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ENCICLOPEDIA

DE

ZOOLOGIA
A
Abeja

Desde la más remota antigüedad, las abejas han suscitado la atención del hombre por la utilidad de
los productos que de ellas se obtienen y por la extrema complejidad de sus sociedades.
Las abejas son insectos pertenecientes al orden de los himenópteros y a la superfamilia de los
antropoideos. Comprenden cerca de veinte mil especies, entre las cuales predominan las solitarias
sobre las que forman comunidades.
Abejas sociales
Entre las diferentes especies de abejas de hábitos sociales, destaca, por sus características
fisiológicas y por su importancia económica, la abeja de la miel (Apis mellifera), incluida en la
familia de los ápidos.
Anatomía de la abeja de la miel. El cuerpo de la abeja melífera presenta la distribución morfológica
en cabeza, tórax y abdomen que caracteriza al grupo de los insectos. En la cabeza se encuentran las
antenas, órganos táctiles y olfativos formados por una serie de segmentos llamados artejos. Cerca
de las antenas están los dos ojos compuestos, constituidos por varios miles de facetas, cada una de
las cuales consta de una córnea, un cristalino y un rabdoma, membrana sensible a la luz. Cada
faceta percibe los objetos situados directamente en la prolongación de su eje óptico y todas ellas
componen una imagen en mosaico.

Las abejas son sensibles, además, a la luz polarizada (que vibra sólo en determinados ángulos) y a
la ultravioleta, lo que les resulta de fundamental utilidad para orientarse y para apreciar en las flores
detalles que pasan inadvertidos al ojo humano. El aparato bucal tiene una lengua o trompa con la
que recogen el néctar. En el tórax se insertan los dos pares de alas y los tres pares de patas. El
abdomen, que en las obreras acaba en un aguijón, contiene los cuatro pares de glándulas que
generan la cera, sustancia blanda con la que las abejas fabrican las colmenas.
Castas sociales. En las colonias se distinguen tres tipos de individuos: la reina, hembra de
voluminoso abdomen que conserva su capacidad de reproducción y de la que depende el
crecimiento de la colonia; las obreras, hembras que no ponen huevos y que realizan todas las tareas
de la colmena; y los zánganos, o machos, mucho mayores que las obreras, que sólo habitan en la
comunidad durante la primavera y los inicios del verano y cuya única función es la fecundación de
la reina.
Estructura de la colmena. Las abejas construyen sus habitáculos, o colmenas, en las oquedades del
terreno y en los troncos de los árboles; cuando son destinadas a la explotación de sus productos, se
sitúan en los recipientes destinados al efecto por los apicultores.

Las colmenas pueden albergar cincuenta mil individuos, o más, y se componen de una serie de
panales hechos de cera con múltiples celdillas hexagonales. En los panales periféricos se almacena
la miel, mientras que los centrales contienen las crías en las diferentes etapas de desarrollo, y las
pupas, fases de evolución postembrionaria a partir de las cuales surgen los individuos adultos.
Algunas celdillas contienen también el polen recogido por las obreras.
Desarrollo de las abejas. La reina solamente se aparea una vez, cuando sale de la colmena y realiza
el vuelo nupcial, momento en el que se une con un zángano. Los espermatozoides de éste son
almacenados en una especie de saco situado en su abdomen y son emitidos a medida que se
desarrolla la puesta de huevos. La reina introduce su cabeza en una celdilla y cuando comprueba
que está vacía deposita un huevo en ella, y así va procediendo con las demás celdas de la colmena.
A los tres días se produce la eclosión de un gusano blanco que es alimentado por las obreras. A los
seis días comienza la metamorfosis al estado de pupa, que se prolonga durante doce días y da lugar
al adulto. Este proceso es válido para las obreras.

Las reinas requieren unos días menos, y los zánganos un ciclo algo más prolongado. Las abejas
reinas se crían en celdas más anchas de lo habitual. El hecho de que un espécimen se convierta en
reina depende de que su alimentación conste de tres ingredientes fundamentales: jalea real, miel y
polen. Si el huevo recibe espermatozoides, y es por tanto fecundado, da lugar a una obrera; si no lo
es, de él sale un zángano.
La vida en la colmena. Durante el invierno, la actividad de la colmena se reduce de modo
considerable. Se suspende la recolección, la reina deja de poner huevos y las abejas se alimentan
con el polen y la miel almacenados durante la estación cálida. Al llegar la primavera se restablece
de nuevo la actividad: la reina inicia la puesta, que puede alcanzar un ritmo de 1.500 huevos al día,
las obreras recolectoras emprenden sus vuelos de prospección y la vida en la colmena reanuda su
curso. Durante el período de floración, llegan nuevas provisiones de polen y de néctar, y conforme
van naciendo las crías se procede a alimentarlas y cuidarlas. La organización de la colmena se rige
mediante un mecanismo estrictamente regulado cuyo conocimiento ha sido objeto de interés
científico.

Actividades de las obreras. La vida de las obreras comprende una serie de etapas bien definidas a lo
largo de las cuales desarrollan diferentes funciones. En una primera fase se dedican sobre todo a
alimentar a las crías y a limpiar las celdas. Posteriormente, construyen panales, almacenan polen,
defienden la colmena y regulan la temperatura de ésta batiendo las alas o introduciendo agua en los
panales. La última fase corresponde a la recolección de polen y néctar (abejas pecoreadoras).
En sus desplazamientos de recolección, las obreras se guían por el sol y vuelan de flor en flor
mientras liban el néctar y recogen el polen en unos cestillos laterales localizados en el último par de
patas. Cuando descubren una fuente importante de alimento, las exploradoras vuelven a la colmena
y anuncian a las demás su hallazgo mediante vuelos circulares, si la distancia es corta, o giros en
forma de ocho, si se encuentra lejos. En este último caso, la dirección se indica señalando el ángulo
que el lugar ocupa con respecto al sol. Con el néctar, fermentado en los estómagos de las abejas, se
elabora la miel, que en parte se almacena y en parte pasa de los estómagos de unas obreras a otras
(estómagos sociales).

Enjambres y formación de colonias. Las colonias deben propagarse, para lo cual, todas las
primaveras son criadas varias reinas, de las que sólo una llega a reinar quedando las demás
condenadas a morir. Un poco antes de salir la nueva reina, una parte de la población se une a la
antigua y abandona la colmena para posarse sobre una rama o lugar elevado constituyendo una
masa compacta, el enjambre, que permanece en esa localización hasta que se encuentra otro lugar
para formar una nueva colonia. La reina sale de la colmena, es fecundada por los zánganos y
regresa para proseguir la vida de la colonia.
Abejas solitarias
Entre las abejas carentes de hábitos sociales, cabe citar la abeja cortadora de hojas, del género
Megachile, que forma sus nidos con trozos de hoja que enrolla en forma de tubo; las abejas
cavadoras de los géneros Halictus y Colletes, y la abeja carpintera, del género Xylocopa, que cava
nidos en troncos y tallos secos.

