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Augusto Bergamini

CRISTO.
flESTfl DE IR
IG1ESIR
El Año Litúrgico

SAN PARÍ O
Augusto Bergamini

Cristo, fiesta
de la Iglesia
El año litúrgico

Colección

Biblia
y Pastoral
EL TESORO DE LA IGLESIA
Segundo Galilea, 3a. ed.
ESPÍRITU Y MENSAJE
DE LA LITURGIA DOMINICAL AÑO "A"
Johan Konings
ESPÍRITU Y MENSAJE
DE LA LITURGIA DOMINICAL AÑO "B"
Johan Konings

ESPÍRITU Y MENSAJE
DE LA LITURGIA DOMINICAL AÑO "C"
Johan Konings
MANUAL DE PLANIHCACION PASTORAL
Autores Varios
ERAN ASIDUOS EN LA ORACIÓN
Mauro Paternóster
CRISTO, FIESTA DE LA IGLESIA
Augusto Bergamini SAN PABLO
AUGUSTO BERGAM1N1, sacerdote de la diócesis de Modena, es director del
Instituto de Ciencias Religiosas "B. C. Ferrini", rector del Seminario
Metropolitano de Modena. Ha publicado: Perché ¡1 mondo creda, Apes, Roma,
1962; Celehriamo ¡'Eucaristía, Ave, Roma, 1970; // breviario per mili,
Dehoniane, Bologna, 1971; L'anno litúrgico, Dchoniane, Bologna. 1971; / Iré
giomi della Pasqua, Dehoniane, Bologna, 1979; La caltedrale di Modena.
Sloria, arle,fede, Modena, 1985 (estudio bíblico-litúrgico sobre la arquitectura
y la estructura románica de la catedral de Modena). Colabora en diversas
revistas litúrgicas y participa en los diversos debates de teología y pastoral
litúrgica.

A la memoria
de mis padres

Título original: © Edizioni San Paolo s.r.l.,


Cristo festa delia Chiesa Piazza Soncino, 5-20092 Ciniseüo Balsamo
(L'anno litúrgico) (Milano) Italia

Traducción:
José Guillermo Ramírez

© SAN PABLO 1995 Distribución: Departamento de Ventas


Carrera 46 No. 22A-90 Calle 18 No. 69-67
FAX: 2684288 Tels.: 4113955 - 4113966 - 4113976 - 4114011
Barrio QU1NTAPAREDES PAX: 4114000 - A.A. 080152
Barrio MONTEVIDEO - SANTAFE DE BOGOTÁ, D.C.
SANTAFE DE BOGOTÁ, D.C.
COLOMBIA
Prefacio

Cuando en 1982 se publicó en italiano este volumen sobre el año


litúrgico, quise ofrecer un tratado que respondiera a las exigencias de un
manual suficientemente completo en los contenidos concernientes a los
perfiles histórico, teológico y celebrativo, sin descuidar las instancias de la
pastoral y de la espiritualidad. El trabajo así concebido debía servir a los
alumnos de los seminarios, de los estudiantados religiosos, de los instituto
de ciencias religiosas y de las escuelas de formación teológica para laicos.
Al mismo tiempo quería ser un instrumento de información y de reflexión
para quienes trabajaban en la pastoral, sobre todo para los sacerdotes, y
de una correcta y fructuosa valoración del año litúrgico, entendido como
lugar primario y privilegiado de la formación del Pueblo de Dios.
Finalmente me proponía responder a las expectativas de tantos fieles
deseosos de conocer y pro-fundizar el culto de la Iglesia.
Tres ediciones que se han sucedido en estos años, dejan ver que se han
logrado los objetivos que se tenían al escribir este volumen. Por esto, cuan
do el editor me pidió proceder a una cuarta edición, he tenido presentes las
observaciones y las sugerencias recibidas a través de las recensiones y el
encuentro con algunos amigos. Por ello he creído útil repensar el trabajo
sin dejar de lado los criterios fundamentales de la impostación inicial. He
creído oportuno dar un ordenamiento nuevo a las diversas partes y capítulo
respondiendo al orden cronológico de los tiempos litúrgicos más que a la
lógica teológica anterior. He enriquecido algunas partes que se juzgaron
insuficientes, valiéndome de las contribuciones de los estudios publicado
en estos años y de los documentos emanados de la Santa Sede y de la Con
ferencia Episcopal Italiana.

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Así he completado algunos temas como el leccionario, la fiesta, el do-
mingo, la controversia pascual del siglo II. Además he ampliado el Tiempo
"durante el año" y añadí un breve capítulo sobre las "Cuatro Témporas" y Parte primera
las rogativas. También he revisado la parte sobre el culto mañano tenien-
do presente el nuevo libro litúrgico: Misas de la B. Virgen María. Asimismo
añadí un párrafo sobre el tema de la religiosidad popular en relación con el
año litúrgico.
En el trabajo de revisión y refundición de toda la materia no he omitido
EL AÑO LITÚRGICO:
aspectos de carácter socio-antropológico.
EL MISTERIO DE CRISTO
La instancia que he tenido particularmente presente ha sido la pastoral,
para hacer del año litúrgico la perenne e insustituible vía del crecimiento
en la fe del Pueblo de Dios. Por esto me he apresurado a indicar algunos
EN EL TIEMPO
aspectos de la catcquesis, fundados sobre los Evangelios de los tres ciclos
del Leccionario dominical-festivo.
Finalmente he tenido el cuidado de presentar las partes esenciales de
algunos documentos relativos a la liturgia, cuyo conocimiento es necesario
para una correcta interpretación y celebración pastoral de los tiempos li-
túrgicos. La experiencia, en efecto, muestra que tales textos, si no se en- "¡Qué grande
cuentran disponibles en un manual, quedan prácticamente desconocidos. es el misterio de la Bondad!
Al presentar la nueva edición del volumen, guardo la esperanza de Se nos apareció hecho hombre,
ofrecer un instrumento válido y útil para el estudio, la pastoral, la espiritua- su causa triunfó gracias al Espíritu
lidad. y lo contemplaron los ángeles.
Como lo hice notar en el prefacio a la primera edición, es indispensable Proclamado a todas las naciones,
poseer una buena teología del año litúrgico, a fin de que la acción pastoral fue creído en el mundo,
alcance su finalidad no por medio de la liturgia, sino en la liturgia, con-
siderada como "culmen et fons" de la vida de la Iglesia (Cf SC 10), y el glorificado en el cielo ".
año litúrgico sea la estructura sacramental portadora de esta acción con la (lTm 3,16)
cual la comunidad cristiana vive el misterio de su Señor y, al mismo tiempo,
sea la sancta mater Ecclesia la que engendra a sus hijos y los conduce a la
madurez de la vida en Cristo. "Jesucristo
En un momento en que las comunidades cristianas son puestas a prueba es el mismo:
por las sectas religiosas, el volumen quisiera ser, en la intención del autor, ayer, hoy y siempre".
un instrumento para favorecer una espiritualidad teológicamente fundada y (Hb 13, 8)
centrada en Cristo y su misterio como está presente y es celebrado por la
Iglesia en el año litúrgico.
Augusto Bergaminí

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Capítulo I

EL AÑO LITÚRGICO
DESPUÉS DE LA REFORMA
DEL CONCILIO VATICANO II

Al tratar del año litúrgico parece útil partir de su actual ordena-


ción, que tuvo lugar luego de la reforma querida por el Vaticano II
y ya traducido en práctica pastoral por los libros litúrgicos renovados.
De esta situación, fruto de una cuidadosa investigación histórica y
teológica, se verá el progresivo desarrollo del año litúrgico en los
primeros siglos de la Iglesia y su contenido bíblico-teológico; qué
involuciones sufrió durante los siglos de la decadencia litúrgica y có-
mo maduró la actual reforma con el Vaticano II. Finalmente veremos
la espiritualidad y la pastoral del año litúrgico.

1. LA LITURGIA, ACTUALIZACIÓN DE LA HISTORIA


DE LA SALVACIÓN
El Concilio ecuménico Vaticano II con su primer documento, la
Constitución Sacrosanctum concilium, promulgada el 4 de diciembre
de 1963, puso la liturgia en relación con la historia de la salvación,
es decir, la consideró como actualización del plan de Dios (el "mis-
terio" de Pablo) en el tiempo. En la liturgia, se dijo, "se actualiza la
obra de nuestra redención" (SC 2) "y de la perfecta glorificación de
Dios, que tiene su preludio en las admirables gestas divinas realizadas
en el pueblo del Antiguo Testamento y fue cumplida por Cristo el
Señor, especialmente por medio del misterio pascual de su bienaven-
turada Pasión, Resurrección, de entre los muertos y su gloriosa
Ascensión" (SC 5).

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Cristo está siempre presente en su Iglesia, de manera especial en "La Iglesia ha inscrito también a lo largo del año la memoria de
las acciones litúrgicas para llevar a cabo esta gran obra de la salvación los mártires y de los demás santos, que, llegados a la perfección con
con la cual se da a Dios la gloria perfecta y los hombres son santifi- la ayuda de la multiforme gracia de Dios, y ya en posesión de la sal-
cados. A esta obra Cristo se asocia siempre a la Iglesia, su amadísima vación eterna, cantan en el cielo la alabanza perfecta, e interceden
esposa, la cual ruega a su Señor y por medio de El rinde culto al eter- por nosotros. En efecto, en su día natalicio, la Iglesia proclama el
no Padre (SC 7, passim). La historia de la salvación alcanza en la Misterio Pascual realizado en los santos que sufrieron con Cristo y
liturgia su objetivo final, puesto que en ella el Evangelio no sólo es con El han sido glorificados; propone a los fieles sus ejemplos que
anunciado, sino también actualizado (Cf. SC 6) en el sentido de que atraigan a todos al Padre por medio de Cristo; y por sus méritos im-
por medio de los sacramentos y sobre todo de la Eucaristía, los hom- plora los beneficios de Dios" (SC 102-104).
bres reciben el don por excelencia, el Espíritu de adopción que los En esta visión, que será profundizada y discutida más adelante,
hace hijos de Dios (Ibíd). emergen algunos elementos cualificantes:
Por esto la "liturgia constituye la primera y más necesaria fuente
— la centralidad y la prioridad del misterio de Cristo y particularmente del
de la cual los fieles pueden alcanzar un espíritu verdaderamente cris-
Misterio Pascual, por sobre toda otra celebración;
tiano" (SC 14) y es también "el culmen hacia el cual tiende la acción
de la Iglesia" (SC 10). — la celebración de las fiestas de nuestra Señora y de los santos (sobre todo
los mártires), considerada siempre en relación con el misterio de Cristo
La atención pastoral está precisamente muy concentrada en los en cuanto está cumplido en estos miembros como fruto de la redención;
sacramentos, particularmente en la Eucaristía; parece estarlo menos
en el año litúrgico. De aquí la necesidad de descubrir y revalorizar — el año litúrgico, por consiguiente, no es un simple calendario de días y
su gran riqueza para la vida de la Iglesia. meses, al cual están ligadas celebraciones religiosas, sino que es la
presencia del misterio de Cristo en el tiempo de un año, en forma
El Concilio Vaticano II, una vez puesta la liturgia en el gran mar- sacramental-ritual. De esta forma el año es considerado liturgia, es decir,
co de la historia de la salvación, presentó así el año litúrgico: "La el conjunto de los momentos salvíficos, celebrados ritualmente por la
santa madre Iglesia considera deber suyo el celebrar con sagrada me- Iglesia, sobre todo mediante la Eucaristía, como "memorial" de los
moria en días determinados a lo largo del año la obra de la salvación momentos en que se llevó a cabo en la historia este mismo misterio. La
realizada por su divino Esposo. Cada semana, en el día a que se ha componente "tiempo", como veremos, es particularmente importante en
ilado el nombre de domingo, hace la memoria de la Resurrección del
la celebración del misterio de Cristo en el año litúrgico.
Señor, que cada año, en unión con su bienaventurada Pasión, celebra
en la Pascua, la más grande de las solemnidades. A lo largo del año,
pues, distribuye todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y El Concilio Vaticano II, al disponer la reforma general de toda la
la Navidad hasta la Ascensión, al día de Pentecostés y a la espera del liturgia, en línea con los principios enunciados, dio las siguientes
feliz retorno del Señor. Recordando de esta manera los misterios de orientaciones para la revisión del año litúrgico:
la redención, ella abre a los fieles las riquezas de las acciones salví- "El año litúrgico sea revisado de tal modo que, conservados o restaurados
ficas y de los méritos de su Señor, de tal manera que como que los los usos y ordenamientos tradicionales de los tiempos sagrados según las
hace presentes a todos los tiempos a fin de que los fieles puedan en- condiciones de hoy, se conserve su carácter original para alimentar debida-
trar en contacto con El y ser llenados de la gracia de la salvación". mente la piedad de losfielesen la celebración de los misterios de la redención
"En la celebración de este ciclo anual de los misterios de Cristo, cristiana, pero sobre todo en la celebración del Misterio Pascual".
la santa Iglesia venera con particular amor a María, la santísima ma- "El espíritu de los fieles sea orientado ante todo hacia lasfiestasdel Señor,
dre de Dios, unida indisolublemente a la obra de la salvación de su en las cuales, a lo largo del año, se celebran los misterios de la salvación.
Hijo; en María admira y exalta el fruto más excelso de la redención, Para ello, el Propio del tiempo tenga su justo lugar por encima de las fiestas
y en ella contempla con alegría, como en una imagen purísima, lo de los santos, de modo que sea celebrado convenientemente todo el ciclo de
que toda ella desea y espera llegar a ser". los misterios de la salvación".

12 13
"El domingo es la fiesta primordial que debe proponerse e inculcarse a la celebrando los sacramentos de la iniciación cristiana, renueva su alianza
piedad de los fieles, de modo que resulte también día de alegría y de descanso espiritual con Cristo, el Señor resucitado.
del trabajo. No le sea antepuesta ninguna otra solemnidad que no sea de Estos sumos pontífices, siguiendo constantemente la enseñanza de los santos
grandísima importancia, puesto que el domingo es el fundamento y el núcleo Padres y la doctrina de la Iglesia católica, sostenían justamente que en el
de todo el año litúrgico" (SC 107-108 y 106). desarrollo del año litúrgico no solamente se recuerdan las acciones con que
Jesucristo, al morir, nos dio la salvación; y no se trata de una simple memoria
del pasado, de un recuerdo en donde todos los fieles reciben instrucción y
2. EL "MOTU PROPRIO" alimento. Ellos al contrario, enseñaban que la celebración del año litúrgico
MYSTERII PASCHALIS DE PABLO VI "posee una especial fuerza y eficacia sacramental para nutrir la vida cris-
tiana"4. Esto es lo que también nosotros sostenemos y profesamos.
Con base en estas premisas teológicas y pastorales, el papa Pablo Por esto justamente cuando celebramos "el misterio del nacimiento de
VI con el "motu proprio" Mysterii paschalis del 14 de febrero de Cristo"5 y su manifestación en el mundo, le pedimos "ser interiormente
1969, aprobaba las Normas generales para el ordenamiento del año renovados a imagen de El, a quien reconocemos exteriormente semejante a
litúrgico y del calendario romano. En su carta apostólica el Papa nosotros"6. Y cuando celebramos la Pascua de Cristo, pedimos a Dios, para
escribió: todos los que han renacido con Cristo, que "expresen en su vida el sacramento
La celebración del Misterio Pascual, según las enseñanzas del Concilio que han recibido en la fe"7. En efecto —según las palabras mismas del
Vaticano II, constituye el momento privilegiado del culto cristiano en su Concilio ecuménico Vaticano II— la Iglesia, "recordando de esta manera los
desarrollo, diario, semanal y anual. Por tanto en la restauración del año misterios de la redención, abre a los fieles las riquezas de las acciones
litúrgico, para la cual el Concilio mismo formuló las normas1, es necesario salvíficas y de los méritos de su Señor, de tal manera que los haga como
que el Misterio Pascual de Cristo sea puesto en una más viva luz, sea en el presentes a todos los tiempos, para que losfielespuedan ponerse en contacto
imlenaininilo del llamado Propio del tiempo y de los santos, sea en lo que con El y ser llenados de la gracia de la salvación"8.
respecta a la revisión del calendario romano. Por esto, a través de la revisión del año litúrgico y las normas que le siguen,
A lo largo de los siglos la multiplicación de las fiestas, vigilias y octavas, lo los fieles se comunican en la fe, en la esperanza y en la caridad, con "todo
mismo que la complicación progresiva de las diversas partes del año litúrgico, el misterio de Cristo distribuido en el transcurso del año"9.
llevaron muchas veces a los fieles a devociones particulares, hasta llegar a
dar la impresión de apartarse un tanto de los misterios fundamentales de la A este misterio de Cristo no se oponen las fiestas de la bienaventurada
redención divina. Virgen María, la cual está "asociada a la obra de la salvación de su Hijo"10,
y las memorias de los santos, entre las cuales hay que señalar el "natalicio"
De todos son conocidas las disposiciones tomadas en este campo por nuestros de "nuestros señores los mártires y los vencedores"11,fiestasque brillan con
predecesores san Pío X y Juan XXIII, de venerada memoria, para restituir al
domingo su dignidad original, de modo que sea considerada por todos como
"la fiesta primordial"2, y al mismo tiempo para restaurar la celebración
litúrgica de la Cuaresma. Y sobre todo nuestro predecesor Pío XII, de 4. Sagrada Congregación de Ritos, decreto general Máxima redemptionis nostrae mysteria,
venerable memoria, decretó3 hacer revivir en la Iglesia occidental, en el noviembre 16 de 1955: AAS 47 (1955), p. 839.
curso de la noche pascual, la solemne Vigilia, en la cual el Pueblo de Dios, 5. León Magno, Sermo XXVll en Nalivitale Domini, 7, 1: PL 54, 216.
6. Cf. Missale romanum, colecta de la fiesta del Bautismo del Señor.
7. Cf. Ibíd, colecta del lunes de la octava de pascua
1. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, nn. 102-111: AAS 56 (1964), pp. 125- 8. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, n. 102.
128.
9. Cf. Ibíd.
2. Ibíd., n. 106.
10. Ibíd., n. 103.
3. Cf. Sagrada Coagregación de Ritos, decreto Dominicae resurrectionis, febrero 9 de 1951:
AAS 43 (1951), pp. 128-129. 11. Cf. Breviarium syriacum (siglo V), Ed. B. Mariani, Roma, 1956, p. 27.

14 15
un esplendor particular. "Las fiestas de los santos en efecto, proclaman las se establecieron las siguientes normas generales para la ordenación
maravillas de Cristo en sus siervos y proponen a los fieles oportunos ejemplos del año litúrgico y del calendario.
para imitar"12. En verdad la Iglesia católica siempre ha afirmado que el
Misterio Pascual de Cristo es proclamado y renovado en las fiestas de los
santos1*. A) El año litúrgico
Sin embargo, no se puede negar que a través de los siglos las fiestas de los La santa madre Iglesia considera deber suyo celebrar con un sa-
santos se aumentaron en número desproporcionado. Por este motivo el santo grado recuerdo en días determinados a través del año la obra salva-
Concilio decretó justamente: "Para que las fiestas de los santos no lleguen a dora de su divino Esposo. Cada semana, en el día llamado "del Se-
prevalecer sobre las fiestas que conmemoran los misterios de la salvación, ñor", conmemora su Resurrección, la cual una vez al año celebra tam-
muchas de ellas sean dejadas a la celebración de cada Iglesia particular, bién junto con su santa Pasión en la máxima solemnidad de la Pas-
nación, o familia religiosa; sean más bien extendidas a toda la Iglesia sólo cua. Además, en el curso del año desarrolla todo el misterio de Cris-
aquellas que celebran a santos de importancia verdaderamente universal"14. to y conmemora el natalicio de los santos.
A fin de llevar a efecto esta decisión del Concilio ecuménico, se han quitado En los diversos tiempos del año litúrgico, de acuerdo con las
del calendario universal los nombres de algunos santos y se concede facultad prácticas tradicionales, la Iglesia completa la formación de los fieles
y libertad de recuperar convenientemente en las respectivas regiones la por medio de ejercicios de piedad, espirituales y corporales, de la
memoria y el culto de los santos particulares. instrucción, de la oración y de las obras de penitencia y de misericor-
Y así, quitados del calendario romano los nombres de algunos santos no dia'.
mi i versal mente conocidos, se han insertado los nombres de algunos mártires Los principios que se exponen a continuación pueden y deben
que vivieron en regiones donde el anuncio del Evangelio llegó muy tarde. aplicarse tanto al rito romano como a todos los demás ritos, pero las
De esla manera figuran con igual dignidad en el mismo catálogo, como normas prácticas afectan solamente al rito romano, a menos que se
representantes de uxlas las naciones, ya aquellos que derramaron su sangre trate de normas que por su misma naturaleza afecten también a los
por Cristo, ya ¡unidlos que fueron insignes por sus grandes virtudes. demás ritos2 (nn. 1-2).
l'or esto, afirmamos que el nuevo calendario general, redactado para el rito
latino, responde mejor a la piedad y al clima de nuestro tiempo, y refleja
Los días litúrgicos
mejor la universalidad de la Iglesia; porque ahora propone los nombres de
los santos más importantes, que presentan a todo el Pueblo de Dios ejemplos 1. El día litúrgico en general
maravillosos de santidad, alcanzada de variadísimos modos. Es superfluo
decir cuánto contribuye todo esto al bien espiritual de todo el pueblo cristiano.
Cada uno de los días se santifica con las celebraciones litúrgicas
del Pueblo de Dios, principalmente por medio del sacrificio
eucarístico y de la Liturgia de las Horas. El día litúrgico transcurre
3. NORMAS GENERALES PARA LA ORDENACIÓN de media noche a media noche. Con todo, la celebración del domingo
DEL AÑO LITÚRGICO Y DEL CALENDARIO y de las solemnidades comienza ya desde las Vísperas del día anterior
(n. 3).
Con base en todo lo dicho en la Constitución litúrgica Sacrosanc-
tum Concilium del Vaticano II y en el "motu proprio" de Pablo VI,

12. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, n. 111. 1. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, nn. 102-105: AAS 56 (1964), pp. 125-
13. Cf. Ibid., n. 104. 126.
14. Cf. Ibíd., n. 111. 2. Cf. Ibíd.n. 3.

16 17
2. El domingo 3. Solemnidades, fiestas y memorias
La Iglesia, por una tradición apostólica que trae su origen del Al celebrar el misterio de Cristo durante el curso del año, la Igle-
mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el Misterio Pascual sia venera también con amor especial a la santísima Virgen María,
cada ocho días en el llamado con razón "día del Señor" o domingo. Madre de Dios, y propone a la piedad de los fieles las memorias de
Por esto, el domingo debe ser considerado como el primer día de la los mártires y de otros santos4.
semana3.
Los santos que tienen importancia universal se celebran obligato-
El domingo, a causa de su peculiar importancia tan sólo cede su riamente en toda la Iglesia. Los demás se inscriben en el calendario
celebración a las solemnidades y a las fiestas del Señor. Sin embargo, y se deja libre su celebración, o se permite a las Iglesias particulares,
los domingos de Adviento, de Cuaresma y de Pascua, tienen prece- a las naciones o a las familias religiosas5.
dencia sobre todas las fiestas del Señor y sobre todas las solemnida-
des. Pero las solemnidades que ocurren en estos domingos, se trans- Las celebraciones se distinguen y se designan así: solemnidad,
fieren al lunes siguiente, excepto las solemnidades que coinciden fiesta y memoria, de acuerdo con la importancia que tienen.
con el domingo de Ramos o el domingo de Resurrección (decreto de Las solemnidades se cuentan entre los días más importantes y su
la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sa- celebración comienza desde las primeras Vísperas del día precedente.
cramentos del 22 de abril de 1990, Prot." CD 500/89, Notitiae 284- Algunas solemnidades se enriquecen también con una misa propia
285/1990, pp. 160-161). para la Vigilia, que se debe usar en la tarde del día precedente, si se
El domingo excluye de por sí la asignación perpetua de otra celebra misa en las horas vespertinas.
celebración. Sin embargo: La Pascua y la Navidad —solemnidades principales— tienen una
a) El domingo dentro de la octava de Navidad, se celebra la fiesta celebración que se prolonga ocho días continuos. Ambas octavas se
de la Sagrada Familia; rigen por leyes propias.
b) el domingo después del 6 de enero, se celebra la fiesta del Bau- Las fiestas se celebran dentro de los límites del día natural. Por
tismo del Señor; tanto, no tienen primeras Vísperas, a no ser que se trate de fiestas del
c) el domingo después de Pentecostés, se celebra la solemnidad Señor que caigan en los domingos del tiempo ordinario y del tiempo
de la Santísima Trinidad; de Navidad. Entonces el Oficio de esos domingos se sustituye por el
de la respectiva fiesta.
d) el domingo último del tiempo ordinario, se celebra la solem-
nidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo. Las memorias son obligatorias o libres. Sin embargo su celebra-
ción se armoniza con la celebración de la feria ocurrente, según las
Pero donde las solemnidades de la Epifanía, de la Ascensión y normas que se exponen en la instrucción general del Misal romano
del Cuerpo y Sangre de Cristo no son días de precepto, asígneseles y de la Liturgia de las Horas.
el domingo como su día propio, en la siguiente forma:
a) A la Epifanía, el domingo que cae entre el 2 y el 8 de enero; En cuanto a las memorias obligatorias, que caen en las ferias de
Cuaresma, pueden celebrarse únicamente como memorias libres.
b) a la Ascensión, el domingo VII de Pascua;
Si en un mismo día se señalan en el calendario varias memorias
c) a la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el domingo libres, sólo puede celebrarse una, omitiendo las demás.
siguiente a la Santísima Trinidad (nn. 4-7).

4, Cf. Ibi'd., nn. 103-104.


3. Cf. Ibíi, n. 106. 5. Cf. mi, n. 111.

18 19
lin los sábados del tiempo ordinario durante el año en los que no El triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor comienza
ocurre una memoria obligatoria, se puede hacer memoria libre de la con la misa vespertina del Jueves Santo o de la Cena del Señor, tiene
santísima Virgen María (nn. 8-15). su centro en la Vigilia pascual y termina con las Vísperas del
domingo de Resurrección.
El Viernes Santo o feria VI de la Pasión del Señor9, y allí donde
4. Las ferias parece oportuno, también el Sábado Santo hasta la Vigilia pascual10,
en todas partes se observa el sagrado ayuno de Pascua.
Los días de la semana que transcurren después del domingo se
llaman ferias. Sin embargo se celebran de diverso modo, de acuerdo En la tarde del Viernes Santo se celebra la Pasión del Señor.
con la importancia propia de cada una de ellas: La Vigilia pascual, la noche santa de la Resurrección del Señor,
se considera como "la madre de todas las santas vigilias""; durante
a) El Miércoles de Ceniza y los días de la Semana Santa, desde ella, la Iglesia espera velando la Resurrección de Cristo y la celebra
el lunes hasta el jueves inclusive, se prefieren a todas las demás cele- en los sacramentos. Por consiguiente, toda la celebración de esta vi-
braciones. gilia sagrada ha de tener lugar durante la noche, de manera que em-
piece una vez que se ha iniciado la noche y termine antes de la auro-
b) Las ferias de Adviento, desde el día 17 hasta el 24 de diciembre, ra del domingo (nn. 18-21).
y todas las ferias de Cuaresma, se prefieren a todas las demás memo-
rias obligatorias.
c) Las demás ferias ceden su celebración a todas las solemnidades 2. El tiempo de Pascua
y fiestas, y se armonizan con las memorias (n. 16). Los cincuenta días que median entre el domingo de Resurrección
hasta el domingo de Pentecostés, se han de celebrar con alegría y
júbilo, como si se tratara de un solo y único día festivo, como "un
El ciclo del año litúrgico gran domingo"12. Estos son los días más apropiados para el canto del
aleluya.
La Iglesia, en el trascurso del año, conmemora todo el misterio
de Cristo, desde la Encarnación hasta el día de Pentecostés y hasta Los domingos de este tiempo se designan como domingos de Pas-
la Parusía del Señor" (n. 17). cua, es decir, el 29, 3 e , A°-, 5S, 6Q y 79 de Pascua, después del de la Re-
surrección; el de Pentecostés cierra este sagrado tiempo de cincuenta
días.
1. El triduo Pascual Los ocho primeros días del tiempo pascual constituyen la octava
de Pascua y tienen la celebración como las solemnidades del Señor.
El Triduo sagrado de la Pasión y de la Resurrección del Señor es La Ascensión del Señor se celebra a los cuarenta días después de
el punto culminante de todo el año litúrgico7, ya que Jesucristo ha la Pascua, salvo allí donde ésta no sea de precepto, la Ascensión se
cumplido la obra de la redención de los hombres y de la glorifica- traslada al domingo 1- de Pascua.
ción perfecta de Dios principalmente por su Misterio Pascual, por el
cual, al morir destruyó nuestra muerte y restauró, al resucitar, la vi-
da. La preeminencia que dentro de la semana tiene el domingo, la
tiene también dentro del año litúrgico la solemnidad de la Pascua8. 9. Cf. Pablo VI, Constitución apostólica Paenilemini, 17 de febrero de 1966, II § 3: AAS 58
(1966), p. 184.
6. Cf. Ibíd, n. 102. 10. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, n. 110: AAS 56 (1964), p. 127.
7. Cf. Ibíd., n. 5. 11. San Agustín, Sermo 219: PL 38, 1088.
8.CÍ. Ibíd., n. 106. 12. San Atanasio, Episl. fest. 1: PG 26, 1366.

20 21
Las ferias que van de la Ascensión al sábado antes de Pentecostés, La misa de la Vigilia de Navidad es la que se celebra al anochecer
inclusive, preparan la venida del Espíritu Santo (nn. 22-26). del día 24 de diciembre, ya sea antes, ya después de las primeras
Vísperas. El día de Navidad se pueden celebrar tres misas, conforme
a la antigua tradición romana, es decir, a medianoche, al clarear la
3. El tiempo de Cuaresma aurora y en el día.
El tiempo de Cuaresma tiene como finalidad la preparación para La octava de Navidad se ordena de la siguiente manera:
la Pascua: la liturgia cuaresmal prepara para la celebración del Mis- a) El domingo dentro de la octava se celebra la fiesta de la Sa-
terio Pascual tanto a los catecúmenos por medio de los diversos gra- grada Familia de Jesús, María y José; a falta de este domingo, la
dos de la iniciación cristiana, como a los fieles por medio del recuer- fiesta se celebra el 30 de diciembre;
do del Bautismo y de la penitencia13. b) el 26 de diciembre es la fiesta de san Esteban, protomártir;
El tiempo de Cuaresma abarca desde el miércoles de Ceniza hasta
c) el 27 de diciembre, la fiesta de san Juan, apóstol y evangelista;
la misa de la Cena del Señor, el Jueves Santo, exclusive.
Desde que se inicia la Cuaresma hasta la Vigilia pascual no se di- d) el 28 de diciembre, la fiesta de los santos Inocentes;
ce el aleluya. e) los días 29, 30 y 31 son días de la octava;
El miércoles en que se inicia la Cuaresma y que en todas partes f) el día primero de enero —octava de Navidad— se celebra la
es de ayuno14, es el día en que se impone la ceniza. solemnidad de la Virgen María, Madre de Dios, en la cual la Iglesia
Los domingos de este tiempo reciben el nombre de l e , 2-, 3-, 4- conmemora también la imposición del santísimo nombre de Jesús.
y 5 9 de Cuaresma. Al sexto, con el cual empieza la Semana Santa, El domingo que cae entre los días 2- y 5 2 de enero, inclusive, es
se le denomina "Domingo de Ramos en la Pasión del Señor". el domingo 2- después de Navidad.
La Semana Santa tiene por objeto recordar la Pasión de Cristo La Epifanía del Señor se celebra el 6 de enero, a menos que en
desde su ingreso mesiánico en Jerusalén. los lugares donde no sea fiesta de precepto se le asigne el domingo
Kn la mañana del Jueves Santo el obispo bendice los santos óleos entre el día 2 y el 8 de enero (Cf. n. 7).
y consagra el crisma durante la misa que concelebra con su pres- El domingo siguiente al 6 de enero se celebra la fiesta del Bau-
biterio (nn. 27-31). tismo del Señor (nn. 32-38).

4. El tiempo de Navidad 5. El tiempo de Adviento


Después de la celebración anual del Misterio Pascual, la Iglesia El tiempo de Adviento posee una doble característica: es el tiempo
nada tiene en mayor estima que la celebración del nacimiento del de preparación para la Navidad, solemnidad que conmemora la pri-
Señor y de sus primeras manifestaciones: esto acontece en el tiempo mera venida del Hijo de Dios entre los hombres, y es, a la vez, el
de Navidad. tiempo en el que, mediante esta misma conmemoración, el espíritu
El tiempo de Navidad comienza con las primeras Vísperas de dirige su atención a la espera de la segunda venida de Cristo al final
Navidad y termina el domingo después de Epifanía, o sea, el primer de los tiempos.
domingo siguiente al 6 de enero. El tiempo de Adviento comienza con las primeras Vísperas del
domingo que coincide con el 30 de noviembre, o que le es más pró-
ximo, y finaliza antes de las primeras Vísperas de la Navidad.
13. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, n. 109: AAS 56 (1964), p. 127.
Los domingos de este tiempo reciben el nombre de lfi, 2-, 3- y 4 e
14. Cf. Pablo VI, Constitución apostólica Paenitemini, 17 de febrero de 1966, II § 3: AAS 58
(1966), p. 184. de Adviento.

22 23
Las ferias del 17 al 24 de diciembre inclusive, son días destinados B) El calendario
a una preparación más intensa de la Navidad (nn. 39-42).
El calendario y las celebraciones
que en él se han de inscribir
6. El tiempo ordinario durante el año
El calendario determina el orden de las celebraciones del año li-
Aparte de los tiempos que tienen un carácter propio, quedan túrgico, y es general o particular, según sea para uso de todo el rito
treinta y tres o treinta y cuatro semanas en el transcurso del año en romano o para uso de alguna Iglesia particular o de una familia reli-
las que no se celebra ningún aspecto particular del misterio de Cris- giosa.
to; más bien este misterio se vive en su plenitud, particularmente el El calendario general registra el ciclo total de las celebraciones,
domingo. Este período recibe el nombre de tiempo ordinario durante ya sea las del misterio de la salvación en el propio del tiempo, ya la
el año. de aquellos santos que tienen una importancia universal y que por
El tiempo ordinario durante el año empieza con el lunes que sigue tanto todos han de celebrarlos obligatoriamente, como también otros
al domingo después del 6 de enero y se extiende hasta el martes an- santos que demuestran la universa y continua santidad del Pueblo de
terior a la Cuaresma, inclusive; vuelve a empezar el lunes después Dios.
del domingo de Pentecostés y finaliza antes de las primeras Vísperas Los calendarios particulares contienen las celebraciones propias,
del domingo primero de Adviento. De acuerdo con estas indicaciones orgánica y convenientemente combinadas con el ciclo general; pues
se emplean los formularios para los domingos y las ferias de este es menester que cada Iglesia o familia religiosa venere con particular
tiempo ordinario que se encuentran en el breviario y en el misal (nn. honor a los santos que le son propios por alguna razón particular.
43-44).
Los calendarios particulares, compuestos por la autoridad compe-
tente, deben ser aprobados por la Sede Apostólica.
7. Las rogativas y las "Cuatro Témporas" En la composición de los calendarios particulares deben tenerse
presenteslos siguientes principios:
Con las rogativas y las "Cuatro Témporas", la Iglesia suele rogar a) El Propio del tiempo, o ciclo temporal, las solemnidades y las
al Señor por las diversas necesidades de los hombres: principalmente fiestas, en las cuales el misterio de la redención se desarrolla y con-
por los frutos de la tierra y por el trabajo del hombre, dándole gracias memora durante el año litúrgico, debe conservarse siempre íntegra-
públicamente. mente y gozar de preeminencia sobre las celebraciones particulares.
Con el fin de que las rogativas y las "Cuatro Témporas" se adap- b) Las celebraciones propias han de estar combinadas orgánica-
ten a las diversas necesidades de los lugares y de los fieles, en ade- mente con las celebraciones universales, en lo cual se tendrá en
lante serán las conferencias episcopales las que determinen el tiempo cuenta el orden y la precedencia, para cada caso, según lo que se ín-
y la manera como han de celebrarse. dica en la tabla de los días litúrgicos. Para que los calendarios parti-
Por tanto la autoridad competente, teniendo en cuenta la situación culares no se recarguen más de lo justo, cada santo gozará de una
local, establecerá las normas relativas a la duración de tales celebra- sola celebración durante el año litúrgico. Si lo aconsejan razones
ciones, que podrán durar uno o más días, y respecto a su eventual pastorales, tendrá lugar una segunda celebración en forma de me-
repetición durante el año. moria libre en honor del traslado o del hallazgo de los santos patronos
o fundadores de Iglesias o de familias religiosas.
La misa para cada día de estas celebraciones escójase entre las
"para diversas necesidades", que se acomodan más al objetivo de di- c) Las celebraciones votivas no sean un doblaje de otras cele-
chas celebraciones (nn. 45-47). braciones ya contenidas en el ciclo del misterio de la salvación, ni
su número se multiplique sin razón.

24 25
Aunque es conveniente que cualquier diócesis cuente con su ca- Las celebraciones propias inscríbanse en el calendario como me-
lendario y su propio de los Oficios y de las misas, nada impide que morias obligatorias o libres, a menos que, para alguna, no se haya
se tengan calendarios y propios que sean comunes en toda una pro- establecido de modo diferente en el elenco de los días litúrgicos, o
vincia, región, nación o también para un territorio geográfico más haya particulares razones históricas o pastorales. Sin embargo nada
amplio; tales calendarios y propios, se prepararán mediante coo- impide que algunas celebraciones se realicen en determinados luga-
peración mutua de los interesados. El mismo principio puede apli- res en forma más solemne que en toda la diócesis o familia religiosa.
carse por analogía también a los calendarios religiosos, en el caso de Las celebraciones inscritas en el calendario propio deben ser ob-
existir diversas provincias en un mismo territorio. servadas por todos aquellos que están obligados a tal calendario, y
El calendario particular se compone insertando en el calendario no pueden cambiarse de grado o suprimirse sin la aprobación de la
general las solemnidades, las fiestas y las memorias que son propias, Sede Apostólica (nn. 48-55).
a saber:
a) En el calendario diocesano, además de las celebraciones de los
El día propio de las celebraciones
patronos y de la dedicación de la iglesia catedral, los santos y los
beatos que tienen vinculación peculiar con las diócesis, por ejemplo La Iglesia tiene la costumbre de celebrar los santos el día de su
por razón de origen, de permanencia prolongada, o de haber muerto. muerte; es una costumbre que debe observarse igualmente en las ce-
b) En el calendario religioso, además de las celebraciones del tí- lebraciones propias inscritas en el calendario particular.
tulo, del fundador y de los patronos, los santos y los beatos que fue- No obstante, aunque las celebraciones propias tengan un especial
ron miembros de aquella familia religiosa o tuvieron con ella alguna interés para cada Iglesia particular o para una familia religiosa, es
relación peculiar. muy conveniente que exista uniformidad, en cuanto sea posible, en
c) En el calendario de cada una de las iglesias, además de las ce- la celebración de las solemnidades, fiestas y memorias obligatorias
lebraciones propias de la diócesis o de las familias religiosas, las ce- indicadas en el calendario general.
lebraciones propias de la misma iglesia —que se mencionan en la Por tanto es necesario observar las siguientes normas en las cele-
tabla de los días litúrgicos— así como también los santos cuyos braciones propias de los calendarios particulares:
cuerpos se conservan en dicha iglesia. Sin embargo, los miembros a) Las celebraciones inscritas en el calendario general se han de
de las comunidades religiosas se unen a la comunidad de la Iglesia inscribir en el calendario propio el mismo día en que están en el calen-
local en la celebración de la dedicación de la iglesia catedral y del dario general: si es necesario, puede cambiarse la categoría litúrgica.
patrono principal del lugar y del territorio donde viven.
Lo mismo se hará al inscribir las celebraciones propias de una
Cuando alguna diócesis o familia religiosa tiene la dicha de con- sola iglesia cuando éstas se inscriben en el calendario diocesano o
tar con diversos santos o beatos, es preciso cuidar de que el calendario en el de alguna familia religiosa.
de toda la diócesis o de toda la institución no esté excesivamente re-
b) A las celebraciones de los santos no inscritos en el calendario
cargado. Por consiguiente:
general, asígneseles la fecha del día de la muerte del santo. Pero si
a) Ante todo, puede hacerse una celebración conjunta de todos se ignora tal día, entonces la celebración tendrá lugar en otro día que
los santos y beatos de la diócesis o de la familia religiosa, o por gru- tenga alguna relación con el santo, por ejemplo el día de su ordena-
pos o categorías de los mismos; ción, del hallazgo de su cuerpo o reliquias, o del traslado de éstos.
b) en el calendario inscríbanse con celebración individual sólo De no ser así, pásese a un día que esté libre de cualquiera otra cele-
aquellos santos y beatos que tienen una importancia particular para bración en el calendario particular.
toda la diócesis o para toda la familia religiosa; c) Si no puede celebrarse en el día de la muerte o en el que tenga
c) los demás santos y beatos celébrense sólo en aquellos lugares alguna relación con el santo, debido a que en dicho día hay una cele-
con los cuales tienen una relación estrecha, o donde se conserva su bración obligatoria —aun de grado inferior— del calendario general
cuerpo. o particular, pásese igualmente al próximo día que esté libre.

26 27
Domingos de Adviento, Cuaresma y Pascua. Miércoles de Ceniza.
d) Pero si se trata de celebraciones que, por motivo pastoral, no Semana Santa, desde el lunes al jueves, inclusive. Días de la octava
pueden cambiarse a otro día, cambíese entonces la celebración que de Pascua.
lo impide.
3. Solemnidades del Señor, de la santísima Virgen María y de los
e) Las celebraciones otorgadas por un indulto, coloqúense en un santos, inscritas en el calendario general. Conmemoración de todos
día pastoralmente apropiado. los fieles difuntos.
f) A fin de que el año litúrgico resplandezca con toda su luz, y
para que algunas celebraciones de los santos no se vean impedidas 4. Solemnidades propias, a saber: a) Solemnidad del Patrono
perpetuamente, queden libres de celebraciones particulares los días principal del lugar, sea pueblo o ciudad, b) Solemnidad de la De-
que suelen coincidir con el tiempo de Cuaresma o con la octava de dicación y aniversario de la Dedicación de la iglesia propia, c) So-
Pascua, así como también los comprendidos entre el 17 y el 31 de lemnidad del Título de la iglesia propia, d) Solemnidad: o del Título,
diciembre, salvo si se trata de memorias no obligatorias o de las fies- o del Fundador, o del Patrono principal de la Orden o Congregación.
tas citadas en la lista de los días litúrgicos, n. 8, a, b, c, d, o de solem-
nidades que no pueden transferirse a otro tiempo. Las Conferencias
Episcopales pueden trasladar la solemnidad de san José (19 de mar- II
zo) a otro día fuera de la Cuaresma, excepto en aquellos lugares en
donde sea fiesta de precepto. 5. Fiestas del Señor inscritas en el calendario general.
De haber santos o beatos inscritos conjuntamente en el calendario, 6. Domingos del tiempo de Navidad y del tiempo ordinario.
es preciso que se celebren también siempre conjuntamente, mientras 7. Fiestas de la Santísima Virgen María y de los santos inscritos
el grado de su celebración sea idéntico, aunque uno o algunos de en el calendario general.
ellos sean más propios. En cambio, si uno o algunos de esos santos
o beatos tienen un grado litúrgico superior, celébrese únicamente el 8. Fiestas propias, a saber: a) fiesta del patrono principal de la
Oficio de éstos con omisión de los restantes, excepto cuando sea diócesis; b) fiesta del aniversario de la dedicación de la iglesia cate-
conveniente asignarles otro día a título de memoria obligatoria. dral; c) fiesta del patrono principal de la región o provincia, de la na-
Para el bien pastoral de los fieles, está permitido tener en los do- ción, o de un territorio más extenso; d) Fiesta o del título, o del fun-
mingos del tiempo ordinario las celebraciones que ocurren dentro de dador, o del patrono principal de la orden o congregación y de la
la semana y que son bien acogidas por la piedad de los fieles, con provincia religiosa, quedando a salvo lo prescrito en el n. 4; e) otras
tal de que estas celebraciones tengan preferencia sobre el domingo fiestas propias de alguna iglesia; f) otras fiestas inscritas en el calenda-
en la tabla de precedencia. De dichas celebraciones pueden decirse rio de cada diócesis, o de cada orden, o de cada congregación.
todas las misas que se tengan con participación del pueblo. 9. Las ferias de Adviento desde el día 17 al 24 de diciembre
La precedencia entre los días litúrgicos, en cuanto a su cele- inclusive; días de la octava de Navidad; las ferias de Cuaresma.
bración, se rige únicamente por la siguiente tabla.
III
Tabla de los días litúrgicos
10. Memorias obligatorias inscritas en el calendario general.
Dispuesta según el orden de precedencia 11. Memorias obligatorias propias, a saber: a) Memorias del pa-
I trono secundario del lugar, de la diócesis, de la región o provincia, de
la nación, de un territorio más extenso, de la orden o congregación y
1. Triduo pascual de la Pasión y Resurrección del Señor. de la provincia religiosa; b) otras memorias obligatorias inscritas en
2. Natividad del Señor, Epifanía, Ascensión y Pentecostés. el calendario de cada diócesis, o de cada orden o congregación.

28 29
12. Memorias libres, que aun en los días señalados en el n. 9 se I. Motivaciones y características
pueden celebrar, pero según el modo peculiar descrito en las orde- de la,segunda edición italiana del misal
naciones generales del Misal romano y de la Liturgia de las Horas.
1. La segunda edición del Misal romano en lengua italiana, que
De la misma manera se pueden celebrar como memorias libres sale a diez años de la primera edición, de 1973, responde a un difun-
las memorias obligatorias que accidentalmente caigan en las ferias dido requerimiento pastoral; y está motivada también por la segunda
de Cuaresma. edición típica latina de 1975, que contiene variaciones y enriqueci-
13. Las ferias de Adviento hasta el día 16 de diciembre, inclusive. mientos respecto al texto de 1970.
Ferias del tiempo de Navidad desde el día 2 de enero al sábado des- 2. De esta manera se ha ofrecido la ocasión oportuna para poner a
pués de Epifanía. Ferias del tiempo pascual desde el lunes después disposición de los pastores de almas un libro litúrgico cada vez más
de la octava de Pascua hasta el sábado antes de Pentecostés, inclu- idóneo para promover la participación activa y consciente del Pueblo
sive. de Dios en el misterio eucarístico. Los organismos de la Santa Sede
Si en un mismo día ocurren varias celebraciones, se celebra la han dado autorizadas orientaciones para llevar a cabo, también en
que ocupe el lugar preferente en la tabla de los días litúrgicos. Sin este campo, un auténtico progreso en la continuidad de la tradición
embargo, toda solemnidad que sea impedida por un día litúrgico que viva. La Conferencia Episcopal Italiana, como otros episcopados, ha
goce de precedencia, se traslada al día más próximo que esté libre realizado dentro del ámbito de las tareas encomendadas a las con-
de los días inscritos en los nn. 7-8 de la tabla precedente, obser- ferencias nacionales y en la perspectiva delineada colegial mente por
vando las normas del año litúrgico establecidas en el n. 5. Las otras ella en los documentos pastorales de los últimos años: Evangeliza-
celebraciones se omiten aquel año. ción y sacramentos (1973); Evangelización y promoción humana
(1975); Evangelización y ministerios (1977); Comunión y comu-
Cuando en el mismo día hubieran de celebrarse las Vísperas del
nidad (1981); Eucaristía, comunión y comunidad (1983).
Oficio en curso y las primeras del día siguiente, prevalecen las Vís-
peras de la celebración que en la tabla de los días litúrgicos ocupe 3. Con base en la experiencia madurada en estos años en las di-
lugar de preferencia; en caso de igualdad, se prefieren las Vísperas versas Iglesias particulares, la edición de 1983 ofrece nuevos textos
del día en curso (nn. 56-61). que responden mejor al lenguaje y a la cultura de nuestras comuni-
dades; establece un vínculo entre las colectas y la Palabra de Dios
distribuida en el ciclo trienal del Leccionario dominical; destaca la
4. LA SEGUNDA EDICIÓN DEL MISAL relación entre los diversos ritos sacramentales y la Eucaristía median-
ROMANO EN LENGUA ITALIANA te nuevos formularios, sobre todo pref icios; inserta las plegarias eu-
carísticas de la reconciliación junto con los demás textos preparados
Puesto que en este estudio sobre el año litúrgico se tiene en con- con ocasión del Sínodo suizo y sucesivamente adoptado: por la Igle-
sideración la eucología de las varias celebraciones, no se puede dejar sia de Italia (1980); permite una más amplia escogencia de colectas
de lado el aporte de la Conferencia Episcopal Italiana a la segunda para las ferias del tiempo ordinario, para el Común de la bienaventu-
edición del Misal romano en lengua italiana del 15 de agosto de rada Virgen María y para las plegarias de los fieles en las cuatro esta-
1983, con la creación de nuevos textos eucológicos. Es la primera ciones; integra las antífonas de comunión en relación con el Evange-
vez que la Iglesia italiana ofrece a la liturgia una contribución crea- lio del día, en conformidad con la antigua tradición romana, que ha-
tiva, nacida de la experiencia viva de la celebración como fruto de ce evidente el nexo vital entre la Palabra proclamada y su interioriza-
la comprensión de la Palabra de Dios contenida en los textos bíblicos. ción plena mediante el banquete eucarístico; responde con indicacio-
La CEI presentó así la nueva edición del Misal romano: nes apropiadas a necesidades pastorales muy vivas en la sensibilidad
contemporánea y en las costumbres de nuestro pueblo particular-
mente con ocasión de celebraciones estacionales, rogativas, jornadas
particulares; presenta para cada fiesta o memoria una breve infor-

31
30
7. El Espíritu del Señor guíe a todas las comunidades cristianas a
mación histórico-litúrgica para una mejor puntualización homilética este más profundo conocimiento, particularmente del misal y del
y didascálica de cada celebración; provee a la proposición de nuevas leccionario, para la continua edificación de la Iglesia y para su ac-
melodías para algunas partes de la celebración litúrgica cantadas por ción misionera. El estudio y la meditación de los textos litúrgicos
el sacerdote, o los ministros con la respuesta del pueblo, o por el sa- ayudará a adquirir un estilo de celebración simple y decoroso, que
cerdote y el pueblo conjuntamente. no se agota en una mecánica ejecución del ceremonial, sino que pe-
4. Por el debido respeto al venerable patrimonio de la tradición netra en el alma profunda del rito y abre los tesoros del mismo a todo
latina, las colectas de las solemnidades mayores permanecen con el el Pueblo de Dios.
único formulario umversalmente en uso, mientras las nuevas colectas
ad libitum para el ciclo dominical A, B, C se colocan en apéndice. CONCLUSIÓN
Los nuevos textos no sustituyen a los de la edición típica, sino que
se proponen para una elección pastoralmente motivada a fin de enri- El misal hace evidente que todo lo que la Iglesia celebra tiene por
quecer los temas de la plegaria comunitaria. Ninguna modificación centro la Pascua. Ha restablecido la unidad de toda la celebración del
se ha establecido en las respuestas y en las aclamaciones del pueblo Misterio Pascual a partir del tiempo de Cuaresma hasta Pentecostés.
para el Ordinario de la misa. En el centro ha sido colocado el Triduo pascual, y, centro del centro,
la Vigilia pascual.
II. Para una mejor utilización pastoral del misal La Cuaresma ha adquirido unidad temática en su orientación ha-
cia la Pascua como "un camino de verdadera conversión" fundamen-
5. "No es posible que se forme una comunidad cristiana si no tado en el Bautismo.
tiene como raíz y quicio la celebración de la sagrada Eucaristía, de Después de la celebración del Triduo pascual, también el misterio
la cual debe, por lo mismo, tomar impulso toda educación tendiente del bienaventurado Pentecostés, "el tiempo sagrado de los cincuenta
a formar el espíritu de comunidad" (PO 16). Es este el principio días, en los cuales Dios encerró la celebración de la Pascua"1, ha sido
fundamental de la "nueva pedagogía" indicada como fruto y meta de puesto en pleno relieve por el nuevo misal, ayudando a captar mejor
la constitución litúrgica de Pablo VI (24 de octubre de 1964) y el íntimo vínculo entre el don del Espíritu Santo, la Resurrección y
recientemente reafirmada por Juan Pablo II (Dominicae cenae, 12- la glorificación de Cristo a la diestra del Padre.
13, 1980). Según el método ejemplar de los Padres de la Iglesia, la Igualmente la celebración de la Navidad y de las primeras mani-
experiencia del misterio pasa a través del rito: para esto es necesario festaciones del Señor ha sido enriquecida con los elementos eucoló-
"que los fieles no asistan a este misterio de fe como extraños o gicos que nos recuerdan el sentido original, la manifestación del Se-
mudos espectadores, sino que, comprendiéndolo bien, por medio de ñor en la carne ("apparitio Domini in carne") como dicen san Agustín
los ritos y de las oraciones, participen en la acción sagrada y san León Magno2.
consciente, piadosa y activamente" (SC 48).
Toda esta riqueza del misal y del leccionario será tratada en cada
6. Una atenta consideración sobre la vida de nuestras comunidades tiempo litúrgico. El misal, separado pero no independiente del lec-
eclesiales demuestra que, a pesar de los evidentes progresos logrados cionario, ha venido a ser el sacramentarlo, o sea, el libro de quien
a los veinte años de la Sacrosanctum concilium, todavía es necesario preside y pronuncia las plegarias y las fórmulas sacramentales,
comprender y valorar siempre más la gran potencialidad formativa mientras el leccionario y el evangeliario recuperan su dignidad y
de la reforma litúrgica. Para esto es indispensable que los libros li- función litúrgica de libros para el anuncio de la Palabra de Dios.
túrgicos lleguen a ser por excelencia la "biblioteca" del pastor de al-
mas: punto de referencia para la elevación cualitativa de toda cele-
bración; fuente para el crecimiento en la fe y en la comunión eclesial; 1. Cf. Colecta de la misa vespertina en la vigilia del domingo de Pentecostés.
subsidio de toda la obra de evangelización; guía para la catequesis a 2. Cf. San Agustín, Sermo 192, 1: PL 38, 1011; San León Magno, Sermo en Nativilale Domini
través de las palabras y signos de la Iglesia. VI, PL 54, 213.

32 33
2. Cristo fiesta de la Iglesia
diversas celebraciones, como también en las diversas asambleas de
Capítulo II
fieles que en ellas participan, tanto cuando se evoca de nuevo en el
ciclo anual el misterio de Cristo, como cuando se celebran los sacra-
EL LECCIONARIO mentos y los sacramentales de la Iglesia, como también cuando cada
Y EL AÑO LITÚRGICO uno de los fieles responde a la íntima acción del Espíritu Santo'. En-
tonces, en efecto, la misma celebración litúrgica, que se apoya funda-
mental meme en la Palabra de Dios y de ella toma su fuerza, se con-
vierte en un nuevo evento y enriquece la palabra misma con una nue-
va interpretación. De esta manera la Iglesia sigue fielmente en la
liturgia el modo de leer y de interpretar las Sagradas Escrituras, a las
cuales recurrió Cristo mismo; por este medio, partiendo del "hoy" de
su acontecimiento, exhorta a escrutar todas las Escrituras (Cf. Le 4,
16-21; 24, 25-35.44-49)" (n. 3).
a) La Sagrada Escritura es el anuncio perenne del plan divino de
la salvación; la liturgia es la actualización ritual de ese plan. Escritura
y liturgia son, por tanto, componentes esenciales del misterio actual
Para una comprensión auténtica y profunda del año litúrgico, ante en el tiempo de la Iglesia desde Pentecostés hasta la parusía.
todo es necesario considerar el misterio de Cristo proclamado me-
diante las lecturas bíblicas de los tiempos litúrgicos tanto en los días Es importante tener presentes las características de la Palabra de
dominicales y festivos como en los días feriales. Dios en la acción litúrgica como se indican en las Premisas del
leccionario: "La Palabra de Dios no es pronunciada en la celebración
La reforma litúrgica querida por el Concilio Vaticano II ha puesto litúrgica de una manera única, ni llega con la misma eficacia al co-
en nueva luz la relación entre Sagrada Escritura y liturgia y ha enri- razón de los fieles: sin embargo, Cristo está siempre presente en su
quecido el leccionario introduciendo en la celebración eucarística la Palabra3 y El, actualizando su misterio de salvación, santifica a los
parte esencial de toda la Biblia con el criterio de la lectura semi- hombres y rinde al Padre un culto perfecto. Mejor dicho, la economía
continua. y el don de la salvación que la Palabra de Dios continuamente re-
cuerda y comunica, precisamente en la acción litúrgica logran la ple-
nitud de su significado; así la celebración litúrgica viene a ser una
1. Sagrada Escritura y liturgia
continua, plena y eficaz proclamación de la Palabra de Dios. Por tan-
Siempre se ha admitido un vínculo entre Sagrada Escritura y li-
turgia y este vínculo se explicaba con base en la tradición que se re-
montaba hasta la liturgia de la sinagoga.
2. Por tanto, un mismo e idéntico texto se puede leer y utilizar bajo diversos aspectos, y
Hoy la profundización teológica ve esta relación estrecha como también en diversas ocasiones y celebraciones del año litúrgico. Esto ha de tenerse presente en la
un vínculo esencial. homilía, en la exégesis pastoral y en la catcquesis. De los índices del Ordo lectionum missae
resulta evidente para todos el uso variado, por ejemplo, de Rni 6 y Rm 8 en los diversos tiempos
En las Premisas al leccionario1 se afirma: "Los múltiples tesoros del año litúrgico y en las diversas celebraciones de los sacramentos y sacramentales.
de la única Palabra de Dios se manifiestan admirablemente en las 3. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum coneilium, nn. 7, 33; Me 16, 19-20; Mt 28, 20; San
Agustín, Sermo 85, 1: "La boca de Cristo es el Evangelio. Reina en el cielo, pero no cesa de hablar
en la tierra"(l>L 38, 520) y del Pontifical romano-germánico: "Se lee el Evangelio en el cual Cristo
1. En 1981 fue publicada la segunda edición típica del Ordo lectionum missae con una por su propia boca habla al pueblo..., para hacer resonar el Evangelio en la Iglesia como si Cristo
introducción amplia y renovada. Véase el texto completo en Lezbnario domcnicale e festivo — mismo hablara al pueblo" (Cf. V. Vogel — R. Elze, a cura di, Le Pontifical romano-germanique
fascicolo complementare— Premesse al lezionario, Librería Ed. Vaticana, 1982; Introduzione al du dixieme siecle. Le Texte, I., Citlá del Vaticano, 1963/XCIV, 18, p. 334); "Cuando llega Cristo,
Lezionario domenicale e festivo, OR, Milano, 1984; M. Lessi-Ariosto, Parola di Dio. pane di vita es decir, el Evangelio, dejamos el báculo pastoral, porque no necesitamos un apoyo humano" (Op.
Ordinamento delle letture della messa (testo e commento), Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, cit., XCIV, 23, p. 335).
1986.

35
34
to, la Palabra de Dios, constantemente anunciada en la liturgia, es ella proclamada se esfuerzan por adherirse al 'Veibo de Dios' en-
siempre viva y eficaz (Cf. Hb 4, 12) por el poder del Espíritu Santo, carnado en Cristo, comprometiéndose a poner en práctica en su vida
y manifiesta aquel amor operante del Padre que jamás cesa de actuar lo que han celebrado en la liturgia, y, de nuevo, a transmitir en la
para con todos los hombres" (n. 4). celebración litúrgica su comportamiento cotidiano" (n. o).
La salvación contenida en el anuncio de la Escritura —compren- b) De las premisas sentadas se comprende cómo la proclamación
dido el Antiguo Testamento— es perenne, porque es Cristo mismo de la Palabra en la Iglesia, y sobre todo en la acción litúrgica, no es
(Cf. Le 24, 27-44). La liturgia cristiana es actualización ritual del sólo y ante todo una didaché, es decir, una instrucción, sino un anun-
evento real de la salvación, que es Cristo. cio eficaz de la salvación; anuncio absolutamente necesario para
La liturgia, por tanto, es a la Escritura como la "realidad" de Cris- suscitar la fe. "Toda liturgia de la Palabra es, pues, actualización de
to lo es a su "anuncio". un pasado que no es solamente el Misterio Pascual, sino también to-
do lo que fue su preparación"5.
Así como la Sagrada Escritura en todas sus fases, es siempre
"anuncio" de la salvación, así también la liturgia, en todos sus mo- La Iglesia no guarda el recuerdo psicológico de los acontecimien-
mentos, es siempre "realización" de esta salvación en el plano ritual4. tos de la salvación, sino que guarda y transmite la Palabra viva de
Dios: "Dios, quien ha hablado en el pasado, no cesa de hablar con
Por tanto, la Biblia, como Palabra de Dios escrita, entra en lo
la esposa de su Hijo amado, y el Espíritu Santo, por medio del cual
constitutivo de la liturgia. La Iglesia no puede dejar de lado este li-
la viva voz del Evangelio resuena en la Iglesia, y por medio de ésta
bro: Dios mismo se lo ha puesto en sus manos. La palabra bíblica es
en el mundo, introduce a los creyentes en la verdad plena y en ellos
comentario garantizado de los gestos litúrgicos. Es Palabra divina
hace vivir la Palabra de Cristo en toda su riqueza (Cf. Col 3, 16)"
iluminadora de lo que Dios ha hecho y también palabra de respuesta
(DV 8).
de la Iglesia reunida en el Espíritu Santo.
"En la acción litúrgica, en efecto, —se afirma en las Premisas al "Cristo está presente en su palabra, ya que El habla cuando en la
leccionario— la Iglesia responde fielmente aquel 'Amén' que Cristo, Iglesia se lee la Sagrada Escritura... En efecto, en la liturgia Dios ha-
mediador entre Dios y los hombres, pronunció una sola vez para bla a su Pueblo y también Cristo anuncia su Evangelio" (SC 7).
todos los tiempos, con la efusión de su sangre, para dar sanción Consiguientemente, el anuncio de la Palabra de Dios en la Iglesia
divina a la nueva alianza en el Espíritu Santo (Cf. 2Co 1, 20-22). Por es un verdadero acontecimiento de salvación, es un misterio en el
tanto, cuando Dios dirige su Palabra, siempre espera una respuesta, sentido profundo del término. La Palabra, cuando es pronunciada
la cual es una escucha y una adoración en 'Espíritu y en verdad' (Jn por la Iglesia con aquella misteriosa fuerza vital que le proporciona
4, 23). En efecto, es el Espíritu Santo quien hace eficaz la respuesta, Cristo, participa de la propiedad de la acción salvífica de Dios, del
de modo que lo que se escucha en la acción litúrgica se actualice "cumplirse" de toda la historia de la salvación en Cristo y en nosotros
después también en la vida, según aquel dicho: 'Sed vosotros de los (Cf. Le 4, 21; 24, 27-45).
que ponen en práctica la Palabra y no meros oyentes' (St 1, 22). La
actitud del cuerpo, los gestos y las palabras con que se expresa la La Iglesia por medio de los ciclos del año litúrgico, continúa sien-
acción litúrgica y se manifiesta la participación de los fieles, reciben do la voz de Cristo que nos introduce con el poder del Espíritu en el
su significado no sólo de la experiencia humana de donde tales for- sentido pleno de la Escritura y a realizarlo en nosotros, actuali-
mas están tomadas, sino de la Palabra de Dios y de la economía de zándolo por medio del rito sacramental.
la salvación a la cual están referidas; por consiguiente, tanto más vi-
va es la participación de los fieles en la acción litúrgica, cuanto más
profundamente los mismos fieles al escuchar la Palabra de Dios en

4. Cf. S. Marsili, IM teología áella liturgia nel Vaticano II, en A A. W . , Anamnesis, Marietti,
Torino, 1974, pp. 10-102. 5. A. Nocent, IM liturgia della parola nel quadro dell'anno litúrgico, en Kl. tyl'Xrft. |. i'U

36
tanto más se advierte también la importancia de la Palahi.i di- I >n>s;
2. Unidad de los dos Testamentos, lo que se dice de la primera puede afirmarse también de la simula,
principio hermenéutico de la Escritura en la liturgia porque la una y la otra evocan el misterio de Cristo y la una y la olía
lo perpetúan en el modo que a cada una le es propio" (n. 5).
El Misterio Pascual no es solamente el núcleo que está en el cen- Por tanto, el principio base que explica el modo como la liturgia
tro del año litúrgico, sino que toda celebración es signo de este mis- lee la Escritura es el de la unidad de los dos Testamentos, es decir,
terio, representado bajo uno u otro de sus aspectos particulares. la unidad del misterio de Cristo con la primacía del Nuevo Tes-
Bajo esta misma luz se debe mirar también el significado y la fi- tamento y de las realidades futuras escatológicas sobre la actual eco-
nalidad de la liturgia de la Palabra: especificar en toda celebración nomía sacramental de la Iglesia (Cf. DV 16).
del Misterio Pascual lo que lo ha precedido, un momento particular, El sentido completo de las realidades de que habla el Antiguo
un aspecto particular de la economía de la salvación. Testamento puede comprenderse solamente por quien las ponga en
Desde esta perspectiva se comprende también que en la cele- relación con las realidades de que habla el Nuevo Testamento y con
bración de la liturgia de la Palabra no puede faltar la lectura del las que se cumplen ya en el tiempo de la Iglesia en su vida litúrgica
Antiguo Testamento. Faltaría el punto de partida, una dimensión y extralitúrgica, en la vida ascético-mística de los cristianos.
casi necesaria a la presentación del año litúrgico en toda su variedad. Para que tenga toda su extensión el signo de la Palabra—elemento
"Para entender a Jesús es necesario saber a cuál espera corresponde tan importante, insustituible para hacernos entender el sentido del
su venida, es necesario ponerse de alguna manera en el estado de acontecimiento salvífico, su dimensión, sus aspectos particulares, su
ánimo de sus oyentes para entender la resonancia exquisitamente actualización para nosotros en el sacramento— es indispensable la
bíblica de sus palabras y de sus acciones. Estas vienen cargadas de triple lectura: del profeta (Antiguo Testamento), del apóstol (escritos
un simbolismo que, en máxima parte, se funda en el Antiguo Testa- apostólicos) y del Evangelio.
mento. Provocan, por tanto, una serie de asociaciones que actualizan
un fondo de recuerdos, de ideas, de sentimientos, de esperanzas, que Ei nuevo Leccionario festivo, compuesto de acuerdo con las dis-
constituyen el telón de fondo indispensable de la buena nueva"6. posiciones del Vaticano II, busca responder a estas exigencias. Así
la liturgia de la Palabra es celebrada poniendo de relieve los mo-
"La Iglesia —afirman las citadas Premisas al leccionario— mentos de actualización del plan de Dios: anunciado-prefigurado en
anuncia el único e idéntico misterio de Cristo cada vez que en la ce- el Antiguo Testamento; actuado en la persona de Cristo; represen-
lebración litúrgica proclama ya el Antiguo, ya el Nuevo Testamento. tado en la vida litúrgica de la Iglesia; participado y vivido por la co-
En el Antiguo Testamento está oculto el Nuevo, y en el Nuevo se munidad de los creyentes en espera del cumplimiento de la bienaven-
descubre el Antiguo7. De toda la Escritura, como de toda la celebra- turada esperanza y de la última venida de Cristo glorioso.
ción litúrgica, Cristo es el centro y la plenitud8: por tanto es necesario
que a las fuentes de la Escritura lleguen cuantos buscan la salvación Para transmitir el mensaje de la Escritura, leída durante el año li-
y la vida. Cuanto más se penetra en lo vivo de la celebración litúrgica, túrgico, los textos se profundizan en cuatro diversos niveles9:
1. El sentido de los contemporáneos, o mejor, la profundidad de
comprensión que los contemporáneos tenían de un texto bíblico.
Este sentido nos es dado por la exégesis.
6. P.M. Guillaume, Perché una ¡ettura dell 'AT, en // Lezionario del nuovo messale, Queriniana,
Brescia, 1969, p. 42. Cf. también la interesante lección de B. Maggioni, Le letture nell'economia 2. El sentido que estos textos tienen para quienes los consideran
delta celebrazioiie, en // nuovo messale, CAL, Messaggero, Padova, 1972, pp. 85-103. después de una serie de acontecimientos posteriores. Estos aconteci-
7. Cf. San Agustín en Quaestionum in Heplateuchurn líber 2,73: PL 34,623; Concilio Vatica-
no II, Del Verbum, n. 16.
8. Cf. San Jerónimo: "Si en efecto, según el apóstol Pablo, Cristo es poder de Dios y sabiduría 9. Para una profundización sobre este tema, Cf. C. Vagaggini, // senso teológico delta liturgia.
de Dios (ICo 1, 24), de la misma manera quien no conoce las Escrituras no conoce el poder de Edizioni Paoline, Roma, 1965, 4 ed., parte III, ce. XIV y XV. Aquí aparecen tratados los aspecto»
Dios y su sabiduría. La ignorancia de las Escrituras en efecto, es ignorancia de Cristo" (Comentario más importantes. * (Hay edición española en B.A.C.).
sobre el profeta Isaías, Prólogo, en PL 24, 17A); Concilio Vaticano II, Del Verbum, a. 25.
"W
38
mientos, aunque han tenido lugar mucho tiempo después, no son Este modo litúrgico de leer la Biblia es el utilizado por Cristo, por
otra cosa sino la actualización continua, orgánico-progresiva, del los apóstoles, por la primitiva catequesis cristiana, por los Padres de
plan de Dios en orden a Cristo: es la profundidad crística del Antiguo la Iglesia. Es lectura específicamente cristiana de la Escritura, que
Testamento. saca todo el sentido que ella tiene a los ojos de su autor principal.
La lectura filológica, crítica, que, por definición, busca situarse cu el
3. Puesto que Cristo nunca se ha separado de su cuerpo que es la
sentido de los contemporáneos, es legítima, útil, necesaria, pero es
Iglesia, porque su misterio debe ser participado e interiorizado por
parcial e incompleta12.
los cristianos, los textos de la Escritura tienen esta tercera profun-
didad que puede ser llamada profundidad cristiana. Este aspecto es En fin sólo la santidad de la vida, la luz interior del Espíritu Santo
de mucha importancia en la relación entre liturgia y vida espiritual. pueden dar la posibilidad de escudriñar en sus profundidades el
4. La Palabra de Dios es, por su naturaleza, escatológica, porque sentido de la palabra anunciada por la Iglesia. Las citadas Premisas
su plena riqueza será revelada solamente en la parusía: "Ahora ve- al leccionario recuerdan: "Para que la Palabra de Dios actúe real-
mos como en un espejo, de manera confusa; pero entonces veremos mente en los corazones lo que hace resonar en los oídos, es necesaria
cara a cara. Ahora conozco de modo imperfecto, pero entonces co- la acción del Espíritu Santo; bajo su inspiración y con su ayuda la
noceré perfectamente, como también yo soy conocido" (ICo 13, 12). Palabra de Dios se hace fundamento de la acción litúrgica, y norma
Es esta la profundidad escatológica de la Escritura. y sostén de toda la vida. La acción del mismo Espíritu Santo no sólo
previene, acompaña y prosigue toda la acción litúrgica, sino que le
Una regla importantísima, afirma C. Vagaggini, para la inter- sugiere a cada uno en el corazón (Cf. Jn 14, 15-17.25-26; 15, 26-16,
pretación de la Escritura, es ésta: "El conocimiento cuidadoso del 15) todo lo que en la proclamación de la Palabra de Dios se dice para
sentido que los textos bíblicos usados por la liturgia tenían para los toda la asamblea de los fieles, y mientras consolida la unidad de
contemporáneos siempre sigue siendo el presupuesto fundamental todos, favorece también la diversidad de los carismas y valora su
para entender el uso que hace de ellos la liturgia... Pero para entender múltiple acción" (n. 9).
el uso que la liturgia hace de la Biblia, también hay que afirmar no
menos resueltamente que el sentido que los contemporáneos daban,
o podían dar, a un texto bíblico, es siempre superado cuando este 3. Estructura y ordenación
texto aparece insertado en la liturgia; superado precisamente por me- de las lecturas de la misa en el año litúrgico
dio de aquella profundización que se logra poniendo el texto en rela-
Las Premisas al leccionario indican la finalidad pastoral y los
ción con las realidades ya sucedidas en la vida histórica del Redentor criterios para la estructura del Ordo lectionum missae (Cf. nn. 58-
en Palestina y con las realidades del misterio de Cristo, que se veri- 77). Es indispensable considerar en una visión orgánica de conjunto
fican de modo real y místico cada día en los fieles y sobre todo por estos criterios para una celebración fructuosa del año litúrgico. Aquí
la vía litúrgica en el período presente de la Ascensión hasta la paru- presentamos los puntos principales de las Premisas ya citadas.
sía, y, finalmente, con las realidades futuras de la escatología de la
cual ya estamos de alguna manera imbuidos"10.
Aclaramos que, cuando se habla de la superación litúrgica del a) Finalidad pastoral del Ordo
sentido del texto, esto no significa en manera alguna un vaciamiento, lectionum missae
porque el significado que el texto bíblico tenía para los contemporá-
neos permanece siempre en la base de las profundizaciones sucesivas La ordenación de las lecturas como se encuentra en el leccionario
que le da la liturgia". del Misal romano, ha sido concebida y predispuesta, en la intención
misma del Concilio Vaticano II, con una finalidad sobre todo pas-
toral...
10. Ibid., pp. 435-436.
11. Ibíd., p.434. 12. Ibíd., p. 435.

40 II
Ivn csie trabajo de reestructuración se juzgó oportuno elaborar y donde, faltando el sacerdote, el diácono u otro delegado poi • i • »II|A
prever un único Ordo lectionum missae amplio y bien dotado, que, po dirige la celebración de la Palabra de Dios16.
en plena línea con las disposiciones y orientaciones del Concilio Los pastores que quieren dar a los problemas planteados pul k\\
Vaticano II", tuviera también presentes en su estructura los usos y asambleas una respuesta que tenga en cuenta la Palabra de Dio»,
las exigencias de las Iglesias particulares y de las comunidades cele- conscientes ante todo de su deber de ser anunciadores de todo el mi»,
brantes... terio de Cristo y de su Evangelio, pueden oportunamente valerse <|r
El presente Ordo lectionum missae es, pues, una disposición de las facultades de escogencia propuestas en el Ordo lectionum mis.uir
las lecturas bíblicas que ofrece a los fieles una panorámica de toda especialmente con ocasión de misas rituales, votivas, en honor i|,.
la Palabra de Dios con base en un criterio de desarrollo armónico. santos o por diversas necesidades. Quedando en firme las normas ge-
En el curso de todo el año litúrgico, pero especialmente en los tiem- nerales, se conceden facultades particulares para las lecturas de |¡,
pos de Pascua, Cuaresma y Adviento, la escogencia de las lecturas Palabra de Dios en ia celebración de la misa para grupos particulares
y su ordenación tienen la finalidad de llevar a los fieles a darse cuen- (nn. 58-63)17.
ta gradualmente de la fe que profesan y a profundizar el conocimiento
de la historia de la salvación14. En esta forma el Ordo lectionum mis-
sae responde a la necesidad y a los votos del pueblo cristiano. b) Criterios para la estructura
Si bien la acción litúrgica no es, por sí misma, una forma parti- del Ordo lectionum missae
cular de catequesis, sin embargo tiene un criterio didáctico propio,
que aflora también en el leccionario del Misal romano15, tanto que el 1. Selección de los textos
leccionario mismo se puede considerar con derecho como un
instrumento pedagógico para incrementar la catequesis. En efecto, el La ordenación de las lecturas en el Propio del tiempo se dispuso
Ordo lectionum missae presenta, oportunamente, a través de las pá- de esta manera. Para los domingos y los días festivos se propusieron
ginas de la Sagrada Escritura, los hechos y dichos más importantes los textos más importantes, de modo que en la asamblea de los fieles
de la historia de la salvación de tal manera que esta misma historia, se puedan leer, en un conveniente espacio de tiempo, las partes más
recordada de cuando en cuando en muchos de sus momentos y en importantes de la Palabra de Dios. Para los días feriales se propone
los eventos de la liturgia de la Palabra, aparezca a los fieles como otra serie de textos de la Sagrada Escritura, a manera de complemento
algo continuado, que representa y actualiza el Misterio Pascual en la del anuncio de la salvación que se ha proclamado en los días festivos.
celebración de la Eucaristía. Sin embargo estas dos series, la dominical-festiva y la ferial, de los
textos más significativos del Ordo lectionum missae son indepen-
Otro motivo deja entender bien la utilidad pastoral de una única dientes entre sí. El Ordo lectionum missae dominical-festivo se desa-
ordenación de las lecturas para el leccionario de la misa en el rito rrolla en un trienio, en cambio el ferial, en un bienio. Leccionario
romano: todos los fieles, especialmente quienes por diversos motivos festivo y Leccionario ferial son, por tanto, en su ordenación, com-
no participan siempre de la misma asamblea, a pesar de ello en tiem- pletamente autónomos. Por lo que respecta a las demás partes del
pos y días determinados pueden escuchar las mismas lecturas y Ordo lectionum missae — celebraciones de los santos, misas rituales,
meditarlas en su aplicación a situaciones concretas, asimismo allí por diversas necesidades, votivas y de difuntos— la serie de las lec-
turas tiene un orden propio (n. 65).

13. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum conciüum, nn. 35 y 51.


14. Cf. Pablo VI, Missale romanum: "De lal manera queda presentado más claramente el
desarrollo del misterio de la salvación, a partir del mismo texto de la revelación". 16. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum concilium, n. 35,4; S. Congr. de Ritos, Instr. ínter
15. Cf. Concilio Vaticano II, Sacrosanctum conciüum, nn. 9, 33; S. Congr. de Ritos, Instruc- oecumenici, 26 septiembre 1964, nn. 37-38.
ción ínter oecumenici, 26 septiembre 1964, n. 7; Juan Pablo II, Catechesi tradendae, 16 de octubre 17. Cf. S. Congr. para el Culto Divino, Instrucción Actio pastoralis, 15 mayo de 1969, n.''¡
de 1979, n. 23. Pablo VI, Marialis cultus, 2 de febrero de 1974, n. 12.

42 I l
2. Ordenación del leccionario dominical y festivo hablamos, hasta casi querer preparar una cierta unidad temática, para
facilitar la instrucción homilética. El recurso a una unidad temática así
concebida está, en efecto, en contraposición con la concepción exacta
Las lecturas para los domingos y fiestas se ordenaron y distribu-
de la acción litúrgica, la cual es siempre celebración del misterio de
yeron con base en los siguientes criterios:
Cristo y, por su propia tradición, recurre a la Palabra de Dios no por
1. Cada misa presenta tres lecturas: la primera tomada del Antiguo fuerza de las tendencias racionales o de motivos de naturaleza contin-
Testamento; la segunda, del apóstol (es decir, o de las Cartas o del gente, sino con el preciso intento de anunciar el Evangelio y de llevar
Apocalipsis, según los diversos tiempos del año); la tercera del a los creyentes al conocimiento de toda la verdad (nn. 66-68).
Evangelio. Con esta distribución se destaca debidamente la unidad
de los dos Testamentos y de la historia de la salvación, centrada en
Cristo y en su Misterio Pascual. 3. Ordenación del leccionario ferial
2. En los domingos y fiestas se tiene una lectura de la Sagrada Para la ordenación del Leccionario ferial los criterios fueron
Escritura más abundante y también más variada por el hecho de que éstos:
en estos días se propone un ciclo trienal de modo que sólo cada tres
1. Cada misa presenta dos lecturas: la primera, tomada del Antiguo
años se vuelven a leer los mismos textos.
Testamento o del apóstol (Epístolas o Apocalipsis y en el tiempo de
3. Las lecturas de los domingos y fiestas están dispuestas con ba- Pascua de los Hechos de los apóstoles), la segunda del Evangelio.
se en dos principios: la concordancia temática y la lectura semicon- 2. Para la Cuaresma, el ciclo anual de lecturas se redactó con base
tinua. Al aplicar estos dos principios, se recurre ya al uno, ya al otro, en principios particulares, que tienen presentes las características
según los diversos tiempos del año y las características particulares propias de este tiempo, es decir, su índole bautismal y penitencial.
de cada tiempo litúrgico.
3. Para las ferias de Adviento, del tiempo de Navidad y del de
La mejor forma de concordancia temática entre las lecturas del Pascua, el ciclo es igualmente anual; las lecturas por tanto son cada
Antiguo y del Nuevo Testamento es la ya presente en la Escritura año las mismas.
misma, en cuanto que las enseñanzas y los hechos referidos en los
textos del Nuevo Testamento tienen una relación más o menos explí- 4. Para las ferias de las treinta y cuatro semanas del tiempo ordi-
cita con hechos y enseñanzas del Antiguo Testamento. Este ha sido nario, las lecturas del Evangelio están dispuestas en un ciclo único,
sobre todo el criterio que ha determinado la escogencia de los textos que se toma cada año. En cambio la primera lectura, en dos ciclos,
del Antiguo Testamento en la actual ordenación de las lecturas: los se toma en años alternos: el primer ciclo para los años impares, el
textos que concuerden con los del Nuevo Testamento proclamados segundo para los años pares. Tanto en el Leccionario ferial, como en
en la misma misa, y especialmente con el Evangelio. Otra forma de el dominical y festivo, se tienen presentes los criterios de la concor-
concordancia temática entre las lecturas de la misa es la adoptada en dancia temática y de la lectura semicontinua, especialmente en los
Adviento, Cuaresma y el tiempo de Pascua, es decir, en los tiempos tiempos que tienen características particulares (n. 69).
que tienen características enteramente particulares.
Por el contrario, los domingos del tiempo ordinario no tienen una 4. El leccionario para las celebraciones de los santos
característica particular y, por tanto, en estos domingos los textos de
la lectura del apóstol y los de la del Evangelio están dispuestos con Para las celebraciones de los santos se propone una doble serie
base en el principio de la lectura semicontinua, mientras que la lec- de lecturas:
tura del Antiguo Testamento está en concordancia temática con el 1. Primera serie: para el Propio de los santos, en las solemnidades,
Evangelio. en las fiestas o en las memorias, especialmente si para tales ocasiones
No se creyó conveniente extender a los diversos domingos el cri- existen disponibles textos propios. A veces quizás se han dado indi-
terio oportunamente adoptado en los tiempos particulares de que caciones preferenciales para algunos textos del Común, juzgados
especialmente acordes con esa determinada celebración.

44 45
2. Segunda serie: para el Común de los santos, y por tanto más
amplia que la precedente. Se han anotado en primer lugar los textos Capítulo III
más adecuados para los diversos órdenes de santos (mártires, pasto-
res, vírgenes, etc.), luego otros numerosos textos, relacionados con EL TIEMPO
la santidad en general; tales textos se pueden usar cid libitum, cuando
la escogencia de las lecturas se remite al Común. Y LA SALVACIÓN
En lo relacionado con la ordenación de los textos de esta parte,
téngase presente que están dispuestos en el orden en que se procla-
man: primero los textos del Antiguo Testamento, después los del
apóstol, a continuación los Salmos y los versículos interleccionales,
y finalmente los Evangelios. Esta disposición de los textos se ha
adoptado para reafirmar y facilitar, salvo diversas indicaciones, la
facultad de escogencia por parte del celebrante, teniendo presentes
las necesidades pastorales de la asamblea que participa en la misa
(nn. 70-71).

5. Criterios fundamentales para la escogencia El año litúrgico es celebración-actualización del misterio de Cris-
y ordenación de las lecturas to en el tiempo. Por tanto, es necesario analizar esta relación Cristo-
tiempo. El elemento fundamental, que caracteriza al hebraísmo y
Además de todos estos principios con base en los cuales se ha después al cristianismo y los distingue completamente de todas las
preparado la ordenación de las lecturas en cada parte, existen otros demás religiones está constituido por el hecho de que son esencial-
de carácter más general. mente la fe en un acontecimiento: Dios ha entrado en la historia para
Según un criterio sugerido por su importancia y apoyado por la realizar allí un plan salvífico cuya culminación es la muerte-resurrec-
tradición litúrgica, algunos libros de la Sagrada Escritura se han re- ción de Cristo. Este acontecimiento modifica radicalmente la condi-
servado para determinados tiempos litúrgicos. Se ha conservado, por ción humana y constituye una absoluta novedad.
ejemplo, la tradición, ya occidental (arnbrosiana e ibérica), ya orien- Para captar todo el alcance y el dinamismo de esta irrupción de
tal, de leer en el tiempo de Pascua los Hechos de los apóstoles. Así Dios en la historia, es necesario considerar primero el modo como
se destaca que precisamente del Misterio Pascual tiene su origen la es entendido el tiempo y la historia fuera del mundo hebreo-cristia-
vida de la Iglesia. Igualmente se conserva la tradición occidental y no. Las grandes religiones no cristianas, en efecto, afirman la existen-
oriental de leer el Evangelio de Juan en las últimas semanas de cia de un mundo eterno, opuesto al mundo del tiempo, precisamente
Cuaresma y en el tiempo Pascual. porque ignoran el hecho de que el eterno irrumpió en el tiempo, para
La lectura del libro de Isaías, especialmente en su primera parte, venir a darle consistencia y a transformarlo en historia. Después de
está asignada por la tradición al Adviento. Sin embargo, algunos pasa- esta consideración aparecerá mejor la originalidad de la concepción
jes del mismo profeta se leen en el tiempo de Navidad. A este mismo bíblica del tiempo y de la historia.
tiempo litúrgico se ha asignado la I Carta de Juan (nn. 73-74)18.
/. El tiempo cósmico
18. Para una profundización del estudio sobre la liturgia de la Palabra, Cf. Lessi-Ariosto,
Parola di Dio, pane di vita, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1986; M. Magrassi, Vivere la El tiempo es una realidad de este nuestro universo con base en la
Parola, La Scala, Noci, 1979; R. Falsini (Ed.), La Parola di Dio nella celebrazione, OR, Milano, cual se mide la duración de las cosas. Esto se realiza de un modo in-
1984; AA.VV., Aüualizzazione della Parola di Dio, Dehoniane, Bologna, 1983; C. Duchesneau,
Parola del Signore. Una guida per la celebrazione della Parola, Marietti, Cásale Monferrato, 1983. dependiente del hombre por el sucederse de los ritmos de la natura-

46 47
UV.ÍI, los cuales dan origen a los días (por la alternancia de la luz y 2. La concepción griega del tiempo
de las tinieblas) y a los años (suma de los días que emplea la Tierra
para dar una vuelta alrededor del Sol). Una medida intermedia entre En la estructura del pensamiento griego, el tiempo es una realidad
el día y el año es el mes. fija y estática, hasta el punto de que parece que haya que afirmar
El hombre primitivo vive el tiempo de un modo concreto y expe- claramente que nos encontramos frente a una desvalorización del
riencial sin hacerlo objeto de reflexión abstracta. Dentro del tiempo tiempo. En la historia es excluida la existencia de cualquier cosa
cósmico vive su existencia humana, vive su historia: es el tiempo radicalmente nueva. El helenismo no llegó a elaborar una filosofía o
histórico. una teología de la historia. La realidad y la vida son como destem-
poralizadas. El verdadero "ser" no está en el tiempo. El tiempo no
Pero, bien pronto, el hombre ve en los elementos que miden la aporta nada nuevo. En la medida en que el cosmos quiere ser real,
duración y el movimiento del tiempo cósmico (el día, los meses, las necesita sustraerlo al tiempo. Así, el hombre griego vive el mundo
estaciones) "signos" en los cuales se revela y se muestra la divinidad. esencialmente como naturaleza, no como historia. Tampoco el mito2
Estos elementos asumen un valor sagrado porque se cree que la divi- alcanza un sentido verdadero de historicidad; el mito, más bien, se
nidad actúa en el ciclo alterno de la naturaleza. Nace el calendario: convierte en un esfuerzo para exorcizar la historia, para defenderse
se establecen las fiestas, días en los cuales el ritmo de las estaciones y precaverse de ella. El rito demuestra que el hombre vive en dos
y de los meses está ligado a ritos religiosos. El hecho cósmico es planos separados. El hombre, por una parte, en el devenir, lleva una
personificado en el culto del dios-sol y de la diosa-luna; las estaciones existencia profana, pero totalmente privada de significado y de efi-
se convierten en dos divinidades: Flora (primavera) y Pomona cacia.
(recolección de los frutos); los fenómenos atmosféricos determinarán
los diversos apelativos de Júpiter con otros tantos mitos (fulminator; Por otra parte, con ocasión de ceremonias y de actos de alguna
importancia, él encuentra la realidad "verdadera" elevándose al ni-
tonitrualis; pluvius; serenator; lucetius; diespiter). "Este hecho —no-
vel del héroe atemporal, cuyos actos repite y con el cual termina por
ta el abad Marsili— está tan profundamente arraigado en la misma
confundirse. Existencialmente temporalidad y realidad se excluyen
visión religiosa que el hombre naturalmente tiene del mundo y de
recíprocamente. Ningún filósofo helénico buscó dar al tiempo atri-
sus ritmos temporales, que no desaparecerá del todo ni siquiera
butos positivos. Para Platón el tiempo es imagen móvil de la eter-
cuando la revelación le dé a la religión una respiración totalmente
distinta, ritmándola, no sobre el movimiento cósmico sino sobre las 2. Hasta una época reciente, "mito" era por definición lodo lo que se oponía a la realidad (en
intervenciones de Dios en la historia humana"1. particular a la realidad histórica).
Pero los historiadores de las religiones poco a poco han descubierto la importancia y el valor
Mucha parte de la expresión religiosa antigua es de índole de los mitos, fundamento de la vida social y de la cultura en las sociedades de tipo arcaico. Mircea
cósmico-naturalista. En estas religiones no se ve a Dios presente en Eliadc, en su volumen Mytlies, réves et mystéres, Gallimard, París, 1957, (trad. ¡tal. Mili, sogni e
misteri, Rusconi, Milano 1976, pp. 15-16), describe así el papel del mito: "...un hecho que impacla
el tiempo, sino más allá del tiempo y de la historia. súbitamente: tales sociedades creen que el mito expresa la verdad absoluta porque cuenta una
historia sagrada, es decir, una revelación transhumana que tuvo lugar en el alba del Gran tiempo,
Particularmente interesante es la concepción del tiempo en el en el tiempo sagrado de los comienzos (in illo tempore). Al ser real y sagrado, el mito se vuelve
mundo griego. Presentamos también esta concepción por el hecho de ejemplar, y por consiguiente repelible, puesto que sirve de modelo y también de justificación a
todos los actos humanos. En otros términos, un mito es una historia verdadera que ha sucedido a
que el anuncio evangélico, cuando salió de los confines del mundo los comienzos del tiempo y que sirve de modelo a los comportamientos de los hombres. Imitando
y de la cultura judía, se encontró en primer lugar con la cultura hele- los hechos ejemplares de un dios o de un héroe mítico, o simplemente contando sus aventuras, el
nista, tan diversa y, por esto mismo, con notables consecuencias en hombre de las sociedades arcaicas se aparta del tiempo profano y se une mágicamente al Gran
tiempo, al tiempo sagrado. Como se ve, se trata de un vuelco total de los valores: mienlras el
el plano de la traducción del mensaje. lenguaje corriente confunde el mito con las "fábulas", al contrario, el hombre de las sociedades
tradicionales descubre en él la única revelación válida de la realidad".
Para el mismo tema, Cf., también I. H. Dalmais, Iniziazione alia liturgia, Ldc, Torino-
1. S. Marsili, // lempo litúrgico altuazione de la storia della salvezza, en RL 2/1970, p. 210. Leumann, 1964, pp. 16-17, nota 1; A. Rizzi, Lafesta, veritá dell'uomo, en RL 2/1970. pp. 216
Cf., también: J. López Martín, L'anno litúrgico, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1987, c. I, 247; M. Eliade, Mito e realta, Rusconi, Milano, 1974; K. Hübner, La veritá del mito, l'cltriiiflll.
pp. 17-48; A.M. Triacca, Tempo e liturgia en Nuovo Dizionario di Liturgia, Edizioni Paoline, Milano, 1990.
Cinisello Balsamo, 1990,4 ed., pp. 1494-1508.
49
48
nidad; para Aristóteles, es destrucción, degeneración. La sucesión es allá, libre del tiempo y siempre accesible. Para los gi ugos —que no
una coexistencia fallida y el tiempo una privación de la eternidad. consideran el tiempo como una línea recta— el campo de acción de
La historia con su carácter de novedad no tiene cabida en tal concep- la Providencia (prónoia) no puede estar constituido por la historia
ción. Todo lo que tiene que ver con el tiempo es disminuido en su como tal, sino que está circunscrito al destino de cada individuo. La
valor y dignidad. El tiempo es envejecimiento, es pesimismo, es ca- historia no está dominada por un télos"4, es decir, por un fin, por la
racterizado como un caminar hacia la muerte, está sellado con una llegada a un término.
marca negativa y de degradación. En el plano de la reflexión especu- Estamos, como se ve, delante de un movimiento cerrado que re-
lativa respecto al tiempo, esto se debe a las formas del pensamiento fleja visiblemente la inmovilidad del mundo divino.
griego sobre la realidad; y por otra parte esta concepción del tiempo
es a su vez fuente de influjo sobre la concepción griega de Dios y En esta visión se acepta melancólicamente este eterno repetirse
del hombre que quedan fuera de la historia, separados e incomuni- de las cosas. Es significativo el título del poema que celebra al héroe
cables. griego Ulises, Nóstoi (los retomos). Su característica es la nostalgia:
el héroe, después de haber realizado un largo periplo, retorna a su
Para una parte de la mentalidad griega la historia es concebida punto de partida.
como un infinito repetirse de ciclos cerrados. Su movimiento es
semejante al movimiento regular de los astros. La ley que domina es En este modo de entender las cosas, el tiempo permanece como
la del eterno retorno, según la cual los mismos acontecimientos se algo vacío, porque no se apoya en la plenitud absoluta, y no mide la
reproducen eternamente también en los mismos ciclos cósmicos. historia real, nueva, progresiva, de una humanidad en camino.
Los griegos fueron hechizados de alguna manera por el mito del El tiempo es también algo desesperante, porque el hombre, arras-
eterno retomo, aunque no se pueda generalizar la afirmación. trado por el ciclo eterno de los astros, recomienza siempre, sin nunca
A través de la conflagración, el mundo se renueva y comienza terminar. El tiempo se vuelve entonces un espantoso absurdo: Chro-
desde el principio, repitiéndose en todos sus detalles, con las mismas nos que devora a sus hijos.
personas en las mismas condiciones y actividades. De aquí la El germinar de las religiones mistéricas, como dijimos antes, no
desconsolada conclusión de Marco Aurelio en sus Recuerdos (Vil, es sino el intento de hacer evitar al hombre la eterna fatalidad astral5.
1): "Siempre poco más o menos encontrarás las mismas cosas, de las Mircea Eliade ha puesto de relieve la rebeldía de las religiones
que están llenas las historias antiguas y las recientes, de que están primitivas contra el tiempo concreto, su nostalgia de un retorno pe-
llenas las ciudades y las casas; nada nuevo, siempre las mismas riódico al tiempo mítico de los orígenes. Es el esfuerzo por sustraerse
cosas efímeras"3. a la degradación del tiempo profano para participar en la eternidad
"Puesto que en el pensamiento griego —afirma O. Cullmann— del tiempo primordial6. La historia sagrada, en efecto, conocida en
el tiempo no es concebido como una línea continua que tiene un las religiones antiguas, es la actividad mítica de los dioses, desarrolla-
comienzo y un fin, sino como un círculo; el hecho de que el hombre da en "tiempos primordiales". Desde entonces, este arquetipo de to-
esté ligado al tiempo, es necesariamente entendido como una do el devenir del mundo se refleja y se repite, sea en los ciclos del
esclavitud y una maldición. Por esto tanta parte del pensamiento cosmos que lo renuevan a intervalos fijos, sea en los eventos histó-
filosófico griego se cansa en la resolución del problema del tiempo ricos en la medida en que se configuran a modelos inmutables, deter-
y se esfuerza por liberarse de la presión de este ciclo externo, por minados por la actividad primordial de los dioses. Para asegurar en
tanto liberarse del tiempo mismo. Los griegos no logran pensar que forma permanente la presencia de esta actividad de otro orden en el
la liberación pueda producirse a través de un acto realizado por Dios
en la historia temporal. La liberación puede consistir para ellos, sólo
en pasar de la existencia de aquí, ligada al ciclo del tiempo, a un más 4. O. Cullmann, Cristo e il tempo, II Mulino, Bologna, 1965, pp. 75-77.
5. Cf. J. Mouroux, // mislero del tempo, Morcelliana, Brescia, 1965, p. 48.
3. Cf. Enciclopedia filosófica, a cura dell'lsliluto per la collaborazione cultúrale, Venezia-
Roma, voce "Tempo", Sansoni, Firenze, 1968-1969. 6. Cf. M. Eliade, // mito dell'eterno ritorno, Borla, Torino, 1982.

50 51
seno del tiempo, el culto la reproduce en sus ritos en las épocas mar- como el movimiento impreso al hombre por la acción creadora de
cadas por los ciclos sagrados del cosmos. Dios. Dios se hace encontrar dentro del tiempo, mejor dicho, lo crea
para revelarse en él.
También las religiones de la India, de la China y de Persia tienen
una concepción cíclica del tiempo y están más concentradas en una La historia, como actuación concreta de un plan divino de salva-
sabiduría que en una historia. ción, es un movimiento irreversible. Hay un comienzo en el tiempo
y se desarrolla en modo lineal y no cíclico, hacia su plena realización,
El tiempo se encuentra así desvalorizado en relación con la que tendrá lugar al término del tiempo. Los acontecimientos no
eternidad, más bien es el obstáculo que ha de superarse para ser repiten un arquetipo primordial fijado de una vez por todas, puede
liberados. Lo importante es liberarse del tiempo cósmico trascendién- decirse más bien que, por el contrario, anuncian un arquetipo final
dolo7. (teleotipo). Así manifiestan en forma gradual e imperfecta pero real,
el fin último del designio de Dios (su éschaton), modelándose antic-
ipadamente sobre El y esbozando sus lincamientos.
3. La concepción bíblico-cristiana del tiempo
Al contrario de la mentalidad griega, para el hombre de la Biblia
La concepción bíblica de la historia en gran parte se opone diame- el tiempo y su devenir son eminentemente positivos. En otras pala-
tralmente a la antes descrita. Esta es extraña a cualquier idea de sa- bras, si el nombre pagano tiene la experiencia del mundo como natu-
cralización del tiempo cósmico, aunque subsisten algunos rasgos de raleza, el hombre de la Biblia, el profeta, tiene la experiencia del
primitivas formas de religiones naturalistas. mundo como historia. Esto proviene del hecho único y radical de la
Los hebreos parecen haber sido los primeros en contraponer a intervención de Dios en la historia. Dios entra en diálogo con el
una concepción cíclica del tiempo una concepción lineal y en valo- hombre; hace con él la historia, El mismo se convierte en historia,
rizar la historia como epifanía de Dios8. El tiempo, en la Biblia, es es decir, se compromete, sin arrepentirse nunca de ello, con el ser
humano. El profeta encuentra a Dios en la historia, en ella se siente
interpelado por Dios; la historia es para él Palabra de Dios, porque
7. En la concepción moderna del existencialismo ateo, la existencia es como un caer en la Dios, al revelarse, actúa y en el actuar se revela. Así la revelación es
nada. El mundo es un absurdo y la historia no tiene ningún sentido. El hombre al nacer se encuentra historia y la historia es revelación. En el tiempo y en la historia se
tirado en el mundo en una cierta situación y si su vida quiere asumir una verdadera y propia
existencia y autenticidad, no puede sino aceptar su suerte y actuar con la conciencia de la nada en desarrolla la vocación del hombre en la dialéctica entre el tiempo y
que todo va a terminar. El presente es vivir esta angustia, y el momento de la angustia vivida. El la eternidad.
futuro es un vivir para la muerte, sustrayéndose a todas las ilusiones del mundo. Para el marxismo,
al contrario, la historia tiene un sentido, y su gran esfuerzo consiste en descubrir este sentido de la
historia, pero la primacía no pertenece a la conciencia humana inteligente y libre, sino a los factores
económicos y sociales. Contra la impostación existencialista de Bultmann ha reaccionado tenazmente O. Cullmann
Es interesante el análisis hecho por A. Rizzi, Calegorie cullurali odíeme nell'interpretazione con su primera obra sobre la Regalitá di Cristo e la Cliiesa nel NT, (Ave, Roma, 1973), pero sobre
del lempo en AA.VV., L'anno litúrgico. Atli deüa XI Settimana di sludio dell'APLI, Marietti, todo con la obra Cristo e il lempo (Ed. 11 Mulino, Bologna, 1965). Cullmann recomienda a
Cásale Monferrato, 1983, pp. 11-22. Cf. también M. Auge, Teología dell'anno litúrgico, en Bultmann que haga menos filosofía y más historia y que sea más fiel al mensaje del Nuevo
Anamnesis, vol. 6, L'anno litúrgico, Marietti, Genova, 1988, pp. 9-34. Testamento. En la refutación, tampoco Cullmann se libra de fáciles esquematizaciones, como, por
ejemplo, "tiempo lineal" (Biblia) y "tiempo cíclico" (pensamiento griego) (Cf. B.G. Boschi,
8. En esta problemática no se olvida la posición de R. Bultmann y de O. Cullmann. Cullmann Tempo, storia e [esta nella Bibbia, en Sacra doctrina, 87/1978, p. 170). La contribución
ha reaccionado a la impostación existencialista dada por Bultmann a la relación salvación-tiempo. determinante dada por Cullmann en esta problemática es el haber recuperado el espesor y la
Para Bultmann "el elemento decisivo no es la historia del mundo ni la historia del pueblo, sino la duración de la historia (historia de la salvación) en su validez objetiva, además del hecho decisional
historia del individuo, que es llamado a la fe y que en la fe ya participa de la nueva vida, porque instantáneo del individuo; en esta historia, tiende a revalorar el "ya" obrado en la historia de Cristo
está liberado de su antigua vida, de su antiguo yo" (R. Bultmann, Credere e comprendere, y del cual Cristo tenía conciencia (Cf. O. Cullmann, Cristo e il lempo, ed. cit., p. 63). Evidentemente
Queriniana, Brescia, 1977, p. 976). La impostación, como se nota, es esencialmente individualista Cullmann, mucho más que Bultmann está cercano a la posición católica, tanto que el estudioso
y el individuo con su decisión es la única realidad que interesa a Bultmann. En efecto, para él no suizo fue invitado a participar en los trabajos del Concilio Vaticano II.
es alcanzable el evento histórico salvífico; la única cosa importante, por tanto, es la fe en el
mensaje. El comienzo del cristianismo no es el Jesús histórico, sino el Cristo predicado, el kérigma Sobre el tema del tiempo en la Biblia Cf., el número monográfico de Sacra doctrina 87/1978
pascual de los apóstoles. No olvidemos que Bultmann sigue la filosofía de Heidegger (Cf. R. con estudios de P. Boschi y P. Perani; S. De Vries, // lempo nella Bibbia, en Concilium (ed. ilal.)
Bultmann, Nuovo Testamento e mitología. II manifestó della demitizzazione, Queriniana, Brescia, 2/1981, pp. 19-39; G. F. Ravasi, Strutlure teologiclie della festa bíblica, en La Scuola Callolira
1970; Id., Gesú, Queriniana, Brescia, 1975, 2 ed.). 110 (1982) pp. 143-181.

52 \
Lo que constituye el valor del tiempo y lo hace historia es la in- Capítulo IV
tervención de Dios en el mundo y en el tiempo, su compromiso defi-
nitivo e irreversible con el hombre.
DEL EVENTO SALVIFICO
Así, el tiempo no es lo opuesto a la eternidad de Dios. Tiene un
"comienzo" y un "fin". Un arké y un télos. La representación más AL MEMORIAL LITÚRGICO
adecuada nos la da la línea, mejor todavía, una espiral: mientras en
el helenismo la representación es dada por el círculo.
La concepción de la salvación también en la predicación cristiana
primitiva es rigurosamente temporal. El Nuevo Testamento conoce
sólo la noción lineal del tiempo: ayer, hoy, mañana; cualquier inter-
pretación distinta o disolución filosófica en una metafísica le son
extraños.
"Puesto que el tiempo es concebido como una línea continua, se
hace posible el 'realizarse' progresivo y completo de un plan divino
y la meta final, situada al término de la línea misma, es un
movimiento ascensional tendiente a ella; y, en fin, el hecho central
y decisivo, Cristo, es el punto fijo que orienta toda la historia antes Las afirmaciones del Concilio Vaticano II y las consiguientes in-
y después de El. En el pensamiento bíblico, historia de la salvación dicaciones para la reforma del año litúrgico son el resultado de una
y tiempo así concebidos están destinados a encontrarse"9. Por tanto, larga historia de praxis y reflexiones. Parece indispensable, entonces,
la historia en la Biblia, y en particular en el Nuevo Testamento, está volver a las fuentes. Sin esta búsqueda se corre fácilmente el peligro
regida por las grandes decisiones creadoras de Dios; en su centro de no interpretar rectamente el sentido fundamental de la celebración
está el evento cristiano (Cristo muerto-resucitado), cuyo valor es del misterio de Cristo en el tiempo, con consecuencias no siempre
único e irrevocable; en este acontecimiento la salvación es adquirida positivas, inclusive en el campo pastoral.
"de una vez por todas" (hapax). El fin polariza de un extremo al otro De una seria profundización teológica de la temática relacionada
todo el movimiento. El tiempo no se opone a la eternidad, sino que con el año litúrgico aparece que las dificultades encontradas hoy por
es un tiempo ya cargado de eternidad; un presente en tensión hacia la pastoral no surgen tanto de las cambiadas condiciones socio-
el porvenir cuya realidad ya posee. Abrahán abandona por siempre eclesiales, sino de lo que es y debe ser el año litúrgico en la vida de
a Ür de Caldea y se pone en camino hacia la tierra que Dios le dará la Iglesia1.
(no como Ulises, quien regresa a su tierra).
A la nostalgia, la Biblia opone la esperanza y la expectativa: el
/. La unidad en Cristo del plan salvífico
paraíso no se encuentra en el punto de partida, sino en el término10.
La revelación es una economía de salvación, es decir, un plan
divino que se realiza en la historia y mediante una historia "con
eventos y palabras íntimamente conexos entre sí" (DV 2). Esta
historia tiene una dimensión esencialmente profética y escatológica:
en ella están abarcadas la existencia y la acción en una elección

9. O. Cullmann, Op. cit., p. 77. 1. Cf. F. Brovelli, Appunti di sludio sul lema deli'anno litúrgico, en AA.W., Mysterion, Ldc,
Torino-Leuraann, 1981, p. 555; del mismo autor Cf. / dati deüa tradizione piü antica. Linee di
10. Cf. M. Magrassi, Dai "mirabilia Dei" ai "sacramenta fidei", en RPL 13/1965, pp. 537- lettura e di approfondimento, en AA.W., L'anno litúrgico. Atti deüa XI setlimana di studio
551. dell'APLI, Marietti, Cásale Monferrato, 1983, pp. 47-62.

54 55
divina mediante la cual los hombres son hechos partícipes de la va tierra al final de los tiempos (Cf. Ap 21; Rm 8, I9ss.)'. I'm tan-
naturaleza divina (Cf. 2P 1, 4). El centro de esta elección divina es to, el misterio de Cristo, actualizado en el tiempo, desde la cu-ación
Cristo, el elegido de Dios (Cf. Le 9, 35). San Pablo llama al plan y desde la caída de Adán hasta la promesa de la redención y la lla-
divino de salvación, que se realiza en la historia, con el término mada de Abrahán; desde la alianza del Sinaí al anuncio de la nueva
"misterio"2. Con esta expresión él indica el eterno decreto de Dios, alianza; desde la encarnación hasta la muerte-Resurrección de Cristo
decidido antes de los siglos y escondido al mundo, pero revelado está en tensión de actualización plena hacia el momento definitivo
plenamente con la venida de Cristo, sobre todo en el evento pascual en el cual Cristo "entregará el Reino a Dios Padre, después de haber
de la muerte-Resurrección del "Señor de la gloria" (Cf. Ef 1, 2-14; reducido a la nada todo principado y toda potestad y poderío... para
Rm 16, 25-26; ICo 1, 18-25; 2, 6-8). En Pablo el término "misterio" que Dios esté todo en todos" (ICo 15, 24.28b). Así es realizado "el
comporta siempre una estrecha relación con el kerygma cristológico: designio de recapitular en Cristo todas las cosas, las del cielo y las
"Predicar a Cristo crucificado" (ICo 1, 23), "anunciar el misterio de de la tierra" (Ef 1, 10b). Cada etapa del designio salvífico no sólo
Dios" a la comunidad (Cf. ICo 2, 1); o mejor, Cristo es el "misterio prepara la siguiente, sino que en cierta manera ya la incluye como
de Dios" (Cf. Col 1, 27; 2, 2b; 4, 3b; lTm 3, 16). en un germen que se desarrolla: cada momento de su crecimiento,
desde el comienzo, contiene las potencialidades del todo.
a) El acto fundante y constitutivo de la historia de la salvación es
la predestinación de Cristo como principio y término de toda la rea- b) El misterio es considerado en su profunda unidad y totalidad,
lidad creada: "En El (el Padre) nos ha escogido antes de la creación no tan sólo en su tensión escatológica. La creación no es una premisa,
del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia en la cari- sino el primer acto de la historia de la salvación; el Antiguo Testa-
dad, predestinándonos a ser sus hijos adoptivos por obra de Jesucris- mento no es una simple preparación histórica a la encarnación del
to" (Ef 1, 4-5). "Todas las cosas han sido creadas por medio de El y Hijo de Dios, sino que ya es la economía salvífica, aunque todavía
para El... y todas subsisten en El" (Col 1, 16b-17). En este plan sal- no definitiva, que tiene por cabeza al Verbo encarnado (Cf. Jn 8, 56;
vífico, Cristo es el centro del cual todo emana y en quien todo con- ICo 10, 4). Todavía antes de que se manifestara en plena luz su mi-
verge; El es la clave de lectura de todo el proyecto divino, desde la sión histórica, Cristo estaba secretamente actuando en el curso de los
creación hasta su última manifestación gloriosa. siglos precedentes. En El y por El, Dios hablaba a Israel, lo constituía
su pueblo, anticipando el acontecimiento que habría de consumar la
Ya la creación lleva un sello crístico-trinitario: "Existe un solo salvación. El Nuevo Testamento no se diferencia como otro testa-
mundo hecho por el Padre, por medio del Hijo, en el Espíritu Santo", mento, sino como el Testamento que lleva a plenitud el Antiguo, co-
afirma san Agustín3. El universo no sólo viene del Padre por medio mo momento nuevo del único y eterno Testamento o alianza con que
de Cristo, sino que lleva también un sello de amor que lo conduce Dios se comunica a los hombres en y mediante su Cristo.
hacia Cristo. La creación, desde su comienzo, está orientada hacia
El y avanzará, a través de los tiempos, hasta su plenitud: el cuerpo En la humanidad de Jesús de Nazaret se cumplieron los misterios
de Cristo (Cf. Ef 4, 13). El centro vital e irradiador de todo es el ága- de aquella salvación que es ya nuestra salvación: "Hemos sido
pe, que culminará en el señorío pascual del Resucitado (Cf. ICo 15, introducidos en la muerte mediante el cuerpo de Cristo" (Rm 7, 4)
20-28). Desde la creación a la Pascua se manifiesta una misteriosa y, siempre en Cristo Jesús, Dios "también nos ha resucitado y nos
continuidad de oikonomía divina. De esta manera la creación pri- ha hecho sentar en el cielo" (Ef 2, 6). Todo el plan de Dios aparece
mordial, en la perspectiva cristocéntrico-pascual, progresará en el así dominado por una ley de participación y solidaridad, mediante la
orden del signo hasta la transfiguración en un cielo nuevo y una nue- cual cuanto se ha cumplido en Cristo debe cumplirse también en
nosotros (Cf. Jn 1, 16; 15, 1-11).

2. R. Penna, II "Mysterion" paollno, Paideia, Brescia, 1978. Un óptimo estudio sobre este
mismo tema inclusive desde el punto de vista litúrgico es el volumen de E. Ruffini-E. Lodi,
"Mysterion e Sacramenlum ". La sacramentalitá negli scrilti dei Padri e nei tesli liturgici primilivi,
Dehoniane, Bologna, 1987. 4. Cf. J.-M.R. Tillard, La Chiesa e i valori terrestri, en La Chiesa nel mondo di oggi,
Vallecchi, Firenze, 1966.
3. San Agustín Jo. evangelium, 20, 9: PL 35, 1561.

56 57
Por consiguiente, también el tiempo de la Iglesia se considera Esta impostación teológica es fundamental y garanti/.a la uiui.i
unido en unidad vital al tiempo de Cristo: "Del costado de Cristo riedad de todo el discurso sobre el año litúrgico y lo sustrae a inloi
dormido sobre la cruz brotó el admirable sacramento de toda la Igle- pretaciones inadecuadas para expresar la novedad bíblica del culto
sia" (SC 5). Esto significa que en el momento mismo en que Cristo cristiano. La visión del plan de Dios en la historia como salvación
lleva a término la obra de la salvación con su Misterio Pascual, en que es toda, siempre y solamente de Cristo ayer, hoy y por los siglos
aquel mismo momento nace la Iglesia, nueva Eva del nuevo Adán. (Hb 13, 8), es fundamental para comprender el significado, el valor
La salvación que se realizó en la carne de Cristo, mediante la palabra y la estructura del año litúrgico.
y los sacramentos viene a ser la salvación comunicada a todos los
hombres bien dispuestos, los cuales, precisamente por esto, vienen
a formar el cuerpo de Cristo que es la Iglesia. El misterio de Cristo 2. Del evento al memorial
es también inseparablemente el misterio de la Iglesia.
Después de haber considerado la línea histórico-temporal de los
c) En este punto queda mejor precisada la relación mencionada
eventos salvíficos en su unidad, debemos considerar la línea ritual o
antes, entre el tiempo cósmico y el tiempo de la salvación. En los
litúrgica con que la salvación, realizada por Dios en la historia, es
textos de los Padres y en los textos litúrgicos encontramos expresado
hecha presente y eficaz para los hombres de todos los tiempos y de
el hecho de que el tiempo cósmico está colocado en la base del tiem-
todos los espacios.
po humano y, por consiguiente, del tiempo mismo de la salvación.
La humanidad es llamada a actualizar la salvación, que le es comu- a) El acontecimiento histórico es único e irrepetible; se ha cumpli-
nicada por Dios mediante Cristo, en este mundo y dentro de los do de una vez por todas (Cf. Rm 6, 9; Hch 13, 34; ICo 15, 26; Hb
límites del tiempo cósmico. "El tiempo de la salvación está inserto 9, 26b-27; 10, 10.14). Pero el evento salvífico está abierto; es decir,
en el tiempo cósmico como una dimensión fundamental y su condi- debe abarcar a todos los hombres. Nosotros encontramos entonces,
ción necesaria. En otras palabras, el tiempo cósmico está involucrado por disposición divina, que la salvación realizada por Dios mediante
dentro del tiempo de salvación y dimensionado por el pensamiento el evento, será perpetuada en un memorial (en hebreo: Zikkaron). En
creador de Dios con miras a la salvación"5. Las apariencias lleva- el Antiguo Testamento los acontecimientos del Éxodo eran cele-
rían a concluir que el tiempo cósmico incluye y condiciona al tiempo brados cada año con la fiesta pascual: "Este día será para vosotros
de la salvación. Pero no es así, sino lo contrario. El tiempo de la memorial {zikkaron); lo celebraréis como fiesta del Señor" (Ex 12,
salvación, que es misterio, es decir, acción salvífica de Dios en la 14). El acontecimiento histórico en su contenido de salvación viene
historia, no está coartado por el tiempo cósmico, sino que lo domina a ser un presente salvífico personal para todas las generaciones en la
y dirige y es su medida. Existe, por tanto, "una distinción irreduc- fiesta conmemorativa: "El Señor nuestro Dios ha establecido con no-
tible y una trascendencia radical del tiempo de la salvación en rela- sotros una alianza en el Horeb. El Señor no ha establecido esta alian-
ción con el tiempo cósmico"6. za con nuestros padres, sino con nosotros, que hoy estamos aquí
todos vivos" (Dt 5, 2-3). El pasado se hace presente sobre todo en la
El tiempo de la salvación plenamente cumplido en Cristo consti-
narración litúrgica que ocupa un lugar central en el rito de la cena
tuye la originalidad de la visión cristiana de la relación entre la vida
pascual (Cf. Ex 13, 14-15). De esta manera, en el rito y mediante el
del hombre y el tiempo.
rito, la fiesta se convierte como en sacramento de la acción salvífica
El acontecimiento Cristo, con su culminación en la Pascua, hace de Dios. Quien participa en la celebración es introducido en el even-
"cumplido" el tiempo, pero no "cerrado"; por esto todo hombre que to y tiene un puesto personal en la redención llevada a cabo por
vive en la historia está llamado a ser involucrado en el evento sal- Dios7.
vi fico.

7. Cf., el importante estudio de J.-M.R. Tillard, Le memorial dans la vie de l'Egllse, en I ti


5. A. Nocent, II mistero eucarístico nel minero del lempo, en RL 4/1974, pp. 572-573. Maison-Dieu, 106/1971, pp. 24-25; Cf., igualmente M. Thurian, L'Eucarestia. Memorlalr iM
6. Ibíd., p. 573. Signore. Sacrificio di azione di graiie e d'inlercessione. Ave, Roma, 1979, 3 ed.

58 V)
La celebración del memorial, además, es anuncio profético de la Después de los grandes acontecimientos de la liberación de
futura liberación de Israel. Egipto, de la alianza en el Sinaí y de la peregrinación por el desierto,
En las oraciones pronunciadas con ocasión de la cena pascual se estas fiestas pierden su original referencia a las estaciones, dejan de
pedía a Dios que "se acordara del Mesías, hijo de David" y, después ser expresiones de un culto naturalista y asumen un significado teo-
de la destrucción de Jerusalén, la "restauración" de la promesa para lógico-salvífico (prueba de lo cual es el mismo cambio de nombre),
el final de los tiempos. La intervención escatológica de Dios, pedida y vienen a ser la celebración memorial de las intervenciones de Dios
en la liturgia pascual, debe considerarse fruto y consecuencia de la en la historia (Cf. Ex 23, 13-19; Lv 23; Dt 16, 1-17).
misma celebración pascual y ésta es como una anticipación y una c) Las celebraciones litúrgicas del Antiguo Testamento, que ha-
pregustación del estado de salvación escatológico. Isaías (30, 29) cían eficaz en el presente la realidad salvífica del acontecimiento
compara el júbilo de la fiesta pascual con la alegría de la salvación, pascual pasado, pero en referencia a lo que debía cumplirse en el fu-
fruto de la intervención escatológica del Señor (Cf., también 2Cro turo (Cf. Hb 11, 39-40), cesaron al cumplirse la salvación en Cristo.
30, 21-22; 35, 7-8 con Is 25, 6). Cuando Jesús muere en la cruz, se rasga el velo del templo (Cf. Mt
b) Todas las fiestas de Israel son una celebración memorial de las 27, 51) para indicar que aquel culto había terminado su función.
intervenciones de Dios en la historia y tienen por centro el evento "Figura" y "realidad", en efecto, no pueden coexistir. En el mismo
pascual del Éxodo: la Pascua celebra el "paso" del Señor para liberar momento, sin embargo, tiene su comienzo el culto litúrgico nuevo
a su pueblo de Egipto; la fiesta de las Semanas (Pentecostés) celebra que consiste en hacer presente la salvación plenamente realizada en
la alianza del Sinaí, que aconteció cincuenta días después de la sali- la Pascua de Cristo. Ante todo era figura y anuncio de El; después,
da de Egipto; la fiesta de las Tiendas celebra la peregrinación en el todo es signo, lleno de aquella realidad de gracia que se cumplió en
desierto, tiempo en el cual Dios "habitaba" bajo una tienda con su Cristo.
pueblo (Cf. Lv 23, 4-36; Dt 16, 1-17).
Jesús ha dado cumplimiento a los acontecimientos de la salvación
También el sábado es considerado como día que celebra la libe- del Antiguo Testamento (Cf. Me 1, 15; Hch 1, 7ss.; Rm 3, 26ss.; Hb
ración pascual del Éxodo; finalmente, además del año y la semana, 1, 2ss.; Ga 4, 4ss.; ICo 10, 11) y, al mismo tiempo, ha dado cum-
también el día adquiere entre los hebreos una referencia particular a plimiento también al significado de las fiestas memoriales de aque-
la Pascua, porque está caracterizado por el ofrecimiento de un sacri- llos eventos. En El se cumple la Escritura y con El se inaugura el
ficio cotidiano —el "sacrificio perpetuo"— entendido como memo- año del Señor, es decir, aquel hoy de la salvación definitiva que ac-
rial del día más grande de la historia de la salvación (Cf. Nm 28, 6)8. tualiza las promesas de Dios (Cf. Le 4, 16-21; Hch 13, 32-33). Es
Estas celebraciones no son una sacralización del tiempo realizada significativo el hecho de que el evento histórico y ritual de la Pascua
por el hombre, sino que son fiestas-memoriales, sacramentos de las de Cristo coincida con la celebración de la Pascua hebrea (Cf. Mt
intervenciones de Dios en la historia de Israel. Prueba de ello es el 26, 17-29; Me 14, 12-25; Le 22, 7-20; Jn 6, 4ss; 19, 31-37) y que,
hecho de que antes estas fiestas tenían un carácter agrícola- cincuenta días después, Lucas ponga en evidencia que "al cumplirse
naturalista: la Pascua era la fiesta de primavera en que los pastores los días de Pentecostés" los apóstoles "quedaron todos llenos del
nómadas inmolaban el cordero y los agricultores sedentarios ofrecían Espíritu Santo" (Cf. Hch 2, 1-4). Cuando Jesús dice: "Haced esto en
los panes ázimos; Pentecostés era la fiesta de la cosecha (Cf. Ex 23, memoria mía" (Cf. Le 22, 19; ICo 11, 23-25), mediante el rito de la
14-17; 34, 18-23); la fiesta de las Tiendas era la fiesta de la cena, inserta su Pascua en el tiempo; la realidad de la salvación se
recolección de los frutos (Cf. Ex 23, 16). perpetúa en la historia humana con el memorial eucarístico hasta su
venida gloriosa. Así tiene lugar la inserción del misterio de Cristo en
nuestra historia; el hoy de Cristo da origen al hoy cristiano de la Igle-
8. Cf. R. de Vaux, Ije ¡slituzioni deü'Antico Testamento, V parte, Marietti, Torino, 1977, 3 sia en donde la historia de la salvación, mediante la celebración litúr-
ed.; J. Daniélou, Bibbia e Liturgia, Vita e Pensiero, Milano, 1958; F. De Benedetti, IM liturgia gica, alcanza su fin último que consiste en hacer a los hombres partí-
delle fesle ebraiche come momento di espressione e di formazione dellafede del popólo ebraico, cipes de Cristo (Cf. Hb 3, 14).
in AA.VV., L'Anno litúrgico. Atti delta XI settimana di studio dell'APLI, s.c, pp. 39-46.

60 6!
El misterio escondido desde los siglos y las generaciones —dice Desde el momento en que se excluye la repetición y también la
san Pablo— ahora ha sido manifestado a sus santos, a los cuales anulación del tiempo (como si ya no hubiera diferencia entre "ahora"
Dios ha querido hacer conocer la gloriosa riqueza de este misterio, y "entonces"), evidentemente estamos delante de un tipo de presencia
a saber, Cristo en vosotros, esperanza de la gloria (Cf. Col 1, 26-27). particular que no puede ser histórica. Los Padres de la Iglesia hablan
"Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre" (Hb 13, 8). Por este de presencia in mysterio.
misterio, la salvación no sólo es realidad y evento, sino que se hace Podemos decir: no se trata de la presencia del hecho en su espesor
tal al entrar en la historia. Esta salvación en un primer momento se histórico, sino de la presencia de aquella realidad salvífica que Dios
cumple plenamente en la carne de Cristo por quien también nosotros ha querido comunicar al mundo mediante el evento. Este contenido
"hemos muerto en El" (Col 2, 12; 3, 1) y, en un segundo momento, salvífico es llamado por san León Magno virtus operis (el poder de
el evento salvífico, mediante la celebración litúrgica, es hecho la obra de la salvación).
presente en el misterio para ser participado y vivido. Santo Tomás
Cada celebración litúrgica, sobre todo la Eucaristía, pero también
dice que el poder de la Resurrección, el misterio de Cristo resucitado,
el conjunto del año litúrgico, en el cual los misterios son celebrados
"praesentialiter attingit omnia loca et témpora" (toca con su presencia
siempre mediante la Eucaristía, consiste: en hacer memoria de la sal-
todos los lugares y todos los tiempos)9. La celebración litúrgica no
vación cumplida en Cristo; en invocar al Espíritu Santo para que rea-
es sino el perpetuarse en el "hoy" ritual del "día" de la salvación.
lice en nosotros, hoy, el evento de la salvación, del cual se hace me-
Según la rica expresión de san León Magno, "lo que era visible de
moria; en alabar y glorificar a Dios, rindiéndole gracias por las mara-
nuestro Redentor, ha pasado en los ritos sacramentales" "Quod
villas obradas en la historia de la salvación y actualizadas en el rito
Redemptoris nostri conspicuum fuit, in sacramenta transivit"10. Esta
sacramental; en entrar con la fe en contacto vital con el misterio me-
presencia, mediante el ministerio apostólico, tiene como finalidad
diante ios signos con los cuales Cristo actualiza la salvación en el
"edificar el cuerpo de Cristo, para que lleguemos todos a la unidad
tiempo de la Iglesia; en abrirnos con la fe, que se hace esperanza, a
de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre
la espera de la venida gloriosa de Cristo, juez y salvador.
perfecto, en la medida que conviene a la plena madurez de Cristo"
(Ef4, 12-13). La Iglesia no vive la nostalgia del pasado histórico de su Señor,
d) ¿Cómo puede suceder esto? Hay que resolver esta antinomia sino que vive la fe en su presencia actual y dice: "Hoy Cristo ha na-
cido; ésta es la noche en que Cristo ha resucitado"; "éste es el día
que parece insoluble: la unicidad de la obra salvífica de Cristo (una
que hizo el Señor"; "hoy Cristo asciende al cielo"; "hoy tiene lugar
vez por todas, de una vez para siempre); la reviviscencia anual (lla-
Pentecostés". ¡Realidad estupenda y consoladora del misterio cristia-
mémosla así) de aquellos eventos en el hoy de la Iglesia.
no! Por medio de la celebración litúrgi ;o-sacramental somos contem-
Al intentar dar una explicación, hay que excluir dos cosas: la re- poráneos del evento salvífico.
petición (o renovación) del acontecimiento; una forma de "presencia"
que anule la distancia temporal (Cristo que muere aquí, ahora, en "Aquel día —para decirlo con san León Magno— ; ~> ha pasado
cada celebración). de tal manera que también hubiera pasado la fuerza íntima de la obra
(virtus operis) que fue realizada entonces por el Señor"". La ac-
Entonces, ¿en qué sentido el misterio está presente en la Iglesia? tuación salvífica no se detuvo en el Jesús histórico. Ella continúa en
La Biblia, como se ha visto, nos da el término de anamnesis (me- el hoy de la Iglesia y esta Iglesia hace parte de la oikonomía salvífica:
moria), en hebreo zikkaron, traducido al español como memorial. La es el signo y el instrumento de la presencia y de la acción de Cristo
teología habla de actualización, es decir, un acto con que se hace resucitado.
actual lo que de por sí pertenece al pasado.
La comunidad primitiva tenía plena conciencia de esta realidad y
se sentía envuelta en el gran designio guiado por Dios. Pablo, al
9. S.Th. III, q. 56, a. I., ad 3ura.
10. San León Magno, Discurso 2 sobre la Ascensión, 1,4: PL 54,397— 399; el texto es citado
también como segunda lectura del Oficio de lecturas en la LH, viernes de la sexta semana de
Pascua. 11. Sermón 35, 1.

62 63
anunciar a Cristo, lo enmarca en toda la vida de Israel (Cf. Hch 13, caminar el mundo hacia una etapa definitiva que debe ser alcanzada
13ss.). Cristo cumple el tiempo, pero no lo clausura. "Cristo ha progresivamente"13.
traído consigo mismo la novedad definitiva" (san Ireneo) y después f) Como todo signo litúrgico, también los ciclos y las fiestas
de El ya no habrá nada radicalmente nuevo. Se trata de ser litúrgicas tienen una cuádruple dimensión.
participantes de la radical novedad del Evangelio y de ser cada vez
más transformados por la Pascua de Cristo. 1. Dimensión rememorativa. Toda fiesta es memoria objetiva del
hecho histórico, de las acciones salvíficas de Cristo, ante todo de su
Esta es la diferencia entre "ahora" y "entonces". El anuncio que
Pasión, Muerte y Resurrección, no solamente de los cultos y de las
es la palabra decisiva del sacramento, es una nueva creación. Es pa-
santificaciones que han acontecido en el mundo después del pecado
labra que realiza lo que dice, es palabra siempre eficaz.
de Adán y antes de Cristo. El año litúrgico recapitula toda la historia
La Iglesia realiza el misterio de Cristo porque ha recibido el po- de la salvación.
der de hacerlo presente proclamándolo (Cf. ICo 11, 23-26). La Igle-
sia, en la liturgia, no hace literatura, teatro o estetismo, sino que rea- 2. Dimensión demostrativa. Toda fiesta cristiana es signo de la
liza el misterio y lo proclama: "Cada vez que se ofrece la víctima de presencia de Cristo y de sus acciones salvíficas.
la salvación, se realiza la obra de nuestra redención". 3. Dimensión moral. Toda celebración litúrgica es también un
e) De todo esto se deriva una conclusión de máxima importancia: signo moral y comprometedor, y tiene que ver con la vida del fiel
la celebración litúrgica hace alcanzar el fin último de la economía que recibe la santificación y rinde el culto a Dios. "La liturgia, en
de la salvación: la interiorización del misterio hasta el día último de efecto, impulsa a los fieles, alimentados con los sacramentos pas-
la manifestación gloriosa del Señor Jesús: "Cristo en vosotros, cuales, a vivir en perfecta unión, y exige que expresen con la vida
esperanza de la gloria" (Col 1, 27). cuanto han recibido mediante la fe" (SC 10).
El tiempo viene a ser como la "materia" de un acto sacramental 4. Dimensión profética o escatológica. La celebración litúrgica es
que transmite la salvación. "Justamente por esto —afirma Pablo anticipo, anuncio de la gloria celeste y del culto de la Jerusalén
VI— cuando celebramos el misterio del nacimiento de Cristo y su definitiva14.
manifestación en el mundo, le pedimos ser renovados en el espíritu
por medio de El, a quien exteriormente reconocemos semejante a
nosotros cuando celebramos la Pascua de Cristo; pedimos a Dios por 3. El evento Cristo, nuestra Pascua, celebración de la Iglesia
todos los que han renacido con Cristo, que mantengan en su vida el
sacramento que han recibido en la fe. En efecto —según las palabras La fiesta de la Iglesia no es una idea, sino una persona, es Cristo,
mismas del Concilio Vaticano II— la Iglesia, recordando de esta cordero pascual inmolado y glorificado: "¡Cristo, nuestra Pascua [o
manera los misterios de la redención, abre a los fieles las riquezas más bien y mejor: nuestra Pascua, Cristo], ha sido inmolado!
de las acciones salvíficas y de los méritos de su Señor, de modo que ¡Celebremos pues la fiesta no con la levadura vieja, ni con levadura
los hace como presentes a todos los tiempos, para que los fieles de malicia y perversidad, sino con ázimos de sinceridad y de verdad!"
puedan ponerse en contacto con ellos y llenarse de la gracia y de la (ICo 5, 7b-8).
salvación. Por eso mediante la revisión del año litúrgico y las normas a) El misterio de la Pascua es presentado aquí por Pablo en su
que le siguen, los fieles se comunican en la fe, en la esperanza y en dimensión de fiesta memorial que debe expresarse con una vida
la caridad, con todo el misterio de Cristo distribuido a lo largo del nueva y que encontrará en el rito eucarístico su momento más car-
año"12. gado de significado. En la muerte de Cristo se cumplió el significado
De esta manera con su actividad sacramental, que se desarrolla
en el tiempo, "la Iglesia provoca una eternización; camina y hace
13. A. Nocent, // mistero eucarístico nel mistero del lempo, en RL 4/1974, p. 563.
14. Cf. Vagaggini, // senso teológico della liturgia, Edizioni Paoline, Roma, 1965,4 ed., parte
12. "Motu proprio", Myslerii paschalis, 14 de febrero de 1969. I, c.II, n. 4.

64 65
3. Cristo fiesta de ¡a Iglesia
del cordero pascual (Cf. Jn 19, 30-37) y esta realidad salvífica defi- Este no es sacralizante —observa con razón A. Nocent— sino que
nitiva es hecha presente en el nuevo rito pascual, estructurado como constituye el punto de partida de una historia (en nuestro caso la his-
el del Antiguo Testamento. Así pues, como la Pascua de Israel era toria de la salvación) que continúa en un signo, como podría ser un
el centro del cual todo se irradiaba y daba significado a todas las día fijo. No es el día en sí mismo el que es sagrado y está en el pri-
fiestas (las celebraciones litúrgicas anuales, semanales y diarias), de mer lugar, sino que es su contenido, la realidad en El recordada y
igual manera el evento pascual de Cristo, en el cual se ha cumplido hecha presente, la que es santa. Esta realidad salvífica trasciende el
el designio divino de la salvación, constituye el centro y la realidad día en que es celebrada. "El domingo, la fiesta, la Pascua, las fiestas
de la liturgia de la Iglesia. De todos modos, todo es reconducido a estrechamente conexas con los misterios de Cristo y con los acon-
la persona de Cristo. El año litúrgico, según la sintética expresión de tecimientos de la salvación están en estrecha relación con una
la Mediator Dei de Pío XII, "es Cristo mismo que vive siempre en tipología que no es sólo un ejemplo, sino que contiene una realidad.
su Iglesia". Así el domingo es el signo de la Resurrección. El kairós16, lo repeti-
mos una vez más, encuentra significado en el airónos"11.
La importancia de este hecho es fundamental. La Iglesia con su
culto no celebra ideas, no hace un tratado abstracto de Dios y de En la Iglesia primitiva todo día es festivo porque todo día se
Cristo, sino que celebra el evento Cristo que recapitula en sí mismo, celebra la Eucaristía. Según algunos'8, desde el siglo IV, la men-
sobre todo en su Pascua, toda la historia de la salvación. La fiesta de talidad de la Iglesia habría sido influenciada por tendencias sa-
la Iglesia es Cristo en su misterio. Las celebraciones por así decir cralizantes y paganizantes. Ciertamente deberá tenerse en cuenta una
"ideológicas" de aspectos del misterio cristiano son menos propias dialéctica entre el tiempo cronológico y el tempus acceptabile
y han de ser reconducidas a la visión auténtica de la liturgia. {kairós) (Cf. 2Co 6, 2). No podemos ser prisioneros del chronos,
sino que debemos vivir en el kairós bíblico.
Aún más, se ponen en discusión las celebraciones llamadas "de
temas" (como por ejemplo la paz, la caridad, la unidad, etc.). Pueden Sin embargo, ha de subrayarse que la Iglesia primitiva celebraba
constituir una verdadera y propia deformación, si se pierde la con- el domingo o el sábado en la tarde, y después, un domingo como día
ciencia de que la liturgia está, por su naturaleza, en relación con el de Pascua, cuando todos los cristianos trabajaban. Esto sucedió hasta
•acontecimiento Cristo y es actualización del misterio de Cristo. fines del siglo IV. La Iglesia, pues, no ha considerado el día como
cosa sagrada en sí misma, sino como un signo para entrar en contacto
b) En la escogencia de un día para las celebraciones deberá dis-
tinguirse evidentemente el elemento "institucional" que podría ser
"sacralizante", y el elemento "signo" con su contenido tipológico15. Se da el sentido típico cuando una realidad bíblica (hecho o persona) nos habla, por divina
inspiración, de otra realidad (hecho o persona). Por consiguiente el sentido típico exige ante todo,
15. El término "tipología" tiene origen en pasajes del Nuevo Testamento (Rm 5, 14; 1P 3, que un hagiógra/o haya presentado con palabras inspiradas alguna realidad (hecho, persona,
21); Adán, figura (tipo) de Cristo; Bautismo antitipo del diluvio (Cf. también ICo 10, 11). La institución, el enunciado de algún precepto). La realidad allí expresada por tales palabras inspiradas
tipología es la ciencia que se dedica a conocer la analogía de los "magnalia Dei" en los diversos (no las palabras inspiradas), debía expresar también, por disposición de Dios, autor principal, otra
niveles de la historia de la salvación. Prácticamente es el estudio de la correspondencia entre el realidad más.
Antiguo y el Nuevo Testamento. 16. Kairós. Es el nuevo eón, o sea, el tiempo de la salvación, la ocasión ofrecida por Dios para
La tipología es distinta de las formas de la alegoría por dos motivos: 1) Porque se sitúa en el la opción decisiva, la plenitud de los tiempos en Cristo.
nivel de la historia; se apoya en la unidad del plan de Dios y percibe la correspondencia entre los Por tanto, Eón, en sentido bíblico, significa un período de tiempo, una época del mundo, de
diversos momentos (no es el simbolismo platónico que ve las cosas visibles como símbolo de las la historia. Así se pueden distinguir los diversos eones de la historia del mundo, según su valor en
realidades invisibles, partiendo, no de la historia, sino del cosmos); 2) porque loma un momento la perspectiva de la historia de la salvación. Se habla así de eón antiguo y nuevo, malo y bueno.
real, escrito en los eventos mismos. No es un significado de la Escritura, sino uri significado de El carácter definitivo del eón en el cual se llevará a término la salvación lo une al concepto de
los acontecimientos narrados por la Escritura. (Tampoco aquí se trata de la alegoría platónica, la eternidad.
cual es fenómeno literario, donde la realidad del hecho no tiene importancia, y la analogía es Chronos es el nombre pagano y divinizado dado al tiempo (Cf. lo dicho sobre el tiempo en el
ficticia). capítulo III: El tiempo y la salvación).
La tipología no nace con los Padres de la Iglesia ni tampoco con el Nuevo Testamento. Ella 17. A. Nocent, arl. cil., pp. 570-571.
está inscrita en la estructura misma de la economía de la salvación, poique capta y expresa una
ley fundamental suya: el carácter orgánico que la orienta progresivamente hacia un término y una 18. Cf. L. Maldonado, Secolarízzazione delta liturgia, Edizioni Paoline, Roma, 1972. Cf. c.
prefiguración de los eventos definitivos. La primera coincide con el Antiguo Testamento. IX del presente volumen: El domingo día de fiesta y de reposo.

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éstos son "signos de un acontecimiento" (hecho perennemente exis-
con el tiempo de la salvación. Este tiempo, para la Iglesia, continúa
tente). Por esto, a propósito del Nuevo Testamento, se debe hablar
el tempus acceptabile; el chronos era el signo que permitía llegar al
de "signo-realidad"19.
kairós.
b) En este punto aclararemos la relación entre Palabra y sacra-
mento.
4. La dimensión sacramental del plan salvífico La Palabra de Dios, por todo lo que se ha dicho hasta ahora, no
va separada del mundo sacramental: "Nec Verbum sine sacramento,
El "misterio", o sea la revelación de Dios en la historia y a través nec sacramentum sine Verbo", decían los Padres.
de una historia de salvación, como lo hallamos descrito e interpretado
en la Escritura, tiene una dimensión sacramental. "Palabra y sacramento constituyen la Iglesia; mejor todavía: el
mandato de la predicación de la Palabra de Dios y de su Cristo y el
Esto quiere decir que Dios, invisible y trascendente, se ha mani-
mandato de celebrar los sacramentos para los hombres son dos man-
festado a través de acontecimientos que culminaron en el aconteci-
datos fundamentales de la Iglesia, constitutivos de su esencia"20.
miento Cristo, sobre todo en su Muerte y Resurrrección, y que estos
acontecimientos en su significado de presencia y acción divina, han La predicación —téngase presente— no se limita al anuncio de
sido explicados a través de la palabra del profeta interiormente ilu- la revelación acontecida del plan salvífico cumplido en Cristo, sino
minado por Dios. Cristo es al mismo tiempo el acontecimiento y el que ella misma hace parte del evento que constituye el misterio y del
profeta del acontecimiento. cumplimiento de la revelación. La economía del misterio, a saber,
"hacer brillar a los ojos de todos cuál es el cumplimiento del misterio
a) En Cristo todo se ha cumplido (Cf. Jn 19, 30), pero por otra
escondido desde siglos en la mente de Dios, creador del universo,
parte, todo se debe cumplir.
para que sea manifestada ahora en el cielo, por medio de la Iglesia"
Aquí es preciso subrayar el modo como la acción salvífica de (Ef 3, 9-10) y llegue la actualización, decidida por Dios, de su plan
Dios en Cristo quiere también alcanzarnos en el tiempo de la Iglesia: de salvación, implica esta misma economía como encargo apostólico
— no sólo en forma interior e individual, sin excluir la im- (Cf. Ef 3, 2; Col 1, 25). En la predicación de la Palabra de Dios con-
plicación personal de todo hombre y la acción interior del Espíritu, fiada al apóstol como diácono de la Iglesia y ministro de Cristo (Cf.
propia de la nueva alianza (Cf. Jr 31, 33); ICo 4, 1), el apóstol completa el misterio de Cristo "escondido des-
de siglos y generaciones, pero ahora manifestado a sus santos" (Col
— no sólo por medio de la fe, sino de manera histórico-sacra- 1, 24).
mental, es decir, a través de una palabra proclamada y los signos
eficaces que actualizan la obra de salvación proclamada por la Empero, la evangelizadón no es fin en sí misma; ella tiende al
Palabra (Cf. SC 6). Ya el Concilio de Trento había afirmado que por sacramento, no sólo en el sentido de que lo precede, sino también en
medio de los sacramentos comienza, se aumenta, o en caso de haber- el sentido de que la Palabra entra en el constitutivo mismo del sacra-
se perdido, es reparada toda verdadera justificación cristiana: "Omnis mento y en éste alcanza toda su plenitud de anuncio— actualización.
vera iustitia christiana vel incipit, vel augetur, vel amissa reparatur" San Agustín, hablando del agua bautismal en su tratado sobre san
(Cf. Denz. 846). El tiempo de la Iglesia es precisamente el tiempo Juan (80, 3, PL 35, 1840), afirma: "Accedit verbum ad elementum
en que, mediante la acción del Espíritu Santo, se cumple en nosotros etfit sacramentum etiam ipsum tamquam vis ib He verbum [...] Mun-
la plenitud de gracia, que está en Cristo, de modo histérico- dano igitur nequáquam fluxo et labili tribueretur elemento, nisi ad-
sacramental. deretur: in verbo". (Si a este elemento, el agua, se une la Palabra,
Los "signos del Antiguo Testamento", acontecimientos y ritos, se
referían a una "real promesa" mientras que los "signos del Nuevo
Testamento" se refieren a una "realización de la misma promesa". 19. Sobre este tema Cf., ios fascículos para uso privado de los estudiante de S. Marsili, /
Aquéllos eran "signos de un porvenir" (futuro todavía no existente), segni del Mislero di Cristo, CLV, Roma, 1987.
20. K. Rahner, Saggi sui sacrameiui e sull'escalologia, Edizioni Paoline, Roma, 1965, p. 111.

68 69
se forma el sacramento que es, a su vez, como una palabra visible. obra de la salvación confiada a El por el Padre (Cf. Jn 5, 36; 17, 4).
No se podría ciertamente atribuir la virtud de purificar a un elemento Por esto El, quien representa al Padre (Cf. Jn 14, 9), por el hecho
tan fluido y lábil, como es precisamente el agua, si a ella no se uniera mismo de su presencia y con la manifestación de sí mismo, con los
la Palabra). milagros, y especialmente con su Muerte y su Resurrección de entre
los muertos, y finalmente con el envío del Espíritu Santo, lleva a cabo
El sacramento contiene de modo inseparable el anuncio y su ac- y completa la revelación y la corrobora con el testimonio divino, a
tualización. Palabra y sacramento hacen actual y operante, en toda saber, de que Dios está con nosotros para liberarnos de las tinieblas
su eficacia, la obra de la redención cumplida por Cristo. Palabra y del pecado y de la muerte, y nos resucita para la vida eterna" (DV 4).
sacramento forman un todo único y deben, por tanto, ser consi-
derados como dos aspectos y dos fases de un único proceso salvífico La Iglesia, "que es en Cristo como un sacramento" (LG 1), "por
(Cf. Mt 28, 19; SC 6). Aunque la proclamación de la Palabra tiene una no débil analogía es comparada con el misterio del Verbo
una eficacia intrínseca propia (Cf. Is 55, 10-11; Jn 5, 24; lTs 2, 13), encarnado. En efecto, como la naturaleza asumida está al servicio del
sin embargo ella no puede entenderse como un modo paralelo a la Verbo divino como organismo viviente de salvación a El indisolu-
celebración del sacramento para vivir la fe en Cristo. Por consi- blemente unido, de manera semejante el organismo social de la Igle-
guiente, no podemos limitarnos a la sola Palabra o al solo sacra- sia está al servicio del Espíritu de Cristo que lo vivifica por medio
mento, por cuanto ambos tienen una eficacia propia. En la fe católica del crecimiento de su cuerpo (Cf. Ef 4, 16)" (LG 8). Por tanto la Igle-
no se puede separar lo que Dios mismo ha querido unir21. sia considerada como sacramento, es la misma gracia divina hecha
visible, y, como el Verbo encarnado, está estructurada de manera
"Palabra y sacramento, pues, están la una junto al otro como un
teándrica, es decir, a un mismo tiempo humana y divina, visible pero
auténtico doble elemento que coordina sus múltiples funciones vita-
dotada de realidades invisibles (Cf. SC 2); así la Iglesia, analógi-
les; todo aquello que la Iglesia realiza con la vida que le viene o deri-
camente, es también la palabra de Cristo hecha audible a los hombres
va de Cristo, está verdaderamente contenido en este binomio"22.
de hoy.
El tema de la relación entre Palabra y sacramento está muy vivo Cristo siempre presente en la Iglesia (Cf. SC 7), está presente y
hoy y la teología está profundizando esta relación. actúa en su Palabra anunciada en la Iglesia y por medio de la Iglesia
En Jesús, sacramento primordial u original del encuentro con ("es El quien habla cuando en la Iglesia se lee la Sagrada Escritura"
Dios, la Palabra tenía una eficacia única. Jesucristo, Hijo de Dios, es SC 7), en el modo típico y propio de la Palabra: invita a la fe, la sus-
el Verbo a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo (Cf. Jn cita y la profundiza. El contacto con la persona y el misterio de Cris-
10, 36). La Constitución dogmática De i verbum del Concilio Va- to tiene lugar siempre en el Espíritu Santo a través de las Escrituras,
ticano II da precisión a esta dimensión sacramental de la Palabra en entendidas en la tradición viva de la Iglesia. Cristo, presente de ma-
Cristo: nera eficaz en los sacramentos, actúa de un modo que supone ya la
"Jesucristo, en efecto, Verbo hecho carne, enviado como hombre fe y nos injerta en su misterio.
a los hombres, 'habla palabras de Dios' (Jn 3, 34) y lleva a cabo la La Palabra precede a la fe, el sacramento le sigue a ella (Cf. SC
7, 9, 59).
La Palabra suscita aquella fe que permite un contacto más
21. Cí. CEI, Evangelizzazione e sacramenü, 12 de julio de 1973, H parte, nn. 26-51. En esle profundo del misterio en el sacramento, es decir, en cierto modo crea
documento se hace nolar oportunamente que "la unidad 'bipolar' entre Palabra y sacramento nunca
ha sido olvidada por la Iglesia en su largo camino, aunque sufrió alguna atenuación en la el espacio vital en donde actúa el sacramento como plenitud de la
controversia entre protestantes y católicos. Mientras en el campo protestante se puso el acento en Palabra.
forma casi unilateral en la Palabra de Dios, en el campo católico, como reacción, se vino a
subrayar con fuerza el valor de los sacramentos. De esta manera se favoreció, tanto en el campo La Iglesia expresa esta verdad cuando nos hace cantar en la an-
teológico como en el pastoral, la tendencia a poner en mayor evidencia el rito sacramental frente tífona de la comunión, un versículo del texto del Evangelio
a la Palabra, y por lo mismo, en la práctica pastoral, la administración de los sacramentos frente
a la evangelización" (n. 29). proclamado en la liturgia de la Palabra: el Evangelio se realiza en
22. O. Semmelroth, // ministero sacerdotale, Edizioni Paoline, Roma, 1964, p. 184.
nosotros en la plenitud de su eficacia cuando, en la fe, participamos

70 71
en la Eucaristía. "Por tanto, siempre se ha de tener presente que la Capítulo V
Palabra de Dios leída y anunciada por la Iglesia en la liturgia, lleva
en cierto modo, como a su fin propio, al sacrificio de la alianza y al EL "MISTERIO"
banquete de la gracia, es decir, a la Eucaristía"23.
c) En síntesis tenemos este cuadro:
Y LOS "MISTERIOS" DE CRISTO
En el centro está la Eucaristía con la presencia real-sustancial de
Cristo y de su acto sacrificial del cual todo parte y al cual todo tien-
de; es el sacramento tipo: el Santísimo Sacramento.
Alrededor de este fogón, los otros seis sacramentos: actos de
Cristo en forma eclesial, todos convergentes hacia la Eucaristía y al
mismo tiempo derivan de ella su fuerza.
Luego: el Verbum Dei en el que se irradia la acción de Cristo
realmente, no sustancialmente presente. Siguen de manera más ex-
terna, los demás sacramentales, que son ciertamente acción sacer-
dotal de Cristo. Y en forma más amplia, la acción de Dios fuera del
mundo sacramental. El año litúrgico no celebra el misterio de Cristo en forma genérica,
Todo esto para decirnos que la gracia de Cristo nunca nos alcanza sino que lo celebra en sus diversos momentos y episodios que son
sólo espiritualmente en nuestro mundo interior, sino también sensi- llamados "misterios". Por tanto hemos de detenernos en este aspecto.
blemente por medio de los signos sacramentales. Se ha puesto ya en evidencia el hecho de que el plan de la salvación
tiene por cabeza a Cristo y está todo dominado por la ley de la sacra-
mentalidad. Dios trascendente e invisible actúa concretamente en la
historia para la salvación de los hombres a través de signos visibles:
eventos que luego se perpetúan en su contenido salvífico en ritos
memoriales.

