajaron durante todo el período analizado; los de
harina de maíz, panela y banano descendieron desde la segunda mitad de los setenta,
y los de arroz, tomate y leche lo hicieron especialmente en la década de los ochenta.
Por su parte, los precios percibidos por los agricultores disminuyeron en términos
reales para la mayoría de los cultivos estudiados -arroz, cebada, maíz, sorgo, trigo,
algodón, soya, papa, azúcar, banano, cacao y fríjol-, y sólo aumentaron levemente
para palma africana, como puede verse en el Cuadro No. 7.7; en los casos del trigo,
el azúcar, el cacao y las materias primas oleaginosas --en los cuales el precio al
productor descendió y el pagado por el consumidor por los bienes finales aumentó-,
el incremento del margen no obedeció a intennediarios comercializadores, pues en
general los industriales compraron la materia prima directamente a los agricultores,
ni a encarecimiento del transporte, ya que en lo fundamental la distancia a las zonas
productoras no varió sino al parecer, a mayores ganancias de los procesadores
-molineros, ingenios azucareros, chocolate y aceiteros- con estructuras industriales
oligop61icas. Otro tanto sucedió con la papa y el fríjol-aumentaron los precios a los
505
Ul
a;
ANO ARROZ HARINA PAN ACEITE PAPA AzveAR PANELA BANANO FRUOL PLATANO CARNE TOMATE HUEVOS
DE la. DE MAIZ DE SAL DE nEJR DE la. DE la. DE RES
1970 19,4 13,0 30,8 40,2 10,6 11,6 14,0 10,0 51,1 9,1 67,7 31,0 3,1
1911 19,0 13,0 29,9 43,8 S,9 10,6 11,4 9,3 62,7 9,1 71,1 28,8 4,0
1912 17,6 14,9 30,9 41,2 lo.s 10,9 10,5 8,8 74,5 10,1 80,6 27,2 4,0
1973 13,2 17,1 34,0 46,6 12,1 10,4 13,1 10,3 59,4 11,1 91.3 27,9 3,'
1974 23,2 17,0 :37.2 62,3 10,5 10,4 12,8 9,1 66,4 10,6 86,S 29,5 3,'
1975 19,9 16,1 46,9 56,S 13,3 10,4 13,4 10,0 70,1 13,0 16,2 26,3 3,1
1976 17,6 14,4 45,2 59,1 10,3 11,6 14,5 9,' 56,0 12,7 81,1 25,3 3,1
1977 20,2 17,8 31,1 49,9 10,6 12,5 19,5 10,7 56,S 13,0 84,3 26,6 3,1
1978 22,0 16,9 33,4 48,7 9,1 12,5 13,6 11,0 55,0 12,0 88,8 21,2 3,1
1919 18,8 14,6 39,5 51,S 10,6 13,0 10,8 10,8 64,8 11,6 S6,6 28,6 2,8
1980 19',1 16,2 41,7 46,9 13,3 14,3 ll,3 U,O 72,6 ll,7 83,8 33,0 3,2
1981
1982
1983
21,6
21,7
18,9
l.5,6
14,3
14,6
41,4
37,5
3S,9
46,0
49,1
46,3
10,9
11,3
10,6
14,4
14,7
15,8
16,2
13,4
14,5
,..
8,0
l,l
64,0
83,S
89,0
12,5
14,7
14,4
84,9
92,1
IHII/Ii
34,0
34,4
30,0
3,1
2,9
2,_
1984 19,1 15,3 38,& 62,1 S,, 15,4 14,0 l,4 82,2 12,6 94,6 27,9 2,_
1985 19,3 13,4 44,4 S9,9 12,S 14,4 11,1 l,' 98,6 1.5,0 97,S 26,0 2,9
1986 19,6 13,7 4S,9 60,8 13,0 1.5,8 12,9 ',1 78,3 14,9 99,1 29,7 3,1
1987 18.3 133 44.S .58,8 1" 16.1 132 6 14 86 19 133 /tUI 320 3.1
PROMEDlOS QUlNQ\ffiNArnS
70.74 19,.5 1S,1 n,s 46,8 10,6 10,S 12,3 9,' 62,8 10,1 79,S 28,8 3,8
1S·79 19,7 16,0 40,4 53,2 10,8 12,0 14,3 10,4 60,5 12,5 83,4 26,S 3,1
80·84 20,1 1.5,2 39,0 SO,l 10,9 14,9 13,9 1,2 78,3 13,2 9\,3 31,8 3,0
8$-8!I 'lO S7 13 III 13 12 14 11 29 11 3 10
"
191° 14 11 12.1 87.0 ##/11/
1/ Se toma el precio de Bos0d. como indicativo de lmldencla. Los preciO!l reales para Cali, Mcdellin y Balnmquilla
mue.srnm tndenciu similares a las de BoB0ti en este milIDO' periodo. Fue deflactado pon el IPe de alimentos de BOBotll-DANE.
Nota: Caleubdo romo prollll!dio limpie -y no ponderado. de 108 pRKios J!833dos cada 1"Oe8.
FIJIll<m DANE.
."
.,
,.
AÑO ARROZ CEBADA MAIZ SORGO TRIGO ALGODON SOYA PALMA PAPA AZUCAR BANANO CACAO FRUOL
1970 1849,6 1591,1 1489,7 1335,1 1932,6 10643,9 2396,S 1044,8 1801,6 1265,7 14610,1 4773,0
1971 1732,0 1690,7 1521,2 1236,0 1133,8 10783,0 2641,S 934,6 1135,4 1146,3 12490,& 7407,8
1972 1427,4 1560,1 1645,8 1554,8 1906,7 13189,2 2313,2 1097,5 1875,7 1069,4 10928,3 6151,9
1973 1490,0 1789,2 1913,0 1648,2 1615,0 13398,3 1897,7 1213,2 1632,5 1009,9 11571,1 5457,8
1974 1610,8 1592,1 1466,9 1384,S 1960,6 1281S,7 1895,2 965,9 1899,4 865,2 10729.5 5934,1
1975 1359,6 1880,8 1425,6 1250,S 2246,6 8999,7 2108,0 1404,4 1985,6 915,5 10205,3 6443,1
1976 1160,7 1771,4 1371,9 1161,3 1813,2 12355,1 1960,8 4863,7 835,9 1513,S 879,5 10472,7 5781,4
1971 1500,0 1555,1 1761,2 1281,3 1676,7 11968,9 1796,S 5023,5 979,7 1905,0 797,8 15325,6 5540,3
1978 1343,0 1465,1 1334,8 1135,8 1431,4 9014,8 2298,9 5225,4 719,5 1511,1 959,9 14846,4 4979,5
1979 1214,8 1327,8 1482,0 1272,4 1401,S 9784,5 1875,7 4783,1 969,7 1488,8 798,6 13720,4 5999,7
1980 1256,8 1232,5 1677,7 1284,0 1467,4 9943,8 1805,4 3913,7 1106,8 1990,S 723,0 11926,2 5784,6
1981 1420,S 1459,8 1654,3 1356,3 1694,8 10101,2 1940,1 4304,1 1011,3 1853,6 812,5 11955,2 4981,9
1982 1038,4 1233,9 1291,7 1025,4 1423,0 8675,9 1167,8 4291,1 662,8 1484,6 750,1 9619,3 2416,3
1983 1082,9 llO4,7 1220,S 1035,7 1330,0 8900,1 1594,1 4186,8 636,5 1519,9 738,2 9066,2 2644,4
1984 1142,9 1276,S 1221,4 978,5 1334,3 8892,8 1518,1 4643,5 637,2 1609,1 818,3 10026,8 2810,4
1985 lOS2,3 1324,8 2177,6 959,1 1328,S 10014,6 1486,6 5324,4 581,3 1266,4 924,4 11504,9 3112,8
1986 1084,8 1371,9 1272,4 958,4 1377,0 8455,2 1642,4 5410,9 737,3 1232,3 1034,2 11446,7 3859,9
1987 13665 1429.3 1586.2 1387.4 14031 7586,8 1663,3 5535 O 758.9 10633 1099,8 10786.0 5100 8
f'ROMID)IOS QUINQUENALBS
70·74 1622,0 1644,8 1619,3 1431,8 1829,7 12166,0 2228,8 1051,2 1788,9 1071,3 12066,0 5966,1
75-79 1317,6 1600,0 1475,1 1220,3 1713,9 10424,6 2008,0 4973,9 981,8 1681,0 870,3 12914,1 5748,8
SO_84 1188.3 1281,S 1413,1 1136,0 1449,9 9302,8 1725,1 4261,1 810,9 1703,S 780,4 10530,7 3739,5
85·89 1145,9 1321,4 1495,6 1063.8 1354.6 8769,9 1580,9 5020,2 670,2 1350,2 923.0 10566,1 3505.7
s
consumidores y cayeron drásticamente a los agricultores-. pero en ellos. por ser
consumidos en fresco. el fenómeno debe responder a incrementos en el margen de
comercialización y a imperfecciones del sistema de mercadeo. Por el contrario. en
algunós de los alimentos cuyos precios al consumidor disminuyeron arroz. banano.
huevos. dicho comportamiento obedeció al mejoramiento de la productividad. lo
cual determinó la tendencia descendente de los precios al productor; y a la tecnifi-
cación de la industria -incluyendo la comercialización. En los casos de la harina de
maíz y de la panela. las bajas registradas en los precios al consumidor y al productor
no parecen estar relacionadas con mejoras en la productividad. sino con la compe-
tencia de sustitutos-. el trigo y el azúcar. respectivamente.
A pesar de la tendencia descendente de los precios reales recibidos por los. agricul-
tores colombianos. ellos se ubicaron. como se observó en el capítulo IV. por encima
de los prevalecientes en los mercados mundiales en varios de los productos analiza-
dos22 •
En cebada. maíz. trigo. soya y aceite de palma. en la mayotia de los cuales el país es
deficitario. los precios internacionales fueron generalmente inferiores a los pagados
a los agricultores colombianos: dicha diferencia se amplió en el decenio del ochenta.
excepto en trigo. en el cual disminuyó en virtud de la depresión de las cotizaciones
internacionales. ocasionada por el considerable incremento de los subsidios que
confieren los países industrializados a la producción y exportación de estos bienes. y
no por la presencia de ventajas comparativas.
Los precios recibidos por los agricultores colombianos están sobreestimados, ya que se calculan como un
promedio simple de los pagados cada mes y no el ponderado. Esto introduce distorsiones en la comparacron.
la cual resulta., además, afectada por la dificultad de establecer un precio intemaciooal relevante y por la
diferencia en calidad en 108 bienes cuyos precios se comparan.
" Para mayor información ver Capítulo IV, "La Oferta Agropecuaria".
508
puesto en puerto colombiano y nacionalizado, restándole los aranceles, y el percibi-
do por el agricultor, pues se puede suponer que los costos de transporte de los
puertos a los centros de consumo son similares a los existentes entre estos últimos y
las zonas de producción, al igual que los márgenes de intermediación en que se
incurre en los dos casos.
Si bien la desviación estándar del índice de cstacionalidad del precio de los alimen-
tos no fue muy grande, 1.63% en 1979-1988, ésta aumentó en el último quinquenio,
a! pasar de 1.50% a 2.02% entre 1979-1983 y 1983-1987, Y en los meses de mayor
escasez los precios llegaron a ser 2.9% superiores a la media, porcentaje que pudo
tener un efecto importante sobre la población en situación de riesgo. Si el estudio se
realiza por grupos de alimentos se encuentran considerables diferencias": los tu-
El cálculo del porcentaje del precio FOB que representan los gastos de importación corresponde a un
" promedio aproximado basado en los costos nannales en que incurre el IDEMA. Grosso modo se estiman unos
costos de fletes y seguros marítimos de US$24 por tonelada, ooos gastos totales en puerto de US$ 21 por
tonelada, y una recarga por costo financieros. imprevistos y otros del 12%.
La infannación puede verse en Peny, op cit.
509
Cuadro 7.8
INDICE DE ESTACIONAUDAD DEL PRECIO
AL CONSUMIDOR DE ALIMENTOS COLOMBIA
FUENTE: DANE
510
altos que los de importar alimentos cuando al precio internacional se le suman los
costos de importación; y 3) las variaciones estacionales en los precios de los
alimentos son significativas en alimentos de carácter perecedero; sin embargo, ellas
fueron pequeñas en el período analizado. Todo lo anterior lleva a pensar que las
posibilidades de elevar los niveles nutricionales de la población por la vía de reducir
costos unitarios y precios se ven limitadas por la estructura productiva y de comer-
cialización, los sobrecostos de importación y el efecto poco significativo de las
variaciones estacionales en la determinación de los precios al consumidor.
511
amente, la tecnología de estas actividades se encuentra ampliamente difundida y es
relativamente simple.
1. Dimensión de la Agroindustria
,. Para el análisis del desarrollo de la agroindustria, las fuenles de infonnación son fundamentalmente las
cuentas nacionales de Colombia elaboradas por el DANE. Adicionalmente, se utilizará la infonnaci6n de la
Encuesta Anual Manufacturera. Al respecto, es conveniente mencionar que dicha encuesta, por sus problemas
de cobertura, no refleja bien la estrucLUra de la agroindusrria, particulannente de la alimentaria. Precisamente,
aplicando factores de expansión sobre los distintos sectores, las cuefl\as nacionales pruenden superar dichos
problemas. Gran parte de los resultados presentados en esta sección provienen de CEGA "Análisis de la
Agroindustria", Infonne para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario, agosto de 1989. La síntesis
estuvo a cargo del CIDSE (D. Valle) que realizó algunas estimaciones adicionales.
512
CUADRO No. 7.'
CONTRIBUCION POR RAMAS DE ACfIVIDAD
AL PRODUCfO INTERNO BRUTO INDUSTRIAL
Y AL PRODUCTO INTERNO BRUTO TOTAL (%)
largo; esto es tan sólo posible para la agroindustria productora de alimentos, ex-
cluidos los sectores de bebidas y tabaco, para el período 1965-1986 (ver Cuadro No,
7.1 O), De acuerdo con estos datos, en este período la agroindustria alimentaria
redujo su contribución al PIB industrial en cerca de dos ,puntos; pero esta pérdida se
originó exclusivamente en las fluctuaciones en la trilla de café. Si se excluye esta
actividad, se encuentra que la agroindustria alimentaria logró incrementar su contri-
bución, así haya sido ligeramente, a la generación del PIB industrial en el mencio-
nado período.
513
-
v.
.¡,.
:',
gran mayoría de las demandas de productos alimenticios, y la preponderante orien-
tación de la oferta hacia la satisfacción de las demandas internas de consumo final;
es probable que este comportamiento esté reflejando un subdimensionamiento de
otros sectores industriales, con mayor capacidad de crecimiento, o, sencillamente
que la agroindustria atravesaba por una etapa de maduración y consolidación de su
desarróllo.
2. La estructura de la agroindustria
Dentro de los sectores que conforman la agroindustria, son los productores de
alimentos los que alcanzan una mayor importancia relativa; a su vez, las actividades
con bajos o medianos grados de transformación y de temprano desarrollo, concen-
tran la casi totalidad de la agroindustria alimentaria. En este sentido, se trata de una
agroindustria de carácter tradicional.
11 El que un sector haya completado su desarroUo puede prestarse a diversas interpretaciones, Aquí, se hace
referencia básicamente al agotamiento del ciclo de vida de los productOS que genera un sector, por el
comportamiento de las elasticidades ingreso de sus demandas internas y/o externas, lo cual les impone un
crecimiento vegetativo.
515
bebidas, tabaco, maderas y papel) alcanzaron en Colombia una participación dentto
del valor agregado industrial del orden del 39.2%, cifra muy superior a la de paises
con igual desarrollo relativo (ver Cuadro No. 7.11). Esta participación era tan sólo
superada por paises con un desarrollo relativo mucho más bajo como República
Dominicana, Panamá y los del Mercado Común Centroamericano.
Al considerar el perfodo 1975-1986, para el cual existe una base de datos homogé-
nea, la industria colombiana sostuvo una de las más bajas tasas de crecimento de
todo su desarrollo histórico, apenas del 2.6% promedio anual, explicada en parte por
la gran recesión que afectó a la economía colombiana en el perfodo 1980-1985;
mientras tanto, la agroindustria alimentaria lograba un crecimiento cercano al 3.7%
promedio anual, y la no alimentaria de apenas 0.48 %. (Cuadro No. 7.12). , .-
,t;~
516
,...,---- - - ------r- -.:-, ---",.
VI
~
-.J
CUADRO No. 7.12
TASAS DE CRECIMIENTO
SECTOR AGROINDUSTRIAL.
518
buenos precios intemos"; la agroindustria alimentaria contribuyó así a impedir una
mayor desaceleracion en el ritmo de actividad industrial.
:u Ha)' que recordar que el comportamiento del valor agregado real del sector café elaborado está determinado
fundamentalmente por la producción de café pergamino y no poi' las exportaciones de excelso.
519
ampliamente favorables apoyadas en el acelerado proceso de urbanización y en
cambios en los hábitos de consumo, y en un proceso de sustitución de importaciones.
En menor grado, estas condiciones también favorecieron a la industria de lácteos y a
la de conservas de frutas y legumbres'"
A partir de 1980 los impulsos que recibió la agroindustria alimentaria del proceso de
sustitución de importaciones y de las mismas exportaciones, se tomaron muy débiles
y en ciertas ocasiones negativos; en estas condiciones su crecimiento entró a
depender casi que exclusivamente de la demanda interna y especialmente de las
demandas de consumo final.
De acuerdo con Chica, en el período 1958-1967, el sector de alimentos recibió de la sustitución de importaciones
" su mayor impulso de crec::imienlO, superior al recibido por este factor por el conjunto industrial. En el período
1968-1977, la demanda doméstica fue la mayor responsable del crecimiento de esta industria. Ver de este
autor, "Una descripción de la evolución de la estructura industrial colombiana 1958-1980", Documento
CEDE, Universidad de los Andes, 1982.
520
CU ADRO No. 1.13
COMPOSICION DE LA DEMANDA AGREGADA TOTAL DEL SECTOR AGROINDUSTRIAL. (")
CARl EIAIIORADO
CAlINI'S
8,5
7.,5
8,1
79.5 ','
76,5
S,,
22,.
5,.
17,7
5,8
21.9
86,1
1,'
86,0
2,.
87,7
1,2
TRANSfORMAClON DIl CIlRBALBS 54,4 54,0 59,0 43.8 43,1 39,8 0,1 2,. 1,2
\ACIOOS 81,1 88,1 89,0 10,8 11,0 10,5 0,0 O,. 0,0
AZUCAR 34,3 35,. 34,S 24.0 26,S 27,7 45,8 37,6 32,8
lIIlBIDAS
TA8ACXl
",.
98.S
61.1
94,1
62,6
.S,8
36,3
5,0
38,2
5,3
36,0
j,8
0,0
0,0
0,0
0,0
0,1
0,2
AGRIroLASElABORADOS 75,1 75.9 77.9 21,8 19,0 20,8 2,' 3,. 3,2
=YCUEROS
MADERA Y M11EB1ES
5.,5
48.4
H.4
43,1
5S,S
37,9
34,9
34,6
31,4
39,7
35,1
44,1
','
5,5
11.7
.,2
',1
9,'
PAPELEIMPRENTA 30~~_?,~ n. S 67,8 __ _69,S_ ~-,5.L_ ---.l,S 4,0 t,1
FUEN'l'B: Calculos CIDSE. BlSIldos en DANE. Cuentas NaciOt\l.ICl_ Matri.ce& Insumo Prod\lC\:o ¡96S - 1986,
-
~
CUADRO No. 7.14
RELACION IMPORTACIONES
DEMANDA AGREGADA TOTAL
SECTOR AGROINDUSTRIAL
(%)
1965 1975.76 1985 ·86
522
CUADRO No. 7.15
ELASTICIDAD INGRESO IMPLlCITA DEL GASTO EN ALIMENTOS
SALARIOS MINIMOS
PROMEDIO
MAS DE 2 MAS DE 3 MAS DE 5 MAS DE 8
HASTA 3 HASTA 4 HASTA 6 HASTA 9
FUENTE: Tomado de SAC,"Revista Nacional de Agricultura"No. 882, marzo de 1988. Cuadro lO, pago 125.
(Calculos basados en DANE, Encuesta de presupuestos familiares 1985).
...,
\J\
...,
,
dos los de origen agroindustrial, muestran elasticidades ingreso promedio inferiores
a uno, lo cual se traduce en una menor participación del gasto en alimentos en el
ingreso total de los hogares, como lo demuestra la sustancial reducción del gasto en
alimentos agroindustriales, como propon:ión del gasto total, que se presentó en la
nueva canasta de consumo (1984-85) frente a la del año de 1970. Esta drástica
reducción también se presentó dentro de los grupos de ingresos más bajos (hogares
con ingresos hasta de 3 salarios mínimos del respectivo año).
De acuerdo con las cuentas nacionales, el crecimiento del consumo final de los
alimentos agroindustriales sostuvo un ritmo relativamente alto en el período 1970-
1986, en el cual se destaca el de los sectores de azúcar y el de otros agrícolas
elaborados (Cuadro No. 7.17); la información desagregada revela que el consumo de
los alimentos agroindustriales mostró una ligera tendencia hacia la reducción de su
participación en el consumo total; a nivel de los distintos componentes, el consumo
de la industria de carnes mostró una reducción más acelerada en su participación en
el consumo total. En general, el comportamiento de la participación del consumo de
bienes agroindustriales en el consumo total, no mostrú una caída acelerada, como lo
sugieren las elasticidades ingreso ya mencionadas. Esta contribución pasó de un
21.4% en 1965 a un 19.9% en 1986.
lO La estimación se realizó con base en las mismas cuenLaS nacionales, a lTavés de la siguiente ecuación :
LnC = Ina - b Ln P + d l.n Yd
Siendo LmC = Logaritmo del Consumo del bien i; LnP = Logarilmodel Precio real del bien í ; Yd= Logaritmo
del Ingreso disponible Teal de los hogares.
524
CUADRO No. 7.16
PARTICIPACION DEL GASTO EN ALIMENTOS EN EL GASTO
TOTAL SEGUN NIVELES DE INGRESO.
(15 CIudades) (%)
SALARIOS MINIMOS
RUBROS DE GASTO
Entre Entre Entre Entre
Hasta 1 1 y 2 2 Y 3 3 Y 6 6 Y 9 9 Y mas
FUENTE: Calculos con base en DANE. Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos. Marzo 1984·Feb.1985.
U\
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IV
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CUADRO 7.17
TA.SA.S DE CRECIMIENTO DEL CONSUMO FINAL DE HOGARES
Y SU PARTICIPACION EN LA DEMANDA AGREGADA
TOTAL DEL SECTOR AGROINDUSTRIAL
sin embargo, hay que advertir que un gran número de estas ecuaciones están
afectadas por fenómenos de autocorrelación'l. De acuerdo con estos resultados,
sobresalen las alIaS elasticidades ingreso que presentan los sectores de pesca, aceites
y grAsas, y, especialmente el de otros alimentos, que incluye las productos de los
sectores de conservas de frutas y legumbres, confitería, etc.
Para el caso de los sectores de pesca y otros alimentos, no son extrañas estas
elasticidades, pero sí la del sector de aceites y grasas. Independientemente de
" Las elasticidades ingreso calculadas soo un promedio para el total del periodo, Lo más probable es que éstas se
hayan venido reduciendo en el tiempo, lo cual explicaría las bajas elasticidades encontradas según las
encuestas de presupuestos familiares. Esto reforzaría lo ya expresado acerca de la culminación del ciclo de
vida de los productos agroindustriales tradicionales de g1'an consumo masivo.
526
CUADRO No. 7.18
ELASTICIDADES DEL CONSUMO FINAL DE HOGARES ALIMENTOS
1970·1986
Sin embargo, las elasticidades ingreso, al estar calculadas para grandes grupos de
alimentos, influenciadas por aquellos productos de mayor consumo, y al no diferen-
ciar en algunos grupos de alimentos su origen agroindustrial, no logran captar el
527
comportamiento de las demandas de una serie de productos específicos de origen
agroindustrial. Al desagregar estos grupos. se encontrarla que algunos de los pro-
ductos que lo integran pueden poseer elevadaS elasticidades ingreso; así. por ejem-
plo, productos como salsa de tomate, sopas vegetales y yogur, incrementan signifi-
cativamente su participación en el gasto total en el grupo de ingresos medios, al
compararla con la que poseen en los grupos de ingresos bajos.
Dentro de estos bienes pueden destacarse la carne aviar, los embutidos, conservas de
frutas y hortalizas, margarinas, derivados lácteos, mayonesas y otros diversos. Se
trata, en general. de productos que forman parte de la agroindustria moderna y que
presentan un alto grado de elaboración.
" Simulaciones de efectos sobre el PIB total por inaementos en conslmO, expoJ'lacioncs y elaboración de
productos agroindustriales arrojan resullados muy significaúvos. Vermás detalles en el CapítulolX, "Escenarios
Futuros: El Crecimiento y los Recursos Nalumcs".
528
agroindustria de conservas, inducen a pensar que en una expansión del consumo a
través de un abaratamiemo relativo de estos productos, colaboraría a transfonnar los
hábitos de consumo predomioames en Colombia (favorables al consumo de frutas y
hortalizas frescas), que atentan contra la industrialización de estos bienes.
Salvo en las industrias de azúcar, carnes y pesquera y, por supuesto café, las
exportaciones agroindustriales no han sido un factor de impulso de la agroindustria
alimentaria, pues son muy reducidas y ocasionales, y no desempeftan un papel algo
significativo en el proceso de expansión de las actividades agroindustriales produc-
toras de alimentos. El coeficiente exportaciones/valor de la producción no sólo es
reducido sino que, adicionalmente, no ha manifestado una rendencia definida hacia
su expansión
23 La sustitución de importaciones
Sin embargo, existen sectores en donde las posibilidades de una sustitución eficiente
de importaciones son amplias, en la medida que el país parece poseer la dotación de
recursos necesarios para su desarrollo. Estas actividades son, fundamentalmenre,
529
'CUADRO No. 7.19
COLOMBIA: RELACION EXPORTACIONES I VALOR BRUTO
DE LA PRODUCCION A PRECIOS CONSTANTES
DE 1970
(%)
3113 3121
AÑO FRUTAS Y PRODUCTOS
LEGUMBRES ALIMENTICIOS
ENVASADAS DIVERSOS
530
Los anteriores ejemplos muestran cómo la industrialización de esta producción fue
decisiva en la modernización de la agricultura colombiana, y en la modificación de
la estructura de los cultivos.
Hacia 1965 el grado de profundización, medido por el porcentaje que representan los
bienes agropecuarios usados como insumas por la agroindustria en el valor de la
producción agropecuaria, alcanzaba a un 53%, mientras que en 1986 este porcentaje
se había incrementado a un 55%. Pero el responsable de esta mayor profundización
fue el sector de café; al excluirlo, la participación de los insumas agropecuarios en la
producción agropecuario se revela como relativamente constante, alrededor del
42%; algo similar aconteció con la agroindustria alimentaria, sin café, en donde este
porcentaje se mantuvo en una cifra que gira en tomo del 39% (Cuadro No. 7.20). Es
conveniente aclarar que estas cifras incluyen las importaciones realizadas por la
agroindustria, por tanto pueden sobrestimar el efectivo grado de profundización.
" Es curioso este cOffi¡x:¡rtamicnlo. No se encontró ninguna asociación enfre cambjos en la oferta agrícola,
medidos a lfavés del índice de volúmen físico de producción de las cuentas nacionales, y cambios en los
531
-VI
W
N
08 09 10 11 12 15 -TotAL TOTAL
CAFE CARNES TRANSF LACTEOS AZUCAR OTROS SIN
ELABORADO CEREALES AGRICOLAS CAFE
13 BEBIDAS 2,42
14 TARACO ELARORADO 0,81
16 TEXTILES Y CUEROS -0,58
1UI'ALAGROINDUSTRIAL 3,74
01 AGROPECUARIO 3,51
a la opinión más generalizada, los insumos agropecuarios no parecen haber sido los
responsables de las tendencias que se advierten en los precios de los productos
agroindustriales.
precios reales de los insumos agropecuarios. Esto sugiere la influencia de las importaciones. Pero este
canponamiento también pone en duda, en el caso de Jos bienes agroindustriales. las tesis acerca de las
relaciones entre los precios de los productos agrícolas y la inflación.
533
A pesar de este ambiente favorable. los precios de los productos agroindustóales
tuvieron un comportamiento contrario. induciendo un comportamiento de los pre-
cios relativos (insumos agropecuariosl producción agroindustóal) favorable a la
agroindustóa (Cuadro No. 7.22). Este comportamiento sugiere que las presiones de
demanda sobre los productos agroindustriales no necesariamente se traducen en
mayores precias de los insumos agropecuarios. en la medida que las importaciones
compensen las deficiencias internas; a esto también contribuye el hecho de que las
materias primas por ser no perecederas se pueden almacenar y así disminuir la
estacionalidad de los precios; pero estas presiones sí pueden traducirse en mayores
precios de los productos agroindustriales. En estas circunstancias, es la propia
agroindustria la mayor responsable del encarecimiento de sus productos.
Habría que seíl.alar sin embargo, que la agroindustria. logró penetrar con mayor
intensidad en todo un conjunto de productos agrícolas. especialmente en el ramo de
frutas y hortalizas; sin embargo. su incidencia es aún muy débil.
" El mejor ejemplo de este progreso técnico en la agricultura 10 ofrece la industria arucarera, en donde se han
logrado mayores rendimientos de azúcar por unidad de caña.
534
a '~~--, ..
08 09 10 11 12 15 TOTAL TOTAL
CAFE CARNES TRANSF LACTEOS AZUCAR OTROS SIN
ELABORADO CEREALES AGRICOLAS CAFE
Nota: Se utilizo como deflactor del consumo intennedio y del valor bruto de
]a produccion el índice de precios implicitos del PIB Agropecuario.
FUENTE: Cálculos CIDSE, basados en Cuadros 23 y 24 del presente informe.
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....
W
D. EXPANSION AGROINDUSTRIAL, EXPORTACIONES
y SECTOR AGROPECUARIO
Como se mencionó anteriormente, las demandas sobre aquellos bienes agroindus-
triales que tienen un mayor peso en el producto agroindustrial, son cada vez más
inelásticas al ingreso, lo cual le impone lúnites a la capacidad de expansión de la
agroindustria alimentaria y al mismo sector agropecuario proveedor de sus insumos.
En la medida en que las demandas de insumos de origen agropecuario de la
agroindustria, llegan a representar en la actualidad cerca del 53% de las demandas
totales del sector agropecuario, un menor dinamismo de ellas repercutirá sobre la
expansión de este sector (Cuadros Nos.7.24 y 7.25).
Pero esta vía también encuentra límites, dada las reducidas elasticidades precio de la
demanda. Queda, sin embargo, una alternativa de crecimiento a través de compras
gubernamentales destinadas al consumo subsidiado de los grupos sociales de más
bajos ingresos. De otra parte, las exportaciones de productos de la industria agroali-
mentaria tradicional no cuenta con favorables condiciones en los mercados tradi-
cionales.
Además, es conveniente advertir que las demandas de carne aviar muestran una gran
dinámica, lo cual repercute sobre la industria de alimentos concentrados y ésta sobre
la oferta de sorgo, torta de soya y harinas de pescado. Estos sectores tienen así
grandes perspectivas de expansión.
536
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09 10 11 12 13 14 15 TOTAL
TRANSF OTROS AGROINDUS
CARNES CEREALES LACTEOS AZUCAR BEBIDAS TABACO AGRICOLAS
FUENTE: Cálculos CIDSE con base en DANE, Cuentas Nacionales· Matrices [nsurnQ
Producto. 1965-1986.
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00
FUENTE: Cálculos CIDSE, con base en infannación DANE. Cuentas Nacionales - Matrices Insumo
Producto 19765 - 1986.
(i
CUADRO No. 7.25
TASAS DE CRECIMIENTO. DE LARGO. PLAZO. DE LA PRo.DUCClo.N y DEL
Co.NSUMo. INDUSTRIAL DE BIENES AGRICo.LAS. 1975-1987
(%)
539
Mejores condiciones de costos podrian inducir a un abaratamiento relativo de estos
productos y una expansi6n más rápida de su consumo, dada la elasticidad precio de
la demanda relativamente elevada de estos bienes; pero, adicionalmente, los merca-
dos internacionales de esta amplia gama de productos que componen la industria de
conservas, presentan amplias perspectivas: no sólo alcanzan una gran dimensión
sino que, además, muchos de los productos que la integran gozan de un gran
dinamismo.
Tanto por los niveles de ingreso per-cápita hasta ahora alcanzados. como por las
preferencias de los consumidores hacia los productos frescos, los mercados internos
no parecen tener la fuerza suficiente como para arrastrar una transformación más
acelerada de las condiciones de producción y comercialización de la producción
agrícola de frutas y hortalizas, y para lograr que el sector industrial transfonnador de
estas materias primas logre !asas de crccimiento lo suficientemente dinámicas como
para ampliar significativamente su contribución al producto industrial.
540
Por su parte, los mercados internos tienen en aquellos productos que han logrado una
mayor difusión de su consumo -salsa de tomate, arvejas en conserv~, una gran
potencialidad tanto por sus elasticidades ingreso como precio.
En un proceso como éste la agricultura tiene una gran responsabilidad; no basta con
obtener altos rendimientos: se requiere de sustanciales mejoras en la calidad de los
productos, en la estabilidad de su producción, y en los sistemas de comercialización,
acopio, conservación y transporte interno.
Sobre el sector agrícola los impactos sí serían más intensos. En la actualidad, las
frutas y hortalizas contribuyen con un 8% al producto agropecuario; suponiendo que
el crecimiento del sector agroindustrial del 10% jalone a un 4% de esa contribución,
el efecto de crecimiento sobre el sector agrlcola serla del orden del 0.4%. Este
impacto sería mucho mayor si sumamos los efectos indirectos de transfortnaciones
tecnológicas de todo orden en el campo de los rendimientos agrícolas, sistemas de
comercialización y conservación de alimentos, y sistemas de transporte.
De acuerdo con un estudio de CEGA '7, en la nueva canasta de consumo los bienes
agroindustriales incrementaron su participación dentro del gasto de alimentos a
niveles del 70% (Cuadro No. 7.26).
541
CUADRO No. 7.26
PARTICIPACION DE LOS ALIMENTOS AGROISD¡;STRIALES
EN EL GASTO, EN ALIMENTOS
Y EN EL GASTO TOTAL SEGUN NIVELES DE INGRESOS.
542
Las actividades agroindustriales tienen en este sentido una mayor responsabilidad en
la seguridad alimentaria, y su comportamiento en términos de expansión y de
precios aparece como decisivo en la oferta alimentaria y en el acceso a su consumo.
Independientemente de las condiciones de oferta de los insumos agropecuarios
básicos, resulta obvio que la eficiencia de la agroindustria y su desempeflo en el
mercado son igualmente decisivos tanto en la oferta alimentaria como en el acceso
de la población a los bienes básicos de consumo.
Sin embargo, una observación más detenida de la distribución del valor agregado de
los distintos sectores que componen la agroindustria alimentaria por departamentos,
muestra que su localización sí ha estado influida por la cercanía a los centros
abastecedores de materias primas (Cuadros No. 7.28 y 7.29): excluyendo el Valle
del Cauca, en donde la localización de la industria azucarera estuvo determinada por
su cercanía a los centros productores de caña de azúcar, se observa que las industrias
" Un análisis detallado puede verse en CEGA, "8 modelo Grajales, transformación de una economía campesina".
Págs 113-117, Op. cil.
543
CUADRO N•• 7.28
PARTICIPACION DE LA AGROINDUSTRIA
EN LA INDUSTRIA DE LOS DEPARTAMENTOS.
1984
544
CUADRO No. 7.151
P1S'1'l1:IBUCJOJ'l PORCENTUAL Df!,L VALOR AGREGADO AGROINDUSTlllAL pOR DEPARTAMENTOS 1981.
TOT"- B11 :nu lltJ 3114 HU )116 3117 HU H1\I JIU HU 3113
'l'<rrAL""""",, 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 \00,0 100,0 100,0 100,0 100,0
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desconccntraci6n espacial de la producci6n industrial y al proceso de industrializa-
ción de muchas regiones colombianas.
Durante las últimas dos décadas, el valor real de las exportaciones menores agrope-
cuarias creció a un ritmo promedio anual de 5.7%, al pasar de US$261.6 millones en
1970, a US$745.4 millones en 1988. Sin embargo, este desempeíio, aunque satis-
factorio, estuvo caracterizado por fluctuaciones fuertes y definidas. La gran expan-
sión tomó lugar en 1970-1975, con un incremento anual promedio de 11.9%, que
elevó las exportaciones de US$ 261.6 millones a US$ 513.6 millones; en la segunda
mitad de la década de los 70, el auge exportador se extinguió, y s610 se reinició en los
años ochenta al crecer las exportaciones en 42% anual: de US$ 411.3 millones en
1979 a US$ 585.7 en 1980. Sin embargo, aparecieron signos nítidos de declinación y
estancamiento entre 1981-1985. Un nuevo período de prosperidad se present6 entre
1986-1989, con excepción de 1987, con tasas de incremento anual por encima de
546
19% que llevaron el nivel de exportaciones a un registro histórico de US$ 745.4
millones en 1988, casi tres veces el nivel de 197039•
39 Los valores reales de las exportaciones fueron deflactados por el índice de precios mayoristas de los Estados
Unidos. Cuadros con Infonnación detallada se pueden ver en CIDSE, Uni\'ersidad del Valle, "Exportaciones
Agropecuarias, Seguridad Alimentaria y Agroindustria en el Desarrollo del Sector Agropecuario", Infonne
para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario. Cali, noviembre de 1989.
547
Colombia pasó a ser menos dependiente del sector agropecuario, pero acentuó en el
largo plazo su dependencia del sector primario de la economía, como fuente de
divisas. Dichos sectores generan muy poco empleo y tienen bajos efectos de arrastre.
Obviamente la importancia relativa de las exportaciones menores agropecuarias
sobre el total también decayó: de un promedio de largo plazo de 16.5% a poco más
de 12%, recientemente. Cuadro No. 7.30.
Los datos anteriores llaman a la reflexión sobre las reales posibilidades de lograr
efectos profundos sobre la economía, con una estrategia de crecimiento fundamen-
tada en las exportaciones agropecuarias menores; sin duda la estrategia tendría
impactos importantes en los subsectores involucrados, pero probablemente bastante
limitados sobre el conjunto de la economía, más aún en presencia del cambio de
estructura del comercio exterior, que deprimió la importancia relativa de dichas
exportaciones.
~(I Vanek, Jaroslav. "A case sludy in devclopment analysis: futurc [oreign resource requi.remenls of Colombia".
AISRP, 1964.
548
,
TOTAL EX· TOTAL ~XP EXP AGROPI ACROPECUARIAS MENORESI AGROP MENORESI
AÑO PORTACIONES AGROPECUARIAS TOTAL EXP MENORES TOTAL EXP TOTAL EXP AGROP
Ol ! 2l !3l= 211 (4 ) (51=411 (6)=412
FUENTE: MINISTERIO DE AGRICUL11JRA, ANUARIO DE 1985 Y 198B- ESTADISTICAS DEL SECfQR AGROPECUARIO,
PAGS 3, 4 Y S DEL ANUARIO DE 1988 Y PAG 4 DEL ANUARIO DE 1985.
lA
~
v.
v.
o
AÑO 1970 1974 1978 19&2 19&4 1985 1936 1987 1988
EXPORTACIONES AGROPECUARIAS 8,4 6,8 8 7,2 7,5 7,3 7,8 7,5 7,6
PIBTOTAL
EXPORTACIONES AGROPECUARlAS 33 29,6 34,6 32,6 33,9 33,8 36,6 34,7 35,6
PIB AGROPEC1JARIO
EXPORTACIONES DE CAPE 23,3 21,8 24,6 23,5 25,8 24,9 27,6 25,2 23,4
PI8 AGROPECUARIO
OTRAS EXPORTACIONES AGROPECUARIAS 2,5 1,8 2,3 2 1,8 1,9 1,9 2,1 2,6
PIBTOTAL
,
del café. eran altamente sensibles a la tasa de cambio y los incenti vQs4l. En un punto
intermedio. Sheahan y Oark. en 1967. suponiendo que la elasticidad de la demanda
mundial por nuestras exportaciones menores resultaba irrelevante. debido a la
insignificante participación de Colombia en el mercado mundial. concluyeron que
" .. .la elasticidad de reacción es tal. que el cambio porcentual en exportación es casi
igual al cambio porcentual en la tasa de cambio"". Y esta conclusión fue ratificada
sucesivamente por los estudios de Urdinola y Mallan" en 1967. Johnson en 196844 y
Teigeiro y Nelson en 197345 • En este último estudio. la prueba de sensibilidad del
subgrupo de exportaciones menores agrícolas a los movimientos del tipo de cambk
real efectivo arrojó un estimativo de 5.42 para la elasticidad.
" Aliber, Robert. "Ecooomic Palicies and thc Panem of Colombi.a Trade and DeveJopment" SPS-TR-3, 1964.
Sheahan. John y Sara Qark. "The response of Colombian exports 10 variations in effective exchange Tates",
" Research Memorandum No.JI, Cemer of Economic Dcvclopmcnt, septiembre, 1967.
" Urdinola Antonio, Malloo, Richard. "Policics to promole co)ombian exports oC manufactures", EcononUc
.. Development Report No. 75, Center for Intemational Affairs, septiembre 1967.
Johnson, Laland, L.. "The question of greater exchangc rate flcxibility in Colombia", Research Memorandum
No. 5545, V.S. AID, agosto 1968.
Teigeiro. José D. y KA. Nelson. "El crecimiento de las exportaciones menores y el sistema de fomento de las
exportaciones en Colombia". Revista del Banco de la República, junio, 1913.
Dial-Alejandro, Carlos. "Las exportaciones menores colombianas". FEDESARROLLO (mimeo Bogotá,
enero 1973) y "Foreign lfade regimes and economic dcvclopment". NBER, N.Y. 1976.
Cardona, Martha Helena. "El crecimiento de las c:xportacíones menores y el sistema de fomento de las
.. exportaciones en Colombia". Revista de Planeaci6n y DesOI'rollo. Vol IX, No. 2, septiembre 1977.
Ocampo, José A. "PolíLica económica bajo condiciones cambiantes del sector externo". Ensayos sobre
polúica económica, septiembre 19&2.
" VilIar Gómez, Leonardo. "Delennman1eS de la evolución de las exponaciones menores en Colombia, 1960-
1981". Coyun.tura Económica. Vol. XXIV, No. 3, octubre 19&4.
551
Una crítica válida a casi todas las investigaciones anteriores es. de un lado. que
engloban en un solo modelo todas las exportaciones primarias menores. y de otro
que por su carácter general los modelos. simplemente pasan por alto especificidades
importantes del mercado de exportaciones. Un intento de explicar los determinantes
de las exportaciones por productos fue realizado por Rojas"'. y los resultados que a
continuación se presentan constituyen un refinamiento del ejercicio inicial.
C. RESULTADOS EMPIRICOS
Por otra parte. la oferta exportable de algodón y tabaco. entre varias especificaciones
alternativas. está también explicada por la producción y en menor grado por los
precios reales recibidos. en estos casos basados en los precios F.O.B. La oferta es
moderamente inelástica a los precios reales. y más inclástica en el caso del algodón
Rojas Ubreros, Gentil, "Tipo de Cambio y ~por1-aciones Agropecuarias", Bolel{11 Sodoeconómico, No. 17,
" CIDSE, marzo 1987, Universidad del Valle.
A propcSsito del irrealismo del supuesto sobre la demanda perfectamente elástica, una observación es que el
" modelo de oferta presentadQdebcrla haber sidocomplemenladopor uno de demanda, para llegar a estimaciones
en las que los precios en dólares como las cantidades exportadas se detenninen de manera simultánea por la
interacción de)3 oCerta y la demanda, Este ejercicio no pudo llevarse a cabo por la ausencia de datos sobre la
demanda mundial de importaciones 'j los precios relativos de demanda, tamo para bananos como pal'll flores.
552
CUADRO Nu.7.31
Rr.sUMEN VR 1<1JNCIONES CON ~Mr.JOR" AJU~íE
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VI
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VI
(1) AUfOCORRF..I.AClON
(2) NO Atrr'OCORRBlAOON
(1)AUI'OCORRElACIONINOERTA
(4) REZAGADO UN ARo
Entre estos resultados llama la atención la poca relevancia del tipo de cambio,
alrededor de la cual se ha supuesto que gira la rentabilidad de las exportaciones, y
que en consecuencia es un instrumento de política económica de manejo cotidiano.
Aunque los diferentes trabajos no son concluyentes, cabe esperar que la tasa de
cambio sea mucho más importante en el largo plazo que en el corto. En el largo plazo
las distorsiones en la tasa de cambio afectan la estructura de la producción y su
orientación al mercado internacional e interno.
Es bien claro que los precios en pesos recibidos por los exportadores, dependen del
tipo de cambio, y cuanto mayor sea éste mayor será también el incentivo para
exportar; pero la evidencia parece también sugerir que la efectividad de la tasa de
cambio como incentivo a las exportaciones menores, depende de mecanismos
complementarios como inversiones públicas en infraestructura y desarrollo tecnoló-
gico. Cabria esperar entonces que la sensibilidad de las exportaciones al tipo de
cambio esté directamente relacionada con el nivel de desarrollo de un país.
La década de los afios 70, se caracterizó por alzas en los precios reales de exporta-
ción de banano, flores y tabaco, y hacia comienzos, entre 1970 y 1974, azúcar y
algodón se vieron altamente favorecidos: los precios de aquel se triplicaron y
algodón alcanzó en 1973 un nivel histórico de US$ 2.1 lO/tonelada; pero el resto de
la década fue desastroso para ambos bienes. Este período de relativa bonanza
coincidió por un lado con una época de expansión de la economía mundial, que tuvo
su período culminante de 1965 a 1973 52• En coexistencia con los precios favorables
de las exportaciones y el relativo dinamismo de la economía mundial, Colombia
" Banco Mundial, "Informe sobre el Desarrollo Mundial 1983", Washington, D.C., pp. 11-12.
555
puso en práctica una política económica que tendió a gravar no sólo a las exporta-
ciones agropecuarias sino a la producción agropecuaria en general".
2. Ventajas Comparativas
" García, Jorge, "The Effects of Exchange Rates 8Jld Commercial PoJicy on Agricultuml Incentives in Colombia
1953-1978", IFPRI, junio 19&1, Y G.G, Echc\<erry, "E¡truc1ura de la Protección Arancelaria y Para-arancelaria
en Colombia Después de las Reformas de 1979", en Revista de P!oneación y Desarrollo, volumen XI, No. 2,
mayo-ag<H>lQ 1979, Ymás recientemente GUlennan Lía, "Determinación dellmpaclo de las Políticas Directas
de Precios sobre la Agricultura, Resumen", Infonne Final para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario,
julio, 1989, pág. lO.
" Para los detalles, consultar Rojas Libreros, Gentil. "Evolución de las Exportaciones Agropecuaóas", en
Machado Absalón. Coordinador Problemas Agrarios Colombianos, Siglo XXI y CEGA, 19&6, pág. 130.
" Kuwayama Mikio, "La Comercialización Internacional de Produclos Básicos y América Latina", en Revista
CEPAL, No. 34, abril 1988, pág. 82.
" Gutetman, ap. cit.
556
mento en los precios relativos de los insumas transados en comparación con los no
transados, debido a la devaluación, son los factores responsables del detetioro"". La
pérdida de ventaja comparativa en sorgo, algodón y maíz convierte a una región
altamente productiva en proveedora costosa de alimentos y matetias ptimas; afecta
los niveles de precios internos y el bienestar de los consumidores, pero lo más grave
es que resttinge el crecimiento de la agticullllra a las posibilidades limitadas del
mercado interno, al hacer imposible vender en el exterior estos bienes directamente
o procesados. Tabaco. fríjol y arroz mantenían. con todo. un nivel favorable de
ventaja comparativa, mientras que soya estaba en la frontera de dicha ventaja.
