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PADRE, EN TU NOMBRE HE CUIDADO A MIS HERMANOS?

San Juan 17, 11b-19


Ya no estoy en el mundo, mientras que ellos están en el mundo;
yo voy hacia ti, Padre Santo, cuida en tu nombre, a los que me diste, para
que sean uno como nosotros. Mientras estaba con ellos, yo guardaba en tu
nombre a los que me diste; los custodié, y no se perdió ninguno de ellos;
excepto el destinado a la perdición, para cumplimiento de la Escritura. Ahora
voy hacia ti; y les digo esto mientras estoy en el mundo para que mi gozo
sea el de ellos y su gozo sea perfecto.

Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió, porque no son del mundo,
igual que yo no soy del mundo. No pido que los saques del mundo, sino que
los libres del Maligno. No son del mundo, igual que yo no soy del mundo.
Conságralos con la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al
mundo, yo los envié al mundo. Por ellos me consagro, para que queden
consagrados con la verdad.
PADRE, EN TU NOMBRE HE CUIDADO A MIS HERMANOS?
Buenas noches hermanos y hermanas cursillistas, ¿como están?... quiero
darle gracias a Dios por la oportunidad que nos da como grupo, de estar aquí
delante de ustedes y sobre todo agradecerle por permitirme poderles
compartir el rollo de nuestra ultreya, el cual lo hemos llamado...
PADRE, EN TU NOMBRE HE CUIDADO A MIS HERMANOS?
Cuando estábamos en la celebración de la misa pudimos escuchar el
evangelio del día de hoy, en el cual Jesús por medio de una “oración
sacerdotal”, le pide a nuestro Padre Celestial por sus discípulos, para que los
mantenga unidos, tan unidos como lo son Dios y Jesús; Jesús muestra su
preocupación a través de esa plegaria, Jesús no quiere que sus discípulos si
dispersen por el mundo, Jesús quiere que siempre estén unidos, escuchemos
a Jesús, no hagamos oídos sordos a esas palabras, Él vive dentro de nuestros
corazones, y desde allí nos comunica que es lo que espera de nosotros, si
prestamos atención, podemos darnos cuenta que Jesús nos pide que haya
amor entre nosotros, que haya tolerancia, respeto, no de balde es el
segundo mandamiento mas importante que Jesús nos dejo cuando vino a
este mundo a entregar su vida por nuestros pecados; como movimiento
estamos mas comprometidos con nuestros hermanos en Cristo, como
movimiento somos uno solo...
no permitamos que nuestros hermanos cursillistas se alejen del camino de Dios, Jesús cuidó a sus
discípulos, no permitió que ninguno se perdiera, nosotros también estamos comprometidos a
cuidar de nuestros
hermanos y hermanas cursillistas... cuántos hermanos se han alejado de
este bendito movimiento... es momento que reflexionemos sobre eso... será
que somos nosotros los que estamos fallando con nuestro testimonio y
terminamos decepcionándolos, si bien sabemos no somos perfectos, pero
estamos llamados a la perfección, no seamos piedra de tropiezo, seamos luz,
sino sucede lo que nos comentaba nuestro Asesor, esos 3 días de cielo que
vivimos dentro de nuestro cursillo, se vuelven en vano...
o... quizás ellos no lograron sentir esa chispa, que se encendió en la mayoría
de nosotros a partir de ese momento maravilloso que vivimos en nuestro
cursillo... al final, solo ellos saben las razones que los ha llevado a perder la
ilusión de seguirse fortaleciendo con la palabra de Dios... es momento que
hagamos algo al respecto para volver a introducir a esos hermanos y
hermanas a nuestro hermoso movimiento, acerquémonos a ellos,
conversemos sobre los motivos o los sentimientos que los llevaron a tomar
esa decisión, recordémosles que la conversión es personal, que dentro de la
iglesia, las personas que asistimos no somos santos, somos pecadores
luchando día a día por lograr nuestra conversión definitiva y así poder
alcanzar la vida eterna...
debemos de estar pendiente de nuestro prójimo, debemos de estar atentos a
nuestro alrededor, muchas veces algunas personas por algún motivo nos
hacen una mala mirada o reaccionan de una manera agresiva ante nosotros,
la mayoría de nosotros los juzgamos mal, no nos ponemos a pensar cuáles
serán las preocupaciones que tienen en su vida, qué los lleva a reaccionar de
esa manera...
hay una película animada que se llama “el gran milagro”, se las recomiendo
para que la vean, tiene un muy buen mensaje, allí explica que muchas veces
detrás de esas malas actitudes que pueden tener frente a las personas, se
debe porque tienen problemas muy grandes y no los pueden canalizar de la
manera correcta, y la solución para que esa carga tan pesada se vuelva mas
liviana, la encontramos acercándonos a las cosas de Dios, siempre y cuando
abramos nuestro corazón para que Jesús pueda entrar y habitar dentro de
nosotros; hay muchos hermanos que necesitan escuchar palabras de
esperanza, palabras de consuelo...
Nosotros como grupo ya lo hemos podido experimentar, cuando realizamos
nuestras visitas a enfermos, inicialmente pensábamos, que con la ayuda
económica que les dábamos era suficiente para poder ayudar aunque sea
con poco con las necesidades de esas personas que están enfermas, pero
nos dimos cuenta en una de esas visitas, a la señora lo que la hacía feliz en
ese momento era que la escucháramos, ella nos empezó a contar sobre
como había sido su vida antes de estar enferma, nos contaba cuánto sirvió a
la iglesia y la entristecía no poder seguirlo haciendo, ella en ese momento
no le prestó atención a lo que le llevábamos, nosotros en su rostro pudimos
ver reflejado lo bien que se sentía al ser escuchada, y así escuchándola
pasaron como mas de dos horas y según nosotras solo un rato íbamos a
estar allí, hasta empezamos a bromear que para la próxima visita mejor
íbamos a llevar café y pan, para poder seguir compartiendo con ella... es
muy lindo saber que sabiendo escuchar a nuestros hermanos podemos
lograr tantas cosas buenas en todos ellos... y así seguir manteniendo
también nuestra unión como hermanos en Cristo que somos.
Filipenses en su capítulo 2, versículos 1 al 5 nos dice: “Si algo puede una
exhortación en nombre de Cristo, si algo vale el consuelo afectuoso, o la
comunión en el espíritu, o la ternura del cariño, les pido que hagan perfecta
mi alegría permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo
espíritu, un único sentir. No hagan nada por ambición o vanagloria, antes
con humildad estimen a los otros como superiores a ustedes mismos. Nadie
busque su interés, sino el de los demás. Tengan los mismos sentimientos de
Cristo Jesús”;...

