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La lírica verdaderamente significativa del siglo XIX norteamericano se ins- cribe en la tendencia
trascendentalista. Washington Irving (1783-1859) y John Greenleaf Whittier (1807-1892)
pertenecen a este grupo de poetas.
La figura más destacada de la lírica norteamericana de este período es, sin duda, Walt Withman
(1819-1892), cuya voz profética se enuncia de forma vibrante en su Canto a mí mismo y en sus
Hojas de hierba.
La segunda figura emblemática de la lírica norteamericana es Emily Dickinson (1830-1886). Su
vida enigmática, concuerda plenamente con su concepción poética: la sencillez encierra la
trascendencia espiritual. Al morir, dejó mil ocho cientos poemas.
La poesía americana, la poesía de la Estados Unidos, surgió por primera vez como los esfuerzos de
los colonos para agregar sus voces a la poesía Inglés en el siglo 17, mucho antes de la Constitución
de la unificación trece colonias (aunque antes de esto, un fuerte la tradición oral a menudo
comparado con la poesía existía entre los nativos americanos sociedades). Como era de esperar, la
mayor parte del trabajo de los primeros colonos se basó en modelos británicos contemporáneos de
forma poética, dicción, y tema. Sin embargo, en el siglo 19, un americano distintivo modismo
comenzó a emerger. Por la parte posterior de ese siglo, cuando Walt Whitman fue ganando un
público entusiasta en el extranjero, poetas de los Estados Unidos habían comenzado a tomar su
lugar en la vanguardia de la lengua Inglés avant-garde.Esta posición se fortaleció a principios del
siglo 20 en la medida en que Ezra Pound y TS Eliot eran quizás los más influyentes modernistas
poetas en idioma Inglés en el período durante la Primera Guerra Mundial . Por la década de 1960,
los jóvenes poetas de la British Poesía Revival miró a sus contemporáneos y predecesores
americanos como modelos para el tipo de poesía que quería escribir. Hacia el final de la milenio, la
consideración de la poesía norteamericana había diversificado, como estudiosos ponen un mayor
énfasis en la poesía de las mujeres, Afroamericanos, Los hispanos, Chicanos y otras agrupaciones
culturales.
POESÍA EN LAS COLONIAS
Como el contacto de Inglaterra con las Américas aumentó después de la década de 1490, los
exploradores a veces incluidos verso con sus descripciones del "Nuevo Mundo" a través de 1650, el
año de Anne Bradstreet " La décima musa ", que fue escrito en América, muy probablemente en
Ipswich, Massachusetts o North Andover, Massachusetts) e impreso / distribuido en Londres,
Inglaterra por su hermano-en-ley, Rev. John Woodbridge. Hay 14 de esos escritores que podríamos
en esa llamada base poetas americanos (que en realidad había sido a América y en distintos grados,
poemas escritos o versos sobre el lugar). Los primeros ejemplos incluyen un 1616 "poema
testimonial" en la libra carácter guerrero de El capitán John Smith (en Barbour, ed. "Funciona") y
del Rev. William Morrell 1625 "Nova Anglia" o "Nueva Inglaterra", que es un catálogo rimada de
todo, desde el clima de América a destellos de las mujeres nativas, enmarcado con una delgada
poética "vanidad" o "ficción" que caracteriza al país como suspirando por la dominación Inglés
"triste y desamparada" femenina. Entonces mayo 1627 Thomas Morton de Merrymount - un amante
de la naturaleza Inglés West Country, abogado, hombre de letras y aventurero colonial - alzó una
Cruz de Mayo para celebrar y fomentar un mayor éxito en esta plantación de comercio de pieles y
clavado un "poema" y "Song" (una un manifiesto densamente-literaria en la gente como en inglés y
nativos se reunieron allí y debe seguir haciéndolo para una América con éxito, y el otro una
"canción de taberna" luz también lleno de implicaciones más profundas de América). Estos fueron
publicados en forma de libro, junto con otros ejemplos de la poesía americana de Morton en "Nueva
Inglés Canaán" (1637); y en base a los criterios de "Primera", "americano" y la Poesía ", que hacen
primer poeta Morton (y no Anne Bradstreet) de Estados Unidos en Inglés. (Ver Jack Dempsey, ed.,"
New Inglés Canaán por Thomas Morton de 'Merrymount '"y su biografía" Thomas Morton: La vida
y del renacimiento de un poeta americano temprano "Scituate MA: Escaneo digital de 2000).
Phillis Wheatley, un esclavo, escribió poesía durante el período colonial.
Uno de los poetas primera registrados de las colonias británicas era Anne Bradstreet (1612 -
1672), que sigue siendo uno de los más antiguo conocido poetas mujeres que escribieron en Inglés.
Los poemas que publicó durante su discurso de vida temas religiosos y políticos. Ella también
escribió tiernas evocaciones de su casa, la vida familiar y de su amor por su esposo, muchas de las
cuales permanecieron inéditos hasta el siglo 20.
Edward Taylor (1645-1729) escribió poemas exponer puritanos virtudes en un altamente forjado
estilo metafísico que puede ser visto como típica de la época colonial.
Este enfoque centrado en la ética puritana era, comprensiblemente, la nota dominante de la mayor
parte de la poesía escrita en las colonias durante los siglos 17 y principios del 18o. La poesía más
temprana "secular", publicado en New England fue por Samuel Danforth en sus "almanaques"
para 1647-1649, publicados en Cambridge; estos poemas incluidos "rompecabezas", así como
poemas sobre orugas, palomas, terremotos y huracanes. Por supuesto, siendo un ministro puritano,
así como un poeta, Danforth nunca se aventuró lejos de un mensaje espiritual. Otra voz lírica
netamente americano de la época colonial era Phillis Wheatley, un esclavo cuyo libro "Poemas
sobre diversos temas, Religiosa y Moral", fue publicado en 1773. Ella fue uno de los poetas más
conocidos de su época, al menos en las colonias, y sus poemas fueron típicos de La cultura de
Nueva Inglaterra en el momento, meditando en religiosa y ideas clásicas.
