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LA TEOLOGÍA Y SU ETIMOLOGÍA (del griego θεος [theos], ‘Dios’, y λογος

[logos], ‘estudio’, ‘razonamiento’, por lo que significaría ‘el estudio de Dios’ y, por
ende, ‘el estudio de las cosas o hechos relacionados con Dios’) es
la disciplina que estudia el conjunto de conocimientos acerca de Dios, sus
atributos y sus perfecciones.
 El vocablo teología del latín (Theologia) y del griego (Theologîa) se refiere
al estudio de las bondades y perfecciones de Dios, único, superior y
todopoderoso. En el mundo antiguo fue considerada parte de la filosofía.
Para Aristóteles antes de conocer el ser, era necesario comprender a Dios,
principio y fin de la existencia humana. A partir de entonces, se la concibió
como la ciencia del ser en su universalidad, manejándose en el campo de la
especulación. Teología al principio como denominación del pensamiento
mitológico inmediatamente previo a la Filosofía, en un sentido peyorativo, y
sobre todo usado para llamar teólogos a los pensadores antiguos no-
filósofos (como Hesíodo y Ferécides de Siros).

 Teología como la rama fundamental y más importante de la Filosofía,


también llamada filosofía primera o estudio de los primeros principios, más
tarde llamada Metafísica por sus seguidores y que para distinguirla del
estudio del ser creado por Dios, nace la filosofía teológica que se la
denomina también teodicea o teología filosófica (véase Teodicea).
San Agustín tomó el concepto teología natural (theologia naturalis) de la gran
obra Antiquitates rerum divinatum de Marco Terencio Varrón, como única teología
verdadera de entre las tres presentadas por Varrón: la mítica, la política y la
natural.45 Sobre esta, situó la teología sobrenatural (theologia supernaturalis)
basada en los datos de la revelación y por tanto considerada superior. La teología
sobrenatural, situada fuera del campo de acción de la filosofía, no estaba por
debajo, sino por encima de esta y la consideraba su sierva, que la ayudaría en la
comprensión de Dios.

Bibliografía
 Rosino Gibellini, La teología del siglo XX, Sal Terrae 1998, ISBN 84-293-
1271-4.
 José Luis Illanes y Josep-Ignasi Saranyana, Historia de la Teología,
Biblioteca de Autores Cristianos 2002, ISBN 84-7914-517-X.
 Johannes Hirschberger (1982). Historia de la filosofía I: Antigüedad. Edad
Media. Renacimiento (12 edición). Barcelona: Herder Editorial.
p. 624. ISBN 84-254-0915-2.

ATEÍSMO
El ateísmo es, en su sentido más amplio, la ausencia de la creencia en la
existencia de las deidades. En sentido estricto, es el rechazo de la creencia de
que cualquier deidad exista. En una definición aún más restringida, el ateísmo es
específicamente la postura que defiende que no existen las deidades. Se opone
al teísmo, que en su forma más general es la creencia en la existencia de al
menos una deidad.
El término ateo proviene etimológicamente del latín athĕus y este del griego ἄθεος,
que significa ‘sin dios(es)’ y fue empleado de forma peyorativa para referirse a
quienes rechazaban a los dioses adorados por su sociedad. Con el surgimiento y
la difusión del librepensamiento, el escepticismo científico y el subsecuente
incremento de la crítica de la religión, disminuyó el alcance del término. Las
primeras personas en identificarse a sí mismas con la palabra «ateo» vivieron en
la Ilustración durante el siglo XVIII. La Revolución francesa, notable por su
"ateísmo sin precedentes", presenció el primer gran movimiento político de la
historia en abogar por la supremacía de la razón humana.
Los argumentos a favor del ateísmo abarcan desde aspectos filosóficos a
perspectivas sociales e históricas. Las razones para no creer en deidades incluyen
argumentos de ausencia de evidencia empírica,1617 el problema del mal,
el argumento de las revelaciones inconsistentes, el rechazo a
1618
conceptos infalsables y el argumento de la no creencia, entre otros. Si bien
algunos ateos han adoptado filosofías seculares (como el humanismo y
el escepticismo),1920 no existe una ideología o código de conducta único al que
todos los ateos adhieran.21 Muchos de ellos sostienen que el ateísmo es una
cosmovisión más parsimoniosa que el teísmo y que por tanto la carga de la
prueba no recae en quien no cree en la existencia de dioses, sino que es el
creyente quien debe justificar su teísmo.

