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A.N.G.E.

L
CAPITULO 1

Una nueva vida


Esta es una historia que nunca he querido contar, pero hoy he recurrido a hacerlo para que te
des cuenta de las vueltas que da la vida, todo empezó cuando con mi hermana gemela
cumplíamos los 12 años, papá y mamá murieron en un accidente y mi hermano Henry (18 años)
quedo a cargo de nosotras, el decidió tomar esa responsabilidad, era algo con lo que ni mi
hermana y yo estábamos de acuerdo, pues veíamos que su proyecto de vida cambiaria, eso era
algo bueno, que teníamos Eimi y yo, que habíamos madurado con rapidez.

Y con todo lo acontecido lo menos que queríamos hacer era ir a nuestro colegio, así que Henry
tomo la decisión de irnos a vivir a otra ciudad, al tomar esta decisión todo empezó a cambiar en
nuestra vida, y no precisamente para bien, cada vez me encerraba más y más en mí, por su parte
mi hermana quien se alejó de mí se volvió en una persona revoltosa y fiestera, poco sabíamos de
lo que estaba por suceder en esa casa.

Un viejo que paso por frente a la casa que mi hermano había comprado con el dinero de la casa
vieja, e hizo una cara de sorpresa y de misterio al mismo tiempo, días después Henry y yo nos
enteramos que en esa casa habían vivido precisamente dos gemelos a los que la música les
apasionaba a más no poder, pero misteriosamente un día desaparecieron dentro de ella, y sus
padres decidieron vender la casa e irse.

En pocas palabras la casa estaba embrujada, según decían los habitantes de este barrio, pero
de igual forma ni Henry ni yo creíamos en ninguna de esas cosas, por lo que no le prestamos la
mayor importancia.

Cierto día en el que estaba tan aburrida que ni un malabarista era capaz de alegrarme decidí ir a
mirar el resto de la casa que no había visto, de pronto en me hallaba en la biblioteca heme ahí,
aburrida a más no poder, y mis ojos buscando en que distraerse, en ello fije mi mirada en un libro
grande de una caratula bastante llamativa con un el nombre de A.N.G.E.L, pero estaba hasta
arriba, pero mi intriga era tal que hice de todo para bajarlo, este libro contenía muchas letras de
canciones, canciones en verdad buenas que llegaban a tu corazón, que describían cada
situación que se pasa en la vida.

De la nada este libro repleto de letras se convirtió en mi mejor amigo, y en la inspiración de


nuevas canciones basadas en las estupideces del colegio, y la vida que tenía en ese momento,
era más que un diario, literalmente un confidente.

Todos los días al llegar del colegio salía corriendo a encerrarme en mi habitación para componer
los ritmos de las letras que existían o para componer la letra de una más, esta inspiración tan
repetitiva, se me estaba esfumando, para mí con los días era cada vez más difícil componer, no
solo porque nunca en la vida lo había hecho, sino porque también pensaba en cómo sería el
chico que las había compuesto.

Pero esas letras se parecía tanto a mí, es como si hubiera hecho contacto con su humanidad
con la simple obra de leer cada una de las páginas de ese libro de su inspiración, no podía por
más que tratara, no conseguía componer ni una sola letra más, mi mente se llenó de curiosidad
por saber quién y cómo habría sido este sujeto.

Salí a la calle a buscar al viejo que nos saludó el primer día que llegamos a la casa o a la señora
del lado quien nos había contado sus creencias sobre el posible embrujo de la casa,
lamentablemente no encontré a ninguno de los dos.
Estando en casa nuevamente me dirigí a la biblioteca a buscar algo que me diera alguna
respuesta sobre el dueño de este libro empecé esta búsqueda libro por libro de esta gran
biblioteca siempre al llegar del colegio tuviera o no tarea siempre me dirigía a la biblioteca, lo
único que me interesaba era encontrar algo que me diera una respuesta sobre el dueño de
ANGEL, hasta tal punto llego mi insistencia que incluso cargaba los libros más pequeños para el
colegio y los leía en los tiempos libres.

Henry y Eimi empezaban a preocuparse por mí, siempre estaba ensimismada en mi y pensativa
en el dueños de ANGEL, no se cual fue el motivo que me empujo a obsesionarme tanto con esto,
sería el misterio o el simple hecho de que Eimi había salido adelante y había superado la muerte
de papá y mamá o por lo menos eso era lo que ella nos hacía creer, o de pronto seria el hecho de
que mis padres ya no estuvieran más con nosotros.

Un fin de semana Henry quiso que saliéramos a distraernos pero yo seguía en esa búsqueda que
no dejaría ni por todo el oro de este mundo, así, que decidí hacer lo que hacía cuando iba al
colegio, empaque en la maleta los libros más pequeños de la biblioteca y los lleve conmigo.

Eimi estaba furiosa –“Hey, nerd cuando dejaras en paz esos libros”, mis ojos se figaron en los
suyos, por que tomaba esa actitud, jamás en la vida Eimi me había tratado mal, nos
aceptábamos tal cual éramos, que había pasado, entonces, fue cuando me di cuenta que no solo
yo había cambiado sino también Eimi, ya no le gustaba estar con migo al mirar sus ojos sentí
como si mirara los de un desconocido, sentí que la conexión tan especial que habíamos tenido
se había perdido.

Henry también se puso bravo, no solo por que cargaba con esos libros para arriba y para abajo,
sino también por la forma en la que me insulto mi hermana.

Henry: -“Eimi no deberías hablarle así a Joanna, y Joanna no sé porque lees todos esos libros
con tanta lectura te vas a volver una sabionda y no quedara espacio para las cosas
importantes”.

-¡Tu cabeza se puede estallar!- Henry en tono burlesco.

Joanna: -Ok, no leeré mas estos libros solo por hoy, pero por dentro tenía afán de esta a solas.

Al llegar a casa volví a encerrarme en la biblioteca, Henry fue detrás mío, -Joanna enserio me
preocupas porque te la pasas tanto tiempo acá, estas ojerosa y flaca.

Henry: -Puedo saber cuál es el misterio, puedo acaso ayudarte con algo, buscas información de
los antiguos dueños de esta casa ¿no es así?

Joanna: -Mira flaco, lo que sucede es que encontré un libro y quisiera saber quién es el autor, me
gusta mucho, pero no tiene caratula, así que pensé que como esta biblioteca está llena de libros
tal vez pueda aquí encontrar el nombre del autor.

Henry: -Vaya, en verdad te fascina ese libro.

Joanna: -Sí, quisiera saber si esa persona escribió más libros.

Me volvía en un mitómana con mi hermano, a quien siempre le contaba todo después de a Eimi.
Por miedo a lo que pudiera hacer.

Henry: -Uhmm, ya veo. Pero no es mejor si vas al internet, creo que hay es más fácil que
encuentres información.

Joanna: -Ahh, si pero. Es que todos recurren al internet, si se tienen estos libros y puedo
encontrar otro libro igual de fascinante para que ir a internet, no te parece flaco.

Henry: -Si tú lo dices. Pero prométeme que no estarás tan ensimismada en ti y ese dichoso libro,
enserio me preocupas. Pareces vampiroooo, me dice Henry en tono burlesco.
Henry cerró la puerta de la biblioteca y por un momento me quede con los ojos fijos en la nada,
que está pasando Eimi me mira con recelo, y le acabo de mentir a Henry, las cosas han
cambiado mucho más de lo que pensaba, que estará pasando con mi hermana, apenas me
saluda.

Pero volví a lo que estaba, -quizá esa es la manera en que Eimi busca superar su pena-

Ya había pasado la media noche y yo seguía en la biblioteca, me fui a la cama lo más


sigilosamente posible, y cuando iba llegando a la puerta de mi habitación, Eimi abrió la puerta
de la suya.

Eimi: –Que estás haciendo ¿sigues con tus ínfulas de Nerd, hermanita?, y alzo la ceja.

Joanna: -Si algo así es lo que hago Eimi y ¿porque estas levantada a estas horas?

Eimi: -Que te importa, no actúes como mi madre ella ya murió, no me molestes.

Veía como se le cristalizaban los ojos a Eimi cuando hablaba de nuestra madre, la quería mucho,
no había podido superar lo sucedido. Se dejo ver frágil tan frágil como jamás la había visto.

Eimi: -Me largo

Y me dio la espalda y se dirigió a la cocina, no pude evitar seguirla, temía que fuera a hacer algo
grave, que se fuera a ir de la casa o que estuviera en malos pasos, tomo un vaso de agua con
lagrimas en los ojos y se sentó en el suelo y suspiro profundamente, yo seguía escondida detrás
de la puerta, luego se dirigió a la televisión y cambio de canales hasta que por fin se quedo
dormida, serian tal vez las 2 de la mañana así que me fui a dormir hasta la hora de ir al colegio.

Días después

Cada vez me vuelvo mas obsesiva son el bendito libro, no he logrado encontrar nada aun, he
aprendido muchas cosas, pero no dejo de perder de vista mi objetivo principal conocer quien o
quienes son los verdaderos dueños del libro, porque siento esta conexión especial, es como si
nuestras almas se hubiesen conocido tal vez en otro tiempo, es algo que no puedo ni explicar ni
entender.

Aun así no deja de preocuparme mi relación con mis hermanos no bastando con le lejanía que
existe entre mi hermana y yo, Henry llega todos los días demasiado cansado y tarde, y con esta
obsesión con el libro, cada uno en su mundo, a duras penas si nos saludamos en las mañanas.

Y en el colegio Eimi toma clases totalmente diferentes a mí, solo por no tenerme cerca, o eso es
lo que creo, mamá nos enseño que no debíamos juzgar a la ligera, y menos a los integrantes de
la familia, pero Eimi no me habla, se acerca nuestra fecha de cumpleaños, siempre lo
celebrábamos juntos pero no sé como ira a ser esta vez, aun siento el vacio de la muerte de mis
padres.

¿Henry tendrá algo pensado?, también se acerca su fecha de cumpleaños, se que debo hacer
algo especial, se ha convertido en alguien totalmente diferente a quien era, es muy responsable
con nosotras y aunque no hablemos mucho, se que él está al pendiente de nosotras.

Entre pensamientos se me fue el día y no busque mucho en la biblioteca, sé que si voy y hablo
con alguno de los dos vecinos me puedan dar algunas pistas de su dueño, pero le tengo miedo al
anciano y la señora del lado, se la pasaba trabajando en la misma empresa en la que trabajaba
Henry.

Estoy tan cansada que es mejor ir a dormir, ya llevo mucho tiempo sin dormir bien, me asomo a
la habitación de Eimi, y la encuentro muy concentrada en un libro del colegio.

Eimi: -Que haces chismosa, vienes a ver que me comporte bien, para después ¿poder ir a darle
quejas a Henry?
No entiendo la actitud de Eimi. Un día sus ojos son furia y rabia con el mundo y otro día es un
océano de calma.

Eimi: -Jajajajaja, deberías ver tu cara, te ves demasiado amargada hermanita, ¿ya acabaste de
leer tus libritos?

Joanna: - Si creo que ya es suficiente por hoy, que duermas.

