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Tratamiento ortopédico
de las escoliosis idiopáticas
A. Dubory, R. Laurent, C. Morin, R. Vialle

El tratamiento ortopédico de una escoliosis tiene como finalidad reducir lo mejor posible
la curvatura o curvaturas escolióticas y mantener esta corrección durante el período de
crecimiento. La corrección de las curvaturas con el corsé puede acompañarse de una
reducción o de una supresión de las asimetrías de crecimiento y puede permitir una
auténtica «corrección» de la deformación, sobre todo en los niños más pequeños. En la
adolescencia, el tratamiento ortopédico tiene como única finalidad frenar la agravación
de la escoliosis para que al final del crecimiento quede una deformación moderada y
estable en la edad adulta. Se pueden utilizar muchos tipos de corsés ortopédicos amovi-
bles dependiendo de la edad del paciente y del tipo de deformación. Estas ortesis pueden
utilizarse después del uso de un corsé de yeso o plantearse de entrada. Es importante
comenzar un tratamiento ortopédico cuando la progresión de la escoliosis se ha demos-
trado con certeza por la repetición de varias exploraciones físicas y radiológicas. En
algunos casos, el mal pronóstico de la deformación hace que se planteen de entrada
unas indicaciones precoces de tratamientos ortopédicos en los niños pequeños antes del
período de crecimiento puberal. La observancia del tratamiento es insuficiente en oca-
siones, lo que provoca una reaparición evolutiva de la deformación. El seguimiento del
tratamiento y la motivación del paciente, de su familia y también del médico prescriptor
deben ser perfectos, porque de ello depende en gran medida el éxito del tratamiento.
El tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas en el período de crecimiento debe
ocupar un lugar preponderante en el tratamiento del paciente escoliótico por su eficacia
indiscutible y su relativa inocuidad en comparación con los tratamientos quirúrgicos. La
mejora permanente del diseño y la realización de las ortesis permite aumentar la eficacia
del tratamiento ortopédico cuando se usa adecuadamente en indicaciones cada vez más
precisas.
© 2016 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Escoliosis idiopática; Tratamiento ortopédico; Corsé; CAD; CAM;

Hipercorrección

Plan  Introducción
■ Introducción 1 Antes de la década de 1980 y de la aparición de
■ «Fundamentos» del tratamiento ortopédico 2 las técnicas modernas de corrección quirúrgica de las
Reseña histórica 2 escoliosis, el tratamiento de las deformaciones raquídeas
Objetivos del tratamiento ortopédico 2 infantiles y de la adolescencia era exclusivamente orto-
Bases mecánicas del tratamiento ortopédico 2 pédico.
Corsés ortopédicos 3 Con la aparición y el desarrollo de las técnicas
Criterios de elección de la ortesis 7 «modernas» de corrección de las escoliosis, el tratamiento
■ Indicación del tratamiento ortopédico 7 ortopédico se ha desacreditado y rechazado progresi-
Historia natural de las escoliosis idiopáticas en el período vamente, sobre todo por algunos equipos quirúrgicos.
de crecimiento 8 Muchos tratamientos ortopédicos se abandonaron pre-
Tratamiento ortopédico: eficaz o no 9 maturamente o nunca se empezaron a la espera de
Condiciones de éxito del tratamiento ortopédico 10 una intervención resolutiva. Sustituir tres años de corsé
Resultado del tratamiento ortopédico: mantenimiento por una cicatriz, dos vástagos y 15 días de hospitaliza-
a largo plazo o no 11 ción era fácil de proponer al niño y a la familia. Se
Conducta práctica según el tipo de escoliosis 12 olvidaba demasiado deprisa que esta artrodesis raquí-
■
dea era, en el mejor de los casos, una demostración del
Conclusión 12
fracaso.

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 1

Volume 8 > n◦ 2 > junio 2016
http://dx.doi.org/10.1016/S2211-033X(16)77923-0
E – 44-190  Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas

Robert Winter escribió al respecto que «The pendulum

Figura 1. La eficacia de una
has swung too far» [1, 2] . Ya era hora de que el péndulo se
fuerza de tracción (T) es pro-
estabilizase y, como suele suceder en medicina, entre dos
porcional a la «flecha» de la
posiciones muy alejadas, la verdad suele encontrare en el
curvatura. Por tanto, la fuerza
punto medio. 1/2 T resultante (R) en términos de
Un mejor conocimiento de la historia natural de las
corrección de la deformación
escoliosis, así como un enfoque más preciso de los fac-
es más importante cuando la
tores predictivos de su progresión y de los pronósticos del
angulación de la curvatura es
éxito del tratamiento ortopédico son en gran parte res-
mayor.
ponsables del interés renovado actual por el tratamiento
ortopédico. También se han desarrollado nuevas tecno-
logías para elaborar corsés cada vez más eficaces, cuyos
principios se basan en técnicas más antiguas, pero cuya
eficacia está demostrada.
R

