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Widmer Mejía Nicole

0203806
27/02/18

EL BIENESTAR MATERIAL, SUCEDÁNEO DE LA FELICIDAD

La lectura habla sobre lo que es la felicidad para diferentes autores, cómo alcanzarla y con
qué se puede confundir en la actualidad. Quisiera comenzar definiendo lo que es para
Aristóteles la felicidad; él la define como la actividad del alma dirigida por la virtud
perfecta, esto quiere decir que la felicidad es actividad porque consiste en el ejercicio
excelente de la razón. La felicidad se basta por sí misma, siendo ésta el fin último de los
individuos. Ésta está puramente relacionada con el entendimiento, el cual, según
Aristóteles, es la mejor parte de nuestro ser; para poder alcanzar la vida más feliz, es
necesario tener una vida contemplativa o de pensamiento, asemejando esta vida con la de
los Dioses.

Es necesario entender todo esto ya que, actualmente, se confunde y se va perdiendo en


nuestra sociedad el verdadero significado de la felicidad, lo que conlleva a que vivamos una
vida de apariencias, meramente material y superflua. Como se menciona en la lectura: “la
felicidad actualmente consiste en disfrutar de bienes materiales en el mayor número
posible y en la implicación del mayor número de personas en tal fruición”, pero al querer
satisfacer todas nuestras necesidades, invariablemente innecesarias, y saciar nuestros
placeres, nos sentimos más que nunca insatisfechos.

Este vacío, ocasionado por la búsqueda imparable de satisfacer plenamente los placeres, o
como en la antigüedad lo nombraron “hedonismo desenfrenado”, nos ha llevado a vivir una
vida de excesos y de ilusión, donde los hombres nos comportamos puramente como
animales, sin usar nuestra racionalidad, haciéndonos creer que la felicidad está en lo
material. Nietzsche, argumentó que el hombre no aspira a la felicidad, que ésta es una
ilusión y una falsedad, ya que lo que verdaderamente quiere el hombre es el poder.
Personalmente, creo que este nihilismo es cierto en algunos individuos de nuestra sociedad,
ya que hay personas, cuyo fin último y única motivación en la vida es llenarse de poder.

Muchos intentan llenar también ese vacío con la fama y el honor, porque sólo así pueden
reafirmarse que son buenos para algo. Como decía Aristóteles: “Los que persiguen los
honores lo hacen al parecer para persuadirse a sí mismos de su propia virtud”. Esta
necesidad de aceptación por los otros es algo que vivimos y vemos diariamente. La
ansiedad por el estatus, o por el miedo a ser juzgados, cada vez aumenta más y tristemente
pensamos que el ser recompensados o tratados “bien”, es mediante bienes materiales.

Platón decía que la virtud no nace de las riquezas, sino que de la misma virtud nacen las
riquezas y los bienes para los hombres, pero a mi parecer hemos alterado eso al pensar que
primero tenemos que alcanzar los bienes materiales para poder llegar a lo demás. Esta
forma de pensar de los individuos en la actualidad, va relacionado con las tres formas de
malestar de Charles Taylor, las cuales son: el individualismo, la racionalidad instrumental y
la pérdida de libertad, que en este caso sería la pérdida de ser y de significado para las
personas, como se menciona en la lectura: “por tener siempre más, corremos el riesgo de
no ser más”. Nuestra sociedad está en la nombrada por Weber “Jaula de Hierro”, ya que
nos convertimos en partes de procesos, perdiendo nuestra libertad.

Como dice la filosofía de Platón, debemos de entender que el dinero es un medio, no un


fin, debemos de vivir una vida ordenada y desapegarnos de las cosas materiales para ser
felices. Debemos de modular nuestros placeres y actuar virtuosamente, sin dejarnos llevar
por ningún extremo. Sólo así, siendo justo y bueno, se alcanzará la felicidad.

Concuerdo con todo lo expuesto de Platón hasta ahora, pero no concuerdo con su
pensamiento de que el injusto y el malvado es infeliz. A mi parecer, la felicidad sí es el fin
último, pero puede ser confundido con el bienestar, el cual es subjetivo y muy difícil de
medir. Lo injusto y malvado también puede ser subjetivo según los valores morales y la
educación de cada persona. No pienso que una persona injusta tiene que ser
obligatoriamente infeliz, ya que ellos pueden no estar conscientes de su injusticia.
Dentro de los párrafos anteriores mencioné los 3 candidatos para definir la felicidad: El
placer, el dinero y el poder, y como ninguno de éstos son en si la felicidad. La felicidad
necesita ser autosuficiente, continua y definitiva, y ninguno de estos tres elementos lo son.
Debemos de conseguir una vida guiada por los valores de la verdad, excelencia,
conocimiento y amor.

¿Pero entonces debemos de deshacernos de las cosas materiales para ser felices, como
decía Séneca? ¿Debemos alcanzar un estado de ataraxia y ser pobres para en verdad ser
felices? Según Epicuro sí, ya que cuando acumulas muchas cosas materiales y ya no te
sirven, te cambias a otras cosas y esto hace que nunca estés satisfecho con lo que obtienes.
Consideramos más importantes o igualmente importantes los bienes que satisfacen deseos y
preferencias a los que satisfacen las necesidades básicas, siendo éstos últimos los más
importantes. Esto hace que no practiquemos la virtud de la magnificencia y que nos
dejemos llevar por nuestros deseos y placeres. Según Epicuro, estos placeres no naturales
hacen infeliz al hombre, ya que no tienen límites.

¿Cuántos seres humanos estarán infelices según lo mencionado por Epicuro?


Lamentablemente creo que gran parte de la población está infeliz o insatisfecha, intentando
llenar ese vacío con bienes materiales innecesarios. Esto, según Platón y Sócrates, nos hace
más terrenales y corpóreos, ya que no satisfacemos la parte más importante del hombre, el
alma. Dejamos de lado lo que en verdad nos llevará a la felicidad y confundimos ésta con
un bienestar o placer no duradero. Podemos ver claramente que no necesariamente el rico
es el más feliz y el pobre el más infeliz. Debemos apreciar cada pequeña cosa y entender
que, al desapegarnos de los bienes materiales, sabiendo que éstos no son eternos y no nos
llenarán de virtud, podremos alcanzar la felicidad, como decía Epicuro: “A aquel para
quien lo que basta es demasiado poco, nada le basta”, ¿En verdad nos basta lo que
tenemos?
BIBLIOGRAFÍA:

Aristóteles, Libro X: Ética Nicomaquia-Aristóteles


Epicuro, Carta a Meneceo (pp. 54-55)
http://www.elblogdelahistoria.com/2016/04/resumen-del-libro-la-vida-lograda-de.html?
m=1
http://introduccionalaetica1.blogspot.mx/2010/09/sintesis-de-la-conferencia-tres-
formas.html

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