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Guía Docente: El suelo y la producción agropecuaria

Book · January 2015

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2 authors, including:

Roberto Docampo
National Institute of Agricultural Research of Uruguay
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Integración de la Junta Directiva

Ing. Agr., MSc., PhD. Álvaro Roel


Presidente

D.M.T.V., PhD. José Luis Repetto


Vicepresidente

D.M.V. Álvaro Bentancur


D.M.V., MSc. Pablo Zerbino

Ing. Agr. Joaquín Mangado


Ing. Agr. Pablo Gorriti
Contenido

1. Introducción Pag. 3
2. Definición del suelo Pag. 3
3. Composición del suelo Pag. 4
4. Tipos de suelo Pag. 8
5. Suelos del Uruguay Pag. 9
6. Conservación del suelo y producción agropecuaria Pag. 16
7. ¿Cómo promueve INIA el manejo y aprovechamiento
sostenible del suelo para la producción agropecuaria? Pag. 17
7. 1 Programa Nacional de Investigación en
Producción y Sustentabilidad Ambiental Pag. 17
7.2 Laboratorio de suelos Pag. 19
8. Bibliografía Pag. 20

Título: El suelo y la producción agropecuaria. Guía docente.


Autores: Ing. Agr. Roberto Docampo*, Ing. Agr. Enrique Perez Gomar **
Coordinadoras/editoras: Lic. Magdalena Rocanova ***, Mag. Silvia Umpiérrez / ANEP
Revisión: Ing. Agr. Andrés Quincke* – Ing. Agr. Agustín Núñez*

* Programa Nacional de Investigación en Producción y Sustentabilidad Ambiental - INIA


** Programa Nacional de Investigación en Pasturas y Forrajes hasta 2013 - INIA
*** Unidad de Comunicación y Transferencia de Tecnología hasta 2015 - INIA

Editado por la Unidad de Comunicación y Transferencia de Tecnología.


Año 2015.
Andes 1365, Piso 12. Montevideo - Uruguay.
www.inia.uy

Prohibida la reproducción total o parcial de textos y/o materiales gráficos originales sin mencionar la procedencia.
1. Introducción

Uruguay, país agroexportador por excelencia, cuenta con la abundancia y la riqueza del
recurso suelo para desarrollar su actividad agropecuaria destinada a la generación y la venta
de productos en el mercado interno y externo, favoreciendo la creación de fuentes de trabajo
y el crecimiento económico del país. Por esa razón, el uso responsable y la conservación del
recurso natural Suelo se vuelven fundamentales en el funcionamiento y el desarrollo de la actividad
agropecuaria a nivel nacional. Debido a su fácil degradación pero muy lenta regeneración, el suelo
se considera un recurso natural no renovable del que debe ser protegido de los procesos de erosión
y degradación asociado a la intervención del hombre, en particular, el uso para la producción
agropecuaria.

El país, a pesar de su pequeño territorio, presenta una situación privilegiada al tener uno de los
porcentajes de tierra productiva más altos del mundo (87 % aprox.) característica que torna
particularmente importante el estudio de la naturaleza y la distribución de sus suelos para un
aprovechamiento racional del mismo (Marchesi y Durán 1969). A su vez, debido al incorrecto
manejo de los suelos y aguas, países y regiones se descapitalizan paulatinamente por el deterioro
de su base de recursos naturales por la pérdida de cobertura vegetal natural y biodiversidad,
erosión, inundaciones, encharcamiento, contaminación y salinización (Docampo, 2000).

Debido a la importancia de cuidar y conservar el recurso suelo, profesores e inspectores de la


Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) y el Instituto Nacional de Investigación
Agropecuaria (INIA) a través de investigadores y técnicos vinculados a la divulgación científico -
tecnológica presentan este material de profundización dirigido a docentes. Esta Guía pretende
brindar información complementaria para el docente en relación con las características y la hetero-
geneidad de los suelos en el Uruguay, y de cómo el cuidado y la conservación de los mismos son de
vital importancia para el funcionamiento de la producción agropecuaria a nivel nacional, y por tanto,
para el desarrollo sostenible del país. Además, se describirá cómo el Instituto Nacional de Investiga-
ción Agropecuaria afronta y trabaja este tema a través de sus proyectos de investigación y cuáles son
los objetivos a alcanzar en este sentido.

