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INTRODUCCIÒN

La educación es una actividad de aprendizaje. La educación nos permite


formarnos en diferentes ámbitos, tanto académicos, como morales y sociales. El
aprendizaje se encuentra presente desde que comenzamos a vivir, descubriendo
cómo funcionan y son las cosas en nuestro entorno, permitiéndonos adquirir
habilidades, actitudes y conocimientos.

Los valores se encuentran presentes en todo plano en que nos


desarrollemos como personas. Desde que nacemos, nos desarrollamos en
nuestra infancia y nos formamos como personas los valores son fundamentales en
cada etapa. Es debido a ello que los educadores deben reforzar y profesar buenas
costumbres, ética y valores a los estudiantes, guiarlos u orientarlos en un buen
camino. Los buenos profesores marcan un antes y un después en una persona, y
pueden llegar a influir mucho mas de lo que imaginamos en la vida de una
persona.

La formación cívica y ética en la escuela basado en el trabajo y la


convivencia escolar, donde niñas y niños tienen la oportunidad de vivir y reconocer
la importancia de principios y valores que contribuyen a la convivencia
democrática y a su desarrollo pleno como personas e integrantes de la sociedad.

La experiencia educativa debe realizarse con clara orientación democrática,


teniendo a la persona como fin porque solo con tal tipo de vivencia aquella puede
desarrollarse armónicamente. Esta vinculación supone a la vez la existencia de
una comunidad como referente, responsable de ofrecer la oportunidad de
educación, al mismo tiempo que es una meta desde el punto de vista social y
pedagógico.

DESARROLLO
De acuerdo a lo antes mencionado, nos centraremos en el papel del maestro el
cual tiene la fortaleza, la responsabilidad y la importancia de estimular la
educación sobre derechos y responsabilidades ciudadanas, por lo cual, establecer
el impulso que se dar, desde edades tempranas, al conocimiento cabal de los
derechos y obligaciones a fin de que los niños tengan la capacidad de reflexionar
sobre el significado de sus actos una clara conciencia de responsabilidades y
llegado el momento, los ejerzan plenamente en la práctica activa de sus conductas
democráticas.

Uno de los desafíos más importantes hoy en día es poder concientizar al


alumnado sobre sus derechos, los valores, sus obligaciones y la tarea que tiene
como un ciudadano, no obstante, sabemos que dentro del currículo o programa de
estudio de educación básica la materia de Formación Cívica y ética tiene muy
poca importancia pues solo se ve una hora a la semana y no se logran ver todos
los contenidos.

Como docentes en formación se considera necesario que se busquen


mejores estrategias de aprendizaje en donde el nido pueda desarrollar las
capacidades, conocimientos, habilidades, valores y actitudes básicos necesarios
para alcanzar una vida personal plena, actuar como ciudadanos comprometidos y
continuar aprendiendo a lo largo de su vida, lo cual son necesarias para poder
resolver los pequeños o grandes problemas con lo que se involucra diariamente ya
sea en su vida cotidiana o académicas decir, la responsabilidad de todo docente
es ofrecer al alumno una educación integral que equilibre la formación en valores
ciudadanos, el desarrollo de competencias y la adquisición de conocimientos, a
través de actividades regulares del aula para fortalecer la convivencia.

Que se les proporcione elementos conceptuales y valorativos con el fin de


desarrollar su capacidad de análisis, argumentación y toma de decisiones,
personales y colectivas, que contribuyan al mejoramiento de su desempleo en la
sociedad. La formación cívica y ética que se brinde en la escuela primaria requiere
responder a los retos de una sociedad que demanda, de sus integrantes, la
capacidad para participar en el fortalecimiento de la convivencia democrática y de
las condiciones que favorecen el ejercicio de los derechos humanos.

CIERRE

En la formación del niño a través del docente y las competencias cívicas y éticas,
involucran una perspectiva moral y cívica que permite a los alumnos tomar
decisiones, elegir entre opciones de valor, encarar conflictos y participar en
asuntos colectivos. Los aprendizajes logrados a través del desarrollo de las
competencias tienen la posibilidad de generalizarse a múltiples situaciones y de
enriquecer la perspectiva de los alumnos sobre si mismos y sobre el mundo en
que viven.

Para que el desarrollo de las competencias cívicas y éticas que tengan


lugar, la escuela primaria debe ofrecer oportunidades para experimentar y vivir
situaciones de convivencia, de participación, de toma de decisiones individuales y
colectivas. Tomando en cuenta que cada docente genera ambientes de
aprendizaje y enseñanza de manera diferente, los aprendizajes que los alumnos
logren les permitir enfrentar nuevos desafíos en su vida diaria relacionados con su
desarrollo como personas, con las decisiones que involucren juicios, y con su
contribución al bien condado lo anterior, se considera que el docente es el pilar
principal que puede aportarle la enseñanza adecuada, justa y necesaria a todo
ser, desde la infancia, no dejando atrás el papel que todo padre de familia debe de
ejercer para que su formación sea realmente estricta y logre alcanzar las metas
establecidas. Aunque se nos presenten un sinfín de obstáculos, la postura que
todo maestro debe adquirir es positiva, haciendo uso de razón de que es
fundamental la enseñanza de la formación cívica y tica, por lo tanto, todo niño
debe lograr cada aprendizaje esperado y competencia estipulada.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA

Varela, D. (s/f) La práctica docente de Formación Cívica y Ética en el


desarrollo moral en la escuela primaria. México: Centro Chihuahuense de
Estudios de Posgrado.

Siede, I. (2007). La educación política: ensayos sobre ética y ciudadanía en la


escuela. Buenos Aires: Paidós

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