1. Cristo es el "misterio"

Cuando en la historia aparece Jesús de Nazaret, tenemos el signo


máximo de la manifestación de Dios. En Cristo, dice Pablo, habita
corporalmente toda la plenitud de la divinidad (Col 2, 9). El sentido
de la palabra "plenitud" —comenta la Biblia de Jerusalén— es pre-
cisado por el adverbio "corporalmente" y por el genitivo "de la divi-
nidad": en Cristo resucitado se recapitula todo el mundo divino, al
cual pertenece con su ser preexistente y glorificado, y todo el mundo
creado, que ha asumido directamente (la humanidad) o indirecta-
mente (el cosmos) con su Encarnación y su Resurrección; en suma,
toda la plenitud del ser. Por tanto, Cristo es el primero y fundamental
23. Ordo lectionum missae, Editio altera, Librería Ed. Vaticana, 1981, "Praenotanda", c. I, n. signo-realidad del Nuevo Testamento. Sobre El ha puesto su sello
10. Véase el texto italiano en M. Lessi-Ariosto, Parola di Dio, pane di vita, Edizioni Paoline,
Cinisello Balsamo, 1986. el Padre" (Jn 6, 27); El, por consiguiente, es el signo de Dios y de

72 73
su presencia en medio de los hombres (Cf. Jn 1, 1-2.14). El valor de 2. Los "misterios" en el "misterio" de Cristo
signo propio de Cristo es expresado repetidamente por Pablo cuando
habla de Cristo como misterio para indicar que en El se hace presente Las acciones de Jesús tienen también ellas como consecuencia,
y se revela el designio eterno del amor de Dios que quiere que sean un valor salvífico sacramental; ya que manifiestan que El, mediante
salvos todos los hombres (Cf. Col 1, 26-27; Ef 3, 3-4.9). toda la expresión de su humanidad, trae la salvación.
La humanidad del Verbo hace de El el "Cristo", es decir, el "con- Los actos salvíficos de Jesús son por tanto "misterios" o "sa-
sagrado" por excelencia con la plenitud del Espíritu Santo; al mismo cramentos" porque su voluntad de salvación y su amor humano son
tiempo El es el "signo" de Dios, la imagen de Dios invisible (Col 1, la fuerza de salvación de Dios mismo en forma humana, son el don
15), "irradiación de la gloria del Padre, impronta de su sustancia" de Dios en una manifestación humana, visible; producen, por tanto,
(Hb 1, 3); por consiguiente, "quien ve a Jesús, ve al Padre" (Cf. Jn lo que significan.
14, 9). Más allá de lo que los ojos pueden ver y los oídos oír, las ma- Por tanto, la humanidad de Jesús en su visibilidad y en sus accio-
nos tocar, la fe descubre y reconoce al Verbo de la vida. San Ireneo, nes sensibles tenía precisamente esta función "sacramental": revelar,
con una expresión sintética, casi intraducibie, dice: "Invisibile etenim hacer presente y por tanto sensible la realidad divina que quería
Filii Pater, visibile autem Patris Filius" 1 . Parafraseando puede comunicar a través de su contacto (Cf. Le 6, 18; 8, 42-46). Por eso,
traducirse: la realidad invisible que se veía en el Hijo era el Padre y cuando Jesús da la vida o la salud a los cuerpos quiere hacer entender
la realidad visible en la cual se veía al Padre era el Hijo. que realiza un hecho análogo en la esfera de lo invisible. Por ejemplo:
La humanidad de Cristo es el quicio de la salvación según la Jesús multiplica los panes y afirma que El es el pan vivo, el verdadero
lapidaria expresión de Tertuliano: "Caro salutis est cardo"2. Esta es (Jn 6); Jesús cura al ciego de nacimiento y afirma que es El la luz
querida por Dios como el instrumento en el y mediante el cual se del mundo, la luz verdadera (Jn 1, 9); Jesús resucita a Lázaro y
lleva a cabo nuestra salvación. "Uno sólo es Dios y uno sólo es el proclama que El mismo es la Resurrección y la vida (Jn 11). Preci-
mediador entre Dios y los hombres, un hombre, Cristo Jesús" (lTm samente por esto Juan llama los milagros "signos" (sacramentos) que
2, 5). Por eso santo Tomás pudo llamar "instrumentum coniunctum manifiestan la acción invisible de la Divinidad y suscitan la fe (Cf.
Divinitati" a la humanidad del Verbo encarnado, instrumento inme- J n 2 , 11).
diatamente unido (unión hipostática) con la Divinidad3, a través de Los diversos momentos, episodios y actos de la vida de Cristo
la cual Dios quería nuestra salvación. Esta visión teológica es de son llamados misterios porque tienen lugar en el "misterio", en la
fundamental importancia para la comprensión y la participación en humanidad misma de Cristo, y también porque cada uno de ellos
la liturgia con la consiguiente espiritualidad litúrgica. La humanidad tiene su propia fisonomía y un valor salvífico propio en la manifes-
de Cristo no es considerada tanto como lo que se ve y se debe con- tación del "misterio". Los "misterios" constituyen orientaciones
templar para nuestra edificación e imitación moral (aunque, evi- determinadas y determinantes de la vida y de la misión redentora de
dentemente esto no se debe excluir), ¿ino que es considerada ante Cristo.
todo como el lugar teológico y el instrumento siempre en acto de
nuestra salvación. Estamos en el tema fundamental de la mediación Los actos de la vida de Jesús reciben toda su eficacia del Misterio
universal y permanente de Cristo, la cual constituye la originalidad Pascual, pero éste depende de los misterios precedentes. No habría
típica del cristianismo. tenido lugar la Muerte-Resurrección sin la Encarnación, la vida
oculta, la opción mesiánica del siervo sufriente; pero todo esto recibe
plenitud de luz y de significado en el acontecimiento pascual4. El
Concilio Vaticano II afirma que Jesucristo, "viendo al cual se ve al
1. San Ireneo, Adversus haereses, IV, 6, 6, PG 7/1989. Padre (Cf. Jn 14, 9), con el mismo hecho de su presencia y con la
2. Tertuliano, De resurreclione carnis, 8, PL 2, 806.
3. S. Th., III, q, 62, a.5, c. Sobre la función sacramental de la humanidad de Cristo Cf. E.
Schillebeeckx, Cristo, sacramento dell'incontro con Dio, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo,
1987, 9 ed. 4. Ver tratado del Misterio Pascual en la tercera parte.

74 75
manifestación de sí mismo, con los milagros, y especialmente con 3. Los misterios de Cristo en la historia de la teología
su Muerte y su Resurrección de entre los muertos, y finalmente con
el envío del Espíritu Santo, lleva a cabo y completa la revelación y Pasando del dato bíblico a la reflexión teológica, encontramos a los
la corrobora con el testimonio divino de que Dios está con nosotros Padres de la Iglesia que desarrollan su teología en el ámbito de la vi-
para liberarnos de las tinieblas del pecado y de la muerte, y resu- sión oikonómica del plan de la salvación. San Agustín en el De vera
citamos para la vida eterna" (DV 4). religione (7, 13) habla de la "Historia dispensationis temporalis divi-
La fe en Cristo, en el caso del Nuevo Testamento, y no sólo en nae providentiae pro salute generis humani" (la historia de la econo-
el del Antiguo Testamento, está expresada como fe en una serie de mía en el tiempo de la divina Providencia para la salvación del género
acontecimientos mediante los cuales Cristo ha realizado nuestra sal- humano), que ilustrará después ampliamente en el De civitate Dei.
vación. Grillmeier hace notar que "con la celebración de las fiestas cristia-
Este credo cristológico, como lo encontramos en estado fluido en nas y la elaboración del año litúrgico con su ciclo de Navidad
el Nuevo Testamento, en los umbrales de la era sub-apostólica, se (Epifanía), Pascua y Pentecostés, y con la fijación del "día del
consolida en un modelo bien definido que reúne los principales Señor" (como recurrencia de la Pascua), los misterios de Cristo al-
eventos mencionados en las fórmulas bíblicas: Pasión y Muerte bajo canzaron un puesto definitivo en la vida de la Iglesia"7.
Poncio Pilato, Resurrección y Ascensión. a) En los primeros siglos se destaca una estrechísima y fecunda
Lo que caracteriza la evolución del credo cristológico en el in- unidad entre vida litúrgica, catequesis, profundización ascética y re-
terior del Nuevo Testamento no es tanto la ampliación cuantitativa, flexión teológica. Biblia-liturgia-vida forman un trinomio insepara-
sino la dimensión salvífica, expresada por el "upér emón" y por el ble en la profunda visión oikonómico-salvífica ofrecida por la Escri-
"di emás" (pro nobis, propter nos), que junto con otras fórmulas si- tura. En particular en los Padres encontramos vivo el sentido de la
milares como "propter delicta nostra", "propter justificationem", actualización de los misterios de la salvación a través de la celebra-
"pro peccatis nostris", constituyen el hilo conductor que califica ción litúrgica. Pero ya en este período la dificultad de integrar la vi-
, todo el esquema5. sión histórico-salvífica con la cultura helenística da origen gradual-
mente a un paso que ya no pone en el centro de la atención el acon-
O. Cullmann observa: "El Nuevo Testamento no nos describe el tecimiento histórico de Cristo iluminado y dominado por la Pascua,
ser de aquel que está en el seno del Padre mediante una explicación sino la Encarnación considerada en relación con la preexistencia del
de su naturaleza, sino mediante la iniciación del Hijo en el cono- Verbo. Las categorías usadas son las estáticas: la asunción de una
cimiento integral del Padre, en función de su plan de salvación. Esto naturaleza humana, la persona del Verbo, etc. Los acontecimientos
significa que afirma el ser divino y la personalidad divina del Verbo de la vida de Jesús se convierten en "pruebas" de su humanidad o de
explicándolos únicamente mediante la función divina absolutamente su divinidad.
única en que ellos se manifiestan y como es expresada en títulos
como Verbo, Kyrios, etc. Esto prueba que el Nuevo Testamento, aun Se aleja así de aquella visión cristológica que ve la Encarnación
presuponiendo el ser divino y la persona divina de Cristo preexis- como el comienzo de una historia que tiende a cumplirse en la
tente, no los considera desde el punto de vista de su origen y natura- Pascua de Muerte-Resurrección. El mismo símbolo niceno-constanti-
leza, sino desde el de su manifestación en la historia de la salvación"6. nopolitano, aunque sigue recordando los misterios de la vida de
Cristo, lo hará después de haber precisado la igualdad de la naturaleza
del Padre y del Hijo. Por otra parte, estos primeros concilios ecu-
ménicos tuvieron que precisar el dato de la fe con categorías filosó-
ficas.
5. Cf. O. Cullmann, Cristologia del Nuovo Testamento, II Mulino, Bologna, 1970.
6. Respuesta de O. Cullmann al canónigo G. Bavaud, en Choisir, Ginebra, n. 9-10, julio-
agosto 1960, p. 21, col. b. Citado por Y.— M.-J. Congar, en el vol. Teología contemporánea. 7. A. Grillmeier, Considerazione storica sui misten de Gesú in genérale, en Mysteriu'm
Borla, Torino, 1969, p. 108, nota 21. salutis, vol. 6, Queriniana, Brescia, 1971, p. 18.

76 77
Cuando entró luego el concepto griego de "misterios", o mejor el su naturaleza y de considerar lo que "conviene" o "no conviene" a
concepto gnóstico-neoplatónico, en la teología alejandrina como la humanidad o a la divinidad del Salvador. Es significativo el hecho
"misterios" se entendieron las "verdades" de la religión cristiana. de que en la Summa Theologiae de santo Tomás, el tratado de la en-
En la Iglesia de los siglos siguientes a veces es llamado "misterio" carnación del Verbo (S.Th. III, q. 1-26) aparece separado, así sea co-
mo sistematización, del tratado de los misterios de la vida de Cristo
sin más el dogma, o sea, la "verdad" en cuanto, como tal, nunca po-
(q. 27-59).
dría ser comprendida por la inteligencia, ni siquiera del creyente y
que sería profanarlo el ponerlo en discusión y más directamente su Desde hace siglos, sobre todo después de los grandes escolásticos,
contestación por parte de los herejes. la teología ha sido formulada en términos de ontología, dedicada a
Este modo de entender las cosas ha sido el comienzo de una contemplar y definir el in-sé de Dios y de Cristo. "Quizás la mayor
tendencia que ha considerado el "misterio" separado del "kerygma". desgracia acaecida al catolicismo moderno —afirma Congar— es el
San Pablo por el contrario, y la mejor expresión patrística ligaron es- haberse transformado en teoría y catequesis atentas al in-sé de Dios
trechamente el uno a la otra8. y de la religión, sin lograr llegar nunca al momento para el hombre
presente allf'10. No siempre se ha buscado mediante la investigación
Pero la tendencia se fue consolidando gradualmente hasta ver se- teológica el servir a la vida de los hombres, y a las instancias pastora-
paradamente las "verdades" que hay que creer para la salvación, y les de la Iglesia.
los "sacramentos" como medios de la gracia, desarraigados de la
gran visión oikonómica de la revelación, de la visión plena del c) Una vez rota la síntesis cristológica unitaria de la visión oikonó-
"misterio". mico-salvífica, la temática de los "misterios de Cristo" desapareció
de la cristologia y vino a ser patrimonio exclusivo de la piedad y de
b) En el Medioevo la piedad y la vida espiritual, sobre todo en la la devoción. Pero, en esta perspectiva, los "misterios de Cristo" ya
tradición benedictina y en la reflexión teológica monástica, siempre no fueron considerados en su valor de "misterios de salvación", sino
tuvieron presentes los misterios de Cristo "mysteria humilitatis como episodios edificantes para imitar a Cristo en su pobreza, humil-
Christi'"'; pero ya la liturgia no era la escuela vital de la vida cristiana dad, sufrimientos, etc.
• a causa de la imposibilidad de comprenderla y participar en ella de
parte del pueblo. El movimiento franciscano en particular, consi- La pérdida de categorías teológicas en la interpretación de la cele-
guientemente, alimenta la piedad popular hacia el Cristo pobre del bración litúrgica —observa Berger— condujo necesariamente, en la
Evangelio, destacando los misterios de la infancia y de la Pasión del época medieval, a configurar el año litúrgico como una serie de
Señor. Por otra parte la teología sistemática se pone decididamente "ejemplos" para imitar o de "representaciones" de hechos históricos
en la línea de una deshistorización cada vez más acentuada; la espe- de la vida de Cristo para ser propuestos al pueblo cristiano".
culación teológica pierde definitivamente su vinculación con la vida Justamente K. Rahner, antes del Concilio Vaticano II, lamentaba la
histórica de Jesús y se concentra en el examen de la "estructura" hu- falta de trabajos teológicos sobre este tema que no fueran sólo
mano-divina del Verbo encarnado con la preocupación de precisar literatura edificante12. Aun en algunos de aquellos que habían redes-

10. Y. M.-J. Congar, Teología contemporánea. Situazioni e compíli, Borla, Torino, 1969, p.
8. Para este aspecto ver el interesante estudio de R. Cantalamessa, Dal Cristo del Nuovo 122.
Testamento al Cristo delta Chlesa: tentativo di interpretazione della cristologia putristica, en 11. Cf. B.D. Berger, /.e árame liturgique de Paques. Lilurgie et lliéatre (Theologie historique),
AA.W., II problema cristologico oggi, Citadella, Assisi, 1973, pp. 143-197; M. Serenthá, París, 1976, cit. de F. Brovelli, Appunti di studío sul tema dell'anno litúrgico, en Mysterion, Ldc,
Cristologia patrística: per una precisazione dell'attuale "status quaestionis", en La Scuola Torino-Leuniann, 1981, p. 549.
Callolica, 1/1978, pp. 3-36; del mismo autor Cf. / misleri di Cristo, en Dt'zionarío teológico ínter- 12. Cf. K. Rahner, Saggi teologici, Edizioni Paoline, Roma, 1965, p. 69. "¿Dónde están —se
disciplinare, Suppplemento, Marietti, Torino, 1978, pp. 9-24. Un interesante y profundo estudio pregunta Rahner— los trabajos teológicos sobre los misterios de la vida de Cristo? Un grueso
que toca muchos aspectos de nuestro tema fue escrito por el P. M.-J. Le Guillou, // trastero del volumen en francés y español sobre la Ascensión del Señor ignora totalmente las cuestiones que
Padre, Jaca Book, Milano, 1979, Cf. particularmente el c. I de la parte tercera.
están más allá de la crítica textual y de la apologética histórica de este evento. El Díctionnaire de
9. Cf. I. Biffi, Aspelli deü'imitazione di Cristo nella letteratura monástica del sec. XII, en La theologie calholique, a pesar de su volumen, olvidó un artículo sobre este tema. En la teología
Scuola Callolica, 96/1968, pp. 451-490. actual se percibe en demasía la falta de una reflexión a fondo sobre la esencia y el significado de

78 79
cubierto felizmente la perspectiva litúrgica cristológico-trinitaria intuyó que, para comprender el sentido verdadero de la liturgia, no
como por ejemplo dom C. Marmion en su obra clásica Cristo en sus había que quedarse en el plano de algunos principios teológicos,
misterios13, publicada en 1919, faltaba la dimensión del "hoy" del ofrecidos por la escolástica y tendientes a precisar la especificidad
misterio de la salvación. Marmion, en efecto, considera los misterios del culto cristiano, sino que había que volver a las fuentes litúrgicas
de Cristo todavía en un plano, por así decir, estático, atemporal y y a los Padres de la Iglesia. En su indagación descubrió entonces las
moral aunque continuamente repite que los misterios de Cristo son expresiones típicas de misterio y de sacramento. Era el tiempo de las
nuestros porque El los ha vivido para nosotros y contienen por tanto polémicas sobre la derivación o dependencia del misterio-sacramento
una gracia y una enseñanza especial. cristiano de la "religión de los misterios". El vio en esta expresión
d) Entretanto los estudios positivos, sobre todo en el campo bíbli- religiosa de los misterios, además de las profundas analogías, una
co, patrístico y litúrgico, estaban subrayando que la revelación acon- providencial "praeparatio evangélica". O. Casel juzgó que la Iglesia
teció esencialmente en el marco de una historia y es esencialmente primitiva había logrado presentar, mediante el lenguaje mistérico,
oikonómica o funcional. En otros términos, es una revelación de- bien conocido en el mundo pagano, la realidad evangélica nueva que
limitada por la relación con nuestra salvación y que se ha cumplido se actualizaba en sus sacramentos14.
en y mediante una historia. La revelación, de la cual el Antiguo y el A pesar de las dificultades, las incomprensiones y las polémicas,
Nuevo Testamento son el memorial y la interpretación infalible ga- Casel fue presentando, aunque nunca en forma sistemática, lo que
rantizada por Dios, no se presenta ni como un código moral ni como consideraba, no una teología litúrgica suya, sino lo que constituía la
una metafísica, algunos de cuyos enunciados hubieran sido propor- tradición viva de la Iglesia expresada en los textos litúrgicos y en los
cionados a nosotros por Dios, reservándose El su demostración. Al escritos de los Padres. Aquí la liturgia aparece presentada como el
contrario, la Escritura nos presenta la revelación como historia de lo "misterio cultual de Cristo y de la Iglesia", por tanto, según la inter-
que Dios ha hecho, interviniendo en la vida de los hombres, con el pretación de Casel, como "objetiva presencia de la acción salvífica
fin de actualizar en ella un designio de gracia. de Cristo"15. La liturgia, por tanto, no es sino la revelación, la pre-
Esto significa que también la teología debe hablar de los misterios sencia y la actualización del designio salvífico de Dios en la huma-
de Dios de tal manera que, unida a una profunda percepción de lo nidad de Cristo. En la forma del culto cristiano continúa el evento
que son en sí mismos, presente una explicación vital de lo que son que fue propio de la carne de Cristo para la salvación de los hombres.
para nosotros: unir la antropología para Dios, a la teología para el La liturgia no se realiza en el plano de la especulación intelectual, ni
hombre, según la feliz expresión de A. Haeschel.
14. R. Cantalamessa en su volumen IM Pasqua della nostra salvezza, Marietti, Turín, 1971,
Finalmente, nótese que una de las recuperaciones más decisivas se propone refutar esta perspectiva de O. Casel y, con base en el texto de Lucas 24, 27, dice
expresamente: "Hay un resultado que espero sobre todo de este modo de acercarse a la Pascua
de parte de la teología en este último siglo ha sido la de la escatología, cristiana que consiste en comenzar desde Moisés y de todos los profetas: mostrar la derivación
entendida no sólo como último capítulo de una teología "estática", esencial de la Pascua cristiana respecto de la Pascua judía del Antiguo Testamento, la continuidad
sino como aspecto dinámico determinante del mismo sentido de lo vital entre ambas. Esto con el fin de restablecer la justa perspectiva gravemente turbada por ¡a
tesis de O. Casel de la "semejanza entre el paganismo de la época baja y la celebración cristiana
que se desarrolla en la historia. de la Pascua" (O. Casel, Laféte de Paques dans l'Eglise des Peres, Lex orandi 37, París, 1963, p.
e) Una particular atención se ha de prestar al aporte ofrecido por 118). Una tesis que, no obstante todas las cautelas, termina por explicar la Pascua más a la luz de
los cultos mistéricos paganos que no a la de la Pascua bíblica y judía" (p. 8). El subrayado es
la teología de los "misterios" de parte del monje benedictino del nuestro.
monasterio renano de María Laach, dom Odo Casel (1886-1948). El 15. Cf. O. Casel, // mistero del culto cristiano, Borla, Turín, 1966. Toda la obra debe estudiarse
atentamente. En esta problemática se han de excluir dos posiciones: ante todo la de pensar en una
repetición. Si Cristo repitiese hoy lo que hizo en su vida mortal, no lo habría hecho "de una vez
por todas" como afirma la Escritura. También se excluye un tipo de presencia que anulara la
los misterios de la vida de Cristo; la teología dogmática actual se interesa sólo por la Encarnación,
distancia temporal como parece insinuar con ciertas expresiones Odo Casel en su Teología de los
la fundación de la Iglesia, la doctrina de Jesús, la última cena y su Muerte. En la apologética se
misterios. Según esta explicación parecería que lo que Cristo hizo históricamente, tratándose de
trata también de la Resurrección desde el punto de vista de la teología fundamental. Todos los
acciones salvíficas, fuera re-producido o representado en la liturgia. En términos concretos: la
demás misterios de la vida de Cristo existen no ya en dogmática, sino en ¡a literatura edificante".
Muerte de Cristo, por ejemplo, estaría presente precisamente en su individualidad numérica, en el
13. Ed. Marietü, Torino, 1959. signo eucarístico, aunque evidentemente en forma supratemporal. La presencia del evento salvífico

80 81
tiene por objeto suyo contemplar en Dios considerado en sí mismo, Cristo que se cumplieron en un determinado momento histórico. Kl
sino que es la actualización, mediante símbolos e imágenes, de las misterio no quita a estas acciones nada de su realidad concreta, sino
acciones salvíficas del Redentor. Los sacramentos, en esta visión, que sólo pone de relieve su íntima unión con la divinidad, las explica
son verdaderas y propias intervenciones del misterio de Cristo en el como parte del plan salvífico de Dios, escondido en Dios desde toda
hombre. la eternidad, manifestado después en la historia, y sin embargo, des-
tinado a encontrar su cumplimiento en la eternidad. A través de
El año litúrgico no es sino la explicitación y la síntesis del único Cristo-hombre llegar a Cristo-Dios"17.
Misterio Pascual, por tanto es un todo unitario, y se desarrolló en la
Iglesia no a fin de conducirnos a la imitación de Cristo por medio
de la meditación de sus acciones y de sus virtudes, sino que es el 4. Los misterios de Cristo
mismo misterio de Cristo actualizado y celebrado sacramentalmente
en la enseñanza del Magisterio de la Iglesia
para hacerlo nuestro y vivirlo. "En el año litúrgico —afirma Casel—
debemos vivir esta vida de Cristo Señor, este camino imponente,
desde el seno de la Virgen, de la gruta de Belén hasta el trono de la El primer documento del Magisterio que trata el tema de la
divina majestad en lo alto de los cielos, este misterio. Se trata de liturgia en todos sus elementos es la encíclica Mediator Dei de Pío
celebrar y de hacer nuestras estas grandes realidades de la salvación, XII, de 1947'8. En este documento pontificio encontramos, respecto
no simplemente de contemplar e imitar con el sentimiento la vida al tema que nos ocupa aquí ("los misterios de Cristo" y el año
terrena del Señor en sus detalles. Esto podría hacerlo también un no litúrgico), algunas afirmaciones de gran importancia:
bautizado, mientras que nosotros, cristianos y católicos estamos "Durante todo el curso del año la celebración del sacrificio euca-
llamados a celebrar el misterio de Cristo"^. El año litúrgico no es rísüco y el Oficio divino se desarrollan sobre todo en torno a la per-
un modo psicológico de tomar contacto con los hechos de la vida de sona de Jesucristo; y se organizan de un modo tan conforme y con-
Cristo, considerados bajo el aspecto de pura dimensión histórica hu- veniente, que nos hacen conocer a nuestro Salvador en sus misterios
mana, sino que es un modo "sacramental" de encontrarnos con los de humillación, de redención y de triunfo. Evocando de nuevo estos
"misterios de Cristo", es decir, con sus acciones que revelan y actua- misterios de Jesucristo, la sagrada liturgia busca hacer participar en
lizan el plan de la salvación. "Sólo así —dice Casel— el misterio ellos a todos los creyentes de modo que la divina Cabeza del cuerpo
nos descubre el significado auténtico de las acciones salvíficas de místico viva en la plenitud de su santidad en cada uno de sus
miembros...
Por eso el año litúrgico que la piedad de la Iglesia alimenta y
en la liturgia no puede ser entendida de modo que se resulte aboliendo el carácter temporal de la acompaña, no es una fría e inerte representación de hechos que per-
historia de la salvación. El evento cristiano es un hecho situado en un punto preciso de la historia tenecen al pasado, o una simple y desnuda re-evocación de realidades
y el présenle de la Iglesia está ligado a este pasado. También la realización futura en la parusía
gloriosa de Cristo al final de los tiempos es un futuro real. El hoy de la Iglesia está ligado a aquel de otros tiempos. Es, ante todo, Cristo mismo, que vive siempre en
futuro. Para expresar la presencia del misterio, el lenguaje de la fe usa dos términos: el de su Iglesia y que prosigue el camino de inmensa misericordia por El
anamnesis o memorial que encontramos en la Biblia (zikkaron, Cf. Ex 12, 14) y el de actuali- iniciado por piadoso designio en esta vida mortal, cuando pasó ha-
zación, usado por la teología. La anamnesis es una "memoria" que hace presente la cosa recordada;
la actualización es el acto con que se hace "actual" lo que de por sí pertenece al pasado. Puesto ciendo el bien a fin de poner a las almas humanas en contacto con
que se excluye la "repetición", y se excluye también la anulación del tiempo de tal forma que se sus misterios y hacerlas vivir por medio de ellos; misterios que están
excluya la diferencia entre el entonces y el ahora, es necesario que se trate de un tipo particular perennemente presentes y actuantes".
de presencia, que no puede ser histórica y que es llamada mistérica. No es el hecho en su correr
histórico lo que se hace presente, sino el contenido salvítico de los hechos, lo que san León Magno
llama "virtus operis". De todos modos queda excluido el que se trate de un simple procedimiento
psicológico, por el cual la liturgia reproduciría el hecho con una especie de mimo, una repre-
sentación sagrada para hacerlo revivir en el recuerdo. Se caería en un psicologismo que vaciaría
completamente la actualidad de misterio (Cf. M. Magrassi, Cristo ieri, oggi, sempre. La pedagogía 17. Ibfd., p. 114. Cf. también B. Neunheuser, La "celebrazione litúrgica" nella prospelliva di
delta Chiesa-madre nell'anno litúrgico. Ecuménica Editrice, Bari, 1978, pp. 10-11). O. Casel, en RL 2/1970, pp. 248-256.
16. O. Casel, Op. cit., p. 113. 18. AAS 39(1947), pp. 577-583.

82 K}
a) La encíclica de Pío XII salió en los años en que se estaba espíritu. Por tanto, puede decirse que todo el año litúrgico es un
afirmando con notable influencia la teología del año litúrgico. Frente magnífico himno de alabanza que la familia cristiana dirige al Padre
a las afirmaciones antes citadas, algunos pensaron encontrar confir- celestial por medio de Jesucristo, su eterno mediador; pero exige de
mada la doctrina caseliana de los misterios, de la cual hemos hablado, nosotros también un estudio diligente y bien ordenado para conocer
es decir, de una "presencia" activa de los misterios de Cristo en la y alabar siempre más a nuestro Redentor; un esfuerzo intenso y efi-
celebración litúrgica. Al contrario, esta interpretación fue expresa- caz, un incansable adiestramiento para imitar sus misterios, para en-
mente negada por una carta del Santo Oficio dirigida al arzobispo de trar voluntariamente en el camino de sus dolores, y para participar
Salzburgo19, con lo cual se precisaba que las palabras de la encíclica finalmente en su gloria y en su eterna bienaventuranza" (MD III).
"misterios perennemente presentes y operantes" no confirman la b) Fue necesario llegar al Concilio Vaticano II y a su constitución
opinión de O. Casel según las cuales en el año litúrgico los misterios sobre la liturgia Sacrosanctum concilium para ver superada en cierto
están presentes en un plano de realidad (si bien, no histórica, entonces modo la posición de la Mediator Dei. Aunque el texto de la SC (nn.
místico-sacramental). Al contrario, el verdadero sentido de la en- 102-104) se resiente de la enseñanza precedente de Pío XII, sin em-
cíclica debe buscarse en todo su contexto, el cual habla de una pre- bargo se advierte una adquisición nueva.
sencia "como enseña la doctrina católica", es decir, de una presencia Ante todo no se olvida el enfoque general que el Concilio dio al
como ejemplos de virtud y como fuentes de gracia por los méritos y concepto de liturgia, pasando de la categoría "culto" a la categoría
las oraciones de Cristo20. "historia de la salvación" de la cual es actuación la liturgia (Cf. SC
Por otra parte la encíclica, aunque contiene expresiones en la lí- nn. 5-7). En ella, en efecto, "especialmente en el divino sacrificio
nea ontológica, abunda en expresiones que ponen claramente su con- de la Eucaristía, se actualiza la obra de nuestra redención" (SC 2) y
tenido en la línea ejemplar-moral, es decir, los misterios considerados "para realizar una obra tan grande, Cristo está siempre presente en
como ejemplos de virtudes; más bien la encíclica expresa una explí- su Iglesia, de modo especial en las acciones litúrgicas" (Ibíd. 7).
cita reserva sobre la otra impostación, al afirmar que "los misterios Cuando la constitución habla del año litúrgico en el capítulo V (nn.
de Cristo están perennemente presentes y operantes no en la forma 102-104), se advierte, sin embargo, un lenguaje no siempre homo-
incierta y nebulosa de que hablan algunos escritores recientes, sino géneo. En efecto, encontramos las expresiones "sacra recordatione
porque, como nos enseña la doctrina católica y según la sentencia de celebrare" (celebrar con sagrado recuerdo); "memoriam habet
los doctores de la Iglesia, son ejemplos ilustres de perfección cristia- resurrectionis Domini" (hace memoria de la Resurrección del
na y fuente de gracia divina por los méritos y la intercesión del Re- Señor); "recordando de esta manera (ita recolens) los misterios de
dentor; y porque perduran en nosotros con su efecto, y cada uno de la redención, ella abre a los fieles la riqueza de las acciones salvíficas
ellos es, en la forma acorde con su propia índole, la causa de nuestra y de los méritos de su Señor {divitias virtutum atque meritorum
salvación". Domini), de tal manera que se hagan presentes en todo tiempo (adeo
ut omni tempore quodammodo praesentia reddantur), para que los
Por eso, "conforme a estos modos y motivos con los cuales la fieles puedan ponerse en contacto con ellas y ser llenos de la gracia
liturgia propone a nuestra meditación en tiempos fijos la vida de de la salvación".
Jesucristo, la Iglesia nos muestra los ejemplos que debemos imitar y
los tesoros de santidad que hacemos nuestros, porque es necesario Sin embargo, en este texto, como bien puede apreciarse, no pre-
creer con el espíritu lo que se canta con la boca y traducir en la valece la línea de los misterios de Cristo, considerados sólo como
práctica de las costumbres privadas y públicas lo que se cree con el "ejemplos", sino que prevalece la apelación a la virtus y a los méritos
de Cristo con los cuales los fieles se ponen en contacto actual por la
19. El abad de Beuron, B. Reetz escribió en el Klerusblatt de Salzburgo en abril de 1948 que
"presencia de los misterios de la redención" mediante la celebración
la encíclica, al hablar de "misterios perennemente presentes y operantes" en el año litúrgico, memorial. Las expresiones, evidentemente, consideran la humanidad
entraba en la idea de la "presencia mistérica" (Mysteriengegenwart) expresada por Casel. Estas de Cristo como instrumento único y permanente mediante el cual se
afirmaciones fueron desmentidas por la citada carta del Santo Oficio. nos comunica la vida divina y remiten implícitamente a los textos
20. Cf. A. Bugnini, Documenta pontificia ad ¡nstaurationem ¡iturgicam, vol. I, Edizioni evangélicos en los cuales se dice que "toda la turba buscaba tocar a
liturgiche, Roma, 1953, pp. 167ss.

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Jesús, porque de El salía una fuerza que sanaba a todos" (Le 6, 19; El retorno de la celebración de los misterios de la salvación en el
Cf. también Me 5, 25-34). circulus anni no debe por esto sugerir la idea de un círculo cerrado,
La constitución, con el quodammodo respecto a la presencia de de una repetición cíclica según la visión pagana del mito del eterno
los misterios de Cristo, intenta evidentemente dejar libre a la teología retorno. La historia de la salvación, actualizada para nosotros sobre
para buscar la explicación sobre los modos de esta presencia. Sin todo en las celebraciones litúrgicas, es un cumplimiento en nosotros,
embargo, tal afirmación es de gran valor orientador. es un movimiento abierto y ascensional "hasta que lleguemos todos
a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado
c) La perspectiva ofrecida por el Concilio nos considera actual- de hombre perfecto, en la medida que conviene a la plena madurez
mente inmersos en el misterio de Cristo sobre todo mediante la cele- de Cristo" (Ef 4, 13). La Iglesia celebra cada año todo el misterio de
bración litúrgica. No existe solamente una historia salvífica pasada,
Cristo desde la Encarnación y la Natividad hasta la Ascensión y el
ya cumplida, de cuyos frutos goza hoy la Iglesia, a saber, los méritos
día de Pentecostés, no para "repetir" sino para "crecer", para que
del Señor; por el contrario, existe una historia cumplida toda en
Cristo cumpla siempre más en su cuerpo, que es la Iglesia, en cada
Cristo, pero no clausurada, la cual nos alcanza y nos abarca mediante
la liturgia. El tiempo de la Iglesia y, en la Iglesia, el evento litúrgico- hombre, en todo el mundo su salvación, en la espera de la feliz espe-
sacramental constituyen el "hoy" de Dios en Cristo por la interio- ranza y de su venida gloriosa. Cada año el Adviento, la Navidad, la
rización del plan salvífico. Pascua, Pentecostés, no son realidades sólo repetidas sacramental-
mente, sino realidades siempre nuevas y siempre más profundamente
Por esto, el cristianismo no debe considerarse la religión de la realizadas, es decir, acogidas y vividas.
repetición, sino de la novedad perennemente presente. Por la fe
d) En este punto es posible formular como una síntesis de todo el
cristiana el ephápax2' es fundamental. Los actos de la creación y de misterio del año litúrgico. Esta puede expresarse en forma unitaria y
la redención no se repiten. Esto constituye el fundamento de la teo- dinámica con las palabras de Jesús: "He salido del Padre y he venido al
logía sacramentaría: cada celebración, en la repetición inserta en el mundo; ahora dejo nuevamente el mundo y voy al Padre" (Jn 16, 28).
tiempo, incluye en su acto la eternidad del acto salvífico de Cristo.
Se repite sacramentalmente, in mysterio, lo que no se repetitey no se Un doble movimiento parece así caracterizar el conjunto del de-
puede repetir. sarrollo del año litúrgico:
1. El movimiento de salida (la kénosis o katábasis de los Padres)
En la conciencia de fe de la presencia de Cristo y de sus misterios en el cual se celebra el misterio del Verbo que se hace carne en
en la liturgia, la Iglesia llega a su "hoy" gozoso: "Hoy ha nacido condición de siervo, obediente hasta la muerte de cruz.
Cristo", "hoy Cristo ha resucitado", "hoy Cristo ha subido al cielo",
"hoy se cumplen los días de Pentecostés". 2. El movimiento de ascensión (la anábasis) en el cual se celebra
la Resurrección y la glorificación de Cristo a la derecha del Padre de
El tiempo litúrgico no es sino un momento del gran año de la re- donde envía el Espíritu sobre la Iglesia y sobre el mundo.
dención inaugurado por Cristo (Cf. Le 4, 19-21) y cada año litúrgico
es un punto de la línea recta temporal propia de la historia de la sal- El centro en que los dos movimientos se tocan y se invierten está
vación. El tiempo en cierto modo se convierte en la "materia" de un constituido por la gran Vigilia pascual. Ella constituye el corazón de
todo el año litúrgico.
acto sacramental que transmite la salvación.
Naturalmente —hace notar el P. Visentin, que elabora esta
El hombre se realiza en el tiempo "como hombre" y, "como síntesis— no hay que recalcar demasiado la materialidad de estas
hombre salvado en Cristo", es insertado en un "año del Señor" para imágenes, que pueden sin embargo servir para dar una idea unitaria
el cual la vida cristiana se vuelve un "crecer en todo hacia El, que y global del año litúrgico, resaltando con toda su centralidad el eje
es la cabeza, Cristo" (Ef 4, 15). de la Vigilia pascual, donde los dos movimientos se tocan y se
21. Ephápax: palabra griega que significa "una sola vez", "una vez por todas" y es empleada invierten y toda la historia salvífica, como su celebración litúrgica,
para indicar el carácter absolutamente único de la realidad y de los acontecimientos de Cristo, en encuentra su núcleo esencial que genera todo el resto22.
orden a la economía de la salvación. Unicidad absoluta y universal validez ligada a ella, no
excluyen, sino más bien exigen su ritualización en otros momentos de la historia, precisamente 22. Cf. P. Visentin, Cristo nel lempo. Sloria dell 'auno litúrgico, en Cristo ¡eri, oggi e sempre.
mediante el rito memorial. L'anno litúrgico e la sua spiritualita, Cal, Ecuménica Editrice, Barí, 1979, p. 54.

86 87
o) El Concilio Vaticano II ha afirmado que la perspectiva oikonó- 1947; constitución sobre la liturgia Sacrosanctum concilium del
mica de la presencia activa de los misterios de Cristo en la Iglesia y Concilio Vaticano II, n. 7; encíclica Mysterium fidei de Pablo Vi
sobre todo en las acciones litúrgicas es de suma importancia para la 1965, nn. 17-20).
formación teológica y espiritual de los futuros presbíteros. El asunto Sobre esta problemática el teólogo español Olegario González De
es tenido presente y recalcado continuamente sobre todo a los que Cardenal en su artículo concluía planteando estas preguntas: "¿Cuál
tienen la responsabilidad de la enseñanza teológica. es esta tierra que queda por revolver a los cristólogos contempo-
En efecto, el Concilio enseña: "La sagrada liturgia, en los semi- ráneos para que su cristología llegue a aquellos estratos de la con-
narios y en los estudiantados religiosos, ha de contarse entre las ma- ciencia creyente en donde nace la posibilidad, pero también la nece-
terias necesarias y más importantes; y en las facultades teológicas, sidad, de celebrar la fe? ¿Cómo vive, dónde se alimenta y cómo es
entre las materias principales, y ha de enseñarse bajo el aspecto tanto accesible, no sólo el "contenido", la doctrina o el signo que ha sido
teológico e histórico como el espiritual, pastoral y jurídico. Además, Jesús?, pero, ¿dónde vive y cómo se alimenta el Cristo viviente, si
los profesores de las demás materias, sobre todo de la teología es verdad que vive? ¿Cuál es el tipo de presencia específica que El
dogmática, de la Sagrada Escritura, de la teología espiritual y tiene en la palabra proclamada, en la comunidad reunida, en la Euca-
pastoral, tengan el cuidado de destacar, según las exigencias ristía celebrada? ¿Cómo se relacionan y se coordinan entre sí estas
intrínsecas de cada disciplina, el misterio de Cristo y la historia de tres presencias?23.
la salvación, de modo que aparezca clara su conexión con la liturgia La teología sobre este punto está en gran parte por hacer. Hasta
y la unidad de la formación sacerdotal" (SC 16). el Vaticano II la reflexión teológica se concentró casi únicamente en
"En la reorganización de los estudios eclesiásticos téngase la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Presentamos aquí la sín-
cuidado ante todo de disponer mejor las diversas disciplinas tesis de D. Sartore24.
teológicas y filosóficas y de hacerlas converger concordemente a la a) Todo el discurso debe pensarse en clave de teología bíblica, a
progresiva apertura de la mente de los alumnos hacia el misterio de la luz de la categoría de la "anamnesis", en perspectiva pneumatoló-
Cristo, el cual compenetra toda la historia del género humano, actúa gica y trinitaria25.
• continuamente en la Iglesia y obra principalmente a través del
ministerio sacerdotal" (OT 14). b) La orientación prevalente en la cristología contemporánea se
mueve del olim del Cristo histórico, al nunc de la Iglesia, mientras
En la enseñanza de la teología dogmática "enséñese a recono- en los textos del Magisterio de que hemos partido se sostiene la
cerlos [los misterios de la salvación] presentes y actuantes siempre orientación del nunc de la Iglesia.
en las acciones litúrgicas y en toda la vida de la Iglesia" (OT 16).
La primera impostación es, en cierto sentido, más cercana a la de
Es tanto más significativo que la recomendación de enseñar a Casel. Pero se ha observado que él está interesado en la permanencia
reconocer presentes y actuantes los misterios de la salvación en las de los "misterios salvíficos" de Cristo y no sólo de su persona.
acciones litúrgicas, se haga precisamente en aquella parte de la
teología que, más que ninguna otra, podría ceder a la conceptuali-
zación, olvidando la actualización del misterio cristiano en la liturgia.

23. Le crislologie contemporanee ¡n relazione alia liturgia, en Communio 41/1978, pp. 63-64.
5. Explicaciones teológicas de la presencia
24. La comunicación sobre La múltiple presencia de Cristo en la reciente reflexión teológica
de Cristo y de sus misterios en la liturgia presenta tres ejemplos de reflexión teológica sobre el tema: a) La de Karl Rahner; b) la personalista
de B. Fraigneau-Julien; c) la histórico-personalista de J. van Bavel. El texto está contenido en el
volumen Cristología e liturgia, actas de la VIII semana de estudio de la Asociación de profesores
Antes que todo se considera la explicación teológica que se refie- de liturgia habida en Costabissara (Vicenza), 27-31 agosto 1979, Dehoniane, Bologna, 1980, pp.
re al dato de la fe, afirmado por el Magisterio acerca de la presencia 231-255.
de Cristo en la acción litúrgica (encíclica Mediator Dei de Pío XII, 25. Cf. la bibliografía citada en la nota 7 del capítulo III, vol. citado en la nota precedente.

88 89
c) Muy rica en perspectivas teológicas y espirituales se revela la "En su presente en la eternidad —afirma A. Nocent— Cristo asu-
concepción antropológica y personalista de la presencia: la valora- me la temporalidad de su Iglesia y, por otra parte, en su presencia
ción del dato experiencial de la variedad y de la diversa eficacia de temporal, la Iglesia, en virtud de la presencia eterna de Cristo a quien
la presencia de una persona a través de los signos, de su dinamismo ella está unida, se mueve hacia esta presencia eterna de su Cristo"27.
y al mismo tiempo de su "misterio". Finalmente hemos de considerar el otro tema, a saber: ¿Cómo es-
d) Si es cierto que las contribuciones teológicas citadas evidencian tán presentes en la liturgia en forma eficaz los misterios de Cristo, o
desde varios puntos de vista la peculiaridad de la presencia de Cristo sea sus acciones salvíficas?
en la Eucaristía, para salvaguardar el dato de la fe, dejan abierta la Algunos reducen todo este problema a la sola presencia de Cristo
exigencia de que las nuevas interpretaciones se acomoden más pro- resucitado que actúa en la Iglesia en modo particular a través de su
fundamente con el carácter "sustancial" de la presencia de Cristo en palabra y de los sacramentos, y luego en la vida de cada cristiano y
la Eucaristía. de la humanidad.
e) Finalmente, el discurso sobre la múltiple presencia de Cristo, Otros por el contrario, afirman que influye en la vida de la Iglesia
ex parte Christi, debe ser precisado mejor... ex parte riostra: acerca y en la historia no sólo la presencia de Cristo resucitado, sino que in-
de las diversas modalidades y de los varios grados de acogida, para fluyen también las acciones salvíficas, sus misterios, sobre todo su
llegar a una reciprocidad perfecta. Pasión-Muerte-Resurrección.
Si, en efecto, estas presencias, como enseña Pablo VI son todas Para san Pablo parecen ser una presencia y una acción actual de
"reales", aunque no del mismo modo que la presencia eucarística, los misterios de Cristo. Basta pensar cómo correlaciona el apóstol el
son presencias de una persona para otra persona: son presencias Bautismo con el Misterio Pascual (Cf. Rm 6).
"ofrecidas", en su diversa realidad, para que sean acogidas y se rea-
lice una relación interpersonal de fe y de amor. Santo Tomás afirma sobre este punto, que la Resurrección de
Cristo es salvadora para nosotros, "como son salvadoras para noso-
En la conclusión de esta problemática, en la cual se remite a la tros otras cosas realizadas o sufridas por Cristo en su humanidad en
. bibliografía respectiva citada por D. Sartore, parece importante su- virtud de su divinidad, así su Resurrección es causa eficiente de
brayar con C. Vagaggini26 dos aspectos: nuestra resurrección por el poder de Dios, a quien compete pro-
1. El año litúrgico no mira a la "vida" terrena del Señor, sino más piamente resucitar a los muertos. Este poder alcanza con su presencia
bien a su "misterio", o sea, la actualización del designio salvífico de a todos los lugares y todos los tiempos. Y este contacto basta para
Dios, como se reveló en Cristo sobre todo en su Misterio Pascual. explicar tal eficacia"28.
2. Consecuentemente, la liturgia, siguiendo la Biblia y la patrís- El Concilio Vaticano II en sus textos parece inclinarse por esta
tica, centra toda su atención sobre el Kyrios, el Señor resucitado: de segunda posición. Hemos de considerar con mucha atención el n. 61
aquí pasa a la divinidad de Jesús y a su vida histórica. Para com- de la constitución litúrgica en donde se afirma: "La liturgia de los
prender la profundidad de la presencia y de la acción de Cristo en la sacramentos y de los sacramentales ofrece a los fieles bien dispuestos
Iglesia y, de modo especial, en la liturgia, hay que tener presente la la posibilidad de santificar casi todos los acontecimientos de la vida
visión del sacerdocio de Cristo glorificado junto al Padre, ofrecido por medio de la gracia divina que fluye del Misterio Pascual de la
a nosotros por la Carta a los Hebreos, y a la de la Carta de san Pablo Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo: misterio del cual derivan
a los Efesios. Si se quiere penetrar y vivir plenamente la figura de su eficacia todos los sacramentos y sacramentales". En otro lugar la
Jesús en la liturgia, entonces es preciso partir del Kyrios, es decir, SC (n. 35) habla del misterio de Cristo "que está siempre presente y
del Señor resucitado y glorificado a la derecha del Padre. operante en nosotros, sobre todo en las celebraciones litúrgicas".

27. A. Nocent, // mistero eucaristico nel mislero del tempo, en RL 4/1974, p. 566.
26. C. Vagaggini, // senso teológico della liturgia, Edizioni Paoline, Roma, 1965, 4 ed. En
particular Cf. el capítulo XIII "// Kyrios, il mistero pasquale e l'unica liturgia", pp. 243-264. 28. S. Th., III, q. 46, a. 2 y 3; q. 56, a. 1, ad 3um.

90 91
¿En qué forma debe entenderse teológicamente la presencia de Capítulo VI
los misterios de Cristo en la liturgia?
El texto de la constitución conciliar, como hemos dicho, no se EL MISTERIO PASCUAL,
adentra en esta cuestión teológica. CENTRO Y FUNDAMENTO
La temática ha suscitado no pocas controversias, sobre todo res- DEL AÑO LITÚRGICO
pecto a la explicación dada por O. Casel, cuya doctrina ya hemos ex-
puesto. No podemos detenernos aquí en los diversos aspectos del
problema. Nos limitamos a dar una explicación sintética.
Según algunos teólogos (por ej., el cardenal Journet)29 la moción
de la divinidad confería al acto histórico transitorio y localizado un
influjo instrumental que alcanzaba toda la sucesión de los tiempos y
toda la extensión del espacio. Por consiguiente, su efecto se ha de
realizar cuando la voluntad divina, que es siempre actual, determine
que se deba realizar, es decir, a través de los sacramentos y de los
otros misterios del culto instituidos por la Iglesia. Así, mientras el
acto histórico es representado con una imagen simbólica, su conte- El Concilio Vaticano II, después de siglos de oscurecimiento y
nido trascendente, que es el acto de caridad beatífica, puede ser al- casi olvido, trajo nuevamente a la luz el Misterio Pascual en su ri-
canzado realmente, porque es perenne. queza de contenido y unidad de aspectos.
Los misterios litúrgicos son verdaderamente la celebración y la La expresión "Misterio Pascual" [paschale sacramentum) no la
epifanía del acto salvífico histórico, aunque no tenga otro contenido encontramos en los textos del Nuevo Testamento porque es el resul-
actual sino el mystérion, es decir, el elemento permanente y la virtud tado de un proceso de maduración y profundización de los contenidos
instrumental. En otros términos, en las acciones históricas realizadas pascuales de la revelación que tuvo lugar en la Iglesia del siglo II y
por Cristo para nuestra salvación debemos distinguir dos elementos: que, desde entonces, se tiene como una conquista definitiva de in-
— uno de naturaleza transitoria: las acciones mismas en su indi- menso valor para la teología de todos los tiempos. Los textos bíblicos
vidualidad numérica. Estas, como tales, se cumplen con la realización constituyen la base y la premisa para llegar a la formulación de la
del acto; síntesis agustiniana: "Pasión y Resurrección del Señor: he ahí la
verdadera Pascua"1.
— el otro, de naturaleza permanente, está constituido por el acto
oblativo de la caridad de Cristo, debido a su visión beatífica. Este Los primeros autores cristianos identificaron el Misterio Pascual
acto, con el cual Cristo quiso y mereció nuestra salvación, fue el con el misterio de Cristo; esta síntesis, sin embargo, no existe todavía
alma de todos los misterios realizados en la carne de Cristo y sobre en los escritos del Nuevo Testamento, y por eso es inexacto hablar
todo de su sacrificio pascual. Precisamente es este elemento de "Misterio Pascual" en la Escritura2.
permanente el que explica la actualidad del contenido de los misterios Hecha esta aclaración, presentamos en este capítulo ante todo el
litúrgicos; este mismo acto de eterna oblación que se manifiesta en fundamento bíblico del Misterio Pascual como lo encontramos en la
los actos históricos de nuestra redención y se expresa también en enseñanza del Concilio Vaticano II para, en el siguiente capítulo, ver
otra forma, en la liturgia celeste celebrada por Cristo glorioso, se
manifiesta también en los misterios de la liturgia de la Iglesia
terrestre. Es el mystérion de los actos salvíficos.
1. San Agustín, De catechizandis rudibus, XXIII, 41, 3, PL 40, 340.
2. Cf. R. Cantalamessa, Ixi Pasqua della nosíra salvezza. Le tradizioni pasquali della Bibbin
29. Cf. Ch. Journet, L'Eglise du Verbe Incarné, l. 20, París, 1951, p. 180. e de/la primitiva Cliiesa, Marietti, Torino, 1971, pp. 98-100.

(
92 n
mejor el significado de la síntesis lograda por los autores de los pri- fueron liberados los hijos de Israel (Cf. Ex 12, 1-14.21-27.46). El
meros siglos de la Iglesia. cordero verdadero con cuya sangre la humanidad es redimida será
Jesús inmolado sobre la Cruz (Cf. Jn 19, 31-36). Por estos motivos
los términos mirabilia y magnalia designan prevalentemente las ges-
1. El Misterio Pascual prefigurado en el Antiguo Testamento tas de Dios que libera a su pueblo en la Pascua del Éxodo. La salva-
ción es, pues, una salvación pascual, es decir, realiza un paso y una
"La obra de la redención humana y de la perfecta glorificación liberación. A través de las aguas del mar Rojo, bajo la guía de Moi-
de Dios, [fue] preparada por las maravillas que Dios obró en el sés, las tribus oprimidas en Egipto pasan de la esclavitud a la dignidad
pueblo de la Antigua Alianza" (SC 5). En efecto,"el fin principal de de pueblo libre y "Pueblo de Dios" por la intervención del Señor
la economía antigua era preparar la venida de Cristo, redentor univer- "que ha combatido por ellos" (Ex 14, 14). Estos eventos se refieren
sal, y de su reino mesiánico, anunciarla proféticamente (Cf. Le 24, a Cristo. En su Pasión tendrá cumplimiento el éxodo (Cf. Le 9, 20-
44; Jn 5, 39; 1P 1, 10), representarla con diversas imágenes" (Cf. 21). La otra mención a todos los "profetas" para explicar la necesidad
ICo 10, 11; DV 15, Cf. también 16). del sufrimiento a fin de que el Mesías entrara en su gloria, es una re-
El Concilio parte de la visión de la unidad de los dos testamentos ferencia precisa al tema del siervo sufriente del Deutero-Isaías, le-
y afirma que los "magnalia Dei" del Antiguo Testamento prefiguran vantado por la salvación de las multitudes (52, 13-15; 53, 1-12). El
el acontecimiento pascual de Cristo. Esta es la típica lectura de la siervo del Deutero-Isaías realiza su vocación ofreciendo él, inocente,
Biblia hecha por la comunidad apostólica. En el Evangelio de Lucas por los pecados de todos, un sacrificio de expiación, después de ha-
—sólo por presentar un ejemplo emblemático para nuestro tema— ber intercedido por ellos (Cf. Is 53, 11-12).
Jesús hace comprender a los dos discípulos en el camino de Emaús La figura del siervo del Señor, según algunos exegetas, no agota,
la necesidad de sus sufrimientos para entrar en su gloria, explicán- sin embargo, toda la dinámica del éxodo, es decir, de la Pascua, del
doles en todas las Escrituras lo que se refería a El mismo, comenzan- paso, porque los cantos del siervo están insertados en un contexto de
do desde Moisés y todos los profetas (Cf. Le 24, 25-27). La afir- "nuevo éxodo", de una salida exultante bajo la guía de Dios hacia un
mación "comenzando desde Moisés y pasando por todos los profe- mundo nuevo (Cf. Is 52, 12; 55, 12).
tas" prácticamente indica toda la Biblia3. "Es sorprendente constatar —afirma E. Jacob— hasta qué punto
Melitón de Sardes, en la célebre homilía pascual, dice: "Cristo es el tema del éxodo domina el pensamiento del segundo Isaías; es tan
quien tuvo que soportar en la persona de muchos. El es quien fue central que forma la introducción y la conclusión de su obra"4.
muerto en la persona de Abel, atado en Isaac, vendido en José, expó-
sito en Moisés, inmolado en el cordero, perseguido en David, vilipen-
diado en los profetas". 2. El Misterio Pascual cumplido en Jesús
La mención de Moisés en el texto de Lucas se refiere sobre todo
al Éxodo, tipo del nuevo éxodo que se cumplió en la Pascua de Jesús El Concilio Vaticano II, después de haber afirmado que la obra
(Cf. Le 9, 30-31). En efecto, los "magnalia Dei", de que habla el de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios tuvo
texto conciliar, son sobre todo los acontecimientos del Éxodo, en los su preludio en las admirables gestas divinas operadas en el pueblo
cuales Dios pasó para golpear a Egipto (Cf. Ex 12, 3) y para hacer del Antiguo Testamento, afirma que "fue cumplida por Cristo Señor,
salir a su pueblo de la opresión (Dt 26, 8). En el acontecimiento pas- especialmente por medio del Misterio Pascual de su bienaventurada
cual del éxodo emerge la figura tipológica del cordero; con su sangre Pasión, Resurrección y gloriosa Ascensión, misterio con el cual
'muriendo destruyó nuestra muerte y resucitando nos ha dado
nuevamente la vida'" (SC 5).
3. Con el nombre del gran legislador hebreo designaban los libros del Pentateuco y con el
término "profetas" no se señalaban sólo los protetas mayores y los doce menores, sino también
los libros históricos, que en la Biblia hebrea se llamaban los profetas anteriores. 4. E. Jacob, Théologie de i'Anden Testament, París-Neuchatel, 1955, p. 272.

94 95
En efecto, debemos ver el Misterio Pascual llevado a su cumpli- Ahora se debe observar que la teología y la catequesis del pasado
miento principalmente en Jesús. "La redención de la naturaleza hu- no han puesto de relieve a través de las narraciones de la Escritura,
mana —afirma Durrwell— es un drama que se desarrolló en primer leídos críticamente, es decir, en forma más verdadera y científica, el
lugar en Cristo. En El la redención se presenta como una trans- significado completo de lo que sucedió a Jesús. Algunos teólogos de
formación santificante, de la cual el estado de carne pecadora y la valía6 afirman que la teología de la redención ha olvidado demasiado
santidad de vida divina forman los términos opuestos. Esta transfor- la modalidad de la muerte histórica de Cristo. Esta teología ha pen-
mación se actuó en la muerte y en la glorificación como en un mis- sado casi sólo en la muerte en sí, en su relación con el pecado, sin
terio único, puesto que la muerte es el final de la carne del pecado sólo estudiar cómo efectivamente aconteció, a causa de una condena
en cuanto desemboca en la glorificación, principio de vida divina"5. aceptada por amor y vivida en el abandono. Cristo no sufrió una
muerte cualquiera; fue asesinado porque fue injustamente con-
Obsérvese que el Concilio no dice que el Misterio Pascual sea el denado. Hay que tener presente que el género de muerte sufrida por
único misterio salvífico, sino que afirma que es el principal: la sal- Jesús no es indiferente para el significado que se reconoce a la Resu-
vación fue cumplida principalmente ("praecipue") por medio de rrección. La cruz es la consecuencia, de parte de Cristo, de la misión
este misterio. del Padre, que quiso la salvación del mundo por medio de la obedien-
cia y el servicio por amor; es el camino del siervo sufriente. Entonces
Además el Concilio ve el misterio en sus dos componentes indi- la Resurrección es la respuesta del amor del Padre a la fidelidad del
sociables de Muerte-Resurrección, por eso el texto habla de "bien- Hijo. Por tanto, el vínculo entre la Muerte y la Resurrección de Jesús
aventurada Pasión" según la significativa expresión litúrgica. Efec- no es externo a la vida histórica de Jesús, sino que está en esa vida.
tivamente, por Pascua no se debe entender el solo hecho de la La Muerte y la Resurrección de Jesús se vuelven realidades privadas
Resurrección, sino el "transitus", es decir, él paso de la muerte a la de significado si dejan de estar referidas al comportamiento, a la
vida; en efecto, no se debe nunca considerar la Pasión-Muerte de acción y a la palabra de Jesús7.
Cristo sin ligarla a la Resurrección-Ascensión; así, nunca se debe
considerar la Resurrección-Ascensión como un hecho milagroso La Pascua de Cristo, en sus dos componentes de muerte-vida,
acontecido después de la muerte sin nexo causal con la Pasión prece- remite al tema bíblico del siervo sufriente y glorificado (Cf. Mt 12,
dente. En suma, existe una unidad irrompible entre los dos aspectos 15-21). La Pascua de Muerte-Resurrección no es sino la síntesis y la
del misterio: la Pasión y la glorificación de Cristo, tanto más cuanto plenitud de toda la vida y misión de Cristo como siervo. Jesús redi-
se trata de una vida que brota de la muerte. La Sacrosanctum con- mió a la humanidad, no dominando a la manera de los caudillos de
cilium, citando la densa y estupenda síntesis del prefacio pascual, este mundo, sino haciéndose siervo. Frente a la mentalidad mesiánica
afirma que Jesús "muriendo destruyó la muerte y resucitando nos nacionalista y triunfalista de sus contemporáneos y de sus discípulos,
restauró la vida". El significado profundo de esta afirmación puede Jesús continuamente recuerda su identificación con la figura del sier-
ser captado refiriéndonos al dato bíblico. vo sufriente del Deutero-Isaías y del Hijo del hombre trascendente y
escatológico de Daniel (Cf. Dn 7, 13): "El Hijo del hombre no vino
para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos"
3. La 'kenosis' de Cristo, primera vertiente de su Pascua (Mt 20, 28, Cf. también Mt 12, 15-21; Me 10, 45; Le 22, 27)8.

La Escritura nos da una teología esencial del misterio de la 6. Cf. C. Duquoc, Cristologia, Queriniana, Brescia, 1972; Flick— Alszeghy, // mistero dt'lla
redención con base en la cual deben valorarse todas las explicaciones croce, Queriniana, Brescia, 1978; J. Moltmann, // Dio crocifisso, Queriniana, Brescia, 1973; M
que los teólogos y sus escuelas han intentado darles a lo largo de los Bordoni, Gesú di Nazarel. Presenta, memoria, atiesa, Queriniana, Brescia, 1988; G. O'Cnlliil»,
Gesú risorto, Queriniana, Brescia, 1989; M. Serenthá, Gesú Cristo ¡eri, oggi e senipre. Ule, Turl-
siglos. La Escritura, en efecto, "debe ser el alma de toda la teología" no, 1982; G. Moioli, Cristologia, Glossa, Milano, 1989.
(Cf. DV 24; OT 16). 1. Cf. C. Duquoc, Op. cit., p. 519.
8. Cf. O. Cullmann, Cristologia del Nuovo Testamento, II Mulino, Bologna, 1970, pp. 101-
5. F. X. Durrwell, La risurrezione di Gesú, mistero di salvezza, Edizioni Paoline, Roma, 1969, 141; J. Jeremías, País Theou, en G. Kittel (a cura di), Grande lessico del Nuovo IrMitmmlii,
p. 96. Paidria, Brescia, 1974, Vol. IX, pp. 336-340.

96
4. Cristo fiesta de la Iglesia
La Epifanía de la divinidad de Cristo tuvo lugar a través de la En el cuarto Evangelio, Jesús es señalado en el Jordán por Juan
sarx (Cf. Jn 1, 14-18; 14, 9; 12, 45), es decir, a través de su carne y Bautista como "el cordero de Dios que quita el pecado del mundo"
de su humanidad integral; pero esta humanidad fue asumida por el (Jn 1, 29), fundiendo en una sola realidad la imagen del "siervo" de
Hijo de Dios no en condición de privilegio y de prestigio, sino de Isaías 53, que carga el pecado de los hombres y se ofrece como "cor-
debilidad, en aquella condición en la cual se encuentra después del dero de expiación" (Lv 14) y el rito del cordero pascual (Cf. Ex 12,
pecado. Además, quiso ponerse en una actitud creatural de servicio, 1 y Jn 19, 36).
de pobreza y de amor. Profundicemos este aspecto en los principales El Bautismo en el Jordán constituye por esto la investidura mesiá-
datos escriturísticos. nica de Cristo, el comienzo de su misión como siervo y su vocación
a la cruz. El verdadero Bautismo al cual Jesús debe llegar y que es-
a) El himno cristológico que trae san Pablo en la Carta a los fili- pera, es el del Calvario (Cf. Le 12, 49-50).
penses constituye una importante y muy significativa profesión de
fe de la primitiva comunidad cristiana en el "misterio de Cristo" co- En la teofanía de la transfiguración (Cf. Mt 17, 1-8; Me 9, 2-8;
mo misterio de anonadamiento y exaltación (Cf. Flp 2, 6-11). Le 9, 28-36) tenemos la misma traducción de ebed (siervo) por país
(hijo). Sobre todo Lucas parece referirse a las profecías de Isaías so-
Los exegetas9 ven en este himno cristológico la referencia al texto bre el siervo del Señor, en especial a la primera (Le 42, 1-8). Este
del Deutero-Isaías relativo al siervo sufriente, que "después de su ínti- Jesús se manifiesta como Hijo del Padre, haciéndose siervo; por esto
mo tormento verá la luz y se saciará de su conocimiento" (Is 53, 11). goza de todas sus complacencias. La transfiguración, pues, es
El himno sugiere también otro paralelo entre Adán y Cristo. El colocada por Lucas como una anticipada experiencia pascual. Moisés
primer hombre, creado a imagen de Dios, peca exaltándose o bus- y Elias hablan con Jesús de su "éxodo", es decir, de lá muerte que
cando la igualdad total con Dios. Este pecado de orgullo lo lleva a El debe padecer en Jerusalén, la ciudad que mata a los profetas (Cf.
romper la comunión con Dios y con los hermanos y precipita a la Le 9, 31; 13,33-34).
humanidad entera en el pecado (Cf. Gn 1-11). Por el contrario, Cris- c) Otra página de gran valor teológico para comprender el sentido
to, el nuevo Adán, no toma pretexto de su igualdad con Dios para de las opciones mesiánicas de Cristo en la línea del servicio, de la
enaltecerse, sino que se abaja hasta llegar a ser siervo sufriente que pobreza, del amor, nos la ofrecen los tres sinópticos, pero sobre todo
lleva sobre sí los pecados de los hombres. Por esto Dios exalta su Mateo y Lucas, cuando nos describen las tentaciones". En contraste
humildad y también en su función al nuevo Adán que da la vida (Cf. con los sueños mesiánicos político-nacionalistas, Jesús rehuye el
R m 5 , 12-19; ICo 15,45). actuar su misión: a través de los medios que llevan una finalidad de
b) La perspectiva teológica de este himno encuentra su corres- provecho personal (Mt 4, 3): a través de los medios del poder, del
pondiente también en la cristología expresa de los evangelistas cuan- milagro, del éxito y de la gloria, que implican el rechazo de la cruz
do describen el Bautismo en el Jordán y la transfiguración. (Mt 4, 6); a través de una alianza que subordine su misión al poder
de este mundo por un dominio incondicionado (Mt 4, 9)12.
En la teofanía en el Jordán las palabras del Padre (Mt 3, 17; Me
1, 11; Le 3, 22) designan a Jesús como el verdadero siervo anunciado 11. Cf. el estudio de J. Dupont, Le tentazioni di Gesú nel deserto, Paideia, Brescia, 1970: "Kn
por Isaías10. El término "Hijo", sustituido al de "siervo" gracias al forma más eficaz que simples afirmaciones abstractas —afirma Dupont— la narración revela la
doble sentido del término griego país, pone de relieve el carácter actitud de Jesús respecto a los sueños mesiánicos de sus contemporáneos y frente a aquellos que
exigen de El signos. Esta página evangélica es ante todo un documento teológico. Ella fue
mesiánico y propiamente filial de la relación de Jesús con el Padre. compuesta y transmitida no tanto para informarnos sobre un episodio de la vida de Jesús, cuanto
para hacernos comprender de qué manera el Hijo de Dios comprendió su misión" (p. 14).
12. La enseñanza que deriva de esta página misteriosa del Evangelio no consiste sólo en el
9. Cf. L. Cerfaux, Cristo nelia teología di san Paolo, Ave, Roma, 1969, pp. 315-332. deber de resistir al mal siempre y en todas partes (aspecto moral lamentablemente ilemiisiiido
10. En la forma original más verosímil, la de Marcos, el lógion funde tres textos del Antiguo subrayado); sino que consiste sobre todo en la exigencia de respetar a toda costa la aukntiiidiul y
Testamento: 1) Isaías 42, 1, exordio característico de los "Cánticos del Siervo de Yavé"; 2) el la integridad de la misión apostólica, para impedir siempre a la conciencia de lodo cristiano, y prin-
Salmo 2 real-mesiánico en el cual Dios declara que en adelante considera al rey como mesías, cipalmente de aquellos que están puestos por el Espíritu para regir la Iglesia, poner s;iirílc|'.iiiiii'iili<
la fuerza del Evangelio al servicio de los objetivos de un interés humano egoísta, de tlniiu y il»>
como su propio hijo; 3) Génesis 22, 2.12.16 (LXX), en donde por tres veces la voz de Dios
poder. Este segundo aspecto lamentablemente se ha olvidado demasiado.
pronuncia el apelativo de "hijo amado" respecto a Isaac, a quien Abrahán deberá sacrificar.

98
Esta vía escogida por Jesús en obediencia al Padre, lo llevará a Se debe admitir sin vacilación, poniéndonos en el momento en
ser incomprendido por los apóstoles (Cf. Mt 16, 21-23; 20, 17-28; que fue escrito el Nuevo Testamento, en el clima espiritual del Apo-
Me 9, 31-32; Le 9, 43-45); abandonado por las turbas (Cf. Jn 6, 66; calipsis, que la vida y obra de Jesús constituyen la nueva Pascua, el
Mt 27, 20-25); condenado por el Sanedrín (Cf. Mt 26, 57-66 y lu- nuevo éxodo, en donde Cristo aparece como el verdadero Moisés
gares paralelos). que guía al pueblo hacia la tierra prometida. Los autores del Nuevo
Testamento, remeditando la vida de Jesús, la han "pascualizado",
Dupont hace notar que "la narración de las tentaciones en el presentándola toda orientada hacia la Pascua y como suprema reali-
Evangelio de Lucas parece que deba interpretarse en estrecha rela- zación de la experiencia del éxodo15. Lucas, al comienzo del "gran
ción con la historia de la Pasión. Los hechos de la Pasión reciben inciso" de su Evangelio (ce. 9-18), hará notar que "mientras estaban
nueva luz una vez que Lucas nos da a conocer el verdadero enemigo cumpliéndose los días en que había de ser arrancado del mundo, se
que lidera la lucha, así sea escondido detrás de los autores humanos; dirigió decididamente hacia Jerusalén" (Le 9, 51), es decir, hacia su
la narración de las tentaciones nos permite entender mejor el fondo sacrificio pascual.
misterioso del drama de la cruz. Y por otra parte es la Pasión la que
e) Es también característica la orientación pascual dada a la vida
permite entender todo el significado en el episodio que la anticipa y
de Jesús en el cuarto Evangelio.
la preanuncia, el cual se ordena a ella y constituye como la primera
etapa de la historia de la salvación, la cual encontrará su culminación Desde un principio Jesús es presentado como "Cordero de Dios"
en Jerusalén en el tiempo de la última Pascua"13. con evidente derivación del Deutero-Isaías, que, a su vez, como he-
mos visto, habla en clave pascual: muere en cruz sin que le sea que-
d) En esta perspectiva los sinópticos, con una profunda intuición brado ningún hueso, como al cordero pascual (Cf. Ex 12, 46) en la
teológica, describen un solo viaje de Jesús a Jerusalén (el de la últi- hora en que los hebreos están para consumir en sus casas el mismo
ma Pascua), no porque excluyan los demás, sino porque, preocupados cordero en la cena pascual (Cf. 19, 31-35)16.
sobre todo de las acciones de Cristo que tienen un valor de cum-
plimiento de las profecías, intentan poner de relieve sólo el viaje de Y cuando en la última cena Juan reasume el sentido de la misión
la última Pascua; sólo a ésta está propiamente ligado el valor mesiá- de Jesús, nos presenta al Señor en actitud de siervo. No se puede
nico de la revelación, de la redención, del Reino de Dios. ignorar la teología de este texto, si se quiere comprender la esencia
de la Pascua de Jesús (Cf. Jn 13, 1-5).
Durante este viaje, después de la así llamada "crisis galileica"
H. Bussche en su comentario al cuarto Evangelio hace notar que
(Cf. Mt 11, 21-24; Le 10, 12-15) en la cual se verifica el abandono
esta relación detallada de los hechos y de los gestos no carece de
de las turbas, desilusionadas de la perspectiva mesiánica presentada
significado. En particular "el gesto con el cual Jesús depone y reasu-
por Jesús, Cristo educa a los apóstoles para comprender el misterio
me sus vestidos, recuerda los términos con los cuales El, en Jn 10,
del Mesías que debe ser siervo sufriente para entrar en la gloria14.
17, ha hablado de su muerte libremente aceptada y de su resurrec-
Por eso, en la tradición sinóptica se subraya cómo la vida de Je- ción"17.
sús tuvo este punto de llegada: la Pascua.
Jesús, en la última cena, declara abiertamente que "desea" cele- 15. Cf. R. Cantalamessa, IM Pasqua delta noslra salvezza, Op. cit., pp. 72-73.
brar la Pascua, precisamente "esta Pascua", antes de padecer (Cf. Le 16. Los Padres eran perfectamente conscientes del sentido que el evangelista daba a esto
sincronismo. En la homilía pascual del seudo-Crisóstomo (387) se dice: "Puesto que era natural
22, 14-15). que al aparecer la realidad dejara de existir la figura, Cristo no buscó otra fecha sino la de la
inmolación del cordero para mostrarnos la sustitución... El Salvador, pues, al entregar su espíritu
en este preciso momento de la inmolación del cordero, en un viernes, ha mostrado la sustitución
13. J. Dupont, Op. cit., p. 44. de la figura y, sirviéndose de la coincidencia de las fechas, ha realizado sabiamente la reca-
pitulación" (citado por R. Cantalamessa, Op. cit., p. 79 con referencia a SCh,48, pp. 153-1.55). I,u
14. Cf. sobre todo en el tercer Evangelio el llamado "gran inciso" de Lucas (Le 9, 51; 18, 14). "recapitulación —nota R. Cantalamessa (l.c.)— consiste en el hecho de que el hombre es redimido
"Estos diez capítulos tienen, por explícita declaración de Lucas, un escenario geográfico, presentado
el mismo día en que fue creado; el viernes, según la convicción de los antiguos". Juan, COIIIII Im
no con objeto de crónica, sino sobre todo teológicas: a través de Samaría, Jesús está camino a
contemplado al "cordero inmolado" en la cruz (Cf. Jn 19, 35-37), lo contempla también ilellnl
Jerusalén. Este movimiento hacia la ciudad de la Pasión y de la Resurrección, y por tanto este
tivamente glorificado en el trono (Ap 22, 1).
movimiento hacia los misterios esenciales del mesianismo de Jesús apoyan e iluminan toda la trama
del gran inciso" (AA. VV., // messaggio della salvezza, Ldc, Torino-Leumann, 1968, p. 435). 17. H. Bussche, Giovanni, Ciltadella, Assisi, 1971, p. 438.

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Además, se debe tener en cuenta la ambientación pascual del he- la gloria al Hijo (Jn 12, 23-27; 13, 31; 17, 1-5); en la Resurrección
cho: "Antes de la fiesta de Pascua", ciertamente intencional por par- y Ascensión se realiza el retorno de Jesús al estado que le era propio
te de Juan; pero sobre todo se subrayan las palabras con las cuales desde la eternidad (Jn 17, 5-24).
el evangelista asume el significado pascual de los gestos de Jesús: Para Jesús todo esto significaba la posibilidad de completar su
"Sabiendo que había llegado su hora de pasar de este mundo al Pa- misión con el envío del Espíritu Santo (Cf. Jn 7, 38; 12, 16; 16, 7)
dre... sabiendo que el Padre le había puesto todo en sus manos y que y de desarrollar su actividad iluminadora sin restricciones impuestas
había venido de Dios y a Dios iba a volver" (Jn 13, 1-2), Jesús, que por la naturaleza humana.
es maestro y Señor, se pone a servir de la forma más humilde.
Así la gloria que el Hijo rinde al Padre y la gloria que el Padre
0 Los temas del "siervo" y del "cordero" convergen en subrayar da al Hijo se realizan por una única realidad: la efusión de la luz-vi-
que Cristo, con toda su vida y sobre todo con su libre ofrecimiento da divina a los hombres.
al Padre en la cruz, como "siervo obediente" y "cordero mudo",
inaugura el verdadero culto "en espíritu y verdad" (Jn 4, 21-24) el No se trata de dos glorias distintas, sino íntimamente fundidas
único que honra al Padre. Y precisamente por esta voluntad nosotros entre sí: la primera se realiza en la perfecta y total sumisión del Hijo
hemos sido santificados, por medio del ofrecimiento del cuerpo de al Padre y se manifiesta sobre todo en la Pasión; la segunda se rea-
Jesucristo, hecho una vez para siempre" (Hb 10, 10). Toda su misión liza en el total dominio del Padre sobre el Hijo y se manifiesta sobre
consiste en el cumplimiento de la voluntad del Padre: "Mi alimento todo en la Resurrección-Ascensión.
es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado a cumplir su obra" Así, para Juan, Pasión y Resurrección son dos aspectos de una
(Jn 4, 34). única realidad y se encuentran en la misma "hora": Cristo, expresión
La obediencia de Jesús y la voluntad del Padre, sin embargo, no vivificante del Padre: de aquí la visual profundamente unitaria que
agotan el motivo de esta Pasión. La más verdadera e importante Juan tiene de la Pasión y Resurrección19.
"cuestión pascual" para la Iglesia, es ésta: "¿Por qué Cristo se ha in- La Sagrada Escritura evidencia que paradójicamente la plenitud
molado como nuestra Pascua?"18. de la manifestación del Hijo de Dios en la carne tiene lugar en la
El Nuevo Testamento da una respuesta en la cual se funden las cruz: "Cuando hayáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis
voces de los sinópticos, de Juan y de Pablo: porque Dios es amor: que yo soy" (Jn 8, 28).
el amor del Padre: "Tanto ha amado Dios al mundo, que entregó a El camino de Jesús va hacia el vaciamiento, el abatimiento, la
su Hijo unigénito" (Jn 3, 16); el amor del Hijo por el Padre: "Es pre- humillación. Es hacia un hacerse cada vez más hombre, un aceptar
ciso que el mundo sepa que yo amo al Padre y hago lo que el Padre hasta el fondo la esclavitud del hombre en todos sus límites hasta
me ha mandado. Levantaos, vamonos de aquf' (Jn 14, 31); el amor de asumir el pecado del otro en su peso y en sus consecuencias, hasta
Cristo por los hombres: "Después de haber amado a los suyos que la muerte y muerte de cruz.
estaban en el mundo, los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1); "me amó
y se entregó por mí" (Ga 2,20); "se entregó a sí mismo por nosotros"; Pero frente a Dios que se hace hombre también existe una nueva
"amó a la Iglesia y se entregó por ella" (Ef 5, 2.25). perspectiva: la del hombre que se hace Dios. Dios entra en nuestros
límites y se hace "esclavo", el hombre es rescatado y se hace "libre".
g) En el Evangelio de Juan, finalmente, la confirmación de cuanto La "esclavitud" lleva a la "libertad". Este es el sentido profundo de
hemos dicho sobre la verdadera cuestión pascual, el momento de la la "historia" de Cristo según Juan y Pablo.
Muerte-Resurrección es "la hora" de Cristo, "su hora" (Cf. Jn 13,
1). Esta hora está dominada por el concepto de "gloria": es la hora Los dos movimientos son progresivos y simultáneos. Se va hacia
en que el Hijo glorifica al Padre cumpliendo su voluntad (Jn 12, 23- una culminación de "vaciamiento-plenitud", "esclavitud-libertad",
27; 17, 1-5); como el Hijo, pues, da gloria al Padre, así el Padre da
19. Cf. // IV Vangelo, en AA.W., Introdirjone alia Bibbla, Marictli, Torino, 1971. V..I IV,
pp. 348-349; R. Schnackenburg, // Vangelo di Giovatmi, parte II, Paidcia, Bresciu, 1977, |>p. fiSM
18. R. Cantalamessa, Op. cit., pp. 104-105. 676.

102 101
"humillación-glorificación"20. Juan tiende directamente a fundir jun- a su favor" (Hb 7, 25); "Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempiv"
tos los dos aspectos, sobreponiendo, si así puede decirse, el Resu- (Hb 13,8).
citado sobre el Crucificado. En efecto, en el acto supremo del amor Pedro el día de Pentecostés proclamará con fuerza el núcleo
sacrificial es donde se manifiesta que "Dios es caridad" (Un 4, 8). esencial de la fe en Cristo: "Sepa con certeza toda la casa de Israel
La Resurrección es el signo máximo de la victoria del amor que li- que Dios ha constituido Señor y Cristo a aquel Jesús que vosotros
bera y vivifica. crucificasteis" (Hch 2, 36).
La exaltación de Cristo sobre la cruz en la Resurrección junto con Tenemos aquí el fundamento y el rasgo verdaderamente especí-
la efusión del Espíritu constituyen el culmen de la revelación en fico de la revelación cristiana: la mediación universal y permanente
orden a nuestra salvación (Cf. DV 4). del hombre Jesús, Hijo de Dios encarnado, en la comunicación de la
vida divina. Olvidar o disminuir este aspecto significa adulterar el
mensaje del Evangelio.
4. La glorificación de Cristo,
De este dato depende el sentido de la importancia esencial y
segunda vertiente de su Pascua
permanente de la sarx también más allá de la vida terrena de Cristo.
Es siempre a través de esta sarx resucitada y glorificada como nos
La salvación total concreta, como Dios la ha querido realizar — es comunicada la vida divina. Por esta razón era necesaria la Resu-
y bien subrayada esta voluntad divina— no la hemos tenido en el rrección y la glorificación de Cristo (Cf. Le 24, 46; ICo 15, 17) no
momento en que Cristo aceptó por nosotros su Pasión, sino en el mo- sólo como premio al mismo Jesús porque aceptó la muerte, ni sólo
mento en que la vida divina nos fue dada en el modo concretamente como argumento demostrativo de su divinidad y de su misión de en-
dispuesto por Dios, es decir, por medio de Cristo resucitado que de- viado de Dios por El acreditado, sino que era necesaria precisamente
rrama su Espíritu, fruto de su Pascua. Aquí tocamos uno de los pun- para que el mundo pudiera y pueda recibir continuamente la vida
tos más olvidados de la teología manualista, a saber, el aspecto sal- divina en aquella única forma establecida por Dios. Este modo es el
vífico de la Resurrección11. paso de la salvación a través de un hombre, comprendido su cuerpo,
a) San Pablo habla de "Cristo que se sometió a la muerte por el hombre Jesús, el hombre Dios22.
nuestros pecados y fue resucitado para nuestra justificación" (Rm 4,
Santo Tomás afirma que "como son salutíferas para nosotros las
25). En otros términos, Cristo, al aceptar la muerte, venció la muerte
demás cosas realizadas y sufridas por Cristo en su humanidad en
y nos libró del pecado; pero con su Resurrección es como se convierte
para nosotros en "espíritu vivificante" (ICo 15, 45; 2Co 3, 17). virtud de su divinidad, así su Resurrección es causa eficiente de
nuestra Resurrección por el poder de Dios, de quien es propio
Sólo Cristo glorificado a la derecha del Padre es el mediador, el resucitar a los muertos. Este poder alcanza con su presencia a todos
sacerdote eterno en la plenitud de su "ejercicio"; "el punto capital de los lugares y a todos los tiempos ("praesentialiter attingit omnia loca
las cosas que estamos diciendo •—afirma la Carta a los Hebreos—es et témpora"). Y este contacto basta para explicar una tal eficacia"2'.
éste: tenemos un sumo sacerdote tan grande que se ha sentado a la
b) Todos los misterios de Cristo son salvíficos, pero todos estos
derecha del trono de la majestad en los cielos, ministro del santuario
misterios están como recapitulados y hechos valer para nosotros en
y de la verdadera tienda que construyó el Señor, y no un hombre"
el evento pascual de la Resurrección-Ascensión.
(Hb 8, 1-2). Allí junto al Padre "puede salvar perfectamente a aque-
llos que por medio de El se acercan a Dios, estando El para interceder Según Pablo, Jesucristo "ha sido constituido Hijo de Dios con
poder según el Espíritu de santificación mediante la Resurrección de

20. Cf. L. Sartori, // mistero pasquale e il mistero toíale di Cristo, en Studia palavina 2/1966,
pp. 277-304. 22. Cf. C. Vagaggini, Caro cardo salutis. Corporeitá, Eucaristía e IJturgia, Desello, K
1966, pp. 38-39.
21. La obra clásica sobre este tema sigue siendo la de F. X. Durrwell, La resurrezione di Gesú,
mistero di salvezza, Edizioni Paoline, Roma, 1969. 23. S.Th., III, q. 56, a. 1 ad 3um.

104 itn
entre los muertos" (Rm 1, 4), evidentemente no en el sentido de que Espíritu vivificante. El poder del Padre comunica en este misterio a
sólo después de su Resurrección Jesús haya llegado a ser Hijo de la naturaleza humana del Hijo la capacidad de dar la vida al mundo
Dios, sino en el sentido de que sólo después de su Resurrección, Je- como Espíritu vivificante24.
sús, superada la fragilidad de la carne y revestido del poder del Espí- d) El texto de la constitución Sacrosanctum concilium (n. 5)
ritu, no sólo llegó a ser Kyrios, al darle Dios "el nombre que está so- menciona explícitamente también la Ascensión como aspecto inte-
bre todo nombre" (Flp 2, 9), sino que llegó a ser también "un Espíritu grante del Misterio Pascual".
que vivifica" (ICo 15, 45). Recibió, en otros términos, el pleno y
universal ejercicio del poder de santificar y de vivificar, superando Con la Ascensión, Jesús resucitado entra plenamente en el mundo
los límites del espacio y del tiempo. Pablo no puede concebir a Cris- de la divinidad. San Juan en síntesis admirable dirá: "Salí del Padre
to salvador o redentor independientemente de su Resurrección. y vine al mundo, ahora dejo nuevamente el mundo y voy al Padre"
(Jn 16, 28). "Sólo con la exaltación, la Resurrección de Jesús
El apóstol ve la venida del Señor en la carne sólo en una perspec- manifiesta su pleno significado"26.
tiva pascual: sacrificio (Flp 2, 7-8; Hb 10, 5-7), Resurrección (Rm
1, 3-4) y gloria (Flp 2, 7-11), redención (Ga 2, 4-5). Y desde el mo- Hemos visto cómo la teología de Juan y de Pablo presentó la vida
mento en que la existencia de Cristo según la carne no le interesa de Jesús en su doble significado o aspecto de kénosis y de glori-
(2Co 5, 16), él ve la filiación divina del Señor manifestarse en su ficación. La Ascensión, como parte integrante del Misterio Pascual
Resurrección, seguida de su Ascensión a la derecha del Padre (Hch es el paso pleno y definitivo de la exinanitio a la glorificatio, de la
13, 31-33; Rm 1, 4; 8, 11; Hb 1, 5; 5, 5). humillación a la elevación, punto final, irreversible y eterno de la en-
c) Pero sobre todo en el capítulo 15 de la 1 Carta a los corintios carnación del Hijo de Dios. Con toda verdad se puede decir: "La As-
aparece resumido el pensamiento del apóstol sobre el aspecto censión es la encarnación misma en el estado final, la redención ple-
salvífico de la Resurrección de Cristo: "Si Cristo no resucitó, vana namente consumada"27.
es nuestra fe, todavía estáis en vuestros pecados... Porque, habiendo La Ascensión nos dice, en su significado salvífico, que la hu-
venido por un hombre la muerte, también por un hombre viene la manidad de Cristo está totalmente investida de la divinidad hasta el
Resurrección de los muertos. Pues del mismo modo que en Adán punto de ser instrumento perfecto de la comunicación de la vida
mueren todos, así también todos revivirán en Cristo... Fue hecho el divina. Por este motivo fundamental la salvación del hombre exigía,
primer hombre, Adán, alma viviente; el último Adán, espíritu que da según el plan de Dios, no sólo la muerte de Jesús, sino también la
vida" (ICo 15, 17.21-45). Resurrección y la exaltación-Ascensión de su cuerpo para que éste,
Pablo no dice sólo que, si Cristo no resucitó, nos falta un motivo impregnado totalmente del poder del Espíritu, fuera principio e
para creer en El, sino que si Cristo no resucitó nuestra fe es ilusoria, instrumento de comunicación de vida divina.
sin eficacia, y nosotros estamos todavía en nuestros pecados, porque La Pascua de Cristo comprende, por tanto, la Pasión, la Muerte,
sin la Resurrección no hay redención, ni salvación eterna, es decir, el descenso a los infiernos (aspecto descendente de humillación), la
falta todo el contenido del Evangelio. Por esto, redención y Resurrec- Resurrección y la Ascensión (aspecto ascendente de exaltación) con
ción están intrínsecamente ligadas a esta doctrina esencial y central el consiguiente don del Espíritu Santo que tendrá su plena mani-
de la teología paulina. festación en Pentecostés (comunión de vida).
Además, san Pablo declara que Cristo, Hijo de Dios desde toda
la eternidad, hecho en determinado momento del tiempo uno de no-
sotros por la descendencia davídica, compartiendo nuestra condición 24. Cf. S. Lyonet, // valore soleriologico delta risurrezione di Cristo, en IM xloria rlella
de seres humanos en oposición a la condición de la cual El gozará salvezza nella lellera ai Romani, D'Auria, Napoli, 1966, pp. 167-196.
después de su Resurrección, fue constituido Hijo de Dios, es decir, 2 5 . Cf. X. Léon-Dufour, Risurrezione di Gesú e messaggio pasquale, Edi/ioni l'uuliiic,
Cinisello Balsamo, 1987, pp. 70-74.
constituido en su función mesiánica de Salvador con el poder que
26. Ibíd., p. 78.
conviene a tal oficio. En fuerza de la Resurrección de entre los
27. E. Schillebeeckx, Cristo, sacramento dell'incontro con Dio, Bili/ioni l'uxliite, CIIIÍM'HK
muertos el Padre ha puesto precisamente a Cristo en el estado de Balsamo, 1987, p. 35

106 107
Si el descenso de Cristo en la muerte realiza el primer tiempo del El impacto pleno y total entre lo divino y lo humano sucede de
dinamismo salvífico, su Ascensión hacia el Padre en su gloria de un modo único en la unión hipostática, pero el misterio de la encar-
Kyrios cumple el segundo. nación, como hemos visto, tiende al Misterio Pascual que encuentra
su cumplimiento en la unión de gracia que se ha realizado en el mis-
terio de Pentecostés.
5. La finalidad última salvífica del Misterio Pascual
Ahora ya podemos sintetizar el Misterio Pascual, visto en Cristo
está unida con el don del Espíritu así: es el misterio "en el cual el Hijo de Dios, encarnado y hecho
obediente hasta la muerte en cruz, es de tal manera exaltado en la
Ahora es importante evaluar con mayor exactitud la finalidad sal-
Resurrección y en la Ascensión, hasta poder comunicar al mundo su
vífica a que tiende la Pascua del Señor, a saber, la estrecha relación
vida divina, a fin de que los hombres, muertos al pecado y configu-
entre la misión del Hijo y la efusión del Espíritu Santo.
rados con Cristo, 'no vivan ya para sí mismos, sino para aquel que
En el plan salvífico todo tiende a la efusión del Espíritu que por ellos murió y resucitó' (2Co 5, 15)"28.
produce comunión de vida (koinoníá) de Dios con el hombre en
Cristo y, siempre en Cristo, de los hombres entre sí. Jesús en la Cruz
"inclinada la cabeza, transmitió el Espíritu: parédochen to pneuma" 6. El significado escatológico y cósmico del Misterio Pascual
(Jn 19, 30). La expresión joánea es densa de significado teológico y
preludio de la efusión del Espíritu en la aparición del Resucitado en El intento constante de Jesús ha sido conducir el mundo a su
el cenáculo. En el capítulo 7 de su Evangelio, Juan había afirmado término e introducir los tiempos nuevos (Cf. LG 48). La muerte y la
que "no estaba todavía el Espíritu, porque Jesús no había sido todavía Resurrección de Jesús tienen proporciones cósmicas: significan el
glorificado" (Jn 7, 39). En efecto, Jesús resucitado, la tarde del día final de este mundo y la inauguración de la Resurrección de los
de la Resurrección, comunica a los apóstoles en el cenáculo el don muertos (Cf. Mt 27, 52; 26, 64; 10, 23; 16, 28; 24, 3; Le 4, 18). "La
del Espíritu: "Sopló sobre ellos su aliento y dijo: 'Recibid el Espíritu Resurrección y la manifestación de la gloria de Cristo constituyen,
Santo; a quienes perdonéis los pecados les serán perdonados y a junto con la última venida, un único misterio de parusía, cuya mani-
quienes se los retengáis, les quedarán retenidos'" (Jn 20, 22-23). La festación acompaña todo el curso de la historia"29.
kénosis de Jesús, que tuvo su momento máximo de abajamiento en
la muerte en Cruz y en el descenso a los infiernos, desemboca con a) En los Hechos de los apóstoles la efusión del Espíritu Santo en
la Resurrección y el don del Espíritu en la salvación de la humanidad, Pentecostés es el advenimiento característico de los tiempos últimos
en la nueva creación, o sea en la nueva alianza, predicha por los pro- (Hch 2, 16ss.) y señala el comienzo de la misión de la Iglesia.
fetas (Ez 36, 25-27; 31, 31-34). Toda la predicación de san Pablo está dominada por la convicción
En el acontecimiento pascual Jesús, "constituido por Dios Señor de que con la acción del Padre, quien ha resucitado a Cristo, su Hijo,
y Cristo" (Hch 2, 36) mediante la Resurrección de entre los muertos,
supera los límites del espacio y del tiempo y alcanza a toda la hu-
manidad "para reunir a los hijos de Dios que estaban dispersos" (Jn 28. Instructio "ínter oecumenici" aá execuüonem Constitutionis de Sacra Liturgia recle
ordinundam de la S. Congregación de los Ritos, 26 sept. 1964, n. 6, AAS, 56 (1964), p. X7X,
11, 52). Así la comunión de vida (la koinoníá), en la cual Jesús so- Enchiridion Vaticanum, Dehoniana e, Bologna, 1981, Vol. II, p. 303. "Por primera ve/. —alirimt
breabundaba en su humanidad por la plenitud del Espíritu Santo, i. Alfaro refiriéndose a la constitución dogmática Lumen genlium del Concilio Vaticano II- en
desde el día de la Resurrección-Ascensión es comunicada a todos los un documento del Magisterio la glorificación de Cristo y su existencia en la eternidad divina (inílü
allá del tiempo y del espacio) alcanza Iodo el significado salvífico que la le de la Iglesia le lid
hombres. La promesa de la salvación, hecha a los primeros padres reconocido. El Concilio Vaticano II, ve todo el misterio de la salvación de la humanidad en I ti
después del pecado (Cf. Gn 3, 15), se realizó plenamente en un re- Iglesia a la luz de la existencia gloriosa de Cristo; la eterna presencia de Cristo glorioso junio ul
torno al paraíso no de bienes terrenos, sino de intimidad total entre Padre se hace presente y visible en la Iglesia, cuya vida está escondida con Cristo cu \)im" (I
Alfaro, Cristologia e antropología, Cittadella, Assisi, 1973, p. 118).
Dios y los hombres en Cristo glorificado por el don del Espíritu
29. F. X. Durwell, La rísurrezione di Gesú, mistero di salvezza, lidi/ioiú l'uoltue, KOIIIU,
Santo (Cf. Hch 2, 15-21; 13, 32-39). 1969, p. 374.

108 |l)«»
los últimos tiempos han hecho irrupción en el mundo (Ga 6, 14; ICo con tu sangre, de toda tribu y lengua y pueblo y nación y nos has
7, 3; 15,24; Flp 3, 10-11). hecho un Reino para nuestro Dios" (Cf. Ap 5, 9).
En el cuarto Evangelio Jesús no espera sino "su hora" cuando se b) El misterio de la Pascua de Cristo toca también la realidad de
cumplan los destinos del mundo (Jn 5, 25). este mundo.
"La Iglesia parte de la Resurrección de Cristo y se mueve hacia El Pueblo de Dios, mientras espera el cumplimiento pleno de su
la Resurrección de Cristo, progresando en la participación de su vida destino, elabora en este mundo un esbozo del más allá, anticipando
divina hasta llenarse de El. Con la glorificación final la asociación a su propio futuro (Cf. GS 38).
la Resurrección, iniciada en el Bautismo, llegará a ser perfecta: la
Iglesia será "glorificada" con el mismo acto que glorifica al Salvador. La eternidad, por tanto, no viene después de nuestro tiempo o de
Por tanto la Iglesia está en movimiento hacia un acontecimiento, que nuestra historia, sino que es el cumplimiento final, que es al mismo
históricamente la precede, el advenimiento pascual. La parusía será tiempo trascendente e intrínseco a esta misma historia. Lo que se
el Misterio Pascual que se afirma en los fieles en la plenitud de sus manifestará en el último día está ya presente y operante en nosotros
efectos"30 y en la historia: "Cristo en nosotros, esperanza de la gloria". El tér-
mino final post-terrestre (el éschaton) mira solamente al modo como
La Iglesia encontrará su salvación definitiva (Hb 9, 28), su re-
encontrará su cumplimiento definitivo todo lo que ya está desarro-
dención completa (Rm 8, 23) sólo cuando Dios la haya trasladado
llándose en la historia de este mundo.
toda entera "del poder de las tinieblas al Reino de su Hijo querido"
(Col 1, 13). El "mundo nuevo", irrevocablemente prometido, en Jesucristo ya
En el Apocalipsis de Juan contemplamos el triunfo final del plan está en camino de realización. La escatología, por tanto, no permite
de Dios: "Vi la Ciudad Santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del al cristiano ser extraño a la historia terrena, porque es sólo en la pro-
cielo, de junto a Dios, engalanada como una novia ataviada para su fundidad de esta historia donde la eternidad puede comenzar a tomar
esposo. Y oí una fuerte voz que decía desde el trono: forma. En términos concretos, la hermenéutica y la exégesis del
reino final nos imponen sobre todo el insistir en que los fieles deben
Esta es la morada de Dios con los hombres. empeñarse de verdad en renovar esta nuestra historia humana31.
Pondrá su morada entre ellos En la constitución pastoral Gaudium et spes en el n. 38, el Con-
y ellos serán su pueblo cilio Vaticano II nos ofrece una rica e iluminadora enseñanza sobre
y él, Dios-con-ellos, será su Dios. este aspecto: "Constituido Señor por su Resurrección, Cristo, al que
Y enjugará toda lágrima de sus ojos, le ha sido dada toda potestad en el cielo y en la tierra, obra ya por la
y no habrá ya muerte, virtud de su Espíritu en el corazón del hombre, no sólo despertando
ni habrá llanto, ni gritos, ni fatigas, el anhelo del siglo futuro, sino alentando, purificando y robustecien-
porque el mundo viejo ha pasado' (Ap 21, 2-4). do también con ese deseo aquellos generosos propósitos con los que
la familia humana trata de hacer más llevadera su propia vida y
El cielo no es el punto de llegada de tantos individuos salvados, someter la tierra a esta finalidad. Mas los dones del Espíritu Santo
sino el triunfo de un pueblo, es la conclusión de toda una historia son diversos: si a unos llama a dar testimonio manifiesto del anhelo
que ha visto a Dios-amor empeñado en rescatar un pueblo (Pascua) de la morada celestial y a mantenerlo vivo en la familia humana, a
y en convertirlo en propiedad suya (Alianza) para hacerlo gozar de otros los llama para que se entreguen al servicio temporal de los
su misma alegría: es la eterna liturgia triunfal de una ciudad, la hombres, y así preparen el material del reino de los cielos. Pero a to-
Jerusalén celestial, constituida por miríadas y miríadas de ángeles y dos los libera, para que, con la abnegación propia y el empleo de to-
por los fieles del Cordero celebrando juntos la liturgia cósmica que
no tendrá ya final, mientras cantan: "Nos has redimido, Señor Dios,
31. Cf. E. Schillebeeckx, Riflessioni sull'interpretazione dell'escatologia, en Conflllum (sil,
30. Ibid., pp. 408 y 417. ital.), Queriniana, Brescia, 1/1969, pp. 7-72.

110 III
das las energías terrenas en pro de la vida humana, se proyecten ha- Capítulo VU
cia las realidades futuras, cuando la propia humanidad se convertirá
en oblación acepta a Dios. El Señor dejó a los suyos prenda de tal DESARROLLO PROGRESIVO
esperanza y alimento para el camino en aquel sacramento de la fe en
el que los elementos de la naturaleza, cultivados por el hombre, se DEL AÑO LITÚRGICO
convierten en su cuerpo y sangre gloriosos, en la cena de comunión
fraternal y pregustación del banquete celestial".
La luz y la fuerza de la Resurrección de Cristo no influyen sólo
en el espíritu del hombre, sino también en toda la creación y el
mundo de la materia.
Si los cristianos dejan actuar en ellos el poder de la Resurrección
del Señor, por vocación pueden continuar desarrollando y cons-
truyendo un mundo nuevo. El llamamiento a la liberación y a la re-
dención que brota de la profundidad de nuestro mundo los llama y
los compromete. En este capítulo presentamos un cuadro histórico sintético del
El Misterio Pascual mueve a los cristianos no sólo a dar testimonio año litúrgico en su desarrollo progresivo. La historia más amplia de
a los paganos de nuestro tiempo de la alegría de la esperanza que cada tiempo litúrgico y de su significado se tratará en su respectiva
hay en ellos, sino también a trabajar para que se desarrolle en el presentación.
mundo el germen divino que Cristo ha sembrado en su surco resuci- En el primer período de la historia de la Iglesia la Pascua era el
tando de la muerte32. centro único de la predicación, de la celebración y de la vida cristiana.
Podemos resumir el aspecto escatológico y cósmico del Misterio El culto de la Iglesia nació de la Pascua y para celebrar la Pascua.
Pascual en tres actos esenciales: Este dato es de suma importancia: todo era visto en y desde el cen-
tro, y este centro es el evento de Cristo muerto y resucitado que nos
1. En Cristo resucitado ya se ha iniciado la renovación del mundo comunica el Espíritu de adopción, por el cual somos hijos en el Hijo.
y de la humanidad, que es objeto de nuestra esperanza teologal. En los primeros tiempos de la Iglesia no se celebraban los miste-
2. En su humanidad glorificada ha quedado irrevocablemente es- rios de Cristo, sino el misterio, es decir, la Pascua como evento que
tablecida la transformación del universo. resumía y hacía valer para nuestra salvación todo el conjunto de la
3. Con la glorificación de Cristo y la efusión del Espíritu se ha vida y obra salvífica de Cristo. En este misterio, Dios se reveló y se
alcanzado el final de los tiempos y ha comenzado la era escatológica. comunicó plenamente en Cristo : "Cuando hayáis levantado al Hijo
del hombre, entonces sabréis que yo soy" (Jn 8, 28).
Cristo Señor, desde su gloria, atrae hacía sí la creación toda
entera.
1. El domingo, fiesta primordial
Al comienzo de la liturgia cristiana se encuentra solamente el
domingo como única fiesta. Cada ocho días, según el testimonio de
Justino1, "en el día llamado del Sol2 nos reunimos en un mismo

1. San Justino, Le apologie, a cura di I. Giordani, Citta Nuova, Roma, 1962, pp. 125-126,
2. En la cuenca del Mediterráneo, en el Imperio tardío estaba muy difundido el culto ik-l tilo»
32. "Ha resucitado para nuestra justificación"', editorial en La Civiltá Cattolica, 1964, 1, pp. Sol. Según una teoría no del todo olvidada, el domingo se habría derivado de un ilfu dolic mln «I
523-524. Cf. también el bellísimo texto de la constitución pastoral Gaudium et spes, n. 39.

II l
112
lugar, de la ciudad y del campo... Así, nos reunimos todos el día del de la Pascua, sobre todo con la Vigilia, considerada bajo el aspecto
Sol, porque es el primer día en que Dios, transformando las tinieblas del paso de Cristo de la Muerte a la Resurrección.
y la materia, plasmó el mundo, y en el cual Jesucristo, nuestro salva- Alrededor de este núcleo se va formando el triduo pascual que ce-
dor, resucitó de entre los muertos. En efecto, lo crucificaron la vís- lebra la muerte de Cristo (Viernes Santo), su sepultura (Sábado
pera del día de Saturno y reapareció a los apóstoles y discípulos al Santo), su Resurrección (domingo con gran vigilia). La solemnidad
otro día del día de Saturno, es decir, el día del Sol, y les enseñó las pascual se va prolongando luego en una fiesta de cincuenta días, el
doctrinas que hemos presentado a vuestro examen". El domingo, en bienaventurado Pentecostés, con fuerte énfasis en la espera de la
este período, no tenía otras denominaciones (como por ej., domingos venida gloriosa de Cristo (parusía), que se afirmaba inminente.
de Adviento, de Cuaresma, etc.), sino que era solamente el dies do- Hasta el siglo IV se mantiene la visión global y unitaria del
minicus, como celebración esencial de la Pascua. Misterio Pascual con su fuerte concentración en "Cristo crucificado,
sepultado, resucitado" según la bella expresión de san Agustín6; pero
La importancia de este hecho, es decir, de la atención única al desde aquella época, sobre todo por el influjo de la comunidad de
Misterio Pascual —afirma R. Cantalamessa— es enorme para la Jerusalén, comienza a prevalecer el criterio de la historización, moti-
misma Pascua. "Era el predominio del criterio místico de la concen- vada por el deseo de contemplar y revivir cada uno de los momentos
tración respecto al criterio cronológico de la distribución que se de la Pasión-Muerte-Resurrección. Esto era particularmente sentido
afianzó en época posterior, según el cual cada episodio de la vida de y hecho posible para aquellos que los revivían en los mismos lu-
Cristo era conmemorado individualmente en el tiempo exacto de su gares de la vida y Pasión del Señor. Nace así la Semana Santa.
aniversario"3. Por qué motivo, pues, la Iglesia antigua se haya limita-
do a la celebración de la Pascua y cuál sea el significado teológico Otro elemento —este de valor sumamente positivo— contribuyó
a ampliar el "antes" y el "después" de la celebración del Triduo pas-
de las nuevas fiestas y de todo su ciclo, constituyen problemas que
cual, la celebración del Bautismo en la noche pascual. A este hecho,
han interesado a la teología de todos los tiempos, comenzando por
que encontramos ya en los comienzos del siglo III, como atestigua
san Agustín4, y no han cesado de presentar dificultades dentro del
Tertuliano7, se añade la misa para la "reconciliación de los peni-
movimiento litúrgico en general5. tentes" en la mañana del Jueves Santo (en Roma se celebraba desde
el siglo V) y la misa crismal (a fines del siglo VII)8.
2. La celebración anual de la Pascua
6. San Agustín, Ep. 55, 14 PL 33, 215.
Bien pronto, además de la celebración semanal de la Pascua, 7. Tertuliano, Tramito sul baltesimo, SC 35, 93, PL 1, 1331.
probablemente por la sensibilidad de los cristianos provenientes del 8. El origen de la bendición de los santos óleos y del crisma es romano, aunque tiene una
judaismo, se comenzó a realizar también una gran celebración anual evidente impronta galicana. En efecto, hacia fines del siglo VII aparece en el Sacramentarlo
gelasiano en la parte redactada en la Galia (Cf. A. Chavasse, Elude sur l'onction des infirmes dans
l 'Eglise latine du III au XI siécle, Vol. I. Du III siécle a la reforme carolingienne, Libr. du Sacre
Coeur, Lyon, 1942). Además, parece que en la Galia hasta fines del siglo VII la bendición de los
dios Sol. C. S. Mosna, en un estudio acerca del domingo, niega tal derivación porque el domingo santos óleos se hacía en el transcurso de la Cuaresma y no el Jueves Santo (Cf. A. Nocen!,
se fundamenta en el evento pascual. '"Para poder hablar de influjo sobre el domingo —afirma— Celebrare Gesú Cristo. L'anno litúrgico, Vol. III, Cittadella, Assisi, 1977, p. 303).
se debería demostrar que el día dedicado al Sol existía ya en los primeros tiempos de la comunidad De esta concentración de ritos al comienzo del Triduo pascual se podría deducir la intención
cristiana como día ya determinado en el calendario, que se repetía regularmente cada semana y de la Iglesia de ligar todo el organismo sacramental a la Pascua de Cristo como única fuente vital.
correspondía exactamente al día después del sábado. Por esto se debería demostrar la existencia
Esta teología, sin embargo, que junta todo al Misterio Pascual y a su máximo sacramento, la
de la semana planetaria establecida ya antes que el domingo. En efecto, no basta la existencia de
Eucaristía, ya enseñada por santo Tomás y confirmada por el Concilio Vaticano II (Cf. SC 61; I "O
un día dedicado al culto del Sol para afirmar que el domingo se derivó de él" (C. S. Mosna, Storia
5), no estuvo en la base de la decisión de realizar estos ritos el Jueves Santo. En efecto, en
della domenica dalle origini fino agli inizi del V secólo, Universitá Gregoriana, Roma, 1969, p.
33). particular para la bendición de los santos óleos y del crisma en la noche de Pascua, parece que lu
razón fue sólo práctica, es decir, para poder disponer de estos elementos sacramenlales puní lu
3. R. Cantalamessa, La Pasqua della riostra salvezza, Marietti, Torino, 1971, pp. 139-140. celebración del Bautismo y de la Confirmación en la noche de Pascua (Cf. A. Nocen!, t)p. ill,
Ver todo el c. V. Ibíd.. Esto no quiere decir que no deba llevarse a cabo una reflexión teológica ulterior que |wrilil
4. Cf. San Agustín, Ad Januarium, Ep. 55, 1-2 PL 33, 2041. y deba encontrar las relaciones que existen intrínsecamente en el organismo sacrainc-nliil ( t i lu
tercera parte de este volumen y cuanto allí se dice sobre la Semana Santa y el Triduo pu« u<il I
5. Cf. C. Jean-Nesmy, Spiritualitá di Natale, Morcelliana, Brescia, 1964.

I I <
114
Así se explica cómo la Cuaresma nace y se desarrolla como tiem- 4. El culto a los mártires y a la Madre de Dios
po destinado a la última preparación de los catecúmenos, ya elegidos
o competentes*, para el Bautismo y de los penitentes para la recon- Si el ciclo de Navidad nació inicialmente como una celebración
ciliación en la mañana del Jueves Santo. independiente de la Pascua, no fue lo mismo para el culto a ios san-
tos, o más propiamente para el culto a los mártires, porque a éstos la
Los neófitos, nacidos del agua y del Espíritu Santo en la noche Iglesia primitiva les reservó la veneración en forma exclusiva. La
de Pascua, tenían luego necesidad de ser introducidos más a fondo razón de este culto está fundada en el testimonio que Cristo dio al
en el conocimiento del misterio mediante una catequesis apropiada, Padre con su muerte en cruz. Los que habían derramado su sangre por
la catequesis mistagógica. Por esto la celebración pascual se prolonga el Evangelio eran considerados perfectamente asimilados a Cristo,
en la octava de Pascua y en el tiempo pascual de cincuenta días quien, para entrar en la gloria, había pasado a través de la Pasión. El
(Pentecostés), dentro de los cuales se hacen destacar el día cuadra- culto a los mártires es anterior a la misma celebración de la Navidad.
gésimo para celebrar el misterio de la Ascensión y el quincuagésimo
para celebrar la venida del Espíritu Santo según las indicaciones del Junto a los mártires, poco a poco se fueron recordando también
evangelista Lucas. aquellos que habían dado testimonio de la fe delante de los tribunales
y habían sido condenados a torturas, prisión y destierro. Aunque no
habían derramado la sangre, sin embargo, habían confesado la fe.
3. El ciclo de Navidad Por esto eran venerados con el título de confesores.
El ciclo de Navidad nació no más tarde de comienzos del siglo El culto público y oficial a nuestra Señora históricamente nació
IV en forma accidental, digamos ocasional y totalmente indepen- después del de los mártires. En las excavaciones arqueológicas en
diente de la visión unitaria de la Pascua, aunque en tiempo posterior Nazaret se han encontrado indicios de un culto antiquísimo a María.
se logró y profundizó su relación con el Misterio Pascual10. Las cele- Después del Concilio de Efeso (431) se multiplicaron las fiestas en
braciones paganas del Natalis Solis invicti en Roma el 25 de diciem- honor de la Madre de Dios. De manera especial se celebra la mater-
bre y del crecimiento del sol a principios de enero en Oriente fueron nidad divina de María, tanto en Oriente como en Occidente (siglo
la ocasión para invitar a la comunidad cristiana a celebrar el naci- VI), durante las fiestas de Navidad.
miento de Cristo en Occidente (Navidad) y la manifestación de su
divinidad en la carne en Oriente (Epifanía).
5. Progresivo desarrollo del año litúrgico
Para crear un cierto paralelismo con el ciclo pascual, hacia fines
del siglo IV en Galia y España se comenzó a anteponer a las fiestas
Como puede constatarse fácilmente, el año litúrgico no se formó
de la Epifanía un conveniente período de preparación llamado
históricamente con base en un plan concebido en forma orgánica y
Adventus.
sistemática. No se puede, por tanto, hablar de organización, sino más
bien de desarrollo y de crecimiento del año litúrgico. Por consi-
9. Desde el día de su "elección" y admisión al Bautismo (selección y admisión de los guiente, "la única síntesis posible y respetuosa de los hechos, como
catecúmenos, fundamentada sobre la elección o escogencia realizada por Dios en cuyo nombre resultan de la historia objetiva, es la de partir del acontecimiento
actúa la Iglesia), los catecúmenos se llamaban y todavía se llaman "elegidos". Se llamaban y se
llaman todavía competentes (concurrentes), porque aspiran conjuntamente o concurren a recibir los pascual o por lo menos reconducir todo a aquel único centro, como
sacramentos de Cristo y el don del Espíritu Santo (Cf. Rito de la iniciación cristiana de los adultos, sucedió, por ejemplo, por una especie de profundo instinto cristiano,
nn. 24; 133-135). a propósito del ciclo de Navidad y quizás no hay que abstenerse de
10. "Quede bien claro —afirma B. Neunheuser— que en ambos cuadros cíclicos se celebraba hacerlo a propósito de las fiestas de los santos"11.
el mismo misterio de nuestra salvación, pero bajo diversos puntos de vista. Se trataba de dos ciclos
ciertamente diferentes, aunque autónomos, y además, frecuentemente separados, como se hacía
especialmente a fines del primer ciclo que culminaba en la fiesta del 2 de febrero. Sólo mis tarde
los dos ciclos vienen a unirse en la unidad del único año litúrgico que, desde la espera del
11. P. Visentin, Cristo nel lempo. Storia dell'anno litúrgico, en Cristo ieri, wj¡/f< t \rmpt*.
Adviento, a través de las solemnidades y los domingos, llega a la espera de la parusía" (La vénula
L'anno litúrgico e la sua spirílualitá, Cal, Ecuménica Editrice, Bari, 1979, p. 54; O . luinlili'n I'
del Signore: teología del lempo di Natale ed Epifanía, en RL 2/1972, p. 602).

11/
116
nosotros y como descompuesto en todos sus detalles. Poner litúr-
I'oi tanto, al desarrollo del año litúrgico contribuyó ciertamente gicamente en relieve ya uno, ya otro de los aspectos del único misterio,
un tactor historizante y en ciertos períodos también devocional no o sea, celebrar cada misterio, es lo que se llamafiestalitúrgica'4.
siempre correcto, a veces hasta ideológico. Sin embargo no puede b) Por una razón teológica. Aunque el misterio es visto en su
ser subvalorado el elemento fundamental: la comprensión del
misterio de Cristo por obra del Espíritu. Jesús dijo: "Cuando venga irrompible unitotalidad y a la luz de su centro vital, la Pascua, se de-
el Espíritu de verdad, El os guiará a la verdad plena" (Jn 16, 13). Si be tener presente que la obra de la redención humana y de la perfecta
se olvida este elemento para quedarse sólo en los análisis históricos, glorificación de Dios no ha sido cumplida exclusivamente, sino espe-
se cae inexorablemente en una actitud crítico-racionalista, deletérea cialmente ("praecipue", dice la SC 5) por medio del Misterio Pascual.
para la comprensión del misterio litúrgico. Todos los actos de la vida de Cristo (los misterios) son salvíficos
y cada uno de ellos tiene un bien suyo preciso connotado y un valor
suyo propio en el plan de Dios; son gestos y modos con los cuales
6. Las razones para la celebración de un año litúrgico Dios se ha manifestado y comunicado a sí mismo en y mediante la
carne de su Hijo. Cada misterio, pues, tiene su gracia particular de
Sabemos que en el memorial eucarístico está encerrado todo el salvación. Además no puede ignorarse que toda la vida de Cristo co-
bien espiritual de la Iglesia12, es decir, el mismo Cristo, nuestra Pas- mo la interpretó la primera comunidad guiada por los apóstoles, es
cua (Cf. PO 5). En la Eucaristía viven y se concentran en sumo gra- comprendida como el cumplimiento de toda la historia de Israel. Sin
do todos los aspectos del misterio de Cristo y de toda la historia de la los acontecimientos del Antiguo Testamento no se comprenden ple-
salvación. Cada, misa puede decirse, es Adviento, es Navidad, Viernes namente los misterios de Cristo.
Santo, Pascua, Ascensión, Pentecostés. Cada fiesta litúrgica está
realmente contenida en el memorial del sacrificio pascual de Cristo. Por tanto, la liturgia, como actualización de la historia de la salva-
El contenido salvífico suprahistórico del misterio es total, irrompible ción in mysterio, no puede dejar de valorar cada evento salvífico y no
y unitario en toda la plenitud de su realidad para la vida de la Iglesia. verlo en relación con todo lo que aconteció en el Antiguo Tes-tamento.
Por consiguiente, el año litúrgico, lo repetimos una vez más, no No se debe olvidar que el Cristo de la fe y de la gloria es el mismo
puede concebirse como un desarrollo progresivo y gradual según las Jesús de Nazaret, o sea el Jesús de la historia. Esta historia es el fun-
leyes naturales que regulan el año de la naturaleza, sino que se debe damento de todo.
concebir como acción salvífica unitaria. El hombre participa de ella De estas motivaciones resulta, por consiguiente, que la celebra-
sólo gradualmente, pero el misterio es en sí mismo total y perfecto13. ción de cada misterio de Cristo tiene la finalidad de abrir a los fieles
¿Por qué, entonces, un año litúrgico si la realidad salvífica ya está las riquezas de las acciones salvíficas y de los méritos de nuestro
plena y total en cada Eucaristía que diariamente puede celebrarse? Señor Jesucristo a fin de que estos fieles puedan ponerse en contacto
Por una razón pedagógica, pero sobre todo por una razón con la gracia de la salvación y llenarse de ella (Cf. SC 102). Así
teológica. pues, la celebración del año litúrgico "posee una fuerza sacramental
y una eficacia particular para alimentar la vida cristiana"15.
a) Por una razón pedagógica. La Iglesia, bajo la influencia del
Espíritu, fue explicitando los diversos momentos y aspectos del Pablo VI, al promulgar con la carta apostólica Mysterii paschalis
insondable e inconmensurable misterio (Cf. Ef 3, 8-19; Rm 11, 33- del 14 de febrero de 1969 las normas generales del año litúrgico,
36) porque en nuestra limitada capacidad psicológica no podemos recordaba que "a través de la revisión del año litúrgico y las normas
percibir y penetrar toda su infinita riqueza con una sola mirada. que de allí se siguen, los fieles se comunican en la fe, en la esperanza
Tenemos necesidad de que este inmenso cuadro sea analizado para y en la caridad, con todo el misterio de Cristo distribuido en el curso
del año".
Caltaneo, Lo sviluppo del calendario ¡Momo al mistero pasquale, en RL 2/1970, pp. 257-272;
AA.VV., Anamnesis, Vol. II, IM Liturgia. Panorama slorico genérale, Marielú, Tormo, 1978.
12. Cf. S.TIi., III, q. 65, a.3 ad 1; q.79, a.l c et ad 1. 14. Cf. C. Vagaggini, Op. cit., p. 182.
13. Cf. O. Casel, 11 mistero del culto cristiano, Borla, Tormo, 1966, p. 115. 15. Cf. S. Congregación de Ritos, decreto general Máxima redemplionis nostrae mysteria, 16
noviembre 1955, AAS 47(1955), p. 839.
118
119
Capítulo VIII "Ocho días después, estando reunidos los discípulos nuevamente en
casa" (Jn 21, 27), Jesús se les apareció y mostró a Tomás las llagas de
EL DOMINGO, su Pasión (Cf. también Hch 2, 41-47; 20, 6-12; ICo 16, 2; Ap 1, 10).
CELEBRACIÓN SEMANAL Así pues, la tradición recogió del Evangelio los dos datos: el de
la Resurrección con la primera aparición de Cristo a los apóstoles, y
DE LA PASCUA el de los ocho días después, siempre con la aparición del Resucitado
a los apóstoles.
El Concilio Vaticano II afirma que la Iglesia celebra el domingo
"siguiendo la tradición apostólica, la cual tiene origen desde el mis-
mo día de la Resurrección de Cristo" (SC 106).
Reconociendo a la celebración dominical un origen apostólico, el
Concilio afirma también implícitamente que la Iglesia no tendría el
poder de trasladar el memorial semanal del Misterio Pascual a otro
día de la semana. Por lo mismo, en el apéndice de la constitución
litúrgica respecto a la reforma del calendario civil, se afirma muy
significativamente: "El sacrosanto Concilio declara que no se opone
1. Origen apostólico del domingo
a las gestiones ordenadas a introducir un calendario perpetuo en la
La celebración del Misterio Pascual está en el centro de la "memo- sociedad civil. La Iglesia no se opone a los diversos proyectos que
ria" que hace la Iglesia de su Señor. se están elaborando para establecer el calendario perpetuo e intro-
ducirlo en la sociedad civil, con tal que conserven y garanticen la se-
Esta celebración se realiza semanalmente: "Cada semana, el día
mana de siete días con el domingo, sin añadir ningún día que quede
al cual ha asignado el nombre de 'domingo', (la Iglesia) hace la me-
al margen de la semana, de modo que la sucesión de las semanas se
moria de la Resurrección del Señor" (SC 102).
mantenga intacta, a no ser que se presenten razones gravísimas, de
¿Por qué cada semana y en el día llamado "domingo"? La respues- las que juzgará la Sede apostólica".
ta a estos interrogantes no está exenta de problemas para los cuales
También para el nombre dado a este día, la indicación procede de
remitimos a óptimos estudios específicos1. Aquí nos limitamos a la
los textos de la Escritura. En el Apocalipsis dice Juan: "Yo fui
respuesta que parece implícita en el texto conciliar de la SC donde
arrebatado en éxtasis el día del Señor" (Ap 1, 18). Así pues, el apela-
se habla de "tradición apostólica".
tivo "día del Señor" es atribuido por los cristianos al día siguiente al
De los textos del Nuevo Testamento se advierte que el domingo, sábado ya desde fines del siglo I y justamente se ha perpetuado hasta
o día del Señor, no es tanto un día escogido por los primeros cristia- nosotros.
nos, cuanto por los apóstoles y, de alguna manera por el mismo
Kyriaké = dominicus dies1 = domingo: día del Kyrios, de Cristo,
Cristo, el cual apareció resucitado en medio de los suyos precisamen-
el Señor, resucitado y glorificado; el día de aquel que "conoció la
te en este día después del sábado, el primero de la semana según la
muerte" y que es "el Viviente por todos los siglos de los siglos" (Ap
numeración judía.
1,18).
Jesús resucitó y se manifestó a los suyos "el primer día de la Así pues, el nombre "domingo" no implica tanto una referencia
semana" (Mt 28, 1; Me 16, 9; Le 24, 1; Jn 21, 1).
a Dios creador, sino a Cristo, el Señor. El domingo es el día de

1. Cf. C.S. Mosna, Storia delta domenica dalle originifíno agí! inizi del V secólo, Universitá
Gregoriana, Roma, 1969, con la respectiva bibliografía; Cf. igualmente "Orientaciones biblio- 2. Tertuliano, De idolatría, 14, PL 1, 757; De Corona, 3 y 11, Csel 70, 125ss; De jejunüs, 15
gráficas" del presente volumen. PL 2, 974.

120 121
Cristo por excelencia, porque es el día de su Resurrección. El culto él el principio de los días, Moisés no lo llamó "primero", sino "uno".
cristiano primitivo se centró en Jesús muerto y resucitado, a quien Pasó, dice, una noche y una mañana, un día, que retorna puntual-
se atribuyen los títulos de gloria como: "Salvador" (Hch 5, 27; 4, mente sobre sí mismo. Por esto el día que es realmente "uno" es ver-
12); "Cristo" (Hch 5, 42; 9, 34); "Cristo y Kyrios (Hch 2, 36). daderamente octavo —y al cual el salmista menciona en los títulos
de algunos salmos para significar así el orden que sucederá a esta
era: el día sin fin, el otro eón en el cual no habrá ya noche, ni suce-
2. El misterio del domingo sión, ni cesación, ni vejez— aquel día es a un mismo tiempo "uno"
y "octavo". Es, pues, en virtud de una precisa exigencia por lo que
El domingo es al mismo tiempo el primero y el último día de la la Iglesia enseña a sus hijos a orar de pies en aquel día, a fin de que,
semana: "El primer día de la semana" (Mt 28,1); "ocho días después" mediante el recuerdo continuo de la vida eterna, no olvidemos los
(Jn 21, 27). Si la tradición se aferró enteramente al octavo día, es medios para llegar a ella"5.
porque vio en esto un misterio. El día que sigue al séptimo día de la
semana se ha vuelto el símbolo del día que sobrepasa los días, del Notemos, finalmente, la superación de la institución del sábado
día sin ocaso, de la eternidad1. Nuestros primeros hermanos en la fe con la del domingo: el primero consistía esencialmente en el reposo
vivieron intensamente el domingo, porque penetraron profunda- de todo trabajo y su valor religioso estaba solamente en relación con
mente su misterio. la alianza mosaica; el domingo, en cambio, consiste esencialmente
en la celebración del memorial de la Resurrección del Señor y de la
Ante todo captaron su absoluta novedad. Sin desconocer la estre- nueva alianza en su sangre cumplida por la asamblea de sus discí-
cha continuidad que existe entre las dos alianzas, los Padres acentua- pulos y en la espera de su venida.
ron en el domingo el carácter de sábado nuevo y perfecto: "El Verbo
trasladó la fiesta del sábado al día en que surgió la luz y nos dio "Los que vivieron en el viejo orden de cosas —afirma san Ignacio
como imagen del verdadero reposo el día de la salvación, el domingo, de Antioquía— abrazaron la nueva esperanza y no observan ya el
primer día de la luz en el cual el Salvador del mundo, después de sábado, sino que celebran el día del Señor, en el cual hemos comen-
haber realizado todas sus obras entre los hombres, habiendo vencido zado a participar en la vida de Cristo y también en su muerte, mis-
la muerte abrió las puertas del cielo superando la creación de los seis terio que algunos niegan, y que, por el contrario, es la fuente de
días y recibiendo el sábado bienaventurado y el reposo beatífico"4. nuestra fe y de la paciencia con la cual sufrimos, para ser hallados
discípulos de Jesucristo, nuestro único maestro"6.
San Basilio, recordando y demostrando cómo la Iglesia posee,
además de la doctrina escrita, enseñanzas transmitidas "in misterio"
a través de la tradición apostólica, cita el domingo y habla de él en 3. El domingo celebra la Pascua
estos términos: "No todos conocen el motivo por el cual el primer
día de la semana, recitamos la oración permaneciendo de pies. En Lo que hemos subrayado con particular atención es el carácter
efecto, no es sólo porque también nosotros hemos resucitado en original de fiesta propio del domingo: él es el memorial del Misterio
Cristo y porque debemos tender hacia las realidades celestiales por Pascual en su totalidad.
lo que, el día de la Resurrección conmemoramos la gracia que nos
La generación apostólica percibió la importancia de este día
fue dada orando de pies, sino también, pienso, porque aquel día es,
ligado a la memoria y a la presencia de Cristo muerto-resucitado, al
en cierto modo, la imagen del eón futuro. También por esto, siendo
cual se añadió luego el de Pentecostés, por la indisoluble unidad de
los tres aspectos del único misterio.
3. Cf. Daniélou, Bibbia e liturgia, Vita e Pensiero, Milano, 1963 (en particular Cf. los
capítulos: "7/ mistero del sábalo", "La domenica", "L'otlavo giorno", pp. 297-386; P. Jounel, La
domenica e la setlimana, en A.G. Martimort, La Chiesa in preghiera, Vol. IV, La liturgia e ¡i 5. San Basilio, De Spiritu Sánelo, citado por J. Daniélou, Op. cit., pp. 354-355.
lempo, Queriniana, Brescia, 1984, pp. 27-47. 6. San Ignacio de Antioquía, Carta a los cristianos de Magnesia, c. 6, 1-9, 2, Funk, 1, 195.
4. Orígenes, Comentario al Salmo 91, PG 23, 1169. 199.

122 123
El nombre de "domingo" dado a este día condensa apropiada- sino el sacramento de la presencia de su sacrificio pascual que exige,
mente el contenido de su celebración: por consiguiente, la necesaria presencia de aquel que realizó aquel
a) Es el día en el cual celebramos en la fe el memorial de la "bien- sacrificio. La liturgia nos recuerda con frecuencia en su oración que
aventurada Pasión, de la Resurrección de entre los muertos y de la cada vez que se ofrece la Eucaristía, se realiza la obra de nuestra
gloriosa Ascensión al cielo de Cristo Hijo del Padre y Señor nuestro" redención. Así pues, el corazón de la celebración del domingo, como
y de la efusión del Espíritu Santo. se dirá más ampliamente en el n. 5 de este capítulo, es la celebración
eucarística porque ella es el sacramento de la Pascua por excelencia.
b) Es el día típico de la presencia actual del Señor en medio de Cada ocho días la comunidad de los redimidos es convocada a decir
los suyos reunidos en asamblea. con este rito su "gracias" al Padre por el don de la salvación, ofrecido
c) Es el día de la espera en la esperanza de la venida última del al mundo en Cristo muerto y resucitado.
Señor resucitado. El domingo, haciendo memoria de la Resurrección Para confirmación del domingo como día de la celebración
de Cristo, anticipa su venida; la Iglesia lo celebra "doñee veniat", en eucarística desde el principio de la vida de la Iglesia tenemos el
la espera de su venida. importante texto del Hechos 20, 7-12. Pablo, llegado a Tróade, dice:
Así podemos sintetizar la teología del domingo con base en los "El primer día de la semana" (es precisamente el "primer día después
nombres con que ha sido llamado este día. "El término 'día de la Re- del sábado" según la expresión hebrea) "estaban reunidos para partir
surrección' subraya ante todo la memoria; el de 'octavo día', la pro- el pan". Esta reunión, a la cual Lucas da tanto relieve en su narración,
fecía; el de 'domingo' la presencia del misterio, del Señor resucitado es sin duda la asamblea eucarística celebrada desde entonces en
en su Iglesia"7. domingo. Estamos ante un documento auténtico de gran valor para
nuestro asunto.
Memoria, profecía, presencia, "nuestro domingo es verdadera-
mente el advenimiento de la nueva creación, la irrupción de la vida
de lo alto"s. En esta luz se comprende por qué el domingo es el día 4. El domingo, día de la asamblea
de la escucha de la Palabra de Dios: fue en este día cuando Jesús
abrió el sentido de las Escrituras a los dos discípulos de Emaús (Cf. "Desde el día de Pentecostés, que marcó su manifestación al
Le 24, 25-27). Se comprende también por qué debe ser el día de la mundo, la Iglesia nunca ha olvidado reunirse en asamblea para
celebración de los sacramentos pascuales: es por medio de estos celebrar el Misterio Pascual" (SC 6).
sacramentos como se actualiza para nosotros el Misterio Pascual.
"Lo reconocieron en el partir del pan" (Le 24, 35). Dada la importancia fundamental del domingo, abundan los testi-
monios sobre su celebración comunitaria. Aquí trataremos sola-
La Eucaristía, sobre todo, es el máximo sacramento de la Pascua. mente de escoger algunos como documentación de la afirmación del
Este encierra, como enseña el Concilio Vaticano II, a Cristo mismo, Concilio Vaticano II ya citada.
nuestra Pascua y pan vivo (Cf. PO 5). Por eso en este día "los fieles En la I Carta a los corintios (hacia la Pascua del 57), san Pablo
deben reunirse en asamblea para, con la escucha de la Palabra de liga a la reunión semanal la colecta para los hermanos de Jerusalén:
Dios y la participación de la Eucaristía, hacer memoria de la Pasión, "Cada primer día de la semana cada uno de vosotros separe en casa
de la Resurrección y de la gloria del Señor Jesús, y, dando gracias a todo lo que pueda" (16, 2).
Dios que ios engendró en la esperanza viva por medio de la Resu-
rrección de Jesucristo de entre los muertos' (1P 1, 3)" (SC 106). La Los Hechos de los apóstoles nos han transmitido la narración de
Eucaristía no es el sacramento de la presencia "estática" de Cristo, la asamblea tenida en Tróade con Pablo: "El primer día de la semana
estaban reunidos para la fracción del pan" (Hch 20, 6-12).
Con toda probabilidad al comienzo la comunidad de Jerusalén se
adaptó juntando la asamblea eucarística dominical con la observancia
7. P. Jounel, Op. cil., p. 36.
8. San Gregorio de Nacianzo, De nov. Dom, 5, PG 36, 612.
del sábado. Pero ya a fines del siglo I la separación entre el sábado

124 125
judío y el domingo es definitiva y la observancia de este día, según
san Ignacio de Antioquía (+hacia el año 107), como confirmamos La nota pastoral de la Conferencia Episcopal Italiana // giorno del
antes con la citación de la Carta a los magnesios, es el signo por ex- Signore del 15 de julio de 1984 recuerda que "en su forma más plena
celencia del cristiano. y perfecta, la asamblea se realiza cuando se reúne en torno a su obis-
La Didaché deja entrever cómo se hacía la asamblea de los fieles: po, o a aquellos que, asociados a él con el orden sagrado en el mismo
"El día del Señor reunios para la fracción del pan y la Eucaristía, sacerdocio ministerial, legítimamente lo representan en cada una de
después de haber confesado vuestros pecados para que sea puro las porciones de su grey, las parroquias. Esta plenitud es tal que
vuestro sacrificio. Pero el que esté en discordia con su compañero acoge y asume en sí cada don y cada ministerio particular. El grupo
no se una a vuestra asamblea antes de haberse reconciliado, a fin de o,el movimiento, de por sí no son la asamblea; ellos mismos son par-
que vuestro sacrificio sea sin mancha". te de la asamblea dominical, como que son parte de la Iglesia. Para
Plinio el Joven, en la carta dirigida a Trajano en el año 112, todos vale la recomendación de la Iglesia antigua de "no disminuir
declara que los cristianos arrestados "afirmaban que toda su culpa o la Iglesia y no reducir ni en un miembro el cuerpo de Cristo con la
su error consistía en reunirse habitualmente en un día fijo, antes del propia ausencia". Y el cuerpo del Señor no es empobrecido solamente
alba, para cantar juntos un canto a Cristo como a Dios". por aquel que de hecho no va a la asamblea, sino también por
San Justino (+165) en su I Apología nos da la descripción de la aquellos que, rehuyendo la mesa común, aspiran a sentarse en una
asamblea en el día del Señor: "En el día llamado del Sol nos reunimos mesa privilegiada y más rica: ¿No parecen, en efecto, asemejarse a
en un mismo lugar, desde la ciudad y desde el campo, y se hace lec- aquellos cristianos de Corinto que rehusaban poner en común con los
tura de las memorias de los apóstoles y de los escritos de los profe- más pobres su rico alimento (Cf. ICo 11, 21)? Si la Eucaristía es
tas... Nos reunimos, pues, todos el día del Sol, porque es el primer compartir (lo cual se expresa en el gesto del partir el pan) a ejemplo
día en el cual Dios, cambiadas tinieblas y materia, plasmó el mundo, de aquel que no se ahorró nada de sí mismo, entonces, quien más ha
y en el cual Jesucristo, Salvador nuestro, resucitó de entre los muertos". recibido esté más dispuesto a dar, inclusive cuando el donar pueda
Hasta la paz de Constantino del año 313 y sus leyes del 321, el parecer perder" (n. 10)10.
domingo no fue día festivo ni de reposo; sin embargo, reunía a todos
los creyentes en Cristo. La Didascalia de los apóstoles (documento
de mediados del siglo III) amonesta de esta manera a los cristianos: 5. El domingo, día de la Eucaristía
"No pongan sus negocios temporales por encima de la Palabra de
Dios, sino que abandonen todo en el día del Señor y acudan con "Desde sus primeros orígenes —recuerda la citada nota pastoral
diligencia a sus asambleas porque se celebra allí la alabanza de Dios. de la CEI— la Iglesia solemnizó el día del Señor con la celebración
De otra manera, ¿qué sentido tendrían ante Dios los que no se de la "fracción del pan" (Cf. Hch 20, 7), con la proclamación de la
reúnen el día del Señor para escuchar la palabra de vida y para Palabra de Dios (Cf. Hch 20, 11), y con obras de caridad y de
alimentarse con el nutriente divino que perdura eternamente?". asistencia (Cf. ICo 16, 2). El ejemplo lo había dado el Maestro. En
el mismo día de su Resurrección, repartió el pan a los i iscípulos de
Es significativa la narración del proceso de los cuarenta y nueve
Emaús, después de haberlos confortado con su presencia y con su
mártires de Abitinia en Túnez. Ellos podrían llamarse justamente los
mártires del domingo. Arrestados por reunión ilícita, delante del palabra a lo largo del camino, explicándoles todo lo que en las Escri-
procónsul Anulino declara el sacerdote Saturnino: "Nosotros turas se refería a El (Cf. Le 24, 27). Desde entonces la Iglesia ha
debemos celebrar el día del Señor. Es nuestra ley". El lector Emérito, santificado siempre el día del Señor con la celebración del memorial
en cuya casa estaba reunida la comunidad, declaró: "Sí, en mi casa de su sacrificio en el cual la proclamación de la Palabra, la fracción
fue donde celebramos el día del Señor. No podemos vivir sin celebrar del pan y la diaconía de la caridad están íntimamente unidas. En este
el día del Señor". La virgen Victoria declara con arrogancia: "He momento ella perpetúa la presencia del Resucitado en su triple don:
participado en la asamblea porque soy cristiana'"*. la Palabra, el sacramento, el servicio. En la Iglesia primitiva estos

9. El episodio es traído por P. Jounel, Op. cil., p. 31.


10. Enchiridion Cei, Vol. 3, Dehoniane, Bologna, 1986, nn. 1933-1974, pp. 1098-1118.
126
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tres aspectos iban siempre estrechamente unidos. No ha sido una ga- "La Eucaristía no es sólo un rito, sino también una escuela de vida, lilla
nancia para la praxis posterior el haber reducido todo al sólo mo- no puede agotarse dentro de los muros del templo, sino que tiende nece-
mento ritual, al sacramento" (n. 11). sariamente a sobrepasarlos para llegar a ser compromiso de testimonio y
¿Por qué la convocación de la Iglesia en el día del Señor para es- servicio de caridad. Cuando la asamblea se disuelve y reenvía sus
cuchar la Palabra y celebrar la Eucaristía? miembros a la vida, es toda la vida la que debe convertirse en don de sí.
Este también es un significado del mandamiento del Señor: "Haced esto
No es difícil dar la respuesta. en conmemoración mía". Cada cristiano que haya comprendido el sentido
El Pueblo de Dios nació del acontecimiento pascual. La Pascua de aquello en que ha participado, se sentirá deudor para con cada hermano
es por su propia naturaleza un hecho comunitario tanto en el Antiguo de aquello que ha recibido. "Id a anunciarlo a mis hermanos" (Mt 28, 10):
como en Nuevo Testamento. Por tanto la Pascua es celebrada por la la llamada se hace misión, el don se hace responsabilidad, y exige ser
Iglesia reunida. compartido. Los dos discípulos de Emaús, dejada la aldea, regresaron a
Jerusalén para anunciar jubilosos a los hermanos que habían visto al Señor
La Pascua es el acontecimiento que cambió irrevocablemente los
(Cf. Le 24, 33-35). A través de la alegría de aquellos que han respondido
destinos del mundo. Esto exige que se haga de ella una proclamación
pública y solemne. La Iglesia, entonces, por tradición apostólica, a la llamada, es el Resucitado quien quiere llegarse a cada otro hermano,
aun antes de celebrar la Pascua anual, celebró la Pascua semanal. a todo hombre: a aquellos que no han podido responder, que no han
Precisamente en este día es cuando los fieles deben reunirse para, es- querido responder, que ni siquiera han oído la llamada. En el respeto
cuchando la Palabra de Dios y participando en la Eucaristía, dar gra- debido a la libertad de cada uno, el cristiano no puede permanecer
cias a Dios que los regeneró en la esperanza viva por medio de la indiferente delante de la lejanía de tantos hermanos suyos. Cada uno, por
Resurrección de Jesucristo de entre los muertos (Cf. 1P 1, 3; SC 6 y su parte, es responsable de ellos» (n. 13).
106). "El propio testimonio de fe en el Señor resucitado y la propia misión se
expresan de manera privilegiada con el servicio en la caridad. Si la
Hay, pues, una estrechísima e indisoluble correlación entre Pas- conformación con Cristo es fruto de la Eucaristía, la atención a los más
cua, Bautismo, Eucaristía, escucha de la Palabra de Dios, domingo, desgraciados, a los pobres, a los enfermos, a quien está en soledad, será
• el deber de participar en la asamblea dominical en actitud de acción ciertamente uno de los signos más transparentes de su eficacia. Una visita,
de gracias. un regalo, una llamada telefónica, pero también un compromiso más serio
La Palabra de Dios reúne a la comunidad en la fe en torno a y perseverante allí donde hay necesidad, pueden llevar luz a un día que de
Cristo resucitado; el Bautismo, al cual se refiere el texto conciliar al otro modo sería triste y gris. Particular valor se reconoce en esta perspectiva
citar la I Carta de san Pedro, nos regeneró en Cristo muerto-resu- al servicio de los ministros extraordinarios de la comunión, a través de los
citado a una vida nueva; la Eucaristía es el memorial de la Pascua cuales la Eucaristía dominical llega a aquellos que, impedidos por la edad,
que lleva a cumplimiento la vida divina iniciada con el Bautismo y por la enfermedad u otro motivo, de otra manera permanecerían privados
hace crecer siempre más el cuerpo de Cristo; el domingo no puede de su fuerza y del vínculo que los une a la comunidad. Igualmente preciosas
ser sino el día en el cual la santa asamblea del Pueblo de Dios, reuni- son las ofrendas para las necesidades de la comunidad, del culto y de los
do en la fe, en la esperanza y en la caridad, celebra la totalidad del pobres. La absoluta transparencia de su destinación y utilización favorecerá
Misterio Pascual. ciertamente esta forma del compartir que ya san Pablo recomendaba (Cf.
2Co 8, 14) y Justino atestiguaba en el siglo II" (n. 14).
6. El domingo, día de la misión y déla caridad
7. El domingo, día de gozo
La nota pastoral de la CEI ya citada, ha subrayado, entre los
diversos aspectos del domingo, también el de la misión y de la El domingo debe considerarse también como fiesta primordial
caridad. El texto de los obispos italianos en los nn. 13 y 14 afirma: por el influjo que debe ejercer en la vida espiritual de los fieles. Es

128 129
5. Cristo fiesta de la Iglesia
el día de la etapa de refortalecimiento del Pueblo de Dios pere- en sus actividades recreativas. El reposo dominical se vuelve
grinante en esta tierra". entonces el signo maravilloso de la felicidad celestial, un aumento
de alegría humana, que ilumina con su luz toda la jornada, una
El texto conciliar, después de haber afirmado el contenido de la liberación que permite al cristiano consagrar un tiempo más largo a
celebración y el deber de los fieles de reunirse, recomienda con vivo la oración y a los contactos fraternos"13.
sentido pastoral que el domingo "sea dedicado a la piedad de los
fieles para que llegue a ser también día de gozo". Podemos entonces sintetizar toda la teología del domingo así: es
el día cósmico de la creación, bíblico de la circuncisión, evangélico
En la Didascalia de los apóstoles encontramos esta sencilla pero de la Resurrección, eclesial de la Eucaristía y, finalmente, esca-
profunda recomendación: "El domingo estén siempre alegres, porque tológico del siglo futuro14.
aquél que se entristece el día domingo, comete pecado".
La imaginación fervorosa del Medioevo había llegado a pensar
que en domingo había una suspensión de pena en el purgatorio, e in- 8. Aspectos pastorales relativos al domingo
clusive en el infierno: ¡para todos haya gozo en este día!
a) Importancia de la celebración del domingo
El canto, parte esencial de la liturgia, es expresión de esta alegría
que debe llenar el corazón de los resucitados en Cristo, los cuales, El domingo es la fiesta primordial que debe ser propuesta e
como ya los discípulos, se gozan al ver al Señor resucitado en medio inculcada a la piedad de los fieles, de modo que resulte también día
de ellos (Cf. Jn 20, 19-20). de gozo y de reposo del trabajo. "No se le anteponga ninguna otra
La Iglesia es esta comunidad de amigos de Cristo y de amigos solemnidad que no sea de grandísima importancia, porque el domin-
entre sí que se reúnen porque se reconocen en el amor y en la paz go es el fundamento y el núcleo de todo el año litúrgico" (SC 106).
dados por el Señor. Después de todo lo dicho hasta aquí, se comprende mejor esta
La alegría dominical debe nutrirse de contemplación: el domingo última parte del texto conciliar respecto al día del Señor.
es el día propio de la lectura de la Palabra de Dios; debe derramarse El domingo es la fiesta primordial porque es la primera y más
y manifestarse en el ejercicio de la caridad fraterna. antigua fiesta celebrada por la Iglesia. Es cierto que la celebración
Las primeras comunidades cristianas quisieron subrayar la alegría anual de la Pascua es posterior a la semanal. Por esto el domingo
dominical también mediante dos signos exteriores: a) En domingo constituye como la osamenta de todo el año litúrgico, del cual es
no se ayuna nunca: es el día de la presencia del Esposo; b) el domin- "fundamento y núcleo". En el domingo está toda la fiesta cristiana y
go se ora de pie: "Si hemos resucitado con Cristo —-dice san Ba- en el año litúrgico se hacen explícitos los aspectos de la totalidad de
silio— debemos buscar las cosas de arriba; el día de la Resurrección, esta fiesta.
permaneciendo de pie recordamos la gracia que se nos ha dado"12. La importancia del domingo justifica la recomendación de no
Consecuencia y punto de llegada de la celebración dominical es anteponerle otras celebraciones que no sean verdaderamente de
el reposo. "El punto de partida consiste en la fiesta cristiana semanal, grandísima importancia. La fisonomía propia de la celebración
fuente de gozo para los cristianos, que se han encontrado en asamblea dominical como fiesta del Señor debe ser salvaguardada al máximo.
y que integran esta alegría en su vida familiar, en sus descansos o Solamente en casos excepcionales y bien motivados se podrán prefe-
rir otras celebraciones a la dominical del misterio de Cristo.

11. Es interesante la etimología del término "parroquia" con el cual se llama la porción terri-
torial de la Iglesia local: según algunos se deriva del griego paroikúsa, que significa "acampada", 13. Comentario al n. 106 de la SC de la revista La Maison-Dieu 77/1964. El documento fue
"toldas". La Iglesia, en efecto, vive en la tierra pero no tiene aquí su morada estable. En la tierra,
traducido y publicado por la Queriniana, Brcscia, 1964; para la cita, p. 193.
como decían los más antiguos escritos cristianos, sólo es "campamento", es "parroquia".
14. J. Daniélou, Op. c¡t„ p. 359.
12. San Basilio, Tratado sobre el Espíritu Santo, 27, PG 32, 190-191.

130 131
Con este criterio el domingo, Pascua semanal, "cede su celebra- los últimos años han pedido a la Santa Sede orientaciones p.n;i esta
ción solamente a las solemnidades y a las fiestas del Señor; pero los situación de hecho (n. 7). En tercer lugar el factor de la experiencia:
domingos de Adviento, de Cuaresma y de Pascua tienen siempre la la Santa Sede, a través de indicaciones y orientaciones genéralos, y
precedencia inclusive sobre las fiestas del Señor y sobre todas las so- algunos obispos en sus Iglesias particulares se han ocupado de oslo
lemnidades. Las solemnidades que coinciden con estos domingos se asunto. El Directorio ha aprovechado la experiencia de todas estas
transfieren a la feria segunda (lunes) siguiente, excepto las solem- intervenciones para evaluar las ventajas y al mismo tiempo las posi-
nidades que coinciden con el domingo de Ramos o el domingo de bles limitaciones de tales celebraciones.
Resurrección". Por eso "el domingo, de por sí, excluye la asignación
perpetua de cualquier otra celebración"15. La idea fundamental de todo el Directorio es la de asegurar, en
el mejor de los modos y en toda situación, la celebración cristiana
Hoy más que nunca la pastoral está empeñada en crear la con- del domingo, sin olvidar que la misa sigue siendo la celebración
ciencia del domingo como día de la identidad de la comunidad cris- propia, pero reconociendo la presencia de elementos importantes,
tiana de modo que este día, el "día que hizo el Señor", se celebre co- inclusive cuando no se puede celebrar la misa.
mo adultos16.
Este documento no pretende promover ni menos facilitar en for-
ma innecesaria o artificial las asambleas dominicales sin celebración
b) Celebración del día del Señor sin el presbítero de la Eucaristía. Quiere simplemente orientar y reglamentar lo que
conviene hacer cuando las circunstancias reales exigen una decisión
De cuanto se ha expuesto sobre el significado del domingo, Pas- de esta clase (nn. 21-22).
cua semanal de la Iglesia, con la celebración eucarística como centro, La primera parte del Directorio está enteramente dedicada a pre-
nace un interrogante: ¿Cómo celebrar el día del Señor en una sentar en forma esquemática el sentido del domingo y toma como
comunidad cristiana privada de sacerdote? punto de partida el n. 106 de la constitución Sacrosanctum concilium
La Congregación para el Culto Divino el 2 de junio de 1988, para (n. 8).
.responder a esta situación, publicó un Directorio para las celebracio- La segunda parte prevé las condiciones necesarias para decidir
nes dominicales en ausencia del presbítero". acerca de estas asambleas en ausencia del presbítero en forma ha-
bitual en una diócesis. Desde el punto de vista orientativo y práctico,
El Directorio es una respuesta a diversos factores convergentes.
es el capítulo más importante del documento.
El primero de ellos es la realidad actual: no siempre ni en todas
partes es posible obtener una plena celebración del domingo (n. 2). En cuanto a los laicos, está prevista su colaboración: es un ejem-
Otro factor: la pregunta de muchas conferencias episcopales que en plo de los encargos que los pastores pueden confiar a miembros de
su comunidad.
Los laicos, hombres o mujeres, que reciben el encargo de animar
15. Normas generales para la ordenación del año litúrgico v del calendario, nn. 4-6. estas celebraciones ejercitarán su compromiso en virtud de su Bau-
(Enchiridion Vaticanttm, Vol. 3, Dehoniane, Bologna, 1976, nn. 883-953). El texto de estas
normas se encuentra en las Premisas del Misal romano y es presentado en el c. I, n. 3 del presente tismo y de su Confirmación, como un servicio que ellos prestan a
volumen. El n. 5 de las Normas generales para la ordenación del año litúrgico y del calendario sus hermanos, bajo la autoridad del párroco. De esta manera cada co-
fue variado por el decreto de la Congregación para el Culto Divino y la disciplina de los munidad de fieles "podrá experimentar realmente cómo en el día del
sacramentos del 22 de abril de 1990, Prot. CD 500/89 (Cf. Notitiue 284-285/1990, pp. 160-161).
Con esta variación las solemnidades que coincidieran con los domingos de Adviento y Cuaresma Señor está reunida no 'sin presbítero', sino solamente 'en su ausen-
no se anticipan al sábado (norma precedente), sino que se posponen al lunes siguiente. Se cia', o mejor, 'en espera del mismo'" (n. 27)
exceptúan las solemnidades que coincidan con el domingo de Ramos y el domingo de Resurrección.
La tercera parte describe el modo de proceder para realizar tales
16. Cf. Celebrare da adulti il giorno del Signare. Piano pastorale, 1985-1986 della diócesi
di Padova, a cura dell'Ulficio di Coordinamento Pastorale, Librería Editrice Gregoriana, Padova celebraciones: el esquema será ordinariamente el de una celebración
1987. de la Palabra de Dios, seguida de la comunión eucarística, según el
17. Cf. L'Osservatore romano, n. 154/1988, 30 junio - 1 julio 1988. ritual de la comunión fuera de la misa.

