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I- Hacia una aproximación iusfilosófica de la inteligencia

artificial aplicada al derecho

El mayor desafío del derecho a futuro es determinar cómo va a receptar e incorporar los
avances de las nuevas tecnologías, entre las que se encuentra, la inteligencia artificial. A ella
podemos pensarla como “la capacidad de un sistema informático (hardware más software) para
reproducir, imitar o ejercer algunas de las funciones que suelen atribuirse a la inteligencia
humana”.1
Una de las preguntas fundamentales de la filosofía del derecho ante tal situación es si la IA
puede reemplazar en el juzgamiento de los procesos civiles y penales al ser humano. Como
sabemos, la IA (Inteligencia Artificial) es un producto de la creatividad del ser humano, y el
humano le precede a lo artificial, ya que él mismo la crea. Al día de hoy, no hay nada dentro del
derecho informático o robótico externo a la creación del ser humano, salvo los sistemas de “caja
negra” que entienden sobre los datos ingresados y los resultados, pero no se comprende el
procedimiento subyacente. “El código es inescrutable porque el programa “evoluciona” y los
humanos no pueden entender el proceso que siguió la programación para lograr una solución
determinada”2. Eso es lo único que al día de hoy escapa a la cognición del ser humano, ya que el
sistema evoluciona sin su ayuda.
La filosofía genera apertura, en toda la amplitud del saber. Por eso es que desde hace
tiempo le preocupa la injerencia de programas de software más hardware en el derecho. No es
nueva la utilización de los programas de software en el mercado financiero, ya que mediante los
sofbots (robots), según Morgan Stanley, entre el 80% y el 85% de las transacciones es llevada a
3
través de flashtraders que pueden colocar entre diez mil y veinte mil órdenes por segundo. Cabe
destacar la rapidez que otorgan, y la elevada eficiencia que representan, en donde el error es casi
nulo. Estos programas de software poseen diferentes posibilidades, un planteo X puede llegar a
tener varias opciones de resolución, ya sea Y, T o Z. Y dentro del análisis que realiza, según la
interconexión de datos genera una respuesta cognitiva limitada. Y digo, limitada, porque no le es
dado el don de la creatividad al programa de software, exceptuando la evolución de los sistemas

