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En este contexto social se están llevando a cabo estudios sobre el complejo fenómeno del ruido,
que aun siendo todavía escasos y centrados básicamente en las dimensiones más técnicas del
problema, permiten constatar al menos cuatro ideas básicas. La primera, que el ruido, como
factor de contaminación de la sociedad actual, no ha merecido la atención que este problema
requiere por parte de los políticos y de los medios de difusión social. La segunda, que en los
últimos años se ha despertado un movimiento ciudadano en favor de la calidad de vida, y en
contra del ruido, que está determinando que se empiece a considerar el ruido como uno de los
factores de contaminación importantes a erradicar en los próximos años. La tercera, que es tal la
descoordinación y el vacío legal existente en este campo, que por doquier surgen voces instando
a la aprobación de una normativa común, y hacia la toma de posiciones que unifiquen las
diferentes políticas que se vienen llevando a cabo en este terreno. Y la cuarta, que los trabajos
realizados muestran, por un lado, un sesgo marcadamente técnico y un lenguaje de difícil acceso
para los lectores no familiarizados con el tema y, por otro, la ausencia de un texto de referencia
que contemple de manera integrada las múltiples dimensiones de un fenómeno que implica
aspectos físicos, psicológicos, sociales, legales y políticos.
En cuanto a la primera de las ideas señaladas, un punto a destacar es que se ha prestado cierta
importancia a la contaminación del aire y del agua, al aprovechamiento de los recursos naturales
y a su uso racional, pero se ha hecho prácticamente caso omiso de la contaminación acústica.
Parece que el ruido ha formado parte de nuestra convivencia y que la apelación al silencio se
circunscribía a los conventos, a las iglesias, a los momentos de oración. Hasta ahora, una
sociedad ruidosa era entendida como una sociedad viva, que hacía honor a sus ciudadanos; el
silencio, por el contrario, era más bien como «lo no social», y estaba asociado a la noche, al
sueño y, por supuesto, a la muerte, al silencio de los cementerios.
Si este trabajo se ha podido llevar a cabo es porque hemos contado con personas dispuestas a
colaborar. Agradecemos a las páginas Web que han respondido al cuestionario que les hemos
enviado. Sin el apoyo de estos no hubiéramos podido solidificar el presente trabajo.
En la ciudad griega de Síbaris, en el siglo VI antes de Cristo, estaba prohibido cuidar gallos que
perturbaran el descanso nocturno de los ciudadanos, y también los artesanos que ejercían oficios
especialmente ruidosos debían trabajar fuera de la ciudad. En una época posterior, el emperador
Julio Cesar prohibió la circulación de carruajes en Roma a determinadas horas del día para
anular las molestias que causaba el ruido que producía su tránsito por las calzadas empedradas.
Lucio Anneo Séneca (Córdoba, Roma, 65 dC), recoge el sentir de la ciudad de Roma,
oponiendo la tranquilidad con la que algunos pueden «entregarse al sueño y a la dulce vagancia,
que no viene a interrumpirte la más leve voz humana», mientras que «a mí gozar de sueño no
dejan las risotadas de la turba transeúnte, y toda Roma se halla próxima a mi cabecera» (Libro
12, epigrama 57).
En un escenario más simbólico, Dante relata que el ruido era un invento del demonio y que
algunos condenados al infierno eran sometidos a la tortura de un ruido sin fin como castigo de
sus culpas. En fin, podríamos extraer otros muchos ejemplos de la historia y de la literatura de
todos los tiempos, pero sirvan los citados para poner de manifiesto que el ruido ha constituido
un problema de preocupación social y política en todas las sociedades a lo largo de la historia y,
paralelamente, que tampoco es nueva la práctica de medidas contra este tipo de contaminación.
¿Qué es el ruido?
