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I.- BENEFICIO PENITENCIARIO.

1.1.-DEFINICIÓN

Analizando la palabra “Beneficio” según el Diccionario de la Real Academia Española,


se tiene que la misma “proviene del latín “beneficĭum”, que significa bien que se hace
o se recibe”1, así pues al buscar la definición de “penitenciario” el mismo diccionario
nos informa que dicha palabra proviene de penitencia, significado que calificándolo
como un adjetivo, corresponde a lo perteneciente o relativo a la penitenciaría o penal,
señalando además en una segunda “acepción como lo que se dice de cualquiera de
los sistemas modernamente adoptados para castigo y corrección de los penados, y del
régimen o del servicio de los establecimientos destinados a este objeto”2.

Consecuentemente la definición de beneficios penitenciarios, partiendo de las antes


mencionadas, podría resumirse como el bien que recibe el interno sentenciado y
recluido en un establecimiento penitenciario, con la finalidad de corregirlo, esto es que
los beneficios en si vendrían a ser acciones favorecedoras para los internos
sentenciados y recluidos en los penales.

1.2.-NATURALEZA JURIDICA.

Es importante esclarecer claramente la naturaleza jurídica de los beneficios


penitenciarios, toda vez que existe una gran controversia sobre si deben ser
considerados como derechos o como incentivos, al respecto se tiene que Small Arana
en su libro Situación carcelaria en el Perú y beneficios penitenciarios, señala: “…los
beneficios penitenciarios son verdaderos incentivos, concebidos como derechos
expectativos del interno, que le permitirán observar las normas de conducta en el campo

1
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cultura. Extraído el 26/05/2010.- hora
10:55pm.
2
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cultura. Extraído el 26/05/2010.- hora
11:15pm

1
penitenciario, tendientes a lograr menor permanencia en el establecimiento
penitenciario mediante los mecanismos de la redención de la pena por el trabajo y la
educación para luego alcanzar la semi libertad y la libertad condicional, accediendo
paulatinamente a la libertad” 3
. Así también tenemos la definición dada por el
Diccionario de la Real Academia Española, quien señala que “…son medidas que,
articuladas como derechos en el marco penitenciario y con el fin de facilitar la
reeducación y la reinserción social del recluso, permiten la reducción de la duración de
la condena o el adelantamiento de la libertad condicional”4. Por otro lado tenemos la
definición dada por el Tribunal Constitucional Peruano que señala en la sentencia
expedida en el expediente 2700-2006-PHC lo siguiente: “… en estricto los beneficios
penitenciarios no son derecho fundamentales, sino garantías previstas por el derecho
de ejecución penal, cuyo fin es concretizar el principio constitucional de resocialización
y reeducación del interno. En efecto a diferencia de los derechos fundamentales, las
garantías no engendran derechos subjetivos, de ahí que puedan ser limitadas. Las
garantías persiguen el aseguramiento de determinadas instituciones jurídicas y no
engendran derechos fundamentales a favor de las personas. Por otro lado no cabe duda
de que aun cuando los beneficios penitenciarios no constituyen derechos, su
denegación, revocación o restricción de acceso a los mismos, debe obedecer a motivos
objetivos y razonables, por lo que la resolución judicial que se pronuncia al respecto
debe cumplir con la exigencia de la motivación de las resoluciones judiciales”5

Así pues con la última definición dada por el máximo interprete de la constitución,
se tiene que los beneficios penitenciarios, no son derechos, sino que son incentivos a
los que pueden acceder los internos que se encuentran recluidos en los
establecimientos penitenciarios cumpliendo una pena privativa de la libertad, a efectos
de que puedan salir del establecimiento penitenciario antes de que cumplan su pena
efectiva, siempre y cuando observen los requisitos que se encuentran bien definidas
en las leyes pertinentes, debiéndose tener en cuenta además la naturaleza del delito

3
Comentarios a la jurisprudencia y praxis jurídica Editorial Grijley, edición febrero 2008, Pág. 217.
4
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=cultura. Extraído el 26/05/2010.- hora
11:30pm.
5
Sentencia Expediente 0965-2007-PHC/TC, fundamento 4º. Tribunal Constitucional, publicado en página
web del Tribunal Constitucional;

2
cometido, ya que existe la prohibición del goce de estos beneficios por lo internos que
han cometido determinados delitos, por otro lado es necesario considerar la conducta
del interno dentro del penal, esto es, si éste ha cumplido con las reglas de disciplina
que señala el Código de Ejecución Penal, aplicables dentro de los establecimiento
penitenciarios y que facilitan la convivencia entre todos los recluidos; así también es
necesario evaluar la personalidad del agente, esto es si se trata de un habitual, de un
reincidente, de un primario, y otros aspectos relevantes a tener en cuenta, ya que según
el criterio adoptado por el Tribunal Constitucional en la sentencia recaída en el caso de
Máximo Llarajuna Sare, se señaló que “…la determinación de si corresponde o no
otorgar a un interno un determinado beneficios penitenciario, en realidad no puede ni
debe reducirse a verificar si éste cumplió o no con los supuesto formales que la
normativa contempla…”6

Nuestra legislación de ejecución penal en su artículo 42º señala 5 beneficios


penitenciarios: Permiso de salida, redención de la pena por el trabajo y la educación,
semi-libertad, liberación condicional, visita íntima y otros que se encuentran regulados
en el artículo 59º del mismo Código de Ejecución Penal y son consideradas como
recompensas: autorización para trabajar en horas extraordinarias, desempeñar labores
auxiliares de la Administración Penitenciaria, que no impliquen funciones autoritativas,
concesión extraordinaria de comunicaciones y visitas y otras que determine el
Reglamento. Pero en el presente trabajo nos ocuparemos sobre el beneficio de la
redención de la pena por trabajo y educación.

6
Sentencia Expediente 1594-2003-HC/TC, fundamento 14 . Tribunal Constitucional, publicado en página
web del Tribunal Constitucional;

3
II: CLASE DE BENEFICOS PENITENCIARIOS

CLASES DE BENEFICIOS PENITENCIARIOS:


Según nuestro Código de Ejecución Penal vigente, que sigue la misma clasificación del
Código de Ejecución Penal de 1985, con algunos cambios, los Beneficios Penitenciarios
son los siguientes: a) Permiso de salida; b) Redención de la pena por el trabajo y la
educación; c) Semilibertad; d) Liberación Condicional; e) Visita íntima; y f) Otros
(estímulos y recompensas)

1. PERMISO DE SALIDA.
La regulación del permiso de salida no es muy antigua. Podemos encontrar entre
sus antecedentes al Decreto Ley Nº 175881 de 1969 contemplado en su artículo
22º, posteriormente el Decreto Legislativo Nº 330 de 1985 en su artículo 51º
otorgaba el permiso de salida para los internos por un término de hasta 48 horas;
en la actualidad nuestro Código de Ejecución Penal, Decreto Legislativo Nº 654, que
en su artículo 43º otorga el permiso de salida por un plazo de 72 horas.
Es una institución del Derecho de Ejecución Penal, por el cual se autoriza al interno
a salir del centro de reclusión por un breve período de horas o días.
Para ELÍAS NEUMANN el permiso de salida es “un avance penológico considerable
y sus resultados son provechosos, siempre que se otorguen con tino mediante una
adecuada fiscalización. Consiste en permitir por distintos motivos a uno o más
reclusos, el abandono temporal del establecimiento donde se alojan, para trabajar
durante el día en oficinas, talleres e incluso organismos ministeriales o municipales
sin que nada denote su procedencia; en segundo lugar por razones de humanidad
a fin de calmar la ansiedad del condenado derivada de circunstancias familiares
(enfermedades graves o muertes); en tercer lugar, para armonizar las necesidades
sexuales; etc.”7

A. IMPORTANCIA.- El proceso de reinserción del interno a la sociedad encuentra un


apoyo importante en este beneficio. El tratamiento penitenciario, se encuentra
complementado con la interacción efectuada por el interno con su familia o con la

7
NEUMAN, Elías; “Prisión Abierta”, Editorial De Palma, Buenos Aires, 1984

4
sociedad a través de las salidas transitorias del establecimiento penitenciario
motivadas por el deseo de trabajar como una persona en libertad, o por nacimiento
de un hijo, enfermedad, entre otros.

