Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
EL CAPITAL- MARX
CAPITULO 21 Y 22 EP.1
La producción reclama, pues, una determinada cantidad del producto anual. Esta parte del
producto, destinada ya de suyo al consumo productivo, reviste en su mayoría formas
naturales, que excluyen ya por sí mismas la posibilidad del consumo individual.
La producción reclama una parte del producto anual destinada al consumo productivo.
Como incremento periódico del valor–capital, es decir, como fruto periódico del capital en
acción, la plusvalía reviste la forma de renta producida por el capital.
La plusvalía reviste la forma de recompensa producida por el capital.
Cuando el capitalista sólo se aprovecha de esta renta como fondo de consumo o se la gasta
con la misma periodicidad con que la obtiene, el proceso es, suponiendo que las demás
circunstancias permanezcan idénticas, un proceso de reproducción simple.
Reproducción simple: Cuando el capitalista usa la renta para el mismo proceso de
reproducción.
Al cabo de cierto número de años, el capital invertido por él es igual a la suma de la plusvalía
que se ha apropiado sin equivalente durante el mismo número de años, y la suma de valor
gastada por él igual al capital primitivo. Lo mismo ocurre si el capitalista se gasta el
equivalente del capital por él desembolsado: el valor de este capital sólo representa el total
de la plusvalía que se ha apropiado gratuitamente. De su antiguo capital no queda ya ni un
átomo de valor. Por tanto, prescindiendo en absoluto de todo lo que sea acumulación, la
mera continuidad del proceso de producción, o sea, la simple reproducción, transforma
necesariamente todo capital, más tarde o más temprano, en capital acumulado o en
Plusvalía capitalizada.
Después de cierto tiempo el capital invertido es igual a la suma de plusvalía de la que se ha
apropiado; si el capitalista se gasta el equivalente al capital invertido, éste solo representara el
total de plusvalía apropiada por él. De este modo la simple reproducción transforma el capital
en plusvalía capitalizada.
El divorcio entre el producto del trabajo y el trabajo mismo, entre las condiciones objetivas
de trabajo y la fuerza subjetiva del trabajo, es, pues, como sabemos, la premisa real dada, el
punto de partida del proceso capitalista de producción.
El punto de partida de la producción es el divorcio entre el producto del trabajo y el trabajo.
Es decir, que el propio obrero produce constantemente la riqueza objetiva como capital,
como una potencia extraña a él, que le domina y le explota, y el capitalista produce, no
menos constantemente, la fuerza de trabajo como fuente subjetiva de riqueza, separada de
sus mismos medios de realización y materialización, como fuente abstracta que radica en la
mera corporeidad del obrero, o, para decirlo brevemente, el obrero como obrero asalariado.
El obrero produce la riqueza objetiva como capital, pero no para sí; y el capitalista produce la
fuerza de trabajo como fuente subjetiva de riqueza, pero no de su propia fuerza de trabajo,
sino del obrero asalariado.
El consumo productivo del obrero y su consumo individual son, como se ve, fenómenos
totalmente distintos. En aquél, el obrero actúa como fuerza motriz del capital y pertenece al
capitalista; en éste, se pertenece a sí mismo y cumple funciones de vida al margen del
proceso de producción. El primero da por resultado la vida del capitalista; el segundo, la vida
del propio obrero.
Consumos del obrero; -Productivo: Cuando consume materias primas para producción y actúa
como creador del capital, perteneciendo así, al capitalista. –Individual: Cuando con el pago de
su fuerza de trabajo compra medios de vida, siguiendo el proceso de producción, y
perteneciéndose así, a sí mismo.
El obrero, en estos casos, ingiere medios de vida para mantener en funciones su fuerza de
trabajo, ni más ni menos que se hace con la máquina de vapor, cuando se la alimenta con
carbón y agua, o con la rueda, cuando se la engrasa. Aquí, los medios de consumo del obrero
son, simplemente, medios de consumo de un medio de producción, y su consumo individual
es ya, directamente, consumo productivo.
El consumo individual de los obreros es también consumo productivo, ya que los obreros
consumen medios de vida para mantener bien su fuerza de trabajo.
Por eso el capitalista y su ideólogo, el economista, sólo consideran productiva la parte del
consumo individual del obrero necesaria para perpetuar la clase obrera, es decir, aquella
parte que el obrero tiene forzosamente que consumir para que el capital devore la fuerza de
trabajo; todo lo demás que el obrero pueda consumir por gusto suyo es consumo
improductivo.
Para el capitalista solo hay consumo productivo cuando el obrero compra medios para su
subsistencia y poder seguir prestando su fuerza de trabajo, aquel consumo que realice el
obrero por gusto propio es improductivo.
1. Proceso capitalista de producción sobre una escala ampliado. Trueque de las leyes de
propiedad de la producción de mercancías en leyes de apropiación capitalista.
El valor del capital revestía forma de dinero desde el momento mismo de desembolsarse; en
cambio, la plusvalía se presenta desde el primer momento como valor de una determinada
parte del producto bruto. Al venderse ésta y convertirse en dinero, el valor del capital
recobra su forma primitiva, mientras que la plusvalía cambia de forma o modalidad. Pero, a
partir de este instante, ambos elementos, el capital y la plusvalía, son sumas de dinero y su
reversión a capital se efectúa del mismo modo, sin que medie ya diferencia alguna. El
capitalista invierte ambas sumas en comprar las mercancías que le permitan acometer de
nuevo la fabricación de su artículo, esta vez sobre una escala ampliada.
El capital tiene forma de dinero desde el momento de su desembolso, pero la plusvalía forma
parte del valor de un producto bruto y solo al venderse, ésta pasa en forma de dinero y otra
parte vuelve a ser capital en su forma primitiva. Y se revierte a capital invirtiendo ambas sumas
en mercancías para la producción.
Por consiguiente, una parte del trabajo excedente anual deberá invertirse en crear los
medios de producción y de vida adicionales, rebasando la cantidad necesaria para reponer el
capital desembolsado. En una palabra, la plusvalía sólo es susceptible de transformarse en
capital, porque el producto excedente cuyo valor representa aquélla, encierra ya los
elementos materiales de un nuevo capital.
La plusvalía solo se transforma en capital mediante su inversión en medios de producción y en
medios de vida solo destinados para obreros.
El valor de este producto envuelve, en primer término, el valor de los medios de producción
por él absorbidos. El trabajo útil no puede absorber estos medios de producción sin transferir
su valor al nuevo producto; pero para poder venderse, la fuerza de trabajo ha de ser capaz
de suministrar trabajo útil, dentro de la rama industrial a que se la aplique.
El valor del producto lleva consigo el valor de los medios de producción, y el trabajo útil solo
puede ser absorbido agregando su valor al nuevo producto; pero para poder venderse, el
trabajo debe ser útil dentro de oficio al que se le aplique.
Sólo allí donde tiene por base el trabajo asalariado se impone la producción de mercancías a
toda la sociedad, y sólo allí desarrolla todas sus potencias ocultas.
El trabajo asalariado es base de la producción de mercancías para la sociedad.