..
Un estimativo más reciente tiende a confirmarlas tendencias analizadas. Entre 1981
y 1988 la ventaja comparativa en soya. sorgo, ccbada. fríjol. prácticamente desapa-
reció. y aunque se redujo en algodón y arroz. estos bienes mantuvieron un buen nivel
de competitividad. (Cuadro No. 7.34).
Desde el punto de vista del diseño de una estrategia hacia afuera. con fuerte
componente de exportaciones agropecuarias en presencia de tendencias declinantes
de precios internacionales, la implicación es que el Estado debería utilizar la polftiea
económica para de un lado, impulsar la producción con ventaja comparativa. y de
otro. inducir un proceso gradual de conversión de aquella producción que carece de
esta ventaja.
557
U>
U>
00
ALGaJ<>! Hi32S 94030 54,49 19\1,4 Da77 11163 149,8 9,24 0,08
55069 331456 299,18 llZ8,O 52917 25199 84,2 S2,76 0,08
ARROZ 6976 34203 697.4 16734 3891 71,4 11,14 0,11
27199 86419 283,9 60692 12644 42,3 lIO,30 0,17
OlBADA 8680 13730 280,0 8227 4840 SII,S 45,41 0,46
36636 40830 136,5 38120 20063 67,1 527,80 0,97
FRIJOL 18788 31728 641,0 4731 6758 124,0 35,93 0,24
93306 123311 412,2 17152 24503 81,9 282,50 0,25
SORGO 7078 11384 232,1 9245 4402 80,S 46,77 0,53
24585 33600 112,3 18333 \0494 35,1 318,33 0,45
SOYA 12292 31728 647,0 11046 5523 101,4 22,53 O,J9
como la propomon di: «nI~ domc:sliws por 1UJidad de divisa nela obtenida o abonada con la lasa di: cambiu
~~¡~u;.;. :00 de libra, lID. compono:ntE. de los ,fertilizanles, rml.il de la ti.ma y tran5pl>1'Ie intemll,
vigilancia de precios es en buena medida responsable de la escasa competitividad en
productos lácteos. En cuanto a frutas y hortalizas, el insuficiente desarrollo comer-
cial de la producción primaria, y las deficiencias en el acopio y el manejo postcose-
cha, afectan desfavorablemente las posibilidades de exportación· l .
En esta sección del infonne destacamos algunos factores distintivos que probable-
mente han desempeñado un papel importante en el dinamismo y la continuidad de
las exportaciones de banano y flores. En condiciones más o menos similares de
polftica económica, capacidad empresarial y demanda potencial en el sector externo,
entre otras, dichos factores habrían marcado la diferencia en la evolución observada
entre los distintos grupos de exportaciones. En particular, se sugiere que la integra-
ción de las funciones productivas con las de comercialización, los costos de trans-
porte, la orientación hacia el exterior y la dotación y disponibilidad de algunos
recursos, son en medida no cuantificada pero significativa, los factores de éxito de
las exportaciones de banano y flores.
"
62
lbid.
Rojas, op. cit.
559
bananero está en su totalidad en poder del capital nacional, a través de tres empresas:
Uniban, que es la más importante, Proban y Banacol.
., Mejía Lázaro, "Los Bananeros y la Zona de Urabá", Deslinde, Revista de CEDE1RABAJO, No. 3, enero
. 1988, pág. 8.
Uniban, 1~66·1988, pág. 22 .
" El paletizado consiste en colocar en estibas de madera 48 cajas en 8 niveles, con lo que se ha oonseguído
reducir el número de operaciones de manipulación de las cajas, mejorando la calidad de la fruta y reduciendo
560
B. COSTOS DE TRANSPORTE
Por las características inherentes de las flores, el transporte juega un papel funda-
mental en la comercialización. Es conocido que la totalidad de la producción
exportada se realiza por vía aérea. La localización de los cultivos más importantes en
la Sabana de Bogotá. Antioquia y Cauca es estratégica en este sentido. pues está
cerca a los aeropuertos y bien conectada a la red de vías; en consecuencia. los costos
de transporte interno se han reducido y se estima que constituyen un porcentaje
menor del precio de exportaciónn
561
C. ORIENTACION HACIA EL EXTERIOR Y DOTACION DE RECURSOS
Asocolflores considera que entre los factores que han influido en el surgimiento y
desarrollo del cultivo, están "unas buenas condiciones ecológicas del medio. funda-
mentales para desarrollar los tipos de flores que se producen actualmente"77. No sólo
las condiciones climáticas y de suelos han sido importantes; entre los recursos
disponibles. la mano de obra. que representa el 60% del costo de producción,
también ha contribuido al éxito exportador. En efecto un estudio sobre las condicio-
nes que afectan a las mujeres trabajadoras de los cultivos de flores de la Sabana de
562
Bogotá concluyó que "un factor notable en el desarrollo de los cultivos de flores, es
el hecho que la disponibilidad de la mano de obra femenina a costos muy bajos ha
hecho posible la competitividad de las flores colombianas en los mercados mundia-
les"". Como ocurrió también en el caso del banano, la existencia inicial de fuentes
de ventajas comparativas como el medio ecológico y los costos de transporte y mano
de obra, fueron consolidados con la rápida adopción de tecnología utilizada en otros
países como Holanda, el principal exportador, pero también con la introducción de
avances tecnológicos autóctonos.
" Vargas Gloria, Mujeres y Flores en la Sabana de Bogotá, CIMIDEA, Colombia, 1982, pág. 75
563
Capítulo VIII
POLITICAS MACROECONOMICAS
y DESARROLLO AGRICOLA
INTRODUCCION
Uno de los aspectos de mayor interés en los enfoques más recientes sobre el sector
agropecuario, se refiere al impacto de las polfticas macroeconómicas sobre su
comportamiento y sobre los incentivos derivados de las políticas sectoriales. La·
subestimación del papel de los precios en la producción agropecuaria, así como la
concepción corriente sobre las contribuciones de la agricultura al desarrollo econó-
mico, según la cual el sector desempefla un papel puramente residual, condujeron a
un considerable descuido respecto de las relaciones entre las polfticas generales
macroeconómicas, los incentivos sectoriales y el desempeflo agropecuario'.
La revaloración del sector agropecuario, junto con una mejor comprensión del papel
de los precios, ha conducido a mostrar, particularmente, el efecto de las políticas
comerciales y cambiarias sobre los distintos precios relativos, vía tasa de cambio
Para consideraciones mas detalladas sobre los aspectos involucrados en esta discusión, véase, Bejarano Jesús
A., DNP, en "Agricultura y Políticas Macroeconómicas", Revista de Plane.ación y Desarrollo, 01 XXI, Nos. 3
y 4. Bogotá, Julio-Dic. 1989. Véase también entre otros García Jorge, "The Effects of Exchange Rates and
Commercial Policy on Agriculturallncentives in Colombia: 1953-1978". Research Reporl No. 24 IFPRI,
Jumo 1981; Montes Gabriel, "La Tasa Real de Cambio, La Política Comercial y el Crecimiento Agropecua-
rio", SAC, Revista Nacional de Agricultura, No. 876, Sept. 1986; Valdés Alberto, "Impact of Trade and
Macroeconomic Policies and Agricultural Growth: The South American Experience", IFPRI, Reprinl No. 96,
1986; Chiber Ajay y Wilton John, "Las Políticas Macroecon6micas y el Rendimiento Agrícola en PaíSel> en
Desarrollo", Reyisla Finanzas y Desarrollo, Sept. 1986; Krueger Anne, Schiff Maurice y Valdés Alben.o,
"Agricultura! Incentives in Developing Countries: Measuring The Effect of Sectorial and Econorny-wide
Policies", The Word Bank Economic Relliew, Sept. 1988,
565
real y en consecuencia, sobre el desempeño sectorial, como quiera que aquellas
suelen traducirse en un sesgo contra la agricultura respecto de los demás sectores'.
Por otra parte, al definir los incentivos sectoriales, tales como subsidios a los
insumos, precios de sustentación, crédito dirigido, etc., suele hacerse caso omiso del
papel que juega la política macroeconómica; de hecho, las políticas generales
comúnmente afectan la eficiencia de los incentivos, y muchas veces anulan sus
alcances.
Por otro lado, algunos estudios analizan los efectos del gasto público, tanto directos
a través de la inversión estatal, como indirectos sobre el sector3 , el argumento en este
caso es que un aumento del gasto público genera un aumento de los precios
domésticos frente a los de los sectores comercializables. 10 cual actúa también en
contra de la producción agropecuaria compuesta principalmente por bienes comer-
ciables.
Entre los fenómenos estudiados también está el del efecto de alteraciones en los
términos de intercambio. particularmente las causadas por un aumento repentino del
'Véase entre otros Gareía Jorge, "The Effects of Exchange Rates and Cornmercial Policy on Agricultural
Incentives in Colombia: 1953-1978". Research Report No. 24 IFPRI. Junio 1981; Montes Gabriel, "La Tasa
Real de Cambio, La Poütica Comercial y el Crecimiento Agropecuario", SAC Revista Nacional de AgriculJu-
ra, No. 876. Se¡x. 1986; Valdés Albeno, "ImpacI of Trade and Macroeconomic Policies and Agricultural
Growth: The South American Experience", IFPRI, ReprínJ No. 96, 1986; Chiber Ajay y Wilton John, "Las
Políticas Macroeconómicas y el Rendimiento Agrícola en Países en Desarrollo", Revista Finanzas y Desarro-
llo, Sept. 1986; Krueger Anne., Schiff Maurice 'j Valdés A1beno, "Agricultural Incentives in Developing
Countries: Measuring The Effecr of Sectorial Ilnd Econorny-wide Policies", The Word Banlc Economic
Review, Sept. 1988.
Valdés (1986), op. cit., García Jorge y Montes Gabriel, "Coffee Boom, Government Expenditure and Re1ative
Prices in Agriculture: The Colombian Experience", Research Report No. 68, IFPRI~ agosta 1988.
566
precio del principal producto de exportación, fenómeno que se ha denominado
"enfennedad holandesa". El aumento de los ingresos del sector exportador genera
un incremento en la demanda por bienes domésticos, y por ende de sus precios, y se
reduce así el precio de los bienes comercializables, además de que los recursos
fluyen hacia el sector en bonanza, lo cual puede ser agravado con el manejo de la
política fiscal y la tasa de cambio.
Sarmiento, Eduardo. Funcionamiento y Control de una Economía en Desequilibrw, Bogotá, CEREC, 1984.
567
El presente capftulo se propone un reexamen de los temas señalados, intentando
evaluar en las dos primeras secciones los efectos de diversas variables de polftica
macroeconómica sobre la producción agrícola; seguidamente se evalúan los impac-
tos de la protección efectiva industrial y agrícola sobre el desempeilo del sector
agropecuario y sobre su rentabilidad relativa frente a la de otros sectores, para, en la
cuarta sección, evaluar estos efectos en ténninos de las transferencias entre la
agricultura y el resto de la economía.
Finalmente, como quiera que las implicaciones del sesgo contra el sector pueden
transmitirse a toda la economía y afectar el crecimiento global, es necesario evaluar
los efectos de la discriminación contra la agricultura sobre el desempeíio global de la
economía. Para ello es imprescindible recurrir a modelos globales que pennitan
examinar el efecto del comportamiento agropecuario sobre variables macroeconó-
micas fundamentales, como son crecimiento, inflación y distribución de ingresos;
ello es relevante para el caso colombiano, en donde el sector agropecuario ha jugado
un importante papel en el desempeilo de la economía.
568
l. EVOLUCION DEL SECTOR AGRICOLA: 1950-19886
Para propósitos del análisis se establecieron tres sub-períodos en los que han
predominado ciertas características macroeconómicas generales. El primero de
ellos, que es también el más extenso, es el que comprende los aflos entre 1950 y
1967. La economía colombiana se distinguió en este período por una marcada
inestabilidad en sus condiciones macroeconómicas, dictada por las condiciones del
sector externo que determinaban un comportamiento de "pare y siga" en la política
macroeconómica. La estrategia de desarrollo predominante en esos años estaba
basada en la industrialización a través de la sustitución de importaciones y la política
agropecuaria se fundamentaba en el autoabastecimiento, limitándose las importa-
ciones a aquellas necesarias para subsanar los déficit internos y sujetando las
exportaciones a los excedentes del mercado interno.
Tanto esta sección como la siguiente se apoyan en FEDESARROLLO, "Relaciones entre la Poütica Macroe-
conómica y la Producción Agrícola", Informe para la Misión de Estudios del Sea.or Agropecuario, Bogotá,
noviembre 1989.
La revaluación del tipo de cambio con el fin de conjurar la amenaza inflacionaria generada por el influjo de
divisas, representó un retroceso para la política exportadora iniciada en 1967 que se acentuó con la reducci6n
de los subsidios a las exportaciones. El manejo monetario y fiscal que se llevó a cabo frenó también el impulso
que traía el crecimiento de la economía del quinquenio anterior, aunque en los últimos años de este peñodo se
aceleró fuertemente el crecimiento de estas variables. Se dio también en estos años W'I proceso de liberación de
importaciones que obedecía no sólo a la situación coyuntural de abundancia de divisas sino a una estrategia de
más largo plazo de liberalización del comercio exterior.
569
deterioro del sector externo, el gobierno adelantó un severo programa de ajuste' . A
partir de 1986 se dio un proceso de recuperación tras haberse restablecido los
equilibrios en el frente externo y fiscal.
La economía. colombiana registró sus menores ritmos de crecimiento histórico durante esos años, siendo éste
un comportamiento generalizado en todos los sectores de la economía.
Existen múltiples fonnas para el cálculo de los mismos, siendo el cociente entre el deflactor implícito del
sector agropecuario sobre el deflactor implícito de los demás sectores de la actividad económica una de las
más utilizadas.
" Estos precios relativos están calculados con el índice de precios al productor de los veintiséis principales
productos agrícolas. La constrUcción de este índice está explicada en el Anexo Metodológico del Informe de
FEDESARROLLO, op ci!. El denominador es el mismo deflactor implícito oe) producto no agropecuario.
" La producción cafetera debe analizarse por separado de las otras producciones agrícolas, ya que responde a
otros condicionantes y la fonna en que se ve afectada por la JXJütica macroeconómica es dúerente. De hecho,
la política macroeconómica resulta endógena a la evolución del sector cafetero.más que al contrario.
570
-
Grófico Ni.8.1a
1.2
1.\
0.8
110
100 i
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.95. '95' 196. 1966 19071 1976 \9" 196'
571
1. Sustitución de Importaciones: 1950-1967
En el período 1950-1967 el total del sector agrícola presenta una tasa de crecimiento
de 2.97%, similar a la que se dio en promedio para el período 1950-1988. Los
productos que crecieron más rápidamente fueron los exportables que lo hicieron a un
ritmo de 7.16% anual promedio. Este crecimiento tan acelerado se explica, en parte,
por los bajos niveles de producción física de que se parte y, porque en estos años se
produce el "despegue" de cultivos importantes como el algodón, el azúcar y el arroz.
Las condiciones de precios en estos años pueden explicar bastante bien este dina-
mismo. Los precios internacionales alcanzaron niveles bastante altos entre 1956 y
1958 y, aunque en la década del sesenta volvieron a.1os bajos niveles anteriores, ésto
se vio compensado con un aumento de cerca del 50% de la tasa de cambio real en
1958; la cual, además, se mantuvo en estos niveles relativamente altos durante la
siguiente década. Estos dos efectos impulsaron el despegue de las exportaciones a
partir de 1960, el cual se consolidó en 1967.
Los productos importables, por su parte, crecieron a un ritmo mucho más lento, de
sólo 1.03%. Su relativo estancamiento está acorde con el comportamiento de los
precios al productor de estos productos los cuales' se mantuvieron prácticamente
constantes. La producción física del grupo de productos no comercializables creció
también a una tasa bastante baja 2.15%. Los precios de estos productos, por su parte,
se mantuvieron relativamente estancados hasta 1963, afio 'a partir del cual aumenta-
ron más rápidamente l2.
Así las cosas, es necesario tener en cuenta para el análisis, además de la política
cambiaria, otros factores que expliquen la evolución de la producción en el largo
plazo, como se hará en el modelo que se desarrolla más adelante.
" Las series de precios relativos pueden verse en FEDESARROLLO, op. cit.
572
producción de exportables (incluido banano y flores) es la que aumenta más rápida-
mente. Sin embargo, si se excluyen esos dos productos, los exportables crecen a un
ritmo de 4.13% anual, que es menor al de los no comercializables. El mayor
dinamismo de la producción se presentó en la primera mitad de los setentas, lo cual
coincide con un comportamiento favorable de la tasa de cambio real y de los precios
tanto domésticos como internacionales de estos bienes. En la segunda mitad de la
década, la producción se estanca, observándose una reversión simultánea de la
tendencia de la tasa de cambio y los precios.
Los productos importables, por su parte, mantienen su lento ritmo de crecimiento
hasta 1977. A partir de 1978 empiezan a crecer más rápidamente, tendencia que se
mantiene hasta 1988, con una breve interrupción a mediados de los ochenta. La
aceleración del crecimiento de estos productos coincide con el comportamiento de
sus precios en relación con los de los no comercializables, más que con sus propios
preciOS reales l '. Lo anterior podría estar indicando algún grado de sustitución entre
los productos importables y los no comercializables.
No deja de llamar la atención el que el despegue de los productos importables
coincida precisamente con los afios de mayor liberación de importaciones y con una
revaluación de la tasa de cambio en ese período. Esto constituye evidencia adicional
de que hay otros factores diferentes a la polftica de comercio exterior que afectan a la
agricultura. La demanda agregada puede jugar un papel importante en este período,
ya que tiene variaciones significativas. generadas especialmente por el aumento en
el valor de la cosecha cafetera y por la expansión del gasto público.
" Estos últimos habían crecido desde 1970, sin generar ninguna respuesta en la producción y, por el contrario,
empezaron a deteriorarse desde finales de los setentas, cuando comienza la expansión de la producción.
573
período analizado". El hecho más destacable en este período es el fuerte deterioro de
sus precios en relación con los del resto de la economía; el cual. aunque comienza
desde mediados de los setenta. se acentúa en los ochenta. Este es un hecho no
suficientemente destacado por los analistas. dada la magnitud de la caída, y que
merece un análisis detallado para encontrar sus causas.
Del análisis se desprende que los precios al productor de los exportables. aunque
captan en algunas ocasiones las variaciones de los precios internacionales y la
evolución de la tasa de cambio. tienen una tendencia bastante diferente a las de estas
dos últimas variables. lo cual hace pensar que los precios al productor se refieren a la
producción para el mercado interno. en cuyo caso habría que incluir los dos precios
-y la tasa de cambio- en la función de oferta. puesto que la misma parece responder
tanto a la evolución de los precios internacionales como de la tasa de cambio l ' .
Los productos no comercializables crecen en los ochenta a una tasa de 3.1 % anual.
prácticamente igual a la del total del sector agrícola. a pesar de lo cual pierden
aceleradamente participación en la producción agrícola total. debido a que sus
precios se deterioran más que los de los otros dos tipos de productos. La evolución
de la producción de estos cultivos domésticos en este último período parecería estar
estrechamente asociada al comportamiento de la demanda interna.
Los productos importables crecen por encima del total -3.ó%-. En particular. se
destaca la aceleración en el ritmo de crecimiento de la producción a partir de 1985,
que puede estar reflejando un proceso de sustitución de importaciones inducido. ya
sea por la tasa de cambio. o por la política de importaciones .
14 Sin embargo. una diferencia importante frente a ese período es que en este caso la tasa es más homogénea
entre los diferentes tipos de pnxJuctos agrícolas.
u En la primera sección se comenlaron los resultados empíricos de la relación entre los precios internacionales
y los precios domésticos, los cuales estarían confinnando la apreciación de que los segundos no incluyen el
componente exportado.
574
11. EFECTOS DE LAS POLITlCAS MACROECONOMICAS SOBRE LA
PRODUCCION AGRICOLA
16 Este enfoque se hace evidente en 111: literatura relativamente reciente y en Jos trabajos sobre m~elaje del sector
agropecuario. El trabajo de García y Montes, op. cil. (1988), representa un avance significativo en esta
dirección al estudiar las interrelaciooes en el contexto de un país en desarrollo. Los autores encuentran que la
tasa de interés y el gasto público tienen un efecto depresivo sobre los precios relativos de los menes
comerciables, y sobre Jos agrícolas y los de alimentos, en particular. El efecto de los ténninos de intercambio
sobre los precios relativos del sector agrícola no cafetero también es negativo. Posterionnente, el trabajo
estima aisladamente unas funciones de oferta para algunos productos agrícolas, en las cuales se destaca el
impacto significativo de los precios sobre la producción. Sin embargo, al estimar una función de oferta
agregada el efecto de los precios se hace considerablemente menor ,lo cual le resta solidez al argumento de los
efectos negativos de las variables macroeconómicas sobre la producción agropecuaria.
575
En el cuadro No. 8.1 se presenta el modelo estructural teórico, en el cual destacan las
interrelaciones entre las variables de polftica macroeconómica con el sector agrope-
cuario, y los canales a través de los cuales se dan los efectos. En lo que sigue se
discuten los aspectos más relevantes del modelo estructural a utilizar en las estima-
ciones econométricas que se presentan en la sección siguiente.
1. Oferta
Para los tres grupos se considera que la oferta depende, además de otras variables,
del precio del propio grupo y del de los otros dos; en el primer caso puede incluirse
en las estimaciones tanto el precio en el período actual (1) como en el anterior (t-l);
10 cual implica que la oferta de estos productos sí puede responder a los precios
incluso. en el cono plazo. El precio del período anterior representa las expectativas
de precios; en la respuesta de la ofena a los precios se está captando también el
efecto según el cual, al aumentar los precios esperados, aumenta la productividad
marginal de los otros insumos. La inclusión del precio de los otros dos grupos de
productos pretende captar la sustitución y la competencia por los recursos producti-
vos que existe entre los tres tipos de bienes agrícolas.
La variable de tecnología es, en principio, una variable que capta los cambios
tecnológicos o un supply shifter; sin embargo, aunque éstos cambios podrían identi-
ftcarse con mayor exactitud para cultivos individuales, es muy dificil encontrar un
indicador de cambio tecnológico para un agregado de ellos. Alternativamente puede
incluirse la variable del acervo de capital en la agricultura, la cual capta parte de los
efectos anteriores, o tener también otra interpretación, según la cual un aumento en
el capital del sector puede tener Hectos positivos sobre la producción, al eliminarse
la restricción a la que ha estado sometido en el pasado.
Desde un punto de vista teórico es válido considerar que el precio doméstico de los
exponables, depende del respectivo precio internacional y de otros instrumentos de
política interna como son tasa de cambio y subsidios explícitos, entre otros; de allí
que en un principio se considere la expresión de Px' como aparece en el cuadro No.
8.1; sin embargo, los resultados empíricos llevaron a un replanteamiento del modelo
original. Específicamente, se encontró que no existe una relación importante entre
los precios internacionales de los exponables y los precios al productor doméstico.
La razón de esta aparente paradoja está en que estos productos han estado en
Colombia amparados por diversos sistemas de fijación de precios, que los han
convertido en precios administrados, desligándolos de los internacionales. La ex-
576
CUADRO No. 8.1.
577
cepción a este comportamiento son los precios de banano y flores. En consecuencia,
se optó por separar los dos tipos de productos; los primeros se llaman exportables y
los segundos simplemente banano y flores. En el primer mercado, la producción y el
consumo estarán determinados por las mismas variables seílaladas anteriormente,
con la salvedad de que el precio Pxd será una variable exógena del modelo. El ajuste
en el mercado se dará a través de los excedentes exportables. En el mercado de los
exportados se tendrá únicamente una función de oferta de exportaciones que in-
cluirá, además de las variables comunes a todas las funciones de oferta, el precio
internacional y la tasa de cambio.
2. Demanda
La demanda por cada uno de los tres grupos de productos depende del propio precio
y del de los otros dos grupos; la inclusi6n de estos últimos en cada caso, pretende
captar la sustituibilidad en la demanda estos bienes.
De acuerdo con el esquema del flujo circular de gasto de una economía, la demanda
agregada está determinada por las "inyecciones exógenas" de gasto que se reprodu-
cen en forma multiplicativa, as! como por "filtraciones ex6genas" que actúan en el
sentido opuesto 17 . En este análisis se distinguen los siguientes tipos de gasto exóge-
no: a) exportaciones cafeteras; b) exportaciones menores; e) exportaciones de servi-
cios; y d) gasto público. Por otro lado, las filtraciones de la demanda son las
importaciones y los impuestos ex6genos, sea la proporción de su valor que no es
explicado por el crecimiento del ingreso nacional. La inclusión separada de las
exportaciones cafeteras es muy relevante en el caso colombiano, no sólo por su
monto y sus efectos sobre la demanda interna, sino por las particularidades de su
comercialización. Por consiguiente, sólo se ticne en cuenta el valor interno de la
cosecha cafetera para la determinación del nivel de demanda. En el caso de las
exportaciones menores hay que diferenciar para efectos de este modelo, entre las
exportaciones agrícolas y las manufactureras, puesto que, aunque las dos tienen
Este marco analítico ha sido desarrollado gradualmente por Fedesarrollo para su análisis sobre la evolución de
corto plazo de actividad industrial. Véase el Capítulo sobre actividad industrial de vanas entregas de
Coyuntura&onómica, de 1985 a 1988.
578
efectos sobre la demanda agregada, las segundas son endógenas al modelo (Ver
Cuadro No. 8.1).
Adicionalmente, para hallar el efecto de todas estas variables sobre los sectores
productivos, interesa tener en cuenta su capacidad adquisitiva en términos de bienes,
por lo cual se deflactan sus valores en pesos corrientes por el índice de precios al
consumidor o el deflactor implfcito del PIB.
579
no resultaba significativo para ninguna de las funciones individuales de oferta con
excepción de los exportables'"
Una explicación de este resultado es que en este grupo se incluyen La mayoría de los produc1.Os de la
agricultura comercial que son los que más utilizan el crédito institucional. En los no comerciables es razonable
no captar ningún efecto del crédito, pues en este grupo se incluyen la mayoría de los produ~tos de la
agricultura tradicional, en la cual predominan los pequeños productores que tienden a tener aversión al riesgo,
además de lener fuertes limitaciones para acceder al crédíto institucional, que es el que se está captando en la
serie de credüo. Por otro lado, aunque entre-los imponables hay una proporción imponanle de productos de
agricuhura comercial, su foona de producción podría clasificarse más como mixta (maíz y trigo), por lo cual
el efecto del crédito no se captaría tan claramente. Vale la pena recordar que en el capíwlo IV no se
encontraron resultados C()(Icluyentes sobre el efecto del crédi\().
" En esta parte sólo se presentan las ecuaciones defmitivas, después de halx:r descartado las variables no
significativas de las estimaciones iniciales, en las cuales se incluían simultáneamente todas las variables
especificadas en la sección l.
580
CUADRO No. 8.2
DETERMINANTES DE LA DEMANDA
DE PRODUCTOS AGRICOLAS
(1950.1986)
Exportables
No
al Importables al (Xl) bl
Comerciables
12708.72 4128,523
Constante 551.14
(6.21) (1.24)
(0.11)
Precio NC -16928,4
(-2.25 )
39058,47 -9473,67
Precio M
(2.46) (-3.21)
-1374,43
Precio Xl (-0.54)
0,1932 0,1523
Gasto
(9.74) (15.69 )
0,2215 0,1714
COSECHA
(1.62) (3.34 )
0,178
XMAN (3.03 )
0,7758
V ar .depend. (9.89)
Rezagada
0,944 0,96
R2 0,942
1,54 2,56
Dw 1.63
581
CUADRO No. 8.3
DETERMINANTES DE LA OFERTA DE PRODUCTOS AGRICOLAS
(1950-1986)
Exportables Banano y
Comerciables .1 lmportables al (XI) bl Flores (X2)bl
Precio M 4432.12 el
(3.42)
Precio Xl 3781,246
(1.22)
Precio X2 3830,99
(3.14)
SALARlOS -17,129
(-1.55)
CREDrros 0,1454
(2,92)
Coeficiente
do 0,576
Autocorrelacion
582
tipos de gasto exógeno, estos dos son los que en mayor medida se dirigen al
consumo de bienes agrícolas. De la función de demanda de los no comerciables se
establece la existencia de sustituibilidad en su consumo respecto del precio de los
importables; por otro lado, es interesante notar que la variable de gasto exógeno que
resulta importante en el caso de la demanda por exportables, es la de exportaciones
de manufacturas, lo que parece razonable dado el carácter de materia prima de
algunos de estos productos, utilizados en la producción de bienes industriales que se
exportan en proporciones importantes.
A pesar de las debilidades del model0 20 , vale la pena recordar que éste se construyó
con el propósito de establecer la dirección de los cambios que se generan en la
producción agrícola, no sólo del agregado sino de su composición entre los distintos
grupos de productos, ante cambios en algunas de las principales variables de política
macroeconómica. Desde este punto de vista el hecho de que las estimaciones de los
precios sean las menos satisfactorias de todas las variables endógenas del modelo,
no perjudica para nada al presente estudio, ya que el mismo se concentra en los
efectos sobre la producción2 !.
Puesto que gran parte de la discusión acerca de los efectos de la política macroeco-
nómica sobre el seetor agropecuario se ha concentrado en las consecuencias del
" Para una mejor ilustración sobre este punto, ver el infanne final de FEDESARROLLO, op. cit.
" De todas maneras, el modelo no pennite estimar los precios torales del sector agrícola que sería, tal vez, la
variable de precio más relevante. Además, la dirección de los cambios en los precios individuales, y de los
precios relativos entre no comerciables e importables, son suficientes para explicar la fanna en que se
transmiten los diversos efectos en el modelo.
583
manejo de la tasa de cambi022 , el presente ejercicio pretende establecer el desempe-
lío de la agricultura, diferenciando entre los productos comerciables y no comerciab-
les, en el evento de que la tasa de cambio se hubiera mantenido en un rnvel de ,
equilibrio duranté todo el periodo 1950-1987. Como tasa de cambio de equilibrio o
tasa de cambio de paridad, se define el valor del fndice de la tasa de cambio real en
198623
Los efectos de un manejo más realista de la tasa de cambio se habrian reflejado tanto
en una recomposición del sector agricola, al sustituirse producción de productos no
comerciables por comerciables, asf como en un aumento sobre la oferta total; sin
" En particular, se ha argumentado que la Tevaluación a la que estuvo sometida la tasa de cambio como
consecuencia de la estrategia de industrialización perjudicó seriamente el desarrollo de la agricultura en
Colombia y, en particular, a los productos comercializables.
" La tasa de cambio real está calculada como la tasa de cambio nominal multiplicada por la relación entre un
índice de precios de una canasta ponderada de monedas, y el Índice de precios interno. La selección de la tasa
de cambio real de 1986 como tasa de cambio de paridad se explica por el proceso de ajuste cambiario reaJ.iza.do :
hasta 1985, el cual cuhninó con una devaluación del 50%, y ocasionó en 1986 una lasa de cambio real
favorable que, junto con eJ COJllrol de las importaciones, pcnnitlÓ el restablecimiento del equilibrio externo.
La reducción en la prooucción de estos productos es bastante significativa, ya que es de un 25% en los
cincuenta y alrededor del 15% en los sesenta. La diferencia se va reduciendo en los setenta, pero se mantiene
negativa todo el período.
584
Gráfico N'!! 8.2
SIMULACION 1
PRODUCCION CE: EXPCffiAaES
o Estimada + Siml.loda
SIMULACION 1
EXPORTACIONES DE EXPORTABLES
,
2
-2
~:~jV~~~~,I
1961 1956 lO" lO" 1971 \976
lO"
o [sti"",da ... Simuoda
585
Gráfica Ni!. 6.4
o Esti"",oo t- Sim"Jodo
SIMULACION 1
PROOUCCION OC NO COI.IERC1AlJ2ARES
"
t- Simuoda
586
.~-
Grófica N28.6
SIMULACIONl
PROCUCClQN TOToI.l
''"" 1
""
t- Simuodo
embargo, la reducción de los primeros atemla bastante los efectos sobre la produc-
ción agregada (ver gráfica No. 8.6).
El escenario que se plantea es, sin embargo, bastante irreal, puesto que ignora una
serie de efectos tanto macroeconómicos como sectoriales que resultan de sostener
ese nivel de tasa de cambio; es realmente inadecuado tratar de interpretar como
sectorial una variable que es macroeconómica, ya que la evaluación de una política
de este tipo debe hacerse en el contexto más amplio del equilibrio macroeconómico.
587
2. Efecto de la Capitalización
En este ejercicio se quiere captar el efecto que tuvo sobre la producción agrfcola la
reducción del ritmo de capitalización del sector agrfcola durante los allos ochenta".
El escenario que se plantea es el de reemplazar la variable de capital en los ochenta
por una en la cual el rinno de capitalización sea igual al de la década anterior. Es
importante tener en cuenta que esta no es una variable totalmente exógena, en el
sentido en que no la pueden manejar las autoridades en el corto plazo, ya que aunque
pueden darse incentivos oficiales a la capitalización, ésta no aumentará si no se dan
otra serie de condiciones.
El efecto del cambio en el acervo total de capital es el de un aumento en la
producción de todos los grupos de productos; sin embargo, se destaca la poca
influencia sobre la producción de los no comerciables, comparados con los otros
grupos, a pesar de que su elasticidad frente a cambios en el capital es mayor a la de
los importables. El aumento en la producción de no comerciables es de 2.33% en su
punto más alto -1985-, mientras que el de importables alcanza hasta un 26% en
1987; aquí nuevamente intervienen los efectos de sustitución entre estos dos grupos,
tanto en la demanda como en la oferta. El efecto neto de las variaciones en los
precios es una reducción del precio relativo de los no comerciables frente a los
importables, lo cual favorece la producción de estos últimos, reforzando el efecto del
capital.
El efecto sobre los exportables y sobre el banano y las flores es más directo. La
producción de exportables aumenta hasta en un 19.5% en el último afio, y la de
banano y flores se incrementa hasta en un 18%. El aumento en la producción de
exportables se traslada completamente hacia las exportaciones, puesto que el con-
sumo permanece inmodificado, lo cual representa incrementos en los valores
exportados de hasta 174%.
3. Política de importaciones
El escenario que aquí se plantea es el de una política de importaciones agricolas que
hubiera buscado mantener constante el coeficiente de importaciones de bienes del
La mayor tasa de capitalización se observó entre 1970 y t 980, cuando el aceJVO de capital aumentó a un ritmo
promedio anual de 5.78% Este riuna se redujo sustancialmente durante los ochenta. como se observó en el
capítulo l.
588
sector, con un crecimiento promedio de las importaciones de sólo 3.3% anual, que es
la tasa de crecimiento de la producción. Las cifras observadas muestran que las
importaciones crecieron en todo el período estudiado a un ritmo de 8.7% anual.
SIMULACION 3
PRODUCC()N CE lloF'ORíABLES
".-----------~~~~~--------------,
21
"
18
'j ¡
'''' 1956
"" "" 1971 1976
"" "'6
D Estimada T Simeloda
589
GróPiclI N!!.a.8
SIMULACIO~J 3
PRODUCCIONa:: NO COMERClAUZ.~8I..ES
'O~~~~~~rr~~~~~~~~~~rr~~~
19" '956 1961 '566 i97i 1976 ¡901 lia6
o Esiimoda + SimliQda
GrÓfieo m. 9.9
SIMULACION 3
/
~
I
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/// /"1
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"1 ¡/'
70"~L:;'
60
50
.(0 i
590
4. Efecto de las bonanzas cafeteras
GrofiCQ N~ 8,(0
SiMUlJ\CIOI~ 4
PRODlICCIQ"l [€ NO COIIIERCWJIASI...ES
60
1
"1
50
. 45
,,
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,,•
1
É "1
'l
30
25
2D
591
Gráfica K2 8.11
SIMULACION 4
PRODUCWN CE: IMPORTABLES
22,------------------
"
"
"
17
"
Para evaluar el efecto del deterioro en el precio real en los últimos diez afios de los
productos exportables -{)ue son los que tienen precios administrados-, y la capaci-
•
592
dad de la política de fijación de precios para afectar la producción total y las
exportaciones, se simuló un escenario en el cual se mantiene en su nivel promedio el
precio real de estos productos durante todo el período.
Un tema de controversia ha sido el del efecto del ajuste macroecollÓmico que tuvo
que realizar la economía colombiana en 1985 y 1986 especialmente, luego de un
período de varios atlos de desequilibrios en varios frentes de la economía. En este
ejercicio se aplican en 1980 y 1981 las mismas devaluaciónes de la tasa de cambio
efectuadas en 1985 y 1986, Y a partir de 1982 se mantiene la tasa de cambio real
constante, con el fin de evaluar cuál habría sido el efecto de haber realizado el ajuste
más temprano.
El otro ajuste que se realizó en 1985 fue el del gasto ptlblico, el cual había
aumentado excesivamente desde finales de los setenta y estaba generando fuertes
desequilibrios fiscales y macroeconómicos. En este ejercicio se analiza el efecto de
haber realizado el ajuste fiscal con anterioridad. Al igual que en el caso anterior, se
aplicaron las tasas de crecimiento del gasto público observadas en 1985 y 1986 a la
cifra de 1979; posteriormente, a partir de 1982, se mantuvo constante la participa-
593
ción del gasto en el PIB. Esta evolución lleva a que los niveles simulados sean
prácticamente iguales a los observados en 1987.
Del análisis de la evolución del sector agrícola colombiano diferente de café y de los
resultados de los ejercicios econométricos, se concluye que la tasa de cambio tiene
un limitado efecto sobre la producción agrícola, como resultado del relativo aisla-
miento de la agricultura colombiana del mercado mundial, correlativo a las políticas
de protección a la producción nacional. En esta forma, como quiera que en el sector
los bienes comerciables y no comerciables participan en proporciones iguales, los
efectos de sustitución entre cultivos neutralizan los efectos adversos que cabría
esperar de la política macroeconómica.
594
m. LA ESTRUCTURA DE PROTECCION EFECTIVA y EL
DESEMPEÑO DEL SECTOR AGROPECUARIO"
Aunque el arancel nominal de los listados de tarifas aduaneras presenta una serie de
tratamientos especiales derivados de diversos acuerdos comerciales adelantados por
un país, los mismos no son tenidos en cuenta para calcular la tasa de protección
nominal arancelaria; la estructura de protección que resulta de este cálculo es la
estructura "deseada" de protección relativa de los distintos bienes y actividades
económicas .
2~ Esta sección resume los resultados del infonne de FEDESARROLLO, "Eslructura de la Protección y el
Desempleo del Sector Agropecuario", preparado para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario, octubre,
1989.
595
establece una nueva estructura arancelaria y por ende de protección, la cual puede
diferir de la inicialmente planeada. Esta nueva forma de cuantificar el grado de
protección se denomina "Tasa de Protección Nominal Otorgada". En este caso se
toman en consideración las exenciones y excepciones tarifarias, y se define un
arancel implícito, el cual resulta de la relación entre el monto de derechos pagados y
el valor total de las respectivas importaciones.
4. Protección Efectiva
" En este caso no hace diferencia sobre qué tipo de arancel se esté. considerando, pues la protección proviene del
arancel de lista o del implícito, ya que se supone que la única intervención es la del sistema arancelario.
596
La tasa de protección efectiva (TPE) se define como el cambio proporcional en el
precio del valor agregado entre una situación de libre comercio y otra con distorsio-
nes debidas a la imposición de aranceles a los bienes finales y a los insumos".
Sin embargo, cuando además de aranceles se tienen subsidios u otros impuestos a los
bienes finales e intennedios, los mismos deben ser considerados en el cálculo de la
TPE; igual cosa debe hacerse con los mecanismos no arancelarios que afecten la
protección. Para tal efecto es necesario calcular un arancel equivalente que capte
además de los aranceles nominales, el efecto de estos otros mecanismos sobre los
precios domésticos.
Aunque para el cálculo de la TPE se supone que los bienes intennedios son
importados, lo que interesa es que los precios de los insumos dependan de los
precios internacionales, habida cuenta de los impuestos o subsidios internos que
afectan sus niveles de precios. Por esta razón, en el cálculo de la TPE no se
incorporan los insumos no transables como son servicios, transporte y otros bienes
producidos y consumidos domésticamente, y cuyo precio no tiene relación alguna
con los respectivos precios internacionales. En este caso se supone que los insumos
o bienes intennedios no transables tienen un arancel equivalente de cero y por lo
tanto no se incluyen en el cálculo de la protección efectiva. Aunque respecto a este
procedimiento no hay nada concluyente en la literatura económica, su ventaja
consiste en que el cálculo de la TPE se facilita enonnemente. La alternativa es
incluir, indirectamente en la TPE, el componente importado de los bienes intenne-
dios no transables utilizados en el proceso productivo del bien final, además de los
insumos directos importados"'.
v'j - Vj
TPE= (1)
Vj
Para el caso de varios insumos transables, los que se utilizan en proporciones fijas (a ij), cuyos precios
unitarios internacionales para el bien final y los intermedios son respectivamente Pj y Pi, Y en los que los
aranceles son lj y ti, la lasa de protección efectiva puede expresarse de la siguienre fonna:
TPE= (l')
Para una discusión más amplia respecto a éste punto ver: Michaely, M. T~ory o/Comercial Policy: TrtlCk
" and Protection. 1ñe University of Chicago Press. 1977. Para el caso colombiano ver: Mejía. Millán y Perry
Ltda. "Estudio sobre Políticas de Protección a los Cereales en Colombia". Bogotá., julio 1986. Un estudio
clásico en el cual se aplica la metodología aplicada en el presente trabajo es: Balassa, B and Associates. The.
Estructure 01 Protee/ion in Developing Count,ies. Johns HopItins Press. 1971.
597
CUADRO No. 8.4
PROTECCION NOMINAL AL SECTOR AGROPECUARIO
SEGUN TIPO DE BIENES
1986·1988
l. IMPORTABLES.
Protección N ominaI Arancelaria. 11.0 11,0 14,0 14.0
Protección Nominal Otorgada. 1,9 2,7 0,2 0,8
Protección Nominal Real. (1) 21.0 .1,0 ·3,0 40,0
2. EXPORTABLES.
2.1. Netamente Exportables.
Protección Nominal Arancelaria. 15 20 30 30
Protección Nominal Otorgada.(2) 2.6 (3.3) 9.0 (11.5) 5.4 (6.9) 3.3 (4.2)
Protección Nominal Real. . . . .
598
B. PROTECCION A LA AGRICULTURA COWMBIANA EN LA DECADA
DE WS OCHENTA
1. Protección Nominal
" Los productos agricolas se dividieron en dos grupos de bienes: exponables e importables; los primeros a su
vez se diferenciaron entre los netamente exportables y olros exportables. Algunos productos no pudieron ser
incluidos en cienas partes del análisis debido a la falta de irúonnación necesaria para realizar los diferentes
cálculos, entre estos figuran flores, tabaco negro y rubio. Esta clasificación de cultivos, que aunque no es la
misma que se utilizó en los demás capitulos, fue adoptada por las facilidades que la misma pennite para
realizar elllnálisis de la protección, y por la consistencia de la infonnación utilizada.
La teoría de la protección hace referencia a la protección "relativa" entre bienes y actividades económicas, por
" lo cual resulta de gran importancia conocer el nivel de protección de un sector cualquiera relativo al que
reciben los otros sectores de la economía. En Olras palabras, lo que la teoría de la prOlección pretende
detenninar es un ordenamiento de protección a nivel de sectores económicos.
" El cálculo de la Protección Nominal Otorgada de los productos agrícolas enfrentaba el problema de derenninar
una medida homogénea para los diferentes grupos de bienes. Cano para los importables se estableció el
arancel implícito, para los exportables hubo necesidad de definir una medida equivalente de la de los
importables; para los netamente exportables se consideró el subsidio a éstos, y pará "Olros exportables" se
calcularon dos medidas: la primera consideraba el arancel nominal más el subsidio nominal a las exportaciones;
la segunda consisTÍa en el arancel efectivamente pagado en los años en que hubo importaciones, agregándole
los correspondientes subsidios efectivos a las exportaciones.
599
CUADRO No. 8.5
Protección Nominal Relativa del Sector Agropecuario según
tipo de bienes. 1980 1988.
IMPORTABLES.
Protección Nominal Arancelaria. 0,88 0,78 0,87
Protección Nomina] Otorgada. 0,84 0,86 0,83
EXPORTABLES.
600
importables, y el más protegido fue el de "otros exportables"; el arancel promedio
. entre ambos grupos difiere de manera importante, como se constata en el cuadro No.
8.4. La estructura de protección que se generó a través del sistema de exenciones y
excepciones (o de su equivalente, los subsidios), aunque mantuvo la relación de
protección establecida en el arancel nominal, en términos cuantitativos la exageró,
ya que la dispersión entre grupos se incrementó.
Así las cosas, mientras que con el arancel nominal se buscaba un tramiento más
uniforme al interior de cada grupo, con el implícito se aumentaba su dispersión; en la
práctica el régimen de exenciones y excepciones se guiaba por criterios ajustados a
las circunstancias de cada producto y no de grupos, como era el caso del arancel
nominal. Sin embargo, el objetivo común del manejo del arancel nominal y del
implícito consistió en reducir los costos internos de los bienes importados, especial-
mente de alimentos, así como evitar que los bajos precios internacionales de los
bienes exportables pudieran, eventualmente, conllevar la pérdida de mercados o
generar la posibilidad de que dichos bienes fueran importados. En ambas estructuras
la agricultura estuvo desprotegida respecto al resto de la economía, no obstante, los
menos desprotegidos durante la presente década fueron los exportables, en tanto que
se discriminó abiertamente en contra de los importables.
Como se observa en el cuadro No. 8.6, durante la segunda mitad de los setenta y los
inicios de los ochenta, la agricultura diferente a café, desde el punto de vista de la
Protección Nominal Real, estuvo desprotegida, excepto en los aflos de 1977 y 1979
en los cuales los precios domésticos estuvieron por encima de los internacionales".
A partir de 1982 la situación cambió, ya que desde ese afio y durante todo el resto de
los ochenta, los primeros superaron a los respectivos precios internacionales. Así las
cosas, la agricultura colombiana pasó de ser gravada durante la pasada década, a
estar protegida en los aflos OChenta; esta protección, aunque variable en estos aflos,
muestra una tendencia creciente desde 1986. Vale la pena seflalar que en 1988 la
agricultura alcanzó el mayor nivel de protección nominal de todo el período de
análisis.
Durante gran parte de los ochenta los productos agropecuarios exportables han
estado protegidos favorablemente de la competencia internacional, y por el contra-
rio, los importables estuvieron protegidos hasta 1982, exccpto por algunos aflos en
los que la relación de precios fue inferior a uno, pero entre 1983 y 1985 se
Con el fin de lener una mejor idea del nivel de protección Nominal Real olorgado a la agricultura diferente de
" café, se compararon los precios internacionales con los domésticos en los puntos relevantes. eliminándose, en
lo {XIsible, los principales componentes de proLección diferentes a los provenientes de intervenciones a través
de mecanismos comerciales. En los importables se comparo el precio al produclOr en finca con el respectivo
precio de importación, incluyendo en este último el transporte hasta el centro de acopio. Para los exportables
se comparo el precio al productor. incluidos los costos de transporte, con el correspondiente precio en puerto
colombiano.
601
CUADRO No. 8.6
PROTECCION NOMINAL REAL A LA AGRICULTURA
1/ En el Capitulo IV, Cuadro No. 4.6, se presentan resultados sobre este mismo con-
cepto pero a nivel de producto.
