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CAPITULO I

RESOLUCIONES JUDICIALES
En sentido general, una resolución es el acto procesal proveniente de un tribunal,
mediante el cual resuelve las peticiones de las partes, o autoriza u ordena el
cumplimiento de determinadas medidas.

Son las decisiones, determinaciones o disposiciones que adoptan los jueces desde la
interposición de la demanda hasta poner fin al proceso, cautelando los distintos
actos procesales que realizan las partes y el órgano jurisdiccional. En uso de la
potestad que le confieren los poderes de la jurisdicción, el juez declara la voluntad
de la ley resolviendo conflictos de intereses con fuerza obligatoria.

Es un dictamen que emite un tribunal para ordenar el cumplimiento de una medida


o para resolver una petición de alguna de las partes intervinientes en un litigio. En
el marco de un proceso judicial, una resolución puede funcionar como una acción de
desarrollo, una orden o una conclusión.

Para que una resolución judicial sea válida, debe respetar


ciertos requisitos y cuestiones formales. Por lo general, se debe incluir en la
resolución el lugar y la fecha de emisión, los nombres y las firmas de los jueces que
la emiten y un desarrollo sobre la decisión.

Las resoluciones judiciales pueden clasificarse de diferentes maneras de acuerdo a


la instancia en la que se pronuncian, a la materia que tratan o a su naturaleza. Dentro
del proceso, doctrinariamente, se le considera, ya sea, un acto de desarrollo, de
ordenación, de impulso, de conclusión, de decisión o mixto de entre los tipos
anteriores.

Resoluciones son actos jurídicos que resuelven situaciones que se dan en el decurso
del proceso, hasta su conclusión, que tienen como contenido la decisión del órgano
jurisdiccional, encaminada a producir una consecuencia jurídica.

Gold Schmidt las define como “Las declaraciones de la voluntad emitidas por el juez
con el fin de determinar lo que estima como justo”.

1.1. Clases de Resoluciones Judiciales

1.1.1. Los Decretos

En principio, son actos procesales de simple trámite, mediante los cuales el Juez
impulsa el desarrollo del proceso, y como señala la ley no requieren de
fundamentación, no son apelables y solo procede contra ellos el Recurso de
Reposición ante el Juez o Sala que conoce el proceso.

Existe consenso en la doctrina al señalar que son resoluciones de simple trámite,


porque no inciden sobre ninguna cuestión de fondo de la controversia sino
meramente formalidades propias para impulsar el proceso. Son resoluciones
de carácter breve e interlocutorio, mediante el cual se impulsa el proceso aplicando
apenas la norma procesal y sobre todo no requieren de reflexión por parte del juez
ya que no son fundamentadas.

El Juez puede expedir un decreto, pero dentro de una audiencia, es decir dentro de
la redacción de acta judicial, la misma que contendrá el número correlativo que le
corresponde. Por excelencia el decreto debe ser redactado por el Secretario judicial,
pero fuera de una audiencia para impulsar el trámite de la secuela del proceso, lo
que quiere decir, que éste decreto no requiere la firma del Juez.

En conclusión los Especialista Legales expiden decretos de simple trámite en los


casos autorizados por ley.

 ¿Cuál es el plazo para emitir el Decreto?

Dos días hábiles de decepcionado el escrito o ingresado por Mesa de Parte.


Si un escrito, el documento se presenta dentro de la secuela de una audiencia
esta será proveída en ese mismo acto procesal.
 Conocimiento : 2 días
 Abreviado: 2 días
 Sumarísimo: 2 días
 Único: 2 días

1.1.2. Los Autos

Los autos son resoluciones que tienen por función resolver incidentes, incidencias o
cuestiones que requieran fundamentación y motivación por mandato de la ley.

Son resoluciones judiciales que afectan no solamente a la cuestión procesal, sino


también a cuestiones de fondo que surgen durante el proceso y que es indispensable
resolver antes de llegar a la sentencia y precisamente para estar condiciones de
pronunciarla. Podemos conceptuarlos como resoluciones a través de las cuales se
resuelven incidencias en el proceso y requieren de fundamentación.

Los autos dentro de la sustanciación de la relación jurídica procesal en cuanto a


su valor se denominan autos simples y resolutivos.

 Los autos simples, son aquellas resoluciones que admiten o rechazan


resolviendo algún trámite o entredicho de los Justiciables dentro de la
secuela del proceso sin poner fin a la controversia demandada.
 Los autos resolutivos, son aquellos que cobran importancia porque ponen fin
a una cuestión incidental o de fondo que se promueve antes de la sentencia o
que repercute en esta.
 El auto tiene diversas significaciones:
a) Resolución Judicial que resuelve cuestiones incidentales o previas
b) Conjunto de actuaciones o piezas de un pleito o de una causa.
Se considera autos las resoluciones judiciales que deciden cualquier
punto planteado por las partes, por terceros o de oficio, en el curso de
un procedimiento judicial

 ¿Cuántas partes tiene un Auto?


Tiene dos (2) partes:
 La parte Considerativa y
 La Decisoria.

 ¿Qué Medio Impugnatorio que procede contra el Auto?


El Recurso de Apelación de Auto,

 ¿Cuál es el plazo para interponer el recurso de apelación de auto?


Existen dos plazos:
 Si el auto es emitido fuera de la audiencia: 3 días hábiles.
 Si el auto es emitido dentro de la audiencia: Se interpone en el mismo
acto en forma verbal u oral.

 ¿La decisión de qué actos procesales se debe de realizar mediante auto?

 Se resuelven la admisibilidad, inadmisibilidad o improcedencia de


una demanda o reconvención.
 El Saneamiento procesal y Saneamiento Probatorio.
 La Interrupción o suspensión de un proceso,
 Las formas especiales de conclusión de un proceso, es decir una
conciliación, transacción judicial, abandono, desistimiento. En el caso
de Allanamiento y Reconocimiento se dictan mediante sentencia.
 La concesión o rechazo de los medios probatorios,
 Las demás resoluciones que requieran motivación para su
pronunciamiento.

1.1.3. La Sentencia

Mediante la sentencia el juez pone fin a la instancia o al proceso, pronunciándose en


decisión expresa, precisa y motivada sobre la cuestión controvertida, declarando el
derecho de las partes o excepcionalmente sobre la validez de la relación procesal.

La sentencia es el acto por el cual el juez cumple la obligación jurisdiccional derivada


de la acción y el derecho de contradicción, de resolver sobre las pretensiones del
demandante y las excepciones de mérito o fondo del demandado.
La sentencia sólo pone fin a la instancia, cuando se interpone recurso de apelación
por una de las partes y pone fin al proceso. Cuando la decisión final no es susceptible
de apelación, es cuando la sentencia ha quedado consentida.

Sirve también como tercer filtro para que el juez pueda pronunciarse sobre la
validez de la relación procesal, declarándola improcedente, sino se hubiese
cumplido con algún presupuesto procesal.

Según Juan Monroy Gálvez, afirman que: "La sentencia es el acto jurídico procesal
más importante que realiza el Juez. A través de ella, el Juez resuelve el conflicto de
intereses e incertidumbre con relevancia jurídica aplicando el derecho que
corresponde al caso concreto, incluso en atención a la instancia en que se expida, la
sentencia puede ser la que ponga fin al proceso si su decisión es sobre el fondo.

Toda sentencia es una decisión y el resultado de un razonamiento o juicio del juez,


en el cual existen las premisas y la conclusión. Pero al mismo tiempo contiene un
mandato, pues tiene fuerza impositiva, ya que vincula y obliga. Por lo tanto, el
instrumento para convertir la regla general contenida en la ley en
mandato concreto para el caso determinado. Pero no es por sí misma un mandato,
ya que se limita a aplicar el que contiene la ley.

De otro lado las sentencias no ejecutables, son aquellas que no contienen ninguna
condena y a su vez, pueden ser, declarativas o constitutivas, las declarativas, son el
pronunciamiento judicial que se limita a establecer sobre una cuestión de hecho o
de derecho, pero sin producir efecto disolutivo.

Es un acto jurídico procesal, mediante el cual se pone fin a la instancia o al proceso.


Resuelve el conflicto de intereses o elimina la incertidumbre jurídica.

 ¿Cuál es el plazo para emitir la sentencia?


Varía según la vía procedimental,
 Conocimiento: 50 días,
 Abreviado: 25 días,
 Sumarísimo: En el mismo acto de la audiencia Única o en el plazo
máximo de 10 días de vencido la audiencia.

 ¿Cuántas partes de la Sentencia?


Tiene tres partes:
 La parte Expositiva
Tiene por finalidad la individualización de los sujetos del proceso, las
pretensiones y el objeto sobre el cual debe recaer el pronunciamiento.
Contiene el resumen de las pretensiones del demandante y del
demandado, así como las principales incidencias del proceso, como el
saneamiento, el acto de la conciliación la fijación de puntos
controvertidos, la realización del saneamiento probatorio y la
audiencia de pruebas en un breve resumen si ella se hubiere llevado
a cabo.

Ello implica que solamente encontremos los principales actos


procesales realizados durante el desarrollo del proceso, mas no actos
meramente incidentales que no influyen o tienen importancia en el
mismo; así, como ejemplo, no encontraremos el escrito de una de las
partes solicitando variación de domicilio procesal o cambio de
abogado u una nulidad o rectificación de resolución.

 La parte Considerativa
Está constituida por la invocación de los fundamentos de hecho y
derecho, así como la evaluación de la prueba actuada en el proceso.
En esta parte encontramos los fundamentos o motivaciones que el
juez adopta y que constituyen el sustento de su decisión.
Así evaluará los hechos alegados y probados por el demandante y el
demandado, analizando aquellos que son relevantes en el proceso.
El juez mencionará las normas de esta que sean pertinentes para
resolver las pretensiones propuestas, basándose, algunos casos, en la
argumentación jurídica adecuada que hayan presentado estas y que
le permiten utilizarlo como elemento de si decisión.

