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MONUMENTAL
1903
Bronze
Alt. 180 cm ; Anch. 98 cm ; P. 145 cm
S.1295
Creado ya en 1880 en su tamaño original, unos 70 cm, para decorar el tímpano de La
Porte de l’Enfer [La Puerta del Infierno], Le Penseur [El Pensador]se titulaba
entonces Le Poète [El Poeta]: representaba a Dante, el autor de La Divina Comedia que
inspiró La Puerta, inclinado hacia delante para observar los círculos del Infierno,
meditando sobre su obra. Le Penseur [El Pensador] era pues, inicialmente, a la vez un
ser de cuerpo torturado, casi damnado, y un hombre de espíritu libre, decidido a
transcender su sufrimiento mediante la poesía. Para su pose, esta figura le debe
mucho alUgolin [Ugolino]de Jean-Baptiste Carpeaux (1862, museo de Orsay, París) y al
retrato sentado de Lorenzo de Médicis esculpido por Miguel Ángel (1526-153, Capilla
de los Médicis, Iglesia de San Lorenzo, Florencia).
A la vez que mantiene su ubicación en el conjunto monumental de La Puerta, Le
Penseur [El Pensador] fue mostrado por separado, a partir de 1888, convirtiéndose de
este modo en una obra autónoma. Ampliado en 1904, tomó una dimensión
monumental que incrementó todavía más su popularidad: esta imagen de un hombre
inmerso en sus reflexiones, pero cuyo cuerpo sugiere una gran capacidad de acción, se
ha convertido en una de las esculturas más famosas de todos los tiempos.
Creación 1881
DEDALO E ICARO
La obra representa la leyenda griega Dédalo e Ícaro, padre e hijo, quienes permanecían en cautiverio por
haber traicionado al Rey Minos. Durante su encierro recolectaron plumas de ave, con el fin de fabricar alas
que les permitieran escapar. Las ataron con hilos y se las adhirieron a los brazos con cera. Dédalo le dijo a su
hijo que no volara demasiado cerca del agua, ni se aproximara al sol. Sin embargo, el placer y la adrenalina
se apoderaron de Ícaro, quien alcanzó tanta altura que los rayos de sol desprendieron sus alas y perdió la
vida cayendo al mar. La escultura muestra al padre retorcido de dolor ante el cuerpo de su hijo que yace
fallecido sobre las rocas, a orillas del mar. Rebca Matte estaba radicada en Florencia cuando el Gobierno
chileno le encargó esta obra para ser regalada a Brasil en las celebraciones del primer centenario de su
independencia, en 1922. La obra demoró su llegada desde Europa y fue inaugurada en la Plaza Mauá de Río
de Janeiro recién en noviembre de 1923. "Este grupo de bronce, pequeño por sus dimensiones, pero grande
por la intensidad del afecto con que fue entregado a los cuidados del pueblo brasileño, será un testigo
perenne que recuerde la secular amistad jamás empañada que existe entre vuestro país y el mío", declaró el
embajador de Chile Manuel Cruchaga Tocornal, en ese entonces, a El Mercurio.