 «Fundamentos»
del tratamiento ortopédico
Reseña histórica
Aunque es posible remontarse hasta Hipócrates para
encontrar una descripción del tratamiento ortopédico
de las escoliosis mediante tracción y hasta Ambroise 1/2 T
Paré mediante corsé (o más bien, con armadura) [3] , la
era moderna se inicia a comienzos del siglo XX, con
la descripción detallada de las correcciones mediante
yesos de Abbott [4] y de su discípulo Jacques Calot.
A partir de 1946, Blount desarrolló el corsé denomi-
nado «de Milwaukee», que se convirtió rápidamente y
durante mucho tiempo en una referencia en el trata-
miento ortopédico de las deformaciones de la columna
Bases mecánicas del tratamiento
vertebral [5] . En Francia, un poco más tarde y bajo el ortopédico
impulso de Stagnara, el tratamiento de la escuela de
Lyon consistió en la asociación de yeso y, después, ortesis
Mecanismo de acción pasivo
raquídea [6] . Las fuerzas correctoras suelen dividirse en fuerza de trac-
La tendencia actual consiste en proponer ortesis moder- ción longitudinal (como en el corsé Garchois) y fuerza de
nas, más rápidas de fabricar, utilizadas durante menos presión transversal (como en el yeso de elongación, des-
tiempo y, en su mayor parte, diseñadas y fabricadas rotación, flexión [EDF] o en muchas ortesis monobloque
mediante herramientas informáticas. o polivalva) [4] .
Fuerza de tracción longitudinal
La eficacia de una fuerza de tracción es proporcional a
Objetivos del tratamiento ortopédico la de «flecha» de la curvatura. Por tanto, la fuerza resul-
tante en términos de corrección de la deformación es más
El tratamiento ortopédico de una escoliosis tiene como
importante cuando la angulación de la curvatura es mayor
finalidad reducir lo mejor posible la curvatura o curva-
(Fig. 1).
turas escolióticas y mantener esta corrección durante el
La fuerza de tracción longitudinal se ejerce entre la
período de crecimiento. Su utilidad es mayor cuando
cabeza y la pelvis. Cuando se utiliza en un corsé orto-
el potencial de crecimiento residual es importante. Por
pédico, obliga a que éste disponga de un apoyacabezas
tanto, es inútil proponerlo cuando se ha finalizado el cre-
difícil de aceptar, sobre todo en la adolescencia. Su prin-
cimiento de la columna vertebral.
cipal efecto negativo es que provoca una reducción de las
La corrección de las curvaturas mediante el corsé trata
curvaturas sagitales de la columna vertebral, debido a la
de reducir, e incluso de suprimir, las asimetrías de cre-
hiperextensión del tronco obtenida por la elongación de
cimiento y, en las deformaciones muy precoces como
éste. Por tanto, algunos pacientes pueden desarrollar una
en las escoliosis «infantiles», esperar, gracias al impor-
hipercifosis, e incluso una lordosis torácica cuando se rea-
tante potencial de crecimiento raquídeo, una mejoría,
liza un tratamiento ortopédico precoz y prolongado con
e incluso una auténtica «curación» de la escoliosis. Sin
este tipo de ortesis. Sin embargo, estas técnicas aún pue-
embargo, en la mayoría de los casos, el tratamiento orto-
den ser muy útiles, sobre todo en las deformaciones graves
pédico tiene como única finalidad (lo cual ya es muy
y rígidas, especialmente en la primera infancia.
importante) frenar la agravación de la escoliosis para
lograr que al final del crecimiento quede una deforma- Fuerza de presión transversal
ción estable en la edad adulta y aceptable desde el punto El efecto de una fuerza de presión transversal es pro-
de vista funcional y estético. Este objetivo debe expli- porcional a la distancia entre su punto de aplicación
carse perfectamente al paciente y a su familia, que en (generalmente la vértebra «clave» o apical de la escoliosis)
la mayoría de los casos piensa que el tratamiento orto- y el punto de aplicación de la fuerza de contraapoyo. Por
pédico puede hacer regresar, e incluso desaparecer la tanto, esta última es más adecuada para las angulaciones
escoliosis. moderadas (Fig. 2). Se aplica en el vértice de la deforma-
En ocasiones, aunque no se logre una gran mejo- ción mediante una «mano» de apoyo que actúa en los tres
ría angular, se observa un beneficio del tratamiento planos del espacio, asegurando teóricamente una autén-
ortopédico sobre el equilibrio del tronco o de los hom- tica detorsión vertebral. Para ello, el punto de aplicación
bros, así como sobre la remodelación de las gibosidades, de esta fuerza debe ser posterolateral, ejerciéndose a nivel
lo que proporciona un beneficio estético muy apre- torácico sobre los ángulos posteriores de las costillas del
ciable. segmento inferior de la curvatura, y a nivel lumbar a través

2 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología

 Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas  E – 44-190

Figura 2. El efecto de una

fuerza de presión transversal
es proporcional a la distancia
entre su punto de aplica-
ción (generalmente la vérte-
bra «clave» o apical de la
1/2 CA escoliosis) y el punto de apli-
cación (A) de la fuerza de
contraapoyo (CA). Por tanto,
esta última se adapta mejor a
A las angulaciones moderadas.

1/2 CA

de las apófisis transversas. Si la presión se aplica dema-

Figura 3. Ejemplo de simulación en tres dimensiones de la
siado atrás, sería esencialmente lordosante, lo que es un
realización del corsé a partir de la adquisición radiológica y tri-
efecto preocupante a nivel torácico. Si se aplica dema-
dimensional del tronco. El modelo de corsé simulado en este
siado lateralmente, no tendría ningún efecto de detorsión
ejemplo es un corsé de Charleston en hipercorrección para una
y conllevaría un riesgo de agravar la verticalización de las
escoliosis lumbar.
costillas.
En la práctica, hay que tener en cuenta estas conside-
raciones tridimensionales durante la toma de medidas y
el moldeado o al realizar las modificaciones en el corsé
definitivo a la hora de colocarlo.

