BOSQUEJO

La fe que no salva
Walter Jolón

SERIE: SANTIAGO MENSAJE #: 10

¿Conocemos algo de las Escrituras? Lo que sea que sepamos acerca de la Palabra de Dios,
somos llamados a practicarlo en nuestras vidas de acuerdo a la fe que hemos depositado
en Dios. Somos llamados a vivir sabiamente bajo la luz del evangelio de nuestro Señor
Jesucristo, de manera honesta, transparente e íntegra.
REFERENCIA BÍBLICA: SANTIAGO 2.14-19
FECHA: Domingo, 10 de febrero de 2019.

Iglesia Casa de Gracia

Palín, Escuintla, Guatemala
E-mail: iglesia@casadegracia.gt
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I. INTRODUCCIÓN
a. Oración: “Dios, háblanos…”
b. Continuamos con la serie expositiva: “Santiago”.
i. Santiago llama a los cristianos a que demuestren lo que
saben y creen sin comprometer su fe y sus convicciones
en medio de pruebas difíciles y fuertes tentaciones para
fortalecer su integridad espiritual y su buen testimonio.
c. El mensaje anterior lo llamamos: “Los peligros del
favoritismo”.
i. Santiago nos advirtió sobre los peligros y la gravedad
de caer en el pecado del favoritismo.
ii. Debemos amar y tener compasión del prójimo sin
distinción alguna. Debemos hacerlo en obediencia a los
mandamientos de la ley de Dios.
iii. Caer en favoritismo es hacernos culpables de violar
toda la Ley y ser expuestos al juicio por nuestra falta de
compasión y amor.
d. El mensaje para hoy es: “La fe que no salva”.
i. La falta de obras en la vida de un creyente demuestra
falta de salvación, una fe muerta y una fe deficiente que
no salva.
e. El trasfondo de la mayoría de nosotros es muy
diferente al problema que Santiago está abordando
en el pasaje de hoy.
f. La mayoría de nosotros venimos de iglesias que en su
legalismo y falta de conocimiento del evangelio
bíblico ponían mucho énfasis en las obras, creyendo
que de esa manera podíamos agradar a Dios y
mantener su favor y sus bendiciones, pero que, de lo

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 contrario, si no nos esforzábamos y no servíamos
mucho, Dios no estaría agradado de nosotros.
g. El otro extremo es muy peligroso, cuando creemos
que, si las obras ya no son necesarias para agradar a
Dios y mantener nuestra salvación (salvo siempre
salvo), que solamente tener fe es suficiente, entonces
ya no necesitamos obras en nuestra vida diaria.
h. Este es el problema que Santiago aborda en el pasaje
de hoy.
II. CONTEXTO
a. T: Veamos qué nos enseña la Biblia acerca de esto:
b. Leamos el contexto anterior —Santiago 2.8–13, RVC
c. Veamos qué nos enseña Santiago sobre la fe y las obras:
d. Leamos —Santiago 2.14–19, RVC: “14Hermanos míos, ¿de
qué sirve decir que se tiene fe, si no se tienen obras? ¿Acaso esa
fe puede salvar? 15Si un hermano o una hermana están
desnudos, y no tienen el alimento necesario para cada día, 16y
alguno de ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y
coman hasta quedar satisfechos», pero no les da lo necesario
para el cuerpo, ¿de qué sirve eso? 17Lo mismo sucede con la fe: si
no tiene obras, está muerta. 18Pero alguien podría decir: «Tú
tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te
mostraré mi fe por mis obras.» 19Tú crees que Dios es uno, y
haces bien. ¡Pues también los demonios lo creen, y tiemblan!”
e. Contexto literario:
i. Desde el capítulo 1 Santiago ha estado hablando y
enseñando a sus hermanos judíos cristianos sobre
diferentes temas que son importantes para la vida
cristiana y el buen testimonio de la fe de sus lectores.
ii. Santiago ha estado enseñándoles:

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 1. Acerca de las pruebas como algo bueno para la
formación de su carácter.
2. Les llama a pedir sabiduría a Dios en tiempos de
crisis.
3. A no culpar a Dios cuando estén siendo tentados.
4. Instruye a los creyentes ricos y pobres a gloriarse en
su salvación.
5. Les señala que es Dios la fuente de todo lo bueno.
6. Los instruye a vivir el evangelio poniendo en
práctica el conocimiento de la Palabra que les
produjo un nuevo nacimiento espiritual.
7. Por último, los llama a no actuar con favoritismo
hacia los demás porque es un pecado contra Dios.
8. Él ahora, en este punto de la carta, los está
instruyendo acerca de la verdadera fe como una fe
que se demuestra con obras.
9. Santiago les escribe que una fe muerta no posee
obras, pero que una fe viva siempre tendrá obras
usando como ejemplo a Abraham y la prostituta
Rahab.
f. Contexto histórico:
i. Los lectores de la Carta de Santiago, a causa de la
persecución, están dispersos por diferentes ciudades en
zonas cercanas a Antioquía que conocen una forma
torcida y tergiversada las enseñanzas del apóstol Pablo.
ii. Ellos abanderan el slogan “la fe sola justifica” creyendo
que las obras no son necesarias después de la justificación o
salvación.
g. Contexto bíblico:

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 i. En el versículo 19 Santiago hace eco a las famosas
palabras que son conocidas como el Shemá Israel cuando
compara la fe de las personas con la fe de los demonios:
“4»Oye, Israel: el Señor nuestro Dios, el Señor es uno.” —
Deuteronomio 6.4, RVC
III. EXPOSICIÓN
a. T: El pasaje de hoy se divide en tres puntos principales:
1. La fe sin obras es una fe que no salva (v.14)
2. La fe sin obras es una fe muerta (v.15-17)
3. La fe sin obras es una fe inútil (v.18-19)
b. La fe sin obras es una fe que no salva (v.14)
i. “14Hermanos míos, ¿de qué sirve decir que se tiene fe, si
no se tienen obras? ¿Acaso esa fe puede salvar?”
ii. Con dos preguntas muy profundas, Santiago
abre un nuevo tema para sus hermanos
creyentes.
iii. Las dos respuestas para las dos preguntas son
negativas.
iv. En otras palabras, Santiago pregunta si trae algún
beneficio o algún provecho una fe que no se
demuestra con obras.
v. Para Santiago, una fe sola que no tiene obras no
sirve de nada.
vi. Al parecer Santiago contradice la enseñanza del
apóstol Pablo cuando dijo: “28Por lo tanto, llegamos
a la conclusión de que el hombre es justificado por la fe, sin
las obras de la ley.” —Romanos 3.28, RVC
vii. Pablo asegura sin temor a equivocarse que la
salvación es sola fide, solamente por fe.
viii. No hay contradicción entre Santiago y Pablo.

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 ix. El enfoque de la enseñanza de Pablo sobre la fe
y las obras es en el tiempo antes de la
conversión.
x. El enfoque de la enseñanza de Santiago sobre la
fe y las obras es en el tiempo después de la
conversión.
xi. Pablo niega que las obras tengan alguna
eficacia antes de la conversión, pero Santiago
aboga por una absoluta necesidad de obras
después de la conversión. 41
xii. Pablo peleaba en contra de la tradición que
promovía la salvación por obras, la herejía del
legalismo.
xiii. Santiago peleaba en contra de la creencia de
que las obras ya no eran parte de la fe porque
no salvaban, lo que los llevaba a la herejía del
antinomianismo o quietismo.
xiv. Santiago enseña a sus lectores que después de
venir a Cristo, las obras deben de ser visibles en
sus vidas cristianas.
c. La fe sin obras es una fe muerta (v.15-17)
i. T: Para enfatizar la importancia de la verdadera fe, la fe
que funciona, Santiago ahora ofrece una impactante
ilustración:
ii. “15Si un hermano o una hermana están desnudos, y no
tienen el alimento necesario para cada día, 16y alguno de
ustedes les dice: «Vayan tranquilos; abríguense y coman
hasta quedar satisfechos», pero no les da lo necesario para
el cuerpo, ¿de qué sirve eso? 17Lo mismo sucede con la fe: si
no tiene obras, está muerta.”

4 4. Douglas J. Moo, The Letters of James (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1988), p. 102.
1 R. Kent Hughes, James: faith that works, Preaching the Word (Wheaton, IL: Crossway Books, 1991), 108.