 La parte Resolutiva.
Finalmente, el fallo que viene a ser el convencimiento al que el juez ha
arribado luego del análisis de lo actuado en el proceso que se expresa
en la decisión en la que se declara el derecho alegado por las
partes, precisando en su caso el plazo en el cual deben cumplir con el
mandato salvo sea impugnado, por lo que los efectos de esta se
suspenden.
Accesoriamente encontramos otras decisiones que puede tomar en
juez en la sentencia como lo es el pronunciamiento respecto de las
costas y costos a la parte vencida. Asimismo, el pago de multas y de
los intereses legales que pudiera general en su caso algunas materias.
Finalmente, el complemento de la decisión o el que permite su
ejecución como lo es disponer oficiar a alguna dependencia para que
ejecute su fallo.
1.2. Efectos de las Resoluciones Judiciales

1.2.1. Efectos de las Resoluciones Judiciales

1.2.1.1. Etapa Postulatoria

¿Qué es la Etapa Postulatoria? Según Rosenberg, los actos de postulación son aquellos actos
de las partes que pretenden del tribunal o de un órgano jurisdiccional, una resolución
determinada y suministran el material para su fundamento.

En esta etapa procesal las partes plantean sus pretensiones y sus medios de defensa.

Etimología de la palabra postulatoria

La postulación es una etapa fundamental del proceso que deriva del latín postulatio, que
significa pedir, solicitar, pretender o suplicar.

Es entendida como la acción de postular justicia para que se atienda ciertas pretensiones o
para que se determinen ciertas medidas en su caso. Abarca desde la demanda hasta el
saneamiento-audiencia y, en su caso, el juzgamiento anticipado del proceso.

Postulación es un vocablo sumamente antiguo que en el proceso extraordinario de los


comienzos tenía como finalidad recabar la autorización del magistrado para citar al
demandado y que posteriormente significó el trámite por el cual el actor daba a conocer su
pretensión al magistrado y, en consecuencia, solicitaba la fórmula de la acción en presencia
de su adversario o su abogado

Concepto

Es la primera etapa del proceso civil, es un ciclo OBLIGATORIO y necesario por la que tienen
que iniciar o pasar indefectiblemente todo proceso judicial, es la fase en donde las partes
litigantes, van a presentar al juzgado todas sus pretensiones, los medios probatorios, temas
necesarios que van a ser materia de argumentación, prueba, persuasión, fundamentación
de sus pedidos.

La etapa postulatoria, es aquellas en la que los contendientes presentan al Órganos


jurisdiccional los temas que van a ser materia de argumentación, prueba y persuasión
durante el proceso, sea porque se quiere el amparo de la pretensión o porque se busca su
rechazo a través de la defensa.

Demanda

 Calificación de la demanda.
 Contestación
 Rebeldía.
 Saneamiento Procesal.
 Conciliación.
 Fijación de puntos controvertidos.
 Saneamiento Probatorio.
 Objetivos de la etapa postulatoria

Guiados en los objetivos que señala nuestro compatriota, el jurista Juan Monroy
Gálvez, se estima los de:

a) Proponer pretensiones y defensas.- El primer objetivo es el momento


para que las partes justiciables hacen ingresar, presentan ante el Órgano
Jurisdiccional: Juez sus peticiones (demanda), defensas (cuestiones
probatorias, defensas de forma, previas de fondo, contrademanda, etc.),
amparadas con medios probatorios los mismos que son ofrecidas,
admitidas, actuadas y valoradas durante el séquito del proceso las mismas
que al final mediante resolución final (sentencia) pueden ser favorecidas o
negadas. Reitero el primer objetivo es que las partes procesales en el escrito
en que se dirigen al Juez declaren todos sus pedidos respaldados con medios
probatorios, porque es el única oportunidad o momento en que podrán ser
OFRECIDOS y a la vez ser ADMITIDO por el Juzgador. Ya no se piense como
en el anterior Código de Procedimientos Civiles de 1912 derogado, en el que
se podía ofrecer medios probatorios en cualquier momento y dilatando el
proceso innecesariamente teniendo como conclusión proceso judiciales que
nunca terminaban.

b) Exigencia preliminar del cumplimiento de los requisitos para la


validez de la relación procesal.- El segundo objetivo es, que las
pretensiones puestas a debate sean REVISADAS, EXAMINADAS por el Juez,
a éste acto se le denomina CALIFICACIÓN DE LOS ACTOS PROCESALES, que
constituye en un primer filtro o control de los requisitos de FORMA y
FONDO, también llamados de (admisibilidad y procedibilidad) de la
demanda, es decir la calificación del cumplimiento de los presupuestos
procesales y las condiciones de la acción. Ahora, si se cumplen con ambos
requisitos la demanda o contestación será calificada positivamente, es decir
se admitirá a trámite; si no los cumple será calificada negativamente, es
decir, que puede ser declarada Inadmisible o Improcedente. Como
consecuencia de lo manifestado, si ambas partes han cumplido con los
requisitos legales y el juez los ha admitido a trámite entonces se ha originado
una RELACIÓN JURÍDICA PROCESAL VALIDA.

c) Sanear la relación procesal por acto del juez o exigencia de las partes.-
El tercer objetivo, es la tarea del Juez de volver a revisar, REEXAMINAR,
REEVALUAR los presupuestos procesales y las condiciones de la acción
tanto de la demanda como de la contestación y de la reconvención si lo
hubiera, si estas se mantienen vigentes entonces, el Juez declarará la validez
de la relación jurídica procesal válida por consiguiente saneado el proceso,
esto puede ser por decisión propia del Juez aplicando el principio de impulso
procesal o a pedido de las partes aplicando el principio de celeridad
procesal.
d) Provocar la Conciliación. - El cuarto objetivo, es deber del Juez motivar a
las partes procesales en conflicto a la conciliación de sus pretensiones, con
fórmulas conciliatorias equitativas, justas que beneficien a ambas partes por
igual, bajo sanción de nulidad de los actuados procesales, excepto en casos
donde por su naturaleza de derechos indisponibles esté prohibida su
aplicación. En el 2008 ha salido publicado en el diario Oficial El Peruano, que
la Conciliación Procesal se ha derogado, por ende el Juez dentro del séquito
del proceso judicial en trámite ya no podrá imponer la conciliación en forma
obligatoria, sino que sólo será o se aplicará si ambas partes procesales lo
solicitan por escrito; en el fondo lo que se propende con esta ley es que la
partes materiales concilien sus pretensiones antes de iniciar el proceso ante
los Centro de Conciliaciones, es decir, extraproceso.

e) Precisar los puntos controvertidos, el quinto objetivo: Es la fijación de


los puntos controvertidos, éste acto jurídico procesal no es acto único que
solo lo realiza el juez, sino que, también se realiza con la intervención activa
de las partes justiciables y abogados presentes; y la forma más común es
confrontando la demanda y la contestación a la demanda; se fijan cuáles son
los hechos en litigio respecto de los cuales las partes van a contender; si en
determinados hechos las partes se han puesto de acuerdo, es decir, existe
uniformidad de reconocimiento ya no existe controversia.

f) Juzgar anticipadamente el proceso. - El sexto objetivo: Cuando el Juez


considere que la cuestión debatida o puesta a su conocimiento es una
pretensión que será resuelta de pleno o puro derecho, porque la ley así lo
ordena.

g) Crear las condiciones de desarrollo normal del proceso. - Este es un


objetivo fundamental de la Postulación del proceso, porque una vez
superadas todas las instituciones reguladas en su interior, el proceso habrá
quedado saneado en su aspecto formal, dejando expedita la continuación de
su trámite respecto de la alegación del contenido de la pretensión o de la
defensa, cumpliendo así lo que consideramos es su función más importante.

 La demanda

Es el acto jurídico procesal, mediante el cual el demandante o justiciable se dirige


ante el Órgano Jurisdiccional a fin de solicitar la tutela jurisdiccional para que se le
solucione un conflicto de intereses o se le elimine una incertidumbre jurídica y a
través del Juez se le conmine, obligue al demandado para que cumpla su obligación
frente al demandante.

La demanda es el acto jurídico procesal de iniciación que consiste en la


materialización objetiva de la acción ya sea en forma escrita u oral.Al ejercicio de la
acción que se traduce en una petición concreta dirigida al Juez, a efecto de que se
produzca el proceso se llama DEMANDA. La demanda, es el medio procesal
mediante el cual el sujeto actor o el demandante interpone su pretensión, donde
pide al órgano jurisdiccional tutela jurídica para que se resuelva un conflicto o una
incertidumbre jurídica. La demanda es el acto jurídico procesal que da inicio el
proceso, que viabiliza el derecho de acción y contiene la pretensión.

Juan Monroy Gálvez, manifiesta que el derecho de acción es el medio que permite
esta transformación de pretensión material a procesal. Sin embargo, este medio por
ser abstracto, necesita de una expresión concreta, de allí que se instrumente a través
de un acto jurídico procesal llamado demanda, que es una declaración de voluntad
a través de la cual el pretensor expresa su pedido de tutela jurídica al Estado y, a su
vez, manifiesta su exigencia al pretendido.

Mario Alzamora Valdez, la demanda es el acto jurídico con el que se inicia el proceso.

Montero Aroca, Dice la demanda es el acto iniciador del proceso, que está en íntima
relación con el concepto de acción o derecho a la jurisdicción, esto es, con el derecho
fundamental a obtener tutela jurídica efectiva llegándose a dos conclusiones:

a) El derecho de acción de la parte, ejercitado en la demanda, se dirige frente


al Tribunal (o al Estado) actuando jurisdiccionalmente.
b) En sentido amplio, como sinónimo de "petitum", como el acto técnico
iniciador del proceso, completándose con un concepto necesario actual,
referido a la "pretensión", pues la demanda se debe considerar como un acto
continente; por medio de ella se interpone la o las pretensiones que son su
contenido.

 Caracteres de la Demanda

a) Es un acto Jurídico procesal; es un acto porque supone realizar algo, una


acción, un hecho o simplemente hacer un pedido en un escrito; es jurídico
porque ese accionar, pedido debe estar amparado o realizado dentro del
margen legal permitido; es procesal, porque que el acto jurídico se
manifiesta dentro de un proceso judicial en trámite.
b) Es acto de Iniciación Procesal, porque solo con la demanda se da inicio a un
proceso, provocando la actividad del órgano jurisdiccional. No hay otra
institución procesal con la que se pueda iniciar un proceso judicial. pueden
realizarse antes de la iniciación de un proceso las pruebas anticipadas
mediante un proceso no contencioso, una medida cautelar antes de proceso,
el pedido de auxilio judicial, etc. Pero éstos de ninguna manera inician un
proceso judicial.