«Autocorrección activa»
Los esfuerzos de corrección activa y de reequilibra-
ción del paciente en su corsé son reales, pero difíciles
de apreciar. Para aprovechar mejor estas posibilidades de
corrección activa, se elaboran unas cámaras de expansión
frente a las zonas de apoyo de los yesos o de los corsés. En
estas fenestraciones, el tronco puede escapar de los apo-
yos, lo que mejora la corrección. Se puede recurrir a la
kinesiterapia, realizando parte del trabajo con el corsé.
Los progresos observados se siguen progresivamente de
ajustes periódicos del corsé.
Hipercorrección
Este mecanismo puede utilizarse para obtener la correc-
ción en la ortesis de las curvaturas únicas, relativamente
flexibles. El principio de acción de estos corsés consiste en
lograr una hipercorrección de la curvatura compensando
la reducción del tiempo de uso del corsé mediante esta
hipercorrección. Estos corsés se realizan después de un
moldeado efectuado mediante corrección de la escoliosis
con un rodillo, o realizando correcciones simuladas infor-
máticamente (Fig. 3). La corrección es pasiva y acentuada,
aprovechando (además de la acción de los apoyos gibosi-
tarios) la inflexión lateral del tronco (Fig. 4) para obtener
una corrección máxima de la curvatura que se quiere tra-
tar. La observancia del tratamiento suele ser mejor, debido
a que el corsé se utiliza sólo durante la noche.
Corsés ortopédicos
Corsés de yeso
Yeso de elongación, desrotación, flexión de Cotrel
y Morel
La corrección se obtiene por las fuerzas de elongación
(E), desrotación (D) y de flexión lateral de la columna ver-
tebral (F). El yeso se realiza en el marco de Abott-Cotrel. La
elongación se efectúa entre las correas pélvicas y el soporte
Figura 4. Modelización del corsé de Charleston simulado en
la Figura 3. Vistas anterior y posterior.
occipitomentoniano. Debe ser moderada, tanto si el yeso
se realiza con anestesia como sin ella [7] . Las tiras enyesadas
se pasan alternativamente por la cara posterior y anterior
del tronco, reforzadas con bandas circulares. A continua-
ción, se colocan las bandas de corrección, que se tensan
hasta que el yeso se endurece. Son bandas de tela destina-
das a desrotar la columna escoliótica por apoyo de atrás
hacia delante sobre las gibosidades. Se utiliza una banda
para las curvaturas torácicas simples y dos bandas para las
curvaturas combinadas.
En la escoliosis torácica, para evitar cualquier presión
lateral nociva sobre el tórax, la banda que se refleja sobre
la gibosidad debe separarse del tronco (Fig. 5). Si existe
una doble curvatura, a la banda de desrotación torácica se
añade una banda lumbar más estrecha, por encima de la
cresta ilíaca. Las bandas de desrotación se tensan contro-
lando el equilibrio del tronco, de la pelvis y de la cintura
escapular. La flexión lateral puede realizarse por el despla-
zamiento de la cabeza respecto al tronco. En ocasiones, es
más sencillo y eficaz realizar este movimiento de flexión,
una vez que el yeso está seco, mediante una yesotomía de
cierre [7] .
La sección del yeso debe permitir la expansión torá-
cica, así como asegurar la libertad de las articulaciones
de las caderas y de los hombros, a la vez que se conserva
una capacidad suficiente de corrección y solidez. Delante,
se secciona una gran ventana torácica, asimétrica para
conservar las posibilidades de modelado de la gibosidad

EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 3

E – 44-190  Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas

A
Figura 5. La aplicación de las bandas de desrotación durante
la realización del yeso de elongación, desrotación, flexión (EDF)
debe realizarse alejando las bandas del tórax para evitar que haya
un apoyo lateral demasiado pronunciado sobre la reja costal.

torácica anterior cóncava. Detrás, se realiza una ventana

de expansión cóncava. Esta ventana posterior debe sobre-
pasar la línea de las apófisis espinosas para evitar cualquier
empuje lordosante, que podría causar una lordosis torá-
cica.
Yeso de elongación de Stagnara-Donaldson-Engh
Puede ser muy útil en caso de escoliosis importante y
rígida. La reducción progresiva de las deformaciones gra-
ves se puede obtener mediante la elongación gradual de
tensores colocados entre dos piezas de yeso independien-
tes, un corsé minerva y un cinturón ilíaco [8] (Fig. 6). Es
posible aliviar el apoyo sobre la mandíbula asociando una
ligera tracción con halo craneal.

Corsés de material distinto al yeso B

La introducción de la informática en el diseño y la fabri-
cación de los corsés han revolucionado el trabajo de los
ortoprotesistas [9, 10] . La realización del moldeado de yeso
en negativo del tronco del paciente se ha sustituido por
una «captura» tridimensional informática de la imagen
del tronco del paciente (Fig. 7). A partir de esta ima-
gen, se pueden realizar las maniobras de simulación de
las correcciones deseadas (Fig. 8). A continuación, se rea-
liza un «positivo» transmitiendo las informaciones a una
máquina-herramienta de control digital que lo secciona a
partir de un bloque de espuma (Fig. 9). Ya sólo queda que
el ortoprotesista realice la ortesis como lo hacía previa-
mente a partir de un positivo de yeso corregido (Fig. 10).
Este método tiene numerosas ventajas: rapidez de la toma
de medidas (unos segundos con el método óptico), como-
didad e inocuidad (ausencia de modelado de yeso para
el paciente), conservación de los datos (a diferencia del
positivo de yeso, del que se perdía su naturaleza original
cuando se corregía).
Hay casi tantos corsés ortopédicos como equipos que C
se encargan de la escoliosis. Sin embargo, ninguno es per- Figura 6. Ejemplo de un corsé de detracción de Stagnara. Vis-
fecto ni, sobre todo, «universal» y describirlos todos es tas anterior (A), lateral (B) y posterior (C) que permiten visualizar
una misión imposible. En realidad, existen varias fami- los tensores progresivamente detractados durante la corrección.
lias que permiten al prescriptor escoger una alternativa
adecuada para cada paciente. Se pueden describir esque-
máticamente según su principio de acción.
de colocar, no provoca limitaciones respiratorias y es
Corsés en detracción («elongación») pasiva: fácil de ajustar en todas sus dimensiones [11] (Fig. 11). Es
corsé Garchois complicado de elaborar y depende en gran medida del
El corsé de detracción Garchois, conocido sobre todo ortoprotesista. Su mecanismo de acción preponderante es
por su eficacia en el tratamiento de las escoliosis neu- la detracción pasiva, por lo que es fundamental utilizar
romusculares, puede utilizarse en niños pequeños, antes adecuadamente la mentonera y la extensión occipital de
de los 5 años en las escoliosis infantiles, porque es fácil este corsé, que constituye el punto de apoyo proximal.