2. Definición del suelo y horizontes que lo componen

El suelo es la capa superficial del planeta, es la capa biológicamente activa, que constituye el
medio en el cual crecen la plantas. El perfil de suelo muestra una sucesión de capas llamadas
horizontes desde la superficie hasta el material geológico (roca) que le dio origen. Los diferentes
suelos se individualizan en base a las características de sus perfiles y de los horizontes que lo compo-
nen. En condiciones naturales los suelos correctamente desarrollados presentan tres horizontes
principales denominados con las letras A, B y C.

El horizonte A es el más importante desde el punto de vista productivo pues el mismo


alcanza el máximo desarrollo de actividad biológica: microorganismos y pequeños
animales; es el que presenta el contenido más elevado en el perfil de materia orgánica,
componente altamente responsable del potencial productivo de un suelo.

3
El horizonte B es una capa de acumulación generalmente enriquecida de arcillas y sales
provenientes de infiltración de agua en el perfil, característica muy relevante para definir el potencial
productivo de un suelo.

El horizonte C se compone de material mineral formado por la descomposición de las rocas


(material geológico meteorizado); incorpora paulatinamente materia orgánica que con el transcurso
de muchísimos años permitirá la formación del suelo.

3. Composición del suelo

En el suelo coexisten tres fases: la sólida, la líquida y la gaseosa, cada uno de los componentes varía
según los suelos pero la composición promedio se muestra en la figura 1.

Figura 1. Composición media del suelo ( Docampo R., 2001 ).

La fracción mineral es la más abundante del suelo y comprende las partículas del material geológico
meteorizado, se clasifican por tamaño (arena, limo y arcilla; figura 2). A su vez, en función de la
proporción de partículas se determinará la textura del suelo.

Figura 2. Clasificación por tamaño de las partículas de la fracción


mineral del suelo. fuente: http:// www.meted.ucar.edu

4
La cantidad de las fracciones es variable y una de ellas suele predominar sobre las otras, en
función de las proporciones granulométricas los suelos y sus horizontes se clasifican en
clases texturales. Si la fracción predominante es la arenosa, estaremos frente a un suelo
arenoso o liviano. Si las partículas predominantes son limos, la textura será limosa.
A su vez, si la predominancia está dada por el contenido de arcilla, el suelo será
arcilloso o pesado (figura 3).

Figura 3. Triangulo de clasificación textural.


Fuente: http://www.monografias.com

5
De acuerdo a la textura se pueden inferir algunas propiedades del suelo, por ejemplo: las
texturas livianas tienen mejor comportamiento en lo relacionado con la dinámica del agua
(infiltración, permeabilidad, drenaje) y la aireación, mientras que las texturas pesadas tienen
una importancia relativa mayor en la fertilidad del suelo y en la retención de agua.

La fracción orgánica o materia orgánica del suelo se define de acuerdo con Baldock y
Skjemstad (1999) como “todos los materiales orgánicos que se encuentran en los suelos indepen-
dientemente de su origen o estado de descomposición”.

La mayor parte de la materia orgánica se encuentra cerca de la superficie del suelo, las
partes aéreas de las plantas que no se cosechan quedan en superficie y las raíces se
convierten en materia orgánica cuando sus células pierden funcionalidad o mueren.
La macro y mesofauna del suelo (los invertebrados con tres grupos principales
representativos: artrópodos, lombrices y nematodos) incorporan los residuos más
profundamente en el suelo pero de todas formas la mayor concentración de materia orgánica se da
en superficie.

La materia orgánica refiere a todos los componentes orgánicos que se encuentran en el


suelo, por lo que en su composición se encuentran diversos elementos minerales y
complejos moleculares; siendo el carbono el elemento principal. La determinación del
contenido real de materia orgánica en el suelo y su evolución en los ciclos naturales se basa
en la determinación analítica del contenido de carbono orgánico del suelo.