Son numerosas las definiciones del ruido que podemos encontrar en la literatura especializada,
unas más técnicas, otras más jurídicas y otras más de carácter social. Una definición un tanto
aséptica entiende el ruido como «un fenómeno sonoro formado por vibraciones irregulares en
frecuencia (período, ciclo o herzt) y amplitud por segundo, con distintos timbres, dependiendo
del material que los origina» (Mínguez Enríquez, 2002). Para la física «es una sensación
producida en el oído por determinadas oscilaciones de la presión exterior. La sucesión de
compresiones y enrarecimientos que provoca la onda acústica al desplazarse por el medio hace
que la presión existente fluctúe en torno a su valor de equilibrio; estas variaciones de presión
actúan sobre la membrana del oído y provocan en el tímpano vibraciones forzadas de idéntica
frecuencia, originando la sensación de sonido» (Laforga Fernández, P., 2000: 4). Como ha
señalado este mismo autor, (ibídem: pág. 5), en el sonido aparecen dos conceptos esencialmente
distintos, aunque íntimamente relacionados; por un lado, la onda sonora o ente físico capaz de
producir la sensación de sonido y, por otro, la sonoridad o sensación subjetiva producida por
ciertas variaciones de presión en el oído. Pero el ruido no sería considerado como tal si, como
señala Domínguez Ortega, no produjese un rechazo y efectos no deseados para el que lo sufre.
En este sentido hay que entender la definición de Lamarque (1975: 13), que lo entiende como
«sonido o conjunto de sonidos desagradables o molestos», o de Sanz Sa (1987: 5) que considera
se trata de «un sonido molesto e intempestivo que puede producir efectos fisiológicos y
psicológicos no deseados en una persona o un grupo»; o de López Barrio (1997: 273) que
entiende que lo característico del ruido es «toda energía acústica susceptible de alterar el
bienestar fisiológico o psicológico ». En cualquier caso, lo esencial de cualquier definición es
que se trata de uno o diversos sonidos molestos que pueden producir efectos fisiológicos,
psicológicos y sociales no deseados. El ruido es, pues, algo objetivo, algo físico, que está ahí y
tiene unas fuerzas que lo producen y, al mismo tiempo, es un fenómeno subjetivo que genera
sensaciones de rechazo en un oyente. Tratando de objetivar los elementos que integran el ruido
se pueden distinguir estos tres: la causa u objeto productor del sonido, la transmisión de la
vibración, y el efecto o reacción fisiológica y psicológica que se produce en la audición.
Veamos cada uno de estos componentes de una forma un poco más detallada.
CONCEPTOS Y DEFINICIONES.
El sonido es para los seres humanos uno de los medios de comunicación más importante; para
que un sonido se produzca, es necesario que haya vibraciones.
Estas vibraciones son transmitidas a nuestro oído a través del aire. El sonido se transmite en el
aire a una velocidad de 340 metros por segundo. Aunque es una velocidad alta, hay que recordar
que es casi un millón de veces menor a la velocidad con que se desplaza la luz.
Cuando se vuelve molesto o inútil, se denomina ruido. “El ruido es un sonido indeseable y
molesto para la persona que lo percibe”
• La potencia acústica (W) se mide en vatios (w) y el nivel de potencia (Lw) en decibelios
(dB):
Lw (dB)=120+10log W
LI (dB)=120+10log I
LP (dB)=94+20log P
Para caracterizar los sonidos debe tenerse en cuenta su intensidad, que está en función de la
potencia energética que les anima, el montante de vibraciones y sus combinaciones. El número
de vibraciones da lugar a los denominados sonidos normales, a los infrasonidos y a los
ultrasonidos, los cuales puede tener a su vez mayor o menor intensidad:
El ruido produce una alteración del medio atmosférico por ondas que se mueven desde los focos
que las originan.
También se define como el fenómeno de persistencia del sonido en un punto determinado del
interior de un recinto, debido a reflexiones sucesivas en los cerramientos el mismo.
Símbolo D Unidad dB. Es equivalente al aislamiento acústico existente entre dos locales. Se
define mediante la siguiente expresión:
En dB, donde:
Norma ISO−140:
Donde:
Frecuencias preferentes. Son las indicadas en la norma UNE 74.002−78 entre 100 y 1000 Hz.
