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“Perón está en Olivos” tituló el diario Clarín en su portada del día jueves 21 de junio de

19731, además agregaba: “hubo incidentes con muertos y heridos”. En el epígrafe de la


foto2 principal se leía la siguiente descripción:

“(…) la concentración más numerosa de la historia del país aguardó


infructuosamente la presencia de su líder en la autopista a Ezeiza.
Graves incidentes impidieron que retomara contacto con su pueblo”. 3

Como mínimo lo de graves incidentes puede considerarse como un eufemismo, lo de


Ezeiza verdaderamente fue una masacre. Desencadenada por la violencia brutal con la
que el sindicalismo, el ala derecha del peronismo recibió a la columna sur, encabezada
por montoneros y otras fuerzas armadas peronistas, que conformaban el ala izquierda
del movimiento. Dos facciones un mismo partido, dos facciones un mismo líder. La
izquierda y la derecha peronista. El líder había regresado y la juventud había sido
fundamental para su vuelta, sin embargo los que ocuparon los primeros lugares en el
palco eran los buenos muchachos de la Juventud Sindical. De aquí el primer concreto
con el que nos encontramos. El accionar paramilitar de la derecha peronista.

La Derecha Peronista en Armas

Se entiende por derecha peronista a aquel sector identificado con la burocracia sindical,
es el sector más conservador y reaccionario del peronismo y tuvo su bautismo de fuego4
aquel 20 de junio de 1973.

Con motivo de acordar la seguridad del acto, el día 16 de junio, el vicepresidente Solano
Lima5 convocó la Casa Rosada entre otros al Teniente Coronel Osinde (quien
encabezaría la represión) a quien delegó el operativo del día veinte. El vicepresidente
advirtió a Osinde, mediante un informe de la fuerza aérea, la posibilidad de que la
juventud peronista tomara el aeropuerto de Ezeiza, a lo que Osinde respondió que iba

1
Clarín diario del dia

2
Véase apendice

3
idem

4
http://www.laizquierdadiario.com/La-Masacre-de-Ezeiza-bautismo-de-fuego-de-la-derecha-peronista

5
Hector Cámpora había viajado a España, para acompañar a Perón en su vuelta definitiva al país.
apostar trecientos militantes de la juventud sindical para rastrillar la zona.
Evidentemente las garantías no estaban aseguradas para llevar adelante un acto de tal
magnitud. Desafiando las advertencias, Osinde llevó a cabo su procedimiento.6

El programa contemplaba la llegada de Perón, su mujer y sus allegados, entre ellos


Cámpora y López Rega, al escenario montado en el puente “El trébol” para el acto que
nunca se llevaría a cabo. Osinde y López Rega tuvieron luz verde para operar;
dispusieron 3000 militantes, fuertemente armados, de la juventud sindical para que
rodeen al palco en el que se ubicaría Perón. Probablemente la izquierda peronista nunca
previó que se utilizarían las armas para poner freno a su organización de masas. La
burocracia sindical con el apoyo de Osinde y López Rega se impuso a la tendencia
(Juventud Peronista –Montoneros), con una balacera.

Horacio Vertbisky en su libro Ezeiza afirma sobre la formación de la juventud sindical:

“(…) Dieciséis sindicatos integraron el secretariado de la Juventud


Sindical, cuya creación fue aprobada por Perón en Madrid. Ocho, su
Mesa Directiva. Entre las secretarías figuraba una de Movilización y
Seguridad. Comenzaba a gestarse la masacre del 20 de junio, el
derrocamiento del futuro presidente Cámpora, los copamientos de
gobiernos provinciales, la AAA”.

La violencia política en términos generales, es una acción premeditada. No obstante, la


violencia que se ejerce de abajo hacia arriba,se manifiesta en respuesta a la violencia
ejercida por los sectores dominantes. Una reacción propia de aquellos que resisten. Se
reflotan actitudes primitivas del ser y desatan en ira, responden a la violencia con
violencia. Si es que realmente la masacre fue premeditada, las pruebas no son
contundentes, sin embargo estas manifestaciones de fuerza ligadas al poder, por fuera
del circuito de legalidad del propio Estado, actuaron sistemáticamente en Argentina
como brazos armados y fuerza de choque, propias de los sectores dominantes. Un
ejemplo de ello fue la llamada Sociedad Patriótica en los acontecimientos de 1919,
actuando como fuerza paramilitar, conformado por vecinos de bien, se cargaron la vida

6
Horacio Vertbitsky
de varios “revoltosos”, como los medios daban a conocer a quienes participaban de las
huelgas y reclamaban por mejoras en las condiciones laborales.