El siglo 18 vio un creciente énfasis en la propia América como materia apta para sus poetas. Esta
tendencia es más evidente en las obras de Philip Freneau (1752-1832), que también es notable por
la actitud inusualmente favorable a los nativos americanos se muestra en sus escritos, a veces refleja
un escepticismo hacia la cultura y la civilización angloamericana. Sin embargo, como era de esperar
de lo que fue escrito esencialmente provincial, esta tarde la poesía colonial es generalmente algo
anticuado en forma y sintaxis, el despliegue de los medios y métodos de Papa y Gray en la era de la
Blake y Burns. El trabajo de Rebecca Hammond Lard (1772-1855), aunque bastante viejo,
todavía se aplican a la vida en el mundo de hoy. Ella escribe sobre la naturaleza, no sólo la
naturaleza del medio ambiente, sino también la naturaleza de los seres humanos. En general, el
desarrollo de la poesía en las colonias americanas refleja el desarrollo de las propias colonias. La
primera poesía está dominada por la necesidad de preservar la integridad de los ideales puritanos
que crearon el asentamiento en el primer lugar. Como los colonos creció en confianza, la poesía que
escribió refleja cada vez más su camino hacia la independencia. Este cambio en la materia no se
reflejó en el modo de escritura, que tendía a ser conservador, por decir lo menos. Esto puede ser
visto como un producto de la remove físico en el que los poetas americanos operados desde el
centro del idioma Inglés desarrollos poéticos en Londres.
POESÍA POSTCOLONIAL
Henry Wadsworth Longfellow en 1873.
El primer poeta importante de la independencia de Estados Unidos fue William Cullen Bryant
(1794-1878), cuya gran contribución fue escribir poemas rapsódicas sobre la grandeza de praderas y
bosques. Otros poetas notables que surgieron a principios y mediados del siglo 19o incluir Ralph
Waldo Emerson, (1803-1882), Henry Wadsworth Longfellow (1807-1882), John Greenleaf
Whittier (1807-1892), Edgar Allan Poe (1809-1849), Oliver Wendell Holmes (1809-1894),
Henry David Thoreau (1817-1862), James Russell Lowell (1819-1891), Sidney Lanier (1842-
1881), y James Whitcomb Riley (1849-1916). Como era de esperar, las obras de estos escritores
están unidos por la búsqueda común de una voz americana distintivo para distinguirlas de su
Homólogos británicos. Con este fin, exploraron el paisaje y las tradiciones de su país de origen
como materiales para su poesía. El ejemplo más significativo de esta tendencia puede ser La
canción de Hiawatha por Longfellow. Este poema utiliza cuentos nativos americanos recogidos por
Henry Rowe Schoolcraft, que era superintendente de asuntos indígenas para Michigan de 1836 a
1841. Longfellow también imitó el metros de la finlandesa poema épico Kalevala, posiblemente
para evitar los modelos británicos. El poema resultante, mientras que un éxito popular, no
proporcionó un modelo para futuros poetas estadounidenses.
Otro factor que distingue a estos poetas de sus contemporáneos británicos fue la influencia de la
trascendentalismo del poeta/filósofos Emerson y Thoreau. Trascendentalismo fue la cepa
típicamente americano de Romanticismo Inglés que se inició con William Wordsworth y Samuel
Taylor Coleridge . Emerson, sin duda uno de los fundadores del trascendentalismo, había visitado
Inglaterra cuando era joven para cumplir con estos dos poetas ingleses, así como Thomas Carlyle.
Mientras Romanticismo transición a Victorianismo en la post-reforma Inglaterra, creció con más
energía en América desde la década de 1830 hasta la Guerra Civil .Edgar Allan Poe fue
probablemente el poeta americano más reconocido fuera de América durante este período. Diversos
autores en Francia, Suecia y Rusia fueron fuertemente influenciado por sus obras, y su poema " El
cuervo "barrió Europa, traducido a muchos idiomas. En el siglo XX, el poeta americano William
Carlos Williams dijo de Poe que él es la única base sólida sobre la que se ancla la poesía americana.
WHITMAN Y DICKINSON
La emergencia final de una poesía en idioma Inglés verdaderamente indígena en los Estados Unidos
fue obra de dos poetas, Walt Whitman (1819-1892) y Emily Dickinson (1830-1886). En la
superficie, estos dos poetas no podría haber sido menos igual. Líneas de Whitman largos, derivadas
de la métrica de la versión King James de la Biblia y su inclusividad democrática están en marcado
contraste con frases concentradas de Dickinson y líneas cortas y estrofas, derivado de
Protestante himnarios.Lo que les une es su conexión común a Emerson (un pasaje de quien
Whitman impreso en la segunda edición de Hojas de hierba), y la originalidad audaz de sus
visiones. Estos dos poetas se puede decir que representan el nacimiento de dos grandes poética
americana modismos-la expresión emocional métrica y directa libre de Whitman, y el
oscuridad gnómica y ironía de Dickinson, tanto de los cuales sería profundamente estampar la
poesía norteamericana del siglo 20.
El desarrollo de estos idiomas, así como las reacciones más conservadores en contra de ellos, se
puede rastrear a través de las obras de poetas como EDWIN ARLINGTON ROBINSON (1869-1935),
STEPHEN CRANE (1871-1900), ROBERT FROST (1874-1963) y CARL SANDBURG (1878-1967).
Frost, en particular, es una figura dominante, que alinea estricta métrica poética, sobre todo verso
blanco y las formas más concisa líricos, con un "Amur'k'n vurry" (como Pound decía) idioma. Él
revitalizó con éxito una tradición rural con muchos antecedentes en inglés de su amada Tesoro de
Oro y produjo una obra de gran importancia, rivalizando o incluso sobresalir en el rendimiento que
de los modernistas clave y haciendo de él, en el barrido completo de más verso moderno Inglés-
lenguaje tradicional, un compañero de Hardy y Yeats. Pero a partir de Whitman y Dickinson las
líneas generales de un distintivo nueva tradición poética orgánica, menos en deuda con el
formalismo Inglés de la obra de Frost, eran claras para ver, y que vendrían a su plenitud en las
décadas de 1910 y 20 de.
TRES POEMAS DE EMILY DICKINSON
1
Degusto un licor nunca destilado
en cálices tallados en perlas.
¡Ni todas la cubas del Rin
rinden un alcohol semejante!
Borracha de aire
y corrupta de rocío
me tambaleo por interminables días de verano
desde posadas de líquido azul.
Cuando los posaderos echen a la abeja ebria
de la puerta de la digital
cuando las mariposas renuncien a sus néctares
¡yo beberé aún más!
hasta que los serafines agiten sus sombreros nevados
y los santos corran a las ventanas
para ver a la pequeña bebedora
apoyada contra el sol.
(c. 1860)
2
El corazón pide placer primero,
después, ser excusado del dolor
y luego esos pequeños anodinos
que ahogan el sufrimiento.
Y luego ir a dormir
y más tarde, si esa fuera
la voluntad de su Inquisidor
el privilegio de morir.
(c. 1862)
3
Despega la alondra y encontrarás la música
bulbo tras bulbo, revestida de plata
apenas entregada a la mañana de estío
guardada para tu oído cuando el laúd sea viejo.
Suelta la inundación, lo verás patente
borbotón tras borbotón, reservado para ti.
¡Experimento escarlata! ¡Escéptico Tomás!