Águila

Entre todas las aves rapaces las águilas destacan por su tamaño, belleza, fuerza y majestuosidad,
cualidades que les han granjeado la admiración (y también la saña) del hombre en todas las épocas.
A lo largo de la historia, la imagen del águila ha presidido emblemas, enseñas guerreras, escudos y
blasones, y se ha constituido en símbolo de fortaleza y dignidad.
Con el nombre de águila se designan diferentes especies de rapaces pertenecientes al orden de las
falconiformes y agrupadas en su mayoría dentro de la familia de las accipítridas. Todas ellas se
caracterizan por ser aves carnívoras, de gran tamaño, con un pico curvo relativamente corto pero
robusto, y provistas de fuertes patas acabadas en garras ganchudas y aceradas con las que capturan
sus presas. Los ojos son laterales y, por encima de ellos, sobresalen unos arcos superficiales o
rebordes óseos que dan a estos animales su característico aspecto fiero y amenazador. Las hembras
suelen presentar dimensiones superiores a las de los machos.
La mayor parte de las especies cazan al acecho o localizando a sus víctimas desde el aire en sus
vuelos de planeo, ya que están dotadas de una excelente visión. El tipo de alimentación es variable:
algunas águilas, como la culebrera o la pescadora, tienen una dieta muy especializada.
Otras, por el contrario, capturan toda clase de reptiles, así como diferentes aves y mamíferos, e
incluso se alimentan de carroña. El número de huevos de la puesta varía en las diferentes especies,
aunque suele oscilar entre uno y tres; por su parte, el período de incubación se prolonga durante seis
o siete semanas. Cada continente tiene sus especies típicas; no obstante, existen algunas águilas
cosmopolitas cuya área de distribución se extiende por todo el mundo. La importancia ecológica de
estas rapaces es fundamental, ya que ejercen un estricto control sobre las poblaciones de roedores,
conejos y otros mamíferos de pequeño y mediano tamaño. En consecuencia, la disminución de las
poblaciones de águilas altera gravemente el equilibrio del hábitat.
El águila real (Aquila chrysaëtos) se extiende por Eurasia, Norteamérica y norte de África. Las
hembras sobrepasan los 6,5 kg, mientras que los machos no superan los 4,5 kg. Se alimenta de aves,
reptiles y mamíferos.
Vive el águila imperial (Aquila heliaca) en la península ibérica, donde se halla amenazada de
extinción, así como en los Balcanes y Asia central. Es de plumaje pardo oscuro y caza aves, conejos
y pequeños reptiles.
El águila culebrera (Circaetus gallicus) habita en Europa meridional y oriental y en Asia central.
El dorso y la cabeza son de color pardo y el vientre blanco. Como indica su nombre, se alimenta
básicamente de reptiles y, sobre todo, de serpientes.
En Norteamérica destaca el águila calva (Haliaetus leucocephalus), de cabeza blanca en contraste
con el color pardo del resto del cuerpo, que aparece simbolizada en el escudo de los Estados
Unidos.
El águila pescadora (Pandion haliaetus) es una especie cosmopolita que pertenece a la familia de los
pandiónidos y captura principalmente peces en lagos, ríos y costas; su método de caza consiste en
mantenerse en el aire en un punto fijo batiendo sus alas y lanzarse con las patas hacia delante sobre
su presa. Tiene la cabeza y el vientre de color blanco.
Entre las águilas africanas destacan el águila coronada (Stephanoaetus coronatus), la más fuerte de
las rapaces de África, que se alimenta de monos; el águila marcial (Polemaetus bellicosus), cuyas
hembras sobrepasan los 6 kg de peso y que capturan aves y pequeños mamíferos; y el águila rapaz
(Aquila rapax), omnívora.
El águila audaz (Aquila audax) vive en Australia y se alimenta de carroña, además de capturar
reptiles y aves. En las Filipinas habita el águila monera (Pithecophaga jefferyi), que caza monos y
pequeños mamíferos.
También de distribución asiática son las distintas especies del género Spilornis, que se alimentan de
serpientes y otros reptiles.

Albatros

De todas las aves que surcan los cielos pocas ofrecen un vuelo tan majestuoso, espectacular y bello
como el albatros, ave admirada por los marinos, cantada por los poetas y estudiada por los
ornitólogos.
Los albatros son aves marinas pertenecientes al orden de los procelariiformes y a la familia de los
diomedeidos, y comprenden varias especies, casi todas propias del hemisferio austral. Destacan el
albatros viajero o gigante (Diomedea exulans), el albatros real (Diomedea epomophora) y el
albatros de las Galápagos (Diomedea irrorata). Las dos primeras son las de mayor tamaño entre las
aves oceánicas y su aspecto es muy similar: en vuelo es prácticamente imposible distinguirlas, ya
que son detalles casi imperceptibles, como el tono del borde de la mandíbula superior o el color de
los párpados, los que las diferencian. Ambas tienen el plumaje blanco y los bordes de las alas
negros; el pico es de color sonrosado.
El área de distribución de estas dos especies queda delimitada por el paralelo 50° sur y comprende
las regiones próximas a la Antártida. Los albatros son aves fundamentalmente marinas, que viven la
mayor parte de su vida en el océano y sólo acuden a tierra para procrear.
Se alimentan de grandes peces y calamares, que pescan mientras se desplazan sobre la superficie del
agua, ya que no efectúan picados. Sus vuelos consisten en espectaculares planeos; para
emprenderlos, dado su tamaño, necesitan un espacio lo suficientemente amplio que les permita
tomar carrera cara al viento. Toda la belleza que muestran en el aire se convierte en torpeza en
tierra, debido a que sus patas son muy cortas y están situadas muy atrás en el cuerpo.
Crían en islas próximas a la Antártida, a las que llegan a finales de noviembre. Machos y hembras
se entregan a ceremonias prenupciales en las que muestran diferentes posturas de amenaza y
apaciguamiento, alternativamente, mediante giros de la cabeza, entrecruzamiento de los picos, etc.
Los albatros ponen un único huevo, que tarda unos ochenta días en incubarse. El período de cría es
prolongado y no se completa hasta transcurrido un año, al cabo del cual el joven albatros emprende
el vuelo hacia el mar, en el que pasará cinco años antes de volver a tierra.