Eimi: - Que descanses

Di la vuelta a salir de la habitación

Eimi: - Perdón por mi actitud de estos días, te quiero mucho fea.

Al voltear a verla me saco la lengua, y le devolví una sonrisa.

Días después

Mañana es la fecha de cumpleaños de Eimi y mía, y no tengo ganas de celebración hace días
que he dejado atrás la investigación del libro los profesores han dejado demasiada tarea y no
tengo tiempo para nada, además de ello me la he pasado con mucho desaliento, siento como si
estuviera viviendo un sueño, solo basta con llegar a la casa para querer tocar la cama y dormir
por horas.

Eimi se ha dado cuenta de ello, pero no he querido que le cuente nada a Henry se preocuparía
en vano, sin embargo siento que ya va siendo tiempo de contárselo, ya empiezo a preocuparme
es mucho tiempo sin ganas de absolutamente nada, solo de dormir hasta donde no pueda mas.

Eimi- Joanna te sientes bien, ya llevas mucho tiempo con lo mismo, no comes bien, en el colegio
en el descanso apenas sales del salón y llegas a casa con ganas de dormir hasta la tarde, me
preocupas, tú que eres tan enérgica, te ves muy cansada.

Joanna- Pues la verdad no sé, creo que ya va siendo hora de hablar con Henry, también me
preocupa tanto tiempo, con este cansancio que no solo es físico sino también sicológico, es
como si todo estuviera de cabeza.

Eimi se acerco a mí, y me acaricio la cabeza, mientras me miraba fijamente a los ojos, con una
mirada que solo mi madre era capaz de expresar, como diciéndome tienes razón.

En la tarde estaba tirada en el piso de mi habitación, no recuerdo como llegue a esto, he estado
consciente de lo que he estado haciendo, pero con mi cabeza como está ahora no entiendo lo
que me sucede, solo se pasa el tiempo y yo solo quiero dormir, creo que jamás me había
obsesionado tanto con la investigación de algo, y aun son lo enferma que estoy no dejo de
pensar, en el dueño, me matan estos pensamientos tan constantes, aun miro las letras del libro y
siento una conexión especial.

De repente llego Henry, y se quedo mirándome fijamente, alcance a preocuparme, ¿qué he hecho
porque me mira así?

Henry- Eimi ¿puedes venir al cuarto de Joanna?, Joanna te sientes bien, porque estas en el piso
de tu cuarto, ¿no es más cómoda la cama?

Joanna- Si, lo siento, es que me quede pensando

Henry – ¿Pensando?, ¿En qué piensas?

Joanna – En que ya hace casi un año de lo de mis padres, y aun se siente un vacio muy grande

Henry – tienes razón, es algo que duele aun al hablar, se siente un vacio muy grande, ¿Pero
sabes que me impresiona? , me pregunta mientras me alza a la cama
Joanna - ¿Qué?, en ese momento Eimi llego a la alcoba, y Henry volteo a mirarla con amor.

Henry – Que ustedes dos han sido muy fuertes, y me han fortalecido a mí, se que todo ha
cambiado, y que el vacio de mis padres no se llenara nunca, era mucho el amor que nos
profesaban, eran un buenos padres, de esos que son amorosos entre ellos y con nosotros, y nos
han educado bien, pero aun no dejan de preocuparme, mis pequeñas hermanas.

Nos tomo a las dos y nos abrazo, como no lo había hecho desde el funeral de mis padres, hace
tiempo que no nos comunicábamos, hace mucho que no nos abrazábamos.

Joanna- Los quiero mucho.

Eimi – Yo también.

Y nos miramos a los ojos, y reímos con cariño.

Día del cumpleaños

Henry preparo una pequeña reunión para que Eimi y yo celebráramos nuestros cumpleaños con
nuestros amigos, pero la verdad era que yo no tenía amigos, a veces hablaba con Katherine pero
no la consideraba como una verdadera amiga, por otro lado estaba ese profundo cansancio que
sentía, y que no se me quitaba con nada, y un vacio en el pecho que no lograba llenarse, tantas
cosas juntas querían hacer de mi una bomba.

Henry- ¿Como amaneció la come libros numero uno?, me pregunto en tono burlesco.

Joanna – Bien, le respondí con mala cara.

Henry – Lo siento si te hice sentir mal, es que siempre molestábamos, y ahora las siento tan
distantes en especial a ti, es como si me hubieran cambiado mi hermanita y no me hubiera dado
cuenta de ello.

Joanna- no, perdóname tu a mí, es que me siento tan cansada, tan estresada, que nada logra
reponerme

Henry – Eso es porque le dedicas demasiado tiempo a la lectura, y porque al igual que yo no has
hecho duelo a lo sucedido con nuestros padres.

Joanna – Puede que si sea eso, y quisiera dormir un poco más si es posible.

Henry – Esta bien al rato vengo a despertarte, me dijo mientras sus ojos mostraban una
preocupación de padre.

Joanna – Porque me miras así, créeme voy estar bien. Le dije mientras le acariciaba la espalda,
luego le di un beso en la mejilla y volví a la cama.

Horas más tarde Eimi fue a despertarme, para que nos arregláramos para la reunión, aunque no
tenía en lo absoluto ganas de estar en ella, el entusiasmo que mostraba Eimi me dio fuerzas y
me levante a arreglarme.

Eimi – Ahora vengo y te ayudo a arreglarte, tienes que verte hermosa, más que de costumbre. Mi
hermana sabe lo mala que soy a la hora de arreglarme para un evento, no tengo la culpa me
gusta la simplicidad en las cosas.

Me entre a bañar, y al salir Eimi me había dejado la ropa que debía ponerme sobre la cama, era
una ropa que habían comprado con Henry el día que fueron de compras y yo no quise ir, por estar
con la obsesión del bendito libro.
Me vestí, con rapidez y baje a ayudar a Henry con lo de la reunión, pero ya todo estaba
organizado, y no faltaba mucho para que llegaran los invitados, Eimi se me acerco con una
sonrisa en la cara.

Eimi – Joanna, espero que no te pongas furiosa, pero yo invite a Katherine la niña con la que a
veces pasas el descanso.

Joanna – No está bien, yo no me acorde de invitarla, te lo agradezco. Y le di un abrazo como


hace ratos no le daba, Eimi me respondió al abrazo, y se nos unió Henry.

Henry – Mis pequeñas hermanas hace mucho tiempo que no las veía tan unidas, no saben la
alegría que me da verlas, como antes.

Y las dos sonreímos al tiempo.

La primera en llegar fue Katherine, lo cual fue un gran alivio, no me imaginaba, con todos los
amigos de Eimi en la casa, y yo en mi soledad en un rincón de la casa, con lo mucho que me
cuesta sociabilizar. Katherine traía un regalo para cada una y se dirigió a mí con una mirada un
tanto acusadora.

Katherine – Hola niñas, como están este es un pequeño regalo para ustedes en su cumpleaños. Y
me hizo caras como de tenemos que hablar. Así que yo la lleve a la cocina.

Joanna – ¿quieres algo de tomar?

Katherine – No gracias, ¿puedo saber porque no me invitaste a la fiesta y tuve que esperar a que
tu hermana lo hiciera, si ni siquiera hablo con ella?

Joanna – Katy perdóname, es que tengo la cabeza en otro lado no recordaba lo de la reunión.

Katherine – ¿Como no vas a recordar tu fiesta de cumpleaños?

Joanna – No te enojes, como ya te dije tengo la cabeza en otro lado.

Katherine – Adivino… en tus dichosos libros.

Joanna – Si. En los libros, me perdonas. Y le hice caras, Katy sonrió y me abrazo, perdonada,
pero que no vuelva a pasar, y volvió a sonreír.

Al poco rato empezaron a llegar los amigos de Eimi, ninguno se me hacia conocido, tan
despreocupada del resto del mundo la pasaba, tan elevada en los pensamientos del libro
misterioso, que no me había dado tiempo para sociabilizar con nadie. Eimi se preocupaba por
presentarlos todos a Henry y a mí, pero no tenia humor para nada, me puse una máscara al
inicio de la reunión que no sería retirada hasta la hora de dormir, aunque por dentro tenía ganas
de salir corriendo a un lugar tranquilo para descansar, sabía que tenía que mostrar la mejor
actitud, porque Henry había puesto lo todo de él para que Eimi y yo celebráramos nuestro
cumpleaños. Había chicos apuestos, pero muy inmaduros, no lograba ubicarme en este campo
de pubertos donde había risa tras risa, y así pasaron las horas hasta que por fin termino la
reunión. Una vez se fueron todos los invitados, corrí a ayudar a Henry a arreglar todo para poder
ir a dormir, y así termino uno de los días más largos que haya podido vivir.

CAPITULO 2

Olvidando el misterio
Una semana después

He tenido unos días de descanso que me bastaron para despejar la mente y pasar más tiempo
concentrada en los estudios y mi relación con mis hermanos, hace unos días Katherine vino a
mi casa y tuvimos una tarde de charla como hace mucho no tenia, comprendió muchas cosas
acerca de mi, pero no me atreví a decirle mucho del libro si bien para mí era un misterio, los
demás no merecían saber nada de él.

Se acerca el cumpleaños de Henry, y no hemos planeado nada con Eimi, algo tenemos que
preparar Henry más que el responsable de nosotras ha sido como un amigo y un padre, ha
estado siempre que lo necesitamos se ha convertido no solo en alguien a quien admirar sino a
quien agradecerle infinitamente.

Me recosté en mi cama a pensar en mi conversación con mi hermana y el cumpleaños de mi


hermanos y mientras miraba al techo divagando en mi mente, escuche un ruido que venía de
algún lugar de la casa pero no lograba identificar el lugar exacto de donde provenía este ruido,
era como si alguien estuviera caminando, lo extraño era que Eimi estaba durmiendo y mi
hermano aun no llegaba del trabajo empecé a ponerme nerviosa los bellos de mis brazos se
erizaron, y para cuando baje a la biblioteca este ruido había cesado, de repente se abrió la
puerta principal y brinque literalmente del susto, era Henry quien se notaba un poco cansado,
pero con todo y su cansancio me saludo me llevo a la cocina y charlamos un rato mientras él se
relajaba le prepare un té helado, le gustaba como me quedaba y hace mucho que no consentía
un poco a mi Henry.

Al poco rato se nos unió a la conversación Eimi y entre bromas y conversación se nos fue el
tiempo, cuando nos dimos cuenta era demasiado tarde y teníamos que ir a descansar para un
día de estudios y trabajo, así que nos despedimos y nos fuimos a dormir, me sentí muy feliz era
como si estuviéramos en la vieja casa, era como si nosotros hubiéramos quedado intactos en el
tiempo.

A la mañana siguiente se me había olvidado por completo ese ruido extraño, estaba tan feliz con
todo lo que había sucedido y aun no sabía que se podía hacer para que el cumpleaños de Henry
no pasara desapercibido, así que antes de bajar a desayunar llame a Eimi.

Joanna – Eimi necesito hablar contigo. Le dije en tono serio

Eimi – Que sucede me preocupas, ¿hice algo malo?

Joanna – No, para nada, quiero que hablemos del cumpleaños de Henry.