Figura 4. Esquema del ciclo del carbono.


Fuente: http://bcatillocontreras8b.blogspot.com

6
El contenido de carbono en un suelo depende de las características de éste y del
equilibrio entre la tasa de entrada de carbono orgánico (animales, vegetales, raíces) y la
tasa de salida (CO2 desprendido por el metabolismo microbiano). Por lo tanto, existen
diversos factores e interacciones que regulan la cantidad de carbono y su distribución en
un perfil. Podemos citar: tipo de suelo, clima, composición mineral, topografía, la biota del suelo y
prácticas de manejo.

El contenido de carbono en gran medida está determinado por el tipo de material que
compone la entrada del carbono al suelo; no toda la materia orgánica que ingresa es igual
y por tanto varían los niveles de descomposición de la misma. Por ejemplo, los residuos de
frutas, verduras y restos vegetales frescos se degradan fácilmente pues contienen
mayormente carbohidratos. Por el contrario, las hojas secas, tallos, cortezas y ramas se
descomponen más lentamente debido a que contienen altas proporciones de lignina,
celulosa y hemicelulosa. Es por ello que en la materia orgánica del suelo se pueden
diferenciar fracciones en función de su disponibilidad para la descomposición microbiana:

La fracción activa o carbono activo, que son los materiales orgánicos que se descomponen en unos
pocos meses a pocos años.
La fracción intermedia (lenta) que son los materiales con mayores contenidos de celulosa y lignina,
y por lo tanto, más difíciles de descomponer por los microorganismos. Tiene una vida media que
es posible medir incluso en décadas.
La fracción estable o carbono estable (recalcitrante) que comprende los materiales muy estables,
remanentes en el suelos por cientos o aún miles de años. Esta fracción, llamada humus, si bien no
brinda mayor cantidad de nutrientes para las plantas y para los microorganismos del suelo como
las fracciones anteriores, juega un rol imprescindible en la mejora y mantenimiento de las propie-
dades físicas y químicas del suelo.

El humus, debido a que permite aumentar la capacidad de retención de agua, la porosidad


y la resistencia a la erosión, aporta en gran medida a la fertilidad de un suelo.

Los poros existentes en el suelo son ocupados por la solución del suelo (fase líquida) y
por el aire (fase gaseosa). El espacio poroso que queda entre las partículas sólidas del
suelo presenta una gran diversidad de formas y tamaños. Aquellos poros menores
(capilares) son los responsables de retener el agua que luego será utilizada por las raíces
de las plantas, y los poros de mayor tamaño (no capilares) serán los que determinan la
aireación y el drenaje de los excesos de agua. En general, los poros más grandes están
llenos de aire favoreciendo la respiración de las raíces y los microorganismos, mientras
que los poros más pequeños almacenan agua con sustancias minerales necesarias para la nutrición
de las plantas.

Las partículas de arena, arcilla y limo se agrupan e integran con la materia orgánica del
suelo, formando “agregados” de suelo. Este rol agregante es muy importante y también lo cumplen
las bacterias a través de sus secreciones, así como las hifas de los hongos. Estos agentes cementan-
tes proveen estabilidad a los agregados de suelo y así contribuyen a la buena estructura del suelo.

La estructura es una importante propiedad física de los suelos: precisamente, a través de la


formación de agregados estables de distintos tamaño (entre las partículas minerales y la materia
orgánica del suelo) se controla el arreglo del espacio poroso del suelo (poros de distinto tamaño e
interconectados entre sí), determinando a su vez la dinámica del aire y el agua en el suelo.

7
Cuando mayor es el contenido de arcilla y materia orgánica, el grado de estructura es más
fuerte ya que se desarrolla una mayor cementación y aglomeración de las partículas.
Opuestamente, las estructuras más débiles serán aquellas con mayor porcentaje de arena y
menor contenido de materia orgánica. El grado de agregación de las partículas del suelo le
confieren mayor capacidad de infiltración, mayor aireación y menor susceptibilidad a la erosión.