132 \X\
I .a liturgia de la Palabra de Dios, hecha usando los mismos textos de su relación con la liturgia. Esto se debe al hecho de que, prác-
de la misa, manifiesta una vinculación de comunión con todas las ticamente, el único momento en que se tratan estos temas termina
demás comunidades que pueden beneficiarse de la celebración euca- siendo el de la homilía de la misa.
nstica. Si después tiene lugar la comunión en el cuerpo de Cristo, se Hoy día este problema parece haberse agudizado a lo menos por
establece una ulterior vinculación sacramental entre estas mismas tres motivos: estas "jornadas" se van multiplicando; se tiene más vi-
comunidades. va conciencia de la naturaleza de la liturgia como acción de Cristo y
En tal desarrollo no está prevista la plegaria eucarística, aunque del Pueblo de Dios; por esta renovada conciencia se advierte la nece-
se hiciera la narración de la institución. No es ciertamente el caso de sidad de que la liturgia sea más "encarnada".
llamar a esta clase de reuniones una "misa sin presbítero". Estas "jornadas" son la expresión de la sensibilidad de la
El papel de los moderadores, su modo de actuar en la asamblea, comunidad cristiana o por problemas de su vida interna (por ejemplo:
la utilización del altar únicamente para la comunión: son otras tantas la jornada misional, la jornada por las vocaciones, etc.) o por pro-
formas de expresar la diferencia que existe entre estas celebraciones blemas que tienen que ver con su misión en el mundo (por ejemplo:
y la santa, misa, "de modo que se evite todo peligro de confusión" la jornada por la paz, la jornada de las comunicaciones sociales, la
(n. 45b). jornada por los emigrantes, etc.).
El documento de la congregación se propuso proporcionar a las Las "jornadas" que tocan aspectos de la vida estrictamente eclesial
Iglesias particulares un medio para realizar el deseo expreso de Juan no crean evidentemente problemas para la celebración litúrgica sino
Pablo II en la audiencia concedida a los miembros de la Congre- la de su ubicación en las fechas más oportunas.
gación para el Culto Divino el 22 de mayo de 1987: "Los fieles que, Los problemas en relación con la liturgia, en cambio, son creados
por falta de sacerdote, no pueden participar en una misa parroquial, sobre todo por las temáticas de las "jornadas" que tienen que ver con
deben sin embargo poder reunirse también ellos en la oración de la relación Iglesia-mundo. Según nuestro modo de ver, sin embargo,
alabanza y de petición, en la escucha de la Palabra de Dios, y, si es tampoco estas "jornadas" pueden ser ignoradas por la celebración
posible, en la comunión del pan eucarístico consagrado en una misa litúrgica precisamente porque la liturgia es al mismo tiempo actua-
precedente. Es una forma de celebración que no sustituye la misa, lización y manifestación de la Iglesia y, en cuanto actualización de
pero que debe hacer que se la desee todavía más. Es, para una la historia de la salvación, es "el tejido mismo de la Iglesia en el
pequeña comunidad de fieles, el medio, ciertamente imperfecto, de mundo" (Chenu)19. La historia de la salvación, en efecto, no existe
conservar concretamente la propia cohesión y la propia vitalidad, de fuera de la historia profana, sino que se realiza dentro de ella,
mantener los propios vínculos, de domingo en domingo con la Igle- asumiendo todo lo que de verdadero y bueno tiene ella. Las
sia entera, una Iglesia que Dios no cesa de reunir y que le presenta, "jomadas" que se refieren a la relación Iglesia-mundo, expresan esta
de Oriente a Occidente por todo el mundo, una ofrenda pura"18. realidad de Encarnación y de Asunción y deben también ellas en
cierto modo encontrar su lugar en la liturgia.
c) Las "jornadas" en el contexto litúrgico del domingo Para la inserción en la liturgia de estos dos tipos de "jornadas" la
CEI dio las siguientes orientaciones20:
El tema de las "jornadas" para los problemas que tocan la vida 1. La reunión del Pueblo de Dios en el día dominical comprende
eclesial y que se señalan sobre todo en los domingos o por la Santa ya la invitación a orar por todas las intenciones de la comunidad,
Sede o por el episcopado y las diversas organizaciones católicas, ha también, según la praxis apostólica (2Co 8-9), el compromiso de
creado siempre para los más atentos y sensibles un problema a causa
19. Cf. AA.VV. Evangelizzazione e sacramenti. Ricerche avviale in due Ciñese local!:
Torino-Roma, Ldc, Torino-Leumann, 1972, p. 106.
18. VOsservatore romano, 23 mayo 1987. 20. Misal romano, 2a ed. italiana, pp. LX-LXI.

134 135
ofrecer la propia contribución para las necesidades de los hermanos. Capítulo IX
La misma praxis penitencial del viernes tiene como finalidad el salir
al encuentro de los demás con sacrificio personal. EL DOMINGO, DÍA DE FIESTA Y DE REPOSO.
2. A la luz de estos principios se recomienda: ASPECTOS SOCIOLÓGICOS,
a) En las "jornadas" señaladas para un determinado domingo,
celébrese, como siempre, la misa propia del día del Señor con sus
ANTROPOLÓGICOS Y TEOLÓGICOS
lecturas y con la homilía relativa a las lecturas mismas;
b) recuérdese la intención particular en la didascalia introductiva
a la misa y en la oración de los fieles, indicando también los fines y
las motivaciones de la "jornada", de modo que los fieles perciban la
profunda unidad entre la participación en la Eucaristía y la caridad
fraterna efectivamente demostrada en las oraciones y en las ofrendas;
c) llévese a cabo oportunamente la recolección de las ofrendas de
modo que se las sitúe en el contexto de la presentación de los dones,
con la colaboración de varios fieles sensibilizados para este
ministerio litúrgico; El Concilio Vaticano II en la constitución litúrgica recomienda
d) fuera de las solemnidades, de los domingos de Adviento, de exhortar a la piedad de los fieles el domingo, para que llegue a ser
Cuaresma, de Pascua, del Miércoles de Ceniza, de la Semana Santa también "día de reposo del trabajo" (SC 106).
y de la conmemoración de los fieles difuntos, con ocasión de la con- El valor del domingo como día de reposo hoy es puesto en
vocación de los fieles para celebraciones particulares se podrá es- discusión. La actual sociedad industrializada vive un período de
coger el formulario litúrgico entre las misas indicadas "por diversas particular desarrollo económico en el cual, con la difusión de las
necesidades" con las modalidades establecidas en el Misal romano; nuevas tecnologías, se requieren constantes reducciones de horario
e) en las sedes propias promuévanse también iniciativas concretas de trabajo y al mismo tiempo turnos de trabajo en los días festivos.
para ilustrar el mensaje y los objetivos (conferencias, encuentros, En este contexto hoy se plantea el problema del trabajo festivo.
carteles, muestras, distribución de impresos, etc.); Por consiguiente se impone una reflexión sobre el verdadero
f) es conveniente que el domingo precedente se avise al pueblo significado de la fiesta para la salvaguarda de la dignidad misma de
antes de la despedida de la misa, para invitarlo a participar en las la persona humana.
eventuales celebraciones (vigilias de oración, celebraciones de la
Palabra de Dios, etc.) que tendrán lugar en el curso de la semana.
1. Crisis de la fiesta, crisis del ser humano

El ser humano fue hecho para la fiesta como la humanidad está


hecha para celebrar el amor, el nacimiento, el crecimiento, la vida,
la muerte1.

1. Para la temática acerca de la fiesta en sus diversos aspectos, Cf. A. Caprioli, Lafesta, en
RL 4/1980, pp. 449-464; Concilium (ed. ital.) 2/1974, número dedicado al tema "Política y
liturgia", sobre todo Cf., el estudio de J. Moltmann, Lafesta überatrice, pp. 96-108; A. Rizzi, ¡ja
fesla, veritá dell'uomo, RL 2/1970, pp. 226-247; M. Eliade, // sacro e il profano, Horinghicri,
Torino, 1979; E. Costa Jr, Celebrazione-festa, en Dizionario teológico interdisciplinare, Vol. II,

136 B7
sólo una pausa, infructuosa pero necesaria a la actividad del hombre,
En la fiesta más que en otros momentos, el individuo se distiende como el dormir, el comer, el beber2.
y se divierte, se concentra y se eleva. En la fiesta la persona percibe
la propia dimensión existencial en una atmósfera de calor y de vita- En efecto, el hombre contemporáneo vive "el advenimiento del
lidad; vuelve a las raíces profundas de su ser; disfruta de los dones mundo totalitario del trabajo" (J. Pieper). Existe una sacralización
de la libertad, de la admiración, de la integridad, de la esperanza, de del trabajo provocada por el "espíritu del capitalismo" (Cox).
la felicidad, del canto, de la música, de la danza. Con la fiesta se La crisis de la fiesta queda también en el contexto del fenómeno
transfiguran tanto la vida más humilde como el gesto más insignifi- actual del así llamado "tiempo libre". La extensión del tiempo libre
cante. Pero el hombre contemporáneo tiene necesidad de descubrir no equivale a la recuperación de la fiesta, porque aun el tiempo libre
el sentido auténtico de la fiesta. asume el significado de tiempo "libre del" trabajo, de reposo para re-
La actual cultura occidental registra notabilísimos progresos en la cuperar las energías psico-físicas necesarias para retornar al trabajo.
economía y en la tecnología, pero pagados en buena parte con un Se nota de inmediato el surgimiento de la industria del tiempo libre.
precio demasiado alto, en comparación con civilizaciones menos De esta manera la fiesta es recuperada por la sociedad productiva y
desarrolladas. Asistimos a un envilecimiento de la festividad, o de se convierte ella misma en producto de consumo.
la tendencia innata "al ocio auténtico y a la celebración gozosa", y La crisis de la fiesta es crisis de la persona. En la raíz de la crisis
a una depreciación de la "fantasía", o de la inclinación a "inventar de la fiesta está en definitiva la crisis del ser humano, está una di-
situaciones de vida radicalmente alternativas". versa concepción de la naturaleza humana en general y una cambiada
Es opinión común el achacar la crisis de la fiesta a la revolución interpretación de la existencia humana. El hombre moderno, por lo
industrial. En una sociedad organizada sobre el trabajo y sobre la menos el hombre de la civilización totalitaria del trabajo, tiende a ha-
producción no hay espacio para las fiestas, dado que el tiempo para cer de cada actividad humana una actividad laboral.
las fiestas se juzga inútil por cuanto es improductivo. "Basta con las
"La fiesta —escribe J. Pieper en su precioso librito Otium e
fiestas del Señor sobre la tierra", dijeron a mediados del siglo pasado
culto— no se da en fenómenos o hechos meramente exteriores como
la Reforma protestante, el puritanismo y la industrialización, margi-
la pausa, las vacaciones, el tiempo libre, sino en actitudes interiores
nando las fiestas de la vida pública. Si la fiesta permanece, es sólo
del hombre, la actitud de dejar que suceda, del silencio... No es la
como expresión exterior del reposo. Se habla por lo mismo, de
"reposo festivo". La fiesta se entiende en función del reposo y, por actitud de quien asalta, invade, sino de quien se abre acogedor, no
tanto, del trabajo. A la sociedad organizada con base en la pro- está en el comportamiento de quien se estrecha aferrando, sino de
ducción no le interesa cómo pase uno la fiesta, sino el hecho de que quien afloja, de quien se distiende, abandonándose... No tiene por
descanse para volver al trabajo en forma más eficiente. La fiesta es finalidad fundamental hacer que el funcionario funcione lo más
posible, ininterrumpidamente y sin cejar, sino que más bien tiende a
hacer que el funcionario siga siendo un ser humano"3.
Marietti, Torillo, 1977; H. Cox, La festa dei folli. Saggío teológico sulla festivitá e la fantasía, Según H. Cox, no podemos por tanto resignarnos a la pérdida de
Bompiani, Milano, 1971; L. Bouyer, // rito e l'uomo, Morcelliana, Brescia, 1964, en especial el la fiesta y al mismo tiempo de la fantasía, porque estos dos aspectos
c. X; Concilium (ed. ital.) 2/1981 dedicado a "Los tiempos de la celebración"; La Scuola Cattolica
2/1982, número monográfico dedicado a "La fiesta cristiana"; N, Galli, Le feste familiari — loro
no son extrínsecos, sino connaturales al hombre.
¡mportanza ed incidenza educativa, c. V del volumen Nuovi problemi di pedagogía familiare, La En efecto, la persona por todas partes no sólo modifica la creación,
Scuola, Brescia, 1974, pp. 209-245; S. Maggiani, Festa-Feste, en Nuovo dizionario di liturgia,
Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1990; La Liturgia é festa, Marietti, Torino, 1980; Per noi la sino que expresa también simbólicamente su propio gozo interior: es
festa del Signore, Messaggero, Padova, 1980; C. Bianco-M. Del Ninno (a cura), La festa. "homo festivus"; además está en capacidad de reflexionar y de
Antropología e semiótica, Nuova Guaraldi, Firenze, 1981; F. Cardini, / giorni del sacro. II libro
delle feste, Editoriale Nuova, Milano, 1983; A. Cattabiani, Calendario. Le feste, i mili, le leggende
e i riti dell'anno, Rusconi, Milano, 1988; B. Cuminetti, La festa e i giorni, Minerva Itálica,
Bergamo, 1981; C. Duchesneau, La celebrazione nella vita cristiana, Dehoniane, Bologna, 1977; 2. Cf. A. Caprioli, Ancora sulla festa, una teología da fare, en La Scuola Cattolica, 2/1982,
F. Jesi (a cura), La festa. Antropología etnología folklore, Rosenberb e Sellier, Torino, 1977; H. p. 183.
Rahner, Homo ludens, Paideia, Brescia, 1969. 3. Cf. J. Pieper, Otium e culto, Morcelliana, Brescia, 1956.

138 139
superar el presente, para meterse en un mundo de sueños y de mitos 2. La necesidad de hacer fiesta
capaces de ampliar las perspectivas del futuro: es también "homo
fantasia". "Para llegar a ser plenamente humano, el hombre industrial La fiesta está en crisis, aunque hoy más que nunca se habla, se
del Occidente y sus hermanos no occidentales en la medida en que discute, se escribe sobre la fiesta. En la actual cultura se hace cada
han sido afectados por esta atrofia, deben aprender de nuevo a dan- vez más aguda la necesidad de la fiesta. La necesidad de la fiesta se
zar y a soñar"4. manifiesta en tonos de crítica a un mundo dominado por lo útil, la
En efecto, el ser humano tiene necesidad de insertarse en un eficiencia, el éxito. En particular se critica el mundo del trabajo en
tejido de relaciones lo más amplio posible. La celebración y la la medida en que pretende totalizar, orientar, imponer los intereses
fantasía lo ponen en el ambiente ideal para vincularse, según afirma del hombre en torno a la producción.
Allport, con la "totalidad del Ser" y para satisfacer sus necesidades No está en discusión el trabajo en sí, sino lo que está conexo con
de integración cósmica. Sin los ritos, los cantos, la creatividad, su él: la producción como fin en sí mismo, el consumismo, definidos
espíritu se aridece y su inteligencia se oscurece, el tedio lo asalta, la como los males de la sociedad actual. La necesidad de hacer fiesta
esperanza mengua y la vida se empobrece. La inquietud, que lleva a adquiere inmediatamente en este sentido el significado de "liberarse"
muchos al borde de la desesperación, sólo puede ser superada por la del mundo del trabajo y de sus males.
"seguridad de que Dios no nos malbaratará, sino que se servirá de
cada uno de nosotros como de una tarjeta de un mosaico inestimable Ahora se contestan, como fenómeno igualmente represivo, las
en el diseño de su universo". La dispersión de los valores religiosos fiestas entendidas como reposo, recuperación de las energías psico-
de las grandes fiestas muestra la decadencia de una parte importante físicas, distensión, compensación, en cuanto reconcilian al hombre
para nosotros mismos. "Defraudado de un pasado que en una u otra con el mundo del trabajo, dejando el mundo del trabajo tal cual.
forma fuera verdaderamente suyo, y privado de una visión del futuro La fiesta, liberada de toda subordinación al ciclo productivo, de-
realmente convincente, el hombre occidental, o se desgasta en un be buscarse y celebrarse como realidad en sí misma, como afirmación
oscuro presente sin salida, o se agota en una frenética persecución de lo gratuito, de la fantasía, de la libertad: en una palabra, como el
de metas que se le convierten en cenizas entre las manos"5. día del hombre, de su soberanía sobre las cosas, de su emergencia
El week-end semanal, las vacaciones invernales o estivales sobre la sociedad, de su originalidad7.
dominadas por el frenesí de ir lo más lejos posible, más que divertirlo, La fiesta así entendida, es la verdad del ser humano8. Se necesita
hacerlo gozar, cansan y alienan al hombre. Frankl habla justamente la recuperación y la reflexión sobre el objeto mismo de la fiesta.
de "neurosis del domingo"6. La fiesta es desconocida porque el La crisis de la fiesta va mucho más allá de la crisis del hombre
sujeto mismo, el ser humano, no es capaz de ir más allá del horizonte en la sociedad totalitaria del trabajo. No es sólo crisis de sujeto: la
de su experiencia y de su mundo. persona; también es crisis de objeto: la fiesta. No es sólo crisis de
experiencia, sino que es también crisis de fe en la fiesta. Es como si
la fiesta hubiera sido eclipsada9.
La única verdadera garantía de la fiesta es la religión entendida
en su acepción auténtica. No hay fiestas allí donde el espíritu reli-
gioso está en decadencia. He ahí por qué los verdaderos artistas en
4. H. Cox, La cilla secolare, Vallechi, Firenze, 1968, pp. 185-186 y 190; La festa dei folli, nuestros días advierten la tragedia detrás de la insipidez de la fiesta
Bompiani, Milano, 1971, p. 186.
5. Cf. N. Galli, Nuovi problemi di pedagogía J'amillare. La Scuola, Brescia, 1974, sobre todo
el c. V "'Le fesle familiari — loro importanza ed ¡ncidenza educativa", pp. 209-245 con las
respectivas citas. 7. Cf. A. Caprioli, La festa, en RL 4/1980, pp. 449-464.
6. Sobre estos aspectos es interesante el análisis del sociólogo S. Acquaviva en el volumen La 8. Cf. A. Rizzi, IM festa, verita delVuomo, en RL 2/1970, pp. 236-247.
fatica di amare, Rusconi, Milano, 1982. 9. Cf. A. Caprioli, art. cit., en La Scuola Cattolica 2/1982, pp. 188-1X9.

140 III
transformada en vacaciones de por vida, detrás de las promesas lla- Según la tradición cristiana, culto y sacrificio reclaman el culto
namente utópicas de un "mundo del ocio" (Girard). espiritual y la Eucaristía es su sacramento principal, por tamo, para
poder continuar en busca del sentido de la fiesta se hace imprescin-
La fiesta falsificada no es sólo un tema estético decadente, sino dible indagar sobre el sentido mismo del culto cristiano y de la Eu-
el horizonte real de toda decadencia. caristía. La adoración no es ya solamente la otra cara del hombre, al
El poeta Móntale define a Dios como "el principio de la fiesta, lado de la civilización; es la condición para que la civilización siga
aquel que rige el mundo y las demás esferas". siendo humana.
La fiesta religiosa es entonces el centinela que vela sobre las raíces
sagradas de la historia. La fiesta recuerda que, si el hombre ha
3. En busca del sentido de la fiesta
inventado las cosas, ha sido Dios quien inventó al hombre; que una
civilización "a la medida del hombre" es medida por la mano de Dios;
En el principio era la fiesta. Esta afirmación, que puede parecer que no se sale del caos si no es por una repetición del acto creador12.
provocativa, la encontramos en la Biblia. El libro de los Proverbios
dice que la sabiduría jugaba, al comienzo de los tiempos, delante de
la vista de Dios (Pr 8, 30-31). En otro pasaje la Biblia invita al hom- 4. La celebración de la fiesta
bre mismo a jugar delante de Dios: "Llegada la hora, levántate, no
vaciles; vete a casa y allí diviértete y juega" (Si 32, 11-12). a) En el contexto mítico-religioso antiguo, celebrar la fiesta signi-
Entre los antiguos el trabajo diario era señalado con un término ficaba evocar en el signo y en el rito, el tiempo sagrado primordial,
negativo; para los griegos el trabajo era askolia, es decir, malestar; la acción divina arquetipo. La fiesta se convertía en tiempo sagrado
para los latinos era neg-otium, es decir, non-otium, no libertad, no en sentido especial, explícito. Objetivo de la fiesta era el de recordar
contemplación, no estudio, etc10. a los demás tiempos su sacralidad esencial, "haciendo presente" o
"representando" lo sagrado.
La fiesta, pues, presupone la posibilidad de la alegría. No se deci-
de a celebrar una fiesta, sino que se descubre el fundamento objetivo La fiesta era signo eficaz de lo sagrado. En este sentido en la fies-
de la fiesta, que es anterior a los propios deseos. "Celebrar" la fiesta ta el mundo renacía porque reverdecía su sacralidad.
es mucho más que hacer fiesta. Celebrar, realizar un rito, hacer litur- b) En el contexto de la revelación, la fiesta —como se dijo antes—
gia, según la tradición antigua, significa hacer comunión con Dios. es el memorial de la intervención histórico-salvífica de Dios, que
La fiesta antigua no era concebible sin divinidad; consecuente- libera al hombre de sus esclavitudes, y de Dios que hace alianza. En
mente no había fiesta sin culto; es más, la fiesta nacía del culto. J. el Nuevo Testamento la fiesta es Cristo y el evento pascual ve defini-
Pieper ha hecho observar que esta vinculación fiesta-culto es un dato tivamente el "día que ha hecho el Señor".
constante de la historia de las religiones; a lo largo de la historia las "Celebrar la fiesta" significa pues, reunirse juntos, "convenire in
diversas tentativas de romper polémicamente este nexo no tienen unum" según la etimología latina dei término celebrar.
fundamento, como por ejemplo la revolución francesa con la
institución de los días festivos civiles, sin nexo alguno con el culto;
como la "fiesta de Bruto" o "fiesta del trabajo"". 5. La fiesta del ser humano liberado y santificado
En este punto de nuestra reflexión podemos afirmar que Cristo
vino a quitar el pecado y a hacernos el regalo de la vida divina y de
su Espíritu, para que el hombre pueda celebrar la fiesta en la plenitud

10. Cí. V. Melchiorre, // gioco come símbolo, in Vita e Penstero 5/1973.


11. Ci. J. Pieper, Op. cil. 12. Cf. A. Rizzi, arl. cit.

142 143
de su significado. La fiesta es fruto de un don, depende de la iniciativa
del amor de Dios. ciliación, de la alianza, mediante la cual el hombre muere con ("listo
a todo lo que lo hace esclavo, y resucita con Cristo como criatura
Ya Abrahán había exultado de gozo al ver el día de Cristo (Cf.
nueva.
Jn 8, 56).
La primera criatura que fue alcanzada por la intervención de Cris- Cristo murió y resucitó para que nosotros vivamos no ya para no-
to y hecha instrumento privilegiado de la obra de la redención es sotros mismos, sino para El (Cf. 2Co 5, 15). Este es el fundamento
María. La Virgen, la "chekaritoméne" (la llena de gracia, por ser ob- cristiano de la fiesta.
jeto de todo el favor de Dios; Le 1, 28), celebra la fiesta en la alegría, En el Bautismo, en la Confirmación, en la Penitencia y sobre todo
magnificando la obra de Dios en ella: "Mi alma glorifica al Señor y en la Eucaristía, nosotros celebramos la fiesta de la reconciliación
mi espíritu se alegra en Dios mi salvador... Maravillas hizo en mí el que Dios ha realizado con la humanidad en Cristo. Si el hombre
Poderoso" (Le 1, 46-48). quiere celebrar la fiesta, debe dejarse reconciliar con Dios (Cf. 2Co
Juan Bautista celebra la fiesta desde el vientre materno "saltando 5, 19). Aquí se recupera el hombre en su verdad. Cristo no es sólo
de alegría" ante la presencia de Cristo (Cf. Le 1,41). revelación de Dios, sino que es también revelación del hombre (Cf.
La mujer encorvada, curada en sábado, glorifica al Señor: "Jesús la constitución pastoral Gaudium et spes).
la vio, la llamó ante sí y le dijo: 'Mujer, sé libre de tu enfermedad'
y le impuso las manos. Súbitamente ella se enderezó y glorificaba a 6. La fiesta celebrada en el sacramento
Dios" (Le 13, 12-13).
La curación de los diez leprosos debía marcar para ellos el El hombre reconciliado, santificado, hecho hijo de Dios, celebra
comienzo de la fiesta, pero uno sólo supo celebrarla: "Lino de ellos, en plenitud la fiesta en la alabanza, en la acción de gracias, haciendo
viéndose curado, volvió de inmediato alabando a Dios a grandes vo- memoria del sacrificio pascual de Cristo. He aquí el por qué la Euca-
ces; y se echó a los pies de Jesús para agradecerle" (Le 17, 15-19). ristía es el culmen de la fiesta cristiana entendida como "opus salutis
La conversión de Zaqueo abre su corazón a la fiesta: "Hoy la sal- et opus glorificationis"; he aquí por qué no hay día del Señor sin Eu-
. vación ha entrado en esta casa porque también él es hijo de Abrahán; caristía.
porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba Así llegamos al otro aspecto de la fiesta: la celebración. En la
perdido" (Le 19, 9-10). celebración, sobre todo en la Eucaristía que es el centro de toda cele-
Pero sobre todo es significativa la fiesta evangélica como fruto bración, está inscrito un modelo de fiesta, cuyos rasgos de fondo ya
del amor misericordioso del Padre en la cual el hombre participa de están dados por Dios mismo. Ellos están contenidos en el gesto de la
la alegría misma de Dios. El capítulo 15 del Evangelio de Lucas trae Pascua de Cristo, del cual la celebración es sacramento y eficaz retorno.
este mensaje. Apenas el hijo pródigo reconoce su propio pecado, el Y en la celebración, sobre todo en la Eucaristía, la fiesta es la
padre corre a su encuentro, se le echa al cuello y lo llena de besos fiesta de la Resurrección. En la Resurrección de Cristo ha sido
diciendo: "Traed el ternero cebado, matadlo, comamos y hagamos anticipada realmente la afirmación de la vida plena, y la victoria
fiesta porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida, esta- sobre la muerte no es una trágica ilusión; por el contrario, la alegría
ba perdido y ha sido hallado. Y comenzaron a hacer fiesta" (Le 15, está plenamente justificada y el hacer fiesta hoy está perfectamente
20-24). Pero esta fiesta puede ser disfrutada y celebrada sólo por legitimado. Se sigue de aquí, que la fiesta no puede ser principal-
quien comparte el amor misericordioso y la alegría del Padre. El hijo mente el resultado de los esfuerzos históricos o la meta siempre
mayor, que no comprende el gesto del padre que perdona y su ale- esperada y nunca lograda de los esfuerzos éticos del hombre. Por
gría, se queda encerrado en su egoísmo y fuera de casa, incapaz de esto la fiesta asume más inmediatamente categorías estéticas y doxo-
celebrar la fiesta (Cf. Le 15, 25-32).
lógicas, y celebrar la fiesta se vuelve sinónimo de agradecer, alabar,
La liturgia de la Iglesia, actualización de la Pascua de Cristo, es cantar13.
siempre celebración de la fiesta, porque es celebración de la recon-
13. Cf. A. Caprioli, Art. cil., en RL 4/1980, p. 459.
144
I IS
7. La fiesta celebrada con la vida cuanto a una deplorable tolerancia del escándalo, el apóstol y,\ ila con
fuerza: "Purificaos de la levadura vieja, para ver una masa mifva,
La fiesta no se concluye con el rito, sino con la vida. En la visión pues sois ázimos. Porque nuestro cordero pascual, Cristo, lia sido
del auténtico culto cristiano es la vida la que debe convertirse en inmolado. Así que, celebremos la fiesta, no con vieja levadura, ni
fiesta, es la vida la que debe convertirse en culto a Dios. con levadura de malicia e inmoralidad, sino con ázimos de pureza y
El sacramento, actualización de la salvación, exige ser vivido: verdad" (ICo 5, 7-8).
"Implendum est opere quod celebratum est sacramento". Esta es la fiesta, verdad del hombre.
"¿No sabéis —dice Pablo— que sois templo de Dios y que el Es- Finalmente, en cuanto a la celebración eucarística, que en vez de
píritu de Dios habita en vosotros?" (ICo 3, 16). "Os exhorto, pues, ser participada como fiesta de amor, se hace deplorable expresión de
hermanos, por la misericordia de Dios, a ofrecer vuestros cuerpos egoísmo, y por tanto negación de la fiesta, Pablo recuerda el significa-
como sacrificio viviente, santo y agradable a Dios. ¡Este es vuestro do de la cena del Señor: un pan, signo del cuerpo sacrificado de
culto espiritual!" (Rm 12, 1). Cristo; un cáliz, que es la nueva alianza en la sangre de Cristo (Cf.
La liturgia cristiana no consiste en dar a Dios cosas, sino en ofre- ICo 11, 26).
cer a Cristo y en ofrecerse con Cristo, haciendo de toda nuestra exis-
Sigúese de aquí, que la fiesta lleva en sí el misterio de la cruz,
tencia una ofrenda agradable a Dios. Es fiesta vivida, el culto espi-
que es luego, la premisa de la Resurrección. Este aspecto a primera
ritual, "el sábado del corazón" como dice san Agustín.
vista, puede parecer deprimente, no alegre. Sin embargo, el misterio
Evidentemente estamos delante de una realidad derivada, una de la cruz es el corazón de la fiesta y celebrar la muerte de Cristo
fiesta participada y hecha posible por la fe y por el sacramento. significa celebrar la vida, porque Cristo venció la muerte; celebrar
La experiencia y la vivencia cristiana no se colocan fuera o al la- esta muerte significa también celebrar el misterio de la comunión
do de la celebración de la fiesta, sino dentro, en el sentido de que la que nos une en el amor de Cristo; celebrar esta muerte salvífica, en
vivencia cristiana es una realidad de la celebración misma. En otros fin, significa celebrar todo el sentido de la fiesta.
términos, no puede darse celebración litúrgico-sacramental sin la Así pues, el sentido de la fiesta está inscrito en la imagen misma
ofrenda de nuestra vida. La fiesta vivida es ante todo el fruto, la ver- del cristiano y antes todavía, en el misterio de Cristo, en quien cree
dad última, el significado pleno de la fiesta celebrada. María es mo- el cristiano. No se da fiesta sin este fundamento. Ni mucho menos
delo perfecto de la vida ofrecida y de la fiesta vivida. puede hablarse de un retorno a las fiestas y a los ritos sin el retorno
Así pues, la fiesta cristiana alcanza toda su inmensa dimensión a la realidad de la fiesta que rige desde dentro, anima y hace verdade-
cuando la vida, guiada por el Espíritu, se vuelve fiesta porque en ras sus mismas formas. Nace de allí una fiesta perenne, siempre en
Cristo se ama al Padre y se aman los hermanos. acto, tanto que todos los días de la semana en la liturgia se dice
Aquí está el sentido más pleno y profundo de la dimensión reli- "feria", que en el lenguaje antiguo significa "fiesta": la liturgia
giosa y comunitaria de la fiesta: el hombre nuevo vive auténticamente conoce sólo el día festivo. La expresión "cristianos del domingo", en
la relación con Dios y con los hermanos. el sentido de encerrar el ser y el actuar cristiano en el solo domingo
y en algunos de sus actos, es evidentemente una desnaturalización
También en este aspecto volvemos a Pablo. Para el apóstol la del sentido de la fiesta. Se entiende ahora cómo, a propósito de fies-
fiesta es plena cuando la comunidad que se reúne para celebrar la tas, el camino del Antiguo Testamento va hacia una progresiva re-
Eucaristía no cede a la idolatría, no está manchada por el pecado, no ducción: podremos hablar de un viaje hacia lo cotidiano.
está dominada por el egoísmo.
Respecto a los ídolos Pablo recuerda: "Vosotros no podéis beber Finalmente, la fiesta plena será celebrada cuando Cristo entregue
el cáliz del Señor y el cáliz de los demonios; no podéis participar en el Reino al Padre, la muerte sea vencida y Dios sea finalmente todo
la mesa del Señor y en la mesa de los demonios" (ICo 10, 21). En en todos. "Toda nuestra vida —escribe Heschel— debe ser como
una peregrinación hacia el séptimo día: el pensamiento y la apiveiu

146 11/
Frente a iniciativas en marcha a escala internacional de paite del
ción de lo que este día puede aportarnos debería estar siempre mundo económico-productivo para abolir en la legislación y en la
presente en nuestra mente"14. contratación la prohibición del trabajo dominical con motivaciones
La fiesta "histórica" que ahora celebramos, apertura al "tiempo de carácter económico, la defensa del reposo festivo es picse/il.-ida
de Dios" (Gn 2, 1-4), está detrás del ya de la salvación dada y el con dos razones fundamentales: el significado sacramental y eclesial
todavía no de la salvación definitiva. Es memorial del pasado y del día del Señor y la defensa de la dimensión espiritual del hombre.
sacramento o signo del futuro15. El papa Juan Pablo II, apreciando y alentando las tomas de
posición del episcopado piamontés frente al problema del trabajo
festivo, se pronunció de esta manera: "El trabajo no debe apagar el
8. El sentido del reposo dominical
espíritu: debe ponerse a su servicio. Esto exige que sea desarrollado
en forma humana y con ritmos humanos. De aquí la necesidad del
Como conclusión de la premisa puesta al principio de este reposo festivo, de una pausa para la reflexión, durante la cual se
capítulo, que ha pedido la profundización del sentido de la fiesta, recupere en forma viva y plena los valores espirituales.
precisamos el sentido del reposo "dominical" y del llamamiento de
la Iglesia a respetarlo como valor. La abstención del trabajo en do- He sabido que habéis examinado el problema del trabajo festivo.
mingo no puede justificarse con el criterio de la legislación hebrea Este fenómeno lamentablemente se está introduciendo ahora también
sobre el sábado. Sabemos que al comienzo de la vida de la Iglesia, en el proceso laboral de las fábricas. Justamente habéis revelado que,
el domingo fue organizado sin asumir el elemento más importante y ya en el plano humano, el ritmo de la vida del hombre no sólo exige
característico del sábado hebreo, el reposo. Cuando se introdujo éste una pausa en el trabajo semanal, sino que exige que ésta sea en lo
por motivos no religiosos y por la autoridad política, la Iglesia se posible 'contemporánea' para todos los miembros de la familia, para
mostró reluctante si no claramente hostil por el peligro del ocio, responder a sus exigencias de cohesión y de comunión. Aún más en
dándole, sin embargo y de inmediato, un preciso sentido espiritual, el plano cristiano es necesario que se privilegie el domingo, que es
entendiendo la suspensión del trabajo como la renuncia al pecado, el día del Señor, el día en que la Iglesia se reúne en la asamblea
identificado con los diversos "trabajos serviles", sobre los cuales litúrgica, el día de una más intensa vida religiosa. El domingo
acentuará después la futura atención. constituye para el cristiano un testimonio de fe no sólo en Dios, sino
también en el hombre y en sus valores sobrenaturales. El cristiano
Tertuliano (De Fuga 14) critica a los cristianos que buscan debe empeñarse en defensa del respeto de este su derecho a la
corromper a los representantes del imperio para tener libertad de sacralidad del domingo. El deberá pues sostener las fuerzas sociales
culto el día domingo. Aun después del decreto de Constantino del y políticas, para que orienten la opinión pública y luego los contratos
321 los cristianos continuaban trabajando, como atestigua san Jeró- y las leyes, de modo que se les asegure la posibilidad de vivir según
nimo al contar los funerales de Paula (Epist. 108, 20). Sólo hacia el los principios y valores que encuentran en el domingo su punto de
siglo VII se trata de fundamentar la ley del reposo en el decálogo, referencia"17.
llegando a una imposición coercitiva y punitiva (muchos capitulares
carolingios son clásicos) contra los transgresores. San Agustín había El reclamo del Papa es colocado y considerado en toda la amplitud
escrito que la ley del sábado es el único mandamiento del decálogo de los problemas que implica, sin olvidar que el reposo "dominical"
que no necesita tomarse a la letra (Epist. 55, 22)16. es más un punto de llegada que un punto de partida. En efecto, el
punto de partida consiste en la fiesta cristiana semanal con todos sus
valores. No existe una ecuación entre reposo y santificación del día
del Señor. Los obispos franceses, en una intervención sobre este
14. A. J. Heschel, // sábalo, Rusconi, Milano, 1972, p. 131.
tema, subrayan, por esto mismo, la necesidad de educar, sobre todo
15. Cf. SC 8.
16. Cf. P. Visentin, Domenica: dalia celebrazione pasquale all'osservanza légale, en RL 17. L'Osservatore romano, 20-21 marzo 1990, p. 7.
1(1977) p. 22.

W)
148
a las generaciones jóvenes en la interiorización de la simbología Capítulo X
cristiana del domingo, que debería estar centrada en la participación
en la Eucaristía y caracterizada por la meditación, la oración, la par- LA PASTORAL
ticipación en encuentros de convivencia y familiares, para salir de la
visión secularizada de este día'8. Y EL AÑO LITÚRGICO
R. Falsini justamente recuerda el aspecto funcional, pero con
valor simbólico y profético, del reposo "dominical" porque éste
anuncia el tiempo escatológico, y también nos introduce en él al po-
nernos en comunión con el reposo de Dios, llevándonos de las ocu-
paciones materiales a la contemplación.
Sobre estas motivaciones se basa la defensa de parte de los
cristianos del reposo "dominical" como testimonio de su fe y alegría
por la victoria del Resucitado y como anuncio de la realidad futura,
del reposo sin fin en Dios. Los cristianos tienen derecho a dar este
testimonio también en una sociedad poscristiana, pero pluralista y
respetuosa de todas las creencias. Como también tienen el derecho, Con la reforma litúrgica decretada por el Concilio Vaticano II na-
si no el deber, de defender el fuerte contenido humano del reposo ció la pastoral litúrgica como aparece precisada por la constitución
para aquellos que no lo advierten o son incapaces de avanzar". Sacrosanctum concilium en el n. 10 y por la instrucción ínter oecu-
menici del 26 de septiembre de 1964, que citaremos más adelante.
Si los cristianos de nuestro tiempo saben demostrar con sus
opciones coherentes que el domingo es día distinto de los demás, sin Antes del Concilio existía el movimiento litúrgico, pero no la
duda prestarán un servicio importante a la sociedad, al impedir que pastoral litúrgica verdadera y propia. Al movimiento litúrgico se
prevalezca la sola lógica económica. atribuye el gran mérito de haber hecho descubrir el valor insustituible
de la liturgia y de haber creado la conciencia de una liturgia por fin
adaptada al Pueblo de Dios mediante la participación activa en la ac-
ción litúrgica. El Concilio Vaticano II coronó este largo y fatigoso
trabajo de maduración de valores en las conciencias.

1. Naturaleza y finalidad de la pastoral litúrgica


La pastoral es el arte de conducir a los hombres a encontrarse con
Cristo y a hacerlos discípulos suyos. El momento culminante de esta
acción pedagógica se tiene en la celebración sacramental en la cual
los hombres, mediante el Bautismo, son insertados en el Misterio
Pascual de Cristo, reciben el Espíritu de los hijos adoptivos y par-
ticipan en la cena del Señor. Configurados a Cristo de esta manera,
los creyentes son formados para vivir su Bautismo y participar
activamente en la misión propia de todo el Pueblo de Dios.
La acción pastoral debe tener en cuenta tanto al individuo como
a la comunidad, según la ley propia de la salvación de Dios, que nos
18. Cf. // Regno-atlualilá 22/dic. 1990, pp. 668-669.
constituye en pueblo-cuerpo de Cristo.
19. Cf. R. Falsini, Riposo festivo e domenica en Setlímana, n. 36, 14 octubre 1990, p. 5.

150 151
Todo trabajo apostólico está ordenado a esto: que todos, hechos sarrolle en forma separada e independiente, sino en íntima conexión
hijos de Dios mediante la fe y el Bautismo, se reúnan en asamblea, con las demás actividades pastorales. Particularmente es necesario
alaben a Dios en la Iglesia, tomen parte en el sacrificio y en la mesa del un estrecho nexo entre la liturgia y la catequesis, la instrucción reli-
Señor (SC 10). No se puede, en efecto, formar la comunidad cristiana giosa y la predicación (Cf. Instr. cit., nn. 5-7).
sin poner como raíz y quicio la celebración eucarística (Cf. PO 6). Cuan preciosas, providentes y actuales son todavía hoy estas
Después del Concilio Vaticano II ya no es posible sostener que recomendaciones, puede muy bien constatarlo cualquiera que tenga
la liturgia es una realidad que tiene que ver sólo con una élite, sino sensibilidad para lo esencial en la vida pastoral. Muchos problemas
que es, por el contrario, lo que debe constituir el punto de llegada de actuales que se refieren a la celebración y a la sacramentalización —
toda la acción pastoral, que se ordena a todo el Pueblo de Dios, afirma J. Gelineau— no nacen principalmente de falta de adecuación
porque es en la liturgia donde tiene lugar el máximo encuentro con de las formas rituales, sino de desequilibrios entre evangelización y
Cristo y la plena participación en su misterio por la positiva voluntad sacramentalización, entre vida cristiana y culto2.
de Dios. Además, la pastoral no solamente se ocupa de lo que Con C. Vagaggini afirmamos, pues, que la meta de la pastoral se
conduce a la liturgia, sino que debe también llevar a los fieles a la logra plenamente no por medio de la liturgia, sino más bien en la
participación consciente, activa y fructuosa en la celebración misma, liturgia, en el sentido de que ésta no se entiende como un medio para
lo cual debe obtenerse mediante una adecuada formación (Cf. SC las actividades extralitúrgicas, sino, por el contrario, las actividades
11, 14), persuadidos de que "toda celebración litúrgica, por ser obra extralitúrgicas son medios ordenados a la liturgia1.
de Cristo sacerdote y de su cuerpo que es la Iglesia, es acción sagra-
da por excelencia, y ninguna otra acción de la Iglesia iguala su efica- No puede haber ninguna duda al respecto después de todo lo que
cia con el mismo título y el mismo grado" (SC 7). ha afirmado el Concilio Vaticano II. Hacia la liturgia, culmen-fuen-
te, "convergen todas las demás actividades de la Iglesia" (SC 10).
La instrucción ínter oecumenici para una adecuada aplicación de
Aquí se hace necesario un cambio profundo de mentalidad, por-
la constitución sobre la sagrada liturgia, del 26 de septiembre de
que, como hace observar L. Bouyer, existen pastores sinceramente
19641, recordaba que ante todo era necesario en cada uno la convic-
deseosos de utilizar todos los medios a su disposición para hacer
ción de que la finalidad de la constitución del Concilio Vaticano II
fecundo su apostolado, los cuales, como se dice, "hacen" liturgia y
sobre la sagrada liturgia no fue simplemente cambiar los ritos y tex-
Biblia para que todos hablen de ellas. En un momento dado, desafor-
tos litúrgicos, sino más bien suscitar la formación de los fieles y pro-
tunadamente, a pesar de tentativas inclusive generosas, nos dicen:
mover la acción pastoral que tuviera como culmen y fuente la sagrada
"¡No resulta!", "¡No funciona!". ¿A qué se debe el fracaso completo
liturgia (Cf. SC 10). Por tanto, el esfuerzo de esta acción pastoral
o relativo, real o sólo aparente?, se pregunta Bouyer. El fracaso, res-
centrada en la liturgia debía tender a hacer vivir el Misterio Pascual.
ponde, no está ligado al hecho de que los fieles no comprenden y no
Esto se obtiene por medio de la fe y de los sacramentos de la fe, prin-
saborean la Biblia y la liturgia, sino más bien al hecho de que mu-
cipalmente del Bautismo (Cf. SC 6) y del misterio de la Eucaristía
chos sacerdotes que se han decidido a emplearlas, se han servido de
(Cf. SC 47), al cual están ordenados los demás sacramentos y sacra-
ellas, podría decirse, sólo para uso externo, por moda. Hoy podremos
mentales (Cf. SC 61), y el ciclo de las celebraciones, mediante el
también añadir: porque el Concilio lo ha impuesto. Pero no se ha
cual la Iglesia desarrolla en el transcurso del año el Misterio Pascual
tenido el deseo de buscar en ellas nuestro verdadero alimento. Biblia
de Cristo (Cf. SC 102-107).
y liturgia, concluye este autor, perdónesenos la expresión, no son
Por esto, concluía la instrucción, aunque la liturgia no agota toda trucos que impactan hoy y que hay que arriesgarse a experimentar...,
la actividad de la Iglesia (Cf. SC 9), sin embargo, se debe cuidar para los demás, para que parezca que producen efecto. Son realidades
atentamente para que todas las obras pastorales estén en justa cone-
xión con ella, y al mismo tiempo, que la pastoral litúrgica no se de-
2. Cf. J. Gelineau, La liturgia domani, Queriniana, Brescia, 1976, p. 20.
3. Cf. C. Vagaggini, II senso teológico della liturgia, Edizioni Paoline, Roma, 1965, 4 txt. p.
1. AAS 56(1964), pp. 877-900. 763.

152 151
de vida de las cuales debemos vivir nosotros, antes de querer hacerlas año litúrgico estaban y están —anota L. Della Torre— en la dife-
vivir a los demás4. rencia entre el modo de concebir y proponer la realidad de la fe se-
gún el esquema catequístico convencional y el auténticamente "tradi-
cional" inspirado en la historia de la salvación. Por estos motivos el
2. Pastoral del año litúrgico año litúrgico no puede entenderse como marco y programa de una
obra evangelizadora y ni siquiera de una primera catequesis de
Al pasar a hablar de la pastoral del año litúrgico se advierte de
iniciación, aunque a eso deben llevar estas iniciativas para arraigar a
inmediato una necesidad particular.
los fieles en una estructura pastoral-celebrativa que asegure su perse-
Muchos pastoralistas atentos hacen ver frecuentemente cómo en verancia y crecimiento en la vida cristiana8. La pastoral del año litúr-
nuestra sociedad secularizada actual, existe más preocupación por gico está comprometida a hacer de esta estructura el lugar donde los
ver los tiempos litúrgicos más como ocasión para poner en marcha creyentes celebran y maduran su fe; pero es necesario que esta fe ha-
iniciativas pastorales que verdaderas celebraciones participadas del ya sido suscitada por una evangelización concreta y por una cate-
misterio de Cristo. Infortunadamente, también en la pastoral existe quesis sistemática.
un pelagianismo. Las fiestas —se observa— son más una ocasión de Colocado este indispensable "presupuesto" de la liturgia, se podrá
concurrencia multitudinaria que la reunión de un pueblo que comprender mejor sin ambigüedad el insustituible valor del año li-
manifiesta en ellas la fe en el evento celebrado5. túrgico para la vida de la Iglesia.
Parece que la causa puede identificarse en el hecho de una
deficiente evangelización anterior a la celebración litúrgica. La
liturgia, en efecto, es un punto de llegada porque siempre es el acto 3. El año litúrgico, lugar deformación
de creyentes que conscientemente saben lo que celebran y alimentan de la comunidad cristiana
su fe mediante la celebración misma (Cf. SC 9, 14, 19, 48). Un interesante estudio de F. Sottocornola sobre el año litúrgico
Lo que ha hecho posible y también significativo hoy el año en Ravenna durante el episcopado de san Pedro Crisólogo hace ver,
litúrgico es la convicción de fe de que los eventos salvíficos reviven entre otros, un elemento de gran importancia: el articularse concreta-
en la vida de la Iglesia y de los cristianos, y que las celebraciones mente del año litúrgico y los contenidos con que las diversas festi-
son momentos intensos de expresión de esta actualidad de ia salva- vidades se celebran, manifiestan (dependen, crean) la específica
ción6. "El año litúrgico, por tanto, —como se afirma en el decreto "tradición catequética" de Iglesia local9. A este respecto no se ol-
Máxima redemptionis nostrae mysteria de 1955— posee una especial vida ni subvalora cuanto recuerda R. Cantalamessa: "Hubo una épo-
fuerza y eficacia sacramental para alimentar la vida cristiana"7. Esta ca en la vida de la Iglesia en que la Pascua era, por así decirlo, todo.
finalidad, sin embargo, no se puede alcanzar sin una previa educación No sólo porque ella conmemoraba, sin compartirla con ninguna otra
en la fe y en la fe que es generada por la visión de la historia de la fiesta, toda la historia de la salvación desde la creación hasta la
salvación. Las mayores dificultades pastorales al aventurarse con el parusía, sino también porque ella era el lugar de formación de algu-
nos componentes esenciales en la vida de la comunidad: la liturgia,
la exégesis tipológica, la catequesis, la teología y el mismo canon de
las Escrituras"10.
4. Cf. L. Bouyer, // senso delta mlssione sacerdotale. Borla, Tormo, 1967, pp. 33-34.
5. L. Della Torre, L'azione pastorale alie prese con l'anno litúrgico, en RPL 5/1979, pp. 54-
58; Cf. también las relaciones contenidas en el volumen L'anno litúrgico. Atti della XI settimana 8. Dizionario di pastorale della comunitá cristiana, cit., pp. 66 y 68.
di studio dell'APL, Marietti, Cásale Monferrato, 1983; Anamnesis, Vol. VI, Atino litúrgico, Ma- 9. F. Sottocornola, L'anno litúrgico nei Sermoni di Pietro Crisólogo. Ricerca slorico-crltlni
rielti, Genova, 1988, en especial A. J. Chupungco, L'adattamento dell'anno litúrgico. Principi e sulla liturgia di Ravenna antica, Studia ravennatensia, I, Cesena, 1973. Para la valoración do c»l«
possibilitá, pp. 273-306. obra, Cf. F. Brovelli, Appunti di studio sul lema dell'anno litúrgico, en AA.VV., Mysterinn, l,«li',
6. Cf. Dizionario di pastorale della comunitá cristiana, Cittadella, Assisi, 1980, véase "Anno Torino-Leumann, 1981, p. 546.
litúrgico" de L. Della Torre, pp. 66-69; para la cita, p. 66. 10. R. Cantalamessa, La Pasqua nella Chiesa antica, Sei, Torino, 1978, "Inlrotlu/km*", |>
7. AAS47(1955), p. 839. XIII. Los subrayados son nuestros.

154 I
El año litúrgico vendría a ser así la vía maestra de la loinuicióii
Esta fuerte concentración en el núcleo fundamental de la fe que permanente del Pueblo de Dios y de la profundización del misterio
a través de siglos formó generaciones de cristianos en el conocimien- de Cristo. La comunidad de los creyentes cada año es llamada a pro-
to del misterio de Cristo, debe hacernos reflexionar también sobre la seguir sin pausa su camino de continua fe-conversión y de seguimien-
actual pastoral para nuestras comunidades practicantes, tantas veces to de Cristo no basándose en los propios esquemas mentales y orga-
impostada con criterios que valoran lo múltiple y lo periférico con nizativos, sino con base en la celebración sacramental de todo el
perjuicio de lo único necesario. misterio de la salvación. En la celebración del año litúrgico, por tan-
to, están presentes también todas las dimensiones de la vivencia his-
tórica de Cristo con la cual la Iglesia debe continuamente confron-
a) El año litúrgico, lugar de la formación cristiana tarse para vivir en autenticidad sus opciones de fe. En otros términos,
La misma documentación relativa a la progresiva formación de el año litúrgico no debe ser "ocasión" para realizar una "propia"
las tradiciones de las Iglesias locales respecto a la celebración anual pastoral; sino que la verdadera pastoral, digna de este nombre, debe
de la Pascua viene a confirmar que, por este sendero, se puede llegar valorar el año litúrgico como memorial de todo el misterio de Cristo
a ver el año litúrgico como lugar de una autorizada catequesis con toda su eficacia intrínseca "para que los fieles puedan llegar al
eclesial". "El (año litúrgico) sería interpretado primariamente como contacto con él y llenarse de la gracia de la salvación" (SC 102).
la estructura pastoral dentro de la cual y por medio de la cual se va La reforma litúrgica ha ofrecido finalmente a la pastoral la posibi-
articulando la acción con que cada Iglesia tiende a hacer vivir todas lidad de valorar una catequesis cristocéntrica fundamental y esencial
las dimensiones del misterio de Cristo celebrado en el culto"12. Esto mediante una copiosa riqueza de lecturas bíblicas (bastaría recordar
evidentemente exige que se aplique en su espíritu y en su letra la solamente la recuperación de la lectura casi completa de los cuatro
orientación pastoral del Concilio Vaticano II cuando dice: "... La Evangelios en el ciclo trienal) de donde puedan tomarse inclusive las
mente de los fieles sea dirigida ante todo hacia las fiestas del Señor, normas morales para la vida cristiana.
en las cuales, en el transcurso del año, se celebran los misterios de
la salvación. Por tanto, el Propio del tiempo tenga su justo lugar por Dentro de este cauce vital del año litúrgico, la comunidad creyen-
sobre las fiestas de los santos, de modo que se celebre convenien- te, mientras vive la participación sacramental en el misterio de Cris-
temente todo el ciclo de los misterios de la salvación" (SC 108). to, se hace capaz de engendrar y formar a sus nuevos hijos con la
iniciación cristiana.
En una relación con la X Asamblea general de la CEI, el cardenal
Marco Cé llamaba la atención de los pastores sobre la estrecha Se habla justamente de la no reiterabilidad de algunos sacramen-
conexión que existe entre los sacramentos de la iniciación cristiana tos (como el Bautismo, la Confirmación), por otra parte, se debe tam-
y el año litúrgico. Decía él que dos instancias deberían converger al bién decir que en cada celebración de los sacramentos la comunidad
elaborar un plan pastoral: por una parte, señalar como finalidad del cristiana renueva también para sí misma, y no sólo para aquellos a
año litúrgico para llevar al cristiano a una participación cada vez quienes se confieren como primeros destinatarios, la gracia de estos
mayor en la Pascua de Cristo imprimiría al mismo año una marcha mismos sacramentos. Lo cual aparece más evidente si se piensa que
que, por analogía con la antigua preparación a los sacramentos de la la Eucaristía es el sacramento de todos los sacramentos en cuanto que
iniciación, podremos llamar "catecumenal"; por otra, la índole éstos convergen hacia ella y de ella reciben su fuerza.
sacramental de todo el año litúrgico postularía unidad entre el En esta perspectiva se ha de estudiar atentamente el Ritual de la
misterio de Cristo celebrado en el circulus anni y los sacramentos iniciación cristiana de los adultos como "itinerario, gradual y
que confieren una progresiva participación en este misterio13.
progresivo, de evangelización, iniciación, catequesis y mistagogia,
presentado por el Ordo con valor de forma típica para la formación
11. Cf. R. Canlalamessa, Op. cil., del mismo autor, Cf. también el óptimo estudio ha Pasqua
della noslra salvezza, Marietti, Torino, 1982.
cristiana"14, con su momento culminante en el tiempo cuaresmal y
12. F. Brovelli, Studio e opera s.c, p. 547.
14. Rito deü'miziazione cristiana degli adulti, "Presentazione" della CEI, nn. 1-2, Epi, Roma,
13. M. Cé, La pastorale della iniziazione cristiana. Relazione alia X Assemblea genérale della 1978.
CEI, Roma 11-16 junio 1973, en Regno-Documenti, 13/1973, pp. 327-333; para la cita, p. 330.

156 157
Pascual15. Este Ordo, de incalculable valor pastoral, si es conocido y Mediante este enfoque pastoral se sale de la preocupación limitada
aplicado, constituye la verdadera pedagogía de la Iglesia para formar al sacramento válido (típica posición de la teología de régimen de
a los cristianos dentro y con la comunidad cristiana. cristiandad) para entrar en la pastoral del sacramento verdadero, es
decir, el signo de la fe, que no sólo supone la fe, sino que con la
Palabra y los elementos rituales la nutren, la robustecen y la expresan
b) Fe-conversión para llegar al sacramento "verdadero " (Cf. SC 59).
Comienza así a ponerse por obra la pastoral que lleva a celebrar
La actual situación de nuestras comunidades hace sentir la urgente el sacramento como evento salvífico, como punto de llegada y de
necesidad de salir de una pastoral de cristiandad (todos son bauti- partida. Entramos en una visión fuertemente unitaria, evangélica, vi-
zados, porque todos lo hacen), para entrar en una pastoral misionera tal, eclesial: Palabra, sacramento, vida indisolublemente conexos.
mediante la cual el hombre es puesto responsablemente frente a la
opción del Evangelio y del seguimiento de Cristo.
Debemos persuadirnos de que llegar a ser cristianos hoy (¿lo ha- c) Itinerarios de la fe fundados en el año litúrgico
brá sido en el pasado?) no es un dato automático.
Partiendo de la pedagogía catecumenal de la Iglesia se impostarían
La comunidad cristiana con sus pastores tiene la tarea y la respon- los itinerarios de fe, siguiendo la estructura del año litúrgico, para
sabilidad de redescubrir y poner por obra la propia pedagogía de hacer volver a la fe consciente a los cristianos no practicantes o ale-
ingreso en la Iglesia y de proponerse al mundo de una manera más jados de la fe. Estos itinerarios deberían comprender los siguientes
creíble como comunidad de creyentes. tres momentos unidos entre sí indisolublemente: el momento de la
Esta pedagogía es la iniciación cristiana entendida como progre- fe-conversión con la opción fundamental por Cristo al contacto con
sivo camino de fe-conversión a la novedad del Evangelio y a la in- la Palabra de Dios; el momento litúrgico-sacramental que inserta en
serción en Cristo y en la Iglesia mediante los sacramentos. el misterio de Cristo y de la Iglesia a un catecúmeno que todavía de-
La exigencia de este camino constituye una pública declaración be ser bautizado, o que reaviva la gracia bautismal con el segundo
de que la Iglesia se identifica como diversa del mundo. De otro mo- laborioso Bautismo del sacramento de la Penitencia en los que ya es-
do los cristianos ya no son ni luz ni sal (Cf. Mt 5, 13-16). tán bautizados y confirmados; el momento de una más profunda y
plena participación en la vida y en la misión de la Iglesia.
El dinamismo en el desarrollo progresivo de la fe, conoce, en
efecto, un initiumfidei (comienzo de la fe), acompañado del augmen- Acerca del tema de los "itinerarios de fe" fundados en el año li-
tumfidei (aumento de la fe), por razón del constante desiderium fi- túrgico, se han levantado voces de crít:ca de parte de algún liturgista-
dei (deseo de la fe). Se trata de llevar al hombre a la opción funda- pastoralista, denunciando el intento "^e reverdecer la ilusión de que
mental de la fe; a la opción por Cristo sentido como viviente y pre- el año litúrgico puede ser la estructura portadora de los isí llamados
sente; a la vida determinada por el espíritu del Evangelio. 'itinerarios de fe'"16.
Todo esto exige una metanoia, es decir, aquel cambio íntimo y ra- Para entendernos, parece necesario precisar algunos aspectos so-
dical por efecto del cual el hombre comienza a pensar, a juzgar y a bre esta problemática.
reordenar la vida movido por la santidad y bondad de Dios (Pablo VI). Ante todo la liturgia, incluido el año litúrgico, presupone la
Por este camino de fe-conversión se llega al encuentro con Cristo educación en la fe-conversión con la primera evangelización, profun-
y su misterio en el sacramento para ser por El transformados con el dizada luego por la catequesis. Esto no se pone en discusión por par
don de su Espíritu. te de ninguno. Con razón, pues, se afirma: "Hoy los pastores están

16. Cf. L. Della Torre, Malintesi e opportunitá pastorali dell'anno liturulro en Hl'l. -I/I'
15. Rito deU'iniziazione cristiana degli adulti, cit., n. 8. pp. 18-31.

158 I
preocupados por la evangelización de los no creyentes o por la reani- Tampoco el antiguo catecumenado ni el actual Rito de la inicia-
mación de los indiferentes, pero no deben hacerse ilusiones de en- ción cristiana de los adultos están estructurados sobre el año litúrgico,
contrar en el año litúrgico una ayuda para esta tarea"17. pero conducen a él. Sólo con el "Rito de la elección o de la inscrip-
ción del nombre" los catecúmenos comienzan a vivir el año litúrgico
La catequesis sistemática ciertamente tiene su propia metodo-
en la última etapa de su formación cristiana al comienzo de la Cua-
logía, diversa de aquélla de la celebración del año litúrgico. Por
resma. Este es el tiempo de la preparación próxima de la iniciación
tanto se equivocan los catequistas que consideran el año litúrgico
sacramental y está caracterizado por los ritos de la purificación y la
sólo como un contenedor de material didáctico o una mina de temas.
iluminación que conducirá a los catecúmenos a la celebración de los
Sin embargo se ha de mantener como posible la organización de
sacramentos de la iniciación cristiana en la Vigilia pascual y al tiem-
cursos de catequesis sistemática, que desarrollen contenidos propios
po de la mistagogia en los cincuenta días de la Pascua.
de los tiempos litúrgicos, que se realicen antes o durante la
celebración de estos mismos tiempos, aunque se debe admitir que el Teniendo presentes estas aclaraciones, sigue siendo cierto lo que
año litúrgico en sí mismo no es "celebración continua y progresiva escribió la Conferencia Episcopal Italiana en la presentación del Rito
de todo el plan de la salvación", entendida en forma sistemático- de la iniciación cristiana de los adultos: "Es importante llamar la
didáctica. Si la praxis pastoral, pues, no valora en la forma debida atención sobre el hecho de que el itinerario, gradual y progresivo, de
los tiempos litúrgicos, como por ejemplo el Adviento, la Cuaresma, evangelización, iniciación, catequesis y mistagogia es presentado
el tiempo de Pascua, esto debe imputarse únicamente a un grave por el Ordo con valor de forma típica para la formación cristiana. El
desfase en el plano de las opciones operativas. ¡No es el único caso! Ordo hace surgir por tanto la exigencia de una acción pastoral que
conduzca al redescubrimiento o a la toma de conciencia progresiva
En cuanto a los "itinerarios de fe" es oportuno precisar su natu- y personal de la propia fe, mediante una catequesis permanente o iti-
raleza y finalidad. Si con tal expresión se quiere indicar una sucesión nerario de tipo catecumenal, que siga gradualmente al cristiano des-
de etapas, el año litúrgico es el itinerario de fe de la comunidad cris- de la infancia a las sucesivas fases de la vida".
tiana creyente y practicante, y, como tal, se valora en todas sus po-
tencialidades. Si, en cambio, con tal expresión se quiere aludir a un
camino para obtener un determinado objetivo, entramos en un dis- 4. El año litúrgico y la piedad popular
curso de carácter pedagógico que exige el aporte de las ciencias La pastoral debe tener en cuenta y arreglar sus cuentas con las ex-
humanas. En este caso se identifican los destinatarios, se cumple el presiones de la religiosidad popular19. Buscamos precisar algunos
análisis de la situación y se precisa el objetivo al cual se tiende con aspectos esenciales del problema.
la selección de los contenidos y de los métodos idóneos para lo-
grarlo18. Desde este aspecto el año litúrgico no puede ser un "itine-
rario de fe" porque no nació, no se ha desarrollado y tampoco ha si- a) ¿Por qué nacieron formas de piedad popular en relación
do revisado en la reforma litúrgica con estas finalidades. y en concurrencia con las fiestas del año litúrgico?
Junto a, y en relación con la, celebración litúrgica de los misterios
de Cristo, la historia nos hace encontrar las expresiones de la piedad
17. ¡bíd., p. 30.
18. Sobre estos problemas Cf. C. Birzea, Gli obiettivi educativi nella programmazjone, 19. Retomo aquí algunos aspectos de la comunicación sobre este tema presentada a la XI
Armando, Roma, 1981; V.-G. De Landesheere, Definiré gli obiettivi dell'educazione. La Nuova semana litúrgica nacional, Taranto, 21-25 de agosto de 1989. Sobre el argumento, Cf. AA.VV.,
Italia, Firenze, 1977; N. Filograsso, Gli obiettivi dell'educazione. Fondamenti epislemologici, Liturgia e religiositá populare. Atti della Vil setlimana di studio dell'APL 1978, Dehoniane,
Marsilio, Venezia, 1979; C. M. Martini, Itinerari educativi, Centro ambrosiano di documenti e Bologna, 1979; AA.VV., Liturgia e religiositá popolare, número monográfico de Vita monástica
sludi, Milano, 1988; C. Nanni, L'educazione ira crisi e ricerca di senso, Las, Roma, 1986; M. B2/1978; AA.VV., Religión populaire el reforme lilurgique, en La Maison-Dieu 122/1975; R.
Pellerey, Progeltazione didattica. Metodología della programmazione educativa scolastica, Sei, Falsini (a cura di), Liturgia e forme di pietá, OR, Milano 1979; V. Orlando, Religione "del popólo "
Torino, 1979; R. Tonelli, Itinerari per l'educazione dei giovani allafede, Ldc, Torino— Leumann e pastorale popolare Ldc, Torino-Leumann. 1986; AA.VV., Devozioni e liturgia, en RL 2( 1976),
1989; J. E. Vecchi— J. M. Prellezo (a cura), Prassi educativa pastorale e scienze dell'educazione, pp. 155-210; G. Agostino, La pietá popolare como valore pastorale, Edizioni Paoline, Ciniscllo
Editrice Sdb, Roma, 1988. Balsamo, 1987.

160 161
6. Cristo fiesta de la Iglesia
popular, a veces en sintonía, a veces también en formas ambiguas si Componentes positivos. Los laicos se redescubren como elemen-
no en contraste o en desviación respecto a la naturaleza y el contenido tos portadores del hecho religioso cristiano y, aunque todavía no
de la revelación, que se realizan en la liturgia. existe la conciencia habitual de su ser "sacerdotal", se hace muy
fuerte el anhelo por ser "religiosos", en el sentido presentado por las
Piedad litúrgica y piedad popular han existido sin ninguna inte- órdenes y congregaciones religiosas. Así nacen las pías asociaciones,
rrupción, desde los orígenes cristianos hasta hoy. las cofradías y las terceras órdenes para los laicos, los cuales abrazan
Ha existido siempre también una religiosidad docta y una religio- el ideal religioso, pero para vivirlo en una forma distinta, adaptada a
sidad popular, distintas, pero que forman un solo cuerpo. ellos.
La religiosidad docta es fruto de una escuela que no ha faltado Este vivir la vida de los religiosos en "otra forma" explica que se
nunca, pero fue prerrogativa de los clérigos, aunque no de todos los tienda a encontrar también otra forma de culto, que se concretiza en
clérigos. las "devociones", también cuando aceptan modelos que de por sí son
En los primeros cuatro siglos aparece que la oración litúrgica y ya litúrgicos, pero en formato reducido, como por ejemplo los "Ofi-
la oración popular coexistían en clara y fácil armonía la una con la cios parvos" de la Virgen, de los difuntos y otros.
otra. La sintonía era tal, que no surgía ni siquiera el problema de la Aquí se impone una pregunta: ¿Cómo pudo prevalecer tan fuerte-
prevalencia de una sobre la otra. mente la devoción y la piedad popular?
En un momento determinado en la Iglesia se asiste al surgimiento Sin duda, una de las causas fue el hecho del predominio de la
de un fenómeno cultual que lleva el nombre de devociones, piadosos lengua vulgar en la vida, inclusive en la oficial, mientras la liturgia,
ejercicios, ejercicios de piedad, etc., que se presentan como otra celebrada siempre en latín, permanecía mayormente hermética21.
forma, más popular, del único culto cristiano, comúnmente son Cuando la liturgia, por circunstancias particulares, no se expresó
declaradas "no litúrgicas". en la forma y en la medida mejor, quizás aún en un modo pobrísimo,
Siguiendo a S. Marsili20, destaco algunos componentes importan- entonces surgieron medios y expresiones capaces de alimentar la fe,
tes para explicar este fenómeno. En él entran componentes religiosos medios y expresiones que teológicamente eran marginales. Tales han
y teológicos negativos y positivos, que han hecho nacer tensión en- sido precisamente las devociones en las formas más populares.
tre liturgia y piedad popular.
Componentes negativos. Las "devociones" indican un fuerte de- 21. No hay que olvidar que el misal y sobre todo el canon de la misa no se podía traducir. Su
caimiento en el conocimiento del evento específico cristiano (presen- traducción hecha por Voisin en Francia en 1660 fue prohibida bajo pena de excomunión por la
cia y comunión de vida divina por medio de Cristo) y, al mismo asamblea del clero el 7 de enero de 1661 y, poco después, el Breve pontificio de Alejandro VII
hablaba de "ciertos hijos de perdición, amantes de novedades para ruina de las almas, que con
tiempo, son también indicios de una verdadera exaltación de El, pero desprecio de las reglas y de la práctica de la Iglesia han llegado a tan gran audacia de traducir al
exaltación fragmentaria y analítica, por la cual alcanza el máximo francés el Misal romano, poniéndolo al alcance de toda clase de personas de ambos sexos,
interés todo lo que se refiere al Señor, la Virgen, los santos y los intentando así temerariamente de degradar los sagrados ritos, disminuyendo la majestad que les
viene de la lengua latina y exponiendo a los ojos del vulgo la dignidad de los misterios divinos"
difuntos, para satisfacer el sentimiento y provocar la imitación. In- (texto latino en P. Guéranger, Instilutions Uturgiques, II, 1841, p. 163).
fortunadamente este interés se expresa en modos diversos y a menudo En 1747, L. A. Muratori, en su célebre libro Delta regolata devozione dei crissiani (Edizioni
en contraste con las normas fundamentales del culto cristiano. Paoline, Cinisello Balsamo, 1990, bajo la dirección de P. Stella) defendió el derecho de los fieles
a comprender la oración litúrgica en la lengua hablada, apoyándose en la historia y afirmando que
Con mucha frecuencia las "devociones" también se convierten en la misa no fue hecha sólo para los que saben latín (Cf. c. XVI, "Qual parle abbia nella Messa il
talismanes de fortuna y de bienestar garantizados por el simple he- popólo clie vi assisle", pp. 139-142 de la edición citada).
cho de su ejecución: se pagaba como la cuota de un seguro de vida En 1848, exactamente un siglo después, también A. Rosmini, en su famoso libro Delíe cinque
piaglie della Santa Chiesa" (Morcelliana, Brescia, 1966, al cuidado de C. Riva) denunciaba el grave
y del futuro espiritual y material. daño que se derivaba para el pueblo cristiano del hecho de no comprender la lengua en que se
celebraba el culto (Cf. ed. cit., pp. 73-75). jPero la obra fue puesta en el índice! Se debía llegar a
los tiempos de san Pío X, al movimiento litúrgico de este siglo para ver finalmente al alcance del
20. Cf., artículo Devozioni e liturgia, en RL 2/1976, pp. 155-210. pueblo la liturgia en la lengua hablada con la reforma decretada por el Concilio Vaticano II.

162 \M
Una teología totalmente dedicada a considerar el in se; una piedad blo que participa en ella, no se quiere con esto apoyar cualquier ma-
fundada prevalentemente en el sentimiento por la imitación; una li- nipulación de la liturgia, sino que se quiere hablar de una liturgia au-
turgia incomprensible por la lengua y convertida en espectáculo, son téntica y respetada en su verdad, pero expresada con un lenguaje que
la causa de la alimentación de la fe mediante prácticas devocionales permita al pueblo participar en ella de modo consciente. El problema
más comprensibles al pueblo y que se sobrepusieron inclusive a la no puede enfrentarse y resolverse individualmente, sino por la Iglesia
misa. guiada por sus legítimos pastores.
Así se llega a la siguiente conclusión: piedad litúrgica y piedad Lamentablemente hay que constatar que, el que menos sabe, más
popular estuvieron armónicamente unidas o afortunadamente separa- fácilmente cae en el peligro de actuar libremente; en cambio, el que
das en proporción directa al grado de conocimiento por parte de los sabe más, no se atreve, consciente de la compleja realidad que ma-
fieles, de las realidades reveladas, es decir, en proporción de la catc- neja.
quesis recibida del clero. Un paso notable en la línea de una liturgia con un lenguaje más
Objetivamente es preciso admitir que la insistencia milenaria en accesible a la mentalidad contemporánea ha sido realizado con la se-
el uso del latín, que ya no era comprendido por la gran parte de los gunda edición italiana del Misal de Pablo VI y con la Colección de
fieles, pesó gravemente en el distanciamiento entre la piedad popular misas de la bienaventurada Virgen María.
y la liturgia. Con la liturgia renovada por el Concilio y restituida a nuestras
asambleas, desaparece el motivo para continuar sosteniendo un dua-
b) Algunas indicaciones prácticas lismo cultual en todos aquellos casos en que la imposibilidad de par-
ticipar en la acción litúrgica había hecho surgir algunos "piadosos
Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II hemos entrado ejercicios" unidos o enteramente sobrepuestos a la liturgia. Me refie-
en una nueva época: la liturgia volvió al pueblo y el pueblo ha re- ro, por ejemplo, a las novenas de Navidad, de Pentecostés, de la In-
gresado a la liturgia. Pero todavía quedan dificultades e inclusive maculada; a la Cuaresma, al Triduo pascual.
ambigüedades en muchos niveles. La liturgia eucarística, la Liturgia de las Horas (Laudes matutinas
También existen dificultades en la liturgia misma. En el trabajo de y Vísperas y también el Oficio de las lecturas), bien valorados en
la reforma litúrgica, hacía notar S. Visentin, la vivencia popular, todos sus elementos, son la auténtica expresión del misterio cristiano
como se diría hoy, estaba muy distante de los planes y de las pers- y escuela insustituible de verdadera oración de la comunidad cristia-
pectivas que tenían ante sí los que estaban dedicados a los trabajos". na. Ya no hay que añadir nada ni mucho menos sobreponer cuando
En la reforma de los libros litúrgicos prevaleció la mentalidad se valora pastoralmente la liturgia.
objetivista, sobre la línea de la "liturgia del libro", recurriendo y dis- El problema pasa entonces a quien guía a la comunidad cristiana.
frutando del rico patrimonio eucológico conservado en las fuentes
El pastor cristiano está al servicio del Evangelio, del auténtico
de la tradición romana y latina. Un contenido garantizado en la orto-
Evangelio y de todo el Evangelio y, por tanto, también del Evangelio
doxia y en gran parte de valor. Pero no siempre esta fidelidad a Dios
celebrado en la liturgia. "El es garante tanto de la primera procla-
y a las mejores formulaciones del pasado va acompañada de la fide-
mación del Evangelio para que se reúna la Iglesia, como de la conti-
lidad al hombre de hoy.
nua renovación de la Iglesia ya reunida"22.
Si hoy se quiere una "participación activa" popular, es decir, de
todo el Pueblo de Dios, no sólo de nombre o de carácter puramente El Pueblo de Dios necesita ser educado. Si falta esta educación
ceremonial, hay que tener el valor de sacar todas las consecuencias para la celebración, para su contenido, para su espíritu, evidente-
prácticas; de otra manera las generaciones cristianas que avanzan no mente no se alcanzan los resultados queridos por la reforma.
se sentirán ni interesadas ni implicadas en nuestras liturgias. Para
evitar cualquier equívoco hacemos la aclaración de que, cuando se
habla de liturgia a nivel del pueblo, expresión de la cultura del pue- 22. III Sínodo de los obispos, Sacerd. min., p. 4.

164 165
Cristo según los tiempos litúrgicos. Tiene que ser distinto el Rosario
c) Condiciones esenciales
recitado en el Adviento, en Navidad o en Cuaresma, en el tiempo
pascual o en ciertas fiestas particulares y con ocasión de una velación
Pero desde el momento en que no se puede reducir todo a la sola de difuntos, etc.
liturgia y que la Iglesia no agota toda su actividad en la liturgia (es
todo el sector del antes y del después), sin confusiones de híbridas Hay que buscar los diversos y riquísimos aspectos del misterio de
mezcolanzas (por ejemplo no se reemplaza con el Viacrucis la ac- Cristo con textos bíblicos y litúrgicos en sintonía con los tiempos y
ción litúrgica del Viernes Santo), tienen valor aún las devociones las fiestas litúrgicas. Se debe educar para orar con sentido evangélico.
con los correspondientes piadosos o sagrados ejercicios con dos 2. El Viacrucis puede caracterizar todos los viernes del año, pero
condiciones precisas: puede asumir particular significado durante la Cuaresma, siempre
1. Estas devociones no deben convertirse en medios para des- como celebración de la Palabra de Dios.
viarse del contenido y del sentido del culto cristiano. También se de- 3. La adoración eucarística impostada según los criterios de la
ben juzgar críticamente nuevas formas cultuales que hoy están ocu- Eucharisticum mysterium y del libro litúrgico El culto eucarístico
pando el único espacio humano dejado libre en la época tecnológica: fuera de la misa.
el espacio del corazón, del sentimiento.
Sigue abierto el problema de fiestas particulares de la santísima
2. Estas devociones y sus correspondientes piadosos ejercicios Virgen, o de los santos, o de celebraciones populares con ocasión de
deben ser como una "preliturgia" o una potencial liturgia y esto su- la Semana Santa, que coinciden y por tanto se sobreponen a la
cede cuando son celebraciones del misterio de Cristo, teniendo pre- celebración de los misterios de la salvación.
sente que modo, estilo, forma, tiempo y lugar son aspectos impor-
tantes, pero secundarios respecto al valor teológico; celebraciones Me parece que éste es el caso más difícil de resolver acertada-
eclesiales, es decir, aquellas en que el grupo o la comunidad aparecen mente. En ciertos lugares la tradición de estas celebraciones está tan
como presencia de la Iglesia-Pueblo de Dios-cuerpo de Cristo. fuertemente arraigada, que provoca reacciones negativas frente a un
cambio.
En efecto, los piadosos ejercicios, en la forma en que están
recomendados por la constitución litúrgica, deben tener estas carac- Es preciso que el sentido profundo del misterio litúrgico se con-
terísticas: "Es preciso que tales ejercicios, teniendo en cuenta los jugue con una gran sabiduría educativa pastoral.
tiempos litúrgicos, sean ordenados de tal modo que estén en armonía Afirmamos sin sombra de duda la prioridad de la celebración li-
con la sagrada liturgia, en cierto modo deriven de ella y a ella con- túrgica del misterio. Este criterio debe igualmente alimentar la
duzcan al pueblo, ya que la liturgia, por su naturaleza, está muy por piedad individual, la cual debe tener por alma la realidad celebrada
encima de ellos" (SC 13). En efecto, "cada celebración litúrgica, en en la liturgia. No una piedad personal que va por su lado, sino una
cuanto es obra de Cristo sacerdote y de su cuerpo que es la Iglesia, piedad que se nutre con los textos bíblicos y con una oración de la
es acción sagrada por excelencia, y ninguna otra acción de la Iglesia Iglesia, como podemos encontrarla día tras día en la liturgia.
iguala su eficacia con el mismo título y en el mismo grado" (SC 7).
Tal espiritualidad litúrgica es la que más garantiza también el
Aquí se afirma el principio de la unidad de los distintos: el único sentido auténtico de las devociones o de la piedad popular.
contenido en diferente tonalidad y valor.
No se puede, por ejemplo, emplear gran cantidad de medios
exteriores para la fiesta patronal, y luego no sacar ni siquiera un
d) Ejemplificación mísero boletín para el Triduo pascual y la Vigilia pascual.
El sentido del respeto de la celebración litúrgica no está en la ob-
1. El Rosario como expresión de la devoción a la santísima Vir- servancia jurídico-rubrical del misal, sino en un vivo y profundo
gen. Los fieles deben ser educados también con oportunos subsidios conocimiento del espíritu del misterio cristiano.
para esta piadosa práctica con la meditación de los misterios de

166 167
Capítulo XI 1. Notas esenciales de la espiritualidad cristiana
Frente a esta enseñanza del Magisterio de la Iglesia, se imponen
ESPIRITUALIDAD Y AÑO LITÚRGICO algunas reflexiones.
Sin detenernos a precisar lo que se entiende por "espiritualidad"
y remitiendo para este tema a obras especializadas1, baste aquí re-
cordar que cada bautizado, insertado en el Misterio Pascual de
Cristo, debe vivir siempre más intensamente lo que es por gracia,
mediante el ejercicio de la fe, de la esperanza y sobre todo de la cari-
dad. La espiritualidad es este progresivo crecer en la perfección de
lo que se es y se hace por la gracia de la adopción.
"Los seguidores de Cristo —afirma el Concilio Vaticano II—
llamados por Dios y justificados en Jesucristo no en razón de sus
obras, sino en virtud del designio y gracia divinos, han sido hechos
por el Bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y
partícipes de la naturaleza divina, y por lo mismo, realmente santos.
Por tanto, es necesario que con la ayuda de Dios, mantengan y per-
El Concilio Vaticano II afirma que la liturgia "es la primera e in- feccionen en su vida la santificación que recibieron... Todos los fie-
dispensable fuente de donde los fieles pueden obtener el genuino les, de cualquier estado y condición, están llamados a la plenitud de
espíritu cristiano" (SC 14). "La liturgia, en efecto, mueve a los fie- la vida cristiana y a la perfección de la caridad: esta santidad
les, nutridos con los sacramentos pascuales, a vivir en perfecta promueve, aun en la sociedad terrena, un nivel de vida más humano"
unión; ruega a Dios a fin de que expresen en la vida cuanto han re- (LG 40).
cibido mediante la fe; en fin, la renovación de la alianza de Dios con
los hombres en la Eucaristía, introduce a los fieles en la apremiante Este precioso texto de la Lumen gentium, al poner el fundamento
caridad de Cristo y con ella los inflama. Por tanto, de la liturgia, y sacramental de la santidad en el Bautismo, orienta la vida espiritual
particularmente de la Eucaristía, mana para nosotros, como de su en sentido estrictamente litúrgico. Por tanto, la participación en la
fuente, la gracia, y se obtiene con la máxima eficacia aquella santifi- muerte de Cristo realizada en el Bautismo es solamente el comienzo
cación de los hombres en Cristo y aquella glorificación de Dios a la de la incorporación al misterio de Cristo. Toda la vida del cristiano
cual tienden como a su fin todas las demás actividades de la Iglesia debe estar ordenada a realizar lo que significa el Bautismo: estar
(SC 10). muertos al pecado para vivir la nueva vida en Cristo.
Respecto al año litúrgico el mismo Concilio afirma que con su San León Magno dirá en un admirable sermón de Navidad del
celebración la Iglesia, haciendo memoria de los misterios de la 444: "Domini nostri opera, non solum sacramento nobis utilia sunt,
redención, abre a los fieles las riquezas de las acciones salvíficas de sed etiam imitationis exemplo, si in disciplinam ipsa remedia trans-
su Señor, en cierto modo las hace presentes a todos los tiempos a fin ferantur. Quodque impensum est mysteriis prosit et moribus" (Estas
de que los fieles tomen contacto con ellas y se llenen de la gracia de obras de nuestro Señor son útiles para nosotros no sólo por el sacra-
la salvación (Cf. SC 102). La misma revisión del año litúrgico ha mento que contienen, sino también por el ejemplo que presentan y
sido querida con el fin de "alimentar debidamente la piedad de los que invitan a la imitación)2.
fieles en la celebración de los misterios de la redención cristiana, 1. Cf. L. Bouyer, Introduzione alia vita spiriluale, Borla, Torino, 1978; Nuovo dizionario di
sobre todo en la celebración del Misterio Pascual" (SC 107). spiriiualitá, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1989; L. Bouyer, Spiritualitá del Nuovo
Testamento, Dehoniane, Bologna, 1967; Ibíd., Spiritualitá dei Padri, Dehoniane, Bologna, 1986.
2. Discurso de Navidad (XXV), 6. Traducción ¡tal. de A. Valeriani en el volumen: San León
Magno, II misiero del Natale, Edizioni Paoline, Roma, 1983, p. 88.

168 169
Toda espiritualidad auténtica debe, por tanto, tender a la perfec- con las leyes y normas de la Iglesia, se recomiendan vivamente,
ción del ser cristiano, nacido por el Bautismo sacramento de la fe en la gracia sobre todo cuando se realizan por disposición de la Sede Apostólica...
santificante y del actuar cristiano sobre todo en la caridad. Pero es preciso que tales ejercicios, teniendo en cuenta los tiempos
"Lo que distingue una espiritualidad de otra es la concretización litúrgicos, se ordenen de modo que estén en armonía con la sagrada
diversa de los mismos elementos comunes genéricos, dogmáticos, liturgia, broten en cierto modo de ella, y conduzcan a ella al pueblo cris-
morales, ascéticos, místicos, litúrgicos, bíblicos, devocionales, y, es- tiano, dada su naturaleza enteramente superior de la misma" (SC 13).
pecialmente, el equilibrio armónico total diverso, logrado mediante Con frecuencia se ve citada la primera parte de este punto de la
el ordenamiento sintético vital diverso de aquellos mismos ele- constitución litúrgica, pero ni se cita ni se observa prácticamente la
mentos, por el predominio psicológico-vital dado ora a uno, ora a segunda5. No entramos a discutir la vieja cuestión del "dualismo
otro"3. cultual" (liturgia y devociones) y si tal dualismo ha sido superado
por la Sacrosanctum concilium. Sin embargo parece útil que se tenga
2. La característica en cuenta la propuesta de S. Marsili; ésta parece válida, y realizable
—como él mismo afirma— sólo a largo plazo6, ya que no será fácil
de la espiritualidad litúrgica superar una práctica secular en que —lo hace notar J. Gelineau— la
La espiritualidad litúrgica como la describe C. Vagaggini "es devotio moderna ha formado a los devotos en la oración, en la
aquella espiritualidad en la cual la concretización específica y el co- ascesis, en la caridad, por un camino paralelo al de la liturgia tanto
rrespondiente ordenamiento sintético propio de los diversos ele- que recitar el Oficio y hacer oración eran, y todavía son para muchos,
mentos comunes a toda espiritualidad católica, como medios para la dos actividades bien distintas7. En síntesis, S. Marsili afirma: después
perfección cristiana son determinados por la misma liturgia"4. del Concilio Vaticano II, que quiso una liturgia del y para el Pueblo
de Dios, "culmen y fuente" de toda la acción de la Iglesia, en línea
a) Cuando se habla de espiritualidad litúrgica, hay que aclarar de principios no se deberá permitir ni el nacimiento ni la conservación
que nos referimos, ante todo a la perfección cristiana que ha de de "devociones" sólo porque se juzgan como expresiones de culto
conseguirse con todos los medios necesarios. La espiritualidad litúr- "adaptadas" al pueblo. Puede asimismo haber casos en que las
gica, por tanto, no se limita al momento celebrativo, sino que se ex- devociones, por la mayor incidencia que tienen en el sentimiento,
tiende a toda la vida. En efecto, "la vida espiritual no se agota en la podrían por este aspecto tener un papel cultual, entendido como útil
participación en la sola liturgia" (SC 12). alternativa a la liturgia: función alternativa y no sumativa, es decir,
Pero lo que especifica a la espiritualidad litúrgica es el hecho de alternativa provisional de las devociones frente a la liturgia en ciertos
que ya en la celebración litúrgica, ya fuera de ella, todo lo que cons- casos y en condiciones bien precisas: que las devociones no sean
tituye el auténtico vivir cristiano es determinado por la misma litur- instrumentos de desviación del culto cristiano; que las devociones
gia, de modo que ésta influya cualitati va. y concretamente en toda la sean tales, que sean como una "preliturgia" o una liturgia potencial.
vida como tendencia a la perfección. Esto no puede interpretarse co- Esto se cumple, precisa S. Marsili, cuando ellas son: a) Celebraciones
mo algo arbitrario, porque estamos en la gran ley que podemos lla- del misterio de Cristo, teniendo presente que modo, estilo, forma,
mar de la objetividad, es decir, se tiene en cuenta el modo concreto, tiempo y lugar son aspectos importantes, aunque secundarios
histórico-sacramental como Dios quiso revelarse y autocomunicarse respecto al valor teológico; b) celebraciones eclesiales, es decir, tales
a nosotros en Cristo. que en ellas el grupo o la comunidad aparezcan como presencia de
b) Los mismos "piadosos ejercicios" del pueblo cristiano, re-
cuerda el Concilio Vaticano II, a condición de que sean conformes
5. Sobre el tema "Devociones y liturgia" Cf. Rivista Litúrgica 2/1976 con estudios de P. Stella,
S. Marsili, D. Sartore.
3. C. Vagaggini, // senso teológico della liturgia, c. XXI, "Liturgia e spiritualilá", Edizioni
Paoline, Roma, 1965 4 ed.; la cita, p. 623. 6. Cf. S. Marsili, Liturgia e devoyoni: Ira sloria e teología, en RL 2/1976, pp. 174-198.
4. Ibíd., p. 624. 7.1. Gelineau, La liturgia domani, Queriniana, Brescia, 1976, p. 21.

170 171
la Iglesia-Pueblo de Dios-cuerpo de Cristo. Y concluye: "Nos pa- 3. La espiritualidad del año litúrgico
rece que el espíritu de la reforma litúrgica del Vaticano II es el de Hablar de espiritualidad del año litúrgico en particular significa
dar vida a la unidad de culto por medio del único misterio de Cristo
impostar el camino de la perfección cristiana en la vivencia de la
en la unidad de la Iglesia" (Cf. SC 2, 13, 26)8.
gracia propia de cada aspecto del misterio de Cristo presente y ope-
c) La enseñanza del Vaticano II autoriza inclusive a concluir que rante en las diversas fiestas y en los diversos tiempos litúrgicos.
todo tipo legítimo de espiritualidad debe tener como alma la liturgia.
El año litúrgico, por ser la actualización y la prolongación tem-
Todo el esfuerzo de la reforma litúrgica prospectada en la Sacrosanc-
poral y espacial de la misma acción salvífica de Cristo, iniciada en
tum concilium tiende a este fin. La participación plena, consciente y
la tierra, ahora continuada junto al Padre y hecha eficaz en la Iglesia,
activa en las celebraciones litúrgicas, a más de ser exigida por la na-
por medio de la Iglesia y en favor de la Iglesia, constituye el "mo-
turaleza de la liturgia y como derecho-deber de los bautizados, es
mento favorable, el día de la salvación" (Cf. 2Co 6, 2) de la toma de
motivada por el hecho de que "la liturgia es la primera e indispen-
contacto con los misterios de Cristo para recibir de ellos la gracia
sable fuente de la cual los fieles pueden obtener el genuino espíritu
propia y expresarla moral y ascéticamente en la vida. Aquí el
cristiano" (SC 14). Para esto los pastores de almas deben ser los
cristiano, sobre todo por la participación en la Eucaristía "en la cual
primeros implicados y compenetrados ("penitus imbuantur") del
está contenido todo el bien espiritual de la Iglesia, a saber, el mismo
espíritu y de la fuerza de la liturgia (SC Ibíd.). Asimismo "los cléri-
Cristo, nuestra Pascua" (PO 5), se va configurando cada vez más a
gos, en los seminarios y en las casas religiosas, tengan una formación
su Señor y aprende a vivir en la caridad "los mismos sentimientos
litúrgica de la vida espiritual, sea mediante una conveniente inicia-
que tuvo Cristo Jesús" (Flp 2, 2).
ción con la cual puedan entender el sentido de los ritos sagrados y
tomar parte en ellos con todo el ánimo, sea mediante otras prácticas En este sentido esta espiritualidad lleva a tener continuamente
de piedad imbuidas de espíritu litúrgico" (SC 17). presente la verdad fundamental de la iniciativa de Dios y de la litur-
gia que, aún antes de ser acción de la Iglesia en oración junto con su
La liturgia, restablecida por fin en su auténtica interpretación de Señor y en el Espíritu Santo al Padre, es gratuidad, es gracia divina.
fe como actualización del misterio de Cristo en la historia de la sal- Nadie puede proclamar litúrgicamente "Jesús es Señor" si no es bajo
vación y manifestación de la auténtica naturaleza de la Iglesia por la acción del Espíritu Santo (ICo 12, 3). Por esto las liturgias
obra del Concilio Vaticano II (Cf. SC 2.5-7), si es participada y vivi- orientales, muy significativamente, comienzan con la epíclesis,
da por lo que ella es, como alimento y alma de toda la vida espiritual, invocación para obtener la plena presencia divina actuante en el
será la gran escuela para superar el individualismo y el subjetivismo. Espíritu Santo9.
No hay escuela de espiritualidad que no denuncie estas dos insidias
para el verdadero progreso de la vida interior. Pues bien, preci- Así pues, el año litúrgico, no siendo una repetición cíclica sino
samente la liturgia obliga a cada alma fiel, sea cual sea el don de su una re-presentación sacramental del misterio para que se realice con
gracia, a abrirse continuamente a la Palabra de Dios en humilde do- creciente plenitud en nosotros, puede favorecer un desarrollo ascen-
cilidad a la acción del Espíritu Santo en el contexto vital de la fe pro- sional para que nuestra vida crezca en todo hacia aquel que es la
fesada y garantizada por la madre Iglesia. De esta manera la inter- Cabeza, Cristo (Cf. Ef 4, 15).
pretación de la Palabra de Dios se ve liberada de los peligros de las
inestabilidades personales y de las variaciones ambientales. Además
la liturgia —y esto es fundamental— obliga siempre a tener presentes
todos los aspectos del misterio cristiano, evitando toda peligrosa
unilateralidad. 9. Actualmente también nuestra liturgia romana en el Misal de Pablo VI propone, entre las
diversas fórmulas de saludo, aquella eminentemente epiclética y trinitaria con que Pablo concluye
su II Carta a los corintios: "La gracia de nuestro Señor Jesucristo,-el amor que procede del Padre
y la koinonía del Espíritu Santo estén (están) con lodos vosotros" (2Co 13, 13). Esta fórmula de
saludo paulino se deriva de la liturgia de aquel tiempo (Cf. T. Federici, liturgia: creativita, inte-
rioríwizione, attuazione, en Noliliae 127/1977).
8. S. Marsili, arl. cit., pp. 197-198.

172 173
4. Superación de las perspectivas dramáticamente. De esta manera la liturgia deja de ser un "tiempo"
de salvación, actualización del plan redentor de Dios10.
de la "devotio moderna"
c) Con una auténtica espiritualidad del año litúrgico se recuerda,
Para vivir una espiritualidad fundada en la celebración del miste- a la luz de la mejor teología bíblico-patrística y de la enseñanza del
rio de Cristo en el año litúrgico, se hace indispensable rectificar al- Concilio Vaticano II, la visión oikonómica del misterio cristiano pa-
gunas perspectivas en que se ha inspirado la "devotio moderna". ra considerarnos en acto, involucrados e inmersos en el misterio mis-
a) La perspectiva analítico-devocional o ascético-mística que mo. En efecto, no existe una historia de la salvación ya pasada y ter-
analiza y contempla los misterios de Cristo no tanto en su valor minada, de la cual hoy simplemente deberíamos recoger los frutos,
salvífico, sino como episodios edificantes para suscitar y alimentar sino una historia "en acto", mediante la celebración litúrgica, en la
la piedad, la devoción y la imitación moral. cual "Cristo continúa presente en su Iglesia, para recorrer el camino
iniciado en su vida mortal, para que los nombres puedan tener
b) La perspectiva ontológica y jurídica que busca explicar el "in contacto con sus misterios y vivirlos" (Pío XII, Mediator Dei). El
sé", o sea la esencia de Jesús, Hombre-Dios, y considera los misterios memorial es una celebración conmemorativa concentrada toda ella
de Cristo como fuente de méritos infinitos para nosotros. en un acontecimiento salvífico, pero que tiene como finalidad insertar
Tal visión da origen a una teología que ha puesto el acento parti- en el evento mismo a los participantes". Con san León Magno
cularmente sobre el lado negativo de la redención (la liberación del diremos: "Nitamur, ut possimus, adiuvante Spiritu Dei, eo per intel-
pecado) sin destacar debidamente el aspecto positivo: Cristo Señor, ligentiae semitas pervenire, ut cognoscamus sacramentum praesentis
único dador de vida con el don del Espíritu mediante su carne festi ad omnium fidelium témpora pertinere, nec ullo modo habeatur
glorificada (Cf. ICo 15, 45). Se insiste, por tanto, en la Pasión y insolitum, quod in dispensationum ordine adoratur antiquum") (Es-
Muerte como momento fundamental en que Cristo, todavía en su forcémonos como podamos, con la ayuda del Espíritu de Dios, en
estado de "viator", pudo merecer para nosotros. La Resurrección- llegar a tan perfecta inteligencia, que comprendamos que el sacra-
glorificación de Cristo no es considerada como misterio de salvación, mento de la presente fiesta pertenece a todos los tiempos y a todos
sino solamente como argumento apologético para demostrar su divi- los fieles. Y puesto que en el plano de la economía es adorado como
nidad. Tampoco el misterio de la Encarnación es visto en su dina- antiguo, de ninguna manera se tenga como un hecho insólito el acon-
mismo salvífico, sino como el dogma de la unión hipostática. tecimiento celebrado en la presente fiesta)12.
No pretendemos negar el aspecto de verdad existente en estas po- La espiritualidad del año litúrgico exige que se vivan concreta-
siciones, sino su limitación, en especial la carencia de la visión mente algunos aspectos positivos.
funcional y dinámica del misterio de Cristo actualizado y operante
en la acción litúrgica. De aquí la reserva sobre un modo estático de
concebir la salvación como realidad existente en el pensamiento de 5. La unión con Cristo, único y necesario mediador
Dios y que se cree obtener mediante una contemplación y una
imitación que llevan a concentrarse más sobre la eternidad que sobre Ante todo se ha de cultivar una profunda unión a Cristo, único y
la vivencia histórica de la actuación del plan salvífico. En esta pers- necesario mediador, no en sentido abstracto, sino como presencia
pectiva la vida cristiana se concibe, consiguientemente, en una di- real actual "aquí y ahora", del Señor vivo en la acción litúrgica y
mensión predominantemente moralista e intelectualista, sin relación que, a través de su humanidad glorificada y principio vital del don
con nuestra historia, y por tanto, carente precisamente de lo que es
específico de la revelación cristiana.
10. Cf. S. Marsili, // tempo litúrgico, altuazione áella sloria áella salvezza, en RL 2/1970.
La liturgia misma, en esta visión, queda deformada porque se la 11. Cf., el interesante estudio de J.-M. R. Tillard, Le memorial dans la vie de l'Eglise, en La
concibe o como un ceremonial divino y regio, a "imagen" de una Maison-Dieu 106/1971; la cita, pp. 25-26.
ideal "liturgia celestial" en honor del "Gran Rey", o como un "lugar" 12. San León Magno, 8 Discurso sobre la Epifanía (XXXVIII), 1, trad. it. de A. Valeriani,
en donde "historizar" los episodios evangélicos para representarlos Op. cit., p. 166.

174 175
del Espíritu, comunica la fuerza propia de sus actos salvíficos (los eventos de nuestra redención. El creyente se abre así a la gracia pro-
misterios). No es el hombre, en efecto, quien intenta superar el tiem- pia de cada uno de estos misterios, presentes y eficaces en la acción
po y el espacio para llegarse con la fe y su psicología a los tiempos litúrgica, para vivir a Cristo siervo, pobre, humilde, obediente, peni-
y a la vivencia de Cristo, sino que es Cristo, el Crucificado-Resucita- tente, orante, misericordioso, humillado hasta la muerte y glorificado
do, siempre vivo y presente, en el acto de unir a sí a cada hombre en para comunicarnos el don del Espíritu. En efecto, la liturgia —no
la esfera de su acción sacerdotal, sacrificial y mediadora que trascien- nos cansamos de recordarlo— es la continuación y la aplicación a
de todo espacio y todo tiempo. cada uno de los hombres a través de los tiempos y en todos los luga-
res, de la acción redentora de Cristo. El sucederse de las celebracio-
La comunión de Cristo con el Padre entra en lo íntimo de la vida
nes de los tiempos y de las fiestas no es un simple expediente psico-
y de la Iglesia porque la religión cristiana es, por esencia, la partici-
lógico, sino el modo histórico-sacramental establecido por Dios para
pación de aquella relación filial. "Ningún don mayor —afirma san
Agustín— podría Dios hacer a los hombres que constituir como ca- poner a todos los hombres en contacto con la salvación realizada me-
beza de ellos a su Verbo, por medio del cual creó todas las cosas, y diante los diversos actos de la vida de Cristo. El año litúrgico, mode-
unirlos a El como miembros, de modo que fuera Hijo de Dios e Hijo lado sobre la economía de la salvación, reproduce el "processus" de
del hombre, un solo Dios con el Padre, un solo hombre con los hom- la vida del Señor para realizar este contacto santificante. "Toda la
bres. Así, cuando orando hablamos con Dios, no por ello separamos turba —dice el Evangelio— quería tocar a Jesús, porque de El salía
del Padre al Hijo y cuando el cuerpo del Hijo ora, no separa de sí a una fuerza que sanaba a todos" (Le 6, 19; Cf. Me 5, 24-34).
su propia Cabeza, sino que es el mismo y único Salvador de su
cuerpo, nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, quien ora por
nosotros, ora en nosotros y es orado por nosotros. Ruega por nosotros 7. Comunión con el misterio de la Iglesia
como nuestro sacerdote, ora en nosotros como cabeza nuestra, es
orado por nosotros como nuestro Dios. Reconozcamos, pues, en El Otra característica de la espiritualidad del año litúrgico está cons-
nuestras voces y sus voces en nosotros"13. tituida por la comunión con el misterio de la Iglesia.
De toda la liturgia, y no sólo de la oración, puede decirse: "En De la acción salvífica de Cristo y sobre todo de su Misterio Pas-
esto está su dignidad: participa del amor del Hijo Unigénito por el cual brotó el admirable sacramento de toda la Iglesia (Cf. SC 5). En
Padre y de aquella oración que El durante su vida terrena expresó la liturgia, "en la cual se realiza la obra de la redención", "Cristo
con sus palabras, y que ahora, en nombre y por la salvación de todo asocia siempre consigo a la Iglesia, su esposa amantísima, la cual lo
el género humano, continúa en toda la Iglesia y en todos sus miem- invoca como su Señor y por medio de El rinde culto al eterno Padre"
bros"14. (SC 7). No puede existir una espiritualidad litúrgica sin una fuerte
La sacramentalidad de la Iglesia y de todo su culto no consiste en sensibilidad para vivir el misterio de Cristo indisolublemente unido
otra cosa que en significar, hacer visible, mediante el signo, el ejer- al misterio de la Iglesia. Esta espiritualidad no sólo no puede separar
cicio siempre en acto del sacerdocio de Cristo (Cf. SC 7). a Cristo de la Iglesia, lo cual sería evidentemente erróneo, sino que
vive intensamente el misterio de Cristo a medida que se lleva a cabo
en la Iglesia para que ella crezca hasta su plenitud.
6. Contacto salvífico con la humanidad de Cristo La espiritualidad del año litúrgico se alimenta también del miste-
rio de la maternidad de la Iglesia. Cristo une a sí mismo la Iglesia
La espiritualidad del año litúrgico exige también que la unión a su esposa, para engendrar a la vida divina a los nuevos hijos de Dios.
Cristo mediador, presente sacramentalmente, sea vista como contacto Los fieles son partícipes de esta divina maternidad. La comunidad
salvífico con aquella humanidad en la cual se han cumplido los cristiana que celebra los divinos misterios es siempre, en Cristo y
por Cristo, instrumento de salvación. Esta teología hace crecer en los
13. Enarrationes in psalmos, "En. in psalmum LXXXV", PL, 1081. miembros de la Iglesia el sentido apostólico de la vida cristiana.
14. Principios y normas para la Liturgia de las Horas, n. 7.

176 177
Semejante modo de impostar la vida espiritual lleva a la todas las cosas escritas sobre mí en la Ley de Moisés, en los Profetas
superación de toda forma de individualismo y pone toda la atención y en los Salmos" (Le 24, 44)... Siguiendo este camino, los santos Pa-
en crear y formar una sensibilidad religiosa y una psicología auténti- dres acogieron y explicaron todo el salterio como profecía de Cristo
camente comunitaria. No se trata, ciertamente, de desvalorizar el y de la Iglesia; y con el mismo criterio los Salmos han sido escogidos
elemento personal, sin el cual no existiría ni siquiera lo comunitario, en la sagrada liturgia... Sobre todo en la salmodia de los días festivos,
sino de crear una profunda sintonía personal de cada uno con la rea- los Salmos han sido escogidos con base en una cierta orientación
lidad de los misterios en comunión con el sujeto que los celebra, la cristológica, que para ilustrarla se proponen antífonas tomadas de los
Iglesia, cuerpo de Cristo. mismos Salmos" (n. 109).
Muy oportunamente y con una afortunada decisión, la nueva Li-
turgia de las Horas ha antepuesto a cada Salmo una sentencia del
8. Celebrar el misterio de Cristo con la Liturgia de las Horas Nuevo Testamento o de los Padres que invita a orarlo en sentido cris-
tológico. A través de los Salmos, en efecto, se revela el Verbo. "To-
La espiritualidad del año litúrgico no se limita a celebrar los do lo que ha sido escrito en los Salmos —dice san Hilario— es una
diversos misterios de Cristo solamente en la Eucaristía, sino que los revelación del advenimiento de Cristo, de su Encarnación, Pasión y
celebra también en la alabanza por medio de la Liturgia de las Resurrección, de su Reino y de nuestra resurrección"17; san Ambrosio
Horas. Cuando "los fieles son convocados para la Liturgia de las dirá que "en los Salmos Jesús no sólo nace para nosotros, sino que
Horas y se congregan juntos, uniendo sus corazones y sus voces, sufre, muere, resucita, asciende al cielo y se sienta a la derecha del
hacen visible a la Iglesia que celebra el misterio de Cristo (Cf. SC Padre"18. Si, pues, queremos orar los Salmos y con ellos celebrar los
26 y 84)"15. Sobre todo a través de los Salmos, de los cuales está misterios de Cristo, nos hemos de preguntar ante todo, no cuál interés
formada en gran parte la Liturgia de las Horas, se celebra el misterio tienen para nosotros, sino qué relación tienen ellos con Jesucristo1''.
de Cristo. El salterio incluye y expresa toda la revelación y se refiere En fin, no hay que olvidar un aspecto de fundamental importancia:
a todos los tiempos de la actuación del plan salvífico de Dios. No la Liturgia de las Horas, con los Salmos, prolonga la alabanza y la
hay página de la Escritura que no encuentre su eco en los Salmos, acción de gracias de la celebración eucarística. La espiritualidad
•ya que estos cantos han recorrido en cierta manera toda la historia litúrgica vive de esta manera una dimensión esencial de la Liturgia,
de la salvación y desde siempre han servido para revivir en la oración la mistagógica, a saber, la proclamación de la alabanza permanente
las experiencias fundamentales. El libro de los Salmos, dice san Ata- al Padre por medio de Cristo en el Espíritu. Nos hallamos en la
nasio, expresa melódicamente todo cuanto se contiene en los demás inefable participación de aquella alabanza que es eternamente
libros de la Escritura como un jardín que tiene en sí mismo todo lo cantada en las moradas celestiales (Cf. SC 83).
que hay en estos libros, y además presenta lo que le es propio'6.
Orando con los Salmos, nunca debe olvidarse que sobre todo
Cristo es la voz orante de estos textos ya que de alguna manera todos 9. Meditación personal y comunitaria
se refieren fundamentalmente a El. Los principios y normas para ia de los textos litúrgicos
Liturgia de las Horas recuerdan que "quien recita los Salmos en
nombre de la Iglesia, debe atender al sentido pleno de los Salmos, Finalmente, la espiritualidad litúrgica debe alimentar toda la vida
especialmente al sentido mesiánico por el cual la Iglesia adoptó el de oración personal con los textos litúrgicos, tanto los eucológicos,
salterio. Este sentido mesiánico ha llegado a ser plenamente claro en como sobre todo los bíblicos. Sin una meditación personal y profunda
el Nuevo Testamento, o mejor, fue puesto en plena luz por el mismo de los textos litúrgicos, antes y también después de la celebración, no
Cristo Señor, cuando dijo a los apóstoles: "Es preciso que se cumplan
17. San Hilario, Tractatus ¡n psalmos, prologus, 5, PL 9, 235.
15. ¡oíd., n. 22. 18. San Ambrosio, Enarralio ¡n psalmos, 1, 8 PL 14, 968.
16. San Atanasio, Ad Marcellinum, PG 27, 11-46. 19. D. Bonhoeffer, Pregare i salmi con Cristo, Queriniana, Brescia, 1969, p. 67.

178 179
es posible ni entrar con la fe en el conocimiento vital del misterio, ni Jordi Pinell, comentando este texto, dice: "Notemos que la última
sacar fruto de la celebración misma. Lo que se ha dicho en la frase, con el paralelismo festo-moribus, honoratur-celebretur, nos
constitución litúrgica sobre la participación en la Eucaristía vale da una explicación más profunda. La realidad del Misterio Pascual
también más que nunca para lo que aquí estamos tratando: "Com- es el objeto de la fiesta. La fiesta sirve para honrar, hacer conocida
prender el misterio por medio de los ritos y de las oraciones" (SC 48). y gloriosa socialmente tal realidad; pero lo que es propio de la fiesta,
celebrar, debe realizarse en la vida de los creyentes: moribus cele-
En la enseñanza de san León Magno, la liturgia de la Palabra es bretur"11.
medio decisivo para hacer vital, también como misterio, lo que es el
objeto de la celebración: el Misterio Pascual celebrado con la vida. A esta afirmación corresponde otra de san León: "Implendum est
La fuerza salvífica de las fiestas cristianas se actualiza cuando los nihilominus opere quod celebratum est sacramento" (Es necesario
fieles reconocen el cumplimiento del plan de la salvación. Para lle- completar con las obras lo que se ha celebrado en el sacramento)23.
gar al descubrimiento de la realización efectiva de esta salvación y Para actualizar esta unidad sacramento-vida, el leccionario debe ser
desarrollar progresivamente la comprensión de la fe se necesita la el alma de la liturgia y la sustancia del espíritu de la participación en
fuerza dinámica de la liturgia de la Palabra20. su misterio porque en realidad "sólo el leccionario presenta el acon-
tecimiento de Cristo que se ha de interiorizar, asimilar y vivir"24. El
Existe una relación vital e indisoluble entre Palabra de Dios, Concilio Vaticano II "ha exhortado con fuerza e insistencia a todos
misterio celebrado y vida cristiana. La realidad celebrada debe ser los fieles, sobre todo a los religiosos, a aprender 'el sublime
integrada por la vida de los cristianos: "Ut paschale sacramentum in conocimiento de Jesucristo' (Flp 3, 8) con la frecuente lectura de las
se habeat vita credentium et quod festo honoratur moribus celebretur" divinas Escrituras. 'En efecto, desconocer las Escrituras, es descono-
(La vida de los creyentes, por la participación en la cruz de Cristo, cer a Cristo mismo' (DV 25). Solamente con esta lectura asidua del
debe poseer en sí misma el Misterio Pascual de modo que se honre texto inspirado, "leído en el mismo Espíritu que lo inspiró" (DV
con la solemnidad lo que se atestigua con las costumbres)21. 12), la mistagogia litúrgica recibirá su único fundamento, y la interio-
rización del misterio llegará a ser un proceso permanente. La espiri-
tualidad litúrgica vive de "Biblia orada": "La Biblia debe llegar a ser
Escritura orada, evento orado, vida orante, para podernos adentrar
20. En el proemio del noveno discurso sobre la Pasión (LX, 1) del año 445, san León Magno cada vez más a vivir este misterio litúrgico comunitario, misterio bí-
dice: "Sacramentum, dilectissimi, dominicae passionis in salutem humani generis ante témpora blico de Cristo, acontecimiento histórico siempre actual, vivido bajo
acterna dispositum, et per multas significationes ómnibus retro saeculis nuntiatum, non adhuc
expectamus manifestandum, sed iam adoramus impletum, concurrentibus ad eruditionem nostram los signos, en una comprensión superior, dócil y suave"25.
et novis testimoniis et antiquis, dum quod prophetica cecinit tuba, evangélica pandit historia...
quoniam ad enarrandam gloriam gratiae Dci paribus sibi vocibus utriusque Testamenti altitudo
responde!, et quod eral sub velamine íigurarum profundum, fit reveíala luce perspicuum... ¿Unde
fides nostra intelligentiam sumeret, unde conscientia robur acciperet, nisi quae facta cognoscimus, 10. Vivir el misterio a través del signo
praedicta legeremus?" (Amadísimos, no esperamos como algo que todavía haya de manifestarse,
sino que adoramos como ya realizado el misterio de la Pasión del Señor, que fue decretada antes
de todos los tiempos (Cf. 2Tm 1, 9; Tt 1, 2) para la salvación de los hombres y anunciado con Una espiritualidad litúrgica que se limitara solamente a la
muchos signos a los siglos precedentes. Para nuestro aprendizaje concurren los nuevos testimonios meditación de los textos bíblicos y eucológicos sin vivir el evento
y los antiguos, porque la narración evangélica expone claramente aquello que ya cantó la voz
profética... Ambos Testamentos con su profundidad se hacen eco con igual lenguaje al narrar la
salvífico mediante su completa estructura celebrativa constituida por
gloria y la gracia de Dios (Cf. Ef 1, 6); lo que estaba escondido bajo el velo de las figuras, aparece signos y palabras, cuando menos adolecería de carencias. Porque la
claro en la luz de la nueva revelación... ¿Dónde podría recibir fuerza nuestro espíritu si no
leyésemos que ya habían sido predichas aquellas cosas a través de las cuales conocemos los
hechos?) (San León Magno, // mistero pasquale, Edizioni Paoline, Roma 1977, pp. 131-132, trad. 22. J. Pinell, Vol. cit.,p. 11.
it. de A. Valeriani; Cf. también J. Pinell, Paschale sacramentum nei sermoni di S. Leone Magno,
Pontificio Instituto Litúrgico, Roma, 1976, pp. 12-13). 23. San León Magno, Discurso 19 sobre la Pasión del Señor <LXX),A. Cf. Vol. // mistero
pasquale, Op. cit., p. 219.
21. San León Magno, / Discurso sobre la Resurrección del Señor (LXXI), 1, en la Vigilia
pascual, quizás el año 443. Cf. texto italiano en // mistero pasquale, a cargo de A. Valeriani, Op. 24. T. Federici, Liturgia: creativitá, interiorizzazione, attuazione, enNotitiae 127/1977, p. 80.
cit., p. 224. 25. Ibi'd., p. 80.

180 181
liturgia es acción. La formación mistagógica es parte esencial de la
iniciación cristiana y de la celebración. Esta "tiene una importancia
grandísima —afirma el Rito de la iniciación cristiana de los adul- Parte segunda
tos— y permite a los neófitos, ayudados por sus padrinos, establecer
más estrechas relaciones con los fieles y ofrecerles una visión
renovada de la realidad y un impulso de vida nueva" (n. 40). La
presencia actual del misterio de Cristo en la historia no se actualiza
por medio de la especulación intelectual de los teólogos, ni mediante
LA MANIFESTACIÓN
una cierta interiorización, sino a través de signos simbólico-sacra-
mentales. Por consiguiente no hay fe sin celebración ritual, so pena DEL SEÑOR
de caer en una especie de esplritualismo ideológico. El rito es una
forma de lenguaje, de comunicación; como tal, es fruto de una con- El tiempo de Adviento, Navidad, Epifanía
vivencia humana que se expresa en él.
Una asamblea y cada uno de sus miembros pueden hacerse
"celebrantes" en el sentido de convenire in unum para hacer memoria
hoy del misterio de Cristo, de vivir como comunidad animada por el
Espíritu, solamente cuando están educados para expresar la propia "El Señor ha manifestado su salvación,
fe, esperanza, caridad, mediante la celebración misma para reconocer
en ella la presencia operante del Señor resucitado. La formación en a los ojos de los pueblos ha revelado su justicia.
la espiritualidad litúrgica, por tanto, exige el ejercicio de la fe a tra- Todos los confines de la tierra
vés del signo sacramental. "Por esto en concreto es necesario más han contemplado la salvación
que nunca, teniendo tantos medios y tantas posibilidades operativas, de nuestro Dios ".
que recuperemos esta fuerte conciencia histórica necesaria para vivir
la liturgia, unida a la conciencia de obedecer al mandato explícito de (Salmo 97)
Cristo Señor:
a) 'Haced esto en memoria mía': anamnesis que conlleva la ben-
dición: 'Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo' (Cf. Ef
1, 3ss.), y conlleva la acción de gracias: 'Haciendo continuamente
Eucaristía por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor
Jesucristo' (Cf. Ef 5, 20);
b) 'el Padre del cielo dará el Espíritu a todos aquellos que se lo
pidan' (Cf. Le 11, 13, en el contexto del Pater noster): epíclesis;
c) 'a fin de que unánimes y con una misma boca (expresión)
glorifiquéis al Dios y Padre del Señor nuestro Jesucristo' (Cf. Rm
15, 6): doxología.
De este modo la acción de la Iglesia es 'mistagógica' porque
conduce a todos sus miembros, a través de esta acción litúrgica tan
completa y con una cuidadosa instrucción, a vivir el misterio de su
Señor"26.

26. Ibfd., pp. 78-79.

182
Premisa

LA CELEBRACIÓN DEL ADVIENTO,


NAVIDAD, EPIFANÍA
EN EL MISAL DE PABLO VI

También al tratar del tiempo litúrgico de Navidad, precedido del


tiempo de Adviento, partimos de lo que la reforma litúrgica llevó a
cabo en el año litúrgico.
La orientación dada por la constitución Sacrosanctum concilium
del Vaticano II para la revisión del año litúrgico era la siguiente:
"Conservados o restituidos los usos y ordenamientos tradicionales
de los tiempos sagrados según las circunstancias actuales, consérvese
su carácter original para alimentar debidamente la piedad de los fie-
les en la celebración de los misterios de la redención cristiana" (SC
107).
Respecto a los tiempos de Navidad y Adviento el principio de la
revisión ha tenido la siguiente aplicación en las Normas generales
para el ordenamiento del año litúrgico y del calendario:

El tiempo de Navidad
"Después del recuerdo anual del Misterio Pascual, la Iglesia no
tiene algo más sagrado que la celebración del nacimiento del Señor
y de sus primeras manifestaciones: todo esto lo realiza con el tiempo
de Navidad.
El tiempo de Navidad comienza con las primeras Vísperas de la
Navidad del Señor y termina el domingo después de Epifanía, a
saber, el domingo que sigue al 6 de enero.

185
La misa de la vigilia de Navidad se usa en la tarde del 24 de di- Las ferias del 17 al 24 de diciembre se ordenan a una más directa
ciembre sea antes, sea después de las primeras Vísperas. El día de preparación a la Navidad del Señor" (nn. 39-42).
Navidad, según la antigua tradición romana, se pueden celebrar tres El comentario del "Consilium"1 a la reforma del año litúrgico
misas: en la noche, al alba y en el día. motivó así la aplicación hecha de las indicaciones conciliares:
La octava de Navidad se ordena así:
a) En el domingo dentro de la octava se celebra la fiesta de la Sa-
La celebración de la manifestación del Señor
grada Familia; si falta este domingo, la fiesta se celebra el 30 de
diciembre;
Si bien la Iglesia celebra a lo largo del año el Misterio Pascual,
b) el 26 de diciembre se celebra la fiesta de san Esteban sobre todo por medio de la memoria semanal del Señor y cada día
protomártir; por medio de la celebración del memorial eucarístico, sin embargo,
c) el 27 de diciembre se celebra la fiesta de san Juan evangelista; según lo que nos recuerda el Concilio, "a lo largo del año distribuye
todo el misterio de Cristo, desde la Encarnación y la Navidad hasta...
d) el 28 de diciembre se celebra la fiesta de los santos Inocentes; la espera de la feliz esperanza y la venida del Señor" (SC 102).
e) los días 29, 30, 31 son días dentro de la octava;
La Iglesia celebra la memoria de la manifestación del Señor sobre
f) el primero de enero, octava de Navidad, se celebra la solem- todo por medio de los tiempos litúrgicos de Adviento y de Navidad.
nidad de María Madre de Dios, en la cual se conmemora también la La revisión de esta parte del año litúrgico no requería de hecho
imposición del Santísimo Nombre de Jesús. grandes cambios.
El domingo entre el 2 y el 5 de enero es el II domingo después Se hizo necesario solamente simplificar algunos elementos,
de Navidad. aumentar el número de los textos eucológicos, enriquecer cada una
La Epifanía del Señor se celebra el 6 de enero; en los lugares en de las ferias de este tiempo con una oración o colecta propia.
donde no es de precepto, se asigna al domingo que cae entre el 2 y
el 8 de enero.
/. El tiempo de Navidad
El domingo después del 6 de enero se celebra la fiesta del
Bautismo del Señor" (32-38). Duración. El tiempo de Navidad comienza con la misa "de la
vigilia de Navidad", que es la misa que puede celebrarse faculta-
El tiempo de Adviento tivamente en las horas de la noche del 24 de diciembre, y termina
con el domingo que cae después del 6 de enero.
"El tiempo de Adviento tiene una doble característica: es tiempo
Modo de celebrar este tiempo. La solemnidad de la Navidad del
de preparación para la solemnidad de Navidad, en la cual se recuerda
Señor, después de la misa de la vigilia, conserva, según la tradición,
la primera venida del Hijo de Dios entre los hombres, y, simultánea-
las tres misas, en la noche, en la aurora y en el día.
mente, es el tiempo en que, a través de este recuerdo, el espíritu es
conducido a la espera de la segunda venida de Cristo al final de los
tiempos.
El tiempo de Adviento comienza desde las primeras Vísperas del
domingo que cae el 30 de noviembre o el más vecino a esta fecha,
y termina antes de las primeras Vísperas de Navidad. 1. El "Comentario a la reforma del Año Litúrgico y del nuevo calendario" por obra del
Los domingos de este tiempo se llaman: domingo I, II, III, IV de "Consilium" para la ejecución de la Constitución sobre la sagrada liturgia ha sido traducido por
G. Ghátel y publicado por R. Falsini en el volumen Norme general! sull'anno litúrgico e sul
Adviento. calendario. Commenlo a cura del Consilium, OR, Milán 1969, pp. 53-55.

186 187
Desde el domingo primero de Adviento hasta el 16 de diciembre,
La octava de Navidad (1 de enero) se celebra, según la antigua
la liturgia expresa el aspecto escatológico del Adviento, inflamando
costumbre romana, de la cual se tiene hasta hoy un testimonio en los
los ánimos para la espera de la segunda venida de Cristo.
textos de la misa y del Oficio, la "solemnidad de la santa Madre de
Dios". Del 17 al 24 de diciembre se tienen, tanto en la misa como en el
Oficio, formularios propios para cada día, para que los ánimos se
La fiesta del Santísimo Nombre de Jesús, instituida en 1721, ha
preparen más directamente para la celebración de la Navidad del
sido suprimida, por cuanto la imposición del nombre de Jesús ya se
Señor.
ha recordado en el Evangelio de la misa del 1 de enero.
El domingo cuarto de Adviento por las lecturas de la misa aparece
No hay ninguna innovación en la solemnidad de la Epifanía del
como el domingo de los Padres del Antiguo Testamento y de la bie-
Señor. Empero, donde la solemnidad no se celebra como fiesta de
naventurada Virgen María en espera de la Navidad.
precepto, se traslada al domingo después de la octava de Navidad (es
decir, el que cae entre el 2 y el 8 de enero).
El domingo después del 6 de enero se celebra la fiesta del
Bautismo del Señor. Cuando esta fiesta coincide con la solemnidad
de la Epifanía transferida a este domingo, en ese año se suprime la
fiesta del Bautismo del Señor.

2. El tiempo de Adviento
Finalidad y espíritu de este tiempo. Mientras el tiempo pascual y
de Cuaresma, la celebración de la Navidad del Señor y de la Epifanía
son comunes a todos los ritos, el tiempo de Adviento es propio de
Occidente. Fue instituido para que los fieles se preparasen para la ce-
lebración de la Navidad, pero muy pronto tomó también un signifi-
cado escatológíco: recuerda la doble venida del Señor, es decir, la
venida entre los hombres y la venida al final de los tiempos.
En la reforma litúrgica, el Adviento conserva su duración, a sa-
ber, cuatro semanas, pero ya no se le considera solamente un tiempo
de penitencia; es también un tiempo de alegre espera.
Si en los domingos de este tiempo no se dice el "Gloria", es por
un motivo diverso de aquel por el cual se omite en el tiempo de Cua-
resma, a saber, para que el himno angélico resuene con un sentido
de novedad en la noche de la Navidad.
El modo de celebrar este tiempo. Aunque los textos litúrgicos del
Adviento confieran a este tiempo una característica de unidad, que
brilla sobre todo en la lectura casi diaria del profeta Isaías, sin em-
bargo el Adviento bien puede dividirse en dos partes; cada una de
ellas tiene su particular importancia, ahora, muy bien expresada en
los dos prefacios.

188
189
gloriosa de Cristo (Adviento escatológico). En Oriente fue casi des-
Capítulo XII conocido un período de preparación para la Navidad.
Así pues, el Adviento es propio de Occidente. El rito bizantino,
EL TIEMPO DE ADVIENTO en el domingo precedente a la Navidad del Señor, recuerda a todos
los santos Padres y justos del Antiguo Testamento hasta nuestra
Señora; el rito siríaco dedica una semana a las "anunciaciones".
En Occidente, en cambio, ya desde fines del siglo IV en Galia y
en España se encuentra un período preparatorio a la Navidad con
fuerte carácter ascético, llamado adventus* (o "Cuaresma de san
Martín") de una duración de seis semanas (como la duración actual
del Adviento en la liturgia ambrosiana)4. Su característica ascética
parece deberse al hecho de ser un tiempo dedicado a la preparación
de los catecúmenos para el Bautismo5. A finales del siglo VII en
Roma se encuentra un Adviento litúrgico de cinco domingos recibido
quizás de la Galia, de Ravenna o de la Italia meridional (Capua). Se
tienen formularios litúrgicos con el título Orationes ante adventum
1. Historia y significado del tiempo de Adviento Domini (oraciones antes de la venida del Señor). Este Adviento, co-
mo aparece por el contenido de los formularios del Sacramentarlo
La historia nos dice cuan diversas son las tradiciones litúrgicas
para el tiempo de Adviento en las diversas Iglesias. En sólo Occidente
se encuentran notables diferencias entre las liturgias romana, galica- 3. El termino adventus, en el vocabulario pagano significa "advenimiento", aniversario de un
na, hispánica, ambrosiana1. determinado acontecimiento. Normalmente se refería al ascenso del emperador al trono. La
palabra adventus en el lenguaje eclesiástico-litúrgico ha implicado ante todo el nacimiento de
No es fácil precisar la historia y el primitivo significado del Jesús y su aniversario, luego la preparación para tal acontecimiento y, finalmente, la espera de la
Adviento; además las noticias sobre sus verdaderos orígenes son segunda venida (Cf. J. Hild, Adven!, en IJX Maison-Dieu 59/1959, pp. 10-24).
escasas2. Hay que distinguir elementos relativos a prácticas ascéticas, 4. En las "premisas al Leccionario" del Leccionario ambrosiano, la presentación a cargo de
E. Galbiati dice: "El Adviento ambrosiano comienza dos semanas antes que el romano y coincide
y otros de carácter estrictamente litúrgico; un Adviento tiempo de con las semanas 33 y 34 'per annum'. Razones pastorales imponen, en la medida de lo posible,
preparación para la Navidad, y un Adviento que celebra la venida mantener las lecturas ambrosianas en armonía con aqu» .las que en los mismos días son propuestas
en las iglesias de rito romano. Esto se pudo realizar ei gran parte gracias al carácter particular de
las semanas 33 y 34, que en el Leccionario romano desarrollan la temática de la parusía, presentada
ya en el antiguo Misal romano en el último domingo (34) después de Penteco »s. En el primer
domingo de Adviento, el año A presenta la pura tradición ambrosiana con nota! ,» abreviaciones
1. Cf. A. Nocent, Celebrare Gesü Cristo. L'anno litúrgico. 1. Avvento, Citladella, Assisi, de las lecturas y enriquecidas con un apropiado Salmo responsorial. Los años B y C presentan las
1976, pp. 231-247; M. Righetti, Storia litúrgica, Vol. II: L'anno litúrgico. Ancora, Milano, 1969, lecturas del Leccionario romano en el correspondiente domingo 33 "per annum": ellas expresan
3 ed., pp. 48-64. E. Luini, L'Amento atiesa di Cristo, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1987. la misma temática de la espera de la parusía. En el II domingo... se creó una triple serie de
2. Quedan definitivamente descartadas las teorías de la atribución del Adviento a san Pedro y lecturas... inspirada en la temática del IV domingo de la tradición ambrosiana, el ingreso de Jesús
su existencia en tiempos de Tertuliano y de san Cipriano. Los más antiguos testimonios se en Jerusalén... Las lecturas feriales están tomadas totalmente del Leccionario romano, porque
encuentran en un pasaje de san Hilario (m. hacia el 366) que dice: "Sancta Mater Ecclesia están en armonía con la temática de estas dos semanas... Las otras cuatro semanas de Adviento
Salvatoris adventum annuo recursu per trium septimanarum sacretum spatium sivi indicavit" reproducen las lecturas de los días correspondientes del Leccionario romano..." (Op. ciu, pp. VIII
(CSEL, 65, 16) y un canon del Concilio de Zaragoza (380): "Viginti et uno die, a XVI Kal. y IX).
Januarii, continuis diebus, nulli liceat de ecclesia se absentare, nec latere in domibus, nec nudis
pedibus incedere, sed concurren; ad ecclesiam" (PL 85, 66). Si bien Wilmart ha defendido la 5. Un texto de san Hilario (338), aunque juzgado dudoso, que se apoya en un canon del
autenticidad del primero (en Revue Bénédict. 27, 1910, pp. 500ss.) y Cabrol la importancia del Concilio de Zaragoza (381), presenta un período de tres semanas como preparación para la fiesta
segundo, sin embargo estos dos textos son tenidos por algunos como poco probatorios, de modo de la Epifanía (no de Navidad), la "parusía" en la carne, con referencia probable al solemne
que la existencia del Adviento a finales del siglo IV todavía sigue siendo dudosa (Cf. E. Cattaneo, Bautismo de los neófitos. En las Iglesias hispano-galicanas, en efecto, de acuerdo con una
Voz "Adviento", en Enciclopedia cattolica, Cittá del Vaticano, 1949-1954). costumbre oriental, el Bautismo se celebraba en la fiesta de la Epifanía (Cf. M. Righetti, Op. cit.,
p.50).

190 191
gelasiano, no parece haber tenido el objetivo de preparar para la Na- Is 11,1-10 Is 40, 1-5.9-11 Ha 5, IV
Domingo II Rm 15,4-9 2P 3, 8-14 Flp 1.4-6.X11
vidad, sino de recordar la segunda venida (parusía) del Señor. Este Mt 3, 1-12 Me 1, 1-8 Le 3, 1-6
sería su contenido original indicado por el mismo término adventus,
tomado del texto de Mt 24, 27: "Ita erit adventus Filii hominis" (así Is 35, 1-6.8.10 Is 61, 1-2.10-11 So 3, 14-18
será la venida del Hijo del hombre). Domingo III St 5, 7-10 lTs 5, 16-24 Flp 4,4-7
Mt 11, 2-11 Jn 1,6-8.19-28 Le 3, 10-18
En el siglo VII en Roma la única preparación para Navidad se
sostiene que fue incluida en las Cuatro Témporas de diciembre6. Por Is 7, 10-14 2S 7, 1-5.8-12.14.16 Mi 5, 1-4
Domingo IV Rm 1, 1-7 Rm 16, 25-27 Hb 10, 5-10
tanto los domingos colocados antes de Navidad, se habrían des- Mt 1,18-24 Le 1,26-38 Le 1,39-48
tinado a cerrar el año litúrgico con el recuerdo de la parusía final, es
decir, como conclusión del misterio salvífico de Cristo. La génesis
del Adviento, pues, va desde el siglo IV hasta mediados del siglo VI. Como aparece en el cuadro, cada una de las misas dominicales
propone: un anuncio profético tomado normalmente del libro de
Sobre el significado original del Adviento se ha discutido mucho; Isaías, una enseñanza apostólica de tipo moral de las cartas de san
unos optan por la tesis del Adviento-Navidad, otros por la tesis del Pablo, y finalmente, un discurso o una narración del Evangelio.
Adviento-Parusía7. Por otra parte los términos adventus, natalis,
epiphania se refieren fundamentalmente al misterio de la venida El contenido de las lecturas, sobre todo del Evangelio, enfoca pa-
salvífica de Cristo al mundo. Las Normas generales para el ordena- ra cada domingo un tema específico en cada uno de los tres ciclos
miento del año litúrgico y del calendario, que hemos referido antes, litúrgicos: la vigilancia en la espera de Cristo (primer domingo); una
le conservan al Adviento ambos aspectos (Cf. n. 39). apremiante invitación a la conversión, contenida en la predicación
de Juan Bautista (segundo domingo); el testimonio dado en favor de
Jesús por el Precursor (tercer domingo); el anuncio del nacimiento
2. Los textos bíblicos del leccionario del Adviento de Jesús hecho a José y a María (cuarto domingo).
El doble carácter del Adviento, que celebra la espera del Salvador
a) Los cuatro domingos de Adviento presentan el siguiente esque- en gloria y su venida en la carne consideradas en sus diversas y com-
ma de lecturas: plementarias manifestaciones, emerge de las lecturas bíblicas fes-
tivas. El primer domingo orienta hacia la parusía final, el segundo y
Año A Año B Año C el tercero llaman la atención a la venida diaria del Señor; el cuarto
Is 2, 1-5 Is 63, 16-17;64, 1.3-8 Jr 33, 14-16 domingo prepara a la Navidad de Cristo, y al mismo tiempo hace la
Domingol Rm 13, 11-14 ICo 1,3-9 1 T S 3 , 12-4,2 teología y la historia de la misma.
Mt 24, 3744 Me 13, 33-37 Le 21, 25-28.34-36
Los textos bíblicos de los domingos del Adviento deberían
considerarse en su globalidad a fin de captar la riqueza del mensaje
que contienen; pero el esquema vertical del uso litúrgico sólo permite
un conocimiento fragmentario. Así que sería útil dar una mayor
6. Respecto a la celebración del Adviento en Roma existen diversos problemas conexos con amplitud y continuidad a las perícopas evangélicas, reuniendo las
el significado de este tiempo litúrgico. Desde el momento en que fuera de Roma hacia el siglo IV partes que ha separado el leccionario, atendiendo a la oportunidad
se tienen noticias de una celebración del Adviento, ¿cómo se explica que precisamente en Roma,
donde tuvo su origen la Navidad en el 336, el Adviento venga a celebrarse tanto tiempo después? brindada por el buen sentido pastoral8.
¿Cómo explicar, además, en la celebración romana del Adviento el acento puesto sobre las dos
dimensiones de la espera? (Cf. A. Nocent, Op. cit., pp. 96-97).
7. Durante los trabajos de la reforma litúrgica se discutió la cuestión del significado del
Adviento. Algunos proponían dar a este tiempo solamente el carácter de preparación para la 8. Cf. P. Ruillard, II lezionario domenicale del lempo di Awento en AA.VV., Avvenlo,
Navidad y dedicarle un período de seis domingos según la más antigua tradición. Se prefirió Queriniana, Brescia, 1975, pp. 9-28; A. Haquin, Liturgia della Parola nelle domeniche di Ámenlo,
conservar los cuatro domingos y unir los dos aspectos, ya que la Iglesia no puede celebrar la Ibfd, pp. 29-43.
liturgia desconociéndole su esencial dimensión escatológica.
193
192 7. Cristo fiesta de la Iglesia
b) La serie de las lecturas feriales en la primera parte del Adviento única venida, en el sentido de que la primera comienza ya lo que será
presentan los signos y las características del reino mesiánico y las llevado a cumplimiento en la segunda. Este misterio es bien sinteti-
condiciones para entrar en él; en la segunda parte (las ferias del 17 zado en la colecta de la misa vespertina en la vigilia de Navidad:
al 24 de diciembre) preparan directamente para la Navidad con las "Concede que podamos esperar sin temor, cuando venga como juez, a
perícopas del Antiguo Testamento y del Evangelio en que se narran Cristo tu Hijo, a quien ahora acogemos festivamente como Redentor"10.
las diversas anunciaciones y la actuación en Cristo de las promesas La última venida de Cristo es considerada frecuentemente como
davídicas. Las dos lecturas, la profética y la evangélica, han sido es- encuentro con Cristo, presentada en la perspectiva de la parábola de
cogidas de modo que evidencian la relación de unidad y de cum- los siervos vigilantes (Mt 24, 44-51; Me 13, 33-37; Le 12, 35-48) y
plimiento entre el Antiguo y el Nuevo Testamento. de la parábola de las diez vírgenes (Mt 25, 1-13)11.
La venida del Señor es esperada con diligencia, atentos y
vigilantes en la oración y exultantes en la alabanza: "Tu auxilio,
3. Los textos eucológicos del tiempo de Adviento
Padre, nos haga perseverantes en el bien, en espera de Cristo tu Hijo;
En el Misal de Pablo VI, las colectas de Adviento provienen casi cuando El venga y toque a la puerta, nos encuentre vigilantes en la
exclusivamente del Rotólo de Ravenna y de las Orationes de Adventu oración... exultantes en la alabanza"12.
Domini del Sacramentarlo gelasiano antiguo"*. El Adviento natalicio está dominado por dos grandes temas, el
El tema dominante de todas las colectas es la venida de Cristo, cristológico y el mañano". Toda la riqueza contenida en la oración
sea en la Encarnación, sea al final de los tiempos como Juez y Señor. del Adviento la encontramos en síntesis en los prefacios que carac-
El Adviento es presentado como preparación para la venida de Cris- terizan hasta el 17 de diciembre, el Adviento escatológico y luego el
to, venida que, a veces no es especificada, pero que, normalmente es Adviento natalicio.
identificada con la Encamación o con el retorno glorioso de Cristo
al final de los tiempos. Las colectas del Adviento, sobre todo las de
la última semana, del 17 al 24 de diciembre, ponen el acento preferen- a) Adviento escatológico
temente sobre la inminente celebración del nacimiento de Jesús.
Así pues, la liturgia contempla ambas venidas de Cristo en íntima Prefacio I de Adviento: las dos venidas de Cristo: "En su primera
relación entre sí. El nacimiento de Jesús prepara el encuentro de- venida en la humildad de nuestra naturaleza humana llevó a
finitivo con El. Estamos, en cierto modo, frente al misterio de una cumplimiento la promesa antigua, y nos abrió el camino de la
salvación eterna. Vendrá de nuevo en el esplendor de su gloria y nos
llamará a poseer el reino prometido que ahora nosotros en vigilante
9. a) // Rolólo di Ravenna está constituido por un conjunto de cuarenta oraciones de los siglos
V-VI. Estas oraciones se refieren a una preparación ascética para la festividad de la Navidad y espera confiamos alcanzar".
suponen de hecho, o a punto de serlo, un tiempo de Adviento. Típico de estas fórmulas eucológicas
es su prevalente carácter crislológico y mañano con un fondo netamente navideño.
b) El Sacramentarlo Gelasiano antiguo, documento que atestigua la liturgia romana
"presbiteral" del siglo Vil, contiene en las secciones LXXX-LXXXIV del libro segundo, 37
Orationes de Adventu Domini. Una lectura atenta de estas fórmulas gelasianas puede identificar 10. Cf. también la colecta del 21 de diciembre.
dos filones de pensamiento que nos dan dos diferentes visiones del Adviento romano del siglo VII: 11. Cf. las colectas de las ferias II y IV de la I semana; de los domingos I y II y de la feria
la escatológica-parusíaca y la navideña, visiones que corren paralelas una y otra en proporciones VI de la semana II.
casi iguales (Cf. A. Dumas, Les sources du Missel romain [VI], en Notttiae 409-410/1971. En el
Misal de Pablo Vi, 11 colectas provienen de! Rotólo di Ravenna; 15 son tomadas de las Orationes 12. Colecta de la feria II de la semana I.
de Adventu Domini del Sacramentario Gelasiano antiguo: hay luego 12 colectas provenientes del 13. La oración con el tema mañano más rico doctrinalmente y que considera a nuestra Señora
Sacramentaría Bergomense; y finalmente la bella colecta "Gratiam tuam..." del Domingo IV de en relación con el misterio de la Encarnación es la colecta del 20 de diciembre: "Tú has querido,
Adviento, pseudo-oración después de la comunión del 25 de marzo del antiguo Misal. Padre, que al anuncio del ángel la Virgen inmaculada concibiera a tu Verbo eterno, y que, envuelta
en la luz del Espíritu Santo fuera hecha templo de la nueva alianza: haz que adhiramos
Sobre las fuentes de las colectas y de los prefacios del Adviento Cf. C. Johnson — A. Ward,
The sources ofthe Román Missal, en Notitiae 240-241-242/1986, pp. 468-592 y 252-253-254/1987, humildemente a tu voluntad, como la Virgen se fio de tu palabra". El texto proviene del Veronés
pp. 441-454. ti. 1361 (Sacramenlarium Veróñense, ed. L. C. Mohlberg, Herder, Roma, 1978).

194 195
Prefacio I/A, Cristo, Señor y juez de la historia: "Tú nos has de la venida de Cristo, invocado con los títulos tomados de las imá-
ocultado el día y la hora en que Cristo, tu Hijo, Señor y juez de la genes clásicas de la Biblia: Sabiduría; Guía de la casa de Israel; Re-
historia, aparecerá sobre las nubes del cielo revestido de poder y toño de Jesé; Llave de David; Astro que nace; Rey de las naciones;
esplendor. Aquel día tremendo y glorioso pasará el mundo presente Emmanuel. Cada invocación, a la cual sigue la contemplación del
y surgirán cielos nuevos y tierra nueva. Ahora El viene a nuestro significado del título dado a Cristo venidero, está cargada de toda la
encuentro en cada hombre y en todo tiempo para que lo acojamos en esperanza cristiana. Es preciso meditar intensamente las riquezas
la fe y demos en el amor testimonio de la feliz esperanza de su condensadas en estas antífonas para poderlas orar con fe. Es el mejor
reino". modo de entrar en el corazón de la celebración de Navidad.
"Para vivir la Navidad no hay que exprimirse el cerebro. Sólo
basta una cosa: penetrar dentro de las fórmulas litúrgicas con una
b) Adviento natalicio
contemplación calmada, amorosa y llena de fe y de asombro. Cuando
el corazón ha sido conquistado por estas actitudes, pone en movi-
Prefacio II, la espera gozosa de Cristo: "Fue anunciado por todos miento toda la existencia"16.
los profetas, la Virgen Madre lo esperó y lo llevó en su seno con
amor inefable, Juan proclamó su venida ya cercana y lo señaló
presente en el mundo. El mismo Señor, que nos invita a preparar su 4. Lasfiguras-modelode la espera del Adviento
nacimiento, nos encuentre vigilantes en la oración, exultantes en la
alabanza"'4. En la liturgia del Adviento emergen algunas figuras bíblicas que
Prefacio II/A: María, nueva Eva: "Te alabamos, te bendecimos, dan una particular tonalidad a este tiempo litúrgico: Isaías, Juan
te glorificamos, por el misterio de la Virgen Madre. Por el antiguo Bautista, nuestra Señora, san José.
adversario vino la ruina, del vientre virginal de la hija de Sión ha a) Isaías. Una antiquísima y universal tradición ha asignado al
germinado aquel que nos nutre con el pan de los ángeles y brotó para Adviento la lectura del libro de este profeta, porque en él, más que
todo el género humano la salvación y la paz. La gracia que Eva nos en los demás, se encuentra un eco de la gran esperanza que ha con-
arrebató, nos ha sido devuelta en María. En ella, madre de todos los fortado al pueblo elegido durante los duros y decisivos siglos de su
hombres, la maternidad, redimida del pecado y de la muerte, se abre historia, sobre todo durante el exilio.
al don de la vida nueva. Donde abundó la culpa, sobreabunda tu mi-
sericordia en Cristo nuestro salvador". La segunda parte del libro, constituida por los capítulos 40-55,
llamada "El libro de la consolación", es obra del llamado Deutero-
En las ferias de Adviento desde el 17 al 24 de diciembre, en las Isaías. Contiene esencialmente un gozoso anuncio de liberación, ha-
Vísperas encontramos las ricas y sugestivas antífonas al Magníficat. bla de un nuevo y más glorioso éxodo y de la creación de una nueva
Son llamadas antífonas "O" por la exclamación con que comienzan15. Jerusalén. Las páginas más significativas de este libro se proclaman
Felizmente la reforma las ha colocado, un poco sintetizadas, como durante el Adviento y constituyen un anuncio de esperanza perenne
aclamación al Evangelio en la misa. Estamos delante de textos para los hombres de todos los tiempos. El Deutero-Isaías presenta a
estupendos, ricos de contenido bíblico y plenos de lirismo. Expresan los desterrados desconfiados el fundamento de la espera del futuro.
el estupor conmovido de la Iglesia en la contemplación del misterio No hay motivo para dudar de que Dios no cumpla sus promesas. El,
que creó los cielos y la tierra, no carece del poder para rescatar a
14. Los prefacios I y II están tomados del Sacramentado Veronese, "Leoniano", el primero Israel (48, 13). La salvación será, pues, una nueva creación (45, 7-
nn. 184+179; el segundo n. 1241 de la edición citada. 8) y el futuro tendrá el sentido de una acción creadora.
15. Parece que estas siete antífonas son de origen romano. Existían ya en tiempos de Cario
Magno. En Alemania, en Lieja y en París se les añadían otras dos antífonas a las siete conocidas
en otros lugares; se encuentran hasta doce antífonas de este tipo. El canto de las antífonas "O"
durante el Adviento era realizado con mucha solemnidad en las catedrales y en los monasterios. 16. M. Magrassi, Cristo ieri, oggi. sempre. La pedagogía della Chiesa-Madre neü'anno
La melodía gregoriana de estos textos es una de las más bellas y encantadoras. litúrgico. Ecuménica Editrice, Bari, 1978, p. 101.

196 197
El Adviento nos hace considerar particularmente a María en rela-
b) Juan Bautista. Es el último de los profetas y resume en su per- ción con la venida del Señor. Con la imagen bíblica de la "hija de
sona y en su palabra toda la historia precedente en el momento en Sión"18 la liturgia nos recuerda que en María culmina la espera me-
que desemboca en su cumplimiento. Por tanto encarna bien el espíritu siánica de todo el Pueblo de Dios del Antiguo Testamento; esta es-
del Adviento. Juan es el signo de la intervención de Dios en favor pera en Ella se concentra en una aspiración más ardiente, en una pre-
de su pueblo; como precursor del Mesías, tiene la misión de preparar paración espiritual más total para la venida del Señor.
los caminos del Señor (Cf. Is 40, 3), de ofrecer a Israel el "conoci-
miento de la salvación" que consiste en el perdón de los pecados, El Adviento, en su preparación inmediata para la Navidad, recuer-
obra de la misericordia de Dios (Cf. Le 1, 77-78) y, sobre todo, de da particularmente la divina maternidad de María. El Hijo de Dios
señalar a Cristo ya presente en medio de su pueblo (Cf. Jn 1, 29-34). no desciende del cielo con un cuerpo adulto, plasmado directamente
por la mano de Dios (Cf. Gn 2, 7), sino que entra en el mundo como
El conocimiento lúcido de su misión, su voluntad de dar lugar a "nacido de mujer" (Ga 4, 4), y así salva al mundo desde dentro.
Cristo que debe crecer mientras él debe disminuir (Cf. Jn 1, 19-28), María es aquella que, en el misterio del Adviento y de la Encarnación,
hacen del Bautista una figura siempre actual. une el Salvador al género humano. Los textos evangélicos de las ge-
Es el modelo de aquellos a quienes Dios consagra totalmente para nealogías de Jesús y de la Anunciación, que se proclaman en este
preparar sus caminos; de cuantos experimentan la alegría de oír la tiempo, nos recuerdan este misterio de "asunción" del hombre y de
voz divina y de ver acogido el propio testimonio; de aquellos que "inmersión" de Dios en lo humano. El último eslabón de este misterio
sirven al Evangelio despertando saludables inquietudes en las con- es la divina maternidad virginal de María.
ciencias adormecidas de los hombres; de cuantos han sido reducidos
d) San José. A través de los textos bíblicos del Adviento natalicio
al silencio en las torturantes prisiones de todos los tiempos.
emerge, aunque con la humildad que le es característica, la figura de
No puede hablarse de Juan sin hablar de Cristo; por eso la Iglesia José, esposo de María, precisamente en el momento más signi-
nunca recuerda la venida del Salvador sin acordarse de Juan, de ficativo y delicado junto con su misión de padre legal de Jesús. El
quien Jesús mismo hizo el máximo elogio: "Entre los nacidos de mu- "misterio" de José es resumido en dos palabras del texto evangélico:
jer no hay ninguno más grande que Juan el Bautista", aunque "el "Varón justo" (Cf. Mt 1, 19).
más pequeño en el Reino de Dios es más grande que él" (Le 7, 28)'7.
José pertenece a la estirpe de David, y, como tal, permite com-
c) Nuestra Señora. El Adviento es el tiempo litúrgico en el cual, prender el cumplimiento de la promesa hecha por Dios a su regio
a diferencia de los demás como era de sospechar, se pone felizmente antepasado: "Yo aseguraré después de ti la descendencia salida de
en relieve la relación y la cooperación de María al misterio de la tus entrañas, y haré duradero su reino" (2S 7, 12). De esta manera
redención. Esto acontece como "desde dentro" de la celebración del José es el eslabón de unión que, a través de David, de quien des-
misterio y no por superposición o por añadido devocional. En los ciende, une a Cristo con la gran "promesa", a saber, a Abrahám. Pre-
textos de la liturgia del Adviento, podemos decir, con las palabras cisamente porque es legalmente "hijo de José" (Le 4, 22), Jesús pu-
de la constitución Lumen gentium del Concilio Vaticano II, que do reivindicar para sí el título mesiánico de "hijo de David" (Cf. Mt
María "sobresale entre los humildes y los pobres del Señor, los 22, 41-46). Como "hijo de David" (Mt 1, 20), José tiene un puesto
cuales con confianza esperan y reciben de El la salvación. Con ella, en el misterio de la Encarnación del Hijo de Dios porque permite a
excelsa hija de Sión, después de la larga espera de la promesa, se Cristo colocarse en la estirpe davídica según las promesas mesiá-
cumplen los tiempos y se instaura una nueva economía cuando el nicas.
Hijo de Dios asumió de ella la naturaleza humana para liberar al
Finalmente, José es el "varón justo" por su fe. Es el tipo del
hombre del pecado con los misterios de su carne " (n. 55).
"pobre", no sólo porque asegura a la vida de Cristo la inserción en

17. Cf. J. Daniélou, // mistero dell'Avvento, Morcelliana, Brescia, 1958; Ibíd., Giovanni 18. Cf., las lecturas del 21 de diciembre: So 3, 14-18; Le 1, 39^5.
Battista, testimone dell'Agnello, Ibíd., 1965.
199
198
la comunidad de los últimos tiempos, sino sobre todo porque su fe en perspectiva individualista y estática, a una visión escatológica
es modelo de la de todo hombre que quiere entrar en diálogo y en dinámica que ve la historia como lugar de realización de las promesas
comunión con Dios. de Dios y lanzada hacia su cumplimiento en el "día del Señor". La
Escritura nos dice que somos herederos de la salvación (Cf. Hb 1,
14) y plenamente justificados (Cf. Rm 5, 1), sin embargo, por el mo-
5. La teología del Adviento mento somos salvados solamente en la esperanza (Cf. Rm 8, 24).
Dios nos ha reservado para la salvación (Cf. lTs 5, 9), pero se trata
Del análisis de los textos litúrgicos resulta que este tiempo tiene de una herencia que se revelará solamente al final de los tiempos
un contenido teológico rico y original; en efecto, considera todo el (Cf. 1P 1,5)20.
misterio de la venida del Señor en la historia hasta su final. Los di- La salvación, pues, se considera en la perspectiva escatológica
versos aspectos del misterio se reclaman recíprocamente y se funden del "día del Señor" (Cf. ICo 1, 8; 5, 5). Vivimos en la espera de una
en una admirable unidad. consumación de los siglos que constituirá este "día" (Cf. lTm 4, 1;
a) El Adviento recuerda la dimensión histórica de la salvación. Mt 28, 20; Le 17,24; lTs 5,2; Cf. también el c. VII de la constitución
La Biblia no ignora el conocimiento de Dios a través de las cosas dogmática Lumen gentium del Concilio ecuménico Vaticano II y la
creadas (Cf. Sal 19), pero no es éste el primero ni el principal camino constitución pastoral Gaudium et spes nn. 38-39).
del encuentro con lo divino. El Dios de la Biblia es el Dios del c) El Adviento, al revelarnos las verdaderas, profundas y misterio-
evento, el Dios de la historia, el Dios de la promesa y de la alianza. sas dimensiones de la venida de Dios, tiene una esencial connotación
Dios es aquel que actúa dentro de precisos acontecimientos con misionera. El tiempo de la Iglesia es un momento de la realización
sentido salvífico; se hace encontrar en la historia como salvador. El de este único Adviento y tiene como característica el anuncio del
tiempo viene a ser como el sacramento del actuar de Dios. Con Jesús Reino y su interiorización en el corazón de los hombres hasta la
el tiempo toca a su plenitud (Cf. Ga 4, 4) y el Reino se hace cercano manifestación gloriosa de Cristo. La edificación del cuerpo de Cristo
(Cf. Me 1,15). se lleva a cabo de modo que todos los miembros de este cuerpo
El Adviento es el tiempo litúrgico en el cual es más reafirmada lleguen a la única fe y al único conocimiento del Hijo de Dios.
la gran verdad de la historia como lugar de la actuación del plan sal- Alcanzadas las dimensiones, queda realizada la constitución de la
vífico de Dios. Iglesia (Cf. Ef 4, 13). Esto sucede en definitiva para que en ella y
por su medio la totalidad del universo crezca hacia Cristo (Cf. Ef 4,
b) El Adviento, por consiguiente, es también el tiempo en que se
15). El Adviento de Cristo en la Iglesia y por medio de la Iglesia se
evidencia fuertemente la dimensión escatológica del misterio cristia-
efectúa mediante su misión (Cf. Ef 4, 11-12). Esta misión está
no. El Dios de la revelación se manifiesta en toda la Biblia, desde el
fundada en el misterio de la participación y continuación de la
Éxodo hasta el Apocalipsis, como "aquel que es, el que era y el que
misión del Hijo que viene como enviado del Padre y en la misión
vendrá" (Ap 1, 4-8; Ex 3, 13-14), es decir, como el que cumple la
del Espíritu, enviado por el Padre y por (o para) el Hijo.
salvación y por lo mismo está siempre presente para salvar. Jhwh es
nombre escatológico y tendrá su manifestación en Cristo (Cf. Jn 4,
26; 8, 24.58; 13, 19)".
20. Hay que distinguir la escalología de la visión religiosa de una cierta apocalíptica, funda-
El Adviento con su liturgia ayuda a pasar de una visión de las "úl- mentalmente pesimista e individualista en la práctica, aunque tiende a suscitar la esperanza y a
timas realidades" (los "novísimos": muerte, juicio, infierno, gloria), alcanzar la salvación. La historia del mundo en esta perspectiva, se ve en dos fases: la presente,
dominada por el mal y bajo el juicio punitivo de Dios; la futura, en la cual el mal será defini-
tivamente vencido y los elegidos reinarán con Dios. La limitación de esta visión de las cosas está
sobre todo en la falta de confianza para hacer emerger una novedad de bien en este mundo
19. Cf. J. Plaslaras, // Dio dell'Esodo, Marietli, Torino, 1977, pp. 65-77; Y. Congar. Cristo totalmente manchado y, por lo mismo, todo digno de condena. Muy diversa es la verdadera
nell'economia sulvifica e nei noslri trtiltali di teología dogmática, en Concilium (ed. ital.) 1/1966, perspectiva escatológica. En esta el juicio de Dios es un juicio de salvación ya operante en el
pp. 20-22; H. Fríes, La rivelazione, en AA.VV., Mysterium salutis, Vol. I, Queriniana, Brescia, presente por la construcción del Reino que será definitivo en el más allá. El Señor ya viene en la
1967, pp. 225-323. actualidad de lo cotidiano para asumirla y convertirla en el Reino.