1
GUIBOURG, Ricardo, “Informática Jurídica”, Investigaciones jurídicas de la UNAM, Distrito Federal, México,
2015, pág. 795.
2
CORVALÁN, Juan, Inteligencia artificial y Derechos Humanos”, DPI Cuántico, Nmo 157, 10 de Julio de 2017.
Disponible en https://dpicuantico.com/sitio/wp-content/uploads/2017/07/Juan-Gustavo-Corvalan-
Constitucional-10.07.2017.pdf, consultado el 10/09/2018.
3
MELO, Verónica, “El derecho ante la inteligencia artificial y la robótica”, El Derecho, Buenos Aires, 2018,
pág. 1.
computacionales de caja negra. Todas estas apreciaciones, son aproximadas, según el contexto
temporal. Ya que con el tiempo podrían variar.
Al ser humano le es dado el ser, pero todo lo demás simplemente es-en-el-mundo. Desde
una filosofía heiddegeriana podemos decir que el Dasein es el ser humano preguntándose por sí
mismo y su alrededor. Con Heiddeger desaparece la distinción entre objeto y sujeto y aparece el ser
arrojado al mundo, y sus posibilidades. Hasta ahora el mundo no ha concebido a otro ser que se
pregunte sobre la muerte, que se angustie, que juzgue y que piense sobre tales angustias y
juzgamientos más que el ser humano, pero la IA viene a romper con aquel paradigma ¿Acaso la IA
podría formularse la pregunta sobre la Justicia y la universalidad de todos los valores que atañen al
derecho?. El ser, no puede concebirse como un ente 4. Traducido desde el lenguaje filosófico, el ser
humano no podría ser concebido como una máquina, y la máquina no podría ser concebida como un
ser humano. “Todo preguntar es un buscar” 5, y todo aquel que pregunta, es un ser 6. Es por eso que
el ser pareciera sólo equivaler al ser humano en los términos heiddegerianos. Aunque Guibourg
plantea que los animales se preguntan sobre la existencia a su manera, es decir, a otro ritmo distinto
al nuestro, ya que la inteligencia no es una condición propiamente humana. 7 El ser es todo lo que
hay y que se pregunta sobre sí mismo y la universalidad. Entonces, un programa de software
solamente –es-, y no se le atribuye el Dasein, ya que la Inteligencia artificial sólo decide según las
posibilidades que le son otrogadas por el ser humano. Y no tiene la posibilidad de negarse ni de
cuestionarse a sí mismo o al exterior. En fin, la pregunta última es: ¿Hay ser en un sistema de IA?
Los sistemas artificiales simulan la conciencia y la aptitud cognitiva del ser humano, pero hasta el
día de hoy, no la trascienden. Dentro de la IA, no hay nada más allá de las posibilidades que el ser
humano le otorga. Heiddeger habla de la diferencia ontológica, siendo ésta la diferencia entre el
ente y el ser. El ser humano es el ente que se pregunta por el ser, lo que en la filosofía heiddegeriana
equivaldría al Dasein, que en alemán significa ser-ahí. Cuando un humano corre o camina es un
ente, pero en el momento que se pregunta: ¿Por qué corro? ¿Por qué camino?, se está convirtiendo
en un Dasein. Es por eso que el ser humano no es un ente definido, acabado; sino que se encuentra
arrojado a sus posibilidades infinitas. Con su libertad existencial algo debe hacer, y la pregunta
sirve en la constante realización.
Entonces, ¿La IA podría ser un Dasein? La mayoría diría que no, ya que no se pregunta por
su existencia, sino que se encuentra en una encrucijada existencial en donde la libertad no es una
opción. Un robot no podría romper las leyes si es programado de tal modo que no las trascienda,
4
HEIDDEGER, Martin, “Ser y Tiempo”, Fondo de Cultura Económica, México, 1993, pág. 16.
5
Íd. 18.
6
Íd. 18.
7
GUIBOURG, Ricardo, “Informática Jurídica”, Investigaciones jurídicas de la UNAM, Distrito Federal, México,
2015, pág. 795.
pues para ello debería evolucionar, romper consigo mismo, con todo lo que el ser humano ha
programado en su interior. La IA y la robótica se hallan aún en un estado incipiente 8, pero su avance
es indiscutible y las fronteras legales, inimaginables. La filosofía del derecho, se adelanta, pero sólo
desde un aspecto valorativo. Quedarán librados al devenir de la historia los aspectos sociológicos y
normativos respecto de la inteligencia artificial.

III. Situación actual de la inteligencia artificial en el


ámbito del derecho

Actualmente existen diferentes tipos de informáticas jurídicas, entre ellas la informática


jurídica de gestión, la documental, y en última instancia, la que trae aparejados más conflictos al día
de hoy, la decisoria.9 La informática jurídica de gestión es la que comúnmente más se usa por el
sistema judicial y todos los abogados: tiene que ver con el uso de computadoras y programas para
realizar tareas de procesamiento de textos, almacenamiento de datos, etc. 10 En segundo lugar, la
documental tiene como objetivo resguardar los documentos que antaño le eran encomendados al
papel, guarda relación con las plataformas de almacenamiento y los motores de búsqueda que se
relacionan con la eficiencia y rapidez de almacenamiento y obtención de los mismos. 11 Por último,
la informática jurídica decisoria es aquella que razona jurídicamente de tal manera que pueda
reemplazar al ser humano en las resoluciones judiciales, sobre una base de leyes, jurisprudencia y
doctrina que le sirven de fuente a la inteligencia artificial 12. Es en éste tipo de informática jurídica
en donde surge el mayor conflicto iusfilosófico ya que se reemplaza el razonamiento humano por el
artificial, “semejante adaptación es una suerte de formalización”, nada quedaría librado a la
improvisación del momento ni librado a la acción de variables. 13 Tal como plantea Guibourg, la
decisión jurídica artificial requiere una interpretación del derecho para cada caso concreto 14, lo cual

8
MELO, Verónica, El Derecho, “El derecho ante la inteligencia artificial y la robótica”, Buenos Aires, 2018,
pág. 1.
9
PEÑA, Carlos, “Informática Jurídica y Derecho informático”, Revista Universidad de Palermo. Disponible en
https://www.palermo.edu/ingenieria/downloads/pdfwebc&T8/8CyT05.pdf, consultado el 10/09/2018.
10
Íd.