Alce

En las cercanías de los innumerables lagos que salpican las áreas boscosas de la taiga, en las
regiones más septentrionales del hemisferio boreal, habita el alce, el mayor de los ciervos vivientes.
El alce (Alces alces) es un mamífero artiodáctilo (las extremidades acaban en un número par de
dedos) perteneciente a la familia de los cérvidos. Es el ciervo de mayor envergadura: puede alcanzar
una altura a la cruz de más de dos metros, con un peso que oscila según el tamaño y la edad del
ejemplar y que, en los individuos adultos, suele ser de 500 a 600 kg. Pertenece al grupo de los
rumiantes, caracterizados por presentar un aparato digestivo por medio del cual engullen el alimento
para después regurgitarlo, volver a mascarlo y digerirlo.
La cuerna, formada por dos anchas palas cuyos bordes acaban en múltiples puntas, aparece sólo en
los machos. Estas defensas caen en el invierno y vuelven a brotar en la primavera, cubiertas al
principio por una delicada pielecilla que se desprende paulatinamente hasta dejar desnuda el asta. El
hocico es ancho y redondeado y la cola muy corta: el color de la piel es pardo. Estos animales viven
en Norteamérica, desde Alaska al sur de la frontera entre Canadá y los Estados Unidos, y en Europa
y Asia, desde Escandinavia a Siberia.En verano, los alces frecuentan los lagos y estanques que
abundan en la taiga alimentándose de plantas acuáticas y de las hojas de los árboles de hoja caduca
que crecen en las orillas (álamos, abedules, sauces, etc.). Cuando los lagos se hielan, buscan las
hojas de las coníferas y la corteza de los árboles, que arrancan en tiras. En algunos parques
nacionales en los que la densidad de alces es demasiado alta, la vegetación se ve amenazada.
Con la llegada del otoño, los alces entran en celo; en esta época pueden oírse los poderosos mugidos
de los machos en la espesura de la foresta. Cuando dos machos compiten por una misma hembra se
entablan enconados combates en los que ambos contendientes se atacan con las cuernas y las
pezuñas.
Durante el estío, los machos vagan en solitario, mientras que las hembras se desplazan
acompañadas por sus crías. El período de gestación dura de ocho a nueve meses.
El alce ha sido cazado, muchas veces de forma abusiva, por las cualidades de su piel. En la Rusia se
han llevado a cabo experiencias para tratar de domesticarlo.

Alondra

De característico canto, sostenido y vibrante, la alondra es una pequeña ave de aspecto poco
llamativo que suele vivir entre las hierbas y gramíneas de los terrenos de secano.
La alondra (Alauda arvensis) pertenece a la familia de los aláudidos, incluida dentro del orden de
los paseriformes, del que forman parte las aves comúnmente conocidas como pájaros. Su tamaño no
es muy superior al del gorrión y presenta un plumaje de color pardo surcado por listas oscuras en el
dorso y de tonalidad blanquecina en el vientre. En la cabeza presenta una pequeña cresta también
pardusca. En los bordes de la cola alargada destacan dos líneas blancas, rasgo que sirve para
diferenciar la especie de otras semejantes, tales como la totovía y la cogujada.
Suele hallarse la alondra entre los barbechos y eriales, en el suelo o sobre el ramaje. En el vuelo,
ondulante, pliega periódicamente las alas lanzándose hacia abajo para, a continuación, batirlas con
potencia y ascender con lentitud. En ocasiones, se cierne mientras canta en lo alto de los campos. Su
área de distribución comprende Europa, Asia y el norte de África.
Su canto es musical y cristalino y se prolonga a menudo durante varios minutos.La alondra realiza
su puesta en el suelo de prados, campos, eriales y arenales. En la época fría se alimenta de las
semillas de las plantas silvestres y gramíneas, y en la época cálida captura insectos tales como
escarabajos, orugas y pulgones; por consiguiente, resulta beneficiosa para la agricultura.
La alondra es lo que los ornitólogos llaman un migrador parcial: las poblaciones que habitan
regiones más septentrionales se desplazan en invierno hacia el sur, y dentro de una misma región
abandonan las serranías, parajes en los que también son abundantes, y se dirigen a zonas de menor
altitud y menos frías.

Alpaca

Al igual que ocurre con la llama o el guanaco, especies muy similares a ella, la alpaca es un animal
perteneciente a la familia de los camélidos y propio de las zonas andinas. Se caracteriza por su
hábitat que se localiza en las regiones elevadas del altiplano andino.
La alpaca (Lama pacos), denominada también paco, es un mamífero artiodáctilo que presenta, en
consecuencia, extremidades terminadas en un número par de dedos protegidos por pezuñas. Posee
largas lanas de color achocolatado, aunque en algunos ejemplares el pelo es de tonalidad blanca o
negra.
Su envergadura es menor que la de la llama, especie a la que se asemeja hasta el punto de haber sido
considerada por algunos zoólogos como una variedad de aquélla. Su área de distribución comprende
Perú y Bolivia. Se emplea como animal doméstico, si bien esta domesticación es relativa, ya que no
es preciso proporcionarles alimento ni mantenerlos bajo cobijo. Los rebaños viven en lugares
húmedos de los altiplanos y pastan solos. Se encuentran a partir de los 4.800 m de altitud, en zonas
más elevadas que el guanaco y la llama.
Se utiliza la alpaca como animal productor de un tipo de lana, muy fina y apreciada, que constituye
una de las fuentes de riqueza del Perú.Su aprovechamiento se remonta a la epoca incaica. Parece ser
que la lana es de mayor calidad cuando los rebaños se crían en zonas en las que abunda el agua y
crecen hierbas tiernas. Se procede a esquilar los animales cada dos años, obteniéndose una cantidad
de lana que oscila entre 2,5 y 3 kilogramos por cabeza.
Existen diversas teorías sobre el origen de la alpaca: según algunos autores, deriva de la llama, con
la que forma cruces (en Perú el híbrido recibe la denominación de huarizo). Para otros, desciende
del guanaco o de la vicuña; de hecho, las hembras de la alpaca se cruzan con los machos del
guanaco y se obtiene un cruce que se conoce como pacovicuña.
Se distinguen dos razas, según el tipo de lana: la alpaca huacaya, cuyas fibras no pasan de 30
centímetros de longitud y son de inferior calidad que las de la alpaca suri, que presenta lanas de
hasta 40 centímetros, más finas y sedosas, y muy apreciadas como material textil.
Anaconda

