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Roberto BERGALLI
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las organizaciones políticas en marcadas en lo que vida histórica del mundo moderno, aunque su ori-
se denomina como constitucionalismo social tuvie- gen como justificación del poder arranque en otro
ron que superar todos los traumas provocados por ambiente y en otro momento histórico, como el del
la segunda guerra mundial y el holocausto. No Renacimiento italiano y en el marco de la forma es-
obstante, llegados a este punto los sistemas jurídi- pecífica del Estado-ciudad sobre la que reflexionó
cos de los Estados sociales y democráticos de de- en origen Macchiavelli (Meinecke 1983). No obs-
recho, recogiendo la tradición de Weimar y el de- tante, como idea asociada al poder ha sido propia
bate filosófico-político en torno a los extremos de la evolución de todos los Estados europeos en la
propuestos por el formalismo y el substancialismo Modernidad, aún cuando la discusión historicista en
jurídico, pudieron distanciarse en cuanto al uso del torno a ella haya demostrado su arraigo en Francia,
principio de legalidad. Por una parte, el principio de con sus más aprovechados discípulos -Richelieu y
mera legalidad, como principio general de derecho Luis XIV- quienes la llevaron a extremos tan atro-
público es extensible a todos los campos de pro- ces como la noche de San Sartolomé y las matan-
ducción del derecho estatal pues su misión es la de zas de agosto y septiembre de 1792. Pero fue en el
enunciar las condiciones de existencia o vigor de ámbito del pensamiento político germano en el que
cualquier norma jurídica. Por la otra, el principio de la razón de Estado alcanza la cumbre de la con-
estricta legalidad, en el sentido de constituir una ciencia ética desde la cual se llega a su moraliza-
meta-norma que condiciona la validez de la leyes ción: el Estado será para Hegel la máxima realidad
vigentes a la taxatividad de sus contenidos y a la moral, el Estado ético. Algunas opiniones han sos-
capacidad de definir la verdad jurídica mediante sus tenido que el período clásico de la raison d'Etat ha-
aplicaciones, es una garantía que sólo atiene al de- bría terminado en 1914. De aquí en más, empero,
recho penal. En efecto, únicamente la ley penal, en aunque la práctica del principio se hizo menos ex-
cuanto puede afectar la libertad personal de los ciu- plícita en cambio se llegó a la nueva inmoralidad de
dadanos, está obligada a vincular a sí misma no los nacionalismos autoritarios y totalitarios: el na-
sólo las formas, sino también, a través de la verdad zismo y el fascismo arraigado luego también en
jurídica exigida a las motivaciones judiciales, la muchos liberalismos.
substancia o los contenidos de los actos que la La fuerte tensión que ha atravesado al Estado
aplican. En consecuencia, si ambas vertientes del moderno ha sido aquella surgida en el plano de la
principio de legalidad aparecen concebidas como tentativa por enlazar el instrumento más idóneo pa-
prescripciones acerca de la producción de normas, ra la organización social, el derecho, con la expre-
también permiten configurar dos modelos de legali- sión política que permite su producción, el poder.
dad penal estrechamente conectados entre sí pues Esta tensión se descompensa cuando precisamente
mientras el segundo impone al juez el determinar la necesaria limitación del último por el primero
como delito mediante integraciones generadas en el puede poner bajo cuestión a los proyectos de domi-
proceso lo que la ley ya ha predeterminado, el pri- nación ensayados por el poder y es entonces cuan-
mero obliga a la ley a fijar las prescripciones taxati- do la razón de Estado prima sobre las razones jurí-
vas que determinan la materia de lo punible y obli- dicas, o sea sobre el derecho.
gan al juez a someterse a ellas. De esta forma, En los últimos tiempos, las diferentes crisis que
asimismo, se afirma que el principio de estricta le- particularmente en Europa continental atraviesan a
galidad es de naturaleza empírico-formalista pues la forma social y democrática del Estado han alen-
es el juez quien debe verificar los presupuestos que tado la tergiversación de las expresiones constitu-
del delito predetermina la ley, mientras el de mera cionales de su vertiente como Estado de derecho.