602
mecanismo amortiguador de los movimientos extremos que se han presentado en los
precios internacionales. Ello se ha conseguido mediante la relativa atenuación de los
precios domésticos que recibe el productor. Por lo tanto, durante la presente década
la protección nominal ha favorecido preferencialmente a los productores internos,
aunque debe destacarse el hecho de que el nivel de protección nominal de la
agricultura colombiana es sustancialmente menor a la que recibe este sector en los
países desarrollados'·; a pesar de haber tenido los consumidores que pagar en
algunos casos precios más altos que los internacionales, estos no han resultado tan
gravosos como han resultado para los consumidores de algunos países desarrolla-
dos, y tampoco ha habido fluctuaciones tan marcadas.
Aunque los precios domésticos no han sido estrictamente iguales a los internacio-
nales, como lo sefialan los cánones de la eficiencia en la asignación de recursos,
aquellos no se han divorciado completamente de los segundos, pues los precios
internos han seguido a los internacionales". Ello indica que de alguna manera los
precios internacionales han servido de "señal" para la detenninación de los precios
internos, cosa que no ocurre en el caso de algunos países desarrollados, en los cuales
se presenta un divorcio entre ambos precios; de allí que mientras subsistan los
voluminosos apoyos a la agricultura en aquellos países, las políticas nacionales de
los países en desarrollo deberán tener en consideración dichos subsidios al fijar los
precios internos.
Entre otros estudios están: Banco Mundial. "Informe sobre el Desarrollo Mundial. 1986", Washington D.e.
" 1986; ASOCOLFLORES, "La. Ronda Uruguay: Fe en un Sistema de Comercio Multilateral", No. 19. junio
1989; Perry, Santiago y Perfetti Juan José. "Las Políticas de Protección a la Agricultura en los Países
Desarrollados", Deslinde No. 3. Enero 1988; Mejía, Millán y Peny, Ltda. "Estudios sobre Políticas de
Protección a los Cereales en Colombia", Bogotá,julio 1986.
" Un argumento a favor de la necesidad de tener como referencia los precios internacionales se encuentra en:
Valdés. Alberto y Siamwalla. Ammar, "Foreign Tradc Regime, Exchange Rate Policy and the Slructure oí
• Incentives foc Agriculture: Issues and Policies", IFPRI. Washington D,e. 1984,
603
Real, son muy pequefias. Lo anterior no ocurre con los importables, pues aunque la
Protección Otorgada era baja entre 1983 y 1988, la Real fue negativa en 1983 y
1985, Yexageradamente alta en 1988. Este resultado parece responder, en parte, a lo
antes dicho respecto a la característica de mecanismo "amortiguador" del sistema de
protección a la agricultura colombiana, a la baja intervención del IDEMA en las
compras domésticas de cosechas, y las mayores importaciones realizadas entre 1983
y 1985. La decidida política de protección al sector agrícola implantada por el actual
gobierno explica los niveles de protección real observados en 1988.
Como se explica en mayor detalle más adelante, los coeficientes de uUlizaci6n de insumas provienen de las
" estructuras de costos de la Caja Agraria. Para la comparación de precios de los bienes finales, importados y
expOrtados, las mismas se hicieron en los puntos re1evames. esto es. a nivel de finca o en puerto colombiano
según fuesen importables o exportables.
604
CUADRO N•. '.7
PROTECCJON NOMINAL A DlFERENTES PRODUCTOS AGROPECUARIOS UI' o 1911
lo IMPORTABLES.
1.1. Alimentos.
Cacao 15,0 0,0 -25,0 15,0 0.0 -29,0 15,0 0.0 -34,0 15,0 0.0 -27,0
Maiz. '.0 '.5 46,0 '.0 2,2 10,0 15,0 0,0 7,0 15,0 0,0 62,0
2. EXPORTABLES
2. L Ne1lllll<mle &portables
Banano
Ajonjolí
15,0
15,0
2,6
2,6
ZO,O
20,0
',0
',0
35,0
25,0
5,'
5,4
35,0
25,0 ','
','
Banano
Ajonjoli ','
','
11,5
11.5
6,'
6,'
4,2
4,2
2.2.1. Alimentos
Ano' 20,0 22,6 -15.0 26,0 35,0 9,0 35,0 40,4 -14,0 25,0 28,3 39,0
15.0 17,6 -47,0 20,0 29,0 32,0 30,4 68,0
"""'"
Frijol 15,0 17,6 22,0 20,0 29.0 25,0
25,0
25,0 30.4 -2,0
25,0
25,0
28,3
28,3
-3,0
90,0
A",n 20,7 16,3 38,3 18,3
""'=
Frijol
18,3
18,3
31.5
11,7
31,9
6,9
35,0
',2
1. IMPORTABLES
l,.l. Alimentos
media 12,0 1,8 10,5 12,0 1,1 -9,5 15,0 0,0 ·13,5 15,0 0,0 11,5
min ',0 0,0 -25,0 9,0 0,0 -29,0 15,0 0,0 -34.0 15,0 0,0 -27,0
m" 15,0 ',5 46,0 15,0 2,2 JO,O lS,O 0,0 7,0 15,0 0,0 62,0
desv.stand ,,O 1,8 35,5 ,,O l,1 19,5 0,0 0,0 20,S 0,0 0,0 44,S
coeficiente de dell'iati6o O,, 1,0 0,3 1,0 .2..1
''- 0,0 -1,5 0,0 2,5
605
CUADRO N •. '.1 (Continu8¡:ioo)
PROTECCION NOMINAL A DIFERENTES PRODUCTOS AGROPECUARIOS 1980 1988
2. EXPORTABLES
606
TPE Real deben ser considerados como una aproximación muy gruesa del verdadero
valor debido a que. en algunos casos. no fue posible establecer la relación de precios
domésticos y externos de todos los insumas importados utilizados en el proceso
productivo. y en otros los valores utilizados son de productos "típicos" y no del
promedio de la respectiva industria. Estos resultados se emplearán para resaltar los
cambios en el tratamiento dado a la agricultura en materia de protección.
". La TPE arancelaria sigue el comportamiento del arancel nominal del correspondiente grupo, y además éste
ultimo es menor a Ja respectiva TPE. Ello responde por un Jado a los reducidos valores de los coeficientes
técnicos utilizados en el cálculo de la TPE, lo cual obedece así mismo a que esLos consideran tan solo el
componenle importado, y por el otro, a que los aranceles de los bienes intennedios importados han sido, en
promedio, bajos. Esto hace que el arancel nominal del bíen fmal sea mayor al promedio ponderado de los
aranceles nominales de los insumos, y que la TPE sea mayor al arancel fmal.
" Si la protección proviniera úrucamenle de la intcrvención mediante el régimen arancelario olOrgado, el país se
encontraría en una situación en la cual se desalentaría la sustitución de importaciones, especialmente de
alimentos, y se favorecería la protección a los exportables, no con el único fin de devolverle competitividad a
la producci6n doméstica, sino de evitar la evenwal pérdida de parte del mercado mterno. El resultado fmal
sería paradójico, pues por el lado de los importables se eSlanan reduciendo los precios a nivel de los
consumidores finales, y para defender unas exportaciones, que en algunos casos son marginales, el peso de la
protección recaería sobre el consumidor nacional el cual tendría que pagar mayores precios. De esta forma, el
objetivo de reducir los precios de los alimentos, que se pretendía obtener mediante el régimen de exenciones
607
CUADRO No. 8.8
Proteccion Efectiva al Sector Agropecuario segun Upo de Bienes.
1980 . 1988
2. EXPORTABLES.
608
Como se aprecia en el cuadro No. 8.8, la Protección Efectiva Real de la agricultura
fue negativa en 1980, en 1983 pasó a ser positiva y en 1985 alcanzó un valor de
14.4%, lo cual representa un aumento del 44% con respecto a 1983; en 1988 la TPE
prácticamente se dobló respecto de 1985. En términos generales puede decirse que,
contrario a lo acontecido en los primeros allos de ésta década, desde 1983 la
agricultura colombiana ha contado con una protección efectiva real positiva y'
creciente. Ello indica que, no obstante la alta protección nominal real recibida por
los principales insumas agropecuarios durante la presente década, en los últimos
afios la protección nominal real al sector agropecuario ha excedido la del promedio
ponderado de aquellos. En otras palabras, a través del arancel "equivalente" a! bien
final se ha podido más que compensar el afecto antiprotección de los aranceles
equivalentes de sus insumos.
y excepciones, se vería comprometido ya que lo que se lograba con los importables, probablemente se perdería
con la alta protección a los exportables.
Mientras en 1988 todos los productos que conforman el grupo de importables, excepto cacao, tenían TPE
altas, positivas y con bajo nivel de dispeni6n, en los al'lrenores años no hubo consiS1e.Dcia alguna en el
tratamiento de la protección efectiva, ya que para un mismo producto la misma cambiaba abruptamente de un
año a: otro, y la: dispersión del grupo en un año cualquiera, era alta. Contrario a lo ocurrido con los importables
en 1988, el manejo. de la protecci6n efectiva real del grupo de exportables no cambió respecto al. de años
anteriores, que como ya se dijo, se ha caracterizado por su falta de consistencia a través de los aftas y entre
productos en un mismo año.
609
Respecto del objetivo de b'1ios precios de los bienes agrícolas, se encuentra que
efectivamente en 1983 y 1985 el grupo de importables estuvo desprotegido (TPE
negativa), pero que la protección a los exportables (TPE positiva) en el caso de los
alimentos significó mayores precios para los consumidores colombianos. El cambio
de política del presente gobierno en 1988 no significó una modificación en el
objetivo de los regímenes arancelarios, pero el valor de la TPE Real indica que el
proceso de sustitución de importaciones se llevó a cabo en la práctica a través de
altos precios domésticos, que debieron generar rentas extraordinarias para algunos
agentes y el cobro del arancel total por parte del IDEMA.
Cuando además de la protección generada por la estructura arancelaria, nominal y
efectiva, se tiene en consideración la protección real, se encuentra que, en el caso de
los bienes agrícolas y de los bienes intermedios y de capital utilizados en su
producción, el arancel nominal no opera como el instrumento a través del cual se
define el grado de protección relativa de estos sectores con las distintas actividades
económicas, ya que el mismo no determina los diferenciales de rentabilidad y
eficiencia entre sectores; igual cosa puede decirse del arancel implfcito. En la
práctica operan otros mecanismos no arancelarios (cuotas de importación, sobreta-
sas, entre otros) o de fijación de precios, que determinan el verdadero nivel de
rentabilidad de esas actividades. Ello hace que el objetivo establecido para el manejo
del arancel no se cumpla, o que el resultado sea contrario al esperado. Si para el resto
de sectores económicos el arancel opera como el mecanismo de determinación de la
protección relativa, y para la agricultura no lo hace, la política arancelaria no podrá
cumplir plenamente como mecanismo de asignación de recursos entre sectores y
actividades económicas, ya que con la misma no se determinan los diferenciales de
rentabilidad y eficiencia sectoriales.
42 Estos cálculos se realizan con base en la matri z andina revisada, en la cual se jdentificaron seis subsecLOres, a
saber: fertilizantes, químicos agrícolas, alimenlos preparados para animales, productos fannacéuticos,
maquinaria agrícola y tractor agrícola.
610
l.;
CUADRO 8.9
PROTECCION NOMINAL A SUBSECTORES PRODUcrORES DE BIENES INDUSTRIALES
PARA EL SECTOR AGROPECUARIO 1980 • 1988
Inswnos Intermedios pata la AgricuJlll1'll,(prom.) 6,95 4,00 8,80 3,88 14,60 5,70 7,55 2,66
Fertilizantes. 1,00 1,00 1,00 0,98 1,40 1,34 0,10 0,09
QUimic08 Agrícolas. 12,90 6,99 16,60 6,78 27,80 10,05 15,00 5,23
Insumos Intermedios pard la Ganaderia.(Prom.) 10,10 5,04 13,30 4,29 9,55 7,14 10,10 5,46
Alimentos para Animales. 9,00 1,70 9,00 1,22 2,00 2,11 2,00 1,89
Productos F.lItmaceUlicos. 11,20 8,38 17,60 7,36 17,10 12,17 18,20 9,02
Bienes de Capital para la. Agricultura.(Prom.) 2,15 \,04 4,05 2,67 16,00 5,60 12,30 1,04
Tractores. 2,00 1,87 3,00 1,67 20,00 2,49 20,00 0,09
Maquinaria Agrícola. 2,30 0,20 5,10 3,66 12,00 8,70 4,60 1,99
Promedio Total Subsectotc:s. 6,40 3,36 8,72 3,61 13,38 6,14 9,98 3,05
Coeficiente de Variacion. 0,]_'_ _ 0,93 _ 0,74 ----º..72 _~1 0,70 0,80 10~.OO
-
a-
aranceles de químicos agrícolas, tractores y maquinaria, ya que los de los demás
subsectores no se modificaron, o disminuyeron, como fue el caso de alimentos para
animales. En el afio de 1988 el arancel promedio total disminuyó, pero éste se situó
por encima del de 1983; dicha reducción se debió a los menores aranceles de
químicos y maquinaria.
En general puede afinnarse que durante el período 1980-1985, los seis subsectores
que abastecen de bienes industriales al sector agropecuario estuvieron desprotegidos
en comparación con los otros sectores de la economía; entre 1980 y 1983 el nivel de
desprotección de los seis subsectores aumentó; en 1985, como resultado de la mayor
protección otorgada a través de aumentos en los aranceles, el nivel de desprotección
se redujo, pero algunos sectores como fertilizantes y alimentos para animales se
desprotegieron aún más, al punto de que su (ndice fue menor al de 1980 (ver cuadro
No. 8.10). Este hecho pareciera indicar que la poHtica arancelaria prevaleciente
durante la primera mitad de los ochenta pretcnd(a la disminución de costos en la
producción doméstica de bienes agrícolas; concretamente, se redujeron los aranceles
de aquellos insumos de uso más generalizado, como los fertilizantes y sus materias
primas, y los alimentos preparados para animales.
Lo anterior parece indicar que el criterio prevaleciente en csos años para la aplica-
ción de exenciones y excepeiones arancelarias a dichos bienes consistió, al igual que
con el manejo del arancel nominal, en la reducción de los costos de producción del
sector agropecuario. Adicionalmente, la relación de protección existente entre los
seis subsectores en la estructum del arancel nominal, centrada en una mayor protec-
ción de los insumos intennedios -qu(micos y productos fannacéuticos--, se mantuvo
en la estructura del arancel otorgado.
612
"
Insumas Intermedios pata la Agricultura (Prom) 0,85 0,75 0,77 0,67 0,87 0,78
Fertilizantes. 0,80 0,71 0,71 0,62 0,77 0,69
Químicos Agrícolas. 0,90 0,80 0,82 0,72 0,98 0,87
Insumos Intermedios para la Ganaderia (Prom.) 0,87 0,78 0,80 0,70 0,84 0,75
Alimentos para Animales. 0,87 0,77 0,77 0,67 0,78 0,69
Productos Farmaceutlcos. 0,88 0,78 0,83 0,73 0,89 0,80
Bienes de Capital para la AgricultuIa (Prom.) 0,81 0.72 0.73 0,64 0.89 0,79
Tractores. 0,81 0.72 0,73 0,64 0,92 0,82
Mal¡ llÍnaria Agrioo1a. 0,81 0,72 0,74 0,65 0,85 0,76
(*) Se calcula de acuerdo a la siguiente formula: (100 + TPN )/(100 + TPN). en la cual TPN y TPN son las tasas de protección nonúnal
del respectivo subsector y la del total de la economia (1) o de industrias tradicionales (2) segun el caso. Un valor del coeficiente menor de la
unidad indica que el subsector en consideracion esta desprotegido respecto al CQTTeSPondiente total.
Fuente: Cálculos FEDESARROLLO; los datos del total provienen de Cubillos y Torres (1987).
-
o-
~
CUADRO No. 8.11
RELACON DE PRECIOS DOMESTICO S E INTERNACIONALES
DE ALGUNAS MATERIAS PRIMAS UTILIZADAS EN LA INDUSTRIA
DE FERTILIZANTES Y QUIMICOS AGRICOLAS (*)
Estos clmbios parecen estar asociados más con factores internos que con el com-
portamiento de los precios internacionales, ya que estos últimos disminuyeron
durante la primera mitad de esta década, y tan sólo las fuentes de fósforo aumentaron
entre 1985 y 198744 • .
.." La excepción son los herbicidas. en los cuales la relación disminuy6ligeramente entre ambos años.
El DepartamenlO Naciooal de PlaneaciÓrl -DNP-, "Diagnóstico Agropecuario", Documento de Trabajo,
DNP·UDA. Oct./1987. Bogotá- encuentra que los aumentos en los precios internos se deben a las distorsiones
introducidas por las políticas cambiaria y fiscal, y por el control a las importaciones,
614
valor fluctúa alrededor del 1%) la protección nominal real está por encima del 20%
y alcanza en algunos casos valores cercanos al 90%. El arancel explica tan sólo el
0.1 % de la diferencia entre el precio de importación y el precio CIP. Ello pone en
evidencia el hecho de que la protección a la industria de fertilizantes simples en
Colombia proviene principalmente de instrumentos y medidas diferentes a las
arancelarias, y que el objetivo de reducción de costos del sector agropecuario a
través de menores aranceles a la importación de fertilizantes, no se alcanza debido a
que son otros instrumentos y medidas los que determinan el nivel de precios
domésticos de los fertilizantes.
Sin embargo, dos factores adicionales hacen pensar que la protección nominal real
de los compuestos en Colombia es aún mayor; en primer lugar está el hecho de que
mientras las materias primas se importan bajo el régimen de libre y con un arancel de
0.1 %, los compuestos lo harían a través de previa y tienen un arancel del 10%; un
segundo factor es el transporte interno, el cual se realiza por carretera, que es
considerado como el sistema de transporte más oneroso y cuyo costo es reconocido
en el precio de venta que se le fija al mayorista. Esto último le brinda una protección
adicional, denominada protección natural, a la industria de fertilizantes compues-
to5"·. Al considerar estos factores es lógico pensar que, contrario a lo que sugieren
los niveles de protección nominal arancelaria y otorgada, el nivel de protección a la
industria de fertilizantes en Colombia es alta; más aún, el control de precios no ha
beneficiado al agricultor, ya que contrario a la intención expresada mediante el
manejo del arancel, quien se ha favorecido por dicho control ha sido la industria de
fertilizantes en Colombia, ya que sus utilidades se han visto incrementadas"'''.
" El control de precios se estableció para compuestos únicamente, los símples han estado fuera de dicho control.
Adicionalmente en el presente año se liberaron también los compuestos. por lo que el análisis aquí desarrollado
615
Los químicos agrícolas y los productos farmacéuticos también estuvieron sometidos
al sistema de control de precios durante la década de los ochenta"; el sistema
operaba de manera semejante al de los fertilizantes. Aunque para los productos
finales provenientes de estos dos subsectores industriales no se dispone de una
medición directa de la protección nominal real, la evidencia sugiere que los quími-
cos agrícolas y los productos farmacéuticos han contado con un adecuado nivel de
protección, pues como lo indica el cuadro No. 8.11, la protección a las materias
primas ha sido relativamente alta, y al igual que en el caso de los fertilizantes
compuestos, a los bienes finales se les otorga una protección adicional a través de un
arancel nominal mayor -1 00/0-, Ydel transporte entre el puerto y las plantas producto-
ras 50•
La protección nominal a los tractores calculada en las anteriores secciones debe ser
considerada como ejercicio hipotético, en razón a que en Colombia no se produce
ningún tipo de tractor a escala industrial; esos niveles de protección son los que
dicha industria recibiría si la misma se estableciera en Colombia. Sin embargo, la
protección nominal real que ésta industria tendría, en el caso que en Colombia se
instituyera, sería alta, pues el precio doméstico supera en un 85.5% al intema-
ciona!'!.
616
CUADRO No. 8.12
PRQTECCION EFECTIVA A SUBSECTORES PRODUCTORES DE BIENES INDUSTRIALES
PARA EL SECTOR AGROPECUARIO, 1980.1988
-
a-.
- :¡
anterior indica que, a pesar del arancel positivo al bien final, el mismo no alcanza a
compensar el efecto antiprotección de los aranceles a sus insumos; igual cosa
acontece con los alimentos preparados para animales, los cuales han tenido protec-
ción efectiva negativa, excepto en 1980. Ello se explica, en buena parte, por los
bajos niveles de los aranceles a los correspondientes bienes finales (Ver Cuadro No.
8.9).
Los químicos agrícolas y los productos farmacéuticos, por el contrario, siempre han
disfrutado de una protección efectiva positiva. Más aún, en el caso de los qulmicos,
la protección efectiva ha sido mayor a la respectiva protección nominal, excepto
para el afio de 1988. La protección efectiva de los tractores y la maquinaria ha sido
variable a través de esta década, negativa en algunos afios -1980 y 1983-, Ypositiva
en otros.
Los sectores en los que se encontró una baja protección nominal otorgada, son los
mismos en los que la TPE otorgada es mayor a la correspondiente TPE arancelaria,
lo cual parece indicar que con el régimen de exenciones y excepciones a las
importaciones de materias primas utilizadas por estos subsectores industriales, se
trataba de compensar la desprotección que se le daba al bien final a través del mismo
régimen. Por el contrario, el régimen de exenciones y excepciones a las materias
primas no favoreció a los subsectores que contaron con una mayor protección
nomina! otorgada a sus bienes finales, como fue el caso de químicos y drogas.
En todos los años y para los seis subsectores, los índices de las TPE relativas,
arancelaria y otorgada, son mucho menores que los respectivos índices de protec-
ción nominal, lo cual indica que los niveles de desprotección de estos sub sectores
industriales son mayores cuando se tiene en cuenta la protección a! proceso produc-
tivo y no sólo a! bien final.
El análisis de la rentabilidad de la agricultura diferente de café cubre 16 ptoductos agregados en cuatro grupos:
exportables, netamente exportables, importables y no tratJsables. Las estructuras de costoS correspondientes a
dichos cultivos se construyeron principalmente con base en información de la Caja Agraria para 1985. La
tecnología de cada cultivo en dicho año se mantuvo constante a lo largo del periodo 1975-1988, y se
detennmaron los costos únicamente a través de cambios en los precios de los insumos y factores de
producción. La elección de los precios con los que se construyeron las distintas series, estuvo condicionada
por la infonnaci6n disponible.
618
así como con el incremento en los costos de producción agrícolas, los cuales
crecieron más rápidamente que los prccios de los bienes finales del sector'". El
impacto que tuvieron los incrementos en los precios de factores y bienes intermedios
sobre los costos de producción, varió de acuerdo con los patrones tecnológicos de
los productos. De manera general puede afirmarse que la agregación entre cultivos
comerciables -particularmente los cultivos exportables e importables- y no transa-
bies, coincide, por el uso que los mismos hacen de maquinaria y mano de obra, con
una diferenciación entre cultivos modernos o más tecnificados, que serían los
comerciables, y cultivos tradicionales que corresponderían a los no transables". Los
bienes intermedios que utilizan insumos importados, en consecuencia, tuvieron una
mayor participación en la evolución de los costos de productos exportables e
importables, en tanto que los jornales agrícolas tuvieron más peso en el grupo de no
transables.
2. Política Comercial
Las tablas 1.16 y 1.17 del Capítulo 1 muestran que efectivamente la productividad regislrÓ un deterioro en su
contribución al crecimiento de la producción agrícola y ganadera. En el caso de la economía campesina, se
observa un fuerte incremento de la productividad con tendencia a la igualación de la promedia nacional,
aunque esta última presenta un relativo estancamiento (Capítulo TI, Sección 6).
Los casos del banano y de los cultivos no lransables, que muestran resultados opuestos, se explican más
adelante.
Como se observó en el capítulo 1 del Volumen 1, para 1988 el 73.6% del valor de la producción de
comerciables está representada en cultivos modernos contra 26.4% en tradicionales. Por el contrario, en los
cultivos no comerciables el 85.7% del valor del producto proviene de cultivos tradicionales contra 14.3% de
cultivos modernos.
619
Entre 1975 Y 1980, el efecto neto de la polftica de precios domésticos para el sector
agropecuario y para el sector productor de insumos industriales para la agricultura,
fue la depresión de las tasas de rentabilidad del agro, por debajo de los ni veles que
habrían resultado en ausencia de intervención. A partir de 1981, sin embargo, la
tendencia se revirtió, y para algunos productos las tasas de rentabilidad crecieron a
ritmos s)lperiores a los correspondientes a una situación de libre mercado.
Lo anterior es cierto pese a que los costos por hectárea crecieron más rápidamente de
lo que 10 habrían hecho a precios internacionales. El impacto poSitivo sobre la
rentabilidad que se registra en la década de los 80, obedecería entonces a cambios en
los términos de intercambio de los productos agropecuarios, más que a cambios
relacionados con el comportamiento de costos. Paradójicamente, este cambio en la
política comercial favoreció más a los productos exportables que a los importables,
los cuales siguieron mostrando efectos adversos en algunos años de la década de los
80. Así, como se verá en lo que sigue, la evolución de precios de los bienes agrícolas
resultó en un sesgo en contra de las exportaciones, privilegiando la venta interna de
estos productos, al tiempo que fue poco consistente en lo que respecta a la promo-
ción de sustitución de importables.
620
CUADRO 8.l2A
EFECTOS DE LAS POLITICAS COMERCIAL y CAMBIARlA SOBRE LA
RENTABILIDAD DEL SECTOR AGROPECUARIO POR TIPO DE CULTIVO
Cultivos Netamente No
Año EXI!0rtables EXI!0rtables Iml!0rtables transables
(1) (2) P) 01 (2) (3) (1) (2) (31 (1) (2)
P11
1975 100 100 109 100 100 112 100 100 109 100 100 98
1976 81 100 91 74 77 85 97 142 108 95 99 92
1977 79 82 92 109 75 100 119 200 138 128 134 122
1978 73 92 88 110 70 90 98 194 117 137 145 133
1979 65 92 78 112 72 97 97 149 118 138 145 131
1980 61 85 72 120 84 103 89 99 108 139 146 131
1981 62 65 75 172 93 116 83 82 102 144 153 136
1982 65 55 80 172 83 133 78 68 98 177 187 166
1983 62 65 76 146 81 112 78 80 99 188 198 179
1984 59 61 70 . 193 80 108 76 92 93 193 201 185
1985 61 57 63 183 93 74 90 104 97 227 237 227
1986 63 56 63 ,199 99 57 83 78 84 192 203 195
1987 77 73 74 200 92 58 107 87 104 184 188 186
1988 79 57 65 223 82 47 88 81 71 202 214 210
(1) Rentabilidad Observada.
(2) Rentabilidad a precios internacionales.
(3) Rentabilidad corregida según tasa de cambio de paridad.
Cálculos de FEDESARROLLO.
Notas: 1 Rentabilidad observada = Ganancias netas por ha. cuando se consideran los precios domésticos.
2 Remabilidad a precios intemacionales=Ganancias netas por ha. cuando se considera un escenario de precios de mercado libre,
tanto para los bienes intermedios utilizados por el sector, como para los productos finales del mismo.
3 Rentabilidad corregida segun tasa de cambio de paridad = Ganancias netas por ha.
-
Rl ---- -
3. Polflica Cambiarla
Para estudiar los efectos de la polftica cambiaria sobre el sector agropecuario, se
calcularon los costos de producción y las rentabilidades resultantes, para los cuatro
grupos de productos, con base en series de precios consistentes con una tasa de
devaluación natural" de 1975 a 1988. Dadas las condiciones del comercio interna-
cional colombiano en 1986, se ha elegido éste como el afio en el cualJa tasa de
cambio de mercado fue equivalente a la tasa de cambio de paridad'".
Hasta 1985, la tasa de cambio de mercado actuó en contra de los productos comer-
ciables agropecuarios, comandando tasas de rentabilidad inferiores a las correspon-
dientes a una tasa de cambio de paridad; de hecho, el efecto neto de una devaluación
más pronunciada entre 1975 y 1985, habrla sido positivo sobre la rentabilidad de
estos productos, pese a los incrementos, relativamente considerables, de los costos
de producción que la misma habrla acarreado. Paralelamente, dado el patrón tecno-
lógico de los cultivos no transables, el efecto negativo sobre los costos de produción
habrla sido relativamente bajo, con 10 cual el efecto sobre la rentabilidad de estos
productos habrla sido de menor importancia (ver cuadro No. 8.12A).
Sin embargo, a partir de 1986 la situación parecerla haberse revertido, con una
política cambiaria que estarla afectando negativamente al sector con tasas de cambio
superiores a las de paridad.
" Se entiende aquí por devaluación natural aquella que mantiene la tasa de paridad.
" Hasta donde este análisis llega, la variación en la política cambiarla afectó únicamente a los bienes uansables.
dado que el instrumental de que se dispone no pennite un análisis de "segunda vudta", que considere efectos
sobre el coojUnlO de precios de la economía. Así, los bienes intennedios afectados fueron los insumos
químicos, la maquinaria y. en el rubro de costos de operación de maquinaria, los precios de combustibles. En
cuanto a los productos finales. te afectaron solamente los productos exportables "j los importables.
" Esta sección se apoya en FEDESARROLLO, "flujos de capital entre la agricultunl y el resto de la economía:
Evidencia del caso colombiano 1965-1986", Informe para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario,
622
Los flujos netoS de capital extraídos de la agricultura pueden medirse mediante la
estimación de la balanza comercial de dicho sector productivo. Por analogía con el
concepto de balanza comercial de una nación, una pane de estos flujos de capital
depende de la evolución de los precios relativos de los bienes agrícolas frente a los
de otros sectores de la economía, más comúnmente llamados términos de intercam-
bio intersectoriales.
Oferta Agrícola
Ql- Rll- R21 =R12 + El + 111 + 112+ 011 + 012+Cll + C12 (1)
Oferta No Agrícola
Q2 -R22_ R12 =R21 + E2+ 122+ 121 +022 + 021 +C21 +C22 (2)
Balanza Comercial
B = (R12 + El + CI2 + 012 + 112) - (R21 + 121 + 021 + C21) (3)
Balanza Real
B= (R12+El+C12+012+112) + (R12+121+021+C21)
(4)
PI n
6
(4,
Definición de variables
Q = Oferta interna total.
R = Compras de materias primas.
1 = Formación de Capital Fijo Público y Privado
E = Exportaciones
C = Conswno Pri vado
O = Consumo Público
P = Precios
623
comercial puede además ajustarse por moditicaciones en los precios relativos de la
agricultura y el resto de la economía, obteniéndose la balanza real de la agricultura
[ver Ecuación (4) y (4')].
El primer ténnino ala derecha de la ecuación (4'), (B/Pl), es el valor real del flujo de
capital que se extrae de la agricultura·2 , denominado como superávit agrícola o flujo
de capital neto observable. El segundo ténnino es el flujo de capital que se origina
por los movimientos de los ténninos de intercambio intersectoriales y se denomina
el flujo neto invisible o no observable. Por lo general se considera que un deterioro
de los ténninos de intercambio de la agricultura implica un flujo neto de capital que
se extrae del sector"'.
Este enfoque analítico para medir los flujos de capital interscctoriales se basa en los
trabajos realizados por Lee64 para analizar el caso de Taiwan, los cuales son
considerados hoy en dfa clásicos de esta literatura. Taylor y Quisimbing 65 hacen
notar que este superávit de la agricultura tiene una muy estrecha relación con el
ahorro generado por este sector productivo, por lo cual, desde el punto de vista
teórico, el ahorro de un sector productivo, por analogía con el ahorro de un país.
puede expresarse como su balanza comercial más las transferencias recibidas,
menos las transferencias pagadas". Para calcular las transferencias de recursos del
sector agrícola colombiano en el período 1965-1986, se utilizaron como base de
infonnación las Cuentas Nacionales del DANE, aunque fue necesaria infonnación
complementaria para diferenciar algunas de estas variables en sus sectores de origen
y de destino". Por su parte, el superávit está definido por la ecuación (4') del cuadro
No. 8.13 y corresponde a la diferencia entre los flujos de mercancías que importó y
exportó el sector agrícola, valoradas por los precios de los sectores de origen de los
bienes.
624
1. Flujos de Capital Totales
Tal como lo sugiere la experiencia de otros países con similar grado de desarrollo, al
calcularse el superávit de la agricultura en Colombia se encuentran magnitudes
positivas, lo cual indica que el sector no sólo ha contribuido efectivamente a los
recursos disponibles para la fonnación de capital en la economía colombiana du-
rante el período 1965-1986, sino que los mismos han aumentado a través del tiempo
hasta casi triplicarse, en ténninos reales, al final del período; estas transferencias se
han dado tanto al considerarse el café como al extraerlo del análisis. En el Cuadro
No. 8.14 y en la Gráfica No. 8.12 se observa la evolución del valor real (en pesos de
1975) de los recursos extraídos de la agricultura directamente o a través de una
relación de precios desfavorable. Estos pasaron de $14.300 en 1965 a $42.200
millones en 1986 al incluir el café; y de $7.400 a $36.900 millones respectivamente,
al extraerlo.
Los anteriores resultados reflejan la pérdida de importancia del sector agrícola como
fuente de generación de recursos para financiar la inversión en la economía colom-
.. Al compararse ambas tendencias se aprecia que el aumenlO de los flujos sin café en la década de los SO fue más
625
¡:¡
'"
PRECIOS TRANSFE-
RU El el> Rl1 01 011 IZI BALANCE PRECIOS NO RENCIAS VISIBLES INVISIBLES
(5MIIl) (SMIII) (5MIII) (5MIII) (5MIII) (5MIII) (5MiII) (5MIII) AGRIC •• / AGRICOLAS TOTALES
1975= 100 1975=100 ($ Mili 197.5) ($ Mili 1975) ($ Mili 1975)
P! ~l~ í32 {4! í 5~ P2 ¡11 ~ 82 ~9l po~ pq P1l
"2
1965 10587 683 3902 2393 8118 1064 lO. 4552 26,9 25.3 14393 16921 -2527
1969 19025 1406 6460 4281 15184 2101 210 6152 38,4 38,7 16388 16020 368
1970 21326 2095 7108 4660 17168 2069 371 5629 42,5 43,4 14499 13244 1256
19'11 24462 2118 B794 5.518 21389 2596 25. 6144 46,$ 48,2 15427 13212 2215
1912 30089 2781 10472 1061 25915 2949 291 7478 54,0 54,0 13846 13849 -3
1973 38302 3103 14228 10186 32053 4544 .01 10044 67,7 64,1 11048 14836 -3787
1974 53422 4694 18043 15438 43431 6433 135 lZ011 85,8 80,1 8111 13999 -5213
1975 65092 1809 23284 19470 55580 6918 1224 13478 100,0 100,0 13478 13478 O
1976 78963 8650 29509 22628 72040 7952 45' 15082 126,2 125,3 11370 11951 -581
1977 113081 11229 39543 27477 99651 8395 1742 2703J 174,7 158,4 7387 15473 .8085
191B 143461 13132 45063 35367 129472 11263 2125 31303 187,8 187,7 16612 16668 -56
1979 186213 14241 56644 47123 171407 12546 1646 25659 217,5 240,5 21990 11797 10193
1980 227121 19918 71870 64805 227015 17749 4226 10117 254,7 313.2 26679 4051 22629
1981 265663 ZS618 90386 82495 295435 20102 4848 -18860 307.4 186,1 20416 -6115 26551
1982 324006 26421 118375 101470 372395 24252 4451 ·29616 383,5 480,9 18591 -7722 26313
1983 383797 30456 144965 119858 449725 27191 5377 -39994 454,5 581,4 19980 -8800 28780
1984 472580 46928 173442 155015 559548 31237 4546 -53350 521,0 719.1 29222 -10240 39462
1985 61'1123 59537 122163 204S94 472616 46019 3i}86 186930 640,0 900,5 61381 29208 32174
1986 923241 91010 2839.72 275875 898405 82963 7631 70232 866 14 1141 13 42248 8106 34142
SUPERAVITI SUPERAVITI
VALOR AGREGADO FBCF
(%) (%)
biana durante este penodo; dicho en otras palabras, se sustituyó el ahorro generado
por este sector productivo, por el proveniente de otros sectores económicos.
Conviene, no obstante, anotar que estos resultados sobre las magnitudes de los flujos
de capital no solamente son muy sensibles a la definición de sectores que se utilice,
sino que también dependen crucialmente de los índices de precios a los cuales se
valoren los flujos'o. Otro aspecto de las estadísticas que puede estar afectando los
resultados obtenidos es el hecho de que los datos oficiales subestiman los flujos de
mercancías al interior del sector agncola, puesto que se limitan a considerar única-
mente las transacciones registradas. Además, tampoco permiten diferenciar entre
aquellos flujos de ingreso que se generan en explotaciones del sector agncola
propiedad de agentes urbanos, y las que se consideran estrictamente del sector
agropecuario. Como consecuencia de ello, y dado que en Colombia existe conside-
" Existen dos alternativas: los precios al productor o el deflaclor implícito del producto agrícola. En este estudio
se encontró que los primeros eran sustancialmente distintos a los segundos (en algunos años mayores, 'ro otros
menores) y no se encontró una explicación satisfactoria desde el punto de vista estadístico o económico de las
razones JX>r las cuales se presentaba este fenómeno. Sin embargo, de acuerdo con estos dos índices de precios,
se observa un deterioro de los precios relativos de la agricultura en los años mencionados, aún cuando las
diferencias entre el estimativo del superávil real valorado a precios de productor, y aquel estimado con el
deflactor, llegaron a ser de 15% en algunos años.
627
Graíiea No. 3.12
FUJJOS EXTR_A!DOS SECTOR .A,GROPECUA.RlO
70 I
60
50
1
l ,
! II
,
"\1 I
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• \1
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• 20 10/\\1
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-
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10
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19651969197019711972197319741975197619771978197919801981 19621963198419851986
•
a totales + visibles Q jnvisi~es
rabIe diversificación de la propiedad entre sectores, es probable que este hecho lleve
a una subestimación del consumo urbano y sobrestimación del superávit total,
aunque no así de sus fluctuaciones a través del tiempo. No debe otorgarse entonces
demasiado énfasis a los resultados sobre las magnitudes del superávit; resulta más
útil el cálculo para evaluar su evolución a través del tiempo y su participación dentro
del valor agregado sectorial.
Aunque al descomponer los flujos se advierte que su parte visible, o sea el superávit
del sector agrícola deflactado por el índice de precios agrícolas, fluctuó bastante
durante el período analizado, es posible distinguir varios subperíodos: el primero,
entre 1965 y 1976, se caracterizó por una leve tendencia decreciente, según la cual
en estos años el volumen de mercancías importadas por el sector creció un poco más
rápidamente que las exportadas hacia el resto de la economía. Estas mayores
importaciones pueden atribuirse básicamente a un crecimiento acelerado del consu-
mo intermedio, y podrían estar indicando un proceso de utilización intensiva de
628
insumos. Este resultado es consistente con lo anotado en el Capítulo 1, donde se
sugiere que la agricultura colombiana en dicho período pudo haber registrado un
proceso acelerado de uso de fertilizantes 71 •
Estos resultados de la agricultura sin café se explican básicamente por dos factores:
por un lado, los efectos nocivos de la bonanza sobre otros cultivos: el proceso de
sustitución de cultivos menos rentables por el de café redujo la producción de estos
bienes, y como consecuencia también disminuyeron las ventas intermedias al resto
de la economía; por otro lado, paralelamente siguieron aumentando sus importa-
ciones, mientras que las exportaciones permanecían estancadas, lo cual puede
atribuirse en muy buena parte al fenómeno de sobrevaluación real del tipo de
cambio.
"
n
Aun cuando la utilización promedio de este tipo de productos siguió estando por debajo del patrón internacional.
La producción de café no aUmentó en este período de la misma manera que las ventas ulI.ennedías del grano
hacia el resto de la economía. Conviene recordar que estas venias están constituidas por el café pergamino que
se destina al sector "trilla de café", Existe bastante evidencia de que d'urante la época de la bonanza cafetera el
proceso de trilla de café se incrementó sensiblemente, aun cuando no eswyo acompañado de aumentos en la
producción físíca de café,
629
distintos al café, lo cual podría atribuirse a la recesión del resto de la economía, que
caracterizó a la mayor parte de este período, y que fue más acentuada que la del
propio sector agncola.
En 1986, pese a que las condiciones externas continuaron mejorando, e incluso pese
a que hubo un repunte sustancial de los precios del café, los flujos de capital visibles
que se extrajeron de la agricultura disminuyeron en ambos casos, hasta representar
unos $8.100 y $18.000 mil millones constantes, respectivamente. La mayor deva-
luación, junto con la recuperación de los precios internacionales del café, no fueron
suficientes para compensar el crecimiento particularmente elevado de las compras
de bienes provenientes del resto de sectores para el consumo final de los hogares
rurales. Como consecuencia de ello, los flujos de capital visibles fueron un poco
menores a los de 1985, cuando este tipo de consumo dio muestras claras de
estancamiento. Estas tendencias se explican básicamente por la evolución de la
actividad económica agrícola y la alta sensibilidad de los consumos de bienes no
agrícolas al aumento en el ingreso de las familias.
En contraste con los flujos visibles, los invisibles aumentaron durante el período
analizado. Como ya se mencionó, estos flujos se atribuyen principalmente a la
evolución de los términos de intercambio del sector (precios agncolas/precios no
agrícolas), aunque también dependen del grado de interdependencia que existe entre
el sector agrícola y el resto de la economía. En el Cuadro No. 14 y en la Gráfica No.
12 se observa que, después de un período de relativo equilibrio de los precios", que
se reflejó en flujos de capital invisibles más bien pequeños, se produjo un aumento
sustancial de estos a partir de 1978, como consecuencia del deterioro de los precios
agrícolas. Al extraer el café del análisis, la tendencia a crecer de los flujos invisibles
se inicia en 1975. Nótese el imponante papel del café al neutralizar el poder de los
términos de intercambio como mecanismo extractor de recursos de la ag'ricultura
" Este cálculo de los flujos de capital invisibles está influenciado por el año base que se utilizó para ver la
evolución de los índices de precios de los dos sectores. En consecuencia, los niveles de los flujos invisibles no
deben tomarse como los valores exactOS de estos flujos; lo importante es su evolución a través del uempo.
630
colombiana; y que los flujos de capital invisibles del sector al incluirse este producto
fueron exactamente la mitad de los que resultaron al excluirlo.
Estos resultados revelan la forma como los precios relativos han venido adquiriendo
mayor importancia como mecanismo de extracción de recursos del sector agrícola.
A partir de 1978 (y de 1975, excluyendo al café) los recursos extraídos por esta vía
más que compensaron los flujos de capital visibles, lo cual permitió la permanencia
del superávit agrícola, y de esta manera que el sector continuara contribuyendo
efectivamente a la generación de ahorro de la economía colombiana en su conjunto
(Ver Gráfica No. 8.12).
Para calcular las fuentes de crecimiento de los flujos de capital totales del sector
agropecuario sin café, se agrupan las distintas variables en fuentes de aumento o
disminución de dichos flujos". En el Cuadro 8.16 se aprecia que las fuentes de
decrecimiento del superávit más que compensaron las fuentes de aumento, para
prnduciruna caída de los flujos de capital extraídos entre 1965 y 1980; la fuente más
importante de crecimiento del superávit en estos aí\os fue la actividad no agrope-
cuaria; el crecimiento de la producción agrícola -que se reflejó en un mayor
consumo intermedio y final del sector-, por su parte, fue la principal fuente de
disminución de los flujos de capital en estos aí\os". En cambio, la contribución de
las variables de consumo público e inversión en maquinaria como fuentes de
disminución del excedente del sector fueron poco importantes.
A partir de los aí\os ochenta los flujos extraídos comenzaron a aumentar, al tiempo
que cambiaban las fuentes de aumento; el papel de los términos de intercambio
intersectoriales adquirió cada vez mayor peso en relación al comportamiento de las
actividades urbanas, y las exportaciones se mostraron especialmente dinámicas,
contribuyendo a este resultado. Este hecho puede tomarse como evidencia de un
cambio estructural en la economía colombiana, ya que a medida que se avanzó en el
Para calcular la contribución de cada una de las variables que inIervienen en el crecimiento del superávit
agrícola, se partió de la ecuación o identidad {4'1 del Cuadro No. 8.13. A esta ecuación se le introdujeron las
siguientes modificaciones: la demanda intermedia y final por bienes del resto de la ooooomía en el seclOr
agrcpecuario se expresan como una proporción (no fija) de la producción del seclOr agropecuario (a"'PA),lo
mismo que la demanda intennedia y [mal POt: bienes agropecuarios en el resto de sectores de la producción del
resto de la ecooonúa (b*PNA). Dicha ecuación [4'J se reexpresó de la siguiente manera:
B = <. *PNA + E,)/PI - <. 'PA + J" + G,,}/p2 [51
" De acuerdo con las cifras del DANE, los niveles del consumo imennedio de la agricultura han sido bastante
inferiores en términos reales a los de las ventas intennedias de este sector productivo al resto de la economía.
Este resultado es distinto al encontrado por Londoño. op.cit. (1985), ya que este autor encontró un equilibrio
en las transacciones imerindustriales. Sin embargo, estas diferencias también' se explican por las distintas
detinicWnes de sector agricola utilizadas en uno y otro trabajo.
631
'"
'->
N
La diferencia entre el superávit y el ahorro del sector agrícola son las denominadas
"transferencias netas" del sector agropecuario, que están constituidas por los flujos
de recursos que le transfiere el resto de la economía a la agricultura, sin que éstos
tengan una contrapartida en ténninos reales, tales como los subsidios y los impues-
tos. En el Cuadro No. 8.17 se presenta un cálculo de esta diferencia que sugiere que
el ahorro del sector agropecuario en 1985 fue superior al superávit generado en ese
afio", ya que el superávit fue de $155 mil millones corrientes, y por su parte, el
" Estas relaciones pueden ccxnpararse con las de otros países, con la ayuda de una serie de ejercicios muy
similares de medición del superávit realizados por Olros autores y reseñados por TayIor y Quisimbing, op. cit.
(1985). Al comparar los flujos de capital como porcentajes del valor agregado sectorial en Taiwan. Kenya,
Filipinas y México, con las que se presentan para Colombia, se observa que el superávit del sector agrícola en
Colombia fue en casi todos los años un poco inferior al de Tai. wao y Kenya, y superior al que se obtuvo para
Filipinu y México. Evidencia adicional presentada por estos mismos autores para estos y otros países con
diferentes grados de desarrollo relativo, sugiere la existencia de una relación negativa entre el nivel de ingreso
per cápita de las naciones y el superávit generado por el sector agrícola. La hipótesis fundamental es que a
medida que un país avanza en el proceso de desarrollo, el tamaño del superávit disminuye. La evidencia
internacional para una muestra de 17 países en vías de desarrollo, revela que estos flujos de capital tienden a
aumentar hasta que una nación alcanza los US$ 800-1000 de ingreso per cáplta anual, y luego comienzan a
disminuir. Puesto que el superávit del sector agropecuario es una variable p'ory del ahorro total generado por
el sector, y por ende de la economía en su conjunto, lo amerior sugiere que a medida que una economía avanza
se va sustituyendo al sector agropecuario por otras fuentes de ahorro distintas originadas en otros sectores de
la economía. Al situarse nuestro país dentro de un rango de ingreso per c.ipita superior a los US$l.000 anuales,
las magnitudes del excedente agricola aparecen un poco elevadas, y sobre todo no se advierte en ellas 1m3
tendencia a disminuir, tal como lo sugieren los estudios internacionales. Estos resultados pueden explicarse
por la existencia de un sector agroexportador más o menos importante en nuestro país que, como en los casos
de Brasil, Egipto, Costa de Marfil y Tailandia, permite una extracción de recursos del sector agropecuario
mayor a la de otros países con similar nivel de ingreso en el conrexto inremacional. En el presente estudio se
encontraron resultados que sugieren un papel importante de los precios relativos como mecanismo de
extracción de recursos de la agricultura en casi todos los países analizados. Los resultados obtenidos para el
caso colombiano ronfinnan lo anterior, aunque no tanto como en el caso de México. Se obluvo el signo
correcto para el coeficiente de renninos de intercambio, que además resultó significativo. Resulta muy
interesante, además, que al extraer el café del análisis el coeficiente de los ténninos de intercambio y su grado
de significancia estadística disminuyeron un poco, sobre todo en la regresión que relacionaba el superávil/
fonnación bruta de capital y los ténninos de intercambio intersectoriales. E-sle hecho puede interpretarse como
un menor grado de relación enlre la. evolución de] superávit y los precios relativos para la agricultura sin café.