En las regiones pantanosas de América del sur, en la proximidad de los cursos de agua y cerca de
los marjales vive la que muchos consideran como la mayor serpiente del mundo, la anaconda.
La anaconda (Eunectes murinus) es un reptil ofidio perteneciente a la familia de los boídos, o boas.
Suele asignársele una longitud de unos nueve metros, si bien hay informes que elevan esta cifra, en
determinados casos de forma considerable. Su color es gris u oliváceo, con series de manchas
oscuras en el dorso y de centro claro en los flancos. Recibe, según las regiones y los países,
nombres muy diversos: culebra de agua en Venezuela, petaca en Colombia, sucuri en Brasil,
serpiente matatoro, etc. De hecho, en ninguno de los territorios de donde es originaria se la conoce
como anaconda, denominación que se ha extendido, sin embargo, por todo el mundo.
Esta serpiente frecuenta los lugares que permanecen inundados durante todo el año, aunque el nivel
del agua descienda de forma acusada y el hábitat se convierta en una ciénaga. Se alimenta de
mamíferos de mediano tamaño, como capibaras y agutíes, a los que mata por constricción, es decir,
utilizando sus potentes músculos, que rodean en forma de anillos a la víctima hasta que ésta perece
por asfixia.Al igual que las demás boas carece de veneno. Su digestión puede resultar muy lenta y
pesada, con una duración de varios días, período en el que resulta muy vulnerable. La anaconda es
ovovivípara: las crías nacen vivas de la madre, en un número que puede sobrepasar el medio
centenar.
Una variedad de la anaconda más pequeña que la amazónica es la llamada curuyú, de unos cuatro
metros de longitud y que habita en el norte de la Argentina y en el Mato Grosso, en Brasil.

Anguila

Uno de los peces cuya biología y ciclo vital han resultado más enigmáticos para los hombres de
ciencia hasta fechas relativamente recientes ha sido sin duda la anguila, apreciada desde la
antigüedad por la delicadeza y suavidad de su carne.
Con el nombre de anguila se conocen diferentes especies de peces pertenecientes a la clase de los
osteictios, o peces de esqueleto óseo, integrados en la familia de los anguílidos. Se hallan
distribuidos por diversas áreas litorales de los océanos Pacífico, Índico y Atlántico, desde las cuales
remontan los cursos fluviales.
La anguila común europea (Anguilla anguilla) es un pez alargado, cuyo aspecto recuerda al de una
culebra; su piel es de color oscuro en el dorso y plateado en la zona ventral. Las hembras pueden
alcanzar 1,5 m de longitud y los machos llegan a dimensiones ligeramente inferiores. El ciclo
biológico de este animal estuvo rodeado de incógnitas durante mucho tiempo. A finales del siglo
XIX se descubrió el estado larvario de la anguila, la llamada larva leptocéfala, transparente,
aplanada y ovalada, que hasta entonces se había considerado como una especie diferenciada. Sin
embargo, el origen de la anguila continuó siendo un misterio hasta la década de 1920 cuando, tras
muchos años de investigación, el científico danés Johannes Schmidt halló que la puesta de las
anguilas del Atlántico se realiza en el mar de los Sargazos, hacia febrero, a una profundidad
estimada en unos 400 m.Allí nacen las pequeñas larvas, que se transforman en leptocéfalos y llegan
arrastradas por las corrientes hasta las costas americanas y europeas, donde se convierten en angulas
y penetran en los ríos dando lugar a los individuos adultos. Procesos similares se desarrollan en las
especies índicas y pacíficas. Las anguilas viven en los cursos fluviales durante un período
comprendido entre diez y veinte años y, posteriormente, retornan al mar para desovar. La anguila es
muy apreciada por el sabor de su carne en Europa y Japón.

Antilope

Se designan con el nombre de antílope diferentes especies de mamíferos artiodáctilos (con


extremidades terminadas en dedos pares), rumiantes, de la familia de los bóvidos, muchos de los
cuales poseen una figura grácil y esbelta que los asemeja entre sí. Todos ellos poseen cuernos, que
en algunos son de gran tamaño y presentan peculiares formas. Comprenden casi un centenar de
especies y se hallan distribuidos por Asia y África. En la estepa siberiana rusa vive el curioso
antílope saiga, caracterizado por su prominente hocico, con el que filtra el polvo de la estepa.
También se conocen como antílopes los antilocápridos norteamericanos, representados por la
especie Antilocapra americana : el pronghorn o berrendo, extendido desde Canadá hasta el noroeste
de México.
Caracteres morfológicos
Los antílopes difieren en cuanto a su corpulencia, comportamiento, hábitat que ocupan, forma de
los cuernos y dibujo y color de la capa. Los mayores, los elands africanos, pueden alcanzar un peso
de 900 kg y una altura a la cruz de 1,9 m, mientras que otros, como el dik-dik, también africano,
apenas superan los 5 kg. Algunos, como el hipotrago equino de África, se asemejan por su forma a
los équidos (caballos y cebras). El aspecto de los cuernos es variable: los hay con forma de lira,
como los del impala; rectos, similares a sables, como los del oryx de la provincia de El Cabo;
curvados hacia atrás y de hasta 1,60 m de longitud, como los del hipotrago negro; en espiral, como
los del eland o el kudú, y diminutos, como los del duiker, el oribí y el dik-dik.
En algunas especies, los cuernos sólo aparecen en los machos, mientras que en otras se desarrollan
en ambos sexos. Los berrendo americanos tienen la cornamenta similar a la de las cabras, pero
alcanzan el tamaño de un ciervo mediano.
El color y dibujo de la capa oscila desde el pardo o amarillo rojizo hasta el castaño oscuro. Algunos,
como el kudú, se adornan con rayas verticales de color blanco que les recorren el lomo. El pelaje de
los berrendos es color castaño rojizo, pero blanco en el vientre y la grupa y también en las bandas
pectorales.

Hábitat y distribución
Un gran número de antílopes habitan en la estepa arbustiva africana, como el impala, el gerenuk, el
kudú, el eland o los hipotragos; otros, como el antílope saltarrocas, pueblan pequeños roquedales.
Algunos, como el ñu, son típicos de la sabana y realizan grandes desplazamientos en busca de agua
y pastos en las épocas de sequía. También los hay adaptados a zonas desérticas, como el addax del
Sahara y el oryx de Arabia.
En su mayoría se alimentan de los grandes pastos de la sabana, y algunos, como el gerenuk, de
largo cuello, son ramoneadores, es decir, se alimentan de ramas y hojas de árboles.
Muchas especies son gregarias y forman grandes manadas de individuos de ambos sexos. Los
grupos de impalas, encabezados por un macho dominante, llegan a alcanzar los cien individuos.
Existen también rebaños exclusivos de machos, que viven aislados. Los berrendos viven solos o en
pequeños grupos en el verano, pero forman grandes rebaños en invierno.
Numerosas especies están perfectamente adaptadas a la carrera y al salto: son famosos por su
velocidad y agilidad los impalas y los oryx. Otros son especialistas del camuflaje, como los gerenuk
y los kudúes. Sus enemigos son los grandes predadores, como los leones y los leopardos, y los
licaones, que cazan en grupo y persiguen implacablemente a sus presas, relevándose en la carrera,
hasta que les dan alcance. En la época prenupcial, muchas especies presentan un comportamiento
ritual consistente en posturas de exhibición, en el roce de las patas traseras de la hembra por parte
del macho, en movimientos de aseo, etc. En un gran número de especies, entre las que se cuentan el
gerenuk, el kudú, el hipotrago, el eland y el oribí, las camadas son de una sola cría. El período de
gestación varía entre los siete y los nueve meses.
Los antílopes se extienden principalmente por la sabana africana, donde hay una gran variedad de
especies, tanto en la sabana propiamente dicha como en la arbustiva.
También habitan en zonas de Asia, como Arabia e Irak (oryx) y la India (nilgó). En la estepa
siberiana rusa, como se ha apuntado, vive el saiga. Entre las principales especies cabe mencionar
este antílope saiga (Saiga tatarica), el gerenuk (Litocranius wallerii) africano, el impala (Aepyceros
melampus) del África oriental, y el oryx, que agrupa varias especies. Destacan también el hipotrago
equino (Hippotragus equinus), el alcelafo, del género Alcelaphus, el damalisco, del género
Damaliscus, el ñu, del género Connochaetes, que vive en las sabanas africanas y el kudú
(Tragelaphus strepsiceros).

