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PARTE 1

EL SUJETO EN TIEMPOS DEL CAPITALISMO TARDÍO


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...

Abordar la temática de la adolescencia y de la juventud desde


una perspectiva psicoanalítica supone especificar con claridad la
óptica de la concepción te6rica desde la cual se plantea la presente
lectura. Esto implica aclarar cmH es Ja noci6n psicoanalítica de suje ..
to, específica y exclusiva, o inconfundible, y la ética propia de dicha
concepción.
No es la misma ética ni el mismo sujeto para el psicoaná.lisi.s que
para el cognitivismo, para la gestalt, o para la visión de la psiquia . .
tría ... y las diferencias no sólo se plantean en la perspectiva de lo
teórico sino que se expresan también en el quehacer clínico, en"rre
otros 1 como lógica consecuencia.
Así pues, antes·de adentrarnos en los territorios de la adolescen ..
cia y de la juventud, para definir peculiaridades o especificidades y
enlaces entre los mismos, consideremos cmll es el sujeto, y por ende.el
adolescente, al que nos referimos desde la perspectiva del psicoaruili ..
sis que supone una ética que le es propia. La propuesta es de esta
forma abordar un interrogante fundante que se puede enunciar de la
siguiente manera~ ¿cuál es el adolescente del /Jsicoaná.lisis? En cuanto al

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AIX)LESCENCIA Y JUVENTUD. Q)NSIDERAC!ONES DESDE EL PS!CO/\NAUS!S PARTE l. fa SUJETO Et< TIEMPOS llEL CAPrJAUSlvlO T/\l\llfO

mismo se procurarán respuestas en próxinws apartados referidos a la inientras que la represenrnción inconsciente es la represen-
adolescencia y a la juventud. r:ición de la cosa sola'!.

Luego Freud denominaní a los contenidos del inconsciente


Sujeto y ética del psicoanálisis ··:.i~;dlcias representantes de la pulsión", achuando que la pulsión
-i\llo se halla presente en lo inconsciente por medio de sus reprc-
Con la construcci6n del edificio conceptual del psicoarnHisis, -.<:ntantes.

como consecuencia de su definición de lo inconsciente ei1 su Como otro orden, lo inconsciente condiciona y define nueva
interrelación con una nueva consideración respecto de la sexualidad posición para el sujeto. De tal forma el sujeto no es el centro de todo,
hum¡.:i.n.a, se produce una fundamental transformación en la noción sino que, por lo contrario, está sujetado o determinado por lo incons-
tradicional de sujeto. ciente, y leíos de ser síntesis o unidad está marcado por la ruptura o
El concepto de inconsciente freudiano plantea, desde lo tópico escisión consciente-inconscíentc.
y lo dinámico, una nueva definición del psiquísn10 que desde la Por su parte Lacan aporta al plan reo freudiano:
. psicología era equivalente a conciencia. El psicoanálisis limita la
dirnen.sión de la conciencia que anteriormente era lo único valedero "Lo inconsciente es ese capítulo de mi historia que está
y confiable y la subordina a lo inconsciente, que posee contenidos, ocupado por un blanco u ocupado por un embuste: es el
mecanismos y pensamientos propios, y que se expresa tm el yo, en el capítulo censurado. Pero la verdad puede volverst: a en-
ello y en el superyó como instancias desde cuya interrelación derivaría contrar; lo más a menudo ya está escrita en otra parte."·1
la producción sintomática que lleva emparentada la noción de con-
flicto. En consecuencia, el sujeto del psicoanálisis no remite tné'is a Luego formulará su tesis por la cual se lo identifica: "El incons-
sustancia, a logos, ni a ser de conocimiento; opuesto al sujeto cartesia- ciente esni estructurado 'como' un lenguaje", afirmando Lacan que con
no el del psicoanálisis es claramente sujeto del inconsciente. esta definición realiza un retorno a la concepción de inconsciente
Para circunscribir la dimensión de lo inconsciente describe Freud propuesta por Freud, constituyendo la re !ación inconsciente-lengua-
cómo por medio del mecanismo de la represión se trata de "impedir je-Otro un aporte fundamental al psicoanálisis, si bien no la desarro-
que devenga consciente" una representación represent:Hnte de la llaremos en este espacio.
pulsión 1 quedando desplazada de tal forma la misma a lo inconscien- Lacan hace referencia a la "revolución copernicana" realizada
te, cuyas características y leyes define oportunamente. 2 por Freud al definir al sujeto como escindido, como sujeto del in-
Sostiene: consciente, y afirrna que dicha revolución se consolida al postular
su subordinación a una estructura que lo determina. Destaca que
"La representación consciente engloba la representación de con Freud surge una nueva perspectiva que revoluciona el estudio
la cosa más la representaci6n de la palabra c.orrespondiente, de la subjetividad y muestra, justamente, que "sujeto" no se con.fun-
de con "individuo", remarcando entonces dos cuestiones funda-
mentales:
1. Freud, S. (l915b): "Lo incomdentc". Ohrns comj>letas. Amorrorni. Hucnos
Aires, 1998, p. 161.
2. Freud, S. (1915b): "Lo inconsciente". Oi1ras com¡1lwts. Arnorrortu. Buenos 3. Lacan, J. (19.53a}: "Función y campo de la palabrn y del lenguaje en psicoa-
Aires, 1998. n;ílisis". EScriws l. Siglo Veintiuno. México, 1978, p. 80.

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ArX)LESCENCIA v JUVENTUD. CoNsmER1\CIONES ui;srn' Et l'SICDAN,.\us1s PARTE 1. Et. SUJETO ~N TIEMPOS DEL Ct\PlTALISMO 1"ARDfO