Ahora, ¿dudas de que tu pájaro fuera real?
(c. 1864)
Ninguna se absolvería
Ninguna sería una reina
Sin la otra, de modo que
Aunque reinemos, pereceremos.
+++
Como si yo pidiera limosna común
¡Como si yo pidiera limosna común
Y en mi suplicante mano
Un extraño pusiera un reino
Y yo perpleja quedara,
Como si hubiera pedido a Oriente
Que me mandara una mañana
Y que levantara su purpúrea barrera
Y destrozarme con el alba!
+++
++++
+++
+++
+++
+++
+++
+++
La sortija ya no estaba
En mi dedo tenía una sortija.
La brisa entre los árboles erraba.
El día estaba azul, cálido, bello.
Y me quedé dormida sobre la suave hierba.
+++
La ventaja de la desesperación
La ventaja de la desesperación se logra
Sufriendo desesperación
De estar asistido por reveses,
Uno tiene que haber conocido el revés.
+++
+++
Mucha locura es juicio divino
Mucha locura es juicio divino
Para el ojo más sagaz
Mucho juicio, la más estricta locura
Para la mayoría;
En esto y en todo, prevalece
Asiente, y entonces eres normal,
Disiente y eres directamente peligroso
Y manejado con cadenas.
+++
El águila no se despoja
De su nido y, sin embargo,
Gana el cielo
Más fácilmente que tú.
+++
+++
+++
+++
+++
Renunciación es elegir
En contra de ti mismo
Para justificarte
A ti mismo,
Cuanto más grande es el acto
Hace que parezca más pequeña
La oculta visión aquí.
+++
No soltamos el puñal
Porque amamos la herida,
Ese puñal conmemora
Memorias que nos van matando.
+++
Si tu alma vaciló,
Levanta la puerta carnal,
El miedoso pide oxígeno,
No pide nada más.
ALTIVEZ
CERTIDUMBRE
COLOQUIO
EN MI FLOR ME HE ESCONDIDO...
En mi flor me he escondido
para que, si en el pecho me llevases,
sin sospecharlo tú también allí estuviera...
Y sabrán lo demás sólo los ángeles.
En mi flor me he escondido
para que, al deslizarme de tu vaso,
tú, sin saberlo, sientas
casi la soledad que te he dejado.
+++
En mi jardín avanza un pájaro
sobre una rueda con rayos-
de música persistente
como un molino vagabundo-
jamás se demora
sobre la rosa madura-
prueba sin posarse
elogia al partir,
++++
LA SORTIJA
PEQUEÑEZ
+++
Sobrellevar nuestra parte de noche –
Nuestra parte de mañana –
Nuestro hueco llenar de felicidad,
Nuestro hueco de desdén –
+++
Se las robé a una Abeja –
Por – Ti –
Dulce pretexto –
¡Ella me perdonó!
+++
¡Yo no soy nadie! ¿Quién eres tú?
¿No eres –Nadie- tampoco tú?
¡Entonces somos un par!
¡No lo digas! ¡Nos desterrarían – ya sabes!
+++
No es que el morir nos duela tanto –
Es el vivir – lo que nos duele más –
Pero el Morir – es un camino distinto –
Una variedad detrás de la Puerta –
La Costumbre Sureña - del Pájaro –
Que antes de que lleguen las heladas –
Acepta una Latitud mejor –
Nosotras – somos los Pájaros – que se quedan.
+++
Cayeron como Copos –
Cayeron como estrellas –
Como Pétalos desde una Rosa –
Cuando de repente a través de Junio
Pasa – un Viento con dedos –
Y todavía su zumbido
Pasados los años,
Engaña a la Mariposa;
Todavía en sus Ojos
Yacen las Violetas
Consumidas en tantos Mayos.
Yo derramé el rocío -
Pero tomé la mañana;
Escogí esta estrella singular
Entre las muchas que hay en la noche -
¡Sue - para siempre!
No valió Medicina -
No era Enfermedad - entonces -
Ni necesidad de Cirugía -
Y por tanto - no era Dolor -
Si momentáneamente entreabierto -
La temeridad - se acercó -
Y enfermó - para siempre
Por Algo que vio?
47
¡Corazón, le olvidaremos!
¡Tú y yo, esta misma noche!
Tú olvidar puedes el ardor que irradiaba,
yo olvidaré su esplendor.
Cuando tú acabes, avisa,
que mi pensar velaré yo.
¡Presto! ¡Temo que mientras tú holgazaneas
me ponga yo a recordarle!
134
Quizá quieras comprar una flor,
mas yo jamás vendería una.
Si quieres tomarla prestada
hasta que el apuesto narciso
despliegue su gorro amarillo
allende las puertas del pueblo,
hasta que las abejas hagan
su Rioja y Jerez de tréboles.
Bien, te la prestaré hasta entonces,
¡pero, ojo, ni una sola hora más!
486
En casa era yo la más diminuta,
la más pequeña habitación tomé.
De noche...
mi lamparita, libro y un geranio.
Plantada así, bien podía absorber
el caudal que de continuo fluía.
¡Ah, mi cestito! Déjame que piense...
estoy segura de que eso era todo.
Jamás hablé antes de ser hablada,
y entonces hablaba poco y bajito:
no soportaba vivir en voz alta,
tanto me avergonzaba el alboroto.
Y de no haber quedado tan lejos
y ninguno de los que conocía
allá fuese, a menudo pensaba
cuán anónima podría morir.
249
¡Noches salvajes!
¡Salvajes noches,
si juntos, fueran
nuestro deleite!
Triviales rugen los vientos
para el corazón en puerto;
de brújula descuidado,
despreocupado de mapas.
¡El edén surcar!
¡Ah, el océano!
¡Si anclar pudiera
en ti esta noche!
107
¡Era un barco tan chiquito
el que la ensenada dejó!
¡Era una mar tan grandota
la que por señas lo llamó!
¡Fue una ola tan tragona
la que de tierra lo alejó!
Sus hinchadas velas apenas avisté
y al punto mi barquito desapareció.
47
¡Corazón, le olvidaremos!
¡Tú y yo, esta misma noche!
Tú olvidar puedes el ardor que irradiaba,
yo olvidaré su esplendor.
Cuando tú acabes, avisa,
que mi pensar velaré yo.
¡Presto! ¡Temo que mientras tú holgazaneas
me ponga yo a recordarle!
376
Claro que oré.
¿Le importó a Dios?
Se cuido tanto
como de un ave
que sobre el aire
deja sus huellas
piando: «Dame».
Mi razón... vida...
no las tuviera
salvo para ti.
Harto más compasivo hubiese sido
en la tumba del átomo dejarme...
contenta, nada, alegre e inerte...
antes que esta lúcida miseria.