Bibliografía
 Armstrong, Karen (1999). A History of God. London: Vintage. ISBN 0-09-
927367-5.
 Baggini, Julian (2003). Atheism: A Very Short Introduction. Oxford: Oxford
University Press. ISBN 0-19-280424-3.

ATEÍSMO PRÁCTICO

El ateísmo práctico, también conocido como ateísmo pragmático, es una de las


dos principales variantes del ateísmo (la otra es el ateísmo teórico). Se trata de
una forma de actuar en la cual, aunque no se niega la existencia de dioses, se
considera (implícita o explícitamente) nula la influencia que estos tienen o tendrían
en la vida cotidiana. Por tanto, los ateos prácticos viven como si no existiera
ninguna deidad o valor religioso.1
A diferencia del ateísmo teórico, el ateísmo práctico no constituye una forma de
pensar, sino de actuar. Aunque en algunos casos ambos aspectos se
complementan, no siempre conviven: un ateo práctico puede no respaldar su
forma de actuar con ideas o teorías, mientras que un ateo teórico puede no
respaldar su forma de pensar con actos o acciones.2
En ocasiones se usa el término ateo práctico para referirse a aquellas personas
que dicen creer en Dios o que efectivamente creen en él, pero que no demuestran
o respaldan esta creencia con sus acciones cotidianas.34 Se considera que este
último fenómeno es relativamente reciente,5 y que no se da instantáneamente en
los creyentes, sino como un proceso gradual.6
Un concepto semejante al ateísmo práctico es la corriente conocida
en inglés como apatheism (una composición de apaty «apatía» y theism «teísmo»,
a veces traducido como apateísmo), consistente en la apatía o falta de interés
respecto a la existencia o inexistencia de Dios.
Bibliografía
 Rodríguez Duplá, Leonardo (2010). Instituto de Antropología y
Ética. Universidad de Navarra, ed. El alejamiento práctico de Dios como
nuevo fenómeno de masas. Consultado el 3 de abril de 2016.
 Zdybicka, Zofia J. (2005), «Atheism», Andrzej Maryniarczyk, ed., Universal
Encyclopedia of Philosophy (Polish Thomas Aquinas Association) 1,
consultado el 4 de abril de 2016

ATEISMO TEORICO
ATEISMO Y CREENCIA EN DIOS
el ateísmo filosófico moderno se basa tanto en razones teóricas y prácticas.
Teóricamente, los ateos o bien argumentan que no hay buenos argumentos para
creer en la existencia de una deidad personal, si esta deidad se concibe
antropomórficamente o metafísica, o que la declaración de la existencia de Dios es
incoherente o sin sentido. El último tipo de crítica lógica del teísmo es
característica del positivismo lógico y la filosofía analítica y lingüística.
La credibilidad del ateísmo parece directamente proporcional al crecimiento de las
ciencias y el surgimiento del humanismo desde el Renacimiento. En el siglo 19 las
ciencias biológicas parecía tener explicaciones teológicas del origen del universo y
de la aparición de la humanidad innecesarios.

Bibliografía
 Immanuel Kant (28 de mayo de 2013). The Critique of Pure Reason. Loki's
Publishing. ISBN 978-0-615-82576-2.
 Sören Kierkegaard. Philosophical Fragments. Religion-
online.org. ISBN 978-0-691-02036-5. Archivado desde el original el 9 de
febrero de 2014. Consultado el 9 de febrero de 2014.
 George H. Smith. Atheism – The Case Against God (PDF). ISBN 0-87975-
124-X. Archivado desde el original el 9 de febrero de 2014. Consultado el 9
de febrero de 2014.

