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Hora santa por el Servicio

Exposición al Santísimo.

Dispongámonos a recibir al señor (todos de rodillas)


Canto: bendito bendito.

Ministro: Al empezar este tiempo de adoración y junto a la Santísima Virgen María,


vemos a Jesús manso y humilde en el Santísimo Sacramento del Altar como
Aquel que sirve, como Aquel que lo da todo, como Aquel que se hace «Pan
partido» para darse a todos. Vamos a pedirle a Jesús, Sacerdote Eterno, que
derrame su Espíritu sobre todo su pueblo santo y que nos enseñe a ser serviciales
como Él, manso y humilde de corazón.

Ministro: Adoremos y demos gracias en cada momento


Todos: al Santísimo Sacramento

Padre Nuestro …
Ave María …
Gloria …

Canto: Dios está aquí.

Oración (Juanito): todos de pie. Padre: Tu Hijo nos prometió que no nos dejaría
huérfanos. Danos el Espíritu de la Verdad, para que esté con nosotros y viva en
nosotros, y sigamos a Jesucristo en el camino que conduce a ti y a los hermanos.
Que este Espíritu encienda en nosotros el amor de Jesús, para que hagamos
visible a todos la Buena Noticia de su amor. Te lo pedimos por Cristo nuestro
Señor. Amén.

Canto: muévete en mí.

Reconciliación (Isamar): antes de adorarte señor doblamos nuestras rodillas ante ti


reconociendo tu grandeza y nuestra pequeñez. Nos reconocemos pecadores y te
pedimos perdón por las veces que hemos fallado a tu llamado, por las veces que
no te servimos con amor, que solo cumplimos por sacar el compromiso, sin
sentido. Por eso hoy te decimos, (todos) señor mío Jesucristo dios y hombre…

Canto: tu señor.
Lectura (Monse): Escuchemos ahora el Santo Evangelio. Nos ponemos de pie.

Del Evangelio según San Juan                                        Jn 13,1-17

Antes de la fiesta de Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de salir de
este mundo para ir al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el
mundo, los amó hasta el extremo.

Estaban cenando. El diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo


de Simón, el proyecto de entregar a Jesús. Y él sabía que el Padre había puesto
todas las cosas en sus manos, y que de Dios había salido y que a Dios volvía.
Jesús se levantó́ de la mesa, se quitó́ el manto, se ciñó́ una toalla a la cintura y
echó agua en un recipiente; luego se puso a lavarles los pies a los discípulos y a
secárselos con la toalla.

Al llegar a Simón Pedro, este le dijo: —Señor, ¿tú me vas a lavar los pies a
mí? Jesús le respondió́ : —Si no te lavo, no tendrás parte conmigo. Entonces
Pedro le dijo: —Señor, si es así́, lávame no solo los pies, sino también las manos y
la cabeza. Jesús le contestó: —El que se ha bañado no necesita lavarse más que
los pies; pues está todo limpio. También ustedes están limpios, aunque no
todos. Sabía quién lo iba a entregar. Por eso dijo: «No todos están limpios».

Cuando terminó de lavarles los pies y se volvió́ a poner el manto, se sentó́ a la


mesa y dijo: —¿Entienden lo que he hecho? Ustedes me llaman «el Señor y el
Maestro» y con razón, porque lo soy. Pues si yo que soy el Señor y el Maestro les
he lavado los pies, también ustedes deben lavarse los pies unos a otros. Les he
dado ejemplo, para que hagan ustedes lo mismo que yo he hecho. Porque en
verdad les digo: El esclavo no es más que su amo, y el que es enviado no es más
que el que lo envía. Ahora ya saben esto, serán felices si lo ponen en
práctica. Palabra del Señor.

Momento de silencio para meditar.

Reflexión de la lectura (Adrián)


(sentados en actitud de escucha).

Canto: No pondré mi amor en nadie más que en ti.


Actividad (Marlon): El llamado. En un papel escribirán el momento en el que fueron
llamados al servicio.
Momento de silencio para meditar.

Canto: aquí estas.


Peticiones (Damaris).
Escucha Señor, nuestras oraciones, que con humildad te presentamos:

R. Que la Eucaristía, Señor, nos dé fuerzas para ser servidores y evangelizar.

Por el Papa y los obispos, principales responsables de la evangelización, para que


dóciles a la voluntad del Padre, encarnando a Jesucristo en su vida logren, con los
dones del Espíritu Santo, transformar con el Evangelio el mundo en que vivimos.
Oremos. R/.

Para que los gobernantes, sensibles a las exigencias del Evangelio, se preocupen
del bien común y de dar verdadero testimonio de servicio. Oremos. R/.

Por todos los cristianos que desgastan su vida en la tarea de la evangelización,


para que, liberados de todos los peligros, continúen dando un testimonio fiel del
Evangelio. Oremos. R/.

Por todas aquellas personas que no conocen el Evangelio, para que la fuerza que
transforma se manifieste pronto en sus vidas. Oremos. R/.

Por todos nosotros, para que el Señor nos aumente la fe y el compromiso de


evangelizar el mundo en que vivimos y no tengamos miedo de afrontar todos
nuestros compromisos de ir y llevar el evangelio, como tantos santos, hasta los
últimos rincones de la tierra. Oremos. R/.
Canto: tu estas aquí.
Cierre (Bryan):
Compromiso por el grupo.
Cada uno de nosotros pensará un compromiso por el bien del grupo juvenil…
De uno en uno dejaran el papelito que anteriormente escribieron (el llamado de
Dios a servir), con orden y respeto llevaran su respuesta al señor y le dirán fuerte
y claro: “sí señor, aquí estoy para servirte”. (se canta alma misionera mientras se
realiza la actividad).

Oración final: ministro.


Canto: Digno de alabar.

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