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MARCO TEÓRICO DISEÑO DE SONDEO

“ACOSO SEXUAL UNIVERSITARIO”

ANA LUCIA QUIÑONES GUZMÁN


ERIKA DANIELA VALOIS PABON
ANGELY VIVAS RESTREPO

ALBERTO CARVAJAL PANESSO

TRABAJO SOCIAL Y DESARROLLO HUMANO


FACULTAD DE HUMANIDADES
UNIVERSIDAD DEL VALLE
2019
MARCO TEÓRICO

“El acoso sexual en estudiantes universitarios en Cali” usa una perspectiva


empirico-analitica como soporte de desarrollo de la presente investigación, la cual
permite acercarnos a conocer la realidad social de las y los estudiantes universitarios de
la ciudad de Cali, para ello se retoman conceptos como: Acoso Sexual, Hostigamiento
Sexual, Poder, Violencia de Género, Universidad y Alumnado.
Realizar las precisiones teóricas y conceptuales para aprehender la realidad que
compete al tema de investigación, implica se enmarcarse en el paradigma empirico-
analitico porque privilegia la explicación de los hechos y relaciona las causas y efectos,
concede un papel importante a los actores sociales desde la objetividad para reconocer
y recolectar sus apreciaciones en un contexto social configurado desde percepciones
propias, que permitan establecer causalidad de los hechos.

Ahora bien, según se establece en el artículo 210-A del Código Penal colombiano, el
acoso sexual es el acto mediante el cual “un tercero se beneficia valiéndose de su
superioridad, poder, edad, sexo, posición laboral, social, familiar o económica,
acosando, persiguiendo, hostigando o asediando física o verbalmente, con fines
sexuales no consentidos, a otra persona.” En el caso de Colombia, el abuso sexual se
tipificó como un delito desde el año 2008 y es penado hasta con tres años de prisión.

Abordamos esta problemática desde la perspectiva de género, pues es necesario


analizarla a la luz de las relaciones de desigualdad de tipo social, histórico y cultural
que se han construido a través del tiempo entre mujeres y hombres. El acoso sexual se
relaciona de manera directa con el ejercicio de abuso de poder, donde la mujer
generalmente se encuentra en una posición jerárquica inferior a la del hombre, lo
anterior posibilita el dominio y la violencia sobre las mujeres.

“En nuestras sociedades las mujeres se encuentran en posiciones desiguales de poder


en relación con los varones, lo que genera y favorece la agresión, así como permite y
facilita el aprendizaje y la práctica de la violencia de los varones hacia las mujeres.”
(Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, 2012, 13).

Para ello, retomamos el género según Scott (1991, citado en Castellanos 2006) “es un
elemento constitutivo de las relaciones sociales, basadas en la diferenciación de sexos y
el género es una forma primaria de las relaciones de poder. Los cambios en la
organización de las relaciones sociales corresponden siempre a cambios en las
representaciones del poder” (p.72). Lo que quiere decir es que el género es una
construcción cultural en la que se establece normas del deber ser, hombre o mujer, para
configurar relaciones asimétricas entre los sexos y transmitir socialmente para legitimar
una jerarquía social; por esta razón el género también es una categoría política, pues el
cambio de dichas relaciones sociales sólo se puede llevar a cabo si se deconstruye los
discursos e imaginario de la jerarquización basada en género, raza y clase social.