Desde una mirada de larga duración, al episodio de Ezeiza, podríamos considerarlo


como la punta de Iceberg de un proceso mucho más amplio. Proceso que
desencadenaría en la vuelta de Perón a la Argentina luego de dieciocho años de
proscripción. Para entonces el presidente electo Hector Cámpora, formaba parte de la
comitiva que aterrizaría con Perón en Ezeiza. Y esto es un precedente importante,
debido que la violencia es intrapartidaria, pero con claro favorecimiento del Estado
hacia una facción: La derecha peronista, que gradualmente comenzó a manifestar, en el
seno de un gobierno constitucional, los primeros esbozos de un macartismo que
progresivamente dejaría de ser esbozos para dar rienda suelta al terrorismo de estado.

Los números oficiales afirman que fueron trece los muertos y trecientos sesenta y cinco
heridos, pero se estima que no son números reales y que es superior el número de
víctimas, ya que no existió una investigación oficial al respecto. Desde los palcos y
equipados con ametralladoras, la parcialidad de derecha, recibió con ráfagas de alto
calibre a las columnas de jóvenes peronistas, entre ellos Montoneros.

Un testimonio de un electricista que fue testigo en primera persona de los


acontecimientos dice:

“Llevamos a una mujer con un ataque de nervios hacia el lugar donde


estaban las ambulancias, y al pasar las vallas encontramos uno que
estaba con un pullover rojo y vaqueros con botamanga ancha que tenía
una escopeta Itaka. Otro, a su lado, tenía como una especie de mortero
(el caño era muy grueso) que tenía el cañón quebrado, listo para ser
usado, apuntando hacia la columna. Todos corrían exigiendo que no
entrara nadie al palco. Yo me quedé con el cuerpo médico: me quedé
para ayudar con las camillas para transportar a la gente herida. Estaba
a la derecha del palco, cerca de los lisiados. A las 16 hs; luego que se
soltaran las palomas, vi a un hombre cuya edad era entre los 45 y 50
años, de estatura mediana y morrudo, vestido con un sobretodo casi
marrón, disparó dos tiros y siguió apretando pero no salieron más. Lo
hizo a mansalva contra la gente y puteó contra algunos compañeros
que le decían que no tirara. Él les contestó que no recibía órdenes de
nadie. Pasaron a uno que había venido con un arma calibre 22 y que
dijo haber venido con los Montoneros. Lo golpearon y se lo llevaron
hacia atrás. Al que corrieron, un Torino rojo lo llevaron detenido
arriba y a la media hora lo bajaron con el cuerpo destrozado. Los que
lo llevaron nos dijeron: no lo curen, déjenlo que se muera.” 7

Por su parte el diputado Hector Rufino Valenzuela por el partido bloquista de San Juan,
firmó una declaración en donde declaró lo que vió en Ezeiza.

“«En el palco todo el mundo estaba armado, algunos con armas largas
y se identificaban con brazaletes que eran de dos clases: uno que
parecía una bandera argentina con el escudo peronista y otro de un
color que creo que es verde.
«Colocado al costado del palco veo a un hombre, alterado, armado
con armas largas, a quien reconozco porque estuvo en San Juan
muchas veces, todas ellas en carácter de guardaespaldas. Lo vi como
guardaespaldas de Vandor, luego lo vi como guardaespaldas de
Miguel y cuando fue Paladino a San Juan este personaje lo acompañó
junto con doce personas que llegaron en unas camionetas de la Unión
Obrera Metalúrgica, especialmente carro-zadas. Podría reconocerlo en
cualquier lugar, es alto, corpulento, de 45 años, frente amplio, sin
bigotes, pelo castaño semi canoso (…).”8

Los testimonios afirman la hipótesis de que la masacre fue planificada y ejecutada por la
facción sindical, quienes tenían sus motivos para evitar por todos los medios que ese
acto no se lleve a cabo. Temían la repercusión que podría causar tamaña movilización
de las masas provenientes de la juventud radicalizada en el líder Perón. Valenzuela lo
expresa en su declaración:

“Para mí es obvio que la matanza brutal de peronistas fue provocada


por el único sector interesado en el fracaso del acto, o sea la
burocracia que, de efectuarse el acto y Perón ver a quienes realmente
movilizaban a las masas (o sea la Juventud Peronista) la burocracia
hubiera quedado defenestrada en el acto”. Héctor Rufino Valenzuela –
7
http://www.ruinasdigitales.com/descamisado/hablanlostestigos117/ testimonio 2

