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DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

Magistrada ponente

SLXXX-20XX
Radicación n.° 61752
Acta XXX

Bogotá, D. C., XXX (XX) de XXX de dos mil XXX


(20XX).

La Corte decide el recurso de casación interpuesto por


SONIA PARRA NARANJO contra la sentencia proferida la
Sala Laboral de Descongestión del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, el 28 de septiembre de 2012, en
el proceso ordinario laboral que adelanta contra LA
NACIÓN-MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL, LA
NACIÓN-MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO
PÚBLICO, DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA
BENEFICENCIA DE CUNDINAMARCA y DEPARTAMENTO
DE CUNDINAMARCA. Proceso en el que se vincularon
como litisconsortes necesarios LA NACIÓN - MINISTERIO
DE HACIENDA y CRÉDITO PÚBLICO y BOGOTÁ D.C.

SCLAJPT-10 V.00
Radicación n.° 61752

I. ANTECEDENTE
S

Sonia Parra Naranja promovió demanda ordinaria


laboral para que se declare que entre él y la Fundación San
Juan de Dios existe un contrato de trabajo a término
indefinido, sin ningún tipo de suspensión o interrupción,
desde el 12 de septiembre de 1986, cuando ingresó al
Instituto Materno Infantil, desempeñándose «finalmente»
como jefe de sección de infecciones, hasta el 24 de octubre
de 2006; que se declare que debía percibir como
remuneración una suma mensual de $1.216.260 más los
valores adicionales por concepto de prima de antigüedad,
subsidio de trasporte y prima de alimentación, arrojando un
total de $1.751.4148.

Igualmente, solicitó que se declare que tiene derecho a


las prestaciones sociales convencionales pactadas entre su
empleador y «Sintrahosclisas» y que a partir del 14 de junio
de 2005 se presentó una sustitución de empleadores entre
la Fundación San Juan de Dios y la Beneficencia de
Cundinamarca.

Con base en lo anterior, reclamó que se condene


solidariamente a las demandadas al pago de los salarios
causados y no cubiertos en la ejecución del contrato, desde
septiembre de 2005 al 24 de octubre 2006, con los factores
salariales convencionales; las primas de navidad, cesantías,
intereses a las cesantías y primas de vacaciones de 2001 a
2006, las primas semestrales de 2000 a 2006,

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Radicación n.° 61752

indemnización moratoria, sanción por retardo en la


cancelación de los intereses a las cesantías, la prima de
antigüedad, los incrementos salariales para los años 2000 a
2006, la pensión de jubilación convencional y las costas del
proceso.

Fundamentó sus peticiones, en que la Fundación San


Juan de Dios era una entidad de carácter privado con
personería jurídica y tenía como actividad principal la
prestación de servicios de salud. Que laboraba en el
Hospital San Juan de Dios, desde el 12 de septiembre de
1986 y desempeñaba el cargo de Jefe de Sección de
Infecciones; que es beneficiario de las convenciones
colectivas de trabajo suscritas entre la mencionada
empleadora y la organización sindical Sintrahosclisas para
los años 1982 a 1998, en las cuales se pactaron
prestaciones como la prima de antigüedad y de navidad,
auxilio de cesantía, subsidio familiar, prima de riesgos,
prima de vacaciones, compensación de vacaciones en dinero
y auxilio de transporte.

Explicó que la Fundación San Juan de Dios cesó el


pago de los salarios, prestaciones y aportes a la seguridad
social en salud y a pensiones, a pesar de que el
demandante siguió cumpliendo con su obligación de
asistencia a la institución, sin interrupción. Adujo que
empleadora no incrementó su salario en el porcentaje
equivalente al 18.5% pactado en la convención colectiva.
Agregó que, de conformidad con la convención colectiva de

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Radicación n.° 61752

trabajo vigente, era acreedor de la pensión de jubilación


desde el 1° de noviembre de 2004.

Señaló que para agotar la vía gubernativa e


interrumpir la prescripción, radicó peticiones ante las
entidades demandadas. Relató que mediante sentencia del
8 de marzo de 2005 el Consejo de Estado declaró la nulidad
de los Decretos 290 y 1374 de 1979 y 371 de 1998, decisión
que dejó sin sustento jurídico a la Fundación San Juan de
Dios y conllevó la suscripción de un Acuerdo «Marco» en
virtud del cual se decidió adoptar la liquidación de esta
entidad, la cual fue ordenada mediante Decretos del 21 y 30
de junio de 2006 expedidos por el Gobernador de
Cundinamarca. Agregó que desde 1979 el Ministerio de la
Protección Social intervino financieramente los Hospitales
San Juan de Dios e Instituto Materno Infantil.

La Nación – Ministerio de la Protección Social, dio


respuesta a la demanda con oposición a las pretensiones.
Frente a los hechos, aceptó que inicialmente la Fundación
San Juan de Dios fue una entidad privada, aunque aclaró
que los decretos que la crearon fueron declarados nulos; la
reclamación administrativa, la liquidación de dicha entidad
y la intervención administrativa por parte del Ministerio de
Protección Social. De los demás señaló que no eran ciertos,
no le constan.

En su defensa señaló que el actor presuntamente


laboró para el Hospital San Juan de Dios, por ende, no es el
Ministerio sino la Fundación San Juan de Dios quien debe

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Radicación n.° 61752

asumir las obligaciones laborales reclamadas. Así, el


Ministerio no debe resolver el conflicto jurídico planteado en
la demanda, más cuando desconoce la actuación
administrativa que pudo surtir dicha Fundación frente a la
reclamación administrativa. Propuso como excepciones la
falta de jurisdicción, falta de legitimación por pasiva e
inexistencia de la obligación. (f.° 60 a 66).

El Departamento de Cundinamarca también se opuso


a las pretensiones de la demanda. En cuanto a los hechos,
aceptó la vinculación laboral, el carácter privado de la
Fundación, su personería jurídica y su actividad principal;
la nulidad decretada por el Consejo de Estado, el Acuerdo
«marco» para la liquidación de la Fundación y la
intervención de la Nación – Ministerio de la Protección
Social. De los demás afirmó que no le constan o no son
ciertos.

En su defensa adujo que el demandante no fue


funcionario del Departamento y que la decisión proferida
por el Consejo de Estado en ningún momento dispuso que
debía responder solidariamente por las obligaciones
laborales derivadas de la vinculación con la Fundación San
Juan de Dios; además que su naturaleza era de ser una
entidad privada y para desarrollar su objeto realizo diversos
contratos, que en ningún momento fueron garantizados por
el ente departamental.
Propuso como excepciones las de falta de legitimación
en la causa por pasiva, inexistencia de relación causal entre
el Departamento de Cundinamarca y la demandante, cobro

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Radicación n.° 61752

de lo no debido, inexistencia de la obligación, inexistencia


de la sustitución patronal. (f.° 332 a 361).

La Beneficencia de Cundinamarca se opuso a las


pretensiones del actor. Aceptó los hechos referidos a la
reclamación administrativa, la nulidad de los Decretos 290
y 1374 de 1979 y 371 de 1998, el acuerdo de liquidación de
esta entidad y la intervención del Ministerio de la Protección
Social y aclaró que no se puede sostener que la declaratoria
de nulidad de los decretos que crearon la Fundación San
Juan de Dios y aprobaron sus estatutos, derive en
responsabilidad para la Beneficencia en cuanto a las
relaciones laborales que sostuvo la Fundación.

Por lo anterior, consideró que no puede asumir el


cumplimiento de obligaciones contraídas durante la
existencia de la empleadora del demandante, ya que, en la
mencionada sentencia de nulidad, el Consejo de Estado no
contempló una sustitución de empleadores, subrogación o
responsabilidad alguna de la Beneficencia. Formuló la
excepción previa de falta de integración del litis consorcio, y
de mérito las denominadas falta de legitimación en la causa
por pasiva y cobro de lo no debido (f.°124 a 160).

En audiencia celebrada el 5 de diciembre de 2007, el


Juzgado Séptimo Laboral del Circuito de Bogotá, admitió la
integración de La Nación- Ministerio de Hacienda y Crédito
Publico y de la Fundación San Juan de Dios en Liquidación
como litis consortes necesarios (f.° 710 a 712 cuaderno 2).

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Radicación n.° 61752

La Fundación San Juan de Dios dio respuesta a la


demanda con oposición a las pretensiones; aceptó los
hechos relativos a la nulidad de los Decretos 290 y 1374 de
1979 y 371 de 1998, el acuerdo marco para la liquidación
de la Fundación y la intervención del Ministerio de la
Protección Social. Frente a los demás hechos dijo que no
eran ciertos.

En su defensa señaló que, siendo un empleado público


por disposición de la sentencia del 8 de marzo de 2005 del
Consejo de Estado, las reclamaciones laborales del actor
deben ser conocidas por la jurisdicción contencioso
administrativa. Precisó que, en todo caso, por encontrarse
en liquidación no tiene la libre disposición de sus bienes,
además cerró sus puertas en septiembre de 2001, por lo
que no es posible que el demandante hubiese seguido
laborando como lo afirma, pues ya no existían funciones.

Propuso como excepciones previas las de inexistencia


del demandado, falta de competencia por no agotamiento de
la vía gubernativa, falta de jurisdicción y competencia, y
prescripción; como excepciones de fondo, las de falta de
causa, cobro de lo no debido e inexistencia de la obligación,
buena fe y prescripción (f.° 719 a 735).

La Nación - Ministerio de Hacienda y Crédito Público


al contestar la demanda se opuso a la prosperidad de las
pretensiones y manifestó que no le constaba ninguno de los
hechos. En su defensa adujo que no tuvo relación laboral ni
de ninguna naturaleza con el actor y que no se puede

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Radicación n.° 61752

predicar la existencia de responsabilidad de esta entidad


frente a las acreencias legales y convencionales reclamadas
por el demandante. Propuso las excepciones de falta de
legitimación en la causa por pasiva, inexistencia de relación
laboral, inexistencia de solidaridad o de vínculo entre la
demandada y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público
(f.° 381-382).

En audiencia celebrada el 18 de noviembre de 2008, el


Juzgado Séptimo Laboral del Circuito de Bogotá admitió la
integración de Bogotá D.C. como litis consorte necesario (f.°
115 y 116 cuaderno 3), entidad que dio respuesta a la
demanda con oposición a las pretensiones. Frente a los
hechos, aceptó la actividad principal de la Fundación, la
nulidad de los Decretos 290 y 1374 de 1979 y 371 de 1998
y el acuerdo de liquidación de esta entidad; de los demás
señaló que no eran ciertos o que no le constaban.

