Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
NACIONAL
BIBLIOTECA
Época 3 Año 1 Nos 3 2009
D E L A _ ^
BIBLIOTECA
NACIONAL
lista edición
7 La constitución del sujeto de la
escritora en América Latina y
los modos del ensayo.
Elena Romiti w _
Al cierre de gestión.
Dr. Tomás de Mattos 9 59
DEPARTAMENTO
DE IN VESTIG ACIO N ES
S -,
4« W f » j
■ ^ 7 4 .
13
il
*
i
%
A s \i^ s CONTRIBUCIONES
Carlos Monsivais:
el crítico cultural frente
a la globalización. Dilemas de la identidad y
Abril Trigo construcción de “lo masculino'
en El posible Baldi. A A
Teresa Porzecanski I
Un manifiesto jónico.
Aproximación a la poética
de Alvaro Figueredo desde
una lectura crítica de Con parte de su extensa colección de más de
Testimonio de parte (1956). tres mil piezas con el mismo motivo, rescatadas
todas de la orilla del mar, el artista compatriota
Franscisco Tomsich Guillermo Büsch realizó una exhibición
denominada "Corazones de esta tierra. La
muestra de 777 piezas ha sido presentada periódicamente
en el Castillo de Piria, en el Centro Cultural Buquebus de
Piriápolis, entre otros lugares. A esa muestra pertenecen
las piezas presentadas en esta publicación.
CATALOGACION EN LA FUENTE
ISSN 0797-9061
Director de la Biblioteca Nacional
Dr. Tomás de Mattos
AP
Dirección de Arte
Rodolfo Fuentes
IS S N 0797-9061
Impreso y encuadernado en
Mastergraf SRL
Gral. Pagóla 1727 - CP 11800 - Tel.: 203 4760*
Montevideo - Uruguay
E-mail: mastergraf@netgate.com.uy
Hay dos tipos primordiales de Bibliotecas: las Nacionales y las Públicas. Nuestro
país no se ha regalado todavía, como ya es el caso de muchos países de Ibero América, la
simultánea disposición de una Biblioteca Nacional y de una o más Bibliotecas Públicas
de considerable magnitud. La nuestra, emplazada en Montevideo, debe cumplir, a la vez,
funciones de Biblioteca Nacional y de Biblioteca Pública.
N o sólo es el reservorio del acervo de todo lo que se haya escrito o impreso en el país
o, en el extranjero, sobre el país o por uruguayos en la diáspora sino que, simultáneamen
te, debe ofrecerlo a disposición de todo el público. Tal hibridez de cometidos se advierte
en sus dos Salas de Lectura: la Artigas, para los usuarios no especializados, y la Uruguay,
reservada para investigadores. Y en la condición de sus libros, que no todos están al libre
acceso del público y que, en su totalidad, no pueden ser prestados a domicilio.
Este tipo de obstáculos que dificultan el cumplimiento de los cometidos como Bi
blioteca Nacional, se agrava muy considerablemente cuando se la examina respecto de
su función como Biblioteca Pública. Antes de asumir, con la perspectiva de un habitante
del Interior, la veía como una Biblioteca de Montevideo. Trabajando en ella, advertí que
es una Biblioteca del Cordón, cuyo emplazamiento estratégico en las inmediaciones de
numerosos centros educativos (las Facultades de Derecho, de Psicología, Humanidades,
de Arte y de Ciencias Sociales y el IAVA, la principal institución de estudios preuni
versitarios del país), disimula en algo, para un porcentaje importante de estudiantes, las
carencias ínsitas en su singularidad. Hay una barrera cotidianamente significativa que el
montevideano tiene que superar: el costo de su desplazamiento, en caso de que su casa o
su centro de estudios quede a distancia considerable de la Biblioteca.
Como tesoro del pasado y del presente de nuestra cultura, la Biblioteca Nacional,
tiene una importancia estratégica. Como instrumento de la educación del pueblo, man
tiene sí su trascendencia, pero con un sentido completamente diferente. Podría decirse
que pasa a ser el apoyo logístico de todas las bibliotecas del país, tanto las públicas como
las privadas populares.
N o me cansaré de repetir una cita de José Pedro Varela quien en L a Educación del
Pueblo, en el capítulo X X X V I, tomo II, páginas 203 y 204, escribió: "Se han calificado
con justo motivo de Bibliotecas Panteón esas grandes bibliotecas nacionales, cuyos li
bros no pueden leerse, sino yendo a la misma biblioteca y aun precisamente en aquellas
horas del día generalmente dedicadas al trabajo y en las que pocas son las personas que
pueden dedicarse a leer".
***
Desde hace diez años, por Declaración suscrita por la Cumbre de Jefes de Estado
de Ibero América, las Bibliotecas Nacionales de los países miembros a su función tradi
cional han de agregar la “asistencia” a las demás bibliotecas del país y el "liderazgo de un
sistema de cooperación interbibliotecaria” que permita la satisfacción de las necesidades
de lectura de todos los habitantes de los Estados sin discriminación de edad, género o
lugar de residencia.
Antes de esta Declaración -fruto de una concepción que se había abierto camino en
la teoría-, ya en nuestro país, bajo el Ministerio de Samuel.Lichtensztejn y la Dirección
de Cultura de Thomas Lowy, todos los directores de las Bibliotecas Nacionales con
formaron una red de coordinación, dividiendo el país en regiones y creando un órgano
central de delegados regionales.
Esa red continuó funcionando informalmente, a costa de sacrificados aportes perso
nales, a pesar de que luego de la renuncia de Lowy, poco después del retiro del ministro
Lichtensztejn, el Gobierno Nacional se desinteresó por completo del proyecto.
Era esta red el embrión de hecho del Sistema Nacional de Bibliotecas Públicas que,
recomendado por A BIN IA (Asociación de Bibliotecas Nacionales de Ibero América),
ya se ha implantado en varios países de la región. La cooperación interbibliotecaria se ha
intentado o puede procurarse en varios niveles:
Ese proyecto tuvo el aporte de hombres y mujeres de todos los partidos y fue apro
bado en los últimos días de diciembre de este año, por amplísima mayoría en la Cámara
de Diputados y por unanimidad en el Senado. Es, pues, un muy sólido punto de partida
para el desenvolvimiento de una política bibliotecológica de Estado.
En toda América Latina se han con La temática del proyecto en el que es
vertido en el centro privilegiado de las po tamos trabajando3 nos exige, para el perío
lémicas. do parcial que estamos eligiendo, los años
sesenta, plantearnos una serie de interro
Las dictaduras que se implantaron en
gantes e hipótesis de trabajo.
la región, con su carga genocida, marcaron
a fuego a las sociedades latinoamericanas ¿Cómo eran el mundo y “nuestra Amé
desde su impronta de terror y sufrimien rica” cuando ya habían pasado los prime
tos y han hecho imperioso lidiar con el pa ros quince años posteriores a la Segunda
sado en busca de respuestas. Guerra Mundial?
Conmovidas ante la brutalidad del te ¿Cuál era la realidad material de nues
rrorismo de Estado, las poblaciones bus tro país cuando se escaparon las ventajas
caron y buscan responder: ¿Qué sucedió?, comparativas propias y recibidas del con
¿cómo sucedió?, ¿por qué sucedió?, ¿cuáles texto internacional de la conflagración
fueron las raíces de esos procesos de vio mundial y del enfrentamiento bélico en
lencia?, ¿dónde están las responsabilidades Corea, con sus incesantes reclamos de ma
políticas e históricas de lo acontecido? terias primas -especialmente alimentos- de
los que éramos privilegiados productores?
La desclasificación de archivos en
los EEUU, Uruguay y demás países del ¿Qué respuestas políticas se daban los
M E R C O SU R , diversas investigaciones uruguayos luego del desarrollo, auge y caí
sobre los orígenes de la violencia políti da del neo batllismo tan emparentado con
ca, junto a los testimonios que permite el los tiempos del "como el Uruguay no hay”,
las vacas gordas, el rol de acreedor de In “civilizar” a una sociedad dentro de deter
glaterra, el de los éxitos deportivos? minados miedos, límites infranqueables,
fronteras inamovibles?
¿Qué fenómenos tan significativos
cambiaban a los partidos tradicionales en ¿En qué guarida del Uruguay orgu
el poder haciendo que el “partido del Esta lloso de su educación, de sus exponentes
do” como se mencionó alguna vez al Colo culturales destacados a nivel del mundo,
rado, fuera derrotado en las urnas por el estaba la reserva de la barbarie?
Nacional -Blanco?
La temática particularmente acotada
¿Qué nuevas alianzas sociales y eco de este trabajo se inscribe dentro de esa
nómicas estaban expresándose en esa al mirada general.
ternancia en el poder político luego de 90
años de monopolio colorado?
La decadencia de los demonios
¿Cómo se estaban gestando energías
importantes a nivel de los trabajadores
organizados que culminarían en el salto En el tiempo que nos separa del fin de
cualitativo de la creación de la Convención la dictadura cívico militar, desde diversos
Nacional de Trabajadores? ámbitos se desarrolló la llamada “teoría de
los dos demonios”4, como explicación car
¿Qué acumulación trascendente de
dinal de la vida de los uruguayos duran
fuerzas en la sociedad había conducido a
te el período que se iniciaba en 1960 y se
los triunfos universitarios del año 1958
clausuraba en 1984/1985 con el fin de la
con la consagración de la Ley Orgánica y
dictadura.
cómo se proyectaría esa realidad a lo largo
del tiempo inmediato venidero? Políticos, periodistas, novelistas his
tóricos, desde centros de poder con ca
Las interrogantes mencionadas son
apenas ejemplos del trabajo a encarar pacidad de irradiación hacia la opinión
cuando intentamos avanzar en un pro pública, en forma sistemática, ordenada,
yecto de investigación como el que hemos repetida y perseverante han contado a los
comenzado. uruguayos un relato de los hechos tenden
cioso y profundamente deformado carente
Las preguntas podrían continuarse de todo intento serio de búsqueda de la
planteando, sobre la base de ir ajustando verdad histórica.
y precisando el ángulo de mira.
El Uruguay de los años sesenta ha
¿Dónde estaban ocultas, agazapadas, bría sido una especie de paraíso, donde
potencialmente activas, las fuerzas que la población vivía en armonía, donde no
gestaron la ruptura institucional de 1973?
había diferencias raciales y las sociales es
¿En qué recóndito lugar del Uruguay taban tan amortiguadas que no pesaban;
tolerante, laico, democrático y liberal es la corrupción era mínima, el ascenso social
taban escondidas las fuerzas que dieron posible, la educación accesible a todos, los
vida al terrorismo de Estado, a la tortura partidos políticos actuaban de mediadores
y el homicidio como tareas estatales para de los escasos conflictos sociales.
En esta pequeña Arcadia, suerte de ín hubieran existido presos, represión, muertos
sula en un continente marcado por las des ni desaparecidos.”5
igualdades, en esta tacita de plata, Atenas
Militares, pero también personalida
o Suiza de América, la irrupción armada
des de la política avalaron y defendieron,
de un grupo de izquierda, inspirado en la
con matices y claroscuros, la misma idea.
revolución cubana, desordenó las cosas.
Se afirmó entonces que “...la dictadura se
En algún momento el Estado urugua estableció por la ambición de poder de jefes
yo reaccionó y puso a las fuerzas armadas militares que no creían en la democracia. Ello
en la calle a combatir con los guerrilleros. no hubiera ocurrido sin el previo alzamiento
Así fue que llegaron todas las desgracias. de los tupamaros -1963-contra los gobier
Con desatención, ignorancia calificada nos democráticos de aquella época. Desde en
o intenciones de compleja calificación, se tonces, se declararon guerrilleros y utilizaron
dijo que el problema nacional fue la pre la lucha armada, desde la clandestinidad,
sencia de “dos bandos”: los que alteraron el para derrocar a las autoridades. Cometieron
orden y aquellos que -en nombre del Es muchos delitos violentos: robos de armas, ra
tado- lo restablecieron, cometiendo luego piñas a bancos para financiar sus activida
-estos últimos—el desliz de apropiarse del des, secuestros y crímenes” 6
poder durante más de una década.
Recientemente, otro protagonista de
La versión nacional de los “dos de primera línea de la política uruguaya ase
monios”, donde la sociedad aparece como veró que “...la irrupción de la violencia polí
víctima del ataque de dos fuerzas antagó tica como método revolucionario pasó a ser
nicas, establece una secuencia cronológica: protagónicamente desestabilizadora. Sin la
primero la acción de la subversión, después salida de las Fuerzas Armadas al escenario
la reacción militar y en última instancia la
de combate... nada es comprensible y ese paso
consecuencia no deseada y final del gol
sólo se explica por la acción guerrillera, causa
pe de Estado. Así, se ha señalado “¿...qué
precipitante de la caída institucional. (...)
habría sido de nuestra patria si no hubieran
intervenido eficazmente las fuerzas armadas No puede simplificarse la interpretación
y la institución policial en forma conjunta, afirmando que el M L N fue el responsable
para evitar que la insurgencia lograra su ob exclusivo de todo el descalabro institucional,
jetivo de alcanzar el poder por las armas? pero tampoco nadie puede negar, de buena fe,
¿Cómo estaría actualmente nuestra pa que si se extrae del relato su irrupción violen
tria si estos iluminados adoctrinados en el ta, todo queda sin explicación. (...) A la in
exterior, no hubieren interrumpido violen versa, tampoco es posible afirmar que el golpe
tamente como lo hicieron en la década de de Estado fue pura y simplemente el arrebato
los sesenta? Las respuestas quedan a cargo ambicioso de un grupo de generales azuza
de cada ciudadano de este país, pero sí debe dos desde los Estados Unidos, Los hechos, sin
reconocerse que aquellos son los absolutos res embargo, carecerían de explicación si no se
ponsables de los primeros atentados, secues advirtiera el protagonismo de ciertos núcleos
tros y asesinatos y que de no haber sido por militares decididos a arrastrar la situación al
su demencial irrupción revolucionaria, no trágico desenlace que tuvo. (...)
Se puede discutir hasta el infinito de quién Dicha teoría era imposible de sostener
es mayor la responsabilidad: hay uno que em en 1973.
pezó desde la sombra y otro que fue llamado
Bordaberry no la mencionaba como
a actuar por las instituciones legítimas; hay
explicación en su discurso televisivo del 27
uno que actuó por su convicción ideológica y
de junio ni tampoco lo hacían las organi
otro que entró en escena obligado por su res
zaciones populares y políticas que plantea
ponsabilidad; hay quien, por ser Estado, tenía
ron la resistencia.
que responder estrictamente a su legalidad y
la violó, mientras el otro no estaba atado a Las razones son obvias: la guerrilla
nada porque su razón de ser, justamente, era estaba desmantelada cuando se produjo
derrumbar el Estado de derecho’7 el golpe y eso era un hecho notorio en la
sociedad y reconocido por las Fuerzas
En este caso resulta interesante apun
Armadas.
tar que en otra parte de su trabajo el autor
revisa la atribución de las principales res Así, ocurrido el golpe, los sectores po
ponsabilidades al movimiento tupamaro y líticos que publicaron su rechazo (Frente
hace compartir las mismas a los trabajado Amplio, Movimiento de Rocha y Por la
res organizados en el movimiento sindical. Patria del Partido Nacional y Lista 15 del
"...si bien nunca pensamos que el golpe de Partido Colorado) no hicieron referencia
Estado era exclusiva consecuencia de la irrup alguna a la existencia de un movimiento
ción guerrillera, aun cuando considerábamos subversivo. Vale mencionar que el Dr. Julio
que era la principal, al poner los hechos ante María Sanguinetti relatando en el diario
los mecanismos de la prueba -en un sentido bonaerense L a Opinión el proceso que ha
jurídico- nos encontramos con que la deses bía culminado en el golpe de Estado ponía
tabilización política tuvo, en igual grado, un énfasis en el rol de Juan María Bordaberry
ingrediente insoslayable en la acción sindical afirmando que el presidente-dictador "..
(...) La circunstancia de que la violencia polí no fue conducido por los militares, como se
ticafuera ilícita desde el principio y la protesta ha dicho en más de un lado; en esta etapa, él
de los gremios un derecho, que aquella tuviera mismo los ha guiado hasta allí”9
una finalidad explícitamente revolucionaria La teoría que examinamos era fun
y la segunda una intención más compleja, no cional a la Doctrina de la Seguridad N a
nos permitía ver, como ahora, su contribución cional que plantea la existencia de una
decisiva al clima de desestabilización que ter guerra permanente que se desarrolla en
minó con las instituciones democráticas”.s el seno de la sociedad y enfrenta por un
lado a las fuerzas de la ‘antipatria” im
Los demonios mutantes pulsadas por el marxismo internacional
y por otro, a las Fuerzas Armadas, en
carnación del "ser nacional”.
El rastreo de la formulación de la teo
ría de los dos demonios permite afirmar En dicha concepción la guerra es in
que su explicitación como intento de ex finita, permanente y nunca culmina pues
plicación del golpe de Estado y también se realiza a escala mundial y la derrota del
del origen de la violencia en nuestro país marxismo doméstico es solo momentánea.
fue tardía. Las publicaciones de la Junta de Coman
dantes en Jefe (La subversión y Testimonio ejemplo, Germán Rama describió una so
de una nación agredida) establecían explíci ciedad “hiperintegrada” con un elenco po
tamente la vinculación entre la guerrilla, la lítico que se limitó a gestionar las deman
acción de los partidos políticos y el golpe de das sociales al precio de quedar atrapado
Estado siendo éste el resultado de la debili en el estancamiento y donde los elementos
dad, la corrupción o la complicidad de los disruptivos que explican el golpe de Esta
dirigentes políticos con el brote sedicioso. do serían externos: “La primera ideología
proveniente del ámbito internacional era la
Naturalmente esta explicación era
acción foquista, alimentada en la experiencia
inaceptable para las dirigencias de los
cubana y latinoamericana..., la segunda era
partidos.
la doctrina de la seguridad nacional y de la
Sin embargo, la teoría terminó siendo guerra interior, aprendida -junto a sus me
exculpadora. todologías- en los centros deformación de los
A medida que se fue procesando la Estados Unidos, por los militares uruguayos
apertura política, y con ella el discurso que acudieron masivamente a ellos en los
donde todos los sectores civiles eran igual años previos al golpe militar”. 11
mente opositores -aunque en algunos ca Pese a la reiteración de la teoría de los
sos su llegada a las filas de la resistencia dos demonios, los estudios más recientes
fuera extremadamente morosa- la teoría están afirmando-ratificando su falsedad y
de los demonios comenzó a llenar un va descubriendo un panorama especialmente
cío en la medida que volcaba la responsa diverso en forma y en sustancia y por ello
bilidad de la ruptura institucional del 73 más complejo. Investigaciones que están
sobre dos agentes autónomos y presenta viendo la luz en los días en que estamos
ba a los políticos como imposibilitados de completando este artículo nos dicen que
realizar acciones. “el objetivo de la dictadura fue toda la pobla
Principalmente, facilitó la descarga ción, la vigilancia, el disciplinamiento..., tuvo
de responsabilidades de los sectores más como objetivo desmantelar la oposición, pero
conservadores, mayoritarios en el gobier tuvo uno a largo plazo que tiene que ver con
no hasta la disolución del Parlamento y la reestructura de las relaciones sociales, de las
responsables por acción u omisión de toda normas de convivencia, de la instalación de
la transferencia de atribuciones realizadas formas de inseguridad, de desconfianza. (...)
desde el poder civil a los militares. Incluso En la discusión en democracia sobre la
se ha señalado que la instalación de la teo dictadura, el relato fue reconstruido sobre la
ría de los dos demonios cobró peso duran base de culpables. Hubo un relato begemóni-
te el debate sobre amnistía, especialmente co durante años que explicaba que llegamos
con la que benefició a los militares.10 a la dictadura por el accionar de fuerzas de
Algunos ámbitos académicos también izquierda que cuestionaron el orden y hubo
han sido lugar propicio para gestar apor una respuesta que traspasó los límites. (...)
tes que defienden como marco explicativo En ese discurso la dictadura surge por la ac
la teoría en cuestión poniendo énfasis en ción alocada de unos que desafían el orden y
una suerte de conspiración internacional otros que van más allá de su fin específico en
para comprender el golpe de Estado. Por la represión. Es la teoría de los dos demonios.
Esta investigación demuestra que eso no fue producción agropecuaria. El déficit de la
lo que ocurrió”12 balanza comercial fue de 52.4 millones de
dólares en 1955 y de 124 en 1957.15
Todo tiende a indicar que la teoría de
los “dos demonios” comienza a vivir su de La referidas condiciones materiales
clinación como teoría hegemónica. Los tra tuvieron como respuesta la movilización
bajos provenientes de la ciencia histórica e creciente de los trabajadores por ese en
incluso los avances registrados a nivel ins tonces divididos en tres centrales sindi
titucional, en la condena al terrorismo de cales (U GT, CSU, FORU) y numerosos
Estado y en el reconocimiento de su aplica gremios autónomos. En ese contexto el
ción por el Estado uruguayo que se eviden gobierno aplicó dos veces las medidas
cian por ejemplo, en el informe final de la prontas de seguridad durante el año 1952:
Comisión para la Paz parecen marcarlo.13 en el conflicto de Salud Pública que fue
derrotado y en setiembre-octubre contra
los trabajadores del transporte16, a la vez
El final del neobatllismo que se pretextaba una infiltración pero
nista. En los años siguientes otros, como
“Con esto en cuatro años tendre el textil de 1953 (que resultó victorioso) y
mos un gobierno blanco 1954, fueron marcando la agudización de
la cuestión social y se empezaron a sentir
Y en quince una dictadura los impulsos para lograr la unidad del mo
militar”14 vimiento obrero.
Los trabajadores de los frigoríficos, Así estaban las cosas cuándo, sor
nucleados en la Federación Autónoma de presivamente, decenas de efectivos de la
la Carne (LO ICA), estaban entre los más Guardia Metropolitana, al mando del
‘activos. l y a jl f *- 3 teniente%oronel Alberto Ballestrino y el
mayor Julio Barravino, cargaron sobre los
Su movilización tenía como objetivo
manifestantes.
la afiliación de los frigoríficos del Interior
a la Caja Única de Compensaciones, el au Participaron también en la represión
mento de los aportes por desocupación y tropas de la Región Militar N ° 1 al mando
el pago de una deuda de 203 millones de del general Mario Aguerrondo y varios ba
pesos del Estado con el Frigorífico Nació- tallones de! Ejército traídos especialmente
del Interior. : “ s ;i. mi .> i m:
Frente a las dilatorias del Parlamerp¡. Estaban armados “a guerra*) con la ba
to y del Consejo Nacional de Gobierno, yoneta calada y el apoyo de carros lanza-
presidido ese año por Alberto Heber, el agua.
5 de octubre, los trabajadores ocuparon el
Decenas de trabajadores y vecinos
Frigorífico Nacional trabando el abasto de
fueron detenidos y llevados a Inteligencia íJ?
carne. Al día siguiente Diputados aprobó
y Enlace donde se les "fichó”.
un aumento de mil pesos en las compen
saciones a los desocupados y se abrió un Otros ciudadanos fueron conducidos
ámbito de negociación. Los trabajadores a la Seccional 24 siendo interrogados por
levantaron la ocupación del Frigonal y el sub. Comisario Héctor Villar.
’ til, 32
Algunos manifestantes fueron atados La trascripción de algunos de los titu
a los palos de los arcos de las canchas de lares da cuenta de ello y ponen de mani
fútbol existentes en las orillas del Panta fiesto la presencia militar junto a la poli
noso. cial en la represión de los trabajadores.
El sábado 8 de octubre, en horas de El Diario
la madrugada, fue colocada una bomba
Montevideo, 7 de Octubre de 1966:
de fabricación casera en el domicilio del
general Aguerrondo, Vázquez Ledesma Cerro: nuevos incidentes. Alerta militar
3011, en el barrio de Pocitos y el personal (p * i);
de Inteligencia buscó a los responsables
Bajan Tropas a Montevideo. Refuerzos
del atentado.
a la I a Región. Colorados censuran la repre
Los trabajadores de la carne recibie sión policial. Storace ofreció dimitir en solida
ron el apoyo de la C N T y la FEU U que ridad con lo actuado, (p.3),
hicieron una manifestación por la Avenida
Con bayoneta calada efectivos de la
18 de Julio al grito de: "Cerro, sí, milicos,
Guardia Metropolitana marchan hacia el
no; Libertad, sí, garrotes, no”. Pocos días
centro del puente del Arroyo Pantanoso que
después, el 13 de octubre, el Parlamento
ocupaban los trabajadores del Frigorífico N a
aprobó una ley asegurando el pago de la
cional en acción de bloqueo del tránsito vehi
deuda del Estado con el Frigorífico Nacio
cular. La orden de reprimir la acción de los
nal. Hubo además el compromiso de afiliar
obreros ya había sido librada, (p.17);
los frigoríficos del interior del país a la Caja
de Compensaciones. 12 obreros de la carne El jefe de la Región Militar N ° 1, gene
levantaron la huelga de hambre que estaban ral Mario Aguerrondo y el jefe de la Guar
realizando. Sin embargo, para sorpresa del dia Metropolitana teniente coronel Alberto
pueblo trabajador el Consejo Nacional de Ballestrino parlamentan en el Cerro, plani
Gobierno, presidido por Alberto Heber, ficando procedimientos, con efectivos de las
vetó la ley. Las gestiones, manifestaciones guardias que comandan, (p.18)
y asambleas se incrementaron. Finalmente,
el 25 de octubre el Parlamento levantó el
veto del Poder Ejecutivo. Los trabajadores El País, 8 de Octubre de 1966:
de la carne junto a los vecinos y estudiantes El ministro del Interior informó al Con
salieron a las calles de la Villa del Cerro a
sejo sobre los sucesos del Cerro: disturbios: 2
celebrar el triunfo obrero. 42
heridos y 60 presos, (p.l)
I Qrlent8\ i_Antlcpmunla.i,a) »
\ Ü bloaclontA vda.Larranags No.1959.
M P te . G ab riel SSRVBTTI S r l o . Dr.M iguel BLANSACO.