Esta interacción ayuda al interno a no sentirse prisionero y lejano de la sociedad, de


tal forma que al momento de egresar del establecimiento penitenciario los lazos con
la sociedad no se vean afectados y que su comportamiento en su nueva vida de
libertad no se vean perturbados por el hecho de verse privado de su libertad o el
recuerdo de su reclusión penitenciaria.

La concesión del permiso de salida no es una decisión tomada a la deriva por la


autoridad penitenciaria, es necesario que concurran en ella ciertos requisitos y
causales de procedencia; debido a que, lo que se busca no es poner en riesgo a la
sociedad con la presencia de un recluso peligroso y lejano de ser rehabilitado, sino,
que esta medida contribuya a su tratamiento y le dé cierto avance en su
rehabilitación.

B. MODALIDADES.- En la doctrina penitenciaria se distinguen dos modalidades:

a) Salidas Transitorias o Permisos de Salida Ordinarios; por los que se autoriza


a los internos a salir del centro de reclusión, cada cierto tiempo y por un número
de horas determinado, para visitar a sus familiares, generalmente en
determinada fase del régimen progresivo, siempre que no constituya un riesgo
para la sociedad y sea provechoso para su rehabilitación. Puede ser salidas
cada fin de semana que se conceden en la última etapa o el tercer grado del
régimen abierto.
b) Permisos de Salidas Extraordinarios; permiten la salida del interno por causas
humanitarias y en forma excepcional, en cualquier etapa de la ejecución de la
pena, de acuerdo al criterio del Director del establecimiento.
En nuestra legislación, en la mayoría de los casos se trata de permisos de salida
extraordinarios para salir del centro penitenciario hasta por un lapso de 72
horas.

5
C. CASOS EN QUE SE CONCEDE PERMISOS DE SALIDA EN EL CEP. PERUANO.-
Estos permisos se conceden al interno procesado o sentenciado, por el Director del
establecimiento penitenciario, en los siguientes casos:
 Enfermedad grave, debidamente comprobado con certificado médico oficial,
o muerte del cónyuge o concubino, padres, hijos o hermanos internos.
Evidentemente que los fundamentos de este permiso para salir del
establecimiento penitenciario son de carácter humanitario, y debe ser
autorizado por un plazo perentorio, siempre que se cumpla los requisitos
exigidos. Además hay que anotar que se trata de un permiso especial o
extraordinario, que no está basado en hechos o necesidades frecuentes,
permiso al que probablemente muchos no se podrían acoger al no darse las
condiciones que la justifiquen.

De las condiciones, la relativa a la enfermedad grave puede ser materia de


duda, ya que en este caso interpretamos que el propósito del texto legal es
facultad tal permiso cuando se halle en riesgo la vida del familiar, aun cuando
este estado sea consecuencia por ejemplo de un accidente laboral,
automotriz o de cualquier índole. Mientras que puede darse el caso de
enfermedad grave como un cáncer, un TBC, entre otras, pero que dada la
evolución del mal en dicho momento no está en peligro inmediato la vida del
paciente, porque el mal está controlado.
Otro aspecto problemático es el concerniente al vínculo familiar de tipo
conyugal. En el caso de estar conformado por las formalidades legales del
matrimonio no habría mayor dificultad para acreditarse, pero en los casos de
“concubinato”, reconocidos tardíamente a partir de nuestra constitución del
79, pero que no fue considerado por el CEP. De 1985 y si por el vigente, su
acreditación puede ser materia de discusión.
 Nacimiento de hijos del interno; la razón para concederse este permiso es
también comprensible, sin embargo existe algunas situaciones de conflicto.
En una interpretación extensiva se entiende que se trata de hijos producto
de un matrimonio o de un “unión de hecho”, o de alguna otra forma de
relación no estable que da lugar al nacimiento de un vástago, y que por tanto
el interno padre se acoge a este permiso. Nosotros consideramos que las

6
dos primeras situaciones de paternidad avalan claramente la posibilidad de
este permiso, y que en el tercer se tendría que acreditar fehacientemente en
cada situación, para evitar simulaciones.
 Para realizar gestiones personales de carácter extraordinario que demanden
la presencia del interno en el lugar de la gestión. Esta es una condición
probablemente sujeta a interpretaciones más diversas y factible de ser
aplicada irregularmente, como ha ocurrido en diversos casos, dada la no
precisión de que es gestión personalísima de carácter extraordinario.
 Para realizar gestiones con el propósito de la obtención de trabajo y
alojamiento ante la proximidad de su liberación. Debemos precisar en ese
caso el tiempo que supone “la proximidad de su liberación” que podría ser
entre uno o dos meses antes y no periodos más lejanos por razones
compresibles.
Este es el único caso en que prácticamente casi todos los reclusos podrían
solicitar estos permisos de salida, excepto los condenados a cadena
perpetua. Sin embargo en la práctica es relativamente poco requerido,
probablemente debido a que un número importante de internos sale del
establecimiento carcelario, meses o años antes de cumplir su condena,
mediante los beneficios penitenciarios de semilibertad o liberación
condicional, lo que da lugar a que muchos internos no recurran a este
permiso.
Los tres primeros casos son realmente extraordinarios o excepcionales, y
sobre todo los dos primeros son aleatorios. El cuarto no es un permiso
extraordinario sino que puede ser considerado ordinario. Sin embargo, tales
permisos regulados por el CEP., son para casos excepcionales y debería
ampliarse o incluirse el permiso de salida ordinario o salida transitoria, de tal
forma que sea factible su accesibilidad para un mayor número de internos y
en forma más periódica.
Al respecto ALEJANDRO SOLIS ESPINOZA; “propone un inciso adicional
“5”que estipule lo siguiente; “para visitar a sus familiares, siempre que tenga
domicilio u hogar conocido, cada treinta o setenta días, de conformidad con
su conducta y el tiempo de pena cumplido que no debe ser inferior al exigido
para la liberación condicional”.

7
D. AUTORIDAD QUE LA OTORGA.- La autoridad encargada de otorgar estos
permisos de salida es el Directo del establecimiento penitenciario, pero dando
cuanta al Ministerio Público y en su caso al Juez que conoce del proceso. El CEP.
De 1985 estableció dicha potestad al Juez de Ejecución Penal, pero la vigente ley
al eliminar dicho magistrado y probablemente con la esperanza de alcanzar mayor
celeridad en el trámite de este beneficio, que por razones obvias requería una
resolución rápida, encargó al Director del establecimiento carcelario, que se halla
en contacto más cercano y permanente con el interno, la decisión de resolver este
pedido.
El Director puede conceder el permiso solicitado o bien denegarlo. En el primer caso
debe señalar ciertas reglas o recomendaciones, y sobre todo adoptar las medidas
necesarias de custodia durante la salida del interno, bajo responsabilidad.

Generalmente el interno sale bajo vigilancia de dos miembros del INPE o policías.
Además es importante que se le otorgue una constancia que justifique, ante
cualquier autoridad que los requiera, su permanencia fuera del establecimiento.
En caso que se le deniegue el permiso de salida, el interno puede plantear un
Recurso de reconsideración ante el mismo Director quien debe resolver en un
término perentorio.

2. LA VISITA ÍNTIMA

El Estado, al permitir y garantizar la visita íntima a los internos, coadyuva


decisivamente en la consolidación de la familia en el proceso de resocialización del
reo, pues las condiciones de hacinamiento e higiene de los establecimientos
penitenciarios generan en éste un deterioro de su integridad física, psíquica y moral
que frecuentemente sólo pueden ser compensados con el amor que brinda la
familia.
Asimismo, el Estado al permitir la visita íntima está cumpliendo con su deber de
especial protección a la familia como institución fundamental de la sociedad
reconocido en el artículo 4° de la Constitución. Si bien no es el único mecanismo
8
para cautelar a la familia, el espacio compartido en la visita íntima sí es propicio y
necesario para fortalecer los vínculos de la pareja; pues una vez fortalecida la
relación de pareja, se facilita la relación armónica con los hijos.