136
¿Tienes un arroyo en tu pequeño corazón,
donde tímidas flores brotan
y ruborizadas aves a beber descienden
y la penumbra centellea?
Y nadie sabe, tan quedo va,
que un arroyo por allá corre;
aunque tu airecillo de vida
allí se embriague cada día.
Entonces cuida por marzo tu pequeño arroyo,
cuando los ríos se desbordan
y las nieves se precipitan desde las cumbres
y los puentes suelen hundirse.
Y más adelante, puede que en el mes de agosto,
cuando los prados se resecan,
¡guárdate, no sea que ese arroyito de vida
algún mediodía lo sorba!
511
Si vinieras cuando llegue el otoño,
me pondría a cepillar el verano,
mitad con un mohín y una sonrisa,
como mujer que hace una fruslería.
Si pudiera verte dentro de un año,
devanaría en ovillos los meses
y en cajones distintos los pondría,
temerosa de confundir sus números.
Si tan sólo siglos te demorases,
con las manos me pondría a contarlos,
restando hasta que mis dedos cayeran
y a tocar las antípodas llegasen.
Si segura, cuando esta vida acabe,
de que la tuya y la mía perviven,
lejos la arrojaría, como cáscara,
y con la eternidad me quedaría.
Mas ahora, de su duración incierta,
esto que hay entremedias me zahiere,
tal como una abeja fantasmagórica
que el sutil aguijón no descubriese.
1560
Ser olvidada por ti
el recuerdo supera
de cualesquiera mente.
El corazón no puede
olvidar sin mirar
aquello que rechaza.
Entonces fui mirada,
alzada del olvido...
eso al menos supone
una vez recordarme.
Ser digna de tu olvido
es todo mi renombre.
762
No aconteció todo de repente,
fue un asesinato por etapas:
navajazo y luego un dejar vivo...
la bendición de ir cauterizando.
El gato al ratón indulto otorga,
sus dientes afloja lo bastante
para que la esperanza bromee...
luego lo machaca hasta matarlo.
Morir es el premio de la vida,
si sólo una vez más agraciado
que hacerlo a medias y recobrarse...
para un eclipsarse más consciente.
50
Aún no se lo he dicho al jardín,
temo que se diera a seducirme;
ni tengo ahora bastante fuerza para ir y contárselo a la abeja.
En la calle no lo mencionaré:
las tiendas se pasmarían viendo
que una tan tímida, tan paleta,
tuviera el descaro de morirse.
No han de saberlo las laderas
por donde tanto he trajinado,
ni diré a los amorosos bosques
el día en que he de marcharme.
Ni en la mesa lo balbucearé,
ni por descuido o de pasada
insinuaré que por el enigma
alguien andará el día de hoy.
858
Te menciono, cariño, esta sima en mi vida;
cuando a través de una grieta se escurre la aurora,
el día está también obligado a seguirla.
Si protestamos, sus hendidos flancos a modo de tumba se abren;
así que tiesamente tendida sobre ella yazgo,
favorita de la fatalidad.
Cuando haya engullido toda una vida...
entonces, querido, se cerrará; de momento,
tanto más osada cada día y más turbulenta crece.
Medio tentada estoy a coserla con un postrero aliento;
nada en absoluto perdería yo al rendirme,
aunque para él la muerte supondría.
Y así soporto su irse agrandando,
con mi entierro a la vista, ahí delante.
Una vida lista ya para partir, nada más puede hostigarme.
476
Creo tener sólo modestas necesidades,
tales como estar contenta y en el paraíso;
bien podría ser ingresado eso en mi haber,
así la vida y yo quedaríamos a la par.
Mas al incluir lo segundo mis dos demandas,
pensé que me bastaría con sólo expresar
la más comprensiva petición en mi plegaria
y que la gracia divina ambas me otorgaría.
Así instruida me puse a rezar de esta guisa:
Grandísimo Espíritu, ten a bien concederme
un paraíso no tan enorme como el tuyo,
pero al menos lo bastante grande para mí.
Una sonrisa se expandió por el rostro de Dios;
el querubín que le escoltaba hacia atrás se echó;
santos serios a hurtadillas salían por verme
y tampoco ellos pudieron dejar de sonreír.
Dejé el lugar con regio aplomo,
mi plegaria a un lado arrojé...
Cogiéronla los calmos siglos
y perplejo miró el Destino
al topar con una tan cándida
que tuviera por cierto el cuento:
«Cualquier cosa que pidiereis,
os será otorgada, criaturas».
Mas yo, vuelta más astuta, escudriño los cielos
con semblante desconfiado...
Como los niños que, tras ser timados una vez,
a todos juzgan timadores.
223
Hoy vine a comprar una sonrisa,
nada más que una sola sonrisa.
La más pequeña sobre su cara,
cual hecha de encargo me vendría;
ésa que nadie echará de menos
y que tan tenuemente brillaba.
Señor, desde su mostrador clamo,
¿podría permitirse vendérmela?
En mis manos tengo diamantes,
¿conoce qué son los diamantes?
¡También rubíes, sangre de tardes,
y topacios como las estrellas!
¡Toda una ganga para un tendero!
Diga, señor, ¿puedo conseguirla?
1510
Bienaventurada es la piedrita
que por el camino a su aire rueda,
sin preocuparse de hacer carreras
ni amilanarse frente a exigencias;
cuyo traje de marrón pedestre
un transeúnte mundo le puso
y que independiente como el sol
se asocia o por sí resplandece,
el decreto absoluto cumpliendo
con espontánea simplicidad.
1058
El florecer tan sólo es el resultado.
Topar con una flor y ojearla de pasada,
poco le hace a uno sospechar la circunstancia
subsidiaria implícita en el brillante asunto,
tan intricadamente elaborado
para ser ofrecido luego cual mariposa al mediodía:
Empaquetar el capullo,
resistir al devorador gusano,
obtener su cuota de rocío, ajustar la temperatura,
eludir el vendaval, escapar de la rondadora abeja,
no defraudar a la magna Naturaleza que la aguarda tal día...
Ser flor es grave responsabilidad.
191
Su secreto guardar no pueden
los cielos y van a contárselo
a las colinas que a los huertos
lo dicen y éstos a narcisos.
Un pájaro que por allí iba
de casualidad lo oye todo;
si sobornara al pajarito,
estoy segura que cantaría.
Creo, empero, que no lo haré,
más vale seguir sin saber.
Si el verano un axioma fuese,
¿qué embrujo tendría la nieve?
Guarda, pues, tu secreto, Padre.
Aunque pueda, no espiaré
cómo ésos de zafiro forman
tu nuevo modelo de mundo.
1035
¡Abeja! ¡Se te espera!
Justo ayer le decía
a alguien,
que tú también conoces,
que estabas al llegar.