En su defensa refirió que Bogotá D.C. no ha tenido


ninguna vinculación laboral con el actor ni ha suscrito
convenciones colectivas de las que pueda beneficiarse. En
todo caso, precisó que, al haber prestado servicios para un
establecimiento público, no es posible la aplicación de
garantías extralegales, pues ellas están reservadas para los
trabajadores oficiales, no para empleados públicos como lo
fue el demandante. Además, indicó que en virtud de lo
dispuesto en sentencia SU 484-2008, Bogotá no es
responsable directo de las acreencias del actor, ya que éstas
deben ser asumidas por el Ministerio de Hacienda y Crédito
Público.

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Radicación n.° 61752

Propuso como excepciones previas las de cosa juzgada,


falta de jurisdicción y falta de competencia, y como
excepciones de fondo, las de falta de legitimación en la
causa por pasiva en relación con Bogotá D.C., cobro de lo
no debido, inexistencia de las obligaciones demandadas,
prescripción y buena fe. (f.° 119 a 127).

En audiencia celebrada el 23 de febrero de 2009, el


Juzgado 7° Laboral del Circuito de Bogotá resolvió las
excepciones previas propuestas por las entidades
demandadas. Declaró no probadas las de falta de
jurisdicción y cosa juzgada, calificó como de fondo la de
prescripción y declaró probada la inexistencia de la
demandada Fundación San Juan de Dios (f.° 344 a 349
cuaderno 3). Esta última decisión fue apelada por la
Beneficencia de Cundinamarca, siendo confirmada por la
Sala Laboral del Tribunal Superior de Bogotá mediante
providencia dictada el 16 de julio de 2009 (f.° 1090 a 1095
cuaderno 2 del Tribunal).

Posteriormente, mediante providencia del 9 de


noviembre de 2009 (f.° 1139 a 1152 cuaderno 2), el a quo
declaró la nulidad de lo actuado «por falta de jurisdicción»,
decisión que fue apelada, la cual no se estudió por el
Tribunal por considerar que no era un asunto susceptible
del recurso de alzada, como lo explicó en auto del 15 de
diciembre de 2009 (f.° 3 a 6 cuaderno 2 del Tribunal).

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Radicación n.° 61752

Por tanto, el proceso fue remitido a la jurisdicción


contencioso administrativa, y mediante proveído del 22 de
octubre de 2010, el Juzgado 22 Administrativo de Bogotá
suscitó el conflicto negativo de competencia (f.° 102 y 103
cuaderno 4), el cual fue dirimido por el Consejo Superior de
la Judicatura en decisión dictada el 2 de febrero de 2011,
asignando el conocimiento de este asunto a la jurisdicción
ordinaria laboral. Razón por la cual, mediante auto del 25
de abril de 2011, el Juzgado 7 Laboral del Circuito de
Bogotá, declaró «sin valor y efecto» su decisión del 9 de
noviembre de 2009, y continuó con el trámite respectivo (f.°
1163 cuaderno 2).

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Séptimo Laboral del Circuito de Bogotá,


mediante sentencia dictada el 23 de mayo de 2011, absolvió
a las accionadas de las pretensiones incoadas en la
demanda inicial y condenó en costas a la parte actora.

III. SENTENCIA DE SEGUNDA


INSTANCIA

La Sala Laboral de Descongestión del Tribunal


Superior del Distrito Judicial de Bogotá, al resolver el
recurso de apelación presentado por la parte actora,
mediante sentencia dictada el 9 de mayo de 2013, confirmó
la decisión de primer grado y se abstuvo de condenar en
costas en la alzada.

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Radicación n.° 61752

En lo que interesa al recurso extraordinario, el


Tribunal señaló que el problema jurídico consistía en
determinar si existió una relación de trabajo entre las
partes y de ser así, establecer «la calidad en la que laboraba
el demandante», y la viabilidad de las pretensiones del
demandante.
Precisó que, según los hechos de la demanda, el actor
prestó sus servicios para la Fundación San Juan de Dios
desde el 5 de septiembre de 1983 desempeñando el cargo de
técnico mecánico de equipos médicos. Por tanto, consideró
necesario hacer un breve recuento sobre la historia de
dicha entidad, para lo cual se apoyó en algunos apartes de
la sentencia CC SU-484 de 2008, y con base en ella señaló
que la Fundación San Juan de Dios «desapareció del mundo
jurídico» en virtud de la decisión del 8 de marzo de 2005 del
Consejo de Estado, que declaró la nulidad de los Decretos
290 y 1374 de 1979 y 371 de 1998. En esa medida, para el
Tribunal, el acto administrativo que le reconocía personería
a la Fundación San Juan de Dios, esto es, la Resolución n.°
10869 del 6 de diciembre de 1979, perdió fuerza ejecutoria
por «haber desaparecido los fundamentos de hecho o de
derecho que dieron lugar a ello», circunstancia que no
requiere pronunciamiento judicial, sino que opera de pleno
derecho.

En razón de lo anterior, explicó que la Fundación San


Juan de Dios es un establecimiento público y por tanto, sus
servidores tienen la calidad de empleados públicos,
conforme la clasificación establecida en el artículo 5 del

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Radicación n.° 61752

Decreto 3135 de 1968 o en su defecto, en el artículo 26 de


la Ley 10 de 1990.

Señaló que, conforme a la sentencia CC SU-484 de


2008, las consecuencias de la nulidad operan a partir del
momento en que fueron expedidos los decretos de creación
de la entidad accionada. Así, adujo que, por efecto de la
decisión del Consejo de Estado, las entidades que
conformaban la Fundación San Juan de Dios volvieron a
ser parte de la Beneficencia de Cundinamarca, por ende, se
entiende que sus servidores son trabajadores de ésta
última, lo que implica que tengan el carácter de empleados
de un establecimiento público del orden departamental.

Luego de citar el texto de los artículos 5 del Decreto


3135 del 26 de diciembre de 1968, y 26 de la Ley 10 de
1990, consideró que quienes prestan sus servicios en
clínicas u hospitales, son empleados públicos, excepto las
personas que desarrollen funciones de mantenimiento de la
planta física hospitalaria o de servicios generales.

Indicó que, aunque en el expediente se allegó un


contrato de trabajo a término indefinido, lo cierto es que en
la Resolución 186 del 11 de agosto de 2006, mediante la
cual se declaró insubsistente al demandante, éste fue
reconocido como funcionario público (f.° 31). Además,
señaló que, durante toda la vinculación del demandante a
la entidad, desempeñó la labor de «técnico mecánico de
equipos médicos», funciones que resultan diferentes a las de
construcción y sostenimiento de obras públicas, que

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Radicación n.° 61752

permiten a quienes las ejercen ostentar la calidad de


«trabajadores».

Agregó que, para defender los derechos fundamentales


de los servidores de la Fundación San Juan de Dios, en la
sentencia CC SU-484 de 2008 se ratificó la solidaridad de
las «entidades anteriormente mencionadas», las cuales
debían asumir las obligaciones laborales frente a los
trabajadores, teniendo en cuenta la fecha de ejecutoria de la
sentencia del Consejo de Estado, esto es, el 14 de junio de
2005. Sin embargo, refirió que bajo la anterior tesis
tampoco es posible imponer una condena en la forma como
se solicita, pues una vez revisadas las pruebas
documentales aportadas, no aparecen demostrados los
factores salariales dejados de incluir por el empleador. Es
decir, no existe certeza sobre los porcentajes y valores que
se debían tener en cuenta en la liquidación, sin que sea
suficiente su enunciación en la demanda, más cuando, al
proceso se allegaron actos administrativos que acreditan
pagos.

Así las cosas, el Tribunal aseguró que no solo debía


aportarse la convención colectiva de trabajo, sino que las
pruebas deben ser suficientes para «generar en el juzgador
la convicción requerida para fundamentar en ello una
sentencia acorde a la realidad procesal, cuestión que como
se anotó anteriormente, no logró acreditarse».

Por último, frente a la aplicación de las convenciones


colectivas de trabajo celebradas entre la Fundación San

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Radicación n.° 61752

Juan de Dios y el Sindicato de Trabajadores


SINTRAHOSCLISAS, invocada por el demandante, indicó
que el artículo 416 del CST, impide que los empleados
públicos presenten pliegos de peticiones o celebren
convenciones colectivas. Por ende, el demandante como
«funcionario público» no podía beneficiarse de estos acuerdos
extralegales. Consideración que apoyó en lo expuesto en
sentencia CSJ SL 2 ago. 2011, rad. 40779.

Finalmente concluyó que, por todas las razones


expuestas, el demandante no ostentó la calidad de
trabajador oficial «durante los periodos solicitados», por lo
que no es dable declarar la existencia de un contrato de
trabajo.

IV. RECURSO DE
CASACIÓN

El recurso fue interpuesto por el demandante,


concedido por el Tribunal y admitido por la Corte, por lo
que se procede a resolver.

V. ALCANCE DE LA
IMPUGNACIÓN

El recurrente pretende que la Corte case la sentencia


impugnada, y en sede de instancia, revoque la de primer
grado, y en su lugar, acceda a las pretensiones de la
demanda inicial.

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Radicación n.° 61752

Con tal propósito formula tres cargos, los cuales


fueron replicados por La Nación – Ministerio de Salud y
Protección Social, La Nación – Ministerio de Hacienda y
Crédito Público, la Beneficencia de Cundinamarca y el
Departamento de Cundinamarca.

VI. PRIMER CARGO

Acusa la sentencia recurrida por la causal primera de


casación laboral, de ser violatoria por la vía directa, en la
modalidad de interpretación errónea de los artículos:

66, Art. 84 (subrogado por el Decreto extraordinario 2304 de


1989 en su Art. 14), y en concordancia con el Art. 175 del C.C.A.;
aplicación indebida de los artículos 26 de la Ley 10 de 1990 y 5
del Decreto 3135 de 1968, violaciones medios que condujeron a
la infracción directa de los artículos 5O del Decreto 3130 de 1968
y 3, 4, 5, 9, 13, 14, 16, 22, 23, 51, 53, 55, 61, 140, 353, 354,
356, 374 numeral 2O, 416, 467, 468, 470 del CST; violación fin
por infracción directa de los artículos 29, 53, 58 y 228 de la
Constitución Política, la Ley 524 de 1999 que aprobó el Convenio
154 de la OIT, y el artículo 5O del Decreto 3130 de 1968.

