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La familia, ¿agente natural de reproducción del

establecido?
Esa es, sin duda, su situación bajo el Antiguo
cuando el padre de familia recibía la garantía efectiva
poder del soberano, al cual aseguraba a cambio la
cia de sus sujetos. Pero, a partir de mediados del
XVIII, ese equilibrio se rompe. Cuando la riqueza
poder se vuelven asuntos de producción se impone la
sidad de economizar los cuerpos y administrar las
ciones, por lo tanto, de intervenir sobre la familia. Ése
papel de la policía, e uya acepción por entonces erauuuut
mente más amplia que la actual versión represiva:
ciencia de la felicidad al servicio dyl poderíonacional.
En el siglo XIX nace el paternalismo en las empresas,
moralización por el ahorro, la higienización por la
dicina. Son las prácticas que confluyen a principios
•s~lo XX en la constitución del sector denominado
cial". Y la familia constituye el epicentro de lo social.
Se comprenderá el éxito del psicoanálisis por su capa.~íd;
,.vperativa sobre esta nueva disposición de Ja ""'"""
familia-sociedad.

UNAM
COLECCIÓN CLAVES
Dirigida por Hugo Vezzetti J acques Donzelot

LA POLICÍA
DE LAS FAMILIAS
FAMILIA, SOCIEDAD Y PODER

EPÍLOGO DE
GrLLES DELEUZE

HQ623
D64 UNAM
2008
15348
CISAN

Ediciones Nueva Visión


Buenos Aires
PRÓLOGO

¿Qué habría que añadir a una obra escrita hace más de un


cuarto de siglo para poder presentarla a nuevos lectores?
¿Una evocación de las preocupaciones teóricas y políticas
vigentes en el momento de su redacción, y susceptibles de
iluminar el sesgo de esta última? ¿Un relato de las polémicas
en cuyo marco surgió? ¿Un relato del desplazamiento de las
líneas de reflexión a las que ha podido contribuir? ¿Una de-
mostración de la actualidad de su propósito desde la perspec-
tiva de los debates que hoy agitan ese tema de la familia?
Idealmente, es necesario, por supuesto, hacer todo esto. Pero
conviene, asimismo, cuidarse de la tentación de sustituir al
lector orientando demasiado su lectura; por lo tanto, hay que
hacerlo de la forma más breve posible.
En un prefacio redactado en 1979 para la edición estado-
unidense de este libro, decía yo que había sido concebido en
función de tres interlocutores, tres tipos de discursos que,
tanto por sus alianzas como por sus antagonismos, consti-
tuían la configuración que por entonces dominaba la investi-
gación: el marxismo, el feminismo y el psicoanálisis. Con el
ambicioso objetivo de refutar, a partir del ejemplo de la fami-
lia, la lectura propuesta por estos discursos sobre esa socie-
dad liberal avanzada en la que estábamos entrando. El
discurso marxista sobre la familia era idéntico al que soste-
nía con relación a cualquier aparato de encuadramiento de
individuos: en tanto subordinada al Estado burgués, la fami-
lia vela por la reproducción del orden establecido; en tanto
sometida a las convulsiones del capital, se encuentra debili-
tada, alienada en la calidad de sus vínculos. Esto permitía a
la vez denunciarla y asumir su defensa según las circunstan-
7
cias, pero no permitía iluminar la disposición específica de las
relaciones familiares en esa sociedad liberal avanzada. ¿Y si
en lugar de garantizar el orden burgués o ser víctima del ***
desorden capitalista, si en lugar de ser un principio de orden
o una manifestación del desorden, ese desorden hiciera las Describir, en primer lugar, la elaboración de una fórmula
veces de orden? ¿Y si la crisis de la familia tuviera valor de familiar cuyo estado de crisis permanente ofrece una solu-
solución, y no de problema? Esta hipótesis tendría la ventaja ción para su adaptación a la sociedad liberal avanzada; luego,
de reconciliar el espectáculo de la creciente fragilidad de los el desarrollo de trabajos sociales que no cesan de prosperar
vínculos fmniliares con la constatación de una valorización desde hace dos siglos en el entorno de esta familia, de manera
no menos creciente de la idea de familia. Las feministas te- proporcional a la desagregación de sus formas anteriores; y,
nían en común con los marxistas una representación de la por último, el éxito de un discurso y de las prácticas psico-
familia como lugar de imposición de un orden, aunque más analíticas que proliferan y rivalizan en el arte de proponer
patriarcal que capitalista, o estatal en este caso. Ahora bien, recetas que incriminan a la familia y a la vez promueven una
esta condena a una familia sustancialmente inmodificada sobrevaloración de su papel, dado que la convierten en una
desde el Antiguo Régimen ¿no conducía acaso a pasar por alto condición necesaria para el pleno desarrollo de cada indivi-
una transformación tanto más in1portante cuanto que con- duo: tal era, pues, el objetivo planteado en un principio.
cernía el lugar de la mujer ,en las relaciones familiares a ¿Cómo llevarlo a cabo? Un método comenzaba a imponerse a
partir de fines del siglo XVIII, así como el rol de apoyo que mediados de los años setenta, inspirado en la célebre obra de
comenzaba a tener para el médico y el maestro en el seno de Michel Foucault, Vigilar y Castigar. Retomando la enseñanza
la familia, pero también y sobre todo el sustento que esa de su historia de las disciplinas, varios autores se habían
función iba a procurarle en la promoción de su condición a lanzado a su aplicación en el ámbito de la familia. 1 Ahora bien,
través de los empleos sociales y educativos, a los que parecía reducido a la sola investigación de las disciplinas que abordan
estar como predestinada, promoción que por último habría de sutilmente a la familia desde el exterior, este método dejaba
servirle para impulsar el reconocimiento de sus derechos po- pendientes dos preguntas importantes. En primer lugar, si
líticos? En cuanto al psicoanálisis, su discurso sobre la familia bien estas disciplinas innovaban, ¿qué venían a reemplazar?
era el más eminente, puesto que fundaba en ella la com- ¿Acaso la docilidad y la buena voluntad que les son propias
prensión tanto del psiquismo individual y de sus fallas como sustituían relaciones bárbaras o reglas supuestamente porta-
de las relaciones interpersonales y sus conflictos. Esta posición doras de la armonía de ese "mundo que hemos perdido"?' En
prestigiosa lo llevaba a operar como refuerzo del marxismo (el síntesis, ¿cómo caracterizar las relaciones entre la familia y
difunto freudo-marxismo), como contraste negativo del femi- el orden social o político antes de la era de las disciplinas
nismo (el falocentrismo freudiano), pero asimismo como sociales? En segundo Jugar y ante todo, ¿cómo dar cuenta de
aglutinante de ambos (a través del famoso grupo llamado la eficacia de esas "disciplinas" cuando la coerción no es uno
11
_psicoanálisis y política", que en Francia tuvo un papel
de sus principales rasgos, puesto que se desarrollan en un
hegemónico entre las filas feministas). Todo esto explica el contexto de progresiva liberalización de los comportamien-
éxito teórico del freudismo. Ahora bien, ¿lo más notable no es, tos? Hab!ar de "normalización", de "control social", con la
entonces, su éxito práctico, en este caso su operacionalización connotación peyorativa que tiñe estos términos en Francia
por los trabajos sociales, los trabajos de consejo y todo cuanto ¿acaso no significaba pasar por alto lo esencial? En Jugar d~
girara en torno a la gestión de los desvíos, Jos conflictos, los investigar qué hace que las normas funcionen, ¿no debería-
fracasos escolares, conyugales, profesionales, los fracasos en mos tratar de comprender "cómo funciona" con las normas
suma de la integración social? ¿Cómo no ver hasta qué punto gracias a las normas, y no a pesar de ellas? ¿Gracias a la~
su éxito está ligado a su capacidad para desempañar el papel 1
Isaac Joseph, Philippe Fritsch, Disciplines a domicile, Recherches
de enlace eficaz entre las aspiraciones individuales y las 1977. Philippe Meyer, L'Enfant et la raison d'État, Seuil, 1977. Pierr~
irnposiciones sociales? Lascoumes, Prévention et contróle social, Ginebra, Masson, 1976.
2
Peter Laslett, Ce monde que nous avons perdu, Flammarion, 1969.
8
9
normas, porque sirven de apoyo para que cada cual haga valer
su autonomía, porque la suscitan y porque permiten que los ***
demás lo inviten a más "espíritu de responsabilidad"?
Si algún avance puede reivindicar este libro es haber pen- ¿En qué aspecto esta tesis de un cambio de la familia, que
sado ese movimiento de reforma de la familia durante los sobre todo consiste en el de su modo de gobierno, ha tenido el
últimos dos siglos en términos de cambio de "gobierno" y ha- impacto esperado en Jos discursos a Jos que se dirigia? ¿Ha
ber superado en cierta medida, gracias al acento puesto en contribuido a modificar en alguna medida las líneas organi-
ese término, los errores de las lecturas unívocas en términos zadoras? Siempre es difícil pronunciarse sobre el efecto de
de control social y disciplinarización, esbozando así un proce- una obra que se ha escrito, sobre todo en su propio país. Ver
so que Michel Foucault poco después habría de convertir en cómo "funciona" en otro ámbito -los países anglosajones-
una teoría sistemática. 3 Para describir el movimiento de procura precisamente una distancia que garantiza un juicio
reforma constitutivo de la familia moderna, lo hemos pensa- de mejor calidad. Sin necesidad de emprender aquí una
do como el pasaje del "gobierno de las familias al gobierno a presentación metódica de la recepción que esta obra ha
través de la familia". Gobierno de las familias: es la familia tenido en esos países, es posible señalar someramente el
del Antiguo Régimen, sujeto político, capaz de instrumentar cariz que ha tomado y las enseñanzas que ha generado. En
a sus miembros, de decidir su destino, hacer de ellos un medio términos generales, la mayoría de los comentadores "progre-
para su política, responsable, por cierto, del comportamiento sistas", de corte social, feminista o psicoanalítico, denuncia-
de estos últimos ante el poder real, pero susceptible de ron una supuesta tendencia a desvalorizar la familia contem-
apoyarse en él para imponer orden a sus miembros recalci- poránea en provecho de su versión Antiguo Régimen, habida
trantes. Gobierno a través de la familia: en este caso, la cuenta de la influencia "despolitizante" de Jos filántropos
familia ya no es el sujeto político de su historia. Se convierte sobre la familia, la connivencia entre estos y la mujer en el
más bien en objeto de una política. Ya no constituye un hogar, y el apoyo que esta última recibió de ellos para
objetivo para sus miembros a través de las estrategias de emanciparse de la tutela patriarcal. Afirmar, por añadidura,
alianzas o la gestión de las filiaciones, sino un medio para que la emancipación de las mujeres y la de los niños se
cada uno de ellos en la perspectiva de su propio desarrollo, originaba en ese movimiento de reforma filantrópica implica-
pues cada cual puede hacer valer el déficit de su desarrollo e ría devaluarlos' De hecho, esta lectura se veía confirmada
imputárselo a la familia con la condición de que se apoye en en el encomio que de esta obra hacía un autor, Christopher
un juez, en un trabajador social o en un terapeuta que lo Lasch, famoso por su nostalgia de un mundo en que la familia
ayude a identificar el origen de su malestar en las fallas de su aún no había sido invadida por el ejército de psiquiatras,
familia pasada o presente, y a liberarse de él de una manera jueces, trabajadores sociales. 5 Hubo, por cierto, gran canti-
u otra. La familia contemporánea está tan controlada como dad de autores que denunciaron esa lectura sesgada y mos-
liberada, ni más ni menos. O, mejor dicho, es todo eso a la vez: traron que la despolitización de la familia podía leerse posi-
un medio para el desarrollo de Jos individuos, un medio para tivamente en la obra o, cuando menos, que su lectura podía
introducir en su seno una exigencia normativa en materia de ser tanto más iluminadora cuanto que revelaba la ambivalen-
buen comportamiento educativo, conyugal y sexual. Sin duda
alguna, hay un hiato entre las normas sociales y los objetivos 4 Puede hallarse una ilustración de este análisis en el libro de M. Barret

de Jos individuos. Pero el problema también es la solución. y Mac Intosh, The AntiSocial Family, New Loft Books, 1982.
;; Christopher Lasch, autor de Haven in a Heartless World. The Family
Pues ese desajuste hace que "todo marche bien", que no Besieged, Basic Book, 1977, publicó en el New York Review of Books una
predomine ni una rigidez normativa ni una descomposición reseña de La Policía de las f'anúlias donde sugería que se trataba de una obra
individualista de la familia. crítica de la decadencia familiar.
6 Richard Senett en una reseña de la obra para el New York Review of

Books (2 de noviembre de 1980) o Jeffrey Minson en su libro Genealogies of


3 En las lecciones de los años 1978 y 1979 en el marco d9l curso dictado Morals. Nietzsche, Foucault, Donzelot and the Eccentricity of Ethics, Ed.
en el College de France y publicado en el año 2004 (EHESS Editions). MacMiHan Australia, 1988.
10 11
cia de nuestra autonomía y de esa socialidad ampliada más l. PRESENTACIÓN
allá de la esfera familiar. 6 Pero la principal enseñanza que
aportarían estas interpretaciones contradictorias subrayaba
claramente la dificultad de un enfoque genealógico. No es
posible reapropiarse de los valores que sostuvieron una
organización anterior de la familia para invitar a una reeva-
luación de su figura actual sin correr el riesgo de parecer
comprometerse en una inversión iconoclasta de los valores
contemporáneos. Asimismo, mostrar continuidades inespe-
radas, como aquella que persiste entre la promoción filantró-
pica de la mujer y el feminismo, puede ser considerado como
una manera de reducir el segundo a la primera.
Este comentario acerca de los malentendidos generados
por el enfoque genealógico nos lleva a reflexionar sobre
aquello que se puede o no se puede esperar de él. Al respecto, ¿Qué más habría que aportar en una introducción? ¿Un
Michel Foucault clarificó un uso adecuado de la genealogia: resumen, un manual de uso, una declaración bien cuadrada,
aquel que consiste en reemplazar una lectura en términos de un golpe de efecto literario? Puesto que no tengo la impresión
progreso de las ideas, de los sentimientos, etc., por una de estar presentando un producto claramente definido ni
lectura en términos del solo progreso de la economía del fácilmente identificable, asumiré más bien el riesgo de mos-
poder, el pasaje de un arte de gobernar a otro, en función de trar su proceso, las impresiones iniciales, los errores de
los atolladeros hallados por el primero y de los beneficios método, las vacilaciones en la demostración.
representados por el segundo en materia de uso de la coerción En un principio, sin duda la familia puede percibirse como
en la organización eficaz de una sociedad. Eso mismo hemos una serie de escenas dispares. La heterogeneidad de estas
querido mostrar con relación al pasaje de un gobierno de las visiones, la dificultad para articularlas, para fundirlas en
familias a un gobierno a través la familia. No obstante, si bien una entidad común sin limar sus singularidades, ciertamen-
esta lectura disipa las representaciones ingenuas sobre el te constituye el motor de la evolución y el· principio de
progreso social o cultural, no aporta ninguna base normativa insatisfacción que reactiva la investigación. Evocaré tres
nueva y, por tanto, no alcanza por sí sola para responder a imágenes. La imagen del Tribunal de Menores, donde el
nuestros interrogantes presentes. Dicho de otro modo, las modo de comparecencia implica la inserción del niño y de su
dificultades comienzan después del trabajo genealógico. Pues familia en un entorno de notables, de técnicos sociales y de
entonces debemos combinar el aporte de la genealogia con las magistrados: imagen de asedio por el establecimiento de una
preguntas que ha dejado de lado para realizarse: aquellas comunicación directa entre los imperativos sociales y los
relativas al régimen político, al papel deseable del Estado, al comportamientos familiares, que sanciona una relación de
equilibrio que más nos conviene mantener entre la confianza fuerza en detrimento de la familia. La imagen de un film como
básica en las personas y el consentimiento dado a aquello que Family Life: una familia obrera instalada en una casa confor-
viene de arriba, de las instituciones. Pero esa es otra historia, table, una niña que intenta salir de ese ambiente, sustraerse
aquella que hemos emprendido después de este libro, en los a los valores del trabajo, el ahorro y la familiarización de la
que siguieron, y desprendiéndonos de una escuela de pensa- sexualidad; padres que no pueden ni quieren aceptarlo y que
miento lamentablemente llevada a la autosuficiencia. poco a poco la van llevando a la condición de esquizofrénica.
Aquí se trata de la Imagen de la asfixia, que proviene de la
Enero de 2005 familia misma, de su actividad devoradora de cuanto escapa
a la contracción familiar de las inversiones libidinales. Bien
podríamos haber citado L'enfant de Jules Valles, Mort a eré-
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dit de Céline o los libros de David Cooper. Por último, la establecido y aquellos que se oponen a él, entre el campo
Imagen del chalet burgués. El chalet comienza a la salida de capitalista y el campo socialista, con algunas excepciones,
la escuela. Tenemos, por un lado, a los niños que regresan entre las cuales el proudhonismo es la más destacada. ¿Quié-
solos y, por otro, aquellos que son esperados a la salida. Los nes dicen ser partidarios de la familia? Principalmente, los
primeros tienen para sí la calle, los baldíos, los escaparates conservadores, los partidarios de la restauración de un orden
y los sótanos. Los segundos tienen jardines, pórticos, merien- establecido centrado en la familia y de un retorno a un
das y padres educativos. Ya no es el asedio, sino la preserva- antiguo régimen idealizado; pero también los liberales, que
ción. N o es la asfixia, sino la liberación en un espacio pro- ven en ella el garante de la propiedad privada, de la ética
tegido. burguesa de la acumulación, el garante asimismo de un freno
Partiendo de estas imágenes concretas, ¿cómo explicar el a las intervenciones del Estado. Aquellos que atacan a la
lugar singular de la familia en las sociedades occidentales? familia, socialistas utópicos y científicos, lo hacen contra esas
Posición sin duda alguna neurálgica; a juzgar por los agudos mismas funciones que le adjudican las clases dominantes. Su
interrogantes que despiertan las más mínimas metamorfosis desaparición está programada en el horizonte del socialismo,
que la afectan. Nuestras sociedades han convertido en un y su desagregación parcial, sus crisis, son consideradas como
verdadero ritual el escrutar, con intervalos regulares, el otros tantos signos anunciadores de dicha desaparición. Sin
rostro de la familia para descifrar en él nuestro destino, embargo, a principios del siglo xx, esta clara división de las
entrever en su muerte la inminencia de un retorno a la posiciones se complica rápidamente. Sin duda alguna, la
barbarie, el relajamiento de nuestra razón de vivir, o bien familia burguesa aún es denunciada por su hipocresía y su
para reafirmarse en el espectáculo de su inagotable capaci- egocentrismo, pero la destrucción de la familia ya no está a la
dad de supervivencia. Lejos de la racionalidad inmediata de orden del día, excepto entre ciertas minorías anarquistas.
los discursos políticos, ella constituiría el otro polo de nues- Por el contrario, en las organizaciones de masa, la familia
tras sociedades, sU lado oscuro, una figura enigmátiCa sobre pasa a ser un límite para las críticas, el punto de apoyo a par-
la cual se inclinan los oráculos para leer, en las profundida- tir del cual impulsar las reivindicaciones en pos de la defensa
des en que se mueve, las inflexiones de nuestro inconsciente y el mejoramiento del nivel de vida.
colectivo, el mensaje cifrado de nuestra civilización. Posición Ahí es donde interviene la historia de las mentalidades. Al
cardinal, muy diferente de la que tiene en las sociedades de romper con esa lectura política, revela la existencia de un
Antiguo Régimen donde, si bien es más fuerte en términos régimen de transformación específico de los sentimientos, de
jurídicos, está diluida en vastas entidades orgánicas; tan las costumbres y de la organización de la cotidianidad. El
diferente como la porción mínima a la que ha quedado sentimiento moderno de la familia habría surgido en las
reducida en las sociedades comunistas. Tanto es así que la capas burguesas y nobles del Antiguo Régimen; luego se
familia aparece como una figura correlativa de la democracia habría difundido por círculos concéntricos en todas las clases
parlamentaria. sociales, entre ellas el proletariado de fines del siglo XIX. Pero
Ahora bien, ¿qué vínculo, qué relación, hay entre la extre- ¿por qué razones las capas populares habrían adherido a la
ma disparidad de las visiones sobre la familia que podemos moral burguesa, obedecido a las conminaciones familiaristas
recabar y el singular valor social que se le atribuye? ¿Cómo de aquellos que los dominaban? ¿Es posible decir que la vida
se puede pasar de una a otra? Y, sobre todo, ¿de qué medio familiar se convirtió en un valor universal por la sola fuerza
disponemos para intentar esta operación? de gravedad de su modelo burgués? Y ¿qué nos permite
En primer lugar, disponemos de la historia política en su afirmar que el sentimiento de la familia en las capas popula-
versión clásica: la historia de los acontecimientos, de las res es de la misma naturaleza que en las demás clases
organizaciones y de las ideas. Durante el siglo XIX, la historio- sociales, que obedece a la misma lógica de constitución, que
grafía política puede distribuir los campos en función de sus involucra los mismos valores, las mismas esperanzas, que tie-
concepciones de la familia. Esta última constituye una clarí- ne los mismo efectos?
sima línea de demarcación entre los defensores del orden Así pues, si nos guiamos por las dos principales formas de
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historia disponibles, el problema planteado por la posición para dar cuenta de las singularidades según las cuales se
neurálgica de la familia no se resuelve en absoluto. La pri- reparten los roles familiares en los diferentes ejemplos que
mera se agota al definirla unilateralmente por una eventual hemos relevado; lo bastante sutiles para hacer aparecer como
función de reproducción del orden establecido, de una deter- sus resultantes estratégicas la fuerza del mecanismo produ-
minación estrechamente política. La otra la dota de un ser cido por su distribución. Esta forma de historia no carece de
propio, pero al precio de una reducción a la unicidad de un rigor: solo recurre a la teoría en la medida en que esta última
modelo cuyas variaciones no están sino lejanamente relacio- origina la posibilidad de otro relato; y solo despliega dicho
nadas con la evolución económica de las sociedades. Por relato en la medida en que sirve para iluminar las piezas de
consiguiente, nada permite especificar su lugar aquí y ahora. una articulación enigmática, en este caso, las del mecanismo
Entre la vana gesta de lo voluntario y la sorda eficacia de familiar en sus relaciones con la organización actual de la so-
lo involuntario, los trabajos de Michel Foucault permiten ciedad.
identificar un campo de prácticas que pueden ser considera- Este primer objeto, la familia, se difuminará entonces en
das directamente portadoras de las transformaciones que provecho de otro, lo social, del que ella es a la vez reina y
nos proponemos analizar, y evitan esa infinita escisión entre cautiva. El conjunto de los procedimientos de transformación
política y psicologia al tomar en consideración aquello que él de la familia también son aquellos que instauran las formas de
denomina "lo biopolítico": la proliferación de las tecnologías integración moderna, gracias a las cuales nuestras socieda-
políticas que van a abordar el· cuerpo, la salud, las maneras des adquirieron su carácter tan particularmente refinado. Y
de alimentarse y de alojarse, las condiciones de vida, en la famosa crisis de la familia por su liberación ya no consti-
suma, todo el ámbito de la existencia a partir del siglo XVIII, tuiría un fenómeno intrínsecamente contrario al orden social
en los países europeos. Es decir, técnicas que en un primer actual, sino más bien una condición de posibilidad de su
momento estarán unificadas en lo que por entonces se emergencia. Ni destruida ni piadosamente conservada, la
denominaba la policía: no en el sentido· estrictamente repre- familia es una instancia cuya heterogeneidad respecto de las
sivo que le damos en la actualidad, sino conforme a una exigencias sociales puede ser reducida o funcionalizada por
acepción que abarca todos los métodos destinados a desarro- el establecimiento de un procedimiento de puesta en flota-
llar la calidad de la población y el poderío de la nación. "El ción de las normas sociales y de los valores familiares. Del
objetivo de la policía es garantizar, tanto como sea posible, la mismo modo que a un mismo tiempo se establece una circu-
felicidad del Estado por la prudencia de sus reglamentos y el laridad funcional entre lo social y lo económico. Tanto Freud
desarrollo de sus fuerzas y su poder. La ciencia de la policía como Keynes.
consiste, pues, en regular aquellas cosas que se relacionan Una crítica de la razón política está a la orden del día, y su
con el estado presente de la sociedad, con su fortalecimiento necesidad es evidente. Quisiéramos contribuir con ella mos-
y su mejora, de modo tal que todo concurra a la felicidad de trando concretamente la inadecuación de conceptos filtro
los miembros que la componen. Apunta, asimismo, a lograr como los de "crisis" o "contradicción". Porque permiten vali-
que todo cuanto compone el Estado sirva para el fortaleci- dar transformaciones capitales remitiéndolas a los términos
miento y el incremento de su poder, así como a la felicidad de un debate simple pero superado, difuminan su positividad
pública" (Von Justi, Éléments généraux de police, 1768). y oscurecen su eficacia. Porque a largo plazo conducen a
Es decir, un plan de descripción gracias al cual se desea considerar corno fallas decisivas, como superficies de enfren-
escapar tanto al registro épico -a esa elevación del relato en tamiento, cuando no reales al menos lógicas, aquello que en
que la inscripción de un sentido en la historia pasa por la verdad no es sino la emergencia de nuevas técnicas de
relación de enfrentamientos maniqueos- como al de la con- regulación. Tenaz empecinamiento en ver la inminencia de la
templación pasiva de mutaciones profundas. Sobre la base de lucha final ahí donde tan sólo aparece una nueva regla del
esta doble destitución de la elevación y de la profundidad, juego social. Antes bien, las resistencias actuales, los conflic-
intentaremos hacer una historia de la superficie social iden- tos y las líneas de fuga que ya refuerzan esas nuevas reglas
tificando líneas de transformación lo bastante sutiles como del juego, ya las ponen en crisis, deberían medirse con la vara
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de estos nuevos rnecanismos, de esas figuras recientes sur- 2. LA CONSERVACIÓN
gidas a fines del siglo pasado; los latidos de nuestro presente DE LOS HIJOS
deberían medirse por el examen de sus funcionamientos y de
sus fallas.
De hecho, no se trata aquí sino de militar en pos de otro uso
de la historia, un uso que no sólo consista en hablar en su
nombre o refugiarse en sus recovecos. Preguntarle, en suma,
quiénes somos, en vez seguir azuzándola para extraer de ella
una última gota de profetismo o grabar con letras filosóficas
las sentencias de un despecho arrogante.

A partir de mediados del siglo xvm comienza a florecer una


abundante literatura sobre el tema de la conservación de los
hijos. En un primer momento, fue producida por médicos
como Des Essartz (Traité de l'éducation corporelle des en-
fants en bas iige, ou, réflexion pratique sur les moyens de
procurer une meilleure constitution aux citoyens, 1760),
Brouzet (Essai sur l'éducation médicinale des enfants et sur
leurs maladies, 1757), Raulin (De la conservation des en-
fants, 1767), Leroy (Recherches sur les habillements des
femmes et des enfants, 1772), Bruchan (Médecine domesti-
que, 1775), Verdier Heurtin (Discours sur l'allaitement et
l'éducation physique des enfants, 1804); sin contar las céle-
bres obras de Tissot sobre el onanismo y suAvis a u peuple sur
sa santé (1761). A esta cohorte médica se suman administra-
dores como Prost de Royer, lugarteniente general de policía
en Lyon, o como Chamousset (Mémoire politique sur les
enfants ). Pueden encontrarse asimismo militares como Bous-
mard ¡y aun Robespierre! Todos ellos cuestionan las costum-
bres educativas de su siglo y denuncian tres hábitos especial-
mente nocivos: la práctica de los orfanatos, la de la educación
de los niños por nodrizas domésticas, la de la educación "arti-
ficial" de los niños ricos. Por su encadenamiento circular,
estas tres técnicas podían engendrar tanto el empobreci-
miento de la nación como el marchitamiento de su elite.
A la administración de los huérfanos le reprochan las
altísimas tasas de mortalidad de los menores que recoge: el
noventa por ciento muere antes de que el Estado haya podido
"sacar provecho" de esas fuerzas, que le ha costado mucho
mantener durante la infancia y la adolescencia. Todos estos
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informes se esmeran en demostrar lo oportuno que pese a Así pues, para compensar ese riesgo, las nodrizas pobres se
todo resulta amparar a los bastardos a fin de destinarlos a hacían cargo de varios niños a la vez. En esa instancia
tareaS nacionales, tales como la colonización, la milicia, la intervenía1_1los transportadores y las transportadoras, par~
marina tareas a las cuales se adaptarían sin problemas dado buscar muJeres que estuvieran en condiciones de suminis-
que car~cen de vínculos familiares constringentes. "Si~ pa- trar un niño; hecho esto, el niño era entregado a la nodriza
dres, sin otro sostén que el que puede procurarles un gobierno mediando una comisión; en ciertos casos, los niños morían en
sabio no están atados a nada, no tienen nada que perder; camino; los transportadores solían sacar partido de esa
¿acas~ la muerte podría parecer temible a hombres a los que situación: con la complicidad de la nodriza, seguían pidiendo
nada ata a la vida, y que podrían ser tempranamente famiha- dinero a la madre en nombre del niño muerto. En estas
rizados con el peligro? No ha de ser difícil que tales hombres condiciones, la mortalidad de los niños durante la crianza era
sean indiferentes a la muerte y a los peligros, pues fueron altísima: alrededor de los dos tercios en el caso de las nodrizas
educadoS en esos sentimientos, y ninguna ternura recíproca más alejadas, y de un cuarto en el de las nodrizas más
podrá distraerlos de ellos. Podrán asimismo ser útiles como cercanas.
marineros, suplir a las milicias o poblar colonias" (De Cha~ Los ricos podían darse el lujo de tener una nodriza exclu-
mousset Mémoire politique sur les enfants).' El autor esta siva, pero en contadas ocasiones conquistaban su buena
pensando particularmente en la colonización _de Louisiana, voluntad; y de pronto los médicos creen descubrir en el com-
donde su hermano ha invertido todos sus capitales. portamiento de las nodrizas una explicación para muchas de
Ahora bien, ¿cuál era la causa precisa de esa tB;s~ de m_o~r­ las taras que afectan a los hijos de ricos. "A veces nos
talidad tan elevada? Las dificultades que la admimstracwn sorprendemos -dice Buchan- al ver a los hijos de padres ho-
enfrentaba a la hora de procurarles buenas nodrizas, así nesto~ y virtuosos revelar, desde sus primeros años, un fondo
como la mala voluntad y la incompetencia de estas últimas. de ba¡eza y maldad. N o cabe duda de que esos niños adquie-
Y, en este punto, el problema particular de los niños expósitos ren todos sus vicios en casa de sus nodrizas. Podrían haber
se enmarca en el problema más general de la lactancia. El sido honestos si sus madres los hubieran amamantadd'. 2 Los
recurso a nodrizas del campo era un hábito dominante en las malos hábitos puede transmitirse por la lactancia, estima
poblaciones de las ciudades. Las mujeres lo practicab':'n, ya asimismo Ballexerd, "sobre todo si, desecada por el trabajo,
sea que estuvieran demasiado ocupadas con su traba¡o (es- agobiada por el cansancio, la nodriza da al niño un pecho
posas de comerciantes y de artesanos), ya sea que fueranlo humeante del que apenas sale una leche agria e inflamada".
bastante ricas para evitarse la pesada tarea de la lactancia. La malignidad de las nodrizas tiene dos motivos muy sim-
Los pueblos aledaños a las ciudades proporcionaban las ples: el interés y el odio. Por ejemplo, "el uso de la faja se
nodrizas de los ricos, y los pobres debían ir a buscarlas mucho instituyó cuando aquellas madres que se negaban a alimen-
más lejos. Este alejamiento, la falta otro contacto. entre la ~o­ tar a sus hijos los confiaron a viles esclavas que nada hacían
driza y los padres que no fuera el de los oscuros mtermedia- por desarrollar las fuerzas de un niño que algún día podría
rios (los transportadores y las transportadoras), a menudo haberlas agobiado. El esclavo, naturalmente enemigo del
convertían a la colocación del niño en casa de una nodnza en amo, debió de serlo de su hijo; sólo experimentaron por ellos
un abandono velado, o bien derivaba en turbias maniobras. sentimientos de temor y desarrollaron con alegría vínculos
Las nodrizas tenían grandes dificultades para lograr que que les permitían abandonarlos sin correr ningún peligro que
les pagaran, pese a las penas de cárcel que la justicia pudiera traicionar su negligencia". 3 La educación de los hijos
imponía a los padres que no cumplían con ese deber en de ricos se ve perjudicada por el hecho de que ha sido confiada
término (a tal punto que el objetivo de una de las pnmeras a empleados domésticos que tratan al niño con una mezcla de
asociaciones filantrópicas fue reunir el dinero suficiente coerción excesiva y de confianza inadecuada para asegurar
para liberar a los padres detenidos con motivo de este delito). 2
Buchan, Médecine dontestique, 1775.
3
Alphonse Leroy, Recherches sur les habillements des femmes et des
1 De Chamousset, CEuvres completes, 1787, 2 vol. enfants, 1772.

20 21
su desarrollo, como lo prueba el uso de la faja. Aún sigue riqueza radica, pues, en el poder manifiesto que las retencio-
siendo costumbre delegar en los empleados domésticos aque- nes estatales procuran a una minoría. Con los fisiócratas, el
llas tareas prácticas que están en el origen mismo de cierta Estado deja de ser la finalidad de la producción para conver-
educación corporal de los niños ricos, de modo que los desti- tirse en su medio: debe regir las relaciones sociales, de
nan exclusivamente al placer, a la imagen; al respecto, cabe manera tal que se intensifique al máximo esa produCción
mencionar por ejemplo el uso corsé en adolescentes, cuando restringiendo los consumos. La teoría maquínica del cuerpo,
menos tan denunciados por los médicos como el fajamiento de sobre la cual se funda la medicina del siglo XVIII, consiste
los bebés. El corsé es un ensamblaje de fibras de ballena asimismo en invertir las posiciones respectivas del alma y del
ajustado por cordones que envuelven el tronco de manera tal cuerpo en lo referente a la perfección. "De todos los seres que
que adelgazan el talle. Aplicado con fuerza sobre el pecho y el Dios ha creado, el hombre es sin contexto el más perfecto.
estómago, les imponían la acostumbre de adoptar la figura Encierra en sí mismo esa partícula de espíritu divino, el
deseada; el costo de ese modelado estético era la seguidilla de alma, que el Soberano Creador le ha dado para regir su
males engendrados por la compresión que impone. En cuanto conducta, moderar sus pasiones. Dios, al formar las almas y
a las muchachas, a todo ello se añade el confinamiento al unirlas a las criaturas, les ha dado a todas las mismas
debilitante que deben padecer hasta la edad de su primera perfecciones. ¿Cómo es posible, entonces, que no haya dos con
salida al mundo; esta reclusión debilitante a menudo las el mismo carácter? ¿De dónde viene, pues, esa falta de
vuelve poco aptas para las tareas de la maternidad, de modo perfección que se halla en la mayoría de los individuos? Si
tal que se reproduce la necesidad de los empleados domés- estas diversidades provienen del alma, entonces han de
ticos. cambiar caprichosamente, lo cual es ajeno al sentido común.
En el extremo más pobre del cuerpo social, aquello que se ¿De dónde provienen entonces?" Esta pregunta, que se hace
denuncia es la irracionalidad de la administración de los Nicolas Malouin en su introducción a la obra Le traité des
hospicios, los escasos beneficios que el Estado obtiene de la solides et des fluides (1712), bien podría oficiar de declara-
crianza de una población que no llega sino excepcionalmente ción inaugural para toda la medicina del siglo XVIII. Entre ese
a una edad en que puede reintegrar al Estado los gastos que principio rector de las conductas -el alma- y la extrema irre-
ha ocasionado, es decir, la ausencia de una economía social. gularidad de los resultados, debe tenerse en cuenta el espesor
En su extremo máS rico, la crítica se refiere a la organización de un mecanismo cuyas variaciones y desarreglos darían la
del cuerpo con vistas a un uso estrictamente derrochador de clave de las manifestaciones del género humano. ¿Qué puede
aquellos procedimientos que lo constituyen como un mero alterar esa mecánica, ese ensamblaje de "fibras" (músculos)
principio de placer, es decir, la ausencia de una economía del que componen al ser humano? Dos factores externos como el
cuerpo. aire y todos los principios deletéreos que vehiculiza. Pero
La fuerza de estos discursos que incitan a la conservación también la circulación más o menos adecuada de los fluidos,
de los hijos procede sin duda de la conexión que establecen su retención o su disipación excesiva que, por el juego de su
entre el registro médico y el registro social, entre la teoría de espesamiento o de su relajamiento, redundan en la buena
los fluidos sobre la que se funda la medicina del siglo xvm Y retención de los sólidos (de las fibras). Lo mismo sucede con
la teoría económica de los fisiócratas. Toda su fuerza militan- la retención de la leche materna que, al hallar su salida
te deriva del vínculo que instauran entre la producción de la natural bloqueada, "se lanza indistintamente en todas las
riqueza y el tratamiento del cuerpo. Ambos operan una direcciones, en función de la mayor o menor cantidad de
inversión paralela: los primeros -invierten la relación entre obstáculos que encuentre, de modo tal que ocasiona múltiples
riqueza y Estado; los segundos, la relación entre cuerpo Y males". 4 Lo mismo puede decirse de la disipación del esperma
alma. Hasta los fisiócratas, la riqueza se producía para producida por el onanismo, ese "aceite esencial cuya pérdida
permitir la munificencia de los Estados. Ésa es su actividad deja a los demás humores debilitados y evaporados", de modo
suntuaria, la multiplicación y el refinamiento de las necesi-
dades de la instancia central que incitan a la producción. La '1 Joseph Raulin, Traité des affections vaporeuses du sexe, 1758.
23
22
cos. Ellos son el vínculo entre la saturación de las ciudades y
tal que engendra las consabidas enfermedades.' Pasado el abandono del campo. Los hombres se precipitan a la
cierto umbral de deterioro, los movimientos de las ~~bra~ condición de criados urbanos porque esta última los exceptúa
escapan totalmente al control del alma. Y, de hecho, ¿que del servicio militar. Los nobles o los burgueses advenedizos,
es el coito sino una pequeña epilepsia?". 6 Por lo tanto, es en vez de quedarse en sus tierras dirigiendo la producción, se
necesario situar el alma en el puesto de mando de la instalan en las ciudades y, para exhibir su riqueza, no
circulación de los flujos, con la obsesión mayor de que se encuentran otro medio que atraer a esos hombres que cons-
escapen el movimiento en sí mismo, la convulswn, ese tituían las fuerzas vivas de la producción, a quienes-cautivan
fracaso del alma. Ya no es el cuerpo el que deb~; por sus con sus vestidos abigarrados y sus títulos rimbombantes. Así
estigmas 0 su purezá., dar cuenta de la elevac;on de un pues, esos criados de ciudad aspiran a vivir por encima de sus
alma su desprendimiento; es el alma la que es mstada, a posibilidades. Contraen matrimonio y tienen hijos a los que
su ve~, a dar cuenta de la imperfección de los cuerpos Y ~e su situación no les permite criar, y que por lo tanto abando-
las conductas, a dedicarse a su buen~ admintstracwn nan en manos del Estado. Las mujeres pobres del campo, que
mediante una sana regulación de los flu¡os. , entonces no tienen ya con quién casarse, se entregan a la
Entre la economía de los flujos sociales y la economi": de mortífera industria de la crianza, o bien se resignan a colocar-
los flujos corporales, la correspondencia. ~? e~ stno se como criadas en la ciudad, y allí, deslumbradas por la vi-
metafórica. Ambas ponen en juego la oposicion cmdad- da que llevan sus amas, entregadas a las salidas y a los
campo de la mis-ma manera: La escuela fisiocr~tica o\'one atavíos, quieren a cualquier precio vivir como ellas. De ahí el
la renta de la tierra y la seriedad de la produccwn agr;c?la cortejo creciente de prostitutas indecentes y depravadoras.
a las ilusiones de la producción suntuana. Toda la mediCma El circuito maléfico de la domesticidad conduce implacable-
del siglo xvm podría del mismo modo ordenarse en tor~o a mente de la indolencia de las señoritas a la insolencia de las
la siguiente pregunta: ¿cómo es posible que !os ca':'pesmos prostitutas.
-y en especial sus hijos-, que ll~van una vida mas dura Y La conservación de los hijos implicaba poner fin a los
consumen un alimento menos neo que el de los burgueses perjuicios de la domesticidad, promover nuevas condiciones
y los nobles, pese a todo tengan mejor s~lud? Resp~esta: de educación, que, por una parte, permitieran contrarrestar
no están sometidos a las mismas impostctones_ estetiCas. la nocividad de sus efectos sobre los niños que tienen a cargo,
En vez de padecer los artificios del vestido. Y d~l y, por otra, crear un nuevo vínculo entre los hijos y todos
confinamiento, gozan de los beneficios de un e¡ercicio aquellos individuos con tendencias a abandonarlos al cuida-
regular; en vez de entregarse a. las J?asw?es, se ven do del Estado o a la industria mortífera de las nodrizas. Si
obligados, por su trabajo, a una existencia mas paut~da. bien en todas partes la causa del mal es la misma, si bien la
Ahora bien, ¿qué opera exactam~nte ~se desplaza'.¡'~ent~ domesticidad constituye el blanco principal, los remedios
de la producción rural hacia el hacmamiento urbano. ¿Que difieren precisamente según se trate de ricos o de pobres. El
provoca ese abandono de las costumbres campesmas. en siglo XVIII es célebre por su revalorización de las tareas
provecho de los placeres malsanos de la ciudad? ¿Acaso ex;ste educativas. Se dice que por entonces la imagen de la infancia
un vínculo práctico entre, por una parte, ese uso dispendwso cambió. N o cabe duda, pero aquello que se instaura en esa
de los cuerpos -ya sea por el escaso valor que se le otorga época es una reorganización de los comportamientos educa-
(niños abandonados), ya sea por el _refinamiento de los proce- tivos en torno a dos polos muy diferenciados y con estrategias
dimientos que los destinan exclusivamente al placer:- y, por muy distintas. El primer polo está centrado en la difusión de
otra esa economía del gasto, del prestigio, que constituye el la medicina doméstica, es decir, un conjunto de conocimien-
fast~ dudoso de las ciudades? Sí, existe un hilo conductor; son tos y técnicas destinado tanto a lograr que las clases burgue-
esos seres maléficos contra los cuales se enge todo el pe:'s~­ sas aparten a sus hijos de la influencia negativa de los cria-
miento social y médico del siglo xvm: los empleados domesh- dos, como a poner a los criados bajo la vigilancia de los padres.
s Tissot, De l'onanisme, Lausanne, 1760. El segundo polo podría reagrupar, bajo la etiqueta "economía
6 Ibíd.
25
24
social" todas las formas de dirección de la vida de los pobres nes y de los médicos no calificados. Y, en el interior mismo de
con vi~tas a disminuir el costo social de su reproducción y la familia, la alianza privilegiada entre el médico y la madre
obtener una cantidad deseable de trabajadores con un míni- tendrá por función reproducir la distancia, de origen hospi-
mo de gasto público, en síntesis, aquello que se ha dado en talano, entre el hombre de saber y el nivel de ejecución de los
preceptos atribuido a la mujer. En 1876, el higienista Fons-
llamar "filantropía".
Desde el último tercio del siglo XVIII hasta fines del siglo XIX, sagrives presenta su Dictionnaire de la san té con dos adver-
los médicos elaboraron, para uso de las familias burguesas, tenci~s ~apit~les: "Advierto a las personas que busquen en
una serie de obras sobré la crianza, la.educación y la medica- este d1ccwnano los medios para hacer medicina en detrimen-
ción de los niños. Después de los clásicos del siglo XVIII, los to suyo o de terceros que no encontrarán en esta obra nada
Tissot, los Buchan, los Raulin, aparece una serie ininterrum- semejante. Mi único propósito ha sido enseñarles a dirigir su
pida de publicaciones sobre el arte de criar niños pequeños, salud en medio de los peligros que la acechan; a no ocuparse
así como guías y diccionarios de higiene para uso de las de la salud de otros; a cuidarse de los mortíferos males de la
familias. 7 Los tratados médicos del siglo XVIII exponían simul- rutina Y de los prejuicios; a comprender cabalmente aquello
táneamente una doctrina médica y consejos educativos. En el que la medicina puede y aquello que no puede; a establecer
siglo XIX, los textos médicos dirigidos a las familias cambian con el médico un vínculo razonable y provechoso para todos.
de tono y se limitan a dar consejos imperativos. Este fenóme- Por otra parte, mi propósito es enseñar a las mujeres el arte
no tiene dos causas, sin duda.convergentes. Después de La- de la enfermería doméstica. Las veladoras mercenarias son
voisier, la concepción maquínica del cuerpo pierde vigen~ia; a las verdaderas enfermeras lo que las nodrizas de profesión
con ella desaparece la congruencia perfecta entre doctrma son a las madres: una necesidad, y nada más. Mi ambición ha
médica y moral educativa. Los médicos no disponen ya de un sido hacer de la mujer una enfermera cabal, lograr que com-
prenda todas las cosas, pero sobre todo que comprenda que
.. discurso homogéneo, sino de un saber en pleno movimiento,
y se ven obligados a separar tácticamente el registro de los ese es su papel, y que es tan eminente como caritativo. El
papel de las madres y el de los médicos están, y deben
preceptos higiénicos del registro de la difusión de un saber.
Tanto más obligados a ello cuanto que han comenzado a pe~:n:-anecer, netamente diferenciados. El primero prepara y
temer los efectos de una vulgarización acelerada de los facrhta el segundo, se complementan o, más bien, deberían
análisis médicos, por la que cada cual puede improvisarse completarse en interés del enfermo. El médico prescribe la
como médico con todos los errores que esto puede acarrear Y, madre ejecuta". '
sobre todo, c~n la consecuente pérdida de poder que implica Este vínculo orgánico entre medicina y familia tendrá una
para el cuerpo médico mismo. De ahí la búsqueda de una profunda repercusión en la vida familiar e inducirá su reor-
relación entre medicina y familia que permita salvar ambas ganización en al menos tres direcciones: l. el estrechamiento
dificultades. El establecimiento del médico de familia, ese de 1~ familia eontra las influencias negativas del antiguo
anclaje directo del médico en la célula familiar, fue el mejor medw educativo, contra los métodos y los prejuicios de los
medio para poner un freno a las tentaciones de los charlata- cnados, contra todos los efectos de las promiscuidades socia-
les; 2. el establecimiento de una alianza privilegiada con la
'Citamos algunos ejemploS: Richard,Essai sur l'éducation physique des madre, conductora de una promoción de la mujer gracias al
enfants du premier áge, 1829; P. Maigne, Choix d'une nourrwe, 1836; A. reconocimiento de su utilidad educativa; 3. la utilización de
Donné, Conseils aux meres sur la maniere d'élever leurs nouveaux-nés ou la familia por parte del médico contra las antiguas estructu-
de l'éducation physique des enfants du premier áge, 1842; F. Servais, ras de enseñanza, la disciplina religiosa, el hábito del inter-
Hygiene de l'enfance ou guide des meres de famille, 1850; E: Bouchet,
Hygibre de la premiáe enfance. Guide des meres pour l'allmtement, le nado.
sevrage et le choix de la nourrice, 1869; Devay, Traité d'hygiene spéciale des . Hasta mediados del siglo xvm, la medicina no estaba
familles; Fonssagrives, De la régénération physique de l'espece humaine Interesada en los niños ni en las mujeres. Simples máquinas
par l'hygiene de la famille et en particulier du rOle de la mere dans de repr?ducción, estas últimas tenían su propia medicina,
l'éducation physique des enfants, 1867; Dictionnaire de la santé ort réper-
toire d'hygiene pratiqUe a l'usage des familles et des écoles, 1876.
despreciada por la Facultad y conservada por la memoria
27
26
tradicional en la expresión "remedios de comadre". El parto, las enfermedades, y tanto más difíciles de curar cuanto que no
las enfermedades de las mujeres parturientas, las enferme- aceptan segui~ dócilmente el tratamiento que se les quiere
dades de los niños, pertenecían al ámbito de las "comadres", aphcar. De ah1 que el médico requiera un aliado in situ la
corporación semejante a la de los criados y las nodriz~s, que madre, la única capaz de contener cotidianamente el os'cu-
compartía su saber y lo ponía en práctica. La conqmsta de ranti~mo de los criados y de imponer su poder sobre el niño.
este mercado por parte de la medicina implicaba, pues, una Ahanza provechosa para ambas partes, el médico triunfa
destrucción del imperio de las comadres, una larga lucha gractas a la madre contra la hegemonía tenaz de esa medicina
contra sus prácticas, juzgadas inútiles y perniciosas. Los popular de las comadres; y, como contrapartida, concede a la
principales puntos de enfrentamiento son; por supuesto, la muJer burguesa, por la importancia creciente de las funcio-
lactancia materna y la vestimenta de los mños. Las obras de nes maternas, un nuevo poder en la esfera doméstica. La im-
los siglos xvm y XIX repiten las mismas alabanzas a la lac- portancia de esta alianza, a fines del siglo xvm, hace tamba-
tancia materna, prodigan los mismos consejos sobre la elec- lear la autoridad paterna. En 1785, la Academia de Berlín
ción de una buena nodriza denuncian infatigablemente la pone en concurso las siguientes preguntas: 1º ¿Cuáles son en
práctica del fajamiento de los bebés y el uso de corsés. Pero el estado de naturaleza los fundamentos y los límites de la
también abren una multitud de pequeños frentes de lucha autoridad paterna? 2º ¿Hay una diferencia entre los derechos
sobre la cuestión de los juegos infantiles (celebración del de la madre y los del padre? 3º ¿Hasta qué punto las leyes
juego educativo), sobre las historias que se les cue.nta (críti- pueden eJdender o limitar esa autoridad? Entre las respues-
cas a las historias de aparecidos y de los traumatismos que ta~ pre;ntadas, la de Peuchet, autor de la Encyclopedie
engendran), sobre la regularidad de las jornadas, sob:~ la methodzque, toma claramente partido a favor de una reeva-
creación de un espacio específicamente reservado a los n1nos, luación de los poderes de la madre: "Si los motivos del poder
sobre la noción de vigilancia (a favor de una mirada materna que los padres aún poseen sobre sus hijos, durante la edad de
discreta pero omnipresente). Todos estos pequeños focos de mayor debilidad e ignorancia de estos últimos, reside esen-
lucha se organizan en torno de un blanco estratégico: liberar cialme':te en la obligación que les ha sido impuesta de velar
al máximo al niño de todas las coerciones, de todo aquello que por la diCha y la conservación de estos seres frágiles, no cabe
coarta su libertad de movimiento, la ejercitación de su cuer- duda de que la ampliación de ese poder debería acarrear la
po, de forma tal que se facilite lo más posible el desarrollo de extensión d~ ~os deberes que tienen para con ellos. La mujer
sus fuerzas y se lo proteja al máximo de los contactos pastbles cuya cond1c10n de madre, nodriza y protectora prescribe
de dañarlo (peligros físicos) o depravado (peligros morales, deberes que no conocen los hombres, esa mujer tiene, pues,
desde las historias de aparecidos hasta los desvíos sexuales), un ~erecho a la obediencia mucho más positivo. La mejor
y por lo tanto desviarlo de la línea recta de su natural razon para afirmar que la madre tiene un derecho más
desarrollo. De ahí la vigilancia de los criados, la transforma- auténtico a la sumisión de sus hijos que el padre es que lo
ción de la morada familiar en un espacio programado con necesita más". 8 '

vistas a facilitar los correteos de los niños y el fácil control de Al revalorizar la autoridad civil de la madre, el médico le
sus movimientos. Por la acción de esa medicina doméstica, la concede un estatus social. Esa promoción de la mujer como
familia burguesa adquiere progresivamente el aspecto de. un madre, como educadora, como auxiliar médica, servirá de
invernadero protegido contra las influencias del extenor. punto de apoyo para las principales corrientes feministas del
Este cambio en el gobierno de los niños es necesario para su siglo XIx. 9
higiene, pero también para el tratamiento de las ~nfermeda­ Los defectos de la educación de los niños pequeños en la
des. La educación impartida por los criados se reg:ta por la ley 8
J. P.euchet, Encyclopedie méthodique (classe 111-112) artículo "En-
del menor esfuerzo para ellos, y también del máximo placer, fant, pohce et municipalité", 1792. '
como por ejemplo los juegos sexuales con los niños. A cambio 9
-y-~ase Ernest Legouvé, Histoire morale de la fenune, 1849; Julie
producía niños mal formados y caprichosos, niños I?alcna- Daub1e, La femme pauvre au XIX siecle, 1866· Léon Richer La ~'enune libre
1877. ' , ,. '
dos, en los dos sentidos del término, blancos pnvtleg:tados de
29
28
esfera privada tienen su equivalente en la esfer:' pú_blica. porque la gente del pueblo no puede tener un médico de
Fonssagrive denuncia los peligros que la educacwn pubhca familia, pero también y sobre todo porque los problemas en
hace pesar sobre la salud de los niños con Igual VIgor, estas familias son totalmente distintos. En apariencia se
invocando los mismos principios que alegaba para proscnbir trataría de una misma preocupación por asegurar la conser-
las antiguas costumbres de la faja y del corsé. ¿Aca~o estos no vación de los hijos, difundir los mismos preceptos higiénicos;
tienen un correlato en el rigor claustral y la mflexibihdad de pero, con la economía social, la naturaleza de las operaciones
las reglas de los colegios y de los conventos? La promiscuidad, implicadas es totalmente diferente de aquellas emprendidas
la mala ventilación, la falta de ejercicio ¿acaso no son la ot~a bajo la égida de la medicina doméstica, y tiene efectos prác-
cara del, confinamiento de los niños en los cuartos. m~s ticamente opuestos. Ya no se trata de impedir que los niños
estrechos de la casa familiar? La promiscuidad del dormitono padezcan torpes violencias, sino de limitar las libertades
y la amenaza de contagio de los hábitos viciosos que e?gendra tomadas (abandono en orfanatos, abandono disfrazado de
·no son del mismo orden que el riesgo de depravacwn de los lactancia), de controlar las asociaciones salvajes (desarrollo
~iños por parte de criados sin escrúpulos y de los juegos del concubinato con la urbanización de la primera mitad del
supuestamente inocentes? Contra el mternado, l?s regla- siglo XIX), de conjurar líneas de fuga (vagabundeo de los indi-
mentos conventuales de los colegios, la saturacwn de los viduos, en especial de los niños). Ya no se trata, en todo caso,
programas, contra toda esa "educación homicida", e~l médico de asegurar protecciones discretas, sino de establecer vigi-
alerta a las familias y alienta una cruzada que habna de dar lancias directas.
origen a las primeras asociaciones de.p~dres de a~ui?:r:os a Habría que hacer un estudio paralelo de las historias
fines del siglo XIX10 y, con ella, surge asimismo el pnnciplO de respectivas de los conventos destinados a la preservación y
una educación mixta familiar y escolar mediante la cual los castigo de las jóvenes, de los prostíbulos y de los orfanatos.
padres preparan al niño para aceptar la disciplina escolar, Estas tres instituciones nacen y mueren más o menos a un
pero al mismo tiempo velan por las bu~nas condi~wnes de la mismo tiempo. En el siglo xvn, los conventos, bajo el impulso
educación pública: mejora de la salubndad de los mternado_s, de la Contrarreforma, absorben a las mujeres solteras para
supresión de los vestigios de penitencia corporal, 8'_-l:preston destinarlas a fines misioneros, asistenciales y educativos. Al
de los peligros físicos que puedan amenazar a sus hiJO~ (cas- mismo tiempo, San Vicente de Paul emprende la tarea de
cos de botellas sobre las paredes ... ), desarrollo de la gimna- centralizar los abandonos de niños y dar una finalidad estatal
sia, vigilancia de las inmediaciones de los. c?l~gi?s, de los a su cuidado, contra su utilización por parte de la corporación
quioscos de diarios, de los bares, de los exhibicwmstas Y de de mendigos, que, mediante graves mutilaciones, los conver-
las prostitutas que rondan esas zonas; Se trata de_I:r'p~a~tar tían en objetos adecuados para suscitar compasión. También
en la educación pública la misma dosis de hberacwn fisica Y comienza en ese período la represión de las prostitutas, que,
de protección moral que en la educación privada.. . . tras haber sido confinadas en barrios especializados durante
Todo ello, por cierto, sólo rige para las fam1has ncas, la Edad Media, pierden progresivamente su derecho a per-
aquellas que tienen criados, aquellas en cuyo seno las espo- manecer en la calle. A fines del siglo xvmy durante la primera
sas pueden dedicarse a la organización de la casa, aquellas mitad del xrx, la policía organiza por su propia cuenta el
que pueden pagar los estudios de sus hijos en el colegiO, sistema de los burdeles; para perseguir a las prostitutas so-
aquellas en suma que tienen cultura suficiente para sacar litarias, las obligan a ingresar a las casas de tolerancia
provecho de esa clase de obras. La int~rvención sobre las mantenidas por las madamas que dependían directamente
familias populares circula por carriles diferentes a los d; la de la policía. A fines del siglo XIX, estas tres prácticas serán
difusión de libros y el establecimiento de una ahanza ?rgam- simultáneamente desacreditadas: la Asistencia Pública se
ca entre familia y medicina, porque hasta fines del Siglo XIX organiza contra el abandono automático de los hijos adulte-
la tasa de analfabetismo en las clases populares es muy alta, rinos en los orfanatos; los talleres y los conventos de preser-
vación son fuente de toda suerte de escándalos, financierosy
tn Victor de Laprade, L'éducation honúcide, 1866. morales; la policía de las costumbres, que organiza la prosti-

30 31
tución, es violentamente atacada con motivo del carácter
arbitrario de los arrestos y de su función de policía paralela. aparato central se dice, pues, al servicio de las familias. Un
Una m~s~a curva histórica unifica, pues, estos tres tipos de autor como Rétif de la Bretonne llega incluso a imaginar en
p:o~ed1mwn~o~, cuya función de transición entre el antiguo el desarrollo de estos aparatos un medio para resolver defi-
reg1men familiar y el nuevo no es difícil de adivinar. nitivamente el problema que plantea esa desnivelación entre
. _La instauració:' de ~stas prácticas de acogida y segrega- familia y sexualidad. En Le pornographe, ou Idées d'un
cw~ no es In~ehg¡~le sino con referencia a los axiomas que honni!te homme sur un projet de reglement pour les prosti-
reg1an el anhguo sistema de alianzas y filiaciones: la deter- tuées propre aprévenir les malheurs qu'occasionne le publi-
minación de aquellos y de aquellas a quienes habría de cisme des femmes (1769), propone una institución que reúna
corresponder la• perpetuación del patrimonio; su derecho las ventajas del convento, del prostíbulo y del orfanato. Allí
exclusr:ro a casarse y la dependencia de los demás, que podrán dirigirse todas las jóvenes cuyas familias no han
qu~~anan a su cargo; la discriminación entre los productos destinado al matrimonio. En ese edificio de inspiración con-
leg:¡hmos de las uniones sexuales y los productos ilegítimos. ventual, las más bellas estarán destinadas a la satisfacción
Por consiguiente, el régimen de alianzas no buscaba coincidir de clientes que eventualmente podrán casarse con ellas. Las
con las practicas sexuales, sino que por el contrario se demás y las viejas se ocuparán de la educación de los niños
establecía a partir de una distancia calculada con estas. Era nacidos de esas uniones y pondrán así "al servicio del Estado
imperioso preserv_ar de .cualquier eventual unión impropia a un semillero de sujetos que no estarán directamente a su
las P~:sonas ~esbnadaS ~ establecer alianzas provechosas; cargo (puesto que los clientes pagarán) y sobre los cuales
tamb1en habm que desvmr de toda esperanza familiar a tendrá un poder ilimitado, puesto que los derechos paternos
aquellas personas que no tuvieran los medios para ello. Todo y aquellos del soberano coincidirán".
esto Implicaba una separación entre lo sexual y lo familiar No obstante, esa armonía entre el orden de las familias y
una desnivelación productiva de ilegalismos más o meno~ el orden estatal es más el producto de una connivencia táctica
tolerados, generadora también de incesantes conflictos y del que el de una alianza estratégica. Pues el escándalo no es de
despilfarro de las fuerzas "útiles". En el ámbito de la familia la misma naturaleza en cada caso. Lo que perjudica a las fa-
esta desnivelación entre régimen de alianzas y registr~ milias son los niños adulterinos, los menores insumisos, las
se~ual amena~a _sistemáticamente la paz de los hogares a niñas de mala fama, es decir, todo cuanto pueda mancillar el
rm_z de las practicas de seducción y desvío que engendran, honor familiar, su reputación, su rango. Aquello que preocu-
practicas que los tratados de derecho procuran codificar.U pa al Estado, en cambio, es ese despilfarro de fuerzas vivas,
En el ámbito del Estado, los individuos rechazados por la ley esos individuos inutilizados o inutilizables. Por consig:¡üente,
de las aha:'zas se vuelven fuente de peligro por su vagabun- entre ambas clases de objetivos, hay convergencia momentá-
deo, su misena, pero además entrañan una pérdida pues nea en cuanto al principio de concentración de los indesea-
constituyen fuerzas no aprovechadas. Cuando nac~n los bles de la familia. Pero si, para las familias, esa concentración
conventos de preservación, los burdeles y los orfanatos su tiene valor de exclusión, de depósito, para el Estado es un
objetivo explícito es conciliar el interés de las familias co~ el modo de poner fin a las costosas prácticas familiares, el punto
interés del Estado, conciliar la paz de las familias mediante de partida de una voluntad de conservación y de utiliza-
la moralización de los comportamientos y la fuerza del Esta- ción de los individuos. Superficie de absorción de los indesea-
do mediante el tratamiento de los desechos inevitables de ese bles del orden familiar, los hospitales generales, los conven-
régimen familiar, los solteros, los huérfanos. El crecimiento tos y los hospicios constituyen una base estratégica para toda
de la policía en el siglo XVIII se apoya en el poder familiar, le una serie de intervenciones correctivas sobre la vida fami-
promete dicha y tranquilidad a la espera de que se instaure liar. Estos lugares de reunión de los infortunios, de las
su imperio sobre los rebeldes y los desechos de la familia. El miserias y de la decadencia facilitan la movilización de las
energías filantrópicas, le brindan un punto de apoyo, le
11
Eugene Fournel, Traité de la séduction, 1781. sirven de laboratorio para observar las conductas populares,
de rampa de lanzamiento para desarrollar tácticas destina-
32
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excesiva cantidad de abandonos, proponen revalorizar la
búsqueda de la paternidad, en desuso desde la revolución,
das a co:n-trarrestar sus efectos socialmente negativos y así instaurando un impuesto al celibato, separando claramente
reor~an.rzar a ~a familia popular en función de imper~tivos el registro de los individuos inscriptos en el marco familiar
economrco-socrales.
del de los bastardos, que podrán ser destinados a tareas en el
Nada más ejemplar en esta inversión de la relación Esta- extranjero, tales como la colonización, o utilizados para re-
do-familia que la historia de los orfanatos. La preocupación emplazar a los hijos de familias acomodadas en el servicio
por art;cular el respeto a la vida y el respeto al honor familiar militar. Son hostiles a los tornos los hombres de la filantropía
p~ovoc?,. a m:du:dos del siglo xvnr, la creación de un ingenioso ilustrada, personas como Chaptal, La Rochefoucauld-Lian-
dispositivo tecmco: el torno. Se trata de un cilindro abierto en court, Ducpétiaux, partidarios de una racionalización de las
uno de los lados de su superficie lateral y que gira sobre el eje ayudas públicas, del desarrollo de la adopción, y, por lo tan-
de su _altura., El lado cerrado hace frente a la calle. Un timbre to, de una primacía de la conservación de los individuos sobre
exter.wr esta situado
.. en las cercani·as . ¿·Una muJ· er qurere
· la preservación de los derechos de sangre.
exponer a su hiJO :ecién nacido? Le comunica su deseo a la Aquello que hace bascular la decisión a favor de estos
person':'d: guardia tocando el timbre. En el acto girando últimos es el descubrimiento de un uso popular del torno que
sobre ~I mrsmo: el cilindro presenta al exterior su l~do abier- nada tiene que ver con su destino primero, es decir, la simple
~o, r.ecrb: al r~crén nacido y, siguiendo su movimiento, lo lleva extracción de objetos escandalosos, como los niños adulteri-
ac1a el mtenor d~I hospicio. De ese modo, el donador puede nos. Desde fines del siglo xvm, las administraciones de orfa-
su~tr_aerse a las mua das de los criados de la casa. Y ese es su
natos comienzan a sospechar que sus instituciones son el
ob~ehvo: romper, sin errores ni escándalos, el vínculo con el blanco de malversaciones y fraudes. Necker, en L'adminis-
f''gen de esos pr~ductos de alianzas no deseables, purificar tration des finances de la France, estima que "esta loable
as rela?r.ones socrales de las progenituras no conformes a la institución sin duda ha impedido que seres dignos de compa-
.. ley fam~har, a sus ambiciones, a su reputación.
E_,.l pn~er torno comenzó a funcionar en Rouen, en 1758.
sión fueran víctimas de los sentimientos desnaturalizados de
sus padres", pero que "insensiblemente nos hemos acostum-
Esta des,tmado a poner un freno a la antigua práctica de la brado a pensar los hospitales de expósitos como casas públi-
~x)osiCion en los umbrales de las iglesias, de los palacetes y cas donde el soberano consideraría justo alimentar y mante-
e ~s conventos, donde los niños tenían tiempo de sobra para ner a los niños más pobres entre sus súbditos; y, al difundirse,
monr antes de que alguien se ocupara de ellos. En 1811 el esta idea debilitó en el pueblo los vínculos del deber y los del
s~~tema del torno se generaliza en el marco de la reorgani~a­ amor paterno" .12 Intrigados por esta vertiginosa escalada de
cwn, de los. hospicios, y para esa fecha ya se cuentan 269. abandonos, los administradores multiplican las comisiones
Seran abolidos de manera progresiva. Entre 1816 y 1853 165 de investigación para conocer sus causas. En primer lugar,
tornos. ~on cerrados y el último desaparecerá en 186Ó La descubren una cantidad considerable de niños ilegitimas
apancw~ Yla desaparición del torno corresponde a un co.nsi- entre los abandonados. Tanto mayor era ese número cuanto
derable mcremento de la cantidad de niños abandonados que al bajar la mortinatalidad en los hospicios, los escrúpulos
luego a su reducción y a su estabilización relativa. En el de los padres desaparecían. Pero hay algo aun más grave a los
momento de su fundación, el orfanato de Saint Vincent de ojos de los gestores: no solo las familias legitimas abandonan
Paul acogia a 312 niños; en 1740, a 3150; en 1784, a 40 000; a sus hijos con motivo de su pobreza extrema, sino que
~n 1826, a118 000; ~n 1833, a 131 000; en 1859, a 76 500. Esto algunas que tienen los medios para criarlos también toman
ultimo deJa traslucir la Importancia de los debates sobre el la decisión de que el Estado los alimente, arreglándoselas
mantemm1ento o la supresión de los tornos. Son partidarios para que luego se los reasignen a título de crianza. "Desde
del torno todos los defensores del poder jurídico de la familia· que la legislación regularizó la condición de los niüos abando-
homb_res como Lamartine, A. de Melun, Le Play. Celebran s~
funcw~ pur?ahva de los extravíos sexuales, esa especie de 12 J. Necker, De l'adnúnistration des finances de la France, 1821 (tomo

confeswnano que registra los productos de las faltas y los tV de las CEuvres completes).
absuelve a un mismo tiempo. Para paliar los peligros de una 35