200 201
Por esto el Adviento es también, por su propia naturaleza, el
tiempo de la profundización del significado auténtico de la misión. promesa, el cual en Cristo ha manifestado toda su fidelidad hacia el
La Iglesia, "sacramento universal de salvación" (LG 28), no vive hombre: "Realmente todas las promesas de Dios, en El se han hecho
'sí'" (2Co 1, 20). Al llegar el cumplimiento definitivo de la historia
para sí, sino para el mundo. Cada cristiano, aunque por títulos diver-
de las "promesas de Dios", al llegar el final de los tiempos, aparecerá
sos, es partícipe de esta misión. El ansia misionera es un componente que el objeto de las promesas es el mismo Dios, visto y poseído en
esencial de la vida cristiana en cuanto inserta en el misterio del Ad- toda la riqueza de su gracia (Cf. ICo 13, 8-12). Toda la liturgia del
viento considerado en toda la amplitud y profundidad de su sig- Adviento resuena con las promesas de Dios, sobre todo en la voz de
nificado. Isaías, que reaviva la esperanza de Israel. No estamos frente a una
En esta luz, la figura del Bautista, que prepara el camino del ficción como si en este tiempo litúrgico la Iglesia debiera ponerse en
Señor, y de María, quien lleva a Cristo a santificar a Juan en su visita la tarea de recitar el papel de los hebreos que esperaban al Mesías
a Isabel, dejan entrever modos concretos de compromiso misionero. prometido. La liturgia expresa siempre la realidad y cuando en el
Adviento asume la esperanza de Israel, lo hace viviéndola en niveles
d) Los acentos del profeta Isaías que se oyen en la liturgia del más profundos y plenos de actualización. La esperanza de la Iglesia
Adviento, nos presentan al Dios de la liberación. El Dios del es la misma esperanza de Israel, pero ya cumplida en Cristo. Enton-
Adviento es aquel que llena los valles, allana las montañas, hace flo- ces la mirada de la comunidad cristiana se dirige con más segura es-
recer el desierto, coloca juntos al león y al cordero; transforma las peranza hacia el cumplimiento final: la venida gloriosa del Señor:
armas en podaderas. Nada es imposible para Dios. El Dios que entra "Maranatha: ven, Señor Jesús". Es el grito y el suspiro de toda la
con su Adviento solamente en los corazones pobres y disponibles es Iglesia en su peregrinación terrena hacia el encuentro definitivo con
al mismo tiempo el Dios vengador de la suerte de los pobres y de su Señor. "Venga el Señor —imploraban nuestros primeros herma-
los oprimidos. La misión, como aparece a la luz del misterio del Ad- nos en la fe, como lo atestigua la Didaché— y pase la figura de este
viento, está toda orientada a suscitar la esperanza de los humildes y mundo. Maranatha. Amén". Así se cierra el libro del Apocalipsis y
de los débiles que no puede fundarse en los poderosos de este mundo toda la Escritura: "El que da testimonio de estas cosas dice: '¡Sí,
siempre engañosos, sino sobre el poder del Dios de Jesús, que se ma- vengo pronto!'. Amén. Ven, Señor Jesús. ¡La gracia del Señor Jesús
nifiesta en la debilidad para burlar y denunciar el orgullo presuntuoso esté con todos vosotros. Amén!" (Ap 22, 20).
' de los proyectos humanos. "Dios que viene" manifiesta su señorío y Al sentido de la espera vigilante lo acompaña siempre la invita-
su magnanimidad regios sobre todo en favor de las víctimas del ción a la alegría. El Adviento es un tiempo de espera gozosa porque
egoísmo humano. lo que se espera sucederá con toda seguridad. Dios es fiel.
La celebración del Adviento es una pedagogía insustituible para En la palabra de los profetas del Antiguo Testamento la alegría
comprender el misterio de la salvación para que Jesús sea un punto habría de caracterizar los tiempos mesiánicos. La venida del Salvador
de referencia no solamente para piadosos sentimientos religiosos, si- crearía un clima de gozo que la liturgia del Adviento no sólo re-
no punto de referencia para empeñar \.od& la existencia en el anun- cuerda, sino que quiere hacerla vivir. Isaías anuncia la sobreabun-
dancia de este gozo (9, 2); el desierto exultará (35, 1); delante de la
cio y en el testimonio del Reino.
intervención de Dios los cielos exultarán de alegría, la tierra estará
jubilosa (44, 23; 49, 13), mientras los prisioneros liberados llegarán
6. La espiritualidad del Adviento a Sión entre aclamaciones de alegría (35, 9; 51, 11) para revestirse
de salvación y de justicia (61, 10).
La liturgia del Adviento es toda ella un llamamiento a vivir algu- El Bautista, delante de Cristo presente en el vientre de María, salta
nas actitudes esenciales del cristiano: la espera vigilante y gozosa, la de gozo en el seno de su madre; la Virgen es invitada por el ángel a
esperanza, la conversión, la pobreza. alegrarse por el gran anuncio que le va a dar y ella, sobre las colinas
de Judá, canta con humilde gozo su Magníficat. El nacimiento de
a) La espera vigilante y gozosa debe siempre caracterizar al cris- Jesús es una fiesta gozosa para los ángeles que lo anuncian y para los
tiano y a la Iglesia porque el Dios de la revelación es el Dios de la hombres a quienes viene a salvar (Cf. Le 1, 44.46-47; 2, 10.13-14).

202 203
En el llamado al testimonio de la esperanza la Iglesia en el Ad-
b) En el Adviento toda la Iglesia vive su gran esperanza. El Dios
viento es confortada por la figura de María, la madre de Jesús. Ella,
de la revelación de Jesús tiene un nombre: "Dios de la esperanza"
(Rm 15, 13). No es el único nombre del Dios vivo, pero es un nom- "como en el cielo, glorificada ya en cuerpo y alma, es la imagen y
bre que lo identifica como "Dios para y con nosotros". El Padre que la primicia de la Iglesia que deberá tener su realización plena en la
da a su Hijo Jesús al mundo, al mismo tiempo da al mundo la espe- edad futura, así también sobre la tierra brilla como signo de segura
ranza. Sin Cristo los hombres están privados de esperanza (Cf. Ef 2, esperanza y de consolación para el Pueblo de Dios que peregrina,
12), porque El es nuestra esperanza (Cf. lTm 1, 1) hecha tan íntima hasta cuando llegue el día del Señor (Cf. 2P 3, 10)"2'.
a nosotros, que está dentro de nosotros: "Cristo en nosotros, espe- c) Adviento, tiempo de conversión. No hay posibilidad de espe-
ranza de la gloria" (Col 1, 26-27). Puesto que El es el sostén y el ranza y de alegría sin volver al Señor con todo el corazón en la espe-
fundamento de la esperanza en la vida eterna (Tt 1, 2). ra de su retorno. La vigilancia exige luchar contra el sopor y la negli-
Dios se ha revelado como aquel que en Jesucristo nos ha dado gencia, estar siempre listos y por eso mismo exige el desprendimiento
nuestro futuro, la renovación de todas las cosas, levantándonos por de los placeres y de los bienes terrenos (Cf. Le 21,34ss.). El cristiano
encima de nuestra miseria. convertido a Dios es hijo de la luz, y por tanto debe permanecer vigi-
lante y resistir a las tinieblas, símbolo del mal; de lo contrario, corre
El Adviento es el tiempo litúrgico de la gran educación para la el peligro de ser sorprendido por la parusía. Esta actitud de vigilante
esperanza que acepta la hora de la prueba, de la persecución y de la espera en la alegría y en la esperanza exige la sobriedad, es decir, la
lentitud en el desarrollo del Reino; una esperanza que se fía del renuncia a los excesos "nocturnos" y a todo aquello que puede dis-
Señor y libera de las impaciencias subjetivistas y del frenesí del traer de la espera del Señor. San Pablo invita a despertarse, a salir
futuro programado por el hombre. El canto que caracteriza al del sueño y a estar preparados para recibir la salvación definitiva
Adviento desde el primer domingo es el del Salmo 24: "A ti, Señor, (Rm 13, 11-14). La predicación del Bautista que resuena en los tex-
elevo mi alma, Dios mío, en ti confío: no quede yo confundido. Que tos del Evangelio del segundo domingo de Adviento, es toda ella un
no triunfen de mí mis enemigos. No hay confusión para el que espera llamamiento a la conversión para preparar los caminos del Señor.
en ti" (Sal 24, 1-3).
Aparece evidente que las actitudes fundamentales del cristiano
La Iglesia, como Pueblo de Dios que camina en busca de la ciu- exigidas por el espíritu del Adviento están íntimamente conexas en-
dad futura y permanente (Hb 13, 14), es por naturaleza un lugar, sig- tre sí, por lo cual no es posible vivir la espera, la esperanza y el gozo
no e instrumento de la salvación escatológíca y como tal es "sacra- por la venida del Señor sin una profunda conversión. Por otra parte,
mento del futuro". La Iglesia vive en la esperanza su existencia co- puesto que las tentaciones de la vida presente anticipan la tribulación
mo gracia de Cristo, total y exclusivamente anclada en la palabra del escatológíca, la vigilancia cristiana exige un diario adiestramiento en
Evangelio. Esta Iglesia es llamada por el misterio del Adviento a ser la lucha contra el maligno; exige sobriedad y oración continua: "Sed
signo y lugar de esperanza para el mundo en un compromiso concreto sobrios, velad, y orad" (Cf. 1P 5, 8-9).
de liberación que es inseparablemente gracia de Dios y libre respuesta
humana. El espíritu de conversión, propio del Adviento, tiene tonalidades
diversas de las exigidas por la Cuaresma. La esencia es la misma
Este compromiso de la Iglesia se hace más fuerte y urgente frente siempre, pero mientras la Cuaresma está marcada por la austeridad
a las grandes regiones deprimidas de la esperanza que se registran en para la reparación del pecado, el Adviento está marcado por el gozo
el mundo contemporáneo. La geografía de la desesperación es más debido a la venida del Señor.
extensa y terrible que la geografía del hambre y es la expresión ate-
rradora del avance de los antihumanismos destructores, alimentados
por las filosofías de la "nada" y del "nihilismo". La droga y la vio- 21. Sobre el tema de la esperanza Cf. W. Kasper, Orientamenti delta feJe per il futuro,
lencia en sus más terribles aspectos son la expresión de un mundo Queriniana, Brescia, 1980; J. Mollmann, Teología delta speranza, Queriniana, Brescia, 1970;
que necesita volver a encontrar el sentido auténtico de la vida para Ibíd., Futuro della creazione, Queriniana, Brescia, 1980; J. Galot, La speranza, Cittadella, Assisi,
1969; J. Pieper, Sulla speranza, Morcelliana, Brescia ,1965; W. Schraithals, L'apocalittica,
tener todavía esperanza. Queriniana, Brescia, 1976.

204 205
d) Finalmente, una actitud que caracteriza la espiritualidad del hace resonar en el Adviento el llamamiento a la justicia, a la caridad,
Adviento, es la del pobre. No tanto el pobre en sentido económico, a la conversión; se hace denuncia de la lógica del egoísmo hedonista
sino el pobre entendido en el sentido bíblico: aquél que se confía en que domina el mundo del bienestar y del consumismo; se vuelve
Dios y se apoya confiadamente en El. Estos anavim, como los llama compromiso para redimir positivamente esta nuestra historia con-
la Biblia, son los mansos y los humildes, porque sus disposiciones temporánea de sus mitos y de sus ilusiones, al presentar signos alter-
fundamentales son la humildad, el temor de Dios, la fe. Ellos son el nativos en bien del hombre.
objeto del amor benevolente de Dios y constituyen las primicias del La presentación de la dimensión escatológica trascendente de la
"pueblo humilde" (Cf. So 3, 12) y de la "Iglesia de los pobres" que salvación es ocasión para educar en el sentido más pleno y dinámico
congregará el Mesías. Jesús proclamará bienaventurados a los de la vida, alimentada y confortada por la esperanza. Muchas veces
pobres, en los cuales reconocerá a los herederos privilegiados del se ha hecho notar que en nuestras asambleas se encuentran practican-
Reino, pero El mismo será un pobre. Belén y Nazaret, pero sobre tes sin esperanza. ¿Cuántos? Es difícil responder. Es necesario sin
todo la cruz, son las diversas formas como Cristo se manifiesta co- embargo, dar a nuestras asambleas la conciencia de las verdaderas y
mo el auténtico "pobre del Señor". El Adviento es el tiempo en el
profundas dimensiones de la esperanza cristiana, fundada en la ve-
que la Iglesia y cada cristiano son llamados a poner en práctica esta
actitud esencial delante de la iniciativa salvífica de Dios. María nida de Cristo "nuestra esperanza". La auténtica e íntegra educación
emerge como modelo de los pobres del Señor que esperan en las pro- "escatológica" del pueblo creyente (no reducible a la sola visión de
mesas de Dios, tienen fe en El y están disponibles con plena docilidad los "novísimos" entendidos en forma individualista) debe llevar a
para la realización del Reino de Dios. los cristianos a la certeza de fe de que "Cristo, a quien ha sido dado
todo poder en el cielo y en la tierra (Hch 2, 36; Mt 28, 18), todavía
No hay que olvidar que la pobreza del corazón, esencial para en- actúa en el corazón de los hombres con la fuerza de su Espíritu, no
trar en el Reino, no excluye, sino que exige la pobreza efectiva, es solamente suscitando el deseo del mundo futuro, sino también, por
decir, la renuncia a poner la propia confianza en los bienes terrenos. lo mismo, inspirando, purificando y fortaleciendo aquellos generosos
propósitos con que la familia de los hombres busca hacer más lle-
7. La pastoral del Adviento vadera su propia vida y someter toda la tierra a este fin" (GS 38).
La vida religiosa en la Iglesia está llamada a dar "un testimonio vi-
La pastoral del Adviento no puede ignorar que este período de sible del anhelo de la morada celestial y a mantenerlo vivo en la fa-
tiempo, en nuestra sociedad industrial y consumista, coincide con el
milia humana" (GS 38), pero todo el gran mundo laical, empeñado por
lanzamiento comercial de la "operación navidad" para una "navidad
mágica". Cualquiera se siente tentado a concluir que el mundo de vocación, en "buscar el Reino de Dios entregándose al servicio temporal
hoy es sordo o por lo menos indiferente al mensaje de la Iglesia, y de los hombres y así preparar el material del Reino de los cielos" (GS
por consiguiente no parece haber disposición psicológica y cultural 38). La espera del "día del Señor" debe ponernos al tanto de que nada
para el mensaje presentado por la liturgia. Además de la declinación sirve al hombre el ganar el mundo entero si se pierde a sí mismo (Cf.
sufrida por el mito de un progreso indefinido, la crisis de una eco- Le 9, 25). "No obstante, la espera de una tierra nueva no debe
nomía en continua expansión, el desplome de exaltantes expectativas amortiguar, sino más bien avivar, la preocupación de perfeccionar esta
de un "sol del porvenir", que hacen brillar los movimientos revolu- tierra, donde crece el cuerpo de la nueva familia humana, el cual puede
cionarios y progresistas, hay que tomar conciencia de que la Iglesia de alguna manera anticipar un vislumbre del siglo nuevo" (GS 39).
tiene el mandato de transmitir aquellos valores absolutos, sin los La pastoral del Adviento, si se guía e ilumina por estas profundas
cuales el hombre no puede realizarse plenamente. y estimulantes perspectivas teológicas, encuentra en la liturgia de es-
El tiempo de Adviento con su llamado a la dimensión esca- te tiempo el medio y la ocasión para construir cristianos y comu-
tológica trascendente de la salvación, fundamentada en el misterio nidades tales, que sepan ser de verdad alma del mundo21.
de la Encarnación, de la Muerte y Resurrección del Señor, debe for-
22. Sobre la pastoral del Adviento Cf. L Deila Torre, L'azione pastorale alie prese con Awento-
mar a los creyentes, como Iglesia y como individuos, a presentarse Nalale, en RPL 5/1979, pp. 59-64; E. Lodi, Speranza cristiana e promozione untaría neW Amento.
como signo en el mundo. La voz del profeta Isaías y del Bautista que Dalle orazioni del "Rotólo di Ravenna" riprese nel "Messale Romano", en RPL 6/1978, pp. 35-45.

206 207
Capítulo XIII como ya establecida en aquella época en el norte de Italia el 25 de
diciembre, mientras destaca la dificultad para aceptar la Epifanía el 6
de enero. La solemnidad de Navidad hace parte, según Filastrio, de
LA NAVIDAD las grandes celebraciones como Pascua, Ascensión y Pentecostés2.
También en España encontramos la celebración de la Navidad el
25 de diciembre a fines del siglo IV.
San Gregorio Nacianceno en el 380 introduce la Navidad en Cons-
tantinopla3. Por un discurso de san Juan Crisóstomo, entonces pres-
bítero en Antioquía, llegamos a saber que en aquella ciudad en el 386
(388) se celebraba la Navidad el 25 de diciembre como fiesta llegada
de Roma y distinta de la Epifanía, que se celebraba el 6 de enero4.
b) Al nacimiento de la celebración de la Navidad contribuyeron
diversas causas.
Ante todo se reconoce pacíficamente el hecho de que el 25 de di-
ciembre no es históricamente el día del nacimiento de Cristo, no obs-
tante la afirmación contraria de algunos autores antiguos. Esta fecha
1. Origen e historia de la fiesta de Navidad
es señalada como una antigua tradición, según la cual Jesús habría
sido concebido el mismo día y mes en que murió después, es decir,
Inicialmente las fiestas de Navidad y Epifanía constituían una el 25 de marzo; por tanto su nacimiento habría tenido lugar el 25 de
celebración que tenía un único e idéntico objeto: la Encamación del
diciembre5. Sin embargo se afirma que esta tradición no determinó
Verbo aunque con diferentes acentos en Occidente y Oriente. De
el origen de la fiesta, sino solamente una tentativa de explicación de
esta diversidad de tono es prueba el hecho de las dos denominacio-
la misma, fruto del misticismo astrológico muy en boga en aquella
nes. En Oriente el misterio de la Encarnación se celebraba el 6 de
enero con el nombre de Epifanía (del griego epipháneiá); en Occi- época.
dente, es decir, en Roma, el mismo misterio se celebraba el 25 de di- La explicación más probable, empero, según los estudiosos, debe
ciembre con el nombre de Natalis Domini. La distinción de las dor buscarse en el intento de la Iglesia de Roma de suplantar la fiesta
fiestas con diverso contenido tuvo lugar hacia fines del siglo IV y pagana del "Natalis (solis) invicti".
comienzos del siglo V.
a) Tenemos la primera noticia de la fiesta de Navidad en Roma en
el documento llamado "Cronógrafo" filocaliano, que se remonta al 2. Cf. san Filastrio, Líber de haeresibus, CXL, PL 12, 1273.
año 336. Aquí aparece establecida la fiesta del nacimiento de Cristo 3. Cf. san Gregorio Naz., In sánela lumina, PG 36, 349.
en Belén de Judea el 25 de diciembre (VIII Kal. Jan.). Por san Agustín 4. Un juicio muy fuerte sobre la formación del tiempo litúrgico de Navidad fue dado por H.
Lietzmann. Afirma que las fiestas de Navidad y Epifanía "afloran, pero con luz todavía incierta,
se llega a conocer que, siempre a mediados del siglo IV, tanto en ya en el siglo II", y sólo en el siglo IV entran propiamente en nuestro horizonte. "La rivalidad y
África como en Roma se celebraba la Navidad en la misma fecha1. también el acoplamiento de las dos fiestas se desarrollan con entretejidos tan singulares, que la cla-
Filastrio de Brescia en el 383 da testimonio sobre la fiesta de Navidad rificación e ilustración de la situación de hecho se presentan como una de las tareas más seductoras
que pueda ofrecer a sus amigos la investigación histórico-litúrgica" (citado por B. Neunheuser, La
venuta del Signore: teología del lempo di Nalale ed Epifanía, en RL 5/1972, p. 600, nota 5. Sobre
1. Esto se deduce de la declaración de san Agustín, según la cual los donatistas nunca los orígenes de la fiesta de Navidad Cf. M. Righetti, Storia litúrgica, Vol. II: L'anno litúrgico,
quisieron aceptar la fiesta de la Epifanía, por ser proveniente de las Iglesias orientales, cuya Ancora, Milano, 1969, 3 ed., pp. 65-72).
comunión rechazaban. El más antiguo documento sobre la celebración de la Navidad en el África
del Norte el 25 de diciembre, lo tenemos en un sermón de Óptalo de Milevi, pronunciado hacia el 5. Cf. el tratado De solslitiis et aequinoctiis del siglo IV, citado por B. Botte, Les origines de
360. El documento, muy interesante, fue publicado por dom Wilmart en Revue des Sciences la Noel et de l'Epiphanie, Louvain, 1932, pp. 93-105. San Agustín repite la misma tradición en el
religieuses, 2/1922, pp. 271-302. De Trinitate, en el De diversis quaestionibus, 56 y en las Quaestiones in Heptat., 2, 90.

208 209
En el siglo III se difundió en el mundo greco-romano, como afirmar la ortodoxia de la fe sobre los puntos fundamentales del cris-
última afirmación del paganismo decadente, el culto del sol. El em- tianismo. Basta recorrer los textos litúrgicos de las dos fiestas para
perador Aureliano (+275) le dio importancia oficial con la erección notar con cuánta insistencia se vuelve sobre la verdad de que en el
de un templo en Roma, en el campo Marcio. Bajo Juliano el apóstata hombre Jesús refulge la gloria de Dios, que el Verbo hecho carne es
(335) el culto del sol viene a ser como el símbolo del repudio pagano consustancial al Padre, que aquel que es la luz increada verda-
contra el cristianismo. La principal fiesta de este culto se celebraba deramente "asumió" una verdadera humanidad, que ésta permanece
en el solsticio de invierno, el 25 de diciembre, porque representaba íntegra y distinta, sin mezcla ni absorción.
la victoria anual del sol sobre las tinieblas.
Para alejar a los fieles de estas celebraciones idolátricas, con base 2. Los textos bíblicos de la celebración de la Navidad
en una rica temática bíblica (Cf. MI 4, 2; Le 1, 78; Ef 5, 8-14), la Igle-
sia de Roma dio a aquellas fiestas paganas un significado diverso. En Para este breve análisis de los textos bíblicos, tomados de la litur-
el momento en que se celebraba el nacimiento astronómico del sol, gia para la celebración de la Navidad hay que partir de una observa-
fue presentado a los cristianos el nacimiento del verdadero sol, Cristo, ción que se impone: la relativa a las relaciones entre los dos Testa-
que aparece ante el mundo después de la larga noche del pecado. mentos. En este tiempo litúrgico la constatación adquiere particular
Este origen, a un mismo tiempo ideológico y apostólico, de importancia. Mientras el Adviento en la economía del año litúrgico
carácter bien diverso de la celebración pascual, ligado a los grandes constituye el tiempo de la espera, de la promesa y de la esperanza,
eventos de la redención, explica cómo la Navidad pertenece al ca- al contrario el tiempo de Navidad constituye el tiempo de la realiza-
lendario solar, y por tanto, es una fiesta fija, a diferencia de la Pas- ción, inicial pero decisiva, de las promesas hechas.
cua, que es movible, porque corresponde al calendario hebreo, que
es lunar6.
a) Misa vespertina en la vigilia de Navidad
c) Un segundo factor contribuyó al afianzamiento de las fiestas
de Navidad: las grandes herejías cristológicas de los siglos IV y V, Con la celebración de esta misa vespertina —y solamente vesper-
. sobre todo las de Arrio, Nestorio y Eutiques. De una u otra manera, tina— en la vigilia, se cierra el Adviento y se entra en la celebración
negando la divinidad consustancial de la persona del Verbo, o con- del misterio de la Navidad.
fundiendo y mezclando la duplicidad de las naturalezas, la humana El formulario de esta liturgia tiene una tonalidad "pascual" pro-
y la divina, estas herejías anulaban la realidad teándrica de Cristo, veniente del texto del Éxodo (16, 6-7) escogido como antífona de
Hombre-Dios, y así negaban desde la base el misterio de la En- entrada: "Hoy sabréis que el Señor viene a salvarnos: mañana veréis
carnación y, por consiguiente, el valor de la redención.
su gloria".
La Iglesia con los grandes Concilios ecuménicos de Nicea (325), La primera lectura (Is 62, 1-5) nos habla del retorno de los deste-
Constantinopla (381), Efeso (431), Calcedonia (451) refutó aquellos rrados a Jerusalén para reconstruir el templo según el edicto de Ciro
errores y formuló el dogma cristológico. (538 aC). El profeta lee este acontecimiento presentando el por-venir
La institución y la rápida y universal difusión de la Navidad en religioso de la ciudad santa. Sión recibirá un nombre nuevo, en el
Occidente y de la Epifanía en Oriente fueron medio y ocasión para sentido de que su situación será radicalmente cambiada: la ciu-dad
vendrá a ser la esposa del Señor; ya no será la "abandonada", sino
la "desposada". Será como una joven esposa preparada para su
6. Christine Mohrraann hace notar cómo el mismo nombre de la fiesta, "Natalis" denota el esposo en el día de las bodas.
influjo profano. "Natalis" entre los cristianos había tomado el sentido de "día de la muerte" para
indicar el nacimiento para el cielo. Solamente un contacto renovado con si uso corriente del La liturgia lee este texto en sentido mesiánico cristiano y eclesial:
lenguaje profano podía hacer surgir un "Natalis", día del nacimiento, al lado del "Natalis cristiano", Cristo Jesús es el esposo que viene en el misterio de la Encarnación
día de la muerte (Epiplmnia, en Revue des sciences philosophiques el théologiques, 37/1953, p. para celebrar las bodas con toda la humanidad "abandonada" a causa
664).

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del pecado, pero buscada de nuevo por su hacedor para salvarla. La se hará cada vez más clara y articulada cuando El mismo explicará
humanidad que acoge a este divino esposo, de no pueblo llegará a el significado de su venida en la historia y nos lo hará conocer y
ser pueblo: Pueblo de Dios. Es la Iglesia. penetrar vitalmente con el envío del Espíritu.
El Salmo responsorial (Sal 88) canta la misericordia del Señor, Por El hablan hoy el profeta Isaías, el apóstol Pablo, el evangelista
celebrando en contemplación el cumplimiento en Cristo de las pro- Lucas.
mesas mesiánicas hechas a David.
Los textos del profeta Isaías (Is 9, 2-7; 62, 11-12; 52, 7-10)
La segunda lectura (Hch 13, 16-17.22-25) es el comienzo del
discurso inaugural de la actividad apostólica de Pablo. El apóstol da El primer texto, sugerido para la misa de la noche, en sentido
testimonio de Cristo, hijo de David, insertado plenamente en el con- literal se refiere a los hebreos deportados a Babilonia hacia el 732
texto de la historia de su pueblo. aC, alcanzados por las tinieblas de la prisión, también en sentido
material, puesto que los prisioneros muchas veces se volvían ciegos.
También el Evangelio (Mt 1, 1-25), con la genealogía de Cristo,
es llamamiento a esta grande y conmovedora realidad: el Hijo de A este pueblo de deportados, que camina en las tinieblas el
Dios, al asumir la naturaleza humana, se ha hecho solidario con no- profeta le anuncia la luz de la salvación traída por un niño, sobre cu-
sotros pecadores, insertándose en el contexto concreto de un pueblo yos hombros está el signo de la soberanía. Es llamado con este nom-
mediante el misterio de la Encarnación realizada por el Espíritu bre: "Consejero admirable, Dios poderoso, Padre perpetuo, Príncipe
Santo en el seno virginal de María. de la paz". Se sentará sobre el trono de David y afianzará el Reino
con el derecho y la justicia.
Aunque algunos exegetas se inclinan a creer que Isaías no pensó
b) Las tres misas de Navidad7 inmediatamente en un mesías escatológico sino más bien en un rey
contemporáneo bien conocido (probablemente Ezequías) y en una
Cristo en su nacimiento es "infans", que no habla. Pero el hecho próxima liberación, está fuera de duda la interpretación mesiánica
mismo de su presencia en medio de nosotros, el evento de su En- del texto, quizás por parte del mismo Isaías. Ciertamente la liturgia
• carnación y de su nacimiento, es "manifestación", es "palabra" que lee el vaticinio con este sentido pleno.
El segundo texto de Isaías (Is 62, 11-12), propuesto para la misa
7. La triple celebración eucarística originalmente no fue motivada por razones teológicas, es de la aurora, contiene la "Buena Nueva" dada a Jerusalén: "Decid
decir, de diversos aspectos para considerar y celebrar el misterio de la Navidad, sino solamente
por motivos devocionales y pastorales: celebrar la misa en los diversos santuarios en donde se a la hija de Sión: 'He ahí que viene tu Salvador; trae consigo el
veneraba el misterio. En Roma esto sucedía también para la celebración de las fiestas de los salario, su recompensa lo precede'".
mártires. Inicialmenle todos los oficios de Navidad se celebraban en la basílica de San Pedro. Con
Sixto 111 (432-440), en homenaje a la definición de Efeso (431), parece que se comentó a celebrar Con este anuncio el profeta concluye los oráculos (capítulos 60-
una misa a media noche en la basílica de Santa María Mayor sobre el Esquilino en donde se había 62) sobre la restauración de Jerusalén después de la catástrofe. La
construido un "pesebre", es decir, una capilla que reproducía la gruta de la Navidad de Belén. salvación de que se beneficiará la capital, es puesta de relieve al ser
Después, hacia la mitad del siglo VI, se había introducido la costumbre de celebrar, de parte del
Papa, una segunda misa, casi privada, temprano en la mañana del día de Navidad, en la iglesia descrita como un vuelco total de la situación: Jerusalén ya no será
titular de santa Anastasia, mártir de Sirmio, degollada el 25 de diciembre. Con toda probabilidad llamada "abandonada, odiada, desolada" (Cf. Is 60, 15; 62, 5; Ap 21,
se trataba inicialmente sólo de una misa en honor de la mártir (cuyo culto se había introducido en
Roma en el siglo V) sin relación alguna con la fiesta de Navidad; parece que se trataba de un gesto
1-5), sino que será llamada "buscada", "ciudad no abandonada", será
del papa Juan III (561-574), hacia la autoridad imperial. De santa Anastasia el Papa, hasta los "pueblo santo". La ciudad será esposa del Señor.
tiempos de Gregorio Vil (1020-1085), se trasladaba directamente a san Pedro. El XI Ordo
Romanus nos refiere que el Papa, por el cansancio de las funciones precedentes, de santa Anastasia Esta realidad se cumplió con la venida de los tiempos mesiánicos.
regresaba a Santa María la Mayor. Esta es la historia de las tres misas de Navidad (Cf. M. Righetti, Es el nacimiento de Cristo el que realiza este radical vuelco de posi-
Op. cit., pp. 72-80; I. Schuster, líber Sacramentorum, Vol. II, Marielti, Torino, 1938, pp. 157-158; ciones para la humanidad. Las bienaventuranzas proclamadas por
1963, pp. 53-67). Fueron los liturgistas de la tardía Edad Media quienes se complacieron en
encontrar razones teológicas, místicas y ascéticas para explicar esta poli-liturgia navideña. Pero si Cristo al comienzo de su predicación son la profecía llevada a su
bien esto puede servir a la devoción y a la piedad, no tiene ninguna base histórica, ya que son lodos cumplimiento (Cf. Is 26, 19; 29, 18-19; 35, 5-6; Mt 5, 1-12; Le 6,
motivos extraños a la primera institución.
20-23).

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El tercer texto de Isaías (52, 7-10), propuesto para la misa del día, El texto de la Carta a los hebreos (1, 1-6) nos presenta un «. u.i«li< >
es uno de los pasajes más antiguos de la Escritura que hablan de sintético de la historia de la salvación, en la cual Dios ha hablado iv
"Buena Nueva" o de "Evangelio". petidamente al hombre hasta el día en que su Palabra se reveló poi
Desde lo alto de los muros de Jerusalén el profeta contempla el completo en Cristo, Hijo de Dios encarnado.
largo cortejo de los que regresan de Babilonia. Avanza la cabeza del Partiendo de este acontecimiento, el autor nos introduce en el
cortejo trayendo la buena noticia de la liberación. misterio de la persona del Redentor recién nacido, contemplado ya
Texto riquísimo que tiene su clave de comprensión en las ex- a la luz de la Pascua, "sentado a la diestra de la majestad en lo alto
presiones: "Reina tu Dios"; "El regreso del Señor a Sión"; "El Señor de los cielos", constituido Señor y heredero de todas las cosas.
ha consolado a su pueblo, ha rescatado a Jerusalén"; "Todos los con- Así, Cristo en su nacimiento es proclamado por la fe de la Iglesia
fínes de la tierra verán la salvación de nuestro Dios". "esplendor de la gloria (del Padre) e impronta de su esencia", es de-
La salvación es obra de la iniciativa de Dios, y la Iglesia, que hoy cir, idéntico a Dios en su naturaleza, aunque diverso en la persona;
acoge en Cristo a su liberador y redentor, es instrumento al servicio autor de la creación: "Por medio del Hijo el Padre hizo también el
de la gracia "proveniente" del Señor que deberá llegar a los confines mundo"; conservador de esta misma creación con su palabra: "Man-
de la tierra. Cristo camina siempre delante de su Iglesia. Es El, y sólo teniendo todo con el poder de su palabra"; superior a todos los pro-
El, "Camino, Verdad y Vida" que abre los caminos del mundo para fetas y con plena superioridad sobre los ángeles.
su esposa. Los textos del Evangelio (Le 2, 1-14; Le 2, 15-20; Jn 1, 1-18)
Los textos del apóstol Pablo (Tt 2, 11-14; 3, 4-7) y de la Carta El evangelista que tiene el primer puesto en la solemnidad de
a los hebreos (1, 1-6) Navidad es naturalmente Lucas, el evangelista de la infancia de
La enseñanza del apóstol pone la base teológica del comporta- Cristo.
miento moral del cristiano. Con el acontecimiento de la Encarnación, Leyendo estos textos, sabemos que hemos de tener en cuenta un
obra exclusiva de la iniciativa de Dios, de su misericordia, la género literario que plantea diversos problemas a la exégesis; sin
conducta del hombre tiene un nuevo principio de vida. La religión embargo estas dificultades no deben impedirnos para sacar el mensa-
cristiana no es ni una filosofía, ni una moral: es una vida nueva que je que brota del acontecimiento histórico del nacimiento de Cristo
parte de la intervención decisiva de Dios en Cristo en la historia. en la pobreza, aunque presentado de un "modo peculiar" que se de-
Del hecho de que en el mundo apareció la gracia de Dios, tiene gustoso en destacar su carácter maravilloso8.
aportadora de salvación para todos los hombres, se derivan dos ac- Frente a este Evangelio no hay que ceder ni al sentimentalismo
titudes fundamentales de vida: la conversión: "Renunciar a la im- tan caro a cierto tipo de piedad popular, ni al racionalismo frío de
piedad y a los deseos mundanos para llevar, ya desde ahora, una vida una crítica demoledora, ni, finalmente, a una interpretación mera-
sobria, honrada y religiosa"; la orientación escatológica de la vida:
mente humanista y sociológica del pesebre.
"La espera de la feliz esperanza y de la manifestación gloriosa de
nuestro gran Dios y salvador Jesucristo". Todas estas actitudes desvirtúan la esencia de la fe. Más bien
pongámonos en la actitud de la Iglesia que lee con el evangelista, en
El evento sacramental de la Navidad, por medio de la celebración la pobreza del acontecimiento, el misterio de Dios que se revela a
eucarística, se pone en el centro entre el evento de la venida en la nosotros en el niño de Belén.
carne del Hijo de Dios y su venida en la gloria, y compromete al
cristiano a ser con su vida, manifestación de la salvación en el mun- El anuncio de la salvación en la noche santa de la Navidad, ya
do. El comportamiento cristiano es decisivo para que el mundo crea predicho por los oráculos y que prepara el otro anuncio de la noche
que celebramos no el nacimiento de un hombre sino el nacimiento pascual, es éste: "No temáis, os anuncio un gran gozo, que lo será
del Hombre-Dios, "el cual se entregó a sí mismo por nosotros, para
rescatarnos de toda iniquidad y formar para sí un pueblo que fuese 8. Cf. G. Leonardi, L'infanzia di Gesú nei vangeli di Maneo e Luca, Messaggero, Padova,
1975; R. Laurentin, / vangeli dell'infanzia di Cristo, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1989.
suyo, fervoroso en buenas obras" (Tt 2, 14).

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de todo el pueblo: hoy ha nacido para vosotros en la ciudad de David
un salvador, que es Cristo Señor". efecto, sólo Dios puede poner en nuestros labios una respuesta digna
de El.
El evento del nacimiento de Jesús es manifestación de la gloria
de Dios cantada por los ángeles y celebrada por la Iglesia festiva- Los Salmos responsoriales. Los versículos de los Salmos respon-
mente; el acontecimiento es también portador de "paz en la tierra a soriales de las tres misas de Navidad están tomados de los Salmos
los hombres que son objeto de la benevolencia de Dios"; el aconteci- 95-96-97, verdaderos himnos a la realeza universal de Dios salvador
miento, en fin, es comprendido en la fe solamente por los "pobres en y juez de todo el universo.
espíritu", que de hecho gozan de la benevolencia divina hacia ellos. La Iglesia en la liturgia canta estos Salmos en clave cristológica
Por esto acuden a la cuna del recién nacido Redentor los pobres y ve en ellos una profecía de la Encarnación del Verbo, de la llamada
pastores de los alrededores de Belén, mientras María, humilde sierva de todos los pueblos de la tierra a la fe y de la venida última del Sal-
del Señor, "conserva todas estas cosas meditándolas en su corazón". vador. El Rey divino de quien hablan estos Salmos es Cristo: hoy en
su nacimiento se manifiesta en la humildad y en la pobreza del pe-
El prólogo de Juan (1-18), propuesto para la misa del día, hace el
sebre, pero un día se manifestará definitivamente en la gloria y en el
elogio del Verbo de Dios contemplado en la eternidad, en la gloria
poder como Juez y Salvador.
del Padre, antes del tiempo, y en la manifestación histórica de la car-
ne: "En el principio la Palabra existía, y la Palabra estaba con Dios, A través de estos Salmos la Iglesia expresa también su alegría
y la Palabra era Dios... Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada sentida en el anuncio de la venida de Cristo al mundo, invita a todas
entre nosotros; y hemos visto su gloria, gloria que recibe del Padre las criaturas a adorar al Señor, exhorta a la tierra y a los pueblos a
como Hijo único, lleno de gracia y de verdad... A Dios nadie lo ha exultar porque viene el Señor. En efecto, la salvación y la justicia,
visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, El lo ha anunciadas por el Salmo 97, se han manifestado en el niño de Belén:
contado". "El Señor ha manifestado su salvación, a los ojos de los pueblos ha
El objeto de la venida de la Palabra a la tierra, de su entrada en revelado su justicia... Todos los confines de la tierra han visto la sal-
la debilidad de la carne, su acampar en medio de los hombres, es el vación de nuestro Dios". La redención que Dios realiza en su Cristo
de hacer hijos de Dios a estos mismos hombres. La Encarnación no es universal y delante de Dios "ya no hay judío ni griego, ni esclavo
tiene otros significados: "A aquellos que acogieron su palabra les dio ni libre, ni varón ni mujer, sino que todos somos uno solo en Cristo
el poder de llegar a ser hijos de Dios, a quienes creen en su nombre: Jesús" (Ga 3, 28).
los cuales no han sido engendrados de la sangre, ni de la voluntad Las antífonas de la comunión, con sus textos en relación con la
de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que nacieron de liturgia de la Palabra y especialmente con el Evangelio, cantadas o
Dios... De su plenitud todos hemos recibido gracia tras gracia. Por- proclamadas en el momento en que el Pueblo de Dios participa en
que la ley fue dada por medio de Moisés, la gracia y la verdad nos la forma más plena en el misterio de la Navidad con la comunión
han venido por medio de Jesucristo". sacramental, tienen un significado particular. Tanto más, que en este
momento es Navidad para la Iglesia, porque, mediante la partici-
pación en la Eucaristía se realiza plenamente en nosotros la prolon-
c) La celebración de la Palabra con la Palabra gación mística del misterio de la Encarnación.
La Iglesia, siempre que anuncia la Palabra se siente también com-
prometida a responder con la fe a esta misma Palabra y a celebrar su 3. Los textos eucológicos de la liturgia de Navidad
misterio con la alabanza y la acción de gracias.
Este "sacrificio de alabanza" se realiza ante todo con la misma Los textos eucológicos de la celebración de la Navidad (y también
Palabra de Dios. El Salmo responsorial tiene este objetivo especial: de Epifanía) reflejan, como lo notamos antes, el complejo proceso
responder a la Palabra de Dios con la misma Palabra de Dios. En del origen y de la historia de esta fiesta. No está en el objetivo de
este estudio entrar en la cuestión de la cristología del tiempo en que

216
217
nació la liturgia de las fiestas natalicias. Notemos solamente que tal La oración enuncia primero el misterio, luego presenta la petición,
cristología denota un notable decaimiento de atención al misterio de mediante la forma literaria antitética.
la Resurrección como inauguración de la nueva historia a que estaba
El misterio es éste: la noche, símbolo del error y del pecado, es
unida la actitud existencial de sentirse "peregrinos y forasteros" en
iluminada por la luz verdadera, Cristo, revelador del Padre. Esta
este mundo. Al contrario, el cambio de perspectiva aumentó el sen-
noche se transforma entonces en "sacratissima nox" que se goza de
tido de responsabilidad de los cristianos en los asuntos terrenos a la
su propia derrota y de la victoria de la luz. ¡Noche santa de Navidad
luz de la fe en la Encarnación9.
que inaugura y prepara la de Pascua, iluminada por la luz de la Re-
La mayor parte de las oraciones natalicias atestiguan la liturgia surrección!
romana de los siglos V y VII y se derivan de los clásicos sacra-
mentarlos Veronés (el "Leoniano") y Gelasiano antiguo'0. Muchos La súplica de la Iglesia es consecuente: iniciados en el misterio
de estos textos ya estaban en el misal precedente de Pío V. Los tex- de luz aquí en la tierra donde nos es dado contemplar en la fe la En-
tos subrayan la verdad de la Encarnación del Hijo de Dios, aparecido carnación, podamos llegar también a gozar de la felicidad de la glo-
"in substantia nostrae carnis", "verdadero hombre nacido de la ria en el cielo. "El nexo, de hecho, es íntimo: aquí fe, allá luz, aquí
Virgen María" y "verdadero Dios, eterno con el Padre en su gloria". gracia, allá gloria"".
Consideraremos más adelante los temas que expresan la teología de En la misa de la aurora: "Concede, Señor todopoderoso, a los que
la celebración natalicia y que se encuentran en estas oraciones. estamos inmersos en la luz de tu Palabra hecha carne, que resplan-
Entretanto presentamos los textos con un breve comentario. dezca en nuestras obras la fe que haces brillar en nuestro espíritu".
Examinamos primero las colectas, luego las oraciones sobre las B. Capelle comenta así "la armoniosa simplicidad" de esta
ofrendas, las oraciones después de la comunión y los prefacios. oración: "Ante todo, para precisar el valor doctrinal de todas las
metáforas inspiradas por la noche bendita, la Iglesia afirma, en una
a) Las colectas fórmula lapidaria, que la fuente de la luz traída por el Salvador
encarnado es la fe, la humilde y modesta fe: 'Per fidem fulget in
En la misa de la noche: "Oh Dios que has iluminado esta noche mente'. Se puede y se debe hablar de sombra de la fe, pero en
santa con el nacimiento de Cristo, verdadera luz del mundo, concé- definitiva, ella sola nos ofrece una luminosidad esencial sobre Dios
denos gozar en el cielo del esplendor de su gloria a los que hemos y sobre nosotros mismos, y la experiencia amarga del mundo
experimentado la claridad de su presencia en la tierra". contemporáneo basta para mostrarnos cuan tenebrosos son los
senderos que de ella se alejan"12.
9. La soteriología expresada en las fórmulas litúrgicas del ciclo natalicio, como se verá mejor
más adelante, considera la Encarnación prioritariamente como asunción, por parte del Verbo, de La fe debe, empero, llegar a ser actuante por medio de la caridad
la naturaleza humana, más que el comienzo de la vivencia histórica de Jesús de Nazaref, como (Cf. Ga 5, 6; lTs 1, 3; 2Ts 1, 11; lTm 1, 5-14; Ef 6, 23); la luz de
después, del intercambio ("commercium") entre la naturaleza humana y la naturaleza divina más
que manifestación inicial del rostro de Dios y del hombre en la figura concreta de Jesús que la fe debe iluminar y guiar las obras, la verdad revelada debe mani-
culmina en la Pascua. El misterio de Cristo, por tanto, es más deshistorizado respecto a los textos festarse a través de la vida. El cristiano se convierte en "una viva
del Nuevo Testamento. La tendencia de los estudiosos está orientada, por tanto, a reconocer que imagen del Verbo eterno, en la medida en que acoge y hace suyo el
la coyuntura arriana influyó para hacer prevalecer gradualmente una cristología y una soteriología
diversas. Sobre esta problemática teológica puede verse la siguiente bibliografía esencial: AA. conocimiento del Padre que Jesús revela por medio del santo
W . , Cristología e liturgia, Dehoniane, Bologna, 1980; AA. W . , 11 problema cristologico oggi, Evangelio, así revive a Cristo y actúa en El y por El"13.
Cittadella, Assisi, 1973 (sobre todo ver en este volumen la contribución de R. Cantalamessa, "Bal
Cristo del Nuovo Testamento al Cristo delta Chiesa; tentativo di interpretazione della cristología
patrística", pp. 143-197; M. Serenthá, "Cristología patrística: per una precisazione dell'attuale
'status quaestionis'", en La Scuola Cattolica 1/1978, pp. 3-36 (con rica bibliografía); M. Serenthá,
Gesü Cristo ieri, oggi, sempre, Ldc, Torino-Leumann, 1982. 11.1. Schuster, Líber Sacramentorum, Vol. II, Marietti, Torino, 1938, p. 159; 1963, p. 57.
10. Para las citas de las fuentes nos remitimos a los estudios de A. Dumas, Les sources du 12. B. Capelle, Commento del le collelte domenicali del Messale romano, OR, Milano, 1962,
Missel Romain (VI), en Notitiae 68/1971, p. 410; C. Johnson — A. Ward, The sources of (he p.27.
Román Missal, en Notitiae 240-241-242/1986, pp. 593-664 y 252-253-254/1987, pp. 455-470. 13. I. Schuster, Op. ciu, p. 164.

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En la misa del día. El nuevo misal sustituye la oración anterior y longa a través de la celebración litúrgica. Por esto la Iglesia ruega:
retoma la del Sacramentarlo Veronés: "Oh Dios, que de modo admi- que esta nuestra ofrenda terrena nos comunique la vida divina, Cris-
rable creaste al hombre a tu imagen y semejanza, y de un modo más to: "Terrena substantia conferat quod divinum est". Así la ofrenda
admirable todavía restableciste su dignidad por Jesucristo, con- será digna del misterio que se celebra y nos llenará de aquella paz
cédenos compartir la vida divina de aquel que hoy se ha dignado que sólo Cristo puede dar. De esta manera vuelve también en esta
compartir con el hombre la condición humana". oración el tema del intercambio y de nuestra divinización en Cristo.
En la misa del día: "Te sea agradable, Señor, este sacrificio, ex-
presión perfecta de nuestra fe, y obtenga a todos los hombres el re-
b) Las oraciones sobre las ofrendas galo navideño de la paz".

En la misa de la noche: "Acepta, Padre, nuestras ofrendas en esta


noche de luz, y por este misterioso intercambio de dones, en el que c) Las oraciones después de la comunión
nos muestras tu divina largueza, transfórmanos en Cristo tu Hijo,
que, al asumir la naturaleza humana, ha elevado al hombre junto a ti En la misa de la noche: "Oh Dios, que nos has convocado a ce-
en la gloria". lebrar con gozo el nacimiento del Redentor, haz que demos tes-
timonio con nuestra vida del anuncio de la salvación, para así llegar
Esta oración, que introduce a la plegaria eucarística, continúa el a la gloria del cielo".
tema de la oración de la misa del día y le añade otro estrechamente
unido que encontraremos también en la liturgia de la octava de Na- En la misa de la aurora: "Oh Dios, que nos has reunido para cele-
vidad, el del "admirable intercambio" ("admirabile commercium"). brar con devota alegría el nacimiento de tu Hijo, concede a tu Iglesia
conocer con la fe las profundidades de tu misterio y vivirlo con amor
Más adelante trataremos más ampliamente este riquísimo tema. intenso y generoso".
Notemos aquí solamente que el pensamiento de la Iglesia es aplicado
En la misa del día: "Padre santo y misericordioso, el Salvador del
particularmente a la Eucaristía que se está celebrando, sacramento de
mundo que hoy ha nacido y nos ha regenerado como hijos tuyos, nos
nuestra plena incorporación a Cristo. "En el 'admirable intercambio'
comunique el don de su vida inmortal".
interviene ahora un factor nuevo: los dones que ofrecemos, el pan y
el vino, realidades que participan de nuestra fragilidad pero sos- Estas tres oraciones conclusivas de la celebración eucarística na-
teniéndola. Nuestra comunión con la vida divina en nuestro Señor se videña retoman los temas de nuestra regeneración a la vida divina;
realiza precisamente en razón de un primer intercambio —la con- del conocimiento del misterio mediante la fe para expresarlo con la
fectio sacramenti— del paso de estas humildes materias, fruto de la caridad en la vida; de la gloria eterna como punto de llegada de la
tierra y del trabajo del hombre, al cuerpo y la sangre del Señor"14. vida cristiana y de la cual está preñado el misterio de la Encarnación.
Lo que se afirma como contenido de fe y lo que pide la Iglesia
En la misa de la aurora: "Señor, que nuestras ofrendas sean dignas
en estas oraciones se interpreta a la luz de cuanto ha producido en
del misterio de tu Navidad que hoy estamos celebrando; y así como
nosotros la Eucaristía ofrecida al Padre y sacramentalmente par-
tu Hijo hecho hombre se manifestó como Dios, así nuestras ofrendas
ticipada. A través del sacramento la gracia de Navidad ha sido hecha
de la tierra nos hagan partícipes de su vida inmortal".
nuestra, nosotros hemos sido hechos partícipes de la "novedad de
La oración se remite al orden sacramental propio del misterio de vida", fruto de la Encarnación del Verbo. Ahora nuestra vida tiene
la Encarnación: un don de gracia a través de un signo sensible. Cristo que expresar, con un comportamiento coherente cuanto el Señor ha
en su carne es sacramento del encuentro con Dios; a través de su realizado al venir a nosotros a través de sus sacramentos.
humanidad viene Dios a nosotros. El orden sacramental, sin embargo, La Iglesia en todas sus grandes fiestas quiere decirnos que su ob-
no se ha cerrado con el misterio de la Encarnación, sino que se pro- jetivo no es el de ver a los fieles entregarse a manifestaciones de
alegría, sino verlos cumplir la voluntad de Dios.
14. J. Lemarié, La manifestazione del Signore, Edizioni Paoline, Milano, 1960, p. 171.

220 221
d) Los prefacios "En el misterio adorable de la Navidad, El, Verbo invisible, apa-
reció visiblemente en nuestra carne, para asumir en sí todo lo creado
Los textos de los prefacios propios de Navidad celebran en una y levantarlo de su caída. Engendrado antes de los siglos, comenzó a
admirable síntesis el misterio de la Encarnación contemplado y pe- existir en el tiempo para reintegrar el universo en íu designio, oh Pa-
netrado a la luz de la fe en la caridad como revelación de Dios. dre, y llevar de nuevo hacia ti a la humanidad dispersa".
El primer prefacio, que probablemente es de san Gregorio Magno, "En El resplandece hoy en plena luz el misterioso intercambio
celebra a Cristo luz: "En el misterio del Verbo encarnado apareció a que nos ha redimido: nuestra debilidad es asumida por el Verbo, el
los ojos de nuestra mente la nueva luz de tu fulgor, para que, cono- hombre mortal es elevado a la dignidad perenne y nosotros, unidos
ciendo a Dios visiblemente, por medio suyo seamos llevados al amor a ti en admirable comunión, compartimos tu vida inmortal".
de las realidades invisibles".
El contenido de estos textos será profundizado ahora en la reflexión
Justamente Y. Congar hace notar cómo "las primeras genera-
ciones cristianas y los Padres advirtieron en forma vivísima el senti- sobre la teología de la celebración de la Navidad en sus grandes temas.
miento gozoso de esta gran novedad: Jesucristo nos ha hecho conocer
a Dios. Hoy somos poco sensibles a este valor de conocimiento. Nos
parece que la religión consiste sobre todo en las intenciones y en la 4. La teología de la celebración de la Navidad
sinceridad de corazón, o en las obras. La salvación sin ningún
La realidad celebrada en la solemnidad de la Navidad, la "venida"
conocimiento de Dios nos parecería igualmente conveniente. Los
cristianos en la antigüedad todavía estaban rodeados de paganismo del Hijo de Dios en la carne, aunque debe considerarse en la unitota-
que no tenía ningún conocimiento de Dios, ni deseos de tenerlo, ni lidad del misterio de Cristo, presente sacramentalmente en la Iglesia,
convicción de que tal conocimiento fuera posible. Por tanto ellos se concretiza sin embargo en el nacimiento de Jesús por María y en
disfrutaban de la alegría y de la seguridad de haber sido trasladados, los acontecimientos de su infancia. Estamos frente a la celebración
gracias a Jesucristo, de la ignorancia al conocimiento de Dios: era conmemorativa del nacimiento del Señor, de la memoria del aconte-
éste uno de los constantes temas de su acción de gracias. Cristo, Ver- cimiento histórico, que tuvo lugar en el tiempo de César Augusto,
bo hecho hombre, era para ellos ante todo el revelador de Dios, es quien ordenó en Siria el censo bajo Quirino (Cf. Le 2, 1-3)'". La ce-
decir, del Padre que se encuentra en una luz inaccesible (lTm 6, 16; lebración de la Navidad, sin embargo, no se queda en el hecho histó-
1, 7). Pero como decía san León, invisible en su naturaleza, Dios se rico sino que de éste se remonta a su verdadero fundamento, el mis-
reveló en la nuestra"15. terio de la Encarnación.
El texto del primer prefacio de Navidad concentra en pocas pala-
bras este riquísimo contenido de donde nace la actitud contemplativa a) La Navidad, misterio de salvación
de los creyentes: en adelante, "conociendo a Dios visiblemente, por
medio de El somos arrebatados al amor de las realidades invisibles". San Agustín no considera la celebración de la Navidad un "sa-
El conocimiento de la fe es siempre una viva experiencia de amor, cramento"17 como la Pascua, sino una simple "memoria" entendida
o mejor, un éxtasis, un salir de nosotros para dejarnos arrebatar por como evocación, aniversario. "El día del nacimiento del Señor no se
el amor de las realidades del cielo.
Los textos de los otros dos prefacios ponen en evidencia cómo el
16. La expresión "Nalale Domini", en el sentido explicado antes en la nota 6, expresa el
misterio de la Encarnación reintegra el universo en el designio del carácter histórico y concreto de esta fiesta. Lemarié afirma que: "En el origen de la festividad
Padre después de la desintegración acontecida por obra del pecado occidental estuvo un pensamiento 'concretamente histórico'" (Op. cit., p. 36).
y el consiguiente misterioso intercambio ("mirabile commercium") 17. San Agustín usa el término sacramentum en sentido estricto y, más frecuentemente, en
que nos ha rescatado: sentido amplio. Existe una vasta bibliografía sobre la terminología agustiniana a propósito de
sacramentum y mysterium frecuentemente intercambiados entre sí. Creo oportuno citar aquí las
obras fundamentales que ilustran muchos pasos de la presente carta: J. Daniélou, Bible et liturgie.
15. Y. Congar, Le vie del Dio vivo, Morcelliana, Brescia, 1965, p. 75. la théologie bibl. des sacramenls el des files d'apris les Peres de ¡"Eglise, París, 1951; Ibíd. /¡
mistero della storia, trad. ital., Morcelliana, Brescia, 1957; C. Countier, Sacramentum et Mysterium

222 223
celebra con un rito sacramental, sino que sólo se trae el recuerdo de no se nos presenta como un recuerdo del pasado, sino que lo vemos
su nacimiento ('non in sacramento celebran, sed tantum in memo- en el presente"20.
riam revocad') y por esto no se necesitaba sino señalar con una so-
lemnidad religiosa el día del año en que cae el aniversario del acon- "En efecto, aquel día no ha pasado del todo, como si el poder de
tecimiento mismo". Para el Doctor de Hipona, en efecto, "se tiene la obra entonces revelada, hubiera pasado del todo y no hubiera lle-
un rito sacramental en una celebración" ('sacramentum in aliqua gado hasta nosotros nada fuera de la fama de un hecho que la fe debe
celebratione') cuando no sólo se conmemora un acontecimiento, si- acoger y la memoria celebrar. Al contrario, habiéndose multiplicado
no que se hace de modo que se capte el significado de lo que debe el don de Dios, cada día en estos nuestros tiempos se experimenta lo
recibirse santamente"18. San Agustín sostiene que éste es propio y que se tuvo en los comienzos de Cristo... Advertimos que este mismo
exclusivo de la Pascua porque "la celebramos de modo que no sólo hecho ahora se realiza de manera más manifiesta y más frecuente en
reevocamos el recuerdo de un hecho sucedido, a saber, la Muerte y la iluminación de todos los llamados"21. Por eso, afirma san León,
la Resurrección de Cristo, sino que lo hacemos sin omitir ninguno "esforcémonos cuanto podamos con la ayuda del Espíritu de Dios,
de los demás elementos que atestiguan la relación que tienen con por alcanzar una comprensión tan perfecta, que entendamos que el
Cristo, a saber, el significado de los ritos celebrados"19. sacramento de la presente fiesta pertenece a todos los tiempos y a
todos los fieles"11. En efecto, "la presente festividad renueva para
No es fácil dar una respuesta para explicar esta posición de san nosotros el sagrado nacimiento de Jesús" (renovat nobis hodierna
Agustín. El santo Doctor, quizás, estaba persuadido de que el 25 de festivitas nati Jesu sacra primordia)23.
diciembre era la verdadera fecha del nacimiento de Jesús, y por tanto
simplemente un cumpleaños. De todos modos la posición de san Con la celebración de las fiestas epifánicas tenemos en la fe la
Agustín bien pronto fue superada por el gran teólogo de la celebra- certeza de que la salvación que se da en el acontecimiento, se nos
ción de Navidad, san León Magno. Para él, el "misterio del nacimien- comunica de hecho también a nosotros hoy. Se nos da en la reve-
to de Cristo" ("sacramentum Nativitatis Christi") es una expresión lación de todo el misterio de Cristo, especialmente en el Misterio
rica y profunda a través de la cual presenta el valor salvífico del acon- Pascual, que se celebra también en el día de la Navidad, mediante el
tecimiento. Los diversos hechos narrados por los Evangelios son la real "memorial" eucarístico de la Muerte, Resurrección y venida
gloriosa del Señor.
parte visible del misterio de Navidad, pero la esencia del misterio se
encuentra en la unión de la humanidad con la divinidad en la única Con la Navidad, pues, la Iglesia celebra la revelación de Dios en
persona divina del Verbo. El objetivo de este "admirable misterio" es la Encarnación como acontecimiento salvífico. "En efecto, se nos
salvar a la humanidad; es, pues, esencialmente un "misterio de sal- muestra más refulgente el misterio de la Navidad del Señor, para
vación" mediante el cual se da al hombre la gracia de la reconciliación. que, acudiendo a aquel inefable abajamiento de la divina misericor-
El misterio sigue todavía actuante en la Iglesia por medio de la dia, por medio del cual el Creador de los hombres se dignó hacerse
celebración litúrgica. Las páginas del Evangelio y de los Profetas hombre, nosotros podamos encontrarnos en la naturaleza de aquel a
que lo anuncian, dice san León, "nos enfervorizan y nos enseñan quien adoramos en la nuestra" ("ut per haec sacrosancta commercia,
que la Navidad del Señor, cuando el Verbo se hizo carne (Jn 1, 14), in illius inveniamur forma, in quo tecum est nostra substantia")24.

dans l'oeuvre de S. Augustin, en Eludes August., París, 1953, pp. 162-332 (fundamental; E.
Galbiati, / segni sacri neU'A.T., en Sacra Doctrina 45/1967, pp. 13-36. Th. Camelot, // Cristo 20. San León Magno, 9 Discurso de la Navidad (XXIX), 1, PL 54, 226; Cí. el volumen //
Sacramento di Dio, en L'uotno davanti a Dio (homenaje a De Lubac), Edizioni Paoline, Roma mistero del Natale a cargo de A. Valeriani, Edizioni Paoline, 1983, p. 113.
1966, pp. 433ss. 21. Ibíd., 6 Discurso de la Epifanía (XXXVI), 1, ed. cit., pp. 155-156.
18. San Agustín, Ep. 55, 2, PL 33, 215; Epístola 55, 2, "Respuesta a las preguntas de 22. Ibíd., 8 Discurso de la Epifanía (XXXVIII), 1, ed. cit., p. 166.
Jenaro", trad. de L. Carozzi, en Opere di s. Agostino, ed. latino-italiana a cargo de la Cattedra 23. Id., 6 Discurso de la Navidad (XXVI), 2, ed. cit, p. 90.
agostiniana, en el "Augustinianum" de Roma, Vol. XXI, Le ¡enere, I, Cilla Nuova, Roma, 1969,
pp. 448-451. 24. Ibíd., 8 Discurso de Navidad (XXVIII), 1, ed. cit., p. 104; de este texto se deriva la petición
contenida en la oración sobre las ofrendas de la misa de la noche. La traducción italiana no
19. Ibíd. presenta bien la expresión sintética del texto latino.

224 225
8. Cristo fiesta de la Iglesia
"La celebración natalicia es en el sentido más pleno 'acción sa- b) La Encarnación del Verbo
grada' en la cual se celebra y se participa la acción primordial de
nuestra salvación. Por cuanto puede estar en el fondo la controversia En la visión teológica, determinada como consecuencia de las
cristológica de los tiempos antiguos (y los textos litúrgicos lo dejan controversias cristológicas en los tiempos de los primeros cuatro
sentir), Navidad no es la fiesta de una idea, del omousios o del dog- concilios ecuménicos de que ya hemos hablado, en los textos litúr-
ma de Nicea, sino que es la fiesta que celebra y comparte el evento gicos de Navidad emerge el tema de la Encarnación del Verbo. Para
teándrico de nuestra salvación, acción sagrada en la cual y por la comprender mejor el contenido de las solemnidades navideñas hay
cual 'se actualiza' la obra salvífica de Dios"25. que tener presente el sentido original de la celebración llamada "ma-
nifestación del Señor en la carne" ("apparitio Domini in carne"). San
Este modo de considerar la Navidad es exacto y no es fruto de Agustín dice: "Por vosotros en la carne apareció el Redentor del
una piadosa exageración. Pero recuérdese que, si Navidad es "sacra- mundo" ("propter vos in carne apparuit mundi Conditor"28. Y san
mento de salvación", sin embargo no es celebración de la Pascua. León Magno de manera semejante afirma: "Hoy el Hacedor del
Hace presente el punto de partida de todo lo que se cumplió en la mundo ha nacido del seno virginal: quien hizo todas las cosas se ha
carne de Cristo para nuestra salvación. O mejor, cuanto se nos da en hecho hijo de aquella a quien El había creado. Hoy el Verbo de Dios
el acontecimiento de Navidad, se nos da plenamente sólo en la rea- apareció revestido de carne; la naturaleza que nunca había sido vi-
lización de este misterio de la acción salvífica pascual, celebrada con sible, comenzó a ser inclusive palpable"".
la Eucaristía. No desvaloriza en manera alguna este hecho fun-
damental", en la liturgia de Navidad, como en cualquier otro misterio Con san León —el Papa del Concilio de Calcedonia— la Navidad,
de salvación, la Iglesia celebra el acontecimiento total de la reden- alrededor de un siglo después de su institución, resulta la ocasión
ción, a saber, el paso de Cristo de la muerte a la vida y nuestra par- propicia y única para afirmar y defender la fe de la Iglesia en el mis-
ticipación en el dinamismo del ágape pascual26. terio de la Encarnación contra toda interpretación errónea, gnóstica,
arriana, docetista, maniquea o monofisita30.
Además, la Pascua ve el acontecimiento global de salvación más
como un proceso dinámico que tiende a poner en claro el hecho de Frente a la cultura helenista gnóstica, que no admitía a Dios en
que Dios constituyó Señor a Jesús (Kyrios) y Cristo (Cf. Hch 2, 36); la historia en una real carne humana, ya Juan en el Evangelio (Cf. 1,
Navidad, en cambio, se basa en una cristología más estática, que su- 1-14) y en su primera carta (textos todos de la liturgia del tiempo de
braya cómo el Hijo de Dios permanece en la misma naturaleza en Navidad) afirma que el Verbo se hizo carne (sarx), es decir, asumió
que se encontraba en la eternidad (Cf. Jn 1, 1). Finalmente, mientras esta nuestra concreta naturaleza humana débil y frágil. "Todo espíritu
la Pascua celebra la redención como victoria de Resurrección, Na- que reconoce que Jesucristo ha venido en la carne, procede de Dios;
vidad la ve más en la reunificación entre Dios y el hombre, en la
divinización de la naturaleza humana, en la sublimación de la crea- 28. San Agustín, Sermo 192, 1, PL 38, 1011.
ción mediante la Encarnación, en la anulación del abismo divisor, en 29. San León Magno, 6 Discurso de Navidad (XXVI), 1, ed. cit., pp. 89-90.
la reapertura del paraíso27. 30. Las primeras herejías que agitaron a la Iglesia tuvieron que ver con el misterio del Verbo
Encarnado. Ellas atacaban siempre uno de los dos aspectos del misterio: o la divinidad o la
humanidad de Cristo por la dificultad de la mente humana para percibir cómo puede existir un
hombre que al mismo tiempo sea también personalmente Dios. Arrio no negó la divinidad,
afirmando que el Logos, el Verbo, no es Dios como el Padre, porque es creado por el Padre.
Neslorio, a su vez, atacaba en cierto modo la divinidad cuando afirmó que Mana no podía ser
25. B. Neunheuser, La vénula del Signore: teología del lempo di Natale eá Epifanía, en RL
llamada "Madre de Dios". Eutiques, por el contrario, negaba la humanidad de Cristo reduciendo
5/1972, pp. 599-613.
esta humanidad a una especie de revestimiento de parte de Dios para hablar a los hombres. Es la
26. Navidad-Epifanía celebran en la más profunda igualdad al Señor glorificado, al Cristo llamada herejía "monofisita" (una sola naturaleza). Contra estos errores se pronunciaron los cuatro
vencedor de la muerte. En la Encarnación asumió nuestra naturaleza humana y con la misma primeros concilios ecuménicos: el de Nicea (325), el de Constantinopla (381), el de Efeso (431),
naturaleza subió lleno de gloria al Padre. De allí desciende a la liturgia y concede audiencia a la el de Calcedonia (451). Estos cuatro concilios siempre han sido considerados de capital importancia
asamblea. En el banquete nupcial participa a la comunidad de culto su vida de gloria y así da a la para la Iglesia porque definieron su fe. Son la expresión misma de la fe, vivida y formulada por
misma comunidad su salvación (R. Berger, citado por B. Neunheuser. art. cí(-, p. 608). la Iglesia, siguiendo a los apóstoles y el Evangelio, y en cuya profesión el cristiano es bautizado,
27. Cf. Ibíd., p. 609. unido a Dios, salvado. En esta profesión de fe se reconocen todas las confesiones cristianas.

226 227
y todo espíritu que no reconoce a Jesús, no viene de Dios" (Un 4, c) El admirable intercambio
2-3). La liturgia de Navidad recuerda todo el realismo de la Encar-
nación terrena del Verbo. El Hijo de Dios no se viste de hombre, si- entre la divinidad y la humanidad
no que, permaneciendo siempre Dios, es también real y concreta-
mente hombre; El se manifiesta en la realidad total del hombre. El tema del intercambio admirable de "Dios que se hace hombre
para que el hombre llegue a ser Dios"34 está en el centro de toda la
Frente a la herejía arriana la liturgia de Navidad afirma la genera- rica liturgia romana de Navidad. Baste recordar la colecta de la misa
ción eterna del Verbo que, "engendrado antes de los siglos, comenzó del día y el embolismo del tercer prefacio entre los textos más signi-
a existir en el tiempo"31. ficativos.
Frente a la herejía del maniqueísmo, se afirma el optimismo El primer acto de este maravilloso intercambio se realiza en la
cristiano fundado en el hecho de que el Hijo de Dios no rehusó humanidad de Cristo. El Verbo asumió lo que era nuestro, y a cam-
asumir nuestra carne y compartir nuestra condición humana32. bio, la naturaleza humana fue elevada a la dignidad divina.
Contra el monofisismo, según el cual en Cristo existiría solamente El segundo acto del intercambio consiste en nuestra real e íntima
la naturaleza divina en la cual habría sido absorbida la naturaleza hu- participación en la naturaleza divina del Verbo: "Cuando llegó la
mana, se afirma la verdad de las dos naturalezas, humana y divina, plenitud del tiempo, Dios envió a su Hijo, nacido de mujer, nacido
en la unidad de la persona del Verbo: "¡Maravilloso misterio! Hoy bajo la ley, para rescatar a aquellos que estaban bajo la ley, para que
todo se renueva: ¡Dios se ha hecho hombre; inmutable en su divini- recibiéramos la adopción de hijos" (Ga 4, 4-5). "El Salvador del
dad, ha asumido nuestra humanidad!"". mundo, que ha nacido hoy y nos ha regenerado como hijos de Dios,
nos comunique el don de su vida inmortal"35.
Si las dificultades en los primeros tiempos cristianos nacían de la
"historia" humilde y pobre del Jesús de Nazaret, verdadero Dios y Por tanto, estrechamente unido al tema del "admirable inter-
verdadero hombre, las dificultades del mundo contemporáneo pare- cambio", tenemos el otro de nuestra regeneración divina. "En verdad
cen surgir, por el contrario, de la perspectiva opuesta, o sea, de la —afirma el Concilio Vaticano II— solamente en el misterio del Ver-
. trascendencia, para quien a duras penas se acepta la preexistencia de bo encarnado encuentra su verdadera luz el misterio del hombre"
Cristo. La secularización provoca a la teología a ver sobre todo al (GS 22).
hombre Jesús hasta llegar a la inaceptable fe cristológica de signi-
ficado exclusivamente secular. Navidad, pues, aun en nuestros días, d) La Navidad en la perspectiva de la Pascua
no deja de ser la celebración que invita a las comunidades cristianas
a la autenticidad de la fe católica en el misterio de la Encarnación. Aunque la Navidad nació en forma ocasional e independiente de
la Pascua, sin embargo no se considera como fiesta paralela o
alternativa a la Pascua. La profundización bíblico-teológica del
misterio de Cristo ha hecho descubrir la orientación pascual del
misterio de la Encarnación. La liturgia de Navidad, pues, no contem-
pla en forma especulativa y estática este misterio, aunque algunas
expresiones dogmáticas de los textos eucológicos se resientan de
esta perspectiva. La Encarnación se celebra en su única orientación
querida por el plan divino: hacia el sacrificio pascual. La Navidad,
31. Cf., el segundo prefacio de Navidad, texto derivado de san León Magno (Sermón 22, 2,
como lo hemos dicho, tiende a nuestra divinización, por tanto a
PL 54, 195-196) y las antífonas de las primeras y segundas Vísperas de la Liturgia de las Horas. nuestra redención por medio de la Pascua del Señor.
32. Cf., la colecta de la misa del día; del sábado de las ferias del tiempo de Navidad; prefacios
segundo y tercero; antífona del Benedictos del 1 de enero de la Liturgia de las Horas.
34. San Agustín, Sermo 128, PL 39, 1997.
33. Antífona del Benedictas del 1 de enero y el himno de Laudes de la Liturgia de las Horas.
35. Oración después de la comunión de la misa del día.

228 229
Este modo de concebir el misterio no es arbitrario, sino fundado e) La Navidad, principio de la iglesia
en la Escritura y en la tradición de la Iglesia. Lucas, el evangelista de y de la solidaridad de todos los hombres
la infancia de Jesús, ve en el Niño de Belén y en los hechos que
acompañan su nacimiento, el anuncio del acontecimiento pascual: La generación de Cristo, afirma san León Magno, es el origen del
"Hoy os ha nacido en la ciudad de David un salvador, que es el Me- pueblo cristiano: el nacimiento de la cabeza es también el nacimiento
sías, el Señor" (Le 2, 11). Téngase presente que todo el capítulo 2 de del cuerpo38. Con la Encarnación comenzó el misterioso proceso de
Lucas fue escrito en perspectiva pascual. Son significativos los detalles la unificación de toda la humanidad en Cristo. Con la Encarnación,
puestos en evidencia por el evangelista en la narración del nacimiento afirma el Concilio Vaticano II, el Hijo de Dios se unió en cierto mo-
de Jesús, comparados con la narración de la sepultura. La acción de do a cada hombre (GS 22). El misterio del Verbo hecho carne im-
envolverlo, que muestra los cuidados materiales de la madre en 2, 7 plica, pues, la solidaridad del Hijo de Dios con toda la familia huma-
(Cf. Ez 16, 4 donde el no ser envuelto en pañales es signo de aban- na. De esta manera Cristo elevó la unidad natural de los hombres a
dono), parece convertirse en 2, 12, en signo de impotencia y de debi- una unidad superior, cuyo origen está en la unidad de un solo Dios
lidad (Cf. Sb 7, 4). Según el análisis de A. Serra36, esto parece hacer en la Trinidad de las personas divinas.
parte de un juego de alusiones a la muerte de Cristo.
Lucas 2, 7 Lucas 23, 53 f) La Navidad, misterio de la renovación cósmica
Ella lo envolvió en pañales Y lo envolvió en un lienzo y lo
y lo recostó puso en el sepulcro
El mundo, que comenzó a existir con el "fiat lux" del Génesis, en
cierto modo fue reconstruido por este segundo nacimiento de la luz,
2,12 depositado (keimenos) representada por la salida del sol en el horizonte, que comienza
depositado (keimenon)
en el pesebre (keimena,
precisamente en Navidad. El cosmos entero, y no sólo la humanidad,
variante de numerosos es tocada por el misterio de la Encarnación. La redención no mira
manuscritos para 24, 12) solamente a una parte del hombre, el alma, sino a todo el hombre y a
2, 16 24, 12 todos los hombres. La manifestación de Dios en la realidad humana
Ellos vinieron aprisa ? dm
* " c
? r n 0 bramen) Cf. 24 tiene una finalidad bien precisa: llevar hacia el Padre al hombre y por
(speusantes) y encontraron 3: jas mu
J e r c s n o encontraron el medio de El a toda la creación. El Verbo de Dios, afirma el Concilio
cuer
al niño. P°- Vaticano II, por medio de quien todo fue creado, al hacerse hombre
El mismo, al venir a habitar en la tierra de los hombres, entró en la
Jesús es depositado (keimenos) en el pesebre como lo será después historia del mundo como el hombre perfecto, asumiendo la historia y
en la tumba, y envuelto en forma similar, enrollado con fajas. recapitulándola en sí mismo (GS 38). El segundo prefacio de Navidad
Las teorías médicas de los antiguos ponían en paralelo la gestación proclama esta verdad por la cual la Iglesia da gracias al Padre39.
y la muerte. Sólo más tarde la iconografía subrayará este paralelismo
dando al pesebre la forma de una tumba y una sepultura. En la Encar- sucesión de los acontecimientos históricos de Belén y de Jerusalén. La sucesión de Navidad y
nación Cristo asumió nuestra naturaleza humana y con la misma Pascua proviene más bien primariamente de la comprensión de Cristo por parte de la Iglesia,
comprensión que ha tenido evoluciones y desarrollos. Esta visual, concluye Neunheuser, es
naturaleza después del sacrificio de la cruz se elevó lleno de gloria compartida por los liturgistas de nuestro tiempo y ha encontrado su plena confirmación en la
hacia el Padre. Por eso el nacimiento presupone ya toda la secuencia reforma posterior al Concilio Vaticano II (B. Neunheuser, art. cit., p. 603).
de misterios de la salvación, cuya consumación es la Pascua37. Para la interpretación pascual de las narraciones de la infancia de Jesús, Cf. R. Laurentin, /
vangeli dell'infanzia di Cristo, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1985, pp. 245-296; A. Serra,
vocablo "Bibbia" en Nuovo dizionario di mariologia, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1985,
36. A. Scrra, Sapienza e contemplazione di María secando Luca 2, 19-51 b, Facoliá Teológica pp. 249-274.
Marianum, Roma, 1982.
38. San León Magno, 6 Discurso de Navidad (XXVI), 2, ed. cit., p. 90.
37. En los dos días festivos de la Pascua y de Navidad, según Berger, citado por Neunheuser,
39. El texto citado en el número 3d de este capítulo, es tomado U~ san León Magno, 2
es la misma visual de fondo: la exaltación del Señor. Se celebra por primera vez en la solemnidad
Discurso de Navidad (XXII), 2, ed. cit., pp. 56-57.
pascual, y de nuevo en la de Navidad. Aquí no se trata, o por lo menos no principalmente, de la

230 231
5. La espiritualidad de la Navidad espiritual de la Navidad, pues, consiste en el compromiso moral de
vivir la gracia de la redención y de la regeneración, de conservar in-
La gracia propia de la celebración navideña es la de nuestra adop- teriormente el Espíritu Santo que nos hace hijos de Dios.
ción divina. El "Nativitatis Christi sacramentum" contiene la gracia
de hacernos participar en la nobleza antigua, dada por la filiación di- Finalmente, puesto que Dios nos hace sus hijos en Cristo, al in-
vina pero luego perdida a causa del pecado. De esta manera pasamos sertarnos como miembros en el cuerpo de la Iglesia, la gracia de la
de la condición del "hombre viejo" a la condición de "hijos de Dios". Navidad exige también una vida de comunión fraterna.
Es significativo el hecho de que muchas liturgias han privilegiado el
texto de Pablo a los gálatas (4, 4-5) en la celebración navideña. La
6. Pastoral de la Navidad
colecta del sexto día de la octava de Navidad, que antes de la reforma
se encontraba en la misa del día, expresa muy bien la espiritualidad El compromiso pastoral para hacer celebrar a nuestras asambleas
propia de esta celebración: "El nuevo nacimiento de tu único Hijo una Navidad auténtica es difícil. El actual contexto socio-cultural
en nuestra carne mortal nos libre de la antigua esclavitud que nos tie- con sus propagandas de una "navidad mágica" consumista y turística
ne bajo el yugo del pecado". se aprovecha de una fuerte tradición religiosa para transformar una
La "novedad" traída por el misterio se opone a la "antigua escla- fiesta cristiana en una fiesta pagana. Una visión devocionista y senti-
vitud" ("vetusta servitus"). La Encarnación del Verbo, en efecto, mental de los episodios de la Navidad del Señor (véase el pesebre,
viene a traer la liberación a una humanidad esclava del pecado y bajo la misa de media noche), corre el peligro de vaciar en la mente de
el poder de la muerte. Pero no se debe considerar solamente el aspec- los fieles el significado salvífico del acontecimiento de la Encar-
to negativo de liberación, sino sobre todo el positivo de regeneración. nación.
La liturgia habla expresamente de "nuevo nacimiento de Cristo en La acción pastoral debe orientarse en dos direcciones precisas
nuestra carne" que tiene lugar porque el Padre nos ha predestinado bien calculadas: a) Una acción para con los practicantes que, a lo lar-
a ser hijos adoptivos por medio de Jesucristo (Cf. Ef 1, 5), a ser con- go del Adviento, deben llegar a una celebración consciente del
formes con la imagen de su Hijo (Cf. Rm 9, 29). misterio; b) una acción para con los "alejados", los "no practicantes"»
El misterio de Navidad no nos ofrece solamente un modelo para los "presentes sólo en la misa de media noche o del día de Navidad"
imitar en la humildad y pobreza del Señor que yace en el pesebre, para transmitirles, mediante el testimonio de la comunidad creyente,
sino que nos da la gracia de ser semejantes a El. La manifestación el mensaje del nacimiento del Señor: "No temáis, os anuncio u° a
del Señor conduce al hombre a la participación de la vida divina. La gran alegría, que será de todo el pueblo: hoy os ha nacido en la ciu-
verdadera espiritualidad de la Navidad, por consiguiente, no consiste dad de David un salvador, que es el Cristo Señor" (Le 2, 10-11)-
en la imitación de Cristo "desde fuera", sino en el "vivir a Cristo que La acción pastoral sobre la comunidad creyente y practicante
está en nosotros" y manifestarlo con la vida en su misterio de vir- debe ser fuerte y empeñada: esta comunidad es la llamada a renovar
ginidad, pobreza, obediencia, humildad. su credibilidad, presentándose como signo de Cristo pobre (Cf. L*c
San León Magno invita entonces a los cristianos a tomar con- 2, 12). La meditación del misterio de la Encarnación y de los medios
ciencia de tan gran dignidad: "Reconoce, cristiano, tu dignidad y, he- pobres a través de los cuales el Verbo encarnado revela su divinidad
cho partícipe de la naturaleza divina, no quieras volver a la abyección y mesianidad, debe dar luz y fuerza al compromiso de testimonio y
de un tiempo con una conducta indigna. Recuerda quién es tu cabeza de acción misionera de la comunidad que celebra la Navidad de su
y de qué cuerpo eres miembro. Recuerda que, liberado del poder de Señor.
las tinieblas, has sido trasladado a la luz del Reino de Dios"40. El fruto La misión de Jesús, que entra en el mundo como Salvador y Se-
ñor, se celebra en la Navidad como "manifestación": de la humildad
40. San León Magno, / Discurso de Navidad (XXI), 3, ed. cil., p. 52. El texto aparece en la y de la pobreza de la gruta de Belén, a la ignominia y a la pobreza
Liturgia de las Horas, en el Oficio de lecturas del día de Navidad, como segunda lectura. radical de la cruz, brota la Resurrección y la vida. Celebrar la ver-

232
2^
dadera Navidad cristiana significa, por consiguiente, el compartir las 7. La octava de Navidad y las fiestas que la caracterizan
opciones mesiánicas de Cristo, opciones de pobreza, de humildad,
de servicio y de don total de la propia vida. Solamente en esta luz La Navidad conserva su octava, la cual se cierra con la solemnidad
evangélica la Navidad revela con su mensaje el sentido auténtico de de María Santísima, Madre de Dios. Durante esta octava se colocan
la historia y compromete a los cristianos a actuar "dentro" de la vi- algunas fiestas muy significativas: san Esteban, primer mártir; san
vencia humana, asumiéndola con el espíritu de Cristo para redimirla Juan evangelista, el discípulo a quien Jesús amaba; los santos Ino-
y santificarla. Sobre todo los laicos están llamados a vivir el misterio centes, asesinados por Herodes; la Sagrada Familia de Jesús, María
de la Encarnación contribuyendo, como desde el interior, a modo de y José.
fermento, a la santificación del mundo mediante el ejercicio de su
propio oficio y guiados por el espíritu de las bienaventuranzas, sin Cada una de estas celebraciones expresa un aspecto del testimonio
las cuales no se puede transformar el mundo (Cf. LG 31). En este rendido al misterio de la Encarnación.
sentido la Navidad tiene en sí una formidable carga contestataria.
"Contra la gran hipocresía de voluntad de paz y de sincera solidaridad a) San Esteban, primer mártir (diciembre 26)
humana, que adormece la mala conciencia con la entrega de regalos
mutuos (costumbre que se ha vuelto altamente consumista); contra Esteban es el primero de los mártires de Cristo y uno de los siete
la presunción de una paz factible por el hombre sólo, pero también a quienes los apóstoles escogieron para el servicio de la comunidad,
contra la revolución puramente negativa, desesperada y ciega frente por estar "lleno de fe y de Espíritu Santo" (Hch 6, 5). En él se realiza
a semejante orden social, la Navidad opone el acontecimiento de Je-
en forma ejemplar la figura del mártir como imitador de Cristo; él
sucristo que no se acomoda nunca a estos cálculos y con estas ex-
contempla la gloria del Resucitado, proclama su divinidad, le entrega
pectativas"41.
su espíritu, perdona a sus asesinos (Hch 7, 55.59-60). Saulo, testigo
Las iniciativas navideñas (pesebre, árbol de Navidad, caridad ha- de la lapidación (Hch 8, 1), recogerá su herencia espiritual al conver-
cia los pobres, etc.) de parte de la comunidad creyente deben ser ins- tirse en apóstol de los gentiles.
piradas en una fuerte carga evangelizadora. La celebración de la Na- La liturgia recuerda particularmente el testimonio del amor que
vidad debe pensarse de modo que pueda ponerse como un gran signo perdona, dado por Esteban en su martirio: "Concédenos, Padre, ex-
para todos: indiferentes, no practicantes y no creyentes. La Navidad presar con la vida el misterio que celebramos en el día natalicio de
tiene también una gran fuerza de reclamo para todos, no puede san Esteban, primer mártir, y enséñanos a amar aun a nuestros ene-
dejarse pasar esta ocasión para hacer sentir la luz del mensaje evan- migos a ejemplo de él, que muriendo oró por sus perseguidores"
gélico sobre el hombre, la familia, la sociedad. La Navidad del Señor (colecta).
es la gran fiesta del hombre porque es la fiesta de Dios que se hace
hombre. La celebración navideña no pr.ede ser, entonces, malgastada
en entretenimientos sentimentales ni en discursos polémicos, sino b) San Juan apóstol y evangelista (diciembre 27)
valorada como don de amor, de verdad y de esperanza para todos los
hombres de nuestro tiempo. Hijo de Zebedeo (Me 1, 20), hermano de Santiago el mayor (Le
5, 10), discípulo de Juan Bautista (Jn 1, 35-41), y entre los primeros
en pasar al seguimiento de Jesús. Es el discípulo predilecto que en
la última cena posó la cabeza en el pecho de Jesús (Jn 13, 23-25).
Testigo de la transfiguración (Mt 17, 1) y de la agonía del Señor (Le
14, 33), está presente a los pies de la cruz, donde Jesús le confía la
Madre (Jn 19, 26-27). Junto con Pedro vio el sepulcro vacío y creyó
en la Resurrección del Señor (Jn 20, 1-9). Evangelista teólogo, pene-
41. L. Della Torre, L'azione paslorale alie prese con VAwento-Natale, en RPL 5/1979, p. 62. tra profundamente en el misterio del Verbo hecho hombre, lleno de

234 235
A, B y C nos presentan los momentos principales de la vida de la
gracia y de verdad (Jn 1, 1-14). En la primera carta, vértice de toda Familia de Nazaret: la huida a Egipto (Mt 2, 13-15.19-23); la pre-
la teología sapiencial, nos da la más alta definición de la divinidad: sentación del Niño Jesús en el templo (Le 2, 22-40); a Jesús de doce
Dios es amor (Un 4, 8). Desterrado en la isla de Patmos, fue arrobado años en el templo (Le 2, 41-52).
en éxtasis en el día del Señor (Ap 1, 9-10) y tuvo visiones que des-
cribió en el Apocalipsis, último libro del Nuevo Testamento. El suplemento al Leccionario dominical y festivo añade las si-
guientes dos primeras lecturas: año B, Gn 15, 1-6; 21, 1-3; Hb 11,
La liturgia subraya la revelación de las misteriosas profundidades 8.11-12.17-19; año C, 1S 1, 20-22.24-28; Un 3, 1-2.21-24.
del Verbo y la comprensión penetrante de la Palabra que caracterizan
los textos inspirados del apóstol: "Oh Dios, que por medio del após- La oración de la Iglesia, en las dos colectas propuestas, pide que
tol Juan nos has revelado las misteriosas profundidades de tu Verbo, en nuestras familias se vivan las mismas virtudes de la familia de
danos una inteligencia penetrante de la Palabra de vida que él hizo Nazaret y los padres tengan la veneración del don de la vida: "Oh
resonar en tu Iglesia" (colecta). Dios, Padre nuestro, que en la santa Familia nos diste un verdadero
modelo de vida, haz que en nuestras familias florezcan las mismas
virtudes y el mismo amor, para que, reunidos en tu casa, podamos
c) Los santos Inocentes mártires (diciembre 28) gozar del gozo sin fin" (colecta).
Los Inocentes que dan testimonio en favor de Cristo no con las "Oh Dios, creador y Padre nuestro, tú has querido que tu Hijo,
palabras, sino con la sangre, nos recuerdan que el martirio es don engendrado antes de la aurora del mundo, se hiciera miembro de la
gratuito del Señor. Las víctimas inmoladas por la ferocidad de He- familia humana; reaviva en nosotros la veneración hacia el don y el
rodes pertenecen, junto con san Esteban y el evangelista Juan, al cor- misterio de la vida, para que los padres se sientan partícipes de la
tejo del Rey mesiánico y recuerdan la eminente dignidad de los niños fecundidad de tu amor y los hijos crezcan en sabiduría, piedad y
en la Iglesia. gracia, alabando tu santo nombre" (colecta añadida en el apéndice
de la 2a. ed. italiana del Misal romano).
La liturgia recuerda el valor del testimonio de la vida que no
puede separarse de la Palabra por parte de los adultos: "Señor, Dios La solemnidad de María Santísima Madre de Dios es presentada
nuestro, que hoy en los santos Inocentes has sido glorificado no con en la parte quinta de este volumen donde se trata del culto a la
palabras sino con la sangre, concédenos también a nosotros que ex- Virgen y a los santos.
presemos en la vida la fe que profesamos con los labios" (colecta).

d) Domingo dentro de la octava de Navidad,


la Sagrada Familia de Jesús, María y José

Esta fiesta viene a recordarnos que el misterio de la Encarnación


es un misterio de participación. El Hijo de Dios vino a compartir en
todo nuestra condición humana, menos en el pecado; vino a hacer
parte de la familia humana, aunque única e irrepetible. Pero emergen
en aquella familia los valores y las virtudes que deben caracterizar a
toda familia cristiana.
La liturgia de la Palabra recuerda en el año A los deberes de los
hijos para con sus padres con el texto de Sirácida (3, 3-7.14-17) y
presenta la vida familiar según el mandamiento del amor en la se-
gunda lectura (Col 3, 12-21). Los textos del Evangelio en los años
237
236
Capítulo XIV san Efrén Sirio, celebraba "la venida del Señor, o sea su nacimiento
humano y perfecta Encarnación".
LAS FIESTAS DE EPIFANÍA En tiempo de san Juan Crisóstomo, antes del 386, la fiesta se ce-
lebraba en Antioquía y en Egipto. Aquí la Epifanía tiene por objeto
el Bautismo de Cristo y su nacimiento.
En Siria, el 6 de enero se celebra la fiesta de la Encarnación desde
el 486. La fiesta entró también en Occidente y, en algunas regiones
quizás, inclusive precedió a la Navidad. Pero normalmente, habiendo
entrado después, la solemnidad tuvo un objeto diverso y, preci-
samente, la "revelación de Jesús al mundo pagano", significada en
el episodio de la llegada y adoración de los Magos; pero se recordaba
también su revelación en general en el Bautismo en el Jordán y en
el primer milagro realizado en Cana.
Cuando la Navidad entró en Oriente, terminó por romper el signi-
ficado primitivo de la Epifanía, la cual se convirtió principalmente
1. Origen de la fiesta de la Epifanía en la fiesta del Bautismo de Jesús. De aquí la costumbre de bautizar
en esta ocasión.
La celebración de la Epifanía, estrechamente ligada a la Navidad, La ocasión del surgimiento de la fiesta de la Epifanía en Oriente
nació en Oriente (como lo indica inclusive su nombre) y es anterior no es muy diversa de aquella por la cual nació en Occidente la Na-
a la solemnidad de la Navidad, nacida en Occidente. vidad.
El término griego epifanía o teofanía tiene el significado de Los paganos celebraban también en Oriente y sobre todo en
autonotificación, entrada poderosa en la notoriedad y se refería a la Egipto, la fiesta del solsticio de invierno el 25 de diciembre y el 6
llegada de un rey o de un emperador. El mismo término servía tam- de enero el aumento de la luz3. Los cristianos también, trece días
bién para indicar la aparición de una divinidad o una intervención de después del 25 de diciembre, cuando es más visible el aumento de
la misma. No es improbable que el significado haya pasado de la re- la luz, celebraban el nacimiento de Jesús, para evidenciar que, al na-
ferencia de la divinidad a la del soberano. El latín traduce el término cer en aquel día (6 de enero), demostraba ser la verdadera luz.
griego por "adviento". Además, a la fiesta pagana del sol estaban ligadas también otras
Con el nombre de "epifanía" en Oriente se llamó la fiesta de la leyendas mitológicas sobre el poder taumatúrgico de ciertas aguas.
Navidad del Señor, su "aparición" en la carne. Probablemente aquí tienen su origen el objeto particular de la fiesta
Ya en el siglo II se tiene noticia de una fiesta cristiana celebrada de la Epifanía en Oriente, dedicada sobre todo a la conmemoración
por las sectas gnósticas, el 6 de enero1 con la cual se conmemoraba del Bautismo de Jesús, en las aguas del Jordán, que santificó de tal
el Bautismo de Jesús, momento en el cual, según la herejía gnóstica, modo todas las aguas del mundo para nuestra regeneración. De la
había llegado la verdadera y propia "manifestación" e investidura di-
vina de Jesús.
3. Epifanio (Op. cil.,) refiere que en Alejandría, la noche del 5 al 6 de enero, se celebraba un
Epifanio, en la segunda mitad del siglo IV, da la primera noticia gran rito en el templo de Kore, a saber, de la "Virgen". Al son de las flautas y con luces se llevaba
de la fiesta ortodoxa de la Epifanía2 la cual, según el pensamiento de en procesión la estatua desnuda de la diosa, marcada cor. cruces de oro en la frente, en las manos
y en las rodillas. Después de dar la vuelta del santuario por siete veces, llevan la estatua a la cripta.
AI preguntárseles a los paganos por el significado del rito, responden: "A esta hora Kore, es decir,
1. Clemente Alejandrino, Slromala, 1, 21, PG 8, 887. la Virgen, ha engendrado el tiempo". Se tienen noticias de que hacia el siglo IX se realizaban estos
2. Epifanio, Adv. Haeres., 51, 27, PG 41, 935. ritos nocturnos y, cuando los paganos salían, gritaban: "La Virgen ha dado a luz, la luz crece".

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cristianización de la celebración pagana del sol y de la luz se explica La Iglesia, en la liturgia de hoy, lee este texto con una profundidad
por qué en Oriente la fiesta se llamó "santa luz" (hághia photá) y se distinta, en sentido cristológico y eclesiológico, ofrecido también
habla del Bautismo como de "iluminación". por el pasaje evangélico de hoy: Cristo es la luz de las naciones y
esta luz brilla sobre el rostro de la Iglesia extendida por toda la tierra
(Cf. LG 1). Por eso cuando la Iglesia se reúne localmente alrededor
2. La celebración de la Epifanía en el Misal de Pablo VI del altar de la Eucaristía, es el signo de la presencia del Señor resu-
citado y de la convocación universal de los pueblos que acogen la
Al aceptar del Oriente la Epifanía, la mayor parte de las Iglesias salvación de Dios en Cristo (Cf. LG 26).
occidentales (Roma, África, Ravenna), como se dijo antes, pre- La perspectiva escatológica tendrá su pleno cumplimiento en la
tendieron celebrar con esta fiesta principalmente la venida de los eternidad según la visión de Juan en el Apocalipsis: allí por fin "la
Magos, considerados como "primicias de los gentiles" con la con- ciudad no necesita luz del sol, ni luz de la luna, porque la gloria de
siguiente manifestación de Cristo como Señor de todas las naciones. Dios la ilumina y su lámpara es el Cordero" (Ap 21, 23). En este
De esta manera en Occidente es netamente distinto el objeto de la momento definitivo se cumple la palabra del profeta: "Las naciones
celebración de las dos fiestas; Navidad celebra el nacimiento de caminarán a su luz y los reyes de la tierra le llevarán su magnifi-
Cristo (Encarnación) en medio de su pueblo y la Epifanía celebra el cencia" (Ap21, 24).
tributo de las naciones. El término "epifanía" viene así a acentuar su
significado original de manifestación, revelación, autonotificación, Salmo responsorial. La respuesta de la Iglesia a la palabra que
entrada poderosa en la notoriedad. anuncia la universalidad del reino mesiánico no puede darse sino
con uno de los más característicos Salmos mesiánicos, el Salmo 71
El formulario litúrgico actual, después de la reforma del Vaticano (vv. 2.7-8.10-11.12-13).
II, ha conservado a la solemnidad este carácter.
El Salmo presenta la figura del Rey Mesías en el ejercicio de sus
poderes. Las características de su reino son como una manifestación
a) Los textos bíblicos de la persona misma del rey. En los días de este reino "florecerá la
justicia y abundará la paz"; será un reino universal que abarcará los
La antífona de entrada, que abre la celebración, introduciéndonos confines de la tierra, todos los reyes y todas las naciones (vv. 7.11).
en el clima del misterio de la Epifanía, es un texto compuesto, ins- El Rey Mesías escuchará, ayudará y protegerá sobre todo a los
pirado libremente en Malaquías (3, 1) y en ICro 19, 11-12: "Viene pobres contra toda violencia y vejación (vv. 12-13).
el Señor nuestro rey: en sus manos está el reino, el poder y la gloria". Mientras la Iglesia canta con este Salmo la gloria del Mesías, Rey
Primera lectura (Is 60, 1-6). El profeta contempla el espectáculo del universo, es consciente de que ella misma es el Reino ya inau-
de la ciudad de Jerusalén que, por su posición geográfica, al salir el gurado por Cristo Señor, aunque todavía no ha llegado a su plenitud.
sol, está ya toda iluminada; mientras los valles de alrededor se Ella sabe que es esta nueva Jerusalén, terrena y celeste (Cf. Ga 4,
encuentran envueltos en las tinieblas y la neblina (vv. 1-2). 24-31; Hb 12, 22-24), a la cual acudirán los hombres de todas las
Con un procedimiento típico de los profetas, Isaías transporta este naciones, tribus y pueblos y lenguas (Ap 7, 9).
espectáculo a una visión escatológica: Jerusalén está revestida de luz La Iglesia canta también con este Salmo su naturaleza esencial-
porque viene el Señor, cuya gloria aparece sobre ella. Ella es el signo mente misionera, consciente de que no existe para sí misma, sino pa-
de la presencia de Dios. Hacia la ciudad santa en cuanto es el lugar ra Dios y para el mundo.
de la teofanía, caminarán los pueblos llevando como dones oro e in- El estribillo de la asamblea es un grito de fe y de esperanza: "Te
cienso, destinados a los sacrificios de los perfumes (vv. 3-9). La vi- adorarán, Señor, todos los pueblos de la tierra".
sión está dominada por un universalismo centrípeto: la unidad del
mundo en torno a Jerusalén, signo visible de la unidad de Israel. La oración de la Iglesia es siempre un anhelo profundo del cum-
plimiento del Reino.

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Segunda lectura (Ef 3, 2-3a.5-6). El misterio "que no ha sido Se debe tener presente esta exégesis para insistir, en la predicación,
manifestado a los hombres de las generaciones anteriores, ahora es más en el mensaje que en el modo como es presentado el mensaje.
revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio del Espíritu: los La antífona de comunión repite el versículo aleluyático de acla-
paganos son llamados a participar en la misma herencia, a formar el mación al Evangelio: "Hemos visto su estrella en Oriente y hemos
mismo cuerpo y a ser partícipes de la promesa, en Cristo Jesús, me- venido con regalos a adorar al Señor" (Mt 2, 2).
diante el Evangelio". La función de Pablo en el designio divino de
la gracia es ésta: anunciar a los paganos el Evangelio. Esta misión El acento aparece en las palabras: "Hemos visto"; ellas expresan
es parte integrante de la economía de la salvación. que la fe es una experiencia real al mismo tiempo que un conoci-
miento sensible y tiene su momento privilegiado en la participación
Con la venida de Jesús ya no habrá discriminación alguna. Todos sacramental en la Eucaristía. Los discípulos de Emaús reconocieron
son llamados a ser miembros de la única Iglesia. La igualdad se debe a Jesús al partir el pan (Cf. Le 24, 30-35).
enteramente al hecho de ser partícipes del misterio de Cristo. El
verdadero heredero de la promesa hecha a Abrahán, es Jesús (Ga 3,
16) y todos vienen a ser partícipes de aquella promesa en cuanto son b) El anuncio de las fiestas pascuales
concorpóreos con Cristo.
En la solemnidad de la Epifanía, después de la lectura del Evan-
Finalmente, es de gran importancia notar cómo define san Pablo gelio, el diácono o el sacerdote o un ministro idóneo da el anuncio
la epifanía del misterio como una revelación en el Espíritu. El Evan- de la Pascua. Puede usarse la siguiente fórmula: "Hermanos carísi-
gelio es solamente una manifestación dinámica del poder de Dios mos, la gloria del Señor se ha manifestado y siempre se manifestará
por medio del Espíritu Santo. en medio de nosotros hasta su regreso. En los ritmos y en las vici-
Evangelio de Mateo (2, 1-12). La narración de la venida de los situdes del tiempo recordamos y vivimos los misterios de la salva-
Magos a Belén para adorar al Mesías nacido es el centro no sólo de ción. Centro de todo el año litúrgico es el Triduo del Señor cruci-
esta liturgia de la Palabra sino también de todo el misterio pro- ficado, sepultado y resucitado, que culminará el domingo de Pascua,
clamado por las dos lecturas precedentes. el... Cada domingo, Pascua semanal, la santa Iglesia hace presente
En todo el Evangelio de Mateo se transparenta la preocupación este gran acontecimiento en el cual Cristo venció el pecado y la
apologética de explicar el rechazo que los judíos hacen de Cristo y muerte. La Ceniza, comienzo de la Cuaresma, el... la Ascensión del
el acceso de los paganos a la fe (por ej., Cf. Mt 18, 11-20). Señor, el... Pentecostés el... el primer domingo de Adviento, el...
También la narración de la venida de los Magos quiere llegar a También en las fiestas de la santa Madre de Dios, de los apóstoles,
este objetivo. Aunque con el género literario bien conocido del mi- de los santos y en la conmemoración de los fieles difuntos, la Iglesia
aras h popular en el cual no todos los elementos de la descripción son peregrina en la tierra proclama la Pascua de su Señor. A Cristo que
históricos, el evangelista tiene un mensaje esencial para transmitir: era, que es y que ha de venir, Señor del tiempo y de la historia,
el niño adorado por los Magos en Belén inaugura un reino universal. alabanza perenne por los siglos de los siglos. Amén".
A Mateo le interesa mucho más presentar el contenido de la cato-
licidad del reino mesiánico que darnos la descripción del nacimiento c) Los textos eucológicos
de Jesús. "Por tanto, la lección esencial de este Evangelio aparece
clara, aunque se recurra a un midrash más antiguo: los judíos que El tema central de la Epifanía occidental es la manifestación del
conocían las profecías a través de su ciencia escriturística no recono- Señor que ha llenado el mundo con su gloria. Para Juan esta gloria
cieron al Mesías. Esta falta de fe viene a quitarles todo derecho: en se manifiesta particularmente en Cristo (Cf. Jn 1, 14). El es el es-
cambio las naciones, que no conocían nada de los profetas, entran de plendor de la gloria del Padre, que ilumina a todas las naciones. En
inmediato a la fe"4. el misterio de la Encarnación Dios ilumina el mundo con nueva luz.
El misterio de la Encarnación es el mysterium lucís5.
4. T. Maertens —J. Frisque, Guida dell'assemblea cristiana, Ldc, Torino-Leumann, 1969,
Vol. I, p. 262. 5. Todas estas temáticas ya están contenidas en los textos eucológicos de Navidad.

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El tema de la luz, en la fiesta de Epifanía, se liga con el de la es- El texto expresa dos ideas íntimamente unidas: Dios revela la
trella que guía a los Magos: "Oh Dios, que en este día, bajo la guía salvación en Cristo y así ilumina a los hombres, también a las "na-
de la estrella, revelaste a las naciones tu único Hijo, también a noso- ciones" que no pertenecen al pueblo de Israel. La traducción italiana
tros, que ya te hemos conocido por la fe, condúcenos benigno a con- lamentablemente omite este concepto de Dios (sujeto de la acción)
templar la grandeza de tu gloria" (colecta). que revela el misterio de la salvación en Cristo: "Ad lumen gentium".
En este caso, la luz es la fe. Como la estrella condujo a los Magos ¡Cristo, al hacerse hombre mortal, es mediador de inmortalidad!
a Cristo, así la fe ilumina el camino del hombre hacia Cristo. La fe La expresión "substantia nostrae mortalitatis" (Cf. trad. ital.: "Nostra
nos ilumina y nos guía por entre las tinieblas de este mundo hacia la natura mortale" = nuestra naturaleza mortal) es propia del lenguaje
contemplación plena de la divina claridad6. litúrgico para indicar la realidad humana de Cristo, la verdad del
La colecta, que pertenece al estilo del papa san Gregorio, resume cuerpo del Señor. Si Dios no se hace verdadero hombre, el hombre
todo el contenido esencial de la liturgia de la Palabra: la guía de la no puede ser salvado. El "reparasti" final (Cf. trad. ital.: "Hai ridato
estrella es símbolo de otra luz más profunda, la de la fe; la luz de la a noi la vita" =nos has devuelto la vida) depende del "apparuit" ini-
fe, que no equivale todavía al pleno día, nos guía hacia la plenitud cial. Es el tema del "admirable intercambio". Aparece subrayada la
de la visión de la grandeza de Dios. Es el itinerario de todo creyente función reveladora y salvífica de la Encarnación. La verdadera Epi-
hacia la epifanía total de Dios: la del cielo. fanía es la Encarnación y el nacimiento de Cristo: Cristo que "apa-
rece" en nuestra carne es visible manifestación del Dios que salva.
La oración sobre las ofrendas siempre del Sacramentarlo gre- Este hecho es "luz", "iluminación" para los hombres que antes no
goriano, une en forma estupenda el significado del don de los Magos conocían tal posibilidad8.
al de la ofrenda eucarística: "Mira, Padre, los dones de tu Iglesia, que
ya no son oro, incienso y mirra, sino aquel que en estos santos dones En todos estos textos —como se puede observar— aparece la
está representado, inmolado y recibido, Jesucristo nuestro Señor". temática de Navidad que afirma la fe de la Iglesia en el misterio de
la Encarnación: el Verbo, eterno con el Padre en la gloria divina,
No tendríamos para ofrecer sino pocas y pobres cosas, si sobre asume nuestra carne verdadera en un cuerpo visible. En esta manifes-
nuestros dones —el pan y el vino— no viniera la intervención tación del único Hijo de Dios en nuestra naturaleza mortal está in-
salvífica del Espíritu. Por este motivo nuestra ofrenda es infi- cluido también el misterio de nuestra participación en la vida divina.
nitamente superior a la de los Magos: podemos ofrecer al Padre el "Manifestación y comunicación de vida son dos realidades indiso-
mismo Cristo. lubles: el Hijo, al manifestarse, se da como vida y luz a aquellos que
La oración después de la comunión vuelve sobre el tema de la lo acogen. Por esto la Iglesia es siempre parte integrante del misterio
luz, una luz que purifica y permite contemplar y gustar el misterio de Cristo"9
celebrado: "Tu luz, oh Dios, nos acompañe siempre y en todo lugar,
para que contemplemos con pureza de fe y gustemos con ferviente
amor el misterio de que nos has hecho partícipes".
El prefacio sintetiza todo el significado de la celebración de la
V. La segunda parte, además, parece ser una de las fórmulas más constantes en la tradición romana,
fiesta como motivo de acción de gracias: "Hoy en Cristo, luz del pregregoriana y gregoriana (Cf. además a Gel 59 también Greg 17, 3) y está presente también en
mundo, tú has revelado a los pueblos el misterio de la salvación, y la esfera ambrosiana (Cf. Sacr. Triplex 354). Por tanto puede ser útil observar en el texto latino
en El, aparecido en nuestra carne mortal, nos has renovado con la también las diversas variantes adquiridas al pasar de un sacramentario a otro. En líneas generales
este prefacio retoma la temática de la luz ya vista en el I de Navidad. Los términos revelasti,
gloria de la inmortalidad divina"7 apparuit... evocan el misterio de la Epifanía, un pasado actual en el hodie litúrgico. Cf. Navidad
U-III. (G. Francesconi, Per una lettura teologico-liturgica dei prefazi di Avvento-Natale-Epifania
6. Cf. M. Auge, Le collelte di Avvento-Natale-Epifania en RL 5/1972, pp. 625-626. ¡leí Messale romano, en RL 5/1972, p. 643).
7. La composición de este prefacio se obtuvo uniendo dos textos de la tradición litúrgica 8. Cf. Ibíd., p. 644.
romana antigua: el Sacramentarlo Veronés 1247 y Gelasiano 59. Según F. Probst al menos la 9. I. Lemarié, [M manifestazione del Signare. La liturgia di Nalale e dell'Epifanía, Edizioni
primera parle (Ve 1247) se podría atribuir al Papa Dámaso (366-384), otros la datan como del siglo Paoline, Milano, 1960, p. 263.

244 245
3. Teología y espiritualidad de la Epifanía baño del agua acompañado de la Palabra, a fin de hacer comparece!
ante sí a la Iglesia toda gloriosa, sin mancha ni arruga ni nada seme-
jante, sino santa e inmaculada" (Ef 5, 26-27).
a) La manifestación de Dios en Cristo
Nuestra antífona es profundizada y saboreada a la luz de este
es para todos los pueblos
texto paulino. El baño es el Bautismo, prefigurado por el Bautismo
de Cristo en el Jordán; las nupcias se celebran con la participación
El sentido de la celebración de la "epifanía de Cristo en la carne", de todos los pueblos; los convidados se han alegrado con la presencia
no sólo a Israel, sino también a los paganos, preludia el misterio de eficaz del Señor en medio de ellos.
Pentecostés, cuando la efusión del Espíritu realizará en Jerusalén la
unidad de los judíos y de los prosélitos de todas las naciones, las
cuales, dóciles a la enseñanza de los apóstoles, participan con amor c) Epifanía, misterio de la Iglesia misionera
fraterno en la mesa eucarística (Hch 2, 42ss.).
La celebración de la Epifanía incluye también este tema funda-
Jesús inaugura el reino con una perspectiva universal, un reino mental: cada cristiano, como los Magos, debe dejarse guiar por la fe
abierto a todos y en el cual quedan abolidas todas las interdicciones: y debe ser, a su vez, un portador de fe, debe indicar a los hermanos
ciegos, cojos, leprosos son invitados por igual al banquete. Mejor di- el "signo del gran rey".
cho, en este Reino los pobres son los grandes privilegiados. Jesús
Cristo se ha "manifestado"; la Iglesia, su sacramento, lo
busca a todos, publicanos y pecadores: vino para ellos. También las
"manifiesta". Ella debe ser el signo de Dios que se ha hecho carne,
naciones son convocadas. Dios, en Cristo y por medio de Cristo,
debe ser el reflejo de la luz de Dios que ilumina con la presencia de
quiere manifestarse a todos.
su Verbo.
El misterio de la Epifanía de la Iglesia parte del banquete nupcial
b) Epifanía, misterio esponsal de Cristo con su Iglesia de la Eucaristía. Aquí Cristo une a sí en forma inefable a su Iglesia
y la construye en "su ser" más auténtico para que sea en el mundo
El rico contenido de la celebración de la Epifanía, que aunque y para el mundo, instrumento de salvación (Cf. SC 2).
acentúa el episodio de los Magos, no se limita a él, está expresado
magníficamente en la antífona en Laudes de la Liturgia de las Horas: El modo más eficaz para que Cristo sea manifestado al mundo a
"Hoy la Iglesia, lavada de la culpa en el río Jordán, se une a Cristo, través de la comunidad de los creyentes es el que nos ofrecen los
su esposo, acuden los Magos con regalos a las bodas reales y el agua Magos: adorar a Cristo en espíritu y verdad. Ser una comunidad que
cambiada en vino alegra la mesa". ante todo está atenta a la presencia operante de Cristo, una comunidad
de fe, una comunidad de oración. Una Iglesia que es, y solamente
El misterio de la manifestación del Señor a través de los "signos" porque es, puede cumplir el mandato de evangelizar a los pueblos.
(la estrella y los Magos; la teofanía del Jordán; el milagro de Cana)
está en estrecha relación con el misterio de la Iglesia formada por
aquella parte de humanidad que responde con la fe a los "signos" de d) Reflexiones pastorales
la presencia en el mundo del Verbo encarnado.
Desde un punto de vista pastoral la celebración de la Epifanía
El Señor se manifiesta para conducir a las nupcias a los hombres debería alcanzar progresivamente estos objetivos:
a quienes quiere salvar. Todo el misterio de la revelación es un mis-
terio de amor esponsal. 1. Superar una presentación episódica de los hechos que atienda
solamente a la piadosa edificación (los Magos modelos de obediencia
Las nupcias de Cristo con la Iglesia son, empero, precedidas, se- a la fe, la maldad de Herodes, etc.).
gún los antiguos rituales, para la novia, por un baño de purificación.
"Cristo —dice san Pablo— ha amado a la Iglesia y se ha entregado 2. Mostrar que la Epifanía no es el recuerdo de un hecho pasado,
a sí mismo por ella, para hacerla santa, purificándola por medio del sino la celebración de una realidad divino-humana que se ha de vivir

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en nuestro tiempo: nosotros somos los llamados por la Palabra de tólico partía siempre del Bautismo de Jesús en el Jordán: allí tuvo
Dios a la fe en Cristo y al testimonio de la fe con la vida. lugar la investidura mesiánica de Cristo, allí "Dios consagró en
3. Hacer de la asamblea eucarística de este día el momento fuerte Espíritu Santo y poder a Jesús de Nazaret, el cual pasó haciendo el
en que la comunidad cristiana vive su unidad de fe, de esperanza y bien y sanando a todos aquellos que estaban bajo el poder del diablo
de caridad en el encuentro con Cristo Señor. porque Dios estaba con El" (v. 38).
El actual momento histórico hace que los hombres estén más pre- La segunda edición típica del Ordo lect'wnum missae (19X1) añade
sentes unos a otros en muchísimos niveles. Es un signo de los tiem- "ad libitum" los siguientes textos: para el año B, como primera lectura:
pos. El Concilio Vaticano II ve en esto una mejor condición para Is 55, 1-11 con el Salmo responsorial siempre de Is 12, 2-3.4.5-6;
conseguir la plena unidad en Cristo (Cf. LG 1). como segunda lectura: Un 5, 1-9; para el año C, como primera lectura:
Is 40, 1-5.9-11 con el Salmo responsorial 103 (vv. 1-2.3-4.24-25.27-
4. La celebración de la Epifanía debe, en fin, ser una jornada en 28.29-30); como segunda lectura Tt 2, 11-14; 3, 4-7.
que nuestras comunidades cristianas se abran más generosamente a
la dimensión misionera de la Iglesia. Las dos lecturas del profeta Isaías son mucho más significativas
en relación con el misterio del Bautismo de Cristo en el Jordán.
Las iniciativas benéficas para los pequeños, las tradiciones de re-
galos a los niños, sean elevadas y vivificadas por el Espíritu de la El profeta en el primer texto (Is 55, 1-11) anuncia que la alianza
novedad cristiana. y la promesa hechas a David se ofrecen ahora a todo el pueblo; pero
éste viene a asumir esta misión en dimensiones universales, difun-
diendo el mensaje de la salvación también a los demás pueblos.
4. Fiesta del Bautismo del Señor Estamos en el momento del retorno del exilio; este acontecimiento
no será solamente un cambio geográfico, sino algo más profundo:
La fiesta del Bautismo del Señor hace parte de las "fiestas epifá- deberá ser el retorno del pueblo a Dios, abandonando la desviación
nicas", es decir, de las fiestas que celebran la manifestación del Se- del pecado. Las vías y los planes humanos son malos o despreciables;
ñor. pero Dios proyecta y dirige la historia en una forma superior y sobe-
rana. La Palabra de Dios es siempre dinámica y eficaz.
Todos los Evangelios describen la misión de Cristo a partir del
Bautismo en el Jordán, y descubren el profundo significado teológico Con el Bautismo de Cristo en el Jordán termina el exilio de la hu-
de este Bautismo. Con este acontecimiento Jesús inaugura su vida manidad entera, inicia la misión sacerdotal, profética y regia de
pública. Cristo que será coparticipada en el nuevo Pueblo de Dios, signo de
salvación para todos los hombres.
El himno del capítulo 12 de Isaías, escogido como canto respon-
a) La liturgia de la Palabra sorial, es la gozosa proclamación de la experiencia de la salvación
de Dios.
Primera lectura (Is 42, 1-4.6-7). El texto presenta el primer cántico
del "siervo del Señor". Sobre este humilde siervo reposa el Espíritu El otro texto de Isaías (40, 1-5.9-11) también hace parte de la
del Señor y su misión es la de proclamar el derecho de los pueblos. gran profecía del retorno del exilio, justificada en su calidad de
"palabra" de Dios. La primera parte de la "buena noticia" que trae
La tradición cristiana ha visto la realización de la figura del siervo el texto litúrgico, está constituida por el anuncio de la revelación de
en Jesús cuyo Bautismo en el Jordán significa su unción como Siervo la gloria de Dios, del fin de la esclavitud y por la invitación a pre-
amado del Padre y Salvador del mundo. parar el camino para Dios. En la última parte el profeta anuncia y
Segunda lectura (Hch 10,34-38). El texto hace parte del discurso muestra la llegada del Señor como pastor.
de Pedro en la narración de la conversión del pagano Cornelio. Es Los versículos tomados del Salmo 103 como responsorio cantan
una síntesis de la proclamación del Evangelio. El testimonio apos- la grandeza de Dios en la naturaleza, el misterio de la vida que Dios

248 24l>
infunde como un soplo suyo: soplo creador, vivificante y renovador. parece evocar más directamente la práctica de la comunidad cristia-
En el Jordán, con el Bautismo de Cristo, que marca el comienzo de na: los cristianos oraban en el momento de la efusión del Espíritu
su misión salvífica, la creación es renovada con el don del Espíritu (Hch 1, 14; 2, 1) y en el momento de la celebración del Bautismo,
que aparece bajo la forma de paloma. a fin de que el Espíritu descendiese sobre el bautizado.
El texto de la Un (5, 1-9) recuerda el contenido esencial de la fe; El Bautismo de Cristo es, pues, el prototipo del Bautismo cris-
Jesucristo, Hijo de Dios, en lo que El es en sí y para nosotros. El tiano: Cristo es bautizado, no por sus pecados, sino por los nuestros.
agua del Jordán y la sangre de la Cruz abren y cierran su vida pú- Y en Lucas mismo el Bautismo no carece de alusión a la Pascua
blica; el agua y la sangre del Crucificado revelan el sentido salvífico (Le 12, 49-50): la verdadera efusión del Espíritu inaugurada en el
de su misión (Cf. también Jn 19, 34). El apóstol afirma que la fe en Jordán, tendrá lugar después de la Muerte-Resurrección de este
Cristo, por su validez, se funda en tres testimonios: el Espíritu, el "Hijo", cuando estos acontecimientos hayan realizado la misión para
Bautismo y la Eucaristía (vv. 7-8). Pero en el fondo los testimonios la cual ha sido enviado, la cual está prefigurada por el Bautismo10.
se reducen al del Padre, que a través de la fe y la eficacia de los sa-
cramentos da testimonio a Jesús como su Hijo (vv. 9-11).
El texto de Pablo a Tito (2, 11-14; 3, 4-7) recuerda la doctrina de b) Los textos de las oraciones y del prefacio
la salvación por medio de Cristo, expresión de la gracia de Dios "que
trae la salvación para todos los hombres". Dios nos justifica, es de- Los textos de las oraciones y del prefacio presentan la teofanía
cir, nos santifica por gracia o por fe, no por las obras de la ley. En del Jordán como manifestación de la divinidad de Cristo proclamada
nuestro texto el término gracia se sustituye con el equivalente de por el Padre y de su misión profética, signo de nuestra salvación me-
"misericordia". diante el renacimiento del agua y del Espíritu Santo.
El Evangelio trae en el ciclo trienal los textos de los tres sinópti- Colecta: "Padre todopoderoso y eterno que, después del Bautismo
cos sobre el Bautismo de Jesús: Mt 3, 13-17; Me 1, 7-11; Le 3, 15- en el río Jordán proclamaste a Cristo tu Hijo predilecto mientras des-
16.21-22. Con diferentes enfoques, el Bautismo de Jesús es pre- cendía sobre El el Espíritu Santo, concede a tus hijos, renacidos del
sentado por los sinópticos como acción programática del Señor. agua y del Espíritu, vivir siempre en tu amor". O también: "Padre,
La narración de Marcos parece ser la original: los elementos fun- cuyo Hijo único se manifestó en nuestra carne mortal, concede a
damentales son la apertura de los cielos, el descenso del Espíritu, el quienes lo hemos conocido como verdadero hombre, ser interior-
agua del Jordán, la voz celestial. El cielo cerrado simboliza la se- mente renovados a su imagen".
paración entre Dios y el hombre, y por lo mismo la cesación de la La segunda edición italiana del Misal romano añade en apéndice
actividad profética; el abrirse de los cielos significa el comienzo de la siguiente colecta de nueva creación: "Padre de inmensa gloria, tú
un nuevo tiempo de gracia. Y los elementos de esta nueva relación consagraste con poder del Espíritu Santo a tu Verbo hecho hombre,
entre Dios y el hombre son los mismos del comienzo del mundo: el y lo constituíste como luz del mundo y alianza de paz para todos los
espíritu, el agua, la palabra (Cf. Gn 1, 2). Por tanto se quiere llamar pueblos; concede a quienes hoy celebramos el misterio de su Bau-
la atención hacia las grandes intervenciones de Dios: comenzando tismo en el Jordán, vivir como fieles imitadores de tu Hijo predilecto,
por la creación a través de toda la historia de la salvación. en quien tu amor se complace".
Mateo añade el diálogo con el Bautista: la voluntad de Jesús de Oración sobre las ofrendas: "Recibe, Padre, los dones que la
hacerse bautizar no obedece a que El tenga pecados que hacerse per- Iglesia te ofrece al celebrar la manifestación de Cristo tu Hijo pre-
donar, sino porque vino a "cumplir toda justicia" (Mt 3, 15). Ahora dilecto, y transfórmalos para nosotros en el sacrificio perfecto, que
bien, la justicia "cumplida", la salvación escatológica es preci- lavó el mundo de toda culpa".
samente la victoria sobre el mal, la "purificación" del pecado que
vino a traer Jesús. En Lucas la referencia al hecho de que el Espíritu 10. Cf. M. Serenthá, Misten di Cristo, en Dizionario Teológico interdisctplinare. Supplemenla
desciende sobre Jesús, mientras éste está en oración (Le 3, 21-22), Marietti, Torino, 1978, p. 14.

250 251
vación en nombre de Dios, sino que es el hombre-Dios que la realiza.
Prefacio: "En el Bautismo de Cristo en el Jordán realizaste signos El Espíritu Santo desciende sobre El, porque encuentra en El al
prodigiosos para manifestar el misterio del nuevo Bautismo: desde "plenamente disponible" para su acción de salvación. Jesús es, pues,
el cielo hiciste oír tu voz para que el mundo creyera que tu Verbo el elegido de Dios, el Hijo predilecto en quien el Padre tiene todas
estaba en medio de nosotros; con el Espíritu que se posaba sobre El sus complacencias.
como una paloma, consagraste a tu Siervo con la unción sacerdotal,
profética y regia, para que los hombres reconocieran en El al Mesías Por tanto la celebración del Bautismo de Jesús hace memoria y
enviado a traer a los pobres el alegre anuncio". hace presente el contenido de salvación de este acontecimiento. Nos
encontramos ante la celebración de un misterio de salvación.
Oración después de la comunión: "Dios misericordioso, que nos
has alimentado en tu mesa, concede a tus fieles que escuchemos co- El formulario litúrgico de esta fiesta permite una profunda cate-
mo discípulos a tu Cristo, para llamarnos y ser realmente hijos tuyos". quesis sobre el contenido del misterio en relación con el sacramento
del Bautismo y con la misión profética del cristiano.

c) Significado teológico-espiritual de la celebración


5. Presentación del Señor (2 de febrero)
El hecho de que Jesús pida recibir el Bautismo de Juan da a este
rito un significado completamente nuevo. También esta fiesta hace parte del ciclo litúrgico epifánico. Su
primera conmemoración litúrgica aparece mencionada por el Itinera-
Jesús se humilla, se confunde con los pecadores; pero El es el ino- rium de Eteria (c. 390) con el nombre genérico de Cuadragésima de
cente, el santo y como tal responde a la iniciativa de Dios con una Epifanía'1. En el siglo V, para subrayar las palabras del cántico de
obediencia perfecta: ésta, su fidelidad, es causa de nuestra salvación. Simeón "Lumen ad revelationem gentium", se usaron también las
En el Bautismo en el Jordán Jesús responde oficialmente a la elección velas para hacer más expresiva la fiesta; san Cirilo de Alejandría
del Padre y a la misión que le ha sido confiada por el Padre. Este he- (+444) dice: "Celebramos el misterio de este día con antorchas lla-
cho contiene todo el itinerario que Jesús deberá recorrer: es la vo-
meantes"12.
cación a la cruz. Sus opciones mesiánicas en la línea de la pobreza
y del servicio por amor lo llevarán a ser condenado a aquella muerte De Jerusalén la fiesta se difundió en todo el Oriente con el nombre
violenta. Se inicia en sentido pleno para Jesús la historia de salvación de "Ipapanté" (encuentro). Probablemente siguiendo el ejemplo de
que vivirá en perfecta fidelidad hasta el "todo está consumado" del las Iglesias orientales, el papa siríaco Sergio I (687-701) introdujo
Calvario. Su misión toda está lanzada hacia el Bautismo de la cruz: en Roma la celebración colocándola el 2 de febrero. En el Gelasiano
"Con un Bautismo tengo que ser bautizado; y qué angustiado estoy antiguo se la llama con el nombre De purificatione Mariae y con
hasta que se cumpla" (Le 12, 50). Su tarea será ahora la del "siervo", este título se conservó en el Misal romano desde la reforma de Pío
la del "cordero de Dios que quita el pecado del mundo". V, destacando la purificación de María según las prescripciones
legales de Ex 13, 1-3 y Lv 12, 1-8 13. En pleno acuerdo con la
Bajo este aspecto es tanto más significativo el que los evange-
listas sinópticos pongan el Bautismo en el Jordán en conexión con tradición de las Iglesias orientales, en 1960 el Código de las rúbricas
las tentaciones del desierto: "Jesús, lleno del Espíritu Santo, se alejó estableció que esta celebración se debía considerar fiesta del Señor.
del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue ten- Con la reforma del Concilio Vaticano II también fue cambiado el
tado por el diablo durante cuarenta días" (Le 4, 1-2). título de la fiesta (Purificación de la Bienaventurada Virgen María)
En esta prueba Jesús revive en fidelidad absoluta la elección y la 11. La fiesta estaba fijada no para el 2 sino para el 14 de febrero, es decir, cuarenta días de la
experiencia del Pueblo de Dios, elección y experiencia que recapitula Epifanía celebrada el 6 de enero.
en sí y lleva a cumplimiento. 12. San Cirilo Alejandrino, Hom. div. XII, PG 77, 1040.
Además Jesús, al aceptar el Bautismo de Juan, recibe oficialmente 13. Cf. M. Righetti, Sloria litúrgica, Vol. II: L'anno litúrgico, Ancora, Milano, 1969, 3 ed.,
pp. 115-120.
la investidura mesiánica. El es el profeta que no sólo anuncia la sal-
253
252
por el de Presentación del Señor, para hacer más evidente que se tra- las dos formas alternativas según la oportunidad: la primera forma
ta de una fiesta del Señor. con la procesión15, la segunda forma con la entrada solemne16.
a) La presentación de Jesús en el templo, como la encontramos Mientras se encienden las candelas, al comienzo de la celebración,
en la narración de Lucas (2, 22-38), funde en una dos prescripciones se canta la antífona: "¡El Señor nuestro Dios vendrá con poder, e
legales diversas que eran claramente distintas en la legislación en iluminará a su pueblo. Aleluya!"17.
tiempos de Jesús: una era la ley de la purificación, relativa a la ma- El sacerdote saluda a la asamblea con una breve exhortación,
dre que había dado a luz; la otra, la ley del primogénito'4. para la cual el misal trae el modelo, ilustra el significado del rito:
El aspecto que deberá tenerse presente es el significado de la ley "Han pasado cuarenta días desde la solemnidad de la Navidad.
relativa al primogénito. Este, antes de la liberación de Egipto, estaba También hoy la Iglesia está de fiesta, para celebrar el día en que
en la esclavitud, por tanto en la muerte. Solamente la intervención María y José presentaron a Jesús en el templo. Con aquel rito el
de Dios pudo salvarlo y liberarlo. La presentación del primogénito Señor se sometía a las prescripciones de la ley antigua, pero en
en el templo significa que El es ofrecido a Dios en recuerdo de los realidad salía al encuentro de su pueblo, que lo esperaba en la fe.
acontecimientos del Éxodo y Dios lo devuelve a los padres. El sa- Guiados por el Espíritu Santo, fueron al templo los santos ancianos
crificio y el rescate expresan el signo de la voluntad salvífica y libe- Simeón y Ana; iluminados por el mismo Espíritu reconocieron al
radora de Dios. María y José, al presentar al Niño en el templo, reco- Señor y llenos de gozo le rindieron testimonio. También nosotros
nocen que Jesús es "propiedad" de Dios y entra en el plan de la reali- aquí reunidos por el Espíritu Santo vamos al encuentro de Cristo en
zación del designio divino porque "es salvación y luz para todos los la casa de Dios, donde lo encontraremos y lo reconoceremos al partir
pueblos" (Le 2, 30-32). el pan, en la espera de que El venga y se manifieste en su gloria".
San Lucas ve en el hecho una manifestación del Señor. La profe- Luego el sacerdote bendice las candelas con una de las siguientes
tisa Ana se une a Simeón para anunciar la noticia de la venida del oraciones para escoger: "Oh Dios, fuente y principio de toda luz, que
Señor para la salvación de su pueblo. Jesús es proclamado por Si- hoy has revelado al santo anciano Simeón a Cristo, verdadera luz de
meón como la "luz que viene a iluminar a las naciones y la gloria todas las naciones, bendice estos cirios y escucha las oraciones de tu
•del pueblo de Israel". pueblo, que viene a tu encuentro con estos signos luminosos y con
Los términos "luz" y "gloria", sobre todo "gloria", quieren indicar himnos de alabanza; guíalo por el camino del bien, para que llegue
una realidad divina y expresan la esperanza —que es certeza— de la a la luz que no tendrá fin".
habitación de Dios en su templo en medio de su pueblo. O también: "Oh Dios, creador y didor de la verdad y de la luz,
b) La celebración de la Presentación del Señor en el Misal de mira a tus fieles que nos hemos reum Jo en tu templo e, iluminados
Pablo VI contempla el rito inicial de la bendición de las candelas en por la luz de estos cirios, infunde en nuestro espíritu el esplendor de
tu santidad, para que podamos llegar felizmente a la p! mitud de tu
gloria".

14. Según la primera prescripción, la puérpera, después del nacimiento sea del primogénito, 15. La rúbrica dice que "a la hora establecida, el pueblo se reúne en un templo secundario o
sea de los otros hijos, era considerada impura, y después de cuarenta u ochenta días del nacimiento en otro lugar apropiado, fuera de la iglesia hacia la cual deberá dirigirse la procesión. Los fieles
del niño debía ir a Jerusalén y allí, ante la Puerta de Nicanor, poner en manos del sacerdote el llevan en la mano las candelas que encenderán durante el rito".
sacrificio prescrito, consistente, para los más pobres, en dos pichones de palomo o dos tórtolas (Le 16. La segunda forma que contempla la entrada solemne, prácticamente es como la precedente,
2, 24); pero no se dice que la mujer debiera ir acompañada del marido, y mucho menos del niño. con la diferencia de que los fieles se reúnen en el templo mismo en donde se realiza la celebración.
Según la ley del primogénito, en cambio (Ex 13, 12ss.), siendo éste propiedad de Dios, debía ser El sacerdote "se dirige con los ministros y con una representación de los fieles hacia el lugar
"rescatado" con el pago por parte del padre, de cinco siclos a cualquier sacerdote en todo el país; escogido de antemano, que puede ser delante de la puerta o en el templo mismo; de modo que
una vez más, no parece justificada la presencia de José en Jerusalén. Es mas: Lucas en su narración buena parte de los fieles pueda participar cómodamente en el rito".
no menciona el precio del rescate, sino solamente del sacrificio prescrito por la ley de la
purificación. 17. Puede cantarse otro canto apropiado.

254 25 s
Durante la procesión o la entrada solemne se proclama el cántico Parte tercera
de Simeón alternado con la antífona: "Cristo es luz para iluminar a
las naciones y gloria de su pueblo Israel".
Al llegar al altar, se cantan los versículos 10-11 del Salmo 47 que
expresan bien el misterio que se celebra: "Tu amor, oh Dios, LA CELEBRACIÓN
evocamos en medio de tu Templo; ¡como tu nombre, oh Dios, tu
alabanza hasta los confines de la tierra". ANUAL DE LA PASCUA
Después de la colecta, sigue la celebración de la misa con la litur-
gia de la Palabra.
c) La liturgia de la Palabra anuncia el misterio con el texto del "¡Oh grande y santa Pascua
profeta Malaquías (3, 1-4) que habla de la inminencia del "día del expiación de todo el mundo!
Señor", momento en el cual "entrará en su templo el Señor a quien ¡Te hablo como a un ser viviente!".
buscáis". Sigue, como segunda lectura, la perícopa de la Carta a los
hebreos (2, 14-18). Cristo mediador debía hacerse en todo semejante (San Gregorio Nacianceno, Oratio 45, 30)
a sus hermanos, menos en el pecado. Así, "habiendo sido probado
en el sufrimiento, puede ayudar a los que se ven probados". El
Evangelio, naturalmente, es el texto de Lucas (2, 22-40) que narra la
presentación del Señor en el templo.
Los textos eucológicos evocan el misterio y suplican a Dios que
también nosotros podamos ser presentados a El plenamente reno-
vados en el espíritu (colecta); que acoja los dones de la Iglesia en
•fiesta que ofrece el sacrificio de Cristo, Cordero sin mancha por la
vida del mundo (oración sobre las ofrendas); que realice en nosotros
la obra de su misericordia como la realizó en Simeón al darle la ale-
gría de estrechar en sus brazos a Cristo antes de morir: que conceda
a sus fieles, alimentados con el pan eucarístico, el caminar al en-
cuentro del Señor, para poseer la vida eterna (oración después de la
comunión).
El motivo de la acción de gracias contenido en el embolismo del
prefacio es el misterio celebrado: "Tu único Hijo, engendrado en los
siglos eternos, presentado hoy en el templo, es proclamado por el Es-
píritu Santo como gloria de Israel y luz de las naciones".
La actitud de la Iglesia en la celebración de este misterio de sal-
vación es la de la alegría de Simeón al acoger a Cristo: "Mis ojos
han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pue-
blos", y es también la actitud de la ofrenda con la cual la Iglesia se
ve prefigurada en María que presenta a Jesús ante el Padre.

256 9. Cristo fiesta de la Iglesia


Premisa

LA CELEBRACIÓN ANUAL
DE LA PASCUA
EN EL MISAL DE PABLO VI

El Misal romano, reformado en conformidad con los decretos del


Concilio ecuménico Vaticano II y promulgado por el papa Pablo VI
el 3 de abril de 1969, Jueves Santo, refleja la enseñanza conciliar so-
bre el Misterio Pascual en su visión unitaria, felizmente recuperada,
y presentada en el capítulo VI del presente volumen.
El Misterio Pascual es particularmente evidenciado en todos sus
aspectos en la celebración anual de la Pascua.
Las Normas generales para el ordenamiento del año litúrgico
(NGAL), afirman que:
"El triduo de la Pasión y de la Resurrección del Señor brilla en el vértice del
año litúrgico (Cf. SC 5), ya que la obra de la redención humana y de la
perfecta glorificación de Dios fue realizada por Cristo especialmente por
medio del Misterio Pascual, con el cual, muriendo, destruyó nuestra muerte,
y resucitando, nos restauró la vida. La preeminencia de que goza el domingo
en la semana, la tiene la Pascua en el año litúrgico" (n. 18).

El comentario a la reforma del año litúrgico y del nuevo calen-


dario a cargo del "Consilium" para la ejecución de la constitución
sobre la sagrada liturgia subraya la intención de poner en evidencia
la unidad del Misterio Pascual mediante la celebración misma:

259
"A fin de que los fieles comprendan rectamente que el Triduo sacro no preparación a la Pascua se ha realizado en el tiempo de Cuaresma
constituye una preparación a las solemnidades de la Pascua, sino que es que ya hace parte del "paschale sacramentum".
realmente, según las palabras de san Agustín 'el santísimo triduo del (Cristo) Las NGAL, remitiéndose a la SC 109-110, precisan que "el tiem-
crucificado, sepultado y resucitado'1, este triduo tendrá comienzo en la misa po de Cuaresma tiene como finalidad preparar la Pascua: la liturgia
vespertina 'en la Cena del Señor', que abre la celebración de la "bien- cuaresmal guía hacia la celebración del Misterio Pascual ya a los ca-
aventurada Pasión". Por tanto, para que aparezca más evidente que la Pascua tecúmenos, mediante los diversos grados de la iniciación cristiana,
de Cristo consta de su Muerte y Resurrección, es decir, de la novedad de ya a los fieles, por medio del recuerdo del Bautismo y de la Penitencia
vida que brota de la muerte redentora, de ahora en adelante el Triduo será (Cf. SC 109)".
llamado 'Triduo Pascual'. El Concilio mismo, en efecto, en cierto modo
consagró este término cuando llamó el ayuno del viernes de la Pasión del El "Comentario" del "Consilium" ha explicado las razones de la
Señor y del sábado santo, 'ayuno pascual' (Cf. SC 110)'". reforma también para este tiempo litúrgico con el fin de restituir a la
liturgia su noble simplicidad y adaptarla a la capacidad de com-
prensión de los fieles. Por esto se eliminaron las partes de menor im-
De este "Comentario" y más aún, como se verá en el estudio de portancia, a fin de que los elementos principales fueran destacados
los mismos ritos reformados, aparece clara la voluntad de que la ce- en su mayor valor. Esta es la impostación unitaria de la celebración
lebración pascual refleje la síntesis teológica madurada desde los del Misterio Pascual que encontramos en el Misal de Pablo VI.
primeros siglos de la Iglesia sobre el misterio de la Pascua.
Nuestro estudio considerará los aspectos históricos, rituales, teo-
Se subraya la importancia de este hecho, aunque de un atento lógicos, pastorales y espirituales de este tiempo litúrgico que cons-
análisis de los textos eucológicos de la celebración pascual el estu- tituye el núcleo fundamental de lo que la Iglesia anuncia, celebra y
dioso podrá darse cuenta de que a la providencial recuperación de la vive.
totalidad de las dimensiones constitutivas del Misterio Pascual
(Muerte, Resurrección, Ascensión, don del Espíritu), no siempre la
acompaña con igual claridad la preocupación de situar la Pascua del
Maestro en el complejo del desarrollo histórico de la vida de Cristo,
de modo que se la considere como la coronación de su predicación
y de su comportamiento en los años vividos en Israel3.
La celebración de la Pascua se prolonga en los "cincuenta días que
siguen desde el domingo de Resurrección hasta el domingo de Pen-
tecostés". Estos días "se celebran en exultación y gozo como un solo
día de fiesta, o mejor, como "el gran domingo"4. Son los días en que
se canta el "Aleluya", de manera totalmente especial (NGAL 22).
La reforma del Misal romano con sus cambios restituyó la unidad
original también a este tiempo estrictamente ligado a la Pascua5. La

1. San Agustín, Ep. 55, 14, PL 33, 215.


2. Norme gene rali sull'anno litúrgico e sul calendario. Commenlo a cura del Consilium, OR,
Milano, 1969. La cita, p. 47.
3. Cf. F. Brovelli, Appunli di sludio sul lema dell'anno litúrgico, en AA. W . , Mysterion, Ldc,
Torino.-Leumann 1981, p. 549.
4. San Atanasio, Ep. fest., 1, PG 26, 1366.
5. Véase La celebración del tiempo de Pascua en este volumen, c. XXIII.

260 261
Capítulo XV El vínculo entre la fiesta nómada de la Pascua y la historia de la
salvación debe ser muy antiguo. Ya en la fuente J (Ex 12, 23-27) la
ORIGEN E HISTORIA Pascua está ligada a la noche en que el Señor pasó a herir como ex-
terminador las casas cuyas puertas no tenían el dintel y las dos jam-
DE LA CELEBRACIÓN ANUAL bas marcadas con la sangre del cordero'.
DE LA PASCUA Los dos textos pascuales más característicos dignos de conside-
ración son Éxodo 12 y Deuteronomio 16.
El capítulo 12 del Éxodo nos da el significado teológico de la Pas-
cua, subrayando sobre todo la acción salvífica de Dios que "pasa" para
herir a Egipto y salvar a Israel. Pascua es "Dios que pasa"; "El Señor
pasará para herir a Egipto, verá la sangre en el dintel y las dos jambas;
entonces el Señor pasará de largo por la puerta de aquella casa y no
permitirá al exterminador entrar en vuestra casa para herir" (v. 23).
"Cuando vuestros hijos os pregunten: '¿Qué significa este rito?',
Para comprender mejor los textos bíblicos y eucológicos de la ce- vosotros les diréis: 'Es el sacrificio de la Pascua del Señor, que pasó
lebración anual de la Pascua, es indispensable conocer su historia. de largo por las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a
los egipcios y salvó nuestras casas'" (vv. 26-27).
1. La celebración de la Pascua en el Antiguo Testamento En el capítulo 16 del Deuteronomio se dice: "No podrás sacrificar
la Pascua en ninguna de las ciudades que Yavé tu Dios te da, sino sólo
La Pascua bíblica está integrada al corazón de la experiencia del en el lugar escogido por Yavé tu Dios para morada de su nombre;
Pueblo de Dios: éxodo y alianza. Se perpetúa y actualiza con el rito sacrificarás la Pascua, por la tarde, a la puesta del sol" (Dt 16, 5-6).
del cordero, pero éste a su vez está ligado con las instituciones repre-
sentativas de la relación del Pueblo de Dios: el templo, la monarquía, En el Deuteronomio, como ya en los capítulos 13-14 del Éxodo,
Jerusalén. Se puede afirmar que la Pascua como acontecimiento y aparece más evidente, además del hombre salvado, el paso de la es-
como memorial litúrgico tiene un papel de arquetipo en la historia clavitud a la libertad: "Guarda el mes de Abib y celebra en él la Pas-
de Israel1. cua en honor del Señor tu Dios, porque fue en el mes de Abib cuan-
En su origen la fiesta de Pascua era la fiesta de primavera cele- do el Señor tu Dios te sacó de Egipto, en la noche" (Dt 16, 1).
brada por los pastores nómadas. La característica de ser una fiesta "Y cuando el día de mañana tu hijo te pregunte: '¿Qué significa
primaveral y pastoril ha hecho suponer que la Pascua era una fiesta esto?', le dirás: 'Con mano fuerte nos sacó el Señor de Egipto, de la
ya celebrada por los hebreos antes de los acontecimientos del Éxodo casa de la servidumbre'" (Ex 13, 14).
y que puede, por tanto, identificarse con aquella peregrinación (hag) Cada año Israel celebra el memorial de los acontecimientos del
que ellos, todavía esclavos en Egipto, se proponían celebrar en el de- Éxodo según el mandato del Señor: "Este día será para vosotros me-
sierto (Ex 5, 1). Inicialmente era celebrada probablemente en Guilgal
morial; lo celebraréis como fiesta del Señor: de generación en gene-
junto con otra fiesta similar a los Ázimos, celebración más antigua
ración, lo celebraréis como un rito perenne" (Ex 12, 14).
que la Pascua misma por cuanto ya aparece presente en los calen-
darios donde la Pascua no se mencionaba2. En la celebración se van afirmando dos aspectos del contenido
del acontecimiento pascual: a) La inmolación y manducación del
1. Cf. el artículo de R. Fabris, Cristo nostra pasqua nelle tradizioni pasquali antiche, en RL cordero; b) la salida de Egipto vista como salida de la esclavitud a
5/1989, pp. 473^88. la libertad.
2. Cf. R. de Vaux, Le istituzioni dell'Antico Testamento, Marietti, Torino, 1954, pp. 470-471;
E. Dhorme, La religión des Hébreux nómades, Bruxelles, 1937, pp. 210-212. 3. Cf. R. De Zan, Pasqua: annuale compimento rituale dell'Alleanza, en RL 1/1990, pp. 9-17.