En desarrollo del cargo manifiesta que el Tribunal


interpretó de manera errada los efectos de la sentencia
dictada por el Consejo de Estado que declaró la nulidad de
los Decretos 290 y 1374 de 1979 y 371 de 1998, que
crearon y reglamentaron la Fundación San Juan de Dios, al
considerar que extendió de manera absoluta los efectos ex
tunc de tal providencia y consideró que la nulidad operaba
desde el momento en que se expidieron los actos anulados,

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Radicación n.° 61752

por lo que las cosas debían retrotraerse al estado en que se


encontraban antes de dichos decretos.

En consecuencia, el Tribunal concluyó que el Hospital


San Juan de Dios retornó a su condición primigenia de
institución de salud departamental de propiedad de la
Beneficencia de Cundinamarca, y que el nexo laboral con
sus empleados fue el propio de un régimen jurídico de
carácter público, calificando al actor como un empleado
público y negando la relación de «carácter particular», en los
términos del artículo 5o del Decreto 3135 de 1968, con base
en las funciones que tenía el demandante.

Afirma que, contrario a lo señalado en la providencia


impugnada, la Fundación San Juan de Dios no se convirtió
en una institución de salud departamental de propiedad de
la Beneficencia de Cundinamarca, como quiera que los
actos administrativos están revestidos de la presunción de
legalidad y, en consecuencia, son obligatorios mientras no
hayan sido anulados.

Aduce que el Tribunal incurre en la violación directa


por interpretación errónea de los artículos 66 y 84, en
concordancia con el 175 del CCA, en razón a que aplicó ésta
última norma, sin tener en cuenta las restricciones de las
primeras, lo que produjo una interpretación errónea del
artículo 26 de la Ley 10 de 1990 y aplicación indebida del 5 o
del Decreto 3135 de 1968, al calificar al actor como un
empleado público, pues su vinculación laboral con el
Hospital San Juan de Dios fue la propia de un trabajador

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Radicación n.° 61752

particular. Resalta que el artículo 5 del Decreto 3130 de


1968 prevé la existencia de entidades como la Fundación
San Juan de Dios, esto es, instituciones de utilidad común
creadas por iniciativa privada para atender servicios de
interés social, y se rigen por el derecho particular.

Rememora la situación jurídica del Hospital San Juan


de Dios como una entidad de utilidad común en la
prestación de servicios de salud, que por sí mismo nunca
tuvo personería jurídica, sino que pertenecía a la Fundación
San Juan de Dios hoy en liquidación que, a su vez, tuvo la
condición de entidad de derecho privado del subsector de
salud.

Refiere que en el Decreto 1374 de 1979, se catalogó a


la Fundación como una institución de utilidad común,
regida por las normas del Código Civil, en aquellos temas
no previstos en los Decretos 390 y 1374 de 1979,
encuadrándola como una entidad de derecho privado, y que
el Decreto Presidencial 371 de 1998 actualizó los estatutos
de la Fundación demandada, y de su artículo primero se
desprende que la naturaleza jurídica era ajena a una
entidad de carácter público, pues se confirmó en dicha
norma que se trataba de una institución regulada por el
Código Civil, «de utilidad común», con personería jurídica
propia, certificada por el Ministerio de Salud, perteneciente
al subsector privado del Sistema General de Seguridad
Social en Salud.

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Radicación n.° 61752

De lo anterior concluye que los empleados de la


Fundación se regían por las reglas de derecho privado
porque estaban vinculados por medio de contratos de
trabajo; además, porque la entidad también contaba con
una Organización Sindical, denominada
“SINTRAHOSCLISAS”, con quien suscribió diferentes
convenciones colectivas desde 1982 hasta 1986, en las que
se contemplaron las prestaciones extralegales reclamadas, a
cuyo contenido hace alusión in extenso, y en las que señala,
se menciona el carácter privado de la Fundación.
Afirma que, aunque mediante las resoluciones de
intervención por parte del Ministerio de Salud, se le
permitió el manejo de los Hospitales San Juan de Dios e
Instituto Materno Infantil, tal circunstancia no desvirtúa la
naturaleza jurídica privada. Aclara que, si bien la
designación del demandante como «auxiliar de enfermería»
se hizo a través de una resolución, dicha situación obedeció
a que el interventor era un funcionario público, por lo que,
se «manifestaba a través de resoluciones». Insiste en que no
puede dársele la connotación de empleado público al actor,
y que una evidencia más de que se regía por el derecho
privado, es que todas las controversias surgidas con los
trabajadores de la fundación demandada se dirimieron ante
la jurisdicción ordinaria.

Indica que existe contradicción entre la decisión del


Consejo de Estado que anuló los decretos que crearon la
Fundación y aquellas providencias que dirimieron conflictos
de competencia en la jurisdicción ordinaria, entre las que
destaca la sentencia de casación emitida por la sección

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Radicación n.° 61752

segunda de la Corte Suprema de Justicia el 19 de


septiembre de 1985, en la cual se determinó que la
Fundación «es una entidad de utilidad común, de naturaleza
privada que se rige por la ley civil y por sus propios
estatutos, acorde con las disposiciones del Decreto 3130 de
1968».

Dice que el mencionado fallo del Consejo de Estado del


8 de marzo de 2005, no fue el único pronunciamiento
emitido por esa Corporación, pues a través de la Sala de
Consulta y Servicio Civil, por consulta realizada por el
Ministro del Trabajo y Seguridad Social, el 20 de octubre de
1986, le dio el carácter privado a la Fundación San Juan de
Dios y expresó que sus trabajadores eran particulares
sometidos al Código Sustantivo del Trabajo.

Señala que el Consejo de Estado en sentencia del 3 de


noviembre de 2005, explicó el alcance del proveído proferido
el 8 de marzo de 2005 «efectuando una interpretación
auténtica», e indicó que se deben respetar los derechos
adquiridos de los trabajadores y pensionados del Hospital
San Juan de Dios y el Instituto Materno Infantil, los cuales
no podían resultar afectados por la decisión adoptada el 8
de marzo de 2005. De igual manera, sostiene que la Corte
Constitucional en sentencia T-010 de 20 de enero de 2012,
explicó las decisiones adoptadas en la providencia CC SU-
484 de 2008, y transcribió en su integridad el acápite
denominado «el contenido y alcance de las órdenes dadas en
la SU-484 de 2008».

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Radicación n.° 61752

Aduce que el carácter privado que ostentó la


Fundación le permitió acceder a la ayuda económica
establecida en la Ley 60 de 1993, reglamentada por el
Decreto 530 de 1994. Precisa que, durante la intervención
forzosa de la Fundación accionada, se continuaron
aplicando las convenciones colectivas de trabajo, que se
pretenden desconocer por los efectos del fallo del Consejo
de Estado.

Alude a la decisión proferida por dicha Corporación el


9 de agosto de 2012, en la que se refirió a los alcances de la
sentencia SU-484 del 15 de mayo de 2008 e indicó que
todos los empleados que estuvieron vinculados a los dos
hospitales de la Fundación San Juan de Dios, tienen
derecho a percibir las indemnizaciones y prestaciones
convencionales, por lo que implícitamente está
reconociendo el carácter de empleados privados, pues de lo
contrario, no podría referirse a acreencias extralegales.

Indica que la decisión recurrida retrotrajo los efectos


del fallo del Consejo de Estado a la fecha de expedición de
las normas anuladas, por lo que calificó al demandante
como empleado público. Dicha conclusión, en su criterio,
desconoce la jurisprudencia respecto de los efectos ex tunc,
la cual indica que estos no son absolutos y que las
situaciones jurídicas consolidadas son objeto de protección.

Igualmente, afirma que de aceptarse la tesis del


sentenciador de segundo grado, la decisión objeto de
impugnación debe casarse, pues viola la ley sustantiva,

20
Radicación n.° 61752

toda vez que, los actos ejercidos por la Fundación


demandada están revestidos de presunción de legalidad y
generaron situaciones particulares que se consolidaron
como derechos adquiridos, los cuales gozan de protección
constitucional y no pueden ser desconocidos por leyes
posteriores. Situación que ha sido tenida en cuenta por la
Corte Suprema de Justicia, el Consejo de Estado y la Corte
Constitucional, quienes en numerosas ocasiones han sido
unánimes en negar efectos retroactivos a las leyes.
Sostiene que el actor es beneficiario de las garantías
convencionales, las cuales son derechos adquiridos y
consolidados. Que los efectos ex tunc del fallo impugnado
contrarían el artículo 228 de la Constitución Política, norma
que impone la prevalencia del derecho sustancial dentro de
la administración de justicia, pero en este caso, se privilegió
el efecto retroactivo del fallo sobre el reclamo de derechos
ciertos, determinados e irrenunciables, entre otras cosas.

Expresa que por vía de jurisprudencia y doctrina,


también se ha avalado el amparo a los derechos adquiridos,
en aplicación del artículo 58 de la propia Constitución
Política de 1991, por lo cual, el fallo impugnado no puede
desconocerlos con fundamento en la decisión del Consejo
de Estado del 8 de marzo de 2005. Además, con la decisión
del colegiado, se está inobservando lo precisado en el
artículo 16 del CST sobre la no retroactividad de las normas
laborales, así como los principios de confianza legítima,
buena fe y seguridad jurídica.

21
Radicación n.° 61752

Advierte que, respecto del fallo del Consejo de Estado,


existen salvamentos de voto que contrarían la tesis de la
retroactividad, pronunciamientos que ratifican el principio
de «invulnerabilidad» y de vigencia de los derechos
adquiridos y consolidados de quienes prestaron sus
servicios en la Fundación San Juan de Dios. Manifiesta que
pretender darle efectos a dicha sentencia, sin excepción
alguna, conduciría a situaciones «absurdas».

Afirma que existe una violación directa por


interpretación errónea del artículo 26 de la Ley 10 de 1990,
pues el fallador de segundo grado consideró que los
trabajadores de la extinta Fundación ostentaban la calidad
de empleados públicos o trabajadores oficiales, cuando lo
cierto es que, las personas que prestaban sus servicios en
dicha entidad eran trabajadores particulares.