Es más, la visita íntima como forma de protección a la familia se encuentra


reconocida en el Código de Ejecución Penal. Así, de acuerdo a su artículo 58º la
visita íntima tiene por objeto el mantenimiento de la relación del interno con su
cónyuge o concubino, bajo las recomendaciones de higiene, planificación familiar y
profilaxis médica.

De este modo, el derecho a la intimidad familiar no sólo se garantiza al no


inmiscuirse en los asuntos de la familia mediante la no divulgación de los hechos
privados, sino también al permitírsele un espacio para que tal derecho se desarrolle.
Por ello este Tribunal estima que las limitaciones desproporcionadas de las visitas
íntimas entre los internos y sus parejas (cónyuge, concubina o concubino) vulnera
el deber especial de la familia reconocido en el artículo 4° de la Constitución.

El derecho a ser visitado es de tal importancia para la garantía de los derechos del
interno y su familia que está consagrado en el principio 19 del Conjunto de Principios
para la protección de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención
o prisión, adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en su Resolución
Nº 43/173, de fecha 9 de diciembre de 1988.

La visita íntima como manifestación del derecho al libre desarrollo de la


personalidad

Una de las facetas en las que se ve plasmado el derecho al libre desarrollo de la


personalidad es la sexualidad del ser humano el cual debe verse de una manera
integral teniendo en cuenta, por tanto, el aspecto corporal o físico. De este modo, la
relación sexual es una de las principales manifestaciones de la sexualidad. De ahí
que, pueda considerarse que uno de los aspectos que conforman el desarrollo de
una vida en condiciones dignas sea la posibilidad de tener relaciones sexuales.

9
Por ello, tanto para aquellos internos que tengan conformada una familia, el derecho
a la visita íntima constituye un desarrollo del derecho al libre desarrollo de la
personalidad, pues si bien la privación de la libertad conlleva una limitación
razonable del ejercicio del derecho al libre desarrollo de la personalidad, es obvio
que no lo anula. Y es que la visita íntima es aquel espacio que, como su nombre lo
indica, brinda a la pareja un momento de cercanía, privacidad personal y
exclusividad que no puede ser reemplazado por ningún otro.

La relación sexual entre el interno y su pareja es uno de los ámbitos del libre
desarrollo de la personalidad que continúa protegido aún en prisión, a pesar de las
restricciones legítimas conexas a la privación de la libertad. Y es que, tratándose de
personas privadas de la libertad, se hace esencial para los internos y su pareja el
poder relacionarse en el ámbito sexual ya que este tipo de encuentros, además de
tener como sustrato un aspecto físico, trasciende al psicológico y al ser positivo
repercute en el estado de bienestar de la pareja.

En conclusión los internos en virtud de su derecho fundamental al libre desarrollo


de la personalidad, tienen derecho a la visita íntima bajo condiciones de
periodicidad, intimidad, salubridad y seguridad, en la medida en que lo permitan las
limitaciones mismas que se derivan de la reclusión y las normas que regulan la
materia

3. LA SEMILIBERTAD.
Mediante este beneficio se permite al interno egresar (durante el día) del centro
penitenciario, para efecto de trabajar o educación, obligándose luego al término de
la jornada respectiva a pernoctar en su domicilio, sujeto a control e inspección de la
autoridad penitenciaria, del representante del Ministerio Público y del Juez Penal
respectivo. Para ello debe haber cumplido previamente un tercio de su condena o
tres cuartas partes de la misma, además de otras condiciones.
La Semilibertad es un mecanismo de pre libertad concedido por el órgano
jurisdiccional competente, observando la buena conducta del interno, el tiempo de
permanencia de interno en el establecimiento penitenciario, y teniendo en cuenta la
evolución del tratamiento penitenciario, su avance positivo en su rehabilitación.
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Este beneficio consiste en que se otorgue anticipadamente la libertad al interno,
cuando se considera que está próximo a su rehabilitación, poniéndolo a prueba a
efectos de saber si el tratamiento permitirá su rehabilitación total.
En su versión ortodoxa, la Semilibertad permite la salida del interno, generalmente
en el día, para que trabaje o estudie, retornando en la noche al establecimiento
penitenciario o a una casa de semilibertad, tal como se aplicó en nuestro medio
hasta antes de 1991.
Esta modalidad es similar al régimen de Reclusión Nocturna, el mismo que se
diferencia del presente beneficio penitenciario, porque se estipula para casos de
condenados a penas muy cortas y desde el inicio de la condena.

El concepto de semilibertad se pone de manifiesto en nuestro ordenamiento


mediante la Ley Nº 10129 de 1945 que adoptaba la libertad progresiva. En 1969 con
el Decreto Ley Nº 17581 denominado “Unidad de Normas para la Ejecución de
Sentencias Condenatorias”, que fortalece el sistema progresivo adoptado donde
incluido el beneficio de semilibertad.

Esta norma otorgaba el beneficio de semilibertad según la modalidad de la pena


impuesta al sentenciado, por ejemplo: podría acceder a este beneficio cuando la
pena sea de internamiento, al cumplir quince años. Otras exigencias de esta norma
al igual que en la actualidad era que el condenado no debía tener proceso pendiente
con mandato de detención, habiéndose observado durante su permanencia en el
Penal, buena conducta y contar con contrato de trabajo, esta última exigencia era
porque, el beneficio de semilibertad se otorgaba cuando el interno conseguía
trabajo; debiendo, luego de terminar su jornada laboral regresar al establecimiento
penitenciario para pernoctar en él.

El Código de Ejecución Penal de 1985 promulgado mediante Decreto Legislativo Nº


330, incluyo la figura del Juez de Ejecución Penal, el cual resolvía la concesión de
beneficio de semilibertad previo dictamen del Ministerio Público (Fiscal provincial);
dicho juez tenía su despacho en el propio establecimiento penitenciario.

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Con la dación del Código de Ejecución Penal de 1991, la figura este magistrado dejó
de existir; permitiendo que el retraso en los procedimientos para la concesión de los
beneficios penitenciarios sea aún mayor.

Así también hubo un cambio sustancial entre el código de 1985 y el vigente de 1991,
al reemplazarse la obligación de volver en la noche al centro carcelario, por la
“obligación de pernoctar en sus domicilio quitándole el rastro de “semilibertad” y
convirtiéndole en una especie de “Liberación condicional”, bajo la condición de
trabajar o estudiar en el día.

A. IMPORTANCIA.- Mediante este beneficio se busca poner a prueba al interno luego


de aplicársele el tratamiento penitenciario; por lo que durante el tiempo que goza de
su libertad se encontrará sujeto a control, y a reglas de conducta por lo que es
denominada comúnmente como “libertad vigilada”.

También constituye un incentivo al interno a seguir su tratamiento con disciplina, y


cooperando de este modo a la convivencia pacífica con los demás internos.

B. MODALIDADES.- En nuestra legislación vigente podemos diferenciar dos


modalidades o tipos de este beneficio:
a) Una semilibertad ordinaria que exige un tercio de la pena cumplida, a la que
pueden acogerse todos aquellos condenados que no tienen restricciones
para solicitarlo.
De este modo, si alguien es condenando a 18 años de pena privativa de
libertad, a los 6 años de pena cumplida un tercio (1/3) puede tramitar este
beneficio. Pero si este interno laboró los primeros 4 años de su
encarcelamiento habrá logrado redimir 2 años de pena que adicionado a sus
4 años de pena efectiva, se le computará como 6 años de carcelería,
pudiendo entonces a los 4 años efectivos de pena privativa de libertad
acogerse a este beneficio.
b) Una semilibertad extraordinaria o especial que exige dos tercios (2/3) de
pena cumplida, así como el pago previo de la reparación civil y de la multa
respectiva en su caso, o señalar fianza si es insolvente. En este caso, un

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condenado a 18 años de privación de libertad, podrá solicitar este beneficio
a los 12 años de pena cumplida (2/3). En el supuesto que también se acoja
a la redención de penas tendrá que ser en la modalidad del 5x1, y si ha
trabajado desde el primer día de carcelería, a los 10 años de pena efectiva
habrá logrado redimir 2 años, que adicionados a los años efectivos se le
contará como 12 para acogerse a la semilibertad, de tal modo que con sólo
10 años de pena privativa de libertad efectiva se le puede otorgar este
beneficio.

