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PERCEPCIÓN
PENSAMIENTO
Se trata del clásico problema acerca del ‘aparecer de lo real’: ¿Dónde se origina la
necesidad fenomenológica de reflexionar lo que aparece en el mundo?, ¿cómo dar cuenta
de la presencia de las cosas en el mundo?
Retomando la cuestión del problema metafísico del aparecer de las cosas en el mundo, se
reiteró la idea de que este aparecer en el mundo de las cosas, se trata de un hecho
existencial. Además, se enfatizó la tendencia común a creer que las cosas que se me
aparecen, se aparecen para una estructuración cognoscitiva, como si las cosas en su
aparecer tuvieran que estar constituidas en su ser para acoplarse a dicha estructura, como si
su riqueza fenomenológica tuviera que estar ceñida a las limitaciones y a los estándares de
dicha estructura cognoscitiva. En la fenomenología de Merleau-Ponty no hay una materia
(realidad) se adecúe a la forma (lógica). Por eso hay un aparecer ya cargado de sentido, que
no depende de las fronteras de nuestro pensamiento.
VERDAD
FILOSOFÍA
¿Cómo distingo el sueño de la vigilia? A esto se dijo que una posible respuesta es que en la
vigilia se tienen experiencias de la verdad, ¿cómo? Precisamente en la experiencia. Otra
posible respuesta sería que durante el sueño no puedo realmente observar con detalle las
cosas que se me aparecen. Al ser difícil o imposible responder a la pregunta ¿cómo era tal
cosa en tu sueño?, podemos deducir que en el sueño no hay riqueza perceptiva.
Una pregunta aparentemente confusa, pero que al final no resulta tener nada de complicado
o esotérico. Pues en lugar de estar tratando de responder a esta pregunta en un sentido
fisiológico, al ser nosotros filósofos deberíamos de aprender a ubicar justamente el sentido
filosófico del problema que se está tratando. ¿Por qué vemos una sola imagen si tenemos
dos ojos? Porque la realidad es una, independientemente del número de ojos que tengo.
Como filósofos deberíamos entender que esta pregunta nos remite a la pregunta por la
realidad, y no a un asunto fisiológico.
MUNDO
El mundo es eso que vemos. ¿Por qué problematizar eso que vemos si es tan evidente?,
¿por qué el filósofo problematiza?, ¿qué hay en el filósofo que lo lleve a problematizar? A
estas cuestiones se respondió que el filósofo posee una sensibilidad exacerbada que lo lleva
a estar en un estado constante de irritación e inconformidad (Nietzsche). En “contraste”, el
hombre natural es el hombre que da por sentado el mundo que está ahí siempre, el hombre
que no necesita reflexionar. Aunque hay que entender esta oposición entre el hombre
natural y el filósofo no como una oposición metafísica, ya que se trata más bien de dos
modalidades de una sola y misma existencia. El mundo aparece en la totalidad de sentido,
como algo que se percibe. El mundo no es una determinación mental, es un hecho real. El
mundo es el horizonte total de sentido. El mundo se da en 3 formas: percepción, reflexión y
expresión (lenguaje). El mundo existe en modo interrogativo, cuando me aparece algo,
surge la pregunta: ¿Eso qué es?
FE PERCEPTIVA
Hay una fe perceptiva porque en el nivel pre-temático nos movemos en la realidad, sin
necesidad de problematizar su sentido o entenderla bajo conceptos. Piense como piense, las
cosas están ahí siempre. Esta creencia de la fe perceptiva me es dada por mi propio cuerpo.
La percepción es una experiencia, algo vivencial. Hay una certeza anterior al pensamiento
racional, anterior a la tematización conceptual del mundo. La fe perceptiva es el hecho más
elemental: ahí está siempre el mundo.
REFLEXIÓN
CUERPO
Para Merleau-Ponty la fenomenología no puede ir más allá del cuerpo vivo. El cuerpo vivo
es la fuente última de todo, aquello con lo que interactúo en el mundo. El fenomenólogo
que hace epojé no es un sujeto neutro, atemporal y aespacial, sino que es un sujeto
histórico, con una conciencia y una circunstancia concretas, con una corporalidad concreta.
De ahí que esta serie de factores personales afecte el modo en que me aparecen los
fenómenos. De ahí el carácter complejo de la experiencia. El cuerpo fisiológico trabaja en
relación con el pensamiento, y por eso la percepción humana es sinérgica.
