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En resumen, los huevos doble yema se producen cuando dos óvulos se mueven juntos a
través del oviducto, ya sea por ovulaciones simultáneas o por un retraso en el paso de
una yema a través del oviducto (Jacob, Miles y Mather, 2000). Estos huevos suelen ser
más grandes debido a la presencia de más material (las dos yemas); los huevos con tres
o más yemas son extremadamente raros y casi nunca llegan al mercado.
Este tipo de huevos no son deseables en las granjas avícolas debido a las pérdidas
económicas que generan, en el caso de ponedoras ligeras se acepta menos del 1% de
huevos doble yema, en reproductoras pesadas el porcentaje aceptable puede ser hasta
6%.
Dependiendo de la finalidad de la producción es la forma en que afecta, en el caso de
huevo para plato y reproductoras, se desgasta a la gallina para empaquetar dos yemas en
un cascarón, o viéndolo de otra forma, perdemos 2 huevos en 1, y si la finalidad es
huevo fértil, esta clase de huevos no sirven para producir pollitos.
Por lo cual, en las granjas avícolas productoras de huevo se debe evitar en lo posible
obtener este tipo de huevos realizando manejos óptimos y evitando a toda costa el estrés
en las aves.