C. REQUISITOS PARA SU CONCESIÓN.- El Código de Ejecución Penal señala los


siguientes requisitos documentales para solicitar este beneficio:
a. Copia certificada de la sentencia (para acreditar un tercio o dos tercios de pena
cumplida en cada caso)
b. Certificado de conducta
c. Certificado de no tener proceso pendiente con mandato de detención
d. Certificado de cómputo labor o estudio, si lo hubiere
e. Informe sobre el grado de readaptación del interno, de acuerdo a la evaluación
del Consejo Técnico Penitenciario.
f. Certificado policial que acredite el domicilio o lugar de alojamiento.
La exigencia de acreditar el contrario el contrato de trabajo o la matrícula en una
institución educativa, que configuraba en el texto original del CEP., fue eliminada
por la Ley Nº 26861 (06-10-1997), para evitar el problema que tenían los internos
para obtener tales documentos. Sin embargo, ello no es óbice para que se exija
como requisito una Declaración Jurada del trabajo o entidad laboral o centro
educativo donde estudiará, en base a que el artículo 48º que permite la
Semilibertad es sólo “para efectos de trabajo o educación”

D. TRÁMITE ADMINISTRATIVO-JUDICIAL.- De acuerdo a la norma vigente; el


trámite se inicia en el centro penitenciario y luego se envía al Juez Penal.
A. Fase Administrativa; Dentro del centro carcelario.
 Esta fase se inicia de oficio a cargo del consejo Técnico Penitenciario,
o bien a pedido del interno interesado.

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 La organización del expediente de semilibertad debe contener todos
los requisitos enumerados en el rubro anterior.
 El plazo para organizar el expediente es de hasta diez días.

B. Fase Judicial; El encargado de conceder este beneficio es el Juez que


conoció el proceso.
 El Juez Penal recibe el expediente de semilibertad, debe correr
traslado al Fiscal Provincial respectivo para que emita dictamen.
 El Fiscal Provincial debe emitir dictamen respectivo, dentro del tercer
día de recibido el expediente.
 El Juez una vez decepcionado el expediente con el dictamen fiscal,
debe resolver la solicitud de semilibertad dentro del tercer día.
 Contra esta resolución procede recurso de apelación.
En el caso que el Juez conceda el beneficio de la semilibertad debe señalar las
reglas de conducta establecidas por el artículo 58º del Código Penal, “en cuanto
sea aplicable”. De tales reglas creemos que son imprescindibles:
- Prohibición de ausentarse del lugar donde reside sin autorización del juez
- Comparecer personal y obligatoriamente al juzgado, para informar y justificar
sus actividades
-
E. REVOCATORIA DEL BENEFICIO Y PROHIBICIONES.- La semilibertad se puede
revocar por el juez competente, obligándose al condenado a cumplir el resto de la
pena pendiente, en los casos siguientes:
a. La comisión de un nuevo delito doloso, o
b. El incumplimiento de las reglas de conducta establecidas
Asimismo se prohíbe la concesión de este beneficio para determinados
condenados, estipulados mediante leyes especiales.

4. LIBERACIÓN CONDICIONAL.

Es un beneficio penitenciario concedido a un recluso que ha cumplido una parte de


su condena en prisión. El penado que se encuentre ya en el último periodo de la
condena y que habiendo observado buena conducta ofrezca además garantías de
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llevar una vida honrada es el que con más frecuencia se beneficia de este precepto.
El tiempo de libertad condicional dura lo que a dicho preso le reste por cumplir de
condena. Está reglamentado que si durante ese plazo vuelve a delinquir, regresará
a prisión hasta finalizar dicha condena.
Este beneficio penitenciario se encuentra extendido en los sistemas penales que
contemplan la pena como algo más que un castigo, como un mecanismo de
reeducación y reinserción social del delincuente.
Consiste en la liberación anticipada del condenado que ha cumplido la mitad de la
pena privativa de libertad o tres cuartas partes (3/4) de la misma en casos
especiales, de tal modo que el saldo de la pena la cumpla en libertad bajo ciertas
reglas de conducta. Es una experiencia con diversas particularidades en el derecho
comparado.

Mediante este beneficio, “el liberado sigue siendo técnicamente un penado, aunque
su vida trascurre en libertad efectiva sólo recortada en algunos sistemas por la
vigilancia y sujeción de determinadas restricciones y, en todo caso, sujeta a la
condición de buen comportamiento. De ahí, precisamente, la terminología de
“condicional” con que se recoge en los sistemas latinos, o “bajo palabra” (on parole)
en los sistemas anglosajones”.

Mediante este beneficio penitenciario el interno sentenciado puede obtener su


excarcelación cuando ha cumplido la mitad o las tres cuartas partes de la pena
impuesta según corresponda.
La libertad condicional “…no es una libertad definitiva, sino una pre-libertad
otorgada al penado durante el cumplimiento de la condena, pues, el liberado
condicional sigue siendo un condenado hasta el cumplimiento total de la pena”.

Esta institución penitenciaria se acogió en nuestro medio por el Código Penal de


1924, cuarenta y cinco años más tarde, el Decreto Ley 17581 de abril de 1969,
primera ley de Ejecución Penal autónoma del Perú, la incorporó dentro de su texto
sin modificar la norma penal que exigía el cumplimiento de “dos tercios (2/3) del
tiempo de su condena y en todo caso no menos de un año de penitenciaria o
relegación ni ocho meses de prisión…”

15
El Decreto Ley 23164, del 16 de julio de 1980, que modifico al DL. 17581 en lo que
respecta a la redención de penas por el trabajo, así como el Decreto Supremo 025-
81-JUS del 29 de setiembre de 1981, dispusieron que el tiempo redimido por el
trabajo o estudio se tomaría en cuenta para contar el tiempo exigido para solicitar la
liberación condicional.

A. IMPORTANCIA.- Por medio de este beneficio penitenciario se busca la


rehabilitación y resocializacion eficiente del condenado, mediante un mecanismo
que permite anticipar la liberación del interno del establecimiento penitenciario como
parte readaptación social al haber cumplido los requisitos legales que establece la
norma para su otorgamiento.
Con lo cual se busca reinsertar al recluso que reporta buena conducta y síntomas
de rehabilitación y ha cumplido una parte de la pena efectiva establecida por la ley,
de tal manera que constituye una oportunidad para el condenado de demostrar a la
judicatura que es un sujeto socialmente útil, es por ello que dicha oportunidad está
sujeta a su revocación inmediata por su naturaleza condicionante, si el sentenciado
incumple las normas de conducta a las que está obligado.

B. MODALIDADES.- Según la legislación vigente podemos diferenciar dos


modalidades de liberación condicional:
a) Liberación condicional ordinaria: Se otorga en los casos admitidos
legalmente, cuando se ha cumplido la mitad de la pena privativa de
libertad.
En el supuesto de un condenado a 16 años de pena privativa de
libertad sin impedimento para acogerse a esta modalidad, requerirá
haber cumplido la mitad de la pena, esto es 8 años para obtener este
beneficio. Tiempo que puede ser menor si redime la pena por el
trabajo en su modalidad del 2x1, de tal modo que a los 64 meses de
pena efectiva (5 años y 4 meses) puede redimir 32 meses (2 años y
8 meses), sumando 8 años, de tal modo que a los 5 años y cuatro
meses de pena efectiva podrá tramitar su liberación condicional.