Las ranas volvieron hace una semana,
están instaladas y andan trabajando;
los pájaros, la mayoría de vuelta;
el trébol, tan cálido como tupido.
Recibirás mi carta
sobre el diecisiete.
Contesta.
O mejor, ven conmigo.
Con afecto: la mosca.
529
Hoy siento lástima de los muertos.
Es tan apacible el rato que los vecinos más viejos
pasan en las cercas: es la temporada del heno.
Corpulentos y bronceados conocidos entre la faena
chismorrean y ríen un chascarrillo doméstico
que hace sonreír todas las cercas.
Parece tan grave yacer aparte del barullo de los campos:
los ajetreados carros... las fragantes pilas de heno...
el compás del segador...
Una congoja por temor de que sientan nostalgia,
esos granjeros y sus esposas,
fuera de las labores del campo y las vidas de sus vecinos.
Prodigio fuera si el sepulcro no notasen solitario
cuando hombres y chicos y carros y junio
a los campos bajan para apilar heno.
1172
Las nubes sus espaldas juntaron,
el viento norte a empujar se puso,
los bosques trotaban hasta caer,
los rayos cual ratones brincaban
y el trueno se desplomó gruñendo.
¡Qué bien en tumbas estar a salvo,
donde Natura su ira no lleva,
ni pedrada alguna nos alcanza!
1624
Aparentemente sin sorpresa
para cada desprevenida flor,
la helada a su albur la decapita
mostrando su ocasional poder.
La fría esbirra pasa de largo,
el sol imperturbable prosigue
marcando a fuego otro nuevo día
con vistas a un sancionador Dios.
1181
Cuando esperaba temía,
como esperaba osaba.
Sola ya por todas partes,
cual santuario en ruinas,
ni espectro puede dañarme
ni serpiente seducirme.
Destronado es el destino
por quien lo ha padecido.
478
No tuve tiempo para odiar.
La tumba me habría estorbado,
pues no era la vida tan vasta
para extinguir mi enemistad.
Ni tuve tiempo para amar.
Mas como algo hay que hacer,
la faena de amar, pensé,
asaz grande me resultaba.
384
Ningún potro puede torturarme,
mi alma en libertad está;
tras éste mi esqueleto mortal
se articula uno más firme,
al que no traspasarás con sierra
ni amputarás con espada.
Dos cuerpos comparecen así:
amarra el uno y el otro vuela.
El halcón no más fácil del nido
asciende y gana el cielo
de lo que seas capaz tú mismo,
si tu enemigo no eres.
La esclavitud es de la conciencia,
como lo es la libertad.
680
Cada vida convergiendo va hacia algún centro,
dicho o quedo;
en cada naturaleza humana se perfila
cierta meta.
Nunca voceada y casi apenas confesada,
quizá muy bella
para que las sospechas de la credibilidad
la desbaraten.
Adorada con pudor cual frágil paraíso,
tan imposible
de conquistar como una cintilla del arco iris
lograr rozar.
Aunque acosada y afianzada en su lejanía:
¡cuán elevado
sobre la pausada diligencia de los santos
reposa el cielo!
Por la corta suerte de una vida inalcanzada,
quizá, mas luego
la eternidad a esa misma voluntad la deja...
correr de nuevo.
750
El devenir del ser humano,
como el de la Naturaleza,
hacia la intimidad gravita...
la atmósfera y el sol lo asisten,
mas desde dentro se despliega.
Cada cual su empinada meta
ha de conquistar por sí mismo,
merced a ermitaña destreza
de una existencia silenciosa.
El empeño es el requisito,
la paciencia consigo mismo
o frente a las fuerzas opuestas
y la confianza inquebrantable.
Delante de uno está... la sala
de su audiencia, cuyo proceso
ningún otro rostro presencia.
450
Bueno es soñar, despertar es mejor...
si uno se despierta por la mañana;
si a medianoche se despierta uno,
mejor que con el amanecer sueñe.
Más grato es el petirrojo soñado,
cuyo trinar ni un árbol alegró,
que encarar un espeso amanecer
cuya luz no ilumine día alguno.
290
En este anochecer, el norte,
inflamado en broncínea llama,
tan justamente conformado,
tan preconcertado consigo,
tan ajeno a cualquier alarma...
¡tal desapego regio emana
hacia el universo y hacia mí!
Mi modesto ánimo contagia
con matices de majestad,
hasta adoptar porte más vasto
y sobre mi tallo me empino,
desdeñando hombres y oxígeno
por arrogancia hacia ambos.
Tropel de fieras es mi prole,
aunque su sin par espectáculo
recreará a los siglos futuros,
mucho después de haberme ido:
una isla en deshonrada hierba
que escarabajos sólo vieron.
457
Gratas, contentas y seguras casas,
de accesos a cal y canto sellados:
tapas de acero sobre otras de mármol,
cerrándose frente a los pies desnudos.
Ríos de felpa entre orillas de raso
no discurrirían tan suavemente
como fluye la risa y el murmullo
desde sus nacarados inquilinos.
Ni calva muerte afrenta sus salones,
ni desvergonzada enfermedad viene
a estropear sus pomposos tesoros;
la angustia y el duelo de largo pasan
susurrantes en forrados carruajes,
no sea que los de dentro pregunten
por qué de su apretujado sonreír
les arranca alguno para morirse.
+++
467
En las sepulturas no jugamos,
por no haber sitio;
además, no es llano, está en cuesta.
Y porque viene la gente
a poner flores encima
y luego asoman la cara.
Nos da miedo que sus corazones
se dejen caer
y nuestro bonito juego aplasten.
Así que nos mudamos tan lejos
como los enemigos que huyen...
oteando en torno de vez en cuando
para ver a qué distancia estamos.
1652
Seguir tirando hacia delante
es la condición de la vida;
la tumba, un mero trasbordo
que un término se considera,
de ahí que tan odiada sea.
El túnel no está iluminado,
mas el existir entre muros
mejor es, a nuestro entender,
que no existir en absoluto.
937
Noté un desgarrarse en mi conciencia,
como si el cerebro se hubiese rajado...
me puse a zurcirlo puntada a puntada,
aun cuando incapaz me vi de remendarlo.
Con mucho cuidado traté de hilvanar
el pensamiento de antes al de después...
mas el pespunte se deshiló sin ruido
como un ovillo rodando sobre el suelo.
997
Desmoronarse no es acto de un instante.
Esencialmente pausados,
los procesos de desplome
suceden cual derrumbes organizados.
Primero es una telaraña en el alma,
una lámina de polvo,
una barrena en el eje,
una capa preliminar de herrumbre.
La ruina es pautada, faena del diablo
consecutiva y morosa...
de golpe ninguno cayó.