a. su escisión o división que supone lo inconsciente. '· onducta y se subordina todo a poseerlos. 1 La ética del pskc.mnálisis
b. subordinación a una estructura qut~ lo determina. claramente no es ética hedonista, rnantenien.do dirección contraria
a las propuestas de la sociedad de consumo. Es más, desde la segun-
Desde la propuesta de Lacan, el orden simbólico opera como da tópica con la conceptualización de la pulsión de muerte, la teo-
determinante, como legalidad, en cuanto al lugar del sujern en su ría freudiana tiene en cuenta la noción de malestar y propone ocu-
relación al Otro, que está regulada o mediada por un código o sistema P<ffSe en estudiar las consecuencias del malestar que provoca la
de reglas y convenciones del orden sirnbólico que permite estruct:urnr cultura en el psiquismo, que sería ínelim1'.nable pues aunque, por
el intercambio a partir del lenguaje, Lacan aclara que el inconsciente momentos, se puede alcanzar la felicidad la misma es ::ilgo que siem-
freudiano no es un reservorio instí.ntual, sino que primordialmente es pre se esfuma, sosteniendo Freud que el ser humano "se vuelve"
lingüístico, proponiendo que el inconsciente e,miría estructurado como neurótico:
el lenguaje, en tanto s6lo puede ser captado al ser puesto en palabras.
El inconsciente está esrructurado como el lenguaje, sostuvo L1.::an, " ... porque no puede soportar la medidét de frustración que
pero no solamente como un lenguaje, diría él más adelante, sino la sociedad le impone en aras de sus ideales culturales". 5
como un lenguaje y un saber, que es saber inconsciente.
Así definido, es claro que el concepto de sujeto, sostenido o Tampoco la ética del psicoanálisis es utilitarista, y opone a la
soportado por estructuras pre-existentes y a su vez soportadas por aquel, ética del utilitarismo su máxirna que se ubica como imperativo
se opone a la concepción de "individuo'', que marca como indiviso kantiano y que Lacan expresa como pregunta:
una entidad homogénea y compacta, con la que se manejan distintas
corrientes psicológicas. "¿Has actuado conforme al deseo que te habita?".
En cuanto a lo referido a la ética, ésta es dimensión esencial de
teoría y clínica psicoanalíticas en su relación con la noción de La ética del psicoanálisis es pues, decíamos: ética del deseo.
sujeto en que se sostiene, y no es sin ella. Toda concepción del La noción de deseo es puesta en primer plano de la teoría
hombre, <1c.laremos, está fundamentada en una ética aunque ésta no psicoanalítica por Freud y luego por Lacan, definido ciertamente
se especifique o enuncie. En psicoanálisis la noción de deseo es como deseo inconsciente, concepto en el cual se enlazan inconscien-
concepto teórico básico: en In concepción di.rn1mica como polo del te y sexualidad en tanto las temáticas y las representaciones
conflicto, en el modelo del sueño, en la fórmación sintomátíca o en ínconcientes están exclusivamente referídas al deseo sexual.
la relaci6n con el otro significativo, siendo defin.itorio para locali- La dirección de la cura psicoan.alítica sostiene la importancia
zar al sujeto en la estructura y en el terreno de la psicoparología. La de que el analizante descubra su deseo. Es en la dirección de recono-
ética psicoanalítica es ética del cfoseo, en tanto la noción de sujeto cer y hacerse duefio del propio deseo, hacia el descubrimiento de la
del psicoanálísis supone la relación "deseo - inconsciente" propues- verdad de su deseo, n lo que tiende la cura psicoanalítica despren-
ta por Freud. No propicia desde su clínica lograr el bienestar como diéndose del deseo alienante del Otro.
"objetivo" que sí buscan algunas terapias psicológicas en un tiempo
en el cual los objetos y los bienes producen la felicidad al hombre
si puede lograrlos. El psicoanálisis no sostiene una étic:l del bienes- 4. Mnzzuca, R.: P.1icoanálisis )' psiquimría: cncu<'rmos y desencuentros. Berggasse 19.
Buenos Aires, 2006.
tar o del placer. Las éticas hedonistas son un conjunto muy hetero- 5. Freud, S. (l 930): El malestar en la mltttra. Obra.1 completa.~. Amorrortu. Vol.
géneo que colocan a los bienes como algo supremo que regiría la XXI. Hllenos Aires, 1986, p. 86.

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ArX)LESCENCIA Y JUVENTUD. CoNstnEMCIONES DESDE EL rs1coANAus1s PARTE J. fa SUJETO EN TIEMPOS DEL CAPITALISMO 1ARllÍO

Lacan lleva la apuesta freudiana a un punto de máxima posi- cicnr ífica". 6 Un paradigma es una cosmovisión particular de ver el
ción al sostener que el deseo surge originariamente en el campo rnundo que cuestiona el orden establecido, lo sotnete a una con.t [mm
del Otro, en lo inconsciente, remarcando el lazo "deseo , incons- (rit jea y determina grandes rransformaciones.
ciente" en tanto el deseo surge en el campo del Otro y en relación A fines del siglo XIX y principios del XX se produce un cambio
al deseo del Otro. de paradigma al ser conmovido el paradigma cartesiano de la moder,
Así pues, b ética que sostiene la teoría psicoanalítica, y que se mdad, fuerte y aparentemente irrefutable, por ia formulación desde
expresa en su quehacer, su/xme reconocimiento, jórtalecimiento Q rectifí, d "paradigma de la complejidad" del "principio de incenídurnbre"
caci6n de la Jwsición del sujeto resf)ecto de su deseo. Apunta a descubrir la ..Je Heisemberg y la de1nostración de "la existencia de singularidades"
dimensión oculta del deseo en el enigma del síntoma neurótico, y en en las trayectorias de ciertos sistemas. El "principio de incertidum-
la falta de nitidez de la construcción fantastrnil:ica, para que el sujeto bre", introducido a partir de las formulaciones de la nH::c;foíca y de la
pueda llegar a actuar conforme a su propio deseo. física cuántica, muestra la imposibilidad de obtener conocimiento
totalmente objetivo cuando se h::icen mediciones de ciertos fenómc·
nos en tanto el sujeto, como observador, perturba al objeto observa-
Paradigma de la complejidad y pensamiento complejo do de tal forma que en estos casos siempre se introduce una incertí-
dumbre imposible de eliminar. En cuanto a la afirmación de la exis-
El psicoanálisis hace su aparición en el universo ciemífico de tencía de singularidades en ciertas trayectorias fue postubda por el
fines del siglo XIX y despliega su conceptualización durante el siglo matemático francés Jules Ifonri Poincaré, a fines del siglo pasado, al
XX. Ahora bien: ¿qué sucede con el pensamiento científico durante dernostrar que ciertos sistem.as, regidos por leyes deterministas, pre-
el siglo pasado y comienzos del siglo en el cual vivim.os y con el cual sentaban trayectorias de evolución que llegaban a puntos de indeter-
el psicoanálisis conviviera y convive? minaci6n en los cuales el sistema podría llegar a optar por varias
El conocimiento científico fue concebido durante mucho tiem- posibilidades, en un lugar definido como punto de bifurcación.
po, y aún es así a menudo o en ciertos espacios, corno teniendo por Así pues, para dar cuenta del pensamiento de nuestro tiempo, a
misión disipar la aparente complejidad ·de los fen61n.enos a fin de nivel de lo científico, es imposible dejar de considerar el "paradigrna
revelar el orde11 simple al que obedecen. El problema es que los de la complejidad". Edgar Morin, filósofo francés, en su libro Intro-
intentos simplificadores del conocimiento mutilaron, redujeron o ducción al j)ensamiento comJAejo, es quien propone este concepto: ;'pa-
empobrecieron las realidades o fenómenos definidos para su estudio, radigma de la complejidad", í e incluye la incertidumbre como varia-
produciendo más desconocimiento o ceguera que elucidación, en un ble en nuestro pensamiento. Sostiene que lo simple no existe, sino
reduccionismo científíc.o con el que se pretende anular la angustia que sólo existe lo simplificado, y que la complejidad se presenta
ante el desconocimiento. corno lo inextricable, lo enredado, lo ambiguo, la incertidumbre, no
Pero entonces surge como pregunta: pudiendo resumirse en una palabra maestra o en una ley. Es ut~ tejido
¿c6mo encarar la complejidad de un modo no-simplificador? de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados en una
Con el pasaje de la modernidad a la posmodernidad y luego al paradójica relación de lo uno y lo múltiple, una rnezcb íntima de
tiempo del capitalismo tardío, se produce un cambio de paradigma..
Thomas Kuhn considera a los paradigmas "como realizaciones
denríficas universalmente reconocidas que, durc1nte ciento tiempo, 6. Kuhn, T.: La estrnc!Ura de la.1 revolticiones científicas, Fondo de Culrurn Econó-
mica. Méxko, 1971.
proporcionan modelos de problemas y soluciones a una comunidad 7. Morin, E.: lntroducción al jJensmnie11w com¡1lejo. Gedisa. Barcelona, 1997.