legalidad es valorativo-substancialista en tanto que Tales razones de Estado se explican mediante la
se concreta a definir los elementos que configuran aparición o emergencia de fenómenos que habrían
el concepto del delito y de cada una de las figuras puesto en juego la estabilidad y la gobernabilidad
delictivas. De estas distinciones sobre el principio de los sistemas políticos.
de legalidad provienen las garantías que actual- La génesis de tales fenómenos habría que ir a
mente otorga el derecho penal de la forma del Es- buscarla a los momentos en los cuales el Estado
tado constitucional y que lo diferencia del derecho constitucional de derecho, que en el marco de de-
penal de los Estados meramente legales, en los sarrollo del constitucionalismo de postguerra es
cuales la omnipotencia del legislador otorga validez también social y democrático, se vio obligado a
a todas las leyes vigentes sin la posibilidad de fijar acudir a recursos excepcionales, no previstos como
algún límite al primado de la ley, pues de tal modo adecuados y respetuosos del conjunto de garantías
se impone el autoritarismo penal a la necesaria res- básicas que la norma fundamental reconoce a to-
tricción garantista (Ferrajoli 1989: 374-377) dos los ciudadanos.
Ahora bien, frente a esas razones jurídicas que Naturalmente que las decisiones de un Estado
justifican el principio de legalidad y que han permiti- respecto a las maneras de comportarse en relación
do seguir pensando en la utilidad del mismo para a sus ciudadanos no dependen de voluntades per-
garantizar en primer lugar los derechos fundamen- sonales u opciones políticas coyunturales. Antes
tales de los ciudadanos y, en segundo lugar, para bien, ellas son la consecuencia de oportunas es-
fundamentar la intervención punitiva del Estado trategias de control social que responden a las ten-
moderno, siempre han existido unas razones de siones producidas en las relaciones entre la es-
Estado que han permitido su violación. tructura socio-económica y la esfera política de toda
La razón de Estado es un elemento central en la sociedad. Mas, cuando esa estructura depende de
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un sistema interrelacionado e interdependiente co- caso español, en especial: Lamarca Pérez 1985).
mo el que comenzó a configurarse desde su inicio En particular, han sido las jurisdicciones especiales
en las entonces comunidades europeas, allá por las que han puesto en cuestión el respeto a un prin-
1962, como reflejo de la predominante posición de cipio garantista básico, de cuño iluminista, como lo
los Estados Unidos de América, los efectos de cau- es el del juez natural. También la revelación de acti-
sas extra-sistémicas producen reflejos en cadena vidades para-policiales, al margen de las compe-
en las diferentes estructuras nacionales. Efectos tencias específicas asignadas por los ordenamien-
mucho más vigorosos y traumáticos se constatan tos jurídicos a los cuerpos estatales de seguridad,
en la actualidad ante las ya lanzadas operaciones han constituido asimismo una muestra de la prima-
financieras y monetarias de la constituida Unión Eu- cía de la razón de Estado por sobre el principio de
ropea. legalidad. De igual modo la construcción y la prolife-
Pues bien, una de tales causas fue la que provo- ración difusa de las llamadas "cárceles de máxima
có la amenaza de detención del creciente proceso seguridad" o sectores especiales de estableci-
de desarrollo económico ya consolidado a media- mientos penitenciarios destinados al alojamiento de
dos de la década de 1960, originada en el peligro internos clasificados como peligrosos, por su rela-
de interrupción del flujo de petróleo que provenía ción con las organizaciones armadas, han supuesto
entonces en su mayor cantidad de la zona de Medio la transgresión de mandatos constitucionales en la
Oriente. En efecto, la guerra árabe-israelí, abierta aplicación de la privación de libertad como pena.