El material mineral y orgánico determinan la existencia de cargas eléctricas negativas


(aniones), que permitirán atraer iones de signo contrario [cationes: calcio (Ca++), sodio
(Na++), potasio (K+), magnesio (Mg++)], que estarán en intercambio con el agua del suelo
o solución del suelo, y disponibles para ser absorbidos por los vegetales y los
microorganismos del suelo. Aquellas cargas negativas que no son ocupadas, que no atraen
los cationes mencionados, estarán ocupadas por el hidrógeno; el que también estará en
equilibrio con el hidrógeno de la solución y va a determinar la acidez del suelo medida a
través del pH. Cuanto mayor capacidad de suministro de cationes, mayor será la fertilidad del suelo.

4. Tipos de suelo

En este punto se buscará agrupar a los diferentes tipos de suelo en cuanto a algunas de sus
características y problemáticas asociadas desde el punto de vista productivo.

Suelos superficiales -Litosoles- se desarrollan sobre diversos materiales geológicos, basalto y zonas
de serranías principalmente. Los problemas más importantes que pueden presentarse están
relacionados con su escasa profundidad y, por lo tanto, su baja capacidad de retención de agua
que los hace vulnerables a la sequía.

Suelos mal drenados -Planosoles, Gleysoles- son suelos que aparecen en las zonas más
bajas y planas con problemas de drenaje. Distribuidos por todo el país, principalmente
en el este, los Planosoles son suelos muy diferenciados en un B muy pesado (con alto
contenido de arcilla) y con muy baja permeabilidad. Son suelos aptos para la producción de arroz.

Suelos profundos de texturas medias muy diferenciados. Encontramos en esta


categoría Brunosoles cuyo valor agrícola depende de la profundidad del horizonte A ya
que el horizonte B es bastante denso dificultando el desarrollo radicular, en períodos
de excesos de humedad son muy húmedos, mientras que en verano son muy secos.

Suelos profundos de texturas livianas -Luvisoles y Acrisoles- son suelos de textura


arenosa, profundos, con baja fertilidad y muy susceptibles de degradarse por la
estructura muy débil que presentan. La profundidad del horizonte A es importante y si
bien tienen baja capacidad de retención de agua por unidad de volumen, en el
volumen total los hace resistentes a la sequía. La producción forestal ha ocupado en
porcentaje elevado a estos suelos.

Suelos profundos de texturas media a pesadas, poco diferenciados de fertilidad media a


alta. Brunosoles Eutricos y Vertisoles. Son los suelos más fértiles del país, en los cuales
tradicionalmente se ha realizado agricultura, admitiendo también rotaciones intensas.

8
5. Suelos del Uruguay*

“El Uruguay, a pesar de su reducida extensión territorial, presenta una amplia gama de tipos
de suelos debido principalmente a la variabilidad de los materiales geológicos y de relieve.
El relieve del Uruguay es en su mayor parte ondulado suave; dominan las altitudes menores
de 300 metros. Esta topografía favorece una infiltración suficiente como para permitir la formación
de suelos bien diferentes”.

“La inexistencia de grandes alturas determina que los cursos de agua sean relativamente
lentos y sinuosos y no presenten grandes saltos. La topografía, baja y ondulada, ha
facilitado no sólo las prácticas agropecuarias sino también el tránsito a lo largo y ancho del
territorio sin mayores dificultades. El relieve uruguayo - dada su altura - tampoco configura
un obstáculo para la circulación de las masas de aire que afectan el territorio, lo que da
lugar a una modalidad climática bastante uniforme en todo el país. Los fenómenos
tectónicos que han afectado a los diferentes terrenos geológicos permiten identificar (según
el ingeniero agrónomo Panario D.) varias regiones morfoestructurales con tipos dominantes de rocas
que le dan a cada unidad paisajística un perfil característico”.

Cuenca sedimentaria del noreste: al norte y noreste del país se desarrolla una extensa
cuenca sedimentaria de edad gondwánica1 conformada principalmente por areniscas. El paisaje
dominante está constituido por lomadas fuertes y colinas.