UUEV. 2000 N° 0 10
Chü9
Este fue uno de los pocos casos de los 3. Los Servicios de Inteligencia
ranchos sucedidos y denunciados., en que realizaron también registros de organi
la policía ubicó a los responsables y la ju s zaciones de ultraderecha, definidas como
ticia los procesó. "anticomunistas” destacando su carácter
de “no oficiales” para cumplir ese rol en la
iNo obstante, debe señalarse que pese
política nacional
a las evidencias y a su comprobada v¡ncu-
eíC, , . 4. El conocimiento de los Servicios
lacion con los sectores anticomunistas ac ■
^•tivos, no se les vinculó con ninguno d' los de Inteligencia de la existencia y acción
gr ioos de la derecha “explosiva” que actua violenta de la ultra derecha no facilitó, no
ba! e > Montevideo y cuyo registro tenía obstante, la aclaración de diversos aten
Inteligen ,11 y Enlace. tados contra la vida y seguridad de múl
tiples ciudadanos y ataques a numerosas
Los procesados reconocieron, en sus
asociaciones. La única instancia de aclara
declaraciones, su participación en otros ción materializada - caso Píriz Cela - con
atentados, como el realizado a la seccional participación de la Justicia y condena a
comunista de Molinos de Raffo 927 y a responsables, no vinculó en modo alguno
un kiosco del Movimiento Revolucionario a los delincuentes con las entidades cono
Oriental (M RO ) en Plaza Libertad. cidas por los Servicios de inteligencia,
Los jóvenes derechistas también con 5. Los elementos antedichos ha
fesaron ante los oficiales Píriz Castagnet y blan de una posible actitud permisiva
Alejandro Otero haber participado, junto del Poder Ejecutivo de la época para con
a exiliados cubanos opuestos a Fidel C as las organizaciones de derecha.
tro y a ciudadanos húngaros residentes en
6. El carácter de marginales o poco
Uruguay, en atentados con bombas incen
trascendentes, atribuido por alguna biblio
diarias a varios “clubes” de izquierda.52
grafía a la actuación de los grupos de ultra-
derecha denota - en políticos/historiadores
Conclusiones de comienzos del siglo X X I - la misma li
1. D urante el gobierno del Par viandad de criterio demostrada por los res
tido N acional (1959 - 1967) se rees ponsables políticos del momento, aplicada
tructuraron significativamente los S e r ahora a la escritura de historia.
vicios de Inteligencia dependientes del 7. Una preocupación seria por el
M inisterio del Interior teniendo como asunto llevaría a examinar cuidadosamen
objetivo fundamental el control de los te los posibles lazos de parentesco entre
sindicatos, partidos de izquierda y or los grupos referidos y los “escuadrones de
ganizaciones sociales. la muerte” que funcionaran pocos años
más tarde y cuya existencia era conocida
2. Los referidos Servicios de Inteli
por el gobierno nacional del momento.53
gencia trabajaban brindando información
a CIA y a las embajadas de Brasil y de 8. La adjetivación de los Servicios
EEUU, así como, incentivando acuerdos para con la “infecciosa”, “agazapada”, “con
de formación en entidades extranjeras traria al sistema republicano democrático de
para sus funcionarios. gobierno" izquierda, prensa, gremios, par
tidos, no es un problema de lenguaje más ♦ El informe realizado a iniciativa de Pre
o menos tosco. Aparece como un razonable sidencia de la República“Investigación
antecedente ideológico de las acciones te Histórica sobre Detenidos Desapare
rroristas de Estado verificadas en la década cidos. en cumplimiento del Artículo 4o
de los setenta y ochenta, que apuntaron (y de la Ley 15.848” (José Pedro Barrán,
ejecutaron) al exterminio de ciudadanos y Gerardo Caetano y Alvaro Rico).
organizaciones políticas, a través del homi
♦ La obra publicada a comienzos de mar
cidio, el encarcelamiento, la desaparición
zo del 2009, "Investigación Histórica
forzada, la tortura sistemática, así como
sobre la dictadura y el terrorismo de
la reestructura totalitaria del Estado para
Estado en el Uruguay 1973-1985” co
cumplir con esos fines. Todo ello en un en
ordinada por el Prof. Alvaro Rico.
tramado trasnacional que, como se ha visto,
estaba en ciernes presente en los años sesen ♦ Numerosos trabajos que parcialmente
ta en los ámbitos de la Policía y el Estado y analizan aspectos de la realidad na
se perfeccionaría a nivel latinoamericano en cional, en pos de explicaciones serias
lo que concierne al llamado Plan Cóndor, del proceso histórico de los últimos
instrumento de genocidio cuya existencia 40/50 años de nuestra sociedad.
y funcionamiento está, a la fecha, fuera de Todos estos elementos contribuyen
discusión historiográfica alguna. a la conformación de una sociedad más
democrática, de ciudadanos sin miedo de
Reflexión final ejercer la libertad como derecho funda
mental.
La escritura de la historia desde el ri
Lo peor de la "teoría de los dos de
gor científico constituye uno de los apor
monios” o de otras falacias similares no es
tes cardinales para su construcción O í *
tanto lo que dicen, sino todo lo que ocul
tan; de qué cosas son un instrumento de
invisibilización.
Los avances en la investigación histó
rica y en el funcionamiento de la Justicia
han sido importantes, destacándose:
♦ El procesamiento de responsables de
violación de Derechos Humanos du
rante la dictadura, aplicando una le
gislación especialmente restrictiva.
♦ El hallazgo de los restos de ciudada
nos desaparecidos en la dictadura que
comprueban la validez de las denun
cias realizadas por Familiares y diver *Juan Pedro Ciganda y Universindo Rodríguez,
sos organismos de defensa de los De Licenciados en Historia, FHCE, UDELAR.
rechos Humanos. Silvia Visconti, Investigadora y docente de
Historia de UTU.
NOTAS ■.
1 La Escuela de las Am éricas estuvo situada la dictadura militar no puede ser analizada sin
desde 1946 a 1984 en Panamá. En ella se gra considerar tam bién el accionar de los gru pos
duaron miles de militares y policías prove de guerrilla urbana, que actuaron incluso en el
nientes de países de América Latina. Su d en o período de María Estela Martínez de Perón. El
m inación inicial fue Centro de Entrenamiento prólogo de "N u n c a m á s " s e iniciaba diciendo
Latinoam ericano — División de Tierra siendo "Durante la década del 70 Argentina fue con
su com etido preparar a las naciones latinoa vulsionada por un terror que provenía tanto
mericanas para "cooperar" con los Estados Uni desde la extrema derecha com o de la extrema
dos contrarrestando la influencia creciente izquierda" texto que con el tiem po se convir
de organizaciones populares y m ovim ientos tiera en uno de los docum entos característicos
sociales, en el nuevo marco internacional de la de la referida teoría. A propósito del trigésimo
Guerra Fría. En 1950 se renom bró com o Escue aniversario del golpe de Estado de 1976, la Se
la del Caribe del Ejército de los Estados Unidos cretaría de Derechos Hum anos decidió reeditar
y se trasladó a Fort Gulick, tam bién en Panamá, el libro de m ayor difusión sobre los crímenes de
adoptando el español com o idioma oficial de la dictadura argentina. Pero esta vez tuvo una
la academia. En julio de 1963 fue reorganizada nueva introducción, que no reemplazó sino que
p asando a llamarse United States Arm y School se agregó a la anterior. El nuevo texto dice: "Es
of the Am éricas (USARSA), siendo conocida p o preciso dejar claramente establecido - porque
pularmente com o Escuela de las Américas. Sus lo requiere la construcción del futuro sobre ba
cursos o entrenam ientos incluían técnicas de ses firmes - que es inaceptable pretender justifi
contrainsurgencia, operaciones de comando, car el terrorismo de Estado com o una suerte de
tácticas de interrogatorio, práctica de torturas juego de violencias contrapuestas, com o si fuera
etc. que cobraron estado público al descla posible buscar una simetría justificadora en la
sificarse algunos de sus manuales. En 1976 el acción de particulares frente al apartamiento de
gobierno de Jim my Cárter suspendió sus acti los fines propios de la Nación y del Estado que
vidades y en el marco de los tratados Torrijos- son ¡rrenunciables" (Comisión Nacional sobre
Carter aceptó retirarla del territorio panam eño la Desaparición de Personas - Informe - N u n c a
reubicándola en Fort Benning, Georgia, EEUU. m ás, Buenos Aires, Eudeba, 1984)
Los entrenam ientos en la Escuela se reiniciaron
en 1984 durante la adm inistración Reagan. Las 5 Discurso del Teniente General Raúl Merm ot
fuertes críticas sobre las prácticas desarrolla en el acto del Día de los caídos en defensa de
das en esta institución condujeron al gobierno las instituciones, R a d io El E sp e cta d o r.c o m , del
de Bill Clinton a cerrarla en el 2000. El 17 de 15 de abril del 2008.
enero del 2001 se inauguró una nueva, bajo el
nom bre de Instituto de Defensa para la C oo p e 6 AGUIRRE RAMIREZ, Gonzalo. Causas de la
ración de Seguridad Hemisférica, considerada dictadura, Editorial del diario El P a ís del 18 de
heredera directa de la Escuela de las Américas. setiembre del 2006.
La literatura de Onetti -se ha dicho también los que escriben, Linacero que
con insistencia- emana de una estirpe de anota sus memorias al dorso de panfletos
soñadores, que para compensar la rutina políticos o Carr, protagonista último de
de sus vidas, para rebatir la sordidez de la Cuando ya no importe que lleva un diario,
realidad, crean historias de redentora ima autores (y autoridad) de esa grafía que no
ginación y se fugan a un universo onírico se diferencia del libro que los lectores reci
donde la vida es más intensa y verdadera. ben y leen.
La serie se inaugura con Víctor Suaid en
Todos estos narradores han demos
"Avenida de Mayo - Diagonal Avenida de trado cierta inepcia en su oficio que, para
Mayo” el primer cuento que publicó Onet dójica y perversamente sirve al autor para
ti, sigue con un posible Baldi que entretie fundar su poética y decidir su oficio de es
ne con su mitomanía a las Bovary de plaza critor. Todos conocen imperfectamente lo
Congreso y se asienta emblemáticamente que cuentan, están mal informados o son
en El Pozo donde Eladio Linacero atravie poco confiables. Muchos están condena
sa la noche contando con áspera hermosu
dos a una parcialidad que son incapaces de
ra sus sueños y su ruina. Epítome de esa evitar y otros mienten decidida y canalles
dinastía Brausen, como es sabido, funda en camente. En contraposición, el estruendo
L a vida breve y en un pegajoso verano por so silencio femenino. En el universo onettia-
teño el universo de Santa María. Acaso se
no las mujeres son siempre habladas por esos
ha naturalizado el hecho de que todos esos hombres que narran sin comprender, que las
aprendices de demiurgos son hombres. En aman o las odian pero raramente imaginan
Onetti la palabra es adánica, porque posee su versión y nunca nos dan sus palabras.
al nombrar crea y porque es prerrogativa
patriarcal. También son masculinos los Como los ambiguos desenlaces de
narradores testigo como el doctor Díaz sus historias, las mujeres en el universo
Grey, Langsman en Un sueño realizado o de Onetti deben ser descifradas. Es una
el almacenero de Los adioses. Y hombres ‘ Departamento de Investigaciones, Biblioteca Nacional
operación a la que el narrador onettiano terpretar y a interpelar su narrativa.1 En
renuncia programáticamente antes de ese contexto se inscribe esta exploración
cualquier intento. “¡Todas son locas!” pro sobre la relación que se da entre mujeres y
clama Larsen en El astillero. “¡Todas son lenguaje en la ficción de Onetti.
locas! pensó aliviándose” dice el texto, y ese
Parece justo decir que en su literatura
alivio es concluyente y oblitera cualquier
el lenguaje de las mujeres es una ausencia.
percepción de un sujeto femenino. "Todas Lo femenino adopta una semántica del si
son locas” parece un eco (acaso involunta lencio. Una sucesión de mujeres sin voz,
rio) de la famosa conclusión del penado forman una serie paralela -ágrafa, muda,
alto en Las palmeras salvajes que Onetti pre-lingüística y generalmente antagónica
citó con deleite tantas veces: aquel “¡M u a la de los mentados narradores hombres.
jeres: mierda!” con que se cierra la novela En El pozo, en tantos sentidos fundacio
de Faulkner. nal, las figuras femeninas son miradas,
N o se trata de que el protagonismo contempladas con amor o con odio, pero
de lo femenino fuese para Onetti invisible no escuchadas. Linacero contempla a Ceci
o secundario. Su misoginia no opera por dormida en un ritual que repetirán otros
negación o ausencia como la de Borges. personajes y contempla el fracaso del amor
Santa María, vive bajo el signo de la dio mirando a Cecilia bajar por la calle Eduar
sa blanca, la antigua diosa matriarcal que do Acevedo, pero se niega a explicarle
dijo Robert Graves, y sus historias trans nada. Tampoco le explica a la verdadera
curren en un paisaje pautado por el ritmo Ana María cuando la engaña y la veja, pero
menstrual de la luna que es su símbolo. la mira enamorado, la contempla en éxtasis
Sanguinolenta o blanca esa luna está en el desnuda en el sueño de la cabaña de troncos.
paisaje de relatos como Tan triste como ella El narrador onettiano no busca ni reconoce
donde el argumento se funda en el motivo la palabra de las mujeres, pero dispone de
de la natividad y el mito mariano, y tam su silencio para construir unilateralmente
bién casi obsesivamente en El astillero y en su versión. A veces necesita de su escucha
La cara de la desgracia. Santa María es un pasiva y la obliga a oírlo mientras descarga
escenario mariolátrico donde proliferan compulsivamente sus palabras como hace
los símbolos y transcurren figuras que son el propio Linacero cuando elige a Esther la
fragmentos desprendidos del mito de la prostituta para contarle sus sueños. El pro
tagonista de “Tan triste como ella” extrema
diosa blanca - dianas, gracias, musas, nin
fas, sirenas y brujas: vírgenes, muchachas, esa tendencia cuando despierta a su mujer
en medio de la noche solo para hablarle y
prostitutas. Mucho se ha escrito de esa
agredirla verbalmente.
presencia en tanto símbolo, en tanto “obje
to”. Solo recientemente, llegó el momento Esa actitud no cambia sustancialmen
de la otra vuelta de tuerca y se ha vuelto te, pero emergen figuras femeninas que em
a leer las historias conocidas interpelando piezan a crear sentido a pesar del silencio
los sentidos silenciados de la otra mitad de impuesto. Negadas las palabras, las mujeres
ese universo. El desciframiento de lo feme de Onetti recurren a la comunicación no
nino precisaba de un lector nuevo, y esas verbal. La adolescente envejecida, la mujer
lecturas/lectoras, están llegando hoy a in cincuentona que protagoniza "Un sueño
realizado" pide y paga por la recreación su miseria, tiene “un enigma de gozo y de
muda de una escena que nace del indecible preservada inocencia”.
(¿inefable?) registro de los sueños, Gracia
César en la frontera cruel del amor y del
odio que es “El infierno tan temido” envía La mujer de la casilla.
cartas, pero son cartas anómalas, cartas que
no transportan palabras sino fotografías En El astillero, Larsen transita los lu
obscenas y mudas. Curiosamente es quizás gares separados e irreconciliables del asti
esa interdicción del lenguaje lo que poten llero, la casa, la glorieta, la casilla, que son
cia la brutal transgresión de su gesto. espacios arquetípicos del trabajo fingido,
Hay un sentido a explorar en ese si del amor y la amistad fingidas que hacen
lencio femenino cuyo epítome esté tal vez a la novela y organizan y dan nombre a
en una de las historias más intensas y her los capítulos.3 En lo que correspondería
mosas entre las creadas por Onettí. En La al capítulo 7, lo vemos bajar hasta Mer
cara de la desgracia, ( 1960) llega por fin un cedes a vender un broche y con el dinero
héroe onettiano que está resuelto a decir que obtiene comprar dos polveras doradas
“con furia toda la verdad” de su historia con espejo, un cisne y un escudo grabado.
grave y definitiva a una mujer; uno que eli Idénticas. En el mismo día con parecida
ge confiarse en una noche de tormenta a la gestualidad y similares palabras se las va
muchacha de la bicicleta, casi una niña, la a regalar sucesivamente a Angélica Inés, la
más joven de toda la serie de muchachas hija boba de Petrus y a la mujer de Gál
que hay en la ficción onettiana. Irónica vez, que está embarazada y se abriga con
mente, y el narrador solo lo descubrirá un sobretodo de hombre prendido con un
después de la muerte de ella, la muchacha alfiler y calza zapatos de hombre y vive en
era sorda. la casilla miserable.
Elena Romiti*
Si es verdad que el ensayo es un gé Por otra parte, propongo relacionar al
nero que se plantea una búsqueda, en el gunos rasgos de esta escritura de mujeres
decir de Beatriz Sarlo aquello que está de las primeras décadas del siglo X X -la
"Del otro lado del horizonte" (2001), y si extensión de este trabajo no permite un
puede considerarse “escritura de sí“ o una registro exhaustivo- con los expuestos por
de las variables de "las artes de sí mismo" la escritora chilena Diamela Eltit, cuando
(Foucault: 1983) y por tanto, un modo es- reflexiona sobre su propia escritura, en un
Critural donde se privilegia la exposición de libro de perfil también ensayístico, titula
la subjetividad y la constitución del sujeto do Emergencias. Escritos sobre literatura,
(Olmos: 2008), se podrá convenir en que arte y política (2000).
A la hora de preguntar por la constitución
La relación propuesta confronta textos
del sujeto de la mujer escritora en Amé
de mujeres que reflexionan sobre la propia
rica Latina, resultaría esclarecedor releer
escritura y que responden a los modos del
algunos textos ensayísticos fundacionales
ensayo, pero que se ubican a cada lado del
de las poetisas latinoamericanas.
giro que tuvo lugar en torno a los años
Concretamente me voy a referir a las sesenta, cuando la escritura comienza a
tres conferencias dictadas por Gabriela concebirse en su intransitividad, “opacidad
Mistral, Juana de Ibarbourou y Alfonsina de las formas" o "escritura neutra", como lo
Storni, en enero de 1938, cuando fueron expone Roland Barthes en El grado cero
invitadas a cerrar los Cursos Sudameri de la escritura (1972).
canos de Vacaciones, en Montevideo. En
De manera que la hipótesis de este
aquella ocasión, respondían al ministro
trabajo comporta una doble vertiente. Por
Uruguayo Eduardo Víctor Haedo, que les
un lado, propone una estrecha coinciden
pedía contestasen la pregunta: "¿Cómo es
cia entre ciertos rasgos de la escritura de
cribe usted su poesía?”.
* Departamentode Investigaciones, Biblioteca Nacional
mujeres y el género ensayístico; por otro, Gabriela Mistral inició el acto con una
considera la posibilidad de que la escritura conferencia titulada “Acto de obediencia a
de mujeres en América Latina no respon un ministro" y en franca contradicción con
da a la caracterización evolutiva de la con éste, en el tercer párrafo de su introduc
cepción de la escritura del sistema general ción declaraba:
latinoamericano, en diálogo permanente
con la lógica eurofalocéntrica occidental. Me temo que vaya a fracasar la linda
intención del Sr. Ministro Haedo de so
La permanencia de los rasgos en la meternos a una encuesta verbal, a una
escritura femenina y la concepción que las confesión cabal, a un testimonio, y que eso
mujeres que escriben en Latinoamérica ocurra a causa de nuestra malicia y sobre
tienen de ella, resulta ser una evidencia a todo de nuestro radical desorden de muje
tener en cuenta en el momento de obser res... Querer reducir a norma y poner en
var su especificidad. perfiles nuestro capricho consuetudinario,
es empresa de romanos que nosotras po
demos desbaratar entera incluso fingiendo
1- Sobre la libertad que la obedecemos...
La obra de José Enrique Rodó (Mon que desde su posición de supremacía in
tevideo, 1871 - Palermo, Sicilia, 1917) telectual en el continente se digne a hablar
estuvo presente en Cuba desde temprano “a la juventud en el sentido en que yo he
en la fama del escritor uruguayo y conti osado hablarle.” Varona no parece haber
núa hasta nuestros días, como demuestran contestado a esta primera carta, ni a otra
su correspondencia y la atención crítica con que Rodó le remitiera sus Motivos de
de que ha sido objeto. El destino cubano Proteo en mayo de 1909, aunque sí respon
de Rodó se asemeja a una parábola que de, escuetamente, al envío de Liberalismo
comienza con una apreciación casi total y jacobinismo en 1907. Este gesto de rela
mente halagadora; pasa, en el medio, por tiva indiferencia le resulta “inexplicable” a
una serie de críticas inspiradas por la ur Emir Rodríguez Monegal, editor de Rodó,
gencia de la situación política de la isla; y pues se trata de un precursor de las ideas
regresa, en tiempos más recientes, a una del modernismo y de su subsiguiente evo
renovada celebración de sus ideas. Esta lución a una "nueva psicología" que eran
figura geométrica revela un interesante y muy consistentes con las que exploraba
Rodó en su obra más ambiciosa. Entre los
paradigmático caso de escrutinio desde
compatriotas más jóvenes del pedagogo y
la izquierda de una escritura que ha sido
filósofo antillano, sin embargo, la reacción
considerada, casi universalmente, como
fue mucho más receptiva.
epítome de conservadurismo político.
El primer contacto que aparece en la
edición de sus Obras completas es una carta
Rodó en la Cuba del
novecientos
fechada el 7 de mayo de 1900 que el uru
guayo envía a un cubano de la generación
anterior, su admirado Enrique José Varo La apreciación de Rodó en Cuba co
na (1849-1933), a quien llega a identificar mienza gracias a dos grandes intelectuales
con “el Próspero de mi libro”. El respeto del vecinos, los hermanos dominicanos Pedro
joven sudamericano por el maestro anti (1884-1946) y Max (1885-1968) Henrí-
llano es evidente, y llega hasta solicitarle quez Ureña, el primero sobre todo con su
firma de estudioso y el segundo durante tentes con la visión rodoniana, para Hen
una larga residencia y rica actividad cul ríquez Ureña no acierta el sudamericano
tural en la isla. Pedro Henríquez Ureña, en su valoración del intelecto y la cultura
figura señera de la crítica literaria latinoa yanquis. Falla Rodó en no notar aspectos
mericana, quien vivió sobre todo en Méxi como la "probidad inflexible” de los polí
co y Argentina, fue el autor del primer ticos estadounidenses, la seriedad de su
trabajo serio de que hemos tenido noticia periodismo y la calidad de sus escritores y
sobre Rodó publicado en Cuba. El artí artistas (como Edith Wharton y John Sin-
culo, titulado sencillamente “Ariel”, salió ger Sargent) y de sus científicos (op. cit.,
en enero de 1905 en la revista santiague- p. 330). En su segundo trabajo, de 1907,
ña Cuba Literaria que dirigía su hermano una reseña de Liberalismo y jacobinismo,
menor, y tuvo la función de acompañar declara "habilísima [..,] pero no convin
el número en que se comenzaba la publi cente” la argumentación de Rodó sobre el
cación de la cuarta edición del ensayo de cristianismo como fuente de la caridad (p.
Rodó. Pedro escribiría por lo menos dos 332). Por fin en el tercer artículo de 1910,
artículos más sobre Rodó en otros órga que es también el de mayor aliento y está
nos, esta vez mexicanos, y mantendría una centrado en un fino y enteramente positi
afectuosa correspondencia con su colega vo análisis del reciente Motivos de Proteo,
uruguayo donde se celebra, en palabras de dice Pedro Henríquez Ureña de la obra y
este último, "más de una íntima afinidad del estilo de Rodó que "a todos sus admi
y más de una estrecha simpatía de ideas”. radores nos convierte propagandistas” (p.
También sería Pedro responsable de la 335) y de su autor que es, "en suma, un
edición mexicana de Ariel en 1908 que, maestro, con la aureola de misticismo laico
según creyó él mismo, “inició el culto de y el ambiente de silenciosa quietud que co
Ariel en México (O C, p. 1445, n. 1). rresponde a los pensadores de su estirpe”
(p. 344). De otros trabajos posteriores de
En ese breve pero sutil ensayo tem
Pedro Henríquez Ureña sobre Rodó, y de
prano, y como nota Rodríguez Monegal,
sus menciones al pasar en otras fuentes, da
el mayor de los hermanos dominicanos no
noticia sucinta Rodríguez Monegal (OC,
es mero obediente discípulo sino agudo y
pp. 1447-48), lo que demuestra su papel
crítico lector de su maestro. El reseñador
como uno de las figuras claves de lo que
cuestiona la visión que ofrece Rodó de los
fue el movimiento de arielismo que reco
Estados Unidos, que le parece "la parte
rrió América Latina durante las dos o tres
más discutible y más discutida de la obra”.
primeras décadas del siglo X X .
Aunque reconoce que en ese país hay "dos
males contradictorios que en el actual pe Por su parte, la tarea arielista de Max
ríodo de agitación se han recrudecido”, y Henríquez Ureña fue fundamental en
que son "el orgullo anglosajón” (que conlle Cuba, y de ella resaltan, además de la de ya
va una tendencia imperialista, una moral mencionada promoción de la cuarta edi
puritana y prejuicios de clase y raza) y "el ción de Ariel, dos hechos. El primero es la
espíritu aventurero” (con su'comercialismo fundación en La Habana junto con Jesús
sin escrúpulos” y su "sensacionismo [sic] Castellanos de la Sociedad de Conferen
invasor y vulgarizador”), rasgos consis cias en 1910, que se inauguró justamente
con una conferencia de este último sobre comienza a "manifestar clara y enérgica
Rodó que pasaremos a comentar ensegui conciencia de su función social", y lo hace
da. El segundo es su propio trabajo crítico de acuerdo con dos elementos muy que
»obre el maestro uruguayo, que incluyó lo ridos por Rodó, a saber, la conciencia del
que el mismo Rodó llamó "la hermosa pá "sentimiento de la raza, o si se prefiere, del
gina que [Max] consagró, en El Fígaro, a abolengo histórico” que se adapta inevita
Proteo” (O C, p. 1447), y una conferencia blemente "al espíritu de los tiempos”; y "la
pronunciada en el Ateneo de Santiago de creciente manifestación del sentido idealis
Cuba en 1918 donde hace una evaluación ta de la vida", que es uno de los "signos del
muy positiva, aunque no tan aguda ni enri- espíritu nuevo que ha sucedido al auge del
quecedora como la de su hermano mayor, positivismo”. De estos aspectos, tantas ve
de la obra total de Rodó a poco del primer ces reiterados en la obra y correspondencia
aniversario de su muerte. El desarrollo del de Rodó (lo que tiene que dar que pensar
arielismo en Cuba llegaría por lo menos a los que lo creen meditador de torre de
hasta la década de 1930, en que Carlos marfil) es claro indicio la conferencia de
Rafael Rodríguez (1913-1997) y otros Jesús Castellanos. La carta termina con
Intelectuales fundan en la ciudad de Cien- la "evocación de [la] gloriosa memoria” de
fuegos el Grupo Ariel, como veremos. Un Martí, quien soñaba con una república de
buen ejemplo del temprano entusiasmo libertad, prosperidad y paz, pero también
cubano por Rodó es la citada conferencia de "inteligencia, cultura e idealismo.”
de Jesús Castellanos (1879-1912).
La conferencia de Castellanos sobre
Hay en las Obras completas material Rodó es un elocuente caso de arielismo.
que relaciona a Rodó con este escritor La primera parte está dedicada a justificar
cubano de su misma generación. El más la creación de la Sociedad de Conferen
Importante es la carta que Rodó envía a cias: rememora otros tiempos en la histo
Ramón A. Catalá (1866-1941), director ria cultural cubana (como las veladas del
del semanario El Fígaro, agradeciendo el Liceo, p. 59); invita a que los intelectuales
envío de la conferencia que Castellanos contribuyan al desarrollo social ("es hora
pronunciara sobre Rodó y su Proteo (OC, ya de que se toque a la puerta de nuestros
pp. 1006-08). Allí detecta la sutil com intelectuales y se les exija el cumplimien
prensión de su obra por parte del colega to de su misión social de enseñar y aun de
cubano, reitera la impresión que le causó padecer en la enseñanza”, p. 63; "hay que
la lectura de una colección de cuentos de sentir la obligación política que implica la
Castellanos ("uno de los narradores de fortuna del talento", p. 64); declara la be
más fina sensibilidad y más hermoso esti lleza como criterio clave de la tarea inte
lo” entre los criollistas americanos) y se en lectual y artística ("es fuerza y a su sol se
orgullece de que su libro haya sido el tema depuran todas las doctrinas. Quien con
de la primera conferencia de la Sociedad este Evangelio cumpla podrá gozar de la
de Conferencias, institución que quisiera seguridad de haber mejorado en una pro
Rodó se replicara en todos los países de porción infinitesimal la condición social de
América. Pasa entonces a notar con apro la humanidad" p. 65); y define un papel de
bación que la actividad literaria americana liderazgo para las élites intelectuales ("sólo
desde el oxígeno de las alturas puede ver desamor a cuanto significa reflexión, arte,
se la Tierra Prometida” p. 67). Inspirado poesía, noble ocio en el sentido fecundo
por estos criterios, pasa a concentrarse que concentraba esta expresión entre los
en Motivos de Proteo. Se trata del libro de antiguos" (pp. 100-101).