Eimi – Ah, ya es eso, si también pienso que tenemos que lucirnos con su cumpleaños Henry ha
hecho tanto por nosotras, es increíble su cambio, lo responsable que se ha vuelto y su madurez
me impresionan.

Joanna – Así es, es increíble todo lo que ha cambiado para bien, y todo por nuestro bienestar.

Eimi – Entonces, para hacerle una fiesta va a ser un tanto complicado no le conozco un solo
amigo desde que llegamos aquí.

Eimi tenía razón, nos habíamos concentrado tanto en nosotras que apenas sabíamos el lugar de
trabajo de Henry, eso me desilusiono mucho. Y en ese momento Henry nos llamo para bajar a
desayunar, a si que dejamos la conversación para la tarde.

El día se había ido muy rápido, y en mi cabeza aun seguía que por mi obsesión con el libro había
dejado de lado a Henry y a Eimi, no sabía mucho de la nueva vida de ellos, ¿Henry tendrá novia?,
eso estaría súper, le alegraría un poco la vida, ¿tendrá muchos amigos?, siempre ha sabido
como sociabilizar, eso jamás se le ha dificultado a Henry, o por el contrario se habrá preocupado
tanto por el bienestar de sus pequeñas hermanas que ha olvidado que tiene vida propia, todo
esto pasaba por mi cabeza cuando volví a escuchar un ruido en la parte baja de la casa pero no
lograba identificar el lugar de donde provenía el ruido, cuando estaba bajando a la biblioteca
para identificar el lugar me llamo Eimi para continuar con nuestra conversación.

Eimi – Sabes tontica, creo que deberíamos ir a su lugar de trabajo e investigar sobre sus amigos,
¿no crees?
Joanna – Tienes razón, hemos sido un poco egoístas con Henry, se preocupa tanto por nosotras
y nosotras lo tenemos un poquito abandonado

Henry – De que hablan, no me gusta verlas tan congeniadas, que planean Eimi tiene una mirada
que la delata, que diabluras van a hacer esta vez par de loquillas.

Joanna – Nada, tenlo por seguro, es más, quiero proponerte algo, como hemos estado tan unidos
últimamente y nuestros padres nos llevaban algunos fines de semana a su trabajo, que te parece
si hoy te acompañamos, no tenemos tareas. - Henry me corto en seco.

Henry – Espera un momento, ¿qué tiene que ver mi trabajo con nuestra unión y con la miradita
de Eimi?

Eimi – Cual miradita, no me molestes, y Joanna tiene razón es que no te conocemos amigos y
además todos los fines de semana estamos aquí encerradas desde que tomaste los turnos de
los fines de semana, hay tienes tu nos llevas y nosotras te ayudamos en tu trabajo en lo que
necesites, que te parece.

Henry sonrió de lado, nos miro misteriosa mente, y luego de acariciar nuestros rostros, acepto.

Henry – Esta bien, ¿seguro que me ayudaran, no?

Joanna y Eimi - ¡Sí!

Henry – Apresúrense a dormir, necesito que trabajen mi par de ayudantes para rendir al cien por
ciento. Y volvió a sonreír con cara de no lo creo.

Eimi – Esta bien, que descansen. Y se fue a dormir con cara del sacrificio que se hace por el
cariño a Henry.

Joanna – Hasta mañana, que descansen. Y le di un beso a Henry y otra a Eimi.

Mañana siguiente

Sonó el despertador y abrí los ojos con mucho esfuerzo, me había costado dormir ahora además
de mi relación un tanto egoísta con mi hermano, pensaba es aquellos sonidos, ¿serán mi
imaginación? o acaso ¿será que esta obsesión con el libro y lo misterioso que parecía me
estaban enloqueciendo?, me asustaba todo esto. Por la puerta de mi habitación se asomo ese
rostro familiar.

Eimi – Hola. Me saludo con gran energía mientras abría las cortinas de mi habitación, luego
volteo la mirada hacia mí, mientras yo clavaba mi rostro en la almohada.

Joanna – Dame unos minutos. Le respondí mientras volví la mirada hacia Eimi.

Eimi – Que tienes, te ves muy mal, ¿estás enferma?

Joanna – No, estuve muy pensativa y no logre dormir mucho, me ha costado un tanto dormir bien
últimamente.

Eimi – Entonces es mejor que no vallas en esas condiciones al trabajo de Henry, te ves muy
pálida.

Joanna – No, tengo que cumplir la cita, si anoche Henry dudaba en llevarnos no puedo sacar
escusas tengo que ir, sabes que esto es muy importante.

Eimi – Si, pero no lo es tanto como tu salud.

Joanna – Tranquilízate, solo dame unos minutos me arreglo y bajo a desayunar.

Eimi – No seas necia, insisto tu salud esta primero y no te ves bien.


Joanna – Tu sabes que una cosa es lo que se ve y otra la que se siente, créeme cuando te digo
que estoy bien, solo es cansancio, luego descansare.

Eimi – Espero no pasé a mayores, ayudare a Henry con el desayuno, abajo te espero.

Joanna – Si, ya bajo, Eimi no le digas nada a Henry no quiero que se preocupe y no nos lleve.

Eimi – OK.

Me metí en la ducha y espere que el chorro frio me despertara, sin embargo aun seguía
adormilada, luego fui a arreglarme y baje a desayunar, mientras mis hermanos servían el
desayuno, después de ello salimos rumbo al trabajo de Henry.

Al subir al carro quede dormida al instante, no podía explicar este cansancio tan incesante,
siempre estaba cansada, y ahora escuchaba ruidos lo que empezaba a preocuparme, ¿serán
producto de mi cansancio?, debe ser eso, la verdad no dejaba de preocuparme el hecho de que
mi cabeza empezara a fallar producto de tanto estrés relacionado con la falta de sociabilización
con el resto del mundo y mi obsesión con un libro cuyo dueños eran absolutamente
desconocidos para mí, pero demasiado cercanos, mientras soñaba con un lindo día soleado
llegamos al trabajo de Henry.

El primero que nos saludo fue su jefe Ernesto, quien parecía ser una buena persona.

Henry: - Señor Ernesto, ellas son mis hermanas Eimi y Joanna.

Eimi y Joanna: - Mucho gusto señor…

Eimi: - Le prometemos que no vamos a estorbar es mas venimos a ayudar un poco si es posible.

Ernesto: - Claro que si, por aquí les tengo algo de trabajo que se que ustedes podrán hacer, se ve
que son dos niñas muy inteligentes.

Eimi y Henry: Muchas gracias.

Luego el señor Ernesto nos llevo a una oficina repleta de papeles y nos pidió el favor de
organizarla, mientras yo pensaba en cómo hacer para conocer los compañeros y amigos de
trabajo de mi hermano, luego de indicarnos cómo organizar tanto papel el señor Ernesto se fue
dejándonos la responsabilidad entera a mi hermana y a mí. Estuvimos toda la mañana
arreglando todo tan entretenidas estábamos en ello que no nos dimos cuenta en qué momento
se nos fue el tiempo hasta que Henry nos llamo para ir a almorzar, por fin se había llegado el
momento de conocer los amigos de mi hermano.

Eimi: - Esto nos ha quitado mucho tiempo, tenemos que aprovechar la hora de almuerzo para
conocer los amigos de Henry, este señor nos esta explotando no crees, que no es ilegal poner a
trabajar a menores de edad. - Me dijo en tono de víctima.

Joanna: - Jajajajaja, no seas tan floja, más bien apúrate porque con una hora no creo que
alcance mucho el tiempo.

En la entrada de la empresa nos estaba esperando Henry con cuatro chicos y una mujer muy
bella, que cogió de la mano a Henry quien al vernos la soltó al instante, era evidente la cercanía
entre ellos, Eimi y yo volvíamos a mirarnos con cara de esa debe ser su novia es tan obvio, y
sonreímos discretamente.

Eimi y Joanna: - Buenas tardes…

Henry: - Hola chicas ¿cómo les ha ido con el trabajo?

Eimi: - Bien, es un poco aburrido, pero tú sabes que nada nos queda grande.
Henry: - Esas son mis hermanas. Miren chicas les presento ellos son Víctor, Antuan, Juan, y
Miguel.

Eimi: - Hola mucho gusto.

Joanna: - Hola ¿cómo están?

Víctor, Antuan, Juan, y Miguel: Bien gracias

Henry: - Y ella es Alison

Alison: - Hola chicas un gusto conocerlas.

Joanna: - Igualmente, eres muy bonita. – Y sonreí con cara de confianza.

Eimi: - Alison, bonito nombre, entonces eres mi cuñada ¿no?

Henry y Joanna: ¡Eimi!

Eimi: - Que no me importa si tienen algo, que acaso no tienes derecho a hacer tu vida, basta de
vernos como tus hijas somos tus hermanas y queremos que estés feliz.

Joanna: - Alison perdona a mi hermana, es que es un poco imprudente.

Alison: - Tranquila me agradan las personas que son sinceras, y no, no somos novios solo,
amigos muy buenos amigos.

Eimi: - Oh, solo eso, bueno, pero haces feliz a mi hermano y eso me basta.

Mientras Henry se sonrojaba completamente y sus amigos reían silenciosamente, yo me hallaba


en una situación un tanto incomoda, no me imagino cómo se sentía mi hermano por culpa de las
imprudencias de Eimi. Luego fuimos a almorzar, los amigos de Henry eran muy sociables y hasta
cómicos, nos reímos mucho, y por su parte Alison se veía el cariño que le tenía a mi hermano, en
un momento Henry fue al baño mientras nosotras aprovechamos para contarle nuestro plan a
sus amigos y quedamos de vernos el siguiente fin de semana en nuestra casa, ellos llevarían
mas invitados y se ocuparían de llevar al señor Ernesto, todo tuvo que ser rápido para que Henry
no sospechara, Alison nos dio su número para acordar como podíamos hacer para sorprender a
mi hermano.

Luego de trabajar el resto de la tarde y de haber terminado todo lo que debíamos hacer, el señor
Ernesto llego a observar cómo nos había quedado nuestro trabajo. Quedo feliz, a Dios gracias,
temía que hubiéramos hecho algo mal, luego de pagarnos por nuestro trabajo volvimos a casa
para poder descansar.

Me basto con tocar la almohada para quedar profundamente dormida, a pesar de todo ese
ajetreo había sido un día muy tranquilo y dormí en calma, hasta la media noche cuando volví a
escuchar ruidos en la parte baja de la cama, esta vez escuche voces y un guitarra estaba segura
de eso, me volví a preocupar pues mi cabeza me estaba volviendo loca, fui rápido a la habitación
de Eimi y me metí en su cama sin pedir permiso, estaba tan cansada que solo me abrazo y siguió
durmiendo, no pude volver a conciliar el sueño, al día siguiente me levante antes que mis
hermanos y fui a la cocina a tomar un vaso con agua tenía demasiada sed, de pronto escuche
que alguien bajaba las escaleras, mi corazón empezó a palpitar a mil el miedo se había vuelto a
apoderar de mi justo como en la noche anterior, esta vez me sentía encerrada pues no podía
recurrir a nadie, lo único que pude hacer fue gritar como un niño asustado…

Henry, bajo rápido las escaleras.