Importante:

Todo proceso se inicia a impulso de parte, es decir que solo las partes
justiciables dan inicio al proceso, en mérito al aforismo jurídico "nemo jure
sine actore" (no hay juicio sin actor).
1.2.1.2. Etapa Probatoria

Es la fase del proceso en la cual las partes tienen la oportunidad de acreditar su dicho ante
el juez, correspondiéndole al actor hacerlo respecto a los hechos constitutivos de su acción
y al demandado en relación con sus defensas y excepciones.

Es en esta etapa donde acreditan las pruebas que se pretende demostrar de acuerdo a la
pretensión, que se le plantea al juez, del mismo modo también hace valer su defensa y
excepciones el demandado. las partes demuestran tienen que demostrar de una manera
fehaciente que las pruebas presentadas tienen la finalidad de crear certeza en el juez, puesto
de este modo el juez impartirá justicia, de acuerdo a la pretensión y de acuerdo con los
medios probatorios presentados; puesto que estos pueden ser típicos (documento, testigos,
declaración de parte, pericias e inspección judicial) y atípicos.

Por lo general siempre encontramos definiciones que tienden a señalar que su finalidad es
la demostración o comprobación de los hechos afirmados por las partes en los actos
postulatorios del proceso, buscando producir convencimiento en el juez sobre los hechos,
de manera que pueda así sustentar su decisión final. Se advierte dos aspectos muy
importantes relativos a quienes intervienen en el proceso: de un lado, las partes que tienen
la facultad y el deber de poner en consideración del juez todo aquel material que sustenten
sus hechos alegados en los actos postulatorios del proceso; y de otro lado, al juez, quien se
encuentra en la obligación de sustentar su decisión en esos medios de prueba que han
propuesto las partes en el proceso y han sido actuados por este, además de aquellos medios
de prueba que de oficio haya incorporado al iter procesal.

La prueba y los medios probatorios, constituyen aspectos que debemos definir bien para no
tratarlos como si fueran lo mismo. De un lado, ya hemos hecho referencia al derecho
probatorio como la ciencia del derecho procesal que estudia la prueba. De otro lado, la
prueba es concebida como el conjunto de razones que conducen al magistrado a adquirir
certeza sobre los hechos propuestos por las partes en los actos postulatorios; y, finalmente,
los medios probatorios constituyen los instrumentos del que hacen uso las partes o dispone
el magistrado para lograr convencimiento a la decisión del juez. Asimismo los medios
probatorios constituyen un derecho básico de los justiciables producir la prueba
relacionada con los hechos que configuran su pretensión o su defensa. Según este derecho,
las partes o un tercero legitimado en un proceso o procedimiento, tienen el derecho a
producir la prueba necesaria con la finalidad de acreditar los hechos que configuran su
pretensión o defensa. Así, por ejemplo, el artículo 188° del Código Procesal Civil establece
que los medios probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las
partes, producir certeza en el juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus
decisiones. Se trata de un derecho complejo que está compuesto por el derecho a ofrecer
medios probatorios que se consideren necesarios, a que estos sean admitidos,
adecuadamente actuados, que se asegure la producción o conservación de la prueba a partir
de la actuación anticipada de los medios probatorios y que estos sean valorados de manera
adecuada y con la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en
la sentencia. La valoración de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con
la finalidad de que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido adecuadamente
realizado
 Finalidad

En doctrina advertimos que el derecho a probar de las partes, tiene por finalidad
producir en el juez el conocimiento sobre la existencia o inexistencia de los hechos
afirmados por estas en los actos postulatorios del proceso. Por ello, no solamente
constituye un derecho sino también un deber de quien afirma un hecho, que este sea
debidamente sustentado o corroborado mediante los medios probatorios regulados
por la norma procesal, sin afectar los principios procesales y constitucionales que la
garantizan. Pon tanto, tiene como finalidad que las partes demuestren mediante los
medios de prueba que dispongan y que sean útiles para el juicio, que el Juez las
utilice y pueda dar un juicio jurídico sobre cuál de las dos partes tiene la razón
conforme al derecho.

Para Juan MORALES respecto de la finalidad de la prueba judicial, señala que se


reconoce tres posiciones: a) establecer la verdad, b) lograr la convicción del juez, y
c) alcanzar la fijación formal de los hechos procesales.

Conforme lo señala el artículo 188° del Código Procesal Civil: “Los medios
probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes,
producir certeza en el Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus
decisiones.” Por lo que consideramos, al igual que el autor citado anteriormente, que
esta constituye una posición híbrida por cuanto se recoge las tres teorías. Más debe
tenerse en cuenta que la valoración de los medios probatorios aportados por las
partes en el proceso y admitidos en la audiencia correspondiente deben destinarse
a despejar la incertidumbre jurídica, en tal sentido la fijación de puntos
controvertidos tiene entre sus objetivos determinar qué puntos van a ser materia
de prueba.

Para nuestra jurisprudencia nacional: “El derecho a la prueba tiene por finalidad
lograr el convencimiento del órgano jurisdiccional, si éste no valora o toma en
consideración los citados resultados probatorios, está frustrando el aludido
derecho, convirtiéndose así en garantía ilusoria y meramente ritualista” (Cas. N°
2558-2001, Puno. Publicado en el diario oficial El Peruano, 01-04-2004, p. 8580).

Para DEVIS ECHANDIA , “Suele hablarse con mayor frecuencia, de que es prueba
judicial todo medio que sirve para conocer cualquier cosa o hecho, con lo cual se
incluyen los hechos, objetos, y también actividades como la inspección judicial, el
dictamen de peritos, la declaración de un tercero, la confesión, esto es, la totalidad
de los medios que pueden servir de conducta para que se llegue al juez el
conocimiento de la cuestión debatida o plateada sin litigio en cada proceso”.

En consecuencia, los medios probatorios vienen a constituir aquellos instrumentos


de los que se valen las partes en el proceso a través de los cuales se derivan o genera
la prueba, debiendo destacar que para el citado autor existen dos tipos de prueba,
la prueba extra judicial y la judicial, esta última seria aquella incorporada y
desarrollada en el proceso judicial y la otra simplemente aquella que no obra en el
proceso.
La prueba busca la demostración de los hechos propuestos por las partes en el
proceso. Es la materialización o comprobación de la existencia de un acto que llega
a conocimiento del juez y que de esta manera contraste lo afirmado por los sujetos
procesales para en su caso, darle o no la razón en su decisión.

Consiste en saber cuáles son las formas que la ley establece y deben respetar las
partes para que la prueba producida se considere válida. Al respecto COUTURE
precisa que: “En este sentido, el problema del procedimiento probatorio queda
dividido en dos campos; en uno se halla el conjunto de formas y de reglas comunes
a todas las pruebas; en el otro, de carácter especial, se señala el mecanismo de cada
uno de los medios de prueba. Así, todo lo relativo al ofrecimiento de la prueba, a la
oportunidad para solicitarla y para recibirla, a la oportunidad para solicitarla y para
recibirla, a las formas de verificación comunes a todos los medios de prueba, etc.,
constituye el tema general del procedimiento probatorio. Por otro lado, el
funcionamiento de cada medio de prueba, instrumentos, testigos, confesión,
inspección, etc., constituye el aspecto particular del problema.”

El procedimiento de la prueba no es sino una manifestación particular del


contradictorio y esta se realiza en la audiencia de pruebas que es fijada por el juez,
la misma que es oral, pero queda materializada en el acta correspondiente. Para ello
se tiene en cuenta algunas características esenciales que serán desarrolladas
oportunamente en este trabajo como lo son la unidad de audiencia, la inmediación,
la contradicción, la publicidad y el orden práctico.

Nuestro Código Procesal Civil, establece claramente el procedimiento que se debe


tomar en cuenta para la realización de la aportación de las pruebas la actuación de
cada una de ellas y la valoración por parte del juez

Por tanto, el objeto de la prueba es el hecho que debe verificarse y sobre el cual el
juez emite un pronunciamiento. Es demostrar la verdad de los hechos propuestos
por las partes al momento de interponer la demanda (por parte del demandante) y
al momento de contestar la misma (por parte del demandado). Es todo aquello
susceptible de demostración por las partes ante el juez, sobre la verdad o existencia
de un hecho, materia de las pretensiones propuestas, pudiendo ser estos pasados,
presentes o futuros.

1.2.1.3. Etapa Decisoria

Es la Tercera etapa del proceso civil, en donde el juzgador, va a valorar los medios
probatorios, resuelve los puntos controvertidos, resuelve el conflicto de interés o elimina la
incertidumbre jurídica, aplicando el derecho que corresponde al caso concreto.

El valorar es apreciar los medios de prueba en el proceso, mediante una técnica adecuada o
prevista a efecto de alcanzar la certeza y convicción respecto a los hechos postulatorios o
controvertidos.
El Apreciar supone examinar, graduar y juzgar respecto a la eficacia de los medios de prueba
vinculados a los hechos probatorios o controvertidos a efecto de determinar su relación con
las categorías de certeza y convicción.

La etapa decisoria está integrada por los Alegatos y la Sentencia.

Importante: Nuestro ordenamiento procesal civil prescribe que todos los medios
probatorios son valorados por el Juez en forma conjunta utilizando su apreciación
razonada: Por lo que debemos comprender que, ningún medio probatorio debe ser
examinado en forma aislada o exclusiva, sino en su conjunto como una sola unidad y en ese
acto el juez deberá aplicar la apreciación razonada de las pruebas. Entendemos que es la
que se hace en base de ciencia, como expresión excelsa de la razón lógica en cada caso
particular, con sujeción a la expresión cotidiana en el tiempo, lugar, idiosincrasia, costumbre
y cultura. Desde el punto de vista de la doctrina dicha valoración corresponde a la sana
crítica, por lo que dicha valorización también corresponde a los medios atípicos.

En el marco de la etapa decisoria, encontramos como parte final del proceso a los alegatos.

 Alegatos

Es la exposición oral o escrita del abogado, sintetizando la actuación y el mérito


probatorio de los medios de prueba, las razones y hechos controvertidos que
acreditan a favor del patrocinado o defendido, impugnando las de su adversario.

¿Cuál es el plazo para emitir los alegatos?

5 días de finalizado la audiencia de pruebas o declarado expedito el proceso para


sentenciar.