EL AGNOSTICISMO (del griego α- [a-], ‘sin’; y γνώσις [gnōsis], ‘conocimiento’) es


la postura que considera que los valores de verdad de ciertas afirmaciones —
especialmente las referidas a la existencia o inexistencia de Dios, además de otras
afirmaciones religiosas y metafísicas— son desconocidos o inherentemente
incognoscibles.
El biólogo británico Thomas Henry Huxley acuñó la palabra agnóstico en 1869. Sin
embargo, algunos pensadores y obras de la antigüedad ya habían promovido
puntos de vista agnósticos, incluido el agnosticismo de Sanyaia
Belatthaputta (filósofo indio del siglo V a. C.) respecto de la existencia de cualquier
forma de vida más allá de la muerte,456 el de Protágoras (filósofo griego del
siglo V a. C.) sobre los dioses7 y el del «Himno de la creación», parte del texto
sagrado indio Rig-veda (uno de los textos conocidos más antiguos, compuesto
probablemente entre 1500 a. C.-1200 a. C.), acerca del origen del universo
Bibliografía
 Agnosticism. Forgotten Books. pp. 164-. ISBN 978-1-4400-6878-2.
 Richard Dawkins, "The poverty of agnosticism", in The God Delusion, Black
Swan, 2007 (ISBN 978-0-552-77429-1).

EL ESCEPTICISMO es generalmente cualquier actitud de duda hacia el


conocimiento, sea este hechos, opiniones o creencias declaradas como hechos, 1
o de duda respecto de afirmaciones que son tomadas por supuestos en otra
parte.2
El escepticismo es una doctrina del conocimiento que exige dudar de toda la
información que no sea bien apoyada por la evidencia. 3 El término se usó para
nombrar a los miembros de la escuela filosófica que "no afirman nada", es decir,
que se quedan en reflexión sin pronunciarse ni aceptando ni negando.4
Adherentes del pirronismo (y más recientemente, sinónimo parcial con falibilismo),
por ejemplo, suspenden el juicio en las investigaciones.5 Los escépticos pueden
incluso dudar de la fiabilidad de sus propios sentidos. 6 El escepticismo religioso,
por el otro lado, es una "duda respecto de los principios religiosos básicos (tales
como la inmortalidad, la providencia, la revelación o la existencia de la deidad)". 7
El escepticismo científico consiste en examinar científicamente la veracidad de las
creencias al someterlas a una investigación sistemática a través del método
científico para descubrir las pruebas empíricas que las apoye.
Bibliografía
 A Greek-English Lexicon, Henry George Liddell and Robert Scott, revised
and augmented throughout by Sir Henry Stuart Jones, with the assistance of
Roderick McKenzie, Clarendon Press, Oxford, UK, 1940. Online,
perseus.tufts.edu.
 Butchvarov, Panayot, Skepticism About the External World (Oxford
University Press, 1998).

EL DEÍSMO (del latín deus: «dios») es una postura filosófica que tiene
la creencia de la existencia y la naturaleza de deidades o deidad a través de la
razón y la experiencia personal, en lugar de hacerlo a través de elementos
comunes como religiones, revelaciones, fe o tradiciones .
En general, un deísta es aquel que se inclina a aseverar la existencia de un dios,
pero no necesariamente practica una religión y niega la intervención de dios en el
mundo.1 No obstante, dentro de religiones como el hinduismo y
el budismo pueden existir posturas deístas.[cita requerida] En este caso, quienes
siguen el deísmo creen en una deidad creadora pero que no se involucra en
ámbito alguno

Referencias
1. Julián Pérez Porto y Ana Gardey, «Deísmo», Definición de, 2012.
2. «Portal deísmo». Archivado desde el original el 19 de agosto de
2018. Consultado el mayo de 2019.
3. González, Justo L. (1984). The Reformation to the present day. (en
inglés). HarperCollins. p. 190. ISBN 978-0-06-063316-5.