4 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología


Figura 7. Técnicas de adquisición tridimensional del tronco
mediante escaneo láser que permite una adquisición progresiva
de la superficie corporal en tres dimensiones. Las técnicas recien-
tes que utilizan una captura en vídeo mediante un iPad permiten
obtener una adquisición aún más rápida con la misma precisión.
Figura 8. Realización de las rectificaciones gracias a la herra-
mienta informática sobre el modelo tridimensional del tronco
antes de la realización del positivo mediante fresado digital.
Figura 9. Fresado digital y realización del positivo en espuma
de alta densidad tras una rectificación informática.
Corsé de autoelongación activa: corsé de Milwaukee
Se caracteriza, al igual que el corsé Garchois, por su
extensión proximal y por la presencia de piezas prehioi-
deas y occipitales. Los niños pequeños lo toleran bien (los
adolescentes mucho menos bien, por lo que debe evitarse
en ellos) y ejerce pocas tensiones sobre la caja torácica,
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas  E – 44-190
B C
Figura 10. Últimas etapas de realización del corsé con aplica-
ción del polímero plástico calentado sobre el positivo y recorte de
las ventanas con la fresadora 3D (A, B). El corsé moldeado y fenes-
trado se retira a continuación de la fresadora para la realización
del acabado (C).
Figura 11. Corsé Garchois con reposacabezas de Plexidur.
siempre que se evite tensar demasiado la correa subaxilar.
Es el tipo del corsé «activo», que el niño trata de quitarse,
apoyándose en particular sobre las almohadillas occipi-
tales cada vez que mira hacia arriba (Fig. 12). También
pueden añadirse apoyos correctores, que desempeñan un
papel pasivo, o de recordatorio [12] . Se trata de una de las
únicas ortesis eficaces en las curvaturas cervicotorácicas y
torácicas altas, por encima de T6.
5
E – 44-190  Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas
A B
A B
Corsé «pasivo» a tiempo completo: corsé
de Chêneau-Toulouse-Munster
El corsé de Chêneau-Toulouse-Munster (CTM) se utiliza
mucho y consta de numerosas zonas de apoyo convexo
que se relacionan con un número igual de elevado de
zonas de expansión cóncava [13] . Es particularmente idó-
neo para el tratamiento de las dobles curvaturas en las
que puede realizarse un ajuste independiente de los apo-
yos selectivos para cada curvatura (Fig. 13). Debido al
carácter pasivo de la corrección, puede utilizarse tanto de
día como de noche, pudiendo llegar a usarse 20 horas al
día. Aunque el tratamiento «a tiempo completo» plan-
tea a veces dificultades en términos de observancia, los
resultados de este corsé son excelentes sobre las curva-
turas juveniles o del adolescente, evolutivas pero aún
moderadas [14] .
6 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Figura 12. Corsé de Milwaukee. Vistas
anterior (A) y lateral (B) que muestran los
soportes metálicos y la extensión cervi-
cal. Se debe señalar la ausencia de apoyo
importante en la caja torácica.
Figura 13. Corsé de Chêneau-Toulouse-
Munster (CTM) (A). Obsérvense las zonas
de apoyo (torácica derecha y lumbar
izquierda) en la vista posterior y las ven-
tajas de expansión dispuestas frente a las
zonas de apoyo (B).
Corsé «pasivo» en hipercorrección nocturna
en inflexión lateral: corsé de Charleston
El principio de la hipercorrección en inflexión lateral
limita este tipo de corsé al tratamiento de las curvaturas
únicas, tanto lumbares como toracolumbares o torácicas.
En cada uno de estos casos, se puede realizar una correc-
ción importante de la curvatura escoliótica creando la
inflexión por encima de la zona de apoyo del corsé, que se
comporta entonces como un rodillo [15] . Este corsé, que es
voluntariamente asimétrico y causa un desequilibrio del
tronco (en el buen sentido), sólo se usa por la tarde y la
noche (Fig. 14). El período de adaptación al corsé es com-
plicado en ocasiones, porque puede ser muy incómodo
al principio. La colocación progresiva con ajuste secuen-
cial en varias noches permite superar esta etapa y lograr a
continuación una observancia adecuada.

A B
Corsé «pasivo» en hipercorrección con apoyo
selectivo nocturno: corsé de Caen
La asociación de apoyos selectivos para cada curvatura
y de una inflexión lateral permite ampliar el principio de
hipercorrección nocturna a las dobles curvaturas (toráci-
cas y lumbares) [16] . Sin embargo, hay que prestar mucha
atención, porque la corrección suele ser mejor en uno de
los dos sectores y no hay que correr el riesgo de ver que una
de las dos curvaturas empeore al empeñarse a toda costa
en continuar un tratamiento nocturno. El corsé de Caen
está particularmente indicado cuando la doble curvatura
predomina en uno u otro sector donde además es posi-
ble acentuar la corrección en inflexión lateral (Fig. 15).
Este tipo de corsé también puede proponerse al final del
crecimiento, por ejemplo, sustituyendo a un corsé pasivo
«a tiempo completo» e insistiendo en la corrección de
la curvatura que haya sido la más evolutiva durante el
crecimiento
Corsés «flexibles»
Algunos equipos proponen el uso de corsés «flexibles»
en las curvaturas moderadas, en busca de una mayor
comodidad y, por consiguiente, de una mejor observancia
del tratamiento. Su eficacia aún está por demostrar en las
escoliosis evolutivas [17, 18] .
Criterios de elección de la ortesis
La elección depende de muchos factores: la edad del
paciente, la localización de la curvatura, la importancia
de la angulación, la reducibilidad de la deformación, pero
también (y sobre todo) de la experiencia del prescrip-
tor y de las competencias técnicas del ortoprotesista. Sin
embargo, se deben tener en cuenta ciertas reglas:
• en los niños muy pequeños, se debe evitar cualquier
tensión excesiva sobre la caja torácica. Los corsés Gar-
chois o de Milwaukee se recomiendan particularmente
en estos casos;
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas  E – 44-190
Figura 14. Ejemplo radiológico de la
corrección obtenida por la colocación de
un corsé de tipo Charleston para el trata-
miento de una escoliosis torácica derecha
evolutiva. Radiografía antes de la coloca-
ción del corsé (A) y con el corsé colocado
(B).
• en las curvaturas torácicas altas, ningún corsé es verda-
deramente eficaz, mientras que muchos corsés cortos
son muy correctores sobre las curvaturas toracolumba-
res o lumbares;
• las curvaturas torácicas medias, bajas y las dobles curva-
turas pueden tratarse con un corsé de Milwaukee antes
de la adolescencia y después con corsés «pasivos» a
tiempo completo o nocturnos;
• la elección entre un tratamiento a tiempo completo o
un tratamiento exclusivamente nocturno debe tener
en cuenta el riesgo evolutivo y la velocidad de agra-
vación de la escoliosis. Una escoliosis que se agrava
rápidamente en el período prepuberal puede justificar
un tratamiento más «intensivo» que una que se agrave
más despacio, al final del crecimiento. De forma gene-
ral, es más fácil comenzar un tratamiento a tiempo
completo para después reducir la duración diaria del
uso del corsé que proponer un tratamiento de intensi-
dad progresivamente creciente;
• por último, parece preferible, cuando la deformación
es grave y rígida, sobre todo en los niños pequeños,
utilizar primero uno o varios yesos de corrección antes
de realizar la ortesis.
 Indicación del tratamiento
ortopédico
El tratamiento tiene como objetivo evitar, durante el
período de crecimiento de la columna vertebral, que una
escoliosis evolutiva se agrave y dé lugar a unas deforma-
ciones presentes o potenciales cuyo único tratamiento
posible sea una artrodesis vertebral. Esto justifica que se
tenga en cuenta la historia natural de las escoliosis y de
las posibilidades que ofrece el tratamiento ortopédico para
modificar favorablemente su evolución.
7
E – 44-190  Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas

Figura 15. Ejemplo radiológico de la

corrección obtenida por la colocación
de un corsé de hipercorrección de tipo
Caen para el tratamiento de una escolio-
sis combinada torácica derecha y lumbar
izquierda evolutiva de predominio torá-
cico. Radiografía antes de la colocación del
corsé (A) y con el corsé colocado (B).

A B

Historia natural de las escoliosis Inflexión escoliótica (grados)

idiopáticas en el período de crecimiento 100
Risser 4
Agravación del ángulo de Cobb
A partir de los trabajos de Duval-Beaupère [19–21] , se sabe
75
que la historia natural de las escoliosis idiopáticas suele
responder a unas reglas bien definidas de evolución lineal
del ángulo de Cobb en el plano frontal en dos períodos
sucesivos: el primero, que se extiende desde el nacimiento 50 Menarquia
al comienzo de la pubertad y se caracteriza por una agra-
vación angular anual creando una pendiente P1, y el
segundo, más corto pero con una pendiente P2 mucho
25 Punto «P»
más abrupta, que comienza desde la aparición de los pri- Inicio de la pubertad
meros signos puberales hasta el punto «P», extendiéndose
después del pico de velocidad de crecimiento y de la apa-
rición de la menarquia, acabando con la maduración ósea
(Fig. 16). En la actualidad, se admite la existencia de una Edad (años)
tercera pendiente P3 de agravación progresiva en la edad 0 5 10 15 20
adulta. Sería de 0,25-3◦ al año según los autores y depen-
diendo de la topografía de la escoliosis. Figura 16. Linealidad evolutiva de las escoliosis idiopáticas
Antes del punto P, se dispone de suficiente tiempo para (según [19–21] ).
demostrar una agravación angular, aunque esta «certeza
evolutiva» no sea absoluta. Suele basarse [2] en una acen- tiempo recomendados según los distintos autores para el
tuación angular frontal de más de 5◦ en dos exploraciones seguimiento de las escoliosis? Aunque aún es difícil de
sucesivas, cifra que elimina supuestamente las posibles prescindir en la actualidad del seguimiento de las escolio-
variaciones en las mediciones realizadas por el mismo sis mediante una radiografía frontal, el aumento de 5◦ al
observador. Sin embargo, la escoliosis es una deformación menos del ángulo de Cobb no debe ser el único elemento
tridimensional y limitarse exclusivamente a este concepto determinante, y se debe asociar al estudio de otros factores
de agravación del ángulo frontal para caracterizar la pro- pronósticos (cf infra).
gresión es simplista. Se conocen también las posibilidades Después del punto P, el estudio de estos factores pronós-
de variación de las mediciones en función de la postura ticos es todavía más útil (porque el tiempo apremia y la
del niño. Por último, hay que determinar a partir de qué actitud expectante puede suponer una pérdida de posibi-
umbral la cifra de 5◦ es sinónimo de agravación de una lidades) para comenzar un tratamiento, basándose en una
escoliosis. ¿Cuándo una curvatura pasa de 15 a 20◦ o hipotética acentuación del ángulo de Cobb en dos radio-
de 25 a 30◦ ? ¿Cuándo esta agravación angular se pro- grafías sucesivas. En este caso, hay que hacer una apuesta
duce en 3 meses, en 6 meses o en un año, intervalos de de futuro reuniendo los elementos pronósticos que