262 263
articula en tres momentos: la búsqueda y consunción de todo lo que
Los estudios sobre la Pascua y sobre la alianza permiten ver con
mayor propiedad y claridad también la relación recíproca entre estos está fermentado, el sacrificio en el templo y el banquete doméstico.
dos aspectos y leer mejor la celebración de la Pascua también como Un aspecto importante para tener presente es el hecho de que el
celebración de la alianza4. sacrificio en el templo era realizado no por el sacerdote, sino por el
laico y era un resto de la antigua celebración doméstica. La Pascua,
Bien pronto tiene lugar el paso de una celebración pascual hecha
por lo mismo, venía a ser el día en que el pueblo era elevado a la
en cada familia y que tiene como víctima un animal pequeño (Cf.
dignidad sacerdotal6. El sacrificio iba acompañado del canto del
Ex 12), a una celebración que se realiza con un sacrificio único en
hallel (Sal 113-118), mientras la sangre de la víctima era derramada
un Israel con culto centralizado en Jerusalén y que tiene como víc-
por el sacerdote sobre el altar. El animal sacrificado, en cambio, era
tima ovinos e inclusive bovinos (Cf. Dt 16).
llevado a casa y cocido según las prescripciones bíblicas.
En la reforma deuteronomista (Dt 16, 1-18) las víctimas que se
han de inmolar no son ya el cordero o el cabrito como en Ex 12, 3, En el judaismo de la diáspora helenista, en cambio, cuando no es
sino que se señala para el sacrificio también bakar, un animal grande, posible celebrar la Pascua en Jerusalén, se desarrolla, por obra de
por ejemplo el novillo. Además, después de la celebración de la Pas- Filón de Alejandría, el aspecto moral y espiritual de la Pascua que
cua por Josías (2R 23, 22), la fiesta anual tenía lugar en el lugar es- termina por significar casi exclusivamente el paso del hombre de los
cogido por el Señor para morada de su nombre (Dt 16, 2), es decir, vicios a la virtud, del mundo a Dios7.
en el templo de Jerusalén. Según algunos autores, esta precisión in- A partir del siglo I aC, como hace notar R. Le Déaut8, la celebra-
dicaría un cambio radical de la celebración de la Pascua: se modifica ción pascual había recibido una interpretación escatológica y mesiá-
la naturaleza originariamente doméstica de la fiesta y se configura nica, y servía para reavivar cada año las esperanzas nacionales. Si la
como fiesta templar-sacrificial (Cf. 2R 23, 22). Pascua del Antiguo Testamento es un zikkaron, no en el sentido de
En el post-exilio (Lv 23, 5-8) se establece con precisión tanto el un simple memorial, sino en el sentido de una representación "sa-
día de la Pascua, el 14 del primer mes, como la hora, hacia el cre- cramental" del pasado, ella llegó a ser, en los últimos siglos que pre-
púsculo del atardecer. Se precisa, además, que la Pascua no es una cedieron al cristianismo, una celebración volcada hacia el futuro. La
fiesta de peregrinación como sí lo era en el Deuteronomio, que había
fundido esta celebración con los ázimos (Cf. Dt 18), pero la deno- Maror, estas hierbas amargas, ¿por qué motivo las comieron? Por este molivo: porque los
minación de hag se reservaba sólo para los ázimos. egipcios amargaron la vida de nuestros padres en Egipto, como está dicho: Y ellos amargaron con
una dura servidumbre su vida, con el lodo, con los ladrillos, con toda clase de servidumbres en los
En el judaismo la celebración de la Pascua tiene lugar como se campos, con las cuales los sometieron a la fuerza.
describe en el tratado Pesachim de la Mishná5. La celebración se b) Monición. En cada generación cada uno debe considerarse a sí mismo como si él
personalmente hubiera salido de Egipto, como dice la Escritura: Y tú dirás a tu hijo este día: A
causa de lo que hizo por mí el Señor cuando salí de Egipto. Dios el Santo —que El sea bendito—
4. Cf. M. Weinfeldt, Berít, en: J. Batterweck — H. Ringgren (a cargo) Grande Lessico no rescató solamente a nuestros padres, sino también a nosotros con ellos, como dice la Escritura:
dell'Anlico Testamento, Vol. I, Brescia, 1988, col. 1589-1644. El nos sacó también a nosotros para conducirnos al país que había prometido con juramento a
5. a) Constitución delrafcfcíGamaliel.El rabbí Gamaliel solía decir: quien no haya pronunciado nuestros padres.
en Pascua estas tres palabras no ha cumplido su obligación. Ellas son: Pesan, Matsah y Maror. c) lnvitalorio. (Elevando el cáliz) por esto debemos celebrar, alabar, glorificar, exaltar, honrar,
Pesah (Pascua), que nuestros padres comieron cuando existía el templo, ¿por qué motivo? bendecir, enaltecer y aclamar a aquel que ha hecho por nuestros padres y por nosotros todos estos
Por este motivo: porque Dios el Santo —que El sea bendito— "pasó por alto" las casas de nuestros signos. El nos ha conducido de la esclavitud a la libertad, de la tristeza a la alegría, del luto a la
padres en Egipto, como está escrito: Este es el sacrificio del "paso" (Pesan) del Señor, que "pasó fiesta, de las tinieblas a la luz, de la servidumbre a la redención. Decimos por eso delante de El:
de largo" las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios y preservó nuestras AHeluia (Haggadah pascual 2, 8-10 del volumen: R. Cantalamessa, La Pasqua nella Chiesa áulica,
casas; y el pueblo inclinó la cabeza y adoró. Sei, Torino 1978, n. 6, pp. 11-13).
Matsah, este pan ázimo, ¿por qué motivo lo comieron? Por este motivo: porque no fue 6. Filón de Alejandría, De specialibus legibus, II, 45.
suficiente el tiempo para hacer fermentar la masa a nuestros padres, a quienes el Rey de reyes, 7. Cf. R. Cantalamessa, Op. cit.; los textos de Filón de Alejandría se encuentran en los nn. 2
Dios el Santo -que El sea bendito-, se reveló y los liberó, como dice la Escritura: Y cocieron con y 3, pp. 5-7.
aquella masa que habían sacado de Egipto unas hogazas ázimas porque no había fermentada. En
efecto, habían sido arrojados de Egipto y no habían podido esperar ni siquiera a conseguirse 8. R. Le Déaut, La nuil paséale. Essai sur la signification de la Páque juive á partir dn
alimentos para el viaje. Targum d'Exode XII, 42, Analecta Bíblica 22, Roma, 1963; Cf. p. 281.

264 265
celebración ritual de la Pascua se encuentra pues entre el evento con- En una Pascua hebrea de los años treinta, Jesús de Nazaret es
memorado (el del Éxodo) y la liberación escatológica. condenado a la Muerte. El mismo interpreta proféticamente su muer-
te en el clima de un banquete festivo ambientado en la festividad he-
brea de la Pascua. La experiencia de Resurrección como encuentro
2. La celebración de la Pascua en el Nuevo Testamento con el Señor viviente permite a la comunidad de los discípulos revi-
vir y celebrar este acontecimiento en su dimensión salvífica. Jesús
¿Cómo tuvo lugar el paso de la institución pascual del Antiguo es el cordero de Dios que realiza la plena y definitiva liberación de
Testamento a la del Nuevo Testamento? La respuesta es notable- los creyentes. En efecto, El se ofrece libremente a Dios como Isaac,
que en la tradición hebrea antigua es el prototipo de todos los sa-
mente compleja.
crificios, incluido el del cordero pascual.
Para comprender la Pascua cristiana hay que encontrar sus raíces
bíblicas sin dejar de lado la relectura de la experiencia hebrea más Los Evangelios sinópticos ven el cumplimiento de la antigua Pas-
antigua, que hace de filtro para la interpretación actualizante del An- cua en la nueva en el momento de la cena10, en donde Jesús instituye
la Eucaristía como cena pascual de la nueva alianza. El punto de
tiguo Testamento. La fórmula de Pablo "¡Cristo, nuestra Pascua, ha
entronque de la nueva Pascua en la antigua es la cena pascual (Cf.
sido inmolado! [o mejor: ¡Nuestra Pascua, Cristo, ha sido inmolada!]. Mt 26, 17ss.; Me 14, 12ss.; Le 22, 7ss.). No es éste el lugar para
Celebremos, pues, la fiesta no con la levadura vieja, ni con la leva- tratar la cuestión de si la última cena de Jesús fue la cena ritual
dura de malicia y perversidad, sino con ázimos de sinceridad y de hebrea para la celebración de la Pascua. Pero, ¡"se ha de afirmar —
verdad" (1 Co 5,7-8) es el único texto que habla de la Pascua cristiana sostiene J. Jeremías— que la última cena de Jesús se desarrolló en
y es también el primer testimonio de la lectura cristológica de la una atmósfera pascual aun en el caso de que hubiera tenido lugar la
Pascua bíblico-hebrea9. tarde precedente a la Pascua"! Acerca de este problema pueden verse
En este texto aparece la certeza de la inmolación pascual de muchos estudios existentes".
Cristo como acontecimiento histórico. Este acontecimiento dio a la Para Juan, en cambio, la nueva Pascua nace en el Calvario donde
Iglesia "su Pascua". Jesús es inmolado como cordero pascual y precisamente en la hora
Pero el texto no precisa si esta fiesta de Pascua se celebra anual- en que en el templo se inmolaban los corderos para ser consumidos
mente, semanal o ininterrumpidamente. Si se pudiera establecer con en la cena pascual. Esta es la "hora" de Jesús que Juan ha preparado
certeza que Pablo escribió la Carta a los corintios desde Efeso con a lo largo de toda la narración de su Evangelio, desde el momento
ocasión o en proximidad de la fiesta de Pascua — afirma R. Fabris— en que Jesús es presentado por el Bautista como "Cordero de Dios
se tendría el primer testimonio del traslado del ritual y de los símbo- que quita el pecado del mundo" (1, 29) hasta el momento de la cruz,
los de la Pascua al acontecimiento de la Muerte salvífica de Jesucristo. donde "todo está cumplido" y Jesús muere, como nuevo y verdadero
La invitación a celebrar la fiesta con un estilo de vida nuevo porque cordero pascual (19, 30.33.36; Ex 12, 10.46). Las dos perspectivas
Cristo, nuestra Pascua, ha sido inmolado, podría ser una confirmación no se contraponen, sino que convergen. La narración de la Cena en
de la celebración anual de la Pascua en una perspectiva cristiana. los sinópticos constituye la teología profética de la cruz: el pan es el
signo del cuerpo sacrificado y el cáliz es el signo de la sangre de la
Pablo puede decir que Cristo es nuestra Pascua porque el aconteci- nueva alianza. El significado de las palabras de Jesús relativas al pan
miento central de la experiencia cristiana, la Muerte y la Resurrección y al cáliz, es éste: Jesús va a la muerte como víctima de Pascua u .
de Jesús, desvela y lleva a cumplimiento la realidad salvífica de la
Pascua bíblica y hebrea. En efecto, la Pascua cristiana hunde sus raí- 10. Para todos estos aspectos nos referimos al excelente tratado de R. Cantalamess.i 1.1
ces en la gran tradición bíblica, donde la Pascua está ligada al acon- Pasqua della riostra salvezza, Marietti, Torino, 1971; Cf. en particular el C. III, pp. 67-IO.V
tecimiento fundante de la experiencia religiosa del Pueblo de Dios: 11. Cf. J. Jeremías, Le parole dell'Ultima cena, Paideia, Brescia, 1973 (cspccialmeiiU' \i\< I '
el éxodo y la alianza. 104); H. Haag, Pasqua, Queriniana, Brescia, 1976; S. Schurmann, l¿ parole di (letñ tluriiin< t¡>
cena alia luce dei suoi gesti, en Concilium (ed. ¡tal.) 10/1968, pp. 131-143-
12. J. Jeremías, Op. cit., p. 278. Sobre la temática de la visión pascual en Ion «IniSplIii» M
9. Cf. R. Fabris, art. cit., pp. 474-478. Juan, Cf. R. Fabris, art. cit., pp. 479-486.

266 iul
Detrás de la narración de la Pasión en Juan está la cena eucarística Hacia fines del siglo II bajo el papa Víctor, se presentó un dramá-
(Cf. Jn 6). tico conflicto a propósito de la observancia cuartodecimana, casi con
seguridad a causa de la actividad proselitista en favor de tal obser-
Otra indicación sobre la celebración de la Pascua cristiana la ten-
vancia, desarrollada por el presbítero Blasto17. El obispo de Roma,
dríamos también en la I Carta de Pedro, en la cual algunos verían
Víctor, después de haber convocado un sínodo, escribió una carta a
"sin duda una homilía pascual y bautismal" que habría tenido lugar
Polícrates de Efeso para exigirle la observancia de la Pascua domi-
en la noche de Pascua13.
nical y lo amenazaba con la excomunión si continuaba celebrando la
Pascua el 14 de Nisán18.
3. La cuestión pascual en la Iglesia antigua Polícrates reivindicó con inflexible firmeza la apostolicidad de la
tradición cuartodecimana y confirmó la voluntad de las Iglesias
La importancia esencial del acontecimiento Muerte-Resurrección orientales de permanecer fieles a la tradición.
de Cristo condujo a la cuestión pascual sobre su celebración14. Para conciliar los ánimos y evitar la ruptura de la comunión ecle-
La Iglesia del siglo II no era unánime en cuanto a la fecha de la sial intervino en el conflicto Ireneo de Lyon "en nombre de los her-
celebración de la Pascua de Resurrección, ya que las Iglesias de Ro- manos que él dirigía en Galia". El se declara de acuerdo en el princi-
ma y de Alejandría y numerosas otras Iglesias ya occidentales, ya pio de que la fiesta de Pascua debe celebrarse en domingo, pero no
orientales, la celebraban el domingo inmediatamente después del juzga oportuno proceder contra la práctica de los orientales que re-
primer plenilunio de primavera; las Iglesias del Asia Menor, entre conoce fundada en la autoridad de Juan, discípulo del Señor, y per-
ellas en particular la de Efeso, la celebraban el día 14 de la primera mitida por los predecesores de Víctor. No se ha logrado conocer la
luna de primavera (el 14 Nisán, según el calendario hebreo). De aquí actitud final de Víctor; parece que no se llegó a la ruptura de la co-
la denominación de quartodecimani. La celebración pascual en fecha munión eclesial, aunque la Iglesia de Roma consideró herejes a los
fija del 14 Nisán implicaba también la inmediata suspensión, en cuartodecimanos seguidores de Blasto19. En la controversia pascual
aquella fecha, del ayuno preparatorio para la Pascua, apartándose en podemos ver tres aspectos, uno cronológico, otro litúrgico y otro
. este punto de la praxis litúrgica de las Iglesias de Asia Menor sobre teológico.
la observancia de la Pascua dominical. Numerosos sínodos occiden- A través de la tradición asiática, que celebra la Pascua el mismo
tales y orientales, celebrados en el siglo II, habían establecido que la día de la Pascua judía, se puede tratar de reconstruir el cuadro
Resurrección del Señor no debía celebrarse en otro día sino en do- histórico, teológico y litúrgico de la Pascua cristiana desde sus
mingo y que sólo en tal día se interrumpieran los ayunos de Pascua. orígenes en sus conexiones con la Pascua de Israel.
Según el testimonio de Ireneo de Lyon, habría habido un primer
enfrentamiento entre las dos prácticas litúrgicas ya en tiempo del
obispo de Roma, Aniceto, y del obispo de Efeso, Policarpo (c. 154); a) Aspecto cronológico
pero ni Aniceto pudo persuadir a Policarpo a no observar la práctica
Un aspecto de la divergencia entre los asiáticos y Roma que debe
quartodecimana, ni Policarpo pudo persuadir a Aniceto a observar-
la15: el encuentro romano entre los dos obispos habría terminado en tenerse presente, muestra que la cuestión no está ligada a la esencia
concordia y comunión eclesial; ni Aniceto ni su sucesor Sotero inte- de la fiesta de Pascua. En efecto, todos están de acuerdo en cuanto
rrumpieron nunca la comunión con los orientales16. al contenido: se celebra la Muerte y la Resurrección del Señor.
17. Cf. Ibid., V, 15 y 20, 1.
13. Cf. R. Le Déatit, Op. ciu, p. 297. 18. La carta de Víctor se perdió, pero su contenido puede deducirse de la respuesta de
Polícrates, fragmentos de la cual trae Eusebio (Sloria ecclesiastica, V, 24, 2-8).
14. Cf. Dizionario palrislico e di antichitá cristiane, Marietti, Cásale Monferrato, 1983, Vol.
19. Es significativo el hecho de que ya Hipólito de Roma (Philosophumena, VIII, 18), hacia
II, col. 2695-2697.
el 235 cataloga entre los herejes aun a los cuartodecimanos y el autor anónimo del Adversas
15. Cf. Eusebio, Storia ecclesiastica, IV, 14, l; V, 23, 2 y 24,16. huereses transmitido bajo el nombre de Tertuliano, casi con toda certeza inspirado en el Syniagma
16. Cf. Eusebio, Op. ciu, 24,14 en donde cita a Ireneo. de Hipólito, cita entre los herejes a los cuartodecimanos de Blasto.

268 269
Una primera divergencia está en el momento en que ha de cele- La Pascua cuartodecimana pone de relieve la continuidad histórica
brarse la Pascua. La cuestión se originó de una diferenciación que con la Pascua judía, que tiene su punto focal en la Pascua celebrada
creaba tensiones entre los cristianos, especialmente notorias allí don- por Jesús en el cenáculo la tarde del 14 de Nisán como indica la
de, como en Roma, convivían exponentes de ambas tradiciones, de cronología de los sinópticos, con la siguiente sucesión: cena pascual
modo que en los días de Pascua había cristianos que hacían fiesta judía —cena pascual de Cristo (o "última cena")— cena pascual de
mientras otros ayunaban20. La acusación del "judaizar" se refiere los cristianos, celebrada la tarde del 14 de Nisán.
sólo a la voluntad de mantener el día 14, fuera de lo cual, dice expre-
samente Hipólito, nada separa a los cuartodecimanos de la tradición
de la gran Iglesia21. b) Aspecto litúrgico
Por una parte hay una línea judeo-cristiana en sentido estricto, Según G. Visona no se puede separar necesariamente la discusión
que se coloca en la directa prolongación de la Pascua de Israel; por cronológica de la práctica litúrgica, aunque haya que separarla de la
otra, hay una Pascua que muy pronto asume la novedad cristiana y controversia cuartodecimana. Se trataba de establecer si Jesús había
en forma progresiva y clara se distancia de la Pascua judía. Entre es- celebrado la Pascua judía y si los cristianos debían hacer como El.
tas dos tendencias surge el conflicto que tiene en su centro la cuestión Por esto la discusión sobre la cronología, aducía en su apoyo una
de si Cristo celebró o no la Pascua judía. práctica litúrgica concreta23.
En el interior del segundo filón se coloca un orden de conflictos Hubo ciertamente grupos cristianos que celebraron una Pascua
diverso y distinto, entre los que quieren conservar la Pascua en la todavía directamente entroncada en la judía: de ellos poco sabemos,
fecha original "judía" del 14 de Nisán, y los que sostienen que debe a no ser que apelaban al ejemplo de Cristo, quien antes de morir ha-
prevalecer el día "cristiano" del domingo: es el contraste ya descrito bía "comido el cordero" y celebrado la Pascua "según la ley".
(del cual informa Eusebio y el cual contrapuso en la segunda mitad
del siglo II a las Iglesias de Asia y Roma)22. En la afirmación de Pablo Pascha nostrum (ICo 5, 7) y en la
especificación de Juan de un Pascha ludaeorum (Cf. Jn 2, 13; 6, 4;
11, 55) encontramos sin embargo los indicios de una Pascua de los
20. Este fue el motivo inmediato de la controversia, que se agudizaría en circunstancias
cristianos ya bien distinta de la de los judíos. Por tanto, la exhortación
particulares, por ejemplo cuando la Pascua cuartodecimana caía en domingo y el mismo día los de ICo 5, 8 "Celebremos pues la fiesta..." en boca de Pablo y dirigida
cuartodecimanos ayunaban (hasta la vigilia de la noche) mientras los demás festejaban la a griegos, no puede referirse a la Pascua ritual judía, sino a la cris-
Resurrección. Cf., por ej., Agustín, De haeresibus, XXIX (CCL 46, p. 304).
tiana.
21. Cf. Hipólito, Refulalio omnium haeresium, VIII, 18, 1-2 (PTS 25, pp. 337-338): "Se
apegan a esta única prescripción [la observancia del 14]... En cuanto a lo demás, están de acuerdo Con G. Visona todavía es necesario explicar por qué Ireneo usa
en todas las cosas transmitidas por los apóstoles a la Iglesia". la antítesis "observar — no observar" (sin complemento objetivo) en
22. Cf. G. Visona, Ixi l'ast/ua neila trudizione giudeo-crísliana e asiática en RL 5/1989, pp. vez de "guardar el día 14 — guardar el domingo". La solución mejor
489-511. La cita, p. 501. G. Visona, en la Inlroduzione a su volumen Pseudo lppolito, In sanctum
Pascha, Vita e Pensiero, Milano, 1988, en las pp. 42-43 afirma: "El contraste sobre las divergentes parece la que hace de la Pascua cuartodecimana y de la dominical,
cronologías surge en un ámbito bien preciso, a saber, las confrontaciones de los que, apoyándose no la traducción de la misma fiesta en fechas diversas, sino la resul-
en el ejemplo de Cristo según la narración sinóptica, propugnan por una Pascua todavía tante en el campo cristiano de dos fiestas distintas, ambas arraigadas
directamente emparentada con la judía (en el límite, se trata de los cuartodecimanos según el perfil
que de ellos traza Lohse en su ensayo Das Passafest der Quartadecimaner, a saber, grupos en el judaismo. Así, si la Pascua cuartodecimana se sitúa como pro-
cristianos que celebran una Pascua directamente en línea con la judía y en que la muerte de Cristo longación del pesach (pascha) judío, la "Pascua" dominical tendría
no tiene relevancia teológica alguna): se trata de una cuestión que mira a la esencia de la Pascua su origen en la correspondencia entre el día de la Resurrección y la
para lo cual es importante aclarar si Jesús comió el "cordero" legal o la Pascua "según la Ley",
que es una cuestión bien distinta de la cuestión cuartodecimana —que estalló en tiempos de Víctor fiesta del Omer, es decir, de la ofrenda de las primicias y primero de
y en la cual intervinieron Polícrates de Efeso e Ireneo de Lyon— en donde el problema, indepen- los cincuenta días de la fiesta de las Semanas, o sea de Pentecostés.
dientemente de las cronologías evangélicas, era en torno al "día catorce", es decir, en torno a la
fecha de la celebración y no así al contenido de una Pascua más o menos judaizante". Sobre esta
problemática, Cf. también el volumen de R. Cantalamessa L'Omelia "In S. Pasclta" dello Pseudo-
Ippolito di Roma, Vita e Pensiero, Milano, 1967. 23. Cf. G. Visona, art. cil., pp. 499-500.

270 .'/I
Al respecto se debe recordar la importancia que tiene en Pablo el te- La Pascua en los tres primeros siglos se consideró como el com-
ma de la primicia (aparche) precisamente en relación con la Resurrec- pendio de toda la historia de la salvación. En su celebración anual se
ción de Cristo, como también la supervivencia en la edad patrística tenía la conciencia de actualizar todo el plan de Dios en su unidad y
de la conexión entre el Omer y la Resurrección. continuidad desde la creación hasta la venida gloriosa de Cristo. En este
tiempo la Pascua bien puede considerarse como la fiesta de la unidad
En la práctica, pues, la tradición cuartodecimana habría celebrado de los dos Testamentos. Ningún momento del misterio de esta historia,
la Pascua, fiesta de la Pasión del Señor, mientras la tradición "ro- por más que fuera relevante, como por ejemplo la Encarnación, estaba
mana" habría celebrado el domingo, fiesta de la Resurrección. La ausente tanto como para deber celebrarlo aparte con otra fiesta.
primera sería más bien el antecedente del Viernes Santo, la segunda
el del domingo de Pascua. La hermenéutica tipológica da un nuevo y preciso significado a
la Pascua cristiana respecto a la Pascua judía, prevalentemente esca-
tológica, con dos aspectos: la Pascua eucarística de los sinópticos y
c) Aspecto teológico la Pascua de la cruz de Juan. La perspectiva joánica aparece pre-
dominante en la teología pascual de los primeros siglos y sobre todo
Ante todo hay que tener presente que algunos grupos judeo- en la cuartodecimana.
cristianos celebraban la Pascua que, en línea con la tradición hebrea El paso de la Pascua judía a la cristiana no tiene lugar según el
de esta fiesta, tenía una connotación eminentemente escatológica, esquema ya propuesto: banquete pascual de los judíos—banquete
fundada en la espera de la parusía. pascual de Jesús (con la institución de la Eucaristía)—banquete pas-
Pero esta Pascua judeo-cristiana (de los grupos que la celebraban cual (eucarístico) de los cristianos. Más bien se da el paso según esta
se sabe muy poco) no se confunde con la Pascua asiática cuartode- sucesión: inmolación del cordero legal—inmolación de Cristo—in-
cimana, que tiene una fuerte connotación soteriológica. molación mística en la liturgia de los cristianos, o bien: el misterio
de la Pascua es prefigurado por el cordero, realizado por Cristo y
El núcleo teológico de la Pascua asiática cuartodecimana está
celebrado por los cristianos.
centrado en la Pasión de Cristo y tiene su fuerza dinámica en la tipo-
logía, es decir, en la interpretación del evento Cristo en relación con La Pascua asiática cuartodecimana es la fiesta —no el luto— por
la antigua economía. La clave para descifrar la Pascua primitiva (en la Pasión redentora de Cristo. Es una Pascua ante todo soteriológica
particular la cuartodecimana) es la tipología fundada en el pre- y en relación con esto, también escatológica26.
supuesto: "El misterio de la Pascua de Cristo"24. En esta visión Los diversos niveles (histórico, litúrgico, escatológico) de la Pas-
teológica los acontecimientos de la economía de la Ley (Nomos) son cua primitiva recordados arriba, los encontramos en perfecta síntesis
imagen, figura (typos) de los de la economía del Verbo (Logos) en en la formulación de Pablo: "Cada vez que coméis de este pan y be-
quien aquéllos reciben plena actualización (alétheia)25. béis de este cáliz, anunciáis la muerte del Señor hasta que vuelva"
(lColl,26).
24. Melitón de Sardes, Peri Pascha, Vol. cit. La Pasqua nelia Chiesa antica (a cura di R.
Por tanto se puede concluir con G. Visoná, afirmando que la tra-
Cantalamessa), nn. 20-25 y 27. dición asiática cuartodecimana del siglo II nos revela una Pascua cu-
25. G. Krestchmar afirma: "La tipología no era sólo un procedimiento exegético para yos nexos con la Pascua judía están constituidos esencialmente por
comprender determinados textos, sino el fundamento mismo de toda la fiesta" (G. Krestchmar, la fecha (el 14 de Nisán), la lectura y explicación de Ex 12 y el in-
Christüches Passah im 2. Jahrhunderl und die Ausbildung der christlichen Theologie, en flujo de elementos hagadicos. Pero en la esencia es en todo y por
Recherches de science religieuse, 60( 1972) 287-323; para la cita, p. 307). Por tipología (tipológico)
se entiende una relación que se establece en el nivel de historia entre una realidad del Antiguo todo una Pascua "cristiana" que, si bien está orientada escatológica-
Testamento (el tipo) y otra del Nuevo Testamento (el antitipo), en la cual el primero expresa mente, lo es en cuanto está fundada soteriológicamente en la muerte
rasgos característicos y constantes de la actuación de Dios en la historia, y por tanto con carácter
profético, y el segundo como la realización eminente de lo que el primero significó. Se tiene
de Cristo: por tanto es fundamentalmente memoria passionis. Aire
sentido tipológico verdadero y propio cuando la relación está expresamente indicada por el autor
inspirado. 26. Cf. G. Visoná, art. cit., p. 506.

272
dedor de la muerte de Cristo construye la exultación del hombre y sino por Cristo que se inmola en la Cruz, y del cual tiene viva la es-
del cosmos entero, porque tal muerte se manifiesta como fuente de pera. El mismo término pascua se hace derivar erróneamente de pa-
vida y de salvación, esperada pero también gozosamente celebrada. tire (páschein-páthein) y la esencia de la Pascua cristiana es vista
en la Pasión y Muerte de Cristo". También fuera del Asia Menor, en
Para apoyar esta conclusión basta leer la apoteosis de Cristo Galia, en África, en Roma y hasta en Alejandría, la Pascua equivalía
redentor con que Melitón de Sardes concluye su homilía pascual: en primer lugar a conmemorar la Pasión de Cristo28. No se piense,
"El es el Alfa y la Omega. El es el principio y el fin: principio inena- sin embargo, que se mirara a la Muerte separada de la Resurrección.
rrable, y fin incomprensible. El es el Cristo. El es el Rey. El es Jesús: La Pascua celebrada "porque Cristo padeció" siempre tiene por cen-
el Estratega, el Señor, aquel que ha resucitado de entre los muertos, tro "al Señor que, habiendo sufrido por aquel que sufría, resucitó de
aquel que está sentado a la derecha del Padre. El lleva en sí al Padre entre los muertos y llevó consigo al hombre a las alturas de los cie-
y es llevado por el Padre: a El la gloria y el poder por los siglos. los"; Cristo es siempre "Pascua de la salvación y Resurrección nues-
Amén. Paz para aquel que ha escrito y para quien lee y para quienes tra"29. El misterio de la Pascua, pues, sea que se le contemple desde
aman al Señor con sencillez de corazón". la vertiente del viernes de Pasión (como hacían los cuartode-
cimanos), sea desde la vertiente del domingo de Resurrección, no
cambia su contenido, sino solamente la perspectiva. San Ireneo, que
d) La síntesis agustiniana: «Pascua-paso»
celebraba la Pascua el domingo, afirma como los otros que la cele-
a través de la Pasión braban el viernes de la Muerte de Cristo: "El nombre de este misterio
La interpretación patrística del Misterio Pascual considera diver- es Pasión, causa de liberación"30.
sos aspectos y dimensiones: San Agustín, frente a la concepción de la Pascua cristológica que
— Los acontecimientos de que es memoria la Pascua (dimensión subrayaba sobre todo la Pasión con la correspondiente dificultad para
histórica); explicar el origen bíblico de donde derivaba el nombre, y ante la otra
— la celebración ritual (en mysterio o en sacramentó) de estos concepción que, aunque se apoyaba en el significado original de
.acontecimientos: ella encuentra su culminación en el Bautismo y en "paso" (pascha-transitus), no respetaba todo el contenido de la nove-
dad del acontecimiento Cristo, ofreció una estupenda síntesis basada
la Eucaristía, pero se extiende también a la solemnitas Paschae en
en el texto de Juan (13, 1). Parte de la concepción del significado del
su conjunto, siendo ella misma un sacramentum y precisamente el
término "pascua" ofrecido por san Jerónimo, para reunificar los con-
paschale sacramentum (dimensión sacramental);
tenidos de las visiones precedentes: "Personas más entendidas y más
— la Pascua como transitus, entendido como paso del pecado a doctas31, han descubierto que pascua es una palabra hebrea que no sig-
la gracia, como conversión y progreso en la vida espiritual, hasta el
paso de este mundo a la vida eterna (dimensión moral y espiritual); 27. Apolinar de Hierápolis (poco después de la mitad del siglo II) afirma: "El 14 (de Nisán) es la
verdadera Pascua del Señor, la gran inmolación" (fragmento de la obra Sobre la Pascua, Cf. R.
— la Pascua como espera real de la última venida de Cristo, Cantalamessa, La Pasqiía nella Chiesa antica, Op. cit., n. 26, p. 47); en el apócrifo "Epístola de los
anticipada en la presencia del Señor entre los suyos en el culto, en apóstoles" se dice: "Después de mi regreso al Padre, haced memoria de mi muerte" (Ibíd., n. 14, p. 31).
tensión individual y comunitaria hacia la Pascua eterna; la Pascua 28. La acentuación se hacía sobre todo en el Asia Menor por parte de los "cuartodecimanos"
como imagen y prenda de la vida inmortal (dimensión escatológica). los cuales celebraban la Pascua no en domingo, sino el 14 de Nisán, fecha de la muerte de Cristo,
en cualquier día que cayera (Cf. las páginas precedentes).
Como hemos visto, la tradición pascual del Cristo inmolado ha 29. Cf. R. Cantalamessa, La Pasqua nella Chiesa antica, Op. cit., p. XIX y n. 24, p. 43. Ch.
tenido un fuerte acento. La característica de esta tradición pascual es Mohrmann en su estudio "Pascha, Passio, Transitas", publicado en Ephemerides liturgicae
la de estar centrada en Cristo con un contenido histérico-conme- (66/1952, pp. 37— 52), ha demostrado que en esta época de persecución y de martirio, el vocablo
mismo passio está inseparablemente ligado a la idea de victoria y de gloria, por tanto de
morativo y escatológico. En esta línea se encuentra principalmente Resurrección.
la tradición asiática, llamada así por el lugar de origen y desarrollo. 30. R. Cantalamessa, La Pasqua nella Chiesa antica, Op. cit., n. 29, p. 57.
La fiesta de Pascua, en esta época, hasta el siglo III no se interesa i l . San Agustín se refiere a san Jerónimo, el cual, conocedor de la lengua hebrea, era una
tanto por el hombre y ni siquiera por el Dios del Antiguo Testamento, autoridad en la interpretación de la Escritura. San Jerónimo, en efecto, dice en su Comentario al

274 275
niñea 'Pasión', sino 'paso'. En efecto, mediante la Pasión, el Señor Con la visión agustiniana en que la Pascua es vista como transitus
'pasó' de la muerte a la vida, y así nos abrió el camino a los que cree- per passionem, se da una contribución decisiva y profunda a la com-
mos en su Resurrección, para pasar también nosotros de la muerte a prensión del Misterio Pascual. En ella queda plenamente salvado el
la vida"32. valor tanto de la Pascua-Pasión como de la Pascua-paso. Con su sín-
tesis "Agustín lleva a término el proceso de cristianización de la Pas-
El santo doctor, comentando directamente el texto de Juan en los cua antigua reconociendo plenamente el carácter pascual no sólo de
Tratados sobre el Evangelio de Juan (55, 1) dice más ampliamente: la inmolación de Cristo, sino también de su Resurrección: 'Pasión y
"Pascua, hermanos, no es una palabra griega, como creen algunos, Resurrección, he aquí la verdadera Pascua" (Cf. De catechizandis
sino hebrea. En este nombre, sin embargo, se realiza una conver- rudibus, XXIII, 41, 3).
gencia providencial de dos lenguas. Desde el momento en que en
griego padecer se dice 'paskein', se pensó que 'pascha' significaba La antigua preocupación de los cuartodecimanos y de los padres
'Pasión', como si el término se derivase de 'passio'. Pero en la len- latinos —concluye justamente R. Cantalamessa— de poner en el cen-
gua original, el hebreo, pascua significa 'paso'. El Pueblo de Dios, tro de la Pascua cristiana la beata passio del Salvador no se perdió,
en efecto, celebró por primera vez la Pascua cuando, huyendo de gracias a Agustín, ni siquiera después del triunfo de la Pascua-paso34.
Egipto, 'pasó' a través del mar Rojo. Aquella figura profética
encuentra pues su verdadero cumplimiento en el momento en que 4. La fecha de la Pascua del Concilio de Nicea
Cristo es conducido como cordero llevado al matadero y con su san- al Concilio Vaticano II
gre son ungidos nuestros espíritus —a saber, con el signo de la cruz
colocado como sello sobre nuestra frente— de modo que seamos li- Para poner fin a la controversia pascual descrita, el Concilio de
berados de la esclavitud y de la ruina de Egipto y realicemos un 'pa- Nicea, en el 325, determinó que "los hermanos orientales adoptaran
so' salubérrimo, pasando del diablo a Cristo, de este siglo pasajero la misma práctica de los romanos y de los alejandrinos y de todos
a su reino eterno. Nosotros pasamos en efecto a Dios que per- los demás", de celebrar la Pascua el primer domingo después de la
manece para no pasar con el mundo que pasa. Alabando a Dios por primera luna llena que sigue al equinoccio de primavera.
esta gracia que nos ha concedido, el apóstol dice: 'El nos ha librado Pero nació una interpretación equívoca respecto al modo de calcu-
del poder de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de su Hijo lar la fecha del domingo de Pascua. Las Iglesias que se atenían al
amado'. El bienaventurado evangelista, a su vez, explicándonos, por cómputo de los hebreos al fijar el 14 de Nisán, celebraban la Pascua
así decir, este nombre de la Pascua, que en latín, lo he dicho, significa un mes antes que las demás Iglesias que esperaban el plenilunio si-
'paso', dice: 'Antes de la fiesta de Pascua, Jesús, sabiendo que había guiente. Pasada la crisis aguda del 387, la situación se apaciguó y
llegado la hora de pasar de este mundo al Padre', etc. He aquí la Pas- toda la Iglesia "a una sola voz" celebró la Pascua según la decisión
cua; he aquí el paso. ¿De qué y hacia qué? De este mundo al Padre. de Nicea. El acuerdo duró hasta 1582, año en que el patriarca de
En la Cabeza ha sido dada a los miembros una esperanza, la de se- Constantinopla, Jeremías II, rehusó, en nombre de la fidelidad a
guir con certeza a aquel que ha pasado"33. Nicea, adoptar el calendario reformado por el papa Clemente XIII
porque fue promulgado sin tener en cuenta a la Iglesia griega35.
El Concilio Vaticano II, en el apéndice a la constitución Sacro-
Evangelio de Mateo (4, 26, 2): "Pascua, que en hebreo suena 'pitase', no se deriva esta palabra de sanctum concilium sobre la liturgia, declaró "no tener nada en contra
"Pasión', como afirma la mayor parle, sino de 'paso', en el sentido de que el exterrainador, a la de que la fiesta de Pascua se asigne a un determinado domingo del
vista de la sangre en las puertas de los israelitas, 'pasó de largo' y no los hirió; o bien en el sentido calendario gregoriano, con la condición de que se tenga el asen-
de que el mismo Señor 'pasó por encima' para acudir en socorro de su pueblo. Léase el libro del
Éxodo, acerca del cual, si el Señor nos da vida, trataremos más extensamente. Así pues, nuestro timiento de todos los interesados, sobre todo los hermanos separados
paso, a saber, 'phase', se celebra cuando, abandonando las cosas terrenas y el Egipto, nos de la comunión con la Sede Apostólica".
apresuramos hacia las celestiales" (Cf. R. Cantalamessa, La Pasqua nella Chiesa antica, Op. cit.,
n. 114, p. 169).
32. San Agustín, Exposición sobre los Salmos, 120,6 (Cf. en el Vol. cit., n. 126, pp. 193-195). 34. Ibtd., "Introducción", pp. XXVII-XXVIII y 191.
33. San Agustín, Sermo 220, para la Vigilia pascual en Vol. cit., n. 127, pp. 195-197. 35. Cf. V. Peri, Due date un'unica Pasqua, Vita e Pensiero, Milano, 1967.

276 277
Capítulo XVI
El miércoles con que se inicia la Cuaresma y que en todas partes
es día de ayuno, se imponen las cenizas.
LA CUARESMA, PREPARACIÓN
Los domingos de este tiempo se llaman domingos I, II, III, IV, V
A LA CELEBRACIÓN ANUAL de Cuaresma. El sexto domingo, en que comienza la Semana Santa,
DE LA PASCUA se llama "Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor". La Semana
Santa tiene como finalidad la veneración de la Pasión de Cristo des-
de su ingreso mesiánico en Jerusalén.
El jueves de la Semana Santa, en la mañana, el obispo, concele-
brando la misa con su presbiterio, bendice los santos óleos y consagra
el crisma'. (La rúbrica del misal romano recuerda que, "si notables
dificultades se interponen a la reunión del clero y del pueblo con su
obispo, la bendición se puede anticipar a otro día, pero siempre cer-
cano a la Pascua y con el formulario de la misa propia") (nn. 27-31).
Las razones que llevaron a la reforma de este tiempo litúrgico
fueron dadas por el "Consilium" para la puesta en práctica de la
1. ESTRUCTURA DE LA CUARESMA constitución sobre la liturgia; las presentamos aquí.
EN EL MISAL DE PABLO VI
A) Duración de cuarenta días
El Concilio Vaticano II, prescribió para la Cuaresma: "El doble
carácter de la Cuaresma que, sobre todo mediante la renovación o la El carácter original de la Cuaresma, según la fuerza expresiva de
preparación al Bautismo y mediante la penitencia, dispone a los fie- la misma palabra, fue puesto en la penitencia de toda la comunidad
les para la celebración del Misterio Pascual con la escucha más fre- y de los individuos, a lo largo de cuarenta días.
cuente de la Palabra de Dios y la oración más intensa, se ponga en En la determinación de la duración de cuarenta días, para que los
mayor evidencia tanto en la liturgia como en la catequesis litúrgica. cristianos se preparen a celebrar la solemnidad pascual, es más que
Para ello: a) Utilícense más abundantemente los elementos bautisma- cierto que tuvo gran peso la tipología bíblica de los cuarenta días, a
les propios de la liturgia cuaresmal y, si se ve oportuno, se tomen saber, el ayuno de cuarenta días de nuestro Señor Jesucristo; los cua-
también otros de la antigua tradición; b) dígase lo mismo de los ele- renta años que pasó el Pueblo de Dios en el desierto; los cuarenta
mentos penitenciales" (SC 109). días pasados por Moisés en el monte Sinaí; los cuarenta días durante
Fiel a esta orientación, la reforma precisó la finalidad, la estructura los cuales Goliat afrentó a Israel hasta que David avanzó contra él,
y la duración de la Cuaresma. lo abatió y lo mató; los cuarenta días durante los cuales Elias, for-
talecido por el pan asado en el rescoldo y con el agua, llegó al monte
El tiempo de Cuaresma tiene la finalidad de preparar la Pascua: de Dios, el Horeb; los cuarenta días que Jonás predicó la penitencia
la liturgia cuaresmal guía hacia la celebración del Misterio Pascual a los habitantes de Nínive.
ya a los catecúmenos, a través de los diversos grados de la iniciación
cristiana, ya a los fieles, por medio del recuerdo del Bautismo y de En tiempo de los Padres de la Iglesia, los cuarenta días de la
la penitencia. Cuaresma se contaban desde el primer domingo de Cuaresma hasta
el jueves "en la cena del Señor", como se lee en los sermones de san
El tiempo de Cuaresma transcurre desde el Miércoles de Ceniza León Magno. El misal y el Breviario romano conservan hasta ahora
hasta la misa en la Cena del Señor, inclusive. Desde el principio de el recuerdo y el uso de este modo de contar los días de la Cuaresma.
la Cuaresma hasta la Vigilia pascual no se canta el Aleluya.
1. Normas generales para la ordenación del año litúrgico y del calendario, nn. 27-31.

278 2 7 <>
Sin embargo, el uso de dar comienzo al ayuno cuaresmal desde
el miércoles que antecede al primer domingo de Cuaresma, es muy 2. ORIGEN E HISTORIA DE LA CUARESMA
antiguo (siglos VI-VII), e igualmente el rito de la imposición de las Se puede entender mejor el significado de la reforma de la Cuares-
cenizas establecido para ese día, hizo que el Miércoles de Ceniza se ma decidida por el Vaticano II si se conoce la historia de este tiempo
difundiera en la práctica común de los fieles más que muchos otros litúrgico.
días más solemnes.
La celebración de la Pascua en los primeros tres siglos de la vida
Y éste es el motivo por el cual se juzgó oportuno que no se hicie- de la Iglesia no tenía un período de preparación. Se limitaba a un
ra ninguna innovación para restituir a la santa Cuaresma la plenitud ayuno que se hacía los dos días anteriores. La comunidad cristiana
de su simbolismo como sí se ha hecho para el Pentecostés pascual. vivía tan intensamente el compromiso hasta el testimonio del martirio
(no podemos olvidar que se estaba en tiempo de persecución), que
no sentían la necesidad de un período de tiempo para renovar la con-
B) Tiempo de Septuagésima y tiempo de Pasión
versión que ya había tenido lugar en el Bautismo. Pero sí prolongaba
Si al comienzo de la Cuaresma se ha conservado el Miércoles de la alegría de la celebración pascual por cincuenta días (Pentecostés).
Ceniza, por su carácter popular, la supresión de una parte del tiempo Cuando se registró una menor tensión en el compromiso de vida
de Septuagésima, que constituía una especie de ampliación y anticipo cristiana después de la paz de Constantino, comenzó a sentirse la ne-
del tiempo cuaresmal, y, por otra, la reducción del tiempo de Pasión, cesidad de un conveniente período de tiempo para llamar a los fieles
por el hecho de que esto provocaba una especie de ruptura, ha lle- a una mayor coherencia con el Bautismo. Nacen así las prescrip-
vado la Cuaresma a su primitiva unidad e importancia. ciones relacionadas con un período de preparación para la Pascua.
El tiempo de Septuagésima fue abolido; realmente no presentaba Pero "una observancia preparatoria para la Pascua —hace notar
ningún elemento propio y, en el Oficio divino, debía utilizar las par- A. I. Schuster— antes que de los cánones conciliares, debió nacer
tes del Ordinario "durante el año". No era fácil tarea el hablar de él del sentido mismo y del genio sobrenatural del cristianismo"3.
al pueblo (¿cuál era el significado preciso de las palabras septua-
gésima, sexagésima, quincuagésima?) y, sobre todo quitaban su ca- En Oriente encontramos las primeras referencias a un período
racterística de novedad a la liturgia penitencial de la Cuaresma antes prepascual como preparación espiritual para la celebración del gran
de que ésta hubiera comenzado. misterio a principios del siglo IV. San Atanasio en las "Cartas pas-
cuales" (entre el 330 y el 347), san Cirilo de Jerusalén en las Protoca-
Los textos propios de estos tres domingos encontraron otra utili- tequesis (c. IV) y en las Catequesis mistagógicas IV, 3 (347) hablan
zación en el misal romano; el Aleluya se canta hasta el Miércoles de de este período como de algo conocido. Eusebio (+340) en el De so-
Ceniza, exclusive. lemnitate paschali habla del "quadragesimale exercitium... sanctos
El tiempo de Pasión ha sido reducido para conservar la unidad Moysen et Eliam imitantes"4.
interna de la Cuaresma, y el domingo llamado de Pasión se convirtió En Occidente tenemos testimonios directos solamente a fines del
en el domingo V de Cuaresma, como en el rito ambrosiano; y el do- siglo IV. Hablan de ella Eteria (385) en su Itinerarium (27, 1) respec-
mingo siguiente, con el cual comienza la Semana Santa, es el "Do-
mingo de ramos y de la Pasión del Señor".
Mientras la liturgia romana con la reforma del Vaticano II suprimió el tiempo de Septuagésima,
La cruz y las imágenes de los santos, ya no se cubren como se Sexagésima y Quincuagésima como anticipo y preparación de la Cuaresma, se recuerda que la
hacía antes, salvo en las regiones donde las conferencias episcopales liturgia bizantina conserva una rica preparación a la Cuaresma para disponer los ánimos de los
fieles a vivir con fruto este itinerario hacia la Pascua. Cf. A. Schmemann, La grande Quaresima,
hayan señalado como útil la conservación de esta práctica; en los úl- Marietti, Cásale Monferrato, 1986. Es un interesante estudio teológico-ascético sobre el sentido de
timos días de la Cuaresma, la piedad de los fieles sea orientada a la Cuaresma en la liturgia bizantina.
contemplar la Pasión del Señor2. 3. A. I. Schuster, Líber sacramenlorum, Vol. III, Marietti, Torino, 1944, 4 ed., p. 3. Cf. el
estudio de V. Peri, Lo stalo degli sludi inlomo alia origine della Quaresima, snAevum 34/1960,
2. Normas generales sobre el año litúrgico y el calendario. Comentario a cargo del pp. 525-555.
"Consilium", OR, Milán, 1969, pp. 50-51. 4. Eusebio, De solemnitate paschali, ce. IV-V, PG 24, 697.

280 2X1
to a España y Aquitania; 5san Agustín respecto a África; san Ambrosio Por tanto se puede concluir que al desarrollo de la Cuaresma con-
(+396) respecto a Milán . tribuyó en primer lugar, la práctica del ayuno de preparación para la
Pascua, luego la disciplina penitencial a la cual, desde el 306, se
No se puede saber con certeza dónde, por medio de quién y cómo refiere la Epístola canónica de San Pedro Alejandrino8; finalmente
surgió la Cuaresma, sobre todo en Roma; sólo sabemos que se fue las exigencias siempre crecientes del catecumenado con la prepa-
formando progresivamente. Tiene una prehistoria unida a una prác- ración inmediata para el Bautismo, que se celebraba en la noche de
tica penitencial preparatoria a la Pascua que comenzó a afianzarse Pascua9.
desde la mitad del siglo II6.
Hasta el siglo IV la única semana de ayuno era la que precedía a
la Pascua. A mediados del siglo IV aparecen añadidas a ella otras 3. LA CUARESMA EN LOS TEXTOS
tres semanas para abarcar complexivamente cuatro semanas. DEL LECCIONARIO Y DEL MISAL
La costumbre de inscribir a los pecadores para la penitencia pú- El rico contenido teológico de la Cuaresma está determinado por
blica cuarenta días antes de Pascua determinó la formación de una su final en la celebración de la Pascua. En efecto, este tiempo ya
"cuadragésima" (Cuaresma) que comenzaba en el VI domingo antes hace parte del "paschale sacramentum" y sólo puede entenderse ade-
de Pascua ("dominica in quadragesima"). Dado que no se celebraba cuadamente bajo la luz del momento culminante de su punto de lle-
un rito penitencial en domingo (y tal era el caso del rito de inscripción gada: la Vigilia pascual. Esto se verá más claro si nos detenemos a
de los pecadores para la penitencia), se asignó éste para el miércoles considerar los textos bíblicos del actual leccionario y los textos
precedente. Todos los miércoles eran día "estacional" y por tanto, de eucológicos del misal. El trabajo más precioso de la reforma fue el
ayuno. Así nació el "Miércoles de Ceniza". ejecutado sobre los textos litúrgicos, tanto bíblicos como euco-
Desde fines del siglo IV la estructura de la Cuaresma es la de los lógicos. Considerémoslos por partes.
"cuarenta días", considerados a la luz del simbolismo bíblico que da
a este tiempo un valor salvífico-redentivo del cual es signo la de-
nominación de "sacramentum". A) Las lecturas bíblicas cuaresmales
Cuando en los siglos VI y VII se extendió este tiempo litúrgico a Gran importancia para la orientación pastoral y la incidencia es-
cincuenta, sesenta y setenta días (quincuagésima, sexagésima, sep- piritual tiene el nuevo leccionario dominical y ferial. En los cinco
tuagésima), esto tuvo lugar para acentuar su índole penitencial con domingos precedentes a la Semana Santa, en el ciclo trienal, se pro-
menoscabo de la índole pascual. Al mismo tiempo, de hecho se rom- claman cuarenta y cinco textos bíblicos.
pió la unidad del Triduo pascual que pasó a gravitar v ^n- el aspecto
de la Pasión-Muerte de Cristo. "El tinte cada vez ma;> penitencial de Las lecturas del Antiguo Testamento se pueden reducir a tres gru-
la Cuaresma, se explica, en último análisis, desde un enfoque de la pos: 1) Textos que presentan la historia de la salvación (la alianza
Pascua diferente del original"7. original, la vocación de Abrahán; el éxodo, el desierto, la historia
posterior de Israel); 2) textos que proclaman la ley, por tanto los de-
beres morales impuestos por la alianza; 3) los llamamientos de los
5. San Agustín, Passim; san Ambrosio, De Elia etjeiunio, X, 34, PL 14, 743. profetas a la conversión y al arrepentimiento.
6. Se encuentran alusiones en los escritos de los Padres amenícenos. San Ireneo, hacia el 190,
en la carta al papa Víctor sobre la cuestión de los cuartodecimanos recuerda un ayuno antes de
Pascua. "Algunos, escribe, creen deber ayunar solamente un día (Viernes Santo); otros, dos 8. Cf. M. Righetti, Op. cit., pp. 132-133.
(viernes y sábado santos); otros, en fin, toman cuarenta horas del día y de la noche, computándolas 9. Téngase presente que los nombres "trigésima" y "quadragesima" no se referían a treinta
por un día (a saber, las 40 horas que permaneció Cristo en el sepulcro)" (Cf. M. Righetti, Storia o cuarenta días de ayuno, sino indicaban solamente que se estaba a treinta o cuarenta días de la
litúrgica, Vol. II: L'anno litúrgico, Ancora, Milán, 1969, 3 ed., p. 133 con las notas corres- Pascua. Luego, para obtener un número real de cuarenta días de ayuno, se añadieron los cuatro
pondientes). días precedentes al "domingo en Cuaresma" comenzando el miércoles que, por este motivo, se
7. F. Brovelli, Anno litúrgico, en Dizionarío teológico interdisciplinare, Vol. I, Marietti, llamaba "in capite ieiunií'. Al cómputo hay que quitar cuatro (trigésima') y los seis domingos
Torino, 1977, p. 384. {quadragesima), días en que no se ayunaba.

282 283
Las epístolas se escogieron ya para prolongar el mensaje conte- /// Domingo: "Oh Dios, fuente de la vida, tú ofreces a la huma-
nido en las lecturas del Antiguo Testamento y mostrar su profun- nidad que arde en la sed del agua viva de la gracia que brota de la
didad, ya para preparar a la escucha del Evangelio. roca que es Cristo salvador; concede a tu pueblo el don del Espíritu,
Los Evangelios de los dos primeros domingos, en los tres años, para que sepa profesar con fuerza su fe y anuncie con alegría las ma-
están concentrados siempre en Cristo tentado y transfigurado; los ravillas de tu amor".
otros tres domingos preparan más directamente para el Bautismo o pa- IV Domingo: "Oh Dios, Padre de la luz, tú ves las profundidades
ra la renovación de las promesas bautismales en la noche de Pascua. de nuestro corazón: no permitas que nos domine el poder de las ti-
El año A retoma los grandes temas bautismales del antiguo Lec- nieblas, sino abre nuestros ojos con la gracia de tu Espíritu, para que
cionario romano, que habían pasado a los días feriales (el encuentro veamos a aquel a quien enviaste a iluminar el mundo, y sólo creamos
de Jesús con la samaritana; la curación del ciego de nacimiento; la en Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor".
resurrección de Lázaro). Cada uno de estos tres grandes temas ca- VDomingo: "Padre eterno, tu gloria es el hombre viviente; tú que
racteriza todo el tormulario de la misa del día. El del año A (el que has manifestado tu compasión en el llanto de Jesús por su amigo
tiene más fuerte caráctor bautismal) puede usarse en los tres años se- Lázaro, mira hoy la aflicción de tu Iglesia que gime y ora por sus hi-
gún las exigencias pastorales de cada comunidad. jos muertos por el pecado, y con la fuerza de tu Espíritu llámalos a
El año B propone una serie de textos centrados en el misterio de la vida nueva".
la cruz gloriosa de Cristo según Juan.
El año C, con los textos de Lucas, pone de relieve la misericordia Año B: Cuaresma cristocéntrica
de Dios con su correspondiente invitación a la acogida. I Domingo: "Dios paciente y misericordioso, que renuevas en los
En este rico leccionario dominical se pueden entrever tres iti- siglos tu alianza con todas las generaciones, dispon nuestros corazo-
nerarios: 1) Una Cuaresma bautismal (año A); 2) una Cuaresma cris- nes a la escucha de tu Palabra, para que en este tiempo que nos ofre-
tocéntrica (año B); 3) una Cuaresma penitencial (año C). A partir de ces se cumpla en nosotros la verdadera conversión".
los textos del Antiguo Testamento puede presentarse la historia de la // Domingo: "Oh Dios, Padre bueno, que no te reservaste tu Hijo
alianza de Dios con la humanidad junto con sus correspondientes unigénito, sino que lo entregaste por nosotros pecadores, fortalécenos
exigencias actuales para la vida de la comunidad cristiana. en la obediencia de la fe, para que sigamos en todo sus huellas y sea-
Una síntesis del mensaje contenido en la liturgia de la palabra de mos con El transfigurados en la luz de tu gloria".
cada domingo la tenemos en las colectas integradas en la segunda /// Domingo: "Señor Dios nuestro, tu nombre es santo; doblega
edición italiana del misal romano: nuestros corazones a tus mandamientos y danos la sabiduría de la
cruz, para que, liberados del pecado, que nos encierra en nuestro
egoísmo, nos abramos al don de tu Espíritu para llegar a ser templos
Año A: Cuaresma bautismal vivos de tu amor".
I Domingo: "Oh Dios, que conoces la fragilidad de la naturaleza IV Domingo: "Dios bueno y fiel, que nunca te cansas de llamar a
humana herida por el pecado, concede a tu pueblo emprender con la los descarriados a la verdadera conversión y en tu Hijo elevado en
fuerza de tu Palabra el camino cuaresmal, para vencer la seducciones la cruz nos proteges de las mordeduras del maligno, danos la riqueza
del maligno y llegar a la Pascua en la gloria del Espíritu". de tu gracia, para que renovados en el espíritu podamos corresponder
// Domingo: "Oh Dios, que llamaste a la fe a nuestros padres y a tu eterno e infinito amor".
nos diste la gracia de caminar a la luz del Evangelio, ábrenos a la es- V Domingo: "Escucha, Padre, el grito de tu Hijo que, para esta-
cucha de tu Hijo, para que, aceptando en nuestra vida el misterio de blecer la nueva y eterna alianza, se hizo obediente hasta la muerte
la cruz, podamos entrar en la gloria de tu reino". de cruz; haz que en las pruebas de la vida participemos íntimamente

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en su Pasión redentora, para tener la fecundidad de la semilla que La selección de estos textos del cuarto Evangelio, unidos a los ilrl
muere, y ser acogidos como mies tuya en el reino de los cielos". Antiguo Testamento que presentan la figura del justo perseguido,
orientan a los fieles a celebrar la Pasión del Señor.
En la Liturgia de las Horas, en el Oficio de las lecturas, se leen
Año C: Cuaresma penitencial los libros del Éxodo, de los Números y la Carta a los hebreos. Estos
1 Domingo: "Señor Dios nuestro, escucha la voz de la Iglesia que textos bíblicos acentúan el carácter pascual de la Cuaresma en rela-
te invoca en el desierto del mundo; extiende sobre nosotros tu mano, ción con Cristo, verdadero cordero pascual, único y sumo sacerdote
para que alimentados con el pan de tu Palabra y fortalecidos con tu de la nueva y eterna alianza.
Espíritu, venzamos con el ayuno y la oración las continuas seduccio- La Corta circular de la Congregación para el Culto Divino sobre
nes del maligno". la Preparación y celebración de las fiestas pascuales™, recomienda:
// Domingo: "Dios grande y fiel, que revelas tu rostro a quien te Los domingos de Cuaresma tienen siempre la precedencia aun
busca con corazón sincero, fortalece nuestra fe en el misterio de la sobre las fiestas del Señor y sobre todas las solemnidades. Las so-
cruz y danos un corazón dócil para que en la adhesión amorosa a tu lemnidades que coinciden con estos domingos, se anticipan al sá-
voluntad, sigamos como discípulos a Cristo tu Hijo". bado. A su vez las ferias de Cuaresma tienen la precedencia sobre
las memorias obligatorias.
III Domingo: "Padre santo y misericordioso, que nunca abandonas
a tus hijos y revelas a ellos tu nombre, quebranta la dureza de la Sobre todo en las homilías del domingo impártase la instrucción
mente y del corazón, para que sepamos acoger con la sencillez de ni- catequética sobre el Misterio Pascual y sobre los sacramentos, con
ños tus enseñanzas y demos frutos de verdadera y continua una más cuidadosa explicación de los textos del leccionario, en espe-
conversión". cial las perícopas del Evangelio, que ilustran los diversos aspectos
del Bautismo y de los demás sacramentos y asimismo la misericordia
IV Domingo: "Oh Dios, Padre bueno y grande en perdón, acoge de Dios.
en el abrazo de tu amor a todos tus hijos que vienen a ti con ánimo
arrepentido; cúbrelos con las vestiduras espléndidas de la salvación, Los pastores expliquen la Palabra de Dios más frecuente y am-
para que puedan gustar tu alegría en la cena pascual del Cordero". pliamente en las homilías de los días feriales, en las celebraciones de
la Palabra, en las celebraciones penitenciales, en predicaciones espe-
V Domingo: "Dios de bondad, que renuevas en Cristo todas las ciales, al visitar a las familias o a grupos de familias para la bendi-
cosas, tienes ante ti nuestra miseria: tú que enviaste a tu Hijo uni- ción. Los fieles participen con frecuencia en las misas feriales, y,
génito no para condenar sino para salvar al mundo, perdona todas cuando no sea posible, sean invitados i leer en familia o en particular
nuestras culpas y haz que florezca en nuestro corazón el canto de la por lo menos los textos de las lectura;, correspondientes (nn. 11-13).
gratitud y de la alegría".
El leccionario ferial es muy variado en la selección de las perí-
copas. En las primeras tres semanas, sin un orden sistemático parti- A) Los textos eucológicos del tiempo cuaresmal
cular, se presentan los grandes temas cuaresmales: la caridad, la ora-
ción, el ayuno, el perdón, el servicio, la humildad, etc. Los textos del Un rico contenido teológico y ascético se encuentra también en
Antiguo Testamento están siempre en relación con el Evangelio. los textos eucológicos".
En las últimas dos semanas, con la lectura discontinua del
Evangelio de Juan (ce. 4-11), la temática se centra en la persona de
Cristo, en sus palabras y en sus obras (los milagros) que manifiestan 10. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de las
su divinidad. Las discusiones con los judíos y su creciente oposición f estas pascuales, enero 16 de 1988; texto latino e italiano en L'Oservatore romano de febrero 21
de 1988; texto latino también en Norítiae 259/1988, pp. 81-107.
e incredulidad conducen a la condena de Jesús y a la muerte de cruz. 11. La mayor parte de las nuevas oraciones cuaresmales provienen de los clásicos sacra-
méntanos romanos Veranes y Gelasiano antiguo, sobre todo de este último, que es el primer

286 287
En la reforma del misal fue eliminada de las oraciones la insis- Analizando los diversos textos eucológicos, aparecen al^nims
tencia sobre el ayuno y la mortificación corporal, que, en las condi- temas como: la conversión, el camino hacia la Pascua, el ejercicio
ciones cambiadas de los tiempos y de disciplina penitencial, cons- de la caridad, del perdón a los hermanos, de la oración y del ayuno
tituía un anacronismo chocante, con el peligro de reducir también la del pecado. Desde el primer día de la Cuaresma la Iglesia pide al Se-
ascesis cuaresmal a la sola discreción en los alimentos12. Ahora, en ñor "comenzar con este ayuno un camino de verdadera conversión
cambio, se han subrayado aspectos positivos como la oración y el para emprender victoriosamente con las armas de la penitencia el
ejercicio de la caridad. Sin embargo no parece que el mensaje bí- combate contra el espíritu del mal"13.
blico de las lecturas haya influido con toda su fuerza para formular A la observancia exterior deberá corresponder una profunda re-
textos nuevos que insistieran en la exigencia de conversión de la novación del espíritu14. Para esto se pide a Dios una curación radical
Iglesia como se percibe hoy, también a la luz de las enseñanzas del del espíritu15 mediante la acción del sacrificio de expiación y de ala-
Concilio Vaticano II. banza para que toda la actitud del espíritu sea agradable a la voluntad
testimonio de una auténtica liturgia cuaresmal romana, no papal, del siglo VIL En cambio las
de Dios16.
nuevas oraciones provenientes del Veronés, que no contiene un tiempo de Cuaresma organizado, La celebración penitencial se mira en su realidad misteriosa como
están tomadas en general de los formularios para el ayuno, o son trozos que tienen como autor al
papa Gelasio. Hay luego dos colectas y una oración sobre las ofrendas del Sacramentarlo "signo sacramental de nuestra conversión"17, por medio del cual la
Bergomense. Finalmente tenemos un grupo de oraciones nuevas, compuestas con el sistema de la vida cristiana será conforme con el sacrificio eucarístico que san-
centonización, tomando el material de diversos textos de los antiguos sacraméntanos romanos y
no romanos, de los sermones de san León y también de los textos escriturísticos. Para un estudio
tifica la Cuaresma18. La conversión es presentada repetidamente
directo sobre las fuentes Cf. A. Dumas, <>s sources du nouveau Misel Rotnain, en Notitiae como obra de la iniciativa de Dios que actúa en Cristo, sobre todo,
60/1971, pp. 37-40. El autor cita todas las fuentes de las oraciones y de los demás textos a través de la celebración eucarística, y "acompaña los pasos del ca-
eucológicos del misal de Pablo VI.
mino penitencial"19.
Entre las oraciones de los nuevos formularios cuaresmales, hay un grupo de dieciocho textos
provenientes de los domingos después de Epifanía y después de Pentecostés del antiguo misal. La ascesis cuaresmal se ve también como un camino hacia la
Fueron pasadas a los formularios cuaresmales las oraciones-colectas del domingo III después de Pascua y participación en el Misterio Pascual de Cristo20; debe
Epifanía y de los domingos VIH, XIV, XV, XVIII, XXIII después de Pentecostés. Buscando una
explicación de tal traslado, podemos comprobar que las colectas de los domingos VIII, XIV, XV expresarse en el ejercicio de las obras de caridad, en el perdón a los
y XVIII después de Pentecostés, insisten unánimemente en la incapacidad humana para actuar bien hermanos, en la oración y en el ayuno, sobre todo en el ayuno del
y ni siquiera se da un pensamiento provechoso para la salvación sin la gracia de Dios. pecado21. En efecto, en los textos del misal el ayuno debe ser signo
Un grupo más numeroso de oraciones sobre las ofrendas provienen de los antiguos domingos de "un camino de verdadera conversión"22 y "a la observancia exte-
después de Epifanía, a saber de los domingos III, IV y V y de los domingos X, XII, XIV, XXIV
después de Pentecotés. Son oraciones que hablan de la oración, de la penitencia, de la conversión,
de la purificación y del perdón de los pecados, del recogimiento, etc., temas todos propios de la
Cuaresma. Encontramos igualmente cuatro oraciones después de la comunión provenientes de los
domingos IX, XI, XII y XVI después de Pentecostés, siempre con los temas de la purificación, de 13. Colecta del miércoles de Ceniza.
la expiación, de la renovación y de la salvación total, presentados como frutos de la Eucaristía. 14. Colecta del viernes después de Ceniza.
El hecho más notorio y que mejor refleja la orientación y el espíritu de la eucología de la 15. Oración después de la comunión, Ibíd.
nueva Cuaresma es la reelaboración sufrida por diversos textos ya preexistentes en el misal o
provenientes de las fuentes citadas, para adaptar su contenido a las condiciones cambiadas de 16. Oración sobre las ofrendas del sábado después de Ceniza.
nuestro tiempo (Cf. M. Auge, ¿'eucologio quaresimale del nuovo messale, en RL 1/1973, pp. 22- 17. Colecta del domingo I.
33). 18. Oración sobre las ofrendas, Ibíd.
Para ¡as fuentes de los prefacios de Cuaresma, Cf. A. Ward — C. Johnson, The sources ofthe 19. Colecta, viernes después de Ceniza; Cf. también: oración sobre las ofrendas, jueves y
Román Missal. en Notitiae 252-253-254/1987, pp. 486-558. sábado II semana; colecta, lunes y viernes III semana; oración sobre las ofrendas, lunes IV semana;
12. Las más de las veces el término ¡eiunium es sustituido con otras palabras o expresiones el prefacio II de Cuaresma.
de significado más amplio: paenilentia, opus, observantia, conversio. Otras correcciones, en 20. Cf. colectas: viernes I y II semana; jueves y sábado III semana; IV domingo; martes IV
cambio, han querido mitigar la severidad con que algunos textos expresaban la práctica de la semana; lunes V semana.
penitencia cuaresmal; estas enmiendas fueron dictadas quizás por una teología más sensible a las
realidades terrenas. La colecta del martes de la I semana, que antes hablaba de la "maceración de 21. Cf. colectas del sábado de la I semana, del jueves de la III semana, del III domingo, del
la carne" (carnis maceratione), habla ahora de la "moderación en las cosas corporales" miércoles de la 111 semana.
(corporalium moderatione). 22. Cf. colecta del miércoles de Ceniza.

288 2S9
10. Cristo fiesta de la Iglesia
rior debe corresponder una profunda renovación del espíritu"23. Por También para el lunes, martes y miércoles de la Semana Snnln Nt*
esto se pide "ser íntimamente purificados por el empeño penitencial ha añadido un segundo prefacio: "Contemplamos de nuevo cercanos
de la Cuaresma para alcanzar con nuevo espíritu a las fiestas de Pas- los días de su Pascua de Muerte y Resurrección, que marca la derrota
cua"24. Despojado, purificado de la antigua herencia del pecado y re- del antiguo adversario y el acontecimiento maravilloso de nuestra re-
vestido de la nueva vida de Cristo, el cristiano se prepara luego para dención".
la posesión del reino celestial. Esta perspectiva escatológica es natu- Durante la Cuaresma, en fin, podrán utilizarse oportunamente las
ralmente subrayada sobre todo por las oraciones después de la dos Plegarias eucarísticas de la reconciliación incorporadas en el
comunión, que contemplan el éschaton como la realización celestial apéndice entre los nuevos formularios del misal romano.
del Misterio Pascual participado en la Eucaristía.
Tenemos, además, los cinco prefacios dominicales, uno para cada
Especial atención se da también a los prefacios con que ha sido domingo de Cuaresma, que desarrollan en sus embolismos los temas
enriquecido el misal romano con la reforma para el tiempo de de las lecturas evangélicas. En efecto, en los domingos I y II se leen
Cuaresma, Semana de Pasión y Semana Santa. los Evangelios de la tentación de Cristo en el desierto y de la transfi-
El anterior misal de Pío V tenía un solo prefacio para la Cuaresma; guración, según los tres sinópticos. En estos domingos corresponden
un texto muy pobre desde el punto de vista doctrinal-catequístico. Su respectivamente los prefacios "de la tentación del Señor" y "de la
contenido es solamente ascético, al reducir la Penitencia cuaresmal transfiguración". Los domingos III, IV y V del año A, a su vez, los
al ayuno, cuyos frutos espirituales enumera. Este prefacio en el clásicos Evangelios bautismales de san Juan: de la samaritana, del
nuevo misal ocupa el cuarto lugar. ciego de nacimiento y de Lázaro. A estos Evangelios corresponden
los prefacios homónimos. Estos cinco prefacios dominicales provie-
A este prefacio se le unen ahora otros, opcionales. Entre estos nen del suplemento al Sacramentarlo Gregoriano.
textos, el más completo y rico doctrinal mente es el primero. Proviene
del Sacramentarlo Gelasiano antiguo y está inspirado en el pensa- El año A del ciclo trienal dominical está muy caracterizado por
miento y en las enseñanzas de san León Magno. Se encuentran sinte- el planteamiento de un camino cuaresmal hacia la Pascua ya desde
tizados los principales elementos de la Cuaresma: "Cada año conce- el punto de vista de los textos bíblicos, ya de los textos de los prefa-
. des a tus fieles prepararse con alegría, purificados en su espíritu, a cios acordes con las perícopas evangélicas. No se puede decir lo
la celebración de la Pascua, para que, asiduos en la oración y en la mismo de las oraciones presidenciales correspondientes. A esto se
caridad activa, alcancen en los misterios de la redención la plenitud ha provisto con los nuevos textos de las colectas mencionadas, con-
de la vida nueva en Cristo tu Hijo, nuestro salvador". tenidas en apéndice en la segunda edición italiana del misal romano.
El segundo prefacio, una fórmula compuesta con textos de san Después de acercarnos a los textos bíblicos y eucológicos de la
León Magno (Sermón 91, 2+42, 2), y el tercero, inspirado en un pre- Cuaresma, consideremos separadamente los aspectos que más carac-
facio del Sacramentarlo veronés, se detienen en el aspecto penitencial terizan este tiempo litúrgico y que resultan del análisis hecho arriba.
de la Cuaresma; el quinto prefacio presenta el tema del éxodo: "Tú
reabres a la Iglesia el camino del éxodo a través del desierto cua-
4. LA CUARESMA "SACRAMENTO"
resmal, para que a los pies de la santa montaña, con el corazón con-
trito y humillado, tome conciencia de su vocación de pueblo de la Los textos de los antiguos sacramentarios tomados del misal de
alianza convocado para tu alabanza en la escucha de tu Palabra y en Pablo VI, como hemos visto, hablan de la Cuaresma como un "sacra-
la experiencia gozosa de tus prodigios". mento" ("annua quadragesimalis exercitia sacramenti"; "venerabilis
sacramenti celebramus exordium"). El misal italiano traduce "signo
sacramental de nuestra conversión".
23. Colecta del viernes después de Ceniza; colectas del martes y viernes I semana; lunes II
semana. Sin forzar el sentido del término "sacramentum", tan variable en
24. Colecta del viernes II semana. el uso de la Iglesia antigua, aplicado a la Cuaresma lo podemos

290 291
entender en el sentido patrístico del cual deriva el uso litúrgico25. La
Iglesia vive este tiempo de cuarenta días como acción estructurada Esta visión teológica justifica el sentido con que la Cuaresma y
en gestos y palabras cuyo significado es dado por la Palabra de Dios el ayuno son llamados "sacramentos". Ellos son signos de gracia,
y por la presencia operante de Cristo. Toda acción sagrada realizada cuya eficacia deriva del hecho de hacer presente el valor salvífico de
por la comunidad cristiana, reunida en asamblea litúrgica, es "sacra- los cuarenta días de ayuno pasados por Cristo en el desierto. La litur-
mento", es decir, signo expresivo de aquella realidad sagrada reali- gia, entonces, habla de "venerada solemnidad del ayuno" ("ieiunio-
zada por Dios en relación y continuidad con los eventos salvíficos rum veneranda solemnitas") como comienzo del tiempo sacramental
que culminan en Cristo. La Cuaresma en su conjunto de palabra que de la Pascua y pone el acto de ayunar en relación con la iniciativa
anuncia los eventos de la salvación, ritos y prácticas ascéticas, es un de Dios: "Con el ayuno cuaresmal, por medio de Cristo, tú, oh Dios,
gran signo sacramental, mediante el cual la Iglesia participa en la fe- vences nuestras pasiones, elevas nuestro espíritu, nos das fuerza y
conversión en el misterio de Cristo que por nosotros hace la ex- recompensa"26.
periencia del desierto, ayuna, es vencedor de la tentación, al escoger
la vía del mesianismo del siervo humilde y sufriente hasta la cruz.
La Cuaresma, por consiguiente, tiene un carácter crístico-sacra- 5. DIMENSIÓN BAUTISMAL-PENITENCIAL
mental-eclesial, porque es celebración litúrgica y, como tal, es acción DE LA CUARESMA
de Cristo y de la Iglesia su esposa. Cuando la liturgia habla de "sa-
cramento pascual" incluye allí no sólo la Muerte-Resurrección del Cristo nos ha transformado radicalmente, es decir, convertidos,
Señor con el don del Espíritu, sino también la Cuaresma como signo reconciliados con el Padre y entre nosotros, insertándonos en su
de la primera vertiente del Misterio Pascual. Misterio Pascual con el Bautismo. En este sacramento el hombre
viejo ha sido crucificado con El, para que fuera destruido el cuerpo
En este tiempo Cristo, en forma enteramente peculiar, "se entrega del pecado y para que nosotros no fuéramos en adelante esclavos del
a sí mismo por la Iglesia su esposa, para hacerla santa, purificándola pecado y, resucitados con El, viviéramos en adelante para Dios (Cf.
por medio del baño del agua acompañado por la Palabra, a fin de ha- Rm 6, 4-10). Por esto la Iglesia profesa su fe en "un solo Bautismo,
cer comparecer ante sí a su Iglesia toda gloriosa, sin mancha ni arru- para el perdón de los pecados".
•ga ni nada semejante, sino santa e inmaculada" (Ef 5, 25-27). La
Iglesia, a su vez, es llamada a dejarse configurar de acuerdo con el La penitencia, en sentido cristiano, está fundada en la misma reali-
misterio de su Esposo que por ella se entrega hasta la muerte, dad bautismal y luego asumida y sacramentalizada por cuantos recaen
viviendo la dinámica propia de la Pascua, a saber, "no para sí, sino en el pecado después del Bautismo, en el "segundo laborioso
para aquel que por nosotros murió y resucitó" (Cf. 2Co 5, 15). En Bautismo" del sacramento de la Reconciliación. Bautismo y penitencia
esta perspectiva la conversión no es fruto de una capacidad nuestra son así los "misterios" propios de la Cuaresma. Este tiempo litúrgico,
de autocrítica o de un sincero y leal examen de conciencia nuestro, por tanto, no sólo prepara a los catecúmenos para el Bautismo y a los
sino don de Dios que nos viene por medio de Cristo. El compromiso fíeles a renovar sus promesas bautismales en la noche pascual, sino el
ascético cuaresmal (y no sólo cuaresmal) no es un esfuerzo vo- tiempo en el cual la Iglesia y cada uno de sus miembros son llamados
luntarista por conquistar la santidad, sino una respuesta con la cual a vivir las exigencias intrínsecas de este sacramento mediante una más
el cristiano, apoyado en la ayuda de Dios, mantiene y perfecciona en profunda y progresiva conversión. La Iglesia, en efecto, es una comu-
su vida la santidad recibida en el Bautismo de la fe (Cf. LG 40). nidad bautismal no sólo porque se forma mediante el Bautismo sino
también y sobre todo porque vive aquella dinámica de continua
conversión que tiene su principio en el Bautismo.
La Cuaresma coincide con el tiempo de la purificación y de la
25. Para una síntesis sobre el concepto de misterio-sacramento, Cf. G. Bornkamm, palabra iluminación de eventuales catecúmenos que deberán recibir los
"Mvsteriori", en Grande lessico del Nuovo Testamento, ed. ¡tal., Paideia, Brescia, 1971, col. 645-
716' Ch. Mohrmann, Sacramentum dans les plus anclens textes clirétiens, en Eludes sur le latín 26. Prefacio IV de Cuaresma. El término "sacramentum" que encontramos en las oraciones
des chrétiens, Roma, 1958, pp. 233-244. cuaresmales proviene en gran parte del Sacramentarlo Gelasiano (Cf. ed. Mohlberg I, 35, un. 73,
110).
292
293
sacramentos de la iniciación cristiana en la Vigilia pascual. Estos ca- Durante este tiempo se hace más intensa la preparación espiritual,
sos se van multiplicando y cada comunidad cristiana debe aplicar en que tiene más el carácter de reflexión espiritual que no de catequesis,
espíritu y en la letra el Rito de la iniciación cristiana de los adultos y está ordenada a purificar el corazón y la mente con una revisión
(RICA). de su propia vida y con la penitencia, y a iluminarlos con un más
profundo conocimiento de Cristo salvador. Todo esto se realiza a
Presentamos las indicaciones del Rito de la iniciación cristiana
de los adultos (RICA) referentes al tiempo de la purificación y de la través de varios ritos, especialmente con los escrutinios y con las
iluminación de los catecúmenos. consignaciones (traditiones).
El tiempo de la purificación y de la iluminación de los cate- 1. Los "escrutinios", que se celebran solemnemente en domingo,
cúmenos coincide normalmente con la Cuaresma, porque la Cua- miran a la doble finalidad ya mencionada, a saber, a destacar la fra-
resma tanto en la liturgia como en la catequesis litúrgica, mediante gilidad, las fallas y las tortuosidades del corazón de los elegidos, pa-
el recuerdo o la preparación del Bautismo y mediante la penitencia, ra que sean sanadas, y las buenas cualidades, las dotes de fortaleza
renueva en común con los catecúmenos toda la comunidad de los fie- y de santidad, para que sean reforzadas. Los escrutinios, en efecto,
les y los dispone a la celebración del Misterio Pascual, en el cual han están preparados para liberar del pecado y del demonio e infundir
sido injertados por los sacramentos de la iniciación cristiana. nueva fuerza en Cristo que es Camino, Verdad y Vida de los elegidos.
Con el segundo grado de la iniciación comienza el tiempo de la 2. Las consignaciones (traditiones) con las cuales la Iglesia en-
purificación y de la iluminación, destinado a una más intensa pre- trega a los elegidos las antiquísimas fórmulas de la fe y de la oración,
paración del espíritu y del corazón. En este grado la Iglesia hace la a saber, el símbolo (Credo), y la oración del Señor (Padrenuestro), se
"elección" o escogencia y admisión de los catecúmenos, que por sus proponen su iluminación. En el símbolo, en donde se recuerdan las
disposiciones son idóneos para recibir en la próxima celebración los maravillas que Dios ha hecho por la salvación de los hombres, sus
sacramentos de la iniciación. Se llama "elección" o escogencia, por- ojos son inundados de fe y alegría. En la oración del Señor los elegidos
que la admisión, hecha por la Iglesia, se funda en la elección y esco- conocen más profundamente el nuevo espíritu filial con el cual, espe-
gencia realizada por Dios, en cuyo nombre la Iglesia actúa; se llama
cialmente durante la celebración eucarística, llamarán a Dios con el
también "inscripción del nombre" porque los candidatos, como
prenda de su fidelidad, inscriben su nombre en el libro de los elegidos. nombre de Padre (nn. 21-25).
Antes de la celebración de la "elección", se pide a los catecúmenos Todo lo indicado por el RICA se recomienda expresamente que
la conversión de la mente y del modo de vida, un suficiente cono- se aplique en los oportunos casos por la citada Carta circular de la
cimiento de la doctrina cristiana, un vivo sentido de fe y de caridad; Congregación para el Culto Divino sobre la Preparación y cele-
se exige además un juicio sobre su idoneidad. Durante la celebración bración de las fiestas pascuales:
del rito se hacen públicas delante de la comunidad la declaración de
su propósito y el juicio del obispo o de un delegado suyo. De todo El tiempo de la Cuaresma es, además, el tiempo propio para celebrar los ritos
esto resulta evidente que la elección rodeada de tanta solemnidad, es penitenciales correspondientes a los escrutinios para los niños que todavía
como el quicio de todo el sacramento. no han sido bautizados, que han alcanzado la edad propia para la instrucción
catequética y para los niños ya bautizados, antes de ser admitidos por
Desde el día de su "elección" y admisión, los catecúmenos se lla- primera vez al sacramento de la Penitencia. El obispo promueva la formación
man "elegidos". También se les llama "concurrentes" (competentes),
de los catecúmenos tanto adultos como niños y, según las circunstancias,
porque conjuntamente aspiran o concurren a recibir los sacramentos
presida los ritos prescritos, con la asidua participación por parte de la
de Cristo y el don del Espíritu Santo. Son llamados también "ilumi-
nados" porque el Bautismo mismo es llamado "iluminación" y por comunidad local (n. 10).
él los neófitos son inundados por la luz de la fe. Actualmente se pue-
den usar también otras expresiones que, según la diversidad de los
lugares y de las culturas, se adaptan mejor a la comprensión común
y a la índole de las lenguas.

294 295
6. DIMENSIÓN ECLESIAL DE LA CUARESMA cuencias sociales del pecado; la parte de la Iglesia en la acción
penitencial; la oración por los pecadores (Cf. SC 110).
La Cuaresma es el tiempo de la gran convocatoria de toda la Igle- En la Cuaresma, la Iglesia entera revive en penitencia el misterio
sia para que se deje purificar por Cristo su esposo. Significativa, en de la redención, para renovarse en el Espíritu Santo y llegar a ser pa-
este sentido, es la lectura del profeta Joel (2, 12-18) el Miércoles de ra el mundo, cada vez, más signo de la salvación pascual obrada por
Ceniza. Mientras Cristo, santo, inocente, sin mancha (Hb 7, 26) no Cristo.
conoció el pecado (2Co 5, 21) y vino a expiar los pecados del pueblo
(Cf. Hb 2, 17), la Iglesia, que abarca en su seno a los pecadores, que
es santa, pero necesitada siempre de purificación, nunca deja de ha- 7. LA ESPIRITUALIDAD DE LA CUARESMA
cer penitencia y de renovarse, sobre todo en este tiempo (Cf. LG 8).
Además, como "por arcano y misericordioso misterio de la divina Después de todo lo dicho, la espiritualidad de la Cuaresma aparece
Providencia, los hombres están unidos entre sí por una estrecha rela- en su carácter esencialmente cristocéntrico-pascual-bautismal. Este
ción sobrenatural, en virtud de la cual el pecado de uno sólo perjudica tiempo litúrgico es como un camino de fe-conversión a Cristo que
a todos, y a todos produce beneficio la santidad de cada uno"27, así se hace siervo obediente al Padre hasta la muerte de cruz.
la penitencia tiene siempre como efecto la reconciliación no sólo con a) La Cuaresma es el "tiempo favorable" para el redescubrimiento
Dios, sino también con los hermanos, que a causa del pecado siempre y profundización del auténtico "discípulo de Cristo". Jesús no se co-
han sufrido daño"28. noce "desde fuera", sino por el compartir de la vida: "Si alguno
quiere venir en pos de mí, niegúese a sí mismo, tome su cruz y síga-
No pocas veces los hombres también se unen para cometer
injusticia; es justo por tanto que sean solidarios también en hacer me" (Me 8, 34). La conversión cristiana, la "metánoia" evangélica31,
penitencia; liberados así del pecado por la gracia de Cristo, podrán no es simplemente una conversión moral (aunque también se exige
estar en el mundo, junto con todos los hombres de buena voluntad, ésta), sino conversión a Dios como se revela en las opciones mesiá-
hacedores de justicia y de paz29. El Concilio Vaticano II recuerda que nicas de Cristo (Cf. Mt 4, 1-11); de otro modo no se piensa según
"la penitencia cuaresmal no debe ser solamente interna e individual, Dios, sino según los hombres (Cf. Mt 16, 21-23).
sino también externa y social" (SC 110). En el plano de la vida se exige, por consiguiente, "aquel cambio
íntimo y radical por efecto del cual el hombre comienza a pensar, a
Durante la Cuaresma toda la Iglesia está asimismo llamada, en
juzgar y a reordenar su vida, movido por la santidad y la bondad de
cuanto pueblo sacerdotal y sacramento de salvación, a empeñarse, de
Dios, como se ha manifestado y nos ha sido dada en plenitud en su
modos diversos, en la obra de reconciliación que el Señor le ha con-
Hijo (Cf. Hb 1, 2; Col 1, 19 y passim; Ef 1, 23 y passim)'n\ Así el
fiado. No sólo la Iglesia llama a los hombres a la penitencia mediante
cristiano vive continuamente aquel proceso de conversión que tiene
el anuncio del Evangelio, sino que intercede también por los peca-
por principio vital al Espíritu de Cristo recibido en el bautismo,
dores. Sobre todo ella se convierte en instrumento de conversión y
"perdiendo la propia vida por causa de Cristo y del Evangelio" (Cf.
de perdón en el sacramento de la Penitencia30.
Me 8, 35). Entonces la Cuaresma se convierte en escuela vital de pu-
Por doquier la Iglesia en su misterio se hace presente en cada rificación y de iluminación porque se viven las palabras de Jesús:
comunidad, durante la Cuaresma deberán ser vividos estos aspectos
comunitarios: el rechazo del pecado como ofensa a Dios; las conse-
31. Estas dos palabras traducen sólo parcialmente el rico sentido bíblico del término griego
27. Pablo VI, Constitución apostólica Indulgentiarum doctrina, enero 1 de 1967, a. 4; AAS metánoia que indica una profunda revolución interior: el abandono de los ídolos y un retorno
59(1967), p. 9. completo de lodo el hombre al Dios vivo. Esla inversión de marcha de la propia vida implica nece-
sariamente el cambio de la conducta práctica, pero como expresión del cambio del corazón. Por
28. Rito de la Penitencia, "Premisas", n. 5. esto en la Biblia tenemos el uso conjunto del verbo epistréfein, que indica el cambio de la
29. Ibíd., n. 5. conducta, y del verbo metanoéin, que indica el cambio interior.
30. Ihíd., n. 8. 32. Pablo VI, Constitución apostólica Poenitemini, febrero 17 de 1966, AAS 58 (1966), p. 119.

296 297
"Convertios y creed en el Evangelio" (Me 1, 15). Esta es la esencia relación esponsal de amor entre Dios y su pueblo. El pecado, en bo-
de la espiritualidad cuaresmal-bautismal. No estamos ante una simple ca de los profetas, es denunciado como traición o infidelidad con-
exhortación a la reconciliación fraterna, la cual ciertamente es nece- yugal (Cf. Is c. 1; Oseas, etc.). Jesús, que vino para buscar a los pe-
saria aunque demasiadas veces resulta ineficaz, o al cambio de vi- cadores (Cf. Le 19, 10), revela el corazón bueno del Padre que ama,
da. Aquí se trata del reconocimiento y de la acogida de la iniciativa espera y es el primero en dar el abrazo de la reconciliación (Cf. Le
de Dios que reconcilia consigo el mundo por amor. 15, 20). La espiritualidad cuaresmal debe llevarnos a vivir con ma-
El aspecto más profundo de la espiritualidad de la Cuaresma con- yor intensidad y profundidad la relación de amor interpersonal con
siste en la participación sacramental en el Misterio Pascual de Cristo Dios; a sentir el pecado ante todo como ofensa a Dios ("contra ti só-
en sus dos momentos de Pasión para llegar a la Resurrección. San lo pequé") y ruptura de amistad con El; y a tomar para con los her-
Agustín en el comentario al Salmo 148, 1-2 dice: "Es fructuoso para manos que retornan convertidos, la actitud de compartir el amor
nosotros perseverar en el deseo hasta cuando logremos lo que se nos misericordioso y la alegría del Padre.
ha prometido y así pase el gemido y lo reemplace sólo la alabanza.
La historia de nuestro destino tiene dos fases: una que transcurre
ahora en medio de las tentaciones y tribulaciones de esta vida, la otra & LAS OBRAS DE LA PENITENCIA CUARESMAL
que será en la seguridad y en el gozo eternos. Por este motivo fue
instituida para nosotros también la celebración de los dos tiempos, a Las obras de la penitencia cuaresmal se realizan con la conciencia
saber, el de antes de Pascua y el de después de Pascua. El tiempo de fe de su valor sacramental, es decir, participación en el misterio
que precede a la Pascua representa la tribulación en la cual nos en- de Cristo.
contramos; en cambio el que sigue a la Pascua representa la bienaven-
turanza de que gozaremos. Lo que celebramos antes de Pascua es A) El ayuno
también lo que hacemos. Lo que celebramos después de Pascua in-
dica lo que todavía no poseemos. Por esto transcurrimos el primer El ayuno cuaresmal es un continuo llamamiento a superar el
.tiempo en ayunos y oraciones. El otro, en cambio, después de con- formalismo: sería inútil abstenerse de los alimentos si uno no se
cluidos los ayunos, lo celebramos en alabanza. He aquí por qué can- abstuviera del pecado. Toda la ascesis cuaresmal, que tiene su
tamos: Aleluya. En efecto, en Cristo, nuestra cabeza, está repre- expresión típica en el ayuno, no se limita empero a esta práctica, si-
sentado y manifestado uno y otro tiempo. La Pasión del Señor nos no que se prolonga en una ascesis que tiende a reparar la herida infe-
presenta la vida actual con su aspecto de cansancio, de tribulación y rida a la dignidad de nuestra naturaleza por la intemperancia, con la
con la perspectiva cierta de la muerte. En cambio la Resurrección y medicina de una saludable abstinencia en tantos otros sectores. Así
la glorificación del Señor son anuncio de la vida que se nos dará"". el hombre queda purificado de los vicios y pecados y es conducido
b) La espiritualidad de la Cuaresma está caracterizada, además, a la recuperación de su dignidad y de su equilibrio interior, en una
por una más atenta y prolongada escucha de la Palabra de Dios palabra, a la vida nueva, fruto de la Pascua de Cristo.
porque es esta Palabra la que ilumina para conocer los propios En la liturgia cuaresmal aparece que el cristiano con su fe no está
pecados, llama a la conversión e infunde confianza en la misericordia llamado a despreciar el cuerpo y la realidad mundana ni a quedarse
de Dios34. El examen de conciencia cristiano no es repliegue sobre sí en aquel tipo de mortificación y de ascesis en el plano meramente
mismo, sino un abrirse a la palabra de la salvación y una confronta- humano, siempre necesaria para crear una condición de unidad y de
ción con el Evangelio. equilibrio en la vida física, psicológica y moral. Mucho menos apa-
Finalmente, la Palabra de Dios ayuda a comprender el mal del rece la ascesis cristiana como expresión de un voluntarismo ascético
pecado en la perspectiva de la alianza, es decir, de aquella misteriosa que busca acapararse a Dios.
33. San Agustín, Enarrationes ¡n psalmos, al Sal. 148, 1-2, CCL40, 2165-2166.
A la luz de los textos bíblicos, la ascesis cristiana tiene como
34. Rito de la Penitencia, "Premisas", n. 17.
principio la intervención de Dios en Cristo, que con el don de su

298 299
Espíritu nos renueva interiormente, haciendo morir en nosotros el en la oración de Cristo. Esta oración está indisolublemente unida a
pecado para que vivamos una vida enteramente nueva. Nos encon- aquella conversión de que se ha hablado antes, con la cual se crean
tramos delante de un nuevo éxodo, una nueva creación, una nueva espacios de disponibilidad cada vez más amplios para la iniciativa
alianza: "He aquí que hago una cosa nueva" (Is 43, 19). El cristiano de Dios.
acepta la dura lucha contra el pecado con la mortificación para abrir La oración cristiana así entendida, no es, no puede ser de ninguna
cada vez más amplios espacios a la iniciativa de Dios que nos renue- manera, la tentativa de acapararse a Dios para tenerlo como garante
va con la Pascua de Cristo. Se trata de "realizar la verdad para llegar de los proyectos propios, sino que es disponibilidad plena a la divina
a la luz, para que aparezca claramente que nuestras obras han sido voluntad.
hechas en Dios" (Jn 3, 21)35.
La oración de cada uno y de la comunidad cristiana, que se mani-
El principio fundamental de la ascesis cristiana, por tanto, es fiesta en la expresión de la alabanza, de la acción de gracias y de la
Cristo y su Pasión: El es "la Resurrección y la vida" (Jn 11, 25); El petición, debe ser la concretización del "sacrificio del espíritu", es
es el grano de trigo que muere para producir mucho fruto (Cf. Jn 12, decir, de la plena ofrenda de sí a Dios. Si el contenido del sacrificio
24); El es el Camino y la Vida para quien quiere seguirlo, odiando es el espíritu del hombre que se entrega a la voluntad del Señor, la
la propia vida en este mundo para conservarla para la vida eterna oración será el signo manifiesto y no sustitutivo del espíritu que se
(Cf. Jn 12, 25); El es el agua viva, cuya fuente saluí para la vida pone en disposición de ofrenda37.
eterna (Cf. Jn 4, 14); "El transfigurará nuestro pobre cuerpo mortal
para conformarlo con su cuerpo glorioso en virtud del poder que tie- La oración, sobre todo en el tiempo cuaresmal, se hace también
ne para someter a sí mismo todas las cosas" (Flp 3, 21; Cf. Flp 3, 8- comunitariamente para significar que toda la Iglesia es, esencialmen-
14). En efecto, "a aquel que no conoció pecado, Dios lo trató como te, comunidad orante y por lo mismo también penitente38.
pecado en favor nuestro, para que nosotros pudiéramos llegar por En fin, no hay que olvidar la oración para pedir la conversión de
medio suyo a ser justicia de Dios" (2Co 5, 20-21). los pecadores (Cf. SC 109b).
La ascesis cristiana aparece, consiguientemente, sobre todo como
"pobreza de corazón", total disponibilidad interior para con el Dios
vivo que no nos pide tanto la ofrenda de cosas cuanto la ofrenda de C) La caridad
nuestras personas en Cristo. El mensaje bíblico nos advierte que no
importa si falta el lugar para ofrecer a Dios las primicias, porque lo La Cuaresma es tiempo de más fuerte compromiso de caridad ha-
que Dios quiere es el "corazón contrito". Por esto el llamamiento a cia los hermanos. La liturgia habla de "asiduidad en la caridad acti-
la conversión encuentra el obstáculo más fuerte en las diversas for- va", de "una victoria sobre nuestro egoísmo que nos haga disponibles
mas de la suficiencia humana: el apego a la riqueza, la orgullosa se- a las necesidades de los pobres"39. La verdadera ascesis pedida por
guridad farisaica. No es justificado el fariseo que se siente seguro de los textos bíblicos y eucológicos de la Cuaresma, como hemos visto,
sus obras, sino el publicano que se golpea el pecho diciendo: "Oh es la de la justicia y de la caridad. No hay verdadera conversión a
Dios, compadécete de mí que soy pecador"36. Dios sin conversión al amor fraterno (Cf. Un 4, 20-21). La privación

B) La oración 37. Cf. S. Marsili, Liturgia eucaristica e Liturgia di lode, en AA. W . , La preghiera delta
Chiesa, Dehoniane, Bologna, 1974, pp. 89-90.
La Cuaresma es tiempo de más asidua e intensa oración, entendida 38. "La oración pública y común del Pueblo de Dios es justamente mantenida entre las
en su autenticidad evangélica más profunda, a saber, la participación principales tareas de la Iglesia"; "El ejemplo y el mandato del Señor y de los apóstoles de orar
siempre y asiduamente no se deben considerar como una norma puramente jurídica, sino que
pertenecen a la íntima esencia de la misma Iglesia, que es comunidad y por tanto debe manifestar
35. Cf. las lecturas del V domingo, años A y C (Ez 37, 12-34; Is 43, 16-21); el Evangelio del su carácter comunitario también en la oración" (Principios y normas para la Liturgia de las Horas,
IV domingo, año B. nn. 1 y 9).
36. Todos estos textos bíblicos se encuentran en las lecturas del tiempo cuaresmal. 39. Prefacios 1 y 3.

300 M)l
Pero la Cuaresma también es el tiempo más apropiado |>.ua l.i ce-
a que el cristiano está llamado durante la Cuaresma, también median-
lebración del sacramento de la Penitencia. Da buen resultado or-
te el ayuno corporal, exige que se la sienta como exigencia de la fe
ganizar también a menudo varias celebraciones igualmente comuni-
que ha de ser operante a través de la caridad hacia los hermanos. El
ayuno, en efecto, no tiene gran significado en sí mismo, sino que de- tarias, de este sacramento, "de modo que todos los fieles tengan
be ser un signo de toda una actitud de justicia y caridad (Cf. Is 1, 16- oportunidad de reconciliarse con Dios y con los hermanos y celebrar
17; 58, 6-7). así, renovados en el espíritu, el Triduo pascual del Señor muerto y
resucitado""".
Sobre este punto la pastoral ha de estar atenta a presentar todo un
9. LA PASTORAL DE LA CUARESMA conjunto de caminos para la reconciliación con Dios.
Desde siglos la práctica pastoral ha insistido mucho en presentar
Aunque este tiempo litúrgico fue juzgado anacrónico por alguno, el sacramento de la Penitencia como remedio para la remisión de los
conserva toda su carga de actualidad porque no es un intento de ha- pecados veniales; pero se ha descuidado el indicar concretamente
cer sobrevivir un mundo medieval de austeridad y de ayunos, sino el otras modalidades para la reconciliación con Dios. Para los Padres
momento apropiado para repensar los núcleos fundamentales de la de la Iglesia no era así. Quedando en firme la disciplina penitencial
vida cristiana: la conversión a Cristo y el Bautismo para quienes es- actual de la Iglesia respecto al pecado grave y el deber de acusarlo
tamos injertados en Cristo. en el sacramento, antes de llegarse a la Eucaristía, es conveniente
La pastoral deberá impregnarse ante todo de la plena valoración sugerir a los fieles valorar también otros modos de reparación del
de la Cuaresma litúrgica hasta hacer celebrar "mediante los ritos y pecado venial. Al respecto es preciosa la siguiente homilía de san
las plegarias" en su significado esencial para la vida de cada uno y Juan Crisóstomo: "¿Queréis que hable de los caminos de la recon-
de las comunidades. Esta acción pastoral debe concentrar todo el es- ciliación con Dios? Son muchos y variados, pero todos conducen al
fuerzo para que la Cuaresma sea orientada a la celebración de la Pas- cielo... El primero es la condena de los propios pecados, el segundo
cua no limitada a una confesión y a una comunión, sino como parti- es el perdón de las ofensas; el tercero consiste en la oración; el
cipación en el misterio del Cristo muerto-sepultado-resucitado, cuarto en la limosna y el quinto en la humildad"42.
celebrado en el Triduo pascual con su culminación en la Vigilia del b) Otro aspecto de la pastoral cuaresmal es la referencia al Bau-
sábado en la noche; por consiguiente se ha de eliminar todo lo que tismo hecha no en forma ocasional sino sistemática, porque la vida
pueda distraer la atención de los fieles de este fin esencial: fiestas, cristiana es bautismal y la Cuaresma es el tiempo privilegiado del
devociones, iniciativas que no puedan hacerse concordar con el es- redescubrimiento de la inserción en el Misterio Pascual de Cristo
píritu y el contenido del itinerario cuaresmal. mediante este sacramento. Con base en el rito de la iniciación cristia-
a) En este tiempo tienen particular importancia y relieve las cele- na de los adultos y valorando la riqueza de los textos bautismales de
braciones penitenciales, a saber, las reuniones del Pueblo de Dios, la Cuaresma, se podrán restaurar algunos gestos significativos como
también en pequeños grupos, a fin de escuchar la proclamación de la consignación del símbolo (Credo), de los Evangelios, de la oración
la Palabra de Dios, que invita a la conversión y a la renovación de del Señor43. Otro modo de dar relieve al Bautismo y a la realidad de
la vida, y anuncia nuestra liberación del pecado por medio de la la "Iglesia madre" que engendra a sus hijos en la fe consiste en anun-
Muerte y Resurrección de Cristo. Se ha de evitar que estas cele- ciar los bautismos que se celebrarán en la noche de Pascua. Las fa-
braciones se confundan, en la opinión de los fieles, con la celebración
misma del sacramento de la Penitencia. Ellas son ciertamente
útilísimas para la conversión y purificación del corazón40. 41. Ibfd, n. 13.
42. San Juan Crisóstomo, Homilía sobre el diablo tentador, 2, 6, PG 49, 263-264. (lil imlu
aparece como segunda lectura en el Oficio de lecturas del martes de la semana XXI del iiriii|«i
ordinario. Es interesante leerlo integralmente).
43. Cf. Rito de la iniciación cristiana de los adultos, nn. 25.181-92.
40. Rilo de la Penitencia, "premisas", nn. 36-37.

302 «U*
mil ¡as de los niños serán seguidas de un modo particular para que
versión de la Iglesia. Existen pecados en todo guipo o ioiiiuiiitl.nl,
durante la Cuaresma revivan su Bautismo en un camino de fe.
que no son imputables tanto a los individuos cuanto a la colectividad.
La Carta circular de la Congregación para el Culto Divino sobre Las celebraciones penitenciales comunitarias tendrán también osle
la Preparación y celebración de las fiestas pascuales recomienda: objetivo: identificar, denunciar y remediar este tipo de pecados co-
lectivos. Pero es preciso que estos encuentros-confrontación con el
Asimismo las comunidades eclesiales que no tienen catecúmenos, no dejen
Evangelio creen un clima de diálogo que pueda favorecer tales to-
de orar por aquellos que en otros lugares recibirán los sacramentos de la
mas de conciencia y de conversión a nivel comunitario.
iniciación cristiana en la próxima Vigilia pascual. Los pastores a su vez
expliquen a los fieles la importancia de la profesión bautismal, en orden al e) Algunas indicaciones prácticas litúrgico-pastorales. En la ci-
crecimiento de su vida espiritual. También ellos serán invitados a renovar tal tada Carta circular se llama la atención sobre los siguientes aspectos
profesión de fe al término del camino penitencial de la Cuaresma. y las particularidades de algunos días de la Cuaresma:
En Cuaresma téngase el cuidado de impartir la catequesis a los adultos que,
El camino de penitencia cuaresmal en todos sus aspectos sea orientado a
bautizados niños, no la han recibido todavía y por tanto no han sido admitidos
poner en más clara luz la vida de la Iglesia local y a favorecer su progreso.
a los sacramentos de la Confirmación y la Eucaristía. En este mismo período
Para esto se recomienda mucho conservar y favorecer la forma tradicional
háganse las celebraciones penitenciales, para prepararlos al sacramento de la
de asamblea de la Iglesia local sobre el modelo de las "estaciones" romanas.
Reconciliación (nn. 8-9).
Estas asambleas de fieles podrán congregarse, especialmente bajo la
presidencia del pastor de la diócesis, o junto a los sepulcros de los santos o
c) La pastoral de la Cuaresma está comprometida en iniciativas en las principales iglesias y santuarios de la ciudad o en aquellos lugares de
comunitarias que concreticen en el actual contexto socio-cultural las peregrinación más frecuentados en la diócesis.
obras típicas cuaresmales.
En Cuaresma no se admiten flores sobre el altar, y el sonido de los
Este tiempo litúrgico invita al "ayuno". Mientras por una parte instrumentos se permite solamente para sostener los cantos, respetando la
los cristianos están confundiendo el sentido y la profundidad de esta índole penitencial de este tiempo.
actitud penitencial, por otra parte vemos personas y grupos, movidos
Igualmente se omite el Aleluya en todas las celebraciones desde el comienzo
por diversas ideologías, que deciden hacer ayuno hasta la muerte de
de la Cuaresma hasta la Vigilia pascual, también en las solemnidades y
forma "provocativa" como medio de protesta y de presión para ob-
fiestas.
tener reivindicaciones y para reclamar la atención de la opinión pú-
blica sobre problemas o sobre iniciativas socio-políticas. La pastoral Escójanse sobre todo en las celebraciones eucarísticas, pero también en los
no puede ignorar estos fenómenos y debe actuar para que los cris- piadosos ejercicios, cantos adaptados a este tiempo y que respondan lo más
tianos sepan recuperar el sentido del "ayuno cristiano" expuesto posible a los textos litúrgicos.
arriba. Sean favorecidos e imbuidos de espíritu litúrgico los piadosos ejercicios más
Con motivaciones evangélicas se orientan y estimulan las inicia- apropiados al tiempo cuaresmal, como el Viacrucis, para conducir más
tivas de personas, grupos y comunidades para la recolección de ayu- fácilmente los espíritus de los fieles a la celebración del Misterio Pascual de
das en favor de los hermanos necesitados y para las grandes obras Cristo.
de la Iglesia. El resultado será tanto más auténtico, cuanto más sea El miércoles antes del domingo I de Cuaresma los fieles, al recibir las
fruto del cambio y renovación de la vida. Para esto la pastoral de la cenizas, entran en el tiempo destinado a la purificación del alma. Con este
Cuaresma debe hacer mucho espacio a la oración que responde a la rito penitencial nacido de la tradición bíblica y conservado en la costumbre
Palabra de Dios y ayuda a actuar con el Espíritu de Cristo. eclesial hasta nuestros días, se indica la condición del hombre pecador que
d) La pastoral de la Cuaresma deberá procurar que las muestras confiesa externamente su culpa ante Dios y expresa así la voluntad de una
de conversión cristiana no tengan lugar solamente a nivel individual, conversión interior, en la esperanza de que el Señor sea misericordioso para
sino también comunitario. La Cuaresma es el gran tiempo de la con- con él. Con este mismo signo se comienza el camino de conversión, que

304 305
alcanzará su meta en la celebración del sacramento de la Penitencia en los Capítulo XVII
días anteriores a la Pascua.
I .a bendición e imposición de las cenizas se realiza durante la misa o también LA SEMANA SANTA
Cuera de ella. En este caso se inicia con la liturgia de la Palabra, y se concluye
con la oración de los fieles.
El Miércoles de Ceniza es día obligatorio de penitencia en toda la Iglesia,
con la observancia de la abstinencia y del ayuno.
El domingo I de Cuaresma marca el comienzo del signo sacramental de
nuestra conversión, tiempo favorable para nuestra salvación. En la misa de
este domingo no falten los elementos que subrayan tal importancia; por
ejemplo la procesión de entrada con las letanías de los santos. Durante la
misa del I domingo de Cuaresma el obispo celebre oportunamente en la
iglesia catedral o en otra iglesia el rito de la "elección" o inscripción del
nombre, según las necesidades pastorales.
El domingo IV de Cuaresma (Laetare) y en las solemnidades y fiestas se
admite el sonido de los instrumentos y el altar puede adornarse con flores.
Y en este domingo pueden utilizarse los ornamentos sagrados de color La Cuaresma, que tiene por finalidad no solamente preparar a la
rosado. Iglesia para la Pascua, sino hacerle vivir ya el misterio de la Pascua
La costumbre de cubrir las cruces y las imágenes en el templo desde el en su primera vertiente de Pasión, puede considerarse y vivirse, bajo
domingo V de Cuaresma puede conservarse según el juicio de la Conferencia la guía de los textos del leccionario, como subida con Cristo a Jeru-
episcopal. Las cruces permanecen cubiertas hasta el fin de la celebración de salen para coparticipar con El su Misterio Pascual. En los textos bí-
la Pasión del Señor el Viernes Santo; las imágenes hasta el comienzo de la blicos de este tiempo litúrgico aparece más veces este aspecto fas-
Vigilia pascual (nn. 16-26). cinante, aunque no siempre es presentado en forma completa1.
"Ir a Jerusalen" para Jesús no tiene solamente el significado de
una peregrinación a la ciudad santa, sino que reviste un preciso sig-
nificado mesiánico y teológico que todos los evangelistas destacan
con diversos acentos. Jesús va a Jerusalen para cumplir allí la volun-
tad del Padre. En Jerusalen sucederá el encuentro decisivo entre
Jesús y el sanedrín judío, ya incapaz de abrirse a la luz del Evangelio,
porque ha quedado enceguecido por el formalismo religioso y por la
pasión. Por esto se decidirá a "quitar de en medio a Jesús" (Cf. Jn
11,53).
A partir de la IV semana todos los textos evangélicos son tomados
de Juan y nos presentan este enfrentamiento que desembocará en la
condena de Cristo a la cruz.
Los apóstoles tienen dificultad para comprender el significado de
este acontecimiento, repetidamente anunciado por Jesús, porque ca-

1. Cf. Evangelio, jueves después de Ceniza, miércoles II semana, viernes IV semana y


domingo II de Cuaresma.

306 307
recen del "sentido de Dios". Están enfermos también ellos de me- Metzger llega por tanto a las siguientes conclusiones:
sianismo terreno y piensan en los primeros puestos en el Reino2. 1. "En esta época, las Iglesias organizan su liturgia de manera au-
Jesús, entonces, durante el viaje a Jerusalén, los va iniciando gradual- tónoma; de aquí la gran variedad de prácticas.
mente en el misterio de la cruz con la enseñanza y con la experiencia
2. Los testimonios de Eteria, de las Constituciones apostólicas y,
de la transfiguración3. Su palabra ilumina el significado del aconteci-
miento, la transfiguración anticipa la experiencia pascual. en menor grado, de la Didascalia concuerdan al describir sinaxis co-
tidianas, aunque en Jerusalén son particularmente desarrolladas por
También para la comunidad cristiana la Cuaresma debe constituir motivo de la presencia de los monjes y peregrinos que se unen a la
una peregrinación hacia Jerusalén, es decir, hacia la Muerte y la Re- comunidad local 'catedralicia'.
surrección de Cristo. La Cuaresma, pues, es un nuevo éxodo4, un re-
tomo del exilio hacia Jerusalén, es decir, hacia la Pascua de Cristo 3. La alabanza semanal del domingo en la mañana, en las Consti-
que nos edifica como Iglesia. tuciones apostólicas y en la narración de Eteria, es una celebración
de la Resurrección. Ahora bien, el ritual de las sinaxis cotidianas de
Siguiendo este itinerario se llega con una fe más ilustrada a la Se- la gran semana no parece muy diferente al de los otros días. La Igle-
mana Santa o "gran semana". Son días en los cuales la liturgia sigue sia de Jerusalén, sin embargo, añadió al ceremonial un rito propio,
paso a paso los últimos acontecimientos de la vida terrena de Jesús. con motivo de su situación privilegiada: la veneración de la cruz.
Por eso diremos con el papa Pablo VI: "Si hay una liturgia que de-
bería encontrarnos a todos comprometidos, atentos, solícitos y unidos 4. En este sentido, parece necesario describir el ceremonial de
para una participación lo más plena, digna, piadosa y amorosa, es la toda la gran semana, puesto que el mismo Triduo, como veremos,
de la gran semana. Por una razón clara y profunda: el Misterio Pas- no está todavía muy destacado: es la Vigilia pascual la que forma la
cual, que encuentra en la Semana Santa su más alta y conmovedora cima del conjunto ritual, sin que por ello sea una forma excepcional
celebración, no es simplemente un momento del año litúrgico; es la de sinaxis litúrgica, puesto que la celebración semanal de la vigilia
fuente de todas las demás celebraciones del año litúrgico mismo, dominical es todavía una práctica común.
porque todas se refieren al misterio de nuestra redención, es decir, al 5. En la cronología de la Pasión, se notan diferencias importantes
Misterio Pascual"5. en cuanto a los Evangelios: ciertas modificaciones fueron introduci-
En cuanto a la historia de la formación de la "gran semana", M. das por motivos apologéticos, por una parte, para disociar las fechas
Metzger hace esta observación: "Por cuanto puede juzgarse, ante los de las celebraciones cristianas respecto a las judías, y, por otra, para
fragmentos que se han recogido, la literatura cristiana de los tres excluir a Judas de la narración de la cena, poniendo el anuncio de su
primeros siglos contiene varias reflexiones relativas a las fiestas traición en el marco de otra comida.
pascuales, pero raramente bajo el aspecto propiamente litúrgico. 6. En estos documentos, la liturgia de la gran semana integró bien
Esta paradoja se explica fácilmente: se trata con frecuencia de una poco o casi nada los ritos particulares que conocemos. Es de notar
literatura de controversias, que se desarrolló en torno a cuestiones que se trata aquí de rituales desarrollados independientemente de la
discutidas: en este caso, respecto a la fecha de Pascua y a las prácticas gran semana, que después fueron integrados en su celebración, como
judías, o también respecto al ayuno, a su duración y al momento en en el ámbito que les era más apropiado: ante todo los rituales de la
que debía terminar. En cambio la organización de las mismas cele- iniciación cristiana, después los de la reconciliación de los penitentes
braciones no parece haber suscitado grandes controversias"6. y las bendiciones de los óleos"7.

2. Cf. Evangelio del miércoles II semana.


3. Cf. Evangelio del II domingo, años A-B-C.
4. Cf. I lectura del IV domingo (año C), Jos 5, 9a.l0-12.
5. Pablo VI, "Discurso del miércoles", en Encidiche e discorsi, Edizioni Paoline, Roma,
1966, Vol. IX, p. 368.
7. Ibíd., pp. 527-528.
6. M. Metzger, La formazione delta "grande settimana", en RL 5/1989, p. 512.

308 W)
/. Historia de los ritos del Domingo de Ramos Esta procesión encontró un éxito excepcional. En Oriente todo el
y del Jueves Santo domingo se dedicaba a celebrar únicamente la entrada de Jesús en
Jerusalén. Estos usos pasaron luego del Oriente también a España y
La Cuaresma se concluye con la Semana Santa, o mejor, con los a la Galia. En Roma, en cambio, el domingo precedente a la Pascua
primeros cinco días de esta semana. Según la narración de Eteria en se caracterizó por el recuerdo de la Pasión con la correspondiente
su Itinerarium, en Jerusalén, donde mejor que en cualquier otra parte lectura del texto evangélico. De ello son prueba los diecinueve Ser-
se podía seguir el desarrollo histórico de los acontecimientos de la mones sobre la Pasión del papa san León Magno. Solamente hacia
Pascua del Señor, en el siglo IV se encuentra desarrollada una rica los siglos VII y VIII se encuentra el título de "Domingo de Ramos".
liturgia. Aunque el Misterio Pascual era celebrado entero e indiviso, La procesión de los ramos se volvió costumbre romana solamente en
sin embargo cada día se dedicaba a uno de sus aspectos particulares. el siglo XI; esto se deduce del Pontifical romano-germánico9.
Siguiendo el ejemplo de Jerusalén, la liturgia occidental, para En la segunda mitad del siglo VII el título de "Domingo de Pasión"
hacer revivir las indicaciones de los evangelistas, se amplió en toda se adoptó para el quinto domingo de Cuaresma, antes llamado "Domin-
una serie de celebraciones que fue llamada "Semana Santa". Infor- go de Lázaro". La reforma del Vaticano II devolvió al sexto domingo
tunadamente la liturgia no se conservó exenta de ser entendida como de Cuaresma su carácter original de "Domingo de Pasión" conser-
un drama para representar, con lo cual perdió relieve su carácter vando también la conmemoración de la entrada de Jesús en Jerusalén.
sacramental y mistérico. En el Medioevo la Semana Santa se llamaba b) En la Semana Santa, y precisamente en la mañana del Jueves
"semana dolorosa" por el acento puesto en el aspecto del sufrimiento Santo, tenía lugar la reconciliación de los penitentes. Después de la
de Cristo y a la compasión emotiva, en perjuicio de la consideración severa y larga observancia de la disciplina penitencial que también
del aspecto de la victoria lograda por el Señor sobre la muerte. La conllevaba la exclusión de la Eucaristía (la excomunión), los pe-
tendencia a la visión anecdótica tuvo un amplio influjo, sobre todo cadores cumplían con la Cuaresma la última etapa de su camino de
en el alma popular, influjo que en muchas partes todavía perdura. conversión que se concluía en la mañana del Jueves Santo.
a) Hacia el año 400 en Jerusalén se reconstruyó en forma más El Sacramentarlo gelasiano nos da un ritual de reconciliación
precisa la entrada de Jesús en Jerusalén como apertura de los ritos que contiene bellísimos formularios. Recordamos brevemente el es-
de la gran semana. La peregrina Eteria da una minuciosa descripción quema de los ritos penitenciales: el Miércoles de Ceniza, antes de la
de ella en su Itinerarium*. misa, el obispo recibe a los penitentes. Les impone el cilicio. Siguen
algunas oraciones. Finalmente los penitentes son despedidos y re-
cluidos hasta el Jueves Santo. Ese día son liberados y van a postrarse
8. "A la hora séptima todo el pueblo sube al monte de los Olivos, es decir, al Eleona, a la en la puerta de la iglesia. Entonces el diácono se vuelve al obispo
iglesia, también el obispo; se dicen himnos y antífonas apropiadas al día y al lugar e igualmente
se hacen lecturas. Cuando comienza la hora nona, se pasa al canto de himnos en el Imbomon, es para pedirle la reconciliación para ellos. El obispo les dirige una
decir en el lugar donde el Señor subió al cielo, y allí se sientan; todo el pueblo en presencia del amonestación. Siguen tres bellas oraciones de reconciliación10.
obispo es invitado a sentarse; solamente los diáconos permanecen siempre de pies.
En el siglo X el Pontifical romano-germánico tomará de nuevo
Se dicen también allí himnos y antífonas apropiadas al lugar y al día; igualmente se intercalan
lecturas y oraciones. Y cuando comienza la hora undécima, se lee el pasaje del Evangelio en que el ritual gelasiano haciéndolo más solemne y expresivo. Más tarde,
se narra que los niños con ramos y palmas salieron al encuentro del Señor diciendo: 'Bendito el a fines del siglo XIII, Guillaume Durand, obispo de Mende, compuso
que viene en nombre del Señor'. Y de inmediato el obispo se levanta y con él todo el pueblo y
entonces desde lo alto del monte de los Olivos se emprende la marcha, todos a pie.
a la Anástasis. Cuando se ha llegado, aunque sea tarde, se hace sin embargo el lucemario, otra
Todo el pueblo camina delante del obispo cantando himnos y antífonas, respondiendo siempre: oración a la Cruz y se despide al pueblo" ("Itinerarium", parte II, La liturgia de Jerusalén] Eteria,
'Bendito el que viene en nombre del Señor'. Todos los niños del lugar, inclusive los que no pueden Otario de viaje, trad. it. de C. Zoppola, Edizioni Paoline, Roma, 1979, pp. 119-120).
caminar porque son demasiado pequeños son cargados por sus padres: todos llevan ramos, unos
de palma, otros de olivo; y así se acompaña al obispo en la forma como fue acompañado el Señor 9. El Pontifical romano-germánico es una recopilación compuesta por un monje de San
aquel día. Albano de Maguncia en el siglo X. Fue editado bajo el cuidado de Vogel: Le Pontifical romano
germanique da Xsiecle, Cittá del Vaticano, 1963. La liturgia de los ramos se encuentra en el Vol
Desde lo alto del monte hasta la ciudad y de allí hasta la Anástasis a través de toda la ciudad, II, pp. 40-54.
Iodos, siempre a pie, por más que sean grandes damas o grandes señores, acompañan al obispo
diciendo los responsorios; y así, poco a poco, para que el pueblo no se canse, se llega en la tarde 10. Cf. Sacramentarlo gelasiano, nn. 78-83 y 349-374.

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un pontifical" y escribió un ritual de reconciliación que nos llegará Este es el único domingo en el cual se hace tal memoria de la
un poco retocado en los pontificales sucesivos. El Pontifical moderno Pasión del Señor.
conserva aquel ritual hasta la reforma del Concilio Vaticano II. Pero
hay que recordar que, del siglo VII al VIII, a causa de la disciplina a) El primer aspecto de la liturgia de este día se recuerda en todas
penitencial canónica demasiado severa, se había ido introduciendo las misas con el rito de entrada que puede asumir tres formas: 1) La
la acusación individual con la absolución inmediata. Solamente des- solemne con la procesión fuera de la iglesia; 2) el ingreso solemne
pués se cumplía la penitencia. Esta práctica terminó por imponerse, dentro de la iglesia; 3) la entrada sencilla que limita prácticamente el
cambiando también el nombre del sacramento que comenzó a llamar- recuerdo del acontecimiento a la antífona de entrada, leída o cantada.
se "confesión". Solamente con el Vaticano II se reintroduce la cele- La entrada solemne, sin procesión por fuera (segunda forma), se
bración comunitaria de la Penitencia pero con una disciplina bien di- puede repetir también en una segunda o tercera misa con gran con-
ferente respecto a la antigua. currencia de fieles.
c) El Jueves Santo se tenía también la consagración de los santos Todos los evangelistas ponen de relieve esta entrada solemne en
óleos. Pero parece que en la Galia hasta el siglo VII este rito se hacía la Ciudad santa de parte de Jesús, aclamado por la turba de los he-
durante la Cuaresma y no el Jueves Santo. El origen de la bendición breos como Mesías.
de los óleos y del crisma es romano. El hecho tiene un profundo significado de fe. Mientras los jefes
La misa de los óleos no tenía la liturgia de la Palabra y no se sabe del sanedrín piensan ya en la eliminación de Jesús, en aquel momento
la razón de esto. Antes de la reforma del papa Pío XII en 1955, la el grano de trigo que muere comienza a dar fruto: algunos paganos
bendición de los óleos y del crisma se hacía fuera de la misa. La re- piden ver a Jesús. Aquel pequeño grupo de extranjeros son el núcleo
forma del Vaticano II en los nn. 11-12 de las Premisas del rito dice: de la futura Iglesia. El Hijo del hombre es glorificado: es reconocido
"En conformidad con la tradición latina, la bendición del óleo de los por el resto de Israel y por las primicias de los pueblos paganos (Cf.
enfermos se hace antes de la conclusión de la plegaria eucarística; la 12, 12-50).
bendición del óleo de los catecúmenos y del crisma se hace después La liturgia, fiel al dato revelado, no podía dejar de lado este mis-
de la comunión. Se permite, por razones pastorales, realizar todo el terio de salvación.
rito de bendición después de la liturgia de la Palabra, pero conser-
vando el orden indicado en el rito mismo". No se trata de hacer un piadoso recuerdo o de representar un
acontecimiento del pasado, sino de hacer presente "hoy" el aconte-
cimiento por medio de la celebración litúrgica y de vivirlo en la fe.
2. Domingo de Ramos y de la Pasión del Señor "Hoy" estamos llamados a reconocer la divinidad de Jesús, su
en el misal de Pablo VI mesianidad, es decir, su acción de salvación por el mundo.
"Hoy" estamos llamados a entrar con Jesús en el drama de su Pa-
Con este domingo comienza la "gran semana". En este día la sión para compartirla. La Iglesia tiene la vocación de hacerse ins-
Iglesia hace memoria de la entrada de Cristo Señor a Jerusalén para trumento de Cristo, su cabeza, para la redención del mundo.
realizar allí su Misterio Pascual.
El significado de la celebración es bien resumido y presentado
En la liturgia reviven y se revelan los dos aspectos fundamentales por la monición inicial propuesta en el misal para introducir a los
de la Pascua: la entrada mesiánica de Jesús en Jerusalén como anun- fieles en el espíritu del rito: "Hermanos carísimos: esta asamblea li-
cio y figura del triunfo de su Resurrección; la memoria de su Pasión, túrgica es preludio de la Pascua del Señor, a la cual nos estamos pre-
que marcará la liberación de la humanidad del pecado y de la muerte. parando con la penitencia y con las obras de caridad desde el co-
mienzo de la Cuaresma. Jesús entra en Jerusalén para dar cum-
plimiento al misterio de su Muerte y Resurrección. Acompañemos
11. Cf. M. Andrieu, Le Pontifical Romain au Moyen Age, Vol. III: Le Pontifical de Guillaume con fe y devoción a nuestro Salvador en su entrada a la ciudad santa,
Durand, Cittá del Valicano 1940, Studi e testi, 88, pp. 560-569.

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y pidamos la gracia de seguirlo hasta la cruz, para ser partícipes de ponsorio que ha de cantarse en la entrada de la procesión en la igle-
su Resurrección". sia, son una proclamación de Cristo Rey, Salvador, vencedor de la
Desde el punto de vista pastoral se han de encontrar los medios muerte.
más adecuados para dar relieve de fe al reconocimiento mesiánico Eventuales cantos apropiados que hubieran de sustituir a los indi-
de Cristo por parte de nuestras asambleas. cados por el misal, no pueden dejar de estar en esta línea de contenido
y de tonalidad sin desnaturalizar el sentido mismo de la celebración.
El signo externo de la procesión adquiere toda su importancia en
Los textos de la misa, en cambio, están todos marcados por la memo-
la medida en que hayamos formado una comunidad de fe con el
anuncio de la Palabra de Dios. ria de la Pasión del Señor, pero sin olvidar la gloria de la Resurrec-
ción.
La reforma litúrgica no ha dudado en dar relieve a la procesión
Las oraciones, tomadas del misal romano y del Sacramentado
en honor de Cristo Rey, simplificando, empero, el rito de la bendición
de los ramos. El hecho debe considerarse atentamente también desde Veronés ("super oblata"), expresan así el misterio:
el punto de vista pastoral para no favorecer en los fieles la tendencia Colecta: "Dios todopoderoso y eterno, que diste como modelo
a valorar solamente el ramo de olivo, quizás inclusive en forma para los hombres a Cristo tu Hijo, nuestro Salvador, hecho hombre
supersticiosa, olvidando el verdadero significado de la celebración. y humillado hasta la muerte en cruz, haz que tengamos siempre
La bendición de los ramos finaliza en la procesión y ésta es expresión presente la gran enseñanza de su Pasión, para participar en la gloria
sacramental de un pueblo que comparte el camino de Cristo hacia el de la Resurrección".
Calvario, aceptando la redención por medio de la lógica de la cruz. Sobre las ofrendas: "Dios todopoderoso, la Pasión de tu único
El rito de entrada, que conmemora la entrada de Jesús a Jerusalén, Hijo apresure el día de tu perdón; no lo merecemos por nuestras
debe predisponer el ánimo de los fieles a la proclamación de la obras, pero nos lo alcance de tu misericordia este único y admirable
Pasión de Jesús en la liturgia de la Palabra y a su actualización sacra- sacrificio".
mental en la liturgia eucarística. Después de la comunión: "Oh Padre, que nos has alimentado con
b) Todos los textos bíblicos están escogidos en este sentido: tus santos dones, y con la muerte de tu Hijo nos haces esperar en los
Isaías 50, 4-7; Salmo 21; Filipenses 2, 6-11 y el Evangelio de la bienes en que creemos, haz que por su Resurrección podamos al-
Pasión según Mateo, Marcos y Lucas en los tres años A, B, C. canzar la meta de nuestra esperanza".
En la liturgia anterior a la reforma del Vaticano II se proclamaba El embolismo del prefacio expresa esencialmente el mismo con-
la Pasión tanto el Domingo de Ramos como el martes y el miércoles tenido: "El, que estaba sin pecado, aceptó la Pasión por nosotros pe-
santo. En el actual leccionario se proclama la Pasión solamente en cadores, y, entregándose a una injusta condena, llevó el peso de
este domingo según la narración de los tres sinópticos, reservando la nuestros pecados. Con su Muerte lavó nuestras culpas y con su Re-
Pasión según Juan para el Viernes Santo de cada año. surrección nos consiguió la salvación".
c) Los textos de la plegaria de la Iglesia en el rito conmemorativo Estos textos prueban una vez más cuanto se ha considerado sobre
de la entrada de Jesús en Jerusalén son una celebración de la realeza la teología del Misterio Pascual: la Iglesia nos presenta siempre el
mesiánica de Cristo, todos animados por un tono festivo y de alegría misterio de Cristo como el misterio de una muerte vencida; todavía
a imitación de las "turbas de Jerusalén, que aclamaban a Jesús, Rey mejor, el misterio de la vida que vence mediante la muerte.
y Señor"12. La liturgia del lunes, martes y miércoles de la Semana Santa, tan-
Las antífonas, los Salmos propuestos (Cf. Salmos 23 y 46), el to en la Eucaristía como en la oración de alabanza, continúa presen-
himno de Teodulfo de Orléans Gloria, laus et honor hasta el res- tando a Cristo siervo sufriente que se ofrece libremente a su Pasión
para entrar en la gloria del Padre.
12. Invitación del sacerdote celebrante antes del comienzo de la procesión.

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3. Indicaciones pastorales para el Domingo de Ramos de la Pasión se hace sin candeleras, sin incienso, sin el saludo al pueblo y
y de la Pasión del Señor sin signar el libro; solamente los diáconos piden la bendición del sacerdote,
como de costumbre antes del Evangelio. Para el bien espiritual de los fieles
La Carta circular de la Congregación para el Culto Divino 13 da es oportuno que la historia de la Pasión se lea íntegramente y no se omitan
las siguientes orientaciones para una digna y fructuosa celebración las lecturas que la preceden.
del domingo que abre la gran semana: Terminada la historia de la Pasión no se omita la homilía (nn. 29-34).
La procesión sea una sola y hecha siempre antes de la misa de mayor
concurso de fieles, inclusive en las horas vespertinas, ya del sábado, ya del
4. La misa crismal
domingo. Para realizarla reúnanse losfíelesen una iglesia menor o en otro
lugar apropiado fuera de la iglesia hacia la cual se dirigirá la procesión. Los
La misa crismal, que se concelebra bajo la presidencia del obispo
fieles participan en esta procesión llevando ramos de palma o de otros
en la iglesia catedral en la mañana del Jueves Santo, pero que
árboles. El sacerdote y los ministros preceden al pueblo llevando también
también puede anticiparse a otro día cercano a la Pascua14, expresa
ellos las palmas. La bendición de las palmas o de las ramas se hace para
una gran riqueza de contenidos teológicos y de significados
llevarlas en procesión. Conservadas en las casas, las palmas recuerdan a la
pastorales. La introducción antepuesta por la CEI a la edición típica
mente de los fieles la victoria de Cristo celebrada con la misma procesión.
de la traducción italiana del rito, recuerda los principales aspectos de
Los pastores esfuércense para que esta procesión en honor de Cristo Rey sea
la teología de esta celebración.
preparada y celebrada de modo fructuoso para la vida espiritual de los fieles.
El misal romano, para celebrar la conmemoración de la entrada del Señor en Ante todo la nueva fisonomía, atribuida por la reforma pos-
Jerusalén, además de la procesión solemne descrita, presenta otras dos conciliar a la misa crismal, evidencia el clima de una verdadera
fiesta del sacerdocio ministerial dentro de todo el pueblo sacerdotal
formas, no para favorecer la comodidad y la facilidad, sino teniendo en
y orienta la atención hacia Cristo, cuyo nombre significa "consagrado
cuenta las dificultades que pueden impedir la procesión. La segunda forma
por medio de la unción" (Cf. Le 4, 18; Hch 10, 38; Hb 1, 9). Del
de conmemoración es la entrada solemne, cuando no puede hacerse la
sentido cristológico de la unción crismal brota el principio cons-
procesión fuera de la iglesia. La tercera forma es la entrada sencilla que se
titutivo de la consagración de los fieles y consiguientemente el nom-
hace en todas las misas del domingo en que no se hace la entrada solemne.
bre de "cristianos" (Hch 11, 26). La unción de Espíritu Santo, reci-
Cuando no se puede celebrar la misa, conviene que se haga una celebración
bida por Jesús en la Encarnación y en la teofanía en el Jordán, es
de la Palabra de Dios para la entrada mesiánica y la Pasión del Señor, o en
participada a todos los miembros de la Iglesia por medio del Bau-
las horas vespertinas del sábado, o en horas más oportunas del domingo.
tismo y de la Confirmación. A la unción espiritual de Cristo sacer-
En la procesión el coro y el pueblo cantan los cantos propuestos por el misal dote, rey y profeta, se refiere también la solemne epíclesis del rito
romano, como los Salmos 23 y 46 y otros cantos apropiados en honor de que consagra por título especial al obispo, a los presbíteros y a los
Cristo Rey. diáconos al servicio del pueblo sacerdotal, de entre el cual son to-
La historia de la Pasión reviste particular solemnidad. Provéase afinde que mados y para el cual son constituidos ministros.
sea cantada o leída según el modo tradicional, a saber, por tres personas que La misa crismal, pues, es casi epifanía de la Iglesia, cuerpo de
hacen el papel de Cristo, del cronista y del pueblo. La "Passío" es cantada o Cristo orgánicamente estructurado, que en sus diversos ministerios
leída por los diáconos o por los sacerdotes, o a falta de éstos, por lectores; y carismas expresa, por la gracia del Espíritu, los dones nupciales de
en este caso la parte de Cristo debe reservarse al sacerdote. La proclamación Cristo a su esposa peregrina en el mundo (Cf. Ef 5, 27).

13. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de las
fiestas pascuales, enero 16 de 1988; texto latino e italiano en L'Osservatore romano del 21 de
14. Cf. Decreto de la Congregación para el Culto Divino del 3 de diciembre de 1970, en
lebrero de 1988; texto latino también en Notitiae 259/1988, pp. 81-107.
Notitiae 62/1971, p. 91.

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La citada Carta circular de la Congregación para el Culto Divino
recuerda: El comunica el sacerdocio regio a todo el pueblo de los creyentes
y con afecto de predilección escoge a algunos de entre los hermanos
La misa del crisma en que el obispo, concelebrando con su presbiterio, a quienes, mediante la imposición de las manos, hace partícipes de
consagra el santo crisma y bendice los demás óleos, es una manifestación de su ministerio de salvación.
la comunión de los presbíteros con el propio obispo en el único y mismo Tú quieres que en su nombre renueven el sacrificio redentor,
sacerdocio y ministerio de Cristo. A participar en esta misa convóquese a los preparen para tus hijos la mesa pascual, y, siervos diligentes de tu
presbíteros de las diversas partes de la diócesis, para concelebrar con el pueblo, lo nutran con tu Palabra y lo santifiquen con los sacramentos.
obispo, como sus testigos y cooperadores en la consagración del crisma,
como son también cooperadores y consejeros suyos en el ministerio Tú les propones como modelo a Cristo, para que, dando la vida
cotidiano. También invítense con insistencia losfíelesa participar en esta por ti y por sus hermanos, se esfuercen en conformarse a la imagen
misa y a recibir el sacramento de la Eucaristía durante su celebración. de tu Hijo, y den testimonio de fidelidad y de amor generoso".
Según la tradición, la misa crismal se celebra el jueves de la Semana Santa. La renovación de las promesas sacerdotales después de la liturgia
Si el clero y el pueblo encuentran dificultad para reunirse en este día con el de la Palabra, da valor existencial a la realidad del sacerdocio minis-
obispo, tal celebración puede anticiparse a otro día, pero cercano a la Pascua. terial como servicio a Cristo y al Pueblo de Dios.
En efecto, el nuevo crisma y el nuevo óleo de los catecúmenos deben ser El rito de la bendición de los óleos insertado en la celebración eu-
utilizados en la noche de la Vigilia pascual para la celebración de los carística, subraya precisamente el misterio de la Iglesia como sacra-
sacramentos de la iniciación cristiana. mento global de Cristo, que santifica toda realidad y situación de
vida. He aquí por qué, junto con el crisma, se bendicen también el
Celébrese una única misa, considerada su importancia en la vida óleo de los catecúmenos para cuantos luchan para vencer el espíritu
de la diócesis y la celebración hágase en la iglesia catedral, o, por del mal con miras a los compromisos del Bautismo, y el óleo de los
razones pastorales, en otra iglesia especialmente insigne (nn. 35-36). enfermos para la unción sacramental de aquellos que en la enfer-
medad cumplen en sí mismos lo que falta a la Pasión redentora de
Los textos de la misa crismal se abren emblemáticamente con la Cristo. Así de la cabeza se difunde a todos los miembros de la Iglesia
aclamación a Cristo "que ha hecho de nosotros un reino y nos ha y se expande en el mundo el buen olor de Cristo.
constituido sacerdotes para su Dios y Padre", y se desarrollan con
amplitud en las lecturas bíblicas de Is 61, 1-9; Sal 88; Ap 1, 5-8; Le Celebrando con el obispo esta liturgia, los presbíteros de la Iglesia
4, 16-21 y sobre todo en el prefacio, el tema del sacerdocio común local intervienen como "testigos y cooperadores del ministerio del
y el del sacerdocio ministerial. sagrado crisma", mediante el gesto s'lencioso de la extensión de la
mano derecha durante la oración de I endición15.
El texto del prefacio es una nueva composición; aunque su cons-
trucción no tiene el cursus y la concisión de los embolismos clásicos Así la única celebración, que comprende tanto el ri' ~> eucarístico
de los prefacios romanos, quiere ser una síntesis de los conceptos del como el crismal, manifiesta la estrecha unión de los presbíteros y de
n. 28 de la constitución dogmática Lumen gentíum del Vaticano II, los diáconos con el obispo en el sacerdocio ministerial, junto con la
desarrollados luego en el decreto Presbyterorum ordinis del mismo realidad del único sacerdocio bautismal que, según la doctrina recor-
Concilio. dada por el Concilio, es el fundamento mismo del sacerdocio minis-
terial (Cf. LG nn. 10.28-29).
Veamos el embolismo:
"Con la unción del Espíritu Santo constituíste a Cristo tu Hijo
Pontífice de la nueva y eterna alianza y quisiste que su único
sacerdocio fuera perpetuado en la Iglesia. 15. Cf. Rito de la bendición de los óleos, nn. 13 y 22. El rito fue traducido en edición "tfpica"
y publicado por la CEI con fecha 3 de julio de 1980 en el volumen "Benedizione degli oli e
Dedicazione della chiesa e deH'altare", Pontificale Romano riformato a norma dei decreli del
Concilio ecuménico Vaticano II e promúlgate da Paolo VI.

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La entrega de los óleos a los presbíteros párrocos podrá tener par- consigo al mundo en Cristo, no tomando en cuenta las transgresiones
ticular relieve celebrativo y pastoral, sea en la iglesia catedral sea en de los hombres, sino entregándonos el ministerio de la re-conci-
las diversas comunidades. liación'" (2Co 5, 19).
Es conveniente que el obispo dé personalmente, antes de la des- El juicio de absolución pronunciado sobre nuestra cabeza... es
pedida, las ampollas de los santos óleos a los párrocos o por lo me- extensión y aplicación de aquel juicio de perdón que el Padre ha
nos a algunos de ellos en representación de las zonas pastorales. pronunciado sobre la cruz, aceptando la muerte redentora y satis-
factoria de su Hijo por toda la humanidad"16.
En la misa vespertina parroquial de la cena del Señor, los santos
óleos, bendecidos en la catedral, serán acogidos por las comunidades Puesto que la Pascua es una celebración esencialmente comuni-
como un don que expresa la comunión en la única fe y en el único taria, conviene que, especialmente en los días precedentes al Triduo
Espíritu, y conservados en un lugar especial, apropiado y digno. sacro, se celebre la Penitencia también con el rito comunitario (II
forma). La asamblea que celebra el sacramento de la Reconciliación
es, de modo muy particular, signo de la presencia del Crucificado-
5. La celebración pascual Resucitado en medio de sus discípulos para perdonar los pecados
(Cf. Jn 20, 19-23). De esta manera, mediante la asamblea penitencial,
del sacramento de la Penitencia
la comunidad cristiana reafirma, a pesar de la repetida experiencia
del pecado, la fidelidad al Bautismo, o sea el compromiso de vivir
Como se ha dicho, el Jueves Santo concluía antiguamente la Cua- más coherentemente el misterio de la Pascua17.
resma con la solemne reconciliación de los penitentes que habían
completado su camino penitencial. Así podrían participar en la Eu-
caristía pascual en la noche del sábado santo.
Actualmente no existe el rito de reconciliación de los penitentes
fijado para este día. Los fieles, sin embargo, con ocasión de la cele-
bración pascual, se acercan al sacramento de la Penitencia. La pasto-
ral, entonces, debería encontrar en los días conclusivos de la Cua-
resma (lunes, martes, miércoles de la Semana Santa) modos adecua-
dos y actualizados para celebrar sacramentalmente la reconciliación
para las diversas categorías de fieles, en horarios establecidos y con
la inteligente aplicación de los ritos renovados de la Penitencia. En
estos últimos días de la Cuaresma, antes del comienzo del Triduo
pascual, sería más que oportuno hacer todo esfuerzo pastoral para
concentrar la atención de los fieles en la celebración del sacramento
de la Penitencia.
Sobre todo se debería acentuar en forma especial, en esta ocasión,
el carácter pascual también de este sacramento. El Misterio Pascual
es actualizado en su plenitud con la Eucaristía, pero también con los
demás sacramentos (Cf. SC 61). "La absolución de la Iglesia no es 16. P. Visentin, II mistero di Cristo nella liturgia secondo la Costituzione litúrgica, A.ntoniana,
solamente un borrar o un perdonar los pecados, sino un asemejarnos Padova, 1964, pp. 27-28.
17. Cuidando pastoralmente la celebración de la Penitencia en estos días que preceden al
al Christus passus en el acto en que se ofrece y satisface por nuestros Iriduo pascual se lograría una ventaja práctica de aligerar la afluencia al confesionario el sábado
pecados, aplacando para nosotros la justicia divina; es también un por la noche y en el día de Pascua y daría a los sacerdotes el derecho-deber de participar en las
participar en aquella muerte que destruyó el pecado para hacernos celebraciones litúrgicas y prepararlas con lodo el empeño que requiere, con comunes ventajas
vivir con El de la vida nueva como resucitados. 'Dios reconcilió espirituales y edificación de los pastores y de los fieles.

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II. Cristo fiesta de la Iglesia
Capítulo XVIII el centro de gravedad de todo el misterio permanece firmemente fijo
en la Pasión"2.
HISTORIA DEL TRIDUO PASCUAL Y con Visoná concuerdan Cantalamessa y los más autorizados
estudiosos en la materia.

1. El Triduo se desarrolla a partir de la Vigilia

a) El desarrollo de la celebración anual de la Pascua tiene lugar


a partir de la Vigilia pascual (la pannukís) que celebra la Muerte y la
Resurrección, o mejor, el paso de la muerte a la vida de resurrección.
En la noche del sábado se reunían en asamblea; la Vigilia duraba
toda la noche3 y era ocupada con lecturas bíblicas, cantos de Salmos
y oraciones. La escogencia de las lecturas bíblicas era característica
de la tradición pascual de cada Iglesia; de ellas se tomaba el
contenido teológico que era evidenciado en la celebración de la Pas-
Hasta el siglo III la Pascua fue la única fiesta anual de la Iglesia. cua. En Roma parece que estuvieron presentes algunas lecturas
Si en las fuentes, junto a la Pascua, se habla de Pentecostés, no se fundamentales y, concretamente, la narración de la creación (Gn 1,
trata, por lo menos hasta pasado el siglo IV, de una fiesta celebrada lss.), la institución de la Pascua (Ex 12) y el paso del mar Rojo (Ex
cincuenta días después de la Pascua, sino de los cincuenta días que 14). Por Tertuliano respecto al África y por Hipólito respecto a Ro-
forman como un único y "verdadero día de fiesta"1. ma, se sabe que ya era práctica común celebrar en Pascua el Bau-
tismo, entendido según la visión de Pablo (Rm 6, 3) como inmersión
Quien juzgue demasiado categórico el afirmar que la Pascua en la Pasión de Cristo4. La Vigilia culminaba, a la madrugada, en la
anual es la única fiesta del año litúrgico en los primeros tres siglos oblación, es decir, en la Eucaristía que marcaba el final del ayuno y
aduciendo que ya a partir de fines del siglo II comienzan las celebra- la entrada en el "laetissimum spatium" de los cincuenta días pas-
ciones de los mártires, quizás no valora ni las fuentes ni el verdadero
significado de la fiesta pascual y de la conmemoración de los már-
tires, centrada totalmente en el misterio de la Pascua.
2. G. Visoná, La Pasqua nella Iradizione giudeo-cristiana, en RL 5/1989, p- 507.
G. Visoná afirma explícitamente: "Para el período a que nos refe-
3. Cf. M. Righetli, Op. cil., pp. 251-252; R. Cantalamessa, La Pasqua della nostra salvezza,
rimos [los primeros tres siglos], la Pascua fue la única fiesta litúrgica Marietli, Torino, 1971, pp. 145-146 con las respectivas notas.
anual de los cristianos. De allí la plenitud y riqueza no sólo litúrgica 4. Cf. Tertuliano, De baplismo, 19, 2, PL 1, 1331; Hipólito, In Danielem I, 16, 2; también en
sino también teológica, que se traduce en aquel carácter omnicom- la Tradición apostólica (20, 21) el mismo Hipólito describe la celebración del Bautismo precedida
prensivo que le viene de celebrar todo el misterio de la redención, de la renuncia a Satanás y seguida por la recitación del Credo; esto sucedía en una Vigilia nocturna
también por cuanto no conoce todavía la descomposición historizante entre el sábado y el domingo. Desde el momento en que se sabe por Tertuliano Pascha indica a
menudo todo el período de Pasión (desde viernes hasta la Vigilia del domingo), es difícil precisar
que progresivamente conducirá al Triduo pascual, a la Semana Santa, si el Bautismo era administrado ya en esta época realmente durante la Vigilia pascual. Sólo
a la octava de Pascua y de allí a la Navidad y al ciclo litúrgico anual. sabemos que el Bautismo era todavía concebido, siguiendo lo dicho por san Pablo (Rm 6, 3:
La liturgia de Pascua, pues, no sólo no aisla los eventos del cenáculo, "Bautizados en su muerte"), como inmersión en la Pasión de Cristo. "Pascua —escribe Tertuliano
en el texto citado— es el día mis propio para el Bautismo, porque en ella tuvo lugar la Pasión de
del Calvario y del sepulcro vacío, sino que engloba toda la economía Cristo, en la cual somos bautizados". Por tanto la administración del Bautismo debía tener lugar
salvífica del Verbo, desde la Encarnación hasta la Ascensión, aunque antes y no después del paso del ayuno a la tiesta. Esto nos dice también que fue la doctrina paulina
y no, por lo menos en medida apreciable, el ejemplo de las iniciaciones a los cultos mistéricos de
Isis y de Mitra lo que determinó la atracción recíproca entre la Pascua y el Bautismo (R.
1. Tertuliano, De baplismo, 19, 1, PL 1, 1331. Cantalamessa, Op. «'(., pp. 146-147; Cf. las notas correspondientes).

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cuales, o sea, de Pentecostés. Es importante destacar cómo la cele- Estos ritos, realizados en los lugares de la Pasión, influyeron
bración de la Pascua comprendía una Vigilia cuyos elementos esen- notablemente en la impostación de las celebraciones también fuera
ciales son la liturgia de la Palabra y su actualización sacramental en de Jerusalén. La celebración del Misterio Pascual por un cierto tiem-
la Eucaristía a la cual más tarde se añadió el Bautismo con la ben- po se conserva todavía unitaria; bien pronto, empero, lo que parecía
dición del agua. un enriquecimiento terminó por resultar un factor que no sólo dis-
La Vigilia era precedida por el ayuno, que comenzaba con el gregó la unidad del Misterio Pascual, sino que también distrajo la
viernes de parasceve y se prolongaba por todo el sábado hasta la atención a lo esencial.
celebración de la Eucaristía en la Vigilia nocturna del domingo5.
b) Sobre la base de la Pascua dominical, celebrada el domingo 2. De la Eucaristía, culmen de la Vigilia,
siguiente al 14 de Nisán, se va formando el Triduo pascual. En a la Eucaristía del Jueves Santo
efecto, no parece que existiese un Triduo entre los cuartodecimanos.
Tertuliano se refiere ya al viernes de parasceve y al domingo; El relieve excesivo dado a la institución de la Eucaristía el Jueves
Orígenes habla del viernes como recuerdo de la Pasión, del sábado Santo hizo perder la atención al verdadero culmen de la Pascua, que
como recuerdo del descenso a los infiernos y del domingo como está constituido por la Eucaristía celebrada en la Vigilia8. El recuerdo
recuerdo de la Resurrección6. San Agustín habla del sacratísimo de la institución, además, asume gradualmente tal relieve, que rompe
Triduo de la crucifixión, de la sepultura y de la Resurrección definitivamente la unidad misma del Triduo, que ya no estará cons-
("sacratissimum triduum crucifixi, sepulti, suscitad")7. tituido por viernes-sábado-domingo, sino por jueves-viernes-sába-
En el siglo IV se comienza a notar la tendencia a historizar las do, porque la celebración de la institución eucarística entra en el
narraciones de los Evangelios, sobre todo en Jerusalén donde se po- cómputo de los tres días santos.
día seguir mejor en los mismos lugares el desarrollo de los aconteci- Entretanto se van añadiendo dos ritos a la liturgia del Jueves Santo:
mientos de la Pasión y de la Resurrección del Señor. La peregrina la solemne traslación de la reserva eucarística, que se desarrolla sobre
Eteria, en su Itinerarium, del cual ya hemos hablado a propósito de todo a partir de los siglos XIII-XV, en concomitancia con la devoción
la Semana Santa, describe toda esta semana basada en la recons- "visiva" a la hostia. Es la solemnización de un gesto práctico: llevar a
trucción fiel de los últimos días de la vida terrena de Jesús. un puesto señalado el pan eucarístico que avanza. El otro rito está
En cambio, en las Iglesias del Asia Menor, donde la Pascua se celebraba el 14 de Nisán (Cf. constituido por el gesto funcional (como era todavía en el siglo VII,
c. XV, 3), respecto a la celebración del Bautismo en la Vigilia, las cosas andaban diversamente. cuando el altar era ornamentado con manteles solamente para la cele-
R. Cantalamcssa, Op. cit., (pp. 155-156), afirma que "ninguna fuente autoriza a afirmar que los
cuartodecimanos hubieran ligado a la Vigilia pascual los ritos de la iniciación cristiana; es decir bración eucarística): la desnudación del altar, convertida en simbólica,
(fuera, obviamente, de la Eucaristía), también el Bautismo y la Unción. Las ricas referencias a la y quizás dramatizada, en recuerdo de la des-nudación de Jesús.
terminología y a la teología de la iniciación cristiana contenidas en las dos homilías, no deben
llamarnos a engaño. Los cuartodecimanos celebran el Bautismo porque lo consideran el fruto más Finalmente el lavatorio de los pies el jueves, atestiguado ya hacia
bello y madurado en el árbol de la Cruz, en la Pasión de Cristo, no porque lo administraran de mediados del siglo V en Jerusalén, se difunde luego en todo el
hecho a sus propios catecúmenos en la Vigilia pascual. Un nexo entre Pascua y Bautismo como
el que se nota a fines del siglo II en Occidente, en Roma y en Cartago, no se establece entre los
Oriente y el Occidente con formas y momentos particulares. Es de
orientales sino mucho más tarde, y nunca fue tan relevante. Se oponía a ello la concurrencia del aaotar que esta dramatización de la lectura evangélica no se desa-
6 de enero, la Epifanía, día bautismal por excelencia para los griegos, en cuanto conmemoración
del Bautismo de Jesús en el Jordán. Esto no significa naturalmente excluir que en las comunidades
cuartodecimanas se administrara eventualmente el Bautismo en Pascua, la primera tarde o durante 8. Eteria en su Itinerarium (Cf. trad. y ed. cit., pp. 122-123) refiere que en la segunda misa,
la Vigilia nocturna. Significa que, si existía, no se trataba de una práctica universal y casi oficial celebrada hacia la tarde en el santuario de la Cruz sobre el Calvario, en memoria de la institución
y que en todo caso no nos es posible sacar al respecto ninguna conclusión, debido al silencio de de la Eucaristía (la única que se celebraba allí en todo el año) "lodos participaban en la comunión".
las fuentes". Los sínodos y las prescripciones episcopales medievales enumeran entre los días de precepto para
la comunión el Jueves Santo. La práctica se fue arraigando de tal manera en los fieles, hasta el
5. Cf. Tertuliano, De jejuniis, 14, PL 2, 971; Hipólito, Tradilio apostólica, 33, Edizioni punto de que, durante los siglos XII-XIII, ¡la turba de los comulgantes terminaba por impedir al
Paoline, Roma, 1979, p. 92. clero el poder comulgar! Se encuentran al respecto disposiciones en un Ordo monástico para que
6. Orígenes, In Exodum, Itom. V, 2, PG 12, 328; In Genesim, hom. VIII, 4, PG 12, 206. los canónigos y los monjes no comulguen por el apremio de los pobres y de los huéspedes (M.
7. San Agustín, Epist., 55, 24, PL 33, 215. Righetti, Op. cit., pp. 208-209).