11
Íd.

12
Íd.
13
GUIBOURG, Ricardo, “Informática Jurídica”, Investigaciones jurídicas de la UNAM, Distrito Federal, México,
2015, pág. 805.

14
Íd. 806.
trae aparejado segmentarización. Y si algo se ha podido comprobar a lo largo del tiempo, es que un
Juez debe estar abierto a diferentes variables que se pueden plantear en un caso, y no solamente a la
acción cometida y a su consecuente relación con la acción. La vaguedad parece ser una virtud del
pensamiento jurídico.15 El mundo jurídico ha resultado reacio al mundo de las matemáticas, y más a
aún a aceptar que a X le corresponde Y. Lo que vale es que a lo largo del tiempo las soluciones son
volubles y circunstanciales, tal como la misma evolución cultural, social, político-histórica lo
plantea. La deshumanización es otro de los mayores temores, ya que estaríamos corriéndonos del
eje del mundo, de la centralidad cartesiana a la cual habíamos advenido desde el principio del
modernismo. Pareciera que una propuesta de deshumanización del derecho es una propuesta de
extirpación de la equidad y la libertad. 16 ¿Pero el razonamiento humano garantiza dichos valores?
Pareciera que lejos estamos de aquello.
Volviendo a la situación actual, en Europa, se está llevando a cabo una investigación
llamada Robolaw, trata sobre robótica y sus proyecciones legales, éticas, sociales, técnicas. 17 “El
objetivo principal del proyecto RoboLaw es comprender las implicancias legales y éticas de las
tecnologías robóticas emergentes y discutir si los marcos jurídicos existentes y vigentes son los más
adecuados y viables a la luz de la rápida aparición y proliferación de este tipo de tecnología.” 18 Una
vez concluida la investigación se han elevado informes a la Comisión Europea sobre sus posibles
implicancias políticas. “El objetivo primordial es elaborar un conjunto de directrices reguladoras
para reglamentar la robótica, dirigida a los responsables de las políticas europeas dedicadas a
promover una regulación técnicamente viable, pero también ética y jurídica que siente las bases
para una implantación definitiva de estos sistemas en un futuro inminente a mediano plazo” 19
Mientras tanto, en Argentina, se ha desarrollado en los últimos años la plataforma jurídica
Prometea:
“la primera inteligencia artificial de Latinoamérica al servicio de la Justicia que trabaja con
un asistente de voz (tal como lo hace Siri de Apple) y permite realizar un dictamen jurídico
de manera íntegra. Es decir, la persona abre el expediente, y una vez que está en
condiciones de proyectar un modelo, activa a Prometea por comando de voz en un celular

15
Íd. 806.
16
Íd. 807.
17
MELO, Verónica, El Derecho, “El derecho ante la inteligencia artificial y la robótica”, Buenos Aires, 2018,
pág. 3.

18
Íd. pág 3
19
Íd. pág 3.
(dispositivo móvil) o mediante un chat, como si fuera a mantener una conversión por
Whatsapp”.20
Todo el proceso es explicado íntegramente por Juan Corvalán, una de las personas que lo ha
desarrollado:
“Todo el proceso, de manera íntegra, se realiza a través de la inteligencia artificial. Desde
un “Hola”, pasando varias preguntas y respuestas entre Prometea y la persona, lo que
incluye que busque y nos “traiga” al dictamen leyes y decretos, hasta llegar al punto (según
el modelo que estemos trabajando) en el que Prometea nos dice “dictamen completado”.
Luego, le podemos ordenar que “imprima”, “que descargue el dictamen” o que envíe por
mail o a una red interna, el proyecto borrador para que sea corregido.” 21

20
CORVALÁN, Juan, “Inteligencia artificial: retos, desafíos y oportunidades – Prometea: la primera
inteligencia artificial de Latinoamérica al servicio de la Justicia”, Revista de Investigaciones constitucionales,
Curitiba, Vol 5, n° 1, 2018, pág. 303.
21
Íd. 304.

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