que hermoso lo que nos dice este pasaje bíblico, aquí el Apóstol Pablo nos
recomienda que la unión que nos dice, solo la tendremos si cada uno de
nosotros sabemos valorar a los demás mas que a nosotros mismos y que nos
interesemos por todos...
entonces, no permitamos la desunión entre nosotros, luchemos,
respetémonos, no nos juzguemos, oremos por mantener la unidad,
recordemos que eso es una de las cosas que Jesús anhela para nosotros;
mantengamos viva esa chispa que se encendió en nosotros, cuando
respondimos a “Cristo cuenta contigo, y yo con Él”...

Yo cuando vine a vivir mi cursillo, inicialmente lo hice por que mi esposo ya


había venido dos semanas antes, y pues por esa razón yo me sentía obligada
a asistir también, yo no tenía ni idea lo maravilloso y lo hermoso que es vivir
un cursillo de cristiandad, estando acá fue como mi corazón poco a poco se
empezó a transformar, y sobre todo en el último día, cuando estábamos en
el patio cantando y seguido abrieron las puertas de la casa, para que
nuestros familiares y amigos, nuestros hermanos cursillistas, nos dieran ese
abrazo, esas palabras de bienvenida, que nos quebraron a muchos, yo
empecé a llorar de alegría, porque estaba llena de ese amor incondicional
que nos tiene Dios a todos nosotros, a todos sus hijos, sentía dentro de mi
corazón aquel amor tan grande, que siente uno que no le cabe en el pecho,
ese amor inmenso que nos tiene nuestro Señor Jesucristo, para mi ese
momento fue maravilloso, seguido de eso comprendí que mi vida nunca
había estado tan cerca de la presencia de nuestro Señor Jesucristo, y que
nunca lo había amado tanto, como lo amo ahora, y todo gracias a este
bendito movimiento de cursillos de cristiandad... yo no hubiera querido salir
de esta casa, quería quedarme mas días, me preocupaba vivir mi cuarto día,
porque sentía que me iba a contaminar con las cosas del mundo, con
decirles que no quería ver televisión, ni quería escuchar la música que
normalmente escuchaba, (no vayan a creer que era reggaetón y que me
gustaba cantar la de dale mas gasolina no... tampoco hermanos, era otro
tipo de música), no hubiera querido tener contacto con nada de esas cosas
que se encuentran en el mundo, porque no quería perder esa paz que sentía,
esa paz que nunca antes la había experimentado...