324 325
rrollaba como ahora, dentro de la misa; su ubicación dentro de la 4. La hora de la Vigilia cada vez más anticipada
liturgia acentúa la línea de "conmemoración histórica" de los aconte- También para la Vigilia pascual algunos elementos que entraron
cimientos. a formar parte de las celebraciones del Triduo pascual, proba-
blemente tuvieron origen funcional o también ocasional; después,
3. El Viernes Santo sin nexo con la Resurrección amplificados y fijados en el rito, quizás constituyeron para clero y
fieles un punto de referencia más vistoso que los elementos
El viernes corre el peligro de entenderse exclusivamente como re- esenciales.
cuerdo de la Muerte de Cristo sin vinculación con la Resurrección.
La bendición del cirio, que solemniza el encendido de la luz,
Al principio la liturgia de la Palabra estaba en el primer lugar: se encontró una amplificación lírica en el canto del Exultet Este rito,
trataba de un día alitúrgico (como el miércoles), día de ayuno y por que en el siglo V se desarrollaba por todas partes, también en algunas
tanto privado de la liturgia eucarística y limitado a la liturgia de la iglesias de Roma, todavía en el siglo XI era ignorado por la liturgia
Palabra9. Después, siguiendo el ejemplo de la práctica de la adoración papal".
de la cruz practicada en Jerusalén y descrita por Eteria, se introduce
también este rito que en Roma aparece por los años 700-750 cuando Para la bendición del fuego no se encuentra ningún formulario
a la cabeza de la Iglesia están papas de origen oriental10. oficial antes del Pontifical romano del siglo XII, que describe la
procesión del Lumen Christi. El uso del fuego nuevo, después de
Con este rito se puede recordar la entrada solemne de la cruz, con
haber colocado en un lugar escondido las lámparas en la tarde del
la aclamación: "Ecce lignum crucis. Venite, adoremus". La analogía
Jueves Santo, es atestiguado en Roma como uso practicado desde el
con la procesión del "Lumen Christi" se presta sin embargo con faci-
siglo IX. Por lo demás el problema de la bendición del fuego no es
lidad para un nexo visual con la Resurrección de Cristo-luz.
claro, hasta el punto de que ya en los siglos VII y IX se plantean in-
Con todo esto queda siempre menos evidenciado el núcleo central.
De la contemplación del misterio, fundada en la liturgia de la Palabra,
se pasa a una especie de representación visual que terminará por te- 11. "La usanza de Roma es la de iluminar como luz del día la celebración de la noche, para
ner la preponderancia y se desarrollará, en la devoción popular, en inculcar la idea de Cristo-luz. Desde el comienzo de la Vigilia ya hay algunas lámparas encendidas
el Viacrucis. Finalmente la devoción a la Eucaristía, con la intro- y la luz irá aumentando hasta el fin de la celebración. Además, desde el comienzo de la Vigilia se
nota la presencia de dos cirios de la altura de un hombre: se pueden ver a los lados del altar y junto
ducción de la comunión, hizo olvidar totalmente el significado espe- a la fuente bautismal. Al comienzo no reciben ninguna bendición. Con el Ordo XVI (a. 680-775)
cífico del ayuno intrapascual que terminaba solamente con la comu- se tendrá una bendición de estos cirios. En el Ordo XXIII (a. 700-750) la llama para éstos se toma
nión en la noche de Pascua. de la llama "escondida el Viernes Santo". Pero con el Ordo XVII (a. 790) se tiene una bendición
del cirio que se enciende en el fuego escondido el Viernes Santo. El Ordo XXIV (a. 750-775) da
Por lo que respecta a la comunión, el Ordo XXIII (a. 700-750) re- nueve precisiones: el Jueves Santo, a la hora nona, se hace brotar del sílice el fuego junto a la
cuerda también que el Viernes Santo no comulgan ni el Papa ni los puerta de la basílica; se enciende en él una candela llevada en lo más alto de la caña. De este fuego
diáconos; quienes lo deseen, pueden ir a las otras iglesias de Roma y se conserva encendida una lámpara hasta el sábado santo para poder encender el cirio que deberá
bendecirse (parece que éste sea un uso meramente galicano). Se entra en la iglesia con este cirio
comulgar con el pan consagrado en la celebración del Jueves Santo. y se encienden siete lámparas delante del altar, luego es iluminada la iglesia. En este punto se da
comienzo a la celebración de la misa. Durante el oficio de Maitines y Laudes se apagan con
solemnidad estas lámparas. Desde este momento los Ordines mezclan sus usos. En el siglo X, en
Maguncia, la procesión de entrada en la iglesia se realiza de dos modos: uno en silencio, el otro
con un canto: Inventor rutili luminis dux bone" (M. Andrieu, Les ordines romani du haut Moyen-
Age); Cf. los diversos Ordines, comprendido el Ordo I, que es parte integrante del Pontifical
romano-germánico del siglo X. En el siglo XIII encontramos el cirio de tres brazos, suprimido en
la reforma de 1951 (M. Andrieu, Le Pontifical romain au Moyen-Age, Vol. II: Le Pontifical de la
Curie romaine au XHIéme siécle, cittá del Vaticano, 1940, Studi e testi, 88, p. 565).
9. No se olvide la concepción antigua muy realista de la Eucaristía como alimento espiritual;
se afirmaba que ella rompía el ayuno más que cualquier otro alimento, por lo cual no era "Se puede constatar que muchos de estos ritos están inspirados en los usos de Jerusalén, por
conveniente celebrarla y participar en ella con la comunión durante los tiempos de ayuno. Nótese ejemplo el uso del trikérion (caña). El obispo encendía primero tres cirios, después de III los
además, la forma primitiva de la liturgia de la Palabra en la Iglesia de Roma, es decir, las lecturas diáconos y luego toda la asamblea (H. Leclercq, Semaine Sainte, en Dictionnaire d'arrlwotogte
con oraciones como en la tradición sinagogal. chrétienne et de liturgie, 15/1, 1177— 1178, París 1950" (A. Nocent, // significólo del Triduo
10. Cf. Ordo XXII (a. 700-750). pasquale alia luce della storia, en RL 2/1974, p. 204, nota 22).

326 *27
terrogantes12. Mientras en los primeros siglos, como hemos dicho, la inclusive. Al lado de un Triduo de la Pascha, que va del Viernes
Vigilia pascual comenzaba al atardecer del sábado, en la víspera, di- Santo al domingo de Resurrección, se inserta ahora un Triduo de
cen las Constituciones apostólicas (lib. V, c. 19), más tarde, hacia el Pascua que va, a su vez, del lunes al miércoles después de Pascua.
siglo VI, quizás para favorecer mayormente la participación del pue- Esta solución prevaleció en numerosos lugares y parece que a fines
blo, más probablemente para obviar los inconvenientes a que daba del Medioevo fue adoptada un poco por todas partes, por lo menos
ocasión una asamblea nocturna prolongada durante toda la noche, se más allá de los Alpes15.
fueron anticipando progresivamente los ritos de la Vigilia para la
media tarde del sábado13. 5. De la reforma de Pío XII al Concillo Vaticano II
En los siglos VII-X, los Ordines romani XXIII-XXIV y el
Pontifical romano señalan el comienzo de la Vigilia (que en adelante El Triduo sacro comenzó a recuperar su unidad y su sentido, bajo
ya no es "Vigilia") para la hora séptima u octava (es decir, las 13 o el impulso del movimiento litúrgico, con el papa Pío XII. Con los
las 14); advierten, empero, que el Gloria in excelsis Deo, en esa decretos de la Congregación de Ritos del 9 de febrero de 1951 y del
noche (?!) no se comience antes de salir una estrella en el cielo, para 11 de agosto de 1952, fue autorizada ad experimentum por tres años
que el pueblo no sea despedido antes de la medianoche ('"Gloria in en las Iglesias de rito latino, previo el consentimiento del ordinario,
excelsis Deo' ea nocte non incipiatur quam stella appareat in coelum, la celebración de un nuevo Ordo del sábado santo y de la Vigilia pas-
ea scilicet ratione, ne populi ante médium noctis ab ecclesia cual. El experimento obtuvo éxito y logró un amplio consenso. Pío
dimittantur"). A partir del siglo XII la hora del comienzo de la XII entonces, con el decreto Máxima redemptionis nostrae mysteria
Vigilia se anticipa cada vez más, hasta la hora quinta o sexta ( l i o del 16 de noviembre de 1955 y con la Instructio emanada de la
12). Este horario fue mantenido por el Coerimoniale episcoporum y Congregación de Ritos el 1 de febrero de 1957, aprobaba definitiva-
en la práctica, por lo menos desde el tiempo de san Pío V, se anticipa mente el nuevo Ordo que no abarcaba solamente la Vigilia, sino toda
a la hora tercia. El Código de Derecho Canónico de 1917 en cierto la Semana Santa16. En efecto, entre otras cosas se establecía que en la
modo ratificó esto al fijar el término de la Cuaresma al mediodía del mañana del Jueves Santo, después de la hora de Tercia, se celebrara
sábado santo (Cf. Can. 1252, par. 4). la misa crismal, mientras que la misa "in coena Domini" se debía
celebrar en la tarde, en el horario más oportuno, pero no antes de las
Todas estas anticipaciones, evidentemente, terminaron por cinco de la tarde ni después de las ocho. La solemne acción litúrgica
eliminar totalmente la unidad del Triduo y, además, creaban una del Viernes Santo se señalaba para la tarde, hacia las tres y no después
estruendosa contradicción entre las expresiones de los textos de las seis, según las exigencias pastorales. La solemne Vigilia pas-
litúrgicos y el horario en que se pronunciaban en la celebración. "A cual, finalmente, debía celebrarse por la noche, en un horario oportuno
pesar de esto —nota M. Righetti— la Iglesia conservaba sus ritos, para permitir comenzar la misa de la misma Vigilia hacia la media-
los cuales guardaban siempre para los fieles su razón histórico- noche entre el sábado y el domingo de Resurrección. El ayuno
conmemorativa y todo su valor de símbolo y de misterio"14. cuaresmal cesaría así a la medianoche del mismo sábado santo'7.
Por lo demás, tampoco se olvide el hecho de la creación de dos
triduos. Como demuestra B. Fischer en un estudio muy documentado, La reforma decidida por el Concilio Vaticano II encontraba, de
sobre todo en los países transalpinos por razones en parte ligadas a esta manera, un terreno ya preparado para llevar a término la obra
los trabajos agrícolas de primavera, se había creado una celebración comenzada por el papa Pío XII.
pascual que transcurría desde el día de Pascua al miércoles siguiente

12. Ibíd., p. 204 con la citada bibliografía correspondiente. 15. M. Oster, // mistero pasquale nella pastorale, Edizioni Paoline, Roma, 1965, pp. 105-106
con cita del estudio de B. Fischer, Vom einen Pascha-Tríduum zum Doppellriduum der henligen
13. En Roma se tiene una primera mención de esta disciplina cambiada en la carta ad Rubriken, en Paschatis sollemnia, "Miscellanea" para el 709 cumpleaños de J. A. Jungmann.
Senarium del diácono Johannes, después papa Juan I (523-526), en la cual aparece claro que en
aquel período la misa de los neófitos era celebrada el sábado (Cf. M. Righetti, Storia litúrgica. 16. El título de la edición típica de los dos documentos es Ritus pontificans ordinis hebdomadae
L'anno litúrgico, Vol. II, Ancora, Milano, 1969, 3 ed., p. 252). sanctae instaurati, Typis polyglottis Vaticanis MCMLVII.
14. M. Righetti, Op. cit., p. 252. 17. Decreto Máxima Redemptionis nostrae, del 16 de noviembre de 1955, nn. 7-10.

328 329
6. Indicaciones pastorales de la Congregación De manera especial propónganse:
apara el Culto Divino
a) Los cantos para la bendición y procesión de los ramos y para lu eiilrudlt
para celebrar el Triduo pascual
en la Iglesia;
La Carta circular de la Congregación para el Culto Divino 18 da b) los cantos para la procesión de los santos óleos;
oportunas indicaciones pastorales para celebrar el Triduo pascual,
c) los cantos para acompañar la procesión de las ofrendas en la misa en la
las cuales presentamos aquí:
Cena del Señor y el himno para la procesión con que se traslada el Sutilísimo
La Iglesia celebra cada año los grandes misterios de la redención humana Sacramento a la capilla de la reserva;
desde la misa vespertina del jueves en la cena del Señor, hasta las Vísperas d) las respuestas a los Salmos en la Vigilia pascual y los cantos para la
del domingo de Resurrección. Este espacio de tiempo es acertadamente aspersión con el agua.
llamado el "Triduo del Crucificado, del Sepultado y del Resucitado" y
Prepárense melodías adecuadas para facilitar el canto para los textos de la
también Triduo pascual, porque con su celebración se hace presente y se
historia de la Pasión, del "pregón" pascual y de la bendición con el agua
realiza el misterio de la Pascua, es decir, el paso del Señor de este mundo al
bautismal. En las iglesias mayores empléese el tesoro abundante de la
Padre. Con la celebración de este misterio la Iglesia, mediante los signos
música sagrada tanto antigua como moderna; pero garantícese siempre la
litúrgicos y sacramentales, se asocia en íntima comunión con Cristo su
debida participación del pueblo.
esposo.
Es muy conveniente que las pequeñas comunidades religiosas ya clericales,
Es sagrado el ayuno pascual de estos dos primeros días del triduo, cuando,
ya no clericales y las demás comunidades laicales tomen parte en las cele-
según la tradición primitiva, la Iglesia ayuna "porque el esposo le ha sido
braciones del Triduo sacro en las iglesias mayores. Asimismo, dondequiera
quitado". El viernes de la Pasión del Señor el ayuno debe ser observado en
que resulte insuficiente el número de participantes, de ministros y de cantores,
todas partes junto con la abstinencia y se aconseja prolongarlo también el
las celebraciones del Triduo pascual omítanse y losfielesreúnanse en alguna
sábado santo, de modo que la Iglesia, con el alma abierta y elevada, pueda
iglesia más grande. Igualmente, donde varias parroquias pequeñas están
llegar al gozo del domingo de Resurrección.
confiadas a un solo presbítero, es conveniente que, en cuanto sea posible, sus
Se recomienda la celebración comunitaria del Oficio de lecturas y de las fieles se reúnan en la iglesia principal para participar en las celebraciones.
Laudes matutinas el viernes de la Pasión del Señor y también el sábado Para el bien de losfieles,donde al párroco le está encomendado el cuidado
santo. Conviene que participe en ellos el obispo, en cuanto sea posible en la pastoral de dos o más parroquias, en las cuales los fieles participan en gran
iglesia catedral, con el clero y el pueblo. Este oficio, anteriormente llamado número y pueden desarrollarse las celebraciones con el debido cuidado y
"de tinieblas", conserve el debido lugar en la devoción de los fieles, para solemnidad, los mismos párrocos pueden repetir las celebraciones del Triduo
contemplar en piadosa meditación la Pasión, Muerte y sepultura del Señor, pascual, respetando todas las normas establecidas.
en espera del anuncio de su Resurrecc'ón.
Afinde que los alumnos de los seminarios puedan "vivir el Misterio Pascual
Los textos litúrgicos de los cantos, destinados a favorecer la participación del de Cristo de modo que sepan iniciar en él al pueblo que les ha de ser
pueblo, no se omitan fácilmente; sus traducciones en lengua vulgar vayan confiado", es necesario que ellos reciban una plena y completa formación
acompañadas de las correspondientes melodías, si aún no están disponibles litúrgica. Es muy conveniente que los alumnos, durante los años de su
estos textos en lengua vulgar para una liturgia cantada, mientras tanto preparación en el seminario, experimenten las formas más ricas de
escójanse otros textos semejantes a ellos. Provéase oportunamente a redactar celebración de las fiestas pascuales, especialmente de las presididas por el
un repertorio propio para estas celebraciones, que se utilicen solamente obispo (nn. 38-43).
durante su realización.

18. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de las
fiestas pascuales, 16 de enero de 1988; texto latino e italiano en L'Osservatore romano del 21 de
febrero de 1988; texto latino también en Notitiae 259/1988, pp. 81-107.

330 331
7. Opinión discutible Poner en discusión este lenguaje significa eliminar tk- la rale
quesis ante todo la Escritura.
Ante la real y más que comprobada dificultad pastoral para obte- Si, pues, debemos volver a la "dramatización de los aconteci-
ner una participación consciente, viva y activa de los fieles en los mientos de la Pasión" —y aquí sería interesante saber cuál sentido
ritos del Triduo pascual y, en especial, de la Vigilia del sábado, al- se da al término "dramatización"— no es sino volver al Medioevo
guien cree encontrar la causa de esta dificultad en la interpretación que en esto fue maestro incomparable, pero enterrando el significado
tipológica del acontecimiento pascual. También hoy, se afirma, co- sacramental de la liturgia.
mo en los primeros siglos, la liturgia pascual vive de tipología. La
interpretación tipológica de la Escritura, por tanto, inclusive de los
datos litúrgicos estaría "privada de concreción y confiabilidad". Se
sugiere, entonces, el remedio. Puesto que el Triduo pascual se formó
rompiendo la unidad de la celebración pascual, hoy la pastoral iría
en una dirección opuesta, pues parece mucho más importante que la
celebración conserve plenamente la unidad de la obra de la redención
y del misterio de Cristo.
Entonces, ¿qué camino emprender? La respuesta es realmente
sorprendente y la presentamos literalmente: "Para obtener este re-
sultado no hay que realizar ninguna forma vistosa; es suficiente tener
como fondo la instancia de la dramatización de los acontecimientos
de la Pasión, para restituir al Triduo su pleno carácter pascual. El
Jueves Santo conmemoramos la Pascua ritual, el Viernes la Pascua-
Pasión y en la Vigilia pascual la Pascua-Resurrección"19.
No parece que se pueda compartir esta estrambótica propuesta.
La tipología en el sentido bíblico estricto y auténtico se tiene en
el nivel de historia y no de ideas con interpretaciones alegóricas
fantasiosas, aunque algunos Padres de la Iglesia hayan caído en el
alegorismo20.
El lenguaje de los hechos y de su relación recíproca (tipología)
en la unidad del plan de Dios es un lenguaje universal y al alcance
de toda inteligencia. Es el lenguaje de la Biblia, y, por tanto, también
de la liturgia.

19. Cf. RL 5/1989, número monográfico sobre el Triduo pascual. Para este punto ver el
artículo: Dalla sloria del Triduo pasquale ai problemi liturgico-paslorali di oggi, pp. 529-540; la
cita, p. 540.
20. Para un estudio profundizado de la relación entre Antiguo y Nuevo Testamento Cf. la
siguiente bibliografía: B. De Margene, ¡nlroduzione alia sloria dell'esegesí, 3 Vols., Borla, Tori-
no, 1983-1986; P. Grech, voz Ermeneulica, en Nuovo dizionario di teología bíblica a cargo de P.
Rossano — G. Ravasi — A. Girlanda, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo 1988; en el mismo
Nuovo dizionario Cf. también la voz Teología bíblica; H. De Lubac, Esegesi medioevale, 2 Vols.,
Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1972; P. Grech, Ermeneulica dell'ATnel NT, P.U.G., Roma,
1977.

332
333
Capítulo XIX No puede entrar en el espíritu de la celebración litúrgica de estos
días, en el misterio profundo de la Pascua, aquel que se queda sola-
mente en algunos puntos parciales de las celebraciones, en detalles
COMIENZO DEL TRIDUO PASCUAL: históricos (aunque éstos hayan influido en la formación de los ritos),
LA MISA VESPERTINA en el aspecto devocional hacia cada uno de los momentos de la Pa-
sión y de la vida gloriosa del Señor. Puede entrar en el misterio, con
"IN CENA DOMINI" la gracia del Espíritu Santo, solamente aquel que se sitúa desde el
punto de vista bíblico-tipológico y se esfuerza por captar la unidad
y la totalidad del Misterio Pascual (por ejemplo los signos dados por
Cristo; el signo de Jonás en el vientre del cetáceo; el templo destruido
y reedificado en tres días, etc.).
San Ambrosio, apoyándose en la tipología de la reconstrucción
del templo en tres días, dice: "Es preciso que observemos no sólo el
día de la Pasión, sino también el de la Resurrección, de modo que
1. La Pascua celebrada en tres días tengamos un día de amargura y también un día de gozo, de modo
que ayunemos en aquel día y estemos saciados en este otro... Este es
De la unidad de visión del Misterio Pascual depende también el el Triduo sacro... durante el cual Cristo sufrió, descansó y resucitó:
sentido unitario de la celebración del Triduo pascual. Este Triduo es respecto al cual dice El: 'Destruid este templo y yo lo reedificaré en
la realidad misma de la Pascua del Señor celebrada sacramentalmente tres días'"2.
en tres días: el Viernes Santo celebra la Pasión; el sábado santo la
sepultura; el domingo la Resurrección. Cada día del Triduo reclama
al siguiente y se abre al otro como la idea de la Resurrección supone 2. Significado de la misa vespertina
la de la Muerte. El centro de gravedad de los tres días es la Vigilia "in Cena Domini"
pascual con la celebración eucarística.
Las Normas generales para el ordenamiento del año litúrgico La reforma del misal y del año litúrgico ordenada por el Concilio
precisan que "el Triduo pascual de la Pasión y de la Resurrección del Vaticano II, como ya dijimos, pone la misa "in Cena Domini" como
Señor comienza con la misa en la Cena del Señor, tiene su centro en apertura de la celebración de la "bienaventurada Pasión", y de este
la Vigilia pascual y termina con las Vísperas del Domingo de Resu- modo restablece la unidad del Triduo pascual. Este vuelve a quedar
rrección" (n. 19). inalterado en sus términos de los "tres días" que nos presentan los
El Jueves Santo, como se nota, no hace parte del Triduo y vuelve límites de tiempo en los cuales se llevó a cabo el misterio redentor
a ser, como era antiguamente, el "día antecedente a la Pascua" o más y en este sentido no puede incluir el Jueves Santo. En efecto, éste
sencillamente todavía el "jueves de la última semana de Cuaresma"1. nos da el momento sacramental del mismo misterio, o sea lo actualiza
y perpetúa su presencia a través de todos los tiempos. Así, mientras
1. San Agustín, Epist. 54, 5-6, PL 33, 202. S. Marsili hace notar el hecho, ya destacado en el
el Triduo nos presenta la realidad del Misterio Pascual único y
capítulo precedente de este volumen, de que el Jueves Santo, desde el siglo IV, adquirió una nueva unitario en su dimensión histórica, el Jueves Santo nos lo transmite
importancia. "En efecto —dice él—, es el momento en el cual el misterio de Cristo, hasta entonces en su dimensión ritual3. Se debería evitar presentar a los fieles esta
concentrado en la Pascua anual y semanal, (miércoles-viernes-domingo), va desdoblándose en los
diversos misterios del año litúrgico (Epifanía-Navidad, Ascensión), y así también la última cena Eucaristía como "misa de la comunión pascual". Después de todo lo
del Señor recibe una celebración litúrgica que modifica el primitivo carácter cuaresmal del Jueves que hemos precisado en el capítulo precedente, la verdadera Euca-
Santo y lo convierte en un día pascual en sentido estricto, sin entrar empero en el Triduo pascual"
(// Triduo sacro e il giovedi sanio, en RL 1/1968, 28); Cf. R. Cantalamessa, La Pasi/un deila nostra
salvezz", Marietti, Torino, 1971, pp. 141-142; y las óptimas reflexiones teológico-litúrgicas sobre 2. San Agustín, Episl. 23, 12-13, PL 16, 1030.
el Triduo pascual de A. Donghi, Morto e risorto serondo le Scriiiure, Edizioni Paoline, Cinisello
Balsamo, 1987. 3. S. Marsili, Le, p. 37.

334 335
ristía de la Pascua es la de la Vigilia del sábado en la noche. Lo que la une a la Pascua. Pero existe una diferencia: mientras el rito hebreo
más bien debe remarcarse de la celebración de la misa "in Cena se refiere a una Pascua que, siendo evento histórico (liberación de
Domini" es la "dimensión ritual", es decir, el rito memorial que hace Israel de Egipto), es esencialmente simbólica, por estar orientada
presente el Misterio Pascual de Cristo. hacia la futura liberación "mesiánica", el rito realizado por Cristo
(pan-vino = cuerpo de Cristo, verdadero cordero pascual, y sangre
En el rito de la cena que Jesús nos mandó celebrar en memoria de la verdadera alianza en relación con la alianza del Sinaí,
suya, nos dio su propio sacrificio pascual. La Iglesia, por voluntad conclusiva de la Pascua del Éxodo) es el memorial, la presencia de
de Cristo, repite la cena para perpetuar la Pascua. la Pascua verdadera, que se realiza en el "paso" redentor de Cristo
La instrucción general del misal romano dice: "En la última cena y es el anuncio de la redención completa, que se realizará cuando
Cristo instituyó el sacrificio y banquete pascual, por medio del cual "todos los hombres" hayan celebrado la "Pascua de Cristo". Jesús,
se hace continuamente presente en la Iglesia el sacrificio de la cruz en efecto, habla de su sangre derramada por todos para la remisión
mientras el sacerdote, que representa a Cristo Señor, hace lo que el de los pecados (Mt 26, 28).
Señor mismo hizo y encomendó a sus discípulos para que lo hicieran Por tanto puede concluirse con S. Marsili: "El 'Triduo' de la Pas-
en memoria suya. En efecto, Cristo tomó el pan y el cáliz, dio gra- cua de Cristo nos une en sentido real, pero en posición temporal, con
cias, partió el pan y lo dio a sus discípulos diciendo: "Tomad, comed, la redención obrada por el Señor; el 'jueves de la Cena del Señor',
bebed; esto es mi cuerpo; éste es el cáliz de mi sangre. Haced esto en la celebración pascual de su cuerpo y de su sangre inmolados por
en memoria mía". Por eso la Iglesia dispuso toda la celebración de nosotros en sacrificio, nos pone en comunión real, pero en un plano
la liturgia eucarística en varios momentos, que corresponden a estas sacramental, con la misma redención"5.
palabras y gestos de Cristo" (n. 48).
El misal de Pablo VI da a esta celebración eucarística un carácter
Celebrar la Pascua, fundamentalmente, significa celebrar el rito festivo, unitario y comunitario:
eucarístico. Para ser exactos, debemos de hecho considerar cuatro
"Según una antiquísima tradición de la Iglesia —dicen las rú-
Pascuas de la historia de la salvación:
bricas— en este día están prohibidas todas las misas sin pueblo. En
a) La Pascua del Señor, es decir, el paso salvífico del Señor en la tarde, en la hora más oportuna, se celebra la misa "in Cena Do-
la noche de la salida de Egipto; mini", con la participación plena de toda la comunidad local; los sa-
b) la Pascua de los judíos: es decir, la celebración del "memorial" cerdotes y ministros desempeñan en ella su propio oficio. Los sa-
o memoria objetiva realizada con el rito de la cena pascual (Cf. Ex cerdotes que ya han celebrado en la misa crismal o por utilidad de
12, 14; 13, 8-9); los fieles, puede nuevamente concelebrar en la misa vespertina.
c) la Pascua de Cristo: a saber, la inmolación en la cruz, "su paso Donde motivos pastorales lo exijan, el ordinario del lugar podrá con-
de este mundo al Padre" (Jn 13, 1) por su Pasión y Resurrección; ceder la celebración de otra misa en las iglesias y oratorios públicos
o semipúblicos en las horas vespertinas y, en caso de verdadera ne-
d) la Pascua de la Iglesia celebrada sacramentalmente, "in mys- cesidad, también en la mañana: pero solamente en favor de aquellos
terio", anualmente, pero también semanal y diariamente en el rito fieles que de ninguna manera pueden participar en la misa vespertina.
eucarístico4. No se pueden hacer estas celebraciones en favor de personas privadas
El rito pascual tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo o en detrimento de la misa vespertina principal. La santa comunión
está en estrecha relación con la Pascua histórica de la cual es me- a los fieles solamente puede dárseles durante la misa; sin embargo a
morial eficaz, presencia real de la salvación y anuncio de su rea- los enfermos se les podrá llevar a cualquier hora del día".
lización definitiva (dimensión escatológica). Estas aclaraciones muestran la voluntad de la Iglesia de hacer
La cena pascual de Cristo no tiene otro significado. Insertada en converger la atención de cada comunidad local a esta misa para que
el ritual de la cena pascual hebrea, toma de ésta la triple relación que
4. Cf. R. Cantalamessa, Op. cit., p. 5. 5. S. Marsili, Le, p. 37.

336 tw
aparezca, también en el signo externo, una celebración que tiene por c) En la segunda lectura (ICo 11, 23-26) el apóstol l'ahln rm*. <tn
sujeto el Pueblo de Dios reunido por aquel sacrificio de Cristo que la descripción y el sentido de la cena pascual cristiana, celebrada pui
ora y es hecho sacramentalmente presente en el signo de la cena. mandato del Señor: no un alimento cualquiera, aunque con canictci
religioso, sino un banquete sacrificial y pascual indisolublemenU'
Significativamente la celebración se abre con el canto de un texto ligado al sacrificio de Cristo, verdadero cordero muerto y glorificado
paulino (Ga 6, 14) que expresa el carácter pascual de la vida cristiana: por nuestros pecados y por tanto nuestra verdadera Pascua; un
una vida que se gloría de la cruz del Señor Jesús el único en quien banquete signo de la nueva y definitiva comunión con Dios y entre
se encuentra la salvación: "Líbreme Dios de gloriarme si no es en la los nombres por medio de Cristo (la nueva alianza); rito memorial
cruz de Jesucristo, nuestro Señor: El es nuestra salvación, vida y de la Muerte salvífica del Señor hasta su venida.
Resurrección; por medio de El hemos sido salvados y liberados".
d) El Evangelio (Jn 13, 1-15) está estrechamente ligado a las dos
lecturas precedentes y las ilumina con la figura de Cristo que, siendo
3. La liturgia de la Palabra Señor y maestro, se hace siervo, lavando los pies a los apóstoles.
Este gesto de Jesús es mucho más que un acto de humildad. Es un
Las lecturas nos hablan del rito pascual del Antiguo y del Nuevo gesto mediante el cual el Señor quiere hacer comprender el sentido
Testamento teniendo como centro la cena pascual celebrada por profundo de su misión redentora: un servicio de amor a Dios y a los
Jesús con los apóstoles, la cual hace de bisagra entre la Pascua ritual hombres que llega a su vértice en la Pasión y Muerte: "No he venido
hebrea y la cristiana. para ser servido, sino para servir y dar la vida en rescate por muchos"
(Me 10, 45). No por casualidad Jesús realiza este humilde servicio
a) La primera lectura (Hb 12, 1-8.11-14) narra la institución del "la noche en que iba a ser entregado". Juan introduce el gesto y lo
rito memorial de los acontecimientos del Éxodo que anunciaron y subraya con fuerza y solemnidad de lenguaje (Cf. Jn 13, 1).
prefiguraron la Pascua de Cristo: la inmolación del cordero por me-
dio del rito de la cena por parte de toda la asamblea de la comunidad Estamos ante el doble don de la caridad de Cristo cumplido en el
de los hijos de Israel a la caída del sol, como víctima pascual en día típico de la "traditio", de la entrega suprema: Jesús ha sido entre-
honor del Señor (vv. 6 y 11); el paso del Señor en la noche para herir gado a la muerte por nuestros pecados; ha entregado a los suyos el
a los primogénitos de Egipto (v. 12); el día memorial distintivo para precepto y el sacramento del amor.
perdonar las casas de los hijos de Israel (v. 13); el día memorial de Es importante entender, para la vida cristiana, el estrecho e irrom-
la Pascua que había de celebrarse como una fiesta en honor del Señor pible vínculo que el Evangelio pone entre estos elementos: el servicio;
por todas las generaciones (v. 14)6. la caridad fraterna; la Pasión del Señor; la celebración eucarística.
b) El Salmo responsorial. La Iglesia reunida en el Espíritu Santo Los textos del Nuevo Testamento nos recuerdan concordemente
para celebrar la cena del Señor responde a la Palabra de Dios con un que la celebración del "servicio" y de la humillación del Señor en la
Salmo de acción de gracias por el gran beneficio recibido en el don misa invitan a la imitación del ejemplo de Cristo en la vida personal:
de la Eucaristía. Es el Salmo 115 (vv. 12-13; 15-16bc, 17-18). "Os he dado el ejemplo, para que como yo he hecho también hagáis
vosotros" (v. 15). La práctica del mandamiento de la caridad fraterna
El estribillo del Salmo, para ser cantado por toda la asamblea (el es el verdadero signo de la Pascua de Jesús, hecha nuestra en el sa-
texto de Pablo: ICo 10,16), quiere ser una celebración del nacimiento cramento y expresada en la vida. En otras palabras, es el "signo" de
del cáliz, es decir, del día en que Cristo toma el cáliz de su sangre, nuestro paso de la muerte a la vida. Lo afirma san Juan: "Nosotros
el verdadero cáliz de la salvación, y lo entrega a su Iglesia: "Tu cáliz, sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida [hemos hecho Pas-
Señor, es don de salvación". cua], porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en
la muerte" (Un 3, 14).
6. Esta lectura de Éxodo 12, en la Iglesia antigua y sobre todo en la oriental por parte de los e) En este contexto aparece el rito del lavatorio de los pies. Des-
cuartodecimanos, se hacía en la Vigilia pascual. Es láslima que en la reforma litúrgica de la Vigilia de los tiempos de san Agustín el Jueves Santo se practicaba común-
no haya sido incluido este texto pascual fundamental.

338 3 i()
mente el lavatorio de los pies. La reforma litúrgica de Pío XII de petúa la memoria hasta su venida: "Verdadero y eterno Sacmlou-,
1955 permitió que este rito pudiera realizarse después de la homilía El (Cristo) instituyó el rito del sacrificio perenne; primero El se ofre-
en todas las iglesias donde se celebrara la misa "in Cena Domini". ció a ti como víctima de salvación y nos ordenó perpetuar la ofrenda
Pues hasta entonces, el rito estaba reservado sólo a las iglesias cate- en memoria suya. Su cuerpo inmolado por nosotros es nuestro ali-
drales. Este gesto condensa y expresa un rico contenido proclamado mento y nos fortalece, su sangre, derramada por nosotros, es la be-
por la liturgia de la Palabra y actualizado por la Eucarística: la bida que nos redime de toda culpa".
sangre de la alianza, la unidad en la caridad de los redimidos por la De esta manera aparece evidente el carácter sacramental, sa-
sangre de Cristo, el mutuo servicio en la humildad y en la caridad. crificial y escatológico propio de toda celebración eucarística: la mi-
El rito debe, por tanto, ayudar a comprender mejor el grande y sa es proclamación eficaz de la muerte salvífica de Cristo hasta su
fundamental precepto de la caridad fraterna. Si, en cambio, debe ser venida (Cf. ICo 11,20).
solamente una representación más o menos escénica, sentimental y c) El canon romano, que conviene utilizar en esta celebración eu-
privada de autenticidad, es mejor dejarla de lado y cambiarla por un carística, tiene algunas variantes que subrayan el "hoy" de la liturgia.
gesto más verdadero y concreto de ejercicio de caridad: por ejemplo Algunas (por ejemplo la de la narración de la cena con su "hoc est
la presentación de ofrendas para los pobres al comienzo de la liturgia hodie") son mucho más expresivas en el texto latino que en la tra-
eucarística. ducción italiana.
La primera variante la encontramos en las oraciones de inter-
4. Los textos de la oración de la Iglesia cesión: "En comunión con toda la Iglesia, celebramos el día san-
tísimo en el cual Jesucristo nuestro Señor fue entregado a la muerte
a) Las oraciones. Las tres oraciones del nuevo misal promulgado por nosotros". "Acepta benignamente, Señor, la ofrenda que te pre-
por Pablo VI sustituyen a las del antiguo misal de san Pío V y son sentamos nosotros tus siervos y toda tu familia, en el día en que Je-
mucho más adaptadas a la índole de esta celebración. En efecto su- sucristo nuestro Señor entregó a sus discípulos el misterio de su
brayan el aspecto sacrificial y nupcial del banquete eucarístico; su cuerpo y de su sangre, para que lo celebráramos en su memoria".
carácter de "memorial" del sacrificio del Señor; en fin, se pide a
Dios que por la celebración de este misterio, logremos plenitud de La otra variante la encontramos en la narración de la institución:
caridad y de vida y ser un día acogidos entre los comensales en el "Este día, víspera de su Pasión, sufrida para la salvación nuestra y
glorioso banquete del cielo. de todo el mundo, El tomó pan, etc.".
Colecta: "Oh Dios, que nos has reunido para celebrar la santa ce- d) La presentación de las ofrendas va acompañada del canto del
na en la cual tu único Hijo, antes de entregarse a la Muerte, confió himno de los ágapes cristianos, tan rico de contenido y de significado
a la Iglesia el nuevo y eterno sacrificio, convite nupcial de su amor, en esta liturgia de la cena del Señor: "Ubi caritas et amor, Deus ibi est".
haz que por la participación en tan gran misterio, alcancemos plenitud Finalmente, la antífona de la comunión presenta el texto paulino
de caridad y de vida". (ICo 11, 24-25) de la institución eucarística: "Esto es mi cuerpo,
Sobre las ofrendas: "Concede a tus fieles, Señor, participar dig- entregado por vosotros; este cáliz es la nueva alianza en mi sangre",
namente en los santos misterios, ya que cada vez que celebramos es- dice el Señor. "Haced esto cada vez que lo toméis, en memoria mía".
te memorial del sacrificio del Señor, se cumple la obra de nuestra Al escoger otros cantos apropiados —como está permitido— es
redención". conveniente que los mismos reflejen de alguna manera el contenido
Después de la comunión: "Padre omnipotente, que en la vida de estos textos propuestos, para no traicionar el aspecto específico
terrena nos nutres en la cena de tu Hijo, acógenos como comensales de esta celebración inicial del Triduo pascual.
tuyos en el banquete glorioso del cielo". Toda la celebración, pues, esté embebida en una tónica de gozo;
b) El prefacio. El motivo de la acción de gracias es el sacerdocio también Jesús estaba contento aquella tarde: "He deseado grande-
eterno, el sacrificio de Cristo con su sacramento, la misa, que per- mente comer esta Pascua con vosotros antes de padecer" (Le 22, 15)

340 341
y reveló a los apóstoles aspectos del misterio cristiano para alegna las palabras: "Haced esto en memoria mía", es un rito convivial y
de ellos: "Os he dicho estas cosas a fin de que en vosotros permanezca sacrificial que obtiene de la cruz todo su valor. El pan y el cáliz so-
mi alegría y vuestra verdadera alegría sea plena" (Jn 15, 11). bre los cuales Jesús pronunció su oración de bendición son el signo
de su sacrificio y comunican el fruto de su muerte. Esta muerte es la
del "siervo" que reconcilia en la comunión (koinonía) del Espíritu
5. La adoración de la Eucaristía Santo al hombre con el Padre, con los hermanos y con toda la crea-
Al término de la celebración de la misa, las sagradas especies son ción (Cf. Rm 8, 13-25).
trasladadas procesionalmente mientras se canta el himno eucarístico Por eso el gesto de la última cena compendia e interpreta toda la
Pange lingua, a un lugar debidamente preparado, para ser colocadas vida y la misión de Jesús, que culminan en su muerte violenta,
en un tabernáculo, adoradas y conservadas para la comunión del aceptada por amor del Padre y de los hermanos a fin de reunirlos con
Viernes Santo. La Iglesia en esta tarde consagrada al recuerdo de la vínculos nuevos y definitivos.
institución de la Eucaristía, con el signo de la adoración quiere su- La celebración de la cena del Señor es el encuentro más fuerte de
brayar también este aspecto derivado y dependiente de la celebración la comunidad creyente con el Resucitado y con los hermanos en el
de la misa: la presencia permanente de Cristo bajo las especies eu- mismo amor del Padre celestial. Pero esto no se logra de modo
carísticas. mágico o milagrista. Con la ayuda de la gracia exige una apertura al
Este sacramento, en efecto, como dice el Concilio de Trento, "no don del amor de Jesús "siervo", que muere para liberarnos del pe-
debe ser menos adorado por el hecho de haber sido instituido por cado y de los egoísmos y hacernos encontrar entre nosotros con rela-
Cristo Señor para ser recibido" (Denz. 878). ciones nuevas que excluyen cualquier discriminación. No podemos
abrirnos a este amor sin la fe y la conversión a la pobreza de corazón
El Jueves Santo la Iglesia nos ayuda de esta manera a "considerar
el misterio eucarístico, en toda su amplitud, tanto en la misma cele- según el Evangelio. La celebración eucarística es punto de partida
bración de la misa como en el culto de las sagradas especies, que se siempre nuevo para vivir en niveles cada vez más plenos y profundos
conservan después de la misa para extender la gracia del sacrificio" la comunión con el Padre y con los hermanos que El fundamenta.
(EM 3g). En la Eucaristía Cristo edifica su Iglesia; de la Eucaristía debemos
asumir aquellas actitudes de vida con las cuales Jesús renovó y salvó
La adoración debe terminar hacia la medianoche para respetar el a la humanidad.
significado de la celebración propia de estos días. A esta hora el
Los Hechos de los apóstoles presentan la "comunión fraterna" no
recuerdo de la Eucaristía es reemplazado por el de la traición, del
sólo como uno de los componentes de la comunidad cristiana junto
prendimiento, de la Pasión y de la Muerte de Cristo. Por eso termina
a la "enseñanza de los apóstoles", sino también como una condición
oportunamente la adoración eucarística. Tiene comienzo el Triduo
para la "fracción del pan".
pascual del viernes-sábado-domingo. Nuestra piedad debe ser
siempre verdadera también en sus signos externos. Para que una comunidad cristiana —afirma S. Lyonnet— pueda
celebrar dignamente el misterio eucarístico, no basta que un cierto
número de fieles sean asiduos en escuchar la predicación de Cristo
6. Toda comunidad cristiana y se reúnan en determinados momentos (el domingo) para ofrecer al
es juzgada por la Eucaristía que celebra Señor un culto público; es necesario que se esfuercen por formar
entre ellos, durante toda la semana, una verdadera comunidad, una
La liturgia de la misa "in Cena Domini" plantea un problema fun- verdadera familia cuyos miembros se consideren como verdaderos
damental: toda comunidad está bajo el juicio de la Eucaristía que hermanos7.
celebra. Cristo en la última cena realiza una de aquellas acciones
proféticas, típicas de la Biblia, con la cual anuncia, hace presente —
7. Cf. S. Lyonnet, Eucaristía e vita cristiana, Ed. Giac, Roma, 1968, p. 79. Para el tema sobre
anticipándola de modo misterioso— la muerte cruenta en el Calvario. la Eucaristía, centro y forma de la vida de la Iglesia, Cf. C. M.Martini, Attireró tutti a me, Centro
Por tanto el rito que instituye y que manda repetir a los apóstoles con Ambr. Doc. e Studi Religiosi, Milano, 1982.

342 343
Si llega a faltar esta apertura de fe y de conversión para aceptar 7. Indicaciones litúrgico-pastorales
el nuevo modo de vivir con todos los nombres, fundado en el amor para la celebración de la misa vespertina
de Cristo que se da hasta la muerte por la humanidad, entonces no en la Cena del Señor
se puede celebrar la Eucaristía, porque "no es aquel el modo de co-
mer la cena del Señor" (ICo 11, 20)8. "Puesto que el que come y También para la celebración del comienzo del Triduo pascual la
bebe, sin reconocer el cuerpo del Señor, come y bebe su propia Carta circular de la Congreación para el Culto Divino 9 dio orienta-
condenación" (Ibíd., v. 29). ciones precisas y oportunas:
Esta advertencia del apóstol Pablo ha sido reducida casi exclu-
Con la misa celebrada en las horas vespertinas del Jueves Santo, la Iglesia
sivamente a la dimensión individual, pero el sentido es sobre todo
da comienzo al Triduo pascual y tiene el cuidado de hacer memoria de
comunitario. La celebración de la cena eucarística es el lugar y el
aquella última cena, en la cual el Señor Jesús, la noche en que iba a ser
criterio para verificar la vida de la comunidad cristiana, en otras pa-
entregado, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó
labras, es el momento para verificar si sabemos "hacer Iglesia". En
hasta el extremo, ofreció a Dios Padre su cuerpo y sangre bajo las especies
la misa la ekklesía es construida por Cristo; en la misa la ekklesía
de pan y de vino, los dio a los apóstoles como alimento y les ordenó a ellos
debe confrontarse con Cristo. Se trata, entonces, de celebrar la Eu-
y a sus sucesores en el sacerdocio hacer su ofrecimiento.
caristía como "anuncio de la muerte del Señor hasta que vuelva"
{Ibíd., v. 26) por parte de una comunidad que expresa con la vida, y Toda la atención del alma debe dirigirse a los misterios que de manera
no solamente con palabras, el sentido salvífico y liberador de la especial se recuerdan en esta misa: la institución de la Eucaristía, la
muerte del Señor. Una comunidad que hoy vive, como la de Corinto, institución del Orden sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad
con expresiones y con estructuras inspiradas en los egoísmos que di- fraterna: todo esto ha de explicarse en la homilía.
viden y que sacrifican al hombre, no puede celebrar coherentemente La misa en la cena del Señor se celebra en las horas vespertinas, en el tiempo
la Eucaristía. Es necesario ponerse en actitud de conversión. más oportuno para una plena participación de toda la comunidad local.
Todos los presbíteros pueden concelebrarla, aunque hayan concelebrado en
Por tanto, colocar el acento como algunos han pretendido, en una
este día la misa de los óleos, o hayan tenido que celebrar otra misa para
mera reforma individual, dejando intactas las divisiones existentes
en el nivel colectivo y de estructura, sería vaciar de su sentido el utilidad de los fieles.
anuncio del Evangelio que por su propia naturaleza debe hacer nacer En los lugares en donde lo exijan motivos pastorales, el ordinario del lugar
la Iglesia como signo de una humanidad que se esfuerza por vivir la puede permitir la celebración de otra misa en las iglesias u oratorios, en las
liberación realizada por Cristo. horas vespertinas y, en caso de verdadera necesidad, también en la mañana,
pero solamente para los fieles que de ninguna manera pueden tomar parte en
Solamente así "en el sacrificio eucarístico (la comunidad cristia-
la misa vespertina. Sin embargo, evítese que estas celebraciones se hagan en
na) pasa incesantemente al Padre en unión con Cristo y, verdadera-
favor de personas privadas o de pequeños grupos particulares, y que tampoco
mente alimentada con la Palabra de Dios, da testimonio de Cristo"
sean obstáculo para la misa principal. Según una antiquísima tradición de la
(AG 15).
Iglesia, en este día se prohiben todas las misas sin pueblo.
Antes de la celebración el tabernáculo debe estar vacío. Las hostias para la
comunión de losfielessean consagradas en la misma celebración de la misa.
Conságrese en esta misa suficiente cantidad de pan para hoy y el día
siguiente.

8. Lamentablemente la perícopa paulina (ICo 11, 17-34) no está completa en la liturgia de la 9. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de las
Palabra de la misa "in Cena Domini", y se reduce solamente a los versículos que presentan la fiestas pascuales, enero 16 de 1988; texto latino e italiano en L'Osservalore romano del 21 de
institución eucarística. Queda faltando el motivo por el cual Pablo llama la atención sobre el febrero de 1988; texto latino también en Notiliae 259/1988, pp. 81-107.
significado de la cena del Señor.

344 345
Resérvese una capilla para conservar el Santísimo Sacramento y adórnese de adoración del Santísimo Sacramento solemnemente guardado allí rslt* din
modo conveniente, para que pueda favorecer la oración y la meditación: se Durante la adoración eucarística larga puede leerse cualquier parle del
recomienda el respeto de aquella sobriedad que conviene a la liturgia de Evangelio de Juan (ce. 13-17). Después de la medianoche la adoración
estos días, evitando o quitando todo abuso en contrario. Si el tabernáculo es hágase sin solemnidad, dado que ha comenzado ya el día de la Pasión del
colocado en una capilla separada de la nave central, conviene que en ella se Señor.
prepare el lugar para la reposición y la adoración. Terminada la misa, se despoja el altar de la celebración. Conviene cubrir las
Durante el canto del himno "Gloria a Dios" se tocan las campanas. Terminado cruces de la iglesia con un velo de color rosado o morado, a menos que ya
el canto, no se tocarán más hasta la Vigilia pascual, según las costumbres hayan sido cubiertas el sábado anterior al domingo V de Cuaresma. Ño
locales; a no ser que la Conferencia Episcopal o el ordinario del lugar pueden encenderse luces delante de las imágenes de los santos (nn. 44-57).
establezcan de otra manera, según la oportunidad. Durante este tiempo el
órgano y los demás instrumentos musicales pueden emplearse solamente
para sostener el canto.
El lavatorio de los pies, que por tradición se hace en este día a algunos
hombres escogidos, tiene como objeto significar el servicio y la caridad de
Cristo, que vino "no para ser servido, sino para servir". Conviene que esta
tradición sea conservada y explicada en su significado propio.
Durante la procesión de las ofrendas, mientras el pueblo canta el himno
"Donde hay caridad y amor", pueden ser presentados los dones para los
pobres, especialmente los recogidos durante el tiempo cuaresmal como
frutos de la penitencia.
Para los enfermos que reciben la comunión en casa, es más conveniente que
la Eucaristía, tomada de la mesa del altar en el momento de la comunión, les
sea llevada por los diáconos, o acólitos, o ministros extraordinarios, para que
así puedan unirse de una manera más intensa a la Iglesia que celebra.
Terminada la oración después de la comunión se forma la procesión que, a
través de la iglesia, acompaña al Santísimo Sacramento al lugar de la
reposición. Abre la procesión el crucifero; se llevan los cirios encendidos y
el incienso. Entretanto se canta el himno Tange lingua u otro canto
eucaristico. La procesión y la reposición del Santísimo Sacramento no se
pueden hacer en aquellas iglesias en donde el Viernes Santo no se celebra la
Pasión del Señor.
El Sacramento guárdese en un tabernáculo cerrado. No se puede nunca hacer
la exposición con el ostensorio. El tabernáculo o urna no debe tener la forma
de sepulcro. Evítese el término mismo de "sepulcro": en efecto, la capilla de
la reposición se arregla no para representar "la sepultura del Señor", sino
para guardar el pan eucaristico para la comunión, que será distribuida el
viernes de la Pasión del Señor.
Invítese a los fieles a permanecer en el templo después de la misa en la cena
del Señor por un conveniente espacio de tiempo en la noche, para la debida

346 347
Capítulo XX L La liturgia de la Palabra

La primera parte de la acción litúrgica de hoy conserva la más


PRIMER DÍA DEL TRIDUO PASCUAL: antigua forma de celebración de la Palabra. Después de la postración
VIERNES SANTO "PASIÓN DEL SEÑOR" y una breve oración se procede de inmediato a las lecturas. Sin mu-
chos ritos introductorios, se nos pone a todos en escucha de la Pala-
bra de Dios. "Es importante —subraya A. Nocent— para la forma-
ción de los fieles, conservar este carácter esencial de tal celebración,
en la cual todo converge hacia esta palabra proclamada"1.
Se proponen dos oraciones introductorias para escoger. En la
primera se pide al Señor que en su misericordia santifique y proteja
siempre a su familia por la cual Cristo inauguró con su sangre el
Misterio Pascual: "Acuérdate, Padre, de tu misericordia; santifica y
protege siempre a esta tu familia, por la cual Cristo, tu Hijo, inauguró
con su sangre el Misterio Pascual".
La segunda está toda inspirada en el texto pascual de Pablo (ICo
15,45-49) y está formulada así: "Oh Dios, que en la Pasión de Cristo
El Viernes Santo no es considerado por la liturgia como un día
nuestro Señor nos has liberado de la muerte, herencia del antiguo
de luto y de llanto, sino un día de amorosa contemplación del
pecado transmitida a todo el género humano, renuévanos a semejanza
sacrificio cruento de Jesús, fuente de nuestra salvación. La Iglesia
de tu Hijo; y como hemos llevado en nosotros, por nuestro naci-
hoy no hace un funeral, sino que celebra la muerte victoriosa del
miento, la imagen del hombre terreno, así, por la acción de tu Espí-
Señor. Por eso habla de "bienaventurada" y "gloriosa" Pasión.
ritu, haz que llevemos la imagen del hombre celestial".
Por antiquísima tradición, la Iglesia hoy no celebra la Eucaristía;
el elemento fundamental y universal de la liturgia de este día es la
proclamación de la Palabra. a) La primera lectura (Is 52, 13-15; 53, 1-llf
Dentro de lo posible esta acción litúrgica se debe celebrar a las Es el cuarto cántico del siervo del Señor, el más rico de enseñan-
tres de la tarde, hora de la muerte de Jesús. Razones pastorales pue- zas y el más importante desde el punto de vista teológico.
den aconsejar que se postergue para una hora más tardía.
En los primeros versículos de este poema (52, 13-15), tenemos la
El rito se compone de tres partes: presentación del tema, el contraste entre dos extremos opuestos: pri-
a) La liturgia de la Palabra con las tres lecturas: el profeta (Is 52, mero la máxima abyección y humillación; después el triunfo más
13-15; 53, 1-12): "Ha sido traspasado por nuestros pecados"; el estrepitoso e inesperado, celebrado por todos, incluidos los reyes, los
apóstol (Hb 4, 14-16; 5, 7-9): "Cristo aprendió la obediencia y vino cuales "cerrarán la boca", dice el profeta con expresión típicamente
a ser causa de salvación eterna para cuantos le obedecen"; el Evan- semítica.
gelio (Jn capítulos 18 y 19): la historia de la Pasión de Jesús. Viene luego (53, 1-12) la descripción y la explicación del extraño
b) La adoración de la cruz. pasaje del estado de Pasión-Muerte al de glorificación. El misterio
de este siervo es tal que suscita la admiración de las naciones.
c) La comunión. Al no celebrarse la Eucaristía, el altar está en-
teramente desnudo: sin cruz, sin candeleras, sin manteles.
1. A. Nocent, Una riforma del Triduo sacro, en RL 1/1968, pp. 38-55; la cila, p. 44.
2. En el misal de Pío V y en el Ordo hebdomadae sanctae inslauratus de ISo XII (1*J51) lu
primera lectura estaba tomada del profeta Oseas 6, 1 -6.

»•!«>
348
El singular personaje tiene un origen humilde e ignorado del contrando en él la descripción de su Pasión y de su pleno abandono
mundo, pero se trata de un vastago previsto y preordenado por Dios, en el Padre.
delante de quien crece El. Se proclaman los versículos más significativos aplicables al
Las características del siervo del Señor son humillaciones y Crucificado (vv. 2.6; 12-13; 15-16; 17.25) y perfectamente a tono
fealdad. El siervo del Señor no está en esta condición por pecados con la primera lectura, aunque el Salmo contiene una teología más
personales, sino por una pena o sufrimiento "vicario": es inocente, pobre sobre el sufrimiento del justo.
sufre por las iniquidades de los otros: "Eran nuestras dolencias las San Agustín vio en este Salmo la actualización de un admirable
que El llevaba y nuestros dolores los que soportaba. Nosotros lo tu- intercambio entre Cristo y la humanidad. En efecto, éste, que no
vimos por azotado, herido de Dios y humillado. El ha sido herido por había desdeñado asumirnos en sí mismo y hablar nuestro lenguaje,
nuestras rebeldías, molido por nuestras culpas. El soportó el castigo sin embargo no desdeñó el transfigurarnos en El, para que nosotros
que nos trae la paz, y por sus llagas hemos sido curados" (vv. 4-5). pudiéramos expresarnos con sus palabras. Habiendo tomado sobre sí
Pero de este fondo de abyección brotan sus méritos: "Por las lo que es nuestro, nuestra angustia se posó sobre El, nuestra ansiedad
fatigas de su alma verá luz, se saciará. Por sus desdichas justificará consumó su vida, nuestra miseria agotó su fuerza; por nuestra causa
mi Siervo a muchos y las culpas de ellos El soportará. Por eso le daré vino a ser un oprobio y fue repudiado por todos. En tanta miseria y
su parte entre los grandes y con los poderosos repartirá despojos, ya sufrimiento, Cristo se volvió hacia el Padre y pidió compasión y
que indefenso se entregó a la Muerte y con los rebeldes fue contado, liberación. Así después de haber recibido injurias y dolores y de ha-
cuando El llevó el pecado de muchos, e intercedió por los rebeldes" ber sufrido la muerte, nos dio la gloria, la salud y la vida a fin de
(vv. 11-12). que nosotros pudiéramos en El dar gracias a Dios y glorificar su
bondad3.
No habría podido escogerse en el Antiguo Testamento un texto
más rico y apropiado que éste para celebrar la bienaventurada Pasión
de Cristo. b) La segunda lectura (Hb 4, 14-16; 5, 7-9)
El sentido literal del poema pasa con cierta fluidez del aspecto co-
lectivo (el pueblo de Israel) al individual (una persona concreta). Después de que el profeta Isaías nos ha presentado al hombre de
Los exegetas encuentran allí ciertamente las humillaciones y la dolores, el texto de la Carta a los hebreos viene a precisar que la fi-
muerte de una figura davídica que, víctima de las naciones paganas gura del "siervo del Señor" no sólo encuentra su cumplimiento en
pecadoras, transforma esta humillación y esta muerte en un sacrificio Cristo, sino que El es también el "surr o sacerdote" a quien debemos
expiatorio, por medio del cual el "siervo" hace justicia a las naciones toda nuestra fidelidad y confianza.
y lleva a cumplimiento la voluntad de Dios. El motivo de esta seguridad en acercarnos "al trono de la gracia
Será el Nuevo Testamento el que dará el sentido pleno de la per- para recibir misericordia y encontrar gracia en el momento en que
sonalidad del siervo sufriente, viéndola realizada en la persona de necesitamos ayuda" (4, 16) nos lo da el hecho de que Cristo, sa-
Cristo. Con esta plenitud de sentido dada por los evangelistas, la cerdote y mediador por su propia naturaleza en cuanto Verbo encar-
Iglesia lee hoy la palabra profética de Isaías definido antiguamente nado, habiendo asumido nuestra naturaleza humana con todas sus
como "el evangelista de la Pasión y Muerte de Cristo". limitaciones, sus sufrimientos, incluida su muerte, pero excluido el
pecado, está en las mejores condiciones para comprender "nuestras
La primera respuesta a la Palabra de Dios la da la Iglesia con el
debilidades" (v. 15).
Salmo 30, cuyo versículo 6 fue pronunciado por Cristo en la Cruz, co-
mo atestigua san Lucas: "Jesús, gritando con gran voz, dijo: 'Padre,
en tus manos encomiendo mi espíritu'. Dicho esto, expiró" (Le 23,46).
Con este versículo, escogido como estribillo para el canto de la 3. San Agustín, Enarr. ¡n Ps. 30, 3, PL 36, 230; Cf. Comentario y aplicación litúrgica, en S.
asamblea, la liturgia de hoy atribuye a Cristo todo el Salmo, en- Rinaudo, / Salmi preghiera di Cristo e della Chiesa, Ldc, Torino-Leumann, 1966.

350 351
Santo, con esta visión joánea del sacrificio pascual, quiere ayudarnos
El texto pasa luego a presentarnos a Cristo sumo sacerdote en el a comprender los signos de la divinidad y de la gloria de Cristo, de-
acto supremo de su mediación: la hora de Getsemaní y del Calvario. teniéndose más en este aspecto que en la descripción de su sufrimien-
El autor de la Carta a los hebreos pone el acento en la obediencia de to humano.
Cristo, el cual, "siendo Hijo, padeciendo aprendió la obediencia" (5, Además, debemos notar el relieve que Juan da al influjo de la
8), y en su "oración" al Padre para obtener la plena realización de su muerte de Jesús para la vida de la Iglesia: el carácter sacerdotal de
voluntad salvífica: "Cristo, en los días de su vida terrena, ofreció esta muerte (y así nos relacionamos con la segunda lectura); su pro-
oraciones con fuertes gritos y lágrimas a aquel que podía librarlo de longación sacramental en el agua y en la sangre, su íntimo nexo con
la muerte y fue escuchado por su reverencia" (v. 17). La lectura ter- el don del Espíritu y con el nacimiento de la Iglesia representada por
mina destacando la eficacia de la mediación de Cristo, sobre todo en Juan y por María. Por esto, subraya el evangelista en forma especial
su Misterio Pascual, para cuantos aceptan adherirse a El mediante la la presencia de María a los pies de la Cruz.
obediencia de la fe: "Hecho perfecto, se convirtió en causa de salva-
A punto de llegar al culmen del sufrimiento y al cumplimiento de
ción eterna para todos los que le obedecen" (v. 9). su Ascensión, Jesús tiene por realizar un último acto, fruto de su ini-
Por medio del sacrificio del Calvario y a partir de aquel momento, ciativa. Se dirige a su madre y al discípulo amado, confiándole la
tenemos "un gran sacerdote al frente de la casa de Dios" (Hb 10, 21). una al otro, mutuamente. Es evidente el vínculo con el hecho de Ca-
Como respuesta a la palabra del apóstol y como preparación a la na, donde María, llamada también la "señora", estaba presente y oyó
escucha de la narración de la Pasión, la asamblea canta el texto de hablar de una "hora" anunciada, que aquí, en el Calvario, llega a
Pablo a los filipenses (2, 8-9), glorificando al Señor presente en su cumplimiento (Cf. Jn 2, 4 y 19, 27). El sentido profundo de esta es-
palabra: ¡Gloria y alabanza a ti, Cristo Señor! cena está en indicar el origen de la Iglesia a partir de la muerte de
"Por nosotros Cristo se hizo obediente hasta la muerte, y muerte Jesús, una Iglesia construida en la unidad garantizada por el minis-
de cruz. Por eso Dios lo exaltó y le dio el nombre sobre todo terio complementario de la "madre" y del "discípulo-hijo". La
comunidad de los creyentes en Cristo está garantizada y guiada por
nombre".
la maternidad de la Iglesia, en la cual ejercita su particular función
maternal la madre de Jesús, madre de los creyentes. El cuadro, des-
c) El Evangelio (Jn 18, 1-19, 42) crito por Juan, remite a la escena del Génesis, donde estaba presente
Eva, madre de todos los vivientes (Jn 3, 20). La primera Eva, junto
La liturgia reserva al Viernes Santo la lectura de la narración de con el primer Adán, fue causa de muerte para el mundo; la segunda
la Pasión según Juan. Eva, María, asociada a la obra redentora del nuevo Adán, Cristo, en
forma subordinada pero activa, es causa de salvación universal.
Esta escogencia no carece de significado, si conocemos el ángulo
desde el cual este apóstol presenta la vida y la muerte de Jesús. En
la contemplación joánica de la Pasión y de la cruz, se funden en una d) La solemne oración de los fieles
nueva síntesis de gran riqueza diversos temas como la hora de Jesús,
su exaltación regia, la reunión de los dispersos hijos de Dios. En Después de la lectura de la Escritura y la homilía, la liturgia de
efecto, para san Juan, la cruz de Jesús es la revelación suprema del la Palabra se concluye con la solemne oración de los fieles por las
amor del Padre (Cf. Jn 3, 16; 13, 1). Esto explica, dice I. De La Pot- grandes intenciones de la Iglesia y del mundo.
terie, también dos rasgos significativos del comportamiento de Je- La oración universal o de los fieles nos fue conservada a través
sús durante la Pasión: su completa libertad y su perfecta conciencia. de la liturgia del Viernes Santo, en su forma más rica y clásica. El
Jesús cumple la obra de la salvación no como una víctima impotente formulario actual proviene ciertamente del siglo V, pero el estilo de
y resignada, sino en la actitud soberana de quien sabe el sentido de las oraciones que lo componen es con toda seguridad más antiguo5.
los acontecimientos y los acepta libremente4. La liturgia del Viernes
5. El Sacramentarlo gelasiano llama a estas oraciones orationes sollemnes, los bizantinos
irónicas. Es la oratio fidelium atestiguada ya por san Justino (l Apología), que se hacía después de
4.1. De La Polterie, La passione secondo il quarto evangelista, en AA.W., Triduo pasquale/3,
Queriniana, Brescia 1970, pp. 49-50.
353
352 12. Cristo fiesta de la Iglesia
El misal de Pablo VI hizo algunos retoques a este venerable formula- La rúbrica da facultad al ordinario para añadir alguna intención
rio para adecuarlo a las situaciones actuales6. especial en caso de grave y pública necesidad.
La Iglesia, que tiene por cabeza a Cristo sumo y único sacerdote, El sacerdote celebrante —respetando el orden de las intenciones
en nombre y por medio de su cabeza presenta al Padre sus grandes establecidas para la oración de los fieles— puede escoger entre las
intenciones. que se proponen.
Con esta solemne oración toda la familia de Dios y toda la hu-
manidad son como transportadas a los pies de la cruz en la cual
Cristo muere por todos. 2. La adoración de la cruz
Además, no se olvide la teología que emerge del puesto dado a En este momento del rito, debería comenzar la liturgia eucarística.
estas solemnes oraciones después de la proclamación de la Palabra Pero el Viernes Santo la Iglesia no celebra la cena del Señor. La
de Dios. La asamblea, iluminada y provocada por la Palabra, se abre liturgia toda está concentrada en el sacrificio cruento de Cristo, no
a la caridad, pidiendo: 1) Por la santa Iglesia; 2) por el Papa; 3) por en el rito memorial. Precisamente por este motivo no se celebra la
todos los órdenes sagrados y por todos los fieles; 4) por los ca- Eucaristía; en cambio tenemos la presentación y adoración de la
tecúmenos; 5) por la unidad de los cristianos; 6) por los hebreos; 7) Cruz7. Debemos, sin embargo, recordar sobre todo a los fieles, a los
por los no cristianos; 8) por los que no creen en Dios; 9) por los go- débiles en la fe, que se apegan gustosos a estas formas de devoción,
bernantes; 10) por los atribulados. que el verdadero misterio de la cruz se hace presente en la misa y no
No se debe buscar en estas oraciones un vínculo directo con el en la veneración de la imagen del Crucificado.
misterio de la cruz. Debemos en cambio cotejar estas intenciones El rito de la presentación y adoración de la Cruz nace como acto
generales que la Iglesia debe tener en cada celebración litúrgica con consiguiente a la proclamación de la Pasión de Cristo.
la Oratio fidelium renovada en cada misa por la reforma del Vaticano La Iglesia levanta el signo de la victoria del Señor como para
II. A alguno quizás le gustaría impostar esta oración común con concretizar en este gesto la actualización de su palabra: "Cuando ha-
mayor libertad, como es permitido hacer en la misa. No está mal, sin yáis levantado al Hijo del hombre, entonces sabréis que yo soy" (Jn
embargo, que en esta solemne celebración del Viernes Santo perma- 8, 28); "Cuando yo sea elevado de la tierra, atraeré a todos hacia mí"
nezcamos fieles a este rico y antiguo formulario. (Jn 12, 32). El rito quiere, por tanto, significar este aspecto victorioso
y triunfal del escándalo de la cruz: "Este es el madero de la cruz, del
cual estuvo pendiente Cristo, Salvador del mundo". La asamblea de
las lecturas y antes de la presentación de las ofrendas. Esta "oración de los fieles" se conservó en
la liturgia romana de la misa hasta los tiempos del papa Gelasio (492-496), después desapareció. rodillas canta: "Venid, adoremos".
Fue restaurada con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II (Cf. SC 53). Pero en la liturgia El acto con el cual Cristo se entrega al Padre y a los hombres en
del Viernes Sanio, siempre se conservó en la forma redaccional muy anterior a los tiempos de san
León Magno como atestigua I. Schuster en su Líber sacramenlorum, Vol. III. la cruz es el signo máximo del amor: "Tanto amó Dios al mundo,
6. El papa Pablo VI dispuso que en el espíritu ecuménico ya inaugurado con el papa Juan que entregó a su Hijo unigénito" (Jn 3, 16); "Nadie tiene amor más
XXIII y confirmado por toda la enseñanza sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II, se introdujeran grande que el que da la vida por sus amigos" (Jn 15, 13).
modificaciones sustanciales al texto de las orationes del Viernes Santo. En la oración por la Iglesia,
se suprimió la frase: "Subiiciens ei principatus et potestates"; en la por la unidad de los cristianos En la visión de este amor de Dios, manifestado a nosotros en
a la expresión "herejes y cismáticos" se sustituyó la siguiente: "Por todos los hermanos que creen Cristo crucificado, es donde podemos captar el sentido de los así
en Cristo"; en la por los hebreos se formuló un texto enteramente nuevo: "El Señor Dios nuestro, llamados "improperios", cantados en este momento de la liturgia. Y
que los escogió en primer lugar entre todos los hombres para acoger su Palabra, les ayude a
progresar siempre en el amor de su nombre y en la fidelidad a su alianza. Dios omnipotente y el diálogo entre Dios y su pueblo: ¡Mira lo que yo hice por ti; mira
eterno que has hecho tus promesas a Abrahán y a su descendencia, escucha la oración de tu Iglesia lo que me has hecho tú a mí!
para que el pueblo primogénito de tu alianza pueda llegar a la plenitud de la redención".
El papa Juan XXIII ya había hecho quitar de la antigua oración por los hebreos el adjetivo
"pérfidos" y la expresión "iudaicam perfidiam". Finalmente a la oración por los infieles se le dio 7. Se debe notar que la expresión "adoración de la cruz" puede ser ambigua si no se explica;
el título "Por los no cristianos" y "Por los que no creen en Dios" con expresiones positivas en el en efecto, adoramos a la persona de Jesús crucificado y el misterio significado por esta muerte por
texto de la súplica. nosotros.

354 155
"El Cordero inmolado es digno de recibir poder y riqueza, sabi- De hecho se corre el riesgo de desenfocar el objetivo del punto
duría y fuerza, honor, gloria y bendición" (Ap 5, 12). culminante del Triduo: la participación en la Eucaristía en la Vigilia
La Iglesia el Viernes Santo no puede recrearse con un himno de pascual y el significado del día alitúrgico.
alabanza y de glorificación a la Cruz. La liturgia de hoy es como una Por otra parte lo mejor puede ser enemigo de lo bueno. Efectiva-
celebración épica de la victoria de Cristo sobre el mundo y sobre el mente, si las cosas se presentan en su verdadero sentido mediante
pecado mediante la cruz. Ella canta himnos a Cristo vencedor de la una oportuna catequesis, es posible subrayar el lado positivo del rito.
muerte y desde ya proclama su Resurrección con una bellísima antí- Toda comunión, inclusive hecha fuera de la misa, es siempre co-
fona de origen bizantino: "¡Adoramos tu cruz, Señor, alabamos y munión con Cristo que se ofrece por nosotros en sacrificio al Padre.
glorificamos tu santa Resurrección! Del madero de la cruz ha venido Este es el significado específico que ha de subrayarse.
la alegría para todo el mundo".
La solemne acción litúrgica de la Pasión y Muerte del Señor se
Como se ve, la Iglesia no separa nunca la muerte de Jesús de su concluye luego con una oración y con la bendición sobre el pueblo:
Resurrección. "Dios todopoderoso y eterno, que has renovado el mundo con la glo-
El sentido de la muerte triunfadora de Jesús es expresado también riosa Muerte y Resurrección de tu Cristo, conserva en nosotros la
en el magnífico himno de Venancio Fortunato. Es una composición obra de tu misericordia, para que la participación en este gran mis-
de diez estrofas, intercalada con una antífona en honor del árbol de terio nos consagre para siempre a tu servicio".
la cruz, en el cual se recuerda la historia de la salvación. Finalmente el celebrante, con las manos extendidas sobre el
Al término de la adoración, la cruz es colocada en alto sobre el pueblo, prosigue: "Descienda, Padre, tu bendición sobre este pueblo
altar, que es símbolo del sacrificio y del sacerdocio de Cristo. La que ha conmemorado la muerte de tu Hijo en la esperanza de resu-
asamblea contempla a su Señor. citar con El; reciba tu perdón y tu consolación, se acreciente su fe,
No se pueden olvidar en este momento las palabras del profeta se fortalezca su certeza en la redención eterna".
citadas por Juan en la narración de la Pasión: "Mirarán hacia aquel
a quien traspasaron" (Jn 19, 37). 4. El ayuno pascual
Como signo exterior de participación interior en el sacrificio de
3. La comunión Cristo, "a fin de que la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne
En Roma no se hacía la comunión antes del siglo VII. El papa mortal" (2Co 4, 11), y como signo de que "han llegado los días en
Inocencio I (401 -417) escribe: "Es evidente que los apóstoles durante los cuales el Esposo nos ha sido quitado", el Viernes Santo es día de
estos dos días se encontraban en tristeza y se escondieron por miedo ayuno.
a los judíos. No hay duda de que durante esos dos días ellos ayunaron La tradición del ayuno pascual es antiquísima. Tertuliano e Hi-
y así vino a formarse en la Iglesia la tradición de no celebrar los pólito atestiguan que en Roma la celebración anual de la Pascua co-
santos misterios durante estos dos días"8. menzaba con el ayuno del Viernes Santo y se prolongaba durante
El Esposo está ausente y por esto, de acuerdo con la sugerencia todo el sábado hasta la celebración de la Eucaristía en la Vigilia de
del Señor, se ayuna del alimento material, pero también del espiritual, la noche entre el sábado y el domingo9. En la Tradición apostólica,
la Eucaristía, en espera de su regreso (Cf. Mt 9, 14-15). Hipólito nos dice que también en Cartago se seguía idéntica prác-
tica10. La duración del ayuno en este período, está limitada en cuanto
En 1955, con la reforma de la Semana Santa realizada por Pío
XII, no sin muchas discusiones, se introdujo la comunión. Muchos
9. Tertulliano, De ieiuniis, 14, PL 2, 973.
liturgistas se lamentaron, no sin razón. 10. Hipólito de Roma en la Trudilio apostólica, 33, ofreciendo algunos preciosos di-lallc»,
escribe: "En Pascua nadie coma nada antes de que se haya hecho la oblación y u quien olitv de
8. G. Malchiodi, La leñera di S. Innocenzo I a Decenzio vescovo di Gubbio. Breve sludio otro modo no se le reconocerá el ayuno. La mujer encinta y quien esté enfermo no piudí- uyiiimr
esegelico-storico, Tipografía Poliglolta Vaticana, Roma, 1921, p. 11. dos días, dada la necesidad, ayunará solamente el sábado, contentándose con pan y ni'iiu"

356 V. '
al tiempo (dos días), pero es entendida y practicada en forma muy En este día en que "Cristo nuestra Pascua ha sido inmolado", la Iglesia con
rigurosa". la meditación de la Pasión de su Señor y esposo y con la adoración de la
Además del ayuno, otros signos expresaban la participación de la cruz conmemora su origen del costado de Cristo, que descansa sobre la cruz,
Iglesia en la conmemoración de la Muerte del Señor: se omitía el be- e intercede por la salvación de todo el mundo.
so de paz y se empleaba la postura de rodillas12. En este día la Iglesia, por antiquísima tradición, no celebra la Eucaristía; la
La constitución litúrgica prescribe expresamente: "Sea religiosamen- santa comunión se distribuye a los fieles solamente durante la celebración
te conservado el ayuno pascual, que ha de observarse en todas partes el de la Pasión del Señor; a los enfermos que no pueden tomar parte en esta
viernes de la Pasión y Muerte del Señor, y extenderse, en cuanto sea po- celebración, se les puede llevar la comunión a cualquier hora del día.
sible, también al sábado santo, para llegar de este modo al gozo del do- El viernes de la Pasión del Señor es día de penitencia obligatoria en toda la
mingo de Resurrección con elevación y apertura de espíritu" (SC 110). Iglesia, y debe observarse con abstinencia y ayuno.
Este ayuno es llamado "pascual" porque nos hace vivir el "transi-
En este día están estrictamente prohibidas las celebraciones de los
tus", el paso de la Pasión al gozo de la Resurrección.
sacramentos, excepto los de la Penitencia y de la Unción de los enfermos.
Ayuno y celebración de la Pasión y Muerte de Cristo se integran Las exequias celébrense sin canto y sin sonido de órgano ni de campanas.
y de por sí exigen también el ayuno eucarístico. En la tradición anti-
gua de la Iglesia, los días de ayuno nunca se celebraba la Eucaristía, Se recomienda que el Oficio de lecturas y las Laudes matutinas de este día
en cambio el día de la Pascua y de la celebración de su memorial — se celebren en las iglesias con la participación del pueblo.
la Eucaristía— ni se ayunaba ni se empleaba la posición de rodillas. Hágase la celebración de la Pasión del Señor en las horas posmeridianas y
De esta manera se comprende cómo el ayuno pascual no es específicamente hacia las quince horas de la tarde. Por motivos pastorales se
elemento secundario sino integrante de la celebración del Triduo; aconseja escoger la hora en que sea más fácil reunir a los fieles: por ejemplo
por esto se aconseja extenderlo también al sábado hasta la celebración al mediodía o en horas más tardías, pero no después de las veintiuna horas.
eucarística de la noche. Respétese religiosa y fielmente la estructura de la acción litúrgica de la
Pasión del Señor (liturgia de la Palabra, adoración de la Cruz y santa
5. Indicaciones litúrgico-pastorales comunión), que proviene de la antigua tradición de la Iglesia. A nadie le es
lícito introducirle cambios a su propio arbitrio.
para la celebración del Viernes Santo
El sacerdote y los ministros van al altar en silencio, sin canto. Si se dicen
También para este día del Triduo pascual presentamos las orienta- palabras de introducción, hágase esto antes de la entrada de los ministros. El
ciones dadas por la Congregación para el Culto Divino13:
sacerdote y los ministros, hecha la reverencia al altar, se postran en tierra;
esta postración, como rito propio de este día, consérvese cuidadosamente,
11. Se vive en intensidad lo que más tarde se extendió a los cuarenta días cuaresmales, pero en por el significado que asume de una humillación del "hombre terreno" y de
forma menos rigurosa. Que el ayuno pascual fuera tomado muy en serio lo demuestra el hecho de
considerarse un lujo el conceder a los enfermos y a las mujeres embarazadas un poco de pan y un
la tristeza doliente de la Iglesia. Durante la entrada de los ministros los fieles
poco de agua (ver nota precedente). La Didascalia de los apóstoles (V, 18), documento un poco permanecen de pies. Después también ellos se arrodillan y oran en silencio.
posterior a la Tradición apostólica de Hipólito y que refleja la práctica del ayuno pascual en uso en
las Iglesias de Oriente, dice: "Desde el día 10 (del mes) que es el segundo día de la semana de Pas- Las lecturas sean proclamadas íntegramente. El Salmo responsorial y el
cua, ayunad usando sólo pan, sal y agua desde la hora nona hasta el quinto día de la semana (Jueves canto al Evangelio ejecútense de la manera acostumbrada. La historia de la
Santo). Ayunad, en cambio, el viernes de parasceve y todo el sábado sin probar nada". Finalmente, Pasión del Señor según Juan se canta o se lee como el domingo precedente.
también aparece atestiguada la importancia del ayuno por el hecho de que este problema fue uno de
los puntos de roce más fuertes en la cuestión pascual entre los orientales (los cuartodecimanos) y los Terminada la historia de la Pasión hágase la homilía. Al final de ella los
occidentales (Cf. Eusebio de Cesárea, Historia eclesiástica, V, 23, 1 y 24, 12-13, PG 20,490 y 494). fieles pueden ser invitados a permanecer un breve tiempo en meditación.
12. Tertuliano, De oratione, 18, PL 1, 1280-1285. Hágase la oración universal según el texto y la forma transmitidos desde la
13. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de las antigüedad, con toda la amplitud de intenciones prevista, por el significado
fiestas pascuales, de 16 de enero de 1988; texto latino e italiano en VOsservatore romano del 21 de
febrero de 1988; texto latino también en Notitiae 259/1988, pp. 81-107.

358
que tiene de expresión del poder universal de la Pasión de Cristo pendiente Capítulo XXI
en la cruz para la salvación de todo el mundo. En caso de grave necesidad
pública el ordinario del lugar puede permitir u ordenar que se añada una SEGUNDO DÍA DEL TRIDUO PASCUAL:
intención especial. Se permite al sacerdote escoger, entre las intenciones
propuestas en el misal, las más apropiadas a las condiciones del lugar, pero SÁBADO SANTO "SEPULTURA DEL SEÑOR"
respetando el orden de las intenciones indicado ordinariamente para la
oración universal.
La cruz que se ha de mostrar al pueblo sea suficientemente grande y de valor
artístico. Para este rito escójase la primera o la segunda forma indicada en
el misal. Todo este rito realícese con el esplendor de dignidad que conviene
a tan gran misterio de nuestra salvación: tanto la invitación que se hace al
mostrar la cruz como la respuesta que da el pueblo háganse con canto. No
se omita el silencio reverente después de cada postración, mientras el
sacerdote celebrante permanece en pie teniendo elevada la Cruz.
Preséntese la cruz a la adoración de cada uno de los fieles, puesto que la
adoración personal de la cruz es un elemento muy importante en esta
celebración. Hágase el rito de la adoración de una vez por parte de todos los El misal romano presenta así el sábado santo: en este día "la Iglesia
fieles solamente en caso de tratarse de una asamblea excesivamente permanece junto al sepulcro del Señor, meditando su Pasión y Muerte,
numerosa. absteniéndose de celebrar el sacrificio de la misa (la mesa permanece
Para la adoración preséntese una sola cruz, para respetar la verdad del signo. sin manteles ni adornos) hasta la solemne Vigilia o espera nocturna de
Durante la adoración de la cruz cántense las antífonas, las "Quejas del la Resurrección". Al ser día "alitúrgico", es decir, sin celebración
Señor" y el himno, que recuerdan en forma lírica la historia de la salvación, eucarística, nos limitamos normalmente a recordar este aspecto junto
u otros cantos apropiados. con el otro de la convocación de la asamblea para la Liturgia de las
Horas a diferencia de la Iglesia antigua que, el sábado santo, no se
El sacerdote canta la invitación a la oración del Señor que todos prosiguen reunía ni siquiera para la oración. Casi nada se dice del misterio de
cantando. No se da el signo de la paz. La comunión se distribuye según el salvación encerrado en el reposo de Cristo en la tumba. Es conveniente,
rito descrito en el misal. Durante la comunión se puede cantar el Salmo 21 pues, reflexionar sobre el contenido de este artículo del Credo. Luego
u otro canto apropiado. Terminada la distribución de la comunión, se lleva se verá cómo la Iglesia, en este día de silencio y oración, lo celebra en
el copón al lugar ya preparado fuera de la iglesia. la Liturgia de las Horas y lo debe vivir espiritualmente.
Después de la celebración se procede al despojo del altar, dejando empero
la cruz con cuatro candeleras. Prepárese en la iglesia un lugar apropiado (por
ejemplo la capilla de la reposición de la Eucaristía del Jueves Santo), donde 1. El misterio del descenso de Cristo a los infiernos
colocar la cruz del Señor, la cual puedan losfielesadorar y besar y donde
puedan también dedicarse a la meditación. La inserción en el Credo apostólico de la profesión de fe en el
descenso de Cristo a los infiernos es tardía; se remonta al siglo IV y
Por su importancia pastoral, no se omitan los piadosos ejercicios, como el
se lleva a cabo sin dar ninguna interpretación al respecto'.
"Viacrucis", las procesiones de la Pasión y la memoria de los dolores de la
Bienaventurada Virgen María. Los textos y los cantos de estos piadosos
ejercicios y los de la celebración litúrgica sean organizados de tal modo que
1. La fórmula aparece a mediados del siglo IV en Oriente, compuesta qui/as en Siria por
la acción litúrgica resulte muy superior por su naturaleza a todos estos Marcos de Aretusa; su contenido, empero, ya está presente en la anáfora de Hipólito (huciu el uno
ejercicios (nn. 58-72). 220) en las expresiones: "Utmortem solvat et vincula diaboli dissolvat, et ¡iiferimiii cultvl il iusK*
¡nluminel". Un siglo más tarde se encuentra una forma análoga, siempre en l.i l|¡le»ía de Koinii,

\U\
360
a) El primer significado de este artículo de la fe se refiere a la ción de todos los defectus de los pecadores5. El Aquinate hace notar
muerte de Cristo en cruz. Jesús realmente ha muerto y esto pre- también que la pena por el pecado humano no era solamente la
cisamente porque es realmente hombre. muerte del cuerpo, sino también un castigo del alma. Puesto que el
pecado había sido también espiritual, el alma debía ser castigada
San Atanasio atribuye gran importancia a la sepultura oficial de
mediante la privación de la visión de Dios. Bajo este aspecto todavía
Jesús2. Con este acto se certifica su condición de muerto. Es significa-
no había tenido lugar la expiación; por eso todas las almas, aun las
tivo que Marcos (15,45) hable de cadáver (ptóma) y que la sepultura
de los santos Padres, antes de la venida de Cristo, descendían "ad
de Jesús pertenece a la forma más antigua del kérygma: "Cristo mu-
infernum". Por tanto, para expiar toda la pena impuesta a los
rió por nuestros pecados según las Escrituras, fue sepultado y resucitó
pecadores, Jesús no sólo quiere morir, sino descender también con
al tercer día según las Escrituras" (ICo 15, 3-4)\
el alma "ad infernum"6.
b) El otro significado, incluido en el precedente, es la solidaridad
"El ser del Redentor con los muertos, o mejor: con aquella muerte
de Jesús, muerto en cruz, con todos los hombres muertos. Como en
que es la única que hace que los muertos sean realmente tales, es la
la vida fue solidario con los vivientes, hijos de Adán, así también fue
última consecuencia de la misión redentora recibida del Padre. Es
solidario con los muertos en el sepulcro. "A esta 'solidaridad'' hay
por tanto un ser en la obediencia extrema; y puesto que se trata de
que dejarle la amplitud, o mejor la problematicidad, que parece
la obediencia de Cristo muerto, es la única "obediencia de cadáver"
excluir una comunicación subjetiva"4. La finalidad del descenso a
teológicamente existente"7.
los infiernos es la "solidaridad última" de Cristo con el hombre que
ha de ser salvado. La necesidad de ir al Hades, dice santo Tomás, no c) El descenso a los infiernos o como prefiere von Balthasar, el
depende de que falte algo al sufrimiento de la Cruz, sino de la asun- "camino hacia los muertos"8 es afirmado a partir de la fe en la
Resurrección. "El descenso a los infiernos en el Credo apostólico no
se separa de la Resurrección, sino que subraya la verdad de la vida
inserta en el canon latino tanto en la recensión romana como en la milanesa, cuyo origen puede nueva de Jesús, al subrayar la verdad de su muerte"*. Esta profesión
fijarse con seguridad en la segunda mitad del siglo IV. El Sacramentaría Leoniano y el Gelasiano
no hacen referencia al descenso a los infiernos, sino que utilizan la fórmula del ascenso de los de fe está expresada en términos sencillos según la representación de
infiernos en forma análoga a la contemporánea del Exsuliet (siglo V): "(Christus) victor ascendit... la cultura popular de la época; ella afirma, sin embargo, que el hecho
Christus ub inferís resurrexil". Los historiadores sin embargo no están de acuerdo en admitir que irremediable de la muerte en adelante ya no tiene fuerza. Desde el
el artículo del Credo apostólico: "Descendit ad inferos", aunque entró tardíamente en el símbolo,
es una expresión de la le apostólica romana (Cf. M. Righetti, Sloria litúrgica, Vol. II: L'anno momento en que Cristo, después de haber probado el pleno abandono
litúrgico, Ancora, Milano, 1969, 3 ed., p. 242). de la muerte, está vivo: "Yo estaba muerto pero ahora vivo por siem-
2. San Atanasio, De Inc. Vertí, 23, 26, PG 25, 136-141. pre y tengo poder sobre la muerte y sobre los infiernos" (Ap 1, 18).
3. El texto de la 11' 3, 18-20; 4,6 tiene una interpretación muy variada. Spicq aconseja mucha Este poder absoluto de Cristo se debe al hecho de que El estaba
circunspección, pero a pesar de los argumentos en contra mantiene la interpretación en el sentido muerto (experimentó interiormente la muerte) y ahora vive por toda
del "descensus" (Les Epilre\ de S. Pierre, París, 1966, p. 147).
la eternidad; El ha destronado y "derrotado" la muerte para sí y para
4. H. U. von Balthasar, // cammino verso i morti (sabato santo), sección IV del c. IX:
Mysterium pascluile, en AA.VV., Mysterium salutis. L'evento Cristo, Vol. 6 (ed. ilal.), Queriniana, todos.
Brescia, 1971, p. 290. En este rico y profundo estudio suyo, H.U. von Balthasar afirma haber
evitado intencionalmente utilizar el término "descenso" y haber usado la expresión "camino hacia
los muertos". Este sentido, a su juicio, se puede justificar con 1P 3, 19: "El fue (poreuthéis) a
donde las almas en la cárcel y les predicó a ellas... la buena noticia" (1P 4, 6)... Von Balthasar, en cruz ("\consummatum est'.") (loe. cit., pp. 291-292 ). Los subrayados son nuestros. Este estudio
efecto, no comparte (como frecuentemente puede leerse en los libros de teología) la interpretación fue publicado en un volumen con el título: Teología dei tre gionñ, Queriniana, Brescia, 1990.
según la cual Jesús habría empleado el "breve" tiempo de su estado de muerte en toda clase de 5. Santo Tomás, In i Senl., d. 22, p. 3 a. 1.
"actividades" en el más allá. Esto contrastaría con su real estado de muerto, propio de los hijos de
Adán. "No queda ninguna dificultad —afirma— que impida entender este 'ir a donde las almas 6. Santo Tomás, Expos. symboli, a. 5.
encarceladas' principalmente como un 'estar prisionero' y considerar también el "predicar' sobre 7. H. U. von Balthasar, loe. cit., p. 316.
todo como el (dejar) manifestarse la redención" activamente padecida y realizada a través de la 8. Cf. Supra n. 4.
cruz del Cristo viviente y no ya como una nueva actividad, distinta de la primera. El ser solidario
con la condición de los muertos vendría a ser entonces el presupuesto para la afirmación y el 9. C. Duquoc, Cristologia, tomo II, II Messia, c. 1,4, Discesa agli inferí, Queriniana, Brescia,
influjo en el "reino" de los muertos de la obra de la redención, fundamentalmente concluida en la 1972, p. 373.

362 363
Para Cristo, entonces, descender a los infiernos equivale a afrontar ra resurgir de allí vivo, marca el espacio libre ofrecido a la acción
la muerte, en la esperanza de que el Padre la vencerá, no solamente del hombre"14.
para El sino para todos. "Descender a los infiernos es esperar contra En esta luz, el sábado santo aparece como el día de la gran espe-
toda esperanza que Dios enfrentará lo irremediable"10. ranza cristiana.
Las tres imágenes principales con que es descrita esta victoria de
Cristo (una conquista, una liberación, una predicación) quieren
siempre afirmar la certeza de que el poderío de la muerte, cuyo sím- 2. La liturgia del Sábado Santo
bolo son los infiernos, ya ha sido destruido. Antiguamente tanto en Roma como en Oriente el sábado santo
La Iglesia occidental ha destacado particularmente el tema de la siempre fue un día rigurosamente alitúrgico y aun sin el servicio de
liberación: Cristo liberó a los justos del Antiguo Testamento. El des- la oración. El papa Inocencio I (401-407) escribía que "en estos dos
censo a los infiernos marca la victoria de Cristo en favor de los hom- días (viernes de parasceve y sábado) es tradición de la Iglesia no ce-
bres que vivieron bajo la antigua alianza. "Se sigue —dice Duquoc— lebrar en absoluto los sacramentos"15. El ayuno, como se dijo en el
que el descenso a los infiernos no indica tanto la realidad de la capítulo anterior, es observado severamente y está ligado a la vigi-
muerte de Jesús, cuanto la inauguración de su victoria sobre la lia de la noche, por tanto, en forma inseparable de la fiesta de Pascua.
muerte"". La victoria pascual de Cristo aparece así en toda la ampli- a) El sábado santo estaba dedicado casi exclusivamente al último
tud de sus dimensiones universales y cósmicas. escrutinio de los "elegidos" que en la noche recibirían el Bautismo.
Los infiernos representan "míticamente" la incapacidad humana Por la Tradición apostólica sabemos que desde la época prenicena,
para enseñorearse definitivamente de su propio destino. Pero Pablo la reunión alitúrgica en la cual los bautizandos "elegidos" realizaban
afirma: "Estoy persuadido de que ni la muerte ni la vida, ni ángeles los actos definitivos de su renuncia a la idolatría y de su adhesión a
ni principados, ni presente ni futuro, ni poderío, ni altura, ni profun- Cristo, revestía particular importancia. Ninguno debía faltar. El pa-
didad, ni otra creatura alguna podrá separarnos jamás del amor de pa mismo, en Roma, presidía la función en Letrán. El Ordo XI, que
Dios, en Cristo Jesús, nuestro Señor" (Rm 8, 38-39). Tal certeza está refleja los usos romanos del siglo VI, nos describe los ritos que se
'fundada en "Cristo Jesús, que murió, más aún, que resucitó" (Rm 8, efectuaban en esta asamblea matutina (de las 9 a las 12) también con
34). Cristo venció al destino12. la participación de los fieles: el último exorcismo con el rito del
effeta; la unción con el óleo de los catecúmenos; la triple renuncia a
d) De todo lo expuesto hasta aquí se destaca la dimensión salvífica
Satanás; la redditio symboli, es decir, la recitación del Credo apostó-
de la profesión de fe en el descenso de Cristo al mundo de la muerte.
lico que había sido "entregado" a los catecúmenos en el escrutinio
"Confesar que Jesús descendió a los infiernos equivale a confesar un
del sábado "in mediana"16.
acontecimiento salvífico que ilumina, aún hoy, la situación del hom-
bre delante de Dios y lo arranca de la perdición"13. Por eso diremos En África san Agustín, en esta asamblea de la mañana del sábado
también con Duquoc, que esta profesión de fe "no es de hecho una santo, tenía una catequesis sobre el misterio del Bautismo que se
fórmula dogmática descriptiva de un acontecimiento que no tuviera había de celebrar en la noche17.
que ver con nosotros. Ella proclama que enfrentamos todo lo que en-
frentó el hombre Jesús, en su victoria y consiguientemente en la 14. Ibíd, p. 385.
esperanza. El hecho de que Jesús haya descendido a los infiernos pa- 15. "Tradilionem ecclesia habet, isto biduo sacramenta penitus non celebran" (PL 20, 655).
16. Este rito de la "devolución" del símbolo tenía y tiene todavía, en la iniciación cristiana,
un gran valor. Con este acto los "elegidos" son preparados para la profesión bautismal de la fe y
son instruidos sobre el deber de anunciar la palabra del Evangelio. Con la "entrega" hecha con
10. C. Duquoc, Op. cit., p. 380. anterioridad, la Iglesia ha confiado amorosamente a los catecúmenos el documento que desde la
11. Ibíd., p. 173. antigüedad es tenido como el compendio de su fe (Cf. Rilo de la iniciación cristiana de los adultos,
12. Ib(d.,p. 384. nn. 25-26; 181-184, 194).
13. Ibíd.,p. 371. 17. L. G. Morin, 5. Auguslini Tractatus sive Sermones inediti, Tracl. VII, 25 (1917).

364 365
b) También actualmente, donde hay adultos para bautizar, se ob- ¿Podrá alabarte el polvo,
servan las indicaciones del Rito de la iniciación cristiana de los y proclamar tufidelidaden el amor?
adultos, que recomiendan hacer coincidir el tiempo de la purificación Has cambiado mi llanto en danzas,
y de la iluminación con el tiempo de la Cuaresma y la "mistagogia" mi vestido de saco en vestiduras de alegría;
con el tiempo pascual, a fin de que toda la iniciación revele clara- para que yo pueda cantar sin cesar" (Sal 29, 10.12-13);
mente su carácter pascual. Para esto la Cuaresma debe ser eficaz- "Por tu nombre Señor, consérvame vivo,
mente orientada a una más intensa preparación de los elegidos y la por tu justicia, líbrame de la angustia" (Sal 142, 11).
misma Vigilia pascual deberá ser considerada el tiempo más conve-
niente para conferir los sacramentos de la iniciación (Cf. RICA n. 8; Las antífonas orientan los Salmos en relación con el misterio de
igualmente la nota n. 16). Cristo en la tumba: "Tranquilo me duermo, y descansaré en paz";
En adelante los ritos de la iniciación cristiana no son ya solamente "Mi carne reposa en la esperanza"; "Abrios puertas antiguas, y en-
un recuerdo histórico, sino que son también una realidad actual que trará el rey de la gloria"; "Cantarán sobre El lamentos, como por un
deben tener en cuenta tanto la pastoral en general como la pastoral hijo único; el inocente, el Señor, fue muerto"; "Yo estaba muerto
litúrgica en particular. El Concilio Vaticano II restableció el catecu- pero ahora vivo por los siglos: mías son las llaves de la muerte y del
menado, y el Rito de la iniciación cristiana de los adultos es su fruto infierno"; "Veré la bondad del Señor en la tierra de los vivos"; "Oh
más precioso. muerte, yo seré tu muerte; infierno, seré tu ruina"; "Destruid este
templo y en tres días lo reedificaré, dice el Señor; lo decía del templo
c) La Liturgia de las Horas, con el Oficio de las lecturas, las Lau- de su cuerpo".
des matutinas, la Hora media y las Vísperas, es actualmente el ele-
mento principal que caracteriza y santifica este día. También los responsorios constituyen una contemplación de
Cristo sepultado:
Los Salmos escogidos, orados con sentido cristiano, hacen refe-
rencia al misterio de Cristo en la tumba, y a su abandono total en el "Depositaron al Señor en la tumba y rodaron una gran piedra so-
Padre lo que, con la Resurrección desde los infiernos, le dará la ple- bre la puerta del sepulcro, la sellaron y pusieron guardias para
• na victoria sobre la muerte (Salmos 4, 15, 23, 63; Cántico de Isaías custodiar el sepulcro"; "Se alejó nuestro pastor, la fuente de agua vi-
38, 10-14.17-20; Salmos 15, 26, 29, 75, 115 y 142). va, a cuya muerte se oscureció el sol. El que tenía esclavizado al pri-
mer hombre, El mismo fue hecho esclavo; hoy nuestro Salvador aba-
Es fácil percibir la voz misma de Cristo en las siguientes expre- tió las puertas y las barreras de la muerte, destruyó la prisión del in-
siones, tomadas de los Salmos citados: fierno, destruyó el poderío del diablo".
"En paz me acuesto y enseguida me duermo; Las lecturas en la hora nocturna ("Oficio de lecturas") son toma-
tú solo, Señor, me haces reposar tranquilo" (Sal 4, 9); das: la primera, de la Carta a los hebreos (4, 1-16), "Apresurémonos
a entrar en el reposo del Señor"; la segunda, de una antigua "Homilía
"Y mi carne descansa serena,
porque no entregarás mi vida al sepulcro, sobre el sábado santo" de un autor anónimo de la Iglesia griega (ha-
ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción" (Sal 15, 9-10); cia el siglo II o III), "El descenso del Señor a los infiernos".
En la primera lectura se considera la importancia del "reposo"
"No me expongas a la furia de mis adversarios; porque describe la suerte final de los fieles. En su contexto original
contra mí se han levantado testigos falsos el término alude a la posesión final de la tierra prometida donde Dios
que respiran violencia. habitaría en medio de su pueblo, asegurándole la prosperidad. Este
Estoy seguro de que contemplaré la bondad del Señor "reposo", empero, era considerado una bendición que alcanzaría su
en la tierra de los vivientes" (Sal 26, 12-13); cumplimiento con un banquete celestial (Sal 23, 1-3). La par-
"¿Qué sacas con mi muerte, ticipación en el "reposo divino" (Gn 2, 2-4) es prefigurada por el
con que yo baje derecho a la tumba?

366 367
reposo del sábado (Cf. Lv 23, 15-21). Pero entra en el reposo de La Iglesia este día está en la actitud de las piadosas mujeres en la
Dios aquel que escucha la voz de Dios. Cristo, Palabra del Padre, es tarde del Viernes Santo, después que fue sepultado Jesús: "Estaban
nuestro reposo. El yace ahora en la tumba para entrar glorificado en allí delante del sepulcro" (Mt 27, 61). Todo fiel está llamado a la
el reposo del Padre. "Porque tenemos un sumo sacerdote que atravesó contemplación, alimentando el corazón de aquellos afectos sugeridos
los cielos, Jesús, Hijo de Dios... el cual sabe compadecerse de nues- por la Liturgia de las Horas: la tranquilidad en la paz de Dios, el
tras debilidades, porque El mismo fue probado en todo, menos en el reposo en la esperanza, la confianza plena en la Palabra de Dios,
pecado. Acerquémonos con plena confianza al trono de la gracia". certeza del cumplimiento de las promesas divinas y abandono al
juicio de Dios: El glorificará al Justo y le dará la plenitud de la vida.
En la segunda lectura del anónimo del siglo III, el autor, siguiendo
la imaginación, describe el diálogo entre Jesús, que entra en el reino El misterio de Cristo en el sepulcro se vuelve también invitación
de los muertos, y Adán, el primer padre. El encuentro y el correspon- "a amar la vida escondida con El en el misterio del Padre", huyendo
diente coloquio es fruto de fantasía, pero refleja la realidad revelada del ruido ensordecedor de esta nuestra vida moderna que no conoce
sobre la amplitud y la profundidad de la redención. ya ni silencio, ni pausas de reflexión. El sábado santo viene a ser un
fuerte reclamo a los creyentes a "retirarse al desierto" para estar so-
"¿Qué ha sucedido? —se pregunta el autor—. Hoy sobre la tierra los ante Dios en una oración silenciosa de pura escucha. "Es la 'pau-
hay un gran silencio, gran silencio y soledad. Gran silencio porque sa' que la Iglesia invita a vivir, suspendiendo por el lapso de un día
el Rey duerme: la tierra ha quedado pasmada y calla porque el Dios el ajetreo de las preocupaciones cotidianas. Es el momento en que se
hecho carne se ha dormido y ha despertado a aquellos que por siglos debe hacer brotar del corazón la plenitud del reconocimiento"11'. El
dormían. Dios ha muerto en la carne y ha bajado a sacudir el reino sábado santo deberá ser, sobre todo, un día de intensa fe y de fuer-
de los infiernos". te esperanza.
"El fragmento es simple, de carácter popular, pero también En este día la Iglesia no puede olvidar que el viernes y sábado
poético y rico en dramatismo. Las palabras de Jesús a Adán, referidas santos han constituido la más fuerte crisis de la fe y de la esperanza
en este fragmento, se convierten en anuncio de esperanza para todos de los apóstoles.
aquellos que hoy esperan recibir la vida nueva mediante la Resu-
Judas traicionó y vendió a su Maestro; Pedro lo negó; "todos los
rrección de Jesús del mundo de los muertos"18.
discípulos, abandonándolo, huyeron" (Mt 26, 56). Ante la cruz vino
La oración que concluye cada una de las horas del Oficio divino, un derrumbe de fe y de esperanza: "¡Nosotros creíamos que El libra-
al referirse al Bautismo, sacramento de nuestra inserción en el Mis- ría a Israel!..." (Le 24, 21ss.). En esos dos terribles días solamente
terio Pascual de Cristo, recuerda el misterio de Cristo sepultado y una criatura, la más vecina al Señor, María, su madre, creyó y esperó.
ruega que seamos partícipes con El de la gloria de la Resurrección: En la liturgia no hay ninguna alusión a ella. Pero es bello para nues-
"Oh Dios eterno y todopoderoso, que nos concedes celebrar el mis- tra piedad recordarla así. Lo hacemos a través de una página muy
terio de tu Hijo unigénito, que bajó a las entrañas de la tierra, haz hermosa de M. Magrassi20.
que, sepultados con El en el Bautismo, resucitemos con El a la gloria "El sábado está entre el viernes y el domingo, entre la memoria
de la Resurrección". de la Pasión y la de la Resurrección. María lo llena porque en ese
día, el sábado santo, toda la fe de la Iglesia se condensa en ella21. En
3. Cómo vivir el misterio del Sábado Santo
19. B. Baroffio, Medilazioni sul Triduo pasquale, en RLP 2/1978 (n. 87), p. 32.
La liturgia bizantina invita a los fíeles en este día al silencio y a 20. M. Magrassi, María nel mistero della Chiesa, en Liturgia, nn. 226-227, pp. 4-29; la cíla,
la meditación: "Enmudezca todo mortal, con temor y temblor; no pp. 28-29.
piense en cosa alguna terrena". 21. Desde hace algún tiempo ha entrado el uso de añadir a las 14 estaciones tradicionales del
"Viacrucis" una décimaquinta estación consagrada a la Resurrección, para no separar las dos
facetas del Misterio Pascual. Pero en Lourdes son 16: mientras la décimasexta es la Resurrección,
18. M. Masini, l salmi del Triduo pasquale. Spiegazione e rHetlura cristiana. Queriniana, la décimaquinta representa a María que, en oración junto a la tumba del Señor, "segura cu lu
Brescia, 1980, p. 162. esperanza total, espera la Resurrección".

368 W)
su gran corazón de madre se recogía toda la vida del cuerpo místico, Hoy la Iglesia se abstiene totalmente de celebrar el sacrificio de la misa. La
del cual al pie de la cruz ella había sido llamada a constituirse en santa comunión se puede dar solamente en forma de viático. No se acepte la
madre espiritual. Mientras la fe se oscurecía en todos, ella, la primer celebración de nupcias y de ningún otro sacramento, excepto los de la
alma fiel, permaneció sola ella conservando viva la llama, inmóvil Penitencia y de la Unción de los enfermos.
en la oscuridad de la fe. La Iglesia, una vez más, se identificó con Losfielessean instruidos sobre la naturaleza particular del sábado santo. Las
ella. Mucho más que Francisco el día que llevó sobre sus hombros costumbres y las tradiciones de fiesta unidas con este día por la celebración
todo el edificio de la Iglesia. Esta es la razón que hace del sábado el pascual anteriormente anticipada al sábado santo, resérvense para la noche y
día de nuestra Señora, y así lo intuyó la antigüedad al consagrarle el día de Pascua22 (nn. 73-76).
este día, el último de la semana cristiana, que precede inmediata-
mente al primero, el dies dominicus.
Parece que tenemos la impresión de vivir un nuevo Viernes
Santo; defecciones y crisis parecen multiplicarse, junto a tantos
signos de esperanza. Pero ahora la Virgen no está sola: la Iglesia está
con ella. Tantas almas creyentes aceptan estar con ella a los pies de
la cruz. La Iglesia vive en el mundo su pasión, prolongando la de
Cristo, pero no cesa nunca de creer y de esperar, y no abandona
nunca su diario y sufriente caminar al encuentro del Señor. Y
entonces el viernes se transforma en el sábado, el sábado de María:
fermentado por la espera de la Resurrección. Con ella se encuentra
la alegría de vivir y la valentía de esperar. Si hay tanto mal en el
mundo, ella es como la 'corriente del golfo': una corriente de bondad
y de pureza que redime todo el mal y hace florecer el bien. Si en la
Iglesia existen tensiones y laceraciones, el modo de encontrarnos
unidos es estrecharse en torno a ella. En una familia desunida, el
primer paso hacia la reconciliación se hace recurriendo a la madre.
En el mundo desorientado, ella es la estrella. En una Iglesia sufriente,
es un signo de esperanza".

4. indicaciones litúrgico-pastorales

La citada Carta circular da las siguientes indicaciones:


Se recomienda mucho la celebración del Oficio de lecturas y de las Laudes
matutinas con la participación del pueblo. Donde esto no es posible, prevéase
una celebración de la Palabra de Dios o un piadoso ejercicio que responda
al misterio de este día.
Pueden exponerse en la iglesia para la veneración de losfielesla imagen de
Cristo crucificado o colocado en el sepulcro, o una imagen de su descenso
a los infiernos, que ilustra el misterio del sábado santo; o bien la imagen de 22. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de Un
la Bienaventurada Virgen Dolorosa. fiestas pascuales, de 16 de enero de 1988; texto latino e italiano en L'Osservalore romano del 21
de febrero de 1988; texto latino también en Notituie 259/1988, pp. 81-107.

370 vri
Capítulo XXII del Éxodo: "Cuando hayáis entrado en el país que el Señor os dará,
como lo prometió, observaréis este rito. Entonces vuestros hijos os
DOMINGO DE PASCUA, preguntarán: '¿Qué significa este acto de culto?'. Vosotros les diréis:
'Es el sacrificio de la Pascua para el Señor, el cual pasó de largo por
"RESURRECCIÓN DEL SEÑOR", las casas de los israelitas en Egipto, cuando hirió a Egipto y salvó
nuestras casas'" (Ex 12, 25-27).
VIGILIA PASCUAL
"Este día será para vosotros un memorial; lo celebraréis como
EN LA NOCHE SANTA Y MISA DEL DÍA fiesta del Señor; de generación en generación, lo celebraréis como
rito perenne" (Ex 12, 14).
En los textos del judaismo (/ Targum), la teología de la Pascua
acentúa también el aspecto escatológico. En el Poema de las cuatro
noches', la descripción de la "cuarta noche" sanciona aquella tradi-
ción, que se había ido desarrollando en el judaismo del pos-texilio y
era muy viva en los tiempos del Nuevo Testamento, según la cual la
aparición del Mesías y la inauguración del mundo nuevo sucederían
durante una noche de Pascua2. De la memoria de los "mirabilia Dei"
Pocas celebraciones litúrgicas son tan ricas de contenido y de sim- del Éxodo se pasaba entonces a mirar hacia la futura redención que
bolismo como la Vigilia pascual. El corazón de todo el año litúrgico, tendría lugar con la venida del Mesías. En una noche como ésta,
de donde irradia a todas las demás celebraciones, es esta Vigilia, que pues, "el mundo llegará a su fin'".
culmina en el ofrecimiento del sacrificio pascual de Cristo. En esta Notemos, finalmente, que la vigilia pascual de los judíos, después
noche santa la Iglesia celebra en la forma sacramental más plena la de la destrucción del templo, se concluía con un "adiós a Jerusalén",
obra de la redención y de la perfecta glorificación de Dios como me- lleno de una esperanza temporal: "¡El año próximo en Jerusalén!";
moria, presencia y espera. "El reconstruirá su casa dentro de poco, presto, presto, en nuestros
días"4.
b) En la Pascua cristiana no cambia la estructura teológica de la
1. Significado y valor de la Vigilia pascual Vigilia pascual (memoria-presencia-espera), pero se enriquece con
la "realidad" que es Cristo, el Crucificado-Resucitado: "El es la
El misal romano recuerda que "por antiquísima tradición ésta es Pascua de nuestra salvación"5. Los cristianos "velan" en la noche de
'la noche de Vigilia en honor del Señor' (Ex 12, 42). Los fieles, lle-
vando en la mano según la amonestación del Evangelio (Le 12,
35ss.), la vela encendida, se asemejan a aquellos que esperan la ve- 1. Cí. R. Cantalamessa, Ixi Pasqua della nostra salvezza, Marietti, Torino, 1971, pp. 42-44.
nida del Señor, de modo que, cuando El venga, los encuentre todavía 2. Cf. R. Le Déaut, La nuil paschale, Institut Biblique Pontifical, Roma, 1963, pp. 237-251.
vigilantes y los haga sentarse a su mesa". 3. "La cuarta noche será cuando el mundo, llegado a su fin, será deshecho. Los yugos de hierro
serán destrozados y las generaciones de la impiedad, aniquiladas. Y Moisés saldrá del desierto...
a) En la Pascua judía ya estaba presente la motivación de la vi- Uno caminará a la cabeza del rebaño y el otro en lo más alto de una nube y su palabra avanzará
gilia en la cual se celebraba el rito pascual: "Noche de vigilia fue entre los dos y avanzarán juntos. Es la noche de la Pascua para el nombre del Señor: noche
establecida y reservada para la salvación de todas las generaciones de Israel" (Targum del Kxtxlo
ésta para el Señor para hacerlos salir del país de Egipto". Por con- 12, 42, en R. Cantalamessa, La Pasqua nella Chiesa áulica, Sei, Torino, 1978, n. 5, pp. 9-11).
siguiente: "Esta será una noche de vigilia en honor del Señor para 4. "Haggada di Pésach" secondo il rito italiano, con le principali varianti del rito íedesco e
todos los israelitas, de generación en generación" (Ex 12, 42). spagnuolo, con "Haggadá" per bambini. Traducción, introducción y notas de R. Honlil,
Fondazione Sally Mayer, Milano, 1962 (texto italiano y hebreo), pp. 153 y 173.
Durante esta vigilia los israelitas, celebrando el rito pascual, ha-
5. San Justino, Diálogo, III, PG 6, 731; Melitón de Sardes, Per! Paschti, 65 y 69. en K.
cían memoria de la salvación obrada por Dios en los acontecimientos Cantalamessa, La Pasqua nella Chiesa antica, Op. cit., n. 22, pp. 40-43.

372 173
Pascua para celebrar toda la economía salvífica en una visión unitaria pues del éxodo felicísimo"8, mientras que san Agustín habla de la
y continuada desde la creación hasta la parusía. La celebración de la "esperanza que en la cabeza fue dada a los miembros, de seguirlo
vigilia ve la expresión concreta más emblemática de la fe de la con seguridad a donde El pasó", es decir, "de este mundo al Padre"9.
Iglesia en la unidad de los dos Testamentos y del nexo intrínseco Si la Iglesia en la noche pascual, vive una esperanza "temporal", es
entre Palabra que anuncia y sacramento que actualiza la obra de la tal solamente porque coincide con su crecimiento "pascual" sobre la
salvación. La memoria-presencia del misterio de Cristo, que vence tierra10 mediante el aumento de nuevos hijos con el Bautismo. Este
a la muerte con la propia Resurrección, se hace espera según la alegra y acrecienta la esperanza de la Iglesia".
exhortación evangélica: "Sed prontos, ceñidos vuestros lomos y las La esperanza de la Iglesia en la noche pascual está fundada en las
lámparas encendidas; sed como aquellos que esperan al amo cuando promesas de Dios y es reavivada por la lectura de estas promesas en
regrese de las bodas, para abrirle pronto, en cuanto llegue y llame" la liturgia de la Palabra con los textos que hablan de Abrahán, del
(Le 12, 35-36). Este retorno del esposo es previsto para el corazón Éxodo y de la tierra prometida antes del anuncio de la Resurrección.
de la noche: "a medianoche" (Mt 25, 6).
En este clima, el velar adquiere el valor simbólico de la espera de
Desde el siglo II el contenido litúrgico y teológico de la Pascua la venida del Señor, como actitud típica que debe distinguir al cristia-
es de carácter conmemorativo y soteriológico. "En ella, en efecto, la no. San Agustín en otro sermón de la noche de Pascua decía: "En
comunidad recuerda y revive el acontecimiento salvífico de la esta nuestra vigilia no esperamos al Señor como si todavía tuviera
Muerte-Resurrección de Cristo y lo revive en un clima de espera o, que resucitar, sino más bien renovamos con solemnidad anual el re-
quizás mejor, de tensión escatológica. Es precisamente la Vigilia
cuerdo de su Resurrección. En esta celebración, sin embargo, el pa-
pascual con su significado simbólico intrínseco, la que garantiza, en
sado es traído por nosotros a la memoria, de modo que este mismo
cierto sentido, el mantenimiento de este equilibrio entre con-
velar nuestro signifique también algo de lo que con la fe hacemos en
memoración y espera"6.
la vida. Todo este tiempo, en efecto, en el cual el siglo presente
San Agustín, en un admirable sermón para la noche de Pascua, transcurre a la manera de noche, la Iglesia vela con los ojos de la fe
resumió toda la antigua tradición bíblica y patrística sobre la Vigilia puestos en las Escrituras como en antorchas que brillan en la os-
memoria-espera: "Velando, hermanos carísimos, en esta noche en el curidad, hasta el día en que el Señor ha de venir"12.
recuerdo de la sepultura del Señor, velamos durante el tiempo en el
cual El, por así decir, durmió. En efecto, El, anunciando mucho En el pasado, hecho presente sacramental mente, está fundada la
tiempo antes su Pasión por medio del profeta, dijo: 'Yo me he dor- espera del futuro. De esta realidad viva y actual brota la alegría pas-
mido y he despertado porque el Señor me ha acogido'. Llama Señor cual: "¡Cuánta alegría, hermanos! Alegría de encontrarnos juntos;
a su Padre. Así pues, en la noche en que El duerme, nosotros velamos, alegría en cantar los Salmos y los himnos; alegría del recuerdo de la
a fin de que por la muerte que sufrió, nosotros vivamos. En el tiem- Pasión y de la Resurrección de Cristo; alegría en la esperanza de la
po de su momentáneo dormir, celebramos una Vigilia, a fin de que, vida futura. Si la esperanza produce tanta alegría, ¿cómo será la po-
velando El por nosotros, podamos, en la Resurrección, perseverar
sin descanso en una vigilia eterna. Pero en esta noche El también 8. Orígenes, Comm. in Joann. X. 111, PG. 14.
resucitó y precisamente en espera de esta Resurrección velamos no- 9. San Agustín, Tract. in Joann. 55, 1, p. 35, 1784.
sotros"7. 10. En este sentido la esperanza pascual de la Iglesia antigua difiere radicaleraente de la mayor
parte de las actuales "teologías de la esperanza" (Cf. Cantalamessa, La Pasqua della riostra
c) El objetivo de la espera escatológica es esencialmente ultrate- salvezza, Op. cit., p. 215, nota 19).
rreno. Orígenes lo ve en "aquella tercera Pascua que será celebrada 11 "En este día tenemos la promesa de la futura felicidad que será concedida también a
entre miríadas de ángeles en la asamblea festiva y perfectísima des- nuestros catacúmenos que ahora el alegre ocaso invita a sumergirse en las profundidades lácteas
del sagrado océano, para resurgir después renovados con el día nuevo y llegar con nosoiros a lu
gloria inmortal" (San Zeno de Verana, De Pascha tractatus, 1, 57, Ed. B. Lolstlcdl, CC 22,
6. R. CatUalamessa, La Pasqua nella Chiesa mítica, Op. cit., n. 129, pp. 198-199. Turnhout, 1971, p. 132.
7. San Agustín, Sermón, Morin-Everferbytanus 4, 2, citado en el volumen de R. Cantalamessa, 12. San Agustín, Sermone Wilmart 4, 3, reportado en el volumen de R. CuiiNilimiiiicK»», lu
IM pasqua nella chiesa antica, Op. ciu, n. 131, pp. 200-201. Paqua nella Chiesa antica, Op. cit., n. 129, pp. 198-199.

374 175
sesión? En estos días, al sentir resonar el Aleluya, nuestro espíritu Esta es la noche
como que se transfigura. ¿No nos parece saborear un no se qué de en que venció las tinieblas del pecado
aquella ciudad suprema?"13. con el esplendor de la columna de fuego.
El sentido más verdadero de la Vigilia es, pues, éste: nosotros ya Esta es la noche
estamos viviendo la Pascua que celebramos a través del rito: la cele- que salva en toda la tierra a los creyentes en Cristo
bramos para que actúe cada vez más profundamente en nosotros en de la oscuridad del pecado
la espera de la Pascua eterna. "Cristo es nuestra Pascua" (ICo 5, 7), y de la corrupción del mundo,
"La noche ha sido superada, el día ya está encima; despojémonos, los consagra al amor del Padre
pues, de las obras de las tinieblas y revistámonos de las armas de la y los une en la comunión de los santos.
luz... Revestios del Señor Jesucristo" (Rm 13, 12-14). Esta es la noche
d) Para la realidad pascual que es celebrada en la Vigilia, asume en que Cristo, rompiendo las ataduras de la muerte,
particular valor también su carácter nocturno. Las Normas generales se levanta victorioso del sepulcro".
para la ordenación del año litúrgico afirman que "la Vigilia pascual,
durante la noche en que Cristo resucitó, es considerada como la El simbolismo fundamental de la celebración de Pascua que debe
"madre de todas las vigilias"14. En ella la Iglesia espera, velando, la salvaguardarse en el nivel ritual en toda su fuerza expresiva, es el de
Resurrección de Cristo y la celebra en los sacramentos. Por tanto to- ser una "noche iluminada" y mostrar y recordar de qué manera de la
da la celebración de esta sagrada Vigilia se debe desarrollar de no- muerte de Cristo ha brotado nuestra vida de gracia.
che, de modo que, o inicie después del comienzo de la noche, o e) Las primeras comunidades cristianas sentían tan vivamente el
termine antes del alba del domingo. Entre estos límites de tiempo, misterio de esta noche, que afirmaban que no era lícito dormir. To-
prefiérase la hora que mejor favorezca la afluencia de la comunidad dos velaban en la espera de Cristo resucitado.
local" (n. 21).
Lamentablemente hoy no es así. Pero es preciso afirmar con leal-
La razón verdadera del carácter nocturno de esta celebración está tad y valor que la acción catequética y pastoral de muchos está de-
esencialmente en la realidad pascual que está llamada a significar, a senfocada. "No es normal —destaca A. Nocent— que la Navidad,
saber, el "paso". El simbolismo del paso de las tinieblas a la luz, el que de por sí es una fiesta complementaria de la Pascua, sea más
día que vence a la noche, expresa mejor que cualquier concepto, en sentida que la Pascua misma, la cual constituye el centro de toda la
el plano simbólico, el misterio más profundo de la Pascua: el paso vida de la Iglesia; entretanto la Navidad es solamente el punto de
de Israel de la esclavitud a la libertad; el paso de Cristo de la muerte
partida y encuentra su significado en la victoria del 'sol invicto'15.
a la vida gloriosa; el paso de los creyentes en Cristo del pecado a la
vida divina. Esta realidad divina es cantada líricamente en el "pregón f) En el misal de Pablo VI la celebración de la Vigilia se desarrolla
pascual": toda en un clima de gozo y con un ritmo progresivo y ascensional
que desemboca en la liturgia eucarística:
"Esta es la noche Parte primera: solemne comienzo de la Vigilia o "lucernario"
en que libraste a los hijos de Israel, nuestros padres, (bendición del fuego, preparación del cirio; procesión; anuncio pas-
de la esclavitud de Egipto, cual).
y los hiciste pasar a pie enjuto por el mar Rojo.
Parte segunda: liturgia de la Palabra (se proponen nueve lecturas
incluido el Evangelio).

13. San Agustín, Semone, Morin, n. 8, 2 (PLS 2, 557).


14. San Agustín, Sermo 219, PL 38, 1366. 15. A. Nocent, ¿Una riforma del Triduo pasqualel, en RL 1/1968, p. 55.

376 377
Parte tercera: liturgia bautismal (letanías de los santos; bendición la escucha de la Palabra y en la participación en los sacramentos: y
del agua; celebración de eventuales Bautismos y renovación de las Cristo resucitado confirmará la experiencia de participar en su victo-
promesas bautismales). ria sobre la muerte y de vivir con El en Dios.
Parte cuarta: liturgia eucarística. Terminada la monición introductoria, el sacerdote celebrante
Los ritos de la Vigilia, aunque diferenciados en varias partes, for- bendice el fuego, cuyo simbolismo es expresado por la siguiente ora-
man un todo en torno al núcleo esencial de la proclamación de la Pa- ción: "Oh Padre, que por medio de tu Hijo nos has comunicado la
labra de Dios y de la celebración de los sacramentos pascuales del llama viva de tu gloria, bendice este fuego nuevo, haz que las fiestas
Bautismo y de la Eucaristía. Todos los ritos, pues, convergen en la pascuales enciendan en nosotros el deseo del cielo, y nos guíen, re-
Eucaristía como momento culminante. novados en el espíritu, a la fiesta del esplendor eterno".
A través de los "signos" sacramentales de la luz, del agua, del pan Luego se enciende el cirio pascual16.
y del vino, explicados y hechos eficaces por la Palabra de Dios, se b) Después de encendido, el cirio se lleva procesionalmente hacia
significa y hace presente la realidad de la Pascua del Señor, para que el altar por el diácono (o por el sacerdote celebrante) seguido proce-
venga a ser nuestra y la expresemos con la vida. sionalmente por el pueblo.
El templo está a oscuras. Brilla solamente la luz del cirio.
2. Solemne comienzo de la Vigilia De esta luz se encienden las candelas de los fieles, mientras se
o "lucernario": canta por tres veces sucesivas: "Cristo, luz del mundo". "Demos gra-
celebración de Cristo, luz del mundo cias a Dios".
A la tercera aclamación se encienden todas las luces de la iglesia.
La primera parte de la Vigilia celebra la luz. En efecto, Cristo,
sobre todo con su Resurrección, es la luz del mundo (Cf. Jn 1,9; 9, El sentido pascual y escatológico de esta procesión es evidente.
12; 12, 35-36). Somos el nuevo Pueblo de Dios, nacido de la Pascua: peregrinos,
seguimos a Cristo resucitado, nuestra cabeza y luz del mundo, a
También nosotros los que participamos en su misterio mediante través del desierto de la vida presente hacia la patria celestial. El ci-
los sacramentos de la iniciación cristiana (Bautismo, Confirmación, rio se coloca en el presbiterio y domina a la asamblea.
Eucaristía) somos "luz en el Señor" (Ef 5, 8).
c) El diácono entonces proclama solemnemente, en el gozo de la
a) El cirio pascual es símbolo de Cristo resucitado. Las candelas luz de Cristo resucitado, las fiestas pascuales; anuncia el mensaje de
que se encenderán del cirio son símbolo de la vida nueva que el Se- la Resurrección y celebra con una espléndida plegaria de acción de
ñor nos comunica mediante el Espíritu Santo en su Resurrección. gracias las maravillas realizadas por Dios en esta noche santa, vértice
El rito debe crear un clima de gozo que invada toda la celebración. de toda la historia de la salvación: el pecado de Adán, del cual he-
Si no es posible encender un verdadero fuego en la puerta de la igle- mos sido redimidos por la sangre de Cristo; las figuras de la reden-
sia, se omite su bendición. ción: el cordero, el paso del mar Rojo, la columna de fuego. El him-
Lo que sobre todo se pone en evidencia en este rito inicial (tenien- no pasa a celebrar de modo altamente poético la victoria pascual de
do presente que es solamente "rito inicial"), no es la bendición del Cristo para llegar a las conocidas expresiones: "¡Realmente necesario
fuego en sí misma, sino el significado pascual de la luz que surge en fue el pecado de Adán, que fue destruido por la muerte de Cristo!
las tinieblas. En medio de estas luces el cirio pascual es el signo ¡Feliz culpa que mereció tener tan gran redentor!".
principal.
El celebrante, antes de bendecir el fuego, saluda al pueblo reunido,
explicando brevemente el significado de la Vigilia. Sobre todo recor- 16. Cuando se crea oportuno, puede subrayarse la dignidad y la significación del cirio p»»i'U»l
con algunos símbolos: se marca en el cirio la cruz y el año de la celebración pascual y se le IIMVUII
dará que se trata de velar orando y de revivir la Pascua del Señor en cinco granos de incienso, que simbolizan las llagas gloriosas de Cristo.

378 m
El canto pasa a celebrar la liturgia del cirio "que ofrece la Iglesia es parte fundamental de la Vigilia pascual. Léanse por lo menos tres
(al Padre) por manos de sus ministros, fruto del trabajo de las abejas, lecciones del Antiguo Testamento y, en casos más urgentes, por lo
símbolo de la nueva luz". Que este cirio, pues, "lo encuentre en- menos dos. No deberá nunca omitirse la lectura del Éxodo (tercera
cendido la estrella de la mañana, aquella estrella que no conoce oca- lectura).
so: Cristo, tu Hijo, que, resucitando de entre los muertos hace brillar Por tanto, el tiempo dedicado a estas lecturas, no es para dar opor-
sobre los hombres su luz serena y vive y reina por los siglos de los tunidad a los fieles para alcanzar a llegar a la "misa de medianoche",
siglos". cuya hora el buen párroco se apresura a señalar exactamente, sino
Este magnífico canto, llamado comúnmente Exsultet por la que es parte esencial de la misma celebración eucarística.
palabra con que comienza el texto latino, lleno de fe, de lirismo y de Un aspecto de esta liturgia de la palabra merece particular aten-
gozo, es atribuido a san Ambrosio17. Para comprender y saborear la ción: el modo como la Iglesia lee la Palabra de Dios.
riqueza de sus contenidos y la belleza de sus imágenes, se requiere La tradición litúrgica nos dice que la Escritura se lee meditando
una asamblea bien preparada para la celebración pascual y un diá- y orando. Se debe crear un verdadero diálogo con Dios. Por este mo-
cono u otro ministro que sepa proclamarlo con tonalidades que sola- tivo son esenciales los momentos de silencio después de la lectura;
mente el Espíritu, más que la dicción o el arte del canto puede dar. las aclamaciones; el canto de los estribillos y de los Salmos respon-
soriales.
3. La liturgia de la Palabra: Dando el debido valor a estos elementos, y a condición de que las
celebración de Cristo, palabra del Padre, luz de verdad cosas no se ejecuten solamente en el plano de una regia estética, se
obtiene una participación más atenta, viva e interior de la asamblea.
Después de la bendición de la luz y el anuncio de la Pascua, la La oración es siempre resumida y presentada a Dios con la oración
Iglesia medita las maravillas que el Señor ha realizado por su pueblo conclusiva del sacerdote que preside18.
desde el comienzo, confiando en su Palabra y en sus promesas.
Es la noche santa en que tuvieron su cumplimiento en Cristo
muerto y resucitado las grandes obras de Dios, anunciadas y pre- 18. Entre las lecturas bíblicas que se hacían en la noche pascual, de una se tienen testimonios
paradas en las intervenciones del Antiguo Testamento. seguros, la de Éxodo 12, comentada en las homilías de Melitón de Sardes y del Anónimo cuar-
todecimano. La presencia de este texto en la celebración de la Vigilia pascual es de gran importancia
El símbolo de la luz del cirio cede el puesto a la realidad de Cris- porque afirma la continuidad entre la Pascua del Antiguo y la del Nuevo Testamento. Entre los
tantos textos pascuales del Antiguo Testamento, que podían escogerse y que más tarde entraron en
to, luz del mundo, presente en su Palabra leída en la Iglesia. la liturgia pascual de las diversas Iglesias", la primitiva comunidad cristiana, desde un comienzo, al
Estas lecturas nos introducen en el significado y en la importancia optar por el Éxodo, dio pruebas, como afirma R. Canlalamessa, de una profunda y segura intuición.
Esta lección, que tiene que ver con la etapa más arcaica del rito pascual (la inmolación del
que tiene la Pascua en la vida de la Iglesia y de cada cristiano. Por cordero), unía la Pascua cristiana con la Pascua originaria instituida por mandato de Dios para
eso se comprenden en relación con los sacramentos pascuales, me- recordar la salvación mediante la sangre en la noche del Éxodo. No se puede estar plenamente de
diante los cuales hemos muerto y resucitado con Cristo. acuerdo con R. Cantalamessa al lamentar la caída de este texto en la reciente reforma litúrgica:
"La caída de esta lección de Éxodo 12 de la actual Vigilia pascual de rito latino (¡de qué caída se
En esta Vigilia se proponen nueve lecturas: siete del Antiguo puede hablar cuando fue trasladada como epístola a la misa del Jueves Santo!) y sin duda el hecho
más desagradable y más absurdo que se ha producido en el curso de las recientes reformas
Testamento y dos del Nuevo (epístola de san Pablo y Evangelio). pascuales. Si no se remedia pronto este inconveniente, estas reformas habrán disminuido, más que
acrecentado, nuestro derecho de llamarnos herederos de la Pascua de la primitiva Iglesia, por lo
Cuando las circunstancias lo exijan por motivos pastorales, el nú- menos en este punto de las lecturas bíblicas" (R. Cantalamessa, La Pasqua della nostra salvezza,
mero de las lecturas tomadas del Antiguo Testamento puede reducir- Op. cit., p. 155, nota 50; Cf. igualmente pp. 154-155). En el antiguo rito del sábado santo,
se. Pero debe haber siempre un motivo, porque la Palabra de Dios contenido en el misal de Pío V, el texto de Éxodo 12, 1-11 figuraba como IX lectura. Con el Ordo
instauratus en 1955 por Pío XII, la lectura se quitó. En la segunda edición típica del Ordo
Ijeclionum missne del 21 de enero de 1981, mientras se dan las indicaciones de lecturas ad ¡ibilum
para algunas fiestas y solemnidades, nada se dice para la recuperación de Éxodo 12 en la Vigilia
17. Cf. B. Cappelle, L'Exsuitet paschal, oeuvre de Saint Ambroise, Miscellanea Giovanni pascual.
Mercati, Citta del Vaticano, 1946,1, pp. 214-246.

380 381
a) Primera lectura: la creación
midos para que comprendan que, si fue grande cu el principio l,i
(Gn 1, 1-2, 2; o bien 1, 1.26-3la)
creación, mucho más grande fue, en la plenitud de los ticnipoN la
obra de nuestra redención, en el sacrificio pascual de Cristo Señor".
La unión de Pascua y creación es antiquísima. La encontramos
en los Salmos y en los profetas, donde la redención de Israel es O bien: "Oh Dios que de una manera admirable nos has creado a
mirada como una nueva creación. Hay además otro elemento, el lu imagen y de manera más admirable aún nos has renovado y redi-
cósmico o cosmogónico, que la Biblia tomó de las religiones de los mido, haz que resistamos con la fuerza del espíritu a las seducciones
pueblos vecinos. La Pascua fue para Israel también la fiesta del año del pecado para llegar al gozo eterno".
nuevo, que, en las religiones semíticas está ligada a la idea de
regeneración, de nueva creación, de retorno al tiempo de los orígenes.
Estos elementos contribuyeron a ver la Pascua como aniversario de b) Segunda lectura: el sacrificio de Abrahán
la creación. Por eso en el rito pascual judío y en la Vigilia pascual (Gn 22, 1-18)
de la Iglesia encontramos la narración de la creación. Evidentemente
en la Pascua cristiana la narración se pone en relación con Cristo y Ya el judaismo precristiano consideraba acontecimiento pascual
su Resurrección. En la fiesta de Pascua san Cirilo de Jerusalén también el sacrificio de Isaac20 y con él se incluía en la celebración
exclama: "Este es el tiempo de la creación del mundo... En la misma litúrgica de la Pascua todo el tema bíblico de la alianza y de la pro-
fecha en que fue la pérdida (de la imagen de Dios), tuvo lugar su mesa. Se acentúa así la concepción de la Pascua como sacrificio y
restauración"19. Así pues, la obra restauradora de Cristo después del comienza el simbolismo, recogido por los cristianos, los cuales uni-
pecado, es "una nueva creación" todavía más maravillosa que la rán el sacrificio de Cristo al del "padre Abrahán".
primera. Por tanto la creación lleva al signo del amor de Dios, es El Salmo 15(16) expresa en la oración el abandono confiado en
realizada en vista de Cristo (Cf. Col 1, 16) cuya Resurrección Dios, en cuyas manos está la vida. La referencia a Cristo resucitado
constituye el "reposo" en el cual ella está llamada a entrar. es evidente en el versículo: "Mi carne descansa serena, porque no
La creación no es solamente buena, sino también sagrada y está abandonarás mi vida al sepulcro, ni dejarás a tu fiel conocer la co-
descrita y pensada en la Biblia sobre el esquema de la historia de la rrupción".
salvación, inclusive como primer acto de esta historia. Las estructuras La oración presidencial interpreta en sentido bautismal el texto
que realizan la creación son el "Espíritu de Dios" y su Palabra. El del Génesis: "Oh Dios, Padre de los creyentes, que extendiendo a to-
maravilloso signo de la creación es captado en toda su plenitud dos los hombres el don de la adopción filial, multiplicas en toda la
cuando el hombre ha hecho la experiencia del Dios redentor, del tierra tus hijos, y en el sacramento pa: cual del Bautismo cumples la
Dios de la alianza. A la luz de la experiencia pascual la Iglesia lee promesa hecha a Abrahán de hacerlo padre de todas las naciones,
la narración de la creación en la noche de Pascua y la celebra con concede a tu pueblo responder dignamente a la gracia d¡_ u llamada".
los Salmos 103(104)0 32(33).
Las dos oraciones presidenciales que se proponen para escoger
después del Salmo responsorial, ponen de relieve esta plenitud de c) Tercera lectura: el paso del mar Rojo
significado de la primera lectura: "Dios omnipotente y eterno, ad- (Ex 14, 15-15, 1)
mirable en todas las obras de tu amor, ilumina a los hijos por ti redi-
La liberación del Pueblo de Dios de la esclavitud de Egipto y el
paso del mar Rojo es un acontecimiento salvífico que preanuncin el
Para el recurso a las fuentes de donde se tomaron las oraciones presidenciales de las lecturas,
Bautismo, sacramento de nuestra liberación y de nuestro "paso" del
Cf. A. Dumas, Les sources da nouveau Missel Romain, en Nolitiae 60/1971, pp. 37-42, 61/1981, pecado y de la muerte a la vida de hijos de Dios.
pp. 74-77.
19. San Cirilo de Jerusalén, Catequesis 14, 10, PG 33, 836-837.
20. Cf. N. Füglister, // valore salvífico della Pasqua, Paideia, Krc-< >.i. I'>7n, i r 'i

382
La unión tipológica "paso del mar Rojo y Bautismo cristiano" fue El mensaje del profeta es el del amor invencible del Dios fiel a
hecha por san Pablo (ICo 10, 1-2.6) junto con la otra unión su alianza. Este amor es un amor creador, capaz de producir el mila-
"Bautismo-Resurrección de Cristo" (Rm 6, 4). Esta tipología gro del retorno interior. La profecía deberá también cumplirse defini-
bautismal vendrá a ser, en la Iglesia de los primeros dos siglos, tivamente, pero desde hoy se cumple para aquellos que participan en
"lugar de encuentro y de fusión en donde se aplaca la tensión entre la celebración pascual.
Pascua-paso y Pascua-pasión. Y no es de admirar ni siquiera que es- Los versículos del Salmo responsorial (Sal 29) son una exaltación
to suceda preferentemente en la catequesis de la Pascua dominical: y una alabanza del Señor "que me hizo subir de los infiernos y me
la Pascua que, como parece, se desarrollará a partir de la conver- dio la vida para que no bajara a la tumba" con evidente referencia a
gencia de los dos recuerdos: el del paso del mar Rojo y el de la Re- Cristo resucitado.
surrección de Cristo"21. La lectura desemboca naturalmente en el La Iglesia termina orando: "Oh Dios, Padre de todos los hombres,
cántico de Moisés (Ex 15). multiplica para gloria de tu nombre la descendencia prometida a la
Dos oraciones para escoger, expresan la tipología bautismal del fe de los patriarcas, y aumenta el número de tus hijos, para que la
texto del Éxodo: "Oh Dios, también en nuestros tiempos vemos bri- Iglesia vea plenamente cumplido el designio universal de salvación,
llar tus antiguos prodigios: lo que hiciste con tu mano poderosa para en el cual nuestros padres habían esperado firmemente".
liberar un solo pueblo de la opresión del faraón, ahora lo realizas a
través del agua del Bautismo para la salvación de todos los pueblos;
concede que la humanidad entera sea acogida entre los hijos de i') Quinta lectura: la salvación ofrecida gratuitamente
Abrahán y participe en la dignidad del pueblo elegido". a todos los hombres
O bien: "Oh Dios, tú has revelado en la luz de la nueva alianza (Is 55, 1-11)
el significado de los antiguos prodigios: el mar Rojo es la imagen de
la fuente bautismal y el pueblo liberado de la esclavitud es un El profeta invita a todos a creer en las promesas de Dios que se
símbolo del pueblo cristiano. Concede que todos los hombres, me- cumplirán en los tiempos mesiánicos. El habla a los desterrados he-
diante la fe, sean hechos partícipes del privilegio del pueblo elegido, breos que regresarán a la patria. Es preciso, sin embargo, que el regre-
y regenerados por el don de tu Espíritu". so del destierro sea signo de una sincera búsqueda del perdón de Dios.
La celebración de la Pascua, sacrificio de alianza universal, hace
actual para nosotros la invitación a la salvación, que el profeta Isaías
d) Cuarta lectura: la nueva Jerusalén nos dirige. Esta salvación es celebrada en la acción de gracias con el
(Is 54, 5-14) Salmo responsorial, tomado de Isaías 12, 1-6.
La oración presidencial subraya el hoy de la salvación: "Oh Dios
La nueva Jerusalén, reconstruida después del exilio de Babilonia omnipotente y eterno, única esperanza del mundo, tú anunciaste con
y descrita por Isaías, es figura de la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios. el mensaje de los profetas los misterios que hoy se cumplen; reaviva
Los miembros dispersos y divididos por el pecado han sido de nuevo nuestra sed de salvación, para que solamente por la acción de tu Es-
reunidos por Cristo, en una sola familia por medio de su sacrificio píritu podamos progresar en los caminos de tu justicia".
pascual. El nuevo Israel, convocado en la unidad del Padre y del Hi-
jo y del Espíritu Santo, conocerá la Palabra de Dios y será santo.
f) Sexta lectura: la fuente de la sabiduría
21. R. Cantalamessa, La Pasqua della riostra salvezza, Op. cit., p. 102. El mismo autor hace (Ha 3, 9-15.31; 4, 4)
notar que los cuartodecimanos y, en general, los autores del siglo II ignoran esta presentación del
Bautismo que une entre sí los simbolismos del paso del mar Rojo y de la Muerte y Resurrección
de Cristo. En compensación, empero, ellos descubren en el mismo Pablo otra tipología bautismal, El profeta se dirige a los hebreos en destierro o en la diáspora y
en la cual la convergencia con Juan era perfecta: la del Bautismo-baño nupcial de la Iglesia (Ibíd., los invita a buscar la sabiduría que se encuentra en la revelación de
p. 172).

384 385
tí. Cristo fiesta de la Iglesia
Dios contenida en la Ley de Moisés. En sentido cristiano encontra- Con los versículos del Salmo 42 se expresan los sentimientos del
mos la aplicación de este texto en Mateo (11, 25-30), donde Jesús es gozo y de la gratitud por el don de prepararnos al altar de la Eucaris-
presentado como aquel que revela la Sabiduría y donde recurre a la tía. Las oraciones presidenciales propuestas para escoger están entre
imagen del "yugo" para referirse a la ley. las más bellas de esta liturgia de la noche pascual: "Oh Dios, poder
La Pascua es la fiesta del gran retorno a la casa del Padre. El pe- inmutable y luz que no se apaga, vuelve tu rostro hacia tu Iglesia,
cado nos ha alejado de El: el Espíritu Santo, sabiduría divina, nos admirable sacramento de salvación, y cumple la obra que preparó tu
reconduce a esta familia, y nos hace permanecer en ella. misericordia: que todo el mundo vea y reconozca que lo que fue des-
truido se reconstruye, lo envejecido se hace nuevo y todo vuelve a su
Algunos versículos del Salmo 18 (vv. 8-11) forman el canto integridad por medio de Cristo, que es principio de todas las cosas".
responsorial que celebra la ley del Señor.
O bien: "Oh Dios, que en las páginas del Antiguo y del Nuevo
La oración invoca la protección divina sobre aquellos a quienes Testamento nos has preparado para celebrar el Misterio Pascual, haz
Dios hace renacer en el agua del Bautismo: "Oh Dios, que acrecientas que comprendamos la obra de tu amor hacia los hombres, para que
siempre tu Iglesia llamando nuevos hijos de entre todas las naciones, los dones que hoy recibimos confirmen en nosotros la esperanza de
guarda con tu protección a aquellos a quienes haces renacer del agua los bienes futuros".
del Bautismo".
Después de la última lectura del Antiguo Testamento con el res-
ponsorio y la oración correspondiente, se encienden las velas del altar.
g) Séptima lectura: un corazón nuevo y un espíritu nuevo El sacerdote entona el himno Gloria a Dios. Terminado el himno,
(Ez 36, 16-28) el sacerdote dice la colecta: "Oh Dios, que iluminas esta santísima
noche con la gloria de la Resurrección del Señor, reaviva en tu fami-
La renovación a que invita el profeta Ezequiel, en la interpretación lia el espíritu de adopción, para que todos tus hijos, renovados en el
del sentido bíblico pleno, es obra de Dios en Cristo Señor, por medio cuerpo y en el alma, sean siempre fieles a tu servicio".
del Bautismo. Nuestro modo de ver y de actuar deberá orientarse en
conformidad con la visión que de las cosas y de los acontecimientos
tiene Dios mismo, en una actitud de docilidad al Espíritu Santo, h) Epístola: Cristo resucitado de entre los muertos
quien nos guía por los caminos de la caridad y de la salvación. ya no muere más
La nueva alianza en Cristo está precisamente caracterizada por el (Rm6,3-U)
perdón de los pecados, por un radical cambio de corazón en el
hombre, por la inhabitación del Espíritu Santo. Es el don fruto de la El Bautismo, que es la Pascua de Jesús hecha nuestra Pascua, nos
Pascua. ha incorporado a Cristo muerto y resucitado y nos ha hecho participar
en su misterio de liberación y de alianza con Dios. Esto exige de no-
La lectura va seguida de algunos versículos del Salmo 41 (vv. 3- sotros, según la enseñanza de Pablo, una conducta pascual, que se
5) y del Salmo 42 (vv. 3-4). resume en la muerte al pecado y en la vida para Dios.
Con el Salmo 41 la asamblea expresa el deseo del encuentro con En este momento de la celebración, después de la proclamación
Dios. San Agustín vio en este Salmo la oración de los catecúmenos, de la epístola, todos se levantan: el sacerdote entona solemnemente
que se aprestan para la gracia del Bautismo, para obtener la remisión el Aleluya que todos repiten. El salmista o cantor ejecuta el Salmo
de los pecados y saciar su sed espiritual en aquella fuente de agua pascual 117, el pueblo responde con el Aleluya, la aclamación que
viva que es Cristo el Señor22. caracteriza al tiempo pascual. "En efecto, han llegado los días en que
debemos cantar el Aleluya"23.

22. San Agustín, Enarr. in Ps. 41, 1, PL36, 461. 23. San Agustín, Enarr. in Ps., 110, 1 PL 37, 1463.

386 387
Los Padres no han omitido el explicar el significado misterioso y Una profunda y sugestiva teología pascual-bautismal está fundada
espiritual del Aleluya. en principio sobre el texto paulino que presenta el Bautismo como
inmersión en la muerte de Cristo (Rm 6, 3-4). Pero Pablo, pro-
San Agustín decía a su pueblo: "Con el canto del Aleluya expre- longando el paralelismo, ve también el otro momento: resucitar con
samos la época de alegría, de reposo y de triunfo representada en Cristo a la vida. La profundización de ambos aspectos de la teología
este mundo por los días del tiempo pascual. Aunque todavía no po- paulina tuvo lugar sólo progresivamente.
seemos el objeto de nuestras alabanzas, suspiramos en busca del ver-
dadero Aleluya. ¿Qué significa Aleluya? Alabad a Dios... Sí, después Serán las catequesis mistagógicas de Cirilo de Jerusalén, de Gre-
de la Resurrección del Señor, esta alabanza se multiplica en la Igle- gorio Nacianceno y Ambrosio las que nos darán el pleno desarrollo
sia, esto significa que después de nuestra Resurrección la cantaremos de esta teología26. Los autores del siglo II ignoran todavía la tipología
sin interrupción. Así pues, alabemos, hermanos, al Señor; repitamos bautismal fundamental sobre la relación: paso del mar Rojo y Muerte-
Aleluya. Representemos en estos días del tiempo pascual el día que Resurrección de Cristo; pero están atentos a la otra tipología
no habrá término; allanemos nuestro camino hacia la morada eterna... bautismal del bautismo-baño nupcial (Cf. Ef 5, 25-27) en la cual,
Cantemos Aleluya, pero como peregrinos, y cantando aliviemos sobre todo los cuartodecimanos, encontraban una perfecta conver-
nuestras fatigas; canta y camina"24. gencia con Juan cuando presenta a Cristo crucificado, de cuyo costa-
do abierto brotan sangre y agua, baño purificador de la Iglesia (Jn
19, 34). Este simbolismo, a diferencia del otro, ponía mayormente
i) Evangelios en relieve el carácter eclesial del Bautismo, sacramento de las bodas
con Cristo.
El vértice de la liturgia de la Palabra es presentado por la lectura del Por tanto, en la catequesis más antigua (siglo II), el Bautismo es
Evangelio de la Resurrección. Los textos propuestos para el ciclo trie- un "sacramento pascual" porque es "sacramento de la Pasión de
nal son: año A: Mt 28, 1-10; año B: Me 16, 1-7; año C: Le 24, 1-12. Cristo"; más tarde (siglo IV) el carácter pascual es visto prefe-
"El cristiano —dice C.M. Martini— que en la noche de Pascua rentemente en el hecho de ser "sacramento de la Resurrección":
contempla estos eventos extraordinarios quedará lleno, como las "Pascua —dirá el primer Tertuliano— es el día más conveniente
mujeres, de temor y reverencia hacia el misterio conmovedor que le para el Bautismo, porque en ella tuvo lugar la Pasión de Cristo, en
es presentado, y de alegría suma por el triunfo de Cristo. La alegría la cual precisamente somos bautizados"27.
lo moverá, a imilación de las mismas mujeres, a hacer participar con
entusiasmo a otros del mensaje recibido y así merecer ya desde aho- "¿Cuál día —dirá en cambio san Basilio— presenta con el Bau-
ra por lo menos bajo las especies del misterio eucarístico en la noche tismo una mayor afinidad que la Pascua? En efecto, este día es un
de Pascua, una prenda más íntima e inmediata de la presencia de memorial de la Resurrección, y el Bautismo es precisamente una
Cristo, vivo entre los hombres en la obra para la salvación de todos"25. fuerza de Resurrección"28.
En la misma época en Occidente san Agustín define el Bautismo
como "sacramento de la Resurrección"29. "Catequesis pascual y
4. Liturgia bautismal: celebración de Cristo, catequesis bautismal llevan los signos de una indudable evolución
fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna que se verifica en el entretiempo de la Iglesia"30.
La Iglesia, desde los primeros siglos, ligó a la noche pascual la
celebración del Bautismo.
26. Cf. J. Daniélou, Hibbia e liturgia, Vita e Pensiero, Milano, 1958, pp. 58-59.
27. Tertuliano, De Baptismo, 19, PL 1, 1331.
28. San Basilio, Hom. XIII, In sanctum Baptisma, 1, PG 31, 424 C.
24. San Agustín, Serm. de lempore CCLIV (alias 151),4, 5, PL 38, 1184.
29. San Agustín, Sermón 210, 3; PL 38, 1048.
25. C. M. Martini, / segni delta resurrezione, en AA. W . , Triduo pasquale/í, Queriniana,
Brescia, 1970, p. 95. 30. R. Cantalamessa, Op. cit., p. 175.