Caracteres:

a) Son actos jurídicos procesales,


b) Son acto escritos u orales,
c) Son facultativos, es decir no tienen apercibimiento en caso de
incumplimiento, no son obligatorios;
d) No son determinantes, pues el Juez los puede o no tener en cuenta.
e) No está sujeta a formalidad alguna.
f) Mecánica Procesal

Vencido o finalizado la audiencia de pruebas el Juez en el mismo acto concede el uso


de la palabra a los abogados defensores a fin de que expresen oralmente sus
alegatos; éstos si lo ven por conveniente lo realizan en forma oral, sino lo desean se
reservan su derecho a realizarlo por escrito.

 Sentencia

Es la resolución mediante el cual el Juez pone fin a la instancia o al proceso, en


definitiva, pronunciándose en decisión expresa, precisa y motivado sobre la
cuestión controvertida declarando el derecho de las partes o excepcionalmente
sobre la validez de la relación procesal.
La sentencia, es un acto lógico y volitivo que realiza el órgano jurisdiccional, que va
a expresarse sobre relaciones jurídicas o estados jurídicos o de derecho, sobre
determinadas condiciones jurídicas. La sentencia es el acto por el cual el Juez cumple
la obligación jurisdiccional derivada de la acción y del derecho de contradicción, de
resolver sobre las pretensiones del demandante y las excepciones de mérito o fondo
del demandado.

¿Cuál es el plazo para emitir sentencia?

Varía según la vía procedimental: Conocimiento: 50, Abreviado: 25, Sumarísimo: En


la Audiencia Única o excepcionalmente en el plazo máximo de 10 días.

¿Qué debe contener una sentencia?

Están establecidas en el artículo 122 del C.P.C.

a) Lugar y fecha en que se emite la sentencia,


b) Número de Orden que le corresponde.
c) Los Vistos, que están establecidos por la parte expositiva,
d) Los Considerandos, parte considerativa.
e) La parte Resolutiva o el fallo que resuelve el conflicto de intereses o la
incertidumbre jurídica.
f) Plazo para su cumplimiento,
g) Pronunciamiento sobre las Costas y Costos del proceso.
h) Firma del Juez y del secretario.

Dos tesis se han formulado sobre la naturaleza de la sentencia: una sostiene que es
un juicio lógico y otra que es un acto de voluntad. En realidad, las dos tesis
contemplan aspectos diversos de la sentencia y lejos de excluirse se complementan,
Pero no se trata de un acto de voluntad del Juez, sino del Estado a través de aquél.
Nosotros consideramos la sentencia como un mandato y juicio lógico del juez para
la declaración de la voluntad del Estado, contenida en la norma legal que aplica en
el caso concreto. El Juez no crea derecho, sino que lo declara o reconoce, de acuerdo
con los hechos de donde se origina y con la forma legal que lo regula, o la costumbre
cuando es aplicable.

¿Cuántas PARTES Tiene La Sentencia?

Toda sentencia tiene tres (3) partes:

 La Expositiva,
 La Considerativa, y
 Resolutiva o fallo.
1.2.1.4. Etapa impugnatoria

Es la Cuarta etapa del proceso civil, en donde los medios impugnatorios pueden formularse
por quien se considere agraviado en actos procesales o resoluciones, en todo o parte de
ellas, para que dé un nuevo examen, se subsane el vicio o error alegado.

Fundamento de la Etapa Impugnatoria

Radica que el Juez como persona humana es susceptible de error o equivocarse en sus
decisiones y para tal existen los medios impugnatorios para que otro magistrado las revise.

¿Qué son los Medios Impugnatorios?

"Podemos definir a este instituto procesal como el instrumento que la ley concede a las
partes o terceros legitimados para que soliciten al juez que, él mismo u otro de jerarquía
superior, realicen un nuevo examen de un acto procesal, o de todo el proceso, a fin de que
anule o revoque éste, total o parcialmente.

Las Clases de Medios Impugnatorios son DOS:

 Los Remedios Impugnatorios

Son medios impugnatorios que proceden en contra de acto procesales NO


contenidos en resoluciones. Acto procesal impugnatorio, en cuya virtud la parte
justiciable que se considera agraviada por algún acto judicial que no sea resolución,
pide su reforma o su anulación total o parcial, sea por el mismo juez o tribunal
superior.

Casos: Nulidad de una notificación, cuando se hay realizado sin las formalidades de
ley; la nulidad de una audiencia, cuando se haya realizado sin la intervención del
secretario judicial quien da fe de la realización de los actos procesales. Etc

 Los Recursos Impugnatorios

Son medios impugnatorios que proceden en contra de acto procesales contenidos


en resoluciones. Acto procesal en cuya virtud la parte que se considera agraviada
por alguna resolución judicial, pide su reforma o su anulación total o parcial, sea por
el mismo juez o tribunal superior.

Se interpone contra resoluciones judiciales a fin de que sea revocada o anulada. Cabe
la apelación parcial de un acto procesal.

Entre las clases de recursos se encuentran:

 Reposición
 Apelación
 Casación
 Queja
1.2.1.5. Etapa ejecutoria

Antecedentes

La Ejecución de sentencia ha sido concebida inicialmente como una etapa del proceso. El
Código de Procedimientos Civiles de 1912 consideraba a la Etapa Ejecutiva como la última
que tenía que discurrir después de la sentencia –que culminaba la Etapa Resolutiva- de
modo que el cumplimiento de lo resuelto en el fallo debía ser ventilado en el mismo proceso,
con cierta lógica secuencial.

Ese mismo esquema lo adaptaron los Decretos Supremos 07-71-TR y 03-80-TR, que fueron
los primeros cuerpos legales orgánicos que se ocuparon de regular el Proceso Laboral,
sometiéndose incluso a la aplicación supletoria del Código de Procedimientos Civiles antes
mencionado, de tal manera que no había que formar un cuaderno aparte, ni dar mayores
explicaciones que el hecho de encontrarse con la sentencia consentida o ejecutoriada.

Posteriormente, con la promulgación del Código Procesal Civil de 1993 se introduce el


diseño de un grupo de procesos independientes destinados al cumplimiento de obligaciones
radicadas en un Título dentro del cual se consideró como una de sus modalidades a la
sentencia judicial, equiparándola a otras formas como: letras de cambio, escrituras públicas,
resoluciones administrativas, etc. De acuerdo a la procedencia de los Títulos se establecen
tres variedades de procesos: el Ejecutivo, el de Ejecución de resoluciones y el de Ejecución
de garantías, según si el título tenía autonomía formal o, surgía de la conclusión de un
proceso previo o, estaba cubierto con una garantía real.

La Ley Procesal de Trabajo 26636 trata de adoptar el sistema del Código Procesal Civil,
aunque lo hace imperfectamente por adecuarlo a las instituciones laborales que tenía que
manejar, es así que separa dos grupos de Títulos, los Ejecutivos por un lado y, por el otro los
de ejecución, pero no hace lo mismo con el proceso, el cual lo regula en forma simple como
Proceso de Ejecución, sin darle un trámite especial, obligando a que se aplique
supletoriamente el Código Procesal Civil de manera confusa. Lo que si queda claro es que la
ejecución de una sentencia debe hacerse en un nuevo proceso, aunque en el mismo Juzgado,
de manera que se modifica el esquema tradicional que se venía aplicando, sin embargo, de
lo cual la costumbre ha ido forjando una retracción de esta norma, tratando de volver a la
anterior, que ha sido recogida por la nueva Ley.

En el año 2008 se promulga el Decreto Legislativo 1069 que modifica el Código Procesal
Civil, sustituyendo entre otros, todo el Titulo V que se refería al Proceso de Ejecución,
cambiándole la fisonomía a este proceso que, de ser múltiple lo convierte en UNICO y lo
simplifica con la intención de mejorar la administración de justicia en materia comercial. La
relevancia de esta norma para nuestro análisis radica en su adscripción casi total en el texto
de la nueva Ley Procesal de Trabajo, de manera que sirve de explicación para la
modificación del Proceso Ejecutivo en el ámbito laboral, como veremos más adelante.

¿Cuándo se produce la ejecución de una sentencia?

La ejecución de sentencia se produce cuando la resolución ha quedado firme ya sea


consentida o ejecutoriada, es decir que existe cosa Juzgada o acto procesal que se
homologue como tal, el cual puede hacerse cumplir indefectiblemente con el auxilio de la
fuerza pública, su petición es al juez o a la sala Superior que conoció el proceso. La
resolución judicial a ejecutarse puede ser una Sentencia, auto de conciliación o transacción
estos dos últimos debidamente aprobados por el Juez, demás debe haber quedado
consentida o ejecutoriada.

¿Cómo se produce la ejecución de una sentencia mediante la DEMANDA de sentencia


consentida?

Es el acto procesal de abstención u omisión, de las partes justiciables, es el derecho de no


impugnar o contradecir a la sentencia en el plazo que tenían para hacerlo, dejar pasar el
plazo por estar conformes con la Resolución final. El fundamento, lo encontramos en que la
sentencia, está probada o arreglada conforme a ley, no está incursa en errores de hecho o
de derecho, no existe 22 agravio, desproporción para ninguna de las partes, más al contrario
ha sido dictada en forma equitativa y justa.

 Naturaleza del Proceso de Ejecución

El Proceso de Ejecución es diferente al Proceso de Cognición, representado por los


Procesos Ordinario y Abreviado, tanto por su contenido como por su estructura y
finalidad, ya que aquel no parte del conflicto de derechos, que es atendido más bien
por este último, el que lo resuelve en forma declarativa o constitutiva a través de
una sentencia.

El proceso de ejecución no tiene por finalidad resolver un conflicto, por lo que en su


interior no existe debate posicional, ni actuación probatoria, ni expedición de una
sentencia, sino por el contrario se inicia con la acreditación de un derecho
reconocido o declarado a través de un Título que se encuentre pendiente de
cumplimiento. Carnelutti señalaba que “el proceso de conocimiento declarativo es
de pretensión discutida, mientras que el proceso de ejecución es de pretensión
insatisfecha” lo que permite afirmar que este proceso ejecutivo “no persigue que se
declare la existencia o certeza de la obligación, sino el cumplimiento de la misma”
como lo sostiene Elvito Rodríguez Domínguez.