34
1

nados asignando un salario a las nodrizas, de pronto se ha nodriza en principio extraña. Esto también implicaba reem-
generado un nuevo tipo de exposición, que en poco tiempo ha 1 zar el sistema del torno por el de la oficma abwrta. El
adquirido un desarrollo extraordinario. Ahora, la madre que ;e~reto del origen, que permitía la exi~tencia _d~l ~orno, se
lleva a un recién nacido al torno de un hospicio no tiene la restaba a todas los fraudes y disminma la llliCI:'ti;'a de la
menor intención de abandonarlo; si se separa de él es para ~dministración. Al organizar las oficinas de ad~Iston !a no
recuperarlo unos días después con la complicidad de las sobre el modelo de la acogida ciega, sino de la oficma abierta,
mensajeras. Cuando los hospicios se llenaron de cantidades es posible, por una parte, desalentar ~1 ab:'.ndono Y, por oüa,
ingentes de recién nacidos, no tardaron en comprender la asignar ayudas a partir de una mvestigacwn admimstratiVa
imposibilidad de acogerlos en su recinto y brindarles a todos sobre la situación real de las madres. . . .
los cuidados adecuados. Entonces las nodrizas del campo se Inversión rica en consecuencias: a~ dec1d1: bnndar una
volvieron indispensables. Les entregan los niños a cambio de asistencia financiera y médica a las muJeres mas pobres, pe.ro
un salario, asignado para ese servicio. Los mensajeros lleva- también a las más inmorales, se desencadenaba un m~canls­
ban a los recién nacidos desde el hospicio hasta la casa de la mo que implicaba la generalización de estas prestacwnes a
mujer que debía amamantarlos, y muy pronto se generaron todas las demás categorías de madres, para no ser acusados
graves desórdenes. Estas muchachas y estas mujeres pensa- de premiar el vicio. . .
ron que obtendrían grandes ventajas al exponer a sus hijos De ese modo, aquello que se daba en calidad de subsidiO a
recién nacidos; si, gracias a sus acuerdos con }os mensajeros, una madre soltera para alentarla a conserva: :' su hiJO se
conseguían regresar unqs días más tarde en posesión de sus convirtió en un derecho, particularmente legtbmo par~ ~a
hijos, se aseguraban el goce del mes como nodrizas y más viuda pobre con hijos a cargo; luego, para la madre de famiha
tarde una pensión. El fraude desafiaba todas las investiga- numerosa; luego, para la muje~ obre.ra que d~be ser alentada
ciones. Cuando la madre impedida por consideraciones par- a reproducirse. Así nacen a prmcipws del siglo XX los ~ubsi­
ticulares no se atrevía a criar al niño en su propia casa, los dios familiares, en el punto de cmüluencia entr~ una practica
vecinos se encargaban oficialmente del recién nacido". 13 asistencial que amplía progresivamente el Circulo de. sus
Evaluando todas las consecuencias de estas investigacio- administrados y una práctica patronal de corte paternahsta,
nes, el ministro del interior De Corbiere elaboró en 1827 una . encantada de poder desprenderse en la escala naciOnal de
circular que prescribía el desplazamiento de los niños a otro una gestión que les generaba tantos problemas como bene-
departamento, para impedir que las madres amamantaran
como nodrizas asálariadas de niños que habían colocado en el ficios. · · d e1cont ro 1m éd"Ico
De ahí también deriva la generalizacwn
torno, o visitarlos en casa de nodrizas extrañas a cuyo en la crianza de los hijos de las familias populares. En 186?,
cuidado los habrían dejado. Suponía que la privación de la aparecen las primeras sociedades protectoras de la mf:'ncia
vista de sus hijos alejaría a las madres del proyecto de en París (fundada por A. Meyer), luego en J:::;:on, cuyo obJetivo
abandonarlos. El resultado fue más bien negativo. Sobre 32 era asegurar la inspección médica de los ~;nos colocados por
mil niños transportados de ese modo entre 1827 y 1837, 8 mil sus padres en casa de nodrizas, pero tam~n~n perfecc~o~ar l?s
fueron reclamados por sus madres, que los devolvieron algún sistemas de educación, los métodos de higte_ne y la VIgtlan~ta
tiempo después, cuando la medida fue revisada, y casi todos de los niños de las clases pobres. En ~~s r~vistas,,~s~as soCie-
los demás murieron debido a ese transplante brutal. En 1837, dades tienen, por ejemplo, una seccwn titulada ~n':lenes Y
De Gasparin confirma el fracaso de esta política en un accidentes'', donde se mencionan todos l~s hechos 1~d~catn~o~
informe al rey, en el que propone la idea de reemplazar la de malos tratos todos los delitos de falta de VIgilancia
acogida hospitalaria, con todos sus inconvenientes, por un cometidos por l~s padres. Estas sociedades se apoyan en
sistema de ayuda a domicilio para la madre, que consistía en comités de patronazgos, que habían surgido con motivo de la
pagarle a la madre los meses pagados por el hospicio a una vigilancia de los niños del hospicio. Más importante aun es
que extraen sus argumentos del he?h? de que, en las clases
¡;¡ J.-F Terme y J.-B Maufalcon, Histoire des enfants trorwés, 1837. pobres, los niños mejor tratados medicamente son aquellos
36 37
que dependen de la Asistencia Pública. Argumento que reto-
mará Théophile Roussel en el análisis de las condiciones de deo y a una mortalidad precoz. Desde fines ~el siglo XVIII, una
aplicación de su ley de 187 4 sobre la vigilancia de las nodrizas. ltitud de asociaciones filantrópicas y rehgwsas se propu-
"Pese a los consejos desinteresados, el brutal empecinamien- mu . t
· ron ayudar a las clases pobres, mora1Izar sus compor a-
to de los campesinos y los estúpidos consejos de las matronas ste ntos y facilitar su educación haciendo converger sus
mantienen vivos hábitos fatales para los niños, cuya higiene fuerzos en una restauración de la VI'da e1ami·¡·1ar, 10rma
rote '
está muy mal dirigida; me basta añadir un detalle e~imeray más económica de la asistencia mutua. En 1850, la
característico, a saber: los únicos niños bien cuidados en los ~cademia de Ciencias Morales y Polític~s. vota un texto de
departamentos pobres, aquellos cuya mortalidad desciende al oyo a la Sociedad de Saint-Franrms-Reg:ts, sociedad desti-
seis por ciento, son los hijos de las madres solteras que han a~da a promover el matrimonio civil y religioso de los pobres,
logrado obtener las ayudas mensuales del departamento, y nn términos que no podrían ser más claros: "Los hombres que
que son especialmente vigiladas por un inspector de la dirigen los negocios ~ la .admin~stración saben cuán. u~rgente
prefectura al que temen y cuyos consejos escuchan." 14 es disminuir y restrmg:tr no solo los gastos de pohcta Y de
Así se constituye la madre de familia popular. Más que una rsecuciones jurídicas ocaswnadas por los excesos a los que
madre, es una nodriza, puesto que su modelo es el de la ~= entregan las clases corrompidas, sino además todos los
nodriza de Estado calificada. Adquiere la doble dimensión de gastos en que incurren los hospiciOs y los hospital e~ _a causa
su esta tus: la remuneración colectiva y la vigilancia médico- del abandono recíproco de padres, mujeres Y mnos. que
estatal. Debido a este aspecto nutricio, el vínculo que la une deberían haberse brindado ayuda recíproca en tant? miem-
a su hijo durante mucho tiempo será considerado sospechoso, bros de una misma familia y que, al no estar umdos por
sospechado de relajamiento, de abandono, de interés egoísta vínculo social alguno, se vuelven ajenos los .unos a los otros.
de incorregible incompetencia; herencia de un enfrentamien~ N 0 sólo se trata, pues, de una necesidad social y de una obra
to entre la mujer popular y la asistencia del Estado, en que el de alta moralidad, sino además -para el Estado, los departa-
aspecto positivo a los ojos de sus tutores siempre será el mentos y las municipalidades- de un excelente negocio, una
producto de una confluencia y una proyección impuesta por evidente e inmensa economía. El hombre Y la mujer del
la madre al niño, antes que el de un engendramiento deseado. pueblo, cuando viven en el desorden, no suel~~ tener ca.sa ni
Los niños abandonados recibían el nombre de "hijos de la hogar. No se hallan a gusto sino donde el VICIO y el cnmen
patria". Para criarlos sin grandes pérdidas y al menor costo, reinan con total impunidad. N o ahorran nada; el hambre Yla
eran devueltos a sus madres, haciendo de estas últimas -y enfermedad los separan. Por lo general, no suelen preocupar-
luego, por extensión, de todas las madres populares- "nodri- se en modo alguno por sus hijos o, en caso de D?-anten~r con
zas aceptadas por el Estado", según la fórmula de Lakanal. ellos una relación, los pervierten. Por el contrar.w, no bien un
hombre y una mujer del pueblo ilícitamente umdos se casa~,
Las campañas para el restablecimiento del matrimonio en abandonan los sucuchos infectos que hasta entonces consti-
las clases pobres proceden de esta misma preocupación por tuían todo su hogar para instalarse en casas amobladas. El
luchar contra la inflación incontrolable de las cargas de la primer cuidado que toman es el de retirar a sus hiJOS de los
asistencia. Cuando, tras haber agotado las consideraciones hospicios donde los han dejad~. Estos ~adres y estas madres
de alta moral y religión de rigor en este tema, los observado- casados constituyen una familia, es decir, un centro donde los
res profesionales de la clase obrera (Villermé, Frégier, Blan" niños son alimentados, vestidos y protegidos; mandan a sus
qui, Reybaud, Jules Simon, Leroy-Beaulieu) comienzan a hijos a la escuela y les enseñan un oficio" .
15

expresar el fundamento principal de sus temores, en todos los En un primer momento, la tarea de restaurar el matnmo-
casos mencionan la amenaza que hace pesar sobre las cargas nio es incumbencia de las sociedades de patronazgo. Estas
públicas esa masa de hijos ilegítimos, destinados al vagabun- sociedades divergen en sus opciones filantrópicas: hay una
14
Th. Roussel, Rapport sur l'applicatíon de la loi de 1874, 1882. 15 Resolución de la Academia de Ciencias Morales y Políticas publicada

38 en los Annales de la charité, tomo n, 1847.


39
Jieu o J, Daubié-, Por lo demás, la calidad misma de estos
filantropía ilustrada, tal como se dio en el período revolucio- matrimonios plantea otro problema, "Es muy bueno regula-
nario (Sociedad Filantrópica, Sociedad de la Caridad Mater- rizar situaciones, dar derechos a las mujeres, un estado civil
na, fundada en 1784, Sociedad de la Moral Cristiana, Socie- a los niños -escribe Jules Simon-. 18 Pero ¿qué ocurre con las
dad para la Instrucción Elemental), pero también existen familias una vez concluido el trámite de matrimonio? ¿Acaso
obras religiosas inspiradas o relanzadas por el espíritu de la el marido renuncia al cabaret para quedarse en el hogar?
I;testauración (Sociedad Saint-Vincent-de-Paul, Fréres des ¿Adquiere el hábito del ahorro? ¿Cuida de su mujer de modo
, Ecoles, Sociedad de Saint-Fran~ois-Régis, etc,). No obstante, tal que esta pueda ocuparse de los hijos y de la casa? En
estas divergencias no les impiden funcionar cartelizadas e absoluto, personas honestas se han ocupado de simplificar
implementar sistemas de relevo mutuo. Por ejemplo, la para él todas las dificultades del matrimonio, ha mandado
Sociedad de Caridad Materna, cuyo objetivo es impedir los traer sus documentos y los de su futura esposa, han obtenido
abandonos perpetrados por familias legítimas otorgando todas las autorizaciones necesarias y cubierto todos los gas-
subsidios materiales y financieros, deriva aquellas familias tos· no tiene más que decir una palabra y firmar un registro;
ilegítimas que acuden a ella hacia la Sociedad de Saint- se deja hacer y, después de la ceremonia, sigue con su vida
Fran~ois-Régis, y a su vez establece la condición de contraer como antes." Contraídos con vistas a obtener ventajas espe-
matrimonio para obtener el beneficio de esas ayudas 16 Los cíficas estos matrimonios no valen, pues, sino en la medida
Hermanos de las Escuelas Cristianas ejercen el mismo chan- en qu~ son necesarios para obtenerlas, pero en sí no consti-
taje con relación a la educación de los niños pobres. Por su tuyen la anhelada transformación del modo de vida obrero,
parte, la Sociedad de Saint-Fran~ois-Régis, fundada en 1826, Son menos un contrato entre un hombre y una mujer que uno
facilita la tramitación de actas administrativas (la importan- entre estos últimos y las sociedades de patronazgo, ¿Cuál era,
cia de las migraciones dificultaba a los pobres la obtención de pues, la razón de ese descrédito del modo de vida familiar
documentos que justificaran su estado civil), concede la gra- entre esos obreros?
tuidad de las actas y una reducción progresiva de las condicio- Las sociedades de patronazgo lo explican aludiendo a las
nes jurídicas del matrimonio (reducción de la edad lícita para dificultades que encontraban. Entre las mujeres, estas socie-
contraer matrimonio tanto en hombres como en mujeres). dades no tienen dificultades para hacerse oír. Pero, con los
Esto explica la expansión de esta sociedad y de otras hombres, las cosas eran diferentes. "El futuro marido lleva a
semejantes: Sociedad del matrimonio civil, Obra de los Matri- cabo este trámite a su pesar, la mujer debe llevarlo a rastras,
monios Indigentes, Secretaría del Pueblo, Secretaría de las Por tanto, si la recepción no es sumamente cordial, todo está
Familias, Desde 1826 hasta 1846, la Sociedad de Saint- perdido, El hombre, feliz de hallar un pretexto, se retira con
Fran~ois-Régis recibió 13 798 parejas "que vivian en el des- aire altanero."" ¿Por qué tanta reticencia? Porque el matrí-
orden", y así reencaminó a 27 596 individuos por la buena monio, para el obrero, está asociado con la adquisición de un
senda de la "religión y las sanas costumbres"; 11 000 niños "estado" (tienda, puesto, terreno, etc-) que favorece el aporte
naturales recibieron en el mismo lapso el beneficio de la de la dote, La mujer contribuía mediante la dote a compensar
legitimación. 17 el costo de su mantenimiento y el de sus hijos, La importancia
Sin embargo, estas cifras son bajas comparadas con la del fenómeno es tal que bajo el Segundo Imperio el ejército
extensión del concubinato en las capas populares; según las aún prohibía a sus solados casarse con una mujer sin dote, así
regiones, su índice oscila entre un tercio y la mitad de las unio- como legitimar un hijo natural. 20 La mujer compraba me-
nes, Por cierto, la negligencia y la dificultad para procurarse diante la dote su posición social. Ya sea que fuera a casarse
documentos desempeñan un papel importante, pero sólo o a ingresar al convento, cualquier posición reconocida impli-
superficialmente -estiman, a partir de mediados del siglo, caba esa inversión iniciaL Una mujer sin dote quedaba fuera
observadores como Louis Reybaud, Jules Simon, Leroy-Beau- 18 Jules Simon, L'ouvriere, 1861, p. 285.
Sobre la Sociedad de Caridad Materna, véase F. Gille, La Société de
16
19 Gossin, ob. cit.
charité maternelle de Parü'J, 1887. ~o J. Daubié, ob. cit.
17
R. Gossin, La Société de Saint-Franqois-Régis, 1851. 41
40
de juego, en el gasto doméstico de su familia o de quien
quisiera utilizarla. Tradicionalmente, la familia, las munici- mo promocional y la filantropía moralizadora, cuyo primer
palidades o los cuerpos de oficio proveían esa dote. Ahora objetivo es una doble lucha: por un lado, contra los burdeles,
bien, la desaparición o la reducción del papel de esas instan- la prostitución y la policía de moralidad pública; y, por otro,
cias, el drenaje que la industria opera sobre los trabajadores contra los conventos y la retrógrada educación de las mu-
de ambos sexos liberados de sus amarras territoriales y jeres.
familiares, todo ello suscita la concentración de gran canti- Restablecer la vida familiar en la clase obrera suponía,
dad de mujeres demasiado pobres para disponer de una dote pues, modificar radicalmente las ~egla~ de un juego cuyo
y que, por lo tanto, quedaban expUestas a "aventuras". fracaso se había vuelto cada vez mas evidente.
¿Qué podía' reemplazar ese capital de partida que ya no Por un lado, estaban las mujeres entregadas sin reserva al
pueden proveer? N o será una suma de dinero, pues son dema- proceso industrial. Los empleos que pueden tener en ese con-
siado numerosas. Entonces, será su trabajo, su trabajo do- texto son los menos calificados, los peor remunerados. Con el
méstico, recalificado, revalorizado, elevado a la categoría salario que ganan, apenas llegan a comer, y difícilmente a
de un oficio. Solución triplemente ventajosa. Permitía reem- encargarse de sus hijos. Tanto más cuanto que ~1 hombre ha
plazar un gasto social por un incremento de trabajo no quedado, si no excluido de su empleo por las mu¡eres, cuando
remunerado. Permitía asimismo introducir en la vida obrera menos sobreexpuesto al desempleo y, en todos los casos, es
elementos de higien~ en cuanto a la crianza de los niños, la víctima de un proceso de descalificación del trabajo que le
alimentación, la regurarización de los comportamientos, cuya hace perder sus privilegios sobre la mujer y los hijos y, por
falta explicaba la frecuencia de los decesos prematuros, de las ende también sus responsabilidades. Por consiguiente, no es
enfermedades, de las insubordinaciones: el hábito de vivir en sorp;endente que tenga tendencia a desertar de la fábrica,
piezas amobladas, de comer en la tienda de vinos, de preferir, mandar a su mujer e hijos en su lugar, para v1v1~ a sus ex-
en suma, la vida social, la vida de cabaret, ¿no estaba acaso pensas y dejar que su salud y sus fuerzas se detenoren. Esa
· en el origen de esa decadencia física y de esa independencia explotación desconsiderada del traba¡o de las m u¡ eres ame-
moral de la clase obrera? Por último, permitía hacer controlar naza a largo plazo las fuerzas productivas de la nación: Se
al hombre a través de la mujer, puesto que esta última ya no hace cómplice de una destrucción de la familia por un odwso
le proporcionará los beneficios de su actividad doméstica abuso del poder patriarcal. Por consiguiente, no es sorpren-
sino en la medida en que él los mereciera. En lugar del dente que en esa situación las obreras se prostituyer.an y
contrato que ella establecía con él y que le daba, mediante la cumplieran así, según una expresión registrada por VIller-
dote, la posibilidad de una autonomía exterior, un lugar mé su ('cinco cuartos" de trabajo. La policía de costumbres,
social gracias a la posesión de un estado, ella lo inscribe en la qu~ persigue metódicamente a todas las mujeres sospecho-
dependencia de un interior que habrá de ser su ámbito. sas a sus ojos, no hace sino ratificar esta situación en lugar
reservado, aquello que podrá dar pero también volver a de aportar algún remedio, y aun la agrava: al encerrar en los
tomar en cualquier momento. A partir del Segundo Imperio, burdeles a cualquier mujer sospechada de prostitmrse, pre-
las obras de Jules Simon dan a conocer este gran descubri- tende preservar las buenas conductas públicas, pero condena
miento: la mujer, la mujer de interior, la madre atenta, es la a esas desesperadas a un destino irreversible.
salvación del hombre, el instrumento privilegiado para civi- Por otro lado, estaban las mujeres que intentaban salva-
lizar a la clase obrera. Basta con moldeada para tal función, guardar su capacidad contractual mediante la adquisición de
darle la instrucción necesaria, inculcarle los elementos de una dote, y preservar su felicidad procurando integrarse en
una táctica de la entrega, para que acabe con el espíritu de un taller religioso o en un convento industrial. La considera-
independencia del obrero. ble proliferación de las comunidades religiosas de mujeres a
No se trata de un simple discurso, sino de alianzas-efecti- mediados del siglo XIX se debe a esa persistencia del rol de la
vas y operaciones eficaces. La segunda mitad del siglo XIX se dote. Los obradores eran talleres de trabajo femenino orga-
inscribe bajo el signo de una alianza decisiva entre el feminis- nizados por congregaciones religiosas que querían pro~.:;guir
con su misión de preservación y compensar la expohacwn de
42
43
la que habían sido víctimas durante el período revolucionario los telares:23 las organizaciones conventuales se inte_rponen,
poniendo a trabajar a sus pensionistas. Podían albergar en efecto, entre la fuerza de tr~bajo y el mercado utilizando
desde doce muchachas hasta trescientas o cuatrocientas, sus exenciones fiscales y su rég1me~ co?'umtarw para propo-
todas ellas ocupadas en trabajos manuales, principalmente ner precios inferiores a los del trabaJO hbre,_lo cual provo~aba
en el área textil, y estaban exentos del pago de impuestos. A una baja de los salarios, que a su vez empuJaba a las muJeres
mediados del Segundo Imperio, la población de esos obrado- libres a la inmoralidad. Además, n_wnopoh~an lo~ empleos
res se estimaba en 80 000, y esa cifra asciende hasta fines del e más podían convenir a las muJeres (asistencia, educa-
siglo xrx. 21 El ingreso en los talleres ya era de por sí un favor, '¿~n ... ), de suerte que la~ muj~res sin dote, o bien s~ ven
requería la inscripción de la familia en filiales de dependen- bligadas a tomar los hábitos si qmere eJercer esos oficios,_ o
cia religiosa y a menudo el pago de una pequeña suma. Para ~ien quedan expuestas a la prostitución si a~eptan un.~ficw
las más pobres, la fórmula de la fábrica-convento se había libre. Ambas obras denuncian, asimismo, la madecuaci~n de
desarrollado entonces, compuesta por una dirección mixta, la formación conventual. J. Daubié muestra que las muJeres
mitad industrial, mitad religiosa, particularmente en las que pasan su juventud en las fábricas-convento cor; la espe-
regiones textiles. A partir de un ejemplo leonés, la fórmula anza de preservar sus oportunidades matnmomales son
prosperó, y dio tres célebres casas en Jujurieux, en La Séauve ~echazadas al salir de tales instituciones por aquello~ obre~os
y en Tarare: un reglamento conventual, un tiempo entera- ue se niegan a casarse con "monjitas". Leroy-Beauheu 7sttg-
mente ocupado por los ejercicios religiosos y el trabajo indus-
trial, una vigilancia confiada a las hermanas de Saint-Joseph
~atiza la "educación por efecto i~¡er~adero" ~ denunCia lo~
'nternados que forman mujeres en oficws sem1-ar~esanales
y a las hermanas de Saint-Vincent-de-Paul, una remunera- ~uperpoblados y que no preparan "el espíritu ~e la Joven para
ción por contrato anual. Todo estaba hecho para seducir a las una enseñanza sustancial que desarrolle ene~gJCamente su
familias pobres, que de ese modo aseguraban la preservación personalidad. Toda mujer, y sobre todo la muJer del pueblo,
moral de sus hijas, y ganaban la posibilidad de quedarse con que está expuesta a más luchas y pehgros, debe te11er fuerza
una suma global a su regreso y, para ellas, la esperanza de un de voluntad y firmeza de carácter. Una e~uc~~Ion qu_e _no
matrimonio gracias a esos salarios regulados bajo la forma de despierta estas facultades fall": en s':'s objetivos . A la logrca
garantías, como a las domésticas. de la preservación para el matnmonw, d~~e, pues, su cederle
Entre ambas fórmulas de protección de las buenas costum- la de la preparación para la vida famzhar: desarrollar la
bres, los moralistas filantrópicos y las feministas promocio- formación doméstica; permitir a la muchacha, a la VIuda '!•
nales denuncian más o menos crudamente la existencia de ocasionalmente, a la esposa tener acceso directo ~un tra~aJO
una suerte de círculo vicioso que engendra y reproduce la remunerador; crear carreras específicas p~ra muJ~~es, o~en-
decadencia física y moral de la población pobre, en lugar de tadas a prepararlas positivamente para la :;da famihar; e':Itar
conjurarla. De un libro como el de J. Daubié, eminente que las obreras caigan en la prostit~cion;_ y, po~ ultimo,
feminista del Segundo Imperio, La Femme pauvre au XIX reducir la rivalidad entre hombres y muJeres mscr~~Iendo las
siecle, al del célebre economista y filántropo Leroy-Beaulieu carreras sociales femeninas como una prolongacwn de sus
sobre Le travail des femmes, 22 la distancia no es grande. actividades domésticas. .
Ambos coinciden en denunciar los inconvenientes de las La eficacia de esta estrategia familiarista radica, sm duda
organizaciones claustrales. En primer lugar, por su supuesta alguna, en el hecho de que articula las trayecton~s mas_cuh-
incide~cia en los ingresos. En 1849, en Lyon, en Macan, en nas y femeninas, y ataca progresivamente la antigua. situa-
Saint-Etienne, algunas comunidades religiosas fueron vio- ción en que, según la expresión de Ger;1_ahhng, la mu_Jer era
lentamente atacadas y clausuradas por obreras desemplea- una competencia para le hombre, y el mn? para la muJ~~, Yel
das que saquearon varios conventos, rompieron y quemaron resultado de todo ello es la desmoralización de la fam!IIa. El
21
Véase Mounier, De l'organisation du travail manuel desjeunes filies, acceso de las mujeres al mercado del trabajo no se frenó, pero
1869, y P. Gemahling, Trauailleurs au rabais, 1910.
22
Le travail des femmes au XIX siecle, 1873.
2 'J Tixerant, Le féntinisme a l'époque de 1848, 1908.
44 45
En primer lugar, la vivienda debe lograr un desarrollo
entre la fórmula de la guarida y la del cuartel. La guarida es
se reacomodó. en fUnc~ón. ~e un plan que introdujo en la el resultado de una costumbre rural y artesanal que consiste
carrera fe~e:~u.~a el pnnc1p10 de una promoción que pasaba en considerar el hábitat familiar como un escondite, un
por la adqmsJciOn d; una competencia doméstica. El trabajo reducto al resguardo de las miradas, donde se atesoran las
mdustnal de las .JOVenes, de las mujeres solteras de las riquezas, con1o un animal sus presas, hasta convertirla' en
esposas pobres, es reconocido como una necesidad oc~sional una pequeña fortaleza donde es posible ocultarse durante el
per~ no co;no un d~stino normal. Si el hombre logra mejora; día para salir por la noche. Esta imagen del hábitat popular
s~ sltuac¡_on a traves de la estabilidad y el mérito profesional, que obsesiona a los higienistas no es, por cierto, producto de
el a podra perm,anecer en la casa y desplegar allí las compe- una concepción primitiva de la existencia: más allá de los
tencias que la convie~ta1_1 en un verdadero hogar. Y luego, problemas de calefacción y seguridad, la exigüidad de las
sob~e la ma~cha, ~adra onentarse hacia profesiones adminis- aberturas en las casas populares estaba vinculada con una
trativas, a.s;-stenciales y educativas que sean más adecuadas costumbre heredada del Antiguo Régimen que consistía en
a su v~cacwn ~atural. Esta flexión introducida en la carrera calcular el impuesto sobre la cantidad de puertas y ventanas.
fememna restü~ye al hombre, si no la realidad, cuando Por lo demás, este amontonamiento solía corresponder al uso
menos la 1mpreswn de recuperar su antiguo poder patriarcal profesional; los famosos sótanos de Lille, célebres por su
Y le asegura la respons.abilidad principal en el aprovisiona: insalubridad, estaban ocupados por familias obreras que
m1ent? del ho_gar, al tl,empo que ubica a la mujer en una hallaban en esa humedad las mejores condiciones para la
POS!Cl?n de V1g¡lanc1a constante del hombre, puesto que conservación de sus materiales. Al luchar contra la insalubri-
estara mteresada en la regularidad de la vida profesional y, dad de esos tugurios y sótanos, los higienistas también lucha-
P?r lo t";nto, ~oc1al de su marido, de cuya promoción depende- ban contra una concepción del hábitat como refugio, como
ran sus prop1as posibilidades. lugar de defensa y autonomía. Según ellos, había que susti-
Por consiguiente, esta estrategia de familiarizacíón de las tuir la fuerza autárquica por la fuerza de trabajo, hacer de la
capa~ populares en la se~unda mitad del siglo XIX se apoya vivienda un espacio sanitario y ya no un espacio "militar",
prmc1palmente en la mu¡er y le adjunta cierta cantidad de erradicar cuanto tuviera de propicio para ocultar alianzas y
Instrume;n~os Y ahados: la instrucción primaría, la enseñan- turbias fusiones. Y, a tal efecto, se tuvieron en cuenta los
za de la h1g¡ene do~éstica, la institución de jardines obreros, detalles más pequeños. Por ejemplo, esa sospechosa costum-
de descans~ domm1cal (reposo familiar por oposición al del bre de sobrecargar el interior de las moradas con grabados
lunes, trad1cwnalmente ocupado en borracheras). Sin em- equívqcos. "Debemos ser severos y proscribir sin piedad los
b~~go, el mstrumento principal con el que ella cuenta es la
excesos en la decoración, las imágenes obscenas o degradan-
VIVIenda "soc1al". En la práctica, se hace salir a las mujeres tes, y reemplazarlas por flores alrededor de la casa."24 La
del convento para que saquen a los hombres del cabaret· a tal fórmula del cuartel presenta peligros equivalentes, en la
efect~ se le da ur:_ arma, la vivienda, y su manual d~ uso: medida en que reúne gran cantidad de individuos bajo un
exclmr a los extranos para que ingrese el marido y sobre todo régimen uniforme en el que la copresencia de solteros y
SUS hiJOS.
familias genera una mengua de la moralidad y sobre todo la
La vivienda social, tal como surge a fines del siglo XIX una imposibilidad de aplicar reglamentaciones. Y los responsa-
de. cnyas formas más importantes fueron las viviend~s de bles del orden creen ver en esos gigantescos conglomerados
baJo costo (HBM [habitations a bon marché], ancestros de los una incitación a la revuelta. La solución consiste en otorgar
HLM [hab,tatwns a foyer modéré]) es el resultado de las
viviendas en función de ciertas condiciones de admisibilidad
numerosas obse_rvaciones efectuadas sobre la clase obrera a que garanticen la moralidad de los habitantes bajo pena de
lo largo de ese s~glo, el resultado asimismo de experimentos desalojo. Las ciudades que se construyen a partir de 1850, las
e 1ntercam~:nos Internacwnales (las exposiciones universa-
les,_ ~partir del Segundo Imperio, dedican parte de sus 24 Ch. Pil1ar y Gosselet, Catéchisme d'hygi€ne a l'usage des enfants, Lille,

actividades a esta cuestión). Progresivamente se define la 1850.


puesta en marcha de un doble objetivo. 47
46

ciudades Napoleón de París y de Lille, las ciudades de Mul- Harou Romain, especializado a la vez en lo~ edificios peniten- 11
house, marco de experiencias de punta en n1ateria de patro- ciarios y en las viviendas sociales, denuncia en esa voluntad
lj
nato paternalista y filantrópico, responden a esa exigencia.
Taillefer, el médico de la ciudad Napoleón de París, anuncia
que esta última habría de ser "la tumba de la revuelta", y para
aparente de ahorro la causa de la falta de higiene Y de la
inmoralidad de las capas populares, puesto que conduc~ a
concentrar en un mismo cuarto a los niños, varones .Y muJe-
l¡l
apoyar sus afirmaciones refiere el comportamiento de los res, y a veces también a los padres. 27 Para remedwr esta i'¡l
miembros de "su" ciudad durante los acontecimientos del2 de situación, las ciudades obreras de Mulhouse prohíben s?bal- 1
diciembre, en el momento en que los insurrectos intentaron quilar y, en Bélgica, Ducpétia~x precomza la separac10n de
arengarlos: "Tras algunas palabras amistosas sobre mi perso- una pieza en el mtenor de la VIVIenda con entrada ¡~¡depen­
na, se retiraron a sus respectivo hogares y los perturbadores diente. Tras sacar al extraño, queda por red1stnbmr el
se vieron obligados a volver sobre sus pasos". 25 El apego del espacio familiar entre padres e hi~,os. . , . .
obrero al orden público está garantizado por su deseo de El objetivo es reducir la parte soc1al de la VJVJ~?da en
conservar la vivienda y, si llegara a faltar, su mujer se hará provecho de los espaci?s íntimos de padres e ?IJ~s .. El
cargo de todo, tal como relata Reybaud respecto de los obreros dormitorio debe convertirse en su centro v1rtual, mv1sJble
de la fábrica Cunin-Gridaine en Sedan, donde se había instau- para los ni~os. Ese ~uarto ,e~, según Fo~s~agrives, "l.a
rado la costumbre de que "lamujerviniera a pedir gracia para pequeña capital del remo pac¡fJco de la pareJa : Pa_ra los m-
las debilidades del marido". ños, es necesario "un cuarto cerca del dormitono de los
Las investigaciones sóbre la disposición interna de la vivien- padres, que quitará a una vigilancia oculta aquello que
da apuntan explícitamente a favorecer esa función de vigi- podría tener de ofensiva si fuera ~ás evidente y le deJa lo
lancia recíproca. De ahí la elaboración de un décimo objetivo: que tiene de eficaz". Esta separacJÓ"__ de _los sex?s, y de las
concebir una vivienda lo bastante pequeña como para que edades en la vivienda popular mov1hzara a los fJlantropos
ningún ('extraño" pueda vivir allí, pero asimismo lo bastante durante todo el siglo, a tal punto alteraba las antiguas
grande para que los padres puedan disponer de un lugar formas de agregación. Podrá dar una idea cabal de esta
separado de los niños, para que tengan la facultad de vigilar- preocupación el siguiente fragmento de los debates del
los en sus ocupaciones sin ser observados por ellos en sus Congres d'hygiene publique de Bruxelles, en 1851, sob~e la
propios retozos. La práctica que consistía en tomar a uno o cuestión de la "distribución interior de las casas". Ebrmg-
varios "huéspedes" era muy frecuente en las capas populares: ton: "Para la moralidad y la decencia, la separación de los
ligada a la antigua organización familiar de la producción, en sexos es indispensable. Un ministro me ha dicho: 'H1ce
la que se albergaba a los aprendices y algunas veces a los todo lo que pude, pero el dormitorio común me ha vencido'".
compañeros; ligada asimismo al alto precio de los alquileres, Ducpétiaux: "Cuando esta separación sea imposible, ¿no
esta costumbre hacía del espacio familiar simultáneamente podríamos contribuir poniendo a los niños en hamacas?".
un espacio social y un lugar de paso dentro los circuitos de Gourlier: "Habría que separar la hamaca del resto de la
recorrido, más que un enclave de vigilancia y de paz a los ojos habitación por una especie de cortina. Pero apenas la de-
de los observadores como Blanqui y Reybaud. 26 El arquitecto jarán un día y la sacarán al siguiente". Raman de la Sagra:
25
"En lugar de hamacas, ¿prefieren una cama donde padres
A. Taillefer, Des cités ouvrieres et de leur nécessité comme hygiene et y niños duerman juntos?". Gourlier: "Sin esa separa~i~n,
tranquilité publique, 1850.
26
Encargado por la Academia de Ciencias Morales y Políticas de elaborar nuestra obra está condenada. Desde su hamaca, los mnos
un informe sobre[/État des classes ouvrieres apres le formidable mouvement verán a los padres. Por lo tanto, el pudor no estará prote-
révolutionnaire de 1848, Blanqui refiere que en las regiones donde la indus- gido".
trialización está menos avanzada, ahi donde el taller aún no cedió su lugar a Islotes de insalubridad, piezas en un sistema de defensa,
la manufactura, la insalubridad y la indisciplina son mayores; el "pauperismo
y las utopías conforman una excelente pareja", y los niños vagabundos son
guarida de relaciones animales, tal era la vivienda popular,
presas de los agitadores. Apunta en particular a los textiles de la seda de Lyon. 21 Harou-Romain, "Projet d'association financH~re pour l'amélioration
Reybaud retomará esta afirmación quince años más tarde. des habitations des ouvriers de Bruxelles",Annales de charité, 184 7 Y 1848.
48 49
los amoblados de París, los sótanos de Lille los sucuchos de
Lyon. La ecuación de la vivienda social se bu~có en la solución definitivo de cuanto la situaba en un campo de fuerzas
de tres de estos perjuicios. Acondicionar un espacio que sea exteriores. Así aislada, en adelante queda expuesta a la
lo bastante, vasto para ser higiénico, lo bastante pequeño vigilancia de sus desvíos.
para que solo pueda v1v1r en él la familia y distribuido de Aún más significativa es la diferencia de posiciones tácti-
manera tal que los padres puedan vigilar a los hijos. Se exige cas en que se encuentran la mujer burguesa y la mujer
de la VIVIenda que se convierta en una pieza complementaria de popular. Gracias a la revalorización de las tareas educativas,
la escuela en el control de los niños: que los elementos móviles una nueva continuidad se establece, para la mujer burguesa,
s~~n erradicados de ella, para poder así inmovilizar a los entre sus actividades familiares y sus actividades sociales.
m nos. La búsqueda de la intimidad y la competencia domés- Descubre para sí un ámbito de voluntariado, se abre a un nue-
tica propuesta a la mujer popular es el medio hallado para vo campo profesional a través de la propagación de las nuevas
hacer,aceptar,_ para volver atractivo ese hábitat que pasa de normas asistenciales y educativas. Puede ser, a la vez,
una formula hgada a la producción y a la vida social a una soporte de una transmisión del patrimonio en el interior de
concepción fundada en la separación y la vigilancia. Si el la familia e instrumento de una proyección cultural en el
hombre prefiere el exterior, la luz de los cabarets, si los niños exterior. La mujer del pueblo tiene un trabajo por naturaleza
pre~e::en la calle, su espectáculo y sus promiscuidades, no
antagónico con su estatuto de madre. Algunas veces lo hace
sera smo culpa de la esposa y de la madre. por necesidad, pero siempre peijudica el cumplimiento de su
función de guardiana del hogar. No habrá proyección alguna
El advenimiento de la familia ~oderna centrada en la prima- para ella: su misión es, por el contrario, velar por la retracción
oí~ de lo educativo no es, pues, un efecto de la lenta propaga-
social de su marido y de sus hijos. De ella, de la regularidad
ClOJ_l de un m1smo.':'odelo familiar a través de todas las capas que imponga, depende la transmisión de un patrimonio que
sociales: en funcwn de su mayor o menor resistencia a la casi siempre permanece exterior a la familia, el "patrimonio
modermdad. H~y al menos dos ramas, claramente distingui- social", como dicen los juristas, cuya gestión escapa a la
bles, de j)romocwn de esa preocupación por lo educativo, y las familia y del cual el obrero no puede disponer en vida, puesto
d1ferencms entre los efectos políticos que cada una induce son que no lo obtiene sino de su propio deterioro y muerte. "Mien-
lo ?a~tante importantes para que podamos afirmar que son si- tras que la transmisión del patrimonio de la familia burguesa
metncamente opuestas en su forma. se hace por testamento o ab intestat, en el caso del patrimonio
En ambas series hay en efecto de recentramiento de la de la familia obrera ya no se trata de transmisión por
familia sobre sí misma, pero este proceso no tiene del todo el testamento; en cuanto a la sucesión ab intestat, ya no se
IDIS~o sentido en cada rama. La familia burguesa se consti-
reglamenta de manera uniforme, sino que depende de las
tuyo por un estr~c~amiento táctico de sus miembros, que leyes y de los reglamentos adoptados por las diversas insti-
a~untaba a reprrmu o controlar a un enemigo interno, los tuciones cuyo objetivo es la creación de ese patrimonio para
cnados. Para lograr esta cohesión, se le asigna un plus de el obrero. Tal como acabamos de decir, la cuestión de la
poder que la eleva socialmente y le permite reingresar al libertad de testar no se plantea aquí, porque las diversas
campo soc1al con más fuerza, para ejercer allí controles y instituciones de previsión no se proponen formar un patrimo-
patronazgos d1versos. La alianza con el médico refuerza el nio del que el obrero pueda gozar por testamento según su
j>Od~r m terno d~ la mujer y mediatiza el poder externo de la voluntad, sino de proteger a su familia, que, sin la ayuda de
fam1ha. La famllm popular, en cuanto a ella, se forja a partir dichas instituciones, sería una familia desclasada, a cargo de
del rephegue de cada uno de sus miembros sobre todos los la Asistencia Pública. Por último, mientras que, en la familia
demás miembro~, en una relación circular de vigilancia burguesa, el heredero continúa la personalidad del difunto,
contra las tentacwnes del exterior, el cabaret, la calle. Sus recibe todos sus bienes y a la vez carga con todas sus deudas,
n:tev.as tareas educativas se desarrollan a costa de una en la familia obrera la persona del heredero es plenamente
perdida su coextensividad con el campo social, un abandono independiente de la personalidad del difunto, todos sus
50 derechos se reducen a percibir una suma fija determinada
51
como adelanto y de ningún modo es responsable de sus 3.ELGOBIERNO
deudas."28 POR LA FAMILIA
.¿La infa~cia? En el primer caso, la solicitud de que es
obJeto adqmere la forma de una liberación protegida, una
sustracción a los temores e imposiciones comunes. En torno
del niño, la familia burguesa traza un cordón sanitario que
delimita su campo de desarrollo: en el interior de ese períme-
tro, .el desarrollo de su cuerpo y de su espíritu será alentado
pon~endo a su disposición todos los aportes de la psicopeda-
gog:ta, Y controlado por una discreta vigilancia. En el otro
caso, sería más justo definir el modelo pedagógico como el
modelo de la libertad vigilada. El problema aquí no es tanto
el peso de vetustas imposiciones como el exceso de libertad y el
abandono en la calle, y las técnicas implementadas consisten
en limitar esa libertad, en hacer refluir al niño hacia espacios INTRODUCCIÓN
de ~ayor vigilancia, t,ales como la escuela o la vivienda
familiar. Bajo e! Antiguo Régimen, la familia era a la vez sujeto y objeto
de gobierno. Sujeto, por la distribución interna de sus pode-
res: la mujer, los niños y las personas asociadas (parientes,
criados, aprendices) obedecen al jefe de familia. Objeto, en el
sentido de que el jefe de familia está incluido a su vez en
relaciones de dependencia. A través de él, la familia se
inscribe en grupos de pertenencia que pueden ser redes de
solidaridad, como las corporaciones y las comunidades aldea-
nas, o bloques de dependencia, de tipo feudal o religioso, o
muy a menudo ambas cosas a la vez. La familia constituye,
pues, un plexo de relaciones de dependencia indisociable-
mente privadas y públicas, un eslabón en las series sociales
que organizan a los individuos en torno a la posesión de un
estado (a la vez oficio, privilegio y estatus) conferido y reco-
nocido por conjuntos sociales más vastos. Por consiguiente,
es la organización política más pequeña que pueda haber.
Inserta directamente en las relaciones sociales de dependen-
cia, se ve globalmente afectada por el sistema de obligacio-
nes, honores, favores y disfavores que agitan las relaciones
sociales. Partícipe involuntaria, también participa en forma
activa en ese juego versátil de los vínculos, de los bienes y de
las acciones mediante las estrategias de alianzas matrimo-
niales y las obediencias clientelísticas que mantienen a la
sociedad en una suerte de guerra civil permanente, de cuya
increíble importancia da cuenta el recurso a lo judicial.
2
~ P: Aivarez, De l'influence de la politique, de l'économie et du social sur Esta inscripción directa de la familia de Antiguo Régimen
lafamdle, 1899. en el campo político tiene dos consecuencias en cuanto al
52 53
infamantes para sus familias, obedecen a la misma lógica de
ejercicio del poder social. Con relación a los aparatos centra- aquellas que requieren la internación de tal o cual muchacho
les, el jefe de la familia responde por sus miembros. A cambio que se fuga con una señorita de menor rango que el suyo. Los
de la protección y el reconocimiento del estado de que goza, de- desórdenes de la primera pueden desacreditar a la familia,
be garantizar la fidelidad al orden público de aquellos que pues probarían que no ha sido capaz de contener a sus miem-
forman parte de la familia; también debe proporcionar una bros dentro los límites impuestos, y por lo tanto subrayaría
renta en forma de impuesto, trabajo (servicios) y hombres la escasa fiabilidad de la familia en el cumplimiento de sus
(milicia). De tal modo, la no-pertenencia a una familia, por lo obligaciones. La fuga del segundo también sería petjudicial
tanto la falta de garante sociopólítico, plantea un problema de para la familia, pues destruye los cálculos matrimoniales. Se
orden público. Ese sería el registro de la gente sin credo, sin trata, en ambos casos, de un mismo mecanismo: para asegu-
casa ni hogar, mendigos y vagabundos, que, al no tener rar el orden público, el Estado se apoya directamente en la
amarra alguna en el barco social, perturban este sistema de familia sacando partido tanto de su temor al descrédito
protecciones y obligaciones. Nadie cubre sus necesidades, público como de sus ambiciones privadas. Este mecanismo se
pero tampoco nadie los retiene en los límites del orden. rige por un modelo de colaboración bastante sencillo; el
Dependen de la caridad, de la limosna, ese don que honra a Estado le dice a las familias: "Si ustedes mantienen a los su-
quien lo da porque lo hace sin esperanza de recibir nada yos en el marco de las reglas de obediencia que exigimos,
a cambio, pero que integra a quien lo recibe y ayuda a podrán darles el uso que más les convenga, y, si alguno de sus
mantener a esa población flotante. En su defecto, dependen miembros llegara a contravenir esas órdenes, les daremos el
de la administración pública, que los retiene en hospitales apoyo necesario para que vuelvan al orden".
generales o lugares de encierro con el único objetivo de de- Este mecanismo, a primera vista sin fallas, perderá vigen-
jarlos socialmente fuera de circulación, para poner fin al cia con el correr del siglo XVIII, y el germen de un doble
escándalo que entraña el espectáculo y el comportamiento de conflicto habrá de surgir en el corazón mismo de esa colabo-
esos elementos no controlados. Como contrapartida de esa ración entre la administración y las familias. Por una parte,
responsabilidad respecto de las instancias que lo comprome- la familia ya no contiene con la misma eficacia a sus miem-
ten, el jefe de familia tenía un poder más o menos discrecional bros a través de su mero sustento. El cerco que contenía a los
sobre aquellos que lo rodeaban. Podía utilizarlos para todas individuos en conjuntos orgánicos se abre lentamente. La
las operaciones destinadas a valorizar la importancia de su separación entre pobres "vergonzantes" (aquellos que se
estado, decidir la carrera de los hijos, el empleo de sus abstenían de pedir ayuda públicamente por temor al desho-
parientes, la concertación de alianzas. Podía asimismo casti- nor) y mendigos suplicantes, que exhiben sus miserias y sus
garlos si estos faltaban a sus obligaciones familiares, y a tal heridas sin vergüenza, tiende a desaparecer y el final del
efecto apoyarse en la autoridad pública, que le debía ayuda y siglo XVIII asiste a un fuerte incremento de la cifra de pobres
protección en su accionar. Las famosas lettres de cachet de que piden ayuda. Por lo demás, los mendigos que imploran
famille"' cobran sentido en el marco de este intercambio poco a poco se convierten en peligrosos vagabundos que
regulado de obligaciones y protecciones entre las instancias deambulan por los campos y recaudan, mitad por piedad,
públicas y la instancia familiar, pues ponen en juego, por un mitad por el chantaje de violencia (amenaza de incendio,
lado, la amenaza que entraña para el orden público un indi- etc.), un impuesto que compite con el del Estado. Organiza-
viduo que falta a la religión y a las buenas costumbres, y, por dos en bandas, practican el pillaje y siembran el desorden.
otro, la amenaza que hace pesar sobre el interés familiar la Por otra parte, las víctimas de la autoridad familiar y de la
desobediencia de tal o cual de sus miembros. Las peticiones práctica de las lettres de cachet cuestionan duramente estas
que exigen el encierro de ciertas muchachas, cuya excesiva prácticas. Las quejas se remontan al año 1789, y la historia
picardía puede acarrear desórdenes públicos y consecuencias de los tribunales civiles bajo la Revolución revela que los
pedidos de indemnización por causa de internación arbitra-
'~Cartas con sello del rey que imponían encarcelamiento o exilio sin juicio
ria eran tanto o más numerosos que los procedimientos
[N. de la T.].
55
54
legales de reconocimiento de paternidad. 1 La administración
misma se endurece contra estos pedidos, cuyos fundamentos tradicionalmente en términos de un maniqueísmo tranquili-
ahora se propone verificar de manera sistemática. La cons- zador, que oponía los defensores del orden establecido y de la
trucción de hospitales generales respondía, entre otras razo- familia a los revolucionarios colectivistas. Ahora bien, lo
nes, al deseo explícito de proporcionar a las familias pobres menos que puede decirse es que este esquema no sirve para
un medio para controlar a sus miembros indisciplinados. Los comprender el estado actual de la familia, y aun menos la
administradores no tardaron en sospechar que las familias naturaleza del apego que los individuos de las sociedades
utilizaban estos recintos para librarse de sus bocas inútiles, liberales sienten por ella. No explica por qué el sentimiento
sus tullidos, antes que para dar U:na saludable y momentánea de la familia está asociado al sentimiento de la libertad, por
lección a los indomables del orden social. qué la defensa de la familia puede emprenderse eficazmente
Estas dos líneas de deconstrucción del antiguo gobierno de en nombre de la garantía de la esfera autónoma de las
las familias convergen en la toma de la Bastilla. Llevado personas. Si la familia actual fuera un simple agente de
adelante por gente del pueblo y por indigentes de París, es repercusión del poder burgués y, por lo tanto, estuviera
decir, por aquellos a quienes ya ningún vínculo socio-familiar totalmente bajo el dominio del Estado "burgués", entonces
contiene, alimenta o mantiene, este acontecimiento es la ¿por qué los individuos, sobre todo los miembros de las clases
culminación de una sorda interpelación que conmina al no dirigentes, invertirían tanto en la vida familiar? Afirmar
Estado a hacerse cargo de los ciudadanos y a convertirse en que lo hacen bajo los efectos de una impregnación ideológica
la instancia responsable'de la satisfacción de sus necesida- equivale a decir que son todos unos imbéciles, y enmascara
des. Constituye asimismo la destrucción simbólica por exce- con mayor o menor habilidad un error de interpretación. Esto
lencia de la arbitrariedad familiar y de su complicidad con la tampoco explica por qué la familia moderna organiza sus
soberanía real, puesto que ahí estaban encerrados los indivi- vínculos de una manera tan flexible, tan opuesta a la antigua
duos detenidos por el procedimiento de las lettres de cachet. rigidez jurídica. Si para la burguesía la familia tan solo fuera
Esta doble abolición dio origen a muchos sueños que, hacien- un medio para aferrarse a la defensa del orden establecido,
do tabula rasa del antiguo enredo de los poderes estatales y ¿por qué habría de permitir semejante relajamiento de los
familiares, proyectaban un Estado que organizara la dicha de marcos jurídicos que consagran su poder? Decir que se trata
sus ciudadanos, un Estado que dispensara asistencia, traba- de una contradicción entre la ideologia liberal y los intereses
jo, educación y salud para todos, con independencia de las de la burguesía implica suponer que una reforma solo puede
pertenencias familiares condenadas al olvido. Pero también ser engaño o confesión, pero nunca solución positiva a un
engendró su contrapartida: la pesadilla de un Estado totali- problema. i
tario, que quizá asegurara la satisfacción de las necesidades Dicho de otro modo, el eje de la cuestión no radica tanto en ¡,
de todos, pero al precio de una nivelación de las fortunas y de saber para qué sirve la familia en la economía liberal basada
un encorsetamiento autoritario de la sociedad. Así pues, la en la propiedad privada, sino más bien en comprender por
familia fue proyectada al corazón de un debate político qué funciona de ese modo, cómo ha podido constituirse en un
capital, puesto que ponía en juego la definición misma de medio eficaz para conjurar los peligros que pesaban sobre la
"Estado". Por un lado, los socialistas, los "estatistas", negado- definición liberal del Estado, peligros originados en la revuel-
res de la familia y, por tanto, acusados de totalitarismo. Por ta de los pobres, que exigían que este se convirtiera en el prin-
otro, los partidarios de una definición liberal de Estado -se- cipio reorganizador de la sociedad, y también en la insurrección
gún la cual este dejaria a la sociedad organizarse en torno a de los individuos contra la arbitrariedad del poder familiar,
la propiedad privada y la familia-, y por lo tanto acusados de que amenazaba con debilitar esa frágil y decisiva muralla
conservadurismo. erigida contra una gestión estatal y colectiva de los ciudadanos.
Sea como fuere, el problema de la familia ha sido planteado Por consiguiente, el problema radica en su transformación,
1
Cf. J. Douarché, Les tríbunaux civils a Paris sous la Révolution, 2 vol., no en su conservación. Si sólo se hubiera tratado de preservar
1905-1907. a la familia contra viento y marea, contra la acometida de los
hambrientos y la revuelta de los oprimidos, su historia sería
56
57
problema, a expensas del libre juego económico (Malthus,
la de la defensa pura y simple de los privilegios que ella Gérando, Villermé)? 2. ¿Cómo reorganizar disciplinariamen-
consagra, y su rostro el de la dominación sin maquillaje de te a las clases trabajadoras ahora que los antiguos vínculos
una clase sobre otra. Que los discursos que denuncian los de comensalía y vasallaje ya no las amarran al orden social,
privilegios sociales y las dominaciones de clase se hayan pese a subsistir en ciertos casos bajo formas que pueden
desolidarizado progresivamente de la crítica a la familia; que constituir puntos de resistencia al orden nuevo (las corpora-
las reivindicaciones hayan sido lentamente llevadas a apoyarse ciones, los obreros de la seda de Lyon, etc.), y, en otros,
en la defensa y mejora de las condiciones de vida familiar de desaparecer en provecho de una irresponsabilización total de
los "menos favorecidos"; que de.ese rriodo la familia se haya la población reinante, y del nacimiento de las ciudades
convertido a la Vez en un límite para las crí-ticas al orden industriales (De la Farelle, Frégier, Cherbulliez)?
establecido y en un punto de apoyo para las reivindicaciones El problema es tanto más delicado cuanto que no puede
de una mayor igualdad social: todo ello nos invita a tratar de resolverse como se lo hacía bajo el Antiguo Régimen, es decir,
pensar la familia y sus transformaciones como una forma con mera represión, puesto que la economía liberal requiere
positiva de solución a los problemas planteados por una la puesta en marcha de procedimientos de conservación y
definición liberal del Estado, y ya no como un elemento formación de la población. En el siglo XVIII, la promoción de
negativo de resistencia al cambio social. esos servicios colectivos tan necesarios iba a la par, en el
Ahora bien, ¿qué podía, al despuntar el siglo XIX, amenazar discurso de las Luces, en el discurso prerrevolucionario, de
una definición liberal del Estado? Dos cosas. un cuestionamiento del orden político. Una vez eliminada la
Por una parte, el problema del pauperismo, la escalada traba del antiguo poder de soberanía, se rompe la alianza
discontinua de olas de indigentes que, reclamando más sub- entre clases populares y clases burguesas, puesto que el
sidios del Estado, lo habían conminado durante el apogeo del interés político de las primeras era mantener el nexo entre
período revolucionario a convertirse en la instancia reorgani- reorganización del Estado y desarrollo de los servicios colec-
zadora del cuerpo social basándose en el derecho de los tivos, entre dicha y revolución, mientras que el interés de las
pobres a la asistencia, al trabajo y a la educación. segundas era evidentemente su disociación, único modo de
Por otra parte, la aparición en el cuerpo social de fracturas mantener las posiciones conquistadas, así como el margen de
tan profundas en materia de condiciones de vida y costumbres juego necesario para la economía liberal. Tanto es así que las
que podían engendrar conflictos gravísimos y pasibles de dos preguntas más importantes que mencionamos pueden
poner en tela de juicio el principio mismo de una spciedad resumirse en una sola: ¿cómo asegurar el desarrollo de
liberal. El enfrentamiento entre una minoría burguesa civili- prácticas de conservación y formación de la población si, por
zada y un pueblo bárbaro, que en vez de habitar la ciudad la un lado, se las desvincula de toda adscripción directamente
invade, hacía planear sobre ella la amenaza de su destrucción. política y, por otro, se les adjudica una misión de dominio,
En los concursos propuestos por las Academias, durante la pacificación e integración social?
primera mitad del siglo xrx, es decir, en una época en que el Respuesta: mediante la filantropía. Filantropía que no
papel de las academias y de las sociedades científicas en la debe entenderse como una fórmula ingenuamente apolítica
vida intelectual era mayor que el de las universidades, y más de intervención privada en la esfera de los problemas deno- .
estrechas sus conexiones con la vida política, pues desempe- minados "sociales", sino que debe ser considerada como una
ñaban un papel de consejeras y de inspiradoras declaradas estrategia deliberadamente despolitizante frente a la instau-
del gobierno en las investigaciones sobre la clase obrera, ración de los servicios colectivos, destinada a procurarle una
investigaciones que a menudo eran encargadas por dichas posición neurálgica equidistante de la iniciativa privada y de
academias, las mismas dos preguntas vuelven, como un la iniciativa estatal. Si se consideran los hogares en torno a
leitmotiv: l. ¿Cómo se puede resolver la cuestión del paupe- los cuales habría de organizarse la actividad filantrópica en
rismo y la indigencia conjurando a un mismo tiempo el el siglo XIX, se constatará que todos ellos se caracterizan por
peligro que entrañan los discursos que ven en el incremento buscar una distancia calculada entre las funciones del Esta-
de las prerrogativas del Estado la única solución a dicho 59
58
do liberal y la difusión de las técnicas de bienestar y gestión convenir en que el estudio perfeccionado de las ciencias que
de la población. dieron origen a esas causas ofrece, para prevenirlas y comba-
Por una parte, existe un polo asistencial que, basado en esa tirlas, medios que en el pasado se desconocían: es la lanza de
definición liberal del Estado, remite a la esfera privada las Aquiles que cura las heridas que produce."2 Este texto progra-
demandas que recibe en materia de derecho al trabajo y a la mático del movimiento de los filántropos higienistas explicita
asistencia. Por lo tanto, se trata de un polo que utiliza al el sentido que le dan a su acción: su función es inspirar
Estado como medio formal para hacer circular una serie de intervenciones estatales ahí, y sólo ahí, donde la liberaliza-
consejos y pautas de comportamiento, para convertir una ción de la sociedad económica corre el riesgo de convertirse en
cuestión de derecho político en una cuestión de moralidad su contrario. El conjunto de las medidas relativas a la higiene
económica; todo lo cual podría formularse de la siguiente pública y privada, a la educación y a la protección de los
manera: puesto que no hay jerarquía social en materia de individuos, ante todo entrará en vigor en el nivel de los
derecho, puesto que el Estado ha dejado de ser la cima de la problemas que pueda plantearle a la economía la gestión
pirámide de opresión feudal, puesto que con relación a él ampliada de la población que emplea; problemas de conser-
todos somos formalmente iguales, ya no hace falta reclamar vación pero también de integración, y a partir de ahí, se
derecho alguno a ser asistidos por el Estado, pero tampoco proyectarán y harán de la esfera industrial el punto de
existen motivos para rechazar nuestros consejos, puesto que · aplicación y sostén de una civilización de las buenas costum-
ya no son órdenes. Antes que un derecho a una asistencia del bres, de una integración de los ciudadanos. Con ese espíritu
Estado, cuyo papel así acrecentado vendría a perturbar el de preservación de la sociedad liberal a través de la adapta-
juego de esta sociedad liberada de las trabas de las que supo ción positiva de los individuos a su régimen, y sólo con esa
ser la piedra angular, les daremos los medios para que sean intención, los higienistas habrían de incitar al Estado a
autónomos a través de la enseñanza de las virtudes del intervenir a través de la norma en la esfera del derecho
ahorro y, por nuestra parte, nos reservamos el derecho a privado.
sancionar mediante una tutela puntillosa los pedidos de Este será, pues, el tema a partir del cual podrá imponerse
ayuda que eventualmente ustedes puedan seguir haciendo, el necesario desarrollo de los servicios colectivos sin menos-
puesto que constituirían un indicio flagrante de falta de cabar la definición liberal del Estado. Pero aún debemos
moralidad. averiguar cómo ha podido funcionar. ¿Por efecto de una
Por otra parte, existe un polo médico-higienista, cuyo imposición brutal? N o, por cierto. A primera vista, puede
objetivo no es limitar una demanda inflacionaria del papel observarse que los dos ejes de la estrategia filantrópica
del Estado; por el contrario, se propone utilizarla como sustituyen la antigua modalidad del poder soberano por
instrumento directo, como medio material para conjurar los formas de poder positivo: el consejo eficaz antes que la cari-
riesgos de destrucción de la sociedad, causados por el menos- dadhumillante, la norma preservadora antes que la represión
cabo físico y moral de la población y originados en la aparición destructiva. Pero aún hay más. Pues si no están administra-
de luchas y conflictos que sellarían la libre organización de dos de manera arbitraria por un poder caprichoso que alterna
las relaciones sociales con el hierro de una violencia política la limosna y el látigo, se debe a que los nuevos dispositivos
capaz de aniquilar aquello que el Estado debe garantizar, contienen medios equivalentes, constituyen el término de
dado que esa es su sola misión. "La tendencia médica es la una alternativa cotidiana a una situación previa mucho peor.
contrapartida necesaria de la tendencia industrial, pues la Si el discurso sobre la moral del ahorro ha podido funcionar,
influencia que esta última debió de ejercer en la salubridad no es principalmente (aun cuando ese fuera el caso en ciertas
está fuera de duda, en el sentido de que multiplicó la cantidad empresas paternalistas) porque se obligara a los obreros a
de peligros a los cuales las poblaciones manufactureras están depositar una parte de sus magros recursos en cajas de
expuestas, en mayor medida que las poblaciones agrícolas. ahorro, sino porque ese ahorro les daba una mayor autono-
Sea como fuere, si las causas de la insalubridad se multipli- 2
Annales d'hygi€ne publique et de médecine légale, preámbulo al tomo
caron con el desarrollo de las artes de la industria, debemos 1, 1827.
60 61
mía familiar respecto de los bloques de dependencia o de las
redes de solidaridad que pese a todo subsistían. Las nonnas
higienistas relativas a la crianza, al trabajo y a la educación nr·oble1na de la pobreza, pues organizar espacios donde el
de los niños pudieron entrar en vigor porque les brindaban- iftntb,tjo y la alimentación estén asegurados puede volverlos
y, correlativamente, también a sus mujeres-la po-sibilidad de atra:ctivo:s, promover que hacia ellos afluyan todas las perso-
ai¡~una dificultad para subvenir a sus propias nece-
una autonomía mayor en el interior de la familia contra la
autoridad patriarcal. sidades, y por lo tanto aflojar poco a poco los primeros
Dicho de otro modo, la fuerza de esta estrategia filantrópi- vínculos que debían contenerlos. Pero si esos espacios clausura-
ca radrca en que proyecta sobre la familia las dos líneas de dos se convierten en lugares repulsivos por su carácter represi-
descomposición q-p.e emanaban de ella, para acoplarlas en vo, se vuelve imposible drenar allí a los elementos a los que sería
una nueva síntesis adecuada para resolver los problemas del necesario controlar y que acaban deambulando en busca de
orden político. En un sentido, a través del ahorro, la familia cualquier otra solución, de modo tal que podrían volverse aun
se convierte en punto de apoyo para hacer refluir sobre ella más peligrosos. En ambos casos, la intervención tftlsea el pro-
a los individuos cuyo desenfreno llevaba a interpelar al blema, aumenta artificialmente la cantidad de pobres a socorrer
Estado como responsable político de su subsistencia y bien- o reduce enojosamente el campo de su acción.
esta;. En otro sentido, se convierte en blanco, puesto que La limosna individual cae en la misma trampa. Pues puede
comienzan a tomarse en cuenta las quejas que emanaban de contribuir a multiplicar la cantidad de indigentes y a la vez
los individuos contra la, arbitrariedad familiar toma en promover los ardides de los falsos pobres. Para beneficiarse
consideración que permite convertirlos en agente; reconduc- con las limosnas privadas, los mendigos despliegan todo un
tores de las normas estatales en la esfera privada. De tal artificio espect~cular de la pobreza: falsas discapacidades,
modo, podremos intentar cómprender la liberalización y la discursos mentirosos. Testigo de esa utilización en el siglo
valorización de la familia que habrían de desarrollarse a fines xvn son esos niños hábilmente deformados y mutilados por
del siglo XIX, no como el triunfo de la modernidad la mutación mendigos que los compraban más o menos directamente en
profunda de las sensibilidades, sino como el res~ltado estra- los orfanatos anteriores a la acción de Saint-Vincent de Paul,
tégico del acoplamiento de estas dos tácticas filantrópicas. o bien en esa asociación de vagabundos especializados en la
..Cirugía teratológica que eran los comprachicos. La caridad
estimulada mediante tales recursos podía llegar a dar a la
A. LA MORALIZACIÓN
persona socorrida una situación superior a la de un trabaja-
dor independiente, y, de ese modo, incitarlo a convertirse a su
Bajo el Antiguo Régimen existían tres tipos de asistencia a vez en solicitante, a disfrazar su situación con la esperanza
los pobres: los hospitales generales y las cárceles para vaga- de transformar su situación con esos mismos métodos. Entre
bundos, la limosna individual para los mendigos y las compa- los verdaderos indigentes, aquel)os que no disfrazan sus
ñías de caridad organizadas en torno a parroquias para los miserias ni sus recursos, la caridad también podía tener
pobres vergonzantes. Las tres son consideradas ineficaces efectos nocivos, pues alentaba la sensación de una "funesta
tan sólo adecuadas para mantener y aun hacer proliferar 1~ seguridad", que resultaba de la certeza de ser asistido en caso
pobreza en vez de aplacarla. de necesidad cuando se disponía de un protector. Y, a la in-
¿Por qué? Porque todas ellas contribuyen a falsear la versa, esta inscripción de la limosna en el registro de la
percepción. súplica desalentaba a quienes quizá más la hubieran necesi-
Las cárceles para vagabundos y los hospitales generales tado, por la extensión, la sutileza, el servilismo y la astucia
sustraen de la mirada públicac¡.!os vagabundos y los indigen- que esa iniciativa requería. Todo llevaba a quienes se resig-
tes válidos, al tiempo que les ofrece un albergue que, ya naban a la mendicidad a convertirla en un verdadero oficio:
recompensa la pereza, ya los hace huir y refuerza la mendi- la necesidad de complacer a los ricos halagando la importan-
cidad. Encerrar a los indigentes es una falsa solución al cia de su don por la humildad ritual de la súplica, pero
también el don mismo, necesidad que podía resultar más
62 provechosa que muchas profesiones.
63
Por el contrario, la asistencia a los pobres vergonzantes "rPnresi.ón violenta de los pobres cuando su miseria los lleva
consistía en proteger a quienes tenían un oficio, un estado insurrección. "Ha pasado el tiempo en que de algún modo
"decente", y cuyo problema era ocultar su miseria para no posible dispensarse de tener en cuenta lo que sucedía en
desacreditarse. "Se considerará pobres vergonzantes a quie- clases inferiores y descansar sobre el recurso de aplastar-
nes tengan cargas y empleos decentes, y que hayan tenido o en caso de necesidad cada vez que se agitaban; estas
"i·.;·~;;¿¡;~·~athlÍo;¡r;a~p~i~e;;n.¡;san, razonan, hablan y actúan. Así pues, es
sigan teniendo en la actualidad un negocio en calidad de
comerciantes o de artesanos de algún cuerpo de oficio, y ; 1 mucho más sabio y mucho más prudente
tomar medidas legislativas, algunas destinadas a
aquellos que puedan tener Una vergüenza razonable de
exhibir públicamente sus necesidades a causa de su profe- costumbres y prevenir un nuevo desarrollo de los
sión o de su nacimiento". 3 Los miembros de esas compañías .. a]Jmld•onos, otras orientadas a dar una utilidad real a esos
de caridad son burgueses, comerciantes, patrones que, en el 'iiooorc•." aband<Jn>!dC>S brindándoles la capacidad de desempe-
acotado marco de la parroquia, brindan ayuda a aquellos que un papel activo."4 La posibilidad y la pertinencia de una
per!enecen a ese territorio por un estado y que, por ende, r<•or·es:'[ón de los pobres como solución a los problemas que
estan atrapados en los vínculos de obligación. Están exclui- ••• p'larttean disminuye, pues, con su entrada a la escena políti-
1
dos de hecho quienes no frecuentan los oficios, las parejas que Sin embargo, la contrapartida de la antigua actitud hacia
v1ven en cuartos amoblados, los elementos demasiado móvi- pobreza, la caridad privada y pública, se volvió aun más
les (había que estar dolniciliado al menos seis meses en el aenc:m<<. Si ya no se trata de reprimir la pobreza de manera
mism_o lugar para obtener la ayuda de la compañía), pero sistemática, ¿habrá que reconocerle al pobre, al indigen-
tamb1én los obreros que trabajan con los disfraces de teatro, derecho legitimo a ser socorrido por las instancias
o las personas que atienden hoteles de dudosa moralidad. Pero ese pasaje de la caridad facultativa a la
Instrumento de preservación corporativista y territorial, la "e:n-idad legal", en palabras de Malthus, ¿no entrañarla el
compañía de caridad también desempeña una función de m>s"u de que toda pobreza fuera considerada pauperismo,
policía ~oral de la parroquia. Por tal motivo, un pedido de "puesto que la pobreza es ese estado en que un individuo es
asistenCia debe estar acompañado de un certificado de confe- incapaz de procurar por sí mismo el sustento de su familia, el
sión firmado por el cura. La investigación realizada por la pauperismo es ese estado en que un individuo tiene la
compañía consistía en interrogar a los padres sobre cuestio- facultad de suplir sus necesidades por un fondo público
nes de religión, verificar su frecuentación de los oficios el legalmente afectado a tal fin"? 5 Procedimiento peligroso,
envío de los niños a las escuelas de caridad y al catecismo ~e­ pues convertiría al Estado en responsable de la satisfacción
rificar su devoción y sus costumbres entre los vecinos.' En de las necesidades de los ciudadanos, en el mandatario de los
síntesis, un examen de los signos exteriores de moralidad y pobres frente a los ricos, en el agente de una nivelación de las
honorabilidad que no registra las necesidades reales una fortunas, en el destructor de ese margen de liberalismo cuya
asistencia que se moldea sobre los bloques de depende~cia y liberación de las antiguas funciones arbitrarias tenía, por el
la~ redes de solidaridad, y no puede contener aquello que por contrario, la función de garantizar.
prmc1p10 se le escapa. Todos los discursos de los economistas y de los filántropos
El desarrollo de los problemas de asistencia con motivo de se distribuyen en torno a la cuestión de la asistencia plantea-
esa percepción falseada de la pobreza que, ya le pide exhibir- da en estos términos. Por un lado, los socialistas -con Godwin
se, ya la ayuda a ocultarse, ya la alienta con ayudas públicas, en Inglaterra y los utopistas en Francia- que proponen la
ya la remite a la caridad privada al reprimir sus manifesta- abolición de la propiedad y de la familia en provecho de una
ciones públicas, engendra para los gobiernos la obligación de gestión estatal de las necesidades. Por otro, la economía
elegir a largo plazo entre una institucionalización de la política cristiana que reúne, en la Sociedad de los Establcci-
caridad, que consagra la ayuda como un derecho, o bien una '1 E. Fodéré,
Essai sur la pauureté des nations, 1825, p. 556.
5 Chalmers,discípulo de Malthus, citado en Traité de la bienfaisance
3
Paul Cahen,- Les idées charitables au xvu et xvm siecle a Paris Macon
1900. ' ' publique, De Gérando, tomo 1, 1839.
65
64
rá gracias a l~ ~uerza de su. ~rg~mentaci¿n. Contra los
mientas Caritativos, fundada en el año 1828, a hombres como economistas cnsbanos, que pnvllegian abusivamente. la re-
B1got de Morogues, Huernes de Pommeuse, el vizconde de lación entre ricos y pobres, nosotros proponemos, explica De
Villeneuve-Bargemont. Todos ellos partidarios de una recon- la Fárelle, incluir la mayor cantidad posible de ciudadanos.
ducción mejorada de la antigua caridad, de una restauración pues ¿qué son las fracciones muy ricas y muy pobres de la
de los vínculos de obediencia que en el pasado unían a ricos sociedad sino dos minorías? ¿Acaso podemos reflexiOnar
y pobres. Partiendo del principio según el cual el desarrollo sobre los fundamentos de nuestra sociedad tan sólo a partir
de la economía, lejos de suprimir la miseria, la vuelve aun de estas dos categorías? Eso implicaría dejar de lado al pueblo
más flagrante en mUchos aspectos, ven en esa situación una de pequeños propietarios rurales, de los pequeños artesanos
nueva oportunidad para las antiguas dependencias. "La caridad y comerciantes, de lejos el más numeroso y más Interesante
establece relaciones y vínculos de afecto entre las clases, por Jos esfuerzos que hace para producir y a un mi~mo tiempo
instituye una jerarquía saludable y tierna, no procede de esas asegurar su independencia. A los soc1ahstas, anade De La
reglas generales necesarias para la caridad pública, pero que Farelle, oponemos la familia, esa instancia que desean, a
rechazan o hieren tantas miserias. No atacaremos a la conciencia o no, destruir delegando sus poderes al Estado, en
sociedad en sus principios, en las condiciones inseparables de tanto que ella es el mejor punto de apoyo para retener a los
su existencia, no dirigiremos al trabajo o ala indigencia vanas individuos en la práctica del esfuerzo y de la voluntad de m-
palabras; no los acunare_mos en quiméricas ilusiones; no dependencia-' Y todos los filántropos sugieren que fue preCI-
queremos enrolar a los pobres y a los desdichados al servicio samente el antiguo sistema de obediencias clientelísticas Y
de las pasiones políticas, ni explotar su miseria para hacer caritativas aquello que preparó el terreno para el socialismo.
revoluciones. Solo la religión tiene derecho a dirigir a los ricos Esa costumbre de contar con un protector para resolver
seVeros reproches y solemnes amenazas, porque al mismo problemas ¿no engendra acaso esa despreocupación culpable
tiempo enseña a los pobres la ternura y la resignación."6 Por de la población pobre? Y, si esa protección llegara a faltarle,
último, el tercer grupo, la economía social; con Droz, de ¿no podría tener la impresión de que se le d~be algo? ¿No
Sismondi, el barón De Gérando, Michel Chevalier, Dunoyer, conciben, acaso, este don arbitrario y agraciado co~o un
de la Farelle, el duque de la Rochefoucauld-Liancourt, Guizot, · derecho imperiosamente reclamado, derecho al trabaJO, de-
Villermé, Dupin, etc. Se organiza en sociedades que prolongan, recho a la asistencia? Oponerse al razonamiento caritativo
bajo apelaciones protectoras, habida cuenta del clima de la llegó a ser el único modo de conjurar el advenimiento de una
Restauración, el antiguo espíritu filantrópico del siglo xvm: caridad de Estado expoliadora de las fortunas, el mejor modo,
Sociedad para la Moral Cristiana, Sociedad para la Instrucción pues, de defender el orden social.
Elemental, etc. Para todas estas personas, el discurso de Esta argumentación conquistará y convencerá a las clases
referencia es el de Malthus, aun cuando procuren diferenciar- propietarias en la medida en que también se apoya en la pro-
se un poco de él. 7 Malthus fue el primero en replicar a los moción de una nueva técnica política que concibe la necesi-
socialistas, puesto que concibe su primera obra contra la de dad como un medio para la integración social, y ya no como un
Godwin (Delajustice politique),' pero no entona por ello la principio de insurrección. ¿Qué andaba mal en la antigua
vieja cantinela de la caridad ni pone en juego la nostalgia por práctica de la asistencia? Todo: la naturaleza de lo que se da
antiguas dependencias. a los pobres (don material), los criterios de oportunidad (que
Este grupo logrará filtrar sus propuestas en materia de falseaban la percepción de la pobreza), las modalidades de
asistencia y, progresivamente, en el resto de los procedimien- atribución (que derivan en la alternativa: represión o caridad
tos de transformación del cuerpo social. Primero lo consegui- legal). Los filántropos proponen cambiar todo eso incitando
al ahorro, punta de lanza del nuevo dispositivo de la asisten-
6
Esta profeSión de fe figura en el preámbulo del primer número de cia, fortaleciendo por ese medio a la familia contra las tenta-
Annales de la charité, revista de la Sociedad de Economía Caritativa, 1844.
7 9 De la Farelle, Du progre.s social, 1839, 2 vol., y Plan d'une réorgani-
T.H. Malthus, An Essay on the Principie ofPopulation, Londres, 1798.
8
W. Godwin, An lnquiry Concerning Political J ustice an its lnfluence on sation disciplinaire des classes laborieuses, 1842.
General Virtue and Happiness, Londres, 1793, 2 vol. · 67
66
ciones socialistas y estatistas, apoyándose en ella contra las del acatamiento de cierta cantidad de reglas dictadas
antiguas formas de solidaridad y dependencia, instrumen- ella y relacionadas con la dirección de dichas sociedades.
tando contra estas últimas a la familia como posibilidad de otras preocupaciones, la anima el afán de luchar contra
autonomía. costumbre, propia de los contribuyentes, de consumir
Así pues, para que las ayudas sean útiles para quienes las la forma de fiestas colectivas el resto anual de las.
necesitan, y sólo para estos últimos, los filántropos se propo- ic:oti:za<:i·,~n<e~. Pues, mediante el ahorro, poco a poco podrían
nen ante todo cambiar la naturaleza de dichas ayudas. ~ ore<;Cll10lr de la contribución de la beneficencia privada. La
Aquello que se debe dar es, por principio, consejos antes que ::Jilgl'"' del ahorro es siempre la misma: reducir las formas
bienes, "establecer entre esas clases comúnmente llamadas i,;corg¡imca:3, festivas transfamiliares de solidaridad para su-
'inferiores' y las clases superiores relaciones que no se limi- de' la dependencia y el riesgo paralelo de la
ten a dar, comprar, mandar, por un lado, y recibir, vender,
obedecer, por otro. [... ] Nada menos habitual que lograr euu,><uuespíritu, se proponen cambiar los criterios de
ejercer sobre los pobres influencias que no sean del orden del de las ayudas, el orden de prioridades en función
temor o de la esperanza, y sin embargo esto es absolutamente ';atn>ou:e<aufuán de fortalecimiento de la autonomía familiar.
necesario. Por consiguiente, se trata de persuadirlos de que el niño que el anciano, pues, "más allá de la infancia,
se les está pidiendo algo que tienen total libertad de rechazar. ,.,...>~!~a virilidad toda, mientras que la mayoría de los anda-
Esto no es fácil. El hombre del pueblo poco ilustrado interpre- indigentes han vivido toda su virilidad como hombres
tará el pedido como una orden, y obedecerá. Si es indepen- ;Jilmgu.u> de ser socorridos más tarde" 11 Antes la mujer que el
diente, le molestará que alguien se inmiscuya en sus asuntos ;%~~?:;~~~pues, a través de ella, también se ayuda al niño. A
y vislumbrará una pretensión aristocrática en los consejos ~:>': del siglo xvm, una asociación caritativa se había
que se le brindan. El consejo es el acto que marca el punto de brindar ayuda a los padres encarcelados por no
máxima igualdad, pues resulta a la vez del deseo de influir "t~~'"{;(;e~~~z;subvenir a los gastos de alimento de sus hijos.
por parte de aquel que lo da, y de la absoluta libertad de quien : tras pagar la deuda, pero muy pronto todo
lo recibe. Es difícil hacerle entender al hombre pobre que las a empezar. En '1787, la fundación de la Sociedad de la
ventajas del hombre rico le dan, no un poder material, sino U~m·idad Materna se propone ayudar a las madres pobres con
una influencia moral legítima, dondequiera que falte el ]a condición de que se comprometan a alimentar por sí
ejercicio de los derechos políticos". 10 Así pues, el peligro se mismas a sus hijos o, en su defecto, a alimentarlos con leche,
halla efectivamente en las antiguas relaciones de dependen- en caso de no poder amamantar.
cia entre ricos-pobres, esa expectativa de un don o de una En términos generales, la filantropía se distingue de la
orden, esa alternativa de caridad o represión; el medio es la caridad en la elección de sus objetos, por ese afán de pragma-
atribución de los derechos políticos, condición necesaria para tismo. El consejo antes que el don, porque no cuesta nada. La
que las relaciones entre las clases sociales puedan pasar de asistencia a los niños antes que a los ancianos, a las mujeres
la dependencia a la "influencia legítima". antes que a los hombres, porque a largo plazo eso puede,
¿Por qué dar consejos? En primer lugar, porque no les cuando no reportar, al menos evitar un gasto futuro. La
cuesta nada a los primeros y, en segundo lugar, porque evita caridad es ajena a esa inversión, pues no se enciende sino al
que los otros contraigan malos hábitos. Desde ya, las socieda- calor de la miseria extrema, sino a la vista de un sufrimiento
des filantrópicas siguen otorgando ayudas materiales, pero espectacular, para recibir el consuelo inmedütto que le trae el
lo hacen con vistas a servirse de ello como vector de su sentimiento de magmficar al donador. La ejemplandad del
"influencia moral legítima". La Sociedad Filantrópica de don se opone a la gratuidad del consejo, en el sentido de que
París ofrece su patronazgo a las sociedades de socorros es un intercambio que supone dos polos simbólicamente
mutuos que querrán beneficiarse con su apoyo financiero, por opuestos, y no abstractamente igualados. Para L. De Gui-
10
Charles Dupin, L'ouvriere, 1828. 11
Ibíd.
68 69
zart, la caridad "sin duda implica un· mayor sacrificio, pues
siempre se presenta al espíritu bajo la apariencia de ción de las ayudas, en la búsqueda de un procedimiento que
vivos y personificados; en cambio la filantropía, al co:t1s,idE:ra,r permita a la vez discriminar la "indige~cia f~ctica" ~e la
desde una perspectiva más amplia los males que combate "verdadera pobreza", e introducir en la asistencia la exigen-
el bienestar que procura, no cuenta con la ayuda de las cia de su necesaria supresión a largo plazo. El invento de esa
emociones de simpatía y piedad. Un cura baja a los calabozos técnica estuvo a cargo del barón de Gérando para su Manuel
y allí prodiga sus consolaciones. El filántropo se ocupa de las du uisiteur du pauure, concebido en 1820 como respuesta a
cárceles con el único objeto de estudiarlas, determinar su una pregunta de la Academia de Lyon: "Indicar los _medws
finalidad y hacer concurrir todos los medios que las antiguas para reconocer la verdadera indigencia y ~olver la h:n;10sn,~
ciencias y las artes ofrecen para alcanzarla; y las mejoras, su útil tanto para quienes la dan como para qmenes la reciben .
obra, lejos de cesar con él, tarde o temprano se transforman "Si el consejo de visitar a los pobres antes de socorrerlos .Y al
en instituciones". 12 Entre la caridad y la filantropía se esta- socorrerlos no es nuevo en absoluto, la maner~ de visitarlo~
bleció durante todo el siglo XIX una competencia cuya benefi- correctamente aún no ha sido, que yo sepa, bien trazada ni
ciaria ha sido la segunda. En 1899, losAnnalesde charité son bien definida. Creo y sé que numerosos ejemplos nos lo
rebautizados Revue philantropique. Término de un proceso prueban cada día. Pr.ecisamente, h~ querido ..recQger, r~su­
de descalificación de la relación entre ricos y pobres en los mir, poner en evidencia y hacer fructificar aqui esa expenen-
antiguos términos de un intercambio simbólico: te doy mi cia feliz" .14 El objetivo de este examen, la novedad de su
miseria para que puedas<larme tu bondad; te doy mi natura- carácter, consistiría en condicionar la atribución de las ~yu­
leza, mi fuerza fisica para que puedas hacer gala y uso de tu das mediante una investigación minuciosa de las necesi~a­
cultura, etc. Sin duda no ha sido casual que las últimas des a través del acceso ala vida privada del pobre. InspecciÓn
manifestaciones del sentimiento caritativo se hayan focaliza- nec~saria para desenmascarar los artificios de la pobreza: tal
do, a fines del siglo XIX, en los incurables, residuo en piel de madre rodeada de niños pequeños pide ayuda, pero ¿acaso le
zapa del antiguo ámbito de la miseria, del sufrimiento y del pertenecen, no los pidió prestados para la ocasión a la
horror. Testigo privilegiado de ese repliegue: la Obra del verdadera madre? Tal inválido le suplica, pero ¿es real su
Calvario, premiada en la Exposición Universal de 1900. Aquí "invalidez? Para distinguir la pobreza verdadera de la indi-
sólo se admiten mujeres cancerosas jóvenes, pobres, de pre- gencia ficticia, es preferible p~netrar en el interior del pobre
ferencia extranjeras, con un diagnóstico de incurabilidad antes que conmoverse a la VIsta de los harapos .Y _el espec-
garantizado y que exhiban llagas en carne vivas que requie- táculo de sus llagas. Allí podrán ver cómo el precio por un
ran vendas. Las "libre vendadoras", como se autodenominan remedio puede cambiarse por una buena comida. I":spe~ción
las damas del Calvario, son necesariamente viudas que necesaria también para la evaluación de la convemencia de
llevan los grandes apellidos de la política, del ejército y de las las ayudas: un anciano los llama, les habla de su abm;dono,
letras; a cambio de una donación, adquieren el derecho a pero ¿y su familia? ¿No puede alimentarlo? ¿No estara espe;
curar a esas enfermas en esa última "reserva" caritativa: culando con el envilecimiento al que lo condena? ¿No estara
"Nuestras incurables ·son felices y lo proclaman". 13 usted metido en esa conspiración que rompe los vínculos de
Por consiguiente, puesto que se trata de dar consejos, de la naturaleza?
brindar ayuda sólo en la medida en que permitan la penetra- Socorrer a las personas cuya pobreza no entraña ninguna
ción de esos consejos, lo esencial del desplazamiento de la astucia no lo es todo. Aún resta conseguir que esas ayudas
antigua caridad hacia la beneficencia filantrópica habrá de sirvan para algo, que den origen a un enderezamiento de la
basarse en la elaboración de nuevas modalidades de atribu- familia. Por esa razón, es necesario localizar y poner en
12
L. De Guizart, Rapport sur les travaux de la Société de morale
evidencia en todo pedido de ayuda la falta moral que la
chrétienne pendant l'année 1823-1824, p. 22-23. determina más. o menos directamente: esa parte de despreo-
Mémoire de l'CEuvre des dames du Calvaire a l'Exposition universelle cupación, de pereza, de vicio que hay en toda miseria. Entpal-
13