388 389
Finalmente no se olvide que, siempre en la catequesis más antigua, Tú libraste de la esclavitud a los hijos de Abrahán, haciéndolos
el binomio Bautismo-Pasión era relacionado con el otro binomio, pasar indemnes a través del mar Rojo, para que fueran imagen del
Bautismo-martirio hasta llamarlos "los dos bautismos": de agua y de futuro pueblo de los bautizados.
sangre31. Finalmente, en la plenitud de los tiempos, tu Hijo, bautizado por
La liturgia bautismal en el misal de Pablo VI es colocada después Juan en el agua del Jordán, fue consagrado por el Espíritu Santo; ele-
de la liturgia de la Palabra como comienzo de la celebración de los vado en la cruz, virtió de su costado sangre y agua, y después de su
sacramentos pascuales. Resurrección mandó a sus discípulos: 'Id y anunciad el Evangelio a
El rito se desarrolla con este orden: canto de las letanías de los todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo
santos; oración de bendición del agua bautismal, o, donde no hay y del Espíritu Santo'".
fuente bautismal, bendición del agua lustral; celebración del Bau- De la memoria de las obras de Dios se pasa a la epíclesis verdadera
tismo (si hay bautizandos) y renovación para todos de las promesas y propia: "Ahora, Padre, mira con amor a tu Iglesia y haz brotar para
bautismales. ella la fuente del Bautismo. Infunde en esta agua, por obra del Es-
La atención de la asamblea se dirige, en esta parte de la Vigilia, píritu Santo, la gracia de tu único Hijo, para que con el sacramento
a la fuente bautismal. Si ésta queda a la vista de los fieles, el sacerdote del Bautismo el hombre, hecho a tu imagen, sea purificado de la
con los ministros se dirige a ella procesionalmente; en caso contrario, mancha del pecado, y por el agua y el Espíritu Santo, renazca como
se pone en el presbiterio una vasija debidamente adornada, con el nueva criatura".
agua. La bendición de la fuente significa que la gracia del Bautismo no
I .a fuente bautismal es el lugar en donde la Pascua de Cristo ha brota del agua como elemento material, sino del Espíritu Santo que
sido hecha nuestra en el signo del agua y en la profesión de la fe la santifica. Esto es expresado mediante el signo de la inmersión del
trinitaria. La fuente, como la llamaban los Padres, es al mismo tiem- cirio en la fuente bautismal mientras el sacerdote dice las siguientes
po tumba del pecado y seno maternal de donde nace la vida: "En el palabras: "Descienda, Padre, en esta agua, por obra de tu Hijo, el po-
mismo instante morís y nacéis y la misma agua saludable es para vo- der del Espíritu Santo. Todos aquellos que en ella recibirán el Bau-
sotros sepulcro y madre"32. tismo, sepultados con Cristo en la muerte, resuciten con El a la vida
inmortal".
El signo que se ha de hacer resaltar es el agua. El sacerdote cele-
brante la bendice con una oración epicléctica, tomada en sus princi- La asamblea aclama: "Fuentes de las aguas, bendecid al Señor:
pales puntos, del Sacramentarlo gelasiano antiguo (ed. Mohlberg), alabadlo y exaltadlo por los siglos".
en la cual se recuerdan todos los grandes temas bautismales ya re- Donde no hay fuente bautismal, se bendice el agua lustral. En es-
cordados: te momento se administra el Bautismo y después toda la asamblea
"Desde los orígenes tu Espíritu se cernía sobre las aguas para que renueva las promesas bautismales.
recibieran en germen el poder de santificar; y también en el diluvio Toda la Cuaresma con su carácter penitencial ha sido una prepa-
prefiguraste el Bautismo, para que hoy como entonces, el agua mar- ración para este acto, que será eficaz en la medida en que la comu-
cara el fin del pecado y el comienzo de la vida nueva. nidad cristiana haya tomado conciencia, con una fe iluminada y vi-
vida, de la importancia del Bautismo.
31. "Dos cosas alcanzan la remisión de los pecados: el martirio por Cristo y el Bautismo" Sin embargo no se debe insistir más sobre la importancia de las
(Melilón de Sardes, fragmento atribuido a él). Y Tertuliano: "A fin de que fuéramos llamados por
el agua y elegidos por la sangre que brota de la herida del costado (Jn 19, 34) hizo manar estos promesas bautismales que sobre la participación en la Eucaristía,
dos bautismos, de modo que aquellos que creen en su sangre fueran purificados por el agua y porque es en la misa donde, según san Cipriano, se da la adhesión
aquellos que han sido purificados por el agua debieran serlo también por medio de la sangre. I s bautismal definitiva. Las promesas del Bautismo por tanto se renue-
éste el Bautismo que sustituye al del agua cuando todavía no ha sido recibido y lo restituye cuando
se lo ha perdido" (De Baptismo, 16, PL 1, 1326). van en el contexto de la celebración de la Eucaristía para lograr una
32. San Cirilo de Jerusalén, Calech. 20, Mislagogica 2, 4-6, PG 33, 1079-1082. más eficaz participación en ella.

390 l«M
5. Liturgia eucarística: celebración de Cristo,
6. Indicaciones litúrgico-pastorales
nuestra Pascua, Cordero inmolado y glorificado
para la celebración de la Vigilia pascual34
En este momento de la Vigilia se celebra la Eucaristía. Se prepara
el altar con los dones del pan y del vino. La citada Carta circular de la Congregación para el Culto Divino
da las siguientes indicaciones para una digna celebración de la
Estamos en el corazón de la Vigilia pascual: son los primeros Vigilia pascual:
momentos del gran día esperado: el día que hizo el Señor, el alba del
día que vio a Cristo resucitado. Todo lo que la Iglesia realiza durante
todo el año litúrgico converge hacia esta misa y parte de esta misa a) Significado del carácter nocturno
pascual. de la Vigilia pascual
La Eucaristía de esta noche es la "acción de gracias" más alta y
significativa rendida por la Iglesia al Padre, por habernos dado su Toda la celebración de la Vigilia pascual se desarrolla de noche;
Hijo muerto y resucitado. por tanto debe comenzar después del comienzo de la noche o terminar
No hay mejor "congreso eucarístico" que esta asamblea en torno antes del alba del domingo. Esta regla es de estricta interpretación.
a este altar de Pascua, donde se renueva el misterio de la inmolación Los abusos y las costumbres contrarias que quizás existan, como el
y de la glorificación de Cristo. anticipar la hora de la celebración de la Vigilia pascual a las horas
en que de ordinario se celebran las misas prefestivas del domingo,
Todo el misterio cristiano está aquí, toda la maravilla de los sa-
no pueden admitirse. Las motivaciones aducidas por algunos para
cramentos, todo el sentido del destino divino de los hombres.
anticipar la Vigilia pascual, como por ejemplo la inseguridad pública,
"La Pascua —dice magníficamente O. Casel— es el momento en no se han hecho valer en el caso de la noche de Navidad o para otras
que tuvo comienzo la verdadera Eucaristía. Por eso también el reuniones que se realizan de noche.
misterio de la noche pascual se centra en la Eucaristía, que Cristo no
presenta ya solo, sino en unión con su Iglesia. Esta participa en su La Vigilia pascual en que los hebreos esperaron de noche el paso
Eucaristía, que inaugura la gran solemnidad de Pentecostés, en la del Señor que los libraría de la esclavitud del faraón, fue observada
cual ininterrumpidamente la Iglesia redimida da gracias al Padre en por ellos como memorial que debía celebrarse cada año; era la figura
unión del Hijo"33. de la verdadera Pascua de Cristo, venidera, a saber, de la noche de
la verdadera liberación, en la cual "Cristo, rompiendo los vínculos
Los textos del prefacio y de las oraciones sobre las ofrendas y de la muerte, se levanta victorioso del sepulcro".
después de la comunión nos dan el contenido esencial del significado
de esta Eucaristía: "Cristo es el verdadero cordero que quitó los pe- Desde el comienzo la Iglesia ha celebrado la Pascua anual,
cados del mundo: es El quien muriendo destruyó la muerte y resu- solemnidad de las solemnidades, con una Vigilia nocturna. En efecto
citando nos dio la vida" (prefacio); "el gozoso comienzo de la cele- la Resurrección de Cristo es fundamento de nuestra fe y de nuestra
bración pascual (el texto latino dice: 'paschalibus initiata mysteriis' esperanza y por medio del Bautismo y de la Confirmación hemos
de difícil interpretación) obtenga la fuerza para llegar a la vida eter- sido injertados en el Misterio Pascual de Cristo: muertos, sepultados
na" (oración sobre las ofrendas), y la efusión del Espíritu Santo, y resucitados con El, con El también reinaremos. Esta Vigilia es tam-
fruto de la Pascua, haga vivir "concordes en el vínculo del amor a bién espera escatológica de la venida del Señor (nn. 78-80).
aquellos a quienes (el Señor) ha alimentado con los sacramentos
pascuales" (oración después de la comunión).

34. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de las
33. O. Casel, II mistero dell'Ecclesia, Cittá Nuova, Roma, 1965, p. 348. fiestas pascuales, 16 de enero de 1988; texto latino e italiano en L'Osservatore romano del 21 de
febrero de 1988; texto latino también en Notitiae 259/1988, pp. 81-107.
392
393
b) La estructura de la Vigilia pascual
y la importancia de sus elementos y de sus partes Las lecturas de la Sagrada Escritura forman la segunda parte de
la Vigilia. Estas describen los acontecimientos culminantes de la
La Vigilia se desarrolla de este modo: después del "lucernario" y historia de la salvación, que los fieles deben poder meditar serena-
del "pregón" pascual (primera parte de la Vigilia), la santa Iglesia mente en su ánimo a través del canto del Salmo responsorial, el
medita "las maravillas" que el Señor ha realizado por su pueblo silencio y la oración del celebrante.
desde el comienzo (segunda parte o liturgia de la Palabra), hasta el El "Ordo" renovado de la Vigilia comprende siete lecturas del
momento en que, con sus miembros regenerados en el Bautismo Antiguo Testamento tomadas de los libros de la Ley y de los profetas,
(tercera parte), es invitada a la mesa que el Señor ha preparado para las cuales por lo demás han sido recibidas de la antiquísima tradición
su pueblo, memorial de su Muerte y Resurrección, en espera de su tanto del Oriente como del Occidente; y dos lecturas del Nuevo
venida (cuarta parte). Esta estructura de los ritos no puede ser Testamento, tomadas de las cartas de los apóstoles y del Evangelio.
cambiada arbitrariamente por nadie. Así la Iglesia "comenzando por Moisés y por todos los profetas" in-
La primera parte comprende acciones simbólicas y gestos que terpreta el Misterio Pascual de Cristo. Por tanto todas las lecturas
deben realizarse con una tal amplitud y nobleza, que los fieles sean leídas, donde sea posible, de modo que se respete com-
puedan captar verdaderamente el significado sugerido por las pletamente la naturaleza de la Vigilia pascual, que exige el tiempo
moniciones y las oraciones litúrgicas. En cuanto sea posible, debido. Sin embargo, donde las circunstancias de naturaleza pastoral
prepárese fuera de la iglesia en un lugar apropiado la hoguera para exijan disminuir ulteriormente el número de las lecturas, léanse por
la bendición del nuevo fuego, cuya llama debe ser tal que disipe lo menos tres del Antiguo Testamento, es decir, de los libros de la
verdaderamente las tinieblas e ilumine la noche. Respetando la Ley y de los profetas; no se omita nunca la lectura del capítulo XIV
verdad del signo, prepárese el cirio pascual hecho de cera, cada año del Éxodo con su cántico.
nuevo, único, de tamaño suficientemente notable, nunca ficticio, El significado tipológico de los textos del Antiguo Testamento se
para poder recordar que Cristo es la luz del mundo. Sea bendecido funda en el Nuevo y se hace manifiesto con la oración pronunciada
con los signos y las palabras indicadas en el misal u otras aprobadas por el sacerdote celebrante después de cada lectura; será útil también
por las conferencias episcopales. introducir a los fieles a la comprensión de su significado, por medio
La procesión con que el pueblo hace el ingreso a la iglesia debe de una breve monición. Esta monición puede ser hecha por el mismo
ser guiada por la sola luz del cirio pascual. Como los hijos de Israel sacerdote o por el diácono. Las comisiones litúrgicas nacionales o
eran guiados de noche por ¡a columna de fuego, así los cristianos a diocesanas tendrán el cuidado de preparar los oportunos subsidios
su vez siguen a Cristo que resucita. Nada impide que a cada respuesta para ayuda de los pastores. Después de la lectura sigue el canto del
"demos gracias a Dios" se añada alguna aclamación en honor de Salmo con la respuesta dada por el pueblo. En esta repetición de las
Cristo. La luz del cirio pascual es propagada gradualmente a las partes consérvese un ritmo que pueda favorecer la participación y la
candelas que oportunamente llevarán en manos todos, con las luces devoción de los fieles. Evítese atentamente el introducir canciones
eléctricas todavía apagadas. populares en lugar de los Salmos.
El diácono anuncia el "pregón" pascual, que en forma de gran Terminadas las lecturas del Antiguo Testamento, se canta el him-
poema lírico proclama todo el Misterio Pascual insertado en la no "Gloria a Dios", se tocan las campanas según las costumbres lo-
economía de la salvación. Si fuere necesario, a falta del diácono, en cales, se pronuncia la oración colecta y se pasa a las lecturas del
caso de que el sacerdote celebrante no pueda proclamarlo, sea enco- Nuevo Testamento. Se lee la exhortación del apóstol sobre el Bau-
mendado a un cantor. Las conferencias episcopales pueden aportar tismo como inserción en el misterio de Cristo. En seguida todos se
adaptaciones a este "pregón" por medio de algunas aclamaciones del levantan: el sacerdote entona por tres veces el "Aleluya", elevando
pueblo intercaladas en él. gradualmente cada vez más la voz, y el pueblo a su vez lo repite. Si
fuere necesario, el salmista o un cantor entona el "Aleluya", que pro-
sigue el pueblo intercalando la aclamación entre los versículos del
394
395
Salmo 117, tantas veces citado por los apóstoles en la predicación
pascual. Finalmente se anuncia con el Evangelio la Resurrección del Es de desear que se alcance la plenitud del signo eucarístico con
Señor, como culminación de toda la liturgia de la Palabra. No se la comunión de la Vigilia pascual, recibida bajo las especies de pan
omita el hacer la homilía, aunque breve, después del Evangelio. y vino. Los ordinarios de los lugares sabrán sopesar la oportunidad
de esta concesión y las circunstancias que la acompañan (nn. 81-92).
La tercera parte de la Vigilia está constituida por la liturgia
bautismal. Ahora es celebrada en el sacramento la Pascua de Cristo
y nuestra. Esto puede expresarse en forma completa en aquellas igle- c) Algunas advertencias pastorales
sias que tienen la fuente bautismal, y sobre todo cuando tiene lugar
la iniciación cristiana de los adultos o por lo menos se celebra el La liturgia de la Vigilia pascual realícese de modo que pueda ofre-
Bautismo de niños. También en el caso de que no haya bautizandos, cerse al pueblo cristiano la riqueza de los ritos y de las oraciones; es
en las iglesias parroquiales hágase por lo menos la bendición del importante que se respete la verdad de los signos, que se favorezca la
agua bautismal. Cuando esta bendición no se celebra en la fuente participación de los fieles, que se garantice en la celebración la presen-
bautismal sino en el presbiterio, en un segundo momento el agua sea cia de los ministrantes, de los lectores y de la "schola" de los cantores.
llevada al baptisterio, donde se conservará durante todo el tiempo Es de desear que eventualmente se prevea la reunión en la misma
pascual. Pero donde no hay bautizandos ni se ha de bendecir la
iglesia de varias comunidades cuando por la vecindad de las iglesias
fuente, la memoria del Bautismo se hace en la bendición del agua
o por el escaso número de los participantes no pueda tenerse una
con que se asperge al pueblo.
celebración completa y festiva. Favorézcase la participación de los
Sigue luego la renovación de las promesas bautismales intro- grupos particulares en la celebración de la Vigilia pascual, en la cual
ducida con una monición del sacerdote celebrante. Los fieles de todos los fieles reunidos puedan experimentar en forma profunda el
pies, y con las candelas encendidas en la mano, responden a las inte- sentido de pertenencia a la misma comunidad eclesial. Los fieles que
rrogaciones. Después son rociados con el agua: así, gestos y palabras por motivo de vacaciones están ausentes de su propia parroquia sean
les recuerdan el Bautismo recibido. El sacerdote celebrante asperge invitados a participar en la celebración litúrgica en el lugar donde se
al pueblo pasando por las naves de la iglesia mientras todos cantan encuentran.
la antífona "Vidi aquam" (He visto un agua...) u otro canto de carác-
ter bautismal. Al anunciar la Vigilia pascual téngase cuidado de no presentarla
como último momento del sábado santo. Dígase más bien que la
La celebración de la Eucaristía constituye la cuarta parte de la Vigilia pascual es celebrada "en la noche de Pascua", como un único
Vigilia y su culminación, al ser plenamente el sacramento de la acto de culto. Se exhorta a los pastores a enseñar cuidadosamente en
Pascua, es decir, memorial del sacrificio de la cruz y presencia de la catequesis a los fieles la importancia de tomar parte en toda la
Cristo resucitado, culminación de la iniciación cristiana, pregusta- Vigilia pascual.
ción de la Pascua eterna.
Se recomienda no celebrar de prisa la liturgia eucarística; al con- Para una mejor celebración de la Vigilia pascual se requiere que
trario, conviene que todos los ritos y todas las palabras alcancen su los mismos pastores adquieran un conocimiento más profundo tanto
máxima fuerza de expresión: la oración universal, mediante la cual de los textos como de los ritos, para poder impartir una verdadera
los neófitos, convertidos en fieles, ejercen por primera vez su sacer- mistagogia (nn. 93-96).
docio regio; la procesión de ofertorio, con la participación de los
neófitos, si los hay presentes; la plegaria eucarística primera, segunda 7. El día de Cristo Señor
o tercera hecha con canto, con los respectivos embolismos; en fin, la
comunión eucarística, como momento de plena participación en el La liturgia del día de Pascua celebra el evento pascual como "día
misterio celebrado. Durante la comunión es oportuno cantar el Salmo de Cristo Señor".
117 con la antífona "Cristo nuestra Pascua", o el Salmo 33 con la Las lecturas bíblicas contienen el kérigma pascual y el reclamo a
antífona "Aleluya, Aleluya, Aleluya", u otro canto de júbilo pascual. los compromisos de la nueva vida en Cristo resucitado, listas
396
:vn
acentúan el valor sacramental de la celebración de la Pascua que,
participada, hace entrar en una condición de vida nueva. En la celebración pascual los panes ázimos (sin levadura) eran
signo de pureza porque la levadura se consideraba como signo de
a) Primera lectura: hemos comido y bebido con El después de su corrupción. Como los hebreos antiguamente arrojaban lejos de sus
Resurrección de entre los muertos (Hch 10, 34a.37-43). casas la levadura vieja para ser "ázimos", así el cristiano se purifica
La predicación apostólica, cuyo más autorizado intérprete es en su vida moral, para ser digno de celebrar la Pascua de Cristo con
Pedro, tiene su tema fundamental en el anuncio de la Muerte y ázimos de sinceridad y de verdad.
Resurrección de Cristo.
El testimonio apostólico es el fundamento de la fe. "La fe, en d) Evangelio (Jn 20, 1-9) o también (Mt 28, 1-10).
efecto, —dice J. M. Tillard— se rehusa a ser simple descubrimiento,
simple reflexión sobre la experiencia personal o sobre la experiencia Pedro y Juan son los primeros testigos, con María Magdalena, de
comunitaria de la Iglesia contemporánea. Ella exige un dato, el cual la Resurrección de Cristo. Por medio de ellos el anuncio de la Resu-
supera al simple fiel. Es una ley. El nos remite a los testigos y a los rrección llegará a todos como un mensaje de vida y de esperanza.
textos que transmiten esta convicción.
El sepulcro encontrado vacío por los apóstoles y por las piadosas
El esfuerzo de la inteligencia creyente consiste ante todo en es- mujeres dice que la Resurrección de Jesús, acontecida en el más pro-
crutar tales textos. Por eso la fe es amenazada desde el momento en fundo misterio, dejó en la historia humana y en nuestro mundo un
que se deja de tratar con el máximo respeto y con la máxima precau- "signo" elocuente e impresionante de su realidad.
ción, sobre todo en la vida concreta, el contenido del testimonio
apostólico. En este caso se cae en un subjetivismo radical que con- e) Los textos eucológicos contienen la temática de la relación
tradice a la naturaleza misma del acto de fe"35. "Pascua-Eucaristía", "Espíritu-unidad de los creyentes" junto con
otros temas complementarios: celebrar la Pascua significa "ser reno-
Los textos bíblicos de la liturgia pascual son fundamentales para vados en tu Espíritu, para nacer en la luz del Señor resucitado" y
el núcleo esencial de la fe: Cristo muerto y resucitado. llegar así a la "gloria de la Resurrección"; el sacrificio pascual de la
b) Segunda lectura: buscad las cosas de arriba, donde está Cristo Eucaristía es visto como acto constitutivo de la realidad de la Iglesia
(Col 3, 1-4). que en El "admirablemente nace y se edifica".
La Resurrección de Cristo, en la cual todo cristiano participa por El prefacio, presenta como motivo de acción de gracias, a Cristo
medio de los sacramentos pascuales del Bautismo, de la Confir- que, aceptando la muerte por nosotros, destruye la muerte, y resuci-
mación y de la Eucaristía, exige una vida inspirada en una visión tando, abre al hombre un futuro de vida con el don de su propia vida.
nueva de la realidad: es la que viene precisamente "de lo alto", es Jesús es el hombre nuevo porque es el hombre verdadero, el hom-
decir, de la luz que brota de la cruz gloriosa de Jesús. bre pensado y querido por Dios, perfectamente fiel a la vocación de
La moral cristiana es pascual: es la respuesta a la Pascua de Cris- hombre. Este hombre no es "otro" hombre, aislado de la condición
to que se nos da a participar por medio de los sacramentos de la ini- terrena, sino que es el hombre que realiza hasta el fondo la voluntad
ciación cristiana. de Dios. Es el hombre que supera la ilusión de poder realizarse a sí
mismo con sus solas fuerzas.
c) Segunda lectura: (para escoger) arrojad lejos la vieja levadura
para ser masa nueva (ICo 5, 6-8). Solamente Cristo ha llevado a plenitud la verdadera vocación hu-
mana porque es el Hombre-Dios.
Pablo en la I Carta a los corintios denuncia el grave escándalo del
incestuoso y apela al misterio de la Pascua para exhortar a aquella En su Resurrección Cristo comunica al mundo su Espíritu,
comunidad cristiana a vivir una vida de fe pura y auténtica. Espíritu de vida que cambia el corazón del hombre, Espíritu de liber-
tad que redime al hombre de sus esclavitudes y esto de raíz, por
35. J.-M.-R. Tillan!, Vimgelo e leño nomo, Queriniana, Brescia 1969, pp. 29-30.
cuanto redime al hombre del pecado.

398
\m
Esta es la verdadera liberación pascual; esto significa "hacer Pas-
cua". Esto no significa fomentar que el cristiano deje de lado su Capítulo XXIII
compromiso por la lucha social y política; se trata solamente de
comprender sobre qué punto focal se empeña la lucha por el hombre. LA CELEBRACIÓN
La Pascua de Cristo libera al hombre "desde dentro", porque, mien-
tras el hombre esté amenazado por su pecado, no puede garantizarse DEL TIEMPO PASCUAL
ninguna liberación exterior. Sería como curar exteriormente una
supuración del cuerpo sin matar los microbios que la provocan desde
dentro. En este sentido el Evangelio, sin ser una doctrina social,
constituye el mensaje más revolucionario en favor del hombre.

8. Indicaciones litúrgico-pastorales
para el día de Pascua

Celébrese la misa del día de Pascua con gran solemnidad. Es con-


veniente que hoy se haga la aspersión con el agua bendita en la
Vigilia, como acto penitencial. Durante la aspersión cántese la
antífona "Vidi aquam" ("He visto un agua"...), u otro canto de 1. Origen e historia del tiempo pascual
carácter bautismal. Los recipientes que se encuentran a la entrada de
la iglesia llénense con esta misma agua. a) El tiempo pascual es el más antiguo1. Inicialmente fue
concebido en forma unitaria como octava doble (7x7) de la Pascua.
Consérvese donde esté en vigencia, o establézcase según la opor- Un tal período hacía ya parte del año litúrgico judío por cuanto
tunidad, la tradición de celebrar en el día de Pascua las vísperas bau- Lucas dice en los Hechos: "Llegado el día de Pentecostés" (2, 1), o
tismales, durante las cuales se hace la procesión a la fuente bautismal sea el día en que se termina el período de los cincuenta días entre
con canto de Salmos. Pascua y Pentecostés2. Inicialmente era la fiesta de la cosecha (Cf.
El cirio pascual, que debe colocarse cercano al ambón o junto al Ex 23, 14ss.); con los acontecimientos del Éxodo perdió su carácter
altar, permanezca encendido por lo menos en todas las celebraciones naturalista para convertirse en fiesta memorial del evento salvífico
litúrgicas más solemnes de este tiempo, ya en la misa, ya en Laudes de la alianza en el Sinaí. Utilizando, en efecto, la indicación de Ex
y Vísperas, hasta el domingo de Pentecostés. Después de éste, el ci- 19, 1, según la cual los israelitas llegaron al Sinaí al tercer mes
rio se conserva con el debido honor en el baptisterio, para encender después de la salida de Egipto, que tuvo lugar, a su vez, en la mitad
de su llama las velas de los neobautizados en la celebración del del primer mes, se hizo de la fiesta de las Semanas (Pentecostés) la
Bautismo. En la celebración de las exequias el cirio pascual sea conmemoración de la alianza3. En tiempo de Jesús, la fiesta de los
colocado junto al féretro, para indicar que la muerte es para el cris-
tiano su verdadera Pascua. Fuera del tiempo de Pascua no se encienda 1. En el uso litúrgico desde el siglo VIII hasta cerca de la reforma del Concilio Vaticano II
el cirio pascual, ni se conserve en el presbiterio36. con el nombre de tiempo pascual se designó el espacio de cincuenta y seis días que va desde la
fiesta de Pascua hasta el sábado (post-nonam) de la octava de Pentecostés. En la disciplina litúrgica
antigua, en cambio, cuando todavía el domingo de Pentecostés no tenía octava (siglo VIH) y, p° r
consiguiente, los días eran cincuenta precisos, este tiempo se denominaba con la siguiente
terminología: Quincuagésima; Quincuagésima paschalis o laelitiae; o simplemente Pentecoste (del
griego pentekoslé = 50 días) (Cf. Tertuliano, De idolatría, c. 14).
2. Es la traducción adoptada por la Biblia de Jerusalén.
3. El vínculo —hace notar R. de Vaux— se hace explícito, más que en 2Cro 15, 10, en el libro
36. Carta circular, cil., nn. 97-99.
de los Jubileos, el cual pone en el día de la fiesta de las Semanas todas las alianzas que trae el
Antiguo Testamento, desde la de Noé hasta la del Sinaí; y en la misma fiesta es cuando la secta
400
401
cincuenta días después de la Pascua se celebraba todavía en el Tertuliano, testigo de la tradición de las Iglesias africanas, dice:
judaismo oficial como fiesta de la cosecha, pero ya había tomado "Según la tradición recibida, el día de la Resurrección del Señor (el
entre algunos círculos religiosos el sentido de una conmemoración domingo) nos abstenemos de arrodillarnos y de permitir que las
de la teofanía del Sinaí. Por otra parte, el acento se ponía en la alian- preocupaciones dominen nuestro espíritu y nuestra actividad. Tam-
za entre Dios y su pueblo mucho más que en el don de la ley. Esta bién dejamos de lado los negocios para no dar espacio al demonio.
concepción parece haberse desarrollado en el ambiente sacerdotal4. I .o mismo hacemos durante el tiempo de Pentecostés (cincuentena),
Es probable que la Iglesia primitiva, si no los mismos apóstoles, celebración que conlleva el mismo carácter de alegría"'.
como pretende san Ambrosio5, se haya inspirado en la costumbre he- Siempre Tertuliano, a propósito del ayuno escribe; "Ayunar o
brea al celebrar los cincuenta días pascuales. adorar de rodillas en domingo lo consideramos como una falta de
b) La fiesta cristiana de Pentecostés, desde un principio, tuvo su piedad. Por la misma exigencia de abstenernos de prácticas peniten-
significado original y preciso; según el texto de los Hechos (c. 2), ciales, hacemos fiesta desde el día de Pascua durante todo el Pente-
fue marcada por la efusión del Espíritu Santo y la vocación de la costés"10. Para Orígenes (185-253) "los días de Pentecostés" son el
nueva comunidad del Crucificado-Resucitado al universalismo; la •igno de que el cristiano ya vive una realidad nueva: "Es siempre en
coincidencia de fecha con la fiesta judía indica que la figura ha per- los días de Pentecostés cuando (el cristiano) puede decir con verdad:
dido su objetivo porque se ha entrado ya en la realidad. Por tanto, Memos resucitado con Cristo'; o bien: 'Con El hemos sido
que no exista una relación entre el Pentecostés cristiano y la fiesta icsucitados y nos hizo sentar en los cielos con Cristo...'"".
de las Semanas como fue entendida por la comunidad de Qumran o, San Basilio, obispo de Cesárea en la Capadocia, en el 374, explica
más tarde, por el judaismo ortodoxo, como sostiene R. de Vaux6, es vi significado del orar "de pies" en domingo y el retorno semanal del
cosa que discute R. Cabié, porque se podrá responder a este problema día del Señor como la imagen del día sin fin. Esto se significa sobre
solamente después de haber estudiado los más antiguos testimonios lodo desde el tiempo de Pentecostés, que prolonga el domingo por
de la práctica de la Iglesia7. cincuenta días: "Todo Pentecostés nos recuerda la Resurrección que
Una cosa es segura: los primeros testimonios positivos respecto esperamos en el más allá. Este día, uno y primero, siete veces
a la celebración de los cincuenta días de la Pascua son antiquísimos. multiplicado por siete, completa las siete semanas del santo Pen-
U'costés. Este termina el mismo día (domingo) en el cual comenzó:
c) El documento apócrifo de la Epístola apostolorum (149-170) el primero, que se despliega cincuenta veces en un intervalo de igual
hace de estos días el tiempo en que se espera la parusía del Señor8. número de días. Dado que, como en un movimiento circular su punto
Los autores antiguos, de quienes ofreceremos algunos textos, nos de partida coincide con el mismo punto de llegada, esta semejanza
hablan de este período como de tiempo considerado particularmente hace que en cierto modo Pentecostés exprese la eternidad. En efecto,
solemne, o mejor, una fiesta continuada, celebrada con la más viva en Pentecostés las leyes de la Iglesia nos hacen preferir la posición
alegría. Cada día se celebraba la Eucaristía, se cantaba el Aleluya, lecta al orar. Esta conmemoración en hecho como que transporta
se oraba de pies, estaba absolutamente prohibido ayunar. nuestro espíritu del presente al futuro"12.
En estos textos de los siglos III y IV, se nota un fuerte acento es-
del Qumran, que se denominaba Comunidad de la Nueva Alianza, celebraba la más importante de i atológico dado a la cincuentena pascual junto con la nota de una
sus fiestas. En cambio en el judaismo ortodoxo la fiesta tuvo una importancia secundaria (Cf. R. gran alegría que se manifiesta en diversos signos y encuentra en el
de Vaux, Le isíituzioni dell'Amico Testamento, Marietti, Torino, 1972, 2a. ed., p. 475).
canto del Aleluya su expresión más significativa.
4. Cf. R. Cabié, La Pemecóte, Desclée, Tournai, 1965, p. 27. El estudio de Cabié es uno de
los más importantes y autorizados sobre Pentecostés.
5. San Ambrosio, Comm. in Luc. 8, 17 PL 15, 1860. 9. Tertuliano, De oralione, 23, Pl 1, 1298-1299.
6. R. de Vaux, Op. cit., p. 745. 10. Tertuliano, De corona, 3 PL 2, 79-80.
7. Cf. R. Cabié, Op. ctt., p. 31. 11. Orígenes, Contra Celso, 8, 22, PG 11, 1551.
8. Epístola apostolorum, ed. Duensing, p. 14. 12. San Basilio, Tratado sobre el Espíritu Santo, "De Spiritu Sancto", 27, 66 PG 32, 191.

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d) A la alegría de la Pascua la Iglesia ha asociado la celebración papa Juan XXII aprobó esta última fiesta en 1334 y la extendió a la
de la fiesta de los mártires para los cuales la liturgia instituyó y re- Iglesia universal, manteniéndola el domingo, octava de Pentecostés.
servó, tanto en el Oficio divino como en la celebración eucarística,
formularios propios para este tiempo. La razón de esta singularidad
se halla en el significado mismo del martirio cristiano: los mártires, 2. El tiempo pascual en el misal de Pablo VI
así como han sido asociados a la Pasión de Cristo, así son ahora par-
tícipes de su gloria. En ellos sobre todo se ha cumplido el Misterio En la reforma del año litúrgico ordenada por el Concilio Vaticano
Pascual. Y es significativo que el culto de los mártires haya sido de II, el tiempo de Pascua fue revisado en la siguiente forma:
los primeros en afianzarse en la Iglesia.
Los cincuenta días que se suceden del domingo de Resurrección al domingo
e) También hemos de recordar que desde los primeros siglos se de Pentecostés, se celebran en la exultación y el gozo como un solo día de
vio este tiempo como el más feliz (tanto que se habla de "laetissimum fiesta, o mejor, como "el gran domingo"14. Son los días en que, de modo
spatium") para celebrar el Bautismo. enteramente especial, se canta el Aleluya.
Baste escuchar el testimonio de Tertuliano: "Pentecostés es el Los domingos de este tiempo se consideran como domingos de Pascua y,
tiempo más propicio ("laetissimum spatium est") para conferir el después del domingo de Resurrección, se llaman domingos II, III, IV, V, VI,
Bautismo. Es el tiempo en que el Señor resucitado vino frecuen- VII de Pascua. Este sagrado tiempo de los cincuenta días se concluye con el
temente a estar en medio de sus discípulos, el tiempo en que fue co- domingo de Pentecostés.
municada la gracia del Espíritu Santo y que hizo entrever la experien- Los primeros ocho días del tiempo pascual constituyen la octava de Pascua
cia del retorno del Señor. Precisamente en ese momento, después de y se celebran como solemnidades del Señor.
su Ascensión al cielo, cuando los ángeles dirán a los apóstoles que
El volverá un día del mismo modo como lo han visto irse al cielo La Ascensión del Señor se celebra el día cuadragésimo después de la Pascua,
(Hch 1, 11), precisamente en Pentecostés. Y cuando Jeremías dice: excepto en los lugares en donde no es de precepto, caso en el cual se
"Yo los reuniré de los confines de la tierra en un día de fiesta" (Jr transfiere al domingo VII de Pascua.
31), El señala el día de Pascua y de Pentecostés que, propiamente Los días después de la Ascensión basta el sábado antes de Pentecostés,
hablando, es día de fiesta"13. preparan la venida del Espíritu Santo15.
f) A partir del siglo IV, cuando comenzó a prevalecer el criterio
litúrgico de la distribución cronológica, siguiendo las indicaciones El "Consilium" para la puesta en práctica de la constitución litúr-
de Lucas, se rompió la unidad de la cincuentena pascual celebrada gica Sacrosanctum concilium en su "comentario" 16 a la reforma del
como un único domingo. El día cuadragésimo, en efecto, se comenzó año litúrgico motivó los cambios aportados recordando que:
a celebrar el misterio de la Ascensión y el día quincuagésimo, el des-
censo del Espíritu Santo. De esta manera se tuvieron dos de las pri- El ordenamiento original del tiempo pascual le asigna una duración de
meras fiestas cristianas distintas de la Pascua. Además, a la octava cincuenta días: "Oh Dios, tú has querido que el sacramento pascual fuera
doble, o Pentecostés, se sustituyó una octava simple, de siete días. encerrado en el misterio de cincuenta días"11. El comienzo de este tiempo,
por tanto, se tiene con la Vigilia pascual y termina con el domingo de
Desde la segunda mitad del siglo VI, con la acentuación de Pen-
tecostés como fiesta del Espíritu Santo, a imitación de la Pascua, se
añadió a esta solemnidad una octava que, en Roma y en la mayor
parte de las Iglesias galicanas, se cerraba el sábado siguiente, en 14. San Atanasio, Epist, Fest. 1, PG 26, 1366.
otras, en cambio, el domingo, hasta que se introdujo la nueva fiesta 15. Norme generaliper l'ordinamenío dell'anno litúrgico e del calendario, in Messale romano,
hlMvria Ed. Vaticana, 1983, p. LV, nn. 22-26.
de la Santísima Trinidad a partir de los comienzos del siglo XI. El
16. Norme generali sull'anno litúrgico e sul calendario: Commento a cura del "Consilium",
(>U. Milano, 1969, pp. 48-49.
13. Tertuliano, De Bapthmo, 19, PL 1, 1331. 17. Sacramentarlo gehtsiano (ed. Mohlberg) n. 637.

404 405
Pentecostés. Esto atestigua la tradición antigua y universal de la Iglesia, que El "Consilium" en su "comentario" también hace notar que
siempre ha celebrado como una única festividad "la duración de los domingos del tiempo pascual de ahora en adelante ya no se llamarán
Pentecostés"18 "las siete semanas del santo Pentecostés"19. Este es el motivo "domingos después de Pascua", sino domingos de Pascua para que aparezca
por el cual los ritos orientales clausuran el tiempo pascual en la tarde del más evidente que los cincuenta días del tiempo pascual, según lo que dice
domingo de Pentecostés. Tal era precisamente el uso de la liturgia romana san Atanasio, son como "un solo día" o "un gran domingo"22.
en el tiempo de san León Magno. Cuando en el siglo VII se comenzó a
celebrar lafiestade Pentecostés únicamente como el aniversario de la venida Recuérdese que
del Espíritu Santo sobre los apóstoles, cayó en olvido la unión vital del día los domingos de este tiempo se consideran como domingos de Pascua y tie-
de Pentecostés con el tiempo pascual; entonces también a la fiesta de nen la precedencia sobre las fiestas del Señor y sobre todas las solemnidades.
Pentecostés se le señaló una octava20. Las solemnidades que coinciden con estos domingos se anticipan al sábado.
Los estudios sobre el Misterio Pascual hechos en nuestros tiempos han Las celebraciones en honor de la bienaventurada Virgen María y de los santos
permitido redescubrir el íntimo nexo entre el don del Espíritu Santo y la que caen durante la semana, no pueden trasladarse a estos domingos23.
Resurrección-Ascensión del Señor21, tanto que muchos expresaban el deseo
de que la octava de Pentecostés se suprimiera; y fue esto lo que se hizo... Sin 3. Los textos bíblicos del tiempo pascual
embargo las ferias que tiene lugar entre la solemnidad de la Ascensión y la
de Pentecostés adquieren una importancia particular, ya que se enriquecen El "comentario" del "Consilium" añade además que "durante to-
con formularios propios, con los cuales se traen a la mente las promesas de do el tiempo pascual se leerán los Hechos de los apóstoles, según la
Cristo que se refieren a la efusión del Espíritu Santo. antigua costumbre, atestiguada por san Juan Crisóstomo24 y san
Agustín, que dice: 'Este libro se comienza a leer el domingo de Pas-
cua, como es costumbre de la Iglesia' 25 . Así también se leerá el
18. Tertuliano, De oratione, 23, PL 1, 1299. Evangelio de Juan"26.
19. San Basilio, De Spirilu Sánelo, 27, 66, PG 32, 191.
20. Se encuentran alusiones a una octava de Pentecostés solamente en la segunda mitad del
Los "Praenotanda" del leccionario del misal de Pablo VI preci-
siglo VI con las Orationes ad Vésperos infra Octava Pentecostés del Gelaslano (Ed. Mohlberg, n. san: "Según un criterio sugerido por su importancia y avalado por la
646, 51). Las Constituciones apostólicas inculcan celebrar después de Pentecostés hebdomadam tradición litúrgica, algunos libros de la Sagrada Escritura se reservan
unam (Lib. V, c. 20), pero la práctica no parece muy difundida. La octava de Pentecostés no se a determinados tiempos litúrgicos. Se conserva, por ejemplo, la
establece en honor de los siete dones del Espíritu Santo como pretende Amalario (De eccles. offic,
I. IV, c. 29), sino para reproducir la gran semana de Pascua. Puesto que el ayuno de las Témporas tradición tanto Occidental (ambrosiana e hispánica) como Oriental
de verano, establecido desde el siglo V en la semana octava de Pentecostés, quedaba en contraste de leer en el tiempo de Pascua los Hechos de los apóstoles. Así se
con el carácter festivo de la octava, fue trasladado a la semana siguiente. Parece que con san pone de relieve que precisamente en el Misterio Pascual tiene
Gregorio Magno se volvió al ayuno primitivo, fundiendo luego en uno los oficios de las Témporas
y el Pentecostés. Pero la disposición gregoriana no fue aceptada por muchas Iglesias, las cuales, comienzo la vida de la Iglesia. Igualmente se conserva la tradición
en obsequio a la tradicional alegría pascual, diferían las celebraciones de las Témporas a dos o tres occidental y oriental de leer el Evangelio de Juan en las últimas
semanas después de Pentecostés (Cf. M. Righetli, Storia liturgia, Vol. II: L'anno litúrgico, Ancora, semanas de Cuaresma y en el tiempo pascual"27.
Milano, 1963, 3a. ed., pp. 316-317).
21. Es interesante ver cómo este nexo fue vivido y celebrado en forma diversa en el curso de
los siglos. Lafiestade la Ascensión en un primer tiempo fue celebrada incluida en la de Pentecostés; 22. Norme generali sull'anno litúrgico e sul calendario: commento a cura del "Consilium",
aunque algunos pretendieron conmemorar solamente la Ascensión, dejando de lado por entero a OR, Milano, 1969, p 49.
Pentecostés. En España, a fines del siglo III, el Concilio de Elvira (a. 306) censura una corriente
que quería clausurar el tiempo de la Pascua con la Ascensión, dejando de lado a Pentecostés. 23. Carta circular de la Congregación para el Culto Divino, Preparación y celebración de las
Ignorar a Pentecostés, por lo demás, podía parecer una tendencia herética porque la secta de los fiestas pascuales, enero 16 de 1988; texto latino e italiano en L'Osservalore romano del 21 de
montañistas afirmaba que el Espíritu Santo había bajado solamente sobre Montano. El mismo febrero de 1988; texto latino también en Notitiae 259/1988, pp. 81-107.
Concilio de Elvira reprueba a éstos por el ayuno que iniciaba el día cuadragésimo de la Pascua en 24. San Juan Crisóstomo, In Actas Apostolorum, Sermo IV, 5, PG 51, 103.
obediencia a las palabras del Señor (Cf. Me 2, 20). Por este motivo se difundió mucho la tendencia 25. San Agustín, Sermo 5/5, 1 PL 38, 1426.
a terminar con la fiesta de la Ascensión la alegría pascual. Pero la cincuentena prevaleció y la
Ascensión y Pentecostés adquirieron su respectivo relieve aunque con limitaciones de las cuales 26. Ibíd., p. 49.
se habló en la nota precedente (Cf. M. Righetti, Op. cit, p. 310 con la documentación bibliográfica 27. Premisas al leccionario. Librería ed. Vaticana 1982, n. 74. En la edición anterior de 1972
respectiva). La nota adjunta es nuestra. (n. 7) y en la reimpresión italiana de 1981 aparecía la expresión: "Es el Evangelio 'espiritual', en

406 407
a) La distribución de los textos del Evangelio en los siete do- Dom.VII/A: Regreso a Jerusalén después de la Ascensión en espera
mingos es impostada así: de Pentecostés (1, 12-14).
B: Elección de Matías para sustituir a Judas (1, 15-
Dom. II-III: Apariciones del Resucitado28. 17.20a.20c-26).
Dom. IV El Buen Pastor (Jn 10). C: Visión de Cristo glorificado y lapidación de Esteban (7,
Dom. V-VI-VII: Partes del discurso (dom. V-VI) y de la oración del 55-60)'".
Señor (dom. VII) después de la última cena.
b) Primera lectura: los Hechos de los apóstoles sustituyen al An- c) Segunda lectura: se hace la lectura semicontinua de
tiguo Testamento29. 1P:año A;
Dom. II/A-B-C: Sumarios de la vida de la comunidad. Un: año B;
Ap: año C.
Dom. III/A-B-C: Discursos kerigmáticos de Pedro.
Estos textos están muy acordes con aquel sentido de fe gozosa y
Dom. IV/A: Respuesta de fe del pueblo al anuncio de Pedro (2,14.36- de firme esperanza que es propio del tiempo pascual.
41). Cada perícopa casi siempre está en armonía con el Evangelio. La
B: Discurso de Pedro (4, 8-12). abundancia y la riqueza de los textos hacen posible una profunda y
C: Pablo anuncia la salvación a los gentiles (13, 14.43-52). variada catequesis sobre las realidades salvíficas fundamentales. Se
nota empero que, a pesar de todo lo afirmado en los "Praenotanda"
Dom. V/A: Elección de los diáconos —sumario (6, 1-7). ("...compositio... 'exthemate', invenitur tempore Adventus, Quadra-
B: Pablo acogido por los apóstoles en Jerusalén —sumario gesimae et Paschae..."), para el tiempo pascual la armonización es
(9,26-31). normalmente difícil porque coexiste la intención de leer los Hechos
"modo paralelo y progresivo", y 1P, Un, Ap en forma fija y pro-
C: Elección de los presbíteros en las Iglesias de Listra, gresiva en los años respectivos. Los pocos casos de intencionales
Iconio y Antioquía (14, 21-27). reubicaciones de perícopas no bastan para romper la rigidez del es-
quema. Por tanto la armonización resulta más a lo largo de los do-
Dom. VI/A: Pedro y Juan donan el Espíritu en Samaría (8,5-8.14-17).
mingos sucesivos que entre las tres lecturas de un mismo domingo31.
B: Don del Espíritu a los gentiles (10, 25-26.34-35.4448).
Los rasgos esenciales de las temáticas del leccionario del tiempo
C: Decisiones del Concilio de Jerusalén para los gentiles, pascual pueden sintetizarse así: proclamación de los eventos pascua-
animado por el Espíritu (15, 1-2.22-29). les: Muerte, Resurrección, Ascensión al cielo, don del Espíritu.
Los eventos pascuales son "para nosotros"; para que nosotros
seamos partícipes de la vida del Señor resucitado.
La proclamación de los eventos pascuales y nuestra participación
en ellos tiene lugar en grado sumo en la Eucaristía que es nuestra
el cual se describe con mayor profundidad el misterio de Cristo", que ahora se quitó. En efecto,
tal valoración resultaba para muchos poco convincente (Cf. Ordo Leclionum Missae, Editio typica Pascua. En la Eucaristía y de la Eucaristía proviene el verdadero tes-
altera. Librería Ed. Vaticana, 1981, Proemium, c. IV, 74, p. XXXIV). timonio: por el siempre renovado don del Espíritu que: 1) Une a los
28. "...Las lecturas sobre el Buen Pastor están ahora asignadas al domingo IV de Pascua"
(Ibíd., n. 100; antes n. 15).
30. En Italia en el VII domingo de Pascua se celebraba la Ascensión del Señor.
29. "... La primera lectura... está distribuida en un ciclo trienal, en progresión paralela (modo
paralelo y progresivo); de esta manera se presenta cada año algún elemento sobre la vida, el 31. Cf. A Carideo, Pasqua di Cristo, Pasqua della Chiesa. Slrullura íelogica del Ijtaonurio
testimonio y el desarrollo de la Iglesia primitiva" (Ibíd., n. 100; antes n. 15). del lempo pasquale, en RL 2/1975, pp. 175-190.

408 4()'í
hermanos en el amor al hacerlos una sola realidad con el Padre y el que en la recurrencia de la Pascua reavivas la fe de tu pueblo, .m
Hijo; 2) anima el ejercicio de los cansinas y en particular del minis- menta en nosotros la gracia que nos has dado, para que todos com-
terio para el bien de la comunidad para que se construya en el amor; prendamos la inestimable riqueza del Bautismo que nos ha purifica-
3) sostiene a los fieles en la adversidad hasta el martirio como sos- do, del Espíritu que nos ha regenerado, de la sangre que nos ha redi-
tuvo a Cristo hasta la cruz, para estar siempre con El en la gloria'2. mido".
En los demás domingos se hacen eco de los temas de la "dignidad
filial", de la esperanza, prendas de la Resurrección; del Espíritu que
4. Los textos de las oraciones y de los prefacios
ha sido dado como regalo; de la verdadera libertad; de la herencia
prometida.
El contenido más rico está expresado en las colectas" comen-
zando por la del II domingo de Pascua, tomada del Missale gothicum A veces los temas principales corresponden a los textos bíblicos
(n. 309), verdadera síntesis de la fe en el Misterio Pascual participado como, por ejemplo, el recuerdo del Buen Pastor en el domingo IV:
a nosotros mediante los sacramentos: "Dios de eterna misericordia, "...el humilde rebaño de tus fieles llegue con seguridad junto a ti,
donde lo ha precedido Cristo, su pastor" (colecta).
"Guarda benigno, oh Dios Padre nuestro, el rebaño que has re-
dimido con la sangre preciosa de tu Hijo y guíalo a los pastos eternos
32. Justamente algunos se preguntan si la sustitución del Antiguo Testamento por la lectura
de los Hechos de los apóstoles es una solución realmente feliz. Una abundante lectura de los del cielo" (oración después de la comunión).
Hechos de los apóstoles ciertamente queda bien en el tiempo pascual y es tradicional. Muy
apropiada es ciertamente la lectura de 1P, de la Un y del Apocalipsis. Sin embargo parece un grave
La alusión a las palabras de Juan (Jn 17, 1-26), leídas el domingo
error haber suprimido la lectura del Antiguo Testamento, contra el principio fundamental VII de Pascua, es evidente en el texto de la colecta y de la oración
establecido por las mismas premisas: "Toda misa presenta tres lecturas: la primera tomada del después de la comunión: "Escucha, Padre, la oración de tus hijos,
Antiguo Testamento; la segunda del apóstol...; la tercera del Evangelio. Con esta distribución se
da la debida importancia a la unidad de los dos Testamentos y de la historia de la salvación, que profesan la fe en Cristo salvador, que subió a tu derecha en la
centrada en Cristo y en su Misterio Pascual..." (n. 66). gloria, y haz que, según la promesa, sintamos su presencia en medio
Después de una afirmación tan solemne de la centralidad del Misterio Pascual en la historia de nosotros, hasta el fin de los tiempos... danos la serena confianza
de la salvación, centro de unidad de los dos Testamentos, precisamente en el tiempo litúrgico en de que todo el cuerpo de la Iglesia se unirá a Cristo su cabeza en la
que se celebra tal misterio, el Antiguo Testamento no aparece. La consecuencia podría ser grave:
en la mente de los sacerdotes, y por tanto de los fieles, podría perderse la perspectiva histórico-
gloria".
salvífica de los hechos pascuales en su dinámica esencial de anuncio profético-cumplimiento. Las oraciones de la octava y de las ferias son completamente
Precisamente Lucas en los Hechos anuncia la Muerte y la Resurrección de Cristo como
cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento (Cf. los discursos kerigmáticos). No es otro nuevas en el misal de Pablo VI. Considerando también aquí prefe-
el procedimiento de los sinópticos, de Juan, de Pablo, de todo el Nuevo Testamento. Piénsese por rentemente las colectas, encontramos junto a textos que recuerdan el
ejemplo en la conversación de Jesús con los discípulos de Emaús. acontecimiento celebrado, otros de carácter explícitamente bau-
Y no parece excesivamente difícil encontrar en el Antiguo Testamento perícopas aptas para tismal. Del conjunto de estas oraciones aparece, en comparación con
la armonización. Piénsese, por ejemplo, en la riqueza que habría aportado al domingo IV (Buen
Pastor) el bellísimo capítulo 34 de Ezequiel; o los grandes textos pascuales del Éxodo, del
el misal de Pío V, una mayor riqueza de contenidos; una expresión
Dcuteronomio, de los libros sapienciales o de los profetas para la fiesta de Pascua; o también los más adecuada de la fe de la Iglesia en la Pascua; una interpretación
textos que tratan de la alianza y del Espíritu de Dios para la fiesta de Pentecostés, o los textos teológica más completa y profunda del Misterio Pascual.
mesiánicos y escatológicos para la fiesta de la Ascensión (Cf. A. Carideo, estudio citado, en RL
2/1975, pp. 189-190). Los tiempos más recurrentes se refieren: al Bautismo (insistente
33. Sobre este tema Cf. F. Biovelli, Le orazioni del Tempo pasquale, en RL 2/1975, pp. 191- e intencional); al anuncio de Cristo resucitado; la segunda venida de
206. Cristo en la gloria; la acción del Espíritu Santo; el gran don de la
En nuestro comentario hemos tenido en cuenta este profundo estudio. La reforma ha mantenido Pascua; la riqueza del Misterio Pascual.
algunos textos del precedente misal romano y ha echado mano ampliamente de los antiguos sacra-
méntanos, el Gelasiano (ed. Mohlberg), el Veronés— "Leonianum" (ed. Mohlberg) el Bergomense Reportamos algunos de los textos más significativos. En la octava
(ed. Paredi) y el Missale gothicum. Quienes deseen ir directamente a las fuentes para un estudio
de los textos, Cf. el estudio indicado de F. Brovelli, o también: A. Dumas, Les sources du nouveau
de Pascua: "Oh Padre, que haces crecer a tu Iglesia dándole siempre
Missel Romain, en Noltiae 60/1971, pp. 37-42, 61/1971, pp.74-77. nuevos hijos..." (lunes).

410 411
"Oh Padre, que de todas partes de la tierra has reunido a los Dios, Padre nuestro, que nos has abierto el paso a la vida eterna con la glori-
ficación de tu Hijo y con la efusión del Espíritu Santo...";
pueblos para alabar tu nombre, concede que todos tus hijos, nacidos
a nueva vida en las aguas del Bautismo y animados por la única fe, — nos confiere los dones espirituales y nos hace capaces de acoger y vivir
expresen en sus obras el único amor" (jueves). la voluntad del Padre;
"Oh Padre, que en tu inmensa bondad extiendes a todos los pue- — nos hace templo de la gloria divina;
blos el don de la fe, mira a tus hijos de elección, para que aquellos — unifica y anima a la Iglesia.
que han renacido en el Bautismo reciban la vestidura blanca de la
vida inmortal" {sábado). e) La riqueza de la Pascua es recordada repetidamente en diversas
En las demás semanas se destacan los siguientes temas: formas; por este misterio:
a) La referencia al Bautismo en perspectiva escatológica: — Se nos da "el privilegio de llamar a Dios con el nombre de Padre" y llegar
a ser herederos de la promesa al ser hechos hijos;
"Dios omnipotente y eterno, que en el Bautismo nos has comunicado tu
misma vida, haz que tus hijos, renacidos a la esperanza de la inmortalidad, — el que se ha celebrado es el misterio de victoria y de liberación de la
lleguen con tu ayuda a la plenitud de la gloria". esclavitud del pecado;
— la redención de Cristo nos ha dado la verdadera libertad y nos ha hecho
"Oh Dios, que en la Resurrección de tu Hijo nos has abierto el paso a la vida
capaces de un auténtico servicio a Dios;
eterna, eleva nuestro espíritu hacia el Salvador que está sentado a tu derecha,
para que cuando vuelva en la gloria, todos nosotros, renacidos en el Bau- — la participación en la Pascua de Cristo exige en nosotros una vida nueva,
tismo, recibamos la vestidura blanca de la vida inmortal". la tensión continua hacia las promesas y una coherencia constante;
— la liberación que Cristo nos ha traído es vista como don-conquista de la
El Bautismo también es considerado en relación con la conser- verdad, de la cual no deberá apartarse el cristiano: "Oh Dios, que en estos
vación de la fidelidad o la consecución definitiva de las promesas. días pascuales nos has revelado la grandeza de tu amor, haz que acojamos
plenamente tu don, para que, libres de todo error, nos adhiramos siempre
b) La gloria del Señor resucitado germen de la salvación y gozoso más a tu Palabra de verdad";
anuncio que se ha de comunicar al mundo:
— de la Pascua nos viene la gracia de amar las cosas del cielo y la fidelidad
"Concédenos... proclamar la gloria del Señor resucitado, para que en El, al don recibido.
sacramento universal de salvación, obtenga los dones de la vida nueva".
"Señor, que en todo lugar se realice, con la predicación del Evangelio, la En la segunda edición italiana del misal romano (1983), también
salvación adquirida por el sacrificio de Cristo y la multitud de tus hijos adop- para el tiempo pascual han sido elaboradas colectas que condensan
tivos alcance de ti, palabra de verdad, la vida nueva prometida a todos los en oración el mensaje de las lecturas bíblicas propias de los años A,
hombres". B, C. A estas colectas vienen sumadas las oraciones sobre las ofren-
das y después de la comunión para todos los días feriales. Una ri-
quísima expresión de textos eucológicos que permiten una eficaz va-
c) La relación entre la Resurrección y el glorioso retorno de Cris- loración pastoral de los mismos.
to: "Oh Dios, que nos llamas a celebrar en la fe la Resurrección de
tu Hijo, haz que podamos alegrarnos con él junto con tus santos el Otra riqueza de contenidos la encontramos en los cinco prefacios
día de su venida". propuestos para el tiempo pascual34.
d) La acción del Espíritu Santo en la Iglesia:
34. Para un análisis profundo de los textos de los prefacios, véase G. Francesconi, Una lellura
— Perdona los pecados y purifica los corazones; leologico-Ulurgica dei Prefazi pasquali del Messale romano, en RL PP- 207-229; Cf. A. Ward -J.
— el don del Espíritu es parte integrante del misterio de la Pascua: "Oh Johnson, The sources ofihe Román Missal, en Nolitiae 252-253/1978, pp. 559-597.

412 413
El primero, en donde se presenta el misterio salvífico del Cordero Santo es dado a la primera comunidad cristiana reunida en asamblea.
pascual, ya ha sido recordado y comentado otras veces; por tanto nos Este tiempo es de fundamental importancia para los apóstoles, llama-
remitimos a lo dicho sobre este estupendo texto. dos a ser el fundamento de la Iglesia. Para responder a esta su voca-
ción ellos debieron recorrer un itinerario de vida de fe, para adquirir
El segundo, derivado del Sacramentarlo gelasiano (n. 466) pre- la plena conciencia del nuevo modo de presencia de Jesús resucitado
senta el misterio de la nueva vida en Cristo: "Por medio de El re- en medio de ellos y para comprender que el Reino, no siendo de este
nacen a una vida nueva los hijos de la luz y se abren a los creyentes mundo, debe ser edificado en el mundo según el preciso mandato del
las puertas del Reino de los cielos. En El muerto es redimida nuestra Señor.
muerte, en El resucitado resurge toda la vida".
En estos cincuenta días Jesús educa a los apóstoles a través de las
El tercero, tomado del Missale gallicanum vetusK, expresa la fe varias apariciones para comprender los signos nuevos de su acción
de la Iglesia en la presencia del Crucificado-Resucitado y en su en el mundo; los apóstoles experimentan nuevas prácticas en el ejer-
perenne y universal mediación para nosotros: "El continúa ofrecién- cicio de la fe y siempre están tentados a la incredulidad, hasta el día
dose por nosotros e intercede como nuestro abogado: sacrificado en en que serán revestidos de la fuerza del Espíritu. Entonces darán tes-
la cruz ya no muere más, y con los signos de la Pasión vive inmortal". timonio ante el mundo de fidelidad al Evangelio hasta la sangre.
El cuarto prefacio proviene originariamente del Sacramentarlo También hoy, pastoral mente, este "bienaventurado Pentecostés",
gelasiano (n. 487); presenta la dimensión cósmica del Misterio como es llamado por la tradición litúrgica, debe constituir un tiempo
Pascual y da como motivo de acción de gracias nuestra esperanza de profundización de la fe y de los signos de la fe.
fundada en Cristo vencedor del pecado y de la muerte: "En El, ven- Con profunda intuición, fruto del Espíritu, la tradición de la
cedor del pecado y de la muerte, el universo resurge y se renueva y Iglesia ha dedicado este tiempo a la "mistagogía" de los neófitos na-
el hombre vuelve a las fuentes de la vida". cidos del agua y del Espíritu en la noche de Pascua. Después de este
Finalmente, el quinto es también un texto tomado del Sacra- momento, que constituye el último grado de la iniciación cristiana,
mentarlo gelasiano (n. 476); proclama la novedad del sacrificio "la comunidad junto con los neófitos prosigue su camino en la
redentor de Cristo, superación de todo sacrificio ya que no está meditación del Evangelio, en la participación en la Eucaristía y en
constituido por la ofrenda de cosas a Dios sino del ofrecimiento de el ejercicio de la caridad, captando siempre mejor la profundidad del
su cuerpo en la cruz: "Ofreciendo El su cuerpo sobre la cruz dio Misterio Pascual y traduciéndolo cada vez más en la práctica de la
cumplimiento a los sacrificios antiguos, y entregándose por nuestra vida. Este es el último tiempo de la iniciación, a saber, el de la 'mis-
redención se hace altar, víctima y sacerdote"36. tagogía' de los neófitos".
El Rito de la iniciación cristiana de los adultos continúa: "En
realidad una más plena y fructuosa comprensión de lo: 'misterios'
5. El significado de la celebración se adquiere con la novedad de la catequesis y especialmente con la
de los cincuenta días pascuales experiencia de los sacramentos recibidos. En efecto, los neófitos han
sido renovados interiormente, más íntimamente han saboreado la
Después del análisis de los contenidos de los textos litúrgicos es buena Palabra de Dios, han entrado en comunión con el Espíritu
más fácil comprender el significado de la cincuentena pascual. Santo y han descubierto cuan bueno es el Señor. Por esta experiencia,
La Iglesia nace en el acto del sacrificio pascual de Cristo, pero propia del cristiano y consolidada en la práctica de la vida, ellos al-
solamente cincuenta días después de la Resurrección, el Espíritu canzan un nuevo sentido de la fe, de la Iglesia y del mundo.
La nueva y frecuente participación en los sacramentos, si por una
35. Mohlberg-Eizenhoefer-Siffrin, Missale gallicanum vetus (=Rerum eccl. Doc.; Series parte esclarece la comprensión de las Sagradas Escrituras, por otra
maior: Fontes III), Herder, Roma, 1958, n. 214. acrecienta el conocimiento de los hombres y la experiencia de la vi-
36. Estas expresiones se encuentran también en san Epifanio, Panarium II, I, Haeresis 55, PG da comunitaria, de modo que para los neófitos se hacen más fáciles
41, 979; en san Cirilo Alejandrino, De oratione in spirítu el verítale, IX, PG 68, 647.

II
414
y más útiles al mismo tiempo las relaciones con los demás fieles. Por Quien entra conscientemente en la comprensión de la sacramen-
esto el tiempo de la mistagogía tiene una importancia grandísima y talidad del tiempo pascual, comprende también por qué este período
permite a los neófitos, con la ayuda de los padrinos, establecer más es aquel "laetissimum spatium", como lo llamaba Tertuliano, para
estrechas relaciones con los fieles y ofrecerles una renovada visión celebrar el Bautismo y, para nuestra pastoral actual, también para
de la realidad y un impulso de vida nueva" (nn. 37-39). completar la iniciación cristiana de los muchachos con la celebración
de la Confirmación y la participación plena en la Eucaristía con la
La Carta circular de la Congregación para el Culto Divino reco- comunión. La Pascua no es celebrada teórica y conceptualmente, si-
mienda: "Hágase siempre, durante la octava de Pascua, la oración de no sacramental mente mediante aquellos signos memoriales en los
intercesión por los neobautizados, integrada en la plegaria eucarís- cuales Cristo, nuestra Pascua, asume, purifica y transforma con su
tica. Durante todo el tiempo pascual, en las misas del domingo resér- gracia nuestra existencia40.
vense entre los fieles puestos especiales para los neobautizados. Es-
tos procuren participar en las misas en compañía de sus padrinos. La liturgia del tiempo pascual introduce a toda la comunidad cris-
Téngase para ellos el recuerdo en la homilía y, según la conveniencia, tiana en un más pleno conocimiento del misterio de Cristo y de la
en la oración de los fieles. Al clausurar el tiempo de la mistagogía, Iglesia, nacido de la Pascua, mediante la proclamación de los textos
cerca del domingo de Pentecostés, hágase alguna celebración, según bíblicos que antes hemos presentado, los cuales nos dan la experien-
las costumbres regionales. Además, es conveniente que los niños ha- cia vivida de la primera generación cristiana guiada por los apóstoles,
gan en estos domingos su primera comunión"37. para esto el Rito de la iniciación cristiana de los adultos recuerda:
"Puesto que la característica y la eficacia de este tiempo dependen
He aquí el significado verdadero del tiempo pascual que se ha de
de esta personal y nueva experiencia de la vida sacramental y comu-
valorar responsablemente desde el punto de vista espiritual y pas-
nitaria, el momento más significativo de la 'mistagogía' está cons-
toral: un tirocinio y una experiencia de la nueva condición en que el
Misterio Pascual con su fruto, el don del Espíritu Santo, introduce a tituido por las llamadas 'misas para neófitos' o misas de los domin-
la comunidad cristiana, "el tiempo pascual —dice Ph. Ruillard— no gos de Pascua, ya que en ellas, además de la comunidad reunida y
es solamente un período lleno de Aleluya, en que la liturgia desa- de la participación en los misterios, los neófitos encuentran, especial-
rrolla más profundamente los temas del Misterio Pascual; es un mente en el año A del leccionario, lecturas particularmente apro-
tiempo distinto de los demás, como un día celestial, un día de eter- piadas para ellos. Por eso se debe invitar a estas misas a toda la co-
nidad, insertado en la trama del tiempo terreno; y durante este día munidad local junto con los neófitos y con sus padrinos. En cuanto
celeste (cuya duración es de cincuenta días terrenos), la Iglesia hace a los textos de tales misas, se pueden emplear también cuando la ini-
la experiencia en los límites de lo posible, de la vida eterna, de la vi- ciación se celebra fuera del tiempo acostumbrado" (n. 40).
da glorificada, en la cual ya ha penetrado el hombre llamado Jesús,
y cuya puerta El nos ha abierto de par en par"38.
6. La celebración del misterio de la Ascensión
No se trata de una exageración, sino de explicitar la tradicional
expresión según la cual la Pascua es la solemnidad de las solem- Por las razones que se han expuesto antes, desde la segunda mitad
nidades. Con el acontecimiento pascual hemos entrado en la ver- del siglo IV el día cuadragésimo después de la Pascua se ha celebrado
dadera fiesta, anticipo y signo de la fiesta definitiva39. la fiesta de la Ascensión41, transferida ahora al domingo VII de Pascua.

37. Carta circular, clt. 40. Véase más adelante lo que se dice de la pastoral del tiempo pascual.
38. Ph. Ruillard, Temí biblici del Tempo pasquale, en Triduo pasqualefl, Queriniana, Brescia, 41. San Agustín (+430) afirma que la fiesta de la Ascensión del Señor al cielo se celebra "loto
1972, pp. 95-96. terrarum orbe"; de este modo parece intentar hacer venir su intuición de los mismos apóstoles o
39. "Sería necesario desarrollar aquí toda la antropología y la teología de la fiesta, con lo que de un decreto de un sínodo general. Pero ninguno de los escritores antes del siglo IV hace alusión
ella implica de liberación y de ruptura respecto a la vida normal, al comportamiento habitual y a tal fiesta. Los primeros testimonios provienen del Oriente: un fragmento de Kusebio itoba- lu
también al tiempo ordinario" (Ph. Ruillard, Op. cit., p. 96). fiesta de Pascua (hacia el año 325) llama a la Ascensión "día solemne" (/ir sultmniínir /UIMIUIII:

416 417
14. Cristo fiesta de la Iglesia
a) La liturgia de la Palabra. La la. lectura (Hch 1, 1-11) contiene En el Evangelio del año A (Mt 28, 16-20) con las palabras: "Yo
la narración de la Ascensión (vv.9-11) precedida del sumario del mi- estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (v. 20),
nisterio y de los hechos pascuales de Jesús (vv.1-3), y de la promesa Mateo hace ver que se cumple la promesa del comienzo del
del don del Espíritu para la misión de testimonio por el mundo en- Evangelio en donde se afirma que Jesús es el Emmanuel, el Dios con
tero (vv. 4-8). nosotros (Mt 1, 23); en el año B (Me 16, 15-20) vuelve el mismo te-
ma: los apóstoles van a predicar y el Señor actúa con ellos (v. 20);
La 2a. lectura (Ef 1, 17-23) da a la fiesta de la Ascensión el mis- en el año C (Le 24, 46-53) se afirma que el Señor permanecerá con
mo sentido eclesial ya notado para Pascua: la Iglesia es el cuerpo, el los suyos y actuará con ellos (tema de Mt y de Me) mediante el don
pléroma de Cristo que es su cabeza (v. 22); a ella fue reservada por del Espíritu, "promesa del Padre sobre vosotros".
el Padre la herencia del Señor Jesús resucitado y glorificado; y en
esta realidad la Iglesia es "llamada" a ser introducida por el Espíritu b) Los textos eucológicos. En las oraciones y en los prefacios
(v. 17). encontramos siempre el tema de la comunión pascual de Cristo
cabeza con su cuerpo, la Iglesia, mediante la Eucaristía. La referencia
Como segunda lectura, "ad libitum", la nueva edición del Ordo al pensamiento y también a las expresiones mismas de León Magno
Lectionum missae añade en el año B el texto de Ef 4, 1-13 (forma evidencia el significado "mistérico" de las solemnidades. Al lado de
larga) o Ef 4, 1-7.11-13 (forma breve); en el año C el texto de Hb 9, las expresiones que subrayan el valor "espiritual" de la celebración
24-28; 10, 19-23. ("...haz que nuestro espíritu se eleve al gozo del cielo" y "... a la Igle-
El texto paulino es un llamamiento a la unidad fundada en el mis- sia peregrina en la tierra... suscítale el deseo de la patria eterna")42
terio realizado por Dios en Cristo. El Señor glorificado, "que subió tenemos otras que expresan la dimensión salvífica del aconteci-
por encima de todos los cielos, para llenar todas las cosas", envía el miento: "...en tu Hijo que subió al cielo nuestra humanidad es eleva-
Espíritu y da los variados y diversos carismas. De esta manera cada da junto a ti, y nosotros, miembros de su cuerpo, vivimos en la espe-
uno, en el interior de la comunidad, está en capacidad de desarrollar ranza de llegar a Cristo, nuestra cabeza, en la gloria" (colecta)";
un servicio particular para la edificación del cuerpo de Cristo a fin "...subió al cielo para que nosotros fuéramos partícipes de su vida di-
de que lleguemos todos a la unidad de la fe y del conocimiento del vina" (prefacio II); y sobre todo el nuevo prefacio: "El Señor Jesús,
Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto, en la medida que con- Rey de la gloria, vencedor del pecado y de la muerte, hoy ha subido
viene a la plena madurez de Cristo". a lo más alto de los cielos entre el coro festivo de los ángeles. Me-
El texto de la Carta a los hebreos ilustra las diferencias entre el diador entre Dios y los hombres, Juez del mundo y Señor del uni-
culto del templo en el Antiguo Testamento y el ofrecido por Cristo verso, no se ha separado de nuestra condición humana, sino que nos
con el sacrificio de sí mismo consumado en el momento en que entró ha precedido en la morada eterna para darnos la serena confianza de
glorificado en el cielo mismo. "Cristo, en efecto, no entró en un san- que donde está El, cabeza y primogénito, estaremos también no-
tuario hecho por manos de hombre" (el sumo sacerdote del Antiguo sotros, sus miembros, unidos en una misma gloria"44.
Testamento entraba en un santuario, figura del verdadero), "ni para El segundo prefacio es más conciso: hace memoria del misterio
ofrecerse a sí mismo varias veces" (a diferencia del sacerdote que y anuncia la finalidad de la glorificación de Cristo, nuestra partici-
entraba en el santuario cada año con la sangre ajena). En la plenitud pación en la vida divina: "Después de su Resurrección se mostró vi-
de los tiempos Cristo, una sola vez por todas, ofreció el sacrificio
por la salvación del mundo y subió al cielo, la habitación de Dios, 42. La primera expresión (oración sobre las ofrendas) está tomada del Gelasiano (n. 574); la
el santuario superior al de Jerusalén. segunda (oración después de la comunión) une dos expresiones tomadas del Veronés (nn. 185 y
689) con la alusión al valor mistérico de la Ascensión: "Suscita en nosotros el deseo de la patria
eterna, donde Cristo ha elevado al hombre junto a ti en la gloria".
43. El texto trae literalmente la conclusión del magnífico Sermón 73, 1,4 sobre la Ascensión,
PG 24,699); dos sermones de san Gregorio Niseno (+d. 394) y las Constituciones apostólicas dan de san León Magno.
a esta fiesta el nombre, que se hizo común entre los griegos, de "Asunción (análepsis) del Señor".
La fiesta litúrgica surgió probablemente en la segunda mitad del siglo IV porque en el tiempo 44. Estamos ante una nueva composición inspirada en el Sermón 73, ya citado, junio con
siguiente ya estaba ampliamente difundida (Cf. M. Righetti, Op. cit., p. 303). algunas expresiones de textos del Veronés (nn. 176-177 y 183).

418 4iy
siblemente a todos los discípulos, y a su vista subió al cielo, para que Con la Ascensión pues, cesa la experiencia de la presencia sensi-
nosotros fuéramos partícipes de su vida divina". ble de Jesús en medio de nosotros (el "Cristo según la carne": 2Co
El conjunto de los textos litúrgicos (bíblicos y eucológicos) nos 5, 16) y comienza el tiempo de la presencia invisible de Jesús en el
dan la síntesis del misterio de la Ascensión: éste constituye la inau- Espíritu, a través del signo visible y sensible de su cuerpo que es la
guración de la realeza universal y cósmica del Señor y de su poderío Iglesia: "Yo no estoy más en el mundo; ellos, en cambio están en el
en el mundo (Ef 1, 22-23). mundo, mientras yo voy a ti" (Jn 17, 11).
Nuestra fe no debe pensar tanto en la Ascensión como en un Finalmente, el misterio de la Ascensión, al abrir el tiempo de la
acontecimiento localizado y determinado en el tiempo; no debemos Iglesia, nos orienta hacia el día de la venida de Cristo en la gloria:
por tanto, dar rienda suelta a la fantasía con las imágenes a través de "Este Jesús que ha sido llevado de entre vosotros y ha sido elevado
las cuales los textos de la Escritura, escritos en un contexto de cul- al cielo, vendrá del mismo modo como lo habéis visto subir al cielo"
tura diversa a la nuestra, nos transmiten este mensaje de salvación (Hch 1, 11).
(por ejemplo "estar sentado a la diestra de Dios"), sino que debemos La liturgia de la Ascensión está entre las más ricas y densas de
comprender en el plano de la fe la dimensión de la realidad cósmica significado para nuestra fe. Sus textos eucológicos todos fueron re-
y sacerdotal de la Resurrección. novados, y en parte sustituidos con otros más ricos.
Cristo que asciende al cielo es el Jesús resucitado que vive de una La última semana del tiempo pascual se caracteriza en los textos
manera nueva y diversa a fin de que su humanidad, comprendido su eucológicos por la espera del Espíritu Santo; de esta manera prepara
cuerpo, totalmente vivificada de Espíritu Santo, pueda actuar en no- la celebración conclusiva de Pentecostés. Los temas contenidos en
sotros, en toda la Iglesia, en todo el mundo y en todos los tiempos las colectas son los siguientes:
como único instrumento de salvación con un nuevo modo de pre-
sencia: "He aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el lunes: solamente con la fuerza del Espíritu Santo la comunidad
fin del mundo" (Mt 28, 20); por eso "conviene que yo me vaya; por- es capaz de dar testimonio de la plena adhesión a la voluntad de
que si no me voy, no vendrá a vosotros el Consolador" (Jn 16, 7). Dios;
El misterio de la Ascensión está estrechamente ligado a la inau- martes: el Espíritu habita y actúa en la comunidad para hacernos
guración de la misión de la Iglesia. La comunidad de los creyentes templos de su gloria;
es un signo del poder de Dios manifestado en Jesucristo. La Iglesia miércoles: la comunidad cristiana es reunida por el Espíritu Santo,
puede estar presente en todos los tiempos y en todos los lugares por- que la plasma en un solo corazón y en una sola alma;
que Cristo, su cabeza y señor, está unido de modo único al misterio
jueves: el crecimiento de la comunidad cristiana proviene de los
del Dios universal. "A cada uno de nosotros le fue concedida la gra-
dones del Espíritu Santo;
cia según la medida de los dones de Cristo. Por esto la Escritura di-
ce: 'Subiendo a la altura llevó cautivos y dio dones a los hombres'" viernes: el criterio de la vitalidad de una comunidad movida por
(Ef 4, 7-8). el Espíritu, es el crecimiento en la fe y en el compromiso de servicio;
El Jesús que actúa en nosotros "esperanza de la gloria" como ca- sábado: la principal tarea misionera de la comunidad es la del tes-
beza de la Iglesia es el Jesús a quien en el misterio de la Ascensión timonio del Señor resucitado.
celebramos glorificado por el Padre. Cada impulso de gracia viene de El prefacio después de la Ascensión expresa bien el significado
El y por medio de El; cada carisma de la Iglesia es concedido por El. de estos días de espera de la venida del Espíritu. El embolismo dice:
Un momento privilegiado de la acción de Cristo, cabeza glorifi- "Entrando una vez para siempre en el santuario de los cielos, El (Je-
cada en su Iglesia, es sin más el momento de la celebración euca- sús) intercede por nosotros, mediador y garante de la perenne efusión
rística. "El misterio de Cristo, en efecto, está siempre presente y del Espíritu. Pastor y obispo de nuestras almas, nos llama a la oración
operante en nosotros, pero sobre todo en las celebraciones litúrgicas" unánime, a ejemplo de María y de los apóstoles, en la espera de un
(SC 35). nuevo Pentecostés".

420 421
7. Domingo de Pentecostés: abundante de la Palabra de Dios, utilizando algunas de las lecturas
opcionales indicadas para esta celebración en el leccionario festivo
conclusión del tiempo pascual
según el modo que luego se indica.
El trabajo de revisión a que fueron sometidos los textos de la Si se hacen más lecturas, además de las tres prescritas, se procede
celebración del domingo de Pentecostés, fue sólido. Con la así: después de la salmodia, o si no se integran las Vísperas, después
escogencia de tantos textos nuevos ya bíblicos, ya eucológicos, se del saludo, se comienzan las lecturas. El lector se dirige al ambón y
sustituyó una temática genérica sobre el Espíritu Santo con una te- proclama la primera lectura. Luego el salmista o cantor ejecuta el Sal-
mática que evidencia el acontecimiento salvífico de la efusión del mo; la asamblea responde con el estribillo. Después todos se levan-
Espíritu con que se cierra la gran celebración de los cincuenta días tan, el sacerdote invita a la oración diciendo "oremos" y todos oran
del paschale sacramentum. por un momento en silencio; el sacerdote concluye con la oración.
Eliminado definitivamente el duplicado de la renovación de la El Salmo responsorial puede sustituirse con una pausa de silencio;
fuente bautismal45, se creó la nueva misa vespertina de la vigilia46 en este caso se omite la pausa de silencio después del "Oremos".
con la propuesta de cuatro lecturas opcionales del Antiguo Testa- Al final de las lecturas del Antiguo Testamento se canta el Gloria,
mento, además de la epístola y el Evangelio. se dice la colecta y se prosigue con la epístola y el Evangelio.
Analizamos enseguida brevemente los textos de la misa ves- En la segunda edición italiana del misal (1983), toda la celebra-
pertina y de la misa del día. ción está organizada ya según este esquema con las correspondientes
a) Misa vespertina de la Vigilia. Esta misa se dice la tarde del sá- oraciones propias para cada lectura. Las lecturas se encuentran con
bado, antes o después de las primeras Vísperas del domingo de Pen- sus correspondientes Salmos responsoriales en el suplemento al Lec-
tecostés. Se proponen cuatro lecturas opcionales del Antiguo Tes- cionario festivo.
tamento como primera lectura. Primera lectura: Gn 11, 1-9. La torre de Babel
Si se juzga oportuno hacer una celebración prolongada, se pueden Según la interpretación tradicional de Hch 2, 1-13, un aspecto
insertar las Vísperas en la celebración de la misa con una lectura más milagroso de Pentecostés consiste en la restauración de la unidad
perdida en Babel: hombres venidos de diversas naciones entienden
en su lengua materna los discursos de los apóstoles, que eran galileos
45. El desarrollo litúrgico del domingo de Pentecostés, que le acentuó su autonomía, comenzó
a principios del siglo IV, al introducirse la costumbre de reservar para la Vigilia nocturna de esta y hablaban solamente el dialecto arameo de su provincia. Por esto la
solemnidad la administración del Bautismo a aquellos que no habían podido recibirlo en la noche narración del Génesis de la torre de Babel y de la confusión de las
de Pascua. San Agustín y san León Magno en sus sermones sobre esta fiesta se dirigen a los lenguas en esta Vigilia de Pentecostés prepara para la evocación de
neófitos bautizados en la noche anterior (Cf. san Agustín, Sermo 272; san León, Sermo 76). La
celebración repetía en cierto modo la Vigilia pascual, incluida la bendición de la fuente bautismal, la maravillosa transformación operada en el mundo por la efusión
seguida de la administración del Bautismo y de la Confirmación a los catecúmenos. La Vigilia se del Espíritu Santo: los hijos de Dios dispersos son conducidos a la
concluía con la sinaxis eucarística. Hacia los siglos VIII-IX la función se anticipó a la tarde del unidad.
sábado, en algunos lugares la hora Nona y en otros la Sexta. Después terminó por celebrarse en la
mañana, como aconteció con la Vigilia pascual. El Ordo Hebdomadae Sanctae instauratus de Pío
XII en 1955, Instructio, 11, 16, abolió las lecturas o profecías, la bendición del agua bautismal y
Oración: "Descienda sobre nosotros, oh Padre, tu Santo Espíritu,
las letanías, y conservó solamente la celebración eucarística (Cf. M. Righetli, Op., ciu, p. 312). para que todos los hombres busquen siempre la unidad en la armonía,
46. La reforma litúrgica del Vaticano II abolió completamente la celebración de las vigilias y, derribado el orgullo de raza y cultura, la tierra llegue a ser una
entendidas según la noción medieval de "día penitencial antes de la fiesta". "Si se exceptúa la sola familia, y toda lengua proclame que Jesús es el Señor".
Vigilia pascual, que debe celebrarse en el curso de la santísima noche, con el nombre de "misa de
la Vigilia" se indica en adelante la misa que puede celebrarse en las horas de la tarde, con rito Segunda lectura: Ex 19, 3-8a.l6~20b. El Señor desciende sobre
festivo, antes o después de la primeras Vísperas de algunas solemnidades. Por esto tienen la misa el Sinaí
de la Vigilia solamente las solemnidades de Pentecostés y de Navidad en el Propio del tiempo, y
las del nacimiento de san luán Bautista, de los santos apóstoles Pedro y Pablo y de la asunción de En el Sinaí, cincuenta días después del paso del mar Rojo, Pios
la bienaventurada Virgen María en el Propio de los santos" (Comentario del "Consilium" para la
puesta en práctica de la Constitución sobre la sagrada liturgia, Op. cil., pp. 53-54).
regala a Israel la Ley, estipula la alianza y constituye a Israel como

422 423
su pueblo. Así comienza una relación nueva: Israel en medio de los Cuarta lectura: Jl 3, 1-5. Efusión del Espíritu sobre cada hombre
demás pueblos estará delante de Dios como Pueblo de Dios, "reino En el discurso de Pentecostés (Hch 2, 17-21), Pedro citará este
sacerdotal y nación santa" para el culto de Dios. texto del profeta Joel para demostrar el cumplimiento de la profecía:
La alianza del Sinaí tiene su pleno cumplimiento en Cristo Jesús, la efusión del Espíritu sobre cada hombre.
mediante su sangre y la efusión de su Espíritu. Así también la El Espíritu de Dios, extensión de su poder, realizará el prodigio
Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, será un pueblo santo de sacerdotes de que todos sean profetas, verdaderos conocedores de Dios y trans-
(Cf. 1P 2, 9) y tendrá por ley no una ley escrita en tablas de piedra, misores de su Palabra. Se cumple el augurio de Moisés: "¡Ojalá
sino la "ley interior" que es el mismo Espíritu de Dios en nosotros. todos fueran profetas!" (Nm 11, 29).
Oración: "Oh Dios de la alianza antigua y nueva, que te has El otro elemento, que impacta en la profecía de Joel consiste en
revelado en el fuego de la santa montaña y en el Pentecostés de tu el anuncio del "día del Señor"; el anuncio del final de la historia, es
Espíritu, haz de nuestro orgullo una sola llama y destruye los odios decir, de los últimos tiempos.
y las armas de muerte; enciende en nosotros la llama de tu caridad,
para que el nuevo Israel formado por todos los pueblos, acoja con "El mensaje de Joel sigue siendo uno de los más actuales, porque
gozo la ley eterna de tu amor". la Iglesia necesita que se le recuerde siempre el día del Señor hacia
el cual está en tensión toda su vida, y hacerse repetir que el Espíritu
Tercera lectura: Ez 37, 1-14. Los huesos secos que la anima no le es dado con miras a un gozo pasivo y egoísta, si-
El profeta Ezequiel en el destierro medita sobre la situación de su no con el fin de preparar al mundo entero para el encuentro con el
pueblo humillado y deportado y sobre su futuro: abre un horizonte divino juez"47.
de gran esperanza fundada en la segura intervención de Dios que Oración: "Escucha, oh Dios, a tu Iglesia unida en concorde ora-
hará resurgir a su pueblo. ción en esta santa Vigilia en cumplimiento de la Pascua eterna; des-
En el lenguaje bíblico el "hueso" es la parte más profunda del ser, cienda siempre sobre ella tu Espíritu, para que ilumine la mente de
la que más resiste a los acontecimientos. Israel desterrado es los fieles y todos los renacidos en el Bautismo sean en el mundo
metafóricamente comparado con un montón de huesos: entonces no testigos y profetas".
todo está perdido. Dios intervendrá mediante el profeta y soplará en Se dice el Gloria a Dios, y luego el sacerdote dice la colecta (ver
medio de los hombres el Espíritu de una nueva alianza. La el texto más abajo).
restauración será así un resurgir glorioso, un triunfo sobre la muerte:
será el retorno del exilio. La visión profética, empero, va más allá y Epístola: Rm 8, 22-27
anuncia la re-creación mesiánica porque el Espíritu infundido es el Este texto de Pablo es denso de contenido: el Espíritu de Dios
Espíritu de Dios, propio de los tiempos mesiánicos. está en nosotros no sólo como maestro de la verdad, sino también
Este texto tan vivo y plástico de Ezequiel es importante para la como principio y alma de todo nuestro ser y del universo mismo.
fe cristiana, porque afirma también que la corporeidad del ser huma- Es el mismo Espíritu de Cristo participado a nosotros, el Espíritu
no es un elemento integrante de la felicidad eterna. que hacía a Jesús totalmente obediente al Padre por amor a los
Oración: "Oh Dios, creador y Padre, infunde en nosotros tu hombres. El Espíritu de Cristo, derramado en nosotros a través de los
aliento de vida: el Espíritu que se cernía sobre los abismos de los sacramentos de la iniciación cristiana, es nuestra misma oración: El
orígenes vuelva a soplar en nuestras mentes y en nuestros corazones, intercede por nosotros con gemidos inefables, viniendo en ayuda de
como soplará al final de los tiempos para resucitar nuestros cuerpos nuestra debilidad. Porque nosotros ni siquiera sabemos qué es lo que
para la vida sin fin". conviene pedir. El intercede por los santos, según el designio de
Dios.

47. P. Buis, La Penlecosle nella luce della profezia di Gioele, en Penlertnlr, Qucriniutiu.
Brescia, 1970, p. 35.

424 425
Esta verdad es de una inmensa importancia para nuestra vida de reúna en un solo cuerpo, haciendo de nosotros una ofrenda viva para
creyentes: estar delante de Dios, delante de los hombres y de la alabanza de la gloria del Padre. Fuente de nuestra alegría en torno al
creación, conscientes de nuestra dignidad garantizada por el Espíritu altar de la Eucaristía es la certeza de que el Espíritu Santo "concelebra
de Dios que nos mueve. con nosotros" como dice la liturgia oriental: "El mismo Espíritu San-
to concelebrará con nosotros todos los días de nuestra vida" (Liturgia
Evangelio: Jn 7, 37-39 de san Juan Crisóstomo).
La perícopa de Juan 7, 37-39 presenta algunas dificultades de
orden exegético: la puntuación diversa en el texto griego y en la Vul- Las oraciones reflejan una profunda visión unitaria del Misterio
gata da lugar a dos interpretaciones. Pascual en relación con la efusión del Espíritu Santo y con el misterio
de la Iglesia.
La mayor parte de los críticos prefiere la siguiente puntuación:
"El que tenga sed, venga a mí; y beba quien cree en mí. De su seno Colecta: "Dios omnipotente y eterno, que has colocado la celebra-
brotarán torrentes de agua viva". El evangelista comenta: "Esto lo ción de la Pascua dentro del tiempo sagrado de los cincuenta días,
dijo refiriéndose al Espíritu que recibirían los que creyeran en El". renueva el prodigio de Pentecostés: haz que los pueblos dispersos se
Con esta versión —que no es la adoptada por el texto litúrgico— reúnan de nuevo y las diversas lenguas se unan para proclamar la
el agua que simboliza al Espíritu no brota "de lo íntimo de quien gloria de tu nombre".
cree", sino "de lo íntimo de Jesús" y de Jesús glorificado. "En O también: "Padre omnipotente, brille sobre nosotros Cristo, luz
efecto, todavía no había sido dado el Espíritu, porque Jesús todavía de luz, esplendor de tu gloria, y el don de tu Espíritu confirme en el
no había sido glorificado" (v.39). Para Juan "la Muerte y la amor a todos tus fieles regenerados a la nueva vida".
Resurrección de Jesús marcan una etapa decisiva en la realización
del plan de Dios y en el cumplimiento de las promesas proféticas Después de la comunión: "Santifíquenos, Padre, la participación
que anunciaban la comunicación universal del Espíritu de Dios al en este sacrificio, y encienda en nosotros el fuego del Espíritu Santo
nuevo pueblo. Mientras el evangelista presenta la palabra pronun- que derramaste sobre los apóstoles el día de Pentecostés".
ciada por Jesús en el último día, el gran día de la fiesta (v. 37), no b) Misa del día. La Palabra de Dios nos da la dimensión de Pen-
piensa solamente en la relación de esta palabra con el cuadro litúrgico tecostés: evento divino acaecido en la historia a través de los signos
en que venía inserta (la fiesta de los Tabernáculos), sino que piensa externos del viento impetuoso, del fuego, de la comprensión de las
sobre todo en su valor de actualidad. En efecto, es ahora cuando se lenguas y de la primera manifestación de la Iglesia. La Palabra de
cumple la palabra de la Escritura: desde lo íntimo de Cristo glo- Dios nos ofrece también la dimensión interior invisible del aconteci-
rificado brotan torrentes de agua viva. Aquí el hombre puede encon- miento: cuantos han sido bautizados en el único Espíritu obtienen la
trar con qué apagar su propia sed: la respuesta de Dios a la sed hu- remisión de los pecados y forman un solo cuerpo, el cuerpo de
mana consiste en el don del Espíritu, ya que Dios ha puesto en Cristo.
nosotros la sed de su Espíritu"48.
La asamblea eucarística es el signo concreto de la realización,
Puesto que del sacrificio pascual de Cristo brota el don del hoy, del misterio de Pentecostés, porque en ella se hace presente
Espíritu, el momento en el cual este don continúa siendo comunicado aquella única Iglesia de Cristo nacida de la Pascua, manifestada en
a los creyentes no es otro que el de la celebración eucarística. No el primer Pentecostés y difundida por toda la faz de la tierra.
hay misa sin Espíritu Santo. Por eso en la plegaria eucarística se
invoca al Espíritu Santo, para que santifique los dones del pan y del Con el don del Espíritu Santo, recibido en los sacramentos del
vino, transformándolos en el cuerpo y la sangre de Jesucristo nuestro Bautismo y de la Confirmación y alimentado continuamente con la
Señor; y para que la comunión en el cuerpo y la sangre de Cristo nos Eucaristía, nosotros somos hechos familia de Dios, capaces de una
relación filial con Dios, de modo que podamos llamarlo con el nom-
bre de Padre. Dios, por medio de Cristo y en el Espíritu Santo, os
48. P. Grelot, La promesa dell'acqua viva, en Pernéeoste, Op. cit., p. 47. verdaderamente Padre para nosotros y nos comunica la vida divina.

426 427
Primera lectura: Hch 2, 1-11 A la segunda lectura le sigue una composición en prosa, con el
Después de lo dicho arriba, no tenemos gran cosa por añadir co- título de "Secuencia áurea", Veni, Sánete Spiritus. La composición
mo comentario a este texto de los Hechos. se atribuye a Esteban Langhton, arzobispo de Cantorbery (+1228)50.
Recordemos solamente de la narración de Pentecostés en el libro Evangelio: Jn 20, 19-23
de los Hechos tres puntos esenciales: 1) La evocación de la teofanía El breve texto presenta prácticamente dos escenas que tienen
del Sinaí invita a poner la venida del Espíritu Santo en relación con entre sí una estrecha relación de continuidad y de progresión.
la nueva alianza; 2) Lucas sugiere con insistencia el valor universal En la primera, Juan habla del paso de los apóstoles del miedo al
del acontecimiento; éste tiene que ver con todas las gentes que están
gozo; en la segunda, el Señor anuncia la paz a los Once y los envía
bajo el cielo; 3) el milagro de las lenguas habladas por los apóstoles
en misión en virtud de su palabra y del soplo creador del Espíritu
subraya el mismo universalismo, pero deja entrever que éste va a la
Santo.
par con un cierto pluralismo49.
El texto es profundamente cristocéntrico: toda la acción procede
El Salmo responsorial (Sal 104) es un himno al Espíritu creador de Jesús resucitado. También aquí se manifiesta la orientación pre-
de la vida, una versión poética de la narración de la creación, reno- dominante, propia de todo el Evangelio de Juan, centrado en la reve-
vada por el Espíritu con el don de la Pascua de Cristo. lación de la persona de Jesús.
Segunda lectura: ICo 12, 3b-7.12.13 A través del lenguaje característico del cuarto Evangelio aparece
La Iglesia es la comunidad, cuerpo de Cristo, que tiene por alma la conciencia que la primera comunidad cristiana tenía, de ser la co-
al Espíritu Santo, el cual manifiesta su presencia activa y eficaz a munidad de Cristo resucitado, su prolongación en el mundo, su cuer-
través de los cansinas, o dones particulares de gracia. Estas manifes- po viviente por la acción del Señor y de su Espíritu.
taciones particulares del Espíritu son dadas para utilidad común,
porque son en orden a la vida, al crecimiento del cuerpo de Cristo y El Ordo Lectionum missae en la segunda edición (1981) enriquece
a la misión. la liturgia de la Palabra con los siguientes textos opcionales ("ad li-
bitum") para la segunda lectura y el Evangelio: para el año B, Ga 5,
La Iglesia en los sacramentos (Cf. v.13: la alusión al Bautismo y 16-25 (texto que muestra cómo se oponen los dos principios de ac-
a la Eucaristía) está constituida, en el Espíritu, como una sola ción, la carne y el espíritu) y Jn 15, 26-27; 16, 12-15 (el don del Es-
realidad con el Señor Jesús. píritu hará a los discípulos de Cristo capaces del testimonio hasta la
Cada cristiano tiene su don de gracia y un puesto determinado y sangre); para el año C, Rm 8, 8-17 (solamente quien tiene el Espíritu
preciso en la Iglesia; cada cristiano es un enviado a anunciar a Cristo de Cristo le pertenece a El; los verdaderos hijos de Dios son aquellos
con el poder del Espíritu Santo. que se dejan guiar por el Espíritu de Dios) y Jn 14, 15-16.23-26 (el
don del Espíritu, lainhabitación de la Trinidad en aquellos que aman
Hoy, Pentecostés, los cristianos parten de la asamblea eucarística a Cristo y cumplen su palabra; el conocimiento pleno de la verdad
como los apóstoles salidos del cenáculo, para proclamar con su vida por obra del Espíritu).
las maravillas de Dios. En efecto, la fe no se transmite a través de
nociones, sino por contagio, por testimonio. Quien ve un cristiano La Iglesia hoy ruega que el Espíritu se manifieste en ella, renueve
debe ver una transparencia del Espíritu que actúa en él: el Espíritu los prodigios realizados en los comienzos de la predicación del
de la verdad, del amor y de la libertad. Evangelio, la abra al conocimiento de toda la verdad y, mediante la
participación en la Eucaristía, realice siempre en ella su poder.
San Pablo da un criterio fundamental para distinguir los carismas
verdaderos de los falsos: la fe en Cristo Jesús, el Señor. En efecto, Colecta: "Padre, que en el misterio de Pentecostés santificas a tu
nadie puede tener esta fe sin el poder del Espíritu Santo. Iglesia en todo pueblo y nación, difunde hasta los confines de la tie-
rra los dones del Espíritu Santo y continúa hoy, en la comunidad de

49. J. Dupont, La nuova Pernéeosle, en Pentecoste, Op. cit., p. 51. 50. M. Righelti, Op. cit., p. 315.

428 429
los creyentes, los prodigios que realizaste en los comienzos de la celebración, fundamentados en el hecho de que el Pentecostés cristia-
predicación del Evangelio"51. no no es la fiesta del Espíritu Santo, entendido como persona divina
en sí misma, sino la celebración de un acontecimiento de salvación,
Sobre las ofrendas: "Envía, Padre, el Espíritu Santo prometido a saber, de una de aquellas intervenciones de Dios que en la realiza-
por tu Hijo, para que revele plenamente a nuestros corazones el mis- ción del plan de la salvación deciden de manera única y definitiva la
terio de este sacrificio, y nos abra al conocimiento de toda la verdad". suerte del mundo. Este evento consiste sobre todo en el don del
Después de la comunión: "Oh Dios, que diste a tu Iglesia la Espíritu Santo.
comunión en los bienes del cielo, guarda en nosotros tus dones, para El sentido de Pentecostés como acontecimiento de salvación vie-
que en este alimento espiritual que nos nutre para la vida eterna, ac- ne dado por los siguientes aspectos52:
túe siempre en nosotros el poder de tu Espíritu". Efusión del Espíritu Santo como signo de los últimos tiempos.
Síntesis de los principales temas contenidos en las oraciones (tes- Pedro cita al profeta Joel, para mostrar cómo Pentecostés realiza las
timonio del amor, progresivo conocimiento de la verdad, fervor promesas de Dios según las cuales en los últimos tiempos el Espíritu
apostólico) es el nuevo prefacio: "Hoy has llevado a su plenitud el sería dado a todos (Cf. Ez 36, 27). Juan Bautista había anunciado
Misterio Pascual y sobre aquellos a quienes has hecho hijos de adop- que Cristo bautizaría en el Espíritu Santo (Me 1, 8). Jesús resucitado
ción en Cristo tu Hijo, has derramado el Espíritu Santo, que en los confirma: "Dentro de pocos días seréis bautizados en el Espíritu
albores de la Iglesia naciente ha revelado a todos los pueblos el mis- Santo" (Hch 1,5).
terio escondido en los siglos y ha reunido las lenguas de la familia Los Padres compararon este "Bautismo en el Espíritu Santo" que
humana en la profesión de una misma fe". marca la investidura apostólica de la Iglesia, con el Bautismo de Je-
Hoy, reunida en torno a Jesús resucitado y glorificado, la Iglesia sús, el cual marcó el comienzo del ministerio público del Señor. Pen-
renueva por este don inefable de la filiación divina su acción de tecostés, por esto, fue considerado por los Padres como el don de la
gracias al Padre, también en nombre de toda la humanidad llamada nueva ley a la Iglesia, según los anuncios proféticos (Cf. Jr 31, 33;
a la salvación. Pentecostés, en efecto, derriba los muros de todas las Ez 36, 27).
divisiones y abre la comunidad de los creyentes al amor universal. La ley de la Iglesia , en efecto, no es ya la ley escrita, sino el mismo
Por este misterio, revelado hoy a todos los pueblos, podemos decir Espíritu Santo: "El amor de Dios ha sido derramado en nuestros co-
con verdad, en la plenitud del gozo pascual, que "la humanidad razones por medio del Espíritu Santo que se nos ha dado" (Rm 5, 5).
exulta en toda la tierra".
Coronación de la Pascua de Cristo. La catequesis primitiva po-
c) Del breve análisis de los textos bíblicos y eucológicos del do- nía de relieve que Cristo muerto, resucitado y glorificado a la diestra
mingo de Pentecostés, emergen algunos rasgos fundamentales de la del Padre lleva a término su obra de salvación derramando el Espíritu
sobre la comunidad apostólica. Pentecostés por tanto es la plenitud
de la Pascua, el Misterio Pascual total.
51. La colecta anterior — "Deus, qui (hodierna die) corda fidelium"— (Sac. Greg. ed.
Deshusses, 526) es conocidísima, inclusive porque se había vuelto la oratio por excelencia en todas Reunificación de la comunidad mesiánica. Los profetas repeti-
las celebraciones del Espíritu Santo; oración muy hermosa, en donde cada uno de los términos — damente habían anunciado que los dispersos serían reunidos sobre el
"¡Ilustrado, corda, docere, recta, sapere, consolalio"— tiene su propia motivación y resonancia
precisas. Son conocidos los jugosos comentarios sobre ella escritos por el abad Capelle y Dom
monte Sión: de esta manera la asamblea de Israel sería reunida en
Brou (B. Capelle, Travaux lilurgiques, I. Abbaye du Mont César, Louvain, 1955, pp. 241-242; L. torno al Señor.
Brou, Les oruisons dominicales [De l'Avenl á la Trinité], ed. de l'Apostolat lilurgique, Bruges,
1960, pp. 132-135).
Pentecostés realiza en Jerusalén la unidad espiritual de los judíos
Pero el nuevo misal aunque conserva esta clásica oración en la misa votiva del Espíritu Santo
y de los prosélitos de todas las naciones; dóciles a la enseñanza de
quiso dar a la liturgia de Pentecostés, y especialmente a la colecta que abre la celebración, un
acentuado carácter de universalismo, como por lo demás, se destaca en la misma narración de los
Hechos, y es característico de esta solemnidad. El formulario de la actual colecta es el del
Gelasiano (ed. Mohlberg, 638), para Pentecostés. Cf. el amplio comentario de S. Mazzarello, La 52. P. De Surgy, v. Penlecoste, en Dizionario di teología bíblica a cura di x. 1 éon-Dulotir
collecla di Penlecoste nel nuovo Messale, en Liturgia 148/1973, pp. 420-428. Marietti, Torino, 1980, col. 906-907.

430 'MI
los apóstoles, ellos participan, en comunión fraterna, en la mesa eu- 8. La pastoral del tiempo pascual
carística y en la oración común.
Pero Pentecostés no es el comienzo (nacimiento) de la Iglesia, si La ya larga exposición de toda la celebración del "paschale
se entiende por comienzo su constitución o su institución: éstas se sacramentum" con sus contenidos salvíficos, los signos sacramen-
realizaron a lo largo de la vida de Jesús, mientras les anunciaba el tales mediante los cuales es actualizado para nosotros, las diversas
Evangelio, les revelaba al Padre, instituía el apostolado de los Doce, llamadas de atención hechas en los momentos en que tratamos cada
fundaba el primado de Pedro, inauguraba los sacramentos (Bautismo, rito, han dejado entrever suficientemente el compromiso formidable
Eucaristía, principalmente), etc. Pentecostés es, precisamente, "la de la pastoral para una fructuosa participación de los fieles en este
venida al mundo" de la Iglesia. "Venida al mundo" en el sentido en importante tiempo litúrgico.
que se dice de un niño que viene al mundo, es decir, que, después Nos limitamos a recordar algunos aspectos que parecen de espe-
de haber sido formado en el seno materno, aparece a la luz y comien- cial importancia.
za a llevar su propia existencia.
a) Una programación pastoral para el tiempo pascual no puede
Comunidad abierta a todos los pueblos. El Espíritu Santo es dado prescindir de una participada y consciente celebración del Triduo
para un testimonio que debe ser llevado hasta los extremos de la tie- pascual. En estos tres días es cuando la Iglesia celebra la Pascua.
rra. El hecho de que gente de diversas lenguas comprenda la lengua Quien no ha programado la pastoral y no ha formado a los fieles para
en que hablan los apóstoles dice que la primera comunidad mesiánica la celebración auténtica del Triduo y sobre todo de la Vigilia, no
se extenderá a todos los pueblos. El Pentecostés de los paganos lo puede comprender y mucho menos hacer gustar el gozo de la gran
demostrará (Cf. Hch 10, 44ss.). fiesta prolongada por cincuenta días.
La división que tuvo lugar en Babel (Gn 11, 1-9) encuentra aquí Un santo y celoso pastor liturgista, Mario Mignone, escribía:
su antítesis y su término positivo. El milagro de Pentecostés, es, "Nuestra programación pastoral evitará invitar a 'hacer Pascua' a lo
pues, la respuesta divina a la confusión y a la dispersión. largo de las semanas de Cuaresma; pero concentrará la atención de
Punto de partida de su misión. Pentecostés unifica a la comunidad los fieles sobre estos días"53.
mesiánica y marca el punto de partida de su misión. El discurso de Con frecuencia se tiene la impresión de que la Cuaresma es un
Pedro "de pies con los Once" es el primer acto de la misión confiada tiempo "fuerte" intensamente vivido y el tiempo pascual un tiempo
por Jesús a los apóstoles: "Recibiréis una fuerza, el Espíritu Santo... "débil" más o menos libre de compromiso desde el punto de vista li-
Entonces seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y en Samaría túrgico.
y hasta los confines de la tierra" (Hch 1, 8).
Cada domingo de Pascua debe ser una invitación a dar un rostro
El sentido del acontecimiento de Pentecostés es subrayado por un nuevo a las asambleas que celebran en una fuerte experiencia de vida
doble milagro: a) Los apóstoles, llenos del Espíritu Santo, proclaman de fe y de vivida comunión eclesial. Este es el tiempo de la gran ex-
las maravillas de Dios expresándose en "lenguas", forma carismática periencia del misterio de la Iglesia en el gozo del encuentro sacra-
de oración común en las primeras comunidades cristianas; b) este mental con el Resucitado. "El misterio de la Iglesia —afirma Pablo
"hablar en lenguas", aunque no inteligible (Cf. ICo 14, 1-25), en VI en la Encíclica Ecclesiam suam (n. 16)— no es simple objeto de
Pentecostés es comprendido por las personas presentes, provenientes
de las más diversas regiones: es un signo de la vocación universal
de la Iglesia. 53. M. Mignone, Un párroco programma ¡I Tempo pasquale, en RPL 2/1978, p. 38. Respecto
a la experiencia de su parroquia, la catedral de Alba, escribía: "Para dar mayor eníasi* u lu
Eucaristía pascual, desde el año pasado en nuestra comunidad dijimos a los padres de los niño» di-
primera comunión que ellos podían escoger los días del Triduo pascual como los días mas prupiíw
para la comunión de sus hijos. Nos parece justo hacer esperar todavía quince o veinte din» n f.ii«
niños que ya se han preparado durante casi dos años para la misa de la primera coinunioi i
un modo de llamar la atención a los adultos sobre el Triduo pascual" (Ibíd.).

432 I
conocimiento teológico, sino que debe ser un hecho vivido, en que formas de la devoción mañana. Los radicalismos y los extremismos
antes que una clara noción el alma fiel debe poder tener una expe- nunca son buenos servidores de la verdad. Es posible, es más, se debe
riencia vivencial de ella". La lectura de los Hechos de los apóstoles saber conciliar la liturgia con los piadosos ejercicios. Ya hemos
es de grande ayuda para iluminar y guiar esta experiencia eclesial. hablado de los problemas en este volumen a propósito de la pastoral
b) Los sacramentos de la iniciación cristiana. En la plenitud de y de la espiritualidad del año litúrgico. No es del caso repetir lo que
la Pascua, la Iglesia engendra. "¿Quién os ha engendrado a vosotros, se dijo al respecto. Por cuanto se refiere al piadoso ejercicio del mes
a quienes hablo, para que seáis los miembros de Cristo?", pregunta de mayo en honor de la santísima Virgen, cuando coincida todo o en
san Agustín a sus fieles; y responde: "Oigo la voz de vuestro corazón: parte con el tiempo pascual, recuérdese la relación estrecha existente
¡La madre Iglesia!". entre el misterio de la Iglesia y el misterio de María según la rica
enseñanza del Concilio Vaticano II. En esta luz la devoción mariana
"Los sacramentos de la iniciación cristiana son siempre epifanía puede ser muy enriquecida de contenido y al mismo tiempo el período
de la Pascua de Cristo en la Iglesia y de su maternidad. El Bautismo pascual puede ser más profundamente vivido a la luz de aquella que
—y, con él, los demás sacramentos de la iniciación— no puede ser es "tipo" de la Iglesia y en la cual el Pueblo peregrino de Dios
pensado sin una fuerte referencia a la Pascua. Al mismo tiempo la "contempla gozosamente como una imagen purísima de lo que ella
Pascua de Cristo se hace nuestra en los sacramentos de la iniciación... misma, toda entera, desea y espera ser" (SC 103).
Por esto el tiempo pascual debe caracterizarse por la celebración de
los sacramentos de la iniciación; y cuando, por diversos motivos, és-
tos se celebran fuera de este tiempo, la comunidad debe hacer 9. La espiritualidad pascual
referencia al mismo. Sin Bautismo, el signo de la Pascua nunca será
pleno; a su vez, en la Pascua, el Bautismo encuentra toda la fuerza La vida cristiana es esencialmente vida en Cristo por el don del
de su expresividad"54. Espíritu, fruto de la Pascua. La liturgia de la Vigilia pascual se con-
Lo que se dijo de la celebración del Bautismo —y estamos en la cluye con la oración después de la comunión, con la cual se pide al
línea más tradicional de la Iglesia (baste pensar en el "laetissimum Padre infundir en sus fieles el Espíritu de su amor para que vivan
spatium" de Tertuliano)— lo debemos decir también para la Con- concordes con el vínculo de su caridad aquellos a quienes ha saciado
firmación y la misa de Primera comunión. Una pastoral bien progra- con los sacramentos pascuales. En la colecta del lunes dentro de la
mada según las exigencias intrínsecas del año litúrgico, a las cuales octava de Pascua se pide que estos fieles "expresen con su vida el
debe obedecer, ha de hacer converger la atención de toda la comuni- sacramento que han recibido en la fe"5í.
dad hacia estas celebraciones realizadas en el tiempo que les es más Estos textos litúrgicos nos recuerdan con su rico contenido que la
propio, el tiempo pascual, porque se trata de sacramentos esencial- vida cristiana está por su naturaleza marcada y movida por la diná-
mente pascuales. No estamos ante opiniones subjetivas de discutible mica de la Pascua, porque el cristiano ha nacido de la Pascua me-
valor e importancia, sino ante la realidad significada por el gran diante los sacramentos de la iniciación, es alimentado continuamente
"paschale sacramentum" que encuentra una de sus aplicaciones con- por el sacramento total de la Pascua, la Eucaristía; por eso se debe
cretas en los sacramentos de la iniciación cristiana.
vivir lo que es por el Misterio Pascual en el cual ha sido injertado
c) Con frecuencia el tiempo pascual coincide con el mes de mayo, sacramentalmente.
dedicado por la piedad popular a nuestra Señora. Después de lo "Cuantos hemos sido bautizados en Cirsto Jesús, hemos sido
dicho, alguien podría pensar en la incompatibilidad de este elemento bautizados en su Muerte. Por medio del Bautismo hemos sido
devocional con las exigencias del tiempo litúrgico, mientras otros sepultados juntamente con El en la muerte porque como Cristo fue
(¿quizás los más?), sin preocuparse de la liturgia, harán prevalecer las resucitado de entre los muertos por medio de la gloria del Padre, así
también nosotros podamos vivir una vida nueva... así también
54. M. Cé, IM pastorale dell'iniziazione cristiana, relazione alia X assemblea general della
CE1, 11-16 junio 1973, en Regno-Documenti 13/1973, pp. 329-330. 55. Cf. el c. XI de esle volumen sobre la espiritualidad del año litúrgico.

434 AS*
vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios, en camidad desde ahora en la vida como resucitados. Dejaréis así obrar
Cristo Jesús" (Rm 6, 3-4.11). en vosotros el poder de la resurrección de Cristo (Cf. Flp 3, 10).
"Por tanto si habéis sido resucitados con Cristo, buscad las cosas P. Benoit comentando este texto de Pablo a los Colonsenses (3,
de arriba, donde está Cristo sentado a la derecha de Dios; pensad en 5) dice: "La obra de muerte y resurrección realizada en el Bautismo
las cosas de arriba, no en las de la tierra. Vosotros, en efecto, estáis en forma instantánea y absoluta sobre el plano místico de la unión
muertos y en adelante vuestra vida estará escondida con Cristo en con Cristo celeste, debe realizarse lenta y progresivamente en el
Dios" (Col 3, 1-3). plano terreno del mundo antiguo, mundo que todavía perdura y en el
cual el cristiano está siempre inmerso. Ya muerto en línea de princi-
El Bautismo es la Pascua del cristiano porque es el momento en pio, debe también morir de hecho, 'dando muerte' cada día al
que se incorpora a "Cristo nuestra Pascua" (ICo 5, 7). 'hombre viejo' de pecado que vive todavía en él"57. Pero lo que dis-
Con este sacramento él ha sido unido a la muerte de Cristo, a su tingue el esfuerzo cristiano de todo otro ejercicio ascético es que esta
sepultura. El Bautismo es la semejanza, la imagen de la muerte de ascesis tiende a la Resurrección en el Espíritu y supone, como su ele-
Cristo. Los efectos son los mismos: como la muerte de Cristo es mento de fuerza, una comunión con Cristo glorificado, única fuente
muerte al pecado, así es la muerte del cristiano en el Bautismo; sola- del Espíritu. Es así como el cristiano va siendo cada vez más lo que
mente el modo es distinto. Lo que se realizó en forma sangrienta en es: haciendo propia en su vida moral la Pascua de Cristo que ha
el cuerpo del Crucificado se realiza sacramental mente en el cristiano. obrado en él sacramentalmente por el Bautismo. Por eso la conducta
"En el plano de la realidad física —dice san Cirilo de Jerusalén— diaria no debe ser sino una lenta y progresiva extensión de la victoria
nosotros no hemos muerto ni hemos sido sepultados, ni crucificados pascual de Cristo sobre la muerte y su vida un camino hacia la
ni tampoco resucitados. Pero hemos representado estos eventos en Resurrección58.
la esfera sacramental y así de ellos ha brotado realmente para no-
sotros la salvación. Cristo, en cambio, fue verdaderamente cru- Con san Pablo diremos: "Siempre y en todas partes llevamos en
cificado y verdaderamente sepultado y fue verdaderamente resu- nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús
citado, también en la esfera física, y todo esto ha sido para nosotros se manifieste en nuestro cuerpo... convencidos de que quien resucitó
don de gracia. Así, pues, partícipes de su Pasión mediante la repre- al Señor Jesús también nos resucitará con Jesús... Por esto no nos de-
sentación sacramental, podemos realmente obtener la salvación"56. salentamos y aunque nuestro hombre exterior se vaya deshaciendo,
el hombre interior se renueva día a día. En efecto, el momentáneo y
Igualmente, así como la Resurrección de Jesús siguió a su muerte leve peso de nuestras tribulaciones nos alcanza una cantidad
y sepultura, lo mismo debe suceder para el bautizado: muere al mun- desmesurada y eterna de gloria" (2Co 4, 10.14.16-17).
do del pecado y vive una vida nueva, entra en el mundo escatológico.
Contra los superficiales que acusan de hacer demasiado fácil la
San Pablo no dice que el cristiano participa en la Resurrección de
moral cristiana vista a la luz pascual, temiendo que llegue a quedar
Cristo, porque esta participación plena se actualizará solamente con
vacía la Cruz de Cristo, se debe aclarar bien que ella es, por el
la Resurrección de los cuerpos. En la vida presente el don de la vida
contrario, la más fuerte moral de la mortificación. No podremos nun-
es dado en germen, debe desarrollarse para "encaminar" al cristiano
ca liberarnos del egoísmo de una vida encerrada en sí misma "para
hacia su Resurrección. Esta existencia nueva permanece, por tanto,
no vivir ya para nosotros mismos, sino para aquel que murió y re-
oculta; se manifiesta en el exterior solamente a través de la conducta
sucitó por nosotros" (2Co 5, 15), sin una lucha contra el pecado
moral. El cristiano, muerto al pecado con Cristo, es introducido en
hasta la sangre; pero es preciso decir también que esta lucha no es
una novedad de vida a la cual debe conformar todo su actuar.
un ascetismo voluntarista y una mortificación masoquista, sino un
La paradoja de la vida cristiana, es, prácticamente, ésta: "Habéis vivir el Misterio Pascual de Cristo que con el don de su Espíritu, a
muerto, por eso debéis morir continuamente. Vosotros resucitaréis;
57. P. Benoit, Epttres aux Colossiens (BJ), París 1959, 3a ed., p. 67.
56. San Cirilo de Jerusalén, Catequesis 20, Mistagogica, 2, 4-6 PG 33, 1079-1082. 58. Cf. B. Rey, Creati in Cristo Gesü, Ave, Roma 1968, c. III.

436 <M7
Parte cuarta
través de esta lucha conduce a la alegría y a la gloria de la Resurrec-
ción. El Misterio Pascual fundamenta, pues, una vida de libertad y
de gozo; da vida a la "nueva creatura".
Finalmente notemos cómo la misma muerte física lleva a
perfección la muerte sacramental del Bautismo, "ésta completa la EL TIEMPO
incorporación a Cristo en su acto redentor. Es la extrema debilidad
del hombre carnal, pero su aceptación es el medio último de "DURANTE EL AÑO",
asimilación al Salvador en su tránsito y también en su triunfo. El
hombre acaba de ser absorbido por el Misterio Pascual; la muerte de LA BIENAVENTURADA
Cristo entonces es perfecta en él; resta que el Padre complete la
Resurrección"59. Así "la liturgia cristiana de los funerales es una VIRGEN MARÍA Y LOS SANTOS
celebración del Misterio Pascual de Cristo Señor"60.
En la realización de una auténtica vida cristiana y pascual,
encontramos una cadena, de la cual no puede romperse ningún
anillo: a) Centro absoluto: la Pascua histórica de Cristo; b) de la
"Digno
Pascua histórica a la Pascua sacramental (Bautismo, Confirmación, es el Cordero degollado
Eucaristía); c) de la Pascua sacramental a la Pascua vivida, la Pascua de recibir el poder,
moral; d) de la Pascua moral a la Pascua escatológica. la riqueza, la sabiduría,
Todo está estrecha e indisolublemente ligado. la fuerza, el honor,
De esta manera la vida cristiana está marcada desde el comienzo la gloria y la alabanza"...
hasta el fin por la Pascua de Cristo. Ahora se puede comprender por "Al que está sentado en el trono
qué la Iglesia, que ha incorporado en el curso del año también la me-
moria de los mártires y de los otros santos, "en su día natalicio pro- y al Cordero,
clama el Misterio Pascual realizado en ellos, que sufrieron con alabanza, honor,
Cristo y con El fueron glorificados" (SC 104). gloria y potencia
por los siglos de los siglos "
(Ap 5,12.14)

59. F.X. DurrweII, La risurrezione di Cristo, mislero di salvezza, Edizione Paoline, Roma,
1962, p. 499.
60. Rilo de las exequias. Introducción, n. I. Para profundizar la temática teológica que está
en la base de la espiritualidad pascual Cf. volumen de A. Lippi, Teología della gloria e leologia
della croce, Ldc, Torino-Leumann, 1982.

438
Capítulo XXIV

EL TIEMPO "DURANTE EL AÑO"

Además de los tiempos que tienen características propias hay


treinta y tres o treinta y cuatro semanas durante el año que están
destinadas no a celebrar un aspecto particular del misterio de Cristo,
sino que en ellas se lo celebra más bien en su globalidad, especialmen-
te en los domingos. Este período se llama tiempo "per aniuim".
J. López Martín justamente hace notar que estamos ante "un
tiempo importante, tan importante que sin él la celebración del
misterio de Cristo y la progresiva asimilación de los cristianos a este
misterio se reducirían a puros episodios aislados en vez de impregnar
toda la existencia de los fieles y de las comunidades. Sólo cuando se
comprende que el tiempo ordinario (o "per annum", durante el año)
es un tiempo indispensable, que desarrolla el Misterio Pascual de
una manera progresiva y profunda, se puede decir que se sabe lo que
es el año litúrgico. Limitar la atención a los "tiempos fuertes" signi-
fica olvidar que el año litúrgico consiste en la celebración, con sa-
grado recuerdo a lo largo de un año, de todo el misterio de Cristo y
de la obra de la salvación"1.
"El tiempo ordinario comienza el lunes que sigue al domingo
después del 6 de enero y se prolonga hasta el martes antes de la
Cuaresma; continúa después el lunes después de Pentecostés para
terminar antes de las Vísperas del I domingo de Adviento2. En igual

1. J. López Martín, L'anno litúrgico, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1987, p. 200.
2. Antes de la reforma litúrgica del Vaticano II, este tiempo se dividía en dos partes, cuya
duración variaba de un año a otro según la fecha de la Pascua, ya que se distinguía el liempo
después de Epifanía y el tiempo después de Pentecostés. Los textos de los domingos después ilc

441
forma se utilizan los formularios para los domingos y para las ferias primeras manifestaciones ya presentadas en las lecturas de la Epi-
que se encuentran en el breviario y en el misal"3. fanía y de los domingos siguientes. Al término del año litúrgico se
En este largo período del año litúrgico se pone especial atención desemboca con naturalidad en el tema escatológico, característico de
al leccionario, tanto dominical como ferial. Es el tiempo en que la los últimos domingos; en efecto, el tema escatológico aparece en
comunidad cristiana profundiza en la fe el Misterio Pascual y subraya forma más o menos acentuada en los capítulos de los Evangelios que
las exigencias morales de la nueva vida. preceden a la narración de la Pasión.
La liturgia es ante todo culto santificante; pero contiene también En el año B se insertan, después del domingo XVI, cinco lecturas
una rica instrucción al Pueblo de Dios, para la cual tiene suma im- tomadas del capítulo 6 de Juan (discurso sobre el pan de la vida): es
portancia la lectura de la Sagrada Escritura. Por esto el Concilio Va- una inserción enteramente natural y no forzada, por cuanto la multi-
ticano II dispuso que en las celebraciones litúrgicas se proporcionara plicación de los panes narrada en el Evangelio de Juan se introduce
una lectura de la Biblia más abundante, más variada y más apropiada en sustitución del texto paralelo de Marcos. En la lectura semicon-
(Cf. SC nn. 24, 33, 35). La recuperación de la lectura de la mayor tinua de Lucas para el año C, antes del primer texto (domingo III)
parte de los libros de la Escritura tiene lugar durante el tiempo "per se coloca el prólogo de su Evangelio; prólogo que puntualiza muy
annum", o tiempo ordinario. bien la intención del autor y se insertó aquí también porque no había
modo de colocarlo en otra parte.
En las "Premisas del leccionario" se presentan los criterios que
guiaron la ejecución de la orientación conciliar4. b) Lecturas del Antiguo Testamento. Se escogieron conscien-
temente en referencia a las respectivas perícopas del Evangelio para
evitar demasiada diversidad entre las lecturas de cada misa, y espe-
1. Lecturas dominicales cialmente para demostrar la unidad de los dos Testamentos. La rela-
ción entre las lecturas de una misma misa está concretizada mediante
a) Evangelios. En el II domingo "per annum", el Evangelio se la cuidadosa escogencia de los títulos antepuestos a cada lectura5.
refiere todavía a la manifestación del Señor celebrada en la solem- Se hizo lo posible para que las lecturas así escogidas fueran
nidad de la Epifanía: se alternan así en los tres ciclos tres perícopas breves y fáciles. Pero también se tuvo la preocupación de que fueran
del Evangelio de Juan, entre ellas la tradicional de las bodas de Cana. asignados a los domingos muchos textos importantes del Antiguo
Desde el III domingo comienza la lectura semicontinua de los Evan- Testamento. Es verdad que estos textos del Antiguo Testamento se
gelios sinópticos; la lectura sigue el sucesivo desarrollo de la vida y insertaron en el leccionario sin un orden lógico, para poder referirlos
de la predicación del Señor, según la orientación doctrinal propia de al texto del Evangelio; sin embargo el tesoro de la Palabra de Dios
cada Evangelio. resultará tan "abierto" que los participantes en la misa dominical po-
Con una distribución concebida en esta forma, se obtiene también drán conocer casi todas las páginas más importantes del Antiguo
una cierta armonía entre la presentación narrativa de cada uno de los Testamento.
tres Evangelios y el desarrollo del año litúrgico. Así, después de la c) Epístolas. Se hace la lectura semicontinua de las epístolas de
Epifanía se leen los comienzos de la predicación del Señor, comien- Pablo y de Santiago (las de Pedro y Juan se leen en el tiempo pascual
zos que se unen muy bien con el Bautismo en el Jordán y con las y en el tiempo de Navidad).
La I Carta a los corintios, dada su extensión y la diversidad de los
Epifanía que no se alcanzaban a leer por la llegada de la Cuaresma, se retomaban antes del último temas tratados, se distribuyó en los tres años al comienzo del tiempo
domingo después de Pentecostés.
3. Normas generales para el ordenamiento del año litúrgico y del calendario, en Messale
romano, Librería Ed. Vaticana, 1983, p. 56 5. En las perícopas del Antiguo Testamento escogidas para los domingos no se adoptó el
criterio de una sucesión continua de un domingo a otro, por cuanto su escogencia se efecluó en
4. Cf. Ordo lectionum Missae, Editio typica altera, Librería Ed. Vaticana 1981, c. V, n. 5, pp. relación directa con el Evangelio del día. El vínculo aparece quizás un poco artificioso: eslo sucede
44-45 Premisas al leccionario, Librería Ed. Vaticana, 1982, nn. 103-110; Cf. el c. 11 del présenle en los casos en que, al no encontrarse una correspondencia enteramente satisfactoria, se introdujo
volumen. un texto bíblico fundamental con un valor autónomo propio.

442 4'1»
23 Filemón
"per annum". Igualmente se vio conveniente dividir la Carta a los
24 " " " lTm >•
hebreos en dos partes: una para el año B y la otra para el año C.
25 Flp " " "
Nótese que se escogieron solamente lecturas más bien breves y 26 " " " " "
no demasiado difíciles para la comprensión de los fieles. 27 " " Hb 2-10 2Tm "
d) Las lecturas del domingo XXXIV y último se refieren a Cristo 28 " " " "
Rey del universo que, tipológicamente preanunciado por David y 29 ITs " " "
proclamado entre las humillaciones de la Pasión y de la Cruz, reina 30 » " " "
ahora en la Iglesia y volverá al final de los tiempos. En efecto, en 31 " " 2Ts "
este domingo se celebra la solemnidad de nuestro Señor Jesucristo " " " "
32
Rey del Universo.
33 " " " " " "

CUADRO DEL ORDEN La primera lectura se escogió según el tema del Evangelio.
DE LA SEGUNDA LECTURA Y DEL EVANGELIO
EN LOS DOMINGOS DEL TIEMPO ORDINARIO*
2. Lecturas feriales
Dom Año A AñoB AñoC
21cct. Evang. 2 lect. 1nvang. 2 lect. Evang. a) Evangelios. El orden adoptado prevé que se lea primero Marcos
(semanas I y IX), después Mateo (semanas X y XXI), después Lucas
2 ICo 1-4 Juan ICoó-ll uan ICo 12-15 Juan (semanas XXII y XXXIV). Los capítulos 1-12 de Marcos se leen en
3 Mateo " VI arcos " Lucas su totalidad; se omiten solamente dos perícopas del capítulo 6, que
4 se leen en las ferias de otros tiempos. De Mateo y de Lucas se leen
5 todos los pasajes que no se encuentran en Marcos. Algunas partes se
6 " ' " ' leen dos o tres veces: se trata de aquellas partes que en los diversos
7 2Co • " ' Evangelios tienen características enteramente propias, o son ne-
8 " • " ' cesarias para entender bien la secuencia del Evangelio. Al final del
" ' '
año litúrgico se lee el discurso escatológico, y se lee en Lucas por-
9 Romanos Gálatas
que su Evangelio lo presenta completo.
10 " ' " '
11 " ' " ' b) Primera lectura. El orden de la primera lectura en la forma en
12 " ' " ' que se organizó, permite leer ya el Antiguo, ya el Nuevo Testamento
13 " • " > en períodos alternos de algunas semanas según la longitud de los di-
14 " ' " ' versos libros.
15 Efesios ' Colosenses ' 1) Nuevo Testamento. Se leen partes más bien amplias de cada
16 " ' " • epístola de modo que se abarque su contenido esencial. Pero se omi-
17 " (uan " ' ten los pasajes en que se tocan temas de escasa utilidad pastoral para
18 " " • " ' nuestros tiempos, como la glosolalia y la disciplina de la Iglesia
19 " " ' Hebreos ' primitiva.
20 '• " > " ' 2) Antiguo Testamento. Dado que era preciso limitarse a una lec-
21 " " " " " tura de pasos selectos, se dio preferencia a aquellos trozos que ponen
22 " Santiago Marcos " " en relieve la característica propia de cada libro. La escogencia tle los

444 44 S
CUADRO DEL ORDEN DE LAS LECTURAS
textos históricos se hizo de tal modo que por su medio se lograra te- EN LAS FERIAS DEL TIEMPO ORDINARIO
ner una especie de compendio de la historia de la salvación anterior
a la Encarnación del Señor. No era el caso de presentar narraciones
demasiado largas: por eso a veces se hizo una selección de versículos Sem. Primera lectura año 1 Primera lectura año 2 Evangelio años 1 y 2
de modo que la lectura resultara ágil. Además, para ilustrar el sig-
nificado religioso de algunos acontecimientos históricos se colocaron 1 Hebreos 1 Samuel Marcos
a veces algunos textos de los libros sapienciales, y se insertaron en 2
el leccionario como proemio o conclusión de una determinada serie 3 » 2Samuel
histórica. 4 " 2Samuel; IR 1-16 "
Figuran en el leccionario casi todos los libros del Antiguo Tes- 5 Génesis 1-11 1 Reyes 1-16 "
tamento. Se omitieron solamente los libros proféticos más breves 6 " Santiago "
(Abdías, Sofonías) y un libro poético (Cantar de los cantares) poco 7 Sirácida " "
apto para la proclamación. Entre los libros narrativos de carácter edi- 8 " 1 Pedro; Judas "
ficante, libros que exigirían una lectura más bien prolongada para ser 9 Tobías 2 Pedro; 2 Timoteo "
debidamente entendidos, se leen Tobías y Rut; los otros se omiten 10 2 Corintios 1 Reyes 17-22 Mateo
(Ester, Judit). Pero siempre se lee uno que otro pasaje en los do- 11 " 1 Reyes 17-22; 2Rcyes "
mingos o en las ferias de otros tiempos litúrgicos. 12 Génesis 12-50 2 Rey.; Lamentaciones "
13 " Amos "
3) Hacia el final del año litúrgico se leen los libros de contenido
14 " Oseas; Isaías "
escatológico, a saber, Daniel y el Apocalipsis, en correspondencia
15 Éxodo Isaías; Miqueas "
con la característica propia de aquel último período.
16 " Miqueas; Jeremías "
De las premisas emergen algunos principios que caracterizan el 17 Éxodo; Levítico; Jeremías "
leccionario: el principio de ofrecer al Pueblo de Dios los textos bí- 18 Números; Deuteronomio Jeremías; Naúm; Habacuc "
blicos de mayor importancia a fin de que los fieles puedan escuchar, 19 Deuteronomio; Josué Ezequiel "
en un conveniente espacio de tiempo, las partes más importantes de 20 Jueces; Rut " "
la Escritura; el principio de la fidelidad a la Palabra de Dios, a su na- 21 ITesalonicenses. 2 Tesalonicenres; ICorintios "
turaleza, distribuyéndola y proponiéndola en el respeto debido a las 22 1 Tesalonicenses; Colosenses 1 Corintios "
leyes de lectura (relación entre Antiguo y Nuevo testamento, lectura 23 Colosenses; 1 Timoteo " Lucas
semicontinua etc.); el principio de la eficacia pastoral, que no ha de 24 1 Ti moteo "
confundirse con el criterio superficial de la facilidad6. 25 Esdras; Ageo; Zacarías Proverbios; Qohélet "
26 Zacarías;Nehemías; Baruc Job "
27 Jonás; Malaquías; Joel Gálatas "
28 Romanos Gálatas; Efesios »
29 " Efesios "
30 » " "
31 " Efesios; Filipenses "
32 Sabiduría Tito; Filemón;
2 y 3 de Juan
33 1 y 2 Mácateos Apocalipsis "
34 Daniel
6. Cf. Principios y normas para el uso del misal romano, n. 318.

446
3. Valor de la lectura semicontinua Los formularios son propios solamente en las treinta y cuatro mi-
sas dominicales. En la segunda edición italiana del misal de Pablo
En el leccionario dominical, pero sobre todo en el ferial, se VI (15 de agosto de 1983) se añadieron "ad libitum" tres colectas
adoptó el criterio de la lectura continua de los libros de la Escritura. para cada domingo en correspondencia con el contenido del ciclo
Tal escogencia es respetada y "cuando la lectura continua se haya trienal de las lecturas. Nos encontramos ante la creación de nuevos
interrumpido durante la semana por una fiesta o por alguna cele- textos con un contenido, una espiritualidad, una psicología, un len-
bración especial, el sacerdote, teniendo presente el orden de las lec- guaje, una espontaneidad propios del hombre contemporáneo, for-
turas de toda la semana, puede añadir a las demás lecturas la omitida mulados sin embargo dentro de la continuidad acorde con el misterio
o decidir cuál texto preferir"7. cristiano y la tradición eucológica latina.
"La lectura semicontinua —afirma B. Maggioni— no es una so- Estas colectas son la demostración de que la Iglesia del siglo XX
lución de comodidad, signo de falta de fantasía. Obedece en realidad puede y sabe dirigirse a Dios con su propio lenguaje.
a algunas leyes importantes: Un número considerable de oraciones han sido pensadas direc-
a) Cada episodio se inserta en la continuidad de una trama, de una tamente y expresadas en nuestra lengua, de hombres y mujeres hijos
vivencia, de un pensamiento que se desarrolla. de nuestra época, que vivimos el drama del mundo de hoy con las
vibraciones, las ansiedades y las esperanzas de nuestros contempo-
Las ventajas de esta inserción son innegables. Permiten conocer ráneos.
la palabra en la situación de Jesús y en la situación de la comunidad.
Piénsese en particular en los Evangelios. El aspecto más profundo de esta eucología que enriquece la se-
gunda edición italiana del misal romano, está constituido por el he-
La trama obedece en efecto a una doble fidelidad: a las circunstan- cho de que el elemento generador y unificante de todo es el misterio
cias de Jesús y a la problemática de la comunidad creyente. de la Palabra de Dios. El uso del leccionario por parte de la asamblea
b) Más exactamente la lectura continua permite captar el punto ha conducido a esta renovación, y por la gracia del Espíritu, ha sido
de vista del evangelista, que es testigo de Jesús, de la Iglesia, y final- su principio animador9.
mente, tiene su sentido teológico por proponer. Una particular atención ha de dirigirse a los prefacios de los do-
Los estudios recientes han aclarado mucho este punto recibido de mingos "durante el año". Sobre todo en el embolismo de estos textos
la misma Dei Verbum. De todos modos la Iglesia siempre lo ha se expresa el contenido del misterio de Cristo considerado en su con-
advertido como por instinto. junto, pero con particular referencia al Misterio Pascual. Cada misa,
Estas observaciones valen sobre todo para los Evangelios, pero en efecto, es Pascua.
también para las epístolas. No son un montón de retazos: son una En el grupo de los prefacios indicados para los domingos "durante
construcción"8. el año" se da gracias al Padre porque "Es admirable la obra cumplida
por El en el Misterio Pascual: El nos ha hecho pasar de la esclavitud
del pecado y de la muerte a la gloria de proclamarnos estirpe elegida,
4. Los textos eucológicos sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por El, para anun-
ciar al mundo tu poder, oh Padre, que de las tinieblas nos has llamado
El contenido de las oraciones de este período litúrgico es muy al esplendor de tu luz".
variado por el modo global como el tiempo "durante el año" En este día, en efecto, el Señor Jesús: "Muriendo en la cruz, nos
considera el misterio de Cristo. libró de la muerte eterna y con su Resurrección nos dio la vida in-
7. Principios y normas para el uso del misal romano, n. 319. 9. Para un estudio de los textos eucológicos añadidos a la segunda edición indiana del mi tul
8. B. Maggioni, Le ¡elture nell'economia della celebrazione, en AA. VV., II nuovo Messale. romano Cf. RL 3/1984 con contribuciones de C. Braga, P. Visentin, G. F. Ventiiri. I) MI«««I. A
Alti della XXII sen. lil. naz., Cal, Padova, 1972, p. 98. Donghi.

448 -l-l'l
15. Cristo fiesta de la Iglesia
mortal... Resucitando de entre los muertos, nos ha abierto el paso a la Al escoger el prefacio se tendrá el cuidado de estar atentos al
vida eterna; subiendo a ti, Padre, nos preparó un lugar en tu Reino". contenido de las lecturas bíblicas y a la correspondiente homilía, de
modo que, en cuanto sea posible, haya unidad entre liturgia de la Pa-
Nuestra existencia en el tiempo tiene así un sentido: "Puesto que labra y liturgia eucarística. A fin de crear esta preciosa unidad se
poseemos desde ahora las primicias de tu Espíritu, en el cual has re- permite recurrir eventualmente a los prefacios señalados para otras
sucitado a Jesucristo de entre los muertos y vivimos en la espera de misas entre los muchos que ofrece el misal.
que se cumpla la bienaventurada esperanza en la Pascua eterna de tu
Reino". En los domingos "durante el año" podría valorarse mayormente
la IV plegaria eucarística; ella permite una proclamación completa,
El domingo es el día de la profesión de fe en el Dios uno y trino, aunque sintética, de la historia de la salvación, por lo tanto, de todo
y la Iglesia reunida en asamblea reconoce ser en la historia el reflejo el misterio de Cristo10.
de este misterio divino; en efecto, dirigiéndose al Padre, dice: "Con
la sangre de tu Hijo y el poder del Espíritu has reconstruido la unidad
de la familia humana disgregada por el pecado, para que tu pueblo, 5. La pastoral del tiempo "durante el año"
reunido por el vínculo de amor de la Trinidad, para alabanza y gloria
de tu multiforme sabiduría, forme la Iglesia, cuerpo de Cristo y Este largo período de tiempo plantea diversos problemas a la
templo vivo del Espíritu". pastoral porque coincide en su mayor parte con el tiempo de verano,
También se recuerda el tema de la creación y de las tareas del coincidiendo con las vacaciones. La actividad de las comunidades
hombre: "Tú creaste el mundo en la variedad de sus elementos, y has parroquiales, sobre todo en las ciudades y en los grandes centros, se
dispuesto el sucederse de los tiempos y de las estaciones. Al hombre, resiente de una notable ausencia de participación en la misa, mientras
hecho a tu imagen, le confiaste las maravillas del universo para que, se crean problemas pastorales muy complejos en las localidades de
fiel intérprete de tus designios, dominara sobre todas las criaturas y turismo. No es tarea de este tratado afrontar esta problemática. Nos
en tus obras te glorifique a ti, Creador y Padre". limitamos a algunas sugerencias, que consideramos válidas en toda
situación, relativas solamente al ámbito litúrgico.
Todo esto es fruto de la obediencia de Cristo al Padre: "En tu
misericordia tanto has amado a los hombres que enviaste a tu Hijo En este período se recuerda y se cultiva el sentido del domingo
como redentor a compartir en todo, menos en el pecado, nuestra como Pascua semanal y día de la asamblea.
condición humana. Así has amado en nosotros lo que amabas en el La lectura semicontinua de los Evangelios sinópticos permite,
Hijo, y en El, siervo obediente, has reconstruido la alianza destruida mediante la homilía, una profunda educación en la fe, fundada en la
por la desobediencia del pecado". teología del transcurso histórico de la vida de Jesús como es
presentada por la narración de cada evangelista. Hay que estar muy
En la segunda edición italiana del misal (1983) fueron añadidos
atentos a este aspecto para ayudar a los fieles a captar de domingo
dos nuevos prefacios sobre el tema: la misión del Espíritu en la Igle-
sia y el día del Señor: "En todo tiempo das nuevas energías a tu Igle-
sia y la guías y la proteges admirablemente a lo largo de su camino.
Con el poder de tu Santo Espíritu le aseguras tu apoyo y ella, con 10. La IV plegaria eucarística por su estructura unitaria no admite ningún prefacio propio; |K>r
amor confiado, no se cansa nunca de invocarte en las pruebas, y en tanto debe respetarse en su integridad. Por consiguiente, no puede usarse cuando la liturgia exige
las alegrías siempre te da gracias por Cristo nuestro Señor". un prefacio propio. Pero éste no es el caso de los domingos "durante el año". Por las pa-cisioncs
sobre el uso de esta plegaria eucarística Ci., la respuesta de la Congregación para el Culto 1 livino
"Hoy tu familia, reunida en la escucha de la Palabra y de la co- a la duda: "¿Cuándo un prefacio debe considerarse propio?", en donde se dice que el prcl'nciii se
considera "propio", en sentido estricto, en las misas que se celebran en el mismo día de lu lU-Mu
munión del único pan compartido, hace memoria del Señor resu- o en su octava y tienen asignado un prefacio. Tienen prefacio propio solamente los sl|¡iiU-itU»
citado en la espera del domingo sin fin, cuando la humanidad entera domingos : I y II de Cuaresma en el año A; el Domingo de Ramos; los domingos I. II y Vil «l<-
entrará en tu reposo. Entonces veremos tu rostro y alabaremos sin fin Pascua (cuando en este último se celebra la Ascensión) y el domingo de Pcntucomc» (Niillllnr, n
5, 1969, 323).
tu misericordia".
I I
450
en domingo la continuidad de la narración evangélica y destacar la sino más bien una contemplación de las transparencias del misterio
característica del mensaje de cada evangelista en la presentación del de Cristo histórico hacia el Padre y hacia la Iglesia animada por el
misterio de Cristo. Esta es la catequesis fundamental y esencial. Espíritu13.
Además, no se deberá olvidar la referencia al texto del Antiguo
Testamento cuya escogencia siempre está determinada por la períco- La lectura de las Cartas de los apóstoles (II lectura) permite, en
pa evangélica". fin, dirigir la atención de los fieles a los aspectos fundamentales de
la vida de la Iglesia.
La lectura de los Evangelios sinópticos, que caracteriza los tres
En las ferias, cuando no hay fiestas o memorias obligatorias, "el
años A, B, y C del leccionario dominical, debe tener en cuenta que
sacerdote puede escoger o la misa de la feria o la misa de una even-
estos textos son el testimonio de la conciencia de un itinerario de
tual memoria libre, o la misa de algún santo recordado en el marti-
maduración cristiana en la Iglesia primitiva. Tal itinerario, recorrido
rologio ese día, o una misa "por diversas necesidades" o una "misa
en momentos sucesivos, puede y debe convertirse en camino de fe
votiva"14. Los Principios y normas para el uso del misal romano
hacia "un conocimiento pleno" de la voluntad de Dios, "con toda
oportunamente recuerdan al sacerdote que "al preparar la misa,
sabiduría e inteligencia espiritual" (Col 1, 9), "creciendo en el cono-
tenga presente más el beneficio espiritual común de la asamblea que
cimiento de Dios" (Col 1, 10) también para nuestras asambleas do-
su propio gusto. Recuérdese también que la escogencia de estas
minicales.
partes se debe hacer junto con los ministros y con las demás personas
Según las indicaciones del cardenal C. M. Martini'2 las etapas de que desempeñan algún oficio en la celebración, sin excluir a los
este itinerario se dispondrían en este orden de sucesión: fieles en lo que a ellos se refiere directamente... Sobre todo busque
no omitir demasiado frecuentemente y sin suficiente motivo las
1) El Evangelio de Marcos (año B) constituye la etapa de la experiencia lecturas asignadas para cada día por el leccionario ferial, dado qui-
catecumenal de la conversión. la Iglesia desea que se ofrezca a los fieles una mesa cada vez más
2) El Evangelio de Mateo (año A) marca la etapa de la introducción a las abundante de la Palabra de Dios. Por el mismo motivo no recuna
diversas experiencias eclesiales. demasiado frecuentemente a las misas de difuntos; todas las misas
3) El Evangelio de Lucas (año C) introduce a la comprensión del misterio se ofrecen por los vivos y por los difuntos, y de los difuntos se hace
del Reino en su relación con la historia. memoria en cada plegaria eucarística'"5.

El Evangelio de Juan, que encontramos en integración con Marcos


(por lo que respecta al tiempo ordinario), constituye la etapa de una
experiencia de simplificación contemplativa, en la cual se subrayan
los valores fundamentales de la fe y de la caridad. Propiamente
hablando, aquí no se tiene una verdadera y propia reflexión religiosa,

11. Esto permite no sólo afirmar el principio de la unidad y de la continuidad entre Antiguo
y Nuevo Testamento, sino también interpretar mejor el mismo texto del Evangelio haciendo
resaltar su novedad. Sin esta confrontación muchos textos quedarían privados de la fuerza
explosiva de su mensaje. Bastaría citar, por ejemplo, la perícopa de Marcos 1, 40-45 sobre la
curación del leproso (VI domingo "durante el año" B). Sin la confrontación con el texto del
Levítico 13,1 -2.4-4-46, traído por la liturgia como primera lectura, no podría comprenderse en toda
su importancia y significado el gesto de Jesús que loca y cura al leproso.
12. Cf. C. M. Martini, Iníziazione cristiana e teología fondamento.le, en Prohlemi e prospeltíve 13. Ibíd.,pp. 88-90.
di teología fundaméntale (R. Latourelle - G. O'Collins a cura di), Queriniana, Brescia, 1980, pp. 14. Principios y normas para el uso del misal romano, n. 316c.
85-91. 15. Ibíd., nn. 313 y 316c.

452 45*
logia de los Padres, es realizado por el Padre, a través del Hijo, en
Capítulo XXV el Espíritu Santo"'.
Los orientales ignoran esta solemnidad.
LAS SOLEMNIDADES DEL SEÑOR
Las lecturas bíblicas en el ciclo trienal del leccionario dirigen la
EN EL TIEMPO "DURANTE EL AÑO" atención de la fe hacia la realidad del Dios vivo en su autocomu-
nicación a los hombres.
En el año A, la Trinidad es presentada como comunidad de amor
que se revela en la misericordia. En el texto del Éxodo (34, 4-6.8-9)
Dios se revela a Moisés que le suplica volver a dar a su pueblo la
ley violada con el pecado de la adoración del becerro de oro, como
"el Señor Dios compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en
gracia y fidelidad".
A este pasaje del Éxodo le sale al encuentro el Evangelio de Juan
(Jn 3, 16-18) con las palabras de Jesús: "Tanto amó Dios al mundo
que entregó su Hijo unigénito para que todo el que cree en El no
muera, sino que tenga la vida eterna" (Jn 3, 16). La comunidad del
Algunas fiestas del Señor no tienen una fecha fija. Por su natu- Nuevo Testamento aparece, por consiguiente, en el texto de Pablo
raleza y el motivo que determinó su origen no están ligadas a los (2Co 13, 11-13) como la creación del amor de la Trinidad: "La gra-
tiempos "fuertes" del año litúrgico; por eso se celebran en el tiempo cia de nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
"durante el año". Espíritu Santo" (v. 13).
En el año B las lecturas subrayan la acción salvífica de las tres
divinas personas presentes en el Pueblo de Dios. El pasaje del
' /. Solemnidad de la Santísima Trinidad Deuteronomio (4, 32-34.39-40) afirma que ningún pueblo sobre la
(Domingo que sigue después de Pentecostés) tierra ha tenido la experiencia de Dios como Israel: oyó la voz del
La devoción a la Trinidad entendida como "concepto" elaborado Señor y fue escogido y liberado por El. Esta experiencia obliga a
por las escuelas teológicas no es muy antigua; se remonta al siglo X. Israel a reconocer que el Señor es el único Dios y a cumplir sus
La tradición litúrgica patrística no ignoró la Trinidad, pero la vio leyes.
desde la economía de la historia de la salvación y como realidad di- La experiencia de Dios es plena con Jesús. El texto del Evangelio
námica en acto en el momento celebrativo según el clásico esquema: de Mateo (28, 16-20) nos presenta al Resucitado en el acto de confiar
"Del Padre por el Hijo en el Espíritu Santo al Padre". la continuación de su misión a los Once antes de subir al Padre y les
Durante la época carolingia la devoción a la Trinidad se desarrolló asegura: "Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mun-
en forma privada y tuvo expresión litúrgica a partir del siglo X no do". Por el don del Espíritu la experiencia de Dios es íntima y pro-
sin resistencia. Roma adoptó finalmente esta celebración y fue ex- funda: hemos recibido un espíritu de hijos adoptivos por medio del
tendida a toda la Iglesia latina por el papa Juan XXII en 1331. cual clamamos: "¡ Abbá, Padre!". El Espíritu mismo atestigua a nuestro
espíritu que somos hijos de Dios (segunda lectura, Rm 8, 14-17).
A. Adam justamente hace notar: "El hecho de que esta fiesta se
celebre precisamente el domingo después de Pentecostés puede
interpretarse como un reconocimiento con mirada retrospectiva sobre
el cumplimiento de la salvación; misterio que, según la antigua teo- 1. C. Adam, L'anno litúrgico, celebrazione del misterodi Cristo, Lile, Torino-Lcunmmi, \*¡M,
p. 173.

454
En el año C el misterio trinitario se presenta en su revelación para adoramos la Trinidad de Personas, la unidad de la naturaleza, la
que los hombres conozcan vitalmente la verdad. En el trozo del libro igualdad en la majestad divina".
de los Proverbios (8, 22-31) la Sabiduría revela su origen, su parte De inmediato se advierte en este texto el lenguaje teológico
activa en la obra de la creación y en la tarea de conducir a Dios a los preocupado por precisar más la verdad "dogmática" que proclamar
hombres. Pero será el Espíritu dado por Cristo, el Espíritu de verdad, la dinámica salvífica del misterio trinitario como lo encontramos en
quien guiará a los hombres a la verdad completa. Esto es proclamado la Escritura y está presente activamente en la liturgia.
en el texto evangélico de Juan (16, 12-15), en donde aparece que la
revelación es única, aunque es obra de las tres divinas personas; su La síntesis del significado más auténtico de esta fiesta desde el
fuente está en el Padre, se realiza en el Hijo y se cumple en los cre- punto de vista litúrgico, eco fiel de las lecturas bíblicas, la tenemos
yentes por obra del Espíritu Santo. en el magnífico texto de la Constitución dogmática Dei Verbum del
Concilio Vaticano II: "Quiso Dios, con su bondad y sabiduría,
Pablo, en el texto de la Carta a los romanos (5, 1-5) recuerda revelarse a sí mismo y manifestar el misterio de su voluntad: por
entonces que "el amor de Dios ha sido infundido en nuestros co- Cristo, la Palabra hecha carne, y con el Espíritu Santo, pueden los
razones por medio del Espíritu que nos ha sido dado" y sus frutos son hombres llegar hasta el Padre y participar de la naturaleza divina. En
la paz, el acceso al favor de Dios, la esperanza de la gloria de Dios. esta revelación, Dios invisible, en su gran amor, habla a los hombres
El formulario eucológico, aunque relativamente antiguo, no como a amigos, trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su
refleja la mejor expresión de nuestra liturgia. En cambio son óptimas compañía" (n. 2).
las tres colectas añadidas en la segunda edición italiana del misal ro- Por consiguiente, la Iglesia, según la bella expresión de san
mano: Cipriano, se presenta como "un pueblo unificado por la unidad del
Año A: "Padre fiel y misericordioso que nos revelaste el misterio Padre, del Hijo y del Espíritu Sanio" (CT. LG 4).
de tu vida entregándonos a tu Hijo unigénito y el Espíritu de amor,
dígnate sostener nuestra fe e inspíranos sentimientos de paz y de es-
2. Solemnidad del Santísimo cuerpo
peranza para que, reunidos en la comunión de tu Iglesia, bendigamos
• tu nombre glorioso y santo". y sangre de Cristo
(II Domingo después de Pentecostés o jueves
Año B: "Dios altísimo que en las aguas del Bautismo nos hiciste a
después de la fiesta de la Santísima Trinidad)
todos hijos en tu Hijo único, escucha el clamor del Espíritu que en no-
sotros te llama Padre y haz que, obedeciendo el mandato del Salvador, Esta fiesta es un producto de la devoción eucarística medieval
seamos anunciadores de la salvación ofrecida a todos los pueblos". occidental; surgió para afirmar la presencia real contra los errores de
Año C: "Oh Dios, que te glorifique tu Iglesia contemplando el Berengario de Tours y fue extendida a toda la Iglesia por el papa
misterio de tu sabiduría con la cual creaste y ordenaste el mundo; tú Urbano IV en 1264. El motivo apologético que determinó el
que en el Hijo nos reconciliaste y en el Espíritu nos santificaste, haz nacimiento de la fiesta también se constituyó en el límite de su
que en la paciencia y en la esperanza podamos llegar al pleno cono- contenido: la atención a la presencia real considerada en forma
cimiento de ti que eres amor, verdad y vida". demasiado independiente del misterio eucarístico total.
El texto del prefacio, muy anterior a la misma solemnidad, es La reforma del Vaticano II con la denominación más completa
fruto de la literatura teológica niceno-constantinopolitana: "Con tu dada a la solemnidad (se hace mención no sólo del cuerpo sino
único Hijo y con el Espíritu Santo eres un solo Dios, un solo Señor, también de la sangre de Cristo), y con la riqueza mayor de los textos
no en la unidad de una sola persona, sino en la Trinidad de una sola bíblicos y de los nuevos prefacios para escoger2, ha querido expresar
naturaleza. Cuanto revelaste de tu gloria, nosotros lo creemos y con
la misma fe, sin diferencia ni distinción, lo afirmamos de tu Hijo y
del Espíritu Santo. Y al proclamarte Dios verdadero y eterno, 2. El primer prefacio se deriva del Sacramentarlo Bergomense (cd. Paredi), n. 1210; el
segundo es una nueva creación.