“un pensador optimista”, que ayuda a “las
Estas reflexiones, que son claro eco de
innumerables víctimas de la neurosis mo
las propuestas de Rodó en Ariel, llevan a
derna”, que incluyen los tristes, los débiles
la exhortación final de la conferencia: el
y los inadaptados (p. 67). N o hay en él
público ("señores que aquí representáis
“sistema aparente”, pero cada lector, “como
las altas clases sociales de Cuba”) debe
si en él fermentara el sedimento de cada
ser consciente de la necesidad de dejar de
palabra”, experimenta “una robusta y ho
“desdeñar a los poetas, a los filósofos [...],
mogénea filosofía” (p. 71). Del positivismo
como partículas inútiles del conglomerado
ha quedado la útil secuela de "esta nueva
social” (p. 103). En Cuba en esos momen
ciencia de la Psicología Positiva” que surge
tos, "hoy asaltada de peligros” “los poetas
en Rodó: "Esta ha sido la fuente científica
y los filósofos deben ser cuidadosamente
[...] al confiar en la potencia humana para
cultivados”, pues es en su “obra de idealis
el bien y para la acción” (p. 73). Y luego
mo” donde "está la señal de nuestra trans
de una discusión de los recientes descu
formación moral y política” (pp, 103-104).
brimientos genéticos pasa a comentar el
Tales declaraciones sobre la función del
libro y los mecanismos identificados por
idealismo explican a las claras por qué se
Rodó para "encauzar” la voluntad hacia el
sentía Rodó orgulloso de este conferen
optimismo, que incluyen la conciencia y la
ciante y del programa de la Sociedad de
vocación. Hacia el final hace apreciaciones
Conferencias de La Habana.
más generales sobre la obra de Rodó: su
estilo elegante y equilibrado; su idealis
mo “de Grecia” gira “sobre el paisaje vasto Rodó versus M artí
y prometedor de la América Latina”, pues
“nadie antes que él sintió de un modo tan
penetrante el patriotismo continental” (p. Las Obras Completas de Rodó inclu
98). La conferencia termina con una con yen varias referencias a José Martí (1853-
sideración del estado de la educación en 1895) que dan cuenta de la admiración
Cuba, donde, y en esto difiere Castellanos e interés del uruguayo por su predecesor
de lo que sugiere Rodó en Ariel, no se ha cubano en el ensayo americanista. Rápi
seguido el más reciente ejemplo de "la ve damente: Rodó consideró, en carta a Max
cina gran república americana”, donde se Henríquez Ureña, la posibilidad de ofrecer
"va venciendo [...] el fecundo idealismo a la edición cubana a Martí, lo que no pudo
la estrechez mecánica”, y donde está triun ser pues ya llevaba el ensayo una dedicato
fando "esa admirable ciencia nueva que se ria "nacida, por decirlo así, de sus mismas
llama la Sociología” y “la moderna filosofía entrañas” (p. 1442). En otro lado incluye
del Pragmatismo, renovación de los valo a Martí entre los escritores que no perte
res místicos y metafísicos” (p. 100). Cuba, necen a “una u otra parte de América”, sino
por otro lado, “ofrece hoy el más desconso que son "ciudadanos de la intelectualidad
lador alarde de utilitarismo mezquino y de americana.” (p. 513); en una crítica a una
antología de literatura americana se queja su llamado, consistente con Platón, a al
dos veces de la ausencia de Martí (pp. 633- canzar “el ideal de plenitud humana”. La
34); y en tres de sus cartas, dos de ellas a conexión con Martí se mantiene, pues él
cubanos (Catalá y Carlos de Velasco, di pedía que "en Cuba se lograse ‘la digni
rector de Cuba Contemporánea), menciona dad plena del hombre”’. Rodríguez pasa
su deseo de escribir sobre Martí el tipo de entonces a evaluar la influencia de Rodó:
trabajo que ya le había dedicado a Juan celebra la concentración del mensaje a
Montalvo (pp. 1008; 1459 y 1475). En la juventud y la exigencia de que el ideal
fin, parece razonable pensar que estas de tenga aplicación práctica:"Aquí encontra
claraciones fueron honestas y que no logró mos la parcela ética, definidora del libro,
Rodó su meta a causa de otras demandas y en ella reside su valor”. Esta es la parte
a su tiempo. De alguna manera esa tarea "esencial” del mensaje del libro de Rodó, y
fue llevada a cabo por varios críticos cuba por ella "merecerá hasta siempre el respe
nos que trajeron a colación a Martí en sus to nuestro, que el rasante del tiempo no
ensayos sobre Rodó. En efecto, Martí es logrará sesgar.”
figura clave en el próximo estadio de la lec N o es tan imperecedero, en cambio,
tura del pensador uruguayo en la isla, que "el lirismo tan incitador que transcurre
alcanza su clímax en Fernández Retamar, por las páginas de Ariel” (p. 622). La crí
como veremos. Pero ya aparece el america tica de Rodríguez va por el camino de las
nista cubano en una lectura del arielismo urgencias materiales de América Latina,
tardío, a saber en el texto con que Carlos pues nota una incompatibilidad entre “el
Rafael Rodríguez presenta la conferencia hecho americano [...], aquel mundo mes
de Medardo Vitier (1886-1960), tempra tizo, de hábitos coloniales y enjuta econo
no martianista (su Martí, su obra política y mía”, y el consejo rodoniano de alcanzar
literaria es de 1911) con que se inaugura "la perfección de la moralidad humana”
el mencionado Grupo Ariel de Cienfuegos mediante "el espíritu de la elegancia griega
en 1931. en los moldes de la caridad cristiana” (p.
Rodríguez comienza su exposición 623). Las circunstancias han cambiado, y
con una referencia a Martí como ideal del hay demasiada pobreza e injusticia social
intelectual revolucionario, de “existencia para esperar una solución de la caridad o
tersamente heroica” y "actitud hurgadora” de la racionalidad clásicas. Los valores de
de una futura patria mejor. Y es como com ben adaptarse a los tiempos, a “la faz de la
plemento a una lucha política y concreta época” (p. 624).
que nace el Grupo Ariel, como "refreno del La conferencia pasa entonces a tratar
espíritu" al impulso de esa tarea material un tema arielista por excelencia, a saber el
(función consistente con la valoración de papel del intelectual como conductor en la
Rodó sobre Martí con que termina la car búsqueda de una identidad nacional. Re
ta a Catalá citada antes sobre la combina conociendo que hasta ahora en Cuba “ha
ción de libertad con “inteligencia, cultura sido una minoría” la que ha mantenido
e idealismo”). Con raíz en Shakespeare, contacto con “la actualidad en las ideas”,
prosigue Rodríguez, el arielismo asume su es necesario agrupar a estos intelectuales
versión latinoamericana mediante Rodó y para un fin mutuo. “A eso viene‘A rier”. Y el
mensaje es ahora muy consistente con el de estéticas y políticas ("cuidémonos de ver
Rodó, aunque no se lo dice explícitamen en Rodó un enemigo de la democracia.
te: "el hombre de estudio vivirá separado [...] Esta lección de juicio moderado, que
de la masa sólo allí donde el apremio no le evita derechas cerradas e izquierdas radi
llame" (p. 626). El nombre que se reitera, cales, es hoy de las más aprovechables” [p.
en cambio, es el de Martí, y la frase una 122]) y en su visión de los Estados Uni
de las más famosas de "Nuestra América" dos, y establece un contacto entre Rodó
(1891):“trincheras de ideas valen más que y el autor del libro El sentido humanista
trincheras de piedra”. En la última sección del socialismo, concluyendo que "lejos de
del texto pasa Rodríguez a presentar a desentenderse de los problemas sociales,
Medardo Vitier, quien va a hablar de su [...] les dedicó su pensamiento y escritos
especialidad: Martí. muy sustantivos” (p. 124). La principal
crítica de Vitier, suavemente expresada,
Medardo Vitier es también autor de
concierne a lo concreto de la situación de
un importante ensayo sobre Rodó, pu
América Latina: "Se olvida [Rodó] que
blicado en 1945, que es consistente en
estos países lo están haciendo todo a la
términos generales con la apreciación de
vez". Hay que ir por partes, aunque sin
Rodríguez y que conviene comentar aquí.
descartar lo que dice el uruguayo: "Y claro
Como su presentador de 1932, valora Vi
que, lo primero, si tenemos cordura, será
tier la obra e influencia de Rodó en los
asegurar, mediante una organización más
primeros años del siglo, fijando el límite
justa de las cosas, ese ‘bienestar material’
alrededor de 1915, cuando "decreció el
de que habló el propio Rodó, como base y
favor”, aunque quizá "se ha ido demasiado
condición de la vida superior" (p. 125). Es
lejos al reducir su importancia”. Y aunque
en este sentido donde se debe "rectificar en
sus propuestas no tengan hoy la fuerza de
parte" la propuesta rodoniana, que es vaga
otrora, para Vitier Rodó fue el iniciador
en cuanto a "los cuatro o cinco problemas
del primer movimiento americanista del
que tiene por resolver Hispanoamérica.
continente: "H oy no se acepta unánime
[...] problemas inaplazables de raza, de
mente la solución, pero nadie discute que
tierra, de economía, de enseñanza...” (pp.
inició ese movimiento de ideas” (p. 117).
126-127). Con todo, “tenemos que agra
Y nadie todavía ha propuesto una visión
decerle la meditación de una pieza tan
alternativa.
llena de interiores armonías”, y reconoce
Admira el pensador cubano el estilo Vitier el eco universal y humanista de "la
y estructura de Ariel, y aunque le resulte jerarquía que otorga el Maestro a la vida
difícil encontrar “un párrafo que concreta interior del individuo, asiento de valores”
mente declare el pensamiento guiador”, lo (p. 127). Vitier contribuye, entonces, una
resume, en fin, diciendo que "Rodó plan sutil y equilibrada lectura cubana de me
tea en América nada menos que la cues diados de siglo; dos décadas y media más
tión del sentido de la vida” (p. 119). Este tarde aparecerá a una apreciación más ur
asunto, que para el continente "era mucho gente desde la izquierda, donde, como en
en 1900", está relacionado con "el viejo hu Carlos Rafael Rodríguez, se habría de en
manismo” (p. 120). Pasa luego a comentar frentar a Rodó con Martí. Antes de pasar a
Ariel, deteniéndose en sus ideas morales, ella y a dos antecedentes latinoamericanos,
conviene hacer dos señalamientos sobre el y elogiaban “la autocracia.” En el capítulo
arielismo cubano. El primero es que se dedicado a Rodó, la admiración de Sán
gún el citado Diccionario de literatura cu chez por el pionero, y su opuesta crítica
bana existieron dos revistas con el título a muchos de sus acólitos, es evidente. La
Ariel en Cuba, ambas en la Habana, y las meta de ataque no es Rodó sino algunos
dos relativamente efímeras: en 1928 y en arielistas, que se limitaron a hacer "ilustra
1936. El segundo es que el Grupo Ariel ción candorosa” y “oportunismo palabrero”
también ahijaría una revista en Cienfue- para lograr sus propios fines de "confort”,
gos, que luego de varias reencarnaciones generalmente gracias a puestos en la polí
llega todavía a nuestros días, según infor tica o diplomacia:“^Ariel? A menudo sólo
ma su actual director, José Díaz Roque. arielismo verbal, encubriendo un caliba-
La presente, cuarta época, comenzó en nismo efectivo, es decir, una gran traición
1998, y continúa el homenaje al original a Rodó” (p. 98).
Grupo Ariel de 1931, haciéndose eco del
mensaje rodoniano. Con todo, hay alguna crítica a Rodó,
pero de estatura leve comparada con las
alabanzas. Al tratar sobre la postura anti
Rodó en la Cuba revolucionaria yanqui de Rodó, dice que "era la suya, mera
y dos interpretaciones repulsa sentimental. No se cimentaba en
precedentes nada lógico." La crítica se centra en la falta
de una conciencia apropiada, es decir, mar-
La interpretación más famosa de xista, del imperialismo: “Desde la cumbre
Rodó en la Cuba contemporánea ha sido del neoidealismo, Rodó no se detuvo en el
iin duda la de Roberto Fernández Reta problema del imperialismo; en este aspec
mar, en su Calibán de 1971, con algunos to, confundió continente y contenido, for
agregados posteriores. Esta lectura desde ma y fondo” (p. 99). Pasa entonces a culpar
la izquierda tiene algunos precedentes a Rodó de abogar por "una oligarquía, cuya
Importantes, de los que convendría men única base real tenía que ser, aunque no lo
cionar brevemente dos. Uno es Balance admitiera expresamente, la plutocrática, y
y liquidación del novecientos, del peruano por tanto, estaba condenada a vivir ligada
Luis Alberto Sánchez (1941), un libro al imperialismo" (p. 100). Reitera esta idea
lugerente, erudito y algo desorganizado, en el segundo terreno de censura, la idea
del que surgen ciertas conclusiones más de la democracia en Rodó, al aseverar que
0 menos específicas. La primera es que no “Campeón de esa aristocracia del espíri
es Rodó mismo el blanco de ataque, sino tu’, Rodó no se mostrará entusiasta de la
algunos de sus seguidores; así lo aclara en democracia” (p. 100). Sabemos, y lo han
el prólogo a la segunda edición, donde ex notado otros lectores menos apresurados
plica que el libro fue escrito entre 1936 y como Carlos Real de Azúa, que esta es
1939,“cuando en el mundo subía la oleada una interpretación errónea de las ideas de
fascista”, y los intelectuales dominantes, Rodó, para quien la oligarquía era moral
bajo "el disfraz de una prédica idealista” y e intelectual, no basada en el dinero o la
aparentemente “panegiristas de la liber clase social.
tad teórica", eran en realidad materialistas
Un tercer reparo, aunque más leve, países. También tratados con cortesía son
aparece en el apartado sobre “el problema "los documentales”, intelectuales compro
de América”. Según Sánchez, la visión metidos con la continuación de la tarea de
de personajes del pasado de América en construcción de una identidad latinoame
Rodó (caso de Montalvo) es acertada, ricana que estaba tan presente en Rodó.
pero no sus juicios generalizadores so Sánchez no usa estos términos, sino que
bre el continente, que le parecen vagos y habla de ellos como “amantes del libro",
expresiones de un “modelo occidental” y intelectuales por antonomasia, cuya con
foráneo (p. 102). El capítulo dedicado al tribución fue “su capacidad investigadora”
escritor tiene, hacia el final, una frase que (pp. 154-155). En este sector se ubican los
captura la postura de Sánchez, a saber que hermanos Henríquez Ureña. Aunque no
las ideas de Rodó no fueron llevadas a la les da el valor de creadores ("el que adivina
práctica por un sector de sus seguidores. o encuentra la senda”, a diferencia del que
Aunque lo celebraron de palabra, sólo meramente “aparta el follaje”), estos inte
cultivaron un “panamericanismo de las lectuales cumplieron una labor relevante
asambleas oficiales, bajo la solapada égida que se debe reconocer "en la cuenta del
del imperialismo”. Por ello, "todo eso im 900, al formular un balance y liquidación
plicaba una traición a Ariel, a Proteo y a de su tarea” (p. 175).
Próspero” (p, 104). A una evaluación más
En conclusión, Sánchez opina que su
pormenorizada de los discípulos de Rodó
crítica del novecientos tiene la función de
está dedicado el resto del libro: los “arie-
"facilitar futuras colaboraciones y crear un
les" o "profetas de arielismo” son general
clima de solidaridad esencial en cuya efi
mente blanco de crítica, mientras que los
cacia creadora deposito mi esperanza” (p.
"calibanes”, un grupo que “por el sendero
238). O sea que quiere, en definitiva, res
de la ciencia y de la ética, desdeñando la
catar los valores que propuso Rodó, y es
retórica, ahondó en el tema de la justicia
pera que se lleven a cabo en la práctica. No
y dirigió sus pasos hacia un concepto so
se trata, en fin, de un verdadero ataque a
cial de la vida” (p. 131), merecen mayor
Rodó, sino una evaluación de la actuación
aprecio, evaluación con la que concordaría
de quienes se declararon sus seguidores.
indudablemente el propio Rodó. Entre
estos “calibanes”, cuya apelación no es muy Un segundo texto izquierdista sobre
feliz ya que indicaría que sólo se dedican al Rodó es de Mario Benedetti, un urugua
utilitarismo y que son admiradores de los yo muy respetado en la Cuba socialista.
Estados Unidos, cuando ninguna de estas Su actitud es la de reconocer las virtudes
características es correcta, se encuentran de Rodó y tratar de relacionarlas con los
los filósofos o escritores argentinos Ale tiempos presentes. Frente a los “reproches”
jandro Korn (1860-1936), José Ingenieros que se le hacen desde la izquierda, escribe
(1877-1925), Alfredo L. Palacios (1878- Benedetti que "fuera más útil reconocer
1965) y Manuel Ugarte (1874-1951); el que la de Rodó fue una de las primeras
poeta y político uruguayo Emilio Frugoni voces que se alzó en el continente para rei
(1880-1969); y el mexicano José Vascon vindicar la común raíz latina de estos pue
celos (1881-1959) - todos ellos precurso blos, y una de las primeras asimismo en re
res o simpatizantes del socialismo en sus levar la posibilidad de oponer al poderoso
del Norte todo un haz de naciones, unidas ha ido calcando sin mesura, en un estilo
por la herencia, el idioma y el pasado co de grosera, inconsciente parodia, que era
munes.”. Y aunque reconoce la queja (del precisamente el más temido por Rodó”.
citado Medardo Vitier) sobre la ausencia El segundo en realidad repite lo ya dicho
de un tratamiento del indio, y otras sobre antes (ver cita arriba de la p, 96), a saber
la escasez de menciones sobre la realidad que la voz de Rodó es, después de la de
■ ocial del continente (aunque apunta a un Bolívar, "la más tenaz en señalar la común
temprano artículo, sobre “Nuestro des raíz de estos pueblos” latinoamericanos
prestigio”), se opone a otras dos acusacio que los hacen diferentes del Norte (pp.
nes que se le han hecho: la de que expresa 102-03). Termina Benedetti este capítulo
cosas obvias, y la de que le faltan ciertos expresando un sentimiento bastante pa
conocimientos técnicos a sus opiniones. recido al que remata el libro de Sánchez,
sobre la continuada relevancia de la obra
Responde Benedetti a la primera di
de Rodó como inspiradora de acción para
ciendo que obvio no es lo mismo que falso,
las nuevas generaciones: "De los pueblos
y a la segunda mediante una cita de Pedro
hispanoamericanos va a depender que la
Henríquez Ureña en que se resalta la inde
realidad corrija y mejore aquel futuro so
pendencia y originalidad de Rodó. Y pide
ñado por Rodó” (p 106).
le recuerde su contexto:"La peor injusticia
que puede cometerse con respecto a Rodó, En el siguiente y último capítulo Be
es no ubicarlo, al considerar y juzgar su nedetti se dedica a dos aspectos centrales
obra, dentro de un proceso histórico” (p. de la obra de Rodó: su estilo y sus ideas,
99). Pero además, declara que una mira que el biógrafo llama "obsesiones”. Sobre
da sin prejuicios a la obra de Rodó lleva el primero, declara que "no sólo es la parte
a admitir no sólo que la visión sobre los más vulnerable de su labor literaria, sino
Estados Unidos, más allá de sus "carencias, también la más agotada, la más exangüe”
omisiones e ingenuidades” (y ello motiva pero hace dos aclaraciones. La primera es
una larga nota en la que Benedetti recha que ello no implica que sus ideas también
za algunos comentarios, ya citados en este estén agotadas; la segunda, de acuerdo
texto, de Luis Alberto Sánchez sobre la con Emir Rodríguez Monegal, que en
visión de Rodó sobre los Estados Unidos Rodó no hay sólo el estilo "de gran ensayo”
y sobre su idea de la democracia - n. 9, de sus dos obras más famosas. Sobre sus
pp. 107-108), fue "la primera plataforma ideas, toca sobre todo la relación de Rodó
de lanzamiento” para otras versiones más con la religión, tema complejo y que da
recientes; y que "la casi profètica sustancia para mucho meditar. Concluye Benedetti
del arielismo rodoniano conserva, todavía con su propio "balance” de Rodó; dice que
hoy, cierta parte de su vigencia” (p. 102). Y no es justo confrontarlo con “estructuras,
aclara esto último mediante dos aspectos. planteamientos, ideologías actuales”; y
El primero es el avance cultural de lo que que pertenece al siglo X IX , pues no fue un
Rodó denominó nordomanía, y que Bene anuncio de la literatura moderna, sino “un
detti relaciona con la presencia de elemen lujoso remate de una época que se extin
tos como la coca-cola, el Readers Digest guía” (p. 128). Las últimas oraciones son
y la manera de hacer televisión, "todo se algo oscuras, y parecen hacer eco de otra
i l l I I I l II D ...............................
obra que había publicado Mario Benedetti aplicarse a la realidad social, y recorre el
unos años antes, El país de la cola de paja efecto y la bibliografía ("calibanología”)
(1960), donde hacía una dura crítica de la que su ensayo ha inspirado desde su
falta de honestidad de sus compatriotas. publicación original. Reconoce también
Dice ahora que, más allá de sus defectos, Fernández Retamar que el contexto na
Rodó poseyó honestidad y dignidad, pero cional e internacional ha cambiado des
no parece estar muy seguro de si esos valo de los años setenta, con el fracaso de la
res afectarán al presente (nótese la pregun U R S S y una nueva confrontación entre
ta entre paréntesis): norte y sur, pero que Calibán sigue sien
do necesario como inspiración para un
nuevo orden social.
En este sentido, su nombre irradia
El ensayo original también comien
ejemplo hacia todas las épocas y genera
za haciendo referencia a su contexto: re
ciones, incluido (¿por qué no?) nuestro
ciente polémica en torno a Cuba entre
tiempo, tan propenso a las súbitas, ren
intelectuales europeos “(o aspirantes a
tadas contriciones, y - algo infinitamente
serlo)’’ y latinoamericanos solidarios, y
más desalentador - a las explicaciones del
la pregunta que la situación le inspiró a
arrepentimiento, (p. 128)
un periodista europeo de izquierda so
bre si existe una cultura latinoamerica
En conclusión, tenemos aquí otro es na. Esto lleva al autor a denunciar una
critor de izquierda que, aunque no confor visión colonialista de América Latina, y
me con algunas características de Rodó, en a la necesidad de establecer una propia
particular su estilo y su visión anticuada identidad en contra de la “sospecha [de]
de la política, propone que todavía vale que no seríamos sino eco desfigurado de
por su dimensión ética. Este es tema re lo que sucede en otra parte”.
currente en las lecturas desde la izquierda, Vemos entonces que la cuestión de
de las que la más famosa es la de Roberto la identidad latinoamericana, que tam
Fernández Retamar desde Cuba. bién motivó a Rodó, está en el origen del
nuevo ensayo. El agudo argumento de
Calibán Fernández Retamar quizás sea pasible
de resumen aproximado mediante las si
guientes proposiciones:
El ensayo de Retamar apareció por
1. La identidad latinoamericana se
primera vez en 1971 y ha tenido varias
debe entender mediante el concepto mar-
reediciones. En la última, Todo Caliban
tiano de la América mestiza. Aunque se
(2003) (ahora sin acento), se incluye una
aplica a otras partes, es válido más especí
noticia actualizada así como “Caliban re
ficamente en ese continente que en el resto
visitado” (de 1986), donde se dan más de
del mundo (pp. 8-9). Aquí hay una prime
talles del contexto del ensayo - el caso Pa
ra referencia al mundo de Rodó, los países
dilla - y otros tres artículos sobre el tema.
del Plata, que resulta algo ambigua:
En el primero de estos textos agregados el
autor declara su visión del arte, que debe
a veces a algunos latinoamericanos se "si bien para injuriarlo” (p. 22). Llega en
los toma como aprendices, como borrado tonces a Rodó y su Ariel, “una de las obras
res o como desvaídas copias de europeos más famosas de la literatura hispanoame
así como a nuestra cultura toda se la ricana” (p. 23), donde "implícitamente, la
toma como un aprendizaje, un borrador o civilización norteamericana es presentada
una copia de la cultura burguesa europea allí como Calibán (apenas nombrado en la
[...]: este último error es más frecuente obra), mientras que Ariel vendría a encar
que el primero [...]; parece que los riopla- nar - o debería encarnar - lo mejor de lo
tcnses andan en esto menos diferenciados que Rodó no vacila en llamar más de una
étnica pero no culturalmente, (p. 25) vez nuestra civilización” (pp. 23-24). Esta
civilización no es meramente la de"nuestra
América", sino la del Viejo Mundo todo.