Realiza, lo que denomina una «síntesis histórica y legal


sobre la calidad del vínculo de quienes laboran con
entidades públicas» y agrega que, por ninguno de los dos
factores, orgánico y funcional, el demandante podía ser
considerado como empleado público, por lo que el juez de
segundo grado se equivocó cuando consideró que pertenecía
al primer grupo. Aduce que, si bien se vinculó a través de
una resolución y tomó posesión del cargo, ello no acredita
que ostentara la calidad de empleado público, pues el
carácter del vínculo se da por la naturaleza de la entidad.

Afirma que igualmente se violó el artículo 5º del


Decreto 3130 de 1968 en la modalidad de infracción

22
Radicación n.° 61752

directa, el cual define las fundaciones o instituciones de


utilidad común, que están sujetas a las reglas del derecho
privado, como fue el caso de la Fundación San Juan de
Dios, por lo que sus trabajadores no podían ser calificados
como servidores públicos. Concluye que el sentenciador
violó la ley «por las modalidades ya descritas de
interpretación errónea o aplicación indebida» lo cual incidió
para que absolviera a la pasiva, negándole al demandante
su condición de trabajador particular.
VII. RÉPLICAS

Las entidades demandadas presentaron escrito de


oposición al cargo, salvo Bogotá D.C., con sustento en lo
siguiente:

La Nación – Ministerio de Salud y Protección Social


señala que existe un error protuberante en la formulación
del cargo, pues se combina la vía directa con una tercera
vía que es la violación medio. Además, no se relacionan las
normas procedimentales que ocasionaron la vulneración de
las normas sustanciales, y la sustentación de la demanda
de casación se fundamenta en normas que no fueron objeto
de debate, ni aplicadas en la sentencia de segundo grado.
Por último, afirma que la calidad de empleado público del
recurrente no se discute, dado que no ejecutó labores de
mantenimiento de la planta física o de servicios generales.

La Nación – Ministerio de Hacienda y Crédito Público,


indica que el cargo contiene errores de técnica que impiden
su prosperidad, pues entremezcla las vías directa e

23
Radicación n.° 61752

indirecta, dado que la sustentación de la acusación


contiene elementos fácticos. En todo caso, asegura que el
censor pretende el reconocimiento de derechos
convencionales, lo cual resulta improcedente porque en este
caso no es posible declarar la existencia de una relación de
trabajo. Esto, como quiera que en virtud de la declaración
de nulidad de los actos que determinaron la creación de la
Fundación, la entidad ostentó una naturaleza pública, y las
personas que prestaron sus servicios fueron siempre
empleados públicos.

La Beneficencia de Cundinamarca afirma que si bien


se declaró la nulidad de los decretos que crearon a la
Fundación San Juan de Dios, ello no significa que pueda
endilgársele algún tipo de responsabilidad respecto de las
relaciones laborales que sostuvo la Fundación accionada,
pues en el fallo del Consejo de Estado no se dispuso ningún
tipo de subrogación frente a las obligaciones de la persona
jurídica que desaparece.

Por su parte, el Departamento de Cundinamarca


señala que existe un error de técnica al acusar la
interpretación errónea y la aplicación indebida, por la senda
directa, además de plantear una violación medio. Asegura
que no es dable desconocer los efectos ex tunc de la
sentencia del Consejo de Estado, y que en razón al cargo
desempeñado por el actor como técnico mecánico de
equipos médicos, era empleado público.

24
Radicación n.° 61752

VIII. CONSIDERACIONES

Previo a resolver el asunto, la Sala considera oportuno


aclarar que, de acuerdo a lo decidido por el juez de primera
instancia en audiencia celebrada el 23 de febrero de 2009,
la Fundación San Juan de Dios fue excluida del proceso, al
declarar probada la excepción previa de inexistencia del
demandado, decisión que fue confirmada por el Tribunal
Superior de Bogotá. Por lo anterior y teniendo en cuenta
que entonces la referida Fundación San Juan de Dios no
ostenta la calidad de parte en el proceso, la Corte no tendrá
en cuenta el escrito de réplica presentado frente al recurso
de casación interpuesto por el actor, resaltando, en todo
caso, que en él nada se advierte sobre esta especial
circunstancia.

Hecha la anterior aclaración, debe señalarse que como


recurso extraordinario que es, la demanda de casación debe
ceñirse a los requerimientos técnicos que su planteamiento
y demostración exigen en acatamiento de las reglas legales
y a los desarrollos jurisprudenciales fijados para su
procedencia, puesto que el incumplimiento de aquellos
acarrea que el mismo resulte desestimable al
imposibilitarse su estudio de fondo.

Igualmente, este medio de impugnación no le otorga


competencia a la Corte para juzgar el pleito a fin de resolver
a cuál de los litigantes le asiste la razón, habida cuenta que
su labor, siempre que el recurrente sepa plantear la
acusación, se limita a enjuiciar la sentencia impugnada con

25
Radicación n.° 61752

el objeto de establecer si el juez de apelaciones al dictarla


observó las normas jurídicas que estaba obligado a aplicar
para dirimir el conflicto correctamente.

En la sentencia SL3314-2018, en la que se recordó lo


expuesto en la SL390-2018, sobre el particular, se dijo:

Por el contrario, adoctrinado está que el recurrente debe ceñirse a


las exigencias formales y de técnica, legales y jurisprudenciales,
en procura de hacer procedente el estudio de fondo del recurso
extraordinario, en la medida en que son los jueces de instancia
los que tienen competencia para dirimir los conflictos entre las
partes, asignando el derecho sustancial a quien demuestre estar
asistido del mismo. Al juez de casación, le compete ejercer un
control de legalidad sobre la decisión de segundo grado, siempre
que el escrito con el que se sustente el recurso extraordinario,
satisfaga las exigencias previstas en el artículo 90 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, las cuales no
constituyen un mero culto a la forma, en tanto son parte esencial
de un debido proceso preexistente y conocido por las partes,
según las voces del artículo 29 de la Constitución Política.

Pues bien, al revisar el cargo propuesto por el censor,


la Sala observa que presenta algunas deficiencias técnicas
tal y como se explica a continuación:

1.- En la demostración del cargo, el censor


entremezcla argumentos eminentemente fácticos ajenos a la
vía seleccionada, tal es el caso de tratar de demostrar con
medios de convicción que el vínculo que lo ligó con la
Fundación San Juan de Dios corresponde al de un
trabajador particular, la existencia del sindicato, la firma de
convenciones colectivas y que fue beneficiario de las
mismas (CSJ SL20013-2017). Así mismo, cuestiona el
documento mediante el cual se formalizó la vinculación a la

26
Radicación n.° 61752

entidad y las Resoluciones que dispusieron la intervención


administrativa por parte del Ministerio de Salud, para
advertir que los mismos no evidencian el carácter de
empleado público sino un trato como trabajador privado.
Estos puntos sólo son controvertibles desde la perspectiva
fáctica, no del puro derecho.

2.- De otro lado, a pesar de expresar que el ad quem


incurrió en «violaciones medios», que se recuerda, ocurre
cuando el sentenciador aplica o deja de hacerlo, o interpreta
con error un precepto de naturaleza procesal, que trae
como consecuencia la infracción de normas sustanciales,
en momento alguno enuncia qué normas de índole adjetivo
fueron las infringidas por el Tribunal, menos explica en qué
consistió dicha violación medio, tal como se explicó en
decisión CSJ SL3039-2019 en un asunto seguido contra las
mismas demandadas.

3.- Al desarrollar el cargo desconoce lo ordenado por el


artículo 91 del CPTSS, que exige que quien acude al recurso
extraordinario de casación, plantee la demanda en forma
sucinta, sin extenderse en consideraciones propias de las
instancias. Tal mandato no fue atendido por el recurrente,
en tanto su argumentación se asemeja más a un alegato de
instancia que a la dialéctica que debe hacerse al plantear
un cargo en casación (CSJ SL2658-2019).

4.- La censura en ningún momento destruye los


argumentos o soportes fundamentales que tuvo el Tribunal
para confirmar la sentencia dictada por el a quo, a saber: (i)

27
Radicación n.° 61752

que en virtud de la declaratoria de nulidad de los Decretos


290 y 1374 de 1979 y 371 de 1998 dispuesta por el Consejo
de Estado y la providencia de la Corte Constitucional SU
484 del 2008, los trabajadores del Hospital San Juan de
Dios tuvieron la calidad de empleados públicos; (ii) que
como el demandante prestó sus servicios como técnico
mecánico de equipos médicos durante toda su relación
laboral, se entiende que todo el tiempo ostentó la calidad de
empleado público del orden departamental.

Esa falta de ataque de tales pilares, trae como


consecuencia que se mantenga incólume la decisión
recurrida, precisamente por estar amparada por la doble
presunción, de acierto y legalidad.

Al respecto, la Sala ha considerado que «las


acusaciones exiguas o parciales son insuficientes para
quebrar una sentencia en el ámbito de la casación del
trabajo y de la seguridad social» en la medida que continúan
subsistiendo sus fundamentos, razón por la cual, «nada
consigue el censor si se ocupa de combatir razones distintas
a las aducidas por el juzgador o cuando no ataca todos los
pilares, porque, en tal caso, así tenga razón en la crítica que
formula, la decisión sigue soportada en las inferencias que
dejó libres de ataque» (CSJ SL12298-2017, reiterada en CSJ
SL2047-2018).

Lo anterior conlleva que, con independencia del acierto


del recurrente y de que la Sala comparta o no sus
deducciones, se mantenga la decisión de segundo grado.

28
Radicación n.° 61752

Sobre el particular, en sentencia CSJ SL13058-2015,


reiterada en sentencia CSJ SL12298-2017, se precisó lo
siguiente:

[…]
La Sala reitera que la naturaleza extraordinaria del recurso de
casación, exige el despliegue de un ejercicio dialectico dirigido
puntualmente a socavar los pilares de la sentencia gravada,
porque en caso contrario permanecerá incólume, soportada sobre
los cimientos que resultaron útiles al Tribunal para resolver el
caso sometido a su consideración.

Corresponde entonces al censor identificar los soportes del fallo


que controvierte y, consecuente con el resultado que obtenga,
dirigir el ataque por la senda fáctica o la jurídica, o por ambas,
en cargos separados, desde luego, si es que el fundamento de la
decisión es mixto.