Ello, además, puede ser tomado como evidencia de que el café incrementa el grado de irnerrelaci6n entre la
agricullura y el resto de la economía.
" Estos cálculos tienen muchas limitaciones, porque en la matriz SAM existente para Colombia las variables de
consumo público y de fonnaci6n bruta de capital no están calculadas manera que se necesita para efectuar
estos cálculos del superávit. Excluyendo estas variables del análisis, dado que, como hemos visto, cumplieron
un papel muy marginal en la detenninaciÓll de los flujos de capital extraídos, fue posible, sin embargo,
calcular un superávit del sector que incluyera únicamente los consumos intennedios y fInales de la agricultura
y de bjenes de este sector productivo en el resto de la economía, y las ventas externas de productos
agropecuarios.
633
o-
'ti.
Cuadro 8.17
FLUJOS DE CAPITAL Y AHORRO DEL SECTOR AGRICOLA
EVIDENCIA DE INFORMACION DE CORTE TRANSVERSAL (1985)
Consumo intermedio
del sector urbano (RI2) 210775 32.7 Defieit -6700 -0.8
Consumo intermedio
del sector agrieola (R21) 322609 40.5
Total flujos sector agricola 155000 19.5 Total Ahorro Agricola 168169 21.1
FUENTE: Calculas de FEDESARROLLO basado en Matriz SAM 1985 y Cuenras Nacionales, DANE
aborro generado en el sector agrícola se situó por encima de los $170 mil millones en
ese mismo año, lo cual sugiere que las transferencias netas al sector agropecuario
(segtínla definición de la SAM) fueron positivas en el año de 1985. Es decir, que los
subsidios otorgados al sector superaron los impuestos que tuvo que pagar. No
obstante, este año se puede considerar un poco atípico en lo que se refiere a uno de
los componentes más importantes del subsidio a la agricultura: el otorgado a través
del crédito de fomento a la producción y las exportaciones.
D. SIMULACIONES DE POLlTICA
Los valores de las variables reales, resultantes de estimar el modelo bajo este nuevo
escenario, se complementaron con ejercicios adicionales 78.
" Específicamente y con el objefo de estimar el efecto de la tasa de cambio de paridad sobre los Úldices de
precios del resto de la economía se adoptó la metodología de García y Montes consistente en deducir de la
parte transable de estos precios (calculada por estos autores como de 34% entre 1965 y 1969 Yde 50% a panir
de entonces), la relaci6n entre la lasa de cambio y la de paridad. Puesto que en la mayor parte de los años
considerados el tipo de cambio esWvo sobrevaluado con respecto a la tasa de paridad, esta correcci6n implicó
un incremento de los precios con respecto a su nivel observado. Sin embargo. esle incremento de los precios
no agncolas fue inferior al de los agrícolas, lo cual significó una mejoría de los términos de intercambio en la
siwación de paridad en relación con lo observado. Una simplificación adicional fue la de que en los distintos
escenarios el consumo fmal de bienes procedemes del resto de la economía en el sector rural pennanecía
coostante. García J. y G. Montes. "The politica1' Economy oC Agricuhural Pricing Policies: The Case of
Colombia, 1960--33". ESludio para el Banco Mundial, mimeo. 1987.
635
CUADRO No. 8.18
SIMULACION 1: TIPO DE CAMBIO DE PARIDAD
636
2. Efecto de un Incremento en la Capitalización de la Agricultura
durante los ochentas
637
3. El Efecto Compensatorio del Crédito Subsidiado
Uno de los principales instrumentos de poIftica para el manejo del sector agrope·
cuario en Colombia ha sido el crédito de fomento. A través de él las autoridades
económicas no solamente han intentado incentivar la producción agropecuaria, sino
que lo han utilizado como mecanismo de compensación del efecto desfavorable de
otra serie de polfticas macroeconómicas. Por tal razón un tercer ejercicio de simula·
ción consistió en suponer un escenario en el cual el crédito de fomento dirigido
aumentase de tal manera que los flujos de capital que se extrajeron del sector
agrícola fueron compensados a través del subsidio. Es decir, se igualó el valor del
subsidio implícito al de los flujos totales extraídos, y a partir de allí se obtuvieron las
magnitudes de crédito necesarias para alcanzar esos niveles del subsidio para cada
año comprendido entre 1965 y 1986.
En la Gráfica No. 8.13 se aprecia que dado que el incremento en el crédito habría
aumentado, los flujos de capital intersectoriales principalmente entre 1969 y 1977,
consecuencia del bajo poder compensatorio del subsidio en los primeros años (1969-
1973), se hubiese requerido un aumento muy grande del crédito dirigido para
compensar los flujos de capital extraídos. Estos nuevos niveles de crédito, a su vez,
habrían redundado en una mayor producción y exportaciones del sector, mientras
.. mones de S d.1975
2'OCO~---------------------------------------------.
{\
200000 / \\
I ,Simulado
I \,
'00000- I -\
\
\
'00000- \
\ _ - ....
... ...
Observado ... ...
'000<>-
... ..... _------ ....
o-
~
---- f
-50000
,.", "12 \97. ~76 '979 "80 ,- 198. '986
FUENTE ¡ Ver Cuadros an terioret
638
que los consumos intennedio y final del resto de la econornra pennanecfan muy
estables. Estas tendencias se habrían presentado no sólo en los primerosallos. sino
que su influencia ,habría durado un período prolongado de tiempo. incluso hasta
1977. En estas circunstancias. no se habrían logrado los objetivos iniciales de esta
politica. puesto que los flujos de capital habrían aumentado sustancialmente. mer-
mando la capacidad del crédito para compensarlos totalmente.
A manera de conclusión puede decirse que los cálculos del superávit de la agricul-
tura colombiana confinnan el hecho de que la misma transfirió magnitudes impor-
tantes de recursos al resto de la economía. Dichas magnitudes mostraron una
tendencia a crecer durante el período 1965-1986, tanto en términos absolutos como
en proporción del valor agregado sectorial, aún cuando no en relación con la
formación bruta de capital de la economía en su conjunto. Estos resultados reflejan
la progresiva pérdida de importancia del sector agrícola como fuente de generación
de recursos para el resto de la economía. La evolución desfavorable para la agricul-
tura de los términos de intercambio fue un factor que contribuyó de manera impor-
tante a los resultados antes anotados.
V. SIMULACIONES DE POLITICA
INTRODUCCION
639
entre sectores, y a los efectos distributivos globales resultantes del impacto sobre la
producción agrícola.
En el ejercicio que sigue, se utiliza un modelo de equilibrio general para simular los
efectos de políticas alternativas sobre las variables macroeconómicas y sectoriales y
sus impactos distributivos. Las políticas cuyos efectos se simulan son: transferencias
de ingreso a los grupos sociales más pobres, reasignaci6n de Gasto Público en favor
de la agricultura, políticas de precios (autosuficiencia agrícola, mayor devaluaci6n)
y protección (a los bienes urbanos, a los insumos y a las materias primas agrope-
cuarias); y finalmente, se simula el efecto de choques ex6genos de la ofena agrícola.
Habrá de advertirse que el prop6sito de este ejercicio es ilustrar sobre los efectos
más probables de las distintas alternativas de política, que pennitan allegar criterios
para una mejor integraci6n de las poIfticas macroecon6micas y sectoriales. De este
ejercicio, dados los supuestos del modelo utilizado, no pueden deducirse en fonna
directa recomendaciones respecto de cuál conjunto de instrumentos es más aconse-
jable, porque ello depende, obviamente, de cuáles son los objetivos de las políticas
macroecon6micas y/o sectoriales. La utilidad del ejercicio, entonces, no va más allá
de identificar algunos criterios que permitan compatibilizar tanto instrumentos
como objetivos de orden general y sectorial.
640
Campesinos, Rentistas, Asalariados y Capitalistas. las tres primeras se dedican a
actividades rurales y los dos grupos restantes a urbanas. Los ingresos salariales son
recibidos por los jornaleros y asalariados, mientras que los demás grupos participan
de un excedente bruto de explotación o del retorno del capital, según la versión del
modelo de que se trate79.
Para las distintas simulaciones de polfticas se consideran dos versiones del modelo
de equilibrio general, una de cono plazo y la otra de largo plazo. En el modelo de
corto plazo se supone que la oferta es fija en las actividades agrícolas, y plenamente
flexible en el mercado de bienes urbanos. Los precios agrícolas son flexibles y se
ajustan para lograr el equilibrio en los respectivos mercados, mientras los precios de
bienes urbanos se determinan por medio de un mark-up sobre costos variables, y es
la cantidad la que se ajusta para lograr el equilibrio. En cuanto al cierre macroeco-
nómico del modelo, la inversión privada y pública son constantes en términos reales,
y el ahorro global debe entonces igualarse al nivel predeterminado de inversión. El
ahorro privado cumple el papel de ajuste macroeconómico en el corto plazo; en
particular, la redistribución del ingreso juega un papel fundamental en este proceso.
Para igualar el ahorro global a la inversión exógena operan dos mecanismos: la
redistribución del ingreso o ahorro forzoso mediante el cual se logra un mayor o
menor ahorro, reasignando el ingreso entre grupos con tasas de ahorro disímiles; y el
ahorro keynesiano, el cual opera a través de la tasa de crecimiento de la economía. El
ahorro forzoso es un proceso inflacionario, mientras que el ahorro keynesiano es
netamente expansivo. Así, tanto los efectos macroeconómicos de las distintas polí-
ticas como los conflictos distributivos dependen del grado en que opera uno u otro
mecanismo de generación de ahorro.
El modelo de largo plazo se diferencia del de corto plazo en que las ofertas de todos
los sectores productivos son endógenas y la disponibilidad de factores, en cambio, es
fija, de manera que cualquier aumento en la producción de un sector se logra a través
de la recomposición en el uso de factores entre sectores productivos, razón por la
cual no es posible generar efectos de importancia sobre el crecimiento del producto
agregado. Con excepción de la minería, en todos los otros sectores se tiene cierta
posibilidad de sustitución entre capital y trabajo. En el cierre macroeconómico del
modelo la inversión total es flexible y se ajusta al ahorro total de la economía. La
inversión pública es la principal variable de ajuste, ya que el ahorro externo es fijo.
En este modelo de largo plazo la balanza comercial es constante.
19 La descripción detallada del modelo puede verse en FEDESARROLLO, "Vínculos entre el sector agrope<:uario
y la macroeconomía dentro de un modelo de equilibrio general", Informe para la Misión de Estudios del
Sector Agropecuario, Bogotá, octubre 1989. Los resultados- examinados ~qui se apoyan en el mencionado
infonne.
641
B. POUTICAS DE GASTO
En este ejercicio se simula una transferencia (exógena) del gobierno a los grupos
sociales de menor ingreso (jornaleros, asalariados y campesinos), con el fin de que
mejoren su nivel nutricional a través de un mayor consumo de alimentos'·.
Tal transferencia en todos los casos es de 17.034 millones de pesos, equivalente al 15% del ingreso disponible
" inicial de los campeSlnOS y al 0.35% del PIB a precios de mercado en el año base.
" Los asalariados también se benefician de la expansiÓll urbana vía mayor empleo. En lodos los catOS el ingreso
nomjnal de los asalariados aumenl~ es el awnento en el precio de los alimentos lo que produce la caída en su
consumO real.
642
CUADRO No. 8.20
PRODUCCION FISICA
Café 0,09 0,10 0,08 0,19 0,28
Materias Primas
Alimentos No Transables
Alimentos Transables
Producción Agropecuaria sin café
Minería y Petróleo 0,30 0,31 0,35 0,61 0,96
Bienes Urbanos 0,59 0,60 0,68 1,19 1,87
Servicios del Gobierno 0,02 0,03 0,02 0,05 0,07
PIB a Precios Constantes del Mdo. 0,39 0,40 0,45 0,79 1,24
CONsUMO REAL
Jornaleros 4,19 -1,25 -0,70 2,90 2,21
Campesinos 1,51 16,70 1,09 18,01 18,95
Rentistas 2,29 2,74 1,55 5,00 6,51
Asalariados -0,16 -0,26 0,95 -0,41 0,54
Capitalistas -0,69 0,71 0,67 1,40 2,07
SECTOR EXTERl\O
Exportaciones
Café 0.00 0,00 0.00 0,00 0,00
Materias Primas -0,13 -0,13 -0,13 -0,26 -0,40
Alimentos No Transables -0,74 -1.14 -0,62 -1,86 -2,44
Alimentos Transables -0,88 -1,00 -0,56 -1,85 -2,38
Minería y Petróleo 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
BjeJ'les Urbanos -0,26 -0,29 -0,17 -0,55 -0,12
Importaciones
Insumos 0,51 0,52 0,59 1,03 1,61
Malcrias Primas 2,25 2,34 2,35 4.65 7,10
Alimentos Transables 3,17 3,59 1,95 6,80 8,80
Minerfa y Petróleo 0,53 0,54 0,61 1,07 1,68
Bienes Urbanos 1,07 1,11 1,15 2,19 3,34
Importaciones del Sector Público 0,21 0,24 0,14 0,45 0,59
Bienes de Inversión e Inventarios 0,23 0,26 0,16 0,49 0,65
643
CUADRO No. 8.21
PRODUCCION FISICA
Café ·0,03 -0,04 0,00 -0,07 -0,07
Materias Primas -1.02 -1,32 -0,52 -2,29 -2,77
Alimentos No Transables 0,12 0,32 0,13 0,19 0,'31
Alimentos Tran¡¡ables 0,22 0,19 0,07 0,40 0,46
Producción Agropecuaria sin café 0,07 0,07 0,02 0,14 0,15
Minería y Petróleo 0,01 0,07 -0,16 0,08 -0,08
Bienes Urbanos -0,01 -0,01 0,01 -0,02 -0,01
Servicios del Gobierno 0,02 0,02 0,01 om 0,05
PIE a Precios Constantes del Mdo, O,OZ 0,02 0,01 0,03 0,04
CONSUMO REAL
Jornaleros 6,Z9 1,32 0,48 7,55 8,00
Campesinos 1,06 16,13 0,47 17,04 17,43
Renti$tas 1,40 1,72 0,62 3,10 3,71
Asalariados -0,41 -0,52 0,70 -0,91 -0,22
Capitalistas 0,01 0,02 0,00 0,03 0,03
SECTOR EXTERNO
Exportaciones
Café 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
Materias Primas -0.81 -1,01 -0,42 -1,80 -2,20
Alimentos No Transables -0,67 0,69 -0,30 -1,34 -1,63
Alimentos Transables -0,56 -0,70 -0,30 -1,24 -1,53
Minería y Petróleo -0,03 0,06 -0,29 0,03 -0,26
Bienes Urbanos -0,02 -0,02 -0,03 -0,05 -0,08
Importaciones
Insumos 0,26 0,29 0,20 0.55 0,75
Materias Primas 7,61 6,29 3,88 17,45 21,84
Alimentos Transables 2,56 3,03 1,28 5.62 6,93
Minerfa y Petróleo 0,06 0,06 0,08 0,12 0,20
Bienes Urbanos 0,62 0,62 0,71 1,24 1,95
Importaciones del Sector Público -3,94 -4,05 -3.37 -8,00 -19,04
Bienes de Inversión e Inventarios 1,06 0,&8 0,65 1,94 2,59
644
real en el largo plazo, por el cual se genera un conflicto entre equidad (o mejora
nutricional) y crecimiento a largo plazo, y se cuestiona la viabilidad de sostener este
tipo de políticas en un período largo de tiempo.
En este caso se simula el efecto de una reasignación del gasto público (de funciona-
miento) en favor del sector agropecuario, con el objeto de aumentar su ingreso e
incentivar su producción. Para tal efecto se trasladan quince puntos porcentuales del
gasto anterionnente destinado al sector urbano hacia el sector agropecuario, bien sea
a un subsector específico (materias primas, alimentos no transables y transables), o a
todos los subsectores por igual.
En el corto plazo la reasignación del gasto público en favor del sector agropecuario
tiene un efecto contraccionista sobre la actividad económica agregada, reduce el PIB
real, produce una inflación general y finalmente deteriora la balanza comercial.
A través de esta política de reorientación del gasto se consigue que efectivamente los
recursos fluyan hacia el sector agropecuario; sus precios relativos mejoran sustan-
cialmente y los ingresos nominales de los grupos residentes en el campo también
aumentan; el ingreso se redistribuye hacia los sectores rurales que participan del
excedente y en contra de los grupos más pobres, asalariados y jornaleros. Aunque se
logra un aumento en el consumo total de alimentos, los grupos más pobres no
participan de esta mejora (ver cuadro No. 8.22).
Así las cosas, con la reasignación del gasto público aumentan, en el corto plazo, los
excedentes rurales, los que en un período de tiempo más largo podrían representar
mayor inversión en el sector agropecuario. Sin embargo, dada la estructura del
modelo, en el corto plazo no se obtienen aumentos en la produccion sectorial, y por
el contrario se afectan negativamente las actividades urbana y total de la economía.
645
CUADBO N•. 8.22
POLlTICA DE REASIGNACION DE 15'-'> DEL GASTO PUBLICO
(CORTO PLAZO) (1)
(Porcentajes)
PRODUCCION FlSICA
Cof, 0,01 0,05 0,04 0,01 0,00
Materiss Primas
Alimentos No Transabl~
Alimerttos Tnmsables
Producción Agropecuaria sjn café
Minería y Petróleo -0,21 -0,06 -0,09 -0,16 -0,32
Bienes Urbanos -0,55 -0,24 -0,30 -0,45 -0,81
Servicios del Gobierno 0,01 0,02 0,01 0,01 0,01
PIB a Precios Constantes del Mdo. -0,34 -0,14 ·0,18 -0,28 -0,52
CONSUMO RFAL
Jornaleros -1,20 -1,73 -1,65 -1,64 -0,73
Campesinos 3,79 7,95 6,61 1,67 5,14
Rentistas 4,05 6,32 5,52 3,11 5,64
Asalariados -1,17 -1,46 ·1,38 -1,12 -1,25
Capitalistas ·0,50 -0,56 -0,49 -0,05 -1,04
SEClUR EXIERI\Q
EAportaciones
C",
Materias Primas -2,37 ·0,02 0,00 0,03 -7,89
Alimentos No Transables ·2,56 -8,99 -7,48 -0,29 -0,39
Alimentos Transable:; -0,69 ·0,48 -0,59 -1,41 -0,31
Minería y Petróleo
Bienes Urbanos -0,54 -0,32 -0,31 -0,35 -1,25
lmporl».ciones
Insumos -0,47 -0,20 -0,25 -0,38 -0,69
Materias Primas 50,39 0,23 -0,01 -0,53 272,52
Alimentos Transables 2,50 1,74 2,14 5,21 1,13
Minería y Petróleo -0,37 -0,11 -0,17 -0,29 -0,56
Bienes Urbanos -0,39 -0,10 -0,11; -0,34 -0,37
Importaciones del Sector PúVlico 0,45 0,26 0,25 0,29 1,04
Bienes de lnl/ersi.ón e ml/entarios 1,0\ 0,25 0,23 0,26 2,78
(1) La primera oolumna se tefiere a\ traslado de 15 punto!> porcentuales del sector urbano ~ \a
agricult.ur~ por panes igu~les; 5 punto~ para cada subscctor (m~lcrias primas, alimentos
Iransablell y no transabJes). La segunda columna representa el traslado de 7.5 puntos a
c~da subsector de alimentos.
646
!:I UE 4(l{'.
~ 1-.
?
-- 0<", N DE ~
c:
""~ SIBll TECA
~
PRODUcaON ASlCA
Cd' -0,18 -0,22 -0,20 -0,13 -0,23
Materias Primas 1,86 -3,44 -3,24 -2,22 11,06
Alimentos No Transables 1,98 11,57 9,46 -1,44 .2,09
Alimentos Transablcs .0,69 -1,60 -},22 -0,12 -1,58
ProduccLón Agropecuaria sin café 0,21 -0,48 -0,36 -0,24 -0,05
Minerfa y Petróleo .0,90 0,90 0,90 0,92 0,88
Bienes Urbanos .0,06 .0,04 -0,05 -0,09 -0,04
Servicios del Gobierno 0,01 0,01 0,01 0,01 0,02
PIB a Precios Constantes del Mdo. 0,01 0,01 0,01 0,01 0,01
CONSUMO REAL
Jornaleros 3.49 4,48 4,11 2,24 4,16
Campesinos 2,56 2,24 2,30 2,60 2,82
Rentistas 3,49 3,16 3,20 3,42 3,90
Asalariados -1,27 -1,27 -1,24 -1,09 -1,49
Capitalistas 0,04 0,03 0,04 0,07 0,03
SECI'OR EXTERNO
Exportaciones
Cd'
Materias Primas -0,94 -2,23 -2,14 -1,70 '0,91
Alimentos No Tnnsables -0,99 1,52 1,02 -1,70 -2;41
Alimentos Transables -1,64 -1,86 -1,73 -1,07 -2,15
Minería y Petróleo 1,30 1,23
Bienes Urbanos 0,05 0,07 0,07 0,04 0,05
Importaciones
Insumos 0,26 0,15 0,16 0,24 0,39
Mat.erias Primas 31,98 17.76 17,53 16,39 64,43
Alimentos Transables 3,80 3,80 3,70 3,23 4,52
Miner[a y Petróleo 0,02 -0,01 0,00 0,03 0,03
Bienes Urbanos 0,32 0,30 0,29 0,24 0,43
Inwortacionc:s del Sector Público -1,47 -0,64 -] ,57 -1,24 ·1,70
Bienes de Inversión e Inventarios 0,69 0,59 0,57 0,44 1,06
647
Cuando la reasignación del gasto público se dirige hacia el sector de alimentos
transables resulta que, aunque su impacto sobre la producción total es idéntico al de
los demás casos, los otros efectos son más neutrales, debido primordialmente al tipo
de vínculos que el mismo tiene con la actividad urbana a través del mercado de
factores. De esta forma, la redistribución del ingreso hacia el sector rural no es tan
marcada, la producción agropecuaria total aumenta en un 0.24%, Y el efecto infla-
cionario es menor.
Por último, debe mencionarse que las ganancias obtenidas en el cortO plazo en
ténninos de disponibilidad alimentaria, prácticamente se eliminan en el largo plazo,
al darse siempre una competencia por factores entre alimentos transables y no
transables.
C. POUTICAS DE PRECIOS
En este caso la polftica simulada consistió en una reducción exógena en las impor-
taciones agropecuarias del 90%. Como resultado de ello se espera aumentar la
producción agropecuaria doméstica, reducir la dependencia externa del sector, y
mejorar la balanza comercial. La reducción de las importaciones afectó a los
alimentos, las materias primas y al total de la agricultura sin café. Debido a su
tamaño, el efecto de una restricción de importaciones de materias primas es muy
pequeño en ambas versiones del modelo.
" La estructura del modelo no permite que el acervo de factores de la economía aumente, ya que el mismo se
., considera fijo. Debido a lo anterior no cabe esperar aumentos significativos en las producciones sectoriales .
Debe anotarse que una disminución del 90% en las imponaciones de alimentos en el año base equivalen a una
reducción de oferta total de únicamente 2.1 %. Así, aunque aparentemente una inflación del 4.2% ante una
virtUal eliminación de imponaciones no parece ser muy alto, cuando se tiene en cuenta la magnitud de la caída
en la oferta total se ve que es claramente sensible el precio a variaciones en la oferta total.'
648
blemente. Este ingreso adicional también genera excesos de demanda por bienes
urbanos que se traduce en aumentos en su producción (0.43%), lo que a su vez
implica mayor demanda por materias primas, razón por la cual aumenta el precio de
estas últimas (ver cuadro No. 8.24).
En el largo plazo se produce una redistribución del ingreso en favor de todos los
grupos rurales y en contra de los urbanos, debido a que crecen los precios relativos
del sector agropecuario en su conjunto. La disminución en los ingresos fiscales por
concepto de aranceles obliga el sector público a recortar su inversión real. La
inversión privada, por su parte, aumenta en 1.6%, lo cual mantiene la inversión
agregada en su nivel inicial.
649
CUADRO :'110. 8.24
POLITICA DE REDUCCION DE IMPORTACIONES
CORTO PLAZO
(Porcentajes)
PRODUCCION FISICA
Café 0.00 0.08 0.08
Materias Primas
Alimentos No Transables
Alimentos Transables
Producción Agropecuaria sin-Gafe
Minería Y Petróleo 0.00 0.23 0.23
Bienes Urbanos 0.00 0.43 0.43
Servicios del Gobierno 0.00 0.02 0.02
Pffi a Precios Constantes del Mao. 0.00 0.18 0.18
CO;"¡SUMO REAL
Jornaleros -0.03 2.06 -2M
Campesinos 0.15 2.26 2.42
Rentistas 0.18 3.98 4.16
Asalariados -0.02 -0.74 -0.76
Capitalistas -0.01 0.67 0.66
SECTOR EXTERNo
Exportaciones
Café 0.00 0.00 0.00
Materias Primas -0.25 -0.11 -0.37
Alimentos No Transables -0.02 -0.62 -0.64
Alimentos Transables -0.02' -1.73 -1.75
/l.-linería y Pel.róleo
Bienes L'rbanos ".04 -0.47 -0.51
Importaciones
Insumos 0.00 0.37 0.37
Materias Primas -90.00 1.89 -%.00
Alimentos TranslIbles 0.06 -90.00 -90.00
Minería y Petróleo 0.00 0.40 0.40
Bienes Urbanos 0.02 0.97 1.00
Importaciones del Sector Público 0.03 0.39 0.42
Bienes de Inversión e Inventarios 0.09 0.39 0.48
650
A través de una política de sustitución de importaciones se alcanzan los objetivos de
la misma, ya que la producción agropecuaria aumenta en el largo plazo, se redistri-
buye el ingreso en favor del campo, y el costo para la economía no es mayor en
términos de inflación; adicionalmente, en el corto plazo se mejora la balanza
comercial del país y se expande la actividad urbana.
En el modelo de corto plazo las devaluaciones son reales ya que es posible utilizar la
canasta de consumo de los asalariados como numerario. En el modelo de largo plazo
fue necesario mantener el precio de los servicios del gobierno como numerario y por
esta razón la devaluación efectuada en estos casos no es estrictamente nominal ni
real, ya que está en términos de un bien especffico.
. La mejora en la balanza comercial sería aún mayor si se registrara una mayor sustituibilidad en el uso de
insumos importados por parte de las actividades productivas domésticas. Se ha detenninado que el supuesto
de coeficientes fijos para la combinación de insumos domésticos vs. importados es bastante representativo del
comportamiento en el corto plazo.
651
CUADRO No. 8.25
POLlTICAS DE DEVALUACION
BALANZA CAMBIARlA EN DOLARES
CORTO PLAZO
(Porcentajes)
PRODUCCION FISICA
Café 0.02 0.05
Materias Primas 0.00 0.00
Alimentos No Transables 0.00 0.00
Alimentos Transables 0.00 0.00
Producci6n Agropecuaria sin cace
Minería y Petróleo 0.64 1.34
Bienes Urbanos 1.48 3.08
Servicios del Gobierno 0.00 0.00
PIB a Precios Constantes del Mdo. 0.80 1.67
CONSUMO REAL
Jornaleros -0.18 -0.38
Campesinos 1.18 2.45
Rentistas 1.48 3.07
Asalariados ·l.l7 -2.32
Capitalistas 1.24 2.59
SECTOR EXTERNO
Exportaciones
Café -4.76 -9.09
Materias Primas 0.33 0.61
Alimenl.Qs No Transables 2.15 4.22
Alimenms Transables 1.90 3.70
Minería y Petróleo
Bienes Urbanos 11.03 22.74
Importaciones
Insumos 1.27 2.64
Materias Primas -4.31 -7.57
Alimentos Transables -6.77 -12.71
Minería y Petróleo -2.27 -4.27
Bienes Urbanos -4.87 -9.25
Importaciones del Sector Público -826 -15.59
Bienes de Inversión e Inventarios -7.72 ·14.63
652
Una crítica lógica al modelo de corte neoestructuralista utilizado en las simulaciones
de corto plazo, es que ignora la posible respuesta de la oferta agrícola a la mejora en
los ténninos de intercambio del sector, y elimina los efectos positivos que pueda
tener una devaluación real. Por esta razón se realizó una serie de simulaciones con
una devaluación real del 10%, introduciendo una elasticidad. precio positiva para la
oferta agrícola. Operativamerne este tipo de simulación se asemeja a un modelo de
"telaralla", ya que se defme un proceso iterativo en el cual para cada "vuelta" la
oferta toma como referencia los precios de la solución anterior".
La inflación generada en el largo plazo es del orden de 4.3%, lo cual indica que casi
todo el aumento en el precio de los bienes transables se transfiere a la economía.
Todos los grupos de ingreso reducen su consumo real, aunque dicha reducción es
menor en los grupos rurales. Finalmente, se sustituye ahorro e inversión pública por
privada, lo cual conlleva una ligera disminución en la inversión global.
" Se utilizaron las elasticidades-precio de la oferta agrícola estimadas por FEDESARROLLO en los estudios
para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario. Estos valores son de 0.2 para los alimentos transa bies y
materias primas, y de 0.08 para los alimentos no Lransables. Se corrieron 5 vueltas para observar si se daba
.. cierta convergencia .
Tal como se mencionó anles, el modelo de largo plazo no es sensible a cambios en el valor de la elasticidad de
sustitución de la combinación de insumos domésticos e importados. Por lo tanto se mantuVo el supuesto inicial
de coeficientes fijos en la utilización de insumos domésticos versus importados.
653
CUADRO No. 8.ZÓ
POLITICAS DE DEV ALUACION
BALANZA CAMBIARlA EN DOLARES
CORTO PLAZO
(Porcentajes)
Devaluación Devaluaci6n
del 5% del 10%
PRODUCCION FISICA
Café O
Materias Primas
AlimenlOS Nc Transable.s
0.8
-O;>
°
1,54
-0,4
Alimentos Transables -0,1 -0,2
Producción Agropecuaria sin café
Minería y Petróleo 1,31 ° -0,1
2,52
Bienes Urbanos -0,1 -O;>
Servicios del Gobierno 0,06 0,13
PIB a Precios Constantes del Mdo.
° 0,01
CONSUMO REAL
Jornaleros 0,01 0,03
Campesinos O -0,1
Rentistas -0,1 -0,1
Asalariados -0,<+ -0,8
Capitalistas -0,2 -0,4
SECTOR EXTERNO
Exportaciones
Café -4,8 -9,1
Materias Primas 0,45 0,87
Alimentos No Transables 0;>5 0,48
Alimentos Transables 0;>8 0,53
Minería y Petróleo 1,88 3,61
Bienes Urbanos 0,13 0,25
Importaciones
Insumos -0,6 -1,1
Materias Primas -2,9 -5,5
Alimentos Transables -1,2 -2,3
Minería y Petróleo -0,1 -0,1
Bienes Urbanos -1 -1,9
Importociones del Sector Público -4,8 ·9
Bienes de Invel"Sión e Invemarios -2,3 -4,4
654
urbanos, lo cual tiene como contrapartida un aumento en el ahorro y la inversión
privada. Un costo adicional de la devaluación, es la mayor inflación que se genera.
La reducción del arancel de los bienes urbanos para consumo final genera una caída
en el precio relativo interno de los bienes urbanos, por lo que dicha actividad sufre
una contracción del 0.18%. El abaratamiento de los factores urbanos tiene efectos
depresivos sobre la demanda agregada al reducir el ingreso nominal de todos los
grupos de ingreso. En el largo plazo, esta política no afecta en gran medida el
desempeño del sector agrícola en su totalidad: simplemente favorece a las materias
primas en contra de los alimentos; sin embargo, genera una mejora en el consumo
real de la economía a través de un proceso desinflacionario, aunque se reduce la
disponibilidad interna de alimentos. A pesar de que no se afecta inmediatamente el
producto real, sí se reduce sustancialmente el potencial de crecimiento por medio de
una disminución en la inversión real de la economía.
El efecto sobre los precios es bastante importante, pues el deflactor del PIB cae en
3.3% yel IPC de los asalariados en 3.7%. Esto permite que el consumo real de todos
los grupos sociales aumente, aunque sus ingresos nominales hayan caído. La pérdida
de ingresos fiscales produce un ajuste hacia abajo en la inversión pública real del
12.6%, que no es compensada con el aumento en la inversión privada; el ajuste se
traduce en una disminución del 5.8% en la inversión real agregada.
Así las cosas, una reducción de la protección a los insumos importados estimula
ligeramente la producción agropecuaria, y específicamente beneficia la producción
" Reducción de la protección urbana: la tasa arancelaria se redujo en un 50% para los sectores de (i) Bienes
urbanos para consumo final, (ü) insumos importados y (ili) Bienes urbanos para consumo final más los
insumos importados.
Aumento de la protección al sector agrcpecuario: la tasa arancelaria se multiplicó por dos en los sectores de:
(iv) Alimentos y (iv) Materias primas.
655
CUADR.O N•.
~"
POLITICA DE PROTECCION
VIA ARANCELES
LARGO PLAZO
(PortenlaJes)
Urbanos Insumus
Consumo Final Iml!:0rtados
Urbanos
Inlumos
• Materla~
Primas
Allmenlos
PRODUCClON FISICA
c.¡¡; 0,00 _0,15 -0,15 -0,01 -0,02
M'lIeriu Primas 0,36 0,00 0,35 0,22 -0,36
Alimento. No Trallliables -0,17 0,01 -0,15 -0,03 -0,14
Alimentos Transabk! -0,03 0,03 0,00 0,06 0,10
Producciáu AgropcCUari2 s.in cafi -0,01 0,03 0,01 0,07 0,03
M:in~ría y ~u6Jeo 2,37 7,07 9,62 -0,03 -0,41
Bi~neJI Urbanos .0,18 .0,54 _0,74 0,00 0,03
Servjcios del Gobierno .0,02 .0,03 _0,05 0,00 0,01
PlB a Precios Constan1leS del Mdo. 0,00 0,01 0,04 0,00 -0,01
CONSUMO REAL
Jomalero. 0,56 1,51 2,07 0,07 0,03
Cunpesinos 0,46 1,45 1,91 0,04 0,08
Rentistas (1,71 1,74 2,46 (1,06 0,23
Asalariados 0,21 0,98 1,21 .0,02 .0,12
Capítahstas 0,72 2,02 2,77 0,00 .0,06
SECTOR EXTERNO
Exportaciones
0.. 0,00 0,00 0,00 0,00 0,00
Matenas Pnmas 0,43 0,91 1,31 0,02 ·0,30
Alimentos No Trall!lables 0,36 1,06 1,40 ·0,05 ·0,28
Alim:::Dtos Tnmsables 0,40 14,29 1,67 .0,05 .0,21
Minena y PeLr61eo 3,32 12,10 15,58 -0,04 ·0,58
Bienes Urbanos 0,24 0,84 1,05 0,00 -0,05
Itnportaciones
I[¡sumos .0,95 10,25 9,26 0,03 0,24
Matenas Primas .4,07 .12,23 ·15,62 ·50,25 2,85
Alimentos Trans.ables -1,47 _3,36 -4,69 0,11 -23,56
MInería y Peuó!~u 0,00 _2,76 -2,70 0,00 ·0,01
Biene. Urbanos 23,67 ·2,36 20,85 0,03 0,30
Importaciones del Sector Públíco -4,87 ·18,30 -22,59 0.00 0,58
Bienes de lnver8.Íóll e Inventarios _2.76 _5,88 _8,33 0.07 0,61
656
de alimentos sin afectar la de materias primas. Por otra parte, tiene un efecto
estabilizador importante sobre los precios, pero a través de un sacrificio drástico en
la inversión agregada de la economía, con consecuencias muy serias sobre el
crecimiento en el largo plazo.
La redistribución del ingreso favorece aún más que en el caso de las materias primas
a los grupos de ingreso rurales. La diferencia fundamental está en que los receptores
de ingreso de capital rural 88 , campesinos y rentistas mejoran sustancialmente su
posición frente al trabajo rural.
Es de anotar que los ingresos fiscales adicionales en este caso son considerables, 10
cual pennite una ligera expansión de la inversión pública real (0.19%) al tiempo que
aumenta la inversión privada (0.2%). Por 10 tanto, el efecto sobre crecimiento futuro
de la economía es bastante positivo en el largo plazo.
Así las cosas, mediante una mayor protección al sector agrícola se consigue una
recomposición del producto total en favor del sector y una redistribución del ingreso
" Tal como se explica en la sección concerniente a la estructura del modelo en el ínfonne fmal de
FEDESARROLLO, en el corto plazo se refiere al excedente como un factor que no es de mercado y por lo
tanto no tiene un precio asociado, y recibe ingresos como residuo del precio menos costos, y a una tasa fija
sobre costos. En el largo plazo este factor se vuelve uno de mercado, y por lo tanto existe un precio, una oferta
y Wl8 demanda por él. Este entonces viene a ser factor capital.
657
en beneficio de los grupos rurales. En el caso de la protección a las materias primas,
los efectos redistributivos son más débiles así como los efectos sobre el nivel de
actividad e inflación, pero el efecto sobre producción agropecuaria es mayor; en el
caso de los alimentos, quienes resultan más afectados son los grupos urbanos. Se
presenta una mayor presión inflacionaria, pero el aumento en los ingresos del sector
público produce una expansión en la inversión real de la economía en el largo plazo.
Por lo tanto debe tenerse en consideración el "trade-ojj" que se presenta entre
crecimiento global y equidad cuando se utilizan políticas proteccionistas para pro-
mover el crecimiento de la producción agrícola.
Este tipo de choque produce un exceso de oferta, la cual inicialmente debe resol-
verse a través de menores precios sectoriales, que conllevan una deflación general.
A través de sustituciones en la producción y en el consumo, aumentan las exporta-
ciones y disminuyen las importaciones del subsector en que se da el choque. La
actividad productiva en el sector urbano se expande en la medida en que la baja en
precios se traduce en menores costos de producción, o en que conduce a un
crecimiento del PIB total. El consumo real de los jornaleros y asalariados se
incrementa debido a un mayor empleo y a la reducción, en general, en los precios de
los bienes de consumo. Los grupos peIjudicados son los campesinos y rentistas, ya
que su ingreso es función del excedente en las actividades agrícolas.
658
CUADRO N,. S."
CORTO PLAZO
CIIOQUES DE OFERTA AGRICOLA
(Portentajel)
PRODUCClON FISICA
"".
Materias Primas
Alin:vmtos No Tranaabks
-D,D\
3,5
0,1)3 1),03
3,5
0,04
3
3,5
Alirnc:ntoa Transables 3 3
Producci6a. A~cuaria sin cafi
Minerí .. y PelIóle.o 0,02 0,12 1),14 1),05 O,,
Bienes Urbanos 1),1)4 0,17 1),21 0,1 0,32
Serviciol del Gobierno O O -0,01 O O
PIB a Precios Constantes del Mdo, 0,12 0,54 0,66 0,13 0,79
OONSL'MO REAL
Jornaleros 0,88 3,44 4,35 0,39 4,75
Campesinos ·0,84 ·0,22 _1,09 -0,23 -1,33
Rentisllls ·0,67 -1,7 -2,39 -0,18 -2,58
Asalariados 0,27 1,13 'l,4~ • 0,11 1,57
Capitalistas 0,13 -0,04 0,09 0,16 0,26
SECTOR EXTERNO
EllPO!lIIciones
"".
Materias Primu
U
O -0,48
O
_0,48
O
2,08 1,62
Alirnc:nLos ~o Tranubles 3,06 0,06 3,13 -0,03 3,1
Alirnc:ntOll Transables 0,03 2,73 2,75 ·0,05 ',7
Minería. y Petróle.o
BIenes Urbanos 0,04 0,39 0,43 0,14 0,58
Imporlllciones
Insumos 1J,04 0,4 0,44 0,1 0,54
Materias Primu 0,08 8,77 8,86 _15,4 ·8,3
Ahrnc:otOll TrlUl5ables _0,1 _3,12 ·3,22 0,16 ·3,06
Minería y Petróleo 0,03 1J,21 0,24 0,09 0,34
Biene. Urbanos _0,02 -0,2 ·0,22 0,07 -D,15
Imporlllci"ncs del Sector Pú.blico -0,04 ·0,32 _0,35 -0,12 _0,48
Bienes de Inversión e Inventario. _0,03 .0,17 _0,2 -0,43 _0,63
659
ténninos de consumo real son los jornaleros y los asalariados. en tanto que los
campesinos y rentistas pierden.
660
Capítulo IX
LOS ESCENARIOS FUTUROS:
EL CRECIMIENTO Y LOS RECURSOS NATURALES
INTRODUCCION
661
Ahora bien, las interdependencias entre el sector agropecuario y el desarrollo de los
demás sectores se definen, en términos de producción, en el sector agroindustrial y
en el sistema agroalimentario, y en términos de consumo de alimentos, a través del
objetivo de seguridad alimentaria. De esta manera, las relaciones intersectoriales
superan los vínculos simples entre los sectores primario y secundario, y conforman
subsistemas en los cuales la agricultura puede convertirse en fuente directa de
crecimiento por la vía del desarrollo agroindustrial, apoyada tanto en la demanda
doméstica corno en las exportaciones de productos primarios procesados, que pre-
sentan mayor elasticidad de demanda, menor variabilidad en los precios y un mayor
efecto de arrastre sobre el resto de la economía, corno se señaló en el capítulo VII.
Es obvio que la obtención de estos resultados hace cada vez mayores y más
complejas las necesidades de recursos naturales con una calidad adecuada para
satisfacer las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad
de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. En este sentido
la estrategia de desarrollo debe poder ser sostenible, porque el desarrollo no puede
subsistir sobre una base de recursos ambientales deteriorada'.
Existe consenso en tomo al criterio de que muchos de los problemas que afectan de
manera grave al medio ambiente, se deben en parte a situaciones generalizadas de
pobreza, lo que es particularmente cierto en los países en desarrollo. En efecto,los
Nuestro futuro común. Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo. Madrid, 1988. Alianza
Editorial.
662
pobres en las áreas rurales se ven forzados a socavar la productividad de la tierra
para obtener alimentos y a deforestar los bosques para conseguir tierra y leila; así, las
estrategias para erradicar la pobreza rural están asociadas a la consecución de un
desarrollo no destructivo de los recursos naturales'.
Por lo demás, debe reconocerse que el estudio de los recursos naturales y del medio
ambiente en dimensiones más amplias, desbordan los objetivos del presente estudio
restringido a las relaciones entre el desarrollo agropecuario y los recursos naturales.
A. INTRODUCCION y METODOWGIA
En esta sección se examinan los efectos potenciales que podrían tener sobre el
crecimiento global y sectorial estrategias y políticas encaminadas a estimular la
agroindustria y las exportaciones, y a lograr objetivos nacionales de seguridad
alimentaria, así como se examinan las potenciales limitaciones que podrían provenir
de la disponibilidad de recursos si tales estrategias se pusieran en práctica, y en
consecuencia los requerimiento de aumento de productividad. Para ello se cuantifi-
can los requerimientos de tierra. empleo e insumos. tanto importados como nacio-
nales. de cada una de las estrategias estudiadas. bajo diferentes supuestos sobre el
aumento de productividad.
FuJuro Global. Tiempo de acluar. Infonne elaoorado por el Consejo de la calidad ambiental y el Departa-
mento de Estado de los Estados Unidos. Madrid, Siglo XXI Editores, 1988.
Este capítulo consulta el trabajo elaborado por el CEDE, UNIANDES, para la Misión de Estudios del Sector
Agropecuario: "Aplicación de la Matriz Insumo-Producto a la Planeación del Sector Agropecuario", Bogotá,
diciembre 1989. Para la elaboración de los escenarios, se contó con la colaboración de Félix Betancoun,
Alfonso Otero y Dionisia Varela.
663
Como se explicará en detalle más adelante, las estrategias consideradas tienen como
efecto una modificación de la demanda final. Con el propósito de analizar los
requerimientos de producción y de valor agregado en el sector agrícola para suplir
los escenarios de demanda final, la Misión encomendó al CEDE la construcción o
adaptación de una matriz de insumo-producto especialmente· disefiada para cubrir y
enfatizar los diversos subsectores de la agricultura.
Por ejemplo, el seclOf productor de tubérculos requiere de $633 millones del insumo maquinaria y eq,uipo para
producir $36,129 millones de lubérculos. La división entre estos dos valores da el coeficiente correspondiente
(0.0\75).
Para los detalles, véase CEDE - Uniandes. op cit.
664
mientos de producción; y con la matriz de demanda final" tomada de los tabulados de
equilibrio oferta-utilización del DANE para 1987, a partir de la cual se elabora el
vector de demanda final.
El modelo opera a partir de una matriz de tasas de crecimiento de cada uno de los
componentes de la demanda final, como vía de acceso para simular los diversos
escenarios, por tanto, consultando las series históricas de la demanda final se han
establecido las tasas de crecimiento que observa como tendencia cada uno de sus
componentes, y al implementar cada escenario se ha especificado la tasa de creci-
miento de los componentes que serían afectados por cada una de las estrategias. En
efecto, cada estrategia se implementa en el modelo mediante la variación de la tasa
de crecimiento de uno o varios de los componentes de la demanda final, o dicho de
otra forma, un escenario está caracterizado por la forma en que afecta el crecimiento
de la demanda final.
Las proyecciones que el modelo ejecuta están sujetas a los supuestos que se imponen
sobre los coeficientes técnicos, basados en la estructura tecnológica observada en
1985. En los ejercicios aquí presentados los coeficientes técnicos para insumos
intermedios (productos de otros sectores) se mantienen constantes a través de todo el
período, mientras quejos coeficientes para insumos de factores básicos (mano de
obra y tierra) se modifican según las reglas que se describirán, para cada caso, más
adelante'.
Todo lo anterior se ha de tener presente al advertir que las proyecciones sólo nos
permiten identificar los cambios que se presentarían en la economía y en las
La demanda final por bienes y servicios se incluye en la matriz D cuyas 6 columnas son las siguientes:
consumo de hogares. consuma de empresas, consumo del gobierno, foonación bruta de capital fijo, cambio de
inventarios y exportaciones. En la operación del modelo estas demandas se calculan recursivamente a partir
del dato de inicialización (año 1987), por medio de las tasas de crecimiento que constituyen los supuestos del
escenario que se está simulando. El vector de demanda fmal total se obtiene sumando las columnas de la
matriz d.
El modelo calcula la producción nacional por medio de la expresión:
P = (1- AY'd
donde P es la producción nacional necesaria para atender el vector de demanda fInal d. A es la matriz de
coeficientes domésticos y (J - A)-l es la expresión correspondiente a la matriz inversa de requerimientos
nacionales de producción, Como se ve, el modelo pane de lQl escenario de demanda fmal y calcula la
producción nacional por sector. Las proyecciones de las simulaciones llevadas a cabo cubren un período de 10
años, de tal modo que el año inicial corresponde a 1987 y el fmal a 1996.
Al describirse los escenarios, se ex.plicarán los supuestos sobre las modificaciones de los coeficientes de los
factores básicos.
665
relaciones intersectoriales. siempre y cuando no se opere cambio alguno en los
coeficientes técnicos de producción iniciales (caso omiso de los coeficientes de
factores básicos). La política económica es el elemento exógeno del modelo. y tal
como se dijo anteriormente. cada estrategia de desarrollo se ha de traducir en
modificaciones a las tasas de crecimiento de los componentes de la demanda final.
666
dos fenómenos las fuentes del mayor aumento en la productividad de trabajo y de la
tierra. Lo que se hace en este ejercicio es calcular las tasas de aumento de producti-
". vidad de factores básicos que se requerirían para que cada escenario sea factible, o
sea para que no implique una demanda de recursos mayor que la oferta disponible.
1. Exportaciones
Los resultados se presentan para el año inicial (1987), el mismo para todos los escenarios, y el décimo año
(1996). Las tasas de crecimiento presentadas son las tasas anuales promedio del período.
