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“La elaboración del duelo en la cocina del amor”

Javier Sielecki

Venimos investigando la clínica del duelo.

Los modos en que se busca un camino cuando los mapas, los instrumentos de navegación, y
los relojes se rompieron.

En esos momentos, cierta dosis de locura, provee la magia necesaria para fabricar
constelaciones imaginarias, donde el cielo se cayó.

Cuando esto ocurre, el sujeto queda sumergido en otro espacio, donde puede, o no, realizar el
Arte del duelo, que es un movimiento.

Desde la historia de Orfeo, con su travesía por el Hades, hasta Freud, con su secuencia de los
tiempos del duelo, se sitúa al duelo como un movimiento que avanza al “volver”.

Esto puede hacerse, y entonces es también, una metamorfósis.

O en su duelo puede quedar retenido, como una mosca en ambar.

Produciendose un estancamiento libidinal, que para Freud conlleva enfermedad y malestar.

En nuestro recorrido, nos encontramos con la articulación entre el duelo y el amor.

O del duelo, en el amor.

En el Seminario “La Angustia”, Lacan para dar su versión del duelo toma a la película
“Hiroshima mon amour”.

Nos da a ver así, el encuentro, del amor, en el lugar del dolor.

Y también, la localización del dolor, en el amor.

Ese cruce lo fuimos encontrando muchas veces, en películas, literatura, poesía y la vida.

Eso nos interesó. Cómo se cocina allí? Con qué fuego?

Cernidos sobre lo que insiste en hacerse saber…Nos interesa estudiar los modos, en que el
erotismo varía.

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Las operaciones de apertura del tiempo, y de pasaje de un viejo amor a uno nuevo.

La función de corte y su articulación clínica.

En “Duelo y melancolía” Freud escribía en que consiste el trabajo de duelo.

“El examen de realidad ha mostrado que el objeto amado no existe ya, y demanda que la
libido abandone las relaciones con el mismo.

Contra ésta demanda surge una resistencia, pues sabemos que el hombre no abandona gustoso
ninguna de las posiciones de su libido…

Lo normal es que el respeto a la realidad obtenga la victoria. Pero su mandato… sólo es


realizado en modo paulatino, con gran gasto de tiempo y energía psíquica, continuando
mientras tanto la existencia psíquica del objeto.

Cada uno de los recuerdos y esperanzas, que constituyen un punto de enlace de la libido
con el objeto es sucesivamente sobrecargado, realizándose en él, la sustracción de la
libido”

En éste breve escrito nos centraremos en comentar parcialmente, nuestra versión de este
último párrafo.

Exige seguir el hilo de una paradoja. En el mismo lugar en que se da la sobrecarga, se da la


sustracción.

Un primer problema aparece en ¿qué constituye un punto de enlace?, ya que

el enlace con el objeto, no es solo lo que fué.

No es sólo en los recuerdos.

O la esperanza de que se mantenga lo que fue, tipo “la sigo viendo en las estrellitas”

Pensemos en dos situaciones

1- Alguien puede estar de duelo sin saberlo, puede estar atrapado encarnando o tramitando
una pérdida acontecida en la generación que lo precede.

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Como la “Jóven homosexual” de Freud, que quedó tomada por la frialdad de una madre
oscurecida por la pérdida precoz de sus padres.

O como la vida del pianista psicótico David Helfgot que como se ve en el film “Claroscuro”,
su locura es su duelo.

2 - El hecho de que hay duelos por personas, que alguien nunca conoció.

O sea no hay recuerdos, ni pasado.

Sino que se mantiene el vínculo e incluso se sobrecarga en situaciones nuevas que se


producen.

Se fabrican situaciones futuras para volver a encontrar el objeto

Freud hizo algo un poco atípico en él con este escrito, en general Freud localiza algo en una
situación anormal tipo histeria y después generaliza, pero acá quiso ir de la descripción del
duelo normal a explicar la melancolía.

Nosotros vamos a ser más freudianos, vamos a tomar un ejemplo loco y vamos a pensar si ese
caso raro nos puede ayudar a pensar lo común.

Por ejemplo en la película “Descubriendo a mi hijo” de Sabi Gabizon

En una cita con su ex novia, de la época de la universidad, un hombre se entera de 2 noticias.

- Ella tuvo un hijo de él y no se lo había dicho, porque sabía que él no quería hijos

-Y...ese hijo acaba de morir en un accidente automovilístico

A partir de ese momento la película narra los trayectos, los recorridos que este hombre hace
para tramitar su nueva situación.

Este hombre no recuerda nada de un hijo que no conoció.

Eso no le alivia la pérdida.