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 iii. En esos tiempos se le llamaba desnudo a alguien
que vestía con poca ropa o con ropa de baja
calidad.
iv. Santiago usa de nuevo la pobreza para dar un
claro ejemplo de lo que él desea transmitir.
v. En la ilustración, un hermano o hermana, un
creyente, se encuentran en medio de sus
hermanos en la iglesia, están vestidos
inadecuadamente, tal vez con harapos o les
falta alguna prenda de vestir externa, están tan
desamparados que él o ella no tienen qué
comer ese día.
vi. Otro hermano, sintiéndose satisfecho después de
haber comido, con su closet o su ropero con
suficiente ropa que está de moda, ve a los
creyentes todos mal vestidos y con una sonrisa
de oreja a oreja los despide así: “Vayan en paz
hermanos, abríguense bien porque hay mucho
frío y coman hasta sentirse llenos” sin ayudarlos y
sin algún remordimiento sigue alegre su camino.
vii. Si cosas como estas pasaban, eso reflejaba un
serio problema con la fe de la persona que no la
demostraba con hechos y acciones.
viii. Esa es la razón por la que Santiago preguntó ¿De
qué sirve una fe así? Y la única respuesta es:
Absolutamente de nada.
ix. La conclusión de Santiago ante esa actitud fue
esta: “17Lo mismo sucede con la fe: si no tiene obras, está
muerta.”
x. Esta es una muerte externa que refleja la muerte
interna de una persona.
xi. Es una fe totalmente sin vida e inútil.

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 xii. Es normal que los que están fuera de Cristo sean
inconsistentes entre lo que dicen ser y lo que
realmente son.
xiii. Pero esta actitud de indiferencia y falta de amor
hacia el hermano pobre que está entre los
cristianos en la iglesia es un claro indicativo de
una fe que es falsa, está muerta y es inútil.
xiv. En un contexto diferente, pero con una relación
directa el apóstol Juan dijo lo siguiente: “17Pero
¿cómo puede habitar el amor de Dios en aquel que tiene
bienes de este mundo y ve a su hermano pasar necesidad, y
le cierra su corazón? 18Hijitos míos, no amemos de
palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.” —1
Juan 3.17–18, RVC
xv. La verdadera fe requiere compasión y acción.
xvi. Si estos hermanos espirituales de Santiago
hablaban de su fe en Cristo y la verdad de su
Palabra, pero no hacían nada o muy poco,
tenían serios problemas espirituales.
xvii. Si ellos se negaban a ensuciarse las manos, o
hacían algo a regañadientes por sus hermanos,
ellos debían hacer un inventario de sus almas.
xviii. Santiago dijo que “la fe sin obras es una fe
muerta”, “nekros” en griego, una palabra muy
fea.
xix. Si entre ellos había creyentes vacíos de obras,
ellos estaban en las garras de Satanás, el
nigromante de las almas perdidas.
d. La fe sin obras es una fe inútil (v.18-19)
i. “18Pero alguien podría decir: «Tú tienes fe, y yo tengo
obras. Muéstrame tu fe sin obras, y yo te mostraré mi fe
por mis obras.»”

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 ii. Santiago ahora presenta a un interlocutor
imaginario, una posible persona de su audiencia
que podría contradecir u objetar su enseñanza
sobre la fe y las obras.
iii. Es como aquellas personas que dicen: “vive y
deja vivir” con respecto a la fe y las obras.
iv. Esta persona está diciendo: “Tú tienes fe, yo
tengo hechos”.
v. Esta es una persona con un pensamiento
“arjoniano”:
1. Una de las canciones más famosas de
Ricardo Arjona se llama “Jesús es verbo, no
sustantivo”.
2. Arjona llama a la acción a las personas.
3. Él no se inclina hacia alguna fe religiosa, solo
llama a las personas a tener hechos.
vi. Para esta persona, al igual que Arjona, la fe es
vivir la enseñanza de Jesús, pero su énfasis es
diferente al de Santiago.
vii. Santiago le responde: “Muéstrame tu fe sin obras, y
yo te mostraré mi fe por mis obras.”
viii. Para Santiago, las obras de este hombre no
significaban nada porque fueron hechas sin una
fe genuina.
ix. Luego Santiago afirma que por su fe genuina
podrá mostrar sus obras.
x. Santiago desafía la seudo-fe de este hombre y
de los que se identifiquen con él al afirmar que la
fe y las obras son inseparables.
xi. Santiago está de acuerdo con la enseñanza de
su hermano Jesús.