Es decir, abro los ojos… ¡y ahí está el mundo! El acto de la percepción me muestra la
precedencia del mundo. La pregunta metafísica es el qué aparece; la pregunta
fenomenológica es el cómo aparece.
EL OTRO
Con la presencia del otro, mi mundo privado ha dejado de ser sólo mío, de ser sólo para mí,
sino que ha pasado a ser un mundo compartido, un mundo que está ahí. Y por eso, no hay
manera de generalizar mi experiencia. Los mundos privados se comunican. Pero podemos
preguntar, ¿cómo puedo saber que el otro está hecho de mi misma sustancia? Esto lo sé
porque lo veo igual que yo habiéndoselas en la comprensión de las cosas. Es evidente que
el otro está hecho de mi misma sustancia. Por eso, es sólo en el mundo compartido desde
donde yo puedo encontrar un sentido en mi mundo privado: el mundo privado sólo puede
constituirse a partir de un mundo común. Ahora bien, ¿cómo es que puedo compartir una
forma de conocimiento?, ¿cómo se da la comunicabilidad del conocimiento? A través del
carácter dinámico del ser y por medio del lenguaje, en el mundo compartido. Es así como la
consciencia no es un islote, pues que la mirada del otro es una profundización y un
enriquecimiento de mi mirada. Es así como me doy cuenta de la limitación del solipsismo;
por ello, el conocimiento es en este sentido un acto compartido.
La mirada es la relación ontológica con lo que aparece ante mí. La vista es un acto de los
sentidos por medio de los órganos visuales.
¿Por qué la vista tiene el privilegio de los sentidos? Porque la vista me muestra la cosa con
sus cualidades, me pone frente al ser. Nuestro mundo es esencialmente visual, no puedo
hacer un mundo con perfumes o sonidos
Sin embargo, para Merleau-Ponty el sentido más importante será el tacto, porque en el tacto
hay sensibilidad total. El tacto es una comunidad de sentido entre la cosa y yo. Siento al ser
en mi cuerpo.
LO SENSIBLE
Lo sensible entra en mi relación existencial con el conocimiento, mi conocimiento nace de
lo sensible porque es existencial, vivencial.
Surge ante el hecho de que yo soy el que percibo el mundo y al mismo tiempo soy parte de
él.
NEGUINTUICIÓN
Este concepto parte en torno a la discusión sobre el problema de la nada y su relación con el
ser, y para ello se puede partir del contraste entre la concepción merleau-pontyana y la
concepción sartreana de la nada. La tesis sartreana que afirma que la nada es una otredad
absoluta con respecto al ser deviene una sustancialización de la nada, y es así como se
incurre en la contradicción de que la nada —al sustancializarse en esa otredad absoluta—
sea algo. Por ello, entre el ser y la nada no debe haber escisión —ni puede por obvias
razones haber identidad— sino dinamismo. De ahí que la tesis merleau-pontyana respecto
de la nada sea que hay que entenderla como lo que no es, respetando así su pureza negativa,
pero también como el sentido de la acción en relación con la totalidad de la presencia, ya
que la nada se modula en el curso de nuestra relación con las cosas. Esto es lo que se quiere
expresar con el concepto de neguintuición: que no se puede aprehender a la nada, pero sí
intuirla; y que, además, al llegar a la cosa, niego lo que yo creía saber de ella. La
posibilidad de conocer la cosa debe contemplar lo negativo ¿Qué es el aspecto negativo?
Mi propio modo de lidiar con la cosa. Existe un dinamismo entre la negación y la
positividad. Mi consciencia no siempre se pone como positividad; se pone como negación.
En la negatividad de la consciencia es donde aparece la duda
ONTOGÉNESIS
Mi percepción es una posición ontogenética, donde “se genera” el ser para mí. Mi posición
es mi primera apertura existencial al mundo. Mi percepción es ontogenética porque a partir
de ella se define el mundo para mí.
