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Yo les comuniqué tu palabra, y el mundo los odió, porque no son del mundo,
igual que yo no soy del mundo. No pido que los saques del mundo, sino que
los libres del Maligno. No son del mundo, igual que yo no soy del mundo.
Conságralos con la verdad: tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al
mundo, yo los envié al mundo. Por ellos me consagro, para que queden
consagrados con la verdad.
PADRE, EN TU NOMBRE HE CUIDADO A MIS HERMANOS?
Buenas noches hermanos y hermanas cursillistas, ¿como están?... quiero
darle gracias a Dios por la oportunidad que nos da como grupo, de estar aquí
delante de ustedes y sobre todo agradecerle por permitirme poderles
compartir el rollo de nuestra ultreya, el cual lo hemos llamado...
PADRE, EN TU NOMBRE HE CUIDADO A MIS HERMANOS?
Cuando estábamos en la celebración de la misa pudimos escuchar el
evangelio del día de hoy, en el cual Jesús por medio de una “oración
sacerdotal”, le pide a nuestro Padre Celestial por sus discípulos, para que los
mantenga unidos, tan unidos como lo son Dios y Jesús; Jesús muestra su
preocupación a través de esa plegaria, Jesús no quiere que sus discípulos si
dispersen por el mundo, Jesús quiere que siempre estén unidos, escuchemos
a Jesús, no hagamos oídos sordos a esas palabras, Él vive dentro de nuestros
corazones, y desde allí nos comunica que es lo que espera de nosotros, si
prestamos atención, podemos darnos cuenta que Jesús nos pide que haya
amor entre nosotros, que haya tolerancia, respeto, no de balde es el
segundo mandamiento mas importante que Jesús nos dejo cuando vino a
este mundo a entregar su vida por nuestros pecados; como movimiento
estamos mas comprometidos con nuestros hermanos en Cristo, como
movimiento somos uno solo...
no permitamos que nuestros hermanos cursillistas se alejen del camino de Dios, Jesús cuidó a sus
discípulos, no permitió que ninguno se perdiera, nosotros también estamos comprometidos a
cuidar de nuestros
hermanos y hermanas cursillistas... cuántos hermanos se han alejado de
este bendito movimiento... es momento que reflexionemos sobre eso... será
que somos nosotros los que estamos fallando con nuestro testimonio y
terminamos decepcionándolos, si bien sabemos no somos perfectos, pero
estamos llamados a la perfección, no seamos piedra de tropiezo, seamos luz,
sino sucede lo que nos comentaba nuestro Asesor, esos 3 días de cielo que
vivimos dentro de nuestro cursillo, se vuelven en vano...
o... quizás ellos no lograron sentir esa chispa, que se encendió en la mayoría
de nosotros a partir de ese momento maravilloso que vivimos en nuestro
cursillo... al final, solo ellos saben las razones que los ha llevado a perder la
ilusión de seguirse fortaleciendo con la palabra de Dios... es momento que
hagamos algo al respecto para volver a introducir a esos hermanos y
hermanas a nuestro hermoso movimiento, acerquémonos a ellos,
conversemos sobre los motivos o los sentimientos que los llevaron a tomar
esa decisión, recordémosles que la conversión es personal, que dentro de la
iglesia, las personas que asistimos no somos santos, somos pecadores
luchando día a día por lograr nuestra conversión definitiva y así poder
alcanzar la vida eterna...
debemos de estar pendiente de nuestro prójimo, debemos de estar atentos a
nuestro alrededor, muchas veces algunas personas por algún motivo nos
hacen una mala mirada o reaccionan de una manera agresiva ante nosotros,
la mayoría de nosotros los juzgamos mal, no nos ponemos a pensar cuáles
serán las preocupaciones que tienen en su vida, qué los lleva a reaccionar de
esa manera...
hay una película animada que se llama “el gran milagro”, se las recomiendo
para que la vean, tiene un muy buen mensaje, allí explica que muchas veces
detrás de esas malas actitudes que pueden tener frente a las personas, se
debe porque tienen problemas muy grandes y no los pueden canalizar de la
manera correcta, y la solución para que esa carga tan pesada se vuelva mas
liviana, la encontramos acercándonos a las cosas de Dios, siempre y cuando
abramos nuestro corazón para que Jesús pueda entrar y habitar dentro de
nosotros; hay muchos hermanos que necesitan escuchar palabras de
esperanza, palabras de consuelo...