667
considera simultáneamente el aumento de las exportaciones tanto de productos
básicos como procesados, por lo cual se ha denominado "duplicación del esfuerzo".
Los otros tres se derivan de los anteriores al seleccionar en cada caso los productos
que más influencian los resultados de la estrategia respectiva.
Los resultados de los seis escenarios se presentan en el cuadro No. 9.1, en el cual se
comparan entre sí y con el escenario de referencia (tendencia histórica). Los aumen-
tos de la productividad del trabajo y la tierra se consideran iguales al 2% anual, un
valor cercano al comportamiento histórico. En el Cuadro No. 9.2 se presentan los
resultados suponiendo un crecimiento de 3% de la productividad del trabajo agro-
pecuario, y se establecen las tasas de crccimiento de la productividad del trabajo y la
tierra necesarias para que estos insumos básicos no crezcan por encima de lo
observado históricamente (3% anual)lO.
En cuanto al cálculo del aumento del empleo total, hemos supuesto para el escenario
de referencia una tasa de crecimiento de productividad del 2% para cada sector (y
por ende para la economía total), no muy lejos del promedio histórico. Tal supuesto
implica que se podñan cubrir las necesidades de mano de obra, dado que el empleo
creceña en un 2.81 % anual, un poco por debajo de la tasa entre 3 y 4% en la últimas
Un crecimiento superior a 3% anual, tanto del empleo como de la tierra cultivada, se considera muy
improbable.
Se adoptó esta tasa en razón a que estas tasas de crecimiento han sido corrientes en períodos de crecimiento de
las exportaciones (1969-1975 y 1986-88).
668
,1
CUADROI).i
ESCENARIOS DE INCREMENTO DE LAS EXPORTACIONES
AumeDlo de la ProducOvldad del trabajo y la tierra en 2~ Allual
_d.
ESCENARIO DE REFERENCIA ESCENARIO 1 ESCENARIO:! eSCFNAlUOJ ESCENARIO. KSCENARIOS ESCENARIO'
Ai.
Inklal
Dé<1m.
A'"
A~.rl(Jl!l
No proceSltdos
"'"""'do. DIIplkadón
del Esfuerzo
No prousados ProceYdos
koatdos
DupHc:ad611.
del Esfuerzo
pm""""""","
PIB No A¡ropecuarlo
PIB nacional
Empleo ~o (pen.)
Empleo agroindustrial (pen.)
1166369
6362782
7529151
3735399
122595
-
..
1172553
11668601
4529866
885369
1081831
998709'
12068924
5236445
881286
1918551
10182223
12100n4
4985377
1010991
22m2.
10273267
12501096
5691956
1012908
""'38SO
9989768
12073618
5248119
887388
1921606
10179398
12101004
4995S~
1009615
"".......
2184467
102A8106
12433173
5589762
10012<0
Empleo No Agr. (resto) 6752448 8976574 9114377 9122345 9260148 9118956 912372.1 9232356
Empleo total (pen.) 11210442 14391809 15238107 15118713 15965012 15254463 15128845 15830358
Cons.lnbmn. Import. a¡ropec. l1t358 139918 141068 156069 157219 141098 156223 156860
Cons. Intam. Import. total 1366802 2181937 2223696 2269176 2310935 2224959 2269384 2299562
Producción agropecuaria 2137528 3097.60 3581012 3409313 3892584 3589056 3416301 '822696
Producción no agropecuaria 11993499 18617397 18803499 19412113 19658216 18809371 19415233 1960S036
Producción total 14131027 21715251 22384571 22881486 235S0800 22398427 22891534 23421132
Area .elDbrada (bu.) 4184354 5505291 12:14609 5915856 7665174 73:30442 5923218 5990114
'"
?l
CUADRO 9.2
ESCENARIOS DE INCREMENTO DE LAS EXPORTACIONES
Aumento de la Productividad del Tnbajo Agropecuario en 3% Anuah
Empleo agropecuario (pers.) 3,735,399 4,149,081 4,796.264 4,566,301 5,213,484 4,806,957 4,575.581 5,119,881
Empleo agroindustrial (pen.) 722,595 885,369 887,286 1,010,991 1.012,908 887,388 1,009,615 1,008,240
Empleo No Agr. (resto) 6,752,448 8.976.574 9,114,377 9,122,345 9,260,148 9,118.956 9,123,722 9,232,356
Empleo kllal (pers.) 11,210,442 14,011,024 14,797,926 14,699,637 15.486,540 14,813,300 14,708,917 15,360,477
TASAS DE CRECIMIENTO DE LA PRODUCTIVIDAD DE LA TIERRA NECESARIAS PARA UN CRECIMIENTO ANUAL DEL AREA DEL 31rt :
671
vez de fomentar la exportación de productos básicos, se trata en esta ocasión de
exportar productos procesados, lo cual debe tener un efecto algo diferente en la
economía debido al mayor valor agregado que contienen. Para efectos de comparar
el impacto de estas dos políticas de exportación se requiere analizar incrementos
iguales de las exportaciones, por lo cual se utilizó un tasa de crecimiento que
produjera un incremento en términos absolutos igual al del escenario de fomento a
las exportaciones de productos básicos.
De otra parte, la tasa de crecimiento del empleo total es menor que la obtenida en el
caso de fomento a los productos básicos, debido a que en éste el incremento de la
producción resultante se concentra todo en la actividad agrícola, la cual es más
intensiva en mano de obra que la agroindustria. En efecto, es bien claro que las
exportaciones de productos no procesados originan una mayor actividad en el sector
agropecuario que cuando se exporta una magnitud igual de productos transforma-
dos. Tal corno puede verse en el cuadro No. 9.1, la diferencia de la tasa de
crecimiento del PIB agropecuario entre los dos escenarios es de 0.96% (6.65% vs.
5.96%), lo cual origina que el empleo agropecuario requerido por la política de
exportación de productos procesados sea inferior al exigido en el primer escenario.
Si se impone un aumento de la productividad del trabajo de 3% anual, se observa
(cuadro No. 9.2) que el empleo crecería al 2.26%, lo cual es una tasa menor a la del
caso anterior y mucho menor a la observada históricamente. Lo anterior significa
que este escenario requiere menos inversiones para lograr una tasa de crecimiento de
la productividad del trabajo agropecuario suficiente para mantener las necesidades
de empleo dentro de límites factibles.
De otra parte, esta política genera mayor empleo agroindustrial: este crecería al
3.8%, lo que representaría 126.000 empleos adicionales a los que se generarían en el
672
escenario de referencia, y en total en los dicz al\os se generarían 288.400 empleos
nuevos en este sector, bajo el supuesto de un incremento de la productividad del
trabajo del 2% anual. Sin embargo, para mantener el crecimiento del empleo
agroindustrial dentro de límites alcanzables (inferior a 3%), se requeriría que la
productividad del trabajo aumentara 2.79% anual según el cuadro No. 9.2, lo cual no
presenta exigencias muy por encima del observado históricamente.
673
Obviamente, el empleo agropecuario sería el cuello de botella más importante para
la factibilidad de este escenario, aún más crítico que en los anteriores, con una
diferencia de 1,162 millones de empleo respecto a la proyección del escenario de
referencia correspondiente a 1996.
Según el Cuadro No. 9.1, el empleo en todos los sectores crecerlamuy por encima de
3% anual (agropecuario: 4.79%; agroindustrial: 3.82%; resto: 3.56%; total: 4.01 %),
bajo el supuesto que la productividad del trabajo se incrementa en 2% anualmente.
Para mantener el crecimiento del empleo dentro de límites posibles (no superior al
3%) se requeriría, según el cuadro No. 9.2, que las productividades del trabajo
agropecuario y agroindustrial aumenten anualmente en 3.77% y 2.82%, respectiva-
mente. En el caso del sector agroindustrial sería posible lograr esa meta con recursos
de capital algo mayores a los observados históricamente, tal como se comentó en el
escenario 2 (Jos resultados son similares en este aspecto). Sin embargo, en el sector
agropecuario se necesitarían inversiones mucho mayores para alcanzar la tasa de
crecimiento de 3.77% en la productividad del trabajo, y este aspecto es el que
diferencia este escenario de los dos anteriores. El área sembrada se incrementaría en
2.160.000 ha. adicionales al crecimiento que ella tendría bajo la tendencia histórica,
por tanto, la cantidad disponible de tierra no es aún un factor limitante. Sin embargo,
tal como se observó en los comentarios sobre el escenario 1, la velocidad a la cual
deben incorporarse nuevas áreas puede llegar a ser un cuello de botella, si no se
aumenta sustancialmente la productividad de la tierra. Como efecto, bajo el supuesto
de un incremento de la productividad del 2% anual (tendencia histórica), la tasa de
crecimiento del área sembrada sería de 6.43%, muy por encima de lo observado en el
pasado. Para lograr crecimientos del área sembrada no superiores al 3% se requeriría
un aumento de la productividad de la tierra del orden del 5.39% anual, lo cual, a su
vez, requiere inversiones de capital muy superiores a las del pasado. Aunque las
tasas de crecimiento del consumo intermedio importado del sector agropecuario y de
todos los sectores se incrementa de 2.57% a 3.91 %, en el primer caso, y de 5.33% a
6.01 %, en el segundo, estas magnitudes son relativamente pequeñas comparadas
con los incrementos en las tasas de crecimiento de las exportaciones, lo cual revela
que el efecto sobre la balanza de pagos es bastante positivo.
En resumen, los resultados de este escenario, combinado con los dos previos,
sugieren las siguientes implicaciones:
- Dado que el efecto de este esccnario es la acumulación de los dos previos, las
conclusiones anotadas para aquellos se refuerzan. En relación con el empleo
agrícola se encuentra una restricción de grandes proporciones, que puede conver-
674
tirse en factor que impide el desarrollo de estrategias de crecimiento agrlcola La
disponibilidad de capital para aumentar la productividad del trabajo agropecuario
es un factor determinante para desarrollar esta estrategia. El empleo agroindus-
trial no presenta restricciones, por lo cual el problema que se puede reducir si se
-'?
logra reemplazar las exportaciones de productos básicos por productos transfor-
mados.
- La mayor tasa de crecimiento de este escenario con respecto a los dos anteriores
requiere una tasa de inversión mayor y una tasa de mejoramiento tecnológico
mayor, siendo estos dos hechos las fuentes del aumento en la productividad del
trabajo y de la tierra.
El Cuadro NO.9.3 presenta los resultados de las tres simulaciones anteriores (Esce-
narios 1, 2 Y 3) discriminados en los 16 subsectores del Sector Agropecuario.
Teniendo como referencia los resultados obtenidos al incrementar simultáneamente
las exportaciones de procesados y no procesados (Escenario 3), se puede observar lo
siguiente 12.
- Los incrementos más altos de la tasa de crecimiento del valor agregado corres-
ponden a algodón (de 14.05% a 34.63%), oleaginosas (de 4.41 % a 11.55%),
banano (de 7.98% a 19.93%), flores (de 8,.60% a 21.92%), carnes (de 2.65% a
4.71%), palma africana (de 3.34% a 8.91%) y tabaco (de 4.75% a 12.29%)
675
0\
--.)
0\
CUADRO No.9.3,
SIMULACION DE ESCENARIOS: EXPORTACIONES
VALOR AGREGADO POR SUBSECTORES AGROPECUARIOS
...........
SU_.....
...--u.....
Caeo'"
Tub&cuIOl
c."
A'"
Inicial
.,.,.
102743
820S6
D<dmo
A'o
127482
4_
114742
No
Procesados
11.8373
4809'
115512
142193
48690
.36037
Duplkacl6n
del D1taerzo
143085
....3
.36807
"-
p"""""",
142393
48705
136391
...........
Duplkltd6a
""""....
142872
48693
136614
AlIOOón
Oleaginosas
2>32 "13
16706
""'7
.7400
7652
29609
33895
30303
7653
29930
7652
29642
c.fé "'"
258596 '34486 '34487 534518 534518 534518 534518
HottaJ.izas
BlIflano
PI"""
.
65237
,'"
2845.
89636
93581
'98<lO
90477
240573
169244
9094.
93584
59840
91782
>IOS76
169284
01973
'3584
59841"
90946
2AOS76
169283
C=" 337234 426820 435547 501465 510192 5033'" S09824
Locl>e 45377 59168 59200 0007' 60111 6OOSO 600S4
C~ 17145 23143 23176 36366 36399 3669' 36386
Palma Africana 267. 3589 3594 '754 '760 5808 5758
Tabaco 10421 15821 29353 16149 29581 15921 .5922
""'...
Otros agdcolas
3"'"
78932
.."..,
103785
48796
104149
48790
106883
49594
.07248
48804
106953
48787
106939
TOTAL 1166368 1772453 2081829 1918550 2227828 1921605 2184466
TOTAL(sin café) mm 1237961 1547342 '384032 1693310 .387087 164_
pmnaciocal 7S291;1 116611601 12068924 12100774 12501096 12101004 12A33173
' ..;;.
',. ,í
_
TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO ANUAL
-'"
ESCENARIO
Aarupeeuartos DE del EsruerZQ ""ogId" del Esfuerzo
REFERENCA
3.76%
B ..... 1.98% 19.93% 7.98% 19.93% 7.98% 19.93%
S."'" 8.61% 21.92% 21.92%
"""
Coma 2.65%
21.91%
2.88% 4.51% 4.71%
8.61%
455% 4,_
Ud>, 2.99" ,.- 3.11% 3.17% 3.16% 3.16%
""'"
"""'" Aftiana
3.39%
3.34%
3.41%
3.35%
8.71%
8._
8.72%
8.91%
8.82%
9Dl%
8.72%
8.91'11>
T.booo 4.75'1> 12.19% 4.99% 12.29% 4.82% 4.82%
Pnn.. 4.86% 5.05% 5.05% 5.24% 5.06% 5.05%
0U0. agrlcolas 3,09% 3.13% 3.43% 3.46% 3.43% 3.43%
TOTAL 4.76% 6.65% 5.69% 1.46% 5.70% 7.22%
TOTAL(sin café) 3.51% 6.10% 4._ 7.17% 4.82% 6.86%
PIB nacional 4.99% 5.38% 5.41% 5.80% 5.41% 5.73%
O-
-J
-J
o-
-..J
00
CUADRO No..9.3.B
PAIlTIClPACION EN EL VALOR AGROPECUARIO POR SUBSECTORES
AGROPECUARIOS EN EL PIB NACIONAL
.._.....
.gropec:uarios ,......
A"
- --
ESCENARIO DE REFERENCIA
Año
ESCENARIO 1
....
No ..
ESCENARIO 2
......-
ESCENARIO 3
DupUClld6n
del Esrueno
p---
ESCENARIOS ESCENARIO'
Duplkadlln
......1Ueno
b:ogtdos
)
CUADRO NoJI.3.A
PARTICIPACION EN EL VALOR AGROPECUARIO POR SUBSECTORES
(EXCLUYE CAFE)
""......
N.
Sobaeelores
..gropecuarlos
A"
haldal
Dé"m.
Año ............. Procesados Dupllcacl6n
delEsfueno
Proce!Iados Duplkadó.
... Eo"",,"
EK_
e ......
Tubérculos
11.32%
5.03'!b
10.l)%
3.88%
.."'"
3.11%
10.27%
3.52%
8.45%
2.88%
1027%
351%
8.66%
2.95%
QóIa 9.04% 9.27% 7.47% 9.83% 8.08% 9.83% 8.28%
B_.
HmW""
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7.19%
5.16%
3.13%
7.24'!b
7.56%
4.83%
5.85%
1555%
10.94%
6.57%
6.76%
4.32%
5.42%
14.21%
10.00%
656%
6.75%
4.31%
5.51%
14.58%
10.26%
C~S 37.15% 34,48% 28.15% 36.23% 30.13% 36.29% 30.90%
Loohe 5.00% 4.78% 3.83% 4.34% 355% 4.33% 3.64%
c_ 1.89% 1.87% 1.50% 2.63% 2.15% 2.65% 2.21%
Palma Africana 0.29% 0.29% 023% 0.42% 0.34% 0.42% 0.35%
-
Tabaco 1.15% 1.28% 1._ 1.17% 1.75% Ll5% 0.97%
Pro... 3.45% 3.88% 3.15% 3.53% 2.93% 3.52% ~96%
Otros avícolas
.. .,,,,, 6.73% 7.72% 6.33% 7.71% 6.48%
0\
::el
A pesar de los incrementos en la tasa de crecimiento de las exportaciones, el
algodón, las oleaginosas, la palma africana y el tabaco continúan con una
participación muy pequefia en el valor agregado de la agricultura y el PIB total.
- El banano, las flores y carnes suman en conjunto 54.34% del PIB agrícola y
7.35% del PIB total, bajo el esquema de incremento conjunto de exportaciones de
procesados yno procesados. La participación en el PIB agrícola del banano pasa
de 7.56% a 14.21%, la de las flores de 4.83% a 10.00%; y la de la carne de
34.48% a 30.13%.
Procesados y Productos
no procesados Seleccionados*
680
principalmente se quiere apreciar el efecto de un cambio en el consumo de los
hogares, suponiendo que estos modifican sus hábitos al consumir más productos
agropecuarios sin procesar, o más productos transformados, o al incrementar el
consumo de ambos (sobre todo alimentos). Para este propósito se asumió que los
hogares podrían llegar a aumentar sus demandas de productos, duplicando las tasas
que se registraban en la tendencia histórica. Los resultados de los tres escenarios se
presentan en el Cuadro No. 9.4. (Escenarios 7, 8 Y 9), suponiendo una tasa de
crecimiento de la productividad del trabajo del 2% anual, y en el cuadro No. 9.5,
bajo un supuesto de la productividad del trabajo agropecuario de 3% anual. El
cuadro No. 9.5 también muestra las tasas de erecimiento de la productividad de la
tierra y del trabajo necesarios para que los requerimientos de estos recursos no
crezcan por encima de 3% anual.
En sfntesis, este cambio en los patrones de consumo afecta los indicadores del sector
agropecuario, pero para el conjunto de la economfa su impacto apenas es percepti-
ble.
681
.'
'"
00
N
CUADRO N0.9.4
OUPUCACION EN LA. TASA DE CRECIMIENTo ANUAL DEL CONSUMO DEIJOGAIlES
A._k> da la Produc:tifidad de! Tf1IIbloj,,¡'lIm_to prod. tra~ IIC"'P- =- 0.020
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PIB 1IKiGllll 7S29Ul 11668601 ftSII183 1lO19S03 12162185 PlBu.ci...! 7529151 JJ(i6B601 JJBl128J 12019'503
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B:!upleo~ow-.) 3735199
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4529866 4782164 4811517 S0638I' Bmpleo ~o (paLl
Empleo 19rOiDd.....w (po....)
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4.1K
CUADRO N0.9.5
DUPLICAClON EN LA TASA DE CRECIMIENTO ANUAL DEL CONSUMO DE HOGARES
Aumento de la Productividad del Trabajo Aaropecuario en 3% Anual:
o-
00
w
,'1, ......
Vale destacar que la tasa de crecimiento de las importaciones de insumos agrope-
cuarios es muy sensible a este cambio en los patrones de consumo. Es así corno la
tasa de crecimiento de las importaciones de insumas pasa de 2.57% a 4.08%, 10 que
hace que esta alternativa esté restringida por la política de comercio exterior del país.
Este comportamiento de las importaciones agropecuarias se explica porque la mayor
parte de los productos transformados reciben insumas del sector moderno de la
agricultura, que a su vez es el que más insumos importados requiere para poder
satisfacer la demanda de la agroindustria. En particular, los productos agropecuarios
procesados requieren materias primas importadas.
Cabe insistir que las conclusiones ya anotadas en el numeral 1.3 son válidas para
cualquier circunstancia que implique un aumento simultáneo de la demanda de los
productos agropecuarios y agroindustriales, sin importar si el origen de este aumento
proviene del incremento de las exportaciones o del consumo de hogares. Estas
conclusiones se refieren a las restricciones planteadas por la mano de obra agrícola
disponible hacia 1996, a la disponibilidad suficiente de tierras, y a la ventaja
comparativa de un crecimiento de la demanda por productos procesados en compa-
ración con los no procesados. Como se ha venido argumentando, los productos
684
CUADRO No.9.6.
SIMULACION DE ESCENARIOS: DUPLiCACION EN LA TASA DE CRECIMIENTO
ANUAL DE CONSUMO DE HOGARES EN DISTINTAS ALTERNATIVAS. VALOR
AGREGADO POR DISTINTOS SUBSECTORFS
a-
QO
VI
""
00
CUADRO No.9.6.A
PARTICIPACION DEL VALOR AGREGADO POR SUBSECfORES
0\
....
00
o-
00
00
CUADRO No.9.6.B
PARTICIPACION DEL VALOR AGREGADO POR SUBSECTORES AGROPECUARIOS
EN EL Pffi NACIONAL
El cuadro No. 9.6 presenta los resultados de las tres simulaciones anteriores discri-
minadas por subsector. Teniendo como referencia los resultados obtenidos al dupli-
car simultáneamente la tasa de crecimiento del consumo de hogares de productos
procesados y no procesados (Escenario 9), se puede observar lo siguiente:
Los cereales, la caña, las hortalizas, la carne, la leche y las frutas suman en su
conjunto 61.70% del PIB agrícola y 8.43% del PIB total, bajo el esquema de
incremento conjunto del consumo de hogares de procesados y no procesados. La
participación en el PIB agrícola de los cereales permanece constante en 10.3%, la
cana pasa de 9.04% a 10.26%, las hortalizas de 7.19% a 8.11%, la carne de 34.48%
a 32.85%, la leche de 4.78% a 5.28% y las frutas de 3.88% a 4.90%; los anteriores
productos se perfilan como aquellos que aportan más al crecimiento de la economía,
bajo una política de duplicación de la tasa de crecimiento del consumo de hogares.
3.1 Impacto de un cambio en el consumo de hogares hacia una dieta más acorde
con los requerimiento nutricionales (Escenario 10)
Para este caso se supuso que los subsectores de cereales, carnes, lácteos, hortalizas,
frutas y procesados escogidos contribuyen de manera apreciable a mejorar la dieta.
Se consideró, además, que por efecto de la política, se podría llegar a doblar la tasa
de crecimiento de la tendencia histórica del consumo de los productos de estos
subsectores.
689
Bajo el supuesto de UD incremento en la productividad del trabajo del 2% anual
(Cuadro No. 9.7), el crecimiento del PIB pasó a ser 5.26%, levemente superior al de
la tendencia histórica. La tasa de crecimiento del PIB agropecuario es superior a la
observada en el escenario de referencia, y se ubicaría alrededor del 5.60%, o sea que
el impacto de esta alternativa sobre el sector rural sería superior al registrado para
toda la economía.
Las importaciones de insumos para el sector agropecuario son el indicador que más
se ve afectado por esta situación hipotética, al crecer en 1.36 pUDtos porcentuales;
pero es importante destacar que a pesar de este crecimiento, la evolución de la
demanda por insumos importados del sector agropecuario es baja, pues mientras las
tasas de crecimiento de la demanda de insumos en el sector agropecuario es de
2.57% en el escenario de referencia, y de 3.93% en el presente caso, las importa-
ciones totales de insumos crecen al 5.33% según la tendencia y al 5.65% en esta
simulación. Obviamente, el efecto sobre las importaciones de insumos se debe a que,
en este escenario, se están considerando los incrementos en la actividad de algunos
sectores modernos de la agricultura y de productos procesados agrícolas.
3.2 Impacto de un aumento en los ingresos de los sectores más pobres (Escenario 11)
690
CUADRO No. 9.7
ALTERNATIVAS DE SEGURIDAD ALIMENTARIA
CAMBIO EN EL NIVEL DE INGRESO Y EN LOS PATRONES DE CONSUMO
Aumento de la Productividad del Trabajo ,la Tiern en 1 .. Anual
691
CUADRO No. 9.8
ALTERNATIVAS DE SEGURIDAD ALIMENTARIA
CAMBIO EN EL NIVEL DE INGRESO Y EN LOS PATRONES DE CONSUMO
Aumento de la Productividad del Trabajo AgropecUllrio en 3% Anual:
692
más nutritivos. Simplemente se toman los patrones de consumo de la población a
través de las elasticidades ingreso calculadas por la Misión.
Este ejercicio tiene como objetivo cuantificar el impacto que resulta de aplicar
simultáneamente la política de incrementar las exportaciones y el consumo de
hogares, tanto de productos básicos como de productos procesados.
693
CUADRO No, 9,9
EFECTO CONJUNTO SOBRE EL CONSUMO
DE HOGARES EN LAS EXPORTAcioNES
Aumento de la Productividad del Trabajo y de la Tierra en 2%
694
CUADRO No. 9.10
EFECTO CONJUNTO SOBRE EL CONSUMO DE HOGARES Y LAS EXPORTACIONES
Aumento de la Proouclividad del Trabajo y de la Tierra en 3.,
695
incrementarla la tasa de crecimiento a un promedio anual de 5.66%, alcanzando la
cifra de 6.131 miles de trabajadores rurales, lo cual equivale a 1.601 miles de
empleos adicionales a los generados por la dinámica del caso de referencia. Tal
crecimiento del empleo agropecuario parece improbable, en el Cuadro No.9.1O se
presentan los aumentos de productividad del trabajo para que el empleo no crezca
por encima de 3% anual. Para el Sector Agropecuario este valor corresponde a
4.63% anual, lo cual evidentemente exigirla altísimos niveles de inversión.
En ninguno de los casos se afecta sensiblemente la tasa de crecimiento del PIB total.
Nótese que la variación respecto del caso de referencia no es mayor de 0.08 en las
tasas de crecimiento anuales.
696
CUADRO No. '-11
pm Agropocuario
....
ESCENARIO DE REFERENCIA
Inldal
1166369
Déd.,.
Aj.
1772553
..............
ESCENARIO 13
.
eoo.......
1771141
.
ESCENARIO 14
""""
IaDOl'ÚCIo. .•
1816878
pm No Agropecuario 6362782 989604' 9961092 9933447
pmnllCional 7529151 11668601 11738233 1175032S
Empleo a¡:n'IpeCu.rio (perI.) 3735399 4529866 4542824 ....,.,."
~
PIB No Agropecuario 5.11~ 5m..
PIB llIICiooal ...."
51""
5.06% 5.07'"
Empleo agropec:uario 2.17" 2.20r¡.
2.""
:/ Empleo agroindustrial 2.,." ,.- 2.44..
697
es notorio dado el bajo nivel de importaciones agropecuarias. Este efecto se traslada
al empleo agropecuario y al área sembrada, donde los efectos son significativos: la
tasa de crecimiento del área sembrada pasa de 3.10% a 3.67% anual y la del empleo
agropecuario de 2.17% a 2.46% anual respecto al caso de referencia.
El anterior análisis demuestra que hay una elasticidad positiva significativa del PIB
agropecuario a las importaciones del sector.
4. Los cambios en el consumo de los hogares del cuarenta por ciento más pobre de
la población tienen un mayor impacto sobre el crecimiento del sector agrope-
cuario. el empleo rural y el área sembrada, que sobre el crecimiento global de la
economía. De otra parte, el impacto del cambio en la estructura del consumo de
698
hogares hacia una dieta más acorde con las necesidades nutricionales de la
población colombiana sobre las variables empleo, área y valor agregado gene-
rado en el sector agropecuario, es levemente superior al caso anterior. El efecto
sobre el PIB total, las importaciones totales y el empleo total no es significativo.
Las mayores tasas de crecimiento obtenidas bajo las diferentes estrategias requieren
de tasas de inversión y de mejoramiento tecnológico mayores, hechos que son
las fuentes del aumento en la productividad de la tierra y el trabajo.
699
ya que ellos darían cuenta de los mayores incrementos del PIB agrícola y total.
Para desarrollar la poJ(tica de estimulo al consumo de hogares el esfuerzo debe
concentrarse en los cereales, la caña, las hortalizas, la carne, la leche y las frutas, "
ya que ellos son los que aportan más al crecimiento de la economía, bajo esta
estrategia.
INTRODUCCION
La preparación de esta sección se basó en los documentos de OLIVERA M.F. "Relaciones entre la actividad
agropecuaria en Colombia y algunos componentes ambientales", irúorme para la Misión de Estudios del
SecLOr Agropecuario, DNP. Mina.gricultura, 1990; y OTERO A. Y VARELA D. "La agricultura y los recursos
naturales", Estudio de consultoría para la Misión de Estudios del Sector Agropecuario, ONP-Minagricultura,
Bogotá, 1989.
GAC/lNDERlCONlF. BosqUf!s de Colombia. IGAC, BogoIá, 1984; e ICA·IGAC "Zonificación AgroecoIó-
" gica de Colombia", Memoria explicativa. 1985.
700
juego de oferta y demanda ambiental, en el cual el agro exige globalmente del
ambiente, espacio, sustrato, energía y elementos químicos (incluyendo el agua).
Usualmente se tiende a pensar que Colombia, por disponer de un territorio tan vasto,
no tiene por qué preocuparse de la competencia por el uso del recurso suelo; sin
embargo, un examen más cuidadoso de la disponibilidad de ticrras con fines agro-
pecuarios, conduce a determinar que actualmente y hacia el futuro, el país deberá
contar solamente con el espacio que ya se tiene dedicado a actividades agrícolas y
ganaderas, so pena de incurrir en fenómenos de degradación ambiental sumamente
onerosos tanto para las generaciones actuales como para las futuras l ".
16 "El conocimiento que el país tiene sobre las potencialidades y limitaciones del recurso suelo es aceptable, por
10 tanto, no hay mucha margen para crear expectativas ilusorias sobre la posibilidad de extensas áreas nuevas
de suelos improductivos como la Amazonia y ]a Orinoquia que no contribuirán sustancialmente a la
producción nacional por extensos que sean", COLCIENCIAS, lNDERENA, FUND.SEG. EXP.BOT., DNP.,
MINAGRICULTURA, MINSALUD, FUNO. NATURA. "Proyecto Perfil Ambiental de Colombia", Resumen
Ejecutivo. Bogotá, 1989. (Pág. 10).
701
CUADRO No. 9.12
USO POTENCIAL Y ACTUAL DE LAS TIERRAS
0anad.4j iDtensivaalemi~inIeu.l'YR
con cultivos tramitorios y lI6Illi
........m ... 8,342.,635 7.3 5,183,171 52 62.1
Gmad. ate05iVl y muy exte05iYl 6!)77,OOS ~1 21,517,280 21.7 308A
Patos I1lIos o coo rutrojo 13,318,288 ",
Subtotal 15,319,630 13.4 4O,Oí'8,139
1) o.tosajlllltados a partir de IGAC. "Suelos y bosques de Colombia", B0l"'tá 1988. LIs tierras. a&r((;Ow
pucdelJ alternar COI] gmlderia, pero esta actividad debe ser Wlto mú intensiva como JIlIyor sea la calidad
de ios suekJs,
3) Pata este fUbfo", tom6 como base dos obras del HIMAT: "Desarrollo del riego, drenaje y funciona._
miento de los distritos de riego de adecuación de tierras agrfeolas en Colombia". Public. T&:. No, lo Bogotá.
1985; Y"Adecuac;:ión de tierras eIl Colombia", Sociedad Colombiana de Ingenieros, celebración del] centena-
rio,I987,
4) Para electos comparativos globales entre uso potencial y actual hubo necesidad de conservar 10$ datos
del documento ICA-IOAC (op,cit)
• Coa respecto a catas cifru de \lSO actual en pastoS, Vel su cmwterización en CEOA, caracterización y
evalu.::ión de siuernas de producción bovina en Colombia, Reswneo presentado a ¡aMisiÓll de Estudios del
SeclOJ' A¡ropecuario. Bogod., Octubre de 1989, p. 4
;"(,'
7fJ2
Salta a la vista el hecho que el país tiene un potencial de más de 18 millones de has.
disponibles para la producción agrícola, mientras que la actividad ganadera debe
llevarse a cabo preferencialmente en unos 15 millones de ha., lo cual arroja un área
bruta de 33 millones de has. Los bosques siguen siendo el componente ambiental
que más espacio debe tener reservado, lo cual es esencial para conservar niveles de
disponibilidad de agua aceptables y sostenidos para suplir las demandas por el
recurso.
Uno de los hechos relevantes que se derivan del examen del uso potencial y actual de
los suelos, es que la relación entre las dos principales actividades agropecuarias y el
área utilizada, se encuentra invertida: la mayor parte del área actualmente ocupada
se encuentra bajo uso pecuario, en detrimento de espacios que deberían estar
dedicados a la agricultura. Con el agravante que el 21 % de las tierras ganaderas se
encuentran manejadas en forma extensiva a muy extensiva, dejándose además
alrededor de 13 millones de ha. sin aprovechamiento mayor.
El problema de disponibilidad de suelos también tiene que ser enfocado tanto desde
el ángulo de la capacidad productiva de los suelos que actualmente y hacia el futuro
se deben dedicar a usos agropecuarios, como desde el punto de vista de demanda de
espacio para otras actividades. Al respecto cabe anotar que hasta el presente no hay
claridad sobre la necesidad de tierras, a 10 o 20 afias, para desarrollar procesos de
urbanización. De hecho, de los dos millones de ha., clasificadas como ciénagas,
pantanos y ríos (Cuadro No. 9.12), unas 100.000 corresponden a zonas urbanas, cifra
que permanentemente se encuentra cambiando a causa de la presión urbana sobre
tierras. Tal como aparece en el mapa No. 9.3, la mayor presión está siendo causada
por las principales ciudades las cuales, precisamente, se encuentran localizadas en
los terrenos con mayores potenciales agrícolas del país. El efecto que pueden causar
.. los embalses sobre tierras de buena calidad es menor que el generado por ciudades,
si bien tampoco es despreciable: Betania ocupó más de 2000 ha. con potenciales
agrícolas importantes.
En el mapa No. 9.1. se aprecia la especialización de los conflictos entre uso potencial
y actual, lo mismo que aquellos generados por las zonas de reserva forestal (defini-
703
~
CUADRO 9.13
UBICACION DE LOS SUELOS POR PISOS TERMICOS y PLUVIOSIDAD
Calido 1176 100.0 20653 95.0 59862 80.0 3868 43.0 85559 74.9
Medio 509 2.3 7337 9.9 2513 28.0 10359 9.1
Frio 585 2.7 55540 7.5 1256 14.0 7381 6.5
MuyFrio 1434 1.9 1348 15.0 2782 2.4
Otros (2) 8093 7.1
roTAL 1176 100.0 21747 100.0 74173 100.0 8885 100.0 114174 (2) lOO
roTAL % 1.1 20.5 70.0 8.4 100.0
Fuente: Cuadro 3 del documento SAC (op. cit) modificado con base en el
cuadro No. 9.12
5!
MAPA No.'.l
RELACIO:"'rJ ENTRE LA ACl'IVlDAD
AGROPECUARIA EN COLOMBIA
Y ALGUNOS COMPONENTES AMBIENTALES
1990
CONFLICTOS
TIERRAS
_ZONAS
~ ZONAS DEALEATA (ENlASCUAlESHAV
tFJ
~ UN EaUILIBRIOPRECARIODEBIDOAQUE
EL USO ACTUALNOESEL MASADECUADO
706
das por la Ley 2 de 1959) y por los parques naturales, áreas ambas sujetas a
tratamientos y restricciones especiales. De la sola apreciación espacial es claro que
más de la mitad del territorio ocupado por actividades agropecuarias se encuentra de
una u otra manera en situación conflictiva, sea por el aprovechamiento potencial del
que debe ser objeto, sea por restricciones jurídicas en cuanto al uso permitido. En
últimas el problema se restringe a la inexistencia de un ordenamiento efectivo y
eficaz de actividades socioeconómicas en el espacio colombiano.
Como se verá aquí según la nomenclatura adoptada (yen parte en el Cuadro No.
9.13.), el problema de la disponibilidad de agua no es significativo para la mayor
parte del país. Se evidencia, que aún quedan espacios por aprovechar desarrollando
los potenciales de irrigación para acercar el recurso agua, en forma oportuna, a los
cultivos: apenas un 11 % de las áreas susceptibles de ser irrigadas lo están siendo con
base en obras dedicadas a tales efectos.
" "Análisis de la problemática de los usos agropecuarios del suelo y recomendaciones". Revista Nacional de
707
suelos, se ha logrado incrementos en producción de 3 a 8 veces mayores que los
obtenidos mediante prácticas tradicionales.
19 Estudios como los del DNP (Departamento Nacional de Planeación) "Estudio Nacional de Aguas", Mejía,
Millán y Peny, Bogolá, 1984 comparado con el de la FAO/UNESCO/O.MM:. "Estudio Agroclimatológico de
la Zona Andina", Fase 1, Roma, 1975, demuestran lo poco que se ha avanzado en el tema.
20 IGAC, Suelos y Bosques de Colombia, Bogotá. 1988.
708
'i-: .1
Guajira Baja fertilidad, Salinas Erodable Escasa Precipita· Escasa posibilidad de explotación agrlco·
ción. la, ganadería extensiva. reforestación.
P. Pacífico Baja fertilidad,lixi- Quebrado. Excesiva precipi- Potencial forestal. En Mira, Patía,
viación ácido. tación. S.Juan y Atrato. Potencial agropecuario
restringido.
R.Andina
Cordillera Andina Derivados de cenizas vol- Buenas arenas pe- Variedad de climas. Potencial agrícola y ganadero con prác-
cánicas. ro quebradas. ticos de conselVaci6n.
~
-
...,
o CUADRO No. 9.15 (continuación)
CARACTERISTICAS FISICAS y QUIMICAS DE LOS SUELOS PARA LA
PRODUCCION AGROPECUARIA POR REGIONES
Valles Interandinos
(R.Cauca) Fértiles,salinos,ele- Composición inun- Problemas de com- Agricultura intensiva con prácticas en
mentas en exceso. dables pactación. manejo de maquinaria y adecuación.
(Medio Magdalena) Poco fértil Poco profundos, en- Producción agropecuaria con sistema de
charcamientos tem- drenaje Y prácticas de conservación,
porales.
(Zulía y Palia) Fertilidad media
Arauca.Casanare Pobres, ácidos, tóxicos Mal drenaje. Ganadero y forestal con manejo para
por aluminio. inoodaciones.inundaciones.
FUENTE: SAC, "Análisis de la problemática de los usos aropecuarios y del suelo y recomendaciones". Rev.NaI. Agr. 872. p.118
,. 'Ó"
',1
en el país son, de hecho, deficientes en fósforo. A ello debe agregarse que el 85.1 %
de su superficie tiene suelos con acidez que varia entre fuertemente ácida (PH 5.1 a
5.5) y extremadamente ácida (pH menor o igual a 5). Los suelos que van de
moderadamente ácidos a neutros se encuentran distribuidos por los Valles Interan-
dinos, en algunos sectores de la Zona Andina, llanura del Caribe, la Media y Alta
Guajira y el Valle del lio Cesar. En el Caribe y la Guajira se localizan los suelos
alcalinos que conforman el 0.9% de las 114.174.800 de ha. del país.
Sáncbez P. Suelos tkJ ITÓpico, caraclerísticas y manejo, IICA, San José de Costa Rica. 1981.
"
711
MAPA No. 9.1
RELACION ENTRE LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA
EN COLOMBIA Y ALGUNOS COMPONENTES
AMBm"'TALES
1996
712
MAPA No. 9.3
RELACIONES ENTRE LA ACTMDAD AGROPECUARIA
EN COLOMBIA Y ALGUNOS COMPONENTES
AMBIENTALES
lO..
ALGUNOS FACTORES
QUE AFECTAN EL SUELO
FACTORES SOCIO-ECOHOMICOS
713
los ecosistemas forestales de tierras cálidas pueden lograr una producción primaria
bruta del orden de 25 t./lla./año de bíomasa, mientras que aquellos de tierras altas
con rodales monoespecfficos, pueden lograr una ppb del orden de 13 t/ha./año 22 •
Algunas zonas del área Andina, la llanura del Caribe, la Guajira y la Orinoquia
tienen suelos particularmente bajos en materia orgánica.
Múltiples estudios han mostrado la forma como los cambios en materia orgánica en
el suelo, sea para protegerlo de las presiones erosivas o para dotarlo de estructura,
afectan positiva e inmediatamente los niveles de rendimiento de los ecosistemas".
Sólo para mencionar algunas evidencias se presenta el Cuadro No. 9.16.
C. DISPONIBILIDAD HIDRICA
" FARNWORTH E.G. Y F.S. GOLLEY Ecosislemasfrágiles. Fondo de Cultura Económica, México, 1974.
" GUHL E. Los páramos circundantes de la Sabana di! Bogotá. Jardín Botánico José CelestinQ Mutis, Bogotá,
1982.
Para obtener elementos adicionales al respecto se sugiere consultar BARREIRA E. A. Fundamentos de
edafologÚJ para la agricultura. Ed. Hemisferio Sur, Buenos Aires, 1978. o STOCKlNG M.A. "Erosion and
soil productivity : a review consultant's working paper No.1", AGl.S-FAO, Roma, 1984.
" "Los resultados del balance .... penniten afinnar que los problemas que afronta el sector de aguas en el país no
son ocasionados en la mayoría de los casos por escasez del recurso o competencias entre los diferentes usos.
Al considerar las demandas actuales para consumo humano, industrial y agrícola en 218 cuencas de tercer
orden, tan sólo aparecen 14 con probabilidad de déficit en algún mes del año, Y de éstas tan s610 6 tienen lUla
probabilidad de déficit superior al 5.%; son ellas las cuencas de Riohacha, Tapias, Ranchería, Cesar (Alto y
Medio), Tolú y Ariguanf' DNP (Departamento Nacional de Planeaci6n). "Estudio Nacional de Aguas.
Informe final, primera fase". Mejía, Millán y Perry, Bogotá, 1984, pág. 212.
714
CUADRO No. 9.16
EFECTOS DE FERTILIZANTES Y ESTIERCOS
EN LA PRODUCCION DE CEREALES Y EN LAS
PROPIEDADES DEL SUELO DESPUES DE 5 AñOS DE
APLICACIONES EN SUELOS FERRALITICOS
(BOUKOKO, AFRICA CENTRAL)
Rendimiento
acumulativo Carbono
de granos en orgánico NPHCaK
Aplicación
anual S años del suelo total intere.
(tlha) (%)
maíz arroz (meg/lOOg)
715
intensa durante uno o dos periodos al año en un territorio para el cual la energía
evaporante no es despreciable2•. Los déficit o excesos de agua nonnalmente se
deben verificar a nivel local, y la solución a cualquiera de las dos condiciones
frecuentemente implica erogaciones financieras importantes 27 •
Hurtado" realizó cálculos con base en el modelo de Thomthwaite para estimar los
excesos y deficiencias hídricas por áreas en el país; dicho autor indica que los
territorios en donde predomina la explotación agricola, tiene tendencias al déficit
hídrico, tal como ocurre con el altiplano cundiboyacense, las cuencas del Alto
Magdalena y del Alto Cauca, y la mayor parte de la Costa Atlántica. En el mapa No.
9.4. se presenta la sÚltesis de los balances hídricos para el país, en ténninos de déficit
o excesos de humedad anual.
Sobre la base del mapa de suelos IGAC29, en Colombia solamente un poco más de un
14% de las tierras presenta situaciones favorables en cuanto a la disponibilidad de
humedad para la vegetación; el resto se encuentra oscilando entre situaciones de
extrema aridez (1.4% de las 114.174.800 ha. de suelos continentales clasificados por
el IGAC), y situaciones de largos periodos de inundación (15,5% del total mencio-
nado).
De acuerdo con el SENA, una vez hechas las estimaciones de demanda de agua
como lo exigen las nonnas, teniendo en cuenta las prioridades de consumo, sola-
mente tendrian problemas de abastecimiento las siguientes cuencas: el área de
drenaje del Golfo de Morrosquillo, las cuencas de los ríos Tapias-Rancheria, del río
Pamplonita,la parte alta del rio Sogamoso, tres cuencas en el Valle del Cauca, toda
la cuenca del lÍo Cesar y la parte de Armero-Mariquita en el Valle del Magdalena'o.
Según el mismo documento, solamente las cuencas de cercanías de Annero y del
Valle del Cauca podlÍan modificar su situación favorablemente recurriendo a cau-
dales de los rios principales.
Si bien es conocido que varias regiones del país cuentan con agua subterránea, la
disponibilidad de datos es bastante restringida. Por ello y sólo para efectos ilustra-
tivos, se consideró conveniente mencionar dos casos relevantes: el de la Guajira y el
de la Sabana de Bogotá.
Los acuíferos libres, no producen caudales mayores de 7/s; se explotan cerca de 420
pozos, en su mayolÍa ayudados por molinos de viento, con un rendimiento promedio
Colombia tiene un promedio anual de radiación solar de 140,1 kcaUcm. HIMAT. "Anuario Meteorológico",
" HIMAT, Bogolá, 1988.
SAC, op.cit.
" HURTADO G. Caracterjwción agroclimáticIJ de Colombia. HL\1AT. Bogotá, 1987.
'l9 IGAC, "Mapa de suelos"; escala 1:1'500.000.1GAC, Bogotá, 1983.
DNP (Departamento Nacional de Planeación). "Estudio Nacional de Aguas. Infonne Final, Primera Fase. Vol.
IX: Balance-Disponibilidad (Anexo H)". Mejía, Millán y Perry, Bogotá, 1984.
716
MAPA No. 9.4
RELACIONES ENTRE LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA
EN COLOMBIA Y ALGUKOS COMPONE:'oiTES
AMBIENT ALI:i:S
1.90
717
de un litro por segundo'l. Se trata de un recurso altamente susceptible de ser
contaminado y, por ende, volverse inutilizable.
Los resultados del estudio de la calidad del agua en Colombia realizado por el
HIMAT", concuerdan con las expectativas vigentes.
Una situación contraria se presenta al revisar los resultados del estudio mencionado
frente a los criterios de clasificación de aguas para riego. Los autores calificaron
positivamente las aguas de los mismos ríos al demostrar bajos niveles de salinidad
(dases Cl y SI), salvo el río Bogotá, el cual en el sector de Puente Portillo presenta
31 HUGUETT G. "Resumen del estudio. hidrogeológico de la media y baja Guajira". Bolean Geológi.co.
29.1.45.83. 1988.
II CAR, &tu4io de aguas subtemiMas en la SabaNJ de. Bogotá. DNP-CAR-TNO, Bogotá, 1975.
J3 HIMAT Calidad del agua en Colombia, HIMAT, Bogotá, 1988.
718
una moderada salinidad (C2) y un bajo contenido de sodio (S 1). Esto implica que de
ser utilizada para riego las aguas pueden contribuir en uno o dos lustros a salinizar
los suelos cultivados. Los hallazgos en relación con el Bogotá se relacionan con los
desechos industriales y domésticos de la capital.
Los fertilizantes orgánicos tienen una ventaja sobre los químicos al incrementar la
actividad orgánica de los suelos (ver Cuadro No. 9.16), pero su inconveniente es el
bajo contenido de nutrientes de tales fertilizantes. Lo cierto es que, con esta tecno-
logía sencilla y en combinación con el deshierbe, es posible incrementar rendimien-
tos en cosechas hasta en un 50% o más".
Buring, op.cit.
" De hecho, tal como puede observarse al revisar el trabajo de Gallón de 1989. "El empleo de fertilizantes
químicos en Colombia y su incidencia en el costo de producción agrícola". Revista NacioMl de Agricultura,
SAC, 889, 65-105, la evolución del consumo de fertilizantes en la última década ha tenido variaciones muy
importantes, algunas parcialmente explicadas por el incremento de los costos internacionales de los productos.
CIDER, "Estudios socioeconámicos y ambientales de la Serranía del Naquén". ECOP~1ROL, Bogotá, 1988.
"
719
Cabe anotar que en el mercado internacional ya es posible obtener quelatos bitumi-
nosos (derivados orgánicos), cuya aplicación en suelos muy lavados contribuye a
mejorar la disponibilidad de nutrientes para las plantas, ayudando a retenerlos en
suspensión de iones intercambiables y en suelos áridos a retener la humedad.
