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Es la habilidad que se desarrolla para expresar las ideas, opiniones y sentimientos de manera en
que tanto las palabras como los gestos se transmitan con claridad y respeto hacia las demás
personas, pero a la vez haciendo respetar los derechos propios, en otras palabras, es saber
comunicar de la manera más adecuada haciendo uso de la inteligencia emocional.
Un estilo de comunicación asertiva será útil y funcional para hacer valer nuestros derechos,
manejar conflictos, conducir situaciones de negociación con habilidad, establecer y mantener
conversaciones con diferentes personas y en diferentes contextos; asimismo favorecerá el proceso
de tomar decisiones, solicitar cambios de conducta en otras personas, ser directo con lo que se
quiere expresar sin ofender y asumir riesgos calculados.
1. Cuando estemos en una conversación evitar cruzar los brazos, procurar estar en una posición de
apertura.
4. Mantener el contacto visual de una manera muy sutil, mientras escuchamos y mientras
hablamos, esto denota interés y fortalece las relaciones, ya que demuestra empatía.
En este estilo, la conducta no verbal que adoptemos va a influir mucho en la forma en la que el
cliente va a recibir la información.
Para ello, es muy importante mantener el contacto visual directo con el cliente, tener una postura
erguida y no mostrarnos tensos.
Mostrar seguridad con nuestro cuerpo a la vez que damos el mensaje y no parecer agresivos
facilitará que consigamos que el cliente nos dé toda su atención y acepte la información.
Entre las características de las conductas paraverbales recomendables que se deben usar en
nuestro mensaje son; un tono de voz calmada y constante, respetar los silencios y tener un ritmo
constante durante todo el proceso.
Una de las cosas que puede señalar falta de seguridad e incluso nerviosismo es no respetar los
silencios que durante la comunicación deben aparecer. No dejar de hablar, mostrarnos incómodos
si hay un silencio, y ejecutar con rapidez, hará que el cliente pueda dudar de la realidad que le
intentamos mostrar.
2. Comunicación pasiva:
Es cuando una persona no expresa lo que siente realmente para no entrar en confrontaciones con
los demás, exactamente con sus opositores, por tanto, pone siempre por encima los derechos de
los demás ante los propios.
Aquello que se dice no cobra un significado atendiendo solo a las frases y a las palabras utilizadas,
sino que también hay que tener en cuenta cómo se dice. Y, más concretamente, el lenguaje no
verbal que acompaña al mensaje transmitido verbalmente.
Hay ciertas opiniones y puntos de vista que las personas que adoptan la comunicación pasiva sí
expresan, pero si creen que son ligeramente problemáticas por implicar cosas que suponen
molestias para el oyente, es frecuente que usen un tono impersonal en vez de uno en primera
persona.
Por ejemplo, para pedir que se repare algún desperfecto de la oficina, no se hablará del perjuicio
que supone para uno mismo el hecho de que esa avería exista, sino que la presentación del
problema será más bien del estilo “sería bueno que la avería fuese reparada”. Es un uso del pasivo
que se corresponde con el concepto de comunicación pasiva.
Por ejemplo, si dos personas optan a un mismo cargo se puede decir que ambas “buscan su sitio
en la empresa”.
Las personas que se ajustan al patrón típico de comunicación pasiva tienden a no hablar de sus
sentimientos como si ellos formasen parte de la argumentación que respalde sus afirmaciones,
incluso cuando estos son relevantes para el tema tratado. En estos casos, una vez más, se utiliza
un tipo de manera de hablar de tipo impersonal.
Aunque puede parecer que la comunicación pasiva sirve para evitar conflictos, en realidad esto no
es así, porque sin asertividad siempre hay una parte que queda perjudicada, mientras que hay otra
que se acostumbra a hacer que sus intereses primen. Por eso merece la pena salir del estilo de
comunicación pasivo.
3. Comunicación agresiva
Este estilo de comunicación es el extremo opuesto a la comunicación pasiva, pues se basa en tener
una comunicación verbal y no verbal de manera exaltada y violenta, utilizando la manipulación
como recurso para hacer valer sus deseos, opiniones y derechos por encima del de los demás.