en los seis días de 1967, demostró que la produc- Mas, conviene destacar que la excepcionalidad
ción del Occidente desarrollado y en particular de que ha venido caracterizando a los sistemas pena-
Europa, dependía mayoritariamente de la provisión les de aquellos países se ha extendido a otras
del fluido como fuente prioritaria para la generación "emergencias" surgidas como producto de dos fe-
de energía que permitía mantener el ritmo de cre- nómenos propios a la tercera fase del modelo capi-
cimiento. Esta situación que, en buena medida tam- talista de producción y de distribución, cuales son:
bién afectó a la economía norteamericana, decretó 1) la transformación de las estructuras económicas
la inflexión de las políticas de desarrollo y la rápida nacionales, de productivas en meramente especu-
búsqueda de recursos para paliar los efectos de la lativas, lo que ha favorecido el flujo de capitales en
crisis que atravesó el modelo capitalista de produc- un movimiento desorganizado y con controles dé-
ción y acumulación. Las consecuencias inmediatas biles, facilitando así la absorción de masas de dine-
se manifestaron como restricción de las políticas ro originado en actividades ilegales o criminal iza-
sociales de los Estados de bienestar, en procura de das, y 2) la evolución que ha tenido el proyecto de
aplicar esos recursos para mantener aquel ritmo de Unión Europea (UE), insertado en el marco de la
crecimiento. La réplica social a esa inversión de las globalización planetaria y de un número de organi-
políticas de bienestar se corporeizó en demandas y zaciones internacionales de defensa (Organización
reclamos que velozmente tomaron la vía de la vio- del Tratado del Atlántico Norte-NATO) financieras
lencia y de su expresión a través de grupos que (Fondo Monetario Internacional-IMF, Banco Mun-
optaron por la lucha armada. Los ejemplos de la dial-WB), comerciales (Acuerdo General sobre Ta-
República Federal de Alemania, de Francia y de Ita- rifas y Comercio-GATT), etc., que han constreñido a
lia abrieron un largo período que todavía se prolon- los sistemas penales nacionales a continuar en la
ga y que se ha denominado como la cultura de la excepcionalidad.
emergencia (Bergalli 1988). Deben incluirse tam- A consecuencia de esos dos fenómenos ha apa-
bién comprendidas en esta denominación las situa- recido, por una parte, la "emergencia droga" que
ciones provocadas en el Reino Unido y en España, ha generado una acumulación incontrolada de ri-
como consecuencia de la opción armada elegida queza, cuya inversión necesita del reciclado o la-
por los movimientos nacionalistas irlandés y de libe- vado de dinero a través de complicadas operacio-
ración vasco. nes bancarias para su posterior inversión. Por otra
Desde comienzos de 1970 y con el declarado fin parte, y al amparo de la manifestada protección de
de limitar la actividad calificada como terrorista, los los mercados de trabajo nacionales, por la progre-
Estados democráticos y de derecho de esos países siva y ampliada pérdida de puestos laborales a
produjeron una legislación excepcional por medio causa de la pérdida de productividad, los países
de los canales parlamentarios establecidos y recu- miembros de la UE han adoptado, primero unas
rrieron a prácticas aplicadas por las instancias de políticas homogéneas de restricción para la resi-
intervención de sus sistemas penales que han sido dencia y actividad laboral de ciudadanos no euro-
consideradas aberrantes a las garantías y derechos peos y, en segundo término, han llegado a la crí-
fundamentales que fijan sus constituciones (Bergalli minalización del ingreso ilegal de tales personas
1992). En el caso de las leyes antiterroristas gene- en sus territorios, mediante legislaciones especia-
ralmente se ha violado el principio de mera legali- les de extranjería.
dad; mientras, en el de las prácticas del sistema Para controlar tales situaciones, los Estados de
penal se ha atacado el de estricta legalidad (sobre derecho han prolongado la excepcionalidad penal,
estos dos aspectos existe una abundante literatu- profundizando las violaciones al principio de legali-
ra, como ejemplo de todos los países europeos dad y añadiendo una crisis mayor, cual es la de le-
afectados: Blankenburg 1980; Sack/Steinert 1984; gitimidad en la producción y aplicación de las nor-
López Garrido 1987; Serrano Piedecasas 1988; mas jurídicas que expanden el sistema penal como
Hess/Moerings/Paas/Scheerer/Steinert 1988; del forma de control punitivo.