1.2. Irrigación.
En todas las áreas irrigadas tres factores son de particular relevancia: la nivelación
de los suelos, el control de la cantidad de agua de irrigación, y el control de las águas
utilizadas. En cuanto al primer caso, las áreas deben ser homogéneamente regadas,
de lo contrario se generarán comportamientos desequilibrados de los suelos que
redundarán en rendimientos altamente variables al interior del área servida. El
volumen irrigado debe ser cuidadosamente dosificado; para campos de arroz irriga-
do, el manejo del agua es frecuentemente más importante que las características de
los suelos; una mala calidad del agua de irrigaci6n en zonas propensas a la saliniza-
ción puede acortar el paso hacia la desertificación.
El HlMAT tiene evaluados varios proyectos para ampliar la capacidad de riego para
las tierras cultivables; el área total prevista por cubrir es de 116.331 ha, distribuida
entre los proyectos del Alto Chicamocha (9.2%), Valledupar (10.4%), San Juan del
Cesar (3.4%), Triángulo del Tolima (25.8%) y Nechí-Majagual (51.2%). Conviene
aclarar que en parte estos proyectos incluyen principios de drenaje de tierras".
Con la infannación operacionalrnente disponible, no fue posible conocer la magnitud de las implicaciones de
las labores de desecación. Tampxo fue posible conocer oficiabnente el cronograma de ejecución de los
trabajos de irrigación. HIMAT "DesarroUo del riego, drenaje y funcionamiento de los distritos de riego de
adecuación de tierras agrícolas en Colombia". Publicaci6n Técnica. No.3, HlMAT, Bogotá, 1985.
720
Cuadro No. 9.17.
DISTRIBUCION DEL RIEGO POR DEPARTAMENTOS
Antioquia 3.625
Atlántico 36.200 1.206 37.406
Bolívar 19.200 3.925 23.115
Boyacá 19.524 1.300 20.824
Cauca 34.496 34.496
Caldas 2.765 2.765
Cesar 45.860 45.860
Córdoba 57.782 3.170 60.962
Cundinarnarca 24.200 18.172 42.373
Huila 12.625 24.831 37.456
Guajira 15.714 15.714
Magdalena 47.000 8.177 55.177
Meta 56.515 56.515
N.Santander 16.500 5.000 21.500
Santander 9.291 700 16.291
Sucre 3.460 3.460
Tolima 112.979 25.700 138.679
Valle 10.750 202.113 212.863
Subtotal 366.051 463.019 829.070
Intend.y
Comisarías 12.500 12.500
721
CUADRO No. 9.18
DISTRlBUCION DEPARTAMENTAL DE AREAS
POTENCIALMENTE ADECUABLES PARA RIEGO
Pontencialm. % Adecuado
Intendencias y
Comisarias 592953 2.11
722
Comparando los anteriores datos con el Cuadro No. 9.18 se puede deducir que. con
los futuros proyectos. apenas se estará reduciendo el área potencialmente adecuable
en un 1.8% del total.
1.3. Drenaje.
El RIMAT tiene varios proyectos para drenar tierras; uno de ellos conocido con el
nombre de La Mojana. compuesto por cinco subproyectos que tocan territorios de
Antioquia. Bolívar. Córdoba y Sucre. Se pretende con ellos drenar un total de
319.940 ha". A menor escala y con principios tecnológicos diferentes. la misma
entidad tiene previsto continuar con el rescate de la tecnología empleada por los
zenúes para el manejo de aguas en 10 ha del Bajo San Jorge'9.
La mayor parte de la actividad agrícola del país se encuentra en las montañas. donde
la vulnerabilidad a los efectos peIjudiciales de una erosión intensiva es muy alta. Por
tal motivo. desde hace unas dos décadas los cafeteros han venido fortaleciendo y
ampliando una campaña para cambiar el estilo tecnológico de siembra en dirección
de la pendiente. para. mediante la instalación de los surcos y de las eras en dirección
de las curvas de nivel, ir logrando progresivamente un terraceo de los taludes. El
Cuadro No. 9.19 evidencia el efecto de esta práctica sobre la dinámica erosiva.
H CEUS J., MARIN R. Y OJEDA D. "Manejo de humedades". Trabajo del curso de Ecología Humana, FEl,
Universidad Javeriana, Bogotá, fotocopias, 1989.
19 PLAZAS C. etalL. "Cambios ambientales y desarrollo cultural en el bajo río San Jorge". Museo del Oro, 20,
55·88.1988.
723
CUADRO 9.19
ESTIMACION DEL FACTOR MANEJO (P) EN COLOMBIA
PI: Prácticas ttadicionales; PU: tratamiento con curvas de nivel; PIII: ttatamiento con
curvas de nivel y barreras vivas.
FUENTE: VEGA 1. "Calibración y ajuste de la ecuación universal de predicción de
pérdidas de suelo". Inderena. Div. Cuencas Hidr., 1988.
El efecto del factor de manejo denota, en primer Jugar, una diferencia importante en
cuanto a la utilización de curvas de nivel como tratamiento para ambos cultivos
ensayados, frente a las parcelas en donde se emplearon técnicas convencionales. Y
en segundo lugar, un efecto relevante en cuanto al acompañamiento de barreras
vivas en los cultivos, particularmente en lo que hace al maíz.
STOCKJNG M.A. Y ELEWELL n. "VcgclaLion and crosion; a revicw". Scolúsh Geographicaf MagazuU!.,
"t976,92 (1), 4-16.
Una documentación exlensa al respecto puede encontrarse en EI-swaify s.a., w.c. MOLDENHAUER y A.
LO., (editores) Soi/ erosion and conservalion. Soil Conservo Soco oE Am., Iowa, 1985. STOCKING M.A.
también presenta una revisión impOrlanle sobre el tema en: "Erosion and soil productivity: a review consultant's
wooong paper No. 1." AGLS-FAO, Roma, 1984.
724
111. PRINCIPALES FACTORES QUE AMENAZAN EL
APROVECHAMIENTO DE LAS POTENCIALIDADES
DE LOS ECOSISTEMAS
Son varios los factores reconocidos por la literatura que pueden llevar a eliminar un
espacio geográfico del inventario de fuentes productivas para una sociedad. En este
aparte se tratarán el fenómeno erosivo, la alteración del régimen hídrico, la del
régimen biológico, la salinización y la alcalinización de los suelos, la compactación
y la contaminación de las aguas.
A.EROSION
Siendo éste un fenómeno perfectamente natural (es decir, que ocurre con o sin la
intervención humana en prácticamente cualquier espacio geográfico emergido), es
susceptible de ser incrementado en proporciones significativas hasta el punto de
llegar a transformar paisajes, otrora productivos, en imágenes desérticas'2 , tal como
ocurre con las tierras áridas del interior del país (La Candelaria o La Tatacoa, para
solo citar dos ejemplos). Para 1985 el IGAC ya registraba a gran escala en su mapa
de suelos 230.000 ha totalmente erodadas en Colombia; en el mapa No. 9.5 se
aprecia la cobertura de las áreas más afectadas. Como era de esperarse, la rona
montañosa es en donde mayor incidencia tienen los procesos erosivos; en ella
predomina el cultivo del café; su incidencia en la erosión está ligada a la tecnología
aplicada: de las 1.370.695 ha cultivadas según el censo cafetero de 1980, el 34% era
de tipo "tecnificado", en el cual las plantas usualmente se siembran expuestas al sol.
El mapa muestra también sitios afectados por salinización y compactación, los
cuales si bien parecen ser puntuales, tienden a expandirse con ayuda de la actividad
antrópica, como se aprecia en el mapa No. 9.3.
" Tal como lo señala IUCN/PNUMA/WWF en la "Estrategia Mundial para la Conservación" (lUCN,Gland,
1980), se necesilan entre too y 400 años para que la nawraleza reconstiwya 10 mm de espesor del suelo.
" El Plan de Acción Forestal estima la deforestación ocurrida entre 1960 y 1984 en 37.7 millones de ha de
bosques naturales. La gravedad de la destrucción de los bosques naturales del país se hace mayor al considerar
que la biota continental e insular de Colombia incluye aproximadamente el 10% de la fauna y la flora
mundiales, y que la flora más diversificada del planeta por unidad de superficie se localiza en la región
biogeográfica del Cb0c6,lo cual lo convierte en un país de mega diversidad biológica. República de Colombia
DNP. "Plan de Acción Forestal para Colombia". Bogotá, 1989.
725
MAPA No, 9,5
RELACIOl\"ES ENTRE LA ACTIVIDAD AGROPECUARIA
E~ COLOMBIA Y ALGUNOS COMPONE!'OTES
,....
AMBIENTALES
EROSION y DEGRADACION
DE lOS SUELOS
~ LIGERA A MODERADA I
O MUL LIGERA A MINIMA
• • SAUNIZACION YIO ALCALlNIZACION
00 COMPACTACION
FUENTES: IGAC - 1988 BOSQUES y SUELOS DE COLOMBIA I I
~
726
millones de ha de tierras fértiles (sic)"44, al sistema catastral privado, como resultado
de la apertura de la Carretera Marginal de la selva, lo mismo que 500.000 más como
producto de vías en el Magdalena medio y el Bajo Cauca, en ejecución del Programa
de Reforma Agraria y de proyectos del PNR. De hecho, ambas zonas se encuentran
reguladas por la ley 2 de 1959 y el cambio de usos del suelo en ellas transformará los
territorios en zonas conflictivas (ver mapa No. 9.1)
0·2 l.l O O 1
2-6 4.2 1 1 2
6-12 9.4 2 3 5
12-20 15.8 10 14 56
44 ARANGO M. "La refonna agraria y alcances de la nueva ley". Revista Foro, No. 7, 1988, (pág. 41)
4S SERRANO O. "Transporte de sedimentos en ríos colombianos", HIMAT, Bogotá, 1985.
46 SERRANO Q. "Variación del régimen de caudales y transporte de sedimentos en la cuenca del río Magdalena",
HIMAT, Bogotá, 1986.
727
GráUéa. No._ 9 •. 1
-""
_ _ _ _ _ _ _ _ _C>....
....
-
.........
•
-
,...
Yo
A'
11
/
Yo
V--
B
A
728
La ganadería caracterizada por cualquiera de los sistemas productivos (con excep-
ción de la producción en confinamiento), definidos en el capítulo VI, aplicada a
terrenos con pendientes mayores de 8 grados, está generando paisajes tipificados
con huellas indelebles de caminos de ganado, hasta el punto que el fenómeno
erosivo correspondiente ha adquirido el nombre de "pata de vaca". En algunos
sectores de la Orinoquia el sobrepastoreo está generando un proceso asimilable al de
desertificación" .
El primer gran tipo de pesticidas se refiere a los insecticidas, los cuales, a su tumo,
pertenecen a tres grandes grupos de sustancias orgánicas:
" CORTES A. Las tierras de la Orinoquia. Capacidad t:k uso actual yJuturo. U. Jorge Tadeo Lozano, Bogotá,
1986.
n OUVERA M.F. "Interoceanic cana] ALralD-Truando: an overview of its cnvironmental implications".
Universidad de East Anglia, Norwich. 1986.
729
Los organoclorados, del tipo del DDT o del aldrín, poco o nada biodegradables.
El primero, o su producto de transformación en la naturaleza, el DDE, tiende a
acumularse en los suelos; por lavado, termina diluyéndose en las aguas, pero
también se incorpora en la cada trófica después de envenar peces. En el sustrato
extermina lombrices y el resto de micro fauna. La absorción radicular por las
plantas es escasa.
Los organofosforados, del tipo del Parathion o del Malathion, son fácilmente
biodegradables y desaparecen rápidamente del suelo; su toxicidad opera sólo en
forma inmediata. Este grupo es el de mayor consumo en Colombia (ver Cuadro No.
9.21).
Los carbamatos, del tipo del carbaril, tienen las mismas características de los
organofosforados.
D. SALlNIZACION y ALCALlNIZACION
49
lO
GALLON M.O. "El costo de control de plagas en la agricultura colombiana", Revista Nacional de Agricullura.
SAC.889.65·105.1989.
IUCN/PNUMA/WWF,op.cil.
..
,
730
"
,. ..
])ec;' (L) 667.8 Atrazina (0.8 L) 907.6 BU. (K8) 86.7 Urea (kg) 211811
Dipterex (L) 632.1 Anikilamina (L) 357.7 Dithane (Kg) 902.8 15-15-15 (K8) 117934
Furadan(L) 1755.6 Basagran (L) 1223 Hinosan (L) 100.9 10-30-10 (K8) 154606
Lannate (L) 20.5 Esteron (L) 109.8 Manzale (Kg) 2498.1 13-26-6 (Kg) 108736
Lorsban(L) 4449.4 Go.1(L) 100.9 Meneet (L) 77.9 Fosfato Diam. (Kg) 107468
Monitor(L) 237.0 Gesaprim (L) 705.0 Tilt (L) 54.9
Roxion(L) 798.9 Propanil (L) 1868.2
Metil·Parathion (L) 1938.0 Ronstar(L) 851.1
Slam(L) 807.2
Trellan (L) 1997.0
Area Tratada (ha) 2252765 Area Tratada (ha) 2252765 Area Tratada (ha) 2252765 Area Tratada. (ha) 2252765
eonoentt.(kglha) (2) 4.7 Conoentt.(kglha) (2) 3.5 Concentr.(kg/ha) (2) 1.7 Concentr.{kg/ha) (2) 311
.¡. Algod6n, ajonjoli, arroz riego, arroz secano mecanizado. arroz secano manual, cebada. frijol. maiz lec. 1 y tec. 2,
mani, sorgo, soya, papa tec. 1 y leC. 2.
(2) Para visualizar la situación, se asumió como unidad general el Kg, entendiendo que existen variaciones menores según
la densidad de la mezcla líquida utilizada.
FUENTE: Datos procesados por la Misíón de Estudios del Sector Agropecuario con bRse en: Zambrano, J.aime. "Modulo
de Administración de Insumos, Costos y Precios de los Productos Agrícolas y Agroindustriales". DNP-UDA-SlTOD, Bogotá,
-
Mayo 30 de 1989,
-.l
~
condiciones (ver mapa No. 9.3 en donde se evidencia la salinización causada por
actividades humanas).
Por otra parte, en cinco depanamentos las tierras se encuentran sufriendo un proceso
de sodificación, tal como aparece en el Cuadro No. 9.23. Actualmente no se dispone
de datos sobre las implicaciones que estas situaciones deben haber tenido sobre los
rendimientos de los cultivos, pero es dable suponer que la producción se habrá
afectado en fonna notable.
Guajira 412285
Atlántico 31710
Bolívar l3111
Cesar 17354
Córdoba 43590
E. COMPACTACION
Este fenómeno es poco percibido por los agricultores y tiene lugar tanto en condi-
ciones de poca pendiente como en aquellos sitios fuertemente inclinados. El mapa
No. 9.3 localiza los terrenos para los cuales ya existe evidencia de compactación
como resultados de actividades humanas.
732
Tal como está siendo mostrado en Colombia a través del estudio que adelanta
FENALCE'l, la productividad de algunos suelos se está reduciendo. El efecto de la
compactación de suelos es doble, por un lado limita las posibilidades de las raíces
para aprovechar los sustratos inferiores del suelo al conformar un estrato dificil de
penetrar y por otro lado impide la percolación del agua, lo cual dificulta el lavado de
suelos, propicia la salinización y reduce la disponibilidad de agua durante las épocas
de sequía. Este fenómeno es corriente en las zonas de la Costa Atlántica, pero
también se observa en el Valle del Caoca, en el Alto Magdalena y en algunas zonas
de los altiplanos fríos; es común en los cultivos de sorgo, maíz, algodón, arroz y
otros. Según FENALCE, la reducción de los rendimientos por efecto de este tipo de
problemas puede alcanzar el 50% para el caso de maíz y sorgo, en los cuales ya se
han realizado experiencias concluyentes sobre la importancia de un cambio en las
prácticas de preparación del suelo.
El efecto que tiene la maquinaria sobre el suelo se puede demostrar indirectamente a
través de los resultados exitosos que tiene la utilización de tractores para la com-
pactación de silos, en los cuales se debe eliminar al máximo el aire" para lograr
óptima fermentación. En otros contextos se ha demostrado que la maquinaria pesada
cargada (para siembra, recolección o transporte), puede ejercer presiones de 5 kg/
cm2, lo cual duplica la densidad de suelos sueltos tras su paso".
F. CONTAMINACION DE AGUAS
Los departamentos del interior del país son los que aplican mayores cantidades de
abonos en sus tierras: Cundinamarca encabeza la lista, seguido por Norte de San-
tander, Boyacá y Nariño, en gran parte los mayores productores de papa.
Ji En TOVAR, E. "Agricultores a mover su maquinaria". El Tiempo, Feb. 24. lB, 1990 Y según consulta
personal en las oficinas de la Federación.
12 VELEZ G. "Ensilaje de King Grass". El Cebú, S, (19) 221.1984.
13 BRADSHAW A.D. y M.J. CHADWICK TIIe res/ora/ion oJ kurdo Blackwell, Londres.
,.. SANCHEZ, op.cil.
" CORTES,op.cit.
733
reposa temporalmente en el suelo hasta que es lavado por las lluvias o por la
irrigación misma. Las aguas profundas primero, los cursos superficiales luego y
finalmente los lagos, estuarios y mares reciben finalmente los productos no consu-
midos. La ciénaga de Tesca y el embalse del Mufla, son claros ejemplos del proceso
de eutrificación originado en gran parte por la concentración de sustancias orgá-
nicas, abonos y pesticidas recogidos en sus cuencas.
El problema mayor en relación con los pesticidas es para los cuerpos de agua de
poco movimiento, en donde las sustancias tienden a acumularse, sea por concentra-
ción en la solución o por incorporación a la cadena trofica vía el sustrato de la masa
de agua o desechos de material vegetal portador de pesticidas. Los acuíferos pro-
fundos son altamente vulnerables a convertirse en recursos contaminados. Más de
un 50% de los productos aplicados tienden a infiltrarse primero, para luego llegar a
las corrientes superficiales. Cuando esto no ocurre, los productos se toman residen-
tes en los acuíferos.
A. ASPECTOS INSTITUCIONALES
734
En 1973 se planteó un experimento que no ha sido operativo, orientado a fijar
políticas en materia poblacional y ambiental: el Consejo Nacional de Población y
Medio Ambiente, organismo asesor de la Presidencia de la República.
735
las condiciones físicas particulares de cada espacio trabajado. Esto implica la
realización de evaluaciones integrales de tierra.
Aún es tiempo para reducir la cascada de efectos peligrosos para la salud humana y
para la de otros organismos vivos, derivados de la aplicación masiva de pesticidas en
cultivos (yen sus alrededores). Esto requiere no solamente de controles administra-
tivos sino de labores intensivas de investigación hacia controles biológicos, ele-
mento básico para la aplicación de estrategias integradas de manejo de plagas.
En forma urgente la Ley 2 de 1959 y el Decreto Ley 2811 de 1974 deben ser
revisados, por una parte para definir el espacio que Colombia desea mantener con
coberturas agrícolas, forestales protectoras y/o productoras, estableciendo los me-
canismos financieros y administrativos del caso y los elementos mínimos, desde la
óptica de este sector, que enmarquen actividades de Reforma Agraria y de
Rehabilitación Nacional; un primer paso al respecto será la ejecución de) Plan de
Acción Forestal para Colombia, y la integración de éste con el desarrollo agrope-
cuario; y por otra parte, para orientar el uso de los suelos y presclVarlos del deterioro,
en función de una voluntad política explícita que establezca el escenario de aprove-
chamiento de los ecosistemas agropecuarios con base en la definición de criterios y
parámetros de calidad ambiental y de condiciones de vida para las personas.
1~ SAC.op.cil,
736
Capítulo X
EL MARCO INSTITUCIONAL
DE LAS POLITICAS AGROPECUARIAS
INTRODUCCION
737
coherencia tanto a la fonnulación de la polftica como al logro de un mayor equilibrio
entre sectores, distorsionando los objetivos de una mayor equidad entre los grupos
sociales rurales y entre las regiones. ;:
A. LA CAPACIDAD DE COORDlNACION
738
el conjunto de las instituciones estatales; en consecuencia, la definición y ejecución
coherentes de las políticas sectoriales comporta la necesidad de establecer un fluido
sistema de relaciones entre el Ministerio y sus entidades nacionales adscritas, que se
designa aquí como coordinación intrasectorial, y entre éstas en el nivel regional a
efectos de que se preserve en cada región la coherencia de los objetivos de la
política; a ello se alude aquí como la coordinación regional.
Adicionalmente, sobre las áreas rurales convergen diversas acciones del Estado
ejecutadas por instituciones diferentes a las del sector Agropecuario, pero que se
intersectan con la actividad productiva y con los objetivos de política, como es el
caso de la infraestructura vial o de muchos componentes del gasto social. Así
mismo, existen objetivos de desarrollo en los cuales es decisiva la contribución del
sector, pero en los cuales convergen diversas instancias del Estado, como es el caso
del desarrollo agroindustrial o la seguridad alimentaria.
739
Sobre la base de ese diagnóstico, que en resumen enfatiza la falta de especialización
y carencias en la coordinación como las principales causas de la ineficiencia y las
incoherencias en la formulación y ejecución de la política sectorial, y dentro del
presupuesto de que una adecuada organización institucional es condición necesaria
pero no suficiente para un diseño apropiado de la polltica económica, en lo que sigue
se resalta la necesidad de proseguir especializando a las entidades en las tareas que le
son propias, y como complemento de ello, de continuar fortaleciendo los mecanis·
mos de coordinación.
Dicho de otra manera, se juzga que para evitar duplicidades, obtener economías de
escala en el desarrollo de ciertas labores, y elevar la eficiencia en el uso de los
recursos humanos y financieros, es necesaria la especialización de las entidades; sin
embargo, esta misma exige perfeccionar los mecanismos de coordinación.
1. Coordinación Intersectorial
A partir del Decreto 133 de 1976 la función fundamental del Ministerio de Agricul-
tura ha sido la adopción de la política en materia agropecuaria, y la relativa al
aprovechamiento de los recursos naturales, para lo cual debería elaborar los progra-
mas globales de producción, financiamiento y distribución de los productos agrope-
cuarios, y coordinar y evaluar su ejecución. Ese sólo enunciado obliga al Ministerio
a intervenir en campos como la producción, generación y transferencia de tecnolo-
gía, política de precios (de bienes finales e insumos), importaciones, exportaciones,
crédito, comercialización, adecuación y distribución de tierras, etc.
740
1.1. Relación entre Funciones Institucionales e Instrumentos de Política
Macroeconómica
De igual manera, hasta la expedición del Decreto Ley 501 de 1989, estatuto por
medio del cual se reestructuró el Ministerio de Agricultura, éste había carecido de
una estructura organizativa de carácter permanente que le permitiera prever las
implicaciones de la política general de importaciones, o el efecto de la poIftica de
exportaciones (yen especial de los estímulos no cambiarios), sobre el crecimiento
del sector.
741
Un aspecto en el cual también se ha reflejado dicha debilidad institucional, es en la
escasa coordinación entre el Ministerio y la Unidad de Estudios Agropecuarios del
DNP, que se pone de manifiesto en los documentos que se preparan con destino al
CONPES, donde de nuevo escasamente participa orgánicamente el Ministerio, pero
donde puede ser elevada la intervención del viceministro y el ministro, en ocasiones
sin que estos funcionarios cuenten ni con el tiempo ni con los elementos técnicos y
analíticos para evaluar las implicaciones de las distintas alternativas. La trascenden-
cia de esa falta de coordinación se pone de presente cuando se observa que la Unidad
de Estudios Agropecuarios del DNP desempefla la Secretaría Técnica del CONPES
en asuntos agropecuarios, define el presupuesto de las entidades y de los programas
del sector, y elabora los planes indicativos sectoriales.
Así las cosas, mecanismos esenciales para la política agropecuaria se han definido y
aplicado -muchas veces sin la debida coherencia- en instancias gubernamentales
distintas del Ministerio de Agricultura, especialmente en el DNP, en la Junta
Monetaria, el Consejo Directivo de Comercio Exterior y el Consejo de Política
Aduanera. Por cuanto la política agropecuaria no constituye el objetivo central de
tales organismos, no toma lugar alli la debida consideración sobre los efectos de
largo plazo en el sector Agropecuario, y en consecuencia la política agropecuaria
final y efectivamente aplicada ha tendido a carecer de carácter permanente y elevada
coherencia; por el contrario, usualmente ella ha terminado siendo corto placista,
coyuntural y relativamente aleatoria, lo cual resulta especialmente critico en un
sector de elevados riesgos climatológicos y de mercadeo, dada la estacionalidad de
la producción, la precaria infraestructura de comercialización y la baja elasticidad
precio de la demanda.
\ ; De acuerdo con lo anterior, un acierto notorio del Decreto Ley 501 de 1989 fue
\\ establecer que sería función del Ministerio de Agricultura participar en la definición
de la política macro- económica y en la elaboración del Plan Nacional de Desarrollo,
condición necesaria para corregir la desarticulación que hasta la fecha ha existido en
campo de tan hondas repercusiones para el desanullo del sector Agropecuario.
742
de lograr el crecimiento económico y el bienestar social de los sectores agropecuario
e ictiológico". Esto constituye, evidentemente, un progreso en la dirección sefialada;
no obstante, resulta pertinente subrayar que la aplicación real y efectiva de este
instrumento institucional depende de dos condiciones ulteriores: por un lado, un
esfuerzo continuado para que la problemática acerca del contexto macroeconómico
y sus implicaciones no quede simplemente como la preocupación personal de un
ministro, sino que constituya una actividad permanente hacia el futuro; y por otro
lado, que dentro de la Subdirección de Análisis de Polftica Económica Sectorial,
responsable básica de esta función de acuerdo con la estructura institucional definida
por el Decreto 501, logren asignarse los recursos adecuados y definirse con sufi-
ciente precisión las responsabilidades correspondientes.
Además, en vez de que sea una de sus oficinas (OPSA) la que defina los programas.
y proyectos específicos del sector, con sujeción a las pautas sefialadas por el DNP, a
partir del Decreto 501 corresponde al Ministerio "definir la política sectorial con
sujeción al Plan Nacional de Desarrollo".
Lo anterior, junto con la coordinación que según el nuevo estatuto debe mantener
con otras entidades del sector público para la ejecución de las acciones necesarias
para garantizar el cumplimiento de los planes y programas de los sectores agrope-
cuarios e ictiológico, deberá repercutir favorablemente sobre el rol que cumple el
Ministerio, en especial si se entiende que tales planes no necesariamente habrán de
referirse sólo a los aspectos de producción, financiamiento y distribución, como se
consagraba en el Decreto 133 de 1976.
/43
necesarias para llevar a cabo las políticas fonnuladas en las regiones. En estos
campos. la función del Ministerio se reducía a recomendar a los organismos com-
petentes del Estado las medidas aconsejables para el fomento de la producción y
distribución de productos agropecuarios; como sé verá más adelante. cuando se trate
lo referente a la coordinación regional. las innovaciones instititucionales del Decreto
501 subsanaron en gran medida este vacío.
No obstante. son claras las ventajas del desarrollo agroindustrial desde los puntos de
vista de: el incremento en los ingresos per-cápita rurales; 1& difusión tecnológica en
el sector Agropecuario; el aumento en el uso del trabajo calificado y no agrícola en el
sector rural. con una mayor difusión de los elementos culturales y sociales de la
vidad urbana; un mayor desarrollo de la estructura física rural; la reducción de
pérdidas post-cosecha; y la estabilización de precios e ingresos. todo lo cual reper-
cute positivamente sobre la eficiencia y la productividad; y aún desde el punto de
vista de las perspectivas de una mayor dinámica y participación en el comercio
exterior.
Los primeros pasos en tal dirección podrían iniciarse dentro de la estructura esta-
blecida por el decreto ley 501. através de la especialización de una sección como
unidad mínima responsable de tales funciones. dentro de la Dirección General de
Producción o la Dirección General de Comercialización. que cuentan con Divisio-
nes a las cuales el mencionado Decreto Ley les asigna funciones afines a esta
problemática; del mismo modo. en el desarrollo del Artículo 123 del mismo Decreto
el Ministerio de Agricultura podría organizar con carácter permanente o temporal un
744
Comité Nacional de Problemas y Políticas Agroindustriales, cuya ausencia resalta
dentro del conjunto de los organismos colegiados permanentes que dejó establecidos
aquel Decreto Ley.
2. Coordinación Interinstitucional
745
últimas. han tenido en lo fundamental tres expresiones institucionales: el Comité de
Coordinación Ejecutiva; la participación del Ministro o sus delegados en las Juntas
Directivas de las entidades adscritas o vinculadas. y el Consejo Asesor de la Política
Agropecuaria.
Por otra parte, aunque los comités son instrumentos adecuados e indispensables para
la coordinación institucional, debe tenerse presente que, pierden su efectividad. caen
en el,formalismo y contribuyen muchas veces a complicar en vez de resolver los
problemas de coordinación, sin unas condiciones básicas de apoyo técnico suficien-
te y permanente, reflejado en las funciones, responsabilidades y actividades cotidia-
nas de unidades administrativas claramente definidas. En este sentido, la concepción
impulsada por el Decreto Ley 133 de 1976, que buscó resolver la compleja proble-
mática de coordinación a través de la proliferación formal de consejos, comités y
comisiones, hasta el punto de que el Ministerio llegó a tener 107 de ellos, pudo haber
sido formalista y deficiente.
El otro mecanismo que, implícitamente, puede servir para coordinar las acciones de
política son las Juntas Directivas de las entidades adscritas o vinculadas. Desafortu-
nadamente la planeación del trabajo de estos órganos de dirección ha dejado mucho
que desear, puesto que no han existido canales de comunicación adecuados para que
el Ministerio haga llegar sus iniciativas a las Juntas, y tampoco para que las
746
decisiones que allí se adopten sean conocidas, asimiladas y cuando sea del caso
coordinadas por el Ministerio. Esta incomunicación, además del recargo de las
agendas de las Juntas Directivas, de la urgencia con que deben resolver muchos
problemas, y usualmente de la inexistencia de documentación previa a las sesiones,
hace que las decisiones adoptadas en las Juntas no hayan respondido, en la mayoría
de los casos, a un trabajo previamente elaborado por los técnicos del Ministerio. Si a
ello se suma la escasa disponibilidad de personal en quien delegar la asistencia a las
juntas, con la excepción del Viceministro y el Secretario General, se concluye que
éstas han sido organismos poco aptos para servir de mecanismo de coordinación y
transferencia de instrucciones a las entidades; lo cual no quiere decir que el ministro
no pueda ejercer liderazgo en ellas pero lo que nuevamente se pone de presente es la
dicotomía entre Ministerio y ministro en el logro de acciones de coordinación.
En ocasiones, esta situación ha sido agravada por la ausencia o falta de nitidez de una
relación jerárquica institucionalizada entre el Ministerio y las entidades adscritas y
vinculadas; y es que, aunque dicha relación está formalmente precisada, algunas
veces la dirección de las entidades puede eludir de hecho la orientación y controles
del Ministerio, es decir, el ejercicio efectivo de la tutela administrativa, a través del
complejo tejido de las relaciones políticas e incluso en algunos casos de las perso-
nales. En síntesis, todos estos elementos contribuyen a debilitar los canales de
transmisión que deben existir entre el Ministerio y las entidades sometidas legal-
mente a su tutela.
747
dirección. la evaluación y el control por parte del Ministerio. y la debida correspon-
dencia por parte de las entidades. requiere un fortalecimiento y mejoramiento de
estatus de la planeación en estas últimas.
b. Por lo tanto. incapacidad para preparar. con sujeción a las pautas seílaladas por el
DNP. los programas y proyectos específicos del sector. y más aún para
coordinarlos. evaluarlos y proponer los reajustes necesarios;
748
e. Carencia de manuales que establezcan las distintas funciones;
Si eso ha acontecido en lo que tiene que ver con los procesos de carácter técnico,
peores aún han sido las carencias en materia administrativa, debido a la inexistencia
de criterios objetivos para la selección y entrenamiento del personal, de procesos
para el manejo de las órdenes y comunicaciones internas, para el establecimiento y
archivo de una memoria institucional y, especialmente a la falta de apoyo logístico
de las áreas administrativas a las áreas técnicas en virtud de escasez de presupuesto.
749
entidades adscritas y vinculadas deben presentar sus programas operativos y sus
presupuestos; los requerimientos presupuestales y el programa de inversión pública
sectorial; la posición a adoptar sobre la definición de la política macroeconómica; y
en general todo lo relativo al cumplimiento de los programas, planes y metas que se
le asignan a las entidades.
De otra parte, al establecer una clara jerarquía entre las DireCciones Generales, las
Subdirecciones y las Divisiones, es de esperarse que se conformen claramente los
niveles de decisión, mando y operación, y que por ende que sea posible retomar la
orientación del trabajo colectivo y establecer una alta motivación acerca del papel
institucional del Ministerio. En la medida en que eIJo sea así, podrían funcionar los
otros Comités y Consejos de Coordinación que crea o reafinna el Decreto Ley 501,
como son los de Coordinación Ejecutiva, Seguridad Alimentaria, Planificación
Agropecuaria, Comunicaciones, Estadísticas Agropecuarias, Transferencia de Tec-
nología y Secretarías Departamentales de Agricultura.
750
501 de 1989 es más preciso en este sentido, pues, manteniendo la figura de la
delegación, establece como primera función del Ministro la de "ejercer el control
de tutela directamente y a través de las Direcciones Generales"; y también
determina como una de las funciones de la Dirección General de Comercialización,
de la Dirección General de Planificación y de la Dirección General de Producción,
la de "ejercer por delegación del Ministro el control de tutela sobre las entidades
adscritas y vinculadas";
d. Por consiguiente, mayor control efectivo sobre las entidades subordinadas, sus
programas y sus ejecuciones; y,
751
e. Mayor probabilidad de un uso efectivo de su potencial técnico, institucional e
informativo, que debería aumentar la influencia y eficiencia del Ministerio de
Agricultura.
Dentro de este proceso, las principales entidades adscritas, al igual que el Ministerio,
han sido sometidas a un proceso de reorganización institucional tendiente a su
modernización; no obstante, en el caso de aquellas aún es posible incrementar su
nivel de especialización, eliminando algunas duplicidades para lograr una mayor
eficiencia en la utilización de sus limitados recursos, a través de una redefmición y
redistribución global de sus funciones, como se verá más adelante.
De otro lado, y para finalizar, cabe señalar que no obstante las mejoras anotadas en la
normatividad institucional, el cambio institucional del Ministerio, al implicar una
nueva mentalidad, será un proceso lento y sólo será posible en la medida en que: a.
en la necesaria reestructuración y optimización de la planta de personal del Minis-
terio primen consideraciones de orden profesional; b. en tanto las escalas salariales
resulten competitivas; y, c. se dote al Ministerio de los equipos y demás apoyos
logísticos indispensables para el desempeño de sus nuevas tareas. Hasta qué punto
será posible semejante labor de modernización, frente a las serias limitaciones
fiscales que afronta el Gobierno Nacional, es algo que dependerá de que la reforma
no se quede sólo en la letra de la ley.
3. Coordinación Regional
753
venía impulsando desde hace algunos afios, que se han concretado en la creación de
los Consejos Asesores Regionales, de los Fondos Rotatorios Regionales, en una
descentralización contable y financiera, y en una reestructuración de las diez regio-
nales del Instituto, con el objeto de garantizar una mayor participación regional en la
orientación y en las decisiones de la entidad, tratando de adecuarse de esa manera a
las caracteósticas específicas que presenta cada una de las regiones a las cuales debe
atender.
En el caso del Desarrollo Rural Integrado, y las funciones atinentes a los recursos
naturales y el medio ambiente, el problema parece más difícil. En efecto, de acuerdo
con las disposiciones del Decreto Ley SOl de 1989, las funciones de dirección
política y de coordinación del desarrollo rural integrado, a nivel del sector Agrope-
cuario, pasan a corresponder al Ministerio de Agricultura, dejando al DRI como una
entidad básicamente ejecutora. Por otra parte, el Decreto 0077 de 1987, que asigna a
los municipios un papel de liderazgo en las acciones de desarrollo rural integrado,
concebía como coordinador de estas acciones al DRI, en su calidad de estable-
cimiento público adscrito al Ministerio de Agricultura; esto dentro de un contexto
agravado por el hecho de que la coordinación de acciones, programas y entidades
para el desarrollo rural integrado desbordan los límites sectoriales, involucrando
entidades que en la práctica quedan por fuera y algunas veces por encima de la tutela
de una entidad como el DRI, concebida como establecimiento público adscrito a un
Ministerio.
754
las comunidades de usuarios, puede ser realmente valiosa para el disefio de estrate-
gias futuras.
En síntesis, puede concluirse, obviamente dentro del presupuesto de que una ade-
cuada organización institucional es una condición necesaria pero no suficiente para
la adecuada coordinación regional, que las respuestas institucionales ofrecidas por la
legislación vigente parecen relativamente adecuadas en términos: del Ministerio de
Agricultura como cabeza del sector; de la investigación y transferencia de tecnolo-
gía, en torno de las transformaciones que están ocurriendo y ocurrirán en el ICA; de
los instrumentos y políticas de comercialización, abastecimiento y precios, alrede-
dor de las transformaciones que también han tomado y siguen tomando lugar dentro
del IDEMA; y de las transformaciones en la estructura interna del INCORA y el
HIMAT. Por otro lado, se requieren mayores esfuerzos para que el sistema institu-
cional de crédito agropecuario pueda llegar, efectivamente, a los pequefios produc-
tores y a las zonas más deprimidas y apartadas del país; y finalmente, parecen
755
requerirse unas definiciones más radicales y globales en ténninos del DRI como
institución, y del Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables, INDE-
RENA.
Tal dispersión de funciones, con recursos limitados, conduce a reducir las facilida-
des logísticas para la investigación ya constituir un ambiente poco propicio para la
excelencia investigativa, lo cual, junto con escalas y niveles salariales inadecuados,
llevan a los mejores recursos humanos a emigrar, o a reducir su productividad por
falta de estímulos en el proceso de trabajo.
756
En síntesis, la problemática institucional del ICA, en el terreno de objetivos y
funciones institucionales, se ha desplegado, hasta ahora, por lo menos en 4 niveles:
a. Dispersión de funciones;
Por el lado del manejo y administración de los recursos naturales renovables y del
ambiente, que constituye una de las expresiones de la forma de uso de la tecnología,
participan, además del INDERENA, 8 Ministerios, el Departamento Nacional de
Planeación y el de Intendencias y Comisarías (DAINCO), cada uno de los cuales
tiene unidades con funciones y/o acciones relacionadas con los recursos naturales
renovables y el ambiente, constituyendo éste el confuso medio institucional en el
cual se enmarca el INDERENA.
Más recientemente, el Decreto Ley 501 de 1989 asignó al INDERENA las funciones
adicionales de "desarrollar los procesos de investigación básica y aplicada, así como
estudios especiales para la administración, protección, conservación y desarrollo de
los recursos naturales renovables y del ambiente", y creó dentro del Ministerio de
Agricultura una División especializada en este campo; asimismo, el Instituto está
siendo objeto de una reestructuración global, que busca incrementar su efectividad y
757
eficiencia. No obstante sus ventajas, estos cambios parecen insuficientes para la
solución global del manejo de los recursos naturales, como se indicó arriba.
Desde sus inicios la reforma agraria ha sido concebida en forma integral. recono-
ciendo que el mero acceso a la tierra no es suficiente para mejorar la condición
económica. social y política del campesino sin tierra; pero, pese a la pertinencia de
dicha concepción, no fueron establecidos desde un comienzo mecanismos institu-
cionales que garantizaran su aplicación.
758
ces del Ministerio de Agricultura y las estrategias, planes y proyectos definidos para
el sector por el CONPES, 10 cual quedó complementado con el Decreto 2175 de
1989, que mejora la estructura orgánica de la entidad para el logro de tales objetivos,
a través del fortalecimiento de sus mecanismos de planificación, especialización en
su objetivo básico, y coordinación en los diversos niveles que demandan sus tareas.
En cuanto a la adecuación de tierras, la orientación del HIMAT hasta 1987 fue hacia
la gran irrigación. con sus beneficios concentrados fundamentalmente en grandes y
medianos propietarios. mediante transferencias de subsidios generados en la cons-
trucción y mantenimiento de dichas obras. asociadas a una baja recuperación de los
costos de construcción. administración y conservación de los distritos. con base en
las tarifas cobradas por los servicios. Por otra parte. hasta la expedición del Decreto
1491 de 1989. reformatorio de la estructura orgánica del Instituto. eran notables
algunas deficiencias para el desarrollo y manejo de las obras de la pequeña irriga-
ción. pese a su crecimiento reciente y sus perspectivas futuras. que se hacían más
crfticas al considerar las polfticas adoptadas por el gobierno desde 1987. que
volcaron el énfasis spbre las obras de pequeña irrigación. orientadas a productores
marginales localizados especialmente en zonas de ladera. y establecieron para los
nuevos proyectos de gran irrigación. estrictas consideraciones de rentabilidad fin-
anciera y económica. De la misma manera. el decreto mencionado fortaleció la
estructura de la entidad para mejorar la eficiencia en la recuperación de las inver-
siones. especialmente en proyectos de beneficio directo para los grandes y medianos
propietarios. y para alcanzar mayores grados de coordinación con otras entidades.
sobre todo a nivel regional.
759
riores, y en su manejo contable, financiero y administrativo, condujeron a una
profundización de la crisis, al punto de que la situación llegó a amenazar con una
paralización de sus actividades. De este modo el Gobierno Nacional se vio precisado
a una nueva y completa refinanciación del IDEMA, a través de la cual asumió su
deuda externa con los correspondientes costos financieros, (US$215 millones),
medida que quedó consagrada en la Ley 18 de 1985; claro está que la refinanciación
quedó condicionada a determinadas medidas que reforzaron la naturaleza y los
objetivos previstos en la reforma de 1976. En particular, la Ley 18 estableció
provisiones para evitar el desvío de fondos, impedir el establecimiento de subsidios
sin la autorización legal de las instancias competentes, la destinación ordenada en el
presupuesto nacional de las partidas requeridas para dicho objeto, un seguimiento y
evaluación más estrictos por parte del Congreso y el Gobierno Nacionales, y una
reestructuración a fondo, de carácter organizacional, administrativo, financiero y
contable del Instituto. Estas medidas condujeron a resultados nuevos: se implemen-
taron las reformas previstas, junto a una racionalización de la planta de personal, y se
buscaron una mayor especialización interna de funciones, una mayor descentraliza-
ción de las decisiones, y unos mejores niveles de eficiencia. Libre del lastre finan-
ciero de la deuda, en 1986 el Instituto redujo las pérdidas casi en un 90%, y hasta
1989 generó sustanciales utilidades.
Cabe resaltar, dentro de estas nuevas circunstancias, el apego a las pautas sefialadas
por la Ley 18 de 1985, un nuevo énfasis en las políticas de precios, que han sido
objeto de un debate nacional; y los programas encaminados a dejar en manos de
organizaciones comunitarias, cooperativas o gremiales, allí donde es posible, algu-
nas funciones que estas entidades pueden desarrollar de una manera más adecuada y
eficiente, y que siempre han constituido una carga muy onerosa para la Institución.
760
Otra función importante enfatizada por el Decreto Ley 501, aunque contemplada
previamente en los Estatutos de la entidad, es el otorgamiento de créditos en dinero
a las cooperativas; no constituye esto, ciertamente, una contribución a la mayor
especialización institucional y a la eliminación de duplicidades, en la medida en que
tales funciones crediticias bien pueden ser cumplidas por otros organismos espe-
cializados para tales propósitos dentro del sector Agropecuario.
También cabe destacar, atendiendo a los énfasis del Decreto Ley 501 en las activi-
dades de planeación de las entidades adscritas y vinculadas al Ministerio de Agri-
cultura, y en las requeridas unidades operativas para esta función, la reestructuración
orgánica del Instituto, de la cual se espera, por otra parte, una mejor especialización
interna de funciones, y mayores responsabilidades y capacidad de coordinación
regionales, en línea con las políticas de descentralización, tal como se indicó
anteriormente.
761
servicios sociales básicos; pero el incremento en las inversiones sociales no ha
estado siempre acompañado de una buena coordinación con otros ministerios y
organismos especializados en servicios complementarios. A pesar de logros pun-
tuales en el mejoramiento de la calidad de vida, el DRI no ha posibilitado una opción
distinta de desarrollo para los campesinos; vale la pena, sin embargo, resaltar como
un logro positivo el haber institucionalizado la participación de los agricultores en
los diversos niveles de decisión de la entidad. De otro lado, no ha existido cohe-
rencia y coordinación entre la polftica macroeconómica y sectorial y la polftica
campesina, más, como se ha indicado anteriormente, el Decreto Ley 501 de 1989
tiene como objetivo, entre otros, el buscar una mayor coherencia entre la política
macroeconómica y la sectorial, y fortalecer los mecanismos de coordinación al
interior del sector. Se espera que esto permita, eventualmente, superar las carencias
señaladas.
762
y cada uno de los organismos ejecutores debe responder ante los bancos por el
destino que da a los dineros gastados; eslC "triángulo" ha entorpecido el manejo de
los créditos externos. afectando su ejecución. Por otra parte. los bancos multilatera-
les han mostrado una gran inflexibilidad para acomodarse a las características
propias y cambiantes de cada región y entidad ejecutora.
En general, el otorgamiento de los créditos está regido por las disposiciones que
dicta la Junta Monetaria y por las regulaciones instrumentales que desarrollan el
Banco de la República, el Instituto Colombiano Agropecuario (lCA) yel Instituto de
los Recursos Naturales Renovables (INDERENA), institutos estos últimos que
regulan lo relativo a la asistencia técnica, y al manejo y conservación de los recursos
naturales. De otro lado, el Ministerio de Agricultura interviene fijando los progra-
mas que pueden ser objeto de financiación y determinando otras orientaciones sobre
el crédito, con un rol de carácter poco trascendente .
. Esto último es así por la multitud de funciones que, ejerce la Junta Monetaria en
cuanto a la asignación del crédito en general, y también porque los Decretos
763
Reglamentarios de la Ley 5a. de 1973, especialmente el Decreto 1562 de 1973,
Anículo 22, despojaron al Ministerio de Agricultura de las funciones básicas de
determinar las actividades a que pueden destinarse los recursos de la Ley 5a., su
distribución entre las distintas actividades agrícolas y pecuarias, el área financiable,
y el monto de los créditos por unidad de producción, factores que son todos claves
para la orientación de la polftica crediticia, y que vinieron a quedar funcionalmente
en poder de la Junta Monetaria y efectivamente manejados por el Banco de la
República.
764
(
\
Con este fin se procederá, en primer lugar, hacer una presentación muy sintética
sobre los límites de la intervención estatal, los tipos de conflictos que usualmente
enfrentan a las fuerzas económicas entre sí y con el Estado, la función de los partidos
en estos conflictos, y los mecanismos de concertación; y a continuación se describirá
765
por separado a los gremios, las organizaciones campesinas y los partidos políticos,
haciendo énfasis ~n su naturaleza, sus formas de organización y el alcance o la
eficacia de su acción reivindicativa o p o l í t i c a . ,
Dado que el universo afectado por las polfticas agropecuarias es muy amplio, tanto a
nivel macroeconómico como a escala sectorial se ha optado metodológicamente por
tratar de obtener indicios más claros sobre el tipo de actuación práctica de los tres
tipos de agrupaciones mencionadas, así como sobre su efectividad, mediante tres
estudios de caso: la política de reforma agraria, la política sectorial de crédito, y
finalmente un caso regional de ejecución de políticas en el departamento del Tolima.