Cuesta basáltica; se trata de una extensa altiplanicie que se extiende desde el norte y
noreste hacia el centro del país (desde Artigas hasta Durazno). Esta altiplanicie
presenta un declive o inclinación hacia el oeste, lo que explica la dirección este-oeste
de los principales cursos de agua afluentes del río Uruguay. En general, este tipo de roca forma
suelos superficiales de productividad media a baja en los que se desarrolla una pradera apropiada
para la ganadería ovina.

Cuenca sedimentaria del litoral oeste; a lo largo del río Uruguay, abarcando áreas de los
departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Río Negro, Soriano y Colonia, existe una
2
cuenca en la que se han depositado areniscas de edad cretácica (fines de la Era
3
Secundaria) y sedimentos terciarios y cuaternarios. Sobre este tipo de rocas
sedimentarias se desarrollan suelos profundos, de alta fertilidad por lo que en este espacio
se registra una intensa actividad agrícola y ganadera.

Cuenca sedimentaria del sureste: en áreas próximas al Río de la Plata, abarcando


superficies de Colonia y San José, se desarrolla una cuenca de deposición de materiales
sedimentarios terciarios y cuaternarios. Esta área ha sufrido levantamientos tectónicos
importantes, por lo cual la costa platense presenta altas barrancas en Colonia y San José.
Es posible hallar formaciones marinas con fósiles a niveles más elevados que los que presentan
formaciones similares en territorios argentinos.

1- 200 millones de años atrás.


2- Más de 100 millones de años atrás.
3- Desde 65 millones de años atrás.

* Marchesi, Duran, 1969

9
Fosa Tectónica del Santa Lucía: esta fosa de hundimiento localizada en el sur del país ha
sido rellenada por potentes espesores de sedimentos que se fueron acumulando desde
fines de la Era Secundaria (periodo Cretáceo), durante el Terciario y el Cuaternario. A
excepción de los bordes, esta fosa presenta una tipografía baja constituida por lomadas de
pendientes suaves.

Sistema de planicies y fosa tectónica de la laguna Merín: en el este del país, bordeando la
laguna Merín y sobre la faja atlántica - lagunar, se ha desarrollado un paisaje plano y de
escasa altura sobre el nivel del mar, el sector geomorfológico reúne condiciones
naturales para el desarrollo de los humedales más extensos del país. Otras planicies,
que ocupan comparativamente un área menor, se desarrollan en la cuenca sedimentaria
del noreste (cursos del río Negro y el río Tacuarembó, río Santa Lucía, Costa de Oro y en la cuenca
sedimentaria del litoral oeste (curso inferior del río Negro).

Región cristalina del centro - sur: el relieve de este sector geomofológico está constituido por
colinas y lomadas fuertes.

Sierras del este: esta región está compuesta por una serie de plegamientos emergidos
entre los que se destaca, por su antiguedad y altura, el macizo de Carapé, en Maldonado
y Lavalleja. Este conjunto de elevaciones (conocidas con el nombre de Cuchilla
Grande) tiene una dirección general SO - NE y se extiende por aproximadamente
390 Km desde las proximidades de Pan de Azúcar hasta el departamento de Cerro Largo, en la
frontera brasileña.

10
Carta de reconocimiento de
suelos del Uruguay

Figura 5 Carta de Reconocimiento de Suelos del Uruguay


Escala 1:1.000.000
Fuente http://www.cebra.com.uy/renare/mapa/cartas-de-suelos

11
La figura 6 muestra los perfiles de los suelos más representativos de cada región del país.

Figura 6 Perfiles de los suelos más representativos de cada región

La ley 13.695 del 24 de octubre de 1968 creó la Comisión Nacional de Estudio Agronómico
de la Tierra (CONEAT) y estableció como su principal cometido el definir las normas técnicas
para fijar la capacidad productiva de cada inmueble rural y el promedio del país.