Araña

La leyenda que atribuye a las arañas una gran peligrosidad y una dolorosa mordedura no tiene en la
mayoría de los casos fundamento real. No obstante, en ciertas especies el veneno es lo
suficientemente activo como para que haya sido necesaria la elaboración de sueros antiaraneicos,
específicos en su mayoría de arañas latinoamericanas.
Anatomía y estructura del cuerpo
Las arañas son invertebrados artrópodos, es decir, provistos de apéndices articulados, y pertenecen a
la clase de los arácnidos y al orden de los araneidos. Estrechamente relacionados con ellas se
encuentran los escorpiones y las garrapatas. El número aproximado de especies de arañas se sitúa en
torno a las veinte mil y su tamaño varía entre un milímetro y cerca de nueve centímetros de
longitud, dimensión que presentan algunas arañas tropicales americanas.
Las arañas exhiben una estructura corporal característica con una neta diferenciación entre la parte
integrada por cabeza y tórax, unidos en una sola pieza denominada cefalotórax o prosoma, y el
abdomen u opistosoma; ambos fragmentos se hallan separados por una estrecha cintura. Como el
resto de los arácnidos, poseen ocho patas articuladas en una serie de segmentos o artejos que
favorecen la movilidad. Disponen además de otros apéndices: los quelíceros o uñas venenosas,
cercanos a la boca, que inoculan el veneno contenido en unas glándulas anexas, con el cual matan a
sus víctimas, y los pedipalpos, que son órganos táctiles.Carecen, además, de antenas.
Presentan una serie de ojos simples u ocelos situados en diferentes lugares de la cabeza, lo que les
permite tener una amplia visión de lo que les rodea. El tegumento que recubre todo su cuerpo está
formado por quitina y en él aparecen pilosidades que, en el caso de ciertas tarántulas, pueden llegar
a ser abundantes. Al final del abdomen y en posición ventral se aprecian orificios denominados
hileras. Tales aberturas, que se hallan conectadas a unas glándulas especiales, expelen al exterior
una sustancia filiforme que al contacto con el aire solidifica: se trata de la seda con la que las arañas
fabrican sus telas.
La respiración se lleva a cabo mediante unos conductos laminares, las filotráqueas. El sistema
circulatorio está constituido por una cavidad situada en la región dorsal a modo de corazón, que
recibe la hemolinfa (líquido similar a la sangre) y la impulsa a través de una arteria anterior a la
cabeza, y por una arteria posterior y otras laterales a las vísceras.
Las arañas no poseen piezas masticadoras y han de tomar su alimento en estado líquido. Para ello,
junto con el veneno, inoculan a sus presas una serie de enzimas que descomponen el cuerpo de éstas
y licuan sus tejidos.De este modo, transcurrido cierto tiempo, pueden ser absorbidos por la araña,
que sólo tiene que succionarlos.
El sistema nervioso es sencillo. La cabeza está ocupada por un pequeño encéfalo del que parten los
cordones nerviosos, los cuales rodean el tubo digestivo formando un anillo y se dirigen a la parte
ventral del cuerpo.
Por cuanto se refiere a la fisiología de la reproducción, la fecundación es interna: el macho deposita
sus espermatozoides en un saco hecho de seda, el espermatóforo, en el que introduce sus
pedipalpos, trasladando su contenido a la abertura genital de la hembra.
Ecología y comportamiento
Las arañas son animales cazadores y se alimentan de insectos y pequeños invertebrados, si bien
ciertas especies de gran tamaño pueden capturar pequeñas aves, reptiles y peces. Muchas
construyen telas con los hilos que segregan por las hileras, telas que tienden a modo de redes y en
las que quedan adheridos los insectos. Otras, tales como las tarántulas, horadan el suelo y esperan a
que se acerquen a ellos sus presas en el interior de los orificios. En muchas especies es notable el
comportamiento ritual previo a la fecundación, que da lugar a auténticas ceremonias nupciales.Con
frecuencia, la hembra devora al macho tras el apareamiento.
Principales especies Entre las arañas más conocidas, se hallan la araña de jardín (Epeira diademata)
y la doméstica
(Tegenaria domestica), cuyo hábitat suele situarse en jardines y casas de las zonas templadas. Otra
curiosa especie es la araña acuática, del género Argyroneta, la cual vive en los ríos y construye entre
las plantas del fondo una campana con el aire que, en sus subidas a la superficie, retiene en los pelos
que la recubren. La araña pescadora (Dolomedes triton) vive en Norteamérica y captura peces. Las
del género Argyope habitan en regiones tropicales y construyen una bella tela de color blanco, con
un hermoso dibujo en zigzag.
Las arañas de mayor tamaño son las migales americanas, del género Mygale, de casi nueve
centímetros de longitud. También cabe mencionar las tarántulas, del género Lycosa.