Para bandas de octava son: 125, 250, 500, 1000, 2000 y 4000 Hz. Para tercios de octava son:
100, 125, 160, 200, 250, 315, 400, 500, 630, 800, 1000, 1250, 1600, 2000, 2500, 3150, 4000 y
5000 Hz.
Indice del ruido al tráfico. TNI es el parámetro utilizado para valorar el ruido de tráfico.
Nivel Acústico de Evaluación. N.A.E. Es un parámetro que trata de evaluar las molestias
producidas en el interior de los locales por ruidos fluctuantes procedentes de instalaciones o
actividades ruidosas.
NAE =Leq + P
Leq P
24 3
25 2
26 1
27 0
L90: es el nivel de ruido alcanzado o sobrepasado el 90% del tiempo, debido a la actividad
evaluada.
Nivel Continuo Equivalente en dBA Leq. Se define como el nivel de un ruido constante que
tuviera la misma energía sonora de aquel a medir durante el mismo periodo de tiempo.
Nivel de contaminación por ruido. LNP. Es un parámetro que se emplea para valorar y
cuantificar los problemas de ruido ambiental.
Nivel de emisión al exterior N.E.E. Es el nivel de ruido medido en el exterior del recinto
donde está ubicado el foco ruidoso, que es alcanzado o sobrepasado el 10% del tiempo de
medición(L10), medido durante un tiempo mínimo de 15 minutos, habiéndose corregido el
ruido de fondo.
Nivel de presión acústica. Lp ó SPL. Unidad el dB. Se define mediante la expresión siguiente:
Actividad de la explotación
• Voladuras
El ruido en las voladuras
No resulta perjudicial para las personas, pero provoca un mayor efecto (subjetivo) de
la vibración cuando ésta va acompañada de la onda aérea.
Una vibración acompañada de onda aérea produce en una persona una sensación
molesta hasta cinco veces mayor que si la vibración fuera “silenciosa” (EFECTO
PSICOLÓGICO).
Onda aérea
La onda aérea se produce como consecuencia de las explosiones de las voladuras, y es una onda
de presión generada por la energía de rotura de ésta, que se propaga por el aire atenuándose con
la distancia, generando las vibraciones que se manifiestan fundamentalmente en los cristales.
Como medida de prevención, y siempre y cuando las condiciones del terreno lo permitan, se
puede diseñar la explotación de forma que parte de la topografía original se preserve, creando
un efecto pantalla frente a este efecto, así como con respecto al ruido.
Control de la contaminación atmosférica
Desde este punto de vista legal, por otra parte, se establecen dos conceptos diferenciados:
Emisión e Inmisión. En concreto, la Ley de Protección del Ambiente Atmosférico recoge las
siguientes definiciones:
Por otra parte, está la legislación sobre el control de emisiones de gases a la atmósfera, que es
muy amplia, sustanciándose en numerosos decretos y órdenes, ya que hay reglamentación
específica para las instalaciones existentes, instalaciones nuevas, instalaciones de incineración,
grandes instalaciones de combustión, refinerías, etc. En concreto, algunas instalaciones tienen
definidos sus límites de emisión de forma particular, por ejemplo a través de Resoluciones de la
Dirección General de la Energía (las muy viejas) y a través de las Declaraciones de Impacto
Ambiental (las muy nuevas) En un futuro próximos los límites de emisión serán definidos en las
Autorizaciones Ambientales Integradas.
Para conocer el estado de la atmósfera y sus posibles efectos sobre la salud humana, se llevan a
cabo mediciones a muy diversas escalas, desde las medidas “personales” mediante dispositivos
portátiles, hasta dispositivos automáticos de control en continuo, que incluso pueden remitir la
información correspondiente a un centro de control más o menos remoto. Incluso recientemente
se están poniendo a la venta medidores “domésticos” de la calidad del aire.
Las medidas personales pueden ser muy variadas, pero las que más se utilizan son las que
identifican concentraciones de gases determinados por encima de un umbral de referencia. En
minería de interior se usan sobre todo para detectar concentraciones de CO2 y CO, o de otros
gases que puedan liberarse durante las voladuras (p.ej., gases de la voladura de rocas). En cada
caso pueden utilizarse unos u otros sensores, en función de la naturaleza del mineral o roca
explotados: en minas de carbón puede ser interesante detectar el grisú; en las de mercurio, las
concentraciones altas de vapor de este elemento, etc.
Los medidores en continuo son del mismo tipo que los utilizados para gases, basados en la
aspiración a caudal constante del aire atmosférico y la determinación de los correspondientes
parámetros mediante técnicas diversas.
En cuanto a la toma de muestras discretas, a su vez puede ser de dos tipos diferentes: muestras
obtenidas mediante el filtrado de aire, y muestras de partículas sedimentadas.
El filtrado se realiza con dispositivos que hacen pasar a través de un filtro un caudal constante
de aire durante un periodo de tiempo determinado. La cantidad de partículas presentes en el aire
se determina por diferencia de peso entre el filtro limpio y el filtro ya utilizado. Además, sobre
las partículas retenidas se puede realizar análisis químico, aunque no medir parámetros físicos,
ya que las partículas se extraen mediante la combustión del filtro, lo que modifica este tipo de
parámetros.
Las partículas sedimentadas se toman mediante un dispositivo denominado “standard gauge”,
consistente en un embudo de porcelana de superficie expuesta a la intemperie conocida, y con
un recipiente inferior. La muestra se toma periódicamente (a diario, semanalmente, o
mensualmente) mediante un frasco lavador, arrastrando las partículas al recipiente. De esta
forma obtenemos la posibilidad de realizar todo tipo de determinaciones, tanto físicas como
químicas, de las partículas y de su evolución temporal.
Con estas mediciones se pretende conocer con el mayor detalle la calidad del aire, y poder obrar
en consecuencia, limitando especialmente las emisiones procedentes de las áreas industriales y
mineras que puedan existir en el entorno urbano durante los periodos de mayor concentración
de partículas, y considerando las zonas urbanas de mayor riesgo frente a estos fenómenos de
contaminación.
EFECTOS CONTAMINANTES.
Las consecuencias del ruido sobre la salud humana han sido objeto de un estudio muy riguroso,
salvo en lo referente al sistema auditivo, en el que produce pérdidas temporales o permanentes
de la sensibilidad.
El oído es el primero en acusar el impacto de los ruidos excesivos, pero también afectan a otros
órganos o sistemas; así, el ruido excesivo o molesto genera reacciones fisiológicas (como
incremento de la secreción de adrenalina, acelera la frecuencia cardíaca y el ritmo respiratorio,
contrae la musculatura y los vasos sanguíneos, incrementa la concentración de lípidos en la
sangre). Sin embargo, como en la mayoría de los casos no es posible superar la situación
agresiva, los efectos se vuelven contra los afectados: mal humor, contrariedad, insomnio, estrés.
Incluso la falta de silencio suficiente para descansar, aunque no se interrumpa el sueño, origina
que éste no sea profundo, no consiguiendo el efecto reparador, con lo que al día siguiente se
demuestra un mayor cansancio, apatía, irritabilidad, falta de concentración o menores reflejos.
Aunque, como ya se sabe, los efectos del ruido tienen un factor primordial en las características
del receptor en un determinado momento, los efectos del ruido sobre el hombre pueden
graduarse en tres grupos:
• Simples molestias causadas por el ruido, provocadas por una intensidad entre 30 y 60
dB, cuyos efectos a lo más son puramente mentales;
• Peligros para la salud, de efectos mentales y vegetativo, provocados por intensidades
comprendidas entre los 60 y los 90 dB; y
• Alteración de la salud con trastornos acaecidos por el efecto prolongado de ruidos de
90 a 120 dB.
Según estudios recientes, por debajo de 45dB(A) no se perciben molestias, las cuales aparecen
para un 10% de la población cuando se alcanzan los 55 dB(A) y todo el mundo percibe por
encima de los 85 dB(A).