8
http://www.ruinasdigitales.com/descamisado/hablanlostestigos117/ testimonio 3
Diputado Nacional -Partido Bloquista de San Juan – Buenos Aires, 23
de junio de 1973»9

Por medio de un comunicado emitido luego del episodio de Ezeiza, las Fuerzas
Armadas peronistas responsabilizaron a:

“(…)Alianza Libertadora Nacionalista (ALN). El matonaje de la


Juventud Sindical Perónista (JSP), y del Comando de Organización
(CdO), la Concentración Nacionalista Universitaria (GNU), los
gangsters de la burocracia sindical, la pandilla del tristemente
célebre Tte. Cnel. Osinde.
2º) Esta criminal agresión estuvo perfectamente premeditada y
organizada según se desprende de:
a) La entrega de armas por parte de la Unión Obrera Metalúrgica a la
ALN y a la Juventud Sindical; De SMATA adquiriendo y
entregando armas a sus matones, con la complicidad de los
directivos de Peugeot y F.A.E.; de Asociación Obrera Textil
armando a la Juventud Sindical y dándole 3 dias francos pagos, con
la complicidad de los directivos de La Bernalesa y otros, para
contribuir a romper el acto; los ofrecimientos y entregas de armas de
las «62 Organizaciones» para utilizarlas contra los «comunistas»,
«troskistas» y demás «istas» según sus versiones; el Tte. Cnel.
Osinde en estrecha conexión con los desplazados de D.l.P.A. y
demás grupos parapoliciales, armando a cuanto mercenario
encontraba dispuesto a masacrar al Pueblo.

Todo indicaba que iba a ser una gran fiesta, dos millones de personas se movilizaron aquel 20
de junio para recibir al General Perón. Si para muestra basta un botón, las imágenes de los
acontecimientos son más que exclarecedoras (ver apéndice)

No es la intención de este trabajo reflejar la génesis de las distintas organizaciones que se vieron
implicadas en la turbulenta escena sociopolítica argentina de la década de 1970, sin embargo no
podemos pasar por alto el accionar de las mismas. La estructura verticalista propia del partido
peronista, allana el camino para la conformación de estas fuerzas de choque militarizadas. Hoy
en día las patotas sindicales siguen vigentes, y actuando de acuerdo a los intereses que

9
http://www.ruinasdigitales.com/descamisado/hablanlostestigos117/ testimonio 3
representan. No obstante la violencia con la que se expresaron a partir de la vuelta de Perón,
deja en evidencia que actuaron en connivencia con este.

Ante la necesidad de inducir una depuración importante en el movimiento, surge un chivo


expiatorio. El marxismo. En tiempos de la Guerra Fría: Estados Unidos había emprendido una
cacería de comunistas. Quienes por supuesto interferían directamente con los planes de Tío
Sam; Sin embargo, estas propuesta, encabezada por el senador Joseph McCarthy, no alcanzó
solamente a militantes de partidos de izquierda, sino que a todo aquel que tenga algún tipo de
conducta critica en contra del gobierno, o alguna opinión formada que fuera en contra de los
intereses de la Casa Blanca. Es así que las listas negras proliferaron, sobre todo en el mundo de
Hollywood, donde la estrategia fue generar paranoia a través del cine. Eran tiempos en donde
terribles mutantes invadían la tierra para someternos a un dominio del caos y el terror. En suma
se acusó de marxista a cuanto don juan se atreviese a manifestar algún pensamiento que no
cuadrara en las bondades del capitalismo. Esta cacería, a la que se conoce como macartismo, fue
una práctica que se replicó en los distintos países de América Latina. Estados Unidos, por medio
de la asfixia económica, y acuerdos con las burguesías nacionales, obligó a implantar mano dura
con aquellos que no estén dispuesto a respetar el orden capitalista.

En Argentina el marxismo representa un porcentaje muy bajo en cuanto a movilización popular,


sin desconocer el importante accionar revolucionario que emprendieron organizaciones armadas
como ERP, la realidad es que la depuración marxista la consideraban necesaria, pero no movería
el amperímetro. Donde realmente se cortaba el bacalao, era en el peronismo. Y así fue que la
caza de brujas apuntó al chivo expiatorio del marxismo, pero se aplicó a peronistas, de
izquierdas pero peronistas. Es decir, a la depuración la llevaron a cabo peronistas en detrimento
de otros peronistas, a quienes acusaban de marxistas infiltrados. Lo curioso, es que esta cacería
literal de peronistas de izquierda y todo presunto comunista, se dio en su máximo esplendor
durante la última dictadura militar, sin embargo se puso en marcha en un contexto de gobierno
constitucional.