Henry: Se puede saber qué te pasa. Estas pálida y sudas demasiado, soy yo, ¿tontita que no te
das cuenta?
Eimi, también bajo tan rápido como pudo

Eimi: ¿Qué pasa?, porque no dejan dormir, ahh dejen de estar jugando ya están como viejos para
eso. – Y volvió la mirada a mí.

Eimi: ¿Joanna, te sientes bien? – Tanto miedo me había abrumado y de pronto no me acuerdo de
nada.

Dos horas después desperté en el hospital, Henry y Eimi estaban a mi lado, mientras el doctor
me examinaba, después de un rato nos dejo a solas con mis hermanos.

Eimi: - Como te sientes, nos asustaste mucho.

Joanna: - Bien, no fue mi intensión.

Henry: - El doctor dice que necesitas descansar, así que esta semana te quedaras en la casa,
Eimi hablará con tus compañeros de clase para traerte los apuntes si te parece.

Joanna: - En la casa, no yo puedo ir al colegio. – Me moría de miedo de solo pensar estar en la


casa sola, no sabía si era producto de mi imaginación o si en la casa había algo misterioso.

Henry: - No me pongas esa cara, ¿a caso te da miedo quedarte sola en casa?

Joanna: -No, a mi qué miedo me va a dar.- Tratando de dármela de fuerte, cuando en realidad me
daba pánico, solo pensar quedarme sola en casa.

Henry: - Ok, en casa lo hablaremos por el momento lo importante es saber que estés bien.

Luego de dos días en el hospital, volvimos a la casa, aun me preocupaban los sonidos tan
extraños que escuchaba, quizás después de este shock no vuelva a escucharlo, quizás si haya
sido solo producto de mi mente por el cansancio y obsesión al que había sido sometido por
todos estos meses. No había querido decirle nada al doctor, tenía miedo que llegase a pensar
que estaba mal de la cabeza, tal cual como yo estaba pensando. En todo el camino a la casa no
quise pronunciar palabra escuchaba la conversación entre mis hermanos y los chistes de Henry
que a veces no causaba gracia en mi.

Henry: Bueno Bienvenida a casa. Como veras hay bastante oficio que hacer. Y voltio su mirada
hacia mi.

Joanna: No estarás pensando que yo voy a ponerme a arreglar la casa, ¿o si?

Henry: Vamos, Joanna el doctor dijo que te hacía falta descanso, no holgazanería. –

Volvió la mirada a Eimi, y empezaron a reír. Mientras yo solo ponía cara de víctima, luego subí al
cuarto y guarde el misterioso libro en lo más alto de mi closet, tan solo para no tener la
tentación tan cerca y poder descansar de la manera debida, me apenaba en la situación en la
que había puesto a mis hermanos. Al rato entro Eimi en mi habitación y hablamos un poco, luego
entro Henry para proponernos ver una película juntos y así se nos paso esa tarde. A la mañana
siguiente Eimi y Henry entraron a mi habitación a despedirse de mí, para salir luego a la escuela
y al trabajo respectivamente, mientras me consumía en el silencio por el miedo que me daba el
hecho de quedar sola. Luego que se fueron vi televisión hasta la media mañana, ya cansada de
estar tanto en la cama, me levante puse música en mi equipo a todo volumen y me puse a
arreglar la casa. Sobre el medio día llego mi hermana quien al ver el cambio en la casa me pidió
que descansara bien, puesto que no quería volver a verme como hace unos días. Luego de
almorzar juntas me paso los cuadernos para adelantarme y después nos apoyamos para realizar
las tareas. Y así se pasaron los días de mi recuperación nunca lograba pasar mucho tiempo en
mi cama, prefería levantarme poner mi música favorita y ayudar con los deberes de la casa
mientras mi hermana regresaba de la escuela, no hay vuelto a escuchar ruidos, y mi semblante
había mejorado notablemente algo que habían notado tanto mis hermanos como el doctor.
Después de todo ello volví a la escuela, y pasábamos todos los descansos con Eimi amigas de
ella y mías. El día del cumpleaños de Henry nuestras amigas nos ayudaron a arreglar todo para
su festejo, mientras sus amigos nos ayudaron en su trabajo para que la sorpresa fuera real, no
sospecho nada, la celebración fue grande y muy familiar, conocimos a otros amigos de Henry y
después de unos días Alison y mi hermano empezaron a salir, después de unos meses su
relación se convirtió en noviazgo algo que Eimi y yo compartíamos abiertamente, y así se
pasaron algunos meses de una manera rápida.

Meses después

Ha pasado mucho tiempo del cumpleaños de Henry, Alison iba a visitarnos los fines de semana,
a veces salíamos a comer helado, y en el colegio Katherine se había vuelto mi mejor amiga, por
su parte mi hermana estaba mas al pendiente de mi y nos volvíamos a contar todo, volvía a ser
la misma mi otra mitad, era más que una amistad algo que no se puede explicar con solo
palabras, una conexión de almas tan afín que era difícil separarnos, por los días en que
estuvimos tan separadas no sabíamos ni quien era cada una, pues a pesar de tener
personalidades tan diferentes era como ver dos lados de una moneda, dos lados buenos que
volvíamos a ser una, cómplices y esta vez empezábamos a tener una aliada mas.

Nos alegraba tanto tener a Alison cerca, era como tener una hermana más estaba ahí para
nosotros y para Henry así negaran que sentían algo el uno por el otro, eran tan insinuantes sus
miradas que a veces la incomodidad a la que éramos comprometidas Eimi y yo era excesiva, y
preferíamos salir de ahí pero había algo que interrumpía. Y aunque por un lado Eimi y yo
queríamos dejar que todo pasara con normalidad, a veces no podíamos evitar tratar de
comprometerlos para acercarlos, entrometernos aunque por dentro nos sintiéramos un tanto
mal por obligar al tiempo a correr más rápido, mama muchas veces nos había dicho que el
destino tiene un tiempo para todo y que hay que esperar, pero tanta espera empezaba a volverse
impaciente. Aun no lográbamos entender porque no se dejaban llevar y esperar para ver qué
pasaba, los sentimientos entre papa y mama eran tan puros que hacían ver al amor como algo
eterno, una maravilla que llena de roció todo el jardín de la vida.

Los días seguían pasando y aunque tratáramos la cercanía de Henry y Alison no ocurría nada,
solo lo mismo miradas que van y vienen y la incomodidad por parte de nosotras que ya
empezaba a hacerse más común y ya no lo evitábamos. En el colegio las cosas marchaban bien,
había logrado subir las notas que hay bajado por cuenta del dichoso libro, a veces íbamos a
ayudar a Henry en su trabajo y nos ganábamos unos pesos, nos estábamos volviendo buenas en
la organización de papeles del señor Ernesto. Eimi con sus amigas eran las mejores de sus
clases y me brindaban su amistad, aunque Katherine al principio no fuera santo de devoción de
Caroline la mejor amiga de Eimi ahora eran muy buenas amigas y le hacían bromas a Santiago el
mas bromista del salón, les admitía todo a ellas, porque según las chicas eran mis amigas y yo
le gustaba a él. Pero no me atraía en lo absoluto aunque me hiciera reír mucho.

Días después

Henry:- El tiempo pasa muy rápido no creen, ya hace un año que perdimos a nuestros padres.

Lo dijo mientras se escurría una lágrima por la mejilla de Eimi. Henry nos abrazo y dijo.

Henry: - Ustedes han sido muy fuertes, y me han llenado también de valentía a mí. Gracias por
ser tan buenas niñas y por no darme dolores de cabeza.

A lo que Eimi sonrió levemente y respondió.

Eimi: - Espera a que pase más tiempo hermanito ya iras conociendo como es educarnos. Y alzo
la ceja seriamente.

Joanna: - Bobadas, siempre seremos las mismas, no le pongas atención no ves los gestos que
hace tratando de no reír.
Henry: - Lo sé, adoro ver que en medio de todo hemos conservado el buen humor. Y le dio un
golpecito en la cabeza a Eimi.

Eimi: - No me despeines flaco.

Henry:- Estaba pensando en ir a nuestra antigua casa, visitar a papa y a mama, y saludar a
nuestros tíos, que les parece.

Joanna: - Ir a visitar a papa y a mama lo encuentro bueno, ya hace un año que no visitamos su
tumba. Pero visitar mis tíos…

Henry: - ¿Cual es el problema?

Eimi: - Pues que no quedaron muy felices con que nos viniéramos a vivir tan lejos de ellos.

Henry: - Eso no es problema ellos dijeron que nos recibían con los brazos abiertos, dijeron
entendernos.

Joanna: - Pero, ¿cuándo hablaste con ellos?

Henry: - Hace unos días, ya pedí permiso en trabajo y todo.

Eimi: ¿Y Alison quedara desprogramada o qué?

Henry: - (Risas), No se preocupen por ella, no sería fácil para nosotros ir halla sin alguien que
nos de fuerzas y nos muestre una buena cara a costa de todo.

Joanna: - Siendo así, pues a alistar las maletas. Con resignación. – ¿Cuantos días nos
quedaremos en casa de mis tíos?

Henry: - Son solo dos días, animo chicas, saben que es algo que tenemos que hacer nos hará
bien. Aun creo que no hemos hecho el duelo de manera correcta.

Y fuimos a alistar las maletas. Al rato llego Alison con una maleta pequeña y vestida de manera
sencilla, como para el viaje, aunque no dejaba de ser muy bonita. Después de subir todo al auto
salimos con rumbo a nuestra antigua casa.

6:00 pm

Henry:- Vamos primero a visitar a nuestros padres, ¿les perece, o están muy cansadas?

Eimi:-Si, cansadas de estar sentadas, claro.

Joanna: - ¿Qué te pasa?

Eimi:- Perdón, es que me afecta estar aquí. Si vamos primero al panteón.

Henry: - Ok. Miro por el retrovisor a Eimi y sonrió levemente un tanto intranquilo.

Henry:- Hemos llegado, dejen todo dentro del auto.

Alison cubrió la mano de Henry y lo beso en la mejilla.

Alison:- Voy a comprar las flores, ¿Algunas en especial?

Joanna: - Si, Claveles para mama.

Eimi:- Y Margaritas para papa. En tono suave y agobiante.

Henry nos tomo por la espalda y nos empujo a las tumbas de nuestros padres. Se veía la tristeza y preocupación en el
rostro del flaco. Por mi parte mi pena no era menor, todo era perfecto cuando ellos estaban y ahora todo era confuso,
había tenido que madurar aun más rápido de lo que ya lo había hecho. Pero quien no pudo soportar tal dolor fue Eimi
quien rompió en llanto se arrodillo en los pies de la tumba de nuestra madre y preguntaba una y otra vez porque. En
ese momento llego Alison con los dos ramos más hermosos que había visto los puso en las tumbas mientras se
agobiaba por nuestra pena, no pudimos soportar más los gritos de Eimi, así que nos retiramos del lugar y le dimos
agua, no imaginaba que la muerte de papa y mama fuera tan fuerte para Eimi, quien había cambiado con solo pisar la
nueva casa.

8:00 pm

Henry: - Hemos llegado. Volviendo la mirada a nosotras.

