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El Humareda
que yo conocí
Galería moll
E
Enrique Planas
ñana. “Él nunca enseñó, no
tuvo discípulos. Pero solía
scribió una pieza caer por Bellas Artes porque
teatral que nadie caminaba por toda Lima”,
ha visto ni leído. recuerda el pintor. Esa ma-
Se titula “El infier- ñana, se acercó a la berenje-
no”, y en la escena de un solo na que pintaba la estudiante
acto, el mismo pintor, Víctor y tomó un chisguete de vio-
Humareda, se encuentra en leta cobalto para animar el
un ascensor. De pronto, en- fruto. “Había gente que no se
tra Marilyn Monroe. El artis- le acercaba, que lo creían un
ta no puede hablar. Incapaz chiflado. No saben lo que se “Cabaret”, cuadro de 1967, parte de la colección que expondrá la galería Moll de Miraflores.
de dirigirse a su objeto de de- perdieron”, comenta Polan- Lino Chipana
seo, solo transpira hasta ver- co, quien considera que ha-
la salir del ascensor al llegar ber desarrollado una intensa
a su piso. amistad con Humareda es
La obra no existe en papel, uno de sus mayores tesoros.
pero se la contó Humareda al
pintor Enrique Polanco. Sa- —La habitación 283—
bemos que Humareda ido- En 1954, Humareda se mu-
latraba a la blonda actriz, dó a la habitación 283 del
pero aquel argumento mí- hotel Lima, en La Victoria,
nimo nos habla también de alojamiento preferido en-
un artista torturado ante la tonces por muchos provin-
belleza insoportable. Aque- cianos por su cercanía a La
lla que, como afirmaba Ca- Parada, que sirvió de hogar y
mus, nos conduce a la deses- taller por los siguientes trein-
peración, ofreciéndonos por ta años. Allí lo iba a visitar Po-
un minuto la mirada a una lanco, dos o tres veces por se-
eternidad que nos gustaría mana. “Humareda pintaba
extender sobre la totalidad muy temprano –cuenta–. Vi-
del tiempo. vía en un cuarto chiquitito,
Víctor Humareda Galle- lo recuerdo perfectamente,
gos representa al artista clá- de dos metros y medio de la-
sico (y por lo mismo, anacró- do. Primero pintaba y des-
nico) maldecido por la belle- pués salía a la calle, pues no Mural de Marko Franco en homenaje al pintor puneño, en la cuadra 2 del jirón Azángaro, en Lima.
za. Se acercó a ella con una aguantaba mucho tiempo
obsesión platónica, como allí. Yo lo visitaba desde los casso, la historia del arte se mareda es un caso en el que
quien tienta lo inalcanzable. 21 años. Cuando venía más había convertido en meros biografía y mito se sobrepo-
Nació en Lampa, el 6 de mar- gente al hotel Lima, él sacaba garabatos. nen. Genial y reaccionario,
zo de 1920, hace exactos 100 los cuadros de su taller al co- “Había gente vistiendo de sombrero bom-
En abril de 1964, un
orgulloso Humareda
posa frente a una de sus
obras en la exposición
celebrada en el Icpna
de Lima.
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