La capacidad de violencia que posee un Estado, como legítimo administrador de tal recurso,
solo puede contrarrestarse con la violencia que le puede manifestar otro Estado, ya sea con
menor, igual o mayor capacidad de fuerza. La violencia que se ejerce durante una represión
ordinaria, supongamos en una huelga, debería entenderse como una violencia disuasiva, este
tipo de violencia, generalmente goza de la aceptación de la opinión pública. El Estado entre
tantas obligaciones debe asegurar el orden, y así lo entiende la sociedad. Sin embargo cuando un
Estado, traza un plan sistemático, para acabar con la disidencia y utiliza todos los recursos de
los cuales dispone, desde los servicios de inteligencia hasta las fuerzas militares y paramilitares,
para secuestrar, torturar y desaparecer ciudadanos, es un Estado que actúa por fuera de su marco
de legalidad. Es un Estado Terrorista.

Triple A soldados de Perón

Según afirma Marcelo Larraquy, son aproximadamente mil las denuncias por
desaparición de personas en periodo 1973-197610. Periodo en el que el peronismo se
encontraba en el gobierno y que el accionar de comandos paramilitares inició la caza de
bruja “marxista” en el seno de una sociedad donde el marxismo no mueve agujas
electorales, esta cacería se extendió hacia los propios peronistas de la tendencia
revolucionaria.

Una vez en democracia, la justicia puso el ojo sobre los juicios por asesinatos de lesa
humanidad acontecidos durante la última, dictadura, sin embargo sobre aquellos que
tuvieron lugar durante el periodo 1973-1975, se actuó con más prudencia. Recién en
2005 se reencausaron las investigaciones.

El escuadrón de la muerte denominado “Triple A”-

10
Larraquy Triple A y Peronismo
De monaguillo a las armas.

Montoneros había hecho su aparición pública el 29 Mayo de 1970 con el secuestro y la


ejecución del general Aramburu. Según entiende Marcelo Larraquy, Montoneros fue
producto de la fusión de distintos grupos y con varios años de gestación 11.
Deslumbrados por la obra de los sacerdotes tercer mundistas, el padre Mugica entre
ellos, estaban dispuestos a seguir la obra de Jesús, como sujeto revolucionario. Apelar a
la guerra de guerrillas para llevar adelante su misión. Larraquy entiende que es el
mandato del evangelio quien les obligó a levantarse en armas, tal “Como lo había hecho
Jesús, que había empuñado el látigo para echar a los mercaderes del templo”. El proceso
liberador se construía con las armas”.12 Un tanto romántico el autor, no tiene en cuenta
la influencia de la coyuntura en un grupo de jóvenes que veían en distintos procesos de
liberación, armados por supuesto, un espejo a reproducir en América Latina, Y también
a partir de las lecturas realizadas, en su mayoría provenientes de autores del
revisionismo nacionalista, entre ellos John W. Cooke, Jorge Abelardo Ramos, Rodolfo
Puigross entre otros.

Particularmente en el caso de Montoneros, se planteaba una lucha para alcanzar el


socialismo nacional, con la figura de Perón a la cabeza. Jóvenes de sectores un tanto
acomodados, digamos en su mayoría hijos de profesionales, fueron los que decidieron
tomar el toro por las astas y así lo hicieron. Montoneros se destacaba por su capacidad
de movilizar masivamente a sus militante, sin embargo otras organizaciones armadas
como las F.A.P (Fuerzas Armadas Peronistas) y las F.A.R. (Fuerzas Armadas
Revolucionaria) también formaban parte de la denominada Tendencia o Izquierda
Peronista. La Tendencia tomó muy enserio la vuelta de Perón, mientras que la
burocracia sindical mirada de reojo cada tanto, preocupados por no perder porotos con
su líder exiliado. Solo a modo mención, cabe recordar el caso de Augusto Vandor, quien
llegó a proponer un peronismo sin Perón. Vandor fue el Secretario General de la CGT,
es decir la cara del sindicalismo en la Argentina, junto a Lorenzo Miguel entre otros.
Vandor fue asesinado de cinco disparos en la sede de la Unión Obrera Metalúrgica. Pese

11
Marcelo Larraquy un siglo de violencia pag 442

12
ibidem
a que el ERP se adjudicó el asesinato son varios los intereses y por lo tanto varios los
apuntados.