Los soportes facticos de una decisión judicial, son aquellas


inferencias o deducciones que el juez de alzada obtiene luego de
analizar el contenido de los medios de prueba regular y
oportunamente incorporados al expediente, que le permiten
construir el escenario sobre el cual cobraran vida las normas
llamadas a gobernar los hechos acreditados; al paso que los
jurídicos corresponden al alcance, aplicación o falta de aplicación
de una o varias preceptivas llamadas a regular el aso sometido a
su consideración, esto con total independencia de los aspectos de
hecho que estructuran cada caso

Los anteriores reparos de orden técnico también


fueron advertidos por esta Sala en sentencias CSJ SL 3039-
2019 y CSJ SL 1995-2019, entre otras, al resolver asuntos
de similares características seguidos contra las mismas
entidades demandadas, en los que el censor planteó iguales
argumentos para sustentar su inconformidad frente a los
fallos impugnados en los que se había concluido el carácter
de empleados públicos de los actores.

Aunque lo anterior sería suficiente para desestimar el


cargo, es pertinente recordar que esta Corte ya tiene

29
Radicación n.° 61752

establecido que la decisión del Consejo de Estado de fecha 8


de marzo de 2005, que declaró la nulidad de los Decretos
290 y 1374 de 1979 y 371 de 1998, tiene efectos ex tunc
«desde siempre», no ex nunc «desde ahora». En
consecuencia, el impacto de la nulidad decretada por el
máximo órgano de la jurisdicción contenciosa
administrativa tiene efectos desde la fecha de expedición de
los decretos anulados, esto es, se entienden retirados del
ordenamiento jurídico a partir de su nacimiento, lo que
implica que las cosas se retrotraigan a su estado anterior y,
como quiera que el actor se vinculó el 5 de septiembre de
1983, hecho no discutido, se tiene que tuvo la calidad de
empleado público, desde siempre.

Así lo ha reiterado la Sala, en asuntos seguidos contra


las accionadas en virtud de servicios prestados para la
Fundación San Juan de Dios, como en la sentencia CSJ
SL17428-2016, reiterada en sentencia CSJ SL2248-2019,
cuando al efecto precisó:

(…) cumple dejar sentado que, como lo expone la acusación


desde la normativa contenciosa administrativa que denuncia
como violada, también tiene claramente establecido la Corte que
fallos del Consejo de Estado como el que desconoció el Tribunal,
tiene efectos ex tunc, esto es, con impacto desde la fecha de
expedición de los actos administrativos anulados, luego ello
significa que la naturaleza jurídica del vínculo laboral de la
actora siempre ha sido la de empleada pública.

Finalmente, en cuanto a la incidencia de la sentencia


CC SU-484 de 2008 en relación con la calidad de empleado
público que, se alega, ostentó el demandante, esta
Corporación en providencia CSJ SL17428-2016 consideró:

30
Radicación n.° 61752

[…]
Ahora, en cuanto a que los derechos de los trabajadores que
pudieran haber tenido sus relaciones laborales como privadas,
regidas por contratos de trabajo, deben prevalecer por sobre
todo, para lo cual, la recurrente cita la sentencia SU-484 de
2008, para la Sala es claro que al anularse los Actos de creación
de la entidad, los efectos de esa declaratoria no hacen retrotraer
sus efectos, es decir, estos son hacía el futuro, tal como se
pregona del efecto general de las leyes. Lo que sucede es que esa
sentencia, al igual que el auto 286 de junio 23 de 2016,
emanado de la Corte Constitucional, como resultado del
seguimiento que se hace a la misma, deja a salvo los derechos
adquiridos por los trabajadores de la Fundación pero en ningún
momento indica, como lo quiere hacer ver la recurrente, que los
empleados de la Fundación sean trabajadores oficiales o del
sector privado. Deja a salvo los derechos de todos, incluidos los
empleados públicos.

Si lo anterior no fuera suficiente, en el auto mencionado, la Corte


Constitucional indica:

En relación con las decisiones judiciales proferidas con


posterioridad a la Sentencia SU-484 de 2008, ADVERTIR
que sólo se podrán reconocer derechos por relaciones
laborales o prestación de servicios, teniendo en cuenta que,
en todo caso, dichas relaciones sólo pudieron tener como
vigencia máxima las fechas indicadas en los numerales
cuarto y quinto de la parte resolutiva de la sentencia de
unificación.

Se refiere allí al numeral cuarto de la sentencia SU ya indicada,


en la que se dijo:

CUARTO. En relación con el establecimiento de la


Fundación San Juan de Dios, HOSPITAL SAN JUAN DE
DIOS, la Corte Constitucional DECLARA que quedaron
terminadas el 29 de Octubre de 2001:

4.1. Todas las relaciones de trabajo vigentes para esa


fecha que hayan tenido como causa un contrato de trabajo
o un nombramiento y posesión; y que se regían
respectivamente por el Código Sustantivo del Trabajo y las
normas complementarias – incluida la ley 6 de 1945- ó por
la ley y el reglamento (las negrillas son del texto).

Lo anterior indica que en ningún momento la Corte


Constitucional dispuso, en la referida sentencia, que los

31
Radicación n.° 61752

empleados de la Fundación San Juan de Dios fueran


trabajadores del sector privado.

Lo dicho en precedencia, es suficiente para concluir


que el cargo debe desestimarse.

IX. CARGO SEGUNDO

Acusa la sentencia por la vía indirecta, por aplicación


indebida de las siguientes normas:

[…] Art. 14 numeral 3° (en cuanto permite acompañar con el


escrito de demandada pruebas documentales que se tengan),
Art. 25 numeral 9° (en cuanto autoriza la petición en forma
individualizada y concreta de los medios de prueba), Art. 32 (en
cuanto que permite que dentro del trámite de las excepciones
previas se corra traslado de las mismas a la parte actora y
dentro del mismo la oportunidad de contra probar presentando
las pruebas en el acto, lo que permitió incluir aquellas ordenes
escritas dadas al demandante inicial para que continuara
asistiendo a cumplir el horario asignado aun después del 29 de
octubre de 2001), Art. 40 (en cuanto consagra el principio de
libertad para los actos del proceso), Art. 51 (en cuanto admite
como medios de prueba todos los establecidos en la ley), Art. 61
(en cuanto le otorga al Juez la facultad de formar libremente su
convencimiento sobre los hechos aducidos en el proceso),
igualmente con relación a las siguientes disposiciones del C.P.C.,
aplicables a este cargo, en razón a lo dispuesto por el art. 145
del C.P.T. y S.S. para los eventos de analogía: Art. 174 (en
cuanto consagra la obligatoriedad de que toda decisión judicial
se funde en pruebas regular y oportunamente allegadas al
proceso), Art. 175 (en cuanto establece los medios de prueba),
Art. 177 (que impone a las partes probar el supuesto de hecho de
las normas que invocan), Art. 187 (en cuanto ordena apreciar las
pruebas en conjunto), Art. 251 (que enumera los documentos),
Art. 252 (que define el documento auténtico), Art. 253 (que
determina la forma de aportar los documentos), Art 254 (que
determina el valor probatorio de las copias), Art. 258 (que
determina la indivisibilidad y alcance probatorio de los
documentos), Art. 262 (que establece qué documentos se
consideran públicos), Art. 264 (que establece el alcance
probatorio de los documentos públicos), Art. 268 (que trata del
aporte de documentos privados), Art. 277 (que determina la
estimación por el juez de documentos emanados por terceros).

32
Radicación n.° 61752

De igual manera, aduce la violación también indirecta


en la misma modalidad, de las siguientes normas del CST:

[…] Artículos 3° (en cuanto regula las relaciones derecho


individual del trabajo de carácter particular), 5° (en cuanto define
el trabajo), 14 (en cuanto establece el carácter de orden público y
la irrenunciabilidad de los derechos laborales), Art. 16 (que trata
de los efectos inmediatos y generales, no retroactivos y que no
afectan situaciones definidas o consumadas conforme a las leyes
anteriores de las normas sobre trabajo por ser de orden público),
Art. 22 (en cuanto consagra la definición del contrato de trabajo),
Art. 23 (el que contiene los elementos esenciales del contrato de
trabajo), Art. 29 (en cuanto consagra la capacidad para celebrar
el contrato individual de trabajo), Art. 37 (en cuanto consagra la
forma escrita del contrato de trabajo), Art. 39 (que expresa las
formalidades del contrato escrito de trabajo).

Del difuso discurso empleado por el recurrente, la Sala


puede extraer que se endilga al Tribunal haber incurrido en
los siguientes errores de hecho, planteados así por la
censura:

[…] no tener por demostrado, estándolo, la existencia del contrato


de trabajo de carácter particular suscrito entre el demandante
inicial y la fundación San Juan de dios para el desempeño del
cargo de técnico mecánico de equipos médicos.

[…] negar éste al demandante inicial el nexo laboral de carácter


privado con la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS y por tanto
desechar las pretensiones de la demanda de orden económico.

[…] la falta de apreciación de pruebas documentales obrantes


dentro del plenario, ostensible, evidente, se presentó en el fallo
acusado al no inferir de aquellas la aplicación de normas
convencionales dentro de las relaciones sostenidas entre el
demandante inicial y su empleadora, que le serian ajenas o
inaplicables de ser su condición la de un empleado público […].