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ADOLESCENCIA y JUVENTUD. CONSlDEl\1\CIONES DESDE EL l'SlC01\NAUSIS P1\!\ll; 1. EL SUJETO EN TIEMPOS DEL Ct\J'ITM.IS~,10 T;\RllÍO

orden y desorden. El siglo XX representó, seg(m Morin, tm~\ era de ,.h:sdc el siglo XVII. Este paradigma, regido por los principios de
antagonismos que dejó una mundialización unificadora Yglobal pero J 1syunci6n, reducción y abstracción, cksarticula al sujeto pensante,
conflictiva y desiguaL El presente siglo enfrenta importantes retos, i:go cogitcms, y la cosa extensa, res extensa, es decir filosofía y ciencia,
dando cuenta <le las nuevas incertidumbres en la ciencia para demos- y proponía la reducción de lo complejo a lo simple. La historia del
trar las debilidades del paradigma de la simplicidad. pensamiento moderno estuvo definida por el esfuerzo de entender
Pero creer que la complejidad conduce a la eliminación de la h:"t naturaleza de las cosas y los sucesos sím¡:¡.Jificando permanentt.>
simplicidad es una equivocación. L\ cotTtple.iidad integra en sí. rnis- mente los fenómenos parn su mejor comprensión. Y fue, precisa-
tna todo aquello que pone orden, claridad, distinción, precisión en el mente, bajo el manto de este pensamiento rnecanicista que se pro-
conocimiento, a diferencia de lo que sucede con el pensamiento dujo la reducción de lo complejo a lo simple y a la
simplificador que desintegra la complejidad de la realidad. Es correc- híperespecialización, fragmentando profundamente el entramndo
to pensar que el pensamiento complejo integra lo más posible los complejo de la realidad.
modos simplificadores de pensar, pero rechazando los reduccionismos El pensamiento complejo no se opone a que puecbn existir la
y bs mutilaciones o los recortes que simplifican, considerando ~'.lor lo claridad, el orden, el determinismo, pero los s:;1be insuficientes en
contrario que el estudio de cualquier aspecto de la expenenc1t1 hu- tanto no es posible programar el descubrimiento, el conocinüento,
mana ha de ser, por necesidad, multifacético e implica el reconoci- ni inclusive, y por afiadidura, la acción. Recuerda permanenremen-
miento de un principio de incoinpletud y de incertidumbre. te que la realidad es cambiante, que lo nuevo puede producirse t:~n
llya Prigogine vaticina que con el pensamiento complejo la cualquier momento porque con seguridad va a surgir. La teoría del
humanidad llegará al fin de las certidumbres~ que empobrecen el pensamiento complejo, ideada por Morin, sostiene que la realidad
acceso al conocimiento. Premio Nobel de Quírnica 1977 por su con- se comprende y se explica desde rodas las perspectivas posible~.
tribución al estudio de la termodinámica y a su teoría sobre las estruc- Entiende que un fenómeno específico puede ser analizado en las
wras disipativas, Prigogine, de origen ruso, resalta la importancia de más diversas áreas del conocimiento, desde un.a perspectiva
la incertidumbre que mueve <l buscar las bases constructivas dd futu- multidisciplinaria, y que tanto la realidad como el pensamiento y
ro y entiende que el tiem.po de la certidumbre y la racionalidad per- el conocimiento son complejos y por dlo es preciso usar la comple-
tenece a una cosmovisión y a paradigmas superados. A partir de la jidad para entender el mundo.
incertidumbre sería posible la creatividad constructiva, sosteni.endo En este panorama del pensamiento científico presenta el psicoa-
que no hay una dirección útüca en la construcción de la realidad, rnílisis sus propuestas, definiendo al sujeto corno stljeto del incons-
jerarquizando la importancia del desorden creador para el arte Y pma ciente, como sujeto escindido, y produciendo una conmoción que
l::i ciencia. Prigogine es uno de los tc6ricos de la teoría del caos Ydel Lacan equipara a la revolución copcrnícann al descentrar al sujeto de
orden subsigulente al caos, de las estructuras disipat:ivas que afloran la posición que la psicología de b conciencia le otorgara. Desde la
en los procesos de autoorganización. Considera este autor que el caos misma definición de inconsciente con sus leyes que se diferencian de
está en el origen. de la vida y de la inteligencia, siendo de tal forma la la kgalidad de la conciencia, no respondiendo a lo lineal que la
inestabilidad y el caos la base constructiva del orden. psicología positivista propone y con movimientos entre el desorden
La modernidad estuvo signada por el "paradigma de la simplifica- y un orden diferente a la relación unidireccional causa-efecto, lo
ción", formulado por Descartes, principio rector del saber occidental ínconsciente, estudiado en su complejidad, en sus distintos niveles
de inscripción y funcionamiento, se evidencia como el motor del
8. Prlgogine, !.: E! ¡¡n de !as certidumlne.>. Andrés Bello. S;,111tiago de Chile, 1996. psiquismó que el psicoan:ílisis entiende con la noción estructllral de