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2. LA CULTURA DE LA JURISDICCION cultura jurídica formalista, se esgrimía la imputación
y LA CULTURA DE LOS JUECES de querer adjudicarles a los jueces una voluntad de
gobierno o de participación en política. No obstante,
Se adelantó antes que en el marco de las instan- a poco que se ahonde en la naturaleza de las cues-
cias del sistema penal moderno, es la jurisdicción la tiones que llegan al conocimiento de la jurisdicción
que más parece verse afectada por el desarrollo de (en el caso de España ello se verifica con el tipo de
la "cultura de la emergencia", en cuanto ésta ha asuntos de competencia de la Audiencia Nacional),
permitido la transgresión de principios que han ca- es posible constatar que la tal naturaleza tiene cla-
racterizado esa instancia como expresión propia del ras connotaciones políticas y los actores en esos
Estado constitucional de derecho. Un ejemplo ma- asuntos son personajes de relieve en otros niveles
nifiesto de esto lo constituye la existencia y centrali- del sistema político, en ámbitos de la economía y de
dad en el organigrama jurisdiccional de España de las grandes empresas o en el mundo de la crimina-
un tribunal central, con asiento en la capital del Rei- lidad organizada (como particularmente ha aconte-
no -la Audiencia Nacional- de origen pre- cido en Italia, a partir de la gran investigación cono-
constitucional y, por tanto heredero, del antiguo Tri- cida como Maní pulíte que dio lugar a la desvelación
bunal de Orden Público destinado al control de la de un gran sistema de corrupción, denominado
disidencia política durante el franquismo. La Au- Tangentopolí). De aquí proviene que los jueces o
diencia Nacional tuvo competencia penal originaria fiscales que deban intervenir en los procesos que
para conocer en hechos de terrorismo, de falsifica- involucran a tales personajes se constituyen en el
ción de moneda, tráfico monetario y control de blanco de la información periodística, lo cual los ha
cambios; defraudaciones y maquinaciones para al- convertido en punto de referencia de los medios de
terar el precio de las cosas "que puedan repercutir comunicación.
gravemente en la seguridad del tráfico mercantil o Semejante protagonismo también se imputa a las
en la economía nacional" o se cometan mediante tomas de posiciones que los jueces y fiscales hacen
operaciones sobre terrenos o viviendas o a través no sólo frente a problemas que les afectan como
de entidades de inversión o financiación, siempre integrantes de corporaciones burocratizadas, sino
que unos y otros "produzcan o puedan producir también de cara a cuestiones con profunda inciden-
perjuicio patrimonial a una generalidad de personas cia social. Mas, esos comportamientos se hacen
en territorios de más de una Audiencia". Luego, esa manifiestos cuando jueces y fiscales los traducen
competencia fue paulatinamente extendida al tráfico por medio de las asociaciones o corrientes en los
ilícito de drogas tóxicas o estupefacientes, fraudes que pueden nuclearse, según los reconocimientos
alimenticios y de substancias farmacéuticas o me- que de ellas han hecho las constituciones de gran
dicinales, corrupción y prostitución, siempre que parte de los países de Europa continental. La ex-
cualquiera de ellos sea cometido por bandas o gru- presión de semejantes manifestaciones ha permiti-
pos organizados. En concreto, la Audiencia Nacio- do identificar a jueces y magistrados según su per-
nal, la cual también tiene competencias en materia tenencia a diferentes ideologías. Esto contrasta con
laboral y de recursos contencioso-administrativos, aquella imagen social de juez objetivo, neutral e im-
extiende su jurisdicción en todo el Estado español, parcial que había elaborado la cultura jurídica for-
desvirtuando así los principios de inmediación y del malista. Sin embargo, la nueva imagen no contradi-
juez natural que instituye el artículo 24.2 de la ce algo que, desde hace ya tiempo, ha trascendido
Constitución Española (CE) de 1978 y la prohibición el plano de las discusiones académicas para tomar
de establecer tribunales de excepción -arto 117.6 pie en la misma sociedad. Se trata de la ya firme
CE (Movilla Alvarez 1986). creencia en torno a las relaciones entre derecho,
Pues bien, los debates actuales acerca de los economía y política, las cuales evidencian la impo-
distintos papeles que se le requiere cumplir a las sibilidad de evitar que jueces y magistrados se abs-
administraciones de justicia de los Estados demo- traigan de ser identificados en distintas posiciones.
cráticos de derecho revelan que a la jurisdicción se Es indudable que, asimismo, la categoría de huma-
le está exigiendo satisfacer demandas sociales que nos de estos jueces -con todos los defectos y virtu-
deberían tener respuesta desde otros ámbitos o des propias al género- muchas veces los expone a
sectores del sistema político. En el cumplimiento de incurrir en verdaderos protagonismos personales.