Henry: - ¿Como están? ¿Cómo sigues Eimi? Mientras cubría su pequeña mano con la de el.

Eimi: - No recordaba que el dolor fuera tan intenso. Dijo con voz suave.

Henry: - Y tu Joanna ¿Cómo te sientes?

Joanna: - Bien, creo. Mientras miraba pensativa la puerta de la casa de mis tíos.

Henry: - ¿Qué sucede, Joanna?

Joanna: - Pienso en la reacción de mis tíos.

Alison: -Vamos chicos, no comen personas.

Y bajamos del auto mientras abría la puerta Sofía la hija única de mis tíos quien había tenido un cambio impresionante
en este año, Eimi y yo nos miramos a los ojos, creo que las dos pensamos los mismo ojala no siga siendo igual de
irritante y volvimos la mirada a ella, que fue respondido por una gran sonrisa.

Sofía: -Hola chicos, como han cambiado, niñas como han crecido, y ¿ella quien es?

Pregunto cambiando su tono de voz, aunque Sofía siempre lo negara siempre había sentido algo por Henry, algo mas
allá de una relación entre primos. Volvimos a mirarnos Eimi y yo como diciendo es la misma irritante de siempre. Alison
dio un paso adelante.

Alison: -Hola, mucho gusto, debes ser Sofía. Los chicos me han hablado de ti.

Claro que si, como omitir hablarle a Alison de una pesadilla andante que sabíamos disfrutaba haciendo la vida un
tormento a quienes se le atravesaran, en especial a las chicas que se metían con lo que ella denominaba propio.

Alison: -Mi nombre es Sofía, soy amiga de Henry, Eimi y Joanna. Mientras extendía su mano para estrechar la de Sofía.

Sofía: - Hola Alison. Mientras estrechaba la mano son Ali.

Sofía: -Haber les ayudo con sus maletas. Y tomo las dos maletas que estaban a los lados de Ali.

Sofía: - Sigan están en su casa. Mis padres no demoran en llegar fueron al súper.

Henry: - Ok. No hay problema, pero no vas a darme un abrazo, ¿Por qué tan fría prima?

Sofía: - tu no cambias. Y lo abrazo.

Sofía: - Vamos a acomodar las cosas en los cuartos donde se van a quedar, ¿les parece?

Henry: - Si, el viaje fue bastante largo.

Sofía: - Creo que una de ustedes compartirá habitación conmigo, ¿Quién quieres ser la afortunada?

Y cruzamos miradas de preocupación entre las tres. Por una parte sabíamos que Alison se sacrificaría por nosotras nos
veía como sus hermanas menores, perro por la otra parte Eimi y yo pensábamos que era mala idea, aun había algo que
nos decía que Sofía seguía siendo la misma y temíamos que Alison se alejara de Henry y de nosotras por causa de
nuestra pesada prima, así que tome la decisión de ser yo quien compartiera cuarto con Sofía.

Joanna: - Yo, yo quiero compartir el cuarto contigo, tenemos mucho cuaderno por adelantar no crees prima
En ese momento Eimi me miro con cara de ¿estás segura?, obvio no estaba segura pero las cosas iban bien entre
Henry y Alison lentas pero seguras, y mi prima solo le haría la vida imposible a Sofí por el tiempo de estadía. Luego
Eimi dio un paso adelante y dijo.

Eimi: - Que les parece si mas bien nos turnamos un día Joa y otro día yo, ¿Qué te parece?, así adelantaremos cuaderno
las dos contigo.

Y volvió a mirarme como diciendo no te dejare sola. Así que sonreí.

Sofía: - Uhh, no pensé estar tan solicitada, Jajajajaja, ok, como ustedes digan chicas ustedes son las invitadas.

Alison nos miro un tanto confundida, aunque sabía que las cosas con Sofía no eran buenas no sabía porque esta
reacción de nosotras.

Sofía: - Bueno andando.

Mientras acomodábamos las cosas en el cuarto de Sofía.

Sofía: - ¿Esta nena Alison es solo amiga de ustedes? O ¿es novia de Henry y no quieren que mis padres se enteren?

Joanna: - no.

Sofía: - Porque si es su novia pues no le veo nada de malo, Henry hace ratos tiene la edad para tener novia, mis padres
comprenden eso. ¿O es que vive con ustedes?

Joanna: - No, no, no, nada de eso es amiga de Eimi y mía del vecindario. Apenas se conocen con Henry.

Era en verdad molesto decir mentiras, pero Sofía no me dejaba de otra me tenia sofocada con su preguntadera, tenía
que hablar urgente son Ali a solas, para poder ponerle claro los sentimientos evidentemente aun latentes de Sofía por
Henry. Al rato llegaron mis tíos.

Nereo: - Hola chicos no los esperaba tan temprano. ¿Cómo estuvo el viaje?

Henry: Bien tío, un poco largo pero bien.

Nereo: - ¿Y ya pasaron a visitar a sus padres?

Henry: - Si, ya estuvimos en el panteón.

Tío Nereo se acerco a Henry y pregunto.

Nereo: - Y como reaccionaron las chicas.

Henry: - Oh.

En tono triste

Henry: - Pues ya podrás imaginarte, aun es doloroso para nosotros, creo que es una cicatriz que jamás cerrara.

Nereo: - Ya lo puedo imaginar.

Agatha: - ¿Y ya les ofrecieron algo de beber?

Sofía: - Upss, lo he olvidado, es que estoy tan feliz de estar con mis primos, pero ya acomodamos las cosas.

Agatha: - ¿Y que prefieren algo caliente o algo frio?

Henry: - Algo frio, muchas gracias.

Eimi: - Algo frio, muchas gracias.

Joanna: - Si también yo. Gracias.

Alison en tono suave: - Yo también. Muchas gracias.

Agatha: - Oh, y ¿quién es esta hermosa chica?


Eimi: - Perdón tíos, les presento una amiga Alison, ella ha sido de gran apoyo para nosotros.

Nereo: - Ya veo. ¿Y eres amiga de las chicas o de Henry?

Joanna: - De todos, pero más confidente de nosotras, verdad Henry.

Henry: - Si, así es tío. Por eso vino con nosotros. Es muy importante para las chicas.

Y volvió la mirada hacia Alison como pidiéndole perdón.

Volvía a tener la sensación de que había sido una pésima idea habernos quedado en la casa de mis tíos si nos
hubiéramos quedado en un hotel o en casa todo estaría mucho más cómodo. Después de una larga conversación donde
sorprendentemente tío Nereo se presentaba comprensivo fuimos a dormir para un nuevo día y aunque Sofía siguiera
con sus preguntas mientras estábamos a solas, logre quedar dormida.

Día siguiente

Sofía: - Buenos días, ¿Cómo amaneciste prima? Saludo con una gran sonrisa.

Joanna: - Hola, amanecí muy bien, ¿y tú que tal dormiste?

Sofía: -Mejor que nunca, ¿bajamos a desayunar?

Joanna: -Si, dame dos minutos me lavo la cara y cepillo los dientes y bajo, ¿te parece?

Sofía: -ok, te espero y bajamos juntas.

No lograba entender lo que quería Sofía, no era desconfianza pero era muy extraña su forma de actuar, no era en lo
absoluto igual a la insoportable que dejamos, pero aun me quedaba sonando su actitud la noche anterior con Alison
esas miradas que no dejaba de lanzarle disimuladamente.

Joanna: -Bajemos a desayunar.

Sofía: -Si vamos. Hola a todos, madre ¿en qué te ayudo?

Agatha: -No, no es necesario, siéntate en la mesa con los demás.

Sofía: Hola, Alison ¿así es que te llamas?

Alison: Si, y amanecí muy bien mucha gracias.

Creo que ya empezaba a creer lo que con tanta insistencia le habíamos dicho con mi hermana, pues no volvió a mirarla
mal, sino que por el contrario era muy amable con Ali.

Sofía: - Y tu Henry que tal dormiste, ¿no te hizo falta tu cama?

Henry: - Si un poco, pero dormí muy bien gracias. Mientras sonreía incomodo.

Después de desayunar salimos al parque donde íbamos todos los días, Eimi no dejaba de pensar en los amigos que
había dejado, en la posibilidad de encontrarlos en el parque por mi parte lo emoción era mucho menor aunque había
dejado amigos no me emocionaba el hecho de volver a verlos, pero salí para que no hubiera preocupación por parte de
las chicas y mi hermano. Mientras Eimi estaba alerta a la llegada de alguno de nuestros amigos yo me recosté en el
prado verde y volví los ojos al cielo a mi lado se ubico Alison y sin más nos dejamos llevar mientras la conversación
entre ella y yo se volvía más corta. De repente me quede mirando las nubes y mi mente viajo a la biblioteca de la casa
y ese bendito libro que por tanto tiempo había sido mi obsesión, no lograba sacarme de la cabeza que ANGEL era de la
inspiración de alguno de los dos gemelos que habían vivido en esa casa, aun me intrigaba lo que decían los vecinos esa
desaparición tan misteriosa. Mis pensamientos fueron interrumpidos por Juan Carlos un amigo de nosotras

Juan Carlos: - Joanna, como has cambiado, estas mas, estas mas.

Eimi: -Mas bonita, verdad que sí.

Me sonroje.

Joanna: - Eimi, me apenas. Juan ¿como estas?


Juan Carlos: muy bien, hace mucho no nos veíamos, y es que como tú ni te conectas ni nada.

Joanna: A sí, es que no me atrae mucho conectarme.

Juan Carlos: - Pues debería atraerte, estas demasiado descomunicada de nosotros, no te olvides de los viejos amigos,
no te vuelvas tan ingrata.

Joanna: - Lo prometo, me conectare más seguido.

Juan Carlos: - Bueno chicas, me tengo que ir, pase a hacer un mandado a mi madre.

Joanna: - Ok, nos estamos hablando. Y le di un beso en la mejilla.

Eimi: - No te olvides tampoco de nosotras y saludes a los chicos.

Juan Carlos: - Si, de su parte.

Volvimos a quedar las dos con Alison, fue cuando reaccionamos que no estaba ni Henry ni Sofía, no había pistas de
esos dos, misteriosamente desaparecieron sin decir palabra a nadie. Me parecía una falta de respeto en especial con Ali,
a que estaba jugando Henry. De la esquina aparecieron los dos reventados de la risa, con una bolsa de helados.

Henry: - Jajajaja, como me haces reír Sofí.

Eimi los mataba con la mirada, y yo solo fijaba los ojos en Henry.

Henry: - Fuimos a traerles unos helados, con esta calor que hace, y con lo distraídas que han estado, pues fuimos con
Sofí.

Y miraba a Eimi tratando de excusarse, creo que sabía perfectamente lo que pasaba por su cabeza. Mientas yo solo
reía, en el fondo viendo como se disculpaba Henry, parecía un niño pequeño que acaba de hacer travesuras.

Joanna: - Muchas gracias, cual es el mío.

Sofía estiro la bolsa y dijo.

Sofía: - Pues trajimos dos de fresa, dos de chocolate y uno de leche. Toma el que quieras.

Joanna: -Gracias, para mí está bien uno de los de fresa.