de 1900.
70 14
Barón de Gérando, Le visiteur du pauvre, 1820.
71
oxtr<Jma ahí donde las viviendas son insalubres y la promis-
m,e si~te.máti?o de te: moral sobre la econ01nía que implicará cu1mm favorece el contagio del mal ejemplo, ahí donde el
una vrgllancra continua de la familia, una penetración inte- es precario y los niños quedan librados a sí mismos,
gral Y detallada de su vida. Gérando elabora un modelo de '~·""''"'·:m "el pauperismo y las utopías". "A menudo seduci-
libreta en que habrán de consignarse, por una parte los por el alza temporal de los salarios, los obreros de los
rect;rsos de la familia y, por otra, el empleo que hace de ~llos > r.fl!ll!P"' se precipitaron a las ciudades." Ahí, se propagan y
segun su moralidad, libreta que se asemeja bastante a los , er1gc:nctram sin consideración, hasta el día en que una crisis
actuales Informes de las asistentes sociales. Con relación a la inrcJdtice una baja del salario, y toda esa gente queda sumida
antigua caridad, la transformación es considerable. La cari- la desesperación, que suele ser el camino de la revuelta. En
dad consagraba la pérdida de autonomía de un individuo o ciudades del sudeste de Francia, donde los obreros viven
bien lo mantenía fuera de la mendicidad en función de ciertos casas saludables, ninguna revuelta ha ocurrido y nunca se
o~emen1·.ron "esos niños escrofulosos, desmedrados, raquíti-
crite~ios, tales como las manifestaciones exteriores de perte-
nel!c~a y honorabilidad de la familia, así como su práctica
que deambulan en grupo, como en ciertas ciudades del
rehgwsa. La nueva beneficencia traza una línea divisoria en norte". "La disolución de la familia y todas las miserias
~1 interior de la familia, y distingue, a partir de criterios
comienzan en las viviendas de mala calidad". Fue en ciuda-
1nherent:s a su _organización interna, entre la posibilidad de des como Lyon y Saint-Etienne donde se establecieron los
autonomramed1ante el a}:lorro y la de una asistencia asociada ~ ,,er·da:dm-os focos de las doctrinas antisociales que desnatura-
con una tutela minuciosá. La autonomización de la familia c "'"''' u•. el sentido moral de las clases obreras. Abara bien, se
co~ relación a las antiguas dependencias y a las redes de
de ciudades donde los obreros trabajan en talleres que
sohdandad va acompañada de un desplazamiento de lamo- pertenecen a capataces sedentarios que subcontratan para
rahdad en el plano de las relaciones públicas hacia la relación fabricantes y emplean a colegas nómades a la jornada o a la
prrvada con lo económico. Es decir, la implementación de una semana. Trabajando de esa manera, el obrero leonés no goza
tecnología de la necesidad que hace de la familia la piedra de un salario regular, sino de una extrema independencia
angular de la autonomía a partir de la alternativa siguiente: moral. "Dueño de su empleo del tiempo y de su voluntad,
controlar sus necesidades o ser controlado por ellas. nunca se ocupa sino de sus necesidades y conveniencias." Esa
independencia, ese nomadismo, conduce en esas clases obre-
. ras a la promiscuidad de los individuos, al fácil contagio de la
B. LA NORMALIZACIÓN
revuelta. "En Saint-Étienne, viven en grupos organizados
casi militarmente y tan disciplinados para su defensa colec-
En 1848, la Academia de Ciencias Morales y Políticas encar- tiva como poco organizados en el trabajo." En Lyon, todos los
ga a Adolphe Blanqui la tarea de recorrer las principales jefes de taller ofrecen su vivienda a los compañeros. Ese
regwnes manufactureras de Francia, constatar la situación hábito despreciable suele engendrar una promiscuidad fatal
exacta de sus clases obreras y redactar un informe para el para las buenas costumbres y es, como mínimo, favorable a
"restablecimiento del orden moral profundamente perturba- las malas influencias. Y resulta indispensable tener en cuen-
do por la~ c~n~ecuencias del movimiento revolucionario ope- ta este fenómeno a la hora de explicar esos levantamientos
rado a prn~c1p10~ de año". Al cabo de su investigación, Blanqui inesperados en los que tantas veces las poblaciones obreras
adelanta la existencia de una verdadera ley del progreso de la ciudad han tomado las plazas públicas, como si respon-
moral de _la población". "Para situar las principales causas dieran a una señal común y a una consigna militar. Esta
que contnbuyen a favorecer ese progreso es necesario situar configuración de las relaciones internas de la clase obrera
la proporción _adecuada entre la cantidad de habitantes y las tiene consecuencias muy nefastas para la infancia. "Una vez
nquezas destinadas a alimentarlos, la mayor estabilidad del que llega a ser aprendiz, el niño es abandonado a su suerte,
salan o, la mayor latitud acordada a la educación de los niños en un período de su vida en que precisamente requiere la
los hábitos de temperancia, de orden y economía". Por ei vigilancia más atenta y más abnegada. Por eso existe, tanto
contrario, ahf donde la aglomeración de la población es 73
72
en Lyon como en París, una clase intermedia entre IamtaiiCia
y la virilidad, que no tiene ni la ingenuidad de la primera l . . tos industriales, con mayor
el raciocinio de la segunda, y que por mucho tiempo habrá Jos mismos estab ecimwn t L ley de 1841 sobre el
aun que en otras par es. a o fue
ser, si nos descuidamos, el semillero donde se recluten
perturbadores del orden social". Por último, si se consideran ácil!Oauinfantil fue aplicada_a lastl~~~!~ct~~a:, ~~~~h,lina
~:;;~;::c~;:J,;;; ac:~~~a'::'i't,~~;;'ó~ ~~la poblaci~n
las regiones donde convive la industria de pequeños talleres en los pequenos . a d" . ara difundir esas
y los manufactureros, puede constatarse que los niños son no es p;r ::
utilizados por sus padres para preservar el estado de estos :;;;:,mts,pa.ra inst:md;'e'~l salario que permite la fi]a~IOn. e
últimos, y sometidos a condiciones de vida, alimentación y
10 la fácil verificación d~ las cdonditcion~s·~f;!~~:~,~~
vestimenta que conducen a su precoz decadencia, o bien,
"pese a su corta €dad, son enviados cínicamente a la manu~
~~~;;~;;.;: 1 da de conseJOS e uca 1vos. ¿
facturas, como sus madres". ¡; regu a d la industria, de la población que. se
antes que e hunde en formas de VIda
Sea cual fuere el aspecto bajo el cual se considere el a nuestros esfuerzos, que se? ·Y qué se funda esa
, b, baras y malsanas. ¿ en .
problema de la clase obrera, la región que se tome en cuenta, vez mas ar t' s abusivas de la auton~
la cuestión clave es en todos lados la de la relación adulto- fe¡;isteilC~~ si no en las prerroga Iva . onía eludir
niño. Ya sea porque se producen niños en cantidades impru- familiar? La filantropía asiste;c'~t~~~~~~do el papel
dentes, ya sea porque se los integra a fórmulas de promiscui- interpelación política del Est": o :a mediante el ahorro;
dad que dañan su moralidad y los convierten en enemigos del la famili~ for_t":lec~da y r:J~~~;r;~~terpelación política de
orden social, ya sea porque son explotados en su trabajo por filantrop~a alhlg:te~,t~tal
económico remi Ir aea 1a autoridad familiar a través de
sus propios padres, directa o indirectamente. "Mientras la
sociedad no emprenda esta reforma por la base, es decir, por norma. .f d. esa norma en el conjunto del
una vigilancia tenaz sobre la educación de la infancia, nues- Ahora bien, ¿cómo di un {·r u acatamiento y conseguir
tras ciudades manufactureras serán eternos focos de desor~ ·. social? ¿Cómo gene: a ';ar ~e a esos islotes tenaces de
den, inmoralidad y sedición." El enemigo de la civilización, la aprecien sus ventaJaS ren to No
R'<rimen? A través de la escuela, po: supues . 1
causa de peligros de enfrentamientos políticos destructores ,;: -_ eb~ . d tes la asistencia a la escue a,
del orden social, ¿no procede acaso, más que de la economía, . imponer ento as .f~~o entraña el riesgo de contra-
de esa autoridad arbitraria de la familia, que la autoriza a ¿no es igualmentedpni~ros~: ';,o que se quiere salvaguardar
reproducirse descuidando el porvenir de :Su progenitura, que riar ellibrejuego e I ~ra lls . ',·e,· arunproceso de destruc-
le permite mantenerlas en las redes de aparatos de solidari- 1 · precio? ¿No1mp 1Ca1n t
a cua qmer ... b 1 al por el contrario cuen an
dad enemigos del progreso y que legitiman el estado de semi- ción de la famiha,_ so r7 aa:enazas colectivas? De la ley
abandono en que se encuentran, así como la precoz explota~
ción de sus fuerzas? Entre el desarrollo de la industria y el del
pauperismo, las revueltas y las revoluciones, muchos -en
apoyarse para conJurar fs F
Guizot (1833) a la !"Y Ju
escuela se discutlra en es osbl
:s (1882) la cuestión de la
t:~:;;inos en' todos los recintos
tea' rico cuyo planteo se
. , . olíticos Pro ema 1 fi
particular los miembros de la corriente de la Economía po-
lítica cristiana, pero también los socialistas- veían una rela~
academ1cos Y P_ d M lthus y fue retomado por os I-
sumó a las e~~en~nzas e t a los liberales asociados a los
ción de causa-efecto. Pero ¿no se trata más bien -dicen los lántropos hig:temstas c?n raem lo de ello es, sin duda, el
filántropos higienistas- de "un sofisma de concomitancia", tradicionalistas. El meJor ~ lp . y F Passy tras el Con-
según la expresión de Louis Reybaud? Sin duda alguna, hay cruce de artículos en~re G. Br~~~~:~ qu~, por primera vez
abuso; el trabajo demasiado precoz y demasiado duro de greso de Beneficencia de T d el año 1857 en Francfort
mujeres y niños, las malas condiciones de higiene pública y SemeJ·ante recinto, había emi 1 o en . t . 15
· ·' bhga ona
privada, todo ello amenaza gravemente la salud de la pobla- un voto a favor de la mstruccw':': o za obli atoria en nombre
ción. Pero esos abusos pueden ser corregidos con el decreto de Passy se rebela contra la ensetnan t .m~nial El niño y la
normas que protejan la infancia, la salud y la educación. Y eso del carácter privado del contra o ma n .
74
.
~~F. Passy .Y A· MolJ·nari ' De l'enseignentent obligatoire, 1859.
75
sociedad, dice, no figuran en el contrato. La familia así va y estéril seres a quienes la falta de cuidados o la aplicación
concebida tiene una responsabilidad externa para con de un trabajo precoz y agotador siega antes de tiemp~-, es
sociedad, no una responsabilidad interna. Constituye decir, los sobrevivientes, no recibirán sino una cultura I_nsu-
asociación, no un contrato de servidumbre. En ese o"'"""u, f¡ciente, y así los muertos habrán de devorar la sustancia de
las relaciones padres-hijos pertenecen al ámbito de la los vivos."
licencia, no al de la caridad legal. Su responsabilidad Dicho de otro modo, o bien se considera que la procreación
moral, no jurídica. La familia se gobierna a sí misma, va acompañada de un "adelanto de capital", hecho por la
responsable de los efectos sociales de sus miembros, no de familia, deuda exigible, o bien se la considera como fuera de
comportamiento privado. La situación del niño respecto todo contrato social y se practica una "paternidad usurera",
padre es como la del pobre respecto del rico. Negarle consecuencia es "esa explotación abusiva y sin freno del
educación es una falta moral, no una falta jurídica. · infantil, que lleva a nuestra sociedad a ese estado de
peor de los casos, será como si en ciertos aspectos el ; barl1arie donde el jefe de familia delegaba el cuidado de su
quedara librado a sí mismo. Así es con el pobre, al cual, mrmna subsistencia en los seres más débiles que se encontra-
caso de imperiosa necesidad, usted le negara la ayuda que su dependencia". O, peor aun, hay que sumarse a las
pide, o el enfermo que, a punto de morir, lo conjura en vano, de los partidarios del torno, ese premio a la imprevisión,
a buscar un médico que pueda salvarlo. Tienen motivos e'se asilo para las bancarrotas de la paternidad, que no es sino
reprocharle su crueldad. N o tienen derecho a decir que el verdadero promotor del comunismo, puesto que hace res-
atenta contra su vida." :po·ns:able al Estado de la irresponsabilidad de los ciudadanos.
Para contradecir a Passy, Molinari se vio obligado es donde interviene Malthus. Su solución, la restric-
demostrar que el deber de educación es una deuda, y por lo prohibía el matrimonio a quienes no tenían los
tanto un fenómeno interno a las leyes de la economía, y que necesarios para asegurar la supervivencia de su
esa obligación no es en absoluto un esbozo de socialismo, sino ;¡í1rog:enittlraera muy seductora. Pero tenía un inconveniente,
su conjura. La obligación de brindar educación es, en efecto, :nrm,;ode toda técnica represiva: la imposibilidad de encauzar
una deuda pasible de ser exigida y sancionada, no una deuda altísümo porcoen·taje de ilegalismos, de nacimientos extra-
de juego como lo da a entender Passy, pues, sin su respeto, no~ .~·~~:~~::~·~];~';: c¡ueutua.ulos tornos y los orfanatos. Sin duda
existe freno alguno a las excitaciones de los sentidos, ningún ,, un:va.uade decirlo- que esos hospicios,
contrato social es posible, ninguna sociedad de mercado. gn1ciasa l:ar:ápid•• rrtortalidad dE: StlS JlU]Jil:os, podían constituir
"Supongamos que, en lugar de imponerse los sacrificios solución de hecho al problema pauperismo. Pero esa
necesarios para mantener y criar a sus hijos, los padres se eolnción no tenía mucho valor desde que los progresos de
comportaran como los criadores americanos con sus negritos.~ habían producido un incremento de niños
Sacarán provecho de esta situación en un primn~er~~~~i~~~~i~~·· debido a la mejora de sus condiciones de
pero la sociedad lo padecerá por los sacrificios e >supervivencia. Por lo tanto, se impone la necesidad de encontrar
que se verá obligada a hacer para protegerse y medio, y ese medio era la escuela. Procedimiento salvador,
los, a ellos, de los maltratos de hombres que, cn:actu:; no impide el matrimonio, pero introduce en su seno dos
esclavos, nada habrán aprendido de los deberes y las obliga- r~~~~~:~i~~~~~ por un lado, no permite que los padres saquen
ciones que la libertad impone, o bien incluso para ayudar a í: directo del trabajo de sus hijos; por otro, representa
esas generaciones informes e inertes, que son los restos de las ventaja para los contenidos de la enseñanza, las normas
bancarrotas y de las usuras de la paternidad. Habrá más m¡<Iene y de comportamiento que propician el bienestar. A
nacimientos que recursos disponibles para convertir a esos tr:avi;s de la escuela, se podrá a la vez limitar la imprevisión
niños en hombres; y, como consecuencia final, no sólo la mor- y aumentar la previsión en la organización de la
talidad de los niños alcanzará dimensiones inauditas y ver- vidla, ·op:entre:obre el principal acicate de la actividad humana
gonzosas, sino que además una parte de los recursos de las Malthus, es antes el temor ala necesidad que
clases inferiores -empleadas en criar de manera improducti-
76 77
do su despliegue. Basta mencionar la movilización de nota-
Sin embargo, si la escuela es la solución para ese cúmulo bles que motiva la distribución de premios en esas escuelas.
de problemas que amenazan el orden político, ¿por qué Los soldados, la guardia nacional, los bomberos, así como la
medios imponerla? ¿Decretar la escuela gratuita para todos? presencia de autoridades civiles, militares y eclesiásticas,
Con eso no basta. Quedó probado en Inglaterra, durante la expresan a las claras que la inscripción en esas escuelas
primera mitad del siglo XIX, cuando se construyeron esos confiere el favor de los notables. Por lo demás, su financia-
soberbios establecimientos para pobres, diferenciados de las miento está asegurado por el "partido católico", que percibe
"escuelas de aventuras" -como curiosamente se llamaba a las enormes sumas provenientes de quienes desean mantener el
escuelas pagas, cuyo nivel era bastante desparejo-. Muy tradicional dominio religioso sobre los individuos; o, mejor
pronto las familias acomodadas prefirieron mandar a sus dicho, restaurarlo con el fin de constituir un ejército de la
hijos a las escuelas para pobres, pues habían sido concebidas reacción, que reintegre a los pobres en el seno de la Iglesia a
según normas rigurosas y proporcionaban una enseñanza través de la gratuidad de los servicios educativos que brindan
unificada. En ese mismo período, los niños pobres abandona- y los múltiples juegos de protección que pueden desarrollar.
ban progresivamente esas mismas escuelas, que les estaban Peligro político, por lo tanto. Los inconvenientes de este
destinadas, pero a las que sólo podían asistir en horario despliegue congregacionista son particularmente flagrantes
vespertino -agotados como estaban por el trabajo en la en lo que respecta a la naturaleza de la enseñanza brindada
fábrica- y cuya enseñanza seguían con muchísima dificultad: a las niñas. Cómplice del orden patriarcal, descuida su
terminaron en las parroquiales, o en ningún lugar. En Fran- instrucción o bien, cuando se ocupa de ella, lo hace con el
cia, también existía una posibilidad de gratuidad educativa objetivo de destinarlas a sus propios fines misionarios. Peli-
para niños pobres, pero requería, según la ley Guizot, la grosa negligencia en el momento en que se comprende que las
inscripción de sus padres en listas de indigentes; esta obliga- normas de una vida sana, regular y disciplinada penetrarán
ción era vivida como un trámite humillante, y llevaba a los la vida doméstica a través de la mujer, en función de la
más pobres a solicitar los favores de los Hermanos de las enseñanza que se le dispense. Por consiguiente, para llegar
Escuelas cristianas, que no les cobraban nada, o bien direc- a las muchachas, para difundir las normas, para destacar sus
tamente dejaban a sus hijos en el propio hogar. Así pues, la ventajas, es necesario que la escuela pública se convierta,
gratuidad en sí misma no era una solución. ¿Había que gracias a su gratuidad, en una competencia de las congrega-
decretar la escuela obligatoria y única? Pero esa solución ciones.
transgredía gravemente la lógica liberal. ¿Por qué, entonces, En lo relativo a las antiguas redes de solidaridad, y a esa
no invertir las tácticas? Implementar la gratuidad para población de parias que constituyen sus productos disloca-
atraer a las familias imbricadas en los bloques de dependen- dos, "esas familias que pueblan los arrabales de nuestras
cia, e imponer la obligatoriedad contra aquellos que viven al grandes ciudades, las cimas de nuestras montañas, las inme-
margen, en los jirones sospechosos de las antiguas redes de diaciones de nuestros bosques, de nuestros puertos maríti-
solidaridad. mos, de las minas y de las manufacturas, esas razas enteras
Durante los dos primeros tercios del siglo XIX, las escuelas de bohemios, de gitanos y egipcios, que entre nosotros han
congregacionistas, en especial las de los Hermanos de las conservado los hábitos y las costumbres de los bárbaros,
Escuelas Cristianas, ocupan un lugar primordial en la ense- todas esas poblaciones marchitas, embrutecidas, desmorali-
ñanza. En todas partes, el papel de los maestros, que habían zadas por la miseria o degradadas por los hábitos del vicio y
nacido con la ley Guizot, queda reducido a su mínima expre- del vagabundeo", todas esas poblaciones de amarras dema-
sión debido al avance de la escuela religiosa, cuyo alumnado siado laxas, la misión social del maestro consistirá en utilizar
pasó de 220 000 niños en 1857 a 500 000 en 1860. 16 Ahora bien, al niño contra la autoridad patriarcal, no para arrancarlo del
¿qué motivó semejante éxito?, se preguntan los apóstoles de seno familiar y desorganizar un poco más a la familia, sino
la laicidad. Al importante clientelismo de que se había rodea- para "que a través suyo penetre la civilización en el hogar".
La irresponsabilidad en que viven, la libertad que se to:~;~=:;é~
16
L. A Meunier, Lutte du pr.incipe clérical et du principe lai'c, 1861.
78
de abandonar, arrastrar o explotar a sus hijos, ¿no es acaso la ción económica: sus padres los crían a bajo costo, los mandan
causa de que los hombres de esta clase incierta puedan en mendigar y rapiñar, los alquilan a obreros inmigrantes, como
todo momento "desertar los campos para dirigirse a las Jos famosos deshollinadores de Sabaya, los colocan como
ciudades, o bien dejar las pequeñas ciudades por otras más aprendices sin controlar su situación, para deshacerse .de
grandes? ¿Acaso tienen motivos para preocuparse por las ellos. Corrupción política: "Un buen día el pequeño vagabun-
consecuencias posibles de sus actos imprudentes, más allá de do se enrolará entre los vengadores de Flaurens, o bien
sí mismos?". 17 participará de las orgías y de las masacres de la Comuna".
Desde los años 1840 hasta fines del siglo XIX, se multiplican Georges Bonjean, uno de los filántropos más activos de ese
las leyes que decretan normas de protección a la infancia: ley movimiento de protección a la infancia, autor de Enfants
sobre el trabajo infantil (1840-1841), ley sobre la insalubri- révoltés et parents coupables (1895), era hijo de un magistra-
dad de las viviendas (1850), 18 ley sobre el contrato de apren- do ejecutado por los Communards.
dizaje (1851), sobre la vigilancia de las nodrizas (1876), sobre Para comprender a qué correspondía esta obsesión, puede
la utilización de los niños por comerciantes y feriantes (187 4), ser interesante leer una obra poco conocida como Les mé-
sobre la escuela obligatoria (1881), etc. Si se quiere entender moires et aventures d~un prolétaire, de Norbert Truquin,
el alcance estratégico de este movimiento de normalización compendio de la existencia de uno de esos obreros vagabun-
de la relación adulto-niño, es necesario ver que aquello a lo dos, publicado en 1884, es decir, en el momento en que la
que apuntaban esas medidas era de naturaleza indisociable- agitación de la clase filantrópica respecto del tema de la pro-
mente sanitaria y polítieá, y que sin duda se proponían tección y del control social de la infancia alcanza su apogeo.
subsanar el estado de abandono en que podían hallarse los No es un discurso argumentativo, sino el relato de una
niños de las clases trabajadoras, pero también pretendían experiencia. El padre de Truquin era un pequeño empresario
reducir la capacidad sociopolítica, la transmisión autárquica que probó sin éxito la industria, el comercio y la agricultura.
del saber-hacer, la libertad de movimiento y agitación resul- Tras quebrar, coloca a su hijo de siete años en casa de un
tantes del relajamiento de las antiguas sujeciones comuni- miserable peinador de lana, donde el pequeño debe trabajar
tarias. diez horas por día a cambio de algo de comida y muchas
En las violentas diatribas de los filántropos contra el bofetadas. Cuando su patrón muere, tres años después,
vagabundeo de los niños, pueden hallarse siempre estos tres Truquin queda reducido a la mendicidad hasta que dos
componentes: abandono (decadencia física), apropiación (ex- prostitutas lo recogen, lo curan y lo utilizan como cadete.
plotación), peligrosidad (Gavroche).* Tres temas que se resu- Cuando son encarceladas, un ex soldado imperial se hace
men en el de la corrupción. Corrupción sexual: "Esos peque- cargo de él, y lo lleva a vendimiar en la región de Champagne.
ños vagabundos que en Inglaterra son llamados arab boys se Se enferma y va a parar al hospital, pero muy pronto lo
reúnen por las noches en los arrabales de París. Lo que abandona para trabajar en la construcción de un canal, y
sucede en las reuniones de ambos sexos, la cantidad de luego en una fábrica de ladrillos. En 1848, se encuentra en
groserías que intercambian durante esas horas de espera; los París y participa de la revuelta. Allí se encuentra con su
vínculos que se crean, las influencias desmoralizadoras que padre, quien atendía una tabema entonces privada de clientela
se ejercen en ese medio corruptor; todo eso es verdaderamen- debido a la supresión de los talleres nacionales, y lo invita a
te alarmante. Triste espectáculo el de esos rostros de pobres partir para Argelia, donde, a juzgar por las promesas de los
muchachas que ya ni siquiera saben ruborizarse" .19 Corrup- reclutadores del gobierno, se podía seguir siendo patrón de sí
• Pilluelo de las calles de París, personaje de Los Miserables de Víctor mismo. Desembarcan en el país, pero rápidamente decepciona-
Hugo que muere en la revolución republicana de 1832 [N. de la T.].
17
do por las condiciones de la colonización, Norbert Truquin
Ibíd. decide volver a Francia. Allí trabaja durante algún tiempo en el
18
Véase Jourdan,Discussion al'Assemblée nationale législative de la loi
de 1850 sur l'assainissenwnt des logements, 1879. desmonte, luego en el tejido en Lyon. Se casa en esa ciudad. Con
19
Othenon d'Haussonville, Le vagabondage des enfants et les écoles los ahorros de su mujer, paga las primeras letras de cambio de
industrielles, 1878. tres hiladoras e intenta constituir un pequeño taller. Pero la
so
81
irregularidad de los encargos, la hostilidad de los fabricantes y
de los negociantes ante sus iniciativas políticas lo llevan al borde nar y al orden de las manufacturas. Compresión: mujeres,
de la quiebra. En 1871, es detenido por haber intentado organi- niños, aprendices, obreros, jefes, viven apretados en torno a
zar una defensa de la ciudad contra los prusianos. En 1872, se Jos oficios en los talleres domésticos. Pero también disloca-
embarca para la Argentina, pero allí lo esperaban sinsabores y ción: las antiguas costumbres estallan, permiten que obreros
desengaños, y regresa a Francia para reunirse con su familia. y aprendices sean libres de morar en cuartos amoblados,
En 1878, vuelve a partir, esta vez con su mujer y sus hijos, pasa coman en tabernas, paren y retomen el trabajo cuando se les
de la Argentina al Paraguay, donde finalmente se instala. da la gana, cambien de oficio, de ciudad, de país. Esas masas
Muere en ese país en 1887. "preindustriales" son las que llevan adelante las grandes
Ante semejante trayectoria, es fácil comprender por qué la revueltas del siglo XIX; producen la teoría popular de la
lucha filantrópica contra el abandono y la explotación infan- asociación, leitmotiv de Truquin. Son las mismas cuya derro-
til también era una lucha contra esos enclaves populares que ta quedó sellada con el aplastamiento de la Comuna.
permitían la autonomía de los vínculos entre generaciones y,
por lo tanto, contra las consecuencias políticas de ese fenóme-
no: una población desvinculada de sus amarras territoriales C. EL CONTRATO Y LA TUTELA
pero que a la vez conserva de sus orígenes un peso tal que
hace de ella una fuerza en movimiento, imprevisible e incon- A fines del siglo XIX, se constituye un tercer polo filantrópico,
trolable. Por cierto, al ig¡íal que los filántropos, Truquin en el que confluyen los dos primeros en cuanto a la cuestión
denuncia duramente los excesos que se permite una autori- de la infancia, por la reunión en un mismo objetivo de aquello
dad paterna absoluta. Cuando viaja a Argelia, su padre re- que puede amenazarla (infancia en peligro) y aquello que
curre a la policía para obligarlo a volver al trabajo con él. Se puede volverla amenazante (infancia peligrosa). Por un lado,
subleva contra una legislación que exige que el niño subven- están las sociedades nacidas en torno a la voluntad de re-
ga a las necesidades del padre, en tanto que, cuando él erraba emplazar al Estado por una iniciativa privada en materia de
solo y mendigaba, ningún gendarme impuso a su padre la gestión de niños moralmente abandonados (vagabundos),
obligación de alimentarlo. En otra ocasión, evoca a una delincuentes e insumisos a la autoridad familiar (niños in-
anciana que obligaba a unos niños a mendigar para ella. gresados en establecimientos como medida de castigo pater-
Ahora bien, por otra parte, están aquellos que lo acogieron: no). En esta rúbrica, pueden ordenarse, por ejemplo, todos los
las dos prostitutas, el viejo soldado, un artesano de la región patronatos de la infancia y de la adolescencia que se multipli-
de Champagne. Con ellos, se revela el otro aspecto de la re- caron durante el Segundo Imperio a partir de la ley de 1851,
lación adulto-niño de la época: la reciprocidad que implica la mediante la cual se invitaba a la iniciativa privada a ocuparse
utilización mutua, la iniciación de los niños a través de su de los menores delincuentes en establecimientos destinados
circulación social, la costumbre de colocarlos en otras fami- a moralizarlos y a inculcarles sanas costumbres de trabajo.
lias. De ahí el interés del testimonio de Truquin sobre estas Durante el último tercio del siglo, las sociedades más eminen-
especies sociales a la deriva que constituyen las poblaciones tes serán la Sociedad por la Infancia Abandonada y Culpable,
de pequeños oficios y trabajos de temporada, sobre esas creada por Georges Bonjean en 1879, el Patronato de la
masas que van de los campos a las fábricas y de las fábricas Infancia y de la Adolescencia, fundado por Henri Rollet (el
a las colonias, sobre los soldados sin generales, sobre las primer juez de menores de Francia) y la Unión Francesa para
prostitutas sin registros. Todas esas categorías a las que su el Rescate de la Infancia, bajo la dirección de Jules Simon. Por
propia libertad condena a conocer y con las cuales acaba por otro lado, a partir de 1857 se registra una proliferación de
vincularse. El territorio social que demarca no tiene nada de sociedades protectoras de la infancia, que anticipan y luego
marginal, al menos no todavía, pues se trata del antiguo acompañan en su aplicación la ley Roussel relativa a la
mundo del trabajo progresivamente desarticulado por los vigilancia de las nodrizas, y que sobre la marcha se proponen
esfuerzos que hace para resistir al avance del trabajo discipli- introducir en las familias populares modernos métodos de
crianza y educación de los niños.
82
83
Tomadas en su conjunto, estas sociedades -ya sea que del entorno y tener la misión de emprender su verificación.
funcionen internando a los menores en establecimientos Por otro, pudieron penetrar en las familias a través de los
creados por ellos, familias de su elección, o bien interviniendo delitos cometidos por niños siguiendo un procedimiento ins-
directamente en las familias- tarde o temprano se vieron taurado a principios de los años 1890, gracias al cual
confrontadas con ese punto de resistencia infranqueable que desempeñaban un papel de mediadoras entre !ajusticia y las
era la patria potestad. Imposible verificar el estado de educa- familias. Ante la amplitud del fenómeno, el Estado se vio en
tivo de los niños en una familia sospechosa si esta última se dificultades, pues no sabía por cuál de estas dos opciones
a
oponía a ello, si negaba el acceso ese santuario inviolable inclinarse: por un lado, podían construirse símiles de cárceles
que era el hogar. Las obras que realizan internaciones de para encerrar a esos pequeños vagabundos hasta la mayoría
niños se quejan asimismo de la incómoda situación en que se de edad; esto implicaba infligir a un menor, que no había
encuentran respecto de las familias, que en todo momento cometido otro delito que el de ser abandonado por sus padres,
pueden hacer uso de su soberanía para interrumpir la acción una pena a menudo más dura que a delincuentes justiciables
educativa de los centros y convocar a sus hijos. O, peor aun, con condena. Por consiguiente, esta opción entrañaba tanto
entregarse al "odioso cálculo siguiente: esos padres que una contradicción interna del derecho como una perturba-
habían considerado a sus hijos como bocas inútiles o cosas a ción de esa aritmética del crimen sobre la cual se fundaba
explotar los abandonan fácilmente en sociedades que acepta- desde el código Napoleón. Por otro lado, la opción era hacerlos
ban encargarse de criarloS. Pero, cuando consideraban que beneficiarios de una verdadera formación profesional. Ahora
ya tenían edad suficiente, los reivindicaban para explotarlos, bien, esta opción alentaba a las familias obreras a abandonar
entregarlos al vagabundeo y a la prostitución". 20 a sus hijos con total frialdad, puesto que así se aseguraban el
Para complacer a estos grupos, las leyes de 1889, 1898 Y beneficio de una educación que no estaban en condiciones de
1912 fueron organizando una transferencia de soberanía de dar por sí mismas. Para paliar estos inconvenientes, la
la familia "moralmente insuficiente" al cuerpo de filántropos colaboración de !ajusticia y de las obras filantrópicas produjo
notables, magistrados y médicos especializados en infancia. un sistema que prefiguraba la actual libertad vigilada y la
La ley de 1889 decreta la inhabilitación de los "padres y las asistencia educativa de régimen abierto. Se trata de un
madres cuyo alcoholismo frecuente, mala conducta notoria y esquema en tres tiempos: en primer lugar, el menor es
escandalosa, o malos tratos comprometan la seguridad, la condenado y, por lo tanto, pasa a pertenecer a la administra-
salud o la moral de sus hijos". Arma absoluta, al punto que ción penitenciaria; en segundo luiar, esta última lo entrega
rápidamente resultó difícil de manejar. Pues, en efecto, no a una sociedad de patronazgo; que, en tercer lugar, lo devuel-
lograba convencer a esa gran masa de padres más incompe- ve a su familia y ejerce sobre ella un control de la adecuada
tentes que indignos, cuya debilidad o negligencia en la vigilancia del menor cuya custodia ejerce. Si algo no le
vigilancia habían llevado a sus hijos al vagabundeo, pero que agrada, puede recuperarlo para internarlo en uno de sus
insistían por "una resistencia ciega, un escrúpulo sentimen- propios centros, y si también ahí se rebela puede mandarlo
tal, en negar su consentimiento a las sociedades caritativas". nuevamente a la cárcel. Así pues, la instancia central ya no
De ahí la ley de 1898, que concede al juez el poder de confiar es el pesado colector de todos los miembros a la deriva de una
la tutela de un hijo ya a la Asistencia Pública, ya a una familia, de todos aquellos a los que no quiere ni puede
persona o sociedad caritativa, en todos los casos de "delitos o contener, sino una pieza adyacente, un tope último que
crímenes co_metidos por niños o sobre niños". Esto modificaba funciona como un dispositivo de remisión a la familia y de
totalmente la relación que las obras de beneficencia podían vigilancia de esta última. Apoyándose la una en la otra, la
tener con las familias. Pues, por un lado, en nombre de la norma estatal y la moralización filantrópica ponen a la fa-
vigilancia y de la prevención de los delitos cometidos sobre milia ante la obligación de retener y vigilar a sus hijos si
niños, pudieron organizar un sistema de denuncia legítima quiere evitar ser ella misma objeto de vigilancia y disciplina.
20 Fragmento de un folleto de la Unión para e1 Rescate de la Infancia,
El beneficio de esta unión entre la norma sanitaria y la
1885.
moral económica también opera en el otro sentido de la re-
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una amenaza de expulsión. Estas casas funcionaban, pues, en
laeión Estado-familia, en el sentido de que la familia desde el el marco de la escolaridad. Eran, a la vez, un parámetro y el
Antiguo Régimen reclama el apoyo del Estado para reforzar último recurso de las familias frente a la mediocridad de
su autoridad sobre aquellos miembros que se le resisten. El resultados de sus retoños, y en ese sentido constituían antes
código Napoleón había preservado parte del antiguo poder los ancestros de las "academias particulares" que los de. la
familiar, en el pasado organizado sobre la base del procedi- prevención.
miento de las lettres de cachet de familia. El artículo 375 del Quedaban, pues, las familias pobres, y era lo que más
Código Civil prevé que todo padre a quien su hijo ofrezca apenaba a los magistrados: encontrarse en cierto modo bajo
"importantes motivos de descontento[. .. ] puede pedir que sea las órdenes de la ~(población más mediocre" y tener que
encarcelado durante i.ln mes si tiene menos de dieciséis años, conceder según su conveniencia ordenanzas de corrección
y seis meses si tiene más edad". Así pues, esta legislación paterna. Sin duda algunos pobres "buenos" apelaban a ellos,
reintroduce el principio de una doble justicia, la del Estado y pero a menudo eran los mismos que a último momento se
la de las familias, pero las confunde prácticamente en una echaban atrás por "una debilidad culpable", ante la aplica-
misma modalidad de aplicación: la forma-cárcel. Este uso ción de la ordenanza. Y además estimaban que un mes de
unificado de la eárcel para una función de prevención, en el cárcel, o incluso seis, era un tiempo demasiado breve para
sentido de preservación del honor familiar, y para una función erradicar malas inclinaciones muy arraigadas. Sólo queda en
de castigo (que implicara sanción pública y ya no privada, y pie la gente sospechosa, "aquellos que mandan internar a sus
.1 deshonor de hecho para las familias) dará origen a una hijos para sacárselos de encima durante un mes y así poder
progresiva descalificación del procedimiento. En el último hacer algún viaje o entregarse más cómodamente a fantasías
tercio del siglo XIX, magistrados y filántropos inician una compartidas, como en el caso de los padres viudos". 21 "Tam-
guerra contra las medidas de corrección paterna recurriendo bién aquellos que luchan contra sus hijos para que les
a dos clases de argumentos. entreguen la totalidad de su paga semanal"." Según lama-
Por una parte, alegan, en el caso de los hijos de buena yoría de las personas que la invocan, "la ley sobre la corrección
familia (entiéndase: hijo de familias acomodadas), ese proce- paterna no es sino una Bastilla democrática, aun más poblada
dimiento casi no se aplica, pues el carácter deshonroso de la de abusos que la famosa Bastilla derribada el14 de julio de
cárcel, la promiscuidad con criminales y gente del pueblo que 1789". 23
ella implica, disuade a los padres. Prefieren la fórmula de la La toma de esa "Bastilla democrática", la destitución del
internación psiquiátrica, como los allegados de Jules Vallils, privilegio de esa fracción "poco interesante'' de las capas
que, en el año 1848, temieron por la carrera del padre tras "la populares, que se reservaban escandalosamente su uso, se
declaración de los derechos de la infancia", que había procla- llevó adelante jurídicamente sobre la base del tema de la
mado en su colegio secundario. O bien tratan directamente igualdad del hombre, de la mujer y del niño. La madre viuda,
con los conventos o con ciertos establecimientos privados, por eJemplo, no podía presentar una solicitud de corrección
como la famosa Casa paterna de Mettray, construida en 1855 sin la aprobación de dos parientes del marido. Considerando
por Demetz. Esta última (que no debe ser confundida con la la dislocación de los vínculos familiares amplios, esto impli-
colonia homónima, destinada a los pobres) ofrecía a las caba dejarla en una situación de impotencia. Otro caso era el
familias acomodadas un espacio de confinamiento discreto de las madres divorciadas. Por lo demás, cuando un padre
para su progenie, donde esta podía proseguir sus estudios quería poner a su hijo en corrección, no estaba obligado a
gracias al concurso de profesores del colegio de Tours, en el presentarlo ante el juez, quien debía decidir en función de las
más estricto anonimato (los deberes tienen código) y sin solas afirmaciones del jefe de familia. Al extender el derecho
perjuicio para su porvenir social, pues los niños incluso de corrección a la madre, se generaban los medios para dar
podían abocarse a los deportes más nobles: esgrima, equita- 21
Puybaraud, Bulletin de la Société générale des prisons, 1895.
ción, natación ... El director de esa casa estaba en contacto con 22
H. Joly, Revue pénitentiaire, 1895.
los directores de los colegios que le enviaban, con el consen- 23 Ibíd.

timiento de las familias, a los rebeldes sobre quienes pesaba


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lugar a una controversia entre el homb~e.Y la. ~ujer, y por lo
tanto justificar un procedimiento de venflcacwn que a su vez sector de gestión cuyas variaciones y desigualdades de apro-
implicaba una indagación ante el niño y el vecindario. Esto visionamiento perjudicaban su buen funcionamiento, al tiem-
constituía un medio para hacer recular las solicitudes abusi- po que libera al patronato de esa imagen directa"':ente
vas, puesto que el resultado podía invertirse en un ~ro?edi­ dominadora, que resulta de sus modalidades paternahstas
miento de destitución de la patria potestad. Y era asimismo de implantación. No es como si el Estado hubiera tomado la
un medio para ampliar las posibilidades de intervención por iniciativa, asumido la responsabilidad inicial y, por lo tanto,
la multiplicidad y las contradicciones de los interlocuto:~s. política de esos servicios. Al asegurar a largo plazo su racio-
De tal modo las solicitudes procedentes de las familias nalización y su generalización, no hace sino confirmar su
pueden ser re~itidas a las mismas modalidades de gestión función de garante del buen funcionamiento de las socieda-
que aquellas resultantes de la intervención correctiva sobre des liberales. Lo social extirpa del funcionamiento de lo
las familias abandonistas. La asistencia (a los abandonados) ecouómico toda responsabilidad respecto de los pobres, que
y la represión (de los insumisos a las familias) quedan así pese a todo tuvo que asumir durante el siglo XIX, y de ese modo
reunidas en una sola y misma actividad preventiva, cuyo lo libera de este último escollo.
instrumento está constituido por las sociedades de patronaz- Por otro lado, las prácticas de normalización procedentes
go dotadas -gracias a la norma médica y a las leyes resultan- del Estado reciben de la filantropía económico-moral una
tes- de un margen ampliado de intervención en el seno de las fórmula de intervención que permitirá la difusión de las
familias, y cuyos materiá:les, las fuentes de alimentación, normas en función de dos modalidades bien articuladas.
habrían de ser los miembros mismos de la familia a través de Ahí donde no son respetadas, ahí donde van acompañadas
sus solicitudes financieras y morales, sus conflictos psicoló- de pobreza y, por lo tanto, de una supuesta inmoralidad, la
gicos o educati~os, y sus carencias, denunciadas por el vecin- anulación de la patria potestad dará lugar al establecimiento
dario. de un procedimiento de tutelarización que conjuga los obje-
En su punto de confluencia que encarna la infancia, ambas tivos sanitarios y educativos con los métodos de vigilancia
líneas estratégicas esbozan un plan general de intercambio económica y moral. Se trata, por consiguiente, de un procedi-
de buenas maneras del que resultará la configuración de lo miento de reducción de la autonomía familiar, facilitado por
que suele denominarse "lo social". . la aparición a finales del siglo XIX de toda una serie de puentes
Por un lado, el movimiento asistencial y paternahsta, que y conexiones entre la Asistencia Pública, la justicia de meno-
a través de la iniciativa privada había emprendido la tarea de res, la medicina y la psiquiatría. Al reunir así, bajo el tema de
conjurar un abordaje estatal del problema del pauperismo, la prevención, las actividades -separadas en el pasado- de
encuentra en el decreto de normas sanitarias y educativas un asistencia y represión, la recepción de los sin-familia y de los
fundamento para legitimar su acción, así como la posibilidad rebeldes a la familia, se invierte la relación de connivencia
de librarse de ella en provecho de una gestión administrativa. entre el Estado y la familia, de modo que esta última queda
Reconocer la utilidad pública de las viviendas sociales, las convertida en un ámbito de intervención directa, una tierra
escuelas, las cajas de ahorro, las ayudas familiares, todos de misión. Al mismo tiempo, la iniciativa privada que se
esos servicios implantados por un patronato preocupado por había desplegado para limitar el rol del Estado ahora puede
contener a las poblaciones pobres, se vuelve legitimo, puesto ponerse a su servicio, gracias a su experiencia en gestión de
que dichos instrumentos de moralización también constitu- pobres, a fin de hacer pasar las normas por una tutela
yen condiciones de salubridad. Y de ningún modo implica económica o bien controlar la gestión económica de las fami-
emprender un proceso de estatización, contrario a una def:- lias pobres en nombre de esas normas que raramente respe-
nición liberal del Estado, puesto que sólo se trata de orgam- taban. Doble línea cuya conjunción anuncia el carácter de
zar aquello que ya está ahí, sin modificar en forma alguna su tutelarización social que habría de adquirir la gigantesca
finalidad. Por el contrario, esta racionalización de los produc- campaña sanitaria y moral de las clases pobres lanzada a
tos de la filantropía apacigua la actividad productiva de un fines del siglo XIX.
Por el contrario, ahí donde la familia da pruebas de una
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sobre la familia a partir de un doble juego que a mediano plazo
capacidad de autonomía económica, la difusión de las normas requiere su conversión jurídica. En una de sus vertientes, la
puede operarse siguiendo los mismos canales por los cuales penetran directamente, pues, a través de la norma, se
la. filantropía produjo y alentó esa autonomía, tocando las instrumenta a los miembros de la familia contra la autoridad
mismas fibras sensibles. La introducción en la familia de los patriarcal, de modo tal que en nombre de la protección
nuevos comportamientos sanitarios, educativos y relaciona- sanitaria y educativa de sus miembros se organiza la destitución
les seguirá el camino inaugurado por el ahorro. La relación de la patria potestad, la puesta bajo tutela económico-moral de
que entonces se establecerá con la familia y la escuela, entre la familia. En otra de sus vertientes, inducen la reorganización
la familia Y los organismos de consejos relacionales será, al de la vida familiar en torno al afán de ampliar su autonomía
Igual que la que mantiene con el ahorro, una relación de haciendo intervenir las normas como otras tantas ventajas
seducción. Aquí la iniciativa privada funcionará como un propicias a una mejor realización de dicha autonomía, y a tal
medio para reforzar la autonomía de la familia y de sus efecto se apoyan en una liberalización de las relaciones
miembros en relación con el riesgo de intervención pública. intrafamiliares. Entre la ley de divorcio (1884) y la ley sobre la
Se funda simultáneamente en el deseo de autonomía de la destitución de la patria potestad (1889), sólo pasaron cinco años.
familia y en el de los individuos, de modo tal que el éxito de Por consiguiente, todo sucede como si !a liberalidad del contrato
la primera Y la realización de los segundos coinciden en un establecido entre los cónyuges tuviera un doble, tácito y esta-
mismo proceso de intensifi~ación de la contractualización. blecido con el Estado: esa libertad que preside su unión, esa
facilidad para contraerla por fuera de las antiguas exigencias de
"¿Por qué no se casan?", preguntaban incansablemente los las familias y de los grupos de pertenencia, y también esa
filántropos a los obreros que vivían en concubinato. A lo cual libertad de romperla, se la concedemos en la medida en que
estos respondían: "Devuélvannos el divorcio, y después vere- sepan aprovecharla para asegurar mejor' su autonomía, a
mos". Por muy insuficiente que fuera a la hora de asegurar el través del acatamiento a las normas que garantizan la utilidad
control de los individuos, por muy inadecuada que fuera para social de los miembros de su familia; de otro modo, perderán
permitir la introducción en la familia de nuevas exigencias esa autonomía y serán nuevamente sometidos al registro de
sanitarias Yeducativas, la institución patriarcal de la familia la tutela.
ofrecía una contención mínima, una base necesaria para el Todo ello implica el pasaje de un gobierno de las familias
mantenimiento del orden social. La supresión, durante la Res- a un gobierno a través de la familia. La familia ya no sirve
tauración, del derecho al divorcio promulgado por la Revolución para identificar a un interlocutor de pleno derecho de los
de 1789 correspondía a la aprehensión que generaba el hecho poderes establecidos, una potencia de la misma naturaleza
de que fuera responsable, por derecho, de la disolución del que ella. Se convierte en relevo, soporte obligado o voluntario
orden, cuyo relajamiento de hecho ya pl¡¡nteaba bastantes de los imperativos sociales, en función de un proceso que no
problemas. Todos los filántropos coinciden, durante los dos consistió en abolir el registro familiar, sino en exacerbar su
primeros tercios del siglo, en que la rigidez del matrimonio carácter, en operar al máximo sobre sus ventajas e inconve-
constituye un arcaísmo, pero un arcaísmo necesario en la me- nientes ante sus propios miembros, para conjugar en dos
dida en que la relación entre los aparatos sociales y la familia clases de acoplamientos -uno negativo y el otro positivo-las
no tiene otras bases. POr consiguiente, este arcaísmo se exigencias normativas y los comportamientos económico-
conservó el tiempo necesario para que pudiera ser desvinculado morales. Acoplamiento negativo: la falta de autonomía finan-
de los conjuntos sociales en los que operaba como una pieza ciera, el pedido de asistencia funciona como índice de inmo-
funcional, Yreconectado sobre nuevos dispositivos, tales como ralidad generadora de carencias educativas y sanitarias que
las cajas de ahorro, el aparato escolar y los mecanismos de justifican una tutela económica adecuada para imponer esas
prevención. Así pues, la familia deja de ser el plexo de una normas. ~ero, por otro lado, el incl..J.mplimiento de esas exi-
compleja red de relaciones de dependencias y pertenencias, gencias sanitarias puede justificar una acción preventiva
para convertirse en nexo de terminaciones nerviosas de cuyo medio material también será la fórmula de la tutela. En
aparatos exteriores a ella. Estos nuevos dispositivos actúan
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nombre del supuesto perjuicio que alguna de estas carencias Entonces, ¿la familia es un agente de reproducción del
causa a sus miembros, la familia se convierte en objeto de un orden establecido? La fórmula convendría para el Antiguo
gobierno directo. Apoyándose en la defensa de los intereses Régimen, donde la familia disponía de favores y obligaciones
de sus miembros más frágiles (niños y mujeres), la tutela precisamente en función de su rango en la sociedad, y donde
permite una intervención estatal, correctiva y salvadora, estaba marcada por su localización directa en los bloques de
pero al precio de una desposesión casi total de los derechos dependencia y las redes de solidaridad. La exclusión de la
privados. Acoplamiento positivo: esa autonomía, que ya no familia del campo sociopolítico y la posibilidad de anclar en
está garantizada, la familia puede pese a todo conservarla y ella los mecanismos de integración social no son producto de
aumentarla. Puede conservarla utilizando su capacidad eco- un encuentro .fortuito entre el imperativo capitalista de
nómica, el dominio de sus necesidades para resolver en la mantenimiento de la propiedad privada y una estructura
esfera privada de los intercambios contractuales los proble- consagrada a la producción de sujeción por el complejo de
mas que pueden plantearse en el plano de la normalidad de Edipo, o lo que fuera, sino el resultado estratégico de una
sus miembros; será, por ejemplo, la facultad, en el caso de una serie de intervenciones que ponen en juego la instancia
familia acomodada, de dominar a través de una psicoterapia familiar pero no se fundan en ella. En este sentido, la familia
el problema de un menor; en una familia popular, en cambio, moderna no es tanto una institución como un mecanismo. Ese
sería motivo de una presión social incrementada sobre ella. mecanismo funciona por la disparidad de las figuras familia-
Aumentarla para que la apropiación de las normas colabore res (bipolaridad popular y burguesa), por las desnivelaciones
con el éxito familiar, es decir, la posibilidad de constituir un entre el interés individual y el interés familiar. La fuerza de
medio adecuado para la realización de cada individuo, resis- ese mecanismo reside en una arquitectónica social cuyo
tente a las crisis y a los fracasos, pero también la posibilidad principio consiste en acoplar siempre una intervención exter-
de buscar mejores combinaciones educativas y conyugales na a conflictos o diferencias de potencial en el interior de la
para la libre contractualidad. familia: protección de la infancia pobre que permite destruir
Compárense ahora los resultados de esta transformación ala familia como foco de resistencia, alianza privilegiada del
de las relaciones de poder entre la familia y los aparatos médico y del educador con la mujer para desarrollar los
sociales con los resultados que se desprenden de la reorgani- -procedimientos de ahorro, de promoción escolar, etc. Los pro-
zación interna de la familia a partir de la promoción de un cedimientos de control social se apoyan más en la compleji-
nuevo saber educativo, es decir, esa bipolaridad de la familia dad de las relaciones intrafamiliares que en sus complejos,
popular y de la familia burguesa antes puesta en evidencia. más en su afán de promoción que en la defensa de sus
Se verá fácilmente cómo el mecanismo de la tutela instaura- conquistas (propiedad privada, rigidezjurídica). Maravilloso
do a fines del siglo XIX puede servir para apoyar y sistematizar mecanismo, pues permite responder a la marginalidad con
el pasaje, en las capas populares, de la familia "clánica" a la una desposesión casi total de los derechos privados y favore-
familia reorganizada según los cánones de higiene domésti- cer la integración positiva, la renuncia a la cuestión del
ca, del reflujo sobre el espacio interior, de la crianza y derecho público, a través de la búsqueda privada del bien-
vigilancia de los niños. Del mismo modo, los dispositivos de estar.
ahorro, de promoción escolar, de consejos racionales tienen En última instancia, se podría decir que ese mecanismo
efecto en el empalme de la familia popular moralizada y familiar no es eficaz sino en la medida en que la familia no
normalizada con la familia burguesa. Entre la impotencia de reproduce el orden establecido, y en la medida en que su
la primera y el pleno desarrollo de la segunda, tejen la trama rigidez jurídica o la imposición de normas estatales no conge-
obsesiva de la promoción que proveerá los rasgos caracterís- lan las esperanzas que alienta, el juego de las presiones y de
ticos de la pequeña burguesía, con su sobreinversión en la vi- las solicitaciones internas y externas. Tan sólo a ese precio las
da familiar, su sentido de la economía, su fascinación por la relaciones de dependencia pueden ser reemplazadas por
escuela, su búsqueda febril de todo cuanto pueda hacer de relaciones de promoción, y las redes de solidaridad sustituidas
ella un buen "ambiente". por procedimientos de reivindicación. Todo esto convierte a la
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familia en esa figura esencial de nuestras sociedades, el
correlato indispensable de una democracia parlamentaria. 4.ELCOMPLEJO
Todo ello permite comprender asimismo que el problema del TUTELAR
siglo xxno será el de la defensa o la supresión de la institución
familiar sino la resolución de las cuestiones que se plantean
en los dds puntos neurálgicos de la confluencia entre familia
y sociedad: l. ¿Cómo lograr conjurar las resistencias fami-
liares y los vagabundeos individuales en las capas popuhtres
sin que la intervención necesaria genere ventaJas de~as1ado
flagrantes o una represión demasiado brutal, pasibles, de
reintroducir formas de dependencia o de sohdandad orgam-
ca (el complejo tutelar)? 2. ¿Cómo compatibilizar al máximo
el principio de la autonomía familiar, sus egoísmos Y sus
ambiciones singulares, con los procedimientos de socializa-
ción de sus miembros (la regulación de las imágenes)?
INTRODUCCIÓN

A de fines del siglo XIX aparece una nueva serie de profesio-


nes: las asistentes sociales, los educadores especializados, los
animadores. Todos ellos se reúnen bajo una misma bandera:
el trabajo social. En la actualidad, estos oficios están en plena
expansión. Bastante marginal a principios de ese siglo, poco
a poco el trabajador social va tomando el lugar del maestro en
la misión civílizadora del cuerpo social, y los sondeos revelan
que también heredó su prestigio. Si bien los trabajadores
sociales aún no son tan numerosos como los maestros, sus
efectivos se incrementan a gran velocidad. En los últimos
diez años, su número llegó a duplicarse, y superaron los
ochenta mil efectivos. Sin duda alguna su unidad, su homo-
geneidad institucional, es menor que la del cuerpo de maes-
tros. No están vinculados con una sola institución, sino que
por el .contrario se insertan como un apéndice en los aparatos
preexistentes: judicial, asistencial, educativo. Pese a estar
diseminados por múltiples espacios de inscripción, están
unificados gracias a su ámbito de intervención, el cual abarca
los contornos de las clases crmenos favorecidas". En el interior
de esas capas sociales, apuntan a un objetivo privílegiado, a
saber, la patologia de la infancia en su aspecto doble: la
infancia en peligro, aquella que no gozó del beneficio de todos
los cuidados de la crianza y de la educación deseables, y la
infancia peligrosa, la de la delincuencia. Toda la novedad del
trabajo social, toda su modernidad está ahí: en ese incremen-
to de la atención dedicada a los problemas de la infancia, en
el consecuente cuestionamiento de las antiguas actitudes de
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represión o de caridad, y en la promoción de un cuid:ad,o duda hay un modelo originario, el judicial, y todos los
educativo sin fronteras, más orientado a la comprensión no son sino copias envolventes. La sustitución de lo
a la sanción judicial, y dirigido a reemplazar la buena con- por lo educativo también puede leerse como una
ciencia de la caridad por la búsqueda de técnicas eficaces. d;ens1ónde lo judicial, como el refinamiento de sus procedi-
Así es como las instituciones de reeducación dan cuenta de_, )IJiento:s, como una ramificación infinita de sus poderes.
su trabajo y describen las etapas de su progreso. La estas dos versiones del proceso de desarrollo del
de las revistas especializadas, las publicaciones de los cen- tfl1b11jo social, nos hemos acostumbrado a asistir desde hace
tros de investigación sobre educación vigilada, poco nos dicen diez años a una serie de disputas resueltas con argumen-
del fun~ionamiento del trabajo social, pero en ellas nnen,o: bien catalogados y réplicas bien aceitadas. Debates fun-
descubnrse la manera en que se concibe su extensión. anleJltEtles, sin duda, pero finalmente estériles, pues ¿cómo
primer término, figuran siempre las cifras sobre delincuen- percibir que para producirse deben permanecer prudente-
cia, las estadísticas de los delitos de menores. Sobre ese en un nivel de abstracción que les resta gran parte de
primer estrato, se inclina el saber criminológico, y detecta er.crac:cnru. Si por ejemplo plantean el problema de la
el pasado de los menores delincuentes, en la organización de su 'arrnlla, el rigor formal de ambas posiciones se vuelve insos-
familia, los signos que tienen en común, las invariantes de y su oposición, gratuita. ¿Cómo seguir sosteniendo
su situación, los síntom.as de sus malas acciones. A partir pr•ev<mc:ió:rlno tiene relación alguna con el ejercicio de
de ahí, pu:de esbozar el r'etrato tipo del futuro delincuente y represivo, cuando en verdad está acreditada judi-
delpredehncuente, ese niño que corre el riesgo de llegar a ser :iallm•'n1;e para penetrar en el santuario familiar, cuando
pehgroso. En torno a él, habrá de instaurarse entonces una el poder de movilizar a tal efecto la fuerza policial? Pero,
infraestructura de prevención, destinada a desencadenar 1s!'':J;~~~~f¿~c'o~';m o denunciar la inflación de los procedimien-
una acción educativa que pueda oportunamente mantenerlo o: y de prevención sin por ello legitimar otra
al margen del delito. Objeto de intervención será a un mismo orlhit.r"rie:cl,,cl. a menudo infinitamente más peligrosa: la de
tiempo, y a su vez, objeto de saber. Se estudiará minuciosa- ¡~a~~:::,',~~~~', que al resguardo de sus cuatro paredes puede
mente el clima familiar, el contexto social que hace que tal o ;r a sus hijos, perjudicar gravemente su porvenir?
cual niño se convierta en un niño "de riesgo". El repertorio de · de estos debates académicos, no queda otra
es?s indicios permite abarcar todas las formas de inadapta- pc1silJilida.d que la de cambiar de pregunta. Dejar de pregun-
ciDn, para construir un segundo círculo de prevención. El ··"<" oc. ¿qué es el trabajo social?¿Una estocada a la brutalidad
trabajo social parte de una voluntad de reducir el recurso a las sanciones judiciales centrales, mediante intervencio-
lo judicial y a lo penal, y se funda en un saber psiquiátrico locales, a través de la suavidad de las técnicas educati-
sociológico Y. psicoanalítico orientado a anticipar el drama, eÍ ¿O bien entraña el desarrollo descontrolado de un apa-
acciOnar pohc.al, y a sustituir el brazo secular de la ley por la estatal que, con el pretexto de prevenir, extendería su
mano abierta del educador. Y, de etapa en etapa, este proceso sobre los ciudadanos hasta en su vida privada, y mar-
-lamentablemente frenado por la inercia de las mentalidades con un hierro discreto pero no menos estigmatizante a
represivas, pero felizmente guiado por las luces del saber- menon:sque ni siquiera han cometido un delito? Se trata, por
idealmente culminaría con una supresión de toda sanción contrario, de interrogar al trabajo social en su quehacer,
estigmatizante en provecho de un examen atento de los casos Yccmsid<Jra:rel régimen de sus transformaciones en su vínculo
individuales. El saber disolvería el poder represivo al abrir un la designación de sus objetivos concretos; dejar de consi-
cam1no para una educación liberadora. Pero bien podría la relación poder-saber según una concepción mágica
~ecirse lo contrario, y muchos no se privaron de hacerlo, no puede imaginar entre ambos términos sino relaciones
mcluyendo a ciertos trabajadores sociales. Este encadena' contaminación o desnaturalización: esas generosas cien-
miento de intervenciones, unas a partir de otras, hace que cias humanas que con sus opinio:iles conducirían a una cuasi-