N o queda claro si se trata de un reco Reitera el error de hablar de los EEU U
nocimiento de que, por razones históricas como Calibán, aunque comparte la opi
de desaparición de la mayoría de los indí nión de Mario Benedetti de que el nombre
genas y de los descendientes de esclavos equivocado para el peligro no quita el he
en Argentina y Uruguay, y su sustitución cho de la identificación del peligro (p. 24).
por ondas migratorias más recientes, los Cita otras lecturas que ha habido sobre La
rioplatenses no son tan conscientes de su Tempestad en América Latina, aprobando
mestizaje; o si se trata de una crítica a su sobre todo las marxistas (de Aníbal Ponce,
miopía frente a la situación del continente Humanismo burgués y humanismo proleta
y a su mentalidad colonial. En todo caso, rio, publicada en La Habana en 1962, y de
es una temprana referencia, en última ins Juan Antonio Mella, fundador del Partido
tancia, al mundo de donde surgió Ariel. Comunista de Cuba). Esta segunda pro
Lo que une a caribeños y latinoame posición ha quedado plasmada en la frase
ricanos, dice el ensayo, es justamente la más famosa del libro: "Nuestro símbolo
lengua de los opresores, y esto lo lleva a no es pues Ariel, como pensó Rodó, sino
presentar al personaje de Shakespeare que Calibán.” (p. 30).
dará título al ensayo, y cuya famosa frase 3. Rodó es de admirar, pero más lo es
pasa a citar, en castellano y en inglés: “Me
Martí. A partir de este momento el ensayo
enseñaste el lenguaje, y de ello obtengo / acelera su mensaje político, y es claro indi
El saber maldecir. ¡La roja plaga / Caiga cio de ello el incremento de citas tanto de
en ti, por habérmelo enseñado!” Martí como de quien aparece como su cla
2. La identificación Calibán = Esta sucesor, Fidel Castro. Fernández Reta
ro
dos Unidos, que aparece en Rodó y en al mar reconoce que Ariel fue la inspiración
gunos predecesores, es desacertada. Luego del nombre de su propio ensayo, que #1
de una discusión sobre la posible etimo también"homenaje al gran uruguayo, CUyU
logía de Calibán y la ambigua percepción centenario se celebra este año”, aunque "itO
eurocéntrica del amerindio (bondadoso es raro" que “lo contradiga en no poco#
o agresivo), pasa a rechazar la sugerencia puntos" (p. 34). Pasa ahora a dedicar»# I
de que Calibán sea los Estados Unidos, Martí, a quien llama "el primero de IHI##*
y prefiere la lectura de Renán que había tros hombres en comprender claramehlf
identificado al personaje con el pueblo, la situación concreta [...] de nuestra Amé*
rica mestiza”’ (p.36). Empieza mencionan Es imposible no ver en aquel texto -
do la larga espera de publicación en libro que, como se ha dicho, resume de modo
de las obras de Martí (hasta 1911) y llama relampagueante los criterios de Martí so
a su "Nuestra América” de 1891, “el más bre este problema esencial - su rechazo
importante documento publicado en esta violento a la imposición de Próspero ("la
América desde finales del siglo pasado universidad europea [...] el libro europeo
hasta la aparición en 1962 de la Segunda [...] el libro yanqui”), (p. 46)
declaración de La Habana” (p. 38). Mien
tras que, como decía Benedetti, Rodó re
presenta el pasado, Martí representa el N o se queda la comparación en Rodó,
futuro - una visión compartida por Fidel, sino que el ensayo pasa a enfrentarse a un
que comienza la Segunda Declaración con contrincante mucho más obvio: Sarmien
una cita de Martí. to y su dicotomía civilización vs. barbarie,
y sus opiniones racistas sobre el pueblo
Martí es claro y perfecto modelo para
americano (pp. 46-47); y luego torna su
Fernández Retamar y su texto seminal es
mira a dos escritores contemporáneos:
"Nuestra América", del que cita fragmen
Borges, "un típico escritor colonial” (p. 60)
tos que ilustran su fuerte americanismo y
y, más acremente, Carlos Fuentes, en cuyo
su desdén por la imposición de la cultura
tratamiento vuelve a surgir el caso Padilla
euro-norteamericana. Este famoso ensayo
de Martí es bastante difícil de precisar en y la revista parisina Mundo Nuevo.
su desarrollo argumental, y a veces en su En la última sección (“¿Y Ariel, aho
uso de lenguaje, con recurrente presen ra?”) vuelve Fernández Retamar al tema de
cia del aforismo. Pero una impresión que Ariel en el contexto de la revolución cuba
surge claramente es su postura romántica na. El ensayo asume rasgos de proselitis-
frente a la cultura latinoamericana, que lo mo político, con varias citas de discursos
lleva a declaraciones como que "el libro im de Fidel (mencionado ocho veces en esta
portado ha sido vencido en América por sección) y del Che (que merece otras ocho
el hombre natural" (p. 45). Y aunque tam referencias), cuyas palabras, en una larga
bién afirma "Injértese en nuestras repúbli cita de una alocución a universitarios, casi
cas el mundo, pero el tronco ha de ser el de cierran el ensayo. El mensaje es evidente:
nuestras repúblicas” (Ibidem), que es con hay una urgencia de hablar de Cuba como
sistente con la postura de Rodó, y aunque el espacio donde se está construyendo una
se diferencia el cubano del uruguayo en su nueva sociedad y donde ya había indicios
rechazo tanto de la cultura norteamerica tempranos, en José María Heredia (con
na como de la europea, se puede afirmar tres menciones), expresados "en el mejor
de este artículo de Martí que es tan vago español del primer tercio del siglo X IX "
en cuanto a detalle político como el Ariel. (p. 83) y sobre todo en Martí (con cinco
Fernández Retamar es inequívoco en menciones), de lo que sería la revolución.
su preferencia y concentra su ataque, den La teleología y el nacionalismo son rasgos
tro de la trama de La Tempestad, en la fi notables del argumento.
gura de Próspero:
En una "Posdata” de 1993, Fernández
Retamar reconoce que su ensayo “acaso
no existiría” sin el de Rodó, aquel “herma la de Calibán, por una serie de escritores
no mayor del que lo separan setenta y un latinoamericanos y especialmente antilla
«ños, no pocas ideas y la tersa prosa del nos, incluido Roberto Fernández Retamar.
gran uruguayo, y al que lo une lo demás, y Un tercer mérito que nota el prólogo es el
en primer lugar el amor a nuestra Améri llamado a la juventud a que encarnase el
ca, a la verdad, al arte, al espíritu, hoy tan espíritu de Ariel, al que acudieron los arie-
acorralados.” Vemos entonces que como en listas de todo el continente y que en Cuba
los otros autores de izquierda, y además de se congregaron tanto en La Habana como
una crítica desde lo material, hay en defi en Cienfuegos. Del libro de González
nitiva un profundo respeto por el autor de Rodríguez celebra Santana dos aspectos
Ariel, y por el idealismo, esta vez en su rea principales: el haber hurgado en la obra
lización en la Cuba revolucionaria. casi desconocida de Rodó (se sobrentien
de que fuera de Uruguay); y el haber res
catado el valor del pensamiento filosófico,
Una lectura reciente
especialmente ético, de Rodó.
lugar, que las preocupaciones profundas resucitador del proyecto del primer Gru
lie Rodó son todavía relevantes, y mucho, po Ariel, intenta mantener “el aspecto de
al mundo actual. Aunque no se puede, ob la obra de Rodó que nos sigue pareciendo
viamente, aplicar todo su pensamiento al más inspirador: la defensa de la identidad
hoy, hay aspectos que tienen “una actuali cultural de nuestra América, desde la ac
dad innegable", como el que se expresa con tual perspectiva histórica, entre los varios
Una pregunta retórica:“;Los valores éticos alientos espirituales que nos transmitió"
que promueve (la solidaridad, el desinte (correspondencia citada).
rés la democracia, la tolerancia, etcétera)
ion exclusivos del X IX e inactuales?" Una
Consecuencia política que se sigue de esta De alguna manera todos los autores
lectura es que “Hay una lucha en él contra reseñados aquí, la mayoría de los cuales
la oligarquización, burocratización y co postulan lecturas desde la izquierda, han
rrupción del sistema político” (p. 153). Y sido afectados por el idealismo de Rodó.
también vale Rodó para evaluar la tenden Los hermanos Henríquez Ureña se decla
cia actual'al utilitarismo como móvil ético ran “propagandistas" de su mensaje y su
Único", que mutila "la vida interior de los contemporáneo Jesús Castellanos lo evo
individuos y atenta contra los elementos có como antídoto contra la desidia de las
luperiores de la existencia racional y con clases ilustradas cubanas de principios de
tra el sentimiento de lo bello, ¿es ello, aca siglo; Carlos Rafael Rodríguez celebró "la
to, inactual?” (p. 154). En fin, serían por parcela ética” de Rodó, compatible con las
lo menos dos los valores prácticos aplica ideas de Martí, y también reclamó el lide
bles a los tiempos presentes que podemos razgo de los intelectuales en la transforma
aprender de Rodó, a saber, ción de su país; Medardo Vitier vislumbró
el potencial ético y estético de lo que de
nomina el “viejo humanismo” de Rodó,
♦ su "crítica al capitalismo desmedido que le merece profundo respeto más allá
(utilitarismo, egoísmo, competencia salva del reconocimiento de que el continente
je como esencia del modelo)”; y requiere tareas más apremiantes. El si
♦ el rescate de una teoría de la ética que guiente grupo, de inspiración marxista,
está basada en los valores, (pp. 154-55) también revela un hondo reconocimiento
allende las críticas que le motiva la obra de
Rodó: Luis Alberto Sánchez se concentra
Esta evaluación resulta convincente y en la hipocresía de los arielistas, que han
exacta, y demuestra la utilidad actual de fallado en la transmisión del llamado del
las ideas de Rodó. Y es también compa maestro; Mario Benedetti rescata la fun
tible con las varias lecturas que ha tenido ción americanista pionera de su compa
su obra, desde diversas perspectivas, en triota, y su dignidad y nobleza de espíritu.
América Latina en general, y en Cuba en El caso de Fernández Retamar, autor del
particular, a través del siglo y pico que nos análisis más interesante y agudo desde el
separa de Ariel. Ya hubo algo de esto en la marxismo, no puede ser entendido fuera
postura de la revista cienfueguense Ariel, del contexto nacionalista de la revolución
que, en palabras de su actual director y cubana, en esos momentos blanco de ata-
ques; el uso que hace de Martí (y hasta de Todos estos lectores de Rodó, en fin,
Heredia y otros escritores coterráneos) en han admirado la obra del uruguayo a su
contraposición con Rodó está signado por modo y todos han aprobado su mensaje
esa contingencia. Con todo, hay en el ensa americanista; y aunque casi todos (excep
yo (y en otros trabajos del autor, como su tuando González Rodríguez) han critica
Para una teoría de la literatura hispanoame do su falta de especificidad en cuanto a un
ricana) también un hondo reconocimiento programa que se enfrente a las urgencias
de la obra del pensador uruguayo. Por fin, concretas de América Latina, todos fue
el caso de González Rodríguez, basado ron inspirados por él a seguir buscando
explícitamente en la dimensión ética de soluciones prácticas al momento que les
Rodó, es una suerte de renovación de las tocó vivir. Señal ello, seguramente, de la
posturas del arielismo temprano. longevidad del proyecto arielista / ^ 3
.................. ...
.................................................................... ...........................................
>*••••
> • • • * • • • • • • • • • • • • I
)•••••*< .
!• • • • • !
• ••<
»M M * » • • • • • • (
» ••••< « ••••••S V I
> •* •••••••••••••< • • • • • » •••••••« ••I
• • • • • • •
» • • • • • •
» • • • • • • • • *••••<
» • •• ••P H * • • • • • • • • • • • • • .••••m
•••••M M ?
» • • • • * * • • • • •S U * h * { m *S • • • • • • • • • • • • * • • • • • • • • • • • • • • • • • • • <
» • • • • • • •
» • • • • • • ft « • • • • • • • • • • • • • • • • * • • • • • •
» • •• ••• •• •• ••• •• •« • •M » •
i m» •m• •m• •S• «• *• m m * m ' m «m ««m m * m »m (
••••••••••••••••••**•••€
-4 ♦ ♦ •
» • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ! • ! • $ • • • • • • ? - •4~t 4 4
» ••••< 4444*
» •••••• •♦ ■ ♦ 4 ♦ ♦
» • • • • • • • • • • ............. ... ♦ 4-4 4 4
! > • • » • > • • • * * • * « » • • • > » • • » • • • — # • # • ♦ — • i< 4 4 4-4-4 *
» •••••••••••« •••••••••••M M M M M M p l • ♦ ♦ 44 4 ♦
! • • • • • • • • • • • • • • * • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • ♦ 4 4 4 44«
» « •••••••• • • • • « • • • • • • • • • • • • • • • • • • • « « 44 44 44
» • • • • • • • • • • • • • • • • •• •• •• • • • • •• •• •• •• •M
••M
M M ♦ 444444
•* 44 44 4
» « • • • • • • • • • • • • • • « • • • *• • • • • • • • • 4 ♦ ♦ 4 44 44 ,
* * 4 ♦ 4 44 «
••••••••••••••••M M M »
• • • • • • • • • • • ! • ♦ ♦ ♦ ♦ ♦ 44
• • • • • • • • • • ?
• •♦♦♦♦444
♦ ♦ ♦ ♦ 4 4 4 4-4
• ♦ ♦ ♦ 444444
♦ « 4 4 4 4 4 4 -4-4
. . 4 44 * 4 ♦ * ♦
♦ ♦ ♦ ♦ *♦ ♦ ♦ ♦ * ' T T ▼ »
• 4.
Carlos Monsiváis:
el crítico cultural frente a la globalización
Abril Trigo
En Los rituales del caos, quizá su libro más ostensiblemente posmoderno, es también
donde Monsiváis tal vez postule con mayor perspicacia la inextricable imbricación de
cultura y capitalismo en la era global. O dicho de otro modo, la centralidad que adquiere
el consumo de cultura en el régimen flexible de acumulación capitalista que funda y ca
racteriza la globalización. Todo parte del caos. Del caos como un nuevo orden mundial,
pues “en el caos se inicia el perfeccionamiento del orden”, y "lo único que puede decirse
del caos”, dice John Kenneth Galbraith desde los epígrafes que abren el libro, "es que es
bueno para la libre empresa”. Por ello, el caos se organiza en torno a dos ejes: la pulsión
del consumo y la normatividad del espectáculo, facilitada por la fascinación electrónica
y la retórica del entretenimiento. "En el mundo de las grandes supersticiones contem
poráneas, la compra y el anhelo de compra se han convertido en el don para reflejarse
en el espejo del prestigio íntimo, y, en el juego donde las imágenes son lo esencial, lo que
se alaba es la creencia en el consumo (de fe, de atmósferas privilegiadas, de sensaciones
-VTV-i ”
únicas, de productos básicos y superfluos, de shows), al que se califica como fuerza que
verdaderamente encauza a la sociedad”. Pero el consumo debe verse complementado,
necesariamente, por la ubicuidad del espectáculo, gracias al cual “el desorden se aquieta,
las multitudes admiten las disciplinas del pasmo, y tiene lugar la mezcla perfecta de
imposición autocràtica y nivelación democrática”. Sólo la diversión -e l juego, la ironía, el
humor, el relajo- escapa a los controles del caos, descree de las bendiciones del consumo,
se burla de los espectáculos consagrados al nuevo orden y muestra que, "pese a todo,
algunos rituales del caos pueden ser también una fuerza liberadora” [1995,15-6].
Y así, lo que comenzara, en México al menos, como sucesivos empujes moderniza-
dores acotados siempre por la mirada vigilante de la religión y del estado populista, se
aboca, a partir de los 60, a la creación de "una nueva identidad social sustentada en los
valores del consumo, que busca imponer el sentido del humor, las respuestas automáti
cas a las ofertas de 'esparcimiento', el sitio de las emociones entre un comercial y otro”
de modo que "el pueblo se convierta en el mercado, tal y como acontece en los demás
países” [2000, 218], La función pedagógica del estado, con su entramado de símbo
los y retórica, mitos nacionalistas y enmohecidas tradiciones, pasa a ser a partir de los
60 responsabilidad de la televisión, cuya superior eficacia reside no sólo en la facultad
repetitiva del medio sino en el efecto de verdad producido por el discurso telegènico,
que reemplaza con creces el lugar del lenguaje por el establecimiento de "un tono” que
podríamos llamar hiperreal:"Las palabras pueden corresponderse o no con situaciones,
con descripciones reales. No importa. Lo que se intenta es conferirles a esos personajes
el tono de las otras series, fundirlos en esa única y múltiple representación del mundo
que es la telecomedia. Los sollozos son la proclama incendiaria. Anita de Montemar es
Robespierre. The medium etc.” [1996, 44]. En esta escenificación televisiva de lo que
debe ser una sociedad moderna, el drama cívico y la performance ciudadana son reem
plazados por el simulacro del melodrama. Los proyectos de independencia económica y
nacionalismo cultural son trasegados a fórmulas de promoción turística y las prácticas
populares que se resisten al cambio remitidas al colorido reservorio del folklore, en últi
ma instancia también turísticamente rentable [1996,68-76]. Baudrillard baila un jarabe
tapado con McLuhan. Continuará...
La identidad, entonces: consumir entreteniéndose. Lo dice de modo inefable el mis
mo Emilio Azcárraga, presidente de Televisa: "Lo que vale es cuando uno se enfrenta
a un auditorio de millones de personas y estas deciden sintonizar algo que, además, es
alegría, les ofrece un entretenimiento sano, y que les brinda satisfacción interna” [2000,
218]. A lo cual responde Monsiváis:
...el espacio donde uno se encuentra con los amigos, el espacio donde se hallan dis
tribuidos los juegos de fútbol llanero y las cervezas y las tortas de pollo [...] en ese reco
rrido que siempre-ya-va-a-empezar de quienes no ostentan un proyecto social, político
0 económico, todo (la vida, las relaciones humanas, el trabajo) ocurre como en la cancha,
como en el salón para familias, como en el dancing club. N o hay horas, no hay medición
del tiempo: hay lugares, espacios dilatados o reducidos, lugares donde uno baila, uno
le enamora o uno se divierte, ¡qué caray! [...] este espacio improvisado y abierto con
desesperación y con un no se qué que quedan balbuciendo es lo que, de otra manera, se
conoce como el tiempo libre de las clases económicamente débiles [1996,149-150].
¿Qué significa entonces, frente a estos usos populares del tiempo, el tiempo libre
invertido ante el televisor, se pregunta Monsiváis, tiempo libre o tiempo enajenado?"En
este tiempo libre, tan vasto y tan difícil de aprehender, el mexicano ve corroboradas sus
limitaciones, enaltecidos sus defectos, prolongados comunalmente sus entusiasmos. N o
encuentra oposición, no descubre crítica, no advierte colaboración. Sólo la decisión de
que todo varíe sin dejar de ser, en esencia y en accidente, la misma cosa” [1996,157]. La
repetición irrefrenable de lo mismo, la identificación gratificante en el acto del consumo
y el entretenimiento donde todo cambia para permanecer. Monsiváis apunta aquí a una
característica fundamental de la modernidad, que consiste en la subsunción del “tiempo
libre" a la lógica del capital como tiempo especializado en el consumo y demarcado por una
nueva división del trabajo, tiempo en el cual queda poca libertad para usarlo libremente en
“una sociedad neopavloviana de Vea, Compre, Vote, Oiga, Escuche, Vote, Compre, Cami
ne, Adquiera, Vote”, etc., etc. [1996,158]. A diferencia de esta especialización de tiempos,
todos dedicados a alguna forma de productividad bajo el capitalismo, todavía persistirían
en la sociedad mexicana, como buen país dependiente y periférico, usos y prácticas del
tiempo que refieren a un tiempo anterior, premoderno y precapitalista, donde "el tiempo
libre y el tiempo del sacrificio, el tiempo laboral y el tiempo de echar desmadre, el tiempo
del Estadio Azteca y el tiempo de la Basílica, el tiempo de la Plaza Garibaldi y el tiempo de
la Plaza de las Tres Culturas, son uno y lo mismo” [1996,158],
Bajo la tutela de las transnacionales de la industria del entretenimiento, los medios
de comunicación copian fórmulas y técnicas norteamericanas, y regulan el gusto, los
valores, los deseos de las sociedades latinoamericanas, todo ello evidenciable en el con
sumo de las minorías con capacidad adquisitiva y en el deseo insatisfecho, muchas veces
desatado en frustración y violencia, de las mayorías excluidas [Hopenhayn 1994]. En
esta manipulación de sentimientos que no en la instilación de convicciones consiste la
verdadera operación ideológica de la cultura pop global, que crea la ilusión de un mundo
cerrado donde no cabrían ya alternativas: “Sujeto de clases populares, escucha bien: en
la medida en que no consumes, o casi, tu humanidad está en entredicho y tu fragilidad
se acrecienta volviéndose, ante tus ojos, un eco de la fatalidad. Y en la medida en que te
amparas tras tu coraza de identidad, tu localismo se revierte contra ti, aislándote de lo
contemporáneo” [2000, 229]. La globalización demuele las tradiciones comunitarias,
arrincona las costumbres nacionales en la defensa folclórica de lo local e implanta lo
que para las mayorías no es más que el espejismo de una vida ultramoderna: “Zoom a
la sociedad de consumo a la que creen pertenecer los que apenas consiguen sobrevivir, y
las clases medias en descenso. Pero si la sociedad de consumo es para los más una fan
tasmagoría (Avizoro el planeta y sus ofertas a través de los comerciales televisivos’), para
otros es él fin de la Historia’. H asta aquí llegamos, hasta la adquisición a plazos de los
objetos y las emociones que representan el porvenir. Y ese'fin de la Historia’ dispone de
los modelos, los dechados de perfección provisional del show business” [2000, 230].
Dispositivo dos veces perverso, pues si consumir es consumar una identidad mo
derna, o dicho de otro modo, si la identidad es un valor simbólico agregado al acto del
consumo, las grandes mayorías de América Latina, que carecen de la capacidad eco
nómica de consumir pero están integradas simbólicamente mediante la cultura pop a
los valores consumistas, experimentan una doble frustración al compartir una ideología
desprendida de su base material o, como dijera Roberto Schwarz, al creer en ideas que
están fuera de lugar. Aun cuando la cultura pop transnacional arrincona y “degrada” la
cultura popular, nada se gana, sostiene Monsiváis, “con oponer al avance mediático los
mitos nacionalistas’, con sus prevenciones antitecnológicas, sus quejas por la disolución
de tradiciones, su homenaje acrítico a las concepciones patriarcales, su miedo pueril a la
invasión del spanglish" [2000, 232], De nada sirve el atrincheramiento en nacionalismos
acartonados y cerriles; lo que sí importa es elaborar una crítica que recupere y desen
vuelva la cultura popular urbana, “o como quiera llamarse a eso que es a la vez realidad
viva para millones de personas, nostalgia inducida, efectos de las personalidades únicas
sobre los modos de vida, industria cultural y respuestas colectivas al proceso de moder
nización” [1988,19].
Tanto en sus notables panoramas históricos como en sus crónicas de la vida cotidia
na y sus retratos de personalidades del mundo del espectáculo, Monsiváis ha dado tes
timonio y explorado pistas desde donde analizar las tensiones y frustraciones generadas
por los procesos de modernización en la sociedad y la cultura mexicanas contemporá
neas desde un doble y simultáneo abordaje: desde el lado de arriba, en lo que acusa como
residuos de una mentalidad colonial, y desde el lado de abajo, en el análisis minucioso de
la creatividad popular cotidiana.
Al medirse el grado de modernidad alcanzado por el crecimiento de la industria y
el desenvolvimiento de la banca, el impulso desarrollista de las ciudades y la explosión
demográfica, la proliferación de subculturas y la fiebre consumista que transforma
el paisaje urbano con W al-Marts y Taco Bells, multicines y shopping malls, antenas
parabólicas y teléfonos celulares, se va imponiendo una nueva forma de consenso que
ya no pasa por el nacionalismo populista de estado sino por el deseo de participar,
directa o vicariamente, en un "México pop”, versión mediática y mediatizada de la
Utópica sociedad global de la abundancia [1996, 17]. El desarrollismo proporciona
no sólo una máscara tecnócrata y una coartada progresista a la corrupción desenfre
nada que empapa, desde el poder, todo el tejido social; es también disparador de un
ajuste radical en el imaginario, instilando la convicción, que se vería formalizada re
cién años más tarde con la ideología neoliberal, de que la acumulación de la riqueza
en manos de pocos hará posible a su debido tiempo la prosperidad de todos [1986,
34]. Los cincuenta son la década del pleito perdido, dice Monsiváis, la inmediata
posguerra constituye un momento de inflexión en la imparable integración de las
sociedades latinoamericanas a un sistema económico internacional donde el estimu
lo del consumismo y la difusión de la cultura pop anglosajona van adquiriendo un
carácter protagónico. Los viejos hitos del nacionalismo cultural mexicano se vuelven
fastidiosamente aburridos para una pequeña burguesía que comienza secretamente
a avergonzarse de sus predilecciones más entrañables.
Más adelante, y siempre desde el Estado, se implanta la modernización salvaje, sin
complacencias. El país será puesto al día, a la altura del desarrollo tecnológico y las
exigencias del gran capital, y quienes no se adapten a los ajustes deberán aceptar la mise-
ria corno estigma premoderno. “Y otra mentalidad se instala, todavía no rendidamente
colonial, aún ligada a ideas nacionales muy profundas” pero cada vez más indiferente
ante la tradición, e incapaz de articular versiones coherentes del pasado y el destino
nacionales [1986, 37], Abandonando los ritos nacionalistas al espacio d e“lo folklórico”
que, también atrapado en la lógica modernizante, se vuelve comercial y turístico, las
clases dominantes y los sectores medios, cada vez más incómodos ante los espectros de
la “mexicanidad”, "renuncian a lo sui generis para demandar el derecho colonial a la hibri-
dez” [1986, 38], La ironía filosa de esta referencia impide confusiones con el uso ambiguo
y problemático del concepto de hibridez cultural que impondrá poco más tarde Néstor
García Canclini [1989]. Quizá se le podría vincular con mayor propiedad a la noción del
"espacio del medio” con el que Homi Bhabha procura aprehender la condición colonial y
poscolonial o, quizás mejor aún, al concepto de "entre lugar” con el cual, hacia 1971, el bra
sileño Silviano Santiago buscaba caracterizar la condición esquiza e intersticial del intelec
tual latinoamericano, retornando a un debate que se abriera, al menos.simbólicamente, con
Simón Bolívar en su carta de Jamaica: “...nosotros, que apenas conservamos vestigios de lo
que en otro tiempo fue, y que por otra parte no somos indios ni europeos, sino una especie
media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, sien
do nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que
disputar éstos a los del país y que mantenernos en él contra la invasión de los invasores; así
nos hallamos en el caso más extraordinario y complicado” [Santiago 2001; Bolívar 1979,
62]. N o a otra cosa que a la hibridez como condición y condicionamiento colonial es a lo
que refieren tanto Bolívar como Monsiváis, sin duda.
Pero al llamado de la modernización a ultranza se enfrentan masas también deseosas
de actualizarse, aunque de manera ajustada a sus propios ritmos de desarrollo. ¿Cómo
ser modernos y para qué? A esta pregunta los movimientos sociales suelen responder a
través de su práctica: para darle al crecimiento proporciones igualitarias; para no con
centrar en unos cuantos las claves del conocimiento; para armonizar las contradicciones
entre cultura laica y religiosidad popular, entre tolerancia y odio a la heterodoxia, entre
el amor a las tradiciones y la imposibilidad de retenerlas [1987, 12], Si la modernidad,
implementada desde arriba, se encoge en un deformante gesto colonial, anhelada desde
abajo adquiere la ambivalencia fantasmal de las contraculturas juveniles o la entrañable
familiaridad de la cursilería, ambas gestadas por una misma pulsión mimètica. La Onda,
por ejemplo, en notable similitud a los movimientos vanguardistas de otras épocas, ero
siona la hegemonía del imaginario nacionalista pero se declara apolítica; denuncia el
comercialismo del bolero y la ranchera pero no del rock; rechaza las rémoras coloniales
del estado y las tradiciones pero no percibe lo que hay de tradicional y colonial en su
propio gesto. Mediante la simple negación de la cultura hegemónica, la Onda accede a
la modernidad adoptando los gustos y los gestos de la cultura juvenil norteamericana,
considerada el paradigma de lo contemporáneo. Lo colonial, no obstante, no reside en
los gustos, los gestos o las prácticas visibles. “Lo colonial es sobre todo la consigna me
cánica: basta la ejecución de nuevos usos y costumbres para dejar de ser ‘mexicanos’, es
decir, habitantes de la sociedad de la que se desea el exilio definitivo" [1986, 236].