Mientras Sofía acababa de repartir los helados, Henry se acerco a mí.

Henry: -¿Crees que esté haciendo algo mal?

Joanna: Creo que ya estas viejo y tú sabes lo que haces. Sabes lo que pensamos de Sofía, es tu problema si le das más
alas de las que deberías, por otra parte solo estaremos hasta el día de hoy acá.

Henry: -¿Conclusión?

Tome un profundo suspiro y respondí

Joanna: - Que creo que es mejor si aclaran las cosas entre ustedes dos. ¿No?

Henry: - Jajajaja, ¿es en serio?

Joanna: - Pues claro, hay que hablarle en todo de tontita.

Y sonreí maliciosamente.

Joanna: - Pero hay que aclarar si somos nosotras las que estamos confundidas o es ella.

Henry: - Ok, entonces más tarde hablamos con ella.

Aclare mi garganta.

Joanna: ¿Hablamos?, no, no, esa responsabilidad te queda enteramente a ti.


Henry: - Entonces mejor dejemos las cosas así, como tú los has dicho solo nos quedamos hasta hoy… bueno hasta
mañana si contamos la dormida.

Joanna: - No se para que me pides consejos si haces lo que mejor te parece.

Me abrazo.

Henry: - Pero no te pongas en ese tono, es que tienes que entender lo incomodo que es esto para mí.

Y de la nada y como siempre apareció Sofía. Mire a Henry y me aparte de allí. Esperaba que el pudiera aclarar todo, no
solo eran ideas de Eimi y mías, es que era más que evidente que Sofía veía en Henry algo más que un primo.

El día se fue y nos turnamos para ir a dormir esta vez el turno de compartir el cuarto era de Eimi, me daba vueltas en la
cabeza que se pusiera pesada pues después de la llegada del parque Sofía no pronuncio palabra, aun con todo y eso
Eimi fue a dormir al cuarto de Sofía, como ella decía, no le temo a estar sola en nuestra casa si le voy a tener miedo a
la cansona de Sofía y soltaba a reír.

A la mañana siguiente Sofía, apenas se levanto a despedirse de nosotros Tío Nereo y Tía Agatha se despidió de
nosotros y tomamos rumbo a nuestra casa, en el camino no pronunciamos palabra, Eimi apenas volvía la mirada a mí, y
Alison se veía más seria que de costumbre.

Al llegar a casa, vimos una carta que habían dejado por debajo de la puerta, estaba dirigida a mí. Henry volvió la
mirada a mí y dijo.

Henry: - Toma, debe ser de algún chico o amiga tuya, luego hablamos de ello.

Y se fue a llevar a Alison a su casa.

Después de organizar todo tome la carta, y la abrí, un escalofrió recorrió mi cuerpo…

CAPITULO 3

Todo un misterio
En la carta no había remitente solo decía mi nombre, y una nota que decía, yo se que ocurrió con los hermanos que
vivían en esta casa. Quede paralizada, impactada ¿quién podría saber del interés que tenia de ello?, ¿sería el viejo?,
aun no lograba reponerme cuando Eimi asomo su cabeza por la puerta de mi cuarto.

Eimi: - ¿Qué tienes te sientes bien?- mientras se sentó al borde de mi cama detrás mío.

Eimi: - ¿Qué es eso?

Joanna: - Nada, no es nada importante, un amigo jugándome una broma.

Eimi: - ¿Ahh, si? Y se puede saber quién es ese amigo.

Joanna: - Un chico del salón, por más que te de señas no vas a caer en cuenta de quién es.

Eimi: - Pero parece que la broma estaba un tanto pesada, porque pareces un papel. – Sabia que no podía decirle nada
sobre esta nota, tenía que descubrir quién era el autor de ella y que había sucedido en realidad con esos chicos, sabía
que si le contaba algo a Eimi, no permitiría que hiciera tal búsqueda debido a la obsesión que en algún momento llegue
a tener.

Joanna:- si, jaja, que bromista tan pesado. ¿No? – Le dije mientras guarde la nota bajo mi almohada sin que se diera
cuenta.

Joanna: - Porque no vamos a comer, tengo mucha hambre este viaje estuvo extraño ¿no lo crees?

Eimi: - La verdad es que si, me parece una falta de respeto lo que estaba haciendo Henry, teniendo en cuenta la
advertencia que le habíamos hecho tu y yo. Espero que las cosas entre Ali y Henry no se enfríen porque sería muy
triste.

Joanna: - Le haz cogido mucho cariño según veo.


Eimi:- Es una chica dulce, cariñosa, y nos tapa todo. – Dijo mientras sonrió levemente.

Joanna: - Lo mismo pienso, pero el hecho de que no sigan juntos no quiere decir que Ali deje de ser nuestra amiga. –
Le dije mientras la empujaba levemente sacándola de mi habitación.

Eimi: - Bueno para que no digas que no soy buena gente contigo y que no te quiero, voy a servir yo, ¿dime qué
quieres?

Joanna: - Ahhhh, creo que a esta hora se me antoja un té con galletitas. Esperando su reacción.

Eimi:- ¡Es enserio!- Me respondió con cansancio. A lo cual respondí con un gesto afirmativo en tono de burla.

Eimi: - Bueno pues pondré a calentar el agua mientras. – Y sonrió. Luego de haber acabado el te llego
Henry tirando un portazo, nos miramos un poco preocupadas y decidimos dejarlo a solas mientras se le
pasaba el mal rato, fuimos al cuarto de Eimi desde que estábamos en esa casa jamás había entrado,
nunca pasaba de las puerta me mostro unos dibujos que hacía en sus tiempos libres, eran hermosos no
imaginaba que se había vuelto tan buena en ello, siempre había sido mejor que yo para eso pero
últimamente su mejoría había sido notable.

Joanna: - ¿Crees que podrías enseñarme?- Le pregunte alegremente. – No sabes cómo me encantaría aprender a
dibujar así de bien, últimamente diseños de ropa me van y me vienen por la mente pero no he podido plasmarlos, por
mi falta de ingenio en el dibujo.

Eimi: - Por supuesto cuando quieras, de hecho ¿Por qué no empezamos ahora mismo?

Joanna: - ¿Ahora?- Pregunte un poco dudosa.

Eimi: - Si, no tenemos nada más que hacer.

Joanna: - Pues veras, se me había olvidado que tenía que hacer una investigación, y tu sabes que no me gusta dejar
todo para última hora. – Respondí, mientras escondía la mirada, si a Henry se me hacia fácil mentirle, con Eimi las
cosas eran diferentes ella podía la mentira en mis ojos sin haberla pronunciado.

Eimi: - ¿Necesitas ayuda?

Joanna: - ¡No!, no, tranquila, creo que no es muy larga. – y Salí de su habitación directo a la mía, a buscar la nota para
esconderla en un mejor lugar, tuve que llevar una silla, pues el libro y todo lo relacionado con el lo guardaba desde
hace un tiempo en lo más alto y profundo del closet, volvía a avivarse en mi lentamente esa intriga de querer saber
sobre ANGEL. Me quede pensativa por un momento y escuche pasos hacia mi habitación, rápidamente de la silla y la
ubique, todavía estaba algo agitada aun cuando apareció Henry por la puerta de mi habitación, tuve que tomar la
respiración normal a fuerza.

Henry: - ¿Crees que podamos hablar?

Joanna: - Si claro, ¿de qué? – Henry se acerco a mí lentamente.

Henry: - Bueno, la verdad quisiera hablar con las dos, contigo y con Eimi. –Volví la mirada hacia el closet, y vi la
esquina del libro, hice todo lo que pude para sacar rápidamente a Henry de la habitación, no sabía porque pero tenía
cierto temor que se diera cuenta del libro.

Joanna: - Si, ¿te parece si nos reunimos en la sala?

Henry: - Bueno, entonces voy a hablar con Eimi. – Y salió de la habitación, mientras yo tomaba un aire tranquilizador,
rápidamente acomode el libro y baje, en la sala sentados mis hermanos me miraban incómodamente, no entendía
porque el ambiente se había vuelto tan denso. Era una estupidez lo que sucedía, los celos de Eimi eran incompresibles,
ni Alison lo celaba de esa manera, ella es más relajada con ese tipo de situaciones, sin embargo en la mirada de Henry
había algo que me decía que las cosas no iban muy bien con Ali, así que tome asiento.

Henry: -Niñas agradezco su intención de querer que haga las cosas bien, pero creo que lo están tomando demasiado
enserio.

Eimi:- ¿Enserio?, ¿crees que no debería ser así?, hablamos de Sofía. ¿Dime hablaste con ella?, ¿le dejaste todo claro?

Henry: - A esto me refiero, eso es asunto mío… - Y se levanto del sillón.


Joanna: - Henry, no te vayas. – Y le cogí la mano cariñosamente. – Debes entender que no solo es problema tuyo,
Sofía es nuestra prima, y las cosas se podrían mas incomodas con mis tíos. – Se sentó en mi silla y me puso en su
regazo, abrazándome como nunca lo había hecho. – ¿Henry te sientes bien?, ¿Qué tienes?

Henry: - Si- Tomo un suspiro. – Ya hable con Sofía, las cosas quedaron claras. Jamás creí que Alison tomara las cosas
de esta manera.

Eimi:- ¿Lo tomo muy mal?- Pregunto un poco más calmada.

Henry: - Si, un poco, creo que debemos dejar que pase un tiempo, eso no quiere decir que ustedes no le puedan hablar
o que dejen de acompañarme al trabajo, las cosas no cambian con ustedes.

Eimi: - Tranquilízate, de eso…. La interrumpí.

Joanna: - De eso no tienes que preocuparte, las cosas se podrán mejor ustedes son el uno para el otro. –Le dije
mientras miraba a Eimi tratando de acallar a Eimi.

Días después

Las cosas han cambiado un poco, Eimi ha vuelto a apartarse de nosotros lentamente, ese viaje reavivo un
dolor que habíamos enterrado difícilmente, nos sentíamos más abandonados que nunca, y por más que
trataba de hablar con mis hermanos las palabras no surgían.

Por otra parte finalmente salimos del colegio, el año escolar se ha terminado y sin nada que hacer a veces
salía al patio a mirar las nubes como solíamos hacerlo cuando éramos pequeños pero esta vez a solas, a
veces surgía una que otra frase que iba adicionando lentamente a una lista interminable de frases, las
cuales juntaba tratando de formar algo en los días de lluvia cuando todo en la casa era soledad. Henry
nos llevaba de vez en cuando al trabajo para distraernos un poco, solo sonrisas iban y venían en la
relación de Eimi y mía, sonrisas de tranquilidad pero incomodidad. Todo esto me había llevado
nuevamente a A.N.G.E.L bendito libro enigmático, que a veces me comprendía y al que a veces le huía
debido al misterio que encerraba, no había vuelto a recibir notas extrañas y no sabía quien la había
enviado. Siempre que podía sin que me vieran mis hermanos me encerraba en la biblioteca tratando de
investigar sobre los gemelos que habían vivido en esta casa, sobre el libro, pero nunca resultaba nada y
debía volver rápidamente a la realidad ayudando con las tareas cotidianas para no discutir con Eimi o
Henry.

