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“AÑORANZAS DE KURURU”

En su memoria para un gran maestro, amigo y hermano del indígena


“Fray Antonio Jover Laraña”

Padre Antonio Jover Lamaña al que le llamaba con cariño en la Chorrera


“Jamalaji”.

En su memoria escribo con mucho cariño un artículo, los recuerdos de sus


hazañas, por la gran virtud y amor fraterno de hermandad que tuviste de
compartir su conocimientos con nosotros los pueblos indígenas del Amazonas
los que fueron y somos su discípulos, porque supiste escuchar nuestras
expresiones y sentimientos de dolor y por dedicar su tiempo a cada uno de
nosotros hasta el último día de su vida que Dios lo tenga encueta todas su
buena obra desinteresado.

Doy mi sincero agradecimiento a la Fraternidad Franciscana Capuchina por


trabajar y cumplir su gran misión y obediencia sacerdotal en el Amazonas, sus
buenas obras hechas, Dios lo reconocerá.

En 1973, vi por primera vez a este gran maestro y amigo de los Catequistas, a
padre Antonio Jover, en el Internado Santa Teresita de Niño Jesús en la
Chorrera. Para los catequistas de esa época fue un gran regalo, dar el primer
curso de catequesis a los paisanos (indígenas) que querían vincularse como
auxiliares catequistas. A partir del año 1.973, los cursos de Catequesis se
daban las clases cada semestre del año, cuando los estudiantes del internado
salían a pasar vacaciones de mitad de año a sus casas y en sus comunidades
el internado se quedaba vació, sin estudiantes internos, algunas monjas
viajaban también a pasar vacaciones, dos o tres monjas se quedaban
cuidando el internado acompañadas de algunas niñas, pues sus padres vivían
muy lejos o por algún problemas familiares no podían pasar vacaciones con
sus padres en su malocas con su familiares, en algunas ocasiones el
sacerdote también se quedaba en casa cural.

Yo era una niña muy tímida e ingenua, de diez años, estudiaba y cursaba
tercero de primaria. Una tarde de verano de 1.973 fui acompañada de mi
madre Ofelia Yamacuri, a despedirnos de mi hermano José y de su esposa
Luz Marina Dutcha, quienes estaban haciendo allí el curso de catequesis.
Salimos desde nuestra casa que quedaba cerca del chorro, caminamos bajo el
rayo del sol ardiente, en el potrero pastaban vacas, y tenía mucho miedo de
ellas, sin embargo estaban pastando al otro lado del potrero.

Llegamos al internado que estaba solo y silencioso, únicamente se


escuchaban los susurros de los pájaros y el sonido del chorro y el fuerte correr
de las brisas del verano.

Llegamos al lugar destinado, “el Internado” parte sección de los niños


Al llegar lo primero que escuché por primera vez cantar la canción “ alabare,
alabare” que provenía de una voz fuerte y alentadora, llegamos con mi mamá
al teatro principal del plantel educativo, donde estaban los pioneros catequistas
(aproximadamente 45 a 50 personas).

allí por primera vez, vi al padre Antonio Jover Lamaña, un hombre joven,
fuerte, serio, elegante y dinámico con su labor de misionero; y también vi por
segunda vez al padre Juan Antonio Font, a quien le decíamos “chicalica,”
porque en 1969, cuando aún era seminarista visitó el internado (Chorrera),
aquella vez presentó una película para purgarse, entonces en la víspera de
púrganos nos animaba con una voz alegre y dinámica diciendo: “chicalica,
chicalica, chicalica chimbumba ¡BRAVO!” para que nosotros tomásemos el
purgante Vermífugo, desde ese entonces los niños y niñas le llamábamos
“chicalica.”

Esperamos con mi madre, hasta que tocara la campana de salida de descanso


de los catequistas, para que tomen su refrigerio. Recuerdo mucho que el señor
Aniceto Nejedeka, salió apuradamente a tocar la campana, vi a los catequistas
muy contentos, algunos se reían y otros conversaban unos con otros yo quería
ver de cerca a padre Antonio, pero no podía por mi estatura pequeñita, los
catequistas lo acorralaban haciendo preguntas, entonces lo único que me
quedaba era despedirme de mi hermano y de su esposa. La voz de padre
Antonio, me quedó grabada en mi memoria.

Transcurrido un año después, llegó de nuevo el mensajero de Dios, padre


Antonio a la Chorrera, en reemplazo de Padre José María, por un mes quien
era el director del internado de esa época. Había comentarios decían, llegó un
padre nuevo y no sabía realmente quien era el misionero, desde luego cuando
lo vi precisamente era aquel personaje que ya había visto el año anterior y
únicamente lo miraba en la iglesia celebrando la Santa Misa a las 7:00pm,
todos los días. En la santa misa explicaba con mucho fundamento los pasajes
bíblicos o parábolas, haciendo comparaciones las lecturas del santo
Evangelio, con las enseñanzas de nuestra tradición oral, en qué consistía
verdaderamente la palabra de Dios que nosotros los indígenas
comprendiéramos.

Cada año se desplazaba a la Chorrera en dos oportunidades, en los meses de


Julio y Noviembre a realizar los cursillos de catequesis, y también visitaba las
veredas de cada comunidad, celebrando la santa misa, bautizaba y también
daba la bendición del sacramento del matrimonio. Existía un equipo pastoral
para la visita a las comunidades o veredas, integrado por padre Antonio Jover
“jamaljii” como lo llamaban con mucho cariño, las personas de mi época en
la Chorrera, Hermana Carmen María Sánchez, una monja de la comunidad de
las Hermanas Laurita (quien hacía las veces de enfermera) y una niña
acompañante de la monja, y el motorista era el señor Bernardo Seoneray; este
equipo no solo llegaba a evangelizar a mis pisanos; sino que también realizaba
una brigada de salud y en ocasiones daban soluciones a diferentes problemas
sociales en las comunidades del rio Igaraparaná.
A la hermana Carmen María Sánchez, Dios la bendiga en su santa morada,
la gente de la Chorrera le agrademos y le tenemos un grato recuerdo por los
beneficios recibidos y su buena voluntad de trabajar en medio de nosotros
sirviendo a nuestra comunidad indígena con su labor fraterna y servidora de
Dios y de la Virgen Santísima. La gente del Rio Igaraparaná le recordamos
mucho por habernos brindado su inmenso y por sus beneficios recibidos, pues
era una misionera comprometida con su vocación religiosa y su labor como
enfermera, a la vez era como una médica de esa época, (pues en aquel
entonces no existían médicos ni puesto de salud en los corregimientos) todo
enfermo que llegaba en Chorrera, ella lo atendía con mucho cariño y afecto,
prestándole la máxima atención. Llego muy joven a esta bella tierra la Chorrera
y allí se envejeció. Desafortunadamente la congregación a la cual ella
pertenecía, la trasladó al África, en donde siempre nos recordaba.

Son muchas anécdotas y recuerdos de los misioneros y misioneras que han


dejado sus huellas y dedicaron su vida por nuestra región Amazónica. Fueron
los pioneros de recorrer trochas (caminos) y viajeros de los ríos en canoas a
remos y algunas veces en lanchas, aguantando hambre y frio bajo aguaceros…
y enfermedades tropicales. Pues actualmente ya no viajan en por trochas ni a
canoas echando remos, si no se hacen viajes en vuelos aéreos en cualquier
lugar que desean viajar.

Obras artísticas de jamala jii: Padre Antonio, los domingos en la noche


presentaba filminas en proyector y cine película de Charles Spencer Chaplin y
de algunos dibujos animados, recuerdo mucho, de una película que se trataba
del aves destructor y otras más ya no me acuerdo los títulos. Las fiestas
grandes así como la de semana santa, en la noche de domingo de
resurrección, veinte de julio y también en las clausura de los cursillos de
catequistas y las fiestas patronales, presentaba obras de teatro, padre Antonio
era muy dinámico con su presentación, como el de mago y pronunciaba la
palabra magnifica y mágica “Jamala jii, Jamala jaa” eran palabras maravillosas
que nos dejo grabada como recuerdo inolvidable en nuestra memoria, por la
cual razón le llamaban “Jamalají,” pero con mucho cariño.

Los catequistas y aspirantes eran personas voluntarios que querían capacitarse


para aprender el manejo de las lecturas evangélicas de la santa Biblia.

Padre Antonio; un hombre serio, ordenado y muy respetuoso con las cosas
religiosas y cosas tradicionales de cada cultura era rígido en el trabajo de la
cotidianidad. Amigo de los pueblos indígenas del Amazonas, tenía un gran
aprecio a sus amigos y catequistas, recordaba con mucho cariño los lugares en
donde trabajó; el Mirití, la Pedrera, pto. Arica, fue su gran amigo don ELÍ castro
y la Sra. Julia de castro, también fueron grandes personajes, el señor Elí
Castro, trabajo por muchos tiempo de corregidor en la Chorrera y puerto Arica
y su señora Julia, descansan en la paz del señor.

Padre Antonio Jover, como gran artista las presentaciones, lo presentaba con
fundamento, de buena enseñanza y aprendizaje, era una manera de formar y
que la gente puedan entender y comprendan su obra teatral, literalmente y
simbólicamente, es una forma de educación integral como buenos cristianos.
Hablaba mucho de agua del rió Miriti Paraná y vaciaba el agua de la jarra al
suelo, que representaba agua viva. Derramaba de una jarra blanco esmaltada
y la otra jarra era de aluminio, entonces decía las palabras mágicas “jamala jii,
jamala jaa,” y pronunciaba otras palabras mágicas, ya se me olvidaron. Y otra
vez, llenaba las jarras de agua de viva, pronunciaba estas palabras sabias:
“agua pura, agua de vida”.

Anécdota de la pesca: un tiempo el padre Antonio, estuvo de visita en el


Internado santa Teresita de Niño Jesús, a veces le gustaba ir a pescar en la
orilla de la bahía del chorro, en la tardes. En una ocasión horas las cuatro de la
tarde los niños y niñas del internado bajaban a bañase al río. “Una tarde vimos
a un señor blanco, sentado en una piedra plana, bajo la sombra de un matorral
pescando con la caña en la mano.

Llegaban primero niñas pequeñas a bañar se al rio, y nosotras lanzamos al


agua y a nadar como unos peces y llegaron cinco niñas grandes y
comenzaron, a moléstales al padre, y le silbaron y le tiraban piedritas y
hablando en sus dialectos diciendo; “ese hombre blanco debe de ser un
gringo, que hombre tan simpático y elegante y una de ellas dijo: quisiera que
fuera mi novio” eran niñas muy necias que molestaban a padre Antonio, que
no le dejaban pascar tranquilo, al ver tantas coquetería de mis paisanas, vi
que el padre Antonio se sonrió un poco y dijo “he” y se levantó y se sacudió el
cuerpo, guardo la caña de anzuelo, se arreglo peinando su cabello con los
dedos de la mano y se fue, por el camino subiendo por la loma hacia el
internado. Después algunas niñas le comentaron a la monja, diciendo
“hermana” miramos a un gringo sentado encima de esa piedra solito que
pescaba, la vara de pescar era torcido ¡Pero ese gringo ya se fue, porque las
niñas grandes le molestaban y silban y la monja respondió a las niñas, “ ese
señor como dicen ustedes, un gringo ( es un sacerdote se llama padre
Antonio y la monja regaño a las niñas desciendo: ustedes no saben respetar a
los mayores…y entonces las niñas se miraban unas y a otras haciendo muecas
y se pellizcaban unas a otras de vergüenza por las coqueterías que hicieron a
padre Antonio Jover.

Son anécdotas chistosas que me hace recordar de mi infancia, para escribir y


contarles. Siempre pienso, que pescar es una manera de relajarse, para el
padre Antonio, pescar los peces, es una manera de relajarse de los cansancios
del trabajo de la cotidianidad. La verdad, nunca vi a este misionero cogiendo
pescado, pero si le miraba con vara de pescar y un tarrito metido en una bolsa
y en la se guardaba la carnada para la pesca.

Cuando padre Antonio viajaba a la Chorrera, sentíamos muy contentas de


haber llegado porque sabíamos que iba a presentar “jamalají” en el teatro. A
parte de su obra de teatro, también nos hacía ver filminas y cine y repartía
dulces, y bombas… de igual manera la gente se quedaban contentos porque el
comprendía la manera de vivir nosotros como pueblos indígenas de nuestros
usos y costumbres, y la gente le respetaba mucho.
comunicarse muy fácil con celulares, pero eso de la tecnología moderna al
padre Antonio no le llamaba la atención padre Antonio, fue un verdadero
misionero franciscano, con testimonio de sencillez y humildad, que dedico a
trabajar cumpliendo su misión en estas tierras lejanas del Amazonas, doy a
conocer al amable lector.

Reflexión: ¿Qué es ser un verdadero misionero para nosotros los pueblos


indígenas?

Algunos paisanos y mestizos creen que ser misionero o sacerdote es


solamente evangelizar y pasear como popularmente lo llaman el vacan, los que
piensa así están equivocados

Ser misionero es una labor muy difícil, de obediencia, honestidad, paciencia,


tolerancia y leal, ser sacerdote es sufrimiento y sacrificio. La gente del
Amazonas estamos muy agradecidos con la comunidad francisca y valoramos
los grandes trabajos y esfuerzos, que han realizado especialmente en el
internado de Santa Teresita del Niño Jesús (Chorrera) en donde me forme y
aprendí a leer y a escribir (estudie la básica primaria.)

Recordamos con mucho cariño; a los incasables y valientes misioneros


capuchinos que se dedicaron a trabajar con pueblos indígenas de la Amazonía
colombiana, a padre; Javier de Barcelona, Fidel, Luis Enrique Méndez Buendía,
Cristóbal Torralba, Crisóstomo, Lucas, Anastasio de Monclar, José María
Clarasson, Pió Vendrell, Venancio, Romualdo de Palma, Juan Antonio Font,
Miguel Yunget y otros, por sus grandes obras misional evangelizadora y
sacrificios en nombre de los pueblos indígena que Dios le colme de perdón y
bendición, que lo tenga lleno de felicidad en su santa morada, paz en sus
tumbas por siempre.

El 18 de Junio de 1983, llegue por primera vez a la capital del Amazonas


“Leticia” 20 de Julio del mismo año fui a CEPROIAC, a saludar al padre
Antonio, sentado en su escribiendo en su escritorio en máquina manual, estaba
concentrado en su trabajo, mi cuñada María Harcilia me dijo: el Padre no le
gusta que lo moleste cuando está trabajando, el regaña. Sin, embargo no le
hice caso a mi cuñada entré y me paré detrás de la puerta, sentí un ruido de
correr el asiento del escritorio, el hombre se levantó y me miró y dijo ¡oh!

¿Y usted cuando llegaste? Le respondí tímidamente ya hace días

¿A qué viniste?

Respondí vine a tratamiento médico y le dije me duele mucho mi vientre….

¿Está hospitalizada? en ese momento, entra mi cuñada, padre Antonio dice


¡ Uuu ¡, que sorpresa de donde están llegando mi gente, nos mostró un rostro
de alegría al vernos, hizo seguir y nos invita a sentarnos, luego nos brindo jugo
de mango con galletas y dulces, conversamos y compartimos ideas, nos
despedimos y regresamos a nuestras casas.

Seis meses después, regresé a CEPROIAC, con mi esposo, padre Antonio,


nos recibió con mucha alegría y nos invitó a ver el Museo que tenían los
misioneros Capuchinos en el convento en segundo piso, encontramos objetos
tradicionales de diferentes grupos étnicos del Amazonas, de los Ticuna, uitotos,
Bora, Muinane, Andoques, Yucuna, Tanimuca, Macuna, Yaguas, y otras más.

Observamos variedad de elementos como la cerbatana, cernidor, remos,


canoas, mata frío, tipitì, canastos, mascaras, nasas, tiesto, machucador de
masa de yuca, pilón de mambeo, ollas de barro, tinajas, estatuas, figuras
humanas, vestimentas para atuendo, coronas, collares, manillas, bolsos,
soplador, sonajeros, piedra de hacha, etc.…me parece espectacular y
maravilloso de mucha importancia.

La visita al museo franciscana que fue, me pareció muy importante, ver todos
esos elementos valiosos hechos por las manos trabajadoras y pensamiento
sabias de los ancestros que pasaron de generación a generación. Muchas
veces nosotros no lo valoramos como cosas nuestras, pero otra cultura si lo
valora y lo aprecia, eso es importante, sin embargo muchas veces algunas
personas hacen críticas destructivas en vez de hacer críticas constructivas para
vitalizar y fortalecer nuestra cultura, pues son errores que cometemos cada día.

En mayo de 1989, por segunda vez me fui a visitar a padre Antonio en


CEPROIAC, solita sin compañía de nadie al entrar por la puerta principal sentía
miedo y me escondí detrás de la puerta, pensé que me regañaba por lo que le
iba a comentar, y entonces al verme parada detrás de la puerta me vio y dijo
con una voz fuerte y entre cortada; ¿Quién esta hay?

Cuando escuche una voz fuerte me asuste y me dio miedo, salió a ver quién
era, abrió la puerta y me miro, que estaba temblando y me dijo porque está
escondida y no sigues que te pasa hija ¡he! Y donde está su esposo Juan R. le
respondí: él se fue a Miriti, allá está trabajando como motorista del internado y
luego ustedes no son casados y ahora están cada uno por su lado, deberían
de estar juntos con su marido y no tiene porque estar sola pasando
necesidades por acá, entonces me agache la cabeza me cayeron mis lagrimas
de mis ojos y llore.

Al verme llorar me dijo no llores, una mujer joven e inteligente como tú no debe
de llorar y se quedo un momento en silencio y al rato me dijo, nadie sabe lo que
siente cada persona, solamente Dios, ni los sufrimos. Y no sigas llorando,
porque te puedes enfermarte más.

Me siento complacida de haber acompañado al padre Antonio Jover Lamaña


como una indígena, ayudando aprendí a escribir y hacerme valorar, a respetar
las cosas religiosas y querer las cosas tradicionales. Ayude en la revista
ACCION BOLETIN DE INFORMACION Y UNION ENTRE LOS AUXILIARES
CATEQUISTAS. Desde 1.987 a septiembre 2.008, por medio de este boletín
mis paisanos se comunicaban con unos y otros contando noticias de sus
comunidades, porque en esa época era difícil las comunicaciones, por la
lejanía la única manera de comunicación era por medio de correos (cartas)
ahora los paisanos ya se comunican con celulares….
Primer día hice el trabajo como ayudante de boletín, me fue muy duro y me
parecía imposible, arreglar los sobres y encuadernar los boletines, me pase
un día cosiendo cinco boletines, el padre Antonio a veces salía hacer sus
diligencias y me preguntaba, ¿Cuántos boletines ya ha hecho? Y le respondía
con voz entre cortada por tímida, dos y me respondía “no puedo creer que
solamente este cosiendo dos sobres en dos horas, ya Salí, hice mis diligencias
y regrese, que te pasa, estas enferma o es que no entiendes y si no entiendes
pregunta he! Y no te quedes callada y si no hablas ni preguntas no aprenderás
nada” entonces un día le respondí “el padre habla se parece como que me
estuviera regañando y me respondió ¡uuu! Lo que le dije se parece un regaño,
eso lo entiende así, cuando una persona no quiere aprender y me siguió
diciendo ¡oh! es que quiere seguir siendo “ignorante” al escuchar esa palabra
empecé a llorar, no entendía la palabra ignorante, yo pensaba que él padre
Antonio me había insultado, y reconozco que realmente era muy ignorante en
esa época.

El boletín, ACCION circulaba cada dos meses a los catequistas y aspirantes


de los corregimientos y en las veredas de cada comunidad. Chorrera, Pedrera,
Tarapacá, San Rafael, el Encanto, pto. Alegría, pto. Arica, pto Nariño y a todos
los simpatizantes y lectores de la revista ACCION.

Después muchos tiempos de ayudar a arreglar la revista Acción, acogí el ritmo


maravilloso de encuadernar la revista en medio tiempo y doblarlo y meter en
los sobres de cartas, y las cartas los escribo a mano porque así le gustaba el
fundador del boletín “Sabio Kuru”

EL BOLETIN ACCION DE INFORMACION Y UNION ENTRE LOS


AUXILIARES CATEQUISTAS, eran para doscientos noventaiocho (298)
catequista y treinta (30) lectores simpatizantes del boletín, en particular sin ser
catequista.

El boletín ACCION, es muy importante para nosotros como pueblos indígenas


del Amazonas, por medio de la cual mis paisanos indígenas se comunican
escribiendo cartas, contando noticias que sucede en cada comunidad y
también los trabajos que hacían en equipo pastoral en sus veredas, pedían
ayuda espiritual a los hermanos catequistas, en sus oraciones a Dios y a la
virgen María, escribían enviando saludos a otros catequistas de otros
corregimientos y familiares…y algunos catequistas piden alguna colaboración
económica, pidiendo dinero para comprar alguna necesidad Como una imagen
de la virgen, imagen de algunos santos que son patronos de sus comunidades.

Algunos catequistas enfermos llegaban al hospital San Rafael de Leticia, de


los corregimientos, remitido por alguna enfermedad. También atendía a
algunos drogadictos les aconseja dando animo moral y también atendía a las
persona más necesitados, hijos e hijas de los catequistas y que reclamaban
su becas....

Servidor incansable; atender a la gente no es tan fácil, como muchas veces lo


pensamos, hay personas interesadas y personas muy humildes.
Interesados: teniendo de que vivir y como conseguir lo necesario pide plata
muchas veces engañando al padre Antonio y conocí a algunas persona que
engañaban diciendo mentiras y muchas veces el padre recibía insultos de esas
personas. Humildes eran personas que realmente, llegaban a CEPROIAC, con
muchas necesidades económicas, sin embargo, no pedían dinero si no que
llegaban a pedir buenos consejos y les pedían orientaciones como conciliarse
con su pareja y con los de más personas para vivir en paz y armonía con la
gente, y he visto comportamiento buenas y otras muy malas de algunas
personas, unos muy formales y algunos tienen el vocabulario muy pesado,
que insultaban al padre con palabras vulgares, algunas veces él se callaba y
otras veces el le respondía muy sabia mente, según las dichas palabras del
individuo.

La evangelización:

Los ancianos de la chorrera, cuentan como llego la evangelización del


catolicismo en la Chorrera, por los misioneros Franciscanos. Después de
conflicto Colombo Peruano, el regreso de algunos paisanos de diferente grupo
étnicos: como uitoto, boras, ocaina, y nonuya+, contaba mi padre Lorenzo
Candre y mi madre Ofelia Yamacuri, cuando llegaron los primeros misioneros
a la Chorrera la gente le sorprendieron mucho, que fue algo nuevo, porque
nunca más antes habían visto un sacerdote con sotana cabello peluqueado
como de san Francisco de Asís redondeado, creían que un dios. Celebraban
la santa en idioma latín, para mis paisanos eso era muy novedoso y extraño,
sin entender el Latín. Sin embargo algunos misioneros muy carismáticos
enseñaba con cariño y con mucho amor la palabra de Dios para que
entendiera, pero eso no fue tan fácil comprender a diferentes grupos étnicos
de la chorrera, tanto como del paisano a los misioneros...

La impaciencia y la tolerancia, por falta de comprensión y por no entender las


costumbres y por no saber hablar el idioma español algunos misioneros
fueron intolerantes con mis paisanos y de igual manera también algunas
personas se portaron mal con algunos sacerdotes.

Anécdotas indígenas en la evangelización franciscana (chorrera) un


misionero franciscano bendijo y regalo por primera vez escapularios a la gente.
Y un anciano uitoto recibió con recelo el obsequio del escapulario que hizo el
sacerdote. El cura después de la bendición le colgó en el cuello al escapulario
del anciano diciendo: toma este escapulario en honor a la virgen santísima para
que te ayude en todas sus labores de trabajo y en sus viajes….el anciano
desde luego se fue mostrando a otras personas que no conocen al escapulario
contando la historia del escapulario como le dijo el sacerdote. Llego el anciano
en su maloca un día después fue a ver su chagra con su escapulario, el
anciano muy contento pensó que la virgen santísima se transformaba en
persona y le ayudaba en la chagra, y esperaba a que momentos la imagen se
iba a transformar per no vio nada y no le ayudo a trabajar en la chagra,
atardeció el día, y regreso triste en su maloca y conto a su esposa que el
escapulario no le ayudo para nada, entonces se quito de su cuello el
escapulario y lo dejo a un lado. Pasado unos días después el anciano fue a
trabajar, a tumbar el monte para hacer la chagra del año siguiente, el anciano
por la mañana se levanto tomo su desayuno, y luego se colgó en su cuello el
escapulario y se fue a trabajar. Se quito el escapulario y se lo colgó a un árbol
para ver a qué hora bajaba del escapulario alguna persona para ayudarle a
tumbar el árbol para su chagra, y atardeció el hombre se quedo muy triste y
desconfiado, y no lo llevo al escapulario en la maloca lo dejo en el monte para
ver si realmente la imagen trabajaba, pasando una semana fue a ver el imagen
en el lugar donde él había dejado. Llego el anciano en el lugar donde dejo el
escapulario, y vio que el escapulario se lleno cubierto de tejidos de comején. El
hombre se lleno de ira, hizo hoguera y allí echo a quemar a el escapulario que
el misionero había regalado, el anciano dijo “padre mentiroso” es una anécdota
y fue muy comentada en toda chorrera hace años. Mis paisanos lo tenían como
un ejemplo del apóstol santo Tomas. Continuara…

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