POLITEÍSMO es una concepción religiosa o filosófica basado en la existencia de


varios seres divinos o dioses. En la mayoría de las religiones que aceptan el
politeísmo, los diferentes dioses y diosas son representaciones de fuerzas de la
naturaleza o principios ancestrales, y pueden verse como autónomas o como
aspectos o emanaciones de una deidad creadora o principio absoluto
trascendental ( teologías monistas), que se manifiesta de manera inmanente en la
naturaleza ( teologías panteístas y panenteístas) Muchas deidades politeístas, a
excepción de las deidades egipcias2 o hindúes, son concebidas en un plano
corpóreo más que etéreo.
El politeísmo es un tipo de teísmo. Dentro del teísmo, contrasta con
el monoteísmo, la creencia en un Dios singular, en la mayoría de los casos
trascendente. Los politeístas no siempre adoran a todos los dioses por igual, ya
que pueden ser henoteístas, que se especializan en la adoración de una deidad
en particular. Otros politeístas pueden ser katenoteístas, adorando a diferentes
deidades en diferentes momentos

Bibliografía
Eliade, Mircea (1976-1986). Historia de las creencias y las ideas religiosas. Obra
completa en cuatro volúmenes. Barcelona: Ediciones Paidós & Herder Editorial.
 Blázquez Martínez, José María; Sayas Bengoechea, Juan José; Díez de
Velasco Abellan, Francisco P.; Marco Simón, Francisco; Montero Herrero,
Santiago; García Gelabert Pérez, María Paz (1994). Historia de las
religiones de la Europa antigua. Cátedra.

MATERIALISMO es la idea que postula que la materia es lo primario y que la


conciencia existe como consecuencia de un estado altamente organizado de ésta,
lo que produce un cambio cualitativo.
En cuanto a la relación del pensamiento humano y el mundo que nos rodea y la
cognoscibilidad de ese mundo, el materialismo afirma que el mundo es material y
que existe objetivamente, independientemente de la conciencia. Según esta
concepción, la conciencia y el pensamiento se desarrollan a partir de un nivel
superior de organización de la materia, en un proceso de reflejo de la realidad
objetiva.
El materialismo también sostiene que la materia no ha sido creada de la nada,
sino que existe en la eternidad y que el mundo y sus regularidades son
cognoscibles por el humano, ya que es posible demostrar la exactitud de ese
modo de concebir un proceso natural, reproduciéndolo nosotros mismos,
creándolo como resultado de sus mismas condiciones y además poniéndolo al
servicio de nuestros propios fines, dando al traste con la “cosa en sí, inasequible”.

Bibliografía
 Miguel Espinoza, La matière éternelle et ses harmonies éphémères,
L’Harmattan París, 2017 ISBN 978-2-343-13798-8
PANTEÍSMO es una concepción del mundo y una doctrina filosófica según la cual
el universo, la naturaleza y la deidad que los monoteístas llaman Dios son
equivalentes.1 El panteísmo no estipula a un ente como Dios, sino que La ley
natural, la existencia y el universo (la suma de todo lo que fue, es y será) se
representa por medio del concepto teológico de lo que las religiones llaman
«Dios».
La palabra está compuesta del término griego πᾶν (pan), 'todo', y θεός (theos),
'Dios'.1 La primera vez que el término aparece en latín es en la obra de 1697
escrita por Joseph Raphson titulada De Spatio Reali seu Ente Infinito.
Algunos pensadores han considerado panteísta el trasfondo de los politeísmos.2
La visión panteísta, si es admitida, aporta un nexo entre diferentes religiones, en
especial las no creacionistas.
De manera general, el panteísmo puede ser considerado como
una ideología filosófica o como una concepción del mundo. En el teísmo se
enfrentan dos términos: «dios» y «mundo». El panteísmo procede a identificarlos;
el resultado ha de ser un monismo, que puede adoptar diversas caracterizaciones.

