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TEOLOGÍA SACRAMENTARIA
BAUTISMO-CONFIRMACION
I. ORIGEN DE LOS SACRAMENTOS
Dios, Autor principal de los sacramentos. La experiencia de la fe y de la reflexión
teológica de la Iglesia permiten afirmar que por sacramento se entiende "un gesto
-una celebración- instituido por Jesucristo por el cual, la Iglesia, con la energía o la
actuación del Espíritu Santo, celebrando los misterios de salvación significa y
actualiza de un modo objetivo y eficaz la participación de los hombres con Dios”.
1) "Dios es la causa eficiente principal de los sacramentos" (Santo Tomás).
2) "La humanidad de Cristo es la causa eficiente instrumental de los
sacramentos”.
3) De Él nace la estructura teológica sacramental propia de cada uno de los
signos sacramentales y el significado operativo que cada uno de ellos
posee.
4) La Iglesia posee la potestad sobre todo aquello que no forma parte ni de la
estructura teológica fundamental ni de su significado.
Número de los sacramentos
El criterio último para definir el número septenario ha dependido del hecho de que
la Iglesia los haya recibido así de la "Tradición viva" de la Iglesia. Por ello, las
explicaciones del número septenario serán siempre, por conveniencia, "a
posteriori."
Los sacramentos se ordenan a un doble fin:
1) Perfeccionar al hombre en lo que en la religión cristiana pertenece a Dios;
en lo que refiere al servicio de Dios.
2) Servir de remedio contra el pecado. Desde este punto de vista presenta
una analogía con la vida corporal. El hombre se perfecciona con respecto a
su vida personal y la comunidad.
1) por inmersión.
2) por la infusión del agua sobre la cabeza.
3) por la aspersión con el agua.
Dentro del gesto sacramental, como formando parte del mismo, podemos
encontrar:
1. La persona del ministro ordinario.
2. el sujeto del sacramento: todo hombre puede recibir el bautismo
En cuanto a los infantes, es doctrina constante en la tradición teológica y en la
praxis eclesial que también ellos pueden ser bautizados y no sólo en peligro de
muerte.
1) El signo bautismal
2) La doctrina del carácter.
3) La eficacia del bautismo y la fe del sujeto.
1) 1.- La naturaleza.
2) El ministro del bautismo.
3) Los sujetos del bautismo.
4) Los efectos del bautismo.
La reforma protestante y el Concilio de Trento
Martín Lutero.
La polémica que se suscitó en todo el ámbito religioso obligó a Lutero a
batirse en dos frentes: de 1517 a 1523 defiende frente a Roma la eficacia de la fe
en los sacramentos; después de 1523, al enfrentarse a los anabaptistas, se ve
obligado a precisar y a matizar sus primeras afirmaciones. Conviene aclarar que la
doctrina luterana sobre el bautismo no fue sistematizada personalmente por
Lutero, sino por su discípulo Melanchton.
Fe y bautismo.
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3. PERSPECTIVAS COMPLEMENTARIAS
En otros escritos apostólicos tardíos encontramos puntos de referencia
que, si no enriquecen cuanto Pablo y los evangelistas nos han propuesto, en
parte lo confirman.
Así, la primera carta de Pedro —de evidente sabor bautismal, sin llegar
a afirmar que describa una primitiva liturgia de iniciación o una homilía
bautismal.
El autor de la Carta a los Hebreos recuerda la doctrina del bautismo y
de la imposición de las manos en un texto que podría aludir a los tres
sacramentos de la iniciación cristiana: "iluminación" bautismal, alimento de la
palabra y de la eucaristía, participación del don del Espíritu (He 6,2-4); el
bautismo se presenta como purificación interior e iluminación (Heb 10,22.32).
Esta simple enumeración de las alusiones más explícitas al bautismo
cristiano nos permite afirmar que constituye como la infraestructura mistérica
de toda la revelación del NT. Parece prematuro pedir a los textos
neotestamentarios, al menos como hoy los ven la mayoría de los exegetas,
una neta distinción ritual entre el bautismo y la confirmación.