Resbalar: tal es la ley del derrumbarse.
913
Y ya de todas mis esperanzas
la del callado final me queda.
Profusamente coloreada
despuntó mi lozana mañana,
temprano y reseco su final.
Jamás un capullo de su tallo
brotó con tan jovial eclosión;
jamás un gusano tan confiado
hurgó en tan animosa raíz.
919
Si puedo evitar que un corazón se rompa,
no habré vivido en vano.
Si puedo aliviar de una vida la pena
o atenuar un dolor
o ayudar a un desvalido petirrojo
de regreso a su nido...
no habré vivido en vano.
+++
Morí por la belleza, mas en la tumba
apenas me hube instalado,
cuando uno muerto por la verdad fue puesto
en una estancia contigua.
Preguntó en voz baja por qué fallecí.
«Por la belleza», le dije.
«Y yo por la verdad, las dos son lo mismo;
hermanos somos», dijo él.
Y así, cual parientes reunidos de noche,
hablamos entre los nichos...
hasta que el musgo llegó a nuestros labios
y nuestros nombres cubrió.
++++
Hacer una pradera
requiere un trébol
y una abeja.
Un trébol y una abeja
y el ensueño.
Si las abejas escasean,
basta el ensueño.
1194
EN MI FLOR ME HE ESCONDIDO
En mi flor me he escondido
para que, si en el pecho me llevases,
sin sospecharlo tú también allí estuviera...
Y sabrán lo demás sólo los ángeles.
En mi flor me he escondido
para que, al deslizarme de tu vaso,
tú, sin saberlo, sientas
casi la soledad que te he dejado.
333
Es tan poco el trabajo de la hierba,
esa esfera de simple verde:
sólo criar mariposas
y entretener abejas.
Y, al morir, deshacerse
en fragancias divinas,
como humildes especias que se quedan dormidas
o como nardos que perecen.
547
He visto un ojo moribundo
rodar y recorrer un cuarto,
como buscando alguna cosa.
Después nublarse,
después oscurecer,
después cerrarse
sin revelar que era
lo que -visto- lo hubiese sosegado.
1739
Se dice "buenas noches" en la noche.
Yo digo "buenas noches" en el día.
"Hasta luego", me dice lo que parte.
"Buenas noches", respondo.
1741
Que no haya de volver jamás es lo que hace
tan amable la vida.
Creer en lo que no creemos
no regocija.
562
Imaginar un clima
de soles incesantes
añade intensidades al invierno.
La fantasía, tiritando, se vuelve
a un ficticio país,
para paliar un frío
que los grados no obvian ni mitiga
la latitud.
288
Soy nadie. ¿Tú quién eres?
¿eres tú también nadie?
Ya somos dos entonces. No lo digas:
lo contarían, sabes.
1523
Cuando nos vamos nunca sabemos que nos vamos.
Hacemos que cerramos la puerta y el destino
–a nuestra espalda- echa el cerrojo.
No volveremos ya.
1695
Hay una soledad del mar,
una soledad del espacio,
una soledad de la muerte.
Y no obstante parecen compañía
comparadas con ésa más profunda
–intimidad polar,
infinitud finita:
la del alma consigo.
1755
Hacer una pradera
requiere un trébol y una abeja.
Un trébol y una abeja
y el ensueño.
Si las abejas escasean,
basta el ensueño.
1768
Joven ateniense,
sé fiel a ti mismo
y sé fiel al misterio.
Todo el resto es perjurio
335
1472
Ver el Cielo en Verano
Es Poesía, aunque no esté escrito en ningún Libro—
Los Verdaderos Poemas huyen—
165
133
El agua se aprende por la sed.
La Tierra—por los Océanos atravesados.
El Éxtasis—por la agonía—
La Paz—la cuentan las batallas—
El Amor, por el Hueco de la Memoria—
XX
Pruebo un licor jamás destilado—
En jarras de Perlas—
¡No todas cubas junto al Rin
Producen semejante alcohol!
Ebria de aire—estoy—
Y Embriagada de Rocío—
Tambaleándome—los interminables días de verano—
Por posadas de Incandescente Azul—
37
El Viento comenzó a mecer la Hierba
Con una Melodía inquietante—
Lanzó una Amenaza a la Tierra—
Una Amenaza al Cielo.
156
Me quieres—estás segura—
No temo equivocarme
No me despertaré engañada
Una complaciente mañana
y descubriré que el Sol se ha ido
¡que los Campos—están desolados
y que mi Amor—se ha marchado!
1705
Hay Volcanes en Sicilia
Y en Sudamérica
Lo sé por mi Geografía—
Los volcanes más cercanos
Arrojan Lava en cualquier momento
Y me tientan a Escalar—
Un Cráter puedo contemplar
el Vesubio en Casa
314
La “esperanza” es la cosa con plumas—
Que se posa en el alma—
190
Él era débil, y yo era fuerte—entonces—
Así Dejó que lo guiara—
Yo era débil, y él era fuerte entonces—
Así que dejé que me guiara—a Casa.
84
Su pecho es propicio para perlas,
Pero yo no soy un Buceador—
Su frente es propicia para tronos
Pero yo no tengo penacho.
Su corazón es propicio para un hogar—
Yo—un Gorrión—construyo ahí—
Con la dulzura de las ramas
Mi perenne nido.
355
No era la Muerte, pues yo estaba de pie,
Y todos los Muertos están tumbados—
No era la Noche, pues las Campanas
Se agitaban a Mediodía.
1720
Si hubiera sabido que el primero era el último
Lo habría conservado más tiempo.
Si hubiera sabido que el último era el primero
Habría bebido más.
Copa, fue tu culpa,
No eran los labios los mentirosos.
No, labios, fue vuestra culpa
Y la dicha más culpable.