todas ellas procedan originalmente de una misma definición desaparición de la opresión del hombre en provecho de una
judicial. En ese saber criminológico en forma de muñeca rusa, administración racional de las cosas; ese abominable poder
97
96
J. Un desplazamiento en el contenido
que desviaría los saberes en provecho propio y anularía la
P:Ureza de las intenciones en provecho de u~a dominación de la cosa juzgada
cre!?a Y extensi~a: En suma, procurar comprender el efecto Más ·que un lugar destinado a deliberaciones y juicios públi-
so~wlmente_ dec¡swo del trabajo social a partir de la articula-
cos, el tribunal de menores evoca la reunión de un consejo de
~wn_ ~strategL~a e!~ Lr:s tres instancias que lo componen: lo
administración en una empresa de producción y gestión de la
]Ud!cwl, lo ps¡qwatnco y lo educativo.
infancia inadaptada.
Desde la perspectiva del legislador, esa modulación de la
~- ¿Cuál es el lugar de lo judicial en el desarrollo de estas
teatralidad del aparato judicial sólo estaría destinada a
practicas de control social?
disminuir la distancia que separa a los menores del juez y
2. ¿Para qué sirve la psiquiatría entre la escena judicial y facilitar el entendimiento con los padres en la toma de deci-
las prácticas educativas?
siones. Piadosa representación, en el nuevo lenguaje de la
3. ¿Qué política de la familia pone en marcha lo educativo? concertación, de· motivos mucho menos "democráticos": Al
respecto, cabe remitirse a lo que decían los fundadores
mismos 'de los primeros tribunales de menores, Benjamín
A. LA ESCENA
Lindsay, que fue el primer juez de menores de Chicago en el
año 1899, y sus equivalentes franceses, Albanel y Henri
Introduzcámonos en la salq de un tribunal de menores. A Rollet. En primer lugar, el objetivo era luchar contra la
pnmera vrsta, no percibiremos ninguna diferencia notable excitación que producía en los niños el carácter público de su
con un tribunal ordinario. Un estrado en cuyo centro preside comparecencia. "La falta de público tiene excelentes resulta-
el Juez, rodeado de sus dos asesores; luego, a su izquierda, el dos, pues su presencia en el tribunal lleva al niño a enorgu-
procurador, Y a su derecha, el escribano. Delante de ese llecerse del interés que suscita y a envanecerse al ver su
estrado, una serie de bancos concéntricos. En primer lugar, nombre en los periódicos" 1 . Contra la emoción popular que las
el banco de los acusados, a menudo muy largo debido a la condenas de niños podían despertar. Contra la actitud de los
frec~encra de las comparecencias grupales de menores In- padres que, o bien no se presentaban para evitar que el
mediatamente detrás, el de los padres de los acusados; !,;ego, oprobio de una condena recayera sobre ellos, o bien venían
al?o :'-partad~, el de los educadores y algunos asientos para el para arrancar al niño de las redes del aparato al precio de
pubhco. El mismo aparato, podría pensarse pero miniaturi- patéticos relatos de miseria y sufrimientos. En suma, había
zado. Just~~ia "familiar": el acceso está prohibido al público, que matar al Gavroche -al niño vergüenza de la familia, al
~on e:cepcwn de aquellas personas que tienen un reconocido
niño orgullo del pueblo- obligando a la familia a comparecer
rnte~es por los problemas de la infancia, previa autorización
con él y eliminando al pueblo. 2
del JUez. Por lo_ ~emás, 1~ exigüidad de la sala genera una Pero sólo al pueblo, no a las personas de bien: desde los
relativa Impreswn de mhmidad. Justicia de las familias: su años 1860, una cámara del tribunal deh Seine se especializó
pre~e~cia en el lugar está prevista. En suma, un dispositivo
en los juicios de menores y, además de algunos curiosos, se
escemco que no difiere demasiado de aquel que suele utilizar- vieron llegar personas de calidad en busca de una ocasión
se P~:a los adultos, pero con dimensiones más reducidas en interesante. Cuando un niño aún no muy marcado por el vicio
f~ncwn de la ed':~ de quienes comparecen, y un carácter más estaba por ser enviado a un correccional de menores, a falta
discreto en funcwn de las personas interesadas. Sin embar-
go, hay que verlo en funcionamiento para descubrir detrás de 1Henri Rollet, prefacio a Chloé Owings, Le tribunal pour enfants, 1922.
2 Sobre dicha transformación, véase: Henri Joly, L'enfance coupable,
esta apanencia mtangible una serie de desplazamientos combat contre le crim.e, 1892; H. Rollet, Les enfants en prison, 1892;
fundamentales de la práctica judicial. EdouardJuhliet, "Tribunaux spéciaux pour enfants aux États-Unis", 1914;
E. Huguenin, Les tribunaux pour enfants, 1935; De Casabianca, Les
tribunaux pour enfants en ltalie, 1912; Albanel, Étude statistique sur les
enfa.nts en justice, 1897.
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de una familia que reclamara por él, podía verse a una de estas artículos deportivos. Eso en cuanto a la honorabilidad. En
figuras respetables proponer amablemente al tribunal hacerse cuanto al interés por Jos problemas de la infancia, excepto los
cargo del niño. La instauración del moderno tribunal de numerosos casos en que las profesiones mencionadas lo
menores aún reserva cuidadosamente un lugar para estos requieren, lo acredita la pertenencia al consejo de adminis-
preciosos personajes. Más aún: lo organiza haciendo de ellos tración de tal o cual organismo público o privado encargado
colaboradores institucionales del juez. de la juventud.
En una primera etapa, aún pueden encontrarse en la sala En la sala Jos educadores: representémoslos jóvenes,
observadores atentos y discretos, autorizados en virtud del sobriamente v'estidos y con barba. En tanto emanación de las
poder delegado por tal o cual organización filantrópica. Una instancias tutelares en la vida de los jóvenes, los educadores
vez que el juez interrogó al niño y evocó todas las informacio- tienen que estar cerca de los menores en cuanto a la edad,
nes disponibles sobre él, los miembros de las sociedades pero ser asimismo buenos conductores de la gravedad de sus
entregan su tarjeta personal al juez en aquellos casos en que mandantes. El uso casi sistemático de la barba s1rve para
desean quedarse con el niño. El resto es encerrado en las introducir cierto hieratismo en esos rostros jóvenes que
casas del Estado. Este aspecto del mercado de esclavos fue todavía pueden traicionar reacciones espontáneas. Su tarea
desapareciendo con motivo de la polarización del género consiste en iniciar a los jóvenes en la vida, ponerlos a tra-
filantrópico en dos categorías: las instancias tutelares, pre- bajar, enseñarles la disciplina colectiva, inducirlos a confiar
sentes del otro lado del estrado, y los agentes de ejecución de en Jos responsables. En el tribunal, dan cuenta del combate
los organismos de tutela, que Jos reemplazan en la sala y que han librado contra las fugas del adolescente. Ellos pue-
vienen a dar cuenta de sus mandantes. den ser la causa de que un menor comparezca ante el
Debemos la inscripción de notables en el aparato judicial tribunal: consecuencia de un informe de libertad vigilada,
al fascismo musoliniano y a la legislación de Pétain. Primera señalamiento de una fuga, solicitud de un establecimiento de
versión: los benem.erito, definidos en el código musoliniano · pasar su internación de un registro dvil al registro penal,
como "ciudadanos que brindaron ayuda en materia de asis- más intimidante: ante un chente excesivamente rebelde, un
tencia y versados en las ciencias biológicas, psiquiátricas, establecimiento que dispone de él a título de "protección de la
antropología criminal, o ciencias pedagógicas, animados por infancia", conforme a la ley de 1958, puede sugenr pasarlo a
el noble sentimiento del deber que constituye uno de los fun- ]a ley de 1945, ley penal relativa a la infancia delincuen~e; en
damentos del fascismo y del buen funcionamiento de Jos tri- vez de estar en posición coercitiva respecto del ntno, el
bunales de menores".' La fórmula es aplicada en Francia a establecimiento también se convierte en la forma de escapar
principios de Jos años cuarenta, y aún perdura sobre la base a una coerción más poderosa: la cárcel. Y nunca falta un
de los mismos principios. Se trata de "civiles" voluntarios, pecadillo para operar ese desplazamient~ de !o asistencial a
propuestos por el juez de menores al ministerio para su ]o judicial. Por otra parte, el educador esta ah1 para ':'formar
habilitación. Los criterios son la honorabilidad y el interés sobre el estado de la disponibilidad de Jos medws de mterna-
manifestado por los problemas de la infancia. Por ejemplo, ción e intervención sobre un niño cuando este cae por primera
entre los catorce asesores del tribunal de menores de Valen- vez en manos de la justicia.
ciennes, figuran el director de una empresa de transportes, Inserta en esa doble red de tutores sociales y técnicos, la
un agente de seguros, tres profesores de bachillerato, una ex familia aparece como colonizada. Ya no hay dos instancias
abogada, la esposa de un director general, un procurador, un enfrentadas: la familia y el aparato, sino, en torno al niño,
empresario de la construcción, el director del centro de una serie de círculos concéntricos: el círculo familiar, el
orientación escolar y profesional, un ingeniero, un jubilado círculo de técnicos, el círculo de tutores sociales. Resultado
de la Cruz Roja, un inspector de academia, un comerciante de paradójico de la liberalización de la famili~, de la emergencia
de un derecho del niño, de un nuevo eqmhbno de las relacw-
:l Pierre de Casabíanca, Cuide a l'usage des rapporteurs et délégués pres nes hombre-mujer: cuanto más se proclaman esos derechos,
les tribunaux, 1934. más se estrecha en torno de la familia pobre la tenaza de un
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poder tutelar. El patriarcalismo familiar no es destruido sino
al prec~o de un patriarcado de Estado. Como prueba, la · contra los calabozos, los golpes y la explotación del trabajo de
ausencia .~u y frecuente del padre. ¿Porque está ocupado en Jos menores. El año 1909 fue asimismo aquel en que se decidió
su trabaJO. Sm duda, pero hay más, pues, cuando está la creación de cursos e internados de perfeccionamiento (los
presente, nueve de cada diez veces, se queda callado y cede la futuros IMP),'anexos de la escuela primaria obligatoria adon-
p~labra a su esposa .. Da la .sensación de que su presencia tan
de esta podrá derivar a los inestables, a los débiles mentales,
solo se debe a la msistencia de esta última, o bien al hábito a los perversos y a los reivindicativos. En ese mismo período,
adqmndo de plegarse a las convocatorias, pero sin duda no se esbozan las formas modernas de intervención médica
con la esperanza de tener un papei.·Porque, para él, no había sobre el medio. El antiguo mercado de la infancia estaba
papel posible. Su función .simbólica de autoridad ha sido organizado en torno a técnicas conventuales y militares,
acaparada por el juez; su función práctica la ha tomado el conectado con la autoridad familiar y religiosa, policial y
educador. Qu~da la madre, cuyo papel no es asfixiado, sino judicial. El nuevo mercado busca sus métodos en el ámbito de
por el contrariO preservado, solicitado. Con la condición de la medicina, de la psiquiatría, de la pedagogía: procura
que se sitúe en algún lugar entre la súplica y la dignidad aprovisionarse más directamente por sus propio medios, la
deferente. Es el lugar del "abogado natural" ante el poder selección escolar, la prospección por los trabajadores socia-
tutelar encarnado en los jueces. En suma, una disposición les. Ahora bien, más que una lucha entre dos sistemas, lo que
q~e recu~rda las más antiguas reglas patriarcales, con la sola
se opera aquí es una verdadera metamorfosis, llevada a cabo
diferencia de que el padre ha sido reemplazado por el juez y mediante reajustes acrobáticos, pero en última instancia sin
los pan entes por los mentores sociales y técnicos. El tribunal demasiado dolor. La familia Bonjean5 poseía numerosas
de menores: una forma visible del Estado-familia de la casas que habían sido escenario de esas famosas revueltas;
sociedad tutelar. ' para evitar esos episodios, las convirtieron en pensionados
. Con.sejo de .administración "familiar" de un ámbito de la para jóvenes ciegos. La Congregación de N otre-Dame de la
mfancia amphado por la pérdida de los límites claros entre el Caridad del Refugio, cuyo convento Saint-Michel dirigía la
orden familiar y el ordenjudicial: administra al niño tanto en corrección paterna para muchachas desde 1825, compra un
el seno de su f~~~lia com? en los establecimientos especiali- establecimiento en Chevylle-Larue, que poco a poco llega a
zados. La apancwn del tnbunal de menores es correlativa de ser el principal centro de observación de las menores delin-
una or!!anización del mercado de la infancia. Las colonias cuentes. Está animado por eminentes psiquiatras y psicólo-
correcciOnales de Estado, donde la justicia internaba a Jos gos, entre los cuales figuran el doctor Le Moa!. Las famosas
n1ños delincuentes, y las "casas paternas", donde la familia casas del Buen Pastor, que durante el siglo XIX se mantenían
mandaba encerrar a los menores insumisos, poco a poco son en parte gracias a las dotaciones y en parte gracias al trabajo
reemplazadas por un conjunto unificado de intervenciones de las muchachas cuyas familias depositaban allí cuando no
que va:' del régim~n abierto, es decir, la familia (asistencia podían destinarlas al matrimonio, se pusieron prudentemen-
educativa en medw abierto.), al medio cerrado, él mismo te al servicio de la nueva política judicial y asistencial, y
reorgamzado. La fecha de oficialización de los tribunales de lograron que el Estado las financiara al precio de la jornada
menores es 1912. En el año 1909 había estallado el escándalo pagada por cuidado de menores en peligro moral. Paralela-
de. 1?8 presidios para niños, cuyo punto de partida fue el mente se desarrolló un nuevo sector privado de casas discre-
smcidw de un chico detenido en la casa paterna de Méttay. tas, internados educativos, "academias particulares", clíni-
Tra~ lo c':'alse produjo una serie de revueltas en las colonias cas privadas, que en su conjunto se caracterizan por una
pemtencianas, que, por las revelaciones a que dieron Jugar fuerte estructura "psi". De ese modo, se amplió el mercado de
ocasiOnaron persecuciones judiciales contra el personal y Jo~ la infancia inadaptada gracias a la irrupción del contingente
directores. Los periÓdicos y los grupos políticos de izquierda 4 Institutos médicowpedagógicos y también EMPRO (establecimiento médi-
lle;,aron adelant~ '!na campaña contra esas "casas dé alqui- cowprofesional).
ler cuya sola uhhdad era producir "almas de sublevados" 5 E. Bonjean es autor de un importante libro sobre el tratamiento de los
niños irregulares, Enfants revoltés et parents coupables, 1882.
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de "indomables" y de "incapaces", y el de la escuela gracias a personas que sólo llegan a ver su cuerpo y que discurren sobre
la reconversión de los organismos de encierro en un servicio su situación sin que él pueda mirarlos.
de régimen abierto. Se modificaron, asimismo, las formas de El principal efecto de esta transformación es anular la
financiamiento gracias a la nueva relación entre lo público y representación de una justicia equitativa, habitualmente
lo privado: el Estado financia más, por lo tanto, controla más, sugerida por la oposición formal entre el procurador y el
por lo tanto, hace subir los precios de las formas de asistencia abogado. Aquí, más allá del hecho de que la intervención de
que pueden evitar ese control. Por último, ese mercado se ambos es limitada, no es excepcional escucharlos decir lo
unifica en el mmnento en que toma como patrón de referencia mismo. El procurador está visiblemente limitado por la
a la instancia psiquiátrica, que maravillada descubre en la definición "social" del tribunal de menores. La mayor parte
confusa población del antiguo encierro a sus clientes predi- del tiempo, se contenta con exigir la "aplicación de la ley'',
lectos, el aquí y ahora práctico de una teoría psiquiátrica conforme a la fórmula consagrada. El abogado suele ser
radicalmente nueva. requerido de oficio en función de la pobreza de las familias y
de la escasa importancia de los delitos. Pero es su propia
2. Un desplazamiento presencia, de uno y otro, aquello que en el tribunal de
en la forma del juicio menores plantea un problema: a tal punto las fórmulas
clásicas del alegato y de la requisitoria parecen caducas en
Más que una instancia de decisión judicial, el tribunal de ese contexto. Tomando la palabra después del educador,
menores evoca una reunión de síntesis psiquiátrica o una evidenciando un menor conocimiento que este último en
presentación de enfermos en los buenos tiempos de la Salpé- cuanto a la situación del menor y su familia, el abogado
triere de Charcot. selecciona ciertos elementos de su informe y los dispone
En el desarrollo de una sesión de tribunal clásico, la escena conforme a la retórica del alegato: "infancia desdichada ...
se constituye en torno a dos enfrentamientos cruzados: el del solicito al tribunal que le dé una oportunidad, puesto que
juez y el inculpado, el del procurador y el abogado. Los demás nunca la ha tenido ... " o bien: "familia honorable ... nada
actores (testigos, expertos o parte civil) llamados a declarar permite pensar que los hechos que motivan su presencia aquí
ante el tribunal están incluidos en el cuadrilátero dibujado puedan reproducirse ... ". En estas condiciones, la contradic-
por esos cuatro protagonistas. De tal modo, el acusado tiene ción entre la defensa y la acusación tiende a cero. Para salir
al menos el dominio visual del campo de fuerza en que se de esta posición tan complicada, el abogado se identifica con
discute su caso. En un tribunal de menores, sobre un esque- el tribunal, puesto que este último se apropió de la solicitud
ma básico muy similar en apariencia, la emergencia de que en un principio él poseía, y, por poco que el procurador se
nuevos actores dispuestos de otro modo acaba con ese privi- haya adormecido, le roba su rol, mucho más fácil a fin de
legio y, por ende, modifica la naturaleza de la representación. cuentas. En torno al niño culpable, se genera entonces la
Consideremos el orden de las intervenciones y las posiciones ronda de los adultos responsables.
respectivas de los actores. En primer lugar, el juez en su El enfrentamiento convencional entre el procurador y el
estrado; en segundo lugar, frente a este último, el acusado, abogado, sus disputas retóricas, quedan así relegados a un
que lo mira continuamente, puesto que está prohibido dar la segundo plano por una nueva planificación de los discursos,
espalda al tribunal; en tercer lugar, detrás del acusado, su superpuestos esta vez conforme a una jerarquía técnica que
madre y con menor frecuencia su padre; luego, más atrás, anula toda posibilidad de debate contradictorio.
el educador. Por último, a la derecha y la izquierda del Desajuste entre el discurso del juez y el del niño. La
acusado, el abogado y el sustituto. La escena se amplía y evocación de la infracción no es para el juez sino una ocasión
adquiere una profundidad que escapa a la mirada del para evaluar el carácter del acusado o, más bien, para
acusado. Imaginemos la situación: frente a él está el juez, verificar aquello que ha sido consignado sobre su carácter en
figura desencarnada por el uso de la toga, que escruta sus el expediente: si niega la infracción, esta negativa se adecua
expresiones, su postura, su vestimenta. Detrás de él, hay al aspecto disimulador de su personalidad revelado en el
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examen psic?lógico. Esta relación se parece más al vínculo
entre un mstitutor y un mal alumno o al del psiquiatra con su río representárselas como insertas unas en otras, conforme
"buen" enter~o
.1' -e1 uno hace al otro, en todos los casos- que a un principio de superposición que obtiene su apoyo decisivo,
al_enfrentamient? entre un acusado y sus jueces. El mismo su tope último, en el tribunal de menores. Por consiguiente,
prmcipw de desaJuste se reproduce en las intervenciones de en la cima se encuentra ese tribunal de menores, destinado
los padres y de los educadores. Estos últimos prácticamente a los menores que han cometido delitos (ordenanza de 1945).
no pueden dialogar o interpelarse, puesto que sólo tienen Inmediatamente después, está el juez de menores, es decir,
d~recho a dirigirse al juez, y, por lo demás, no hablan el el mismo que preside el tribunal, pero que reside solo en su
mis:t_n_o lengu":je, ~ ~iferencia del procurador y el abogado. La gabinete para decidir sobre el caso de los menores en riesgo
famiha, en pnncipiO, está ahí para explicar y (o) defender el (ordenanza de 1958). Un menor es considerado como tal
comportamiento de su progenie, pero es contrariada en su. cuando su salud, su seguridad, su moralidad y su educación
papel por la acusación implícita o explícita que pesa sobre están en peligro. En la práctica, esto quiere decir niños
el!~: es cuando _menos parcialmente su culpa que el niño esté reclutados, no por el procedimiento policial de arresto, sino
ah1. A prmcipiOs de la sesión, se leen las informaciones por el procedimiento delacional de señalamiento. Una insti-
recabadas por la encuesta social. De ahí el repertorio tan tutriz, un trabajador social, un vecino señalan al juez la
escasamente variado de sus intervenciones: autojustifica~ existencia de una familia "de riesgo". Las modalidades de
ción: <(Hice lo que pude"; i:p.tento de enternecer: escenas de acción posibles para el juez son las mismas que para el
llantos Y promesas de un nuevo comienzo· renuncia: "N o tribunal de menores, exceptuando las penas. Un escalón más
puedo más, señor presidente, me ha hecho de todo". abajo, se encuentra la ayuda social a la infancia, ]a antigua
Re~apitulemos. El tribunal de menores sólo distribuye Asistencia Pública. Se trata de una enorme administración
s~~ectiVamente las penas. En lo fundamental, administra a cuya gestión es básicamente autónoma, pero que está iigada
mno_s sobre los,cuale~ pesa la amenaza de aplicación de un al juez de menores por una multiplicidad de vínculos prácti-
castigo. La razon oficml del carácter no público del tribunal cos y jurídicos. Tiene el mismo tipo de activídades que los
es esa voluntad de prevención. Opera uua discreta dilución servicios deljue~ de menores: reclutamiento por señalamien-
de la pena en lugar de concentrarla. La acción preventiva se to o abandono, internación en establecimientos o asistencia
propone cercar el cuerpo delictivo en lugar de estigmatizado educativa en régimen abierto. El juez de menores puede
ostentosamente. En el abanico de sanciones de que dispone enviarle menores para su internación y, cuando la Ayuda
e~ tnbunal de ~-errores, la prisión firme constituye en princi- Social a la Infancia quiere tomar una decisión importante,
P.IO una excepcwn. Cuando se la admínistta, suele ser condi- también puede por ejemplo transformar una internación
ciOnal ~on pu~sta a prueba o libertad vigilada. La medida temporal en una internación definitiva (si ella estima que lo
educativa radica en esa brecha abierta por el carácter sus- mejor es no restituir el niño a su familia); puede y debe
pensivo de la pena. Ya sea que se la llame "asistencia apoyarse en la autoridad del juez para implementar esa
educativa en régimen abierto", "libertad vigilada" "puesta a decisión. Por último, en la base, está esa vaStísima nebulosa
prueba", "colocación_ en hogar de semi-libertad"~ "libertad que es la psiquiatría infantil: Institutos Médico-Pedagógicos,
condicional", siempre es por naturaleza un derivado de la Centros Médico-Psico-Pedagógicos, dispensarios, centros de
cárc~l. Hay que ver las dos c~¡~ras de este origen penal de las orientación infanto-juvenil, etc.; los vínculos con el juez de
medidas educativas, y no sólo'uh¡i de ellas como suele hacer- menores se vuelven extremadamente tenues en el plano
se. Enun sentido, ella le "da·ll,:na oportunidad" al menor jurídico: una vaga posibilidad de control de !ajusticia sobre
culpable al condenarlo únicamente a medidas de control En los establecimientos, pero importante en la práctica: el juez
otro sentido, al borrar la separación entre lo asistencial-y lo de menores manda efectuar internaciones y "cubre" sus
penal, amplía la órbita de lo judicial a todas las medidas de problemas disciplinarios. Hay, pues, una repercusiÓn de esa
cor~ecci?n. ~ara comprender las relaciones recíprocas entre dilución de la pena en las medidas educativas y asistenciales.
las InstituciOnes relativas a la infancia irregular, es necesa- Por la continuidad que establece entre las diferentes instan-
cias de intervención correctiva sobre los comportamientos,
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los ubica en la órbita del aparato judicial, genera la posibilidad la cuestión litigiosa (el delito, el problema de derecho) queda
de una capitalización de la vigilancia que sobrexpone a los desactivada en provecho del comportamiento, de la norma, del
menores interesados a una identificación penal. Ejemplo: la problema de la adaptación, y se convierte en un asunto de
internación en un centro de un niño demasiado vagabundo es especialistas? ¿Quién? Pues bien, precisamente ¡los especialis-
una medida educativa que puede tomarse sin que el menor haya tas! Solo ellos pueden argumentar la necesidad de que un niño
cometido delito alguno; pero, si se fuga, con ello comete un delito pase de tal estatuto a tal otro, de sacarlo a su familia o volver a
y se vuelve pasible de persecuciones penales. Otro ejemplo más: colocarlo en ella, de dejarlo en un Instituto Médico-Pedagócico
la acumulación frecuente entre los menores de penas con o enviarlo a un hogar de la infancia, un internado de reeduca-
suspensión de la ejecución, que se vuelven ejecutables a la ción, un hogar para jóvenes trabajadores o a una cárcel. El
primera infracción que puedan cometer al cumplir la mayoría escalonamiento de los servicios sociales de la infancia inadapta-
de edad, es decir, cuando ya no rige la clemencia tutelar. da, conforme a un orden de gravedad, de estigmatización
En rigor, el tribunal de menores no decide en función de los creciente, que puede ir de "la pequeña psiquiatria" a la justicia
delitos, sino que examina individuos. Desmaterialización del penal, es el principal medio de presión de que disponen sobre las
delito que ubica al menor en un interminable dispositivo de familias. Mandar a un hijo a un Instituto Médico-Pedagócico es
instrucción, de juicio perpetuo. Borradura de la línea diviso- pese a todo menos grave que verlo internado en un centro de la
ria entre la instrucción y la decisión. El espíritu de las leyes Asistencia Pública o en un '¡correccional". Tiene algo de cuidado
(las de 1945 y 1958) sobre la infancia delincuente y pre- médico: ni oprobio ni risita de los vecinos, en fin, no demasiado.
delincuente exige que se tome en consideración, más que la Vale la pena someterse a un poco de psiquiatría de sector. Pero,
materialidad de los hechos reprochados, el valor sintomático, si se refunfuña, si se resulta ser un "infra-psiquiatrizable",
aquello que revelan en cuanto al temperamento del menor, al entonces terminará inevitablemente en los hogares de la Ayuda
valor de su medio de origen. La instrucción debe servir no a la Infancia. Ahora bien, este servicio se ha desarrollado con-
para establecer los hechos, sino como medio para acceder a la siderablemente en los últimos años; es el punto débil de un
personalidad del menor. Es la ocasión para desencadenar sistema correctivo que no deja de crecer. Entonces, para
medidas de observación del niño, en su medio, si se lo deja descargarse del exceso de solicitudes, de comportamientos
libre (Observación en Régimen Abierto), en el internado o en indóciles, los servicios sociales pueden, a su vez, derivar hacia
la cárcel. En ese momento, los psicólogos o psiquiatras inter- la justicia de menores.
vienen para examinarlo y ordenan una investigación sobre El tribunal de menores no es una jurisdicción menor para
su familia a través de la gendarmería o de las asistentes menores, sino la piedra de toque de un gigantesco complejo
sociales. Así pues, la verdadera instrucción se convierte en tutelar que abarca además de la predelincuencia (alrededor
una evaluación del menor y de su medio a través de una de 150 mil niños), laAyudaSocial a la Infancia (650 000 niños)
cohorte de especialistas en patologia social. Evaluación que y buena parte de la psiquiatría infantil (imposible de poner en
se vuelve acción después del juicio. Pero sólo la apelación ha números, pero ciertamente más elevada que la Ayuda social
cambiado. Son los mismos educadores, las mismas asistentes a la infancia). Piedra de toque por la posición de bisagra que
sociales, los mismos psicólogos que, después, visitan a la ocupa entre una instancia retribuidora de delitos (la justicia
familia, intervienen ante el niño, envían al juez informes ordinaria) y un conjunto heterogéneo de instancias distribu-
regulares donde solicitan, en función de sus impresiones, la tivas de normas, !ajusticia para niños se apoya en la primera
reconducción o la transformación de la medida. La borradura para garantizar y ratificar el trabajo de las segundas. Por una
del delito también tiene su repercusión: el desplazamiento de parte, les confiere una autoridad, una capacidad de coerción
la forma jurídica de apelación del justiciable al justiciero. La necesaria para su ejercicio. Por otra, filtra productos negati-
posibilidad jurídica de apelación existe para los niños y sus vos del trabajo de normalización. En este sentido, cabe decir
familias, pero pocos son los que recurren a ella. Pues, ¿cómo que es el aparato judicial el que produce a sus delincuentes,
protestar contra decisiones que retienen la aplicación de una puesto que aquellos que pasan del registro tutelar al registro
pena en sentido estricto? Y ¿quién podría hacerlo, puesto que penal, y que constituyen una gran parte de los delincuentes
108 109
habilidad de sus respuestas Jo convierten en un pequeño
r l
1
adultos, fueron previamente evaluados como refractarios a la adulto. Los psiquiatras diagnostican inmadurez afectiva,
acción normalizadora. Ese filtro orienta hacia una carrera de pero el hecho de que disponga de la astucia suficiente para .l ·.1
• ·¡
delincuentes a quienes no aceptaron seguir el juego. A par- burlarse de ellos Jos lleva a conclui~ que nad': queda porhacer 1
tir del delito ocasional de un niño o de la denuncia -hecha por en ese sentido, que es preciso cambiar de registro y destmarlo
personas bien intencionadas o especialistas profesionales- a la cárcel. Tanto más cuanto que esta vez su. comparece~c1a
del peligro que corre en su familia dada la falta de vigilancia de se debe a delitos graves: robo de auto, maneJar sm permiso,
que es objeto, se pone en marcha un procedimiento de control robo de una importante suma de dmero. . 1
y tutela que Jo va conminando a elegir entre un sometimiento Todo habría segiiido así y con aparente buena fe si. n_o 1
a las normas y una orientación difícilmente reversible hacia hubiera habido, una vez no es costumbre, un abogado decidi- 1

la delincuencia. Lo importante, para el aparato, es la identi- do a defender a Ounadjela. En primer lugar, este a?.og_ado_ va
ficación del individuo, su inflexión hacia una vida "sin histo-. a subrayar más o menos directamente el aspect~ maquma
rial" o una carrera de delincuente repertoriada, eliminar la · stradora" de decisiones ya tomadas por otras Inst~ncias,
sorpresa en provecho de la gestión en un registro y otro. ~~~pio de Jas .prácticas de vigilancia que caractenza~ al
Para ilustrar esta tesis, presentamos a continuación el tribunal de menores, su proceder respecto de 1~ suspenswn o
relato del proceso de Ounadjela Boubaker, un menor argelino Ja atribución de penas. En efecto, ¿cómo _se explica -:J?regiinta
de catorce años, que compareció en 1974 ante el tribunal de el abogado ante tribunal- que se renunc~e a la el<;ccwn de un:'
menores de Lille. En el momento e~ que su proceso comienza, medida educativa sin deliberación preVIa? ¿Qu_e cl~se de tn-
Ounadjela está detenido en la cárcel de Loas. Llevado por la bunal se pronuncia antes de haber debatido? ¿Que clase de
gendarmería, le sacan las esposas en la sala y toma asiento tribunal de menores es ese que encierra con total seremd~d
en el banco de los acusados delante de sus padres endomin- a un menor de catorce años en una prisión~ donde en pnnc1p1o '.
gados. La sesión se abre con un interrogatorio sobre su iden- solo hay condenados a penas largas? ¿Cual es para el (y para 1,11,
tidad y la lectura de fragmentos de su expediente social y Jos demás ... ) el valor formativo de tareas t~les como_ el p~gar
psicológico. Esa lectura nos informa que Ounadjelaya ha sido etiquetas 0 arreglar sillas, en que Jo ocupa_r,an en la cm;:cel. En l.
objeto de toda una serie de medidas educativas y asistencia- ~egiindo Jugar, el abogado pone en cuest10n la extrana rela- i ''1'¡,
les que resultaron ineficaces y sobre todo inaplicables. Seña- ción que el tribunal de menores mantiene con los delitos, esa ¡
lado en un principio por la insuficiencia educativa de su manera suya de tratar como mero síntoma de ':'-n ~nto~~o
entorno (su madre está divorciada y su hermana ha sido nocivo, 0 ponerlas de relieve c?mo prueba de un.a.. Inc~Inacw:r;
objeto de medidas judiciales), obtuvo el beneficio de una irreductible a la delincuencia? En esta ocasiO'.', ¿de que
asistencia educativa de régimen abierto. Pero la asistente delitos se trata? ¿Robo de auto? Pero el propietariO del
social a cargo nunca pudo mantenerlo bajo control. Un edu- vehículo reconoce haberle prestado las llaves. Hizo la denun-
cador toma el relevo pero tampoco tiene éxito. Colocado por cia a instancias de la policía: le explicaron que el segiiro no le
tal motivo en un internado de reeducación, permanece allí reembolsaría los gastos ocasionados por el accidente de
tan sólo tres días. Lo vuelven a atrapar, pero se escapa una Ounadjela a menos que presentara la denuncia. ¿Mane!ar sm
vez más. Cuando la policía lo detiene, se muestra conciliador permiso? Por supuesto, pero ¿acaso se manda a la caree! a
y arrepentido; Jo vuelven a soltar y, de inmediato, desapare- todos los menores que cometen ese delito? Para lograr t~l
ce. La primera vez que Jos psicólogos le hacen pasar un test, cosa, habría que vaciar las cárceles de todos l~s demas
siendo que sus fúgas podían llevarlo a la cárcel, muestra un internos. ¿Robo de una importante suma de dmero. Pero ~se
coeficiente intelectual rayano con la debilidad mental. Cuan- dinero pertenecía a su madre, y por lo tanto no hay dehto
do es evaluado en el interior de un establecimiento educativo, alguno. Para darle el carácter de dehto, el tnbun~l alega que
revela un QI claramente superior al promedio. Furia deljuez: ha sido robado de la mochila del cuñado de Ounadjela, a qmen
"¿Te haces pasar por imbécil o realmente lo eres?". Dadas las la madre había encargado el cuidado de su dmero. Por
condiciones, estima el magistrado, ya no se puede esperar consiguiente, hubo robo, dice el juez, puesto que hubo pene-
nada de él en el plano educativo. Su madurez física precoz, la 111
110
tración en el cuarto donde vivía el cuñado. Mala suerte: no práctica tiende a la indeterminación de las medidas, existe un
hay puerta que separe su cuarto de la sala común de la riesgo incesante de conflicto de competencias, de una reducción
familia, sino tan sólo una simple cortina. Esa cortina ¿estaba de uno a la lógica del otro. La vocación educativa del aparato
o no descorrida? ¡Ah, esas familias magrebíes, con su sentido judicial nació cuando se volvió flagrante que el sistema penal
extensivo de la parentela y esa costumbre de no tener sepa- era inadecuado para encauzar el importante flujo de niños
raciones en las viviendas, son judicialmente intolerables! irregulares, todos esos menores que se escabullían por la
Esta vez, Ounadjela la sacó barata. Pero ¡cómo ha dejado brecha abierta entre el antiguo orden social y el nuevo orden
en evidencia el funcionamiento de la justicia de menores! escolar aprovechando el carácter poco experimentado aún de
Justicia ficticia en el sentido de que no tiene actividadjudicial su conexión. Demasiado numerosos para poder sacárselos de
propia, sino que desempeña un papel de relevo, de intercam- encima mediante la cárcel, demasiado despiertos y demasiado
biador entre dos jurisdicciones que disponen de una lógica ''salvajes" para ser pasibles de prácticas caritativas, requerian
autónoma: !ajusticia penal ordinaria y la jurisdicción invisi- otra solución. Otra solución, aun cuando se tratara de la
ble de las instancias normalizadoras agrupadas en un solo educación por orden judicial. Sin embargo, por haber obturado
complejo tutelar. Por su cercanía con la justicia penal, el así esa "línea de fuga" que constituían los menores vagabundos,
tribunal de menores aporta su legitimidad a las prácticas de !ajusticia de menores introdujo otra en el corazón del aparato
vigilancia, sobre ellas extiende la sombra protectora de la ley, judicial: esa educación que para llevarse a cabo tiende a
su facultad virtual de coerción. Por sus vinculas con las disolver la lógica judicial y reduce a una mera función de
prácticas correccionales, puede librarlas de los elementos apoyo el poder que la inspiró. De ahí la necesidad de recurrir
refractarios, gracias a un dispositivo vaciado del carácter a un medio de control de las actividades educativas, la
democrático de las formas jurídicas clásicas: la naturaleza aparición de esa jurisdicción extrajudicial que progresivamente
pública y contradictoria de los debates, la posibilidad efectiva encamaría la psiquiatría en las zonas aledañas a los tribunales
de apelación. de menores.
Por tal motivo, no es del todo correcto considerar el desa-
rrollo del trabajo social como una expansión del aparato
judicial. Sin duda ese aparato cumple una función de amarra B. EL CÓDIGO
de las diversas formas de intervención; sin duda le otorga, ya
un poder directo, ya la posibilidad indirecta de servir como Abramos algunos expedientes de niños delincuentes o en
recurso para los casos rebeldes. Sin embargo, en ese proceso, peligro moral. En la multiplicidad de piezas, juicios con sus
¿no sería importante señalar que el aparato central sigue el respectivos análisis jurídicos, informes de asistencia educa-
movimiento pero no lo impulsa? Pues, si bien su autoridad se tiva y consultas médico-psicológicas, tendremos la impresión
extiende así sobre una población infinitamente mayor que la de asistir a una infinita repetición del mismo discurso. Ello
de los delincuentes, se trata de una autoridad cada vez más puede explicarse por un efecto propiamente burocrático: esos
simbólica. Abarca, en el sentido feudal del término, un documentos suelen copiarse unos de otros. Sin embargo, esa
dominio ampliado de prácticas de control, pero raras veces homogeneidad se debe sobre todo a la reunión de las diversas
las inspira y sólo toma decisiones en relación con ellas. Por observaciones efectuadas sobre el menor y su familia en una
otra parte, tiende a perder en el camino los criterios de sola instancia, a saber: la Consulta de Orientación Educativa
funcionamiento que constituían su propia credibilidad: el (coE). En ella, el resultado de un saber de investigación
debate público y contradictorio, la posibilidad de apelar. Deja inquisitorial (la encuesta social) y el de un saber clasificato-
de ser un dispositivo central de atribución de sanciones y rio, los exámenes médico-psiquiátricos y los tests psicológi-
pasa a tener el estatuto de pieza adyacente de un dispositivo cos están reunidos en un saber interpretativo, de inspiración
de control cuya lógica se basa en lo judicial al tiempo que lo psicoanalítica. Saberes heterogéneos situados en una pers-
disuelve progresivamente. Entre el juez, cuyo ejercicio está pectiva común, reunidos en una misma jurisdicción extra-
fundado en la ley, y los servicios sociales educativos, cuya judicial -compuesta por educadores, psicólogos, asistentes
112 113
sociales y médicos psiquiatras y psicoanalistas- que habrá de
sitorial,_ clásico e interpretativo-, hay aparición y extensión
elaborar una síntesis y dar una opinión motivada acerca de la
pr_ogr~~Iva, ca~ binación cada vez más sistemática y autono-
medida más oportuna para aplicar al menor. mizacwn relativa respecto de su instancia comanditaria· el
Esa es al menos la impresión que dan en la región parisina
tribunal de menores. En un principio, las asistentes sociales
y en las grandes ciudades, es decir, ahí donde se han implan-
los gendarme_s; los psicólogos y los psiquiatras son los agen:
tado fuertemente las consultas de orientación educativa,
tes de eJecucwn directos del JUez de menores. Este último
adonde la justicia de menores deriva casi sistemáticamente
define y ord_ena ~specíficamente a sus colaboradores, y lleva
a los niños de su competencia. a cabo la smtesis y las conclusiones de sus informes. Las
En las provincias ~'remotas", y aun más cuando se consul-
asistentes sociales son los agentes sistemáticos de su misión
tan expedientes con quince años de antigüedad, no presentan
de instrucción, y los psiquiatras evalúan ocasionalmente a
en absoluto el mismo aspecto. La encuesta social y el examen
los individuos sospechados de ser de la incumbencia de la
médico· :Psicológico funcionan en régimen separado, con mo-
medicina antes que de la justicia.
dalidades muy diferentes y una fuerte desnivelación en sus
¿A qué se debe esta transformación? ¿Qué hace variar y
frecuencias. La encuesta social se parece más a un acta de
evoluciOnar en un sentido unitario estos diversos modos de
encuesta de la gendarmeria que a una sutil puesta en escena
rec~bar in.f~rmacion~e~?.¿Cómo la información sobre la psico-
de la historia y de los problemas de una familia, pasible de ser
logia del mno y el anahsis del valor educativo de su medio han
elaborada por una asistente social moderna. De hecho, sue-
podido pasar de una función anexa, mero aditivo de la
len ser gendarmes los que se encargan de realizar estas
instrucci~n j~~icial, a una función de relevo obligado, entre
encuestas consecutivas a la denuncia de un niño en peligro,
la escena JUdicial y las prácticas de vigilancia que se basan en
así como los educadores encargados de las Observaciones de
ella de manera más o menos directa? ¿Cómo pudieron cons-
Régimen Abierto suelen ser delegados de libertad vigilada, es
~itti;i~ así un~ jurisdicción. semi-autónoma, que transforma lo
decir, ex policías, ex militares y, con menor frecuencia, ex
JUdicial encamara de registro o de apelación de sus dictáme-
profesores. La encuesta social, aun bajo esa forma sumaria,
nes?
casi siempre aparece en los expedientes, en tanto que el
análisis médico-psicológico se vuelve más excepcional a me-
l. La mat~ria prima, y aun principal, de los expedientes de
dida que nos remontamos al período en que se creó el tribunal
me~ores peligrosos o en peligro es provista por la encuesta
de menoreS. Adquiere entonces un carácter cercano a cual-
soclal, cuya generalización se inicia al mismo tiempo que la
quier consulta psiquiátrica en materia judicial ordinaria. Se
justicia de menores (1912). En efecto, la encuesta comenzó a
le pide al médico experto: l. proceder a un examen médico-
ser una necesidad para las dos operaciones constitutivas del
psicológico del menor; 2. decir si ese menor presenta trastor-
tri?u~al de _menores. Por una parte, la inscripción de las
nos o deficiencias fisicas o psíquicas susceptibles de influir su
practicas asistencml~s que están bajo la influencia judicial
comportamiento; 3. decir si los trastornos o deficiencias
reqmere el reforzamiento de los medios de acción de la asis-
constatados requieren alguna medida de protección, de sal-
tencia contra el comportamiento imprevisible y/o interesado
vaguardia o de reeducación particular, un tratamiento de
de los padres, y por lo tanto exige una codificación de las
cuidados específicos, o si comportan contraindicaciones pro-
condiciones de intervención de la Asistencia Pública y de los
fesionales u otras. En síntesis, las mismas preguntas que se
le hacen a un adulto (responsabilidad, afán de separar lo grupos filantrópicos. Por otra parte, la limitación del derecho
de corrección -en el pasado instituido como un derecho de la
médico de lo judicial), excepto que aquella relativa a los
patria potestad-, su transferencia al aparato judicial y a los
adultos sobre la "accesibilidad a la pena" (entiéndase: el ca-
notables de la sociedad requiere la implementación de un
rácter de intimidación de la cárcel) es reemplazada en el caso
procedimiento destinado a verificar las denuncias de los
de los menores por una pregunta sobre la pertinencia de
padres; el _objeti:'o más o menos explícito de este procedi-
medidas reeducativas. miento es Invertu la denuncia en una incriminación de sus
Así pues, entre estas tres modalidades de saberes -inqui-
capacidades educativas, del valor del medio del niño. La
114 115
encuesta social se sitúa, pues, en el punto de confluencia sociales, inaugurada en 1946 y limitada en ese entonces a los
entre la asistencia y la represión. Constituye un procedi- subsidios familiares; más adelante se la extiende al conjunto
miento técnico destinado a borrar las debilidades de ambas. de las prestaciones sociales. Su funcionamiento depende de la
Debilidad de esa limitación de la represión, la cual solo orden del juez de menores en el caso en que la familia acumule
podía intervenir sobre la base de un delito, por ende, dema- deudas o quiera beneficiarse con una vivienda social cuando
siado tarde, o a pedido de los padres, sospechados de arbitra- sus ingresos y su comportamiento presupuestario parecen
riedad. Debilidad también en esa vacilación de la asistencia insuficientes, o incluso en los casos en que se sospecha que el
pública o privada, cuyo margen de maniobra tan reducido marido es un desempleado crónico más o menos voluntario.
oscilaba entre la vergU.enza de los padres, que no recurrían a El siglo XIX había producido muchos procedimientos de
ella sino cuando ya era demasiado tarde, y su impudicia, que encuestas sobre la moralidad familiar, entre las cuales cabe
la llevaba a movilizar créditos con fines poco loables. Condi- mencionar la encuesta del barón de Gérando, expuesta en su
ción previa tanto de las medidas de coerción como de las obra Visiteur du pauvre. Pero no había sido utilizada sino de
medidas de ayuda, la encuesta social va a representar ideal- manera restringida para las obras de beneficencia. La en-
mente el medio adecuado para abolir los inconvenientes del cuesta social diseñada a principio del siglo xx fue concebida
carácter represivo de la primera y el carácter caritativo de la con el mismo espíritu, con la misma preocupación obsesiva
segunda, por su fusión en un mismo proceso, su alianza en por evitar que el encuestador caiga en la trampa de los
una reciprocidad eficaz. ' procedimientos populares de puesta en escena de la pobreza.
Así pues, la encuesta social opera el cruce de dos líneas de Pero cambia totalmente la posición del encuestador, los
control de la familia. A partir de las prácticas asistenciales, puntos de apoyo de que dispone. Gérando soñaba con intro-
este procedimiento se utiliza en toda la extensión de la esfera ducir una técnica nueva al servicio de una antigua forma de
de lo "social". Comienza con obras de protección a la infancia tutela. Innovaba en el método de observación de los pobres,
en peligro. Luego es utilizada para la asistencia de mujeres que ahora penetra en el interior de la economía doméstica en
pobres parturientas, para las familias que solicitan subsidios vez de limitarse a los ((signos exteriores de pobreza", en la
excepcionales en las oficinas de ayuda social, para las fami- técnica del chantaje por la economía ("controlen sus necesi-
lias pobres en las cuales uno de los padres está desde hace dades si no quieren ser controlados en su nombre"). Pero
tiempo en un establecimiento de cuidados (sanatorio, hospi- Gérando imaginaba que los únicos posibles "visitantes de los
talización psiquiátrica) o de represión (cárcel). Luego, a par- pobres" eran los ricos bien intencionados y, en particular, sus
tir de la vigilancia de los niños delincuentes, puesto que es esposas, a quienes la práctica de la beneficencia podía dar
una condición previa para las medidas de libertad vigilada nuevos bríos, evitar el confinamiento conyugal. Según su
que, como es sabido, constituyen las primeras formas de esquema, la iniciativa de la beneficencia correspondía a los
asistencia educativa en régimen abierto. Por último, la en- individuos privados, a las personas de bien, a las sociedades
cuesta social es necesaria para dirimir casos litigiosos de filantrópicas, que solo podían obtener un apoyo secundario en
atribución de prestaciones sociales (subsidios familiares ins- las estructuras de ayuda pública para la centralización de las
trumentados en 1930 y sistematizados durante la posguerra, informaciones (censos de los verdaderos y de los falsos
seguros sociales, subsidios especiales). A lo cual habría que pobres), el almacenaje de los medios de ayuda material
agregar los recursos a la encuesta social para los procedi- (canastillas, ajuares, alimentos, calefacción) y un financia-
mientos de divorcios y, más o menos oficialmente, para la miento parcial. De hecho, fue así como funcionaron las cosas
atribución de viviendas sociales. Por consiguiente~ la encues- durante la mayor parte del siglo XIX. A fines de siglo, la
ta social es el principal instrumento técnico destinado a preeminencia organizativa pasa de lo privado a lo público.
ordenar la nueva logística del trabajo social: la posibilidad de Protegida financieramente por la organización de la asisten-
retirar a los niños del seno familiar o de restituirlos en él, la cia, albergada políticamente por la pantalla de los procedi-
intervención en la familia con fines reeducativos (Acción mientos administrativos, relevada en el terreno por técnicos
Educativa en Medio Abierto), la tutela de las prestaciones remunerados, la filantropía inicia una nueva fase en su
117
116
carrera, menos espectacular pero más serena, puesto que vienen los propietarios, el conserje, los vecinOs los comer-
ahora se había integrado al cuerpo del Estado. La tecnología ciantes. Puede ser interesante valerse de los tesÚmonios del
de encuesta a familias pobres, diseñada por Gérando, puede propietario y del conserje, pero deben tomarse "con pinzas".
entonces llegar a ser una fórmula extensiva de un control Si son favorables, también pueden ser confiables; ello signi-
social cuyos agentes serán acreditados por las instancias fica que el locatario paga su alquiler y lleva una vida tranqui-
colectivas y se apoyarán en la red administrativa y discipli- la. En caso contrario, "hay que. averiguar las verdaderas
nar del Estado. causas de la hostilidad constatada". Los vecinos son menos
Esta nueva disposición de la ásistencia, sumada a la confiables y, entre los proveedores, es preciso "desconfiar del
infraestructura disciplinaria de la sociedad y las leyes de vendedor de vino, que suele-ser locuaz y siempre sospechoso".
protección a la infancia (1889 y 1898), permite la generaliza- Segunda regla: el interrogatorio separado y contradictorio.
ción de una técnica de encuesta al eliminar todo cuanto ponía "Siempre es preferible que el visitante no convoq1.1e a su ·
límites a su eficacia, y al dar mayor poder al encuestador para cliente en su casa, sino que vaya a su domicilio y se presente
separar plenamente su trabajo de la antigua lógica de la de improviso." Este sigue siendo el ABe de todo asistente social
reputación en provecho de la investigación metódica y poli- quien para hacer su primera visita suele elegir la tarde, pue~
cial. Sin lo cual, se explica en un texto de 1920, "la encuesta la madre a menudo esta .sola en la casa a esa hora. "El
ya no será dirigida por el encuestador sino por el encuesta- encuestador no debe dejar traslucir que ya posee información,
do". 6 Texto edificante por la claridad con que expone las pues esa es una buena medida para evaluar la sinceridad de
nuevas reglas de la encuesta social. esta última; debe inspirar confianza y obtener un máximo de
Primera regla: el acercamiento circulara la familia. Antes confidencias. Una segunda visita, siempre de improviso, pero
de entrar en contacto con la familia que debe ser vigilada, esta vez de noche, cuando el marido y los niños estén presen-
asistida o protegida, es preciso recolectar informaciones tes, permitirá confrontar los dichos de la madre con el
disponibles en las administraciones de asistencia y vigilan- testimonio del padre. Este suele ser reticente a hablar. La
cia. Tras lo cual el encuestador puede concertar un primer mejor manera de incitarlo a ello es utilizar la información
encuentro con el maestro. Su testimonio, tanto en la ciudad proporcionada por su mujer. De tal modo, saldrá vivamente de
como en el campo, presenta un valor de primer orden· suele su reserva para recuperar su papel hegemónico en la casa y
estar bien informado y ser siempre imparcial. En efect¿, dado procurar ser el principal interlocutor del encuestador."
que ve al niño todos los días, el maestro está al tanto de Tercera regla: la verificación práctica del modo de vida
cuanto .lo concierne, de su salud, de su comportamiento, de la familiar. La conversación con la familia, más allá de lo
educac1ón que recibe, de los cuidados y la vigilancia de que es instructiva que pueda resultar, ante todo debe ser agradable
objeto. Gracias a él, el encuestador puede hacerse una idea para el encuestador (y para el encuestado: "es la parte más
exacta de la existencia misma de la familia, pues es común Interesante de sus funciones"). Debe "conversar y hacer
que las madres le pidan consejos. También gracias a él, puede conversar lo más posible. Estas conversaciones siempre son
obtener información acerca de las ocupaciones del jefe de agradables para quien es interrogado". Manifestación de un
familia, en especial conocer el nombre del patrón. El testimo- interés, distribución de consejos. En cierto modo, es el precio
nio de este último es el siguiente paso. N o obstante, es preciso a pagar por la obtención sistemática y sin mucho pesar de las
desconfiar un poco de él, pues tiende a presentar a su informaciones requeridas. "Mientras conversa y toma algu-
empleado de manera favorable no bien se trata de procurarle nas notas, el visitante mira a su alrededor, examina la
beneficios no salariales, por "motivos eVidentes". Por el ~iv1enda, su disposición, su aspecto, las promiscuidades que
contrario, "el patrón está bien situado para apreciar la 1mpone, las condiciones de higiene en las cuales viven los
capacidad, la conciencia, la asiduidad de su personal". Luego habitantes. Hará el inventario del mobiliario, de los instru-
mentos o de las ropas que vea en torno de sí." No está mal
6 "L'enquéte sociale", Revue philantropique, 1920, p. 363 y ss. Véase visto que destape algunas ollas, examine las alacenas, la ropa
asimismo Services auxiliaires des tribunaux pour enfants, 1931, y René de cama, y de ser necesario tome algunas fotos elocuentes.
Luaire, Le rOle de l'initiative privée dans l'Assistance publique, 1934.
119
118
En síntesis se trata de una técnica que moviliza un mínimo beneficio de una medida educativa (en verdad, se trataba
de coerción ~ara obtener un máximo de informaci~nes siempre de internarlo en un establecimiento correccional,
verificadas. Sobre el papel, es la fórmula ideal para abolir la pero en este caso sin antecedentes penales). Así pues, la
peligrosa estigmatización de una interven?ión oster:to~a­ nueva justicia de menores le quita al juez esa facultad de
mente policial, así como la no menos pehgrosa practica decidir sobre la responsabilidad de los menores y se la da al
caritativa, generadora de hipocresía social, en provecho de médico. Pero lo hace de manera parcial, puesto que el juez
una administración discreta y sabia. Pero sólo sobre el papel. tiene el poder de decidir si es necesario o no proceder a un
En los hechos las cosas no marchan como se esperaba Y esto examen médico. El juez ya no tiene los medios para apreciar
se hizo evid~nte en los años treinta. La encuesta social por sí mismo el discernimiento del que ha dado prueba un
establece un puente entre la administración de la asist~ncia joven delincuente, sino que su función ahora consiste en
y el aparato jud-icial, pero más para incriminar a quienes distinguir quienes requieren un examen médico y quienes no.
serán competencia de una u otra que para establecer un Posición acrobática que habrá de instaurar una relación de
circuito continuo y funcional entre ambas. Para la encuesta intensa cercanía, hecha tanto de disputas sobre la delimita-
social, la asistente pone a prueba la receptividad de la familia ción de los respectivos poderes del juez y del médico como de
a una intervención flexible. Si todo transcurre de manera colaboración convergente. La situación que resulta de ella
adecuada, si la familia quiere y pide más, es dirigida a la para !ajusticia de menores no es, para hablar con propiedad,
Asistencia Pública más tar(ie llamada Ayuda Social a la In- excepcional. Simplemente constituye el espacio en que van a
fancia. Si parece r~ticente, se la remite a la esfera judicial a inscribirse con el máximo de amplitud los efectos de una
título de semicastigo. De ahí en más, cada uno de estos redistribución decisiva de las relaciones que precisamente
circuitos procura conservar su "clientela'', protegerla de un dependen de la naturaleza de esa transformación.
eventual desplazamiento hacia otros servicios. Las familias Aun cuando se trate de adultos, durante el último tercio
pobres no se dejan engañar y, tácticamente, ponen s~ meJor del siglo XIX, los psiquiatras rechazan los términos según los
cara a los servicios que dispensan la mayor cantidad de cuales se les pide pronunciarse sobre tal o cual acusado. Decir
subsidios e imponen menos instancias de coerción,. ~enor si un criminal actuó en estado de demencia les parece ocioso
proximidad con el aparato judiciaL De ahí el c~ecimiento y metafísico. Ser convocados únicamente para los grandes
enorme de los servicios de Ayuda Social a la Infancia (650 mil crímenes, los casos "monstruosos" que despistan al aparato
niños ayudados), claramente desproporcionad_o con r~lación judicial, les parece una enojosa limitación a su ejercicio, así
a !ajusticia de menores, que pese a todo tambien se onenta a como una restricción de su campo de acción al de los adultos.
la protección de la infancia. Se trata de un problema capital de Ya no quieren seguir siendo "esa justicia de lo extraordina-
ajuste de las administracion~s, cuyo eq'7iv>;len!e más adelan- rio" para la cual la justicia nacida de la Revolución los ha
te encontraremos en el ámbito de la psiqmatna mfantii. convocado, pero a la que también los ha confinado. Por lo
demás, para ellos, no se trata de renunciar a una antigua
2. A partir de su constitución, !ajusticia de menores prevé función, sino de extender el alcance de esta última. Desean
en 1912 que la "encuesta social sea completada, si pr~cede, poder ocuparse más de los menores que de los mayores, más
por un examen médico". Es decir que el r~cu~s? a la ps1qu1a~ de los pequeños delitos que de los grandes crímenes, más del
tría está planeado por primera vez en la JUStiCia de menores diagnóstico de las anomalías y la orientación de los condena-
bajo la forma de un complemento a la instrucción. Desde el dos hacia tal o cual dispositivo de corrección que de la
código Napoleón, la cuestión de la responsabilidad de los graduación de la responsabilidad de los acusados. Se propo-
menores era considerada desde la perspectiva del dzscerm- nen ir más allá de esa función menor en lo judicial, en
miento del que había dado pruebas el niño al llevar a cabo su provecho de una posición autónoma como animadores de la
acto delictivo. Discernimiento cuya apreciación formaba par- profilaxis de la delincuencia, que a sus ojos se ha convertido
te del interrogatorio judicial a cuyo término el juez decid~a en en un mero síntoma de anomalía mental, al igual que todas
un caso atribuir una pena, y en el otro otorgar al mno el las demás "reacciones antisociales", la fuga, la mentira, las
120 121
perversiones sexuales, el suicidio, etc. La delincuencia ya no trat~da, Ypas_a a constituir un fenómeno siempre latente, que
constituye para ellos el producto siempre posible, y por tanto requiere_ un ~Iagnóstico precoz, una intervención profiláctica
''excusable", de una pérdida de razón, momentánea o durade- sobre el conjunto de las causas que, en el cuerpo social,
ra, sino que es considerada como la manifestación de una favorecen los mecanismos de degeneración· a saber· las
insufic~encia original, de una anomalía constitutiva, por
condici~nes de vida miserables, las intoxicaciones, co~o ·el
ende diagnosticable y previsible. Al loco, ese desheredado de alcoholismo, a las que están expuestas las poblaciones po-
la razón, lo sucede el anormal, ese bastardo de la sociedad. bres. Mucho antes de la actual sectorización, el psiquiatra ya
Después de aquel que ha perdido algo de manera accidental aspira a sahr del asilo para convertirse en el operador de una
viene aquel que nunca ha tenido "las condiciones físicas ~ obra de regeneración sociaL
morales socialmente necesarias". Desplazamiento del foco de De todos modos, esta salida del psiquiatra de su reserva
interés que permite el pasaje del peritaje psiquiátrico res- asilar es impuesta por una demanda imperiosa que emana de
tringido al peritaje psiquiátrico generalizado. los aparato~ sociales en plena expansión, como el ejército y la
La transformación de la posición del psiquiatra y la am- escuela. A! Imponer la gratuidad y la obligatoriedad de la es-
pliación de su vocación social resultan, por una parte, de la cuela, se la llena de una multitud de individuos reticentes o
crítica interna de la psiquiatría y, por otra, de la demanda poco preparados para la disciplina escolar. Sus manifestacio-
externa de que es objeto con motivo de la escalada de los nes ~e indisciplina, las ineptitudes declaradas para la adqui-
