Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Efron y otras elaboraron una guía de pautas para analizar la hora de juego,
las cuales apuntan tanto a lo emocional como así también a lo madurativo
del niño, que desde la Cátedra resumimos en las siguientes:
- A los 3 años: juego egocéntrico, centrado en sí mismo. Puede pedir ayuda o
hacer preguntas al entrevistador acerca de los objetos, pero en general, no
toma al psicólogo como participante activo en el juego. Su juego no sigue
ningún plan previo, es espontáneo y lábil. Pasa de un juego a otro sin
terminar ninguno. La atención se centra principalmente en la investigación
del objeto, en sus funciones y en el placer que le proporciona el ejercicio y el
manipuleo de los mismos. Restringido sentido de la realidad.
- De los 4 a los 7 años: hay una mayor aproximación a lo real, con creciente
preocupación por la veracidad de la imitación. Reconoce al otro como
copartícipe del juego, pidiendo al psicólogo que tome un rol activo en su
juego.
- De los 7 a los 11 años: Comienzan los esbozos de reglas. Atribuye y asume
roles cercanos a la realidad (vendedor, maestra, etc.)
Personificación:
Es la capacidad de asumir y adjudicar roles en forma dramática,
capacidad que en cada momento evolutivo adquiere características
diferentes.
a) En niños pequeños se expresa de un modo inmediato, la realización de
deseos. Asume el rol de otro haciendo suyo el personaje temido o deseado.
b) En una etapa posterior la personificación se enriquece con figuras
imaginarias (hadas, monstruos, cucos), disociando y proyectando en estas
figuras sus diferentes imagos. El niño así, se somete, domina, ataca, es
perseguido, etc. por estas figuras.
c) En la latencia el niño comienza a personificar roles más definidos
socialmente, con menor expresión de la fantasía en función del incremento
de la represión. Tiende a jugar, por ejemplo al ladrón y al policía, a la
maestra, al doctor, etc.
d) En la pre.pubertad, se ve una fuerte represión de la capacidad de
personificación, por su posibilidad de concretar sus fantasías.
e) En la adolescencia vuelve a resurgir la capacidad de adjudicar y asumir
roles.
En general, la personificación posibilita la elaboración de situaciones
traumáticas, el aprendizaje de roles sociales, la comprensión del rol del otro y
el ajuste de su conducta en función a ello.
El análisis del contenido de la personificación, nos permitirá evaluar la calidad
e intensidad de las identificaciones, el equilibrio entre el Super-Yo, yo y ello.
Si durante la hora de juego el niño nos pide que asumamos determinado rol,
debemos pedirle que nos explique con claridad las características del rol
adjudicado, para que responda a sus propias fantasías.
4. Motricidad:
Este indicador nos permite ver la adecuación del desarrollo motriz del niño
con la etapa evolutiva por la que atraviesa. En cada período hay pautas
esperables, que responden al grado de maduración y desarrollo neurológico
como así también a factores psicológicos, sociales y culturales. Ya que
consideramos que un manejo adecuado de las posibilidades motoras permite
un mayor dominio del mundo externo, es importante observar cuando este
desarrollo se detiene o presenta dificultades. Para ello vamos a registrar lo
siguiente:
1- Desplazamiento geográfico del niño
2- Posibilidad de encaje
3- Alternancia de los miembros
4- Lateralidad
5- Movimientos voluntarios e involuntarios
6- Ritmo del movimiento
7- Hiperkinesia
8- Hipokinesia