292
Si el Valor te abandona—
Vive por encima de Él—
A veces se apoya en la Tumba,
Si teme desviarse—
Si tu Alma tiembla—
Abre la puerta de la Carne—
La Cobarde necesita Oxígeno—
Nada más—
+++
+++
STEPHEN CRANE
(Nueva Jersey), 1871 - (Alemania), 1900), fue un escritor y periodista estadounidense,
influyente en la literarura del siglo XX. Crane fue el decimocuarto y último hijo de un
matrimonio perteneciente a la Iglesia Metodista. En 1890 se trasladó a Nueva York para
trabajar por su cuenta como reportero de los barrios bajos, trabajo que junto a su pobreza le
proporcionaría material para su primera novela.Poco antes de su muerte, apareció
probablemente su libro más popular, Whilomville Stories (1900). El naturalismo de Crane no
es tan desesperado como el de Émile Zola y se halla además transido de un fuerte
lirismo.Escribió un total de doce libros hasta morir de tuberculosis, a los 28 años, en
Badenweiler (Alemania). Una sátira del temperamento romántico que dejó inacabada, The
O'Ruddy, fue concluida por Robert Barr y se dio a conocer en 1903.murió en 1900, antes de
cumplir los veintinueve años. Fue viajero, periodista y corresponsal de guerra. Reconocido
por los mejores escritores de lengua inglesa de entonces como un gran maestro del relato, la
fama de su prosa ha opacado un poco —aunque injustamente— su poesía, pues el mismo
impactante autor de El hotel azul y La roja insignia del valor, se revela también como un
poeta profundo, punzante, mordaz e irreverente, que trastoca la prosodia y los alcances
correspondientes a su tradición.Cada poema de Stephen Crane es una estampa ácida,
concentrada en los extremos de la pasión, regida por un sentido crítico implacable. En el
fondo, estos poemas son el testimonio de un ánimo atormentado y desamparado que busca
esclarecer su relación con lo divino y lo trascendental desde el mundo absurdo de la guerra, la
corrupción o los esfuerzos vanos. Y siempre lo hace con un giro insólito y una atmósfera de
enorme sorpresa y compasión.
EN EL DESIERTO
En el desierto
vi una criatura, desnuda, bestial,
en cuclillas, que
tenía su corazón en la mano,
y se lo comía.
Le dije: “¿Está rico, amigo?”
“Es amargo—amargo,” me contestó;
“Pero me gusta
porque es amargo,
y porque es mi corazón.”
VI A UN HOMBRE PERSIGUIENDO
UN DIOS FURIOSO
Un dios furioso
apalizaba a un hombre;
lo esposó con furia,
le dio golpes de trueno
que resonaron por la tierra.
Todos vinieron corriendo.
El hombre gritaba y luchaba,
como un loco a los pies del dios.
La gente gritó,
"¡Ah, qué hombre tan perverso!"
y-
"¡Ah, qué dios tan admirable!"
CUANDO EL PROFETA
HUBO UN HOMBRE
XXIV
IV
LOS CLÉRIGOS
LA CASA EN LA MONTAÑA
RICHARD CORY
HOMBRE FELIZ
VIEJA HISTORIA
Me habría deshecho yo de él
De rabia pueril…
Yo sólo supe del valor de él
Viéndolo morir.
EL CAMINO NO ELEGIDO
El camino no elegido
UN ARROYO EN LA CIUDAD
Soplé la luz
Y fui en puntas de pie
Y levanté mis manos
En plegaria a la puerta.
ABEDULES
ARROBAMIENTO
DEVOCIÓN
EL PASTIZAL
EL PELIGRO DE LA ESPERANZA
Es justo allí
a mitad de camino entre
el huerto desnudo
y el huerto verde,
cuando las ramas están a punto
de estallar en flor,
en rosa y blanco,
que tememos lo peor.
EL POTRO DESBOCADO
EL TELÉFONO
FUEGO Y HIELO
HACIA MÍ MISMO
LA CASA FANTASMA
LO MÁS PRÓXIMO
SIEGA
ACUMULACIONES
***
BAJO EL ALA DE UN SOMBRERO
***
CHICAGO
***
DOS VECINOS
***
EN UN SUSPIRO
(A los hermanos Williamson)
***
ESTATUAS DE BRONCE
I
La estatua de bronce del General Grant montado en su
caballo de bronce, en Lincoln Park,
se apergamina al sol cuando pasan los automóviles
ronroneando en largas procesiones, camino de
alguna parte, para llegar a la cita prevista para la
cena, o al cine, o a comprar y vender
aunque con el atardecer y de noche, cuando saltan las
altas olas
en las lajas del paseo, a la orilla del lago, ahí cerca,
he visto al general retar a los basureros a que se acerquen
y pongan a galopar a su caballo de bronce, espoleado por
los cascos y las armas de la tormenta.
II
Atravieso Lincoln Park en una noche de invierno
mientras nieva.
En su estatua de bronce, Lincoln descuella entre la
blancura de la nieve, su frente de bronce altiva
ante los ecos de los vendedores de periódicos, que
vocean que cuarenta mil hombres han muerto en
el Yser, sus oídos de bronce atentos al amortiguado
rugir de la noche que llega a sus pies de bronce.
Un indio ágil en un caballo pequeño, de bronce,
Shakespeare sentado en bronce con sus largas
piernas, Garibaldi con su capote de bronce,
montan guardia en la fría y solitaria nieve que esta
noche cubre sus pedestales, y así aguantarán hasta
pasada la medianoche, hasta que raye el alba.
***
ESTILO
Matad mi estilo
y le partiréis las piernas a la Pavlova,
y cegaréis el ojo con que mira Ty Cobb al
batear.
***
LISTO PARA MATAR
***
MAG
***
NEGRO
Soy el negro.
El que canta canciones,
el que baila...
con más suavidad que el algodón...
con más dureza que la tierra oscura,
los caminos apisonados por el sol,
por los pies descalzos de los esclavos...
espumarajos entre los dientes... estridentes carcajadas...
amor rojo por la sangre de la mujer,
amor blanco por los negritos que trastabillan...
amor perezoso por el tañer del banjo...
sudoroso, obligado al jornal de la siega,
altas risotadas con las manos como dos jamones,
endurecidos los puños con el mango,
la sonrisa de los sueños, la duermevela en las junglas de
antaño,
loco como el sol y el rocío y el goteo, como la poderosa
vida en la jungla,
meditabundo, triste, farfullando los recuerdos de los
grilletes:
soy el negro.
Mírame.
Soy el negro.
***
PERSONALIDAD
De "Puñados":
ELIGE
***
FELICIDAD
***
HOMBROS ALBOS
Risa rara
que te arrasaba sola
desde tus hombros albos.
***
LEALTADES
Polvo amarillo
en el ala de un abejorro,
luces grises en los ojos
de una mujer que pregunta,
rojas ruinas a la luz cambiante
de los rescoldos del crepúsculo:
os tomo y amontono
los recuerdos.
La muerte ha de romperse las garras
en algunos a los que guardo.
***
NIEBLA
Llega la niebla
con sus mullidas almohadillas de gata.
Se sienta a mirar
la ciudad y el puerto
sobre sus ancas calladas
y luego sigue su camino.
***
PÉRDIDAS
Tuve un amor
y un hijo,
un banjo,
las sombras.
(Pérdidas de Dios,
todas acabarán
y un buen día
nos quedaremos
sólo con las sombras.)
ASESINOS
A vosotros canto
con voz queda, como la del hombre que habla con su hijo
muerto;
con la dureza de un hombre esposado,
sujeto allí donde no puede moverse.