RELACIÓN DIALÉCTICA CON LA REALIDAD (O PROBLEMA DEL
MOVIMIENTO MISMO DE LO REAL)
La relación entre el sujeto y el mundo es una relación problemática, ya que aquél siempre
se posiciona de una manera determinada con respecto a éste, lo que significa que a las
cosas, en medio de nuestra relación dialéctica y problemática con ellas, les son impuestas
determinaciones exteriores ajenas a ellas que terminan por negar algo de ellas. Así, puede
suceder que ya no sea la cosa lo que aparece sino el fantasma que creamos en su lugar. Sin
embargo, no hay que perder de vista que en la fenomenología de Merleau-Ponty, la
experiencia es el lugar donde sujeto y objeto nacen, y esta experiencia es a lo que el
pensador francés se refiere con la percepción. No hay, pues, dualismo, sino relación
vivencial dinámica entre yo y mundo. Siempre se está interactuando con las cosas en una
relación problemática. La filosofía ha buscado lo fijo en lo real. Pero para Merleau-Ponty
las cosas se definen en el dinamismo de lo real, que se da en la percepción, donde captamos
esta relación entre lo visible y lo invisible.
DE-DIFERENCIA
CIENCIA Y FILOSOFÍA
No existe una oposición metafísica entre la ciencia y la filosofía, ya que ambas muestran
una actitud del hombre respecto al aparecer. La ciencia es el contacto entre el observador y
lo observado. E incluso, debemos reconocer que la ciencia se encarga de ampliar nuestra
experiencia de formas que la filosofía no podría. Sin embargo, una diferencia importante
sería que la ciencia parte de una teoría del conocimiento muy limitada, la cual supone que
por un lado existe un sujeto cognoscente, y por otro, un objeto cognoscible. Para la ciencia
el ser es el ser objetivo. ¿Qué podemos decir entonces que ha hecho cultural y
existencialmente la ciencia? Pues bien, la ciencia nos ha concedido vivir en un mundo en el
cual ya no le tengamos miedo a los dioses ni a la naturaleza; en otras palabras, se trata del
triunfo de lo humano. Sin embargo, esto no quiere decir que la ciencia no esté inscrita a su
vez en una ideología (o falsa conciencia de la realidad, en sentido marxista). La ideología
de la ciencia consiste en querer reducir la realidad a la determinación objetiva, siendo que
hay también realidades indeterminables. Sucede que muchas veces el propio mundo
sobrepasa mis capacidades explicativas, mis tesis sobre la realidad, con lo cual podemos
concluir que la ciencia no agota el problema de la realidad, puesto que la ciencia no
responde al sentido existencial y vivencial del conocimiento. De ahí que podamos
percatarnos que la ciencia constituye solamente una manera de acceder a lo real, mas no
«la manera» de acceder a lo real. El aparecer de lo real también nos afecta y nos cuestiona
existencialmente, y por eso, lo acrítico de la ciencia consiste en suponer que esta es capaz
de agotar la totalidad del sentido del aparecer de lo real. Otra diferencia es que la ciencia no
se pone en relación con las cosas, sino que se pone en relación con verdades de hecho,
contingentes. La filosofía se acerca más al arte que a la ciencia. La ciencia no está en un
plano existencial, está en un plano utilitario, operativo, de determinación de los entes.
PRE-COSA
Diferencia entre la pre-cosa y la cosa. La pre-cosa sería la relación anticipada con la cosa,
la cosa no-completa, un esbozo vago de la cosa. En cambio, la cosa en su completud se da
en la percepción sinérgica, en la que nuestro cuerpo nos da acceso a las cosas mismas. La
pre-cosa hace alusión a la apertura original al sentido de algo; se da cuando no he entendido
completamente algo, sino que aún me encuentro teniendo una pre-relación con ello. La pre-
cosa es la definición abstracta de algo a partir de una teoría, sin relación vivencial con
aquello de lo que se habla.
La cosa, en cambio, es aquello que está en discusión (Heidegger), aquello que llamamos
cosa es aquello que siempre está en disputa
La primera lección de la fenomenología consiste en que hay que entrar en una relación
personal con el mundo; es decir, en la fenomenología se trata no sólo de encontrarse en una
actitud teórica frente al mundo, sino de encontrarse en una variedad de modos que son
propios de lo humano, como el deseo, el sentimiento, la contemplación estética, etc. La
esencia de la fenomenología se refiere al sentido de la cosa
El ser es el terreno de encuentro con las cosas. El ser bruto o salvaje es la experiencia de la
cosa sin intermediación de la tesis. Es el aparecer de lo real más allá de la tesis. No hay
diferencia entre ser y ser salvaje; se refieren a lo mismo. El ser o ser bruto se convierte en
determinación de mi consciencia, me obliga a aceptar su presencia. El ser es dinamismo
vivencial.
QUIASMO