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A!X1LF$CENC!A y JUVENTUD. O)NSIDERACIONP.S DESDE EL l'SlCOANALISIS PARTE l. EL SUJETO EN TIEMPOS DEL C:\l'l1ALISMO ·r.. . nnío

conflicto entre sistemas, instancias, lógicas del yo ... afirmando la exis- Los cambios respecto de las condiciones de vida del sujeto se
tencia de una realidad psíquica qqe no coincide con la realidad inic 1an y se pueden ubicar en un contexto que Jean BaudrillarcP
concreta, expresándose el conflicto entre ambas dimensiones en la derwmina "posmodernismo", definido por la caída en la "liquida"
riqueza de la producción sintomfüica, y evid.enci¡ir1dose en estos con- uún de la m.etMora" Y la desvalorización de la palabra, caracterizado
ceptos enunciados las relaciones del psicoanálisis con el paradigma por d predominio de la imagen y por la imposibilidad de proyección
de la complejidad como panorama que marcara el pensamiento cien- dd su.jeto en el objeto, en tanto el sujeto "es'.' el objeto, con neto
tífico del siglo pasado y comienzos del actual. predominio del tener por sobre el ser y de la c~1ltura de lo hiperreal.
Llice este autor:

El sujeto de la sociedad de consumo "Estamos sumergidos en un sistema donde todo está confundi-
do, ya no existe la posibilidad de jugar con las apariencias ... "
Es importante considerar que la ideología y las condiciones
imperantes de cada momento histórico-socio-cultural impregnan al Por su parte Jean-Fran\'.ois Lyotardlll enlaza a la "posmodernidad"
sujeto que se encuentra viviendo en su seno. Y sería ilusorio pensür con las transfr)rmaciones que produce el capitalismo a niveles socio-
que por cuestionar u oponerse a la ideología pwfominame de la econ6micos, especialmente en lo relativo al lugar que ocupa el saber
época ésta deja de imprimir su sello. Es necesario tener en cuenta que adquiere valor de mercancía en dicho panorama, relacionando este
cómo el pasaje de la Modernidad a lo que S(~ da en llamar fenómeno a los nuevos modos de circulación de capitales. En cuanto a
Posmodernidad o Modernidad tardía, y luego Capitalismo tardío o . < " conc]•icion
1a expres1on • •• J
posmoí.ierna "
por él utilizada, de!:iignaría:
Sociedad de consumo, va influyen.do en, y transformando, los modos
de regulación de goce y también, como consecuencia, las institucio- "... el estado de la cultura después de las transformaciones
nes en las que se encuentra inserto el sujero que producen subjetivi- que han afectado a las reglas de juego de la ciencia, de la
dad a través de su accionar. Por eso, es imprescindible considerar la literatura y de las artes a partir del siglo XIX",
forma en que la lógica dd mercado modifica los disposítivos
institucionales e imprime su marca propia a los sujetos que forman cuestión que Lyornrd propone situar en relación a las "crisis de
parte de los mismos. los relatos".
No podemos menos que interrogarnos acerca de cuáles po- Nicolás Casullo, 11 refiriéndose al debate modernidad-
drían ser las iníluencias de la ideología imperante sobre los hom- posmodernidad, dice en cuanto al lugar del sujeto:
bres, y durante la adolescencia en especial, y considerar las peculia-
ridades de las condiciones de vida que plantea el tiempo en que "Hoy aparece la duda, cada vez rm'ís agudizada, de si todavía
vivimos que es definido, entre otras formas, como tiempo del caj)i- existe esa narración .subjetiva. Si no somos básica, absoluta y
talismo tardío, o de la sociedad de consumo, derivación del
posmodernismo o de la sobremodernidad, tomando expresiones dt~
Baudrillard, Lyotarcl, Lipovctsky y Augé, entre otros, con las que se 9. Baudrilla~d, J. y \)troi;: La posmodcrnida.d. Kairós. Barcdona, J91l5.
intentaran definir las condiciones sociales y culturales de una !O. Lyotard, J-F.: La condición ¡1onmoderm1. R.E.1. Argt•ntin·1 Bllenus A1'i·e's
l 99 l. .' .. ' . '.
globalización económica denigrante que transforma a los hombres l l .. Casulla, N. Y otros: ltinernrios de la modernirlcid. Publicacione,; del CBC,
en objetos. Univermlad de Buenos Aires. Bueno> Aires, 1996.

20 21
ADOLESCENCIA y JUVEN'nJD. CoNSlDEl\ACIONlcS DESDE EL l'SlCOANALISIS .P1\RTE 1. EJ. SUJHO EN 'fJEMl'OS DroL CAPl1~>\LISMO Ti\RDIO