456 457
una visión del misterio eucarístico que tenga en cuenta todos sus 26) nos da el significado sacramental y sacrificial de la Cena del
aspectos. No se olvide que la antigua y más genuina espiritualidad Señor: aquel pan es el cuerpo de Cristo, entregado por nosotros;
eucarística, antes de las polémicas contra los errores de Berengario aquel cáliz es la nueva alianza en la sangre de Cristo. Cada vez que
y de los protestantes, veía en la Pascua el día eucarístico por ex- comemos este pan y bebemos este cáliz, anunciamos la Muerte del
celencia. Señor hasta que vuelva.
La liturgia de la Palabra en el año A con el texto del Deuteronomio Los textos eucológicos, conservados en el misal de Pablo VI, se
(8, 2-3.14-16) recuerda los grandes prodigios del Éxodo: el agua y atribuyen a santo Tomás de Aquino. El admirable sacramento de la
el maná. La experiencia del desierto provocó al Pueblo de Dios a Eucaristía es recordado como "memoria de la Pascua" (colecta) y en
comprender "que el hombre no vive solamente de pan, sino de todo él están místicamente significados los dones de la unidad y de la paz
lo que sale de la boca del Señor". El pan verdadero, del cual tiene el (oración sobre las ofrendas); en fin, en el banquete eucarístico se
hombre necesidad absoluta, es la Palabra de Dios; Cristo es esta pregusta el banquete eterno (oración despues de la comunión).
palabra y este pan vivo. Quien coma este pan vive eternamente a di- Las tres colectas de la segunda edición italiana del misal romano
ferencia de los hebreos en el desierto que comieron el maná y en su contenido son la respuesta oíanle a la liturgia de la Palabra:
murieron {Evangelio, Jn 6, 51-59).
Año A: "Dios fiel, que nutres a tu pueblo con amor de Padre, rea-
Pablo en su Carta a los corintios (ICo 10, 16-17) recuerda que viva en nosotros el deseo de ti, fuente inagotable de todo bien: haz
la participación en el cáliz es comunión con la sangre de Cristo y la que sostenidos por el sacramento del cuerpo y de la sangre de Cristo,
del pan partido es comunión con el cuerpo de Cristo; al ser un solo realicemos el viaje de nuestra vida hasta entrar en el gozo de los
pan, nosotros, aunque somos muchos, somos un solo cuerpo. santos, como invitados tuyos a la mesa del Reino".
Las lecturas en el año B presentan la Eucaristía como sacrificio Año B: "Señor Dios vivo, mira a tu pueblo reunido en lomo a este
de alianza. El texto del Éxodo 24, 3-8) describe la alianza del Sinaí altar, para ofrecerte el sacrificio de la nueva alianza; purifica nuestros
marcada con el sacrificio y la aspersión del pueblo, por parte de corazones para que en la cena del Cordero podamos pregustar la
Moisés, con la sangre de ¡as víctimas inmoladas: "Esta es la sangre Pascua eterna de la Jerusalén del cielo.
de la alianza que el Señor concluyó con vosotros sobre la base de to-
das estas palabras". Año C: "Dios Padre bueno, que nos reúnes en asamblea festiva
para celebrar el sacramento pascual del cuerpo y de la sangre de tu
El Evangelio de Marcos (14, 12-16.22-26) presenta la institución Hijo, danos tu Espíritu para que en la participación en la Eucaristía,
eucarística como el cumplimiento de la antigua Pascua y actualiza- sumo bien de toda la Iglesia, nuestra vida se haga una continua ac-
ción de la nueva y eterna alianza: "Esta es mi sangre —dice Jesús— ción de gracias, expresión perfecta de la alabanza que sube a ti de
la sangre de la alianza, derramada por muchos". toda la creación".
El trozo de la Carta a los hebreos (,-\ 11-15) compara el sacrificio Los prefacios son dos, para escoger. El primero presenta la
de Cristo, sacerdote-víctima, con el ofrecido en el gran día de la Eucaristía, memorial del sacrificio de Cristo: "Sacerdote verdadero
expiación. La ofrenda sacrificial-personal de Cristo no es solamente y eterno, instituyó el rito del sacrifico perenne; se ofreció primero a
un sacrificio de expiación, sino que por el ofrecimiento de la sangre ti como víctima de salvación y luego nos mandó perpetuar la ofrenda
de Cristo es también sacrificio-alianza. en memoria suya. Su cuerpo, inmolado por nosotros, es alimento que
El año C del leccionario presenta la Eucaristía en el signo del pan nos da fuerza, su sangre derramada por nosotros es la bebida que nos
y del vino para la vida de los hombres. Al texto del Génesis (14, 18- redime de toda culpa".
20), con el ofrecimiento de pan y vino a Abrahán por parte de El segundo nos muestra la Eucaristía, vínculo de unidad y de
Melquisedec, figura de Cristo, corresponde el Evangelio de la multi- perfección: "En la última cena con sus apóstoles quiso perpetuar a
plicación de los panes (Le 9, 11-17) con el milagro leído en clave través de los siglos el memorial de su Pasión y se ofreció a ti, como
eucarística. El texto de la / Carta a los corintios de Pablo (11, 23- cordero sin mancha, alabanza perfecta y sacrificio agradable a ti. En

458 4W
El misal de Pablo VI subraya no sólo el aspecto de la reparación,
este gran misterio nutres y santificas a tus fieles para que una sola sino también la alegría de celebrar en el corazón de Cristo las gran-
fe ilumine y una sola caridad reúna a la humanidad esparcida por des obras de su amor para con nosotros (Cf. colecta).
toda la tierra. Y nosotros nos acercamos a este sagrado banquete
para que la efusión de tu Espíritu nos transforme a imagen de tu Las lecturas bíblicas escogidas para la liturgia de la Palabra
gloria". garantizan los aspectos más auténticos de esta celebración y de la
consiguiente devoción al corazón de Cristo.
La presencia real-sustancial de Cristo en la Eucaristía, recordada
En el año A, el texto del Deuteronomio (7, 6-11) recuerda la
por esta solemnidad, debe mirarse en cuanto nace de la y en la cele-
única motivación de la existencia del Pueblo de Dios: el amor. "El
bración de la misa para prolongarse también después, pero sin perder
Señor se unió a vosotros y os ha escogido no porque seáis más nu-
nunca su relación esencial con el sacrificio3.
merosos que todos los demás pueblos —en efecto, sois el más pe-
La solemnidad del cuerpo y de la sangre de Cristo contempla queño de todos los pueblos— sino porque el Señor os ama". El pasa-
también la procesión que se remonta a comienzos del siglo XIII. Así je de la / Carta de Juan (4, 7-16) también presenta la iniciativa del
también se expresa en forma solemne el culto a la Eucaristía fuera amor de Dios: "En esto consiste el amor: no fuimos nosotros quienes
de la misa; en efecto, aunque este sacramento fue instituido como amamos a Dios, sino que El nos amó y nos envió a su Hijo como
alimento nuestro, no por esto se aminora el deber de adorarlo4. víctima de expiación por nuestros pecados". De este amor se deriva
el compromiso del amor recíproco entre nosotros. "Dios es amor;
quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él".
3. Solemnidad del Santísimo Corazón de Jesús
El Evangelio de Mateo (11, 25-30) nos dice con las palabras de
(Viernes después del II domingo de Pentecostés)
la bendición de Cristo dirigida al Padre, que solamente "los
pequeños" entran en el conocimiento vivo del misterio del amor del
El culto litúrgico hacia el Sacratísimo Corazón de Jesús tuvo Padre que se reveló y comunicó en Jesús.
comienzo con san Juan Eudes (1601-1680). El intento de colocar
una nueva devoción en la liturgia encontró grandes resistencias, so- En el año B con los textos de Oseas (11, 1.3-4.8-9), de Pablo a
bre todo de naturaleza teológica, que perduraron en los siglos si- los Efesios (3, 8.12.14-19) y de Juan (19, 31-37) es proclamado
guientes. también el amor de Dios, cuyo "corazón se conmueve y sus entrañas
vibran de compasión" {primera lectura). Es preciso volver la mirada
El papa Clemente XIII aprobó un formulario para la misa y el a Cristo, traspasado en la cruz, verdadero cordero pascual, de cuyo
Oficio divino en 1765; Pío IX extendió la fiesta a toda la Iglesia en corazón brota sangre y agua, símbolos de los dones de la salvación
1856; Pío XI en 1928 la equiparó en grado litúrgico a las solem- {Evangelio), "para comprender con todos los santos cuál es la
nidades de Navidad y de la Ascensión y le dio un nuevo contenido. anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor
La multiplicidad de los formularios litúrgicos de esta fiesta que de Cristo que sobrepasa todo conocimiento" {segunda lectura).
se sucedieron desde su origen, "basta ella sola para demostrar la En el año C las lecturas bíblicas nos hablan siempre del amor de
fluctuación doctrinal que acompañó dicha fiesta por el hecho de que Dios pero en cuanto se manifiesta como amor misericordioso que
es difícil de definir —e inclusive de justificar— desde el punto de busca al pecador para salvarlo.
vista litúrgico"5. Los textos son de veras significativos: Ezequiel (34, 11-16) habla
de Dios pastor que buscará El mismo a sus ovejas y cuidará de ellas;
Pablo en la Carta a los romanos (5, 3-11) recuerda que Dios mostró
su amor hacia nosotros porque, mientras todavía éramos pecadores,
3. Cf. Congregación de Ritos, instrucción Eucharisticum mysierium, n. 3; Cf. también Rito de Cristo murió por nosotros; el Evangelio de Lucas (15, 3-7) nos
la comunión fuera de la misa y culto eucarístico, Epi, Roma, 1979. describe la alegría de Dios por la conversión del pecador con lu
4. Ibíd.
parábola del pastor que encuentra la oveja perdida.
5. A. Olivar, // nuovo calendario litúrgico, Ldc, Torino-Leumann, 1973, p. 206.

W>l
460
El mensaje de las lecturas bíblicas ha inspirado las tres colectas Occidente la fiesta se difundió en el siglo XI; el papa Calixto III en
de la segunda edición italiana del misal romano: 1457 la extendió a la Iglesia universal luego de la victoria alcanzada
Año A: "Dios grande y fiel, que hiciste conocer a los pequeños el en Belgrado contra los turcos, cuya noticia llegó a Roma preci-
misterio insondable del corazón de Cristo, fórmanos en la escuela de samente el 6 de agosto.
tu Espíritu para que, en la fe en tu Hijo que compartió nuestra de- La liturgia de la Palabra en el leccionario está compuesta por los
bilidad para hacernos herederos de tu gloria, sepamos acogernos siguientes textos: 1) Daniel (7, 9-10.13-14) con la visión del "Hijo
unos a otros con espíritu manso y generoso, y permanecer en ti que del hombre" que "recibe poder, gloria y reino; todos los pueblos, na-
eres el amor". ciones y lenguas le servían; su poder es un poder eterno, que no se
Año B: "Padre de infinita bondad y ternura, que nunca cesas de acabará nunca, y su reino es tal que no será destruido jamás"; 2) la
sostener a tus hijos y de alimentarlos con tu mano, concédenos al- // Carta de Pedro (1, 16-19) trae el testimonio del apóstol sobre el
canzar del corazón de Cristo traspasado en la cruz, el sublime cono- acontecimiento de la Transfiguración; 3) las tres narraciones evan-
cimiento de tu amor, para que renovados con la fuerza del Espíritu gélicas de la Transfiguración como las presentan los sinópticos, leí-
llevemos a todos los hombres las riquezas de la redención". das en el ciclo trienal del leccionario.
Año C: "Oh Dios, pastor bueno, que manifiestas tu omnipotencia El misal de Pablo VI enriqueció la fiesta con un prefacio propio,
con el perdón y la misericordia, reúne a los pueblos dispersos en la cuyo embolismo condensa el contenido del misterio: "Delante de los
noche que envuelve al mundo, y atráelos nuevamente al torrente de testigos que había escogido, El (Cristo) reveló su gloria y en su hu-
la gracia que brota del corazón de tu Hijo, para que haya gran fiesta manidad en todo semejante a la nuestra, hizo resplandecer una luz
en la asamblea de los santos en la tierra y en el cielo". incomparable para preparar a sus discípulos a soportar el escándalo
De la proclamación del amor de Dios en su plena manifestación de la cruz y anticipar, en la Transfiguración, la maravillosa suerte de
en Cristo, la Iglesia es motivada en su acción de gracias al Padre: la Iglesia, su cuerpo místico"6.
"Elevado sobre la cruz, (Cristo) en su amor sin límites dio la vida
por nosotros, y de la herida de su costado derramó sangre y agua,
símbolo de los sacramentos de la Iglesia, para que todos los hombres, 5. Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo,
atraídos al Corazón del Salvador, llegaran con alegría a la fuente Rey del universo
perenne de la salvación (prefacio). (Ultimo domingo del tiempo "durante el año")

Esta fiesta fue instituida por el papa Pío XI con la Encíclica Quas
4. Transfiguración del Señor primas del 11 de diciembre de 1925. En la intención del Papa y en
(6 de agosto) la mentalidad de la época en que nació, la festividad revestía un
carácter fundamentalmente social.
Algunos se preguntan si esta fiesta no es una duplicación, dado
que tenemos una referencia precisa a la Transfiguración el domingo La reforma litúrgica postergó la fecha del último domingo de
II de Cuaresma. Debe responderse negativamente a la duda, porque octubre al último domingo del tiempo "durante el año". De esta
en el tiempo cuaresmal no tenemos una fiesta propiamente dicha de manera dio a la celebración un significado diverso, subrayando la
la Transfiguración. El texto evangélico, en efecto, se proclama en el dimensión escatológica del Reino de Dios en su consumación final.
contexto del camino cuaresmal de purificación y de iluminación de Cristo aparece así como centro y dominador de la historia desde el
los catecúmenos y de toda la comunidad cristiana hacia la celebración comienzo hasta su momento final, "el Alfa y la Omega, el Primero
pascual. y el Ultimo, el Principio y el Fin" (Ap 22, 12-13).
Las Iglesias de Oriente y de Occidente han celebrado en diversa
forma y en fechas diversas la fiesta de la Transfiguración. Ya en 6. El texto de este prefacio se deriva de un discurso de san León Magno (Sermón 51, y 7(>
tiempos antiguos entre estas fechas encontramos el 6 de agosto. En PL 54, 310c).

462 •IM
Los textos de la liturgia de la Palabra, como siempre, son esencia- las que están en los cielos. Así el Padre nos libró del poder de las
les para la comprensión del significado de esta celebración. tinieblas y nos trasladó al Reino de su Hijo querido (segunda lectura,
Colosenses 1, 12-20).
En el año A domina la figura de Cristo que da cumplimiento a la
figura de Dios, pastor de su pueblo, cuando juzgará entre ovejas y A la luz del mensaje bíblico se leen los textos eucológicos en los
ovejas, entre carneros y cabritos {primera lectura, Ezequiel, 34, 11- cuales se afirma que el Padre quiso renovar todas las cosas en Cristo
12.15-17). En el Evangelio de Mateo (25, 31-46) en efecto tenemos su Hijo, rey del universo, para que toda criatura, libre de la esclavitud
la escena grandiosa del juicio universal "cuando el Hijo del hombre del pecado, pueda servirle y alabarlo (colecta). Cristo, en efecto, sa-
vendrá en su gloria con todos sus ángeles y se sentará en el trono de crificándose como víctima inmaculada de paz sobre el altar de la
su gloria". En aquel día serán reunidas delante de El todas las nacio- cruz, llevó a cabo el misterio de la humana redención, y, sometiendo
nes para ser juzgadas. Aquel será el momento en que se manifestará a su poder todas las creaturas, ofreció al Padre el reino eterno y
todo el poder y la plenitud de la realeza de Cristo: "El entregará el universal: reino de verdad y de vida, reino de santidad y de gracia,
reino a Dios Padre, después de haber aniquilado todo principado y reino de justicia, de amor y de paz (prefacio).
toda potestad y poderío. En efecto, es preciso que El reine para que Ricas de contenido, como siempre, e inspiradas en los textos de
ponga a todos sus enemigos bajo sus pies. El último enemigo en ser la liturgia de la Palabra son las tres colectas de la segunda edición
aniquilado será la muerte". Finalmente, entonces, "Dios será todo italiana del misal romano:
en todos" (segunda lectura, 1 Corintios, 15, 20-26.28). Año A: "Oh Padre, que sentaste a tu Hijo como único rey y pastor
En el año B el reino de Cristo es presentado en su trascendencia de todos los hombres, para construir en las atormentadas cir-
pero al mismo tiempo en su acción de liberación del hombre. El cunstancias de la historia tu reino de amor, alimenta en nosotros la
Evangelio (Juan, 18, 33-37) presenta el coloquio entre Cristo y Pi- certeza de fe, de que un día, aniquilado hasta el último enemigo, la
latos. Ante el procurador romano Jesús afirma ser rey; pero aclara muerte, El te entregue la obra de su redención, para que tú estés todo
que el Reino no es de este mundo. El es rey para dar testimonio de en todos".
la verdad. De esta manera da a los hombres la verdad que libera por-
que los ama y los purifica de los pecados con su sangre; hace de ellos Año B: "Oh Dios, fuente de toda paternidad, que enviaste a tu
un reino de sacerdotes para el Dios y Padre suyo (segunda lectura, Hijo para hacernos partícipes de su sacerdocio regio, ilumina nuestro
Apocalipsis, 1, 5-8). El sacerdocio regio de Cristo, por tanto, es un espíritu para que comprendamos que servir es reinar, y con la vida
servicio de amor al Padre y a la humanidad y es el principio de la dada a los hermanos confesemos nuestra fidelidad a Cristo, primo-
verdadera libertad del hombre. El hombre del reino de Cristo es el génito de entre los muertos y dominador de todos los poderosos de
hombre nuevo del culto en espíritu y verdad. la tierra".
Año C: "Oh Dios Padre, que nos llamaste a reinar contigo en la
En el año C, Cristo rey es visto como Señor de la paz y de la uni- justicia y en el amor, líbranos del poder de las tinieblas; haz que ca-
dad. David, ungido rey sobre Israel (primera lectura, II libro de Sa- minemos tras las huellas de tu Hijo, y como El demos nuestra vida
muel 5, 1-3), es figura de Cristo, el cual reinará desde la cruz para por amor a los hermanos, seguros de que compartiremos su gloria
reunir a los hijos de Dios dispersos (Cf. Jn 11, 52). El Evangelio es en el paraíso".
el texto de Lucas (23, 35-43), en donde el ladrón arrepentido pide a
Jesús crucificado que se acuerde de él cuando llegue a su Reino. La De estos textos fluye una teología bíblica de la realeza de Cristo
respuesta es positiva: "Hoy estarás conmigo en el paraíso". Jesús no para un anuncio rico y pleno de esperanza para la vida de las comuni-
solamente es el justo, sino también rey y salvador que introduce en dades cristianas.
su Reino a todo aquel que cree en El. En efecto, plugo a Dios hacer
habitar en Cristo toda la plenitud y por medio de El reconciliar
consigo todas las cosas, reconciliando por su sangre derramada en la
cruz, es decir, por medio de El, las cosas que están sobre la tierra y

464 461
Capítulo XXVI Con base en las diversas hipótesis de los historiadores de la litur-
gia' se puede sintetizar con A. Adam su significado en los siguientes
términos: "Estos días aparecen como un esfuerzo ascético particular
LAS "CUATRO TÉMPORAS" al comienzo de las cuatro estaciones, especialmente en las tres cosas
Y LAS ROGATIVAS ya recomendadas en el Antiguo Testamento: oración, ayuno, limos-
na. Al mismo tiempo constituían un agradecimiento por las diversas
cosechas recogidas en el curso del año y servían, a partir del siglo
V, para la preparación y la celebración de las ordenaciones sagradas.
En tiempos recientes se habían vuelto a tener en cuenta estos días
por medio de oraciones especiales para las ordenaciones sacerdotales
y profesiones religiosas"4.
La reforma del año litúrgico realizada según las disposiciones del
Concilio Vaticano II ha mantenido las Témporas, encomendando fe-
chas y formas de celebración a las conferencias episcopales "para
que puedan ser adaptadas a las diversas situaciones locales y a las
necesidades de los fieles"5. El comentario a la reforma hace desta-
car los siguientes aspectos: "En este tiempo en que todos los hombres
1. Las "Cuatro Témporas" justamente sienten los graves problemas de la paz, de la justicia, del
hambre, es oportuno que el ciclo de la penitencia y de la caridad
El origen de los días de las Cuatro Témporas no ha sido aclarado cristiana, unido con las cuatro estaciones del año, vuelva a vivir sus
del todo por los estudiosos. Se trata ciertamente de una institución valores originales. Conviene por tanto que en cada región, teniendo
de la Iglesia romana, que no fue conocida en Oriente y fue acogida en cuenta las circunstancias y las costumbres locales, se encuentre
en las regiones occidentales con la difusión de la liturgia romana. La el modo apropiado para la observancia de la liturgia de las Cuatro
• más antigua noticia de un cuádruple ayuno anual podría encontrarse Témporas y de consagrarla al servicio de la caridad'"'.
en un escrito de Poncio Máximo del siglo IV, en el cual se lo
recomienda con una alusión al profeta Zacarías 8, 19. Ya que resulta históricamente probado el hecho de que las
Témporas de otoño y diciembre estaban marcadas por la acción de
Como testimonios escritos tenemos las veinticinco homilías de gracias por las diversas cosechas del año, se debería hacer concordar
las Témporas del papa León I1, de donde se deduce la práctica bien la fiesta anual de acción de gracias por las cosechas con las Témporas
arraigada del ayuno en relación con las cuatro estaciones. de otoño. De esta manera el domingo siguiente debería ser siempre
La opinión del papa León sobre el origen y la edad del ayuno de el domingo de acción de gracias por las cosechas para integrar orgá-
las Témporas hace creíble la noticia del Líber pontificalis (siglo VI) nicamente este tema con la liturgia.
según el cual ya el papa Calixto I (217-222) había ordenado un ayu-
no en tres sábados del año, en el tiempo "del trigo, del vino y del
aceite".
3. G. Morin,L'orígine des Quatre-Temps, en Revue Bénédictine 14(1897) 336ss.; L. Duchcsne,
Hacia fines del siglo V las Témporas fueron escogidas como fe- Origines du cuite chrétien, París 1908,4 ed., p. 237; J. A. Jungmann, Altchristliche Gebetsordnung
cha para celebrar las ordenaciones: el miércoles y el viernes sirvieron im IJchte des Regelhuciies vori "En Fesclia ", en ZKTh 75 (1953) 217s.
para la presentación y aprobación de los candidatos, mientras que las 4. A. Adam, L'anno litúrgico, Ldc, Torino-Leumann, 1984, p. 196.
ordenaciones se realizaban en la liturgia vigiliar antes del domingo2. 5. Normas generales para el ordenamiento del año litúrgico y del calendario, en Mes.wlf
romano, Librería Ed. Vaticana, 1983, n. 46, p. LVI.
1. Cf. PL, 54; Sermón 19 (CCL, 138, p. 77). 6. Norme generali sull'anno litúrgico e sul calendario. Commenlo a cura del "Cini.illlum",
2. Decreto atribuido al papa Gelasio, PL 59, 158. OR Milano, 1969, p. 58.

466 •I(>7
La Conferencia Episcopal Italiana dio las siguientes orientacio- mies, el tiempo del encuentro entre los hombres para superar las
nes: "La tradición de las Cuatro Témporas originalmente ligada a la barreras y las diferencias sociales y así construir una sola familia".
santificación de las cuatro estaciones, puede revivirse oportunamente 4. Para la III semana de septiembre (otoño): "Se hace fiesta
con momentos de oración y de reflexión que pongan de relieve el juntos porque Dios ha bendecido el trabajo de los campos. Hemos
misterio de Cristo en el tiempo. En tales ocasiones se podrá, por sembrado y regado, la providencia ha dado la fecundidad. Día tras
ejemplo, utilizar algún formulario particular de oración universal o día el hombre con el trabajo de sus brazos y con las técnicas más
de los fieles o también, en el tiempo ordinario, valerse de formularios avanzadas se ha hecho colaborador de Dios en el proyecto de la
de las misas para las diversas necesidades en los días del cambio de creación. Sean dadas gracias a Dios. El otoño es la estación de la úl-
la estación. El comienzo de las cuatro estaciones se recuerda el miér- tima cosecha, de la siembra y de la reiniciación en todos los sectores
coles, el viernes y el sábado después del III domingo de Adviento de la vida comunitaria. En este tiempo todos estamos llamados a re-
(invierno), después del I domingo de Cuaresma (primavera), después velar las intenciones y los designios de Dios con el testimonio de fe,
del domingo de Pentecostés (verano), después del III domingo de
el sentido de responsabilidad, la generosa apertura hacia los herma-
septiembre (otoño)"7.
nos. Como los antiguos patriarcas tomemos de nuevo el camino bajo
El Oracional de la CEI sugiere las siguientes motivaciones de la mirada del Padre al encuentro de Cristo que viene".
oración que condensan el sentido de las Témporas:
1. Para la III semana de Adviento (invierno): "En la estación in- 2. Las Rogativas
vernal la naturaleza reposa y se regenera en la espera de una renovada
fecundidad. Roguemos para que toda la familia humana, peregrina
En la antigüedad, durante el tiempo pascual, a pesar del carácter
en el tiempo, se renueve en el Espíritu, tomando conciencia de que
en Cristo, Señor del universo y centro de la historia, tiene su cum- gozoso de este tiempo litúrgico, nacieron dos celebraciones con
plimiento la esperanza terrena y la esperanza eterna". carácter penitencial8.
Se trata de las procesiones (con la misa correspondiente) del 25
2. Para la I semana de Cuaresma (primavera): "La Pascua es el
de abril, fiesta del evangelista Marcos, y de los tres días precedentes
corazón del año litúrgico: tiempo de despertar en Cristo nuestro Se-
a la Ascensión.
ñor, primavera del Espíritu. Como la creación, así también la Iglesia
se prepara a un nuevo florecimiento de fe y de caridad a través de Un antiguo uso pagano de Roma eran las llamadas Robigalia del
un itinerario de oración, de penitencia y de servicio fraterno. Oremos 25 de abril, celebradas en honor del dios Robigus (o de la diosa
a Dios Padre para que fortalezca nuestro compromiso de renovación Robigo) para tener alejada la plaga de los cereales, muy difundida
humana y cristiana en la escucha de la Palabra y en la atención a los en aquel tiempo. La Iglesia romana —como hizo con la institución
signos de los tiempos". de la Navidad— sustituyó con una propuesta cristiana, también en
el siglo IV esta procesión campestre (Ambarvalia), muy sentida por
3. Para la I semana después de Pentecostés (verano). "La Iglesia,
el pueblo. En efecto, no sólo la fecha de la Litania maior coincide
nacida del sacrificio de Cristo, recibe con Pentecostés el Bautismo
con la de los Robigalia, sino también, en gran parte, el camino que
del Espíritu y se manifiesta a los hombres como sacramento universal
recorrían las dos procesiones. El papa Gregorio I dio mucho impulso
de salvación. Es una Iglesia toda eucarística y misionera, que ofrece
a esta Litania maior.
al Señor las primicias del apostolado y del martirio, llamando a todas
las culturas y a todos los pueblos a hacer parte del Reino de Dios.
La estación estival, llena de sol y de vida, parece manifestar la
fecundidad y el gozo que brotan de Pentecostés. Es el tiempo de la
8. Amalario de Metz (+850) exclama asombrado: "Me maravillo de que en nueslru Iglcuil
haya podido surgir el uso del presente ayuno... mientras los santos Padres... dicen que el Myum>
debe omitirse en la cincuentena pascual" (I. M. Hanssens (a cargo de), AnwUiríi /•.)>/\iv>;i( II/WKI
7. Messale romano. Librería Ed. Vaticana, 2 edizione italiana, 1983, p. 60. litúrgica omnia, Vol. II: Líber officialis (Sutdi e lesti), Cittá del Vaticano, l<tf(). I, 37, pp. I7H«» )

468 4f»y
Las llamadas Litaniae minores (procesiones penitenciales más re- //. Orientaciones pastorales
cientes) o Rogativas tienen su origen en la Galia. Allí el obispo
Mamerto de Vienne, por particulares tribulaciones del país (terre- Las Rogativas
motos, malas cosechas), ordenó en el año 469, en los tres días prece- La práctica de las Rogativas expresadas tanto en la forma litáni-
dentes a la Ascensión, especiales procesiones penitenciales unidas al ca que acompaña también a las procesiones desde un lugar a otro,
ayuno. Ellas fueron rápidamente acogidas también por otras diócesis sea en la forma de súplica en las liturgias eucarísticas por varias
y prescritas para la Galia por un Sínodo de Orleans, en 511. En Ro- necesidades o en otras celebraciones (vigilias de oración, celebracio-
ma fueron introducidas solamente bajo el papa León III (+816), pero nes de la Palabra, etc.), puede revalorizarse oportunamente según las
sin el ayuno prescrito en Galia. directivas del ordinario diocesano y de la Conferencia Episcopal
En la reforma del año litúrgico fue abolida la procesión más regional o nacional en momentos particulares del año litúrgico:
antigua (Litania maior) del 25 de abril con la siguiente motivación: a) En la semana de oración por la unidad de los cristianos según
"Las Letanías mayores [...] tenían origen en un rito estrechamente las indicaciones ya sugeridas a nivel nacional y las iniciativas de ca-
local de la Iglesia romana. En efecto, con la institución de esta pro- da diócesis;
cesión, los romanos pontífices quisieron sustituir con un rito cristiano
una antigua usanza recibida de los cultos paganos'"'. b) en uno o más días antes de la Ascensión o en otro día apropiado
para invocar al Señor, para que nos libre de todo peligro y calamidad
Para llevar a la práctica las indicaciones dadas en los nn. 45-47 y su bendición haga que el trabajo del hombre y la tierra den el fruto
de las Normas generales para el ordenamiento del año litúrgico y esperado;
del calendario™, la CEI recuerda algunos principios de orientación
doctrinal y pastoral. c) con ocasión de ¡as exposiciones solemnes anuales de la
Eucaristía con súplicas y vigilias de oración, especialmente por las
vocaciones a los diversos carismas y ministerios eclesiales según la
/. Orientaciones doctrinales exhortación del Señor (Cf. Mt 9, 38);
d) con ocasión de la jornada nacional de acción de gracias al
a) La oración de "rogativa" es una súplica de intercesión espe- término de los trabajos estacionales de la agricultura y la reiniciación
cialmente por intenciones de interés local o particular; se sitúa en la de los diversos ciclos laborales después del periodo de vacaciones
estructura general de la oración, diálogo entre Dios y su pueblo, de
estivales, con oraciones de bendición al Señor y de invocación por
la cual la letanía es una expresión pastoralmente eficaz y ampliamen-
el nuevo año laboral para que esté enmarcado en la justicia social,
te difundida.
el uso común de los bienes de la tierra y la dignidad del trabajo hu-
b) La bendición descendente, que reclama la bendición original mano.
de Dios creador sobre los hombres y sobre las cosas, suscita y exige
la bendición ascendente como respuesta del hombre al don de Dios e) Con ocasión de las peregrinaciones a los santuarios que por
(Gn 24, 26-27; 27, 27-28; Jn 11, 41; Ef 1, 31, etc.). su historia están de manera particular ligados a las vicisitudes tristes
y alegres de la Iglesia local y constituyen un llamado permanente a
c) El trabajo humano tiene un valor individual, social y también la devoción y a la oración fervorosa del pueblo.
sobrenatural como colaboración en la obra creadora de Dios (Gn 1,
28), autorrealización de la persona humana, servicio al bien común; En todas estas circunstancias, en la celebración de la misa se
actualización del proyecto de la redención. En toda esta riqueza de puede utilizar un formulario apropiado escogido entre aquellos que
significados es asumido por Cristo hombre-Dios para ser entregado se indican en las misas por diversas necesidades o votivas según lo
al Padre para que Dios sea todo en todos (Cf. ICo 15, 28). establecido en los "Principios y normas para el uso del misal
romano"11.
9. Normas generales sobre el año litúrgico..., cit., p. 57.
10. Messale romano, seconda ed. italiana, p. LVI; Cf. c. I n. 3 de este volumen. 11.7M/.,p. 60.

-171
470
Parte quinta

EL CULTO CRISTIANO
A NUESTRA SEÑORA Y A LOS SANTOS

"Todos estaban de pie


delante del trono y el Cordero,
vestidos con vestiduras blancas
y con palmas en sus manos.
Y gritan con fuerte voz:
'La salvación es de nuestro Dios
sentado en el trono,
y del Cordero'".
(Ap 7, 9-10)
Capítulo XXVII

EL CULTO DE NUESTRA SEÑORA


Y SUS FIESTAS

7. LAS MOTIVACIONES TEOLÓGICAS


DEL CULTO LITÚRGICO A LA VIRGEN
"En la celebración del ciclo anual de los misterios de Cristo, la
santa Iglesia venera con particular amor a la Bienaventurada María
Madre de Dios, unida indisolublemente a la obra de la salvación de
su Hijo: en María admira y exalta el fruto más excelso de la reden-
ción, y en ella contempla, como en una imagen purísima, lo que ella
misma toda entera desea y espera ser" (SC 103).
Con este texto, rico en contenido teológico, el Concilio Vaticano
II habla del lugar que la Virgen Madre de Dios ocupa en la cele-
bración del año litúrgico.
El acento se pone en la centralidad y la primariedad del misterio
de Cristo, de quien reciben luz y significado ya las fiestas de nuestra
Señora ya las de los santos. En efecto, el año litúrgico es del Señor
Jesucristo, o mejor, como dijimos en la primera parte de este volu-
men, es el Señor Jesús en toda la extensión y plenitud de su misterio.
El misterio de Cristo, empero, es también indisolublemente mis-
terio de la Iglesia, su cuerpo. Por consiguiente también la Virgen y
los santos ocupan un lugar preciso en la celebración del año litúrgico
y ante todo María.
En la introducción a las Misas de la Bienaventurada Virgen
María1 se recuerda:
1. Messe delta beata Vergine María. Raccolta di formulan secondo l 'anno litúrgico. Librería
Ed. Vaticana, 1987. Esta recopilación ftie aprobada por la Congregación para el Culto Divino el
10 de agosto de 1987 y publicada por la CEI el 8 de septiembre de 1987.

475
La liturgia por medio de los santos celebra la obra de la salvación A) La Virgen Madre de Dios
realizada por Dios Padre por medio de Cristo en el Espíritu Santo:
Todas las Iglesias de Oriente y de Occidente se han complacido
— Salvación anunciada a los patriarcas y a los profetas. "La economía del siempre en honrar a la santísima Madre de Dios, la Theotókos. Con
Antiguo Testamento estaba ordenada sobre todo a preparar, anunciar pro- las primeras fiestas marianas que la tradición litúrgica recuerda,
féticamente y significar con varios tipos el advenimiento de Cristo redentor colocadas en torno a la Navidad y el 15 de agosto, la Iglesia ha cele-
del universo y del reino mesiánico" (DV 15); brado sobre todo la maternidad divina de María.
— salvación que se manifestó plenamente en Cristo Jesús, Hijo de Dios, que A partir del Concilio de Efeso (431), el culto del Pueblo de Dios
se encarnó en el seno virginal de María de Nazaret, mediador de la nueva y hacia María creció admirablemente en veneración y amor, en oración
eterna alianza. El con el misterio de su Pascua reconcilió la humanidad con e imitación, venerándola como Madre de Dios (Cf. LG 66). La ma-
el Padre, y derramando sobre ella el Espíritu de adopción, la asoció íntima- ternidad divina, en efecto, está en el origen de todos los privilegios
mente a sí, para hacerla capaz de ofrecer en espíritu y verdad un culto agra- de María.
dable al Padre; Esta dignidad es única: la Virgen concibió y dio a luz al Verbo
— salvación que se prolonga en el "tiempo de la Iglesia" a través del anuncio de Dios según la carne, por eso puede ser llamada con toda verdad
del Evangelio y la celebración de los sacramentos: ellos hacen que las Madre de Dios. Ella no es solamente madre del cuerpo de su Hijo,
generaciones que se suceden en la historia se adhieran a la palabra que salva sino que es con pleno título la Madre de su Hijo: Madre de este Hijo
y sean injertadas en el Misterio Pascual; que es Dios. Lo esencial de esta maternidad es la relación personal
— salvación que tendrá su pleno y universal cumplimiento en la gloriosa con Dios, relación que encontramos en María a un nivel único de
segunda venida de Cristo, cuando El, aniquilada la muerte, someterá a sí profundidad. Ciertamente sigue siendo una relación infinitamente
todas las cosas y entregará el reino a Dios Padre. distante de las relaciones sustancial mente divinas que encontramos
entre las personas de la Santísima Trinidad, y menos profunda que
Celebrando los divinos misterios, la Iglesia celebra toda la obra la relación de la humanidad de Jesús con el Verbo que la asume. Sin
de la salvación; celebrándola actualiza los eventos pasados y, en el embargo es la relación más alta que puede pensarse entre una criatura
"hoy cultual", realiza la salvación de los fieles, los cuales, peregrinos y su Creador. Nuestra Señora está, por esto mismo, por encima de
en la tierra, están sin embargo orientados hacia la ciudad futura. La toda criatura y la Iglesia la venera y la ama, actualizando las palabras
bienaventurada Virgen María, según el plan de Dios y en razón del proféticas: "Todas las generaciones me llamarán Bienaventurada
misterio de Cristo y de la Iglesia, participó íntimamente en la historia porque el Todopoderoso ha hecho cosas grandes en mí" (Le 1, 48).
de la salvación, y estuvo activamente presente, en forma diversa y
admirable, en los misterios de la vida de Cristo (nn. 4-5).
B) María unida indisolublemente
El texto conciliar citado (SC 103) contiene cuatro motivaciones a la obra salvadora de su Hijo
por las cuales la Iglesia venera con particular amor a nuestra Señora
en el año litúrgico: porque es Madre de Dios; porque está unida indi- María, por voluntad de Dios, es inseparable de Jesucristo. Ella
solublemente a la obra salvadora de su Hijo; porque en María admira puede ser comprendida solamente en función de Cristo su Hijo (Cf.
y exalta el fruto más excelso de la redención; porque en ella contem- LG 61). El vínculo que une a María con Jesús en la obra de la sal-
pla, como en una imagen purísima, lo que toda ella desea y espera vación está fuertemente expresado también en la liturgia.
llegar a ser.
La introducción a las Misas de la Bienaventurada Virgen María1
recuerda:

2. Ibíd.

476 4)1
Entre los hechos salvíficos, la Iglesia, al comienzo del año litúrgico celebra
la obra con que Dios preparó a la futura Madre del Redentor, en la cual, C) En María la Iglesia admira
después de una larga espera de la promesa se cumplen los tiempos y se y exalta el fruto más excelso de la redención
instaura una nueva economía. En efecto, Dios se llegó a María con su gracia
y desde el primer instante de su concepción la preservó de toda mancha de El misterio de María, de aquella que es "objeto de todo el favor
pecado, la colmó de los dones del Espíritu Santo y luego la rodeó ince- de la gracia" (Cf. Le 1, 28), es el misterio de la iniciativa misericor-
santemente con su amor, realizando en ella "grandes cosas" con miras a la diosa de Dios para la salvación del mundo. El punto de paso de Is-
salvación de los hombres. rael a la Iglesia está constituido por un germen puro, por un vastago
La Iglesia celebra, pues, la intervención de Dios en la Encarnación del Verbo de gracia, es decir, por una intervención absolutamente gratuita de
y en el nacimiento de Cristo; en su manifestación a los pastores, primicia de Dios: este germen es María inmaculada. También ella es hija de
la Iglesia que nace de los judíos, y a los magos, primicia de la Iglesia que Adán y salvada por Jesucristo, pero salvada de una manera más
nace de los gentiles; y en otros episodios de la infancia del Salvador: hechos sublime, preservada del pecado original, en su concepción, en
salvíficos a los cuales María estuvo íntimamente asociada. Por tanto estos previsión de los méritos de Jesucristo3. Por esto la Iglesia ve en Ma-
formularios, entre los cuales no pocos son venerables por su antigüedad y ría el fruto más excelso de la redención.
tienen un particular valor litúrgico, celebran los misterios de la infancia de
Cristo y al mismo tiempo conmemoran y ponen en evidencia la partici-
D) La Iglesia contempla en María, como en una imagen purísima,
pación y el lugar que en ellos ocupa su Madre.
lo que toda ella desea y espera ser
Al celebrar los hechos salvíficos realizados por el Salvador durante su vida
pública, en la cual Dios Padre actuó de manera admirable, la Iglesia venera Esta es la última motivación dada por el texto conciliar, para jus-
precisamente a la bienaventurada Virgen María, quien tomó parte en los tificar el culto particular de la liturgia hacia María santísima. La
misterios de Cristo. Ella "aparece claramente desde el principio, cuando en liturgia honra por esto en María a la imagen ("icona") de la santa
las bodas de Cana de Galilea, movida a compasión, obtuvo con su intercesión Iglesia, su imagen purísima y lo hace identificando con Jerusalén a
que Jesús Mesías diera inicio a los milagros. Durante su predicación acogió la Iglesia y a María en la interpretación de los Salmos y de varios
las palabras con que su Hijo, exaltando el Reino por encima de las relaciones textos de la Escritura.
y de los vínculos de la carne y de la sangre, proclamó bienaventurados a los La citada introducción a las Misas de la Bienaventurada Virgen
que escuchan y guardan la Palabra de Dios, como ella lo hacía fielmente"
María afirma:
(LG 58).
Pero la Iglesia celebra en primer lugar la obra de Dios en el Misterio Pascual La Iglesia que, por los vínculos que la • nen a María, quiere vivir el misterio
de Cristo, y en El encuentra a la Madre íntimamente unida con el Hijo: en de Cristo con ella y como ella, experimenta continuamente que la Bien-
la Pasión del Hijo la bienaventurada Virgen "sufrió profundamente con su aventurada Virgen siempre está a su lado, pero sobre todc en la sagrada
Hijo Unigénito y se asoció con ánimo maternal a su sacrificio, consintiendo liturgia, como madre y como auxiliadora.
amorosamente en la inmolación de la víctima que ella misma había La liturgia en efecto por su naturaleza favorece, actualiza y expresa
engendrado" (LG 58); en su Resurrección fue colmada de gozo inefable; admirablemente la comunión no sólo con las Iglesias esparcidas por toda la
después de su Ascensión al cielo, unida en oración con los apóstoles y los tierra, sino también con los bienaventurados del cielo, con los ángeles y los
primeros discípulos en el cenáculo, imploró el don del Espíritu que ya antes santos, y, en primer lugar, con la gloriosa Madre de Dios.
la había cubierto con su sombra en la Anunciación (nn. 7-10). En íntima comunión, pues, con la Virgen y prolongando sus actitudes
cultuales, la Iglesia celebra los divinos misterios, en los cuales se rinde
La reflexión sobre la celebración de los misterios de Cristo tam- perfecta gloria a Dios y son santificados los hombres: asociándose a la voz
bién ha desarrollado de alguna manera la veneración hacia la Virgen de la Madre del Señor bendice a Dios Padre y lo glorifica con su mismo
Madre del Redentor.
3. Pío IX, Bula Ineffabilis Deus del 8 de diciembre de 1854.
478
cántico de agradecimiento y de alabanza; con ella quiere escuchar la Palabra La Exhortación apostólica Marialis cultus de Pablo VI (2 de
de Dios y meditarla asiduamente; con ella desea participar en el Misterio febrero de 1974) afirma que la reforma litúrgica, con la revisión del
Pascual de Cristo y ser asociada a la obra de la redención; como ella, que en calendario general, "permitió insertar en forma más orgánica y con
el Cenáculo, junto con los apóstoles, esperaba orando la venida del Paráclito, un nexo más estrecho la memoria de nuestra Señora en el ciclo anual
implora incesantemente el don del Espíritu; con ella, que vela sobre su de los misterios de Cristo" (n. 2). Pero se debe constatar que el único
camino, avanza confiada al encuentro de Cristo. período del año litúrgico en que se recuerda y se integra a María en
Además, al celebrar los diversos misterios, la Iglesia incesantemente acude forma orgánica en los textos eucológicos del misal y de la Liturgia
a su intercesión, se refugia bajo su patrocinio, le implora que visite al pueblo de las Horas es el tiempo de Adviento y Navidad. En los demás
cristiano y lo colme de sus dones (nn. 12-13). tiempos litúrgicos (Cuaresma, Triduo pascual, tiempo pascual), falta
completamente toda alusión a la participación de María en el misterio
El III prefacio de la Bienaventurada Virgen María, insertado en de Cristo4.
la segunda edición italiana del misal romano, sintetiza la figura de
En 1987, con ocasión del año mariano 1987-1988, proclamado
María como modelo y madre de la Iglesia: "Al anuncio del ángel,
por el papa Juan Pablo II, se proveyó en cierto modo a llenar esta la-
acogió en su corazón inmaculado a tu Verbo y mereció concebirlo
guna con la publicación por parte de la CEI de una colección de Mi-
en su seno virginal; al convertirse en Madre de su Creador, señaló
sas de la Bienaventurada Virgen María ya citada, pero de la cual
los comienzos de la Iglesia. Al pie de la cruz, por el testamento de
hablaremos expresamente más adelante; en ella se expresa en forma
amor de tu Hijo, extendió su maternidad a todos los hombres, en-
bíblico-teológico-litúrgico encomiable la íntima participación de la
gendrados por la muerte de Cristo para una vida que nunca tendrá
Madre de Cristo en todos los misterios de la salvación en todo el año
fin. Imagen y modelo de la Iglesia orante, se unió a la oración de los
litúrgico.
apóstoles en la espera del Espíritu Santo. Asunta a la gloria del cielo,
acompaña con maternal amor a la Iglesia y la protege en el camino Un aspecto positivo del calendario de las fiestas marianas, nacido
hacia la patria, hasta el día glorioso del Señor". de la reforma del Vaticano II, es el de haber unido al ciclo de las
fiestas del Señor las dos fiestas de la Anunciación y de la Presenta-
Así, contemplando a María, la Iglesia anhela en la fe y en la es- ción. De esta manera se puso en evidencia el carácter cristológico
peranza, ver realizado en sí cuanto se cumplió en María. La figura del culto litúrgico mariano. Las tres solemnidades de la Concepción
de María es por tanto signo de esperanza y de consolación para toda Inmaculada, de la maternidad divina y de la Asunción ilustran el tri-
la Iglesia, peregrina hacia el cielo como afirma el IV prefacio de la ple privilegio que da a María un lugar único en la economía de la
Bienaventurada Virgen María: "Humilde sierva acogió tu palabra y salvación. El hecho de haber elevado al más alto grado de celebración
la guardó en su corazón; admirablemente unida al misterio de la re- litúrgica la divina maternidad indica la jerarquía de los aspectos del
dención, perseveró con los apóstoles en oración en espera del Espíritu culto mariano; en efecto, de la divina maternidad se deriva para
Santo; ahora brilla sobre nuestro camino como signo de consolación
y de segura esperanza".
4. En la Semana Nacional Litúrgica de 1976, (Bolonia, 30 ag.-3 sept.), dedicada al lema del
e) La presencia de María en el año litúrgico culto a la Virgen, fue justamente lamentado este vacío y se expresó el deseo de que así como en
el tiempo de Adviento-Navidad, también los tiempos cuaresmal y pascual expresaran en los textos
de la oración litúrgica y en la Palabra de Dios la colaboración de María en la obra redentora de
En el año litúrgico no existe un "ciclo mariano" paralelo al de Cristo. Se hizo notar, en efecto, que la lex orandi (la ley del orar) todavía no ha incorporado ni
Cristo; teológicamente sería insostenible. La Iglesia al dar culto a traducido en forma de culto la actual lex credendi (la ley de la fe, o credo) de la Iglesia en relación
con María.
María no la separa nunca de Cristo su Hijo y la constitución litúrgica Para evitar equívocos, no se trata de desnaturalizar la liturgia con adiciones de discutibles
citada, intencionalmente dice que "en el ciclo anual de los misterios expresiones devocionistas. Basta solamente poner en evidencia "desde dentro" de la lilurjiiu
de Cristo, la Iglesia venera a María, Madre de Dios, unida indiso- cuaresmal los aspectos de la cooperación de María en la obra de salvación que culmina 111 el
lublemente a la obra de la salvación de su Hijo". misterio de la Pascua. Estos aspectos los encontramos en la misma Escritura. Se trataría sólo de
señalarlos y expresarlos en los textos de la plegaria litúrgica.

480 •IKI
16. Cristo fiesta de la Iglesia
aventurada Virgen María, instituida por Pío XI y asignada al 11 de
nuestra Señora aquella plenitud de gracia en virtud de la cual fue octubre con ocasión del XV centenario del Concilio de Efeso.
concebida inmaculada y fue glorificada en cuerpo al final de su
existencia terrena5.
Según el orden de su importancia, veamos las principales fiestas A) La liturgia de la Palabra
litúrgicas en honor de nuestra Señora6.
Primera lectura (Nm 6, 22-27). Este texto se refiere a María sólo
indirectamente. En efecto, la perícopa contiene la fórmula de ben-
2. SOLEMNIDAD DE MARÍA SANTÍSIMA dición que los sacerdotes de Israel pronunciaban sobre el pueblo al
MADRE DE DIOS término de las ceremonias litúrgicas y en forma enteramente par-
ticular en la fiesta del año nuevo, es decir, la fiesta de los Taber-
(1 enero, octava de Navidad)
náculos. Al insertar esta bendición en la liturgia de este día, se quiso
El tiempo de Navidad, que celebra el nacimiento de Cristo, no tener en cuenta el comienzo del año civil. Sin embargo no carece de
puede olvidarse de celebrar también la divina maternidad de María. referencia a la solemnidad litúrgica mariana.
Cada día en sus plegarias eucarísticas y en el trascurso del año, Cristo será un día la auténtica bendición para que en El y por El
sobre todo en las solemnidades navideñas, todas las Iglesias recuer- la humanidad entra en comunión con Dios. María es, de manera pri-
dan el título de "Madre de Dios" otorgado a nuestra Señora. La me- vilegiada, objeto de esta bendición del Padre en Cristo Jesús.
moria de la Santa Madre de Dios, María, se celebra el 26 de diciembre Segunda lectura (Ga 4, 4-7). Es el más antiguo testimonio que se
en el rito bizantino y siríaco tanto oriental como occidental, y el 6 nos ha conservado acerca de nuestra Señora. Con sus términos muy
de enero en el rito corto. En Roma es la más antigua liturgia mariana oscuros representa el primer estrato del mensaje del Nuevo Tes-
(550-595) y fue colocada en la octava de Navidad, el 1 de enero. tamento: "Cuando llegó la plenitud de los tiempos, Dios envió a su
La actual celebración del rito romano, después de la reforma del Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que es-
Vaticano II, toma el lugar de la fiesta de la maternidad de la bien- taban bajo la ley, para que recibiéramos la adopción de hijos".
Este texto es leído a la luz de los dos primeros capítulos del
5. Cuatro fiestas ya existentes en e! calendario fueron conservadas como memorias obli- Evangelio de Lucas: "nacido de mujer" a la luz de la narración de la
gatorias: la de la Bienaventurada Virgen María Reina (22 de agosto), la de la Virgen de los Dolores Anunciación y de la Navidad (Le 1, 28-2, 20); "nacido bajo la ley"
(15 de septiembre), de la Virgen del Rosario (7 de octubre), de la Presentación de la bien-
aventurada Virgen María (21 de noviembre).
a la luz de la narración de la circuncisión (Le 2, 21), de la pre-
Cuatro fueron reducidas a memorias libres: la de Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero),
sentación del niño en el templo (Le 2, 22-39), de la subida a Jerusalén
del Corazón Inmaculado de María (sábado posterior a la solemnidad del Sagrado Corazón de "según el rito" para la fiesta de Pascua (Le 2, 40-51).
Jesús), La Virgen María del Monte Carmelo (16 de julio), la Dedicación de la basílica de Santa
María Mayor (5 de agosto). El texto muy conciso de Pablo, iluminado por la luz del Evangelio
La supresión o disminución de las fiestas de devoción de la santísima Virgen María deberá
de Lucas, nos permite ver en la mujer de la cual nació Jesús una
tener como resultado, que el pueblo cristiano aprecie más y observe con mayor honra las fiestas mujer elegida, que ha sido la primera favorecida con todo lo que hay
del Señor en donde Jesús está íntimamente unido a su Madre, a saber, la Anunciación del Señor de gracia y de gozo en el anonadamiento del Hijo de Dios7.
(25 de marzo) y la Presentación del Señor (2 de febrero), como también las más grandes fiestas
de la bienaventurada Virgen María que celebran los misterios de su vida, a saber, la Inmaculada Evangelio (Le 2, 16-21). Se lee con el acento puesto en los
Concepción (8 de diciembre), el Nacimiento (8 de septiembre), la Visitación (31 de mayo), la
Asunción (15 de agosto). Además, de este modo la devoción hacia la Madre de Dios se podrá
detalles que se refieren a la Madre de Jesús: "Los pastores fueron sin
adaptar mejor a las circunstancias, a la índole y al carácter propio de los pueblos, en el espíritu de tardanza y encontraron a María y a José y al niño recostado en el pe-
la constitución Lumen genüum (n. 66). sebre... María, por su parte, guardaba todas estas cosas meditándolas
Para un estudio completo de las fiestas de nuestra Señora Cf. W. Beinert, // culto di Marta en su corazón".
oggi, Edizioni Paoline, 1987; D. M. Sartor, Le feste delta Madonna, Dehoniane, Bologna, 1988;
L. Della Torre, Celebrare S. María, Queriniana, Brescia, 1987.
6. La fiesta de la Presentación del Señor ha sido considerada en el ciclo de las fiestas 7. R. Laurentin, La Vergine María, Edizioni Paoline, Roma, 1970, pp. 28 y 42-43.
epifánicas (Cf. c. XIV, n. 5).

482 483
Lucas presenta a María como aquella que acoge la Palabra y cree; Por tanto, afirmar la maternidad virginal de María significa su-
no conoce todavía cómo será el porvenir. A través de ios aconteci- perar nuestros racionalismos y afirmar un elemento importante sobre
mientos, Dios la guía en la fe al pleno cumplimiento de su designio Jesucristo. Es una virginidad en perspectiva cristológica.
sobre ella, designio indisolublemente ligado al de su Hijo. María
entonces está atenta y medita, a la luz de la fe, cada detalle de cuanto
sucede alrededor de Jesús. 3. SOLEMNIDAD DE LA ANUNCIACIÓN DEL SEÑOR
(25 de mano)
B) Los textos eucológicos
Intimamente ligada al misterio de la divina maternidad de María
En el Oficio romano del 1 de enero, día al cual los antiguos está la celebración de la Anunciación (25 de marzo)9.
formularios del antifonario de las misas dan el nombre de "Natale S. Fiesta del Señor, —como dice el misal romano— la Anunciación
Mariae" (siglo VIII), se encuentran muchas oraciones, antífonas y inaugura el evento en que el Hijo de Dios se hace carne para con-
responsorios en que se glorifica la maternidad divina de la bienaven- sumar su sacrificio redentor en obediencia al Padre y para ser el pri-
turada Virgen María. mero de los resucitados. La Iglesia, como María, se asocia a la obe-
El misal de Pablo VI conserva la primera oración y sustituye la diencia de Cristo, viviendo sacramental mente en la fe el significado
oración sobre las ofrendas y la de después de la comunión. pascual de la Anunciación. María es la hija de Sión que, como
coronación de una larga espera, acoge con su "fiat" y concibe por
En el prefacio el motivo de la acción de gracias de la Iglesia es obra del Espíritu Santo al Salvador. En ella. Virgen y Madre, el pue-
la maternidad divina de María en cuanto es maternidad virginal: "Por blo de la promesa se convierte en el nuevo Israel, Iglesia de Cristo.
obra del Espíritu Santo, concibió a tu único Hijo; y sin perder la glo- Los nueve meses entre la concepción y el nacimiento del Salvador
ria de su virginidad, derramó sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo explican la fecha de hoy en relación con la solemnidad del 25 de
nuestro Señor". La realidad de la concepción virginal de María, obra
diciembre.
del Espíritu Santo, recuerda la gran verdad de la iniciativa de Dios
en la obra de la salvación y su trascendencia. En la presentación de la Misa María Virgen en la Anunciación
del Señor (n. 2 de la colección de misas de la bienaventurada Virgen
El teólogo protestante Karl Barth ve lo esencial en el signo y en María) se hace notar que en el tiempo de Adviento la liturgia recuerda
la atestación de la trascendencia de Dios: "El hombre Jesucristo no cada día el anuncio de Gabriel a la bienaventurada Virgen María:
tiene padre. Su concepción no depende de la ley común. Su existencia "El ángel Gabriel dijo a María: 'Ave, llena de gracia, el Señor está
comienza con la libre decisión de Dios mismo, procede de la libertad contigo; tú eres bendita entre las mujeres'" (antífona de Sexta); de
que caracteriza la unidad del Padre y del Hijo, unidos por el amor, la misma manera cada día suplica: "Santa Madre del Redentor... Tú
es decir, por el Espíritu Santo... Es el gran campo de la libertad de que acoges el saludo del ángel,... ten piedad de nosotros pecadores"
Dios, y de esta libertad es de la que procede la existencia del hombre- (Completas, antífona final de la bienaventurada Virgen María). El
Jesús"8.
Para los Padres la virginidad de María era el signo específico de
la divinidad de Cristo y el tipo del nuevo nacimiento de los cristianos.
9. La solemnidad de la Anunciación, de origen oriental, fue acogida en Roma en el siglo Vil
con el título de "Anunciación del Señor", como atestigua el Líber pontificalis. Los ritos orientales,
como también el rito ambrosiano, la consideraron siempre entre las solemnidades del Señor. I'or
eso se cambió el nombre de la solemnidad: se dice: "Anunciación del Señor", para que aparezca
más evidente que se trata sobre todo de una solemnidad del Señor.
8. K. Barth, Esquisse d'une dogmatique, Neuchátel-París, 1950, p. 96, citado por Laurentin, Cuando el 25 de marzo cae durante la Semana Santa, la solemnidad de la Anunciación del
Op. cit.,p, 267. Señor se celebra el lunes después de la octava de Pascua.

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celebran esta solemnidad como memoria del fíat salvífico del Verbo
consentimiento de la Virgen, que, como "quiso el Padre de las mise- encarnado, que, al entrar en el mundo dijo: "Heme aquí... oh Dios,
ricordias" precedió a la Encarnación, es de grandísima importancia para hacer tu voluntad" (Cf. Hb 10, 7; Sal 39, 8-9); como con-
en la historia de la salvación: en efecto, la Encarnación del Verbo es
memoración del comienzo de la redención y de la indisoluble y es-
la fuente de la renovación del hombre. La liturgia romana hace so-
ponsal unión de la naturaleza divina con la naturaleza humana en la
lemne memoria de este sacramento de nuestra salvación no solamente
única persona del Verbo. En relación con María, como fiesta de la
en la solemnidad del 25 de marzo, sino también al acercarse la
Navidad del Señor, el 20 de diciembre, y sobre todo el domingo IV nueva Eva, Virgen obediente y fiel, que con sufiat generoso (Cf. Le
de Adviento del año B. 1, 38) viene a ser, por obra del Espíritu, Madre de Dios, pero también
verdadera madre de los vivientes y, acogiendo en su seno al único
En la solemnidad del 25 de marzo la liturgia de la Palabra pro- Mediador (Cf. lTm 2, 5), verdadera arca de la alianza y verdadero
clama los siguientes textos: Isaías 7, 10-14: La Virgen concebirá y templo de Dios; como memoria de un momento culminante del diá-
dará a luz un hijo; Hebreos 10, 4-10: Está escrito de mí en el rollo logo de salvación entre Dios y el hombre, y conmemoración del li-
del libro que yo cumpla, oh Dios, tu voluntad; Lucas 1, 26-38: He bre consentimiento de la Virgen y de su concurso al plan de la reden-
aquí que concebirás y darás a luz un hijo. ción" (n. 6).
Los textos eucológicos expresan el misterio de la Encarnación
por obra del Espíritu Santo y con el consentimiento de María:
Colecta: "Oh Dios que por el anuncio del ángel quisiste que tu 4. SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Verbo se hiciera hombre en el seno virginal de María, concede a tu (8 de diciembre)
pueblo, que la honra como verdadera Madre de Dios, gozar siempre
de su intercesión ante ti". La solemnidad de la Inmaculada Concepción de María tiene su
Oración sobre las ofrendas: "Acoge, oh Dios, estos dones que justa ubicación en el tiempo litúrgico del Adviento y nos ayuda a ver
presentamos a tu altar, y conságralos con el poder de tu Espíritu, que a nuestra Señora en el cumplimiento de su misión en la historia de
santificó el seno de la Virgen María". la salvación. La segunda edición italiana del misal romano presenta
así esta solemnidad mariana: "Ya celebrada desde el siglo XI, esta
Prefacio: "Por el anuncio del ángel, la Virgen acogió en la fe tu
solemnidad se inserta en el contexto del Adviento- Navidad, uniendo
palabra, y por la acción misteriosa del Espíritu Santo, concibió y con
la espera mesiánica y el retorno glorioso de Cristo con la memoria
inefable amor llevó en su seno al primogénito de la humanidad nue-
va, que debía llevar a cumplimiento las promesas de Israel y revelarse admirada de la Madre. En este sentido este período litúrgico debe
al mundo como el Salvador esperado por las naciones". considerare un tiempo particularmente apropiado para el culto a la
Madre del Señor. María es la toda santa, inmune de toda mancha de
Oración después de la comunión: "Señor Dios nuestro, que nos pecado, como plasmada y hecha nueva criatura por el Espíritu Santo.
has alimentado con el cuerpo y la sangre de tu Hijo, manifiesta siem- Ya vislumbrada proféticamente en la promesa hecha a nuestros
pre en nosotros tu misericordia, para que, venerando con fe el mis- primeros padres de la victoria sobre la serpiente, María es la Virgen
terio de María Virgen y Madre, nos preparemos a recibir el fruto de que concebirá y dará a luz un hijo cuyo nombre será Emmanuel. El
la salvación". dogma de la Inmaculada Concepción fue proclamado por Pío IX en
La Exhortación apostólica Marialis cultus de Pablo VI recuerda 1854".
que para esta solemnidad "en el calendario romano mediante resolu- La pureza original de María aparece, al terminarse la larga espera
ción motivada, se restauró la antigua denominación de Anunciación de Israel como la llave de uno de los misterios más fuertes en el plan
del Señor, pero la celebración era y es fiesta conjunta de Cristo y de de la salvación: el amor de Dios hacia el hombre pecador. Este
la Virgen: del Verbo que se hace "hijo de María" (Me 6, 3), y de la misterio está expresado por una profunda reflexión de Pascal: "El
Virgen que viene a ser Madre de Dios. En relación con Cristo, el hombre no es digno de Dios, pero no es incapaz de ser hecho digno
Oriente y el Occidente, en las inagotables riquezas de sus liturgias,
4H7
486
(le bl. Es indigno de Dios unirse al hombre miserable, pero no es Primera lectura (Gn 3, 9-15.20). La honradez exegética obliga a
indigno de Dios sacarlo de la miseria"10. renunciar a interpretaciones teológicamente seductoras. El texto
Nacido de la fe de Abrahán, el pueblo que Dios se había escogido inspirado no contiene la afirmación explícita de una victoria completa
como una "esposa predilecta", fue infiel, se "prostituyó" a los falsos cuyos términos se hubieran verificado solamente en la Inmaculada
dioses. El amor de Dios, no obstante esto, no se disminuye, sino que Concepción de María.
es más fuerte. El Señor hace una misteriosa promesa: "Toda hermosa ¿Entonces en qué sentido este texto está en referencia a María?
eres, amiga mía, y no hay en ti mancha alguna" (Ct 4, 7). Esto es po- Ante todo ella está comprendida objetivamente en la descendencia
sible no por las vías humanas, sino por las que sólo Dios en su omni- de Eva, entre los protagonistas de la lucha con la serpiente. Además
potencia puede construir: Dios creará un pueblo nuevo con una de la evidencia dada a la mujer y a su maternidad, la alusión mesiá-
alianza nueva en Cristo. nica son elementos que inducen a pensar que el autor inspirado haya
En el punto de partida de esta nueva vía era necesario un germen querido incluir en la lucha universal sobre lodo al descendiente de
nuevo y puro: he ahí el misterio de María "objeto de todo el favor la mujer y a aquella que había de ser su madre. Igualmente, en María
de la gracia" según el saludo dado por el ángel (Cf. Le 1, 28). Esta es en quien se realiza en sentido pleno "la enemistad" entre la mujer
es la nota nueva de la misericordiosa sinfonía de la salvación en y la serpiente". La liturgia lee hoy el texto del Génesis en este sen-
Cristo. María vivió la espera del Salvador con una fe llevada hasta tido pleno.
las últimas consecuencias; ella no es solamente el objeto de todo el Salmo responsorial (Sal 97). Celebra la victoria de Dios sobre los
favor de la gracia, sino que se manifestará también activamente co- enemigos de su pueblo. La Iglesia aplica este Salmo a la victoria de
mo la totalmente disponible a la intervención del amor divino. El pe- la gracia que se manifestó en María, lilla es un piodigio de gracia en
cado no tiene lugar alguno en María. Este misterio de renovación en su Concepción Inmaculada.
la continuidad de la estirpe que se ha de salvar, de recreación por
Segunda lectura (Ef 1, 3-6.11-12). Contiene la magnífica "ben-
gracia, fue precisado por el magisterio infalible de la Iglesia con la
dición" que celebra la elección, la cscogenciu y la predestinación de
bula Ineffabilis Deus de Pío IX en su punto más delicado en los
los redimidos en Cristo, para que sean santos e inmaculados ante
siguientes términos: "En el primer instante de su concepción, por
Dios, Padre del Señor nuestro Jesucristo, para alaban/.a de la gloria
singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, y en vista de los
de su gracia.
méritos de Jesucristo, Salvador del género humano, la Virgen María
fue preservada inmune de toda mancha de culpa original". El texto no tiene alusión alguna a Muríu, peio implícitamente es
Esta definición dogmática concilla y consagra dos grandes exigen- ella la primera elegida por haber sido llamada y predestinada a ser
cias que aparentemente se contradicen: María está exenta desde el hija del Padre, Madre del Hijo, esposa del Espíritu Santo. El con-
primer instante de su existencia, de toda sombra de pecado y, al tenido de esta bendición paulina tiene por tanto una actualización
mismo tiempo, como todo hijo de Adán, es redimida por Cristo. Esta única en la Virgen Inmaculada por la intensidad y la plenitud con
redención fue solamente para ella más perfecta y precisamente por que ella aparece insertada en el designio de la salvación.
su misión de Madre del Verbo encarnado. Evangelio (Le 1, 26-38). Lucas nos da, por así decir, la fisonomía
espiritual de María, que ella resume en el contraste entre su humilde
condición humana y su grandeza por gracia: es una pobre, hecha rica
A) La liturgia de la Palabra por Dios.
Las lecturas presentan el misterio de la elección y de la predes- El ángel la saluda con un nombre que es intraducibie si no se re-
tinación de María, creatura hecha objeto del amor proveniente de curre a una perífrasis: chekaritoménc: objeto del favor de Dios. Este
Dios en forma única y privilegiada. participio perfecto en la lengua griega, indica algo permanente y

10. B. Pascal, Penherí, trad. di G. Auletta, Edizioni Paoline, Cinisello Balsamo, 1987, p. 294. 11. Cf. R. Laurenlin, Op. cit., pp. 324-125.

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estable, por tanto un favor definitivo que le viene de Dios. Es el ver- 5. SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN
dadero nombre que el ángel da a María de parte de Dios y expresa
su "ser por gracia", y precisamente "aquella que ha encontrado gra-
DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA
cia". Es significativo que este término, en toda la Biblia, se encuentre (15 de agosto)
solamente aquí, aplicado a Mana. La Iglesia ha visto incluido en este
texto el privilegio de María, Inmaculada en su Concepción. La Pascua de Jesús, su paso de este mundo a la gloria del Padre
a través de la Pasión y Muerte, se cumplió para que fuera la Pascua
de toda la humanidad. María es ciertamente la criatura más injertada
B) Textos eucológicos en este misterio, por haber sido redimida desde el primer instante de
su Concepción Inmaculada en previsión de los méritos de Cristo y
luego asociada en forma enteramente particular a la Pasión y a la
Las oraciones y el prefacio son ricos en la teología del dogma de
la Inmaculada Concepción. gloria de su Hijo. La Asunción de María al cielo es, por tanto, el
misterio de la Pascua plenamente realizado en ella. La "Dormitio
La primera oración toma casi a la letra el texto de la definición Virginis" y la Asunción, en Oriente y Occidente, son de las más an-
dogmática de Pío IX, y el prefacio ve en el misterio de la Concepción tiguas fiestas marianas. Este antiguo testimonio litúrgico fue expli-
Inmaculada de María el comienzo de la Iglesia, esposa de Cristo sin citado y solemnemente proclamado con la definición dogmática de
mancha y sin arruga, resplandeciente de belleza: "Tú preservaste a Pío XII en 1950.
la Virgen María de toda mancha de pecado original, para que, llena
La fiesta de un santo normalmente era el día de su muerte: su
de gracia, fuera digna Madre de tu Hijo. En ella diste comienzo a la
"dies natalis". Sobre todo a partir del siglo II se celebraba el día del
Iglesia, esposa de Cristo sin mancha ni arruga, resplandeciente de
nacimiento de la Madre de Dios (la Theotókos), que se desarrolló
belleza. De ella, Virgen purísima, debía nacer el Hijo, cordero ino-
con el Concilio de Efeso (431), en Jerusalén cambió de objeto y de
cente que quita nuestras culpas; y sobre toda otra criatura la pre-
nombre y se volvió "Dormición", "paso" (transitus), "Asunción"
destinaste para tu pueblo como abogada de gracia y modelo de san-
con la característica de un "dies natalis". Así la fiesta de la Theotókos
tidad".
celebrada el 15 de agosto fue considerada espontáneamente como
La comunidad de los creyentes se dirige al Padre, en la oración una conmemoración del día en que ella salió de este mundo. Hacia
después de la comunión, para pedirle ser liberada de la culpa, ser el 600, el emperador Mauricio extendió a todo el imperio esta solem-
curada en virtud de la Eucaristía, de las heridas de la culpa original, nidad que se convirtió en la gran fiesta de María.
para llegar al Reino con pureza de espíritu. María Inmaculada nos La Iglesia, bajo la acción del Espíritu Santo, definió con Pío XII
trae el secreto del Adviento: conduce a acoger al Señor que viene. (1 de noviembre de 1950), en términos concisos, la condición de
Ella, Inmaculada por ser llena de gracia, no es el resultado de una María después de su peregrinación terrena: "Al término de su vida
intervención milagrera de Dios, que hi/o todas las cosas, dispensando terrena, la Inmaculada Madre de Dios, María siempre Virgen, fue
de todo compromiso a su criatura predilecta. María es proclamada asunta al cielo en cuerpo y alma en la gloria celestial".
por Cristo Bienaventurada no tanto por sus privilegios, sino porque No sabemos dónde, cuándo y cómo; la definición prescinde tam-
acogió la Palabra, porque creyó. Ella vivió hasta el fondo aquella po- bién de la muerte y evita todas las expresiones que la indican; no so
breza de corazón exigida al hombre para abrirse a la intervención dice tampoco que se trata de un privilegio único. Se dice solamente'
divina. Nuestra Señora vivió con todo el empeño de una vida de fe que María, no sólo en alma, sino integralmente, alma y cuerpo, está
lo que ella era por gracia. en la gloria. El cuerpo de la Inmaculada, preservado de todo pecado,
Partiendo de la asamblea eucarística, la comunidad cristiana debe el cuerpo de la Madre de Dios que engendró al Verbo de Dios según
recordar que también ella está llamada a recorrer el camino que re- la carne, este cuerpo cuya virginidad conservó integralmente el l'.s
corrió María nuestra Madre y hermana: el camino del continuo píritu Santo, no estuvo prisionero de los lazos de la muerte. Maiííi
Adviento. vive su corporeidad de un modo nuevo con Cristo, su Hijo resucitado,
conformada más plenamente a El, vencedor del pecado y de la muri ir

490 4«J I
I -a celebración de la Asunción nos invita a mirar este dogma ma- En fin, cuando María entró en el templo a presentar allí a Jesús,
riano en el marco de la historia de la salvación como una realidad Lucas ve entrar en El la gloria de Dios que había abandonado el tem-
que nos toca también a nosotros, nuestro destino, el de toda la hu- plo privado del arca de la alianza (Cf. Le 2, 32).
manidad y de la historia. En efecto, en María contemplamos aquella Finalmente, la fiesta decretada por David para celebrar el ingreso
realidad de gloria que se realizará para cada uno de nosotros y para del arca a Jerusalén, donde es colocada bajo la tienda, es el adve-
toda la Iglesia. nimiento tipológico que encuentra su cumplimiento en la entrada de
Esta celebración propone a la Iglesia una renovada garantía de María en la Jerusalén celestial.
esperanza. El formulario litúrgico fue notablemente enriquecido en La liturgia de hoy lee el Antiguo Testamento con la misma in-
el misal de Pablo VI. Como para las solemnidades de Navidad, de tuición de Lucas, encontrando en el nivel de la actualización de los
Pentecostés, del nacimiento de san Juan Bautista, de los santos acontecimientos de la salvación aquellas coordenadas profundas del
apóstoles Pedro y Pablo, tenemos, además de la misa del día, también plan de Dios que solamente la fe nos puede hacer percibir y gustar.
un formulario para la misa vespertina en la Vigilia. El Salmo responsorial (Sal 131, 6-7.9-10.13-14) canta el traslado
del arca santa a Jerusalén.
A) La misa vespertina en la Vigilia Segunda lectura (ICo 15, 54-57). La "última enemiga", la muerte,
ha sido definitivamente vencida en Cristo no solamente para sí mis-
Primera lectura (lCro 15, 3-4.15-16; 16, 1-2). El arca es el signo mo, sino también para nosotros. Esto tendrá lugar el día de la re-
concreto de la presencia activa de Dios durante el éxodo y la con- surrección final. La muerte será entonces definitivamente derrotada,
quista de la tierra prometida. En esta caja (125x75x75) estaban ence- como si fuera "devorada" (v. 54) por Cristo, y perderá todo poder de
rradas las diez palabras escritas por el dedo de Dios en la piedra (Dt hacer daño o perjuicio, como un escorpión (Ap 9, 10) u otro insecto
10, 1-5). El arca, colocada bajo la tienda, es como el santuario móvil al cual le haya sido quitado el "aguijón" venenoso (v.55). Este agui-
que acompaña a Israel desde sus orígenes, desde la salida del Sinaí jón es el pecado, eliminado el cual, la muerte es destronada. Esta es
hasta la construcción del templo donde será colocada. la victoria definitiva lograda por Cristo en su Pascua, por toda la hu-
manidad. En María llevada al cielo, la Iglesia celebra esta victoria
La historia del arca conoce su coronación y su término precisa- plenamente conseguida.
mente cuando David la hace entrar solemnemente entre el regocijo
popular en Jerusalén (2S 6, 12-19; Cf. Sal 24, 7-10), donde encuentra Evangelio (Le 11, 27-28). Si nos atuviéramos solamente a la lec-
su lugar de reposo (Sal 132), y cuando por fin Salomón la coloca en tura de este texto de Lucas, parecería que Jesús quisiera contradecir
el templo (IR 8). Después, el arca desaparece junto con el templo en el elogio de la mujer hacia María su Madre. Pero ciertamente no es
el período del exilio. así, porque el mismo evangelista atestigua que María es "Bien-
aventurada por siempre" precisamente por razón de su fe (Cf. Le 1,
El texto de las Crónicas, leído en la liturgia vespertina de la so- 45-48); ella, en efecto, es aquella que por primera vez escuchó la
lemnidad de la Asunción, fue escogido muy oportunamente. El valor Palabra de Dios y la conservó en su corazón (Cf. Le 1, 28-38; 2,
tipológico del ingreso del arca a Jerusalén lo da el Evangelio de Lu- 19.51). En este texto, por tanto, Lucas pone en luz el doble fun-
cas. En este Evangelio los episodios de la Anunciación, de la Visi- damento religioso de la gloria dada a María: Dios que ha puesto en
tación y de la Presentación en el templo están redactados en estricto esta criatura su complacencia realizando en ella cosas grandes (Le
paralelismo con lo que el Antiguo Testamento dice del arca de la 1, 49); la fe con la cual la Virgen ha respondido a la intervención di-
alianza. Las expresiones se corresponden con una evidencia impre- Dios. En nuestra Señora se cumplió en plenitud la Palabra de Dio;,
sionante (Cf. 2S 6, 9 = Le 1,43) y el arca de la alianza aparece como y en la gloria del Reino se ha manifestado plenamente.
María. Con este procedimiento tipológico se comprende que el
Señor, de quien es Madre la Virgen, es el mismo Señor que estaba
en el arca.

492 493
15) La misa del día 23, 16-19). Pero la mies no está compuesta solamente por las "pri-
micias" sino por todos los frutos de una estación. La tierra, entonces,
Primera lectura (Ap 11, 19a; 12, l-6a.lOab). Estamos ante un aparece a los ojos de Pablo como un campo en que se dejan los
texto difícil cuya interpretación mariana en el pasado fue discutida. cuerpos de los santos como semillas de la gloria futura. Cristo es así
Raramente la encontramos en los Padres y fue excluida por los exe- el "primogénito de los muertos" y también el "principio" de la Resu-
getas científicos de las primeras generaciones. En los últimos veinte rrección: como, en efecto, en Adán todos mueren, así también en
años en cambio, muchos exegetas de valor ven incluidos en el capí- Cristo todos serán vivificados (v. 22).
tulo 12 del Apocalipsis contemporáneamente María y el Pueblo de La Resurrección final de que habla Pablo, tendrá lugar según un
Dios. determinado "orden", en el cual la precedencia absoluta pertenece a
En primer lugar es designada la comunidad; sin embargo el Cristo como "primicia"; después resucitarán "aquellos que son de
sentido se adapta también a María en cuanto constituye el Cristo" en el momento de la última venida del Señor; entonces será
cumplimiento de Israel: es la hija de Sión, Madre del Salvador. el final, cuando Cristo entregará el Reino al Padre, después de haber
Estamos una vez más ante aquella lectura típica de la Biblia que a la debelado el pecado con todas sus consecuencias, la última de las
luz del Espíritu Santo sabe ver con inteligencia creyente las cuales es la muerte.
profundidades del plan de Dios. Como en otros textos del Antiguo y El misterio de la Asunción de María al cielo pertenece a este
del Nuevo Testamento, en Ap 12 Israel, María y la Iglesia son vistos orden de precedencias: ella, que más que cualquier otra criatura "es
en forma unitaria como las etapas de un plan orgánico- progresivo de Cristo", es ya partícipe en plenitud de la gloria de su Hijo.
sobre el cual, en la liturgia de hoy, se concentra la atención del autor Evangelio (Le 1, 39-56). La liturgia de la solemnidad de la Asun-
inspirado y la de la Iglesia. ción, después de la reforma del Concilio Vaticano II, lee el texto de
El Salmo responsorial (Sal 44, 10.11.12.16) celebra las bodas de Lucas que narra el advenimiento de la visita de María a Isabel.
un rey de Israel con una princesa extranjera y constituye un anhelo
Nunca como hoy, este texto de Lucas nos ilumina para que poda-
de conjunción entre la temática de los profetas, que ven la historia
mos captar sus insondables profundidades: hoy la Iglesia con las
de la salvación como un misterio nupcial, y el Cantar de los cantares.
palabras de Isabel proclama a Mana bendita entre las mujeres y bie-
La liturgia celebra con este Salmo las bodas regias del Hijo de naventurada porque ha creído en el cumplimiento de las cosas que le
Dios con la humanidad en el misterio de la Encarnación; celebra el fueron dichas de parte del Señor (vv. 42-45); hoy la Iglesia con su
misterio de la Iglesia, esposa de Cristo; celebra el misterio de María, liturgia se hace cumplimiento de las palabras proféticas de la Virgen:
hija predilecta del Padre, esposa fecunda del Espíritu Santo y Madre "todas las generaciones me llamarán bienaventurada" (v. 48).
del Hijo. El día de la glorificación de María, los versículos escogidos El cántico del Magníficat manifiesta, en fin, toda su verdad en la-
del Salmo expresan la complacencia de Dios para con ésta, su bios de María glorificada. Desde esta perspectiva se entiende aquel
criatura, toda bella y esplendente de gracia, en el momento en que misterioso contraste que es armonía, entre la humilde situación hu-
El la acoge por siempre en su Reino para las bodas eternas. mana de .vuestra Señora y su grandeza según la gracia. En el Mag-
Segunda lectura (ICo 15, 20-26). Cristo ha resucitado: si no níficat se transparenta la clara conciencia de María: ella se coloca
hubiera resucitado, vana sería nuestra fe: nosotros, que hemos entre aquellos "pobres", aquellos "humildes" que en el plan de Dios
esperado en El, seríamos los más infelices de todos los hombres (Cf. son la porción escogida y predilecta; por esto el Señor ha hecho en
ICo 15, 17-19). Asegurada la verdad de la Resurrección de Cristo y ella cosas grandes; por esto ella es el tipo de los pobres a quienes el
en fuerza de la ley de la solidaridad con El, participaremos también Señor quiere exaltar (v. 52).
nosotros en su misterio de gloria. En efecto, Cristo nos ha precedido
La oración de la Iglesia. En la contemplación del misterio de la
en calidad de "primicia" (v. 20), es decir, como el primero y más
glorificación de María, la Iglesia en su liturgia agudiza su espera, su
preciado fruto de las cosechas que era reservado a Dios según las
esperanza, y ora: "Haz que vivamos en este mundo constantemente
prescripciones mosaicas para indicar que todo le pertenecía (Cf. Ex

494 4*Í5
orientados a los bienes eternos para compartir su misma gloria" (co- 6. LAS DEMÁS FIESTAS Y MEMORIAS MARIANAS
lecta); "y por su intercesión nuestros corazones, inflamados en tu
amor, aspiren continuamente a ti" (oración sobre las ofrendas). 1. Nuestra Señora de Lourdes
La acción de gracias está expresada por el prefacio propio: María (11 de febrero — memoria libre)
asunta a la gloria del cielo es para la Iglesia signo de segura esperanza
y de consuelo: "Hoy la Virgen María, Madre de Cristo, tu Hijo y Esta memoria está ligada a la vida y experiencia mística de María
nuestro Señor, ha sido llevada a la gloria del cielo. En ella, primicia Bernarda Soubirous (santa Bernardita), hermana conversa de las her-
e imagen de la Iglesia, has revelado el cumplimiento del misterio de manas de Nevers, favorecida por las apariciones de la Virgen María
salvación y has hecho resplandecer para tu pueblo peregrino en la (11 de febrero-16 de julio de 1858) en la gruta de Massabielle.
tierra, un signo de consuelo y de segura esperanza. Tú no has querido Desde entonces Lourdes se convirtió en meta de intensa peregrina-
que conociera la corrupción del sepulcro aquella que engendró al ción. El mensaje de Lourdes consiste en el llamado a la conversión,
Señor de la vida". a la oración, a la caridad.
Finalmente notemos que la Iglesia, al poner en su oración la inter-
cesión de María, afirma una verdad que no debe olvidarse en una
auténtica piedad católica: María, asunta al cielo, continúa ejercitando 2. Visitación de la Bienaventurada Virgen María
una intercesión universal y viva que procede del amor (Cf. LG 62). (31 de mayo — fiesta)
Esta plegaria misericordiosa de la Virgen es eficaz porque es la
expresión misma del amor del Dios de toda misericordia. Así pues, La fiesta de la Visitación fue instituida en 1389 por Urbano VI
la "presencia de María" en nuestra vida de creyentes nos impone la para obtener el fin del cisma de Occidente y fue inscrita en el calen-
obligación de una piedad atenta y filial que se expresa con actitudes dario romano para el 2 de julio, día en que se celebraba entre los
concretas de oración para invocarla y de docilidad a su intervención franciscanos ya desde 1263. Ahora la fiesta fue trasladada al último
maternal. día de mayo, entre las solemnidades de la Anunciación del Señor y
del nacimiento de san Juan Bautista, para hacerla concordar mejor
La solemnidad de la Asunción tiene una prolongación en la con la narración evangélica.
celebración de la Bienaventurada María Virgen Reina, que tiene
lugar ocho días después, en la cual se contempla a aquella que, Fiesta del Magníficat, la Visitación prolonga y difunde el gozo
sentada junto al Rey de los siglos, brilla como Reina e intercede mesiánico de la salvación. María, arca de la nueva alianza, es "teó-
como Madre12. María, partícipe de la gloriosa realeza universal de fora" y es saludada por Isabel como Madre del Señor. La Visitación
Cristo, es propuesta como modelo y signo de esperanza para los es el encuentro entre la joven madre, María, la sierva del Señor, y la
cristianos que, ya revestidos de la dignidad regia del Señor en el anciana Isabel, símbolo de los expectantes de Israel. La premura
Bautismo, están llamados a reinar eternamente con El. afectuosa de María, con su caminar de prisa, expresa junto con el
gesto de caridad, también el anuncio de que los tiempos se han cum-
plido. Juan, que exulta de gozo en el seno materno, comienza ya su
misión de Precursor. El calendario litúrgico —como dijimos— tiene
en cuenta la narración evangélica que coloca la Visitación en los tres
meses entre la Anunciación y el nacimiento del Bautista.

12. La fiesta de la Bienaventurada Virgen María Reina file instituida por Ho XII en 1955, y
la celebración se fijó para el 31 de mayo. La memoria de la Bienaventurada Virgen María bajo
este título será celebrada el 22 de agosto para expresar más claramente la relación entre la realeza
de la santa Madre de Dios y su Asunción.

496
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3. Corazón Inmaculado de la Bienaventurada Virgen María 6. Nacimiento de la Bienaventurada Virgen María
(Sábado después de la solemnidad (8 de septiembre — fiesta)
del Sacratísimo Corazón de Jesús — memoria libre) Esta fiesta en honor de la Bienaventurada Virgen María tuvo
origen en Jerusalén, lo mismo que la solemnidad de la Asunción. Se
La memoria del Corazón Inmaculado de la bienaventurada Virgen trata de la fiesta de la basílica conocida a fines del siglo V como
María fue instituida en 1944 por Pío XII y su celebración se fijó para basílica "sanctae Mariae ubi nata est", y era conocida como basílica
el 22 de agosto. La memoria libre de la Bienaventurada Virgen de santa Ana. En el siglo VII en el rito bizantino y en Roma se
María bajo este título ahora está mejor colocada en el día siguiente celebraba en este día el nacimiento de la bienaventurada Virgen.
a la solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús. Esta celebración El nacimiento de la Virgen está estrechamente ligado a la venida
invita a meditar en el misterio de Cristo y de la Virgen en su inte- del Mesías, como promesa, preparación y fruto de la salvación.
rioridad y profundidad. María, que guarda las palabras y los hechos Aurora que precede al sol de justicia, María preanuncia a todo el
del Señor meditándolos en su corazón (Le 2, 19), es morada del mundo el gozo del Salvador. En efecto, el nacimiento de María es
Espíritu Santo, sede de la sabiduría, imagen y modelo de la Iglesia "esperanza y aurora de salvación para el mundo entero" (oración
que escucha el mensaje del Señor y da testimonio de El. después de la comunión).

4. Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo 7. Bienaventurada Virgen María Dolorosa
(16 de julio — memoria libre) (15 de septiembre — memoria)
Esta memoria mariana es de origen devocional. El título del Car- La memoria de la Bienaventurada Virgen María Dolorosa, de
melo recuerda la herencia espiritual del profeta Elias, como contem- origen devocional, fue primero concedida a la orden de los Siervos
plativo y valiente defensor del único Dios de Israel. En el monte de María en 1667; por el papa Pío VII fue introducida en el calen-
Carmelo, en el siglo XII, se reunieron algunos ermitaños con la dario romano en 1814 y fijada para el tercer domingo de septiembre.
intención de dedicarse día y noche a la alabanza de Dios bajo el En 1913 se la pasó para el 15 de septiembre.
patrocinio de la bienaventurada Virgen María. La memoria de la Virgen Dolorosa invita a revivir el momento
decisivo de la historia de la salvación y a venerar a la Madre asociada
a la Pasión de su Hijo y cerca de él cuando fue elevado en la cruz.
5. Dedicación de la basílica de Santa María Mayor Su maternidad asume en el Calvario dimensiones universales.
(5 de agosto — memoria libre)
Esta memoria está unida a la dedicación de la basílica de Santa 8. Bienaventurada Virgen María del Rosario
María Mayor en el Esquilino de Roma, que es considerada el más
(7 de octubre — memoria)
antiguo santuario mariano de Occidente. La erigió sobre la anterior
construcción de Liberio, el papa Sixto III (432-440) dedicándola a La memoria de la Bienaventurada Virgen María del Rosario fue
Dios e intitulándola a la Virgen, proclamada solemnemente por el instituida en 1573 en acción de gracias por la victoria lograda en
Concilio de Efeso (431) Madre de Dios. Su dedicación el 5 de agosto Lepanto (1571). San Pío V atribuyó aquel histórico acontecimiento
se recuerda en el martirologio jeronimiano (siglo VI). La leyenda de a la oración que el pueblo cristiano había dirigido a la Virgen por
la fundación de la basílica de Santa María Mayor (la nieve caída en medio del Rosario.
agosto habría indicado dónde edificar la iglesia) divulgó en el siglo La memoria fue introducida en el calendario romano en 1716 y
XIII esta memoria local bajo el título de "Dedicación de la Bien- celebrada el primer domingo de octubre; en 1913 la fecha de la fiesta
aventurada Virgen María de las Nieves". se estableció el 7 de octubre.

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9. Presentación de la Bienaventurada Virgen María Naturaleza de la colección de Misas
(21 de noviembre — memoria) de la Bienaventurada Virgen María

La memoria de la Presentación de la Bienaventurada Virgen La colección de misas de la Bienaventurada Virgen María se


María, de origen devocional, está unida a una piadosa tradición propone sobre todo favorecer, en el ámbito del culto a la bien-
atestiguada por el protoevangelio de Santiago. La celebración aventurada Virgen María, celebraciones que sean ricas de doctrina,
litúrgica está unida a la dedicación de la basílica de Santa María la variadas en cuanto al objeto específico y que conmemoren
Nueva, que había sido edificada en Jerusalén, cerca al templo (543). correctamente los hechos de salvación realizados por Dios Padre en
Aunque esta basílica fue destruida hace siglos, la fiesta de la la bienaventurada Virgen en relación con el misterio de Cristo y de
Presentación de la Bienaventurada Virgen María se celebró en todo la Iglesia.
el Oriente; fue acogida en el calendario de la capilla papal en Aviñón La colección está constituida en gran parte por formularios
en 1373. La fiesta, suprimida por Pío V en 1568, fue nuevamente in- provenientes de los actuales propios de las Iglesias particulares y de
troducida en el calendario romano en 1585. Esta memoria da relieve los institutos religiosos como también del misal romano.
a la primera donación total que María hizo de sí misma y se convirtió
en modelo de toda alma que se consagra al Señor. La colección está destinada en primer lugar: a los santuarios
marianos, en los cuales se celebran frecuentemente misas de santa
María; sin embargo en el uso de la colección se deberán observar las
Conclusión normas establecidas en los nn. 29-33 de estas premisas; en las
comunidades eclesiales que, en los sábados del tiempo ordinario,
"No se debe olvidar —afirma la Marialis cultus— que el calen- desean celebrar la misa en memoria de la bienaventurada Virgen
dario romano general no registra todas las celebraciones de contenido María; pero éstas deberán atenerse a todo lo prescrito en el n. 34 de
mariano: que corresponde a los calendarios particulares acoger, con estas premisas.
fidelidad a las normas litúrgicas, pero también con cordial adhesión, Pero la colección constituirá también un valioso instrumento
las fiestas mañanas propias de las diversas iglesias locales. Y queda
litúrgico para los sacerdotes y las comunidades eclesiales que, en los
por recordar la posibilidad de una frecuente conmemoración litúrgica
días en que, de acuerdo con los Principios y normas para el uso del
de la Virgen con el recurso a la Memoria de Santa María en sábado:
misal romano, se pueden celebrar "misas facultativas", desean
memoria antigua y discreta, que hacen sumamente ágil y variada la
flexibilidad del actual calendario y la multiplicidad de formularios celebrar la misa en memoria de la Madre del Señor.
del misal" (n. 9). La promulgación de la colección de Misas de la Bienaventurada
Virgen María no introduce ninguna modificación ni al calendario
romano general, promulgado el 21 de marzo de 1969, ni al misal
7. LA COLECCIÓN DE LAS MISAS romano, publicado en segunda edición típica el 27 de marzo de
DE LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA 1975, ni al leccionario de las misas, cuya segunda edición tiene
fecha del 21 de enero de 1981, ni tampoco al Ordinario rubrical
Como ya anunciamos, presentamos el libro litúrgico en dos vigente (nn. 19-22).
volúmenes (Sacramentarlo y leccionario) de las Misas de la Bien-
aventurada Virgen María". Transcribimos las partes esenciales de la
introducción de la edición italiana. El nuevo libro litúrgico es un
aporte de gran valor para una auténtica devoción a la Madre de Dios.
Solamente que es necesario que este valor sea comprendido en el es-
píritu de la liturgia sin ceder al devocionismo y por tanto con el res-
peto debido a las normas que reglamentan su uso. 13. Ver n. 1 de este capítulo.

500 501
Kslructura de la colección de Misas ción eucarística, a cada formulario se le ha antepuesto una introduc-
de la Bienaventurada Virgen María ción de índole histórica, litúrgica y pastoral, en donde se explica
brevemente el origen de la memoria o del título de la bienaventurada
La Iglesia, a lo largo del año litúrgico, celebra orgánicamente Virgen; ocasionalmente se indican las fuentes del formulario y se
todo el misterio de Cristo: desde la predestinación eterna en virtud ilustra la doctrina que resulta de los textos bíblicos y eucológicos
de ¡a cual Cristo, Verbo encarnado, fue constituido principio y ca- (nn. 23-26).
beza, término y plenitud del género humano y de toda la creación,
hasta su segunda venida gloriosa, cuando todas las cosas serán lleva-
das a plenitud en El "para que Dios sea todo en todos" (ICo 15, 28). Uso de la colección de Misas
Mas, puesto que la Bienaventurada Virgen está estrechamente de la Bienaventurada Virgen María
ligada al misterio de Cristo, la colección de Misas de la Bien- La colección de Misas de la Bienaventurada Virgen María
aventurada Virgen María está dispuesta según el orden del año conseguirá el fin pastoral que se propone, solamente si y de parte de
litúrgico. Por tanto los cuarenta y seis formularios de la colección, todos se utiliza correctamente (n. 27).
sobre todo en relación con el misterio que celebran, están distribuidos
en los diversos tiempos del año litúrgico: en el tiempo de Adviento Respeto de los tiempos del año litúrgico
(tres formularios), en el tiempo de Navidad (seis formularios), en el El correcto uso de la colección exige ante todo por parte del
tiempo de Cuaresma (cinco formularios), en el tiempo de Pascua celebrante el respeto a los tiempos del año litúrgico. Por tanto los
(cuatro formularios), en el tiempo ordinario (veintiocho formularios). varios formularios deben ser usados normalmente en el tiempo
Los formularios del tiempo ordinario están subdivididos en tres litúrgico para el cual están asignados. Sin embargo, por un motivo
secciones: la primera comprende once formularios para celebrar la razonable, algunos formularios pueden usarse también en un tiempo
memoria de la Madre de Dios, bajo los títulos tomados princi- litúrgico diverso; por ejemplo, la misa de "Santa María de Nazaret",
palmente de la Sagrada Escritura y que expresan el nexo María- colocada entre las misas del tiempo de Navidad (n. 8), puede conve-
Iglesia; la segunda presenta nueve formularios para venerar la nientemente celebrarse también en el tiempo ordinario, si un grupo
memoria de la Madre del Señor, bajo los títulos que expresan su coo- de fieles quiere conmemorar la vida que llevó la Virgen en Nazaret
peración en promover la vida espiritual de los fieles; la tercera pro- y su vaior ejemplar; el formulario "María Virgen, Madre de recon-
pone ocho formularios para la celebración de la memoria de la santa ciliación", que se encuentra entre los formularios del tiempo de
Virgen María bajo los títulos que manifiestan su misericordiosa Cuaresma (n. 14), puede correctamente usarse en el tiempo ordinario»
intercesión en favor de los fieles. cuando la Eucaristía se celebra con el fin de suscitar sentimientos de
reconciliación y de concordia.
Este orden hace que los momentos y los modos de la cooperación
En cambio misas como la de "María Virgen en la Epifanía del
de la bienaventurada Virgen en la obra de la salvación sean cele-
Señor" (n. 6) o de "Santa María en la Resurrección del Señor" (fl-
brados en el tiempo litúrgico más apropiado y que se haga resaltar 15), por su íntima pertenencia a un determinado tiempo litúrgico, no
la íntima asociación de la Madre del Señor en la misión de la Iglesia. pueden celebrarse la una fuera del tiempo de Navidad, la otra fuera
La colección, según la costumbre de la liturgia romana, consta de del tiempo de Pascua (n. 28).
dos volúmenes: el primero contiene los textos eucológicos, las
antífonas de entrada y las antífonas para la comunión y también, en
apéndice, algunas fórmulas para impartir la bendición solemne al A) Uso de la colección en los santuarios marianos
final de la misa; el segundo contiene las lecturas bíblicas asignadas
a cada misa, con el Salmo responsorial y el Aleluya con el versículo La colección de Misas de la Bienaventurada Virgen María está
antes del Evangelio. destinada en primer lugar a los santuarios marianos, para que ef
En el primer volumen, para favorecer la preparación de la celebra- ellos se incremente la verdadera piedad hacia la Madre del Señor /

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50?
el culto rendido a ella sea alimentado por el genuino espíritu litúrgico. La "misa propia" del santuario
Esto será de gran provecho para las Iglesias particulares, cuya acti-
vidad pastoral está fuertemente sostenida y favorecida por las ini- La adecuación de los textos al título particular con que la Biena-
ciativas y el compromiso apostólico de los santuarios marianos. En venturada Virgen es venerada en el santuario hace que los peregrinos
efecto, en los santuarios —como prescribe el Código de derecho ca- —sacerdotes y fieles— prefieran habitualmente celebrar la "misa
nónico— deben ofrecerse a los fieles con mayor abundancia "los propia" del santuario.
medios de salvación, por el anuncio diligente de la Palabra de Dios, Sin embargo debe evitarse que sin hacer caso alguno de los di-
el incremento oportuno de la vida litúrgica sobre todo con la cele- versos tiempos del año litúrgico, se celebre exclusivamente la "misa
bración de la Eucaristía y de la Penitencia, como también mediante propia" del santuario. En efecto, es oportuno variar sabiamente el
el cultivo de las sanas formas de la piedad popular" (Can. 1234). formulario de la misa para ofrecer a los fieles, también a través de
La celebración de la Eucaristía es el culmen y como el vértice de la celebración de la Eucaristía, una visión completa de la historia de
toda la acción pastoral de los santuarios: desean especialmente par- la salvación y de la múltiple inserción de la Virgen en el misterio de
ticipar en ella los peregrinos que en gran número se reúnen en los Cristo y de la Iglesia.
santuarios, los grupos que se reúnen en ellos para un encuentro de A título de ejemplo, se indican aquí algunos casos en que, en lu-
estudio o de oración, los fieles que van a ellos individualmente para gar de la "misa propia" del santuario, será útil recurrir a una de las
dirigir a Dios súplicas o para recogerse en una oración contemplativa. misas de la colección:
Por esto en la celebración de la Eucaristía se debe poner todo el
a) En los tiempos de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua en
cuidado para que la acción litúrgica adaptada a las condiciones parti-
los cuales las misas de la Virgen previstas en las respectivas sec-
culares de los fieles y de los grupos, resulte ejemplar y la misma
ciones de la colección se armonizan perfectamente con los misterios
asamblea que celebra los divinos misterios ofrezca una imagen ge-
de Cristo celebrados en tales tiempos litúrgicos;
nuina de la Iglesia.
b) cuando un formulario de la colección atiende mejor a las
La Congregación para el Culto Divino acostumbra conceder a los
circunstancias esenciales de la Iglesia local o de un grupo de pere-
santuarios marianos la facultad de celebrar con frecuencia la misa de
grinos;
' la Bienaventurada Virgen María.
c) cuando un grupo de peregrinos permanece algunos días en un
En el uso de la colección de misas de la Bienaventurada Virgen santuario o va a visitarlo con un ritmo frecuente (nn. 32-33).
María obsérvese cuanto sigue:
a) Teniendo en cuenta el tiempo litúrgico, las misas de la reco-
pilación pueden celebrarse todos los días, excepto los indicados en B) Uso de la colección para la memoria
los nn. 1-6 de la "Tabla de los días litúrgicos"; de Santa María en sábado
b) sin embargo la facultad de que se trata en la letra a) es concedida
solamente a los sacerdotes peregrinos o cuando la misa se celebra La colección de Misas de la bienaventurada Virgen María está
para un grupo de peregrinos; destinada también a las comunidades eclesiales que en los sábados
del tiempo ordinario en que no ocurre alguna memoria obligatoria,
c) en el tiempo de Adviento, de Navidad, de Cuaresma y de Pas- celebran con frecuencia la memoria de Santa María y por tanto de-
cua, a menos que se trate de una celebración con carácter de fiesta o sean disponer de un más amplio repertorio de formularios.
de solemnidad, se deben proclamar las lecturas bíblicas que en el
leccionario ferial están asignadas al día en que se celebra la misa (nn. La costumbre de dedicar el sábado a la Bienaventurada Virgen
29-31). María, nacida en los monasterios carolingios a fines del siglo VIII,
se difundió rápidamente en toda Europa; fue acogida también en los
libros litúrgicos de muchas iglesias locales y casi se convirtió en
patrimonio de las órdenes religiosas de vida evangélico-apostólica,
504
VW
que comenzaron a florecer al comienzo del siglo XIII. Con la reforma a) En el tiempo de Adviento, Navidad, Cuaresma y Pascua, para que no se
litúrgica posterior al Concilio de Trento, esta costumbre fue in- interrumpa la lectura continua de la Sagrada Escritura o no se omitan con
troducida en el misal romano. La renovación litúrgica ordenada por demasiada frecuencia las lecturas que caracterizan el tiempo litúrgico,
el Concilio Vaticano II dio a la memoria de Santa María en sábado proclámense las lecturas asignadas a cada día en el leccionario ferial, salvo
una nueva preeminencia y nuevo vigor: en efecto, hizo más frecuente la facultad concedida en el n. 31 c);
la posibilidad de celebrarla, acrecentó el número, tanto de formu-
b) en el tiempo ordinario corresponde al sacerdote celebrante establecer
larios como de lecturas bíblicas, y renovó los textos eucológicos.
"junto con los ministros y las demás personas que desempeñan algún oficio
La memoria de Santa María en sábado en muchas comunidades en la celebración, sin excluir a los fieles", si es preferible proclamar las
eclesiales se celebra casi como introducción al domingo, el "día del lecturas indicadas en el leccionario de la colección o las indicadas en el
Señor". Ellas, mientras se disponen a celebrar la memoria semanal leccionario ferial (nn. 37 y 41).
de la Resurrección del Señor, contemplan con veneración a la bien-
aventurada Virgen que, "en el gran sábado" cuando Cristo yacía en
el sepulcro, la única fuerte en la fe y la esperanza, sola ella entre to- Un vistazo de la colección
dos los discípulos, esperó en vela la Resurrección del Señor. Esta
memoria de Santa María, antigua y discreta, con su cadencia semanal, 1. Tiempo de Adviento. En el tiempo de Adviento la liturgia
nos sugiere y recuerda que la bienaventurada Virgen está constan- romana celebra las "venidas del Señor": la primera en la humildad,
temente presente y operante en la vida de la Iglesia (nn. 34-36). cuando en la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios, tomando carne
en el seno de la bienaventurada Virgen María, vino al mundo para
salvar a los hombres; la segunda, en la gloria, cuando, al final de los
C) Uso de la colección en los días tiempos, vendrá a "juzgar a los vivos y a los muertos" y a conducir
en que se permiten las "misas opcionales" a los justos a la casa del Padre, donde santa María los ha precedido
en la gloria.
En las ferias del tiempo ordinario en que, según los Principios y Formularios para las misas. 1. María Virgen, hija elegida de la
normas paro el uso del misal romano se permiten las "misas opcio- estirpe de Israel. —2. María Virgen en la Anunciación del Señor.—
nales", al sacerdote que celebra la misa sea con el pueblo, sea sin el 3. Visitación de la Bienaventurada Virgen María.
mismo, se le da la facultad de utilizar uno de los formularios de la
colección. Pero si celebra con la participación del pueblo, en la 2. Tiempo de Navidad. En el tiempo de Navidad la Iglesia celebra
escogencia del formulario el sacerdote debe ante todo preocuparse los misterios de la infancia de Cristo Salvador y de sus primeras ma-
del bien espiritual de los fieles, evitando imponerles sus propios nifestaciones. Por esto, entre las misas de este tiempo litúrgico, que
gustos. Sobre todo busque no omitir con demasiada frecuencia y sin termina con la fiesta del Bautismo del Señor, está comprendida
motivo suficiente las lecturas asignadas para cada día del leccionario aquella de la manifestación de Jesús en Cana de Galilea. La Virgen
ferial: la Iglesia, en efecto, desea que se ofrezca a los fieles una mesa María, por designio de Dios, tuvo una parte singular en los misterios
más abundante de la Palabra de Dios. Los sacerdotes y los fieles re- de la infancia y de la manifestación del Salvador, ya cuando dio a
cuerden que la genuina piedad hacia la bienaventurada Virgen no luz virginalmente al Hijo, lo mostró a los pastores y a los magos, lo
exige que se multipliquen las celebraciones de misas de Santa María, presentó en el templo y lo ofreció al Señor; sea cuando, desterrada,
sino que en ellas todo —lecturas, cantos, homilía, oración universal, fue a Egipto, cuando en la casa de Nazaret, con El y con José su es-
ofrecimiento del sacrificio...— se lleve a cabo correctamente, con poso, llevó una vida santa y trabajadora; ya finalmente cuando, en
cuidado y con vivo sentido litúrgico [...]. el banquete de bodas, pidió a su Hijo por los esposos, y Jesús dio
comienzo a sus signos prodigiosos y manifestó su gloria.
Por lo que respecta a la liturgia de la Palabra, obsérvense las si-
guientes normas: Formularios para las misas. 4. Santa María, Madre de Dios. —
5. María Virgen Madre del Salvador. —6. María Virgen en la

506 507
Epifanía del Señor. —7. María Virgen en la Presentación del Señor. Por esto las misas del tiempo ordinario están repartidas en tres
—8. Santa María de Nazaret. —9. Santa María de Cana. secciones: la primera comprende once formularios para celebrar la
memoria de la Madre de Dios bajo los títulos tomados preferen-
3. Tiempo de Cuaresma. En el tiempo de Cuaresma los fieles se temente de la Sagrada Escritura que expresan el nexo María-Iglesia;
preparan a celebrar santamente la Pascua escuchando con más abun- la segunda presenta nueve formularios para venerar la memoria de
dancia la Palabra de Dios, dedicándose a la oración y a las obras de la Madre del Señor, bajo los títulos que expresan su cooperación en
caridad y de Penitencia, reavivando el recuerdo del Bautismo y si- la promoción de la vida espiritual de los fieles; la tercera propone
guiendo a Cristo por el camino de la cruz. En esta "peregrinación ocho formularios para la celebración de la memoria de la santísima
cuaresmal" la sagrada liturgia propone a los fieles la bienaventurada Virgen María bajo los títulos que manifiestan su misericordiosa
Virgen como ejemplo del discípulo que escucha fielmente la Palabra intercesión en favor de los fieles.
de Dios y siguiendo las huellas de Cristo, se dirige resueltamente "al Primera sección. Esta sección comprende once formularios para
Calvario" para morir con El. Terminada la Cuaresma, en el Triduo celebrar la memoria de la Madre de Dios bajo los títulos tomados
pascual, la bienaventurada Virgen es presentada a los fieles como preferentemente de la Sagrada Escritura que expresan el nexo María-
nueva Eva o "mujer nueva" que permaneciendo al pie del leño de la Iglesia.
vida está unida a Cristo, el "hombre nuevo"; es presentada como
Formularios para las misas. —19. Santa María, Madre del Señor.
madre espiritual, a cuya maternal solicitud el mismo Señor le enco-
—20. María Virgen, Mujer Nueva. —21. El Santo Nombre de María.
mendó todos sus discípulos. —22. María Virgen, Sierva del Señor. —23. María Virgen Templo
Formularios para las misas. 10. Santa María, discípula del Señor. del Señor. —24. María Virgen sede de la Sabiduría. —25. María
— 11. María Virgen al pie de la cruz del Señor (I). —12. María Vir- Virgen imagen y Madre de la Iglesia (I). —26. María Virgen, imagen
gen al pie de la cruz (II). —13. La Bienaventurada Virgen María en- y Madre de la Iglesia (II). —27. María Virgen imagen y Madre de
comendada —14. María Virgen, Madre de la reconciliación. la Iglesia (III). —28. El Corazón Inmaculado de la Bienaventurada
4. Tiempo de Pascua. En el "gran domingo", es decir, en el es- Virgen María. —29. María Virgen Reina del universo.
pacio de los cincuenta días en que la Iglesia con gran gozo celebra Segunda sección. Esta sección presenta nueve formularios para
el sacramento pascual, la liturgia romana recuerda también a la Ma- venerar la memoria de la Madre del Señor bajo los títulos que expre-
dre de Cristo, exultante por la Resurrección de su Hijo o que junto san su cooperación en la promoción de la vida espiritual de los
con los apóstoles persevera en oración y espera con plena confianza fieles.
el don del Espíritu Santo. En esta luz la Iglesia, cuando en Formularios para las misas. —30. María Virgen Madre y
cumplimiento de su misión maternal celebra los sacramentos medianera de gracia. —31. María Virgen fuente de la salvación. —
pascuales, contempla en la bienaventurada Virgen Madre de Cristo 32. María Virgen, Madre del buen consejo. —34. María Virgen causa
el ejemplo y la ayuda para la misión evangelizadora que le ha de nuestra alegría. —35. María Virgen apoyo y defensa de nuestra fe.
confiado Cristo resucitado de entre los muertos. —36. María Virgen, Madre del bello amor. —37. María Virgen,
Formularios para las misas. 15. Santa María en la Resurrección Madre de la santa esperanza. —38. María Virgen, Madre de la unidad.
del Señor. —16. María Virgen fuente de luz y de vida. —17. María Tercera sección. Esta sección propone ocho formularios para la
Virgen del Cenáculo. —18. María Virgen, Reina de los apóstoles. celebración de la memoria de la Santa Virgen María bajo los títulos
5. Tiempo ordinario. En el tiempo ordinario, tanto en el calendario que manifiestan su misericordiosa intercesión en favor de los fieles.
romano general como en los calendarios de las Iglesias particulares y Formularios para las misas. —39. María Virgen, Reina y Madre
de los institutos religiosos, ocurre frecuentemente la memoria de la de la misericordia. —40. María Virgen, Madre de la divina pro-
Bienaventurada Virgen María. Son numerosos en los propios del rito videncia. — 41. María Virgen, Madre de la consolación. —42.
romano los formularios de misas de nuestra Señora; su objeto, único María Virgen, auxilio de los cristianos. —43. María Virgen de la
e idéntico, —la obra de Dios en María santísima, realizada con miras merced. —44. María Virgen, Salud de los enfermos. —45. María
a Cristo y a la Iglesia— se celebra bajo muchos y variados aspectos. Virgen, Reina de la paz. —46. Santa María, puerta del cielo.

D'J
508
Conclusión: ejemplaridad de la Bienaventurada Virgen Capítulo XXVIH
en las celebraciones litúrgicas
La liturgia, con su fuerza actualizante, pone a menudo ante los
EL CULTO A LOS MÁRTIRES
ojos de los fieles la figura de María de Nazaret, que "se consagró Y A LOS SANTOS
totalmente a sí misma como sierva del Señor a la persona y a la obra
de su Hijo, sirviendo al misterio de la redención sometida a El y con
El" (LG 56). Por tanto, sobre todo en las acciones litúrgicas, la Ma-
dre de Cristo refulge como modelo de virtud y de fiel cooperación
en la obra de la salvación.
La liturgia, heredera de la doctrina y del lenguaje de los santos
Padres, para expresar la ejemplaridad de la Bienaventurada Virgen
utiliza varios términos: modelo, sobre todo cuando quiere destacar
su santidad y proponerla a la imitación de los cristianos como fiel
sierva del Señor y perfecta discípula de Cristo; figura, cuando quiere 1. El culto a los mártires
indicar que la vida y la condición esencial de María —Virgen,
Esposa, Madre— prefiguran la vida de la Iglesia y son guía para sus En el año 155 fue martirizado san Policarpo, obispo de Esmirna
pasos en el camino de la fe y en el seguimiento del Señor; imagen, en el Asia Menor. Con una carta fue informada la comunidad
cuando quiere subrayar que en María, ya perfectamente configurada cristiana de la gloriosa muerte de su pastor, cómo fue sepultado su
a su Hijo, la Iglesia "contempla con gozo, como en una imagen cuerpo en un lugar conveniente, y se manifestó la decisión de
purísima, lo que toda ella desea y espera ser" (SC 103). encontrarse cada año junto a su sepulcro con todos los fieles "para
celebrar el día aniversario de su martirio"1. Este es el primer tes-
Por esto la Iglesia en la sagrada liturgia invita a los fieles a imitar timonio cierto del culto a un mártir. A un siglo de distancia se en-
a la bienaventurada Virgen sobre todo por la fe y la obediencia con cuentran algunos testimonios del martirio del papa san Sixto con sus
.que se adhirió amorosamente al proyecto salvífico de Dios. En siete diáconos y de san Cipriano, todos martirizados en la primera
particular, los himnos y los textos eucológicos muestran una rica y mitad de septiembre del 2582. A mediados del siglo III en Roma hay
espléndida serie de virtudes que la Iglesia, guiada por el Espíritu testimonios directos de la veneración y de las invocaciones a los
Santo, ha descubierto en la Madre de Cristo, a lo largo de su secular
santos Pedro y Pablo.
experiencia de oración y de contemplación.
La ejemplaridad de la bienaventurada Virgen, que emerge de la El culto a los mártires fue el primt ro que surgió junto a la cele-
misma acción litúrgica, induce a los fieles a conformarse a la Madre bración de la Pascua. El hecho es muy significativo; est< culto no es
para mejor conformarse al Hijo. Pero los induce precisamente a sino un aspecto del Misterio Pascual. Si los mártires cc.i sus sufri-
celebrar los misterios de Cristo con los mismos sentimientos y mientos dieron testimonio de Cristo, con mayor razón es Cristo
actitudes con que la Virgen estuvo al lado de su Hijo en el nacimiento quien en ellos dio testimonio al Padre.
y en la Epifanía, en la Muerte y en la Resurrección. Es decir, los El día aniversario del martirio se hacía memoria del testimonio
incita a guardar diligentemente la Palabra de Dios y a meditarla con heroico dado en favor del Evangelio por estos hermanos y es cierto
amor; a alabar a Dios alegremente y a darle gracias con gozo; a que inicialmente un momento central de esta conmemoración
servir fielmente a Dios y a los hermanos y a ofrecer generosamente
por ellos hasta la propia vida; a orar al Señor con perseverancia y a 1. Martirio de san Policarpo 18; Ed. G. Bosio en Corona Patrum Salesiana, Series graeca,
implorarle con confianza; a ser misericordiosos y humildes; a Vol. XIV, part. II, Tormo, 1956, pp. 240-241.
observar la ley del Señor y a hacer su voluntad; a amar a Dios en 2. El hecho provocó una profunda impresión en la comunidad romana y no dejó de influir en
la veneración y el culto de los mártires, tanto que se habló del verano del 258 como de un momento
todo y sobre todo; a velar en espera del Señor que viene {Introducción crucial para la historia del calendario romano (Cf. P. Jounel, Veté 258 dans le calendrier ronutin,
a las Misas de la B.V.María, nn. 14-17). en La Maison-Dieu, 52/1957, pp. 44-58).

510 511
consistía en la celebración de la Eucaristía, durante la cual era pro- La reforma litúrgica ha querido recordar de modo particular a los
nunciado el nombre del mártir. En tiempos posteriores el obispo ha- antiguos mártires romanos de cuya existencia y veneración se tiene
cía también el elogio del heroico testigo de la fe, o se hacía la lectura noticia por la Depositio martyrum romana del 354, por los sacramén-
de las actas auténticas de su martirio. tanos y por otros documentos del Medioevo. Ellos deben consi-
El culto a los mártires en los primeros tiempos era estrictamente derarse como el núcleo venerable de las filas de los santos que la
local; estaba ligado a dos elementos cuidadosamente señalados: el Iglesia romana tuvo en veneración. Después de la solemnidad de los
día de la muerte y el lugar donde había sido depositado el cuerpo del santos apóstoles Pedro y Pablo, el 30 de junio, se colocó una nueva
mártir; allí se congregaba la comunidad cristiana en cada aniversario memoria libre de los santos protomártires de la Iglesia de Roma, es
para celebrar su memoria3. decir, de los hombres y mujeres que fueron muertos en el circo de
Nerón en el año 64. Así el nuevo calendario puede ser considerado
Otro elemento que hay que tener presente y que demuestra la
naturaleza con que nació el culto a los mártires es proporcionado por verdaderamente un calendario romano, fiel a la tradición.
las costumbres con que entonces se hacían las honras fúnebres a los
difuntos. En efecto, en el mundo pagano antiguo, el día del cumplea-
ños del difunto todos los parientes se congregaban junto a su tumba; 2. El culto a los santos
los cristianos, a diferencia de los paganos, se reunían junto a la tum- a) Del culto tributado por la Iglesia a los mártires que habían
ba para celebrar no el "dies natalis" a la vida terrena, sino el "dies derramado su sangre por Cristo, bien pronto se pasó al culto de aque-
natalis" como nacimiento a la verdadera vida del cielo. Además la llos que habían confesado su fe públicamente sufriendo torturas, cár-
conmemoración cristiana, a diferencia de la pagana, estaba marcada cel, destierro. Tertuliano los llama "martyres designad"5. De los
por el sentido de la alegría, de la victoria y de la esperanza, la partici- mártires y confesores en sentido estricto de la fe, se tuvo una ulterior
pación no está restringida al círculo de los parientes sino extendida prolongación al considerar a los santos con su respectivo culto cuan-
a toda la Iglesia de Dios (la "familia Dei") que se encuentra en aquel do entró la idea del martirio espiritual; san Cipriano afirma que hay
lugar. Finalmente, otra característica del culto cristiano a los már- cristianos que "no llegaron al martirio porque les vino a faltar la
tires, contrariamente al culto pagano de los difuntos, es la de no limi- ocasión del martirio"6.
tarse a la primera generación de aquellos que los habían conocido,
sino que se prolongaba a las generaciones posteriores. La comunidad El número de los santos se amplió todavía más cuando fueron
cristiana guardaba celosamente como su gloria y su precioso tomadas en consideración las grandes figuras de obispos que ilus-
patrimonio la memoria de los mártires, por los cuales alababa a Dios traron la fe cristiana de modo eminente con su doctrina y su ejemplo
que todo lo ve, y celebraba el sacrificio eucarístico "del cual está ex- de vida (por ejemplo san Atanasio, obispo de Alejandría).
cluida la sangre y la violencia"4. La otra categoría, fundada siempre en la intuición del martirio
El culto a los mártires, que en un primer tiempo fue solamente espiritual, abarca a los ascetas, las vírgenes, los monjes, hasta llegar
local, progresivamente se extendió a otras Iglesias, vecinas y lejanas a cualquier fiel que haya dado un testimonio heroico de vida cristiana
hasta llegar a ser universal. en cualquier situación.

3. Los crislianos, inicialmenle, no distinguieron mucho el culto de los mártires del culto a los alabanzas a aquel que ve todo y se celebra, en memoria de estos hombres, la Eucaristía, el
difuntos. Inclusive la celebración eucarística sobre la tumba de los mártires, no aparecía muy sacrificio del cual está excluida la sangre y la violencia. No se busca el olor del incienso ni
distinta de la que se acostumbraba celebrar por los difuntos. San Cipriano atestigua que se ofrecía tampoco la hoguera, sino una luz pura que basta para iluminar a quienes oran. A menudo se lie tu'
el sacrificio por los mártires y los confesores de la fe como se acostumbraba por los difuntos: una comida moderada, en favor de los pobres y de los desdichados" (El texto proviene de la »"
"Sacrificia pro eis semper offerimus" (Epi.st. 38, 3). Con san Agustín, en cambio, se llega a una llamada Oraíio ad sanctorum coelum, citada por H. Delhaye, Les origines du cuite des Martyn*
precisa distinción entre los simples difuntos y los mártires: por éstos no se ora, mientras que por Brusellas 1933, 2 ed., p. 42). Para todo este tratado Cf., el estudio de P. Viscntin, t'ormazhmr
los otros sí se ora: "Non pro ipsis [martyribus] oratur, pro ceteris defunctis oratur" (Cf. san sviluppo del Santorale nell'anno litúrgico, en RL 3/1978, pp. 297-319.
Agustín, Sermón 159, 1, PL 38, 868: De Ctvitate Dei 22, 10, PL 41, 772). 5.Tertuliano, Ad Martyres, 1, 1, PL 1, 691; ed. E. Dekkers, en Corpus Clirislianorum, Swi<
4. Un texto que se considera anterior al Concilio de Nicea (a. 321) puede dar en síntesis la Latina, I, Turnhout, 1954, p. 3; trad. y notas de A. Gramaglia, Edizioni l'aoline, Koiiui. I'JHI, V
tonalidad concreta de la celebración de un mártir por parte de la comunidad que se reunía junto a 149.
la tumba o en el lugar mismo del martirio para el dies natalis: "Se cantan himnos, salmos y 6. San Cipriano, De mortalitate, 17, PL4, 616; CSEL, Ed. Hartcl. 1, Viciiu. IHCH, p ton

512 ,1 \
17. Cristo fiesta de la Iglesia
b) Para comprender y valorar bien este progresivo ensancha- o también el día de la traslación de sus reliquias; la universalización
miento — afirma P. Visentin— es importante no perder de vista la del calendario9.
idea clave de la santidad cristiana, que se amplió ciertamente, pero Las leyes que regulan las celebraciones de las fiestas de los san-
siempre hundió sus raíces y su auténtica justificación en el martirio, tos son las de la preeminencia del ciclo litúrgico del misterio de la
como perfecta asimilación a Cristo muerto y resucitado. Así, si el salvación sobre el santoral (Cf. SC 108).
Misterio Pascual fue el objeto único y primitivo de la celebración d) El 1 de noviembre la Iglesia celebra, desde el siglo IX la So-
cristiana del año litúrgico, el culto de los mártires no se desvía de lemnidad de todos los santos. En una única fiesta se recuerdan junto
este centro, en cuanto ellos son los perfectos imitadores de Cristo a los santos canonizados, todos los justos de toda lengua, raza y na-
que da su vida hasta el derramamiento de la sangre, y si se admiten ción, cuyos nombres están escritos en el libro de la vida (Cf. Ap 20,
otros santos es porque también ellos siguieron a Cristo con fortaleza 12). El significado de esta solemnidad está bien expresado en el
y heroísmo análogos. El concepto de santidad cristiana conserva así embolismo del prefacio: "Hoy nos concedes el gozo de contemplar
una relación radical e íntima con el martirio y con el Misterio Pascual la ciudad del cielo, la santa Jerusalén que es nuestra madre, donde
de Cristo, como autorizadamente fue reconocido y confirmado por la asamblea festiva de nuestros hermanos glorifica eternamente tu
el Vaticano II en la SC 104, cuando se declara que la Iglesia en las nombre. Hacia la patria común nosotros, peregrinos en la tierra,
fiestas de sus santos celebra siempre, en el fondo, el único Misterio recorremos en la esperanza nuestro camino, alegres por la suerte
Pascual de Cristo en cuanto revivido en sus miembros. Por consi- gloriosa de estos miembros elegidos de la Iglesia, que nos has dado
guiente, el grupo de los mártires constituye no sólo el núcleo central como amigos y modelos de vida".
y más primitivo del santoral, sino también el necesario punto de
referencia para un estudio de la auténtica santidad cristiana"7.
3. El culto a los ángeles
La fisonomía completa y auténtica del año litúrgico —siempre
según una feliz síntesis de P. Visentin— aparece en los siguientes
Durante el año litúrgico se celebra también el culto a los ángeles.
puntos fundamentales:
En el prefacio para sus fiestas se afirma el motivo de este culto. "No-
1. Celebración esencial y primaria, celebración memorial pero real del sotros proclamamos tu gloria que brilla en los ángeles y en los arcán-
Misterio Pascual de Cristo: es el objeto del Propio del tiempo y de toda misa. geles; honrando a estos mensajeros tuyos, exaltamos tu bondad
infinita; en los espíritus bienaventurados nos revelas cuan grande y
2. Celebración, a través del santoral, del mismo misterio de Cristo visto en
amable eres por encima de toda criatura".
sus frutos, realizado en sus miembros más configurados a Cristo muerto y
resucitado.
9. En el calendario general, a los santos romanos se les añadieron muchos sanios del Oriente y
3. Celebración del mismo misterio salvífico en cuanto Cristo asocia aún hoy del África septentrional, muchísimos sanios italianos, franceses y españoles y algunos santos de
a su obra también el amor, la intercesión y el ejemplo de sus santos y sobre otros países de Europa. Pero había llegado la hora de incorporar en el calendario algunos santos de
otros países de la tierra, sobre todo mártires, siempre objeto de culto particular en la Iglesia. Hoy
todo de su Madre santísima8. todos los continentes están ya santificados por los trabajos de los predicadores el Evangelio y por la
sangre de los mártires. En el nuevo calendario se introdujeron las memorias de san Pablo Miki y
compañeros, mártires japoneses y primeros mártires canonizados del Extremo Oriente (+ 5 febrero
c) Los criterios adoptados para la revisión del santoral en la re- 1597); de san Lorenzo Ruiz, filipino de origen, y compañeros, martirizados en el Japón (+28
forma decretada por el Concilio Vaticano II fueron los de la verdad septiembre de 1633); de san Andrés Kim Taegon y Pablo Chong Hasang y compañeros, primeros
histórica de cada santo; de la celebración de su memoria el día ani- mártires de Korea (+20 de septiembre de 1846); de san Andrés Dung-Lac y compañeros, asesinados
por la fe en Vietnam enlre 1835 y 1852; de san Isaac Jogues y compañeros mártires, asesinados en
versario de su muerte o, en caso de estar impedido, el más cercano, Canadá y en Estados Unidos (18 de octubre de 1647); de san Pedro Chanel, primer mártir de Oceanía
(+28 de abril de 1841) y de san Carlos Lwanga y compañeros, mártires de Uganda y primeros
mártires del África Central (+3 de junio de 1886). En el calendario ya se encontraba la celebración
7. P. Visentin, Fromazione e sviluppo del Santorale nelianno litúrgico, en RL 3/1978, p. 305- de santa Rosa de Lima (30 de agosto); ahora se añadieron también las de santo Toribio de Mogrovejo,
8. P. Visentin, IM celebrazione del mistero pasquale nella memoria delta Vergine e dei santi, arzobispo de Lima (+23 marzo 1606) que organizó a la jerarquía eclesiástica en América Latina, y
en AA. VV., // "nuovo" Messale. Proposte per una valorizzazione pastorale, OR, Milano, 1974, de san Martín de Porres (+5 noviembre de 1639), muy popular entre los americanos de raza iieum
pp. 80-81. o mulatos.

514 SIS
Al considerar a los ángeles en el culto también se tiene presente
cómo la Iglesia peregrina, en su liturgia terrena, participa, pregus- CONCLUSIÓN
tándola, de la liturgia celestial, que es celebrada en la santa ciudad
de Jerusalén. Con todos los coros de la milicia celestial ella canta al
Señor el himno de la gloria (Cf. SC 8). Bajo este aspecto la liturgia
siempre ha recordado a los ángeles y a los arcángeles.
En la Iglesia romana el testimonio más antiguo del culto litúrgico
a los ángeles se remonta a comienzos del siglo V con la memoria de
san Miguel; Gabriel y Rafael fueron acogidos en el calendario en
1921 (24 de marzo y 24 de octubre).
La reforma del calendario después del Concilio Vaticano II reunió
las fiestas de los tres arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael en la fecha
del 29 de septiembre.
Miguel (¿Quién como Dios?) es el arcángel que se levanta contra
Satanás y sus satélites (Jdt 9; Ap 12, 7), defensor de los amigos de
Dios (Dn 10, 13.21), protector de su pueblo (Dn 12, 1). El año litúrgico en su valor esencial es el año de Cristo, mejor di-
Gabriel (Fuerza de Dios) es uno de los espíritus que están delante cho, es Cristo mismo quien vive en su Iglesia y por nosotros con-
de Dios (Le 1, 19), revela a Daniel los secretos del plan de Dios (Dn tinuamente intercede junto al Padre (Hb 7, 25): "Jesucristo es el mis-
8, 16; 9, 21-22), anuncia a Zacarías el nacimiento de Juan Bautista mo ayer, hoy y siempre" (Hb 13, 8). De esta visión cristocéntrica se
(Le 1, 11-20) y a María el de Jesús (Le 1, 26-38). derivan algunas conclusiones doctrinales y prácticas como síntesis
del tratado.
Rafael (Dios curó), también es uno de los siete ángeles que están
delante del trono de Dios (Tb 12, 15), acompaña y guarda a Tobías 1. El misterio de Cristo en el año litúrgico no se ha de tomar co-
en las peripecias de su viaje y le cura a su padre ciego. mo una realidad pensada culturalmente a la manera propia de la teo-
logía sistemática, sino que se ha de considerar como realidad en acto
El 29 de septiembre el martirologio jeronimiano (siglo VI) re- de la presencia salvífica del Crucificado-Resucitado en el hoy de la
cuerda la dedicación de la basílica de San Miguel (siglo V) sobre la celebración litúrgica.
vía Salaria en Roma. La dimensión sacramental del año litúrgico expresada sobre todo
En el siglo XVII se celebraba en España y Francia la fiesta de los en el misterio eucarístico, plenitud de la redención actualizada en la
Angeles de la Guarda que el papa Clemente X estableció para el Iglesia, se ha de tomar y considerar en toda la profundidad y
resto de la Iglesia fijándola para el 2 de octubre. Esta fecha fue extensión de sus implicaciones teológicas y pastorales. Este aspecto
definitivamente confirmada por san Pío X. constituye el punto distintivo del modo de entender la liturgia.
En la historia de la salvación, Dios confía a los ángeles el encargo El elemento fundamental, recuperado por el Concilio Vaticano II,
de proteger a los patriarcas, a sus siervos (Sal 90, 11-13) y a todo el está constituido por la colocación del culto de la Iglesia en la perspecti-
pueblo elegido (Ex 23, 20-23). Pedro en la cárcel es librado por su va de la revelación histórica de Dios en Cristo con el Misterio Pascual
ángel (Hch 12, 7-11.15). Jesús en defensa de los pequeñuelos dice como centro (Cf. SC 5-7). Lo que la Biblia anuncia y la reflexión
que los ángeles de ellos ven siempre el rostro del Padre que está en teológica profundiza con categorías culturales-conceptuales, la liturgia
los cielos (Mt 18, 10). lo hace presente sacramentalmente para que sea lograda la finalidad
querida por Dios al revelarse: invitar y admitir a los hombres a la co-
munión con el Padre mediante Cristo en el Espíritu Santo (Cf. DV 2),

516 517
sentido de la vida, el destino del hombre, la convivencia humana, la
El año litúrgico, expresión ritual del plan salvífico de Dios, nos
justicia, la libertad, la paz, la fraternidad, el sufrimiento, la felicidad,
recuerda que toda la economía de la salvación es sacramental no
el amor hacia el hombre como signo del amor de Dios.
sólo en su fase constitutiva, que culmina en Cristo, misterio del Pa-
dre, sino también en el tiempo de la Iglesia. "Lo que era visible en Vivir el año litúrgico como interpelación significa aceptar en la
nuestro Redentor ha pasado a los ritos sacramentales" ("in sacra- vida el señorío de Cristo resucitado. La palabra del Evangelio se
menta transivit") (san León Magno) y "toda auténtica santificación hace entonces instancia crítica de toda ideología y proyecto humano,
cristiana (vera justitia christiana) o comienza, o aumenta, o —cuan- denuncia del pecado, anuncio de redención y de esperanza frente a
do se ha perdido— se recupera mediante los sacramentos" (Concilio la experiencia de la limitación humana. La actualización sacramental
de Trento, Denz. 846). del misterio de Cristo, por tanto, es momento de formación del
2. La acción pastoral, por consiguiente, se orienta en su línea más cristiano para situarse en el mundo como signo de la salvación evan-
auténtica cuando conduce a los fieles al encuentro sacramental con gélica, dando un nombre a cada justa y legítima espera humana.
Cristo y sus misterios, que gravitan sobre el Misterio Pascual, valo- El año litúrgico como profecía significa abrir el hombre a su
rando la celebración de los tiempos litúrgicos y de las fiestas como futuro trascendente. El Señor con la presencia de sus misterios y la
la perpetuación de los acontecimientos salvíficos en el hoy del culto gracia de su Espíritu "realiza una liberación para todos, en cuanto
santificante. El compromiso actual e inderogable de la pastoral se (los creyentes), al renegar del egoísmo y asumir en la vida humana
sitúa en el descubrimiento del sentido teológico de la naturaleza todas las fuerzas terrenas, se proyectan hacia el futuro, cuando la hu-
simbólica de toda la celebración litúrgica en relación con los acon- manidad misma vendrá a ser ofrenda agradable a Dios" (GS 38).
tecimientos salvíficos. Esto implica reconocer, por vía de principio Aquí está el fundamento de la fiesta del hombre, hecho nueva crea-
y de hecho, la intrínseca relación entre evento — palabra que lo tura: la fiesta cristiana es \a veuVad ue\ hombre pmque Cristo es la
anuncia—sacramento que lo actualiza — fe que lo vive. La celebra- verdad (Jn 14, 8; 18, 37).
ción del año litúrgico se vuelve así el lugar teológico privilegiado en
el cual la comunidad creyente encuentra a Cristo, participa en su La dimensión escatológica de la Iglesia, de su misión y de su
misterio, se confronta con el Evangelio en un camino de profundi- culto nos lleva, mediante el camino del año litúrgico, a la contem-
zación de la fe-conversión. Solamente esta fe hace "verdadera" la plación de la gran liturgia del cielo ya participada y pregustada en
acción litúrgica. la celebración de la liturgia terrena (SC 8). Movidos por el Espíritu,
con toda la Iglesia, esposa del Cordero, alimentamos así la esperanza
La liturgia sin la Palabra cae en el ritualismo; la Palabra que no en la ardiente invocación: "Maranatha: ven, Señor Jesús" (Ap 22,
conduce a la celebración sacramental cede al abstraccionismo inte- 20).
lectual e iluminista. Recordemos una feliz síntesis: "Nec Verbum
sine Sacramento, nec Sacramentum sine Verbo". La vida, pues, de-
berá expresar cuanto se ha celebrado en el sacramento de la fe.
3. El año litúrgico entendido en esta perspectiva cristocéntrico-
sacramental, es memoria, interpelación, profecía. En esta celebra-
ción, el hombre está siempre involucrado en toda la plenitud y
profundidad de su ser.
Celebrar el año litúrgico como memoria es tomar conciencia de
que la fe cristiana consiste en la esencial referencia al acontecimiento
histórico de Jesús y a su misterio, el único en que "encuentra verda-
dera luz el misterio del hombre" (GS 22), la solidaridad (GS 32), la
actividad humana (GS 38). Hacer memoria de Jesús implica también
una confrontación con toda la problemática humana fundamental: el

518 i«)
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S. CONGREGATIO PRO CULTU DIVINO, Litterae circulares "Defestis paschalibus
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CALENDARIUM ROMANUM ex decreto s. oecumeniei Concilü Vaticani 11
instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum Editio typica, Typis
Polyglottis Vaticanis, Romae, 1969. Trad. It . a cura di R FALSINI, Normel
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instauratum auctoritate Pauli PP. VI promulgatum, Editio typica, Typis
Polyglottis Vaticanis, Romae, 1970.
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242/1986 (I), pp. 445-744; 252-253-254/1987 (II), pp. 413-1009.
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servir como profundización de la materia tratada en la línea de las 61/1971 (II), pp. 74-77; 62/1971 (III), pp. 94-95; 63/1971 (IV), pp. 134-136;
65/1971 (V), pp. 276-280; 68/1971 (VI), pp. 409-410.
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PIÓ XII, Carta encíclica "Mediator Dei", 20 de noviembre de 1947, A AS XXXIX, CEI (a cura di), Lezionaño domenicale e festivo, l'ascicolo supplcmentare. Librería
1947, pp. 521-600. Editrice Vaticana, 1982.
ORDO HEBDOMADAE SANCTAE INSTAURATUS, Decretum genérale "Máxima CEI (a cura di), Messale Romano, Librería Editrice Vaticana, 1983.
redemplionis" e Instruclio de ordine Hebdomadae Sanctae instaúralo rite CEI, // giorno del Signore. Nota pastorale, Enchiridion CEI, Dehoniane, Bologna
peragendo de la s. Congregación de Ritos, 16 de noviembre de 1955, Editio 1986, Vol. 3, n. 110 (nn. 1933-1974).
typica Vaticana, 1955. CEI (a cura di), Messe della Beata Vergine María. Raccolta di formulan secondo
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oecumeniei Vaticani II, Typis Polyglottis Vaticanis, Romae, 1973, Vol. II, pars ENCHIRIDION DOCUMENTORUM INSTAURATIONIS LITURGICAE, Vol. I,
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Capítulo I
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del Concilio Vaticano II

Siglas de las revistas 1. La liturgia, actualización de la historia de la salvación


2. El "motu proprio" Mysterii paschalis de Pablo VI
RL = Rivista Litúrgica, Ldc, Torino-Leumann.
3. Normas generales para la ordenación
RPL = Rivista di pastorale litúrgica, Queriniana, Brescia.
del año litúrgico y del calendario
A) El año litúrgico
B) El calendario
4. La segunda edición del misal romano
en lengua italiana
I. Motivaciones y características de la segunda edición
italiana del misal
II. Para una mejor utilización pastoral del misal
Conclusión

534
('apítuio II 2. El Misterio Pascual cumplido en Jesús
3. La 'kenosis' de Cristo, primera vertiente de su Pascua
El leccionario y el año litúrgico 34 4. La glorificación de Cristo,
1. Sagrada Escritura y liturgia 34 segunda vertiente de su Pascua
5. La finalidad última salvífica del Misterio Pascual
2. Unidad de los dos Testamentos, principio está unida con el don del Espíritu
hermenéutico de la Escritura en la liturgia 38
6. El significado escatológico
3. Estructura y ordenación de las lecturas y cósmico del Misterio Pascual
de la misa en el año litúrgico 41
Capítulo VII
Capítulo III
Desarrollo progresivo del año litúrgico
El tiempo y la salvación 47
1. El tiempo cósmico 47 1. El domingo, fiesta primordial
2. La concepción griega del tiempo 49 2. La celebración anual de la Pascua
3. La concepción bíblico-cristiana del tiempo 52 3. El ciclo de Navidad
4. El culto de los mártires y de la Madre de Dios
Capítulo IV 5. Progresivo desarrollo del año litúrgico
Del evento salvífico al memorial litúrgico 55 6. Las razones para la celebración de un año litúrgico

1. La unidad en Cristo del plan salvífico 55 Capítulo VIII


2. Del evento al memorial 59
3. El evento Cristo, nuestra Pascua, celebración de la Iglesia 65 El domingo, celebración semanal de la Pascua
4. La dimensión sacramental del plan salvífico 68 1. Origen apostólico del domingo
Capítulo V 2. El misterio del domingo
3. El domingo celebra la Pascua
El "misterio" y los "misterios" de Cristo 73 4. El domingo, día de la asamblea
1. Cristo es el "misterio" 73 5. El domingo, día de la Eucaristía
2. Los "misterios" en el "misterio" de Cristo 75 6. El domingo, día de la misión y de la caridad
3. Los misterios de Cristo en la historia de la teología 77 7. El domingo, día de gozo
4. Los misterios de Cristo en la enseñanza 8. Aspectos pastorales relativos al domingo
del Magisterio de la Iglesia 83
5. Explicaciones teológicas de la presencia Capítulo IX
de Cristo y de sus misterios en la liturgia 88
El domingo, día de fiesta y de reposo.
Capítulo VI Aspectos sociológicos, antropológicos y teológicos

El Misterio Pascual, centro y fundamento del año litúrgico 93 1. Crisis de la fiesta, crisis del ser humano
2. La necesidad de hacer fiesta
1. El Misterio Pascual prefigurado 3. En busca del sentido de la fiesta
en el Antiguo Testamento 94

536
4. La celebración de la fiesta 143 1. Historia y significado del tiempo de Adviento
5. La fiesta del ser humano liberado y santificado 143 2. Los textos bíblicos del leccionario del Adviento
6. La fiesta celebrada en el sacramento 145 3. Los textos eucológicos del tiempo de Adviento
7. La fiesta celebrada con la vida 146 a) Adviento escatológico
8. El sentido del reposo dominical 148 b) Adviento natalicio
4. Las figuras-modelo de la espera del Adviento
Capítulo X 5. La teología del Adviento
La pastoral y el año litúrgico 151 6. La espiritualidad del Adviento
7. La pastoral del Adviento
1. Naturaleza y finalidad de la pastoral litúrgica 151
2. Pastoral del año litúrgico 154
Capítulo Xlll
3. El año litúrgico, lugar de formación
de la comunidad cristiana 155 La Navidad
4. El año litúrgico y la piedad popular 161 1. Origen e historia de la fiesta de Navidad
2. Los textos bíblicos de la celebración de la Navidad
Capítulo XI 3. Los textos eucológicos de la liturgia de Navidad
Espiritualidad y año litúrgico 168 4. La teología de la celebración de la Navidad
5. La espiritualidad de la Navidad
1. Notas esenciales de la espiritualidad cristiana 169
6. Pastoral de la Navidad
2. La característica de la espiritualidad litúrgica 170
7. La octava de Navidad y las fiestas que la caracterizan
3. La espiritualidad del año litúrgico 173
4. Superación de las perspectivas de la "devotio moderna" 174
5. La unión con Cristo, único y necesario mediador 175 Capítulo XIV
6. Contacto salvífico con la humanidad de Cristo 176 Las fiestas de Epifanía
7. Comunión con el misterio de la Iglesia 177
1. Origen de la fiesta de la Epifanía
8. Celebrar el misterio de Cristo con la Liturgia de las Horas 178
2. La celebración de la Epifanía
9. Meditación personal y comunitaria de los textos litúrgicos 179 en el misal de Pablo VI
10. Vivir el misterio a través del signo 181
3. Teología y espiritualidad de la Epifanía
4. Fiesta del Bautismo del Señor
Parte segunda 5. Presentación del Señor (2 de febrero)
LA MANIFESTACIÓN DEL SEÑOR
Parte tercera
EL TIEMPO DE ADVIENTO,
NAVIDAD Y EPIFANÍA 183 LA CELEBRACIÓN ANUAL DE LA PASCUA

PREMISA: LA CELEBRACIÓN DEL ADVIENTO, NAVIDAD, PREMISA: LA CELEBRACIÓN ANUAL DE LA PASCUA


EPIFANÍA EN EL MISAL DE PABLO VI 185 EN EL MISAL DE PABLO VI

Capítulo X¡¡ Capítulo XV


El tiempo de Adviento 190 Origen e historia de la celebración anual de la Pascua

538
1. La celebración de la Pascua en el Antiguo Testamento 262 1. El Triduo se desarrolla a partir de la Vigilia
2. La celebración de la Pascua en el Nuevo Testamento 266 2. De la Eucaristía, culmen de ia Vigilia,
a la Eucaristía del Jueves Santo
3. La cuestión pascual en la Iglesia antigua 268
3. El Viernes Santo sin nexo con la Resurrección
4. La fecha de la Pascua del Concilio
4. La hora de la Vigilia cada vez más anticipada
de Nicea al Concilio Vaticano II 277
5. De la reforma de Pío XII
al Concilio Vaticano II
Capítulo XVI
6. Indicaciones pastorales de la Congregación
La Cuaresma, preparación para el Culto Divino para celebrar el Triduo pascual
a la celebración anual de la Pascua 278 7. Opinión discutible
1. Estructura de la Cuaresma en el misal de Pablo VI 278
Capítulo XIX
2. Origen e historia de la Cuaresma 281
3. La Cuaresma en los textos del leccionario y del misal 283 Comienzo del Triduo pascual:
La misa vespertina "in Cena Domini"
4. La Cuaresma "sacramento" 291
5. Dimensión bautismal-penitencial 1. La Pascua celebrada en tres días
de la Cuaresma 293 2. Significado de la misa vespertina "ln Cena Domini"
6. Dimensión eclesial de la Cuaresma 296 3. La liturgia de la Palabra
7. La espiritualidad de la Cuaresma 297 4. Los textos de la oración de la Iglesia
8. Las obras de la penitencia cuaresmal 299 5. La adoración de la Eucaristía
9. La pastoral de la Cuaresma 302 6. Toda comunidad cristiana
es juzgada por la Eucaristía que celebra
Capítulo XVII 7. Indicaciones litúrgico-pastorales
para la celebración de la misa vespertina
La Semana Santa 307 en la Cena del Señor
1. Historia de los ritos del Domingo
de Ramos y del Jueves Santo 310 Capítulo XX
2. Domingo de Ramos y de la Pasión Primer día del Triduo pascual:
del Señor en el misal de Pablo VI 312 Viernes Santo "Pasión del Señor"
3. Indicaciones pastorales para el Domingo
1. La liturgia de la Palabra
de Ramos y de la Pasión del Señor 316
4. La misa crismal 317 2. La adoración de la cruz
5. La celebración pascual 3. La comunión
del sacramento de la Penitencia 320 4. El ayuno pascual
5. Indicaciones litúrgico-pastorales para
Capítulo XVIII la celebración del Viernes Santo
Historia del Triduo pascual 322

540
Capítulo XXI 6. La celebración del misterio de la Ascensión 417
7. Domingo de Pentecostés:
Segundo día del Triduo pascual: conclusión del tiempo pascual 422
Sábado Santo "Sepultura del Señor" 361
8. La pastoral del tiempo pascual 433
1. El misterio del descenso de Cristo 9. La espiritualidad pascual 435
a los infiernos 361
2. La liturgia del Sábado Santo 365
3. Cómo vivir el misterio del sábado santo 368 Parte cuarta
EL TIEMPO "DURANTE EL AÑO",
4. Indicaciones litúrgico-pastorales 370
LA BIENAVENTURADA VIRGEN MARÍA Y LOS SANTOS 439

Capítulo XXII
Capítulo XXIV
Domingo de Pascua, "Resurrección del Señor",
Vigilia pascual en la noche santa y misa del día 372 El tiempo "durante el año" 441
1. Significado y valor de la Vigilia pascual 372 1. Lecturas dominicales 442
2. Solemne comienzo de la Vigilia o "lucernario": 2. Lecturas feriales 445
celebración de Cristo, luz del mundo 378 3. Valor de la lectura semiconlinua 448
3. La liturgia de la Palabra: celebración 4. Los textos eucológicos 448
de Cristo, palabra del Padre, luz de verdad 380
5. La pastoral del tiempo "durante el año" 451
4. Liturgia bautismal: celebración de Cristo,
fuente de agua viva que salta hasta la vida eterna 388
Capítulo XXV
5. Liturgia eucarística: celebración de Cristo,
nuestra Pascua, Cordero inmolado y glorificado 392 Las solemnidades del Señor
6. Indicaciones litúrgico-pastorales para la celebración en el tiempo "durante el año" 454
de la Vigilia pascual34 393 1. Solemnidad de la Santísima Trinidad 454
7. El día de Cristo Señor 397 2. Solemnidad del Santísimo cuerpo y sangre de Cristo 457
8. Indicaciones litúrgico-pastorales 3. Solemnidad del Sacratísimo Corazón de Jesús 460
para el día de Pascua 400
4. Transfiguración del Señor 462
Capítulo XXIII 5. Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo,
Rey del universo 463
La celebración del tiempo pascual 401
1. Origen e historia del tiempo pascual 401 Capítulo XXVI
2. El tiempo pascual en el misal de Pablo VI 405 Las "Cuatro Témporas" y las Rogativas 466
3. Los textos bíblicos del tiempo pascual 407
4. Los textos de las oraciones y de los prefacios 410 1. Las "Cuatro Témporas" 466
5. El significado de la celebración 2. Las Rogativas 469
de los cincuenta días pascuales 414

542 543
Parte quinta
EL CULTO CRISTIANO
A NUESTRA SEÑORA Y A LOS SANTOS 473

Capítulo XXVII
El culto de nuestra Señora y sus fiestas 475
1. Las motivaciones teológicas
del culto litúrgico a la Virgen 475
2. Solemnidad de María Santísima Madre de Dios 482
3. Solemnidad de la Anunciación del Señor 485
4. Solemnidad de la Inmaculada Concepción 487
5. Solemnidad de la Asunción
de la Bienaventurada Virgen María 491
6. Las demás fiestas y memorias mañanas 497
7. La colección de las Misas
de la Bienaventurada Virgen María 500
Capítulo XXVIII
El culto a los mártires y a los santos 511
1. El culto a los mártires 511
2. El culto a los santos 513
3. El culto a los ángeles 515
Conclusión 517
Orientaciones bibliográficas 520

TALLER SAN PABLO


SANTAFE DE BOGOTÁ, D.C.
IMPRESO EN COLOMBIA — PRINTEDIN COLOMBIA

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