No es la índole de lo imitado lo que determina la condición colonial, ni siquiera el
«Cto de la imitación. Lo colonial consiste en una forma y un modo de gestión cultural,
de larga tradición en América Latina, que consiste no precisamente en la imitación de
las ideas, sino en aplicarlas a la letra a contextos y circunstancias disímiles, en la ingenua
Creencia de que su extrapolación es causa suficiente para transformar la realidad. Los
Jlpitecas reproducen fielmente la tradición, muy mexicana y latinoamericana, de sentir
que sus ideas están fuera de lugar [Schwarz 1992, 30], Reproducen, sin saberlo, las
meras formas de las tradiciones que pretenden derogar: “Si a los jipitecas les importa
disolver el modo de vida más pregonado en México, el de las clases medias, fracasan al
no captar que a la imitación no se le opone la imitación en un medio donde el proceso
Colonial ha ido de la admiración elitista por la cultura francesa o inglesa a la admiración
multitudinaria por Norteamérica" [1986, 237]. Es así que resultan de una forma u otra
asimilados -como excéntricos y no como heterodoxos- al mismo sistema del que preten
den desertar. Aún cuando las señas clásicas de identidad se desdibujen, la mentalidad
Continúa. Esta crítica de la Onda, versión mexicana de la contracultura juvenil de los 60
y los 70, es ejemplar por su objetividad, su lucidez, el equilibrio de un análisis que se no
deja enredar en fórmulas maniqueas ni seducir por las redes de afectos, para apuntar con
precisión a la dura complejidad de la condición neo o poscolonial, al pegajoso entramado
de la globalización y a los tortuosos caminos de la transculturación, que siempre pasan
por una inevitable aculturación. Así sintetiza el significado del concierto de Avándaro,
"climax apocalíptico y ruina paradisíaca” de la Onda:
Los jóvenes allí reunidos liquidan públicamente sus lazos con un porfirismo moral
y, al mismo tiempo, se muestran incapaces de consolidar opciones visibles ante lo des
d eñ ad o . Complejidad del fenómeno: por un lado, la miserable explotación de un deseo
juvenil de incorporarse a la modernidad. Por otro, la más gigantesca petición masiva
hasta hoy conocida de nuevas reglas de política sexual y social. Frente al desfile de ges
tos colonizados, se erige una gran catarsis colectiva, primer entierro masivo de trabas,
prohibiciones, pudores, restricciones, frenos, contenciones. Las dos instancias se niegan
y se integran entre sí. Para la moral imperante, Avándaro es un reto desusado. Para
ll búsqueda de alternativas es una Confirmación de la dependencia. Avándaro es una
respuesta autónoma y original y es, también, un hecho colonial, no porque un festival
de rock sea exclusivo de la cultura norteamericana, sino por el reclame básico: duplicar
lin problemas una experiencia ajena; es decir, una vez más, ponernos al día gracias a la
emulación servil [1986, 252; mis cursivas].
Se podría decir que en esta capacidad de asumir los contrarios se compendia una
Verdadera ars política que consiste en aprehender, a través de una poderosa lente de au
mento y una lectura penetrantemente analítica, el fragmento, la miniatura, la instantá
nea donde se condensan en un momento dado las energías históricas de un grupo social,
para luego registrarlas mediante una narrativa densa, elíptica, bifocal. Estrategia que, a
falta de mejor expresión, podríamos llamar una dialéctica de la ironía, en la medida que,
llcmpre guiado por lo que él mismo llama su optimismo escéptico, busca incansable
mente los signos de la creatividad popular aun frente a las pruebas más categóricas de su
avasallamiento. Su propósito evoca, sin duda, las imágenes dialécticas que según Walter
Benjamín irrumpen de improviso produciendo una suerte de epifanía. Es la Jetztzeit, la
presencia del ahora en que convergen la experiencia actualmente vivida (Erlebnis) con
la remembranza de las experiencias acumuladas en el pasado (Erfahrung) [1969, 261;
1999,462]. Esta postura, tan ética como epistemológica, unida a su dedicación sin pau
las por recuperar las prácticas populares y desentrañar la compleja malla de la vida co
tidiana, allí donde se agazapan resistencias e irrumpen alternativas al status quo, sitúan
I Monsiváis como un fundador y un pionero de lo que luego vendrían a ser los estudios
culturales latinoamericanos [Del Sarto et al 2004], Sus crónicas, ocasionalmente salpi
cadas por "teorizaciones al menudeo”, resultan así un modelo de provocación intelectual
donde los planos discursivos se desplazan de modo incesante: "N o nos demoremos ha
blando d e‘mentes colonizadas’ y de‘ilusiones perdidas’ y de‘penetración cultural’. Recri
minar a grandes sectores por lo inalcanzable de sus metas es hundir en el pantano del
moralismo el fenómeno de la ‘reubicación anímica’ consistente en una premisa simple:
hay que vivir como en otra parte, siempre en otro lugar... Interrumpo las‘teorizaciones’
al menudeo.” [1995, 229-230].
Esta estrategia, caracterizada por el análisis sutil y el amplio uso de la ironía como
herramienta crítica, produce textos ricos y fermentativos, abiertos a la interpretación y
la polémica, pero jam ás ambiguos. N o obstante, algunos críticos llegan a extraviarse en
las mallas de su ironía, como parece ocurrir a Linda Egan, quien confunde la confianza
de Monsiváis en las reservas de la creatividad popular, única fuente de su indeclinable
optimismo, con una suerte de aprobación de las supuestas virtudes democratizadoras
del neoliberalismo. Monsiváis ciertamente critica los efectos negativos del "capitalismo
salvaje”, dice Egan, pero el fracaso del neoliberalismo en América Latina no sería atribui-
ble al modelo neoliberal per se, sino a su aplicación ineficaz a sociedades insuficiente
mente preparadas para el ejercicio de la libertad y la democracia, lo cual demuestra que
“es poco productivo imponerle una economía libre a una cultura no capitalista y además
dependiente” donde predomina un "sistema proteccionista, corporativista y centralista
que hoy está totalmente desacreditado”. Las nefastas consecuencias del neoliberalismo
en América Latina en lo tocante al aumento de la pobreza y la desigualdad serían efec
to de la mala gestión del modelo, cuyo fracaso se debería más a las taras políticas y
culturales de la modernidad latinoamericana que a las actividades de las corporaciones
transnacionales, pues si el capitalismo “se gestiona bien, sus poderosos intereses perso
nales son capaces de cortar la pobreza y la desigualdad” [2002, 223]. De acuerdo a esta
interpretación, serían las circunstancias peculiares de América Latina las que habrían
exacerbado las desigualdades y los patrones imitativos del consumo en un espacio social
insuficientemente democrático. El “dilema para las democracias emergentes de Latino
américa”, dice Egan, es que "su propia historia cultural, política y económica se choca
con este paradigma”, pues “el mercado libre parece funcionar mejor en sociedades que
ya gozan de una tradición estable de instituciones democráticas y que disponen de una
ciudadanía predominantemente clasemediera y bien entrenada en el arte de la actuación
autónoma” [2002, 223-7]. ¿Cómo interpreta Egan entonces el examen de la problemá
tica articulación entre modernización económica y modernidad político-cultural que,
como hemos visto más arriba, es una constante obsesión de Monsiváis? Escribe este en
“Duración de eternidad":
Concedido: si el paradigma de la modernidad no funciona, las otras formas de mo
dernidad, la social y cultural, las individualizadas, carecerán de espacios. Pero por lo
mismo, si no se produce esa otra modernización, de índole humanista, la paradigmática
sólo acentuará la miseria y la infelicidad de la mayoría, radicalizando la desigualdad, y la
subordinación [1992,42].
— The Arcades Project. Howard Eiland y Ke Martín-Barbero, Jesús. De los medios a las me
vin McLaughlin, trads. Cambridge, MA- diaciones. Barcelona: Gustavo Gili, 1987.
London, England: The Belknap Press of
Harvard University Press, 1999. Monsiváis, Carlos. Días de guardar. México:
Era, 1996 [1970].
Bhabha, Homi K. The Location of Culture.
London: Routledge, 1994. —. Escenas de pudor y liviandad. México: Gri
jalbo, 1988 [1981].
Bolívar, Simón. Doctrina del libertador. Cara
cas: Biblioteca Ayacucho, 1979. —. Amor perdido. México: Secretaría de Edu
cación Pública, Consejo Nacional de Fo
Corona, Ignacio y Beth E. Jorgensen, eds. The
mento Educativo, 1986 [1977].
Contemporary Mexican Chronicle. Theo
retical Perspectivas on the Liminal Genre. —. Entrada libre. Crónicas de la sociedad que se
Albano: State University of New York organiza. México: Era, 1987.
Press, 2002.
—. "Duración de eternidad” Nexos 172
Del Sarto, Ana, Alicia Ríos y Abril Trigo. The (1992): 37-45.
Latin American Cultural Studies Reader.
Durham: Duke University Press, 2004. —. “¿Tantos millones de hombre no hablare
mos inglés? (La cultura norteamericana y
Dorada, Renata. “Carlos Monsiváis y
México)", en Simbiosis de culturas. Los in
la globalización” Satiria. República de las
migrantes y su cultura en México. Guiller
letras. (2002) http://www.satiria.com/
mo Bonfil Batalla, comp. México: Conse
libros/anus 2002/opinion/opinion re-
jo Nacional para la Cultura y las Artes/
ves/monsivais.htm
Fondo de Cultura Económica, 1993.
Egan, Linda. “Neoliberalismo y desaliento en
—. "Los narcos: la industrialización del cri
Aires de familia de Carlos Monsiváis". Re
vista de Crítica Literaria Latinoamericana men, la moral del espectáculo”, en Los mil
28.56 (2002): 219-235. y un velorios. México: Alianza Editorial,
1994.
Franco, Pilar. "Leaving future ge
nerations with the right to breathe —. Los rituales del caos. México: Era, 1995.
once every three days” Tierramérica
— . “México en su sitio. México
(31.03.2003)http://www.tierramerica.
en Chicago” University of Illinois at
net/english/2003 /0 3 3 1/ ipreguntas.html
Chicago (1998) http :/ / tigger.cc.uic.
García Canclini, Néstor. Culturas híbridas. Es edu/~marczim/mía c/papers / monsiváis.
trategias para entrar y salir de la moderni htm—. Aires de familia. Cultura y sociedad en
dad. México: Grijalbo, 1989. América Latina. Barcelona: Anagrama, 2000.
- " .“México desde el 11 de septiembre” Fractal L a Jornada (08.01.01) http://www.ezln.
6.22 (2001): 9. http://www.fractal.com. org/entrevistas/20010108.es.htm
mx/ F22monsiv.html
Quijano, Aníbal. "Colonialidad del poder,
— . "México in a Nutshell” ReVista: eurocentrismo y América Latina". En Lan
Harvard Review of Latín America (Fall der, Edgardo, ed. La colonialidad del saber:
2001)http:// drclas.fas.harvard.edu/publi' eurocentrismo y ciencias sociales. Perspecti
cations/revista/mexico/monsivais.
vas latinoamericanas. Caracas: UNESCO,
— . "La globalización impone un 2000,281-348.
nuevo estilo de vida” Radio Nederland
Santiago, Silviano. The Space In-Between. Es
(23.07.02) http://www.rnw.nl/infor'
says on Latin American Culture. Durham:
m arn/tml/cpa020723 monsivais.html
Duke University Press, 2001.
' —."Que se lleven sus matanzas a otra
parte, que no me dejan ver la telenovela”. Schwarz, Robert. Misplaced Ideas. Essays on
L a insigna. Revista de Prensa (14.06.2003) Brazilian Culture. London: Verso, 1992.
http:// www.lainsignia.org/2003/junio/
Thelen, David. “Mexico’s Cultural Landsca
cul 033.htm
pes: A Conversation with Carlos Monsi-
' " y Hermann Bellinghausen, “M ar váis” TheJournal oj American History 86.2
cos, gran interlocutor’. El diálogo persiste.” (Septiembre 1999)
La escritura de la experiencia carcelaria
en el Uruguay posdictatorial
Anna Forné*
Las manos en el fuego (1985) es el tes- te, algo que no cabía en la cabeza de
timonio de David Cámpora, recogido y na todos los días, acababa de ocurrir en
rrado por el periodista uruguayo Ernesto aquella casa y el azar —no solo el azar,
González Bermejo. A nivel paratextual este es cierto- había querido que él estu
relato reproduce la fórmula testimonial, viera allí. (11)
desde la dedicación a Luis e Ivette Marti-
rena, en cuya casa se escondía David Cám
pora hasta su caída el 14 de abril 1972, a En el testimonio de David Cámpora,
los epígrafes por medio de los cuales, por las fuertes marcas narrativas del mediador
un lado, se establece el carácter contraofi refuerzan este vínculo entre lo personal y
cial del discurso y, por otro lado, se afirma la lo colectivo. Este lazo además queda re
autenticidad del testimonio. Aparte del co forzado por las diferentes trazas textuales
metido contestatario, se destaca la voluntad que coexisten en la narración. En forma
de resignificar las acciones armadas de los de soporte documental están las notas a
tupamaros. Si bien el relato de González pie de página que contienen datos verifi-
Bermejo inicialmente se adapta al modelo cables acerca del destino de los militantes,
testimonial, las máquinas narrativas em las condiciones carcelarias o hechos his
pleadas con el fin de gestionar el mandato tóricos importantes. La función de estos
de testimoniar difieren de las que tradicio detalles es establecer el pacto de lectura
nalmente se asocian con la narrativa testi deseado, prefigurar al lector modelo y así
reforzar la credibilidad documental del re
monial. En vez de presentar la historia en
lato. Por otra parte están los fragmentos
forma lineal y cronológica, el relato se es
textuales en forma de cartas escritas du
tructura como una serie de fragmentos de
rante el encierro, que destacan las dimen
memoria que cada uno tiene su punto de
siones personales de la historia. Por medio
arranque en un episodio trascendente de
de éstas se gestiona un relato que, desde lo
la vida del protagonista. De esta manera, la
personal, refuerza la versión historiográfi-
experiencia personal se transforma en evi
ca contraoficial y abre las puertas a una re
dencia válida en el proceso de reescritura de
significación de las acciones del M LN-T.
las causas del estado de guerra interna de
clarado el 15 de abril de 1972, coincidente Si bien el testimonio de Lilián Celi-
con la desintegración de los tupamaros y la berti, mediatizado y editado por Lucy G a
caída del protagonista: rrido en M i habitación, mi celda (1990), se
estructura según el formato testimonial
de la autoverificación textual y funda-
Fue un infarto nacional: ese atar mentación paratextual, el procedimiento
decer del 14 de abril de 1972, en la convencional testimonial de entrevistas
calle Amazonas de Montevideo, un grabadas y trascritas empleado por Celi-
Uruguay había sido rematado a tiros: berti y Garrido no se refleja textualmen
los tupamaros se desmoronaban, la iz te a la manera de Memorias del calabozo.
quierda legal sucumbía, los milicos in En cambio, las modalidades narrativas de
auguraban muy latinoamericanamente este texto forman un collage que incorpo
su dictadura y, aunque nada de esto se ra la voz de la protagonista, mediatizada
supiese entonces, algo sin preceden por la periodista.
Queda establecida desde el principio lector, igual que en Memorias del calabozo
del relato la concepción de la narración y Las manos en elfuego.
testimonial como un relato verídico y ob
En los tres relatos carcelarios analiza
jetivo cuando Libán Celiberti en el prólogo
dos, la transformación de la experiencia en
se sujeta a la definición enciclopédica de la
evidencia se lleva a cabo por medio de un
historia "por pudor, por vergüenza de ha
discurso a dos voces que posibilita que la
blar de mí misma” (7). Asimismo se con
palabra testimonial pueda ser corroborada
solida paratextualmente el valor colectivo
por una instancia anterior a la del lector.
de la experiencia individual: “Esta es una
Mientras que en Las manos en elfuego y en
visión personal de un gran dolor colecti
Mi habitación, mi celda es la palabra me
vo” (7). En una narración fragmentada, de
diadora de un periodista que distribuye y
voces y tiempos entreverados, los pedazos
confirma las experiencias de David Cám-
de la memoria se van formando en retros
pora y Lilián Celiberti, en Memorias del
pectiva a partir del día de la liberación. El
calabozo la validación de las experiencias
relato personal inicial da paso a la recons
mutuas y en parte compartidas se desa
trucción de la caída, montada por la pe
rrolla a partir de la centralidad de los dos
riodista Lucy Garrido, en voz impersonal.
sujetos independientes en diálogo. Es por
El propósito de la narración mediatizada
medio de esta estrategia narrativa que se
parece ser complementar los fragmentos
establece el pacto de lectura documental
personales y cargarlos de la objetividad ga
que corrobora la referencialidad y la au
rante de veracidad y establecer el pacto de
tenticidad de los relatos.
lectura testimonial deseado. La narración
a continuación cede paso al diálogo, en el
que la testimoniante contesta las pregun El registro testimonial en
tas de la periodista que investiga el caso. quiebra
En este sentido M i habitación mi celda es
un testimonio a múltiples voces, plasmado Con la publicación de El bataraz
como un juego discursivo sofisticado entre (1992), Mauricio Rosencof inicia una
lo individual y lo colectivo. Esta fluctua nueva trayectoria en su propia obra narra
ción de voces incluso se da en los pasajes tiva, pero también inaugura una tendencia
que tipográficamente emulan un discurso nueva en la serie literaria del relato carce
trascrito, pero que discursivamente están lario. En esta obra, se desmontan los dis
labrados para disimular las alteraciones positivos narrativos documentales y con
vocales. Los cambios de sujeto de enuncia éstos el pacto de lectura testimonial y asi
ción en todo caso parecen priorizar la voz mismo la conformación de la experiencia
supuestamente objetiva de la tercera per en evidencia. En vez de un sujeto de enun
sona ya que ésta es la inclinación principal ciación íntegro, además corroborado por
de las modificaciones y los refuerzos. De el mediador, la narración de las experien
esta manera, la transformación de la expe cias carcelarias se configura en esta obra
riencia en evidencia se confirma mediante desde la otredad. El desdoblamiento de
una corroboración de la palabra testimo la identidad del personaje, escenificado en
nial por unas instancia anteriores a la del la novela por medio de los diálogos frag
mentados con una serie de interlocutores una reflexión sobre los alcances de la pro
fantasmales, pone a prueba la lógica dis pia representación.
cursiva realista del relato carcelario inicial.
El segundo tomo de las Actas Tupa-
En El bataraz el narrador-protagonista se
maras, constituye el intertexto documental
acerca a lo indecible de la experiencia car
de la historia contada en el primero de los
celaria - lo que no tiene cabida en el marco
relatos, “Punto estrella”, contenidos en Col
del archivo de evidencias - por medio de la
gada de un piolín (2006) de Mirtha Fernán
observación de un otro, su compañero de
dez Pucurull. Si bien es posible rastrear en
celda, el gallo bataraz. Sin embargo, este
el repertorio de "Punto estrella” algunas
Otro contemplado resulta ser el desdobla
marcas referenciales concretas, contras
miento de su propio yo, de modo que la
tando las estrategias narrativas empleadas
historia individual termina siendo la mis
en las Actas y las explotadas en "Punto
ma que la del otro, lo ajeno se convierte en
estrella”, es posible hablar de un giro sub
lo propio y viceversa.
jetivo que produce transformaciones en el
En El bataraz, la escritura de las me material documental. N o se imita el tono
morias de la represión se articula a base oficial, documental y pretendidamente ob
de la imaginación y de la memoria lecti jetivo de las Actas, si bien se recicla parte
va.4 En este entramado de reminiscencias del repertorio. Al contrario, la voz narrativa
y ensoñaciones la intertexualidad — en rechaza la identidad colectiva y se sumerge
su forma más implícita— tanto como la en su propia interioridad y la enumeración
intratextualidad5 desempeñan funciones de detalles se cambia por una repetición de
importantes. En una lectura descontex- imágenes. De esta manera la evidencia se
tualizada de El bataraz, los diálogos de convierte en experiencia, en forma de una
la novela difícilmente pueden entenderse memoria traumática revivida una y mil ve
como presumiblemente reales, ya que los ces en los sueños y en la narración: “Avanzo,
copartícipes son un gallo y dos fantasmas.
avanzo y no llego” (19).
No obstante, el lector también leyente de
Memorias del calabozo, pronto puede darse En“Punto estrella” la reiteración pesa-
cuenta de las muchas marcas intratextua- dillesca de la memoria traumática se impo
les y referentes históricos del testimonio ne y la narración se desvía de la estructura
de Rosencof. Estas inscripciones, en al cronológica de la documentación, eva
gunos casos literales, momentáneamente diéndose en la circularidad memorialística
remiten al protocolo testimonial. En el de la experiencia traumática. Los límites
marco de la novela la referencia textual al entre sueño y realidad se borran hasta que
registro documental, sin embargo, impli el sueño en colores se cumple y la protago
ca un colapso de los fundamentos poéti nista "que es el soñador” (17) despierta en
cos de la serie carcelaria; los comentarios libertad, ve su propia cama filmada en el
metanarrativos ponen en duda al narrador noticiero y escucha a los compañeros leer
testimonial al cuestionar su objetividad y los titulares del diario: “Absolutamente
las mutaciones identitarias no solamente frustrante, pues paso tremendas angustias,
representan el desmontaje de la identidad trabajo, sustos, sacrificios para escapar y,
del protagonista sino también dan pie a cuando lo logro, vuelvo a la cárcel.” (17).
Retomando el concepto de pacto de foto. Otra vez de nuevo y de asombro,
lectura es posible ver en la reescritura de parada en su nueva piel. (15)
la historia oficial (tupamara) de las Actas
que se hace en"Punto estrella” una subver Si bien la distancia temporal posibilita
sión del pacto de lectura testimonial por pensar la cárcel desde otras perspectivas,
medio de la instalación de un pacto de aún así es un gesto casi imposible apartar
lectura ambiguo que mantiene algunos se del colectivo carcelario. La muchacha
vínculos referenciales comprobables con contemplada es la narradora misma, al
el contexto exterior al mismo tiempo que mismo tiempo que representa a todas las
introduce una serie de transformaciones presas. Una y otra vez la mirada vuelve a la
a nivel de la disposición narrativa del voz colectiva "ese nosotras" imprescindible
contexto interior. Paralelamente a la rea para escribir las memorias de la cárcel.
lización de un proceso de ficcionalización
El relato contado en Oblivion ancla
subjetivizante de los referentes reales, se
en la materialidad de los recuerdos. Tanto
conservan los vínculos con el contexto
en el presente de la narración como en el
exterior en tanto que los hechos narrados
pasado narrado, el vacuo temporal se ma
siguen siendo verificables.
terializa en la mirada que refleja fragmen
En 2007 el jurado del Premio Casa tariamente la vida en la cárcel, desde los
de las Americas otorgó el premio de la extremos del absurdo a los movimientos
categoría literatura testimonial a la obra cotidianos. N o es por casualidad que todos
Oblivion de la escritora uruguaya Edda los fragmentos que componen Oblivion
Fabbri. Oblivion es un relato fragmentado, tienen títulos sustantivados que denotan
compuesto por una serie de imágenes de la el espacio concreto de la cotidianeidad car
vida en la cárcel de mujeres Punta Rieles y celaria (El corredor, El trabajo, El cine, El re
las reflexiones posteriores sobre los proce creo, L a reja) ya que es a partir de esta ma
sos de memoria. terialidad del encierro que se plantean los
problemas de la escritura de la memoria y
La escritura de las huellas de la m e
del dolor. De hecho, la única excepción en
moria se realiza en Oblivion desde la
materia de títulos es el fragmento titulado
extrañeza con el propio yo, que invade a Escribir la historia, en el cual la narradora
la narradora a la hora de mirar el p asa reflexiona sobre el alcance de las palabras
do, del que lo único íntegro que queda al escribir los recuerdos carcelarios.
es la mirada:
Oblivion es un relato de espacios y ma
terialidades, del cual están ausentes las ac
Esa muchacha estaba ahí, el tiem
ciones, los movimientos, los acontecimien
po atrapado en un embudo que se lo
tos. En este sentido, el testimonio expresa
tragaba. N o había remedio, éramos
esa muchacha. Eso quiere decir no do en Oblivion abandona el núcleo mismo
que estuviéramos condenadas a serlo, de lo que fue el género testimonial en sus
a representar ese papel. Quiere decir inicios, un relato de hechos, y se convierte
que de verdad el embudo se había tra en una narración de des[h]echos, de hue
gado el tiempo, y la muchacha con sus llas e indicios fragmentarios, expresados
ojos de antes, temblaba en una nueva más allá de lo fáctico:
Quería decir que yo no podía ha Palabras finales
blar de los hechos. Pero no porque
ellos vinieran acompañados de dolor, En los tres relatos carcelarios inicia
como a veces se piensa, sino porque
les analizados, la transformación de la
me parecía que ellos, los hechos, eran
experiencia en evidencia se lleva a cabo
de alguna manera mudos, o que el re
con el fin de testimoniar los crímenes co
lato de los hechos podía esconder todo
metidos durante la dictadura como una
lo que uno quisiera esconder. El relato
de los hechos está unido al recuerdo forma de contrarrestar el silencio oficial
y sé que hay que desconfiar de los re al respecto. Es por medio de la estrategia
cuerdos. (49) narrativa de un mediador o interlocutor
textual que corrobora la autenticidad del
Francisco Tomsich*
qué delirio qué número qué dulce Cae del cielo un Alvaro, si imploro,
vez que agria cada vez qué un nace en mi sombra un Alvaro, si expiro,
transformándose en el y, Alvaro solo y sin razón, me miro,
en éste en otro en ambos
si, Alvaro tanto, a solas, atesoro.
sí pero no y mi mundo
mi alvaridad fluyendo
De Alvaro tanto, más que dueño, avaro,
de calle en calle usándome
me voy llorando al Alvaro más duro
sobre mi voz girando su hoja turbia
para olvidar al Alvaro en que muero.
de grada en grada el eco
cuando abulta
Escribió Pereyra:
su insobornable vientre
en los aires
El problema estaba a la orden del día, Tal vez tenga la forma invisible de un microbio
pero para nosotros ahora tiene un altísmo
O quizá esté en el aletear del vuelo de una mosca
interés. ¿Por qué razón se relaciona pre
cisamente con el surrealismo a la poesía H ay tanto
de Figueredo, y en una fecha tan tardíaí
Tanto espacio para volar mi cuerpo inútil
Esta cuestión, a la que podrían dedicarse
muchas páginas es doblemente interesante Tanto manantial donde poner mis pies frágiles
si tenemos en cuenta que son dos poetas la Tantos redondeles blancos en los ojos cerrados
tinoamericanos que han solido relacionarse
Que en mi inconsciente voluntad de estar así
con el surrealismo los que más han incur-
sionado, en el siglo X X , en la temática jani- N o estoy solo
ca”: Octavio Paz y Alejandra Pizarnik. En
la poética de ambos la imagen del espejo, las
cuestiones de la escisión de la personalidad,
El poema (Megget; 1942, 77) ostenta
la multiplicidad en la unidad y el bifrontis-
un tipo de humor nada frecuentado por
mo son elementos centrales. Y también en Figueredo, pero mantiene con textos de
un poeta uruguayo anterior a MALV, que M ALV cercanías insoslayables. Visible
murió muy joven pero que fue coetáneo de mente, posee un aire de familia con ciertos
Figueredo: Humberto Megget: textos del surrealismo de escuela, e incluso
desliza la palabra “inconsciente” en el mo
mento preciso en el que la multiplicidad
Yo mi sobretodo verde
del yo que es elaborada en el resto del
Yo mi cáscara de nuez poema se resuelve "lógicamente’) racional
mente, casi se diría de una forma prosaica.