Además de los efectos sobre el hombre, también incide negativamente en la fisiología animal y
en las edificaciones.
Cabe constatar que estos efectos nocivos para las personas, animales y bienes, implican unas
consecuencias económicas, que son más computables cuando hay deterioros materiales; y de
modo más difícil, cuando afecta a la deterioración inmobiliaria como es el caso de las viviendas
situadas en las proximidades de aeropuertos o de concentración de actividades de ocio y
diversión.
Es difícil establecer generalizaciones acerca de los efectos nocivos del ruido, aun cuando éstos
existen y revisten cada vez mayor gravedad, y es que la percepción del receptor juega un papel
determinante en este asunto.
Sin embargo, mientras lo anterior no sea una realidad, a los efectos que nos ocupan se acepta
convencionalmente que un nivel de ruido inferior a 45 dB(A) apenas genera molestias, que éstas
aparecen en un 10 % de la población cuando el ruido alcanza 55 dB(A), y que la totalidad de la
población se siente afectada por niveles superiores a 85 dB(A); considerando estas premisas, la
mayoría de los países desarrollados han establecido un limite máximo de tolerancia al ruido
ambiental diurno cifrado en 65 dB(A), al que antes hacíamos alusión.
En cualquier caso, es evidente que las secuelas de la exposición a niveles altos de ruido son
variadas y graves y, sin embargo, no se les presta la atención necesaria.
La preocupación que despiertan ni siquiera es similar a la que concitan los efectos negativos
derivados de la contaminación atmosférica o de las aguas. En parte esto es así por dos razones
básicas: el ruido, a diferencia de otros contaminantes, sólo es detectado por el oído, mientras
que la polución del aire dificulta la respiración, afecta a la visión, etc., al igual que las aguas
alteradas se manifiestan en su color, olor y sabor; pero, sobre todo, los perjuicios más graves del
ruido han pasado desapercibidos porque en su mayoría se manifiestan a medio y largo plazo, y
con frecuencia cuando se repara en ellos son ya irreversibles. A este respecto hoy se reconocen
diversas dolencias fisiológicas y alteraciones psíquicas y del comportamiento, cuyas
repercusiones sobre la salud son bien patentes, pero con frecuencia se olvidan otras derivaciones
relacionadas con la pérdida de calidad de vida, o también de tipo económico, por cuanto los
daños producidos por el ruido son causa de enfermedades laborales con bajas periódicas,
absentismo y bajo rendimiento.
Entre los principales trastornos de tipo fisiológico se citan con frecuencia la pérdida de
audición, las afecciones cardiacas y circulatorias (hipertensión) y otras muy variadas y peor
conocidas de tipo respiratorio, digestivo y neurovegetativo. En el terreno de las alteraciones
psíquicas y del comportamiento sobresalen las alteraciones del sueño y del descanso, la
irritabilidad y los trastornos de la conducta (agresividad), los trastornos depresivos y una
disminución de la concentración que deriva en bajos rendimientos en el estudio y el trabajo.
Respecto a los primeros, el efecto más extendido y mejor conocido es la pérdida progresiva de
audición o sordera. En principio la exposición a niveles altos de ruido debilita la capacidad
auditiva, aunque esto es subsanable cuando aquellos cesan y el aparato auditivo reposa cierto
tiempo; sin embargo, la exposición prolongada da lugar a mermas irreversibles de la audición
que pueden culminar en la sordera absoluta.
Pensemos, a modo de ejemplo, que el oído necesita más de 16 horas de reposo para compensar
los efectos de dos horas de recepción de 100 dB(A). En el terreno laboral, la norma europea
ISO−1999 valora los efectos de la exposición a niveles altos de ruido en lo relativo a la sordera,
y establece que un nivel continuo equivalente de 80 dB(A) frecuente en diversas actividades
industriales supone alto riesgo de sordera para el 50 % de las personas con jornadas laborales de
40 horas semanales durante 45 años, un porcentaje que disminuye progresivamente al reducirse
el tiempo de exposición; a partir de esta consideración general, cada caso es distinto, en función
de la incidencia de otros factores como la edad, el padecimiento de alguna enfermedad, la
exposición a otras fuentes de ruido, etc.