En algún momento vino a mi cabeza la idea de ir a hablar con el anciano lengüilargo que vivía al lado, pero sabía que
tenía que ir en buen tono, era muy malgeniado y temía que en algún momento me sacara mis santos a volar, así que lo
primero que hice fue llamar a Katherine ella había vivido a dos calles de aquí por mucho tiempo y algo debía saber del
anciano. No quise darle detalle alguno de el libro solo le dije que quería hacerme amiga del anciano porque estaba
habituada a tener una buena relación con mis vecinos y que creía que debía empezar con el anciano decidimos hacerle
una tarta de fresas me dijo que en una ocasión su abuela le había una al anciano y el la había recibido con gran
felicidad, no quise saber más del asunto.

Cuando estábamos terminando de preparar la tarta bajo las escaleras Eimi algo extrañada no era mucho de las que
cocinaran y de la nada resulte haciendo una tarta con ayuda de Katherine quien parecía que había heredado el buen
sazón de su abuela le dimos un poco de la otra que habíamos preparado y fuimos las tres a llevar la tarta ellas algo
intimidadas por la forma poco amable de ser del anciano sin embargo todas pusimos nuestra mejor cara al tocar a la
puerta.

Todas: - Buenas Tardes señor Octavio

Octavio: - ¿Que hacen ustedes aquí?, No tengo dinero no quiero comprar nada.

Joanna: - No, tranquilícese señor Octavio, veníamos a regalarle esta tarta de fresa.

Octavio: - ¿A cambio de qué?

Eimi: - A cambio de nada- respondió muy seria – Que o se puede tener un buen regalo con un vecino

Joanna: - Señor Octavio, verá usted nos enteramos que le gustan las tartas de fresa y como a nosotras nos gusta tener
una buena relación con los vecinos decidimos traerle una. Además llevamos mucho tiempo viviendo en este barrio y no
hemos tenido la posibilidad de sociabilizar con alguien tan interesante como usted. – Y las chicas volvieron la mirada a
mí-
Octavio: - ¿Que les parece interesante de un viejo solitario como yo?

Joanna: - Pues creo que usted ha tenido la posibilidad de pasar por muchos momentos en su vida y nosotras solo
somos chiquillas habidas de sabiduría. – Me miraron con expresiones de sorpresa y aburrimiento cada una. A lo que
respondí con una mirada de molestia.

Octavio: - No me gustan los niños, son molestos y ruidosos.

Joanna: - Esta bien, no queremos entrar a su casa solo queremos que nos acepte la tarta la hicimos con cariño.

Octavio: - No tiene algo.

Joanna: - No señor Octavio, como le dije queremos hacer una buena relación de vecinos, además no somos tan
inmaduras como usted cree, no estamos todo el día en la calle, somos más de las que preferimos estar en la casa
aprendiendo cosas u organizando la casa.

Octavio: -¿Si les recibo la tarta se van y me dejan en paz?

Joanna: - Si señor se lo aseguramos.

Octavio: - Bueno muchas gracias. –Tomo la tarta y nos cerro al puerta en las narices.

Las chicas volvieron a mirarme con cara de revolver, mientras yo soltaba la risa y caminábamos
retirándonos de la falta de respeto del anciano.

Joanna: - Las cosas no estuvieron tan mal. Digo no salió con un revolver o nos hecho a patadas.

Katherine: - Creo que no le falo mucho para eso.

Eimi: - Y tu lo único que haces es reírte.

Joanna: - Es que hubieran visto sus caras cuando insinué querer escuchar sus historias.

Eimi: -¿Y enserio nos ibas a someter a tal calvario?

Joanna: - ¡No le veo nada de malo a eso! El pobre no tiene quien las escuche.

Katherine: - Así que pensaste que somos las indicadas ¿o qué?

Joanna: - La verdad en parte sabia que el viejo no nos iba a entrar como si nada a escucharlo hablar de su vida.

Eimi: - Entonces que pretendías, ¿Qué nos cerrara la puerta en la cara?, pues felicitaciones lo lograste.

Joanna: - No. Lo que quería era sembrarle cierta intriga.

Katherine: - Te has acabado de enloquecer, ¿intriga como de que o para qué?

Joanna: - Pues sí, ya por lo menos responderá nuestros saludos, es un avance y al darse cuenta quienes somos nos
tratara diferente al resto de los chicos del barrio. – O eso esperaba.

Eimi: - Y la intriga.

Joanna: - Pues sí, se dejara de tanta tontería y nos hablara de los antiguos dueños de la casa. O que no te llena de
curiosidad saber quienes vivían en nuestra casa con tanta cosa que dicen.

Katherine: - Aja, así que solo por querer hacer buena relación con los vecinos, ¿que más te guardas?

Joanna: - No me guardo nada, solo que la curiosidad es más grande que yo.

Y soltamos a reír un tanto malicioso.

Katherine: - Tonta. Hubieras empezado por ahí nos hubiéramos evitado un portazo.

Joanna: -¿Luego tu sabes algo de los antiguos dueños de la casa donde vivimos?
Katherine: - Pues no mucho la que más le puede hablar de ellos es mi hermana ella era amiga de los gemelos que
vivían aquí. Aunque no habla mucho de ello, después de lo ocurrido.

Eimi: - ¿Que sucedió?

Katherine: - Los chicos se llamaban Joseph y Benjamín. Eran unos chicos muy atractivos aunque tímidos, estaban por
salir de la preparatoria y les encantaba la música, es mas formaron un grupo de Rock y ensayaban todas las tardes en
la cochera de su casa, y a veces iban a tocar a un bar en las afueras de la ciudad.

Joanna: - Con que integrantes de un grupo de rock, y que sucedió.

Katherine: - A eso voy. Cierto día mientras ensayaban los dos hubo un corto y se predio la cochera.

Joanna: - Entonces así fue como murieron- respondí con gran tristeza.

Katherine: - No, estuvieron mucho tiempo en el hospital. No sé qué sucedió al final y murieron, mi hermana fue a
visitarlos mucho y volvía con dolor en el alma, nunca quiso volver a hablar de ellos. – dijo afligida.

Es intrigante el grado de afectación de la hermana de Katherine, el hecho de perder a una persona


cercana no te afecta de tal manera a no ser que haya marcado huella en tu interior. Sé que preguntarle
algo tan doloroso seria una imprudencia de mi parte, además no tengo como explicar mi intriga sin
necesidad de mencionar mi preciado libro esto también me llevaba a tener cierto recelo porque después
de enterarse de el libro ella podría quererlo, y eso no es algo a lo que esté dispuesta, era obvio que la
relación entre Astrid la hermana de Katherine y los gemelos era más que solo amistad. Con todo esto
dando vueltas en mi cabeza, concluí que lo mejor era no hablar con Astrid. Caroline venia caminando
lentamente, hasta que nos vio, se apresuro a unírsenos, hubo un silencio incómo hasta que Eimi
interrumpió.

Eimi: - Está haciendo calor, ¿quieren helado?

Caroline: - Bueno, pero si tu lo gastas. – y sonrió.

Joanna: - No gracias.

Katherine: - No gracias, ¿nos vemos más tarde les parece? – dio dos pasos, y yo la tome del brazo y dije.

Joanna: - Voy a acompañarla a la casa nos vemos mas tarde.

Eimi: - Ok, adiós.

Caroline: - Chao chicas. Y nos dio en beso en la mejilla a cada una.

Retomamos la conversación mientras caminábamos a la casa de Katherine.

- Katy, ¿me podrías hacer un favor?

- Si claro, dime.

- No quiero que nadie se entere de nuestra conversación. Menos tú hermana.

- ¿Por qué?- Pregunto en tono serio y con cara de confusión.

- No quiero que tu hermana se ofenda, sabes que le duele mucho hablar de ello, ¿no crees que eso pueda llegar a ser
imprudente? De igual manera ya se que sucedió, no quiero que se hable más de ello. Me asusta.- le respondí con
temor.

- No entiendo que es lo que te asusta. Pero en fin tú y tus misterios. De igual manera sabes que cuentas conmigo para
lo que necesites, aunque solo sea para hablar de temas ajenos a nosotras. – Me dijo con semblante frío mientras sus
ojos se cristalizaban.

- ¿Que sucede contigo, acaso me estás haciendo un reclamo, o tiene algo que decirme? – Pregunte mientras bajaba
poco a poco el tono de voz.- Se veía triste.

- La verdad no sé cómo decirlo sin lastimarte.


Pase saliva tratando de ser fuerte para lo que venía y le dije.

- Dilo, lo que sea lo asumiré de la mejor manera, una buena amiga no solo es la que te alcahuetea todo sino la que
quiere lo mejor para ti. – Me interrumpió.

- Ese precisamente es el problema, no veo que tengamos una relación de amistad cercana, más bien ciento que me
usas, que solo me buscas cuando me necesitas.

Me sentí reprendida y arrepentida, nuevamente vi como me abandonaba en la soledad mientras los que
me rodeaban necesitaban saber de mi y expresarse ante mí. En cierta manera tenía razón solo me
interesaba el misterio mientras utilizaba a veces de manera cruel a mis cercanos.

- No, katy las cosas no son así. Sé que he sido un poco egoísta y no me he permitido tener una relación estrecha
contigo, no como tú quisieras. Sé que es difícil que me entiendas, pero prometo que podre empeño en que nuestros
lazos sean tan fuertes que soporten el tiempo, pero también debes entender que necesito estar a solas en algunas
oportunidades. Anda dime que te sucede, porque veo que aun tienes algo que decir.

- Tu como siempre frívola, pero intuitiva y sensible a la vez, no necesitas mucho para saber cuando una persona no
está bien. – y me abrazo, y si eso era cierto de la alegría, calidez y sinceridad que tenia no quedaba más que cenizas
apenas tibias.

-Bueno recuerdas que alguna vez te dije que Joan me atrae. – Me dijo mientras secaba la lágrima que dejo escurrir por
su mejilla.

- Si. ¿Qué sucedió? - Pregunte.

- Pues resulto ser como decías, es un chico que solo ve diversión en las chicas –

La tome de las manos y pregunte con temor - ¿porque lo dices?

-Mientras me pintaba un hermoso paisaje, salía con una chica que vive cerca a su casa.

-Es un estúpido, que no merece nada de ti, menos una lagrima, le demostrarías tristeza y el quedaría satisfecho. Vamos
animo katy. Tú eres hermosa, ya verás que aparecerá un chico que te valore y estaré dispuesta a ser su celestina. – Le
dije mientras se pintaba en mis labios una leve sonrisa de confianza.

Por la puerta de su casa salía Astrid, le recordé disimuladamente en el oído a Katherine que no le contara nada a su
hermana.