Yo mi gota de agua
De hecho, es el final del poema lo que hace
Mi río imposible pensarlo como estrictamente
Mi árbol “surrealista” a pesar de la utilización que
hace Megget de las yuxtaposiciones, la sobre la adopción de algunos elementos
técnica del collage, el humor subversivo surrealistas, o mejor aún, surrealizantes,
e incluso, aunque se trata de una lectura por parte de Figueredo en los poemas de
arriesgada, elementos del “azar objetivo” MALV, la oportunidad de tal suceso y sus
propugnado por Bretón como una técnica consecuencias teóricas en el marco de esta
que permitiría encontrar maravillosas re investigación. En este notable trabajo, Fer
laciones entre lo cotidiano y lo imaginario. dinan escribe:
Pero me limitaré a señalar esta coinciden
cia, o posibilidad de coincidencia, porque
mi interés es relacionar esta lectura de un Se podría decir, entonces, que en
Figueredo que podía ser considerado su América Latina hay pocos ejemplos de un
rrealista no con el bifrontismo, lo jánico surrealismo rigurosa y sostenidamente ex
de Figueredo que consideré “de superficie” plotado y que hay que buscar trazas de su-
más arriba, que quizá podía entenderse realismo y no un movimiento claramente
“alvaridad” u "otromismo” en tanto se ac establecido. La idea de que el surrealismo
ciona en el plano del contenido, del tema en América Latina es sólo un "ingredien
trabajado en el texto, sino el otro, el que te” y no una poética formalizada está ya
oficia de imagen rectora de mi lectura de en Manuel Durán y la retoma Peter Earle
T D P como crítica de M ALV y de los poe para quien “no hay por qué preguntarse si
mas de M ALV como “convenciones" cuya tal o cual escritor es surrealista. M as vale
examinar de qué modo un escritor deter
existencia solo es posible en un mundo
minado asimila o transforma o rechaza los
signado por la fragmentariedad, por una
fundamentos del fenómeno”. (...) tanto
mayoritaria cosmovisión no apolínea, y
Earle como Durán (...) identifican la difi
que, en realidad, ilustran, pero no superan,
cultad de la reconstrucción empírica como
a pesar de lo que podría desprenderse del
un problema de método y por lo tanto no
tono usado por Figueredo en TDP, crí
se plantean la posibilidad de reconsiderar
tico y marcado por el elemento utópico.
el fenómeno mismo, por ejemplo, cuestio
"N o aleja de sí" Figueredo el problema de
nando el supuesto alcance de la penetra
la transformación de esa cosmovisión no
ción del surrealismo y buscando las causas
apolínea en “superstición" apolínea, ya que,
que lo harían de muy difícil asimilación.
considera, el pensamiento de tal posibili
De hecho, estos últimos son presupuestos
dad lleva directamente a la consideración
preteóricos de este artículo. Voy a sugerir,
de la cuestión “adventicia", y tal vez “pri
por consiguiente, cuáles son las razones
mordial” de la ciclicidad de las formas. En
que hicieron que el surrealismo viajara
esa visión de la poesía de Figueredo como
pero no pudiera reproducirse eficazmente
un Jano bifronte, los poemas de M ALV
en América Latina, razones que me llevan
son el rostro que mira al pasado, y sus poe
a pensar que, en sentido estricto, no sólo
mas apolíneos el otro.
no hubo, sino que no podía haber habido,
En un artículo de Valentín Ferdinan ningún proyecto artístico robusto auténti
titulado “El fracaso del surrealismo en camente surrealista en nuestro continente.
América Latina” podremos encontrar al Dado que su impacto es innegable, mi ob
gunas herramientas para echar alguna luz jetivo no es explicar la influencia que haya
podido tener el surrealismo, sino cambiar culmina en la interrogación retórica final
el foco de la discusión y señalar, por una que, partiendo de la inicial, cierra circu
parte, la discrepancia entre el grado de in larmente el poema.” (Miranda, sobre "Yo
fluencia que se le asigna y el alcance real de le decía a Alvaro”)
esa influencia, y por otro, que el supuesto
contenido revolucionario del surrealismo
es mucho menor de lo que se acepta, y su Ferdinan, que considera “nefasta” la
gerir que en muchos casos la adopción de influencia del surrealismo en América La
algunos elementos de la poética surrealis tina, afirma terminando su artículo que la
ta por parte del arte latinoamericano cerró “falta de esperanza, la parálisis frente al esta
más posibilidades críticas de las que su do de cosas, la imposibilidad de cambiar las
puestamente abrió. (Ferdinan, 76) condiciones sociales, todos estos son elementos
que permean la escritura de García Márquez
y que lo han enfrentado a la disyunción entre
Antes de justificar y explorar esta lar lo que construye como su referente artístico y
ga cita, quisiera reunirla con esta otra, de su referente político -un referente que incluye
menor valía y, sin embargo, importantes el concepto de utopía.” El autor traza una ge
resonancias: nealogía de lo "real maravilloso” (de ahí la
referencia al novelista colombiano) como
una falacia derivada de una mala praxis su
Figueredo se muestra receptivo, en rrealista en el continente. Pero lo que me
forma y contenido, a las propuestas de las interesa trabajar aquí es el eje Whitman-
corrientes de principios de siglo. La su vanguardias-surrealismo y su importancia
presión de los signos de puntuación, por para el análisis del problema de las formas
ejemplo, intensifica el dramatismo por la en Figueredo, y la idea de conjunción de
continuidad del discurso. (...) Utiliza re "referente artístico” y "referente político
cursos de las vanguardias, como la disposi que incluye el concepto de utopía” para
ción tipográfica alternante o la utilización profundizar en lo que podríamos llamar el
de abundantes neologismos (alvaridad, "fracaso de M ALV explicitado en T D P ” y
abrilísimo, alvarísimamente) en los que el las características del componente utópico
superlativo, el gerundio, la perífrasis ver del pensamiento de Figueredo, al menos
bal, constituyen eje formal de la construc en el plano estético (pero no sólo en él,
ción lingüística del poema. como podremos ver).
La sustantivación de los artículos En la historia de las formas de la
mediante sustitución (ej: qué un), el en poesía en lengua española, el impacto de
cabalgamiento de los versos, la anáfora Whitman tiene una importancia funda
iterativa como un campas sistèmico y el mental28. El poeta norteamericano es, to
polisíndeton de los primeros versos de la davía a principios de siglo, una referencia
sumatoria interrogativa, son formas de ineludible de los jóvenes escritores lati
expresión auténticamente personales. De noamericanos y el gran rector del verso
Walt Whitman, acaso la alternancia de libre. Whitman, que antes de la publica
versos largos con versos breves, la enume ción de su célebre Leaves of Grass escribió
ración que produce un efecto creciente y una gran cantidad de poemas que seguían
rigurosamente las formas tradicionales de en la “evasión surrealista”, en su descargo,
la métrica inglesa, se convierte luego del Si T D P es el lugar donde Figueredo, a la
resonante éxito de su única obra publica vez que defiende, invalida la poética ilus
da en vida (aunque rescrita radicalmente trada por los poemas de MALV, las con
en cada una de sus sucesivas ediciones) en sideraciones que hemos hecho en los últi
un verdadero revulsivo para los jóvenes mos párrafos nos remiten a una tradición
lectores latinoamericanos. Su influencia (dionisíaca) de la que Figueredo, a pesar
en Borges, por ejemplo, es ampliamente de (y por su misma) ‘juiciosa humildad”,
conocida, como conocida es la influencia cuestiona radicalmente, declara, por decir
del argentino sobre Figueredo. Para Bre lo de algún modo, de época, pero de una
ña (Breña, 355), “Parra y Borges le han época crítica cuyo destino es ser suplan
dado a Figueredo la sugestión de las formas tada por otra, caracterizada por lo que él
y del contenido nuevo." Si bien es probable llama una cosmovisión apolínea. Esta acti
considerar un exceso la observación de Mi tud, sin duda extraña, está signada por un
randa de que de Whitman haya aprendido pensamiento utópico, del cual no conoce
Figueredo la alternancia de versos largos y mos ahora demasiado, aunque es posible
breves, no es absurdo atender la filiación pensar, teniendo en cuenta los poemas
whitmaniana del poeta uruguayo. Por otra de juventud de Figueredo publicados por
parte, no deja de ser curioso, en el contexto Blanca Luz Brum en Justicia (caracteriza
de este estudio, que Whitman haya transi dos por un entusiasmo proselitista muy
tado un periplo opuesto al de Figueredo en apropiado en el órgano periodístico oficial
lo que concierne a la adopción de las formas del Partido Comunista del Uruguay) y la
tradicionales en la composición poética. incitación picassiana de “La Madre”, de
Tampoco es disparatada la observación de MALV, que no sólo está alimentado de
Miranda sobre los abundantes recursos consideraciones estéticas29.
“vanguardistas” de Figueredo en MALV:
Pero Figueredo no nos lleva por esos
es obvia. Resulta evidente que Figueredo
carriles:
ha leído poesía de vanguardia y ha tomado
sus lecciones de surrealismo, como él mis
mo afirma en TDP. En el plano de las for
Aspiro a que el poema, más que como
mas, quizá no sea un elemento esencial al
un producto, logre consumarse, paradójica
análisis, pero si lo es cuando nos detenemos
mente, como un producirse. A que la materia
a analizar las técnicas que utiliza Figuere
artística no encubra totalmente la materia
do en M ALV para lograr "al mismo tiempo
primera, la piedra original. Y a que, de tal
(...) la coherencia del núcleo temático y (...)
manera, cree una ilusión dramática de tem
la irracionalidad del discurso”.
poralidad.
“En muchos casos la adopción de
Manifiesto las intenciones mayores: Jo-
algunos elementos de la poética surrealis
yce, Picasso. Declaro, sin rubor, esta corres
ta por parte del arte latinoamericano cerró
pondencia: la del primer poema del cuaderno
más posibilidades críticas de las que supues
y algún detalle de la Guernica picassiana.
tamente abrió”, escribe Ferdinan, y Figue
redo sostiene con "juiciosa humildad” su fe
Las aspiraciones de Figueredo nos Ambos (la concepción vanguardista
permitirían detenernos largamente (pero del proceso como producto y su deuda
no es el lugar ni el momento) en dos inte con Duchamp, y la presencia de Parra del
resantes problemas. Uno de ellos es la in Riego en Figueredo) nos remiten a un pro
fluencia de Parra del Riego en Figueredo, blema que, al tratar el posible surrealismo
un subtema de un largo capítulo de un li de Figueredo, se evaporaba, pero que no
bro posible dedicado al poeta peruano y su dejaba de entenderse posibilidad, al me
fecunda trayectoria en el Uruguay. Al tema nos en la recepción de M ALV a fines de la
dedica Breña algunas páginas, y en una de década del cincuenta: la inserción de T D P
ellas transcribe un texto extraído del libro en la tradición del manifiesto. Casi al final,
de Parra del Riego Prosas (1943): Figueredo, de hecho, "manifiesta”, al menos
“incitaciones mayores”, pero ya habíamos
adelantado al principio de este trabajo que
Nuestro arte deber ser un compromi uno de los objetivos de éste era discutir la
so de emoción. Algo que tajee y queme. pertinencia del uso del término "manifies
Velocidad, multitud, joyería, dolor; amor, to” para referirse a TDP, porque, ¡a qué
trágicas oposiciones, conflictos acerbos de género literario pertenece? Tiene algunas
la pasión y la inteligencia; formas rudas, de las características de la introducción, la
ágiles, luminosas, del esfuerzo universal. presentación o el prólogo y sus variantes,
Todo en serie de dramáticas y rápidas sín como las "palabras liminares” o los “pórti
tesis (Breña, 353) cos” (bastante utilizados en poemarios y
antologías poéticas hispanohablantes de
finales del siglo X IX y principios del X X ),
Las cercanías lexicales de Parra y Fi aunque cumpla una función diferente en
gueredo llaman la atención, especialmente relación con los poemas del Mundo a la
al final, cuando aparecen los conceptos de vez, ya que “realiza la presentación o defensa
“dramático” y “síntesis” (al que volveremos de una tendencia literaria o nueva estética
al final de este trabajo). El otro problema implícita” (Estébanez Calderón; 878) en la
ha de ser, meramente, sugerido a través obra, y esa es una de las definiciones del
de una cita de la “Introducción” de Gloria manifiesto, aunque no en sentido estric
Moure a las Notas de Duchamp: to30. Sin duda, Figueredo realiza en T D P
una presentación de la poética ilustrada
por los poemas de MALV. Sin duda, reali
Las notas de las boítes, que fueron
za una defensa de la misma, aunque como
cuidadosamente reproducidas según los
hemos venido estudiando, tal actitud de
originales más imprevisibles, superan la
fensiva tiene algunas características poco
“acción” de crear y privilegian el “hacer”, o,
comunes, ya que el carácter jánico de T D P
mejor dicho, el querer hacer o configurar;
no sólo se activa en relación a los poemas
reúnen, en suma, la cualidad autónoma
de M ALV sino que es una cualidad del
del objeto con los deseos, sentimientos
propio texto, que, mediante una delicada
y voluntades del responsable "hacedor”
construcción, se permite afirmar una cosa
(Moure; REF).
a través de su relación con la realidad y ne
garla al mismo tiempo a través de su falta
de relación con la utopía, utilizando para su época ("trasunto de su época”, dirá A. S.
ello un esquema mental que funciona me Visca), contemporánea, típica, aunque de
diante opuestos incompatibles. un modo complejo y sintético. Esta aseve
ración no provoca asombro en nuestra lec
Para Estébanez Calderón el término
tura del texto a 51 años de su publicación,
“manifiesto” es “de origen latino (manifestáis,
y es estrictamente coherente con todo lo
manifestare: manifiesto, dar a conocer) y
afirmado hasta ahora sobre un T D P que
...alude a la publicación de un texto es, a la vez que un diagnóstico de una épo
breve (en una hoja suelta, folleto, periódi ca, su crítica, y un autodiagnóstico (de
co, revista, etc.) por parte de un grupo o M ALV) a la vez que una autocrítica. De
movimiento político, religioso, filosófico, modo que el "manifiesto” figuerediano es
artístico o literario, en el que se exponen muy peculiar: si "defiende unas determi
y defienden unas determinadas doctrinas nadas doctrinas o programas de acción" a
o programas de acción, que en la mente posteriori, en tanto son las doctrinas y pro
de sus promotores, conllevan novedosas gramas de acción de los poemas de MALV,
o revolucionarias formas de progreso con no es un "promotor”, en sentido estricto,
respecto a lo anteriormente establecido de esas doctrinas o programas, porque no
en los respectivos campos. (...) el térmi cree que éstas conlleven “novedosas o revo
no “manifiesto” sólo comienza a utilizarse, lucionarias formas de progreso con respecto
(...) desde finales del siglo X IX y tendrá a lo anteriormente establecido”: los poemas
su período de esplendor en las dos prime de M ALV son, en realidad, reaccionarios,
ras décadas del siglo X X con la aparición si creemos en el diagnóstico de Figueredo
de los movimientos de vanguardia. (Esté (y, a modo de ejemplo y para uno sólo de
banez Calderón; 643-44). los factores estudiados en este trabajo)
aceptamos las conclusiones de Ferdinan, y
dado que Figueredo ostenta un esquema
Ya para 1935, afirma Hugo J. Verani, dualista y cíclico de concepción del deve
"la vanguardia deja de existir en cuanto tal: nir histórico, las ideas de "progreso” o “no
la pretensión de destruir la cultura hereda vedad” deberían resultarle bastante ajenas.
da ya no tiene vigencia y sobreviene un pe Es por eso que T D P es un manifiesto já-
ríodo de reconstrucción, de consolidación de nico, bipolar y oximonórico. También los
las posibilidades expresivas”. Es interesan poemas de M ALV ostentan estas cualida
te notarlo, porque la voluntad de síntesis des. También la obra entera de Figueredo,
que opera en Figueredo y se evidencia no indecisa entre el orden y el delirio, sino
en el análisis de MALV, una voluntad de consciente de la imposibilidad del prime
síntesis entre elementos tomados de dife ro y la inaceptabilidad del segundo en un
rentes vanguardias (cubismo, surrealismo, mundo cultural políticamente trizado. O,
utraismo) y tendencias de escritura de los si se quiere, diversificado. Si los poemas
primeros años del siglo X X 31, amén de de M ALV quieren ser una síntesis de un
otros elementos que podrían dar cuenta mundo pasado, desde el dibujo rupestre a
del “inagotable repertorio” que mentara la evasión surrealista, en clave no apolínea,
antes, hace pensar que Figueredo preten y trasunto de su época, T D P expone sus
de componer una obra representativa de límites utópicos.
Conclusión dogma poético, como afirma el autor en el
primer párrafo, a pesar de que ampara y
socorre el dogma poético de MALV. No
Extraña búsqueda la de este escritor,
oscuro anhelo de unidad el suyo. En últi establece o ampara, “por virtud estadística”
ma instancia, lo jánico se vuelve la única un canon provisional en el que encaje su
certeza de Figueredo, el formulario mítico experiencia personal en la poesía suya, en
que le permite tener fe en un repertorio sí, a pesar de que establece o ampara un
(una tradición) que excluye a la otra en canon provisional en el que encaja su ex
términos absolutos, en términos de re-
periencia personal en la poesía de MALV.
presentatividad, por ejemplo, de una obra
Furtivamente da un testimonio del mundo
en su época. O, para decirlo en términos
marxistas, de su capacidad de dar cuenta de la poesía, señala una coincidencia de
de lo típico. Es por eso que el objetivo de masiado habitual, y el el último párrafo de
este trabajo era dar demostrar que Figue T D P es, en definitiva, una claudicación
redo organiza en M ALV un discurso de teñida de nostalgia, nostalgia que encon
grandes pretensiones: “nada menos que traremos, bajo otras formas, en muchos
dar cuenta de un estado de ánimo estéti poemas de Figueredo excluidos de o pos
co llevando sus premisas hasta sus últimas
teriores a MALV:
consecuencias, a la vez que sienta, en el
mismo libro, las premisas de su propia ne
gación”, y que esa “es la dualidad de la que
se ocupa este trabajo, y que nos permitirá Y basta de retórica, mientras cruje este
decir que T D P es un “manifiesto jánico”. mundo, que no es, ciertamente, el tuyo, oh
N o aspira a formular o socorrer ningún apolíneo Jenófanes de “El Todo es Uno”32 G &
1. Seguim os en algunos casos el texto (proba rrativa de Francisco Espinóla" (Paraninfo de la
blemente escrito por Amalia Baria) "Trayectoria Universidad, 1942), "La poesía de Parra del Rie
biográfica" incluido al final del volum en P o e sía g o " (Am igos del Arte, 1945).
(págs. 129-30), en otros la "M icrobiografía" que
presenta Tom ás Breña en su ensayo dedicado 11. Págs. 59-62 y 63-65, respectivamente.
a Figueredo (incluido en E x p lo ra c ió n estética,
Tomo I, págs. 345-350) y en otros la reseña bio 12. U n o de los primeros en destacar este aspec
gráfica que incluye H. E Pedem onte en su anto to fue H. E. Pedem onte (Pedemonte; 169). Pos
logía N u e v a P o e s ía U r u g u a y a (Pedemonte; 225), teriormente, es u n o de los núcleos del análisis
en la cual la fecha de nacimiento de Figueredo que Alvaro M iranda hace de su obra. Arturo
es, erróneamente, 1908. El m ism o error comete Sergio Visca habla, en un artículo publicado en
Bordoli (Bordoli; 34). A lgu n o s datos surgen de El C iu d a d a n o el 27 de febrero de 1957 (y repro
Investigaciones personales; los textos de Figue ducido en el núm ero 3 de L a B a lle n a d e papel),
redo publicados en Ju sticia fueron consignados de "el prolijo cuidado en la selección de sus rit
por el Lie. Claudio Paolini (FHUCE, PRODLUL). m os verbales"
La "Ficha Biográfica" incluida en la página 13 de
13. Renard (Renard; 26-27) hace una larga lista
la revista L a B a lle n a d e P a p e l N° 3 agrega tam
de poetas incluidos en su antología que "sont
bién algu n o s datos de importancia.
nés ou ont vécu dans l'interieur du pays"y a n o
2. P o e s ía y c a n c ió n p o p u la r: s u c o n v e rg e n c ia en ta que "le cas d'Alvaro Figueredo est un cas ex
el s ig lo XX. U r u g u a y 1 9 6 0 -1985. Montevideo, Wil- tréme. Né a Pan de Azúcar, il resolut de ne pas
frid Laurier University/ Librerías Linardi y Risso, quitter son village d'origine."
2005.
14. La cita de Renard (Renard; 27) que transcri
3. El texto integra el volum en C e rta m e n p o é bim os en la nota anterior es una traducción de
tico Florida, 25 de A gosto de 1944 (Florida, El un texto de Esther de Cáceres titulado “H om e
H eraldo, 1944) junto con los otros dos poem as
naje a Alvaro Figueredo"incluido en L a B a lle n a
premiados. d e P a p e l N° 3, págs. 3-4.
4. Para H. E. Pedemonte,"Celebración de Barto 15. Breña cita una carta de Figueredo del 8 de
lomé Hidalgo" Seguim os, en este caso, la ver junio de 1962, en la que éste afirma que Des
sión autorizada por la viuda en Poesía. vío de la Estrella es "inválido estéticamente" y
lo define com o un "muestrario de influencias"
5. Éste último com partido con Hum berto Za- (Breña, 1968; 5). El problema del tráfico de
rrilli. influencias de la poesía de Figueredo y sus
principales m entores (Parra del Riego, Borges,
6. A lgu n o s títulos son citados en el texto "Tra Oribe) es,casi sin excepción,el único problema
yectoria Autobiográfica" de P oesía. En la "Ficha que ocupa a Breña en sus varios trabajos dedi
biográfica" incluida en L a B a lle n a d e P a p e l N° 3 cados al poeta uruguayo.
se dice que fue"colaborador"de F á b u la (La Pla
ta), P o e s ía d e A m é ric a (Méjico) y Lírica H is p a n a 16. La noción de "paratexto" de Genet remite a
(Caracas). todo aquello "po r lo que un texto se hace libro
y se propone com o tal sus lectores, y m ás g e
7. Antología, selección y estudio de José Emilio neralmente, al público" (citado en Estébanez
Pedemonte, Madrid, Ediciones Cultura Hispáni Calderón; 804).
ca, 1958
17. M a s allá de ciertas divergencias term ino
8. De Walter Reía. Montevideo, Alfar, 1994. lógicas, el análisis de Alonso nos será útil, al
estudiar (Capítulo 2) el problema de la forma
9. Lo excluyen varias importantes antologías en la obra de Figueredo, don d e me extenderé
recientes (de Roberto Apratto, Am ir Hamed sobre el problem a que aquí me conform o con
y Sylvia Lago/ W ashington Benavides/ Rafael esbozar.
Courtoisie).
18. Especialmente en su obra M in im a M o ra lia
10. A lgu n o s títulos: "La poesía de Roberto y (Madrid.Taurus, 1998)
Sara de Ibáñez" (Ateneo de Montevideo, 1947),
"La conflictualidad fáustico-cristiana en la na 19. EI término "im agen" es atractivo, pero tiene
la desventaja de referir a tipos de objetos m uy 26. Cf. Estética d e l s ig lo X X , de M ario Perinola.
distintos en, al m enos para Debray (Debray; Madrid, Visor, 1999.
178-179) tres épocas m uy diferentes de la cul
tura de Occidente. El término "sím bolo" es más 27. En su M é trica e s p a ñ o la del sig lo X X , Madrid,
preciso, pero en todo caso, remite a una "forma Gredos, 1969.
sim bólica" previa. El análisis de Cassirer en su
Filosofía d e la fo r m a s sim b ó lic a s ha sido certera 28. "Los orígenes del verso libre m oderno se re
mente criticado por Blum enberg cuando dice m ontan al período del preromanticismo, pero
que "la teoría de las form as sim bólicas permite com o sistema específico cristaliza sólo en la
poner en correlación los m edios de expresión segunda mitad del siglo XIX. C uando se habla
del mito con los de la ciencia, pero con una re concretam ente de los com ienzos del verso li
lación históricamente irreversible y dando una bre moderno, se recuerda el nom bre del poeta
ventaja, irrenunciable, a la ciencia com o termi norteamericano Walt W hitm an." (Belic, Oldrich,
nus ad quem "(Blum enberg; 59) pág.552)
20. En el sentido usado por Walter Benjamin. El 29. Aq u í es abre otro cam po de investigación
término ha pasado a ser de uso frecuente en el posible, el ideario de Figueredo y el destino
estudio de las configuraciones sim bólicas fre inmediato, la recepción más próxima al autor,
cuentadas por un autor o un gru p o de autores. de MALV.
21. Éste último, de connotaciones metafísi 30. C om o ejemplos de este tipo de escritos, el
cas m uy fuertes, remite al relato platónico (El español Estébanez Calderón en su D ic c io n a rio
B a n q u e te ) de que los hom bres eran, origina d e té rm in o s literarios hace referencia al prólogo
riamente, seres esféricos, luego fragmentados. de Alcalá Galiano a El M o r o Expósito, del D uq ue
En el cuento de Jorge Luis Borges El A le p h , se de Rivas y afirma que se trata de "un especie
da cuenta de una angustia metafísica de la de manifiesto rom ántico"y tam bién recuerda a
multiplicidad que proviene de la observación Zola y su prólogo a su obraThérese Raquin,que
de un objeto esférico que contiene en sí todas sería un ejemplo del m ism o tipo, esta vez para
las im ágenes de las cosas, pero que el suceso el Naturalismo francés. También el historiador
relatado da cuenta de una dualidad: sólo una de la Poética Lubom ir Dolezel afirma, al tratar
persona por vez puede mirar el Aleph. el texto francés (y no el original alemán) del
ensayo de Hum boldt sobre la obra de Goethe
22.Según Jung (Jung; 93) "Todo ser creativo es Herm ann y Dorotea que éste "se puede inter
una dualidad y una síntesis de rasgos paradó pretar com o un manifiesto em otivo de carácter
jicos. Por una parte es personal-humano, por programático." (Dolezel; 98) Esta observación
otra constituye un proceso impersonal y crea es valiosa, porque el texto de Hum boldt al que
tivo." Este nivel de análisis, que no nos interesa hace referencia puede considerarse un "m ani
aquí, puede m uy bien ser atraído por la lectura fiesto" de una "poética m orfológica" sólo com o
que hace Figueredo del mito de Narciso. interpretación a posteriori.