Perdió la posibilidad de convivir con él.

Pero fabrica escenas…

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Por ejemplo va a la escuela del hijo, conoce algo de su vida…

Subrayo el su ambiguo

Porque como se imaginarán “conoce” una parte de la realidad del hijo que le permite
insertarse…

Construye su linaje

Descubre una injusticia que habían cometido con el hijo y se “ubica”, como su defensor

Este hombre va a hacer lo imposible para “actuar” como padre.

Y parece que tiene que ser un padre, que al hijo le hacía falta, para poder sentir él, la falta del
hijo.

Como ven esa falta se configura en una escena ficcional de fantasía.

Entonces éste ejemplo nos permite ver varias cosas

En el duelo como en el amor, nunca se trata de la realidad de dos.

No es uno que perdió a otro.

Sino que esa pérdida se ubica en el marco de una escena.

Y en esa escena son dos, mas un plus, un pedacito de algo mas.

Este padre trata de resolver los problemas de pareja supuestos del hijo.

Su novia quedó embarazada.

Nuevamente el su.

Parece como si se repitiera en el hijo muerto, la historia del padre.

Por supuesto esa repetición es la proyección del padre, que encuentra allí un hijo.

El padre avanza a tratar de “dar una mano”

A resolver la deuda del hijo…

Que es la deuda del padre…

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Y por supuesto avanzando hacia ese punto de encuentro…

Todo sale mal.

La chica aborta, etc…

Repite la escena.

Encuentro con el desencuentro.

Se ubica como un padre que corrije…salva, pero, ay!... no lo logra!

Nos encontramos todo el tiempo con los tropiezos de este padre, y tiene un efecto cómico.

Vemos el compromiso corporal, el cuerpo comprometido en la caída.

Pero inicialmente no es tanto un trabajo intrapsíquico.

Mas que sueños , hay insomnio.

Aquí el trabajo no es con los recuerdos.

Es con los otros.

Jugar el asunto con otros, no es un “Solitario”.

En el cementerio se hace amigo de un padre que perdió a su hija, y surge la idea…de casarlos
postmortem…

Hay todo un trabajo para realizar ese casamiento, tratar de convencer a las madres etc..

Se nota la desesperación por la puesta en escena?

Necesita socios para armar la escena.

Supone en esa escena, que su hijo se “realiza”.

Hay transferencia sin análisis.

Hay actuación.

Por supuesto, todo sale mal.

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Pero luego de muchos fracasos parece aliviarse.

Parece como si hubiera necesitado levantar esa escena, para que en ese escenario se juegue su
caída.

Hay un misterio en ese punto de sustracción

Como hace alguien para poder aceptar esa sustracción?

Hay una estructura compleja allí.

Con la caída no basta.

Parece necesario articularla con otros elementos.

Hay diferentes formas de resolver la sustracción.

Pero alguien necesita continuar jugando la escena del fantasma y cayendo, para que se opere
un movimiento, tipo Orfeo en donde se pueda volver a perder…

Eso no se puede jugar con la representación sino que se tiene que jugar con la caída en lo real

O sea con el fracaso real de la erección fálica.

El trayecto por la repetición actuada de los puntos de unión fantasmática es condición


necesaria para el trabajo de sustracción, pero no suficiente

No es tan fácil que alguien tome nota del punto de caída o fracaso o de límite de su fantasía.

La necesidad de buscar “El compañero de duelo” no es sólo por buscar extras para la puesta
escénica, sino que se busca muchas veces la localización en forma invertida, como en espejo,
del punto de pérdida.

Muchas veces la transferencia se juega en buscar a un “hermano”

Como la escena del cementerio de Hamlet - Laertes

De manera que puedo compadecer al otro, que también soy yo mismo.

En la escena estoy dividido.

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Dado que en el momento del duelo está en jaque todo el sistema simbólico, es un momento
loco,

y a veces las transferencias que se establecen tienen su particularidad.

No se trata tanto de la demanda de que alguien me ayude a revelarme el saber no sabido


censurado que cifra mi ser, sino que algo se organice como un futuro saber.

Se tardará un tiempo hasta que haya prevalencia de formaciones del inconciente, lo cual
indica que ya hay pasaje por una lógica de incompletud, y ya indicaría que están funcionando
los mecanismos de sustracción, metáfora y olvido.

Este problema nos plantea la necesidad de pensar en cada situación singular, donde
encontramos nuestro espacio de analistas en cada caso.

Eso varía.

Por ejemplo ;

Esta canción fue hecha en el marco de una ruptura de pareja.

El video se hizo apenas después de la canción.