definitivamente atravesados por aparienclas, sef\uelos, no- cnidamente, imágenes de algo que está sucediendo a miles de kiló-
narraciones, virtualidades, en las que nosotros somos ape- metros, como fenómenos de la globalizacíón.
nas agujeros huecos, vacíos, que no podemos ya narrar ab- Las condiciones descritas, definidas como propias de la actual
solut~mente nada (. .. ) Esto daría pie tarnbién a pens<tr si ese modernidad, facilitarían el predominio del acto por sobre el pensar y
sujeto, si aquel sujeto pensado como fundamento de lo por sobre la importancia de la palabra, ubicado el sujeto en un tmm-
moderno, sigue existiendo." du consumista que propicia la adicción en gep.eral y que crea un
nuevo lugar para las drogas, diferente al de décadas pasadas. En dicho
Gilles Lipovetsky sostiene que la sociedad posmoderna se ubica contexto las drogas son una mercancía rn<í.s, regida por las leyes del
en la era del vado en la que los sucesos y las personas pasan Y se capitalismo y constituyendo un problema económico y de poder en
deslizan, sin ídolos y tabúes pero tampoco tragedia o apocalipsis, si_n cuanto a la relación existente entre oferta y demanda.
lugar para la revolución ni para fuertes compromisos políticos. Refi- Un punto de especial importancia para pensar las condiciones
riendo a dichas sociedades posmodemas dice: de vida en las que se encuentra el sujeto hoy en el tiempo del capita-
lismo tardío es el desprestigio de la verdad y de la justicia. En este
" ... es aquella en que reina la indiferencia de masa, donde 11specto sería interesante estudiar las transformaciones que se pueden
predomina el sentimiento de reiteración y estancamiento, producir en el superyó, y en la consolidación del mismo durante la
en que la autonomía privada no se discute, donde lo nuevo adolescencia, para analizar el impacto en el sujeto de los cambios en
-e· ·e1coge como lo antivuo, donde se banaliza la innova- los valores y en la ética. Freud sostiene en "Tres ensayos" y en la
~ o
·, ( ) se «lisuelven la confianza y la fe en el futuro, ya "Conf.erenc1a . 3,_,1 " que e l caracrer
, ·
se constituye - oe:
a traves 1
incorpora-
c1on, ... . ~ ,
nadie' cree en el porvenir radiante de la revolución Y el ción de la instancia parental como superyó (punto de especial impor-
tancia), a la que se agregan identificaciones de épocas posteriores,
Progreso la gente quiere vivlr enseguida, aquí Yahora, con- n¡z
- ' . .
servarse joven y no ya para for¡ar el homore nuevo.
t .
identificaciones como precipitados de vínculos de objeto resigna~
dos, formaciones reactivas y sublimaciones. En este, como en otros
Marc Augé, en su esrndio sobre lo que denomina trabajos (El malestar en la cultura, Moisés y la religión monoteísta ... ), el
"sobremodernid;cl",u propone pensar los "no lugares" como aquellos creador del psicoanálisis propone interrogantes acerca de la relación
espacios de anonimato que serían vías necesarias para circulaci6n entre lo social-cultural y lo subjetivo, para ahondar en el estudio del
acelerada y solitaria de bs personas y de sus bienes. Plantea que en la psiquismo. Este problema del debilitamiento de la verdad y de la
sobremodemidad la identidad del sujeto está en crisis en tanto se justicia se interrelaciona asirnismo con el referido a las dificulmdes
rechaza el juego social del encuentro con el otro. en el sostenimiento de las funciones materna y paterna en la actuali-
El tiempo del ca/Jitalismo tardío, en el que vivimos, está caracte- dad, como veremos en próximo esp::1cio.
rizado por la estimulaci6n del consumo, la sobrevaloración del~ ima• La teoría y la práctica del psicoamí.lisisestán atravesadas por, y
gen y la importancia de la inmediatez que producen los medios de se encuentran en relación con, las coordem1das de su época en tanto
comunicación masivos que permiten presenciar al insmnte, obscena Y cada momento histórico-socio-culrural implica un cierto ordena-
miento social y económico, que procura modos de goce, tiene con-
secuencias sobre el lazo social y, por supuesto, sobre la constitución
·
l 2. l,1povets ky, ('1.: .La "r~
,_ u
d,,J ""C1'¡·1 •·cr,~lt)'C1s sobre d incHvidua!i$tnO cont~m¡)()ráneo.
~· --~ . e '· . . . - subjetiva, sobre la construcción de la posición del sujeto, y esto
Anngrama. Barcelona, 1986. . hay que tent!rlo permanentemente p•resente en tanto es el sujeto,
13. Augé, M.: Los no lttgal'eS. Oedisa. Barce1om1, 1994.

22 2.3
A lJOl.ESCE:'lCIA y )1..IVE.'lTUfl. CONSIDERACIONES l)ESl)E EL PSlO.)/l.NAUSIS
PARTE 1. fa SUJETO EN TlEMf\:lS DEL CAPl'li\USMO T/\RDfO

decíamos y aclarábamos: sujeto del inconsciente, al que el psicoanü- ·. k;:; ideales universales. Y, justamente, una función de lo~ ideales, en
lisis se refiere para ahondm en el estudio sobre su peculiaridad y f.l.Iperspectiva pacificante, es brindar al sujeto una posición en la
propone la clínica con. la cual abordar el sufrimiento y el malestar · e~cena, fundar el lazo social y consolidarlo e influir en la organiza-
que la cultura impone. c~ón del estilo de vida de los sujetos. La familia tenía especial i1npor-
Tanto Freud como Lacan mostraron interés y preocupación en iancia y poder, institución sostenida en una función paterna, con
ubicar los conceptos psicoanalíticos en su dimensión social, a pesar : posibilidad de crear y sostener lazo social, ejercer función de prohibi-
de Las diferencias entre los momentos histórico-socio-culturales que ción otorgando especial valor a la renuncia de lo ¡:misional ante los
vivieron uno y otro. Es muy claro esto en Freud, con los numerosos límites que la cultura impone y jerarquizando la sublimaci6n. Freud
escritos que fueran calificados ~mno "sociales", con un dejo d~ de&· trabaja esta complejidad a la cual nos estamos refiriendo en Tótem)'
valorizacíón, por algunas corrientes psicoanalíticas, y menos eviden· tabú, El malestar en la cultura y en Moisés y la religión monoteísta, y
te en Lacan, a quienes sus detractores prcsent:an como enfrentado a la Lacan se refiere a ella en el Seminario" De los Nombres del Padre". 1'
problemática de la época y sosteniendo una perspect:iva in~ividua­ La época actual, en la cual vivió Lacan, siglo XX, y comienzos
!ista. Pero podemos aportar, a manera de ejemplo, y para afmnar la del presente siglo, en la que nos encontramos, es la de los Nombres
relación sujeto-Otro social que plantea Ltcan, una expresión del del Padre, en plural, sostiene J. A. M iller. 16 Tiempo en e! cual ya no se
mismo que no deja lugar a dudas y que corresponde a un escrito de confía en los significantes amos, y los ideales no logran dar a los
sujetos un posicionamiento social.
comienzos de su obra:
Oportunamente Lacan disefia un dispositivo de cuatro discursos
"Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su hori- lx'ísicos: el del amo, el universitario, e! de la histérica y el analítico.
wnte la subjetividad de su época. Pues ¿cómo podría hacer Este esquema supone un análisis de los discursos posibles, y permite
establecer las relaciones entre el amo, el saber, el goce y el sujeto.
de su ser el eje de tantas vidas aquel que no supiese nada de
la dialéctica que lo lanza con esas vidas en un rnovimiento Aclaremos que cuando Lacan habla de discurso se refiere a una e~~
trucrurn necesaria que excede a la palabra, es decir, hay discurso sin
simbólico? Que conozca bien la espira a la que su época lo
palabras. En su estudio sobre los cuatro discursos Lacan plantea que
arrastra en la obra continuada de Babel, y que sepa su fun-
conservan un eje de imposibilidad específica y otro de impotencia, y
ci6n de intérprete en la discordia de los lenguajes." 14
remarca lo insostenible de un discurso que agrega a los cuatro origi-
Retomará luego este interés a fines de su producción teórica al
narios: el "discurso capitalista", en tanto es imposible alcanzar la feli-
conceptualizar lo que da en llamar "discurso capitalista", en el cual cidad "total" por la vía del consumo. La lógica de fúncionamienrn de
este discurso deja al sujeto en la impotencia cuando intenta rellenar
nos detendrem.os para su consideración.
con bienes el intervalo entre el goce buscado y el goce obtenido, en un
La época en que transcurriera la vida de Freud, de fines ~ie siglo
circuito que no está marcado por ninguna imposibilidad, pues el obje-
XIX y comienzos del XX, marcada por las guerras mundiales, tue muy
tivo del capítalismo es que todo lo qlle existe se presente como mer-
distinta a la que viviera Lacan. Fue la época del reino del Nom.bre
del Padre, como función simbólica, con10 función pivote para el ser cancía ofrecida para ser comprada. El discurso capitalista, "variación
hablante, en una sociedad sostenida en una ética de las virtudes Yde
!5. La can, J. (1963): De los Nomlm:.1 dd Padre. bidó~. Buenos Aires, 2005.
16. Miller, J. A.: Comentario del scminlffio inexisteme, MruwntiaL Buenus Ai-
.. J. (1953a): "Función y campo
14 . L,,t.:.;an, . de la pahibrn
.. y del
s lengu;1je fm p>icua- res, 1992.
milüiis". Escritos l. Siglo Veinriuno. Méxko, 1978, p. J3,.,