Arapaima

El arapaima, uno de los peces de agua dulce de mayores dimensiones, habita en el fondo de los ríos
de la cuenca amazónica. Su gran tamaño hace que carezca de enemigos entre el resto de la fauna de
su ambiente. Tan solo es atacado por los indios del Amazonas.
El arapaima (Arapaima gigas), también llamado pirarucú o paiche, es un pez osteictio, es decir,
dotado de esqueleto óseo, perteneciente a la familia de los osteoglósidos. Es alargado y presenta una
mandíbula afilada que le da un aspecto semejante al lucio. El color de su piel es pardo, con
irisaciones y matices rojizos en la región caudal. Su cuerpo está recubierto de grandes escamas y las
aletas dorsal y anal, muy estrechas, se sitúan próximas a la cola. Puede medir más de 3 m y alcanzar
un peso superior a los 120 kg. Su área de distribución comprende los cursos fluviales de la
Amazonia.
Vive en el fondo de los ríos, en los que suele permanecer inmóvil durante largo rato. Su alimento lo
constituyen básicamente los invertebrados acuáticos y los peces muertos. Su carne es muy apreciada
por los habitantes de la cuenca del Amazonas, que lo pescan sirviéndose de arpones y flechas.
Después lo preparan en largos filetes que ponen a secar, lo que permite que se conserve durante
períodos prolongados.

Ardilla

Vivaces e inquietos, los simpáticos roedores llamados ardillas, considerados como auténticos
volatineros de los bosques boreales, presentan una gran capacidad de adaptación: algunas ardillas
han llegado a adecuarse a la vida en los desiertos, y otras han adquirido incluso la capacidad de
planear.
Las ardillas son mamíferos pertenecientes al orden de los roedores y a la familia de los esciúridos.
Comprenden unas 250 especies, distribuidas por todo el mundo, con excepción de Oceanía. En
función de sus hábitos y su biología se pueden clasificar en tres categorías: ardillas de bosque,
ardillas terrestres y ardillas voladoras.
Dentro del primer grupo, cabe mencionar la ardilla común o europea (Sciurus vulgaris) que es de
color rojizo, posee una larga cola y presenta los bordes superiores de las orejas cubiertos de pelos
erectos y rígidos, similares a los de un pincel. Su área de distribución comprende Europa y el norte
de Asia. Habita en bosques de coníferas y también en zonas de arbolado de hoja caduca,
alimentándose de bellotas, nueces y semillas diversas, que almacena en troncos de árboles o en el
suelo, y de brotes e insectos. Es un animal de hábitos diurnos que construye sus nidos en los
árboles, por cuyas ramas trepa con gran agilidad.Al llegar la época fría decrece su actividad, aunque
no llega a hibernar. El período de gestación es de casi siete semanas y en cada parto suele dar a luz
tres crías.
La ardilla gris o americana (Sciurus carolinensis), también de bosque, es de mayor tamaño que la
anterior, y originaria de Norteamérica. Su color es grisáceo y sus hábitos son muy similares a los de
la especie europea.
Las ardillas han colonizado también el desierto americano, donde viven en madrigueras
subterráneas de hasta un metro de profundidad. Entre las especies terrestres, destaca la ardilla del
Mojave (Citellus mohavensis), que pasa gran parte del año aletargada.
Las ardillas voladoras viven en Eurasia y África ecuatorial; presentan una membrana que se
extiende entre las extremidades anteriores y posteriores y que les permite realizar planeos de hasta
cuarenta metros de distancia. Dentro de este grupo cabe mencionar la ardilla voladora (Pteromys
volans) y la ardilla voladora gigante (Petaurista petaurista), europeas, y la ardilla voladora gris
(Anomalurus fraseri), africana.

Arenque

Numerosos peces viven agrupados en grandes bancos que se desplazan de forma sincronizada por
las extensiones marinas. Algunos de ellos, entre los que destaca el arenque, constituyen una de las
bases de la industria pesquera de muchos países.
El arenque (Clupea harengus) es un pez osteictio, es decir, de esqueleto óseo, de la familia de los
clupeidos, a la que también pertenecen especies muy apreciadas, tales como la sardina y el
boquerón. No suele sobrepasar los cuarenta centímetros de longitud, su cuerpo es alargado y
presenta un color plateado con abundantes irisaciones.
Los arenques se distribuyen por el Atlántico norte, desde las costas de Terranova, los Estados
Unidos y Groenlandia hasta Europa (islas británicas, mar del Norte, Báltico). Requieren aguas cuya
temperatura no exceda los 15 °C y, debido a las variaciones térmicas anuales que se producen en el
Atlántico como consecuencia de los desplazamientos inducidos por la corriente del Golfo, realizan
migraciones periódicas de norte a sur. Viven en alta mar agrupados en grandes bancos de millones
de individuos. Se alimentan de larvas de crustáceos y zooplancton (animales diminutos que forman
parte del plancton marino), que son filtrados a través de sus branquias. Estos órganos forman una
especie de peines tupidos que actúan a modo de criba para retener las partículas de alimento.

La reproducción tiene lugar en determinadas áreas y épocas, en las cuales machos y hembras, en
perfecta sincronía, sueltan al mar sus gametos y se produce la fecundación. La puesta es más bien
escasa para un pez, ya que cada hembra pone por término medio unos treinta mil huevos.
Los arenques son un producto pesquero de primer orden: cada año se capturan varios miles de
toneladas destinadas al consumo, tanto del pescado fresco como del ahumado o del conservado en
salazón

Armadillo

Las estrategias de defensa en la naturaleza se rigen según las más diversas pautas: algunos animales
están dotados de poderosos recursos defensivos o presentan una gran corpulencia; otros disponen de
perfectos camuflajes, por el color de su piel o por la forma del cuerpo; y, finalmente, algunos
presentan sólidas corazas. Tal es el caso del armadillo.
Los armadillos, denominados también tatúes o tatuejos, son mamíferos pertenecientes a la familia
de los dasipódidos, y se caracterizan por presentar la parte dorsal y los flancos del cuerpo cubiertos
por placas epidérmicas que forman un conjunto de bandas móviles. En muchas especies, el
caparazón se halla dividido en tres regiones, una anterior y otra posterior, con apariencia de
escudos, y una intermedia integrada por una serie de franjas centrales que dejan entre ellas zonas de
articulación; ello permite que el tronco se enrolle por completo sobre sí mismo cuando el animal se
ve amenazado. La región ventral carece de esta protección.
Las extremidades anteriores están provistas de fuertes garras excavadoras con las que abren hoyos
profundos en el suelo que les sirven de madrigueras. Los armadillos comprenden veinte especies,
todas originalmente sudamericanas, si bien algunas se han extendido por América central, México y
el sur de los Estados Unidos.El alimento de los armadillos consiste fundamentalmente en insectos y
otros invertebrados, y sus hábitos son, por lo general, nocturnos. Suelen vivir en las sabanas o los
altiplanos. Cabe mencionar, como especies más destacadas, el armadillo gigante o cuspa
(Priodontes giganteus), que vive en zonas selváticas -lo que constituye un caso excepcional- y
alcanza un peso de sesenta kilos y una longitud de un metro, el armadillo de tres bandas o mataco
(Tolypeutes tricinctus), el armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus) y los armadillos
peludos del género Chaetophractus.