Los grupos CONEAT no son estrictamente unidades cartográficas básicas de suelos, sino que consti-
tuyen áreas homogéneas definidas por su capacidad productiva en términos de carne bovina, ovina
y lana en pie.

Desde el punto de vista edafológico, la productividad se considera como la capacidad inicial


del suelo para producir un cierto rendimiento por hectárea por año y que teóricamente se
puede expresar como porcentaje del rendimiento óptimo que se obtendría en el suelo que ofrece las
condiciones más favorables y bajo una tecnología definida.

A efectos de enriquecer el contenido de la información CONEAT, el Ministerio de Ganadería


Agricultura y Pesca desarrolló diversas actividades para definir la “aptitud general de uso
de la tierra” con el objetivo de brindar información dirigida a los usuarios de la tierra en
cuanto a las medidas de conservación del recurso que aseguren su uso sostenible y
además, proporcionar sugerencias de uso compatibles con las cualidades del territorio,
propendiendo a su ordenamiento en un marco productivo.

12
Para evaluar la aptitud de la tierra se tienen en cuenta como usos principales la agricultura y
ganadería extensiva y se toma en consideración su arabilidad, y las principales
propiedades físicas y químicas de los suelos (fertilidad natural, excesos y deficiencias hídricas,
aptitud de laboreo).

Distribución de las diferentes áreas productivas


y de uso de la tierra.

ÁREAS DE GANADERÍA
Suelos Litosoles, tierras de fertilidad media a baja, quebradas y rocosas.

13
ÁREAS AGRÍGOLAS EXTENSIVAS
Agricultura extensiva sobre suelos Vertisoles y Brunosoles O y SO.
Arroz sobre Planosoles, Argisoles, Gleysoles del litoral Este.

EXPLOTACIONES LECHERAS
Suelos Agrícolas y su influencia en la especialización y
distancia a los mercados.

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TIERRAS DE USO FORESTAL
Ocupan tierras de prioridad forestal: Luvisoles, Acrisoles, Planosoles,
Argisoles, Inceptisoles y algunos Brunosoles.

15
6. Conservación del suelo y producción agropecuaria

La productividad del suelo no depende sólo de las propiedades intrínsecas (propiedades físicas y
químicas) sino también de los caracteres asociados como: topografía, erosión, riesgo de inundación
y riesgo de sequía, entre otros.

Los caracteres asociados tienen la capacidad de influir y limitar la capacidad de uso de los
suelos. Por ejemplo, con pendientes pronunciadas son mayores los riesgos de erosión del
suelo en la medida que el manejo o el sistema de producción sea más intensivo. Por otro
lado, topografías muy planas pueden presentar problemas de excesos de agua en períodos
lluviosos, interfiriendo en la producción de algunos cultivos sensibles al anegamiento.

Los suelos se degradan como consecuencia de la erosión y en particular por las


actividades humanas. El impacto de la lluvia sobre los agregados y el viento arrastran y
transportan las partículas del suelo repercutiendo en el desgaste y la degradación de su
superficie. En las áreas con abundante vegetación, la cobertura que brinda ésta así como sus raíces
protegen al suelo de la acción de la lluvia y el viento.

Las acciones para la inclusión de los suelos en la producción agropecuaria como por
ejemplo la tala de árboles, el uso inapropiado de maquinaria, pisoteo excesivo de animales,
el uso inapropiado de agroquímicos, entre otras, incrementan los riesgos de erosión y degradan el
suelo.

El adecuado manejo del suelo implica la conservación de una buena estructura y la


estabilidad de los agregados para que circulen el aire, el agua y los nutrientes. Son varias
las tecnologías para conservar la calidad del suelo y minimizar los impactos negativos de la
producción agropecuaria. Algunas de las tecnologías más aplicadas son: incorporación de
materia orgánica al suelo, uso de coberturas vegetales para evitar la erosión, uso reducido
de laboreo, siembra directa, balance de nutrientes a través de la fertilización, manejo
integrado de plagas y enfermedades, evitar talas y desmontes desmedidos así como las
quemas, evitar la contaminación que provoca el uso indiscriminado de productos químicos en la
actividad agrícola.