Indica, que tales yerros se cometieron al no haber


apreciado las siguientes pruebas:

33
Radicación n.° 61752

a) La certificación del 3 de mayo de 2004, obrante a folios 21


y 22 del cuaderno 1, expedida por la Dirección de Desarrollo de
Servicios de Salud de la Secretaria Distrital de Salud de Bogotá
[…].

b) La certificación del folio 30 del cuaderno 1, del 30 de mayo


de 2000, donde la jefe de Departamento de Personal del Hospital
San Juan de Dios hace constar que mi mandante presta sus
servicios desde septiembre 5 de 1983, en el cargo de Técnico
Mecánico de Equipos Médicos, vinculado mediante contrato de
trabajo a término indefinido […].

c) La certificación del folio 31 del cuaderno 1, del 31 de


agosto de 2000, donde la jefe del Departamento de Recursos
Humanos del Hospital San Juan de Dios hace constar que mi
mandante presta sus servicios desde septiembre 5 de 1983, en
el cargo de Técnico Mecánico de Equipos Médicos, vinculado
mediante contrato de trabajo a termino indefinido.

d) La certificación del folio 34 del cuaderno 1, del 17 de


agosto de 2001, donde la Jefe del Departamento de Recursos
Humanos del Hospital San Juan de Dios hace constar que mi
mandante presta sus servicios desde septiembre 5 de 1983, en
el cargo de técnico Mecánico de Equipos Médicos, vinculado
mediante contrato de trabajo a término indefinido; que por
convención colectiva de trabajo el servicio de salud lo recibe
directamente a través del servicio médico de trabajadores de
Servimed; que según el Art. 2 de la Convención Colectiva de
Trabajo de 1996 se le reconocen cesantías con el régimen
retroactivo por tanto las mismas se encuentran a cargo de la
Fundación San Juan de Dios, para efectos de aportes a salud y
pensión, se descuenta a través de un Fondo de Prestaciones, de
conformidad a la Convención de descuenta un 5% del salario
mensual; que de acuerdo al ordenamiento convencional suscrito
en el año 1982 se obligó a reconocer directamente pensión de
jubilación por 20 años de servicio sin tener en cuenta la edad del
trabajador.

e) La certificación obrante a folio 35 del cuaderno 1, en donde


la jefe del Departamento de Recursos Humanos con el Vo. Bo. del
Director General del HOSPITAL SAN JUAN DE DIOS, acredita,
para el 8 de noviembre de 2001, que mi mandante presta sus
servicios a la institución desde el 5 de septiembre de 1983, que
desempeña el cargo de Técnico Mecánico de Equipos Médicos,
vinculado mediante contrato de trabajo a termino indefinido, así
mismo acredita que se le adeudan las acreencias laborales.

f) El escrito de fecha octubre 31 de 2002, del folio 38 del


cuaderno 1, en donde se efectuó, mediante derecho de petición,

34
Radicación n.° 61752

la reclamación del pago de las acreencias laborales


convencionales.

g) El escrito del 15 de septiembre de 2003, del folio 39 del


cuaderno 1, en donde el demandante inicial solicita el
reconocimiento de su pension de jubilación, por haber cumplido
con los requisitos convencionales.

h) La contestación de demanda del Departamento de


Cundinamarca, en donde acepta como ciertos los hechos primero,
segundo, tercero y sexto (fol. 92 y 93 del cuaderno 1) […].

i) La relación de las Resoluciones de intervención, obrantes a


folios 177 a 180 del cuaderno 1, expedidas por el antes
Ministerio de Salud, interviniendo los Hospitales San Juan de
Dios e Instituto Materno Infantil, lo que explica la vinculación del
demandante inicial a través de resolución.

j) La sentencia del 13 de abril de 2007, de los folios 243 a


259 del cuaderno 2, en donde el juzgado 18 Laboral de Bogotá
condena a la FUNDACION SAN JUAN DE DIOS […], reconociendo
el carácter privado de la relación laboral.

k) La sentencia del Juzgado 18 Laboral del Circuito de


Bogotá el 2 de febrero de 2007, obrante a folios 473 a 481 del
cuaderno del cuaderno 2, en donde reconoce todas las
prestaciones de orden convencional a JORGE ALBERTO OSPINA
LONDOÑO y se toman otras decisiones.

l) La sentencia del Juzgado 18 laboral del circuito de Bogotá, de


los folios 482 a 493 del cuaderno No. 2, en donde a la
demandante CECILIA LEON DE CATAÑEDA se le da el
tratamiento de empleado particular frente a la FUNDACION SAN
JUAN DE DIOS.

l) Las Resoluciones de intervención, obrantes a folios 588 a


594 del cuaderno No. 2, expedidas por el antes Ministerio de
Salud interviniendo los Hospitales San Juan de Dios e Instituto
Materno Infantil, lo que explica la vinculación del demandante
inicial a través de resolución.

m) La Resolución No. 1933 de 2001, de los folios 585 a 594


del cuaderno No. 2, expedida por la Superintendente Nacional de
Salud, en cuyos antecedentes manifiesta que la FUNDACION
SAN JUAN DE DIOS es una persona jurídica de derecho civil
(privada).

35
Radicación n.° 61752

n) La resolución No. 1317 de 2004, obrante a folios 595 a


655 del cuaderno No. 2, en cuyo aparte 2.9 de aspectos
laborales de la Fundación San Juan de Dios, hace mención a la
aplicación en la entidad de todas las Convenciones Colectivas
suscritas con su Sindicato de Trabajadores, sin excepción
alguna.

o) La sentencia de la Corte Suprema de Justicia en Sala de


Casación Laboral del 19 de septiembre de 1985, siendo ponente
la Dra. FANNY GONZALEZ FRANCO, resaltando el carácter
privado de la Fundación San Juan de Dios [...].

p) El fallo del Consejo de Estado del 8 de marzo de 2005,


obrante a folios 752 y siguientes del cuaderno No. 2.

q) La Sentencia proferida por el Juzgado Sexto Laboral del


Circuito de JORGE ISAAC RODRIGUEZ ROMERO contra la
FUNDACION SAN JUAN DE DIOS, del 3 de noviembre de 2005,
obrante a folios 953 a 962 del cuaderno No. 2, en donde el juez
reconoce el carácter privado de la Fundación y de la relación
laboral.

r) La sentencia del Juzgado 12 Laboral del Circuito de


Bogotá, obrante a folios 981 a 987 del cuaderno 2, en donde se
condena a la FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS […] reconociendo
el carácter privado de la relación laboral.

s) La Resolución No. 1265 de 2007, expedidas por el


Ministerio de Hacienda y Crédito Público, de los folios 85 a 87
del cuaderno que contiene la contestación de demanda del
Ministerio de Hacienda y Crédito Publico, por la cual se reconoce
y ordena el pago de salario básico de noviembre de 1999 a
noviembre de 2000 a mi mandante.

t) La Sentencia de Unificación 484- 2008 de la Corte


Constitucional, de los folios 158 y siguientes del cuaderno que
contiene la contestación de demanda del Ministerio de Hacienda
y Crédito Público […]

u) La Resolución No. 2082 de 2009, expedida por el


Ministerio de Hacienda y Crédito Público, de los folios 721 a 732
del cuaderno que contiene la contestación de demanda del
Ministerio de Hacienda y Crédito Público, por la cual se ordena el
pago de acreencias laborales a mi mandante.

36
Radicación n.° 61752

En la demostración del cargo, transcribe parcialmente


la decisión adoptada por el ad quem, donde negó que el
actor estuviera vinculado con la Fundación como trabajador
oficial y que fuera beneficiario de las convenciones
colectivas. Afirma que la decisión del juez de alzada
desconoció la prueba documental, la cual acredita la
condición de empleado particular, vulnerando las normas
de carácter sustancial denunciadas.

Sostiene que los errores de hecho se evidencian en el


desconocimiento de las pruebas enlistadas, lo que condujo
al Tribunal a decidir que la vinculación fue la propia «de las
entidades públicas», cuando los medios probatorios
acreditan la condición de empleado particular, por lo que se
le aplicó de manera inadecuada el «régimen de la
vinculación legal o reglamentaria de los empleados públicos».

Asimismo, asegura que lo que existió entre las partes


fue un verdadero contrato de trabajo, de carácter privado,
porque en las funciones que desarrolló concurrieron los tres
elementos esenciales de toda actividad laboral, esto es, un
servicio personal, bajo la continua subordinación o
dependencia de la Fundación y el salario; además estuvo
regulado por disposiciones de carácter convencional,
situación que sería extraña si realmente hubiese estado
vinculado como empleado público, pues la actividad de
técnico mecánico de equipos médicos «no se encasilla dentro
de aquellas funciones propias de un trabajador oficial al que
si se le aplicarían normas de carácter convencional».

37
Radicación n.° 61752

Adicionalmente, indica que el Tribunal ignoró las


pruebas documentales presentadas junto con la demanda,
las cuales demostraban: (i) el contrato de trabajo de
carácter privado (ii) el carácter privado de la Fundación; (iii)
la intervención del Ministerio de Salud en la Fundación San
Juan de Dios; (iv) la existencia de la sentencia SU – 484 del
15 de mayo de 2008, (v) el pago de salarios y prestaciones
económicas de origen convencional y (vi) los pagos
efectuados en los años 2007 y 2009.

Reitera que los documentos discriminados al inicio del


cargo, no indican una relación de derecho público, además,
agrega que la Fundación demandada no logró demostrar «la
relación legal o reglamentaria» con el convocante, por lo que
se debe adoptar una decisión conforme a las pruebas
«ignoradas» por el juez de apelaciones.

Finalmente, expresó:

El error de hecho manifiesto en los autos, de parte del Tribunal,


al no dar por demostrado, estándolo que ANGELMIRO NÚÑEZ
BARERA, efectivamente se vinculó a la Fundación San Juan de
Dios en el Hospital San Juan de Dios, a través de contrato de
trabajo que tiene vigencia desde el 5 de septiembre de 1983,
que cumple con un horario de trabajo establecido, devengó un
salario, solicitó y obtuvo goce de vacaciones anuales, que estuvo
bajo la subordinación de sus superiores inmediatos, que percibió
acreencias reconocidas convencionalmente (prima de antigüedad,
prima de alimentación, prima de vacaciones, etc.), derivó en un
fallo confirmatorio de la sentencia de primer grado, al considerar
que el actor fue empleado público, es decir en la absolución de la
parte demandada, error que de no haber existido habría
desembocado en una sentencia revocatoria de la del juez a quo,
en la que despacharían favorablemente las pretensiones de la
demanda, al contar con la prueba idónea y suficiente para
demostrar la condición de empleado particular de la demandante
inicial.

38
Radicación n.° 61752

X. RÉPLICA

Frente a este cargo, las demandadas también formulan


oposición. La Nación – Ministerio de Salud y Protección
Social refiere que el planteamiento del cargo es errado,
como quiera que no es posible enfocar la acusación por
aplicación indebida, falta de estimación de medios
probatorios e interpretación errónea, puesto que el Tribunal
no podría, al mismo tiempo, aplicar indebidamente una
norma darle un alcance no establecido. Expresa que las
normas acusadas no fueron objeto de debate ni analizadas
por el colegiado.

39
Radicación n.° 61752

La Nación Ministerio de Hacienda y Crédito Público


manifiesta que el cargo adolece de errores de técnica, al
combinar las vías y los sub motivos de violación de la ley.
Reiteró que en este caso no es posible declarar la existencia
de una relación de trabajo, para otorgar las garantías
convencionales reclamadas, pues en virtud de la sentencia
de nulidad del Consejo de Estado, los trabajadores de la
Fundación San Juan de Dios, tienen la calidad de
empleados públicos.