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 xii. En su parábola del sembrador, los tres primeros
suelos no dieron fruto: el suelo duro, el suelo
pedregoso, y el suelo con malezas.
xiii. Pero Jesús concluye que: “lo que se sembró en
buena tierra es el hombre que escucha la
Palabra y la entiende, este es el que produce
fruto al cien, sesenta o treinta veces más de lo
que sembró” (Mt. 13.23).
xiv. La verdadera fe, la fe viva producirá frutos, será
una fe en acción, es una fe obediente.
xv. Para Santiago, la fe y las obras son como las alas
de un pájaro que no podría volar con una sola
ala.
xvi. La fe y las obras, ninguna subsiste sin la otra.
xvii. T: Santiago finaliza este pasaje llevando a los creyentes
al absurdo, a ver lo inútil que es su forma de creer:
xviii. “19Tú crees que Dios es uno, y haces bien. ¡Pues también
los demonios lo creen, y tiemblan!”
xix. Santiago aún está conversando con el hombre
imaginario que está contradiciendo su
enseñanza.
xx. Según Santiago: ¡No hay ningún demonio en el
universo que sea ateo!
xxi. Los demonios son monoteístas que creen el
Shemá Israel: “Dios, uno es”.
xxii. Los demonios también son trinitarios, ellos creen
que Dios es el creador y que Jesús es Su Hijo.
xxiii. Es más, los demonios son mejores teólogos que
algunos o muchos de los lectores de Santiago.
xxiv. Los demonios tiemblan con la teología que ellos
conocen.
xxv. El punto de Santiago para su audiencia es que
existe una creencia que no es la verdadera fe.

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 xxvi. La fe verdadera posee tres elementos que la
hacen una fe integral, una fe salvadora:
1. Conocer (notitia).
a. Es necesario tener el conocimiento para
poder saber en qué creer, pero no es
suficiente.
2. Asentir (assensus).
a. Es necesario estar de acuerdo con la
verdad que conocemos, saber que es
verdad, pero no es suficiente.
3. Compromiso (fiducia).
a. Es confianza y entrega plena y total al
Señor Jesús.
xxvii. Satanás y los demonios poseen solo dos de esos
elementos:
1. Saben que el evangelio es verdad.
2. Están de acuerdo con esa verdad.
3. Pero no están comprometidos con esa
verdad.
xxviii. Para el hombre que contradice a Santiago, no le
es suficiente creer en Dios, si no tiene obras, o
tiene obras, pero no tiene fe, posiblemente solo
esté al nivel de los demonios y de Satanás.
e. ¿Qué dijo Jesús sobre las obras?
i. Jesus les dijo a algunos judíos de buenas obras:
“La obra de Dios es esta: creer en el que él
envió” (Juan 6:29).
ii. El corazón no regenerado piensa primero en las
obras, ya que desea la salvación.
iii. Pero Jesús dice que el primer “trabajo” es creer.
¡Después de esto, una verdadera fe trabaja y
trabaja y trabaja y trabaja!
IV. EL EVANGELIO

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a. Según Santiago, las obras son la evidencia de una
persona que ha tenido fe para su salvación, por lo
contrario, la falta de obras refleja la falta de
salvación, pero según el apóstol Pablo, nadie puede
ser salvo por sus propias obras ni por sus propios
méritos.
b. “8Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la
fe. Ésta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios; 9ni es
resultado de las obras, para que nadie se vanaglorie.” —Efesios
2.8–9, RVC
c. La ley de Dios demanda obediencia perfecta, pero
debido a nuestra imperfección y a nuestra
incapacidad es imposible que por nuestras obras
obtengamos los méritos suficientes para nuestra
salvación (Is. 64.6), por lo que nuestra salvación solo la
podemos recibir al confiar en la justicia de Cristo.
d. “16Sabemos que el hombre no es justificado por las obras de la
ley sino por la fe de Jesucristo, y también hemos creído en
Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las
obras de la ley, ya que por las obras de la ley nadie será
justificado.” —Gálatas 2.16, RVC
e. Si somos salvos por obras, es solo a través de las obras
de Cristo: su obediencia perfecta mientras vivió y su
obediencia mientras sirvió como un sacrificio
sustitutivo en la cruz del Calvario.