El inicio del proceso está en el Titulo que se califica debidamente, para luego
expedirse un Mandato de ejecución que no permite la discusión del origen del
derecho, sino únicamente la argumentación sobre la exigibilidad de la obligación
que contiene dicho título, la misma que en caso no tener fundamento adecuado,
induce al Juez a emplear todos los medios imperativos, forzosos, coactivos o
coercitivos que la Ley franquea para lograr el cumplimiento de la obligación de parte
del deudor u ofensor. Ello determina que sea un proceso breve, expeditivo y
conminatorio que no admite mayor debate entre las partes, prohibiéndose los
artículos de nulidad y la concesión de medios impugnatorios con efecto suspensivo,
hasta que no se haya dado cumplimiento a la obligación ejecutada.

Pese a que la naturaleza de este proceso es especial, se discute todavía su


AUTONOMÍA, por cuanto uno de los principales títulos de ejecución son las
sentencias expedidas en los procesos de conocimiento, como hemos analizado en el
punto anterior. Sin embargo, el Código Procesal Civil de 1993 y el subsecuente
Decreto Legislativo 1069, le reconocen plena autonomía y lo consideran como uno
más de los modelos procesales, que debe tramitarse en forma independiente del
proceso de cognición que origine la sentencia, si esta es el título ejecutivo que se
busca dar cumplimiento.
La ejecución de sentencia es una de las funciones que los órganos jurisdiccionales
desarrollan en el ejercicio de la potestad jurisdiccional y se lleva a cabo cuando la
obligación impuesta en la sentencia no se cumple voluntariamente por el que haya
sido condenado.

En el proceso civil, la ejecución de sentencia es una actividad sustitutiva.


Únicamente despliega sus efectos cuando el condenado en la sentencia no cumple
voluntariamente la obligación que se le ha impuesto. De ahí que el órgano
jurisdiccional no pueda actuar de oficio sino a instancia de parte, la cual deberá
instar la ejecución mediante la presentación de la correspondiente demanda
ejecutiva ante el juez competente (el que conoció del proceso en primera instancia).
En concreto, dicha demanda hay que presentarla en el plazo de cinco años siguientes
a la firmeza de la sentencia; en caso contrario, la acción ejecutiva caducará. Ahora
bien, también hay que tener en cuenta que el tribunal no despachará ejecución de la
sentencia dentro de los veinte días siguientes a la notificación de la misma al
condenado, con lo que se viene a conceder a éste un plazo de cortesía para que
cumpla voluntariamente.

Teniendo en cuenta el contenido de la sentencia cuya ejecución se pretende, en el


proceso civil se distingue entre la ejecución de sentencias de condena dineraria y las
ejecuciones no dinerarias (ejecución por deberes de entregar cosas, ejecución por
obligaciones de hacer o no hacer y ejecución para el cumplimiento de condenas a
liquidar daños y perjuicios, frutos, rentas y la rendición de cuentas).

Por supuesto, en el proceso penal también se puede hablar de un proceso penal de


ejecución en el que se atribuye un papel relevante no sólo al Juez o Tribunal
sentenciador, sino también a los Jueces de Vigilancia Penitenciaria. Además, en el
caso de la ejecución de penas privativas de libertad, no podemos olvidar el relevante
papel que al respecto tiene la Administración Penitenciaria.

 Mandato De Ejecución

El Juez al recibir la demanda tiene que calificarla, verificando que se hayan cumplido
los requisitos formales y de fondo que señala la Ley y, especialmente si el Titulo de
ejecución reúne las características de autenticidad que debe tener, porque de lo
contrario puede declararla Inadmisible o Improcedente, según sea el requisito que
no se haya cumplido.

En caso de haberse cumplido o subsanado todos los requisitos, se dicta el Mandato


de ejecución que debe contener los siguientes elementos:

a) Orden de cumplimiento: Disposición coercitiva del Juez dirigida al


ejecutado, de carácter intimatoria, señalándole el ineludible camino de
cumplir con la obligación. El requerimiento tiene que ser contundente, con
la Autoridad que posee el magistrado, investido de poder por la Nación.

b) Obligación identificada: El mandato tiene que describir la obligación de


manera clara, con las características que la Ley exige: i) certeza, es decir su
origen debe ser cierto y verosímil, ii) exigibilidad, que la obligación sea de
cargo del ejecutado y que esté vigente, sin haber sido extinguida de alguna
forma y, por otra parte, iii) individualización, que este detallada en cuanto a
su calidad o cantidad, sobre todo si es una obligación económica deberá
estar liquidada en forma pormenorizada antes de expedirse el mandato, por
lo que si se trata de un derecho liquidable deberá hacerse previamente las
operaciones necesarias para cuantificarlo. En el caso que sean obligaciones
de hacer o no hacer, deben señalarse los actos que tiene que practicar el
ejecutado que conduzcan a restituir el derecho que ha sido vulnerado, bien
sea por acción u omisión.

c) Apercibimiento: La consecuencia que se genera en caso de incumplimiento


del mandato, la advertencia que se hace al ejecutado si no cumple
voluntariamente con la obligación ejecutada, que representa el poder o
fuerza que tiene el Juez para materializar el cumplimiento contra la voluntad
del deudor. Esta puede tener las variables que genere el tipo de obligación
que este en conflicto: i) Ejecución Forzada, cuando es una obligación de dar
suma de dinero, ii) Multa, tratándose de obligaciones de hacer o no hacer o,
iii) Denuncia penal cuando no funciona la anterior.

d) Iliquidez de la obligación: En caso de que esta sea económica, cuando no


se haya liquidado debidamente, o cuando sea de carácter liquidable y no
existan los elementos suficientes para hacer el cálculo que determine su
monto, enunciándose solamente el concepto de pago de sobretiempos del
último periodo.

e) Nulidad formal del título: Cuando el acto jurídico que lo contiene este
afecto de alguna causal o defecto que lo invalida, tal el caso que se haya
emitido en forma incompleta, es decir sin firmas de los funcionarios
responsables o que el acreedor que haya intervenido en un documento de
origen particular, este privado del ejercicio de sus derechos civiles o, le falte
algún requisito de acuerdo a las disposiciones de la ley de la materia.

f) La extinción de la obligación exigida: es decir, que ésta haya concluido o


desparecido por alguna de las formas que se establecen en el Código Civil
como son el pago, la compensación, novación, condonación, consolidación,
transacción, caducidad o prescripción.

Medidas de Ejecución

Son aquellas que se adoptan, como eje central del proceso, para conminar al
ejecutado al cumplimiento de sus obligaciones y hacerlas efectivas y que la ejecución
no sea un mero instrumento ilusorio que nunca va a cumplirse, por lo que estas
varían de acuerdo al tipo de obligación que se ejecuta y, son las siguientes:

Ejecución Forzada, cuando es una obligación de dar suma de dinero, está dirigida
contra el patrimonio del deudor, consistente en bienes inmuebles, muebles,
vehículos, naves, cuentas bancarias, rentas, negocios, acciones y todo aquello sujeto
a propiedad por parte de este, que pueden afectarse con gravámenes que terminan
con la realización de los bienes, esto es el remate, venta o retención que permitan su
licuación en dinero, para satisfacer la deuda cobrada. Esta medida se adopta a
iniciativa del ejecutante cuando señala los bienes que pueden ser afectados, pero si
este acreedor desconoce la existencia de bienes de propiedad del deudor, podrá
pedir al Juez que lo requiera en un término perentorio para que señale los bienes
libres que posea o, por lo menos, bienes parcialmente gravados cuyo saldo de
cobertura resulte cuantitativamente suficiente para igualar el valor de la ejecución.
En caso en que el ejecutado no cumpla con este mandato, se puede declarar su
insolvencia y por lo tanto, su disolución y liquidación si se trata de una persona
jurídica.

Multa, tratándose de obligaciones de hacer o no hacer que motiven un


incumplimiento injustificado, el Juez puede imponer una sanción económica al
ejecutado, que sirva para amedrentarlo, cuyo monto no está regulado por la Ley, por
lo que habrá que remitirse a la Ley Orgánica del Poder Judicial que en su artículo 9º
establece esa facultad de imponer multas y, el Código Procesal Civil en su artículo
110 señala los parámetros para ellas: “no menor de cinco ni mayor de 20 Unidades
de Referencia Procesal” –que en los años 2010 y 2011 representan de S/. 1,800.00 a
7,200.00- y, si se mantiene en estado de incumplimiento, la Ley permite aplicarle
nuevas multas sucesivas, acumulativas y crecientes en 30% hasta que cumpla el
mandato.

1.3. Principio de Preclusión y Eficacia

1.3.1. Principio de Preclusión

Cabe definir la preclusión como la extinción en el seno de un concreto proceso de los


poderes jurídico-procesales no ejercitados por los sujetos que intervienen o pueden
intervenir en ese proceso. En esta definición hay cinco ideas fundamentales. En primer
lugar, la preclusión entraña, en esencia, una “extinción”. En segundo lugar, la preclusión es
siempre una extinción “en el seno de un concreto proceso”: la clave para poder conceptuar
un fenómeno como de “preclusión” (y, así, distinguirlo de otras figuras jurídicas, como la
caducidad o la prescripción) radica en el lugar en el que se produce la extinción, a saber: en
un concreto proceso. En tercer lugar, la extinción que la preclusión supone afecta solamente
a los “poderes jurídicoprocesales”, es decir, a los derechos, facultades y potestades de los
que disfrutan los sujetos que intervienen o pueden intervenir en un proceso que se refiere
a las “oportunidades” como el objeto de la preclusión que regula); en consecuencia, la
preclusión no opera sobre los deberes que la ley imponga a esos. mismos sujetos, sólo opera
sobre sus poderes. En cuarto lugar, los poderes jurídicos que son objeto de la preclusión
deben guardar una relación estrecha (“un profundo enlace”, como dice cierta
jurisprudencia) con la acción afirmada que sirve de objeto al proceso concreto en el que se
produce la extinción. Y, en quinto lugar, es inherente a la preclusión la idea de “no
ejercicio”:3 desde un punto de vista semántico, “preclusión” significa “cierre” (“-clusión”)
“delante” (“pre-”), lo que indica que la preclusión se produce cuando, existiendo la
posibilidad de ejercitar un poder jurídico (de aprovechar una “oportunidad”), delante del
interesado se produce alguna circunstancia que le cierra esa posibilidad; de este modo, la
preclusión siempre tiene lugar respecto de los poderes que no se han ejercitado.

La preclusión es un principio especial del derecho procesal, que no se puede entender sin
antes haber estudiado las etapas de todo proceso, por lo tanto, dejamos constancia que en
el proceso civil la doctrina mayoritaria ha dejado claramente establecido que existen las
siguientes etapas: postulatoria, probatoria, decisoria, impugnatoria y ejecutoria, las cuales
no son tan nítidas en la práctica procesal, sin embargo, en teoría esto es aceptado en forma
pacífica, a tal punto que no se puede ignorar las indicadas.