dispositivos disciplinarios que la requieren de un modo dis- SICIOn escolar les plantean problemas insuperables a los
maest~o~. ¿Cuáles deben ser eliminados? ¿Cómo se reconoce
tinto a como lo hacía el aparato judicial. 1.
Crítica interna. Durante los años sesenta, una parte del a un IdiOta, un débil mental, un niño que jamás podrá '.
cuerpo psiquiátrico constata que el asilo comienza a parecer- adaptarse_a la e~cuela, o bien que, por el contrario, requerirá 1.
se singularmente a aquello mismo que debía reemplazar, el un poco mas de tiempo y una atención especial? En 1890, para
antiguo hospital general, ese receptáculo de una gama indi- superar el desasosiego de los docentes, la Dirección de la '.
ferenciada de individuos enfermos, criminales o indigentes. Escuela Primaria pide ayuda a Bourneville el alienista de la 1'
Surge entonces la sospecha de que "el asilo podría no ser ese Salpétriere especializado en el tratamiento de niños anorma- 1.
espacio medicalizado concebido por Pinel y sus sucesores. les, y le ~uega que diseñe un esquema de observaciones para 1
AIIora bien, un cambio profundo en la concepción misma de el diagnostico y la orientación de los inadaptados escolares. 1

'enfermedad mental' mina esa concepción de un orden indi- El ejército tiene los mismos problemas a causa de la genera-
sociablemente espacial (extensión en el espacio hospitalario) lización de la conscripción y, sobre todo, de la modificación de 1.
y teórico (las clasificaciones nosográficas)". 7 Las teorías de la táctica militar, que requiere entrenamientos especiales y, '
los últimos alienistas funcionaban sobre la base de una por tan~?' una selección permanente. ''Hoy en día, ya no es la 1

sintomatología. El diagnóstico de locura se establecía a partir exaltacwn de la batalla lo que ha de asegurar la victoria sino
de la descripción de sus manifestaciones, que producía las el coraje inmóvil y personal que se le exige al último de los
diferentes especies de monomanía. Por consiguiente la inte- soldados. En vez de olvidar su razón en la embriaguez de la
ligíbilidad estaba en los signos exteriores. A partir d~ Falret, batalla, deberá esperar con estoicismo la muerte en el silen-
Baillargé (1854: La folie adouble forme) y sobre todo de More! cio reflexivo de las filas y domar el vértigo de los nervios
(1857: Le traité des dégénérescences), esa inteligíbilidad ya grac~as al esfuerzo de una implacable voluntad". Texto pre-
no se encuentra en el signo explícito, sino que es subyacente momtono, dado que fue escrito en 1913. 8 Da cuenta de la
al signo, el cual ya no es sino una etapa aparente de una primera fase de una evolución a partir de la cual, por los años
evolución en curso, previsible para aquel que sepa interpre- 1880, la psiquiatría comenzó a tener un lugar cada vez mayor
tarlo. De pronto, la enfermedad mental deja de ser una en la medicina militar. Tras haber sido una mera técnica de
excepción espectacular que debe ser aislada y eventualmente gestión de los reclutas, la disciplinarización, ampliada a las
8
7
Robert Castel, L'ordre psyquiatrique, Minuit, 1977. G. Ham·y, Les anormaux et les malades mentaux a u régilnent, 1913.

122 123
grandes esferas de la vida social, se convierte en la principal Ahora bien, a través del vagabundo, el objetivo último de
superficie de emergencia de locura y anormalidad: tal como esta empresa psiquiátrica es el niño. La universalidad del
proclama Régis, uno de los grandes psiquiatras de fines del valor sintomático del vagabundeo, su facultad para atrave-
siglo XIX, "la exigencia disciplinar se convierte en la piedra sar ~odas las van edades de la nosografía, procede de la idea
angular de la insuficiencia física general". 9 segu? la cual los componentes de la actitud vagabunda
Todo el esfuerzo teórico de los psiquiatras de la época ~rrmg~n todos, en mayor o menor medida, en la naturaleza

Imagmacwn. 1 El vagabundo es mteresante en la medida en


consistiría en sostener conjugándolos, po:r: una parte, los ~nfa~til, ~~ s~ sugestionabilidad_, su emotividad, su excesiva
motivos por los cuales quieren salir del asilo, trabajar el
cuerpo social, y, por otra, aquellos por los cuales se les pide que. despliega al J:?áximo todos los efectos patológicos de las
que intervengan en los aparatos sociales. Dicho de otro modo, debilidades de la mfancia cuando no son corregidas o encau-
procurar una fusión entre una patología de la raza y una zadas a tiempo. "¿Por qué la voluntad de un niño aun de los
patología de la voluntad. Las tres figuras cardinales de la más dotados, suele ser tan vacilante y tan móvil? Ante todo
psiquiatría moderna, la histérica, el débil mental y el perver- porque su cerebro~ ~ú~ mal organizado, apenas es capaz de
so, se ordenan a partir de esta preocupación. En el ámbito en mant~ner en eqmhbrw dos tendencias opuestas, y no le
que domina la patología de la voluntad, tenemos a la histéri- permite eJercer una gran fuerza de abstracción. Esta debili-
ca, sus fugas, sus mentiras irracionales, sus amnesias parcia- dad de la abstracción es la causa de su incapacidad para:
les. En el ámbito en que triunfa la patología de la raza, sustraerse a las fascinaciones. Por consiguiente, cuando el
tenemos al débil mental, esé producto de una involución deseo .~e vagabundear, nacido de una curiosidad, de una.
biológica. Por último, en el punto de máxima coincidencia atraccw~ o de un eJemplo, se apodera del niño, si no está bajo i.
entre ambas patologías aparece el perverso, aquel cuya vigilanCia, si las circunstancias le son favorables, si nada en
voluntad, totalmente invertida con respecto al sentido moral, suma se opone a la realización de su deseo, se lanzará
coincide con el instinto, en su aspecto más "animal". Este fatalmente a la aventura, la cual puede degenerar en un fuga r \

esfuerzo teórico se lleva a cabo básicamente sobre el persona- completa." 12


1'
je social del vagabundo, que reúne de maravilla las dos Se c~mprende así el nacimiento de la psiquiatría infantil. 1
preocupaciones, racial y disciplinaria, de la psiquiatría. El · N~ esta hgada desde un principio al descubrimiento de un 1.
vagabundo, ese "degenerado impulsivo", esa encarnación del obJe~o propw, de. ':'na p-;tología mental específicamente in-
atavismo y de la indisciplina reunidos, resulta lo bastante fantiL Su apancwn denva de las nuevas ambiciones de la
interesante para que la psiquiatría lo considere, al igual que psiquiatría general, de la necesidad de hallar un zócalo una
la justicia, una categoría particular. Durante un decenio base donde arraigar bajo la forma de una presíntesis todas
(1890-1900), el vagabundo será considerado el universal de las anomalías y patologías del adulto, de designar un objeto
la patología mental, el prisma a través del cual se podrán ¡;os;ble de mterve~ción para una práctica que ya no quiere
distribuir todas las categorías de locos y anormales 10 h.1~ntars7 _a ad':limstrar reclutas, sino que pretende presidir
la mcluswn socm!.Ellugar de la psiquiatría infantil se esboza
9 Pitres y Régis, Obsessions et impulsions, 1895. en el vacío p~oducido por la búsqueda de una convergencia
10Sobre esta psiquiatrízación del vagabundeo a fines del siglo xrx, véase erdre los <_LPehtos profilácticos de los psiquiatras y las exigen-
Marie y Meunier: Les vagabonds, 1908; A. Pagnier, Du vagabondage et des cws d!SC!phnanas de los aparatos sociales.
vagabonds, 1906; e innumerables artículos en revistas penitenciarias, Consideremos el libro oficialmente fundador de la psiquia-
archivos de antropología criminal y anales médico-psicológicos. El que
parece haber dado el tono es A Foville, "Les aliénés migrateurs", Annales tría infantil en Francia, la obra de Georges Heuyer Enfants
médicopsychologiques, 1895. También existe una literatura paralela del anormauxet déhnquantsjuvénils (1914). No es que este libro
vagabundeo con Maupassant (Le vagabond), Richepin (Le cheminot). En el contenga gran cantidad de enunciados nuevos. Es notorio
punto de .cruce de ambos discursos, habría que citar el caso Vacher, en el que
11
se ha inspirado el filmLejuge et l'assassin. Sobre la filosofía del magistrado Sobre esta continuidad, véase Jean HéHe Le vagabondage des mineu-
encargado de este caso puede leerse "Les vagabonds criminels", por Four- rs, 1899. '
12
quet: Revue des deux mondes, 1899. Marie y Meunier, ob. cit.

124 125
que retoma trabajos y comentarios dispersos en el campo
psiquiátrico unos treinta años antes de su publicación. Pero ve~dadero lugar de la enfermedad, y el médico psiquiatra es
los reúne por primera vez en un objetivo táctico que está en el umco que puede discriminar en esa patología aquello que
el origen dela posterior expansión de la psiquiatría infantil. depende de la disciplina de aquello que se refiere al trata-
·El objetivo es explícitamente el siguiente: ¿Cómo preseleccio- miento orgánico.
nar y pretratar a los ineptos militares, a los enfermos men-
tales, a los inestables profesionales? ¿Cómo identificar estos El esfuerzo decisivo de esta psiquiatría infantil consiste
elementos antes de que cometan algún daño? ¿Cómo orien- pues, e;n un desplazamiento de la categoría jurídica deÍ
tarlos por un camino que los separe de la población normal y discermmiento en provecho de la categoría de educabilidad.
aplicarles un tratamiento que no los alcanzaba sino a poste- De tal modo se da a sí ~~sma los medios teóricos para ejercer
riori? una función de deciswn en el aparato de la justicia de
En la práctica, esta táctica fue posible gracias a una menores, donde propone una justicia del comportamiento
operación doble: paralela Y competidora de la justicia de los delitos. En un
momento en que la justicia de menores se constituye sobre la
1. La designación de una institución. modelo: la escuela. base de ur;a voluntad de sustituir el castigo por la prevención
¿Qué vínculo existe, qué denominador común puede descu- la represwn por la educación, el psiquiatra aparece junto aÍ
brirse entre los niños del servicio de anormales de Bournevi- JUez . como animado :por el m_ismo proyecto que él, pero
lle en Biciitre, y los niños de la Petite Roquete, encarcelados pro~sto de una capacidad teónca de estimación de la perti-
por robo, vagabundeo o insumisión a la autoridad paterna? nencia de tal o cual proceso educativo tan sólo equiparable
Respuesta: el comportamiento escolar. A modo de prueba, con la capacidadjurídica del juez de menores para decretarla.
una serie de fichas de observación sobre niños delincuentes, Entre ambas capacidades, no tardó en generarse la búsqueda
anormales de asilo y otros internos de las escuelas de perfec- de una complementanedad idílica -por ejemplo, entre G.
cionamiento. En las tres categorías, la mezcla, aunque difie- Heuyer, A. Collm Y H Rollet-, pero también desconfianza
ra, comporta siempre los mismos ingredientes: inestabilidad co~~etencia; lo menos que puede decirse es que, en la dis~
y debilidad, perversión. Por consiguiente, la escuela puede cuswn_sobre la ley de 1912, triunfó la desconfianza." Una
ser considerada "un laboratorio de observación de las tenden- ~~yona de magistrados exigió que el examen médico de los
cias antisociales" (Heuyer). mnos no fuera sistemático, pues estimaba que de otro modo
2. La atribución del origen de los trastornos a la familia. Si ellos mismos perderían su poder.
se consideran las fichas utilizadas por Heuyer, puede notarse D:'r:mte el_período de entreguerras, la colaboración entre
dos órdenes de preguntas. Las primeras relativas a la disci- el medico Y el juez de.menores se mantuvo muy limitada Los
plina: ¿quién vigila al niño en la casa? ¿Cuál es la modalidad doctores ~ollin Ale~andre, Orly, Boffas, Paul Bonco~r y
de vigiláncia, débil o brutal? ¿Iba el niño a la escuela?¿ Cómo r:oubmovi_ch multiplican en un primer momento las publica-
era su conducta durante el recreo? Y, luego, otra serie de ciOnes, exigen que el examen psiquiátrico sea obligatorio
preguntas que abordan con sumo detalle las anomalías mor- para todos los niños delincuentes (Heuyer, en 1914, ya veía
fológicas y los antecedentes patológicos de los padres. ¿Cuál en gr~;:tde Y subtitulaba su obra: "Necesidad de un examen
es el estado normal de los padres o tutores? ¿Cuál es el estado psiquiatnco para todos los escolares"). En 1917 Paul Bon-
de salud del padre (alcoholismo, tuberculosis, sífilis, crimina- co~r Y~R?ubinovich organizan un servicio de exa~en médico-
lidad), de la madre (mismos criterios, excepto que "prostitu- psicolog>co para jóvenes detenidos en la Petite Roquete
ción" reemplaza a "criminalidad"). Las carencias del niño (v";ro;nes). Se trata de una fórinula transaccional, puesto que
pueden relacionarse alternativamente con dos tipos de ca- alh solo estaban encerrados los menores objeto de una medi-
rencias familiares: la insuficiencia educativa y la existencia da de corrección paterna. No se tocaba aún la ley penal. En
de anomalías degenerativas. Así pues, la familia, más que el 1919, en Fresne, las niñas detenidas eran sometidas a los
enfermo, más que el niño con problemas, se convierte en el
11
' Véase André Collin y Henri Rollet, Médecine légale infantile, 1920.
126
127
suele ser el resultado de estos últimos. Entonces, ¿por qué esa
mismos exámenes. En 1925, gracias a la iniciativa de Henri psiquiatría experimenta tanb:ts dificultades para armomzar
Rollet, de la facultad de medicina de París y del Patronato de sus actividades con la JUStiCia de men.ores, sien~o qu~ .l~s
la infancia y de la adolescencia, nace la clínica de neuropsi- animan idénticas intenciones? ¿Qué tiene el psicoanahsis
quiatría infantil, que luego sería dirigida por Georges Heuyer. que la psiquiatría no tenía, y que le abre de par en par las
Destinada en un principio a los niños del patronato, y por puertas en cuyo umbral permanecía desde hacía más de
tanto fuera de la esfera judicial directa, expande progresiva- treinta años?
mente su actividad a niños llevados al lugar por sus propios A menudo se da como respuesta la clásica resistenci:;t a las
padres, o a instancias de los maestros de escuela; luego, se ideas nuevas, la reacción ante el descubrimiento del in?ons-
extiende a los niños que le envia el tribunal de menores de ciente de los espíritus cartesianos más ocupados en clasificar
París. Recién en 1927, esas iniciativas reciben una aproba- que en ponerse a la escucha ardua de aquello que podría
ción oficial, puesto que la cancillería autoriza a título de perturbar su confort mental. Esta ~espuesta no es ~áli~a,
ensayo el examen médico-psicológico de los jóvenes deteni- puesto que el psicoanálisis es tan an~1guo co.mo la p~Iquiatna,
dos. En 1932, esta medida se extiende a todos los acusados y está última ya creía haber descubterto el m consciente en la
libres que desean someterse al examen. 14 raza esa instancia oculta respecto de la cual observaban
No obstante, la lectura de las múltiples producciones de vari~ciones de la voluntad moral. También suele recurnrse
esta clínica de neuropsiquiatría infantil del período de entre- a un argumento más materialista: el. interés, la defe?-sa
guerras transmite la sensación de una suerte de estanca- corporativa. Pero tampoco resulta conVIncente. Por~? c~tar
miento. En torno a Heuyer se reúne toda una escuela de sino a uno, el omnipresente Georges Heuyer no perdw ni _u~
psiquiatras de la infancia que van a refinar al extremo las ápice de su estatus social al reconocer tardíamente los roen-
clasificaciones, inventar variedades infinitas de perversos, tos del psicoanálisis. En 1946 es nombrado profesor de la
publicar estadísticas indignantes sobre las tasas de patologia primera cátedra de neuropsiq':'iatría infantil y presidiría los
mental entre los jóvenes delincuentes (80%). Espectacular destinos de la nueva pmdo-psiqmatna revisada Y corr~gida
afirmación de un saber que sin embargo no corresponde a un por el psicoanálisis; gobernó cómod~m~nte_ esa socte~ad
poder real. Se les dan algonos cobayos para ocuparlos y floreciente dando el mando ya a la ps1qmatna, ya al pSICO-
mantenerlos a distancia. Tan sólo cuando pongan algo de análisis. Comprender el destino social de un saber reqmere
psicoanálisis en su psiquiatría causarán menos temor y se localizar las razones de su pertinencia, hallar el vinculo
dudará menos en recurrir a ellos. existente entre sus propiedades discursivas y los problemas
planteados por el funci~;>amiento de. las instituciones. ¿Cu~l
3. A primera vista, no se comprende por qué el psicoanáli- era, pues, la inadecuacwn e-r:tre .e~ discurso de la psiquiatna
sis no se introdujo en el campo de la justicia para menores clásica y el desarrollo de la JUStiCia de menores? . .
hasta la posguerra. Su nacimiento es contemporáneo del Y a hemos visto que esta última implicaba una redistribu-
tribunaLde menores, tiende a tratar temas de pedagogia, se ción del mercado de las inadaptaciones. Se termmaron los
interesa en grado sumo por la organización familiar, en presidios para niños, las famosas co~onias pen~tenciarias ~
síntesis, constituye en teoría el discurso ideal para los prota- correccionales focos de revuelta y objeto de escandalas. Y, SI
gonistas de una prevención de la inadaptación infantil. En el la administra~ión conserva algunos de ellos, lo hace a título
movimiento general de higienización, la psiquiatría, nacida de solución "dura" para los clientes más reticentes. La mayor
con Magnan, Heuyer, Dupré y consortes, parecía tener allí su proporción de menores reside en patron~tos privados acep_ta-
lugar natural. En efecto, esa campaña apunta a las taras dos por lajusticia. 15 Estos orgamsmos d1stnbuyen a los m':'?s
orgánicas de las capas pobres, la tuberculosis, la sífilis, el en establecimientos que se especializan ya en la formacwn
alcoholismo. El "pauperismo psíquico", según la bella expre-
1s Sobre las sociedades de patronatos, véase principalmenteA. Constant,
sión de Heuyer, forma parte de ese haz de males, y de hecho
Les sociétés de patronage, leurs conditions d'existence, leurs moyens d'action,
14 Sobre todos estos esfuerzos, véase el libro de H. Gaillac, Les maisons
1898.
de correction, 1830-1945, Cujas, 1971. 129
128
profesional, ya en el tratamiento físico y moral (desarrollo de
la educación física y de la ideología del scoutismo), ya en lo educación vigilada a partir del gobierno de Pétain Y de la
médico-psicológico (muy poco). El período de entre guerras es Liberación, y sobre todo el lugar central que v~ a ?cupar en
un período de exaltación pionera en el misionariado pedagó- ella una psiquiatría enmendada por el ps1c.oanahs1s. Esque-
gico. No pasaba un año sin que estallara algún escándalo en máticamente, diremos que la for~a extensiva e Intensiva de
los establecimientos para niños que aún tenían una discipli- las prácticas educativas establecidas por los patron~tos Ylos
na estrictamente penitenciaria. Condiciones ideales para el delegados benévolos volvió inadecu";da la p~1qmatn:' claslCa
florecimiento de patronatos privados. Algunas cifras indica- defendida por la clínica de neurops1qmatna .mfantll, mien-
rán la importancia de ese abandono de la antigua corrección. tras que el aparato judicial descubría contrad1ctonamente la
Antes de la creación del tribunal de menores, la cantidad de utilidad, y aun la necesidad, de recurnr a un es¡>ec.1ahsta
jóvenes enviados a laS colonias penitenciarias y correcciona- aliado, a fin de restablecer su dominio sobre las practicas de
les rondaba la decena de miles. En 1930, apenas quedan más
de mil. Sin embargo, el promedio anual de menores entrega- vigilancia. , d' · 1
En lo relativo a las prácticas, ¿para que po 1a serv1r a
dos a instituciones caritativas aumenta, de 479 en 1919 a 1860 psiquiatría? Para los benévolos delegados a cargo de la_vlg1-
en 1925, y alcanza los 2536 en 1930. Gracias al des-crédito lancia de los niños en sus familias Y, de la .';'orahzacwr; de
creciente de las casas penitenciarias en la opinión pública, estas últimas, constituía tanto una hmit~~wn como "?-_n Ins-
como consecuencia de las campañas de prensa, gracias asi- trumento. En efecto, ¿qué decía de la fam1ha de un mno con
mismo a la disposición de ~os magistrados de menores a problemas? O bien esta última no asumía adecuadamente su
afirmar la singularidad preventiva de su misión, los patrona- tarea educativa, lo "condicionaba" pro~restvamente a v?lver-
tos captan un máximo de niños, todos aquellos que no han se perverso, en cuyo caso era necesano~ s;tstraerle de IX:I_!le-
cometido delitos muy graves. Luego, los redistribuyen en sus diato el niño· o bien tenía una tara genetlca (degeneracwn),
diversos establecimientos en función de sus particularidades sanitaria (t~berculosis) o social (miseria), y entonces era
profesionales, correccionales o médicas; en función asimismo necesario sacar al niño de su seno y colo~arlo~ e~ un ~stable­
de su disponibilidad de vacantes, puesto que se trata de cimiento adaptado. La dureza de estos d1agnost1cos mcomo- '•<
mantener la rentabilidad de cada establecimiento mediante daba. Por supuesto, prestigio de la ciencm obhga,los delega-
.1

el aporte de una cifra mínima de costo diario. Los organismos dos anotaban escrupulosamente las taras fam1~1ares. Pues
privados instauran entre sí una sub-contratación oficiosa por
siempre podrían servir como un mediO de preswn eve~tl:al.
motivos indisociablemente técnicos o financieros. La práctica Sin embargo, un diagnóstico sistemático como el que.~xig¡an
de la libertad vigilada habrá de experimentar una evolución los médicos habría prácticamente anulado su ~~cwn, ese 1
paralela a las modificaciones de las técnicas de internación. sueño de una moralización pacífica en el se~o famihar. Por lo
Entendida en un principio como una suerte de aplazamiento demás el principio del diagnóstico alternativo -enfermo o no
del envío a la colonia correccional o al patronato, un primer enfern:o- podía volverse contra ellos en provecho de las
grado en la escala de penas, esta función de vigilancia será familias que, a falta de trastornos médicos comprobados, ha-
transformada en provecho de una acción más gratificante, brían tenido a disposición un medio para recusar la tnterve~­
para ellos en todo caso, de regeneración moral de la familia. ción. Por tal motivo, la clínica de Heuyer se co~sagra, a ~2:r~Ir
Aunque elegidos y comisionados por el tribunal, los delegados d 1930 a la dificil tarea de flexibilizar su gnlla de anahsts;
van a aparecer como emanaciones del interés de los patronatos~ s:pone~ la búsqueda de parámetros manipulables para una
pues se ocuparán de reclutar para estos últimos y no tanto de acción educativa. Y descubre, en primer lugar, e: concepto de
aplicar las decisiones de los jueces, de modo que actuarán reacción de oposición en el niño (Heuyer y Du?lmeau, Reuue
según su "deseo educativo".
médico-social de l'enfance, 1934). Magnífica smtes1s del con-
Este somero cuadro de la evolución de la justicia de dicionamiento pavloviano a la perversidad y del freudmno
menores durante el período de entreguerras era indispensa- complejo de Edipo. Se criticaba el mal ejemplo dado por los
ble para comprender las líneas de reorganización de la padres o se lo imputaba a la patología, cuando no a una tara
130 congénita. Para resolver el dilema, Heuyer y Dublmeau
131
anuncian: más_ que el ejemplo.en sí mismo, lo que cuenta es to a la validez de sus resultados. En el corazón de ese
el estado del mño en el momento en que recibe ese ejemplo. cu an ·a d
malentendido está la noción de pervers~ a. ,· , ,
Unos buenos padres pueden tener hijos rebeldes si estos Lejanamente derivada de la degeneracwn moral segun
últimos están celosos de uno de sus hermanos o perturbados More!, el eminente doctor Dupré la entromza en el firmamen-
por una sorda hostilidad en el clima familiar. Un buen padre to de ]a nosografía psiquiátrica durante el congreso de ahe-
puede "congelar" a su hijo en un estatuto de rebelde si no nistas de lengua francesa de Túnez en 1910. Dupr~ es un
digiere la necesaria, pero pasajera, oposición del niño en la psiquiatra militar asignado a los batall??es disciplmanos
edad en que debe afirmarse. La recepción del ejemplo será coloniales. Tras observar la escona del 8Jerc~~~ en ~us bata-
buena o mala, el niño será normal o dará pruebas de indisci- llones disciplinarios africanos, va a elaborar Clenbficamen-
plina, de sueño, de 'pereza, robará, intentará suicidarse te" la definición de "perverso". ¿Qué es, l?ue_s, un pe:v~rso? Es
según exista o no en el ambiente familiar un clima de celos' un individuo "anemotivo, inafectivo, lnSin~ero, Ini~;egra­
una severidad excesiva del padre, etc. Una mínima resisten~ ble". Todos ellos son rasgos que caractenza~ un fondo
cia del hijo es normal (complejo de Edipo) pero si crece mental" animado por "una disposición ~l hedon!s~o ~xcl~~l­
quiere decir "que la afectividad personal del niño n'o vibra e~ vo con profunda necesidad de la vida fiestera , _tnchn~cw;?
consonancia con la del medio". En una segunda etapa viene por las solucione~ fáci~e~, rechazo del esfue;~o mmediato :
el análisis de las perturbaciones en el niño consecutiva de las "un subversismo 1deolog1co moral con adheswn ra?wnahza_
disociaciones conyugales. A partir de 193tl, florecen, en torno da a ]a conducta presentada; toda la personalidad esta
a Heuyer, artículos y tesis qÚe prueban basados en estadís- polarizada en la maleficencia; e~tamos frente a un SIS~ema
ticas, el efecto negativo de las separaci~nes de los divorcios coherente, perfectamente orgamzado, que da total sabsfac-
de las viudeces, y aun de las familias nu'merosas pobres' "' al 'suJ· eto"'·' "para coronar el todo, una
puesto que implican una gestión de los niños casi unilateral: ClOn . suerte de
·' ngtdez
' t
orgullosa con extrema susceptibilidad e mterpretacwn SIS e-
mente materna. La teoría freudiana de la carencia de imáge- máticamente malintencionada de las mtencwnes de te~ce­
nes parentales coincide así con el clásico análisis del medio. ros. No se les puede decir nada y tienen derecho a decirlo
Tan sólo cuando disponen de este apoyo, los psiquiatras todo". ·
pueden comenzar, en vísperas de la última guerra, una En su tesis sobre los niños anonuales (1914), luego en su
enseñanza a los trabajadores sociales y a las damas de obras clínica de neuropsiquiatría infantil (1925), Heuyer se pr~pu­
benévolas.
so "aplicar" esa definición de "perversidad", pues lo conside-
Para los patronatos y sus establecimientos, la psiquiatría raba de interés para una psiquiatría que bus?aba hac_erse un
no estaba mucho mejor adaptada. Por supuesto, estos orga- lugar en los aparatos disciplinarios. Si la di~Clplma mas ruda,
nismos tenían un problema de distribución de los menores ]a de los batallones africanos, no ha podido acabar con la
según las particularidades de cada uno de sus establecimien- irreductibilidad de ciertos individuos, se debe a que puede
tos. A tal efecto, instauran algunos centros de observación existir un fondo mental estructuralmente orientado h~cm l~s
regionales (en Lyon, en particular), a fin de organizar la actividades antisociales; se debe a que hay una consbtucwn
distribución de los niños. Estos lugares toman nombres perversa al igual que las constituciones paranmcas revela-
médicamente ostentosos, pero su finalidad es más evaluar el das por Kraepelin por esa misma época. Entonces el papel del
comportamiento, la docilidad y las aptitudes de un marco psiquiatra profiláctico consistirá en d_etectar los signos pre-
colectivo y disciplinario que producir un diagnóstico y un coces y anunciadores de esa constl~ucw?-,.1~ tendencia I?-coer-
pronóstico médico preciso. Pues, de todos modos, para esta cible al latrocinio, la incurable disposiclOn a la mentira, la
gente animada por un febril entusiasmo educativo la voca- propensión a hacerse la rata, el gusto por l~s burl':s crueles.
ción de la psiquiatría por discriminar a priori a los educables Pregunta de rigor que la clínica de n_europsiqmatna mf;~bl
de los no educables tenía el efecto de una instancia inhibid o- debe plantear frente a cualqmer mno: ¿es un perver~o .. ¿S~
ra de su sacrificio y de su competencia. Introducía, en el fruto trata de una perversidad mstmbva (por lo tanto, congemta).
de esas bellas empresas, el gusano de la duda científica en ¿De una perversidad adquirida (como consecuencia de una
132 133
pequeños etic;¡uetados ~omo tales, tuve la impresión~~ 9-ue se
enfermedad, de una encefalitis, por ejemplo: en los años trataba de mños particularmente perturbados y d1flc1les, y
veinte, una epidemia de encefalitis proporcionó a Heuyeruna no de perversos propiamente dichos. Los sujetos que corr.e,s-
can!idad considerable de cobayos), de una perversidad pro- ponden al cuadro clínico clásico de las formas de pervers10n
duCida por malos tratos (condicionamiento)? Según esta aparecen menos como los representantes de una suerte de
escala, cuanto ~en?r fuera la gravedad del mal, tanto mayo- especie humana particular y monstruosa que como las for-
res eran las p~s1b1hdades de educación. Pero, lo importante mas graves de trastornos de carácter". Así pues, del peryerso
es que el ps1qmatra basaba su voluntad de intervención en la se pasa lentamente al inadapt~do. El cuadro es el m1smo,
figura hegemónica del perverso, porlo tanto en la detección pero la etiología cambia: carenc1as relacw.nales en l~s f~ml­
de lo ineducable, en tanto que los jueces de menores, los lias que engendran mmadu_rez y agres1v1d;:td. La h1stenca
patronatos Y los benévolos poshilaban la educabilidad a experimenta el mismo destmo, y aun el deb1l ';lenta~: '.lu.e
priori de todos los menores, a riesgo de sancionar sus fracasos ahora recibe esa etiqueta con un correctiVo etwlog¡co: deb!l
finales por el recurso al etiquetado psiquiátrico. Digamos que mental por insuficiencia del medio". . . ,
los ps1qm~trasy los educadores tomaban el proceso educati- Lenta disolución de la trinidad maléfica con que se ong¡no
vo en sentido ngurosamente inverso y, por tanto, no podían la psiquiatría infantil: en el centro, el pequeño perverso, esa
entenderse. eminencia gris del mal, que, por un lado, seduce de la
A partir del desarrollo de los métodos educativos la pequeña histérica y la arrastra a la fuga y, por _otro, empuJa
apertura del abanico de dispositivos de acogida y de tr~ta­ al joven débil mental a cometer actos anhsoc1ales a¡Jrove-
miento, y la organización de la acción educativa en régimen chando su docilidad y el carácter primario de sus mstmtos.
abierto, la noción de perverso así entendida poco a poco cae Ya no se los designará por su confluencia en los senderos
en descrédito. En 1950, la revista Rééducation se propone escarpados de la aventura contra las reglas del Bien, ~in o por
hacer u~ balance del recurso a esta clasificación en la práctica su extravío en el oscuro dédalo de los trastornos relacwnales.
• de mag¡strados, educadores y psicólogos. Dirige un cuestio- ¿Inauguración de una nueva edad de o~o de la pedagogía,
nario detallado a los miembros más notables de estas profe- guiada esta vez por las luces de una c1enc1a de _lo InVISible, Y
siones: ¿El médico debe utilizar el término "perverso" en su ya no por los decretos de un saber que sólo quena mscnb;r en
diagnóstico? ¿El juez debe renunciar a tomar una medida Jos cuerpos los estig¡nas de sus diagnósticos? En ese m1smo
educativa en presencia de un "perverso" para dictar una número de la revista Rééducation, figuran dos textos cuya
medida penal o de defensa social? ¿El educador debe conside- comparación posterior permitirá medir el alcance y los lími-
rarlo como un sujeto ineducable, y posicionarse en su contra tes de la introducción del psicoanálisis en el campo de la
atrincherándose en una desconfianza sistemática? En las reeducación. Dos textos marginales en este contexto, ya lo
respuestas, se registra una cifra bastante importante aún de veremos, puesto que uno de ellos es de Fernand Deligny, Y el
irreductibles partidarios del etiquetado "perverso". Sin em- otro ha sido construido a partir de fragmentos de un opus culo
bargo, el tono general lo dan los educadores: "La noción de poco conocido de Jean Genet titulado L'en(ant,criminel.
perversidad solo debe ser utilizada en la práctica con extrema Deligny responde para recusar la cueshon: Ya no leo las
prudencia. Aplasta al niño y ya se ha probado que a menudo revistas ni los libros que debaten esa clase de problemas. [... ]
se comete un error en el diagnóstico. Desalienta al educador Conocí y frecuenté a un médico, psiquiatra experimentado,
~_?me su esp,írit~ en la confusión. Cuesta imaginar que eso~ que, en el servicio de niños que dirigía, detectaba perversos
JOvenes, al termmo de su residencia, puedan tener el valor de por todas partes, y tantas huellas de sus perversiOnes como
enfrentarse con un perverso instintivo si les son confiados vidrios rotos tostadas robadas y baños tapados hallara. [... ]
con el pronóstico desesperanzado que implica clásicamente El médico q~e lo sucedió era, por el contrario, intransigente
esa noción". En nombre de los psicoanalistas también nue- respecto de varios puntos de doctrina, entre lo_s cuaJe~ fig~­
vos aliados de los educadores, Juliette Favez-Bout;nnier raba el siguiente: nada de perversos. No quena _ver nmgun
declara: "En tanto psicoanalista, tiendo a no admitir la noción perverso. Quería, para sí, la cam1sa blanca hmp1a cada
de perversidad constitutiva, y siempre que trabajé con niños
135
134
ma_ñana y ningún perverso en su servicio. [... ]En ese estable-
cimiento, todo ocurría, en suma, como si el 'perverso' fuera un consistencia de su personalidad mediante la importancia
mito psiquiátrico cuya piel, o más bien cuya envoltura estu- sanción que lo atañe. Sea como fuere, ambos dejan "«'""""''.
viera hecha con ese tejido particularmente impermeable y el temor que obsesiona al aparato judicial en su voluntad de
extensible que segrega toda discusión sobre las definiciones reformar y sustituir la coerción por la educación. Pues ¿cómo
y cuya presión interna (por ende, la ampliación, la enverga- no temer que, una vez liberado de sus murallas, ese aparato
dura de presencia) estuviera alimentada por todos los subpro- que ya no opone su violencia a quienes lo desafían, que·ya no
ductos destilados generosamente parlas atmósferas concen- los reconoce, genere como contrapartida una exacerbación de
tracionarias". la violencia de estos últimos? ¿Cómo no temer que, sin
Jean Genet acaba de salir del a cárcel graéias a la interven- coerción, la relación educativa desarrolle como sola regla del
ción de Sartre. La radio lo invita a participar de un programa juego la seducción mutua y sin fin entre aquellos que solo
para exponer su concepción de la infancia criminal. Acepta desean una aventura contra las reglas del bien y aquellos que
con la condición de poder llevar al programa el interrogatorio no quieren sino el bien de los primeros; el educador que es
de un psiquiatra oficial. Exigencia rechazada, y se conforma cada vez menos educador a fin de seducir a un ser que, por el
con publicar el texto de su alocución en un pequeño folleto del contrario, existirá tanto más a sus ojos cuanto más despliegue
cual un delegado de la Protección de la Infancia, Henri los oropeles de su audacia? En esa instancia, interviene el
Joubrel, habría de extraer alg¡:mos elementos bajo el título de psicoanálisis como principio rector de una posible flexibiliza-
"Jean Genet, perverso, y que se jacta de serlo ... ": "El joven ción del castigo, de ese aflojamiento controlado de la vigilancia. -:: 1
criminal' exige que su castigo sea impiadoso. El niño confiesa Sin duda alguna, el psicoanálisis no es el único discurso
con una suerte de vergüenza que acaba de ser absuelto o que requerido en este proceso, pero es a todas luces el más eficaz.
se lo ha condenado a una pena leve. Anhela rigor. En su fuero Revela la fisura, la falta que estaría detrás del exceso del
interno, alimenta el sueño de que su pena será un infierno delincuente, desplazando su resultado de lacto hacia la palabra.
terrible. [... ] El niño criminal es aquel que ha forzado una El delincuente será interesante en la medida en que se haga
puerta que daba a un lugar prohibido. Desea que esa puerta escuchar, y ya no cuando se haga el sordo a los imperativos
se abra sobre el paisaje más bello del mundo; exige que el del orden. Por otra parte, el psicoanálisis retiene
presidio que ha merecido sea feroz. Digno, en suma, del constantemente al educador del lado correcto de ese juego de
esfuerzo que ha hecho para conquistarlo. [... ] Desde hace seducción que va a emprender con el delincuente controlando
algunos años, algunos hombres de buena voluntad procuran sus inversiones libidinales y sus identificaciones. Este es el
suavizar todo esto. [... ]Semejante empresa de corrupción no nuevo paisaje de la educación vigilada. Una dilución progresiva
me conmueve mucho, pues[ ... ] aquello que conduce al crimen de las estructuras espaciales de corrección impulsada por un
es el sentimiento romántico, la proyección de sí mismo en la deseo educativo que se pretende sin trabas, pero que sólo
más p~ligrosa de las vidas.[ ... ] No saben adónde aventurarse, llega a ser tal cosa mediante una sustitución de la coerción de
pero s1empre lo hacen fuera de casa. Y me pregunto s1 ustedes los cuerpos por el control de las relaciones. Por lo demás, en
no los persiguen también por despecho, porque los despre- el horizonte extremo de ese proceso, ahí donde el "medio" se
cian y abandonan ... ". vuelve tan abierto que ya nada puede controlarse, ahí donde
Dos textos muy próximos sin duda por el humor y la ironía el educador frecuenta al delincuente sin balizas ni protecciones,
que manifiestan con respecto a los bien pensantes del univer- reaparece el cordón policial que persigue indistintamente a
so correccional, pero en cuyo contenido cada cual hallará con ambas partes de este oscuro diálogo. Obsérvese la violencia
placer o displacer el señalamiento de un malentendido fun- de las disputas entre el aparato policial y los educadores de
damental inscripto en el corazón de la pretensión educativa. población en situación de calle, quienes invocan el secreto
En este caso, un cruce entre el deseo del educador que profesional para no practicar la delación que se espera de
procura despegarse de toda referencia al castigo para resul- ellos.
tarle más agradable al delincuente, quien a su vez prueba · ··· Misma pertinencia del psicoanálisis en la temible cuestión
del vínculo entre !ajusticia de menores y la enorme adminis-
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dictorias que mantienen con la población de los casos sociales,
tración de la Ayuda Social a la. Infancia. En 1973, el diputado es necesario poner su trabajo bajo control psiquiátrico y
J?upont-Fauvi!l~ pubhca un mforme: Pour une réforme de psicoanalítico. De tal modo, desaparecerán las elecciones
l'A,de~ocwl~ al enfance, en gran medida realizado por una caprichosas en las internaciones, las práctica~ de s_ometi-
c?~ISion ammada por el doctor Soulé, psicoanalista. ¿Cómo miento de las familias a la influencia de la asistencia. Por
disi_mular el enoJoso mcremento de los efectivos de la Ayuda último, en tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior: es
Social a la Infancia?¿ Cómo imponer una racionalidad técnica necesario revalorizar al juez de menores a los ojos de los
al funcionamie~to d~ un,aparato cuyo crecimiento es produc- trabajadores sociales, mostrarles que este último, en virtud
to de una conmvencia tacita entre asistentes y familias que de la solemnidad de sus funciones, puede tener sobre las
s~.complacen .':'utuamente amparados en el mito de la protec- familias un "efecto más estructurante que traumático".
cwn? Proteccwn de las familias por parte de la Ayuda Social Aún falta el último punto conflictivo, engendrado por el
a la Infancia, que las retiene bajo su influencia para evitarles desarrollo de las prácticas de prevención: la distribución de
la mtervención judicial. Protección de los niños contra las los menores en los diferentes centros, la asunción de ese
familias, entregándolos a una nodriza o a un establecimiento. problema de orientación por Jos patronatos y sus mecanismos
N o es sorprendente, .se exclama el doctor Soulé, que con de subcontratación que se sustraen al control del Juez. Era
semeJantes procedimientos la Ayuda social se vuelva tan necesario volver a t~mar el control de ese sistema de selección
pletórica. Con esas. asistentes sociales que se creen San sin entrar en conflicto directo con los patronatos, esos aliados
VIcente de P:'ul no bien ven a un niño de familia pobre, o una indispensables de Jos técnicos de prevención, sin los cuales la '•·,
dama de candad cada vez que tratan con familias necesita- justicia de menores ni siquiera hubiera sido concebible. La
d:"s. Persistente vicio caritativo, generador de un goce indi- psiquiatría constitucionalista no podía servir para tal fi:',
VIdual pero perturbador, acelerador incluso de las heridas puesto que también ella procuraba quedarse con una porcwn
sociales. Esta actitud revela la sombra de Ías costumbres del dominio del juez de menores, reclamar su parte, parale-
• clientelísticas contra las cuales los siglos xvm y XIX ya han lamente a la de Jos patronatos, para dejarle al juez la porción
•.,, 1

combatido duramente. (Evidentemente, el psicoanálisis no se mínima de los delincuentes patentados. Tripartición genera-
expre~a del todo en estos términos, pero traducimos fielmente dora de conflicto, de sospechas, de usurpaciones mutuas, de "•'
el espintu de su intervención.) ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo aberraciones institucionales. En esa ausencia de coordina-
contrar~estar es~ turbio juego de las familias y Jos servicios ción entre servicios vecinos, la historia ha probado sobrada-
s_oc1ales. En pnmer lugar, es necesario poner fin a esa mente que aquel que dominaba el juego era, paradójicamen-
hbertad que se arrogan las familias de abandonar a sus hijos te, el sujeto a tratar y no la institución tratante. Graci.as a su
pequenos cuando les resultan demasiado costosos· abandono enmienda psicoanalítica, la psiquiatría provee al JUez el
queaprovecha abusivamente de la disponibilidad de la Ayuda medio para reunir en un solo haz y bajo su control jurídico las
Social a la Infancia, de la excesiva fibra adoptiva de Jos diferentes categorías de niños delincuentes, asistidos o anor-
servicws sociales. Por consiguiente, sustituir las internacio- males. De ello da cuenta la génesis del concepto de "inadap-
nes apresura~as por formas de tratamiento de régimen tación infantil". Hasta la última guerra, las obras sobre la
abrert?, ~s decir, en el s~no familiar, en vez de permitir que observación de Jos niños con problemas siempre utilizaban la
~stas ultl~as se desentiendan de toda responsabilidad. De- etiqueta de "anormales" (último registro, el de Nobécourt Y
Jar a los mnos en el seno familiar, pero controlar la educación Bretonneix: Les enfants et lesjeunes gens anormaux, 1939).
que se les brinda. Más tarde, cuando sean adolescentes la En 1943, el psicoanalista Lagache, cofundador de la psiquia-
internación en hogares de jóvenes trabajadores, por ejemplo, tría de sector Le Guillant, y por supuesto Georges Heuyer,
P.~ede res_ultar oportuna, pues permite una rápida socializa- establecen la clasificación de los "niños irregulares". "Irregu-
cwn Y eVIta que la familia vuelva a constituirse como un lar", esta palabra gusta porque no es demasiado médica, si
bloque orgánico y autárquico. En segundo lugar, para Juchar bien conserva la idea de anomalías transpuestas a un plano
contra la ambivalencia de Jos trabajadores sociales, para n1ás bien n1oral. En ese contexto pétainista, era conveniente.
separarlos de las redes de implicaciones afectivas y contra- 139
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Lo central de la clasificación será: l. los enfermos mentales homogénea que establece diferentes niveles de comuni~ación
y orgánicos graves, dependientes del hospital psiquiátrico, 2. entre el comportamiento de los padres, el valor edticaüvo de
los deficientes intelectuales derivados, según su gravedad, al una familia, las características morales de los n1nos .Y ~~s
hospital psiquiátrico, a los institutos médico-pedagógicos o a problemas pedagógicos. Ba~t,a de juicio ~oral, de _apreciacwn
los institutos médico-profesionales, 3. los que presentan jurídica, de etiquetas psiquiatncas,, o mas ~1en SI, per? como
trastornos de carácter, distribuidos en los internados de recordatorio, vinculados con un continuum Interpretativo q~e
reeducación y los patronatos, 4. los inadaptados escolares, no incrimina nada en particular y todo en general. Matnz
enviados a los centrosmédico-psico-pedagógicos, 5.los niños densa que teje una considerable cantidad de vínculos entre
que padecen deficiencias en su medio. No obstante en 1956 elementos en apariencia menores, los ub~ca en .un~ e~t;ada
el término "inadaptaCión infantil" reemplaza oficiaimente ai del circuito patogenético y deduce a la salida la mdicacwn de
término "niños irregulares". Esta evolución corresponde al una inmadurez o de una agresividad merecedora de una
avance del psicoanálisis en los aparatos de tutela. ¿Por qué? intervención de tal o cual orden. Y las familias pobres no
Porque el psicoanálisis traía una grilla de análisis que permi- tienen conocimiento de esta matriz, puesto que toma a contra-
tía sobre-codificar, fundir en un mismo molde, categorías de pelo sus experiencias cotidianas de 1~ asistencia, de l~ repre-
niños que eran competencia tanto de lo judicial (niño delin- sión, de la medicina, y las pone baJO su dep~ndencia en el
cuente) como de lo asistencial (niñez desdichada y abandona- campo del complejo tutelar, cuyas fronteras mternas se bo-
da). La utilización de una codificación única, de una etiología rran y cuya frontera externa .se vu~l_v~ inasi~le. . .
homogénea, proporciona al juez un instrumento decisivo De tal modo a través del psicoanahsis, el psiqmatra deJa de
para la aprehensión a todo nivel de los niños con problemas. ser rival del ju'ez y se convíerte en su aliado más indisp~nsa­
En los centros de observación, en las consultas de orienta- ble, el relevo necesario para controlar por _medw de un cod~go
ción educativa, que florecen después de la guerra sobre la base homogéneo la infinita deriva de las prácticas de_ prevenci?~·
de ese concepto unificador de "inadaptación", se observa una Proporciona a la acción educativa una técn~ca de 1ntervenc10n
transformación consecuente de dos modalidades prímigénias que limita la imprevísibilidad del voluntanad? y los avatares
de saber sobre los niños: la encuesta social y la encuesta del "deseo educativo". Pone a su disposiciOn un. ~selector
psicológica. La encuestadora social debe tener mayor iniciati- flexible para la distribución de los menores y la eleccwn de las
va de redacción, para poder dar cuenta de la "dinámica" de la medidas a tomar. Controla la autonomía de los patronatos,
familia, dB sus "posibilidades" de evolución, y, por ende, ya no supera además las abruptas barreras entre lo asistencial, lo
debe limitarse a una mera constatación de la moralidad médico y lo penal. Es la culminación de un movimiento por el
presupuestaría, conyugal y educativa. La conversación deja cual el psiquiatra deja su papel menor y excepciOnal como
de ser esa gratificación mediante la cual se obtiene informa- último recurso frente a los casos difíciles Y pasa a ser mspira-
ción; pasa a ser la parte principal del trabajo: escuchar, hacer dor declarado de las más ínfimas decis!ones judiciales. El
hablar a las personas, iluminar las zonas oscuras de los papel simbólico del juez de menores adq~Iere relevan cm en el
conflictos que dan origen al malestar que repercute en el niño. momento miSmo en que disminuye su InJerencia en los m~ca­
Por consiguieilte, se opera un borramiento de las categorías nismos de decisión efectiva. Pasa a ser el simulacro ostensible
jurídicas que limitaban la encuesta a una mera estimación de de una jurisdicción que ahora también se apoya en los espe-
la moralidad familiar. Las indicaciones del tipo "falsa pareja" cialistas de lo invisible
(concubinato) o "pareja normal" (legítima) son reemplazadas
por indicaciones tales como "familia en situación de riesgo".
En la encuesta médico-psicológica, los exámenes médicos, las c. LAS PRÁCTICAS
descripciones físicas, los tests, pierden importancia en prove-
cho de interpretaciones correctivas de esas "apariencias" En la última etapa de este larg~ viaje por e} c~mplejo tutelar,
mediante una explicación familiar de sus manifestaciones. describiremos su trabaJO efect1vo, sus practicas cotidianas,
Confluencia de ambos tipos de saberes, aparición de una grilla sus maniobras ordinarias. Resultado final, puesto que para
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realizar esta descripción nos propusimos realizar un progresi-
vo desplazamiento de la mirada, desde la luminosa escena la primacía de lo jurídico o de lo psiquiátrico. El análisis del
oficial donde se toman las decisiones hacia la penumbra de las modo de constitución del código ha revelado un avance des-
moradas donde esas decisiones se ejercen. En primer lugar, igual de la infraestructura "psi"~~ lo~,tri?,,unales de menores.
procuramos comprender cómo se articulaban el poder judicial En la región del norte, los serVIciOs ps1 son mucho menos
y el saber psiquiátrico, siempre intentado escapar a las fáciles importantes (sobre todo en Valenciennes) que en Bob1gny,
representaciones del desarrollo de los aparatos de Estado en donde el recurso al examen médico-psicológico es casi si~te­
términos de excrescencia indefinida o de humanización aun mático. Lo cual también corresponde a un fuerte desmvel
mayor, representacion~s todas que permiten denunciar o entre los regímenes industriales (antigua industna en el
encomiar, pero nunca comprender. Ya hemos visto, en el Norte yacimientos de hulla y textiles; industria más reciente,
desarrollo de las prácticas educativas, el elemento en torno perso~al más móvil en la región parisina) y también entre las
del cual giraban las dos instancias psiquiátrica y judicial. Ya formas de encuadramiento social (el N arte es la tierra ongmal
hemos visto cómo la expansión las actividades correctivas del paternalismo). Procedimos a un examen sistemático de los
fuera del campo cerrado de la institución penal o del hospital expedientes sobre infancia en riesgo (ley 1958 que autonza al
psiquiátrico ((redimensionaba" las posiciones del psiquiatra juez de menores a intervenir e.ada vez que la sal~d, la segun-
con respecto a lo judicial; cómo el poder de decisión pasaba de dad, la moralidad y la educacwn de un menor este comp;ome-
ese modo, progresivamente, de una jurisdicción penal a una tida). El objetivo era reconstituir en cada 1:->gar la pohhca de
jurisdicción extrajudicial, pueS la primera ya no servía sino la familia puesta en juego por los s~rVICIOS socmles . A tal
como garante y derivativo. Pero, precisamente, ¿a qué corres- efecto era necesario reconstituir previamente los objetivos de
ponde, en el ejercicio de estas prácticas correctivas, la necesi- esos ;ervicios alcanzar las singularidades socio-culturales
dad de tal desplazamiento? Vemos claramente en qué sentido apuntadas a t~avés de las especificaciones jurídicas, médicas
impulsaron esta nueva organización estratégica de lo judicial
0 morales del caso; era necesario recomp?ner los efectos
y lo psiquiátrico por la creciente imposibilidad de lo judicial de logrados a través de la sucesión de medidas Implementadas;
controlar a esos nuevos técnicos, pero aún no vemos por qué en síntesis, decodificar todo cuanto estuVIera cod1ficado.
esas prácticas ya no pudieron ser controladas por el solo poder En primer lugar, consignaremos los resultados de la re-
judicial. Los primeros educadores y las primeras asistentes gión norte.
sociales son impulsados por el poder judicial, que les dice:
"Hay una cantidad considerable de niños mal cuidados que se En la literatura de expedientes, bajo un sutil barniz psicoló-
sustraen a toda autoridad. No queremos ni podemos mandar- gico, aflora un vocabulario más denso, más rico en n~ta~iones
los a la cárcel. Vayan, vean qué sucede sobre el terreno. Hagan económico-morales, que permite ídentific~r los pr:~c1pales
todo lo necesario para que los padres cumplan con su deber. polos de la vida social sobre los "\u.e se focahza la accwn de los
N o podrán rechazarlos, puesto que acabamos de hacer votar servicios. Para presentarlos, ubhzaremos el vocabulano ca-
una serie de leyes de protección de la infancia que los autori- racterístico de los servicios sociales: "familia inestructura-
zan a imponerse a la autoridad paterna. Les damos, pues, das" ((familias normalmente constituidas Pero rechazantes o
poder para ejercer su aUtoridad y, en consecuencia, imponer- sobr~protectores", "familias carenciadas". ~o es. ~ue los ser-
se a la familia". Ahora debemos tratar de comprender por qué vicios sociales procedan a este tipo de clas1fi~acwn. Deonto:
esa política de la familia expresamente judicial llegó a ser logia obliga, para ellos solo existen casos parb.culares. Pero Sl
asunto de las instancias psiquiátricas. enumeramos las características de las fam1has que rec1ben
A continuación, proponemos la reseña rápida de una exten- esta clase de apelaciones, es fácil reconstituir los objetivos
sa encuesta realizada por los servicios sociales de los tribuna- sociales de los servicios según esas tres grandes constelacw-
les de menores de la región del norte (Lille y Valenciennes) y nes y apreciar las diferentes tácticas que implementan en
de la región parisina (Bobigny). Ambas regiones fueron selec- cada caso.
cionadas a propósito, para apreciar las variaciones ligadas a
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1.Las familias inestructuradas: La pérdida del trabajo del marido o sus ausencias inmoti-
conversión o destrucción vadas pueden acarrear la supresión de los subsidios familia-
res. En ese caso, la asistente social, tras visitar a la familia,
Son aquellas familias cuyos rasgos dominantes (a los ojos de manda un informe al juez de menores. En segundo Jugar,
los servicios del tribunal, por supuesto) son: la inestabilidad viene la policía y la intendencia. La primera interviene
profesional, la inmoralidad, la suciedad. Ejemplo, la familia cuando se la convoca para poner fin a borracheras o a escenas
D. El padre, de treinta años, es camionero. Cambia a menudo familiares demasiado ruidosas; la segunda, para reprimir a
de empleador, suele estar ausente del hogar por su trabajo, las familias de marginales (los chatarreros, las familias
colecciona multas y acciones judiciales (ultrajes al pudor con vagabundas instaladas en un baldío) que perturban la paz del
menores que hacían dedo, etc.). La madre, sin profesión, vive municipio. Por último, la escuela y los vecinos cierran la lista:
en una vieja granja con su padre alcohólico y sordo, sus cuatro ausentismo escolar y cartas anónimas del estilo: "Me tomo el
hijos muy sucios, pues no hay agua corriente en la casa. atrevimiento de escribirle para informarle que alguien debe
Suelen recibir jóvenes de paso, con los cuales "bailan en el intervenir en casa de los x, pues allí suceden cosas raras".
patio al ritmo de un transistor y se entregan a actos incalifi- Segunda etapa: el juez de menores, para establecer la
cables". La hija mayor está embarazada por obra de un "joven credibilidad de estas informaciones, ordena una encuesta a
ocioso". Para completar el cuadro de la familia inestructura- los gendarmes o a los servicios sociales para saber si se
da, es preciso imaginar a su ah;ededor un cortejo por momen- justifica la intervención del servicio de protección a la infan-
tos mucho menos divertido. El padre T. pasa sus noches cia. La respuesta casi siempre es afirmativa, y suele apoyarse
disparando contra los postes de luz con una carabina, y sus en cuadros familiares cuyas constantes principales son: pere-
días en la cama con su mujer etílica y la cuñada débil mental, za del hombre, ligereza de costumbres de la madre, suciedad
mientras que sus hijos, desde los doce años, se inician en el y desnutrición de los niños, pese a su "buena salud aparente".
• robo y en el vino tinto. O bien V, que persiste en frecuentar
las orillas del Sena con su caña de pescar, en vez de ir a la
En los informes, hay pasajes subrayados por el redactor o por
el juez, que parecerían estar en el origen de la decisión ,.\
fábrica, poniendo así en peligro la salud, la moralidad y la tomada. A continuación, presentamos una muestra de esos
educación de sus hijos; y luego, en desorden, todos aquellos enunciados subrayados, extraídos de cinco expedientes se-
que no ven o ya no ven las ventajas de una vida de labor, leccionados al azar:
aquellos que ya no tienen trabajo, y aquellos que no tienen -"Madre ligera que frecuenta los bares y deja a sus hijos
apuro por encontrar uno; las mujeres que frecuentan a los al cuidado del concubina ... padre apático, indolente, displi-
norafricanos; aquellos que beben porque es costumbre en el cente ... En cierta circunstancia, la menor tenía en su poder
Norte, y aquellos que beben para olvidar que beben. En un folleto de un género muy especial, titulado: La tarifa del
síntesis, esa franja de la clase obrera en la que la mala amor. Me han informado que una vez, en su habitación, la
conducta se alía al fatalismo, mil veces descrita por los muchacha se puso en una posición que dejaba a la vista casi
moralistas y los higienistas, sobre todo durante el siglo XIX y toda su anatomía."
en especial en esa región donde tarda más en desaparecer que -"Madre linfática, desvergonzada, que a veces se embo-
en otras partes. rracha con su amante. El concubina tendería a vivir a sus
En el origen de una intervención tutelar, siempre encon- expensas ... Las dos hijas (de siete y catorce años) asistieron
tramos el procedimiento de la denuncia, es decir, la notifica- en una oportunidad a una escena sexual de la pareja, y
ción al juez de menores de la existencia de una situación relatan lo que han visto a otros niños."
crítica en tal o cual familia por parte de instancias que -"La madre frecuenta asiduamente a los obreros de las
pueden ser públicas o privadas. En el caso de esta categoría obras en construcción ... El padre bebe regularmente ... Las
de familia, las denuncias proceden en la mitad de los casos de hijas mayores vagabundean."
otros servicios sociales: las asistentes sociales de las cajas - "La madre bebe mientras su concubina trabaja ... En
de subsidios familiares o las asistentes sociales del sector. ocasiones, abandona a sus hijos para irse con sus amantes."
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que, un buen día, se propone mostrar que no es ninguna tonta.
-"Hogar d~scuidado. La madre no parece estar del todo en Y así, todo vuelve a empezar.
sus cabales ... El es muy irregular en el trabajo ... El subsidio En términos formales, estas intervenciones sobre las fami-
famili~rfue suprimido:.ante semejante apatía, parece indispen- lias in estructuradas adquieren, pues, el carácter de un cuer-
sable mternar a sus hu os en la Ayuda Social a la Infancia." po a cuerpo decisivo entre los servicios y los asistidos. Estos
Tercera etapa: la asistencia se hace cargo de los niños. El últimos, para recuperar a sus hijos, producen todos los signos
promedw de tiempo de la tutela de esos niños es muy extenso: exteriores de moralidad que se espera de ellos: cura de
ocho años, con un máximo de catorce. Sobre ellos se concentra desintoxicación, limpieza de la casa los días de visita de la
toda la bateria de medidas de que dispone el tribunal de asistente social, mudanza a un nuevo departamento (a riesgo
menores, la asistencia educativa de régimen abierto la tutela de no poder pagarlo, pero lo esencial es mostrar su voluntad
con prestaciones sociales, las internaciones. No es fácil asig- de cooperación), y sobre todo miles de cartas que dan cuenta
nar un plazo exacto a esta clase de tutela. Las intervenciones de un total arrepentimiento, de la firme determinación de
a menudo solo terminan cuando los niños ya son mayores vivir como se debe. Pero ¿cómo pueden la asistente social o el
están casados o trabajando, y pueden volver a empez~ educador asegurarse de la veracidad de estos dichos y confiar
cuando ellos mismos procreen. De todos modos al cabo de en ellos? En relación con estas profesiones de fe que a
algunos años, se constata una sensible modifi~ación de la menudo no son sino astucias de un día, se practica la restitu-
. situación de las familias, que las orienta ya hacia la promoción ción de los niños a cuenta gotas, se hace durar la tutela. Aun
c?;:ttrolada, ya hacia la destrucCión pura y simple. La promo- cuando no representen sino un tercio de los expedientes, son t-.,

1'
cwn c?r;trolada puede consistir en facilidades para obtener estas familias inestructuradas Ías que absorben la mayor ,,'
un_a VIVIenda con acceso a la propiedad, que condicionan un parte de las energias de los servicios sociales. Constituyen su
cmd:'do de las compañías, la regularización en el trabajo del blanco predilecto, como bien lo señala el alto porcentaje de
denuncias procedentes de los servicios sociales mismos. ¿Por ,.,,,
ma~d?. Las ~eJor~s pueden no ser sino ficticias; por eso, los
sen;cws sociales siempre están vigilando a las familias por qué? Sin duda a causa de la naturaleza del supuesto peligro,
medw de la tutela. En el otro polo, la destrucción resulta de la mezcla irresistible de inmoralidad y falta de higiene, sexo y
internación sistemática de los niños no bien se tienen los suciedad, que representan para ellos el terreno ideal para
resultados de la encuesta social. Pero la destrucción también realizar su vocación doblemente moral y médica. De ahí ese
puede venir después de años de tutela. En un primer momen- intervencionismo incesante que por momentos promueve, a
to, la familia C. recibió una asistencia educativa de régimen menudo destruye y siempre reemplaza la autarquía, la des-
abierto, porque la madre no se ocupaba adecuadamente de su preocupación y la truculencia por la dependencia.
hogar, pero luego se descubrió que el padre practicaba la
ausencia inmotivada al trabajo, lo cual ponía en riesgo la ob- 2. Las familias normalmente constituidas
tenci~n del sub~idi? familiar, y por lo tanto ponía en riesgo a pero rechazantes o sobreprotectoras:
los mnos. Por anadidura, el padre abandona definitivamente culpabilización y designación de chivos emisarios
su trabajo, bebe y le cierra la puerta en la cara a la asistente