Después de esa conversación volví a casa sin intenciones de hablar con nadie, me encerré en el cuarto, me sentí muy
mal no sabía qué hacer necesitaba ayuda, hablar con katy me había hecho darme cuenta de lo mucho que había
cambiado, era como si llevara una máscara que solo era liberada para ver el libro, pues solo con él me sentía libre. Por
momentos pensé en votarlo pero recordaba sus letras y su importancia para mi, era unas alas doloras pero necesarias
para poder volar. Las noches siguientes no pude conciliar el sueño, a veces me parecía escuchar sonidos en la parte
baja de la casa y como un niño miedoso me refugiaba en las cobijas y ponía música con los auriculares para no
escuchar nada. Me conformaba con los momentos de distracción que tenia al hablar con Katy, solíamos reunirnos casi a
diario y leíamos novelas de ficción o poemas, leíamos revistas de arte y hablábamos de música, jamás hubiera
imaginado lo mucho que tenemos en común nuestros gustos musicales, artísticos y poéticos eran tan similares. En esos
momentos de respiro, aprovechaba las lecturas de Katy a suave voz y dormía como no podía hacerlo en casa, no
dejaba de parecerle gracioso ella aprovechaba la oportunidad y me fotografiaba burlándose de mí. Nuestra amistad se
volvía cada vez más entrañable pero por más que intentaba hablarle del libro o el misterio que lo encerraba había algo
en mi interior que no me lo permitía.

Llegaba a casa solo para encerrarme una o dos horas en la biblioteca a devorar cuanto libro solo con el fin
de saber de los gemelos y luego iba a la cocina o el resto de la casa a hacer algo de orden mientras
llegaba Henry o Eimi simulando que nada ocurría. Me tranquilizaba que Eimi tuviera buen semblante
aunque no me atrevía a hablar mucho con ella pero no dejaba de preocuparme Henry quien raramente
aprovechaba una oportunidad para burlarse de nosotras y ahora solo saludaba comía y se encerraba en
su cuarto. Sabía que tenía que hablar con Alison y al mismo tiempo no dejaba de preocuparme que
nuestra amistad se dañara producto de lo mal que le iba con mi hermano. Era como una montaña rusa
que subía y bajaba sin darme tiempo a descansar.

Una tarde cercana a los días de reintegración al colegio me tope con Santiago, quien me saludo con alegría.

Santiago: - Hola, ¿Joanna como estas?- Mientras beso mi mejilla.


Joanna: - Bien, muy bien gracias.

-Que tal tus vacaciones.

-Pues no estuvieron muy movidas- Respondí un poco desanimada

-¿y las tuyas como estuvieron? – Pregunte.

- Súper, hace mucho que no me divertía tanto, pero dime que te sucede.

- ¿A mí? No me ocurre nada. Problemas, cosas que no es necesario intimar-

- ¿Seguro? Sabes que cuentas conmigo para lo que necesites. Es mas ¿qué te parece si salimos esta tarde a cine?-

-¿A cine?-

-Si, hay algún problema, ¿no quieres ir al cine?

- No, no es eso, es que tengo cosas que hacer. Pero qué te parece si vamos mañana en la tarde.-

-Hecho, mañana paso a las 2 a tu casa. ¿Te parece?

-Sí, sí a las dos está perfecto.

-Bueno, entonces hasta mañana.- y volvió a besarme la mejilla.

Katherine:-¿y eso que fue? – Pregunto sonriente.

Joanna: - ¿Qué fue qué?, vamos Katy no me molestes.

- Cuéntame que paso ahí. Porque ustedes pocas veces hablan, siempre lo dejas con las palabras en la boca lo evitas.

- No paso nada, solo hablábamos.

- ¿No me quieres contar?- y puso cara de aburrimiento.

-Jajajaja, me invito a ver una película.-

-Y tú le dijiste que no-

-No, le dije que si-

-Aja, vamos mitómana sino.-

-No, de verdad acepte. Necesito un momento de distracción y el es muy cómico, sería bueno darnos una oportunidad
para conocernos ¿no crees? ¿O hice mal?-

-No, como crees. Me sorprende que le hayas aceptado, pero me gusta la idea.-

-Bueno, ¿y qué vamos a hacer hoy?-

-Que te parece si vamos a leer la revista que salió hoy, hay un reportaje muy bueno que habla de Andy Warhol-

-Ok, vamos.-

Así se nos fue la tarde, leyendo revistas de arte y hablando de las dos. Hasta que llego la hora de ir a casa
estando en la biblioteca llego Eimi y vio que estaba en la biblioteca.

Eimi: - Joanna, ¿puedo saber qué es lo que sucede?

Joanna: - No pasa nada, ¿qué tendría que estar pasando?

Eimi: - No sé, dime tu, no me creo el cuento que quieras sociabilizar con los vecinos, tampoco el que solo sea interés
saber lo que sucedió con los antiguos dueños. Vienes y te encierras en la biblioteca casi que desde que llegamos a esta
casa, ya debes saber cómo catalogar de manera correcta los libros de esta biblioteca, ¿anda dime que escondes?
Joanna: - Créeme, no sucede nada. El hecho que me la pase en la biblioteca es que quiero distraerme, sabes que no
suelo sociabilizar mucho, y sufro de hiperactividad, a eso súmale que no hay mucho que hacer en la casa así que vengo
aquí a distraerme con un poco de lectura.-

Hubo dos minutos incómodos de silencio, mientras Eimi me miraba de manera acusadora alzando su ceja derecha.

Eimi: - Ok, digamos que te creo, digamos…

Joanna: - Vamos Eimi, empiezas a ponerme nerviosa con tanto interrogatorio, sabes que no suelo decir mentiras.-

Se soltó en risas mientras tomaba mi mano sacándome de la biblioteca.

-Aun no olvido como nos saco el viejo de su casa, se nota que le incomoda la compañía.

-Jaja, si- dije en tono incomodo.

-Oye Joanna, sabes estaba pensando que estaría bien si tomamos un par de clases juntas, ¿no?, creo que no ha sido
muy bueno para las dos estar tan alejadas.

-Si, claro. Que clases te gustaría que tomáramos juntas. – Respondí con entusiasmo, esa idea me encantaba,
volveríamos a ser unidas, tan unidas como siempre.

- ¿Estaría bien, historia y literatura?

-Si, por supuesto, sabes lo buena que soy en las dos materias.

-Pues, por eso es que lo digo.- y rio a más no poder.

-Que mala eres Eimi.- Repuse con cara de consentida.

-Jajajaja, para ser justas tomemos también arte. ¿Te parece?-

Sonreí y la abrace. Quería contarle lo del libro, pero aun existía algo que me limitaba.

Días después

La relación con Eimi volvía a su cauce. Sonreíamos sin parar estando juntas lo disfrutábamos todo y Henry tenía una
relación cada vez mas fuerte con Ali, concluimos que lo mejor era no volver a nuestro antiguo pueblo, dado a que
debilitaba nuestra relación como hermanos y amigos.

Katherine por su parte no dejaba de celarme con Eimi, era natural dado que pasábamos mucho tiempo juntas, y sabia
que ahora estando las cosas mejor tendría que compartir mi tiempo con las dos. Yo intentaba que se hicieran las
mejores amigas pero no resultaba muy bien, sus gustos eran muy diferentes por un lado estaba la sencillez y fantasía
de Katherine y por otro lado estaba la modestia y escepticismo de Eimi, pero hacían su mejor esfuerzo por llevar una
buena relación y no verme molesta a veces disfrutaba de sus debates que se volvían discusiones y a veces simplemente
las dejaba a solas y me retiraba a escuchar música en el patio mientras dejaba volar mi mente en blanco mirando las
nubes. Con el tiempo Caroline se nos fue uniendo y pasábamos bellas tardes entre risas y charlas de loras (o eso era lo
que decía Henry), mientras nos esforzábamos por encajar con la otra. En cierta forma es así como funciona una
relación sea cual sea, comprendes al otro o las cosas no funcionan.

Poco a poco empezamos a reintegrarnos al colegio, y a las clases Eimi y yo quedábamos compartiendo tres materias y
el resto con Katherine y Caroline. Salíamos cada fin de semana a cine o a algún parque con Ali y Henry. Y buscaba
momentos de privacidad para seguir con la búsqueda de información de los gemelos. A veces quería contarle todo a
Eimi y liberar algo de presión y a veces simplemente trataba de sacar el libro y todo lo que implicaba de mi mente y mi
vida, pero seguía igual, un misterio tan grande que no lograba tranquilidad estando en casa. No había vuelto a recibir
notas y aun no me atrevía a hablar con Astrid. Con tanta intriga estaba cada vez más decidida a hablar con ella, me
mataba no saber nada de los gemelos.

Luego de unos días tome la decisión que tenía que hablar con Astrid era mi única salida. Pero antes tenía que contarle
todo a Eimi, para que me ayudara en caso que Astrid quisiera el libro, necesitaba un apoyo de alguna manera, me
sentía sola en este gran misterio…

CAPITULO 4
¿???
Decidida tome el libro en mis manos y lo lleve a la biblioteca junto con la nota, y espere la llegada de Eimi. No podía
más con esto, me moría de los nervios, no sabía que reacción tomaría Eimi, y aun menos si me apoyaría o me pasaría
por loca, aun no sabía si debía o no contarle sobre los ruidos que alguna vez había oído. Me dirigí a la cocina y me tome
un te bien caliente, volví a la biblioteca, después de retomar algo de calma y con el calor que me dio al tomar el té me
quede dormida sobre el escritorio. Hacía mucho no tenia sueños, y si los tenia francamente no lo recordaba, en el
sueño habían dos chicos tocando en un escenario, de espaldas a mi era la única que estaba en el publico, de repente el
vocalista volvió su mirada a mí un escalofrió recorrió mi espalda, jamás en la vida había visto ojos como esos una
mirada tranquila, tierna y profunda que me dejo trastornada en un solo segundo, empecé a escuchar que el guitarrista
me llamaba por mi nombre una y otra vez, desperté con Eimi mirando fijamente el libro.

Eimi: - Que haces con ese libro pensé que lo habías dejado de lado.

Joanna: - Este… si así es, hace un rato lo encontré y me llamo la atención leerlo.- Sonreí algo incomoda.

Eimi: - ¿Y si es interesante o es un libro lleno de tecnicismos aburridos?

Joanna: - Jajaja, si es aburrido, nada de lo que te llama la atención.

Eimi: - Sabes, no se si soy yo, pero últimamente actúas muy extraño.

Joanna: - ¿Tú crees?... no esas son cosas tuyas, yo soy la misma, el cambio de pronto de la edad tu sabes- Y volví a
sonreír.

Eimi: - Si, debe ser eso, tanto tiempo aisladas que no hemos tenido tiempo de contemplar en interior de la otra.

Joanna: - sí, creo que tenemos que compartir más tiempo. – Le respondí, mientras escondía la nota en mi espalda.

Eimi: - Entonces… ¿no hay nada para contar?

Joanna: - No nada, te parece si mas tarde nos reunimos con las chicas a hablar, tengo que retirarme a mi habitación.

Eimi: - Si, está bien.

Decidí que era mejor no contarle nada a Eimi, ese sueño fue como una señal de que debía ser prudente por un tiempo
más, quizás resolvería este misterio sola, mientras debía guardar el secreto para tener evidencia suficiente para que
Eimi me creyera, cada vez estaba más convencida que los ruidos que escuchaba no eran producto de mi imaginación,
algo tenía que ver con los chicos que vivían en esta casa.

Después de unos días volví a escuchar ruidos pasos, voces, acordes de guitarra e incluso de piano.

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