Cuando despectivamente se habla de Montoneros como “Monaguillos” que agarraron


las armas, no hay posibilidad de entender el análisis coyuntural que hacían sus
integrantes con respecto a la situación del peronismo en la Argentina. Ellos entendían
que el pacto social que propuso Perón había sido quebrado. Insistían en que la burguesía
nacional lo traicionó a partir del 52 cuando empezaron a vender sus empresas a
multinacionales y que ellos debían ser los abanderados de la vuelta del viejo caudillo
para instaurar una revolución socialista nacional, con el líder Perón a la cabeza.

Desde sus miembros fundadores se ponía en tela de juicio la forma que debía tomar el
accionar revolucionario. De lo que no quedaban dudas es que la lucha debía ser armada.
Apadrinados en un principio por sacerdotes del tercer mundo, y con el apoyo de John
Cooke, lograron viajar a cuba para recibir formación guerrillera. Entre ellos participaron
Emilio Maza y Fernando Abal Medina, dos de los miembros fundadores de Montoneros.
Las posiciones eran variadas, Larraquy asegura que Abal Medina era un tanto
pragmático ya que encontraba en foquismo el camino que debían emprender para llevar
adelante, su práctica revolucionaria. La teoría del Foco expuesta en el libro “Guerra de
guerrillas” de Che Guevara, asegura que no hacen falta que estén dadas todas las
condiciones para llevar adelante la revolución, sino que a partir de un foco guerrillero,
se vayan construyendo otros focos de lucha y así ir propagando la insurreccion armada,
en forma de guerrilla campesina. Sin embargo Emilio Maza estaba convencido que se
necesitaba una estructura sólida, militarizada y verticalista. 13 El orden y la disciplina
como motor de lucha.

Sin embargo del periodo de gestación de montoneros, es decir el periodo 1968-70 es un


periodo del que no hay mucha información14. En cambio la violencia con la que hace su
presentación en la escena pública, Montoneros, deja en evidencia que estaban dispuesto
a todo. Y todo es el uso de las armas. La liberación estaba pensada y puesta en marcha a

13
Larraquy

14
Richard Gillespie Soldados de peron capitulo 2
partir de la violencia. En el Comunicado Nº5 que emitieron luego de la ejecución de
Aramburu decían sobre su organización:

“Nuestra Organización es una unión de hombres y mujeres


profundamente argentinos y peronistas, dispuestos a pelear con las
armas en la mano por la toma del Poder para Perón y para su Pueblo
y la construcción de una Argentina Libre, Justa y Soberana”. 15

Cuando nos referíamos a que estaban dispuesto a todo era realmente por Perón. No
quedan dudas que Montoneros le seria eternamente fiel a su líder. No fue una cuestión
de lealtad la que alejó a Montoneros del Peronismo, más bien cuestiones ideológicas
irreconciliables con la burocracia sindical. En un comunicado que montoneros emite en
julio de 1973:

 El acceso a la presidencia de nuestro Conductor, el General Perón, es


un hecho por el cual el Movimiento Peronista viene luchando hace
dieciocho años. Por otra parte, el compañero Cámpora asumió la
presidencia como una forma de lograr ese objetivo, tal como lo
explica el propio general Perón: "el doctor Cámpora con mucha
resistencia, aceptó el cargo, haciéndome presente que si él llegaba a
ser Presidente de la República, a través de esta elección plantearía de
inmediato la inconstitucionalidad de la proscripción, renunciaría y
sometería al Congreso, como lo ha hecho, la decisión de esta instancia
para que el pueblo pudiera elegir, fehaciente y genuinamente al
candidato que fuera de su elección".16

El círculo más íntimo de Perón se encontraba alineado con el sindicalismo. Pese al


esfuerzo que la tendencia hizo para la vuelta del viejo caudillo, y la capacidad para
movilizar las masas, este le daría la espalda definitivamente un año después de Ezeiza.
Ante una plaza colmada, los trató de imberbes y de estúpidos que gritan. En el discurso
del 1 de Mayo de 1974, Perón inclinó definitivamente la balanza en favor de las
organizaciones sindicales. Dos meses después el pueblo despedía a multitudinariamente
al viejo líder. Montoneros no tardaría en pasar a la clandestinidad.

15
Comunicado numero 5 de montoneros http://www.cedema.org/ver.php?id=224

16
http://www.cedema.org/ver.php?id=230
El 6 de septiembre de 1974 Mario Firmenich anuncia mediante conferencia de prensa,
que retornarían a la clandestinidad y que retomarían la lucha armada, además
aseguraron que la lucha llevaría adelante una resistencia popular hasta acabar con todas
las formas de represión.

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