Notas y referencias
1. Saltar a:a b Bogdanski, Tomasz; Elizalde, Erika Pamela Santana;
UNID, Editorial Digital (12 de mayo de 2014). Fe y mundo
contemporáneo. Editorial Digital UNID. Consultado el 2 de abril de
2018.

MISTICISMO
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
«Místico» redirige aquí. Para otras acepciones, véase Místico (desambiguación).
Liber Divinorum Operum, o el hombre universal de santa Hildegarda de Bingen,
1185 (copia del siglo XIII). La mística (del verbo griego myein, «encerrar», de
donde mystikós, «cerrado, arcano o misterioso») designa un tipo de experiencia
muy difícil de alcanzar en que se llega al grado máximo de unión del alma humana
a lo Sagrado durante la existencia terrenal. Se da en las religiones monoteístas
(zoroastrismo, judaísmo, cristianismo, islam), así como en algunas politeístas
(hinduismo) y en religiones no teístas (budismo), donde se identifica con un grado
máximo de perfección y conocimiento.
Según la teología, la mística se diferencia de la ascética en que esta ejercita
el espíritu humano para la perfección, a manera de una propedéutica para la
mística, mediante dos vías o métodos, la purgativa y la iluminativa, mientras que la
mística, a la cual solo pueden acceder unos pocos, añade a
un alma perfeccionada por la gracia o por el ejercicio ascético la experiencia de la
unión directa y momentánea con Dios, que solo se consigue por la vía unitiva,
mediante un tipo de experiencias denominadas visiones o éxtasis místicos, de los
que son propios una plenitud y conocimiento tales que son repetidamente
caracterizados como inefables por quienes acceden a ellos.
En el caso de la mística cristiana el acto místico de unión con Dios, conocido
como éxtasis, no depende del individuo, sino solamente de Dios, que por motivos
que sólo él conoce otorga como gracia privada un breve tiempo de comunicación
sensible ultraterrena a algunas almas a las que se acerca, bien directamente o
bien para su posterior transmisión a un grupo específico o al conjunto social.
Puede ir acompañado de las manifestaciones llamadas «estigmas» o «llagas»:
heridas que reproducen algunas de las heridas de Cristo en la cruz, así como
de bilocación (suceso que consiste en que el santo o místico es visto en dos o
más sitios al mismo tiempo) y manifestaciones proféticas. Se cree que el éxtasis
es otorgado, en el caso del catolicismo, pero esto no es necesario, a personas que
han seguido una dura disciplina ascética de ayuno, soledad, oración, hesicasmo,
humildad, trabajo, penitencia, mortificación e introspección mediante el
seguimiento de una regla de conducta monástica (clero regular masculino y
femenino) para purificarse ante los ojos de Dios mediante los caminos o vías
llamados vía purgativa y vía iluminativa. Los místicos carmelitanos hablan
de noche oscura, así como de dar un ciego y oscuro salto de fe con la esperanza
de que Dios se apiade y recoja el alma de sus siervos. Si Dios quiere, habrá una
unión mística o éxtasis, experiencia más divina que humana que resulta de un
placer inefable, esto es, intransmisible por entero, sino sólo en una parte muy
pequeña, por medio de la palabra o cualquier otro medio de expresión. Así la
describe por ejemplo Santa Teresa de Jesús:

Bibliografía
 Abumalham, Montserrat (coordinadora) (2005). Textos fundamentales de la
tradición religiosa musulmana. Colaboradores: Juan Pedro Monferrer,
Cristina de la Puente, Fernando Rodríguez Mediano, Delfina Serrano,
Amalia Zomeño, Mercedes García-Arenal, Maribel Fierro, Emilio González
Ferrín. Madrid: Editorial Trotta. ISBN 978-84-8164-749-5.

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