Y es que las cosas del mundo, nos aleja de las enseñanzas que Jesús nos
dejó... una de tantas preocupaciones que tenía Jesús, era que cuando ya no
estuviera en este mundo, dejaba solos a sus discípulos, pero hablaba de
dejarlos solos, porque Jesús terrenalmente ya no iba a estar con ellos, pero
Su Espíritu, Sus enseñanzas, sí se quedaban con sus discípulos, y Jesús sabía
que el mundo los iba a odiar por eso, porque ellos ya eran diferentes a los
demás, porque desde el momento que Dios a través de Jesús, les reveló Su
Palabra, y que ellos reconocieron y aceptaron ese Mensaje de Salvación con
amor, comprometiéndose a ir por todo el mundo predicando la Buena Nueva,
dejaron de pertenecer a este mundo, porque renunciaron a los placeres
carnales, a los sentimientos negativos que pueden permanecer dentro del
corazón de una persona, en pocas palabras, renunciaron al pecado, el
pecado pertenece al mundo, el Mensaje de Dios no es de este mundo;...

esto mismo es semejante a nosotros cuando vivimos nuestro cursillo, allí nos
fue revelado el Mensaje de Salvación, allí mismo nosotros nos
comprometimos a vivir siempre en el camino de nuestro Padre Dios, nos
comprometimos a ser fiel a su Palabra, y ese compromiso que adquirimos
implica renunciar a las cosas que pertenecen a este mundo... al pecado... y
es que Dios a nosotros los seres humanos nos concedió voluntad,
inteligencia y libre albedrío, y con estas 3 cosas que nos fueron concedidas
es mas que suficiente para que podamos distinguir entre el camino de Dios y
el camino del pecado.

Romanos en su capítulo 6, versículos 17 al 19 nos dice: “Ustedes eran


esclavos del pecado; pero gracias a Dios se han sometido de corazón a la
doctrina de la fe que han recibido; y libres del pecado, se hicieron esclavos
de la justicia. Les hablo de una manera humana, teniendo en cuenta la
debilidad natural de ustedes. Si antes entregaron sus miembros, haciéndolos
esclavos de la impureza y el libertinaje, para hacer el mal, del mismo modo
ofrezcan ahora sus miembros al servicio de la justicia para que sean
consagrados” ...
el Apóstol Pablo nos recuerda que nosotros libremente ya elegimos, antes
éramos esclavos del pecado y ahora somos esclavos de la justicia, démonos
ánimos los unos a los otros para que salgamos triunfantes dentro de esta
vida mundana, para que siempre nos mantengamos firmes dentro de esta
lucha, porque se trata de una batalla, la cual tenemos diariamente con
nuestro enemigo que es el diablo, mantengámonos en oración, una oración
de corazón, una oración en la cual pidamos por nuestra unidad, una oración
por nuestros hermanos, porque a veces no basta con la oración que
realizamos nosotros solos, también necesitamos la oración en conjunto,
pidamos por la sanación de muchos corazones, pidamos por todas esas
personas que están atravesando dificultades en su vida...
a lo largo de mi vida, (de mis ´ticinco años, no son muchos hermanos, son
pocos, no crean)... he atravesado por ciertas dificultades, unas mas duras
que otras, y cada una de esas dificultades me ha dejado una gran
enseñanza, me han enseñado a tener Fe, esa Fe, que hace que mi corazón
empiece a sentir esa tranquilidad, esa certeza que Dios esta inclinando su
oído hacia mí, esa certeza que Dios empieza a obrar por esa petición, y me
he dado cuenta que Dios nunca me ha abandonado, que siempre ha estado
conmigo, y que siempre voy a estar eternamente agradecida con Dios y con
Jesús...

me siento comprometida a ayudar a quien lo necesite dentro de mis


posibilidades, como símbolo de agradecimiento a mi Padre Dios por todas
sus bendiciones, y es que siento una gran satisfacción cuando Dios me da la
oportunidad de poder ayudar, ver en esos rostros ese agradecimiento, es
como ver el rostro de Cristo en cada uno de ellos... y es así como les puedo
responder yo a la pregunta que tiene por nombre nuestro rollo...
PADRE, EN TU NOMBRE HE CUIDADO A MIS HERMANOS?
Ya para ir finalizando hermanos y hermanas, el evangelio del día de hoy nos
pide que seamos unidos, que no permitamos que se pierda alguno de
nuestros hermanos, que vivamos en este mundo sin ser absorbidos por las
cosas de este mundo y que así nos mantengamos fiel a la palabra de nuestro
Señor Jesucristo, hermanos y hermanas, que el Señor que nos llamó, nos
ayude a ser cada día mas y mejores cristianos, dejo en su corazón esta
interrogante para que cada uno de nosotros dentro de nuestro interior la
respondamos sinceramente...
PADRE, EN TU NOMBRE HE CUIDADO A MIS HERMANOS?
que Dios los bendiga y adelante con Cristo.
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