23. En L o s m ito s g rie g o s. Madrid, Alianza, 1985. 31. Para "La M adre" el primer poem a del libro,
que según Figueredo ostenta una "correspon
24. El término, que yo sepa, ha sido utilizado dencia" co n "a lgú n detalle de la Guernica picas-
sólo por mí y por Luis Bravo en su trabajo "La siana"podría ser útil, en este contexto, recordar
generación poética de los ochenta (Historia una frase apologética de Palau i Fabre sobre le
crítica abreviada)" publicado en el semanario célebre cuadro del pintor español, "¿C ó m o se
B re c h a el 24 de marzo de 2006. Una primera explica que elem entos tan dispares com o el
versión de dicho ensayo fue publicada en el realismo, el cubismo, el surrealismo, el curvís
dossier"La culture uruguayenne entre deux es- imo, los papeles pegados, hayan p od id o her
poirs (1980-2005)"coordinado por Raúl Caplán m anarse y vivir arm ónicamente y aún formar
en la revista Les L a n g u e s n é o la tin e s (setiembre unidad?"(Palau i Fabre; 17).
de 2005, N° 334, París, Francia)
32. No es posible afirmar con seguridad de
25. A d o rn o hace una aguda y durísima crítica d ón d e extrajo Figueredo la (falsa) cita del poe
de Spengler en el fragm ento 22 de M in im a M o - ta presocrático Jenófanes de Colofón, nacido
ralia (A d o rn o ; 41 ) en Jonia en el siglo VI a. C., que en n in gu n o de
los fragm entos conservados de su obra afirma
tal cosa,aunqueTeofrasto,a quien ataca Aristó "el primer cielo"). Esta interpretación implica,
teles cuando trata la obra de Jenófanes, le atri sin duda, que dios se identifica con el mundo,
buyó una identificación entre dios y el m undo que es lo que parece que supuso Teofrasto (...).
y que "la totalidad de lo existente es una sola Aristóteles debe haberse equivocado en este
cosa" (Kirk, Raven, Schofield, 223). Aristóteles caso, porque ¿cóm o podría el dios ser inmóvil,
supone que "el dios uno de Jenófanes no es, en si se identifica con un mundo, del que expresa
m odo alguno,físico, sino que es la totalidad de mente dice que se m ueve (...)? (...) No es posi
las cosas existentes, com o el Ser de Parménides ble, sin embargo, que Jenófanes haya resuelto,
[su discípulo]. Pero es m uy difícil que pudieran de un m od o preciso, el problema de la relación
haber sostenido esta creencia, si es que su poe local del dios, por un lado, y la multiplicidad
ma tuvo una cierta semejanza con los escritos del mundo, por otro (que no puede haber pre
de los milesios."Para los autores del clásico Los tendido rechazar) y Aristóteles, al considerarle
filósofos presocráticos, com o un eleático primitivo, descam inó a toda
la tradición antigua en este punto. (Kirk, Raven,
Es significativo que no adujera Aristóteles, en Schofield, 223)
este caso, el N ous de Anaxágoras (fuente últi
ma del m ovim iento y el más sutil de todos los El cándido error de Figueredo no deja de tener
cuerpos, que penetraba com pletam ente algu interés si tenem os en cuenta la im agen "apolí
nas cosas,aunque no todas) para ilustrar la divi nea" que se hace de Jenófanes. En realidad, su
nidad de Jenófanes. En su lugar hizo la críptica uso del término es ecléctico (a pesar de la op i
observación de que éste "con sus ojos puestos nión de Breña), lo cual le confiere a su reflexión
en el m un d o todo dijo que lo Uno era dios" sobre la "ciclicidad de las form as" su vaguedad
(difícilmente puede o u g a v ó g significar aquí conceptual característica.
Dilemas de la identidad
y construcción de "lo masculino"
en El posible Baldi
Teresa Porzecanski
H a sido casi un lugar común decir que tamente la cualidad de sus propios per
el escritor vive, a través de sus personajes, sonajes. La construcción de los mismos
varias vidas; en algunos casos, como el está velada por una cuota de opacidad
de Pessoa, a través de heterónimos que siempre presente, articulada como una
divergen en estilos literarios y hasta se ambigüedad que sugiere varios relatos
animan a contestar la propia obra del es simultáneos. El personaje, en tanto mis
critor que les dio vida. En otros casos, au terio para el propio escritor, es el centro
tores, tramas y personajes esconden pre de este tipo de narrativa.
disposiciones de la ficción con múltiples
dobleces que sugieren sistemas paralelos El sujeto en la ciudad
de vidas simultáneas.
Es el caso de Onetti cuando utiliza Después de publicar el cuento "Aveni
el recurso de la multiplicidad identitaria da de Mayo-Diagonal-Avenida de Mayo”
como elemento clave en el argumento de en La Prensa, Buenos Aires, 1933, aparece
un desarrollo narrativo. Podría hablarse "El obstáculo" en el diario La Nación, en
de identidades fluctuantes que habitan a 1935, y al año siguiente,"El posible Baldi”.
un tiempo el mismo personaje. Se diría Es probable que estos tres cuentos con
que coexisten como espectros de aquella tengan ya los indicios de algunos tipos de
otra, la identidad “social” manifiesta. personajes que se desarrollarán más tarde,
en el resto de la obra onettiana.
Desde el punto de vista de las con
diciones de producción del relato, podría
pensarse que Onetti aparece como un Ya en "Avenida de Mayo...”, se introdu
autor que no acaba de dibujar comple ce el marco que condicionará muchos de
y carreras de automóviles interfieren en su En El posible Baldi [8], Onetti con
caminata, e invitan a Suaid a una ensoña voca esta temática que sería prevalente en
ción fragmentada e inconexa. Situado en la segunda mitad del siglo X X : la proble
el limbo entre realidad y sueño, el prota mática del hombre urbano— “el hombre
gonista parece vivenciar una tras otra las gris” [9]— inmerso en una sociedad de
escenas del distanciamiento de lo real en masas, cuyos alambicados itinerarios en
la forma del extrañamiento, la alienación el trabajo y la sobrevivencia, lo instalan
o el desvarío. como antihéroe por excelencia. Dentro
del contexto de la literatura producida
en el siglo X X , el tema de la ciudad y el
Dentro de este estado de agitación, sin hombre alienado en ella, integrando lo
embargo, de repente aparece una suerte de que pensadores como D. RiesmanflO]
calma ("Entonces se vio, pequeño y solo, denominaron en los 50’"la muchedumbre
en medio de aquella quietud infinita que solitaria”, es un ser anónimo, divorciado
continuaba extendiéndose.”) Una perspec de tradiciones, clanes y linajes y, utilizan
tiva más abarcadora le otorga conciencia do los términos del existencialismo de la
aguda de su propia insignificancia pues se época, "arrojado” a un tipo de libertad sin
miraba a si mismo como a un otro cuando sentido, que al tiempo que parece ofrecerle
“se miraba desde montones de metros de todas las alternativas, también lo intimi
altura, observando con simpatía el cor da y lo angustia. De este sujeto, hombre
te familiar de los hombros, el hueco de "gris”[ l l ] modelado por las burocracias
la nuca y la oreja izquierda aplastada por y los órdenes de una civilización discipli-
el sombrero.” Esta perspectiva de zoom, nadora, emerge como prototipo el Baldi
posibilita una primera disociación de la abogado, que gasta las suelas de sus zapa
identidad y sugiere un primer proceso de tos trajinando las calles de Buenos Aires,
despersonalización: pensarse a sí mismo cargando expedientes y apretando en la
como un otro. mano los honorarios cobrados por el caso
Vergara-Freider. El futuro inmediato de
este sujeto será una sesión de peluquería
y el encuentro nocturno con su novia en
Modernidad y alienación Palermo, actividades programadas y previ
sibles, que aspiran a emular la felicidad.
Riesgo y aventura
El riesgo, el misterio, la necesidad pro
funda de exploración (de continentes, de
Otros atributos, adicionales, de lo personas, de ideas) contribuyen a man
masculino refieren a tener la sensación de búsqueda de inten
sidad vital. Se trata de re-encontrar esa
la necesidad de riesgo y aventura, pre
tensión que no aparece en la rutina de la
sentes en la retórica del cine y la literatura
vida cotidiana. Así implicada en la elabo
que hacen eclosión en la mitad del siglo
ración de género, la aventura propone un
X X , muchas veces vinculados con la vio
tipo de masculinidad reñida con la vida
lencia en diferentes modalidades y grados.
organizada, repetitiva, regular, coherente y
previsible de Baldi. En antítesis a ésta, ser
La idea de que la aventura y el ries “ un hombre” significa una ruptura y elpe-
go— aun si imaginarios— contribuyen a regrinaje por los ámbitos de la sorpresa y
expandir y aumentar la experiencia vital, la incertidumbre.
reducida y empobrecida por la reiteración
de la vida en la sociedades urbanas “civili
zadas, es fundamental. Mientras que, con Al compararse a sí mismo con el mo
la vida común y corriente y las activida delo de hombre inventado para recupe
des laborales regulares, establecemos "una rar la intensidad vital, Baldi finalmente
relación orgánica con el mundo”[36], la descubre "que la vida es lo que no puede
aventura configura una ruptura y "conlleva hacerse en compañía de mujeres fieles ni
el gesto del conquistador”[37], el aprove hombres sensatos”. [41] Por ese fatal des
chamiento rápido de la oportunidad” [38]. cubrimiento es que comienza a odiar a la
Según Simmel, "la aventura es un enclave mujer a la que había querido primero des
del contexto de la vida, algo arrancado de lumbrar, y "hubiera dado cualquier cosa
éste, cuyo principio y final carecen de vin por no haberla encontrado”. [42] Porque
culación con la corriente en alguna medi es justamente en este punto, en que la fun
da homogénea de la existencia, al tiempo ción catártica de lo femenino amenaza a la
que (...) se conecta con los instintos más figura apenas satisfecha del hombre: Baldi
secretos y con una intención última de la no puede negociar su propia identidad ni
vida”[39]. con sus "otros” Baldi, ni con "lo femenino”
de la mujer que lo escucha, la que configu
ra para él otra alteridad radical. Y es por
Hay, por lo tanto, en estos atributos eso que habrá de pagar su fabulación con
de lo masculino, un sentimiento de ruptu el paradójico precio de la angustia
ra, de principio y de final con respecto a lo
previsible, emoción que exalta la vivencia
del aventurero. “Lo que hace de la simple
[1] Ver Mons, Alain. 1994. L a m e tá fo ra s o c ia l Academ ia"y"Josefina, la cantora o el pueblo de
Im a g e n , territorio, c o m u n ic a c ió n . Nueva Visión, los ratones" Editorial y Librería G o n c o u rt, Bue
Buenos Aires. 266 pp. nos Aires. Introd. y traducción del alemán de
Oscar Caeiro. Pp.21 -38.
[2] En Mons, A. Op. Cit. aparece la publicidad
visual com o maneras de extrapolar al sujeto
de sus m arcos "reales"y hacerlo existir mental [20] Ibid.pp.251.
mente en "otros paisajes" El concepto es"deste-
rritorialización" [21] Ibid. Pp. 255.
[7] Augé, M. 1993. L o s "n o lugares". E s p a c io s del [26] Onetti, J.C. 1974. Op.Cit. pp. 26.
a n o n im a t o . U n a a n t r o p o lo g ía d e la s o b re m o d e r
nid a d . Gedisa, Barcelona. [27] Blanch, A. Op. Cit. pp. 381.
[11] "gris" en sus varios sentidos acumulados. [32] Ibid. Pp. 160.
Ver Bayce, B.Op. Cit.
[33] Ibid. Pp. 160.
[12] Blanch, A. 1995. El h o m b r e im a g in a rio . U n a
a n t r o p o lo g ía literaria. Universidad Pontificia [34] Ibid. Pp. 164.
Comillas, Madrid. Pp. 129.
[35] Ibidem.
[13] Blanch, A. Ibid.
[36] Simmel, G. 2002. S o b r e la aventu ra. E n s a y o s
[14] Blanch, A.Pp.131. d e Estética. Barcelona: Península, pp. 26.
[19] Kafka, Franz. 1976. "U n Informe para una [42] Ibid. Pp.27.
Pedro Piccatto (1908-1944)
Jorge Albistur
El año pasado se cumplió el centenario de este poeta, sin que hubiera una revisión crítica de su
obra. La editorial Botella al mar proyecta una reedición, pero no hay todavía fecha cierta para
este acto dejusticia. Es difícil leerlo hoy, pues se ha vuelto casi inaccesible el excelente libro
deJuan María Fortunato que reunió sus textos fundamentales
(“Pedro Piccatto: la vida a una sola carta”, Montevideo, 1988).
Este trabajo procura, antes que nada, luchar contra el olvido.
Alfredo Alzugarat
Introducción
N o resulta aventurado afirmar que la En rigor, todo el orbe se hallaba vi
literatura, en todas sus dimensiones, ad viendo una época singular, decisiva para el
quirió durante la década de los sesentas, resto del siglo en los más diversos órdenes.
posturas acordes con la conmoción so Los avatares de la guerra fría no sólo de
cial y la crisis económica que vivía el país. rivaban en la coexistencia pacífica o en la
Aquée Uruguay democrático, país de cla construcción del muro de Berlín. Para la
ses medias, ínsula utópica más vinculable periferia del mundo quizá lo más impor
a Europa que al resto de América, fue tante fue la fase de desarrollo y expansión
progresivamente perdiendo toda consis que alcanzaban los procesos de liberación
tencia. H asta entonces “la ejemplaridad nacional, evidenciable en el despertar anti-
acatada para el Uruguay, para América colonialista del continente africano, en la
Latina y para los uruguayos mismos, era guerra de Vietnam y, más cerca de noso
cosa juzgada, se presumía bien adquirido tros, en la revolución cubana (1959) y en
para siempre”, reflexionaba Alberto Me- el enjambre de movimientos guerrilleros
thol Ferré, “el país se sentía venturosa y que, siguiendo ese modelo, se diseminaron
sensata excepción a las 'bárbaras trage a lo largo de América. Paralelamente, en
dias latinoamericanas” [Methol Ferré, I, el mundo desarrollado contraía inusitada
1971]. La crisis, no coyuntural sino clara fuerza lo que, desde una perspectiva más
mente estructural, que tomaría relevancia actual, se podría calificar como concien
precisamente en esos años, no solo que cia y lucha por determinados derechos
braría sustancialmente el modelo batllis- humanos. Tal el cuestionamiento a la dis
ta hasta allí hegemónico, sino que echaría criminación racial encabezado por Martin
por tierra tal excepcionalidad. Luther King en los Estados Unidos, el
resurgimiento de los movimientos femi de los gremios y los partidos de izquier
nistas y el protagonismo juvenil encarna da derivó en concreciones significativas:
do en los "hippies” y en los estudiantes del el Congreso del Pueblo, la fundación de
mayo francés. Súmese a ello los avatares la C N T , nuevos agrupamientos políticos,
del mundo socialista: el conflicto sino - etc. Superado el breve paréntesis del go
soviético, la revolución cultural china y la bierno de Gestido (1967), la agudización
primavera de Praga. Eran tiempos de for de las contradicciones implicó un aumento
jar mitos: los Beatles, John E Kennedy, el de la violencia. El nuevo presidente, Jorge
Che Guevara. Tiempos también de fuego Pacheco Areco, asumió una postura auto
cruzado entre intelectuales y nuevas teo ritaria gobernando por decreto con pres-
rías: el marxismo de la Escuela de Fran- cindencia del Parlamento y plasmando un
cfurt, el marxismo de Mao, el de la revista estado de excepción permanente a través
Tel Quel; los mass media según Herbert de la duración indefinida de las Medidas
Marcuse, según Marshall McLuhan y se Prontas de Seguridad.
gún Umberto Eco; y más cerca, Franz Fa
"El decreto del 28 de junio de 1968,
nón, la O LA S, Regis Debray y la Teología
porque se congelaron salarios y precios,
de la Liberación.
debe interpretarse como una aplicación
El cúmulo de motivaciones e in hasta sus últimas consecuencias de la ley de
fluencias que ocasionaron estos aconte Reforma Monetaria y Cambiaría de 1959’)
cimientos y estas directrices ideológicas afirmaba por entonces el Instituto de Eco
en el plano nacional se vería favorecido nomía, destacando la unidad del proceso
por factores tan extraordinarios como los [Instituto de Economía, II, 1969]. Fue un
mencionados en primer lugar."Fiada fines momento decisivo. Banqueros y grandes
de la década del cincuenta, una presencia propietarios rurales ocuparon cargos en el
que al principio fue vista como huésped gabinete ministerial. Se clausuraron perió
temporario se instaló profundamente en dicos y partidos políticos, se militarizó a
la economía del país: la inflación” [Caeta- los bancarios y otros empleados públicos,
no - Rilla, I, 1994], Fue el comienzo. El aumentó la presencia policial. Se firmaron
ascenso del Partido Nacional al gobierno nuevas cartas de intención, se desmantela
abrió los cauces hacia el liberalismo eco ron empresas nacionales originadas en el
nómico: en diciembre de 1959 se aprobó antiguo “estado benefactor”. Del otro lado
la Ley de Reforma Monetaria y Cambia estuvo la rebelión estudiantil, las primeras
ría y al año siguiente se firmaba la primera acciones guerrilleras, el recrudecimiento
carta de intención con el Fondo Moneta de los conflictos obreros. Fueron los tiem
rio Internacional. Las consecuencias se pos de la Pastoral de Adviento (1967), de
convirtieron en noticia diaria y en tema de la muerte de Líber Arce (agosto de 1968),
discusión permanente durante ese gobier de la acción de Pando (octubre de 1969),
no y el siguiente: endeudamiento externo de los grandes escándalos financieros. De
y, por lo tanto, cambio en las condiciones algún modo se asistía a una corresponden
de dependencia, crisis bancaria, fuga de cia a escala local del escenario mundial, a
capitales, descenso del salario real, au una inserción del país todo en el ritmo y
mento de la desocupación. La respuesta en el espíritu colectivo de la década.
“La crisis estructural se proyectaba en Prueba de esto último es que, ya a fi
una multiplicidad de dimensiones [...]. El nes de 1960, Ángel Rama afirmaba: “El
conjunto de actores políticos y sociales se acontecimiento cultural del año en nuestro
veía compelido a ofrecer su propio diag país ha sido, como tantas veces, un suceso
nóstico de la situación y, ante todo, su pro externo: la Revolución Cubana. Es, obvia
puesta”. [Caetano - Rilla, I, 1994]. Entre mente, un hecho político social, pero se
los participantes de la discusión no sólo ría miopía ignorar la repercusión de tales
podían estar políticos, sindicatos u otros hechos en el mundo del espíritu [...] La
grupos de presión; también la cultura te elección de los intelectuales ha sido clara
nía algo que decir. Los escritores, el arte, y mayoritaria a favor del movimiento [...]
el periodismo, se constituyeron entonces, El año 1960 quedará marcado por esta
con pocas excepciones, en una voz singular exigencia de compromiso y los escritores
y comprometida. por la respuesta que a él dieron”. [Rocca,
I, 1992]. Sacralizada, pues, como un pa
radigma y por tanto, defendida con enco
no y pasión por casi toda la “intelligentsia”
La revolución cubana como continental desde el momento mismo de
catalizadora la asunción, la revolución cubana, más
que un permanente punto de referencia se
“¿Cuáles son los derechos de los es convirtió, para muchos, en eje del queha
critores y de los artistas revolucionarios cer intelectual.
y no revolucionarios? Dentro de la Revo
lución: todo; contra la revolución ningún N o faltaron importantes voces de
derecho.” [Quintero Herencia, II, 1997], disenso (Emir Rodríguez Monegal, por
La consigna pertenece al discurso de Fidel ejemplo) y la formación de una gran ma
Castro conocido como “Palabras a los in yoría no ocultó una heterogeneidad de
telectuales”, pronunciado en la Biblioteca matices que se fueron acentuando cuando
Nacional José Martí, de la Habana, en el la ceñida definición ideológica del proce
año 1961, mientras se desarrollaba en la so cubano y su progresivo acercamiento a
isla la campaña de alfabetización nacional la Unión Soviética incidió directamente
y a solo dos meses de la victoria de Playa en el torbellino de las distintas posiciones
Girón. La reflexión emergente de él supo terceristas (al respecto, téngase en cuen
nía un momento de afianzamiento y cen
ta el debate entre Carlos Real de Azúa y
tralización del poder revolucionario e ins
Arturo Ardao en Época y Marcha [Real
tauraba una nueva legalidad, una divisoria
de Azúa, I, 1997], El discurso “Palabras a
rigurosa y definitiva, en tanto se entendía
los intelectuales” replanteó con renovado
que de ello dependía la sobrevivencia de la
revolución. Su contenido trascendería de vigor, y es éste quizá su punto más tras
inmediato los límites geográficos a los que cendente, el viejo debate sobre el compro
se hallaba destinado y sería considerado miso de los escritores con la sociedad, o
en toda América Latina en tanto la revolu más concretamente ahora, el papel de los
ción cubana era asumida en el continente intelectuales en el servicio a la revolución.
como un modelo político y social que exi Un tema que en el uruguay había sido es
gía su defensa y continuación. bozado tardíamente con respecto al resto
de América y que reaparecería junto a otro afirmaría años después: “Fue la década de
asunto no menos importante: el despertar América Latina. O la década en que la Re
de una conciencia latinoamericana. volución cubana nos enseñó a redescubrir
el continente” [Rocca, 1 ,1992].
En un ensayo de 1962, “La literatura
uruguaya cambia de voz”, Mario Benedetti Pero el debate sobre el papel de los in
valora a la Revolución Cubana por múl telectuales en la coyuntura histórica no se
tiples factores, entre los que se destaca el agotaba en el abordaje de las cuestiones so
hecho de “que el tema de nuestra América ciales del continente ni en su representación
Latina penetrara por fin en nuestra tierra, literaria; quizá el punto de mayor fricción se
en nuestro pueblo y también en nuestra centraba en los límites del compromiso y las
vida cultural, que siempre había padecido características de su ejercicio. Aún dentro
una dependencia casi hipnótica frente a lo de los marcos que proclamaba la revolución
europeo” [Benedetti, 1 ,1997]. cubana, el tema era harto complejo, oscilaba
Esta inflexión puede observarse con entre filosas aristas y movía al apasionamien
detenimiento en el semanario Marcha, to. Una encuesta realizada a fines de 1967 en
tribuna que monitoreaba la dirección crí la revista Casa de las Américas, dejó en cla
tica del proceso literario y que ya en sus ro las distintas posiciones. A esa altura del
inicios había proclamado postulados afi proceso, según José Miguel Oviedo, “la ima
nes como la patria grande latinoamerica gen del escritor de éxito —los novelistas que
na, el tercerismo y el antiimperialismo. El conforman lo que bastante estúpidamente se
período coincide con la llegada de Ángel llamó él boom - con traducciones aseguradas
Rama al mando de sus páginas literarias dentro de un poderoso sistema editorial, con
(marzo 1959), y reflejo de lo que se viene acceso a premios, cátedras e invitaciones a
comentando es el llamado a un concurso muchas partes, defensor de un exilio gene
de novela y ensayo sobre Latinoamérica en ralmente europeo y de una profesionalidad
1962 y aún, un año antes, la inauguración absoluta de la literatura, comprometido pero
del apartado “Letras de América”, que per no militante de partido, empezó a aparecer
mitiría, andando el tiempo, ir presentando particularmente incómoda a un sector inte
a los que serían los grandes protagonistas lectual que exigía una adhesión revoluciona
del "boom” narrativo latinoamericano (en ria transparente no sólo en los actos políticos
tre ellos, ya en 1964, a un escritor cuya sino en la tarea creadora de cada uno [...] Un
obra era “casi enteramente desconocida en abismo se había abierto en las posiciones an
estas latitudes”: Gabriel García Márquez). tes homogéneas de los escritores nucleados
Así, al cabo de diez años de jefatura, coor alrededor de Cuba. Se habían formado dos
dinando los distintos aspectos en un solo especies de grupos: Cortázar y Vargas Llo
corpus renovador, Rama logró consolidar sa por un lado, como representantes de los
un proyecto que incluía “la sociedad del intelectuales que brindaban un apoyo crítico
hombre nuevo que ansiaba el Che Gue y no militante a la revolución, y Benedetti,
vara, la destrucción de sus antípodas visi René Depeste y Roque Dalton, principal
bles a flor de piel, el rescate de las letras mente, como paradigmas del intelectual con
de América”. Jorge Ruffinelli, heredero de experiencia interna de la revolución”. [Ovie
Rama en las mismas páginas literarias, do, 1,1986].
Sin embargo, en el congreso Cultu de una nueva generación, marcada por el
ral de La Habana del 4 al 11 de enero de revisionismo de procedimientos estéticos
1968, al que también acudieron personali o ideológicos, sino de un grupo de escri
dades latinoamericanas y europeas, Mario tores en distintas fases de desarrollo que
Benedetti señaló otro matiz de la cuestión: forman una comunidad cultural” [Verani,
“El intelectual verdaderamente revolucio I, 1986], coincidiendo en definirlos como
nario nunca podrá convertirse en un sim “grupo”, algo que ya había hecho Mercedes
ple amanuense del hombre de acción; y si Ramírez en 1969. Más recientemente, uno
se convierte estará en realidad traicionan de sus miembros, Fernando Aínsa ha tes
do la revolución, ya que su misión natural timoniado que “fuera simple promoción o
dentro de la misma es ser algo así como una auténtica generación, sus integrantes
una conciencia vigilante, su imaginativo ingresaron [...] munidos de un sólido ba
intérprete, su crítico proveedor”. Carlos gaje intelectual. Se habían formado en la
María Gutiérrez, en un largo informe del mejor tradición europea y norteamericana
evento que elevara a la revista Prólogo, no y descubrían la eclosión de la literatura
vaciló entonces en cuestionar la dicotomía latinoamericana a escala continental. Sin
esquemática que, a su entender, Benedet embargo, percibían al mismo tiempo los
ti planteaba entre "intelectual/hombre de indicios del deterioro del sistema en el que
acción” . Según Gutiérrez “en una sociedad habían crecido y optaron por los cambios
revolucionaria todos tendrán que ejercer que parecían ineluctables a escala de un
naturalmente tales misiones” [Gutiérrez, Tercer Mundo con el que se identificaban
II, 1968].
conceptualmente.” [Aínsa, 2008].
El impacto de los hechos sociales lo
cales y universales repercutió tanto en
La "generación de la crisis" veteranos como en jóvenes, de manera in
dependiente al grado de trayectoria alcan
La década de los sesentas encuentra zado. Pero es de justicia reconocer que los
bastante unidos a los integrantes de la del “45” fueron quienes más condiciones
“generación del 45” con los jóvenes que generaron para que fuera posible aniqui
asomaban al acontecer literario. Los “nue lar la placidez creadora de otros tiempos,
vos”, también llamados “generación del 58” extratemporal y artificiosa. Fue sobre ese
(E. Rodríguez Monegal), “del 60” (Carlos terreno abonado que incidió el peso de la
Maggi), o "del 55 o de la crisis” (Ángel realidad. Los nuevos creadores, siguiendo
Rama) se reconocieron sin vacilaciones a quienes los precedían, por lo menos en
como herederos y deudores de sus ma el primer lustro de la década, no se carac
yores, prolongaron -aunque con menor terizaron por innovaciones formales sino
rigor- el espíritu crítico que aquellos ha por un perfil de inmediatez a través del
bían inaugurado, y en buena medida asu cual se intentó dar respuesta e intervenir
mieron -com o ellos- el compromiso a en el debate en que estaba inmersa toda la
que la época los convocaba. Esa es la causa sociedad. Participan de ese modo y en ese
por la cual Hugo Verani concluye en que, período, narradores como Hiber Conteris
al menos en sus comienzos, “no se trata y parcialmente Sylvia Lago, Cristina Peri
Rossi y Fernando Aínsa, poetas como Mil- no será literatura”, a lo que acotará Hiber
ton Schinca y dramaturgos como Mauri Conteris: “la literatura es revolucionaria
cio Rosencof. En general adhirieron a una solo en un contexto social revolucionario"
toma de posición que implicó un cuestio- [Prólogo, II, 1969].
namiento al orden imperante, la defensa de
La mayoría de las controversias eran
ciertos principios que entendían inaliena
reflejo de distintos episodios de una dis
bles y la promoción del cambio hacia una
cusión paralela en el tiempo pero a nivel
sociedad diferente, la que creían más justa
continental que tuvo a Julio Cortázar
e igualitaria. N o siempre, sin embargo,
como uno de sus más enconados prota
plasmaron esas inquietudes sociales y po gonistas y al semanario Marcha como uno
líticas en sus obras: habrá también que te
de sus mayores difusores. Lejos de ser la
ner en cuenta sus declaraciones y artículos
única, la más conocida de estas instancias,
en diarios y revistas. Junto a esa literatura "Literatura en la revolución y revolución
cifrada en códigos de verosimilitud y re en la literatura: algunos malentendidos a
creación de la realidad, fue creciendo otra liquidar” (9 y 16 de enero de 1970) había
estética donde no faltó el libre despliegue surgido como respuesta al ensayo "La en
imaginativo o lúdico, el experimentalismo, crucijada del lenguaje” de Oscar Collazos
el repliegue a lo subjetivo. Cuando simul (30 de agosto y 5 de setiembre de 1969) y
táneamente se debilite la dependencia con obtuvo a su vez de este último una "Con-
la generación anterior y la perspectiva de trarrespuesta para armar” (13 y 20 de
desmoronamiento del Uruguay de clase marzo de 1970). Aunque centrada en el
media resulte más evidente, esta última campo de la narrativa tuvo valor de síntesis
tendencia se convertirá en predominante. entre las necesidades derivadas del com
1969, un año marcado por la inseguri promiso político y las innovaciones que
dad social y el quiebre institucional, será operaban fundamentalmente en el campo
su punto de eclosión. Hacia 1972 Ángel del lenguaje y de las técnicas de creación.