24 25
ADOLESCENCIA YJUVENTUD. CoNSlDEnAClONES DE$DE EL !'SICOANÁLISIS
PARTE l. EL SUJETO fcN TIEMPOS OEL CAPITAUSMO 1AlUl{O

del discurso del Atno'' al decir de Lacan, es una fonnulación


Ahora bien, podríamos interrogamos acerca del superyódel dis-
lacaniana para pensar el rechazo de la castración en una sociedad
curso capitalista, pudiéndose pensar que este superyó, cuanto m<:'Ís
de consumo que hace creer que todo es posible de lograr en tanto
todo es mercancía, objetos de mercado. Se trataría del rechazo
~ 1 cepta el sujeto las leyes del consumo, se hace cada vez más exigente
\ demandante, como equivalencia clara y directa de la voracidad del
( verwerfung) de la castración en tanto supuestamente no habría im-
discurso capitalista.
posibilidad.
Freud planteaba en E! malestar en la cultura que el sufrí1\~iemo
En los tiempos del discurso del Amo, se trataba de formar escla-
amenazaba al hombre por tres lugares:
vos obedientes, necesitándose que el esclavo supiera para poder obe-
decer al Amo, y por lo tanto, desde el discurso del Amo se "es" al-
1. d propio cuerpo.
guien para poder "tener". A diferencia de esto, desde la lógica del
2. desde el mundo exterior.
discurso capitalista si "se tiene" se puede "ser" a lguien. S'e"es"s1
' se
3. desde los vínculos con los otros seres humanos.
tiene, si se posee objetos, si se puede acceder a la mercancía.

l,loy, la ciencia del capitalismo dice estar en. condiciones de


" ... la crisis, no del discurso del arn.o, la del discurso capita-
liberarnos de estas fuentes de sufrimiento. Si estas fuentes tk~ sufri-
lista que es el que lo sustituye, está abierta. No les digo en
miento nos enfrentaban a la castración, la sociedad moderna ofrece
absoluto que el discurso capitalista sea débil, tonto, al con-
supuestas seguridad y confortabilidad cotidianas que venden la ilu-
trario, es algo locamente astuto ¿verdad? Muy nstuto, pero
sión de poder librar de tales límites a la omnipotencia narcisista,
destinado a reventar, en fin, es el discurso más astuto que se
' , tem'd o. "17
llaya Jamas instalando la convicción de que todo es posible, desde cuestionar el
paso del tiempo sobre el propio cuerpo con cirugías que devuelven
años, hasta no necesitar el encuentro con el otro parn lograr placer
En cuanto al mercado, Lacan st1braya la relación de la plusvalía
sexual en tanto la masturbación como enci(;~rro autoer6tico encon-
con el plus de goce propio de la estructura del significante, ubicando
traría su tmixima expresión en el logro del orgasmo a través del sexo
a la plusvalía como la causa del deseo: la plusvalía es la causa de la
virtual o en el aislamiento que produce el consumo de algun<L'i sus-
producción en exceso y dt; fa consecuencia de consumo insaciable
tancias, sin lazo social.
ele objetos. Sostiene La.can:
Al no reconocer lo imposible como un tope, se deja alsujeto
sometido a un itnperativo de goce sin límite al sostenerse qu~ "todo
"La plusvalía es la causa del deseo de la cual una economía
se puede". Llegándose al extremo de reemplazarse el "si querés
hace su principio." 18
podés", con el cual vende la publicidad capitalista, por un aun nuís
peligroso: "lo querés, lo tenés", o "si podés, debés tenerlo", que
En el tiempo de la globallzación económica que transforma a
deja al sujeto indefenso ante el goce por la exigencia implícita en
los hombres en objetos, se pretende no hablar de culpabilidad, ni de
la propuesta. Se unifica el goce al ofrecer la ciencia objetos "igua-
deseo, ni de inconsciente, como si eso no existiera o pudiera ser eli-
les" para todos y, como promesa, la sociedad de consur~w sosti,ene
minado sin consecuencias.
la expectativa de que todos podrían gozar de lo mismo y en forma
ilimitada. El problema es que el consumo frustra el deseo, se exige
17, Lacan, J. (1972b): Conferencia en Mil{ln, mayo de 19'.2· goce sin límite y en esa misma medida se va produciendo empobre-
18, LJcan, J.: Ifodiofonfr1 'J Televi5i611. Anagrnm;1, Buenos Aires, l 977, p, 58, cimiemo de deseo.