Como principales problemas de degradación del suelo asociados a la producción


agropecuaria intensiva se manifiestan la erosión hídrica y eólica, acidificación, alcalinización
y salinización, deterioro físico del suelo (compactación, por ejemplo), alteración del balance
de nutrientes, contaminación por metales, plaguicidas, nitratos y otras sustancias.

“El desafío, en consecuencia, es utilizar racionalmente los recursos naturales. El desarrollo


sustentable busca que la tasa máxima de explotación de los recursos naturales renovables
sea igual que la tasa natural de regeneración, con lo que se evita disminuir las reservas y
se mantiene la capacidad de asimilación del medio ambiente. En la producción, la
dimensión ecológica de la sustentabilidad se vincula con la continuidad de la productividad
y el funcionamiento de los ecosistemas. Para lograrla es necesario mantener la calidad de
los recursos naturales, es decir, el suelo, la preservación de las condiciones físicas de las
aguas superficiales y subterráneas, así como la protección de los recursos genéticos y la conserva-
ción de la biodiversidad biológica”. (Restaino y Zerbino, 2008).

16
7. ¿Cómo promueve INIA el manejo y aprovechamiento sostenible del suelo
para la producción agropecuaria?

7.1 Programa Nacional de Investigación en Producción y Sustentabilidad Ambiental.

Uno de los mayores desafíos del sector agropecuario es compatibilizar la necesidad de aumentar la
productividad y rentabilidad de los sistemas productivos, mejorar los estándares de calidad de los
productos y al mismo tiempo conservar los recursos naturales y el ambiente.

El Programa Nacional de Investigación en Producción y Sustentabilidad Ambiental toma


como base conceptual al informe presentado en el año 1987 a la Asamblea General de
Naciones Unidas por la “Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo
(CMMAD)”, también conocido como “Informe Brundtland”, que define el desarrollo
sustentable como el que “satisface las necesidades de la generación actual sin
comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias
necesidades”.

Así, se abordan las temáticas relacionadas a la interfase entre los diferentes sistemas de
producción y el uso y manejo responsable de los recursos naturales alineándose a los
enunciados estratégicos de la Institución, que resaltan los conceptos de crecimiento
sostenible de la productividad, conservación y valorización de los recursos naturales,
mitigación de impacto ambiental de actividades productivas, adaptación y mitigación del
cambio climático, desarrollo de agroenergías y el uso sostenible de la biodiversidad.

Los recursos naturales (suelo, agua, aire, biodiversidad) son estratégicos en el desarrollo
agropecuario del país. La mayor parte de las actividades productivas tienen impacto sobre
los recursos naturales, es así que si estos no son gestionados de un modo adecuado se
producirán costos ecosistémicos (pérdida de biodiversidad), económicos (disminución de
la producción, pérdida de mercados) y sociales (efecto sobre la salud).

La investigación y la generación de tecnología en INIA se enfoca tanto al uso estratégico de


los recursos naturales con fines productivos como a la conservación/protección de los mismos en los
diferentes sistemas.

El escenario agropecuario plantea grandes desafíos para la sostenibilidad de los sistemas


productivos entre los cuales se destacan:

Alta presión y competencia sobre el recurso suelo.


Erosión y balance de carbono y nutrientes de los agroecosistemas.
Desarrollo del riego en sistemas agrícolas y pastoriles.
Crecimiento sostenible y la replantación en el sector forestal.
Mayor uso de agroquímicos.
Riesgo creciente sobre la biodiversidad particularmente en campo natural.
Potencialidad del sector para complementar la matriz energética del país y su relación
costo beneficio para el medio ambiente.
Cuantificación de los impactos sobre los recursos naturales de los sistemas en el marco
de exigencia de los mercados.
Inocuidad y calidad de los productos.

17
En este sentido, los objetivos del Programa Nacional de Investigación en Producción y
Sustentabilidad Ambiental son desarrollar y/o adaptar tecnologías para el manejo de los
sistemas de producción que mantengan su productividad y competitividad en el largo
plazo, promoviendo y valorizando el cuidado de los recursos naturales utilizados, que cuenten con la
aprobación de la sociedad.