Por otra parte, van en aumento los casos comprobados de afecciones cardiacas y,
particularmente, de aumento de la tensión sanguínea en personas hipertensas a consecuencia del
impacto de ruidos que sobresalen bruscamente sobre el nivel sonoro medio.
Los parámetros meramente acústicos no sirven por sí solos para evaluar el impacto del ruido,
pues la medición de una energía acústica no significa casi nada si no se pone en relación con su
traducción biológica y psicológica en las personas. En este sentido, es la posibilidad de que el
ruido ambiental provoque efectos negativos sobre la salud humana lo que ha estimulado en gran
medida las investigaciones en este campo, de manera que la mayoría de los estudios se han
centrado en conocer cuáles son los niveles de contaminación acústica del medio ambiente y en
qué medida afectan a la salud y al bienestar de las personas.
Las condiciones de trabajo, que afectan a los trabajadores de las minas, no ha tenido el debido
estudio ni se le ha prestado la atención que merece, por la falta de interés de los estudiosos del
tema, ni por los empresarios o patronos, ni mucho menos por las autoridades correspondientes.
Se han identificado científicamente los factores de riesgo que afectan al sector minero de la
población, en el caso del ruido?
Se han hecho mediciones pertinentes y se han determinado los niveles de exposición al ruido,
dentro de las minas?
Identificar el grado de exposición a que están sometidos los trabajadores, para determinar las
posibles consecuencias en su salud, que permitan diseñar propuestas de prevención e
intervención.
Además de las teorías sobre el ruido, y las metodologías para su medición, se han empleado los
estudios que se han realizado en diversas instituciones como la UPC, AFNOR, INRS, NIOSH,
entre otros.
Los diferentes estudios, que se han realizado sobre minería en los países industrializados, sirven
de base para llevar a cabo los estudios sobre ruido.
Instrumentos de Medición
Sonómetros
Medidores de ruido - Decibelímetros
CEL-254
DIGITAL DE IMPULSOS
El CEL-254 es uno de los más económicos de la línea COMAUDI**. Es ideal para estudios de
monitoreo de ruido. Diseñado para profesionales en seguridad e higiene industrial. Para el
control de ruido impulsivo, cuenta con función de impulso que se usa junto con la retención del
valor máximo.
FUNCIONES:
*30 A 135 dB(A)
*Rango Dinámico 70 dB
*Escalas de Ponderación A y C
*Resolución 0.1 dB
*Precisión Digital
*Respuesta rápida, lenta e impulsos
*Retención del valor máximo de la medición
*Fáciles de usar
*Confiables y resistentes
**En caso de que busque el equipo más económico , le recomendamos el Modelo CEL-231 ,que
cuenta con las mismas caracteríticas del CEL-254 exceptuando medición de los picos del ruido
impulsivo y solo mide la escala de ponderación A
Cumple con Normas IEC 651, IEC 804, ANSI SI.4 Tipo II
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Características Principales:
• Con la tecnología modular avanzada que provee una amplia gama de modelos para
futuras pruebas de operación.
• Con operaciones de modo de análisis de banda y frecuencia que ofrecen solución a un
amplio rango de problemas de ruido más comunes.
• Operación manual o automática, dependiendo del modelo elegido.
• Control intuitivo para el usuario con un tablero de iconos y una pantalla gráfica.
• Con memoria de las lecturas obtenidas, que eliminan la necesidad de elaborar reportes
escritos.
• Capacidad para bajar información, tanto a impresoras como a computadora.
• Operación posible en 5 idiomas.
APLICACIONES.
Dosímetros
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B.6.8 Método de Evaluación Personal de la Norma NOM-011-STPS-2001.
Recomendable para:
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STC:32 dB NRC:.85
Medidas del rollo: 1.37 x 7.62 mts.
Para encasetamientos totales o parciales.
