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Ciudad de México, a 11 de noviembre de 2017

DEONTOLOGÍA APLICADA AL SERVICIO PÚBLICO

EVIDENCIA DE APRENDIZAJE UNIDAD 2

ARTURO PRIDA ROMERO

NEGOCIAR O NO NEGOCIAR, HE AHÍ EL DILEMA

Una situación de rehenes debe de ser uno de los momentos mas complicado a los que se pueda
enfrentar cualquier autoridad policial. Por un lado, está la cuestión de hacer cumplir la ley y por el
otro el de garantizar la vida de los rehenes. ¿Qué vale más, la ley o la vida?

El artículo primero constitucional en su párrafo primero dice que En los Estados Unidos Mexicanos
todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los
tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para
su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las
condiciones que esta Constitución establece[ CITATION HCo17 \l 2058 ]. Y en este mismo artículo,
pero en su párrafo tercero establece que Todas las autoridades, en el ámbito de sus competencias,
tienen la obligación de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de
conformidad con los principios de universalidad, interdependencia, indivisibilidad y progresividad.
En consecuencia, el Estado deberá prevenir, investigar, sancionar y reparar las violaciones a los
derechos humanos, en los términos que establezca la ley[ CITATION HCo17 \l 2058 ]. O sea que la
constitución nos garantiza gozar de todos los derechos humanos y obliga a todas las autoridades a
proteger y garantizar estos derechos.

Por otra parte, la misma constitución nos dice en su artículo 21, párrafo noveno que La seguridad
pública es una función a cargo de la Federación, las entidades federativas y los Municipios, que
comprende la prevención de los delitos; la investigación y persecución para hacerla efectiva, así
como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley, en las respectivas
competencias que esta Constitución señala. La actuación de las instituciones de seguridad pública
se regirá por los principios de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y
respeto a los derechos humanos reconocidos en esta Constitución[ CITATION HCo17 \l 2058 ]. En
este párrafo podemos ver que las instituciones de seguridad pública, de los tres ordenes de
gobierno, deben de prevenir e investigar el delito y perseguir delincuentes respetando los
derechos humanos.

Como vemos la constitución garantiza y protege los derechos humanos de todos y no distingue
entre victimas o victimarios. ¿Qué derechos humanos valen más, los del delincuente o los de su
víctima?

Ahora pongámonos en los zapatos de un servidor público encargado de la seguridad pública en


cualquier municipio que esta frente a una sucursal bancaria en la que un grupo de delincuentes a
asaltado y en su interior se encuentran 15 personas, empleados bancarios y clientes, que han sido
tomados como rehenes por los delincuentes quienes exigen se les entregue, en un plazo de una
hora, una camioneta todo terreno con el tanque de gasolina lleno para poder huir, de no cumplir
con sus exigencias, los delincuentes han amenazado con matar un rehén cada 5 minutos a partir
del final del plazo marcado.

¿Que debe de hacer nuestro servidor público?

Debe de cumplir con su deber constitucional de prevenir e investigar el delito y perseguir


delincuentes y en esta situación se están cometiendo varios delitos: robo, portación de armas
prohibidas, secuestro, entre otros. Pero también tiene que garantizar y proteger los derechos
humanos de las víctimas, y recordemos que el primer derecho humano es el de la vida.

Menudo lio tenemos enfrente, porque además si decidiera nuestro servidor público emprender
una acción para rescatar a los rehenes y entraran los policías a sangre y fuego al banco, podría
pasar dos situaciones, la primera es que en el fragor de la batalla lamentablemente muriera algún
inocente; pero la segunda es mas complicada, al entrar la policía se enfrenta con los delincuentes
y los abaten, pero descubren que solo estaban armados con carabinas calibre 22 y ellos los
enfrentaron con rifles de asalto, y además solo eran 4 delincuentes y solo dos armas, en cambio
los policías eran 8 y todos armados, esto nos puede indicar que la policía actuó con un uso
excesivo de la fuerza, porque la acción policial no fue proporcional a la amenaza.

Ahora bien, cambiemos la respuesta de nuestro servidor público, quien ahora pone por encima de
todo la seguridad de los rehenes y entrega el vehículo para que los delincuentes puedan darse a la
fuga, estos últimos huyen con su botín, los rehenes son puestos a salvo, pero resulta que el dueño
del banco asaltado es amigo del dueño de la estación de radio y su noticiero de mayor audiencia
de dedica a atacar la actuación de la policía y acusa a nuestro servidor público de estar coludido
con los delincuentes y ante estas acusaciones el presidente municipal ordena su destitución
además de solicitar se le investigue judicialmente para fincarle responsabilidades.

No pues que bonita cosa, si actúa porque actúa y si no actúa porque no actúa.

Personalmente creo que yo buscaría siempre la protección de las víctimas y tomaría el riesgo de la
segunda opción. Siempre los servidores públicos deben de poner por encima de cualquier otra
cosa a los ciudadanos, ya que los ciudadanos son el principal bien a tutelar por el servidor público.

Bibliografía
Castillo, B. P. (1997). Deontología Juridica. México, D.F.: Porrua.

Constitucion Politica de los Estados Unidos Mexicanos. (5 de Febrero de 1917). Obtenido de


http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/1_240217.pdf

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