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AlX)Lf!SCENCli\ Y JUVENTUD. CONSIDERACIONES DESDE EL PSlCOAN1\US!S PARTE]. fa SUJETO EN TIEMPOS DEL Ct\PlTf\LISMO Tt\RDÍO

La producción de esos objetos de consumo, de ofrecimiento y En tiempos del capiralístno tardío el deseo no queda habilitado
de recuperación de goce, es la herramienta del discurso capitalist;1 0 se dcvalú;;1 por cuanto se hace suponer que sortear los límites es

para obturar la "no relaci6n sexual", y logra, al forduir la castrací611, posible en tanto se puede lograr lo que se pretende vía consumo de
el rodeo necesario ofrecido a 1 neurótico para no hacer pasar su goce objcros. Ya no es un significante amo el que manda al goce, sino que
por los desfiladeros del significante. El goce específicü colmado es el son Jo;; objetos del mercado los que dirigen nuestros deseos y goces. Et
goce del Otro, con lo que este discurso permite recuperar un goce no interrogante es qué sucede con el sujeto, desde nuestrn perspectiva en
fálico y fuera del registro simbólico. Freud, con la lucidez que lo cu:Jnto al sujeto que sostiene el psicoanálisb, y en lo referido al valor
caracterízara, reflexionaba muchos años atr<'í.s sobre el refuerzo de la ta p.;ilabra y al lazo social, ya que lo que estaría en ju ego es este plus de
ilusión en El malestar en la cultura: guce. Y es sobre qué sucede en, y con, el sujeto donde nos debemos
der:ener para estudiar las peculiaridades de su constitución, siendo
"El hombre se ha convertido en una suerte de dios - próte- que desde el psicoanálisis se entiende como fundamentales para la
sis, por así decir, verdaderamente grandioso cuando seco- subjetividad de la época a aquellos Signifícantes Amos que determi-
loca todos sus órganos auxiliares."t 9 nan al sujeto desde el Otro.
Decíamos tramos atrás que, complementariamente al descubri-
Lacan retoma la ide<l de Freud sobre el hombre "dios-próte- miento de lo inconsciente, hay un corrimiento de la noción tradicio-
sis" como dram<.-\tica expresión con la que se refiere a las exigen- nal de sujern siendo imprescindible al respecto tomar la propuesta de
cias y ofertas seductoras entre las que el suJeto se mueve en la Lacan que aporta a la transformación de la noción de subjetividad
dimensión del capitalismo, y denomina "gadgets" a los objetos realizada por Freud y sostiene que lo revolucionario de la reoría
(artilugios, artefactos o mecanismos) que provee la ciencia para el psicoanalítica consiste en postular la subordinación de un sujeto a
bienestar del hombre y que permitirían colmar el goce del Otro, una estructura que lo determina.
goce que en la topología nodal está opuesto al goce frilico, o sea
que es un goce no sexual, goce parasexuado diría Lacan, ubicado
entre R e 1, entre lo real y lo imaginario, y por fuera y lejos del Veamos en qué consiste dicha subordinación
lenguaje, de lo simbólico. .
Refiriéndose a las condiciones de la sociedad de consurno, Desde el psicoanálisis es posible considerar que la primera ins-
Elizabeth Roudinesco afirma: cripci6n del sujeto se hace en relación a un sistema simbólico que lo
pre-existt~ y que lo condiciona desde antes de su nacimiento. En el

"La socíedad democrática moderna quiere borrar de su hori- mismo momento en que se piensa y se discute un nombre para ese
zonte la realidad de la desgracia, de la muerte y de la violen- sujetO próximo a nacer, se lo está incluyendo en un sistema simbóli-
cia, buscando integrar, en un sistema (ulico, las diforencias y co, dándosele nueva lectura y fuerza a la perspectiva de la situación
las resistencias. En nombre de la globalización y el éxito edípica como una estructura determinante o condicionante en la
econ6mico, intentó abolir la idea de cont1icto social. "ZO comtituci6n subjetiva. La posición relativa del sujeto estan\ definida
en relación, en interrelación, con !a jugada del otro. Dicha posición
relativa escá mediatizada por un sistema de reglas y de convenciones
funcionando como código que marca una posición. En el juego de
19. Freud, S. (J 930): El malestar en la cufrurn. Ob"fa.s com/>lews. Amorrorru, p. 90.
W. Roudinesco, E.: Por (Jt<c! d ¡1sicoanálisis. Paidó~. Buenos Aire>, 2002, p. 17. interacción e interlocución los sujetos quedan ubicados en clertas

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ADOLESCENCIA v JUVENTUD. CoNsll iER/l.CiON!'s rn:St.lE El. !'~1coi\N ..í.us1s
PARTE 1. fa SUJETO EN TIEMPOS DEL CA!'!TAUSMO TARDfO

posiciones estratégicas en relación a las reglas que se ponen en juego.