En cuanto a las etapas podemos afirmar que el camino procesal tiene como característica
que concluida una etapa no se puede retornar a la etapa anterior, por ejemplo, concluida la
etapa postulatoria no se puede retornar a dicha etapa procesal, aun cuando el juez u otro
órgano jurisdiccional advierta que existe un problema que no puede salvarse.

Sin embargo, la jurisprudencia no tiene en cuenta el referido, es decir, deja de lado otras
fuentes del derecho, lo cual hemos advertido en la ciudad de Moyobamba, por lo tanto, se
hace necesario la difusión de dicho principio procesal, a efecto de no causar problemas a los
litigantes, ni tampoco a los abogados.

Todo juez debe conocer este principio procesal, por lo tanto, si el proceso está saneado es
claro que no se puede volver a la etapa de calificar la demanda, sin embargo, en dicha ciudad
la sala civil se pronunció en sentido contrario con lo cual se originó o provocó o dio origen
a una serie de problemas, sin embargo, consideramos que se ha solucionado este problema
porque los jueces superiores ahora son titulares.

Igualmente todo abogado debe conocer este importante principio procesal, el cual
encuentra consagración legislativa en forma más clara, contundente y expresa en el derecho
positivo español, y para ser más exacto nos estamos refiriendo a la ley de enjuiciamiento
civil española del año 2000, norma que consagra este principio en forma más clara, por lo
tanto, si efectuamos un estudio microcomparativo es claro y evidente que el derecho
español se encuentra más desarrollado que el derecho peruano en lo referido al derecho
positivo aplicable al principio procesal materia de estudio.

El artículo 136 de la ley de enjuiciamiento civil española del


2000, la cual se encuentra vigente establece lo siguiente:

"Artículo 136. Preclusión.

Transcurrido el plazo o pasado el término señalado para la


realización de un acto procesal de parte se producirá la
preclusión y se perderá la oportunidad de realizar el acto de
que se trate. El Secretario Judicial dejará constancia del
transcurso del plazo por medio de diligencia y acordará lo
que proceda o dará cuenta al tribunal a fin de que dicte la
resolución que corresponda".

La doctrina nacional y extranjera ha brindado varias definiciones sobre este importante


principio procesal, el cual también puede ser tomado en cuenta revisando la doctrina no
sólo de los últimos años, sino también se debe tener en cuenta a los tratadistas considerados
como clásicos del derecho procesal civil.

El principio procesal de preclusión es conocido por algunos otros autores, con otro nombre
como es por cierto el de eventualidad, denominación que es poco conocida en el derecho
peruano, y en todo caso algunos abogados consideran que se trata de dos principios
diferentes que merecen un estudio separado.
El tema estudiado no ha merecido un estudio acucioso en el derecho peruano, por lo tanto,
se justifica investigar sobre este importante tema procesal, y en todo caso se debe publicar
trabajos que traten sobre este principio procesal, el cual no sólo se aplica en sede procesal
civil, sino también en otros escenarios.

Se debe revisar la jurisprudencia nacional y extranjera sobre este principio a efecto de


conocer el criterio o forma de pensamiento de las cortes, motivo por el cual se citan diversas
ejecutorias que son de los últimos años, y esperamos que sean del agrado de todos, con lo
cual se busca alcanzar una difusión adecuada de temas importantes en el estudio del
derecho procesal.

Este principio no sólo se aplica en sede judicial, sino también a otros procesos, dentro de los
cuales podemos citar el caso de los procesos administrativos, lo cual puede ser corroborado
con jurisprudencia actual y de esta forma se puede determinar que el derecho es bastante
amplio y no se limita al estudio del derecho procesal civil, sino que existen otras ramas del
derecho procesal, dentro de las cuales podemos citar el caso del derecho procesal
administrativo, procesal registral, procesal notarial, procesal tributario, procesal aduanero,
entre otras.

El código procesal civil peruano de 1993 es deficiente en lo referido al principio procesal de


preclusión, porque no existe en dicho cuerpo legislativo ninguna norma que lo regule en
forma expresa pero aplicable a todos los casos, para que pueda ser tenido en cuenta por
parte de los estudiosos, que sólo efectúan una revisión muy superficial, por razón de tiempo,
o porque el estudio se realiza en el extranjero para hacer derecho comparado, por ejemplo
para estudiar la circulación del derecho procesal europeo al derecho procesal peruano, en
los últimos siglos, supuesto en el cual los códigos estarían limitando el trabajo de los
comparatistas, brindando herramientas legales poco serias no sólo para los estudios
comparativos, sino en general para todos los estudios de derecho comparado, el cual no sólo
se limita a estudios de comparación, sino que se debe tener en cuenta todas sus
instituciones, dentro de las cuales se pueden tomar en cuenta a la circulación, fusión,
escisión, transformación, recepción, transplante, entre otras tantas.

También hemos consultado diversos diccionarios jurídicos, pero existe poca información,
lo cual dificulta nuestra labor investigadora, sin embargo, en los últimos años han aparecido
nuevos diccionarios jurídicos que puede facilitar el estudio y aplicación de este importante
principio procesal, que estudiamos en la presente sede. Todo esto permite según nuestro
criterio un conocimiento más amplio del principio procesal estudiado.

En el derecho procesal peruano este principio ha sido poco estudiado por que en el derecho
peruano abundan los abogados positivistas, los cuales rinden culto a la ley, sin criticarla, y
en este sentido se ocasiona que el conocimiento no avance, porque sólo con la permanente
crítica es claro y evidente que se consigue la renovación del conocimiento jurídico.

Es decir, consideramos que el código procesal civil peruano de 1993 debe ser modificado
expresamente a efecto de consagrar en su título preliminar el principio procesal materia de
estudio, con lo cual se obtendría una herramienta legislativa, más acorde a estos tiempos,
principio que ha sido tenido en cuenta en la jurisprudencia que revisaremos a continuación,
con lo cual se acredita que el conocimiento jurídico ha aumentado o dicho de otra forma se
ha incrementado en los últimos años.
De acuerdo con Eduardo Pallares, distingue dos especies de preclusión: estricta y amplia.

 Preclusión en Sentido Estricto: “La pérdida de cualquier facultad o derecho


procesal, para los que se fijó por la ley o por el juez, un término, y dentro del cual no
se ejercitaron. Si la apelación no se interpone dentro de cinco días, tratándose de
impugnar una sentencia, queda precluido el derecho de hacerlo; si dentro del tercer
día no se objeta un documento presentado por la contraria, precluye el derecho de
objetarlo, y se tiene por admitido el documento como válido.”

 Preclusión en Sentido Amplio: “La situación procesal por virtud de la cual,


terminado un periodo del proceso no pueden ejercitarse en los periodos
posteriores, las facultades que debieron realizarse en aquél, ni tampoco cumplirse
las cargas y obligaciones procesales correlativas. Por ejemplo, en el primer periodo
del juicio, hay que contestar la demanda, fijarse definitivamente los puntos
controvertidos, ofrecer las pruebas, presentar los documentos fundatorios de la
acción y de la personalidad de las partes. Terminado dicho periodo, ya no es lícito
hacerlo, salvo las excepciones previstas de manera expresa en la ley. Otro tanto
puede decirse del periodo de pruebas y del fijado para alegar en los juicios escritos.

1.3.2. Principio de Eficacia

Nos referimos a este principio siempre que queremos explicar la “capacidad de lograr el
efecto que se desea o se espera” de algo. Pero ¿cuál es el resultado que esperamos del
proceso?, ¿que deseamos de él? Carnelutti nos dice que el proceso, como método para la
aplicación del derecho, debe tener una cualidad interior (justicia) y otra exterior (certeza).
Y sigue exponiendo que “si el derecho no es cierto, los interesados no saben, y si no es justo,
no sienten lo que es necesario para obedecer”. Vélez Mariconde responde al interrogante
planteado afirmando que la averiguación de la verdad es el fin inmediato de la función
judicial. Sin embargo, consideramos que lo que la sociedad espera del proceso es que brinde
un remedio a las disputas que en ella se generan. Lo que las partes desean es que, según lo
que ellas han traído al pleito, se encuentre una solución que ponga fin al litigio y ello traiga
aparejado la paz buscada. Recordemos que el fin de los ciudadanos de delegar en el Estado
dicha función es una de los objetivos de la comunidad, según la conocida doctrina pactista.
Así las cosas, debemos recordar que estamos en presencia de un principio procesal; de ello
derivan dos cuestiones importantes. Por un lado, la eficacia no admite contrariedad:
podremos tener un proceso oral o escrito, con inmediación o sin ella, pero no puede haber
un proceso si él no conduce al logro de la pretendida paz. Por el otro, basta con que el
método de debate sea ineficaz para echar por tierra lo conseguido por otras bases
procesales. Es decir, aun cuando nos encontremos con un tercero imparcial, imparcial e
independiente y partes en igualdad de condiciones y tratamiento para litigar, etc.; no
estaremos ante un proceso sino ante un mero procedimiento si éste es ineficaz. Si bien
parece que sólo estamos repasando conceptos, es imperioso redimensionar el valor innato
de la eficacia procesal para no soslayar, quizás por olvido, su verdadero mérito. Si no
diseñamos una serie procedimental que sea idónea para lograr lo explicado, desde el mismo
proceso provocamos el fracaso del método; desvirtuamos su fin y la sociedad no encontrará
una solución para su convivencia en armonía. En la búsqueda de esa armonía la eficacia nos
enlaza, necesariamente, con las nociones de conflicto y litigio. Las partes acuden al juez para
que, teniendo en cuenta lo que han afirmado y negado (litigio) de eso que pudo haber
ocurrido en el plano de la realidad (conflicto), él les proporcione una solución según lo
confirmado y alegado por las mismas. He aquí la expresión cabal del principio que estamos
estudiando. Si se le otorga la solución buscada mediante una serie apta para que se debata
con reglas claras hablaremos de eficacia del proceso; caso contrario, de ineficacia. La
comparación de lo declarado en la sentencia con lo pretendido por las partes nos servirá de
parámetro para efectuar dicha estimación.