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 f. 28Por lo tanto, llegamos a la conclusión de que el hombre es
justificado por la fe, sin las obras de la ley.” —Romanos 3.28
RVC
g. Nadie es salvo por obras, pero todo el que es
salvo, es salvo para muchas obras.
V. PARA LA VIDA
a. T: Implicaciones y aplicaciones.
b. Según las palabras de Santiago:
i. Una fe sin obras es una fe de un alma que no ha
sido salvada (v. 14).
ii. La fe verdadera se demuestra con palabras y
hechos
iii. La fe muerta es inútil, pero la fe genuina es útil y
buena para los demás (v.15-16).
iv. La fe que no está acompañada por obras es una
fe muerta (v.17).
v. Una persona que dice creer en Cristo, pero no
vive una vida que honra a Cristo y le obedece, es
un fraude (v.17).
vi. Una persona con fe muerta no puede producir, y
no produce, obras que son verdaderamente
buenas y rectas (v.17).
vii. La salvación no se recibe por obras, pero
después de creer, la fe siempre irá acompañada
de obras (v.18-19).
c. Si eres cristiano.
i. Si te consideras cristiano o cristiana, examina que
tu vida esté acompañada de obras que
demuestren tu fe y tu salvación.
ii. ¿Si no tienes obras, seguirías pensando que aún
así tienes salvación?

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 iii. No es por la profesión de fe, sino por la posesión
de la fe que eres salvo.
iv. La primera obra (pero no la única) que debes
asegurarte de que esté en tu vida es la obra de
la santificación:
1. La salvación produce santificación.
2. La santificación es tu deseo ardiente diario
no solo de no pecar, sino de matar el
pecado que aún hay en ti.
v. Si pudiendo ayudar no ayudas ¿Qué fe es la que
presumes?
vi. No te auto engañes, la fe de los demonios puede
ser aun mejor que la tuya.
vii. Adorna tu fe con muchas obras que serán útiles y
beneficiarán a los demás.
viii. Demuestra tu fe con una vida apasionada por
Jesús, con una entrega total y sacrificial al
servicio de Cristo.
ix. No estás solo para esta tarea, el Espíritu de Dios
está contigo.
x. John Wesley dijo:
“Haz todo el bien que puedas,
Por todos los medios que puedas,
De todas las formas que puedas,
En todos los lugares que puedas,
Todas las veces que puedas,
A todas las personas que puedas,
Mientras puedas.”
d. Si no eres cristiano.
i. Tus pecados, son obras malas delante de Dios y
te condenan.

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 ii. Tus mejores obras delante de Dios no pueden
ganar tu salvación.
iii. Reconoce que estás perdido sin Cristo, pero que
puedes creer en Jesús para tu perdón y
salvación.
iv. Solo cree en Sus obras. Sus obras fueron perfectas
y por sus obras puedes recibir salvación:
v. Él vivió y murió siendo obediente y sin pecado.
vi. Ya no creas ni confíes en tus obras, en el sistema,
en este mundo, todo eso es vano.
vii. Cree en Jesús, arrepiéntete y que muchas obras
sean el resultado de tu fe en Jesús.
VI. CONCLUSIONES
a. T: Para finalizar.
b. Lutero dijo: “Dios no necesita tus obras, tus vecinos sí”.
c. Si nuestra fe es verdadera, nuestras constantes obras
por amor a Dios y al prójimo lo demostrarán.
d. Si creemos que nuestras obras no pueden ganar el
favor de Dios y creemos que solo la obra de Cristo lo
pueden hacer, vamos a servir y a comprometernos
con Cristo por amor y por gratitud, sin esperar nada a
cambio.
e. Si tenemos muchos frutos y muchas obras que
adornen nuestra fe, el evangelio será, no solo
proclamado sino demostrado y muchos en nuestra
ciudad creerán.
f. Si esto hacemos, por nuestras obras demostraremos
que Cristo es real, que es nuestro Salvador, pero
también nuestro Señor.

¡Que Cristo, el cordero de Dios que fue [sacrificado]

reciba la recompensa por su sufrimiento!

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