16
b) Liberación Condicional extraordinaria; En casos de los artículos
129, 200 segunda parte, 325 a 332 y 346 del Código Penal, en los
que se exige tres cuartas partes de la pena cumplida.
Ejemplo, un condenado a 16 años de pena privativa de libertad, que
puede acogerse a la modalidad extraordinaria, solicitará este
beneficio al cumplir tres cuartas (3/4) parte de su pena o sea a los 12
años. En caso que también redima sus penas será en la modalidad
del 5x1, y si trabaja desde el primer día de carcelería a los 10 años de
pena efectiva podría solicitar su liberación condicional.

C. REQUISITO PARA SU CONCESIÓN.- El Código de Ejecución Penal vigente


considera que se deben contar con los siguientes documentos:
 Testimonio de condena
 Certificado de conducta
 Certificado de no tener proceso pendiente con mandato de detención
 Certificado de Cómputo laboral o estudio, si lo hubiera
 Informe sobre el grado de readaptación del interno, de acuerdo a la
evaluación del Consejo Técnico Penitenciario.

D. TRÁMITE ADMINISTRATIVO-JUDICIAL.- Al igual que en la semi-libertad el trámite
se inicia en el establecimiento penitenciario y luego se remite el expediente al
juzgado penal respectivo:

1. Fase Administrativa; En el establecimiento penitenciario.


a. Esta fase se inicia de oficio a cargo del Consejo Técnico Penitenciario, o
bien a pedido del interno interesado
b. El expediente de liberación condicional debe tener todos los requisitos
enumerados en el rubro anterior
c. El plazo para organizar el expediente es hasta de diez días
2. Fase Judicial; El encargado reconceder este beneficio es el juez que
conoció el proceso.
a) El Juez Penal que recibe el expediente de liberación condicional, debe
correr traslado al Fiscal Provincial respectivo para que emita dictamen

17
b) El Fiscal Provincial debe emitir dictamen respectivo, dentro del tercer día
de recibido el expediente
c) El Juez una vez decepcionado el expediente con el dictamen fiscal, debe
resolver la solicitud de liberación condicional dentro del tercer día.
d) Contra esta resolución procede recurso de apelación
En el caso que el juez conceda el beneficio de la liberación condicional, debe señalar
las reglas de conducta establecidas por el artículo 58º del Código Penal, “en cuando
sean aplicable”.

E. REVOCATORIA Y PROHIBICIONES DE ESTE BENEFICIO.- La libertad


condiciónala se puede revocar en los siguientes casos:
 Al cometer el liberado nuevo delito doloso, por lo que debe cumplir el tiempo
de la pena pendiente contando desde el momento en que se le concedió el
beneficio.
 Al incumplir las reglas de conducta señaladas al concederle la liberación
condicional. En este caso debe cumplir el tiempo pendiente de la pena
impuesta.
Asimismo se prohíbe la concesión de este beneficio en ciertos casos de delitos
estipulados por leyes diversas.

18
5. TRABAJO Y EDUCACION EN LOS ESTABLECIMIENTOS PENITENCIARIOS.

5.1.-TRABAJO

El trabajo dentro de los establecimiento penitenciarios, es considerado como un


derecho deber que tiene los internos, y es parte del tratamiento penitenciario que
además contribuye con el proceso de rehabilitación de los internos, siendo que el
mismo tiene el carácter de voluntario, “El trabajo es un derecho y un deber del
interno, contribuye a su rehabilitación, se organiza y planifica atendiendo a su aptitud
y calificación laboral compatible con la seguridad del establecimiento penitenciario.
El trabajo que realicen los internos procesados tiene carácter voluntario." 8

Esta labor tiene además como finalidad propiciar un carácter creador o conservador
de hábitos laborales, productivos y terapéuticos, a efectos de procurar al interno
una opción laboral competitiva en libertad. Reconociéndosele además las siguientes
características: “No tendrá carácter aflictivo, no será aplicado como medida
disciplinaria, no atentará contra la dignidad del interno”9. Por otro lado también se
reconoce el trabajo ad honorem con derecho a redimir su pena por trabajo, siempre
que realicen las siguientes actividades: de cocina, enfermería, lavandería,
panadería, almacén, limpieza, biblioteca, jardinería y otros similares.

La organización del trabajo del interno dentro del penal, se rige de acuerdo a su
reglamento y teniendo en cuenta además la legislación laboral, en lo que le sea
pertinente. Por otro lado hay que tener en cuenta que el trabajo que se realiza dentro
de los establecimientos penitenciarios es remunerado, pero el 10% de esta
remuneración, deberá ser abonado obligatoriamente a favor del Instituto Nacional
Penitenciario y servirá para costear los gastos que genera la actividad laboral del
interno y el 90% para gastos propios del interno y su familia. En el caso de que el
interno se atrase en los pagos, está prohibido que se cobre por este concepto
intereses, moras u otros derechos.

8
Código de Ejecución Penal de 1991 artículo 65º
9
Reglamento del Código de Ejecución Penal D.S. 015-2003-JUS, artículo 104.

19
Cuando el interno cumple con su actividad laboral y además de esto no se
encuentra atrasado en sus cuotas, está en pleno derecho de solicitar la entrega de un
certificado de cómputo laboral, debiendo pagar para tal efecto una tasa señalada por
el Instituto Nacional Penitenciario, dicho documento servirá al interno como documento
probatorio a efectos de hacerse merecedor de una redención de la pena, en caso le
corresponda.

En el caso del establecimiento penal de Pucallpa los internos pueden acceder


a diferentes tipos de trabajo, existiendo talleres con las maquinarias necesarias, tales
como el de carpintería dentro de los cuales los internos realizan trabajos con madera,
como son tallado, lijado de madera, elaboración de diversas clases de muebles de
madera; taller de zapatería, en el que se enseña la elaboración de zapatos, taller de
industrias metálicas, dentro de los cuales por ejemplo en la época de navidad se
realizan adornos navideños con iluminación, muebles de mimbre con armazón de fierro,
y otros más, bienes que generan ingresos a los internos que se dedican a este tipo de
trabajos, llegando incluso algunos de ellos a participar y colaborar con el sostenimiento
de sus familias. Trabajos que evidencias que los internos en algunos de los casos han
logrado rehabilitarse, ya que han aprendido un oficio, que le permitirá reintegrarse a la
sociedad con mayor facilidad.

2.2.- EDUCACION.-

La promoción de la ejecución en los establecimientos penitenciarios, obedece a


un objetivo común que es según el artículo 69º del Código de Ejecución Penal: “la
formación profesional o capacitación ocupacional del interno”.

En el caso de los internos analfabetos la educación es obligatoria: “El interno


analfabeto participa obligatoriamente en los programas de alfabetización y educación
primaria para adultos”. 10 Esto debido a que la educación es un derecho inherente a la
persona, ya que mejora su calidad de vida, el interno que obligatoriamente es sometido
a aprender a leer y escribir va a salir con otra perspectiva sobre su proyecto de vida,
permitiendo de esta manera que su proceso de reeducación, rehabilitación y

10
Artículo 70 del Código de Ejecución Penal de 1991

20
resocialización, sea más efectivo. Además hay que tener en cuenta que según el
código de ejecución penal, se mantiene el derecho del interno a disponer de libros,
periódicos y revistas y a ser informado a través de audiciones radiofónicas, televisivas
y otras, permitiendo que mantenga vinculación con el exterior, factor que va a influir
positivamente en el proceso de su resocialización.

La labor educativa dentro del establecimiento penitenciario de Pucallpa, se da a


nivel primaria, de lunes a viernes, en los meses de abril a diciembre, siendo que los
internos que intervienen en dicho proceso, pueden solicitar, la constancia de estudios
respectiva a efectos de poder gozar de la redención de la pena por educación.

2.3.- REDENCION DE LA PENA POR TRABAJO Y EDUCACION.-

REDENCION DE LA PENA POR EL TRABAJO Y LA EDUCACION.