social. Supresión del subsidio familiar retiro de los niños del Esta extraña apelación corresponde de hecho a una "cliniza-
seno familiar, confl!cto entre los padr~s, separación. A largo ción" de las condiciones de vida más difundidas en la clase
plazo, en esas famihas, se perfila una tendencia: el alejamien- obrera. En todos los casos en que funciona esa incriminación,
to ?el padre. Las parejas jóvenes e inmaduras, que descuidan el cuadro es el siguiente. Una familia obrera numerosa en
mas de lo convenwnte a sus hijos, suelen separarse. La mujer una vivienda moderna pero estrecha. Para poder ocuparse de
regresa .a casa de los padres con sus hijos, que entonces le los más jóvenes, la madre expulsa a los mayores. Es lo que se
son restitmdos, Y trabaja. En términos generales, la mujer llama una madre "desbordada". Al regresar del trabajo, el
Simula re~hazar. al marido, lo cual le da derecho a la ayuda padre pide que lo dejen tranquilo y enciende la tele o lee el
social a la mfanc1a, además de la certeza de recibir el subsidio diario en vez de brindar cuidados educativos a sus hijos. Es
familiar. El marido vuelve a espaldas de la asistente social, 147
146
lo~ que
se llama un padre "poco disponible". La vid~ en la ?alle es el peligro. Si ustedes no se ocupan de ellos, nosotros nos
constituye, pues, una buena parte del mar_co de existencia de encargaremos de hacerlo, nosotros reinyectaremos a sus hijos
los menores, con todas las consecuencias que esto acarrea en en los dispositivos disciplinarios. Con la sola diferencia de que
cuanto a las "malas compañías" y la exposición al control a la lista de estos dispositivos añadiremos los hogares de
policial. Entonces, si los padres se anticipan al arresto poli- jóvenes trabajadores, los hogares de acción educativa, los
cial de sus hijos y previenen a una asistente social, se dirá que internados de reeducación y la cárcel".
son padres "rechazan tes"; si los encubren por considerar que
sus callejeos no son tan graves, y mucho menos culpa de ellos, 3. Las familias carenciadas:
se dirá que esos padr,es son "sobreprotectores". ayuda social
Las denuncias proVienen én partes más o menos iguales de
la familia o de la policía y los servicios sociales. Por lo general, Llamemos así a las familias en que el padre o la madre, o bien
las cartas de los padres procuran conciliar un pedido de ambos, han muertos o son víctimas de una incapacidad de-
fortalecimiento de su autoridad con un discurso que no cisiva. Por ejemplo, la familia B., el padre, setenta años, con
parezca una denuncia: ''Tengo el honor de solicitar su inter- una silicosis avanzada, la madre desaparecida desde hace
vención para uno de mis hijos que tiene diecisiete años y se diez años, expulsada por el marido. Vive con sus tres hijos (de
niega a Obedecerme. Pese a su ánimo y bondad, sale con diecinueve, dieciséis y once años) en una casita que pertenece
desconocidos hasta muy tard,e en la noche. Aunque lo pongo a las hulleras nacionales, cuya propiedad le corresponde
en penitencia durante la semana, y aun el domingo, ence- hasta su muerte inminente, y nada obliga a las hulleras a
rrándolo en su cuarto, o le escondo la ropa, algunas veces dejarle esa casa a los hijos. Es la categoría de los tullidos, de
logra escapar". Semejante pedido casi nunca es rechazado por los mutilados en el trabajo o en la cárcel. En el N arte, con la
el tribunal de menores, pero matizando bastante el estilo de mina y la severidad de la Corte penal de Douai, son muchos
la respuesta. Los padres le piden al juez que cause en sus hijos los que están en esa situación. Encabezando esta categoría,
un temor saludable, que muestre estar del lado de los padres, figuran las discapacidades del padre por enfermedad profe-
que el niño debe obedecerles. Ahora bien, en lugar de la sional, reconocidas o no. Silicosis, asma, bronquitis crónica,
amonestación deseada, el juez de menores, teniendo en tres de cada cinco Casos en Valenciennes, uno de cada tres
cuenta la encuesta social, se inclina por una asistencia casos en Lille, donde las hulleras nacionales emplean menos
educativa que no tiene en absoluto el mismo sentido, puesto personas, entre las cuales el porcentaje de árabes es muy
que pone al adolescente bajo la influencia del complejo alto. El cuadro es casi siempre el mismo: a partir de los
tutelar, induce su alejamiento de la autoridad de la familia cincuenta años, el hombre declina seriamente y sus activida-
hacia una autoridad social, lo dirige lentamente hacia un des se reducen. Si no muere, su impotencia y el carácter
hogar de jóvenes trabajadores o algo similar, todo ello para irrisorio de su pensión por invalidez no tardan en producir un
evitar que contamine a sus hermanos, para que los padres conflicto con la esposa, que suele ser mucho más joven, sobre
puedan dedicarse a los más jóvenes. todo en el caso de las familias magrebíes (hasta veinte y
Con las familias "normales", la táctica es, pues, muy dife- treinta años de diferencia). Entonces, o bien conservó bastan-
rente de aquella que se observa en las familias in estructura- tes fuerzas para echarla, o bien él es quien se hace echar, y su
das. El objetivo entonces era convertir o destruir. Ahora se horizonte es algún cuartito en un café-hotel árabe. En el caso
trata de garantizar la función de la crianza y poner en juego en que la diferencia de edad es menor, la invalidez no es una
una función disciplinaria antes que fortalecer una posición de causa particular de ruptura. Simplemente se invierten los
autoridad. Todo sucede como si el aparato tutelar transmitie- roles: el hombre se queda en la casa y se ocupa de los niños;
ra a las familias populares el siguiente discurso: "Envíen a sus la mujer trabaja como empleada doméstica fuera del hogar.
hijos a la escuela, al centro de enseñanza técnica, en calidad Escasos ingresos que no le impiden a la familia vivir al ritmo
de aprendices, a la fábrica, al ejército; vigilen sus compañías, de las sucesivas evaluaciones de la tasa de invalidez, ni
su empleo del tiempo, sus desplazamientos. La vacuidad, ese entrar en la triste cohorte de los "asistidos". Por orden de
148 149
importancia decreciente, la segunda causa de carencia es la
muerte prematura de uno de los padres, con la consecuente aprobación de la Dirección de Asuntos Sanitarios y Sociales,
situación dramática que trae aparejada según se trate de la o la madre se hace notar, en el acto le sacan al niño. Si el o los
madre o del padre. Finalmente, la última sección: los padres niños son más grandes, la situación es aun peor: son muy mal
ausentes por causa de detención penal o internación psiquiá- vistas las complicidades madre-hija donde la relación ha
trica. Aquí se trata sobre todo de casos penales, y las conse- perdido la distancia pedagógica necesaria. Se dejan llevar
cuencias de las ausencias por motivos psiquiátricos deben ser mutuamente, y reciben bajo el techo familiar a los "novios" de
administradas de manera autónoma por la dirección de la la pequeña, a menudo fugados de la educación vigilada. De
Acción Social. hecho, la madre alienta a su hija a casarse. Su sueño es que
En los casos de protección a la infancia, el origen de la la pareja trabaje y la albergue para que se ocupe de los nietos;
intervención judicial se reparte asimismo entre las familias de ahí toda una serie de maniobras maternas que no cesan de
mismas y los servicios sociales. La mediocridad de las pensio- irritar a los servicios sociales.
nes por invalidez, la muerte de uno de los padres o la 3. Cuando sólo queda el padre, sobre todo si está disminui-
separación, empujan a los sobrevivientes a solicitar la Ayuda do por invalidez, las posibilidades de internación aumentan a
Social a la Infancia, ya para obtener dinero -es el caso más dos tereios, a causa de sus magros ingresos. Los varones
frecuente-, ya para deshacerse de una boca inútil. En cuanto tienden a dejar el domicilio para buscar fortuna en otra parte,
a las denuncias realizadas por l.os servicios sociales, resultan los más jóvenes padecen una "falta de vigilancia". Todos son
de una vigilancia previa de Ía familia efectuada por las internados, pero se deja salir a una de las hijas ((anormalmen-
e1sistentes del sector o de las cajas de ayudas familiares. te apegada a su padre", que se fuga para estar con él, hasta que
En cuanto a las medidas, la tendencia general es la el juez capitula. Cuando ninguno de los niños es tapa de los
internación parcial o total de los niños, no sin alguna Asis- diarios, aprovechan el inevitable pedido de ayuda financiera
.. tencia Educativa en Régimen Abierto y otras tutelas. A
continuación, presentamos un cuadro de las probabilidades,
del padre para ordenar una Asistencia Educativa en Régimen
Abierto destinada a preparar la internación de los niños tras
por orden creciente, de internación conforme a las diferentes su muerte.
configuraciones posibles de los datos propios de esta catego- 4. Última etapa: aquella en que el padre y la madre están
ría de familias: práctica o moralmente fuera de juego; padre en la cárcel,
madre débil mental, padre fallecido, madre presa, etc. Inter-
l. Madre sola, con muchos hijos pequeños. Gastada por los nación a como dé lugar y sin grandes posibilidades de retorno.
embarazos, absorbida por los críos, queda prácticamente Desde el fondo de sus cárceles, los padres envían misivas al
descartada la posibilidad de que pueda entregarse a una vida juez para que tal o cual mujer, a la que dicen querer tomar por
de perdición o tener un concubina, siempre sospechoso de esposa, pueda tener derecho a visitar a los niños, cuya verdade-
desviar a su favor el dinero de los subsidios. Por lo demás, la ra madre ha desaparecido. O bien para quejarse de que la
internación de ocho o diez niños es imposible. Para esta clase nodriza de la Ayuda Social no respeta los derechos de visita. En
de mujeres, los servicios sociales despliegan una energía general, el juez demora el asunto, tras informarse sobre el
máxima con el objeto de brindarles una vivienda nueva, o estado de los niños. En esta categoría, cabe destacar la frecuen-
facilitarle los trámites administrativos, escolares u otros. cia de madres que son ex pupilas de la Ayuda a la Infancia o
Una mínima tutela para las prestaciones sociales se impone, antiguas pensionistas del Buen Pastor. En este nivel, la margi-
pese a todo, en los casos de mujeres árabes. nalidad se capitaliza, por el estrechamiento del horizonte social
2. Cuando la madre vive con uno o dos hijos, la situación es que conjuga a los fracasados y redobla la vigilancia. Este es el
mucho más difícil. Los subsidios familiares no le permiten material, invariable y garantizado, del servicio social.
vivir; si el niño es muy pequeño, ella debe trabajar y, por lo
tanto, los entrega a una nodriza. Lo cual la deja libre para En esta región del norte, el complejo tutelar aún está
llevar una vida irregular. Si la nodriza no cuenta con la sólidamente asentado en los carriles de la filantropía del siglo
XIX. Tiene su mismo objetivo estratégico de destrucción de los
150
151
ahí donde no participa de lo económico ni es economtca.
agregados populares orgánicos, esos islotes de autarquía También es el medio para poner en juego la obtención del
económica, esas complicidades en el cabaret y el "libertinaje"; acceso a la vivienda, al trabajo, y un medio de promoción para
la misma preocupación por promover una familia popular la legalización de las uniones, la conformidad de la educación.
donde los miembros dependan unos de otros y conveijan en En este sentido, lo jurídico es una pura categoría de la
una función de vigilancia mutua; la misma preocupación por economía política del siglo XIX.
brindar asistencia global a la población, resultado de esa
gestión despiadadamente económica de los individuos cuando El primer rasgo que llama la atención en la comparación
el sistema familiar ya no alcanza para contenerlos. La tripar- entre la región del norte y la región parisina es la atenuación
tición de los objetivos sociales del tribunal de menores corres- de pesado folklore de esa gendarmería de las familias que
ponde de manera bastante elocuente a ese proceso de creación acabamos de describir.
de la familia obrera mediante su vinculación con antiguas Si hacemos una lista de los problemas planteados respecto
formas de vida (familias inestructuradas), su disciplinariza- de la fuente de las intervenciones judiciales, apenas encon-
ción (familias normales) y la restricción de sus objetivos a la traremos un tercio de los casos que manifiesten la triparti-
mera reproducción y crianza de los niños (familias carencia- ción que hemos podido establecer en la región norte. Sobre un
das). El clima de filantropía paternalista se profundiza aun total de cincuenta expedientes, tan sólo dieciocho se originan .•
"1
más en el plano de las actitudes de la población frente a los en una denuncia de vecinos preocupados por el estado de "'
servicios sociales. En un país donde, hasta no hace mucho abandono de un niño durante el día. Las asistentes sociales
¡l!
tiempo, todas las viviendas (las hulleras nacionales aún del sector señalan al juez aquellos niños cuyos padres han ,,¡ 1
poseen doscientas mil viviendas), pero también las iglesias y fallecido o bien solicitan alguna medida de tutela para fami- 1•

las escuelas, pertenecían a los patrones; donde los médicos lias endeudadas y con riesgo de ser expulsadas porque el i
que hacían las visitas también eran remunerados por los padre, enfermo, ya no puede trabajar; le envían asimismo los ~1
patrones (el médico era llamado "el espía"), es bastante lógico hijos de familias emigradas que deambulan por las calles. ,,,i ,)
\'
que las poblaciones estén acostumbradas a una suerte de Las asistentes sociales escolares señalan los casos de abusen- 1 ,,

asistencia total. La huella de ese paternalismo aún puede tismo y las sospechas de desnutrición. Tan sólo en este ¡:[
'

hallarse en la composición de los consejos de administración primer lote de casos volvemos a hallar el aspecto de morali- ~í
de los organismos privados o públicos dependientes del tribu- zación directa y de gestión autoritaria de las familias que
nal de menores, donde tampoco es raro que figuren los hemos visto funcionar en el Norte, y ciertamente con menos
descendientes directos del patronato caritativo del siglo XIX, éxito. La resistencia de las familias a esta clase de autoridad
gran constructor de orfanatos y de escuelas de aprendizaje, es muy clara. No bien sale de la cárcel, el padre va a buscar .!
esos depósitos de mano de obra dócil. autoritariamente a su hija a casa de la nodriza de la Ayuda ]¡
El modo de funcionamiento de estos servicios sociales aún Social a la Infancia, para colocarla en casa de otra que él sí 1

conserva los dos principios básicos de esa filantropía: l. la conoce. Otro padre alienta a sus hijos a fugarse del estable-
inserción en la economía en nombre de la moral: la lucha cimiento donde han sido internados para que se reúnan con
contra la autarquía familiar en nombre de la indisciplina de él en algún punto de la frontera entre los dos municipios,
las costumbres, la creación del "pequeño trabajador infatiga- donde rechaza enojado ambos servicios sociales. Las familias
ble" contra la familia inestructurada; 2. la gestión moral de argelinas apelan al cónsul de su país para que detenga las
los individuos en nombre de la economía: se trata de la internaciones, etcétera.
técnica de extracción de los individuos del seno familiar, en La gran mayoría de los expedientes concierne únicamente
especial de los niños, en nombre de su seguridad, cuando el a problemas de dislocación familiar: padres que internan a
costo de mantenimiento de una familia se vuelve demasiado sus hijos en la Ayuda Social a la Infancia después de una
alto. En esta doble proyección de lo moral sobre lo económico, separación; menores que huyen de su medio familiar, deteni-
la instancia jurídica ocupa un lugar decisivo. Es el instru- dos por la policía o que por propia voluntad se dirigen al juez
mento necesario para contrarrestar la autoridad familiar,
153
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de menores para ser internados en un hogar o solicitan
autorización para residir en casa de amigos; padres que encuesta social sobre la madre o el padre, a través de los
solicitan la internación de sus hijos porque ya no los soportan. servicios sociales del tribunal de menores.
En síntesis, todas las formas posibles de fragilización de la 2. En segundo lugar, se registran diez casos de niños
vida familiar asociadas con una utilización sin complejos de fugados de casa de sus padres y detenidos por la policía, o bien
los servicios sociales. Con más detalle, el cuadro es el siguien- que por propia voluntad se dirigen al juez de menores para
te: lograr modificar su situación: ser colocados en casa de un tío,
de una hermana mayor, o internados en un establecimiento
l. En primer lugar, diez casos de internación solicitada por cualquiera. Los menores que solicitan directamente la ayuda
uno de los padres tras urla separación. Por lo general, al irse, del juez son seis: tres varones que se dirigen al juez para
el padre lleva a los niños a la Ayuda Social a la Infancia, o a comunicarle que ya no soportan los excesos de autoridad de
cualquier otro hogar, que en el acto los deriva esta. También su padre o de su madre; todos ellos son amparados, excepto
están las parejas que se separan y se reconcilian alternativa- uno, cuya rebelión el juez consideró demasiado "intelectual";
mente, y que en cada ocasión internan a sus hijos; se regis- tres muchachas cuyos conflictos son más precisos: una de ella
tran casos aún más raros, por ejemplo, el de una mujer más dice haber sido violada por el concubina de su madre, la otra
o menos catalogada como enferma mental, que vive en un acusa al padre de darle inyecciones intramusculares antes de
hotel con su concubina desde hace años, y que va derivando masturbarse delante de ella, y la última declara que el
a sus hijos a la Ayuda Social a la Infancia a medida que nacen concubina la perseguía alternativamente con golpes y pro-
(no se trata de un problema económico, puesto que el concu- puestas indecentes, tras haber hallado un diario íntimo en el
bina, jefe de un equipo de seguridad, gana 3000 francos que ella consignaba escrupulosamente su vida sexual; los
mensuales). A todo ello, se suman las parejas que internan a otros cuatro menores detenidos por la policía con motivo de
sus hijos en asistencia temporaria en la Ayuda Social a la sus respectivas fugas dicen haber abandonado la casa fami-
Infancia, para poder irse de vacaciones. liar a causa de un desacuerdo con el padre o el padrastro.
Por lo general, los padres que proceden a una internación 3. En los últimos ocho casos, son los padres quienes
después de separase desean que sólo sea temporal. Pero las señalan a la policía o al juez la fuga de sus hijos o, con menor
cosas se complican debido a la política de la Ayuda Social a la frecuencia, su mala conducta estolar. Por ejemplo, ese padre ¡:
Infancia. Para comprender la actitud de esta administración que solicita la internación de su hijo en un Instituto Provin-
es preciso recordar que debe gestionar tres clases de listas: l. cial de Enseñanza Secundaria por haber sido expulsado del 1
CES con motivo de su indisciplina. O bien esa hermana mayor
11
la de los padres que abandonan a sus hijos temporalmente, y
son muy numerosos, o duraderamente, en menor cantidad; 2. que se preocupa al ver a su hermana menor deambular de bar l
la de las nodrizas acreditadas a cuya casa, pago mediante, la en bar. Y, luego, cuando en una familia uno de los hijos (por
Ayuda Social a la Infancia envía a los niños "acogidos tempo- lo general, el mayor) ha sido internado, los demás quieren
ralmente"; 3.la más larga, la de las familias, un bien en todos hacer lo mismo y la mejor manera de conseguirlo es la fuga.
los aspectos, que quieren adoptar un niño. Es fácil adivinar Ya se trate de la mayor resistencia de las familias a las
que la tentación de la ASE es que un máximo de niños pase de decisiones impuestas, o bien de la malversación a gran escala
la primera lista a la tercera utilizando su posición de poder que esas familias hacen de los servicios de asistencia y
sobre la segunda. Por ejemplo, se considera que un niño ha represión, todo indica que ha fracasado la antigua fórmula
sido abandonado por sus padres cuando estos últimos no lo jurídica, económica y moral de la intervención en las familias
han visitado o no le han escrito durante un año. Abandono populares. Ese sistema funcionaba en la medida en que el
que la ASE puede favorecer enviando al niño a un lugar muy acceso a una profesión, la obtención de una vivienda y de
alejado o sugiriéndole al juez de menores una restricción que prestaciones sociales dependieran de una vida familiar es-
desaliente el derecho a las visitas. Y, por lo demás, antes de tricta. La normalización podía apoyarse en lo jurídico siem-
ceder al niñü, dispone de un último recurso: proceder a una pre que este último permitiera distinguir a una población
asentada de una población marginal. Pero el aparato jurídico
154
155
ya no puede intervenir con la misma firmeza en aquellas 5.LAREGULACIÓN
familias en que las nuevas condiciones de trabajo y vivienda, DE LAS IMÁGENES
así como la exigencia de movilidad (distancia a menudo
considerable entre el lugar de trabajo y la vivienda), animan
de fuerzas centrífugas y destructivas (altísimas tasas de de-
presión y suicidios). Al ya no estar ligado a condiciones de vi-
da precisas, ya no tiene el mismo poder de imposición. De ahí
la escalada de resistencias. Al proponerse absorber todos los
productos de esa dislocación, loS servicios sociales se vieron
obligados a desdramatizar su utilización. De ahíla malversación
de que son objeto.
Se comprende la pertinencia del psicologismo en este
terreno, su capacidad para relegar lo jurídico en la coordina-
ción de las actividades normalizadoras. En efecto, permite: l.
desarticular los comportamientos de resistencia de las fami- INTRODUCCIÓN
lias ante las internaciones impuestas en nombre de la nece-
saria socialización. de los adolescentes; 2. conjurar las líneas De por sí no era un asunto fácil llevar a un hombre a
de fuga que constituyen la irresponsabilización de los padres recostarse en un diván, contar su vida, su infancia, sus 1
respecto de sus hijos pequeños, en nombre de la necesidad de sueños, y mantenerlo allí con la promesa lejana de una cura
educación familiar; 3. instaurar un nuevo sistema para para sus angustias, sus fobias, sus obsesiones. Tampoco es un
instrumentar a la familia mediante las prácticas de norma- asunto fácil expliéar este acontecimiento tan peculiar. Ahora
• lización. Al perder su utilidad, el antiguo corte que lo jurídico bien, ¿cómo dar cuenta de la inmensa difusión del psicoaná-
lisis, de la fortuna histórica de este procedimiento, que se ha
establecía entre "familias legítimas" y "familias ilegítimas"
es reemplazado por el doble registro del contrato y la tutela. difundido en todos los sectores de la vida social? ¿Por qué la '
',,,

Son pasibles de tutela todas aquellas familias productoras de técnica analítica salió del limitado marco de su ejercicio, por
demandas tales como pedidos de internación y de ayuda qué su ritual explotó en una multitud de fragmentos, moldea-
financiera. Bajo este régimen, la familia ya no existe como dos en las anfractuosidades de casi todas las instituciones? El :·il
instancia autónoma. La gestión tutelar de las familias consis- primero de estos fragmentos puede encontrarse a la salida de 1

te en reducir su horizonte a la mera reproducción vigilada y la escuela, en un establecimiento que se le parece mucho,
a la extracción automática del seno familiar de aquellos pero cuyas aulas fueron subdivididas en cuartitos propicios
menores "pasibles de ser socializados". A tal efecto, el psi- para la escucha de nuestras primeras demencias. Este lugar
quiatra-psicoanalista controla el ejercicio del trabajo social; recibe el nombre de Centro Médico-Psico-Pedagógico. Podre-
no interviene directamente, puesto que el pedido de las mos hallarlo en un discreto cuarto de los tribunales civiles, en
familias es monopolizado por preocupaciones materiales, y especial en casos de divorcio, en los servicios de protección
también porque la tutela en cierta medida implica coerción materno-infantil, en los centros de planificación familiar, en
directa. Sin embargo, simultáneamente designa el umbral a los organismos de educación sexual. Bajo este nombre o
partir del cual la familia puede funcionar como instancia cualquier otro, siempre se trata de consejeros conyugales.
contractual. A partir de ese momento, la familia será capaz También podremos hallarlos con sólo girar la perilla de la
tanto de autonomía financiera como de una demanda exclu- radio, donde atienden el sufrimiento, analizan las consultas
sivamente psicológica. Sin ensuciarse las manos, a través de en horarios fijos para edificción de todos los oyentes.
los trabajadores sociales, el psicoanalista baliza el umbral a Ahora bien, para encontrarlos hay que buscarlos; ellos
partir del cual su reino se vuelve posible. nunca vienen a nuestro encuentro, no van a domicilio, como
una asistente social o un educador. Ni se le ocurra confundir-

156 157
r
en el p~sado? El ~ura y el médico, el cura o el médico, pero de
los con trabajadores sociales; esa distinción es de suma cualquier modo Siempre lo hacían en dos registros claramen-
importancia para ellos y pueden explicar por qué lo es. En te separados.
primer lugar, porque no quieren otro poder que la demanda El cura administraba la sexualidad desde la perspectiva
del sujeto. Ni hablar de señalamientos o denuncias, y aun de la moralidad familiar. Entre el sistema de intercambios
menos de intrusión directa en la vida de la gente, encuestas, matrimoniales -clave del antiguo orden familiar- y el apara-
investigación del comportamiento, vigilancia o castigos. Solo to religioso, funcionaba una antigua complicidad hecha de
trabajan con aquello que sus clientes desean proporcionar- beneficios mutuos. La familia recibía garantía de esas unio-
les, a saber, sus representaciones· sin procedimientos de nes mediante la distribución de los sacramentos. Como con-
verificación. Rechaza'n de antemano toda eventual interven- trapartida, el clero recibía dinero, el de los gastos por la
ción, aun cuando fuera solicitada por el sujeto mismo. En celebración, el de las dispensas que concedía por contraer
segundo lugar, funcionan de manera atomizada. Ninguna una alianza cuando los miembros de la pareja tenían cierto
coordinación centraliza sus informaciones ni agencia alguna, grado de parentesco: bajo el Antiguo Régimen, este favor era
sus actividades. Al escucharlos hablar, creeríamos estar más una necesidad, pues la organización aldeana implicaba una
bien en el reino de la competencia entre oficinas celosas de su tasa elevada de consanguinidad. El convento sirve a las
autonomía, que establecen singulares contratos con los clien- familias para preservar a las hijas destinadas al matrimonio
1
tes y garantizan el secreto profesional. Incluso hay una o para deshacerse de aquellas que implican una carga impo- :1

fuerte dosis de hostilidad 'entre estos diferentes grupos, sible de asumir. A la Iglesia esto le sirve para reclutar a un
sector de la población que puede servir a sus propios fines li
según el tono más o menos técnico o político que le den a su
acción y a las divisiones en el interior de cada uno de estos misioneros. El dispositivo de la confesión le ofrece a la familia j,
registros; según el nivel de radicalidad del que den cuenta. un medio para manejar la distancia entre el carácter estra-
En tercer lugar, nunca implementan formas de chantaje tégico de las alianzas y las inclinaciones sexuales. La Iglesia
mediante amenazas de coerción o promesas de conceder obtiene a cambio una influencia directa sobre los individuos 11

servicios "sólidos". Por el contrario, aventuran la posibilidad la posibilidad de una dirección de las conciencias. Verdader~ l
de lograr, a través de ellos, una liberación de las coerciones, . mafia enquistada en el régimen de las alianzas, la Iglesia l'
liberación del peso de las costumbres, de la arbitrariedad de Il_l~reme~ta sus propios beneficios en dinero, poder y expan-
¡i
las reglas; arriesgan promesas de una desinhibición de la swn, al tiempo que refuerza la hegemonía de la familia sobre
sexualidad, esperanZas de una autonomía existencial.
Entre el rigor de las instituciones y la clausura de las
familias, por un par de billetes y una pizca de esas imágenes
sus miembros.
Durante mucho tiempo, la medicina se mantuvo a una
distancia prudencial de este registro social de los intercam-
l
que andan rondando su psiquismo, ellos podrán ayudarlo a bios sexuales. Durante el siglo XVIII, comienza a interesarse
1 '
retomar el verdadero camino de su vida. Ahora bien, ¿cómo por la sexualidad desde el punto de vista de los flujos especí-
lograron conquistar ese lugar? ¿Cómo es posible que puedan ficamente corporales, y no del de los flujos sociales. Atribuye
ser útiles tanto a las instituciones como a las familias y a los gran importancia a la explicación de las enfermedades origi-
individuos? ¿Por qué ellos y por qué ahora? ¿Qué les da nadas en el incumplimiento de las funciones reproductoras.
semejante privilegio en esta sociedad y en otras similares? La retención de la leche materna, la negativa a amamantar
a los hijos, tan habitual en las mujeres acostumbradas a la
artificialidad de la vida mundana, es designada como la
A. EL CURA Y EL MÉDICO causa de una serie de males. La disipación del esperma por
el onanismo presenta inconvenientes similares para el hom-
Tras la reciente aparición de esta constelación de consejeros bre. Ya hemos visto cómo, durante los siglos xvm y XIX esta
y técnicos de la relación, la sexualidad, la pareja, la pedago- clase de discursos proporcionó a los médicos un lugar' cada
gía y la adaptación social pasaron a formar parte de una vez más importante como consejeros familiares. El médico de
misma esfera. ¿Quién se ocupaba de esta clase de problemas 159
158
la fmnilia interviene en la organización doméstica. A través "~equ,~ña biblioteca méd~ca'', "Biblioteca científica contempo-
de sus sugerencias en materia de higiene o consejos educati- ranea , etc. En esos catalogas de obritas baratas los temas
vos, modifica sustancialmente la organización interna de la sexuales predominan notoriamente, y a menudo s¿n tratados
vida doméstica. Pero no se atreve a interferir en el régimen por médico~ de renombre. Los mandarines de fines del siglo
de las alianzas, ese ámbito privativo de la familia y de la Igle- xr_x y jlrmc~p10s del XX Implementan así una campaña de
sia. De ello da cuenta el comportamiento del cuerpo médico h1giemzac10n de la sexuahdad que forma parte de un dispo-
en materia de enfermedades venéreas, símbolos de la falta Sltlvo general de prevención de las enfermedades sociales
moral, objetos de un temor que refuerza el poder de la familia (enfermedades venéreas, alcoholismo, tuberculosis). 4 El ob-
y de la Iglesia. En 1777, un tal Guilbert de Préval, que había jetivo de los médicos es tratar la sexualidad como un asunto
descubierto un "específico antivenéreo", fue expulsado de las de Estado y, por lo tanto, ir más allá de la arbitrariedad de las
filas de la facultad de Medicina de París tras un juicio familias, de la moral y de la Iglesia. Tras comenzar por
solemne:' Un siglo más tarde, el higienista Tardieu cubrirá regentear los cuerpos, y para perfeccionarse en ello la medi-
de sarcasmos a uno de sus colegas que había intentado cina también aspira a legislar las uniones. '
preparar una vacuna antivenérea. Según él, tal cosa implica- ¿Cuál era el objetivo de esta campaña? ¿Qué era aquello
ba abrir de par en par la puerta a todos los abusos, utilizar la que los higienistas consideraban disfuncional en el régimen
medicina contra la moral, liberar las pasiones que entonces de alianzas? Principalmente, aquello que solían llamar "la
proliferarían a expensas de lps intereses de las familias-' doble moral de las familias", esa manera de proclamar un
A lo largo del siglo xrx, esta restricción de la intervención comportamiento eminentemente moral y practicar otro he-
médica sobre la sexualidad a la sola higiene privada fue cho de egoísmo, de ambiciones y de una sexualidad clan'des-
perdiendo vigor. Sí se revisan las obras de divulgación médi- tina desenfrenada. ¿Por qué las familias tenían esta actitud?
ca para uso de las familias, podrá constatarse un incremento Porque organizan su existencia con vistas a dominar la
de artículos dedicados a los comportamientos sexuales. A 1
contracción de las alianzas. De ahí la educación diferenciada '·i
principios del siglo XIX, las enciclopedias médicas añaden a de mujeres y varones, basada en la preservación de las 1
las clásicas diatribas sobre el onanismo y el rechazo de la lac- prin1eras Y en la tolerancia, o aun la incitación, de las expe- 1
tancia materna consideraciones bastante vagas sobre lama- riencias prematrimoniales de los segundos. De ahí el alto i
yor longevidad de los individuos casados, sobre la dudosa costo social de esta práctica: los elevados porcentajes de
pertinencia del matrimonio entre personas con mucha dife- reproducción ilegítima condenada a una fuerte morbilidad el
rencia de edad, o bien sobre la mayor complementariedad de mantenimiento de una importante población de prostitutas
los temperamentos. A mediados de siglo, los diccionarios que propagan enfermedades venéreas, la contracción de las
de higiene deslizan algunas consideraciones positivas sobre alia~zas contraindicadas médicamente, pero consumadas en
los métodos anticonceptivos no artificiales. A partir de 1857, func1ón, de l~s intereses familiares. Todo un gasto, una
es decir, después de la publicación del Traité des dégénéres- patolog:ta soc1al, que se consideraban coextensivos con el
cences de Morel, se añaden consejos imperativos3 sobre las libre albedrío de las familias. La famosa doble moral la tan
indicaciones y contraindicaciones de las uniones. De ahí al denunciada hipocresía de los adultos, nada tenía que ~er con
eugenismo hay un paso. A fines de siglo, prolifera un nuevo el pudor m con oscuras represiones. Si los padres enseñaban
género, la biblioteca médica: "Bibliote.ca médica variada", a sus hijas a preservarse y a la vez alentaban las hazañas
1 Cf. Potton, De la prostitution et de la syphylis dans les grandes villes, amorosas de sus hijos varones, se debe a que sus intereses
1842.
están comprometidos en el juego de las alianzas matrimonia-
2 Sobre la cuestión de las enfermedades venéreas en general, véanse las les, en el cual la capacidad contractual de una familia y, por
obras de Louis Fiaux, La police des mceurs, 3 vol.,1907, Les maisons de lo tanto, su poder, era tanto más grande cuanto más preser-
tolérance, 1892, y Ambroise Tardieu, Dictionnaire d'hygiene publique, 3
vol.
'1 Véase Alex Mayer, Des rapports conjugaux considerés sous le triple 4 La lista de los catálogos sería demasiado extensa. A título indicativo
point de vue de la population, de la societé et de la morale publique, 1857. citamos la "Librairie du Gymnase". '
160 161
rivales. En.1902, el estadístico Bertillon y el politécnico
vadas estuvieran sus hijas y cuanto menos los estuvieran las filántropo Emile Cheyssion (viviendas sociales y jardines
de la~ demás familias. El régimen de las alianzas engendra obreros) fundan una "Alianza nacional" contra la despobla-
Y ratifica los resultados de una guerra civil permanente, de ción. 5 Convocan a todos aquellos que tienen interés en refor-
u.~a serie de micro-batallas llamadas ((perdición", "seduc-
zar el poderío militar e industrial de la nación, su capacidad
Cion", "desvío" ...
numérica de acción e intimidación.
Los primeros años del siglo XX se presentan como la última Excelente ejemplo de la permutabilidad de los temas
fase del e?-frentamiento entre dos modalidades de gestión de políticos: aquellos que no quieren ser objeto, ni eventuales
la sexuahd~d: la del cura, sobre la cual aún se basa el poder víctimas, de esa política se apoderan del antiguo discurso
de las fa~Ih~s, y la del médico, que avanza en nombre de la maltusiano, lo remozan añadiéndole el saber médico sobre
higrene pubhca, del supremo interés de la sociedad. Es decir, contracepción y profilaxis social, y lo utilizan contra los
elimpac~o de este vencimiento tecnológico no se reduce a un
discursos nacionalistas. U na conexión decisiva se establece
combate Ingenuo entre una figura antigua y una nueva, y aun entre la insumisión a los patrones y generales (la "huelga de
menos a una guerra entre lo laico y lo confesional. En los los vientres") y el progresismo médico. Los militantes del
ám~itos político-militar, institucional, sanitario y social, cris-
grupo de la Liga para la regeneración humana (fundada por
tahzan ur;a serie de desafíos que, por sus puntos de conver- Paul Robin), y luego los de la Generación consciente (fundada
gencia mas o menos claros, darán lugar a un enfrentamiento por Eugime Humbert, sucesor de Paul Robin), son los izquier-
general entre dos grandes estrategias. La primera, naciona- distas de la belle époque. 6 Médicos como Klotz-Forest, Jean
h~tayfamihansta, que vincula la opción técnica del poblacio- Marestan, la doctora Pelletier, feministas como Nelly Rous-
msmo con los temas políticos del paternalismo a lo Pétain El sel y Jeanne Dubois, militantes anarquistas como Sébastien
otro, socialista e individualista, ve en el neomalthusianis"uro Faure, recorren la Francia popular para difundir sus ideas
un medio para la organización colectivista. subversivas. Aprovechan cada foco de lucha, cada huelga
Entre los años 1840 y los años 1880, el malthusianismo era desatada, para establecer un vínculo entre la revuelta obrera
el P;'ntal del co.mportamiento de la burguesía filantrópica. El y la insumisión a la fatalidad biológica; dondequiera que
ca;acter. e:'~esivamente prolífico de las clases pobres consti- vayan crean tentáculos clandestinos de distribución de méto-
tma, a JUICIO de los filántropos, la principal causa de su dos anticonceptivos. En las regiones de grandes complejos
misena. r::or lo demás, la imprevisión de las masas trabaja- paternalistas, se dice que han hecho estragos. Los estadísti-
doras hacia recaer sobre las finanzas públicas el costo cada cos poblacionales producen lamentables comparaciones so-
vez m~yor de ~o.s procedimientos asistenciales. Engendraba bre las tasas de fecundidad antes y después de las grandes
un p~hgro pohüco debido a la expansión, en el corazón de la huelgas de principios de siglo-' Resonancia muy actual de
n~c~on,. de las capas sociales menos "civilizadas". La filantro- estos grupos: no tendrán sucesores antes de los "maos"
pia. m:nerte completamente su posición a partir de dos acon- establecidos en las fábricas, pues los doctores Carpentier
tecimientos. Por un lado, el aplastamiento de la Comuna distribuían sus panfletos a la salida de los colegios. En 1906,
pone fin. al problema de la amenaza interna. Por otro, el Paul Robin llama a las prostitutas a sindicalizarse para
I~penahsmo colonial avanza ahora a toda marcha. Se con-
luchar contra la policía de las costumbres, y sueña con
VIerte en un sector crucial para generar ganancias en un organizar una agencia para las uniones libres, que prefigura
lugar donde estas últimas se redistribuyen en funció~ de las los clasificados de Actuel y Libération. Izquierdistas en el
c?mpetencias Internacionales. La burguesía ya no tiene mo-
tivos de temor en el interior, y necesita hombres para sus 5 "Alliance nationale ponr l'accroissement de la population francaise",

andanzas en el extenor. De ahí la sustitución de la antigua con boletín trimestral homónimo.


6 La revista Régéneration se publica entre 1900 y 1908, y Génération
~oralizació': malthusiana de las clases pobres por un nuevo consciente toma la posta hacia 1914.
discurs~ ~:nhtante ahora dirigido contra la infecundidad de 7 Véase Paul E urea u, L'indiscipline des mmurs, 19020; Leroy-Beaulieu,

las ~amibas, la despreocupación culpable de aquellos que, La question de la population, 1913; Fernand Boverat, Patriotisme et
negandose a procrear, ponen a la nación a merced de sus paternité, 1913.
163
162
sentido de que se vieron confrontados tanto a la represión carácter de pequeña empresa interesada en multiplicar a sus
judicial de la burguesía bienpensante como a las estructuras miembros y, por ende, sus fuerzas. Inversión más bien cínica
sindicales y políticas de la izquierda, amenazaban claramen" de los filántropos. A quienes les recuerdan cuánto deplora"
te los privilegios de las primeras, pero también las bases de han en el pasado el empobrecimiento de las familias numero"
lucha de las segundas. "No queremos un proletariado más sas debido a la cantidad de cargas, ellos responden ahora que,
feliz, ni familias obreras mejor vestidas, ni niños apartados en una familia popular, tener muchos hijos quizá constituye
de promiscuidades peligrosas, ni mujeres del pueblo que ya un sacrificio al principio, pero siempre entraña un enrique-
no estén expuestas al peligro de Jos abortos recurrentes: cimiento cuando Jos niños están en edad de trabajar.
queremos la supresión del proletariado" (Doctor Vargas, de También están interesados en preservar el poder jurídico
tendencia guesdista, 1908).8 En Alemania, Jos neomalthu" de la familia aquellos que tienen privilegios sociales que
si anos tuvieron más suerte con el sindicalismo y la izquierda. defender. Esto se debe a que las posiciones conquistadas
El revisionismo de Kautsky y las posiciones liberales sobre la pueden ser reconducidas o mejoradas a través de la continui"
mujer de un August Bebe! permitieron que Jos temas neomal- dad de las filiaciones y el juego de las alianzas. Se debe
thusianos tuvieran cabida en el socialismo estatal. En Fran" asimismo al hecho de que la familia es el mejor soporte para
cia, los anarquistas fueron sus únicos aliados. Durante la las relaciones verticales de dependencia y prestigio. Esto
belle époque, sólo se podía ser anarquista o patriota. involucra, pues, a mucha gente. En torno de la Alianza
El eje del debate entre neomalthusianos y poblacionistas nacional se constituye una pletórica red de organizaciones
es, pues, la cuestión del derecho. La burguesía quiere preser- familiares: las ligas de padres de familia, la Jiga de madres de
var las estructuras jurídicas fuertes que garantizan sus familias numerosas, la Asociación de padres de alumnos de
privilegios, la propiedad, la herencia, el contrato de trabajo. colegios secundarios (ancestro de la federación Armand, Y
La izquierda sindical y política discute ese derecho pero se luego Lagarde), la Escuela de padres, los directores de cajas
niega a su enmienda médico-social, pues borraría la nítida de subsidios familiares, la unión de asistentes sociales, las
frontera que traza entre opresores y oprimidos. Las posturas organizaciones de scouts, las ligas de higiene moral, de
más apasionadas van a tramarse en torno del estatuto jurí- saneamiento de quioscos de diarios, de las inmediaciones de
dico de la familia. Jos colegios, etcétera.
Los poblacionistas inician una guerra contra una evolu- Enorme concentración que habría de constituir un grupo
ción que tendería a reducir su importancia. Ya tuvo lugar la de presión duradero. Lucharían contra todo lo que puede
legislación sobre el divorcio(1884) y la entrada de las mujeres fragilizar a la familia: el divorcio, las prácticas anticoncepti"
en el mercado laboral. Si además se dispone el control de vas, el aborto. Les debemos la famosa ley de 1920, que
natalidad, el carácter jurídico de la familia terminará conver- prohíbe toda propaganda relativa a la contracepción y el no
tido en una formalidad inútil. ¿Por qué ese temor? Su razona- menos famoso código pétainista de la familia, que defiende
miento tiene el mérito de ser simple. Cuanto más fuerte es la cuanto pueda fortalecer el estatus de esta última. En primer
estructura familiar, tantas más posibilidades hay de que la fa- Jugar, a través de la idea del voto familiar -vieja idea, puesto
milia sea prolífica. Al restaurar la autoridad del hombre que ya había sido planteada por Lamartine después de 1848-.
sobre la mujer, se promueve que esta última se atrinchere en ¿Cómo ampliar la importancia cívica de la familia atribuyé':"
el hogar, y se la "libera" de todas aquellas actividades que no dole una capacidad electoral que tuviera en cuenta la cantl"
sean reproductivas y domésticas. La consecuente pérdida de dad de hijos? Procedimiento difícil de implementar y lleno de
ganancias sería compensada por el incremento de los ingre- avatares. ¿Ese poder debía corresponder únicamente a los
sos debidos a la progenitura, los subsidios familiares que padres? Pero eso implicaba despojar a las madres, cu~o
debían ser promovidos y el salario de los hijos cuando tuvie- instinto reproductor debía ser halagado. Dar el voto tamb1en
ran más de doce años. De ese modo, la familia recuperaría su a las madres habría implicado introducir un germen de
división en una entidad cuya organicidad debía ser, por el
R Citado por R. H. Guerrand,La libre maternité, Casterman, 1971,.p. 58. contrario, reforzada. Por otra parte, ¿no entrañaba un peligro
164 165
político? ¿Las clases pobres, las clases peligrosas, no son sexual el control de natalidad y el aborto terapéutico. Pero,
acaso las más prolíficas? Al darles mayor derecho de voto, las a parti~ de 1934, el partido comunista da marcha ~h·ás, en el
capas privilegiadas no hacían sino distribuir las armas con marco del proyecto de unión popular con los catohcos, Y la
que podían ser aniquiladas. Sin duda, decían algunos, esas revista deja de aparecer después del sexto número. _Los
capas son las más prolíficas, pero también son las que menos médicos innovadores se refugian, para defender sus posiclO-
viven en el marco de los vínculos legitimas del matrimonio y, nes, en la Liga de los Derechos del Hombre, pr_esidida p~r
por ende, no podrian beneficiarse con el voto. Entonces, ¿con Sicard de Plauzolles, y en la Sociedad de Profilaxis Samtana
qué fin implementar una política para reforzar la importan- y Moral, dirigida por el mismo Sicard de Plauzolles, dos
cia juridica de la familia, si a tal efecto se perjudica la organizaciones que lucharian perdurablemente contra la ley
estrategia de conjunto? Roído por estas aporías, el proyecto de 1920, pero que carecían de apoyo político. . .
de voto familiar será progresivamente abandonado.' En Todo se limita, pues, a estas publicacwnes. Libros, en un
cambio, el desarrollo de las cajas de subsidios familiares y la principio: La question sexuelle de Auguste Forel (1906): La
proliferación de las redes de trabajo social fueron amplia y fonction sexuelle de Sicard de Plauz_olles (19?8), Du manage
exitosamente impulsadas por esos grupos. de Léon Blum (1908), que sería reeditado vanas veces duran-
Frente al movimiento familiarista, las iniciativas del mo- te el período de entreguerras. Luego, una s~rie de folletos y
vimiento neomalthusiano adquieren dos formas. Por una revistas efímeras entre las cuales Le probleme sexuel es la
parte, los militantes agrupados en torno a Paul Robin y última más allá' de la Revue de prophylaxie sanitaire et
Eugene Humbert instauran las' pequeñas máquinas de gue- moral:, que durará hasta los años cincuent'.'·. El discurso es
rra contra la familia que ya hemos visto con motivo de la más o menos el siguiente: puesto que la famiha es destruida
celebración de la unión libre, la distribución de los productos por las necesidades económicas del orden social actual, es
anticonceptivos y la propaganda para la "huelga de los preciso que la colectividad reemplace al padre para asegurar
• vientres". Por otra parte, cerca de ese núcleo duro se agrupa
una constelación de médicos célebres, como Auguste Forel
la subsistencia de la madre y los niños. Así pues, la madre
sustituirá al padre como jefe de familia; puesto qu~ ella e_s el .1
(profesor de psiquiatría en Zurich), Sicard de Plauzolles, núcleo estable la matriz y el corazón, ahora tambien sera su
Tarbouriech, el ilustre Pinard, escritores como Octave Mir- cabeza. Los nÚ:íos estarán bajo su tutela, centralizada por la
beau, hombres políticos como Alfred Naquet (el padre del autoridad pública. Todos llevarán el apellid~ de la madre; así
divorcio) o LéonBlum. Estos son los hombres que aceptan con los hijos de una misma madre pero_ d<; difer<;ntes padres 1
alguna reticencia la apelación "neomalthusiano", sobre todo tendrán el mismo apellido; no habra diferencias entre los
a causa de su connotación anarquista en Francia. Todos ellos hijos legitimas y los bastardos. La influencia del ho~bre
son técnicos notables cuyo principal objetivo es incorporar la sobre la mujer y los niños dependerá del amor Y de la estima 1
higiene y, por tanto, el control de natalidad en el funciona- ¡'
que inspire; su autoridad dependerá de su valor moral: en el
miento de las instituciones. Se manifestarán principalmente hogar sólo tendrá el lugar que se merezca ... En suma, una 1

a través de libros y revistas, dada la reticencia de las clases gestión médica de la sexualidad lib~rar_á a la muj:r Y a los
políticas, por los dos motivos antes expuestos, a la introduc- niños de la tutela patriarcal, rompera el Juego famihar de las
ción de los temas higienistas. Un intento tardío de acercarse alianzas y de las filiaciones en provecho de una mayor
a la izquierda política ocurrió en 1933 con la creación de la incidencia de la colectividad en la reproducción Y de una
revista Le probleme sexuel, cuyo comité de redacción estaba preeminencia de la madre. Es decir, un feminismo de Estado.
constituido por Bertie Albrecht (comunista), Victor Basch, Para comprender hasta qué punto la cuestión del derec~o
Paul Langevin, Jean Dalsace y Sicard de Plauzolles. El era clave en la perspectiva de los higienistas y de los eugems-
partido comunista y el partido socialista publican allí sendos tas, citemos el ejemplo de Tarbouriech, médico auto~ de una
programas de reforma de la ley de 1920: para la información utopía científica, La ciudad futura (1902). Se especiah~aba
9
Las peripecias de este asunto del voto familiar fueron ampliamente en accidentes de trabajo, y ayudó a implementar una legisla-
desarrolladas en el Bulletin de lAlliance nationale. ción moderna sobre ese problema, a partir de una inquietud
166 167
mujer aptos para colaborar en la misión de criar a tal o cual
muy precisa: reducir la importancia del recurso a lo judicial futuro ciudadano, y el que en cualquier momento puede
en ese tlpo de casos para facilitar las reglamentaciones. Evi- reemplazarlos si no cumplen con su misión de manera ade-
tar la incertidumbre tanto para la empresa como para el cuada, en provecho de un criador o educador que ofrezca
obr.ero. A la primer.a, le explica que la nueva legislación la mayores garantías. Se trata, pues, de extender a toda la
obhga a pagar una mdemnización en todos los casos pero a sociedad el régimen de la tutela, a todas las madres la atri-
su vez le evita cualquier sorpresa, puesto que el mont; de esta bución de las ayudas educativas y del control sanitario, para '1
indemnización resultaba de un acuerdo previo entre la em- que sean "pagadas como nodrizas de sus propios hijos y los '[
presa 7 el obre~o. Al segundo, le concede que no siempre críen, no para ellas, sino para el Estado".
ten~ra reparacwn total dél daño causado, pero que a cambio En este contexto, el discurso neomalthusiano e¡; más
est~ seguro de tener siempre una indemnización. Conjura del agresivo, pues elabora una teoría a la vez social y sexual de
pehg~o, de la sorpresa,. del conflicto y del arbitraje siempre la profilaxis de las degeneraciones, de las anomalías físicas y
cue~twnable de lo JUdicial. Entonces, ¿por qué no extender al mentales. ¿Cómo se origina la proliferación de esos innume-
conJunto del campo social esta clase de soluciones esta rables tarados de la inteligencia, del carácter, de la conducta,
modalidad administrativa de gestión de los problemas: que a todos aquellos que están encerrados en asilos y cárceles, pero
fines del siglo comienza a esbozarse en otros ámbitos como también aquellos, en cantidades incalculables, que están en
el de la asistencia? La cité future constituye un fre;co del libertad y difunden sus males g1·avando así el funcionamien-
Estado-familia realizado bajo lbs auspicios de la ciencia to social? Dos son sus causas principales: el alcoholismo y la
médica. La jurisdicción será totalmente administrativa so- sífilis. El alcoholismo resulta de la perpetuación de la miseria
bre el modelo de los tribunales civiles, y dividida en tres social causada por la irracionalidad de la producción. Al
m_stancias: la justicia contable, que administra la riqueza socializar! a, se asegura que todos tengan un trabajo salubre,
pubhca, ~eCide las mverswnes y los salarios; !ajusticia civil recursos decentes, se proscribe el desasosiego moral que da
• • Y diSCiplmana, que se ocupa de las infracciones al orden origen a los borrachos y a las descendencias de tarados. La
público; la justicia médica, que se ocupa de aquellos delitos sífilis se relaciona, por un lado, con la organización de la vida
cuyos autores ten!'an un estado mental defectuoso, y otorga familiar, con la doble moral que la rige y que fomenta la
permisos Y negativas de transmitir la vida. Para evitar los prostitución, y, por otro, con el predominio de los egoísmos
perjuicios que pueda engendrar la división entre el derecho familiares a la hora de decidir las uniones, en detrimento del
civil y el derecho penal, "que no protege lo suficiente a los cuidado de una procreación sana. Así pues, todo el sistema de
mnos (derecho penal), y les permite saciar su lubricidad asistencia familiar es cuestionado, denunciado en 1908 por
cuando aún no tienen edad para planear casarse (el derecho Sicard de Plauzolles, en términos muy claros: "Debemos
civil lo autoriza tardíamente), esa jurisdicción médica hará observar que, si el objetivo es impedir la reproducción de
comparecer a todos los niños en edad biológica de reproduc- indeseables, prevenir, detener en lo posible la degeneración,
CIÓn (qumce o dieciséis años) y los someterá a un examen impedir la multiplicación de los ineptos y favorecer la repro-
individual. El médico podrá decidir si le concede o no un "bono ducción de los más aptos, entonces estamos haciendo todo lo
por e~ servic~o social", el cual le dará la autorización para contrario con la organización de nuestra asistencia y de
practicar unwnes sexuales pasajeras o permanentes sus- nuestra protección de la familia y de la infancia, pues todos
pe':~erá al individuo el siguiente año o impondrá su esterili- nuestros esfuerzos van dirigidos a proteger, conservar y
zacwn. Al suprimir la desnivelación entre el derecho civil y el cultivar a los degenerados y a los ineptos"w
derecho penal, es el poder familiar en su totalidad el que El discurso médico coincide así con las utopías de la
estalla. El padre y la madre no tendrán derechos sobre su primera mitad del siglo XIX y les proporciona un potente
pr.ogenie, sino tan. sólo deberes. La legislación sobre el venci- soporte tecnológico. En 1903, Paul Robin lanza una violenta
miento de la patna potestad, establecido en la ley de 1889,
debe desaparecer, puesto que aún sostiene la idea de un 10 La fonction sexuelle, 1908.
poder familiar. Es el Estado el que declara al hombre o a la 169

168
polémica contra la administración sanitaria y asistencial. Su ción del poder como mera represión, nuestra representación
eslogan: "Despoblar los Bicetres para poblar los falanste- de la libertad como afirmación de la sexualidad.
rios". Los familiaristas replican acusando a los médicos de Ahora bien, basta considerar los textos, antes que las
arrebatar con excesiva facilidad a los niños de su entorno hagiografías, para descartar esa representación. La oposi-
natural, de hospitalizarlos con cualquier pretexto, lo cual es ción entre poblacionistas y neomalthusianos no encarna tan
socialmente costoso y moralmente destructivo. Incluso el claramente el antagonismo clásico entre un tradicionalismo
cuerpo médico clásico se subleva: frente a Toulouse, eminen- feroz y un utopismo ingenuo y generoso, y aún menos podría
te psiquiatra "social", prOtagonista de la sectorización duran- reducirse a una voluntad de represión contra una esperanza
te el período de entreguerras, el doctor Gouriau cuestiona el de liberación. Entre ambos, la frontera es de otro orden. La
peligro de una omnipresencia totalitaria de la medicina: corriente poblacionista comporta una cantidad nada desde-
"Sueña con una federación de repúblicas psiquiátricas donde ñable de médicos partidarios de una intervención normativa
los ciudad3.nos comunes serían examinados en cadena, al en la vida familiar para asegurar, además de una abundante
iniciar sus principales actividades, por el ejército de los reproducción, la calidad de esta última. El mejor ejemplo es
profilactas, grandes y pequeños orientadores, sexólogos de el doctor Cazalis, 12 autor de una famosa fórmula que habría
toda calaña, especialistas en suicidios, en catarro nasal, en de figurar durante mucho tiempo en los manuales de higiene
manejo de coches y en estadísticas, en suma, todos los especial para uso de las escuelas normales: "Llegará el día en
subproductos de la 'noología' nacida o por nacer de su inspi- que las dos familias, antes de decidir un matrimonio, pon-
ración creadora" .11 drán en presencia a sus respectivos médicos, como ponen en
presencia a sus dos notarios; llegará el día en que los médicos
Suele decirse que toda la historia reciente consistiría en los tengan mayor importancia que los notarios." A él debemos,
avances y retrocesos de estas dos estrategias, en el enfrenta- precisamente, la legislación sobre la obligación de la consulta
miento entre los defensores del progreso, de la liberalización médica prenupcial. Por lo demás, es sabido que esta clase de
del sexo, y los tradicionalistas, los hombres de la iglesia, del legislación derivó en la prohibición de las uniones entre
ejército y de los tribunales. Represión feroz en un primer diferentes categorías de individuos tarados por razones so-
tiempo, persecución de los precursores; pero luego una lenta ciales (los delincuentes reincidentes en los Estados Unidos)
evolución de las costumbres permitió flexibilizar un poco los o raciales (los judíos en Alemania, por la ley de 1934). Un
usos y las prácticas; por último, la caducidad de las leyes hombre como Cazalis, en función de su virulento antisemitis-
represivas consideradas flagrantes, que habrían sido aboli- mo, su búsqueda literaria de una nueva mística para Occi-
das tras la batalla final contra los partidarios del pasado. El dente (escribía poemas de inspiración parnasiana bajo el
trabajo del tiempo habría servido para depurar las ideas seudónimo de Jean Lahor), participa de ese estado de ánimo.
nuevas de sus candores, de sus excesos, de su aspecto utópico. Puede pensarse asimismo en Céline, otro ejemplo de médico-
Habría permitido reducir las oposiciones, desarticular las escritor cuyo pensamiento comporta los mismos ingredien-
obsesiones, esa supuesta voluntad de destrucción que mu- tes: el misionado médico, el antisemitismo, la obsesión por la
chos adjudican al o que no es habitual. Nadie puede resistirse decadencia de Occidente causada por la proliferación de las
por mucho tiempo al progreso, pero tampoco es posible poblaciones "inferiores".
imponerlo de manera brutal. En los términos de este evolu- De lado de los neomalthusianos, la medicalización no
cionismo tibio, a través de este chato maniqueísmo, más o siempre es sinónimo de liberalización. Basta revisar la con-
menos todos hemos tendido a descifrar ese capítulo de nues- cepción de la educación sexual que intentaron introducir
tro presente, tanta es la pregnancia de nuestra representa- durante el período de entreguerras, a partir de la Sociedad de
11 Respuesta del Dr Gouriau a una "encuesta sobre los servicios abiertos",
Profilaxis Sanitaria y Moral. La educación, o más bien "la
encuesta confiada a Toulouse por el ministerio de Salud Pública, Aliéniste
civilización del instinto sexual, para retomar la expresión de
fram;áis, noviembre 1932, p. 563. Citado por R. Castel, L'ordrepsychiatri-
que, ob. cit. 12 R Cazalis, La science du mariage, 1900.
170 171
Pinard, debe consistir en una suerte de vacuna capaz de crear uniones. No evoco esto por el mero placer de mostrar que las
cierta autonomía psíquica, acostumbrar el cerebro a asociar cosas suelen ser más complicadas de lo que se cree. Tan sólo
las ideas eróticas con la representación de las consecuencias trato de mostrar que estas estrategias no se oponen sino de
posibles" .13 Estas son, por supuesto, las diversas formas de manera superficial, pero que en otro nivel están vinculadas.
enfermedades venéreas, con cuadros de apoyo e imágenes Antes que a la imagen de dos filos opuestos, habría que
edificantes. Al proceder a semejante educación antes del recurrir a la imagen de la herradura. En los términos en que
despertar del instinto sexual-es decir, para ellos, antes de la el debate ha· sido planteado, la tendencia tradicionalista,
pubertad- en el marco, colectivo, anónimo, se neutraliza su juridizante, familiarista, y la tendencia innovadora, medica-
carga perturbadora y se la contiene hasta la edad estipulada lizante y socialista encarnan cada cual un polo intervencio-
para la preproducción, de modo tal que se podía esperar nista, coercitivo, que las suelda una a la otra. 15 El manteni-
obtener un sexo sano, vigoroso y disciplinado. El ideal es miento de una sólida estructura familiar, la preservación de
eliminar la sexualidad no-reproductiva, pues se la considera los privilegios sociales pasaba por el fascismo social. La
una enfermedad. Esto en cuanto a los pormenores tácticos. disolución de los anclajes orgánicos, la anulación social y
En lo referente a los grandes proyectos, por momentos encon- sanitaria de las desigualdades pasaba por el social-fascismo.
tramos un dirigismo totalitario. En 1924, Sicard de Plauzo- Solidaridad histórica, pues, entre dos estrategias que en el
lles dicta en la Sorbona, en presencia del ministro de salud, primer tercio del siglo formularon el problema de la medica-
una conferencia sobre la "zootecnia humana" (retomando así lización de la sexualidad y de la familia en términos que ya no