La Beneficencia de Cundinamarca asegura que el


cargo debe ser desestimado, con fundamento en que no se
acreditó que el recurrente ostentara la calidad de trabajador
oficial y por el contrario, en virtud de la sentencia de
nulidad del Consejo de Estado y las funciones
desempeñadas como técnico mecánico de equipos médicos,
operaba la regla general de ser empleado público.

El Departamento de Cundinamarca manifiesta que el


censor incurre en error, porque una cosa es denunciar la
sentencia por violación indirecta en la modalidad de
aplicación indebida y otra, por falta de estimación de las
pruebas documentales, razón por la cual, no se pueden
plantear estas acusaciones de manera conjunta en un
mismo cargo. En todo caso, asegura que la naturaleza de la
vinculación entre las partes no puede quedar sometida a la
voluntad de éstas, ya que la misma deviene de la ley, y en
este caso, en razón a las labores ejercidas por el actor, es
claro que ostentó la calidad de empleado público, por lo

40
Radicación n.° 61752

cual no podía beneficiarse de las convenciones colectivas, al


existir la prohibición legal del artículo 416 del CST.

XI. CONSIDERACIONES

Debe recordarse que el ad quem, para confirmar la


decisión del juez de primera instancia, consideró que la
Fundación San Juan de Dios pertenecía a la Beneficencia
de Cundinamarca y nunca tuvo el carácter de institución
privada, lo anterior lo derivó de la nulidad de los Decretos
290 y 1374 de 1979 ordenada por el Consejo de Estado.
Asimismo, el Colegiado precisó que el demandante
desempeñó el cargo de técnico mecánico de equipos
médicos, el cual no correspondía a una labor propia de los
trabajadores oficiales en la medida que las actividades que
desarrollaban eran ajenas a «trabajos de la construcción y
sostenimiento de obras públicas»

Ahora, lo que discute el demandante en el ataque, es


que estuvo vinculado mediante un contrato de trabajo de
naturaleza particular y que le fueron otorgados los
beneficios previstos en la convención colectiva de trabajo,
de ahí que, en su criterio, se equivocó el Colegiado al definir
que tenía la condición de empleado público.

Frente a este cuestionamiento, se advierte que, si bien


las pruebas denunciadas, en especial las certificaciones,
eventualmente lograrían acreditar que al convocante se le
dio un trato de trabajador particular, al referirse a una
vinculación mediante contrato de trabajo a término

41
Radicación n.° 61752

indefinido y al reconocimiento y pago de acreencias de


carácter convencional como se indica en las certificaciones
enlistadas, ello en modo alguno logra quebrar el fallo
recurrido toda vez que tal circunstancia no es la que define
la verdadera calidad que tuvo un empleado durante la
ejecución de su vínculo, sino la naturaleza de la entidad
que funge como empleadora y las funciones desempeñadas.

En efecto, el trato dado a un trabajador no es prueba


suficiente para acreditar la naturaleza particular de su
vinculación, máxime cuando de acuerdo con la sentencia
proferida por el Consejo de Estado el 8 de marzo del 2005,
que declaró la nulidad de los Decretos 290 y 1374 de 1979
y 371 de 1998, la naturaleza jurídica de la Fundación es la
de un establecimiento público del nivel departamental,
razón por la cual el actor, quien se desempeñaba como
técnico mecánico de equipos médicos, en realidad ostentaba
la calidad de empleado público.

En ese orden, el planteamiento de la censura es


equivocado pues las pruebas cuya inobservancia denunció
lo único que eventualmente demostrarían sería el trato que
le dio su empleadora, más no la naturaleza privada de la
Fundación ni de la vinculación laboral, por ende, no es
factible que con la voluntad de las partes pueda sustituirse
la naturaleza del vínculo que está definida por la ley. Así lo
ha entendido de manera reiterada la jurisprudencia de la
Corte Suprema de Justicia, como por ejemplo en la
sentencia CSJ SL17173-2014 y CSJ SLSL7900-2014. En
ésta última, así razonó:

42
Radicación n.° 61752

Esta Sala de la Corte ha explicado que las normas que


gobiernan el régimen laboral de los trabajadores al servicio del
Estado son de orden público y, por lo tanto, de obligatorio
cumplimiento, de tal suerte que el régimen laboral a ellos
aplicable es el que surja de la ley, atendiendo los criterios de
clasificación en ella contenidos.

Por esa razón, ha explicado que no es dable pactar que a un


trabajador se le aplique todo un régimen laboral previsto en la
ley, para otro grupo de trabajadores, que no sea el que
legalmente le corresponde.

También ha explicado que el vínculo de un servidor con la


administración puede ser materia de modificaciones, pues la
calidad de empleado público o de trabajador oficial no constituye
un derecho adquirido.
Así se dijo en la sentencia del 25 de agosto de 2000, radicado
14146, en la que se trajo a colación el criterio expresado en
decisiones anteriores:

[…]Aunque esos discernimientos jurisprudenciales fueron


expuestos en relación con el cambio de la calidad de trabajador
oficial a la de empleado público, el fundamento jurídico que los
orienta también hace que sean aplicables cuando se varía la
calidad de trabajador oficial a la de trabajador del sector
particular, como aquí acontece.

Las anteriores consideraciones bastan para concluir que los


cargos son infundados.

En consecuencia, la censura de manera errada quiere


hacer ver con las pruebas denunciadas, que existió una
relación laboral de carácter particular entre las partes, no
obstante, tales medios en manera alguna acreditan el
carácter privado de la Fundación ni menos aún su
condición de trabajador sujeto al régimen laboral privado.

En esa medida, se tiene que los errores de hecho


propuestos no tienen la virtud de quebrantar la sentencia
impugnada, puesto que, se insiste, el trato dado a un
trabajador no derriba que éste estuviera vinculado a través

43
Radicación n.° 61752

de una relación legal y reglamentaria, ya que la categoría


laboral de los trabajadores es un aspecto determinado por
el ordenamiento jurídico. En consecuencia, ninguna
relevancia tiene que la entonces empleadora hubiese
certificado que el actor estaba vinculado a través de un
contrato de trabajo o que eventualmente se beneficiara de
las prerrogativas contempladas en la convención colectiva,
ya que las partes no pueden variar con su voluntad la
calidad de los trabajadores que, se repite, ha sido
determinada por la Constitución y la ley.

Ahora bien, las demás documentales que se


denuncian, corresponden en su mayoría a sentencias
judiciales de primera instancia proferidas en procesos
seguidos por terceros contra las mismas demandadas, los
cuales no pueden dar cuenta de la calidad de trabajador
particular de Angelmiro Núñez Barrera, pues dichos
asuntos tienen efectos inter partes, y en todo caso, cada
una de las decisiones corresponden al resultado del análisis
fáctico y jurídico particular del juzgador, que no podría
desvirtuar las conclusiones a las que arribó el Tribunal en
el presente asunto, más cuando, se reitera, la naturaleza de
la vinculación se define conforme a las disposiciones legales
en la materia.

Por lo anterior el cargo no prospera.

XII. CARGO TERCERO

44
Radicación n.° 61752

Acusa la sentencia por la vía indirecta, en la modalidad


de «falta de aplicación» de las siguientes disposiciones:

[…] el Art. 14 numeral 3° (en cuanto permite acompañar con el


escrito de demanda pruebas documentales que se tengan) Art. 25
numeral 9° (en cuanto autoriza la petición en forma
individualizada y concreta de los medios de prueba) Art. 40 (en
cuanto consagra el principio de libertad para los actos del
proceso), Art. 51 (en cuanto admite como medios de pruebas
todos los establecidos en la ley), Art. 61 (en cuanto le otorga al
Juez la facultad de formar libremente su convencimiento sobre
los hechos aducidos en el proceso), igualmente con relación a las
siguientes disposiciones del C.P.C., aplicables a este cargo, en
razón a lo dispuesto por el Art. 145 del C.P.T. y S.S., para los
eventos de analogía: Art. 174 (en cuanto consagra la
obligatoriedad de que toda decisión judicial se funde en pruebas
regular y oportunamente allegadas al proceso), Art. 175 (en
cuanto establece los medios de prueba), Art. 177 (que impone a
las partes probar el supuesto de hecho de las normas que
invocan), Art. 187 (en cuanto ordena apreciar las pruebas en
conjunto), Art. 251 (que enumera los documentos), Art. 252 (que
define el documento auténtico), Art. 253 (que determina la forma
de aportar los documentos), Art. 254 (que determina el valor
probatorio de las copias), Art. 258 (que determina la
indivisibilidad y alcance probatorio de los documentos), Art. 262
(que establece qué documentos se consideran públicos), Art. 264
(que establece el alcance probatorio de los documentos púbicos).

De igual manera, aduce que el «error de derecho»


conllevó la violación de las siguientes normas sustantivas,
por «falta de aplicación», contenidas en el CST en la parte
colectiva:

[…] los artículos 353, subrogado por la ley 50 de 1990 en su Art


38, modificado por la ley 584 de 2000 en su art. 1° numeral 1°
(el cual consagra el derecho de asociación), Art. 354, subrogado
por la Ley 50 de 1990 en su Art. 39 (que consagra la protección
del derecho de asociación) Art. 373 numeral 3° (en cuanto
consagra como función general de todo sindicato la celebrar
Convenciones Colectivas) Art 374 numeral 3° ( que faculta a los
sindicatos para presentar pliegos de peticiones relativos a las
condiciones de trabajo..), Art 467 (en cuanto define a la
Convención Colectiva de Trabajo), Art. 468 (en cuanto establece
el contenido de las Convenciones Colectiva de Trabajo), Art 469
( en cuanto establece la forma de toda la convención colectiva de

45
Radicación n.° 61752

trabajo), Art 470 (en cuanto estipular a aplicación de la


convención colectiva de trabajo), Art 478 (en cuanto consagra la
prórroga automática de la vigencia de las convenciones colectivas
de trabajo); igualmente son normas violas por la vía indirecta la
Ley 524 de 1999, en cuanto aprobó el Convenio No. 154 de la
O.I.T, sobre el fomento de la negociación colectiva y lograr el
reconocimiento efectivo del derecho de negociación colectiva, en
su reunión del día 19 de junio de 1981 realizado en Ginebra;(vii)
violación indirecta de la ley sustancial que tuvo incidencia en la
parte resolutiva de la sentencia al haberse confirmado el fallo de
primera instancia que absolvió a la parte pasiva de todas las
pretensiones de la demanda y que conllevo además, a que la
sentencia en la acusada se negara aquellas pretensiones a que
se refiere el escrito de apelación interpuesto por el demandante
inicial.