1- Antecedentes: Este beneficio que permite redimir o perdonar la pena por los días
de trabajo o estudios realizados por el interno, tienen una larga experiencia en diversos
países, entre ellos España. En nuestro medio fue instituido en 1969 por el Decreto Ley
Nº 17581, en su versión de "redención de penas por el trabajo" habiéndose incluido
posteriormente "la redención de penas por el estudio" mediante el Decreto Ley Nº 23164
en julio de 1980, luego reglamentados por el Decreto Supremo 025-81-JUS de
setiembre de 1981. Más tarde fueron recogidos en el CEP de 1985 dentro el rubro de
beneficios penitenciarios y mantenidos en el Código vigente con algunas variantes.

Los beneficios de redención de la pena por el trabajo y la educación, son acumulables


si se realizan simultáneamente.

“Es la libertad definitiva del interno por haber cumplido la pena impuesta en la sentencia,
a la que se ha computado los días redimidos por el trabajo o educación realizada en el
establecimiento penitenciario”11

11
DE LA MORENA, V. “Problemática de la Redención de la Pena por el trabajo”. Revista de la Escuela de
Estudios Penitenciarios. Pág. 31

21
El otorgamiento del beneficio de la redención de la pena por el trabajo y la educación,
permite obtener la libertad bajo vigilancia en audiencia extraordinaria, cuando el tiempo
de detención sumada a la redención de la pena por el trabajo o la educación es igual a
la pena solicitada en la acusación fiscal; evitando de esta forma la permanencia
indebida de los internos en el penal. Asimismo permite obtener la semi-libertad con
anticipación del cumplimiento de la tercera parte o dos terceras partes de la condena
según el tipo penal señalado por ley, sumado al tiempo de reclusión el computo laboral
o educativo; de igual forma permite alcanzar la libertad condicional ante el cumplimiento
de la mitad o las tres cuartas partes de la pena impuesta, con la correspondiente
disminución del cómputo laboral o educativo; finalmente permite alcanzar la liberación
definitiva con anticipación a la fecha fijada en la sentencia siempre que no haya sido
beneficiado con anterioridad con un beneficio penitenciario.

2.- Concepto: La redención de la pena, consiste en el beneficio que le asiste al interno,


de poder descontar, de la condena impuesta, una parte significativa de la privación de
la libertad, de acuerdo al cumplimiento de un determinado tiempo de trabajo o
educación bajo el control y dirección de la administración penitenciaria. A saber un día
de pena por cada dos días de trabajo o educación efectivamente cumplidos (en el caso
general) y de un día de pena por cada cinco días de labor efectiva o de estudios (en el
caso especial). (La importancia resocializadora del trabajo y la educación, se tratara in
extensu, al tocar el tema del “tratamiento penitenciario”). Inicialmente, por virtud de la
aplicación del decreto ley 17581(“unidad de normas para la ejecución de sentencias
condenatorias”), la redención de la pena estaba restringida solo al trabajo penitenciario,
y se encontraba reglamentada por el decreto supremo 063/69 del 24 de octubre de
1969, teniendo como característica un dificultoso proceso para su aplicación. Se
restringía el beneficio solo para aquellos delitos que tuviesen más de dos años de
reclusión y que hubiesen sido objeto de sentencia ejecutoriada, dejándose de lado a los
reclusos que tenían la calidad de inculpados. Dicho en otras palabras, el trabajo
realizado por el interno que no había sido sentenciado, no se tomaba en cuenta para
los efectos de la redención, que era de un día de pena por cada dos de trabajo. Mas
aun, el articulo 22 del decreto ley 17581, establecía que para que el interno pudiese
hacerse acreedor a este beneficio, debería encontrarse en el periodo de prueba, que
dentro del sistema progresivo técnico se da casi al final de la condena, en la fase de

22
preliberación. Posteriormente, en virtud de lo establecido por el decreto ley 23164 (julio
1980), se amplió los alcances de la redención, a la educación en prisión, a razón del
descuento de un día de pena por dos días de estudio. Nuestro vigente código de
ejecución penal, siguiendo los postulados normativos ya establecidos, también
establece, como fundamento de la redención de la pena tanto al trabajo como a la
educación. Es así que el beneficio de la redención de pena por el trabajo y la educación,
se constituye en un medio resocializador importante y positivo, así como un medio
eficaz de reincorporación social, por cuanto incentiva el proceso readaptador y permite
el acortamiento del tiempo de la pena, en relación derechamente proporcional al grado
de readaptación logrado por el interno. En tal sentido, el trabajo y la educación
penitenciario aparecen así potenciados al máximo, su eficacia se manifiesta plena al
reeducar al delincuente, prepararle para su reinserción y proporcionarle el medio de
reivindicarse ante la sociedad sobre la base de su propio esfuerzo.

3.- Importancia: El beneficio de la redención de la pena por el trabajo y la educación le


ofrece al interno una mejor estancia en el establecimiento penitenciario y le resulte
importante para su tratamiento porque le permite mantenerse ocupado y sentirse útil, e
incrementar sus conocimientos. El trabajo en el campo penitenciario se convierte en un
elemento capaz de transformar la conducta del interno hacia una relación que motive y
valore la actividad, tendente a lograr no sólo el sostenimiento del recluso sino que este
pueda mantener a la familia, haciendo del encierro una permanencia útil para él mismo
y para los suyos. El trabajo contribuye a la mejora espiritual y física del interno,
evitándola la serie de actos contrarios al tratamiento que se da en la prisión como
consecuencia de la prisionización. A través de este beneficio se contribuye a la
rehabilitación del delincuente, de tal forma que permita asegurar que no volverá a
delinquir y que actuará en adelante por el buen camino. Su importancia también radica
en el esfuerzo de hacer del interno una persona re socializada se ve complementada
con el apoyo de la sociedad cuando egrese del Penal; brindándole un ambiente no hostil
no delincuencial, que podría perjudicar su aprendizaje. Un complemento de la
contribución a la rehabilitación del delincuente, s el ingreso económico que percibe por
el trabajo efectuado. Esta retribución le permite no sólo cooperar económicamente con
su familia, le sirve para pagar la reparación civil impuesta en la sentencia y acortar el
plazo en que se encontrará privado de libertad. La inclusión en nuestra norma de este

23
beneficio, incentiva el proceso de rehabilitación del delincuente; permite conservar la
disciplina. Para los internos representa un avance en su readaptación; le incentiva a
mantener una buena conducta, a trabajar y estudiar; requisitos necesarios para el
otorgamiento de este beneficio conforme lo establece el vigente Código de Ejecución
Penal. El aprendizaje y el estudio reprimen en el interno la ociosidad y otros hábitos que
conviven en el comportamiento delincuencial. De lo mencionado se desprende la
importancia que tiene este beneficio no sólo está en el tratamiento penitenciario, sino
en la obtención de la libertad a través de otros beneficios, manteniéndolo sujeto al
cumplimiento de las normas internas del penal y al buen comportamiento.

4.- Ubicación legislativa: El tratamiento normativo genérico de la redención de la pena


por el trabajo y la educación, se encuentra en los artículos 44 al 47 del código de
ejecución penal. Existen también dispositivos legales especiales que norman su
tratamiento, como el caso de la ley 27770 (ley que regula el otorgamiento de los
beneficios penales y penitenciarios a aquellos que cometen delitos graves contra la
administración pública), decreto supremo Nº 031-2002- JUS (precisan que el trabajo del
interno podrá desarrollarse a través de la producción de bienes y prestación de servicios
en establecimientos penitenciarios y pos penitenciarios), o el decreto legislativo Nº 927
(que regula la ejecución penal en materia de delitos de terrorismo). (El nuevo
reglamento hace referencia al tema en sus artículos 175 al 182).

5.- Modalidades La redención de la pena permite que mediante el trabajo realizado o


la educación recibida, el interno puede redimir o reducir su pena. Nuestro Código de
Ejecución Penal vigente ha estipulado dos modalidades de redención, que podemos
llamarlos ordinarios en un caso y extraordinarios en el otro. a. Redención de penas
ordinaria o 2x1; Mediante dos días de trabajo realizado o la educación recibida, el
interno puede redime o reduce un día de pena. Asimismo, si recibe educación en sus
diversas modalidades, bajo la dirección del Órgano Técnico del establecimiento
penitenciario, redime un día de pena por dos días de estudio, si aprueba la evaluación
periódica de tales estudios. b. Redención de penas extraordinaria o 5 x 1; En los casos
de los artículos 129, 200 segunda parte, 325 a 332 y 346 del Código Penal, el interno
puede redimir su pena mediante el trabajo o la educación a razón de un día de pena
por cinco días de labor o de estudio respectivamente.