766
grandes gremios especializados (FEDEARROZ, FEDEGAN, etc.), y las grandes
asociaciones representativas de los campesinos (ANUC)2;
b) Entre clases y grupos sociales por los derechos de propiedad de los factores
de producción y la asignación de los recursos: El conflicto típico de este género se
da entre terratenientes y campesinos alrededor de las políticas de reforma agraria;
pero también se presenta en la asignación del crédito (volúmenes, modalidades y
tasas de interéS) y en la transferencia de tecnología. La personería de estos conflictos
es asumida por las organizaciones más ampliamente representativas de uno u otro
sector, y concitan al mismo tiempo la intervención de los partidos.
Como regla general, los conflictos mencionados deberían ser examinados a la luz de
objetivos que convengan al interés de la nación, y a la luz de los planes y programas
de desarrollo económico y social. Estos objetivos y planes deberían reflejar y
apoyarse en la voluntad política de estos; sin embargo, en Colombia y desde el
período del Frente Nacional, los partidos han perdido capacidad para representar
intereses sociales', por varias razones.
Véanse. como ilustración. las opiniones de los presidentes de la SAC y FEDEGAN expresadas en la Comision
ID de la Cámara durante las sesiones extraordinarias de junio de 1988, Recopiladas en: Guillenno Alberto
González Mosquera. Para que el Estado vuelva al Agro, Pondo de publicaciones de la Cámara de Represen-
tantes, Bogotá, 1988.
Un caso bastante ejemplarizante 10 constiwye la política de precios de sustentación y de importación de
alimentos en J 987, evaluada por la Conlra)oría General de la República "Infonne Financiero", enero de 1989.
Posterionnente la Contrataría comentó los efecLOs del conflicto intergremial que se suscitó a raíz de esta
política, en la Revista &onomia Colombiano. "La Política Agropecuaria", EdiLOrial de los Nos. 217-218,
mayo y junio de 1989, pp. 4-7).
Sobre este punto, así como sobre las mutuas relaciones e interacciones entre panidos, gremios y Estado hay
interesanles sugerencias en Jos ensayos conlenldos en La De.mocracUJ en Blanco y Negro: Colombia en los
Años Ochentas. Patricia Vásquez de Urrulia, compiladora. Ediciones UNIANDES-CEREC. Bogotá, 1989.
767
sia" partidista, sin incidencia institucional, y sin posibilidades de comprometer la
representación parlamentaria.
4. Mecanismos de Concertación
Veáse. por ejemplo, M. Urrutia, Gremios, Po/{úca EccnónUca y Democracia. Fondo Cultural Cafetero!
Fedesarrollo, Bogotá, 1983. Capítulo 1, pp. 15-31. G8.I)' I-Ioskín y Javier Torres, "El Pluralismo y el desajuste
de la Democracia Colombiana" y Rubén Sánchez y Dora Rothlisberger,"Forrnas de Organización, Represen-
tación y Participación Política de los Gremios" en Patricia ViÍsquez de Urruua (compiladora), op. cil. pp 82·
90.
Véase Sánchez y Rothlisberger, p.82, y Urrutia. p.16, en Patricia Vásquez de: Urrutia, op. cit.
Véase "Evolución de las fonnas de intervención del Estado en la Economía en América Latina: El Caso
Colombiano". Edgar Revéiz, en El EsllUio y el Desarrollo, CEDE, Universidad de los Andes, Bogotá, 1981.
Véase al respecto: "Mi Estilo Presidencial", Carlos Ueras Restrepo. El Tiempo, diciembre 22, 1980. "La
Concertación y los Fueros Presidenciales", Julio César Turbay Ayala, Selecció" de Obras, Cámara de
Representantes, pp. 501-504, Bogotá,1988. "La Economía Concenada", AUonso López Michelsen, en:
TeSlimonioFina/, Presidencia de la República, Secretaria de Información y Prensa, Bogotá, 1978, pp. 73-77.
"El Liberalismo y el Proceso Político Reciente, Integración y Autonomía para los Dos Sectores", Virgilio
Barco Vargas, en: Hacia una Colombia Nueva, Editorial La Oveja Negra, Bogotá, 1986, pp. 63 Y 123.
768
función del interés público. En especial las administraciones liberales (Lleras,
López, Turbay y Barco) han considerado a las asociaciones de interés privado
meramente como fuentes de consulta y compaflía para trabajar conjuntamente en la
elaboración de planes indicativos en determinadas ramas. Ejemplo reciente de esta
orientación lo constituye el "Plan de Fomento Arrocero 1988-1990", cuya imple-
mentación y desarrollo ha conservado una armónica y exitosa cooperación entre
sectores público y privado.
La Ley también prevé las formas de participación del gobierno, del sector político y
de las asociaciones gremiales en los Consejos Departamentales de Planeación,
El tipo de relación enlrC Estado y organización campesina promovida "desde arriba" ha sido objeto de
numerosas discusiones y críticas; sobre este punto ver, por ejemplo: "Movimientos Campesinos en Colombia:
El caso de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos", Bruce Baglcy y Fernando Botero Zea,
Documento de trabajo, Departamento de Ciencia Política, Universidad de los Andes (s.f.). Producción
Arrocera y Clienlelismo. Jorge Valenzuela RamÍrez. Edit. Cinep, Bogotá, 1978, Capítulo Y, pp. 59-67.
ciienJelismo y Dominio de Clase. Néslor Miranda Ontlllleda, Ed. Cinep, Bogotá 1977, pp.30-31.
" Gary Hoskin y Javier Torres, en Patricia Yásquez de Urrutia, op. cit., p. 25.
769
nonnas que posterionnente fueron incorporadas al Código de Régimen Departa-
mental (Decreto 1222 de 1986); sin embargo, estos mecanismos no han operado a
nivel nacional, por la dificultad insuperable con que han tropezado en el Congreso
para confonnar la Comisión Pennanente del Plan (Anículo 80 de la Constitución), y
porque el Gobierno no ha desarrollado ciertas reglamentaciones indispensables.
Como una evidencia de que este problema está relacionado con un conflicto tipicamente intersectorial. pueden
" examinarse tanto las opiniones del presidente de la Asociación BanCMia. -que expres6 reSeIV8S sobre F11lBlro,.
considerándolo COl110 un retroceso en el proceso de desmontar las inversiones forzosas- como las de la SACo
en 10 tocante a la exagerada elevación de las tasas -de interés,
770
lo tanto su resolución debe darse en el marco de las comisiones previstas para la
elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, de inoperancia ya registrada.
B. EL PAPEL DE WS GREMIOS
1. Tipos de Gremios
Los gremios económicos, definidos como grupos de interés organizados que ejercen
presión sobre el Estado en la toma de decisiones, buscan en primer lugar el beneficio
de sus asociados, y en segundo lugar defender una determinada forma de organiza-
ción social.
Los gremios colombianos -más de 200, cada vez más especializados- se organizan
alrededor de factores que van desde el gremio especializado en un producto hasta
sectores económicos enteros; no se limitan a actividades productivas, financieras o
comerciales, sino también se organizan alrededor de los medios de comunicación
por intereses profesionales, etc.
Los gremios colombianos se pueden dividir en dos grupos: a). especializados; y b).
grandes; los primeros cumplen generalmente funciones de prestación de servicios
dentro del marco de la asistencia técnica para la producción, suministro de insumos,
conformación de cooperativas, capacitación, venta de maquinaria y equipos, y
asistencia en investigación y estudios de mercado.
La presión que ejercen sobre el Estado se concentra sobre todo en aspectos puntuales
que los afectan: 1) precios internos (y de sustentación, cuando existen) y costos de
producción; 2) cupos y acceso oportuno a créditos; 3) estímulos a la exportación o
protección de sus mercados; 4) mejoramiento de los canales de comercialización y
de la asistencia técnica; y 5) apoyo gubernamental al fortalecimiento del gremio
mismo, a través de un tributo sobre sus actividades, o mediante ayuda presupuestal
directa.
En Colombia los gremios del sector agropecuario son bastante activos y dirigen sus
esfuerzos sobre las tres ramas del poder y los medios de comunicación.
771
CUADRO No. 10.1 '~
• , • • , 7
GREMIO TIPO! EXPORT. INVESTIG. PRESE.t~CIA COBERTL"R POLlTlCAS SEDE FECHAS NOTAS
ASESORIA CONSTo
CAPACIT.
GRANDES GREMIOS
SAC X MinBgricultura Nacional MacTOe:Co, ... 1871 Gremio ru. ""mioa
Mimlesarrollo
Mintnlbajo
Minsalud
norn[a,Ió8C'
toria! y
macropo..
,...
-1814 ogremioo:de2do.
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En¡eneraJ,
el Estado
FEDECAffi X X Congreso Am. CaucB Macroeco- 1921 Realizaolnsde
NaJ.Caf/
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Tol., Valle
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Comi~Nal. HuJlll,Sant. lítica QOUI\IIIitarta, salud
Cafeteros Nar., Cesar coopemivas. etc.
Boy., Masd .•
Metll,Caquett
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fEDEGAN X X MinagricullUra
Mindesarrollo
Nacional :Macrooco-
mi'
... 1963
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lítica
GR&\1]OS ESPECIALIZADOS
ANALAC X Com~NaI. ComitéBoy. Producción B.,
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1'"
de la Lech: Cord. Boliv, precios, co_
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Cesar, Guaj.
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FEDEI\RROZ X X Minagricullur..
Mindesarroll"
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... 1947 Comr,\rcializa maq
naria y equipos
merciaüzaci6n
e tnSWllOI
foEDECACAO X X Fondo Nal. c.:ao N""ional ProdUCl;ión ,"- 1962 Comercializa mac¡
..
Minaviculturn preCIOS, co·
Mindesarrcllo mercialiuci6n
..
Caldas, CauC<o mercialización
FEN'ALCE X Minagricuhur.a
FondtJNaI.
T"lima
Nacional Prcduedón,
pre<:¡os, ce-
... 1960
Ct:realislll. rrnm:ia.lizaciÓll
mEMA
772
Ante el Ejecutivo se dirigen mediante críticas, emplazamientos o sugerencias; sobre
el Legislativo inducen, negocian o presionan reformas a los proyectos que los
afectan; el Judicial es presionado con demandas ante la Corte Suprema de Justicia o
el Consejo de Estado sobre la legalidad o constitucionalidad de proyectos, leyes y
reformas constitucionales; y finalmente, los gremios también se expresan a través de
los medios de comunicación, para hacer presencia en la opinión e influir en el
espíritu colectivo del Congreso y del Gobierno.
El éxito o fracaso del esfuerzo de los gremios depende de las coyunturas particulares .
en las que se negocia, de los nexos políticos existentes, de la habilidad de los
negociadores y de la sensibilidad colectiva sobre el tema. Como se verá más
adelante, los gremios tienen mayor influencia sobre los proyectos de Ley en el
Congreso que en las determinaciones macroccooomicas, tomadas en la cúspide del
sistema por organismos menos penneables como el Ministerio de Hacienda, el
Departamento Nacional de Planeación y el Banco de la República.
Vale la pena anotar que los gremios que tienen una sólida estructura técttica y
jurídica para hacer seguimiento de la labor estatal y debatirla, mantienen vínculos
con el Estado, pues existen fuertes nexos interinstitucionales entre quienes ejercen la
vocería de los gremios y quienes ocupan los más altos cargos del poder público. Es
Decididamente se ha dejado de lado el Plan Nacional de Rehabilitación -PNR- por ser un programa
f " originalmente con fmes políticos que sin duda conjuntamente en el DRl mtentan subsanar estas deficiencias.
773
tradicional en Colombia que unos y otros pasen con frecuencia de una posición a
otra, sin mayores restricciones y sin cuestionamientos de orden ético (incompatibi-
~~. ~
4. Estudios de Caso
Desde la creación del FFAP en 1973, el Fondo ha orientado el crédito hacia los
cultivos comerciales, mientras la Caja Agraria los dirige a los pequef\os agricultores.
Aunque el FFAP sea entonces posible escenario de los grandes gremios, su influen-
cia tiene limitaciones porque el volumen global anual de crédito se determina
básicamente por el producto de los recursos del Fondo en el afio respectivo (en
especial desde 1980 cuando se dejaron de asignar recursos de emisión al Fondo), y
porque las condiciones financieras promedio son determinadas por la Junta Mone-
taria dentro de un esquema nacional de política monetaria. Además, los canales de
influencia formal están limitados por la estructura del Consejo Asesor del Fondo.
774
Parece ser más clara la influencia que ejercen los gremios especializados en tres
aspectos: la distribución intrasectorial del crédito, la creación de líneas destinadas a
actividades especiales, y la consecución de refinandamiento para sectores específi-
cos.
La evolución del proceso de Reforma Agraria desde 1961 hasta la ley 30 de 1988
muestra claramente cómo los gobiernos han tenido una voluntad tímida para adel-
antar la redistribución de tierras. Los sectores opuestos al proceso ganaron conside-
rable espacio con las disposiciones referidas a la calificación de la adecuada explo-
tación de las tierras, con las posibilidades de prolongar indefinidamente los procesos
judiciales, y con las trabas administrativas a los peritazgos, que dificultaban en
forma extrema las soluciones a nivel local. En adición, el Gobierno destinó muy
pocos recursos a la adquisición de tierras.
Buena parte de las condiciones para redistribuir la tierra se hicieron más flexibles
con la Ley 30, que introdujo reformas a la calificación de tierras (sin lograr su
eliminación total) y redujo las instancias judiciales al Contencioso Administrativo;
igualmente la Ley facilita los procesos de adjudicación y titulación de baldíos, pero
es en el campo de los recursos donde se encuentra su gran logro: la creación de rentas
para destinarlas a la adquisición de tierrds.
775
Vale la pena anotar además que los gremios de propietarios liderados por la SAC
han mantenido su oposición a la afectación de tierras consideradas por ellos como
adecuadamente explotadas.
Este hecho se refleja en una organización de los gremios empresariales del sector
relativamente fuerte y diversificada. En efecto, existen seccionales importantes de
FEDEARROZ, de la Federación de Algodoneros y de FENALCE, a las que hay que
afiadir las Asociaciones de usuarios de los Distritos de Riego; sin embargo, la
intervención de estos gremios en los comités de concertación regionales (DRI-PNR,
INCORA, URPA) ha sido mas bien puntual y pasiva, con la excepeión de FEDE-
ARROZ, que ha participado en todos, liderando la posición de los gremios.
776
En el caso panicular del Tolima el gremio asumió una conducta positiva frente a la
aplicación de la Reforma Agraria. El INCORA determinó en 1988 cuatro zonas
donde se adelantarían programas de reforma en el afio siguiente; dos zonas (que
incluyen Coyaima, Natagaima, Ortega, y Roncesvalles) son bastante características
del complejo latifundio-minifundio; las otras dos (que incluyen Purificación, Suá-
rez, Saldafia, Guamo, Coello) están parcialmente incluidas dentro de distritos de
riego, y en ellas se ha dado un activo proceso de desarrollo capitalista de la
.. agricultura alrededor de cultivos como el arroz, algodón y sorgo.
Cuando fue convocado el Consejo Consultivo de Reforma Agraria del departa-
mento, FEDEARROZ lidero una posición de apoyo a la reforma, y de inclusión de
las zonas de desarrollo comercial. Esta actitud se puede explicar en parte por la
estructura organizacional del gremio arriba mencionada, que incluye un gran núme-
ro de pequeflos productores.
En segundo lugar, más de la mitad de los afiliados son arrendatarios -en municipios
como Guamo y Saldaña alrededor del 40% de los productores pertenecen a esta
categoría- y por lo tanto interesados en la redistribución de la tierra.
1. Aspectos Generales
Las organizaciones campesinas colombianas presentan las siguientes característi-
cas:
a) Una gran heterogeneidad. Existen: 1) sindicatos de asalariados del sector, 2)
cooperativas de producción, transporte y/o comercialización de productos e insu-
" Soler Avila, Mauricio, asistente investigaciones económicas FEDEARROZ: "Economía Campesina y Pol:JJe·
1..8 Rural". Revista Arroz, No. 36, julio-agosto 1987, pp.22. Por lo demás, en el eswdio sobre "Arroz en
Colombia, 1980-1986". FEDEARROZ tiende a reiterar este punto de vista.
777
mos, 3) movimientos, asociaciones o agremiaciones de carácter regional; y 4)
asociaciones de carácter nacional. Existen unas pocas organizaciones sectoriales
entre 3) y 4), asociadas con un producto o una actividad productiva específica
(ASOFlQUE, ANPAC), y otras con el movimiento indígena (CRIC, ONIC). La
mayoría promueve reivindicaciones de carácter general del campesinado. Las de
tipo nacional generalmente han surgido vinculadas a programas estatales (ANUC,
ANDRI e INCORA);
Las diferencias entre el campesinado y los demás sectores productivos se derivan de:
778
campos sindical y gremial, con mayor razón se requiere en la organización camp-
esina, en la cual la multitud de factores dificultan la organización autónoma. El
Estado creó las de carácter nacional (ANUe, ANDRI) y los canales de participación
han sido establecidos por los programas estatales (PNR, DRI) así como la financia-
ción de las organizaciones a través del Fondo Social Campesino. La dependencia del
Estado, junto a la necesidad de actuar como grupo de presión, genera atenciones y
ambivalencias.
Los partidos tradicionales, si bien buscan a los campesinos por interés electoral,
mantienen relaciones con terratenientes y grandes productores; poco apoyan a los
campesinos en los conflictos de la tierra o los surgidos en las relaciones laborales. En
consecuencia, sus vínculos con las organizaciones campesinas son débiles. Mayor
influencia han tenido los partidos de izquierda y los movimientos guerrilleros.
Las Leyes 200 de 1936 y 135 de 1961 (Ley de Tierras y de Reforma Agraria,
respectivamente) impulsaron, independientemente de sus resultados, la lucha cam-
pesina por la tierra, y en el caso de la Ley 135, la organización campesina. En la
práctica, sin embargo, el volumen de tierras afectadas fue reducido, y el Instituto
Colombiano de la Reforma Agraria, INeORA, manejó una concepción predom-
inantemente técnica del desarrollo agropecuario. Aun así, la reacción latifundista fue
muy fuene y logró el replanteamiento de la Reforma Agraria con el llamado acuerdo
de Chicoral, y su materialización en las Leyes 4a. y 5a. de 1973 y 6a. de 1975: la
primera procuraba, con medidas fiscales, la transformación del latifundioimpro-
ductivo en empresa capitalista, y la segunda apoyaba este proceso con la creación
del Fondo Financiero Agropecuario, que daba amplio acceso al crédito.
779
En los últimos años, las alternativas para las organizaciones campesinas han sido
varias: iDtentos de concertación con el gobierno y con los gremios llevaron a la
propuesta de ampliar la participación campesina en la Junta Directiva del INCORA,
pero el proceso en los años 80 fue marcado por procesos de violencia. La prioridad,
expresada por el Plan Nacional de Rehabilitación ha sido entonces para las zonas de
violencia.
Las organizaciones campesinas opinan que estos comités están limitados, porque no
son decisorios, pero piensan que es un espacio útil para el debate. De otra parte,
consideran que los Comités Municipales no tienen en cuenta a las organizaciones
campesinas del municipio.
En éste contexto, destacan que el campesinado está asediado por las fuerzas del
Estado, las guerrillas, el narcotráfico y los delincuentes comunes, y por lo tanto
involucrado en la lucha de intereses que no corresponden a los suyos. En razón a
ésto, la lucha por la Reforma Agraria ocurre hoy en un contexto en el que el espacio
de acción social directa es muy reducido, por lo cual se pide que la sociedad y el
Estado reconozcan y permitan que el campesino tenga una mayor representación
social y política por vías institucionales.
Plantean que este tipo de problemas resulta más agudo en los territorios nacionales y
zonas de colonización. Los problemas generados por la expansión de cultivo de la
coca, la agudización del conflicto entre indígenas y colonos, la concentración de la
tierra en manos de narcotraficantes, los problemas de tenencia y explotación de la
tierra en resguardos y reservas indígenas, son ejemplo de ello.
780
Las organizaciones campesinas e indígenas defienden el pluralismo polftico y
rechazan toda fonna de violencia, tanto del ejército como de grupos paramilitares y
guerrilleros.
Así, es más bien por iniciativa de las mencionadas instituciones nacionales como se
han comenzado a poner en funcionamiento algunos organismos para incorporar la
participación del sector agropecuario en la ejecución de la polltica. En el pasado los
campesinos tuvieron representación por medio de la ANUC en las Juntas Directivas
Seccionales de la Caja Agraria; los casos del- DRI y PNR, son los Comités Munici-
pales de Crédito los que han jugado este papel, y la participación campesina se ha
dado a través de las Juntas de Acción Comunal.
781
Usuarios Campesinos (ANUC),la Federación Nacional Sindical Agraria (FENSA,
de inspiración agrarista de izquierda), la Organización Nacional Indígena Colom-
biana (ONIC), la Federación Sindical de Trabajadores del Tolima (FESTRATOL),
la Asociación Campesina Colombiana (ACC) y la Asociación Rural de Mujeres
Campesinas.
Por lo tanto resulta sugerente constatar que doce a/\os más tarde se presentó, a través
del Comité Consultivo, una cierta convergencia de las fuerzas intrasectoriales, lo
cual puede deberse a factores de orden regional.
782
En primer lugar, en la zona de Natagaima, Coyaima y Ortega persiste un significa-
tivo problema indígena que ha sido canalizado a través de la Organización Indígena
Colombiana, influenciada a su vez por el CRIC. La presencia de organizaciones
campesinas e indígenas en disposición de movilización y lucha, continúa jugando un
importante papel en la toma de decisiones sobre aplicación concreta de los proble-
mas de reforma agraria
Finalmente merecen una consideración particular los Comités Municipales del DRI
y PNR; aun cuando en ellos la participación campesina se da básicamente a través de
las Juntas de Acción Comunal, cuyo particularismo local es muy acentuado y
entrafia, por lo mismo, el riesgo de que sus demandan provoquen una elevada e
irracional dispersión de recursos, se puede observar en el caso del crédito DRI que
en el Tolima entre 1982 y 1988, los cultivos modernos (ajonjolí, arroz y sorgo)
participaron en promedio, con el 64% del total
783
mícroespacíal que, como eS sabido, supone generalmente la gestión o la presión
para que se desarrollen pequefias obras e inversiones, que pueden ser presentadas
ante la clientela política (veredal o municipal) como demostración de Su capacidad
para intermediar ante las autoridades e instituciones del Estado para obtener
servicios e infraestructura. Por esta razón, al interior de las J. A. C. se da una
activa lucha política por el predominio y control de determinados grupos políticos,
lo cual conduce incluso, en ciertas localidades, a una activa subdivisión veredal y
a una verdadera explosión de estos organismos.
1. Diferencias Partidistas
784
Organizaciones Campesinas- se perciben como manipulados o como si recibieran
un tratamiento antagónico por parte de "los políticos". Un documento de la Sociedad
de Agricultores de Colombia, se expresaba en 1986: "No ha habido ni hay opción de
partido, ni de grupos de partidos, en nuestro actual sistema polftico. Es la persisten-
cia de un sistema político hasta cierto punto cerrado y no partjcipativo, lo que puede
explicar una oposición que se expresa por la violencia y no por los canales institu-
cionales,t.
Otra consecuencia es que los jefes políticos del electorado urbano, menos sujetos a
los patrones tradicionales y más insertos en la racionalidad económica capitalista,
tienen otra percepción del problema agrario, contradictoria con los intereses y la
limitada visión de los dirigentes y los séquitos políticos regionales o provinciales. El
reformismo agrario aparece a los ojos de estos como una deformación de origen
urbano en el tratamiento del problema. La posición del origen urbano de la cuestión
agraria, ha tenido su expresión más refinada en la tesis válida dentro de su esfera y
ampliamente difundida en su momento por la SAC (hacia 1986), segUn la cua! gran
parte del problema radica en el manejo de la politica macroeconómica 17 •
Uno de los primeros en presentar esta tesis fue el senador liberallndalecio Liévano
Aguirre, quien a! sustentar el proyecto que se convertiría en la Ley 5a. de 1973,
sostuvo que "sobre una agricultura atrasada y de bajos rendimientos se recargaron
los enormes costos de un proceso desordenado de industrialización".
" Véase, por ejemplo: 1. M. Ospina, en: "Reforma Agraria: Elemelltos para el Debate", CEGA, pág. 91.
785
El último ponente de la más reciente Ley de Reforma Agraria (Ley 30 de 1988), el
representante liberal Alfonso López Caballero, recordó estos modelos disyuntivos y
tomó partido explfcitamente por la vía "fanner". Por su parte, el programa en
materia de política agraria agitado por Virgilio Barco en el curso de su campafla
proponía siete puntos de politica que incluían todos los aspectos relevantes que
establecen la frontera entre la postura liberal agrarista y las posiciones desarrollis-
tas". Corno ejemplo de la posición alternativa, está la ponencia rendida por el
representante conservador Rodrigo Marín Bernal, en octubre de 1972, para recabar
la aprobación de la que después sería la Ley 4a. de 1973 (proyecto que imposibilitó
en la práctica la afectación de tierras). En ella se encuentra la tesis según la cual: "El
mundo moderno ha abandonado la concepción agrarista del desarrollo económico.
(... ). No está demostrado que exista una relación entre la concentración en la
tenencia de la tierra y una mala distribución del ingreso. Tampoco está demostrado
que una redistribución de la tierra, aun acompaflada de servicios complementarios,
signifique un mejoramiento sustancial del nivel de vida del campesino"19.
Por otra parte, en el único programa vigente del partido conservador, el de 1973, no
se hace alusión alguna sobre la necesidad o el apoyo a la reforma agraria; en la
plataforma correspondiente, por el contrario, se le hace una rotunda crítica, y
también se explicita el modelo de desarrollo esperado en la agricultura, de tipo
"desarrollista", en el cual los sectores modernos (agrícola e industrial), absorben y
transforman al sector atrasado.
a) El partido conservador tiene una posición más homogénea que el liberal frente a
la cuestión agraria y la politica agropecuaria. Apoya básicamente procesos de
transformación paulatina del sector tradicional en moderno; y considera como
herramienta más adecuada para su desarrollo, el uso de instrumentoiYmacroecon6-
micos y de política sectorial.
b) El partido liberal presenta dos tendencias: una agrarista (de la cual hacen parte
sectores "lleristas" del Nuevo Liberalismo y "barquistas"); y otra más desa-
rrollista, inclinada a la operancia de los mecanismos de mercado y el estímulo a la
modernización agrícola mediante instrumentos de polflica económica. Podría
denominarse a la segunda como reformismo selectivo sobre la base del modelo
DRI (de corte lopista), o sea el estimulo a la conversión acelerada en empresario
del pequeño productor eficiente, dotándolo de recursos de capital, crédito e
infraestructura tanto flsica como social.
786
c) Los aspectos críticos y controversiales entre los partidos en lo que respecta a
reforma agraria son básicamente; 1) la distribución de tierras tanto por razones
económicas como sociales; 2) las causales y procedimientos de expropiación; 3)
la calificación de predios; 4) la forma de pago y; 5) la organización y participación
del campesinado.
787
Así mismo, el Decreto Ley 501 de mayo de 1989 por el cual se modificó la estructura
orgánica del Ministerio de Agricultura, tuvo su origen en facultades extraordinarias
conferidas al Presidente en el Artículo 37 de la Ley 30 de 1988 que, como ya se
anotó, es de origen gubernamental.
788
Finalmente, el acuerdo vino antecedido de un recrudecimiento de las críticas del
sector laureanista del partido conservador, a través de una activa labor de prensa y
opinión como la adelantada por Cornelio Reyes en el Espectador en 1971, o los
debates promovidos en 1970 por el senador Raimundo Emiliani Román.
Fue bajo este ambiente que se celebró el Acuerdo de Chicoral en enero de 1972,
suscrito por representantes de ambos partidos.
Las Leyes 4a. y 5a.de 1973 refrendaron el contenido y el espíritu de este acuerdo; la
primera desmontó en la práctica de afectabilidad de los predios con fines de reforma
agraria, y la segunda proporcionó a través de una política de crédito los instrumentos
para adelantar una política agropecuaria congruente con los intereses de la inversión
capitalista en cultivos comerciales. Estos dos estatutos constituyeron el marco
general que orientó las políticas agropecuarias de los sucesivos gobiernos. Incluso
bajo los gobiernos liberales de López Michclsen y Turbay Ayala, se optó más bien
por el reformismo selectivo que se apoyó esencialmente en los programas DRI.
789
Como se dijo. el objetivo fundamental de cada una de las fracciones en que se
atomizan los partidos dominantes (liberal y conservador) parece centrarse en obte-
ner la jefatura del ejecutivo seccional (la Gobernación). como instrumento para
conseguir mayor cuota burocrática en la distribución de cargos en las secretarías.
departamentos administrativos y entidades descentralizadas dependientes de dicho
Ejecutivo.
Como ejemplo puede citarse la Corporación Autónoma Regional del Tolíma (COR-
TOLIMA); aun cuando es un establecimiento público del orden nacional adscrito al
Departamento Nacional de Planeación; y en sus organismos directivos no se ha
incluido formalmente ningún tipo de participación de agremiaciones o partidos.
tiende sin embargo a comportarse de acuerdo a los patrones de otras entidades
descentralizadas del nivel departamental. Dicho de otra manera, la institución ha
sufrido una fuerte "polítización", y alrededor de la designación de los dos represen-
tantes del Presidente de la República en la Junta Directiva así como el Director
Ejecutivo. suele darse una activa confrontación entre las fracciones partidistas por
obtener tales posiciones. El amplísimo catálogo de funciones asignadas a la institu-
ción, que incluyen la promoción y ejecución de obras de irrigación, de programas de
generación. transmisión y distribución de energía eléctrica regional, mejoramiento
de sistemas de comunicación y transporte, etc., la constituyen formalmente en un
poderoso ente que debería tener puesto central en la promoción y ejecución de la
política regional de desarrollo. Sin embargo, la lucha entre las fracciones partidistas
resulta particularmente ilustrativa dcllipo de intervención de dichas organizaciones
y del papel que tienden a jugar en relación con las políticas sectoriales: sus móviles
se mueven en la dirección de controlar los recursos prespuestales tanto de inversión
como de funcionamiento, sin contar con un proyecto global de desarrollo, consi-
guiendo bajo presión política la ejecución de una serie de programas desarticulados
y puntuales que obedecen generalmente a la perspectiva de reforzar intereses elec-
torales.
790
diferentes jefes políticos de las fracciones o grupos confonnados al interior de los
mismos. orientar recursos del erario departamental hacia detenninadas zonas O
municipios. Dicha orientación busca satisfacer demandas puntuales y dispersas con
relativa independencia de los criterios técnicos de asignación de recursos. equilibrio
subregional y prioridades económicas y sociales. Puede afinnarse. por ejemplo. que
el Plan de Desarrollo del Tolima. elaborado desde 1986. no ha sido consultado para
orientar estas asignaciones.
m. CONCLUSIONES
Quizás la primera gran conclusión es que si bien es cierto que el sector agropecuario
sigue teniendo el mayor peso relativo es el Producto Interno Bruto con una partici-
pación del 23%. y que formalmente tiene en principio en la ley un amplio margen de
maniobra y una gran capacidad negociadora. lo real es que el Ministerio de Agri-
cultura. como órgano rector de la Política Agropecuaria. desempeña un papel
bastante limitado; es decir. se encuentra subrepresentado y sometido a la política
macroeconómica.
Este bajo perfil se explica. en primer lugar. por la ausencia de políticas para el sector
agropecuario. Los objetivos del gobierno en relación con el sector han sido difusos;
excepto por las políticas de reforma agraria. el sector ha recibido atención esporádi-
ca por parte del gobierno. Las políticas dirigidas al sector no han sido consistentes ni
coherentes; han contribuido en ocasiones ha generar conflictos inter e intrasecto-
riales. En segundo lugar. porque no ha existido tampoco un proceso explícito de
concertación para el diseño de la polltica. No se han generado procesos legítimos
que permitan definir con precisión cuáles son los intereses generales de la sociedad
en relación con este sector. en contraposición con el interés privado o el nacido de la
presión gremial. En tercer lugar. por la dificultad para analizar. evaluar. influir y
negociar la incidencia de la política monetaria. cambiaria. crediticia. fiscal y de
régimen de comercio exterior de los principales centros de decisión como el Consejo
Nacional de Política Económica. la Junta Monetaria y el Consejo Directivo de
Comercio Exterior. la Junta de PROEXPO y el Consejo de Política Aduanera sobre
el sector agropecuario.
791
Esta debilidad también se ve reflejada por la escasa coordinación que se ha dado
entre el Ministerio de Agricultura y la Unidad de Estudios Agrarios del DNP que
ejerce la secretaría técnica del CONPES en asuntos agropecuarios, incluyendo su
presupuesto. La presencia institucional también se ve disminuida por las carencias
en recursos humanos y técnicos y de coordinación en el interior del Ministerio de
Agricultura, que impiden sin duda llevar a cabo análisis de las implicaciones
macroeconómicas en el seno del sector y por supuesto diseñar una política sectorial
de mediano plazo. Antes del Decreto-Ley 501 de 1989 y de acuerdo con la Ley 133
de 1976, la instancia técnica del Ministerio -la Oficina de Planeamiento, OPSA- no
tenía líneas jerárquicas pennanentes; estaban prácticamente al arbitrio del ministro
de tumo con tan graves consecuencias como; inexistencia de diagnósticos secto-
riales; incapacidad para elaborar planes y programas de acuerdo con las pautas del
Plan de Desarrollo o del DNP; falta de prioridades en el manejo de los recursos; alta
rotación del personal; suplantación de la planta permanente a través de asesores y
bajas remuneraciones, entre otras. Además, son claras las dificultades de coordina-
ción y de presencia del Ministerio en el seno de las Juntas Directivas de las entidades
adscritas y vinculadas, lo que se traduce en dispersión de recursos, duplicidad de
funciones o simplemente vacios interinstitucionales en la presencia del Estado a
nivel regional. En otras palabras. el mandato de control de tutela es dificil de
cumplir. habida cuenta de las limitaciones descritas. Por último. es necesario sefialar
la debilidad sectorial para adelantar un proceso coherente de planeación de mediano
plazo. lo que contribuye en asocio con los elementos anterionnente expuestos a
vulnerar aún más los canales de transmisión que deben existir internamente en el
Ministerio. y entre éste y las entidades adscritas y vinculadas. y por ende con los
demás sectores de la economía y los centros de decisión. Los anteriores vacíos
fueron llenados por el Decreto Ley 501 de 1989. cuyo marco de refonna estructural
se puede sintetizar en: a). Descentralización de tareas y delegación del control de
tutela sobre entidades subordinadas; b). Especialización de funciones en cuatro
direcciones generales: comercialización. producción. planificación. finanzas y pre-
supuesto. c). Asignación de funciones de disefio. seguimiento y evaluación de
políticas. planes y programas. Estos cambios se traducirán en ventajas como: una
mayor distribución y especialización de responsabilidades en lineas jerárquicas de
dirección, coordinación y control entre el Ministerio y las entidades adscritas y
vinculadas. y en una vinculación efectiva del personal técnico del Ministerio en el
funcionamiento del sector. además de un uso de su potencial técnico más eficiente.
Así, frente a la carencia de una política sectorial y de procesos explfcitos de
concenación, no es clara la capacidad del Ministerio de Agricultura para atender los
desequilibrios o desbalances que necesariamente se generan a nivel intra e intersec-
torial y también interregional. En este contexto tanto los grandes gremios como los
especializados se pueden mover con mayor flexibilidad y conseguir en las diferentes
instancias de decisión gran pane de los objetivos o intereses que persiguen.
De otro lado, vale la pena recordar que a medida que se desarrolla el pais se va
fonaleciendo la actividad gremial a través de la fundación de asociaciones cada vez
792
más especializadas que van haciendo presencia con mayor contundencia en las
diferentes ramas del poder público y en la opinión pública. De esta forma. los
gremios con una organización jerárquica más definida y Objetivos más precisos.
pueden penetrar los medios de comunicación e influenciar y presionar a los diferen-
tes actores.
793
Capítulo XI
ESTRATEGIAS Y POLITICAS PARA
EL DESARROLLO AGROPECUARIO
INTRODUCCION
Durante las últimas décadas las transfonnaciones del Sector Agropecuario han sido
sin duda significativas; no se trata ya de un sector relativamente aislado del resto de
sectores productivos de la economía, ni del comportamiento global, de la economfa,
sino de un sector considerablemente interdependiente, en relación con el desempefio
global de la economía, con otros sectores, y con las polfticas macroecon6micas. Por
Este capítulo es un resumen del infonne "Estrategias y Políticas para el Desarrollo Agropecuario", lnfonne
Final de la Misión de Estudios del Sector Agropecuario, Bogotá, mayo 1990. En el mencionado Infonne.
pueden consultarse en detalle tanto la evidencia que sustenta las esuategias como los detalles de las áreas de
política, que aquí se presentan sólo en sus aspectos más relevantes.
795
otra parte. la modernización experimentada por la agricultura durante las últimas
décadas. la ha dotado de una mayor capacidad para responder a los precios y a las
condiciones de los mercados, y en consecuencia es hoy mucho más sensible a los
factores que inciden en la asignación de recursos dentro del sector y entre sectores;
adicionalmente. el sector agropecuario no puede concebirse ya como portador de
rigideces estructurales. sino que ha mostrado una notable capacidad para crecer y
para adaptarse con rapidez a los incentivos, así como un considerable potencial para
contribuir al crecimiento global y de otros sectores. En suma. el sector agropecuario
no es ya aquel sector residual limitado a proveer alimentos, materias primas y
divisas para facilitar el desarrollo de otros sectores, sino un sector altamente inter-
dependiente y complementario del desempeño de la actividad económica general.
796
objetivos generales de desarrollo, asegurando que el crecimiento sectorial no obsta-
culice el desarrollo de otros sectores productivos, y ofrezca la posibilidad de
articularse con el crecimiento industrial.
Por otra parte, los objetivos internos al sector son bien conocidos. La modernización
de la estructura productiva, el incremento de la eficiencia y de la productividad, el
mejoramiento de los ingresos de los campesinos, la estabilización de los precios y,
por supuesto, el mejoramiento de la equidad y el nivel de vida de los pobladores
rurales. Las recomendaciones de política que se presentan no aspiran a cubrir la
amplia gama de aspectos susceptibles dc intervención, sino aquellos que se han
considerado relevantes y prioritarios para alcanzar los objetivos seflalados para ello;
por lo mismo se han dividido en doce áreas, alrededor de cada una de las cuales se
seflalan las principales orientaciones sugeridas para cada caso.
797
polftica en las 12 áreas en las cuales se subdividió el estudio. para luego fonnular las
sugerencias y recomendaciones en materia de las modificaciones institucionales
requeridas para lograr los objetivos de las políticas; en la última parte se establecen
los procedimientos y mecanismos de infonnación necesarios para una mejor eva-
luación y seguimiento de estas.
, INTRODUCCION
Durante las últimas décadas las transfonnaciones dentro del sector agropecuario han
sido significativas; el modelo tradicional de economfa dual ha cedido progresiva-
mente el lugar a una estructura más compleja. con una amplia gama <le tamaJIos de
explotaciones y un fortalecimiento de los predios medianos. orientados hacia la
agricultura moderna; sin embargo. persisten problemas de pobreza. deterioro de
recursos naturales y ambientales, y baja productividad en algunos segmentos de
productores.
En el interior del sector subsisten aún muchos aspectos que deben mejorarse.
particulannente los asociados con la pobreza y la distribución del ingreso; y en el
798
frente externo parecen fundamentales los esfuerzos para una mayor diversificación
de las exportaciones de bienes básicos y de productos elaborados a partir de materias
primas agropecuarias.
799
todo el papel de la agricultura dentro de este nuevo esquema, se convierten en
elementos fundamentales en la formulación de la polftica agropecuaria.
Las distorsiones en los precios relativos, generadas por los excesos de protección,
han inducido inversiones en sectores con desventajas comparativas; se ha generado
un sesgo anti-exportador que orienta la inversión hacia los sectores dirigidos al
mercado doméstico.
800
to de instrumentos financieros, técnicos y de desarrollo social que estimulen la
generación de nuevas tecnologías. La promoción del desarrollo tecnológico se
complementará con tres acciones:
a) Modernización de maquinaria y equipo, mediante medidas arancelarias y
crediticias;
b) Mayor efectividad a la reglamentación sobre selección y transferencia de
tecnología;
c) Fortalecimiento institucional de la investigación tecnológica.
En este contexto, las cuestiones relevantes en términos de estrategia tienen que ver
cómo se enmarca el sector agropecuario dentro de la modernización de la estructura
productiva y la racionalización del comercio exterior, con el efecto de estos objeti-
vos generales sobre el sector; y con las alternativas de reorientación del comercio
exterior agropecuario.
En las consideraciones que siguen se han acogido los postulados de este programa de
modernización de la economía, no sólo por el hecho de ser una realidad de política a
801
la cual la estrategia del sector agropecuario debe acomodarse, sino porque, además,
esta orientaci6n recoge en gran parte los elementos del diagn6stico realizado atrás.
802
económicos, y sus aportes a la generación de empleo y a la redistribución del
ingreso.
Con estos criterios cabe reconocer que, por el lado de la demanda, la industria tiene
más posibilidades de expansión que la actividad agropecuaria, así como tiene mayor
capacidad que la agricultora para generar efectos de enlace hacia atrás.
Este argumento es muy claro en ténninos de los vínculos actuales entre la agricultura
y los otros sectores productivos. Potencialmente, las grandes ventajas de la industria
en términos de su capacidad de arrastre son menos nítidas; existe un margen
importante para fortalecer los vínculos entre ramas productivas dentro del sector
agropecuario y con los otros sectores.
803
trar una senda de crecimiento del producto que promueva el desarrollo global y
aproveche las interrelaciones entre sectores.
En las consideraciones que siguen se examinarán con más detalle los canales a través
de los cuales la agricultura puede contribuir a la reorientación de la estrategia global.
El potencial de la demanda por bienes agrícolas por parte de los demás sectores, así
como el efecto expansivo del gasto rural sobre los productos no agrícolas, son los
principales argumentos en favor de buscar una mejor explotación de los efectos de
enlace. La mayor elasticidad de demanda, la menor variabilidad de los precios y,
además, el mayor efecto de arrastre sobre el resto de la economía de los productos
elaborados, son a su vez las razones más importantes para promover una recompo-
sición de la oferta exportable.
804
Esta estrategia busca desarrollar los enlaces hacia adelante y hacia atrás, y otorga
gran importancia a los eslabonamientos de consumo y con el sector servicios.
Un cuarto enlace, con el sector servicios, tienc que ver, ante todo, con el apoyo a las
actividades del agro antes, durante y después de la cosecha. A medida que los
servicios van tomando un mayor peso dentro del manejo de los productos agrícolas,
una mayor proporei6n del precio final al consumidor se va quedando en manos de
quienes realizan estas actividades. El lado positivo de este fen6meno lo constituye la
posibilidad de estimular esta intennediaci6n y crear nuevas fuentes de trabajo; la
parte negativa se reduce al efecto amortiguador de estas actividades sobre la trans-
805
misión de las sefiales de precios entre consumidores y productores, situación
particul annente grave cuando la prestación de los servicios es poco competitiva.
La selección de áreas prioritarias para las estrategias y políticas del Sector Agrope-
cuario depende de la perspectiva con que se enfoquen la participación del sector en
la estrategia general de desarrollo, y sus contribuciones al crecimiento global.
1. Seguridad alimentaria
806
El énfasis en los problemas de disponibilidad alimentaria en el pasado se puede
explicar por el hecho que durante mucho tiempo se dio una situación con limita-
ciones estructurales en la oferta agregada agrícola; con los niveles actualmente más
adecuados de suficiencia resulta bastante obvio que el énfasis se oriente hacia los
problemas de acceso.
La suficiencia tiene que ver con una oferta total que cubra no sólo la demanda sino
también las necesidades básicas de la población vulnerable; la estabilidad se refiere
a la frecuencia y amplitud de las fluctuaciones en la disponibilidad alimentaría; la
autonomía mide el grado de dependencia en las importaciones; y la sustentabilidad
mide el impacto sobre la productividad de los recursos naturales de sistemas
alternativos de producción alimentaria.
807
insuficiencia estructural en trigo, maíz, naranja y carne, y por el contrario excedentes
considerables en arroz, papa, y plátano.
En términos del acceso, los problemas estructurales más notables tienen que ver con
los bajos ingresos de algunos estratos, que implican una demanda por alimentos
insuficiente y muy vulnerable a las fluctuaciones de los precios agricolas; cerca del
20% más pobre de la población no alcanza a tener en Colombia una dieta nutri-
cionalmente adecuada. Cuando se presentan fluctuaciones dclicas en el ingreso en
períodos de recesión económica, o problemas coyunturales de oferta en algunos
alimentos, este porcentaje puede aumentar al 30% ó 40% de las familias.
Para resolver los problemas estructurales antes anotados, no siempre se han buscado
las herramientas más adecuadas: normalmente se ha dado prioridad a la solución de
los problemas coyunturales sobre la de los problemas estructurales; se ha hecho
énfasis en los estímulos de precios como mecanismo para solucionar problemas
estructurales; cuando para algunos analistas dicha herramienta se presta más para
aliviar los problemas coyunturales. Dichas políticas han implicado costos fiscales
crecientes, han tenido efectos contraproducentes sobre los consumidores, y no han
inducido cambios profundos en la estructura productiva agrícola.
Las políticas orientadas a reducir los costos unitarios de los bienes agrícolas son las
que mejor concilian los intereses de los productores y de los consumidores, y las que
808
eventualmente podlian resolver los conflictos entre la disponibilidad y el acceso. Si
se recurre exclusivamente a los incentivos de precios. se perjudica el poder adquisit-
ivo de los grupos más desfavorecidos de consumidores. Por el contrario. los incre-
mentos en la producción originados en una mayor productividad tienen efectos
positivos sobre la suficiencia. generan excedentes exportables a niveles competiti-
vos. y facilitan las intervenciones dirigidas a mejorar la estabilidad en la disponibi-
lidad alimentaria.
809
3. Problemas coyunturales de disponibilidad y acceso
Para aliviar los problemas de disponibilidad, se puede esperar que una política
agresiva de inversión pública en infraestructura de riego y en tecnologías de manejo
de los recursos naturales, ayude a disminuir la dependencia climática y por lo tanto
la inestabilidad de los precios. Por otra parte, el incremento en la capacidad expor-
tadora permitirla generar divisas suficientes para un manejo más estable de la
capacidad importadora de bienes agrlcolas.
Aunque son muy pocos los alimentos sobre los cuales el consumidor colombiano ha
pagado, en promedio. precios mayores a los internacionales más los gastos de
810
importación, los aumentos de corto plazo ocasionados por problemas de estaciona-
lidad pueden alcanzar magnitudes demasiado elevadas, y conducir a problemas
nutricionaIes de la población en períodos especfficos del afio.
4. Agroindustria y exportaciones
Una estrategia agroindustrial tiene mayores efectos multiplicadores que una basada
en la exportación de bienes primarios sin elaboración; con la primera se logra,
además, una incidencia positiva sobre la economía campesina y sobre la disponibi-
lidad alimentaria. Los mayores ingresos yel mejoramiento de la calidad de vida de
los habitantes rurales pueden tener efectos de consideración sobre la demanda
interna y contribuir a la expansión del mercado nacional.
------
vos para el fortalecimiento de la capacidad de investigación y desarrollo al interior
').. de la misma industria.
812
sector agropecuario crecería a un 6.7% anual en contraposición a un 4.8% anual en
ausencia de tal política, mientras que el PIB total aumentaría de 5.0% a 5.4%.
813
perceptible. El aumento en el consumo de productos procesados implica un impacto
ligeramente mayor sobre los indicadores globales ( 5.% a 5.13% anual), y un efecto
menor sobre el producto sectorial (4.8% a 5.41 % anual); estos resultados se mues-
tran bastante sensibles a cambios en los patrones de consumo.
814
el fortalecimiento de los eslabonamientos de consumo. El crecimiento industrial y el
agrícola no pueden basarse exclusivamente en el mercado externo como sector líder.