una anhelo de Cazalis). He aquí la definición que da de ella: son los nuestros. La oposición entre el sueño de una suerte de
"La zootécnica humana es una de las modalidades más Estado-Familia (que anule el juego familiar en provecho de
acabadas de la higiene; después de la higiene privada que solo una reproducción más o menos estatizada) y la voluntad
atañe a los individuos, la higiene pública que solo se interesa inversa de restauración jurídica y orgánica de la familia no
por los espacios públicos, ella constituye la verdadera higiene habla sino de un combate entre el médico y el cura, entre
social, aquella que sólo considera al individuo en función de lo laico y lo confesional. Pues, ¿cómo no percibir el borramien-
su valor y de su utilidad social. La higiene social es una ciencia to de los desafíos entrevistos por entonces en torno a la
económica cuyo objeto es el capital o material humano, su medicalización de la sexualidad? Únicamente Michel Debré
producción o reproducción (eugenesia y puericultura), su con- puede seguir viendo en la promoción de la sexualidad una
servación (higiene, medicina y asistencia preventiva), su máquina de guerra contra el poderío de la nación. ¿Quién se 1
utilización (educación física y profesional) y su rendimiento atrevería a seguir considerando que la sexualización es una
(organización científica del trabajo). La higiene social es una ¡,
táctica pura y simple de destrucción de la familia, cuando es
sociología normativa: consideremos al hombre como un mate- bien sabido que esta última también extrae de esa sexualiza-
rial industrial o, mejor aún, como una máquina animal. El ción los medios para su propio fortalecimiento? ¿Cómo ver en
higienista es, pues, el-ingeniero de la máquina humana" . 14 ese proceso un medio para la supresión de los ''anormales",
Una prueba más de la proximidad teórica de estas dos cuando por el contrario les sirve como soporte para reivindi-
estrategias puede ser proporcionada por el relevo de las citas car sus diferencias? Por lo demás, cabe constatar la casi total
de Mein Kampf de Hitler en sus respectivas publicaciones desaparición en ese terreno de la gestión de los sexos y de las
grupales. Hasta 1933, ambos ven en esa obra un modelo de almas de los dos protagonistas que luchaban por su control,
transformación más que un objeto crítico. Los poblacionistas el cura y el médico, en provecho de las recientes categorías de
celebran sus frases sobre la política familiar, donde el niño consejeros y psicólogos, nuestros nuevos directores de con-
debe contar más que el adulto. Los malthusianos aprecian las ciencia. Borramiento o desplazamiento de los desafíos, retrai-
fórmulas enérgicas sobre profilaxis de las enfermedades
venéreas, así como el anuncio de- una legislación sobre las 15
Véase la celebración de las formas de encuadramiento de la juventud
13 por el fascismo musoliniano, el estalinismo soviético y el nazismo hitleriano
Sicard de Plauzolles, Revue de prophylaxie sanitaire et morale, 1920. en los artículos de Mme Caillaux, Reuue médico-sociale de l'enfance, afio
14
Revue de prophylaxie sanitaire et moral, 1934. 1932 y siguientes.
172 173
miento cuando menos relativo de los principales combatien-
tes. La historia de la sexualidad ha tomado otro camino, más
í desaparece la dimensión política directa. ~el neomalth~sü;nis­
mo y desaparece asimismo su dtmenswn anti-famthansta.
Con las mismas armas, se llevara adelante otra lucha. Lo
discreto, menos glorioso, menos épico. En torno a ella pueden harán otras personas, que pese a todo se asemejan bastante
seguir activándose los fantasmas de las luchas pasadas,. ~os a sus enemigos. Y cuanto más profundo es el corte práctico y
prestigios de la represión, las obsesiones de la destruccwn. teórico entre la escuela de Paul Robin y el Planning familiar,
N o es sino una manera de darle nueva vida cuando carece de tanto más fácil es observar un punto de contacto que recorre
ella. Tiene tanto sentido como cuando la derecha acusa a la ininterrumpidamente la distancia entre los poblacionistas
izquierda de querer coristruir una sociedad colectivista, o de principios de siglo y los actuales especialistas de la anima-
cuando la izquierda denuncia el tradicionalismo de la derecha. ción de la vida familiar y de la liberación sexual: extraña
La solución de la cuestión familiar ha desertado el campo continuidad del movimiento familiarista, que opera a su
escabroso de la medicina para ocupar aquel, mucho más favor una inversión del tema de la liberación sexual.
cómodo, del psicoanálisis. Para seguir con la metáfora, a En primer lugar, cabe destacar el común origen d~ buena
continuación intentaremos mostrar de qué modo Freud es a parte de los hombres y mujeres que en la década del cmcuen-
la medicina y a la psiquiatría lo que Keynes es a Marx. ta habrían de poner a funcionar el discurso sobre la familia
moderna, la "familia feliz". Todos ellos emergen en los años
treinta y constituyen una nebulosa primitiva: la Escuela de
B. PsiCOANÁLISIS Y FAMILIARISMO Padres. Esta última se constituyó en 1929 en el marco de la
corriente poblacionista: sus primeros locales pertenecen a la
Sea como fuere contra toda expectativa, triunfó la corriente Alianza Nacional necesariamente facilitados por el general
familiarista. E~tre los pioneros neomalthusianos del control Borie director d~ esa Alianza y miembro del consejo de
de natalidad del aborto libre en un principio, y el movimiento admi~istración de la Escuela de Padres. Junto a él, figuran
por el Planni~g familiar creado por la doctora Lagroua-Weill- en ese consejo: Bonvoisin, director de las Cajas de Subsidios )
Hallé en 1956 la única continuidad manifiesta es la de una Familiares; Hunziker, presidente de la Federación de Padres
referencia se~timental. El Bulletin du planning familia/
J
de Alumnos de Colegios Secundarios, y por último Mme
rinde honores a los mártires de la causa, saluda a Sicard de V érine fundadora de la Escuela de Padres. Es decir, en torno
Plauzolles· los sobrevivientes pueden relatar allí sus epope- a un pr~yecto de activación pedagógica de la vida familiar, se
yas y cont~r sus muertos. Pero eso. es todo. ~in_gún vínculo reúne este grupo de presión obsesionado por la amenaza
une teórica o prácticamente el pnmer moVImiento c~n el bolchevique, el temor a la colectivización y el positivismo
segundo. La teoría psiquiátrica eugenista da paso al psiCoa- médico. Todas ellas son tendencias que reconocen sm rodeos
nálisis, designado por Mme Lagroua-Weill-Hallé como el la profesión de fe de la Escuela de Padres. En efecto, sus
único discurso que permitió plantear científicamente el pro- cuatro objetivos son: "a. enseñar a los padres a educarse e
blema de la sexualidad. La inspiración militante del Plan- instruirse mutuamente para hacer de sus hijos futuros valo-
ning familiar se distancia explícitamente de los su~ños uto- res sociales y morales; b. trabajar en pqs de un renacimiento
pistas, anarquistas o colectivistas del neo~althusiam~mo. del espíritu familiar en Francia; c. salvaguardar los derechos
El Planning familiar comienza por un peregrma]e a traves de de la familia sobre el niño; d. realizar la unión sagrada a
las formas anglosajonas de difusión del birth-control. Los través de la familia" .16
autoriza la honorabilidad internacional de la Family Plan- Para ilustrar la continuidad de esta primera aproximación
ning Association. Es decir, una forma muy apolítica de con el movimiento de la posguerra, primero presentaremos el
difusión de la contracepción, que articula técnicas filantrópi- perfil de la carrera de alguno de estos notables. En primer
cas de asistencia a los pobres, de distribución de anticoncep- lugar, hemos de mencionar a Georges Mauco. En 1930,
tivos y consejos conyugales. Pero, ante todo, se trata de un
16 Esta presentación figura en 1930 en todos los informes de la Escuela
militantismo cuyo objetivo es el desarrollo de la VIda familiar
de Padres.
mediante el famoso tema de la "familia feliz". Así pues,
175
174
defiende una tesis geográfica sobre el papel de la inmigración inferiores; el otro viene de los problemas cualitativos, de la
en la sociedad francesa, en la que prueba su necesidad a la relación educativa, de los problemas del niño burgués. Con-
hora de paliar las carencias reproductivas de los Franceses, vergen en la cuestión de la inadaptación escolar, y el psicoa-
al tiempo que proporciona una serie de consejos para reme- nálisis realiza, sobre el plano de sus técnicas de moderniza-
diar los riesgos de desmoralización consecutivos a una afluen- ción, esa "unión sagrada por la familia)) que tanto anhelaba.
cia de inmigrantes. Gracias a su preocupación doble por la Consideremos asimismo la manera en que se encadenan
cantidad de población y por la moralidad familiar, seduce a lógica y prácticamente los grupos, las organizaciones y las
los dirigentes de la Alianza Nacional, que a su vez lo alaban instituciones modernas relativas al sexo y a la familia, a
en la revista. Luego, hace su formación como psicoanalista y partir de ese primer eslabón que es la Escuela de padres.
se dedica a la fundación' del primer Centro Médico-Psico- En una primera etapa, este organismo establece contactos
Pedagógico francés en el colegio Claude-Bernard, en 1945. con los focos de producción de saberes sobre la infancia. Está
Poco tiempo después pasa a ser secretario del Alto Comité por la N europsiquiatría Infantil, dirigida por Heuyer desde prin-
la Familia y la Población. Durante los años cincuenta y cipios de siglo, con todo su archipiélago de discípulos alrede-
sesenta, publica numerosas obras sobre educación y sexua- dor. Su ámbito específico es la infancia inadaptada en las
lidad, basadas en su experiencia de la inadaptación escolar, clases pobres, en la delincuencia, con un sólido apego a la
adquirida en el Centro Médico-Psico-Pedagógico. A conti- psiquiatría constitucionalista, a sus etiquetas, a su racismo
nuación, el caso de André Berg~. En un principio, es decir, científico. También está la psicopedagogia del Centro Médico-
durante los años veinte, Andre Berge es novelista, y su Psico-Pedagógico Claude-Bernard a partir de 1945. Su orien-
escritura se nutre de los conflictos entre padres e hijos. Era tación es deliberadamente psicoanalítica, con una clientela de
un tema en boga. Constatación de la emancipación abusiva niños burgueses (el colegio Claude-Bernard está en el corazón
de los jóvenes debido al alejamiento de sus padres, que están de distrito XVI). Por consiguiente, no se ocupa de niños delin-
•• en el frente. Crítica paralela de la inadecuación de los
comportamientos de los padres, de su moral estrecha, mera-
cuentes, sino de niños "difíciles". Entre estas tres instancias,
Escuela de padres, clínica de la Neurpsiquiatría Infantil y el
mente formal: el mejor ejemplo del género es la novela de Centro Médico-Psico-Pedagógico, se organiza una circulación
Kléber Haedens intitulada (¿irónicamente?) La escuela de sistemática. Los especialistas dictan conferencias en la Es-
.. padres, en 1932. En síntesis, André Berge era un precursor .
Mme Vérine lo descubre, alaba sus novelas en la sección
cuela de Padres. A cambio, esta última le deriva las familias
que se presentan a las consultas en la Escuela, aplicando
literaria que dirige para la revista de la Alianza, y lo invita a cierto criterio de discriminación social entre ambas clases de
dar conferencias en la Escuela de padres, y no tarda en especialistas. Estos a su vez devuelven el favor elaborando
convertirse en uno de sus pilares. Aprovecha la ocasión para una serie de consejos educativos y relacionales que la Escuela
estudiar medicina, hace un psicoanálisis, y llega a ser ca- de padres se encargará de difundir por radio o mediante la
fundador, junto con Mauco, del Centro Médico-Psico-Pedagó- edición de gran cantidad de folletos baratos escritos en un
gico Claude-Bernard. En los años cincuenta y sesenta, se lenguaje simplificado y didáctico. El establecimiento de este
convierte en uno de los principales propagandistas del Plan- circuito produce, de paso, una serie de beneficios internos para
ning familiar. A partir del período de entre guerras, comenzó cada una de estas tendencias. La neuropsiquiatría de Heuyer
a publicar textos sobre educación sexual que constituyen conserva a priori sus clasificaciones de los menores, pero las
verdaderas obras de referencia en Francia y en el extranjero, matiza introduciendo al psicoanálisis para justificar las inter-
y que servirían de modelo a todas las obras que proliferaron venciones leves en el medio. A la inversa, la psicopedagogia de
más tarde. inspiración psicoanalítica se apoya en la evocación de la delin-
Permítasenos considerar el encuentro de estos dos hom- cuencia para reforzar la difusión de sus consejos educativos en
bres como la realización simbólica del deseo de Mme Vérine. las capas medias y acomodadas. La Escuela de Padres se apoya,
El primero proviene del ámbito de los problemas cuantitati- a su vez, en la etiologia familiar de la delincuencia y de los
vos, de las cifras de población, de la gestión de las capas trastornos de carácter para incrementar su nivel de interven-
176 177
ción, desde una simple relación educativa hasta la toma en
excesivamente deseado; denominador común: el deseo. Deseo
consideración del problema general de la vida familiar y la
que entonces aparece a un mismo tiempo como un ámbito
armonía conyugal.
legítimo de intervención y de liberación.
. De ahí .~1 pasaje ~ una segunda fase, la de los grupos de En un primer momento, estas dos líneas de intervención
mtervenc10n en la VIda sexual y familiar. De la inadaptación
permanecen separadas. Por una parte, engendran el Plan-
mfanhl, se llega a los problemas de pareja y de calificación
ning familiar, instrumento de lucha contra el "niño-acciden-
educativa. A través de las presentaciones de niños, los ani-
te"; y, por otra, dan lugar a grupos de consejeros conyugales
madores de la Escuela de padres, los psicoanalistas y los
que se orientan hacía el tema del "niño-síntoma", analizan las
psiquiatras dicen percibir otra demanda, la de los padres.
dificultades conyugales a partir de sus repercusiones somá-
Más o menos disfrazada, estiman, porque no hay interlocutor
ticas (enfermedades psicosomáticas), sociales (sobreinver-
calificado para recibirlas. De tal modo, los padres utilizan a
sión o subinversión profesional, etc.), pedagógicas (niños que
sus hiJOS como medio indirecto para hablar de sí mismos.
presentan trastornos vinculados con el clima familiar) .. El
Señalan a través del niño una herida, un accidente que les
habría ocurrido, o bien ponen en primer plano un síntoma de Planning familiar nace en 1956. En su primer boletín, La
maternité heureuse, el objetivo declarado es evitar que naz-
sus propias dificultades. El niño-accidente y el niño-síntoma:
can niño~ no deseados: "Observadas con mayor o menor éxito,
dos temas q~e no deben confundirse, puesto que remiten a
realidades diferentes, pero que co;nvergen en una unificación
las desviaciones del acto sexual serían en cierta medida
estratégica en el lenguaje "psi". · tolerables en aquellas parejas que se llevan bien[ ... ] pero el
problema se vuelve conflictivo cuando los miembros de la
En efecto, ¿qué clase de niños suele presentarse a las
consultas de Heuyer, en los centros de observación de meno- pareja no tienen una conducta solidaria[ ... ], cuando la mujer,
por razones de salud, teme un nuevo embarazo, cuando el
res delincuentes? ¿De dónde vienen esos pequeños delincuen-
marido es irresponsable con motivo. de alguna enfermedad o
•• tes que habrán de ser los futuros inadaptados sociales? Son
niños no queridos, y no queridos porque no fueron deseados.
tara (alcoholismo, alienación, trastornos del carácter). [... ]El
problema es evitar esos niños tarados~ criados sin fuerza ni
Y a sea porque pertenecen a una familia demasiado numerosa
y demasiado pobre para proporcionarles un afecto constante dicha, a menudo abandonados por el marido, a quien el clima
familiar repele". 17 En 1958, André Berge -Escuela de Padres
o bien porque la madre los ha concebido sin amar a s~
y Planning familiar reunidos- escribe un artículo intitulado
compañero, o porque este último la abandonó dejándole su
"Problemas psicológicos individuales y familiares plantea-
molesto obsequio. Por eso, ella apenas tolera al niño lo
rechaza más o menos conscientemente, porque lo consid,era dos por la densidad familiar". ¿Cuál es la causa de la inadap-
tación escolar?, se pregunta. De la sobresaturación de las
producto de un accidente y no de un deseo. ¿Qué clase de niños
escuelas, que vuelve aun más estricta la selecciónimplemen-
encabezaba las consultas médico-psicológicas en los años
tada por esta institución. Y la angustia que esto genera en los
c~ncuenta? Solían ser hijos únicos, objeto de atenciones exclu-
padres repercute en los hijos. "Partiendo de un punto de vista
sivas por parte de sus padres, y particularmente sobreprote-
que nada tenía de normativo, la búsqueda de la etiologia de
gzdo_s por.la madn;. Ahora bien, esta sobreprotección del hijo,
los trastornos del carácter, de las neurosis y de la delincuen-
¿que es SI no un smtoma de las angustias y frustraciones de
cia, la psicopedagogía coincide con las conclusiones del Plan-
la m~d~e? Si .invie~~e tanto en ese niño, es para compensar su ning familiar, y las legitima. La procreación voluntaria se ha
propia msahsfaccwn en una relación adulta, en la relación
vuelto parte integrante de la responsabilidad presupuestaria
conyugal, donde no ha encontrado su plena realización sexual
de las parejas."" Por un lado, el Planning familiar produce las
en prill1er término. Doble superficie de emergencia d~l tema
estadísticas de Heuyer: "De cuatrocientos casos de pequeños
del mno deseado: a través de la crítica de la familia pobre,
delincuentes, se registra un veinte por ciento de niños cuyos
demasiado prolífica; a través de la crítica de la familia media
su egoísmo reproductivo y sus consecuencias patológica~
sobre la madre y el niño. El niño poco deseado y el niño 17 Bulletin du planning familial, 1956.
111 !bid., 1958.
178 179
padres no habían deseado su nacimiento, apenas los soportaban denominador común de los trastornos vinculados con los
o toleraban contra su voluntad". 19 Por otro, exhibe los desacuerdos conyugales y la inadaptación escolar, instrumento
resultados de una encuesta norteamericana realizada en simultáneo de su profilaxis. Es la tercera fase del proceso.
Indianápolís en 1950; im ella se demuestra que la categoria de En 1967, le ley de N euwirth autoriza por primera vez una
las parejas que planificaron los nacimientos, en cuanto a enseñanza especial sobre sexualidad en el sistema escolar.
cantidad de hijos y distancia entre uno y otro, es aquella en Basta que la administración de un colegio o una asociación de
la cual se registra la mayor proporción de padres interesados padres lo solicite. ¿Quién se encargará de impartirla? En la
en sus hijos, y asimismo estas parejas Son aqUellas que más práctica, todas las oficinas que se constituyeron a la par de
felices parecen. la Escuela de Padres, incluida esta última. Un listado desor-
Los equipos de consejo conyugal nacen más o menos al denado podría ser el siguiente: el Grupo de Estudio e Inves-
mismo tiempo que el Planning familiar. Los más importantes tigación sobre la Educación y la Sexualidad, derivado de la
se reúnen en 1962 en la Asociación Francesa de Centros de Escuela de Padres; el Planning familiar y una fracción
Consejeros Conyugales. Pero son mucho menos ruidosos que disidente, que luego formó el Instituto de Formación, de
el Planning familiar. Su nombre los pe:tjudica, pues evoca Investigación y de Estudios sobre la Sexualidad; Pareja y
irresistiblemente la tutela parroquial. Y algo de verdad hay Familia, procedente de círculos parroquiales de preparación
en ello. La AFCCc se origina en los círculos católicos de de novios para la vida conyugal; la Asociación Francesa de
preparación para el matrimonio". Está dirigida por el psicoa- Centros de Consejeros Conyugales, que hizo de esta su
nalista católico J. Lemaire. 20 En un contexto donde la Iglesia segunda actividad, y una multitud de pequeños organismos
encarnó durante mucho tiempo el tabú del sexo, pocas perso- engendrados para la ocasión por todas las categorias de
nas esperan de ella algo nuevo. Si se lee su revista, Dialo- asociaciones familiares, femeninas y ligas de higiene. Entre
gue, 21 y las obras de Lemaire, se podrá medir el esfuerzo que estos grupos, las diferencias de origen confesional, laico,
• hacen para desvincularse de su origen. N o es fácil encontrar familiar o sanitario están más o menos borradas. Las familias
en Francia obras tan copiosamente cargadas de referencias y los estudiantes no encuentran muchas diferencias y recu-
anglosajonas como las de los consejeros conyugales. La temo- rren a ellas en función de sus disponibilidades. El mensaje
logia relacional es descrita en un franglés que por momentos siempre es el mismo: desarrollo psicosexual armonioso del
pone en serio riesgo su compl'Bsión. Conjura de un pasado, niño; preparación para la vida adulta en sus aspectos indivi-
pero t'lmbién codicia de un porvenir: en Inglaterra y en los duales, conyugales y parentales; prevención de los trastornos
Estados Unidos, los consejeros conyugales abundan y gozan mentales por inadaptación escolar, etc. El sexo, tierra de
de una reputación tan buena como cualquier otra forma de misión, sigue provocando rivalidades de campanario, pero ya
psicoterapia. En ambos países, la ética protestante llevó ninguna querella de doctrina. También constituye el cierre
adelante a la vez el birth control y el counseilling, mientras del proceso iniciado con la Escuela de Padres. El círculo se
que en Francia la ética católica se replegaba en la celebración cierra. Partiendo de la escuela, de los problemas de inadapta-
de la pareja: no es casual que entre los fundadores del ción escolar, pasamos a los problemas de la procreación, de la
Planning familiar hubiera muchos protestantes. Emergen- vida familiar, de la armonía conyugal, y volvimos a la escuela
cia discreta, algo tímida, pero expansión rápida a través de la con la implementación de la educación sexual. En este
propaganda que le harán programas de radio como el de circuito escuela-familia, el operador de cada etapa ha sido el
Ménie Grégoire. psicoanalista. Él es quien autoriza el desplazamiento de los
La unión de ambas corrientes a finales de los años sesenta problemas relativos al rendimiento escolar hacia aquellos
se opera en torno a la cuestión de la educación sexual, relativos a la armonía familiar. También es él quien instruye
El Ibíd.
una educación sexual que ya no se centra en las enfermedades
2
n Véase su obra: Les conflits con,fugaux, Editions sociales franc;aise,
venéreas, sino en la cuestión del equilibrio mental y afectivo.
1966. Ante semejante despliegue de psicólogos, consejeros y
21
Trimestral a partir de 1961. educadores, satelizados en torno ala relación escuela-familia,
180 181
no alcanza con decir que el psicoanálisis ha pasado por ahí. diferen~es y antagónicos. Pero la respuesta es negativa, sin
Más exacto seria decir, a riesgo de hacer algún juego de duda, s1 con ello se alude a una victoria de la evolución de las
palabras, que ha sido por ahí, por ese activismo familiar- mentalidades en el registro de las efimeras voluntades políticas.
escolar, por donde ha podido pasar. Bastaría consultar los La corriente familiarista ha sido el marco de elaboración
folletos publicados por la Escuela de Padres durante los años continua de una política discursiva regida por el psicoanálisis,
cincuenta. Todos los actuales psicoanalistas de renombre que ha servido como soporte de todas las técnicas actuales de
hicieron sus primeras armas en ella. Allí figuran, además de planificación de la vida relacional.
Berge, Mauco, Juliette Favez-Boutonnier, los nombres de
Amado, Lebovici, Maud Mannoni (especializada por entonces
c. EsTRATEGIA FAMILIAR
en niños desobedientes) y Fran9oisé Dolto, que ahora compite
Y NORMALIZACIÓN SOCIAL
con Ménie Grégoire en el plano de la consulta radiofónica.
Sin duda revela cierto gusto por la paradoja afirmar que la
corriente poblacionista, familiarista y pétainista ha triunfa- ¿Cómo explicar que el psicoanálisis también haya tenido
do sobre la corriente materialista, medicalizante y sociali- éxito ahí donde la medicina y la psiquiatría habían fracasa-
zante. Si bien en torno a la primera pueden detectarse los do? Podemos hacer intervenir la historia de la represión
avances del movimiento de transformación de la vida fami- judicial para dar cuenta de la disolución de los grupos
liar, afectiva y sexual, no deben subestimarse los conflictos neomalthusianos. Podemos entender la relación del psicoa-
internos que estas etapas han suscitado en cada caso. Polé- nálisis con la corriente familiarista como una consecuencia
mica entre los partidarios de la antigua autoridad familiar y de los compromisos asumidos por la izquierda con ciertas
los defensores de una liberalización pedagógica. Polémica doctrinas eugenistas. Sin embargo, esto no nos dice por qué
asimismo respecto del psicoanálisis y la liberalización sexual: el psicoanálisis pudo convenirle al familiarismo y a la vez
permitir la resolución de los problemas de normalización
violenta hostilidad del psicoanalista cristiano Hesnard hacia
social. Si ambos objetivos resultaban contradictorios en la ¡,'
la contracepción y el aborto. Lo importante era subrayar que,
primera formulación de una medicalización de la sexualidad Ji
si bien hubo agitación, ahí, fue menor que en otras partes,
pues el familiarismo ha sido la locomotora a la cual pudieron ¿cómo pudo resolver el psicoanálisis ese antagonismo y
ser progresivamente amarrados todos los elementos de la borrar los desafíos políticos, los enfrentamientos, cuya impor-
actual política en materia de sexualidad, reproducción y tancia durante el primer tercio del siglo ya hemos podido
educación. · . apreciar? La lenta asunción del sexo psicoanalítico se inscri-
Sin embargo, en este asunto, la corriente poblacionista sin bió en el problema de los vínculos entre escuela y familia.
duda perdió tanto como la corriente neomalthusiana. En- Laboratorio discreto de la puesta en funcionamiento de un
cuentra allí parte de las razones de su lucha, cierta prioridad modo de regulación social, lejos de los ámbitos saturados de
de la familia en la organización de la socialidad, pero el costo antagonismos absolutos, tales como el ejército o la domina-
de esto fue que las técnicas liberales implementadas minaron ción patronal. Esto no significa que la escuela carezca de
su estrategia de establecer un orden social orgánicamente apuestas socio-políticas, sino que estas eran formuladas en
fundado en la familia, militarmente orient¡¡do a desarrollar función de su régimen de expansión (¿hasta qué punto la
una potencia de combate. Entonces, ¿neutralización mutua escuela podía usurpar las prerrogativas familiares en cuanto
de dos políticas que favorecen la progresiva liberación de la a la calificación y la orientación de los individuos?) y de sus
sexualidad? La respuesta es afirmativa., en apariencia, si con técnicas de difusión de las normas sociales (¿cómo implantar
eso queremos decir que efectivamente hubo un corte con la en las familias las normas sanitarias?). Dos objetivos que se
antigua posición política del debate, que hubo disolución de resumen en una sola pregunta: ¿cómo librar a la familia de
las dos antiguas estrategias, que las instancias políticas oficiales una parte de sus antiguos poderes, relativos al destino social
ratificaron las transformaciones sin dar la impresión de zanjar de los niños básicamente, sin anularla al punto de no poder
entre estos dos proyectos de sociedad, tan radicalmente asignarle ya nuevas tareas, educativas y sanitarias? En

182 183
torno a esta pregunta se articula la competencia entre
psicoanálisis y psiquiatría a partir de los años treinta en ¿Cuál es ese contexto? Se caracteriza ante todo por una
Francia. Por consiguiente, ¿qué tenía el psicoanálisis que hegemonía declarada de la escuela sobre todas las demás
permitía a la vez satisfacer el plano de las ambiciones formas de socialización. El apostolado laico .estaba en su
apo,~eo. Inc_t:lcación de los contenidos culturales "republica..,
familiares y el de la difusión de las normas?
Primera parte de esta pregunta: ¿cómo y por qué el psicoa- nos a los mnos de las capas populares, pero también coloni-
nálisis ha sido operacionalizado por la corriente familiarista? zación de las familias mediante la difusión de las normas de
¿Cuál ha sido el punto de convergencia entre la Escuela de higiene pública y privada: conferencias dictadas por los
Padres (ese foco de resistencia a la colectivi-zación médica, maestros a los padres, o bien inoculación en las familias por
positivista, bolchevique) y el psicoanálisis? mtermedw de los hijos. Los bachilleratos incrementan su
alumnado Y poco a poco pierden su aislamiento elitista
l. La creación de la Escuela de Padres fue un aconteci- Tenía_n sus propias clases iniciales (10, 9, 8, 7), con maestro~
miento irrelevante, en apariencia. Algunas damas de la especiales, que reducen a cuatro años en vez de cinco la
buena sociedad deciden reunirse en 1929, a instancias de educación primari~ común. Ese privilegio va a desaparecer
una de ella, Mm e V érine, para organizar una enseñanza en forma progresiva. En 1924, los primeros años de los
c~l~gios secundario.s [lycée y college] quedan bajo el mismo
mutua entre padres, adecuada para adaptar la antigua y
rígida moral familiar a las exigencias de la vida moderna. reg:¡men de mspecc1ón que las escuelas primarias. En 1927,
La Gran Guerra debilitó los vínculos de autoridad; los hijos se Implementa la gratuidad del primer año del secundario al
aprovecharon la ausencia de sus padres para emanciparse q:Ue es posible ingresar con el certificado de estudios prin'ta-
n~s, req':1s1to que prefigura el futuro examen de ingreso al
antes; las esposas, en segundo plano, tuvieron que asumir
responsabilidades a las cuales ya no iban a renunciar. Y pnmer ano del secundario. De 1928 a 1929, esta gratuidad
además, en casi toda Europa, comienzan a florecer nuevas produce una "invasión de hordas escolares", para usar las
concepciones pedagógicas, más liberales, que confían en la palabras de las asociaciones de padres de alumnos de esa
espontaneidad de los niños, o bien nuevas formas de guiar époc::. De UJ1 añ? lectivo al otro, el alumnado se duplica.
a la juventud, como el scoutismo. Registrar estas innova- Mamfestacwn evidente de la voluntad de los dirigentes del
ciones, conciliadas con lo más esencial de los antiguos aparato escolar de establecer la escuela única. 23
valores familiares: ese era el objetivo declarado de la La cuestión de la educación sexual está ligada a ese
Escuela de Padres. De ahí la organización de una serie de contexto de unificación. Fue planteada a principios de siglo
congresos donde estas damas convocan a psiquiatras, peda- en el marco de la campaña de higiene que consideraba la
gogos, responsables de movimientos juveniles y organiza- escuela primaria obligatoria como el instrumento privilegia-
ciones familiares para disertar sobre la infancia, los do para luchar contra el alcoholismo, la tuberculosis y las
problemas de la adolescencia, el porvenir de la juventud, enfermedades venéreas. Un principio de concretización tuvo
los peligros del cine, de las lecturas depravadoras, de la lugar en 1906, a raíz de la autorización de una enseñanza
calle, de toda esa "contra~educación", para hablar con sus sobre la higiene especial en las escuelas primarias según el
palabras. 22 Producción de folletos, giras, conferencias en el man;'al de Debove y Plicque (enseñanza de la puericultura a
interior del país, esbozo de una formación de educadores las JOvenes maestras y de las enfermedades venéreas a los
familiares, etc. En síntesis, un programa que podría pare- jóvenes maestros). En la enseñanza secund8.ria, las tentati~
cer muy poco original si no lo situáramos en el contexto vas se estancan. En 1923, el ministerio de la educación
preciso de la relación escuela-familia de los años treinta. nacional organiza un referéndum sobre el tema, dirigido a los
docentes y a las asociaciones de padres. Los primeros están
22 La Escuela de Padres publica en volúmenes separados las actas de sus de acuerdo, no sin cierto malestar; y las segundas son, en su
congresos; 1930,L'adolescence; 1931, Lajeunesse; 1932, De la personnalité;
1934, L'éducation de l'effort; 1935, Éducation et contre-éducation y también 23
un volumen de conferencias sobre Le noviciat du mariage, en 1934. Véase A Prost, Histoire de l'enseignenwnt en France (1800-1967)
'Armand Colin, 1968. '
184
185
grar; mayoría, hostiles ala propuesta. Una segunda consulta,
realizada unos años más tarde en la región parisina única-
mente, presenta una propuesta muy matizada, puesto que no
sugiere sino una enseñanza facultativa, y recibe la misma
negativa que antes: lo facultativo, dicen los padres, crearía
sus objetivos. ~a~t~ una fecha reciente, la primaria y la
secundana se ding:tan a dos categorías bien separadas: el
pueblo de los campos y de las ciudades en el primer caso· a la
burguesía urbana y a las grandes fortunas rurales ~n el
segundo caso. Baudelot y Establet tienen razón en mostrar
n
'¡r
1
.
.
.

r:'..·.
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!1
'

1~~ límites del proceso de unificación, en indicar la perpetua-


una diferenciación entre niños que saben y niños que no r [r[
cwn subyacente de dos antiguas orientaciones, en decir que
saben, y reforzaría la importancia de los juegos de iniciación , r¡
e~a umdad del aparato escolar es más formal que orgánica.
mutua a expensas de las prerrogativas familiares. 1

Además de estar amenazados por un régimen común de Sm embargo, si cambiamos el eje de lectura si observamos !''.1
escolarización, ahora los hijos de "buenas familias" queda-
los niveles de transformación, en lugar de ias constantes, '
hallaremos un hilo conductor que nos permite comprender
rían, a través de una enseñanza colectiva de la sexualidad,
l~s modificaciOnes del régimen familiar, cuyo catalizador ha
expuestos, incluso incitados, a tentaciones que podrían expli-
sido la escuela. Y quizá, a un mismo tiempo, podamos deducir
citar, en el plano sexual, el peligro de las promiscuidades
una explicación, en términos de táctica local y no de sistema
sociales que la escuela impone. A fines de la década del
veinte, estalla una violenta polémica sobre esa doble cuestión global, para la preeminencia de las herencias socio-familia-
res a través de los mecanismos escolares de selección.
de la escuela única y de la educación sexual, cuyas apuestas
políticas se reconocían claramente. Podrá evaluarse el tono Señalaremos, como primer relevo de estas modificaciones
de la familia a través de la escuela, la formación de asociacio-
de esta polémica a partir de este fragmento extraído de una
ne~ de padres _de_ alumnos. En las escuelas primarias, las
carta enviada por el presidente de la Asociación de Padres de
pnmeras asociaciOnes son de corte religioso. Las "ligas de
Colegios Primarios y Secundarios a Sicard de Plauzolles,
padres de familia" luchan contra "la escuela sin Dios" criti-
consabido animador de la Sociedad de Profilaxis Sanitaria y
• • Moral, propagandista notorio de la enseñanza obligatoria de
can los manuales de historia y de instrucción cívica. Asocia-
~iones minoritarias, pero ruidosas. Contra ellas, los maestros
la sexualidad. La carta se publica en Le Temps, cuya clientela
Impulsarán después de la Liberación la Federación Cornee
correspondía a la actual del Fígaro. "Su estatismo, Señor, no
dirigida por ellos, en un primer momento limitada al prima:
es nada sino un socialismo precursor. Así se abrieron camino
.. la destrucción de las humanidades, la amalgama (de discipli-
nas antiguas y modernas), la gratuidad de los estudios
no, luego extendida a los distintos grados de la escolaridad
por la creación de los CES; consiste esencialmente en utilizar
familias como medio de presión sobre los poderes públicos
secundarios en los colegios, y, aun más grave que todo esto,
para obtener un incremento de los créditos de los puestos
se abre camino ahora la escuela única y la educación sexual" .24
etc. Juega sobre la expansión cuantitativa cÍel aparato esco~
Insisto de este modo en la descripción de esas polémicas en
torno a la escuela durante el período de entreguerras para lar. En los colegios secundarios, esta vez, no son docentes sino
ex alumnos los que servirán como rampa de lanzamiento
sugerir un desplazamiento en la manera en que considera-
mos en la actualidad el papel de la escuela. La reciente para la creación de la primera asociación de padres de alum-
revelación de Baudelot y Establet25 de la existencia de dos nos en 1902. Importante indicación: las asociaciones de ex
alumnos tienen desde hace tiempo una función elitista, la de
orientaciones en el interior del aparato escolar, la primaria-
todas las francmasonerías: preservar los privilegios de un
profesional y la secundaria-superior, pareció develar una
cuerpo a través de solidaridades discretas. Segunda diferen-
suerte de complot antiigualitario inscripto en el corazón de la
cia con el primario, esas Asociaciones de Padres de Alumnos
escuela capitalista en Francia. En realidad, ambas orientacio-
de los colegios secundarios utilizan el discurso médico como
nes son la huella de dos formas de enseñanza rigurosamente
separadas en sus orígenes y explícitamente diferenciadas en medio de control en la escuela: crítica del exceso de trabajo,
de la _madaptaCión de los establecimientos, vigilancia de las
24 Carta reproducida al mismo tiempo en la Reuue de prophylaxie relaciOnes morales entre docentes y alumnos, vigilancia de
sanitaire et morale. los alrededores de los colegios, etc. 26 Por lo demás, también
25 J. Baude1ot y Establet, L'école capitaliste en France, Maspero, 1973.

187
186
disponen de un medio de presión sobre el aparato secundario
público cuando amenazan con retirar a sus hijos en provecho
ra pregunta que plantea Mm e V érine cuando se constituye la
Escuela de Padres. En 1929, lanza un llamado en pos de
r
1'
'
'
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1
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del sector privado. Esa Asociación de Padres de Alumnos de la multiplicación de asociaciones de padres de alumnos para
los colegios secundarios interviene en una cuestión capital, la construir una fuerza de contención contra las iniciativas
escuela única, para intentar frenar, o al menos controlar el colectivistas de enseüanza de la sexualidad: "El sexo no es un
movimiento. Exige su participación en la comisión ministe- deporte que se aprende en el estadio". N o se trata de manifes-
rial que está a cargo para reivindicar allí diversos argumen- tar un rechazo puritano al sexo sino, por el contrario, de
tos tomados del repertorio médico-pedagógico: el peligro de incitar a la familia a reapropiarse de él y convertirlo en una
saturar de alumnos la escuela y petjudicar la calidad de la ventaja inalienable. En sus obras sobre La mere iniciatrice
enseñanza, la dificultad de realizar una selección a una edad (1929), La femme et l'amour (1930), 28 propone un cambio
muy precoz (admirable permutabilidad de los temas: los tests global del comportamiento familiar respecto de la sexuali-
sirvieron en un primer momento como forma de respuesta de dad. Si se comparan sus escritos con un libro que para la
la administración contra la presión de los grupos de padres burguesía aún constituía una verdadera autoridad en la
privilegiados, antes de ser denunciados como coartada de materia, el de E. Blackwell: Conseils aux parents sur
una selección social injusta). Finalmente, el último argumen- l'éducation moral de leurs enfants (1881), no se hallarán, por
to: la necesidad de diferenciar la instrucción de la educación. cierto, grandes diferencias en cuanto a las opciones morales,
En 1928, el dirigente de la Asociación de Padres de Alumnos pero sí una ruptura decisiva en cuanto al método. Blackwell,
declara a la comisión ministerial: "Si así lo desean, concedan en la misma línea de cuanto se ha escrito sobre educación
el primer año a todo el mundo, pero procuren evitar la unidad sexual desde la Contrarreforma, preconiza una vigilancia
local, pues, además de la instrucción, hay que cuidar la minuciosa del niño contra todas las fuentes de corrupción y
educación. Los padres desean que sus bijas tengan un buen de iniciación. Nada de eso, dice Mme Vérine, así no se logrará
lenguaje, y conserven las buenas compañías y la buena hacer del niño otra cosa que un hipócrita; habría que desarro-
presencia'' .27 llar una energía considerable para llevar a buen puerto tal
En ese momento preciso (1928-1929), en ese punto preciso actitud y sería siempre a expensas del éxito familiar, dado
de la distinción entre educación e instrucción, intervienen, que el niño tiende a volverse secreto, encerrado en sí mismo
como segundo relevo, la Escuela de Padres. En ese momento o hipócrita. Por consiguiente, responda más bien, dice ella, a
en que la exigencia de segregación escolar de los hijos de todas las preguntas del niüo pequeño, aun cuando y sobre
buena familia y de los hijos de las capas populares no se todo si están referida a la sexualidad. De este modo, no sólo
sostiene sino en la demasiado visible, demasiado frágil, evitará que sean iniciados enojosamente por sus compañeri-
demasiado delgada división que separaba dos clases donde se tos, no sólo le sacará argumentos a los partidarios de la
difundirían los mismos contenidos, la Escuela de padres va a estatización del sexo, sino que más tarde habrá de ver los
tomar el relevo sugiriendo una solución más aceptable: el beneficios de su franqueza, pues ese niño no dudará, cuando
desplazamiento al interior de la familia de la producción de llegue a la adolescencia, en confiarle cuanto le suceda en el
una cualidad, de una educación, de una distinción. La Asocia- ámbito en que usted lo habrá introducido y así se evitará
ción de Padres de Alumnos utilizaba al médico para controlar malas sorpresas.
cualitativamente sus colegios secundarios. La Escuela de Hay algo más importante aún: al establecer con él una
Padres va a utilizarla para inscribir en la familia los medios relación de confianza, de confidencia, de observación atenta,
necesarios para producir individuos que, por su cualidad, usted podrá beneficiarlo a él con modernas técnicas de
escapen a la nivelación escolar, y así reservar a la familia un educación que, precisamente, promueven la absoluta espon-
poder sobre sus hijos que la escuela amenaza con aniquilar. taneidad del niño para alentar el ritmo de sus adquisiciones.
El sexo: ¿objeto de instrucción o de educación? Es la prime-
2
26 Véase su revista Lycée et famille, editada entre 1908 y 1938. _ P. Previamente escribió: Maman nous dira; Le sens de l'amour, 1927, y
27 Lycée et famille, 1928. L'Education des sens, 1928.

188 189
El cambio de actitud de los padres hacia sus hijos con relación lias, y es fácil comprender el entusiasmo que van a demostrar
al tema de la sexualidad puede servir como base para la por el discurso psicoanalítico, los delicados consejos educati-
difusión en la vida familiar de métodos tales como los d~ vos que van a impartir los discípulos de Freud a fin de
Maria Montessori o de Decroly. En síntesis, usted podra preservar a los niños de los traumas que podrían perjudicar
mostrar las cualidades que los padres deben adqmnr para su desarrollo. 3° Cómo evitar los traumas, pero asimismo
llegar a ser verdaderos educadores, capaces de modificar cómo detectar-en sus mentiras, en sus silencios-la huella de
mediante la intensidad de su acción la carrera escolar de sus un problema relacional pasible de ser resuelto, y ya no el
hijos, de mejorar sus oportunidades en una época en que augurio de un porvenir de perversos o débiles mentales. En
precisamente la nivelación escolar los amenaza. los congresos de la Escuela de Padres, los médicos como
Por consiguiente, no se trata de oponerse a la escu~la de Robin suelen ser invitados, por mero respeto a la medicina.
manera reactiva· por el contrario, se trata de seguule el Adivinan el cuadro atroz de las degeneraciones, que poco
juego, pero de un~ forma tal que permita ampliar el papel de inquietan a la asistencia, pues es bien sabido que las descrip-
la familia en vez de disminuirlo. Y de ese modo ~rear, ciones se basan en niños delincuentes, en los hijos de las
paralelamente a la escuela, a su horizontalidad, una dm~~n­ capas populares. En ese mismo período, aparecen André
sión vertical de inculcación de los comportamientos familia- Berge o el abad Viollet, recién empapados de psicoanálisis,
res donde los valores morales, las superioridades de las quienes exponen los medios para destrabar tal o cual oposi-
competencias culturales y la disp?nibilidad afectiva puedan ción, tal o cual dificultad en un niño. En su preocupación por
recuperar su verdadero lugar. Es decir: co~vertir a la familia acoplarse con la escuela, la familia no obtenía de la psiquia-
una tierra de miSión que se apoye en las _eXlgenci~s. escalare~ tría sino una disyuntiva como toda respuesta: o bien enferme-
para revalorizar la importancia del.r~gistro familiar. Y ahi, dad, o bien error de la familia. Más allá de la dificultad de
tercer relevo, interviene el ps1coanahsiS. establecer la parte que le tocaba a cada cosa, esta fórmula
•• ·En qué podía servirles la psiquiatria institucionalizada alas
causaba rechazo en la familia porque dejaba traslucir una
culpabilización tanto directa (su hijo es un maleducado) como
~ersonas preocupadas por hallar en la activación de la VIda indirecta (su hijo es un tarado). También frustraba a la
familiar un medio para reforzar las oportumdades de sus escuela al conminada a elaborar sus clasificaciones sobre la
.. hijos contra la "invasión de hordas escolares", para bnndar-
les una educación selecta, que la mayor apertur~ del secun-
base de categorías médicas, de modo tal que anulaba su
función en la asignación de capacidades. En tanto que el
dario ya no garantizaba? En primer lugar, para dia~osticar psicoanálisis, por principio, evitaba la f&talidad del diagiiós-
el estado de sus hijos, responde Gilbert Robm, diSCip';lo de tico, valoraba la posibilidad familiar de enmendar el compor-
Heuyer, en un exitoso libro titulado L'Enfant .sans defc:':'ts tamiento del niño y dejaba soberanamente en paz al aparato
(1930)." "No hay niños perezosos -declara-, solo hay mnos escolar. Más aún, lo halagaba solicitando su deseo intrínseco
enfermos o niños maleducados." En cuanto a la enfermed~,.d, de perfeccionamiento pedagógico.
tenía mucho para decir. Su libro es una extensa e~umer~cwn La cuestión de la inadaptación escolar impulsó la intro-
de etiquetas psiquiátricas sobre los comporta~Ientos ":'sa- ducción del psicoanálisis en el campo social, mucho tiempo
tisfactorios de los niños: el "niño nervioso", el "niño depnn:n- antes de que se lo utilizara en las instituciones sanitarias en
do", y sobre todo detalla las infinitas y~riedades de perversiO- sentido estricto, y con efectos mucho más importantes. Apor-
nes, adquiridas, constitutivas, condiCwnadas, etc. En mate- tará el principio de una flexibilización de las nosografías
ria de remedios, se vuelve más discreto y francamente ':'u do psiquiátricas gracias a una flexibilización de las estructuras
en cuanto a qué permitiría distinguir una buer~.a educac~?n de relacionales, un aflojamiento del cerco familiar. Operando
una mala educación, excepto por la referencia a una san~ sobre la estrategia educadora de la familia, el psicoanálisis
autoridad". Esto no resultaba demasiado útil para las fami-
30
~9 Véase asimismo G~ Robin, Enfant d'aujourd'hui, 1932, y Guide du
Para un inventario de las obras psicoanalíticas destinadas a las
familias, en ese periodo, véase Horst Richter, Psychanalyse de la famille,
dépistage, 1936. Payot, 1971.
190 191
confesión se observa fácilmente entre todos los técnicos de la
introduce en ella un interés por la observancia de las normas vi~a relacional? y~ sea que ejerzan en consultorios muy
sociales, sin chocarla de frente sino, es preciso decirlo, apo- pnvados, en edificiOs públicos o bien que se difundan por la
yándose en su deseo. La volverá permeable a las exigencias radiO .. Entre los psicólogos, en sentido estricto, tenemos el
sociales~ buena conductora de las normas relacionales. doblejue¡;o de los te~tsy de la anamnesis. Inventario-peritaje
¿En qué consiste, pues, la solución del psicoanálisis frente de las posibilidades Individuales y relato-confesión de la vida
al heteromorfismo de la familia y de sus aparatos sociales? familiar. Entre los educadores sexuales tenemos unjuego de
¿Qué técnica es esa que permite armonizar las diferencias de ~lt~rnancia entre preguntas sobre la n~rma y preguntas que
régi~en entre una instancia como la familia tradicional, que 1ncltan a la "implicación" en la evaluación de su relación con
funciOna sobre la base •del intercambio de sus miembros la sexualidad.
conforme a reglas que combinan la determinación genealógi· Sea :omo fuere, estas técnicas relacionales constituyen
ca y las estrategias de alianza, y que por tanto requiere de su algo mas que la mera yuxtaposición del antiguo prestigio del
parte una disponibilidad ante sus propios objetivos, y, por cura y el nuevo prestigio del médico. De otro modo no podría
otra parte, una instancia como la escuela, que produce indi- entenderse por qué se volvieron objeto de una demanda tan
viduos según ciertas normas, y decide acerca de su califica- Importante. Sobre todo no podría comprenderse por qué el
ción para orientarlos socio-profesionalmente? ¿Qué permite cura fue progresivamente liberado de su función confesional
reducir la brecha entre el registro de la gestión religiosa, y (reserván~ose este el derecho a reconstituir en la figura del
por ende familiar, de la sexualidad y el de su gestión médica, cu;a:anahsta, !'>aralela a la del cura-obrero), ni por qué el
y por ende social? ¿Qué permite reunir la confesión y el med1co renunciÓ a su función de guía de las familias que
peritaje? tanto anhelaba tener (reservándose el derecho a conve;tirse
Una mirada rápida al funcionamiento de los consejeros en un. experto psicosomático). ¿Qué hay , pues , en la técnica
1
educativos, sexuales, conyugales, que florecieron en torno a re1acwna que requiera la formación de nuevos técnicos? La
este problema, da la impresión de un compromiso precipitado --?-ovedad que ~porta, y que hac: a. su eficacia específica, es la
entre ambos registros, de una mezcla en dosis variables de lo Lmplementacwn de un procedLmwnto de circularidad entre
escolar y de lo familiar, de lo médico y de lo religioso, del las prácticas de peritaje y de confesión. Entre los psicotera·
peritaje y de la confesión. La Escuela de Padres es el escena· peutas y los ~onsejeros conyugales, el principio del diagnós-
río de una suerte de concertación permanente entre padres y tl~o ~e mantiene como condición previa (puede servir para
educadores. Y en ese marco los médicos vienen a iniciarse en ehm1nar casos demasiado "pesados"), pero a la vez es formal-
la escucha de los problemas familiares. Los curas comienzan ~ente anulado de entrada, tratado en apariencia como pro-
a absorber el vocabulario familiar, a detectar la patología en VIS~r:o Y sobre todo no-preferido, no-inscripto. Suspensión
el relato de las faltas. Como símbolo de esa inclinación a la decisiva, puesto que se cancela la hipoteca de un juicio a
síntesis, podría señalarse el nacimiento en 1936 de la revista prwn, crea una apertura por donde ha de transitar el relato-
L'éducation, reagrupamiento en torno ala Escuela de Padres confesión, ~1 discurso testimonial de donde precisamente
de la antigua Revue familia/ d'éducation, órgano de la fede- puede surg¡r una revelación a posteriori mediante el "traba-
ración general de las familias, dirigido por el abad Viollet, jo" del sujeto sobre su discurso, que ya no es conminado a
especialista de la confesión y de los círculos de preparación serv~r únic~mente para la verificación de un a priori. Despla-
para el matrimonio, y de la revista Éducation, boletín peda- zamiento Circular que elimina la obsesión por el dirigismo,
gógico dirigido por Bertier, ex patrón de la Escuela de Raches, puesto que la formulación de todo juicio social está asociada
gran aficionado a las innovaciones pedagógicas. Mm e V érine, a s.u posible cuestionamiento a través de la participación del
entre el doctor Berge, el abad Viollet y el pedagogo Bertier, S:"Jeto. La resistencia del individuo, al igual que la resisten·
¿no es el anuncio del tríptico habitual de los actuales progra- ~1a de la fannha a las normas, ya no es sino una resistencia
mas radiales de Ménie Grégoire, acompañada ya de un cura '':terna a un proceso del que podría resultar un mayor
sexólogo, ya de un psiquiatra, o bien de ambos? En términos bienestar para él, para ella. La resistencia a las normas
generales, la ca-presencia de la forma peritaje y de la forma
193
192
sociales se convierte en resistencia al análisis~ bloqueo mera- por la escuela, se debe a que usted se ha hecho responsable de
mente negativo y ciego a su propio bien. El poder de la su destino al punto de anularla, a ella, de Impedir que su deseo
tecnología relacional radica, precisamente, en el hecho de se manifieste. ¿Y qué otra cosa es la escalada de rep~oches
que no impone nada, ni nuevas normas sociales ni antiguas recíprocos en los conflictos conyugales, smo la n~gativa de
reglas morales. Su poder radica, por el contrario, en el hecho ambos a tomar en consideración aquello que se qmere que el
de que las deja flotar~ unas en relación con las otras, hasta otro escuche?¿Y qué es la educación sexual sino, precisamen-
que encuentren su punto de equilibrio. Constituye, en senti- te, una actividad de prevención de los riesgos de fr~caso y de
do estricto, una técnica económica. La más econó~ica en conflicto mediante la afirmación de que la sexualidad Sirve
materia de costo, tanto administrativo como conflictivo. Se ante todo parieomunicarse? Tercera y última operación: la
comprende ahora por qué el médico renunció a una clase de identificación de las causas d~ esos déficits. Pues, ¿qué es lo
función en que habría perdido la solidez de su terreno, la que perturba tanto las comumcac10nes, disgrega los mensa-
tranquilizadora claridad del diagnóstico. Se comprende asi- jes, falsea las percepciones? Son precisame";te (alsas perceP.-
mismo la dificultad que deben de experimentar los curas para ciones, imágenes-pantalla, concrecwnes ps1quicas ~~nstrui­
adherir a estos métodos que, excepto por la flotación de los das tanto a partir de arquetipos como de la asunc10n de la
valores y de las normas, les deben mucho. Tantas más realidad de los otros, de proyecciones tanto o más que de
dificultades han de experimentar cuanto que no tienen posi- reconocimientos: tomar conciencia de que esos artefactos
bilidad de repliegue. rigen la organización de nuestras relaciones, de que la parte
El primer trabajo del técnicO' relacional consiste, pues, en de ceguera que hay en nuestros conflictos y nuestros fracasos
desalentar la demanda de peritaje. No espere de mí una resulta de la pregnancia de un antiguo deseo capaz~ de ocultar
opinión, un consejo inmediato e imperativo, un discurso una realidad presente, esa es la forma en que podra reaJustar
verdadero sobre su caso. O bien, si, como ocurre en los Centros sus relaciones volver a evaluar una s1•tuacwn. . , 31
Médico-Psico-Pedagógicos, se hace un inventario de las apti- En este rec~rrido el concepto clave es el de "imagen". Al
tudes intelectuales del niño, no crea que se trata de una ponerlo en evidenci~, es posible hacer pivotar al sujet.o, hacer
conclusión, sino de un punto de partida. Usted me consulta que lleve a cabo su propio peritaje, puesto que él mismo ha
para saber si los mediocres resultados escolares de su hijo se echado luz sobre su error, y a la vez lograr que acepte aquello
deben a una tara hereditaria o si lo hace a propósito. De que se negaba a escuchar, ver o hacer, puesto que ~a no e~ un
cualquier modo, no se deben a ninguna de las dos cosas, y si asunto de moral, de leyes o de méritos, de posible o Imposible,
los tests revelan una desnivelación entre sus capacidades y su sino que todo pasa por él, por su equilibrio relaciona~, S';! pleno
rendimiento escolar, precisamente por eso usted debe contar- desarrollo psíquico y sexual. El esfue;~o de los t~c~Icos se
me cómo se porta en la escuela, en casa, cómo se lleva con sus centra, pues, en los métodos de evocacwn de esa~ I~age~es.
hermanos, con usted, cuáles son sus propias actitudes educa- Ejemplo: el dibujo de familia en los C~ntros_Medico-Psico­
tivas, sus problemas, sus acuerdos o desacuerdos conyugales. Pedagógicos. Tome un niño de ocho a q~mce ano_s que padez-
Además de hablarme de sus conflictos con su esposa o esposo, ca inadaptación escolar. Dele una hoJa, un l";PIZ negro Y
dice el consejero conyugal, hábleme de usted, de las condicio- lápices de colores. Pídale que dibuJe a su familia. No hay
nes de su matrimonio, de su infancia, de sus vínculos con sus riesgo de negativa en esa franJa etana, siempre aceptan.
padres. Una segunda operación del técnico consiste en basar- Sepa de antemano que en el caso de una familia normal los
se en ese relato para mostrar la relación entre el problema personajes suelen estar distribuido8 en dos filas. honzontal~s,
evocado y una serie de déficit de comunicación entre los las superiores (los padres) y las infenores (los hiJOS), que estan
miembros del grupo concernido. ¿Acaso no puede ver que, si
su hijo no estudia en la escuela, se debe a que su padre no se 31 Elaboro esta descripción a partir de una encuesta sobr? los Centr~s
interesa en su actividad escolar, sólo le transmite sus senti- Médico-Psico-Pedagógicosy los grupos de consejo~ conyug~I:s, as1 como a partir
mientos bajo la forma del enojo frente al fracaso escolar? O de la consulta de obras como L'enfant et les relatwns famtltales, de Porot, PUF,
bien que, si su hija, pese a ser muy inteligente, no se interesa 1954;La consultation conjugale, de Guy Rucquoy, Dessart, Bruxelles, 197 4; Le
conseil conjugal et familial, de Rolande Dupont, Casterman, 1972.
195
dibujados con simetría y que los colores sirven para marcar los ción de su apreciación de la realidad en nombre de sus afectos
atributos distintivos, su polaridad grave o leve. Entonces, si familiares. Esta niña pequeña, muy inteligente por lo demás,
el niño localiza a todos los miembros de la familia sobre una no presta atención en clase y emplea su tiempo en inútiles
misma línea, usted ya puede ir sospechando que su familia travesuras. El dibujo de familia revela que mantiene con su
está en alguna medida mal estructurada. Si al pasar se olvida padre una relación propia de una hermana menor con su
de alguno de sus miembros, ya tiene el indicio de una dificul- hermano mayor, vínculo que la mantiene en una inmadurez
tad relacional con la persona en cuestión, dificultad que el beata. Ahora bien, ¿por qué el padre tiene esa necesidad de
niño ha querido resolver borrándola simbólicamente. El or- (volver a) desempeñar un papel que no le corresponde? ¿Qué
den en el cual los personajes se suceden dice mucho, asimis- clase de insatisfacción lo perturba al punto de peijudicar sus
mo, del lugar que el niño concibe que le dan en su familia. La objetivos oficiales? ¿Qué significado tiene esto en el plano de la
asimetría que pudiera afectar a algunos de sus personajes, o pareja? Tal niño es inestable en la escuela, se fuga cuando está
a sí mismo, las coloraciones turbias o claras, las mutilaciones en la casa. La madre lo lleva al Centro Médico-Psico-Pedagó-
de miembros, permiten afinar aún más la representación que gico. Habla mucho del niño, de sí misma, de sus preocupaciones,
el niño tiene de su familia. Tal personaje no tiene manos: ¿no pero no dice nada de su marido, o bien lo hace con displicencia.
será que sólo se sirve de ellas para golpear? Tal otro no tiene El hecho de que el padre no exista en el discurso de la madre, que
brazos: ¿no será que no demuestra afecto alguno, pese al deseo no lo designe como poseedor de autoridad alguna, esa carencia
del niño? De tal modo, el dibujo de la familia permite poner de de imagen paterna alimentada por la madre, ¿no es acaso la
relieve todas las pequeñas o grandes anomalías familiares. causa de la inestabilidad del niño? Y ¿qué significa, en cuanto
Un niño miente, roba, es agresivo, colérico o, por el contrario, a la calidad de la relación conyugal, la parte de insatisfacción
es inhibido y pasivo. Todos ellos son signos de protesta contra que se perpetúa en ella? En este caso, el Centro Médico-Psico-
aquello que no funciona en la estructura familiar, y el dibujo Pedagógico cumple una función de consejo conyugal. El niño
•• de la familia va a revelarlo. Al expresar a través del dibujo su
malestar, su situación, el niño proporcio:ria a un mismo tiempo
constituye el elemento probatorio de una disfunción de la
familia, el elemento ideal para operar en su seno modificaciones
una evaluación del medio familiar. internas, puesto que es el punto de confluencia entre el deseo
Los centros médico-psicopedagógicos son sin duda alguna social y el deseo familiar. Entre el diez y el veinte por ciento de
.. los mejores lugares para apreciar la capacidad de injerencia
del psicoanálisis en el campo familiar. Al señalar como fuente del
los padres de niños seguidos en un CMPP, lleva adelante una
psicoterapia en el mismo establecimiento. Y es frecuente encon-
fracaso escolar una mala regulación de las imágenes, la trar niños que, sin presentar trastornos serios, siguen una
técnica ¡:psi" no incrimina a una persona en particular ni a un psicoterapia únicamente para proporcionar una cobertura ad-
comportamiento erróneo, sino a las relaciones establecidas en ministrativa por la asistencia brindada a sus padres.
el interior de la familia y a las representaciones mentales La consulta conyugal utiliza un procedimiento del todo
inconscientes de sus miembros. No practica la conminación a equivalente. El síntoma aquí es, por orden de frecuencia, la
cambiar de normas, sino la incitación a reequilibrar las impotencia, la frigidez, las enfermedades psicosomáticas, los