24
6.- Procedencia: La redención de la pena, tiene muy efectos muy saludables sobre las
aspiraciones de reinserción social del penado, ya que posibilita una forma más rápida
de cumplir con la pena impuesta, o la posibilidad de acceder a otros beneficios
penitenciarios. Para los efectos del cómputo respectivo, corresponde a la
administración penitenciaria, la dirección, verificación y control del trabajo realizado así
como la educación impartida. Para este último efecto el interno debe aprobar la
evaluación periódica de los estudios que realiza por intermedio de la dirección del
órgano técnico del establecimiento penitenciario. El beneficio de la redención de la pena
por el trabajo y la educación no es acumulable cuando estos se realizan
simultáneamente. Al respecto, reglamento introduce una mayor precisión en cuanto al
tratamiento de la materia. Conforme lo establecido por el artículo 175, la redención de
la pena por el trabajo se acredita con la planilla de control laboral efectiva que estará a
cargo del jefe de trabajo. Para tener derecho a dicho beneficio, el interno debe haberse
inscrito previamente al libro de registro de trabajo. Para la redención de la pena por el
trabajo, se computara como un día de trabajo la actividad laboral realizada durante al
menos cuarto horas, así sea en días diferentes. Para estos efectos no se podrán
computar más de ocho horas diarias de trabajo. La redención de la pena por la
educación se acreditara con la evaluación mensual de los estudios con notas
aprobatorias y la planilla de control educativo. El informe trimestral será agregado al
expediente personal del interno. Para tener derecho a dicho beneficio, el interno tiene
que haberse inscrito previamente en el libro de registro de educación. Para la redención
de la pena por educación, se computará como un día de estudio la dedicación a esta
actividad durante al menos cuatro horas efectivas mínimas, así sea en días diferentes.
Para estos efectos, no se podrán computar más de ocho horas diarias de estudio (Art.
176 reglamento). El cómputo de la redención de la pena por trabajo o educación
comprende del primer al último día que el interno que haya realizado una de estas
actividades. El trabajo o estudio no se llevara a cabo domingos o feriados, los cuales
tampoco se tendrán en cuenta para la redención de la pena por el trabajo o estudio. En
casos especiales, debidamente autorizados por el consejo técnico penitenciario del
establecimiento penitenciario, con la debida justificación, las horas trabajadas o
estudiadas durante dichos días se computaran como ordinarias (Art. 177 reglamento).
Conforme lo dispuesto por el Art. 178 del reglamento, la redención de la pena por el
trabajo o educación servirá para acceder con anticipación los siguientes requisitos: -

25
libertad bajo vigilancia, otorgada en audiencia pública extraordinaria conforme al
decreto ley Nº 25476. - La semilibertad, - La libertad condicional y; - Libertad por
cumplimiento de condena. Para las audiencias públicas extraordinarias a que se refiere
el artículo 178, será obligatorio que la autoridad judicial solicite a la administración
penitenciaria el certificado de computo laboral o de estudios que corresponda al interno
cuya detención se evalúa (Art. 179 reglamento) El interno sancionado
disciplinariamente con aislamiento no podrá redimir su pena mientras dure dicha
medida. El interno que no observe las reglas establecidas durante la jornada de trabajo
o educación, perderá el derecho al cómputo de dicha jornada para la redención de la
pena, sin perjuicio de las sanciones disciplinarias que correspondan, conforme al código
y reglamento (arts. 180 y 181 reglamento) El interno en semilibertad seguirá rindiendo
su pena por el trabajo o estudio, previo informe del centro laboral, escuela, instituto
superior o universidad, según el caso, bajo la supervisión de la autoridad penitenciaria
que corresponda. El liberado podrá acumular el tiempo de redención de pena para el
cumplimiento de su condena (Art. 182 reglamento). Actualmente la aplicación de este
beneficio reviste dos modalidades. Para el caso general y para el caso especial. En el
caso general, de manera genérica, se establece que si la ley no niega este beneficio o
le impone otro tipo de modalidades, la redención de la pena por el trabajo o la
educación, se computara a razón de un día de descuento de pena privativa de la libertad
por dos días de trabajo o educación efectivamente cumplidos, bajo la dirección de la
administración penitenciaria (artículo 44 CEP).se trata del conocido “dos por uno”.
Como excepción, en el caso de la forma atenuada del delito de tráfico ilícito de drogas
(artículo 298 del código de ejecución penal), la redención de la pena también será a
razón de un día de pena por dos días de labor efectiva o educación (siempre que se
trate de la primera condena o pena privativa de libertad por este tipo de delitos),
conforme a lo dispuesto por el artículo 4 de la ley 26320 (normas para los procesos por
delito de tráfico ilícito de drogas). En el caso especial, de acuerdo a la gravedad del
delito y a las condiciones personales del penado, se ha establecido en la ley una nueva
modalidad que involucra mayor severidad en la concesión del beneficio, que podríamos
denominar “cinco por uno” y “siete por uno”. El denominado “cinco por uno”, implica la
redención de un día de pena privativa de la libertad por cada cinco días de trabajo o
educación efectivamente cumplidos. Procede en los siguientes casos (artículos 46
CEP, modificado por ley 27507): a) en el caso de los internos por delito de genocidio

26
(que ahora ya no está tipificado en el artículo 129, sino en el 319 del C.P. ello lo
interpretamos partiendo de que la ley modificatoria ha repetido el texto del Art. 46,
contenido en la versión original del CEP, que hacía referencia al delito de genocidio
antes de la modificación introducida al C.P., creándose el título de delitos contra la
humanidad, que hoy contiene al delito de genocidio en el Art. 319) b) en los casos de
delitos de violación sexual de menor de 14 años de edad y su agravante, contenidos en
los arts. 173 y 173 –A del C.P. c) en el caso de la comisión del delito de extorsión, en
sus formas agravadas (Art. 200 segunda parte del C.P.) d) en los delitos relacionados
a los atentados contra la seguridad nacional y traición a la patria: traición de la patria
(Art. 325), participación en grupo armado (Art. 326), destrucción de hitos fronterizos
(Art. 327), colaboración con estado extranjero (Art. 329), revelación de secretos de
estado (Art. 330), espionaje (Art. 331), apoyo bélico a estado extranjero (Art. 332), y
rebelión (Art. 346). En igual sentido, conforme a lo establecido por el artículo 4.a de la
ley 2770 (que regula el otorgamiento de beneficios penales y penitenciarios a aquellos
que cometen delitos graves contra la administración pública), la redención de la pena
se computara a razón de un día de pena, por cinco días de labor efectiva o de estudio
debidamente comprobados. Ello con relación con la comisión de los delitos de:
concusión en todas las modalidades, peculado en todas sus modalidades excepto en
la forma culposa, corrupción de funcionarios en todas sus modalidades, incluidas las
cometidas por particulares y asociación ilícita para delinquir, cuando los hechos materia
de condena se hallen relacionados con atentados contra la administración pública,
contra el estado y la defensa nacional o contra los poderes del estado y el orden
constitucional. La modalidad del “siete por uno” se introduce normalmente en nuestro
sistema, en virtud del decreto legislativo Nº 927, que regula la ejecución penal en
materia de delitos de terrorismo. Este dispositivo legal señala la procedencia del
beneficio de redención de la pena por el trabajo y la educación, para los condenados
por delito de terrorismo, a razón de un día de pena por siete días de labor efectiva, bajo
la dirección y control de la administración penitenciaria. Bajo esta modalidad, que
involucra el inserto de un sentimiento de humanidad por parte del estado, la redención
servirá para acceder con anticipación a la libertad por cumplimiento de condena (el
liberado podrá acumular el tiempo de redención de pena para el cumplimiento de su
condena). En estos casos la redención de la pena por el trabajo se acreditara con la
planilla de control laboral efectiva que estará a cargo del jefe de trabajo. La redención

27
de la pena por la educación se acreditara con la evaluación mensual de los estudios
con las notas aprobatorias (el informe trimestral será agregado al expediente personal
del interno). Conforme a lo dispuesto por el decreto supremo 031-2002. JUS (26 de julio
2002), el trabajo del interno podrá desarrollarse a través de la producción de bienes y
prestación de servicios en los diversos establecimientos penitenciarios y pos
penitenciarios del país. La norma autoriza también al instituto nacional penitenciario a
comercializar los bienes y servicios producto del trabajo de los internos en tanto entre
en vigencia el reglamento CEP).