Bajo el sol
hay dieciséis millones de hombres
elegidos por sus dientes brillantes,
su buena vista, sus piernas duras
y porque corre en sus muñecas la sangre caliente y joven.
***
ENTRE ROJAS ESCOPETAS
Los sueños,
siguen los sueños
entre los muertos boca arriba,
destrozados, inútiles ya del todo:
los sueños del camino y la meta siguen intactos.
***
ESTADÍSTICA
Inquieto, Napoleón
cambió de postura en el viejo sarcófago
y murmuró al vigía:
«¿Quién va?»
«Veintiún millones de hombres,
soldados, ejércitos, armas,
veintiún millones
a pie, a caballo, por aire,
bajo el mar.»
Y Napoleón volvió a conciliar el sueño.
«No es mi mundo el que responde:
será un soñador que no sabe
nada del mundo en el que avancé
desde Calais hasta Moscú.»
Y siguió durmiendo
en el viejo sarcófago
mientras el zumbido
del motor de los biplanos
se desgranaba entre el mausoleo de Napoleón
y las estrellas frescas de la noche.
***
FAUCES
***
GUERRAS
***
HIERRO
Armas,
largas armas de acero
que apuntan desde los buques de guerra
en nombre del dios de la guerra.
Armas rectas, brillantes, bruñidas,
a las que se encaraman los reclutas de camisa blanca,
la gloria de los rostros tostados, el cabello revuelto, los
dientes blancos,
la risa de los ágiles reclutas de camisa blanca,
sentados a horcajadas en las armas con sus cantos de
guerra, con sus bélicas salomas.
Palas,
anchas palas de hierro
que recogen carbón de las bodegas ahusadas,
remueven la turba, nivelan la tierra.
Os pido
que seáis testigos
de que la pala es hermana del arma.
………
MURMULLOS EN UN HOSPITAL DE CAMPAÑA
***
Y OBEDECEN
A UN MUERTO
***
EL CAMINO Y LA META
He de recorrer
la senda al crepúsculo
por donde vagan las sombras del hambre
y transitan los fugitivos del dolor.
He de recorrerla
en silencio, de mañana,
y ver deslizarse la noche en el alba,
oír cómo se levantan lentos los vientos poderosos
allí donde son altos los árboles que jalonan el camino
y se comban cargados.
***
OPCIONES
Es mucho lo que te ofrecen.
Yo, bien poco.
La luz de la luna que de noche juega con el agua de las fuentes
y esparce una monotonía embriagadora,
mujeres sonrientes, de hombros desnudos, charlas
y fuegos cruzados de amores y adulterios
y el miedo a morir
y el recuerdo de los pesares:
todo eso te ofrecen.
Yo en cambio vengo con
el pan y la sal
un empleo terrible
y la guerra infatigable.
Ven, pues y disfruta
del hambre
del peligro
y del odio.
***
TUMBAS
Murió solo
y sólo el enterrador acudió a su funeral.
***
UNA ESFINGE
De "Brumas y hogueras":
AMAPOLAS
***
BRUMA PERLA
***
DOS
LA CAMISA
Recuerdo que una vez fui corriendo tras de ti y te agarré
por el faldón de la camisa, que ondeaba al viento.
Una vez, pero hace ya muchos días de esto, me bebí un vaso
entero de no me acuerdo qué y tu imagen retembló
hasta posarse sobre la superficie del líquido.
Y de nuevo sólo a ti llegué a oír en la voz cantarina de una
mujer que algo tarareaba al desgaire.
Una noche, sentado con los camaradas en redor de las
rojas ascuas de la hoguera, contando historias en
una lengua cuya hechura hablaba por sí sola ante
un manto de blancas estrellas:
eras tú la que se escabullía reidora
en la torpeza de las sombras tambaleantes.
Truncas respuestas del recuerdo me hacen saber que estás
viva, con el rostro de un espectro que se asoma
tras algún umbral, en algún lugar, en medio de la
pujanza y la furia de la ciudad
O bajo una masa de musgo y hojas secas, en silencio, a la
espera, bajo los brazos nudosos del roble, lista
como nunca para echar a correr en cuanto te
agarre por esa tu camisa ondeante.
***
MONOTONÍA
De "Sombras":
ES MUCHO
***
ESQUINERA
***
HARRISON STREET COURT
***
PALOMA MANCILLADA
***
Poemas compuestos en uno de los últimos tranvías de la noche
I. TORDAS
II. AGOTAMIENTO
Rosas,
rosas rojas,
aplastadas
en la lluvia y el viento
cual bocas de mujeres
aplastadas por los puños
de los hombres que las usan.
Oh, capullos de rosa
y hojas rotas
y volutas de pétalos:
así tú, que de tal modo arrojaste tu carmín
al sol
tan sólo ayer.
III. EL HOGAR
***
SE FUE
***
BAJO UN POSTE TELEFÓNICO
***
DESDE LA ORILLA
***
EL GOBIERNO
LA GITANA
***
MUCHACHA DE ENSUEÑO
Sólo que
tal vez no llegues, oh muchacha de ensueño,
tal vez sólo nos crucemos según gira el mundo
y tomemos de una mirada a los ojos
una película de esperanza y un día para recordar.
***
SUEÑOS EN EL CREPÚSCULO
Sueños en el crepúsculo,
sueños tan sólo al final del día
que al caer el día regresan
a las cosas grises, a lo oscuro,
a lo lejano y lo profundo,
a la tierra de los sueños.
Otros poemas:
PRIMER LINCHAMIENTO
INDICE
EMILY DICKINSON
-poemas--------
CARL SANDBURG
ACUMULACIONES
BAJO EL ALA DE UN SOMBRERO
BAÑO
CHICAGO
DOS VECINOS
DUNAS
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ESTATUAS DE BRONCE
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LISTO PARA MATAR
MAG
NEGRO
PERSONALIDAD
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FELICIDAD
HOMBROS ALBOS
LEALTADES
NIEBLA
PÉRDIDAS
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ENTRE ROJAS ESCOPETAS
ESTADÍSTICA
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MURMULLOS EN UN HOSPITAL DE CAMPAÑA
Y OBEDECEN
A UN MUERTO
EL CAMINO Y LA META
OPCIONES
TUMBAS
UNA ESFINGE
AMAPOLAS
BRUMA PERLA
DOS
LA CAMISA
MONOTONÍA
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ESQUINERA
HARRISON STREET COURT
PALOMA MANCILLADA
I. TORDAS
II. AGOTAMIENTO
III. EL HOGAR
SE FUE
ANCIANA
BAJO UN POSTE TELEFÓNICO
BROADWAY
DESDE LA ORILLA
EL GOBIERNO
LA GITANA
MUCHACHA DE ENSUEÑO
SUEÑOS EN EL CREPÚSCULO
PRIMER LINCHAMIENTO