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1. INTRODUCCIÓN
3. EL ACCIDENTE DE TRANSITO
Sin embargo, hay también casos en los cuales sin haberse ocasionado
daño [24], existe la obligación de indemnizar. Ese es el caso en el cual
una persona que se encuentra en estado de ebriedad conduce su
vehículo, lo hace sin ocasionar accidente alguno y respetando las
reglas de tránsito durante la conducción que realiza, pero llegando a
su domicilio es intervenido en un operativo de rutina efectuado por la
policía; de manera que al ser sometido al examen del alcoholemia se
detecta que ha conducido en estado de ebriedad; por lo que se le
sanciona al conductor no por haber ocasionado daño alguno, sino
por el hecho de haber infringido la regla de haber conducido en
estado de ebriedad por encontrarse así contemplado en la norma,
hallándose en ese supuesto el daño subsumido en lo establecido en
la violación de dicha norma [25].
Como sostiene Taruffo [32], para establecer qué parte debe perder la
causa por no haber probado un hecho principal, hace falta un criterio
que determine “quién debe probar qué” en cada situación,
afrontándose este problema normalmente por medio de distinciones
teórico-jurídicas acerca de los hechos principales del
caso. Conteniendo dicha reglas, dos aspectos fundamentales, de un
lado se indica como el juez debe sentenciar cuando no aparezcan en
el proceso pruebas que le den certeza sobre los hechos que deben
sustentar su decisión y, de otro lado, a las partes la responsabilidad
que tienen para que los hechos que sirvan de sustento de sus
posiciones aparezcan demostrados [33]; por lo que la carga de la
prueba en este tipo de responsabilidad le incumbe al autor [34],
teniéndose en cuenta que la responsabilidad civil por accidente de
tránsito es objetiva por calidad de bienes riesgosos y por el riesgo
creado por los vehículos puestos en circulación, así como por la
irrelevancia de que el agente dañino tenga que probar su ausencia
de culpa; teniéndose solamente que acreditar el daño y la relación
de causalidad, tomando en consideración los supuestos de ruptura de
nexo causal y la concausa, asimismo teniendo esta responsabilidad
un valor solidario que implica poder responder a favor de la víctima
[35].
9. CONCLUSIONES
• Los accidentes de tránsito son consecuencia del automóvil, que
constituye un bien riesgoso y al conducirlo puede generar un
resultado dañoso. Por lo cual tenemos las normas sobre
responsabilidad extracontractual del Código Civil y otras
normas especiales como el Código de Tránsito y Seguridad Vial,
siendo factible darse cuenta que no funcionan, las primeras al
no garantizar una indemnización satisfactoria, mientras que el
segundo no regula eficazmente el manejo de automóviles,
factores que atentan de alguna manera contra posibilidad de
reducir el número de accidentes y gravedad de accidentes
que se debería mejorar.
RESOLUCIONES: