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MANUAL
DE PSICOTERAPIA
DE LA RELACIÓN
PADRES E HIJOS
PAIDÓS
Barcelona
Buenos Aíres
México
INTRODUCCIÓN
El en c u en tr o creador :
U n id a d , m o d u l a r id a d y p r o c e s a m ie n t o e n p a r a l e l o
Uno de los mayores cambios teóricos que se han operado en la segunda mi
tad del siglo pasado en la concepción del psiquismo humano es el giro de la
concepción intrapsiauica hacia la intersubjetiva. El desarrollo deja de compren-
derse en términos de libido o de fgp|agígrjy..se centra en el estudio de la relación.
El paradigma relacional se fue construyendo a partir delaporte de muchos auto
res que fueron planteando propuestas en las que el papel crucial del otro en ,la
constitución del psiquismo cobraba toda su relevancia (Lacan'~Í9?S; Kóhut,
1971; Beebe, 1982; Emde, 1983; Stem, 1985; Láplanche, 1989; Stolorow, 1991;
Mitchell, 1995).
El otro cambio fundamental es la concepción modular del cerebro y de la
mgg^e. El texto de Fodor (1983) La modulariaad de la mente produjo un enor-
me impacto en la concepción de la arguitectujra^^ la^m ente^l mostrar que el
psiquismo funciona por móduk>s.genéticamente in0eptndie.nt.qs, con propieda
des y procesamientos diferentes. Cada módulo es concebido como una base de
datos éstm im ». eis decir, que procesa cierto tipo de, estímulos y deja autom áti-
■<Mirmdeottts,, de lado. A estos planteamientos se sum aron luego las investigad
ciónes en neurociencia que muestran claramente la localización específica y
altamente íragmentada en cpmponentes diferenciales dé estímulos que se pen
saban unitarios, como puede ser la percepción de un movimiento. Si el de
sarrollo humano se concebía de forma lineal a partir de un dominio general,
como puede sepia libido.para. Ereud o la sensomotricidad.para Piaget, el prin
cipió.,^, pensar en-ia multiplicidad de nftcleps de
desanollo que funcionan y^ evolucionan en parajejq;;
No es de extrañar entonces que en el escenario psicoanalítico aparecieran
propuestas de renovación de las teorías de las pulsiones de vida y muerte como
únicos motores del psiquismo. Stem (1985), Pine (1990), Lichtenberg (1989),
Westen (1997) y Bleichmar (1997) presentan modelos múltiples y complejos
que incorporan, entre otros, el apego como sistema motívacional específico e
independiente del hambre y la sexualidad. La idea de Fairbain (1952) de la libi
do buscadora de objeto es asociada a la teoría del apego.
Una primera consideración que hay que tener en cuenta es que si bien
la teoría de la dualidad pulsional queda superada en tanto motivación úni
ca, esto no quiere decir que las pulsiones queden reemplazadas por la relación,
sino más bien, que el rol crucial que la relación tiene en el desarrollo ha recon
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M o d u l a r id a d y m o d u l a r iz a c io n ,
hacia afuera. Aunque sepamos, midiendo su longitud, que son iguales, esto no
impide que veamos una línea más larga que la otra. Fodor sostiene que la in
formación explícita —diríamos que se ha constituido por el conocimiento cons
ciente en la corteza cerebral— no está disponible para el procesamiento per
ceptivo. En sus palabras, el módulo de la percepción visual de longitudes es
cerrado a la información de otras partes de la mente, cada módulo procesa in
dependientemente la información y se necesita un trabajo de integración central
para concluir que son iguales.
De la l e y e n d a a l h ij o rea l
I n ic io s d e la r e l a c ió n . La r e g u l a c ió n d e las d e m a n d a s f is io l ó g ic a s .
D o m in a n c ia d e lo s t e m a s d e la vida
Se d esa t a la t e m p e s t a d
A t r ib u c ió n de género ......
4. Para mayor información sobre este tema se puede consultar Dio Bleichmar (1991), Elfe
m inismo espontáneo de la histeria, en particular el capítulo I «Género y sexo. Su diferenciación y
respectivo lugar en el complejo de Edipo», Madrid, Siglo XXI. Y también el apartado C del capí
tulo I: -Validez del concepto de género en psicoanálisis», en La sexualidad fem enina. De la niña
a la mujer, Barcelona, Paidós, 1997. Véase también él artículo -Del sexo al género» publicado en
España en la revista Psiquiatría Pública (1992), 4, págs. 17-31, y en Argentina en la revista de la
Asociación Escuela Argentina de Psicoterapia pata Graduados, n° 18, 1992, págs. 127-156. :
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lenguaje, las actitudes, las expectativas, los deseos y las fantasías que será trans
mitido de persona a persona para abarcar todo el contexto humano con el que el
individuo se encuentra día tras día, desde el nacimiento hasta la muerte» (pág. 30),
Este fenómeno humano condujo a Money a reflexionar sobre el poder des
viante, modelador, creador de sentido, de identidad, que ¡a experiencia humana
temprana posnatal puede tener sobre ei equipo biológico. Los padres, a través
de sus fantasmas, de sus creencias y de sus convicciones, eran capaces de gene
rar una identidad contraria a la anatómica, pero que se revelaba de igual o ma
yor poder que la misma. Esto lo condujo al concepto de «género», a un término
utilizado para diferenciar de forma dicotómica las palabras, ya que la identidad
de ser varón o niña queda constituida a través de un sistema simbólico. De ma
nera que «género» es un término que inicialmente peitenecía como concepto úni
camente a la gramática, de allí fue importado por Money a la medicina y a la psi
quiatría para dar cuenta del proceso de adjudicación de significado —complejo
y multifocal, consciente e inconsciente— efectuado por los adultos en la codifi
cación del cuerpo. Con posterioridad este concepto se extiende muy rápida
mente a diversas ciencias sociales.
¿Es ei género una categoría sociológica, antropológica? No en su origen; ésta
no fue ni la idea de Money ni las experiencias a partir de las cuales tal concepto
surgió, pero efectivamente al trasladarse a otros campos semánticos y ser utiliza
do bajo metodologías de análisis pertinentes a esas disciplinas científicas, el con
cepto se transforma. Esto es lo que ha ocurrido con el género, se ha confundido
la asimilación y el amplio uso que se ha hecho de este concepto en ciencias so
ciales con el concepto en sí mismo, que ni por su origen ni por su naturaleza es
exterior al individuo y a su subjetividad, sino todo lo contrario. Se trata de una
noción eminentemente psicológica, hasta tal punto que surge en la década de 1950
indisolublemente ligado a la identidad en tanto identidad de género. Money in
siste en describir un sistema de relaciones cara a cara, de los padres y familiares
cercanos con la cría humana durante los dos o tres primeros años de vida; a par
tir de tal tipo de relaciones —a las que los psicoanalistas llamamos sin duda in
tersubjetivas—, el sentimiento íntimo de ser varón o niña se instituye en el psi-
quismo. A este sentimiento Money lo denominará identidad de género, saberse
varón o niña, sentimiento estructurado por identificación al igual y complemen-
tación con el diferente, proceso a su vez circular, del niño con sus padres y her
manos o familiares y de éstos hacia el niño. Lo que Money quiere remarcar es
que los múltiples factores prenatales implicados en la sexuación de la cría hu
mana coinciden por lo general; sin embargo, los casos de hermafroditismo nos
enfrentan con el poder mayúsculo del factor posnatal en la creación de la iden
tidad sexual. Money instituye una categoría eminentemente psicológica, ya que
se trata de un sentimiento íntimo y de una forma del ser que se organizará fe
menina o masculina con anterioridad a la investigación que lo conducirá a situar
EL SISTEMA MOTIVACIONAL DEL NARCISISMO 287
sexual (en el sentido de sus roles sexuales diferenciales); aunque el niño pueda
conocer la diferencia anatómica de los órganos genitales propios y de los adul
tos, éstos sólo se conciben en sus funciones excretorias (Edgcumbe y Búgnéty
197Ó). Abelin (1980) describe un esquema parecido en el cual el padre es inicial
mente concebido —atendiendo a su inscripción psíquica— como objeto de iden
tificación y como rival del amor de la madre, pero también en tanto objeto de:un
género diferente al de la madre. Esta diferenciación genérica, tanto entre el padre
y la madre como entre el hijo varón o la niña, sería la responsable de una distin
ta organización de la fase de reacercamiento (rapprochement) —propuesta por
Mahler— como sostiene Abelin. Tanto es así, que en este sistema primario de re
lación ya se hallan claramente distinguidos por el niño los géneros diferentes: de
sus padres, que Freud insiste en recalcar la diferencia que existe entre la identifi
cación con el padre y la elección del mismo como objeto sexual: "En el primer
caso, el padre es lo que uno querría ser; en el segundo, lo que uno quema tener.
La diferencia depende, entonces, de que la ligazón recaiga en el sujeto o en el
objeto del yo. La primera ya es posible, por tanto, antes de toda elección sexual
de objeto» (Psicología de las masas y análisis del yo, pág. 100).
Si el padre es su ideal y se quiere parecer a él es porque se ha efectuado
una identificación al idéntico, al doble, al igual al que se quiere imitar. O sea,
en la etapa preedípica se organiza un ideal del género, un prototipo, ai cual se
toma como modelo, y el yo tiende a conformarse de acuerdo a ese modelo.
Ahora bien, todo este proceso se realiza en un contexto prevalentemente ajeno
al conflicto edípico, aun cuando pueden estar presentes conflictos intersubjeti
vos. El niño busca ser el preferido de cada uno de los padres, él los ha «elegi
do» para que lo amen y el niño se identifica con estos adultos poderosos e idea
les. Coexiste la relación (catexis de objeto) y la identificación sin que aún se
haya efectuado un «elección de objeto sexual», pues el niño no se ha encontra
do en la situación de tener que optar. Freud insiste, refiriéndose ai vínculo del
niño con su madre y con su padre en este período,«{...] Estos enlaces coexisten
durante algún tiempo sin influir ni estorbarse entre sí» (op. cit., pág. 99). 1
partes del yo con diversos propósitos: «Se pueden proyectar partes malas del yo
para librarse de ellas y para atacar y destruir al objeto; se pueden proyectar par
tes buenas para evitar la separación o para mantenerlas a salvo de la maldad in
terna, o para mejorar el objeto externo a través de una especie de primitiva, re
paración proyectiva» Cpág. 32). Gomo se desprende de la descripción, son muy
variados y múltiples los contenidos que se pueden proyectar: y las consecuen
cias sobre el psiquismo del otro. La identificación proyectiva es,: entonces, no
sólo un mecanismo intrapsíquico, sino un procedimiento capaz de inducir y. ge
nerar efectos emocionales y cognitívos en el otro. A esta peculiar condición se
la considera un mecanismo intersubjetivo. Creo que la importancia del concep
to de identificación proyectiva no ha sido suficientemente valorada con relación
a la1constitución de la feminidad/masculinidad. En la estructura asimétrica de la
relación adulto-niño, la pareja d e padres identifica proyectivamente de-forma
permanente los fantasmas de género, precipitado de. lo histórico-vivencial de
cada uno de ellos, que funcionará como, el troquelado, en que la cría ,humana
estructurará su identificaciones y complementaciones de género.
El rol d e g é n e r o
N o r m a t iv iz a c ió n NARCISISTA DE GÉNERO