El sector industrial está muy protegido. mientras que el agro recibe poca y a veces
negativa protección. a causa de los subsidios a las imponaciones y los impuestos a
las exponaciones; como consecuencia. la relación de intercambio rural-urbana
resulta sesgada en favor del sector urbano. Un tipo de cambio sobrevaluado puede
aumentar en fonna significativa la discriminación en contra de la agricultura.
815
Las diferencias urbano-rurales en términos de crecimiento, ingresos, bienestar y
creación de empleos, resultan en parte de esta discriminación contra la agricultura,.
que sólo para algunos productos individuales puede superarse con políticas de
precios.
Los factores no precio pueden tener mayor importancia sobre la oferta alimentaria
que los factores precio, sobre todo por aspectos como los sistemas de transporte, el
tratamiento post-cosecha, la comercialización etc. En el largo plazo la oferta depen-
de del cambio tecnológico y de la infraestructura.
Es necesario tener en cuenta que las tecnologías importadas son más costosas que las
desarrolladas internamente. La autonomía tecnológica implica grandes ventajas no
sólo por el fortalecimiento de los eslabonamientos hacia atrás, sino por el ahorro de
divisas. Los esfuerws de investigación locales, por su parte, deben tener en cuenta
los insumas producidos locaimente, o los no tradicionales, basados en nuevos
conocimientos científicos, que pennitan la sustitución de los importados.
816
Las decisiones sobre producción y distribución de insumos y maquinaria agrope-
cuarios tendrán un impacto significativo sobre el componamiento de varios secto-
res.
Teniendo en cuenta que los grupos más pobres no son siempre los más beneficiados,
se hacen necesarias políticas complementarias de superación de la pobreza y de
reasignación de recursos, así como medidas específicas para el sector campesino. En
economías con estructuras bimodales de desarrollo de la agricultura, como la
colombiana, las políticas deben ir dirigidas al sector con mayor potencial de de-
manda, donde por lo general son mayores las deficiencias en infraestructura, ingre-
sos reales y generación de empleo.
Además, las políticas sectoriales están limitadas por los mercados internacionales, y
domésticamente por problemas presupuestales. En estas circunstancias, la posibili-
dad de reorientar las políticas no agrarias en favor de las zonas rurales dependerá del
énfasis que la estrategia general de desarrollo le otorgue a la agricultura, y de la
capacidad de ésta para contribuir a los objetivos globales de desarrollo. A nivel
institucional, será necesario corregir los problemas de comunicación entre la pers-
817
pectiva sectorial y la macroeconómica para que los objetivos de la polftica general
sean compatibles con los de la política agropecuaria.
Los argumentos que se han venido presentando hacen énfasis, por el contrario, en el
potencial para explotar las interdependencias y complementariedades, de tal manera
que los eslabonamientos puedan contribuir en forma directa al crecimiento y a los
objetivos globales del desarrollo.
Esta orientación supone, por una parte, cierta capacidad para "desagrarizar" las
políticas sectoriales, esto es, aumentar la capacidad de influencia sectorial sobre las
políticas generales y macroeconómicas, y su papel en el desarrollo agropecuario, y
al mismo tiempo abrir la posibilidad de "agrarizar" las estrategias, en la formulación
de la política general, es decir, relevar el papel del sector en la marcha general de la
economía. Estas dos son condiciones esenciales para encajar mejor las políticas
sectoriales dentro de las políticas macroeconómicas.
818
Sin esta integración la política sectorial puede ver limitado su alcance sobre la
actividad interna. por desestimar factores esenciales que afectan la rentabilidad de la
inversión. los precios. los mercados de productos agrícolas. y en general las condi-
ciones de vida rurales. Es esencial. para superar su carácter residual. que la polítiea
agropecuaria no continúe concentrada en las variables internas al sector y en los
instrumentos directos de la política agdcola.
819
Las condiciones de viabilidad que se acaban de señalar van más allá de aspectos
especificos relativos a la superación y/o regulación de conflictos; suponen la gene-
ración de un nuevo marco de relaciones entre el sector público y el sector privado,
que requiere no sólo la identificación común de objetivos de desarrollo, sino
modificaciones institucionales capaces de generarlo, y en 'consecuencia, de deci-
siones explícitas de carácter institucional en materia de política gremial.
IIL POLITICA AGROPECUARIA: ORIENTACIONES
PARA EL FUTURO
INTRODUCCION
3. Las estrategias de desarrollo más apropiadas para fortalecer tales enlaces serían:
la seguridad alimentaria, la agroindustria y las exportaciones. La mayoría de las
políticas para proseguir tales estrategias no pertenecen a la esfera tradicional de
las políticas agropecuarias ni a su ámbito institucional. De allf que la utilización
de los instrumentos de polftica puramente sectoriales (como las polfticas de
estimulo de la oferta) deban compatibilizarse con los instrumentos de la política
macroeconómica, para evitar que sus efectos sean neutralizados por decisiones
en esta última área.
820
agroindustriales en los mercados internos e internacionales. La inversión deberla dar
prioridad al manejo postcosecha de los productos, por sus efectos positivos en las
exportaciones agroindustriales y en los precios al consumidor, y a la infraestructura
de riego para aminorar los riesgos climáticos y sus impactos sobre la disponibilidad
de alimentos.
A. AREAS PRIORITARIAS
1. Seguridad Alimentaria
Casi todos los objetivos propios de la política sectorial agropecuaria, como son la
modernización del sector, el incremento en su competitividad, el fortalecimiento de
la economía campesina, la erradicación de la pobreza y el mejoramiento en las
condiciones de satisfacción de las necesidades básicas, están asociadas con la
política de seguridad alimentaria, cuyos objetivos son lograr la máxima estabilidad
en el flujo de los alimentos, y garantizar acceso a los mismos a los sectores más
desprotegidos. De allí la importancia que a la seguridad alimentaria le asigna la
Misión.
Empezando por las limitaciones estructurales, es simplificador concluir que sólo una
elevación del ingreso de los grupos más pobres contribuye, a largo plazo, a la
821
solución del problema de acceso a los alimentos. Mientras ello se logra, será preciso
tomar medidas -que no conciernen necesariamente en forma directa al sector
agropecuario-, que aseguren mínimos nutricionales flexibles a los grupos más
vulnerables, mediante políticas que en general se deberían orientar por los dos
principios siguientes:
822
calidad en los productos perecederos. base a su vez de en bajos precios para los
productores y altos costos para los consumidores; b) el desconocimiento de la
dinámica de la distribución rural y la carencia de centros de acopio de doble vía; e) el
marcado dualismo que caracteriza la distribución a nivel urbano (tienda tradicional
para atender los estratos de bajos ingresos; supermercados y cadenas integradas para
los segmentos de medianos y altos ingresos).
2. Política Agroindustrial
823
lo cual pudo haber tenido alguna incidencia sobre el bajo nivel del desarrollo
tecnológico del sector.
3. Exportaciones Agrícolas
824
capacidad para importar y a fluctuaciones bruscas en los precios de los principales
productos de expo~ción, por la menor vulnerabilidad de la economía.
Puede pensarse que, en principio, las restricciones para exportar afectan el volumen
de los bienes exportados en la medida en que las mismas tenderían a mantener bajos
los precios internos y a desincentivar la producción de ellos; de a11l que a primera
vista fuese deseable un régimen que no someta a cuotas las exportaciones agrope-
cuarias. Sin embargo, contra la regla general, deberían mantenerse algunos elemen-
tos pre-cautelativos como son: a) la competitividad a largo plaw de los bienes
exportados, ya que lÍo parecería deseable estimular la escasez en el mercado interno
para lograr sólo beneficios transitorios, por cambios súbitos y coyunturales en los
precios internacionales; b) cuando se trate de bienes primarios, la posibilidad de su
transformación en el país y la competitividad en el mercado internacional de los
bienes procesados; c) finalmente, no obstante los beneficios sobre el crecimiento de
largo plaw, una política de liberación de exportaciones podría provocar a corto
plazo resultados no deseables sobre la distribución del ingreso. Ello obliga a disel\ar,
de manera coherente con la estrategia de seguridad alimentarla, las medidas reme-
diales que fueran del caso, como por ejemplo, programas asistenciales para los
sectores menos favorecidos.
Es generalmente aceptada la necesidad de contar con una tasa de cambio real del
peso no sobrevaluada, como pre-requisito de la política de promoción de exporta-
825
ciones. Pero también aquí será preciso seguir la política sobre la tasa de cambio
nominal con ciertas precallciones. observando en particular la elasticidad de la tasa
de cambio real respecto de la devaluación nominal y la elasticidad precio de las
exponaciones. Corno la primera de estas suele ser menor que uno, y corno en
productos corno el café y el carbón, para mencionar los casos más notables, el
volumen exponado no es gobernado estrictamente por los precios internacionales,
una política cambiaria que no sobrevalúe el peso es condición necesaria pero no
suficiente para el crecimiento exponador.
Por otra pane, entre los Convenios ICA - Universidad Nacional debetia darse
prioridad a la investigación sobre bienes tropicales exóticos y a su procesamiento,
bienes con alta elasticidad de la demanda en los países industrializados. A ese
propósito debetian vincularse igualmente COLCIENCIAS, otras universidades y
especialmente el sector privado.
826
producción y de manera más general a la adquisición de bienes de capital para
agroindustrias de exportación; así PROEXPO podría desplazar el crédito de corto
plazo hacia la banca comercial, y concentrar sus esfuelZos en el crédito de inversión.
Esa reorientación le permitiría iniciar un proceso mediante el cual sus recursos para
crédito pudiesen complementarse con empréstitos externos ycon captaciones en el
mercado interno de capital.
3.5 Mercadeo Externo y Especialización
B. AREAS CRITICAS
1. Ganadería
Mención especial merece la política a seguir respecto de la ganadería, dada la
importancia que el subsector tiene en la generación del Producto Interno Bruto y en
la conformación de la canasta media de consumo.
827
1.1 Cambio Tecnológico y Polftica de Crédito
Sin embargo, la opción que podría tener un mayor impacto en la búsqueda de reducir
tales costos, es la innovación de mercadeo en clasificación y presentación del
. producto. Acciones del gremio ganadero en esta dirección, podrían producir un
efecto similar al que se produjo en el caso del pollo, en el cual las asociaciones de
productores montaron distribuidoras propias, cambiaron las formas de presentación,
&2&
segmentaron los mercados y crearon puntos de venta en sectores populares, que los
convinieron en un producto de alto consumo.
-" En las dos últimas décadas los Programas de Desarrollo Rural (DRI), deo.alimenta-
ción y nutrición, de reforma agraria (INCORA) y más recientemente, de Rebabilita-
ción (PNR) , han mejorado, aunque no sustancialmente, diversos aspectos de l¡¡--
población que conforma el sector de la economía campesina; no obstante, una de las
principales limitaciones de la polltica en este sentido ha consistido en asumir
caracterlsticas de autosubsistencia para la unidad campesina.
829
Por otra parte, y no en menor medida, un obstáculo para alcanzar resultados más
exitosos estriba en que tiende a vérsela como un elemento que provee alimentos
baratos para los habitantes urbanos, más que como lo que verdaderamente es, un
factor con enorme potencial dinamizador del crecimiento de los ingresos de los
grupos más pobres, de la modernización y la eficiencia del sector agropecuario.
Por otra parte, en gran medida tales limitaciones han sido a la vez causa y conse- .
cuencia de deficiencias en los mecanismos y niveles de coordinación de los distintos
instrumentos y programas que se han dirigido al desarrollo de la economía campe-
sina. Así mismo, han sido testigo de cllo las dificultades de coordinación de índole
presupuestal, financiera y de programación de entidades como el DRI cuando han
tenido que participar con gran diversidad de entidades y programas, no sólo del
mismo sector agropecuario sino muchas veces de fuera de éste. La experiencia,
aunque mejor, del Plan Nacional de Rehabilitación, tampoco ha estado exenta de
dificultades. Mas recientemente, el Decreto Ley SOl de 1989, que reestructura al
Ministerio de Agricultura y deja en sus manos la dirección y coordinación de la
polftica dirigida a la economía campesina, ha creado circunstancias especiales para
el Fondo de Desarrollo Rural Integrado, que demandan una redefición más precisa y
coherente de sus funciones y responsabilidades en la nueva estructura institucional
del sector.
830
nentes de tipo modemo, pues éstos abren posibilidades en ténninos de enlaces
agroindustriales, incrementos y estabilización de ingresos, vinculación a los proce-
sos modernos de comercialización, mayores niveles de eficiencia y mejores posibi-
lidades de vinculación al mercado externo.
De otro lado, se requiere fortalecer los vínculos entre los programas de desarrollo de
la economía campesina y los que buscan resolver los problemas de acceso e
incremento de la propiedad de los productores sin tierra o sin suficiente cantidad de
ésta para producir bajo condiciones efiCientes; en el mismo sentido resulta necesario
estimular y fortalecer en las ronas de economía campeSina los mecanismos de
mercado de arrendamiento de tierras bajo sus diversas modalidades.
La política sobre recursos naturales es importante por dos motivos: el sustento del
crecimiento a largo plazo, medido por el impacto sobre la productividad futura, de
los sistemas que se empleen para la utilización de los recursos; y el impacto que la
explotación de estos recursos, en especial el bosque, tiene sobre la utilización del
recurso tierra vía la colonización.
a) La carencia de una jerarquía apropiada por parte del ente rector de la política, ya
que el carácter sectorial del INDERENA y su adscripción a un Ministerio en
particular le resta capacidad de gestión;
831
d) Importantes fluctuaciones en el gasto destinado a manejar recursos natura-
les, producto a su vez de: 1) la alta dependencia del presupuesto nacional, por parte
de las Corporaciones y el INDERENA para efectuar gastos en este campo; 2) el
escaso esfuerzo tributario local, pues la sobretasa al impuesto predial no se ha
constituido en fuente importante de recursos para las Corporaciones, excepto en los
casos de la CAR y la CVC; 3) los bajos tributos que pagan algunas industrias que
contribuyen de manera notable al deterioro del ambiente o al mal uso de los recursos
naturales; 4) la baja prioridad que las Corporaciones le asignan al gasto en recursos
naturales, excepto cuando el presupuesto nacional le destina los respectivos recur-
sos.
Tendría esta entidad a su cargo las funciones que hoy se encuentran dispersas en el
Ministerio de Agricultura a través del INDERENA, el HIMA T, el INCORA y el
ICA; en el Ministerio de Salud, a través de la Dirección de Saneamiento Ambiental;
en el Ministerio de Hacienda, a través del Instituto Geográfico Agustín Codazzi; en
el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de la gestión y firma de convenios
internacionales para el manejo de las cuencas fronterizas; y en el Departamento
Nacional de Planeación, a través de la División Especial de Corporaciones, de las
Divisiones de Agua e Ingeniería Sanitaria, de la Unidad de Infraestructura, y de la
División de Salud de la Unidad de Desarrollo Social.
832
una importante fuente de recursos financieros para el manejo de los recursos
naturales, los cuales podrían complementarse con el cobro de tasas retributivas que
contribuyan a la eliminación, o al control razonable, de las actividades que producen
un mal uso de los recursos naturales; una polftica que eleve en términos reales los
ingresos provenientes de los derechos que se cobren por la explotación del bosque y
de la pesca; y la reasignación de las obligaciones que tienen las empresas del sector
eléctrico en materia de reforestación.
En el caso del sector eléctricose acepta que la generación de energía tiene efectos
negativos sobre los recursos naturales y la preservación del ambiente. De allí que
desde 1981 la Ley S6 estableció que las empresas de energía destinarían el 2% del
valor de las ventas en bloque a la reforestación y a la protección del ambiente. A
pesar de su adecuada orientación, la implementación práctica de la Ley S6 tiene
limitaciones, ya que no parece aconsejable que el Ministerio de Minas actúe como
juez y parte al fijar el precio sobre el cual se cobra el tributo, ni tampoco que sean las
empresas eléctricas las que determinen los proyectos y efectúen las inversiones. Por
eso son recomendables algunas modificaciones a la Ley, de tal forma que el tributo
se pague a la tarifa media de intercambio, y su monto se transfiera a las Corpora-
ciones Regionales y al Fondo que se administraría por el Ministerio, o por el
Departamento Administrativo antes sugerido.
La explotación de las canteras, del oro, del carbón, del hierro y otros minerales; y la
extracción, transporte, refinación y distribución del petróleo, tienen efectos sobre el
manejo de los recursos naturales. No obstante, la legislación colombiana no ha
establecido la obligación de contribuir a mitigar el impacto ambiental que causan
para aquellos que se dediquen a tales actividades. Resulta recomendable establecer
esta contraprestación con el ánimo de que la misma nutra al Fondo para la Preser-
vación del Ambiente.
833
proyectos de las Corporaciones Regionales que tendrfan a su cargo la ejecución de la
política sobre recursos naturales.
Dos cambios adicionales serfan igualmente deseables en este contexto: la reestruc-
turación del área de jurisdicción de las Corporaciones, quitándole su conformación
de entes departamentales, para buscar una jurisdicción por cuencas hidrográficas; y
la vinculación de las comunidades locales en el análisis de los problemas de
conservación de los recursos naturales.
3.4 Colonización
834
El sistema de estímulos tributarios para la reforestación comercial adolece también
de limitaciones, ya que se otorga como reducciones en el impuesto de renta prove-
niente de actividades distintas a la reforestación. Resulta obvio que el éxito de dicho
mecanismo depende de la disponibilidad de excedentes en otros sectores, y no da
consideración a la conveniencia nacional de plantar el bosque, ni guarda una
relación directa con la mayor o menor rentabilidad de la actividad reforestadora, por
lo que sería deseable otorgar el est(mulo directamente a la reforestación, vía por
ejemplo un bono negociable de financiamiento forestal mediante el cual se devol-
viese a los reforestadores parte de los costos de la plantación, siempre y cuando ellos
se sometiesen al cumplimiento de las normas expedidas por el INDERENA o la
Institución que haga sus veces, y siempre y cuando se sembrase en áreas defInidas
periódicamente por el CONPES.
A nivel del acopio sigue siendo muy notable la deficiente organización y capacidad
de los pequefios productores para enlazarse adecuada y eficientemente en un proceso
moderno de distribución; y a nivel mayorista sobresalen la falta de transparencia en
el sistema de fijación de precios, deficientes niveles de información para el mismo
propósito, falta de unidad y standarización en los sistemas de pesos, medidas y
empaques, especialmente de productos perecederos, incorrecta organización de las
centrales de abastos, y deficiente cobenura de la bolsa agropecuaria.
•
También sobresalen, no obstante los ingentes esfuerzos realizados en el pasado,
diversas deficiencias de infraestructura para el transpone y el almacenamiento,
fundamentalmente de productos perecederos y de la cadena de fríos que debe servir
de base al mercadeo de éstos. Además, ha sido tradicional la discriminación en
materia de crédito en contra de las actividades de comercialización.
835
1.2 Requisitos para una mayor modernización del Proceso de Comercialización
Ahora bien. los recursos del Estado deben orientarse básicamente a la creación de las
condiciones favorables para que los esfuerzos del sector privado puedan alcanzar sus
objetivos de una manera más eficiente. referidas en términos generales. a la infraes-
tructura. la normalización de productos y calidades. la generación y transferencia de
tecnología para la comercialización. el fortalecimiento del sistema de información
sobre el mercado de productos agropecuarios. y el financiamiento.
836
recomendable reformar el sistema de Bonos de Prenda, facilitando la ampliación del
plazo al lDEMA Y promOViendo la financiación del almacenamiento de productos
perecederos; en el mismo sentido. y con el propósito adicional de fortalecer las
actividades de la Bolsa Agropecuaria. resulta conveniente examinar la posibilidad
de que los certificados de los Almacenes Generales sean negociables en la Bolsa
Agropecuaria. como títulos representativos de mercancías, lo cual darla mayor
liquidez a los productores y convertirla a dichos Almacenes Generales en corredores
de la Bolsa.
2. Crédito
837
restándole posibilidades a otros gastos económica y socialmente prioritarios. Para
ello es necesario asegurar que la Caja Agraria sea autosuficiente respecto de su gasto
corriente, y procurar que FINAGRO opere e incremente el valor real de su patrimo-
nio.
Para que este último objetivo se cumpla, FINAGRO deberá establecer la polftica
general de tasas de interés dándole la debida ponderación a sus costos de captación
en los distintos mercados, a los costos de su patrimonio y a los costos operacionales;
sobre los primeros cabrá distinguir, a su vez, entre los que provengan de las
inversiones forzosas, los que se capten nacionalmente y los provenientes de los
empréstitos internacionales.
Como es indeseable que FINAGRO tenga privilegios para acceder a captar recursos
del mercado, no se podria partir a priori de "una polftica de tasas de interés en
beneficio de la agricultura", sino que la misma tendrá que darle consideración a
elementos del mercado (costo de las captaciones), a los subsidios que vía la inver-
sión forzosa le pueda transmitir la utilidad monetaria al sector, y a la eficencia
operativa de FINAGRO.
Hay que defmir, por otra parte, el tratamiento que se le dará al endeudamiento
externo que obtenga FINAGRO. Desde el punto de vista de la coordinación entre las
políticas fiscal y crediticia, el costo de los recursos externos deberia trasladarse a los
usuarios de manera tal que FINAGRO no incurra en riesgos cambiarios.
Por otra parte, para facilitar la amortización de los créditos seria recomendable que
los recursos externos se proyectaran a financiar proyectos cuya finalidad fuese el
aumento de la formación de capital en subsectores orientados a la exportación.
Se deberia también establecer una política muy precisa respecto del costo de los
recursos patrimoniales de FINAGRO: aun cuando contablemente ellos son de costo
cero, es claro que asignarle este costo de oportunidad equivaldría a una política de
descapitalización continuada, y a la larga obligaría a recurrir al presupuesto nacional
para su capitalización. Por ello se debería establecer que el costo de patrimonio de
FINAGRO para cada período, sea equivalente a la tasa esperada de inflación en el
período subsiguiente más tres o cuatro puntos porcentuales, con lo cual se asegura
que el patrimonio no se deteriorará en relación con el tamaño del sector.
838
no pennite una recuperación de los costos operacionales. Ambos factores han
conducido a pérdidas que son cubiertas mediante aportes del presupuesto nacional.
De igual manera sería necesario establecer una política para elevar la eficiencia de la
institución de tal fonna que se pudiese proceder al cierre donde ésta no resulte
competitiva y al mismo tiempo existan otras entidades bancarias.
El crédito vigente, en una porción muy significativa, se otorga a cono plazo para la
adquisición de insumos. En cuanto a la oferta de fondos, esto obedece a las
dificultades de mercados de capitales, asociado con el problema de la "transferencia
de plaws" por la disparidad que existe entre el plazo de las captaciones y el de las
colocaciones.
Si el crédito de corto plaw puede ser otorgado en mayor porcentaje por la banca
comercial, a los agricultores con suficientes prerrogativas, los recursos de la Caja y
de FlNAGRO podrían orientarse a proyectos de largo plaw asociados con la
fonnación de capital. Si los bancos comerciales resultasen reacios a otorgar tales
créditos, FINAGRO podria inducirlos mediante la elevación de la rentabilidad de la
operación.
839
Lo importante sería entonces que el crédito dirigido se orientara cada vez más a
mejorar la formación de capital en aquellas áreas que son claves para la estrategia. a
saber: la infraestructura de comercialización. para abaratar el costo del tratamiento
post-cosecha. y viabilizar las estrategias de seguridad alimentaria. agroindustriali-
zación y exportaciones; y a la infraestructura de riego. aminorando el riesgo climá-
tico. f)
De gran importancia es el tratamiento que la polftica de crédito pudiera darle a la
formación de capital para comercialización en áreas de economía campesina; de
mejorarse la infraestructura de ésta se fortalecerían sus enlaces con la economía en
general. en particular si se tiene en cuenta la alta proporción de alimentos que en ella
se produce.
Las otras reorientaciones en el uso del crédito que merecerían consideración tienen
que ver con la introducción de mejoras tecnológicas y con el campo de acción de la
Caj a Agraria.
840
Empezando por estas últimas es necesario enfatizar la traScendencia que tiene la
prohibici6n, contenida en la Ley 16 de 1990, de que estas entidades no crediticias
otorguen crédito, puesto que lo hanan en forma muy ineficiente. Por lo tanto resulta.
de imponancia que cuando eldstan recursos de crédito disponibles en instituciones
no crediticias (como el lNCORA, el IDEMA, el Fondo Nacional del Café, etc.), los
mismos sean administrados mediante contratos de fiducia por las instituciones
crediticias, en las condiciones que apruebe la Comisi6n Nacional de Crédito Agro-
pecuario.
En cuanto a FINAGRO, el mayor reto que enfrenta su Junta Directiva es definir el
modus operandi que habrá de tener la nueva entidad. Todo indica que lo más
conveniente es operar como una organización orientadora de los recursos del crédi-
to, descentralizando las operaciones de redescuento mediante contratos con el
Banco de la República o con las instilUciones financieras que hacen parte del
Sistema Nacional de Crédito Agropecuario; así mismo, para las operaciones de
captación, cuando ello se requiera, se podnan utilizar las bolsas de valores, de
manera análoga a como lo hace la Financiera Eléctrica Nacional. En esta forma
FINAGRO operana sin un gran aparato burocrático, con costos operacionales bajos.
Por lo que hace a la Caja Agraria, ella afronta fundamentalmente dos problemas de
eficiencia operativa: uno tiene que ver con la posibilidad de dejar de operar las
oficinas bancarias en sitios en donde, existiendo otras entidades bancarias, se opere
a pérdida; el otro, con el grado de especialización que deberla tener la entidad. Sobre
este último punto la Ley 16 de 1990 estableció que dentro del año contado a partir de
su vigencia, la Junta Directiva de la Caja procederá a reglamentar el manejo
administrativo y contable de sus áreas de comercialización de insumos agrope-
cuarios. de seguros y de subsidio familiar, en forma separada de las actividades
bancarias y crediticias propias de su objeto social.
Es de esperarse que este cambio posibilite definiciones sobre la estructura de costos,
con base en las cuales se procure un manejo más racional de tales servicios.
Elemento fundamental para una mayor eficiencia en el otorgamiento del crédito es
que la Comisión Nacional ejerza su función de establecimiento de planes de coordi-
nación financiera entre las entidades del Sistema Nacional de Crédito Agropecuario.
Estos planes debenan resultar en la reducción de los costos de captación y de
colocación de los recursos crediticios. en especial si se logra una reducción de las
oficinas redundantes. Si en este caso se prosigue una polftica de encargos fiduciarios
y administración de canera, posiblemente las oficinas que permanezcan podrían
mejorar sus resultados operacionales.
3. Políticas de Tecnología
Se ha tendido a orientar el desarrollo tecnológico sin dar el debido énfasis a algunas
condiciones particulares del país, con consecuencias inconvenientes como transfe-
841
rencias de las ganancias en productividad a los oligopolios transnacionales provee-
dores de insumos, dificultades en la transferencia de la tecnología, principalmente a
los pequetlos productores, desequilibrios ecológicos con aumento de costos privados
y sociales, y alta dependencia externa, los cuales comprometen la estabilidad del
sector.
Por otra parte, el hecho de que el ICA tenga bajo su responsabilidad un número
exagerado de cultivos en investigación y de regiones para atender, revela la inexis-
tencia de prioridades y de delimitación de los intereses que deben ser de su compe-
tencia, frente a los que deben quedar en manos de entidades gremiales o privadas.
Dentro del contexto anterior, valdría la pena revisar también la creciente dependen-
cia de los modelos tecnológicos impulsados en el país, pues han ido dejando en
manos de las empresas transnacionales todos los beneficios logrados por los incre-
mentos de la productividad.
842
pues se estima que solamente el ICA pierde 50 afios,lhombre de experiencia en
investigación cada afio.
D. NUEVAS AREAS
No obstante los recientes esfuerzos, son todavía muchos los obstáculos que aquejan
y limitan la política social a nivel rural. La dificultad de acceso a los servicios de
salud por parte de las comunidades rurales, y la insuficiente financiación para los
gastos ordinarios de los puestos de salud y hospitales, hacen que, en alguna medida,
pierda justificación el énfasis en la ampliación de la cobertura a través de la
construcción de obras de infraestructura.
Por otra parte, aunque el Programa de Hogares de Bienestar Infantil ha tenido una
buena aceptación, no se ha ampliado de manera notoria hacia las ronas rurales del
país. por lo cual el problema de desnutrición infantil en estas ronas continúa siendo
crítico.
843
De panicular imponancia resulta ampliar el Programa de los Hogares de Bienestar
Infantil a las zonas rurales y para los niflos menores de dos afios. pues aunque éste ha
sido creado fundamentalmente para zonas urbanas y cabeceras de los departamen-
tos. donde la densidad de pOblación es adecuada. la efectividad de sus resultados y
las excelentes expectativas que genera hacia el futuro han intensificado la necesidad
de su aplicación en las zonas rurales donde el problema nutricional constituye un
grave obstáculo para el desarrollo social.
2. Política de Descentralización
844
como modificaciones que han venido tomando lugar en las estructuras administrati-
vas del IDEMA, el INCORA, el HIMAT, el DRI y el INDERENA.
En razón del crítico papel que juega la participación de las comunidades locales en
cuanto a la información. el potencial de recursos disponibles y la agilidad en la
implementación de las decisiones. la organización y autogestión comunitaria cons-
tituyen piezas claves para el éxito de la polftica de descentralización. Por esta causa.
la organización y preparación de las comunidades para dicho propósito debe consti-
tuir una de las prioridades básicas de la po]{tica de descentralización.
3. Política Gremial
845
ción y representan intereses de sectores bien definidos. La conformación, organiza-
ción y participación de tales grupos en orientación y definición de la política
agropecuaria, y por ende el apoyo que el Estado dé a su trabajo, puede jugar un papel
destacado en la implementación de la estrategia agropecuaria. Concretamente, la
acción de los gremios podría llegar a ser de especial relevancia en tres áreas: la
introducción del cambio tecnológico; la creación de mecanismos de modernización
de la economía campesina y en particular en la generación de empleos no agrícolas
en áreas rurales; y la creación de un sistema de información.
Pero más importante que desarrollos específicos en estas áreas de concertación, sería
la creación de una conciencia gremial sobre la necesidad de disponer y defender una
estrategia para el sector, con base en la cual se prosiga una polftica orientada de
manera coherente y continua en busca de objetivos de crecimiento y de mayor
equidad. Ello es necesario porque la mayor debilidad de la polltica gremial, y de su
expresión frente al Estado, se ha reflejado en el carácter corto-placista de muchos de
los pronunciamientos gremiales.
De otra parte posiciones proteccionistas a ultranza, o la búsqueda de suhsidios
incompatibles con la política macroeconómica o con el logro de una mayor equidad,
poco contribuyen al diseño de polfticas estables y coherentes a largo plazo.
Por eso los cambios más deseables en materia de orientación de la polftica gremial
tendrían que ver no tanto con las decisiones gubernamentales, como con acciones a
su interior que les posibiliten un mayor grado de interlocución y de legitimidad
social. Esto último se facilitaría si la polftica gremial recupera credibilidad demos-
trando que la defensa de la polftica sectorial concuerda con el interés más general del
crecimiento económico global y el logro de metas de equidad. La eficacia de la
interlocución devendría del fortalecimiento de los gremios en la formulación técnica
de sus propuestas, en especial en la consideración de las limitaciones de la política
macroeconómica para lograr las mismas.
Todo esto aconsejaría el emprendimiento de una reforma gremial como comple-
mento a la reforma institucional iniciada por el sector público. El accionar de los
gremios debería trascender la defensa de los intereses inmediatos, abarcar además el
apoyo a la introducción del cambio tecnológico y la búsqueda de mecanismos para
promover el empleo rural no agropecuario, especialmente a través de los programas
de transformación inicial de productos ligados a la pequeña producción agrícola.
846
que los gremios puedan celebrar con el ICA convenios de investigación y transfe-
rencia tecnológica. Tales convenios podrlan apoyarse en los Fondos de Fomentos
por Productos, cuando la solidez financiera y administrativa de los mismos lo
permita, o en la transferencia de recursos presupuestales de cofinanciación, previos
los estudios que demuestren la mayor eficacia de este esquema frente a la utilización
directa de los recursos por parte del ICA. Cualquiera que sea el mecanismo de
financiamiento los Fondos deberlan integrarse al Comité Nacional de Transferencia
de Tecnología y al de Seguridad Alimentaria.
Aunque algunos no han sido llevados todavía a la práctica, lo cual hace difícil juzgar
acerca de su efectividad real, no cabe duda que mediante tales cambios se buscó
remediar las más importantes deficiencias en la organización institucional. En lo que
sigue se intenta identificar algunas sugerencias que buscan profundizar este proceso
de reordenalÍliento institucional.
A. ESPECIALIZACION y COORDlNACION
847
ter inter o supra sectorial, tal como se ha señalado anteriormente, Sobresalen, entre
éstos, los programas dirigidos al desarrollo rural integral, a la reforma agraria
integral, al desarrollo agroindustrial, a la seguridad alimentaria, al disello y ejecu-
ción de una política tecnológica y su transferencia, y al desarrollo y ejecución de una
polItica en el campo de los recursos naturales renovables.
Como se ha visto, en estos casos que exigen una dirección y autoridad suprasecto-
riales, las funciones y comités dependientes de una autoridad apenas sectorial, como
el Ministerio de Agricultura, tienden a volverse inoperantes en la práctica; tanto el
CONPES como el Departamento Nacional de Planeación, por la misma naturaleza
de sus funciones, han dejado en este sentido algunos vados. Por esta razón parecerla
conveniente establecer unos comités técnicos permanentes de apoyo al CONPES,
coordinados por Planeación Nacional pero con una participación práctica más
directa y continua del Ministerio y de las entidades involucradas en tales estrategias
y programas.
Para los propósitos de una mejor coordinación parece recomendable que las fun-
ciones de todo Comité estén respaldadas por la responsabilidad y actividades
permanentes, asignadas como funciones, de una unidad perteneciente a la estructura
del Ministerio o alguna otra entidad, según el caso, para garantizar la efectividad,la
continuidad, la coherencia y la memoria institucional de las labores correspondien-
tes a los Comités, lo cual ha constituido, por norma general, un vacío en el pasado.
Esto no implica la creación de unidades administrativas adicionales para este fin,
sino la adscripción de las funciones correspondientes a unidades ya existentes, cuyas
actividades estén relacionadas directamente con los objetivos y funciones de los
respectivos Comités.
848
involucra dentro de esta Subdirección solamente una División, correspondiente a la
de Crédito Agropecuario.
849
reclasificación de cargos, buscando que las responsabilidades guarden relación con
los niveles de remuneración, en particular con los de las otras entidades adscritas y
vinculadas al Ministerio de Agricultura, y a través de una evaluación técnica de las
verdaderas cargas de trabajo requeridas, de tal manera que este proceso pueda
adelantarse y culminar sin notables incrementos presupuestales, para garantizar su
factibilidad dentro de las condiciones de la política fiscal.
El modelo institucional agrario debe buscar una integración entre la política macro-
económica, la de precios y la de generación y transferencia de tecnología.
De otro lado, se recomienda adicionar en forma similar las funciones del Consejo
Nacional de Transferencia de Tecnología, y dar representación dentro de este
Consejo al Departamento Nacional de Planeación, la cual podría recaer en la Unidad
de Estudios Agrarios.
850
investigación y transferencia de la tecnología. Por consiguiente, no deberían formar
parte de sus funciones las actividades de producción y comercialización de insumos,
ni las de capacitación.
Desde el punto de vista institucional. el ICA debería ser concebido más como un
promotor y coordinador del uso óptimo de los recursos de que dispone el país en su
conjunto. para una adecuada generación de la tecnología y su transferencia, más que
como una entidad responsable de adelantar directamente todas las acciones reque-
ridas en este campo, labor que sería a todas luces imposible. Dentro de tal contexto,
el ICA debe buscar generalizar ejemplos como el del Centro de Investigaciones
Cafeteras, CENICAFE, y el Centro de Investigaciones de la Caña, CENICAÑA,
para que otras organizaciones gremiales, como la de arroceros, algodoneros y
cacaoteros. entre otras. puedan asumir directamente la responsabilidad de generar su
propia tecnología; es claro que. con todo el apoyo técnico logístico e institucional
que pueda prestarles el Instituto.
851
El proceso de reorganización de la investigación, a través de la reestructuración
organizacional que ha puesto en marcha ellCA principalmente a través del Decreto
2326 de 1989 dentro del cual van a desaparecer las disciplinas como bases modu-
lares, para consolidar grupos básicos multidisciplinarios por especies agrícolas y
pecuarias en los centros pilotos de investigación, responde a una necesidad urgente
para la mejor asignación de los recursos disponibles. Por esta razón, resulta reco-
mendable promover todo el apoyo institucional posible para agilizar y consolidar
estas transformaciones .
Por ello quizá la única solución general y eficaz en este campo radique en el aumento
de los alcances y el cambio de eestatus institucional del lNDERENA, tal como se
sellalará al analizar las recomendaciones sobre la polftica de recursos naturales.
De conformidad con los principios que han inspirado a la reforma agraria. precisa-
dos aún más en la Ley 30 de 1988 en el sentido de buscar la integralidad y
complementariedad de la acción interinstitucional, bajo el criterio de que la reforma
es responsabilidad de todo el Estado colombiano y no de una institución en parti-
cular. se requiere una mayor especialización del lNCORA desde el punto de vista
operativo, en el desarrollo de su objeto social principal. cual es la democratización y
transformación de la estructura de tenencia de la tierra.
Esa especialización se ha buscado por medio del Decreto 2175 de 1989. modifica-
toria de la estructura orgánica del INCORA. que apunta a fortalecer los mecanismos
de planeación, evaluación y control, en consonancia con los lineamientos adoptados
por la Ley 30 de 1988, de planeación global y ejecución sectorial. Este fortaleci-
miento deberá darse alrededor de los estudios tendientes a identificar y seleccionar
las zonas objeto de programas de reforma agraria, que deberán contener, además de
lo prescrito en la Ley 30 de 1988. estudios sobre las acciones y capacidad operativa,
técnica y financiera de las demás instituciones que deben ejecutar programas dentro
de las zonas de reforma agraria.
En concordancia con lo anterior, debe buscarse una planeación regional más deta-
852
llada y realista en cuanto a la responsabilidad y alcance de la acción de cada una de
las instituciones involucradas.
Para procurar dicha coherencia no parece suficiente la acción que se podría adelantar
al respecto en el seno de los Comités de Gabinete y de coordinación Ejecutiva del
Ministerio de Agricultura. En tal sentido, resulta recomendable modificar la com-
posición de la Comisión Nacional de Irrigación y Drenaje, y atribuirle nuevas
funciones y responsabilidades como ente coordinador y evaluador de la aplicación
de la política de adecuación de tierras.
853
Con respecto a su composición, ésta básicamente debería recaer en el Ministerio de
Agricultura, que la presidiría, el RIMAT, el INCORA, la Unidad de Estudios
Agrarios del DNP, ICA y SENA.
854
Como se seflaló anterionnente el Decreto 501 confinnó para el IDEMA la facultad
de otorgar crédito en dinero a las cooperativas, con cargo a los cupos de redescuento
que se establezcan para este efecto. Esta función del Instituto es contraproducente
desde el punto de vista de la especialización institucional, pues podría abrir para el
IDEMA un nuevo campo de acción como entidad crediticia, contribuyendo con ello
a la dispersión de sus objetivos, a la complejidad de su administración y a ignorar o
minimizar las posibilidades de coordinación con otras entidades especializadas en
tales tareas. Por consiguiente, lo recomendable es que dicha función no sea cumplida
directamente por el IDEMA y más bien se sustituya por el establecimiento de
contratos de fiducia con las entidades crediticias del sector, para la administración de
los recursos involucrados, conservando el IDEMA el mandato sobre las destina-
ciones, características y condiciones de los créditos. Tales contratos de fiducia se
enmarcarían dentro de lo preceptuado por la Ley 16 de 1990.
Por otra parte, tal como también se seflaló antes, dadas las peculiaridades de dicha
actividad, es casi seguro que ella no podrá ser desarrollada sino al costo de pérdidas
para el Instituto, como lo demuestran las experiencias anteriores de comercializa-
ción en regiones apartadas de los grandes centros de consumo, confundiendo nue-
vamente el espíritu de empresa comercial enfatizado en la Ley 18 de 1985, y en la
práctica minando el adecuado arreglo institucional que ésta dispuso acerca del
establecimiento de subsidios pennanentes. Sería recomendable, entonces, que el
IDÉMA desarrolle sus esfuerzos en este campo por vías indirectas, fomentando,
estimulando y apoyando la constitución de otros entes, basados en la iniciativa
privada y cooperativa de los interesados en este tipo de comercialización. Acciones
que serían coherentes con las recomendaciones que se fonnulan en el terreno de la
economía campesina.
855
de ingentes esfuerzos políticos. legales. administrativos y presupuestales por parte
del sector público.
Por ello sería conveniente que el actual DRI se convirtiese en un Fondo de Fman-
ciamiento del Desarrollo Rural. el cual operaría como una cuenta administrada
desde el punto de vista operativo. según el caso. por la Financiera de Desarrollo
Territorial y del Fondo para el Financiamiento del sector Agropecuario. destinando
sus recursos al mejoramiento de la infraestructura rural o posibilitando transforma-
ciones en las condiciones de la producción de la economia campesina. Esta opción
reduciría los costos de operación y tendría la ventaja de permitir una mayor inge-
rencia del Ministerio y del sector en la asignación de los recursos para el desarrollo
rural.
Los beneficiarios del Fondo de Desarrollo Rural serían los municipios. los departa-
mentos y otras entidades públicas y privadas del sector. en condiciones de acceso
variables según los usuarios y los propósitos especlficos a que se destinasen los
recursos.
Los funcionarios del DRI cooperarían con los usuarios para mejorar la elaboración
de los proyectos e intervendrían en su evaluación técnica. pero no ejercerían fun-
ciones de evaluación crediticia. también en concordancia con lo establecido en la
Ley 16de 1990.
El Fondo operaría con !fneas de crédito para los proyectos en que existe retorno
financiero y con aportes no reembolsables para proyectos de carácter "social" o
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"público", o que correspondan a inversiones que actualmente realiza la Nación.
Como se explicará al abordar la política de crédito los mayores retos que afronta la
nueva organización institucional están relacionados con la posibilidad de establecer
planes de coordinación entre las entidades especializadas en el financiamiento
sectorial, para reducir sus costos; con la elevación de la eficiencia de la Caja Agraria
y la necesidad de que ella no recurra de manera pennanente al presupuesto nacional
para cubrir sus déficit operativos; y con el establecimiento de FINAGRO como una
entidad orientadora de la política de crédito sin necesidad de tener una compleja
organización administrativa, porque para este propósito podrfa recumrse a la red de
oficinas de los intennediarios especializados.
A. SITUAClON ACTUAL
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Sin embargo, el Sector se caracteriza por la ausencia de una política de generación
de información sectorial básica, debido a la deficiente calidad y oportmúdad de la
existente; la no integración lógica y física; la carencia de sistemas de previsión
sectoriales y globales, así como de modelos de evaluación de impacto; la inestabili-
dad o falta de regularidad en los procesos de obtención de la información, y la escasa
disponibilidad de información relacionada con algunos subsectores del Sector Agro-
pecuario.
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infonnación sectorial no es posible la detenninación de la precisión de las estima-
ciones y pronósticos que se realizan a través del mismo y no hay consistencia en la
recolección de datos departamentales. además de que sus resultados no son defendibles
estadísticamente por cuanto para la metodología aplicada no se tiene una teoría
estadística que la sustente. En consecuencia, la infonnación obtenida por el método
del consenso es bastante cuestionable. no sólo por los problemas teóricos. operativos
y organizacionales que este método presenta. sino también por los problemas
igualmente teóricos y metodológicos que presentan los métodos aplicados por
algunas de las entidades participantes en este sistema en sus respectivos procesos de
recolección y tratamiento de la infonnación.
859
proyectos y en consecuencia, la asignación de cuotas anuales según el estado de
avance y ejecución; en el pasado (1986) hubo un intento de montaje de este tipo de
sistema, pero la falta de un decidido apoyo dieron al traste con la implantación del
mismo.
Por último, no existe una memoria institucional sobre las decisiones de política
adoptadas en los últimos allos, de las reacciones que éstas generaron en su imple-
mentación así como del impacto efectivo de las mismas. Como producto de esta
carencia es frecuente encontrar que los asesores individuales realicen su labor de
análisis de las decisiones de política amparados más en la autoridad que les otorga su
capacidad técnica personal, así como en su valiosa experiencia, que en la disponibi-
lidad de información y de técnicas de análisis necesarias para el desarrollo de sus
actividades.
B. ACCIONES FUTURAS
Otra de las acciones prioritarias que deberían ser ejecutadas en el corto plazo es la
relacionada con la investigación de variables sectoriales que hasta la fecha no han
sido objeto de estudio, para lo cual se requiere un gran esfuerzo de concientización
sobre las ventajas que para el Sector representaría el poder disponer de esta infor-
mación.
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Como hasta ahora la política agropecuaria se ha limitado a las variables agroeconó-
micas y a sus incentivos directos. y como es una prioridad el elevar la capacidad de
incidencia del sector en la toma de decisiones de otros sectores. es indispensable que
se integren los instrumentos de la política agropecuaria con los instrumentos de
Política de otros sectores que afectan en forma directa variables significativas de la
vida rural como la infraestructura. la educación y la salud. entre otras. Es por tanto
una necesidad para el Ministerio de Agricultura el poder dotarse de una Base de
Datos que contenga este tipo de información y permita realizar el análisis del
impacto que sobre el Sector tienen las decisiones de política tomadas en otros
sectores y pueda de esta manera incidir en estaS decisiones.
En relación con los modelos. es muy variada la gama que se pueden adoptar. utilizar
o incluso construir en el sector. y que sirven para realizar previsiones de corto.
mediano y largo plazo. efectuar evaluaciones y análisis de impacto de las medidas de
política macroeconómica sobre el sector y de las políticas sectoriales sobre el
conjunto de la economía; evaluar políticas y programas de Seguridad Alimentaria. y
para hacerle el seguimiento al presupuesto de inversión del Estado; no sobra decirlo.
estos modelos deben estar sustentados en un sistema de información estadístico
confiable. actualizado y ajustado a las condiciones institucionales del Sector Agro-
pecuario. Entre los modelos disponibles para su uso en el sector se pueden destacar
el de insumo,producto. que permite evaluar como repercuten sobre el sector las
modificaciones que se operan en el conjunto de la economía así como los cambios a
nivel global generados por variaciones en el comportamiento sectorial; el GAMS-
HERCULES, modelo de equilibrio general que permite analizar y evaluar el impac-
to de las variables sectoriales sobre la actividad económica en su conjunto al igual
que el efecto de las políticas macroeconómicas sobre la agricultura; el SITOD,
instrumento de apoyo a las instituciones responsables de la formulación. ejecución y
evaluación de las políticas y programas de Seguridad Alimentaria; y otros modelos
de tipo econométrico que permiten establecer la dirección de los cambios que se
generan en la producción agrícola ante cambios en alguna(s) de las principales
variables de la política macroecoDÓmica.
Otros modelos que no están disponibles en la actualidad, y que por tanto son
urgentes en su construcción e implementación, son los relacionados con el de
pronóstico de la producción agrícola en el corto plazo, y el que permita conocer
dónde, quién y cómo se ejecuta a nivel sectorial el presupuesto de inversión del
Estado. En el pasado hubo propuestas para la implementación de este tipo de
modelos en el Ministerio de Agricultura. pero fueron abandonados sin que se
hubiesen realizado estudios técnicos previos que justificaran su suspensión; es
recomendable por tanto una evaluación de estos modelos o la implementación de
otros que sean alternativos.
Todas estas acciones requieren, como es apenas obvio. el fortalecimiento técnico del
Ministerio de Agricultura y de sus entidades adscritas y vinculadas, para lo cual es
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indispensable que se realice la capacitación y actualización del personal de estas
entidades, del nivel central y regional, que estará directamente relacionado con la
implementación de estas acciones.
C. CONSIDERACIONES FINALES
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