7.- Improcedencia: La concesión de este tipo de beneficios no es irrestricta, la ley


establece los casos en los cuales no procede su aplicación. Así no procede la redención
de pena cuando la condena se debe a la comisión de los siguientes delitos: a) tráfico
ilícito de drogas previsto en el código penal: promoción o aborrecimiento del tráfico ilícito
de drogas (Art. 296), suministro indebido de drogas (Art. 300), coacción al consumo de
drogas (Art. 301), e instigación al consumo de drogas (Art. 302) (conforme a lo normado
por el Art., 47 del CEP). No obstante ello, el Art. 4 de la ley 26320 (02-06-94), que regula
las normas referidas a los procesos por delito de tráfico ilícito de drogas, establece la
posibilidad que los sentenciados por estos delitos previstos en los artículos 296 (tipo
básico), 298 (micro comercialización o micro producción), 300 (prescripción indebida),
301 (coacción) y 302 (instigación al consumo) del código penal podrán acogerse a este
beneficio siempre que se trate de la promesa condena de pena privativa de la libertad.
b) Delitos contra la humanidad: genocidio (Art. 319), desaparición forzada (Art. 320),
tortura (Art. 321 y 322) y discriminación (Art. 323). c) Las formas agravadas del tráfico
ilícito de drogas, tipificadas en el Art. 297 del código penal, según lo establecido en el
4to párrafo del Art. 4 de la ley 26320. La ley penal contra el lavado de activos Nº 27765
(Art. 7), cuando los actos de conversión o transferencia se relacionen con dinero,
bienes, efectos o ganancias provenientes del tráfico ilícito de drogas, el terrorismo o
narcoterrorismo. En el caso de las condenas a penas privativas de libertad efectiva, por
los delitos correspondidos en el capítulo IX del título IV del código penal, sobre violación
de la libertad sexual: violación sexual (Art. 170), violación sexual con alevosía (Art. 171),
violación sexual de persona incapaz o inconsciente (Art. 172), violación presunta de
menores (arts., 173 y 173-A), violación de personas dependientes (Art. 174), seducción
(Art. 175) y actos contra el pudor (arts. 176 y 176-A), la ley establece que solo podrán

28
acogerse a este beneficio, los condenados que cuenten con el correspondiente informe
médico y psicológico que se pronuncie favorablemente sobre la evolución de su
respectivo tratamiento terapéutico ( párrafo final del Art. 178-A, incorporado mediante
ley 26293 de 14 de febrero de 1994).

la Ley 30262, que modifica el Código de Ejecución Penal (artículos 46 y 47), la Ley
contra el Crimen Organizado (artículo 24) y la Ley contra la Trata de Personas y el
Tráfico Ilícito de Migrantes (se deroga el literal a del artículo 8).

la norma va dirigida principalmente a quienes son acusados de homicidio calificado,


hurto agravado, robo agravado, trata de personas, delito contra el patrimonio,
secuestro, extorsión, entre otros ilícitos tipificados en la Ley del Crimen Organizado.

LEY QUE MODIFICA EL CÓDIGO DE EJECUCIÓN PENAL, LA LEY CONTRA EL


CRIMEN ORGANIZADO Y LA LEY CONTRA LA TRATA DE PERSONAS Y EL
TRÁFICO ILÍCITO DE MIGRANTES

Artículo 1. Modificación de los artículos 46 y 47 del Código de Ejecución Penal


Modifícanse los artículos 46 y 47 del Código de Ejecución Penal, con el siguiente texto:
"Artículo 46. Casos especiales de redención En los casos de internos primarios que
hayan cometido los delitos previstos en los artículos 107, 108-B, 121, 121-A, 121-B,
152, 186, 189, 195, 200, 279, 279-A, 279-B, 317, 317-A, 325, 326, 327, 328, 329, 330,
331, 332 y 346 del Código Penal, la redención de pena por el trabajo o la educación se
realiza a razón de un día de pena por cinco días de labor o estudios efectivos, en su
caso.
Los reincidentes y habituales en el delito redimen la pena mediante el trabajo y la
educación a razón de un día de pena por seis días de trabajo o estudio efectivo, según
sea el caso.

De conformidad con lo establecido en el segundo párrafo del artículo 46-B y el primer


párrafo del artículo 46-C del Código Penal, en los casos previstos en los delitos
señalados en los artículos 107, 121, 121-A, 121-B, 152, 186, 189, 195, 200, 279, 279-

29
A, 279-B, 317, 317-A, 325, 326, 327, 328, 329, 330, 331, 332 y 346 del Código Penal,
la redención de la pena mediante el trabajo o la educación se realiza a razón de un día
de pena por siete días de labor o estudios efectivo, en su caso".
"Artículo 47. Improcedencia de acumulación de la redención de pena por el trabajo y
educación El beneficio de la redención de la pena por el trabajo y la educación no es
acumulable cuando estos se realizan simultáneamente.

El beneficio de la redención de la pena por el trabajo o la educación no es aplicable a


los agentes de los delitos tipificados en los artículos 108, 108-A, 153, 153-A, 296, 297,
301, 302 y 319 a 323 del Código Penal".

Artículo 2. Modificación del artículo 24 de la Ley 30077, Ley contra el Crimen


Organizado Modifícase el artículo 24 de la Ley 30077, Ley contra el Crimen Organizado,
con el siguiente texto:

"Artículo 24. Prohibición de beneficios penitenciarios No pueden acceder a los


beneficios penitenciarios de redención de la pena por el trabajo y la educación,
semilibertad y liberación condicional:

1. Las personas a que hacen referencia los literales a), b) y e) del inciso 1 del artículo
22 de la presente Ley.

2. Los demás integrantes de la organización criminal, siempre que el delito por el que
fueron condenados sea cualquiera de los previstos en los artículos 108, 152, 153, 153-
A, 189 y 200 del Código Penal".

Artículo 3. Derogación del literal a) del artículo 8 de la Ley 28950


Derógase el literal a) del artículo 8 de la Ley 28950, Ley contra la Trata de Personas y
el Tráfico Ilícito de Migrantes.

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BIBLIOGRAFÍA

 ALTMANN, Julio 1962). Bases para un plan de futura política penitenciaria


Nacional, Lima: Editorial Mejía Baca.

 BACIGALUPO, Enrique (1989) Manual de derecho penal, Bogotá: Editorial


Temis.

 BARATTA, Alessandro (1993).”Funciones instrumentales y simbólicas del


derecho penal”, en: Revista Peruana de Ciencias Penales, No. 1, Lima.

 BARBERO SANTOS, MARINO, “Marginacion social y derecho represivo”,


editorial. Bosh, Barcelona-España. 1980.

 BERDUGO, Ignacio y Laura ZUÑIGA (Coord.) (2001) Manual de derecho


penitenciario, Salamanca: Editorial Colex.

 BUSTOS, Juan (1982). Bases Críticas de un nuevo Derecho penal, Bogotá,


Editorial Temis.

 CALLE, Juan José (1924). Código Penal (Ley No.4868), Lima: Librería e
Imprenta Gil.

 CUELLO, Eugenio (1958). La Moderna Penología, Barcelona: Editorial


Bosch.

 CURY, Enrique (1994). “Moral, seguridad, delito y pena”, en Cuadernos de


Criminología, No. 2, Santiago.

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