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Actividad de aprendizaje 1.

El juicio de amparo: la parte quejosa


Del conocimiento obtenido a partir de la lectura de la bibliografía recomendada en esta unidad, de lo
dispuesto en los artículos 5 al 8, 10, 11, 14, fracción I del 170, 240, 241 y fracción II del 260, de la Ley
de Amparo, así como de las jurisprudencias 2ª/J 92/2010, registro 164276;; 2ª/J 69/2005, registro
178243 y 2ª/J 105/2014, registro 2007934.
Elabore un ensayo en el que exponga las características de la parte quejosa. La extensión del ensayo
deberá ser de 2 cuartillas, con tipografía Arial, 11 puntos con interlineado sencillo.
Artículo 5o. Son partes en el juicio de amparo:
I. El quejoso, teniendo tal carácter quien aduce ser titular de un derecho subjetivo o de un interés
legítimo individual o colectivo, siempre que alegue que la norma, acto u omisión reclamados violan los
derechos previstos en el artículo 1o de la presente Ley y con ello se produzca una afectación real y
actual a su esfera jurídica, ya sea de manera directa o en virtud de su especial situación frente al orden
jurídico.
El interés simple, en ningún caso, podrá invocarse como interés legítimo. La autoridad pública no podrá
invocar interés legítimo.
El juicio de amparo podrá promoverse conjuntamente por dos o más quejosos cuando resientan una
afectación común en sus derechos o intereses, aun en el supuesto de que dicha afectación derive de
actos distintos, si éstos les causan un perjuicio análogo y provienen de las mismas autoridades.
Tratándose de actos o resoluciones provenientes de tribunales judiciales, administrativos, agrarios o
del trabajo, el quejoso deberá aducir ser titular de un derecho subjetivo que se afecte de manera
personal y directa;
La víctima u ofendido del delito podrán tener el carácter de quejosos en los términos de esta Ley.
Artículo 6o. El juicio de amparo puede promoverse por la persona física o moral a quien afecte la
norma general o el acto reclamado en términos de la fracción I del artículo 5o. de esta Ley. El quejoso
podrá hacerlo por sí, por su representante legal o por su apoderado, o por cualquier persona en los
casos previstos en esta Ley.
Cuando el acto reclamado derive de un procedimiento penal, podrá promoverlo, además, por conducto
de su defensor o de cualquier persona en los casos en que esta Ley lo permita.
Artículo 7o. La Federación, los Estados, el Distrito Federal, los municipios o cualquier persona moral
pública podrán solicitar amparo por conducto de los servidores públicos o representantes que señalen
las disposiciones aplicables, cuando la norma general, un acto u omisión los afecten en su patrimonio
respecto de relaciones jurídicas en las que se encuentren en un plano de igualdad con los particulares.
Las personas morales oficiales estarán exentas de prestar las garantías que en esta Ley se exige a
las partes.
Artículo 8o. El menor de edad, persona con discapacidad o mayor sujeto a interdicción podrá pedir
amparo por sí o por cualquier persona en su nombre sin la intervención de su legítimo representante
cuando éste se halle ausente, se ignore quién sea, esté impedido o se negare a promoverlo. El órgano
jurisdiccional, sin perjuicio de dictar las providencias que sean urgentes, le nombrará un representante
especial para que intervenga en el juicio, debiendo preferir a un familiar cercano, salvo cuando haya
conflicto de intereses o motivo que justifiquen la designación de persona diversa.
Si el menor hubiere cumplido catorce años, podrá hacer la designación de representante en el escrito
de demanda.
Artículo 10. La representación del quejoso y del tercero interesado se acreditará en juicio en los
términos previstos en esta Ley.
En los casos no previstos, la personalidad en el juicio se justificará en la misma forma que determine
la ley que rija la materia de la que emane el acto reclamado y cuando ésta no lo prevenga, se estará
a lo dispuesto por el Código Federal de Procedimientos Civiles.
Cuando se trate del Ministerio Público o cualquier otra autoridad, se aplicarán las reglas del artículo
anterior.
