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Depresión:

La depresión es una enfermedad psíquica la cual se caracteriza por una


disminución o descenso del estado de ánimo, donde la persona afectada vive
episodios de tristeza, apatía, decaimiento y melancolía, acompañada también de
pérdida del interés y del placer en la realización de actividades que solían ser
agradables para la persona afectada.
La depresión suele clasificarse por diferentes tipos: La depresión psicógena, la
cual se desencadena a partir de una causa o acontecimiento específico.
“Presenta menos síntomas físicos que la de origen orgánico y surge como
consecuencia de carencias en la infancia, eventos traumáticos, pérdidas
significativas, abandono, padres emocionalmente distantes, atmósfera hogareña
hostil y agresiva, abuso sexual y/o emocional, enfermedad física, estrés
prolongado, etc.” (Lemus, 2005).
La depresión endógena u orgánica, por otra parte, tiene como origen un
desorden fisiológico en el individuo, que se puede explicar cómo una disfunción
bioquímica en el cerebro, que es hereditaria y por lo tanto posee un componente
genético. Este tipo de depresión se presenta con episodios depresivos
alternados con periodos de normalidad. Se distinguen en la depresión endógena
diferentes tipos de depresión, como por ejemplo la depresión mayor, la distimia,
depresión bipolar y depresión post-parto.
Trastornos de ansiedad:
La ansiedad es una respuesta normal fisiológica ante el estrés, la preocupación
o amenaza, sin embargo, cuando esta ansiedad es muy intensa o de larga
duración bajo algunas situaciones, se denomina como trastorno de ansiedad.
“Ansiedad y preocupación excesiva (anticipación aprensiva), que se produce
durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis
meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad
laboral o escolar).” (DSM V)
Algunos de los síntomas de los trastornos de ansiedad incluye inquietud,
irritabilidad, sensación de agobio, desrealización o despersonalización, miedo a
perder el control, a volverse loco o a perder la conciencia, miedo a morir,
aturdimiento o sensaciones de hormigueo, taquicardia, sudoración, temblores,
etc.
Existen diferentes tipos de trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad
generalizada, trastorno o crisis de pánico, trastorno de ansiedad social o fobia
social y trastorno obsesivo compulsivo. Todas tienen en común en que dificultan
el funcionamiento en distintas áreas en la vida de la persona que lo padece, por
lo que afecta negativamente en su equilibrio emocional.
Crisis de pánico:
Es uno de los tipos de trastornos de la ansiedad, el cual se caracteriza por la
aparición brusca de un miedo intenso de manera repentina y súbita, de duración
variable de minutos a horas. La persona que lo padece se siente aterrorizada sin
una razón evidente para sí misma o para los demás. Estos ataques de pánico
pueden aparecer en cualquier momento, aunque no haya nada que temer.
Los síntomas más característicos de la crisis de pánico son los ya mencionados
anteriormente, como por ejemplo: taquicardia, sudoración, temblores, sensación
de ahogo, inestabilidad, miedo a perder el control, miedo a la muerte. También
puede padecer nauseas, debilidad, sensaciones de irrealidad, y opresión
torácica.
Bibliografía
- Lemus, M. T. (2005), Depresión y suicidio. Herencia del mundo moderno.
- American Psychiatric Association (2014) DSM-5: Manual diagnóstico y
estadístico de los trastornos mentales (5a ed.). Madrid: Editorial Médica
Panamericana.
- Solomon, C. (2015): Generalized Anxiety Disorder. The New England
Journal of Medicine

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