05 de marzo 2020

Carta a mi cuerpo

Hola querido cuerpo, tengo tanto que agradecerte, al mirar en mi espejo puedo observar como la
vida nos ha marcado al mismo tiempo, mientras yo adquiría sabiduría, tu tenías la peor parte,
entre cicatrices, estrías y dolencias.

Eres tan perfecto, tan útil, tan necesario. Me gustan mis manos, adoro mis crespos, soy feliz con
mi estatura y aunque no me gustan mis pies, debo agradecer cada paso dado.
Le pido mucho a Dios nos permia ser longevos sin mucho desgaste, al menos pocos achaques, para
disfrutar de mi familia, recuperar tiempo perdido y agradecer como es debido.

Mi mente tan volátil, creativa y en pensamiento constante, mis manos siguen su ritmo creando
arte en cada cosa que hago, mis pies, aunque cansados, le siguen el paso o al menos eso intentan.
El simple hecho de estar aquí en ese mundo después de vivir tantas pruebas, me dice que el
destino mofo a la muerte pues nos queda mucho que hacer.

cuerpo quiero que entiendas que sin importar cuán difícil se ponga, o en qué momento termine
esta dupla casi perfecta siempre he tenido clara tu perfección imperfecta, respetado tu utilidad y
atendido tus necesidades.

Cuerpo sin más que decir me despido dándote las gracias por recibir mi misiva, te informo que
después de hoy me preocupare más por tu beneficio general, gracias por lo vivido, aunque inicuo,
ya pasado y afrontado.

Jessica Tatiana Arango Ramírez