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mejor combinación con doble capa contra el ruido: Barrera de vinil reforzado de alta densidad y
fibra de vidrio absorbente de 2" de espesor.
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STC:33dB NRC:.85
lados. Triple capa contra el ruido. Barrera de vinil reforzado de alta densidad rodeada de fibra
Modelo B-10R
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Medidas del rollo: 1.37 x 18.29 mts.
Vinil reforzado de alta densidad. Flexible, versátil, fácil de cortar y manipular. Excelente para
elaborar cortinas acústicas. También se utiliza para recubrir ductos y maquinaria.
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o en paredes y plafones donde se requiera disminuir sustancialmente la transmisión del ruido.
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Modelo 10CV STC:26dB Espesor 1"
Medidas del Rollo: 1.22 x 18.29 mts.
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Un conjunto de mamparas forma una barrera acústica que puede ser reubicada con gran
facilidad.
NOISE OFF
Pasta Antiruido
Está formulado a base de agua por lo que no representa ningún peligro de fuego ni problema
de emisiones, descargas o desechos de envases.
NO SI
Proporciona aislamiento
Requiere pintarse
térmico y dieléctrico.
Adecuado en la intemperie
APLICACIONES GENERALES
APLICACIONES EN VEHICULOS
• No es inflamable
• Cumple con la norma FMVSS-302 de flamabilidad
• Clasificado en tasa 13 de propagación de llama, factor de contribución de
combustible: 0 y factor de densidad de humo: 0. ( Mediciones según norma
ASTM E-84)
• Está basado en una fórmula emulsionada de polímeros saturados
• No se deteriora con el tiempo. Conserva todas sus cualidades durante la vida
del producto.
• Se seca a temperatura ambiente. También se puede secar en horno o con
ventiladores (libre de polvo)
Conclusiones
Los factores de riesgo auditivo en la minería Peruana son principalmente ruido producido por
martillos y taladros neumáticos y explosiones en las que se utiliza dinamita, anfo o indugel.
El sonido en actividades como la utilización del martillo neumático, hace que el ruido sea
intermitente, pero, por la frecuencia con la que es realizado, se vuelve continuo, lo que hace que
el oído esté mas expuesto a los efectos del mismo y se afecte más fácilmente, ya que el daño se
produce exponencialmente.
En la actividad de picar, debido al entorno cerrado alimenta la reflexión del sonido y el impacto
del ruido en el trabajador.
No se han hecho otros estudios, sobre efectos del ruido en la salud de los mineros, antes, en, y
durante el trabajo.
La etapa de exploración, en un proyecto minero, es la que mas ruido ocasiona, pues necesita de
la utilización de taladros y martillos neumáticos para romper la roca, antes de encontrar el
mineral.
Recomendaciones
Al utilizar el martillo neumático, se debe tener en cuenta el daño auditivo, Que se usen orejeras
o tampones para oídos, en las condiciones actuales
Que los turnos recomendados para esta tarea sean de máximo 30 minutos.
Si se cuenta con los elementos requeridos para la protección del operario, se pueden ejercer
turnos de hasta 6 horas, sin afectar el nivel auditivo.
Montar vigas con material absorbente para cambiar la ruta de propagación del ruido para aislar
el receptor.
Adelantar estudios sobre los efectos del ruido en la salud de los mineros.
Capacitar a la población minera, sobre los temas ergonómicos, para que busquen mejorar las
condiciones de trabajo.
Capacitar a los patronos y supervisores sobre los riesgos de Seguridad, Salud Ocupacional y
Ergonomía.
Bibliografía
http://irreligious6.spaces.live.com
http://irreligious6.spaces.live.com/blog/cns!E83D2DBB000D8270!345.entry
http://www.geology.sdsu.edu/how_volcanoes_work/Nyos.html.
http://daac.gsfc.nasa.gov/CAMPAIGN_DOCS/ATM_CHEM/destructive_ozone.hml
http://daac.gsfc.nasa.gov/CAMPAIGN_DOCS/ATM_CHEM/protective_ozone.html
http://volcano.und.nodak.edu/vwdocs/Gases/man.html