actitudes en nombre de sus efectos sobre los demás miembros. trastornos de los hijos. La grilla de referencia de los compor-
Tal niño padece de una inhibición neurótica en el trabajo tamientos normales puede estar representada por el cuadro
escolar: la psicoterapia revela un vínculo entre esa inapeten- de la complementariedad de las necesidades. Complementa-
cia y el discurso del padre. Este es conductor en la Empresa riedad para la pareja en la esfera económica, sexual, en la del
Autónoma de Transporte de París y vive su trabajo como algo fortalecimiento del yo y la reorientación. Tomo aquí el ejem-
que no sirve para nada, que tan sólo lo conduce a la muerte. plo del cuadro de Pollak, que describe la naturaleza de las
Esta representación de su propio trabajo no es denunciada funciones que deben desempeñar los miembros de la pareja
como nociva en sí misma. N o se discutirá con el padre sobre en cada uno de esos ámbitos, en cada una de esas etapas de su
la realidad de su trabajo, sino sobre su repercusión psíquica existencia, antes de los hijos, con ellos y tras su partida del
inconsciente en el niño. El padre será inducido a una reevalua- hogar. Entre el no-cumplimiento de estos roles y la aparición
196 197
del síntoma, entre la esfera de las necesidades y la queja, el sociales hallan en la teoría del rol de las imágenes un principio
vínculo explicativo es provisto por el análisis de las proyeccio- de conversión de unos en otros. Entre el riesgo de rigidez
nes qne hacen uno sobre el otro los miembros de la pareja en jurídica de la familia y el de un imperialismo costoso y
el momento de elegirse o por las modificaciones de las coorde- nivelador de las normas médicas, el discurso sobre el rol
nadas a partir de esa elección inicial. La orientación de esas socializador de las imágenes parentales propone un principio
proyecciones, de esas imágenes, puede sufrir variaciones que de reajuste automático de ambas instancias. No las anula,
las entrevistas y los cuestionarios permiten sopesar en fun- desactiva los riesgos de conflicto y las combina de manera
ción de dos criterios: su mayor o menor proximidad con las funcional. Contra el dominio familiar, pone en juego la liber-
figuras parentales y su distancia con respecto a la gama de tad del niño, la sexualidad de la mujer. La relación del niño
comportamientos posibles del otro miembro de la pareja. Esta con sus padres ya no es analizada en el marco de la herencia
construcción puede estar más o menos cegada por imágenes y de la transmisión, sino en función de su mayor o menor
iniciales (parentales), o bien más o menos en contradicción estructuración, y asimismo en función de su mayor o menor
con las disposiciones del otro. En función de estos criterios la éxito en la emancipación del módulo familiar. La filiación ya
conyugalidad será normal (complementariedad), neurótica no es del orden de la fatalidad, sino que se constituye en torno
(impotencia, frigidez, extraconyugalidad) u homosexual (du- a las imágenes identificatorias perfectibles que los padres
das de uno de los miembros sobre su identidad sexual). Por puedan ofrecer. La maduración no implica recepción de una
consiguiente, el trabajo del consejero conyugal consiste en herencia, de un destino, sino atenuación de la pregnancia
traducir un sufrimiento en disfunción y remitir esa disfunción familiar, sustracción a los deseos de la familia, liberación en
a una inadaptación de las imágenes y de las realidades; en relación con los deseos posesivos de los padres. La adecuada
síntesis, consiste en decir: si no quiere modificar su realidad, estructuración del niño supone, pues, la destrucción de la
modifique sus imágenes, si no quiere modificar sus deseos doble moral que falsea su percepción de los adultos y propor-
•• (sus imágenes), cambie de realidad, lo central es que la cosa ciona imágenes de estos últimos cargadas de duplicidad
patógena. La liberación supone la apertura del círculo fami-
funcione.
¿Qué era lo disfuncional en el antiguo régimen familiar? l. La liar y, por tanto, del rol sacrificial de la madre, cuyo principal
atención exclusivamente o-rientada a las sanciones matrimo- objeto de inversión libidinal era el hijo, en provecho de su
.. niales de su influencia, de su importancia, es decir, la forma
exterior, visible de su poder; 2. correlativamente, el gran
sexualidad.

poder de la familia sobre los niños, instrumentos de su


perennidad y de sus ambiciones, en suma, la primacía de la D. LA FAMILIA LIBERAL AVANZADA:
filiación. Ahora bien, todo cuanto ha sucedido en torno a la FREUD y KEYNES

Escuela de Padres consistió en operar una transferencia


táctica de los antiguos poderes de la familia, sus poderes ¿Por qué tanto interés por la historia -se preguntarán-, por
externos, orientados principalmente a cuidar el buen nom- qué tanta insistencia en los arcanos familiaristas de la
bre, contraer alianzas útiles para sí misma, en provecho de introducción del psicoanálisis y de la liberación sexual, pues-
sus poderes internos, con el objetivo de preservarse un efecto to que ambas han triunfado ampliamente y que pese a todo
específicamente familiar en la distribución de las cualidades hoy vivimos en plena crisis de la familia?
culturales y de las posiciones sociales. Desplazamiento deci- Y a nadie considera a la familia como la forma esencial de
sivo de su parecer exterior hacia sus modalidades relaciona- la organización social, una figura inmutable que deba ser
les internas. Inserta en este desplazamiento, la operaciona- salvaguardada a cualquier precio. Un súbito pudor domina a
lización del psicoanálisis aporta una fórmula flexible y útil aquellos mismos que en el pasado se constituyeron en sus
para resolver los roces creados entre las exigencias sociales y heraldos. Los animadores de la Escuela de Padres declaran
las ambiciones familiares. Puestos en flotación unos en rela- que "hoy en día, desde su puesto de observación, no ven
ción con otros, los comportamientos familiares y las normas esbozarse un esquema ideal del grupo familiar. El problema
199
198
más importante es el de la inversión afectiva hecha en el nivel dos, de aquellos que buscan un sentido para sus vi~as, de
de ese agrupamiento bajo un mismo techo, que, por su poder aquellos que no aprendieron a vivir. Ese es, pue.s, el ambito
mismo, podría perjudicar la autonomía respectiva de sus donde hay que intervenir para encontrar soluciOnes, obrar
miembros. En definitiva, en la actualidad cada componente positivamente, registrar esos sufrimientos, mezcla~ nues-
del grupo debe procurar no ser marcado con ninguna etique- tras voces al concierto de redentores o callar. ¿Usted tiene un
ta, sea la de 'niño', sea la de 'padres', sino simplemente ser libreto, un plan, un proyecto experimental, una pequeña
'personas' que logren aceptarse mutuamente en sus roles y fórmula de autogestión, una visión de la familia porvemr, o
deseos respectivos, es decir,-que logren quererse". 32 "Agrupa- cualquier otra cosa que proponer? No lo dude, el Estado es
miento bajo un mismo techo", ¡qué eufemismo, cuántas pin- comprador, y los bienpensantes estarán interesados. ¿No
zas para hablar de la familia! Al Plahning familiar mismo, de tiene nada que ofrecer? ¿Las fórmulas comunitarias le pare-
familiar sólo le queda el nombre. Desde 1973, está orientado cen ilusorias, meras transposiciones a una escala más vasta
a "la revalorización de la persona, a su desarrollo en su del egocentrismo familiar? ¿Denuncia la soledad en que se
integridad psicosomática por fuera de los roles tradiciona- encuentran los individuos, la miseria de sus vidas afectivas,
les", a la "reinserción de la sexualidad en todos los niveles de la insipidez de sus existencias? Entonces, usted comprende
lo cotidiano", a la "sexualización de la Sociedad". 33 Todos esos que es necesario hallar una solución, que los conseJeros y los
grupos que en el pasado deseaban defender a la familia "psi" son precisamente las personas que intentan hacer algo
contra el asalto de una normalización autoritaria hoy en día al respecto, como pueden, con el máximo de honestidad, de
solo buscan la mejor manera 'de conjurar sus perjuicios. neutralidad. Con ellos, olvídese, excepto bajo forma residual,
Quieren borrar ese marcado, las etiquetas que atribuye a sus de moralismo, de dogmatismo. N o destinan a nadie de mane-
miembros a expensas de su autonomía social. Pero asimismo ra autoritaria a la vida familiar, pero tampoco se proponen
colmar sus carencias, socializar cuando menos una parte de destruirla. Simplemente quieren ayudar a las personas a
•• las funciones afectivas, sexuales, que no asumen sino imper-
fectamente, perjudicando de ese modo el equilibrio, el pleno
vivir su situación en una coyuntura inestable donde los
parámetros más sólidos han desaparecido y donde e~ indivi-
desarrollo "psico-sexual" de los individuos. Constataciones Y duo siente la necesidad de ser respaldado pero no dingido.

...
críticas designan un mismo riesgo de fracaso en dos peligros Imparable argumentación si se aceptan los términos en
opuestos: su repliegue temeroso sobre sí misma, que puede que está planteada, es decir, la crisis de la familia como
convertirla en un espacio de resistencia pasiva, un refugio recaída de una evolución de las costumbres, el desarrollo del
abusivo que protege a sus miembros de los riesgos externos, psicologismo o del psicoanálisis como solución, como la ~es­
pero que los inhibe gravemente en su vida social, o bien su puesta menos mala posible para esa situación. Ahora bien,
dislocación, su atomización por el incremento del celibato, de ¿qué sucede con este razonamiento si se recusan sus postu-
las relaciones casuales que no brindan la seguridad suficien- lados si se identifica como un mismo proceso, en absoluto
te para permitir a los individuos una autonomía social de inoce~te en términos políticos, la emergencia de la familia
funcionamiento. De ser considerada un pilar de la sociedad, moderna y la expansión de los organismos "psi"? ¿Qué queda
la familia pasó a ser en estos discursos el lugar donde la de este persuasivo discurso si se vuelve a considerar el
sociedad corre el riesgo constante de desarticularse. problema desde la perspectiva de esta constatación? Tan
Sólo hace frente a este desasosiego la multiplicación de extenso rodeo se había vuelto necesano para recusar el modo
consejeros, psicólogos, cuyo número nunca llega a ser sufi- de cuestionamiento circular en el que ha quedado atrapada
ciente para responder ala demanda de padres desarmados, de toda reflexión, tanto sobre la familia, como sobr_e las profesio-
niños extraviados, de parejas desdichadas, de incomprendi- nes que florecen en su entorno. De las lecciOnes de ~sta
32 Presentación de la Escuela de Padres en el número de la revista genealogía del ''consejerismo'\ podemos extraer la necesidad
Autrenwnt, bajo el título "Finie la famille?", 1976. de un desplazamiento de la pregunta. En vez de emprender la
·13 Simone Iff (presidente del Planning familiar,) Demain la société tramposa búsqueda de una solución a los evidentes malesta-
sexualisée, 1975. res que se desarrollan en torno y en el interior de la vida
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cionaly la psicopedagogía serán difundidos según las mismas
familiar, debemos preguntarnos: ¿cuál es el problema al cual
modalidades, según el mismo intervencionismo tecnocrático
esta crisis de la familia y esta proliferación de los "psi" darían
conjuntamente una solución? utilizado en el pasado para vender las cajas de ahorro y la
escolarización: la incitación promociona! y la consecuente
Constitu;yen en primer lugar y ante todo un medio para
culpabilización de las familias, que, por su resistencia, des-
elud1r la pnmera formulación política del problema de la
normalización de la sexualidad. Tanto en su forma "socialis-
perdician las oportunidades de sus miembros. En el lanza-
ta", higienista y antifamiliarista, como en su forma pétainis-
miento del Planning familiar resuena el eco de un discurso
ta, moralista y tradicionalista. Cuando en los años cincuenta que tiene dos siglos de antigüedad, el de esos hombres y esas
mujeres que habían emprendido la lucha contra el oscuran-
la cuestión de la liberalización de la sexualidad y la de la
procreación voluntaria vuelven a instalarse en la escena tismo de las costumbres, en pos de liberar a las masas de sus
política, los términos del debate se habían modificado radi- trabas mentales, de sus miserias antaño materiales y mora-
calmente bajo el efecto del encuentro táctico entre, por un les, hoy sexuales y afectivas, para que tengan menos hijos y
lado, la política cualitativa de las familias acomodadas su sobre todo menos inadaptados.
repliegue sobre sí mismas, la búsqueda de una optimiza~ión
de sus vínculos internos, y, por otro, las enseñanzas adapta-
das del psicoanálisis y de todos sus derivados. La familia Esta reconciliación del sexo con el buen tono filantrópico
burguesa dejó de ser un lugar. de resistencia a las normas disipa, pues, la parálisis política que había provocado. Ya no
médicas que amenazaban su integridad y el juego de sus hay desafíos globales, sociatricidas, sino resistencias, las de
privilegíos para convertirse en la mejor superficie de recep- los cuerpos constituidos, los grupos y las· corporaciones inte-
ción. Ya no es necesaria una decisión central puesto que el resadas en la perpetuación del antiguo orden de cosas: el
llamado proviene de esos microfocos de iniciativa de esa partido comunista, la Iglesia y el consejo de la orden de los
•• pe;iferia que es la familia mísma. El control de nataiidad, la médicos.
La actitud del partido comunista es reveladora de ese
ps1copedagogía, la preocupación por la vida relacional se
suman al almacén bien provisto ya de la "calidad de vida" desplazamiento del problema de la sexualidad. Todos recor-
burguesa. Pasado cierto momento de distancia, funcionan darán la violenta hostilidad del Partido Comunista Francés
ante el Planning familiar, en sus inicios, así como las decla-
perfectamente en ese micromedio ya organizado durante los
siglos xvm y XIX sobre el modelo del liberalismo espontaneís- raciones vigorosamente "antimalthusianas" de Jeannette
ta, de la facultad contractual. La "liberación protegí da" que Vermeersch y Maurice Thorez. Expresan el antiguo temor
caractenzaba la educación de los niños se desarrolla a la ante una solución individualista de la cuestión social. Las
perfección en las aplicaciones de las enseñanzas de Decroly organizaciones obreras asumieron esta posición retráctil
Montessori, Spitz y sobre todo Freud. Las buenas lectura~ frente a casi todas las innovaciones en materia de tecnología
para evitar traumatizar a los niños, las direcciones adecua- social. Los guesdistas (ancestros del Partido Comunista
das cuando hay problemas, todo eso dilata el deja-vu, prolon- Francés en los años 1880-1890) habían comenzado por de-
ga la impresión de que ya ha sido hecho: el estrechamiento nunciar la escolaridad obligatoria como medio de dominación
táctico de los padres en torno a los hijos contra los prejuicios y división de la clase obrera. Hostilidad a la que pronto siguió
educativos y las torpezas domésticas, contra los peligros y las una actitud inversa. Lo malo ya no es la escuela, sino la
corrupcwnes de la calle. El control de los nacimientos y la escasez de créditos y medios que se le asignan, así como el
"liberación" de la mujer se fundan en la antigua vocación hecho de que no haya suficientes escuelas. Lo mismo sucede
social, esa función de embajadora de la cultura. Y, natural- a principios de los años sesenta con relación a la maternidad
mente, como en el pasado, las familias obreras las familias voluntaria, y de manera general con todas las técnicas asocia-
"humildes", serán el objetivo de su misión de pr~pagación de das al mejoramiento de la vida familiar y a lo relacional.
estas nuevas normas que tan bien les permiten vivir. La Puede leerse en las obras de Bernard Muldworf, psicoanalista
"libertad sexual", el control de la natalidad, la exigencia rela- del Partido Comunista Francés, el proceso de canonización
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"marxista" de las "reivindicaciones" en materia de calidad de más acérrimos adversarios, en un principio, fueron los médi-
vida familiar y de servicios psicológicos. cos, porque sus clientes no siempre hablaban bien de ellos en
Cada vez que el Partido Comunista se crispa contra alguna mi programa de radio. Algunos incluso pensaban que les
reforma y luego se propone digerirla exigiendo su expansión sacaba clientes. Cierto sector de la iglesia tampoco estaba
más rápida, más amplia, desplazando una negativa teórica muy contento. La confesión estaba en franco retroceso y
hacia una exigencia cuantitativa, podemos estar seguros de tenían la impresión de que yo era una competencia, pues si
que la filantropía se ha sumado un punto. Extraño juego en que bien hacía algo diferente, mis interlocutores buscaban algo
el agente de una resistencia a la manipulación "burguesa" de las semejante. Sin embargo, algunos curas me escribieron para
masas se convierte -parl¡l preservar su función de representan~ decirme: 'Escuchándola a usted, yo aprendo a confesar"'.
te del descontento popular- en el mejor agente publicitario de Una primera línea de transformación de la familia se
los medios de promoción individual; aquel que, al exigir su esboza en la confluencia de dos dimensiones originarias del
extensión, difundirá en todas partes y defenderá a cualquier aggiornamento familiar. El repliegue táctico de la familia
precio la creencia en su utilidad intrínseca. sobre sí misma y la difusión de nuevas normas operan una
Mutis al último escollo político con el Partido Comunista intensificación de la vida familiar. Concentrada sobre sí
Francés. Pero aún quedan las oposiciones corporativas de la misma, más atenta que en el pasado a los mínimos detalles
Iglesia y de la fracción conservadora del cuerpo médico. A de la educación de los niños, la familia se vuelve una ávida
primera vista, su oposición también es ideológica. La Iglesia consumidora de cuanto pueda ayudarla a "realizarse". Vitia
defiende valores morales fundadores de la familia tradicio- Hessel, psicoanalista, novelista por añadidura, dedicó a la
nal; el consejo de la orden de los médicos se opone al aborto descripción de esa activación frenética de la vida familiar un
en nombre del respeto a la vida. Sin embargo, en la práctica, libro titulado Le temps de parents, que bien podría haberse
es bien sabido a qué beneficios profesionales, sociales y llamado Le temps des psi. En esta obra, expone el proceso de
•• políticos corresponden estas opciones. Al renunciar a su
función de aliada y tutora de la familia, la Iglesia pierde la
responsabilización psicopedagógica de los padres desde la
última guerra, principalmente en las capas medias, donde el
base sólida para su inscripción en el cuerpo social. La figura niño constituye, según su propia fórmula, una suerte de
del médico de familia también se ve amenazada por la plazo-fijo. Los padres de antes tenían, por cierto, ambiciones
modernización de la familia, que la reduce a un ejercicio más para sus hijos, pero sus motivaciones eran demasiado prima-
pedestre o público de su arte. El consejo de la orden de los rias, sus especulaciones muy francas. Brindaban una edu~a­
médicos se aferra a su antigua posición de notables, a esa ción a los hijos para que pudieran ascender en la escala social
relación con su clientela tan próxima del clientelismo en y, de ser necesario, para ser mantenidos decentemente por
política y fuente de un poder que puede precisamente reper- ellos algún día. Conservaban celosamente el poder sobre sus
cutir en ella. En cuanto a la facción del cuerpo médico que hijas a la hora de ordenar sus alianzas y controlar su porvenir
desde el neomalthusianismo se propuso ser agente de una patrimonial. Para los nuevos padres, que tienen derecho a la
liberalización sanitaria de la familia, participa activamente jubilación de los cuadros y a la caja complementaria, las cosas
en el movimiento, aun cuando tiene dificultades para preser- son menos simples y ya no tiene mucho sentido considerar a
var los beneficios conquistados en el pasado. Pues aquello los hijos como bastones de la futura vejez o instrumentos de
que salió a la luz después de la última guerra es que las líneas ambiciones precisas. "En su fuero interno, los padres comien-
de transformación de la familia operan al mismo tiempo la zan a acariciar promesas de éxito, la revancha, más aún, esa
descalificación de su antiguo entorno médico y religioso, en parte lícita, de sueño que la sociedad consentía dejarles. Los
provecho de un nuevo marco, el de los "psi". Interrogada por padres especulan, pues, frente a esas cabezas despeinadas
Paul Giannoli en France-soir, el 9 de noviembre de 1976, por el sueño, esos cachetes embadurnados de mermelada,
sobre su vínculo con las "personas del oficio", Ménie Grégoire como sus tatarabuelos lo habían hecho sobre sus buenos
responde lo siguiente: "Los psicoanalistas me conocen y rusos,* y, como toda especulación, las suyas están impregna-
reconocen que lo que yo hago forma parte de su 'familia'. Mis das del conformismo más dócil. La sociedad dicta sus mode-
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T

los, ellos procuran reproducirlos.[ ... ] Ya no está permitido, había un malentendido más o menos camuflado en el encuen-
como en un remoto pasado, que los niños salgan mal. La tro entre el familiarismo y el psicoanálisis. El desplazamien-
Escuela de Padres vela por ello, al igual que el servicio de to del interés familiar del exterior hacia el interior su
orientación y las revistas de difusión masiva. Una nueva recentramiento sobre el afinamiento de las modalid~des
ciencia ha ~acido en ese contexto de optimismo psicológico y internas de ajuste de la relación padre-hijo y hombre-mujer:
fiebre r:lacwn_al durante el período de posguerra. El europeo la familia no hacía todo ello por nada. El objetivo era recupe-
de los anos tremta y cuarenta en cierta medida había logrado rar en ese terreno privado un poder específico de la familia,
Ignorarla; pero el de los años cincuenta y sesenta recibía en una pregnancta sobre sus miembros, una capacidad de cali-
plen~ cara, las ráfagas d,e sus consejos contradictorios". Tras ficación de sus hijos que estaba perdiendo en el terreno
los discursos sobre los defectos del niño, vinieron obras tales público. Actitud compensatoria, táctica, inevitablemente
como L'enfant, miroir des parents [El niño, espejo de los generadora de una sobreinversión. Ahora bien, la normaliza-
padres], de Roland Jaccard. Los "padres" son permanente- ción relacional, la operacionalización del psicoanálisis iria
~ent~ c?nminados a lucha~ contra un enemigo: ellos mismos.
más bien en el sentido de una "impotencialización" funcional
Prohibido preocupar al mño, les decían los psicólogos. No de la familia. El psicoanálisis no "revela", no pone "en teoría"
dejen que se duerma, replicaban los profesores. Está ansioso, una relación de connivencia a priori de la familia y de la
por eso trabaja mal, señalaba el pediatra. Los padres bajaban sociedad, una armonía preestablecida, una relación de arti-
la cabeza: si el niño estaba ansioso, la culpa era de ellos. N o culación natural del tipo microcosmos-macrocosmos. La dife-
está motivado, descubrían los psicólogos. Falta de motiva- rencia de régimen de poder entre la familia y la sociedad es
ción, los padres enloquecían: habían fracasado. ¿Aún esta- demasiado grande para que todos los intentos de codificación
rían a tiempo de subsanar el problema? No lo asusten les precisa del comportamiento familiar no terminaran fraca-
decían. Háganle entender que la vida es una lucha añadían sando. La fuerza del psicoanálisis radica precisamente en
•• Protéjanl?, les ordenaban. Expónganlo, de otrd modo 1~ que opera sobre esta desnivelación para mostrar cómo la
convert;r~n en un desJ?ojo humano. Prohibido sobreproteger-
familia puede ser responsable de la mala socialización de tal
lo. Prohibido traumatizarlo. Prohibido proyectar en los niños o cual de sus miembros. En la práctica, no lo incrimina sino
sus propios sueños fallidos. Prohibido renunciar. Prohibido en ocas~ones. En teoría, la reconoce como instancla capital,
emprender."" Es sabido cómo las revistas de gran difusión del
tipo Parents, Psychologie, Marie-Claire hah utilizado ese . bajo una forma que implica su desvitalización, la anula-
pero
CIÓn de su voluntad de ser un protagonista social autónomo.
carácter hábilmente contradictorio de los consejos "psi" para Ratifica y valoriza las disposiciones clásicas de la familia, el
alternar e~t~e~itosas ~evelaciones sobre los peligros, ya de la rol del padre, de la madre, pero a un mismo tiempo reduce al
falta de IniCiativa familiar, ya de la función inhibidora de sus estado de esqueleto su antigua organización estratégica, que
exce~os. ·
ahora sólo vale como constelación de imágenes, superficie de
Una _segu_nda línea de transformación, aparentemente inducción de las relaciones, simulacro funcional.
contradiCtona, corre en el sentido de una desestabilización Esto explica por qué el psicoanálisis pudo ser tanto parte
de la fa~ilia. Sin emba~go, operan los mismos ingredientes: activa en el tema de la "familia feliz" a comienzos del Plan-
1~ atención a la mfancia, la preocupación por la calidad de
ning familiar, como servir de referencia al posterior movi-
VIda sex~al y afectiva. Pero los efectos que producen juegan, miento de crítica de la familia. Por su reducción formal de los
en esta !mea, en contra de las estrechas limitaciones de la poderes familiares al ejercicio de un simple rol, puede combi-
vida familiar, contra la inmovilidad jurídica de los vínculos narse y servir como justificación, llegado el caso, a las tenta-
contraídos. El procedimiento es fácil de comprender, pues ciones de lo externo, al juego individual, a la búsqueda de
otras combinaciones más armoniosas, más equilibrantes. En
*Vitia Hessel fue una disidente rusa finalmente radicada en Francia [N un contexto en que el poder efectivo de la familia disminuye,
&~~ .
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en que su repliegue interno amenaza con inmovilizar a sus
Vitia Hessel, Le temps des parents, Folio, 1976. miembros, el psicoanálisis puede alentar la revuelta de
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aquellos que se han vuelto sensibles a las desnivelaciones de normalización instrumentando sus ambiciones y temores,
más mínimas en los sacrificios que deben ser consentidos en se la convirtió, al despuntar esta sociedad, en su primera
el altar de este dios incierto. La promoción de la cualidad mueca.
relacional sirve de apoyo y de marco para las mujeres que Esta es, pues, la familia liberal avanzada: un residuo de
desean buscar su identidad en una actividad tanto profesio- feudalidad cuyos contornos internos y externos se borran por
nal como familiar, para los adolescentes que desean vivirse efecto de una intensificación de sus relaciones y de una
tanto como estudiantes y como jóvenes, cuanto como descen- contractualización de sus vínculos; una suerte de torniquete
dientes de sus padres. incesante en que el nivel de vida, el comportamiento educa-
Ambas líneas de transformación ponen en escena la tivo, la preocupación por el equilibrio sexual y afectivo se
patología de la familia moderna. Dado que su margen de arrastran mutuamente en una búsqueda ascendente que
autonomía es reducido, pero a la vez su vida interna es concentra cada vez más a la familia sobre sí misma; un
solicitada, para mantener su poder sobre sus miembros, la compuesto inestable en todo momento amenazado por la
familia recurre a un refuerzo psicológico de sus vínculos, posible defección de sus miembros, a causa de esa fiebre
que puede llegar al punto de impedir todo funcionamiento relacional que los expone a las tentaciones del exterior, y
fuera de sí misma. Produce cada vez más, en el seno de su también a causa de esa sobrevaloración del interior que
intimidad, una disolución de sus miembros, una coalescencia vuelve tanto más necesaria la huida; un lugar entreabierto,
afectiva destinada a resistir,!as tentaciones destructivas obsesionado por el deseo de un repliegue sobre sí que restau-
del exterior. Se dice que de ahí salen los psicóticos. Por lo rada su antiguo poder al precio de la integridad individual de
demás, su saturación por las normas sanitarias, psicológicas, sus miembros o, a la inversa, por la tentación de renuncia que
pedagógicas, podría llevarla a confundirse en el continuum los privaría de esa última parte de identidad que procura por
disciplinario de los aparatos sociales. Aparece entonces fuera de la disciplina social.
como el lugar neurálgico de la sumisión social; de la Y esa es la oportunidad histórica de los "psi", en esa doble
imposibilidad de autonomía individual, que provoca la tendencia centrífuga y centrípeta de la familia, que hace
repulsión de aquellos que no quieren ceder a esta monótona surgir un espacio intermedio entre el ¡¡en-familia" y el '¡fuera-
conminación y los lleva a vivir al margen de sus vínculos. de-la-familia", una zona en plena expansión surcada por el
Se dice que esos son los neuróticos. Por consiguiente, es incesante ir y venir de los atormentados del adentro y de los
patógena tanto la familia que resiste como la que no resiste extraviados del afuera. Posición estratégica entre tentacio-
lo suficiente a las normas externas. Siempre la misma nes inversas y circulares que solo ellos podrán ocupar por su
dosis alternada de reproches. El delgado surco de la disposición a administrar la inestabilidad.
civilización de las costumbres familiares amontona así a Posición que han podido monopolizar gracias a su provi-
cada uno de sus lados una cantidad cada vez mayor de dencial neutralidad. N o tienen la limitación del cura, restrin-
víctimas: aquellos que no pueden salir de ella y aquellos gido a la defensa de valores morales. No padecen el conflicto
que no quieren ni pueden ingresar en ella. Extraña deontológico del médico, de su código que le prohíbe dañar la
inversión, en escasos decenios, del peligro que se veía en vida (aborto) o bien que, si incurre en ello en nombre de
la familia. Se le reprochaba -por su sustracción a las la ayuda al prójimo, lo sitúa frente a elecciones en que el
normas médicas en la elección de las alianzas, por la modo de producción de sus diagnósticos no tiene ya ninguna
duplicidad de su moral sexual- que fabricara al abrigo ~e su pertinencia y le requiere sumar a un especialista de la
soberanía toda una población de anormales, de tarados indecisión, un ¡¡psi", que antes se encargue de verificar que
físicos y mentales. Ahora se la acusa de ser el lugar ahí esté realmente puesto el deseo del individuo. Sólo él
originario de la locura por la excesiva intensidad de sus brinda un terreno neutro para la resolución de las diferencias
vínculos o su peligrosa fragilidad. Se incriminaba su de régimen entre la gestión de los cuerpos y la gestión de las
extraterritorialidad social, sus reglas "salvajes", su poblaciones. La regulación de las imágenes hegemoniza y
egocentrismo. Por haber intentado adjudicarle una función armoniza la regulación de los flujos corporales y la de los
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r
1

flujos sociales. Ya no quedan espacios sociales de gestión de preser:r~ación, que cad_a cual encuentre en el otro asistencia y
la sexualidad como el antiguo baile, donde los sexos, las repres10n por partes 1guales. Equilibrio difícil, casi imposi-
edades y las clases se confundían, donde las elecciones de ble, cuya exigencia misma genera inestabilidad. Pero preci-
parejas se realizaban bajo la mirada y el control de los grupos samente ahí radica el efecto positivo de ese movimiento, su
de pertenencia familiares y sociales. Ya casi no quedan utilidad social. Permite obtener una situación en que la
espacios aleatorios como el baldío y la calle, donde se opera- familia desaparece como protagonista social pero subsiste
ban las iniciaciones sexuales y amorosas. Ahora hay "boli- como medio para la realización de los individuos, como lugar
ches", espacios privados, órganizados con vista a facilitar los de inscripción de las ambiciones, origen real de los fracasos
acercamientos sexuales entre individuos de una misma fran- y horizonte virtual de los éxitos. Desaparece la figura del
ja etaria y nivel de vida, protegidos por patovicas y por la libertino, del Don Juan, que desafiaba el orden familiar con
policía contra la irrupción de una clientela no adecuada. sus reglas que combinan la seducción de las personas con la
Ahora hay "terrenos de aventuras" prefabricados y cursos de avidez de bienes, en provecho de un permanente replanteo de
educación sexual en las escuelas. Y en el vacío que separa a las apuestas, liberador de una deriva en las casas, los grupos,
estas "realidades", planean las imágenes; las imágenes pú- los países; huida deliberadamente trágica que, tal como J ean
blicas, las del cine, las foto-novelas, los periódicos; las imáge- Genety sus cárceles, convocaba al final a un adversario digno
nes privadas, las de los padres. Entre las ilusiones que de su audacia.
. En los limbos del nuevo orden que se esboza ,
engendra la excesiva visibilidad de las primeras y las desilu- su sucesión parece atrapada por un personaje que aún no ha
siones que explica la pregnancia invisible de las segundas, el conquistado sus cartas de nobleza, pese a ya· haber sido
"psi" siempre encuentra la manera de remitir a cada cual a su localizado como principal enemigo. Se trataría del homo-
verdadero deseo, y su "cliente" siempre puede encontrar una sexual "latente", ese individuo que nunca se decide a acatar
la norma social de complementariedad conyugal, productor
• • solución en las "realidades" que se le ofrecen.
Sus discursos le permiten circunscribir esa posición, mar- de parejas gemelares, y de niños "con problemas".
car sus recorridos, y trabar todas las salidas. Discurso provi- Tanto Freud como Keynes, decíamos, y quizá sea mucho
dencial, puesto que presenta a la familia como el único más que una metáfora. Keynes teorizó las modalidades
modelo posible de socialización y a la vez como la fuente de propias de las sociedades occidentales de combinación de lo
todas las insatisfacciones. Siempre habrá en la familia un social Y de lo económico. Señaló la manera de ajustarlos
exceso o una carencia de inversión afectiva que permita funcionalmente, reveló cómo se podía organizar la distribu-
explicar las opresiones y frustraciones de los individuos. En ción a través del estado de subsidios sociales de modo tal que
el sufrimiento o en el orgullo de quienes le huyen, siempre sirva para reactivar el consumo, incitar a la producción y
hay algo que remite a una experiencia singular y nefasta de conjurar tanto las crisis económicas como las heridas sociales
la familia, que invalida o excusa esa huida del sujeto sin dejar que engendran. Logró ampliar la esfera de lo económico ahí
de remitirlo a ella. Dominio total del terreno, que le permite mísmo donde sus leyes parecían fallar frente al azar y dejar
a este discurso poner en contra de la familia la "doble moral", que ganaran terreno la despreocupación, el sufrimiento y la
que en el pasado constituía su fuerza, y su nocividad social. revuelta. En suma, permitió integrar lo social a la reg11lación
Protegia a sus miembros, enclaustraba a sus hijas, lanzaba a general del mercado proporcionando a las sociedades occi-
los varones al exterior en busca de puestos, alianzas y for- dentales un medio para escapar a la alternativa entre libera-
tuna. Acoplaba sexualidad y protección como un arma y una lismo anárquico y centralismo autoritario. Ahí donde no
coraza, en una pequeña máquina de guerra organizada con había sino búsqueda de un compromiso siempre cojo y difícil
vistas a la preservación del patrimonio y de la conquista de entre la libertad de empresa y los problemas de asistencia de
riquezas exteriores. Ahora, sexualidad y protección son remi- represión y de encuadre, Keynes aporta una solución posiÚva
tidas una a la otra en pos de un:1 armonía interna familiar, de gracias al establecimiento de una circularidad funcional
una complementariedad satisfactoria. Que cada individuo, entre los dos registros de la producción de bienes y de la
que cada sexo, encuentre en ella algo de satisfacción y algo de producción de productores (y consumidores). Constituye la

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culminación provisoria de una búsqueda que comenzó con ponsable, un desprecio por las técnicas que oculta un despre-
la industrialización y los inicios de la filantropía. cio por aquellos que las necesitan? ¡Qué temor habrá detrás
¿No podria decirse que el freudismo dio lugar a una de ese desprecio! Nada de eso. Ninguna hostilidad de princi-
operación similar al presentar un mecanismo flexible de pi o contra el psicoanálisis, por el contrario. Se trata tan sólo
ajuste entre la esfera jurídica y la esfera médica? También de mostrar en qué contexto, en torno a qué problemas,
aquí se trata de evitar caer en una peligrosa disyuntiva entre, poniendo en juego qué resortes, el psicoanálisis se volvió
por una parte, la consagración estática de los privilegios por "operacional". Su utilidad para las instituciones ha sido
el poder de los bienes jurídicos, en especial en la familia, y, percibida en la facultad de justificar y de reconducir los dos
por otra, la implementación de un mecanismo central de principales referentes de un orden social a la anulación
coerción, que nivela las posiciones adquiridas y frena las máxíma de los desafíos políticos: la norma social como prin-
iniciativas en nombre de la norma sanitaria. Viejo debate, cipio de realidad y la familia, su borramiento y sus privilegios
vieja búsqueda también la de la articulación entre lo social y como principio de valor. Los actores de esa operación son
lo económico: todo el siglo XIX no paró hasta encontrar un libres de pretender aplicar una teoría subversiva mediante la
principio de equilibrio entre la necesidad de imponer normas articulación de una norma aséptica y una familia fantasmá-
sociales de salud y educación, y la de mantener la autonomía tica. Esa actitud no da cuenta sino de su ceguera frente a las
de los individuos, la ambición de las familias como principio transformaciones que afectan en este momento a esos refe-
de la libertad de empresa. Ahora bien, ¿qué aporta el freudis- rentes y su voluntad política de reconducido hacia sus anti-
mo sino un medio para inyectar la exigencia de las normas en guas formas. Es una manera de no considerar el actual
el interior de la familia, dejándola siempre "fundada" en desplazamiento del principio de realidad de la norma social
teoría y siempre sospechosa en la práctica, sospechada de ser dictada hacia aquello mismo que debía controlar, dirigir, a
un peso para sus miembros, de privarlos de lo que quiere saber, el cuerpo. No el cuerpo higiénico de los paladines del
darles? Inyección que de ningún modo esteriliza el registro equilibrio, ni el cuerpo ventrílocuo de los "psi", sino aquel que
familiar, sino que por el contrario lo intensifica, puesto que la se desprende de los archicuerpos familiares a partir de la
familia permanece en el horizonte de todas las trayectorias. revuelta de las mujeres, aquel que rechaza las arquitecturas
¿No podríamos ver, asimismo, cierta complementariedad disciplinarias con innumerables insurrecciones invisibles o
entre las dos operaciones, Keynes y Freud? El primero salva espectaculares; el cuerpo que afirma la realidad de una vida
el principio de la iniciativa privada, de la motivación indivi- y que denuncia la irrealidad de aquello con que todos procu-
dual, egoísta, en la organización social, al descubrir una ran asediarlo y callarlo. También es una manera de no ver
técnica qu~ no solo cura las heridas producidas por esa emerger otra concepción del valor del lado de la historia. N o
anarquía, sino que reinserta mejor aún las zonas sociales más la falta de historia de las personas felices, no la historia del
débiles en el circuito económico. El segundo salva la referencia eterno pasado de lo "psi", sino la capacidad de historia tal
familiar sin la cual el "individualismo posesivo" no tiene como se afirma frente a la metahistoria de los aparatos
posibilidades de funcionar; dirige las sospechas hacia las políticos, frente a la trampa de las genealogías familiares, la
carencias, las apreciaciones abusivas de la familia de origen historia como aquello que vale la pena contar y cuyo enigma
y les deja la familia como horizonte aconquistarpara consolidar se funda en la positividad aleatoria de sus encadenamientos.
sus trayectorias e inscribir en ella sus resultados. Esta No se trata en absoluto de imaginar una eventual armonía
admirable disposición producida con relación a la familia preestablecida o deseable entre estos dos registros. La sepa-
permite evitar los peligros reales de su autonomía y facilitar ración entre ambos es grande, rica en juegos de posta y
la regulación social adjudicándole las frustraciones de los desplazamientos, esos mismos que se instauran entre la vida
individuos, proyectando sus sueños y fijando sus ambiciones y aquello que da ganas de seguir viviendo.
en ella. ¿Qué otra escena podría ofrecer tantos recursos? Durante la Pascua de 1976, un oscuro preso de una cárcel
de provincia murió como consecuencia de una extensa huelga
Entonces, dirán ustedes, ¿otra denuncia más, fácil por irres- de hambre que llevaba a cabo porque, en su expediente
212 213
n
judicial, sólo se consignaban sus fallas, sus infracciones a la EPÍLOGO
norma, su infancia desdichada, su inestabilidad conyugal, y
no sus intentos, sus búsquedas, el encadenamiento aleatorio EL ASCENSO DE LO SOCIAL
de su vida. Al parecer, esa fue la primera vez que una huelga
de hambre terminaba con un preso muerto en una cárcel, la
primera vez también que alguien la emprendía por un motivo
tan extraño.

N o se trata, por cierto, del adjetivo que califica al conjunto de


los fenómenos que estudia la sociología: LO social remite a un
sector particular en el que se ordenan problemas muy varia-
dos, casos especiales, instituciones específicas, todo un per-
sonal calificado (asistentes "sociales", trabajadores "socia-
les"). Se habla de "flagelo social", desde el alcoholismo hasta
la droga; de programas sociales, desde la repoblación hasta el
control de natalidad; de inadaptaciones o de adaptaciones
sociales (desde el predelincuente, el inadaptado o el discapa-
citado, hasta las diversas formas de promoción). El libro de
J acques Donzelot tiene mucha fuerza, porque propone una
génesis de este extraño sector, de reciente formación y cre-
ciente importancia, lo social: un nuevo paisaje se ha implan-
tado. Como los contornos de este ámbito son imprecisos,
debemos reconocerlo previamente por la manera en que se
constituye a partir de los siglos XVIli-XIX, en que perfila su
propia originalidad con relación a otros sectores más anti-
guos, a riesgo de repercutir en estos últimos y operar en ellos
una nueva distribución. Entre las páginas más impactantes
de Donzelot, nos remitimos a aquellas en que se describe la
instancia del "tribunal de menores": condensa lo social por
excelencia. Ahora bien, a primera vista, podríamos no ver en él
sino una jurisdicción miniaturizada. Sin embargo, como en
un grabado examinado con una lupa, Donzelot descubre otra
organización del espacio, otras finalidades, otros personajes,
incluso disfrazados o asimilados a un aparato jurídico: nota-
bles que ofician de asesores; profesores que hacen de testigos;
todo un círculo de tutores y técnicos que siguen de cerca a la
familia desarticulada o "liberalizada".
214 215
El sector social no se confunde con el sector judicial, aun cual manera, y deslizarse por los intersticios de aparatos más
cuando le dé nuevas extensiones. Donzelot mostrará que lo vastos o más antiguos, que reciben a su vez un efecto de
social tampoco se confunde con el sector económico, puesto mutación: ahí es donde el método de Donzelot prácticamente
que precisamente inventa toda una economía social, y rede- se convierte en un método de grabado, pues delinea el
fine sobre nuevas bases la distinción entre ricos y pobres. Ni montaje de un~ nueva escena en un marco dado (por ejemplo,
con el sector público ni con el privado, puesto que por el la escena del tnbunal de menores en el marco judicial· o bien
contrario induce una nueva figura híbrida entre lo público y entre las más bellas págínas de Donzelot, la "visita fÍ!antró:
lo privado, y él mismo produce una repartición, un original pica" que se desliza en el marco de las instituciones de ¡'ca-
enlace entre las intervenciones del Estado y sus abstencio- ridad"). Por último, es preciso determinar las consecuencias
nes, entre sus cargas y sus descargas. No se trata en absoluto de las líneas de mutación y de los nuevos funcionamientos
de averiguar si hay mistificación de lo social ni qué ideología sobre los campos de fuerzas, las alianzas, las hostilidades, las
expresa. Donzelot se pregunta cómo se ha formado lo social, resistencias y, sobre todo, los devenires colectivos que modi-
repercutiendo en los demás sectores, generando nuevas rela- fican el valor de un término o el sentido de un enunciado. En
ciones entre lo público y lo privado; lo judicial, lo administra- síntesis, el método de Donzelot es genealógico, funcional y
tivo, lo consuetudinario; la riqueza y la pobreza; la ciudad y estratégíco. Lo cual revela su deuda con Foucault y también
el campo; la medicina, la escuela y la familia, etc. De tal modo, con Castel. N o obstante, el modo como Donzelot establece sus
redefine y articula los recortes previos o independientes; linajes, el modo como los pone a funcionar en una escena o en
genera un nuevo campo para las fuerzas en presencia. Es un retrato, y como diseña todo un mapa estratégíco de lo
entonces cuando Donzelot puede con tanta más fuerza dejar "social", revela la profunda originalidad de su libro.
al lector la tarea de pronunciarse por sí mismo acerca de las Que un linaje, o pequeña línea de mutación de la familia,
trampas y las maquinaciones de lo social. pueda comenzar por un desvío, un rodeo, Donzelot lo prueba
Dado que lo social es un ámbito híbrido, en especial en en el comienzo mismo de su libro. Todo comienza con una
cuanto a las relaciones entre lo público y lo privado, el método línea baja: una línea de crítica o ataque a las nodrizas y a los
de Donzelot consistirá en identificar pequeños linajes puros, criados. Y, ya en ese nivel, hay un cruce, puesto que la crítica
sucesivos o simultáneos, que actuarán para formar un con- no está formulada desde el mismo punto de vista en el caso de
torno o un aspecto, un carácter del nuevo ámbito. Lo social se los ricos o en el de los pobres. Con relación a los pobres, se
hallará en el cruce de todos estos linajes. Claro que antes es denuncia una mala economía pública que los lleva a abando-
preciso distinguir el medio sobre el cual estas líneas actúan, nar a sus propios hijos, a dejar los campos y a gravar al Estado
el medio al que abordan y transmutan: la familia. Esto no con cargas indebidas; con relación a los ricos, se denuncia una
quiere decir que la familia no sea capaz de ser por sí misma mala economía o higíene privada que los lleva a confiar a los
un motor de evolución, sino que lo es necesariamente por su criados la educación del niño confinado en estrechas habita-
acoplamiento con otros vectores, así como los demás vectores ciones. Por ende, ya hay ahí una suerte de hibridación entre
deben acoplarse o cruzarse entre sí para actuar sobre ella. Así lo público y lo privado, que va a jugar con la diferencia ricos-
pues, la obra de Donzelot no es un libro más sobre la crisis de pobres, y también con la diferencia ciudad-campo, para
la familia: la crisis no es sino el efecto negativo del ascenso de esbozar la primera línea.
pequeñas líneas; o, mejor dicho, el ascenso de lo social y la Ahora bien, existe asimismo una segunda línea. No sólo la
crisis de la familia constituyen el doble efecto político de las familia tiende a desprenderse de su marco doméstico, sino
mismas causas elementales. De ahí el título "Policía de las que los valores conyugales tienden a desprenderse de los
familias'), que expresa ante todo esa correlación, y escapa al valores propiamente familiares, y a adquirir cierta autono-
doble peligro de un análisis sociológíco demasiado global y de mía. Por cierto, las alianzas siguen rigíéndose por las jerar-
un análisis moral demasiado sumario. quías de familias. Pero se trata menos de preservar el orden
Luego, hay que mostrar cómo, en cada cruce de estas de las familias que de preparar para la vida conyugal, a fin de
causas, se montan dispositivos que van a funcionar de tal o darle un nuevo código a ese orden. Preparación para el

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l

matrimonio como fin en sí mismo, antes que preservación de puede ser simultáneamente objeto de una alabanza liberal,
la familia por medio del matrimonio. Preocupación por la en tanto lugar del ahorro y objeto de una crítica social, y aun
descendencia más que orgullo del ascendente. Todo sucede socialista, en tanto agente de explotación (proteger a la mujer
como si la mujer y el niño, arrastrados por la quiebra del y al niño). Al mismo tiempo motivo de una descarga del
antiguo código familiar, hallaran en la conyugalidad los Estado liberal, y el blanco o la carga del Estado intervencio-
elementos para una nueva codificación específicamente "so- nista: no hay disputa ideológica, sino dos polos de una
cial". Nace entonces el tema de la hermana mayor-pequeña estrategia sobre la misma línea. Es ahí donde la hibridación
madre. Lo social estará centrado en la conyugalidad, su de ambos sectores, público y privado, adquiere un valor
aprendizaje, su ejercici,o y sus deberes, ari.tes q~~ en l? positivo para formar lo social.
familia su carácter innato y sus deberes. Pero, tambten aqut, Y, luego, aparece una cuarta línea, que opera una nueva
esa mu'tación resonará de manera diferente entre ricos o alianza entre la medicina y el Estado. Bajo la acción de
entre pobres: en efectó, el deber conyugal de la mujer pobre factores muy diversos (desarrollo de la escuela obligatoria,
la vuelca sobre su marido y sus hijos (impedir que el marido régimen del soldado, promoción de valores conyugales que
vaya al cabaret, etc.), en tanto que el de la mujer rica le asigna pone el acento en la descendencia, control de las poblaciones,
funciones expansivas de control y un rol de '¡misionera" en el etc.), "la higiene" pasará a ser pública, al tiempo que la
ámbito de las buenas obras. psiquiatría sale del sector privado. No obstante, sigue ha-
Una tercera línea se esboza, en la medida en que la familia biendo hibridación, en la medida en que la medicina conserva
conyugal tiende ella misma a desprenderse parcialmente de un carácter liberal privado (contrato), en tanto que el Estado
la autoridad paterna o marital del jefe de familia. El divorcio, interviene necesariamente por acciones públicas y estatuta-
el desarrollo del aborto de las mujeres casadas y la posibili- rias (tutela)} No obstante, la proporción de estos elementos
dad de decadencia parental son los puntos más destacables es variable; las oposiciones y las tensiones subsisten (por
en esta línea. Pero, más profundamente, aquello que peligra ejemplo, entre el poder judicial y la "competencia" psiquiátri-
es la subjetividad que la familia hallaba en su "jefe" respon- ca). Más aun, este maridaje entre la medicina y el Estado
sable, capaz de gobernarla, y la objetividad, dada por toda adquiere un aspecto diferente, no sólo en función de la
una red de dependencias y de complementariedades que la política común que se quisiera implementar (eugenismo,
volvían gobernable. Por una parte, habrá que procurarse lnalthusianismo, planning familiar, etc.), sino en función de
nuevas incitaciones subjetivas; y ahí Donzelot muestra el la naturaleza del Estado que debía implementar esa política.
papel del llamado al ahorro, que se convierte en la pieza Donzelot escribe hermosas páginas sobre la aventura de Paul
maestra del nuevo dispositivo asistencial (de ahí la diferen- Robin y ciertos grupos anarquistas, que dan cuenta del
cia entre la antigua caridad y la nueva filantropía, donde la ¡¡izquierdismo" de la época, de su intervención en las fábricas,
ayuda debe concebirse como una inversión). Por otra parte, su apoyo a las huelgas, su propaganda neo-malthusiana, y
habrá que reemplazar la red de antiguas dependencias por donde pese a todo el anarquismo pasa por la promoción de un
intervenciones directas a partir de las cuales el s'stema Estado fuerte. Como en los casos precedentes, sobre esa
industrial mismo procura remediar las taras cuya responsa- misma línea se enfrentan los puntos de autoritarismo, los
bilidad atribuye a las familias (así la legislación sobre el puntos de reforma, los puntos de resistencia y de revolución,
trabajo infantil, según la cual el sistema supuestamente en torno de ese nuevo desafío, "lo social", en que la medicina
debía defender al niño de su propia familia: segundo aspecto y el Estado conjugados se vuelven higienistas, de diversas
de la filantropía). Ahora bien, en el primer caso, el Estado
tiende a liberarse de las cargas demasiado pesadas poniendo 1
Sobre la formación de una "bio~política", o de un poder que se propone
en juego la incitación al ahorro y la inversión privada; en administrar la vida, véase Foucault,La volonté de savoir, Gallimard, p.l83
tanto que, en el segundo caso, el Estado es llevado a interve- y ss. lHistoria de la sexualidad l. La voluntad de saber, Madrid? Siglo X."{I
nir directamente convirtiendo así la esfera industrial en una Editores España. Traducción: Tomás Segovia]. Y sobre las relaciones con~
'¡civilización de l~s costumbres". A tal punto que la familia
trato~ tutela, véase Castel, L'ordre psyquiatrique, Editions de Mirluit [El
orden psiquiátrico. La edad deorodelalienisnw, Madrid, La Piqueta, 1980].
218 219
'Tl'l

maneras, aun opuestas, que abordan o remodelan la familia. trabajador social: no va a domicilio, no verifica lo que se le
Leyendo a Donzelot, se aprenden muchas cosas inquietantes dice, no invoca coerción alguna. Sin embargo, debemos partir
sobre la Escuela de Padres, sobre los inicios del planning de la situación precedente: aún había muchas tensiones
familiar: sorprende que las divisiones políticas no sean exac- entre el orden judicial y el orden psiquiátrico (insuficiencia
tamente las que esperábamos. Para plantear un problema de la grilla psiquiátrica, noción demasiado amplia de degene-
más general: el análisis político de los enunciados -cómo un ración, etc. ), muchas oposiciones entre las exigencias del
enunciado remite a una política, y cambia singularmente de Estado y los criterios de la psiquiatría. 2 En suma, faltaban
sentido de una política a otra-. reglas de equivalencia y de traducibilidad entre ambos siste-
Pero aún queda una línea, la del psicoanálisis. Donzelot le mas. Todo sucede entonces como si el psicoanálisis registrara
concede mucha importancia, en función de una hipótesis esa falta de equivalencia, y propusiera sustituirla por un
original. Hoy en día se manifiesta la inquietud de llegar a una nuevo sistema de flotación creando los conceptos teóricos y
verdadera historia del psicoanálisis, que vaya más allá de las prácticos necesarios para ese nuevo estado de cosas. Exacta-
anécdotas intimistas sobre Freud, sus discípulos y sus disi- mente como en economía se dice que una moneda es flotante
dentes, o más allá de las cuestiones ideológicas, para definir cuando su valor ya no está determinado por un patrón fijo,
mejor los problemas de organización. Ahora bien, si la histo- sino con relación al precio de un mercado híbrido variable. Lo
ria del psicoanálisis en general ha permanecido hasta hoy cual no excluye, evidentemente, mecanismos de regulación
signada por el intimismo, aun e¡¡ el nivel de la formación de de un nuevo tipo (por ejemplo, "la serpiente", que marca el
las asociaciones psicoanalíticas, se debe a que seguíamos máximo y el mínimo de la flotación monetaria). De ahí la
atrapados en un esquema preconcebido: el psicoanálisis importancia de la comparación que Donzelot establece entre
habría surgido en el marco de relaciones privadas (contrac- Freud y Keynes -es mucho más que una metáfora-. En
tuales), habría formado consultorios privados, y sólo tardía- especial el papel tan particular del dinero en el psicoanálisis
mente habría salido de ese interior para tener ingerencia en ya no requiere ser interpretado bajo las antiguas formas
un sector público (INSTITUTOS MÉDICO PEDAGóGicos, dispensa- liberales, o ineptas formas simbólicas, sino que adquiere el
rios, sectorización, enseñanza). Donzelot entiende, por el verdadero valor de una "serpiente" psicoanalítica. Ahora
contrario, que en cierto modo el psicoanálisis se estableció bien, ¿en qué sentido el psicoanálisis asegura esa flotación
muy tempranamente en un medio híbrido entre lo público y tan particular, que la psiquiatría no conseguía? Según Don-
lo privado, y que ese fue el principal motivo de su éxito. Sin zelot, su papel fundamental consistió en hacer flotar las nor-
duda alguna el psicoanálisis se introduce en forma tardía en mas públicas y los principios privados, los peritajes y las
Francia; pero fueron precisamente esos sectores semipúbli- confesiones, los tests y los recuerdos, gracias a un juego de
cos, tales como el Planning familiar, los que habrían de desplazamientos, condensaciones, simbolizaciones, ligado a
servirle como apoyo, en especial con respecto a ciertos proble- las imágenes parentales y a las instáncias psíquicas que el
mas del tipo: "¿Cómo evitar los niños no deseados?". Habría psicoanálisis implementa. Todo sucede como si las relaciones
que verificar esta hipótesis en otros países. Permite, cuando Público-Privado, Estado-Familia, Derecho-Medicina, etc.,
menos, romper con el dualismo esquemático (Freud-liberal/ hubieran estado durante largo tiempo sometidas a un patrón,
Reich-disidente marxista), para circunscribir un campo polí- es decir, al régimen de la ley, que fija las relaciones y las
tico y social del psicoanálisis en cuyo seno se producen las paridades, aun con grandes márgenes de flexibilidad y varia-
rupturas y los enfrentamientos. ción. Pero "lo" social nace con el régimen de flotación, donde
Ahora bien, en la hipótesis de Donzelot, ¿dónde se origina las normas reemplazan la ley, los mecanismos reguladores y
ese poder del psicoanálisis que le permite introducirse de
inmediato en un sector mixto, "lo" social, y trazar en él una 2 Por ejemplo, en el caso de los delirios, las instancias civiles o penales

nueva línea? Pues, lo cierto es que el psicoanalista no es en sí reprochan a la psiquiatría, a la vez, el hecho de que considere "locos" a
un trabajador social, tal como los que producen las demás personas que no lo son "realmente" (caso del Presidente Schreber) y que no
detecte a tiempo personas que están locas sin parecerlo (caso de las
líneas. Por el contrario, muchas cosas lo distinguen del monomanías y de los delirios pasionales).
220 221
ÍNDICE
correctivos reemplazan el patrón.' Freud con Keynes. Por
mucho que el psicoanálisis hable de la Ley, forma parte de
otro régimen. No tiene la última palabra en lo social: si bien
lo social está efectivamente constituido por ese sistema de
flotación regulada, el psicoanálisis no es sino un mecanismo
entre muchos otros, y no el más poderoso; pero los ha
impregnado a todos, aun cuando para eso tuviera que desapa-
recer o fundirse con ellos.
De la línea "baja" a la línea de flotación, pasando por todas
las demás líneas (conyugal, filantrópica, higienista, indus-
trial), Donzelot ha establecido el mapa de lo social, de su
aparición y expansión. Nos muestra el nacimiento del Híbri-
do moderno: cómo los deseos y los poderes, las nuevas
exigencias de control, pero también las nuevas capacidades
PRóLOGO .................................................................................. 7
de resistencia y de liberación, van a organizarse, enfrentarse
sobre esas líneas. "Tener un cuarto propio" es un deseo, pero
l. PRESENTACIÓN .................................................................... 13
también un control. Inversamente, un mecanismo regulador
está habitado por todo lo que lo desborda y lo fisura desde el
2. LA CONSERVACIÓN DE LOS HIJOS .......................................... 19
interior. Que Donzelot deje al lector la tarea de concluir
provisoriamente no es una señal de indiferencia, sino más
3. EL GOBIERNO POR LA FAMILIA ...................... : ....................... 53
bien el anuncio de la dirección que habrán de tomar sus Introdu~cción ....................................................................
53
trabajós posteriores en este terreno ya jalonado por él. A. La moralización .......................................................... 62
B. La normalización ........................................................ 72
GILLES DELEUZE
c. El contrato y la tutela ................................................. 83
4. EL COMPLEJO TUTELAR ........................................................ 95
Introducción .................................................................... 95
A. La escena .................................................................... 98
B. El código .................................................................... 113
c. Las prácticas ............................................................. 141

5. LA REGULACIÓN DE LAS IMÁGENES ...................................... 157


Introducción ....................... :.......................................... 157
A. El cura y el médico ................................................... 158
B. Psicoanálisis y familiarismo .................................... 174
c. Estrategia familiar y normalización social ............. 183
D. La familia liberal avanzada:
Freud y Keynes ....................................................... 199

EPÍLOGO:
El ascenso de lo social
3 Sobre esta diferencia entre la norma y la ley, véase Foucault,La volonté
de Gilles Deleuze .......................................................... 215
de savoir, p. 189 y ss.
223
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