publicidad está sin duda dirigida a ellos, ofreciéndoles objetos de
Por cierto, entonces, que hablar no es s6lo expresar algo, sino, funda-
consumo para su felicidad, o los tiene como protagonistas, como
mentalmente, es colocarse uno, y por lo tanto en relación al otro, en .
destinatarios y como actores. Los adultos se apropian de emblemas
determinada posici<'.ln que no es independiente de la estrategia que
identificatorios como lo son la vestimenta, la música y la jerga o
funciona a partir de ciertas reglas o normas, y eso supone el funciona-
forma de hablar adolescentes, mientras que reaccionan con temor o
miento de un orden simb6lico.
resquemor sí se les aproxima un representants; de la moda dark, de
Existe un código que representa la función simbólica, Y dicha
negro, con piercings, tatuajes y maquillaje.
función es la que va a permitir caracterizar el funcionamiento del
Al referirse a la adolescencia en la posmodernidad, Obíols G. y
inconsciente que tiene básicamente la característica de ser supra-
S. consideran que:
individual, que está por encima del sujeto, es un lugar, una conven-
ción significante que est6 por fuera, en relación de exterioridad con .
" ... aparece socialmente un modelo adolescente a través ele
el sujeto. · .
los medíos masivos en general y de la publicidad en parti-
Proponíamos considerar en tramos anteriores de este espacw
cular. Este modelo supone que hay que llegar a la adoles-
que los rnodos de regulación del goce y la misma puesta en juego de
cencia e instalarse en ella para siempre. Define una estética
lo pulsional no podrían ser pensados por fuera de la dimensión de lo
en la cual es hermoso lo muy joven y hay que hacerlo per-
hist6rico-socio-cultural. Y, por lo tanto, de lo que se trataría es de
durar mientras se pueda y como se pueda."21
comprender los modos sociales y colectivos de producir lo que cono-
cernos como subjetividad y ahondar en el modo de regulación de
En este estado de situación, en el actual contexto socio-cultural,
goce que la actual modernidad propone. . ,
de haberse producido de manera "adecuada" la operación nominante
Como sujeto, sujetado a una estructura que lo detennma, SU Jeto
del padre el adolescente en lo esperable podrá consolidar su identi-
de lo inconscience y de la palabra, podemos sostener que el sii:jet:o del
dad a pesar de las amenazas al marco fantasrnático que se replantea en
psicoanálisis está atravesado f)Or la ideología del contexto socic'.-JJolítico-
sus términos en el tiempo l6gico de la adolescencia.
económico-cultural en el cual se encuentra inserto, y esto no es sm conse-
Si bien las expresiones de malestares subjetivos ante la exigencfa
cuencías. Podemos agregar entonces que, aunque todo sujeto debería
cultural no llegan en la mayoría de los casos a patologías graves sino
ser responsable de sus actos, desde las condiciones que promueve el
que se expresan en lo "nonnal" sólo como síntomas, como psicopatología
capitalismo tardío se atenta contra ello con el empuje a tran.sforrmH
de la vida cotidiana, en la adolescencia y en otros momentos de la vida
al sujeto en una mercancía más, en objeto de cambio, devaluándose
críticos o cruciales, son sí la violencia, los intentos de suíciclio, ano-
su condición subjetiva.
rexia y bulimia, las adicciones o drogadependencias, es decir las fxLtolo-
A las consideraciones respecto del sujeto en la posmodernidm:l
gías del acto en general, actuales configuraciones clínicas predom.inan-
podríamos agregar para pensar en los adolescentes de este tietnp(~ en
tes derivadas del sufrimiento que la cultura impone. Constituyen di-
que vivimos que sobre ellos pesa un plus a tener en cuenta: constitu-
chas modalidades de presentación clínica formaciones resistentes al
yen objetos de consumo por excelencia. Provocan la ad1niraci6n de
dispositivo clásico psicoanalítico que exigen replanteos teóricos y
los adultos que los ubican en el lugar ele modelo o ideal de procesos
identiflcatorios por los cual.esse "adolescentit.a" la adultez y, simu lt<'1-
neamente, son objeto de violencia o agresión al ser ubicados como
personificación de b drogadicción, la transgresión y el descontrol. La 21. Obk,ls, G. y Obiols, S.: Adolescencia, ¡wsmodcrnidad y e5cuela scetmdaria.
K<1pelusz. Buenos Aire~, 2001.

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ADOLESCENCIA Y JUVENTUD. CONSlOERACIONES DES[)f: t:L PSIC01\NALlSJS PARTE l. fa SUJETO EN TIEMPOS DEL C.'\l'IT.'\L!SMO Tt\ROÍ\ ¡

clínicos al psicoarnilisis, que a veces se "diagnostican." confusamente ''enloquecedoras" esquivando el empobrecimiento que se suprn , •
1

como psicosis, otras como neurosis graves, o como perversión, o está ineludible.
también la salida de proponer como solución de compromiso la cate- El adolescente al cual nos referimos se encuentra inserto en tm
goría de "borderline" o la difusa y amplia denominación ele "patolo- medio familiar y, a su vez, en un contexto socio-económico-cultural
gías del narcisls1no", o incluso de "patologías de la autodcstrucci6n", al particular o específico, ambos ámbitos que facilitarán o perturbarán,
no poder precisarse su especificidad. en cada caso, el trabajo de reposicionamieti.to subjetivo que la ado-
Desde una perspectiva psicoanalítica es posible considerar a las lescencia exige. .-
patologías del acto como configuraciones clínicas que se acoplan o
engarzan a cualquiera de las estructuras freudianas, no constituyendo Contexto
estructura en sí mismas.
Por otro lado, paradójicamente, pero como algo explicable, en
un tiempo en el que la acción se jerarquiza o valora, se presenrnn
manifestaciones clínicas en la adolescencia ubicadas en la vereda de
enfrente a las patologías del acto. Estas son la inhibición psicológica, la familhu·
sobrecula¡nación y la depresión, utilizando para esta última la termino-
logía psiqui<ítríca por b cual es reconocida, presenrando iguales o Socio económico cultural
mayores dificultades para su abordaje terapéutico que !ns proble1rnl.-
ticas ubicadas en la gama del acto, problem<iticas todas que abordare- Así pues, la adolescencia supon.e una movilización en diferen-
mos en otro espacio de este libro. tes niveles: individual, familiar y social, en una complejidad que
Pero, para continuar la línea de trabajo abierta, es necesario supera el estudio de un "fenómeno" puramente persona! 0
volver a consideraciones generales respecto de la adolescencia, refe- intrnsubjetivo.
rirnos a la así denominada adolescencia normal, con tas peculiaridades En próximos apartados nos abocarern.os a considerar, en el pri-
que adquiere en la actual modernidad, en tiempos del capitalismo mero de ellos, las vícisitudes de la adolescencia como respuestas a las
tardío, y aclarando que nos referimos a adolescentes que viven en transfonnaciones que se producen a partir de la pubertad y con la
grandes urbes ta! corno es el caso del átnbito ciudadano o metropoli- irrupción del erotismo geniral, en su relación con la revitalización de
tano y zonas aledañas, en un país como el nuestro, latinoamericano Y la conflictiva edípica y un nuevo dimensionamiento del complejo
"en vías de desarrollo", evitando ge,neralizacíones empobrecedoras. fraterno, mientras que en el otro nos detendremos en los avatares de la
Eludiremos también, considerándola pardal, la óptica que mues- juventud como expresión de la salida del sujeto del mundo
tra al adolescente s61o en cuanto a las dificultades que presel1ta en la endogámico-familiar en búsqueda de una posición para sí en la com-
consolidación de su posición subjetiva por el hecho de vivir en la
pleja realidad del mllndo globalizado, poniendo en juego proyectos
actual rnodernidad. Los adolescentes encuentran nuevas formas de de vida de diversa índole.
hacer lazo social a través de medios que t~n otros momenros no exis-
tían, y construyen y sostienen puntos de encuentro, en el mejor de 'los
casos, escapando ¡:¡J encierro nardsisrn de la realidad virtual de la p<m-
talla de televisi6n o de los video.juegos, debiéndose adenuís reconocer
la creatividad que en muchos casos presentan pese a las condiciones

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