Como error de derecho destacó:

[…] no tener como demostrada, estándolo, la existencia de las


Convenciones Colectivas de Trabajo celebradas entre la
FUNDACIÓN SAN JUAN DE DIOS y el Sindicato de Trabajadores
de Hospitales, Clínicas, Sanatorios y Consultorios de Bogotá y
Cundinamarca “SINTRAHOSCLISAS”, de los años 1980, 1982,
1984, 1986, 1988, 1990, 1992, 1994, 1996 y 1998, con las
debidas constancias de depósito ante el Ministerio del Trabajo y
Seguridad Social dentro del término de ley.

Enlista como pruebas no apreciadas las convenciones


colectivas de trabajo celebradas entre la Fundación y el
Sindicato «SINTRAHOSCLISAS», correspondientes a los años
1982 a 1998 obrantes en el expediente (f. os 519 a 600) y la
certificación expedida por la misma entidad sindical, en la
que consta que el actor «es beneficiario de la convención
colectiva de trabajo» (f.°630 y 632).

En la demostración del cargo el recurrente manifiesta


que el ad quem desconoció su condición de empleado
particular, pese a que la organización sindical certificó que
era beneficiario de las convenciones colectivas de trabajo,

46
Radicación n.° 61752

en las cuales igualmente se reitera la naturaleza privada de


la vinculación laboral.

Reitera que las prestaciones reclamadas en el escrito


de apelación, y desconocidas por el juzgador fueron: (i)
factores salariales de noviembre de 1999 a octubre de 2001;
(ii) salarios completos desde noviembre de 2001 hasta la
fecha de presentación de la demanda de casación; (iii)
incrementos salariales de los años 2000 a 2013; (iv) primas
de navidad, de vacaciones, de servicios, intereses a las
cesantías y (v) la pensión de jubilación y los aportes a
pensiones.

Sostiene que cada una de las pretensiones reclamadas


y negadas por los sentenciadores de las instancias, son
obligatorias en su reconocimiento y pago, además el
Tribunal ignoró la documental solemne que reconocía las
prestaciones indicadas. Señala que la incidencia del error
de hecho en la parte resolutiva del fallo impugnado radica
en que el ad quem ignoró las convenciones colectivas de
trabajo aportadas, lo que le llevó a desconocer el carácter
privado de la relación laboral y a negar también los
beneficios económicos convencionales.

Para finalizar, aduce que aunque el fallo de segunda


instancia no se refiere a la prescripción como fenómeno
extintivo de las obligaciones, si lo hizo el a quo, en este
sentido aduce que «se debe detener en dicha institución para
afirmar que tampoco se da como liberatoria de la acción
laboral» ya que se presentó renuncia tácita respecto de ésta,

47
Radicación n.° 61752

además, que para las entidades demandadas, las


obligaciones reclamadas tienen origen en la sentencia SU-
484 de 2008.

XIII. RÉPLICAS

La Nación – Ministerio de Salud y Protección Social


señala que no se debe casar la sentencia porque la
acusación no cumple con los requisitos de técnica, dado
que no ataca la legalidad y los vicios de la sentencia y no
escoge la vía adecuada para que prospere el cargo. Afirma
que, al ser un empleado público, el actor no puede ser
beneficiario de la convención colectiva de trabajo.

La Nación – Ministerio de Hacienda y Crédito Público,


manifiesta que este cargo también contiene falencias de
carácter técnico, pues hace una mezcla indebida de los sub
motivos de casación. Agrega que las convenciones colectivas
de trabajo si fueron apreciadas por el Tribunal, solo que
encontró que las pretensiones no eran viables, en razón al
carácter de empleado público del actor, consideración que
resulta acertada a la luz de la sentencia de nulidad dictada
por el Consejo de Estado.

La Fundación San Juan de Dios resalta la falta de


técnica del cargo, pues no es dable formular la acusación
por la vía indirecta en la modalidad de infracción directa,
pues el sub motivo adecuado es el de aplicación indebida.
Además, si pretendía acusar el error de derecho respecto de
la prueba solemne de las convenciones colectivas de

48
Radicación n.° 61752

trabajo, ha debido acusar la transgresión del artículo 469


del CST.

La Beneficencia de Cundinamarca indica que el actor


no demostró la calidad de trabajador oficial, por
consiguiente y de acuerdo a los efectos ex tunc del fallo
proferido por el Consejo de Estado se entiende que prestó
sus labores como servidor público, y en esta calidad, no
podía presentar pliegos de peticiones, ni ser beneficiario de
las convenciones colectivas de trabajo.

El Departamento de Cundinamarca expresa que, en


razón a las funciones ejercidas por el actor como técnico
mecánico de equipos médicos, debía ser considerado un
empleado público, y en esa medida, no podía acceder a los
beneficios convencionales reclamados. En todo caso, el
Departamento nunca firmó convenciones colectivas de
trabajo, pues el demandante no era trabajador suyo, y las
normas extralegales solo rigen entre las partes que las
suscriben.

XIV. CONSIDERACIONES

En cuanto a este cargo, la Sala comienza por advertir


que, si bien el no estudiar las convenciones colectivas de
trabajo puede conducir a la comisión de un error de
derecho, atacable por la vía indirecta, como lo propuso el
recurrente, lo cierto es que, en el caso que se estudia, no se
cometió la equivocación planteada por el censor.

49
Radicación n.° 61752

En efecto, la forma de probar la existencia de una


convención colectiva de trabajo y su aplicación a un
trabajador determinado, es aportando el texto de la misma
con la nota de que fue depositada ante el Ministerio
correspondiente, pero en este caso el juez de apelaciones no
cometió el error de derecho de no apreciar las convenciones
colectivas aportadas, porque al concluir que la Fundación
San Juan de Dios pertenecía a la Beneficencia de
Cundinamarca, entidad con naturaleza de establecimiento
público, y que por las labores desempeñadas por el
accionante, éste era empleado público, consideró que esos
acuerdos convencionales no se aplicaban al recurrente.

Así, de manera expresa, el colegiado se refirió a la


aplicación de las convenciones colectivas de trabajo
invocadas por la parte actora, y explicó que el artículo 416
del CST restringía el derecho de los empleados públicos a
presentar pliegos de peticiones y celebrar este tipo de
acuerdos extralegales, razón por la cual, concluyó la
improcedencia de aplicarlos al actor en su condición de
empleado público. De ahí que, no incurrió en el error de
derecho endilgado.

Además, la conclusión del Tribunal en el sentido de


que el actor ostentó la calidad de empleado público, no
puede ser derruida con las convenciones colectivas de
trabajo o con la certificación expedida por
«SINTRAHOSCLISAS», en razón a que es la ley la que
determina tal condición no el acuerdo entre las partes. Así
lo ha reiterado esta Sala de Corte, entre otras, en sentencia

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Radicación n.° 61752

CSJ SL12688-2015, que transcribió la sentencia CSJ SL,


19 jul 2011, rad. 46457, que a su vez memoró lo dicho en
sentencia CSJ SL, 25 ag. 2000, rad. 14146, en la que al
respecto se precisó:

[…]Esta Sala de la Corte ha explicado que las normas que


gobiernan el régimen laboral de los trabajadores al servicio del
Estado son de orden público y, por lo tanto, de obligatorio
cumplimiento, de tal suerte que el régimen laboral a ellos
aplicable es el que surja de la ley, atendiendo los criterios de
clasificación en ella contenidos.

Por esa razón, ha explicado que no es dable pactar que a un


trabajador se le aplique todo un régimen laboral previsto en la
ley, para otro grupo de trabajadores, que no sea el que
legalmente le corresponde.

También ha explicado que el vínculo de un servidor con la


administración puede ser materia de modificaciones, pues la
calidad de empleado público o de trabajador oficial no constituye
un derecho adquirido.

Así se dijo en la sentencia del 25 de agosto de 2000, radicado


14146, en la que se trajo a colación el criterio expresado en
decisiones anteriores:

(…) Aunque esos discernimientos jurisprudenciales fueron


expuestos en relación con el cambio de la calidad de trabajador
oficial a la de empleado público, el fundamento jurídico que los
orienta también hace que sean aplicables cuando se varía la
calidad de trabajador oficial a la de trabajador del sector
particular, como aquí acontece.

Las anteriores consideraciones bastan para concluir que los


cargos son infundados.

De acuerdo con la jurisprudencia transcrita, no le asiste razón al


censor al pretender, en últimas, que su calidad de trabajador
oficial sea establecida con base en lo dispuesto por las partes en
la cláusula sexta del contrato de trabajo, pues, como se vio, se
trata de un asunto cuya fuente está contenida en el
ordenamiento jurídico colombiano de orden público y que no
puede ser variada con base en el desarrollo de la autonomía
contractual de las partes.

Así, se concluye que no se presentó el error de derecho


atribuido por la censura, por ende, el cargo no prospera.

51
Radicación n.° 61752

Las costas en el recurso extraordinario estarán a cargo


del demandante recurrente. Se fija como agencias en
derecho la suma de $4.000.000, a favor de la Nación –
Ministerio de la Protección Social, la Nación - Ministerio de
Hacienda y Crédito Público, el Departamento de
Cundinamarca y la Beneficencia de Cundinamarca, quienes
presentaron réplica. Suma que se incluirá en la liquidación
que se practique conforme a lo dispuesto en el artículo 366
del Código General del Proceso.

XV. DECISIÓN

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia proferida la Sala Laboral de
Descongestión del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, el 9 de mayo de 2013, en el proceso ordinario
laboral que adelanta ANGELMIRO NÚÑEZ BARRERA
contra LA NACION – MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN
SOCIAL, BENEFICENCIA DE CUNDINAMARCA y
DEPARTAMENTO DE CUNDINAMARCA. Proceso en el que
se vincularon como litisconsortes necesarios a LA NACIÓN -
MINISTERIO DE HACIENDA y CRÉDITO PÚBLICO y
BOGOTA D.C.

Costas como se dijo en la parte considerativa.

52
Radicación n.° 61752

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

MARTÍN EMILIO BELTRÁN QUINTERO

DOLLY AMPARO CAGUASANGO VILLOTA

ERNESTO FORERO VARGAS

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