Armiño

De pelo suave y de color blanco inmaculado en las especies norteñas durante la temporada invernal,
el armiño ha prestado, bien a su pesar, su piel para gala de reyes, emperatrices, nobles y damas.
El armiño (Mustela erminea) es un mamífero carnívoro perteneciente a la familia de los mustélidos,
que apenas sobrepasa los 40 cm de longitud, incluida la cola, y cuyo peso no llega al medio kilo. Su
pequeño cuerpo, alargado y ágil, encierra una maquinaria biológica de extraordinaria actividad y
gran capacidad predadora. El pelaje es pardo rojizo en el dorso y blanco en el vientre, con el
extremo de la cola teñido de negro. En los hábitats más septentrionales, el armiño exhibe un bello
pelaje blanco. Su área de distribución comprende el norte del hemisferio boreal y el animal vive
preferentemente en regiones boscosas, si bien se adapta también a zonas de montaña y pradera.
Su dieta es en su totalidad carnívora y sus presas habituales son roedores, conejos, pájaros e incluso
reptiles. Caza en solitario, sobre todo por la noche, para lo cual se sirve de su fino olfato; posee
también un oído muy agudo. Establece sus guaridas en oquedades de los árboles o en las rocas.El
apareamiento tiene lugar en primavera o a principios del verano y el período de gestación dura unas
cuatro semanas. Cada camada consta en general de cuatro a cinco cachorros.
Debido a la calidad y belleza de su piel, el armiño ha sido cazado con profusión, pese a lo cual sus
poblaciones han subsistido en la mayor parte de las áreas de donde es originario este mamífero.

Asno

Caracterizado por lo reducido de su porte en comparación con el resto de los animales a él afines, el
asno es un équido doméstico que desempeña un papel fundamental como medio de carga y de tiro
en regiones áridas y pobres de América, Asia y el litoral mediterráneo.
El asno (Equus asinus) es un cuadrúpedo perisodáctilo, es decir, que presenta extremidades
terminadas en un único dedo protegido por una pezuña. Pertenece a la familia de los équidos, de la
que también forman parte el caballo y la cebra. Se conoce asimismo con los nombres de burro,
rucio y borrico; a los animales jóvenes se les denomina pollinos.
Su talla es pequeña y varía según las razas: la africana no sobrepasa los 1,30 m de altura, mientras
que la europea alcanza 1,50 m y en ocasiones incluso la sobrepasa. Poseen estos animales largas
orejas, mayores en los asnos europeos, y el color del pelo es gris, blanco o pardo con una línea
negra que les recorre el dorso. El vientre, la cara interna de los muslos, el hocico y, con frecuencia,
el círculo que rodea los ojos, son claros.
El asno, domesticado hace siglos y destinado a trabajos de carga y tiro, es propio de los países
mediterráneos, así como de algunas regiones asiáticas tales como Arabia, Persia o la India.No se
adapta a los climas fríos, en los que su rendimiento decrece de modo notable. Al ser transportado
desde Europa, el asno halló un adecuado hábitat en tierras americanas, donde se extendió con
rapidez.
Es un animal sobrio y fuerte, resistente al calor y a la fatiga. Es muy frugal en cuanto a su nutrición
y puede alimentarse sólo con hierbas y cardos. Tiene el oído muy desarrollado, es astuto y manso, y
a veces muestra gran terquedad; emite un peculiar sonido, el rebuzno.
En ocasiones se realizan cruces de asnos y yeguas: el híbrido resultante es el mulo (o mula), que por
lo general suele ser estéril. El origen del asno doméstico parece estar en el asno salvaje de las
estepas africanas o en los asnos salvajes asiáticos.
Las hembras entran en celo a finales de la primavera o principios del verano. El período de
gestación es de 290 días, transcurridos los cuales la burra da a luz un pollino al que amamanta por
espacio de cinco o seis meses.
Además de la especie doméstica, es necesario citar el asno salvaje africano (Equus asinus), que
comprende dos subespecies: la somalí (Equus asinus somaliensis) y la de Nubia (Equus asinus
nubicus).Las dos variedades viven confinadas en reducidos territorios entre Somalia y Etiopía en el
primer caso, y en Sudán en el segundo.
Son destacables asimismo los asnos salvajes asiáticos, entre los que cabe mencionar el hemión y el
onagro. El hemión (Equus hemionus kiang), denominado también kiango o giggetai, es una peculiar
especie de asno que vive en Asia central. Es de color canela y se reúne en rebaños integrados por un
número que oscila entre tres y veinte individuos, guiados por un macho adulto. El onagro (Equus
hemionus onager) o hemión persa es de color gris y vive en Siria, Arabia, India e Irán

Atún

Poderosos migradores, los atunes protagonizan uno de los capítulos más espectaculares de la pesca
en alta mar: hacia la primavera, bancos de miles de individuos llegan a las áreas de desove donde
son acorralados por las redes de decenas de barcos, que forman grandes círculos para acometer su
captura.
Los atunes son peces con esqueleto óseo (osteictios), pertenecientes a la familia de los escómbridos.
Incluyen diferentes especies, entre las cuales las más conocidas son el atún rojo y el atún blanco. Se
caracterizan por su vigor y su gran tamaño. Presentan cuerpo fusiforme, con aletas dorsales en
forma de hoz y cola con aspecto de media luna. Tienen dos aletas dorsales, la primera de las cuales
es alargada y dispone de una serie de radios espinosos más o menos separados; la segunda es más
estrecha. Entre esta última y la caudal, y entre la caudal y la anal, se observa un número variable de
falsas aletas con apariencias de pequeños tocones que se denominan pínnulas. Las aletas pectorales
son grandes y las abdominales presentan un tamaño menor. Una característica notable de los atunes
es la tupida red de vasos sanguíneos que tienen bajo la piel; actúa como mecanismo regulador de la
temperatura, la cual, a diferencia de lo que ocurre en otros peces, se mantiene hasta 8 C por encima
de la del agua de forma constante en el curso de los largos desplazamientos que realizan los atunes.
Su área de distribución comprende los océanos Atlántico y Pacífico y el mar Mediterráneo.
El atún rojo o bluefin (Thunus thynnus) mide unos tres metros de longitud y pesa unos 300 kg. El
dorso es de color azul oscuro y el vientre blanco azulado con los costados grisáceos. Se alimenta de
peces, sobre todo anchoas y sardinas, y de moluscos; vive en el Atlántico y, en primavera, al llegar
la época de reproducción, se agrupa en grandes bancos y se dirige a las zonas de desove del
Mediterráneo, localizadas en el área que delimitan las islas Baleares, Córcega y Cerdeña y el litoral
del norte de África.
Conocido también como albacora, el atún blanco (Thunnus alalunga) llega a medir un metro de
longitud y presenta unas aletas pectorales muy prolongadas. Su hábitat, que comprende
esencialmente el Atlántico y el Pacífico, es más extenso que el de la especie anterior.
A la misma familia pertenece el bonito atlántico o listado (Katsuwonus pelamys), de 60 a 80 cm de
longitud, que presenta una serie de estrías longitudinales paralelas a los lados del vientre.
Desde la antigüedad se ha practicado la pesca del atún por el gran valor nutritivo de éste.A partir de
la segunda guerra mundial se intensificaron notablemente las capturas tanto en el Atlántico como en
el Pacífico y pocas décadas después comenzaron a observarse los primeros signos de agotamiento
de algunos bancos. Los procedimientos de pesca más utilizados son los denominados de atunera y
de almadraba. En el primero, se acorralan los bancos en bahías y zonas de playa, mediante gran
número de barcos y extensas redes, para a continuación proceder a su matanza. En el de almadraba,
realizado en alta mar, los bancos son rodeados con el concurso de numerosas embarcaciones que
con sus redes reducen progresivamente el círculo que forman hasta reunir numerosos ejemplares en
un reducido espacio: la pesca constituye un espectáculo impresionante en el que las aguas se tiñen
de sangre y parecen hervir por la agitación de los peces. En la zona tropical del Pacífico y el
Atlántico se pescan atunes con sedal; se atrae a las presas hacia los barcos arrojando cebo vivo por
la borda y la tripulación, provista de cañas, las captura.
Avestruz