Así pues, la comunicación agresiva no suele lograr los objetivos que plantean los procesos
comunicativos, ya que no existe intercambio bidireccional en su actividad. Por el contrario, este
estilo de comunicación suele emplearse para transmitir autoridad, exigencia o superioridad sobre
el otro.
No escucha
De este modo, el emisor se limita a transmitir y proyectar sus mensajes, normalmente de forma
contundente e intensa, y rechaza por completo los elementos expuestos por los otros
participantes.
Este hecho provoca que la comunicación se base únicamente en las intenciones y las ideas de uno
de los participantes, ya que el discurso del comunicador agresivo no tiene en cuenta en ningún
momento la información emitida por los demás.
Objetivos personales
Falta de empatía
Finalmente, en la comunicación agresiva existe una ausencia total de empatía por parte del
comunicador.
Más allá de que no se escuche el discurso del interlocutor, el individuo que emplea este tipo de
comunicación tampoco presta ningún tipo de atención o preocupación sobre los efectos que
puede originar su mensaje.
De hecho, el único objetivo consiste en satisfacer necesidades personales, por lo que las
emociones, sensaciones o pensamientos que se pueden originar en el interlocutor no resultan
elementos importantes.
Ironía asertiva: ante una crítica agresiva o fuera de tono no debemos igualar el nuestro al
del emisor. En su lugar podemos buscar maneras de responder sin dejar nuestra postura
calmada. Puede ser una salida asertiva a un conflicto en el que simplemente no queremos
vernos involucrados. Ejemplo: “hombre, muchas gracias”.
Pregunta asertiva: en ocasiones es necesario iniciar una crítica para lograr la información
que queremos obtener para luego utilizar la respuesta en nuestra argumentación. Ejemplo
“dice que no le convence el producto pero ¿qué es lo que no le gusta exactamente?”
Acuerdo asertivo: en ocasiones tenemos que admitir los errores pues hacer lo contrario
solo empeoraría las cosas. En este caso se puede procurar alejar ese error de nuestra
personalidad. Ejemplo: “si, empecé la reunión algo tarde pero suelo ser bastante
puntual”.
Romper el proceso de diálogo: cuando se quiere cortar una conversación se puede utilizar
la comunicación breve para mostrar desacuerdo, desinterés, etc… Como se suele decir: “ a
buen entendedor pocas palabras bastan”. La utilidad de esto radica en esos momentos en
los que tenemos prioridades distintas y queremos expresar que no es el mejor momento
para la conversación. Ejemplo: “no pinta mal”, “si”, “quizás”, “si no te importa hablamos
luego”.
Disco rayado: no tiene por qué significar que tengamos que repetir la misma frase, lo cual
es de poca educación. Me refiero a repetir nuestro argumento tranquilamente y sin
dejarnos despistar por asuntos poco relevantes. Ejemplo: “si, pero lo que yo digo es…”,
“entiendo, pero creo que lo que necesitamos es…”, “la idea está bien pero yo pienso
que…”
Manteniendo espacios: cuando uno da la mano no es raro que te cojan el brazo. En estos
casos hay que delimitar muy claramente hasta dónde llega un punto negociado. Ejemplo:
“sí, puedes utilizar la sala de reuniones pero para coger el proyector primero debes
hablarlo con administración”.
Aplazamiento: en una reunión es buena idea llevar un papel o cuaderno donde tomar
notas. En este caso podremos anotar consultas o críticas para abordarlas en otro
momento y así no alejarnos del objetivo del momento. Ejemplo “tomo nota para hablarlo
en la próxima reunión”.
Dinámicas
Actuación. Los participantes se agrupan en pareja y se asigna una situación tensionante a cada
grupo. A partir de esa situación deben actuar en las tres formas de comunicación (Asertiva, pasiva
y agresiva) con el mismo caso y los demás deben identificarlas.
Después de que todos los integrantes de cada subgrupo hayan compartido sus experiencias con
los demás, elaboran entre toda una definición para la palabra libertad y otra, para opresión.