Por ser un Programa de Investigación que interactúa con los diferentes rubros de
producción, su abordaje es sistémico, enfoque que permite intervenir en los siete sistemas
productivos definidos por INIA como de interés institucional: Agrícola-Ganadero,
Arroz-Ganadería, Forestal-Silvopastoril, Ganadería Extensiva, Lechería, Producción Familiar y Vegetal
Intensivo.

En este marco, el Programa ha definido sus Proyectos de investigación en relación con los
siguientes temas*:

Impacto a largo plazo de sistemas de rotaciones agrícolas y agrícola-pastoriles sobre


suelos, agua, aire y productividad.

Diseño y evaluación de nuevos sistemas agrícolas sustentables.

Delineación de ambientes para el manejo sitio específico de suelos y cultivos.

Selección y evaluación productiva de cultivos de cobertura para sistemas agrícolas.

Maximización de la fijación biológica del nitrógeno en soja.

Análisis del ciclo de vida de sistemas de producción agropecuaria e impactos de prácticas


de manejo alternativas.

Desarrollo de bioinsumos de uso agrícola en base a microorganismos benéficos.

Generación de parámetros locales de emisión de gases efecto invernadero en sistemas


pastoriles, agrícolas y arroceros.

Planes de gestión ambiental del agua en cuencas lecheras.

Impacto en las fuente de agua de los sistemas de engorde bovino a corral.

Recuperación de suelos degradados en los sistemas hortícolas.

Manejo sitio específico de plantaciones forestales.

* Plan Estratégico Institucional (PEI) 2010 - 2015.


Programa Nacional de Investigación en Producción y Sustentabilidad Ambiental.
Correo electrónico: sustentabilidadambiental@inia.org.uy

18
7.2 Laboratorio de suelos:

Los análisis que se realizan en los laboratorios de INIA permiten hacer un seguimiento de la
calidad química, física y biológica de los suelos, aportando información sobre su capacidad
de uso. Para obtener una buena productividad deben identificarse los nutrientes que
pueden ser limitantes y así poder corregir esta deficiencia. En este sentido, es fundamental
la función de los laboratorios de INIA en esta área ya que permiten determinar la
disponibilidad de nutrientes en el suelo y el estado nutricional de las plantas, información a
partir de la cual pueden tomarse decisiones, por ejemplo, en cuanto a fertilización.

19
Bibliografia

Álvarez, W. y De Souza Rocha, R., 2010. Ficha Temática n°5 en Manual complementario Geografía 3, Serie
Nuevamente. Editorial Santillana. Pp. 1- 4.
Baldock, J. A. y Skjemstad, J. O.1999. Soil organic carbon/soil organic matter en Soil Analysis; an Interpretation
Manual. Editores: K. I. Peverill, L. A. Sparrow, y D. J. Reuter; CSIRO Publishing: Collingwood. Pp. 159-170.
Docampo, R. 2002. Muestra de suelos en Expo Prado 2000. INIA.
Durán A, García F. 2007. Suelos del Uruguay. Origen, Clasificación, Manejo y Conservación. Montevideo:
Hemisferio Sur. v.1, 334 p.
INIA. 2006. El suelo en Suplemento Tecnológico de INIA Expo Prado 2006. Adaptación de Suelos.
INIA. 2011. Suplemento Tecnológico de INIA. Expo Prado 2011. Pág.5.
Marchesi, E. y Durán, A. 1968. Suelos del Uruguay, Colección Nuestra Tierra Nº18. Editorial Nuestra Tierra.
Montevideo.
MGAP. 1971. Centro de Investigaciones Agrícolas Alberto Böerger (1971, El suelo: cómo se conserva, cómo se
destruye, MAP - INC - IICA) Pág. 4.
Restaino, E. y Zerbino, S.. 2008. Los recursos naturales y el INIA en Suplemento Tecnológico de INIA Expo Prado
2008. Pág. 4.

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