Nosotros como grupo ya lo hemos podido experimentar, cuando realizamos
nuestras visitas a enfermos, inicialmente pensábamos, que con la ayuda
económica que les dábamos era suficiente para poder ayudar aunque sea
con poco con las necesidades de esas personas que están enfermas, pero
nos dimos cuenta en una de esas visitas, a la señora lo que la hacía feliz en
ese momento era que la escucháramos, ella nos empezó a contar sobre
como había sido su vida antes de estar enferma, nos contaba cuánto sirvió a
la iglesia y la entristecía no poder seguirlo haciendo, ella en ese momento
no le prestó atención a lo que le llevábamos, nosotros en su rostro pudimos
ver reflejado lo bien que se sentía al ser escuchada, y así escuchándola
pasaron como mas de dos horas y según nosotras solo un rato íbamos a
estar allí, hasta empezamos a bromear que para la próxima visita mejor
íbamos a llevar café y pan, para poder seguir compartiendo con ella... es
muy lindo saber que sabiendo escuchar a nuestros hermanos podemos
lograr tantas cosas buenas en todos ellos... y así seguir manteniendo
también nuestra unión como hermanos en Cristo que somos.
Filipenses en su capítulo 2, versículos 1 al 5 nos dice: “Si algo puede una
exhortación en nombre de Cristo, si algo vale el consuelo afectuoso, o la
comunión en el espíritu, o la ternura del cariño, les pido que hagan perfecta
mi alegría permaneciendo bien unidos. Tengan un mismo amor, un mismo
espíritu, un único sentir. No hagan nada por ambición o vanagloria, antes
con humildad estimen a los otros como superiores a ustedes mismos. Nadie
busque su interés, sino el de los demás. Tengan los mismos sentimientos de
Cristo Jesús”;...
que hermoso lo que nos dice este pasaje bíblico, aquí el Apóstol Pablo nos
recomienda que la unión que nos dice, solo la tendremos si cada uno de
nosotros sabemos valorar a los demás mas que a nosotros mismos y que nos
interesemos por todos...
entonces, no permitamos la desunión entre nosotros, luchemos,
respetémonos, no nos juzguemos, oremos por mantener la unidad,
recordemos que eso es una de las cosas que Jesús anhela para nosotros;
mantengamos viva esa chispa que se encendió en nosotros, cuando
respondimos a “Cristo cuenta contigo, y yo con Él”...
Y es que las cosas del mundo, nos aleja de las enseñanzas que Jesús nos
dejó... una de tantas preocupaciones que tenía Jesús, era que cuando ya no
estuviera en este mundo, dejaba solos a sus discípulos, pero hablaba de
dejarlos solos, porque Jesús terrenalmente ya no iba a estar con ellos, pero
Su Espíritu, Sus enseñanzas, sí se quedaban con sus discípulos, y Jesús sabía
que el mundo los iba a odiar por eso, porque ellos ya eran diferentes a los
demás, porque desde el momento que Dios a través de Jesús, les reveló Su
Palabra, y que ellos reconocieron y aceptaron ese Mensaje de Salvación con
amor, comprometiéndose a ir por todo el mundo predicando la Buena Nueva,
dejaron de pertenecer a este mundo, porque renunciaron a los placeres
carnales, a los sentimientos negativos que pueden permanecer dentro del
corazón de una persona, en pocas palabras, renunciaron al pecado, el
pecado pertenece al mundo, el Mensaje de Dios no es de este mundo;...
esto mismo es semejante a nosotros cuando vivimos nuestro cursillo, allí nos
fue revelado el Mensaje de Salvación, allí mismo nosotros nos
comprometimos a vivir siempre en el camino de nuestro Padre Dios, nos
comprometimos a ser fiel a su Palabra, y ese compromiso que adquirimos
implica renunciar a las cosas que pertenecen a este mundo... al pecado... y
es que Dios a nosotros los seres humanos nos concedió voluntad,
inteligencia y libre albedrío, y con estas 3 cosas que nos fueron concedidas
es mas que suficiente para que podamos distinguir entre el camino de Dios y
el camino del pecado.