Para fines del presente trabajo nos centraremos específicamente en el acoso sexual que
se enmarca en el ámbito universitario. Dicho esto, consideramos pertinente exponer que
el acoso sexual es una forma de violencia que se ha caracterizado por ser legitimada en
la sociedad a través de la historia. Por ejemplo, en el caso de Colombia encontramos que
el acoso sexual sólo se sanciona cuando se da en el contexto laboral, dentro del Código
Disciplinario Único o cuando cumple las condiciones para ser catalogado como tal. Es
evidente que hay un vacío en el marco legislativo colombiano para condenar y sancionar
este tipo de acciones cuando suceden al interior las instituciones universitarias. Dicha
realidad no es muy diferente en otros países latinoamericanos, como, por ejemplo, Chile
o Perú, en donde se evidencia que dentro de las universidades no cuentan con políticas
sólidas que hagan frente al acoso sexual. Caso contrario sucede en países como
Estados Unidos en donde se ha regulado la comisión de estos actos en los entornos
universitarios implementando diversas estrategias como departamentos o secciones
especializadas para estos temas y mucha información al respecto en sus sitios web con
el objetivo de que la comunidad universitaria, sobre todo los y las estudiantes, sepan
claramente qué pueden hacer y a quién acudir en caso de ser víctimas de un acoso u
hostigamiento sexual.

De acuerdo a lo mencionado anteriormente, tenemos en cuenta la poca información


recolectada sobre el acoso sexual específicamente en universitarios, por ende, tomamos
como referencia la Organización Internacional para el Trabajo- OIT (s.f) identifican el
acoso sexual como una manifestación de discriminación de género y como una forma
específica de violencia contra las mujeres. El acoso sexual es una violación de los
derechos fundamentales de las estudiantes y los estudiantes, constituye un problema en
el ámbito académico.
Entendiendo lo anterior, pretendemos enfocarnos en el género femenino y articular una
perspectiva de género, el cual habla de ​abordar cualquier situación desde la diferencia
social existente entre los dos géneros, que los hace desiguales.

“​Lo masculino es más valorado que lo femenino generando inequidad. Se asignan


diferentes roles a mujeres y hombres y luego se pone en mayor valor a los asignados al
género masculino así como a sus características diferenciadoras. Todo esto genera
situaciones de desigualdad, marginación, violencia e injusticia social en pleno siglo XXI.

Es evidente que tiene que ver con el género y la relación de poder que ejerce uno de ellos
sobre el otro, históricamente el masculino sobre el femenino, así, encontramos situaciones
que siendo aparentemente inocuas o calificadas de menores, aunque general y socialmente
reconocidas como reprobables, no se asocian de inmediato con que quien las sufre
​ coso sexual, perspectiva de género, 2019 1 enero​)
habitualmente es el sexo femenino” (A

En pro de cumplir con el propósito de acercarnos a las maneras en que la población de


mujeres vivencian cotidianamente el acoso sexual, aun, en el espacio que es alusivo a la
búsqueda de igualdad y equidad de género, pero termina siendo un lugar más en el que
juega las relaciones de poder, el género y la construcción social frente al ser mujer.

Para finalizar, no se puede hablar de acoso sexual sin la manifestación de relaciones de


poder, ya que las mujeres están más expuestas a ser víctimas del acoso sexual
precisamente por posiciones de menos poder, más vulnerables e inseguras, a veces no
han forjado su autoestima y tienen menos confianza en ellas mismas o como en el caso de
las díadas jefe-empleada o profesor-alumna, pero al presentarse entre compañeros de
trabajo, en los transportes públicos o en la calle, donde "aparentemente" hombres y
mujeres son del mismo nivel jerárquico, parece existir duda en interpretar si hay
hostigamiento sexual. Lo que nos ayuda a clarificar este hecho es precisamente ese poder
de un género sobre otro, que da atribuciones a unos sobre la sexualidad de las otras; la
falta de reciprocidad ante el acto recibido y por tanto la inconformidad con él. Sin embargo,
también pueden ser objeto de acoso cuando se las percibe como competidoras por el
poder. Es por eso que el acoso sexual afecta a mujeres en todos los niveles jerárquicos.

Antes de hacer referencia al acoso sexual, es pertinente recurrir a la violencia de género;


que para la OIT (2013, citado en ) se presenta en fenómenos complejos relacionados a la
violencia contra la mujer - u otros modelos de masculinidad y feminidad diferente al
hegemónico- que se presenta como una conducta basada en su género, que cause daño o
sufrimiento físico, sexual o psicológico tanto en el ámbito público como en el privado.