8 EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología


permitan determinar la probabilidad evolutiva de la esco-
liosis a partir de la primera exploración.
Factores pronósticos de la progresión
de una curvatura escoliótica
Edad y estado de maduración
Entre las escoliosis descubiertas en los niños muy
pequeños (menores de 1 año), la gran mayoría desapa-
rece espontáneamente (escoliosis del lactante, escoliosis
infantiles espontáneamente resolutivas), mientras que las
otras pueden progresar de forma dramática (escoliosis
infantiles progresivas). Las formas no evolutivas, e incluso
resolutivas de las escoliosis juveniles son mucho menos
frecuentes; se estima que el 60-90% de las escoliosis que se
descubren en menores de 11 años (juveniles 1 y 2) son evo-
lutivas. Este porcentaje disminuye de los 11 años al final
del crecimiento. Cuando se descubre una escoliosis des-
pués del estadio de Risser 2, el porcentaje de las escoliosis
realmente evolutivas sólo sería del 10-20% [22] .
Ángulo de Cobb
El umbral definitivo corresponde a los 30◦ , por encima
del cuál todas las escoliosis descubiertas en el período de
crecimiento son evolutivas. Para angulaciones menores,
los resultados publicados por Lonstein y Carlson [22] en
función de la prueba de Risser son muy útiles para tomar
una decisión. Por ejemplo, una curvatura menor de 20◦
con un Risser igual o mayor de 2 conlleva un riesgo menor
del 2% de progresión, mientras que una escoliosis de 20-
29◦ con un Risser de 0 o 1 tiene cerca de un 70% de riesgo
de agravarse.
Rotación vertebral
La importancia de la rotación vertebral parece tener un
valor pronóstico evidente. Existe una correlación entre la
progresión de las curvaturas torácicas y la gibosidad que es
preocupante cuando es mayor de 10 mm. También existe
una correlación radiológica entre la rotación vertebral en
la zona apical y la evolución de la curvatura. Como ele-
mento de mal pronóstico, conviene señalar la presencia
en la primera infancia (antes de los 6 años) de un cambio
brusco en el sentido de la rotación a nivel de la unión,
lo que puede expresarse por la medición de la rotación
específica en el plano transversal [23] .
Topografía
Las curvaturas torácicas suelen presentar un peor pro-
nóstico angular. Por el contrario, el riesgo evolutivo es
menor para las escoliosis lumbares, pero más prolongado
y con un elevado potencial de degeneración artrósica, cau-
sante de dolor en la edad adulta. Entre los dos tipos, se
sitúan (en términos de progresión) las dobles curvaturas
y después las curvaturas toracolumbares [24] .
Equilibrio
Un desequilibrio del tronco, observado en la explo-
ración con plomada, también tendría valor de mal
pronóstico cuando la traslación lateral es superior a
10 mm [24] .
Perfil
Una cifosis torácica menor de 20◦ , y aún más una lor-
dosis torácica, es un factor de riesgo importante [25] , sobre
todo porque puede agravarse por el tratamiento ortopé-
dico.
Otros factores pronósticos
Los factores precedentes se han combinado en oca-
siones para apreciar mejor el riesgo evolutivo de las
escoliosis con pequeña angulación y, de este modo, tratar
de tener elementos que permitan predecir la agravación
de una curvatura determinada. Algunos factores pronós-
ticos estudiados no han resultado ser de utilidad, como
el sexo o los antecedentes familiares, o aún están en fase
de investigación, como la morfología tridimensional de la
escoliosis [23] .
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas  E – 44-190
Varios genes candidatos se han evaluado en traba-
jos muy exhaustivos, que han permitido definir algunos
perfiles genéticos asociados a formas evolutivas de esco-
liosis [26–29] .
En la actualidad, el pronóstico de progresión de una
escoliosis se basa aún en una serie de argumentos que
deben tenerse en cuenta y que han de manejarse con pre-
caución para evitar los tratamientos tardíos o excesivos.
Las escoliosis que, en una primera exploración, parezcan
requerir sin demora un tratamiento quirúrgico son infre-
cuentes. Se trata en la mayoría de las ocasiones de las
escoliosis que se descubren en la adolescencia con una
curvatura torácica que tenga una angulación mayor de
50◦ , con una lordosis torácica marcada o un vértice de
localización alta, así como las escoliosis toracolumbares o
lumbares con desequilibrio del tronco. En realidad, en la
mayoría de los casos, se realiza un seguimiento del niño
en busca de la prueba clínica o radiológica de la progre-
sión. El tratamiento de entrada sin esta prueba sólo está
permitido si la curvatura es claramente evolutiva y no se
dispone de suficiente tiempo para el seguimiento.
Tratamiento ortopédico: eficaz o no
En las escoliosis infantiles
La eficacia del tratamiento ortopédico en las escolio-
sis infantiles ya no necesita demostración [30] . Aunque
es totalmente inútil en las curvaturas resolutivas, debe
iniciarse de inmediato cuando se haya demostrado la pro-
gresión.
En las escoliosis denominadas «progresivas benignas»,
la evolución espontánea da lugar a curvaturas mayores de
70◦ al comienzo de la pubertad. Sin embargo, un trata-
miento precoz y muy riguroso permitirá, en cerca de dos
tercios de los casos, evitar la artrodesis vertebral, que antes
era inevitable al final del crecimiento.
En las escoliosis infantiles progresivas malignas, la evo-
lución espontánea es catastrófica, con curvaturas que
alcanzan los 120-160◦ al final del crecimiento. Incluso con
un manejo precoz mediante un tratamiento ortopédico
muy riguroso, nunca se evita la necesidad de una artro-
desis al final del crecimiento. El objetivo del tratamiento
ortopédico consiste en que el niño llegue a la edad de la
intervención en las mejores condiciones, es decir, con una
columna equilibrada y un tórax bien desarrollado.
En las escoliosis juveniles 1 y 2
Si no se realiza un tratamiento ortopédico, las escoliosis
juveniles 1 diagnosticadas entre los 4 y los 7 años, evolu-
cionan por encima de los 100◦ en un tercio de los casos
y por encima de 50◦ en cerca del 90% de los casos. Por
tanto, es necesario realizar una artrodesis vertebral.
Las escoliosis juveniles 2 que se diagnostican más tarde,
entre los 7 y los 11 años, evolucionan por encima de los
50◦ en más del 60% de los casos y sobrepasan los 100◦ en
el 13% de los casos [31] .
La eficacia del tratamiento ortopédico en las escoliosis
juveniles 1 y 2 no es tan alta como en las escoliosis infanti-
les progresivas benignas y no se ha descrito la posibilidad
de curación en estos casos. Sin embargo, el tratamiento
ortopédico es una herramienta muy útil y eficaz, porque
puede evitar una artrodesis en el 50-65% de los casos, lo
que es mucho mejor que la historia natural (Fig. 17).
En las escoliosis juveniles 3 y las escoliosis
del adolescente
Las escoliosis juveniles 3 se definen como aquellas que
se descubren entre los 11 años y el inicio de la pubertad,
mientras que las escoliosis del adolescente son las que se
inician con la pubertad y hasta la maduración ósea [31] .
En este grupo de pacientes es donde el escepticismo res-
pecto a la eficacia del tratamiento ha sido máximo. Varios
9
E – 44-190  Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas
A B
D E
estudios prospectivos han confirmado posteriormente la
eficacia del tratamiento ortopédico en la prevención de
la evolución de las escoliosis idiopáticas en la adolescen-
cia [32–34] .
Condiciones de éxito del tratamiento
ortopédico
A partir del estudio de la literatura y de los resultados de
la mesa redonda del Groupe d’Étude de la Scoliose (GES)
en 1995, hay varios factores susceptibles de favorecer el
10
C
Figura 17.
A. Escoliosis juvenil 2 que se agrava a pesar
de un tratamiento ortopédico adecuado.
La curvatura mide 40◦ a los 10 años y
3 meses en posición de pie.
B. Corrección adecuada en el yeso de
elongación, desrotación, flexión (EDF).
C. El corsé ortopédico reproduce los apo-
yos del yeso.
D. Resultado en el momento de interrum-
pir el tratamiento a los quince años y
medio.
E. Ausencia de deterioro del resultado des-
pués de un seguimiento más largo a los
27 años.
éxito o de explicar el fracaso de un tratamiento ortopédico
que deben señalarse:
• la topografía: las escoliosis lumbares y toracolumbares
responden mejor al tratamiento ortopédico que las cur-
vaturas torácicas;
• la angulación durante la colocación del corsé: cuanto
menor es la angulación, mejor es el resultado;
• la calidad de corrección angular con el corsé: cuanto
más corrector es el corsé, mejor es el resultado. Una
mejora de al menos el 50% del ángulo de Cobb es desea-
ble (Fig. 18);
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología

A B
• la deformación de la columna vertebral en la vista late-
ral: cuanto más «plana» es la columna en la vista lateral,
peor es el resultado del tratamiento ortopédico;
• el cumplimiento: los pacientes disciplinados tienen
mejores resultados que los que descuidan el uso del
corsé [33] . Es probable que unas relaciones sólidas de
confianza establecidas con el paciente y su familia
tengan un impacto positivo sobre la observancia del
tratamiento.
Acompañamiento y seguimiento
de los dispositivos ortopédicos
Kinesiterapia
Cualquier aparato de corrección de las deformaciones
vertebrales, sobre todo si se usa a tiempo completo y si es
inamovible, como un yeso, conlleva un riesgo de provo-
car una restricción ventilatoria y una atrofia muscular. Por
tanto, la kinesiterapia es un complemento del tratamiento
ortopédico [35] . Además de solventar los inconvenientes
de la inmovilización, el kinesiterapeuta enseña al niño a
autocorregirse con y sin el corsé, a flexibilizar las zonas
rígidas y vigila la tolerancia y el ajuste del corsé. Por
último, y no por ello menos importante, puede tener un
efecto psicológico beneficioso.
El deporte es un complemento indispensable de la kine-
siterapia, cuyo lugar adopta en muchos niños. Suelen
aconsejarse los deportes en extensión o la natación. En
realidad, ningún deporte, incluso asimétrico, está contra-
indicado, debido a las numerosas ventajas sobre la calidad
muscular respiratoria y psicológica.
Las complicaciones son infrecuentes y, por lo general,
no tienen grandes consecuencias si se lleva a cabo una
vigilancia rigurosa. Es primordial informar al niño y a
su familia para evitar los problemas cutáneos, digestivos
(dieta adecuada sin bebidas gaseosas ni feculentas), neu-
rológicos (en particular a nivel del plexo braquial por un
EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología
Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas  E – 44-190
Figura 18. Ejemplo radiológico de la
corrección obtenida por la colocación de
un corsé a tiempo completo de tipo
Chêneau-Toulouse-Munster (CTM) para el
tratamiento de una escoliosis combinada
torácica derecha y lumbar izquierda evo-
lutiva de predominio torácico. Radiografía
antes de la colocación del corsé (A) y con
el corsé colocado, donde se observa una
corrección mayor del 50% de la angula-
ción inicial (B).
apoyo subaxilar excesivo) y óseos (deformaciones orto-
dóncicas menos frecuentes desde la modificación de los
apoyos del corsé de Milwaukee) [36] .
Control
El seguimiento de los corsés de yeso debe ser estrecho,
aunque sólo sea para mejorar la corrección mediante la
adición de fieltros. Los corsés ortopédicos se revisan un
mes después de su colocación para apreciar la tolerancia y
la eficacia mediante una radiografía con el corsé. En este
momento, al igual que al elaborar la ortesis, la colabo-
ración entre el ortoprotesista y el cirujano ortopédico es
indispensable. Mediante un control radiológico frontal
en posición de pie, se evalúa la reducción de la defor-
mación en los planos frontal y transversal, el equilibrio
del tronco, así como la posición de las manos de apoyo.
Los otros controles radiológicos se repiten a continuación
cada 6 meses con una exploración física y una radiogra-
fía sin corsé. En los niños más pequeños, es indispensable
realizar un control periódico de la función respiratoria.
Un empeoramiento de ésta, al igual que una modificación
sustancial en el sentido de la lordosis en la radiografía
lateral de tórax, obligan a plantear la idoneidad de una
modificación del tratamiento ortopédico o el recurso a la
cirugía.
Resultado del tratamiento ortopédico:
mantenimiento a largo plazo o no
Se han publicado pocos estudios sobre la evolución
de las columnas vertebrales escolióticas más de 10 años
después de la interrupción del tratamiento. Los estudios
coinciden en predecir que un tratamiento ortopédico rea-
lizado en las mejores condiciones posibles restituye, al
final, la escoliosis a la angulación presente durante el tra-
tamiento. Después de una pérdida angular inicial que se
11
E – 44-190  Tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas
produce tras la retirada del corsé (sobre todo si ha sido
rápida), las angulaciones se estabilizan, salvo para las cur-
vaturas superiores a 40-50◦ al comienzo del tratamiento,
y más particularmente en las escoliosis juveniles 1 y 2,
donde la pérdida de corrección se continúa.
En cuanto a los trastornos psicológicos que podrían
temerse debido a estos tratamientos difíciles que tienen
lugar en la adolescencia, no se han observado a largo plazo
en adultos con escoliosis, mejor dotados en el ámbito
socioeconómico que la población general [37] .
Conducta práctica según el tipo
de escoliosis
Escoliosis infantiles progresivas benignas
Las condiciones de éxito del tratamiento ortopédico en
este tipo particular de escoliosis infantil se basan en su ini-
cio lo más precoz posible con necesidad de comenzar el
tratamiento mediante corsés de yeso correctores. Se deben
renovar hasta obtener una detorsión casi completa de la
columna vertebral con simetrización de la caja torácica,
tras lo que se sustituyen por corsés ortopédicos hasta la
desaparición de las deformaciones vertebrales. En ocasio-
nes, es posible interrumpir el tratamiento mucho antes
del final del crecimiento [7] .
Escoliosis infantiles progresivas malignas
Los corsés de yeso son útiles al principio. Nunca deben
comprimir la caja torácica muy maleable de los niños
pequeños. Se realizan en detracción más que en desro-
tación, que es imposible de lograr debido a la rigidez
de la deformación. En los corsés ortopédicos subsiguien-