Artículo 11. Cuando quien comparezca en el juicio de amparo indirecto en nombre del quejoso o del
tercero interesado afirme tener reconocida su representación ante la autoridad responsable, le será
admitida siempre que lo acredite con las constancias respectivas, salvo en materia penal en la que
bastará la afirmación en ese sentido.
En el amparo directo podrá justificarse con la acreditación que tenga en el juicio del que emane la
resolución reclamada.
La autoridad responsable que reciba la demanda expresará en el informe justificado si el promovente
tiene el carácter con que se ostenta.
Artículo 14. Para el trámite de la demanda de amparo indirecto en materia penal bastará que el
defensor manifieste, bajo protesta de decir verdad, tener tal carácter. En este caso, la autoridad ante
quien se presente la demanda pedirá al juez o tribual que conozca del asunto, que le remita la
certificación correspondiente.
Si el promovente del juicio posteriormente carece del carácter con el que se ostentó, el órgano
jurisdiccional de amparo le impondrá una multa de cincuenta a quinientos días de salario mínimo
general vigente en el Distrito Federal al momento de realizarse la conducta sancionada y ordenará la
ratificación de la demanda al agraviado dentro de un término de tres días.
Al ratificarse la demanda se tramitará el juicio, entendiéndose las diligencias directamente con el
agraviado siempre en presencia de su defensor, ya sea de oficio o designado por él, mientras no
constituya representante dentro del juicio de amparo. De lo contrario, la demanda se tendrá por no
interpuesta y quedarán sin efecto las providencias dictadas en el expediente principal y en el incidente
de suspensión.
Artículo 170. El juicio de amparo directo procede:
I. Contra sentencias definitivas, laudos y resoluciones que pongan fin al juicio, dictadas por tribunales
judiciales, administrativos, agrarios o del trabajo, ya sea que la violación se cometa en ellos, o que
cometida durante el procedimiento, afecte las defensas del quejoso trascendiendo al resultado del
fallo.
Se entenderá por sentencias definitivas o laudos, los que decidan el juicio en lo principal; por
resoluciones que pongan fin al juicio, las que sin decidirlo en lo principal lo den por concluido. En
materia penal, las sentencias condenatorias, absolutorias y de sobreseimiento, podrán ser impugnadas
por la víctima u ofendido del delito.
Para la procedencia del juicio deberán agotarse previamente los recursos ordinarios que se
establezcan en la ley de la materia, por virtud de los cuales aquellas sentencias definitivas o laudos y
resoluciones puedan ser modificados o revocados, salvo el caso en que la ley permita la renuncia de
los recursos.
Cuando dentro del juicio surjan cuestiones sobre constitucionalidad de normas generales que sean de
reparación posible por no afectar derechos sustantivos ni constituir violaciones procesales relevantes,
sólo podrán hacerse valer en el amparo directo que proceda contra la resolución definitiva.
Para efectos de esta Ley, el juicio se inicia con la presentación de la demanda. En materia penal el
proceso comienza con la audiencia inicial ante el Juez de control;
Artículo 240. En el caso del artículo 11 de esta Ley, si quien promueve no tiene la representación que
afirma, se le impondrá multa de treinta a trescientos días.
Artículo 241. Tratándose de lo previsto en el artículo 14 de esta Ley, si quien afirma ser defensor no lo
demuestra, se le impondrá una multa de cincuenta a quinientos días.
Artículo 260. Se sancionará con multa de cien a mil días a la autoridad responsable que:
II. No rinda el informe con justificación o lo haga sin remitir, en su caso, copia certificada completa y
legible de las constancias necesarias para la solución del juicio constitucional u omita referirse a la
representación que aduzca el promovente de la demanda en términos del artículo 11 de esta Ley;
2ª/J 92/2010, registro 164276
PERSONAS MORALES OFICIALES. CARECEN DE LEGITIMACIÓN PARA PROMOVER AMPARO
DIRECTO CONTRA LA SENTENCIA DE UN JUICIO DE NULIDAD QUE DECLARA LA VALIDEZ DE
LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS DE EJECUCIÓN TENDENTES A HACER EFECTIVA UNA MULTA
IMPUESTA A UN FUNCIONARIO PÚBLICO.