Ahora bien; tal como lo señala ​Bosch, Ferrer, Navarro, Ferreiro, Ramis, Escarrer, &
Blahopoulo, (2012), el concepto de acoso sexual es empleado en primer lugar hacia el año
1974 en la Universidad de Cornell, Estados Unidos; por un grupo de feministas para
analizar sus experiencias con los hombres en el ámbito laboral y referirse al
comportamiento masculino, en el marco de un ejercicio de poder.

En este sentido, se retoma a Kornblit & Petracci (​2002, citado en Bosch et al., 2012)
quienes exponen que ​el acoso sexual es un problema de poder, no un problema
netamente sexual; el cual incluye el empleo de la autoridad para exigir satisfacciones
sexuales e imposición de requerimientos sexuales indeseados. Como lo menciona la
Organización Internacional del Trabajo- OIT (s.f) en el acoso sexual debe converger dos
aspectos, que sea no deseado y ofensivo; podemos incluir que precisamente, ​se considera
una forma de violencia que conlleva un ejercicio abusivo de poder.

En relación al tema del poder, dado que las mujeres históricamente han configurado roles
en el ámbito privado que las ha limitado al uso del poder, se han configurado relaciones de
poder basadas en el género, se considera que el acoso sexual no es neutral, que aunque
se reconozca que los hombres también pueden ser víctimas de acoso sexual, son las
mujeres quienes se encuentran más expuestas.

En sentido, tal se puede indicar que el acoso sexual es una forma de violencia que
conlleva un ejercicio abusivo de poder. Para la Organización Internacional para el Trabajo,
OIT (2007) desde algunos tribunales hay dos tipos de acoso: chantaje sexual y acoso
sexual ambiental. El primero, corresponde aquel que es producido por un superior
jerárquico en el que se solicita un favor sexual a otra persona (en situación subordinada)
que lleva a condicionarla con la consecución de algún beneficio o decisión que afecte, en
este caso el desarrollo de su ámbito académico. El segundo, corresponde a aquella
conducta que crea un entorno laboral intimidatorio hostil o humillante para la persona que
es objeto de la misma.

Por otra parte, ​De acuerdo con Espinosa (2008, citado en ​Echeverría,Guerrero, Chim,
Cutz, J. , & Trujillo, 2017 ), los comportamientos que se califican como acoso sexual son:
a) Físicos, como violencia física, tocamientos o acercamientos innecesarios; b) Verbales,
como comentarios y preguntas sobre el aspecto, estilo de vida u orientación sexual,
llamadas telefónicas, comentarios o bromas sugestivas; y c) No verbales, como silbidos,
gestos de connotación sexual o exposición de objetos pornográficos.

BIBLIOGRAFÍA

● Bosch, E., Ferrer, V., Navarro, C., Ferreiro, V., Ramis, M., Escarrer, C., &
Blahopoulo, I. (2012). El acoso sexual en el ámbito universitario: elementos para
mejorar la implementación de medidas de prevención, detección e intervención.
Grupo de Investigación de Estudios de Género de la Universidad de las Islas
Baleares. P,p 1 - 251
● Cuenca, C. (s,f). ​El Acoso Sexual En El Ámbito Académico. Una Aproximación.​
RASE. P.p 1-15.
● Echeverría, R.., Guerrero, L.., Chim, M. , Cutz, J. , & Trujillo, C.. (2017). Acoso y
hostigamiento sexual en estudiantes universitarios: un acercamiento cuantitativo.
Enseñanza e investigación en psicología​, ​22​(1), 15-26.
● Nash, C. (2015). ​Acoso Sexual en la Universidad de Chile. Universidad de Chile.
P.p 1-34.
● Prospectiva en Justicia y Desarrollo. (2018). ​Las sanciones al acoso sexual en
Colombia. ​Recuperado de:
https://projusticiaydesarrollo.com/2018/04/08/las-sanciones-al-acoso-sexual-en-c
olombia/

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