Paso el link
https://www.google.com/search?q=rie+chinito+perota&oq=rie+chinito+&aqs=chrome.6.69i5
9j0l2j69i57j0l4.7522j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8

“Rie Chinito” de Perotá Chingó

“Ríe, chinito

Se ríe y yo lloro porque el chino ríe sin mí

Ríe en la noche y achina los ojos morochos más lindos que vi

Sopla las cañas, sube la montaña, mañana quizás bajará

Se hace de día, el sol lo encandila, los vientos descansan y el chino se amansa

Se ríe, chinito

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Se ríe y yo lloro, porque el chino ríe sin mí

Ríe en la noche y achina los ojos morochos más lindos que vi

Sopla las cañas, sube la montaña, mañana quizás bajará

Mira la luna, mi niña, y se acuna, que es larga la noche y es claro el camino

Mi despedacito de río, ¿hasta dónde bajarás?

Mi despedacito de río”

Se pueden ver varias cosas

La canción recuerda y sobrecarga el amor por el “Chinito”

En principio, la risa del chinito no es cómica

El chinito siempre sube.

Y su risa puede ser vivida como cruel

Pero hay una esperanza que en el futuro, mañana bajará

Pero todavía no bajó.

Lo que baja es algo de la cantante bajoneada.

Y se va bajando por el rio.

Pero, dice mi despedacito.

Juega…con la lengua.

Arma una escena con un público en donde su desprendimiento, la caída de su pedazo pueda
ser dicha de una forma cariñosa.

Hay un hallazgo de la lengua, se desprende un pedazo que no lo es, es un despedazo, pero no


es despedazamiento, o no del todo. Es despedacito.

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Por un lado una ternura sobre el pedacito pero también se produce un efecto performativo en
donde toda la canción fabrica un manto de ternura, que teje una protección aceptable para la
herida.

No es pura crueldad. No todo cruel. No entera. Es un pedacito, y puede perderse.

No todavía. Pero mañana!

La canción va preparando.

Es interesante ver la cara de satisfacción con que la canta!

Ella rie!

La sustracción no se podría realizar sin la creación de una satisfacción, que no va a sustituir a


la inicial, pero hay un aporte nuevo.

Hay una ternura que permite aceptar que un corte pueda ser digno

Hasta simpatizamos con ese “despedacito”.

La función del público aquí es esencial.

El despedazamiento nos conecta con un elemento central en el duelo que es la tentación del
sacrificio.

Es una paradoja pero en un momento de caída de la creencia, se cae la idea de dios y sin
embargo, parece como si eso la totalizara.

Porque la desestabilización de la estructura no es lo mismo que la sustracción articulada con


nuevos enlaces.

La caída de un amo no necesariamente toca el modo de goce.

Hay un acrecentamiento de las demandas superyoicas y de la culpa.

Como si el muerto reclamara su pedazo.

Los accidentes, pérdidas, enfermedades, etc…son habituales.

El nombre en diminutivo, es una marca de sujeto.

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Ese estilo cariñoso…

Es la marca de una fabricación que produce algo en la lengua,

Pero al producir, se autoproduce como sujeto.

Se acerca al espíritu de lo que Lacan sitúa como sacrificio del falo apoyándose en “Hamlet” y
en “El mercader de Venecia” de Shakespeare.

O lo que Oe llama (Y J. Allouch recoje) “Gracioso sacrificio”.

Se trata de una torsión.

En lugar de producir sacrificios a “oscuros dioses” para obtener su don.

Se produce el sacrificio del sacrificio.

La caída del sistema de demanda sacrificial.

Para esto previamente se tuvo que haber pasado por la localización de la vanidad de esa
demanda.

Este punto es muy resistido ya que allí se asientan las bases de la realidad subjetiva.

El analista debe encontrarse en el futuro, con ese lugar donde se lo habría esperado, ese
lugar donde en algún sitio, incluso virtual quizás todavía no actualizado pero posible, habría
lugar para ese trabajo imposible de encarnar esa caída.

El analista, no sólo por lo que dice sino al transmitir en acto, que se puede aceptar esa caída,
permite y apoya.

El analista ayuda a que se efectue un movimiento.

Transferencia real.

Se pierde algo gratuitamente, y cómicamente.

Sin compensación.

El “despedacito” parece acercarnos, se va por el rio, baja y no se sabe hasta donde…

Pero de allí no vuelve nada que me devuelva al Chinito.

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Y la sonrisa de la cantante, no tiene relación con la del Chinito.

Suena parecido a la canción de Charly “Fabricante de mentiras”

“Por qué la niña ríe en vez de llorar?”

Javier Sielecki

Noviembre 2019

javiersielecki@gmail.com

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