El cáncer de mama es una de las neoplasias malignas más comunes en perros y gatos, así como una
causa importante de morbilidad y mortalidad en humanos. A medida que la información científica
sobre la biología, el diagnóstico, el pronóstico y el tratamiento del cáncer de mama se ha acumulado y a medida que la medicina veterinaria ha avanzado, ha surgido la necesidad de enfoques razonables para responder preguntas fundamentales. ¿Cuál es la mejor manera de clasificar estos tumores? ¿Cuál es el comportamiento biológico probable? ¿Se necesita un tratamiento adicional más allá de la escisión quirúrgica? Si es así, ¿qué tratamiento es mejor para este tumor, animal y propietario en particular? Si bien las preguntas son sencillas, las respuestas no lo son. Existen muchas variables no controladas en el estudio de enfermedades naturales. Incrementar el conocimiento generalmente significa aumentar la complejidad. Las predicciones sobre el pronóstico son probabilísticas y, por lo tanto, imprecisas hasta cierto punto. Como seres humanos, los investigadores tienen prejuicios que son difíciles de reconocer y evitar. Cuando existe una gran variación en el diseño y la realización de estudios en un campo particular, la comparación, la confirmación o la refutación de los resultados y el progreso eficiente se ven afectados. Un artículo de revisión, publicado en este número de The Veterinary Journal por el Dr. Augusto Matos del Instituto de Ciencias Biomédicas de Abel Salazar en Oporto, y sus colegas (Matos et al., 2012), considera estudios de pronóstico en tumores mamarios caninos y felinos. y la necesidad de procedimientos estandarizados, y representa el uso del concepto de medicina basada en evidencia y una aplicación específica de las ideas recientemente presentadas por Webster et al. (2011) Si bien los estudios descriptivos siempre tendrán un lugar en la investigación médica, la medicina veterinaria ha llegado al punto en que las investigaciones bien diseñadas con suficiente poder estadístico para proporcionar resultados confiables deberían ser más comunes. Dichos estudios a menudo requerirán colaboración interinstitucional e internacional. Serán más difíciles, largos y costosos. Pero se requiere rigor científico para obtener resultados válidos. Dichos estudios pueden proporcionar respuestas a preguntas como las planteadas anteriormente y pueden hacer contribuciones significativas a la ciencia médica en general. Cuando mis colegas y yo revisamos la literatura sobre neoplasia mamaria en perros y gatos como parte de una actualización de la clasificación histológica de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de estos tumores (Misdorp et al., 1999), nos enfrentamos a los problemas y limitaciones creados por la ausencia de pautas sobre el desempeño de los estudios pertinentes. En el futuro, cuando los investigadores sobre el pronóstico de la neoplasia mamaria en perros y gatos comiencen a planificar un estudio, deben considerar cuidadosamente las recomendaciones hechas por Matos et al. (2012) Si lo hacen, se mejorará la fiabilidad y la utilidad de los resultados de su estudio. La combinación de sus hallazgos con estudios similares en metanálisis facilitará el progreso adicional. Y a veces reconocerán consideraciones adicionales que serán útiles para otros investigadores. Si grupos de expertos no solo de oncología y patología, sino de todos los campos de diagnóstico, tratamiento e investigación veterinarios, se encargarán de aplicar sus conocimientos y experiencia en un marco de principios médicos basados en evidencia para diseñar recomendaciones para estudios en sus especialidades, comenzará una nueva era de progreso médico veterinario. Recientemente se propuso una nueva clasificación histológica de la neoplasia mamaria en perros (Goldschmidt et al., 2011) y es una contribución importante que llena algunos de los vacíos en la clasificación anterior de la OMS. Una reunión internacional para considerar la nueva clasificación sería apropiada.