tales exigencias, el comportamiento de los jueces y
fiscales ha desbordado la imagen social que de los
mismos había grabado a fuego una cultura jurídica 3. LAS RELACIONES ENTRE SISTEMA
formalista, limitando su capacidad interpretativa de POLlTICO y ADMINISTRACION DE JUSTICIA:
las normas jurídicas a los márgenes fijados por re- COMPARACION ENTRE CULTURA
gias preestablecidas. Una mayor toma de conscien- JURIDICO-CONTINENTAL y DEL COMMON
cia por parte de las clases judiciales europeas acer- LAW
ca de los conflictos que ha generado la creciente
complejidad social, junto a la configuración de teo- El cuadro de la situación expuesta ha servido pa-
rías jurídico-políticas sobre la creación y aplicación ra poner al descubierto las estrechas relaciones que
de las normas, han abierto una escena en la que existen entre la administración de justicia de los
jueces y fiscales adquieren un protagonismo inusi- Estados sociales y democráticos de derecho y el
tado. Semejante protagonismo ha reavivado una sistema político de estos, algo que siempre fue re-
antigua polémica en la que, como protección de esa sistido por la cultura jurídica formalista a causa de la
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orientación de ésta a negar los vínculos del derecho Family Division se hacen bajo consejo del Prime
con las esferas políticas y económicas de las socie- Minister y después de consultas con el Lord Chan-
dades modernas. Estos vínculos son los que influ- cellor quien, a su vez, consulta con los miembros
yen poniendo en peligro la reclamada independen- más antiguos de la administración de justicia antes
cia judicial, un tema central en la construcción de de hacer su elección o consultar con el Prime Mi-
una jurisdicción alejada de las presiones que pue- nister (Griffith 1989: 17-25). Como entonces fácil-
den provenir de los poderes políticos del Estado, de mente se puede advertir, no existiría mayor depen-
los poderes fácticos de la sociedad y de la propia dencia en el origen de los nombramientos judiciales
estructura interna de la administración de justicia. que la que refleja este modelo británico. No obs-
Ha sido por este tipo de peligro que el constitu- tante, y pese a los reiterados casos de decisiones
cionalismo social de Europa continental procuró en- jurisdiccionales recientes, en especial referidas a
contrar fórmulas e instituciones de gobierno de la procesos por terrorismo, tachadas de parciales e
administración de justicia, mediante las cuales el ilustradas incluso por una veraz filmografía, se
ejercicio de la jurisdicción pudiera mantener equi- mantiene una cierta credibilidad social sobre la ju-
distancia de tal tipo de presiones. Aún cuando no risdicción británica.
todas las constituciones de los Estados europeos De este modo, como conclusión, cabría destacar
eligieron las mismas fórmulas para ese fin, si sur- que la afirmación del principio de legalidad, funda-
gieron órganos que, bajo la denominación de Con- mento propio de la Modernidad, fuertemente soca-
siglio della Magistratura o Consejo General del Po- vado en Europa por las transformaciones sufridas
der Judicial, se han postulado como los modelos por la forma-Estado, e interpretado culturalmente
italiano y español, estudiados y analizados en su desde diferentes tradiciones jurídicas, sigue consti-
composición y funciones, a seguir por reformas tuyendo un referente central para el control al abuso
constitucionales emprendidas en otros ámbitos del poder ejercido tanto desde los sistemas políticos
(Bergalli 1997). cuanto desde los sectores hegemónicos de la so-
No es que tampoco tales modelos constituyan un ciedad.
ejemplo para mantener la independencia de la juris-
dicción; antes bien, quizá en el caso español el
Consejo General del Poder Judicial ha estado re- BIBLlOGRAFIA
velando en los últimos tiempos una profunda con-
taminación de lo que se denomina como sub- Bergalli, R. (1988). "Presentación-Emergencia: una cultura es-
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Estado, 3. Wr Sozialwissenschaft und Sozialpolitik, B.20,1904: 1-54; B.
Weber, M. (1976). Wirtschaft und Gesellschaft. Grundriss der 21,1905: 1-110.
NO HAY DERECHO.
A que la dignidad del hombre y sus ideales
de paz, libertad y justicia social sean
avasallados en ningún lugar del mundo.
Si crees en 105 Derechos Humanos,
lucha por ellos.
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