Las garantías individuales, en esencia, constituyen restricciones al poder público que salvaguardan
los derechos fundamentales del individuo, de ahí que el Estado -que actúa a través de las autoridades
correspondientes- no goza de aquéllas y, por lo mismo, por regla general no puede promover juicio de
garantías, siendo la única excepción la establecida en el artículo 9o. de la Ley de Amparo, conforme
a la cual las personas morales oficiales pueden promover juicio de garantías cuando el acto o ley
reclamado afecte sus intereses patrimoniales. En congruencia con lo anterior, si una persona moral
oficial promueve amparo directo contra la sentencia de un juicio de nulidad que declara la validez de
los actos administrativos de ejecución tendentes a hacer efectiva una multa impuesta a un funcionario
público, es claro que carece de legitimación al no actualizarse el referido supuesto de excepción,
porque el importe de la multa deberá cubrirlo la persona física a quien se le impuso, es decir, ésta
deberá pagarlo con su propio peculio y no con el presupuesto asignado a la dependencia de gobierno
de que se trate, por lo que no se afecta el patrimonio de ésta y, por ende, el juicio de amparo promovido
en su nombre es improcedente.
2ª/J 69/2005, registro 178243
AMPARO. PUEDE PROMOVERSE POR EL MANDATARIO DEL TRABAJADOR, DESPUÉS DE LA
MUERTE DE ÉSTE.
Aunque por regla general el mandato termina por la muerte del mandante, existe disposición expresa
en el artículo 2600 del Código Civil Federal, en el sentido de que el mandatario deberá continuar en la
gestión de su encargo entretanto los herederos provean por sí mismos a la administración de los
negocios, siempre que de lo contrario pueda resultar algún perjuicio para sus intereses. En
consecuencia, si durante la tramitación de un juicio laboral muere el trabajador y se dicta el laudo
relativo, el mandatario podrá promover el juicio de garantías en su representación, ya que este medio
de control constitucional debe considerarse dentro de las gestiones conducentes a la continuación del
juicio, pues tiene por objeto la conservación de los derechos de la sucesión del mandante; de manera
que en tanto no se apersone a juicio dicha sucesión a través del albacea, el mandatario deberá
continuar en el ejercicio de su encargo con el fin de no provocar estado de indefensión por la preclusión
de los derechos procesales de aquélla.
2ª/J 105/2014, registro 2007934
LEGITIMACIÓN EN EL JUICIO DE AMPARO. LA TIENE LA FEDERACIÓN PARA PROMOVERLO,
POR CONDUCTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA REPÚBLICA Y/O DE LAS
DEPENDENCIAS DE LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA FEDERAL, CONJUNTA O
SEPARADAMENTE, CONTRA LA SENTENCIA DICTADA POR EL TRIBUNAL AGRARIO QUE
RESUELVE UN JUICIO EN EL QUE PARTICIPA SIN ATRIBUTOS DE AUTORIDAD Y EN DEFENSA
DE SU PATRIMONIO.
Las personas morales oficiales pueden actuar con un doble carácter: como entes dotados de poder
público y como personas morales de derecho privado. En el primer caso, su acción proviene del
ejercicio de las facultades de que se hallan investidas mientras que, en el segundo, actúan en
condiciones similares a la de los particulares, esto es, contraen obligaciones y adquieren derechos de
la misma naturaleza y forma que éstos y, por regla general, las personas morales oficiales no tienen
legitimación para promover juicio de amparo, salvo que la ley o el acto que reclamen afecte sus
intereses patrimoniales, acorde con el artículo 7o. de la Ley de Amparo, que coincide con el numeral
9o. de la Ley abrogada. En consecuencia, cuando la Federación por conducto del Procurador General
de la República y/o de las demás dependencias de la Administración Pública Federal, conjunta o
separadamente, comparece ante el Tribunal Agrario porque se le reclama el pago de una
indemnización generada por una actuación carente de carácter autoritario, como es la ocupación ilegal
de tierras ejidales, se concluye que se encuentra legitimada para promover el juicio de amparo contra
la condena que le fuera decretada, toda vez que puede acudir al procedimiento en defensa de sus
intereses patrimoniales despojada de imperio, ubicándose en un plano de coordinación con el actor.

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