1.3.3. A manera de conclusión

 La importancia de afianzar los conceptos de cada institución jurídica de índole


probatoria, diferenciando el derecho probatorio, la prueba y los medios probatorios.

 La trascendencia que las partes tiene en el proceso de acreditar los hechos


propuestos en los actos postulatorios y que quien no sustenta difícilmente pueda
ser ampara su pretensión

 La importancia de la valoración probatoria y el nivel de razonamiento del juez para


llegar a aquella verdad real de los hechos alegados por las partes en el proceso. Es
de mera importancia, saber diferenciar entre proceso y procedimiento para poder
entender las etapas de un proceso, en este caso, civil.

 De acuerdo a Carnelutti no debe confundirse proceso con procedimiento, puesto que


el primero es considerado como continente y el otro como contenido; explicándose
así que una combinación de procedimientos (los de primera y segunda instancia,
por ejemplo) pudiera concurrir a constituir un solo proceso.

 Es así que llegamos a la definición de Etapas del proceso civil como una sucesión de
actos procesales que se traducen en procedimientos civiles que se llevan a cabo
dentro el proceso basándose en normas procedimentales civiles. En cada caso, es
necesario evaluar si estamos en presencia de una controversia y en caso de no
existir no debemos fomentarla desde la posición de parte o la de juez. No podemos
confundir a la eficacia del proceso con que aquel que haya tenido razón en la
realidad sea el ganador del litigio. Un proceso es eficaz si les otorgo a las partes un
método de debate apto para que discutan entre pares la razón de sus dichos y, según
el resultado obtenido, el juez declare al triunfador. Si las reglas que determinan la
valoración de la prueba no son claras o se dirigen a buscar la verdad se está
afectando el principio procesal de eficacia trayendo aparejado la vulneración al
debido proceso.
CAPITULO II
LA PRUEBA
Uno de los temas más trascendentales del proceso, qué duda cabe, es el derecho probatorio,
la ciencia que estudia la prueba en sus diversos aspectos y que no se limita al conocimiento
de la prueba de carácter judicial, sino que abarca también a la extraprocesal. Desde otro
punto de vista es concebido también como la actividad procesal destinada a convencer al
magistrado respecto de las afirmaciones expresadas por las partes en los autos
postulatorios en relación con los hechos que sustentan sus respectivas pretensiones.

Por lo general siempre encontramos definiciones que tienden a señalar que su finalidad es
la demostración o comprobación de los hechos afirmados por las partes en los actos
postulatorios del proceso, buscando producir convencimiento en el juez sobre los hechos,
de manera que pueda así sustentar su decisión final. Se advierte dos aspectos muy
importantes relativos a quienes intervienen en el proceso: de un lado, las partes que tienen
la facultad y el deber de poner en consideración del juez todo aquel material que sustenten
sus hechos alegados en los actos postulatorios del proceso; y de otro lado, al juez, quien se
encuentra en la obligación de sustentar su decisión en esos medios de prueba que han
propuesto las partes en el proceso y han sido actuados por este, además de aquellos medios
de prueba que de oficio haya incorporado al iter procesal.

El derecho probatorio, la prueba y los medios probatorios, constituyen aspectos que


debemos definir bien para no tratarlos como si fueran lo mismo. De un lado, ya hemos hecho
referencia al derecho probatorio como la ciencia del derecho procesal que estudia la prueba.
De otro lado, la prueba es concebida como el conjunto de razones que conducen al
magistrado a adquirir certeza sobre los hechos propuestos por las partes en los actos
postulatorios; y, finalmente, los medios probatorios constituyen los instrumentos del que
hacen uso las partes o dispone el magistrado para lograr convencimiento a la decisión del
juez.

De manera breve desarrollaremos algunos aspectos referidos a la prueba, su finalidad,


concepto, objeto, carga, procedimiento, valoración y los medios de prueba.

2. 1. Derecho probatorio

Conforme lo ha señalado el Tribunal Constitucional peruano, “El derecho a probar es uno de


los componentes elementales del derecho a la tutela procesal efectiva, pues, como ya lo ha
señalado este Tribunal en la sentencia recaída en el expediente N.° 010-2002-AI/TC,
constituye un elemento implícito de tal derecho. Por ello, es necesario que su protección sea
realizada a través de los procesos constitucionales.”

Constituye un derecho básico de los justiciables producir la prueba relacionada con los
hechos que configuran su pretensión o su defensa. Según este derecho, las partes o un
tercero legitimado en un proceso o procedimiento, tienen el derecho a producir la prueba
necesaria con la finalidad de acreditar los hechos que configuran su pretensión o defensa.
Así, por ejemplo, el artículo 188° del Código Procesal Civil establece que los medios
probatorios tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir
certeza en el juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones. Se
trata de un derecho complejo que está compuesto por el derecho a ofrecer medios
probatorios que se consideren necesarios, a que estos sean admitidos, adecuadamente
actuados, que se asegure la producción o conservación de la prueba a partir de la actuación
anticipada de los medios probatorios y que estos sean valorados de manera adecuada y con
la motivación debida, con el fin de darle el mérito probatorio que tenga en la sentencia. La
valoración de la prueba debe estar debidamente motivada por escrito, con la finalidad de
que el justiciable pueda comprobar si dicho mérito ha sido adecuadamente realizado.

2.2. Finalidad

En doctrina advertimos que el derecho a probar de las partes, tiene por finalidad producir
en el juez el conocimiento sobre la existencia o inexistencia de los hechos afirmados por
estas en los actos postulatorios del proceso. Por ello, no solamente constituye un derecho
sino también un deber de quien afirma un hecho, que este sea debidamente sustentado o
corroborado mediante los medios probatorios regulados por la norma procesal, sin afectar
los principios procesales y constitucionales que la garantizan.

Para Juan MORALES respecto de la finalidad de la prueba judicial, señala que se reconoce
tres posiciones: a) establecer la verdad, b) lograr la convicción del juez, y c) alcanzar la
fijación formal de los hechos procesales.

Conforme lo señala el artículo 188° del Código Procesal Civil: “Los medios probatorios
tienen por finalidad acreditar los hechos expuestos por las partes, producir certeza en el
Juez respecto de los puntos controvertidos y fundamentar sus decisiones.” Por lo que
consideramos, al igual que el autor citado anteriormente, que esta constituye una posición
híbrida por cuanto se recoge las tres teorías. Más debe tenerse en cuenta que la valoración
de los medios probatorios aportados por las partes en el proceso y admitidos en la audiencia
correspondiente deben destinarse a despejar la incertidumbre jurídica, en tal sentido la
fijación de puntos controvertidos tiene entre sus objetivos determinar qué puntos van a ser
materia de prueba.

Para nuestra jurisprudencia nacional: “El derecho a la prueba tiene por finalidad lograr el
convencimiento del órgano jurisdiccional, si éste no valora o toma en consideración los
citados resultados probatorios, está frustrando el aludido derecho, convirtiéndose así en
garantía ilusoria y meramente ritualista” (Cas. N° 2558-2001, Puno. Publicado en el diario
oficial El Peruano, 01-04-2004, p. 8580).

Para COUTURE el análisis sistemático de la prueba comprende los siguientes aspectos:

1. Concepto de la prueba (¿Qué es la prueba?)


2. Objeto de la prueba (¿Qué se prueba?)
3. Carga de la prueba (¿Quién prueba?)
4. Valoración de la prueba (¿Qué valor tiene la prueba producida?)
5. Medios de prueba (¿Con qué se prueba?)

En tal sentido, trataremos de desarrollar estos aspectos, muy importantes para el


conocimiento del tema propuesto.

2.3. Concepto de la prueba (¿Qué es la prueba?)

“Probar es verificar, confirmar, demostrar, etc. Es este un concepto suficiente acotado desde
un dato tuitivo.”
Para DEVIS ECHANDIA[6], “Suele hablarse con mayor frecuencia, de que es prueba judicial
todo medio que sirve para conocer cualquier cosa o hecho, con lo cual se incluyen los hechos,
objetos, y también actividades como la inspección judicial, el dictamen de peritos, la
declaración de un tercero, la confesión, esto es, la totalidad de los medios que pueden servir
de conducta para que se llegue al juez el conocimiento de la cuestión debatida o plateada
sin litigio en cada proceso”.

En consecuencia, los medios probatorios vienen a constituir aquellos instrumentos de los


que se valen las partes en el proceso a través de los cuales se derivan o genera la prueba,
debiendo destacar que para el citado autor existen dos tipos de prueba, la prueba extra
judicial y la judicial, esta última seria aquella incorporada y desarrollada en el proceso
judicial y la otra simplemente aquella que no obra en el proceso.

La prueba busca la demostración de los hechos propuestos por las partes en el proceso. Es
la materialización o comprobación de la existencia de un acto que llega a conocimiento del
juez y que de esta manera contraste lo afirmado por los sujetos procesales para en su caso,
darle o no la razón en su decisión.

2.4. Objeto de la prueba (¿Qué se prueba?)

El objeto de la prueba es el hecho que debe verificarse y sobre el cual el juez emite un
pronunciamiento. Es demostrar la verdad de los hechos propuestos por las partes al
momento de interponer la demanda (por parte del demandante) y al momento de contestar
la misma (por parte del demandado). Es todo aquello susceptible de demostración por las
partes ante el juez, sobre la verdad o existencia de un hecho, materia de las pretensiones
propuestas, pudiendo ser estos pasados, presentes o futuros.

2.5. Carga de la prueba (¿Quién prueba?)

Estamos acostumbrados a enfrentar casos en que las partes actúan sus medios de prueba y
las afirmaciones sobre los hechos quedan acreditados. En estos casos, los jueces resuelven
la controversia en uno u otro sentido sin ningún problema.

Sin embargo, ¿Qué ocurre cuando luego de agotarse toda la actividad probatoria, los jueces
consideren que aún los hechos no han quedado lo suficientemente acreditados? ¿Pueden
dejar de resolver o de todas maneras deberán emitir una sentencia?

La solución a todas estas interrogantes la encontramos en una institución que no ha sido


valorada en su real importancia, nos referimos a la carga de la prueba.

Esta institución, muchas veces ignorada en las clases de derecho procesal o estudiada muy
someramente, cumple un papel importante para que los jueces puedan enfrentar la
insuficiencia probatoria y salir victoriosos con un adecuado pronunciamiento.