Rama ya advertirá "una desconfianza ge "La novela revolucionaria no es solamente
neralizada por las formas recibidas que la que tiene un contenido’ revolucionario
traducen el mundo real” [Rama, I, 1972]. sino la que procura revolucionar la novela
Pautada desde Onetti, Felisberto Hernán misma, la forma novela, y para ello utiliza
dez y Armonía Sommers, esa estética rup- todas las armas de la hipótesis de trabajo,
turista que privilegia el acto de ficcionar y la conjetura, la trama pluridimensional, la
las posibilidades del lenguaje, se afirmará fractura del lenguaje...”, afirmará el autor
aún más en las décadas siguientes. de Rayuela.
En el presente de los años sesentas, sin
embargo, la conciencia crítica de algunos
nuevos creadores estaba lejos de percibir
esos rumbos. Así, en una polémica realiza Los medios de difusión
da en la revista Prólogo, Alberto Paganini
habla de "un arte para las masas” y entien Posiblemente ningún conjunto de
de que "la literatura que escriba nuestra escritores gozó de tantas posibilidades
generación será literatura revolucionaria o de difundir y amplificar su obra como
quienes lo hicieron en los años sesentas. de un nuevo abordaje crítico, de raíz his-
El interés por el quehacer nacional deri toricista y existencial, una “sociología de la
vó en la creación de numerosos medios de literatura” capaz de privilegiar el marco o
expresión y de exposición que pusieron el entorno desde donde pudiera leerse la
al alcance del público la nueva literatura. obra; y una atención mayor a la literatura
Surgieron editoriales que, con mayor o nacional, espacio que luego, a instancias
menor criterio profesional, sustituyeron la del momento, debió ampliar a la del conti
antigua edición de autor por el libro de cir nente. Operando en tres fases bien discer-
culación comercial; a la pionera, Alfa, de nibles -el relevamiento de la producción,
Benito Milla (1960), le sucederían Banda el panorama, y la posterior postura ideoló
Oriental y El Siglo Ilustrado (1961), Pue gica- el proyecto puso a las páginas litera
blos Unidos y Arca (1962), y Biblioteca rias de este semanario en congruencia con
de Marcha (1969), entre otras. El libro los acontecimientos sociales y con el desa
nacional se expuso y se ofertó de manera rrollo de la actividad cultural, trascendió
directa a través de la Feria Nacional de Li fronteras e influyó en toda América.
bros y Grabados (experiencia creada por En el correr de la década, junto a M ar
Nancy Bacelo en 1960) y desde entonces cha, convivieron numerosas revistas, litera
llegó a un público más amplio. Tiradas rias y ensayísticas, la mayor parte de ellas
mayores permitieron precios de venta efímeras, ya sea por una escasa financión,
más accesibles: en 1961 se vendían 99.000 por discrepancias entre sus miembros,
ejemplares de libros nacionales, cifra que o tal vez, como apuntaba Nancy Bacelo,
año a año iría en ascenso. N o faltó, justo es porque “nadie desconoce que en nuestro
reconocerlo, la contribución del Estado, ya país, mejor, en Montevideo, las revistas
que bajo el ministerio de Pivel E. Devoto literarias llegan a un número reducido de
(1962 - 66) se promulgaron dos leyes que lectores, que al fin, son los mismos” [Roc-
exoneraron de impuestos tanto a la venta ca, 1 ,1992].
como a la impresión de libros y revistas
Prólogo puede considerarse la que
culturales. Así, en 1967, con la aparición
intentó, como ninguna otra, incrustarse
de los libros de bolsillo, se llegaba a los
en los vaivenes de la época. La función
500.000 ejemplares vendidos y las estima
social del intelectual aparece como cues
ciones pudieron asegurar que en ese año
tión primordial y tiene sus protagonistas
los lectores de libros nacionales superaron
en debates y artículos afines de Hiber
a los espectadores de fútbol.
Conteris, Alberto Paganini, Jorge Onet-
Esta producción nacional halló un ti, Gley Eyherabide y J. C. Somma. Allí
cauce receptivo preferencial en las pági vierten cuentos y poemas muchos de los
nas literarias del semanario Marcha. Des jóvenes de la nueva promoción, Graciela
de sus columnas, Ángel Rama se volcaba Mántaras analiza a la generación del “45”,
desde el comienzo de la década a una la Gerardo Fernández realiza un balance de
bor sistematizada en tres direcciones: la la actividad teatral durante 1968 y Carlos
ampliación del público lector, para el cual María Gutiérrez -com o ya se ha seña
contaba también con otro instrumento: lado- informa sobre el Congreso de La
Arca, su propia editorial; la instalación Habana de ese año. N o alcanzó a superar
los dos números (noviembre - diciem el ofrecimiento del Congreso por la Liber
bre 1968 y enero-junio 1969). El fraca tad de la Cultura, institución financiada
so fue similar para Praxis (dos números, por la CIA, de transformar Número en su
1967 - 1968), de filosofía marxista, bajo órgano oficial. Su disolución significó un
la conducción de Juan Fió, Alberto Ore- paso decisivo hacia una nueva etapa, en la
ggioni y Julio Rodríguez, y Brecha (dos que el aspecto ideológico será el centro de
números, noviembre 1968 - setiembre todas las discusiones.
1969), vinculada a Banda Oriental y diri La intemporalidad en la creación y la
gida por Hugo Achugar, y aún mayor en crítica se visualiza en revistas como Puente
Montesexto (1969), revista de estudiantes (número único, noviembre 1963), Letras,
de Letras de la Facultad de Humanidades originaria de Florida que, con la dirección
conducida por Alvaro Barros-Lémez, que de Hugo Riva, alcanzó siete números en
no pasó del número inicial. Convivieron tre noviembre de 1965 y julio de 1967;
estas revistas con páginas literarias de los Aeda, (1961-1962, dos números) revista
distintos diarios capitalinos: Artes y Le cultural estudiantil de Treinta y Tres, y
tras, de El País (1962-1968), orientada Cuadernos de Mercedes (abril 1963-junio
por Arturo S. Visca, con Rubén Cotelo y 1965, seis números)que , conducida por
Emir Rodríguez Monegal como columnis Washington Lockhart y Ana V. Mondada,
tas independientes; Al pie de las letras, de se planteaba “la vinculación literaria del in
La Mañana, dirigida por Mario Benedetti terior” del país.
y José C. Alvarez, y el semanario-revista
Paralelamente, otras publicaciones
Repórter (74 números entre junio 1961 -
contribuían a la intensa actividad de la épo
setiembre 1962), con participación de C o
ca: Temas (abril 1965-diciembre 1967)
telo y Rodríguez Monegal. Se destaca en dirigida por Benito Milla y vinculada al
este último una larga entrevista de Carlos controvertido Congreso por la Libertad de
María Gutiérrez titulada “Onetti: maestro la Cultura; la sección literaria de la revista
de escritores que no es profeta en su tierra”, Estudios, órgano del Partido Comunista;
con dibujo emblemático de Hermenegildo la Revista de los Viernes, suplemento del
Sabat, que inicia el reconocimiento a nivel diario El Popular, y Presente (1962, núme
nacional de quien por esos días publicaba ro único) de Vivián Trías, con un extenso
El astillero. análisis sobre la actividad teatral realizado
Entre abril y junio de 1963 y mayo de por Rubén Yáñez. A nivel académico se
1964 se ubica la segunda época de la revis cuentan la Revista Nacional, Revista de la
ta Número, (1 9 63-1964,4 números) aho Biblioteca Nacional (1966- 1997), Revista
ra con dirección de Manuel Claps y Carlos Iberoamericana de Literatura (1959-1962,
Martínez Moreno, tras el alejamiento de dirigida por Alfonso Llambías de Ace-
Idea Vilariño y Sarandy Cabrera. Su final vedo) con una segunda época a cargo de
Ángel Rama (1970) y un perfil más “lati
se precipitó por discrepancias con la po
noamericano”.
sición asumida por Rodríguez Monegal,
contraria a la Revolución Cubana, (hecha Especial mención merece la singular
pública en un comentario a la novela El si Maldoror, revista bilingüe (francés y espa
glo de las luces, de Alejo Carpentier) y por ñol), producto del esfuerzo conjunto de
intelectuales de ambos países como Paul sendero por el cual transitaría, años des
Fleury, Lucien Mercier, José Pedro Díaz y pués, Víspera (1967-1975, 36 números),
Amanda Berenguer, que alcanzará en una revista del Movimiento internacional de
primera etapa nueve números entre 1967 Estudiantes Católicos. Esta será la publi
y 1973. Sus páginas convocaron, además cación que vivirá a fondo las transforma
del aporte galo, a una pléyade de autores ciones medulares que se registran en el
de todos los géneros y edades: Mario Be- seno de la Iglesia algunos de cuyos prin
nedetti, Carlos Martínez Moreno, Milton cipales acontecimientos fueron: el Conci
Schinca, Clara Silva, María Inés Silva lio Vaticano II, las primeras encíclicas del
Vila, Ida Vítale, Gley Eyherabide, Mer nuevo período, la Pastoral de Adviento de
cedes Rein, Rolina Ipuche, Gabriel Saad, 1967, la muerte del sacerdote guerrillero
Ricardo Prieto, Hugo Achugar, Jorge Ar- Camilo Torres, Don Helder Cámara y el
beleche, Selva Márquez, Enrique Fierro, papel de la Iglesia en el momento crucial
Armonía Somers, Mario Levrero, Jaco- que vive América Latina. La figura des
bo Langsner, Juan Carlos Somma, Jorge collante es aquí Alberto Methol Ferré y
Musto, Jorge Ruffinelli, Jorge Medina merece relieve el debate que sostuviera con
Vidal, Héctor Galmés y hasta vanguardis José Manuel Quijano sobre la O L A S y la
tas como Clemente Padín. En el número teoría foquista de Regis Debray.
cinco, traducidos por Amanda Berenguer, Sobre estos mismos temas, aunque
aparecen graffiti y poemas anónimos per en una reflexión más teológica, participa
tenecientes a un suceso que se inicia en ba Perspectivas de Diálogo (1966-1975),
Francia e incendia el resto del mundo: las donde la personalidad gravitante era Juan
revueltas estudiantiles de mayo de 1968. Luis Segundo. Las posturas ecuménicas y
"Insisto en pensar/ que el lugar de un poe el diálogo entre marxismo y cristianismo
ta en este momento/ está en la calle/ que ampliaban la interrelación de todas estas
debéis asaltar/ las torres de marfil. Arra publicaciones a Cristianismo y Sociedad
sarlas...”, rezaban algunos versos. (1963-1973), en la que se destacaba la
Enfoques particulares proponen una labor ensayística de los pastores Julio Ba-
serie de revistas cristianas, cuya pione rreiro y Emilio Castro, y a los Cuadernos
del Centro Latinoamericano de Economía
ra en la década, Política, apenas alcanzó
los tres números (agosto 1960 - enero Humana (C LA EH ), espacio de incidencia
1961). Bajo la conducción de Eduardo de las nuevas ciencias sociales que, inicia
do en 1958, será el único que sobrevivirá
Payssé González y con una pagina literaria
hasta la actualidad.
a cargo de Fernando Aínsa, la revista in
formaba sobre sucesos mundiales, recibía El ensayo hallaría también posibili
la flamante experiencia cubana y asumía dades de expresión a través de ambiciosas
una serie de inquietudes sociales que no colecciones que, en fascículos semanales,
fueron del total agrado de las autoridades procuraron abarcar nuestra historia cul
de la iglesia preconciliar. La intervención tural (Enciclopedia Uruguaya, Historia Ilus
del Arzobispo de Montevideo Monseñor trada de la civilización Uruguaya, y Capítulo
Barbieri parece haber sido decisiva para su Oriental. Historia de la literatura uruguaya,
disolución, no obstante lo cual, marcó un ambas durante 1968 - 1969) o la descrip-
cíón o reflexión de los más variados aspec (como recordó Jorge Curi en una cercana
tos de la identidad nacional como en las mesa redonda sobre el tema) y a la vez dar
posteriores Nuestra Tierra (1969) y Los paso a obras de autores nacionales como
Departamentos (1970). El patio de la torcaza, de Carlos Maggi, o
El gran Tuleque y Los caballos, de Mauri
El humor político, a su vez, contó con
cio Rosencof, consideradas emblemáticas
una publicación de enorme popularidad:
para el período. N o faltaron tampoco los
Misia Dura, dirigida por Jorge Sclavo. La
publicación comenzó siendo independien momentos simbólicos: el Galpón estre
te y quincenal alcanzando veinticinco nú nó el célebre collage Libertad, libertad el
meros hasta julio de 1970 y posteriormen 13 de junio de 1968, el mismo día que
te se convirtió en suplemento, primero del el gobierno de Pacheco Areco decretaba
diario Ya y luego de El Popular hasta su las Medidas Prontas de Seguridad. Per
clausura definitiva en 1974. Según Sclavo maneció en cartel varios años. Surgieron
"la revista tiene tres épocas que van desde también nuevas compañías teatrales: Tea
1969 a 1974 y cada una de ellas culmina tro Universal (1960), de Federico Wolf;
con una clausura gubernamental”. Su solo Teatro Uno (1963), de Alberto Restuccia,
nombre es un homenaje a Peloduro (Julio Luis Cerminara, Graciela Figueroa y Jorge
E. Suárez), a quien Sclavo admira como su Freccero, dedicado a obras vanguardistas
maestro. Escribieron y dibujaron en ella el de Ionesco, Beckett, Jarry o Genet; Tea
propio Sclavo, Mario Benedetti, Julio César tro de la ciudad de Montevideo (1960)
Castro, Juan Capagorry, Daniel Waksman, con China Zorrilla, Enrique Guarnero y
Elvio E. Gandolfo, Yenia Dumnova y D o dirección de Antonio Larreta; Grupo 65,
mingo Ferreira entre otros muchos. Su tira integrado por jóvenes egresados de la E s
da máxima alcanzó la cifra de 25.000 ejem cuela Municipal de Arte; Compañía Car
plares. Su éxito la llevó al teatro con Misia men Avila - Martínez Mieres y Compa
Dura al poder, en el Club de Teatro, en ñía Florencio Sánchez. En el terreno del
1971, con dirección del propio Sclavo. La espectáculo debe añadirse los happenings
obra fue grabada parcialmente en un disco. de Teresa Vila.
La actividad teatral vivió un momento Finalmente, fueron los años del co
de madurez en sus propuestas, asentada mienzo de cineastas como Mario Handler
sobre la firme base de los independientes, y Mario Jacob, el Cine Club de Marcha en
no sin dificultades de índole económica 1968, y la fundación de Cinemateca del
motivadas por la crisis. La calidad esté Tercer Mundo al año siguiente.
tica se vio favorecida por la incidencia de
nuevas escuelas de dramaturgia y de arte
escénico así como por la presencia de una
crítica exigente que se diseminaba a lo La poesía rebelde
largo de diarios y semanarios. Existió la
oportunidad de adaptar con gran éxito N o faltaron las antologías en el perío
Fuenteovejuna o Las troyanas, ser fiel a la do. La Universidad de la república, a tra
preceptiva brechtiana de "mostrar el mun vés de su Departamento de Publicaciones,
do como algo posible de ser transformado” auspició las más ambiciosas: Antología del
cuento uruguayo contemporáneo (1962) a vez, las profecías o vaticinios que cerraban
cargo de Arturo Sergio Visca, Antología a un buen número de estos poemas resul
del ensayo uruguayo contemporáneo (1964) taban expresión directa de los anhelos utó
por Carlos Real de A zú a, y Antología de la picos, de los deseos vehementes con que se
poesía uruguaya contemporánea (1966), de acompañaba la observación de la realidad
Domingo Luis Bordoli. Las caracterizó el y del clima de idealización que imantaba a
proceder didáctico y orientador afincado los más. La recurrencia en las anáforas o
en el lector medio, el muestreo globaliza- en los estribillos, el lenguaje irónico de Be-
dor que tenía en cuenta el aporte de an nedetti, la interpelación al lector de Circe
tologías anteriores y eludía a la vez toda Maia, la leyenda cuasi - modernista de
intención polémica, aunque sin desmedro Saúl Ibargoyen Islas, las bienaventuran
de aportes particulares. La lírica de 1930 zas bíblicas de Nelson Marra, la enume
en adelante fue además antologada por ración caótica de símbolos en Juan Car
Alejandro Paternain en 36 años de poesía los Legido, la compleja sencillez de Idea
uruguaya (1967), editada por Alfa. Vilariño o la furia verbal de Sarandy C a
brera o Milton Schinca, eran algunos de
El último quinquenio de la década
los variados recursos para dar cauce a un
motivó, además, en poesía, un abordaje
compromiso que unía el verbo a la gesta
diferente, la puesta en escena de un pano
colectiva. “Escribo y seguiré escribiendo/
rama regido por una significación homo-
porque nuestros hermanos precisan/ de
geneizadora que, dadas las circunstancias,
estas pequeñas cosas/ que no sé si son
sólo podía ser de carácter ideológico. Tal
poem as/ pero sé que las precisan...”, ase
propósito intentó concretarse en Poesía
vera Enrique Elissalde en su'A rs Poética”,
rebelde uruguaya, editada en 1971 por
y concluye, apuntando a un futuro que
Biblioteca de Marcha, compilada por En
también lo incluía como hombre de ac
rique Elissalde y Milton Schinca. Com
ción: “escribo y seguiré escribiendo/ por
prendió 39 autores, todos con al menos
que si un día soy cárcel o muerte/ estoy
un libro publicado, muchos de ellos su
seguro que otros/ seguirán escribiendo
mamente activos en revistas de la época.
igual que yo”.
Predominaba en ella una poesía de orden
coloquial, generalmente expresada en ver La inspiración, más allá de las circuns
so libre (aunque no faltaron formas clási tancias, hallaba apoyatura en episodios de
cas como el soneto), capaz de asumir una la historia patria, en la resistencia colonial
epicidad concordante con esa inmediatez (Tupac Amarú), en Vietnam, en la poesía
y urgencia que impulsaba a la mayor parte de la guerra civil española. La calle como
de las creaciones. La insistencia en lo fác- centro de enfrentamiento, los estudiantes,
tico puso el acento ya en la denuncia (ob el fusil, la cárcel, el amanecer o el nacer, son
servable en el estilo narrativo de algunos términos con los que el lector tropieza rei
poemas de Carlos María Gutiérrez, autor teradamente. El buceo interior se cancela o
de Diario del cuartel, o en el esfuerzo di se sacrifica en aras del absorbente mundo
dáctico de otros de Benavídes), ya en la exterior. Era la hora de "la poesía necesa
arenga, en la exhortación cifrada en el uso ria”, de “la poesía herramienta”, de la que
de la palabra para provocar la acción. A la hablaba el español Gabriel Celaya. Leída
a cuatro décadas de distancia asombra la Todavía no era tiempo de conocer a
pureza y la candidez que se alterna en sus otro poeta: Ibero Gutiérrez. Su muerte en
versos. N o existe la duda ni el desencanto; 1972 a manos de un escuadrón de ultrade-
el poeta se cree un vate que afirma y con recha, además de convertirlo en símbolo de
dena con dignidad y altivez, pletórico de la intolerancia de la época, permitió des
esperanza, aunque su instrumento no sea cubrir una extensa obra inédita que debió
el más refinado ni oculte balbuceos juveni esperar quince años para ser seleccionada
y a preciada en su real valor (Antología I y
les ni luchas denodadas con la palabra. No
II, a cargo de Laura Oreggioni y Luis Bra
deja de resultar sintomático que al reunir
vo, 1987 y 1992).
posteriormente su propia obra, algunos de
estos autores ignoran los poemas con que
participaran en aquella colección.
Ménica Buscarons
5. Juan Marinello, El M o d e rn ism o , Ayuí, pág .22-, 11. Real recuerda y cita a Apter:"especificidad,
(No registra la edición m ás d a t o s ) autoridad y coherencia" son condiciones para
que exista una ideología. Real de Azúa señala
6. Destaco que es la delimitación de Real de com o el factor m ás grave el no llenar el tercer
Azúa la que se ha tom ado en la entrada sobre requisito.
M o de rn ism o hispanoam ericano a cargo de
Gonzalo Aguilar en T é rm in o s críticos d e la S o 12. El "lenguaje referencial" implica vínculos
c io lo g ía d e la C u ltu ra- Carlos Altamirano, Pai- con objetos del m un d o exterior, con referentes:
dos, 2002, pág-185 tom ando com o fuente la el "de actitudes" es m ás emocional , m ás que
publicación del "M o d e rn ism o e Ideologías" en buscar un ajuste con el m un d o exterior busca
la revista P u n t o d e Vista (1986) una ajuste con quien lo usa.
D E L A Jd
BIBLIOTECA
NACIONAL
JORGE ALBISTUR Fue docente en el Instituto de Profesores''Artigas"y la Facultad de Hum anidades
y Ciencias, Universidad de la República.. También Inspector de Literatura en Educación Secundaria.
Sus libros más conocidos son El ru m o r d e las h o j a s , L e y e n d o el Q u ijo te , Literatura del siglo X X , C a si
m il p a la b ra s y M e m o r ia s d e u n inspector. Dicta clases en el Centro Regional de Profesores del Este y
orienta el taller literario de Pan de Azúcar.
MÓ NICA BUSCARONS Profesora de Literatura egresada del Instituto Artigas, donde dicta las
cátedras de Estética y Literatura Universal. Cursó estudios de postgrado en España. Prepara su tesis
de Maestría sobre la obra de Carlos Real de Azúa.
AN N A FORNÉ- Se doctoró por la Universidad de Lund, Suecia, con una tesis sobre la reescritura
hipertextual en S o n v a c a s s o m o s p u e r c o s de Carm en Boullosa. Acualm ente tiene un cargo
de p osdo ctorad o en la Universidad de G otem burgo, Suecia. Su proyecto de investigación
actual trata de la Inscripción literaria de las m em orias de la dictadura en el C on o Sur. Dirige
junto con Rossana Nofal, Universidad Nacional de Tucum án/CONICET (Argentina) un
proyecto internacional sobre "La gravitación de la m emoria: Testim onios literarios, sociales e
institucionales de las dictaduras en el C o n o Su r"
AN A INÉS LARRE BORGES Profesora egresada del Instituto de Profesores Artigas, responsable
de Páginas Literarias del sem anario Brecha, integrante del Departam ento de Investigaciones de
la Biblioteca Nacional. Entre sus publicaciones: E d ic ió n crítica d e C u e n t o s c o m p le t o s d e F r a n c isc o
E s p in ó la (Cal y Canto 2006), C a r ta s d e a m o r d e D e lm ira A g u s t in i e d ic ió n n o t a s y e n sa yo , (Cal y Canto
- Biblioteca Nacional, 2006), Id e a Vilariño, la v id a e scrita (compiladora) (Academia Nacional de
Letras - Cal y Canto, 2007), L a c a ra d e la d e s g r a c ia d e J u a n C a rlo s O netti: D e l p o lic ia l m e ta físic o y
el crim e n m o r a l (Ediciones de la Biblioteca Nacional, 2008). En ocasión del centenario de Juan
Carlos Onetti participó en 2009 en congresos en Perú, Uruguay, Brasil y España, colaboró con
dos trabajos en el volum en N o v e la s c o rta s de Juan Carlos Onetti (Daniel Balderston coordinador;
Colección Archivos, Alción Editora -Biblioteca Nacional, 2009) y publicó el volum en J u a n C a rlo s
Onetti: el escritor e n el u m b ra l (Biblioteca Nacional, 2009).
GUSTAVO SAN ROM ÁN Nació en M ontevideo (1956) y se terminó de formar en Inglaterra con
licenciatura en N ottingham y doctorado en Cambridge. Desde 1989 trabaja en la Universidad de
St Andrews, Escocia. Colabora con la prensa cultural uruguaya y es autor de num erosos artículos
académ icos sobre literatura nacional y de varios libros que incluyen los ensayos A m o r y n a c ió n
(Linardl y Risso, 1997), R o d ó en In g late rra (Biblioteca Nacional, 2002), S o y celeste: u n a in v e stig a c ió n
s o b re la id e n tid a d d e los u r u g u a y o s (Fin de Siglo, 2007) y, com o editor, O netti a n d O th e rs (Nueva
York: SUNY, 1999), O b r a s C o m p le t a s d e J o s é A lo n s o y Trelles, "El Viejo P a n c h o " (L in ard i y Risso, 2005),
Tabaré d e Z orrilla d e S a n M a rt ín (Palencia: Simancas, 2003), Los cálice s v a c ío s d e D e lm ira A g u s t in i
(Madrid: Hiperión, 2005) y Os v ín c u lo s culturáis G a lic ia -U r u g u a y (Lugo, en prensa). Actualm ente
está haciendo una biografía intelectual de Rodó.
FRANCISCO TOM SICH Licenciado en Letras (Facultad de Hum anidades y Ciencias de la Educa
ción). Escribió en El País cultural e integra el staff del Sem anario Brecha. Ha publicado ensayos
sobre arte y textos literarios, académ icos o periodísticos en diversos m edios digitales y en papel
en Uruguay y el extranjero. En 2009 publicó junto a Horacio Cavallo el poem ario S o n e t o s a d o s
(Editorial Trilce), prem iado en la edición 2008 del program a Fondos Concursables para la Cul
tura del M.E.C. En 2007 ga n ó un Premio Beca en el 52o Salón Nacional de Artes Visuales por su
obra E stu d io (J.T.G.). Muestras individuales: Jania (2003); Mudanza/lcaria (2006), Fotos encontradas
(2007), Die Berliner Sphinx (2008).
BH4- S o b r e filosofía teórica. Carlos E. Caorsi No.4- Marisa Silva Schultze, Andrea Blanqué,
Tomás de Mattos, Milton Fornaro, Henry
Trujillo