tes, también debe preservarse la caja torácica. Aunque
el corsé Garchois tiene aquí una indicación excelente [7] ,
se puede sustituir por el corsé de Milwaukee a partir de
los 5 años. Es particularmente en este tipo de escoliosis
cuando es crucial la necesidad de una kinesiterapia respi-
ratoria asociada. Favorece la multiplicación de los alvéolos
pulmonares, frenada por la deformación raquídea. A este
respecto, a partir de los 2 o 3 años, se puede plantear el uso
de técnicas de ventilación pasiva con relajador de presión
e incluso de una ventilación no invasiva nocturna [38–40] .
Escoliosis juveniles 1 y 2
El corsé de yeso ya no es la alternativa principal. Sin
embargo, se recomienda para comenzar el tratamiento,
precediendo a la realización del corsé ortopédico, pero en
tal caso es único: es el yeso «del frenazo» [13] . Se puede repe-
tir en ocasiones si la escoliosis no responde al tratamiento.
El corsé ortopédico es la pieza maestra del tratamiento y
debe mantenerse hasta el final del crecimiento.
Escoliosis juveniles 3 y escoliosis
del adolescente
Aunque algunos equipos se han mantenido fieles al
yeso para comenzar el tratamiento ortopédico, en la
mayoría de las ocasiones el corsé ortopédico se coloca
de entrada, para estas curvaturas que son potencialmente
menos agresivas que las precedentes, y con una indicación
de uso a tiempo parcial. Conviene asimismo ser pru-
dente en lo que se refiere al concepto de tiempo parcial,
reservándolo en principio a las curvaturas menos evoluti-
vas [15, 41] o como sustitución del tiempo completo cuando
la curvatura se ha estabilizado con una escasa angulación.
 Conclusión
El tratamiento ortopédico de las escoliosis idiopáticas
en el período de crecimiento, que se había puesto en
entredicho en su momento, merece conservar un lugar
12
preponderante por su eficacia indiscutible y su inocui-
dad. En los niños pequeños, una cirugía precoz no está
indicada e, incluso en las deformaciones muy importan-
tes, hay que orientarse hacia un tratamiento ortopédico
que, aunque es largo, exigente y difícil, es mucho menos
nocivo que unas intervenciones que siempre peligrosas,
aunque a veces sean atractivas. En los niños mayores, tam-
bién hay que aplicar el tratamiento ortopédico como si
tuviese que ser la única forma de tratamiento y no como
una preparación para una cirugía de artrodesis que siem-
pre es un fracaso. Hay que convertir al niño y a la familia
en aliados, lo que sólo es posible si se tiene una confianza
completa en el método que se va a utilizar. Sin duda, en
los adolescentes hay situaciones en las que el tratamiento
ortopédico no presenta ningún efecto beneficioso. En tal
caso, dejar que la historia natural siga su curso u operar
son las únicas opciones. No obstante, estas situaciones son
muy infrecuentes.
Por el contrario, hay que prestar atención al peligro que
tendría un «sobretratamiento», pues el coste excesivo para
la sociedad no es inapreciable. Un conocimiento mejor
de la historia natural de las «pequeñas escoliosis» y de
las posibilidades para modificar su curso debe permitir
plantear con más fuerza que hace unos años un trata-
miento precoz que no sea excesivo. Hay que esperar que,
en el futuro, los progresos sobre la comprensión del ori-
gen de estas escoliosis idiopáticas permitan mejorar las
posibilidades de prever su evolución. Gracias a las mejo-
ras constantes del diseño y la realización de las ortesis,
debería aumentar la eficacia del tratamiento ortopédico
cuando se usa adecuadamente en indicaciones cada vez
más precisas.
Agradecimientos: Los autores expresan su agradecimiento más sin-
cero a la sociedad Lagarrigue SA por su valiosa colaboración en la
iconografía de este artículo.
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Service de chirurgie orthopédique et réparatrice de l’enfant, Hôpital Armand-Trousseau, Université Pierre-et-Marie-Curie-Paris-6, 26, avenue
du Docteur-Arnold-Netter, 75012 Paris, France.
Département hospitalo-universitaire « Maladies Musculosquelettiques et Innovations Thérapeutiques » (DHU-MAMUTH), Hôpital Armand-
Trousseau, Université Pierre-et-Marie-Curie-Paris-6, 26, avenue du Docteur-Arnold-Netter, 75012 Paris, France.
R. Laurent.
Service de chirurgie orthopédique et réparatrice de l’enfant, Hôpital Armand-Trousseau, Université Pierre-et-Marie-Curie-Paris-6, 26, avenue
du Docteur-Arnold-Netter, 75012 Paris, France.
Service de chirurgie infantile, Hôpital Jean-Minjoz, CHRU de Besançon, 3, boulevard Fleming, 25030 Besançon cedex, France.
C. Morin.
Service de chirurgie infantile orthopédique, Institut Calot, rue du Docteur-Calot, 62600 Berck-sur-Mer, France.
R. Vialle (raphael.vialle@aphp.fr).
Service de chirurgie orthopédique et réparatrice de l’enfant, Hôpital Armand-Trousseau, Université Pierre-et-Marie-Curie-Paris-6, 26, avenue
du Docteur-Arnold-Netter, 75012 Paris, France.
Département hospitalo-universitaire « Maladies Musculosquelettiques et Innovations Thérapeutiques » (DHU-MAMUTH), Hôpital Armand-
Trousseau, Université Pierre-et-Marie-Curie-Paris-6, 26, avenue du Docteur-Arnold-Netter, 75012 Paris, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Dubory A, Laurent R, Morin C, Vialle R. Tratamiento ortopédico
de las escoliosis idiopáticas. EMC - Técnicas quirúrgicas en ortopedia y traumatología 2016;8(2):1-13 [Artículo E – 44-190].

Disponibles en www.em-consulte.com/es
Algoritmos Ilustraciones Videos/ Aspectos Información Informaciones Auto- Caso
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias evaluación clinico

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