2.5.1. Breves apuntes sobre la carga de la prueba

Podemos entender a la carga de la prueba como una regla de juicio accesoria que le
permitirá a los jueces resolver aquellas controversias cuando, luego de agotarse toda la
actividad probatoria, consideren que ninguna de las afirmaciones sobre un hecho realizadas
por las partes ha quedado acreditada.
Atendiendo a la regla de la carga de la prueba que regirá en el caso, el juez podrá declarar
fundada la demanda si las consecuencias de la improbanza del hecho recaían sobre el
demandado o infundada en caso estas consecuencias hayan recaído sobre el demandante.

Tradicionalmente, la doctrina ha considerado que la carga de la prueba tiene dos


dimensiones, una objetiva y una subjetiva.

 La dimensión objetiva de la carga de la prueba es entendida como una regla de juicio


dirigida a los jueces y de aplicación supletoria luego de haberse agotado toda la
actividad probatoria, sin que algunas afirmaciones sobre los hechos hayan quedado
lo suficientemente acreditadas.
 Por otro lado, la dimensión subjetiva de la carga de la prueba está dirigida a las
partes y determinará cuál de las partes tiene el deber de acreditar la afirmación de
un hecho.

El profesor Taruffo explica estas dimensiones que componen la carga de la prueba de la


siguiente manera:

“(…) entenderemos como carga de la prueba subjetiva aquella orientada a determinar cuál
de las partes debe aportar al tribunal las pruebas sobre un hecho específico en el curso del
proceso. Mientras que, carga de la prueba objetiva será el criterio que determina la decisión
final cuando no se ha probado un hecho principal”.

Sin embargo, nosotros consideramos que hablar de una doble dimensión de la carga de la
prueba no es apropiado, debiendo descartarse la dimensión subjetiva de la carga de la
prueba por dos principales razones.

 En primer lugar, se confunde la carga de la prueba subjetiva con la carga de aportar


medios de prueba. Esta última figura puede entenderse como la facultad de las
partes de ofrecer los medios probatorios que consideren adecuados para acreditar
su afirmación sobre un hecho. Esta es una institución que no guarda relación con la
carga de la prueba; por lo que, solo presta a confusión hablar de una carga de la
prueba subjetiva en el sentido antes mencionado.
 En segundo lugar, la carga de la prueba subjetiva tiene como fundamento el deber
de las partes de acreditar sus afirmaciones a través de medios probatorios que
deben ofrecer al proceso; sin embargo, este “deber” queda superado si tenemos en
cuenta el principio de comunidad de los medios probatorios; a través del cual,
cualquier medio probatorio que sea incorporado por el proceso podrá ser utilizado
por la parte que no lo ofreció para acreditar su afirmación.

Por ello, somos de la idea que se debe prescindir de hablar de una dimensión subjetiva de
la carga de la prueba. En ese sentido, en esta entrada solo nos referiremos a la carga de la
prueba como una regla de juicio subsidiaria orientada a los jueces. Cabe precisar que no
descartamos que la manera en que se aplicará la carga de la prueba debe ser conocida por
las partes, pero no porque tengan el deber de ofrecer los medios de prueba sino porque de
esta manera sabrán sobre quien recae las consecuencias de la improbanza de una
afirmación.
2.5.2. La importancia de la carga de la prueba

Como hemos venido desarrollando, la carga de la prueba será una herramienta útil para los
jueces en aquellos casos en que ya se agotó toda la actividad probatoria, pero consideran
que ninguna de las afirmaciones sobre un hecho alcanzó el grado de confirmación necesario
para tenerla por probada.

A través de una adecuada aplicación de la carga de la prueba, los jueces resolverán la


controversia y de esta manera garantizarán el derecho de las partes a un pronunciamiento
sobre el fondo, una de las manifestaciones de la tutela jurisdiccional efectiva.

De este modo, la carga de la prueba evitará que los jueces dejen de resolver las controversias
cuando consideren que algunas afirmaciones sobre un hecho no quedaron acreditadas,
evitando de esta manera que puedan alegar el non liquet para no emitir una sentencia.

Sin embargo, muchas veces la carga de la prueba no es entendida adecuadamente ni por las
partes ni mucho menos por los jueces. No faltan situaciones en que las partes para intentar
maquillar su insuficiencia probatoria solicitan que el juez aplique la carga de la prueba con
la finalidad de verse librado de la carga de aportar medios de prueba. También ocurre que
los jueces utilizan a la carga de la prueba como una premisa a partir de la cual giran todo su
razonamiento pudiendo afectar el resultado al cual pueden arribar.

Por estas razones consideramos que debe rescatarse la importancia de una adecuada
aplicación de la carga de la prueba en su dimensión objetiva para que de esta manera tanto
las partes como en especial los jueces, comprendan la real dimensión de esta figura. En ese
sentido, consideramos que un buen punto de partida para comprender su real dimensión es
una adecuada regulación en nuestro ordenamiento; sin embargo, como veremos en el punto
siguiente, esto no se da.

2.5.3. Actual regulación de la carga de la prueba en nuestro ordenamiento

En nuestro Código Procesal Civil encontramos regulada a esta figura en el artículo 196° y se
encuentra enunciada de la siguiente: “Salvo disposición legal diferente, la carga de probar
corresponde a quien afirma hechos que configuran su pretensión, o a quien los contradice
alegando nuevos hechos”.

Consideramos que la actual regulación de la carga de la prueba es insuficiente pues solo se


establece una regla de distribución y se dejan de lado aspectos que deben ser establecidos
expresamente como establecer que es una regla dirigida a los jueces y de aplicación
subsidiaria.

Justamente, las consecuencias de su insuficiente regulación ya las advertimos


anteriormente cuando mencionamos que las partes solicitan al juez la aplicación de la carga
de la prueba o esta es usada como una premisa a partir de la cual los jueces construyen todo
su razonamiento.

Lamentablemente, esta necesidad de dotar del contenido adecuado a esta figura en nuestro
ordenamiento tampoco ha sido contemplada en los Plenos Casatorios o Jurisdiccionales
pues un análisis de esta figura brilla por su ausencia.
2.5.4. A modo de conclusión: La necesidad de una adecuada regulación de la carga de
la prueba

A partir de lo expuesto en los párrafos anteriores, queda en evidencia la necesidad de contar


con una adecuada regulación de la carga de la prueba que recoja todos los elementos que
consideramos son indispensables para su adecuada aplicación.

Una adecuada regulación de la carga de la prueba no solo deberá procurar contener una
regla de distribución, sino que además debe establecer expresamente que se trata de una
regla dirigida a los jueces y su aplicación solo podrá limitarse a aquellos supuestos en que
ya se haya agotado toda la actividad probatoria y aun así los jueces consideren que haya
alguna afirmación sobre un hecho que no quedó lo suficientemente acreditada.

Si bien su aplicación solo podrá darse de manera subsidiaria, ello no obsta para que los
jueces puedan poner en conocimiento de las partes al inicio del proceso cuál será la regla de
la carga de la prueba que regirá el proceso, de modo tal, que desde el inicio sepan sobre cuál
de las partes recaerán las consecuencias de la insuficiencia probatoria.

Afortunadamente, encontramos en el Anteproyecto de reforma del código procesal civil una


propuesta de regulación de la carga de la prueba que rescata su adecuado contenido. En los
artículos 196° y 200° del Anteproyecto se dota de un adecuado contenido a la carga de la
prueba.

En el Anteproyecto, se ha establecido de manera expresa que la carga de la prueba se debe


establecer de manera subsidiaria luego de que se haya agotado toda la actividad probatoria
y su aplicación deberá estar estrechamente vinculada con una adecuada motivación
justificando la manera en que es aplicada en el caso concreto.

Asimismo, se dedica un especial desarrollo a la inversión de la carga de la prueba, figura que


no hemos desarrollado en esta entrada pues sería necesario otro artículo para abordar
alguno de sus aspectos.

El Anteproyecto ha mostrado una especial preocupación por rescatar y dotar de su


adecuado contenido a la figura de la carga de la prueba y asimismo ha desarrollado la figura
de la inversión de la carga de la prueba atendiendo a las circunstancias del caso concreto.

A diferencia de lo que considera un importante sector de la doctrina, consideramos que la


carga de la prueba como regla de juicio subsidiaria resulta fundamental para que los jueces
puedan resolver las controversias cuando se enfrenten un problema de insuficiencia
probatoria del que no puedan salir.

BIBLIOGRAFIA

[1] TARUFFO, Michele La prueba. Editorial Marcial Pons. Madrid: 2008. p. 149.

[3] “Artículo 196 CPC.- Carga de la prueba


[1] STC 03997 2013-PHC/TC, fundamento 1.

[2] STC 6712-2005-PHC, fundamento 15.

[3] RIOJA BERMUDEZ, Alexander (2016): Compendio de derecho procesal Civil.


Editorial ADRUS, p. 378.

[4] MORALES Godo Juan. “La prueba y el Código Procesal Civil Peruano”. En Gaceta
Jurídica. Tomo 87. Febrero, 2001, pp. 10-11.

[5] RAMOS Méndez, Francisco (1990): Derecho Procesal Civil. Tomo I. Bosch,
Barcelona, p. 256

[6] DEVIS ECHANDIA (1984): Compendio de pruebas judiciales. Tomo I. Rubinzal-


Culzoni. Santa Fe, p. 6.

[7] GOZAINI, Alfredo (1997): La prueba en el Proceso Civil Peruano. Normas Legales,
Trujillo, p. 26.

[8] COUTURE (1958): Ob. Cit. pp. 248-249.

[9] COUTURE (1958): Ob. Cit. p. 257.

 Juan Monroy Gálvez, Formación del Proceso Civil Peruano, escritos reunidos, editorial
Comunidad, edición 2003 Lima Perú
 David Romero Valero, y otros, en Derecho Procesal Civil, UNSAAC Cusco Enero 2000.
 Balotario Desarrollado UNMSM 2001.
 Juan Monroy Gálvez, La Formación del Proceso Civil Peruano (Escritos Reunidos),
Comunidad, primera edición mayo 2003.
 Citado por Pedro Sagástegui Arteaga, Exégesis y Sistemática del Código procesal Civil,
Volumen II, Editora Jurídica Grijley, primera edición 2004.
 Hernando Devis Echandía, Teoria General del proceso, Editorial Universidad, Buenos
Aires, 1997. RIOJA BERMUDEZ, Alexander (2016): Compendio de derecho procesal
Civil. Editorial ADRUS, p. 378.
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