Entre los numerosos rebaños de herbívoros que pastan en las sabanas africanas no resulta
infrecuente descubrir los largos y estilizados cuellos de los avestruces, que otean el horizonte para
prevenirse de un eventual ataque de los predadores.
El avestruz (Struthio camelus) es un ave perteneciente a la familia de las estruciónidas, que a lo
largo de su evolución ha perdido la capacidad de volar y se ha adaptado a la carrera. Los avestruces
pueden alcanzar una altura superior a los 2,5 m y llegan a pesar 155 kg. El plumaje de los machos
es negro, ribeteado de blanco en los bordes de las alas y la cola, mientras que en las hembras, de
menor tamaño, las plumas tienen color pardo.
Característicos de estos grandes animales son su largo cuello blanco y desprovisto de plumas, y sus
potentes patas, igualmente desnudas y acabadas en dos dedos, uno de los cuales es grueso y está
protegido por una uña. Estos miembros convierten al avestruz en un corredor, que puede llegar a
velocidades próximas a los 65 km/h. Ello, unido al notable desarrollo del órgano de la vista,
constituye uno de los factores evolutivos que mayor importancia tiene para lograr la supervivencia
en el duro medio de las sabanas africanas.
El área de distribución del avestruz comprende gran parte del continente africano desde el límite
meridional del Sahara hasta las regiones próximas a Sudáfrica.
Son los avestruces animales omnívoros y su dieta, muy variada, está integrada predominantemente
por hierbas, frutos, semillas, invertebrados e insectos, reptiles e incluso pequeños mamíferos.
También ingieren piedras que ayudan a triturar los tejidos coriáceos de algunos de los vegetales con
los que se nutren. Forman grupos integrados por varios machos y hembras. Al llegar la época del
celo, los machos delimitan sus territorios, a los que acuden las hembras para efectuar la cópula. Loa
huevos, de gran tamaño, pueden pesar hasta 1,5 kg y su incubación, en la que se alternan los dos
miembros de la pareja, dura de seis a siete semanas. El avestruz, además de constituir una fuente de
alimento para los diversos pueblos aborígenes de África, sufrió virulentas campañas cinegéticas (de
caza) ya que sus plumas eran muy apreciadas como elemento decorativo de la indumentaria,
especialmente durante las primeras décadas del siglo XX. Modernamente se han llegado a organizar
explotaciones en granjas dotadas de los medios adecuados para obtener el máximo
aprovechamiento de esta gran especie, la mayor entre las aves vivientes.
Muy afín a esta especie africana, aunque sistemáticamente encuadrada en otro grupo, es el ñandú o
avestruz americano (Rhea americana). Se trata de un ave corredora de distribución geográfica
iberoamericana y de menor tamaño que su homólogo africano (alcanza una altura máxima de 1,5
m). El principal rasgo morfológico que diferencia ambas especies es el tercer dedo que presenta el
ñandú en las extremidades inferiores.
Entre las variedades de ñandú destacan la que los naturales del altiplano boliviano llaman suri,
pequeña y esquiva, y la que habita en las llanuras argentinas de la Patagonia, que se conoce como
petizo o choique.
Otra especie relacionada con los avestruces es el emú (Dromiceius novae hollandiae), de plumaje
gris oscuro y ámbito exclusivamente australiano.

Avispa

Bajo la denominación de avispa se agrupa un gran número de especies de insectos emparentados


con las abejas y cuyos hábitos, tanto en el terreno de la alimentación como en el social, se hallan
sujetos a notables variaciones.
Las avispas, insectos pertenecientes al orden de los himenópteros, poseen dos pares de alas: el
anterior es considerablemente mayor que el situado en la parte posterior del tórax. El color del
cuerpo, que suele presentar franjas transversales, varía desde los tonos amarillos y anaranjados
hasta los rojizos y negros. Muchas especies presentan la denominada cintura, constituida por un
adelgazamiento que se sitúa entre el tórax y el abdomen. Según sus características morfológicas y
su comportamiento puede establecerse una agrupación en cuatro categorías: avispas portadoras de
sierra, avispas de las agallas, avispas verdaderas y avispas cazadoras de arañas.
Se caracterizan las primeras por carecer de cintura. Su nombre proviene de la forma del ovopositor
(órgano terminal del abdomen de las hembras con el que ponen los huevos), que tiene una serie de
minúsculos dientes con los que practica incisiones en hojas y tallos para después depositar en ellos
los huevos. En este grupo destaca particularmente la avispa de la madera o sírice gigante (Uroceros
gigas).
Las avispas de las agallas tienen cintura y se denominan así porque inducen la proliferación de los
tejidos de determinadas plantas hasta formar una estructura a menudo esférica, llamada agalla, en
cuyo interior se desarrolla la larva. Dentro de este conjunto cabe citar la avispa de las agallas del
roble (Andricus kollari).
Entre las que se consideran las avispas verdaderas, algunas especies son solitarias y otras sociales.
La mayoría construyen sus avisperos, formados por una especie de pasta de papel, en las ramas de
los árboles o en las oquedades de los muros. A este grupo pertenece la avispa común (Vespula
vulgaris).
Por último, las avispas cazadoras de arañas son solitarias y capturan todo tipo de arácnidos a los que
paralizan a fin de que sirvan de alimento para sus larvas.

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